Dimensiones económicas de las migraciones

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ANUARIO DE LA ESCUELA DE PRÁCTICA JURÍDICA
DIMENSIONES ECONÓMICAS DE LAS MIGRACIONES
Mª DE LA CONCEPCIÓN GONZÁLEZ RABANAL
Departamento de Economía Aplicada y Gestión Pública
UNED
Aún cuando existen dificultades conceptuales para delimitar el fenómeno
migratorio en cuanto tal, lo cierto es que parece ser admitido que del mismo se eliminan
los movimientos forzosos de población (asilo, refugio), los de carácter interno al propio
país (caso del éxodo rural de los años sesenta en España, por ejemplo) y aquéllos
protagonizados por personas que gozan de alto poder adquisitivo (deportistas de elite,
directivos de empresas multinacionales), o por razones de turismo con estancias más o
menos prolongadas en el país de destino. De este modo, el fenómeno migratorio
quedaría circunscrito a los movimientos de población de carácter transnacional,
protagonizados por personas sin recursos previos que se dirigen a un país desarrollado
en busca de un nivel de vida mejor que el que tenían en su país de procedencia.
Por otro lado, hablar de las dimensiones económicas de la inmigración es
circunscribir este tema a una sola de las vertientes que, desde el punto de vista
económico, tiene el fenómeno migratorio ya que en el mismo están implicados tanto los
países emisores, como los receptores e, incluso, los de tránsito.
No hay que olvidar, pues, que cuando alguien llega como inmigrante a un lugar
es porque previamente ha salido como emigrante de otro.
Prefiero, por consiguiente, hablar de las dimensiones económicas del fenómeno
migratorio o, si se prefiere, de las migraciones.
En estos desplazamientos, desde luego, el aspecto económico impregna desde su
causalidad hasta sus consecuencias, pasando por el propio proceso de cambiar de lugar
de residencia en el que inciden distintos costes, ya sean directos o indirectos.
Si se realiza un estudio de las causas profundas de las migraciones en la
actualidad, lo cierto es que el principal motivo para cambiar de lugar de residencia es,
como se ha señalado, el deseo de mejorar las condiciones de vida, es decir, se emigra
fundamentalmente por razones económicas. En este sentido, las condiciones
estructurales de los p1aíses de destino juegan un gran papel. Las posibilidades que
ofrecen para encontrar un puesto de trabajo digno, los niveles salariales y las
condiciones de vida asociadas a aquél actúan como factores de atracción para los
potenciales emigrantes. También actúan en este sentido las propias circunstancias
socioeconómicas de los países de procedencia, víctimas de fuertes presiones
demográficas, con una estructura productiva apenas desarrollada, con situaciones de
sobreexplotación de los recursos naturales y con escasas posibilidades de encontrar un
puesto de trabajo digno que reporte recursos suficientes para sobrevivir.
Tradicionalmente la Teoría Económica ha pretendido explicar las causas
económicas de las migraciones desde el punto de vista de la oferta y de la demanda.
La oferta de inmigrantes viene determinada fundamentalmente por una situación
de paro o subempleo y por las expectativas de mayores ingresos laborales en el país de
destino, o la existencia en él de un Estado de bienestar generoso.
También el factor económico es importante incluso para quienes piensan que es
el entorno familiar el que desempeña un papel relevante ya que en la medida en que la
1
Un análisis más exhaustivo de las mismas puede verse en: GONZÁLEZ RABANAL, Mª C. (et al.): El
entorno económico actual, Madrid, Thomson, 2003, pp. 51 y ss.
UNED. Anuario de la Escuela de Práctica Jurídica. Nº 1. 2006. ISSN 1886-6328
Mª DE LA CONCEPCIÓN GONZÁLEZ RABANAL
familia ve la emigración como una estrategia para diversificar los ingresos destinada a
reducir el riesgo, es un fenómeno que se autoalimenta: cuando el tamaño de la familia
aumenta, nuevos miembros de la misma optan por trasladarse a otros países con mejores
oportunidades de empleo.
Al tiempo que estos elementos de naturaleza económica incentivan la
emigración, otros la frenan; tal es el caso de los costes financieros de la misma (el coste
del desplazamiento y de la supervivencia hasta alcanzar nuevos ingresos), la carencia de
recursos propios, la dificultad para acceder al crédito, o los costes de oportunidad2 en
los que se incurre.
En el caso de la demanda, las variables económicas se manifestarían en forma de
cierta escasez de mano de obra nativa para determinados segmentos del mercado de
trabajo (la agricultura, el servicio doméstico, la construcción o la hostelería servirían de
ejemplo) y en la posibilidad de pagar salarios menores a los trabajadores inmigrantes, al
menos mientras son irregulares en el país de destino, lo cual haría ver la inmigración,
por parte de ciertos sectores empresariales, como una forma de abaratar los costes de
producción e incrementar el margen de beneficio empresarial sin perder competitividad.
