Gustavo López Montiel Rosa María Mirón Lince Francisco Reveles Vázquez COORDINADORES Esta investigación arbitrada a “doble ciego” por especialistas en la materia, se privilegia con el aval de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Este libro fue financiado con recursos de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA), mediante el proyecto “Procesos electorales, reformas legales y sistema de partidos, en el gobierno de Felipe Calderón (2012-2013)”, coordinado por la Dra. Rosa María Mirón Lince, como parte del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación Innovación (PAPIIT) IN 303012. Los estados en 2012: Alternancias y hegemonías Gustavo López Montiel, Rosa María Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez (Coordinadores) Primera edición: enero de 2014 D.R. © Ediciones La Biblioteca, S.A. de C.V. Azcapotzalco la Villa No. 1151 Colonia San Bartolo Atepehuacán C.P. 07730, México, D.F. Tel. 55-6235-0157 y 55-3233-6910 Email: [email protected] ISBN: 978-607-8364-00-8 ISBN UNAM: 978-607-02-5124-5 Diseño gráfico: María Guadalupe Bernal Martínez Corrección de estilo: Stephanie Porto, Génesis Puente. Cuidado de la edición: Pedro Testas Bouzas Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por escrito de los editores, en términos de lo así previsto por la Ley Federal de Derechos de Autor y, en su caso, por los tratados internacionales aplicables. Impreso y encuadernado en México. Printed and bound in México Índice PRESENTACIÓN 9 Parte I. BALANCE GENERAL DE LOS COMICIOS EN LOS ESTADOS Elecciones 2012: Pluralismo en acción 19 JOSÉ WOLDENBERG KARAKOWSKY Leyes e instituciones a prueba: Los órganos electorales en México 35 ROSA MARÍA MIRÓN LINCE Comportamiento electoral en 2012: Cambio y determinantes en las preferencias partidistas. Estudio de las elecciones de diputados federales y estatales 71 MARCELA BRAVO AHUJA El presidente en la sucesión presidencial de 2012 FRANCISCO REVELES VÁZQUEZ 99 El Presidente Calderón y el activismo presidencial en las elecciones de 2012 123 MANUEL VILLA AGUILERA La nueva correlación de fuerzas en el Congreso de la Unión 143 MARCO ANTONIO MICHEL DÍAZ Poder y justicia 153 MACARITA ELIZONDO GASPERÍN La libertad de expresión y las elecciones de 2012 165 GUSTAVO LÓPEZ MONTIEL La segunda vuelta como una forma de legitimar el poder 217 HERANDENY SÁNCHEZ SAUCEDO Parte II. ALTERNANCIAS Elecciones y alternancia en Tabasco 2012. Crónica de una alternancia anunciada 233 GUSTAVO MARTÍNEZ VALDÉS Morelos 2012: Alternancia y voto de hartazgo 261 ENRIQUE CUNA PÉREZ El caso de Jalisco y la caída del Partido Acción Nacional 287 ARTURO LÓPEZ PERDOMO ALBERTO ESPEJEL ESPINOZA Las elecciones de 2012 en Chiapas. Tendencias y paralelismos entre lo federal y lo local JAVIER FELIPE HERNÁNDEZ S. STEPHANIE V. PORTO GUTIÉRREZ 315 Parte III. HEGEMONÍAS Efecto de arrastre y empuje en el proceso electoral de Yucatán, 2012 347 SERGIO ARTURO BÁRCENA JUÁREZ VÍCTOR ISRAEL MONTAÑO PÉREZ Competitividad en las elecciones de gobernador en Guanajuato 1995-2012 365 MA. AIDÉ HERNÁNDEZ GARCÍA FERNANDO DÍAZ PÉREZ El Distrito Federal en números. Proceso electoral 2012 389 GÉNESIS PUENTE ROMERO Parte IV. PROCESOS LOCALES Los partidos políticos y las elecciones en el Estado de Campeche, 2012 413 SUSANA C. PECH CAMPOS Las elecciones en Colima, 2012 439 JORGE GERARDO FLORES DÍAZ La participación electoral en el Estado de México 1996-2012. Un enfoque demográfico 455 JUAN CARLOS VILLARREAL MARTÍNEZ Las elecciones municipales en el Estado de México: El peso de las figuras nacionales y de las campañas presidenciales RAMIRO MEDRANO GONZÁLEZ ALDO MUÑOZ ARMENTA 499 La izquierda en Guerrero en 2012: Las elecciones de la hegemonía 519 RAÚL CALVO BARRERA “No hay novedad”. Nuevo León: Bipartidismo, arrastre y castigo 559 ALBERTO ESPEJEL ESPINOZA ¿Quién ganó las elecciones de 2012 en Querétaro? 591 MARTHA GLORIA MORALES GARZA Las elecciones 2012 en San Luis Potosí: El dominio del PRI 613 HUGO ALEJANDRO BORJAS GARCÍA BERTHA INÉS MORENO GONZÁLEZ Elecciones locales en Sonora 2012: Confrontación política, rezago legislativo y resultados electorales similares JUAN POOM MEDINA 641 Presentación La historia electoral reciente de México se ha distinguido por no arrojar ganadores ni perdedores en blanco y negro sino por la pluralidad y competitividad de la que ahora son objeto los estados y el nivel federal. Las nuevas características del sistema electoral y del sistema de partidos en nuestro país hacen imposible pensar en los procesos electorales como se hacía hace veinte años. Sin duda, el panorama varió en muchos aspectos, en lo referente a los marcos legales, las autoridades, los partidos, la correlación de fuerzas, los actores políticos y sociales, los medios de comunicación y la inserción de las nuevas tecnologías, entre otros. Y todo en plural porque ya no está permitido pensar a México como un ente homogéneo, sino que se requiere pensar en un entramado de distintas realidades que interaccionan y se impactan mutuamente. Los procesos electorales de 2012 dan cuenta de ello. Con la culminación de los mismos inicia una etapa inédita para el desarrollo democrático del país. 2012 ha sido el año en el que más procesos electorales se han llevado a cabo en toda la historia de México ya que además de la renovación de la presidencia de la república, de los 500 diputados y los 128 senadores, simultáneamente se efectuaron comicios en 15 entidades federativas como producto de la reforma electoral de 2007-2008 que establece la homologación entre comicios federales y locales. En Chiapas, Distrito Federal, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Yucatán y Tabasco, los ciudadanos eligieron a su ejecutivo local, mientras que en Campeche, Colima, Guerrero, Estado de México, Nuevo León, Querétaro, San 9 Luis Potosí y Sonora se renovaron también los congresos estatales y los ayuntamientos; en total fueron 580 los diputados locales electos y 891 los presidentes municipales. La presente obra colectiva tiene como principal objetivo contribuir a la explicación de lo acontecido en las pasadas elecciones tanto en la esfera nacional como en la local. Los capítulos que integran el libro se abocan a lo sucedido en cada una de las entidades con comicios locales, pero resulta imposible no vincularlos con lo acontecido en los procesos federales. Es por ello que los autores de los textos presentados no dejaron pasar la oportunidad de vincular elementos estructurales y coyunturales para brindar argumentos sobre los fenómenos que caracterizaron las elecciones de 2012. Sin duda, los resultados de los comicios de 2012 exhiben la existencia de un pluralismo equilibrado en donde las negociaciones políticas se tendrán que llevar a cabo entre los tres principales partidos políticos ya que su arraigo y presencia constituyen en conjunto la pluralidad política e ideológica que el país ha sido capaz de alcanzar. Así lo establece José Woldenberg en el primer capítulo de la presente obra, donde analiza el papel que desempeñaron el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en los procesos electorales de ese año, y demuestra que, en la época actual, nadie gana todo ni nadie pierde todo, por lo que es necesario llevar a cabo acercamientos partidistas para poder implementar propuestas con base en la conformación de cada entidad. El artículo de Rosa María Mirón presenta un análisis comparativo sobre los órganos electorales locales y el federal, cuyo fin es extraer variables que permitan conocer el grado y la calidad de la democracia mexicana, a través de sus normatividades electorales. Marcela Bravo Ahuja presenta un estudio sobre el comportamiento electoral en sus distintas facetas con relación a los niveles estatal y federal, y a los poderes ejecutivo y legislativo entendidos en la coyuntura de 2012. A partir de los resultados de las tres principales fuerzas encuentra que hay influencia de las coyunturas en las entidades y resalta la importancia de los partidos pequeños para asegurar triunfos. 10 El texto de Francisco Reveles aborda los factores que afectaron al panismo como partido en el gobierno, la relación del presidente con su partido, su incidencia en la selección de candidatos y su impacto en las elecciones de 2012. Las políticas de Felipe Calderón, sobre todo las referentes al empleo, la pobreza y el narcotráfico provocaron rechazo al partido en el gobierno, lo cual se vio reflejado en las elecciones. La relevancia del texto de Manuel Villa sobre el presidente Calderón y el activismo presidencial en las elecciones de 2012 radica en el análisis del que es objeto el PAN a partir de los presidentes surgidos de sus filas. Por un lado, Vicente Fox relacionado con la cúpula de poder del norte del país y, por el otro, Felipe Calderón que construye su candidatura sobre un “gran anillo de oligarquías”, que es en lo que se había convertido el partido. Los aspectos que considera Marco Antonio Michel en su artículo reflejan la nueva correlación de fuerzas en el Congreso de la Unión a partir de 2012. Así, hace un breve recuento de las reformas que han modificado la integración de cada una de las cámaras del congreso en México y presenta datos sobre el número de diputados y senadores que tiene cada entidad federativa y su afiliación al partido en el gobierno; mide así la influencia que cada uno de los gobernadores podría tener al interior del Congreso de la Unión. Macarita Elizondo hace énfasis en el juego por el poder y en los partidos políticos como los medios a través de los cuales se accede al mismo. Un aspecto fundamental es el surgimiento de ciudadanía informada en este proceso, lo cual se logra a través de la rendición de cuentas que los propios partidos brindan a la sociedad. La libertad de expresión y su relación con las elecciones de 2012 es estudiada por Gustavo López Montiel quien describe los resultados de una encuesta realizada en dos entidades federativas, Oaxaca y el Distrito Federal, con el propósito de acercarse al reconocimiento de las poblaciones consultadas acerca de la libertad de expresión como un derecho fundamental y esclarecer los principales obstáculos para un ejercicio pleno de la misma. 11 Este bloque de capítulos generales cierra con una discusión sobre la segunda vuelta como una forma de legitimar el poder. En este texto, Herandeny Sánchez apunta que, durante las últimas décadas, México ha evolucionado institucional y jurídicamente en lo referente a la reforma del Estado como producto de la necesidad social de un desarrollo democrático del país. Sin embargo, los recientes procesos electorales han dado muestra de una contradicción latente debido a las prácticas más bien antidemocráticas presentes en la política electoral nacional, que orillan a una falsa consolidación de la democracia en México. Los siguientes textos van dirigidos a analizar lo acontecido en cada una de las entidades que tuvieron comicios locales ya que se considera relevante presentar los aspectos que impactaron la nueva configuración de fuerzas en las mismas desde lo local. En primer lugar, el texto de Gustavo Martínez estudia los comicios estatales celebrados en Tabasco y plantea que el triunfo del PRD estuvo íntimamente ligado a un largo proceso de realineamiento del voto, acompañado por uno de desinstitucionalización del tricolor y a la fuerza de la figura de su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador. Las pasadas elecciones de 2012 en Morelos marcaron la segunda alternancia en el ejecutivo local, luego de dos administraciones panistas en la entidad. Para Enrique Cuna Pérez, el triunfo de la izquierda obedece principalmente al hartazgo de los morelenses de la política de contención a la inseguridad y la violencia. Arturo López Perdomo y Alberto Espejel evalúan datos sobre las elecciones de 2012 en Jalisco. Hacen referencia al voto diferenciado en la entidad y presentan los aspectos fundamentales de las diferentes propuestas de campaña, del proceso por medio del cual cada partido eligió a sus candidatos y los conflictos que se generaron. En el capítulo sobre Chiapas, Stephanie Porto y Javier Hernández, analizan el proceso electoral de 2012 y señalan algunas de las nuevas características de la política mexicana, como la mediatización de los candidatos, las nuevas generaciones impulsadas por las viejas cúpulas partidistas, así como la creciente importancia de la imagen de los candidatos. 12 En el apartado dedicado a Yucatán, Sergio A. Bárcena y Víctor I. Montaño realizan un estudio sobre el efecto de arrastre y empuje, y muestran la influencia de un candidato nacional sobre la contienda local y la organización partidista estatal para apuntalar el liderazgo de un contendiente nacional. Sobre Guanajuato, María Aidé Hernández y Fernando Díaz analizan la evolución de las preferencias electorales y advierten que, a pesar del incremento de la competitividad a nivel estatal, distrital y municipal, el blanquiazul ha conseguido mantener su predominio por un conjunto de factores culturales, políticos y demográficos, entre los cuales destacan la fuerte presencia del catolicismo en la población y la proporción entre la población rural y la urbana en el padrón electoral. En el capítulo sobre el Distrito Federal, Génesis Puente hace énfasis en el proceso de selección de los candidatos a jefe de Gobierno y en el nuevo mapa de poder de la capital así como en algunos de los desafíos para Miguel Ángel Mancera y el PRD. Susana Pech relata el caso de Campeche. Pech presenta los resultados electorales y estudia los efectos que éstos tuvieron en la conformación de los órganos de gobierno, y en los reacomodos que se generaron en el sistema de partidos local. Jorge Gerardo Flores Díaz presenta los elementos principales del diseño institucional en Colima, la manera como se desarrolló el proceso electoral 2012 y los resultados de la contienda. Juan Carlos Villarreal estudia el Estado de México y se concentra en las características sociodemográficas de la región y el impacto que éstas tienen en la participación, así como en la cultura política de la población mexiquense. En el texto presentado por Ramiro Medrano y Aldo Muñoz se examina el impacto de las figuras políticas nacionales en los comicios locales del Estado de México. Los autores describen el voto estratégico y el voto de arrastre como dos fenómenos que influyen de manera decisiva en el resultado de una elección. Raúl Calvo se encarga de analizar lo sucedido en Guerrero donde las elecciones locales de 2012 fueron las primeras que se celebraron de manera concurrente con las federales y en el marco de una nueva distritación. 13 El trabajo de Alberto Espejel sobre Nuevo León realiza un recuento histórico de los resultados obtenidos en los comicios locales desde 1982 hasta 2009. A partir del análisis de los datos, el autor llega a la conclusión de que en los noventa se consolida un bipartidismo competitivo entre PAN y PRI, mismo que prevalece. Martha Gloria Morales aborda el caso de Querétaro. Se refiere a la historia de los comicios en la entidad y llama la atención sobre la existencia de un fuerte bipartidismo PRI-PAN, mientras que la fuerza del PRD es prácticamente nula. Mediante el uso del método comparativo, el artículo de Hugo Alejandro Borjas y Bertha Inés Moreno describen lo acontecido en San Luis Potosí durante el proceso electoral de 2012. Dos fueron los elementos legales que destacaron: la proporcionalidad de género en candidatos de mayoría relativa y representación proporcional y la modificación de la propaganda electoral en la vía pública que causaba contaminación y contaminación visual. En el último capítulo Juan Poom Medina analiza y brinda algunas explicaciones relacionadas con los resultados electorales en Sonora, sin dejar de apuntar el hecho de que estos comicios se presentaron cuando el primer gobierno diferente del PRI que ha gobernado la entidad cumplía tres años de funciones políticas y administrativas. En suma, este esfuerzo colectivo se une a los de 2009, 2010 y 2011 con el fin de presentar los resultados de las elecciones desde una mirada local y destacar la importancia que tienen los comicios de gobernador, diputados locales y presidentes municipales en un entramado democrático. Resulta de vital importancia no desestimar este hecho si lo que se desea es llegar a un mejor entendimiento de la realidad político electoral que vive México en la actualidad. Por otro lado, la novedad de este título es sin duda alguna que constituye el primero que recaba también con mayor profundidad el contexto nacional que caracterizó el proceso de renovación de la presidencia de la república y del Congreso de la Unión por resultar fundamental para la comprensión de los años venideros. El libro que el lector tiene en sus manos es resultado del seminario “Los estados en 2012. Alternancias y hegemonías”, que se realizó en 14 el marco del proyecto de investigación “Procesos electorales, reformas legales y sistema de partidos en el gobierno de Felipe Calderón” (PAPIIT IN030312), adscrito a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, con el apoyo del Instituto Federal Electoral, el Instituto Electoral del Distrito Federal, el Instituto Electoral del Estado de México, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México, y la Fundación Friedrich Naumann, quienes hicieron valiosas contribuciones tanto al seminario como a la presente obra. A todos ellos nuestro reconocimiento. Asimismo, es de destacar que tanto para la realización del seminario como para la publicación de la obra, resultó fundamental el involucramiento comprometido de los estudiantes de licenciatura y posgrado Antonio Faustino Torres, Ninfa Hernández, Alejandra Huesca, Berenice Muñoz, y, particularmente, Stephanie V. Porto Gutiérrez y Génesis Puente Romero, quienes también se hicieron cargo de la revisión editorial de esta obra. A todos ellos nuestro agradecimiento. Gustavo López Montiel Rosa María Mirón Lince Francisco Reveles Vázquez 15 Parte I Balance GENERAL DE LOS COMICIOS EN LOS ESTADOS ELECCIONES 2012: PLURALISMO EN ACCIÓN JOSÉ WOLDENBERG KARAKOWSKY 1,2 En el proceso electoral pasado se formaron tres grandes referentes políticos. Algo que parece un “rasgo estructural” de la política mexicana. Desde 1988 ya no fue uno ni fueron dos los protagonistas estelares de la contienda. En 2012, dos coaliciones, una del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y otra del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC), y el Partido Acción Nacional (PAN) construyeron tres grandes constelaciones formales e informales en torno a las cuales se orientó eso que a falta de mejor nombre llamamos la sociedad mexicana. Y todo parece indicar que ningún exorcista será capaz de convertir, en plazo breve, un “juego” de tres en una disputa entre dos. Ello, porque los tres grandes partidos que organizan y ofrecen cauce a la vida política del país tienen arraigo y presencia. Sus votaciones, por supuesto, son fluctuantes, su arraigo territorial diferenciado, pero en conjunto ordenan la pluralidad política e ideológica que cruza al país. Doctor honoris causa por la Universidad de Guadalajara. Maestro en Estudios Latinoamericanos. Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. 2 El texto recoge y amplía el artículo “Mi lectura de las elecciones” que apareció en Letras Libres, 165, septiembre de 2012. Retoma también algunos materiales que publiqué en el diario Reforma. 1 19 1. MINI HISTORIA Desde 1988 fue claro que ningún partido podía cobijar bajo su manto a ese amasijo de intereses y pasiones, de sensibilidades e ideologías al que llamamos México. Si algo demostró aquella elección era que la diversidad política buscaba y encontraba cauces para expresarse y competir. Y que cada día esa diversidad parecía más equilibrada. Lejos, muy lejos, habían quedado los tiempos del partido hegemónico, de la ideología de la Revolución Mexicana como fórmula omniabarcante, de la legitimidad fruto del movimiento armado de principios de siglo. Lo que también resultó transparente en aquellos comicios es que ni las reglas del juego, ni las instituciones, ni los operadores políticos, estaban capacitados para procesar los resultados tal y como salían de las urnas. El maquillaje de las cifras en aquel año evidenció que si deseábamos, como país, resolver quién debe gobernar por la vía de los comicios era necesario refundar todo el edificio electoral. Ello, venturosamente, sucedió entre 1989-90 y 1996. Cuatro reformas electorales que modificaron todo el entramado normativo e institucional que da forma a las elecciones. Se modificaron los órganos y procedimientos electorales para inyectarles imparcialidad, las reglas de la competencia para construir un mínimo de equidad, se “judicializó” todo el contencioso para obtener certeza, se cambiaron las reglas para la integración de las cámaras del congreso para recibir a la pluralidad política, se ajustaron las disposiciones para el registro de partidos, agrupaciones políticas, frentes y coaliciones, y se diseñó para el Distrito Federal una fórmula de gobierno electo. El resto lo vienen realizando los ciudadanos cada vez que votan. ¿Y qué tenemos? Un mundo de la representación política plural y equilibrada. No existe fuerza política relevante en el país que no encuentre en la vía electoral la posibilidad de hacerse presente. 20 2. ELECCIONES 2012 Contra lo que algunos auguraban y otros querían, de nuevo las elecciones recientes certificaron la existencia de un pluralismo político equilibrado que estará presente en el Congreso de la Unión. Tratándose de la presidencia de la república estamos ante un juego en el que solo uno puede ganar y los demás no. De las siete gubernaturas (incluye al jefe de Gobierno del Distrito Federal), 3 fueron para el PRI-PVEM, 3 para el PRD-PT-MC y 1 para el PAN. Y en los congresos locales, en 6 no habrá mayoría absoluta de ningún partido, en 4 el PRI contará con mayoría absoluta de diputados, en 3 la tendrá el PRD y en uno el PAN. Vistos de esa manera los resultados indican que nadie gana todo ni nadie pierde todo. Lo dicho, un pluralismo político equilibrado habita y convive en el mundo de la representación política. Hay algunas noticias colaterales que vale la pena subrayar. No solo se frenó la tendencia hacia un mayor abstencionismo, sino que ahora, en términos porcentuales, votaron más ciudadanos que hace seis años. En 1994, participó el 77.8% de los electores potenciales; seis años después, en 2000, la cifra bajó a 63.97, y en 2006 la tendencia continuó siendo declinante, solo el 58.55% de los inscritos en la lista nominal de electores acudieron a las urnas. Pues bien, el primero de julio sufragó el 63.14%. Algo deben decirnos esas cifras. Que a pesar del discurso profundamente antipolítico que se reproduce en los medios y del no escaso malestar que existe con relación a los partidos, millones de mexicanos (más de 50) decidimos ir a las urnas porque (creo) sabemos que es el único método legítimo para el nombramiento de gobernantes y legisladores. Y creo que intuimos algo más: que es la única fórmula que ha inventado la humanidad para que la diversidad de opciones políticas pueda convivir y competir de manera civilizada, es decir, pacífica y ordenada. El trabajo del Instituto Federal Electoral (IFE) fue eficaz. En materia de organización prácticamente se instalaron todas las casillas. De más de 140 mil solo dos no fueron colocadas. Si tomamos en cuenta que los funcionarios de las casillas son ciudadanos que aceptan convertirse ese día en presidentes, secretarios y escrutadores, luego de un sorteo y una somera capacitación, se podrá entender el grado de dificultad de la 21 operación. Pero si a ello sumamos la sombra de la violencia que acompaña la vida en no pocas regiones del país y la supuesta apatía e incluso malestar que envuelve a la actividad política, quizá podamos evaluar de mejor manera lo que significa que alrededor de 600 mil personas, de diferentes edades, condiciones económicas, grados escolares, hayan aceptado recibir y contar los votos de sus vecinos. Las fórmulas para dar a conocer los resultados la misma noche de la elección funcionaron a la perfección. El conteo rápido, un ejercicio muestral robusto, a las 11:15 de la noche permitió que el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, diera en cadena nacional los rangos en los que fluctuarían las cifras de la elección presidencial. A esa hora, el Programa de Resultados Preliminares (PREP) estaba funcionando y ofreciendo cifras a todos los niveles -nacional, circunscripcional, por estado, por distrito, casilla por casilla-. Y al final, los resultados del conteo rápido y del PREP coincidieron como dos gotas de agua. Por si ello fuera poco, se llevó a cabo el recuento distrital de votos más grande de la historia del país. Más de 70 mil casillas fueron recontadas a partir del miércoles siguiente y por supuesto ese recuento certificó los resultados que ya conocíamos gracias al conteo y al PREP. Ahora bien, el afán por convertir al IFE cada vez más en un juez de los litigios entre partidos es quizá lo que está desgastando a la institución. Debe subrayarse que en materia de organización y procesamiento de los resultados prácticamente no existe controversia mayor. Por el contrario, la labor del IFE recibe muy buenas calificaciones. No obstante, cada vez que un partido acusa a su adversario ante el IFE, el instituto no puede dejar satisfechos a ambos, mientras quien acusa quiere que se condene, el que es acusado desea ser absuelto. Al final, el instituto no puede dejar contentos a ambos, y además, lo más probable, es que el que pierda en el IFE apele la decisión ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Así es el diseño, pero quizá sea una fórmula ingrata para el IFE. Vale la pena además subrayar que a lo largo de los meses, los candidatos a todos los cargos electivos ejercieron sin cortapisas sus derechos y desplegaron sus libertades. Viajaron a lo largo del país o del estado o de su distrito, se reunieron con ciudadanos en grandes concentraciones 22 o en auditorios reducidos, hicieron sus planteamientos y escucharon diversos reclamos y necesidades. En una palabra: un clima de libertades cobijó a las contiendas y por unas semanas la política estuvo en el centro de la atención pública. Lo cual también merece ser apreciado. 3. RESULTADOS. PRESIDENTE Y CONGRESO El próximo presidente de la república será Enrique Peña Nieto postulado por el PRI y el PVEM. Ganó, sí, pero con el 38.15% de los votos. Triunfó en 21 estados de la república;3 mientras Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD-PT-MC, alcanzó el 31.64%, ganando solamente en 8 entidades.4 Josefina Vázquez Mota del PAN obtuvo el 25.40% de los sufragios y triunfó solo en tres estados.5 Sí, será el regreso del PRI a la presidencia. Pero el cuadro general con que se encontrará es marcadamente diferente al del pasado. Recordemos que los presidentes del PRI no solían tener un auténtico contrapeso en el congreso porque su partido contaba con mayorías calificadas o absolutas en ambas cámaras. Ahora ningún partido tendrá los suficientes asientos en las cámaras del congreso como para poder hacer su simple voluntad. Por el contrario, por sexta vez consecutiva en la Cámara de Diputados y por tercera vez en la de Senadores ningún partido tendrá la mayoría absoluta de los votos. Por ello, el diálogo, la negociación, el acuerdo, deberán presidir las relaciones entre las principales fuerzas políticas del país. En las elecciones para el Senado, el PRI sin aliado ganó en 10 estados, junto con el PVEM en otros 8;6 el PAN triunfó en 87 y la alianza 3 4 5 6 7 Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco y Tlaxcala. Guanajuato, Nuevo León y Tamaulipas. Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Veracruz y Zacatecas. Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Yucatán. 23 de izquierda en 6.8 En 13 estados el PAN fue segundo lugar (y por eso se llevó un senador en cada una de esas entidades), el PRI-Verde en 12 y la coalición PRD-PT-MC en 7. Por ello, en el Senado el PAN será la segunda fuerza. En la Cámara de Diputados, sin embargo, la coalición de la izquierda, si se mantiene unida, será la segunda fuerza. Vale la pena señalar que solamente en 10 entidades9 obtuvo diputaciones uninominales, lo que significa que en 22 no obtuvo un solo diputado por distrito, mientras el PRI solo se fue en blanco en 5 estados10 y el PAN en 14.11 Como se sabe, el PRI ganó tres gubernaturas (Chiapas, Jalisco y Yucatán), el PRD-PT-MC otras tres (Distrito Federal, Morelos y Tabasco) y el PAN una (Guanajuato). En cuatro estados hubo alternancia (Chiapas, Jalisco, Morelos y Tabasco) y en tres continuidad (Distrito Federal, Guanajuato y Yucatán). Como cualquiera puede apreciar, las elecciones siguen mostrando su capacidad para modelar el mundo de la representación política. 4. CONGRESOS LOCALES Como se sabe, el 1 de julio también se eligieron 15 congresos locales (contando a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal). Resultan importantes no solo porque son el poder legislativo local, sino porque de su composición dependen, en principio, los márgenes de acción, en ese campo, del ejecutivo. Pues bien, su composición no deja de ser elocuente. En 7 no habrá mayoría absoluta de diputados de ningún partido; en 4, el PRI tendrá esa mayoría; en 3, el PRD; y en 1, el PAN. En los primeros siete se requerirán de acuerdos para hacer avanzar cualquier iniciativa, y en los 8 9 10 11 24 Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Tabasco y Tlaxcala. Distrito Federal (26), Oaxaca (10), Guerrero (9), Estado de México (7), Tabasco (6), Michoacán (4), Morelos (4), Tlaxcala (2), Veracruz (1) y Quintana Roo (1). Baja California Sur, Distrito Federal, Guerrero, Nuevo León y Tabasco. Campeche, Colima, Chiapas, Durango, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas. otros 8, de inicio, algún partido puede hacer prosperar sus deseos sin la concurrencia de los otros. En Campeche, el PRI ganó 20 de los 21 distritos de mayoría relativa; en Chiapas, el PRI tendrá 21 de 40 diputados (luego del reparto de uni y plurinominales), en el Estado de México, 41 de 75; y en Yucatán, 15 de 25. En esas cuatro entidades, además, el gobernador es del mismo partido, aunque en Chiapas se trate de un militante del PVEM, al que también postuló el PRI. Son los estados en los que sus respectivos gobernadores tienen condiciones propicias para hacer avanzar sus iniciativas. Por su parte, el PRD ganó 34 de 66 diputados en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal;12 27 de 46 diputados en el congreso de Guerrero; y 21 de 35, en Tabasco. Al igual que el PRI en las anteriores 4 entidades, en estas tres, el jefe de Gobierno y los gobernadores también son del PRD por lo que especulativamente tienen buenas condiciones para que sus propuestas prosperen en el legislativo local. El PAN solamente en Guanajuato logró eso. “Su gobernador” será acompañado por 19 diputados de un total de 36. En siete entidades, sin embargo, como ya apuntábamos, la negociación entre partidos (o bancadas) será necesaria. Colima tendrá 11 diputados del PRI, 7 del PAN, 3 del Partido Nueva Alianza (PNA), 2 del PRD, 1 del PVEM y 1 del PT. En Jalisco el PRI tendrá 17 diputados, 15 el PAN, 5 MC y 2 PRD. En Morelos el PRD-PT-MC logró 13, PRI-PNA 8, PAN 4, PVEM 3 y el Partido Social Demócrata (PSD) (local) 2. En Nuevo León el PAN tendrá 20, el PRI-PVEM 15, el PNA 3, el PRD 2, el PT 2. En Querétaro el PAN alcanzó 10, el PRI 6, la coalición PRI-PVEM-PNA 4, PNA 2, PVEM 1, PRD 1, MC 1. En San Luis Potosí la distribución fue la siguiente: PRI 9, PAN 6, PVEM 5, PRD 2, PNA 2, PT 1, MC 1 y un partido local 1. En Sonora la coalición PAN-PNA ganó 10 distritos (en uno fue solo el PAN) y la del PRI-PVEM otros 10. (En los datos de la página del Consejo Estatal Electoral de Sonora no aparecen los resultados de un distrito, el V correspondiente a Nogales Sur). Al repartir los plurinominales ambas coaliciones quedan con 15 diputados cada una y dos más son para el PRD.13 12 13 Luego el tribunal le quitó sus dos diputados plurinominales, pero dos que pertenecían a la bancada del PT se incorporaron a la del PRD. Todos los datos, salvo los de Sonora, están tomados de la revista Voz y Voto 234 (julio de 2012). 25 Esas cifras resultan interesantes para observar la distribución del poder en las entidades, pero sirven también para discurrir en torno a las dificultades que los gobiernos locales tendrán con sus respectivos legislativos. En Colima, por ejemplo, al gobernador del PRI le bastaría una alianza con el PNA para obtener una mayoría absoluta de asientos en el congreso local (13 de 25), pero eso mismo no lo alcanzaría con un arreglo con el PVEM (12 de 25). En Jalisco, la bancada del PRI necesitará de acuerdos con el PAN o con MC para forjar una mayoría absoluta de votos. Si solo lo hiciera con el PRD le faltaría uno (19 de 39). En Morelos, el gobernador del PRD, puede mirar a varios lados para construir mayoría: la puede hacer con el PAN (17 de 30), con el PRI-PNA (21 de 30), con el PVEM (16 de 30), ya que con el PSD apenas quedaría mitad y mitad (15 de 30). Y ello, repito, porque solo no tiene los votos suficientes para aprobar nada. En Nuevo León, el PRI, el PVEM y sus aliados locales tienen apenas 15 de 42 escaños. Si hicieran alianza con el PNA llegarán a 18, lo que tampoco les alcanza. Necesitarían los votos del PRD y el PT para obtener apenas 22 de 42. Claro, si la alianza es con el PAN -que por sí solo logró 20 escaños- tendrían una mayoría holgada. El PAN, por su parte, si logra un acuerdo estable con cualquier otro partido, puede convertirse en la voz cantante en el congreso local. En Querétaro, PAN y PRI están parejos (10 y 10) si los 4 de la coalición que giró en torno al PRI se le suman a los 6 que obtuvo solo el PRI. Pero se requieren otros tres para armar una mayoría absoluta y el PRI los puede encontrar en el PNA (2) y el PVEM (1). En San Luis Potosí, si el PRI y el PVEM trabajan conjuntamente tendrán la mayoría absoluta de los escaños (14 de 27), pero si no, el PRI tendrá que buscar construir la mayoría con otros partidos. Y el caso de Sonora resulta curioso por representar un empate entre dos coaliciones: PAN-PNA y PRI-PVEM (15 a 15), solo que el PRD puede ser el fiel de la balanza con sus dos diputados. Porque aunque falta un diputado de mayoría relativa por asignar, no alcanza para forjar mayoría absoluta, se requieren 2. El mundo de la representación es complejo; su aritmética sencilla. 26 5. LITIGIO POST ELECTORAL La coalición de la izquierda (PRD-PT-MC), encabezada por Andrés Manuel López Obrador, solicitó al tribunal electoral la anulación de la elección presidencial. Solo de esa elección, no la de diputados y senadores, no la de gobernadores, no la de congresos locales, no la de ayuntamientos. A pesar de que todas ellas se celebraron el mismo día y con las mismas condiciones. Y a pesar de que en la elección para diputados y senadores esa coalición obtuvo menos votos que en la elección presidencial. Sus argumentos subrayaron que las condiciones de la competencia no fueron equitativas. Aludieron a la compra y la coacción de votos, al posible rebase de los gastos de campaña, a la connivencia entre televisoras y Peña Nieto y a una especie de conspiración de las encuestadoras que trucaron sus resultados para favorecer al candidato del PRI. Vale la pena recordar que la reforma electoral de 2007 estableció con claridad las causales de nulidad de la elección presidencial: a) cuando en por lo menos en el 25% de las casillas instaladas se hayan presentado anomalías como para anularlas, b) cuando no se hayan instalado el 25% o más de las casillas o, c) cuando el candidato ganador resulte inelegible. No se requiere ser Einstein para saber que esas causales de nulidad estuvieron lejos de hacerse realidad en la elección de 2012. Como ya apuntamos, se instalaron prácticamente todas las casillas, en los cómputos distritales se volvió a contar un porcentaje importante de casillas y no se encontraron anomalías mayores, y es poco probable que ahora resulte que Enrique Peña Nieto o no tiene la edad o no tiene la nacionalidad para ser presidente. Los legisladores -incluyendo a los de izquierda- hicieron esa reforma para cerrarle el paso a la llamada “causal abstracta” de nulidad y que permitía al tribunal sopesar de manera subjetiva algunos aspectos de la elección que hubiesen podido gravitar sobre los resultados. Eso lo sabían los impugnadores y por ello aludieron a una supuesta violación a los principios constitucionales que señalan que las elecciones deben ser “libres y auténticas”, además de “periódicas”. Y sus 27 causales de anulación, dijeron, apuntaban en esa dimensión. Solo unas palabras sobre cada una de ellas. Encuestas Ciertamente, la mayoría de las encuestas indicaban que la ventaja entre el primero y el segundo lugar de la elección sería más amplia de la que fue. El argumento de la coalición de izquierda fue que esa operación intentó artificialmente construir la imagen de un ganador y que ello influyó en el voto de los ciudadanos. Las casas encuestadoras deberían ofrecer una explicación amplia y sustentada de lo que creen, suponen o saben que sucedió. Se trata, por supuesto, de una obligación moral, quizá política, no judicializable. Las “fallas” pueden deberse a diferentes causas: el número de encuestados que no quisieron serlo y que fueron substituidos por otros; quizá, el número de indecisos y las formas en que fueron “asignados”; quizá las fluctuaciones de última hora. Pero sería importante y esclarecedora una especie de reunión entre especialistas para escuchar razones. Pero pretender anular una elección por el presumible efecto de las encuestas es otra cosa. Bien a bien no podemos saber el impacto de las mismas. Se puede especular que dar como ganador a alguien sirve para que muchos se quieran subir a la nave del triunfador, pero se puede especular lo contrario, que ante los resultados de las encuestas muchos le dan la espalda porque no desean un triunfo holgado de quien aparece en primer lugar. Compra y coacción Quizá se trate de la impugnación que más visibilidad pública ha tenido. Los casos “Soriana” y “Monex” han ocupado las primeras planas de los diarios y buena parte de los noticieros de radio y televisión. El IFE y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) están investigando y habrá que esperar para ver, con certeza, de qué se trata. 28 La compra y la coacción de votos son delitos tipificados y deben ser sancionados. Sobre ello no debería existir duda. Ahora bien, la cuantificación del fenómeno no es sencilla. Su base material está dada por las profundas desigualdades que marcan al país y por las ingentes necesidades de millones de mexicanos. En esas condiciones no es nuevo que algunos traten de explotar esa situación para intercambiar algún bien por votos. Es posible que para unos mexicanos unos sacos de arroz o unas láminas para su vivienda signifiquen más que una papeleta para votar. Y eso lo han explotado todos los partidos. Pero no es cierto que no existan “contravenenos” contra esa práctica. En primer lugar, la denuncia ante la FEPADE y la necesaria sanción penal (vale decir, que al día de las elecciones el IFE había recibido solamente dos denuncias). Pero en segundo lugar, el propio López Obrador, llamó durante la campaña a recibir los obsequios que candidatos y partidos suelen dar, pero a votar en libertad. Y ello es posible por un mecanismo elemental pero fundamental que construye el IFE: la mampara en la que se vota, y en la que solamente puede estar una sola persona a la vez, de tal suerte que aunque haya recibido presiones o regalos, pueda sufragar en entera libertad, sabiendo que nadie podrá saber el sentido de su voto. Creo que cualquier observador imparcial sabe que la inmensa mayoría de los mexicanos votamos en absoluta soledad y por ello ejerciendo nuestra voluntad. El rebase a los topes de campaña Es posible que haya sucedido y me temo que en más de una campaña. Pero no se pueden adelantar vísperas. Los impugnadores sabían mejor que nadie, que es a partir de octubre que los candidatos y partidos empezarían a entregar al IFE sus informes de gastos de campaña. Y que entonces el instituto haría los rastreos, auditorías e indagaciones del caso. Dando, por supuesto, derecho de audiencia a quienes eventualmente puedan resultar responsables de la violación a la ley. Pero otra vez, ello es así, porque todos los partidos en el congreso decidieron disociar la calificación de la elección de la fiscalización de los recursos de los partidos utilizados en la campaña. Es posible que sea 29 un mal diseño, pero es el diseño acordado por todos. De tal suerte que si alguien rebasó los “topes” seguramente será sancionado con alguna multa, pero no con la pérdida de su escaño o de la presidencia. Señaló además la coalición conformada por el PRD-PT-MC que mucho antes de las campañas electorales, desde 2006, Peña Nieto adquirió tiempo en televisión y radio para promover su imagen. La compra de espacios en radio y televisión está prohibida desde la reforma de 2007. Y quizá ésa sea la sombra más preocupante que habrá de acompañar a las elecciones pasadas, porque ciertamente todo apunta a que con posterioridad a la fecha de la reforma, hubo operaciones entre las televisoras y el apenas precandidato del PRI para lograr su “posicionamiento”. Ello sucedió mucho antes de las precampañas y las campañas, pero es uno de los asuntos que clama por una reforma ya no electoral sino a las leyes federales de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones. Es importante que los medios coadyuven al asentamiento de las relaciones y las condiciones que hacen posible la democracia y no que de vez en vez intenten erosionarlas. Lo cierto, también, es que en el tiempo que duraron las precampañas y las campañas, cinco largos meses previos al día de la elección, los medios cumplieron con la ley. No solo pasaron los spots de los candidatos en “tiempo y forma”, según los monitoreos del IFE y lo que todos pudimos ver, sino que los noticiarios realizaron una cobertura equilibrada de las diferentes campañas. Ahí están, para quien quiera consultarlas, las mediciones del IFE. Es decir, las condiciones de la competencia, en lo que se refiere a la cobertura de las campañas en los grandes medios de comunicación, durante el tiempo de la contienda que insisto, no es corto, fue equitativo. Por supuesto, el tribunal desahogó los recursos de la coalición de izquierda. No se quedó en la formalidad de tratarlas a partir de la normatividad legal, porque como ya apuntamos, no se encontraban encuadradas en ninguna de las causales que hacen posible la anulación de la elección presidencial. Se hizo cargo de la dimensión constitucional, la que establece que las elecciones deben ser “libres y auténticas”, pero encontró que los elementos presentados por la coalición no resultaban suficientes ni convincentes para anular la mencionada elección. 30 No obstante, lo más triste del caso es que la elección quedó empañada. O quedó empañada para un número significativo de personas. Porque en el mundo de la fe, muchos creen lo que sus líderes dicen. Quizá no pueda ser de otra manera. Resulta descorazonador, pero no hay opción: continuar con la construcción de confianza; una edificación siempre frágil, en la que se avanza por metros, y se retrocede por kilómetros. 6. FUTURO INMEDIATO Tenemos, pues, un formato de tres grandes partidos que son acompañados por otros cuatro. No hay exorcista que pueda con eso. El pluralismo equilibrado parece que llegó para quedarse (por lo menos por un buen rato). De tal suerte que lo que sigue en la agenda nacional es la forja de acuerdos si es que se quieren realizar ajustes a las leyes, transformaciones al presupuesto, operaciones políticas con sentido. Por ventura, no hay una fuerza política, en singular, que pueda hablar a nombre del país. Y esa será la realidad -refrendada- en nuestro congreso. Las palabras claves son entonces diálogo, atención al otro, negociación, acuerdo. Por supuesto, siempre cabe la posibilidad de dar rienda suelta a los monólogos autosatisfechos que descalifican a los adversarios y solo son capaces de mirar hacia el espejo. Pero ésa, por fortuna, es una vía clausurada por ese universo contradictorio, diferenciado, masivo, complejo, al que llamamos sociedad mexicana. El multicitado mandato de las urnas dice una cosa elemental pero fundamental: si se quiere hacer avanzar un proyecto se requieren acuerdos entre dos o más partidos. Los votantes hablamos el primero de julio; después es la hora de los políticos. De los buenos políticos, aquellos que saben que no se encuentran solos en el escenario y que están obligados a convivir con los que ayer fueron sus adversarios. 31 7. LA VIRTUD DE LAS ELECCIONES Vale la pena entonces subrayar una conclusión: lo mejor de las elecciones son las propias elecciones. Y no se trata de una tautología. El solo hecho de que se lleven a cabo auténticos comicios es una “gran cosa”, precisamente porque no parece una gran cosa. Se trata de un procedimiento aparentemente rutinario que tiene un enorme significado. Escribo “en apariencia” no porque no sea una rutina, sino porque no tenemos más de 15 años de contar con elecciones competidas, libres y equitativas. Las elecciones son una construcción civilizatoria, el único método que permite la coexistencia y competencia de opciones políticas no solo diferenciadas sino incluso enfrentadas. Se trata de la fórmula que permite la substitución de los gobernantes sin derramamiento de sangre (Popper); que presupone que la diversidad política es un capital que debe ser preservado y que es menester edificar un cauce para su expresión; que intenta construir un puente entre gobernantes y gobernados -así sea frágil y momentáneo-; que permite el ejercicio amplio de las libertades; que desata adhesiones, esperanzas, energías sociales; que nos obliga a vivir y convivir con los otros, en el entendido que esos otros tienen una existencia legítima. No obstante, nuestras elecciones transcurren acompañadas de desprecio, distancia crítica e incluso sorna (por lo menos en el mundo de la opinión publicada). Como si produjeran un halo de malestar que les fuera intrínseco y que impide observar lo sustantivo y apreciarlo. Cuatro fuentes -creo- alimentan esas reacciones: a) Los que ven en ellas una fórmula insípida, incolora, aburrida de cambio político. Quienes desearían métodos más vigorosos, coloridos, incluso traumáticos y dramáticos de transformación. Quienes ensueñan cambios revolucionarios, absolutos, radicales; o quienes en nombre de un orden que flota en sus cabezas no desecharían las asonadas o los golpes palaciegos. Y tienen razón: las elecciones se encuentran en las antípodas de esas fórmulas de mutación política porque sus premisas se encuentran a kilómetros de distancia de toda idea redentorista. Hay que decir, sin embargo, que esas posiciones son declinantes, que no 32 tienen ni la fuerza ni la implantación de la que gozaron en el pasado, y que hoy tenemos un gran consenso político en el método electoral. ¿Entonces qué? b) A quienes les parece muy poca cosa las elecciones porque no son capaces de resolver los “verdaderos” problemas del país. Ni la desigualdad, ni la falta de crecimiento, ni la delincuencia, ni la violencia intrafamiliar, ni la sudoración de los pies, son resueltos por las elecciones. Y en efecto. Tienen razón. Lo que sucede es que las elecciones -y en general la democracia- está diseñada para solucionar dos problemas específicos pero cruciales: el de la coexistencia de una pluralidad de opciones políticas y el de ofrecer una vía institucional y pacífica para nombrar y remover a gobernantes y legisladores. Creo que el problema número uno de México es el de su oceánica desigualdad, pero estoy convencido que para atender esa profunda falla estructural es mejor tener elecciones que no tenerlas. Y lo mismo se puede decir del resto de los temas. No sobra decir que las campañas son el mejor momento para que los diagnósticos y propuestas de los partidos -es decir, las soluciones a los problemas- logren captar la atención y el apoyo de los ciudadanos. c) Hay quienes abominan de las elecciones porque no están de acuerdo con algún o algunos de los eslabones del proceso. Todos los hemos oído y leído. Que si son muy caras, que si duran mucho, que si los spots resultan insoportables, que si se vulnera la libertad de expresión porque no se puede comprar publicidad, que si el IFE es un elefante blanco, y sígale usted. Ven un árbol cucho y no aprecian el bosque. A diferencia de las dos anteriores, en este caso no se expresa un desacuerdo con las elecciones, sino solamente con alguna(s) de sus caras. Bueno, pues en estos casos todo está a discusión. Dado que no existe un modelo electoral único y de exportación, muchos de los eslabones se pueden rediseñar, tomando en cuenta que todo es perfectible. d) Pero quizá la fuente de malestar más extendida sea que a muchos no les gustan los competidores. Son como aquellos fans del futbol que no están dispuestos a ver un juego entre Altamira y Celaya, pero que prenden la televisión para embriagarse con un encuentro entre el Barcelona y el Real Madrid. Son a los que no les gustan los partidos y candidatos que aparecen en la boleta, que quisieran otros. Pues bien, para ello debe exis- 33 tir una solución: volver a abrir las puertas para que aquellas corrientes políticas o grupos organizados que no se identifican con ninguna de las ofertas existentes puedan generar sus propias agrupaciones y participar en elecciones. Desandar el camino que la legislación ha transitado en los últimos años y que consiste en elevar los requisitos para que nuevas organizaciones puedan obtener su registro como partidos políticos. Que aquellos que quieran participar puedan hacerlo. 34 LEYES E INSTITUCIONES A PRUEBA: LOS ÓRGANOS ELECTORALES EN MÉXICO ROSA MARÍA MIRÓN LINCE1 1. INTRODUCCIÓN La presencia de una autoridad especializada en materia electoral puede considerarse el punto de partida para la conformación de una democracia que no solo existe en el papel, sino que se materializa en procedimientos, reglas e instituciones. Su función principal, la de organizar los procesos electorales, se fortaleció al dotarla de autonomía funcional y administrativa, además de encargar su conducción, desde 1996, a un órgano colegiado integrado por consejeros electorales y representantes de los partidos políticos y del poder legislativo. La existencia de una autoridad electoral independiente responde a la necesidad de apartar a los poderes públicos de la posibilidad de influir en los resultados electorales. Jorge Carpizo (1987) describe los mecanismos de los que durante años se sirvió la Presidencia de la república para concentrar y monopolizar el poder político. Para transformar esa realidad, el proceso de transición democrática en México incorporó la descentralización del poder presidencial a través de dos mecanismos. 1 Doctora en Ciencia Política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora-investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Responsable del proyecto PAPIIT IN303012 “Procesos electorales, Reformas legales y sistema de partidos, en el gobierno de Felipe Calderón” (2012-2013). 35 En el primero de ellos, una parte de las funciones que acaparaba el poder ejecutivo fueron trasladadas a órganos especializados, capaces de tomar decisiones con base en una racionalidad institucional y objetiva, independiente de la influencia del presidente de la república. En el segundo, con el propósito de consolidar esa separación se dotó a las instituciones de autonomía. Así, entidades como el Banco de México en 1994 y el Instituto Federal Electoral (IFE) en 1996, entre otras, fueron dotadas de autonomía legal, administrativa y funcional para desarrollar sus actividades de manera independiente al poder presidencial. La pérdida de esa injerencia presidencial para elegir a su sucesor y determinar, además, quiénes integrarían los órganos parlamentarios fue un paso decisivo para fortalecer a la ciudadanía frente a los poderes públicos. Esto solo fue posible cuando dicha capacidad, la de distribuir los cargos de gobierno y representación, se trasladó de la Presidencia a la población a través de un conjunto de leyes y procedimientos que quedaron bajo la responsabilidad de la autoridad electoral. La autonomía es, por ello, un valor esencial de los órganos electorales en México. Dotar de autonomía al IFE inyectó confianza a los procesos electorales que se fueron tornando cada vez más competitivos y con ello se garantizó que los resultados dependieran de la voluntad que el electorado expresara en las urnas y no del reparto de posiciones que hiciera el presidente. Así, la decisión final quedó en manos de los ciudadanos. De ahí que el desempeño de la autoridad electoral se configure como un elemento sustantivo de la instauración democrática, cuya relevancia es extraordinaria ya que su actuación ha sido valorada como un factor determinante en los resultados comiciales. Por tal motivo, las adecuaciones a la normatividad en torno a los árbitros de las elecciones buscaron, entre otros aspectos, consolidar la confianza en dichas figuras y dotar de credibilidad a las nuevas instituciones. Estos cambios paulatinamente se fueron volviendo prácticas cotidianas en la vida política del país. Así, el esfuerzo de ingeniería institucional realizado a través de las reformas electorales -constitucionales y legales- derivó en la creación de organismos autónomos: en el ámbito administrativo, el Instituto Federal Electoral a nivel nacional y los institutos, consejos y comisiones 36 electorales en cada una de las 32 entidades federativas; en el jurisdiccional, se encuentran el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y los tribunales electorales estatales. Dichos órganos estarían dirigidos de manera colegiada por un grupo de especialistas en materia electoral sin filiación a ningún instituto político, provistos de un carácter ciudadano; es decir, no partidista. En el presente texto, me concentro en el análisis de la autoridad administrativa, tanto a nivel nacional como estatal. A partir del concepto de autonomía como un elemento indispensable para que los órganos electorales desempeñen sus funciones de manera confiable y eficaz, este trabajo tiene como propósito contribuir a la discusión sobre la labor de tales instancias en el avance democrático del sistema electoral mexicano, bien como coadyuvantes o como obstáculos al mismo. Para ello, se aborda el análisis de una serie de variables que resultan determinantes en la evaluación de dichos órganos. Ellas son: • • • • • Denominación del órgano electoral Naturaleza jurídica Facultades de distritación e iniciativa legal por parte del órgano electoral Integración del máximo órgano de dirección Existencia de una contraloría interna, de un órgano de transparencia y del servicio profesional A fin de alcanzar tal objetivo, se parte de las siguientes premisas: La democracia mexicana es inconcebible sin la existencia y participación de organismos electorales diseñados no solo para organizar comicios sino también para promover la cultura democrática en el país. Su relevancia, desde principios de la década de los noventa, ha sido incuestionable para fortalecer el régimen democrático en México mediante la organización de procesos electorales y a través de acciones permanentes que contribuyen a la formación de ciudadanía. El diseño institucional original de aquellos órganos electorales fundados hace más de dos décadas, que entonces funcionó muy bien, hoy 37 parece estar agotado. Las condiciones históricas son otras, como son también otros los partidos políticos. Los cuerpos colegiados que encabezan estos organismos fueron diseñados originalmente como un espacio desvinculado de los intereses partidistas. Hoy día, por el contrario, pareciera ser que los consejos generales se han convertido en el punto de mayor inestabilidad y en un factor relevante para la pérdida de confianza por parte de la ciudadanía. Por lo tanto, el modelo de organismos electorales que tenemos resulta rebasado para alcanzar los objetivos planteados años atrás. Con el afán de llegar a conclusiones razonables, se lleva a cabo un análisis comparativo de las legislaciones electorales y constituciones locales2 de las 32 entidades mexicanas y de la normatividad federal, a fin de extraer los elementos que permitan discernir sobre el grado y la calidad de la democracia en México a partir de las variables citadas. Es preciso mencionar aquí que en todos los casos, la legislación revisada y considerada en este texto fue la vigente en 2011. En las llamadas democracias consolidadas la importancia de la gobernanza electoral, es decir, de las normas y órganos público-estatales que cumplen con la función de organizar las elecciones tiende a pasar inadvertida (Monsiváis, 2009: 9). Sin embargo, no debemos olvidar que la calidad de la administración electoral tiene un impacto directo sobre la forma en que las elecciones y sus resultados son percibidos y evaluados por la opinión pública (votantes, partidos, medios de comunicación y observadores). La situación actual hace resurgir con gran vigencia el tema de la gobernanza electoral, particularmente en las democracias noveles donde la realización de elecciones libres, limpias y competitivas es determinante en el rumbo que sigan esos regímenes (Pastor, 1999). Desde una perspectiva neoinstitucional, las normas electorales importan pues juegan un papel decisivo en la configuración y funcionamiento del sistema político (North, 1993; Offe, 2006; Lawrence, 2008; Goodin, 2003). Así, una administración efectiva de las elecciones, si bien no garantiza la alta calidad de los comicios, sí resulta indispensable 2 38 Estatuto de Gobierno, en el caso del Distrito Federal. para lograr comicios de calidad, lo que implica consolidar instituciones electorales apropiadas. Bajo esta lógica, la expansión democrática y la movilización ciudadana colocan a los organismos y autoridades electorales frente al reto de responder a las demandas de la consolidación democrática mediante la organización de comicios limpios, libres, periódicos e imparciales. Ello, debido a su tarea de vigilar el correcto funcionamiento del sistema, coadyuvando tanto en la creación, mantenimiento y fortalecimiento de los vínculos entre sociedad e instituciones de gobierno como en la generación de confianza entre partidos y electorado. Es así como la importancia de las instituciones electorales se basa en la capacidad de ofrecer a todos los ciudadanos igualdad de oportunidades y de derechos, además de certeza en la emisión de resultados electorales. De esta forma, la autonomía se concede a órganos técnicos con el propósito de protegerlos de intereses partidistas, para su buen funcionamiento “no solo deben ser independientes de los poderes tradicionales, sino de los partidos o de otros grupos o factores reales de poder” (Cárdenas, 2000: 23). En esto radica la posibilidad de dotar de mayor credibilidad y confianza al sistema y, por ende, sustentarlo legítimamente. Entonces, la labor de los órganos electorales rebasa el ámbito meramente administrativo y se consolida como la acción política determinante en la integración de los poderes del Estado a través del sufragio. De modo que los organismos electorales deben ser considerados fundamentales en la búsqueda y consecución de los objetivos políticos de las sociedades donde funcionan. Con base en ello, tenemos que los órganos electorales pueden cumplir a cabalidad sus funciones, siempre y cuando resulten confiables a los ojos de la sociedad; no obstante, éste no es un asunto fácil de alcanzar, ni de mantener, como tampoco de medir. Las autoridades electorales deben conducirse con profesionalismo, integridad y autonomía. Estos rasgos representan un sustrato indispensable para la credibilidad de dichos órganos y el éxito de las elecciones. Cuando los órganos son neutrales, gozan de la confianza social ya que entregan resultados positivos en la realización de elecciones competitivas y se consolidan como un eje de desarrollo institucional sólido. 39 La neutralidad de esas instituciones se encuentra vinculada a su independencia, la cual también impacta en su credibilidad y en la confianza que generan; es decir, en su capacidad de organizar comicios libres y limpios para la ciudadanía. De tal forma, paulatinamente el tema ha ido adquiriendo mayor importancia y atención de cara a la consolidación del sistema democrático y a las experiencias negativas acumuladas del pasado en lo relativo a fraudes y manipulaciones electorales. Un diseño institucional basado en la imparcialidad incentiva a la autoridad electoral para actuar de forma independiente, promoviendo la imagen de neutralidad y justicia que la ciudadanía espera de ella (Picado, 2006). Porque, sin duda alguna, existen mayores posibilidades de una conducción democrática de las elecciones cuando el órgano electoral es independiente del gobierno y de los partidos políticos, y más todavía si cuenta con personal profesional (López Pintor, 2004). Es más probable que haya procesos comiciales exitosos ahí donde existan autoridades electorales formal y realmente independientes, y se conserve un Estado de Derecho fuerte al mantener poca distancia entre los procedimientos legales y la práctica (Picado, 2006). En suma, en la medida en que aumenta la independencia, mayor es la probabilidad de que se celebren elecciones confiables. 2. LOS ÓRGANOS ELECTORALES EN MÉXICO La actual conformación de los órganos electorales mexicanos es resultado de la profunda reforma política de 2007-2008, que significó una transformación mayor para el sistema electoral mexicano, entre otras razones, porque sus cambios afectaron de manera relevante 18 leyes secundarias. No cabe duda de que la reforma más reciente introdujo cambios sustantivos y positivos en el desarrollo de los procesos electorales; sin embargo, los partidos políticos -a través de sus legisladores en ambas cámaras- no dejaron pasar la oportunidad para restringir la autonomía de la autoridad electoral y, de esa manera, fortalecerse frente a ella. Asi- 40 mismo, a partir de la reforma federal de 2007-2008 algunas entidades fueron abriendo espacios de opacidad e influencia de los órganos ejecutivos del gobierno, directa o indirectamente, incrementando el cuestionamiento sobre la imparcialidad de los órganos electorales. Bajo esta lógica, las reglas del juego pueden ser definidas en función de la distribución del poder a nivel local entre las fuerzas políticas y partidistas, con graves consecuencias en la credibilidad y confianza en las instituciones electorales (Méndez, 2010). De entre las novedades de la reforma, hay que mencionar la renovación anticipada del Consejo General del IFE nombrado en 2003. Entonces, los partidos políticos lesionaron su autonomía institucional y consolidaron sus posiciones dentro del Instituto con el argumento de instrumentar una renovación escalonada como parte de la negociación. José Woldenberg (abril de 2012: 2) identifica al menos tres riesgos para la autonomía de estos órganos que corresponden a las tentaciones de los poderes ejecutivos, los congresos y los partidos políticos para alinearlos a sus intereses, esto es, “a los gobiernos les resultan ‘incómodos’ organismos que actúan siguiendo su propia lógica, en ocasiones los Congresos no entienden -o no quieren entender- que la necesaria independencia puede generar tensiones y desean exorcizarla, y no es raro que los partidos prefieran tener ‘personeros’ que defiendan sus intereses en los órganos autónomos, pero sobra decir que por esa vía lo único que se hace es erosionar a las instituciones, y la confianza en las mismas”. Cuando nació el IFE, los partidos buscaban que el gobierno federal se deslindara de las elecciones. Sin embargo, ahora que las posiciones de gobierno y las mayorías congresionales pueden ser ocupadas e integradas indistintamente por cualquiera de los principales partidos políticos, existe entre ellos plena coincidencia para restringir la autonomía e independencia de la autoridad electoral. En algunos casos lo que se intenta es evitar o reducir las sanciones que derivan de la vigilancia a los gastos de campaña, uso de recursos y solución de controversias, entre otras actividades; pero en otros se llega aún más lejos al delimitar desde las leyes los alcances de la autoridad como árbitro o establecer mecanismos a través de los cuales los partidos y las legislaturas puedan influir en las decisiones que toma el órgano de dirección de la institución electoral. 41 En consecuencia, la defensa de los intereses partidistas podría redundar en un claro perjuicio para la consolidación democrática del país. La reforma electoral que rediseñó el órgano federal también impactó, aunque de manera disímbola, la normatividad local que determina la conformación de los institutos de las entidades federales. Las adecuaciones realizadas en cada una de las entidades han sido muy variadas, pero la intervención es prácticamente el común denominador, pues han cambiado los criterios para la selección de los consejeros, donde la imparcialidad, certeza y legalidad cedieron su primacía y los nombramientos están vinculados a la cercanía de esos personajes con los partidos políticos o bien con el gobernante en turno. La partidización de los órganos electorales destaca como una de las perversiones que aquejan a esas instituciones (Mirón, 2008). En este sentido, existe coincidencia teórica en cuanto a que medir la autonomía y el profesionalismo de los órganos electorales es una tarea, si bien necesaria, muy compleja. A pesar de ello, algunos estudiosos han establecido diversos tipos de medición que resultan útiles para averiguar qué tan confiables son determinados órganos electorales (Hartlyn, McCoy y Mustillo, 2003). Un primer método propone la medición a partir de la naturaleza de las instituciones que eligen a los integrantes y la independencia demostrada por los elegidos en el ejercicio de su función. Una segunda forma de medir se basa en el número de actores involucrados en el proceso de nombramiento. Así, entre más actores se vinculen con las designaciones, más independencia gozarán los elegidos frente a los controles partidarios. Un tercer tipo introduce la duración del encargo y la estabilidad en el mismo como elemento que permite precisar la soberanía del funcionario y, por tanto, la confianza que brinde la sociedad. En este caso, las mejores condiciones se dan cuando el nombramiento es de una duración mayor al de aquellos que lo efectuaron. En la realidad institucional, los tres tipos de medición mencionados abordan procesos que guardan correspondencia y se interrelacionan: cuando las autoridades electorales son designadas por el poder legislativo y cuando además se requiere de una mayoría calificada para su 42 designación, nos encontramos ante procesos complejos que involucran mecanismos de negociación y certeza. Además, los procesos de esta naturaleza hacen más costosa la tentación de remover de su cargo a los consejeros, toda vez que implican la movilización de una gran cantidad de instrumentos institucionales, legales y políticos. Así, se facilita el tercer tipo de medición, pues la designación deja de estar sujeta al capricho de una autoridad superior para basarse en plazos y métodos legalmente establecidos. Veamos qué sucede en las entidades federativas. Parto de la utilización de estos tres tipos de medición, complementados con otras variables que se consideran relevantes para el análisis del tema. Enseguida se presenta una evaluación de las constituciones y leyes electorales de las 32 entidades federativas, así como de la normatividad vigente a nivel federal para plasmar el grado de autonomía y profesionalismo de los órganos electorales en México, obtenido después de las reformas constitucional y electoral de 2007-2008. Denominación de los órganos electorales locales El nombre con el que son designados los órganos electorales de cada entidad varía de una a otra. Para Astudillo y Córdova (2010), la principal causa de esto es que la Constitución federal, en su artículo 116, no señala una denominación específica como parte de los elementos mínimos que deben incluir los ordenamientos locales. En cualquier caso, y quizás por el “efecto-demostración” que la Constitución y el Código Federal de Instituciones y Procesos Electorales (Cofipe) hacen del IFE como Instituto, es posible encontrar dicha denominación en 20 entidades federativas (Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas); en otras 8 son institutos electorales y de participación ciudadana (Baja California, Chiapas, Coahuila, Durango, Jalisco, Oaxaca, Tabasco y Yucatán); mientras que en Sonora y Sinaloa se trata de Consejos Estatales Electorales. En San Luis Potosí, existe un Consejo Estatal y de Participación Ciudadana, y en Nuevo León una Comisión Estatal Electoral. 