BIBLIOGRAFÍA GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús y GONZÁLEZ NAVARRO, Francisco, Comentarios a la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (Ley 30/1992, de 26 de noviembre), 4ª edición actualizada y renovada, Ed. Thomson-Civitas, Madrid, 2007, pp. 3.870. 1. Acaba de publicarse una nueva edición, la cuarta, de los Comentarios a la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común de los profesores GONZÁLEZ PÉREZ y GONZÁLEZ NAVARRO. Esta nueva edición, fiel al diseño de la obra, comenta precepto a precepto el contenido de la Ley 30/1992, en su versión consolidada, a lo que se adicionan cuatro apéndices de carácter normativo, entre los que pueden destacarse el primero sobre la reforma de aquella Ley llevada a cabo por la Ley 4/1999, de 13 de enero, y el tercero que referencia otras normas que, expresa o implícitamente, complementan la Ley 30/1992, entre las que se incluyen las recientes normas autonómicas sobre la llamada «Administración electrónica». Desde una perspectiva general es obligado destacar que los Comentarios son una perfecta combinación de continuidad y renovación. De un lado, se mantienen las características objetivas que han justificado y justifican la valiosa utilidad y el consiguiente éxito de la obra, como son su carácter sistemático e integral, de un lado, y su doble e inescindible dimensión teórico-práctica, de otro. Basta la simple lectura del índice de la obra para apreciar la depurada y encomiable sistemática seguida en la exégesis de los distintos preceptos; estudio que va más allá del mero comentario analítico del precepto para examinar las cuestiones teóricas y prácticas suscitadas, tanto de forma directa como colateral, desde una visión global del ordenamiento jurídico. El carácter general de la Ley 30/1992 y su funcionalidad estructural del ordenamiento jurídico-administrativo sirven para mostrar sus múltiples aplicaciones y conexiones con otras leyes administrativas, a modo de una glosa que trata de responder a las cuestiones y problemas que plantea la aplicación de la norma. La obra, por ello, imbrica de forma espléndida los aspectos teóricos y prácticos. Los comentarios no dejan de lado, sino que se adentran en la vertiente teórica que entraña cada precepto, aportando a tal fin la doctrina científica en cada caso pertinente y, en su caso, su evolución con muestra de las tesis actuales. Y al tiempo se proyecta también la dimensión práctica de la norma comentada, al hilo de la jurisprudencia que ha sido previamente expurgada y es ordenada y anotada reflejando los fundamentos justificativos del fallo, con reflejo, en su caso, de la diversidad de líneas jurisprudenciales y de la consolidada, así como de la razonada opinión jurídica del comentarista. Así pues, la obra aporta la explicación y el estudio de la evolución legislativa, jurisprudencial y también doctrinal en relación con cada uno de los preceptos comentados. Además, se trata de una nueva edición actualizada y renovada; adjetivos que merecen ser destacados. En efecto, la actualización se manifiesta, amén de la lógica adopción del texto legal vigente o consolidado, en la puesta al día de la legislación referenciada, de la jurisprudencia y de la doctrina científica citadas, recogiendo las sentencias y aportaciones científicas más recientes. Y ello desde un planteamiento novedoso, reemplazando lo viejo por lo nuevo, haciendo de nuevo la obra. Son, por ello, pertinentes aquí las palabras de Santiago MUÑOZ MACHADO en el Prólogo a la obra colectiva por él dirigida Diccionario de Derecho Administrativo (2 321 322 BIBLIOGRAFÍA tomos, Iustel, 1ª edición, 2005), quien señala que el fracaso de la codificación del Derecho público determinó que el testigo lo asumieran algunos grandes juristas de la época y las compilaciones doctrinales difundidas por editoriales privadas, que fueron la mayor herramienta para el conocimiento del Derecho en el siglo XIX, lo siguen siendo hoy, sin que se avizore un futuro en el que pierdan su influencia, pues llama la atención sobre el peligro del empleo de las nuevas tecnologías mediante bases de datos electrónicas en razón de la aportación de una ingente información sin orden ni concierto tanto sobre legislación como respecto de la jurisprudencia, que se