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Agathos Portada 40_Agathos Portada 07/01/14 13:54 Página 1
AGATHOS.NET
SumarioAgathos
Guía de Autores:
4
Saymon Vongsavath Rosales
Abordaje social del duelo. La transculturalidad de la muerte en nuestra sociedad
El apogeo existente en relación a los movimientos sociales y migratorios vividos en las
sociedades, provoca la conglomeración de culturas en una misma área geográfica, teniendo los profesionales sociosanitarios que trabajar con pacientes de diferentes culturas. Debe saberse que las personas que migran comparten con su país de partida no solo
remesas económicas, sino una serie de remesas sociales (valores, ideas o costumbres).
Dirección
Dolors Colom (Barcelona)
Directora científica y co-directora académica del
Master Unversitario de Trabajo Social Sanitario.
14
Estudios de Ciencias de la Salud.
Universitat Oberta de Catalunya. UOC.
Editora adjunta
El artículo pretende mostrar la reflexión realizada sobre la necesaria evolución que
debería realizar el club social, servicio social especializado para personas con trastorno mental severo. Un recurso que nació en una época histórica determinada, para
atender a un perfil de personas muy concreto, y que actualmente esta atendiendo a
otro perfil de usuarios, los cuales ya se han beneficiado de las mejoras del proceso de
reforma psiquiátrica que se realizó en Cataluña a partir de los años 70. El artículo
propone nuevas líneas de intervención innovadoras para que este servicio, joven y flexible, pueda reformularse y dar respuestas más adecuadas, a la nueva población, objeto de su atención.
Teresa Fonoll (Barcelona)
Subdirecciones
Josep Canals (Barcelona)
Pilar Duocastella (Barcelona)
Julia Montserrat (Barcelona)
Charo Suarez (A Coruña)
Corresponsalias
Aragón - María Luisa Juan
Asturias - Rocío Redondo
26
Canarias - María Concepción Abreu
Este trabajo se centra en el análisis del significado que tuvo el trabajo social en los
planteamientos de reforma de la sanidad surgidos a partir de 1970 en España, favorecidos por varios factores entre los que cabe destacar, la consideración del impacto de los
aspectos sociales en la medicina. El objetivo es poner de manifiesto la consideración
que tuvo el trabajo social dentro de lo sanitario en las propuestas que impulsaron el
proceso hacia la reforma sanitaria realizada en la década de 1980 y, como una experiencia singular dentro de ese proceso, el significado que adquirió dentro de la organización de la respuesta ante la epidemia del Síndrome del Aceite Tóxico.
Cataluña- Julio Villalobos
Castilla-La Mancha - Nines Martínez
Extremadura - Ana Rodríguez
Galicia - Mercedes Vidal
Madrid - Antonio Burgueño
Murcia - Mariano Guerrero
Navarra - Katy Napal
Comité Asesor
36
Xavier Allué (Tarragona)
Susan Blumenfield (Woodland Hills -California)
José Caamaño (A Coruña)
El objetivo del estudio ha sido evaluar el grado de conocimiento y actitud del personal
sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias acerca de la violencia de
género, así como identificar las barreras institucionales y organizativas que dificultan el manejo dentro de estos servicios de salud de las mujeres maltratadas.
Material y método: Se realizo un estudio transversal, descriptivo, mediante un cuestionario de autoaplicación que se proporcionó a 59 médico/as y a 50 enfermeros/as de los servicios de urgencias y emergencias extrahospitalarias de las capitales de Andalucía de
Huelva y Sevilla. El instrumento se diseño para evaluar el conocimiento y la actitud de
dicho personal ante la violencia de género, dicho instrumento fue validado para tal fin.
Demetrio Casado (Madrid)
Jordi Colomer (Barcelona)
León Febres-Cordero (París)
Daniel Flichtentrei (Buenos Aires)
Judith Freidenberg (Washington-USA)
María G.Galot (Madrid)
Rodrigo Gutierrez (Toledo)
Rafael Peñalver (Toledo)
José Manuel Ribera (Madrid)
Eduardo Rodriguez (Madrid)
María Rotllan (Barcelona)
Isidoro Ruipérez (Madrid)
Antoni Salvá (Barcelona)
Carmen Subirá (Sevilla)
Carmen Valdivieso (Toledo)
Cinta Martos Sánchez, Pilar Blanco Miguel, Mercedes González Vélez
El personal sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias ante la violencia de género (Una aproximación a partir del estudio del personal de Huelva y
Sevilla)
Lourdes Bermejo (Santander)
José R. Aneiros (A Coruña)
Gregoria Hernández Martín
El trabajo social en la construcción de lo sanitario, España (1970-1986)
Cantabria - Isabel Torcida
Pais Vasco - Emma Sobremonte
Cristina Páez Cot
El Club Social: un servicio social especializado para personas con trastorno mental
severo, joven e innovador
46
Josep Corbella i Duch
La intimidad sanitaria en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Se toma el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales firmado en Roma el día 4 de noviembre de 1950 por los Estados
miembros del Consejo de Europa, el artículo presenta algunas sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos relacionadas con casos en los que se dirime la intimidad en el sistema sanitario.
Sumario Agathos
TEMAS DE HOY:
62
• 1 de octubre, día Internacional de las personas de edad, Eduardo
Rodríguez Rovira.
• El asunto de la acción transformadora, María Cristina Betrian i Piquet.
ENTREVISTAMOS A...
72
• Dr. Xavier Allué, pediatra.
RESEÑAS DE LIBROS
Dr. Xavier Allué
76
• Asistencia obligada de Boris Yampolski (1912-1972), Iliyá Konstantinovski
(1913-1995).
• El paciente inquieto de Marta Allué
• Trabajo Social familiar-transdisciplina y supervisión de VVAA.
• El jardín el hombre ciego de Nadeem Aslam.
• En cuerpo y en lo otro de David Foster Wallace (1962-2008).
• La infancia de Jesús de J. M. Coetzee.
• Un mal nombre de Elena Ferrante.
• La vida cuando era nuestra de Marian Izaguirre.
• El asedio a la modernidad de Juan José Sebreli.
• Mariana, los hilos de la libertad de José Calvo Poyato.
• Terra inhòspita de M. Dolors Millat.
Edita
Institut de Serveis Sanitaris i Socials (ISSIS)
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ISSN 2014-1629
Agathos es un medio de comunicación al servicio
de la comunidad científica y no necesariamente
debe compartir las opiniones publicadas por sus
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Cabecera: J.L. Martín Frías
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La revista Agathos, Atención Sociosanitaria y Bienestar nace en el 2001 con el objetivo de
ofrecer una plataforma de conocimiento multidisciplinar donde tengan cabida artículos y
comunicaciones de experiencias, investigaciones, metodologías, puntos de vista, etcétera,
de todas las áreas y disciplinas que componen el arco de la atención sociosanitaria, de los
servicios sociales y del bienestar.
Para ello en cada número los artículos publicados buscan el equilibrio entre las diferentes
materias que los inspiran, para evitar percepciones verticales y unidisciplinares en el
abordaje de la atención sociosanitaria y del bienestar social.
El abanico de circunstancias que padece la persona y su entorno cuando ésta pierde la
salud y la autonomía social, implica la convergencia de muchas disciplinas, que más allá
de las propiamente sanitarias y las propiamente sociales, necesariamente, deben
interactuar en favor de la persona y su entorno.
“La editorial Institut de Serveis Sanitaris i Socials, a los efectos previstos en el
artículo 32.1, párrafo segundo del vigente TRLPI, se opone expresamente a que
cualquiera de las paginas de Agathos, Atención Sociosanitaria y Bienestar, o partes
de ellas, sean utilizadas para la realización de resúmenes de prensa.
Cualquier acto de explotación (reproducción, distribución, comunicación pública,
puesta a disposición, etcétera) de la totalidad o parte de las páginas de Agathos,
Atención Sociosanitaria y Bienestar, precisará de la oportuna autorización, que será
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2013, pasó y sabemos cómo…
2014, pasará ¿cómo queremos
que pase?
Dolors Colom
E
nero seguramente es el mes del año que reúne
más tópicos a su alrededor. Algunos clásicos son:
la famosa cuesta que ha pasado de ser una cuesta
de casa, a un ocho mil. En enero, los propósitos y aquello
de lo que somos conscientes queremos mejorar, cambiar, dejar atrás, olvidar, en nuestras vidas, personales y
profesionales, toman relevancia el día a día de las fiestas. Enero es sobre todo, e inevitablemente, un mes de
deseos, de reflexiones, de anhelos, de inicios... Nuestro
ser se llena de esperanzas, algunas completamente falsas, pero ahí están sembrando nuevos alientos y nuevos
aires en nuestras almas. Esas representaciones que llenan el día del cumpleaños, otra fecha clara para proponerse retos… en enero pasan a ser comunes, casi un
cumpleaños mundial para los habitantes de los países
que celebran el Año Nuevo en estas fechas.
¿Cómo nos ha afectado el año 2013 profesionalmente?
¿Qué está en nuestras manos para que el 2014 sea mejorable? ¿Qué debería cambiar para que 2014 acabara
siendo el año que imaginamos justo por esas fechas?
Alguien puede decir: «No imagino nada para el 2014».
Bien, pero para este juego, se requiere imaginación. Los
profesionales la requieren, como requieren deshacerse
del desánimo que les impide reconstruirse.
Cada vez más, el desaliento, más que justificado, de los
profesionales llena los despachos, como la desaprensión de algunos recién aterrizados los vacía de contenidos, de proyectos, de programas, de recursos para el
buen ejercicio de la profesión y de qué maneras. Por ello
más que nunca los profesionales deben retomar su conciencia de profesionales y asumir la responsabilidad
que su profesión les inviste. La profesionalidad no es un
slogan, o un diploma en la pared, es una manera de ver
la realidad, una manera de afrontarla y una manera de
desarrollarla. Las funciones elementales de los profesionales sanitarios, sean de la disciplina que sean, son
muy claras, las recoge la legislación: prevención, asistencia, investigación y docencia, añadiendo los últimos
años la gestión clínica y la educación sanitaria. Y si por
una parte los profesionales estamos sujetos a ellas, los
políticos, los cargos responsables de las direcciones
deben garantizar que estas funciones sean una realidad
y no se conviertan en palabra de papel mojado.
Por ello, más que nunca, es preciso pensar y repensar,
reorganizarse, para acto seguido empezar a caminar
ese camino del 2014 que viene del 2013 y conduce al
2015, al futuro.
En este número, Saymon Vongsavath Rosales en
«Abordaje social del duelo. La transculturalidad de
la muerte en nuestra sociedad» reflexiona sobre la
muerte en el sistema sanitario.
Cristina Páez Cot en «El Club Social: un servicio social especializado para personas con trastorno
mental severo, joven e innovador» presenta un programa con grandes resultados en salud y bienestar.
Gregoria Hernández Martín en «El trabajo social en la
construcción de lo sanitario, España (1970-1986)»,
presenta la profesión en el sistema sanitario actual.
Cinta Martos Sánchez, et ál., en «El personal sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias ante la violencia de género (Una aproximación
a partir del estudio del personal de Huelva y Sevilla)» analizan la violencia de género en urgencias y
emergencias con relación al personal. El estudio se
centra en Huelva y Sevilla.
Josep Corbella i Duch en «La intimidad sanitaria en
la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos» pone de nuevo sobre la mesa este valor
que es la preservación de la intimidad.
En Temas de Hoy se presenta:
1 de octubre, día Internacional de las personas de
edad, de Eduardo Rodríguez Rovira.
El asunto de la acción transformadora, de María
Cristina Betrian i Piquet.
Entrevistamos al Dr. Xavier Allué, pediatra, antropólogo, con más de cincuenta años de experiencia en el
mundo sanitario y social, consultor del Master Universitario de Trabajo Social Sanitario en Estudios de Ciencias de Ciencias de la Salud de la UOC.
Un especial agradecimiento a Carlo Franzoso que firma sus obras como Agathos, pintor, matemático, artista… por su generosidad al permitir publicar una de
sus obras en la portada de este número de diciembre.
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
3
Membrete bibliográfico:
Saymon Vongsavath Rosales
«Abordaje social del duelo. La
transculturalidad de la muerte
en nuestra sociedad»
Agathos, atención sociosanitaria y bienestar, año 2013,
número 4. ISSN-1578-3103
Abordaje social del duelo.
La transculturalidad de la
muerte en nuestra sociedad
Saymon Vongsavath Rosales
Diplomado en Trabajo Social por la Universidad de La Laguna
Máster en Investigación, Gestión y Calidad
en Cuidados para la Salud.
Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la
Universidad de La Laguna.
Trabajador Social del Ilustre Ayuntamiento
de Vilaflor de Chasna
C/ Venezuela nº 13
Granadilla de Abona – 38611
Santa Cruz de Tenerife/ España
Teléfono 626963744
Correo.-e < [email protected] >
Dirección para la correspondencia
Ayuntamiento de Vilaflor de Chasna
C/ Venezuela nº 13
Granadilla de Abona – 38611
Santa Cruz de Tenerife/ España
Antecedentes y actualidad
de la enfermería transcultural
S
egún la OMS (1948) la salud es el
«estado completo de bienestar físico, mental y social y no supone
sólo la ausencia de enfermedad». Engloba aspectos subjetivos de bienestar
social, mental alegría de vivir, aspectos
objetivos como la capacidad para la
función y aspectos sociales como
adaptación y trabajo socialmente productivo (San Martín, 1981). Además,
para Boff (2002), se trata de un proceso permanente de equilibrio dinámico
de todos los factores que componen la
vida humana.
Para Charles Rosenberg (1992), la
enfermedad es siempre una entidad
esquiva, que constituye al mismo tiempo (…) un aspecto del rol social y de la
identidad individual, una sanción de
valores culturales, y un elemento estructurador de las interacciones médico/ paciente. Por ello, surgido de diferentes disciplinas sociales, todos los
acercamientos constructivistas tienen
en común el énfasis en que la enfermedad es un fenómeno social, y, por
4
Resumen
El apogeo existente en relación a los movimientos sociales y migratorios vividos en
las sociedades, provoca la conglomeración de culturas en una misma área geográfica, teniendo los profesionales sociosanitarios que trabajar con pacientes de diferentes culturas. Debe saberse que las personas que migran comparten con su país
de partida no solo remesas económicas, sino una serie de remesas sociales (valores, ideas o costumbres).
