pdf La Ilustración española y americana. Año XVII. Núm. 3. Madrid

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Madrid.................
B'ruvineias............
‘Portugal...............
85 pesetas.
40 id.
SBMESTI1K.
18 pesetas.
20 id.
1.300 reis.
AÑO XVII— NÚM. III.
T I.MK-TIIF..
10 pesetas.
11 id.
2.300 reis.
P R E C IO S
ADMIXIS T RACION, CARRETAS, 12, PRIMTI'AL.
Madrid 1G «le Enero do 1.S73.
REVISTA GENERAL.
SUMA.RIO.
perloilo«le decadeneia.—Estcnliilnd «lelas últimas revolu­
ciones.—Los muertos del presente año.—N’apojcon 111, 11ravo Murillo, «-1 Muque «le M>«linaeeli.— La madre «le una
pande artista.—España y Europa.—El Papa y el emperador
^muermo.—Ruptura di: relaciones diplomáticas.—Los ver­
daderos motivos.— La conciliación en Francia.—La Bolsudo
i Mis y la de Madrid.—Los economistas.—Figuerola, Murct
J’ Rchegaray.—El invierno de 1871 y el de 1872.—Por qué no
•
v testas.—Teatros.— En el Principe Segismundo y Honr"’r padre ¡/ madre. En el Circo El hijo de las Soleas y La^pulsión de l„s moriscos.
Nos hallamos en un triste, en un lamentable periodo
Jf rebajamiento y «le. decadencia : en Europa, como <‘ii
^spana, vemos desaparecer «le entre los vivos los homll? eminentes, los ciudadanos ilustres, los varones
Preclaros.
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ño tras do otro, «mi el breve término tío cinco años,
, 611108 perdido al duque «1«: Toldan, al de Valencia, til
j>eñeral Prim; y todavía ayer el primero «lo nuestros
^ « d i s t a s , 1). .Juan Bravo Murillo.
I
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BKMBSTDB.
7 i>€¿üs fuertes.
Cuba y rucrto-Rico.. . . 12 pesos fuertes.
Filipinas..........................I 15
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15n las demás Aim'i'u-ns lijan el precio los Sres. Agentes.
SUMARIO.
Texto.—Revista general, por el Marquis «le Valle-Alegre.—
Nuestros grallatios, por I). Eusebio Martinez, «le Velasco.—
Miacum, por I'. Antonio «le Trucha.—1.a vi tres veces, por
1). Roberto Robert.—El Muque «le Mcdinaceli. nor D. Ense­
bio Blasco.—El emperador Napoleon 111, por D. Ramón «le
Navarrete.—Del juglar al poeta, por I», (¡onzalo Calvo
Asensio—Una victima del ideal, novela (cominunción),
por D. Peregrin (jarcia Cadena.—K1 cielo, poot-ia, por l>nri
A. F, (¡rilo. (‘iónica musical, por D. Antonio Peña y Ooñi.
—Suelto.—Anuncios.
Gr a b a d o s .—Retrato «leí Excmn. Sr. T>uque «!«• Medinaeeli,
por los bre.K. l’i rea y Rico.—Nuevo vapor «I«- salon susp' n<Iido, Ristema Bessemer, para evitar ■1 marco <le los pasaj« i««*,
por los Sres. Rico y l’cllicer.—Barcelona : Interior «le la pri­
mera Exposición marítima española,por los Sn-s. Rico y Pe­
llica-.—Retrato «le ÑapoIcou 111 (última fotografía), pin­
ol Sr. Capuz.— Planta Raja y secciones trasversales (cua­
tro grabados) «leí nuevo vapor «le salon suspendido, siste­
ma Bessemer. Madrid: Aspecto «le la calle «1« llortaley.a en
el dia de San Antonio, nlmd, por los Sn-s. Miranda y . X.—
Valladolid: Claustro gótico «1« I colegio dominicano «le San
Gregorio, de fotografía, grabado «leí Sr. Severmi. Madrid:
Nuevo depi'isito en construcción para las aguas d« l I.ozoya,
fotografía del Sr. Laurent, grabado «leí Sr. Rico.— Espadado
Boabdil el C/iieo, pen«lon «le guerra del <animal Mendoza y
chimenea talluda, «leí siglo xv.de fotografía, por el señor
Rico.—Medición «le la base «le Roquetas: vista general «leí
campamento y procedimiento para la medición, «le íotograRa, por los Sn-s. Galofrey Rieord.
rdes ? P - P i ° acontece en las demás naciones: las gran^ inteligencias, los grandes hombres en las artes, en
em C,leQcias’ en
literatura, se extinguen y no son rep azados por otros que los hagan olvidar.
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no
aparecido en Francia el sucesor de L au<i ni de Berangcr. — ¿ Quién puede' gloriarse en
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D E S U S C R IC IO N .
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DlRECTOR-PRürIETARIO, D. ABELARDO DE GÁRLOS.
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Excrno. Sr. Duque «le Mcdinaceli: f G «lc-1 actual.
54
LA
España do serlo de Donoso Corles ó de Martillea de la
llosa?
El 0 lia falleeido taml»ien en su destierro de Candem-llousc el emperador Napoleón 111: ,Ty miramos
en torno nuestro algún nuevo soberano capaz de colo­
carse :i su altura?
•
¡ A y ! ¡ N o ! —Los royes, como los políticos del último
lustro, son pigmeos ipie no inspiran respeto ni consi­
deración.
En España lia habido una revolución radical y pro
funda: (dónde están los hombres notables «pie merced
¡i ella se han dado á conocer?
Otro cambio análogo ha ocurrido en Francia: ,•liemos
visto revelarse tampoco allí alguno «le esos genios «pie
asombran al mundo, que consuelan del mal causado con
la gloria que prometen?
Estériles, completamente estériles lian sillo y son por
doquier los recientes trastornos sociales : si no han
producido ningún bien á la humanidad, tampoco la lian
honrado con la aparición de estadistas eminentes, ni con
las «le guerreros insignes.
lia muerto en Inglaterra Napoleón I I I : ¿merece
colocarse junto ú él D. Amadeo 1 de Saboya?
liemos perdido á I*. Juan I.travo Morillo : ¿podemos
colocar ¡i su lado al llamante ministro de Hacienda
Echegaray ?
***
Acaba «le nacer el año do 1S73 y ya ha hecho consi­
derable número «1«' victimas: ademas de las citadas ar­
riba, ha bajado también á la tumba uno «le los princi­
pales magnates «le nuestro país : — el Duque de ALetlinaceli.
Este dignísimo representante do la antigua aristo­
cracia, que poscia riquezas inmensas, que tenia palacios
en las principales ciudades «le España, ha muerto en
un modesto cuarto del G ran d -1 ! ói<l de París, solamen­
te acompañado y asistido por una de e n hijas de corta
eilail.
Modelo de virtudes cristianas y dom«'s( ¡cas, si el Du­
que «le Medinaci'li no «hja nmmoria «m los fastos de la
política contemporánea, «le la cual se apartó cuidado­
samente siempre, la dejará inextinguible entre las per­
sonas de su familia y entre los «h'sgraciados ¡i quienes
socorría con generosa y noble mano.
Por último, igualmente ha muerto á la avanzada
edad de 91 años la ma«lre «1«' una «le nuestras primeras
celebridades dramáticas— Matihlo Diez,— «pie deteni­
da a«pii por sus imperiosos deberes artísticos, no lia
podido recoger el postrer suspiro de aquella á quien
debia la vida, y á la cual amaba tiernamente.
*
*
*
Muy fúnebre, según puede notarse, es el principio
déla presento Revista; pero lo peor es que no hay po­
sibilidad do consignar en ella sucesos más faustos y
agradables.
Hi lijamos la vista en nuestro país, hallamos honda
agitación en los espíritus; sangre preciosa derramada
en luchas fratricidas; zozobra cu lo presente; pavoro­
sos temores para el porvenir.
Si la volvemos al resto de Europa, no existen cansas
tampoco de satisfacción ni de tranquilidad: el empera­
dor de Alemania, con motivo «’> con pretexto de algu­
nas palabras proferidas por H. S. en un reciente dis­
curso, ha cortado relaciones con el Vaticano y hecho
salir de Roma á su representante.
Este suceso importantísimo tiene su natural expli­
cación cu la intima alianza existente entre Italia y Pm sia, y en el odio «le Bismarck al catolicismo.
He quiere á cualquiera costa aislar al varón insigne
«pie ocupa la silla de Han IV« 1ro; se intenta abatir su
ánimo con las contrariedades y los disgustos; se pre­
tende por medio de las amenazas destruir su energía y
su valor.
Pero á todo resistirá el firme carácter «le Pío IN : á
todo opondrá su inalterable serenidad y su constan­
te fe.
En medio de las miserias y de las abdicaciones «le
los tiempos presentes, consuela y edifica contemplar la
noble y grandiosa figura del venerable anciano «pie sos­
tiene y defiende los intereses del catolicismo, y que dc-
I L U S T il A L I O N
E S P A Ñ O L A
V
A M E H IC A N A .
N.°
N.° I H
III
L A
h a 11 tenido lugar ya «los muy brillantes, y el 13 será el v satisfacción, vale más alegrar y esparcir el ánimo con
comedias festivas y graciosas, que aumentar su triste­
tercero.
za con melodramas siniestros y terribles, los cuales
L a esposa del goimral Hieklesha abierto también sus
pueblan la imaginación «le ideas lúgubres y «le imáge­
salones «d juéves último, y continuará recibiendo cada
Tampoco es más lisonjera la situación «lela psemlo- quince «lias; y en el leatrito «le los condes «le Nlidies
nes sombrías.
repúbliea vivina: ni la comisión de los :!(), ni M. Thii’rs
piamos y gocemos siquiera en «d teatro, ya «pie en
huliabiilo asimismo «los liiiudones dramáticas, aunque
parecen decidiilanieut«' ¡nclimulos á la conciliación.
la vi'la sobran las causas para pmleccr y para llorar.
<11 / i< t ll Comité.
l e s unos, fuertes por el número, pretenden dictar al
Quizás cuando se aproxime el Carnaval otras fami­
En M arqués m: V a lle A l e g r e .
"I r«' condiciones, «pie él de seguro no admitirá : ni a«pié- lias depondrán sus temores, olVedemlo en sus palacios
llos aceptan cotí sinceridad la creación «leí Hámulo, ni los brillantes placeres tan propios «lela teniponnln ac­
12 «1« Enero «le 1S7A
éste ivnuncin de buen grado á dirigir su voz á la tual: quizas los marqueses «le Aleañiccs, «pie llegan
Asamblea.
de París un «lia próximo, den el ejemplo á la aristo­
NUESTROS GRABADOS.
Eas primeras sesiones, después «le vacaciones, han
cracia mailrilefia; es posible también «pie los tnaripuxses
ido trias, insignificantes. incoloras: los combatientes «le fervora y los señores «le Fes ser repitan las grandes
se espían y se acochan ; entretenidos en escaramuzas fiestas con «pie lian obsequiado á sus amigos anterior­
En duque p e M f. d ixa celi (pág. 12).
parciales y sin importancia alguna, aguardan «píela mente; pero nada hay seguro, y todo dependerá del
casualiihvl «’> la marcha «le los sucesos les faciliten al­ giro que tomen las Cosas públicas, «le las esperanzas
P R I M E R A E X P O S I C I O N MA RÍ T I MA E S P A ÑO L A .
guna ventaja.
«le ver á la pobre España salir felizmente déla peligro­
La mayoría, no satisfecha con haber arrojado del sa crisis en «pie so hallan tan expuestos su porvenir y
La imlustriosa y culta capital del principado de Ca­
gabinete á AI. Lefrane, epiicre ahora lanzar también á sus destinos.
taluña no podia celebrar sus tradicionales y animadas
M. dules Himon , objeto predilecto «le sus antipatías y
tiestas en el novenario «le Nuestra Hefioru «le las AI ex­
* *
«le sus óilios. Para ello espera una circunstancia, una
cedes, patrona tic Barcelona, sin que tuvieran en ellas
La gent«1, ganosa «1«; s«daz y de distraecion, sc lv f u ocasión favorable; y en cuanto el Ministro «le Instruc­
nobilísima representación las artes, la industria, la
j gia en l««s cidiseos y los Ib-na. El Real ve ca«Ia mudic
ción pública «lé el menor motivo, ptvsenlará contra él
aumentarse sus favoroceilorcs, nmreed al tabmtode los ciencia y las letras.
un voto de censura no menos enérgico y terrible que el
Al misino tiempo que las músicas y las comparsas
artistas de la eompania Erica, y a la varieilad «pic la
alegraban los ánimos «le las gentes «leí pueblo, celebrá­
fulminado dos meses liá contra su colega del Interior.
empresa procura dar á los espectáculos.
banse exposiciones «]«' Bellas Artixs y «le ricos objetos
Ahora lia contratado á «los artistas distinguidas «pie
***
aiqueobigieos , concursos agrícolas, disensiones cientí­
han quciludo libres por «¡niebla del teatro italiano «le
Foro al menos allí los fondos públicos se reponen y
ficas y certámenes Indust riales.
París: las señoras Pasqna y Bracciolini. Ambas son
alcanzan precios elevados, miéntras la Bolsa «!«• Ala«lri«l,
También so celebró, en el espacioso salón de c n t r a jóvenes y bonitas, y con esto tienen lo necesario para
fiel rellejo del estado «leí país, ofrece el espectáculo
laidon de la Lonja, una csmonnla exposición marítima
agradar al público novelero é impresionable «le Madrid.
unís «lesconsolador.
E n la calle del Príncipe, después «le I.a razón de la —la primera «I«' su clase en España, y s«deinni«lad bien
Para poder compararlos tipos á «pie hoy se cotizan
fu erz a , se ha estrenado un nuevo drama «le los mismos propia «le la opulenta Barcelona, cimbul de cuyo puerto
todos nuestros valores, es necesario retroceder á los
lian salólo, en todos los tiempos, lloreelentes armadas
autores «le aquél, titulado Srep'smnndo, que á pesar
peores «lias de 1809 , cuando el Hr. Figuerola contrata­
y atrévalos bmpios, desde aipiellas antiguas galeras
«le su Huilla y brillante versificación no lia tenido la for­
ba empréstitos onerosos sin intervención «le las Cortes;
que trasportaron á los países del Oriente los invencibles
tuna de agrailar al público, dcsaparcciemlo del cartel d
cuando tomaba dinero á cualquier interes; cuando, en
almogávares, hasta los modernos vapores que atravie­
la tercera representación.
lin , caminábamos «¡erodios á la bancarrota.
san los mares eoinliiciendo ricos productos «le la indus­
Hemejante percance lia sido prontamente reparado con
Alalísluios resultados lia prodúcelo á la Hacienda la
tria caí ahina á las remotas playas «le Asia y América.
otra composición «leí Hr. Herranz, H onrar p ad re y
administración «!«• los economistas; y Figuerola, Moret
El salón estaba adornado con propiedad y buen gusto
m adre, la cual ha obteuhlo el éxito más completo.
Eehegarnv han tenido l a «I rrai ia «le vc r e n s u s n i H (cuino ¡Hiede observarse en el dibujo «pie ofrecemos en
El jijven y simpático escritor no halda sillo hasta aho­
nos rebajado el crédito hasta un punto vcnladernmente
la parle inferior «le la pág. 30), y en pucos dias se re­
ra muy dichoso en el teatro; pero en su últ ¡nía obra lia
increíble.
unieron muchos y curiosos objetos.
obtenido un triunfo completo y ¡ncreciilo.
