— Concubinato 390 — y sociedad de hecho (NOTA DE JURISPRUDENCIA) Por el Dr. Eduardo J. Couture En este mismo número hallará el lector dos sentencias conformes del Juzgado Letrado de Primera Instancia de 5* Turno y del Tribunal de Ape laciones de 2" Turno, reconociendo la existencia de una sociedad de hecho entre concubinos ( i ) En la de segunda instancia se manda restituir a la esposa la mitad de las ganancias -obtenidas en el establecimiento comercial del demandado entre los años 1907 y 1928. La amphtud con que fué llevado el -debate judicial 3^ el mismo carác ter del asunto invitan a abstenerse de reproducir los escritos que se hallan en el expediente. Pero no es inoportuna una breve "mise au point" de tan delicado y atrayente problema. . I El concubinato, por prolongado y estable que de por sí, la existencia de una sea, no hace presumir, sociedad de hecho. (1) Sobre concubinato, en general, puede consultarse: BRTJGI, en "Digesto Italiano", T. VIII, 1^ parte, 1896. PLASSARD: "I,e concubinat romain sous le Haut Empire'', 1921. SENN: "La famille antigua et les principales assises de la famille maderne", 1930. LEROY: "Le concubinage dans le droit frangais", 1909. LIBOT-T-E: "L'état de con — — — — cubinage", 1921. En síntesis, VALVERDE: "El concubinato", en "Revista General de Legislación y Jurisprudencia", Madrid', agosto de 1935, pág. 184, reproducido en "Jurisprudencia Argentina", T. 53, doct. p. 49. Sobre sociedades de hecho, la obra — una breve — de HEMARD : "Théorie des nullités des societés et societés de fait". — La 391 — se ha resistido sistemáticamente a reconocer dere emanados de la unión libre bajo forma de sociedad (2) jurisprudencia chos especiales es posible crear a espaldas nio de segunda zona", ni lo tolera Ni del legislador una especie de "matrimo el estado actual de la cultura y morali dad ambiente. Los fallos De ilegal e son casi unánimes -en ese base es, pues, indispensable inmoral a la sensibilidad presente esa sentido (3) partir. La tesis (4). . contraria resulta II Pero ron a algunas situaciones surgidas los tribunales a abrir las puertas en a ocasión del concubinato, ciertas soluciones de En primer término, los derechos adquiridos por ios fé que contratan se esposa y que con la concubina halla habilitada Los tribunales que del tercero (5), concubinato (6) terceros (7) en un en la creencia de que terceros es la autorización marital con obliga equidad. de buena ella la legítima pertinente. principio parecieron rechazar todo derecho luego la tesis del mandato tácito del fueron admitiendo o la asimilación al matrimonio en cuanto al derecho de . (2) Habitualmente se usan corno sinónimos las expresiones "unión libre'' y "concubi nato", equivalentes al "faux menage" francés. En una reciente nota de A. E. SALAS : "La unión libre y su régimen económico'', publicada en "Jurisprudencia -'argentina", T. 53, pág. 341, se prefiere, por la precisión de su sentido etimológico el concepto "unión libre". (;3) Dicho carácter de unanimidad puede constatarse en las notas de jurisprudencia y estudios especiales que se citarán más adelante. (4) Véase, especialmente, sobre este particular, JOSSERAND: "L'avenemcnt du con cubinat", crónica en "Dalloz Hebdomadaire", 1932, pág. 45. (5) En realidad, el problema emergente del derecho de los terceros no se reduce a. Ia presunción de licencia marital para las compras menudas a que hace referencia el Art. 141 del Código Civil. Adquiere mayor entidad frente a los acreedores que han, contratado con quien consideraron dueño exclusivo de su fortuna, resultando luego ser tan sólo un socio o un comunero. Sobre estos aspectos PL.ANIOL-RIPERT : "Traite pratique", T. 2, pág. 62, donde se constata que los tribunales, en sanción, han declarado obligados solidariamente a los concubinos. Véase, asimismo, un estudio de DEMOGUE, en "Revue Trimestrielle de Droit Civil", 1912, pág. 101.6. (6) "Gazette du Palais", 1910, 1.397 y "Dalloz Periodique", 1904, 2.239, citado este último por GUINARD : "Les effects juridiques de l'union libre en jurisprudence". (7) Algunas legislaciones de emergencia, especialmente las dictadas durante la guerra, permitieron asimilar la condición de la concubina a la de la esposa legítima en materia de "Traite Pratique", T. II, pág. 63. arrendamientos. Véase PL-ANIGL-RIPERT GUI NARD : Op. cit., pág. 22. Nuestras leyes de investigación y reconocimiento de la paternidad ilegítima, han dado entrada, virtualmente, a esta asimilación a los solos efectos de los hijos nacidos de la unióii irregular. En la legislación argentina, en sentido contrario, se determina como causal extintiva del derecho a pensión "la vida marital de hecho", según la 'ley 12.. 