Teniendo en cuenta que cada cultura posee una serie de comportamientos,
valores, ideas, y conductas determinadas, los profesionales sociosanitarios necesitan recabar información acerca de las mismas antes de comenzar a intervenir con
ellos desde una perspectiva transcultural, que trate de promover la comprensión cultural de los seres humanos en periodos de enfermedad y mantenimiento de la salud.
En este sentido, la muerte, entendida como final de un ciclo humano universal,
debe ser entendida desde los valores y tradiciones propios de la cultura de cada
persona, por ello, los responsables de acompañar y apoyar a los familiares de los
fallecidos, antes, durante y después del proceso, deberán basar sus actuaciones y
directrices respetando estas variables y factores que son tan determinantes en
situaciones de duelo y fallecimiento de un ser querido.
Cierto es que no existen teorías unánimes en cuanto a la intervención en duelo,
pero la literatura científica en materia resalta la necesidad de abarcar la problemática desde una perspectiva antropológica cultural, donde se tenga en cuenta la
visión del paciente en cuanto a su salud y creencias respecto a la muerte, así como
la familia como ente sufridor de la pérdida.
Palabras clave: Enfermería transcultural. Antropología de los cuidados. Competencia cultural. Muerte y duelo.
Abstract
The existing height in relation to the lived social and migration in societies causes the
conglomeration of cultures in the same geographical area, so the health professionals
should work with patients from different cultures. Need to know that those who migrate
shared with the country of departure not only economic remittances, but a series of
social remittances (values, ideas or customs).
Knowing that each culture has a number of behaviors, values, ideas, and certain
conducts, and health professionals need to gather information about them before starting to speak with them from a cultural perspective, try to promote cultural understanding human beings in times of illness and health maintenance.
In this sense, death, understood as the end of a universal human cycle, must be
understood from the values and traditions of the culture of each person, therefore, responsible for accompanying and supporting the families of the deceased, before during
and after the process, they must base their actions and guidelines respecting these
variables and factors that are so crucial in times of mourning and death of a loved one.
It is true that there are no unanimous theories as to the intervention in mourning,
but the literature on the need to cover highlights the problem from an anthropological
cultural perspective, which takes into account the patient's vision regarding their health
and beliefs about death and the family as being suffering loss.
Key words: Transcultural nursing. Anthropology of care. Cultural competence. Death
and mourning.
ello, solo puede comprenderse plenamente en el seno del preciso contexto
sociocultural donde se percibe como
tal (Arrizabalaga, 2000).
En este sentido, según Siles
(2001), la cultura puede ser definida
desde la perspectiva antropológica de
los cuidados como el «conjunto de
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Abordaje social del duelo. La transculturalidad de la muerte en nuestra sociedad • Saymon Vongsavath Rosales
© JULIO VILLALOBOS. BERLIN. HALL DZ BANK, JUNTO PUERTA BRANDEMBURGO, 2006.
S a y m o n
V o n g s a v a t h
R o s a l e s
“Los sistemas sanitarios de los países industria-
lizados giran en torno al de modelo de una elevada
profesionalización del arte de curar, donde el posicionamiento del médico domina el sector sanitario
a través de un dogmatismo poblacional sobre sus
conocimientos, manteniendo el monopolio de la definición de lo que es enfermedad y su tratamiento.
Se trata de un modelo burocrático-racional que reglamenta no sólo los aspectos de nacimiento, enfermedad y muerte, sino también conducta sexual, familiar, formas de alimentación y nutrición, higiene
personal, moral, etcétera“
comportamientos, ideas, valores y sentimientos implicados en el proceso de
satisfacción de necesidades de un grupo humano en un contexto situacional
determinado». En este sentido, se debe tener en cuenta que enfermería y
antropología son dos disciplinas que
tienen un mismo objeto de estudio: el
ser humano desde una perspectiva holística, centrándose la antropología de
los cuidados en el estudio integral del
sistema de necesidades del hombre.
Los criterios de salud y enfermedad
son construcciones culturales que varían en el tiempo y en el espacio (Martín,
1992). Sin embargo, todas las sociedades poseen una serie de universales
recogidos en teorías sistematizadas
sobre la enfermedad para identificar,
clasificar y explicar los padecimientos
(Anderson, B., Foster, G. 1978), siendo
las teorías personalistas, naturalistas y
emocionales.
• Teorías personalistas: culpan a agentes personalizados, como aquellos
que realizan ritos, magia o inducen al
espiritismo en los cuidados.
• Teorías naturalistas: relacionan la enfermedad a causas impersonales.
Atribuyen el malestar a organismos,
accidentes, materiales tóxicos o genes.
• Teorías emocionales: supone que las
experiencias emocionales causan padecimientos.
En tiempo de Domínguez-Alcón et
ál. (1983), los sistemas sanitarios de
los países industrializados giran en torno al de modelo de una elevada profesionalización del arte de curar, donde
el posicionamiento del médico domina
el sector sanitario a través de un dogmatismo poblacional sobre sus conoci-
6
mientos, manteniendo el monopolio de
la definición de lo que es enfermedad y
su tratamiento. Se trata de un modelo
burocrático-racional que reglamenta no
sólo los aspectos de nacimiento, enfermedad y muerte, sino también conducta sexual, familiar, formas de alimentación y nutrición, higiene personal, moral, etcétera.
Debe entenderse que los cuidados
están inmersos en la cultura y forman
parte del universo de fenómenos cotidianos que se dan en cada cultura y se
manifiesta en el conjunto de las situaciones vida-salud, las cuales emergen
en una relación triangular en la que los
dos lados del triángulo están formados
por la amplísima y variada dialéctica
«salud-enfermedad», la cúspide se
ocupa por los cuidados, y la base del
mismo en la cultura que adhiere el paciente (Siles, 2010).
Actualmente, las desigualdades
existentes entre los diferentes países
son destacables, puesto que muchos
se encuentran en conflicto bélico o la
mayoría de su población se encuentra
en situación de pobreza (López-Velez,
R. y Huerta, H., 2002). Esto provoca el
aumento del flujo migratorio, puesto
que el fin de la salida de su país de origen en aumentar la calidad de vida propia y familiar (Albares, M. P y Belichón,
E. L. 2012). Es importante señalar que
la población inmigrante en España a finales del 2011, ascendía a un total del
12,2%, unas 5.700.000 personas (INE,
2012), originarios de diferentes países.
Según su origen se presentan diversas
peculiaridades que forman parte de su
cultura y tradición y que en ocasiones
pueden condicionar la percepción de
salud-enfermedad o su actitud cuando
se sienten enfermos (Albares, M. P y
Belichón, E. L. 2012).
Por esta razón, las investigaciones
sobre la diversidad cultural de la población paciente y la disonancia existente
entre los problemas de salud la perspectiva cognitiva de los mismos, resultan en una planificación sanitaria reflejada en dos planos de intervención: la
cooperación internacional y la organización sanitaria adecuada a los países
industrializados como respuesta a la
creciente inmigración, caracterizada
por la utilización de múltiples modelos
relacionados con su salud (Seppilli,
2000).
La propuesta de Hurtado y col.
(2005) para mejorar la disparidad sanitaria entre indígenas y otras poblaciones, se representa en tres pasos:
• Identificar los problemas de salud
más urgentes que enfrentan las comunidades indígenas.
• Recopilar información acerca de las
soluciones a dichos problemas.
“El Modelo de Competencia Cultural de Purnell
(1999) mantiene que los profesionales de la salud
necesitan recopilar información acerca de la cultura del paciente, refuerza la necesidad de desarrollar
una teoría amplia y marco teórico de un modelo
centrado en la cultura. Este modelo potencia la
comprensión cultural en situaciones de enfermedad y promoción de la salud. La proyección de cuidados y atención hace que los individuos desarrollen la conciencia de su ser (cuerpo y mente), sin
dejar de lado los efectos que tienen estos dos factores en el cuidado de los mismos“
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Abordaje social del duelo. La transculturalidad de la muerte en nuestra sociedad • Saymon Vongsavath Rosales
© JULIO VILLALOBOS. BERLIN. MEMORIAL PUEBLO JUDIO, 2006.
S a y m o n
V o n g s a v a t h
R o s a l e s
“Aun teniendo conciencia de que la muerte
siempre ha estado presente a lo largo de la historia
de la humanidad, tratamos de abogar por una mortalidad inventada que llegamos a creernos. Dicha
competencia sobre inmortalidad viene dada por los
avances tecnológicos constantes, las vacunas, los
trasplantes de órganos, así como los tratamientos
médicos para enfermedades crónicas como la HTA,
diabetes, cáncer, VIH/SIDA, etcétera, Seale (2003)
afirma que existe una necesidad psicológica de
negar la muerte, hecho primordial para poder
orientar la vida había objetivos más vitales“
• Implementar soluciones en colaboración con agencias y organizaciones
encargadas de los programas de salud pública para poblaciones indígenas.
Autores como Leininger desarrollaron en el campo de la enfermería,
teorías que basaban el cuidado sanitario en la cultura y una enfermería
transcultural. Ésta definía la enfermería transcultural como un área principal de la enfermería que se centra en
el estudio comparativo y en el análisis
de las diferentes culturas y subculturas del mundo con respecto a los valores sobre los cuidados, la expresión y
las creencias de la salud y la enfermedad, y el modelo de conducta (Leininger, 1991, 1995). El objetivo de la teoría es mejorar y proporcionar cuidados
culturalmente congruentes a las personas de forma que les sean beneficiosos, se adapten a ellas y sean útiles a las formas de vida saludables del
cliente, la familia o el grupo cultural
(Leininger, 1991).
El Modelo de Competencia Cultural
de Purnell (1999) mantiene que los
profesionales de la salud necesitan recopilar información acerca de la cultura
del paciente, refuerza la necesidad de
desarrollar una teoría amplia y marco
teórico de un modelo centrado en la
cultura. Este modelo potencia la comprensión cultural en situaciones de enfermedad y promoción de la salud. La
proyección de cuidados y atención hace que los individuos desarrollen la
conciencia de su ser (cuerpo y mente),
sin dejar de lado los efectos que tienen
estos dos factores en el cuidado de los
mismos. La competencia cultural es la
adaptación de la atención de una manera que es consciente con la cultura
8
del paciente, y por ello e configura un
proceso non lineal, sino adaptado a la
persona.
Campinha-Bacote (2002) establece un proceso de competencia cultural
en la prestación de servicios sanitarios,
que se establece como un modelo que
define la competencia cultural como el
proceso en el que el profesional sanitario indaga trabaja constantemente para
ser eficiente en contexto de trabajo en
el contexto cultural de un paciente. Para esta profesional de la salud, la competencia cultural se trata de un proceso
de convertirse culturalmente competente, al no estar realmente capacitados en este campo. Este modelo considera la concienciación cultural, sus conocimientos, habilidades, encuentros y
deseos culturales como parte de la
competencia cultural.
De acuerdo a Spector y Muñuz
(2003) la cultura es el conjunto de creencias, prácticas, hábitos, gustos,
aversiones, costumbres, rituales, etcétera, que aprendemos de nuestra
familia durante el proceso de socialización. Muchos de los componentes
esenciales de una cultura pasan inalterados de una generación a otra. Por
tal motivo, gran parte de lo que hacemos, pensamos y creemos viene determinado por la herencia cultural. Derivado de esta concepción, se puede
afirmar que muchas de nuestras conductas o estilo de vida que representan un factor de riesgo o de protección
para nuestra salud se encuentran fundamentadas en la cultura, por ende
resulta importante considerar esta variable en las investigaciones sobre salud (Rondón Bernard, 2011). Para
Spector (2004), el cuidado cultural es
la atención profesional sensible, cultu-
ralmente apropiada y competente requerida para satisfacer las complejas
necesidades en salud de las personas, familias o comunidades, teniendo
en cuenta el contexto en el que el paciente vida y las situaciones que surgen a causa de los problemas de salud. La provisión de cuidado cultural
es esencial y demanda que la enfermera sea capaz de valorar e interpretar determinadas prácticas y necesidades cultural y creencias en salud de
los pacientes, porque modifica la perspectiva de la provisión de los cuidados
y habilita al cuidador para entender,
desde una perspectiva cultural, las
manifestaciones de la herencia cultural del paciente y su trayectoria de vida (Rojas, 2011).
Finalmente, la competencia cultural para Marianne Jeffreys (2002,
2006) es definida como un proceso de
aprendizaje multidimensional que integra habilidades transculturales en
las dimensiones de aprendizaje (cognitiva, práctica y afectiva). El modelo
de Jeffreys es un marco de referencia
para examinar el proceso de desarrollo de la competencia cultural, ilustrando los componentes principales del
proceso de aprendizaje para identificar personas en riesgo, desarrollar estrategias diagnósticas prescriptivas
para facilitar el aprendizaje, orientar
innovaciones en la enseñanza e investigación educativa y evaluar la
efectividad de las estrategias. El propósito del modelo de Competencia
Cultural y Confianza (CCC) de esta
autora está enfocado a promover el
cuidado culturalmente congruente
mediante el desarrollo de la competencia cultural determinada por los
procesos de aprendizaje transcultural
y el desarrollo de habilidades mediante experiencias educativas formales y
de otro tipo (Jeffreys, 2002, 2006).
Dicho lo anterior, podemos determinar como el cuidado ha estado íntimamente relacionado a la naturaleza
humana; su evolución, finales y alcances han estado altamente influenciados por los modelos socioeconómicos
y culturales imperantes y el valor atribuido por las personas a la salud, la vida y la muerte (Rojas 2011). Respecto
a esto, Porras (1998) establece que el
concepto de cuidado en enfermería
evoluciona, se desarrolla y perfecciona
a medida que la enfermería va avanzando a consecuencia de su quehacer
social como profesión y de su caminar
como disciplina.