43 Naturaleza jurídica La naturaleza jurídica de los órganos electorales da cuenta de la intención del legislador de dotarlos de autonomía e independencia formal. En este sentido, dichos órganos “tienen reconocido y asegurado un amplio margen de autonomía que les permite interactuar en un espacio institucional propio, ajeno a injerencias, para que puedan cumplir con las atribuciones que constitucionalmente tienen asignadas bajo el seguimiento escrupuloso de los principios que rigen la función electoral”; además, “se les asignan suficientes garantías para asegurar tanto la independencia objetiva del órgano en sus relaciones con los demás, como la independencia subjetiva de sus principales funcionarios, con el objeto de que mantengan la calidad técnica de su labor sin someterse a presiones o interferencias de ninguna especie” (Astudillo y Córdova, 2010: 46). Así, de manera similar a lo que ocurre en el IFE, la organización, desarrollo y vigilancia de los procesos electorales locales en las 32 entidades federativas están a cargo de organismos cuya naturaleza jurídica los define como autónomos en su funcionamiento y permanentes, excepto en los casos de Nayarit, Querétaro y Sonora donde no está establecida su permanencia. Son también instituciones independientes en sus decisiones, que cuentan con personalidad jurídica y patrimonio propios. Facultades de distritación y presentación de iniciativas legales Su independencia y autonomía se ven reforzadas en algunas entidades con las facultades que el congreso ha otorgado a la autoridad electoral en cuanto a la distritación, así como con la posibilidad de presentar iniciativas legales. De tal manera, en 17 entidades (Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Distrito Federal, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Yucatán) la distritación es una actividad que de manera exclusiva realiza la autoridad electoral, lo cual sin lugar a dudas la consolida frente a los partidos políticos y a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, hay que resaltar que en 9 entidades (Colima, Durango, Guanajuato, Nuevo León, Puebla, Querétaro, 44 Sonora, Veracruz y Zacatecas) esta actividad fundamental en el diseño electoral sigue en manos del congreso estatal, acotando la independencia de la autoridad electoral. En cuanto a los estados de Chiapas, Michoacán y Sinaloa, los distritos uninominales están especificados, en nombre y delimitación geográfica, por los códigos o leyes electorales; sin embargo, no se establece en quién recae la facultad de modificarlos. Con respecto a la facultad de distritación, encontramos tres casos que resultan particularmente interesantes, donde existen serias contradicciones entre la Constitución y la ley electoral local: en la ley electoral de Chihuahua dicha actividad se le atribuye al congreso del estado, pero en la Constitución quedó derogado el párrafo donde esto se establecía.3 En Morelos se específica que los distritos uninominales están definidos por el código electoral del estado, pero también se le atribuye al Consejo Estatal analizar la integración y proponer su reestructuración. Finalmente, en Nayarit si bien la Constitución del estado le otorga la facultad de distritación al instituto electoral, la norma electoral local establece que será el congreso quien distritará a propuesta de la autoridad electoral. Por lo que se refiere a la iniciativa legal, el escenario es menos positivo para las autoridades electorales locales pues, siguiendo lo establecido en el Cofipe, en la gran mayoría de los estados los institutos o consejos electorales no cuentan con dicha facultad. Es el caso de Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. Solamente en seis entidades se otorga a la autoridad electoral la facultad de presentar ante el legislativo local iniciativas legales en materia electoral. Así, en Baja California, el instituto tiene la facultad de aprobar iniciativas de ley o decreto en materia electoral para ser enviadas al congreso del estado; en Chiapas la autoridad electoral puede proponer al gobernador, una vez concluido el proceso electoral y con base en las experiencias obtenidas, las observaciones y propuestas de 3 Al momento de concluir esta investigación, en Chihuahua no se había legislado sobre la titularidad de la facultad de distritación. 45 modificación a la legislación electoral; en el caso de San Luis Potosí, la propuesta se hace al congreso; en el Distrito Federal, el instituto está facultado para presentar a la Asamblea Legislativa propuestas de reforma en materia electoral y de participación ciudadana; en Querétaro también está considerada la posibilidad de que el instituto presente ante la legislatura del estado las iniciativas de ley o decreto que considere pertinentes, para lo cual podrá promover y organizar consultas a los ciudadanos; de igual manera, en Tlaxcala la autoridad electoral puede proponer al congreso del estado iniciativas del ley en materia electoral a través del consejero presidente. Integración del máximo órgano de dirección Por lo que se refiere al órgano de dirección, tanto el IFE como los institutos electorales de las entidades federativas comparten un modelo de organización encabezado por un cuerpo colegiado que lleva a cabo sesiones públicas, donde se toman decisiones a través de la deliberación de los miembros del colegiado y el voto exclusivamente de los consejeros electorales (que en Nuevo León son denominados comisionados ciudadanos), excepto en el caso de Oaxaca, donde los dos representantes del congreso -uno de la fracción parlamentaria mayoritaria y otro de la primera minoría-, también cuentan con voto.4 El máximo órgano de dirección tiene varias nomenclaturas en las distintas entidades, aunque en la mayoría de los institutos se le denomina Consejo General, Consejo Electoral, o Consejo General Electoral, y solo en Nuevo León se le conoce como Comisión Estatal Electoral y en San Luis Potosí como Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana. Las funciones y atribuciones son similares, sin embargo, la integración presenta diferencias significativas tanto en el número de sus integrantes como en las representaciones presentes. Veamos. 4 46 La más reciente reforma electoral en el estado eliminó a los representantes del congreso de la conformación del consejo, dejando el voto solo a los consejeros (Código de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales para el Estado de Oaxaca, reforma del 17 de agosto de 2012). El máximo órgano de dirección está integrado por un número variable de consejeros electorales, uno de los cuales funge como presidente; representantes de los partidos políticos y un secretario, que puede ser ejecutivo, general, técnico, de actas o fedatario.5 En algunos casos, como en el IFE, también los grupos parlamentarios cuentan con representantes ante el consejo. Caso extremo de injerencia y resabio de tiempos ya superados, por fortuna único en el país, es el de Guanajuato, donde el poder ejecutivo tiene un representante en la mesa de consejo, con derecho a voz. Hay órganos en los que también participan el director general del instituto (Puebla y Querétaro), vocales de la Junta Estatal Ejecutiva (Michoacán) y un vocal representante del Registro Federal de Electores (Aguascalientes, Hidalgo, Oaxaca y Puebla). Los consejeros representan una pieza clave para la consolidación de la democracia ya que desempeñan un papel protagónico en los procesos electorales dado que son quienes toman las decisiones más relevantes del órgano electoral. Los consejos tienen un número variable de integrantes. Así, 18 de los consejos locales están integrados por 7 consejeros electorales (Baja California, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Durango, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas); 12 más por 5 (Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Sonora, Veracruz y Yucatán); y solamente Puebla y San Luis Potosí cuentan con la participación de 9 consejeros, igual que en el IFE, lo cual pareciera excesivo. Nombramiento de los consejeros electorales El nombramiento de los consejeros electorales es un proceso con alto contenido político por lo que resulta pertinente detenernos en su descripción detallada. En la legislación electoral mexicana, tanto a nivel federal como local, es el poder legislativo el que aprueba los nombramien- 5 En San Luis Potosí el consejo cuenta con dos secretarios: uno de actas y otro ejecutivo. 47 tos de los consejeros electorales.6 Para ello, generalmente se requiere de las dos terceras partes del congreso. Salvo en los casos de Puebla y Nuevo León donde, en primera instancia, se exige el consenso de los legisladores, lo que si bien resulta complicado de alcanzar en condiciones de ausencia de mayoría legislativa, sin duda otorga una muy positiva dosis de legitimidad a los funcionarios así designados. Sin embargo, de no lograrse esta condición, la legislación poblana también señala que los consejeros electorales podrán ser electos por mayoría calificada del congreso, mientras que en el caso neoleonés a falta de consenso, los comisionados ciudadanos serán electos por dos terceras partes de los integrantes de la legislatura y, de no alcanzarse dicha votación, se procederá a realizar la insaculación por el pleno del congreso estatal. Esta es una medida importante para asegurar que el proceso de selección de consejeros cuente con una mayoría calificada que respalde la integración de la autoridad electoral. Al mismo tiempo, tal requisito hace indispensable un proceso de negociación entre las distintas fuerzas políticas representadas en cada legislatura a fin de poder articular una mayoría.7 Cabe apuntar que la intromisión de los partidos en estos organismos ha sido objeto de estudio. En particular, Federico Estévez, Eric Magar y Guillermo Rosas interpretan al IFE como “un sistema que combina, por un lado, frenos y contrapesos entre contingentes de consejeros electorales patrocinados por los tres grandes partidos y, por otro, una serie de recursos paralelos que permiten a estos partidos frenar o 6 7 48 Mención especial merece el caso de Hidalgo, cuya ley electoral establece: I.- Cada partido con registro tendrá derecho a presentar una lista de diez candidatos; II.- Aquellos candidatos consensuados por todos los partidos políticos, serán nombrados consejeros electorales propietarios y suplentes; III.- Si el número de candidatos consensuados por todos los partidos políticos es mayor de diez o no se consensúa quiénes serán propietarios y quiénes suplentes, se hará una lista respecto de esos candidatos y éstos serán sometidos a un procedimiento de insaculación; IV.- En caso de que no exista consenso o éste sea parcial, la designación se hará bajo el siguiente procedimiento: a.- El Congreso del Estado invitará a un organismo externo con conocimientos en la materia, para que se constituya como Comisión Técnica de Selección; b.- El Congreso del Estado publicará una convocatoria; V.- Los resultados entregados por la Comisión Técnica de Selección, se publicarán en los diarios de mayor circulación de la entidad; y VI.- Se designará por la votación de las dos terceras partes de los integrantes del Congreso del estado presentes, a los consejeros electorales correspondientes, conforme a los resultados proporcionados por la Comisión Técnica de Selección (Ley Electoral del Estado de Hidalgo, artículo 75). Este requisito, destinado a fortalecer a los consejeros electorales, en algunos casos complica el proceso de selección, tal y como ocurrió en la integración del IFE que permaneció con tres vacantes durante 2011. contrarrestar decisiones inconvenientes tomadas en el Consejo General del IFE” (Estévez, Magar y Rosas, 2009); así, el funcionamiento del IFE requiere que los partidos se sientan representados en su seno. Bajo esta lógica, la implosión del sistema en 2006-2007 puede verse como consecuencia de la exclusión de uno de éstos en 2003. Sin embargo, las propuestas de nombres tienen distintos orígenes: pueden ser sugeridos por los grupos parlamentarios, como es el caso en 16 entidades (Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Distrito Federal, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Zacatecas); o bien, su nombramiento es resultado de una convocatoria pública (Baja California, Coahuila, Colima, Estado de México, Durango, Guerrero, Nayarit, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Yucatán). Las legislaciones de Querétaro y Tlaxcala no contemplan quién propone a los consejeros electorales; sin embargo, sí mencionan quién los elige, que en ambos casos es el congreso. Hay que tener presente aquí las especificidades de cada caso, lo cual sin duda impacta en el perfil de consejeros electorales que integran los órganos electorales estatales. De tal manera, en Chiapas, Chihuahua y Jalisco, éstos son propuestos por los grupos parlamentarios previa consulta a la sociedad; en el Distrito Federal, se realiza antes una consulta a instituciones académicas y organizaciones vinculadas a la materia electoral; en Querétaro y Tlaxcala la norma no especifica quién los propone, solamente cómo se eligen; en Hidalgo son propuestos por los partidos políticos. Caso especial es el de Guanajuato donde 3 consejeros son propuestos por el grupo parlamentario que tenga mayor número de diputados, uno a propuesta de la primera minoría y uno a propuesta de los demás grupos y representaciones parlamentarias. En Veracruz la propuesta la hacen los partidos políticos por conducto de sus grupos legislativos o, en caso de no integrarlos, mediante sus órganos de dirigencia estatal, previa realización de una amplia consulta a la sociedad. En Coahuila son propuestos por la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales. En Colima, por los grupos parlamentarios, mediante la realización de una amplia consulta a la sociedad. En Guerrero, la Comisión de Gobierno presenta al pleno del congreso la aprobación 49 de los siete aspirantes que hayan obtenido el mayor promedio en las evaluaciones practicadas para ser designados como consejeros. Y en San Luis Potosí son los partidos políticos y los ciudadanos quienes eligen a sus autoridades electorales. En estos cuatro estados, se realiza una convocatoria pública previa a los procedimientos establecidos. Existen dos casos en los que el consejero presidente es propuesto de manera distinta a los demás consejeros, es decir que se efectúa un procedimiento específico para la propuesta del presidente del órgano electoral con respecto de los demás consejeros: 1) Guerrero, en donde es presentado por las fracciones parlamentarias y representantes de los partidos políticos y elegido por las dos terceras partes del congreso; y 2) Puebla, ya que los grupos parlamentarios indicarán por consenso quien será consejero presidente, una vez nombrados todos los consejeros; en caso de no obtenerse dicho consenso, deberá designarse por mayoría calificada de los diputados presentes en la sesión de pleno correspondiente. Son 12 entidades en donde el presidente es elegido por el consejo (Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Nuevo León, Querétaro, Sonora y Yucatán), mientras que la elección de dicha figura queda en manos del congreso en 19 (Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas). Existe contradicción en el código electoral de Chiapas ya que, en el mismo artículo, primero se señala que el consejero presidente será elegido por el congreso del estado; y, líneas después se especifica que será la mayoría del consejo general quien lo designe. Duración del encargo La duración en el encargo y la estabilidad en el mismo, como elementos de medición, guían la comparación que se presenta enseguida, incorporando también lo establecido respecto a su reelección, pues ello abre la posibilidad de que su trabajo se prolongue más tiempo. 50 El lapso que duran en funciones los consejeros electorales varía desde 3 hasta 9 años. En todos los estados donde los consejeros son nombrados por 3 años, existe la posibilidad de que se reelijan, por lo que pueden permanecer hasta el doble de tiempo en el encargo (Aguascalientes, Baja California, Jalisco, Nayarit, San Luis Potosí, Tamaulipas y Tlaxcala) y esta regla aplica exactamente igual para el consejero presidente. Es preciso mencionar que en Jalisco y Tamaulipas está prevista la renovación escalonada del Consejo. En el Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Morelos y Zacatecas, tanto los consejeros electorales como el consejero presidente son nombrados por 4 años y tienen la posibilidad de ser reelectos, en Michoacán hasta en dos ocasiones. En Baja California Sur, Chihuahua, Hidalgo, Nuevo León, Quintana Roo, Puebla y Yucatán los funcionarios son nombrados por 6 años, con posibilidad de reelección en Puebla y Yucatán, y con renovación escalonada en Chihuahua, Nuevo León, Puebla y Yucatán. En 8 entidades federativas (Campeche, Chiapas, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Oaxaca, Querétaro, Tabasco) los consejeros electorales son nombrados por 7 años. Solo en Chiapas, Coahuila y Querétaro existe la posibilidad de reelección, y la renovación escalonada está prevista en Campeche, Chiapas, Distrito Federal, Oaxaca y Tabasco, pero solamente en Coahuila el consejero presidente también es electo por un periodo igual. Es de resaltarse el caso de Oaxaca donde se presenta una contradicción entre la Constitución local, que establece un periodo de 7 años en el encargo y el código estatal que lo fija en 6. En Durango, los consejeros están en funciones 9 años con renovación escalonada y sin posibilidad de reelección, con excepción del consejero presidente que permanece en su cargo por tres años y puede ser reelecto. En Veracruz, los cuatro consejeros duran 9 años en el Consejo, el cual se renueva de forma escalonada; mientras que el consejero presidente, después de 6 años, puede cumplir con ese encargo por un periodo más. En Sinaloa los consejeros ciudadanos permanecen en funciones dos procesos electorales y pueden ser reelectos. Y en Sonora éstos dirigen al consejo estatal durante dos procesos sucesivos, con renovación 51 parcial en cada proceso electoral, en específico, el consejero presidente se mantiene en el cargo por 2 años. Con la renovación escalonada se hace patente la voluntad de establecer un equilibrio entre la frescura de los consejeros nuevos y la experiencia de quienes se quedan, además de que se busca lograr un adecuado desarrollo de las funciones que legalmente corresponden al órgano electoral, lo que puede traducirse en el cumplimiento de los principios de independencia y autonomía establecidos para las autoridades electorales (Astudillo y Córdova, 2010). El escalonamiento en la renovación de los consejeros permite una mejor sincronía y continuidad en el trabajo de los órganos electorales, al combinar “la experiencia de los integrantes más antiguos de un consejo, la sangre fresca y conceptos innovadores de los miembros recién nombrados” (De Andrea Sánchez, 2008). También inhibe la integración de una comisión o consejo general producto de un esfuerzo legislativo único, pues la renovación por tercios o mitades, según sea el caso, hace posible que cada nueva legislatura participe en la integración de una parte del órgano electoral, con acuerdos, mayoría legislativa y responsabilidad en la conformación del cuerpo de consejeros que ello implica. La posibilidad de reelección puede permitir reconocer el buen desempeño de los consejeros electorales y, potencialmente, fortalecer a la institución de la cual forman parte en la medida de que su permanencia en el cargo depende de la valoración positiva que haga de su desempeño el poder legislativo, al menos durante su primer periodo en el cargo. Pero también es cierto que, en la actualidad, la autonomía de las instituciones está determinada por la de sus consejeros, por lo que la reelección puede ser vista como un elemento de dependencia hacia los partidos representados en los congresos al tener que actuar conforme a sus intereses dejando de lado las verdaderas funciones de un consejero electoral. De las 32 entidades federativas, en 19 está permitida la reelección tanto del consejero presidente como de los demás consejeros (Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas). En Campeche, Durango, Oaxaca y Veracruz está prohibida la reelección de 52 los consejeros ciudadanos pero no la del consejero presidente; mientras que en Chihuahua, Distrito Federal, Hidalgo y Tabasco no es posible la reelección de ningún consejero. Finalmente, en Colima, la legislación solo contempla la reelección del consejero presidente y en Sonora la prohíbe; en ninguna se hace referencia a los demás consejeros. En Baja California Sur, Nuevo León y Quintana Roo no está considerado el tema de la reelección en las leyes electorales respectivas. Cuadro 1. Escalonamiento y reelección de los consejeros electorales ENTIDAD FEDERATIVA Aguascalientes Baja California Baja California Sur Campeche Chiapas Chihuahua Coahuila Colima Distrito Federal Durango Estado de México Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Veracruz Yucatán Zacatecas RENOVACIÓN ESCALONADA √ √ √ REELECCIÓN DE CONSEJEROS REELECCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE √ √ No contemplado No √ √ √ No contemplado √ √ No √ √ No √ √ √ √ No √ √ √ √ No contemplado √ √ √ No contemplado √ √ No No √ √ √ √ √ No √ √ √ √ √ No No √ √ √ √ √ No No √ contemplado No No √ √ √ No √ √ √ √ contemplado No √ √ contemplado √ √ contemplado No √ √ No √ √ Fuente: Elaboración propia con base en los códigos o leyes electorales de las entidades federativas. Nota: La referencia “No” significa prohibición, mientras que “No contemplado” indica que el tema no se encuentra en la legislación correspondiente. 53 Requisitos de elegibilidad En lo que se refiere al consejo general en las entidades, los criterios de elegibilidad de sus miembros han transitado de una regulación más imparcial hacia una que deja abierta la puerta a influencia de los partidos. La reforma de 2007-2008 relajó las prohibiciones para aquellos miembros de partidos políticos que aspiraran a ser consejeros electorales. Mientras que en la mayoría de los países se han establecido restricciones a la posible actividad política de los integrantes de los órganos electorales con el afán de conseguir la neutralidad, en el caso de México se camina en la dirección opuesta. En el pasado, entre los requisitos para ser consejero electoral en nuestro país, se encontraba el no haber sido dirigente de ningún partido político, mientras que hoy en día haber presidido un instituto político ya no es impedimento para después ser consejero electoral. Concretamente en lo que se refiere a no haber sido registrado como candidato a algún cargo de elección popular, si bien en lo federal se establecen cuatro años como mínimo para poder formar parte del consejo general, en los estados esta disposición resulta más laxa. Por ejemplo, en Oaxaca solamente se requieren dos años y en ocho estados bastan tres para poder aspirar al cargo (Baja California Sur, Chiapas, Nayarit, Querétaro, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán). En Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa y Tlaxcala se requieren cinco años. Especial atención merece Hidalgo con un rigor medio, donde se solicitan 5 años, pero este requisito se ve mermado cuando también se especifica que se puede dispensar en caso de unanimidad de los partidos en un nombramiento. En el extremo se encuentra Morelos donde se necesita no haber sido postulado con siete años de antelación, seguido de Campeche, Durango, Puebla y Tabasco, con seis años. En Baja California y Guanajuato no se define el tiempo de restricción. Quintana Roo y Zacatecas no contemplan este requisito. Del mismo modo, en lo que se refiere a los cargos de dirección en partidos políticos, a nivel nacional se señalan cuatro años como espa- 54 cio entre la separación de dicha función para poder aspirar al consejo general. Sin embargo, en los estados los tiempos se reducen: en 14, bastan tres años (Baja California Sur, Chiapas, Colima, Durango, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala y Yucatán). Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Distrito Federal, Guerrero, Jalisco y Veracruz exigen 5 años; lo señala así también la legislación de Hidalgo, pero de nuevo, se puede dispensar el requisito de darse la unanimidad de los partidos en el nombramiento. En San Luis Potosí y en Oaxaca solo se requiere la separación del cargo con uno y dos años de anterioridad, respectivamente. Es de nuevo Morelos el estado con mayor plazo de restricción al prohibir el desempeño de un cargo partidista durante los 7 años previos, mientras que dicha restricción es de 6 años en Puebla y Tabasco. En Baja California, Campeche y Guanajuato no se define el tiempo de restricción. Quintana Roo y Zacatecas no contemplan este requisito. En cuanto al requisito que establece no ser servidor público y no haber sido procurador general de Justicia o secretario de la Administración Pública estatal o municipal en los últimos años, ni Michoacán ni Sonora especifican el lapso. Debe cumplirse durante el último año a la fecha de la designación en Baja California, Colima, Durango, Guerrero, Tamaulipas y Tlaxcala; durante dos años en el Estado de México, Oaxaca y Veracruz; y tres en Aguascalientes, Coahuila, Nayarit y Yucatán. En Tabasco se requieren 4 años, coincidiendo en esto con lo establecido en el Cofipe. Del otro lado, Morelos exige satisfacer este requisito por un periodo de 7 años, le sigue Puebla con 6 años, y Campeche, Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León y San Luis Potosí con un plazo de 5 años. Esta prohibición no se contempla en los otros nueve estados. 55 Cuadro 2. Requisitos de elegibilidad de los consejeros electorales ENTIDAD FEDERATIVA Aguascalientes Baja California Baja California Sur Campeche Chiapas Chihuahua Coahuila Colima Distrito Federal Durango Estado de México Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Veracruz Yucatán Zacatecas NO HABER SIDO REGISTRADO COMO CANDIDATO A CARGO ALGUNO DE ELECCIÓN POPULAR EN LOS ÚLTIMOS AÑOS NO HABER DESEMPEÑADO CARGO DE DIRECCIÓN NACIONAL O ESTATAL EN ALGÚN PARTIDO POLÍTICO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS 5 años Tiempo no definido 3 años 6 años 3 años 5 años 5 años 5 años 5 años 6 años 5 años Tiempo no definido 5 años 5 años (se puede dispensar cuando hubiera unanimidad de los partidos en su nombramiento) 5 años 5 años 7 años 3 años 5 años 2 años 6 años 3 años No contemplado 5 años 5 años 3 años 6 años 3 años 5 años 3 años 3 años No contemplado 5 años Tiempo no definido 3 años Tiempo no definido 3 años 5 años 5 años 3 años 5 años 3 años 3 años Tiempo no definido 5 años 5 años (se puede dispensar cuando hubiera unanimidad de los partidos en su nombramiento) 5 años 3 años 7 años 3 años 3 años 2 años 6 años 3 años No contemplado 1 año 3 años 3 años 6 años 3 años 3 años 5 años 3 años No contemplado Fuente: Elaboración propia con base en códigos y leyes electorales de las entidades federativas. 56 Órganos de control, obligaciones de transparencia y servicio profesional electoral La presencia de los partidos políticos en casi todos los niveles de decisión a nivel federal, estatal y distrital es un importante candado para la actuación de las autoridades electorales, pero no es el único. En cada una de las legislaciones está prevista la existencia de órganos de control que unas veces desde el interior de los institutos electorales y otras desde el poder legislativo, deben dar seguimiento a las acciones de las autoridades electorales. Es presumible una vigilancia más eficaz desde el poder legislativo que desde el propio órgano de dirección de las instituciones electorales, pues poca independencia se puede esperar cuando el contralor depende de los mismos funcionarios que vigila. Sin embargo, esto puede convertirse en un arma de doble filo, ya que la figura del contralor también puede ser un medio para que el partido mayoritario en una legislatura presione a los consejeros electorales. En 12 de las 32 legislaciones electorales vigentes en México no está prevista la figura de un órgano de control o de un contralor. Los estados de Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Zacatecas no contemplan en su Constitución ni en su ley electoral la presencia de un órgano de control, mientras que en Michoacán sí está presente pero a nivel de reglamento. Hay algunas particularidades que conviene mencionar: en 14 entidades federativas y en la legislación federal el nombramiento del contralor es facultad del órgano legislativo (Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Distrito Federal, Guerrero, Jalisco, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán), en tres legislaciones (Campeche, Guanajuato y Puebla) el nombramiento está a cargo de los consejeros y en un caso (Estado de México) el titular es propuesto por los consejeros y aprobado por el poder legislativo. Los estados de Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Zacatecas no incluyen en su Constitución ni en su ley electoral la existencia de un órgano de control. 57 De las entidades que contemplan dicha figura, la contraloría está adscrita al consejo en Baja California, Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí; mientras que en Aguascalientes, Coahuila, Jalisco, Oaxaca, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán ésta se adscribe a su presidencia. Cabe señalar que en Querétaro no se especifica el procedimiento para nombrar al contralor ni la adscripción del órgano a pesar de que sí existe una contraloría interna. La existencia de una contraloría no es el único medio que contemplan las leyes para fortalecer el buen desempeño de la autoridad electoral. Llama la atención que únicamente siete entidades federativas -Campeche, Chiapas, Distrito Federal, Oaxaca, San Luis Potosí, Tlaxcala y Veracruz- consideran la transparencia entre las obligaciones para la autoridad, así como un órgano encargado de garantizarla mientras que a nivel federal, el IFE cuenta con su propio órgano y reglamento en materia de transparencia. Estas obligaciones facilitan la vigilancia desde la misma ciudadanía, a través de los medios de comunicación y los ciudadanos interesados, por lo que representan un potencial vínculo de comunicación y responsabilidad directa entre los consejeros electorales y dicha ciudadanía. Otro aspecto, igualmente importante es el servicio profesional electoral, que a nivel federal opera a través de tres líneas de acción complementarias: a) mediante la puesta en marcha de un programa de formación y desarrollo destinado a ofrecer conocimientos especializados a todos sus miembros y examinar tales conocimientos de manera periódica; b) a través de un método de evaluación anual del desempeño, establecido sobre la base del cumplimiento de los programas encargados a cada uno de los funcionarios; y c) a través de un procedimiento especial para el desahogo de sanciones administrativas o laborales, por el incumplimiento de las obligaciones por parte de los miembros del servicio. (Merino, 1998: 594). De tal manera, el servicio profesional electoral representa no solo una condición de autonomía e independencia de los organismos electorales sino la oportunidad de establecer un servicio civil de carrera, cuyos perfiles han podido servir como referencia para otros. Sin embargo, 58 hay entidades en las que las legislaciones no contemplan este elemento como son: Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas. 3. UN BALANCE Por fortuna para nuestro país, la democracia electoral es actualmente el único método aceptado por los actores políticos para dirimir sus diferencias y competir por el poder. Por ello, es precisamente sobre ésta que se sostiene una gobernabilidad más completa. La calidad de los comicios, entonces, está directamente relacionada con la autonomía e independencia de los órganos electorales respecto de los gobiernos y los partidos políticos involucrados en las contiendas (Hartlyn, McCoy y Mustillo, 2009). A mayor soberanía de las instituciones, más positivo será su desempeño en los procesos electorales, siempre y cuando la independencia institucional esté asociada al respeto a las reglas de juego y a la consideración del contexto sociopolítico imperante (Hartlyn, McCoy y Mustillo, 2009). No obstante, la autonomía de las instituciones está determinada por la autonomía de sus consejeros, por lo que está inevitablemente vinculada al proceso de reclutamiento de esos funcionarios. Entonces, la pauta a seguir es seleccionar personas independientes tanto del gobierno en turno, como de los partidos políticos, de manera que su imparcialidad en la toma de decisiones esté garantizada desde su nombramiento (López Pintor, 2000). La autonomía no es un medio para confrontar a los órganos electorales con los poderes ejecutivo, legislativo o judicial, sino una figura legal que faculta a la autoridad electoral para cumplir con su misión de manera puntual, clara y objetiva. La materia electoral, como los derechos humanos y la transparencia, es un tema en el que no se pueden aceptar entidades ni autoridades privilegiadas, que actúen al margen de la vigilancia y la responsabilidad. Desde este punto de vista, hay elementos que nos permiten saber qué tan autónomos son los organismos electorales de las distintas en- 59 tidades y comprender, a partir de estos parámetros, qué tan democráticas son las mismas desde el ámbito normativo. Tiende a haber más autonomía en el órgano electoral donde su naturaleza jurídica lo define como autónomo y permanente, cuenta con la facultad de distritación y tiene iniciativa legal. Las entidades que gozan de mayor autonomía por contar con los cuatro puntos arriba mencionados son Baja California, Distrito Federal, San Luis Potosí y Tlaxcala. Le siguen 14 estados que solo contemplan tres: Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Coahuila, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas y Yucatán; a este grupo se le une la normatividad federal. Mientras que los que únicamente contemplan dos son: Chihuahua, Colima, Durango, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Veracruz y Zacatecas. Los menos autónomos son Sonora y Nayarit, este último porque aunque su Constitución le atribuye la facultad de distritación, lo que lo insertaría en el tercer grupo, su legislación electoral no lo hace. Es bien sabido que las autoridades electorales en no pocas ocasiones han sido víctimas del fenómeno de la partidización y esta situación no augura nada bueno para la democracia. A partir de ahí, se reconoce la inviabilidad del procedimiento vigente. Por ello, desde la academia han surgido diversas propuestas con el propósito de corregir el rumbo y lograr la generación de confianza en la sociedad. Algunas sugieren eliminar la participación de los partidos políticos en los procesos de selección de los candidatos (Méndez, 2010); otras proponen “dar preeminencia a diseños más técnicos que sigan garantizando elecciones limpias, libres y confiables; [esto] puede ser mucho más atractivo para la ciudadanía que seguir manteniendo órganos con fuerte intromisión de diversos actores políticos, que generan mayor desconfianza y sospecha, lo cual puede tener efectos perniciosos como el abstencionismo o el rechazo a las elecciones y los partidos políticos” (López Montiel, 2009: 100). Con base en lo anterior, se puede afirmar que respecto a la independencia del órgano electoral ésta tiende a presentarse donde: a) el poder legislativo no cuente con representantes en el consejo; b) los consejeros sean propuestos mediante una convocatoria pública; c) el 60 consejero presidente sea elegido por el propio consejo; d) sean mayores los lapsos que deben existir entre ocupar el cargo y los antecedentes de vinculación con algún partido político; e) el número que integra el congreso sea más elevado; f) la duración en el cargo sea más prolongada; g) no haya reelección; h) exista la renovación escalonada; e i) no haya representantes del ejecutivo. En la medida que la legislación de una entidad contemple los elementos anteriores, podrá ser considerada como más democrática porque permitirá que las labores electorales sean realizadas con plena independencia de los poderes ejecutivo y legislativo. En el análisis se encontró que ninguna entidad cuenta con los 9 elementos mencionados; sin embargo, los que más se acercan, con siete de ellos, son el Distrito Federal y Durango. Le siguen siete entidades con seis elementos (Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Nuevo León, Sonora y Tabasco). Con cinco se encuentran Baja California, Hidalgo, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán; a este grupo se le une la normatividad federal. Es de destacarse que hay nueve entidades que están por encima de la ley federal, lo que refiere que hacen falta adecuaciones para que se le otorgue mayor independencia necesaria en la toma de decisiones al Consejo General del IFE. Las entidades que tienen menor grado de independencia en su órgano electoral son aquellas que contemplan de uno a cuatro elementos y son: Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas. Los estados de Guanajuato y Michoacán solo cuentan con un elemento, lo que podría posicionarlos en el grupo anterior, pero debemos anotar, en el primer caso, es la única entidad donde el gobernador cuenta con un representante en el Consejo lo que le resta independencia. Mientras que en Michoacán el único acierto es no contar con representantes del ejecutivo local en el órgano electoral. Lo anterior permite calificarlos como los estados menos independientes en sus decisiones. Respecto de la profesionalización, la presencia de estructuras de vigilancia interna y externa, como son las contralorías y las oficinas de transparencia, sin duda abona a este rubro y, por ende, a la confianza que la ciudadanía deposita en ellos. Si dichos órganos cuentan con los 61 elementos arriba señalados y con un servicio profesional, será mayor el grado de profesionalización. Las entidades que poseen estos tres elementos son Campeche, Distrito Federal, Oaxaca, San Luis Potosí, Tlaxcala y Veracruz; mientras que los que no contemplan ninguno son Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa y Sonora. El cuadro que sigue reúne los elementos normativos que se han analizado con el fin de identificar y medir el grado de autonomía, independencia y profesionalización del órgano electoral de cada entidad federativa. Se ha asignado un valor igual a 1 a cada variable. En cuestión de autonomía el valor máximo es de 4, en independencia es 9 y en profesionalización igual a 3, para tener un total de 16 puntos que sería el nivel máximo posible. 62 Cuadro 3. Grado de democratización del órgano electoral AUTONOMÍA INDEPENDENCIA PROFESIONALIZACIÓN Aguascalientes 3 4 2 9 Baja California 4 5 2 11 Baja California Sur 3 2 1 6 Campeche 3 6 3 12 Chiapas 3 4 2 9 Chihuahua 2 6 1 9 Coahuila 3 6 2 11 Colima 2 6 1 9 Distrito Federal 4 7 3 14 Durango 2 7 1 10 Estado de México 3 4 2 9 Guanajuato 2 1 2 5 Guerrero 3 4 2 9 Hidalgo 3 5 1 9 Jalisco 3 4 2 9 Michoacán 2 1 0 3 Morelos 2 2 1 5 Nayarit 1 3 0 4 Nuevo León 2 6 0 8 Oaxaca 3 4 3 10 Puebla 2 3 2 7 Querétaro 2 5 1 8 Quintana Roo 3 4 2 9 San Luis Potosí 4 2 3 9 Sinaloa 2 2 0 4 Sonora 1 6 0 7 Tabasco 3 6 2 11 Tamaulipas 3 5 1 9 Tlaxcala 4 3 3 10 Veracruz 2 5 3 10 Yucatán 3 5 2 10 Zacatecas 2 2 1 5 Federal 3 5 2 10 ENTIDAD FEDERATIVA TOTAL Fuente: Elaboración propia. 63 Los datos que nos arroja el cuadro señalan que ninguna entidad reúne los 16 elementos antes mencionados. El que más se acerca es el Distrito Federal con 14 lo cual permite calificarlo como el más democrático en cuanto al diseño institucional de su órgano electoral. Le siguen Campeche con 12 puntos; Baja California, Coahuila y Tabasco con 11; cinco estados más cuentan con una puntuación igual a 10 (Durango, Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán), además de la norma federal. El mayor número de entidades, once, cuentan solamente con 9 elementos y son: Aguascalientes, Chiapas, Chihuahua, Colima, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Quintana Roo, San Luis Potosí y Tamaulipas; con uno menos están Nuevo León y Querétaro. Mientras que las entidades que cuentan con menor grado de democratización son aquellas que contemplan siete variables o menos (con 7: Puebla y Sonora; con 6: Baja California Sur; con 5: Guanajuato, Morelos y Zacatecas; con 4: Nayarit y Sinaloa). Finalmente la entidad que únicamente reúne tres puntos es Michoacán, la cual los obtiene debido a que la naturaleza jurídica del órgano electoral lo califica como autónomo y permanente, y no se cuenta con representante del ejecutivo en el mismo. 4. PARA TERMINAR En México, los órganos electorales han tenido una fuerte influencia en el proceso de democratización. De ahí la importancia de contar con un sistema de gobernanza electoral imparcial y eficiente para impulsar la democratización del régimen político (Becerra, Salazar y Woldenberg, 2000). Así, la certidumbre institucional en torno a las elecciones se basó en la creación de órganos autónomos, profesionales y competentes. Hoy estamos en una etapa más adelantada de nuestra transición política, por lo que los temas abordados en las reformas electorales deberían reflejar la complejidad implícita para procurar soluciones a los grandes retos que enfrenta nuestra democracia. Parece evidente que el diseño de los organismos electorales surgidos en el pasado fue apropiado para el momento histórico cuando se crearon ya que, tal vez sin haber sido el mejor, rindió frutos y se configuró como clave en la democracia electoral mexicana; sin embargo, no 64 necesariamente resulta útil ahora que vivimos una democracia razonablemente estable. No obstante, la democracia ha seguido una ruta muy distinta en las diversas entidades del país y también a nivel federal. Es por ello que no se puede medir únicamente a nivel macro, sino que hay que atender los ámbitos más cercanos a la ciudadanía. Si los órganos electorales no se transforman pronto, podrían convertirse en un obstáculo para el avance del sistema electoral y para la consolidación de un régimen abierto, libre, dotado de confianza, participativo y certero en sus resultados (López Montiel, 2009). La presencia del mayor número de elementos en los órganos electorales corresponde a garantías legales para el ejercicio de sus funciones de manera autónoma e independiente. En la medida que existan menores garantías para su independencia, los otros poderes públicos, especialmente el ejecutivo y el legislativo contarán con más recursos para tratar de influir en las decisiones y determinaciones de estas autoridades. No es un problema menor, toda vez que se trata de los árbitros encargados de dar confianza a los procesos electivos a través de valores como la independencia, la imparcialidad y la legalidad. Si la autoridad electoral no cuenta con medios para certificar que se desempeña conforme a esos valores, la confianza de los ciudadanos en esa autoridad y en los procesos electorales se derrumba. La desconfianza política es muy costosa, en más de un sentido; por ello, la ciudadanía no puede permitirse perder lo ya ganado. La ruta mexicana en la conformación de los órganos electorales todavía permite aspirar a una democracia en clave electoral. 65 FUENTES DE CONSULTA • ASTUDILLO, César y Lorenzo Córdova Vianello (Coords.) (2010), Los árbitros de las elecciones estatales. Una radiografía de su arquitectura institucional, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco, UNAM. • BECERRA, Ricardo, Pedro Salazar y José Woldenberg (2000), La mecánica del cambio político en México: elecciones, partidos y reformas, México, Cal y Arena. • CÁRDENAS Gracia, Jaime, et al. (2000), Estudios Jurídicos en torno al Instituto Federal Electoral, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas. • CARPIZO, Jorge (1997), El presidencialismo mexicano, México, Siglo XXI editores. • DE ANDREA Sánchez, Francisco José (2008), El Consejo General del IFE bajo la reforma constitucional electoral de 2007. 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ESTUDIO DE LAS ELECCIONES DE DIPUTADOS FEDERALES Y ESTATALES MARCELA BRAVO AHUJA1 Este trabajo sobre las elecciones de 2012 se centra en dos aspectos que me han parecido relevantes en ellas. Primero, la transformación del sistema de partidos en México, en especial el peso cada vez más relevante que están teniendo los partidos chicos. Segundo, las consecuencias del paralelismo de elecciones federales y estatales que ponen de manifiesto diferentes niveles de nacionalización de la política y de lo que se ha llamado la congruencia de las preferencias partidistas.2 Estas reflexiones han orientado mi mirada sobre las elecciones de diputados federales y estatales. Presento un estudio introductorio sobre estos temas que tiene como fuente principal el dato electoral, mas no desconoce las causales del mismo. Es un estudio que tiene como objetivo tratar de entender ciertos aspectos del comportamiento electoral y sus consecuencias en la correlación de fuerzas a varios niveles de la política, en la relación entre los poderes ejecutivo y legislativo y entre distintos niveles de poder -nacional y estatal particularmente-, y también en los retos que la actual coyuntura impone a nuestro sistema político y sus partidos. 1 2 Doctora en Ciencia Política. Profesora-investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Según la literatura, la política local no es una copia al carbón de la política nacional y el impacto de lo nacional en lo local difiere produciendo distintos niveles de congruencia de los sistemas políticos subnacionales con el sistema nacional. En esta línea, elecciones presidenciales y estatales concurrentes producen mayor congruencia en política (Gimpel, 1996). 71 1. ELECCIÓN PARA DIPUTADOS 2012 Las cifras oficiales arrojan los siguientes resultados sobre votación válida: Cuadro 1. Votación nacional por partido en elección para diputados federales, 2012 PARTIDO VOTOSPORCENTAJE PRI 15,905,44033.62 PAN 12,895,90227.26 PRD 9,144,27919.33 PVEM 3,048,1786.44 PT 2,288,8944.84 PNA 2,033,1594.30 MC 1,993,5294.21 Votación válida total 47,309,381 100 Fuente: Instituto Federal Electoral (IFE). Una importante primera apreciación Los partidos chicos en México ya no son tan chicos como parecían. Debe apreciarse que juntos representan, según este cuadro, casi el 20% de la votación. Sin embargo, a nivel federal, la política en el país sigue estando marcada por la interacción de tres importantes fuerzas: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En este marco, la importancia creciente de los partidos chicos tiene como parte de su explicación, tal como otros autores han demostrado, el que en la medida en la que las elecciones se resuelven por márgenes cada vez más pequeños de diferencia, principalmente el PRI y el PRD han buscado presentarse en coalición sobre todo con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (PNA), el Partido del 72 Trabajo (PT) o Movimiento Ciudadano (MC) para ganar las contiendas (Méndez, 2003; Reynoso, 2011). Al respecto cabe señalar que esta búsqueda de alianzas prosiguió en 2012, en previsión a que la diferencia de porcentaje de votación del candidato a diputado federal que obtuvo el primer lugar con aquel que llegó en segundo a nivel nacional fue en efecto de solo 11.68%, mientras el promedio distrital de tal diferencia alcanzó 12.85%.3 Las coaliciones en este sentido fueron productivas para todos los partidos involucrados en ellas. Ahora bien, con la antigua forma de contar los datos por coaliciones, se criticaba que no se sabía la fuerza real representada por los pequeños partidos. A partir de la reforma electoral de 2007 los recuentos son más claros, pero también la distribución de los votos de aquellos ciudadanos que marcan más de una opción partidista puede estar magnificando su representación verdadera. Como la comparación con 2009 es posible, de entre estos partidos MC es quien más se ha beneficiado con un crecimiento de su votación en este tipo de elección de un punto y medio porcentual (1.57), mientras el porcentaje de votación del PT creció casi un punto (0.93) y 0.64 el del PNA. Solo el PVEM obtuvo, de una elección a otra, 0.74% menos de los votos válidos emitidos. En suma, los partidos chicos se benefician de la política referida, pero es un hecho que contribuyen a asegurarles triunfos a los partidos grandes. Por ejemplo, sin la alianza con el PVEM, el PRI no le hubiera podido ganar 30 distritos al PAN y 13 distritos a la coalición Movimiento Progresista. A la vez, ésta no le hubiera podido ganar 17 distritos al PRI. Resumo lo anterior en los cuadros siguientes, según cálculos míos:4 3 4 Este cálculo lo llevé a cabo con la información de los resultados electorales presentados por el Instituto Federal Electoral (IFE). En mis cálculos lo que estoy midiendo es el plus para los partidos grandes de los votos emitidos exclusivamente por los partidos chicos en coalición con los grandes. En este punto cabe recordar que el PVEM, solo, fue segundo lugar de votación en Chiapas donde además ganó tres distritos electorales. 73 Cuadro 2. Distritos ganados por el PRI por su alianza con el PVEM ESTADO AL PAN A LA COALICIÓN DE IZQUIERDA JaliscoII,III,VI,VIII,IX,XIV,XVIII Estado de México XIV, XXI, XXII VI,VII,VIII, X, XI, XIII, XVI, XVII,XIX,XXV,XXXIII,XXXVII,XXXIX Nuevo León III,XI PueblaI,III,VI,VII,VIII,XIII,XV QuerétaroII Quintana Roo I San Luis Potosí II VeracruzI,VI,VIII,XI,XIX,XX,XXI YucatánIII Fuente: Elaboración propia. Cuadro 3. Distritos ganados por el PRD por su alianza con el PT y MC ESTADO AL PRI MichoacánII,III,VII,XI, MorelosI,IV OaxacaI,II,III,IV,X Quintana Roo III TabascoI,II,VI TlaxcalaII,III Fuente: Elaboración propia. Dicho lo anterior, el análisis que a continuación presento considera, como en mis anteriores publicaciones, parte de la votación del PRI aquella emitida por el PRI y el PVEM en los distritos donde se presentaron juntos y como parte de la votación del PRD aquella emitida por el PRD y el PT o MC. Reconsiderando así las cifras globales, quedan resumidas en el siguiente cuadro: 74 Cuadro 4. Votación nacional por partido en elección para diputados federales, 2012 PARTIDO VOTOSPORCENTAJE PRI y aliado 16,932,819 PAN 12,895,90227.26 PRD y aliados 10,698,351 22.61 6,782,309 14.34 47,309,381 100 Partidos chicos Votación válida total 35.79 Fuente: Elaboración propia. Con ello paso al análisis de los partidos grandes. Partido Revolucionario Institucional Si bien el PRI fue el primer lugar en la elección para diputados federales, primer lugar que no le fue discutido, aquí como en la elección presidencial su victoria fue menor a la esperada por los priistas mismos y tuvo, pese a los 168 distritos uninominales conquistados, (cabe decir que había ganado 184 en 2009) la consecuencia de que no pudo alcanzar en la cámara correspondiente la mayoría absoluta que buscaba. Lo cierto es que si bien este partido sigue siendo muy contundente para ganar distritos uninominales y si bien su electorado ha aumentado en números absolutos en tanto era de 12 millones 821 mil 504 para 2009, su porcentaje sobre la votación válida disminuyó 5.93 puntos e incluso en varios distritos su margen de victoria fue pequeño. Aun así, el PRI ganó distritos en 26 entidades aunque en 2009 lo hizo en 27. Obtuvo el primer lugar en votación en Baja California, Campeche, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tlaxcala (a pesar de no haber sido contundente en el estado), Veracruz, Yucatán y Zacatecas (o sea en 18 estados en vez de 20 como en el 2009). Y el segundo lugar en Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila (por un mínimo margen), Guanajuato (creciendo mucho), Guerrero, Morelos, 75 Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, San Luís Potosí, Sonora, Tabasco y Tamaulipas. Sin embargo, a pesar de ser el segundo lugar en votación, el PRI no tuvo triunfos distritales en Baja California Sur, Guanajuato, Guerrero, Morelos y Tabasco. En lo particular, el PRI ganó todos los distritos en 6 estados en vez de en 11 como en 2009. Estos son Campeche, Colima, Durango, Hidalgo, Nayarit y Zacatecas. Este dato también confirma la baja del predominio del PRI en este tipo de elección. En el otro extremo, en comparación con 2009, esta vez no obtuvo ningún distrito en Morelos donde los había obtenido todos y en Oaxaca en el mismo caso se quedó con sólo 1 distrito de 11, o en Tamaulipas con 3 de 8. En otras entidades, el PRI ganó la mayoría de los distritos en Baja California, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Veracruz y Yucatán y la mitad de los mismos en Nuevo León y Querétaro. Aquí es diferenciada la apreciación que se puede hacer de ello, pues fueron buenas noticias para los priistas de Baja California, Chiapas o Jalisco, pero no para los de Nuevo León por ejemplo. La información demuestra que los resultados del PRI desde luego fueron mejores en las entidades que gobernaba y sigue gobernando (no así en Tabasco), así como en las que recuperó (Chiapas y Jalisco). No obstante, en algunas entidades priistas la jornada produjo malos resultados para el partido, como en Tamaulipas, o no condujo a mayores triunfos como en Aguascalientes y Tlaxcala. En estos estados como en otros recientemente perdidos, tales como Oaxaca y Sonora, los priistas tuvieron únicamente triunfos parciales. Partido Acción Nacional La votación para este partido también disminuyó en esta elección con relación en la de 2009 pero menos que en el caso anterior, ya que lo hizo únicamente por 2.74 puntos porcentuales. Es más, en términos absolutos creció más que la votación para el PRI, ya que su crecimiento fue de 33% contra 24% de la votación priista. Cabe aclarar que en la pasada elección de este género la votación para el PAN fue de 9 millones 723 76 mil 537 cuando demostró sin duda mayor efectividad para ganar distritos; entonces fueron 70 sus diputados de mayoría, contra 58 en 2012. Sin embargo, el PAN obtuvo triunfos en 17 entidades, como en 2009. Fue primer lugar de votación en Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí (estos dos últimos estados que perdió durante el sexenio pero en los que sigue siendo fuerte), Sonora (como efecto de haber llegado al poder) y en Tamaulipas (en donde creció enormemente, como en Nuevo León, demostrando una crisis del priismo local). El segundo lugar lo ocupó este partido en Baja California (pese a ser una entidad que gobierna), Campeche, Colima, Chihuahua, Distrito Federal, Durango, Jalisco (estado que perdió en la elección para gobernador coincidente), Puebla, Sinaloa (en estos dos últimos estados reflejando que como partido no se ha beneficiado tanto de la alianza que lo llevó al poder estatal junto con la izquierda), Veracruz (en el que sigue dando la batalla), Yucatán y Zacatecas (donde persiste). A pesar de su segundo lugar, los panistas no obtuvieron triunfos distritales en Campeche, Colima, Durango y Zacatecas. En detalle, el PAN obtuvo todos los distritos solo en dos entidades que gobernaba (Baja California Sur y Guanajuato), y la mayoría de ellos, 5 de 7, en Sonora. Por el contrario, en Baja California triunfó únicamente en 1 de 3 distritos y en Jalisco en 1 de 19. Al extremo, en Morelos se quedó en franco tercer lugar, sin ningún diputado de mayoría. Por otra parte, como se señaló, el desempeño del PAN en esta elección fue bueno en Aguascalientes y Querétaro: en un caso se quedó con la mayoría de los distritos, en otro con la mitad. Asimismo, de forma para muchos sorprendente, triunfó en Tamaulipas y Nuevo León con iguales triunfos distritales, respectivamente. Por lo que se refiere a los triunfos marginales del PAN, fueron malos los resultados de Baja California (1 de 3 distritos ganados) y más los de Jalisco (donde ganó sólo 1 de 19 distritos), pero también los del Estado de México (donde ganó sólo 1 de 40, siendo la izquierda la que aprovechó el renaciente antipriismo en la entidad). Asimismo, resultaron discutibles los resultados de Puebla y Sinaloa (con triunfos en la cuarta parte de los distritos), aislados los de Chihuahua, el Distrito Federal o 77 Yucatán, pero más importantes los 5 de 21 distritos ganados en Veracruz, los 2 de 7 en San Luis Potosí, y más los 3 de 7 en Coahuila. En suma, el que su votación se deprimiera en términos generales en esta elección no fue tanto problema para el PAN, sino el que su electorado no tuviera una representación territorial más extensa. Ello afectó sus resultados. Partido de la Revolución Democrática La votación para el PRD en esta elección creció casi 48.12% (en 2009 su votación había sido de 4 millones 231 mil 342). Este porcentaje de crecimiento es cercano al 44.79 de toda la izquierda unida. En coalición, logró ganar 71 distritos uninominales (contra 39 en la pasada contienda del PRD, más 3 del PT, en suma 42), lo que representó un crecimiento de su contundencia de 69.05%. Unidos PRD, PT y MC fueron grandes ganadores, si bien no llegaron a los 98 distritos electorales en los que se impusieron en 2006. Además, el PRD aunque sigue siendo un partido con un electorado bastante concentrado, extendió a 10 el número de estados en los que ganó distritos electorales. Habían sido 8 en 2009, pero 14 en 2006. Los perredistas fueron primera fuerza en el Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Oaxaca y Tabasco. Ocuparon el segundo lugar en votación en Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Quintana Roo y Tlaxcala. Dentro de éstos solo en Hidalgo y Nayarit no ganaron distritos. En específico, este partido ganó todos los distritos en Guerrero, Morelos y Tabasco. Cabe recordar que en Guerrero tres años atrás se había quedado con una sola diputación de 9, que en Morelos no había logrado ninguna y que en Tabasco había empatado con el PRI. Por otra parte, en el Distrito Federal como en Oaxaca perdió un distrito nada más, cuando en Oaxaca en 2009 no había alcanzado ningún triunfo. Representan también victorias importantes para el PRD el haber resurgido sobre todo en el Estado de México (aunque fuera ganando 7 de 40 distritos), en Tlaxcala (incluso quedándose con 2 de 3 distritos) y marginalmente en Quintana Roo y en Veracruz si bien quedó en tercer 78 lugar. Sin embargo, retrocedió en Michoacán y fue derrotado de forma significativa en Baja California Sur, Chiapas y Zacatecas. ¿Qué nos dicen los resultados anteriores? Comprueban que dependen fundamentalmente de las coyunturas políticas estatales. Es decir, a reserva de tener que profundizar más en la comprobación de esta hipótesis, pareciera que es sobre todo una consideración de orden regional la que determina el resultado de la elección de diputados pues las mismas candidaturas las definen juegos de camarillas de poder locales que interactúan con el movimiento de los intereses políticos a nivel nacional. En el caso específico del PRD, la pérdida de ciertos gobiernos durante este sexenio como el de Baja California Sur, Michoacán o Zacatecas afectó su votación en esta elección en dichas entidades, como lo hizo el movimiento del voto que llevó al PVEM en alianza con el PRI a recuperar Chiapas. Asimismo los perredistas se beneficiaron, primero, por haber mantenido el gobierno de Guerrero y haber consolidado su hegemonía en el Distrito Federal y, en segundo lugar, por haber seleccionado acertadamente en las coyunturas propicias a sus candidatos a los gobiernos de Morelos y Tabasco los cuales resultaron ganadores en elecciones paralelas. De igual manera, el empuje que tuvo en su campaña presidencial Andrés Manuel López Obrador despegó un aumento de las preferencias electorales a favor de las coaliciones de izquierda en las contiendas legislativas. Integración de la Cámara de Diputados Con base en los resultados de la elección, la Cámara de la LXII Legislatura quedó integrada como a continuación se señala: 79 Cuadro 5. Integración de la Cámara de Diputados PARTIDO DIPUTADOS MAYORÍA DIPUTADOS RELATIVAREPRESENTACIÓN PROPORCIONAL TOTAL PORCENTAJE PRI 168 39 20741.40 PAN 58 56 11422.80 PRD 71 64 10020.00 PT 193.80 MC 163.20 PVEM 3 PNA Totales 300 31 346.80 10 102.00 200 500100 Fuente: Cámara de Diputados. En estas condiciones, el PRD y sobre todo sus aliados el PT y MC fueron los más beneficiados de los resultados electorales y en ello influyó no solo su estrategia de coalición total sino la manera en que se pudieron emitir los votos y se contaron en el marco de la reforma electoral del 2007. Juntos llegaron a ocupar el 27% de las curules. Por el contrario, el PRI vio anulados los votos a su favor cuando por falta de información fueron emitidos igualmente a favor del PVEM en distritos en que se presentaron por separado. En fin, todos los partidos chicos aumentaron su fuerza en la cámara; el incremento de sus asientos resultó muy superior que el correspondiente a su votación, sobre todo en el caso de MC. Incluso aumentó el número de diputados del PVEM aunque su votación disminuyó. Esto tendrá que ser valorado con cuidado, porque cabe recordar además que en cierta medida se puede considerar que la fuerza de dichos partidos resulta inflada. La información se presenta en el siguiente cuadro: 80 Cuadro 6. Porcentaje de votos y diputados totales por partido, 2009 y 2012 2009 PARTIDO PRI PAN PRD 2012 VOTOS VOTOS DIPUTADOS TOTALES DIPUTADOS TOTALES PORCENTAJEINCREMENTO PORCENTAJE INCREMENTO 2009/200122009/20012 39.55%47.40%33.62% -15% 41.40%-12.66% 30% 28.60% 27.26% -9.13% 22.80%-20.28% 13.05%14.20%19.33%+48.12% 20% +40.85% PVEM 7.18%4.40%6.44%-10.30% 6.80% +54.55% PT 3.91%2.60%4.84% +23.78% 3.80% +34.62% PNA 3.66%1.60%4.21% +15.03%2% +25% CDPPN/MC 2.64%1.20%4.30% +62.88% 3.20% +166.66% Fuente: IFE. Consideraciones parciales El comportamiento electoral tiene varios componentes. En 2012 en México pareciera, en primer lugar, que el voto fue mucho más reflexivo que lo que muchos pudieran pensar y que se manifestó asimismo el fenómeno del voto diferenciado y del voto estratégico en las elecciones de suma cero. Del mismo modo, uno de los elementos que pesaron más en las preferencias fue una visión retrospectiva de los resultados de las administraciones en turno, lo que en varios casos llevó a lo que se considera voto de castigo a los partidos en el poder. Intervinieron en ese juicio consideraciones de dos órdenes: nacionales y locales. Por eso en unos casos el voto de castigo fue para el PAN (fue, por ejemplo, el caso de Jalisco), como en otros los fue para el PRI (por ejemplo, Tabasco) o el PRD (por ejemplo, Chiapas). Este fue pues un elemento de orden coyuntural como otros que también contaron; a saber, los contextos de las contiendas, o las selecciones de los candidatos que pudieron ser atinadas o no serlo, a las que se llegó a través de procesos que fortalecieron o debilitaron a los partidos, que unieron a sus militantes o produjeron fisuras o aún rupturas en ellos. Aquí se ubicaron también las campañas mismas, los mensajes 81 y posicionamientos, el ambiente político, su posible polarización y los temas que atrajeron. En la distribución del voto intervinieron, además, otros elementos de carácter estructural como son las características socioeconómicas del electorado, las identidades partidistas, las historias de los partidos mismos, de sus grupos y camarillas y de los realineamientos electorales que se han producido. Finalmente, las cifras electorales son una suma de varios factores con peso variable. En este amplio campo de investigación en particular pretendo introducirme en el estudio de la interrelación de las consideraciones estatales y nacionales en las preferencias electorales, dada la importancia que tiene quien gobierna en las diferentes entidades, es decir, qué partido, para entender los resultados de las elecciones para diputados. Igualmente busco seguir e interpretar la similitud o diferenciación del voto en las distintas boletas y el fenómeno del arrastre del voto. De ello deriva mi interés por las contiendas para gobernador paralelas las cuales fueron siete en esta ocasión, cuyo análisis concentro en las entidades con alternancia que fueron cuatro (Chiapas, Jalisco, Morelos y Tabasco). Explico sus resultados fundamentalmente por los divisionismos presentados en los distintos partidos, en particular en el partido en el poder.5 2. ELECCIONES ESTATALES 2012 Análisis histórico y cualitativo Si bien en su conjunto el PRI gobernaba previo a estas elecciones en veinte de treinta y dos entidades, solo dos de los siete estados con elecciones estatales, a saber Yucatán y Tabasco, tenían gobiernos priistas; Morelos, Guanajuato y Jalisco eran gobernados por el PAN; mientras Chiapas y el Distrito Federal, por el PRD. 5 82 La cohesión partidaria es un elemento importante para explicar los resultados electorales de una contienda. De hecho se ha llegado a demostrar que en México hay mayor probabilidad de triunfo para los candidatos a gobernador cuya selección conserva la unidad de sus partidos (Flores Díaz, 2011). Los estados gobernados por el PRI De los estados priistas cabe señalar que tanto Tabasco como Yucatán eran entidades en las que el PRI había convivido por más de dos décadas con otros partidos políticos competitivos, en el caso de Tabasco, el PRD y en el de Yucatán, el PAN, que le habían disputado el poder y con los cuales lo había compartido, al grado que el PAN gobernó Yucatán de 2001 a 2007. Cabe recordar, en efecto, que éste es un estado que el PRI recuperó entonces permaneciendo sólidamente bipartidista. La prueba es que en 2012 el PRI conservó el poder estatal al mismo tiempo que perdió su capital, Mérida. El por qué la elección que se desarrolló en Tabasco desembocó en alternancia, es decir el por qué ganó la coalición PRD-PT-MC, radica en estos antecedentes electorales de competividad por parte de la izquierda y en sí en la historia política del estado. En ella destaca la convivencia de dos grupos de poder principales dentro del PRI en el estado, a saber los nemistas y los maderistas, que esta vez se dividieron sin que el gobernador en turno, Andrés Granier Malo, tuviera la fuerza de sacar adelante la selección de candidato a gobernador sin fricciones ni la intervención del Comité Ejecutivo Federal del partido a favor de Jesús Alí de la Torre, hombre cercano a Benito Neme Sastre hijo del exgobernador Salvador Neme Castillo (1989-1995), entonces coordinador jurídico de la campaña de Enrique Peña Nieto (Milenio, 19 de enero de 2012). Pobre fue el desempeño de Alí de la Torre frente a la candidatura de la izquierda que recayó atinadamente en quien fuera una vez su jefe, Arturo Núñez Jiménez, vicepresidente del Senado, ex presidente del IFE y ex subsecretario de Gobernación, y las fugas del PRI principalmente de políticos allegados a Roberto Madrazo Pintado (gobernador de 1995 a 2000) que habían quedado inconformes (El Universal, 31 de marzo de 2012). Cabe precisar que esta nominación tuvo que dejar primero en el camino a Humberto Mayans Canabal, ex secretario general de Gobierno, para algunos el mejor posicionado para competir con Núñez y todo el obradorismo a quien le ofrecieron a cambio la primera fórmula en las candidaturas al Senado. Sobre él cayó el candado de no cumplir con cinco años de militancia en el partido (Tabasco Hoy, 6 de enero de 2012). 83 Del mismo modo, se desechó la posibilidad de que el abanderado del PRI fuera Luis Felipe Graham, ex secretario de Salud estatal, puesto al que había renunciado para luchar por su postulación, y se recurrió a un procedimiento de encuestas para reflejar quien de los cinco precandidatos que había estaba mejor posicionado. Dicho sistema desató una guerra sucia entre todos (Tabasco Hoy, 7 de enero de 2012) (al grado que se rumoró la posibilidad de encontrar algún candidato externo)6 y finalmente no desembocó en resultados transparentes. De tal suerte, se llegó al caso de que uno de los precandidatos, Evaristo Hernández Cruz, se registrara en la Convención de Delegados del partido en la cual fue rechiflado tras lo cual renunció al PRI, mientras se llegó a acuerdos con los demás.7 Los estados gobernados por el PAN Las entidades gobernadas por el PAN en las que se desarrollaron elecciones para gobernador en 2012 fueron Guanajuato, Jalisco y Morelos. Guanajuato había tenido cuatro gobiernos panistas, Jalisco, tres y Morelos, dos. Pese a que en los tres estados en el PAN conviven grupos con intereses encontrados, es en Guanajuato donde los panistas se habían asentado con mayor solidez desplazando a los partidos de oposición.8 En Morelos, los panistas habían tenido que compartir el poder tanto con perredistas como con priistas, siendo uno de los pocos ejemplos en el país de entidad realmente tripartidista. En Jalisco, el PRI nunca desapareció del panorama político y de hecho había venido recuperando consistentemente posiciones desde 2003. 