154. ■ — — Una jurídicos -primera compuerta se 392 — abría así dentro del cauce de los efectos del concubinato. III Se planteó el problema de las liberalidades entre concubinos y ilícita de las mismas. Tradicionalmente se consideró que los favores del concubino eran "el precio de la inconducta de su compañera", con lo cual la liberalidad caía dentro de la nulidad derivada de la causa ilícita. La orientación fué casi constante, hasta que el admirable rejuvene cimiento de la teoría de la causa dió al problema nueva modalidad. la causa Hoy lícita luego o admite la validez de la se mayoría de actos de esos pues la doctrina se resiste a considerar que sean "pretium muneración de favores contrarios a las buenas costumbres Un nuevo paso se dió así dentro de la tesis de los liberalidad, stupri" o la re (8) efectos jurídicos . de este fenómeno. IV Apareció luego el cúmulo (9) lebrados entre concubinos de de los contratos problemas surgidos ce . (8) El precepto del derecho clásico era; "Dons de concubin a concubin ne vaut" Sobre especialmente, la nota de PI,.-\NIOL en "Si-rey'", 1907, 2, 241. jurisprudencia, GUINARD: Op. cit., en el capítulo titulado "Les liberalités entre concubiiis'', pág. 28 y sigtes. (9) El estado actual de todos estos problemas, así como de los que ya han sido anterior mente mencionados, puede consultarse, además de los tratados generales modernos, en todos los cuales existen desarrollos del tema, en las siguientes tesis y notas de jurisprudencia: AUBINEAU: "Etude critique des conséquences juridiques de l'union libre", 1921, AN.ASTASI: "las relaciones jurídicas entre concubinos", en "Jurisprudencia -Argentina" T. 14, BARR.'^L: "Condition juridique de la famme vivant en unión libre", 1927. pág. 1042. BENOIT CATTIN : "Les effets juridiques de l'union libre", 1922. BINET. "La femme dans le menage", 1904. DESIRY : "Les conséquences juridiques du concubinage en dehors de l'application de l'article 340 du Code Civil", en "Revue Critique de Legislation et Juris prudence" que aparece reproducido en "Revista Crítica de Jurisprudencia", Buenos Aires, 1933, DENOIT DE SAINT MARC: "Le concubinage. Sa noticm, ses effets", pág. 320 y sig. DIAZ DE GUIJARRO : "El concubinato ante la ley argentina",, en "Jurisprudencia 1927. Argentina", T. 47, pág. 875. JOSSERA-ND: "L'avenement du concubinat', en "Dalloz Un conjmito de notas del Dr. AMEGLIO ARZENO, pu Hebdomadaire", 1932, pág. 45. blicadas en "Revista del Colegio de Abogados de Rosario" (R. A.)', abordan diversos temas relativos a esta cuestión, con especial interés. ("Las liberalidades entre concubinos", T. I, pág. 5; "El concubinato hecho jurídico sui géneris", T. I, pág. 121; "La familia y el derecho sexual contemporáneo", T. I, pág. 255; "El concubinato en la historia del derecho francés", ,T. II, pág. 3; "De la responsabilidad del tercero autor de la muerte del coticubino", T. VII, pág. 5.alcance y evolución, véase, Sobre el estado actual de la su — — — — — — — — — . , , — 393 — Así, por ejemplo, la venta, el mandato, la sociedad, el préstamo. Evidentemente, la existencia del "faux menage" da a esos contratos una coloración especial, no exenta de cierta sospecha, en razón del orden íntimo de las relaciones que unen a los contratantes y de la eliminación de las vallas de los contratos entre esposos. Los autores que estudian la simulación saben bien hasta qué punto son o -de recelar los contratos celebra-dos entre concubinos cuando contratos tro reflejan perjuicio a esos actos los terceros. De esa circunstancia, fué menester extraer la conclusión de que den del ciclo de presunciones de simulación, la intimidad entre los partí del acto simulado, resulta no siendo motivo de una de las más significativas (lo). sospecha el acto o contrato- respecto de los derechos que puedan corresponder a terceros, nada impide que los contra tos entre concubinos se rijan por los principios del -derecho común. Algo más elocuente, todavía : que no existiendo matrimonio, el pro blema -de la incapacidad de la mujer y de la nuhdad de determinados con tratos entre esposos (ii) no tiene aplicación en este estado de cosas (12). El problema se enriquece, pues, con este nuevo capítulo de fenómenos cipes Pero llenos de interés. V Pero la gular experiencia enseña que no es frecuente el contrato lícito y re entre concubinos. En la vida, por regla, tales contratos no existen. Constituido el con cubinato mediante la convivencia y el comercio íntimo, el hombre trabaja y atiende sus negocios, adquiere bienes que quedan siempre a su nombre su esfuerzo; en tanto, en el hogar co y acrece su fortuna con el fruto -de mún, la esposa atiende las necesidades domésticas, cuida