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Abordaje social del duelo. La transculturalidad de la muerte en nuestra sociedad • Saymon Vongsavath Rosales
© JULIO VILLALOBOS. CASTILLO DE NEUSCHWANSTEIN. ALEMANIA, 2006.
S a y m o n
V o n g s a v a t h
Desarrollo
La persona es una unidad biológica,
psicológica, espiritual y transcultural
(González Castro, 2007). Debemos
entender que la persona no es solo un
ente físico (cuerpo), sino que se constituye de otros determinantes no fisiológicos como es la sociedad (valores,
creencias, actitudes, etcétera). En esta
línea, citando a Suárez Rienda (2011),
el término muerte no es un concepto
de único significado ya que al igual que
la noción de persona, es influenciada
desde el prisma social, cultural y científico del que se mire. Por ello, Louis
Vincent Thomas (1991) esclarece que
no solo existe una muerte biológica, sino que el fallecimiento se produce desde diferentes ámbitos y dimensiones
de la persona, concluyendo la existencia de cuatro tipos de muerte: biológica
(putrefacción del cuerpo), psíquica
(enfermedades como el autismo), social (aislamiento de toda actividad y
participación sociocomunitaria), y por
último, muerte espiritual (producida
por un pecado mortal dentro de la fe
cristiana).
Las personas, teniendo conciencia
de los aspectos que forman y desean
en su vida cotidiana, tratan de constituir
y desarrollarse en torno a los aspectos
biopsicosociales necesarios para el
pleno crecimiento personal y social.
La humanidad ha tendido a cambiar
sus recursos biológicos, culturales y
sociales, para irse adaptando al medio.
Una de las formas más importantes ha
sido la aplicación de esos recursos para combatir la enfermedad y el mantenimiento de la salud. Entonces, partimos de que las enfermedades, accidentes y muerte han sido constantes
en todas las civilizaciones y grupos humanos. Sin embargo, en nuestra sociedad contemporánea, la muerte se ha
convertido en un tema tabú, puesto que
no queremos sentirnos próximos a la
muerte (Pacheco 2003).
Aun teniendo conciencia de que la
muerte siempre ha estado presente a
lo largo de la historia de la humanidad,
tratamos de abogar por una mortalidad
inventada que llegamos a creernos. Dicha competencia sobre inmortalidad
viene dada por los avances tecnológicos constantes, las vacunas, los trasplantes de órganos, así como los tratamientos médicos para enfermedades
crónicas como la HTA, diabetes, cáncer, VIH/SIDA, etcétera, Seale (2003)
afirma que existe una necesidad psicológica de negar la muerte, hecho pri-
10
R o s a l e s
mordial para poder orientar la vida había objetivos más vitales.
La muerte es una realidad y una
parte natural de la vida misma, que hace que todos seamos iguales. Para alcanzar la plenitud en la vida hay que
aprender a enfrentarse adecuadamente con las penas, el dolor y la muerte
(García, A. 2003). El individuo construye su vida encuadrado en una sociedad caracterizada por una cultura que,
unida a creencias, nos dará el significado y sentido de nuestras construcciones. Pese al carácter globalizador de
nuestros días, el morir como concepto
y la muerte como hecho, siguen situándose en la influencia de la espiritualidad y la cultura (Brito, R., Rodriguez,
M., y García, A. 2004).
Hay que dejar constancia de que
los conceptos de enfermedad y salud
son culturales y tienen una representación diferente en cada comunidad y
cultura a lo largo de la historia. En muchas comunidades y culturas la muerte, incluso la muerte por enfermedad,
es considerada como otra forma más
de integración, a través del ingreso en
la comunidad de los antepasados (Domínguez-Alcón, A., Rodríguez J.A., y
de Miguel J. M., 1983).
A modo de ejemplo, Purnell y Lenininger abarcaron en su desarrollo metodológico bases teóricas de la enfermería transcultural en la muerte. Al primero de ellos nos haremos referencia
al diagrama del Modelo de Purnell
(1999), consistente en un círculo, con
un margen periférico que representa a
la sociedad global, un segundo margen
representa a la comunidad, un tercer
margen representa la unidad familiar, y
un margen interno representa a la persona. Se divide el interior del círculo
concéntricamente en forma de doce
dominios culturales y sus conceptos.
Algunos de ellos hacen referencia a la
muerte, siendo, brevemente explicados, los siguientes:
• Rituales de muerte: incluyen cómo el
individuo y la cultura ven la muerte,
los rituales, las conductas de preparación para la muerte, y las prácticas del
entierro. También se incluyen en este
dominio las conductas de pérdida.
• Espiritualidad: incluye prácticas religiosas y el uso de la oración, conductas que le dan significado a la vida, y
fuentes individuales de fuerza espiritual.
• Práctica de Cuidados de la Salud: incluye el enfoque del cuidado de la salud como algo preventivo; las creen-
cias tradicionales, mágico-religiosas,
y biomédicas; la responsabilidad individual en salud; prácticas de auto-cuidado; y visión hacia la enfermedad
mental, cronicidad, donación de órganos y trasplantes.
Por otro lado, la teoría de Leininger
(1991 & 1995) tiene como propósito
descubrir las particularidades y universalidades de los cuidados de los humanos según la visión del mundo, la
estructura social y otras dimensiones y
después descubrir formas de proporcionar cuidados culturalmente congruentes a personas de culturas diferentes o similares para mantener o recuperar su bienestar, salud o afrontamiento con la muerte de una manera
culturalmente adecuada. Para esta autora, el conocimiento en enfermería
transcultural constituye una base sólida para que las enfermeras guíen sus
prácticas y consigan así cuidados coherentes con las culturas y métodos
terapéuticos específicos para preservar la salud, prevenir la enfermedad,
recuperar la salud o ayudar a los pacientes a afrontar la muerte (Leininger,
1994). El modelo del Sol naciente de
Leninger, tiene como base el cuidado
coherente con la cultura para la salud,
el bienestar o la muerte, a partir del
cual surgen tres tipos de cuidados enfermeros: a) preservación/mantenimiento de los cuidados culturales, b)
adaptación/negociación de los cuidados culturales, y c) reorientación/reestructuración de los cuidados culturales. En este sentido, vemos como la citada profesional denomina a los cuidados y la prestación de cuidados humanos, como los fenómenos abstractos y
concretos que están relacionados con
experiencias de asistencia, apoyo y
autorización o con conductas para con
los demás que reflejen la necesidad
evidente o prevista de mejora del estado de salud de la persona o de los estilos de vida o para afrontar discapacidades o la muerte.
Vemos pues como la cultura (valores, creencias, actitudes, comportamientos) y los aspectos biológicos van
íntimamente relacionados, formando
una simbiosis de aspectos influyentes
en la pérdida de un ser querido. Así como la necesidad de abordar el proceso
de duelo desde una perspectiva que
enfoque al afligido de la pérdida como
miembro de una red y constructo sociocultural, del que forma parte y que ha
adquirido determinados valores sociales.
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Abordaje social del duelo. La transculturalidad de la muerte en nuestra sociedad • Saymon Vongsavath Rosales
A b o r d a j e
La reacción ante la muerte no solo
depende de factores internos psicológicos (resiliencia, mecanismos de autodefensa, y rasgos de personalidad), sino tal y como refiere Attig (1986), los
seres humanos deben reconstruir su
mundo y remodelar el futuro respecto
al fallecimiento presentado, donde se
redefine la propia narrativa y la red de
influencias familiares y sociales. Este
enfoque posiciona a las personas como constructores de sentido, tejedores
de historias que ofrecen significado y
argumentos a sus vidas. Una visión
``constructivista donde se enmarca la
importancia de la historia de vida de las
personas, como variable compleja e interrelacionada con las creencias culturales, las cuales informan sobre los intentos de construir nuevos significados
(García, A. 2003).
Neimeyer (2002) nos habla de una
perspectiva interdisciplinaria, donde
los fenómenos de la périda, pena y el
duelo se encuentran cargados de significados. Nos habla de la propensión humana a construir un universo simbólico
sobrepuesto a lo natural, que explique
las causas, lo cual atribuye a nuestra
adaptación a la muerte y a la perdida
de una forma humana única desde diferentes perspectivas (Neimeyer, 2002,
en García, A 2003):
• Sociológicamente: desde el entendimiento de la respuesta humana a la
perdida reconociendo el rol de ritual,
de la cultura local y del discurso que
le atribuye a un significado.
• Psicológicamente: duelo como esfuerzo para renegociar una autonarrativa coherente que adapte las transiciones dolorosas, ante sin son normativas como traumáticas.
• Psiquiátricamente: revisando las
pruebas de que un duelo complicado
constituye un diagnóstico diferente al
cual las personas con historias problemáticas de apego pueden ser particularmente vulnerables.
Tomar la muerte como un acto final, desde la perspectiva de los profesionales implicados, nos sesga de todos aquellos actos que conlleva la
pérdida de un ser querido (funerales,
ritos como el luto, vacío emocional, etcétera), por ello, abordar la muerte
desde un enfoque transcultural, que
comprenda las formas y deseos de
morir de una persona, y las opiniones
de la familia respecto a ello, genera un
cuidado enfermero realmente holístico, y no meramente un enfoque médico-central.
s o c i a l
d e l
d u e l o …
“La reacción ante la muerte no solo depende de
factores internos psicológicos (resiliencia, mecanismos de autodefensa, y rasgos de personalidad),
sino tal y como refiere Attig (1986), los seres
humanos deben reconstruir su mundo y remodelar
el futuro respecto al fallecimiento presentado,
donde se redefine la propia narrativa y la red de
influencias familiares y sociales. Este enfoque posiciona a las personas como constructores de sentido,
tejedores de historias que ofrecen significado y
argumentos a sus vidas“
Conclusiones y
opinión personal
Hasta el 2011, con los cambios sociodemográficos producidos por el incremento de la población migrante en los
países desarrollados nos encontrábamos ante una sociedad dispar en relación a los valores, costumbres, creencias y desarrollarse en la vida cotidiana.
El no tener motivación o necesidad
de conocer aquello ajeno a la sociedad
de origen, o un guía que nos ayudase a
entender a los otros, el cómo viven,
sienten, expresan, qué piensan, creen,
opinan respecto a las pautas de la vida;
genera un conflicto en la sociedad, y no
tanto un conflicto de índole bélico, sino
de compartir, apoyar y ayudar a los demás. El no sentir empatía por otro grupo, y con ello miedo, rechazo o indiferencia finaliza en la germinación de
una discriminación no tanto social, sino
incluso institucional, donde se incluyen
los sistemas asistenciales como el sanitario, servicios sociales, educativo y
de seguridad social (pilares del Estado
de Bienestar).
Existió un avance en cuanto a las
formas de prestar ayuda, puesto que
comenzamos con la filantropía, pasamos a las bases de la caridad, y finalizamos con la beneficencia, hasta llegar
a los modelos de prestación de servicios y cuidados actuales en los que se
basa.
Esta gran dicotomía de culturas se
manifiesta en la necesidad y utilidad de
crear sistema de apoyo específicos para los mismos, puesto que no es sólo
en el ámbito jurídico en el que se encuentran más atados, sino que no se
sienten comprendidos y realmente
asistidos por los profesionales sanitarios cuando llegan. Un ejemplo de esta
incoherencia cultural puede observar-
se a la llegada de los llamados «cayucos o pateras». Donde directamente a
los menores de edad se les determina
la escolarización. Hay que entender
que un menor de edad Europeo no tiene la misma mentalidad, madurez y autonomía que un infante que haya pasado por un viaje en el que arriesgue su
vida, realmente hayan padecido hambre, o que directamente no entienden
porque deben ser escolarizados si nunca han tenido que hacerlo y tenían la
idea de venir a trabajar a otro país. Ponerlo en un aula con otros de su edad
no es coherente a ambas culturas,
existirá un choque y hablaríamos de un
intento fallido o poco eficiente de escolarización.
Por eso, no solo los sistemas sanitarios son los que deben basar sus actuaciones en la transculturalidad de los
cuidados, es importante que el ámbito
educativo, justicia y social se empleen
términos de compartir, entender y empatizar con el resto del mundo, y sobre
todo escuchar. Oír no es lo mismo que
escuchar, y no todos los profesionales
saben hacerlo, aun siendo una herramienta, instrumento y habilidad fundamental para el desarrollo de las labores
respecto al trato con otras personas.
El entender lo que quieren las personas, qué les haría felices y lograr
esos objetivos sería no solo una satisfacción profesional, sino también personal, puesto que la propia competencia cultural aumenta en torno al desarrollo en diferentes situaciones, sociedades y dificultades.
Debemos lograr una sensibilidad
cultural recíproca, un feed-back constante, una clara retroalimentación positiva respecto al aprendizaje sobre los
otros, y a la enseñanza de uno mismo,
tratándose de una cuestión de respeto,
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
11
S a y m o n
V o n g s a v a t h
no de imposición de valores tal y como
a veces se llega a pensar. Véase el caso del uso del burka en el colegio, la negación de los testigos de Jehová a la
transfusión de sangre, o los diferentes
ritos llevados a cabo para celebrar un
nacimiento, boda, fallecimiento, año
nuevo, etcétera.
Profesionales implicados con la labor, como Leininger, Purnell, Camphina-Bachote, y demás comenzaron a
observar la necesidad de trabajar en la
disposición de valores. Respecto a la
naturaleza de la muerte, como hecho
que afecta desde una perspectiva biopsicosocial, analizamos que no solo hablamos de la mera putrefacción y descomposición de un ser vivo, sino que
afecta a las dimensiones sociales de la
red a la que pertenecía.
La biomuerte, tiene el mismo significado en cualquier sociedad (o mayoría de ellas) y cultura, es decir, hablamos de un cuerpo que hay que desechar porque se está descomponiendo.
Sin embargo, la sociomuerte, la interpretación e influencia de la muerte para
el resto, conlleva un procedimiento más
divisorio en cuanto al qué y cómo hacer, sentir, pensar, decir y expresar. La
muerte no implica dejar de participar
en sociedad, conlleva actuar de forma
pasiva, puesto que son el resto a quienes se les encomienda llevar a cabo los
ritos, tradiciones y prácticas socialmente establecidas para el susodicho momento del ciclo vital.