Desde el punto de vista de los efectos3 que producen las migraciones es
necesario diferenciar entre los que afectan a los países de destino y los que afectan a los
países de origen.
Para el país de destino:
No cabe duda de que la afluencia de trabajadores inmigrantes que cubre
determinados nichos del mercado laboral del país de destino, es decir, que complementa
la oferta de trabajo autóctona, contribuye a reducir la tasa de desempleo de éste, a
mejorar la productividad de los demás factores, los salarios y la renta del país. Las cifras
corroboran este hecho ya que para el caso español, por ejemplo, el período en el que
más se ha reducido la tasa de paro (1996-2002) ha coincidido con el de más intensa
afluencia de inmigrantes.
Además, la mayor disponibilidad a la movilidad que tienen los trabajadores
foráneos mejora la asignación eficiente de recursos y eleva la capacidad de ajuste del
mercado de factores productivos y con ello incrementa la competitividad empresarial.
Cuando la mano de obra extranjera compite con la nacional por unos mismos
puestos de trabajo, aumenta la tasa de paro y se reducen los salarios. Si, además, los
inmigrantes están dispuestos a trabajar a cualquier precio, pueden provocar situaciones
de dumping social y empeorar significativamente las condiciones de los trabajadores
nativos que ven en ellos una amenaza seria a su status laboral.
La existencia de más trabajadores, aunque sean éstos inmigrantes, favorece la
generación de rentas –si no ha habido efecto sustitución de trabajadores nacionales- y,
por consiguiente, el pago de impuestos y de mayores aportaciones a la Seguridad Social.
Es probable también que los inmigrantes se integren en la comunidad de destino
y creen sus propios negocios, contribuyendo de este modo a crear riqueza. Por otro lado,
el inmigrante es, generalmente, debido a su necesidad de supervivencia, especialmente
innovador, por lo que puede erigirse también en un elemento de incuestionable valor en
términos de progreso económico y en un factor de cambio.
Si hay entrada de trabajadores cualificados, el país de destino se beneficia de un
capital humano en cuyo coste de formación no ha participado. También es verdad que el
2
Bajo esta denominación se hace referencia, desde el punto de vista económico, a aquello a lo que se
renuncia.
3
Una exposición más detallada de los mismos puede consultarse en GONZÁLEZ RABANAL, Mª C. (et al.):
Análisis económico de la inmigración en España: una propuesta de regulación, Madrid, UNED, 2005,
pp. 34 y ss.
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capital humano adquirido en él al trabajar puede perderse si hay retorno. No hay que
olvidar que emigran los más jóvenes y los mejor preparados.
De la misma manera, los inmigrantes se convierten en demandantes de muchas
de las principales partidas de gasto social: sanidad, educación, vivienda, servicios
sociales y, cuando los actuales trabajadores alcancen la edad de jubilación, también de
pensiones de jubilación. Ellos y sus familias, generalmente más extensas que las de los
países de destino, gracias a sus pautas demográficas -con mayor tasa de natalidad- y al
reagrupamiento familiar4, demandarán más gasto de este tipo, aunque también es cierto
que gracias a los inmigrantes ha sido posible mantener, por ejemplo, colegios que
estaban a punto de cerrarse por falta de recursos, dejando en una situación no muy
estable a los profesionales dedicados al sector educativo. Es necesario, pues, abordar
estos efectos desde una perspectiva temporal más amplia que la del corto plazo, que es
la adoptada por la mayoría de los estudios realizados hasta el momento, por no decir la
totalidad.
Para el país de origen:
La emigración constituye un alivio para eliminar ciertas tensiones en el mercado
laboral incapaz de absorber a toda su población activa.
El envío de remesas de los inmigrantes a los países de origen es un elemento
importante para la mejora del saldo de la cuenta corriente de su balanza de pagos. Las
estadísticas revelan que las remesas constituyen una fuente de recursos más dinámica
incluso que la ayuda internacional, mejor distribuida que la inversión y más estable que
los flujos de capital5.
Estas remesas6 pueden contribuir a mejorar la dotación de capital de los países
receptores y permitir la financiación de proyectos de inversión que contribuyan al
desarrollo económico de los mismos, pero también pueden generar una “dependencia
paralizante” que haga que sus perceptores pierdan toda motivación para mejorar por sí
mismos su situación.
Si los emigrantes retornan contribuyen también con su preparación y no sólo con
sus ahorros a mejorar la dotación de capital de sus países de origen. Éstos de benefician
de los rendimientos del mismo sin haber participado en su financiación, pero si no hay
retorno, la emigración favorece el envejecimiento de la población, elevando el gasto
inherente a la atención a este colectivo, y comporta una valiosa pérdida de capital
humano de la que puede derivarse también una caída de la innovación tecnológica ya
que, en general, suelen ser los jóvenes los que mayoritariamente protagonizan los
procesos migratorios, es decir, los más proclives a incorporar los avances tecnológicos y
a emprender proyectos.