6 7 8 84 Así se llegaron a mencionar las cartas de Jesús Carlos Ocaña Becerra, diputado local y líder del congreso quien había precisamente pedido licencia (Tabasco Hoy, 7 de enero de 2012), o bien Enrique Priego Oropeza o Florizel Medina Pereznieto (Tabasco Hoy, 9 de enero de 2012). Georgina Trujillo Zentella obtuvo la promesa de coordinar la campaña de Peña Nieto en los estados del sureste, y Francisco Herrera León de pasar a la dirigencia estatal del PRI en sustitución de Romero Pérez que se iría como candidato para diputado local (Proceso, 13 de enero de 2012). Por su parte, si bien en un principio Graham se mostró más renuente (Proceso, 21 de enero de 2012), para el 27 de enero ya había respaldado a Alí de la Torre, aduciendo que anteponía el interés de su partido (Reforma, 27de enero de 2012). De hecho aceptó la candidatura a la presidencia municipal de la capital. Dicho de paso, por eso sorprendió el crecimiento del PRI en el estado en 2012. Por tanto, en Jalisco como en Morelos había posibilidades de que los panistas perdieran, debido a enfrentamientos internos y al desgaste generalizado de su partido en el país. Por el contrario, en Jalisco los priistas sí pudieron superar sus problemas de unidad, convirtiéndose en adversarios peligrosos que finalmente ganaron la contienda. Mas en Morelos fueron los perredistas quienes pudieron tomar la delantera por el arraigado sistema tripartidista de la entidad, de frente a las luchas internas que enfrentaron sus contrincantes y la buena selección interna de su candidato. Sobre el caso de Jalisco cabe recordar que después de poco más de una década de crecimiento del PAN en la entidad y del desprestigio del último gobernador priista Guillermo Cosío Vidaurri, del crecimiento incontenible de la inseguridad pública en Guadalajara y de acontecimientos tan violentos como la explosión en la capital de 1992 y el asesinato en 1993 del cardenal Posadas, el PAN llegó al poder estatal en 1995 acaparando las distintas esferas de poder. Pese a las buenas calificaciones de Alberto Cárdenas Jiménez, el primer gobernador panista y pese al efecto Fox, el PAN retuvo la gubernatura en 2000 con márgenes mucho más estrechos pues le ganó al PRI con menos de tres puntos de ventaja cuando en 1995 habían sido casi dieciséis. Así llegó Francisco Javier Ramírez Acuña al gobierno estatal, un representante del panismo tradicional de la región. El año electoral de 2003 significó en este panorama el retroceso en la votación del PAN. Así, aunque pudo conservar el poder en Guadalajara, perdió otras posiciones importantes además de que en las elecciones para diputados federales fue la segunda fuerza (Bravo Ahuja, 2010). Igualmente los priistas ganaron la primera minoría en el congreso local. Para 2006, dados los errores de Ramírez Acuña, se pronosticaba el fracaso del PAN, mas el apoyo de este último a Felipe Calderón para la presidencia le atrajo flujo de votación a su partido con lo que Emilio González Márquez retuvo Jalisco para el PAN por tercera ocasión pasando por una guerra sucia en contra del candidato priista Arturo Zamora 85 Jiménez.9 Ese año fue en suma un mal año para los priistas y no fue sino hasta 2009 que regresaron con más fuerza. Con estos antecedentes políticos se dieron en 2012 los procesos de selección de candidatos a gobernador del estado en los diferentes partidos políticos. En el PRI surgieron siete aspirantes.10 Como en otros casos en este año electoral, se negoció un candidato de unidad supuestamente tras haber elaborado encuestas para determinar al mejor posicionado. Tales negociaciones fueron encabezadas por Pedro Joaquín Coldwell, Miguel Ángel Osorio Chong y el delegado del PRI en Jalisco, Rafael González Pineda. El proceso llevó a la postulación del Aristóteles Sandoval, proceso que sus competidores aceptaron a cambio de ser reubicados.11 Contrasta esta facilidad de acuerdo con lo que sucedió en el seno del PAN en donde se llevaron a cabo primarias abiertas el 5 de febrero para elegir candidatos en los bastiones importantes para el partido, como Jalisco precisamente donde ganó el favorito del gobernador Fernando Guzmán Pérez Peláez, cuando había trascendido que Felipe Calderón se inclinaba por Alfonso Petersen Farah12 por estar al parecer mejor posicionado entre los ciudadanos. El presidente no solo perdía aquí, o en Guanajuato, sino en la nominación de candidato presidencial demostrando la falta de liderazgo en su partido donde grupos internos con mayor capacidad de atraer votantes se le imponían. En suma, el ambiente quedó enrarecido para la contienda estatal. En el seno del PRD, en donde también se hicieron mediciones de popularidad, el asunto de la selección de candidato no fluyó mejor. Sin 9 10 11 12 86 En un momento de la campaña, Zamora llevaba una ventaja importante; entonces lo empezaron a acusar de nexos con el narcotráfico, hecho que fue desmentido más adelante pero que repercutió en las cifras finales de la contienda. Cuatro presidentes municipales: el de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz; el de San Pedro Tlaquepaque, Miguel Castro Reynoso; y el de Zapopan, Héctor Vielma Ordóñez. Tres diputados federales: Trinidad Padilla López, María Esther Scherman Leaño y Arturo Zamora Jiménez. Y un senador: Ramiro Hernández García (Animal Político, 6 de enero de 2012). Por ejemplo, a Ramiro Hernández, quien se había quedado de finalista, se le ofreció la candidatura a presidente municipal de Guadalajara. Asimismo a Héctor Vielma se le consideró para candidato a senador, con competencia a decidir el candidato a la alcaldía de Zapopan (Ciudad y Región, 6 de enero de 2012). Otros contendientes fueron Hernán Cortés Berumen y Alonso Ulloa Vélez. Todos ellos salvo Cortés eran colaboradores del gobernador Emilio González (Animal Político, 6 de enero de 2012). cuadros propios, contendieron expriistas y un expanista, Fernando Garza Martínez, fue quien resultó el abanderado del que poco se espera. Gran error había sido el dejar ir a Enrique Alfaro Ramírez, presidente municipal de Tlajomulco, quien era el único que figuraba a niveles competitivos (Animal Político, 6 de enero de 2012). Y en efecto, como candidato de Movimiento Ciudadano (Milenio, 25 de mayo de 2012) fue el único que dificultó el regreso del PRI al poder. Por lo que toca a Morelos, en la coyuntura del triunfo de Fox, llegó también el PAN al gobierno en 2000 con Sergio Estrada Cajigal quien tenía la ventaja de pertenecer de alguna manera a la clase política que había dominado durante décadas la entidad, en tanto su abuelo había sido gobernador y su padre, como él, alcalde de la capital, ambos priistas. La candidatura de Estrada Cajigal, a pesar de ser vista como una imposición al panismo tradicional, resultó un éxito en el que mucho contaron las estructuras de carácter ciudadano paralelas a su partido las cuales el mismo candidato había promovido desde la Presidencia municipal de Cuernavaca. A ello se aunaron, por un lado, la descomposición del PRI que le había llevado a tener tres gobernadores los últimos seis años y, por otro, los divisionismos al interior del PRD estatal. En efecto, Jorge Carrillo Olea, gobernador electo en 1994, había tenido que abandonar su cargo por cuestiones legales. A él le habían sucedido Jorge Morales Barud y Jorge Arturo García Rubí quienes no pudieron contener la penetración del narcotráfico y la inseguridad creciente en el estado. En 2000 el candidato del PRI, Juan Salgado Brito, fue derrotado por más de 25 puntos; a decir de él mismo había sido abandonado incluso por el grupo encabezado por el exgobernador Antonio Riva Palacio como venganza por haberse impuesto a su favorito Rodolfo Becerril Straffon. Por su parte, el candidato del PRD y expriista, Raúl Irragori Montoya, se mantuvo rezagado desde el inicio de la contienda. Cabe entender que la desorganización de su partido se debió en buena medida a no haber podido designar como su abanderado al político que hubiera sido su mejor opción, Graco Ramírez, con una larga trayectoria en el PRD morelense pero que no contaba con el requerimiento de la ciudadanía morelense por nacimiento (Hernández Salazar, 2003). 87 Desde entonces se manifestó en la entidad un tripartidismo que caracterizó tanto a elecciones locales como a elecciones federales, siendo que el PRI recuperó por ejemplo el 30% de la votación. Para entonces lo que le afectaba al PRD era su falta de unidad. Sin embargo, en la coyuntura de 2006 la contienda nacional por la presidencial hizo que en el estado los punteros fueran el PAN y el PRD sin dejar al tricolor muy lejano en fuerza. Triunfó así el candidato panista, Marco Adame Castillo, al gobierno estatal, si bien Andrés Manuel López Obrador había ganado en la entidad. Quedaba demostrado que no había sido favorable la postulación interna de Fernando Martínez Cué por la coalición Por el Bien de Todos. Durante los últimos años, los problemas derivados de la guerra entre cárteles del tráfico de la droga y del combate a los mismos siguieron afectando seriamente a los morelenses, de forma que no resultó extraño el mal desempeño del PAN en 2009 y la recuperación otra vez de los priistas. Todo hacía prever que el PRI tendría en 2012 una buena oportunidad de recuperar el gobierno estatal, lo que se frustró en tanto se dividieron internamente en la selección de su abanderado. En efecto, la dirigencia nacional impuso como candidato al ingeniero Armando Orihuela Trejo, dirigente estatal del partido, ex presidente municipal de Mazatepec y diputado federal de 2006 a 2009, en una búsqueda de unidad que nunca encontraron. De los doce aspirantes que eran, los más inconformes fueron la excandidata al puesto en 2006, Maricela Sánchez Cortés, y en especial Manuel Martínez Garrigós, exalcalde de Cuernavaca, quien amenazó con registrarse en la Convención de Delegados pues se había roto el acuerdo de elegir al precandidato mejor posicionado (El Universal, 23 de enero de 2012). Todo indica que Martínez Garrigós tenía razón porque el candidato del PRI en campaña fue reduciendo su ventaja original en preferencias que según ciertas encuestas era de dieciocho puntos, cuando perdió por más de ocho. A esta victoria ciertamente contribuyó una vez más el lopezobradurismo. Pero principalmente se debió a que los priistas tuvieron como contrincante por parte del PRD, el PT y MC a Graco Ramírez, al que tampoco pudo vencer el panista Adrián Rivera Pérez cuyo partido se desplomó a un lejano tercer lugar. 88 Los estados gobernados por el PRD En último lugar menciono las dos entidades restantes en que se celebraron elecciones para gobernador, a saber, el Distrito Federal y Chiapas con gobiernos perredistas en una situación muy diferente. En el Distrito Federal se había definido una clara era política de dominación perredista (Bravo Ahuja, 2010-1) que hacía objetivamente imposible el pensar que el PRD no pudiera ganar la elección. De hecho, la ventaja de su candidato Miguel Ángel Mancera, ex procurador de la entidad, sobre la ex diputada y ex presidenta del PRI, Beatriz Paredes Rangel, se mantuvo en las encuestas alrededor de 20 puntos y terminó ganando abrumadoramente. La candidatura de Mancera fue producto de un proceso interno difícil que se resolvió por medio de encuestas de opinión, el cual resultó exitoso por representar él una figura relativamente independiente que aminoraba el desgaste que podía sufrir el PRD en el gobierno desde 1997. La también candidatura ciudadana del PAN de Isabel Miranda de Wallace, vieja combatiente a favor de los derechos de las víctimas de la violencia, no corrió con la misma suerte y cayó en franco tercer lugar. Detallo a continuación el caso de Chiapas donde sí hubo movimientos del voto que llevaron al regreso del PRI. En esta entidad, llegó el PRD al poder desde 2000 en alianza primero con el PAN, partido que se presentó en 2006 con su propio candidato si bien avanzada la campaña pidió el voto para el PRD con el fin de evitar el regreso del PRI (Bravo Ahuja, 2010). Es decir, desde hace seis años, los priistas tuvieron una oportunidad de reconquistar el estado que esta vez sí lograron en el entendido de que PAN, PRI y PRD se habían convertido en la entidad en partidos con una fuerza política comparable.13 Ahora bien, resulta curioso el que en la coyuntura del 2012 los tres partidos presentaron fracturas internas. Así, de frente a la inclinación del PRI por la candidatura del senador Manuel Velasco Coello como con- 13 En 2009, por ejemplo, se repartieron equitativamente el número de diputados federales correspondientes al estado (ganaron tres cada uno). 89 cesión a su aliado el PVEM por encima de figuras como la de Roberto Albores Gleason o Sami David David, la también senadora María Elena Orantes López renunció a su militancia priista a principios del año para convertirse en candidata del PRD. Para entender los resultados electorales cabe analizar qué situación debilitó más las estructuras internas del PRD que las del PRI, el cual contó con el apoyo del gobernador Juan Sabines Guerrero a pesar de haber éste llegado al gobierno por el PRD. Además, por el lado del PAN la candidatura del exlegislador Juan José Rodríguez Prats les debió parecer a los panistas locales una imposición de Calderón, por lo que no le entregaron a mi parecer todo su apoyo. Estudio estadístico comparado Presento los siguientes cuadros antes de pasar a su análisis. Indico que los construyo mediante los resultados publicados por el IFE y los institutos electorales estatales, con base en la metodología que he seguido en trabajos anteriores. 90 Cuadro 7. Índices de evolución del voto por entidad, diputados federales 2012 ENTIDAD PAN PRI PRD OTROS ÍNDICE DE NÚMERO DE ÍNDICE DE COMPETENCIAPARTIDOS VOLATILIDAD Aguascalientes 33.21%32.36%11.36% 23.07% 0.72 3.56 Baja California 29.96%35.86%20.72% 13.46% 0.72 3.58 0.22 Baja California Sur 38.71% 3.33 0.33 33.32% 15.87% 12.09% 0.70 0.13 Campeche 30.67%44.74%12.30% 12.29% 0.68 3.08 0.14 Chiapas 16.67%29.40%20.68% 33.25% 0.73 3.74 0.22 Chihuahua 28.87%41.94%14.32% 14.88% 0.70 3.31 0.10 Coahuila 38.52%37.74%12.94% 10.80% 0.68 3.13 0.27 Colima 37.14%42.80%10.49% 9.57% 0.66 2.93 0.08 Distrito Federal 19.36%21.53%45.08% 14.02% 0.69 3.26 0.19 Durango 28.86%44.48%10.60% 16.06% 0.68 3.14 0.09 Guanajuato 43.08%36.09% 8.73% 12.10% 0.66 2.96 0.08 Guerrero 10.65%33.51%40.69% 15.15% 0.69 3.20 0.10 Hidalgo 20.44%38.36%24.42% 16.78% 0.72 3.61 0.15 Jalisco 31.41%38.53% 9.06% 21.01% 0.70 3.34 0.07 Estado de México 19.80% 3.41 0.10 Michoacán 23.97%37.81%27.34% 10.88% 0.71 3.48 0.12 40.64% 27.10% 12.46% 0.71 Morelos 21.81%28.18%31.86% 18.15% 0.74 3.83 0.14 Nayarit 20.28%45.40%21.55% 12.76% 0.69 3.23 0.06 Nuevo León 40.11% Oaxaca 20.27%30.16%34.68% 14.89% 0.73 38.66% 8.66% 12.57% 0.67 3.00 0.07 3.64 0.21 Puebla 29.50%32.65%21.33% 16.52% 0.73 3.75 0.15 Querétaro 37.94%36.83%11.63% 13.60% 0.69 3.21 0.08 0.23 Quintana Roo 20.23%36.43%31.11% 12.22% 0.71 3.50 San Luis Potosí 34.73% 3.52 0.07 Sinaloa 28.99%40.33%14.06% 16.62% 0.71 3.40 0.13 Sonora 40.61%39.36%11.01% 9.02% 0.66 2.94 0.10 Tabasco 5.80% 36.51%51.08% 6.61% 0.60 2.49 0.13 39.02%34.87%14.28% 11.83% 0.69 3.24 0.17 Tamaulipas 33.57% 14.19% 17.50% 0.72 Tlaxcala 24.84%28.34%27.46% 19.36% 0.75 3.92 0.16 Veracruz 33.91%37.56%20.70% 7.83% 0.69 3,28 0.15 Yucatán 41.11%45.04% 7.78% 6.07% 0.62 2.62 0.14 Zacatecas 18.77%49.50%15.77% 15.96% 0.67 3.02 0.28 Promedio 2012 27.26%35.79%22.61% 14.34% 0.69 3.30 0.15 Fuente: Elaboración propia. 91 Cuadro 8. Índices de evolución del voto por entidad, eleccione para gobernador 2010-2012 ENTIDAD AÑOPAN PRI PRDOTROS ÍNDICE DE ÍNDICE DE NÚMERO DE EVOLUCIÓN DEL VOLATI- COMPETENCIA PARTIDOS RESULTADO LIDAD DE LA ELECCIÓN Aguascalientes 201043.93%48.92% 4.44% 2.71% 0.15 0.56 2.30 PAN-PRI Baja California Sur 2011 41.16% 34.47% 0.32 0.66 2.96 PRD-PAN Chiapas 20129.54%70.63%18.47% 1.36% 0.30 0.46 1.84 PRD-PRI Chihuahua 201040.50%57.43% 2.07% 0.00% 0.03 0.51 2.02 PRI-PRI Coahuila 201136.06%61.39% 0.99% 1.56% 0.07 0.49 1.97 PRI-PRI Distrito Federal 201213.87%20.12% 64.76% 1.25% 0.18 0.52 2.09 PRD-PRD 22.15% 2.22% Durango 201035.04%48.10% 11.13% 5.73% 0.06 0.63 2.70 PRI-PRI Estado de México 2011 12.90% 65.09% 0.16 0.51 2.05 PRI-PRI Guanajuato 201250.12%42.46% 5.21% 2.21% 0.17 0.57 2.30 PAN-PAN Guerrero 20111.33%42.73%55.94% 0.00% 0.00 0.50 2.02 PRD-PRD 22.01% 0.00% Hidalgo 201013.31%52.53% 33.86% 0.30% 0.04 0.59 2.45 PRI-PRI Jalisco 201219.70%38.67% 3.56% 38.07% 0.34 0.67 2.99 PAN-PRI Michoacán 201133.68%36.58% 29.74% 0.00% 0.11 0.66 2.98 PRD-PRI Morelos 201215.58%35.61% 44.56% 4.25% 0.21 0.65 2.85 PAN-PRD Nayarit 201139.28%46.93% 11.11% 2.68% 0.34 0.61 2.58 PRI-PRI Oaxaca 201011.30%43.32% 40.50% 4.88% 0.06 0.63 2.73 PRI-(PAN-PRD) Puebla 201045.30%41.68% 7.06% 5.96% 0.10 0.61 2.58 PRI-(PAN-PRD) Quintana Roo 201016.41%55.74% 27.85% 0.00% 0.14 0.58 2.41 PRI-PRI Sinaloa 201048.36%47.21% 4.43% 0.00% 0.02 0.54 2.18 PRI-(PAN-PRD) Tabasco 20124.76%43.81%51.43% 0.00% 0.10 0.54 2.18 PRI-PRD Tamaulipas 201031.58%63.12% 2.92% 2.38% 0.04 0.50 2.00 PRI-PRI Tlaxcala 201038.67%46.47% 14.86% 0.00% 0.14 0.61 2.58 PAN-PRI Veracruz 201041.70%44.69% 13.61% 0.00% 0.16 0.61 2.55 PRI-PRI Yucatán 201241.85%51.78% 5.49% 0.88% 0.04 0.55 2.24 PRI-PRI Zacatecas 201017.55%44.32% 23.73% 14.40% 0.24 0.70 3.29 PRD-PRI Elecciones 2012 0.19 0.57 2.36 - Elecciones 2010-2012 0.14 0.58 2.43 - Elecciones 2007-2009 0.10 0.56 2.31 - Fuente: Elaboración propia. 92 Pareciera que en México el voto es más un voto pro y antisistema que ideológico. El voto antisistema ha tendido a cambiar de dirección si bien contra el PRI la oposición ha sido más constante. No lo fue sin embargo en Nayarit en 2011 (donde pasó del PAN al PRD). Contra el PAN ha oscilado entre el regreso del PRI y el PRD o incluso un pequeño partido (MC en Jalisco), contra el PRD entre el regreso del PRI (Chiapas) o el PAN (Baja California Sur en 2011 también). Específicamente en elecciones para gobernador esto se ha manifestado durante la segunda parte del sexenio, volviendo a disparar la volatilidad en este tipo de contiendas. De hecho estaba claramente a la baja en estudios anteriores nuestros. En efecto en promedio fue de 0.10 de 2007 a 2009, de 0.14 de 2010 a 2012 y de 0.19 en 2012. Ahora bien, también se observó que las preferencias electorales en estas elecciones interactúan con la definición del voto en las elecciones federales de 2012 y hasta cierto punto son determinantes, más en aquellos casos en que son coincidentes.14 Ello corresponde a otra tendencia que ya ha sido demostrada, a saber, que los triunfos en los distritos uninominales dependen hoy más de las proyecciones locales de los candidatos, lo que ha llevado a los partidos políticos a seleccionarlos a través de métodos cada vez más descentralizados (Báez, 2012). En función de lo que se pudo corroborar, añadiría que los triunfos dependen no solo de las proyecciones locales de los abanderados, sino también de la fuerza de sus partidos y su cohesión interna. Por otra parte, las elecciones para gobernadores parecen reflejar la presencia del voto estratégico en juegos de sistemas que ya se sabe que son de menos partidos. Existe entonces mayor dispersión del voto en elecciones para diputados federales que en elecciones para gobernador, mayor incidencia de los partidos chicos (aunque no podemos olvidar la importancia que tuvieron en Chiapas y Jalisco en las contiendas estatales) y mayor competitividad. Si bien en las elecciones para diputados hay una presencia indudable de la política a nivel estatal, en particular del desempeño e inclina 14 Quiero hacer notar que la literatura que citaba en un principio de este trabajo sobre niveles de congruencia de la política se refiere más bien al impacto del nivel nacional de la política en el local, mientras aquí destaco adicionalmente el impacto de lo local en lo nacional. 93 ción política de los diferentes gobernadores los cuales tienen un amplio margen de maniobra para influir en ellas, existe también una nacionalización de la política reflejada en 2012 en general en la disminución de la votación por el PAN, el aumento de la votación a favor del PRD y la fuerza que mantuvo el PRI correspondientes a la distribución del voto en la elección presidencial. 3. CONSIDERACIONES FINALES Llego así al final de mi reflexión que lleva a un primer estudio de estas elecciones bajo la perspectiva metodológica que he desarrollado en los últimos años, ahora ampliando mi mirada a temas nuevos como los partidos chicos y las elecciones para diputados federales. Si bien veo menos volatilidad en elecciones para gobernador, sigue prevaleciendo una distribución del voto desigual, según el tipo de elección estatal o federal, y tamaños de sistemas de partido diferenciados. Lo nuevo es que a nivel estatal hay algunos casos de partidos chicos que han cobrado gran relevancia, que quizás correspondan a elecciones desviadas y no a realineamientos sólidos del voto. Igualmente mi mirada me ha permitido observar más la interrelación entre las preferencias partidistas a varios niveles. En 2012, la consecuencia principal del comportamiento electoral manifestado fue la segunda alternancia a nivel federal (tema que no estudio aquí), en el contexto una vez más de un gobierno dividido en el que el PRI tendrá que negociar en el congreso. PNA y el PT han sido fortalecidos pero sobre todo el PVEM y MC, pero lo más importante es que se ha recuperado el PRD; hoy tiene un grupo de gobiernos estatales más sólido si bien enfrenta la separación de Andrés Manuel López Obrador y su voluntad de hacer un nuevo partido, hechos que potencialmente pueden afectarlo. El PRI va a controlar 21 gobiernos mientras el PRD y el PAN cuatro cada uno; a ello cabe añadir los tres gobiernos emanados de las coaliciones PAN-PRD, uno de ellos el de Oaxaca simpatizante perredista, el de Puebla simpatizante panista y el de Sinaloa bastante autónomo. 94 Es un panorama político difícil, ciertamente plural, en un país que ha cambiado, que sigue cambiando y cuyas circunstancias le ofrecen retos y abren oportunidades al grado que se puede pensar que uno de nuestros escenarios es que estemos viviendo el final de una era electoral. 95 FUENTES DE CONSULTA • BÁEZ, Adriana, “Rendición de cuentas de los diputados federales mexicanos en un contexto político descentralizado”, en Mimeo. • BRAVO Ahuja, Marcela (2012), La contienda electoral del Estado de México en 2011: tendencias y sorpresas, México, Instituto Electoral del Estado de México, Serie Breviarios de Cultura Política Democrática n° 16, 107 pp. • BRAVO Ahuja, Marcela (2011), “Saldos en el 2010 y pronósticos electorales. Algunas reflexiones y cálculos”, en López Montiel, Gustavo, Rosa María Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez (Coords.), Los estados en el 2010: el nuevo mapa de poder regional, México, UNAM-Gernika, pp. 31-61. • BRAVO Ahuja, Marcela (2011 b), “2011, las otras elecciones”, en IV Congreso Internacional y XXII Nacional de Estudios Electorales, ponencia en CD, Ciudad de México, SOMEE, agosto-septiembre. • BRAVO Ahuja, Marcela (2010-1), “Distrito Federal, consolidación y crisis del voto perredista” en Reveles, Francisco (Coord.), Los partidos políticos en el Distrito Federal, México, UNAM-Gernika, pp. 30397 325. • BRAVO Ahuja, Marcela (2010-2), Realineamiento electoral y alternancia en el Poder Ejecutivo en México, 1988-2009. Actualizado con los datos electorales de 2010, México, UNAM-Gernika, 390 pp. • FLORES Díaz, Jorge Gerardo (2011), “La selección de candidatos a gobernador y sus consecuencias políticas”, en López Montiel, Gustavo, Rosa María Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez (Coords.), Los estados en el 2010: el nuevo mapa de poder regional, México, UNAM-Gernika, pp. 571-593. • GIMPEL, James (1996), National Elections and the Autonomy of American State Party System, USA, Pittsburgh University Press. • HERNÁNDEZ Salazar, Sergio (2003), Morelos, la era electoral 19882000: un estudio de la distribución del voto desde la perspectiva del realineamiento electoral, México, UNAM, FCPyS, tesis de licenciatura. • MÉNDEZ, Irma (2003), “Competencia y competitividad electoral en México, 1977-1997”, en Política y gobierno, México, CIDE, volumen V, número 1. • REYNOSO, Diego (2011), “Aprendiendo a competir: alianzas electorales y margen de victoria en los estados mexicanos, 1988-2006”, en Política y gobierno, México, CIDE, volumen XVIII, número 1. 98 EL PRESIDENTE EN LA SUCESIÓN PRESIDENCIAL DE 2012 FRANCISCO REVELES VÁZQUEZ1 El presidente Felipe Calderón desempeñó un papel sustantivo en la sucesión de 2012. Para su partido, Partido Acción Nacional (PAN), el proceso electoral representaba la oportunidad de repetir la victoria electoral de seis años atrás y darle un sexenio más a la gestión panista. Sin embargo, tanto el partido como el presidente no llegaron en sus mejores momentos para enfrentar a sus adversarios. En este artículo trataremos principalmente el papel del presidente en el proceso, considerando los elementos esenciales de su gobierno que sirvieron como carta de presentación frente a los electores. Abordaremos los factores que debilitaron su gestión, como la crisis económica internacional o la creciente inseguridad y violencia social, derivadas de su estrategia contra la delincuencia organizada. Asimismo, la influencia del presidente en la selección de candidato presidencial de su partido que, como veremos, fue reducida debido al método de selección utilizado (el voto directo de los militantes) y los conflictos internos en el ámbito local. También trataremos cómo los precandidatos y la candidata presidencial fueron partidarios de la continuidad en la mayoría de las políticas (salvo en la polémica estrategia contra la delincuencia organizada). De igual modo revisaremos la participación del presidente en 1 Doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. 99 el proceso, principalmente mediante descalificaciones genéricas de los gobiernos priistas y acusaciones de irregularidades en las gestiones de algunos gobernadores o exgobernadores, en particular de los presuntos vínculos que algunos sostuvieron con poderosos narcotraficantes. Salvo alguna excepción, veremos que el presidente no intervino directamente en la elección constitucional para favorecer a su correligionaria. Todo esto permitirá explicar la derrota del PAN y la responsabilidad del presidente en ella. 1. EL GOBIERNO DE FELIPE CALDERÓN El presidente comenzó su sexenio con una debilidad política emanada de su accidentado triunfo electoral. La intervención de actores políticos a su favor, rompiendo la equidad en la contienda, y el uso de la guerra sucia de parte del panismo, dio como resultado una victoria del PAN por unos cuantos votos sobre el candidato de las izquierdas (Andrés Manuel López Obrador, candidato del Partido de la Revolución Democrática -PRD- y sus aliados minoritarios, el Partido del Trabajo -PT- y el partido llamado en ese entonces Convergencia -C-) que era señalado por la mayoría de las encuestas como seguro ganador. Esta coalición electoral impugnó legalmente los comicios y desarrolló una protesta social que casi impidió la toma de posesión del presidente electo. Si bien el máximo tribunal electoral (el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación -TEPJF-) calificó como legal el resultado, el bloque de izquierda, en cambio, calificó al presidente como “ilegítimo”, postura que mantuvo a lo largo del sexenio (Escamilla, et. al., 2007; Hernández y Muñoz, 2010; Zamitiz, 2009). Sin embargo, más que la resistencia y oposición del perredismo y sus aliados, el presidente tuvo que sortear varios obstáculos para ratificar su alianza con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el congreso. Y lo peor es que debió enfrentar un fenómeno fuera de su control, decisivo para la economía mexicana: los efectos de las crisis económicas de Estados Unidos y de varios mercados internacionales en la mayor parte de su gobierno. 100 El presidente ratificó su convicción sobre las políticas macroeconómicas, que continuó al pie de la letra. Gracias a ello, en parte, salió bien librado de la crítica situación internacional. Bien, pero sin alcanzar los mayores beneficios para la sociedad. Una promesa de campaña de Calderón había sido la generación de empleos (incluso dijo que él sería “el presidente del empleo”), pero la realidad impidió concretarla. De hecho, el tema dejó de aparecer en los discursos presidenciales casi desde principios de sexenio. Otra política en la cual también hubo continuidad fue la social, en particular la referente al combate a la pobreza. Tal proceder, sin embargo, no dio mejores resultados. La pobreza siguió siendo un problema lacerante. De hecho, la ligera reducción de la pobreza que el gobierno foxista había logrado se diluyó desde principios del sexenio calderonista. De modo que la pobreza recuperó su crecimiento inercial de varias décadas atrás. Un fenómeno extraordinario adicional también afectó el desempeño económico del gobierno en su segundo tramo: los estragos causados por la epidemia de la influenza se resintieron tanto por la paralización de actividades económicas y comerciales, como por la desconfianza hacia el gobierno que generó la estrategia seguida para enfrentar el problema.2 Pero la política más impactante fue la de combate al narcotráfico. Desechando el tradicional modus operandi en las relaciones entre el gobierno y la delincuencia organizada, el presidente Calderón adoptó una estrategia de combate frontal, una estrategia de “guerra” con la participación directa de las fuerzas armadas (Ejército y Marina). Es cierto que había una clara necesidad de que el Estado recuperara territorios asolados y controlados por los narcos; que la presencia de este tipo de delincuencia se había incrementado sustancialmente ante la tolerancia y la corrupción de los políticos en general (y principalmente del PRI); y que la sociedad demandaba mejoras a su condición y a su seguridad, afectadas significativamente por el comercio de las drogas. Pero los gobernantes se lanzaron sin un plan que previera las graves consecuencias 2 El presidente Calderón afirmó que había padecido algo parecido a “las plagas de Egipto”, y señaló la influenza, la sequía, la crisis económica mundial y el deceso de dos de sus secretarios de Gobernación (La Jornada, 2 de diciembre de 2012: 19). 101 que acarrearía la ofensiva: el incremento sustantivo de la inseguridad en gran parte del territorio nacional. Así, aunque la política era correcta e indispensable para fortalecer al Estado y con ello a la democracia, e incluso fue bien recibida por las comunidades más afectadas por los delincuentes, lo que generó en los hechos fue mayor inseguridad y, en el plano nacional, el desprestigio del gobierno en funciones. Algo que caracterizó al gobierno en el periodo 2006-2012 fue que el presidente se dispuso a tomar la iniciativa en la escena política y en especial en la parlamentaria. A diferencia de su antecesor, no lo hizo tratando de ejercer una “presidencia plebiscitaria” (Loaeza, 2010: 275), sino con más negociación política. Con el fin de modificar lo acontecido en el sexenio anterior, Calderón Hinojosa presentó diversas iniciativas al congreso que, en caso de haberse aprobado tal cual, habrían significado cambios de gran trascendencia para el régimen político y para la economía del país. Pero el poder legislativo también jugó su propio papel, funcionado como una institución de contrapeso y, en ocasiones, de obstáculo al poder ejecutivo. La interacción, sin embargo, resultó mejor para el panismo que la del periodo anterior. El presidente Calderón trataba de borrar de la memoria la debilidad de Vicente Fox ante el congreso, primero por sus endebles vínculos con su propio partido, y luego por la animadversión del PRD y las resistencias entre los priistas por sus conflictos internos. Calderón estrechó al máximo sus relaciones con sus correligionarios, confirmando la disciplina de sus grupos parlamentarios mediante coordinadores subordinados a la dirigencia nacional y, por ende, a su autoridad presidencial. Y pese a que la oposición perredista persistió, el presidente hizo lo conducente para ratificar su alianza con el PRI y con los legisladores afines a la lideresa sindical de maestros, Elba Esther Gordillo. En tales condiciones, el presidente propuso iniciativas que tuvieron buena acogida. Es cierto que los parlamentarios modificaron sustancialmente varias de ellas, pero es indiscutible que el presidente determinó en muchas ocasiones la agenda legislativa. Fueron los casos de la reforma a la Ley del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) (García, 2010: 287), las modificaciones a la industria energética (tanto a Petróleos Mexicanos -PEMEX- como a la 102 energía eléctrica) (Pantoja y Cortez, 2010: 191), la llamada “reforma política” que aprobó la iniciativa preferente y varios mecanismos de participación directa de los ciudadanos, y ya como iniciativas preferentes, las que presentó al congreso en los últimos meses de su mandato, relativas al mundo laboral, a la transparencia y al control de las finanzas de las entidades federativas. Todas ellas desataron un fuerte debate dentro y fuera del congreso y al final un conjunto de acuerdos para sacar adelante normas no del todo logradas, ni mucho menos ajustadas totalmente a los intereses del ejecutivo, y sin embargo con avances en la mayoría de los casos. Naturalmente, los avances deben ser considerados en función de los fines de quienes las aprobaron y no necesariamente en razón de si representaron respuestas a demandas de la sociedad. Por ejemplo, en el caso de la ley del ISSSTE, la reforma formaba parte del régimen de pensiones, para subsanar en algo las necesidades presupuestales y constituía una garantía para la conservación de las políticas macroeconómicas (García, 2010: 309). Las modificaciones en materia de energía significaron la disolución de la empresa encargada del servicio de luz en la ciudad de México (y la explosión de un conflicto con el sindicato). En el caso del petróleo, la pretensión era abrir PEMEX a la inversión privada, pero se frustró por la movilización social impulsada por el PRD y sus aliados y por la resistencia de un sector minoritario del PRI. La “reforma política” calderonista buscaba fortalecer al poder ejecutivo, pero ni siquiera los priistas (creyentes del presidencialismo) la aprobaron, siguiendo una lógica electoral y no parlamentaria (en otras palabras, para no darle un triunfo político al partido gobernante en pleno proceso electoral). Y las iniciativas preferentes trataban de poner a prueba a los nuevos gobernantes (atacando al corporativismo, los recursos económicos de los gobernadores y la opacidad de las prácticas políticas de los priistas tradicionales). En términos generales, Felipe Calderón tuvo mayor protagonismo como titular del ejecutivo que su antecesor. Pero en su gobierno no hubo una mejora sustancial a la condición económica de los mexicanos, no hubo mayor eficacia en el ejercicio de gobierno (la relación de poderes siguió más o menos en los mismos términos que años atrás) y tampoco 103 una profundización de la forma de gobierno democrática.3 En específico, el panismo en el poder tuvo que cargar con el desprestigio de su gestión por la crisis económica internacional y por su estrategia de lucha contra la delincuencia organizada. En esas condiciones Acción Nacional llegó a la sucesión presidencial de 2012. 2. EL PRESIDENTE Y EL PARTIDO También en esta relación el presidente trató de enmendar los malogrados vínculos entre Vicente Fox y el PAN. Pero pasó de la laxitud a la subordinación. En el caso de la integración del gabinete, cabe destacar que el presidente mantuvo en esencia al mismo equipo que controla la política hacendaria desde los gobiernos priistas, en aras de asegurar la continuidad, el reconocimiento internacional y la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros. Asimismo, cedió espacios importantes a seguidores de la líder magisterial, Elba Esther Gordillo (según él cumpliendo con compromisos establecidos por su antecesor). Pero también dio cabida en el gabinete a más panistas que Fox, con lo cual simplemente concretó su promesa de “llevar al PAN a Los Pinos”. Significativamente los principales cargos fueron ocupados por incondicionales del presidente. A reserva de hacer una mayor investigación al respecto, baste como ejemplo el caso de la Secretaría de Gobernación. Los responsables de la cartera política más importante fueron muchos: Juan Camilo Mourillo, Francisco Blake Mora, Fernando Gómez Mont y Alejandro Poiré. Salvo 3 104 Francisco José Paoli Bolio, panista integrante del gabinete del presidente Fox enlistaba las causas de la ineficacia de los gobiernos panistas: el arraigo de la cultura política priista; presidentes carentes de un amplio apoyo popular; debilitamiento de la Secretaría de Gobernación; cesión de cargos de la mayor relevancia (Hacienda, PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad -CFE-) a integrantes del PRI; vínculos o tolerancia de los presidentes hacia los poderes fácticos, en especial con las empresas televisivas; estrategia ineficaz de combate al narcotráfico con Fox, que provoca su crecimiento; falta de capacidad de negociación con el Congreso; inexperiencia de los cuadros panistas provenientes de la iniciativa privada para trabajar en el sector público (Paoli, 2012: 50-53). Las críticas a la gestión panista fueron diversas, incluso hubo representantes de la Iglesia católica que las emitieron, como el caso de Abelardo Alvarado, obispo auxiliar emérito de la Arquidiócesis de México, quien aseguró que “los panistas no saben gobernar” y “su inexperiencia, ineptitud y arrogancia los han llevado a cometer muchos errores” (La Jornada, 4 de agosto de 2010: 15. Cfr. también Reveles, 2008). Gómez Mont, la mayoría no tenía gran trayectoria en el panismo; más bien su peso se debía a sus vínculos con el presidente. Los azarosos decesos de Mourillo y Blake hicieron más complejo el funcionamiento de la Secretaría, pero por lo general los secretarios resultaron ineficaces en la negociación política con los diversos actores políticos (en especial con el PRI). De hecho, Gómez Mont (integrante de la corriente política de Fernández de Cevallos) renunció a la Secretaría debido a su desacuerdo con el presidente en el tratamiento de una negociación entre la dirigencia nacional panista, la Secretaría de Gobernación y el gobernador priista del Estado de México. La finalidad de dicha negociación era evitar que el partido hiciera alianza con el PRD en la elección de gobernador de 2011, a cambio de que el PRI diera sus votos a favor de las iniciativas legislativas del PAN o del presidente a finales de 2010. En cuanto al vínculo con el partido, entre 2006 y 2012 hubo cuatro presidentes nacionales del partido, tres de ellos con el ascendiente del presidente de la república (si bien el último con un poco de más autonomía, pero sin fuerza propia para cuestionar a Calderón). Manuel Espino guardó distancia con los gobernantes panistas, pero ya con Calderón emprendió una fuerte crítica a su intervencionismo en el partido, a su alianza con Elba Esther Gordillo (traducida en cargos en el gabinete presidencial) y a las concesiones de poder que le otorgaba al PRI (principalmente en el congreso). La reiteración de estos cuestionamientos provocó un acontecimiento inédito en la ya larga historia del partido: la expulsión de un expresidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Así, tiempo después de perder la posibilidad de reelegirse en la renovación de la dirigencia, Espino salió de la organización pero continuó siendo una suerte de “conciencia crítica” del panismo (alimentada por los medios masivos de comunicación) y con una participación especial aunque limitada en el proceso electoral de 2012. Tanto el sucesor de Espino, Germán Martínez, como César Nava y Gustavo Madero fueron líderes subordinados al presidente Calderón. Los dos primeros eran parte de la corriente calderonista, caracterizada por posiciones pragmáticas y moderadas, críticos de priistas y perredistas pero, al final, proclives a la negociación; jóvenes, bien formados profesionalmente, con experiencia en la estructura partidista, y sobre todo 105 con una carrera gubernamental al lado del presidente. De discurso ágil pero retórico, estos líderes abrazaron el liderazgo presidencial sin dudarlo, defendiéndolo a toda costa. Madero se diferenciaba de ellos por su trayectoria propia, por su edad y su discurso, más templado, menos demagógico, pero su proceder fue siempre leal al gobierno. La influencia del presidente se notó desde la elección de Martínez y tuvo como consecuencia inmediata la persecución contra Espino y sus seguidores. La dirigencia nacional confirmó el centralismo característico del PAN, e incluso lo incrementó cuando se eligieron los candidatos a cargos de elección popular a partir de los comicios intermedios de 2009. En efecto, la mayor parte de los candidatos a diputados federales (500 en total) y un importante número de abanderados a gobernadores, diputados locales y presidentes municipales en distintos procesos de 2009, 2010 y 2011, fueron designados directamente por el CEN. En otras palabras, un grupo reducido de líderes encabezados por los hombres del presidente decidieron quiénes serían los abanderados del partido. Esta había sido una postura siempre sustentada por Calderón, que tenía su fundamento en la ideología panista conservadora, simpatizante de las jerarquías, de la autoridad de los “sabios” (en este caso, los dirigentes) para escoger a los “mejores” representantes del partido (en este caso, los candidatos). Los líderes se equivocaron: el PAN fue rebasado por el PRI en esos comicios intermedios federales y en no pocos de los procesos electorales locales. La sonada derrota de 2009 provocó una reacción inmediata de Martínez, quien asumió toda la responsabilidad (eximiendo la parte que correspondía al presidente de la república) y renunció a la presidencia del CEN. Su sustituto fue ni más ni menos que el secretario particular del presidente, César Nava. Y la sucesión del sustituto de Nava se resolvería a favor de un personaje no tan cercano al presidente, pero leal y dispuesto siempre al acuerdo con él, Gustavo Madero.4 4 106 Su principal competidor fue Roberto Gil, quien tenía una gran cercanía con el presidente. La votación en el Consejo Nacional fue cerrada, 128 votos por Madero y 122 por Gil. La segunda ronda no fue necesaria porque Gil y los otros candidatos (Cecilia Romero, integrante de la dirigencia; Ramírez Acuña, ex gobernador de Jalisco; y, Judith Díaz, militante sin trayectoria) declinaron (Reforma, 5 de diciembre de 2010: 6). La integración del CEN por corriente política aparece en Reforma, 6 de diciembre de 2010: 8. Las diferentes dirigencias no variaron mucho las estrategias a lo largo del sexenio. A excepción de la de Espino, las otras reflejaron el enorme peso de los hombres del presidente en la toma de decisiones en el partido. Las puertas para la participación de simpatizantes permanecieron con filtros insalvables. A su vez, los militantes carecieron de garantías para poder participar en la definición de las propuestas de gobiernos e iniciativas de ley. La postulación de candidatos, casi siempre controlada por la dirigencia nacional, generó o avivó numerosos conflictos internos en el ámbito local, conflictos que minaron la cohesión de las corrientes y provocaron su ineficacia para las campañas de 2012. Las diferencias, sin embargo, no fueron notorias pues los órganos de dirección (CEN y Consejo Nacional) estaban integrados en su mayoría por los integrantes de la corriente calderonista (significativamente con cargo en el gobierno). Acción Nacional no estaba a salvo de discrepancias entre corrientes o liderazgos. La primera y más elemental fue el distanciamiento que conservó con el expresidente Fox, que se mantuvo al margen del partido más por diferencias con Calderón que por propia convicción. Adicionalmente se hallaban los seguidores de Espino, quien salió del partido sin sumar muchos apoyos, sin llevarse una amplia base militante. Es decir que, como representantes de las posiciones más conservadoras, estos grupos o personalidades quedaron aisladas, pero con presencia principalmente en el ámbito local. No pocos cuestionaron de un modo u otro la línea del presidente Calderón. Fueron los casos de Ricardo García Cervantes, Carlos Medina Plascencia, Ernesto Ruffo, Manuel Clouthier, Santiago Creel y Javier Corral. Con trayectoria propia y autoridad moral entre amplios sectores de la militancia (unos en sus estados, otros a nivel nacional), algunos de ellos trataron de ganar el liderazgo, pero fueron superados por los calderonistas de manera indiscutible. Adicionalmente se deben considerar los conflictos desatados o intensificados en el plano local, producto de los diversos procesos de selección de candidatos. Inicialmente el CEN designó a 141 candidatos a diputados federales y 24 senadores de mayoría, justificando su decisión en problemas de seguridad para hacer procesos internos, cuotas de 107 género, impulso a candidaturas ciudadanas o conflictos internos. Centenares de líderes y militantes impugnaron ante el tribunal electoral y éste demandó a la dirigencia reducir el número, que finalmente quedó en 42 diputados y 3 senadores designados (Reforma, 20 de noviembre de 2011: 9). Si a ellos se agregan los 200 y 32 de representación proporcional (que son designados principalmente por la dirigencia nacional) es notable la centralización prevaleciente en el partido. Liderazgos de gran trayectoria fueron afectados por la decisión de la dirigencia nacional o por la falta de prácticas democráticas en los procesos internos. Los casos más sonados fueron los de Manuel Clouthier en Sinaloa, Jorge Zermeño en Coahuila o Javier Corral en Chihuahua.5 Asimismo, la designación de Larrazábal como diputado plurinominal por Nuevo León desató una inédita andanada de impugnaciones y escisiones en el panismo regiomontano (Reforma, 25 de febrero de 2012: 8). En Morelos se impugnó el proceso de selección de candidato a gobernador, lo que produjo un candidato débil que a la larga sería derrotado en la elección constitucional (La Jornada, 27 de marzo de 2012: 32). Todo esto contribuyó a una endeble fuerza de Acción Nacional para enfrentar un proceso de la envergadura del 2012. Y sin que fuera una crítica que hallara eco entre la opinión pública gracias a la negociación entre los gobernantes y los propietarios de los medios masivos de comunicación, también hubo un suceso extraordinario que cuestionó el proceder de los panistas, en particular de uno de sus principales líderes, Diego Fernández de Cevallos. Ex candidato presidencial y ex coordinador de los senadores, el antiguo líder de Acción Nacional fue secuestrado en el 2012 por un grupo que hizo críticas aisladas sobre la élite panista y su proceder al frente del gobierno. El silencio de los medios sobre el asunto demostró una capacidad de control de la información por parte del gobierno que no se repitió respecto de otros temas; probablemente debido a que en este caso los intereses entre empresarios de medios y gobernantes se conjuntaron en contra 5 108 Al primero se le impidió registrarse como precandidato al Senado. Posteriormente, el tribunal electoral le dio la razón, pero finalmente decidió escindirse del partido y buscar ser candidato ciudadano a la presidencia de la república (Reforma, 3 de febrero de 2012: 7). Zermeño y Corral pidieron la anulación de los procesos internos por irregularidades (Reforma, 25 de febrero de 2012: 7). de una amenaza al sistema. De cualquier forma, luego de varios meses de privación de la libertad y de haber pagado un desconocido pero seguramente millonario rescate, Fernández de Cevallos fue liberado sin mayores repercusiones políticas.6 3. LA SELECCIÓN DE CANDIDATO PRESIDENCIAL El presidente comenzó la sucesión abriendo dos posibilidades: una, que el candidato panista fuera incluso alguien no militante, proveniente de la sociedad civil; dos, que pudiera ser perteneciente al sexo femenino.7 Así las cosas, los medios comenzaron a especular sobre los aspirantes a sucederle. Pero los líderes partidistas de inmediato disintieron del pronunciamiento del presidente en el sentido de que hubiera un candidato de la sociedad civil. El presidente no persistió en su declaración, por lo que los aspirantes surgieron de las filas de Acción Nacional. Al principio hubo manifestaciones personales y colectivas a favor de un elevado número de personalidades. Significativamente, ninguno de ellos proveniente de la estructura organizativa, característica que prevaleció a lo largo del proceso interno y que puso en relieve el peso de los gobernantes sobre los líderes partidistas y los parlamentarios. El secretario de Hacienda, el de Educación, el del Trabajo, el gobernador de Jalisco y los coordinadores parlamentarios, Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, desde el principio expresaron su interés por sustituir a Calderón.8 Ante tal cantidad de aspirantes, la dirigencia y el presidente buscaron reducir la lista e incluso que hubiera un solo candidato. Las contradicciones entre las corrientes dificultaron el acuerdo, 6 7 8 Algunos pronunciamientos de los secuestradores pueden consultarse en La Jornada, 21 de diciembre de 2010: 10. En una entrevista a medios internacionales, el presidente afirmó que el candidato del PAN podría ser “un miembro del gabinete, gobernadores, legisladores, y yo no descartaría, ojalá fuera así, incluso alguna distinguida o distinguido integrante de la sociedad civil” (Reforma, 3 de diciembre de 2010: 7). En julio de 2011 volvió a pronunciarse al respecto, destacando sobre todo que como el PAN requería acercarse a la sociedad, pues podría postular a un candidato ciudadano. De inmediato los líderes del partido y algunos aspirantes descartaron tal posibilidad (La Jornada, 23 de julio de 2011: 5). Inicialmente, además de Creel, Vázquez Mota y Cordero, se identificaron como aspirantes al gobernador de Jalisco, Emilio González, al secretario del Trabajo, Javier Lozano, y al secretario de Educación, Alonso Lujambio. 109 pero además influyó la convicción democrática de los panistas en general (incluyendo al propio presidente). De modo que todos estuvieron de acuerdo en seleccionar al candidato a través del voto de los militantes (activos y adherentes). Este mecanismo, ya probado para los comicios de 2000 y 2006, tenía la pretensión de demostrar el credo democrático panista frente a sus adversarios y ante la sociedad. Y además, buscaba aprovechar al máximo la fase de las precampañas para el posicionamiento del PAN frente a un presidenciable priista notoriamente fuerte, de acuerdo con la mayoría de los sondeos de opinión. El presidente inicialmente apoyó a Ernesto Cordero, su secretario de Hacienda, un hombre integrante de su corriente y reconocido por las instituciones financieras nacionales e internacionales. Con escasa trayectoria política y de partido, así como un discurso limitado y poco doctrinario, Cordero era joven, leal al presidente y a las políticas macroeconómicas.9 Superó las cualidades del gobernador jalisciense o del secretario de Educación, quienes siendo cercanos a Calderón, no sumaron su apoyo o el de grupos de interés de peso. El proceso abierto a la militancia posibilitó que otras personalidades incursionaran en la contienda. Al final, los coordinadores de los diputados y senadores también participaron. Josefina Vázquez Mota tenía cierta cercanía con el presidente, pues había sido su secretaria de Educación en la primera mitad del sexenio; luego coordinó a los diputados, generalmente apoyando las iniciativas de Calderón. Por su lado, Santiago Creel había competido contra Calderón seis años atrás por la candidatura presidencial; era un líder crítico del gobierno federal, pero leal en su desempeño como coordinador de los senadores. Creel había hecho un trabajo limitado en el Senado, dado el peso del PRI en la cámara alta y su escasa eficacia para la negociación política (pese a su experiencia como secretario de Gobernación en el sexenio foxista). Aun así, se lanzó 9 110 Cordero fue criticado severamente por declaraciones fuera de lugar como responsable de Hacienda, una en la que aseguró que los mexicanos podían vivir bien con un ingreso de 6 mil pesos mensuales (que según él era el ingreso promedio, muy por encima del salario mínimo oficial, que aproximadamente ascendía a mil 700 pesos en ese entonces). Asimismo por su declaración de que México había dejado de ser un país pobre “hace mucho tiempo”, ahora “es un país de renta media” (La Jornada, 1 de junio de 2011: 5). a la competencia, conformando una disputa entre tres. Pero desde el principio Creel fue considerado como el precandidato más débil. Visto en retrospectiva, dos de los precandidatos eran cercanos al presidente; uno de ellos claramente más (Cordero) que la otra (Vázquez Mota). De suerte que la victoria de esta última no fue un revés contundente a la directriz presidencial. El presidente no decidió la candidatura del partido, cediendo un importante margen de acción para la estructura y la base militante. Pero la victoria de Vázquez Mota no puede ser considerada como una derrota del presidente. De hecho, el equipo de campaña se nutrió tanto de los simpatizantes de Cordero como de los de la candidata presidencial. Quien quedó hasta cierto punto aislado fue el grupo de Creel, pero de suyo contaba con poca fuerza en la organización. En las precampañas todos los aspirantes se pronunciaron a favor de la continuidad de las políticas calderonistas. Ratificaron ser partidarios del control de las variables macroeconómicas; de las políticas sociales asistencialistas; de las llamadas “reformas estructurales” (energética, con la apertura de PEMEX a la inversión privada; laboral, con la flexibilización de las relaciones obrero-patronales; y la fiscal, con la generalización de impuestos y la ampliación de la base tributaria); asimismo sus discursos revelaron su postura a favor del presidencialismo. Tuvieron diferencias en tres temas sustantivos: en la estrategia de combate al narcotráfico (en la cual la postura más crítica fue la de Santiago Creel, quien apostó por modificarla y por la exclusión de la participación directa de las fuerzas armadas); en la política educativa (en la cual destacaron las de Vázquez Mota, quien demandó de manera indirecta terminar la alianza con Gordillo y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación -SNTE- y avanzar en el incremento de la calidad de la educación); y en cuanto a la formación de una coalición de gobierno para el ejercicio del poder (si bien en realidad el único que propuso un gobierno de coalición fue Santiago Creel). Cordero demostró su lealtad al presidente a lo largo del proceso interno. De hecho reclamó a sus adversarios, principalmente a Vázquez Mota, que no hubieran apoyado totalmente al presidente en su desempeño legislativo. Por su lado, Creel fue el más crítico no tanto en cuanto a políticas de gobierno sino a la intervención del presidente en el proce- 111 so interno. Reiteradamente impugnó la “línea” y convocó a los militantes a ejercer su voto en libertad. Sorprendió esta posición, pues en su momento él se había visto favorecido por la línea del presidente Fox al enfrentar a Calderón en la interna de 2006.10 4. EL PRESIDENTE EN LA CAMPAÑA Josefina Vázquez Mota comenzó su campaña rodeada por un equipo de seguidores y de simpatizantes del presidente. Desde el comienzo fue apoyada por Roberto Gil, igualmente secretario particular del presidente Calderón (después de César Nava). Luego, uno de los principales sostenedores de Cordero y apoyo del PAN en los estados, el gobernador Juan Manuel Oliva, de Guanajuato, también se integró al comité de campaña. De igual modo, el publicista encargado de la precampaña y campaña de Calderón, Solá, brindó su trabajo para la abanderada. Culminado el proceso interno, los grupos se acomodaron en la estructura partidista y en el comité de campaña, de modo que hubiera reconciliación y trabajo conjunto. Si en el plano nacional esto surtió efecto en el corto plazo, en los estados no ocurrió así. La selección de candidatos a legisladores federales y en los estados de nuevo generó conflictos, porque la dirigencia nacional decidió designar a la mayoría de los candidatos. Muchas designaciones llegaron al máximo tribunal electoral, instancia que dio la razón a muchos militantes inconformes y demandó a la dirigencia justificar tantas designaciones e incluso reducirlas (como ya se señaló). La dirigencia cumplió a regañadientes, pero no por ello dejó de decidir la mayoría de los abanderados. Esto debilitó los apoyos para Josefina Vázquez Mota, de suyo diezmada por el hecho de no ser la preferida del presidente Calderón. Uno de los éxitos de la gestión panista de Calderón es que debilitó el discurso populista de las izquierdas. En consecuencia, la disputa en el 2012 no fue la desigualdad social o la pobreza como en el 2006. Tam- 10 112 El mismo Fox criticó la “línea” de Calderón a favor de Cordero (El Universal, 13 de junio de 2011: A10). poco se puso en cuestionamiento el modelo de desarrollo. Si acaso se cuestionó el carácter democrático del régimen. En ese sentido, el debate ideológico se circunscribió a unos cuantos asuntos, destacando más las coincidencias entre los candidatos que sus divergencias.11 Naturalmente a ello contribuyó que todos los candidatos estuvieran de acuerdo con las políticas sociales originalmente perredistas (como la pensión a adultos mayores, el seguro de desempleo o las becas para estudiantes) y que López Obrador desechara su anterior lema de campaña (“Primero los pobres”) y lo sustituyera por el de la “república amorosa” (por lo demás una posición incomprensible, sin identidad clara, sin compromisos genuinos con el bienestar social o con la democracia). Por si fuera poco, el propio presidente Calderón hizo suya la pensión para adultos mayores con el programa “70 y más”, que era una ayuda económica para los ancianos, en principio de zonas marginadas, pero que a partir de enero de 2012 se generalizó a todo el país.12 Lo mismo ocurrió con las becas para evitar la deserción de estudiantes en bachillerato y educación superior (Reforma, 15 de febrero de 2012). La abanderada panista no dejó de plantear su convicción por la continuidad. Sostuvo las mismas posturas que en campaña, quizás poniendo mayor énfasis en el tema educativo, más por la coyuntura en la cual comenzó la campaña (el 15 de mayo, día del maestro) que por una posición realmente frontal en contra del sindicato magisterial, de su lideresa antidemocrática o del corporativismo como mecanismo de control político. En los delicados temas del petróleo e impuestos, también sostuvo la apertura a la inversión privada y nuevos impuestos. Pese a todo, el lema de su campaña “Josefina diferente” disgustó al presidente Calderón, pues desde su punto de vista envió un mensaje equivocado a la ciudadanía. No se podía entender el compromiso con la continuidad si la candidata se calificaba como “diferente”, además de que parecía ser un cuestionamiento a la gestión del mismo. A principios de la campaña propiamente dicha, las diferencias entre los grupos panistas eran evidentes. El presidente Calderón, de acuer 11 12 Sobre coincidencias véase “El consenso de México” (julio de 2012), Nexos, México, pp. 49-53. La intención del gobierno era pasar de un millón de beneficiarios a 3 y medio millones al final de su periodo, es decir, incrementar al triple en un lapso de 11 meses (La Jornada, 17 de enero de 2012: 11). 113 do con la opinión de algunos panistas, no dio apoyo total a la candidata por lo que sus cuadros y simpatizantes no hicieron el trabajo suficiente para respaldarla.13 Desde una perspectiva más amplia, en efecto el presidente no intervino en el proceso interno a diferencia del anterior, cuando desde dos años antes de la elección el panismo gobernante quiso eliminar políticamente al entonces puntero en las encuestas, el jefe de Gobierno perredista en el Distrito Federal. En esta ocasión, aun cuando el priista Peña Nieto se perfiló como el enemigo a vencer, las acciones del presidente no significaron una intromisión en el proceso para inclinar la balanza de manera contundente hacia su partido. Es cierto que varias acciones del presidente tenían como fin favorecer a la opción panista. Fue el caso de la reivindicación de los logros de su gestión en todo momento, el mensaje especial que emitió poco antes de iniciar la veda de propaganda pública, los cuestionamientos al líder nacional del PRI por el enorme endeudamiento que promovió como gobernador de Coahuila (cuestionamiento que provocó su renuncia a la presidencia del CEN), la denuncia y persecución (al menos mediática) de tres ex gobernadores priistas presuntamente vinculados con el narcotráfico, y las referencias indirectas pero críticas a los gobiernos priistas del pasado y a su abanderado presidencial.14 Las críticas al priismo fueron genéricas y no se circunscribieron al periodo sucesorio. Sus pronunciamientos en no pocas ocasiones trabaron las negociaciones con el PRI en el poder legislativo. Lo usó incluso como justificación para explicar la falta de crecimiento de la economía, la ineficacia del legislativo o bien los escasos avances para contrarrestar la pobreza.15 En la sucesión, tanto los precandidatos, la candidata 13 14 15 114 Así lo plantearon los estrategas de la campaña (Roberto Gil entre ellos) y otros como Santiago Creel y Xóchitl Gálvez, candidata al Senado por el estado de Hidalgo, después de la elección. Una de las afirmaciones en su especie de informe final antes de la veda fue: “Si México no crece más rápido, es también porque se le han escatimado reformas fundamentales, como la laboral, que permitiría la generación de empleos de más calidad y mejor pagados” (Reforma, 29 de marzo de 2012: 6). Por ejemplo: “El gobierno mexicano destina anualmente unos 5 mil 400 millones de dólares al pago de intereses de una deuda ‘contratada por políticos ladrones’, manifestó el secretario de Economía, Bruno Ferrari, al realizar una apología de los resultados económicos del actual gobierno, mientras el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, salió al paso de las versiones que señalan ‘que el desempeño de nuestra economía ha sido el peor en décadas…Cuesta mucho trabajo corregir el timón cuando se había torcido por mucho tiempo’” (La Jornada, 29 de mayo de 2012: 22). y su equipo, así como los líderes del partido impugnaron a los priistas general, acusándolos también del crecimiento de la pobreza y de la inseguridad pública (producto de la estrategia gubernamental contra dicho fenómeno social). Más allá de esta situación, a Calderón no se le vio en los actos de campaña, ni recurriendo a las ventajas de los amplios recursos con los que contaba. Mucho menos quedó en sus manos la decisión de la “guerra sucia” para derrotar a sus contrincantes. El erario y los programas sociales sí fueron aprovechados en algunas regiones, pero no constituyeron prácticas ordinarias generalizadas de parte de los panistas o de sus simpatizantes. Hubo un solo acontecimiento en el cual el presidente intervino directamente en el proceso, cuando durante una reunión privada con empresarios dijo que Vázquez Mota estaba a punto de empatar con Peña Nieto en las preferencias electorales. Tal información era notoriamente discordante con todas las encuestas, que cotidianamente informaron de un amplio margen a favor del candidato priista (La Jornada, 24 de febrero de 2012: 2). La reivindicación genérica de los logros de gobierno no fue suficiente para impulsar a la postulante panista. Por otro lado, el presidente no lanzó señales claras para sus seguidores en el sentido de otorgarle todo el apoyo. Y la candidata no hizo mayores acercamientos con la corriente del presidente. Uno de los hechos que afectaron la dinámica de la campaña fue el pronunciamiento del ex presidente de la república, Vicente Fox, en apoyo a Enrique Peña Nieto. En las primarias, pese a que Santiago Creel lo buscó para que le apoyara, nunca lo hizo. En ningún momento se comprometió con alguno de los aspirantes y tampoco lo hizo con Vázquez Mota. Desde febrero, el guanajuatense se dijo estar dispuesto a dar su voto por quien ofreciera la mejor propuesta para erradicar la violencia. Poco después su respaldo al abanderado fue público y notorio (El Universal, 4 de junio de 2012: 11 y El Universal, 18 de junio de 2012: A8). El panismo en general descalificó la postura de Fox, explicándola por su distanciamiento para con el partido y con el propio Calderón, así como por su contacto con los priistas en campaña, algunos de los cuales habían sido 115 formados en el Centro Fox (instancia de asesoría política y formación de cuadros creada por el expresidente después del 2006) (Reforma, 23 de febrero de 2012: A6).16 La justificación del presidente era su compromiso con México, y si la sociedad estaba mayoritariamente a favor del priista, él consideraba que era necesario apoyarlo con la unión de todos los ciudadanos y de todas las fuerzas políticas. Es poco probable que el pronunciamiento del expresidente debilitara al PAN, porque el distanciamiento entre Fox y el partido era una realidad desde antes de la llegada de Calderón al poder. Además, es poco probable que la declaración pública del guanajuatense haya influido entre los indecisos pues su influencia es francamente limitada. Los medios recogen sus puntos de vista regularmente, pero no hay eco ni en las élites políticas ni en la opinión pública (a diferencia de lo que pasa con los pronunciamientos o acciones del ex presidente priista, Carlos Salinas de Gortari).17 Algo parecido puede afirmarse sobre el apoyo que Manuel Espino dio al candidato priista. En efecto, el ex presidente panista apareció públicamente en un acto, junto con disidentes del PRD y otros grupos políticos desplazados, para sostener que Peña Nieto era la mejor opción. El hecho de que apareciera al lado de personalidades de izquierda puso en claro su pragmatismo, y sus pretensiones no solo de golpear a la campaña panista sino también de asegurar un cargo político para el nuevo sexenio. De igual modo, esta postura diluyó la versión de que Espino representaba a la ultraderecha; o, aceptando que lo fuera, indicaba que esta corriente había encontrado ya un nuevo espacio de acción (extrañamente al lado de exguerrilleros, nacionalistas revolucionarios, líderes obreros y demás políticos tradicionales). 16 17 116 Rubén Aguilar, ex vocero de Fox cuando era presidente de la república, declaró en entrevista: “Me parece un error estratégico del gobierno de Calderón haberse distanciado de Fox. Hoy sería distinto este gobierno si Calderón se hubiera aliado a Fox y hubiera aprovechado la ventaja… pienso que ese error lo está pagando Calderón; no lo está pagando Josefina, Calderón es un constructor de la posible derrota del PAN” (Reforma, 27 de abril de 2012: A10). Después de la elección, varios líderes panistas demandaron la expulsión de Fox por haberse pronunciado a favor del candidato priista (La Jornada, 24 de julio de 2012: 8). 5. LOS RESULTADOS EN EL CORTO PLAZO El partido del presidente de la república fue derrotado por un amplio margen en la contienda de 2012. Los resultados fueron desfavorables no solo en la elección presidencial, sino en todos los comicios llevados a cabo el primero de julio. En el proceso federal, el panismo se ubicó en el tercer lugar. De acuerdo con el cómputo distrital dado a conocer por el Instituto Federal Electoral (IFE), Josefina Vázquez Mota obtuvo el 25.41%, lejos de López Obrador (que llegó a 31.59%) y del ganador (que alcanzó el 38.21%). Solamente superó a Gabriel Quadri, que apenas llegó a 2.29%. Cuadro 1. Resultados del PAN en las elecciones federales 2012 VOTOS PRESIDENTE DEDIPUTADOS SENADORES LA REPÚBLICAFEDERALES Absolutos12,786,647 Porcentaje25.41 12,895,902 13,126,478 25.89 26.28 Fuente: IFE, resultados distritales de las elecciones de presidente, diputados federales de mayoría y senadores de mayoría por entidad. De acuerdo con los resultados distritales, las proyecciones para la integración de las cámaras colocaron al panismo como el segundo grupo parlamentario más numeroso: según el cómputo distrital, obtendría 38 senadores (29 de mayoría relativa y 9 de representación proporcional) y 114 diputados federales (52 de mayoría relativa y 62 de representación proporcional) (IFE, 2012: A15). Por estado, la candidata ganó la mayoría de votos únicamente en tres: Guanajuato, Nuevo León y Tamaulipas; solamente en el primero era partido gobernante. En otras entidades donde gobernaba, en dos quedó en segundo lugar (Baja California Sur, Sonora y Jalisco) y en tercer lugar en Baja California, Morelos y Puebla. En las elecciones locales, los datos positivos fueron la retención de la gubernatura de Guanajuato y la conquista de los principales cargos en Nuevo León. Pero los negativos fueron los más numerosos: perdió la 117 gubernatura de Jalisco, bastión que había controlado durante más de 20 años, y no pudo retener Morelos. Y casi no mostró presencia en las contiendas por los titulares de los poderes ejecutivos en Tabasco, Chiapas y Distrito Federal. Después de la derrota, el presidente Calderón trató de ratificar institucionalmente su predominio en la estructura partidista. Convenció a algunos de los más destacados dirigentes a impulsar la “refundación” del partido, lo que en los hechos significaba la renuncia del líder nacional en funciones, la renovación de la dirigencia con cuadros leales y cambios a los estatutos para “abrir” el partido a la sociedad (Reforma, 26 de julio de 2012: 8). La acción del presidente quedó solamente en el intento pues Madero y la mayoría de los líderes estatales (con el apoyo tácito de los cuadros contrarios del calderonismo) acordaron mantener los plazos legales de sus respectivas gestiones, no sin antes comprometerse con una reforma supuestamente profunda de las estructuras, en aras de hacer más competitiva a la organización panista. Más allá de la evidente decadencia del poder del presidente sobre la estructura del partido, lo cierto es que ninguna de las propuestas emitidas por los panistas representa una novedad. Desde el sexenio foxista, Acción Nacional se trazó como meta la de ser un partido más sólido, más competitivo y más cercano a la gente. Los resultados demuestran que no tuvo éxito en la faena. La reacción del presidente y otros demuestra que los panistas en general no han alcanzado a comprender las causas de su derrumbe. Y sus propuestas de “refundación” no expresan en realidad un proyecto de largo plazo para el partido. Pero como este proceso está en curso, difícilmente podemos sacar conclusiones fuertes al respecto. 6. CONCLUSIONES El presidente Calderón trató de pasar de una relación endeble a un vínculo fuerte con el partido, lo que provocó un mayor centralismo y el predominio de los gobernantes sobre los líderes partidistas o los coordinadores parlamentarios. En consecuencia, aun cuando destacadas 118 personalidades del partido y grupos políticos locales impugnaron su intervención, los seguidores del presidente ganaron la mayoría de los espacios en los órganos nacionales de dirección. El comportamiento de la dirigencia, centralista y elitista (por el hecho de usar el método de designación para definir candidaturas), no hizo sino incrementar los conflictos, debilitando la estructura y la campaña presidencial. La gestión del presidente fue de continuidad, sin el impulso de políticas destacadamente panistas, alternativas a las de los gobiernos priistas. Incluso en el tramo final de su periodo llevó a cabo políticas que en otro tiempo había calificado y descalificado como “populistas” (como la pensión para adultos mayores). La difusa identidad ideológica del gobierno se incrementó con Calderón, en aras de lograr el respaldo de la oposición para sus acciones de gobierno o para sus iniciativas legislativas. La gestión panista quedó empañada por la crisis económica internacional, por el nulo avance en el combate a la desigualdad social y por la estrategia de guerra contra la delincuencia organizada. Estos factores generaron un fuerte desánimo e incertidumbre en la sociedad, que se tradujeron en votos de castigo contra el PAN. El triunfo del PRI fue más el resultado de la ineficacia del gobierno panista que de los atributos de su candidato, campaña u oferta electoral. La candidata del PAN, sin ser de la corriente del presidente, era leal al mismo. Tan fue así que reiteró su postura a favor de la continuidad en general. Y en específico destacaron sus posturas a favor de la privatización de PEMEX, en pro de más impuestos, por la flexibilización de las relaciones obrero-patronales, y favorable al incremento de la calidad de la educación. Ciertamente demandó una redefinición de la estrategia contra la delincuencia organizada, pero su postura no distaba mucho de la del resto de los candidatos, ni representaba una ruptura con el presidente Calderón. El panismo fue congruente con sus convicciones, aunque sus cuadros no mostraron una lealtad a toda prueba con el presidente o con la propia organización (al dar un endeble apoyo a su abanderada presidencial). El intento de Calderón por mantener su autoridad sobre el partido aun dejando la Presidencia muestra las limitaciones del diagnóstico de los panistas sobre su derrota en 2012. Es poco probable que uno de los 119 principales artífices de la derrota se convierta en el nuevo líder de Acción Nacional; mucho menos es pertinente que la candidata derrotada lo sea (como al parecer vislumbró inmediatamente después de la jornada electoral). Y las propuestas de “refundación” no aportan ninguna novedad, ni muestran un proyecto acabado para el cambio que requiere el partido para ser nuevamente competitivo. Pero eso solamente se verá en el mediano o largo plazo. Mientras tanto, la frustración, el pasmo y la inercia serán tres rasgos característicos del comportamiento panista al abandonar los cargos públicos que usufructuó durante doce años. 120 FUENTES DE CONSULTA • “El consenso de México” (julio de 2012), en Nexos, México, pp. 49-53. • CORTEZ Salinas, Josafat y David Pantoja Morán (2010), “La reforma de PEMEX”, en Zamitiz, Héctor (Coord.), Cambio político, reformas e instituciones en México, 2007-2009, México, UNAM, pp. 191-250. • ESCAMILLA, Alberto, Roberto Gutiérrez y Luis Reyes (Coords.) 