*
En el centro se huida coloca«lo un lindo trofeo, hecho
* *
H onrar p a d re y vitnlrc se distingue por lo elevado de
(0 con Jarcias «le cáñamo «leí país y cuerdas «le abacá «le
El malestar es grande y profuiuio en las diversas su pensamiento; por el Ínteres de la acción, v ñor lo
^
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Manila,r «le la................................
fábrica «leí Hr. Gnrriga,
...... r > " 7 sitíenla en la
clases «le la sociedad; «pujase el jornalero «le ganar dramático «le las situaciones.
Earceloneta; veíanse ademas cotonías para velamen, de
El autor había ciégalo un asunto altamente eseabropoco y «le trabajar mucho, y se declara en huelga; el
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la fábrica de los señores Hinsat, «leí Masuüit; trenzas
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fabricante ve disminuido el consumo y aumentado id so, y lo lia mane a«lo con tal liamlulail y destreza, que * .
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cánamo para los pistones do las máquinas «lo vapor,
lia
vencido
todas
las
ililiniltailes.
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coste «le la mano «1c obra por las exigencias crecientes
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' lil tai»rica de los señores Jiménez y Pujos, de BarPocas voces lie visto al auditorio, subyugado por el
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do Jos trabajadores; el propietario se halla agídmelo
cclona; botas impermeables, bombas para baldeo y •ara
talento
«leí
poeta,
apasionarse
de
los
sucesos
«le
lu
co­
por los impuestos y cohibido por las amenazas «1«: los
extinguir los incendios, betunes y barnices hidrófugos,
carlistas y do los federales ; el rentista no cobra ó co­ media, conmoverse con sus incidcntesy peripecias, der­
estopas para calafatear buques, y otros muchos objetos
bra tarde el cupón; y todos se lamentan de una situa­ ramar aquí abundantes lágrimas, prorumpir después cn
semejantes.
ción «pío no ofrece seguridad alguna para sus intereses. interminables aplausos.
Ln la parto superior «leí salón aparecían exlemlhhis
El Hr. Herranz fue llamado multitud «le veces á la
De aquí el «Iceainm nto y la postración «lid comercio
iciles para pescar, de diferentes clases y formas, «lela
y «le la industria ; «le aquí la perturbación general en los escena, en la que apareció rodeailo do Teodora Lama*
fábrica «leí Hr. Fabra.
negocios; «le a«pi¡,on fin, el presentimiento de «jue se drill, de la Boblun , «le Vico, Zamora, Afórales y Alaza,
En suma, la primera exposición marítima de Barccavecina una catástrofe suprema para destruir lo exis­ que habían coopcrailo digna y noblemente á la vic­
0Ua>
auuq«c preparada en poco tiempo, lia sido digna
tente , sin que los más previsores puedan predecir las toria.
de aqud culto pueblo.
En la ¡daza del Rey, el Hr. Delgado ejecutó para su
instituciones ni los hombres que sustituirán á los ac­
beneficio
HA hijo d e las sel r a s , traducción hecha por el
tuales.
B l emperador N apoleon I I I (pág. 43).
Hr. Goilino, «leí drama italiano en «¡lie alcanzaron in­
** *
marcesibles laureles primero Halvini y después Alayci
Todas estas causas reunidas, y otras fáciles «le com­ rom.
R O M E R Í A D E SAN ANTON.
No gusto «le las conqiaracioncs, singularmente cuan­
prender, explican el aspecto triste y sombrío que pre­
j. Cada
a Ración , cada pueblo m ejor dicho, suele celesenta Madrid. ¡ Qué inmensa diferencia entro la anima­ do pueden perjmlicar á actores aprcciables; así me fi­
*ar
un modo distinto las festividades populares
ción y la alegría «lid invierno anterior, y el desaliento ní ¡taré á decir «pie la obra no satisfizo generalmente, J
mus
señaladas.
y los temores del presente! ¡Qué inmensa «lilérencia que el Hr. Delgado obtuvo en ella señales de aproba­
c Así es como c n l a noche de N oel, por ejemplo, se
entre las grandes y lujosas fiestas que entóneos se ce­ ción «le una parte «lid amlitorio.
1 Rs ruyeii en la Alsacia esos árboles i/r P a s m a cargaDespués se lia estrenado también por el mismo y I®
lebraban «¡¡ariamente, y las pequeñas reuniones «pie
safia impávido las iras y los furores do los poderosos
de la época.
*•
* *
I
casi de tapadillo se verifican ahora en algunas casas!
Como lian corrido los rumores más absurdos «le In­
cendios y «I«1 saqueos; como ci«*rtos pcri<jtl¡oos r«*pu—
blicauos han tratado «le una manera inconveniente y
dura á las personas «pie habiau «linio ó so proponían «lar
saraos , el miedo se lia apotlerado «le bis más pusiláni­
mes, los cuales temen ser, cuando menos, objeto de in­
sultos soeces de parte do la multitud extraviada por
funestas predicaciones.
En las legaciones extranjeras es únicamente donde
se verifican bailes y festines: en la «lo la Gran Bretaña
señora Castro otro «Irania <le un vate sevillano, el hC*
ñor Veliila, «pie se (¡lula La. expulsión ilr los morisco!•
El éxito lia sido satisfactorio, igualmente para la com­
posición y para sus intérpretes.
El dolor «le Matilde Diez por la desgracia de qud>fl
beebo mención ántes, la tendrá alijada durante algu
nos dias do la escena, donde deseo verla presentarse
pronto, asi por admirar su peregrino talento, como
variar la índole «le las funciones «que hoy so dan cu
coliseo del Circo.
..
En épocas en que hay tan escasos motivos de J uL)1
oies <C * " ,l.OS ^ ‘ln,cc8» cn Inglaterra, se celebran los
lia |T1,'\UI’*,'alcsj vieja costumbre que Con tanta gracia
ve,a - ^
kárlos Dichona un uñado sus mejores noylas ]011 ^ Bfiiu~'a con Ia inqireseiniliblc misa tlrl [jallo
testas y reuniones de familia que todos
conocemos.
Riza «j^3."1^'011
IL U ST R A C IO N
E S P A Ñ O L A
Y
rigor que en tal «lia se bagan pasar por delante de. la
iglesia, «le la ermita «’«del Iiiniiillailcro, los caballos, mu­
los y asnos dedicados en part icular á la labranza y á las
faenas agrícolas, ya para hacerles comer la rebulla /><nilila «leí Hanto, ya para que corran las trailieimiales
m illa s </<■ S an A ntón, que por lo regular son siete,
con lo cual piensan los siandllos y piadosos labradores
ospañoli’s que tienen asegurada, «lurante el año, la
existencia «!«• las bestias, «¡ue suden constituir su prin­
cipal riqueza en rundías partes.
¿ De dónde viene esta popular y antigua costumbre?
Difícil es averiguarlo, y áun creemos que algún cu­
rioso escritor so propuso hacer largas investigaciones
acerca «lo ella, y hubo do confesar en último resulta­
do «¡ue tal costumbre se perdía en los tiempos más le­
janos.
Hcgun la leyenda eclesiástica, Han Antonio abad,
retirado «leí mundo cu las asperezas y soledades de la
’tebaida, consiguió vencer con el auxilio de la divina
gracia las violentas tentaciones con «pie el demonio,
bajo diferentes formas más ó menos caprichosas, pre­
tendía hacerlo caer en pecado, y obligarlo á renunciar
á la soledad y á la penitencia.
No es ¡mpropio’suponcr «que aquella vieja costumbre
viene á ser una especie de homenaje tributado al santo
varón que logró humillar el poiler del común enemigo
«I«* los cristianos dcspreeinmlo sus frecuentes instiga­
ciones al pecado; porque «sa costuinbr«' no se encuentra
únicamente en España, sino también en algunas loca­
lidades do Francia, de Italia y «lo otros países católicos.
Habido es que la calle de Hortaleza, «bunio está situada la iglesia «le Han Antonio aba«l, es, en Aladrid, el
teatro propio y natural paralas vueltas de San A ntón,y
ínelio ignora que cn la tarde «le! 17 «le Enero se celebra
en aquel sillo y calles adyacentes, con extra« mi inaria
concurrencia, la romería d«d Hanto, en la cual abundan,
por supuesto, los populares buñuelos y los sabrosos p a ­
necillos.
A conmemorar esta romería está dedicado el dibujo
«¡ue publicamos en la pág. 10.
CL A US T RO «¡ OTICO D E L C O L E G I O
GREGORIO
DOMINICANO
( V A L L A DOLI
DE
SAN
d ).
Esto rico edificio, fundado cn 1 I.SS por el célebre
prelado fray Alonso de Burgos, á la sazón obispo de
Falencia, fue construido por el maestro alarife Alalias
Carpintero, vecino de Medina «leí Campo, digno ante­
cesor «lo los Colonias y Hiloes.
Es «le estilo gótico, y sil fachada, si aceptárnosla
Opinión «le muchos artistas, es la mejor «pie existe, en
su género, cn la antigua córte «le D. Juan I I , superan«lo aún á la del convento «le Han Pablo en su caprichosa
invención y cn la regularidad «le su dibujo.
Véase el excelente grabado de la pág. 11, y no se
tendrá por exagerada la opinión do los ilustrados artis­
tas á quienes liemos aludido.
L a iglesia también es giitiea, aunque pequeña, y cn
ella se observa una inmensa mole de piedra «pie está
sosteniendo uno «le los ángulos del coro.
Este colegio contenia muchas preciosidades artísti­
cas, y en la iglesia se custodiaba el sepulcro del piado­
so fundador, fray Alonso de Burgos, obra de arte que
podia competir con las más selectas cn su género, pero
todas ellas, sin excluir el sepulcro, desaparecieron en
la «‘poca fatal de la guerra de la Independencia, unas
destruidas por los soldados del primer Bonapartc, otras
por los buenos ingleses «pie nos auxiliaban con sus ar­
mas y á la voz amontonaban escombros donde antes
resplandecían obras primorosas.
El edificio mismo amenaza lmy inminente ruina, y
tal vez no esté lejano el «lia «Iti su «Instrucción total.
Pero, ¿qué triste sino presido, en la España de nues­
tros «lias, á la mayor parte de los monumentos artísti­
cos, ver«laderos archivos de glorias y de grandezas de
la patria?
fi‘a de Han Antonio, aba«l, se solem-
8*Rgular a ma^01 l’ai-tc
fi's pueblos de una manera
qUi ai ‘ fiücos 80,1 los «¡ue no poseen una iglesia, siermita ^
ó un uuii^uu
ante.¡guo mini
htunilladei
CQTifcna Una
i Pequeña
A
‘ grados al santo solitario «le la Tebaida, y e-
NUEVO D E P Ó S I T O D E AGUAS D * ”
Coum ha dicho y;
i nuevo depot
•la­
55
A M E R IC A N A .
LOZOYA ( M A D R I D ) .
niero , la constnic«1 Lozoya responde
á «los consiileracioncs de primer «\rdcn: á mejorar la
calidad «le las aguas y á obtener mayor seguridad cn
el servicio.
Por lo tanto, la construcción de «lidio «lepósito es
una obra de suma importancia para los habitantes «le
esta e«‘irte, y creemos «¡ue nuestros suscrito res recibirán
e >u gusto el esmerado grabado «leí Hr. Rico que ofrece­
mos cn la pág. 11, hecho sobro una exacta fotografía
i*jceutada por el eonoeiilo artista Hr. Lauront.
El nuevo dcpi'isitoso construye actualmente enfrente
«leí primitivo, y la forma «lo su planta es la de un rec­
tángulo, cuyo lado mayor mulé 207 metros y medio, y
el menor 137 , resultando «¡ue el agua ocupará, dentro
«le este vasto rectángulo, una extensión de tres hectá­
reas próximamente.
Hobrc los cuatro lados de la planta solevantarán grue­
sos muros «1c ladrillo para contener las aguas, y se re­
cubrirá todo el suelo con una espesa capa de hormigón
hidráulico, á fin do impedirlas filtraciones y los escapes
de agua, y para construir una cubierta de tres hectá­
reas de extensión, impenetrable á la luz y al calor,
puesto «que cn los países cálidos no puede exponerse
impunemente al aire libre un tan vasto depósito «le
aguas potables, se ha ailoptailo el sistema de trazar dos
series «le líneas, á la distancia invariable «le cinco me­
tros, y paralelas álos lados «leí rectángulo, levantando
un sólido pilar de piedra berroiptcña en cada uno de los
puntos «le intersección de dichas series, y luégo se vol­
tearán sobre estos pilares, de igual altura, arcos de
medio punto, tío ladrillo, que sostendrán-el piso supe­
rior del depi'isito.
Para la entrada del agua y alimentación «leí ile]««‘>sit o , está proyectailo un acueducto que arranca «leí canal
«lo conducción, y para la salida se construirán dos gran­
des cañerías «pie habrán de enlazar, en un punto dado
de la carretera de Francia, con las otras dos «pie salen
del antiguo «lepósito.
Por último, la altura del agua, dentro <lcl depósito,
llegará á (>" 07 metros, y no conteuilrá este nuevo y colo­
sal vaso menos de 180.000 metros cúbicos del precioso
1¡quiilo.
El grabado que aparece cn la página citada repre­
sentad estado actual «le las obras que so ejecutan ¡tara
construir el ancho depósito «¡ue hemos descrito breve­
mente en las líneas anti-riorcs.
DOS T R O F E O S GLORI OS OS .
Cidóbrase en este mes el aniversario 381."«lela con­
quista de Granada por los Reyes Católicos Doña Isa­
bel y D. Fernando, y justo es que L a I lustración E s­
pañola y A mericana consagre un recuerdo á aquel
glorioso acontecimiento.
En la mañana del 2 «le Enero do 1492, el rey AbuAbilil-lád Mohammed X I , llamado vulgarmente Jioubd il el chico, acompañado de cincuenta caballeros moros,
salió del palacio do la Alliamhra y se dirigió al lugar
donde el rey D. Fernando se hallaba, cn las riberas
del Gcnil.
Llevaba consigo las llaves de aquel grandioso alcá­
zar, y so las entregó al conquistador díciéndolc:
— ¡Tuyas son, olí rey! Alláh así lo lia decretado.
Algunas horas ántes de esta conmovedora escena,
que significaba la caída de un imperio y el renacimien­
to «le la unidad nacional española, la reina Isabel liabia
enviado á Granada al gran cardenal D. Pedro González
de Mendoza, al frente de un grueso destacamento do
aquellos valerosos soldados que hablan encanecido en
las guerras moriscas, para que tomase posesión de la
Alliambra.
En breve aparecieron sobre las pardas almenas de la
Alliambra, resplandeciendo á los rayos de un sol purí­
simo , la gran cruz «le ¡iluta que los Royes Católicos lle­
vaban consigo cn todas las lides contra los moros grana­
dinos, el pendón de guerra del cardenal Alendoza y las
banderas de Castilla , de Aragón y de Santiago.
Entonces, al ver aquellos trofeos de tantas victorias
cn las torres del palacio de Alliamar, los cruzados es­
pañoles debieron postrarse de rodillas, adorar al Dios
Tí.0 III
LA IL U S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A
L A IL U S T R A C I O N ES P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A
N.° III
de los ejércitos , y exclamar como los otros cruzados á
la vista de Jcrusnlcm :
((Kcco nj)jt'tr¡r /iccustt7cín si vctle%
/¿eco ahditar (¡tn/sairm si scon/e...»