Por ello, relacionando los ritos y formas de morir, con la prestación de un
cuidado transcultural, es importante señalar estos aspectos socioculturales en
la intervención y atención sanitaria. Por
ejemplo, la motivación ante la donación
y trasplante de órganos, no solo en los
momentos de crisis y extrema necesidad, sino como la afiliación del carnet
de donante, es importante establecer
cuáles son los valores en salud de la
persona y familiares en cuestión. El conocimiento de ello nos ayudará a abordar la problemática presente con una
planificación más exacta de la intervención y el cuidado, donde la eficiencia
respecto a las dosis de profesionalización, humanización y empatización finalice en una mejor atención.
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A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Abordaje social del duelo. La transculturalidad de la muerte en nuestra sociedad • Saymon Vongsavath Rosales
© JULIO VILLALOBOS. SEDE DE LA FIRMA DEL TRATADO DE POSTDAM EN 1945.
Membrete bibliográfico:
Cristina Páez Cot
«El Club Social: un servicio social especializado para personas
con trastorno mental severo, joven e innovador»
Agathos, atención sociosanitaria y bienestar, año 2013,
número 4. ISSN-1578-3103
El Club Social: un servicio
social especializado para
personas con trastorno mental
severo, joven e innovador
Cristina Páez Cot
Fundación Privada Funamment
C/Encarnación 111, ent-4º
08024 Barcelona
Correo-e < [email protected] >
Teléfono: 669.84.35.83
Dirección para la correspondencia
Fundación Privada Funamment
C/Encarnación 111, ent-4º
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Resumen
El artículo pretende mostrar la reflexión realizada sobre la necesaria evolución que debería
realizar el club social, servicio social especializado para personas con trastorno mental
severo. Un recurso que nació en una época histórica determinada, para atender a un perfil
de personas muy concreto, y que actualmente esta atendiendo a otro perfil de usuarios, los
cuales ya se han beneficiado de las mejoras del proceso de reforma psiquiátrica que se realizó en Cataluña a partir de los años 70. El artículo propone nuevas líneas de intervención
innovadoras para que este servicio, joven y flexible, pueda reformularse y dar respuestas
más adecuadas, a la nueva población, objeto de su atención.
Palabras clave: Innovación. Club social. Trastorno mental severo. Apoyo social. Valores
humanos.
Introducción
L
a reforma psiquiátrica propuesta
en el estado español a finales de
los años 70 se desplegó de forma
muy distinta en las diferentes comunidades. Cataluña ha sido una comunidad pionera en el intento de reformar la
atención a la salud mental.
Durante el periodo 1914-1923, se
crea la mancomunidad de las cuatro diputaciones catalanas, que ya intenta
ciertas reformas en la atención a la salud mental: mejorar las condiciones de
vida de los enfermos, practicar la labor
terapia, la hidroterapia o la electroterapia, etcétera. En 1925 se constituye en
Barcelona, la delegación de la Asociación Española de Neuropsiquiatría,
que comienza a introducir conceptos
nuevos como los de «higiene mental» o
«prevención». Esta línea más innovadora, se materializa en el 1931, con la
Ley de Asistencia Psiquiátrica, una
propuesta avanzada de sectorizar el
territorio catalán en comarcas, formar
al personal, controlar los internamientos psiquiátricos y abrir los primeros
dispensarios en los barrios.
En 1936, Cataluña lleva a cabo el
Plan de Asistencia Psiquiátrica Comarcal y abre dos dispensarios en la comunidad. Es un tiempo de esperanza que
se trunca con la Guerra Civil (19361939). Desde siempre, la atención a las
enfermedades mentales más graves
había estado en manos de las diputa-
14
Abstract
The article shows the reflection made on the necessary evolution that should make the
social club, specialized for people with severe mental illness social service. A resource that
was born in a particular historical period, to attend to a very specific profile people, and is
currently attending another profile of users, who have already benefited from the improvements of the process of psychiatric reform carried out in Catalonia from the 70s. The article
proposes new innovative lines for this service, young and flexible, can be reformulated and
give appropriate responses to the new population, intervention object of attention.
Key words: Transcultural nursing. Innovation. Social Club. Severe mental disorder. Social
support. Human values.
ciones y órdenes religiosas que trataban, desde un modelo de beneficencia,
a las personas enfermas internadas en
sus centros, a los que aseguraban cama, techo, comida y contención farmacológica en los momentos de crisis.
A finales de los años 60 la Diputación, se propone reducir los internamientos en los sanatorios y empieza a
realizar cierta asistencia en la comunidad. Se inician las primeras experiencias de asambleas de enfermos realizadas dentro de los hospitales psiquiátricos, asambleas en las que se habla
de líneas de rehabilitación (Hospital
Pere Mata, en Reus; Instituto Mental de
la Sta. Cruz y St. Pablo, en Barcelona;
Hospital Psiquiátrico de Salt, en Gerona; Hospital Psiquiátrico de Sant Boi,
etcétera).
Durante la década de los años setenta y los ochenta, las plazas de neuropsiquiatría de la Seguridad Social,
ocupadas por profesionales de la psi-
quiatría o de la neurología, indistintamente, para atender a personas con
enfermedad mental, o neurología, con
una ratio de asistencia muy baja,
2h/día y que, por tanto, lo único que se
podía ofrecer era un tratamiento farmacológico, coexisten con las primeras
iniciativas de centros de higiene mental.
Estas experiencias impulsadas por
profesionales que no estaban de
acuerdo con el modelo asistencial existente, fueron pioneras de la reforma en
la atención a la salud mental de las personas de un barrio. Eran experiencias
de tipo comunitario, preventivo, que trabajaban con las asociaciones de vecinos, escuelas, con los médicos de
atención primaria, aun médicos de cabecera, que estaban transformándose
en médicos de familia. Cobraban precios populares y trabajaban desde un
modelo psicodinámico que contemplaba a la persona desde una visión biop-
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
El Club Social: un servicio social especializado para personas con trastorno… • Cristina Páez Cot
© MONTSE TUSET. SANTORINI. CAMPANAR, 2013.
sicosocial, global, e integrada en su entorno social y comunitario. Paralelamente, algunos hospitales psiquiátricos –Pere Mata en Reus, Hospital Psiquiátrico de Salt, etcétera– empiezan a
externalizar la atención hospitalaria
abriendo dispensarios en los barrios,
con un mini equipo profesional formado
por psiquiatra y asistente social.
En 1981 la Generalitat de Catalunya asume las transferencias de la Seguridad Social y crea el Mapa Sanitario que pretende ordenar la atención
psiquiátrica. A sí pues, a principios de
los años 80, todas estas voluntades
de cambio, confluyen para dar lugar a
la creación de la primera red de centros de atención primaria en salud
mental, que nacen para ser el primer
escalón de atención de las personas
que sufren problemas de salud mental. Hacia el 1985 se inician los primeros hospitales de día y las primeras
comunidades terapéuticas basadas
en la psiquiatría comunitaria y se
abren los primeros centros de atención a la infancia y la adolescencia así
como los centros de atención a drogodependientes.
Durante todos estos años los hospitales psiquiátricos trabajan para diferenciar sus instalaciones en unidades
de agudos, subagudos, media y larga
estancia y también se ocupan de ordenar la tipología de pacientes, por edades y diagnósticos. Así pues, el modelo
de la reforma psiquiátrica catalana tiene sus raíces en diferentes movimientos sociales que finalmente quedan recogidos en el documento para la Reforma de la Asistencia Psiquiátrica, 1985
y de la Ley General de Sanidad,
1986. Ambos documentos apuestan
por trasladar el eje de atención de la
persona con trastorno mental severo,
en adelante Trastorno Mental Severo,
del hospital psiquiátrico a su entorno
comunitario.
El antiguo modelo confinaba a la
persona al interior de los sanatorios
–iban a «sanar»– o posteriormente a
los hospitales psiquiátricos –iban a
«curarse»–. Siempre alejados de los
núcleos urbanos y donde se les interna para siempre. Este modelo no presuponía procesos de rehabilitación ni
mucho menos de reinserción social. El
nuevo modelo de atención pretende
mantener a la persona en su entorno
habitual, entiende que la enfermedad
mental incluso la más grave puede ser
tratada y rehabilitada como otros tipos
de enfermedades graves, sin la necesidad de alejarlos y excluirlos de la sociedad.
El año 1990 es un momento crucial
para esta reforma, ya que las competencias sanitarias pasan, de las Diputaciones a la Generalitat de Catalunya,
quien crea dos elementos básicos para
el desarrollo real de este modelo de
atención comunitaria: el Servicio Cata-
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
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C r i s t i n a
P á e z
C o t
“El antiguo modelo confinaba a la persona al
interior de los sanatorios –iban a «sanar»– o posteriormente a los hospitales psiquiátricos –iban a
«curarse»–. Siempre alejados de los núcleos urbanos y donde se les interna para siempre. Este
modelo no presuponía procesos de rehabilitación ni
mucho menos de reinserción social. El nuevo
modelo de atención pretende mantener a la persona
en su entorno habitual, entiende que la enfermedad
mental incluso la más grave puede ser tratada y
rehabilitada como otros tipos de enfermedades graves, sin la necesidad de alejarlos y excluirlos de la
sociedad“
lán de Salud y el Plan de Salud Mental. Este plan tiene el objetivo de planificar, financiar, contratar y evaluar los recursos de salud mental pero no de proveer de los mismos. Por lo tanto estos
provienen, o del sector público -Instituto Catalán de la Salud, Diputaciones o
Ayuntamientos) o privado. De ahí el llamado «Modelo Mixto Catalán». Este
hecho es un punto de inflexión muy importante, ya que se introduce un modelo de gestión empresarial privatizador
de los recursos de la sanidad pública,
decisivo no sólo por el modelo organizativo que genera, sino por las consecuencias de su gestión.
Entidades y profesionales con vocación comunitaria, que habían promovido cambios reales del modelo asistencial, se ven obligados a gestionar
empresas proveedoras de recursos sanitarios. Se les exige dos objetivos muy
claros: eficacia y eficiencia empresarial. Y por tanto, optimización económica, competencia entre empresas proveedoras, criterios de evaluación, certificaciones de calidad asistencial, etcétera.
En Cataluña nos encontramos con
una realidad muy heterogénea, hay
provincias en las que sólo hay una única empresa proveedora de servicios, y
hay otras en las que llegan a competir
más de 20 entidades diferentes que
prestan servicios de salud mental. A
pesar de todo, ante esta heterogeneidad de empresas gestoras y este modelo mixto de gestión económica, los
traspasos tienen beneficios muy importantes para la población. Se despliega
una gran red de Centros de Asistencia
16
Primaria para Adultos y Infanto-Juveniles, Centros de Día, Hospitales de día,
Comunidades Terapéuticas, y los hospitales psiquiátricos diversifican sus
unidades por tiempos de estancia y tipos de diagnóstico. Posteriormente, se
diseñan programas especializados para las personas con Trastorno Mental
Severo, respondiendo a la presión y
exigencia contundente que, desde finales de los 80, hacen las asociaciones
de familiares que representaban a este
colectivo.
Nace el Programa de Atención al
Trastorno Mental Severo y más tarde,
hacia el 1995, el Programa de Seguimiento Individualizado, que aseguran
profesionales de referencia, atención
en el domicilio, adherencia al tratamiento, información a las familias, líneas de rehabilitación y reinserción laboral y comunitaria, modelos de atención
interdisciplinario basados en la coordinación y el trabajo en red de los diferentes equipos de atención. Y aquí se
produce, de nuevo, un punto de inflexión que marcará nuevos modelos de
gestión económica y direcciones técnicas. Hemos explicado anteriormente
que en los hospitales se produce una
reordenación por edades y patologías
(enfermedades mentales, discapacidades intelectuales, psicogeriatría, etcétera).
Los recursos destinados a estos
dos últimos colectivos, discapacitados
y geriatría pasan a depender de otros
presupuestos económicos. El primero
pasa a depender del Departament de
Benestar Social y el segundo del Departament de Sanitat. Este es de nue-
vo, un momento de inflexión muy importante para el desarrollo posterior
de la red de recursos sanitarios o sociales.
Por tanto, el Departament de Benestar Social es el encargado de diseñar recursos comunitarios: pisos protegidos, residencias comunitarias, trabajo protegido, clubs socio-terapéuticos,
etcétera, destinados tanto, a personas
con discapacidad física, psíquica como personas con discapacidad derivada de la enfermedad mental. Esta última, siempre invisible y de difícil de
comprensión, en relación a qué áreas
personales, y relacionales afecta e invalida a la persona, incomoda en los
presupuestos del Departament de Benestar Social porque tiene un componente marcadamente sanitario, e incomoda en el Departament de Sanitat,
quien no se hace cargo del proceso rehabilitador y de reinserción, ya que tiene un marcado acento social y comunitario.
Esta dificultad de entender el Trastorno Mental Severo y su potencia incapacitante, hace que desde el Departament de Benestar Social se tomen como muestra los recursos existentes para otros colectivos con discapacidades y no se diseñen recursos
rehabilitadores específicos para el colectivo que nos ocupa. Así, se hereda
el modelo de pisos protegidos, en el
que 4 personas autónomas pueden
compartir la convivencia y los gastos
del hogar, propio del colectivo de discapacitados físicos, para personas
con trastorno mental, en el que uno de
los hándicaps más importantes es la
relación personal i social; se hereda el
programa de soporte y autonomía en
el hogar, que nace como apoyo económico a las necesidades que tenía el
colectivo de discapacitados físicos,
con unos módulos de horas de atención , que resultan exagerados e in
necesarios para el proceso, lento y
prudente, de vinculación que necesitan las personas con TMS. Es decir,
para nuestro colectivo, el presupuesto
de este programa está sobredimensionado.
Según el informe que la Asociación
Española de Neuropsiquiatría presenta
en el año 2001, en las Jornadas Nacionales de la AEN en Madrid, dice con
respecto a los aspectos de rehabilitación y reinserción comunitaria que «los
recursos Comunitarios de reinserción,
en el marco del territorio catalán, son
muy deficitarios, dificultando la rehabili-
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
El Club Social: un servicio social especializado para personas con trastorno… • Cristina Páez Cot
© MONTSE TUSET. SANTORINI PANORAMICA, 2013.