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El desempeño presidencial no es solo materia de actitud personal, sino que involucra al conjunto del sistema de una peculiar manera; al mismo tiempo, las condiciones del régimen acotan las acciones presidenciales. Siendo así, es necesario considerar la participación presidencial al menos desde dos perspectivas complementarias: una, la lógica política del propio presidente, su modo de ver la lucha por el poder y su concepción del país; y, dos, las condiciones específicas del régimen político, en la situación de una democratización interrumpida y, en algunos aspectos, hasta deformada. Esto es, la de un sistema que se abrió a la pluralidad partidaria, dando paso a la alternancia, con la deficiencia de 1 Doctor en Ciencia Política por el Birbeck College de la Universidad de Londres. Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. 123 que, el partido democratizador -tanto en la primera como en la segunda gestión de la alternancia-, desertó de su principal responsabilidad: seguir adelante con los cambios, contribuyendo, en consecuencia, más a la deformación del régimen democrático que a su consolidación.2 Al hilo de dos principales preguntas se analizarán estos temas: ¿Hasta dónde las opciones de Calderón favorecieron el afianzamiento de los fines de la alternancia, dejando un marco sólido e inamovible en el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no podrá volver a sus prácticas? o ¿Hasta dónde Calderón deja como herencia un sistema, diríase híbrido que, aunque cargado hacia la operación pluralista y competitiva, conserva amplias zonas de control tradicional, de rezago predemocrático y de resistencia al cambio, fortalecidas por inmovilismo reformista del propio Calderón? 2 Por lo que toca al desempeño de Calderón es claro que su perfil de político y de gobernante no correspondió al de un líder de la democratización y la reforma de las instituciones. Su perfil, encubierto por el manto legitimador del panismo llamado doctrinario, heredero de la calidad moral y de la voluntad justiciera y de bien común de su tradición, sin embargo, resultó ser el de un político cuyos reflejos políticos, sus modos de operación, su socialización política, en lo más mínimo honra a esa tradición que se invocaba como inherente. Por experiencia, dolorosa si se quiere, Calderón y su generación, parecen haber renunciado a la buena voluntad panista, al solidarismo cristiano, para optar por el realismo inmediatista. Ese realismo se vio alimentado, además, por la influencia tecnocrática, su formación y orientación los coloca en la visión de mercado, de tal manera que cualquier idea de compromiso social (no de justicia social) y de transformación democrática radical es ajena, que no sea como política asistencial 2 124 Sobre los límites de la democratización y cambios en la alternancia véase Zamitiz G., Héctor, 2010b: 9-15 y Muñoz Patraca ,V. M., 2011b. o, simplemente, está postergada bajo el supuesto de que el mercado irá resolviendo problemas sociales.3 Hay que agregar que Calderón en su gobierno ha formado una elite forjada en la universidad privada y en las norteamericanas que tiene una idea pragmática del poder, ocupar posiciones, llevar a cabo políticas públicas, obtener ventajas de grupo. En suma, para ellos, en política lo importante es ganar el poder y conservarlo, no generar organización y movilización social, ni fortalecer la vida del partido por esa vía, ni efectuar la función gubernamental mediante acción ciudadana. En el enfoque y la operación son elitistas.4 Políticamente, entonces, no debe de sorprender que su objetivo central haya sido evitar, a como diera lugar, el retorno del PRI y conservar el poder, ya no para el partido, el Partido Acción Nacional (PAN), sino para el grupo calderonista. Aparece aquí un rasgo del viejo presidencialismo, de la práctica del PRI, que la alternancia no pudo superar. Y también una suerte de fijación que tiene esta elite, con tintes casi rencorosos contra el PRI, es biográfica, y se observa hasta en algunos de los más refinados cuadros como Juan Molinar Horcasitas y el propio Alonso Lujambio. La orientación que de manera general aquí se caracteriza como de mercado del calderonismo, no solo obedece a los tiempos, a la socialización profesional, a la configuración de una elite privilegiada, sino al curso seguido por el PAN. El PAN en el que crece políticamente Calderón no era más el histórico, sino un partido muy limitado por sus enfoques, su visión de México, su estéril intensión solidarista y que se repone hacia 1979 de un declive por agotamiento de su doctrina y prácticas. Es el PAN que, ya conquistado por los pragmáticos del Norte, llevara a la presidencia a Vicente Fox. Se trata de un fenómeno complejo de conglomeración de intereses regionales que encuentra en ese partido una 3 4 Véase Solórzano, Carmen, 2002 y Valverde Viesca, Karla, 2010. “Tal fue el caso cuando desde la presidencia se impulsó la candidatura de Germán Martínez, personaje que junto a otros como Cesar Nava y Juan Camilo Mouriño se sumaron al PAN de la mano de Calderón en la renovación de grupos panistas de fines de los ochenta. Si bien su dirigencia duró hasta el descalabro de las elecciones de 2009, dejó en claro que el panismo no soltaría la ruta del pragmatismo, dentro del cual se suscitó el más reciente relevo, precisamente por alguien del mismo grupo calderonista Cesar Nava.” (Mirón, 2009: 180). 125 magnífica plataforma de operación, independientemente de sus valores, tradición y fisonomía. El dato central de esta modalidad bronca del panismo, está en que coincide y se armoniza con el proceso de disgregación del estatismo y el fortalecimiento de los poderes territoriales, los que, ya de antiguo, venían combatiendo al PRI. Solo que, como se comprobó en la presidencia de Fox, no tenían oferta alternativa de sistema ni de democratización, sino solo objetivos de recuperación en su beneficio del poder concentrado en el viejo centralismo. Como todo poder territorial, hacerse fuerte y mantener el dominio en su entorno, plantea un problema, la imposibilidad de extensión, de ampliación de ese dominio, pues el esfuerzo principal consiste en mantener el territorio propio. Como consecuencia, no hay ni visión nacional ni mucho menos capacidad de integración nacional. De ahí que el PAN quedara como un gran anillo de oligarquías, con base electoral importante, pero incapaz de integrar una visión nacional, una alternativa de poder nacional, hegemónica, es decir, con capacidad de dirección política de la nación.5 El partido quedó así, condenado a la condición de confederación de poderes. Y en el conocimiento de ella, en la capacidad para trabajar esos intereses, se procesa la construcción de la candidatura de Calderón, quien habrá de cargar con las limitaciones que ello conllevaba. La elección del pasado julio para Calderón estaba marcada por el gran fracaso de 2009, relativamente diluido en la opinión pública, mediante medidas de impacto rápido, como la renuncia del presidente del PAN, seguida de una tormenta de publicidad masiva de la presidencia y, ante el limitado impacto de esto, finalmente, con la búsqueda de aliados políticos. Lo primero, la renuncia del presidente panista, apenas si tuvo efectos; la publicidad masiva de la presidencia los ha tenido, pero limitados. De manera que el presidente perdía recursos ante el crecimiento del PRI, de la candidatura de Peña Nieto y la escasez de fuerza del panismo. 5 126 Sigo básicamente a Reynoso, V. M. (2005); Hernández Vicencio, T. (2005) y Reveles Vázquez, F. (2005). Pero no solo ello, el panorama era todavía menos promisorio dada la imposibilidad de encontrar un líder de calidad y de estatura entre el calderonismo para promoverlo como candidato presidencial del PAN. El propio carácter del calderonismo, una suerte de congregación de amigos, con un jefe supremo, limitaba de suyo la formación o el reclutamiento de personalidades políticas de alto calibre. La debilidad del presidente como jugador en la sucesión presidencial era evidente. En este contexto surge la tercera carta de Caderón, las alianzas electorales con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, en mucho, con disidentes del priismo, cobijados por el PRD. Los resultados ya se veían venir desde entonces, el antipriismo de Calderón resultaría una inyección de vitalidad para el perredismo; de modo que los beneficios de esas alianzas serían magros para el PAN y Calderón, y bastante jugosos para el negro-amarillo. La derrota del PAN y PRD en el Estado de México marcaría la tendencia hacia el 2012, como la mayoría de analistas lo sugirieron. Lo que seguiría no es sino la marcha errática de un presidente con un solo objetivo, conservar el poder personal y el de su grupo. 3 Con la alternancia, y de hecho desde que detonó la dinámica del cambio en el régimen, el presidente fue perdiendo control y capacidad de decisión, incluso de concertación. Sin embargo, los presidentes de la alternancia no dejaron de intervenir, poco menos que los priistas, solo porque las condiciones los restringieron; Fox y Calderón trataron de ir tan lejos como pudieron, aunque ya no pudieron mucho. Viéndolo en más amplio plazo, se puede afirmar que no solo los presidentes de la alternancia, sino todos los presidentes de la transición al pluralismo, de Salinas a Calderón, resultaron los principales derrotados del proceso sucesorio y los comicios y, al paso del tiempo, con intensidad y contundencia crecientes. Los presidentes fueron derrotados en su partido y en la elección, sin ninguna duda, Fox y Calderón lo fueron en su partido. Vicente Fox su- 127 frió al menos tres descalabros: el primero, en el PAN, no pudo imponer a su candidato; el segundo, en la contienda interpartidista, no pudo evitar la candidatura de López Obrador; y el tercero, en la elección misma, en la que su partido, el PAN, apenas si ganó en condiciones rudamente controversiales. La misma es la historia con Calderón. No logra imponer a su candidato -y en ambos casos imponer no es hiperbólico-, no impide el triunfo del PRI, un objetivo manifiesto y la candidata de su partido pierde casi catastróficamente. No fue igual la situación en el caso de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, pero sí similar, con tonos todavía tenues. Salinas impone a su candidato, pero Colosio es asesinado, es evidente que por fuerzas que buscaban dañar al propio Salinas. Zedillo no es de ninguna manera su hombre, es la única alternativa que tiene, decide el presidente en condiciones del más severo acotamiento. Zedillo coloca a su candidato bajo una gran tensión en el PRI, resultado de una nada sana distancia, pero al costo de que el priismo partidocrático se impone y cerca al candidato. Y el PRI pierde la elección. Que Zedillo haya reconocido la derrota priista y el triunfo de Fox, le ha dado un halo de santidad democrática, pero ello no debe oscurecer el hecho de la derrota, la que, no por muy deseada y conveniente que haya sido, no fue un logro de él, sino de las oposiciones. El hecho duro de política es que Zedillo no tenía alternativa, ajeno a su partido y distanciado de él, optó por ganar el cobijo de las oposiciones. En suma, desde Salinas y de manera claramente antecedente desde Miguel de la Madrid -Salinas fue repudiado en el PRI, aunque tuvieron que aceptarlo, y su triunfo fue el más controvertido desde 1952-, el poder electoral del presidente se ha venido abajo en una tendencia en picada que parece haber tocado fondo en esta pasada elección de julio 2012. 128 4 En consecuencia, Calderón presidente ni lidera a su partido, ni cuenta con recursos institucionales, partidarios y de base social, para llevar adelante un modelo de nueva gobernabilidad. Lo que revela nítidamente el problema de las condiciones sistémicas distintas -una vez alteradas pero no superadas las de la era priista-, que ahora condicionan y acotan la operación presidencial. Dado el errático liderazgo presidencial, la pasada contienda electoral, evidenció de manera muy aguda la permanencia de deficiencias en la operación de la política nacional, en razón de las cuales el nivel de controversia y conflicto latente no se reduce al mínimo, sino que se potencia. Ello se debe a la remanencia de fermentos sistémicos que propician el conflicto -no importando qué tanto los actores políticos estén interesados en alentarlo-, en todo caso, para quienes conviene servirse de ellos, es fácil exacerbarlos. Para una nutrida corriente de análisis, el problema radica en deficiencias todavía no corregidas del sistema electoral, de modo que ya se han sugerido cambios en la ley. Sin embargo, también se argumenta, la reforma a la ley solo traslada a una siguiente fase el círculo vicioso de cada elección: realizar cambios en la legislación que procesen el ajuste de cuentas entre los contendientes, es decir, que desahoguen los motivos de conflicto. El régimen electoral queda así, como en un sistema de cómputo, parchado contra el virus de los pasados comicios, pero continúa vulnerable a los de la siguiente ronda.6 Para otra perspectiva, la que aquí se propone, se trata de males de mayor profundidad radicados en zonas más estratégicas y definitivas de la operación política; es decir, de deficiencias en el conjunto de la operación sistémica del arreglo institucional. La anomalía tiene varias causas de diverso orden; aquí importa referirse a una de singular relevancia y contundencia: la democratización no redistribuyó el poder de acuerdo al peso de fuerzas socialmente sus- 6 Sobre la dinámica de estos cambios véase González Olguín, Cesar, 2011. 129 tentadas en organización ciudadana o en configuraciones de poder económico, radicalmente dispuestas a instaurar el cambio hacia un capitalismo verdaderamente renovador sino, simplemente, se desconcentró el poder estatal de la presidencia priista, en bloques que se desarticularon de ella, autonomizándose, pero manteniéndose como tales y, sobre todo, dependiendo del Estado, dado que todos son genéticamente estatistas.7 Visto en su aspecto más evidente, resalta un hecho significativo, que es el que aquí se pone a discusión: la pérdida de un centro de concertación de fuerzas, de garantías y disciplina entre ellas, función que antes jugaba el presidente de la república. Se trata de uno de los cambios más relevantes, si no el más, en el paso del régimen priista al de la pluralidad (no estoy tan seguro que al de la democracia). Como es bien sabido, la pieza central y dirigente del viejo sistema fue la presidencia de la república; el presidente conducía el proceso de sucesión y de renovación de gobiernos, estatales y nacional, incluidas las cámaras del congreso. Ese modo de operación tenía, desde el punto de vista de la regularidad y normalidad del proceso, una gran ventaja, el conflicto en potencia -siempre lo hubo- estaba bajo control. Desde luego, son sabidas las desventajas englobadas en la condición autoritaria de esa modalidad. 5. Plantearse este problema, implica ir directamente al de la clase política. Tema éste no solo desatendido en el proceso de cambio en México en los últimos treinta años, sino en la Ciencia Política. No solo es problemático porque los conceptos sobre los actores de la política dependen de un tratamiento sustancial, pero en algún grado anacrónico, pues poco se ha avanzado desde los estudios de los clásicos de principios del siglo XX. Peor aún, el fenómeno de la clase política ha sido relegado, reduciéndolo al de las élites, si bien importante, insuficiente.8 7 8 130 Véase, Villa Aguilera, M., 2010. El tema de la clase política y los impactos en el tránsito del Estado Intervencionista a la economía de mercado en México en su primera fase los analizo en Villa Aguilera, M., 1996: 33-52. Dos procesos históricos durante el siglo XX y especialmente durante el auge del estatismo determinaron cambios sustanciales en la clase política. Uno, el despliegue del Estado, al que acompañó el desarrollo de los partidos de masas y de las organizaciones corporativas, generando bases estructurales de ampliación y diversificación de la clase política, algo hasta ahora apenas analizado. El segundo proceso vino con la crisis del estatismo y la democratización. Ésta respondió a un ascenso de la participación social, de la diversidad propia de la sociedad civil e, igualmente, a un impulso del mercado. La consecuencia de conjunto, ya en este siglo, es que el mercado ha sometido a las fuerzas sociales a sus términos y reglas. Lo que aquí importa es el impacto sobre la clase política: se incrementa su tamaño y su capacidad de monopolio de la intermediación, pero se reduce y de forma considerable la de representación. Por efecto del primer proceso -crisis del estatismo- se propició la ampliación de la clase política y su afianzamiento en zonas estatales de las que no se desarraiga sino hasta al fin del estatismo. Solo que, y éste es ahora el hecho relevante, tal desarraigo lo consigue autonomizando zonas del Estado, a las que fracciones de esa clase mantienen como territorios firmes de su operación y presión al Estado así como al mercado. El segundo proceso -la democratización en el mercado-, reduce al Estado, pero la democracia queda sometida al mercado; fraccionando así las fuerzas sociales en dos sentidos: en el vertical, estratificando y aislando franjas sociales, ahora prácticamente imposibilitadas de establecer lazos de solidaridad y de vinculación política; por otra parte, en lo horizontal, consolidando dominios territoriales, a su vez, asociados al mercado, gracias a los que refuerzan su dominio económico y sociopolítico sobre el resto del conjunto social, de suyo ya limitado por la estratificación políticamente desvinculante. Se generan así, lugares autónomos de asentamiento y reproducción de sectores de la clase política, con independencia de los partidos. Éstos, entonces, se convierten en muchos casos en alojamientos temporales de esos sectores, a los que se puede abandonar en cualquier momento, ubicándose en otros partidos, sin pagar prácticamente costos. La lealtad a la organización es un requisito inexistente. 131 Esa capacidad, o autonomía de operación de fracciones de la clase política, les permite negociar con los múltiples centros de poder, ya sean territoriales, ya del mercado, o producto, las más de las veces, de combinaciones de uno y otro. De tal forma que, sin constituir un poder alternativo, la clase política sí configura un poder intermediario de carácter monopólico; el que, con esa capacidad, obtiene beneficios de la sociedad: votos; lealtades, afiliaciones y hasta recursos; así como del mercado, financiamientos, desde luego; compra de servicios de cabildeo; y, de los poderes territoriales, cuadros y afianzamiento del monopolio intermediador; una vez que, sobre todo, los fortalece frente a los poderes federales, al tiempo que les garantiza contención y hasta desvío de la demanda social, cargándola contra el poder federal y amortiguando así la presión local. Indudablemente, se llega al punto en que esto lleva al peor escenario, propio ya de México, la impunidad de sectores de la clase política para negociar con poderes fácticos y hasta delincuenciales. Puesto en estos términos, el hecho es que el poder federal y en especial la presidencia de la república, han quedado prácticamente cercados, acotados, pero no por la democratización y la participación social, sino por una clase política que les limita por todas partes, una vez que tiene el monopolio de la intermediación y la desmovilización de la sociedad. Se trata de lo que yo he llamado, siguiendo a Charles Tilly (2007), contra-democracia. Es decir, el proceso de democratización, nacido de un conjunto de fuerzas sociales, es revertido, tanto por el nuevo intermediario, la clase política, como por los poderes del mercado y las organizaciones, que resultaron fortalecidas con el derrumbe del estatismo. La consecuencia más desastrosa para el régimen democrático y los ciudadanos consiste en que el proceso de representación, que debió de enriquecerse y fortalecerse, es trastocado en vez dar forma a una auténtica representación político institucional, lo que se configura es una capa de intermediación parasitaria. Al elector no le queda sino elegir de entre aquellos que, necesariamente, deben ser parte de los intermediarios para ser postulados y convertirlos ya en el congreso o en el ejecutivo en sus representantes, 132 es decir, legitimando a sus expoliadores, colocándolos en condición de gobernantes legítimos, pero sin compromiso ni control ciudadano ni sometimiento a rendición de cuentas. El problema es que los presidentes, desde Ernesto Zedillo y hasta Calderón -éste de manera drástica-, han sido sometidos, cada vez más, a este anillo de acotamiento, principalmente, porque ellos mismos salieron de ese conglomerado. Pertenecen de origen a la clase política de la contrademocracia. 6. El aspecto fundamental en la operación de los políticos en un régimen democrático radica en el sistema de reglas no escritas, pero perfectamente coherentes con las leyes escritas del orden institucional. Estar bajo el sistema de reglas no escritas supone acatar un requisito inamovible: el interés de todos por sobrevivir a la lucha por el poder radica en respetar las reglas. Violarlas, romper acuerdos, tratar de beneficiarse de la evasión de las reglas, es la peor inversión. Esto no solo se cumple por convicción, algo que no se le puede pedir al político, menos en la era del mercado, sino porque el conjunto cuenta con un mecanismo que incentiva al cumplimiento y con otros que penalizan la violación de la regla. En su fase más visible esto se observa, más comúnmente, pero en solo una dimensión, en la llamada disciplina de los partidos y las fracciones parlamentarias. Sin embargo, el mecanismo es más complejo. Y hay que decir que es mucho lo que falta por estudiar sobre este tema. Lo poco que se puede afirmar por ahora es que la clase política genera centros de control, que es lo que he llamado centro de concertación, garantías y disciplina. Podría decirse que es más o menos claro que estos centros, por ejemplo, se localizan en el caso inglés en el Parlamento y en el norteamericano en el congreso y más específicamente en el Senado como culminación de los centros de disciplina radicados en los partidos. Por 133 supuesto, las radicales diferencias entre los partidos norteamericanos e ingleses hablan de mecanismos y procesos similares en sus objetivos pero en modalidades bien diferenciadas. ¿Cuál es la situación en México? El asunto hay que verlo en sus dos tiempos: de una parte, el del estatismo y el presidencialismo priista; de otra, en el de la democratización. Durante el primer periodo, el centro de concertación y disciplina, como es más que bien sabido, estaba en la presidencia. La razón es que la disponibilidad de recursos del Estado, en manos del presidente, generaba los medios para multiplicar los incentivos a la concertación y la disciplina, así como los necesarios para el castigo y hasta la represión, frecuentes en ese periodo. Justamente, el problema de la democratización en México radica en que, al desmontarse parcialmente el presidencialismo más bien lo que se desagregó fueron sus bases estatales de sustento. Con el poder del Estado muy recortado, reducido en recursos, el presidente no puede disciplinar más a la clase política. El problema es que ésta no se transformó en una clase propia de la democracia, como ya se señaló. Como no es democrática, no está en su interés generar el centro de negociación y disciplina. Al contrario, hace todo por evitarlo. Y es evidente que a los poderes, especialmente los del mercado y los territoriales, les conviene un intermediario que, aunque costoso, mantenga inmóvil al presidente, por una parte, y la sociedad, por la otra. Hay que agregar que, desde luego, aquí no se sugiere, no solo por convicción sino por realismo analítico, que lo recomendable sea volver al viejo presidencialismo centralista -por lo demás casi imposible-, sino que hay que buscar el modelo en el que el control de la clase política radique en el espacio de mayor representatividad que es el congreso. Para llegar esto, al menos analíticamente porque en la práctica es algo verdaderamente complicado, se requiere plantear con propiedad el problema de la gobernabilidad. Conviene recordar que el problema ha sido intuido por Enrique Peña Nieto, bajo el propósito de establecer una Presidencia Democrática, pero es evidente que los medios que él plantea para ello revelan una visión muy superficial y hasta ingenua del problema. Se diría que 134 para Peña Nieto es un asunto de buena y sana administración, casi una solución porfiriana.9 Hasta ahora la idea o el principio de gobernabilidad, en lo más aceptado, se resume en la convivencia, relativamente armónica o, más inclinada a la armonía que a la ruptura, entre congreso y presidencia. Sin embargo, en realidad se trata de un proceso al menos de tres vertientes. La coordinación congreso-presidencia, como la vía más conveniente para ambos poderes; pero ésta solo alcanza grados suficientes si se cumplen otras dos condiciones o vías de gobernabilidad: la de la disciplina de la clase política, que se somete a esa convivencia y evita al máximo atentar contra ello -so pena de fuertes castigos-; y, por último, la satisfacción de la demanda social por parte de las políticas públicas -y en esa medida por el ejecutivo-, de tal manera que en la sociedad no se generen fermentos que estimulen a la clase política o a sectores de ella a servirse de ellos y del inevitable malestar social, facilitándose, en consecuencia, el sabotaje de la disciplina hacia presidencia y congreso. El modelo presidencialista operaba mediante la alta centralización y extrema concentración de recursos, en esa medida todas las instancias de gobierno eran prácticamente dependientes del poder central. De ahí que la Secretaría de Gobernación era, en los hechos, el Big Brother, vigilante de todos y cada uno -congreso, gobiernos estatales y municipales-, al menos de los de mayor y mediana importancia. El modelo implicaba también el claro sometimiento de los poderes económicos y sociales locales y regionales. La participación política abierta estaba limitada, si no es que vetada; sin embargo, todos los subordinados recibían beneficios a cambio de la sumisión. El conjunto económico social, las transformaciones del sistema económico global que mucho afectaron a México y la crisis del Estado intervencionista, permitieron que los poderes institucionales y socioeconómicos en los estados, no solo se expresaran, sino que se movilizaran y recuperan el 9 Aunque no necesariamente representa el punto de vista de Enrique Peña Nieto, es interesante notar que en un volumen dedicado al tema, de la revista Plataforma, publicada por la Fundación Colosio, varios analistas, la mayoría priistas, tratan del tema. Lo que ahí se ofrece son propuestas de reforma de gobierno, básicamente de sector público y de políticas públicas, nada que ver con un modelo de gobernabilidad democrática en el marco de un régimen y un Estado reformados. Estos dos últimos temas, inasibles para el priismo, brillan por su ausencia. 135 dominio pleno de sus territorios. Se desmontó, en muy buena medida, la gobernabilidad presidencialista. El problema es que no se le sustituyó por una modalidad democrática. Lo que quedó es lo que ahora se padece, una multiplicidad de centros de dominio. Los gobiernos estatales a cargo de la gobernabilidad de la entidad, pero no en forma integral, en muchos casos por tensiones con los municipios grandes, en otras, por insuficiencia de recursos que no provee la entidad federal. Paralelamente, los poderes socioeconómicos, también limitan la amplitud de gobernabilidad, no importando que el partido del gobernador tenga mayoría en el legislativo local. El resultado neto ha sido pérdida de centralidad del gobierno federal, carencia de políticas nacionales y multiplicación de conflictos regionales y estales, con los que apenas si pueden los poderes locales y con el agravante de que apenas si cuentan con un Estado central al cual recurrir. 7 El PAN resultó ser el vehículo organizacional mejor equipado y colocado para impulsar el derrumbe de la vieja gobernabilidad y luchar por la liberación de ataduras, mediante un sólido discurso anticentralista y antipriista. Al discurso y las acciones se les dio un rango mayor y de alcances nacionales con el reclamo de la democratización; sin embargo, nunca hubo por parte del PAN, ni la más elemental propuesta de gobernabilidad alternativa. De ahí que Fox y Calderón gobernaran, principalmente, con los recursos remanentes del viejo presidencialismo, por lo demás en pleno desgaste, y no con fórmulas innovadoras tendientes a su remplazo eficiente. El error fundamental o la omisión de los dos presidentes de la alternancia, estuvo en que en ningún momento consideraran abandonar la lucha parcial contra el priismo, contra el viejo régimen, para concentrar esfuerzos en la construcción del nuevo modelo. Sus propuestas, en general, no hicieron sino seguir las retóricas, el antipriismo monotónico, al tiempo que las fórmulas de una intelectualidad y de unas elites que, 136 a su vez, las tomaban de experiencias de otros países o de diseños académicos dominantes durante una dada temporada. En otras palabras, la situación del país requería del abandono de la posición partidaria, de la condición de contendiente, para asumir la del constructor de consensos para fines de la restructuración del régimen. De haberse dado esto, ahora ya se estaría volviendo a las posiciones partidarias respecto del diseño de acciones de gobierno y políticas públicas, pero sobre la base de un arreglo institucional renovado y reconocido por todos. No hay tal, en buena medida, porque no se hizo lo necesario. El panismo adujo que el PRI fue el principal obstáculo a las reformas, mucho hay de eso, pero se simplifica; se pasan por alto dos cuestiones: Una, las medidas contenidas en la propuesta de reforma del Estado, no apuntaban a la solución de los problemas de rediseño de gobernabilidad, no pasaron de ser alegorías de las teorías de las formas de Gobierno. Dos, los presidentes nunca abandonaron la condición esencial de contendientes partidarios, mantuvieron como principal tarea la liquidación del PRI. Una vez en el gobierno, la prioridad de Fox y más aún de Calderón, fue evitar la vuelta del PRI a Los Pinos. Objetivo que Fox, más grave aún, extendió al PRD de López Obrador; en cualquier caso, la condición de contendiente de Fox se impuso. Lo mismo ocurrió con Calderón, más angustiantemente, y con mayores costos para el proceso electoral de 2012, porque esta vez el PRI sí avanzaba en condiciones reales para retornar al poder. La de Felipe Calderón, en consecuencia, no es sino la situación límite del vicio arraigado en el presidencialismo mexicano, el de la intromisión electoral del presidente para preservar poder personal y que, inevitablemente, concluye en una gran derrota. En los comicios de 2012, Calderón es un presidente apresado en una ambigüedad: su partido, el PAN, llega al poder gracias a la democratización y Calderón llega a la presidencia gracias a poderes territoriales y sectoriales que han detenido la transición. 137 FUENTES DE CONSULTA • DABAT, Alejandro (2010), Estado y desarrollo, México, Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM. • GONZÁLEZ Hidalgo, Vicente (2011), “Veinte años de discusión electoral. Constitución y desarrollo del Instituto Federal Electoral”, en Muñoz Patraca, Víctor (Coord.) (2011), El trayecto al siglo XXI: Estado y cambio institucional en México. 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De 1933 a 1996, México contó con un sistema político en el que el presidente de la república se desempeñó como jefe de Estado, jefe de Gobierno, jefe de partido y contaba con una afinidad de parte de la mayoría del Congreso de la Unión. Es decir, las decisiones importantes en materia de legislación se tomaban desde la presidencia de la república. Aspectos a resaltar durante este periodo: 1. En 1933 se extiende el período presidencial de 4 a 6 años; el de los diputados, a 3 años; y el de senadores, a 6. Asimismo, se prohíbe la reelección de legisladores para el período inmediato. 2. En 1963 se estableció el sistema de diputados de partido, que permitió a los partidos de oposición que obtuvieran más del 2.5% de la votación acreditar un cierto número de diputados. 3. En 1977 se incorpora el sistema mixto de representación (300 diputados de mayoría relativa y 100 de representación proporcional). 4. En 1986 se amplió el número de diputados electos mediante el principio de representación proporcional (200 diputados en 5 circunscripciones, 40 por cada una de ellas). 1 Licenciado en Economía por El Colegio de México. 143 Gráfica 1. Histórico de diputados 250 237 220 204 200 150 129 183 198 141 144 116 100 116 50 213 190 96 97 2003 2006 113 63 100 62 1997 2000 PAN PRI 2009 2012 PRD Fuente: Elaboración propia. 5. En 1996 el Senado se amplió a 128 senadores, de los cuales 3 de cada estado son electos por mayoría (2 del partido ganador y 1 al segundo lugar) y 32 de la lista nacional que pertenece a cada partido y de acuerdo al porcentaje de votos obtenido. En esta misma reforma se estableció que ningún partido podría tener más de 300 diputados por ambos principios, ni tener una representación que exceda de 8 puntos su votación. 144 Grafica 2. Histórico de senadores 70 60 50 60 52 52 45 38 40 33 30 22 26 20 10 15 2000 PAN 2006 PRI 2012 PRD Fuente: Elaboración propia. 1997 es clave para la vida democrática del país y para el sistema de pesos y contrapesos derivado de la división de poderes, ya que a partir de ese momento ningún partido político ha contado con la mayoría absoluta2 en el Congreso de la Unión. Las decisiones públicas, particularmente en el poder legislativo, han dejado de ser verticales y la pluralidad política ha ido creciendo constantemente durante seis legislaturas en la Cámara de Diputados y cinco en el Senado de la república, hecho que se ratifica con el reciente proceso electoral. Hoy en día, el Congreso de la Unión se ha convertido en un factor clave para la toma de decisiones públicas, pues inclusive el propio poder ejecutivo requiere del cabildeo sistemático ante el legislativo para lograr la aprobación de sus propuestas. Cumpliendo con esto el espíritu del Congreso de la Unión como un contrapeso a las decisiones que toma el ejecutivo federal. 2 Porcentaje de votación correspondiente a la mitad más uno de los integrantes de alguna de las cámaras al momento de tomar una decisión o realizar una votación. 145 El desarrollo del sistema democrático nacional y la integración del Congreso de la Unión en las últimas legislaturas, se ha reflejado en el incremento de la participación de los actores políticos, económicos y sociales. El Congreso de la Unión es el ente por excelencia de la representación ciudadana y de los grupos organizados, las decisiones que se toman en su interior invariablemente necesitan ser colegiadas. En él participan todos los sectores de la sociedad. Estos actores, entienden la importancia de participar en la elaboración e instrumentación de las políticas públicas, pues las decisiones que se toman probablemente les afectarán. Tabla 1. Iniciativas por legislatura LEGISLATURAINICIATIVAS INICIATIVASSENADORES PRESENTADASAPROBADASAPROBACIÓN LVI (1994-1997) 266 119 44.7 LVII (1997-2000) 641 152 23.7 LVIII (2000-2003) 1,205 313 26 LIX (2003-2006) 2,891 563 19.5 LX (2006-2009) 2,853 546 19.1 LXI (2009-2012) 3,509 430 12.2 Fuente: Integralia, Reporte Legislativo, No. 3, LXI Legislatura (2009-2012). Desde la LVII Legislatura (2000-2003), los ciudadanos han decidido que el presidente no cuente con la mayoría absoluta en ninguna de las cámaras y en la LVI Legislatura (1997-200) fue la última ocasión en la que el presidente contó con la mayoría absoluta en por lo menos una de éstas. Para reforzar la teoría del contrapeso que ejerce el Congreso de la Unión y la pluralidad que existe dentro de éste, basta con observar la relación que muestran las iniciativas presentadas contra las aprobadas, misma que ha disminuido considerablemente pasando de un porcentaje de aprobación del 44.7% en la LVI Legislatura (1994-1997) al 12.2% en la LXI Legislatura (2009-2012). 146 1. NUEVA INTEGRACIÓN: CÁMARA DE DIPUTADOS Y SENADO DE LA REPÚBLICA, LXII LEGISLATURA Contrario a todo lo que se pensaba previo al proceso electoral del 1 de julio del presente año, referente a que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) podría llegar a obtener la mayoría absoluta cuando menos en una de las dos cámaras, la integración final del Congreso de la Unión resultó muy equilibrada y en consecuencia, se requerirán de coaliciones parlamentarias para garantizar las reformas estructurales que el presidente electo ha planteado desde su campaña. La distribución de escaños y curules para la LXII Legislatura del Congreso de la Unión quedó de la siguiente manera: el Partido Revolucionario Institucional cuenta con 54 senadores y 211 diputados; el Partido Acción Nacional (PAN), con 38 senadores y 114 diputados; el Partido de la Revolución Democrática (PRD), con 22 senadores y 104 diputados; el PVEM, con 7 senadores y 28 diputados; el Partido del Trabajo (PT), con 5 senadores y 15 diputados; Movimiento Ciudadano (MC), con un senador y 16 diputados; y por último, Nueva Alianza (PNA), con un senador y 10 diputados. Lo que se tiene que destacar de la conformación del Congreso de la Unión, es la necesidad de construir acuerdos ya que para aprobar las reformas que se planteen se deberán lograr consensos entre cuando menos dos de los tres partidos políticos con mayor representación. 147 Tabla 2. Senado de la república, LXII Legislatura Nota: Para la aprobación de iniciativas y reformas de ley se requiere constituir una mayoría simple (absoluta). Para la aprobación de reformas constitucionales, se requiere constituir una mayoría calificada (2/3 partes) así como la aprobación de las 2/3 partes de los congresos estatales. Fuente: Elaboración propia. Tabla 3. Cámara de Diputados, LXII Legislatura. Posibles mayorías. Nota: Para la aprobación de iniciativas y reformas de ley, se requiere constituir una mayoría simple (absoluta). Fuente: Elaboración propia. 148 3. REPRESENTACIÓN DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS Y DEL DISTRITO FEDERAL EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS Otro factor a considerar, es el peso que los gobernadores tienen sobre los legisladores de su entidad. Destaca el Estado de México que cuenta con 65 diputados; el Distrito Federal, con 53; Veracruz, con 30; Jalisco, con 29; Nuevo León, con 23; Guanajuato, con 22; y Puebla, con 21. Si bien, no necesariamente todos pertenecen al mismo grupo parlamentario, en temas presupuestales o estatales, pudieran llegar a cerrar filas y representar un bloque muy sólido, que inclusive podría llegar a tener mayor representación que el PVEM, el PT, MC y PNA. Gráfica 3. Representación de los estados en la Cámara de Diputados (MR y RP), LXII Legislatura Fuente: Elaboración propia. 149 Tabla 4. Partido del gobernador y legisladores afines Fuente: Elaboración propia. Entre los gobernadores que tienen un mayor control sobre entidad y que cuentan con por lo menos dos senadores y obtuvieron un número elevado de los diputados de su entidad, destacan los gobernadores de Campeche (PRI), Chiapas (PRI), Chihuahua (PRI), Distrito Federal (PRD), Durango (PRI), Guanajuato (PAN), Guerrero (PRD), Hidalgo (PRI), Jalisco (PRI), Morelos (PRD), Estado de México (PRI), Nayarit (PRI), Quintana Roo (PRI), Tabasco (PRD), Veracruz (PRI) y Zacatecas (PRI). Entre los gobernadores que menor control tienen en su entidad, es decir, que solamente cuentan con uno o ningún senador a fin a su partido político (Tlaxcala) y que del total de los diputados que representan a su entidad, menos de la mitad no son del mismo partido político: Tlaxcala (PRI), Yucatán (PRI), Tamaulipas (PRI), Querétaro (PRI) y Coahuila (PRI). Asimismo, destaca el hecho de que en las 3 entidades que se ganaron por la alianza PAN-PRD, en ninguno de éstos el gobernador logró obtener los 2 escaños para el senado y la mayoría de los diputados po- 150 sibles. En cambio las 4 entidades que gobierna el PRD, obtuvieron los 2 escaños en el Senado y por lo menos el 66% de las curules en disputa. Como conclusión podemos asegurar que la relación entre el ejecutivo federal y el Congreso de la Unión definitivamente ha cambiado. Por sexta ocasión consecutiva el presidente de la república no contará ni con la mayoría absoluta ni calificada en el Congreso de la Unión. Si bien el presidente electo, Enrique Peña Nieto y el PRI no cuentan con la mayoría absoluta en ambas Cámaras (251 diputados y 65 senadores), tendrán que negociar con otras fuerzas políticas para obtenerla, por otro lado, la iniciativa preferente le otorgará al presidente un mayor control sobre la agenda legislativa, ya que el congreso estará obligado a atender 4 iniciativas que él proponga. Por último, los gobernadores jugarán un papel muy importante en la próxima legislatura ya que podrían ser los mejores aliados del presidente o podrían convertirse en una restricción para la libertad de acción del ejecutivo y hacer valer su poder en el congreso con los diputados y senadores que ellos apoyaron desde sus respectivos estados. 151 PODER Y JUSTICIA MACARITA ELIZONDO GASPERÍN1 Al momento de preparar mi texto, reflexioné si debía hablar del tema del poder desde la perspectiva política o desde un ángulo jurídico. Siendo abogada de profesión, ¿cuál creen que elegí? Platicar del poder, es hablar de la organización del Estado, quien a través de la normas jurídicas influye en la conducta ciudadana. Sin duda, en los últimos procesos electorales federales hemos dado cuenta de que la búsqueda del poder por los partidos políticos se hace más intensa, se exploran nuevas estrategias y nuevos mecanismos para captar en las urnas el voto de los ciudadanos. Por lo que tanto el Instituto Federal Electoral (IFE) como los diversos institutos electorales locales nos hemos visto en la necesidad de implementar mecanismos que permitan mantener el control y la legalidad de los actos tendentes a la búsqueda del voto. 1 Consejera del Instituto Federal Electoral. Doctora en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. 153 1. NUEVOS PARTIDOS POLÍTICOS En la búsqueda del poder, los partidos políticos no solo compiten en la contienda electoral, sino que buscan incidir en distintos ámbitos. Así tenemos, por ejemplo, que los partidos políticos integrantes del poder legislativo, en la pasada reforma electoral de 2008, acotaron la temporalidad para que las organizaciones de ciudadanos que pretendan constituirse como partido político nacional puedan solicitar su registro cada 6 años, anteriormente, el registro se abría cada 3 años una vez terminada la elección respectiva; sin embargo, el legislador consideró modificar dicho plazo y regresar al esquema del 2003, dado el carácter efímero de la mayoría de las organizaciones a las que en su momento se les otorgó el registro legal como partidos. Evidentemente se reducen las posibilidades para que haya más partidos políticos en la obtención del poder. No obstante que la puerta para el registro de nuevos partidos políticos se abre cada 6 años, y que hay voces que señalan que es suficiente con los partidos políticos existentes en la lucha por el poder, es un derecho constitucional a favor de las organizaciones de ciudadanos que así lo acrediten. En un país como el nuestro, con la población que tenemos, en donde hay distintas corrientes de pensamiento y de pluralismo político, ahora ya se reconoce expresamente a nivel constitucional ese derecho ciudadano para que pueda participar en la política, aunque la ley electoral federal sigue señalando el derecho monopólico de los partidos políticos para solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular. Por ello, siempre será motivo para reconocer a los movimientos ciudadanos que buscan incidir en la política nacional y lo hagan por los cauces legales e institucionales, que compitan con las reglas establecidas en la búsqueda del poder a través de la contienda electoral y que sea la voluntad ciudadana, manifestada en las urnas, la que decida si continúan o no en la arena electoral. Sobre este tema orbitan aún inquietudes que deben ser materia de reflexión. Por ejemplo quedan por trabajar diversas interrogantes: Para que la autoridad electoral pueda constatar el registro mínimo de militantes que deben conservar los partidos políticos se hace nece- 154 sario la depuración y posterior actualización de su padrón de militantes (Art. 38 p. 1 inciso c) Cofipe). Valorar la pertinencia para que aquellos partidos políticos con registro local -y cuyos simpatizantes acreditados en diversas regiones del país ya han pasado por el escrutinio público y la supervisión de las respectivas autoridades electorales locales- se les facilite en su caso el camino hacia la conformación de un partido político nacional. 2. TRANSPARENCIA DEL ORIGEN DE RECURSOS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Hay otro dato que quiero destacar. Ante la realidad del país con relación a la presencia del crimen organizado, éste busca incidir en todas las áreas de la vida pública y desde luego en el poder. Así es que, el ámbito electoral no queda al margen, siempre existirá la posibilidad de que alguna organización criminal financie a algún movimiento ciudadano que busque su registro como partido político o bien a algún partido político directa o indirectamente tentado por sus intereses. Por lo anterior, es un gran acierto que en la reforma a la ley electoral federal de 2008, se haya establecido la obligación para que las organizaciones de ciudadanos que pretendan constituirse como partido político nacional, deban informar mensualmente al IFE el origen y destino de los recursos que obtengan para el desarrollo de sus actividades tendentes a la obtención del registro legal. De tal forma que el IFE con las facultades que tiene en materia de fiscalización, puede constatar el origen del dinero que financia a las organizaciones que desean participar en la contienda electoral y evitar que dinero ilícito influya en la política nacional. Ahora bien, una vez que están constituidos como partido político, es importante que se siga manteniendo la preminencia del recurso público hacia los partidos políticos nacionales para el sostenimiento de las actividades ordinarias y de campaña sobre el privado. En ese sentido, la transparencia y la rendición de cuentas se vuelven nuestro mejor aliado, para asegurar que otros intereses no lleguen al poder. 155 En el ejercicio del poder está reposado el valor de la transparencia institucional; en los años de transición política en México éste ha sido un elemento de suma importancia. Quien o quienes quieran asumir el poder en las democracias modernas, deben tener presente este tema en su agenda política. Sin embargo, y esto lo deben de tener en cuenta las diversas fuerzas políticas, aún se requiere un profundo proceso de asimilación social, es decir, que la ciudadanía la sienta suya y la ejercite. En México, los procesos electorales locales y federales son un pilar fundamental del equilibrio del sistema político. Es indudable que en los tiempos electorales la atención pública se centra tanto en las autoridades administrativas encargadas de organizar las elecciones, como en los tribunales electorales locales y el federal; ejes que interactúan en el debido control de la legalidad sobre el juego en el poder. Las elecciones competidas son una realidad en México, así como las indebidas presiones de los grupos fácticos a las autoridades electorales. El juego por el poder busca deslegitimar las acciones y procedimientos de la autoridad, por lo que es importante contrarrestar dichos efectos generando vías de acercamiento y acompañamiento ciudadano por medio de un lenguaje accesible y comprensible, con transparencia y efectuando una función permanente de difusión, información y rendición de cuentas. Sobre este tema resta seguir reflexionando en cuestiones que circundan su operatividad, tales como: 1. Fomentar la cultura informática y dar el lugar que se merece la comunicación por Internet, pues los portales institucionales pueden ser excelentes canales de comunicación con los ciudadanos velando en todo momento porque no se constituyan vías de difusión de propaganda político electoral. 2. Los portales institucionales, al ser un medio de contacto con un gran número de usuarios, pueden ser vías para facilitar el ejercicio de los derechos: ¿por qué no instituir espacio de “justicia virtual”? (aunque reconozco que el término me parece contradictorio en sí mismo), a lo que me refiero es a la justicia democrática, esto es, a la substanciación de los procedimientos con actuaciones practicadas que tengan efectos vinculantes, siempre y cuan- 156 do éstas soliciten acceder y ser notificadas por esos medios. En Nuevo León, en este sentido, existe el Tribunal Virtual del Poder Judicial del Estado, que genera una tarjeta de códigos para que los justiciables presenten promociones y en su momento se den por notificados. 3. EL PODER Y LA JUSTICIA ELECTORAL Se han conocido hechos violentos locales, sobre todo a nivel municipal, en donde algunos grupos no reconocen las resoluciones de las autoridades judiciales electorales vinculadas a los resultados de elecciones de presidencias municipales y de ayuntamientos, vale la pena algunas reflexiones respecto a este tema relacionado con el poder y la justicia electoral. Hay que distinguir aquellos casos de legítima incidencia en los derechos comunitarios, para los que deben forzosamente abrirse canales de diálogo y entendimiento donde se tutele el acceso a la justicia alternativa que evite un enfrentamiento, lo cual es de suyo ya un derecho constitucionalmente consagrado en el artículo 17 que hay que materializar. Lo que no puede aceptarse es el uso de la fuerza irracional y al margen de la ley en protección de ciertos intereses de poder focalizado que impida el cumplimiento de un mandato judicial. No puede estar supeditada la justicia electoral a la fuerza del poder al margen de la ley. Las decisiones de los órganos jurisdiccionales electorales se materializan y se dan a conocer mediante sus resoluciones que ponen fin al proceso, son definitivas y gozan de la presunción iure et de iure de haber sido dictadas conforme a derecho. De ahí la importancia para que se respeten y se cumplan las sentencias dictadas por las autoridades electorales, para fortalecer un auténtico Estado de Derecho. Pero la intervención de los tribunales electorales no concluye al momento de dictar sentencia definitiva, sino hasta su ejecución; es decir, contempla incluso el uso de distintos medios de apremio para lograr que se cumpla a cabalidad. 157 En ese sentido, es de llamar la atención que en las legislaciones locales haya algunas coincidencias en cuanto a la aplicación de medidas de apremio y por otro lado, grandes faltantes. En un reciente estudio que realizó la Asociación de Tribunales y Salas Electorales de la República Mexicana, A.C. titulado “Diagnóstico de la Justicia Electoral en las Entidades Federativas”, se señala que en la gran mayoría de las legislaciones electorales locales, se establece el plazo en el que deben cumplirse las sentencias dictadas por los tribunales electorales, así como la posibilidad de que éstos apliquen las medidas de apremio de manera discrecional, para hacerlas efectivas, no olvidemos que en muchos casos son fechas ciertas para tomar posesión para algún cargo de elección popular. Las sentencias dictadas por los tribunales electorales son obligatorias y de orden público, por lo que cualquier autoridad, haya o no intervenido en el juicio, en el cumplimiento de sus atribuciones, está obligada a cumplirla o en su caso a observar la decisión adoptada por el juzgador, en acatamiento estricto a lo ordenado por el órgano jurisdiccional. De tal manera que ante los hechos violentos o de desobediencia frente a algunas sentencias dictadas por los tribunales electorales locales o el federal, que inciden sobre todo en el ámbito local de las entidades federativas, el legislador empieza a ser sensible ante la problemática de que los cargos públicos no puedan ocuparse en el momento que las propias leyes señalan, por lo que en mi opinión sería necesario homogeneizar las medidas de apremio y correcciones disciplinarias en las legislaciones pues ya no solo se trata de un problema de carácter eminentemente electoral sino del ejercicio del poder público emanado de los procesos democráticos. En tal sentido, es de reflexionar la previsión en las legislaciones respectivas de la aplicación discrecional o gradual de medios de apremio y correcciones disciplinarias, la previsión del incumplimiento de una sentencia como conducta delictiva, la previsión del incidente de inejecución de sentencia, así como la previsión de la separación del cargo del responsable del incumplimiento como consecuencia del mismo. 158 4. GÉNERO Y POLÍTICA Pero, ¿qué enseñanzas nos dejan los recientes procesos electorales, con relación a la búsqueda del poder? Pues indudablemente, hasta ahora el poder está en juego entre las fuerzas políticas, pero hay otro juego que no se ve, y se da al interior de los propios partidos entre hombres y mujeres para ser postuladas por su partido político. Permítanme compartir algunos datos, tan solo en el proceso electoral federal recién concluido, la representación de las mujeres creció aproximadamente en un 10% en la Cámara de Diputados y casi el 18% en la Cámara de Senadores. Por primera vez, la presencia de las mujeres en el poder legislativo será la mayor de todas las legislaturas, 185 mujeres resultaron electas, lo que representa el 37% en la cámara baja y 33% en la alta. No debe pasar inadvertido que en el pasado proceso electoral federal, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) impuso el deber a los partidos políticos y coaliciones, a través de la sentencia SUP-JDC-12624/2011 y acumulados, de nombrar por medio de los procedimientos democráticos establecidos en sus estatutos o convenios correspondientes, como mínimo 120 y 26 fórmulas de candidatos (propietario y suplente) de un mismo género, para diputados y senadores, respectivamente, en una interpretación garantista del artículo 219 del código electoral federal, que obliga a los partidos a postular de la totalidad de sus candidatos al menos el 40% de un mismo género, no importando si habían sido seleccionados los candidatos o las candidatas mediante algún proceso de elección democrático establecido en sus estatutos. Tanto las normas jurídicas como los criterios e interpretaciones de la autoridad administrativa y de las instancias jurisdiccionales especializadas, nos permiten dar cuenta de que la búsqueda de un liderazgo político y de un real empoderamiento de las mujeres está más presente que nunca; sin embargo, se requiere alcanzar una mayor participación de la mujer en todos los niveles de gobierno, sea la federación, los estados o los municipios. Por eso, es importante que tanto el IFE, como las legislaturas locales, los órganos administrativos electorales locales 159 y jurisdiccionales electorales locales, compartamos nuestras experiencias para dotar de mayores elementos útiles a las mujeres y así lograr las condiciones mínimas de competencia política. Reitero, el poder está en juego desde las propias trincheras de los partidos políticos, pues es desde ahí, donde debe de impulsarse la lucha por el poder en el que participe la mujer, dejarla en igualdad de circunstancias para alcanzar los puestos de elección popular. En ese sentido, es justo reconocer que algunos partidos ya han establecido en su normativa interna la paridad de género para postular en cargos a hombres y mujeres por igual, yendo favorablemente más allá de lo que la propia ley electoral federal establece. Y es precisamente ahí, donde los institutos electorales debemos de estar atentos, brindando los mecanismos que permitan a los partidos alcanzar una verdadera igualdad sustantiva. Seguir aportando ideas y estudios que motiven a las mujeres a participar con los partidos políticos y a la vez fortalecerlos. Ejemplifico lo anterior con lo que sucede en el IFE, el cual, por medio de la Unidad de Fiscalización de los Recursos de los Partidos Políticos, estableció un sistema de evaluación del desempeño del gasto programado que tienen los partidos políticos, el cual ayuda por un lado, a planear puntualmente el presupuesto que se le asigna para la capacitación de la mujer y por el otro, auxilia a sus propios órganos internos de control de los partidos y al Instituto a verificar los gastos en materia de género, lo cual sin duda incrementa el nivel de cumplimiento, en este rubro. La participación política de la mujer en la actualidad, es una condición fundamental en la vida pública que debe entenderse en el ámbito de los derechos y la democracia, es decir, los derechos políticos de los ciudadanos deben armonizarse con la equidad de género y sobre todo hacerse realidad hacia el interior de los partidos políticos como auténticos impulsores de la participación de la mujer en la vida pública, que les permita integrar sus cuadros de formación y postulación necesarios y que no solo vengan a cumplir con los mínimos de cuotas legales, sino que sean el espejo palpable de una realidad poblacional con porcentaje femenino mayoritario. 160 Para propiciar cambios auténticos en nuestra sociedad y en la vida democrática de nuestro país, resulta necesario armonizar y profundizar en el reconocimiento formal de derechos en materia de igualdad de género y de derechos político electorales de las mujeres desde los propios partidos políticos y sobre todo en el ámbito local, regional y municipal; se deben fortalecer las capacidades, formación y habilidades de las mujeres, con el pleno propósito de promover su incidencia en las políticas públicas, a través de la participación efectiva y del desarrollo de una cultura democrática equitativa e incluyente, máxime en aquellas entidades en donde incluso el acceso al poder ya no se da en forma exclusiva a través de los partidos políticos, sino directa de la ciudadanía. Las candidaturas independientes es un tema aparte que afronta la defensa de los derechos de género. Todo ello ayudará, estoy convencida, a contribuir al fortalecimiento de las instituciones y harán que nuestro México sea más fuerte de cara a sus propios problemas y frente al mundo. Sobre este tema, y derivado de la participación que el IFE tuvo en la sustentación del séptimo y octavo Informe Consolidado de México respecto del cumplimiento de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas Discriminación contra la Mujer (CEDAW), en la pasada sesión del Consejo General de fecha 26 de julio de 2012 se acordó que el IFE realizará un informe basado en su experiencia sobre la aplicación de las medidas temporales a favor de la igualdad política de las mujeres y sus resultados, para hacerlos del conocimiento de las legislaturas locales, de los institutos electorales locales y de los ejecutivos estatales y del Distrito Federal, para que fuese un elemento que aporte información para la adopción de medidas similares a nivel local y municipal. Esto quedó materializado mediante el acuerdo CG629/2012 de fecha 5 de septiembre de 2012 y emitido por el propio Consejo General en donde se aprobó difundir el informe sobre la evolución normativa y las medidas afirmativas para la aplicación efectiva de las cuotas de género en el proceso electoral federal 2011-2012. He ahí a mi juicio una breve pincelada de lo que para mí implica el nivel del juego por el poder, desde una perspectiva eminentemente jurídica. 161 Concluyo, citando al jurista, filósofo y politólogo italiano Norberto Bobbio, quien afirmaba que: “Solo la justificación hace del poder de mandar un derecho y de la obediencia un deber. La justificación transforma una relación de mera fuerza en una relación jurídica. Así, el único principio válido de legitimidad del poder político y jurídico es el consenso”. 162 FUENTES DE CONSULTA • DÍAZ Santana, Héctor (Coord.), (2011), Diagnóstico de la Justicia Electoral en las Entidades Federativas, México, Plaza y Valdés. • BOBBIO, N. y Bovero M. (1984), Origen y Fundamentos del Poder Político, México, Grijalbo. • Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. • Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. • Séptimo y Octavo Informe Consolidado de México respecto al cumplimiento de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas Discriminación contra la Mujer (17 de julio de 2012), presentado en la oficina central de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos de América. 163 LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LAS ELECCIONES DE 2012 GUSTAVO LÓPEZ MONTIEL1 1. INTRODUCCIÓN Las elecciones federales de 2012 se realizaron bajo el modelo de comunicación que se estableció a partir de la reforma electoral de 2007. Más allá de la forma en que se reconstruye la competencia electoral, el punto de discusión sobre ella encontró su principal asidero en la libertad de expresión. Este capítulo trata sobre la forma en que dicho modelo se instrumentó en las elecciones federales, su impacto en las coincidentes, así como la forma en que los ciudadanos mexicanos asumen el tema de los derechos y libertades, y en particular sobre la libertad de expresión, en dos casos: el Distrito Federal y Oaxaca, para hacer una discusión sobre sus implicaciones en el sistema electoral, así como en el sistema de partidos. Se concluye que el modelo restrictivo de la libertad de expresión en medios electrónicos, si bien reduce el gasto que se realizaba en medios en elecciones anteriores, particularmente la de 2006, no reduce el costo de las campañas ni de las asignaciones a los partidos políticos. Más 1 Doctor en Ciencia Política por la New School for Social Research, New York. 165 aún, dicho modelo tiene un impacto en el desarrollo de las campañas, donde las encuestas señalan que los electores no deciden su voto por los spots televisivos y radiofónicos, sino por otros factores. Además de que este modelo tiene restricciones en el sentido de que hace más lento el proceso de las campañas en medios y es costoso en su instrumentación. Más allá de la restricción de la participación de otros actores distintos a los partidos y candidatos en los medios electrónicos, el modelo no resulta benéfico en la promoción del voto, al mismo tiempo que el acceso a medios por parte de otros actores como los órganos electorales no se garantiza de manera equitativa con respecto al acceso que tiene el Instituto Federal Electoral (IFE) como órgano distribuidor de dichos espacios. En ese sentido, una discusión sobre el modelo en sí y sus resultados, debería darse en el seno no únicamente de los órganos como el IFE o los propios partidos, sino también en el poder legislativo donde una posible reforma electoral se estará discutiendo en los próximos meses. Esto es relevante pues con la reforma de 2007 se transitó de una videopolítica a una condición de competencia que regresó a las estructuras mismas de los partidos políticos y sus grupos de apoyo, así como al surgimiento de las redes sociales como un elemento que potenció, a través de los medios tradicionales, la discusión que se daba en el contexto de la sociedad. De la misma forma, la percepción ciudadana sobre la libertad de expresión es variada, por lo que no podemos afirmar que el modelo que se mantiene cuenta con el apoyo de la ciudadanía, aparte del que los partidos le dieron. Para examinar algunas hipótesis del proyecto en su conjunto, se realizó una encuesta en el Distrito Federal y Oaxaca sobre el tema bajo estudio. Resultó relevante ubicar no únicamente las diferencias en las percepciones entre ambas entidades, sino también las razones que los ciudadanos generan sobre el ejercicio de sus derechos y en particular en lo que se refiere a la expresión, lo que analizaremos con detalle más adelante. Finalmente, no podemos divorciar el contexto del análisis que este documento contiene, de la forma en que la libertad de expresión se ha desarrollado a partir de los últimos cinco años en otros espacios 166 sociales y con otros actores, pero que también tiene repercusiones sobre la forma en que la ciudadanía comprende el problema de la expresión y otros derechos. Si bien el tema de los derechos y las libertades desde la perspectiva jurídica corresponde a otro apartado, podemos decir que la forma en que se ha construido el entramado jurídico que soporta el ejercicio de los derechos políticos en el contexto de los derechos humanos, ha posicionado el tema en la percepción de los mexicanos encuestados, pero las formas en que se asumen tienen que ver con el contexto en que se encuentran. Todos estos aspectos serán analizados con detalle en las siguientes páginas para tener al final un conjunto de posicionamientos que, sin ser completamente concluyentes pues se deben analizar en el contexto de todo el documento, nos dejan ver los límites del modelo de comunicación planteado y la necesidad de regresar a discutirlo para hacer más eficientes los procesos electorales. 2. MODELOS DE LIBERTAD DE EXPRESIÓN, ¿QUÉ SE PUEDE DECIR Y QUÉ NO? En el 2007 se aprobó en el Congreso de la Unión una reforma a diversos elementos clave del sistema electoral, entre ellos el modelo de comunicación política que había sido uno de los aspectos más controvertidos de la elección del 2006. En buena medida, el sistema electoral ha sido reformado en partes que han atendido a reclamos coyunturales, lo que ha generado algunas disfuncionalidades en el sistema como tal, al mismo tiempo que se han añadido funciones a las autoridades electorales. En el debate sobre dicha reforma, se contrapusieron dos modelos que han encontrado su principal referente en el papel del Estado en los mecanismos que regulan las libertades y los derechos de las personas en el mundo. En esa ocasión, el modelo restrictivo de la libertad de expresión se impuso al modelo libertario o neutralista, al dejar en manos de la autoridad electoral la posibilidad de dar acceso a los partidos políticos y candidatos a los tiempos en medios electrónicos y restringiendo 167 dicha acción a cualquier otro actor que quisiera influir en el proceso electoral a través de dichos medios. Desde el surgimiento del liberalismo y su alianza con la democracia para la configuración del modelo dominante que es la democracia liberal, los derechos y las libertades han sido parte del discurso fundamental que sirve de base a la estructuración y funcionamiento de las instituciones que le dan vida, tanto en el discurso como contenido de fenómenos históricos. La democracia liberal asume, entre otros, la existencia de dos principios fundamentales, en el contexto de las libertades políticas, el derecho al voto y el derecho a la libertad de expresión. Diversos contenidos teóricos y fenómenos políticos (O’Donnell, Vargas y Iazzetta, 2004) han dado paso a la construcción de la forma en que ahora entendemos estas condiciones de interacción política. Las diferencias en los países atienden a la forma en que los derechos se han construido históricamente, que establece variantes en su instrumentación, más que al contenido de los mismos. La democracia como fenómeno histórico y forma de gobierno tiene características que se refieren a valores, estructuras, mecanismos de interacción, actores, intereses, etcétera, que la hacen compleja no únicamente como modelo, sino también como definición (Tilly, 2007). A pesar de ello, la democracia es un fenómeno político, donde el poder se distribuye con mecanismos en que la participación ciudadana y la soberanía compartida, resultan fundamentales para su comprensión. Podemos ubicar por lo menos cuatro grandes grupos de definiciones en la teoría que nos permiten diferenciar entre los aspectos mencionados. Ya sea que se resalten los procesos, las características constitucionales, los procedimientos específicos o los mecanismos sustantivos, todas estas tipologías coinciden en el tema de los valores fundamentales como derechos y libertades. Si la definición se refiere a procesos (Dahl, 1968), identificamos espacios de participación efectiva, igualdad en el voto, inclusión de hombres y mujeres con requisitos específicos, control de la agenda pública, comprensión del contexto para la decisión y ejercicio de derechos y libertades mínimos, como mecanismos que contribuyen en la cons- 168 trucción de condiciones en las que una relación de control mutuo se genera entre gobernantes y gobernados. En una definición con carácter constitucional, nos atenemos a la descripción de las estructuras formales que definen a la política, sin que esto quiera decir que lo que la ley establece, realmente existe. En el contexto de las definiciones constitucionales de democracia, podemos diferenciar entre sistemas presidenciales, parlamentarios, monarquías constitucionales, etcétera, como arreglos que cumplen con los requisitos básicos de ejercicio de libertades y derechos (Held, 1996). En términos procedimentales se identifican patrones de comportamiento como procedimientos específicos que, de existir, asumen la existencia de otras variables que nos permiten ubicar condiciones mínimas para la caracterización de los valores y las prácticas democráticas (O’Donnell, 1991). Por ejemplo, la clasificación que hace FreedomHouse cada año sobre derechos y libertades democráticas entre los países, tiene como característica básica la identificación de patrones de garantía y ejercicio de derechos y libertades. Procedimientos como la renovación del gobierno de manera periódica a través del voto, acceso a medios para la libertad de expresión, información, etcétera, son parte de los procedimientos más relevantes en esa clasificación (Lijphart, 1999). Finalmente, la perspectiva sustantiva da relevancia a los productos que la democracia genera como sistema, independientemente de los aspectos constitucionales o procedimentales que se encuentran. Por ejemplo, si de ella derivan mejores formas de vida, a partir de la existencia de mecanismos de interacción, deliberación, entonces más allá de la definición constitucional, podemos tener una democracia (Andrew y Chapman, 1995). En ese sentido, ya sea en cualquiera de las tipologías de democracia, existen acuerdos sobre el problema de la ciudadanía, como condición de membresía; los derechos, ubicados en términos de un marco constitucional; las libertades, como acciones que tienen su base en los derechos y que se encuentran de manera igual para todos; así como la relación con la forma de gobierno, en términos de la capacidad ciudadana para cambiar, designar e interactuar con quienes se ganan los espacios de autoridad disponibles. 