de los hijos y presta al compañero la colaboración necesaria para que éste pueda quedar despreocupado de las exigencias diarias de la vida. ¿Qué decir, entonces, cuando el hombre se arrepiente del pasado, dona a su compañera y a veces a sus hijos, y va. a buscar por otros nos una nueva aban cami felicidad? ¿Qué decir cuando fallece el hombre y su compañera se halla con que toda la riqueza obtenida con los esfuerzos comunes se halla a nombre de v.n causante a quien no es llamada a heredar? ¿Qué solución se debe admitir en esos casos, frente al accidente del trabajo que incapacita totalmente al ho-mbre o causa su muerte? esp., (10) Véase, por ejemplo, FERRARA: "La simulación de los negocios jurídicos", trad. ACUÑA ANZORENA : "La simulación de los actos jurídicos", pág. 250 y 255. pág. 404. (11) Así, por ejemplo, en las situaciones contenidas en los Arts.' 131 y sig. : C, C. (12) Véase GUINARD: Op. cit, pág. 47; y SALAS: Op. cit., cap. VIL — , — El axmulo de soluciones criterio para cada caso La teoría de la de causa, — inmenso (13) I.,a doctrina ha dado un principios generales de derecho. la del enriquecimiento indebido, la de sociedad del daño moral, la del seguro, etc. Todas, sin es acudiendo hecho, la de la culpa, la 394 a distinción, han sido instrumentos más o menos sutiles, y m-ás o menos fe lices, para ajustar y poner en marcha este curioso mecanismo jurídico de las relaciones entre los concubinos. ' VI En el estado actual del tema, se puede afirmar que la doctrina y la jurisprudencia no han legitimado ni miran con más simpatía, el concubi nato regular, prolongado, con todas las apariencias del matrimonio legí timo. Apenas puede -decirse que lo -miran con más piedad y espíritu de j usticía El precepto "nemo auditur quod propriam turpitudine alegans" (14) no resulta de aplicación en este caso, desde que él serviría para que uno de los concubinos (el que tiene a su nombre los bienes), se enriqueciera in justamente a expensas de la labor ajena. La ilicitud del concubinato no puede ser castigo para uno y recompensa para otro. Y menos en el caso en que ese otro sea el hombre que, en la generalidad de las circunstancias, es quien pone de su parte la iniciativa y la persuasión necesarias para que la unión irregular se consume. Este aporte de la teoría del enricpiecimiento sin -causa, ha sido real mente fecundante para el problema -de las relaciones económicas surgidas del concubinato. La forma en que ocurren las cosas, no siempre permite inducir la existencia de la sociedad de hecho. De allí que los jueces pue dan, en función de la, tesis del enriquecimiento, apreciar la entidad del apor te de la mujer a la constitución de la riqueza del hombre. Aporte que muchas veces consistirá en sacrificio, en dolor y en renun ciamiento; pero -que en el conjunto de la actividad económica del concu bino .puede estar dotado de la máxima trascendencia. La doctrina no puede tener la vanidad de dar fórmulas. La vida y el juez deben hacerlo todo. Es frente a cada caso, que -el magistrado dirá si . la concubina ha sido fo-rmación de (13) Para su este una carga para el hombre o una colaboradora en la- riqueza. cúmulo de situaciones, cada día renovadas y siempre diferentes, pueden en la precedente llamada (N*? 9) donde se hallarán las so consultarse las obras mencionadas luciones más recibidas por la jurisprudencia. (14) Sobre el alcance del precepto véase, por dans les obligations civiles", N.os. 35., 104, 130. y 198. ejemplo, RIPERT: "La regle morale — 395 — primer caso, ningún derecho existe Í15). segundo, son de estricta aplicación las palabras del fallo de primera instancia del caso aludido, cuando advierte, con expresiva, elo Para el Para el cuencia, que "sería desoír el sentimiento de justicia más elemental y lesio nar la equidad, mujer que se encuentra en condiciones ningún derecho sobre esos bienes obtenidos comunes. Porque quien da a una mujer la como su mujer legítima y exclusiva y admite desconocer que una las de la actora, no tiene mediante el esfuerzo y desvelo como apariencia de considerarla que ésta la asista durante -muchos años con fluencia, cuando sin culpa de ésta se rompe sus ese servicios, cuidados e in vinculo tan fuertemente existente, la justicia y la equidad proclaman, sin vacilación, que algo debe corresponderle a esa mujer en ese patrimonio amasado mediante aptitudes comunes" > ' ■ , ,. ! VII Para terminar. El 185 del Código del Niño agrega a este problema, en nuestro perspectiva insospechada. Dice ese texto: "Si el presunto padre comparece y reconoce como suyoel niño, el Juez fijará la pensión alimenticia que debe suministrar al hijo y a la madre, de acuerdo con lo precepeuado