acumulan sin el menor esfuerzo de anotación. Ante ello decía el profesor MUÑOZ MACHADO que «lo que la revolución tecnológica no puede hacer olvidar es que estamos de nuevo ante un período histórico, incomparable con cualquier otro anterior, en el que el conocimiento del Derecho no depende tanto del legislador, de los tribunales, o de la Administraciones, como de los juristas. No creo que, entre las transformaciones del Derecho de nuestro tiempo, que son tantas y tan deslumbrantes, haya que incluir también la emergencia de un Derecho de juristas frente al legal y jurisprudencial. Digo, sin embargo, que el conocimiento del Derecho depende esencialmente de su correcta compilación, consolidación y anotación, y que este trabajo es el más principal de los juristas de nuestro tiempo. (...) La ignorancia del Derecho, ahora como nunca, sólo puede ser salvada por los nuevos responsa que serán el fruto, sobre todo, del trabajo indicado». 2. No procede reseñar aquí el contenido de esta obra, ni siquiera resumirla, pues es indudable la relevancia del libro como valiosa aportación para el mejor conocimiento de la legislación general del procedimiento administrativo. A tal fin, es suficiente dar cuenta del comentario de un bloque material o de alguna institución regulada con carácter general en la Ley 30/1992. Por mi parte, he de centrarme en el comentario del Título X (artículos 139 a 146) sobre la responsabilidad de las Administraciones públicas y de sus autoridades y demás personal a su servicio, cuyo estudio se realiza por el profesor GONZÁLEZ PÉREZ, reconocida autoridad en la materia. En el examen de estos preceptos sobre la responsabilidad se muestra de forma patente la constante imbricación entre teórica y práctica que caracteriza toda la obra. El estudio institucional realizado tiene en cuenta los aspectos teóricos de la institución, con referencia a la mejor y reciente doctrina, y, al tiempo, la vertiente práctica en la que se maneja de forma ordenada y depurada la extensa jurisprudencia del Tribunal Supremo en la materia, indagando en los criterios consolidados e indicando, en su caso, la doctrina dominante (por ejemplo, en el completo estudio de la relación de causalidad). La aproximación a la noción se inicia con la distinción entre expropiación y responsabilidad, pero de inmediato se indica –de la mano de la jurisprudencia del Tribunal Supremo– que es una diferencia de carácter más formal o adjetivo que sustancial, pues no puede desconocerse que existe una similitud básica derivada de su común finalidad resarcitoria, con las consecuencias prácticas que ello conlleva. Por tanto, las notas que delimitan la responsabilidad patrimonial de las Administraciones públicas son: que la lesión sea imputable a una Administración pública; no derivada de relaciones contractuales; responsabilidad objetiva de carácter general; y derivada de actividad sujeta al Derecho Administrativo y de actividad sujeta a normas de distinta naturaleza. En el análisis de los requisitos objetivos de la responsabilidad patrimonial, en cuanto a la imputación a una Administración pública, se examina de forma cabal, con expresión de numerosos ejemplos fruto del carácter casuístico de la jurisprudencia en la materia, la imputación derivada del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos; y a continuación el riesgo creado por la Administración como título de imputación, señalando los requisitos del riesgo relevante a efectos de responsabilidad de la mano de la doctrina y de la jurisprudencia, con referencia al estado de conocimiento de la ciencia y de la técnica. BIBLIOGRAFÍA Específica atención se presta a la responsabilidad patrimonial por actos legislativos. Partiendo de la evolución jurisprudencial se llega al artículo 139.3 de la Ley 30/1992, considerando, a la vista del texto legal, los actos legislativos de naturaleza expropiatoria y los actos legislativos que no son de naturaleza expropiatoria. En relación con los segundos se indican los criterios señalados por la jurisprudencia para determinar en qué supuestos sería procedente la indemnización en aplicación de un acto legislativo, en especial los siguientes: la inconstitucionalidad de la ley; daño antijurídico que el administrado no tenga el deber de soportar; y que el