169 En la práctica, el modelo democrático como forma de gobierno se ubica como una aspiración de varios países, muchos inclusive se consideran democráticos por contener en sus constituciones mecanismos formales como elecciones periódicas, con voto secreto, etcétera, pero donde la base de valores o el ejercicio de libertades y derechos, e incluso la relación gobernantes-gobernados, no cumple con los criterios de las democracias funcionales. En el caso de la caracterización de las democracias como lo hace FreedomHouse, donde los derechos políticos se desagregan en elecciones libres y periódicas de legislativos y ejecutivos, leyes justas y equitativas, mandato ciudadano efectivo, capacidad de organizar asociaciones y partidos políticos, existencia de una oposición con posibilidades de gobernar, ciudadanos libres de dominio militar o extranjero, minorías incluidas en los procesos de toma de decisiones, mecanismos de participación ciudadana, etcétera (Karatnycky, 2000). En el caso de las libertades, se señala la posibilidad de reunirse y asociarse en espacios públicos y privados para todos los fines, capacidad de expresar ideas y opiniones en público y privado, organizaciones libres, poder judicial independiente, control civil de cualquier autoridad uniformada, protección de la autoridad a la ciudadanía, discusión abierta y libre, autonomía personal de los ciudadanos, los derechos de propiedad están asegurados, libertades sociales, igualdad de oportunidades, etcétera (Karatnycky, 2000). En el caso de México, la democracia no únicamente ha sido un discurso, sino también se ha ubicado desde hacer varias décadas, como parte del texto constitucional. Sin embargo, el proceso de liberalización y posterior democratización, es tan reciente como lo que se ha vivido desde los años noventa en el siglo XX (Woldenberg, 2006). En ese sentido, se han desmantelado y reconstruido un conjunto de mecanismos formales e informales que regulan el proceso democrático en el país, aunque hay aspectos como los valores y las prácticas ciudadanas, que aún no coinciden con aquellas de una democracia (Encup, 2008). Sin embargo, como parte del proceso formal de la construcción democrática, resalta la estructura para la garantía de los derechos y 170 libertades ciudadanas, que se han ubicado en la constitución y diversas leyes secundarias, pero también la adhesión a diversas convenciones, entre ellas las de derechos humanos y de derechos políticos y civiles. El hecho de que los derechos políticos y civiles se hayan incorporado en el contexto de los derechos humanos no es menor, pues en las decisiones judiciales, los jueces tendrán que apegarse, en primera instancia, al principio Pro Homine, aun en aquellos temas de derechos y libertades políticos y civiles que atiendan. Esta característica es importante porque la reforma electoral de 2007 se encontraría nuevamente en un espacio de cuestionamiento, particularmente por el tema de libertad de expresión, pues estaría violando una de las formas en que se accede a su ejercicio efectivo a través de los medios de comunicación, en un contexto de discusión abierta y libre como el que las elecciones o cualquier otro asunto público ubican como aspecto fundamental de la democracia. Por la razón anterior, la actividad del crimen, las acciones del gobierno mexicano en su lucha contra el narcotráfico, etcétera, el lugar de México en el contexto de los países donde se ejercen y respetan las libertades ha disminuido desde 2006. Desde 2003 se había logrado ubicar los indicadores en 2 de 7, donde 1 es que se respetan los derechos y las libertades y 7 es que no. Ahora México se ubica en 3, que es el mismo ranking de Venezuela, Ecuador, Centro América (con excepción de El Salvador), entre otros (FreedomHouse, 2012). El derecho al voto se ubica en el artículo 25 de la Convención Internacional de los Derechos Políticos y Civiles, donde se plantea que las elecciones genuinas son periódicas, además de ser universales, a través del voto secreto de los ciudadanos, quienes de manera libre expresan su deseo. Para el caso de México, sobre este tema no hay mucho que añadir, pues se encuentra garantizado tanto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, como en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), además de otras condiciones que se han añadido en la construcción de la idea del voto y la democracia. El contenido del artículo mencionado, es el resultado de un proceso histórico político que define una de las características de la de- 171 mocracia liberal más relevantes, que es el derecho a elegir gobiernos, asumiendo la participación individual de las personas. En esa misma convención, pero en el artículo 19, se encuentra otro planteamiento relevante para el tema que nos ocupa, pues requiere la garantía del derecho ciudadano a la libertad de expresión, información y prensa, que en su conjunto configuran un sistema que permite además difundir ideas de manera oral, escrita e impresa. Es aquí donde se configura el problema bajo estudio, no se puede votar de manera libre, si no hay elementos a partir de los cuales quien elige pueda construir una idea en la que base su decisión. Sin embargo, con el objeto de proteger otros elementos de la vida pública y privada, como la privacidad, la honorabilidad, la seguridad nacional, etcétera, se puede restringir y limitar a lo que la ley aplicable establezca. Este es el principal aspecto de discusión, pues es aquí donde podemos enfrentar dos modelos que diversos países han adoptado en el contexto de la libertad de expresión como tal. Por un lado la restricción para la protección de otros bienes o, por el otro, la no restricción al asumir que es un derecho fundamental cuyo principal control recae en el actor que hace uso de esa libertad y que se regula por leyes que tienen mecanismos indirectos de control de este y otros derechos. En esta segunda discusión surge un peligro que tiene que ver con la expansión de un modelo distinto de democracia que no se basa en el planteamiento liberal original, sino únicamente en el respeto a la existencia de gobiernos democráticos. Un planteamiento de democracia no liberal se ha venido fortaleciendo a partir de diversas experiencias de reforma política en los años recientes en varios países de la región y el mundo. Podemos encontrar posiciones que favorecen la idea del gobierno democrático, pero partiendo de los supuestos de la existencia de mecanismos de control no democráticos para el aseguramiento de la democracia misma (Zakaria, 2003), lo que nos lleva a pensar en una democracia no liberal, que sería aquella donde los derechos y las libertades asumidas por el liberalismo, no son más importantes que los productos que genera el sistema democrático. En nuestro análisis sobre la democracia mexicana, podemos encontrar esta diversidad de planteamientos y vislumbrar los posibles im- 172 pactos que tendrían, si partimos del supuesto de su instrumentación en el espacio electoral. En lo particular, no estamos aún en el supuesto de una democracia no liberal, pero sí en el de una democracia donde derechos fundamentales son restringidos para asegurar la existencia del sistema como tal. En la discusión de la restricción de la libertad, se han configurado dos modelos fundamentales que explican la instrumentación de mecanismos legales con resultados aún inciertos, en términos de la calidad del espacio democrático y sus resultados. En la discusión de 2007, estos elementos estuvieron presentes, a partir de una confrontación mediática que tenía como fin abaratar el costo de las campañas electorales y contener la participación de actores políticos que, a través de los medios, podían influir más allá de los partidos y candidatos en la decisión electoral. Si contrastamos el principio contenido en la convención mencionada con las razones de la reforma, podemos encontrar discrepancia pues se deja de garantizar el acceso igual a los medios que nos permiten, como ciudadanos, poder incrementar nuestras capacidades no únicamente de acceso a información, sino de expresión y prensa. Un caso de restricción de libertad de expresión, donde la imposibilidad de los ciudadanos por incorporarse a la vida pública a partir de sus opiniones y su acceso a medios de comunicación, se dio en El Salvador (Ladutke, 2004), donde la política restrictiva impidió un ejercicio eficiente de los derechos, particularmente de los grupos que, se decía, se verían beneficiados con las restricciones impuestas. En otros contextos, los modelos mencionados se han instrumentado con justificaciones diversas. En los Estados Unidos, diversos juicios sobre la jerarquización de derechos se han planteado para ubicar un esquema que dé certeza sobre su ejercicio, pero el resultado ha sido fundamentalmente la garantía a la expresión incluso de perspectivas que pueden dañar a las instituciones democráticas o los derechos de otras personas, pues la forma en que los derechos, particularmente de las mayorías se han incorporado al espacio institucional, hace que cualquier opinión, independientemente de su carácter, deba ser protegido en primera instancia. 173 El problema en la discusión reside en el papel del Estado y los mecanismos de restricción impuestos. El debate puede ser tomado a partir de la posición que se asume con respecto a la existencia y acción de los grupos que rechazan la condición de igual ciudadanía para todos. Ante el supuesto de que existen ciudadanos que niegan el principio de igualdad por razones de clase, ideológicas, religiosas, etcétera, ¿qué se debe hacer cuando buscan expresar sus convicciones en espacios públicos? (Meiklejohn, 2004). La perspectiva neutralista asume que el Estado no debe intervenir para limitar el derecho de expresión de cualquier grupo, pues eso implica negar el carácter neutral del mismo, al obligarle a defender valores específicos que pueden restringir las libertades de las personas (Meiklejohn, 2004). Esta perspectiva se complementa con la libertaria, que asume la posibilidad de que todos puedan expresarse y acceder a la misma posibilidad de expresión, aun de aquellas que pueden poner en peligro al propio Estado, pero que pueden ser procesadas por los espacios sociales, o por el propio Estado cuando se trata de delitos expresamente tipificados (Sandel, 1996). Por otro lado, existe el planteamiento restrictivo o prohibicionista que defiende la intervención del Estado en la regulación de los derechos de libertad de expresión y otros, bajo el supuesto de que se deben defender los principios que dan sentido y permanencia al Estado como tal. Es decir, el Estado no puede ser neutral ante la interacción de los ciudadanos y el ejercicio de sus libertades. En este aspecto, las restricciones van desde la prohibición de decir ciertas palabras, hasta la posibilidad de considerar como acto criminal, la expresión de ideas que vayan en contra de los principios democráticos, o que lo influyan con valores que parecen externos a él. En general, casi todas las democracias han instrumentado mecanismos restrictivos en lo que se refiere a la expresión de ideas, pero fundamentalmente aquellas que atentan contra principios democráticos como la libertad y la igualdad, como Francia, Canadá, Inglaterra, Italia; mientras que los Estados Unidos es un ejemplo donde existe un modelo neutralista donde los estados y la Suprema Corte de Justicia han única- 174 mente prohibido el uso de palabras o actos de discriminación, pero no la expresión de ideas (Liptak, 2008). En el caso de América Latina se ha incluso llegado al extremo de tratar de regular redes sociales, como en el reciente caso de Bolivia, contenidos en medios como en Venezuela y Argentina, o el acceso de ciudadanos a medios de información en tiempos electorales, como en México. En el apartado jurídico de esta investigación se hace un análisis pormenorizado de la relación entre la legislación internacional en materia de derechos políticos y civiles, en su contexto como derechos humanos, en comparación con el caso de México, por lo que no entraremos a una discusión más detallada en ese sentido, pero sí señalaremos los alcances y límites de este modelo para el caso de la elección de 2012. 3. LA REFORMA ELECTORAL DE 2007 Y EL MODELO DE COMUNICACIÓN POLÍTICA Reformar continuamente la ley electoral refleja la inestabilidad del sistema y las distintas formas de competencia entre los partidos políticos y los resultados de ella. Prácticamente solo las elecciones de 2003 y 2006 son las únicas desde la reforma de 1977 que se realizan con la misma ley electoral, obviamente con las condiciones que se generaron después de la elección de 2006. La reforma de 2007 fue instrumentada en la elección de 2009, sin embargo, las características de esa experiencia fueron distintas y limitadas a la elección de diputados federales. En esa ocasión la atomización de la competencia, por ser una elección intermedia, generó otros fenómenos que fueron también resarcidos en una reforma adicional en 2010. Regresando a la discusión sobre la reforma de 2007, su relevancia radica no únicamente en el ajuste de la competencia electoral y el ordenamiento de las precampañas y las campañas, los procedimientos administrativos sancionadores y especiales sancionadores, el ajuste a los sistemas de quejas y denuncias, entre varias otras cosas. Sino que puso 175 en el centro del debate un aspecto fundamental en las democracias, que fundamenta el ejercicio de los derechos y las libertades ciudadanas. En el debate sobre dicha reforma, se contrapusieron dos modelos que han encontrado su principal referente en el papel del Estado en los mecanismos que regulan las libertades y los derechos de las personas en el mundo. En esa ocasión, el modelo restrictivo de la libertad de expresión se impuso al modelo libertario, al dejar en manos de la autoridad electoral, la posibilidad de dar acceso a los partidos políticos y candidatos a los tiempos en medios electrónicos y restringiendo dicha acción a cualquier otro actor que quisiera influir en el proceso electoral a través de tales medios. El debate no es nuevo en el mundo, pues los países democráticos han tenido que pasar a través de él para adecuar la participación de los actores políticos en la vida democrática, pero pocos son los que han ido al extremo de limitar la participación de actores o ciudadanos, a través de la prohibición de acceso a medios de comunicación, con excepción de los mencionados anteriormente, más aún como medio para compensar las desigualdades generadas por la estructura de medios que predomina en el país. Después de una ardua discusión que involucró a diversos actores, particularmente partidos y medios de comunicación, se publicó el 13 de diciembre de 2007 el decreto que reformó los artículos 6, 41, 85, 99, 108, 116 y 122; adicionó el artículo 134 y derogó un párrafo del artículo 97 de la Constitución. La reforma mencionada abarcó diversas vertientes del sistema electoral, pero tuvo la característica de incorporar temas de preocupación para diversos actores políticos, que derivaron de su experiencia en la elección del año anterior. Entre las razones de su incorporación se ubica la necesidad de diversos actores por generar mecanismos de acuerdo que permitieran superar las confrontaciones derivadas precisamente de esa elección. Entre otras cosas, se aprobó un modelo de comunicación política, que prohibió en términos del acceso a medios electrónicos, radio y televisión, la compra de espacios por parte de cualquier actor político o ciudadano. Estableció la utilidad pública de los tiempos destinados al 176 Estado, para la difusión de mensajes de naturaleza política, pero únicamente para partidos y candidatos, de acuerdo con el pautado establecido, así como la centralidad del IFE, como autoridad única y responsable de distribuir los tiempos, realizar los pautados, recibir los materiales y supervisar su transmisión. El IFE construyó un Sistema Integral para la Administración de los Tiempos del Estado (SIATE), que busca garantizar el cumplimiento de las disposiciones legales, la exhibición de pautados y su monitoreo, mismo que no únicamente incrementó exponencialmente la cantidad de funcionarios del IFE, sino también el gasto del mismo. Esta reforma, también permitió profundizar los mecanismos de fiscalización y financiamiento de los partidos políticos, a partir de la modificación de la fórmula de distribución de recursos, así como de los aspectos al alcance del IFE para fiscalizar los recursos partidarios. En este último caso, la creación de la Unidad Técnica de Fiscalización, como un órgano con capacidad de autonomía de gestión para la realización de su trabajo, fue uno de los aspectos más relevantes de la reforma. En el caso del financiamiento público, el monto se determina al multiplicar el número total de ciudadanos inscritos en el padrón electoral a julio de cada año, por el 65% del salario mínimo diario vigente en la capital del país. De igual modo, se mantiene el mismo modelo para garantizar la equidad, al dar el 30% de manera igualitaria y el 70% de acuerdo con el porcentaje de votos obtenidos en la última elección. En ese sentido, el financiamiento para campañas federales resulta de agregar el 50% al financiamiento para actividades ordinarias, en campañas presidenciales, y el 30% para las elecciones intermedias. Esta misma fórmula se utiliza para la asignación de tiempos en radio y televisión, a los partidos y candidatos, de acuerdo con los pautados preparados por el IFE y a las disposiciones que se han construido en las estructuras colegiadas de decisión a su interior, tanto en el Comité de Radio y Televisión, como en el mismo Consejo General. Desde nuestra opinión, este modelo está ya en posibilidad de ser rebasado por las propias condiciones de la competencia política que se han construido a lo largo de los años, y que también constituye una debilidad del modelo de comunicación. Si bien el modelo de financiamiento 177 se creó para fortalecer a los partidos políticos y dar un piso de participación a los partidos nuevos o pequeños, se ha convertido también en un mecanismo que inhibe la competencia electoral y evita que se pase a un segundo nivel de desarrollo. Al crear un piso equitativo de acceso a recursos, permite a los partidos tener la certeza de la cantidad de recursos necesaria para garantizar su operación cotidiana y planear actividades a lo largo de periodos establecidos, lo cual es una virtud del mismo. Sin embargo, el segundo espacio de reparto no es equitativo, pues se refiere al desempeño del partido en la competencia previa, lo que no permite, en términos de recursos, que los partidos puedan desarrollar estructuras, lo que es costoso, que les permitan incrementar sus posibilidades de competencia, particularmente en distritos uninominales. Mover el porcentaje de asignación o incrementar el tope de financiamiento privado, permitiría a los partidos poder desarrollar sus capacidades de competencia electoral, no únicamente en el espacio federal, sino fundamentalmente local. El mismo fenómeno ocurre en el caso de los spots que son distribuidos bajo esta lógica. Si bien todos los partidos tienen acceso a medios, el porcentaje de 70 sobre 100 para el tiempo destinado de acuerdo con la competencia previa es muy alto. Se podría compensar al permitir un margen de inversión en medios de 10% o más, para poder no únicamente dar dinamismo a la campaña, sino también incrementar la posibilidad de competir con partidos con desempeños superiores. En ese sentido, un modelo híbrido en términos de acceso a medios, podría ser una alternativa con mayor utilidad que el modelo actual, porque permitiría a los partidos la posibilidad de espacios estratégicos que deberían administrar de acuerdo con sus propias necesidades donde, además, el dinero que se utilice para medios electrónicos, hasta cierto límite, y que la inversión adicional se pague con recursos privados. La reforma también modificó la estructura de poder en el contexto del propio IFE, generando espacios que daban pie al incremento de atribuciones y, por lo tanto, estructuras operativas y nuevo personal, que no necesariamente se integraría al área profesionalizada de ese 178 órgano, particularmente por el tipo de funciones y las condiciones en que se generaron. Entre otras cosas, se dio la posibilidad de elegir de manera escalonada a los integrantes del Consejo General, así como la reelección del presidente del consejo. La creación de la Unidad Técnica de Fiscalización, una contraloría interna y una nueva estructura con capacidades para procesar las quejas y denuncias presentadas por los actores políticos. El procedimiento especial sancionador da al IFE una capacidad de decisión que traslapa sus atribuciones administrativas con otras jurisdiccionales, lo que después se convirtió en un arma de dos filos, debido a la controversia en criterios que se generó con respecto al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), quien también sumó la posibilidad de declarar la inconstitucionalidad de actos en el espacio electoral. El nuevo modelo de comunicación política significó un aumento en las facultades del IFE, ya que se convirtió en la única administradora de los tiempos del Estado en radio y televisión, lo cual implica hacer la distribución de los mismos a las autoridades electorales locales, elaborar las pautas para la transmisión de los mensajes, notificar a los concesionarios y permisionarios, hacer la verificación y el monitoreo de los tiempos del Estado, atender las quejas y denuncias sobre las violaciones en la materia, e incluso determinar y aplicar las sanciones a las personas que incumplan la legislación electoral. El modelo tiene reglas de acceso a medios que se construyen tomando en cuenta distintas variables, donde interviene no únicamente la autoridad electoral, sino también los partidos políticos, los representantes de concesionarios y permisionarios, así como otros actores relevantes. El Consejo General realiza un catálogo de las estaciones y canales, de permisionarios y concesionarios, tanto nacionales como locales, para determinar coberturas. En términos de la disponibilidad de tiempos, el IFE tiene en proceso electoral un total de 48 minutos diarios por cada estación de radio y televisión se tienen 3 minutos por cada hora de las 6:00 a las 12:00 ho- 179 ras, 2 minutos por cada hora de las 12:00 a las 18:00 horas y 3 minutos por cada hora de 18:00 a 24:00 horas. En los canales o estaciones que no transmiten las 24 horas, se cuenta con 3 minutos de cada hora de las 6:00 a las 24:00 horas. Existe una diferencia entre permisionarios y concesionarios, por su naturaleza, en términos del tiempo que están obligados a ceder para uso del IFE. Los permisionarios únicamente ceden al IFE 3 minutos con 36 segundos, pues ellos no pagan impuestos, como lo hacen los concesionarios, en especie, con tiempo a disposición del Estado. En el proceso electoral y para las precampañas, la ley otorga a los partidos 18 minutos diarios en cada estación de radio y canal de televisión (1 minuto por hora de transmisión). De ese tiempo, 7 minutos diarios se destinan a precampañas locales en aquellos casos donde haya elecciones coincidentes En el periodo intercampañas, el IFE utiliza el tiempo para sus propios fines y distribuye una parte de él entre los órganos electorales, federales y locales como el TEPJF, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), los órganos electorales locales, administrativos, jurisdiccionales y fiscalías. Durante el periodo de campañas, la ley otorga a los partidos 41 minutos diarios, donde hay elecciones coincidentes destina 15 de esos 41 minutos a las elecciones locales. Los seis minutos restantes se destinan a las actividades de difusión del IFE y de los órganos federales y locales. En estas reglas, también hay un ciclo donde el IFE construye y autoriza los pautados que se aplican en el proceso electoral y en tiempos en donde no hay proceso electoral. Este pautado de tiempos disponibles entonces se distribuye de acuerdo con los mecanismos mencionados anteriormente. Una vez distribuido el tiempo, los partidos políticos producen sus materiales y los entregan a la autoridad electoral, quien los revisa en términos de especificaciones técnicas y los envía a los permisionarios y concesionarios para su programación. Una vez entregados se transmiten al aire y se monitorea su correcta emisión y duración de acuerdo con las pautas establecidas. Como parte adicional del proceso, el IFE no evalúa el contenido de los materiales de manera previa, sino que los programa y transmite y 180 espera a que algún actor político facultado para ello inicie una queja y se valore su contenido, para su posible suspensión o mantenimiento al aire, pero esto es siempre a solicitud de algún actor interesado. De manera adicional, se establecieron nuevas reglas para las precampañas y campañas electorales federales, donde se reducen de modo significativo los tiempos de campañas, se suspende la propaganda durante los periodos intercampaña y se establece un periodo de veda para la reflexión ciudadana, además de que se hacen obligatorios los debates entre candidatos y se instituye el derecho de réplica. En términos de propaganda electoral, se prohibió la difusión de la propaganda en la que se denigre o difame a otros candidatos o partidos, como mecanismo precautorio y regulador de los contenidos de dicha propaganda. Además de que, como se ha mencionado, se prohibió la contratación de cualquier tipo de espacio en medios electrónicos. Como mecanismo de control, la ley contempla un conjunto de sanciones para evitar conductas de distintos actores, que no se circunscriban a lo dispuesto para el acatamiento del modelo de comunicación. Los supuestos de infracción por sujeto responsable son los siguientes: a. Autoridades o servidores públicos: 1. Difundir propaganda gubernamental desde el inicio de las campañas y hasta el día de la jornada electoral, excepto la información sobre servicios educativos y de salud, o la necesaria para la protección civil en casos de emergencia. b. Partidos políticos: 1. Contratar o adquirir, de manera directa o por medio de terceros, tiempo en cualquier modalidad de radio o televisión. 2. Difundir propaganda política o electoral que contenga expresiones que denigren a las instituciones y a los propios partidos políticos, o que calumnien a personas. 3. Realizar actos anticipados de precampaña o campaña. c. Concesionarios y permisionarios de radio y televisión: 1. Vender tiempo de transmisión a los partidos políticos, aspirantes, 181 precandidatos o candidatos a cargos de elección popular. 2. Difundir propaganda política o electoral, pagada o gratuita ordenada por personas distintas al IFE. 3. Incumplir su obligación de transmitir los mensajes y programas de los partidos políticos y de las autoridades electorales conforme a las pautas aprobadas por el IFE. 4. Manipular o superponer la propaganda electoral o los programas de los partidos políticos con el fin de alterar o distorsionar su sentido original, de denigrar las instituciones, a los propios partidos o calumniar a los candidatos. d. Cualquier persona física o moral: 1. Contratar propaganda en radio y televisión, en territorio nacional o en el extranjero, dirigida a la promoción personal con fines políticos o electorales, a influir en las preferencias electorales de los ciudadanos, o bien, que esté a favor o en contra de partidos políticos o de candidatos a cargos de elección popular. La reforma electoral de 2007-2008 cambió las relaciones del IFE con los partidos políticos y los medios de comunicación y se modificaron las condiciones de la competencia política electoral y las oportunidades de este esquema se tradujeron en garantizar la presencia de los partidos políticos en todos los medios y su acceso equitativo a ellos. Con esta reforma se pretendió acotar la influencia política de los medios de comunicación para garantizar el interés de la ciudadanía y evitar además, que la propaganda de los gobiernos influyera en la contienda. Este modelo no es único, ya que países como Chile y Brasil también lo aplican. Sin embargo, tras dos elecciones federales con el nuevo modelo de comunicación política, el IFE ha sido seriamente cuestionado acerca de su papel como censor en las campañas electorales, el tribunal por sus decisiones sobre lo que puede quedar y no quedar al aire después de lo que el IFE decide, al mismo tiempo que la reforma tiene problemas serios en cuanto a su congruencia con respecto a principios y libertades democráticas. 182 4. ¿QUÉ PIENSAN LOS MEXICANOS SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN? El análisis previo se complementa en este sentido con una encuesta realizada en el mes de octubre de 2012, en el Distrito Federal y Oaxaca. La idea era investigar sobre la percepción de los ciudadanos sobre los derechos y libertades y, en ese contexto, sobre la libertad de expresión. La pregunta era si ¿los mexicanos apoyan una política restrictiva o una libertaria, para el ejercicio de los derechos y libertades? La consideración inicial fue que resultaba indiferente para los ciudadanos, el hecho de que no pudieran tener acceso a medios de comunicación para expresarse, debido a la imposibilidad de hacerlo sin los medios económicos para ello. Se realizó un diseño de investigación, donde se ordenaron los temas a partir de los siguientes aspectos: se midieron los conocimientos generales de la ciudadanía respecto de los derechos humanos, haciendo énfasis en el carácter de humanos, políticos, civiles, etcétera. Después se planteó el tema de libertad de expresión para saber distintas dimensiones sobre su percepción; posteriormente se construyen los datos que nos otorgan un imaginario colectivo sobre las personalidades y profesiones a los que se atribuye una mayor o menor libertad de expresión; finalmente se explora la percepción respecto del ejercicio de la libertad de expresión; y en el quinto las limitaciones a esta libertad. Conocimiento de los derechos ¿Los mexicanos conocemos nuestros derechos y podemos diferenciarlos en términos de sus características fundamentales? Uno de los aspectos más relevantes de la percepción ciudadana con respecto a los derechos, es que es un concepto relativamente nuevo en el contexto del país. Apenas desde 1991, se ha manejado en el discurso institucional y social, el tema de los derechos humanos como fundamento de las formas de garantía y convivencia de la sociedad. Se aplicó una encuesta de 1,200 casos, 800 en el Distrito Federal y 400 en Oaxaca, a ciudadanos mexicanos con credencial de elector, en vivienda. 183 Se escogieron los casos del Distrito Federal y Oaxaca, por dos razones fundamentales. Ante la existencia de grupos de enfoque en el Distrito Federal para otro apartado de esta investigación, así como de una encuesta en redes sociales e in situ a integrantes de un movimiento social, resultaba relevante realizar una parte de la encuesta en esta entidad. La segunda es para comparar el Distrito Federal con una entidad con una combinación urbana-rural, para ubicar posibles diferencias y similitudes. Cabe señalar que en el caso de Oaxaca, la encuesta se aplicó en la ciudad, donde podemos encontrar distintos grupos en términos socioeconómicos y características urbanas y rurales. Para esta investigación, resulta relevante saber la forma en que los mexicanos reconocen y conceptualizan sus derechos y establecer su posición con respecto a los modelos de libertad de expresión discutidos anteriormente. En esta sección se consideran las siguientes variables que permiten ubicar el nivel de conocimiento y familiaridad de los ciudadanos con respecto a los derechos humanos. Las formas en que se ordenaron las variables de esta sección fueron: Mención espontánea de los derechos humanos, derechos humanos menos respetados, derechos humanos más respetados y percepción específica sobre el respeto de los derechos humanos de las personas y sus familias. En las dos ciudades mencionadas el derecho humano más recordado es el derecho a la vida, seguido en el Distrito Federal por los derechos a la salud y a la educación; mientras que en el caso de Oaxaca el segundo y tercer lugar en menciones son el derecho a la libertad y el derecho a la educación, respectivamente. Hay que destacar que con una sola excepción en Oaxaca se obtienen frecuencias mayores sobre las menciones de derechos humanos que en el caso del Distrito Federal, lo cual es un primer indicador de la sensibilidad de la ciudadanía de cada una de estas ciudades sobre el problema de los derechos. Debemos recordar el contexto de ambos espacios. La Ciudad de México ha tenido discusiones de relevancia sobre aspectos que no se ubican en otras entidades de la misma forma, como el aborto, el matrimonio de personas del mismo sexo, el desarrollo de infraestructura, etcétera, mientras que en Oaxaca los conflictos de la Asamblea Popular 184 de los Pueblos de Oaxaca (APPO), los maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), así como varios elementos históricos, junto con experiencias de gobierno controvertidas, lo que ha definido el carácter de ambas poblaciones. Tal vez por ello los derechos más mencionados por los entrevistados son el derecho a la vida, a la libertad y a la educación en el caso de Oaxaca, mientras que en el Distrito Federal fueron el derecho a la vida, a la salud y a la educación. La libertad de expresión no se encuentra en la mención inicial de derechos y en estos dos casos se encuentra en Oaxaca en quinto lugar y en el Distrito Federal en séptimo lugar. Cuadro 1. Derechos humanos de los mexicanos (Categoría Mención afirmativa) Fuente: Elaboración propia. En la definición de esta variable, se pensó no únicamente en derechos como tales, sino también en categorías de derechos, debido a la dificultad de diferenciar para los entrevistados, de entre los tipos de derechos algunos que son específicos. Considerando a la población de las dos ciudades en estudio, los tres primeros derechos humanos que los ciudadanos creen que menos 185 se respetan en el país son: el derecho a la igualdad/no discriminación; el derecho a la libertad de expresión/opinión; y el derecho a la libertad/a ser libres. En el caso del Distrito Federal el primero es mucho más mencionado que en Oaxaca, y le siguen en segundo y tercer lugar el derecho a la libertad/a ser libres y el derecho a la vida, dejando en cuarto lugar a la libertad de opinión/expresión. Mientras que el orden para Oaxaca es: en primer lugar el derecho a la libertad de expresión/opinión; el derecho a la igualdad/no discriminación en segundo lugar; y en tercero el derecho a la educación. Cuestión que marca una diferencia respecto de las preocupaciones entre las dos ciudades. En una segunda mención los derechos a la igualdad/no discriminación; a la educación; y a ser libres/a la libertad, resultan las frecuencias más significativas tanto para la suma de poblaciones como para cada una de ellas en lo particular. Cuadro 2. Derechos humanos menos aceptados Primera mención Fuente: Elaboración propia. 186 Estos descubrimientos resultan relevantes porque nos dejan ver el contexto en que los ciudadanos construyen y conciben una idea de derechos, tanto en su sentido amplio, como humano, como limitado, en el caso de aquéllos como la libertad de expresión u otros. Es interesante ver cómo estos dos contextos demuestran preocupaciones ciudadanas específicas. En lo que puede ser un espacio donde la libertad de expresión es más difícil de ejercer, como Oaxaca, y otro donde existen más recursos y menos represión de la autoridad hacia la expresión, sin que esto quiera decir que no la haya, la ciudadanía percibe como más relevante dicho derecho a aquel espacio donde parece ya interiorizado, sin que eso tampoco asuma su existencia plena. Con frecuencias menores encontramos en una primera mención los tres derechos humanos que, de acuerdo con la percepción del total de los ciudadanos de las dos ciudades en estudio, se respetan más. Estos derechos son: a la educación, a la vida y a la salud. Mismo orden que se presenta para cada una de las dos ciudades. Cuadro 3. Derechos humanos más respetados Primera mención Fuente: Elaboración propia. 187 El derecho a la libertad de expresión ocupa el lugar siete de acuerdo con la frecuencia de sus menciones en el nivel agregado (las dos ciudades) y en Oaxaca, mientras que en el Distrito Federal alcanza el lugar número ocho, en todos los casos con frecuencias que no rebasan el 2%. Es importante observar el nivel de no respuesta que se encuentra en esta variable, mismo que a nivel general alcanza más de 29 de cada 100; más de 24 de cada 100 para el caso del Distrito Federal; y casi un 37 de cada 100 en Oaxaca. Lo cual es indicativo de la mayor dispersión en la asertividad en esa localidad. Esta relación entre no reconocimiento del derecho de libertad de expresión como uno fundamental para la ciudadanía y consideración de que es uno de los derechos que menos se respeta, es fundamental para comprender las razones por las que la ciudadanía no construye contrapesos con respecto a otros actores políticos, como los partidos, que han asumido el control de los espacios públicos disponibles en medios. Un aspecto importante tiene que ver con la percepción del respeto a los derechos humanos. Quienes dicen que en el país no se respetan sus derechos humanos y los de sus familias, son más en términos porcentuales que la mención anterior, alcanzando a nivel general más del 58%. Para el caso del Distrito Federal esa cifra llega al 60% y en Oaxaca a poco más del 56% de los entrevistados. De aquellos que afirman que en el país sí se respetan sus derechos humanos y los de su familia, casi un cuarto de los mismos menciona que no han tenido una mala experiencia al respecto; 11 de cada 100 porque dicen que se respetan sus derechos, y más de siete de cada 100 porque se tiene derecho a la libertad, de acuerdo con sus propias verbalizaciones. Nuevamente llama profundamente la atención el diferencial en el nivel de no respuesta entre las ciudades analizadas, siendo mucho mayor en el caso de Oaxaca que en el del Distrito Federal. Por su parte, las razones que esgrimen aquellos que dicen que en el país no se respetan sus derechos humanos ni los de su familia son, principalmente porque: a veces son violados o no respetados los derechos (13 de cada 100); porque hay mucha desigualdad o discriminación (más de 12 de cada 100); o porque no se permite decir la verdad, libre opinión o expresión (más de nueve de cada 100). 188 Esto último dimensiona el papel de la libertad de expresión (o mejor dicho, su ausencia) en el ánimo de aquellos que mantienen una opinión negativa al respecto. Finalmente hay que mencionar que las frecuencias registradas en Oaxaca son relativamente mayores que las verificadas en el Distrito Federal, además de que en el primer estado la no respuesta vuelve a ser mayor que en el segundo. Cuadro 4. Percepción específica del respeto de los derechos humanos de las personas y sus familias Fuente: Elaboración propia. La responsabilidad en el respeto a los derechos humanos es atribuida más a las instituciones, gobierno y Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), por los habitantes del Distrito Federal; mientras que en el caso de los habitantes de Oaxaca ésta es atribuida más a una noción colectiva, al mencionar en primer lugar la categoría “de todos” y en segundo lugar de “la sociedad”. Esto resulta relevante porque deja ver las diferencias en la percepción no únicamente sobre los derechos, sino sobre las experiencias en los contextos políticos en que ambas poblaciones viven. Cuadro 5. Responsabilidad sobre el respeto a los derechos humanos Fuente: Elaboración propia. 189 5. ¿CÓMO SE PERCIBE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN? Una vez que hemos planteado el tema de los derechos, ubicaremos la percepción sobre la libertad de expresión, a partir de su respeto o no, de la comparación con respecto a cómo se percibe ésta con otros países, ciudades y estados, así como una valoración sobre la libertad en general. Las opiniones de la ciudadanía se tornan mucho más negativas cuando se explora directamente el respeto que en México se le da a la libertad de expresión: la suma de las categorías “se respeta poco” y “no se respeta”, nos da que 90 de cada 100 mantienen esa opinión negativa. A nivel de las ciudades encuestadas, aunque en el Distrito Federal se concentra la mayor frecuencia de las opiniones negativas más contundentes (categoría no se respeta); la suma de las dos opiniones negativas (se respeta poco más no se respeta) es ligeramente mayor en Oaxaca. En ambos casos las opiniones al respecto son sumamente negativas, lo que deja ver que, a pesar del aparato jurídico construido en torno a los derechos humanos, la percepción del respeto a la libertad de expresión refleja una opinión negativa de los ciudadanos. Para aquella minoría que dice que la libertad de expresión se respeta mucho en el país, se exploraron las razones por las cuales cree eso. En ese sentido, se encontró que las tres principales razones que documentan su dicho son: que hay más libertad de expresión; el gobierno ya deja que la gente se manifieste; y, los medios informan diariamente. Esta última opinión es relevante porque puede evidenciar la influencia de dichos medios en la construcción de la opinión de este segmento de la población, más señaladamente la de Oaxaca que la del Distrito Federal. De la misma manera resalta el elevado nivel de no respuesta en Oaxaca, así como un sentido de que los derechos son más respetados que antes, lo que no se expresa de la misma forma en la Ciudad de México. 190 Cuadro 6. Razones de la percepción del respeto a la libertad de expresión en México Fuente: Elaboración propia. Por su parte, aquellos que mencionan que la libertad de expresión se respeta poco en el país, entre las razones que plantean encontramos que no se respeta la ley/no se respetan nuestros derechos; porque no hay libertad de expresión; y porque no se pueden manifestar libremente. En Oaxaca destaca la segunda causa, mientras que en el Distrito Federal, la primera y la tercera. Lo paradójico es que es precisamente en esos lugares donde ocurren la mayor parte de movimientos de protesta en el país. 191 Cuadro 7. Razones de la percepción del respeto a la libertad de expresión en México Fuente: Elaboración propia. 192 Para el caso de los que opinan que la libertad de expresión no se respeta, las razones argumentadas son que al gobierno no le gusta la crítica/la censura; el gobierno no escucha nuestras necesidades; y no se respetan las leyes. No obstante hay que destacar que las razones encontradas en la población de Oaxaca se basan en una reiteración de la inexistencia de libertad de expresión, mientras que las del Distrito Federal mantienen una cierta diversificación, aunque la centralidad es la crítica a la actuación gubernamental. Es importante ubicar el hecho de que sumadas las respuestas que tienen que ver con una posición negativa del gobierno hacia la expresión suma 49% en el Distrito Federal y 46.5 en Oaxaca. Cuadro 8. Razones de la percepción del respeto a a libertad de expresión en México Fuente: Elaboración propia. 193 Libertad de expresión comparada Un ejercicio realizado en el contexto de la encuesta, fue generar una batería de preguntas para ver la percepción sobre la libertad de expresión en su ciudad, en comparación con otros países, estados y ciudades, para ver la valoración con respecto a lo que se ejerce en su espacio en particular. Cuando se compara el respeto de la libertad de expresión en México con la que se percibe en otros países, casi en todos los casos México se ubica por debajo de las percepciones con respecto a otros países, en buena medida por un sentido de exposición de lo considerado negativo. Oaxaca manifiesta con mayor claridad esta tendencia de valorar el respeto a la libertad de expresión en otros países, más que la existencia de ese mismo derecho en esa ciudad o al interior del país. En la población del Distrito Federal, encontramos que cuando se compara a México con países de América Latina, la opinión es ligeramente favorable para aquél. De acuerdo con los entrevistados en el Distrito Federal, consideran que en México se respeta más la libertad de expresión que en países como Argentina, Brasil o Chile. Aunque hay que señalar que en esta comparación con los países latinoamericanos es en donde se registra una mayor no respuesta, en buena medida por la falta de información sobre el exterior y por la proyección de la propia aspiración, ante condiciones que parecen ser mejores en apariencia y la aspiración de ser así. Cuadro 9. Comparación de la libertad de expresión con distintos países de diferente nivel de desarrollo Fuente: Elaboración propia. 194 Otro ejercicio realizado en este apartado, fue ubicar a la libertad de expresión en una escala donde la ciudadanía tenía que asignar una calificación. La media otorgada por la ciudadanía de las dos ciudades en una escala del 1 al 10, donde 1 es malo y 10 es lo más alto, fue de 5.8, es decir, apenas aprobatoria con redondeo según los parámetros escolarizados conocidos por la gente. En realidad, no existe una diferencia significativa entre las poblaciones del Distrito Federal y Oaxaca en este promedio, en buena medida porque la agregación de factores para una calificación global genera mecanismos de compensación. En donde existen ciertas diferencias es en los niveles de reprobación, en los que el Distrito Federal es más estricto que Oaxaca, y este último estado es en el que un sector de la población califica mejor el estado que guarda la libertad de expresión en nuestro país. Esto también es relevante en la forma en que los grupos se comportan, si bien en Oaxaca han vivido procesos políticos complejos, el reciente triunfo de un partido de oposición puede incidir en la perspectiva de un estado mucho más incluyente, que en el Distrito Federal donde ya hay estabilidad con respecto al partido que ha ganado las elecciones desde 1997. Cuadro 10. Calificación de la libertad de expresión en México Fuente: Elaboración propia. 195 Para los que reprobaron el estado que guarda la libertad de expresión en nuestro país las principales razones se relacionan con una reiteración del no respeto a los derechos de los ciudadanos o bien a la inexistencia de esa libertad de expresión, solo en la tercera razón esgrimida se encuentra una suerte de argumentación al respecto en el sentido de que no hay justicia/porque no se aplican las leyes. Una vez más es la población de Oaxaca la que argumenta reiterando, más que el Distrito Federal, sobre temas que reafirman una perspectiva liberal. Aún dentro de los que aprueban el estado que guarda la libertad de expresión en México, las argumentaciones que sostienen la percepción se construyen en negativo, como el hecho de que no se respetan los derechos de los ciudadanos; falta mucho por hacer; y porque es regular. En Oaxaca destaca la afirmación tajante de que no se garantiza la libertad de expresión, misma que siendo la primera en importancia en la entidad, no alcanza a influir para ubicarse en las tres primeras a nivel de las poblaciones en conjunto. De la misma manera que en el caso anterior la dispersión de las respuestas es considerable, y aumenta un poco la no respuesta respecto de las opiniones reprobatorias. Para la población que califica bien el estado que guarda la libertad de expresión en nuestro país las principales argumentaciones giran en el tono de medianía: porque es regular y falta mucho por hacer; aunque también hay una evidentemente asertiva: porque sí hay libertad. Curiosamente esta última frecuencia global se debe a la opinión de la población de Oaxaca, lo que nos puede indicar el grado de polarización que existe en las percepciones de esta entidad respecto de la existencia o no de libertades individuales y, en específico de la libertad de expresión. Las observaciones negativas se matizan cuando se interroga a la ciudadanía respecto del respeto a la libertad de expresión en su ciudad comparado con lo respondido para el país. Tendencia que se manifiesta con más claridad en el caso del Distrito Federal que en Oaxaca. Existe cierta afinidad entre estas ciudades en la variable que se refiere a un poco respeto de la libertad de expresión con casi 70 de cada 100, mientras que quienes manifiestan abiertamente que esa libertad no se respeta son ligeramente más en Oaxaca que en el Distrito Federal. 196 Las razones por las cuales la gente cree que la libertad de expresión se respeta poco en su ciudad se relacionan con la creencia de que se pueden tener represalias del gobierno; porque no hay posibilidad de expresarse libremente; o porque no hay igualdad social. Para Oaxaca y el Distrito Federal existe una relativa coincidencia en esto, pero en el Distrito Federal también destaca la razón de que no se respetan las leyes. Tal vez lo más destacable de las razones planteadas es su gran dispersión, lo que probablemente se deba a una falta de asertividad argumentativa. Cuadro 11. Percepción del respeto de la libertad de expresión en su ciudad Fuente: Elaboración propia. Para quienes creen que la libertad no se respeta nada en su ciudad, las argumentaciones giran preferentemente en torno a que habría represalias si te manifiestas (más en el Distrito Federal que en Oaxaca); no hay igualdad para toda la gente (más en Oaxaca que en el Distrito Federal); y el gobierno hace lo que quiere (significativamente más en el Distrito Federal que en Oaxaca). Aunque hay que insistir en que existe una gran dispersión de las respuestas dadas, aunque menor a la de la categoría poco inmediata anterior. La percepción comparativa de la libertad de expresión en su ciudad respecto de otros estados del país, es claramente favorable para el Distrito Federal y desfavorable para Oaxaca. En efecto más del 53% de la población capitalina considera que la libertad de expresión se respeta en el Distrito Federal más que en otros estados del país; mientras que más del 54% de los habitantes de la ciudad de Oaxaca opinan que esa libertad de expresión se respeta más en otros estados que en esa ciudad. 197 Aquellos que consideran que en su ciudad se respeta más la libertad de expresión que en otros estados del país basan su opinión sobre todo en tres afirmaciones: tenemos libertad de expresión; porque es la principal ciudad del país; y porque existen organizaciones que se encargan de ello. A nivel de las ciudades en estudio destaca la asertividad de ese sector de la población de Oaxaca que manifiesta que se tiene libertad de expresión en esa ciudad, así como la comparación que se hace con otros estados que se consideran violentos. En el caso del Distrito Federal obviamente se concentra la totalidad de la categoría que destaca, no sin cierto orgullo, que es la principal ciudad del país. Una vez más la dispersión de las respuestas es la regla que más se destaca. Por su parte, para aquellos que respondieron que en su ciudad se respetaba menos la libertad de expresión que en otros estados de la República, se argumentó a partir de que hay mucha corrupción (más en el Distrito Federal que en Oaxaca); porque hay discriminación (más en Oaxaca que en el Distrito Federal); y la reiteración de que no hay libertad de expresión. De nuevo se presenta una gran dispersión de razones que justifican la opinión vertida. Cuadro 12. Percepción comparativa del respeto a la libertad de expresión de su ciudad respecto de México Fuente: Elaboración propia. 198 6. ¿CÓMO SE EJERCE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN? El ejercicio de la libertad de expresión se enfrenta a obstáculos desde la percepción de la ciudadanía encuestada, como se ha venido observando en los reportes recién mencionados de la encuesta. Se percibe que el ejercicio de la libertad de expresión, como con otras libertades está limitado por diversos actores. Por un lado, lleva consigo represalias por parte de otros actores, fundamentalmente el gobierno, donde algunas incluso pueden ser la cárcel. De la misma forma, se plantea la percepción de en qué entidades del país se ejercen más o menos condiciones para la libertad de expresión, en comparación con las ciudades encuestadas. Los encuestados creen que es en los medios de comunicación en los que se ejerce la libertad de expresión con mayor plenitud, pues no son únicamente los que más alcance tienen, sino que también son más exitosos en la generación de opinión pública. Un tema fundamental es que, de acuerdo con la encuesta, más de 70 de cada 100 tienen la percepción de que actualmente en México se presentarían represalias si se ejerce de una manera plena la libertad de expresión. Esta frecuencia es compartida casi sin diferencia por las dos ciudades en análisis. El tipo de represalias mencionadas por la gente son los asesinatos, las amenazas y las agresiones físicas, como las tres más mencionadas a nivel general. En el caso de Oaxaca esas tres razones son las amenazas, las agresiones y la violencia; y en el caso del Distrito Federal se sigue la tendencia general mencionada. Llama la atención la variedad de respuestas a esta pregunta, todas ellas de carácter sumamente negativo y contrario al interés ciudadano. El nivel de no respuesta es mínimo. 199 Cuadro 13. Percepción sobre represalias al ejercicio de la libertad de expresión en México Fuente: Elaboración propia. Cuando se interroga a la ciudadanía sobre la existencia de represalias en su ciudad si se ejerce plenamente la libertad de expresión, las opiniones negativas se reducen ligeramente si se le compara con las registradas cuando se habló del país, aunque éstas siguen teniendo una frecuencia más que considerable. Poco más de dos tercios del total responden afirmativamente a la existencia de represalias en su ciudad si es que se ejerce plenamente la libertad de expresión, mientras que entre un quinto (Distrito Federal) y un cuarto (Oaxaca) de la misma opina que no existen tales represalias. Cuadro 14. Percepción sobre represalias al ejercicio de la libertad de expresión en su ciudad Fuente: Elaboración propia. 200 De acuerdo con la percepción de la ciudadanía, cuando se le interrogó respecto de en qué estado se ejerce de manera menos plena la libertad de expresión, se respondió que en ningún estado de la república se ejerce plenamente esa libertad de expresión, como primera mención; en segundo lugar se mencionó a Oaxaca y en tercero a Chihuahua. Tendencia que fue seguida por cada una de las ciudades en estudio. Hay que considerar que la no respuesta mostrada por Oaxaca es bastante más alta que la verificada por el Distrito Federal. Cuadro 15. Percepción del estado de la república dónde menos plenamente se ejerce la libertad de expresión Fuente: Elaboración propia. 201 Desde la perspectiva contraria, cuando se interroga a la ciudadanía respecto del estado en el cual se ejerce de una manera más plena la libertad de expresión, encontramos que la frecuencia más alta sigue siendo que en ninguno se ejerce plenamente esa libertad; en segundo lugar se ubica al Distrito Federal; y en un lejano tercer lugar la percepción de que en todos los estados se ejerce plenamente es libertad de expresión. Obviamente la autopercepción de los habitantes del Distrito Federal como ciudad de libertades, es la frecuencia más considerable, aunque no es desdeñable la opinión de los habitantes de la ciudad de Oaxaca respecto de que en el Distrito Federal se ejerce de una manera plena la libertad de expresión. Es importante indicar que ningún otro estado es mencionado con una frecuencia mayor al 1.7%, como entidad en la que se respete plenamente la libertad de expresión, lo que deja de manifiesto que, en la opinión de las dos ciudades en estudio, el Distrito Federal es prácticamente una isla a este respecto. Los medios en los que se ejerce con mayor plenitud la libertad de expresión son, de acuerdo con la opinión de la ciudadanía, las redes sociales, la televisión y la prensa. Esta tendencia general aunque es seguida por las dos ciudades en estudio, marca algunas diferencias: en el caso de Oaxaca la opinión es que las redes sociales y la televisión ejercen de una manera más plena la libertad de expresión en frecuencias mayores a las del Distrito Federal; mientras que en esta última ciudad se considera más a la prensa que en el caso de Oaxaca. Llama la atención por su alta frecuencia la categoría ninguno en el caso de la capital de la República, ya que incluso es mayor a la que se registra para la radio. 202 Cuadro 16. Percepción del estado de la república donde más plenamente se ejerce la libertad de expresión Fuente: Elaboración propia. Las razones que de aquellos que consideran a las redes sociales como el medio en donde se ejerce más plenamente la libertad de expresión son, principalmente: el anonimato (no te conocen físicamente), que los dejan expresarse libremente, y que no haya censura. Las razones de aquellos que mencionaron a la televisión (con frecuencias más discretas) son: siempre hablan con la verdad, salen imágenes de los hechos, y todos tienen esa libertad. Para aquellos que mencionaron a la prensa escrita y a la radio, sus razones fueron: siempre hablan con la verdad los dejan expresarse libremente, y no hay censura. 203 Cuadro 17. Medios en que se ejerce la libertad de expresión con mayor plenitud Fuente: Elaboración propia. Cuadro 18. Razones por las que se opina sobre los medios en que se ejerce la libertad de expresión con mayor plenitud, redes sociales Fuente: Elaboración propia. 204 Para los encuestados los medios que ejercen con menor plenitud su libertad de expresión se encuentran, principalmente: la televisión, la prensa escrita y la radio. Aunque la primara con frecuencias superiores a los 40 de cada 100 en todos los casos. Las razones de aquellos que consideran que la televisión es el medio en donde se ejerce menos plenamente la libertad de expresión son: son manipulados, todo es mentira, y son corruptos. Donde destacan la manipulación para la población del Distrito Federal, y la mentira para la de Oaxaca. Las demás frecuencias solo tienen un dígito de frecuencia y se diversifican. Las razones de los que mencionan la prensa escrita como el medio en el que se ejerce la libertad de expresión con menor plenitud giran en torno a que: son amenazados y asesinados, todo es mentira, y siempre hablan con la verdad. En este medio la no respuesta de Oaxaca se eleva. Para aquellos que mencionaron la radio, las razones fueron: son manipulados, tienen una línea, y tienen muy poca difusión. Y finalmente, aquellos que mencionaron las redes sociales, las razones son que no se conocen físicamente, son manipulados, no hay censura. En todos los casos la no respuesta es considerable en el caso de Oaxaca. Cuadro 19. Medios en los que se ejerce la libertad de expresión con menor plenitud Fuente: Elaboración propia. 205 A nivel agregado (las dos poblaciones en estudio), las posiciones se polarizan respecto de la necesidad de regular la libertad de expresión, en efecto, una ligera mayoría considera que la libertad de expresión se tendría que regular sobre los que consideran lo contrario. Algo singular ocurre cuando analizamos las frecuencias por ciudades: mientras que en el caso del Distrito Federal 53 de cada 100 opinan que la libertad de expresión se debe regular, casi esa misma proporción pero en el caso de Oaxaca opina que no se debe regular. En suma, el tema si bien polariza las opiniones de la población, es claro que cada una de las ciudades mantiene una opinión definida al respecto. Se verifica una gran variedad de razones que intentan argumentar en pro y en contra de la regulación de la libertad de expresión, dentro de los que consideran que sí se debe regular, esas razones se centran en cuatro ejes: el que pretende garantizar la libertad de expresión como tal; el que apela a la necesidad de igualdad; el que se relaciona con la transparencia (“para investigar todo lo que pasa”); y el que se menciona con la finalidad de evitar desorden y caos. Este último eje es más evidente en el caso de Oaxaca que en el Distrito Federal. Por su parte, quienes consideran que no se debe regular la libertad de expresión argumentan sobre todo en los siguientes tópicos: se coartaría la libertad de expresión; es necesario expresarse con plenitud; y es un derecho que todos tenemos. Para Oaxaca resalta la variable “es una maniobra para manipularnos”, empatada en el tercer lugar de frecuencias con “necesitamos expresarnos con plenitud”, lo que muestra el mayor nivel relativo de sensibilidad de la población de esa ciudad respecto de las iniciativas de regulación de la libertad de expresión. Cuadro 20. Opinión sobre la regulación de la libertad de expresión Fuente: Elaboración propia. 206 Cuadro 21. Razones de la opinión sobre la regulación de la libertad de expresión (categoría sí) Fuente: Elaboración propia. 207 La instancia que debería regular la libertad de expresión sería, según la opinión de los ciudadanos, en primer lugar, la CNDH; en segundo el gobierno; y en tercero por quienes ejercen su libertad de expresión, es decir una autorregulación. La población del Distrito Federal se inclina más por la primera y segunda opción, mientras que la de Oaxaca por la tercera y la primera, en ese orden de frecuencias. Cuadro 22. Probable instancia de regulación de la libertad de expresión Fuente: Elaboración propia. Dos tercios de la ciudadanía se pronuncian porque no se debe respetar la libertad de expresión si se trata de una difamación, mientras que 19 de cada 100 en el Distrito Federal y 23 de cada 100 en Oaxaca opinan que se debe respetar esa libertad a pesar del abuso mencionado. Del 7.6% global que mencionó la palabra “depende” en la pregunta anterior, se les interrogó por esa situación y las siguientes fueron las respuestas más significativas: del medio que mencione la información; de que sean honestos; y que debe ser real. Por su parte, las razones que esgrimieron aquellos que mencionaron que se debe respetar la libertad de expresión a pesar de que se trate de una difamación son, principalmente, las siguientes: porque debe ser libre el derecho a expresarse; por respeto al individuo; y porque solo así te hacen caso. Este último argumento casi debido en su totalidad por lo 208 expresado por la ciudadanía de la ciudad de Oaxaca. En este caso son notables las diferencias de opinión entre las poblaciones de Oaxaca y el Distrito Federal: mientras que en la primera se hace referencia primordialmente a razones de tipo reivindicativo como la del caso que acabamos de comentar, en el Distrito Federal esas razones se ubican más en el terreno de la transparencia y de la legalidad. En el otro extremo, aquellos que mencionaron que no se debe respetar la libertad de expresión en caso de difamación argumentaron lo siguiente: no se debe difamar a inocentes; por respeto al individuo; y porque se perjudica a terceros. El nivel de no respuesta vuelve a ser muy significativo en el caso de Oaxaca, tanto así que casi empata la frecuencia de su respuesta más alta. Finalmente, las razones de quienes respondieron con un “depende” al cuestionamiento sobre si se debe respetar la libertad de expresión en caso de que sea utilizada para realizar una difamación, son las siguientes: para vivir sin injusticias; porque debe ser libre el derecho a expresarse; y porque se debe castigar a quien no diga la verdad. Existe una gran variedad de razones en el caso del Distrito Federal que se pulverizan en una serie de variables, comparativamente con Oaxaca que solo hace algunas menciones al respecto. En todo caso lo que habría que destacar también es el altísimo nivel de no respuesta en esta variable por parte del sector de las poblaciones en estudio. 209 Cuadro 23. Razones del respeto a la libertad de expresión en caso de difamación (Categoría sí) Fuente: Elaboración propia. Un tercio de la población agregada menciona que en algún momento o circunstancia ha tenido que limitar su libertad de expresión, mientras que los restantes dos tercios no han tenido esa necesidad. Aquellos que han tenido que limitar su libertad de expresión expresan que ha sido, principalmente, por causas laborales o de trabajo; cuando se era menor en la escuela; y por un sentido de protección, aunque en Oaxaca también destaca la categoría “por quererme callar”. 210 Cuadro 24. Limitación personal de la libertad de expresión Fuente: Elaboración propia. En una primera mención, los límites a la libertad de expresión son, de acuerdo con la opinión de las poblaciones en estudio, sumamente diversos, siendo los principales los siguientes: respeto; daño a terceros; y agresión/represalias/violencia. Para Oaxaca la variable “respeto” es sumamente significativa, así como su no respuesta que ocupa el segundo lugar en frecuencias después de la mencionada. Habría que agregar que otras categorías significativas por ciudad son: el gobierno/la autoridad (como límites a la libertad de expresión) en el Distrito Federal; y la propia libertad, en el caso de Oaxaca. En una segunda mención de los límites a la libertad de expresión bajan considerablemente las frecuencias de las respuestas y aumenta, de manera más que importante el nivel de no respuesta, más de 61 de cada 100 no opinaron al respecto. De las frecuencias más importantes de esta segunda mención de los límites de la libertad de expresión (todas ellas de un solo dígito) destaca la del respeto, la igualdad, y la agresión/represalias/violencia. En suma, hay una suerte de reiteración de lo registrado en la primera mención. Es sorprendente que en el Distrito Federal una considerable mayor proporción de su población manifieste que si tuviera la posibilidad de limitar o impedir la libertad de expresión de otros, efectivamente lo haría. 211 Esto se desprende de la relativamente baja frecuencia que se observa en la categoría “ninguno” (no se limitaría la libertad de expresión a nadie) 39 de cada 100, mientras que la población de Oaxaca registra en esa misma categoría una frecuencia de casi 68 de cada 100. Los habitantes del Distrito Federal limitarían o impedirían la libertad de expresión (si esto estuviera en sus manos) en primer lugar de los partidos políticos; en segundo de los locutores o conductores de televisión que no les simpatizan; y en tercero de políticos con los que tampoco simpatizan. En Oaxaca, aquellos que limitarían o impedirían la libertad de expresión de otros (con una menor frecuencia que en el Distrito Federal) lo harían con los partidos políticos; con los sindicatos; y con los políticos y funcionarios con los que no simpatiza. Cuadro 25. Limitación focalizada o dirigida de la libertad de expresión (Categoría Sí mención) Fuente: Elaboración propia. 7. CONCLUSIONES Se concluye que el modelo restrictivo de la libertad de expresión en medios electrónicos, si bien reduce el gasto que se realizaba en medios en elecciones anteriores, particularmente la de 2006, no reduce el costo de las campañas ni de las asignaciones a los partidos políticos. Más aún, dicho modelo tiene un impacto en el desarrollo de las campañas, donde las encuestas señalan que los electores no deciden su voto por los spots televisivos y radiofónicos, sino por otros factores. Además de que 212 este modelo tiene restricciones en el sentido de que hace más lento el proceso de las campañas en medios y es costoso en su instrumentación. Más allá de la restricción de la participación de otros actores distintos a los partidos y candidatos en los medios electrónicos, el modelo no resulta benéfico en la promoción del voto, al mismo tiempo que el acceso a medios por parte de otros actores como los órganos electorales no se garantiza de manera equitativa con respecto al acceso que tiene el IFE como órgano distribuidor de dichos espacios. En ese sentido, una discusión sobre el modelo en sí y sus resultados, debería darse en el seno no únicamente de los órganos como el IFE o los propios partidos, sino también en el poder legislativo donde una posible reforma electoral se estará discutiendo en los próximos meses. Esto es relevante pues con la reforma de 2007 se transitó de una videopolítica a una condición de competencia que regresó a las estructuras mismas de los partidos políticos y sus grupos de apoyo, así como al surgimiento de las redes sociales como un elemento que potenció, a través de los medios tradicionales, la discusión que se daba en el contexto de la sociedad. De la misma forma, la percepción ciudadana sobre la libertad de expresión es variada, por lo que no podemos afirmar que el modelo que se mantiene cuenta con el apoyo de la ciudadanía, aparte del que los partidos le dieron. Para examinar algunas hipótesis del proyecto en su conjunto, se realizó una encuesta en el Distrito Federal y Oaxaca sobre el tema bajo estudio. Resultó relevante ubicar no únicamente las diferencias en las percepciones entre ambas entidades, sino también las razones que los ciudadanos generan sobre el ejercicio de sus derechos y en particular en lo que se refiere a la expresión, lo que analizaremos con detalle más adelante. Finalmente, no podemos divorciar el contexto del análisis que este documento contiene, de la forma en que la libertad de expresión se ha desarrollado a partir de los últimos cinco años en otros espacios sociales y con otros actores, pero que también tiene repercusiones sobre la forma en que la ciudadanía comprende el problema de la expresión y otros derechos. 