en el capítulo XVI" Como ese procedimiento rige para el hijo natural, y la ley no distingue cuando habla de "la pensión que debe suministrar a la madre", la consecuen cia lógica es la de que el padre está obligado a suministrar alimento,s a la madre de su hijo natural. ¿Qué alcance tiene esa norma? ¿Rige cuando el padre natural toma a su cargo la crianza y cuidado del hijo? ¿Cuándo cesa la obligación de sumi nistrar alimentos a la madre? ¿Rige aún respecto de aquella madre de mala conducta, prevista en el art. 184 del mismo Código? ¿Es aplicable cuando el padre no reconoce la paternidad? Y así sucesivamente. El problema de las relaciones irregulares entre el hombre y la mujer cuando de la unión -ha nacido un hijo, cobra aquí una categoría casi inquie país, art. una tante. (15) No es posible, en concepto de ESMEIN (en el estudio citado por la sentencia de segunda instancia, publ. en "Revue Trimestrielle de Droit Civil", 1935, pág. 747) elevar el concubinato a la categoría de institución. Pero no es posible dejar de reglamentar las respon sabilidades pecuniarias. Acaso el auge que el mismo tenga en los países de elevada economía industrial dependa, precisamente, de la eliminación de las cargas del matrimonio legal. Co rresponde, pues, que una jurisprudencia seria, orgánica y bien encaminada como la que en cabezan en nuestro país las sentencias transcritas, dé fisonomía y carácter jurídico a las so luciones expuestas brevemente en el transcurso de esta nota. Sobre el estudio de ESMFJN, véase "La unión libre", en "La Ley", T. 1, sec. doct.» pág. 3. 5éB ^ — Hay algo como de venganza bíblica en esta persecución del padre en ra culpas para las cuales la sociedad entorna los ojos y que se apresura perdonar. En nombre del hijo, el legislador instituye aquello que France defi zón de a nía diciendo que "la vertu des femmes est une vertu d'Etat" Y .para defen der esa virtud, echa mano a sanciones que serían casi divinas si no usaran . El humanos. tan recursos tema de las relaciones allí, abierto hacia pues, entre el hombre y la irregulares nuevos e mujer queda, increíbles senderos. Bduardo I Sentencia de Couture . instancia primera Montevideo, Febrero 27 de 1935. VISTOS; Para sentencia definitiva contra J B . . , este por C. juicio seguido M. C. sociedad de hecho. RESULTANDO : Que en la demanda de f s. 4 manifiesta la actora : 1') Que a la edad de 18 años, de estado casada, conoció a don J. B. con quien se alejó del hogar conyugal para constituir con éste una unión irre gular. Se instalaron en la ciudad de Ro-sario (R. A.) donde vivieron durante 8 años. Esa unión constituyó un fuerte vínculo, con todos los caracteres de un matrimonio legal, del que nacieron 4 hijos, con quienes se formó una fa milia m-odelo, que recibieron educación esmerada y posición social envidia ble. En el año 1907 la familia se trasladó a Montevideo con la promesa del Sr. B. de regularizar la situación, época en que reconoció a sus hijos. -A los ojos de sus familiares eran casados y el propio señor B. en alguna escritura manifestó ser de estado casa-do 2") Que después de 30 años de vida en trimonio en el año 1928, con doña R. sirvienta en su casa al abandonar amparó y su dejó y de esa unión nació le ho,gar librada oon común, R.. un doña persona hijo. C. el señor B. — que 3') Que M. C. contrajo conoció — ma como el demandado negó toda clase -de subsistencia y de apoyo, la des propias fuerzas y a la de sus hijos. 4") Que a sus — esposo legítimo falleció en La Plata en el año 1923 y durante toda esa unión con el demanda-do fué su ayuda valiosísima e irreprochable en las tareas del hogar, lo que le permitió formarse una posición económica excep su cional de bienestar y de lujo siendo de notar que al iniciarse esas relaciones poseían fortuna. 5") Que fundada en la existencia de una sociedad de hecho (Art. 1881 del C. Civil) o de enriquecimiento injusto (Art. 1308 del C. Civil) viene a reclamar la parte que le corresponde en los bienes ad no — quiridos mientras definitiva esa se sociedad, duró condene que se a esa don fijarán unión J. en B. el irregular. a Por lo expuesto pide que er sumas que ha aportado a restituirle las período del cumplimiento de la sentencia. 39T .- la acción interpuesta sosteniendo: i") Que legal, porque en el caso a que se refiere no exis tió ninguna sociedad, sino simplemente concubinato; nunca tuvo la actora participación ni intervención en sus negocios, ya fuere aportando dinero, cré ditos o efectos, ya una industria, servicio o trabajo apreciable en dinero. Quien vive en falsa unión con un hombre no puede reclamar daños y per juicios; es un hecho que no crea obligaciones; darle el valor que indica la demanda equivaldría a equiparar el concubinato a la sociedad conyugal. 