Y entonces también todos los guerreros prormnpiaii
on vítores á los Hoyos Católicos, y « los miraban como
osen más ijuc hombres, y como dados del ciclo para
ilml de Kspnña.»
j»ii n sencillamente y con pocas palabras cucnia
aquella grandiosa escena un antiguo romance marisc :
Ü/
«Xo se ven por altas torres
Va las lunas levantar,
-Mas las anuas lie ('asiilla
1 Aragón ven campear:
Kntra un rey ledo «a (¡ranada
Y el otro llorando va...»
Con la rendición de (¡ranada concluyó el impeno do
f
i3ffiSÍBHlBÜ'tÍlDE¿¡S'5
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Nuevo vapor de salón suspendido, sistema Bessemer, para evitar el marco de los pasajeros.
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É
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I
'° 8 árabes en 1a península española, después de una ex is­
teneia de 741 anos desde
la fatal jornada del Cunda
lete.
trm.°S 'l°S trofeo^ flue
BARCELONA.—Interior cle.la pri-.era Exposición
—r f t i
íla.
1
copiamos en la página 15 rela a*”
^ent*011 de guerra del cardenal Mendoza y
“‘ espadadorinfortunado
Boabdil , íiltirno rey moro de
JEm.waBÍ&tli
/JW tM S MmK
M Awmamta
W /fflgivr.m n,
//Á&¡iBEjBfflCt
AZmafanmmn
cSmKírU*ar.i rumm
WHC'taEáQ'aifis
■BrjifamiáSHíifa
15 a atrase raraei
iBisiiQiESEa.aHia
(¡rallad: t: el primero lia estai l o , :hasta liad ■pOcos anos. |ciudad; el segundo, la espada del rey Boabdil, vincu­
en el hospita
1 de Sarda CIruz de Toledo, l'undado ni ir lada en la casa de los marqueses de Villaseca, en me­
i
r ¡ misiirii car denal L>. Peí:1ro ( ¡OIizalez ile Mendoza, y moria de la activa parte que tomaron en ¡as guerras de
se couse rva idiora, die la i:nanera.11ue señalai mu •stro di- Granada los antecesores de dichos magnates, se guarda
Lujo, sobre 1a precio;-a reja .¡ue cierra la capilla nía- con religioso cuidado en el archivo de la citada casa.
yor del <:onv*(■uto de San Pe. 1ro Mártir, <•11 1:i citada
58
L\
t'l11M l:N K A TA LLA DA . D E L Siili,«»
IL U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A V A M E R IC A N A .
XV.
La ciudad de Leon, antigua córte de b>s Alfonsos y
Ordeños, encierra dentro de -us muros suntuosos mo­
numentos aitisi icos é históricos, desile su magnífica
basílica. eii)o triste estado actual deploran los amantes
ile las arles y de las glorias de España, hasta el gran­
diosi! convento de San Marcos, dechado de los edil icios
«leí género plateresco.
V aun se encuentran en ella no pocos objetos perte­
necientes ¡i la (■poca de los romanos, como restos de
aras, fragmentos do tejas y ladrillos y otros.
En la página ■!."> hay laminen otro pequeño grabado
•pie representa un detalle precioso, esmeradamente I rahajado, de una chimenea tallada, que so halló hace poro
t iempo en el convento de la Concepción de dicha ciudad.
Pertenece al siglo xv, no está acubada y se ignora el
no tul!»re de su autor.
Consérvase ron es moro en el Museo provincial, al
lado de otros curiosimos objetos encontrados igualuieu•
N.° III
senta. en perspectiva , uno de los buques-salones que dieími de una huso geodésica llevada á cabo iiltimanion-i
acabamos ile describir, construido para la travesía del te por cs(a ( 'omisión.
Canal de la Mancha, y los cual ro grabados que figuran
El campamento |W establecido en los terrenos que
en esta página son exactas reproducciones de la planta los marinos llaman /os /,/oaos //, .1 I iii<t í <i , \ que no son
baja y secciones trasversales del mismo buque.
otra cosa que los arrastres de las vertientes de la rica
Este, en toda su longitud, mide bf)0 pies ingleses, sierra de * i ador, y eji él se colocaron dos tiendas para
-ló de auelio y tlf» de altura, desde el piso inferior bas­ los oficiales y algunas pequeñas para las demas gentes,
ta la cubierta, y está movido por cuatro grandes má­ auxiliares.
quinas de vapor, fuerza colectiva de l.tVUU caballos,
En la medición se emplearon tros reglas, puestas las
que lo permiten una velocidad de 2l* millas por hora.
unas á continuación de las otras; estas regias, de co­
El salón suspendido mide 7‘» piés de largo. :¡."i de bre, cada una de las cuales tiene cuatro metros pró.xiancho y -j(j de altura, teniendo ademas otros .los salo­ mámente de longitud, lian sido construidas en los ta­
nes más pequeños, ó cámaras (m itin s), de f»tí piés de lleres de M. I'.ruiuicr, de l'a r is .y están incrustadas o*
largo, y diferentes departamentos, como ¡•¡¿liittrnnt, otra regla do pino, que convenientemente ligada con
café, salones especiales para fumar, tocadores, gabi­ otras dos, garmiliza su perfecta disposición longitudi­
netes reservados , etc.
nal. Sus cabezas, cortadas por mitad longitudinal cí
|,os experimentos verificados últimamente en pre­ una extensión de algunos ceutimeti'os, permiten ajus­
sencia de una respetable comisión nombrada por el al­ tar una emi otra eou gran exactitud por medio le un
mirantazgo ingles, han dado el resultado más satisfac­ microscopio y las iniciales correspondientes trazadas en
torio: el salón suspendido de estos buques permanece platino. Cada una de ellas lleva cuatro t.-rmómel ros para
S U E V O VAl’On l)F. SALON S l> T K S n iI> 0 , S ISTEM A r.ESSF.MEIt.
r í a n l a baja.
te en la antigua y nobilísima capital del reino de
Leon.
NI EVO B U Q U E D E
S A I.o N
S lT sl’ KNDIDO,
determinar ¡í cada momento la temperatura del cobre
en que van incrustados, y por medio de los cuales, y tl«l
un gran número de observaciones hechas previ irnienti!
en .-I comparador ilei, artista constructor ya citado, se!
obtiene con gran exactitud su dilatación. Un nive I perfeetamente graduad" da '•! medio do apreciar su iitelinación, i» destruirla si se quiere trabajar horizontalmontc, por medio de los tornillos hábilmente dispuestos i®
piés especiales. Filialmente, un pequeño anteojo que se
monta en cada una de ellas ajusta las en til aciones df
modo que la regla vaya siempre dirigida en la lineaqw
une los puntos extremos de la base que se mide.
La base que so ha medido comprende una extensión
S IS T E M A
BESH K M EII.
Se lia baldado mucho últimamente de una útil inven­
ción de Mr. II. nessenier, el hábil ingeniero inglés
á quien dehe la industria moderna «'1 mejor procedi­
miento para la fabricación del acero.
Trátase nada menos que de construir los buques de
tal manera, que el gran salón central sea extraño com­
pletamente al movimiento del buque, y se encuentre
Secciones trasversales.
libre «lcl balance y demás efectos de la navegación
marítima— y por ende, libres también los viajeros de
esos penosos sufrimientos que suelo ocasionar el ma­
reo, áim en travesías muy breves.
¡VI. Uessemer emplea, para conseguirlo, un proce
dimiento bien sencillo: consiste en suspender el salón
sobre ciertos muelles, ó puntos de apoyo, que permi­
ten, merced á un sistema perfectamente organizado de
contrapeso, que aquél conserve siempre una posición
vertical , cualesquiera que sean los movimientos del
buque.
Ademas, para neutralizar el efecto que pueda pro­
ducir el peso de los pasajeros, reunidos en mayor nú­
mero en un lado del salón que en otro, y á fin de que
éste no pierda el centro de gravedad, Mr. Uessemer
ha añadido un aparato hidráulico, en virtud del cual
un solo hombre arregla á su capricho las oscilaciones
del sillón, y áim le obliga á quedar en inmovilidad ab­
soluta.
El grabado que publicamos en la página 3 0 , reprc-
siompro en posición vertical, áun cuando el bal anee do
aquéllos sea muy violento, y los pasajeros en el sa­
lón acomodados apenas advierten el movimiento del
l>areo.
Es probable, por lo tanto, «pie osEf} invención de
Mr. Uessemer destruya por completo esos otros pro­
yectos de buques-no/u'o//, límeles submarinos, ferro­
carriles elevados, e le ., que se proponían construir ot ros
ingenieros pura facilitar la travesía del Fanal de la
Mancha.
T UABA. loS
DE
EN
LA COMISION
EL
VA i - ol l
' " \ l'T * A EM I’ AIU'A l>.\
Di: «¡UKIU.
b a s e d i: b o q u e t a s.
Los dibujos que aparecen cu la pág. IS, copias
fotografías que nos ha remitido el delíncanle de la '
misión hidrográfica «leí vapor /’//. -•, representan la i
de 1.1'27 metros; la operación se lia hecho dos veces,._
cada vez que se ha puesto una regla se han luido s"
cuatro termóm Iros y se ha observado el nivel; con
■las estas precauciones ha habido dia en que se lian
dido hasta 1.300 metros. La operación, sin oinbarg1
entre rectificar las reglas, ensayarla medición, ele., etc^^
lia ocupado más de dos meses, y los preparativos ^
elección del terreno, coiistruermn de pilares en stis'_
Iremos y preparación del camino, datan do Seti*'111'
del año próximo pasado.
„
No es ésta la l i u i e a hiuse que lleva ya medida esta ^
misión, cuyos trabajos alcanzan hasta la frontera ^
Portugal cu el Océano. La anterior medida <‘it ':l "L
risma del rio <«uadalquivir dió lugar á una triang".
olí en la «jno se han apoyado los trabajos liidrog “^
is terminados ya, y que comprenden desde el n " *
ana hasta Máiaga. bahiéudose medido y calciilai
uta y cuatro posiciones geográficas coiTesj'onoa .fl.
tros tantos vértices de primero y segundo orden,
uyendo en ellas las de los faros de Ceuta v Cabo
:i
ADOLID,—Cláustro gótico del colegio dominicano de San Gregorio,
?2
I.\ ILU ST R A C IO N ES P A D O L A Y A M E R I C A N A .
Ñu la habría *n«*im•1*» |n»r cierto. 1 na larga falda de
c d a azul que harria los sítelos. un aire algo (caira!,
pero al cubo tratraímente regio; cnsorlijada la pulida
mano ; abanico de nácar; envuelta la cabeza en un Man­
ió v Ira-paivule (ejido, ipie a mi nio pareció Monda,
entro cuyos garbosos pliegues asomaba una eabecila
expresiva y elocuente, cninarañado artiliciosaiueule id
ruido caladlo, nutrido y ondulante el cuello, codeado de
abalorios..........Vqitclla nariz levemente arremangada;
aquellos ojos azules ipie I>r¡ 11¡iI>au entre tiernos \ epi­
gramáticos, debian ipiizá haberme recordado á la fos­
forera. Mas, a! cabo de cinco años, bajo un aspecto tan
distinto, ¿quién recuerda.’ .....
I’ieu se me ocurría á mí uno yo balda visto, si no á
aipudla persona misma, otra semejante, -iu poder lijar
cuándo ni dónde, y sin duda por esto insistí cu mirar­
la. basta (pie yo no sé ipié ademan, y quizá la casuali­
dad del sitio, y acaso también el babor nido decir á
unas mujeres paradas ñ mi lado; ¡es la P etra! me lu­
cieron caer en la cuenta.
¡ Ab ! Va sin duda no pasaba á la intemperie las
frías madrugadas di' Enero; ya no mirará estática ñ
los que se desayunan al aire libre; tiene abrigo, tiene
galas, arrastra soda, sonríe complaciente.....
Pero mucho sonrio. No sucede nada á >u alrededor,
y sin embargo.....
V a , vuelvo, recorre un breve trecho.....
Debía yo haber adivinado algo desde el primer ins­
tante.
E s imposible que esas joyas sean suyas, ni siquiera
sea suva esa complacencia de que da muestras.
¿ En qué charco do la Puerta del Sol se cria el micar ! i I >e dónde se deduce que la venta de cajas de fós­
foros al pormenor dé para sedas y blondas, siquiera
sean imitadas?
He oido decir que á expensas del decoro.....
Pero ella, que cinco años atras andaba dando tum­
bos, medio desnuda por la calle; ella que profería ex­
presiones cuartelarias, ¿qué decoro tenía que sacri­
ficar?
Cuando no esté en la calle, cuando no tenga que son­
reír, ¿qué expresión tomará su lisonmnia?
¿Cuando sueñe será para regocijarse con su estado
actual ó para cebar do méims la edad de -u inocencia
¡ Se acordará de alguna remota edad en que fuese ino­
cente ?
¿A esta variación en su aspecto corresponderá tam­
bién alguna variación cu su interior :’
Asi decía yo en mis adentros, y sin notarlo iba s i­
guiendo los pasos de P etra, que dejando la Puerta del
S o l, entró en la calle del Carmen, y apenas Imbo pues­
to los j'iés en ella dejó el aire señoril que basta en­
tóneos se bebía dado, á la manera de la actriz que se
ve entre bastidores, me miró y se puso á cantar cutre
dientes.
Todavía noté en su voz iníloxiones do aquella voz que
yo balda oido al vería por vez primera. No sé si lué
prevención m ía; me pareció un poco más áspera.
Cuando conocí que balda andado siguiendo los pasos
de aquella mujer, movido de una fuerza que, bien con­
siderado, no era curiosidad, me reí de mi propio y me
volví afras preguntándome cómo me liabia dejado lle­
var de un recuerdo tan frívolo.
Al poco rato vi que ella liabia hecho lo mismo. La
casualidad hizo que dos ó tres horas más tarde la viese
entrar sola en un café donde me encontraba; sola tomó
chocolate, sola volvió á salir.....
Aquella noche todo se me volvía pensar: hé aquí
que si yo le refiriese ú esta mujer todo lo que observé
do ella en la fría madrugada de que baldé al comienzo,
me preguntaría con razón: ¿y á qué cuento viene esto?
Porque, á la verdad, ella no tiene para qué acordarse
de un dia enteramente igual á muchos dias de su vida;
de un din en que no le sucedió nada de particular.
¡V sin embargo, yo me acuerdo! Me la represento con
tal exactitud como si ahora mismo la estuviera viendo.
Es verdad «pie yo :i lo menos la vi aquel día y ella en­
tonces no debía de verse sino alguna que otra vez en
los cristales de las tiendas. Ni idea tendrá de aquella
expresión cunihiantc de Bli lisoiumifa que á mí me llamó
tanto la atención.
Ya á deshora de la noche, al retirarme, la vi salirdc
otro café de la misma Puerta del Sol.
Iba con otras mujeres, llenas de galas como ella,
que levantaban la voz y se sacudían culi estrépito la
falda del vestido en el arroyo, impedían el paso y res­
pondían despropósitos á los que se quejaban de su com­
portamiento.
Un caballero anciano que caminaba al par de mí re­
funfuñó, al oirías, una porción de cosos sobre la falta
de respeto á la sociedad.....
Estuve tentado de desengañarle en cuanto á Petra,
para hacerlo comprender (pié género de relaciones ha­
bían mediado entre la sociedad y P etra; pero entré en
rellexion y dije para mí : alto: ¿por quién me va á to­
mar ese caballero? Los que salen á la defensa de cier­
tas personas tienen un apodo muy expresivo y mal so­
nante, y tal vez alcaucí' también á los que traten de
explicar, sin ilclcnlcrla, su conducta.