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tación de los enfermos más graves»
y añade con respecto al entorno familiar que «las acciones terapéuticas no
se facilitan en el entorno social de los
enfermos (el 60% -80% de los recursos
de Cataluña están en la provincia de
Barcelona) por lo que los pacientes
crónicos no pueden beneficiarse de recursos de apoyo en el entorno socio-familiar y recayendo el peso de apoyo y la
atención y continuidad de cuidados, en
la familia, quien no cuenta ni de recursos rehabilitadores cercanos, ni atención domiciliaria adecuada ni redes de
voluntariado a quien recurrir, lo que facilita la cronificación y el deterioro de
muchos de ellos».
Así pues, nos encontramos que son
las Asociaciones de Familiares de Personas con Enfermedad Mental las que
se ven obligadas a exigir a la administración pública la existencia de presupuestos económicos, dirigidos, primero
al mantenimiento de éstas, y segundo,
al de los programas rehabilitadores
que, de forma complementaria a los recursos de la red de salud mental, iban
creando y sosteniendo, –servicios prelaborales, programas de ocio o clubs
sociales, etcétera–. Uno de estos, el
club social, a partir de la Ley de Servicios Sociales de Cataluña del 2007,
pasa a formar parte de la Cartera de
Servicios Sociales, como «servicio social de inclusión comunitaria especializado para personas con trastorno mental severo».
Inicio y evolución
de los clubs sociales
El primer club social del que tenemos
noticias, es el «Fountain House Clubhouse» que nace en Nueva York
(EEUU) durante los años 1940 con el
objetivo de ser un «lugar donde empezar una nueva vida». Este modelo de
club se extiende por todo el mundo, y
llega a Europa a través de Inglaterra en
los años 70 y a España, un poco más
tarde, cuando la Fundación Uztai gestiona el primer «Club House» en el País
Vasco.
En España el primer club social que
aparece bajo el concepto de «Club de
socioterapia» lo hace en La Coruña,
durante los últimos años de la década
de los 90. En Cataluña, surgen a principios de los años 80, de la mano de las
asociaciones de familiares, como la
Asociación para Rehabilitación del Enfermo Psíquico, (AREP) y de entidades
proveedoras de servicios de salud
mental, como el Centro de Psicoterapia
de Barcelona (CPB).
“Según el informe que la Asociación Española de
Neuropsiquiatría presenta en el año 2001, en las
Jornadas Nacionales de la AEN en Madrid, dice
con respecto a los aspectos de rehabilitación y reinserción comunitaria que «los recursos Comunitarios de reinserción, en el marco del territorio catalán, son muy deficitarios, dificultando la rehabilitación de los enfermos más graves» y añade con respecto al entorno familiar que «las acciones terapéuticas no se facilitan en el entorno social de los enfermos (el 60% -80% de los recursos de Cataluña
están en la provincia de Barcelona) por lo que los
pacientes crónicos no pueden beneficiarse de recursos de apoyo en el entorno socio-familiar y recayendo el peso de apoyo y la atención y continuidad
de cuidados, en la familia, quien no cuenta ni de
recursos rehabilitadores cercanos, ni atención
domiciliaria adecuada ni redes de voluntariado a
quien recurrir, lo que facilita la cronificación y el
deterioro de muchos de ellos“
18
A partir de la segunda mitad de los
años 90, se empiezan a impulsar gran
cantidad de experiencias similares a
los Clubs Sociales, la mayor parte de
ellas, gestionadas por las asociaciones
de familiares de personas con enfermedades mentales, y algunas gestionadas por entidades de profesionales
de la salud mental, como son la «Asociación JOIA» o la «Fundación Tres Turons». El origen de esta gestión, marcará diferencias importantes en el desarrollo de los clubs sociales en todo el
territorio catalán; diferencias conceptuales, técnicas, de modelo asistencial
y de gestión económica.
Diferentes tipos de gestión
de los clubs sociales
Gestión realizada por entidades familiares
Los primeros clubs sociales nacidos a
partir del movimiento de familias, inscribieron un sello paternalista y voluntarioso que siempre ha sido cuestionado por la red de salud mental.
Las asociaciones de familiares, pequeñas, con escasos recursos económicos, sin unos objetivos rehabilitadores claros y consensuados, se vieron
obligadas a cubrir los huecos asistenciales que la administración pública no
atendía, convirtiéndose en «entidades
proveedoras» de servicios de salud
mental. Pero con una diferencia, clara y
evidente, del resto de entidades; estaban formadas por familiares, por lo tanto sin mucho conocimientos técnicos,
económicos ni de gestión de recursos
humanos. Por otro lado, con una sobrecarga importante, la que genera convivir con una persona con trastorno mental severo que posiblemente pasa muchísimas horas en casa, sin tener un
proyecto claro, de rehabilitación y reinserción social.
El esfuerzo de las asociaciones de
familiares para ir desplegando una red
de recursos de inclusión social, como
son los clubs sociales, ha sido descomunal y ha desgastado exponencialmente la vida de éstas.
Con los años, los familiares se han
hecho mayores, los esfuerzos han disminuido, algunas han cerrado, otras tienen poca vida asociativa, y las que nacieron a partir de 2005, ya contrataron
directamente, profesionales que se hicieran cargo de la gestión del club social de su territorio o han delegado en
entidades sanitarias o sociales de su
municipio, su puesta en marcha.
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El Club Social: un servicio social especializado para personas con trastorno… • Cristina Páez Cot
© MONTSE TUSET. SANTORINI, CAMPANAR, 2013.
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“Con los años, los familiares se han hecho mayo-
res, los esfuerzos han disminuido, algunas han
cerrado, otras tienen poca vida asociativa, y las que
nacieron a partir de 2005, ya contrataron directamente, profesionales que se hicieran cargo de la gestión del club social de su territorio o han delegado
en entidades sanitarias o sociales de su municipio,
su puesta en marcha“
Gestión realizada por entidades sanitarias
En los últimos años, y abanderando el
«modelo comunitario» propio de la reforma psiquiátrica de trasladar al entorno de la persona con Trastorno Mental
Severo, las estructuras necesarias para su rehabilitación y recuperación de
capacidades, se han creado equipamientos sanitarios en los que, el mismo
espacio físico, es compartido por recursos sanitarios y sociales: residencias,
servicio pre-laboral y club social.
Crear un club social dentro del recinto sociosanitario en el que también
hay una residencia asistida, un servicio
pre-laboral, y un servicio de rehabilitación comunitaria, en nuestra opinión,
no es lo mismo que crear un club social
que tenga un espacio propio y diferenciado, que lo haga visible como tal y le
ayude a tener un espacio «físico» y
«mental» en la sociedad que debe hacer «suya» a la persona con TMS.
En el caso del club social es imprescindible y necesario que la comunidad lo conceptualice como un servicio más de su barrio, de su entorno comunitario, en el que las personas que
asisten, van para trabajar aspectos relacionales, sociales y personales que
al mejorar, harán que se incorporen y
se integren con mayor autonomía en su
medio habitual y cotidiano.
En este sentido los clubs sociales
gestionados por entidades sanitarias
tienen un modelo asistencial claro y un
prestigio institucional ganado por la autoridad que imprime todo lo «sanitario», sin embargo, sería necesario reflexionar si no les queda un largo camino por recorrer, en cuanto a la interacción real del servicio como tal «con» la
comunidad en la que están ubicados.
Gestión realizada por fundaciones
sociales
Las entidades sociales que gestionan
clubs sociales intentan que estos ten-
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gan espacios físicos, propios y diferenciados, de cualquier otro servicio social. Espacios integrados en la propia
comunidad, abiertos a esta y a la que
se invita a hacer actividades conjuntamente con las personas que sufren un
trastorno mental severo.
Estas fundaciones tienen claro que
el club social es según la ley que lo regula, un «servicio social» que trabaja
los aspectos de inclusión y apoyo a la
persona para que ésta, pueda vivir de
forma lo más autónoma posible, en su
domicilio.
Sin embargo, no perdamos de vista
que es un servicio social que atiende a
personas con graves trastornos mentales, y que debe trabajar totalmente integrado con los recursos de salud mental, ya que trabaja con personas que
son pacientes de esta otra red complementaria. Sin embargo, al no pertenecer a ella, sus profesionales deben saber establecer vínculos de relación con
los servicios derivadores para que,
aunque no pertenezcan a la entidad
proveedora de servicios de salud mental, sientan que en lo profesional, establecen buenas relaciones profesionales, que les permite ejercer buenas
prácticas asistenciales con las personas atendidas por estos servicios.
Diferentes tipos de
relaciones con la red de
salud mental
Si hasta ahora hemos podido ver cómo
los diferentes tipos de proveedores de
clubs sociales dan lugar a una gestión
que asegura unos valores pero debe
construir otros, ahora veremos las consecuencias y problemas que tiene cada uno de estos tipos de gestión, en relación al tratamiento integral del paciente, que finalmente es el objeto de
atención del club social.
Si el trabajo en equipo y el trabajo
en red son básicos e imprescindibles
para intentar asegurar los aspectos mí-
nimos de continuidad asistencial en el
proceso de recuperación de la persona
con Trastorno Mental Severo, aún lo es
más, cuando no hay equipo y no hay
red.
Y nos referimos a los clubs sociales
que no dependen de entidades sanitarias, y que la relación con los servicios
derivadores de la red de salud mental,
a veces se hace tan complicada que
llega a ser inexistente.
En Cataluña, ya hemos explicado
anteriormente que, tenemos una realidad, de gestión empresarial, repartida
de forma muy diferente según los municipios y provincias. En este laberinto de
relaciones personales, modelos teóricos profesionales y concepciones diferentes de la persona con Trastorno
Mental Severo y de sus necesidades
en su proceso de recuperación, es básica la «coordinación», concepto muy a
menudo alejado de la realidad del club
social, cuando éste no pertenece al paquete de recursos sanitarios.
El equipo, si trabaja como tal, genera un sentimiento de pertenencia, de
unidad, complicidad y compromiso que
recoge el sufrimiento de los profesionales respecto a la enorme dificultad que
genera, atender a personas con graves
trastornos mentales.
Sin un equipo y sin una red, es difícil promover el trabajo en equipo, el trabajo en red y sobre todo, convertirse en
un recurso social que abandera la inclusión social y comunitaria, conceptos
todos ellos que se basan en la vivencia
de relaciones humanas, vínculos sociales, y vínculos personales que enriquecen la vida afectiva de las personas
y también de las que sufren un Trastorno Mental Severo.
Inclusión social o apoyo
en su entorno cotidiano
Como explicábamos al inicio del artículo, el movimiento asociativo de familiares de personas con enfermedad mental, nació en los años 80 para luchar y
reivindicar la falta de recursos rehabilitadores en la comunidad cuando se inició el proceso de apertura de los hospitales psiquiátricos sin dotar de recursos sociales y laborales que facilitaran
y articularan el retorno de estas personas a su domicilio. Las asociaciones de
familiares pedían a la administración
pública que se hiciera cargo de los vacíos asistenciales que la «Reforma psiquiátrica»eminentemente hospitalaria,
estaba produciendo y provocando en el
seno de la comunidad. Exigían con
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
El Club Social: un servicio social especializado para personas con trastorno… • Cristina Páez Cot
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fuerza, programas de atención domiciliaria, pisos con apoyo, residencias, trabajo y también clubs sociales.
Las primeras experiencias de club
social nacieron como respuesta al proceso de reforma psiquiátrica, ya que al
abrir las puertas de los manicomios y
grandes estructuras psiquiátricas, e ir
retornando a los pacientes a sus domicilios, necesitaban de forma imperiosa,
espacios donde realizar actividades
para ocupar el tiempo. Por lo tanto, era
lógico hablar de «inclusión social» de
un colectivo que llevaba años cerrado,
internado y recluido en instituciones
psiquiátricas. Era un colectivo excluido
de la vida comunitaria que a una edad
avanzada, de 50 o 60 años, con una
historia de más de 30 años de vida manicomial, y con importantísimos síntomas de institucionalización psiquiátrica, retornaba a la comunidad que lo había expulsado. Es lógico que los primeros clubs sociales tuvieran el objetivo
marco de trabajar el proceso de inclusión social de este colectivo de personas con Trastorno Mental Severo, con
muchos efectos de iatrogenia física,
emocional, cognitiva, y mental, causada por años de internamiento en instituciones, en las que sólo se atendía la
sintomatología física. Con este colectivo y con sus familias había que trabajar
«como volver a empezar una nueva vida», objetivo del primer «Club House»
nacido en Nueva York, en 1940.
Actualmente, tenemos claro que el
escenario es diferente, estamos trabajando con un perfil de personas que ya
no sufrieron la expulsión y exclusión de
su comunidad y por lo tanto, no tenemos que incluir a nadie, debemos darles el apoyo necesario para mantenerles en su domicilio, en el barrio, con su
familia y sus amigos. Las personas con
Trastorno Mental Severo atendidas actualmente en los clubs sociales, provienen de una atención social y sanitaria
anclada en el modelo de rehabilitación
social y comunitaria y de apoyo a su
entorno más próximo. Son personas
que, con una media de edad de 45
años, ya han sido atendidas por los
centros de salud mental, por equipos
interdisciplinares, por programas de
seguimiento individualizado, han sido
vinculadas a los centros de día que
posteriormente se reformularon en servicios de rehabilitación comunitaria,
han podido disfrutar y aprovechar los
programas de tratamiento intensivo de
los hospitales de día, y si han requerido
un ingreso psiquiátrico, ya lo han hecho
C l u b
S o c i a l :
en unidades especializadas para su
tratamiento, según las necesidades de
cada persona.
Socialmente han podido iniciar procesos de vida personal rica y productiva, pasando por servicios pre-laborales, insertándose en centros especiales de trabajo y han podido iniciar y
mantener relaciones afectivas y convivir en pisos con apoyo u optar a una
plaza residencial más o menos asistida, según la ayuda que ha necesitado
para realizar las actividades de la vida
diaria.