2") Que no es cierto que viva en la opulencia. Cuando se separó de la acto ra le dejó toda la casa amueblada, con piezas finas, incluso un piano, por un valor de más de dos mil pesos y otros efectos en -más de quinientos pe sos; habitó en una casa de su propiedad sin pagar alquileres durante un año; recibió una herencia de .$ 5.000.00 argentinos. La dejó a cargo de sus tres hijos quienes poseen cada uno -mas de $ 3.000.00 que obtuvieron con su ayuda y generosidad. Por su parte solamente tiene tres fincas cuyas rentas le permiten vivir modestamente para atender las necesidades de su hogar. Solicita que se rechace la demanda interpuesta con costas y costos. Que en el escrito de réplica de fs. 18 se insiste sobre los fundamentos legales de la acción -deducida y ofrece probar : que el demandado está en con diciones de bienestar, que no es exacto que haya percibido una herencia de $ 5.000.00 argentinos (por el contrario aportó a esa unión $ 3.000.-00 para cubrir los gastos del casamiento de una hija), que es inexacto que le haya dejado muebles valiosos y que durante inuchos años fué la única colalaboradora que tuvo en su farmacia, atendiendo ese establecimiento, pre paran-do recetas y medicamentos, sin haber existido nunca empleados, que Que contesta el señor B. la demanda carece de base — dando menudo a a su cargo exclusivo esa farmacia. Que duplica fs. 22, arguyéndose en síntesis: i") Que después de rei terar y ampliar los motivos que han guiado su conducta respecto de la ac se tora, agrega la imposibilidad del doble fundamento jurídico que se intenta dar a la acción -deducida, sociedad de hecho y acción de in rem verso ; en lo referente a la sociedad no se aclara bien, si ésta existe por el solo hecho del 2° Que la jurisprudencia en la que se concubinato o del trabajo aportado. — apoya la actora que le mismas citas duce efectos es desfavorable aportadas por ésta; para jurídicos, no pudiendo de como trata de demostrarlo sostener que el concubinato su existencia concluirse en con no la las pro cons sociedad de hecho; para la existencia -de ésta se impone la presentación de un principio de prueba por escrito; solamente podrá recla marse los "trabajos comprobados" que se hayan efectuado. 3") Que nues titución de una — contempla al concubinato, por .ser contrario a la constitución y ley organización de la familia e ir contra las buenas costumbres. tra no Que Que abierto este juicio a prueba se produjo la certificada a fs. 71. a fs. 75 y 89 reiterando los pe las partes alegan de bien probado dimentos de sus escritos anteriores. — 39B ~ CONSIDERANDO : Que de la prueba traída a este juicio surge la jus definitiva que la señora C. y el señor B., que vivían maritalmente, en la Argentina, se establecieron en esta ciudad en 1907 con una farmacia, que fué explotada en común y proporcionó ganancias de tificación importancia relativa, que permitió al señor B. la adquisición de diversos bienes, que provenían de esa comunidad de esfuerzo de trabajo e inteligencia. Que siempre pasó a los ojos de sus clientes 3^ amigos más allegados que la actora era la esposa legítima del señor B., con quien tuvo hijos, que reconoció en forma legal, quienes a costa del caudal adquirido en comiin fueron posteriormente establecidos al tomar el estado de casados. Que esa comunidad de intereses y de existencias duró hasta que el se ñor B. .contrajo matrimonio con la señorita R., que conoció como sirvienta en su casa y con quien tuvo un hijo. Que el señor B. siempre trató a la actora como su legítima esposa disfrutando ésta en rigor del estado de casada, como emerge de la prueba rendida, desde que nadie conocía y sabía la simple unión libre que mantenían. Que la colahoración material y moral que la actora prestó en la far macia sin haber sido negada expresamente, la acreditan las pruebas produ cidas, por ésta y la reconoce, implícitamente, el demandado en el documento de fs. 44 y en las posiciones dadas por absueltas en su rebeldía (fs. 100), que tienen el carácter de una confesión tácita, porque ninguna circunstancia impidió que el demandado contestara personalmente las preguntas que pre tendió formulársele y la de sustracción voluntaria al cumplimiento de ese deber sabia que se sancionaba con la confesión de los -hechos contenidos en pliego. Que el concubinato -more uxorio, como era el existente entre las partes litigantes, produce efectos respecto de la filiación (inciso 4'' del Art. 241 del C. Civil) de manera que su surgimiento eñ nuestro Derecho Civil, ha dejado de ser cosa inmoral y contraria a las buenas costumbres y si el hijo ese que nace de