213 Los actores políticos en México son más proclives a controlar la forma en que se ejerce la libertad de expresión. Al limitar los espacios y formas de expresión, los actores no cuidan el esquema democrático sino su propio espacio de acción. El argumento es garantizar el libre e igual acceso a la libertad de expresión por parte de los ciudadanos, pero al final no hay tal acceso, al mismo tiempo que se reduce la credibilidad y el incremento de una percepción ciudadana negativa sobre las libertades y los derechos que la democracia protege. 214 FUENTES DE CONSULTA • ACKERMAN, Bruce (1980), Social Justice in the Liberal State, New Haven, Yale University Press. • ANDREWS, George Raid y Herrick Chapman (1995), The Social Construction of Democracy, New York, New York University Press. • COLLIER, David y Steven Levitsky (1997), “Democracy with Adjectives: Conceptual Innovation in Comparative Research”, en World Politics, No. 49. • Convención Internacional de los Derechos Políticos y Civiles. • DAHL, Robert (1998), On Democracy, New Haven, Yale University Press. • Freedom House (2012), Freedom in the World, Freedom House. 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INTRODUCCIÓN Durante las últimas décadas, y en la ruta de un entreverado y sinuoso camino de transición política, México ha dado importantes pasos hacia la celebración de elecciones libres y el afianzamiento de las libertades civiles y los derechos político electorales, e inició un proceso de reforma del Estado que abarca la modernización de sus instituciones y leyes. Han sido, todos ellos, pasos importantes para una sociedad dispuesta a avanzar en el camino del desarrollo democrático. Sin embargo, en algunos sectores de la población persiste la desconfianza ciudadana en los procesos electorales y en las instituciones públicas, una tendencia de participación política divergente, y la latente amenaza del conflicto postelectoral con lo que existe el sentimiento de que la democracia no termina de consolidarse en nuestro país. La relación entre electores y partidos políticos, las causas del triunfo del candidato de la coalición conformada por los partidos Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) denominada Compromiso por México y la contradicción de que perviven prácticas democráticas con formas antidemocráticas en la política electoral mexicana. 1 Licenciada en Derecho. Representante propietaria de Nueva Alianza en el Distrito Federal. 217 Ahora bien, como resultado de esta elección federal se vuelve a presentar la alternancia en el poder y ésta es una de las características más sobresalientes del sistema democrático. A pesar de esta alternancia, la última elección deja muchos elementos de análisis sobre el funcionamiento, exigencias, logros, olvidos, estructura y retos de la democracia en México. Primero, para poder entender cómo puede encajar la segunda vuelta como una forma de legitimar el poder, referiré de manera muy breve qué es esta figura, en dónde surge, asimismo en qué países en América Latina está regulada y sobre todo si es factible que en México pueda regularse, así como las propuestas que se han presentado por las fracciones parlamentarias al respecto. 2. LA SEGUNDA VUELTA La segunda vuelta es un sistema creado esencialmente para permitir una mayor certidumbre y confianza al final de cada proceso electoral, ya que se establecen parámetros más desarrollados que en un proceso de simple mayoría, pretendiéndose así una mayor legitimación y gobernabilidad posterior a la etapa electoral. La segunda vuelta encuentra su antecedente en el sistema semipresidencial francés. Primero se contempla en la ley electoral de 1787 y se consagra posteriormente en las constituciones de 1793 y 1795, eliminándose tiempo después por Napoleón Bonaparte y haciendo posteriores apariciones en las Constituciones pero vuelve a adquirir vigencia hasta 1958 cuando el General Charles De Gaulle, quien aspiraba a ocupar una presidencia fuerte y con amplia legitimación en ese tiempo, le imprime las características del actual ballotage francés (García, 1986: 59). A la segunda vuelta también se le conoce como ballotage, que significa elección con doble turno, o segunda vuelta, el balotaje se refiere al mecanismo electoral a través del cual se obtiene una mayoría absoluta o una mayoría relativa calificada. Los países en América Latina que contemplan la segunda vuelta electoral a nivel constitucional y de ley son: 218 Cuadro 1. Segunda vuelta electoral en América Latina TIEMPO PARA LLEVAR A CABO LA SEGUNDA VUELTA PAÍS TIPO DE MAYORÍA Y PORCENTAJE PARTICIPAN Argentina Relativa 45% En la segunda vuelta electoral las dos fórmulas de candidatos más votadas. Dentro de los treinta días de celebrada la anterior. Absoluta 50% más 1 Las dos fórmulas que hubieran obtenido el mayor número de sufragios validos. En caso de empate, se repetirá la votación hasta por dos veces. No se señala. Absoluta 50% más 1 Se hará una nueva elección entre los dos candidatos más votados, y considerándose electo aquél que obtuviese la mayorías de votos validos. Dentro de los veinte días siguientes a la proclamación del resultado. Absoluta 50% más 1 Se procederá a una segunda votación que se circunscribirá a los candidatos que hayan obtenido las dos más altas mayorías relativas y en ella resultará electo aquél de los dos candidatos que obtenga el mayor número de sufragios. Dentro de los treinta días de celebrada la anterior. Colombia Absoluta 50% más 1 Se celebrará una nueva votación entre los candidatos que hubieren obtenido las más altas votaciones. Dentro de las tres semanas siguientes. Costa Rica Relativa 40% Se practicará una segunda elección popular entre las dos nominas que hubieran recibido más votos. El primer domingo de abril del mismo año en que se celebre la elección. Absoluta 50% más 1 Se realizará una segunda vuelta electoral entre los candidatos que hayan obtenido el primero y segundo lugares, en las elecciones de la primera vuelta. Dentro de los siguientes cuarenta y cinco días. El Salvador Absoluta 50% más 1 Se llevará a cabo una segunda elección entre los dos partidos o coalición de partidos políticos participantes que hayan obtenido el mayor número de votos válidos. En un plazo no mayor de treinta días después de haberse declarado firmes los resultados de la primera elección. Guatemala Absoluta 50% más 1 Se procederá a una segunda elección entre los candidatos que hayan obtenido las dos más altas mayorías relativas. Dentro de un plazo no mayor de sesenta ni menor de cuarenta y cinco días. Perú Absoluta 50% más 1 Se procederá a una segunda elección entre los candidatos que han obtenido las dos más altas mayorías relativas. Treinta días siguientes a la proclamación de los cómputos oficiales. República Dominicana Absoluta 50% más 1 Se efectuará una segunda elección entre las dos candidaturas que hayan obtenido mayor número de votos en la primera elección. Cuarenta y cinco días después de celebrada la primera elección. Uruguay Absoluta 50% más 1 Se celebrará una segunda elección entre las dos candidaturas más votadas. El último domingo del mes de noviembre. Bolivia Brasil Chile Ecuador Fuente: Cámara de Diputados, LX Legislatura, Segunda Vuelta Electoral, Estudio Teórico Conceptual, de Derecho Comparado y de Iniciativas presentadas en la materia. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/cedia/sia/spi/SPI-ISS-04-07.pdf 219 Los argumentos que han utilizado para adoptar este sistema, por sus insatisfactorios resultados, han provocado numerosas crisis políticas y varios golpes de estado. En Bolivia, Brasil, Chile y Perú fueron dirigidos por presidentes socialmente minoritarios, ideológicamente extremos y políticamente impopulares. No obstante, tras los procesos de redemocratización en los últimos años, varios países de América Latina utilizan actualmente el procedimiento de segunda vuelta para la elección de presidente, el cual tiende a producir ganadores socialmente más aceptados y políticamente más fuertes. Estas reformas han contribuido a la estabilidad y la consolidación de la democracia de los países anteriormente mencionados. Ahora, cuando en un proceso electoral existe un rango mínimo de diferencia entre los dos candidatos punteros, y al no haber solución jurídica, para dejar claros los resultados electorales, se recurre al campo eminentemente político, provocando con ello inestabilidad social y política en el país. Por ello es que una de las soluciones jurídicas al respecto es la figura de la segunda vuelta, ya que va más allá de un recuento de boletas electorales, porque ataca el problema de fondo, pues al haber una diferencia mínima entre los dos posibles ganadores, se da la posibilidad de replantear los puntos principales ante el electorado y una segunda oportunidad de elección exclusivamente entre los dos candidatos punteros a la presidencia. Con ello, no solo se resuelven cuestiones prácticas, sino que a mediano y largo plazo, aspectos importantes como lo es la legitimidad del presidente, evitando la polarización de la sociedad. La segunda vuelta da una oportunidad de replantear las cosas, haciendo al electorado más consciente de lo que se está poniendo a consideración de la población, se pulen las ideas planteadas y se busca una mayor empatía con el electorado. 220 3. PROPUESTAS LEGISLATIVAS EN MÉXICO RELATIVAS A LA SEGUNDA VUELTA En México tenemos que en las legislaturas LVII, LVIII, LIX y LX, LXI y la actual LXII, los grupos parlamentarios del PRI, del Partido Acción Nacional (PAN), del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de Convergencia (C), ahora Movimiento Ciudadano (MC), han presentado diversas iniciativas relativas a la implementación de la figura de la segunda vuelta. En el siguiente cuadro podemos observar de manera muy general las mismas. Cuadro 2. Iniciativas presentadas por los diversos grupos parlamentarios. Legislaturas LVII, LVIII, LIX, LX, LXI y LXII LEGISLATURA FECHA DE PRESENTACIÓN GRUPO PARLAMENTARIO Y QUIEN LA PRESENTA LVII Partido Acción Nacional 18 de Marzo de 1998* Diputado Rafael Alberto Castilla Peralta Peniche LVIII Partido Revolucionario Institucional 20 de abril de 2001* Diputado Fernando Ortiz Arana ARTÍCULOS A MODIFICAR MOTIVACIÓN Artículo 81 de la Si en una primera elección ninguno de los candidatos Constitución Política de los a la Presidencia de la república obtiene la mayoría abEstados Unidos Mexicanos. soluta de los votos, se realice entonces una segunda elección en la que sólo participen quienes en la primera hayan obtenido las dos votaciones más altas, de manera que en la segunda vuelta alguno de los contendientes alcance la mayoría absoluta para dar una base sólida de apoyo popular a la institución presidencial. Artículos 81 y 99 de la La segunda vuelta o ronda electoral, se describe como Constitución Política de los el procedimiento por el cual, ante la falta de una mayoEstados Unidos Mexicanos. ría absoluta en una elección, se procede a la celebración de una segunda jornada electoral, entre aquellas dos fórmulas o personas que hayan tenido una mayor votación en ésta. La segunda vuelta busca reorientar la política electoral para fortalecer la legitimidad del titular del poder ejecutivo, institucionalizando y aumentando su carácter democrático. LVIII 22 de agosto de 2002* Partido de la Revolución Democrática Diputado Luis Miguel Barbosa Huerta Artículos 52, 56 y 81 de la La orientación hacia el abstencionismo, como conseConstitución Política de los cuencia de miedos históricos, percepciones sobre la Estados Unidos Mexicanos. inutilidad del proceso electoral o desconfianza generalizada, está en la base de una actitud que tiende a deslegitimar al propio sistema político democrático. A diferencia de los demás países latinoamericanos que han adoptado la fórmula, se propone que su utilización no se limite al poder ejecutivo, sino que también se aplique para las elecciones de determinados inte- 221 LEGISLATURA FECHA DE PRESENTACIÓN GRUPO PARLAMENTARIO Y QUIEN LA PRESENTA ARTÍCULOS A MODIFICAR MOTIVACIÓN grantes de las cámaras del congreso general, específicamente en las de diputados y senadores que ahora son elegidos según el principio de votación mayoritaria relativa. LIX Convergencia* 22 de febrero de 2005* Diputado Jesús Martínez Álvarez LIX Partido de la Revolución Democrática Artículos 81 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 9, 19 y 159 del Código Federal del Instituciones y Procedimientos Electorales. En caso que ninguno de los candidatos obtenga la mayoría absoluta. Crear condiciones legales y políticas para que los candidatos de mayor aceptación en la ciudadanía puedan conformar un sistema de alianzas, antes y después de las elecciones, en torno a objetivos comunes de un gobierno de coalición. Garantizar Gobernabilidad y Estabilidad. 31 de julio de 2006* Diputada Cristina Portillo Ayala Artículos 52, 56 y 81 de la El despliegue de viejas y nuevas prácticas fraudulenConstitución Política de los tas para anular votos han hecho evidente que la crisis Estados Unidos Mexicanos. de legitimidad de las instituciones democráticas es el rasgo más significativo de la actual realidad mexicana. Frente a ello es necesario reforzar la fragilidad en la que se fundamenta el actual sistema de representación política. LIX 14 de agosto de 2006* Partido Revolucionario Institucional Diputado Francisco Luis Monárrez Rincón Artículo 81 de la El proyecto aborda únicamente el tema de la elección Constitución Política de los presidencial porque considero que antes de proponer Estados Unidos Mexicanos. la segunda vuelta para los candidatos al poder legislativo, es necesario revisar determinados elementos como son: por un lado el umbral de votación para no perder el registro como partido político y desde luego, el tema de los legisladores plurinominales. Es fundamental incorporar el mecanismo de “segunda vuelta” en la elección presidencial, así como prever la polarización de un proceso electoral como el que se vivió, de aquí que en esta propuesta añadamos el mandatar desde la ley la obligatoriedad de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en caso de que ningún candidato obtenga la más de la mitad de los votos, haga el recuento total de los mismos. LX 6 de febrero de 2007* Partido de la Revolución Democrática Diputado Mario Enrique del Toro Artículos 41, 81 y 99 de la Se tiene la necesidad de establecer reglas claras, forConstitución Política de los talecer los mecanismos y las instituciones electorales Estados Unidos Mexicanos para dar certeza jurídica a los actores políticos. Las elecciones son y serán cada vez más competidas, y el no contar con certeza y credibilidad en las instituciones y procesos electorales locales y federales continuará generando enfrentamiento entre los contendientes, sus simpatizantes y militantes en el marco de resultados electorales cerrados. La inercia de fraudes electorales anteriores, la desconfianza entre los contendientes, la participación de áreas de los gobiernos federal, estatales o municipales en la promoción de un candidato-partido, consejeros electorales con intereses de partido, magistrados electorales con compromisos de grupo o económicos le imprimen a la contienda electoral pasión y descalificación, por ser elecciones de todo o nada. 222 LEGISLATURA FECHA DE PRESENTACIÓN GRUPO PARLAMENTARIO Y QUIEN LA PRESENTA ARTÍCULOS A MODIFICAR MOTIVACIÓN Es conveniente que la ciudadanía conozca diferentes opciones y ofertas electorales, que participe con pasión, lo preocupante, porque nuestra historia electoral lo demuestra, es que no esté considerado un método que permita construir una mayoría clara para obtener el triunfo electoral y, naturalmente, que se convierta en un gobierno legítimo y legitimado. LXI Convergencia* 5 de noviembre de 2009 Diputada María Teresa Rosaura Ochoa Mejía LXII PAN 13 de septiembre de 2012 Diputado Ricardo Anaya Cortés. Artículos 59, 71, 78, 81, 116 y 122 de la Constitución Política de los Estados Mexicanos La principal justificación de esta propuesta tiene que ver con la permanente parálisis legislativa, cuando las fuerzas políticas que integran el congreso no están dispuestas a pactar reformar con el ejecutivo en turno. En suma, la creación de la figura de la segunda vuelta electoral en los poderes ejecutivos, nacional y estatal, la reelección legislativa y la iniciativa preferente del ejecutivo federal; en su conjunto y de forma integral serán, sin duda, un paso trascendental en la prefiguración de una nueva gobernabilidad y en la eficacia del régimen político. Además, y seguramente, son y serán del gran acuerdo de amplios sectores de la sociedad. Artículo 81 de la Para establecer la realización de una segunda vuelta en Constitución Política de los la elección presidencial cuando ninguno de los candiEstados Unidos Mexicanos. datos alcance la mitad más uno del total de los votos. En la segunda votación participarían los dos candidatos que hayan obtenido el mayor número de votos respecto del total de los sufragios emitidos. La primera votación se celebraría el primer domingo de julio del año que corresponda y la segunda se realizaría el segundo domingo de agosto, debiendo estar resueltas todas las impugnaciones que se hubiesen presentado respecto de la primera votación para elegir al presidente de la república. En la exposición de motivos, se explica que diversas reformas electorales que se han realizado en los últimos años han permitido elecciones más justas y equitativas, que se han traducido en una enorme competitividad electoral a nivel federal. Prueba de ello, se señala, es que en los últimos cuatro procesos electorales para elegir al ejecutivo federal, el margen de votación entre el primero y el segundo lugar ha sido estrecho. Es decir, desde 1994 la mayoría de los electores han votado por una opción distinta a la ganadora. *Las fechas corresponden a la publicación que se realizó en la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados. **Ahora Movimiento Ciudadano. Fuente: Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. Recuperado de http://201.147.98.20/ search?q=segunda+vuelta+electoral&entqr=0&output=xml_no_dtd&sort=date%3AD%3AL%3Ad1&u d=1&client=diputados&oe=UTF-8&ie=UTF-8&proxystylesheet=diputados&site=default_collection 223 Todas las iniciativas coinciden en una cosa, que la gobernabilidad en nuestro país requiere del acuerdo de una mayoría estable en el Congreso de la Unión y destacan algunos la importancia de la legitimidad en el poder. No obstante este gran consenso, existen opiniones en el sentido de que la segunda vuelta electoral por sí misma no trae consigo, de forma automática, la creación de una mayoría estable en el congreso y, por tanto, no es garantía de gobernabilidad; sugieren que sea acompañada por otras reformas. Algunos países latinoamericanos cuentan tanto con esta figura como con otras, como la de jefe de gabinete y la iniciativa preferente para el ejecutivo federal, para incentivar los acuerdos entre los poderes y las fuerzas políticas. Independientemente de los disensos, existe el acuerdo general en el sentido de que es insoslayable la creación de nuevas figuras jurídico políticas que arrojen como resultado la creación de mayorías estables en el congreso. En palabras de Juan de Motes de Oca, un sistema social es gobernable cuando está estructurado sociopolíticamente de modo tal que todos los actores estratégicos se interrelacionan para tomar decisiones colectivas y resolver sus conflictos conforme a un sistema de reglas y procedimientos formales e informales dentro del cual formulan sus expectativas y estrategias. La legalidad del gobierno se basa en su eficiencia, en la capacidad de resolver problemas públicos y alcanzar acuerdos entre los actores políticos, la gobernabilidad democrática debe ser la garantía para una nueva cultura política de participación ciudadana y de fomento a la pluralidad para elaborar políticas de estado, por encima de los partidarios o sectoriales (Montes, 2011: 6). Asimismo refiere que hablar de gobernabilidad democrática en México implica una reflexión sobre la necesidad de un nuevo paradigma, centrado en el desarrollo de las capacidades de gobernación. 224 Cuadro 3. Ventajas y desventajas de la segunda vuelta Ventajas: Desventajas: • • Generar certidumbre y confianza al final de cada proceso Asegurar la maximación de legitimidad del candidato elegido Dar un mayor margen de gobernabilidad en el ejercicio del cargo Dotar de mayor respaldo popular al futuro gobernante • • Los costos electorales (caso de la elección de 2006) Puede generar la reversión del resultado de la primera vuelta Puede generar presidentes electos con mayorías electorales artificiales Puede generar una menor participación del electorado en la segunda ronda Fuente: Elaboración propia. Además, podemos destacar otras ventajas de la implementación de esta figura: 1. Es una opción para fortalecer nuestra vida democrática. 2. Es una forma para el logro de objetivos político electorales. 3. Fortalece al presidente electo. 4. Evita la victoria de un presidente con un escaso respaldo electoral. 5. Propicia la legitimación del sistema político. Respecto de los costos electorales, que en un primer momento podrían considerarse al realizar una segunda vuelta, tendríamos que hacer un análisis exhaustivo para comparar los costos y beneficios derivados del caso de la elección del 2006, que al ser tan cuestionada, trajo consigo que se llevara a tribunales internacionales y que por consecuencia no se pudiera destruir la papelería que se utilizó en la misma y por lo tanto, se mantuviera resguarda por elementos de la Marina y el Ejercito Nacional en 32 bodegas distribuidas en cada uno de los estados de la república, así como la relativa al Distrito Federal por seis años (todo el sexenio 2006-2012). Teniendo un costo de más de 550 millones de pesos. 225 4. ALGUNAS REFLEXIONES La falta de credibilidad en el resultado de las elecciones, así como en los gobernantes y la creciente desconfianza de la ciudadanía en las instituciones inhabilitan el régimen político y debilitan su gobernabilidad. Teniendo como consecuencia el debilitamiento y la incapacidad de las intuiciones y gobernantes mexicanos de dar respuesta a las demandas planteadas por la ciudadanía, en razón a la acumulación del deterioro de la calidad y nivel de vida de la mayoría de los ciudadanos. Lo interesante es que en la pasada legislatura (LXI) a pesar de que en diversos momentos se mencionó que la segunda vuelta estaría en la propuesta de reforma que presentó el presidente Felipe Calderón Hinojosa en 2009 no llegó a la mesa de discusión. Asimismo, en una nota en la Gaceta Parlamentaria del 8 de agosto de 2012 en la que el presidente de la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, Felipe Solís Acero (PRI), aseguró que con la promulgación de la reforma política concluyó el proceso legislativo y aclaró que la segunda vuelta no venía en la minuta que conoció la Cámara de Diputados, luego de que el presidente de la república, Felipe Calderón afirmara que dicho tema falta en la reforma (Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, 8 de agosto de 2012). En la actual legislatura ya se presentó una propuesta, misma que puede observarse en el cuadro inmediato anterior, y que tenía como antecedente que el coordinador del grupo parlamentario del PAN, Carlos Alberto Pérez Cuevas, manifestó que aun cuando ya existe una reforma política aprobada por la LXI legislatura, la reelección legislativa, la reconducción presupuestal y la segunda vuelta electoral serán rubros que se tendrán que discutir para complementarla (Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, 6 de agosto de 2012). Asimismo, el diputado del PRD, Fernando Belaunzarán Méndez, comentó que se impulsarán iniciativas para adicionar más figuras que abran la participación ciudadana, como la segunda vuelta electoral (Gaceta Parlamentaria del H. Congreso de la Unión, 3 de octubre de 2012). 226 Ahora bien, desde que arribó la transición electoral en la presidencia de la república en el 2000, las campañas políticas han alimentado sustancialmente la contienda por el poder. Lo cual se puede percibir de manera particularmente notoria en la elección presidencial de 2006, en la que entre los candidatos hubo una diferencia de 0.56% produciéndose con ello una intensa polémica respecto del papel que jugaron los medios (campañas negras) lo que trajo consigo la reforma constitucional y electoral de 2007, en la que se tomaron las medidas restrictivas con la intensión de regular la actuación de los partidos políticos en los medios. Sin embargo, y a pesar que en esta elección la diferencia de votos entre el primero y segundo lugar fue de más de 6.62% de diferencia y no se arguyó un fraude electoral como en 2006, ahora se tuvo como proclama de algunos sectores importantes de la sociedad la compra de votos con los multiconocidos casos “Monexgate” y “Sorianagate”, y por la declaración de validez que llevó a cabo el TEPJF, también fue cuestionada su limitación a la ley sin ejercer su facultad constitucional de investigar más allá de lo que se le había presentado como pruebas. Esto es lo que no puede seguir sucediendo, si bien es cierto que los ciudadanos tenemos la potestad de elegir entre un candidato y otro para que nos gobiernen, derivado de su competencia para obtener el poder a través de nuestro voto, también lo es que, deben existir mecanismos que reafirmen los resultados que se obtuvieron en un primer momento. Asimismo, un sistema político del siglo XXI es definido como democrático, siempre que la mayoría de los que toman las decisiones colectivas del poder sean seleccionados a través de limpias, honestas y periódicas elecciones, en las que los candidatos compiten libremente por los votos y en las que virtualmente toda población adulta tiene derecho a votar. Siendo así que la competencia es el sino imprescindible de esta fórmula democrática y que de manera conjunta con las campañas políticas, se convierten en el mecanismo a través del cual candidatos y partidos políticos se disputan la preferencia ciudadana para detentar el poder. Si bien es cierto que, en estas elecciones hubo mucho más participación de la ciudadanía que salió a ejercer su derecho-obligación de votar para elegir a los candidatos a los diversos cargos de elección 227 popular, también lo es que aún siguen siendo los enemigos palpables de la democracia el abstencionismo y el voto nulo. Además para que la presidencia de la república tenga mejores condiciones de gobernabilidad, con una mayoría estable y un auténtico gobierno de coalición de corresponsabilidades la segunda vuelta puede ser un mecanismo para legitimar el poder. En lo que coinciden todos los grandes pensadores como Hobbes, Locke, Rousseau, Maquiavelo, Kelsen, Marx y Weber, en cuanto al principio de legitimidad es que los miembros de una sociedad consienten someter su voluntad con la finalidad de encontrar la seguridad y la paz, lo que legitima y justifica el poder de quien los gobierna, siempre y cuando lo haga respetando los derechos de los gobernados. La legitimidad es entendida como la justificación de estar investido de poderes de mando. El monopolio de la fuerza no es suficiente para caracterizar un poder como político, en la medida que también es necesario que el poder sea legitimado, reconocido y válido bajo algún título. La ciudadanía se ha vuelto más participativa y observadora y ha empezado a ser también más crítica por lo que es importante que quien nos gobierne sea legitimado en el poder. Así tenemos que la actual legislatura debe asumir el compromiso de la premisa, jurídica y socialmente lógica, consistente en proveer a los mexicanos de la normativa adecuada que garantice la vigencia de los principios democráticos, sobre los que se estructura la vida comunitaria y los regímenes públicos de gobierno. La consolidación de las normas e instituciones electorales es un proceso que incumbe de forma preponderante al poder legislativo, pero para construir esa perspectiva de consolidación, es necesario que concibamos la democracia como una responsabilidad compartida, a la vez que entendamos al cambio político como una consecuencia de la construcción de consensos. Por ello lo que es necesario que la actual legislatura regule sobre los temas del uso del Internet, las modalidades del voto del residente en el extranjero así como la viabilidad de una segunda vuelta electoral. 228 FUENTES DE CONSULTA • DOMINGO García Belaunde (1989), Una democracia en Transición, Cuadernos CAPEL, San José, 2ª. ed., Okura, Lima, 1986. Recuperado de http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/PNABI451.pdf • Cámara de Diputados LX Legislatura, Segunda Vuelta, Estudio Teórico Conceptual, de Derecho Comparado y de iniciativas presentadas en la materia. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/cedia/sia/ spi/SPI-ISS-04-07.pdf • Gaceta Parlamentaria del H. Congreso de la Unión (25 de febrero de 2005). Recuperado de http://www3.diputados.gob.mx/camara/005_comunicacion/b_agencia_de_noticias/001_2005/02_febrero/22_22/1593_propone_convergencia_segunda_vuelta_en_eleccion_presidencial_y_de_gobernadores • Gaceta Parlamentaria del H. Congreso de la Unión (7 de febrero de 2007). 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CRÓNICA DE UNA ALTERNANCIA ANUNCIADA GUSTAVO MARTÍNEZ VALDÉS1 1. INTRODUCCIÓN El objetivo del artículo consiste en analizar los comicios estatales celebrados en Tabasco en 2012 y ofrecer elementos para la comprensión del fenómeno de la alternancia experimentada en las oficinas de la gubernatura. Los resultados electorales de los comicios celebrados en 2012 en la entidad tabasqueña permitieron que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se presentara como el “triunfador”, pues había logrado acceder a la gubernatura estatal por primera vez, así como también alcanzó la mayoría en el congreso local y de las diputaciones federales respectivas, así como los dos escaños correspondientes del Senado por mayoría relativa y, también, aportó uno de los mayores porcentajes de votación estatal a su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Aquí se plantea que el triunfo del PRD no fue producto de un repentino crecimiento de sus votaciones sino que estuvo íntimamente ligado con un largo proceso de realineamiento del voto de los habitantes de la entidad, los que paulatinamente han concentrado sus preferencias en el 1 Doctor en Investigación en Ciencias Sociales con mención en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-México. Investigador en El Colegio de Tlaxcala. 233 PRD así como en el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Si bien el fenómeno de la alta competitividad se ha experimentado en los últimos comicios locales, hasta antes de 2012 no se había dado pie a la alternancia en la gubernatura. Sin embargo, en los comicios aquí revisados se encontró que el nivel de desinstitucionalización del PRI fue un factor importante para entender su derrota, frente a la cohesión y estabilidad que venía manteniendo el perredismo tabasqueño, apoyado en la figura de su candidato presidencial, AMLO. Con el fin de avanzar en el análisis del proceso electoral en Tabasco se realizó, por un lado, un estudio sincrónico en el que se revisó el comportamiento electoral en la entidad entre los años de 1982 hasta 2012, tanto en la celebración de los comicios de corte federal y estatales, con el fin de comprender la manera en que se ha comportado el voto tabasqueño.2 Esta revisión histórica tuvo como unidad de análisis a los resultados de las votaciones obtenidas por los principales partidos presentes en los comicios locales, y se apoyó en el enfoque del realineamiento electoral que permitió ubicar los periodos de estabilidad así como aquellos momentos de alteración, o desalineamiento, del electorado. Por otro lado se llevó a cabo una revisión diacrónica, coyuntural, del proceso electoral realizado en el territorio tabasqueño. Para ello se revisaron algunos aspectos relevantes de las campañas electorales, los procesos de selección de candidatos, los perfiles de los candidatos así como de los principales conflictos partidistas. Con esto se buscó establecer la presencia de elementos políticos y partidistas que fomentaron un cambio en las preferencias de los votantes tabasqueños, así como el grado de fragmentación interna de los partidos políticos y su impacto en el comportamiento tendencial del electorado. El documento está organizado en tres apartados principales. En el primero se analizó el comportamiento del electorado desde una perspectiva de largo plazo a partir del dato electoral (el voto) registrado en 2 234 Los datos electorales utilizados en el presente documento, son parte de un proyecto de investigación posdoctoral más amplio, se obtuvieron del proyecto “Redistribución y estabilización del voto en México, 1988-2012. Apartado de investigación de las historias político electorales de las entidades”, realizado en estancia de investigación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, bajo la asesoría y coautoría de la doctora Marcela Bravo Ahuja en 2011 y que sigue vigente a la fecha de su elaboración. los comicios para renovar los cargos federales de presidente y diputados, así como a nivel estatal para gobernador y legisladores locales. En el segundo apartado se revisaron los principales aspectos del proceso electoral de 2012 centrado en los hechos políticos y partidistas ocurridos al interior de los partidos principales en la entidad, en los que se resaltó su comportamiento en torno a los procesos de selección de sus candidatos a cargos públicos, la relación entre sus grupos políticos, las propuestas de campaña y los conflictos generados en su interior. Al final se presenta una serie de reflexiones a manera de conclusión en la que se evalúa la importancia del proceso coyuntural del proceso político electoral de 2012 en la entidad sobre el comportamiento tendencial del electorado que, al final, le permitió al PRD obtener el triunfo en los comicios estatales y, así, registrar la primera alternancia de las oficinas de la gubernatura. 2. EL COMPORTAMIENTO ELECTORAL EN TABASCO 1982-2012: LUCHA DE DOS El PRD se erigió como el “gran” triunfador de los comicios federales (en donde se renovó el cargo presidencial, seis diputaciones uninominales y tres escaños senatoriales por el principio de mayoría relativa) y locales (la gubernatura, 17 ayuntamientos y 35 diputaciones locales, 21 uninominales por el principio de mayoría relativa y 14 por la vía de la representación proporcional agrupados en dos circunscripciones plurinominales (POE, 2011, art. 20) celebrados en 2012 donde se renovó la totalidad de los cargos públicos electivos correspondientes a la entidad tabasqueña. A nivel federal, el perredismo obtuvo el 59.30% de los votos presidenciales, así como la totalidad de los seis distritos uninominales federales y los dos escaños senatoriales por el principio de mayoría relativa. A nivel local, accedió por vez primera a la gubernatura con el 50.41% de los votos, a la par que alcanzó la mayoría en el congreso local con 17 escaños. Asimismo, el partido del sol azteca triunfó en nueve ayuntamientos, por encima del PRI que se posicionó como la segunda fuerza política en la entidad. 235 Cuadro 1. Cargos públicos en Tabasco agrupados por partido político, 2012 CARGO PARTIDO PRESIDENTE SENADORES DIPUTADOSGOBERNADOR FEDERALES DIPUTADOS AYUNTAMIENTOS LOCALES PAN 5 96% - - 4 66% 2 - PRI 31 76% 1 - 42 94% 3 8 PRD 59 30% 2 6 50 41% 14 9 PT ---- 3 - MC ---- 1 - PVEM ---- 0 - PNA 0 0 53% - - - - PAN=Partido Acción Nacional, PT=Partido del Trabajo, MC=Movimiento Ciudadano, PVEM=Partido Verde Ecologista de México, PNA=Partido Nueva Alianza. Fuente: Elaboración propia con datos de IFE, 2009; IEPCT, 2012 e IFE, 2012. Estos resultados significaron un vuelco importante dentro de la configuración de las fuerzas político partidistas en la entidad, lo que ha llevado a pensar que el perredismo se convirtió en el partido dominante. Sin embargo, a continuación se revisa el comportamiento del voto tabasqueño y, con ello, se logra poner en perspectiva y relativizar la fortaleza del partido del sol azteca dentro del sistema de partidos local. A partir de la revisión del comportamiento del voto se ubica que el sistema de partidos de Tabasco ha tendido de manera constante hacia la fragmentación de las preferencias del electorado así como a la pluralización de las fuerzas partidistas agrupándose particularmente bajo el PRI y el PRD. A su vez, también se encontró que los comicios han sido cada vez más competitivos, de manera que los bloques electorales tienden a acercarse cada vez más entre sí, aumentando la probabilidad de la alternancia en los cargos públicos. Al comparar, por un lado, el comportamiento de la fragmentación de los votos para los puestos ejecutivos y legislativos tanto federales como locales se observa que éstos mantienen una tendencia creciente muy parecida entre cada tipo de cargo, aunque la distribución de los vo- 236 tos tiende a dispersarse en mayor medida en las elecciones de representantes.3 Esto es, mientras que en los comicios para elegir al presidente y a los gobernadores, el 54% y 56% de los votantes se distribuyeron entre las distintas opciones partidistas, a nivel de diputados federales y locales este porcentaje se ubica en el 69% y 68% respectivamente. La manera en que se comporta la fragmentación del voto en Tabasco indica que los partidos están experimentando dificultades para mantener estables sus votaciones, especialmente en el caso de los cargos legislativos. En cambio, a nivel de la renovación de los ejecutivos, la fragmentación del voto permite identificar que hay un porcentaje importante (poco menos del 50%) de los electores que han mantenido su apoyo a las fuerzas partidistas principales. Cuadro 2. Fragmentación del voto para presidente, gobernador y diputados federales y locales en Tabasco, 1982-2012 CARGO AÑO PRESIDENTEGOBERNADOR DIPUTADOS DIPUTADOS FEDERALESLOCALES 1982 0.14 0.08 0.110.14 1985 0.080.21 1988 0.41 0.36 0.340.39 1991 0.470.43 1994 0.56 0.52 0.540.54 1997 0.570.56 2000 0.67 0.59 0.630.65 2003 0.600.61 2006 0.52 0.54 0.600.56 2009 0.630.65 2012 0.54 0.56 0.690.68 Nota: El indicador de Fragmentación del voto de Rae (1967) varía entre 0 y 1. A medida que este se acerca al valor más alto señala que la totalidad del porcentaje de los votos se distribuyen entre distintas “bolsas”, y en sentido inverso, a medida que se acerca a cero es por qué la mayoría del porcentaje de los votos se concentra en una opción. Fuente: Elaboración propia con datos de IFE, 2009; IFE, 2012; IEPCT, 2012 y Bravo, 2010. 3 El nivel de fragmentación del voto con el que se busca identificar el grado de distribución de las preferencias de los electores hacia las opciones partidistas en un momento particular propuesto por Rae (1967). 237 Por su parte, al revisar el número efectivo de partidos resultante de las elecciones se encontró que, complementariamente al nivel de fragmentación, existe una tendencia constante a la pluralización de las fuerzas partidistas tabasqueñas. Esta tendencia ha sido más alta en los cargos legislativos mientras que en el caso de la renovación de los ejecutivos se ha mantenido un formato de competencia parecido a un bipartidismo.4 Cuadro 3. Número efectivo de partidos electorales para presidente, gobernador y diputados federales y locales en Tabasco, 1982-2012 CARGO AÑO PRESIDENTEGOBERNADOR DIPUTADOS DIPUTADOS FEDERALESLOCALES 1982 1.16 1.09 1.161.13 1985 1.261.09 1988 1.68 1.55 1.631.52 1991 1.761.87 1994 2.28 2.08 2.192.15 1997 2.292.35 2000 3.00 2.45 2.862.70 2003 2.532.49 2006 2.09 2.15 2.252.50 2009 2.852.72 2012 2.19 2.27 3.133.22 Fuente: Elaboración propia con datos de IFE, 2009; IFE, 2012; IEPCT, 2012 y Bravo, 2010. A medida que los niveles de fragmentación electoral han tendido a la dispersión del voto entre distintas opciones partidistas, a su vez el número efectivo de partidos también muestra la pluralización de las fuerzas políticas efectivas en competencia. Mientras que en los comicios para renovar a los ejecutivos existe un porcentaje cercano al 50% de los electores que no distribuye sus votos entre diversos partidos, los principales beneficiados de esto son tanto el PRI y el PRD, que se consolidan como 4 238 Para medir el sistema de partidos se retomó el indicador del número efectivo de partidos (NEP) en elecciones de Laakso y Taagapera (1979), ya que permite identificar la fortaleza y concentración de los votos en las principales opciones partidistas, distinguiéndolas de aquellos que no cuentan con la suficiente capacidad para desviar la competencia político electoral. los partidos principales. Esta dinámica electoral se alteró en el caso de los escaños legislativos, donde la fragmentación es más elevada y ello fomentó que el número de partidos efectivos se ubicara por encima de los tres fuerzas principales, aunque la competencia se sigue concentrado en los dos partidos referidos con una dinámica de coaliciones que permitió el ligero fortalecimiento de los partidos “chicos” (especialmente PT y MC). Otro elemento importante del sistema de partidos en Tabasco es el nivel de competitividad que muestra la constante intensificación de la disputa electoral, así como la manera en que cada vez se reducen los márgenes de victoria de los partidos triunfadores respecto de su más cercano competidor. A partir de revisar el margen de victoria se encontró, en términos generales, que este se ha ubicado por debajo de los diez puntos porcentuales a partir de los comicios de 1997, y desde entonces los comicios se consideran muy disputados.5 Cuadro 4. Margen de victoria en comicios para presidente, gobernador y diputados federales y locales en Tabasco, 1982-2012 CARGO AÑO PRESIDENTEGOBERNADOR DIPUTADOS DIPUTADOS FEDERALESLOCALES 1982 89.07% 92.19% 88.63%89.84% 1985 1988 1991 1994 80.62%91.97% 54.52% 60.77% 60.32%63.35% 53.82%39.71% 23.60% 18.80% 25.57%17.57% 1997 10.95%10.39% 2000 8.30% 1.21% 5.73%2.81% 2003 11.68%0.32% 2006 18.88% 9.80% 11.60%2.18% 2009 5.02%10.20% 2012 27.54%7.47% 9.86% 4.59% Fuente: Elaboración propia con datos de IFE, 2009; IFE, 2012; IEPCT, 2012 y Bravo, 2010. 5 El margen de victoria (MV), consistente en la diferencia de los porcentajes de votación entre el partido ganador y más cercano competidor, se ha utilizado para medir los niveles de competitividad pues éste permite observar la cercanía entre las principales fuerzas electorales, así como la fortaleza y posibilidad del partido en segunda posición para acceder al triunfo electoral (Méndez, 2006). 239 Llama la atención que en el caso de los resultados electorales para el cargo presidencial se registró un incremento importante en los dos últimos comicios (2006 y 2012). En ambos fue el PRD quien alcanzó el mayor porcentaje de votación en la entidad, y ello se debió, entre otras cosas, al fuerte arraigo y presencia que mantuvo el candidato AMLO en su territorio natal, además que fue el espacio que utilizó como plataforma inicial para impulsar su carrera política de presencia nacional. Sin embargo, esta “atracción” del voto por el candidato perredista no impactó de igual manera en el resto de los cargos públicos revisados. En estos últimos se observó que el triunfo del perredismo fue disputado y por breves distancias porcentuales respecto de la fuerza del priismo tabasqueño. Ante dicho marco característico del sistema de partidos en la entidad, se observó que el comportamiento de los votos obtenidos por las fuerzas partidistas tendió a estrecharse y acercarse cada vez más entre los apoyos obtenidos por el PRI y el PRD, principalmente, tanto en la disputa por los cargos locales y federales. A partir de los comicios de 1994 se observó el inicio claro de la tendencia que ha llevado a la convergencia de las votaciones del tricolor y del perredismo alrededor del 40% de los votos. Asimismo, también se identificó que las votaciones obtenidas por el PRI mantuvieron una tendencia decreciente que se estabilizaría en los comicios posteriores a 1997 y que le permitió mantenerse como principal fuerza política hasta antes de 2012. Al comparar los resultados para los cargos ejecutivos votados en Tabasco se encuentra que el PRI si bien experimentaría una tendencia decreciente, a nivel estatal logró estabilizar sus votaciones en mejor medida a diferencia del nivel federal. Esto es, entre los años 2000 y 2012 se mantuvo entre el rango del 40 y 50% de los votos mientras que, en los comicios presidenciales la tendencia fue decreciente al grado de lograr el 31% en el año 2012. En cambio, la fuerza del perredismo registró una tendencia de ascenso constante, que a nivel estatal se ubicó entre el 44% y 50% de las votaciones entre 2000 y 2012. Pero llama la atención el elevado crecimiento que experimentó en los comicios presidenciales de 2000 y 2012, 240 en los que su candidato, AMLO, obtuvo el 57% y 59% de los sufragios. Esto resaltó la enorme importancia que ejerció el abanderado presidencial perredista entre los electores de la entidad. Figura 1. Votos para los cargos de presidente y gobernador agrupados por partido en Tabasco, 1982-2012 100% 80% 60% 40% 20% 1982 1988 1994 2000 PAN PRI PRD 2006 2012 Otros PRESIDENTE 100% 80% 60% 40% 20% 1982 1988 1994 2000 PAN PRI PRD 2006 2012 Otros GOBERNADOR Fuente: Elaboración propia con datos de IFE, 2009; IFE, 2012; IEPCT, 2012 y Bravo, 2010. 241 Por otro lado, se identificó que el comportamiento de los votos de los partidos políticos tendió a ser muy similar entre sí en la selección de los cargos legislativos de corte federal y local. En ambos niveles de los escaños de representación se ubicó la tendencia decreciente del priismo mientras que el perredismo creció de manera constante. A su vez, a partir de los comicios de 1997 se encontró una estabilización de las votaciones del PRI y PRD, las que convergieron en el rango ubicado entre 40 y 50% de los votos de la entidad. Asimismo se observó que en los comicios de 2012 el PRI experimentaría un descenso importante, cercano a diez puntos porcentuales, en ambos tipos de comicios revisados y ello fue, en gran medida, una de las razones que permitieron el acceso del PRD a la mayoría de los escaños que fueron renovados. Figura 2. Votos para los cargos de diputados federales y locales agrupados por partido en Tabasco, 1982-2012 100% 80% 60% 40% 20% 1982 1985 1988 PAN 1991 1994 PRI 1997 2000 PRD DIPUTADOS FEDERALES 100% 80% 60% 242 40% 2003 2006 Otros 2009 2012 1982 1985 1988 1991 PAN 1994 1997 PRI 2000 2003 PRD 2006 2009 2012 2009 2012 Otros DIPUTADOS FEDERALES 100% 80% 60% 40% 20% 1982 1985 1988 PAN 1991 1994 PRI 1997 2000 PRD 2003 2006 Otros DIPUTADOS LOCALES Fuente: Elaboración propia con datos de IFE, 2009; IFE, 2012; IEPCT, 2012 y Bravo, 2010. Tras la revisión del comportamiento electoral en Tabasco llama la atención que la competencia ha tendido a centrarse en el PRI y el PRD, mientras que el resto de los partidos se presentan como fuerzas “testimoniales” que difícilmente pueden llegar a representar un desafío a los partidos predominantes. Por ejemplo, el PAN es uno de estos casos que no ha podido rebasar la barrera del 10% de la votación, lo que le ha convertido en una fuerza marginal en la competencia electoral y con escasa presencia política en la entidad. Tras revisar las características del sistema de partidos en Tabasco así como el comportamiento de las votaciones de las distintas fuerzas políticas en algunos de los diversos cargos públicos federales como locales se logró contextualizar los resultados registrados en 2012. Por un lado se encontró que al interior de la entidad, la competencia e interacción entre las fuerzas partidistas ha tendido a pluralizarse de manera constante, a la par de un proceso paulatino de la fragmentación del voto. Esto ha permitido que los comicios sean cada vez más competitivos, particularmente centrados en la disputa entre el PRI y el PRD, y por tanto la alternancia se había convertido en un fenómeno “conocido” en la entidad, aún cuando la gubernatura seguía bajo el control priista hasta antes de 2012. 243 En dicho proceso electoral, si bien se experimentó la primera transición en el gobierno estatal, también se identificó que el triunfo perredista se debió en mayor medida a un importante debilitamiento del tricolor en la coyuntura político electoral. Esto se infirió así a partir de observar la estabilización de las votaciones del perredismo tabasqueño, que se mantuvieron muy estrechos a los resultados del PRI. Un elemento importante a resaltar fue el que ejerció la candidatura presidencial perredista de AMLO en 2006 y 2012 pues en ellos su partido experimentó un importante crecimiento de sus votaciones que, sin embargo, difícilmente “arrastró” en la misma magnitud a las preferencias de los electores en el resto de los cargos renovados. Ante este panorama, se ha considerado la relevancia de la política local para avanzar en la comprensión de la alternancia en la gubernatura tabasqueña, y que a continuación se aborda tras revisar las campañas electorales así como algunos momentos relevantes de la vida intrapartidista a nivel estatal. 3. CAMPAÑAS ELECTORALES Y CONFLICTOS PARTIDISTAS: ELEMENTOS PARA LA ALTERNANCIA En esta sección se revisó la dimensión de la política local en la que se enmarcó el proceso electoral tabasqueño de 2012. Para ello se analizaron los aspectos referentes a las reglas electorales, las propuestas de campaña de los candidatos a la gubernatura, el desarrollo de la jornada electoral así como los conflictos e impugnaciones postelectorales y, al final, se hizo énfasis en los conflictos intrapartidistas derivados de la selección de los candidatos a gobernadores, en los que se encontró un factor importante para comprender el proceso de la alternancia en el gobierno estatal. 244 Leyes electorales, reforma estatal y el árbitro electoral Las elecciones estatales estuvieron enmarcadas por sospechas e incertidumbre entre los actores políticos debido, por un lado, a una serie de críticas al árbitro electoral local así como, por el otro, por la aplicación por vez primera de las reformas al marco electoral local que se llevaron a cabo el año previo. Debido a que los comicios de 2012 renovaron cargos de corte federal y estatal, las elecciones se rigieron bajo dos marcos normativos correspondientes: los primeros se reglamentaron por el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) y los segundos bajo la Ley Electoral del Estado de Tabasco (LEET) y la Ley de Medios de Impugnación (LMI).6 Entre 2007 y 2008, el Cofipe sufrió su más reciente modificación significativa que impactó la manera en que se llevó a cabo la relación entre los partidos, sus candidatos y la sociedad, en gran medida influida por la intermediación de los medios de comunicación. Si bien dicha reforma tendió a fortalecer a los partidos respecto del órgano electoral y de otros actores políticos (Langston, 2009: 270), asimismo modificó el esquema de utilización y promoción de los tiempos electorales en los medios de comunicación, dirigiéndolo hacia un formato centrado en mensajes cortos y breves, o spots, generando escasez de información en el debate político (Serra, 2009: 416-419). Sin embargo, sus efectos ya habían sido experimentados tras la realización de los comicios intermedios federales de 2009 en la entidad. 6 En 2008 se llevó a cabo una reforma a la Constitución de Tabasco en materia electoral en la que se expidió la Ley Electoral del Estado de Tabasco así como la Ley de Medios de Impugnación. Entre los cambios de disposiciones se regularon los aspectos sobre partidos políticos, coaliciones, precampañas, actos de proselitismo, financiamiento público, acceso a medios de comunicación, la integración del órgano electoral, creación de la Contraloría General y Consejo Estatal del propio Instituto, la nueva ley del sistema de medios de impugnación, la conformación del congreso, su instalación, sesiones, facultades, sustitución del gobernador y del Tribunal Electoral, entre otros. Pero algunos temas generaron la inconformidad de la oposición a dichas reformas, entre los que destacaron: 1) la designación de diputados plurinominales por la vía de rondas con la obligatoriedad para los partidos de alcanzar el 10% de la votación para asignársele un segundo diputado, 2) el aumento del número de distritos y municipios necesarios para la participación conjunta de los partidos con el fin de validar sus coaliciones electorales y, 3) la forma de operación del Consejo Estatal Electoral (Hernández O., 2009: 544-545). 245 Los comicios estatales y locales se llevaron a cabo bajo recientes modificaciones a las reglas electorales, realizadas un año atrás.7 Entre los principales cambios a la LEET estuvo la reducción de la duración de la campañas electorales, pasándolas de 60 a 45 días, así como la modificación de la fecha de la celebración de los comicios con el fin de celebrarlos de manera concurrente con los federales (Tabasco Hoy, 22 de julio de 2011). Esto implicó que los partidos y sus candidatos contaran con menos tiempo para promocionar sus propuestas, así como para desplegar un mayor acercamiento con los votantes y, en cambio, incentivó la utilización de medios de comunicación para transmitir sus mensajes, cada vez con menos información disponible para el votante. Esto, a su vez, hizo que las notas sobre conflictos y aspectos triviales de las campañas adquirieran mayor relevancia en la agenda política estatal. Otro de los aspectos relevantes del marco institucional del proceso electoral consistió en el papel de los órganos responsables de los comicios. Sus actuaciones y decisiones generaron la constante inconformidad de la oposición perredista, y ello abonó en contra de la certidumbre y confiabilidad de los comicios en curso. Entre diversas críticas provenientes de la oposición perredista, el Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) fijó el tope de gastos de campaña en 11 millones 409 mil 526 pesos (El Universal, 1 de marzo de 2012). A medida que el proceso electoral avanzó, las críticas arreciaron en contra del consejero presidente del IEPCT al grado que optó por renunciar al cargo (El Universal, 22 de marzo de 2012). Esto generó incertidumbre en el árbitro electoral, a la vez que derivó en la confrontación de los consejeros electorales con el congreso del estado por el asunto de la selección del que sería el nuevo consejero presidente (El Universal, 2 de abril de 2012). 7 246 La reforma a la Ley Electoral del Estado de Tabasco que se llevó a cabo en 2011 fue impulsada por la mayoría de legisladores del PRI en el congreso local. Esto permitió que la discusión sobre la iniciativa inicial centrada en el cambio de la fecha de los comicios estatales para empalmarlos con los federales se convirtiera en una reforma de mayor calado en la que se tocaron diversos temas, entre los que resaltaron la duración de las campañas electorales estatales y locales, así como una ampliación al techo de financiamiento privado en periodos electorales (Tabasco Hoy, 22 de julio de 2011). Sin embargo, la bancada perredista presentó una acción de inconstitucionalidad sobre el tema del financiamiento ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de manera que esta última resolvió invalidar las modificaciones a los artículos respectivo de la LEET (La Jornada, 19 octubre de 2011: 37; El Heraldo de Tabasco, 20 de octubre de 2011). Otro aspecto que intensificó la crítica en contra del IEPCT consistió en el rechazo de éste al registro de la coalición electoral entre PRD, PT y MC para participar en la renovación de la totalidad de los cargos electivos estatales, siguiendo los pasos de las dirigencias nacionales (El Universal, 13 de febrero de 2012). Por su parte, los representantes de los partidos de la “izquierda” tabasqueña impugnaron la resolución del IEPCT ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con el fin de registrar y participar coaligados en los comicios estatales. Finalmente, el tribunal electoral sugirió al IEPCT la reconsideración de los requisitos objetados al PRD para rechazar su registro y, una vez subsanados, permitió el registro de la coalición Movimiento Progresista de Tabasco, encabezada por Arturo Núñez como su candidato a la gubernatura, no sin antes recibir fuertes críticas del perredista en contra de los órganos electorales estatales (Guzmán, 2012).8 Si bien la relación entre la oposición perredista y los órganos electorales estatales fue tensa, al final, y una vez que se dieron a conocer y validaron los resultados electorales, el PRD y el PAN los aceptaron sin fuertes objeciones. Campañas y propuesta Debido a las limitaciones establecidas por el corto periodo de campañas de los candidatos a los cargos públicos estatales, así como por la concurrencia con los comicios federales que permitieron la fuerte difusión de las candidaturas de corte federal, las propuestas de campaña de los candidatos a la gubernatura no fueron lo suficientemente claras para diferenciarse entre sí. A nivel estatal se celebraron tres debates entre los candidatos a la gubernatura, Gerardo Priego Tapia del PAN, Jesús Alí de la Torre por 8 Entre otros hechos que generaron la confrontación del perredismo con los órganos electorales tabasqueños se encontraron la multa de 56 mil pesos que impuso el Tribunal Electoral de Tabasco (TET) en contra de Arturo Núñez Jiménez, entonces en su calidad de precandidato a la gubernatura dentro del PRD, por considerar que había realizado actos anticipados de campaña (El Universal, 29 de enero de 2012). Otro caso fue la orden del TET mediante la que exigió al PRD la reposición del procedimiento de selección de sus candidatos a alcaldes y diputados locales (El Universal, 11 de marzo de 2012) y, posteriormente, también le demandó el cumplimiento de la “cuota de género” en sus listas de nominados en los municipios de Centro, Comalcalco, Cunduacán y Tenosique (El Universal, 11 de junio de 2012). 247 la coalición Compromiso por Tabasco (PRI-PVEM-PNA) y Arturo Núñez Jiménez por la coalición Movimiento Progresista (PRD-PT-MC).9 Sin embargo, a pesar de que en la entidad se llevaron a cabo dichos ejercicios de contrastación de las propuestas de los candidatos, éstos no fomentaron el interés de la ciudadanía más allá de la atención que atrajeron los conflictos intrapartidistas en los medios de comunicación locales (El Universal, 26 de junio de 2012). Cuadro 5. Propuestas de campaña de los candidatos del PAN, PRI y PRD a la gubernatura de Tabasco, 2012 PARTIDO CANDIDATO PROPUESTAS TEMAS PRINCIPALES: CORRUPCIÓN, INSEGURIDAD, DESEMPLEO, DESASTRES NATURALES. PAN Gerardo Priego Tapia • Denuncia de la corrupción gubernamental. • Apertura a la transparencia desde la Contraloría estatal y participación ciudadana en la definición del secretario de finanzas estatal (mujer). • Reducción de los niveles de secuestro. TEMAS PRINCIPALES: OBRA PÚBLICA E INFRAESTRUCTURA, Compromiso por Tabasco (PRIPVEM-PANAL) EMPLEO, GASTO SOCIAL Y RELACIÓN CON PEMEX. Jesús Alí de la Torre • Generación de 100 mil empleos. • Otorgamiento de 150 mil microcréditos a mujeres. • Educación superior a jóvenes con promedio “aceptable”. • Mejoramiento de la seguridad pública e impartición de justicia. • Fomentar la coinversión pública entre Pemex y el gobierno estatal. TEMAS PRINCIPALES: INVERSIÓN EN EL CAMPO, COMBATE A LA CORRUPCIÓN, MEJORA EDUCATIVA, Movimiento Progresista de Tabasco (PRD-PT-MC) COINVERSIÓN PEMEX-GOBIERNO ESTATAL. Arturo Núñez Jiménez • Denuncia de la corrupción gubernamental. • Becas para estudiantes. • Inversión en obra pública contra desastres naturales. • Descalificación del candidato del PRI a partir del pasado histórico del partido. Fuente: Elaboración propia con datos de El Universal, La Jornada, Reforma, Tabasco Hoy y Proceso. 9 248 El tercer debate entre los candidatos fue organizado por la organización estudiantil denominada #YoSoy132, la que se declaró abiertamente anti-PRI y anti-Peña Nieto (candidato presidencial del PRI). Esta organización, principalmente integrada por estudiantes, tuvo su origen durante el proceso electoral presidencial y después fue replicada a nivel estatal. Tras su origen, sus movilizaciones buscaron influir en el desarrollo de los comicios y una forma en que lo llevaron a cabo consistió en la realización de debates entre los candidatos a diversos cargos públicos. En el caso tabasqueño se efectuó dicho encuentro al que invitaron a los candidatos a la gubernatura, sin embargo el priista Jesús Alí de la Torre no asistió (El Universal, 22 de junio de 2012). Entre los aspectos que resaltaron con mayor interés en los medios de comunicación fue el fenómeno recurrente de las rupturas de afiliados dentro de las organizaciones partidistas con el fin de apoyar a los candidatos opositores. El PRI fue el partido que se vio más afectado por la salida frecuente de sus militantes, los que en gran medida optaron por unirse a las filas del candidato perredista, Núñez Jiménez, particularmente debido a la inconformidad generada entre los precandidatos “derrotados” que no pudieron acceder a las nominaciones a cargos de diputados locales, munícipes y regidores. En gran medida se ubicaron perfiles priistas considerados como cuadros “medios” como lo fueron subsecretarios de estado, diputados federales, exalcaldes y un precandidato a la gubernatura, Jaime Mier y Terán (El Universal, 14, 15 de marzo, 26 de abril de 2012). Las encuestas fueron otro punto importante durante el proceso electoral. Por un lado, debido a la concurrencia de los comicios, el perredismo tabasqueño se vio beneficiado por el efecto positivo que generaba la candidatura de AMLO en la entidad, que denominaron como “efecto Peje” (El Universal, 13 de mayo de 2012). En la medición realizada por el periódico Reforma se encontró que AMLO contaba con la mayoría de las preferencias del electorado en la región sur y sureste del país, particularmente en Tabasco, en la que contaba con el 42% de la intención del voto, ubicándose entre cinco y diez puntos porcentuales por encima del candidato priista, Peña Nieto (Reforma, 31 de mayo de 2012). En otra de las mediciones centrada en la competencia por la gubernatura el candidato priista, Alí de la Torre, se posicionó como el puntero con el 51% de la intención del voto, seguido por el perredista Núñez con el 46%, y muy por debajo les seguía el panista Priego Tapia con el 3%. Pero estos datos mostraron que cerca del 40% de los encuestados no mantenía una identificación con alguno de los partidos y el 48% del universo desaprobó la gestión del gobernante en turno, el priista Andrés Granier Melo (El Universal, 22 de junio de 2012). A partir de estas mediciones y los estrechos márgenes de preferencias entre los candidatos al gobierno estatal, aunado a la indefinición de una gran parte de los encuestados, era difícil pronosticar el triunfo claro de alguno de los abanderados punteros. 249 La jornada electoral y los conflictos postelectorales El día de la jornada electoral los tabasqueños sufragaron por diversos cargos en seis niveles de gobierno como consecuencia de la concurrencia de los comicios federales y estatales. Si bien se generaron problemas de logística tanto en la instalación de las casillas, así como en el reporte de los resultados electorales, esto no fue impedimento para que, al final de la jornada, los diversos candidatos reconocieran los resultados de las votaciones. La concurrencia de los comicios implicó que las casillas compartieran los mismos espacios. Por su parte, el inicio de la jornada electoral registró retrasos en la instalación y apertura de las casillas; sin embargo, no hubo impedimentos para que el vocal ejecutivo del IFE en Tabasco, Jesús Lule Ortega, declarara instalada la sesión permanente en la cual participaron 70 mil 30 ciudadanos entre órganos electorales, funcionarios de casilla, representantes de partidos y observadores (El Economista, 1 de julio de 2012). Si bien se registraron algunos hechos violentos en la víspera y durante la jornada electoral, éstos ocurrieron de manera aislada y no constituyeron las principales críticas y acusaciones de los líderes partidistas ante los medios de comunicación.10 En cambio se centraron en reprochar la presencia de prácticas clientelares y de coerción del voto, principalmente en contra del partido en el gobierno estatal en turno.11 Hacia el final de la jornada electoral, tanto el PAN como el PRD acusaron la lentitud con que el Programa de Resultados Electorales Pre- 10 11 250 Algunos de estos hechos fueron la acusación de agresión física y secuestro del candidato panista a la alcaldía de Balancán, Alberto de la Cruz Pozo, así como la detención y saqueo de un camión cargado con cemento en Tenosique, por perredistas que acusaban que sería utilizado para “comprar” votos por los grupos priistas. Mientras que en Jonuta, se reportaron rondines para intimidar a la gente. En Jalpa de Méndez, en la zona de la Chontalpa, un grupo de perredistas se enfrentó a otro de panistas (El Universal, 30 de junio de 2012). Mientras que en otra región de la entidad se reportó un ataque realizado por desconocidos contra una camioneta con bombas molotov en el municipio de Cárdenas, así como la presencia de alrededor de 60 hombres portando armas de fuego y machetes en la comunidad (El Economista, 1 de julio de 2012). Por ejemplo, los dirigentes estatales del PRD, Roberto Romero del Valle, y el PT, Martín Palacios Calderón, denunciaron durante una conferencia de prensa irregularidades en los comicios; entre ellas, la utilización de material distinto al autorizado por el IEPCT o el ingreso de teléfonos móviles y cámaras para fotografiar las papeletas (El Economista, 1 de julio de 2012). liminares (PREP) coordinado por el IEPCT operó para reportar el avance de los resultados electorales. El PREP comenzaría a operar tres horas después de lo programado por la empresa DSI-Elecciones, contratada para tal efecto (Reforma, 2 de julio de 2012). Así, a las 21:20 horas el Consejo General del IEPCT reanudó su sesión permanente una vez que comenzó a fluir la información del PREP, después de que los representantes de los partidos opositores acusaran su preocupación por la falta de información sobre los resultados.12 Sin embargo, conforme los resultados fluyeron, los partidos fueron reconociendo sus votaciones, al grado de que el candidato tricolor reconoció que la tendencia de las votaciones registradas en el PREP no le favorecía, con lo que aceptaba su derrota electoral así como la posibilidad de experimentar la primera alternancia en la gubernatura tabasqueña (El Universal, 2 de julio de 2012). Los resultados de la jornada electoral en Tabasco arrojaban el triunfo del PRD en los seis distritos federales respectivos, y la obtención de los dos escaños senatoriales por el principio de mayoría relativa y casi el 60% de los votos presidenciales. También logró ganar en catorce distritos locales de mayoría relativa, mientras que el PT lo hizo en tres y MC en uno, con lo que obtuvieron la mayoría del congreso local, así como la presidencia de nueve gobiernos municipales, frente a ocho del tricolor, además de la gubernatura estatal con poco más del 50% de los votos. Finalmente, tras la jornada electoral no se registraron fuertes inconformidades por alguno de los candidatos a la gubernatura ni por sus partidos sobre los resultados estatales. En su caso, el PRI impugnó los resultados en 17 distritos, sin embargo estos recursos se centraron en la corrección de las cifras electorales y no buscó la anulación del proceso 12 Entre las razones que se dieron para explicar la lentitud con que empezó a operar el PREP se encontraron los problemas de logística que implicó la redistritación local, así como la dificultad para computar las casillas de tres municipios, por un error de logística del organismo electoral. De acuerdo con Renato Arias, representante del PRD ante el IEPCT “desde su arranque y hasta la madrugada, el PREPET no incluyó las casillas de los municipios de Tacotalpa, Balancán y Jonuta, ya que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPCT) en lugar de enviar los paquetes a las Juntas Distritales, los concentró indebidamente en Centros de Acopio”. Además agregó que otro factor que incidió en que fluyeran lentos los resultados preliminares, fueron la retención y secuestro de los paquetes electorales (El Universal, 2 de julio de 2012). 