Haciendo un breve repaso de la
evolución histórica del tipo de tratamiento social y sanitario que durante
estos últimos 30 años han recibido las
personas con un diagnóstico de Trastorno Mental Severo, y el amplio abanico de recursos que se han desplegado
para tratar a la persona en su entorno
más cercano, manteniéndola en su domicilio, ingresando en el hospital, si es
necesario, y devolviéndole lo más antes posible a su casa, con su familia, el
papel del club social está quizás más
cerca del de constituirse como un recurso de «apoyo a la persona, en su
entorno de vida cotidiano, que le ayude
a rescatar los aspectos más sanos,
más autónomos, más propios y más
inéditos del ser humano».
Un nuevo perfil de usuario
reclama un nuevo modelo
de club social
La experiencia profesional nos dice
que no es necesario incluir a nadie a
quien, previamente, no se le haya excluido, ni expulsado. Es necesario, eso
sí, mantenerle en su comunidad, en su
barrio, con su familia, con sus amigos,
con sus proyectos y con sus ilusiones,
ayudándole a trabajar el duelo que supone sufrir un proceso crónico sin retorno, y que teñirá todos los aspectos
de su desarrollo como ser humano: formación, trabajo, pareja, relaciones
afectivas, amistad, sexualidad, hijos,
etcétera.
Hay que trabajar la «maleta de limitaciones y auto-limitaciones» que genera sufrir un trastorno mental severo,
pero desde su inicio. Desde el momento del primer diagnóstico claro de patología mental, y trabajarlo tanto con la
persona afectada, como con su familia.
Ambos son objetivo de atención y contención.
«Cuando era joven tocaba la guitarra en el metro» nos dijo casualmente
un usuario del club cuando hablába-
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mos de los recuerdos y momentos felices de su historia de vida. «Casualmente» no, el club social intenta rescatar y mostrar las capacidades existentes disminuyendo así el auto-estigma
que genera el rechazo continuado por
parte de la sociedad y la identificación
masiva, que la persona suele hacer de
su propia identidad, con su diagnóstico: «soy esquizofrénico».
Este rechazo de lo que molesta socialmente, lo han sufrido personas que
padecían otro tipo de enfermedades,
de orden físico y de origen bien conocido: «es un tuberculoso» o «es un sidoso» eran expresiones que se escuchaban con normalidad, hace pocos años.
Por ello, se deben trabajar las capacidades personales de relación social y
participación en su comunidad, desde
un inicio, cuando la primera sintomatología grave hace que la persona se recluya en su casa y amparado por la actitud de miedo, desconocimiento y desorientación de los padres, éstos permiten que abandone estudios, aceptan
que nunca podrá trabajar y normalizan
la pérdida de amistades.
Hay que trabajar, complementando
el trabajo realizado en el hospital de
día, complementando el trabajo realizado en el servicio de rehabilitación comunitaria, complementando el tratamiento llevado a cabo desde el centro
de salud mental.
Es necesario que el club social esté
presente desde el inicio de la aparición
del trastorno psicótico trabajando la
permanencia de la persona en la mayor
parte de actividades que ésta realiza, y
si no es posible, ofrecerle el acompañamiento necesario para integrarlo en
actividades normalizadas de su interés
y si el grado de deterioro dificulta, en
exceso, este intento más normalizador,
ofrecerle actividades adecuadas a su
momento vital realizadas fuera del espacio del club social, en los equipamientos cívicos y sociales propios del
barrio o de su municipio. Pero siempre
apuntando hacia la diversidad propia
de toda sociedad, nunca potenciando
la regresión a la identificación con los
aspectos patológicos de la persona y
su enfermedad.
Estamos ante la propuesta de un
«nuevo modelo de club social que dé
soporte al mantenimiento de la persona en su entorno, desde los primeros
momentos en que se puede hacer un
buen diagnóstico diferencial de trastorno mental grave, hasta que la persona
llega a la vejez» que, todos conocemos
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
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“Es importante la formación de los profesionales,
es básico que estos entiendan que trabajan con personas, que sufrieron un trastorno mental, prácticamente en un 90%, hablamos de personas con esquizofrenia. Personas que sufren un deterioro relacional muy grande, un aplanamiento emocional muy
grave y un rechazo directo o indirecto de su
entorno, a veces, del más cercano, su familia. Por
tanto, los profesionales que atienden a las personas
que confían en que su paso por el club social mejorará su sensación de bienestar con ellas mismas,
deben ser personas formadas en los valores humanos y esto no se aprende en ninguna carrera, ni
diplomatura, ni ciclo formativo. Deben ser personas
formadas en el trastorno mental, claro, pero sobre
todo en cómo esta rotura psicótica ha deteriorado
gravemente el «tejido emocional y las relaciones
humanas de esa persona“
que es mucho más avanzada y más deteriorada que la de una persona sin
trastorno mental severo.
Ahora bien, para ello el club social,
recurso flexible, polémico, plástico,
adaptable a las necesidades de las diferentes etapas de la vida de la persona, debe ser un recurso potente en
cuanto a la calidad profesional del equipo de trabajo, a la calidad asistencial
del proceso de rehabilitación de la persona y, siempre, de la mano del resto
de recursos sanitarios que estén interviniendo. Sin olvidar que la financiación
económica debe permitir la existencia
de un servicio social potente, eficiente
y sostenible en el tiempo.
«Gracias por escucharme, mi padre ha pedido un crédito y estoy muy
nervioso por qué no sé si lo podrá pagar y quería subirme la medicación. Pero después de hablar contigo, estoy
más tranquilo». Apoyar, ofrecer confianza, establecer un vínculo que permita interiorizar que la persona es significativa para el otro, que le importa y
que su asistencia al club social da significado a la actividad profesional y permite establecer un tipo «relación humana» diferente con cada cual, siendo
fundamental para sentirse reconocidos. Los profesionales del ámbito de lo
social son agentes de cambio, pero deben saber conceptualizar este cambio,
y ser humildes con lo que representan
22
en la vida de las personas a las que
atienden.
«Quizás le das migas a un obeso y
no se las das a una persona con desnutrición» se decía en una sesión de supervisión de casos en la que el profesional presentaba dificultades de gestión de la lista de espera.
Esta, es un ítem de calidad del servicio, que significa que está vivo en la
comunidad, en la que está ubicado,
que tiene una relación continuada con
los servicios derivadores, que estos
confían y apuestan por la tarea que realiza y que los profesionales del club,
se cuestionan continuamente qué persona debería ser dada de alta para dejar paso a otro candidato, que pudiera
tener esta nueva experiencia relacional, que ofrece este servicio.
Es importante la formación de los
profesionales, es básico que estos entiendan que trabajan con personas,
que sufrieron un trastorno mental,
prácticamente en un 90%, hablamos
de personas con esquizofrenia. Personas que sufren un deterioro relacional
muy grande, un aplanamiento emocional muy grave y un rechazo directo o indirecto de su entorno, a veces, del más
cercano, su familia. Por tanto, los profesionales que atienden a las personas
que confían en que su paso por el club
social mejorará su sensación de bienestar con ellas mismas, deben ser
personas formadas en los valores humanos y esto no se aprende en ninguna carrera, ni diplomatura, ni ciclo formativo. Deben ser personas formadas
en el trastorno mental, claro, pero sobre todo en cómo esta rotura psicótica
ha deteriorado gravemente el «tejido
emocional y las relaciones humanas de
esa persona».
Hay que ser cuidadoso con el tipo
de relación que se establece con el
usuario ya que la frecuencia de asistencia diaria o semanal a un espacio en
el que los profesionales son muy eficaces y hábiles en establecer relaciones
de confianza, apoyo y estabilidad, puede confundir a personas que, a menudo tienen una vida bastante carenciada
de afecto, pudiendo pensar que estos
son amigos, amigas, pudiendo erotizar
relaciones, suponer enamoramientos,
o pensar que los profesionales estarán
para siempre.
El límite entre dar confianza suficiente para establecer el vínculo necesario para que la relación tenga efectos
terapéuticos, es decir beneficiosos, y
que no se confunda, en su fantasía,
con una relación familiar, de amistad o
de pareja, es lo que califica de excelente, la buena praxis profesional. Este límite es muy sutil, pero existe y hay que
saberlo transmitir para trabajar el vínculo y la posterior separación.
«Sin ti sé que no podría vivir ¡Te lo
explico todo! No te vayas nunca!» son
expresiones que denotan que la persona atendida siente que recibe un apoyo, una escucha real, una mirada diferente y una devolución como ser humano a quien se respeta su opinión, sus
dificultades, sus limitaciones, sus miedos y sus deseos. Y se le devuelve una
mirada de confianza, de aprecio por
sus valores humanos largamente adormecidos por los efectos secundarios
de medicaciones potentes que tomaron y que aún, algunos de ellos deben
mantener. Pero se sigue confiando en
sus posibilidades de cambio y en la capacidad que tienen de valorar que pueden sentirse mejor.
Con toda esta descripción de las
características o aspectos humanos
que debería teñir cualquier relación
asistencial, sea desde el campo sanitario o social, se expresa el deseo de que
haya una formación universitaria adecuada, espacios de supervisión de casos, espacios de reflexión de equipo,
reuniones de coordinación con los
equipos de la red de salud mental y sobre todo, flexibilidad en los planes de
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
El Club Social: un servicio social especializado para personas con trastorno… • Cristina Páez Cot
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intervención y en las líneas de actuación con cada una de las personas que
asisten al club social.
Todas ellas son únicas. Todas ellas
son genuinas.
Escuchar problemas económicos,
orientarlos hacia el abogado para resolver dudas sobre el futuro de los padres mayores, llamar a servicios sociales para agilizar el trámite de la prestación de dependencia de la madre,
orientar para que resuelvan obras del
piso inacabadas, acompañar a urgencias por una indisposición física, etcétera, son aspectos sociales que de ser
resueltos dan soporte, apoyo, seguridad y tranquilidad a la persona. En
cambio, si uno se escuda en el «no me
toca» o «esto no se hace desde un club
social» se atomiza al ser humano, se
dividen sus sentimientos y se parcializan los problemas diarios que todos,
tenemos que resolver continuamente.
Las emociones no entienden de recursos ni de financiaciones; las emociones entienden de tejer redes de lazos humanos, de miradas de complicidad, de compromiso real con el ser humano, de sentirse acogido, atendido,
comprendido. De todos estos aspectos,
las emociones son hábiles detectoras
de si están siendo recogidas o expulsadas.
Es como el cirujano que se ocupa
del hígado y no de la persona que tiene
bajo las tallas que la cubren, justamente para eso, para que disocie perfectamente y pueda cortar, extirpar, reconstruir y coser y no se vea impregnado
por las emociones que le despertaría
saber quién es esa persona de la que
tiene, el hígado, entre sus manos.
En el club social, los profesionales
trabajan con las emociones de la persona, sus valores, sus capacidades,
sus miedos y sus ilusiones y, por tanto,
no se pueden poner una venda que tape los ojos para no ver, ni oír, lo que hace daño e incomoda a cualquier profesional: el sufrimiento humano. Tanto el
del paciente, como el suyo propio, a
menudo más difícil de gestionar.
Conclusiones
En los años 70 Cataluña fue pionera de
un verdadero proceso de reforma psiquiátrica con el despliegue de muchos
tipos de servicios y programas innovadores. Desaparecieron los neuropsiquiatras de zona y nacieron los centros
de salud mental con equipos interdisciplinares y con programas específicos
de atención a las personas con Trastor-
C l u b
S o c i a l :
no Mental Severo, como fue el «Programa de Seguimiento Individualizado» y
más tarde el «Programa de Apoyo a la
Autonomía en el Propio Hogar». Todos
los servicios y programas se han reformulado para seguir dando la respuesta
adecuada a la población.
Los centros de atención primaria en
salud mental se redefinieron, los centros de día se rediseñaron y las unidades de internamiento psiquiátrico se
han modernizado. Los pisos, las residencias han sufrido cambios de modelo de atención. Han caído muros y han
aparecido parques sanitarios donde la
psiquiatría no tiene una puerta de entrada diferente y escondida. Actualmente entran por la misma puerta una
persona con patología mental que una
mujer que está a punto de dar a luz.
Y el club social también debería
«dar a luz» un nuevo modelo asistencial que demuestre su indispensable
presencia complementaria a lo largo de
todo el proceso de rehabilitación comunitaria y sobre todo, en el proceso de
apoyo y mantenimiento de la persona
con trastorno mental severo en su entorno más cercano.
Pero para todo ello, previamente, deberemos resolver contradicciones conceptuales importantes que generan confusiones a la hora de trabajar el día a día,
tales como, la «voluntariedad» de asistir
y la «obligatoriedad» de ir; pedir que tengan «motivación» delante «del embotamiento emocional» propio de la enfermedad; exigir compromiso cuando hace
años que obedecen indicaciones sanitarias sin escuchar su opinión; trabajar para que tomen decisiones cuando luego
no hay financiación para realizarlas, etcétera.
Dejando de lado, si tenemos la financiación necesaria y los profesionales formados adecuadamente para este nuevo modelo de club social, debemos plantearnos revisiones conceptuales profundas. Todo proceso evolutivo, como todo crecimiento personal, es
necesario que entre en crisis, para salir
más fortalecido y pueda continuar siendo útil a la población objeto de atención. Que este servicio debería estar
dotado de unos programas de apoyo a
la comunidad, de acompañamiento en
el entorno social y de espacios de atención individualizada y familiar, sí.
Que este nuevo modelo de club social debería ser mediador comunitario “abriendo las puertas” de las actividades del club, a toda la población y
participar “con” todos los equipamien-
u n
s e r v i c i o …
tos comunitarios, también. Que el club
social debe tener programas de apoyo
de diferente intensidad, según el momento vital de la persona, totalmente
de acuerdo. Será interesante repensar
el futuro de los clubs sociales para que
se adapten a un nuevo modelo que
ofrezca realmente el apoyo continuado,
que cada persona necesita para sentirse mejor con ella misma, a lo largo de
toda su vida.