unión de una esa naturaleza, tiene derecho a reclamar de su heredarlo, impide que la mujer que ha vivido- con 1899 hasta 1928, y le ha prestado sus cuidados de mujer, con fidelidad y abnegación, también vea nacer de esa situación algún de recho sobre los bienes adquiridos a costa de esfuerzos y de sacrificios co munes cuando uno de los componentes de la unión libre le pone voluntaria padre alimentos y un hombre, desde mente- fin por su nada exclusiva decisión y voluntad. El concubinato (unión libre un estado de o matrimonio aparente) hecho, dice Bonnecase ( Suplement,' N" 4, no es simplemente pág. 780) sino un jurídico. Naturalmente que si el concubinato, caracterizado como ma trimonio aparente tiene semejanza innegable con la sociedad conyugal, su situación irregular no autoriza para hacerlo regir por las reglas de las unio nes legítimas, pero tampoco cabe duda alguna que a Ií mujer que ha vivido, ¡techo colaborando, con un hombre en la adquisición de una situación económica — con la contribución de colocársela en el plano su de que tiene derecho ciada, 399 — trabajo material y de su apoyo moral, no puede empleada a sueldo, sino más bien de una aso una a su parte cuando la asociación toca a su disolución. Sería desoír el sentimiento de justicia más elemental y lesionar la equi que una mujer que se encuentra en condiciones como las de la actora, no tiene ningún derecho a esos bienes obtenidos mediante el es fuerzo, y el desvelo comunes, porque quien le da a una mujer la "apariencia" -de considerarla su mujer legiti-m-a y exclusiva y admite que ésta lo asista -durante muchos años con sus servicios, cuidados e influencia, cuando sin dad, desconocer culpa de ésta se rompe ese vínculo tan fuertemente existente, la justicia y la equidad proclaman, sin vacilación, que algo debe corresponderle a esa mujer, en ese patrimonio amasado mediante aptitudes comunes. Que el demandado que ha sacado a la actora de su hogar regular, a los 8 años de edad, de la inexperiencia, para crear con ella la situación de hecho mencionada, no encontrará ningún juez que oiga su defensa fundada en la inmoralidad de esa unión, porque sería difícil aun para los c[ue con 1 sideran inmoral " esa situación irregular, decir de qué lado está la moralidad. de los concubinos que se apoya sobre su infamia (turpitude) es en efecto, el individuo que reclama la repetición de un enriquecimiento sin causa que aquel que rehusa la restitución arguyendo el carácter Aquel "menos, " "vergonzoso en el Dalloz Que ejercicio de de la sociedad que le permitió enriquecerlo." (Savatier, nota 1924.2.9.). la actuación de las partes de común acuerdo muchos años, en el una actividad comercial, como, sin duda lo era, la explotación de en la que dominaba un interés semejante, crea una situar hecho, que se aproxim-a a las de las sociedades de hecho, con las consecuencias jurídicas emergentes de la existencia de éstas. una farmacia, ción de La calidad de esta situación, que no negó el demandado, se encuentra suficientemente acreditada por la prueba testimonial rendida, sin que sea objetable su presencia, en virtud de formar el documento de fs. 44 y las posiciones dadas por absueltas en rebeldía de fs. 100 principio de prueba por escrito. (Sirey, 1874. 11. 37), -mayor elegancia, si quiere validar esa prueba acu imposible proporcionarse prue ba escrita debido a (Art. 1599, apartado i del C. Civil) La corte de Lyon i^ Cámara, 12 de Marzo -de 1930, Semaine juri dique, 1931, pág. 945, admitió a una mujer que había vivido largos años con un hombre en la explotación de una granja sin remuneración, probar, con testigos, la existencia de una sociedad de hecho, fundándose en el hecho de siendo sensiblemente más joven que su amante y "sometida en cierto mo do a su ascendiente no po-día exigirle un documento sin aprender las conse cuencias de su situación" ; en estas circunstancias hubo imposibilidad moral en traer nueva prueba escrita. (Revue Trimestrielle de Droit Civil, 1932). diendo, . con es que no se que ha sido la fuerza de las cosas a 400 — — Que la jurisprudencia de los Tribunales Franceses., con la aprobación en los casos en que un hombre y una mujer, han hecho vida de la doctrina común -durante años y debido a la colaboración que ha sido su consecuen cia, han realizado beneficio que se encuentra en posesión de uno de ellos separación, siempre ha reconocido el -derecho del con detenta los bienes. (Desiry, Revue Critique, 1932, páginas 498 y 499; Demogue, Cours de Droit Civil, 1930-1931, en la Facultad de Derecho de París, pág. 573). Esas decisiones se han fundado, por verse, en las especies juzgadas cuando sobreviene la cubino que no participación) o