Como consecuencia de todo lo expuesto es muy difícil calcular el saldo de
beneficios y costes para los países implicados en los procesos migratorios. El reparto
puede ser desigual entre unos y otros, pero es evidente que de la misma manera que la
teoría del comercio internacional prescribe ganancias en términos agregados derivadas
de la liberalización de los movimientos de mercancías, la liberalización de los
movimientos de personas puede contribuir a un mejor reparto de la renta y de la riqueza
a nivel mundial y con ello a atajar en su origen una de las causas que explican los
4
En este sentido también tienen un impacto importante en términos de rejuvenecimiento demográfico
que, si bien no es un factor estrictamente demográfico, contribuye a aligerar los futuros costes de
sostenimiento económico de una población envejecida que disfruta, además, de una elevada esperanza de
vida.
5
La Encuesta de Inserción en el mercado laboral de 1996 revelaba que, por ejemplo, los emigrantes de
los países del este destinan el 41,46% de sus ingresos a esta partida, o los latinoamericanos, el 33,79%.
6
Según una información recientemente aparecida en el diario ABC, los inmigrantes envían a sus países
cerca del 35% de sus salarios (ABC, 22 de abril de 2006, p. 41).
3
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movimientos migratorios. Aunque no está claro si es mejor desarrollar primero para
reducir la emigración o permitir que ésta se produzca y después tratar de potenciar el
crecimiento económico, lo cierto es que las teorías que explican las ventajas del
comercio a nivel mundial bien pudieran suministrar argumentos igualmente válidos para
interpretar la liberalización de los movimientos de personas en niveles sostenibles en
clave de lograr una mayor cohesión social a nivel mundial.
Sólo será necesario gestionar de forma adecuada estos flujos de población de
modo que sus costes se minimicen y sus beneficios se maximicen, canalizándose hacia
toda la sociedad y no hacia grupos individuales de la misma (traficantes o empresarios
sin escrúpulos), aunque a nadie se le ocultan las dificultades inherentes para que esta
gestión sea eficiente.
FACTORES ECONÓMICOS QUE INCIENTIVAN LA INMIGRACIÓN
DE OFERTA
DE DEMANDA
Situación de paro o subempleo en el Escasez de mano de obra nativa para ciertos
país de origen.
segmentos del mercado de trabajo.
Expectativas de mayores ingresos en el Posibilidad de pagar menores salarios a los
país de destino.
inmigrantes irregulares.
Estrategia para diversificar los ingresos Utilización de capital humano en cuyo coste
de la familia.
de formación no se ha participado.
Existencia de generosos Estados de Aprovechamiento de la mayor disponibilidad
bienestar en los países de destino.
al cambio de los inmigrantes.
Existencia de relaciones comerciales
previas.
Deterioro medioambiental.
Desastres naturales.
FACTORES ECONÓMICOS QUE FRENAN LA EMIGRACIÓN
Costes financieros del desplazamiento (directos y de oportunidad)
Carencia de recursos propios.
Dificultad para acceder al crédito.
Incertidumbre sobre los ingresos futuros.
Controles policiales y legislación poco permisiva en el país de destino
Dificultades para la integración y el reagrupamiento familiar
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LAS MIGRACIONES
PARA EL PAÍS DE ORIGEN
Disminuyen las tensiones en su
mercado laboral, al reducirse la oferta
que compite con una demanda
escasa.
Si hay envío de remesas:
-Pueden contribuir al despegue
económico de los países de origen.
-Pueden
crear
“dependencia
PARA EL PAÍS DE DESTINO
Llenan ciertos nichos del mercado laboral no
cubiertos con trabajadores autóctonos (servicio
doméstico, hostelería, agricultura, construcción)
Si la mano de obra foránea es complementaria
de la nativa: aumentan la productividad de los
demás factores, los salarios y la renta.
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paralizante”.
Pérdida de capital humano, si no hay Si la mano de obra foránea es sustitutiva de la
retorno.
nativa, y si, además, el mercado de trabajo no es
flexible, el paro puede crecer.
Si hay retorno: se beneficia de un Pueden favorecer el dumping social,
capital humano cuyo coste de especialmente como consecuencia de los
formación no ha sufragado.
inmigrantes ilegales.
Si se genera más renta: se pagan más
impuestos.
Si son regulares: se incrementa el número de
cotizantes a la Seguridad Social.
Aumentan el gasto de ciertas prestaciones
sociales: educación, sanidad, vivienda, servicios
sociales…
Más capital humano (si no hay retorno).
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