Asi pensando me callé; pero como aquel hombre me
parecía bondadoso por su exterior, tnc costó, lo contie­
no, me cosió algún trabajo el no decirle siquiera
Pues mire V., lo que es la de la falda azul tiene cierta
disculpa.
Por supuesto que después me alegré de no habérselo
dicho. ¿Quién me mandaba á mi meterme cu libros de
caballerías?
Cierto (pie si yo lo hubiese hecho una pintura del dia
en que conocí á la muchacha; de su miseria, do su
abandono; una pintura de lo que es la niñez arrojada á
la calle.....
Pero, ¡para pinturas estábamos! Hacia un frió de
mil diablos y eran las dos de la mañana.
IN." III
E L DUQUE DE M E D I N A C E L I .
(Sel ¡i'iiiinv i s ] i ' . u r i M isyit.)
« Entre los que andaban en lenguas ó» como preten­
dientes ó eolito designados por la opinión para este
puesto 1el de primer iniin-l ro de Carlos I I ), la voz pi¡
blica señalaba como los más dignos y que reunían más
aptitud y más probabilidades de ser llamados á é l. al
lh ii/ 11. d, M aliñar, ti v a l condestable de Castilla. El
primero tenia en -ti favor id cariño del Hoy, el segundo
contaba cmi el apoyo de la Reina Madre. He ilustre
cuna los dos. hombres ambos de talento y de experien­
cia , el de Medinnccli tenia más partido cu el pueblo y
entre los grandes por la dulzura y suavidad do su trato.»
Asi comienza un ilustre historiador contemporáneo
la relación de aquella desventurada época del reinado
de Carlos 11, y en bienal, si alguna ligura merece al
citado escritor la benevolencia que los historiadores
III.
pueden dispensar sin incurrir en nota de parciales, es
la del Duque, igualmente amada de los grandes y do
¡ Pobre P e t r a !
Es decir.... Las desgracias buscadas no son de com­ los pequeños.
Hereditaria lia sido la bondad en los Duques de Mepadecer: lo be oido decir constantemente á personas
dinaeoli; por mis virtudes como por h» esclarecido de su
sensatas.
cuna fueron celebrados, y la hi-toria, siempre impar­
III
desarreglo en la conducta es siempre reprensible,
| y en la edad del discernimiento dehemo•hacer esfuer­ cial. lia hecho constar en todos tiempos las relevantes
zos para dominar ciertas malas inclinaciones, ú lili de prendas que adornaban á los poseedores del célebre du­
cado.
que no degeneren en vicios: ¿no es verdad?
Célebre, si. como ninguno; pues á los apellidos que
¡ l >h ! si todos los chiquillos que vagan por las calles
el
Duque de Mediuaceli, que acaba de morir, llevaba,
de Madrid se hicieran cargo do dos ó tres sencillísimos
van
unidos en la historia nacional hechos memorables,
principios fundamentales déla moral más pura, ¡cuán­
sucesos
magnos, acontecimientos de imperecedera me­
tos disgustos no se aliorrariaii 1
moria.
Pero buenos son ellos. No piensan más que en hol­
Sin o i,n d ,r á n adie. cono dice el vulgo (que en Es­
garse, no atienden al decoro do su porte; correr, jugar,
paña
es siempre cortés y respetuoso), sin o fe n d e r á ña­
brincar..... Ellos se lo pagan.
d
í,,
pudiéramos
aventurar que la casa de Mediuaceli es
Volviendo á la pobre Petra.....
la
más
ilustre
deesta
nación, tan sobrada de ellas. El
Es decir, pobre, porque la vida á (pie se dió no po­
apellido
L
a
C
irila
,
cuarto
ó quinto de los actuales Du­
día tener otro lin.
ques
do
Mediuaceli,
recuerda
á los celebérrimos infantes,
Va no la liabia visto en sois ó siete años, v sea dide
cuya
línea
primogénita
descienden.
1 illa m u ra, l'ercho sin pretensiones de poner en buen concepto mi ho­
nandiz
d,
C
órd
oba,
C
on
cille
l.,on
,
J
l,
nandeS,
La C a­
nestidad , no liabia vuelto á acordarme do ella. ¡ Se pa­
d
a
.....
¿quién
pudiera
sin
gran
trabajo
y
estudio
especial
recía á tantas otras mujeres, que no tenia derecho ni
de
tan
frondoso
árbol
genealógico
citar
de
memoria
los
privilegio alguno á ocupar mi memoria!
apellidos
que
abarca
casa
tan
principal,
á
laque
no
pa­
Pero, ¡cómo me liabia de ligurar yo que liabia de
rece sino que lian allnido de siglo en siglo los más ilus­
verla en unos momentos!.....
tres
titules y nombres gloriosos que comprende la in­
Ilabiamos pasado la noche en un baile de máscaras.
terminable
lista de guerreros y personajes famosos «pie
Sahumos todos pálidos, indigestados, ojerosos, soño­
lian
tomado
parte en el drama heroico de la patria?
lientos, creyendo cada cual que quien se liabia diverti­
La
humildad
con que la Iglesia católica recibe en sil
do de véras era el compañero.
seno
á
los
ipic
llaman
á sus puertas pidiendo «d agua
Con el embozo basta las cejas y recibiendo la des­
regeneradora
del
bautismo
pudiera escudarnos para
agradable impresión del aire déla calle, nos bahiamos
hacer
constar,
sin
parecer
enemigos
de las distinciones,
despedido, y casi corriendo íbamos á buscar el basta en­
que
el
Duque
de
Mediuaceli,
fallecido
cu I'aris el (i de
tonces desdeñado calor del lecho.
Enero
del
corriente
año,
se
llama
lisa
y llanamente
Casi á la entrada de la calle de Jacomctrezo un
Luis
Tomas
en
los
libros
parroquiales
de
la villa do
grupo me impidió d paso. No podiendo proseguir mi
(«aiiciii
(provincia
de
•laen),
donde
nació
á
ser Duque
camino, me resigné á enterarme de lo (pie excitaba la
y
grande
de
España
siete
veces,
el
dia
18
de
Setiem­
curiosidad de aquella gent e, me introduje en el grupo.....
bre
de
1818.
Siete
ducados,
quilico
marquesados
, cator­
No lie visto cosa más horrible.
ce
condados,
tres
vizcondados,
el
collar
del
Toison
do
Petra en el suelo; Petra envuelta engasas, revueltos
tir
o
,
la
gran
cruz
de
Carlos
111,
varios
palacios,
in­
los volantes do su corta falda de bolera; crispadas las
manos donde brillaban las sortijas, tendida la cabe­ numerables tierras, honores sin cuento, parentela ilusllera, tirados á su lado la careta y el pañuelo; pálida, tiisima, servidumbre regia, todo esto lia perdido con
la villa el hombre á quien hoy dedicamos el más grato
desencajada, como muerta.....
Yo no sé si vi primero su rostro, su traje, el conjun­ r» cuerdo, y con cuya buena amistad nos liemos honra­
do durante algunos años.
to de aquel desurden, ó qué filé.
Indudable, imperecedero, es el brillo con que tan no­
La conocí en seguida, y lo (pío no sé explicarme e.s
ble
casa resplandece; pero asi como la muerte con 6U
que se me ílguró que más se parecía entóneos il la niña
impenetrable
misterio lia.sorprendido solo, en tierra ex­
haraposa, que a la mujer bien ataviada que yo más re­
tranjera, si11 dar tiempo ni á la familia ni á los mil deu­
cientemente liabia visto.
dos liara acudir en auxilio de aquel que ante el más li­
Escuché, y oí a unas mujeres que decían :
gero síntoma de enfermedad leve se vi ó siempre rodea­
— Va hace tiempo que se lia dado á eso.
do de propios y extraños, porque ante la muerte no
— Vive aquí á la vuelta. A ver si vienen por ella.
— Como ha estado de baile, sabe Dios..... ¡ S¡ ! lo hay jerarquías ni consideraciones humanas, y un soplo
«pie es el aguardiente es m alo para ella, y por más que de su misteriosa voluntad abate y hunde la más ilustro
cuna, del mismo modo, repetimos, la amistad no ha do
se lo tienen dicho..... ¡ Quiá!
lijarse en la abundancia de los apellidos ni en la exhnI'uede que en la botica.....
bcrancia de los linajes para estimar debidamente á
— J Anda , anda , á estas horas !.....
quien tan alto rayo en vida. Otras admiraciones pide h*
Pues, hija, á estepas«......E l domingo pasado ya lo
amistad verdadera y otros elogios búscala sincera ad­
Sucedió» lo mismo.
— ¡Toma ! El domingo dice; y antrantrai/er también, miración , cm-miga de la lisonja.
) aquí se nos ocurre una comparación que pudiera
en la calle de los Leones.....
No (plise, no pude oir más. Atravesé el grupo y me ser oportuna.
I'oiideran muchos la inmortal fábrica del Escorial,
fui con más frió y peor humor á mi casa.
lijando
en la memoria Indo .■1(1111-110 que repugna á D
Empezaba á nevar.
natural
grandeza del arte; los espíritus vulgares admi­
Al salir á la Puerta del Sol vi junto á la mesa de la
ran
ante
todo la cantidad, que es allí lo deniénos á pe"
buñolera á una chiquilla de nueve si diez años, Haca, ha­
sur
de
la
inmensidad
•■ "lo Monasterio. Viajeros
rapienta, mirando embelesada á los que se desayunaban.
bay
que
acuden
desdi
■odiar la obra del gr»n
Apartóla vista y apreté el paso y mu sobrecogió una
Felipe,
admirados
di
'cripciones vulgares
especie de superstición, temeroso de que alguno se di­
del
edificio
«pie
corroí
m
1
lo impresas, y cu la«
rigiese á la chiquitína y la llamase Petra.
que
se
hace
constar
]
te que en los ciiatr®
I 'or supuesto que era un disparate imaginarlo; poro.....
lienzos de pared de
-'ó
del monasterio M
nada niénos «pie mil m
utanas; dato curio®®
R o b e is t o R o b e b t .
g3»i»lrfgs .
1 vulgo que 110 !■
la 1 vez aprendido, aun-
N.° ur
LA I L U S T K VCION K S ! » A \ O L \ ^ A M E H I GANA.
,iII»* 11o llamen su atención la *•<hum*jw¡ i>h il>*1 plano, los enfermo erémieo; y entre esos especiad"tres se bailaban
liv-.-ns de Jordán, la 1 Vi‘-1a ¡ iü-i »iii |>:ir:i I•!<'. la ¡ 111ti i•i<•11 los Din pies ib- Medinaceli, eoiisiriuutl i iuio« e» !.i a nlista l di I aet o- eminente. y el autor de estas líneas, (pu*
maravillosa •1**1 génio •!»• Herrera.....
Y algo de esto pudiera :ii»l¡«‘¡ir-=i> á la a Imiraehm que i’iitémec- ei-iin-ii; aba su carrera de autor dramático. Por
causan i'li las imidieduiiihr.-s (¡n;ii>|iir \a n u la» grau- lili, un dia mHiiici.-roii los carteles que .lidian líoni-n.
(!<• millo 0» otros t ¡1-ni J >1»s ) la lili il t i t u■I de los a pal litios, restablecido de s» enfennedad, iba á !i:n*i-r /*.’/ hondire d<
la riqueza <l<* los títulos y la aglomeración de los lioiio- mundo. Llenóse la sala, rayo a mas altura que nunca
i'i-s en tina sola persona. Sea óstn por sus \¡rinde« .le tal el uno-'iro. La primera corona que cayó á sus pies liecalidad que su solo nombre infiltre consuelo en los pu­ valia el nombre de bis Pilques. Fu la puerta del esce­
liros y tíralo recuerdo un los corazones afligidos: y sit- nario eiiemilramos al Duque rebosando satisfaecion.cederá como ahora. que al desaparecer del luuinlo de Vanios. nos dijo. ; lia visto \’. esto en París alguna
los vivos 11uii'ii tanto so hizo amar ni la liorra. no ha- vez? ¡biné lia de ver V.! ¡ Uoiuo esto no hay nada!
Ilmvdó de su virtuosa madre la caridad que coiistilirá ni antro los altos ni antro los bajos 11ui.-n no protiiin el fondo de sn carácter; diaria y periódicamente
iiiiiioio á la voz l'rasos <lo posar y «lo ju«la alabanza.
l'u natural souoillo, una ¡il'aliilitlail invarial•!«•, im hacia los beneficios, investigando dónde gemía la ver­
corazón lioiiilailosjsiino , una sencillez encantadora. una dadera miseria. ( 'onociemlo esta In-rmosa enalidad suya
conversar»*» amona; tal ora vi difunto 1Hi>|ni» «U* Me- le liemos herbó alguna wz recuerdos ipie siempre lian
dimic-.-li. :t 11iiion lio liavo todavía un mvs saludábamos «¡•lo productivos, ¡leru m im a, al contarle lastimas aje­
ou v| Ival ro tío la t >pvra, sentado al lado niicst ro vn una | nas no- lia dicho si pensaba ó m> remediarlas. Harto
butaca y baldándonos dv su próximo viaje ¡i París volt sabiamos »»¡-otros que las remediarla.
V lo sabiamos, porque lu casualidad tíos reveló el
vi objeto do abrazar á su hija querida.
Una conversación con ol l)uquo era siempre una sa­ secreto de la caridad del Duque. Caridad verdadera,
tisfacción |uiva quien vivía de las letras; porque é l, que si* ejerce y no se pregona.
Una noche, tomando el té en casa de los Duques de
tan uníanle de la literatura y de las artes como cual­
quiera de nosotros. tenia ol letón sentido de comparar 1lijar, leimos en !-a IJm .-a uu suelto en el que. con su
buen deseo de costumbre. anunciaba la redacción que
mi vida de tíratele con nuestra modesta vida de escri­
tores, y siempre terminaba por hacerse el envidioso, una infeliz mujer «-•*n cinco hijos muría de hambre en
(tensiones hniio en que nos quiso probar, con aquella un cuarto 1. interior de cierta rasa en la plaza de la
dulzura d<* expresión tan característica en él, qno un ar­ Cebada. Uotuuincamos al Duque la noticia condolién­
tista llevaba tiran ventaja á un duque: y estas aliruia- donos de la triste situación de aquella infeliz, y el Du­
eiones atrevidas, que en otro hubieran parecido una luir­ que se contenté* con respondernos: i Pobre mujer!
A la mañana siguiente, íbamos á ver el ensayo de un
la sangrienta, en él eran siempre un elogio disOrctatiH-n1o disimulado y una galantería desprovista del carácter drama de Luis Hivcra que preparabala empresa del
teatro do Novedades, y apenas entramos en la plaza
de obligada.
de
la Cebada vimos al Duque que iba muy de prisa
Cierto dia,— era en París, y hace fres é. cuatro años,
como
¡i veinte pasos delante do nosotros. \ por cierto
—en.ci.tntramos al Puqufi de Mediuaceli ;i la puerta del
que
el
zopenco del portero que habia entóneos en el
firnnil- Ih>t< l y nos detuvimos á saludarle. Un amigo
teatro
nos
saludó cotí estas palabras acompañadas de
francés que con nosotros iba, se apartó un poco ¡i es­
un
insolente
guiño:— ¿ Dónde irá el Duque'de Medina­
perar que el saludo y dialogo terminaran. Mientras ba­
celi
por
aquí
tan temprano? Asi es el mundo.
ldábanlos con el Duque, seiba acercando poco ¡i poco
Mnefios
jo
iv.¿Hados
llorarán su muerte, dicen unos
á liste un pobre diablo, que con el sombrero en la ma­
apuntos
biográficos
que
liemos pedido y que tenemos ¡i la
no esperaba poder dirigir algunas palabras -á une-tro
vista.