una sim (Hémard, Théorie des nullités, ple des societés et societés de fait, ns. 166 a 171) o a remuneración del con cubino reclamante por los trabajos o servicios prestados (Dem,ogue: .Des obligations, Art. i, m. 805) o la acción de enriquecimiento injusto. (Sa o sociedad civil o comer eial comunidad de bienes sujetos (colectiva una vatier, nota citada anteriormente) a o- en división . juzgado que si durante mu sus servicios y cui proporcionado mujer gratuitamente dados a un hombre que luego la abandonó, tiene derecho a una indemniza ción, que se ha fundado en el principio del enriquecimiento sin causa porque la mujer enriqueció el patrimoiiio de su amante con su trabajo y su servi cio. (Dijon,. feb. 7 de 1928, D. P 1928. 2. 169; cf. Rep. junio 8 de 1916; D. 1927 1. 113; fallos citados por Lasquine y Drubujeand, L'Union libre, N'' 53, 1934) La Corte de Dijon (r-' Cámara, feb. 7 de 1928, Gaz. Pal, 1928. i. 501) ha hecho aplicación de la acción de enriquecimiento injusto en el caso Últimamente los citados Tribunales han chos años una ha : dos personas casadas cada una de ellas con un tercero han vivi concubinato y el hombre prometió el matrimonio cuando se hubiera di vorciado; la mnjer, remunerada por sus servicios en el comercio de su aman siguiente do en te, que renunció a ello en la esperanza del matrimonio, tiene derecho a una disindemnización por in rem verso; "ella acreció el patrimonio de L. a una mano de obra y a una ayuda retribuida, que recurrir de pensándolo . . " " " " en defecto de sus servicios hubiesen sido necesarios empobreciendo su propío matrimonio, privándose al menos en parte de las ventajas que habría podido sacar de su actividad" Esta acción de enriquecimiento injusto tiene carlácter subsidiario y -debe prosperar cuando no contrato o acto ilícito. se goza de una acción nacida de un -contrato, cuasi (Demogue, Obligations, Art. 3' N"^ 175). Este principio jurídico del enriquecimiento injusto forma parte de la et fond de droit, Rev. super legalidad, dice Hauriou (Pólice Juridique Trim. de D Civil, 1926, p. 309) ; "debería (con el principio del abuso del de la derecho) ser insertado en la Constitución escrita, como el principio constitución la de no políno-retroactividad de las leyes Son principios, indilibertades las de los mismo al constitución de la tica sino social, que " " . " 401 — — "viduales de las familias y de la propiedad. Son los principios constitucionales del comercio jurídico, que tienen en cuenta dos condiciones esencia- " " " les saber a : la de las equivalencia prestaciones y el uso normal de los de- re-chos" Que los bienes obtenidos durante la unión libre de la actora mandado, fruto de los trabajos y esfuerzos de ambos, adquiridos con el de con el ac tivo social restante después de cubrir los gastos de mantenimiento de la fa milia natural que habrían creado, no corresponde sin notoria injusticia que permanezcan ambos del demandado, sí poder en que deben no ser repartidos entre . La circunstancia de gozar la de sus hijos naturales, en caso actora el necesario, no -derecho de reclamar alimentos limita ni destruye su derecho de recla,mar la parte que es suya en la asociación o comunidad derivada de la unión libre que se acaba de señalar. Que la condenación en costas no procede con arreglo al -Art. 688 del Código Civil diversidad de mérito de la naturaleza de la cuestión en planteada opiniones. POR TODOS ESTOS FUNDAMENTOS FALLO él demandado debe restituir la unión, que tes del que admite se a la actora las sumas : Declarando que mientras duró aportadas fijarán por el procedimiento de los Arts. 505 y concordan de Procedimiento Civil, sin especial condenación en costas. Código Ejecutoriada, cúmplase Ugón. oportunamente archívese. y Sentencia de segunda — Bnrique C- Armand instancia VISTO, en segunda instancia este juicio seguido por C. M. C. contra B. sobre sociedad de hecho, que viene a conocimiento de esta sala en vir tud de los recursos de apelación y nulidad que el demandado interpuso con J. tra la sentencia de fs. loi, dictada por el Sr. Juez Letrado de Primera Ins en lo Civil de Quinto Turno, que condena al demandado a restituir a tancia la actora las sumas aportadas mientras duró la unión, sin especial conde nación en costas. Dando por reproducida la relación de antecedentes que se formuló en la sentencia recurrida, y RESULTANDO que el demandado al expresar agravios ataca la sen tencia porque se aparta de principios fundamentales textos Código Civil y desatiende positivo; porque la prueba de probar hechos prohibidos por la ley ex expresos del de nuestro derecho la actora que recoge 'el fallo tiende a derecho fundado en el hecho mismo -de la viola