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Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
23
© MONTSE TUSET. SANTORINI. PORTA, 2013.
Membrete bibliográfico:
Gregoria Hernández Martín
«El trabajo social en la construcción de lo sanitario, España
(1970-1986)»
Agathos, atención sociosanitaria y bienestar, año 2013,
número 4. ISSN-1578-3103
El trabajo social en la
construcción de lo sanitario,
España (1970-1986)
Gregoria Hernández Martín
Doctora en Medicina y Diplomada en Trabajo Social
Universidad Complutense de Madrid
Dirección para la correspondencia
Correo-e: < [email protected] >
Introducción
E
n España, los primeros servicios
de asistencia social hospitalaria
se crearon en Madrid y en Barcelona entre los años 1950 y 1956.1 Sin
embargo, aunque no estuviera establecido como tal dicho servicio, el trabajo
social ha estado presente en el campo
sanitario desde que iniciaron su andadura profesional las primeras asistentes sociales. En este sentido, Abad
Campaña y Cortés Gimeno afirman
que ya en 1934, la primera promoción
de asistentes sociales colaboró en la
lucha antituberculosa.2
El trabajo social fue ampliando su
presencia en este campo. Así, en 1970,
de los 1.618 asistentes sociales que
había en activo, el 19,53% trabajaban
en el sector sanitario.3
Como indican los datos anteriores,
en España, el trabajo social se ha ocupado desde sus inicios de este ámbito
de actuación, aunque su papel en la
construcción de lo sanitario ha sido diferente a lo largo de su historia. Precisamente, el objetivo de este estudio es
poner de manifiesto la consideración
que tuvo el trabajo social dentro de lo
sanitario en las propuestas de reforma
presentadas a partir de 1970, que marcaron el proceso seguido hacia la posterior reforma sanitaria.
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Resumen
Este trabajo se centra en el análisis del significado que tuvo el trabajo social en los planteamientos de reforma de la sanidad surgidos a partir de 1970 en España, favorecidos
por varios factores entre los que cabe destacar, la consideración del impacto de los
aspectos sociales en la medicina. El objetivo es poner de manifiesto la consideración que
tuvo el trabajo social dentro de lo sanitario en las propuestas que impulsaron el proceso
hacia la reforma sanitaria realizada en la década de 1980 y, como una experiencia singular dentro de ese proceso, el significado que adquirió dentro de la organización de la
respuesta ante la epidemia del Síndrome del Aceite Tóxico.
Palabras clave: Trabajo Médico-Social. Medicina Integral. Reforma Sanitaria. Medicina
Social.
Abstract
This work focuses on the analysis of meaning that had the social work approaches to
health care reform that emerged from 1970 in Spain, favored by several factors which
include the consideration of the impact of social aspects in medicine. The goal is to show
that consideration was social work within the health care proposals in the process that led
to health reform in the 1980s and as a unique experience in the process, acquired within
the meaning the organization of the response to the epidemic of Toxic Oil Syndrome.
Keywords: Integrative Medicine. Health care Reform. Primary Care. Toxic Oil Syndrome.
Long term care history.
Tras la lectura y análisis del fondo
documental, he elaborado el presente
trabajo cuya exposición se centra, en
primer lugar, en el análisis de la pre-
sencia del trabajo social en las iniciativas que propusieron e impulsaron la reforma sanitaria realizada en la década
de 1980. Aun siendo parte del trayecto
“Como indican los datos anteriores, en España,
el trabajo social se ha ocupado desde sus inicios de
este ámbito de actuación, aunque su papel en la
construcción de lo sanitario ha sido diferente a lo
largo de su historia. Precisamente, el objetivo de este estudio es poner de manifiesto la consideración
que tuvo el trabajo social dentro de lo sanitario en
las propuestas de reforma presentadas a partir de
1970, que marcaron el proceso seguido hacia la
posterior reforma sanitaria”
Naranjo Domínguez, C. y Andrés Santiago, C., Estudio de la situación actual de los trabajadores sociales hospitalarios de la red del INSALUD, en Trabajo Social y Salud,
1995, nº 20, 193-218, Zaragoza: Asociación Trabajo Social y Salud.
Abad Campaña, P. y Cortés Gimeno, V., La tuberculosis, un reto para el trabajador social, en Trabajo Social y Salud, 1999, nº 32, 397-409. Zaragoza: Asociación Trabajo Social y Salud.
Vázquez, J. M., Situación del Servicio Social en España, Madrid: Instituto de Sociología Aplicada, 1971.
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El trabajo social en la construcción de lo sanitario, España (1970-1986) • Gregoria Hernández Martín
© AGATHOS. PARK GUELL. BARCELONA, 2013.
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“Los cambios políticos y la promulgación de la
Constitución de 1978, facilitaron que se retomara
la cuestión de la reforma de la sanidad. Es importante señalar respecto a esto, que en el Libro Blanco
de la Seguridad Social, en 1977, se había reconocido la necesidad de llevar a cabo una reforma sanitaria orientada hacia una medicina integral: «La medicina científico-natural es indispensable, pero insuficiente, si no se consideran también científicamente los aspectos psicológicos y sociales de la enfermedad». Asimismo, se hacía hincapié en la importancia de la Medicina de Familia, que se presentaba como un conjunto de actividades complejas
desarrolladas por grupos multidisciplinares formados, entre otros profesionales, por trabajadores
sociales”
hacia dicha reforma, por el interés que
tiene para el tema, en un segundo
apartado se presenta el análisis del espacio otorgado al trabajo social en el
marco de la organización destinada a
atender a las personas afectadas por el
Síndrome del Aceite Tóxico (SAT, en
adelante).
El trabajo social en las iniciativas de reforma sanitaria
La situación de la sanidad española
en la segunda mitad de la década de
1970 determinó la aparición de fuertes críticas acerca de la organización
del sistema sanitario y, asimismo, de
un gran interés por el desplazamiento
de la concepción de sistemas sanitarios a la de sistemas de salud, favorecido por varios elementos entre los
que cabe destacar, la consideración
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del impacto de los aspectos sociales
en la medicina.4
En efecto, en esa década resurgió
el planteamiento de la medicina como
una ciencia social.5 En este sentido,
Laín Entralgo expone que, en ese momento, los principios rectores de la
ciencia médica centrados en la prevención de la enfermedad y en el concepto
de «salud positiva», habían facilitado
«la aparición de nuevas perspectivas
en la acción social del médico», entre
ellas: conseguir «una sociedad mejor
por obra de una medicina concebida
como una ciencia plenamente social».6
La práctica de este tipo de medicina,
según Trincado Dopereiro y Piédrola
Gil, se asienta en dos pilares. Uno de
ellos, la integración en la misma de las
funciones: constructiva, preventiva,
asistencial –función que ha de cumplir-
se con criterio médico-social- y rehabilitadora, dando así a la medicina un
sentido integral. El otro pilar, sería la
participación de equipos multidisciplinares, en los que incluyen al trabajador
social, en los objetivos de la misma.7
De este modo, los autores manifiestan
la necesidad de la presencia del trabajo
social en el campo de la salud desde la
perspectiva de la medicina integral.
Presencia que, por otra parte, como expone Colom,8 estaba sustentada por la
Constitución de 1978, la Declaración
de Alma-Ata y la Carta Social Europea.
Estos planteamientos, junto a otros
factores, promovieron la reforma de la
sanidad y la introducción de nuevos
modelos de asistencia a través de iniciativas que por diversas razones tardarían en dar su fruto, como la propia
Ley General de Sanidad reconoce en
su preámbulo: «De todos los empeños
que se han esforzado en cumplir los
poderes públicos desde la emergencia
misma de la Administración contemporánea, tal vez no haya ninguno tan reiteradamente ensayado ni con tanta
contumacia frustrado como la reforma
de la Sanidad».9
En efecto, aunque la tan esperada
reforma sanitaria no se llevó a cabo
hasta mediados de la década de 1980,
en la de 1970 se dieron pasos importantes, aunque no decisivos, en este
sentido. Así, de conformidad con la disposición final decimosexta del texto refundido de la Ley del Plan de Desarrollo Económico y Social,10 se creó, en
1974, la Comisión Interministerial para
la Reforma Sanitaria. Entre las funciones asignadas a la misma, estaban la
de señalar las bases de una futura Ley
General de Sanidad y la de considerar
una asistencia integral a la población
bajo el criterio de finalidad social prioritaria.11 Cabe destacar, por lo tanto, que
Informe sociológico sobre el cambio social en España 1975/1983. IV Informe Foessa/Fundación Foessa, (2 vols), Madrid: Euramérica, II, 1983.
Rodríguez Ocaña, E., Medicina y Acción Social en la España del primer tercio del siglo XX, en De la beneficencia al bienestar social, Colección Trabajo Social, Serie Documentos, Madrid: Consejo General de Colegios Oficiales de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales y ed. Siglo XXI, 1988, 227-265.
Respecto a la teoría médico-social en España, el autor expone que el grueso de la práctica médico-social en la España anterior a la guerra civil discurrió por las vías de la
Beneficencia o por las campañas de atención preventiva por enfermedad concreta que se fueron organizando. Un grupo de higienistas catalanes y los médicos de la Beneficencia municipal de Madrid constituyeron el grueso de publicistas en la Medicina Social Española auspiciada a su vez por el Instituto de Medicina Social que en 1920 presidía Sebastian Recaséns, con Gregorio Marañón y Pittaluga, entre otros, en la Junta Directiva. Asimismo, el primer Congreso Español de Sanidad, celebrado en 1934, registró 38 comunicaciones en su sección de Medicina social, la sección con el mayor número de comunicaciones.
Pittaluga, en 1920 había expresado la importancia y la eficacia de la institución de la Inspectora a Domicilio (trabajadoras médico-sociales) expuesta en la obra de Cabot,
considerándola una organización, una institución y un esfuerzo social que merecía ser acogido y adoptado en España. Pittaluga, G., Prologo a la versión española, en Cabot, R., Ensayos de Medicina Social, Madrid: Calpe, III-VIII.
Laín Entralgo, P., Historia de la medicina, Barcelona: Salvat Editores, 1978, p. 662.
Trincado Dopereiro, P.; Piédrola Gil, G., La medicina social y la medicina actual, antecedentes y evolución, definición y concepto. Elementos, principios y fines, dimensiones
sociológicas de la profesión medica, enfermedades sociales, etiología, diagnostico, profilaxis y terapéuticas sociales, trabajo social, trabajadores sociales, el servicio medico social en el hospital, en: Piedrola Gil, G., González Fuste, F., Bravo Oliva, J., Medicina preventiva y social: Higiene y sanidad ambiental, (2 vols), Madrid: Amaro, II,
1978, 1-22.
Colom Masfret, D. El trabajo social sanitario. Los procedimientos, los protocolos y los procesos, Barcelona: UOC, 2011.
Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad. BOE, 29/04/1986.
Decreto 1541/1972, de 15 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Plan de Desarrollo Económico y Social. BOE, 16/06/1972.
Orden de 26 de diciembre de 1974, por la que se crea la Comisión Interministerial para la Reforma Sanitaria. BOE, 28/12/1974.
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lo que se pretendía era un cambio en la
sanidad que entroncaba con los principios anteriormente mencionados. Una
propuesta sin duda esperanzadora, pero sin muchas posibilidades de llevarse
a cabo en ese momento.12
Los cambios políticos y la promulgación de la Constitución de 1978, facilitaron que se retomara la cuestión
de la reforma de la sanidad. Es importante señalar respecto a esto, que en
el Libro Blanco de la Seguridad Social,
en 1977, se había reconocido la necesidad de llevar a cabo una reforma sanitaria orientada hacia una medicina
integral: «La medicina científico-natural es indispensable, pero insuficiente,
si no se consideran también científicamente los aspectos psicológicos y sociales de la enfermedad».13 Asimismo,
se hacía hincapié en la importancia de
la Medicina de Familia, que se presentaba como un conjunto de actividades
complejas desarrolladas por grupos
multidisciplinares formados, entre
otros profesionales, por trabajadores
sociales.14
En esta misma línea, en 1979, el
Gobierno presentó al Congreso una
propuesta de reforma en la que se
mantenía la idea de establecer una
asistencia médica «integrada», mediante la incorporación de la Medicina
preventiva y comunitaria a la Medicina
asistencial tradicional de tipo curativo
que se prestaría en los Centros médicos-sanitarios, cambio que constituía
la gran novedad de la propuesta. En los
Centros médico-sanitarios se establecían unidades médico-sociales monográficas sobre diversas enfermedades
que en su funcionamiento tenían que
coordinar los aspectos médicos especializados con los sociales y culturales,
y servicios de Medicina preventiva y
comunitaria que contemplaban entre
sus funciones, la asistencia social.15 Es
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en la creación de estos Centros donde
con mayor claridad se ponía de manifiesto la integración de lo social en lo
sanitario. Sin embargo, no se hacía referencia de forma expresa a un equipo
multidisciplinar.
No obstante, en las aportaciones
realizadas por algunos Grupos Parlamentarios a través de las propuestas
de enmienda al texto presentado por el
Gobierno, se hacía referencia al trabajador social como miembro del Equipo
Básico de Salud que prestaría asistencia sanitaria primaria.16
Una vez que se llevaron a cabo los
trámites establecidos, el Pleno del
Congreso de los Diputados, en su sesión celebrada los días 6 y 7 de mayo
de 1980, aprobó la propuesta de Resolución de la Reforma Sanitaria. En ella
se presentaba un modelo sanitario que
subsanaba los puntos críticos del modelo vigente en ese momento, y estaba
orientado hacia las nuevas tendencias
centradas más en sistemas de salud
que en sistemas sanitarios, dentro de
una concepción social de la medicina.17 Se daba protagonismo a la Atención Primaria y se proponía la creación
de los Centros de Salud. En ellos se establecían las «unidades médico-sociales» de tipo monográfico tal como se
describían en la propuesta inicial. Asimismo, sobre la asistencia médica en
los Centros de salud, se especificaba
lo siguiente: «se realizará a través de
equipos de profesionales, dotados con
medios suficientes que trabajen en el
Centro de manera coordinada y asegurando una asistencia permanente».18
Pero, se omitía lo relativo a la composición del equipo.