En
efecto;
muchos
de aquellos pobres de levita
ilustre amigo español. El francos que ¡i nosotros nos
á
quienes
tenia
pensionados,
muchos de sus colonos á
aguardaba, 1« preguntó al otro si sahiaquién era aquel
quienes
mi
tantas
ocasiones
lia
perdonado el pago de
caballero con cuya conversación estábamos entretenidos.
la
reíd«,
sabiendo
eotif
ral
lempos
con que lucha han,
Acaso el lector espera una respuesta altisonante.
Acaso cree que id preguntado contesté) con la acostum­ llorarán sin consuelo la peni ida del que no sabía ser
brada ponderación de los franceses: —» Ese caballero es amigo sin ser protector, ni ejercer autoridad sin herma­
el Pilque de Mediiincoii y de Santistliba» y do Alcalá y na ría con paternal cariño.
Fl dia en que sus restos sean conducidos á la córte
de ( ’,nrdnllil...»
No; aquel pobre hombro que debía conocer bien al para que descansen en el panteón donde yacen sus padres
Duque, respondió con acento de. admiración:— «¡K.*uii en la .sacramental de San Sebastian, numeroso séquito
ruhal/rro rs/iiiñtil i/nr. fiare muflías limosnas.’ n— ¿Pues de amigos, «le parientes, i(«• protegidos v de pobre-, á
liay titulo más glorioso que éste.' ¿Y hay gloria ma­ quienes la gratitud llevará en pos del venerando cadá­
yor para su memoria que la do ser conocido lo misino ver, demostrarán que minea >on exagerados los elogios
«Mi Francia que en España por su inextinguible caridad que se prodigan á quien lia consagrado una vida hon­
rada al consuelo de la aflicción de sus semejantes.
y su amor ú los pobres?
La caridad y las artes lian sido el alan constante de
Fcsumo L i .a sc o .
su vida. Como Duque de Alcalá descendía de aquel
célebre D. Per Afán de Iíivera, de quien cuentan que
M ad rid , l i de K itera de 1873.
recibió tal nombre de A jan por los muchos que tuvo
l'i'loniido contra los ¡»lióles. Mejor cuadrara á su des­
cendiente nombre tan significativo, si habia de justifi­
EL EMPERADOR. N A PO LEO N III.
carlos» constante alan de pelear contra la miseria de
sus protegidos.
I.
Nunca lité vanidoso. Cristiano sincero .sin aparato­
sa devoción, ni empeño de ser visto ú todas horas en
¡Tristo destino, funesto Invio el de ios monarcas de
donde se reza, como es frecuente en conocidos pevsona- la lamilia Donaparte, quii bau cefiido à sus s ¡en.es cs.1'■*, cumplía sus deberes de, católico con escrupulosa pleiidentes corona«, que bau Ilegni In al nuis alto puntò
exactitud y en satisfacción de la propia conciencia. De­ de poder y ile grandeza, y que despues bau muerto descíale una vez un conocido nuestro discutiendo ú la vez terrados , presento« del suolo donde nac.ierou , eu tierra
do política y de religión en conversación privada:
extranjera y lejana !
^ o , lo digo muy alto, nunca voy á misa. V el Duque
¿(¿né singiilar fatalidad pesa sobre su noble estirpo?
con aquella sonrisa de benevolencia:— Vi» voy todos ¿Quéeoiit rariaiullin-iieialesliaee perder en un dia lo quu
los dias, y no lo digo.
aleaiizaron à fu orza de tieinpo y de solieitml?
La pintura y el arto 'dramática eran sn mayor encanto
Fxeliiyendo ù Napoleoii 11 , vietima de ajenos orroy «us aficiones más declaradas. Acostumbrado ¡i viajar res, bis olros dos bau suemnlndo u impulso de Ios supor (>| extranjero, no transigí» sin embargo eon los que yns propios.
preténdiun que en París se eseribiati mejores comedias
Ambo« bau expiado, amo pie eli modida diferente, la
'l'>e en 1'Apaña. Un empeño decidido en eiieontrnr en felli il impiietml de su esjifrit.it, qui' Ics arrast raba à bis
b'das |¡is emiiedias francesas algo de imitación de las enqiresas mas peligrosas; ambo« bau caldo ante la enu­
nuest ras baria resaltar loque él llamaba su /ntlriiilisnto ncimi ó ani-- la ¡iidilcrciiehi de las ili-mas imeimies, que
literario.
tendali a cada instante verse eiivuoltas en una uiieva y
Mientras vivió nuestro gran Hornea, el Duque de Mc- desaslrosa guerra.
miiae.-li fu,-, ¡llamado constante do su teatro. Fu aquel
La ambieioii perdiéi al printer Napoleon; la ambicioii
¡‘Atrito de Variedades donde didian Ivotiva trabajó en ha penlido taiubieii :i sii sobriim. — FI litio quiso sorci
,,s últimos ¡iños de su carrera abandonado de sus ami- arbitro supremo de los destino* del mimilo; dar y qui|="-s }' desengañado del público que preferia las zarzue- tar tronos; elevar y depom-r reycs; variar a su antojo
ns nuevas á las emiiedias de Moratin magist ralmeiit e la organizaeimi de las socieilades; 1levar ù todas parto«
' ’•preso-iitadas, el primer espectador era el Duque, sus lierliiiras y sus deudos.
""iporadn cémiiea hubo en que fin* el único abonado.
F l otro, llaimimlose eoutinnador do las idea.« napo* 'güila noche de invierno liemos pasado una docena ele b-óiiieas, se propeso alterar el majia de Furopa; destnthuu-s en aquel desamparado teatro, que más pa- Iruir los i-sLailos jicijneno« y sustitulrlos con grandes
••cia cnsaubainlonaila por amigos hartos lie visi< r á uu nacionnlidades; crearsi! ih-o-dc modo poderosa« alian-
ì*>
zas que le sostuviesen y ayudasen en sus codiciosos
planes; mi liu . briscar njioyus sédidos y permam ules
para <u ib-sastrosa \ funesta política.
>¡ Inibies-- realizado el programa de 1’ urdeos, si elec­
tivamente i. el imperio hubiera sido la paz". Napo­
león 111 ocuparía aún el trono, disfrutando del alecto
de «lis subditos, que le eran deudores del finíen y de la
prosperidad: considerado, re-petado, por las potencias
extranjeras, que b* debían también el aniquilamiento
ó la impotencia del espíritu revolucionario y demagó­
gico.
Foro desde la guerra de Italia en LS.V.I,— la primera
y la niá - terrible de sús fallas,— comenzóá formarse en
aquéllas una atmósfera "le dcscotilianza, que pronto se
convirtbi en sorda y secreta hostilidad.
¿No podia te iie rs-, no debía esperarse, qm- emno
habia sacrificado a y r al Austria para anexionarse Saboya y Niza, sarrilimiso. por cji-inj«lo, mañana la llé-lgica
para i-xlender, para mi-am-luir sus dominios'? ¡ No era
lícito recelar, ya qm- rap/n tit rirnt en manyen ni, que, cie­
ga de orgullo por sus victorias , la Francia pretendiese
arrancará cada nación un pedazo de su territorio?
Desile entóneos los gobiernos y los reyes cambiaron
rompidamente sus disposiciones favorables respecto
de Napoleón I I I . — Sin desconocer ni olvidar el gran ser­
vicio que en dias no remotos habia prestado á la causa
del Arden, d ¡járonse unos á otros que eran todavía uta y,.re- lo« peligros á que continuamente los exponía con
su espíritu invasor y con sus tendencias absorbentes;
no se unieron como en l.Sló contra el poder del coloso
del siglo, pero acordaron tácitamente dejarle solo y no
acompañarle en su« temerarias aventuras.
¡Ié allí por qué se encontró aislado al declararla
guerra á Frusta ; bé- ah i por qué tornó en vano los ojos
á la ingrata y egoísta Italia, que le debía su poder y su
fuerza; lié ahí por qué en balde invocó á la desgraciada
y generosa Austria, á la cual habia despojado de vas­
tas provincias, de inmensas posesiones; lié ahi, en fin,
por qué no hallé) siquiera simpatías en aquella dolorosa
campaña de Ls7U, en que habia de perderlo todo:—su
corona, «u libertad y hasta su fama.
II:
Somos ya para él la jiostcridad , y por eso lo juzga­
mos severa y fríamente; pero somos también ya la his­
toria, y debemos hacer justicia á sus insignes cualida­
des y talentos.
( ‘onu'i la pasión un nos domina, como el afecto no
nos ciega, estamos en aptitud de examinar iiiq>areialluente lo malo y lo bueno que llevó á cabo el vencido
de Sedan , el vencedor do Solferino y do Magenta.
I lentos indicado antes ligeramente lu uno : apuntemos
abura con más extensión lo otro.
Napoleón encontré) c-n l s j s la Francia dividida por
los partidos; trabajada jior la anarquía; conmovida por
las ideas demagógicas, que lio la prometían en largo
tiempo sosiego ni tranquilidad.
¿Simó desdo el lo de Diciembre, en que fué elegido
Presidente d é la liójiúbliea, lo que tres años después
debía llevar tan .felizmente á cabo?
Eso no jmdréiuos decirlo, pero es lícito sospechar­
lo, conocidas las inclinaciones do su carácter y las ten­
dencias de su raza.
Mas sea de esto lo que fuere, es indudable que la
marcha ile las cosas públicas, las ambiciones de los
unos, las impaciencias de los otros, la lucha del Parla­
mento, el pugilato de la prensa, explican, -si no justifi­
can. el golpe de Estado del 2 de Diciembre.
Najiolcon, que hasta aquel momento se habia mani­
festado frió, reservado, impenetrable, muestra entóneos
que es todavía el hombre intrépido y emprendedor de
Strasburgo; el que más tardo en Boulogne debía os­
tentarse valiente y osado como pocos.
Nada se le opone: todo cede ú su voluntad y á su
energía: la Asamblea intenta un simulacro de resis­
tencia, y sucumbo; las turbas deuiagógieas se levantan
á combal irle, y son vencidas, mientras la inmensa ma­
yoría del país se agrupa en torno del que se jiroponc
devolverle el reposo y la seguridad.
Napoleon no fué elegido emperador hasta uu año
después; pero entóneos empezó realmente su reinado.
Arbitro supremo de la suerte de la Francia, rodeado
de un circulo de hombres tan notables por su talento
como por su adhesión , dicta las leyes que han de regir
al país, convoca una nueva Cámara que legitime sus
actos, y encuentra en todas partes apoyo, simpatías,
fuerza para su poder.
Esta es sin duda alguna la mejor época de Napo­
leon III
liando garantías á los amantes del Arden;
protestando no imponerse á la voluntad del pueblo; no
queriendo mida que no proceda del sufragio universal,
se muestra defensor de todos bis intereses, respetuoso
con toilos los derechos , lid observante de Iodos los
deberes.
l,\ II. usiliACION ESPAÑOLA Y AMEHI LAN \
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HADUID.—Nuevo depósito eu construcción para las aguas del Lozoyn
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N.° III
N .° I I I
l.\ lU'STTWr.lON ES1WXOLA N AMEIUCANA.
Aclamado y aplaudido 011 las rallos; sin ('posición alguna cu las de Rusia : el rey de Pru-ia y el sultán de Turquía; los monarcas de
Cámaras, lió,léanle do todas parios adhesiones y plácemes; los mo­ derecho ■divino y los de o n ce a popular: las eminencias y las nota­
narcas más poderosos lo tienden cariñosas las ruanos, y hasta las bilidades sociales; los soberanos del Asia y «le la India; lo más ilus­
repúblicas de Suiza y de América reconocen también al »pío lia des­ tre. lo más insigne, lo m á s osclavccido de cada nación.
Pos \eres distintas convocó la industria y el eomereio del uuiver
truido á su hermana la república francesa.
-i á público certamen., y siempre ocupó alto y glorioso puesto la
111.
Francia,
Fuerte ésta n i el interior, considerada en el exterior, parecía
V 0 escribimos la biografía del que acaba de i-ajar al sejmloro: no
hacemos sino reseñar los pi ¡ncipalos¡ hechos de mi vida, y deducir asegurado por largo tiempo su porvenir; parecía concluido el largo
periodo de -lis desdichas y de sus revoluciones.
de ellos los oportunos corolarios.
l .u Mayo <ie
después de sucosos «|m* ]>ór lo recientes
no hay noces- d a d de eonmetuorar. todavía desea el emperador
conocer la volittviá.d de sus siil...lites . y ocho millones de vo­
»4
tos lo aseguran que poseo plena, entera y absoluta su con­
lianza.
(■Quién dijera despuo de tal prueba si 'enine y decisiva,
que cuatro meses ma-m le lio había de existir nada de aqiielio ¡i que entonces se pn
yo tan completo? /Quién
I
había de imaginar que «d I d S i•f
república, primero en la eapit;
cu todcs >us iletmis pueblos?
Las causas de semejante catástrofe son niuv conocidas; c|
orgullo y la ambición provocaron aquella ludia insensata, en
que Napoleón debiu dejar mi corona, d país su fortuna, mi
importancia v mi «•oUsideracioii.
f'i en lugar de morir aquél ahora en (Atuidem-llonse hubie­
ra sucumbido en Sedan; -i d plomo enemigo no le hubiese
respetado allí, otro fuera el porvenir de su dinastía, otra ]a
suerte actual de la Francia.
Entonces hubiera parecido héroe y mártir el prisionero del
rey (liiillermo; entóneos la auréola de la muerte, mérios |,rj_
liante aunque más simpática que la del triunfo, habría rodea­
do su frente: entóneos, por último, acaso la Emperatriz habría
empuñado culi mano fuerte las riendas del
gobierno, y regido á la nación hasta la
mayoría de Napoleón IV .
Chimenea tallada, del siglo XV. que se conserva en el Musco provincial
; Reinará éste algún dia? Esc es unode
de León.
los problemas del porvenir; si bien es in­
dudable que d inesperado Iiti de la exis­
Sólo, pues, recordaremos do pasada sil matrimonio con nuestra
tencia ilc su padre viene ¡i arrebatarle muchas
ilustre compatriota, la condesa de Teba, celebrado en la iglesia de probabilidades de subir al trono.
Nuestra Señora de París el 3U do Fuero de liSou, y el nacimieni i
dóvon, sin historia propia . sin grandes víncu­
de su hijo el principe imperial ocurrido el 16 de Marzo de 180b.
los que le liguen al suelo donde nadé», cuenta
para venir á parar á los tristes sucosos precursores de la catastrole
empero con el prestigio de su nombre, con la
inteligencia, con los consejos de su madre para
de Sedan.
Durante diez y ocho años de feliz y próspero reinado, Napoleón adquirir por suspropios merecimientos lo que hu­
pudo ver á los príncipes y poderosos de la tierra venir á rendirlo biera podido obtener por herencia.
acatamiento y homenaje.
IV
Fno tras otro lo visitaron la reinado Inglaterra y el emperador
Napoleón III mudé, d LS de Abril de
18II.S en el paliado do las Tnllerins, y por
consecuencia . no halda cumplido (¡ñaños
al morir d ;• de Enero de I* 7 o.
Era ('1 tercer hijo dd rcyr Luis de Ho­
landa, hermano de Napohuii I, siendo
Espada de Iloabdil
por su madre la reina Ilorteusia nieto do
<7 ('litro ,
la emperatriz Josefina y de su primer existente en el archivo ilc
los marqueses do
marido el vizconde de Ihaiiiharnais.