daño revista caracteres singularizados, que se deriven de derechos patrimonializados. El comentario al artículo 140 es otra manifestación del carácter integral y sistemático de la obra, pues aborda también la responsabilidad concurrente de la Administración pública y particulares, en especial con sus colaboradores, analizando la compleja problemática que en la práctica se suscita en razón a las distintas situaciones de partida según sea o no responsable directo el contratista o concesionario respecto del sujeto responsable, del orden jurisdiccional o del procedimiento a seguir (cfr. arts. 1.3 RPRP y 97 LCAP). Cuando se trata de la concurrencia entre Administraciones, no existe en la jurisprudencia un criterio uniforme, si bien de las consideraciones de algunas sentencias más características extrae como criterio dominante el de responsabilizar a una sola Administración pública, analizando asimismo los supuestos de responsabilidad solidaria. Respecto de la indemnización (comentario al artículo 141), recoge el principio de reparación integral y estudia la indemnización en dinero, señalando los criterios de valoración a través de numerosas sentencias, en especial sobre la valoración de los daños corporales y morales inherentes a ellos. En este sumario reflejo de cuestiones y aportaciones relevantes de la obra, se llega al procedimiento para exigir la responsabilidad (artículo 142). Aquí se recoge la jurisprudencia sobre la responsabilidad derivada de la anulación de actos legislativos y se estudian los requisitos del procedimiento para la exigencia de tal responsabilidad, indicando los requisitos subjetivos, objetivos y de la actividad, con una especial consideración, preñada de citas jurisprudenciales, en cuanto al plazo para ejercer la acción de resarcimiento. Ello pone de relieve que la obra realiza un estudio completo y riguroso de la Ley comentada, y en particular un análisis cabal y sistemático de una institución tan relevante y ejercitada como es la responsabilidad patrimonial de la Administración, en la que la copiosa jurisprudencia, por naturaleza casuística, es ofrecida de forma ordenada, útil y manejable a todos los operadores jurídicos. 3. Finalmente, ni este libro ni sus autores necesitan presentación, pues se presentan, tanto uno como otros, por sí mismos. En relación con los segundos basta reseñar que son prestigiosos profesores y juristas que han recibido el merecido homenaje de la comunidad académica en reconocimiento de su autoridad (La protección jurídica del ciudadano. Estudios homenaje al profesor Jesús González Pérez, coordinado por Lorenzo Martín-Retortillo, Ed. Civitas, Madrid, 1993; y Organización y procedimientos administrativos. Libro Homenaje al Profesor Francisco González Navarro, dirigido por J. F. ALENZA GARCÍA y J. A. RAZQUIN LIZARRAGA, Gobierno de Navarra y Thomson-Aranzadi, Pamplona, 2007). La obra, como demuestra el éxito de las ediciones anteriores, constituye un valioso instrumento para el conocimiento, interpretación y aplicación de la Ley 30/1992, que facilita el hallazgo de soluciones para los problemas que diariamente se suscitan a todos los operadores jurídicos en su aplicación. Según indicó José Francisco ALENZA GARCÍA respecto de la segunda edición de esta obra (en esta misma RJN núm. 27/1999), afortunadamente contamos con estos Comentarios para superar el desconcierto inicial que la vorágine de reformas y contrarreformas implica. 323 324 BIBLIOGRAFÍA La utilidad de la obra para los juristas es incuestionable, pues en ella encontrarán respuestas a las cuestiones interpretativas y de aplicación que plantea la Ley 30/1992. Como decía Alejandro NIETO en su recensión a la primera edición de estos Comentarios (RAP núm. 144/1977), se trata de una obra inspirada por el pragmatismo, cuyo resultado es un vademécum para abogados, que encuentran aquí la solución a las cuestiones planteadas en relación con esta Ley y en particular una ordenada y cuidada jurisprudencia que exime de acudir a las bases de datos. En fin, estos Comentarios son una excelente herramienta que resulta imprescindible para la interpretación y aplicación de la Ley 30/1992. Una obra enriquecedora para todos y sumamente útil en la aplicación práctica de la Ley comentada. JOSÉ ANTONIO RAZQUIN LIZARRAGA