ha de los artículos 1880 y 1881 del Có prescindido ley; y porque Civil; que todo ello lo comenta extensamente en el escrito de fs. 121 presamente y reconoce un ción de la digo y concluye solicitando demanda, con costas y la revocación de la sentencia y costos. se le absuelva de la -- 402 — RESULTANDO que la actora contesta los agravios dicendo: que no apoyado esta acción en una sociedad universal opuesta al Art. 1880 del Código Civil; que no ha existido violación de la ley de farmacias de 1910 ni es lícito que el demandado la invoque para quedarse con todas las utilida des; que este juicio no reposa sobre el concubinato, sino sobre la sociedad de hecho y sobre el enriquecimiento sin causa, y nada obsta a que se prue ha ben hechos ; que la sociedad de hecho es una mofialidad individual de la que impide el enriquecimiento injusto, consagrada en los esos norma genérica artículos 1881 sentencia 1308 y del Código Civil. — Pide la confirmación de la . CONSIDERANDO que en lo fundamental el Tribunal tencia recurrida, pues entiende que está establecieron una explotación comercial comprobado acepta la sen que la actora y el reo constituyó una in confundible sociedad de hecho dando lugar a la adquisición de -bienes que, como los de toda sociedad, a su disolución deben repartirse entre los socios (Arts. 1881 y 1937 del Código Civil), sin que pueda tolerarse que uno solo de los colaboradores se apropie todas las utilidades, enriqueciéndose así in justamente en daño de otro, que no ha tenido intención de hacer una libera lidad. (Art. 1308 del mismo Código). El amparo que la sentencia presta a la actora no puede fundarse en el concubinato, que para la ley no existe como fuente de obligaciones, pero el concubinato no puede impedir que surjan obligaciones entre los concubinos en casos en que se originarían entre las personas capaces El profesor Paul Esmein en un artículo que sobre el problema de la unión libre, publica en la Revue Trimestralle de Droit Civil, correspondiente al 4' Trimestre de 1935, dice con sobrada razón, "que si no se -prohibe a los concubinos la facultad de gratificarse mutuamente, con más razón no les en común, que . está vedado el derecho de contratar entre ellos valer los derechos otras pecuniarios originados a título oneroso y de hacei' de hechos que los harían nacer en personas". no puede tener éxito la oposición que el de mandado hace contra la -demanda por fundarse en una sociedad universal de bienes que la ley expresamente rechaza y contra la prueba recibida en razón CONSIDERANDO que justificar un concubinato equiparándolo al matrimonio y explotación farmacéutica al margen de la ley de 25 de de que tiende a se relaciona con una Abril de 1910. Como se que ha a -fs. 152,- este juicio no reposa sobre el relación sexual, sino sobre una sociedad de hecho consecuencia de dos esfuerzos y sobre el enriqueci expresa claramente concubinato, sobre surjido una como del que supone que el demandado retenga .para sí el fruto de la actora, y se reconoce por la misma actora que el concubinato como unión no puede crear de por sí derecho alguno. Tampoco puede 'in fluir el desconocimiento de preceptos de la ley de farmacias, que no es del miento sin causa trabajo — — caso investigar y que daría guna manera a favorecer pables de la infracción en 403 — lugar a sanciones de otro orden; pero de nin enriquecimiento indebido a uno de los cul con un detrimento del otro . Por último, no importa la constitución de una sociedad universal de bienes, la de hecho para explotar una farmacia, que se reconoce por esta sentencia. CONSIDERANDO, por último, prueba recibida que la no permite ad mitir otra sociedad de hecho que la relacionada con el negocio farmacéutico, explotado en esta ciudad desde 1907 en adelante, los demás hechos que se relacionan con la demanda, cpue constituían se vinculan a los 30 años de vida en común ayuda mutua diaria y sí se quiere sa crificada dentro clel hogar, ajena a los negocios del jefe que prosperaron sin la colaboración directa de la compañera no pueden ser admitidos, pues ello equivale a poner en el mismo plano el concubinato y el matrimonio legítimo y crear contra el espíritu de la ley una verdadera sociedad universal igual a la conyugal. POR ESTOS FUND-'VMENTOS, los concordantes de la sentencia apelada y con el Art. 732 del Código de Procedimiento Civil, se confirma la sentencia de fs. loi, sin condenación especial, limitando la restitución a' la mitad -de las ganancias obtenidas desde 1907 a 1928 en la "Farmacia B." establecida en la esquina de las calles X. X. de esta ciudad. Carve Urioste. Cibils Larravide. Ejecutoriada, devuélvase. Lago. y que genéricamente en — la — —