Vil biseca.
ITié- bautizado el lu d e Noviembre de
1S 10 en el palacio de I Viutaiiiebloaii por
el cardenal F eseh . sirviéndole de padri­
no su augusto lio. y de madrina la nueva emperatriz María Lu i­
sa.- I'or esta causa recibió los nombres de (Atrios Luis Na­
poleón.
Cobrólo d Emperador de>de lin go vivísimo afecto, eorrespond¡ondulo* de tal modo el tierno niño, que cuando durante los cien
dias le vió por último, vez en la Maluiaison, costó grandes es­
fuerzos arrancarle de sus brazos.
Lili- Xapoh mu t ribuió siempre ardiente culto á la memoria de
su t io, tomándole por modelo cu sus acciones y hasta en sus pen­
samientos.
Por defunción de sus dos hermanos mayores, era natural here­
dero de la corona imperial. y esta idea, fija siempre en súmente,
explica sus tentativos de Suashurgo y de Roulogiic, casi ¡garlas
primero con la deportación á América, y después culi su cautive­
rio en el castillo de I lam.
Napoleón I I I , como Napoleón I . han muerto en el destierro;
-—el tino en la roca inhospitalaria de Sania Elena, bajo la vigi­
lancia de implacables carceleros que temían siempre su evasión;
el otro, mas feliz, cu el suelo hospitalario de la Inglaterra, al
lado de una esposa tierna, de un hijo amaiilisinio, que. lian po­
dido cerrar piadosamente sus ojos.
Napoleón I y Napoleón III ocuparán grande espacio cu el li­
bro augusto de la historia, ipui no podrá disimular sus errores,
pero que. reconocerá sus títulos y sus derechos á la inmorta­
lidad (1).
r
t
R amón dií N avaiuiete.
(1) El fícl retrato que piíblicamos en la página ¡17, está grabado sobre
iiua fotografía hecha últimamente cu Londres.
Leuden de guerra del cardenal Mendo- ". c —.
de San Pedro, «
o. ■
k
conserva en la iglesia
L A
\c>
D EL JU G L A R A L POETA.
Con la civilización gerinano-erisliann nace un arte
original y desconocido. Va se habia estvi'im’i'iJ" \-l
nuiinlo «.•mi r| grito desgarrador «le « l««s «lioses su van",
y como «lie«' <*l gran orador poi-ta-, su «b'svaiiorian como
la espuma «le los mares al soplo do la luisa. Ya la voy,
olnciiouto do Siiuaoo onl'Uiaol solemne oatito do muorto al pagattistim, rc.stimii'iidn on su superior palabra la
bol loza del arto do los lloniuro \ \ ¡rgilio, V ol entu­
siasmo lilosiilico i|o Sócrates o llipalia, úlliiun y osploudonto om-arnaeioii del noo-plal ouistim ¡ euatido id
ideal antropomórfico que presidiera los destinos dol
Olimpo, abandonado por las divinidades mildéigieas,
fin'- reemplazado por id arlo cristiano, tan vasto en sn
fondo eomo el simbólico, no tan perfecto cu la forma
como td clásico, poro más espiritual y sublime.
El hombro elevado al tipo de Idos era inspiración
pagana, y por oso la expresión mas acabada do sus con­
cepciones artísticas es la estáltiíi. La forma humana,
por bella rpie sea, no puede contener el ideal cristiano,
pop¡ue eminentemente espiritual y libre, necesita una
más 'amplia expresión, mayor originalidad y variedad
de itiaiiife.stneio.nes, algo «pie al romper'esa tosca es­
tructura, eso dormaío-cMpndoto. reanime y v¡\¡tipie la
propia determinación del pensamiento, confundiéndose
en su propia esencia, y en ella como trusfigurñmlofc
-iii limitarla. Aipudlos pulidos mármoles, en b .píese
miraba el claro cielo de la (¡recia, abrillantando y aqui­
latando su hmnosu.ru: aquella Nontis eternamente j o ­
ven, representación gemiina de un pensamiento de amor
que se detiene siempre en su vuelo, ante la graciosa
serenidad del rostro y la llexilde ondulación del contor­
no: el arte, en lili, clásico, que no de otro modo que
i ’»¡chis, al querer descubrir los misterios del espíritu,
queda en ellos abismado, y en ellos se picnic, lio po­
dían en su estrechez de luirás, eli sti fanática adoración
:i la forma, contener y determinar osa aspiración cons­
tante á lo que no la tiene, que sueña con mundos de luz
y concilio lo infinito, caracteres ili-tinLivos dol arle
cristiano.
El cristianismo da la tuición de lim», y con ella la
expresión de| amor infinito: hasta entóneos el poeta,
al cantar á Júpiter, se eiialteeia y deificaba, pi»r«pie el
padre de los inmortales, con sus atléticas formas y su
omnipotencia, no ora más que un hombre ajigatilado,
fon sus mismos vicio» y virtudes. / I Vtoeóino represen­
tar por tale» tuedios, ni de tal suerte concebir al Sor
de los seres, limitándolo cuando os infinito, en morta­
les lindes conteniéndole cuando es absoluto? ¿ni cómo
no exclamar con el admirable orador girondino : t( Yorg'iiaml no es Idos: pensarlo es una blasfemia »?
Ademas, la fuga halda sido hecha jirones puf la
corlante frainea, y el ciudadano so halda convertido en
hombre, como el absolutismo social rti el más bárbaro
individualismo, sucediendo á ¡a inmovilidad oriental, y
á la emponzoñada, erga-tula. terrible asfixia del espiri­
t a , la vida, la independencia y la libertad germanas.
El esclavo , próximo á. la total reintegración de la con­
ciencia, entra á formar parle de la jerarquía, feudal: ya
no depende del Estado, ni vive confundido entre los
animales, sino que amarrado al terruño, de él inmedia­
tamente depende, y sin él no puede ser vendido, lo que
dificulta cada vez más su infame tráfico y abre aludios
horizontes á su eniancipaeiun.
Aumenta el número de. hombres Ubres : la luz del
Evangelio se difundo por todas biselases sociales; y el
arle, como la religión, dejan de ser patrimonio de una
casta, ó de una aristocracia, é inspirando y conmovien­
do todos los corazones, á todos, en progresiva escala
hacen comprensibles, por intuición cu general, los mis­
terios de la belleza y del amor espiritual, los inefables
dones.
Por eso la literatura romántica es popular por natu­
raleza. Por eso las instituciones feudales necesitan de
la poesía que del pueblo nace y á su calor se desarrolla
y vivifica, representada por el juglar primero, más lar­
de por el trovador, y por el poeta Ihinlmcnfc. Y por
eso la verdadera y cal mi expresión artística del senti­
miento de belleza, tal como aquella edad la concibe, es
la epopeya cu su más perfecta determinación y como en
síntesis.
I.a lira de I’induro, colgada del sátiro del paganis­
mo, no produce ya otro sonido «‘pie una queja lastime­
ra arrancada á sus cítenlas mal templadas, por <-l vien­
to del olvido, y las cadencias clásicas, basadas en la
euntidad y en la combinación del tiempo y de las sila­
bas, so pierden ante el ritmo, esa expresión métrica del
pensamiento, unido en imli.soltil.de vínculo ñ la rima, la
nueva ley por la Iglesia impuesta á las terminaciones.
El castillo y el convento representan gran trecho de
la Edad Media. Sólo cuando ésta termina y la edad de
las nacionalidades aparece en el horizonte «le la historia, la ciudad y la fábrica se ostentan victoriosas, y d
IL U ST R A C IO N
E S P A Ñ O L A
Y
A M E R IC A N A .
ideal que diera vida á la epopeya y á la cátedra cede
«d puesto al que levanta sobre sus ruinas el teatro v la
Asamblea. El juglar es el sacerdote del arle en la edad
bárbara : en la revoliiei.otaria. el poda.
En el castillo eotno en el convento, «mi el campo
como en la plaza, el juglar lio sólo calila y recuerda las
hazañas «le los héroes y h>s misterios «le la Iglesia,
sino que baila, hace juegos de intuios, «orre el caballo,
tira la lanza, y ent relien«' lo mismo los ocios y el has­
tio de la castellana, «¡lie la necia credulidad «le la ple­
beya. Pobre, vive «Ies precia« lo y sin comprender el su­
blime destino tic aquel primer canto de labios de la
muchedumbre recogido, degrada el arte, y su naciente
sacerdocio conviérti'lo en oficio, y pénese al nivel d«d
histrión vulgar «’>dol bufón abyecto.
Pronto sus acentos conmueven al pueblo, y d estí­
mulo de su aplauso, como el aprecio «leí barón y b>s fa­
vores «le la herniosa castellana. aumentan el valor de
sus coiieepcioite;. y la i'sliutnciou «le su propio ingenio.
La tradición oral consérvase, y el rapsoda enriquece
cotí el recuerdo vivo do lo pasado sus pensamientos,
¡itspiráuihdos en la tendencia manifiesta de la época.
Al juglar «le boca. sucede el «le péñola, qu.icti fija cu
caractéres escritos bidos 1**s cantos que hasta entóneos
habíanse trasmitido «le una en otra gem-racion. como
eco confuso «le sin pasadas glorias y grandezas perdidas
«ti el tiempo. Y cuándo de este molo el recuerdo se ha
couverl.ido en hecho, el eco cu canto, el oficio «ti oí ins­
tinto del arte, y el histrión coum mi el escudero del
poeta, la caballería, esa locura «lo la espada, acompa­
ñando y guardando ¡i las ■'•rileiies mendicante; de San
Kranci-co v Santo I'omingo, recibe vida «le la Iglesia,
y con la justicia del valor, y con el culto «le la mujer y
la defensa «Id opritni lo, -e opone al guerrero al!« ti«'",
personificado cu aquel fantasma de piedra que, nido do
águila, oprimía con su planta la cima «1*1 «•h,va«|o mon­
te, y «h'l'cinliá con sus muros v sus almonas la brutal
t irania «le los señores.
La caballería engrandece á la mujer tanto cuanto
humilla al varón, y con sus espirituales ensueños no
sólo la eleva ti la categoría de la reina de las almas,
sino que la in\i>l" con el «¡irgo «hrjnez ib* sus pensa­
mientos, y la od'icá cu la pr«'si«liiteia de] tribunal «le
amor. Entonces el t ro\ ador recoge la lira que andaba en
manos «leí ptmblo, y presintiendo al poeta, asistí) a m is
sesiones, y la dia l riza cotí sus cuentos «le amor y stls
rasgos de ingenio, al propio tiempo quü «la vida ti los
cantares >1«' tie sta , y con dio» á la nación á que per­
tenece.
Loco imparta que d favor creciente- entibie «MI stt
alma el entusiasmo «Id arte, y , rival dd caballero,
disputo el amor d«’ la complaciente casi «'llana, sutili­
zando basta tal plinto «•! concepto y la noch’ii «le sus
senl¡míenlos, que llegue ¡i patrocinar la «leslmtira, ri­
diculizando el mal rintoni«'. Loco importa «¡ite cegailo
por la pasión caiga cu extravagancias y locuras sin
cuento, ni nn'nos que con sus inspiraciones caballeres­
cas, fimdiéndobts al eahtr dd cristianismo, y eotno pre­
tendiendo ¡ib’Tililieai'hts, «¡itiera erenr tina nueva y con­
fusa mitología, con un mezquino Olimpo habitado por
di'iihulcs sin virtud y sin belleza. En in d io de sus ex­
travíos un pensamiento constante, como brújula que
sin ver d N. ¡i él arrastra, le impele til patriotismo y á
la libertad.y en medio de stt> éxtasis amu:re«íiitico», su»
labios murmuran ttn liinnio «pm conmueve d corazón
dol pueblo, y en d que, enalteciendo d catolicismo ger­
mano, se da la primera «Idinicion de. patria, y cotí ella
la f'Vrmnla más pura de la libertad.
La misión «Id trovador es paramento patriótica,
porque d mismo amor, «pm tanto on él influye y al «¡tío
consagra por entero las inspiraciones de su alma, se
confundo en una iiidelcruiiuaeiott sublime, en un proindiviso armónico, en ese primer movimiento hacia la
tierra sagrada «lo nuestros mayores «‘iieatnimiilo. N «'ti
dar carta de naturaleza á esos indicios, hecho, d trovad<if i.... la, convelí ¡«los en rcaliihul en hi epopeya, y al
consagrar la poesía la existencia nacional «le los seatidimivos en los Xiebeltingen, en los eii-los (éaiíoviugio
y «Id rev Artu» en bis francos, y en los magnífico» can­
tos del romancero «I" los españoles, Sigfrhlo, 11«liando,
y d Cid, las más ¡illas rt'piv.sentuemnc.s «!.• la patria,
pelean y vencen, no ya sido llov¡t<los «le su enliisinsiiio
por ella, sin«« protegidos por d ángel tutelar del amor,
encarnail«« en Crimibla, Angélica y Jim«,'lia, á las que
consagran basta «■! último linimento de su villa, en
bien diversas formas, y revistiendo opuestos eartu'lércs,
la adoración más pitra, la le más constante, la pasión
iavenid ble y ardiente. El trovador, ademas, es d pre­
cursor «Id poda, eotno de aquél á su vez lo fue el j u ­
glar: l ’ero Al«a«l «le los L’omaiice» ¡«receilio ¡i Uercco:
l’. i'rnanlo de Voiiladour fue el .Bautista del amante «le
Beatriz.
L’na vez cu la aurora de las nacionalidades, d ro| manee se convierte cu poema heroico con Ariosto, el
I N.0 I H
eantn religioso en la h'ycmla sublime «le Tasso, y |¡i
eaiirmn feudal que vece» cíen escuchara, avarade amor,
la castellana, cuya, hermosum el trov¡nhtr ensalzara, en
la iioM'la hazañosa «I«' Sphdian ó I >««n ( ¡alaor. lYro
era |•r• •i••> «'ori nar tan gigantesca obra. A ¡npml lutiti ■lo «le fuerza é ilusiones, esperanzas \ honor «do fal­
laba el cielo”. El trova« lo I* coll Yi'rt iibi en cabalb'l'o,
habia r«>to la lira, y se iudinabu ri'spetuosu ante el
poda. liante Alhigi'ri I" comprende cotti« > lo sohrcnatural >1«' su cuipn-Mi, y no liainloM' cu su propia ins­
piración, pilles« la al alma «le lV;¡tr¡z /•/ «•.«•«iri.-t'n »/«•
¡n ¡i niii'.'iifii, y « n sil /íiriii't ( Vi«o <//■/ coinlcioa huios
cuantos .-«enl ¡miento». i«b-a • v creencias luibian «■"iistituiilo el loiiil" inorili «I«' la Ivlad .Media, abrillantado
con un rayo «1«? aquella belleza espiritual y teológica
desprendido, en la «pie sintetiza d progreso hasta en­
tóneos realizmlo de las lmiiiaiias ciencias,
( ¡ O N Z A i.o L ’ a i . s o
Asr.vsn».
u n a v íc t im a d e l id e a l .
( «.'«»TISL'A« ]' 'N. )
LY.
Al volv. r la j«’«veii «1" mi «I«*-tnny <•, sus ojos »«• « l i ­
eíínttfai'i*u i'oii los «1" Luisa, «pm d«' r«»«1iILis ¡i sus pies
y 11« na de i'mpimtud ajdicaba á sus sienes d pañuelo
«•inpnpU'lii «ai agua, y se volvicr«:«n azorad«i» y ansioso»
en bttsca «le otro d j e t " . La exaltación ild júbilo se
pintó en ii rostro ijcmacrado al ver ¡i Enrique, y sus
ial ¡«i< >«• entreabrieron para dar ¡«aso á un suspiro,
i á un «pujido de eoiiMido.