251 en general, en cambio sí se centró en impugnar la designación de dos diputaciones de representación proporcional, con el fin de ascender a 9 el total de curules, de acuerdo con el dirigente estatal del tricolor, Francisco Herrera (Reforma, 11 de julio de 2012).13 En cambio, el PAN decidió impugnar los resultados en tres municipios (Jalpa, Balancán y Emiliano Zapata), y en los dos últimos se encontraba al frente del ayuntamiento. Para ello solicitó la realización de nuevas elecciones en esas demarcaciones, así como en seis regidurías del mismo número de municipios (El Universal, 10 de julio de 2012). Los conflictos intrapartidistas en las candidaturas Los momentos de mayor tensión y conflicto tuvieron su origen al interior de los partidos políticos, y éstos se hicieron presentes al momento de la selección de sus candidatos a los diversos cargos públicos. Fue aquí donde los diversos grupos políticos se confrontaron por la apropiación de los recursos partidistas y por la posibilidad de acceder al ejercicio del gobierno. Al contrastar dichos procesos internos entre los partidos principales se encontró que el PRI fue el que registró un mayor grado de intensidad de la confrontación interna entre sus grupos y liderazgos partidistas, mientras que en el PRD se pudo tomar dicha decisión sin generar fuertes tensiones. En el caso del PAN, la selección de su abanderado a la gubernatura no fue un espacio de confrontación pues lo desincentivaron las bajas probabilidades de triunfar, pero no así ocurrió al momento se designar a los integrantes para competir por cargos locales, como regidores, presidentes municipales y diputados locales. En el caso del candidato de la coalición Movimiento Progresista de Tabasco (PRD-PT-MC), éste se eligió al interior del sol azteca. El método de selección utilizado replicó la experiencia del partido a nivel nacional, 13 252 Por su parte el delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, Rafael Oceguera, confirmó en entrevista el motivo de la impugnación: “tengo entendido que son 18 distritos donde se presentaron los recursos, pero es cuestión de confirmar” y no aclaró si el fin era solo alguna corrección en el cómputo de votos o reclamar la anulación de los comicios de gobernador, pero de antemano admitió que el PRI, con su candidato, Jesús Alí, perdió ante el perredista Arturo Núñez (Reforma, 11 de julio de 2012). en donde fue a partir de un estudio demoscópico que se intentó medir el nivel de conocimiento e intención de voto entre sus precandidatos. De esa manera, el entonces senador Arturo Núñez Jiménez resultó ubicado como el principal aspirante perredista con mayor presencia y conocimiento entre los encuestados frente a las postulaciones de Óscar Cantón Zetina y Adán Augusto López Hernández, según lo reportó la dirigencia nacional del PRD.14 Es importante resaltar que los resultados de las encuestas fueron presentados inicialmente a las dirigencias nacionales de los partidos integrantes de la coalición Movimiento Progresista, Jesús Zambrano (PRD), Luis Walton (MC) y Silvano Garay (PT), además estuvieron presentes el coordinador nacional de Diálogo para la Reconstrucción de México (Dia), Manuel Camacho Solís, y el coordinador general de la precampaña y la campaña de Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Monreal. Reunidos en las oficinas del PRD en el Distrito Federal, también estuvieron presentes los precandidatos Núñez Jiménez y Cantón Zetina (La Jornada, 16 de diciembre de 2011). De esta manera se buscó, por un lado, asegurar la conformidad y compromiso de todos los actores políticos involucrados en el proceso partidista y, a su vez, evitar la generación de algún conflicto que derivara en fracturas de la coalición rumbo a los comicios tabasqueños, en los que se esperaban altas probabilidades de triunfo. En el caso del PAN se realizó la convención estatal respectiva para seleccionar a su candidato a gobernador. La dirigencia estatal reportó que participarían 35 mil miembros activos y adherentes del partido, los que votarían por alguno de los dos precandidatos registrados, el empresario y ex diputado federal Gerardo Priego Tapia y Rogelio Gerónimo. Sin embargo, este último se retiró de la contienda días antes de su realización (El Universal, 5 de marzo de 2012). Al final, Priego resultó seleccionado como el abanderado panista, sin ninguna oposición interna (Reforma, 23 de marzo de 2012). 14 Por su parte, la dirigencia nacional del PRD no reveló la metodología utilizada para llevar a cabo las dos encuestas que se “levantaron” ni los resultados obtenidos por las empresas Buendía y Mendoza y Blanco y Asociados, solamente se anunció en los medios de comunicación que el senador Núñez Jiménez había logrado la mayoría de las menciones y preferencias en una proporción de “tres a dos” (La Jornada, 16 de diciembre de 2011). 253 Fue en la selección de sus candidatos a cargos locales donde el partido se topó con tensiones y confrontaciones entre sus grupos. El principal cuestionamiento se dirigió en contra del dirigente estatal del partido, Jorge Ávalos Ramón, pues se le acusó de excluir a diversos aspirantes de integrar la lista de diputados por la vía de la representación proporcional. El regidor panista Carlos Valenzuela Cabrales promovió un juicio de protección de sus derechos político electorales ante el TEPJF, además de presentar una impugnación ante la Comisión Estatal Electoral (CEE) del PAN tabasqueño a raíz del rechazo de su registro para participar en la integración de dichas listas. Finalmente, el tribunal ordenó al partido la restitución del procedimiento para la selección de los candidatos a incluir en los distritos plurinominales, mientras que la comisión rechazó su impugnación. Al final, el dirigente estatal aceptó cumplir con los ordenamientos del TEPJF pero, a su vez, se mantuvo al frente del partido contraviniendo las recomendaciones emitidas por el Consejo Político Estatal (CPE) del PAN que sugirieron la renuncia voluntaria de Ávalos como respuesta ante los problemas internos generados (El Universal, 21 de abril de 2012). Por último, en el caso del PRI el conflicto generó fuertes fracturas dentro de los grupos internos, particularmente entre aquellos encabezados por el gobernador Andrés Granier Melo y la dirigencia nacional del partido, apoyada por el candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Asimismo se observó la exclusión de los priistas cercanos al exgobernador Roberto Madrazo Pintado. En 2011, el gobierno de Granier registró diversos movimientos al interior de su gabinete bajo la lógica electoral. Los secretarios de Gobierno, Humberto Mayans Canabal, y de Salud, Luis Felipe Graham Zapata, renunciaron a sus cargos para comenzar a promover sus precandidaturas. Asimismo, Carlos Manuel Rovirosa Ruiz, dimitió al gabinete estatal para asumir la cartera de secretario de Organización del comité directivo estatal del PRI (El Universal, 13 de mayo y 5 de diciembre de 2011). Con estos cambios se comenzaría a desplegar la estrategia del gobernador priista para imponer a su grupo al frente del partido en la entidad, rumbo a los comicios estatales. 254 Por su parte, Jesús Alí de la Torre, alcalde del municipio de Centro en la capital de la entidad, también manifestó su interés por la candidatura al gobierno, de manera que se separó de su cargo a finales de diciembre de 2011. Éste comenzó a recibir el apoyo del candidato presidencial del PRI. De manera que, hacia finales de dicho año, la dirigencia nacional del tricolor reunió a los precandidatos considerados como finalistas de las negociaciones internas, y en diciembre fueron convocados en la capital del país tanto el dirigente estatal, Miguel Romero Pérez, como los precandidatos Georgina Trujillo, diputada federal, el edil Jesús Alí, el senador Francisco Herrera, el exedil Evaristo Hernández y el ex secretario de Salud del estado, Luis Felipe Graham Zapata (El Universal, 23 de diciembre de 2012). El acuerdo logrado en la reunión consistió en impulsar la candidatura de “unidad” (acuerdo entre los aspirantes para apoyar a uno de ellos) de Jesús Alí de la Torre, y que se formalizaría durante la celebración de la convención de delegados estatal (El Universal, 7 de enero de 2012). Las negociaciones encabezadas por la dirigencia nacional no fueron tersas, principalmente se generaron reticencias por parte de Graham Zapata, que contaba con el apoyo del gobernador Granier, y de Evaristo Hernández, impulsado por la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) estatal (El Universal, 10 de febrero de 2012). Previo a la convención de delegados, Graham Zapata optó por declinar a sus aspiraciones al gobierno estatal, y a cambio fue postulado como candidato a la alcaldía de Centro, mientras que Hernández, junto con otro aspirante Jaime Mier y Terán, se registraron para participar en la convención delegacional. Al final le fue rechazado el registro, lo que le llevó a inconformarse y romper con su partido (El Universal, 25 de abril de 2012), mientras que el primero se presentó a las votaciones pero acusando la existencia de irregularidades en el proceso. Así, Alí de la Torre obtuvo mil 322 votos contra 82 de Hernández, y eso le permitió convertirse en candidato a la gubernatura (El Universal, 2 de marzo de 2012). El candidato priista, Jesús Alí, intentó mediar y reducir las tensiones internas tras el proceso de nominación, por ello llevó a cabo una 255 estrategia denominada “operación cicatriz” e integró en su equipo de campaña a Evaristo Hernández y a José Manuel de la Cruz Castellanos.15 Incluso, en los intentos por reconciliar a los liderazgos priistas, Alí de la Torre recibió el apoyo del exgobernador Roberto Madrazo (Reforma, 28 de mayo de 2012), aún y cuando su hijo fue excluido de las candidaturas a diputados locales (El Universal, 7 de febrero de 2012). Sin embargo, si bien la estrategia de cicatrización se buscó realizar al nivel de los liderazgos priista, ésta no alcanzó a permear entre los liderazgos y cuadros medios, así como en la base partidista, de manera que durante la campaña se siguió registrando la salida de priistas que engrosaron las filas del PRD y su candidato, Núñez Jiménez. 4. CONCLUSIONES La alternancia en Tabasco fue producto de una combinación de factores: por un lado, se encontró un largo proceso de realineamiento de las preferencias PRI-PRD (muy parecido a nivel federal y local) que, por el otro, se combinó con la desinstitucionalización del priismo tabasqueño, y no tanto del fortalecimiento coyuntural del PRD, más allá del cambio que pudo generarse durante las campañas electorales. Lejos de pensar que el triunfo del perredismo fue producto de un fortalecimiento momentáneo, éste fue producto de un largo proceso que en 2012 llevó a que se tocaran e invirtieran el orden de las preferencias partidistas. Además que ahí se convirtió en un punto clave el largo proceso de desinstitucionalización del priismo tabasqueño. La importancia de la política local se hizo presente en la manera en que los partidos llegaron a la competencia, pues a medida que la competitividad electoral se hizo más estrecha, los conflictos y pugnas internas cobraron mayor relevancia en el aseguramiento o no de los votos necesarios mínimos para alcanzar el triunfo. 15 256 José Manuel de la Cruz Castellanos se presentó como precandidato a alcalde por el PRI, pero después de no conseguir la nominación buscó la misma postulación al interior del PRD. Al final tampoco logró el apoyo del partido del sol azteca y, posteriormente, fue “recuperado” por el candidato priista a la gubernatura, Alí de la Torre, y formó parte de su equipo de campaña (Reforma, 11 de mayo de 2012). Si bien se buscó atender los problemas internos del priismo a nivel de las élites, esto no permeó entre los cuadros medios y la base, debilitándose el control sobre sus electores, que fue captado por el perredismo. Sin embargo, queda pendiente analizar la manera en que éstos serán incluidos dentro del perredismo una vez en el gobierno estatal. 257 FUENTES DE CONSULTA • BRAVO A., M. M. (2010), Realineamiento electoral y alternancia en el poder ejecutivo en México, 1988-2009, México, Gernika, UNAM. • El Economista • El Informador • El Universal • GUZMÁN, A. (2012), “Tabasco: revocan fallo que negaba el registro a coalición de izquierda”, en Proceso, México, Editorial Proceso. • HERNÁNDEZ Olmos, M. L. E. M. T. (2011), “Elecciones en Tabasco 2009”, en Larrosa Haro, M. J. y Santiago Castillo (Eds.) 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De geografía electoral plural y multicolor, en Morelos coexisten comunidades y grupos indígenas, campesinado mayoritariamente ejidal y comunal, sectores empobrecidos de Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Puebla y el Estado de México que han migrado al estado en busca de oportunidades, así como una población urbana concentrada mayoritariamente en cinco municipios. 86% de la población del estado es urbana, concentrada en las zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla (casi el 47% de la población total); esta zona está conformada por los municipios de Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Emiliano Zapata y Xochitepec. En 2012 se eligió además del gobernador, a 30 integrantes del congreso local (18 de mayoría relativa, 12 de representación proporcional), y a los responsables de 33 ayuntamientos. En el proceso electoral parti- 1 Doctor en Estudios Sociales. Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. 261 ciparon el Partido Acción Nacional (PAN); el Partido Socialdemócrata de Morelos (PSD) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM); la coalición Compromiso por Morelos integrada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Nueva Alianza (PNA); y la alianza Nueva Visión Progresista integrada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC). La lista nominal sumó la cantidad de un millón 175 mil 545 ciudadanos, de los cuales 842 mil morelenses participaron en la votación (64.28% de participación electoral). El triunfo de la izquierda electoral a través de la alianza que conformaron el PRD, PT y MC, no solo representó la segunda alternancia en la dirección del gobierno del estado, sino también la opción que los ciudadanos eligieron para mostrar su hartazgo al PAN en el gobierno y su rechazo a la fallida política de contención a la inseguridad y la violencia en Morelos. Los resultados durante los 12 años de gobierno panista en poco variaron de los que presentó el PRI en casi 70: mayor violencia e inseguridad en el territorio. Precisamente el candidato de la izquierda, el exsenador Graco Ramírez, concentró su propuesta y discurso político en la seguridad pública y al parecer eso fue lo que en buena medida impulsó a la población a calificar como negativo el ejercicio del gobierno panista y a votar por la izquierda. Hay que recordar que en Morelos existe una guerra entre grupos de la delincuencia organizada que se disputan el territorio y que se acrecentó desde 2009 con la muerte del líder de uno de éstos, Arturo Beltrán Leyva. Los resultados de la elección muestran una nueva correlación de fuerzas: el PRD se posiciona como la primera fuerza política, el PRI como segunda fuerza y el PAN se fue hasta el tercer lugar. Los principales municipios del estado quedaron en manos del PRD -ganó Cuautla, Yautepec y Temixco, entre otros-; el PRI se quedó con Cuernavaca y Jiutepec; el PAN con Huitzilac. El congreso tendrá ahora una mayoría de la izquierda. Este capítulo describe y explica los principales resultados que la elección de 2012 produjo en Morelos, en principio presenta los resultados de gobernador para después ilustrar la nueva geografía electoral en cuanto a municipios y congreso que la elección dejó. La idea principal 262 que resulta de los datos es que en el estado la ciudadanía votó por hartazgo no solo hacia el ejercicio de gobierno panista en la entidad sino también la elección le permitió evaluar la fallida política calderonista en contra de la inseguridad. Los datos también señalan que los morelenses han adquirido la virtud de usar al voto como una forma democrática para evaluar los gobiernos estatal y municipales. De ahí se explica la alta volatilidad del voto y la alternancia vivida desde 1997 en los ayuntamientos. Con una de las tasas de desempleo más baja en el país, Morelos presenta solo un 21% de rezago educativo, 64% de su población tiene acceso a la seguridad social, solo 10% de sus ciudadanos presenta pobreza alimentaria, posee amplios servicios educativos en todos los niveles (Coneval, 2011). Lo anterior explicaría en buena medida el uso que el votante morelense le da al voto democrático. 2. ELECCIÓN DE GOBERNADOR Y SEGUNDA ALTERNANCIA Parte de la explicación de los resultados electorales y del triunfo de la izquierda en la elección para gobernador se debe al contexto de inseguridad y violencia que vive el estado que, como ya se mencionó, se convirtió en centro de operaciones de grupos delincuenciales. A esto hay que sumar los errores del PAN como también la imposición de un candidato priista de “bajo perfil” en un entorno de división del PRI. Así, el PAN presentó a Adrián Rivera Pérez; el PRI, a José Amado Orihuela Trejo; el PRD, a Graco Ramírez; y el PSD, a Julio César Yáñez Moreno (candidato que a sí mismo se descalificaba como político y -repitiendo el discurso del virginismo político- autonombró su función: “no fue ser candidato a gobernador sino despertar conciencias” para que los ciudadanos razonen su sufragio) (El Universal, 2012). En 2012, el financiamiento para los partidos en Morelos ascendió a 136 millones de pesos, de los cuales cerca de 70 millones fueron prerrogativas para el gasto electoral. El PRI recibió la mayor cantidad (14 millones); el PAN, 12 millones; y el PRD, 10 millones. 263 Cuadro 1. Prerrogativas a partidos políticos Morelos 2012 PARTIDO PRERROGATIVASPRERROGATIVAS POLÍTICO AÑO ELECTORAL ORDINARIAS PAN 12,380,69111,692,836 PRI 14,798,94313,976,733 PRD10,319,725 9,746,347 PT 6,216,5815,871,196 PVEM7,540,227 7,121,301 MC 7,196,0726,796,267 PNA 6,364,0686,010,488 PSDM5,505,690 5,199,801 Total70,322,00066,415,000 Fuente: Elaboración propia con base en Instituto Estatal Electoral (IEE), 2012. Los resultados se concentraron en las opciones lideradas por el PRI (291,660 votos) y el PRD (364,925 votos). Mientras que el PAN solo obtuvo 127,624 votos y el PSD 34,752 sufragios -un poco más de los 23,920 votos nulos-. El siguiente gráfico muestra los porcentajes de votación obtenidos en la elección de gobernador. Gráfico 1. Resultados de la elección de gobernador en Morelos en 2012 50 43.29 45 40 34.6 35 30 25 20 15 15.14 4.12 10 5 PAN Compromiso por México Movimiento Progresista Partido Social Democráta % Votos obtenidos Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. 264 Desde el 2000, la entidad fue gobernada por el PAN con Sergio Estrada Cajigal (2000-2006) y Marco Antonio Adame Castillo (20062012). El primero no obstante ser castigado por la opinión pública e identificado con los grupos de la delincuencia organizada permitió el relevo panista de Adame aún con cierta estabilidad. Ahora, el PRD cristalizó un crecimiento electoral exponencial desde 2000 y hasta 2012, al proponer a un candidato reconocido como “congruente político” por la opinión pública, vinculado con el movimiento progresista de Andrés Manuel López Obrador, y con amplia trayectoria en el estado. Mientras que el PRI consideró como su candidato -incluso por encima de la evidente preferencia de amplios sectores del partido por el presidente municipal de Cuernavaca, Manuel Martínez- al diputado local Amado Orihuela lo que provocó no solo la división al interior del partido sino también el franco apoyo de sectores priistas por el candidato del PRD. Durante la campaña del PRI no faltaron protestas de inconformes con la elección de candidatos a distintos cargos de elección popular. Por ejemplo, fue común encontrar a legisladores federales, estatales y precandidatos que no obtuvieron designaciones (el diputado federal Jaime Sánchez Vélez, la legisladora local Lilia Ibarra, la ex diputada estatal Enoe Salgado Jaimes y el ex presidente municipal de Emiliano Zapata, Fernando Aguilar Palma, entre otros), acusando al dirigente priista Martínez Garrigós de haber recurrido a la imposición para favorecer a sus allegados con las candidaturas -el hermano del líder político, José Martínez, compitió para diputado local-. La sede del priismo morelense fue blanco de protestas en aras de revertir el proceso de selección y considerar los liderazgos populares de cada ayuntamiento. Incluso el PRI canceló las convenciones de delegados donde se escogerían a los precandidatos bajo el argumento de que la noche anterior al evento se alcanzaron los consensos para presentar candidaturas únicas. No obstante lo anterior, los datos desde 2000 sugieren que era cuestión de tiempo el que la izquierda llegara a la gubernatura morelense. Pues en la trayectoria histórica el voto por la izquierda creció, mientras que el voto por el PAN descendió de manera evidente desprendiéndose del alto porcentaje que en 2000 el fenómeno Fox posibilitó, mientras el PRI se recuperó del descalabro del 2000. Ambos partidos 265 -PRI y PRD- crecieron en cerca de 12% de la preferencia electoral cada uno de ello, mientras que el PAN descendió en 20% de preferencia con respecto a 2006 y de cerca de 40% de preferencia electoral con relación al 2000. Gráfico 2. Trayectoria de la elección de gobernador 2000-2012 60% 54.74 50% 43.29 40% 35.14 23.58 27.27 20% 34.60 31.26 30% 15.14 12.71 10% 2000 2006 PAN PRI 2012 PRD Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. Las principales propuestas de los partidos se concentraron en tres temáticas: seguridad, empleo y desarrollo social. En cuanto a pobreza, el PAN desestimó los programas calificados de “populistas” y se concentró en proponer la inversión y la desregulación. El PRI enunció la posibilidad de fortalecer el mercado interno y la recuperación de la rectoría estatal sobre el desarrollo económico. Mientras que el PRD se comprometió a perseguir la política de distribución a partir de beneficios a grupos vulnerables, minoritarios y excluidos del estado de Morelos (entre los que destacan la distribución de becas escolares, apoyos en caso de despido, ayudas alimentarias a población de bajos recursos, etc.). 266 Cuadro 2. Comparativo propuestas acerca del combate a la pobreza PAN “Dejemos de desgastarnos en estériles esfuerzos por intentar abatir la pobreza con programas paliativos y sin eficacia cuando en realidad se pueden hacer pequeños pero efectivos esfuerzos de desregulación y de atracción de inversiones, a pequeña escala, con sentido de corresponsabilidad social que aseguren el empleo, la productividad, la competitividad y se minimice la dependencia gubernamental, que es caldo de cultivo para la clientela política de otros partidos”. “El problema de fondo radica en el abandono del papel del Estado como promotor del crecimiento, en la carencia de una política industrial; en la falta de una eficaz banca de desarrollo; y en la ausencia de políticas de empleo que fortalezcan el mercado interno y eleven la competitividad a nivel nacional y en el exterior. PRI La ineficiencia del modelo también deriva de la aplicación de una política social cortoplacista y mal administrada que avanza solo en variables del bienestar, que no incide en la transformación real de las condiciones de pobreza y hace poco para generar igualdad de oportunidades. Adicionalmente, el gasto social es inequitativo. El 20% más rico de la población recibe 32% del gasto que el Estado destina para el desarrollo humano, mientras que el 20% más pobre solo recibe 13%”. “Ante la emergencia que vive el país, deben adoptarse las siguientes medidas para garantizar la vigencia de derechos sociales fundamentales como el empleo, la salud, la alimentación, la vivienda y la educación: Para garantizar la seguridad alimentaria de todos, independientemente del nivel de ingreso, sexo o grupo social, se propone establecer un programa estatal de asignación gratuita alimentaria básica mensual a las familias perceptoras de hasta tres salarios mínimos. Más adelante, los esquemas de renta mínima universal garantizada podrán sustituir con ventaja las dotaciones alimentarias. PRD El Estado, en esta situación de crisis, garantizará, como es su obligación, la continuidad sin interrupción de los estudios de los hijos de los trabajadores y trabajadoras que por efectos de la crisis sean despedidos de su empleo formal. Para ello y por un periodo de seis meses y prorrogable hasta tres más, el Estado y los municipios les garantizará útiles escolares y transporte gratuito a instituciones públicas de educación básica, intermedia y superior. Se establecerán de manera universal y progresiva los programas de desayunos o meriendas escolares en los planteles de educación básica, pero comenzando con los situados en los municipios de mayor marginación”. Fuente: Plataforma electoral 2012 (Periódico Oficial “Tierra y Libertad”, 2012). 267 En cuanto a la seguridad, el PAN propuso un cambio cultural en la población y la instauración de la policía estatal única. El PRD diagnosticó que el problema va más allá de una simple política anticriminal sino más bien que se tienen que ver las raíces económicas y sociales del fenómeno. Mientras que el PRI propuso una política integral y multifactorial que recuperara la vigencia del estado de derecho. Este tema es particularmente importante porque el estado vive una situación de incertidumbre con respecto a la seguridad. La última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública 2011 (INEGI, 2011) revela que el 81% de la población morelense mayor de 18 años se siente insegura en la entidad. Gráfico 3. Delitos del fuero común registrados de 2000 a 2009 5,000 40,601 4,000 33,815 3,000 31,869 31,529 2002 2003 45,235 45,141 46,591 2007 2008 2009 42,447 34,768 28,199 2,000 1,000 2000 2001 2004 2005 2006 Delitos Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, 2012. Los datos señalan que el secuestro, robo de auto, portación de arma, narcomenudeo y la violencia intrafamiliar se han disparado en los últimos diez años de manera impresionante. Tan solo señalo que están en la cárcel los funcionarios que fueron responsables de la seguridad en Morelos, como el coordinador de la policía ministerial de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), Agustín Montiel, y el ex secretario de Seguridad, Juan Ángel Cabeza de Vaca, de la administración que encabezó el panista Adame Castillo. 268 Cuadro 3. Comparativo propuestas acerca de la seguridad PAN “Se tiene que dimensionar que el problema de la seguridad no es un resultado de una constante antropológica, sino de una serie de incentivos perversos que hacen de la cultura de la ilegalidad una forma de poder, en el imaginario colectivo y la manera más eficiente de combatir esta amenaza, es con pequeñas acciones que hagan que se recupere la soberanía del poder público, no es con más penas como se combate la criminalidad, sino con la aplicación formal de los actos de autoridad y las leyes ya existentes, como se generará una lógica simple de que a toda trasgresión a las disposiciones gubernamentales, corresponderá una sanción ejemplar que logrará un mayor compromiso ciudadano con el marco normativo y, al mismo tiempo, la sociedad recuperará autoridad moral para exigir al poder público, mayor responsabilidad y cumplimiento con sus obligaciones legales”. “Policía estatal única”. PRI “El problema del crimen organizado, el narcotráfico y la delincuencia común se debe combatir mediante una política de Estado en materia de seguridad que sea integral, fundada en la reforma institucional que proponemos y en un desarrollo más equitativo, que cuente con un claro consenso político y social, y tenga como objetivo recuperar la paz sin concesiones ni abuso a los derechos humanos. Necesitamos una clara estrategia que fortalezca al Estado de derecho y sus instituciones y, al mismo tiempo, alinee todas las políticas públicas; que no permita daños colaterales; disminuya la pobreza, el desempleo, la deserción escolar, la migración interna y demás factores que han desencadenado la inaceptable situación actual. Para ello: •Adoptaremos un enfoque integral, multidimensional e interinstitucional donde todas las políticas públicas contribuyan a modificar las situaciones que generan inseguridad, violencia e impunidad”. PRD “La crisis de seguridad no es sino la expresión más dolorosa de la crisis política y económica que se ha venido viviendo en nuestro país a partir del quiebre de un sistema que se sostenía sobre la base de la hegemonía política del partido único y ahora de la derecha que ha protegido criminales corruptos y delincuentes políticos y de cuello blanco y de la imposición de un modelo de desarrollo económico depredador que ha llevado a millones de mexicanos a la exclusión social. Así, la exclusión social que produce el modelo económico está en el fondo de la actual crisis de seguridad pública: más de cinco millones de jóvenes no estudian ni trabajan. Postulamos que el cambio en las políticas económicas y sociales, así como el crecimiento en la cobertura de la educación pública en todos sus niveles, son el primer paso para la construcción de una sociedad segura y sin violencia. En sentido contrario, la respuesta inmediata de quienes detentan el gobierno, ha sido la militarización del país con más de 50 mil efectivos militares sin controles constitucionales en las calles y la consecuente violación de los derechos y libertades públicas. Esta militarización no es una política aislada, sino se corresponde con la agenda de seguridad hemisférica que se ha impuesto extra constitucionalmente en nuestro país, a través de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad y más recientemente con la Iniciativa Mérida. Por otro lado, consideramos falso el dilema entre seguridad pública eficiente o respeto a los derechos humanos. En un Estado democrático y social de derecho es perfectamente posible instrumentar políticas de seguridad pública que respeten las garantías constitucionales y legales de las personas. Por lo tanto, rechazamos toda política de seguridad pública discriminatoria que criminalice la pobreza y las situaciones específicas de las personas, como la juventud, los estilos de vida alternativos y la identidad sexogenérica”. Fuente: Plataforma electoral 2012 (Periódico Oficial “Tierra y Libertad”, 2012). 269 Con respecto al desarrollo social, el PAN -contradictoriamentepropuso el otorgamiento de subsidios a las familias de escasos recursos (bono educativo, becas de reinserción laboral, etc.), apoyos temporales que igualaran las oportunidades de desarrollo de las personas. El PRI planteó asegurar el acceso de todo morelense a servicios de salud y seguridad social, a través del ingreso mínimo en caso de desempleo; la atención médica asegurada por el solo hecho de ser morelense; la pensión universal para los adultos mayores; el seguro del desempleo. Es importante destacar la reiterada propuesta de rescatar la regulación del Estado en las acciones del mercado (“El PRI pugna por un Estado con las capacidades financiera, técnica y humana, necesarias para cumplir estrictamente con sus funciones constitucionales de rectoría del desarrollo estatal, con objeto de hacer posible que los mercados actúen competitivamente”). Por su parte, el PRD presentó una línea de estrategias similar a la que sigue en el Distrito Federal y que en buena medida los morelenses identifican como positivas y reconocen su origen en la izquierda representada por Graco Ramírez. Así, se planteó estimular la organización de la población trabajadora y el acceso a apoyos financieros, tecnológicos y de capacitación a través de la transferencia de recursos federales compensatorios a las zonas de mayor rezago, señala el PRD: “un elemento central para la superación de la pobreza y el avance de la justicia distributiva es fijar una asignación de recursos federales que permita fortalecer las capacidades productivas de aquellos municipios o regiones que, en las condiciones actuales, no pueden generar localmente los recursos requeridos de inversión productiva”. Esto último es importante, pues en la comparación entre el voto por gobernador con respecto al voto por los candidatos a la Presidencia (voto diferenciado), en el caso del comparativo entre voto gobernador y voto por diputados federales sí hay cambios, sobre todo en el caso de la izquierda. 270 Gráfico 4. Comparativo voto 2012. Gobernador, presidente y diputados federales 50 40 30 20 10 PRI-PVEM PRD-PT-MC Elección Presidente Elección Diputados federales PAN Elección Gobernador Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. Por último, y a pesar de la recurrente denuncia acerca del impacto de las encuestas en el electorado, el caso de Morelos sugiere un positivo tratamiento a las dos opciones políticas que al final sí disputaron la gubernatura. 271 Gráfico 5. Comparativo encuestas-resultados de gobernador en Morelos en 2012 45 40 35 30 25 20 15 10 5 enero febrero marzo 07 enero abril mayo junio julio 03 marzo 08 junio 12 junio 01 julio PRI aliado 32.9 38.6 38.2 35.3 34.6 PRD aliado 16.8 35.1 39.7 29.5 43.3 PAN 16.7 26.3 19.1 16.1 15.1 Fuente: Elaboración propia con base en datos periodísticos (Animal político, 2012). Un último dato, y en consonancia con el alto nivel de participación y civilidad de los morelenses, hay que señalar que la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de la Procuraduría de Justicia estatal (FEPADE), recibió solo cuatro denuncias procedentes de los municipios de Yautepec, Jonacatepec, Xochitepec y Temoac, denunciando la presunta entrega de despensas, distribución de panfletos y supuesta entrega de dinero. Los grupos denunciados fueron afines a los partidos Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática y Verde Ecologista. 272 3. ELECCIÓN EN MUNICIPIOS, LA IZQUIERDA COMO MAYORÍA El resultado de las 33 presidencias municipales puestas en juego,2 señalan a la izquierda como ganadora -hay que recordar que con respecto a los ayuntamientos, las coaliciones no fueron totales- con 13, le siguió el PRI y el PVEM con cinco respectivamente y el PAN solo dos, al igual que el PT y el PSD. Mientras que el PNA consiguió cuatro (solo o acompañado). En el periodo 2009-2012, el PRI poseía 16 presidencias municipales, siete eran representadas por el PAN, solo tres por el PRD, otras tantas por el PVEM, dos por el PT, una por MC y otra por PSD. Si se comparan los resultados de 2009 con los de 2012, es notorio el crecimiento obtenido por el PRD en particular al pasar de tres a trece ayuntamientos. El gran perdedor en este rubro fue el PRI. Gráfico 6. Distribución de ayuntamientos por partido o coalición en Morelos en 2012 14 12 10 8 6 4 2 Movimiento Progresista PRI PVEM PAN PT PSD Compromiso Compromiso por Morelos por Morelos PRI-Panal PRI-PanalPVEM Panal Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. 2 Amacuzac, Atlatlahucan ,Axochiapan, Ayala, Coatlan del Río, Cuautla, Cuernavaca, Emiliano Zapata, Huitzilac, Jantetelco, Jiutepec, Jojutla, Jonacatepec, Mazatepec, Miacatlán, Ocuituco, Puente de Ixtla, Temixco, Tepalcingo, Tepoztlan, Tetecala, Tetela del Volcán, Tlalnepantla, Tlaltizapan, Tlaquiltenango, Tlayacapan, Totolapan, Xochitepec, Yautepec, Yecapixtla, Zacatepec, Zacualpan de Amilpas, Temoac. 273 Gráfico 7 Comparativo de municipios 2009-2012 PRI aliado 2009: 16 18 PRD aliado 2012: 13 16 14 12 10 9 PAN 2009: 7 8 8 PVEM 2: 5 6 3 4 2 3 2 2 2 Municipios gobernados Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. Los principales municipios quedaron en manos del PRD, salvo Cuernavaca en el cual refrendó su dominio el PRI (hay que señalar que desde el 2000 la capital morelense había sido gobernada por el PAN, pero en 2009 pasó a manos del PRI con Manuel Martínez Garrigós). Cuadro 4. Votación de los principales municipios MUNICIPIO PAN PRI PRD PSD PVEMVOTOS ALIADOALIADO TOTAL Cuernavaca (21.85%) (40.16%)(32.81%) (2.61%) 40,953 75,27761,499 4,897 187,432 Jiutepec 26,282 26,53829,249 2351 3,414 92,134 (28.53%) (28.80%)(31.75%) (2.55%) (3.71%) Cuautla 20,460 21,34528,951 1,168 2,705 78,274 (26.14%) (3.46%) Temixco Yautepec (27.27%) (36.99%) (1.49%) 5,908 12,02621,700 1,149 (13.09%) (26.65%) (48.08%) (2.55%) 7,082 12,13515,986 3,787 1,737 45,130 (3.85%) 1,227 43,071 (16.44%) (28.17%)(37.12%) (8.79%) (2.85%) Votos Total 100,685 9,083 147,321 157,385 13,352 44,601 (53%) Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. 274 En el siguiente cuadro se presenta con detalle una condición propia de la alternancia que en Morelos ha venido desarrollándose. A diferencia de lo que sucede en otros estados, en donde se cambia de partido en la gubernatura pero los municipios difícilmente cambian de partido, en Morelos todos los ayuntamientos han presentado alternancia una, dos y hasta tres veces. Los datos muestran un voto razonado, por lo menos los ciudadanos han adoptado el sentido del voto en una democracia: instrumento de valoración para premiar o castigar el desempeño de gobierno. Cuadro 5. Alternancia por municipios 1997-2012 T Amacuzac 1997 200020032006 2009 2012 PRI PRDPRIPRD PT PVEM Atlatlahucan PRI PVEMPRI PAN PVEM PRI Axochiapan PRI PRI PANPVEM PRI Ayala PRI PRI PRDPAN PRI PAN PRI PVEM PNA C PSD Coatlan del Río PRI Cuautla PRD PRI PRDPAN PRI PRI PRI Cuernavaca PAN PANPANPAN PRI PRI Emiliano Zapata PAN Huitzilac PRI PANPRIPRD PAN PAN PAN PAN PRI PRD PRD Jantetelco PRI PRI MPPRD PT PVEM Jiutepec PRD PANPANPRD PRD PRD Jojutla PRDPANPRIPRD PRI PRD Jonacatepec PRDPRIPRIPRI PRI PT Mazatepec PRD PRDPANPNA PAN PRI Miacatlán PRI PRI PRIPRD PRI PRD Ocuituco PRI PRI PRDPAN PAN PVEM Puente de Ixtla PRI Temixco PRI PANPANPRD PRI PRD PRI PAN PRD PRI PRI Temoac PRD PRI PRDPRD PVEM PRI Tepalcingo PRDPRDPRIPAN PRI PSD Tepoztlan PRDPRDPRIPRD PRI PRD Tetecala PRD PRI PRIPNA PRI PRI Tetela del Volcán PRI Tlalnepantla PRI PRI PRIPRD PAN PRD Tlaltizapan PRD PRDPANPRD PRI PRD PRI PRI PNA PAN PRI PVEMPVEM PRD PVEM Tlaquiltenango PRI Tlayacapan PRI PRDPRIPRD PAN PRI PT Totolapan PRI PRI PRDPAN PRI PNA Xochitepec PRI PANPANPRD PRI PRD Yautepec PRD PRI PRDPRD PRI PRD Yecapixtla PRD PRDPRD PRI PAN PVEM Zacatepec PRD PANPRD PRI PRI PRD Zacualpan de Amilpas PCM PCM PRD PRI PVEM PRI Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. 275 4. EL CONGRESO DE MORELOS, LA IZQUIERDA COMO PRIMERA FUERZA Desde la reforma de 1996, el congreso del estado se integra con 30 diputados: dieciocho electos por el principio de mayoría relativa y doce por el principio de representación proporcional (dicha reforma integró tres distritos uninominales justificados por el incremento de la población, uno en el municipio de Cuernavaca, otro constituido por la división en dos del municipio de Jiutepec y uno más al dividir Yautepec). En el periodo 2009-2012, el congreso estuvo integrado por 16 diputados del PRI, cinco del PAN, tres del PRD, dos del PVEM, uno del MC, uno del PNA, uno del PT y un diputado independiente. Los resultados de 2012, reflejan una nueva distribución: a la coalición de izquierda le correspondieron 13 diputados de mayoría relativa; al PRI-PNA se le asignaron cuatro de mayoría y cuatro de representación proporcional; al PAN, cuatro por este último principio; al PVEM, uno de mayoría y dos de representación proporcional; y al PSD, dos de representación proporcional. En suma, las izquierdas tendrán el 43% de los diputados en el congreso, seguidas por el PRI con 27% y el PAN con 13%. Gráfico 8. Congreso local en Morelos en 2012 Nueva Visión Progresista 43% Compromiso por Morelos (PRI-PNA) 27% PAN 13% PVEM 10% Partido Socialdemócrata Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. 276 7% Los resultados muestran una clara tendencia a la baja en la votación del PRI, que podría explicarse por el voto de castigo que los ciudadanos manifestaron contra el PAN, a la presentación de propuestas alternas al programa priista por parte del PRD, y al discurso menos agresivo del perredismo. Pero los datos señalan que son muy importantes las condiciones de inseguridad y peligro que se encuentran presentes en la cotidianidad. Aunado a esto, y en particular en cuanto a los candidatos a diputados del PRI, hay que señalar la ausencia de criterios claros para la selección de candidatos y por las pugnas que le acompañan. Así, la izquierda obtuvo una representación legislativa histórica, pues no solo alcanzó triunfos en todos los distritos de Cuernavaca. Además, triunfó en los distritos I, II, II y IV con cabecera en Cuernavaca. También lo hizo en los distritos V y VI que forman parte de la zona metropolitana de Cuernavaca, conformada por los municipios de Temixco, Zapata, Xochitepec y Jiutepec; los distritos IX, X, y XI que representan la zona sur; en el XIII, XIV y XV así como el XVIII que son los distritos de los altos de Morelos y la parte sudoriental. En general, el congreso mantiene una conformación plural donde tienen participación las principales fuerzas políticas de la entidad, reflejando la pluralidad y competitividad que vive el estado desde 1997. A esto se suma la cohabitación entre poderes, donde el ejecutivo y el ayuntamiento de la capital, Cuernavaca, tendrán que compartir el mismo territorio lo cual es, según experiencias en otras regiones, un proceso casi siempre conflictivo que requiere de un alto grado de civilidad política para solucionar enfrentamientos; el manejo de recursos del gobierno del estado hacia los ayuntamientos constituye un porcentaje importante, y cuando hay procesos de alternancia se pueden generar disputas. Del mapa político de la entidad se puede observar: a) una definida competitividad en los procesos electorales que se presenta primordialmente entre el PRI y el PRD; b) en la mayoría de los municipios del estado los procesos electorales fueron muy competitivos; c) Morelos vive un bipartidismo e incluso, en algunas zonas, el multipartidismo. No solo se puede hablar de una derrota por voto de castigo al PAN, sino de un reconocimiento a la superioridad de los candidatos que lanzó el PRD. Ahora la izquierda deberá aprender y saber ser gobierno 277 en Morelos, administrar y legislar con eficiencia y honestidad, pues los ciudadanos demostraron en esta elección que, con el poder del voto, definen y redefinen los equilibrios de las fuerzas políticas en el poder, pero también demostraron la capacidad del ciudadano para castigar o premiar a las fuerzas que los representan. Del PAN podemos señalar que los problemas de la entidad rebasaron la capacidad del gobierno estatal, que por desinterés o miopía no pudo solucionar los problemas de inseguridad que en mucho afectaron el comportamiento de una población educada, urbanizada y con altos niveles de expectativas económicas. En fin, los resultados reflejan la reducción en la votación del PAN, el aumento en la del PRD y una pequeña, pero significativa modificación a los votos del PRI, así como la reducida pero estratégica presencia de las minorías. 5. ELECCIONES 2012. ¿Y LA CUOTA DE GÉNERO? Un dato que no debe pasar desapercibido, no obstante la dinámica ciudadana adoptada en Morelos, es el poco número de candidatas tanto a representar a los morelenses en el congreso estatal como en la dirección de los ayuntamientos. Los partidos parecen no darles mucha visibilidad a las mujeres en cuanto a las cuotas de género. El ya famoso tema de 60/40 que se instaura a nivel nacional (y que sugiere la proporción de representación ideal entre hombres y mujeres), no se presenta en Morelos. Los partidos políticos que más postularon candidatas tanto al congreso como a los ayuntamientos fueron los partidos de izquierda que aliados se presentaron a la jornada del primero de julio. Los que más recurrieron a la presencia de los hombres fueron el PAN y el PRI. Analizando los resultados de 2012, puede notarse que solo dos candidatas a ayuntamientos ganaron, pero solo nueve fueron postuladas por los tres principales partidos. Las dos candidatas representan tan solo el 6% de los presidentes municipales, tendencia que se ha mantenido estable desde, por lo menos, 1997. En cuanto a la composición por género de la legislatura 20122015, el dato parece ser más halagüeño, pues representan el 23% de los 278 legisladores locales. Descendió en tan solo 3% de la legislatura pasada, pero se mantiene muy lejos de la experiencia 2006 en donde las mujeres representaron el 40% de los legisladores. Gráfico 9. Composición de los ayuntamientos y el congreso 2012 por género Ayuntamientos 2012 Congreso 2012 94/6 77/23 Ayuntamientos 2009 Congreso 2009 100/0 70/30 Ayuntamientos 2006 Congreso 2006 94/6 60/40 Ayuntamientos 2003 Congreso 2003 100/0 90/10 Ayuntamientos 2000 Congreso 2000 97/3 90/10 Ayuntamientos 1997 Congreso 1997 94/6 73/27 20% 40% 60% 80% 100% Hombres Mujeres Fuente: Elaboración propia con base en IEE, 2012. 6. A MANERA DE CONCLUSIÓN Las elecciones del primero de julio de 2012 muestran un notable ejemplo de civilidad política de los ciudadanos morelenses, quienes han adoptado al proceso electoral como fórmula para la evaluación de la actuación gubernamental y han otorgado legitimidad a la lucha electoral como vía de cambio y trasformación política. La división en el congreso de Morelos ha aumentado la capacidad de negociación de los partidos opositores y la coexistencia pacífica de los tres principales partidos políticos (donde ninguno de los contendientes obtuvo mayoría absoluta) y las tres tendrán que acostumbrarse a negociar, a hacer política para avanzar con sus propuestas. Igualmente 279 el gobernador tendrá que habituarse a discutir y buscar acuerdos con los parlamentarios de su partido y con los de la oposición. Finalmente, con estos resultados se confirma una tendencia en la que no solo el voto del PAN cayó de forma importante, sino que también se instaura un modelo de pluralismo moderado -tripartita en las ciudades importantes con plena competencia-, que enmarca el triunfo de la alianza de la izquierda electoral al canalizar el descontento de los ciudadanos más afectados por la crisis de seguridad. 280 281 DISTRITO LISTA PAN PRI PRD PT PVEM MC NA PSD PRD- PRI- VOTOS NOMINAL PT-MC NA NULOS TVCC PRI PNA VCCPRIPNA VCC PT-MC PRDPT-MC PRD- TVCC VOTOS TOTAL DE DADANA CIÓN CIU- PARTICIPA- 66,674 10,6888,8556,9791,0072,315 643 9222,8022,540 460 10,2472,314 12,943 41,535 62.30% 127,706 11,901 19,36519,8201,769 5,9051,2833,882 2,883 5,112 72724,4804,521 27,872 78,153 61.20% 57,9143,603 10,7444,6355,2475,378 944 8971,5272,037 499 12,1511,871 12,657 37,353 64.50% 63,807 5,813 2,461 3,212 15,434 11,586 2,655 41,161 64.51% 66,4458,888 12,36410,2782,412 2,170 840 503 1,132 1,900 59513,4622,272 15,812 43,364 63.36% Puente de Ixtla IX Zacatepec X Jojutla XI 82,016 10,342 5,1431,75616,398 472 1,3295,099 1,9431,1638,895 44,013 70.97% 74,931 10,823 10,724 5,3029,144 3,2131,3391,244 5,341 2,877 27912,2491,906 18,691 53,194 70.99% Yecapixtla XVII Jonacatepec XVIII Fuente: IEE, 2012. 64.11% 56,199 9,418 7,272 1,631 904 1,896 9,483 2,208 1,046 9,968 34,604 61.57% Ayala XVI 1,311,365 183,588 135,168110,23029,533 80,34114,32414,684 41,19985,58161,319 50,784 6,327158,88927,783 182,994 840,761 56,0347,5795,331 5,975 922 7,935 819 552 589 1,812 165 6,0481,7569,472 33,435 59.67% Cuautla Sur XV Total 74,3948,3489,19613,0931,710 2,5731,325 868 776 2,435 45010,5153,544 19,672 44,319 59.57% Cuautla Norte XIV Yautepec Oriente XIII 61,913 10,8799,2197,3151,0847,3632,312 9831,3882,245 1509,3421,572 12,282 43,500 70.26% Yautepec Poniente XII 71,977 10,779 10,644 1,972 1,449 4,625 11,971 2,884 521 12,614 44,844 62.30% 82,930 14,162 17,3329,6231,5661,7902,294 9252,0363,358 592 18,8492,380 15,863 56,058 67.60% Tetecala VIII Juitepec Sur VII 81,950 11,073 14,122 3,686 1,455 1,920 14,082 3,009 843 16,964 50,734 61.91% Juitepec Norte VI Temixco V Cuernavaca Sur IV 81,311 13,062 11,638 1,611 3,223 1,094 2,783 12,499 3,663 2,495 17,191 52,421 64.47% 11,644 32,839 63.20% Cuernavaca Poniente III51,9618,605 7,4291,305 2,624 959 1,3157,037 2,6291,989 Cuernavaca Oriente II 83,861 12,287 4,674 2,662 16,449 12,775 3,694 52,541 62.65% Cuernavaca Norte I 87,342 15,338 5,030 2,983 18,162 12,323 3,783 57,619 65.97% Gráfico 10. Elección de diputados 2012 282 DISTRITO LISTA PRI PRD PT PVEM MC NA PSD VOTOS 83,361 51,961 81,311 Cuernavaca Oriente II Cuernavaca Poniente III Cuernavaca Sur IV 9,566 6,636 9,915 11,501 13,379 8,172 12,326 13,381 16,751 10,554 17,701 18,265 1,610 1,123 1,701 2,023 766 508 901 1,087 845 868 805 1,006 365 189 287 478 2,258 1,406 2,224 2,392 1,144 860 1,181 1,265 PNA PNA 2,342 1,614 2,347 16,740 10,413 15,966 17,293 PRI - PRI- 2,347 TVCC VCCVCC 3,863 2,477 3,400 3,774 PT-MC PRD- 22,419 14,853 23,644 25,068 PT-MC PRD- TVCC 51,702 34,684 52,920 57,510 VOTOS TOTAL DE 63.59% 66.75% 63.10% 65.84% DADANA CIÓN CIU- PARTICIPA- 56,034 56,199 62,016 6,476 10,07710,301 2,7403,9991,137 74,931 7,584 12,23812,928 5,6102,6211,889 1,0123,467 2,144 1,040 16,917 2,656 23,07553,19770.99% Cuautla Sur XV Ayala XVI Yecapixtla XVII Jonacatepec XVIII Total 74,394 8,181 10,548 11,617 16,235 12,864 1,265 1,620 1,391 540 738 732 1,430 744 851 1,058 1,131 2,464 963 791 1,161 1,925 18,699 2,185 13,352 28,040 48.42% 1,159 1,117 1,134 1,258 1,323 1,718 1,277 1,430 10,594 13,463 14,771 14,125 2,726 3,989 2,445 2,700 16,666 22,874 19,368 19,478 33,967 44,503 43,374 44,840 60.62% 59.82% 70.06% 62.30% 798 1,4321,5159,8522,826 16,344 34,452 61.30% 939 1,197 1,695 3,513 9,17734,752 23,920 35,053 293,207 56,476 366,085842,881 64.28% 3782,082 1,355 1,596 16,811 2,220 17,32143,77870.59% 531 362 443 678 544 2291,3961,180 1,755 15,521 3,132 21,156 43,97464.25% 2171,5911,172 2,136 15,370 3,337 19,400 41,18264.54% 616 Fuente: IEE, 2012. 1,311,365127,624223,685254,670 33,51523,74520,264 8,186 7,265 11,658 1,112 4,609 5,962 11,393 1,223 62.39% 62.03% Cuautla Norte XIV 6,406 14,592 51,125 41,361 61,913 11,407 926 21,889 17,265 Yautepec Oriente XIII 6,466 2,853 3,464 2,977 71,977 2,576 16,805 13,896 66,445 4,792 12,47014,6012,521 965 890 7,665 2,128 1,991 Yautepec Poniente XII 13,305 986 1,450 Jojutla XI 3,365 2,131 1,894 5381,8981,822 2,418 25,061 2,919 19,249 56,03667.57% 364 372 63,807 3,649 12,37313,4581,232 6441,373 756 580 57,914 759 828 Zacatepec X 1,329 1,148 Puente De Ixtla IX 16,063 12,673 82,930 8,013 21,19312,8151,584 9021,951 13,336 10,709 Tetecala VIII 8,850 81,950 Juitepec Sur VII 7,320 86,874 Juitepec Norte VI 127,70610,32822,03224,029 1,7272,728 971 1,5843,080 2,100 4,151 30,940 5,366 32,66479,112 61.95% 87,342 Temixco V PAN NOMINAL NULOS Cuernavaca Norte I Gráfico 10. Resultados de gobernador 2012 FUENTES DE CONSULTA • Coneval (2011), Entidades federativas. Recuperado de http://www. coneval.gob.mx/cmsconeval/rw/pages/entidades/morelos/index. es.do • Constitución Política del Estado de Morelos. • Consulta Mitofsky (7 de enero de 2012), “Tendencias electorales para gobernador estado de Morelos”, en Encuestas electorales. Recuperado el 1 de febrero de 2012, de www.opinamexico.org/encuestas_2012.php. • Consulta Mitofsky (12 de junio de 2012), “Tendencias electorales para gobernador estado de Morelos”, en Encuestas electorales. Recuperado el 20 de junio de 2012, de www.opinamexico.org/encuestas_2012.php. • CORREA Villanueva, José (1997), “Morelos”, en Gómez Tagle, Silvia (Coord), 1994: las elecciones en los estados, México, La Jornada, pp. 7-31. 283 • CRESPO, José Antonio (1996), Votar en los estados. 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Recuperado de http://periodico.morelos.gob.mx/periodicos/2012/5030.pdf. 285 EL CASO DE JALISCO Y LA CAÍDA DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL ARTURO LÓPEZ PERDOMO1 ALBERTO ESPEJEL ESPINOZA2 1. INTRODUCCIÓN Jalisco se encuentra situado en la zona occidental de México. Colinda con Nayarit al noroeste, Zacatecas y Aguascalientes hacia el norte, Guanajuato y San Luis Potosí en el este, y Colima y Michoacán al sur. Es la cuarta entidad federativa más poblada de México. Ahora bien, la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) se integra por los municipios de San Pedro Tlaquepaque, Tonalá, Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Juanacatlán, Ixtlahuacán de los Membrillos y Guadalajara. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la ZMG es la segunda más poblada de la república mexicana, solo es superada por la Zona Metropolitana del Valle de México, con 4 millones 434 mil 878 habitantes distribuidos en los ocho municipios mencionados (Gobierno de Jalisco, 2013). Jalisco comparte con algunos estados del norte (como Baja California, Nuevo León y Chihuahua) la existencia de un bipartidismo desde hace algunos años. El bipartidismo de Jalisco, entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), se ha expresado a través de las votaciones y conformación del congreso local (desde 1995), ayuntamientos (1995) y gubernatura (1995), lo cual ha sido constante hasta la reciente votación (2012). 1 2 Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestro en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-México. 287 Otro aspecto que resalta en Jalisco es el peso del Partido de la Revolución Democrática (PRD); el partido de centro izquierda más importante a nivel nacional; el cual dista mucho de lo que sucede en la entidad donde su presencia es apenas testimonial. El caso 2012 es paradigmático, ya que el PRD se colocó en la cuarta posición, en la disputa por la gubernatura, detrás del partido político minoritario Movimiento Ciudadano (MC). No obstante, normalmente su tercer lugar se encuentra demasiado lejos del PAN y el PRI. Algo similar ha acontecido en elecciones de diputados locales y ayuntamientos. La elección de 2012 en Jalisco fue un proceso hasta cierto punto previsible. Pese a esto, causó asombro la derrota del PAN y el ascenso del PRI con Aristóteles Sandoval. El presente trabajo se interesa por dilucidar tres cuestiones. En primer lugar, se observa el bipartidismo (PANPRI) en la entidad en las elecciones de gobernador, diputados locales y ayuntamientos hasta 2009, así como la ambivalente presencia del PRD en las tres instancias. Se observa cuando emerge la competitividad en la entidad en las tres elecciones. En segundo lugar, se aprecia el proceso de selección de candidato a gobernador por los principales contendientes, a saber: Aristóteles Sandoval, Enrique Alfaro, Fernando Guzmán y Héctor Sánchez. Interesa observar quién los seleccionó, qué tan inclusivo fue el proceso interno y si esto detonó en algún conflicto partidario. En tercer lugar, se observan qué tan competitivas han sido las elecciones de gobernador, congreso local y ayuntamientos hasta 2012. Asimismo, damos algunos apuntes sobre por qué ganó el PRI en Jalisco. 2. EVOLUCIÓN POLÍTICO ELECTORAL DE JALISCO DE 1982 A 2009 En este apartado corresponde observar la reciente historia electoral de Jalisco, la cual se ejemplifica con un bipartidismo en donde el panismo ha tenido, al menos desde 1995, la mejor parte. El PRI se había mantenido en segundo lugar, alejado del PRD y demás partidos. La izquierda, por su parte, solamente ha obtenido resultados más elevados de lo normal cuando se trata una elección concurrente con la presidencial. Lo 288 anterior se ha mantenido tanto para el caso de gobernador, presidentes municipales y diputados locales. Veamos qué ha ocurrido en ese mismo orden de aparición. Con ello quedará claro que solo el PAN y el PRI se disputan los principales puestos de poder en la entidad desde la década de los noventa y hasta 2009, así como que el PRD tiene una presencia marginal, salvo en elecciones concurrentes con la presidencial. Cuadro 1. Elección para gobernador en Jalisco 1982-2006 Porcentaje obtenido por partido PARTIDO1982198819952000 2006 PAN 22.2625.853.946.245.19 PRI 58.357.737.9 44 41.4 PRD 4.1 5.37.83 Partidos 19.2134.034.43.5 Minoritarios Fuente: Elaboración propia con base en datos del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPC Jalisco) y Voz y Voto. En el caso de gobernador, se ejemplifica el grado de competitividad existente hasta antes de 1995, con el PRI obteniendo más del doble de votos que el PAN en 1982 y 1988, aunque ambos sumaron más del 80% de los votos, lo cual da cuenta del bipartidismo. Es hasta 1995 que el panismo obtuvo la gubernatura con amplio apoyo de la población, invirtiendo los papeles en términos de votación. No obstante, los gobiernos panistas no pudieron sostener ese apoyo en subsiguientes elecciones (2000 y 2006). Así pues, desde el año de la alternancia, el PAN vio disminuir sus votos en cada elección hasta tener procesos muy competidos frente al tricolor. El PRI, por su parte, mostró una suerte de estabilización en su votación, la cual no bajo del 40% en 2000 y 2006. Ahora bien, el PRD fue aumentando su votación de 1995 a 2006, pero no lo suficiente para competir con el ganador. Su mejor votación se dio en 2006, probablemente debido al efecto de arrastre de su candidato presidencial. Ahora bien, PAN y PRI han concentrado entre el 86 y el 90% de los votos totales. 289 Cuadro 1. Elección de diputados locales en Jalisco 1982-2009 Porcentaje obtenido por partido PARTIDO198219881992199519972000 2003 2006 2009 PAN 22.627.731.353.540.746.2939.3744.6835.4 PRI 56.355.459.137.136.34 38.9439.9133.936.4 PRD Partidos 20.1 13.3 Minoritarios 4.4 5 15.6 7.73 7.07 10.496.34 5 4.5 7.1 6.51 13.5210.4116.6 Fuente: Elaboración propia con base en datos del IEPC Jalisco y Voz y Voto. En cuanto al congreso local, el cuadro anterior muestra varias cuestiones interesantes. Aquí es más evidente el avance del PAN como oposición en el estado hasta antes de la alternancia en 1995, a costa de otros partidos minoritarios. Nuevamente, PAN y PRI concentran entre el 79 y el 90% de 1982 a 1991. En torno al PAN, en elecciones concurrentes con la presidencial elevaba su votación, presumiblemente debido a un efecto de arrastre y en las elecciones intermedias su votación disminuía. Si bien en 1997 esa disminución incluso le alcanzó para terminar arriba del PRI, en 2003 y 2009 ya no fue así. Por tanto, la votación panista en Jalisco tras 1995, ha mostrado altibajos recurrentes en los cuales casi siempre se mantuvo encima del PRI, salvo en 2003 y 2009. El PRI, por su parte, tras la alternancia en 1995, cuando fue superado por el PAN, inició un proceso de recuperación en términos electorales que tuvo una reducción considerable en la elección de 2006, ya que en las elecciones intermedias de 2003 y 2009 le alcanzó para situarse apenas por encima del PAN. El hecho de que del 2000 al 2009, en dos elecciones concurrentes con la presidencial (2000 y 2006), el priismo obtuviera peores votaciones que en elecciones intermedias (2003 y 2009) puede significar que los candidatos presidenciales (Francisco Labastida y Roberto Madrazo, respectivamente) no aportaban nada al candidato en la entidad, sino que más bien le restaban votos. Mientras que el PRD es un caso de altibajos con dos puntos altos, uno en 1997 y otro en 2006 (es probable que se deba al efecto de arras- 290 tre de la elección concurrente), fuera de ambos episodios el perredismo no ha superado el 8%, teniendo con ello una presencia muy reducida en el congreso local. Además, PAN y PRI han concentrado más del 90% en el año de la primera alternancia y entre el 72 y el 80% de los votos totales en las demás elecciones para conformar el congreso local. Cuadro 3. Elección de munícipes en Jalisco 1988-2009 Porcentaje obtenido por partido PARTIDO198219881992199519972000 2003 2006 2009 PAN 27 31.253.540.645.27 39.8942.9 35.5 PRI 55.1 59 37.136.939.241.4636.3239.5 PRD 4.6 5 15.3 8.237.2310.056.74 Partidos13.14.84.47.17.211.410.715.8 Minoritarios Fuente: Elaboración propia con base en datos del IEPC Jalisco y Voz y Voto. En torno a las elecciones de ayuntamientos ha sucedido lo siguiente: el PRI domina claramente las elecciones de 1988 y 1992, aunque junto al PAN concentran el 82 y el 90% configurando desde ese entonces un bipartidismo. Dichas elecciones revelan un comportamiento muy similar a la elección de diputados locales. El PAN va ganando terreno hasta llegar a su punto máximo (1995), disminuyendo paulatinamente dicha votación, pero con altas en elecciones concurrentes y bajas en elecciones intermedias. En 2000 y 2006 el panismo supera al PRI, ambos casos resultan similares a las elecciones de congreso local concurrentes a la presidencial en las cuales el PAN supera al PRI. Por el otro, el PRI con un proceso paulatino de recuperación después de 1995, con una baja considerable en 2006, probablemente por la candidatura presidencial de Madrazo, en dicha elección es superado por el PAN por 6%, mismo porcentaje con que supera al partido albiazul en 2009. Ello ya avizoraba lo que vendría en 2012, como veremos más adelante. Curiosamente, y similar a las elecciones de congreso local, el PRI obtiene mejores resultados en las elecciones intermedias de 2003 y 2009 que en las concurrentes con la presidencial (2000 y 2006). 291 En el caso del PRD, similar a lo obtenido en el congreso local, su mejor votación ha sido en una elección intermedia (1997) y una concurrente con la presidencial (2006). Probablemente, mucho tenga que ver con los candidatos del PRD en aquel momento: Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador. Fuera de dichas elecciones, el PRD oscila entre un 5 y un 8%, lo cual muestra su debilidad en la entidad. Además, el PAN y el PRI han concentrado el 90% en el año de la alternancia y entre el 75 y el 85% de los votos totales en las elecciones municipales. Por todo lo anterior, podemos afirmar que en Jalisco predomina un bipartidismo PAN-PRI, que tiene sus matices dependiendo del tipo de elección que se trate. Antes de 1995 el PRI llevaba la mejor parte. Regularmente, el PAN obtiene mejores resultados en elecciones concurrentes con la presidencial. El caso de 1995 y la alternancia local bien podría relacionarse con ello, aunque indirectamente, ya que el PAN obtuvo buenos resultados en 1994, pues fue la única entidad donde ganó Diego Fernández de Cevallos a los demás aspirantes presidenciales (Proceso, 14 de enero de 2012). Mientras que el PRI obtiene mejores resultados cuando se trata de elecciones intermedias, probablemente debido al poco atractivo de sus candidatos presidenciales en la entidad y el poco arrastre para lo local. El PRD aumenta su votación en 1997 y 2006, es probable que ambos casos se deban al arrastre de los liderazgos de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente. Cabe agregar que dentro del último proceso electoral incluido en este apartado, el de 2009, Aristóteles Sandoval triunfa en Guadalajara después de 15 años de gobiernos panistas, en tanto que Enrique Alfaro triunfa en Tlajomulco y se convierte en el primer presidente municipal de la zona conurbada apoyado por la izquierda. Ambos se volverían candidatos naturales del PRI y la izquierda, respectivamente. El PAN sufría una derrota dolorosa en Guadalajara y no se visualizaba algún candidato capaz de hacer frente a los presidentes municipales de Guadalajara y Tlajomulco. A esto se sumaba la derrota en Tlaquepaque, Zapopan y Tonalá. Ahora se mostrarán los procesos de selección de candidatos a gobernador en 2012 para después observar el proceso electoral de ese mismo año. 292 3. SELECCIÓN DE CANDIDATOS ¿Cómo se selecciona a los candidatos? Es una pregunta fundamental para tener un reflejo de la distribución o concentración de poder intrapartidaria, pues permite apreciar quién toma las decisiones: los dirigentes a través de métodos indirectos, los militantes a través de métodos directos, o alguna fórmula intermedia. Normalmente, se aduce que procesos inclusivos, donde la militancia selecciona, generan inestabilidad. Y viceversa, procesos poco inclusivos generan cohesión. Veamos cómo se seleccionaron los candidatos a la gubernatura y si esto generó algún conflicto. En el caso del PRI, dicho partido optó por elegir al candidato a gobernador a través la votación de una convención de delegados del partido que se llevaría a cabo en febrero de 2012. No obstante, en los hechos, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y Enrique Peña Nieto apoyarían a Aristóteles Sandoval desde antes de la convención, por lo que llegó sin competencia al cónclave. Al principio eran siete los aspirantes priistas: Aristóteles Sandoval, Ramiro Hernández, Arturo Zamora, Jorge Arana, Miguel Castro, Héctor Vielma y María Esther Scherman. Pese a esto, la decisión ya estaba tomada a favor de Sandoval. Desde enero de 2012 se había hecho el esfuerzo, de parte del CEN, y la dirigencia local encabezada por Rafael González Pimienta, por lograr que Sandoval fuera reconocido como candidato de unidad. El 13 de febrero de 2012 se oficializó, dentro de la Convención Estatal, la candidatura de unidad de Sandoval. Así lo haría saber el dirigente nacional Pedro Joaquín Coldwell, quien mencionaría que de acuerdo con “los procesos de medición” internos, Sandoval se impuso ante María Esther Sherman, Arturo Zamora Jiménez, Ramiro Hernández García, Miguel Castro Reynoso, Héctor Vielma Ordóñez y José Trinidad Padilla (Proceso, 15 de febrero de 2012). Así pues, no tendría contendiente alguno y en sentido estricto no habría elección sino más bien designación por aclamación. Ahí mismo, similar al candidato presidencial Enrique Peña Nieto, anunció la firma de 3 mil 500 compromisos ante notario. Ahora bien, eso no evitaría complicaciones al PRI, ya que en torno a las candidaturas a presidencias municipales y diputaciones locales habría algunos diferendos. Resalta el caso de Héctor Vielma Ordóñez, quien 293 estaba descontento con la forma de designación y, por ende, el 12 de febrero renunció a su calidad de precandidato a senador propietario por la segunda fórmula de Jalisco, arguyendo que el PRI estaba nombrando candidatos a personas que no daban la talla. Aunado a esto, estaría el tema del convenio para coaligarse con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el cual fue aprobado por la Comisión Política Permanente del PRI, tanto para gobernador como para alcaldes y diputados locales. Con lo anterior, los dos partidos involucrados sufrirían escisiones menores. En el caso del PVEM, el diputado local Jesús Hernández Sánchez y casi mil militantes renunciaron al partido para sumarse a la campaña de Enrique Alfaro. De lado del PRI, también habría algunas salidas a la candidatura de Alfaro; por ejemplo, el caso del precandidato a la presidencia municipal de Guadalajara, Salvador Caro Cabrera, quien reclamó que no le hubieran permitido registrar una planilla con dos mil seguidores, por lo que realizó manifestaciones afuera del comité estatal del partido y más tarde sería arropado por MC para contender por la presidencia municipal de Guadalajara. También estaría el caso de Carlos Jaramillo, dirigente del comité municipal del PRI en Tlajomulco, más de 160 militantes y tres de los cinco precandidatos a la Alcaldía de Tlajomulco, que se sumaron también al proyecto de Alfaro, gracias a lo cual Ismael del Toro obtuvo la presidencia municipal por el partido naranja. En suma, se trató de la designación de un candidato muy parecido a Peña Nieto, probablemente en un intento por emular el efecto del ex gobernador del Estado de México. El estilo, el peinado, la forma de dirigirse a la gente, los compromisos (seguridad, combate a la pobreza, calidad en la educación, crecimiento económico y recuperación del liderazgo de México) y el toque de farándula que envolvió a la campaña darían constancia de ello. No es casual que el día de arranque de campaña en la plaza de armas de Guadalajara acudiera Peña Nieto. Ese día sería arropado por la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), la Federación de Trabajadores de Jalisco (FTJ) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM) (Proceso, 7 de abril de 2012). No obstante, sus grandes debilidades, que a la larga la restarían preferencias electorales, serían sus presuntos nexos con el crimen organizado, su postulación por 294 dedazo, la corrupción en las obras de repavimentación en la ciudad y los malos resultados en materia de seguridad de su gestión en Guadalajara (Proceso, 14 de enero de 2012). La trayectoria política de Sandoval es la siguiente. Perteneció durante su juventud, a la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), así como al Frente Juvenil Revolucionario del PRI en Guadalajara. De 2001 a 2003 fue regidor del ayuntamiento de Guadalajara. En 2003 fue electo diputado estatal. En 2006 fue precandidato del PRI a la presidencia municipal de Guadalajara pero declinó a favor de Leobardo Alcalá (en ese entonces rector de la UdeG). De 2010 a 2012 se desempeñó como presidente municipal de Guadalajara. Ahora bien, ¿a quién o quiénes representaba Sandoval? Sin duda, un PRI diferente a aquel que perdió la gubernatura en los noventa. Un PRI que surge de las pugnas entre los priistas de la entidad de viejo cuño, luego de la derrota de 1995. Algunos lo denominan el PRI de los “juniors”, políticos alejados de los llamados “dinos”, más preocupados por su imagen, los lujos y su discurso atractivo a la gente. Así pues, de acuerdo con Andrés Gómez Rosales y Javier Hurtado, la elección de 2012 fue una batalla entre viejos y juniors, siendo Sandoval el representante de los segundos (Proceso, 23 de junio de 2012). Sandoval junto a Javier Guízar, Javier Galván, Eduardo Almaguer y Hugo Contreras forman parte de los políticos que desplazaron al ex candidato priista a la gubernatura, Eugenio Ruiz Orozco, luego de la derrota de 1995. Desde entonces, y hasta 2009, el PRI local quedó relegado a una segunda posición (Proceso, 23 de junio de 2012). Justamente en 2009, Sandoval recupera la alcaldía de Guadalajara para el PRI tras 15 años de derrotas frente al PAN y lo logra sin apoyo de los viejos priistas. Sandoval, en aquel entonces, declaró que dentro del PRI solo lo apoyaron los militantes de base, no así los viejos dirigentes. Desde el momento en que triunfó en la interna frente a Eugenio Ruiz Orozco, los viejos priistas le retiraron su apoyo. No así la dirigencia nacional de Beatriz Paredes y el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, quien estuvo en su cierre de campaña. Con mucho, lo anterior, se debió al intento de la gestión de Paredes por dar ejemplos 295 del autonombrado “Nuevo PRI” a través de nuevas caras (El Universal, 30 de septiembre de 2010). Así pues, la candidatura de Sandoval, a través de un método indirecto (convención de delegados) y sin algún competidor no significó un conflicto al interior del partido. Si bien hubo problemas, en su mayoría, se dieron en candidaturas al congreso local o ayuntamientos. El PAN decidió seleccionar a su abanderado a través de una votación abierta a la ciudadanía, realizada el 5 de febrero de 2012. El resultado sería un tanto sorprendente, pues finalmente ganó el peor posicionado en la opinión pública, mucho de ello debido al abstencionismo en la justa electoral. Alfonso Petersen y Fernando Guzmán eran los dos candidatos fuertes, el primero con mayores preferencias de la ciudadanía y el segundo de la militancia y la estructura. Petersen invitó a que Guzmán declinara por él, ante lo que el segundo se negó, ya que “Los de arriba no se bajan, se bajan los que van abajo” (citado en Morales y Ponce, 2012: 93). Con ello iniciaba la competencia interna que contaba con los siguientes candidatos: Alonso Ulloa, Alfonso Petersen Farah, Hernán Cortés Berumen y Fernando Guzmán Pérez Peláez. Se decretó el triunfo de Guzmán. Al respecto, algunos analistas atribuyeron dicho éxito al apoyo de la ultraderecha, especialmente de la iglesia católica. Probablemente esto tuvo mucho que ver, pero lo más significativo fue que los simpatizantes panistas, entre quienes no gozaba de gran aprecio Guzmán, no votarían como esperaba Alfonso Petersen Farah (candidato mejor posicionado entre los simpatizantes). Quizá mucho tuviera que ver que la elección se dio en periodo de puente vacacional y que, por si fuera poco, ese mismo día se llevó a cabo el Superbowl. Al final, el ex secretario de Gobierno de Jalisco, Guzmán Pérez Peláez ganó con el 38%, José Hernán Cortés Berumen obtuvo el 32% y el ex alcalde de Guadalajara, Alfonso Petersen Farah obtuvo el 29%. El segundo reconocería el triunfo del primero de inmediato y se sumaría a su campaña. Petersen preferiría impugnar ante la comisión nacional de elecciones del PAN y luego ante el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la forma en que se impidió que votaran mu- 296 chos ciudadanos, arguyendo que faltaron casillas. Al respecto, Miguel Monraz, dirigente estatal del PAN, diría que solo se registraron “incidentes menores”. En el mismo tenor, Jorge Sanz Cerrada, presidente de la Comisión Estatal de Elecciones, calificó la jornada electoral como una “fiesta de la democracia”. Tanto el TEPJF como el PAN declararían a Guzmán triunfador. Lo anterior generaría que algunos líderes se fueran a la campaña de Alfaro; es el caso del entonces diputado local Ramón Demetrio Guerrero, que obtuvo la candidatura a la alcaldía de Puerto Vallarta por el Partido del Trabajo (PT) y MC. Por lo anterior, el 28 de mayo, el PAN decidió expulsar a 46 militantes por prestar apoyo a otros grupos políticos, entre esos militantes se encontraba Guerrero. Ahora bien, al inicio de la contienda interna Petersen aparecía como el precandidato mejor colocado en las encuestas y en los sondeos de opinión, de ahí que su eslogan fuera: “Porque la gente lo quiere”, siendo así, qué explica su derrota. Lo más plausible es que no era un candidato que gozara del apoyo de la estructura y la militancia del partido. Así pues, ante la ausencia del voto ciudadano, Petersen perdió por no contar con el apoyo esperado. Al final, solamente participarían 120 mil ciudadanos, cifra que ni siquiera representa a los militantes activos y adherentes de la entidad (más de 180 mil en Jalisco). La trayectoria de Fernando Guzmán es la siguiente. Estudió en la Escuela Libre de Derecho en el Distrito Federal. En 1988 fue coordinador estatal de la campaña presidencial de Manuel J. Clouthier. En el ámbito profesional, fue director jurídico de Sears, representante del grupo Arancia Industrial y fundador del despacho de abogados Malacara-Guzmán, uno de los más prestigiados de Jalisco. En 1995 fue diputado local. De julio de 1997 a febrero de 1998, fungió como coordinador general de asesores, luego dio el salto a secretario general de Gobierno del estado de Jalisco, de febrero de 1998 a agosto del 2000, con Alberto Cárdenas Jiménez. De febrero del 2001 a agosto del 2003 fue diputado local y coordinador del grupo parlamentario del PAN en el congreso de Jalisco. De septiembre de 2003 a marzo del 2006 fue diputado federal. Fue secretario general del Gobierno del estado de Jalisco de marzo del 2006 a noviembre del 2011 con Emilio González Márquez. Todas sus diputaciones las obtuvo por vía plurinominal. Ya en campaña hizo suya 297 la plataforma de la iglesia católica, ya que se opuso al matrimonio entre homosexuales, de igual forma contra el aborto y se postuló como un defensor de la familia (Proceso, 11 de febrero de 2012). De acuerdo con Andrés Gómez Rosales, con la llegada del PAN al gobierno de Jalisco se incrustaría un actor más en la antigua ecuación: jerarquía eclesiástica, PRI, Universidad de Guadalajara y empresarios. Se trataría de “los neopanistas, los yunquistas y los pedemistas, así como una corriente de jóvenes panistas que no tenían ninguna referencia de los principios de los fundadores de Acción Nacional”. Lo anterior cobraría fuerza con el gobierno de Emilio González, un gobierno que usaba la administración pública para su beneficio personal (Proceso, 23 de junio de 2012). Paradójicamente, el candidato triunfador se encontraría más cercano a los exgobernadores Francisco Ramírez Acuña y Alberto Cárdenas, que a Emilio González con quien fungió como secretario de Gobierno de 2006 a 2011 y, de igual forma, con quien compitió por la candidatura del PAN a la presidencia municipal de Guadalajara en 2002.3 Así pues, la candidatura del PAN, definida a través de una votación abierta a la ciudadanía, generaría un conflicto entre el candidato panista que contaba con apoyo de la estructura pero no con la simpatía del gobernador panista. Como veremos, más adelante, esto sería fundamental en el resultado del PAN. En el caso del PRD, inicialmente habían planteado seleccionar a su candidato a través del Consejo Político Estatal (CPE). Una vez que se comenzó a hablar de una coalición, se planteó la posibilidad de elegir al abanderado a través de encuestas a los ciudadanos. En ese tenor, Andrés Manuel López Obrador se manifestó a favor de apoyar al mejor posicionado en la opinión pública en la última semana de enero. Para entonces, era claro que esa persona, de seguir el método de encuestas, era Enrique Alfaro.4 3 4 298 Véase Guzmán, 6 de febrero de 2012, disponible en: http://www.animalpolitico.com/2012/02/fernando-guzman-un-hombre-de-derecha-y-mano-dura/#ixzz2aIZZUKhC Según el periódico Mural, en diciembre de 2012, Alfaro contaba con 43% de aprobación de la población general y 58% de los perredistas, mientras que, su más cercano contendiente, Garza contaba con el 9% de la población y 17% de los perredistas (Morales y Ponce, 2012: 90). El 19 de enero se anunció la alianza entre el PT, PRD, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), MC y Alianza Ciudadana dirigida por Enrique Alfaro. El anuncio lo hizo Ricardo Monreal (PT), junto al dirigente local del PRD (Roberto López), pese a que el PRD no habría firmado ningún acuerdo de aliarse hasta ese momento. Los precandidatos, en ese momento, serían Enrique Alfaro, el diputado local Raúl Vargas López, la ex regidora tapatía Celia Fausto y el ex alcalde de Guadalajara, Fernando Garza. Al día siguiente los dos últimos declinarían en sus aspiraciones. Pese a los llamados de unidad del candidato presidencial del PRD (López Obrador), el partido a nivel estatal sería renuente a estampar su firma en algún acuerdo (Reforma, 21 de enero de 2012). Así, el 26 de enero el dirigente del PRD en la entidad, Roberto López, declararía: La encuesta se aplicará si y sólo si hay acuerdo entre partidos políticos, y en tanto no lo haya, esa encuesta no se puede aplicar. Si lo hacen de manera unilateral, sin consultar al PRD, evidentemente que no aceptaremos ningún tipo de resultados... Nosotros no tenemos, como Comité Estatal, ninguna pretensión de que se realice la encuesta a menos de que estuviéramos firmando el convenio que nos garantice a todos dejar satisfechas las condiciones. ¿De qué sirve la encuesta, si al final no llegamos a una coalición? (Reforma, 27 de enero de 2012). La encuesta se levantó por Covarrubias y Nodo los días 28 y 29 de enero con los nombres de Enrique Alfaro y Raúl Vargas (impulsado por el grupo UdeG). El 2 de febrero se anunció que Alfaro sería el candidato del PRD, PT, MC, Morena y Alianza Ciudadana, sin dar cifras al respecto. El anuncio lo haría Manuel Camacho Solís, coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (Dia). En dicho anuncio no participaría el PRD estatal, ni López ni Vargas asistirían al anuncio. Pese a esto, en ese momento, López diría que el PRD estatal estaba en sintonía con la dirigencia nacional y que el convenio de la coalición tenía un avance del 90% (Reforma, 3 de febrero de 2012). Ahora bien, se presentarían discrepancias sobre la distribución de las diputaciones plurinominales y en la asignación de candidatos a los 299 ayuntamientos que postergarían más la firma del PRD estatal, pese a la intervención de la dirigencia nacional a favor de la alianza. Es decir, se dio un enfrentamiento entre la dirigencia local y nacional.5 Al respecto, Alfaro culparía al dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, de dejar el control del partido en la entidad al grupo UdeG con lo cual se sepultaba la alianza en la entidad (La Jornada Jalisco, 14 de marzo de 2012). Ante esto el sol azteca optaría por convocar a una reunión extraordinaria de su Consejo Político Estatal para definir a su candidato, en dicho cónclave se decidió por mayoría (126 votos a favor y tres en contra) que el ex presidente municipal de Guadalajara (2001-2003), Fernando Garza Martínez, sería el candidato del PRD en la entidad. Así pues, el caso del PRD es un ejemplo de que la política subnacional dista mucho de lo nacional. El partido en la entidad ha sido presa del liderazgo de Raúl Padilla López, hijo del ex dirigente priista Raúl Padilla Gutiérrez. En la entidad se sabe que el partido es propiedad de Padilla. En ese contexto, el candidato postulado a gobernador fue Fernando Garza, político otrora panista que fue apoyado por el PRD y el propio Padilla. Sin duda, su presencia en la competencia electoral estaría fundada en la intención de restarle votos a los candidatos del PAN y MC y dejarle el camino limpio al candidato del PRI (Proceso, 23 de junio de 2012). Al momento del rompimiento de la alianza, Alfaro mencionaría que ante el evidente apoyo del grupo UdeG al PRI, contar con el apoyo del PRD: Era como dormir con el enemigo en casa. Entonces más bien fue una decisión tomada por el más elemental sentido común. Intentamos que el PRD nacional pusiera orden y nunca lo hizo. Cuando nos dimos cuenta de que eso no tenía remedio, preferimos cortar la relación y construir un proyecto que está creciendo a niveles que jamás ha tenido el PRD Jalisco (Proceso, 26 de mayo de 2012). 