Enriqii«' la eonteiripbV en silencio, btiseamlo una de
¡npi« lias frases ¡«pasionail, s « u «pn: poeu útiles se habia
mostrado tan fértil sú ¡uiaginaeion, y no i iicont ró una
palabra ,-i pii ra con que romper d sil« indo. I ’em Luz
le saei’i muy pronto d«' este conflicto; la jóvmi eul:iz«¡
e«ui d suyo «d brazo «Id hombre amado, y n-elimnido
so'bri) «i hombro de Luisa su f»ligada cabeza, cuyo
(’ontado abra.-aba «'«ni el fliego «1>* tliui Ih'bre intensa,
la dijo alzatulo hacia ella sus ojos, en «¡ue se leia el
extra\ ío «le un espíritu ddininte:
¡( *h! ¡ perdona, perdona, Luisa m ia!..... Te ocul­
taba mi M'crcl 11..... á li «pn' ores ni¡ nuii-a amiga, mi
hermana..... ,'(.'oiuo ht« pinliilo callártelo por espado «I«*tantos años?..... lYro tú bi"ii sabes por «pió callaba, ¿no
i's vi'nhul, Lui<a?..... ('aliaba por no afligirte con la
<vidi neia «I«- un mal irreméiliabb'..... Enrh|iio no volvin,
Euriipie me «lijaba morir sin consii«'lo y sin esperan­
za..... ¡Ingrato! ¡ingrato!..... Pero no, añadiii instautáiieanu'iite la joven oprimiendo con ternura «i brazo do
Enrnpio; «’•I no sabía «pie yo b* amaba con pasión entra­
ñable; él ignoraba «¡ue no poilia vivir sin su amor..... >Si
lo ha sabido al lili, es porque yo le lie cuvi íulo mi sue­
ño, /no es verdad, Enriipie?..... ¿Xo es verdml «pie has
'oñiulo que y«« t«' esp'-raba a ¡ni esta tañí«', eoiuo l«1«■'pero siempre, con una flor marchita «n la mano y una
espina en d «'iirazon?..... ¡(>h! ¡cuántas llores he muer­
to por iu causa, Enrnpie litio! ¡l'inintas llores he muer­
to, iniénlms tii me mata luis á mi!..... Si posible fuera
reunir Lulas las hojas «pie he marchitado esperámlcitc,
podrías enterrarme en ellas..... Pero, ¿qué importa?
¿Xo estamos «'ii tu jardín/ ¿No me lias (raido aquí para
ilnrnm, á tnieipie «le mis lloreeillas muertas, las tuyas
frescas y olorosas? ¿ X«« son ¡'¡ira lili Lulas las que
veo?..... ¡O lí! dame muchas, Ettrnpie; «hurté tollas las
«pie me debes; «lámelas áiiics que pase por tu jardin el viento del olvido y tile las mate también!.....
Y «licicmlo esto, Luz impelía con mano impaciente á
Enrique Inicia el seto cubierto de flores «pie corría al
pié «lo los granados.
Y en ¡iri'sencia «le aquella lastimosa realidad, do
aqttdla criatura «leliranti'y moribunda, de aquella mu­
je r marchita y devastada en huios los encantos de la
¡ti ventad. «I«'¡lipidia pasión soinbrin y perentoria que
Enrique se habia imaginado impregnada «le un senti­
mentalismo apacible, tímido y contení¡lorizndor, l°s
humos novelescos «le nuestro «lesconeertailo guian so
«les vanee ie ron por completo, y dieron paso al malestar
«pie le ocasionaba la situación vioh'iita y penosa á «JáO
le habia ¡irriisl.rudo su ligereza. Confuso, lurbailo, no
sabii'inlii que hacer ni «pié aelitml tomar en aquel dra­
ma doluroso, l'inriqiie se apresiiiai ¡i obeilee« r al impul­
so que le imprimía la mano «le Luz, y se levantó en
busca'«le ¡lipidias llori'S que lo olYeciaú el nióilio de »l|"
1>1ir «le algún modo l¡t falla «le un sentimiento eualijuiora «pie inhTcsar en la sil nación en que se bailaba.
N mientras él devastaba d seto con immo turbada y
presurosa, Luisa, «pie habia pasado de la impiiet'd
ocasionada por «i desmayo «le L u z, á un estado de m'
dvcih ¡
• ion, harto justificado por a«picl de»'
varíe
a el efecto de una razón perturbada
N.° IH
,jA 1LUSTRVCION E S P A D O L A .V A M E R IC A N A .
lincia inútiles esfuerzos por arrancar á la jóven de aquel
Vi
la solución del enigma que halda causado la desespera­
Del cielo albi eli los altare.-,
ción de Luisa.
Arco licrinoso se divisa,
__¡Olí! no......espera, «lena Luz sin apartar los ojos
L’afael saludó fríamente, y esquivando el cuerpoú una
Y el iris es la Kotirisa
ile Kuri'pie..... Ks temprano..... Deja ipie Kurique me
vacilante tentativa que hizo Knrique para prestarle
Con qtie Dios calma los ntnros.
recoja tollas las llores ipie lie rogado eon mis lágri- ayuda, le dijo con sequedad:
mas’..... ¡lin ee t auto tiempo ipie las espero!..... -Mira.
(Viaudo en la tinche sombria,
t ¡rucias ; es inútil.
nfimlió perdiendo su miraila atónita en el espacio.....
Sin
luce« y sin rumore»,
Y tomando el anden que más derechamente comincia
Alli está Knrique..... Lejos, muy lejos: tlomlo apenas
Lui re secreto* ani ire*
junto á la casita en que vivía Ln z.se alejó de aquel
Ll eorazoii se extasia ;
alcanza la vista........lomle sólo penetran los ojos infati­
sitio cotí paso rápido, .siguiéndole á dtiras penas la
gables del alma........ Vpodios son sus jardines poldados acongojada Luisa.
filando el amor iios invia
IVnas qua al alma devoran ;
de llores tnara\ illosas.....aquéllas son las altura - donde
l ’na vez solo. Knrique aspiró con fruición la brisa
<'iiaudo los amnnles llorau
se exhalan los perfumes de su eorazon sensible y g e ­
embalsamada de la noche, y envió cu seguida á 1" alto
Ln extasis celestini.
neroso..... I'or eso yo le lie esperado en vano tanto
un prolongado suspiro, como quien se libra de un gran ,
La luna es bianco funai
tiempo..... ,(V.mo halda de venir tan pronto si vive tan
De las .-dinas que lo adorali.
peso. Y luego, disgustado de sorprenderse á si mismo
lejos de mí.’..... Pero mírale..... ya viene..... ya está
in fruganti dditn de un egoista desahogo, impropio de ¡
a<pii, aiiadió la desdichada tendiendo las manos para
( Vi,indo sns rayns dilata
un frfi iiliK 'hor tlt l<t Im ininiiJiiil, alzando los ojos al cie­
abarcar con ellas las llores que en aipiel momento le
(quella luna en las smubras
lo y procurando dar ¡i *u voz un acento sentido y plañi­
Y del »¡elo las alfoinhras
presentalla Enrique..... ¡< Mi! ¡cuántas, y cuán bellas!.......
dero , exclamó de este modo : — ¡ Pobre niña!.... ¡Si á
Pini a conio sol de piata ;
.Mira, Enrique, una sola me queda en el halcón para
costa de. mi sangre pudiera salvarla !.... ¡Pero es tardo,
filando el esplichi retruta
unirla con las tuyas..... l'n a sola..... la última..... las es tarde!
De lo* astro* el tesoro,
demás se lian ido muriendo una por una.
Y como estas últimas palabras le recordasen que en
Y las est rei las eli coro
V diciendo esto, la jóven cogió un capullo de ro>a
efecto podía pasársele la llora destinada á rendir pleito
P.oi'dan do la estera e l fui,
que desde el seto inclinaba su tallo junto á ella, y al
Ll cielo os un campo «ziti
homenaje ái los señores de Montenegro , Knrique cón­
ponerla entre las flores de Enrique se desprendió ded
(¿no adornau flore* de oro.
sul
té»
su
reloj,
contempló
después
por
un
instante
con
ramo, cayendo ¡i los pies del jóven.
filosi dica melancolía el ramo que Luz liabia dejado en
—¿Lo ves. Enrique? exclamó l.uz con tono lastime- I
( 'iolo, donde el sol Ivmnfniite,
sus manos. y dirigiendo una mirada al balcón de la mo­
Rompimelo densa* in-blimis,
ro: las llores sin atadura buscan el suelo, y alli mueren
ribunda , para no abandonar aquel >¡t¡.i sin hacer todas
Con sns bel ira - diamautinas
olvidadas..... Toma , toma este brazalete..... es un re- I
las demostraciones posibles de scti-ibilidsld , se alejé» del
Forma gitinndda brillante;
cuerdo de mi madre, un recuerdo sagrado..... un laz
pasco de /.I..S- 7V/s7..s con la cabeza baja en sufragio del
La lierra . In mar gigante,
cutre dos almas: con él podrás unir para siempre es,.
presente, y el pensamiento por las nubes en la esperan­
Te adiuirim sieinpre lo» dos;
recuerdos queridos..... Toma. Enrique, añadió quitan
za del porvenir.
Y los quei libo», eli pus
dase un brazalete que cenia mal su brazo consumido .
De esa iutili nsldad qim nsnmhrn,
trasparente; eon él sujetarás ese ramo de suerte que n
Te espine iorou conio nlfumhra
pKiitamiN (¿ aiicía C adena.
se desate nunca..... nunca.....
De los jardines de Dio*.
Y miéntras Enrique se plegaba con la docilidad d
\Sc cun /u.i
Si eiial águila caudal
una máquina á los deseos de aquel espíritu delirante
ijue lanza intrépida el vuelo,
miéntras Luisa cu i desesperadas caricias trataba, el
Subiera el aliu.-i en su atíbelo
vano de hacer volver á la jóven á la razón, y dirigí;
A la mimsioii e. lestial;
miradas de angustia á la entrada de la plazoleta, comí
EL CIELO.
Si ¡i es« béived i inmortal
•si acechase la llegada do uu socorro esperado, Luz
Alzárn el vuelo fecundo,
con la mirada lija en el ramo que el turbado guian su
( 'ornzou. dett n el grito
Lu su anhelo sin segundo,
jetaba »olí el brazalete:
(,hu* ya fren tico exhalas,
Viera en e| azul palacio,
(Jui-ricndo ti'iider tos alas
—¡< >h, qué: preciosa reliquia! siguió diciendo; guár­
l ’li dosel <u el espacio
Al mundo ilei itili itilo.
dala, Enrique. guárdala por si muero..... Vives tai
Y un pedestal en el mundo.
La ansiedad en que me agito
apartado de mi, que dudo -d he do volver á verte el
No puede ahogar tu clamor,
este inundo .... ( inania esa joya, Enrique, y piensa ipu
A. F. (i ni no.
Y pretendes, volador,
os para mí de mi valor inestimable..... que son tus il<•
Seiiir coli ufan piotando
---------- -----i-KKK^-Crr—---------------res, que es la memoria do mi madre b> que le dejo par:
Al rielo, done! del mundo
recuerdo..... ¿(¿uó más puedo o fr e c e r lo ..... I d alma
Y pedestal di I Señor.
CRÓNICA MUSICAL.
te la di lince mucho tiempo..... y bien se ve que estoy
Humen a , que el hondo seno
s¡» ella.....Mírame bien, Knrique; no soy más que una
T air» «I- 1i •*|•ru: />••*
—A* tU»r*•#.—Teatro «1« la ¿.muti la:
Turbas do la mar liirvh-uto,
sombra..... Vivo toda cu ti..... ¡Ah! ¡pero volverás m a ­
•
V
/
«
i
f i o * ti»’ i o n ,
('mmdo al relámpago ardiente
ñana! añadió asiendo con fuerza la mano do Knrique.....
Arrancas la v*>/. del trueno.
¡No me olvides!..... Recuerda que estamos unidos para
|)e*pues del Di ñorah de Meycrhocr, última obra lí­
Si ya de furores lleno
siempre..... recuerda que esas llores tuyas y mias están
rica do la que nos liemos ocupado en las columna« «lo
A los espacios le entregas,
ligadas con lazos de eternidad..... Mañana, 'i me queda
L a I i.rsTUAi ioN, las representaciones del Tronador,
X el raudo vuelo desplegas
nn soplo de vida, me encontrarás en mi balcón..... ¡No
Por la gigante extensión,
/íii/oh
ll<>y /’;/ linlln in i/nw/iirii, del ruidoso Yerdi, no
tardes, Knrique, no tardes!.....
Préstale á mi eorazon
han ofrecido gran importancia ni por el mérito ¡ntrín\ diciendo estas lillimas palabras, Luz se quedó in­
Ll soplo con que navegas.
seeo de las éqierns, conocidísimas de nuestro público, ni
móvil: la mano que tenia apoyada en el brazo de Knpor los detalle* do la ejecución, en las que úuieaiiionto
LI dolo; no hay tm pesar
i'iquc cayó ¡liberto sobre la piedra; su mirada volvió ¡i
ha sobresalido el barítono Hoecolini, mereciendo gran­
Ni
una lágrima escondida,
perderse en el espacio, y con voz entrecortada y débil
de*
aplausos de todo el auditorio que lia sabido así
Ni un suspiro, ni una herida
como un susurro:
premiar las sobresalientes dotes artísticas do esto re­
(Jiie no la pueda endulzar.
Ya se aleja.....murmuró la jóven....... Hasta maña­
putado cantante.
De la existencia en el mar
na, Knrique, hasta mañana..... Ño tardes..... la calle e s ­
Al solo anuncio del Don Ju a n , de Moznrt, despertóse
No hay amargo desconsuelo;
tará cubierta de una alfombra de rosas; porque desde
No hay delirio ni desvelo,
en los uliciomulos el interes y la curiosidad que siem­
'pie tu has venido las plantas lian vuelto á llorerer en
Pena ni dolor profundo
pre excita la joya inmortal de las óperas antiguas. Pú­
IJtie no se calme en el mundo
mi balcón..... Vuelve, Knrique, vuelve; no temas c
sose cu escena la obra maestra, acudió un público nu­
Cuando se contempla el cielo.
centrarme entro despojos J e muerte..... ¡ah! no..... co
merosísimo y ¡cruel desencanto! el Don Ju a n obtuvo
•
tig" renace todo á la vida..... Yo misma conozco qi
imi éxito mediano, frió en extremo, comparado eun el
Allí el lejano confuí
empiezo á vivir para ti..... eternamente para ti..... lia
que
generalmente obtienen en el teatro de la ópera
(JitO la eternidad pregona ;
a mañana, Enrique..... Si no vuelves..... ¡yo te buscj
ciertas
producciones italianas, que así pueden parecer­
'
Allí
el
sol
como
enrona
rc..... yo to buscaré!.....
De tan ¡muenso jardín ;
se al Don Ju a n como so parece un escarabajo ú un
V entóneos Luz cerró los ojos; sus labios tnurmur;
águila real.
Allí el piélago sin lili,
Ton palabras ininteligibles; su cabeza cayó sobre
Sin
olas
y
sin
orilla;
Do enaltas obras musicales lia producido el humano
seno do su amiga.
Alli el Dios que al orbe Immilla,
genio ninguna lia tenido panegiristas más entusiasta:;
LI que al Universo asombra,
I'iiisa en el colmo de la angustia enlazó con sus hr:
que la célebre jlroduceiiin «le Moznrt. Oulibiclieff, Ké •
Y aquí, en el mundo, la sombra
zos la cintura de la jóven , resuella á intentar un es
lis. Sendo,. Ilerlioz y otros reputadísimos críticos, han
I)o lo que tan alto brilla.
”"rzo desesperado para arrastrarla basta, su misa . qu
analizado detenidamente la gran partitura, han son­
•
cotilo ya liemos indicado , se hallaba á pocos pasos di
deado todas las profundidades de la inspiración y del
Alli el iris fulguroso
jardín; pero en el mismo instante nn jóven que apan
talento «le su autor; algunos, como llerlioz y áun el
Su règia bamla extendiendo;
* io de repente cu In plazoleta dond..... uirria eslaeseen
Alli los astros siguiendo
mismo Sendo, lian notado cierto defecto en cierta ária
uno ¡¡ sacarla del doloroso eonllieto en que se baílalo
Su curso maravilloso.
do /toña .1 mi, consistente cu vocalizaciones de ugilidii I
.ra su marido. Ant<*s que Luisa pnumneiase una pa
Lima y sol esplendoroso,
poco apropiadas ¡i la situación, pero lodos ellos, y nota­
Alli brillando los dos;
a >r.i éste liabia comprendido la situación de Luz . y le
blemente Oulihieheff y Sendo, lian elogiado de lina mu­
Alli del Lierno en pos,
an ando en sus brazos el cuerpo imiuimado de la jéiven
ñera entusiasta la obra maestra de Mozart, agotando
LI alma que aquí es esclava ;
. E s una desgracia, dijo: esta noche no l:o podid
en
loor del inmortal genio todo cuanto puede propor­
Aquí lo que en polvo ¡loaba
vemr mis temprano.
cionar
la oratoria encomiástica, la hipérbole y el diti­
Y alli lo que empieza en Dios.
fn.i 1* or,'am°s ! exclamó Luisa. ¡ Se no« muere, 1
rambo inclusive.
,ael > se nos muere !
Nada, pues, habremos de decir nosotros con respecto
-« • - iiiilClU •
t
•••
Cuando ent re la densa bruma
Prilla el relámpago ardiente,
Y al decir esto llamó la atención dol j"\cn '•*
al mérito artístico del Don J u a n , va que esta ¿pera
Y el buque en la mar rugiente
desorientada y vacilante persona de K»' " !1"
, ‘
goza de fama universal, y por otro lado, necesitamos
Salta como débil pluma;
man tan expresivo y elocuente, que a q u .- ’ " ’ I
_
espacio para dar cuenta de otros sucesos musicales do
Cuando en montañas de espuma
nos do comprender que el hombre q m tenia >*
actualidad.
Ihiedan olas á millares,
L a ejecución de la ó p era de M o z a rt, ta l como la lian
'
i-*1'0-
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•
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•
'58
N.° HI
L A I L U S T R A C I O N E S P A D O L A Y A M E R IC A N A .
T1l.Y1JA.loR ]>[■: LA COMlSt-nx HIPIll'HUlA l'U A : HASK DK WH,'!- UTAS.
intcrprefudo i'n nues­
tro gran teatro duran­
te la arlnal temporada
la mayor parle de los
cantamos, no moruro
(■¡crtauiuntu los hono­
res ile una crítica de­
tenida, que no es el
Dan Ju a n prodiieriou
vulgar destinada ¡i po­
ner de relieve el mé­
rito de voces especia­
les en determinada es­
cena. y a-i lo lian com­
prendido cuantos ar­
tista- de talla lian eje­
cutado la obra maes­
tra , por huís (pie la
sonora Sa-- y el señor
Staguo opinen de dis­
tinta manera, á juzgar
por la indiferencia (pie
batí demostrado en mis
respectivo,-, papóles de
Ilona Ana y .1>uti <)ctavio.
Vista general del campamenti •
Una eminente artis._ _________________
ta pronunció hace muchos anos, en uno de los ensa­
yos del Don Ju a n , estas alr< rid as palabras, que se
lian bocho célebre- en la historia del arto:
líJS’on capisi'O m inie a i/m sta m a/idclia nti'isica.'»
Involuntariamente recordábamos e-tn frase ¡d ob­
servar los detalles artísticos de la señora Sass *vl del
señor Stagno,
Pero como todo en osie mnndo tiene compensa­
ción, los señores Selva y l'oceoliui se encargaron de
hacer algo por Mozarl, ya que los demás- ••aniames
conseguian hacer mucho en contra del Mil-lime
maestro.
Selva sobre todo suplió con sn talento colosal
las considerables fallas de sus compañeros. Kn es­
cena s¡cmp"e. siempre i-leiuilieado e>m mi pagel. ani­
mándolo todo con ,-u sorprendente flexibilidad ar­
tística, Selva lia hecho mi L epan lio inimitable, tru­
hán redomado, medroso v poltroll, Helio ile ilet alb-s
magllilieos , propios del peí-omije. que- el cmilM-llte
artista tan á la perfección caracteriza. A pesar de la
decadencia de su órgano vocal, Selva tiene el privi­
legio de atraer solo-e si toda la atención . indo •I Ín­
teres del publico, haciendo palidecer á cuantos per­
sonaje- b rodean en escena. \ ale esto masque eiiantos elogios pudiéramos hacer en favor del emití uto
arl isla.
JSoecoliiii, encargado del papel de Dan Ju a n , puso
de manifiesto una vez más mis exei lentes ron.'.ilío­
nes de cantante, logrando (pie el público le aplau­
diera en varias ocasiones y pidiera la repetición de
la serenata que el reputado barítono ejecuta culi
gran colorido y animación.
ri'u cedumeino para la medicion.
Dejemos á mi lado la obra inmortal do Mozart, y
quiera el cielo que manos profanas no vuelvan á em­
pañar la gloria inmarcesible do esta preciada joya. El <r/Irta, quo no so da punto de reposo para probariios su
Don Ju a n es una de esas óperas cuya exhumación en feeimilidad mu.-icul, araba de (ibsi-quiarii"- e li e-la- lillos actuales tiempos tan adelantados en lo que respecta timas l ’aseuas con mia nueva parlhura tiuilada Sn. Ho.al arte musical y al gusto de! público, constituye un de e r o . ettvo libreto es originai del celebralo atllor de
delito artístico cuando no so cuenta con elemento- su­ J .it ara c la a d. la la rd i.
lèi è s i t o q u e h a o b t c n id u la. u l t i m a jir o d n e e io n d e los
ficientes pura que una ejecución esmeradísima ponga
de manifiesto las bellezas sin cuento que la obra de S r e s . L a r r a v B a r b i e r i f o n i . a n i ('-poca en lo s a n a l e s de!
Mozart encierra. y\si ims explicamos el éxito frió que t e a t r o d e la / .arzm -la. B a s t o s a b e r :i m i e s t r o s le c l o r o s
lin e la s IfS p r im i- r a s rojirf.-soiitaciones d e Snem-s de aro
lia obtenido en la actual temporada.
Consuélense, sin embargo, nuestros lectores, que si limi p r o p o r r io jn t d o ;i la r-mpresa la re j n - l a b l " c a n i idad
la ejecución del Don Ju a n no lia, sido, m general. dig­ d e I i iute nid d u ro.:.
na, de la obra, en cambio la de ] J E b n a nos lia, demos­
B a r b i e r i previ-ia; ¡iid n d a b le n ic iili- los resu.ltados p e e n trado bien á las claras quo no escribió llalew su gran i ii a rio - q u e lialiia d e p r u p o r o iu iia r le mi z a r z i i e i a , y ;i
partitura para (pío fuera interpretada por ciertos artis­ fi u t ili: li o m b n - a g n u l e c id i» , s e p ro p iiso j i a g a r * < n a n t e tas muy poco dados á achaques dramáticos y elevación laeioii una, .-a g r a d e dei: la :i la I t iq u e z a . ¡ A v a r i
y pureza de estilo.
lie IMíUlOS 1pie relevándose - Il­
l'io eli l ' I o ; dò 1.1- i
Salvemos la romanza del acto segundo cantada ad
. dirigen la. nave que lleva ei 1
i-e.-'n a m e i i t e en e l lini
mirablemi-nle por la señora Nass y el aria di I ruarlo su pupa el ii o n jb r e d e
•ID/á de tren , 11itigli mi más ileu
que el Sr. I’.arbaeeini dice con buena voluntad , y cor­ e n m i i r e m l i i l a . iiin g u u
;i> gallarda , mas grui-K.isa, ipnramos mi tupido velo sobre el resto de la ópera.
Ili':sto toda sil ílLeiK'inU el I"'No nos explicamos las razones que puedan asistii á pillar au tur de l ’tin // /aran ; lia dibujado airosamente
la señora Sass para mirar con olímpica indiferencia l"s ai-i/i aliños eoiilornos de la diosa de a r o ; la lia ador­
ciertas magnificas producciones. Esperamos con áu.-ia mido «ani una laili fie grado-a y deslumbradora; la lia
la primera representación de L a A /iininit para admi
llenado de piropos artísticos; lia empleado para ven
rar á la distinguida cantante
como la liemos admirado cerbi todos los recursos del mimo y de la adulación.....
,
en Los II nijaiiiili s , y confiamos en que la perfecta eje- musicales, por supuesto.
eliciuti de S .'ll/ia destruirá completamente el mal electo
llermosura, ¿pura qué la <|U¡ere liarbicri ! ¡ Bali! Se
que en el público inteligente Imbiuti causado las incali­ contenta con una diosa esbehita, bailarina y coqueta.
ficables distracciones de la señora tía,ss. Su tan cubjuc.
Deja la Véuns do Alilo y elige una de las alémimidtls
Ul chispeante compositor del T ríbulo d e la s cien don-
creaciones que han Lecbo la gloria, de Wat toan.
¡ Virtud! Lloremos, lloremos como llora en la zar­
zuela Ja virtud de ’Barbieri. A bien quo. en la sociedad
actual, virtudes eonio
la de Larra y Bnrbieri
(ieiieii que presentarse
en el escenario de na
leal ro, sopeña de pasar
desapercibidas bajo la
incredulidad sin limi­
tes (pie respecto á este
género alimenta •I si­
glo do las luces.
Este articulo so lia
hecho ya muy extenso;
resumamos.
Barbieri
lia do.-crito á las tres
diosa- asignando :i cada
una un tinte adecuado
á m i respectivo ] -aier.
11 lyeiul- - -1" los i (.'cur­
sos de I r ..-bu <¿ rúa,
La >//•• .-!•••■- ni cuanto
el a-unt-' pn-lia dar de
.-i. lm>ta el exiri-mo de
pian r en música una
citsuli.idii di i'“ o/rijos
á la i i siami <a tina
vñera
i" . cuya exhi­
bición .-o verifica en el
segundo acto; lia escrito un0 deliciosa introducción
para e-tc a r l " , Hilos eio/dtl.i de repetición. estilo
Tule r.rit'iiin ia. ademas de una dramática escena
para barítono \ varios coros de efecto.
Cotilo antes dijimos, solía esmerado ; I Tari vagón!
en ln de-cripcion d é la Fortuna, y ésta lia »tendido
solicita á su- ruegos.
Larra, el mismo Larra, vendido también al oro
del..... arle, lia demostrado la seguridad que tenia
cu la I entina, haciendo (pío el banco del lio Toque
( Ardonus) se i.-i.invierta al final del acto piliin-ru en
un deposito deoru, ¡ Su-j icaeia feliz! ¡Dichosos pre­
sentimientos I
i -Vil, tio limpie, tío I¡Oque ! usted conoce como
nadie la aguja de marcar..... al público.
A n tonio P
S a b id o es rp „. el
|,
u na y
(« o ñ i .
. t l .( e „ P a l i a c , ,m Q r.,, F r a n .
cui. cuim» cu i«njn< L - |.:iim i|i.i,t¡r <•>('niio'*i<|o, m* coro1 ■> to- l i e v i n o I l l a n c o y ( - i v a s - i . M iu n - ia s m a s
h k ’-ií „ - safuila óii-.-: p e n i e l I / r i i i n i a l i c o m í a n i h S u / l e s l a m s i a i l n á su
í t ' i i i . r i i i t i i a ' , . - i.le i
i . . i ; .w y ■ x i e r i n n n i . - s p a r a poder
j n - i - i - i l l a r a l j o i i •! ¡i-i > l i n a l„ e . i.-i i n c u y a c n n r i - e c i o i i e n Irán
l i i i i r r i i n i /n i
v. j i .. 1. s, y (p e - Si a e r a l a . 1 1 p a l a d a r , f a v o r a b l e
p a r a l a d i g c s l b»i.t, y a p o -po.-iiu | « i r a c i m i l i a l i i- l a s e n n rute*
(¡a'lc.s i ! e l i - s i i - m a m » . I . a l i i c i i i i o - d o a e r i ' i a i l a p o r ilil't-ren*
n -s c o r p o r a c i o n e s c « n l i l i c a . - y p u J 'i . - s o i c s ele J í c d i d i i a .
---------
■•••■ir.ss'tj--------------- -
ANUNCIOS.
id ,
, nueva, r e v i s t a s e m a n a l liurn oiística,
v i í i í tas y c u r i c a i , tiras q n c la ádorintn, de*
b i n a .s sí l o s |>ri 111 i r o s l ü l i ü j a n i i - s , y p o r s u s c o n d i c i o n e s
e co n ó m ica s.
*
m undo
c ó m ic o
Invotable «oí!
las
s i; Mt.-eril.,- en las principales lil re lias, y en la administra­
ción, plaza de s a n Nicolás, 7 y
i ( ; i : x i > ' . i > K n o i .s i 1 . 1 .0 , " s, a 1 un» de. m e m o r i a d i a r i o p a r a 1S73»
f i . - o n t-aá.-n l a r i o y c a í a d e i l a i l r i i l , li 'o r o e ti l ú a i i c o p a r a aptin*
1 ai-¡o]|i
a r a n c e l d é l o s iuzg.a-.to.s m u n i c i p a l e s , n u e v a t a r i l a d e
C o r n - iis , l a m a d e l o - e iie ¡ i - d e p l a z a . d e l o s í e r r o - c a r r i l i - - , ^t c -
Precios a ' aieauee (!•• inda- las Ion u nas, desde una ix.-saWi
l-a.- : a l o s U l a s C l o g a U i C Í . —-Llb¡'< l i a d o J ' . a l b y - l í a i l l í e l ' e , p l a z a
de
Toju te, J.O,
C O (\lí‘. \ \ Í A Ili-; V A IM I R E S C O J ÌIIE O S
li AMBI 110 u-.\ MIvHI (.' ANOS,
PARA
HABANA
Y
NEW-ORLEANS-
iSablrá de S; 1111.-1.-111■-¡ ori 7 al 8 ile Febrero (salvo ¡ulpodimeuto imprevisto) 1 I vapor
V A N D A LIA .
l'recioK de pasaje ile Santander á
1
•
SI-AVIIA UANA.
l'rimera enmara. .
Tercera id. . . .
"iil.-:ASi
/:■
/A'tUi-
............................. 2 . 0 4 0
2.040
.............................
800
s 70
U e p resc n ta iiteb en Iv-paím, E e lie g a ru y y C om p añía, S*®
tander.
MADtvlD.—IMfUK.NTA DK M. ÍUVADBSJSYBA,
Duque de Osuna, 8,
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