5 300 El conflicto, incluso, incluyó a la Comisión Coordinadora Nacional del Movimiento Progresista, la cual incluía a las dirigencias nacionales del PRD, PT y MC. Dicha comisión determinó que la coalición postularía a la presidencia municipal de Tlajomulco a Ismael del Toro; para la candidatura a la presidencia municipal de Guadalajara, a Fernando Garza Martínez; para la candidatura a la presidencia municipal de Zapopan, a Pablo Lemus Navarro. Ante lo cual el Comité Estatal del PRD respondería: “desconoce en todos sus términos el comunicado... El PRD no ha resuelto aún las candidaturas de Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco, tal como falsamente se informa” (La Jornada, 8 de marzo de 2012). Así pues, la selección del PRD se daría luego del intento de alianza con los demás partidos de izquierda. El peso del grupo UdeG evitaría tal alianza e impulsaría mediante el voto de los consejeros estatales a Garza, con lo cual se dio un conflicto entre la dirigencia nacional y la local y se gestaba el rompimiento de Alfaro con el PRD y su postulación por MC, como veremos a continuación. 4. MOVIMIENTO CIUDADANO El 9 de marzo, Alfaro anunciaría que continuaría con MC e hizo un llamado a los militantes del PRD para sumarse. Ante el anuncio de la candidatura de Garza por el PRD, varios líderes y candidatos perredistas le siguieron. Así pues, mediante el acuerdo IEPC-ACG-28/12, el 13 de marzo de 2012, el IEPC Jalisco dio disolución a la coalición Movimiento Progresista por Jalisco para postular candidatos comunes a las elecciones de gobernador, diputados de mayoría relativa y candidatos a los 125 municipios. Posteriormente, mediante el acuerdo IEPC-ACG-037/12, el IEPC Jalisco aprobó el registro de convenio de coalición de la Alianza Progresista de Jalisco, integrada por el PT, MC y la agrupación estatal Alianza Ciudadana para la postulación de candidatos a los 125 municipios del estado. Mientras que en el acuerdo IEPC-ACG-039/12 se aprobó la candidatura de Enrique Alfaro para gobernador bajo las siglas de MC. Ahora bien, siguiendo con lo dicho en el caso del PRI, la candidatura de Enrique Alfaro Ramírez, hijo Enrique Alfaro Anguiano, ex rector de la UdeG y sobrino de César Gabriel Alfaro, ambos priistas, representa el polo de los políticos desplazados a raíz de la debacle electoral de 1995.6 Es importante mencionar que el padre de Alfaro sería sustituido en la rectoría de la UdeG por Padilla, aliado de Sandoval en la justa de 2012. 6 Resulta revelador que cuando se le pregunta a Alfaro por su pasado priista se justifique de la siguiente forma: “Yo conocí al PRI de la oposición, fui oposición toda mi vida. Yo no conocí al PRI de los privilegios y tampoco estoy en deuda con el PRI, le trabajé mucho y lo respeto mucho como partido, simplemente creo que quien lo tiene secuestrado hoy ha hecho del PRI la antítesis de lo que se supone representa, cuando menos en sus documentos básicos” (Proceso, 26 de mayo de 2012). 301 El propio Alfaro Ramírez inició su carrera política en el PRI. Fue coordinador juvenil de la campaña al gobierno de Jalisco de Eugenio Ruiz Orozco en 1995. En 2000, ocupó la misma posición en las campañas de Francisco Labastida a la Presidencia de México y de Raymundo Gómez Flores al Senado. Asimismo, fue regidor de Tlajomulco por el PRI de 2003 a 2005. Luego, diputado local del PRD de 2007 a 2009 y presidente municipal de Tlajomulco por la alianza PT, PRD y MC. De acuerdo con Andrés Gómez Rosales, en 2012, los aliados del padre serían ahora los del hijo. Por ejemplo, Francisco Ayón, Felipe Rosas Segura y Juan Alcalá Espitia. Este último abonaría a que buena parte de la FEG apoyara a Alfaro en 2012. En ese sentido se entiende la suma de fuerzas en torno a Alfaro, tal es el caso de Félix Flores Gómez (priista en activo), lo mismo del empresario Raymundo Gómez Flores, y del expriista (hasta 2006), luego perredista y hoy petista, Enrique Ibarra Pedroza. Este último nombró a Alfaro como coordinador de su campaña a la gubernatura en 2006 con las siglas del PRD. Ibarra es un político ligado a Ismael del Toro y Alberto Uribe Camacho, políticos cercanos a Alfaro, actuales presidente municipal y secretario general del municipio de Tlajomulco de Zúñiga. Dicho sea de paso, Alfaro jamás militó en MC y ha dejado claro que “Jamás volveré a militar en un partido político. Cuando hicimos la negociación con Movimiento Ciudadano mi postura fue muy clara: no voy a militar en ningún partido” (Proceso, 26 de mayo de 2012). Por ende, sin elección interna de por medio, fue designado candidato de MC. Aunado a esto, durante la campaña se daría un claro enfrentamiento entre Alfaro y el PRD local. 302 Cuadro 4. Selección de candidato y resultado: ¿cohesión o conflicto? PARTIDO TIPO DE SELECCIÓN CONFLICTO PRI-PVEM Designación a través de la Convención de delegados/candidato único. No. PAN Abierta a la ciudadanía. Distanciamiento del candidato y el gobernador. Alianza PRD, PT, MC Encuesta. Conflictos entre PRD local y nacional. PRD 2. Designación extraordinaria a través del Consejo Político Estatal. Distanciamiento entre la dirigencia local y nacional. MC, PT y Alianza Ciudadana Sin elección. Con el PRD local. Fuente: Elaboración propia. Así pues, podemos concluir diciendo que los métodos de selección más abiertos a la ciudadanía y competitivos (PAN y alianza PRD-PT-MC) fueron los que generaron mayores conflictos a los partidos en cuestión. En el caso del PAN distanció al candidato electo con el gobernador en turno, en el caso de la alianza generó conflictos entre el PRD local y el nacional. Mientras que los métodos menos inclusivos y competitivos fueron los que a final de cuentas resultaron ser mejor procesados por los partidos que tomaron la decisión, tal es el caso de la designación de Sandoval y la de Alfaro. Por ende, éste resulta ser un factor a tomar en cuenta en el desempeño de los partidos en la campaña electoral. Por otro lado, viendo los apoyos locales podemos afirmar que la elección de 2012 se trató de un conflicto entre expriistas, como el padre de Alfaro (Alfaro) y nuevos priistas junto al grupo UdeG (Sandoval). 303 5. CAMPAÑA Y ELECCIÓN DE 2012 La campaña de Sandoval sería eminentemente ostentosa. Sus oficinas, instaladas en la torre HSBC Punto Sao Paulo dentro de la zona financiera local de Guadalajara, costarían alrededor de 354 mil pesos al mes. Aunque Sandoval afirmaría le fueron prestadas por un empresario sin solicitar nada a cambio. No es gratuito que declarara que valoraría la petición de las cúpulas empresariales para que las secretarías de Turismo y de Desarrollo Económico tuvieran, en caso de triunfar él, un funcionario afín a la iniciativa privada (Proceso, 26 de mayo de 2012). Otro aspecto que resaltaría en su campaña sería La Jaliscience, una tarjeta similar a La Efectiva que usó Eruviel Ávila en la elección de gobernador en el Estado de México en 2011. A través de dicha tarjeta se le prometía a los posibles electores el acceso a beneficios sociales (capacitación laboral, apoyo económico para mayores de 65 años o para terminar la educación primaria y secundaria, apoyo a personas con discapacidad, apoyo a madres solteras, apoyo para adquirir equipo de cómputo, uniformes y útiles escolares) (Proceso, 12 de mayo de 2012). Un aspecto más que resaltaría en la campaña de Sandoval sería, lo que algunos analistas llamarían, el culto a la juventud y la belleza. El candidato en todo momento estaría rodeado de jóvenes, lo cual contrastaba sin duda con el gabinete que nombraría más adelante.7 Al respecto, Joaquín Osorio Goicoechea, profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores (ITESO), resaltaría que: Lo que vemos es una trivialización de la política, en donde lo que se ofrece es un producto de consumo light, que aparenta tener 7 304 Sandoval conformaría un gabinete lleno de viejos militantes que contrastaron con la juventud y los cuadros supuestamente apartidistas que presumió su equipo de transición. La viva imagen de ello es Arturo Zamora Jiménez, secretario general de Gobierno, el cual tiene en su haber una amplia trayectoria política. Fue alcalde de Zapopan (2004-2006), candidato priista a la gubernatura de Jalisco en 2006, así como diputado federal y senador de la república, cargo al que renunció para asumir su nuevo puesto. De igual forma, resalta el caso de Eduardo Almaguer Ramírez, ex dirigente estatal del PRI. Con lo anterior, no solamente se relegaría a los jóvenes, sino también a los académicos que habrían formado parte del equipo de transición, tal como Luis F. Aguilar Villanueva, Carolina Toro Morales y Sergio Humberto Graf Montero. Se trataría de un gabinete de cuotas más que uno plural y ciudadano como habría prometido Sandoval (Proceso, 23 de febrero y 2 de marzo de 2013). frescura, estar a la onda y que a la vez es bello. Pero vemos que hay un exceso de bluff y una falta de claridad en un proyecto sólido que beneficie al común denominador de la sociedad (Proceso, 6 de junio de 2012). Otra cuestión a resaltar es el tema de los apoyos. En este sentido, era clara la intervención del grupo UdeG que lidera Raúl Padilla (ex rector de la UdeG). No es gratuito que Ricardo Villanueva Lomelí, ex presidente de la FEU, fuera su coordinador de campaña (Proceso, 7 de julio de 2012). En ese mismo tenor, poco antes de la elección un grupo de periodistas jaliscienses denunciarían que el grupo UdeG presionaba a los medios de comunicación para que se autocensuren y no cuestionen al PRI ni a su candidato a gobernador. Al tiempo que informaban que la estación de radio y la televisora que opera la misma UdeG (Radio UdeG y Canal 44) solamente “difunden noticias para beneficiar al candidato Jorge Aristóteles y atacar a los demás contendientes” (Proceso, 28 de junio de 2012). Mientras que en el caso del PAN resaltaría el “abandono” del gobernador al candidato. Pero, de igual forma, resaltaría la entrega de La Jaliscience de parte del equipo de Fernando Guzmán Pérez Peláez, cuyos beneficios serían diez: entrega de vales de transporte para estudiantes, apoyo a madres trabajadoras para renta de casas, préstamos a tasas bajas sin garantía para que abran su propio negocio, guardería o estancias infantiles cerca de donde ellas trabajan, plan de apoyo estudiantil para que los jóvenes continúen sus estudios de preparatoria y licenciatura, comederos comunitarios para los más marginados, y dos uniformes por año para cada alumno de instituciones públicas (Proceso, 12 de mayo de 2012). Lo anterior levantaría el descontento del PRI que acusaría de plagio al candidato panista. Su campaña contaría con la suma de 16 millones de pesos, nada despreciable. Pero de igual forma contaría con el desprecio y alejamiento del gobernador en turno, así como con la escasa preferencia del candidato ante la opinión pública. En tanto que en el caso del PRD, se trataría de una campaña destinada a restarle votos al PAN y, sobre todo, a Alfaro. Sería una campaña con mayores recursos que la de Alfaro, ya que contarían con 14 millones 305 de pesos, los cuales serían gastados en la Zona Metropolitana que concentra el mayor número de electores. Una campaña que jamás levantó (Proceso, 28 de abril de 2012). Ahora bien, en el caso de Alfaro, se trataría de una campaña sin recursos económicos, pues los dos partidos que integraban la alianza (MC y PT) no contaban con financiamiento público. Por lo cual fue una campaña austera y, antes bien, ingeniosa. Al abandonar las negociaciones con el PRD se calcula que Alfaro perdió alrededor de 6 millones de pesos. Por otro lado, MC aportaría a su campaña solamente 700 mil y el PT 250 mil pesos. Entre tanto, los candidatos a diputados locales y federales, así como a presidentes municipales, tendrían que buscar sus propias fuentes de financiamiento, porque el dinero mencionado anteriormente sería utilizado para la campaña de Alfaro (Proceso, 28 de abril de 2012). En ese sentido, es pertinente dilucidar qué le permitió a Alfaro tener un resultado electoral tan bueno, aún con los escasos recursos económicos. En primer lugar, si bien no tuvo cuantiosos recursos a través del financiamiento público, contó con apoyo de algunos grupos empresariales importantes. Los integrantes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti) y el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ) apoyaron en mayor medida a Josefina Vázquez Mota en la elección presidencial, pero hicieron lo propio con Alfaro a la gubernatura de Jalisco (Milenio, 12 de julio de 2012). Otro activo importante de Alfaro sería el respaldo de López Obrador que retiró su apoyo a Fernando Garza, candidato del PRD. En ese mismo sentido, el apoyo de los demás partidos políticos fue bastante importante. Tanto el PAN, como el PRD y el PRI vieron salir de sus filas militantes y líderes que apoyarían directa o indirectamente a Alfaro. Un apoyo indirecto sería el de Raúl Espinoza Martínez, ex secretario general de Gobierno, que invitó a los panistas a votar por Alfaro (La Jornada Jalisco, 17 de mayo de 2012). Hay autores que incluso plantean el apoyo indirecto de Emilio González Márquez, entonces gobernador de Jalisco, quien ante la derrota de Petersen habría optado por apoyar a Alfaro (Morales y Ponce, 2012: 94). 306 Un aspecto, por demás interesante, fue el tipo de campaña que Alfaro llevó a cabo. Se trató de una campaña ingeniosa que a diferencia de la Sandoval, enfocada en caer lo más lento posible, se enfocó en crecer rápidamente. Su campaña se enfocó en sectores populares pero sin descuidar al sector empresarial que le apoyaba. Así pues, lo primero fue crear la idea de que Sandoval no era inalcanzable, para lo cual se resaltaron “las ventajas del pelón” Alfaro. De ahí la idea de confrontar al pelón vs. el copete (Sandoval), con lo cual se intentó dar la imagen de un “ciudadano comprometido” y cercano a la gente a diferencia de la imagen mercadotécnica del candidato del PRI-PVEM. La campaña tuvo otros destellos de creatividad, por ejemplo generar la idea “huele a cambio” a través de desodorantes para automóvil, tarjetas aromáticas y calcomanías (Morales y Ponce, 2012: 95). Otro punto a su favor, fue que una vez que se decidió separar del PRD no sufriría conflictos internos o escisiones, pese a contar con el apoyo de un número plural de políticos en la entidad. Por el contrario, logró capitalizar lo anterior al plantear un “gobierno de coalición” con “los mejores”. Ahora bien, qué fue lo que permitió que Sandoval triunfara. Al respecto podemos apuntar varias hipótesis. En primer lugar, si se observan los resultados electorales de 2009 se puede apreciar que el panismo venía en picada. Mientras que el PRI se encontraba más unido que nunca, ejemplo de ello fue la buena relación de la dirigencia nacional, la local y el candidato presidencial, todos ellos apoyaron a Sandoval. Si bien el PRI sufriría escisiones sería en torno a las candidaturas para elegir ayuntamientos y diputados, no para gobernador. En segundo lugar, es evidente que influyó la situación del partido en el gobierno (PAN) a nivel local, el cual se fracturó pues al término de la campaña el gobernador y el candidato estuvieron distanciados. El propio candidato panista hablaría de “traiciones” durante la campaña (Proceso, 12 de julio de 2012). A esto se sumaría el hartazgo de la ciudadanía con un gobierno panista célebre por la mentada de madre del 24 de abril de 2008 a la oposición, por regalar dinero a las televisoras y a la iglesia católica (Proceso, 10 de enero de 2010). Así como por visos 307 de corrupción y por haber endeudado a la entidad.8 De ahí que una encuesta realizada por la empresa Proyecta planteara que seis de cada 10 entrevistados se pronunciaba a favor de un cambio de gobierno (La Jornada Jalisco, 30 de enero de 2012). En ese mismo tenor, cinco meses después, la encuesta publicada por Reforma el 26 de junio de 2012 mostraba que el 64% de los consultados se manifestaban porque Jalisco no siguiera gobernada por el PAN (Proceso, 26 de junio de 2012). En tercer lugar, también influyó la percepción de ineficiencia del PAN a nivel federal y estatal en torno a la seguridad, dicho sea de paso, se trata del principal problema para los mexicanos en 2012. Lo anterior, configuraría un voto de castigo hacia el PAN no por razones económicas, sino por razones de inseguridad (Salazar, 2012). Si bien Sandoval no tuvo buenos resultados en dicha materia, la construcción de una campaña a imagen y semejanza de la de Enrique Peña Nieto le aseguraría mostrar una imagen de “eficiencia” que seguramente le dio buenos resultados. En cuarto lugar, la cercanía de Sandoval con Peña Nieto, en cuanto a discurso, apariencia física y compromisos, evidentemente generó un efecto de arrastre. En ese sentido la candidatura gris de Josefina solamente perjudicó al candidato panista de la entidad. Mientras que Alfaro se benefició del apoyo de AMLO. Así pues, no es gratuito que Sandoval y Alfaro se disputaran la contienda en Jalisco. Ahora bien, veamos los resultados electorales de 2012 para gobernador, congreso local y ayuntamientos y veamos si el resultado puede calificarse de sorpresivo o es consecuencia de una tendencia que se venía presentando años atrás. Es decir, qué tan competitivos han sido los procesos electorales en la entidad. Para ello, se observará si se trata de elecciones donde se gana “de calle”, se gana “por una nariz”, o alguna opción intermedia. Siguiendo a Becerra (2003, 2003a) existen cuatro pautas de competencia en las elecciones: 1) cuando la distancia entre el primero y segundo lugar está entre 0.01 y 5% (elevada competencia); 8 308 En cuanto a casos de corrupción, como afirman Morales y Ponce es prudente rescatar las irregularidades por más de 109 millones de pesos en las obras relativas a los juegos Panamericanos y por mil 601 millones 703 mil pesos del gasto federal efectuado que resaltó la Auditoría Superior de la Federación. Asimismo, hay que resaltar el aumento de la deuda del estado de 2007 a 2012, la cual se incrementó en un 205% (Morales y Ponce, 2012, p. 88). 2) cuando la diferencia oscila entre 5.01 y 15% (alta competencia), 3) cuando la distancia está entre un 15.01 y 30% (mediana competencia), 4) cuando el margen es superior a 30.1% (baja competencia). Siguiendo sus criterios veamos cómo ha evolucionado la competencia en torno a la elección de gobernador. Gráfica 1. Evolución de votación en la elección para gobernador en Jalisco 1982-2012 70 60 50 40 30 20 10 1982 1988 PAN 1995 PRI 2000 PRD 2006 Partidos minoritarios 2012 MC Fuente: Elaboración propia. En cuanto a la competitividad, antes de 1995 el PRI ganaba la gubernatura con elecciones que brillaban por la baja competitividad. Ahora bien, el proceso donde se suscitó la primera alternancia política en la entidad se trató de una elección con mediana competencia; mientras que en 2000 y 2006 se presenciaron elecciones con elevada competencia entre el PRI y el PAN. Si se observa con detenimiento, el caso del PRI muestra estabilidad en las tres últimas elecciones de gobernador. En tanto que el PAN muestra una estrepitosa caída de 2006 a 2012. El PRD por su parte, 309 había iniciado un proceso de consolidación en términos de votación para gobernador en elecciones concurrentes con la elección presidencial, pero fue el principal afectado por la particular cuota de votación que obtuvo MC en esta elección, y es que el candidato presidencial del PRD apoyaría al candidato de MC, no al del PRD. Cuadro 5. Alternancia en los principales municipios de Jalisco (1988-2012) PARTIDO198819921995199720002003 2006 2009 2012 Guadalajara PRI PRI PANPANPANPAN PAN PRI-PNAPRI-PVEM Zapopan PRI PRI PANPANPANPRI PAN PRI-PNAPRI-PVEM Tlaquepaque PRI PRI PANPANPANPRI PAN PRI-PNAPRI-PVEM Tonalá PRIPRIPANPRI PRIPRI PAN PRI-PNAPRI-PVEM Puerto Vallarta PRIPRI PANPANPANPRI PRIPRI-PNAPT-MC Fuente: Elaboración con base en datos del IEPC Jalisco y Voz y Voto. El cuadro anterior muestra el comportamiento de los principales municipios de Jalisco en términos de alternancia. Puede observarse que casi todos ellos cambian de partido en el gobierno al mismo tiempo, y que regularmente son gobernados por un mismo partido en más de una ocasión consecutiva. Tomando en cuenta las últimas cinco elecciones (2000-2012) hay tres municipios totalmente leales en Jalisco, Quitupán y San Cristóbal de la Barranca para el PRI, y Valle de Guadalupe para el PAN. Amatitán, Atejamac, Atenguillo, Bolaños, Degollado, El Grullo, Ixtlahuacan del Río, Jilotlán de los Dolores, Mazamitla, Ocotlán, San Sebastián, Talpa, Teocaltiche, Tolimán, Tonalá y Zacoalco son leales al PRI, al haber gobernado en cuatro de esas cinco ocasiones. Leales al PAN son los municipios de Ayutla, Chapala, Cocula, Mexticacán, Santa María de los Ángeles, Tepatitlán, Tequila y Yahualica. La mayoría de los municipios restantes, por su parte, tienen tendencia hacia PRI o PAN pero no con la claridad que los anteriormente mencionados, habiendo sido gobernados en su mayoría, tres de las cinco elecciones en el periodo descrito. 310 Así pues, si se observa con detenimiento el avance del PRI desde el 2000 y 2006 es claro su ascenso en contraposición al declive del PAN en la elección de gobernador. Si nos detenemos en el caso de los municipios de la zona conurbada la elección de 2009 sería un claro reflejo de lo que vendría tres años después. Por ende, la derrota panista de 2012 no debió causar asombro, menos en Acción Nacional, ya que era algo previsible, lo cual aunado a su conflicto entre el gobernador y el candidato, terminarían sepultando cualquier esperanza de dar la batalla por la gubernatura. 6. CONCLUSIONES Un primer aspecto a resaltar es que el partido que desarrolló el proceso de selección más abierto, incluso a la ciudadanía, fue el que tuvo más conflictos en la contienda. Aunque dicho conflicto no puede ser atribuido solamente al método de selección, pues de haberse efectuado un proceso a través del consejo estatal habría triunfado el mismo candidato. Petersen no gozaba de buena aceptación entre la militancia, su mayor peso estaba entre los simpatizantes, para su desgracia éstos no salieron a votar. Lo anterior detonó un conflicto entre el partido en el gobierno y el candidato, cada uno camino por su lado y en su beneficio. Otro aspecto a resaltar es el hecho de que los dos grandes contendientes (Sandoval y Alfaro) contaron con carreras políticas eminentemente ligadas a lo local. Ninguno de los dos formó parte de algún CEN de alguno de los partidos que los postularon, lo cual es de resaltarse debido a que constituye un patrón de carrera que se fue inaugurando a raíz del surgimiento de la competitividad subnacional en la década de los noventa (Langston, 2008). Antaño, los gobernadores debían tener una carrera ligada al centro, al CEN o la administración pública en el caso del PRI (Hernández, 2008). A raíz de la competitividad subnacional se hizo necesario contar con candidatos cercanos a la gente, de ahí que cobre sentido la derrota del candidato panista, un político bastante alejado del electorado pese a su carrera política (Petersen, en cambio, hubiera sido un candidato más competitivo). 311 Otra cuestión a resaltar es el hecho de que sumado el porcentaje del PRD al PT y MC se habrían quedado a un punto porcentual de Sandoval. Lo cual deja abierta la posibilidad para una futura alianza, obviamente pactada desde los CEN de los partidos en 2018. Como resalta Diego Reynoso (2010), los partidos toman en cuenta los resultados electorales previos, que los alientan a ir en alianza o no, para derrotar al partido en el poder. La señalización de esta elección es clara: aliados son más competitivos. Finalmente, queda claro que el resultado fue devastador para el PAN, pero hasta cierto punto previsible si se consideran las votaciones de 2009. El PAN cayó a un tercer lugar luego de gobernar 18 años la entidad. Aunado a que perdió la presidencia de México. Procesar sus fracturas internas en Jalisco podría llevarle bastante tiempo. El PRI, por su parte, no se llevó el carro completo debido a las preferencias que obtuvo Alfaro en la zona metropolitana. No obstante, tiene una presencia importante que podría incrementar en 2015. Mientras que Alfaro obtuvo algo nunca antes visto en la entidad: estar cerca de ganar apoyado por partidos de izquierda. Si logra capitalizar el resultado obtenido, será un fuerte candidato a aglutinar a la izquierda en Jalisco en 2018 y tener oportunidad de triunfar, siempre y cuando eso lo decidan las dirigencias nacionales. 312 FUENTES DE CONSULTA • BECERRA, Pablo Javier (2003), “El proceso electoral federal de 2003”, en Larrosa, Manuel y Pablo Javier Becerra (Coords.), Elecciones y partidos políticos en México, 2003, México, UAM, Plaza y Valdés. • BECERRA, Pablo Javier (2003a), “La disputa por el poder local en 2003”, en Larrosa, Manuel y Pablo Javier Becerra (Coords.), Elecciones y partidos políticos en México, 2003, México, UAM, Plaza y Valdés. • Gobierno de Jalisco (2013), Guadalajara, México, Gobierno de Jalisco. Recuperado de http://www.jalisco.gob.mx/es/jalisco/guadalajara • HERNÁNDEZ, Rogelio (2008), El centro dividido. La nueva autonomía de los gobernadores, México, El Colegio de México. • Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (2010), Memoria del Proceso Electoral Local Ordinario 2008-2009, México. Recuperado de http://www.iepcjalisco.org.mx/resultados-electorales • Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (2013), Memoria del Proceso Electoral Local Ordinario 2011-2012, México. Recuperado de http://www.iepcjalisco.org.mx/resultados-electorales 313 • LANGSTON, Joy (2008), “La competencia electoral y la descentralización partidista en México”, en Revista Mexicana de Sociología. • REYNOSO, Diego (2010), “Aprendiendo a competir. Alianzas electorales y margen de victoria en los estados mexicanos, 1988–2006”, en Revista Política y Gobierno. • RUIZ Morales, Guillermo y Ponce Pérez, Guadalupe (2012), “El proceso electoral de Jalisco: una sorpresa esperada”, en El Cotidiano, (176), noviembre-diciembre. • SALAZAR-ELENA, Rodrigo (2012), “El voto por el PAN: el voto económico y la política de combate al narcotráfico” en Revista Posibilidad Política. 314 LAS ELECCIONES DE 2012 EN CHIAPAS. TENDENCIAS Y PARALELISMOS ENTRE LO FEDERAL Y LO LOCAL JAVIER FELIPE HERNÁNDEZ S.1 STEPHANIE V. PORTO GUTIÉRREZ2 1. INTRODUCCIÓN Chiapas ha sido protagonista, a lo largo de las dos últimas décadas, de una historia electoral en la que se pueden identificar paralelismos con el desarrollo de los comicios a nivel federal. Sería equivocado suponer que tales semejanzas obedecen a una dependencia de los partidos, ciudadanos e instituciones chiapanecas a los dictados y tendencias del centro, pues Chiapas fue una de las primeras entidades que generó dinámicas, personajes y desafíos propios.3 De tal manera, si 1994 es recordado por la incertidumbre política y social bajo un clima de violencia y agitación, pero al mismo tiempo, por la esperanza de una sociedad civil que manifestó su ánimo parti- 1 2 3 Egresado de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Integrante del proyecto PAPIIT IN303012 “Procesos electorales, reformas legales y sistema de partidos en el gobierno de Felipe Calderón” (2012-2013). Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública (especialidad Ciencia Política) por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Integrante del proyecto PAPIIT IN303012 “Procesos electorales, reformas legales y sistema de partidos en el gobierno de Felipe Calderón” (2012-2013). Otras entidades pioneras en los fenómenos y procesos asociados a la transición democrática de México fueron: Baja California, en donde el poder estatal pasó a un partido distinto al PRI como resultado de las elecciones del 2 de julio de 1989; Chihuahua, en donde la transición partidista se dio el 12 de julio de 1992; y Guanajuato, que se caracterizó por una intensa movilización ciudadana que desembocó en la anulación de la elección de gobernador realizada el 18 de agosto de 1991. 315 cipativo y pacífico, es inevitable recordar que se trató de procesos que comenzaron el 1 de enero con el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas. La insurrección armada en la entidad fue un golpe al mermado prestigio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a la clase política emanada de él (Viqueira, enero de 1999). Al mismo tiempo, las reacciones de la clase política y la sociedad civil organizada ante la insurrección, fueron decisivos para crear condiciones más favorables para la competencia electoral, en donde el tricolor gradualmente vio desaparecer las ventajas que lo acompañaron durante siete décadas de hegemonía. Sin embargo, en los comicios que tuvieron lugar los siguientes años, tanto a nivel federal como estatal, el desarrollo de elecciones en condiciones más equitativas no derivó en la estrepitosa derrota priista que muchos auguraban (Viqueira, diciembre de 2001). Se descubrió así que el PRI contaba con una base real de votantes, suficiente para seguir asegurándole triunfos. Fue hasta el 2000 que la coalición de fuerzas opositoras consiguió arrebatarle la victoria al Revolucionario Institucional, tanto en la elección presidencial como en la estatal. Vicente Fox y Pablo Salazar Mendiguchía llegaron al poder como resultado de coaliciones creadas para superar la indiscutible fuerza priista pero fueron disueltas una vez conseguido ese objetivo. El PRI siguió siendo la primera fuerza en las elecciones de los poderes legislativos federal y local, así como en los ayuntamientos. Un nuevo paralelismo se presenta en las elecciones presidencial y de gobernador celebradas en julio de 2012, cuando el otrora desprestigiado PRI parece que regresa a resolver los problemas heredados de siete décadas de priismo que sus oponentes no fueron capaces de arreglar. Los triunfos de los candidatos Enrique Peña Nieto (para la presidencia de la república) y Manuel Velasco Coello (para la gubernatura del estado) obedecen a dinámicas propias, y en cierta medida, independientes, las cuales serán descritas en el presente texto. En las próximas páginas se analizarán los factores que influyeron en la configuración de los resultados electorales del 1 de julio en Chiapas, donde estuvieron en juego el cargo de gobernador, 41 diputados locales y 122 ayuntamientos. 316 Para ello, se hará un breve recorrido por la historia reciente de la entidad a fin de identificar los aspectos que influyen en el electorado y los grupos políticos dominantes en Chiapas. A partir de esta revisión trataremos de comprender si la victoria de la alianza entre el PRI, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (PNA) se debió a un efecto de arrastre del candidato presidencial o si, por el contrario, obedeció a dinámicas locales. Intentaremos, además, identificar las enseñanzas que deja la experiencia chiapaneca para el estudio del presente y el futuro de las elecciones locales en nuestro país. 2. ANTECEDENTES Chiapas se convirtió en tema de interés nacional e internacional a partir del primer día de enero de 1994, cuando se efectuó el levantamiento armado del EZLN que desencadenó hechos violentos en 7 cabeceras municipales. 18 años después, el área de influencia zapatista se extiende al menos a cinco municipios autónomos dirigidos a través de juntas de buen gobierno. El llamado que hizo el levantamiento zapatista convirtió al estado en un centro de atención mediático, social y político. Pronto, Chiapas se transformó en destino turístico, beneficiario de recursos públicos en infraestructura y botín político tanto de organizaciones civiles, como de los propios partidos nacionales. Así, desde ese momento y durante los años siguientes, Chiapas fue un recordatorio de las promesas incumplidas de la Revolución Mexicana; de los asuntos que la familia revolucionaria dejó pendientes una vez que consolidó su poder político; y, de un autoritarismo que seguía más vivo que nunca y se expresaba a través de la polarización social, la marginación y la explotación indiscriminada de la naturaleza. De esta forma, Chiapas ponía en tela de juicio, mejor que cualquier informe estadístico, el abismo entre el optimismo con el que la capital del país veía las cifras macroeconómicas, el ingreso al Tratado de Libre Comercio (TLC) y la transición a la democracia. Siete décadas de un 317 autoritarismo padecido a través de caudillos y caciques, frente a una débil división de poderes, frenos a la transparencia y completa falta de rendición de cuentas, señalaban al PRI como uno de los principales responsables de la situación en la que vivían los chiapanecos. Una de las primeras medidas que tomó el presidente Carlos Salinas de Gortari parecía confirmarlo. A solo unas semanas de haber reemplazado a Patrocinio González Garrido4 por Elmar Setzer, el gobernador renunció para ceder paso a Javier López Moreno, que culminó su cargo tras la elección de Eduardo Robledo Rincón quien dirigió al estado durante dos meses para renunciar en febrero de 1995. Julio César Ruiz Ferro estuvo al frente del gobierno hasta los sucesos de 1996 en Acteal, tras lo cual renunció y fue remplazado por Roberto Albores Guillén. Albores finalmente consiguió terminar decorosamente su gestión al ceder el poder tras el triunfo de Pablo Salazar Mendiguchía.5 Tan solo en los primeros seis años posteriores al levantamiento armado, durante el periodo que correspondería a la gestión normal de un gobernador, los chiapanecos tuvieron cuatro cambios de titular en el poder ejecutivo estatal. Cuadro 1. Gobernadores de Chiapas 1988-2012 1988-1993 José Patrocino González Garrido Constitucional 1993-1994 Elmar Harald Setzer Marseille Interino 1994 Javier López Moreno Sustituto 1994-1995 Eduardo Robledo Rincón Constitucional 1995-1997 Julio César Ruíz Ferro Interino 1997-1998 Julio César Ruíz Ferro Sustituto 1998-2000 Roberto Albores Guillén Sustituto 2000-2006 Pablo Salazar Mendiguchía Constitucional 2006-2012 Juan Sabines Guerrero Constitucional Fuente: http://www.mundochiapas.com/gobernadores-de-chiapas.php 4 5 318 Hijo de Salomón González Blanco quien fue también gobernador de Chiapas. Además, en 2007 fue señalado como presunto responsable de la muerte de periodistas y homosexuales durante su administración de 1988 a 1993 (Mandujano, 17 de marzo de 2008). Por su desempeño como mediador entre el gobierno y los pueblos indígenas, su experiencia legislativa y su cercanía con los distintos grupos de poder en pugna en la entidad, Salazar Mendiguchía fue el primer gobernador desde 1994 que consiguió concluir su periodo constitucional sin grandes sobresaltos. La estabilidad política se recuperó en gran medida con la llegada del primer gobernador de coalición en 2000, Pablo Salazar Mendiguchía, quien fue sustituido al concluir su periodo constitucional por otro gobierno de coalición, esta vez encabezado por Juan Sabines Guerrero.6 Sin embargo, la relativa calma que vivió la entidad durante estos periodos parece estar vinculada más al origen aliancista de Salazar y Sabines que a la derrota del PRI en la entidad. Ambos gobernadores, a pesar de sus credenciales opositoras contaban con antecedentes en el Revolucionario Institucional y los dos tuvieron un excepcional respaldo de fuerzas partidistas que, fuera de Chiapas, competían ferozmente por el poder. Con todo, la estabilidad política no significó una mejora clara para las condiciones de vida de los chiapanecos. Luego de estar en el centro del interés nacional durante casi dos décadas, y tras cuatro presidentes de la república provenientes de dos partidos políticos diferentes (PRI y Partido Acción Nacional -PAN-), y al menos cinco gobernadores de todas las filiaciones partidistas nacionales,7 Chiapas aún ocupa el lugar 31 entre las entidades federativas en materia de desarrollo humano (CEPAL, 2012). En efecto, el rezago social en Chiapas no es atribuible únicamente a sus gobernantes. La complejidad geográfica del estado, su diversidad cultural marcada por una abundante presencia indígena, además de numerosos atavismos y conflictos ancestrales, algunos de carácter religioso, hacen difícil la integración de esta región a los proyectos nacionales de desarrollo al no corresponder con la realidad del resto del país. Temas como la tole- 6 7 Además de una carrera académica en instituciones como la Universidad Iberoamericana (UIA) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las credenciales de Juan Sabines Guerrero incluyen haberse desempeñado como presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez por el PRI en el periodo 20032006 y ser hijo del ex gobernador de Chiapas, Juan Sabines Gutiérrez. Tras seis años de relativa calma, y luego de una controversia con su predecesor en el cargo, quien terminó en prisión acusado de robo, Sabines Guerrero obtuvo una de las aprobaciones más altas entre los gobernadores mexicanos (Parametría, 2007). Eduardo Robledo Rincón -PRI- (1994-1995, gobernador constitucional); Julio César Ruiz Ferro -PRI(1995-1998, gobernador interino y sustituto); Roberto Albores Guillén -PRI- (1998-2000, gobernador sustituto); Pablo Salazar Mendiguchía -PAN, Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT), PVEM, Convergencia por la Democracia (CD), Partido de Centro Democrático (PCD), Partido Alianza Social (PAS) y Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN)- (2000-2006, gobernador constitucional) y Juan Sabines Guerrero -PRD, PT y Convergencia (C)- (2006-2012, gobernador constitucional). 319 rancia, la no discriminación y la equidad de género, cruciales para mejorar la calidad de vida de la población, se entrecruzan con desafíos culturales, educativos, de salud y de creación de oportunidades. Llama la atención que a pesar de que para un sector de la opinión pública el PRI y los gobiernos emanados de este partido eran, al menos en parte, responsables del rezago social y económico en Chiapas, los ciudadanos de la entidad no parecían compartir esa opinión, pues aparte de sus derrotas en las elecciones de gobernador de 2000 y 2006, el PRI mantuvo su predominio en las elecciones municipales, incluso en los territorios zapatistas (Enríquez Arellano, 2000). 3. RETROSPECTIVA DE LOS COMICIOS DE 2000 Y 2006 Para muchos, la elección de gobernador del 2000 es un reflejo de que siete décadas de priismo eran en gran medida el origen de los problemas de la entidad. Pablo Salazar8 fue abanderado de uno de los mayores bloques opositores de la historia de México que unió a los partidos PAN, PRD, PT, PVEM y CD, junto a los ahora extintos PCD, PAS y PSN (Alianza por Chapas). El adversario a vencer era Sami David del PRI, quien perdió por una diferencia de 60 mil 593 votos, equivalentes a 5.8 puntos porcentuales. Sin embargo, el éxito opositor en Chiapas, no significó un golpe mortal para el priismo local. La elección presidencial de julio del mismo año permite tener una idea de la fuerza real de cada partido. El 2 de julio de 2000, la coalición PAN-PVEM obtuvo 26.45% de los votos, el PRI consiguió 43.09%, mientras que la coalición Alianza por México encabezada por el PRD logró 24.98%. A pesar de todo, los chiapanecos seguían mostrando una clara preferencia por el PRI, que superaba con ventaja de casi dos a uno a cualquiera de sus oponentes más cercanos. El éxito de la coalición Alianza por Chapas un mes y medio después de la elec- 8 320 Académico de prestigio y senador priista entre 1994 y 2000, fue integrante de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) y participante activo en la formulación de la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, así como en la iniciativa de ley sobre derechos y cultura indígena. ción presidencial demostró lo provechoso que puede resultar competir en coalición con el fin de lograr más votos y con ello mayores espacios de representación o, en este caso, para lograr la alternancia en el poder ejecutivo. Aquella ocasión, no solo se aliaron los partidos minoritarios con uno o más partidos fuertes sino todas las fuerzas antipriistas ya que también los partidos dominantes tenían razones para esta formación pues gracias a la misma se hicieron de posiciones de gobierno más importantes en condiciones de alta competitividad política. Para Diego Reynoso las coaliciones “constituyen una forma de unir la fuerza electoral y ‘concentrar los votos’ de los electorados de diferentes partidos políticos detrás de un candidato o una propuesta común en pos de evitar el desperdicio de los votos en diferentes propuestas o candidatos” (Reynoso, 2010: 115). En este sentido, se cumple lo dicho por Sartori (1994: 47) en cuanto a que “se debe de tener en cuenta a un partido menor sin importar lo pequeño que sea, si se encuentra en posición de determinar en el transcurso del tiempo, o en algún momento, cuando menos una de las posibles mayorías gobernantes”. Grafica 1. Elección de gobernador en 2000. Porcentajes 60 50 45 40 15.14 51.1 35 30 25 20 15 10 5 PRI Alianza por Chiapas (PAN-PRD-PT-PVEM-Convergencia por la Democracia-PCD-PAS-PSN) Fuente: Elaboración propia con base en datos del Instituto de Elecciones y de Participación Ciudadana de Chiapas (IEPC Chiapas). 321 Gráfica 2. Elección presidencial en Chiapas en 2000. Porcentajes 60 50 45 40 43.09 35 30 25 20 26.45 24.98 15 10 5 Alianza por el Cambio (PAN-PVEM) PRI Alianza por México (PRD-PT-C-PSN-PAS) Fuente: Elaboración propia con base en datos del Instituto Federal Electoral (IFE). Visto así, el buen desempeño del PAN en el año 2000 en Chiapas se debió más a la figura del candidato presidencial, Vicente Fox Quesada, que al desarrollo de una estructura partidista en la entidad, pues seis años después, en la elección de gobernador el blanquiazul retrocedió a un 2.5% de las preferencias. Más eficaces fueron los esfuerzos de la coalición Por el Bien de Todos, encabezada por el PRD que con 46.99% de votación consiguió el triunfo sobre el PRI por un margen de tan solo medio punto porcentual. Una vez más no fue sencillo vencer al PRI, quien se erigió con el segundo lugar y 46.45% de sufragios en su favor. Los resultados de la elección presidencial de 2006 en Chiapas permiten corroborar el arrastre del candidato a la presidencia en los comicios locales. En la elección del 2 de julio, el PAN quedó en tercer lugar con 17% de votos, mientras que la coalición conformada por PRI y PVEM logró el segundo lugar con 33.58%. En aquella contienda la coalición Por el Bien de Todos, resultó ganadora en la entidad con el 43.36% de las preferencias. Parece que el buen desempeño de esta coalición derivó más de la figura del candidato, en esta ocasión Andrés Manuel López Obrador, que de las estructuras partidistas. 322 Poco menos de dos meses después de la elección presidencial, en los comicios de gobernador, el PAN perdió 14.4 puntos, mientras que el PRI remontó 12.87 puntos, y la votación por la coalición perredista creció en 3.63%. Gráfica 3. Elección de gobernador en 2006. Porcentajes 50 45 40 35 46.45 46.99 Alianza por Chiapas (PRI-PVEM) Por el bien de todos (PRD-PT-C) 30 25 20 15 10 5 2.5 PAN Fuente: Elaboración propia con base en datos del IEPC Chiapas. Gráfica 4. Elección presidencial en Chiapas en 2006. Porcentajes 50 45 40 43.36 35 30 35.58 25 20 15 10 16.92 5 PAN Alianza por México (PRI-PVEM) Coalición por el bien de todos (PRD-PT-C) Fuente: Elaboración propia con base en datos del IFE. 323 4. LA ELECCIÓN DE 2012 El desempeño de los gobernadores de transición parecería suficiente para consolidar la presencia de los partidos rivales del PRI en el estado como ocurrió en otras entidades federativas, pero en la elección de 2012 una vez más el desempeño del candidato a la presidencia parece haber influido en los comicios locales. Los candidatos y su selección Por primera vez y conforme a las reglas electorales vigentes desde 2008, las elecciones locales fueron el mismo día que las federales. A éstas acudieron los candidatos Emmanuel Nivón González por el PAN; Manuel Velasco Coello, candidato común de PRI-PVEM-PNA; María Elena Orantes López por la coalición Movimiento Progresista por Chiapas integrada por PRD, PT y Movimiento Ciudadano (MC); y Marcela Bonilla Grajales por el Partido Orgullo por Chiapas (POCH), partido local. El abogado y maestro en administración Emmanuel Nivón González ha realizado su carrera pública en el municipio de Tapachula, su primer puesto fue de director de gobierno municipal del ayuntamiento (2005-2007); posteriormente, se desempeñó como delegado de tránsito municipal (2008-2011); y finalmente, fue electo presidente municipal (2011-2012) por parte de la coalición Unidad por Chiapas conformada por PAN, PRD, Convergencia y PNA. Contó con el apoyo de los candidatos chiapanecos a diputados federales y senadores por parte del PAN para impulsar su candidatura. Ha residido en Chiapas durante sus 32 años de vida y es egresado de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), donde es profesor de tiempo completo. Al inicio del proceso, Nivón aspiraba a una diputación federal y fungió como coordinador de campaña en la entidad de Josefina Vázquez Mota; pero a causa de respaldos tanto internos como externos al partido, decidió contender por la gubernatura. Su selección interna se caracterizó por un conflicto judicial al que se vio expuesto luego de que su principal adversario, Juan José Rodríguez Prats, presentó una impugnación en su contra por no haberse separado del cargo de presidente 324 municipal de Tapachula con 120 días de anticipación, de acuerdo con lo señalado por la Constitución Política del estado así como por el artículo 165 de la Ley Orgánica Municipal. No obstante, el Pleno del Tribunal de Justicia Electoral y Administrativa del Poder Judicial del Estado de Chiapas (TJEA), presidido por el magistrado Alberto Peña Ramos, resolvió revocar la resolución emitida por la Primera Sala de la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) del PAN en la que se le declaraba inelegible como precandidato para participar en el proceso interno de selección del candidato a gobernador. Ante ello, Rodríguez Prats decidió renunciar a la búsqueda de la candidatura panista al denunciar la intromisión directa del gobernador Juan Sabines y de la cúpula partidista local a favor de Nivón González. Por su parte, María Elena Orantes estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) así como la Maestría en Administración Pública y Políticas Públicas, y el Doctorado en Ciencias de la Administración en la misma institución. Fue priista y amiga personal de Enrique Peña Nieto durante la mayor parte de su carrera política. Ha ocupado diversos cargos de dirección partidista a escala estatal y nacional como lo son consejera política municipal, consejera política nacional, consejera política estatal en Chiapas y secretaria general de Comunicación Social en el Organismo Nacional de Mujeres Priistas (OMPRI). En la administración pública se ha desempeñado como coordinadora estatal de Relaciones Públicas y Comunicación Social en el IFE y en el otrora Consejo Estatal Electoral, y coordinadora estatal de la mujer en Chiapas. Además de haber desempeñado los cargos de diputada local de la LX Legislatura, diputada federal (2006-2009) y senadora por el estado de Chiapas en la LXI Legislatura. De acuerdo con sus propias declaraciones, renunció al PRI después de que en diciembre de 2011 el entonces virtual candidato priista a la presidencia de la república se opusiera a su postulación para la candidatura por ser mujer. Se convirtió en candidata de las izquierdas luego de que Yassir Vázquez Hernández, su principal contendiente, denunciara favoritismo hacia la expriista y desistiera de participar en una tercera encuesta mediante la cual se desempataría el proceso interno 325 de la coalición PRD-PT-MC. Cabe señalar que su designación provocó que varios perredistas abandonaran las filas del PRD, entre los que destacan la diputada federal Magdalena Torres Abarca, así como diputados locales y presidentes municipales (Hernández, 21 de febrero de 2012). En cuanto a Marcela Bonilla Grajales, es ex regidora de Chapa de Corzo y su carta de presentación es haber sido Señorita Chiapas, además de haber participado en otros concursos similares. Es dueña de un restaurante, un salón de eventos y un hotel (Grajales, 7 de junio de 2012). Durante las campañas apoyó de manera abierta a Josefina Vázquez Mota pero no al candidato panista a gobernador. Reconoció sus pocas posibilidades de ganar la contienda; sin embargo, no declinó a favor de otro candidato para evitar que el POCH, de presencia estatal, perdiera su registro ante el IEPC Chiapas. Por último, el candidato común de PRI-PVEM-PNA, Manuel Velasco Coello, inició su carrera política a los 21 años como diputado local por el PVEM (2001-2003), para ir dos años más tarde a la Cámara de Diputados (2003-2006) y acceder tres años después al Senado de la república para el periodo 2006-2012 por lo que ha protagonizado una meteórica carrera política. Es nieto del ex gobernador de Chiapas Manuel Velasco Suárez (1970-1976),9 estudió la Licenciatura en Derecho en la Universidad Anáhuac y, conforme a la tendencia dictada por el actual presidente electo de la república, su pareja es una actriz. Las características de Manuel Velasco no son anecdóticas. Por una parte, pertenece a una generación de políticos que son hijos o nietos de exgobernadores y expresidentes y que actualmente ocupan cargos de dirección en la administración federal o en el congreso. Por la otra, también forma parte de una generación ligada a los intereses del sector de la radiodifusión, ya sea por relaciones personales, familiares o profesionales.10 9 10 326 Muchas de las razones de la trayectoria de Manuel Velasco se deben a este personaje. En 2001, el exgobernador Velasco Suárez llevó a Chiapas a su nieto y se lo presentó al entonces jefe del ejecutivo estatal, Pablo Salazar Mendiguchía, para que éste impulsara su carrera política en el PVEM, uno de los partidos que se sumaron a su campaña. A partir de ese año, Velasco Coello ocupó varios cargos: líder estatal del PVEM; en 2001, fue diputado local y antes de terminar su encargo se convirtió en diputado federal, donde tampoco completó su tarea pues se lanzó como candidato a senador por el PRI y el PVEM en 2006. En aquella ocasión no completó su periodo como legislador por convertirse en candidato a gobernador (Mandujano, 5 de julio de 2012). Coloquialmente se conoce a estos grupos como la juniorcracia y la telebancada. Otra de sus particularidades es su cercanía con Enrique Peña Nieto, a pesar de que pertenecen a distintos partidos políticos, lo cual, sin embargo, no es extraño si consideramos que desde 2003 PRI y PVEM han participado juntos en alianzas estatales y federales; además de ser sobrino político de Manuel Camacho Solís.11 Su candidatura generó descontento entre priistas por haber sido cedida al PVEM y entre miembros del partido que también tenían aspiraciones, destacando María Elena Orantes. Durante el debate organizado por el IEPC Chiapas y llevado a cabo el 7 de junio, las posturas de los candidatos sobre diversos temas fueron las siguientes (Grajales, 7 de junio de 2012): Emmanuel Nivón.- señaló que Chiapas era una potencia en la comercialización de productos y propuso crear un Centro de Distribución Logística en la zona fronteriza. Asimismo, se comprometió a fortalecer el ecoturismo. Nivón dijo que su política situaría a Chiapas del tercer al décimo lugar en materia de pobreza, y que realizaría audiencias públicas mensuales en cada municipio. María Elena Orantes.- en materia educativa indicó un incremento de becas, computadoras, desayunos, útiles escolares y uniformes; además de dotar de autonomía plena a las universidades. Se comprometió a encabezar un gobierno respetuoso de los poderes legislativo y judicial. Marcela Bonilla.- garantizó fortalecer el turismo a través de Marca Chiapas, la creación de nuevos centros turísticos, la construcción de nuevas carreteras y el impulso al Programa Pueblos Mágicos. Además, dijo que fundaría una Secretaría de la Juventud y el Deporte, y abriría espacios para que los adultos mayores estudien la primaria y secundaria, así como guarderías. También prometió desayunos y becas escolares, y defendió los derechos de la mujer a la libre reproducción y a una vida sin violencia. Manuel Velasco.- prometió pensiones para las madres solteras, duplicar las clínicas de la mujer a 26, seguro de vida para las jefas de familia y créditos a las mujeres emprendedoras. Asimismo, dijo que generaría 250 mil becas para estudiantes y apoyos fiscales para los empresarios 11 Coordinador de Diálogo para la Reconstrucción de México (Dia), expriista y ex regente capitalino. 327 que dieran a los jóvenes su primer empleo. También crearía la Secretaría de la Juventud y el Deporte y daría continuidad al programa Amanecer para los adultos mayores. Además, dijo que respetaría al EZLN. En sus palabras, Velasco impulsaría un programa agresivo de conservación del medio ambiente y desazolve de ríos, e indicó que la educación ambiental sería obligatoria en primaria y secundaria. Se comprometió con los ganaderos y productores agrícolas a poner en marcha programas para multiplicar sus productos y comercializarlos mejor en el mercado. Respecto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio dijo que serían su guía para combatir la pobreza. Apuntó que él no apoyaría a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la construcción de una presa hidroeléctrica, porque a pesar de que Chiapas produce el 30% de la electricidad que consume el país, son altas las tarifas que pagan los chiapanecos. Los resultados La campaña de Manuel Velasco se apoyó en gran medida en la figura de Enrique Peña Nieto aunque el candidato del PRI-PVEM-PNA logró construir una imagen propia al presentar la combinación de juventud y experiencia ante el electorado. Mientras los medios nacionales reflejaban un estilo solemne y serio de Peña Nieto, los medios locales coincidían en el carácter festivo, desenfadado e informal de las presentaciones públicas de Velasco Coello. A pesar de existir una amistad declarada entre los candidatos local y el federal, Velasco estableció una agenda de compromiso propia, independiente, aunque no contradictoria con la que desarrolló el candidato a la presidencia en esa entidad.12 Esta exitosa configuración se puede corroborar en los resultados electorales ya que mientras el candidato a gobernador por el PRI obtuvo casi 50 puntos porcentuales más que su rival más cercano, Peña Nieto obtuvo en la entidad una ventaja de 14.7%. Por su parte, la candidata de Movimiento Progresista parece haberse beneficiado más por la campaña presidencial. Su lanzamiento, 12 328 Los compromisos de campaña de Manuel Velasco están disponibles en http://manuelvelasco.org.mx/ compromisos.php tras romper con el PRI, requirió necesariamente del respaldo de Andrés Manuel López Obrador para poner a su favor las estructuras de tres partidos que la veían como recién llegada, pues su adopción pasó sobre las aspiraciones de los militantes locales del PRD, del PT y de MC. De tal manera, la disciplina partidista fue decisiva para el abanderamiento de Orantes, pero también para el desarrollo de la campaña y el resultado de la elección. La candidatura de López Obrador fue, sin duda, más competitiva y dio lugar a una elección más reñida que la local. El tabasqueño prácticamente duplicó las cifras obtenidas por la candidata al gobierno chiapaneco. También Josefina Vázquez Mota consiguió casi siete puntos porcentuales más que el candidato Emmanuel Nivón, lo que hace pensar en un franco voto de confianza de los electores hacia Manuel Velasco, más que un efecto colateral de la exitosa campaña que Enrique Peña Nieto tuvo en otras entidades de preferencia priista. Gráfica 5. Elección de gobernador en 2012. Porcentajes 70 60 67.14 50 40 30 17.41 20 10 9.28 1.31 PAN PRI-PVEM-PNA Movimiento Progresista por Chiapas (PRD-PT-C) POCH Fuente: Elaboración propia con base en datos del IEPC Chiapas. 329 Gráfica 6. Elección presidencial en Chiapas en 2012. Porcentajes 50 45 40 45.93 35 30 31.22 25 20 15 10 16.05 5 2.36 PAN Compromiso por México (PRI-PVEM) Movimiento Progresista (PRD-PT-C) PNA Fuente: Elaboración propia con base en datos del IFE. En esta ocasión, 1 millón 343 mil 979 votos de PRI-PVEM-PNA le otorgaron un amplio margen de victoria a su candidato por lo que la competitividad en la elección fue nula. Ello convirtió a Velasco en uno de los gobernadores más jóvenes de la historia de nuestro país, solo superado por Roberto Borge de Quintana Roo quien asumió el cargo a los 30 años. Cabe destacar que en los dos procesos anteriores el PRI no había alcanzado el umbral del 50% de la votación total. Asimismo, es de notar el decremento en los números del PRD pues perdió casi 200 mil electores respecto de 2006 lo que le valió una disminución del 30% de la votación en la entidad. En cuanto al índice de participación, el de 2012 ha sido el más positivo ya que se logró un 66.35% de concurrencia a las urnas. Son varios los fenómenos que explican estos resultados, pero sin duda entre los principales se encuentran las divisiones al interior de los partidos perdedores y la presencia de una estructura priista que no se debilitó de manera significativa durante los años que el tricolor fue oposición en la entidad. Pero la anterior no es la única explicación para el éxito de Manuel Velasco. El gobernador electo cuenta con sus propias redes de apoyo familiares, lo bastante sólidas para que los priistas chiapanecos res- 330 paldaran a un candidato del PVEM sin considerarlo una imposición del centro o de Peña Nieto. Los registros de prensa de la primera mitad de 2012 describen una campaña altamente mediatizada y apuntalada con abundantes recursos económicos, pero una moderada presencia física del candidato. Los registros noticiosos de la campaña señalan la explotación de su imagen juvenil junto a cierta frivolidad y escasa puntualidad en los actos de campaña. Probablemente una parte de su éxito se deba a los errores de sus rivales, pero también a los del gobernador saliente, cuyo desempeño, a pesar de salir bien calificado en las encuestas, no estuvo exento de conflictos. Destacan, entre los más cercanos a la elección, la declaración de inconstitucionalidad de la ley electoral del estado, luego de que el gobernador Juan Sabines Guerrero intentara designar a los presidentes municipales por un periodo de un año (2011), a raíz de que las nuevas reglas estatales previeron empatar el calendario estatal con el federal después de la elección de alcaldes de 2010. También fue de importancia la confrontación con Pablo Salazar Mendiguchía plagada de acusaciones mutuas sobre robo y corrupción cuyo desenlace fue el encarcelamiento del exgobernador. En cualquier caso, las campañas transcurrieron con una presencia modesta de los candidatos del PAN y POCH, junto a una actitud más beligerante de la candidata de las izquierdas y la influencia de la elección presidencial que incluyó acusaciones de que la campaña de Manuel Velasco había rebasado los topes de campaña. Los otros comicios: diputados locales y ayuntamientos En las elecciones locales, el PRI ha sido la fuerza predominante, lo mismo en las contiendas para elegir diputados locales que en las de ayuntamientos y presidentes municipales. Cabe resaltar, que ésta fue la primera ocasión en la que se otorgó una circunscripción especial a Rhosbita López Aquino de Tapachula y migrante en Utah (postulada por PAN y POCH) conforme a la reforma aprobada para que ciudadanos del estado residentes en el extranjero fueran votados para ocupar la curul 41. 331 La LXV Legislatura tendrá mayoría priista con 16 diputados, 13 del PVEM, 4 del PAN, 3 del POCH, 2 del PRD, 2 de MC y 1 del PT. En las dos legislaturas anteriores ningún partido había obtenido dicha posición por lo que el próximo gobernador tendrá como gran aliado al congreso. Cuadro 2. Representación parlamentaria LEGISLATURA LXIII (2007-2010) LEGISLATURA LXIV (2010-2012) LEGISLATURA LXV (2012-2015) PARTIDO POLÍTICO MR RP MR RP MR RP CIRCUNSCRIPCIÓN ESPECIAL DE LOS CHIAPANECOS MIGRANTES EN EL EXTRANJERO PAN 4 37113 PRI 9 5 7 5115 PRD 73622 PVEM 1 23394 PT 1131 Convergencia (MC) 11 111 PNA 1 11 1 POCH21 Total 24 1624162416 1 Fuente: Elaboración propia con base en datos del Congreso del estado de Chiapas y del IEPC Chiapas. En cuanto a los ayuntamientos ganados por partido, será el PVEM quien gobierne la mayor cantidad de los mismos, seguido del PRI, PRD y PAN. 332