De esta iniciativa de reforma, que
aunque no tenía carácter normativo ponía de manifiesto la preocupación del
Gobierno y del Parlamento por la situación de la sanidad, no se derivó en ese
momento ninguna consecuencia práctica. Como expone el Informe Foessa,
en el contexto de crisis económica que
había, la preocupación por la reforma
sanitaria como un cambio de modelo
sanitario, se iba desplazando hacia
una mayor y creciente preocupación
por la racionalización de la Seguridad
Social y, dentro de ella, de su asistencia sanitaria.19
Así las cosas, en la primavera de
1981, comenzó la epidemia del SAT. La
dimensión adquirida, la forma en que
se produjo su desarrollo y la manera en
que se establecieron las estrategias
encaminadas a su control, hicieron de
dicha epidemia un condicionante en el
devenir de la asistencia sanitaria en
España. En efecto, los nuevos planteamientos acerca de la sanidad y el carácter socio-sanitario del problema que
generó, propiciaron la puesta en marcha de un modelo de carácter integral
que se anticipó a la reforma y sirvió de
punto de partida para nuevas propuestas en este sentido. Un modelo en el
que, como veremos, el trabajo social
adquirió un significado singular dentro
de lo sanitario.
El trabajo social en la
respuesta organizada ante
la epidemia del SAT
En mayo de 1981 apareció en España
la epidemia del SAT, relacionada con el
consumo de aceite de colza desnaturalizado, que originó una crisis sanitaria
calificada por algún autor como «uno
de los más negros episodios» ocurridos en la segunda mitad del siglo XX
en la sanidad española20. Afectó sobre
todo a la zona central del país,21 ocasionando una considerable morbilidad
y mortalidad.22 Por otra parte, la población afectada pertenecía mayoritariamente a un sector de escasos recursos
económicos,23 lo que agravó las reper-
Parece ser que los acontecimientos políticos del momento desaconsejaron su proyección práctica. Informe sociológico (1983), p. 829.
Libro blanco de la Seguridad Social, Madrid: Ministerio de Trabajo. Subsecretaría de la Seguridad Social, 1977, p. 590.
Libro Blanco de la Seguridad Social (1977).
BOCG, Serie G, nº 3-I, 17/10/1979. En ella, también se ordenaba la asistencia en tres ámbitos. El primer ámbito lo constituía la asistencia primaria o Medicina de familia; el
segundo, la asistencia realizada en los Centros de salud o médico-sanitarios; y, el tercero, la hospitalaria.
BOCG, Serie G, nº 3-I 1, 1 /03/1980. La propuesta fue del Grupo Parlamentario Socialista y del Grupo Parlamentario Socialista de Cataluña.
BOCG, serie G, nº 3-II, 14 /05/ 1980.
BOCG, serie G, nº 3-II, 14 /05/1980, p. 62/61.
Informe sociológico (1983).
Erkoreka A. ‘Es un bichito que se cae y se muere’. El nacimiento del síndrome tóxico, en Castellanos J., Jiménez I., Ruiz M.J., et ál. (editores), La Medicina en el siglo XX:
estudios históricos sobre medicina, sociedad y Estado, Málaga: Sociedad Española de Historia de la Medicina, 1998, 507-520.
Catalá Villanueva, F J.; Mata de la Torre, J. M., Epidemiología del Síndrome Tóxico, en Simposium Nacional “Síndrome Tóxico”, Madrid: Ministerio de Sanidad y ConsumoDirección General de Planificación Sanitaria, 1982, 143-167.
Según los datos aportados por el Comité Científico OMS/CISAT para el Síndrome del Aceite Tóxico, se presentaron 19.904 casos. Philen, R.M.; Posada, M.; Terracini, B. et
ál., Epidemiología del síndrome del aceite tóxico. Avances desde 1992, en Terracini, B., (editor) Síndrome del aceite tóxico. Díez años de avance, Copenhague: OMS- Oficina Regional para Europa, 2004, 5-17.
El número de núcleos familiares con afectados era de 10.527. Guerra Muñoyerro, C., La protección social de los afectados por el Síndrome Tóxico, Madrid: Comunidad Autónoma de Madrid-Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, 1995.
Doll, R. Etiología del síndrome tóxico español: interpretación de las pruebas epidemiológicas, en Terracini, B. (editor). Síndrome del Aceite Tóxico. Diez años de avance, Copenhague: OMS-Oficina Regional para Europa, 2004, 113-141.
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cusiones socio-familiares de la enfermedad.
La gravedad que presentó tanto en
los aspectos clínicos como epidemiológicos, obligó a poner en marcha un programa de carácter nacional que abordaba el problema desde una perspectiva global, en el que el trabajo social,
como veremos, tuvo un lugar destacado. En este sentido, en agosto de 1981
quedó establecido el Programa Nacional de Atención y Seguimiento de los
Afectados por el «Síndrome Tóxico»
(PNASAST) con las funciones de coordinación y control de todas las actuaciones encaminadas a la atención y seguimiento de los afectados.24 Se estructuró en tres ámbitos −nacional, provincial y local−, el último de los cuales
estaba formado por las denominadas
«Unidades de Seguimiento».25 En
ellas se realizó una atención de carácter biopsicosocial, llevada a cabo por
profesionales que formaron un equipo
multidisciplinar del cual formaba parte
el trabajador social.26
Por otra parte, el día 4 de septiembre de 1981, se aprobó el Programa de
trabajo médico-social a las familias con
algún/os miembro/s afectados por el
«síndrome tóxico».
Con el objetivo de prestar la ayuda
necesaria para completar la asistencia
sanitaria a estos pacientes por medio,
principalmente, del Trabajo Social Individualizado, de Grupo y Comunitario.
En él se integró del trabajo social dentro del trabajo realizado por los equipos
médicos y se expuso la necesidad de
interacción y coordinación entre la
asistencia social y la médica: «Este Trabajo Social [se indica en el propio programa] ha de estar integrado en el trabajo de los equipos médicos –hospitalarios y extrahospitalarios– así como
en las Direcciones Provinciales y en la
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“Otra cuestión relevante para el tema que aquí
se plantea, viene determinada por una serie de propuestas aprobadas en el debate parlamentario sobre
el SAT celebrado los días 8 y 9 de junio de 1982 en
el Congreso de los Diputados y los días 16 y 17 del
mismo mes en el Senado, cuyo interés para el trabajo social viene marcado por las innovaciones que se
aprobaron respecto a las «Unidades de Seguimiento» y la capacidad que otorgaron a los profesionales
de los equipos multidisciplinares de las mismas para proponer cambios en la asistencia extrahospitalaria con repercusión en la futura reforma de la
misma”
Dirección Nacional del Programa, con
la finalidad de poder llevar a cabo un
Trabajo Médico-Social integral. Así
mismo deberá establecerse una interacción y coordinación entre la Asistencia Social y la Asistencia Sanitaria, propiamente dicha, el conocimiento de los
tratamientos médicos y la evolución de
la enfermedad, para llegar a establecer
a corto, medio y largo plazo las acciones sociales concretas, o modificar las
establecidas, así como para poder prever los recursos sociales extraordinarios que sean precisos con la debida
antelación, dentro de las limitaciones
determinadas por los conocimientos
científicos de la enfermedad».27
En efecto, su estructura quedó conformada en tres ámbitos vinculados respectivamente con los tres ámbitos de
PNASAST. El ámbito local estaba constituido por las «Unidades de Base del
trabajo médico-social», ubicadas prioritariamente en las Unidades de Seguimiento, creadas para realizar en ellas el
trabajo directo con los afectados. El
equipo de profesionales propuesto inicialmente para desarrollar el trabajo en
estas «Unidades de Base», era multiprofesional. Estaba compuesto por un
médico, dos asistentes sociales, un ayudante técnico sanitario, un fisioterapeuta y personal administrativo.28
Se creó así, un dispositivo específico para llevar a cabo la atención social de los pacientes que, además,
constituyó un nuevo ámbito de intervención del trabajador social, dado
que la asistencia primaria no se había
incorporado a su ámbito de actuación
profesional.29
El segundo ámbito –Unidad Provincial del Trabajo Social- de cuyo equipo
formaba parte la Coordinadora de Trabajo Social situada en el ámbito provincial del PNASAST. El tercer ámbito,
Unidad de Coordinación Nacional de
Trabajo Social en cuyo equipo estaba
la persona responsable de la Unidad
de Asistencia Social,30 creada el día 2
Real Decreto 1839/1981 de 20 de agosto, por el que se crea un Programa Nacional de atención y seguimiento de los afectados por el “síndrome tóxico”, Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social. BOE, 27 /08/1981.
Posteriormente se fue modificando la estructura organizativa. Así, en abril de 1982, el Gobierno realizó una reordenación de los órganos administrativos, incluyendo nuevas medidas, lo que ocasionó la sustitución del Programa Nacional de Atención y Seguimiento por el Programa Nacional de Ayuda a los Afectados por el Síndrome Tóxico.
Real Decreto 783/1982, de 19 de abril, por el que se reordenan los órganos administrativos con competencia relacionadas con el síndrome tóxico. BOE, 22/04/1982. Éste
permaneció hasta la creación del Plan Nacional para el Síndrome Tóxico, a través del Real Decreto 1405/1982 de 25 de junio por el que se crea en la Presidencia del Gobierno el Plan Nacional para el Síndrome Tóxico. BOE, 26 /06/1982. Dentro de esta nueva estructura, por la Orden de Presidencia de Gobierno de 14 de julio de 1982 por la
que se dictan normas para el funcionamiento de la Comisión de Servicios Sociales, adscrita al Plan Nacional para el Síndrome Tóxico. BOE, 15/07/1982, se creó la Comisión de Servicios Sociales con el objetivo de mejorar la eficacia de de las medidas establecidas. Entre los componentes de la “Comisión de Servicios Sociales”, había cinco vocales asesores técnicos cualificados en trabajo social y servicios sociales.
”Rurales”, Extrahospitalarias” y “Hospitalarias”- dependiendo de su ubicación.Guerra Muñoyerro, (1995), pp. 55 y 56.
Rivera J.M., Unidades de Seguimiento: por qué tuvieron que ser creadas. Concepto, funciones, análisis descriptivo y evaluación económica, en Jornada de Trabajo sobre
las Unidades de Seguimiento, Madrid: Presidencia del Gobierno-Plan Nacional para el Síndrome Tóxico, 1982, 8-33.
Programa de trabajo médico-social a las familias con algún/os miembro/s afectados por el “síndrome tóxico”, 1981, p. 2. Se creó dentro del Programa Nacional de Atención
y Seguimiento de los Afectados por el “Síndrome Tóxico.
Programa de trabajo médico-social a las familias (1981).Guerra Muñoyerro (1995), pp. 62 y ss, hace referencia al Programa de trabajo médico-social y se refiere al ámbito
local del mismo como “Unidades Básicas de Trabajo Social”. Asimismo, dice que el equipo quedó finalmente formado por trabajadores sociales y auxiliares administrativos.
Dentro del campo sanitario, la labor del trabajado social se había limitado, en general, al ámbito hospitalario. Cfr. Guerra Muñoyerro (1995), p. 58.
Real Decreto 2289/1981 de 2 de octubre, por el que se establecen determinadas medidas para la mejor coordinación y agilización de las actuaciones de la Administración
en relación con el síndrome tóxico. BOE, 8/10/1981. Esta unidad se creó dentro el PNASAST. La “Unidad de Asistencia Social” está denominada también como “Unidad de
Trabajo Social”, Cfr. GUERRA (1995), p. 55.
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“El reconocimiento de trabajo social en la orga-
nización de la respuesta ante la epidemia del SAT,
significó un punto de inflexión en la trayectoria del
trabajo social en el campo sanitario. Reconocimiento que, por otra parte, era la consecuencia lógica del
modelo biopsicosocial con que se hizo frente a la
epidemia y con el que se pretendía poner las bases
de la futura reforma sanitaria. En este sentido, es
destacable que en dicha organización, el trabajo social se integró en los equipos médicos y que el funcionamiento de la misma se basaba en la interacción y la coordinación entre lo social y lo sanitario”
de octubre de 1981 como parte de los
Servicios que constituían el ámbito nacional del PNASAST, que asumió todas
las funciones relacionadas con la asistencia social a los afectados y a sus familiares y sirvió de apoyo al Programa
de trabajo médico-social.
El desarrollo de este Programa,
que sin duda puso de manifiesto las dificultades para lograr la interacción y
coordinación entre la asistencia social
y la médica,31 fue una experiencia en la
que los trabajadores sociales se incorporaban a la asistencia primaria como
miembros de un equipo multidisciplinar
y, además, propició el desarrollo de la
aplicación de los métodos, técnicas en
esta área. Por otra parte, la forma en
que se organizó facilitó que la respuesta ante los problemas se adecuara realmente a las necesidades y se siguieran
los mismos criterios de actuación.
Otra cuestión relevante para el tema que aquí se plantea, viene determinada por una serie de propuestas aprobadas en el debate parlamentario sobre el SAT celebrado los días 8 y 9 de
junio de 1982 en el Congreso de los Diputados y los días 16 y 17 del mismo
mes en el Senado, cuyo interés para el
trabajo social viene marcado por las innovaciones que se aprobaron respecto
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a las «Unidades de Seguimiento» y la
capacidad que otorgaron a los profesionales de los equipos multidisciplinares de las mismas para proponer cambios en la asistencia extrahospitalaria
con repercusión en la futura reforma de
la misma. En cuanto a las innovaciones, es destacable la aprobación de la
propuesta de dar a las Unidades de Seguimiento una proyección más amplia
dentro del sistema sanitario mediante
la reconversión de las mismas en «Unidades Básicas de Atención Extrahospitalaria Integral» y, asimismo, la ampliación del ámbito de aplicación de las
mismas al resto de la población.
En cuanto a la capacidad que otorgaron a los equipos de las Unidades de
Seguimiento, es preciso destacar la
singular propuesta de que fueran los
profesionales del equipo multidisciplinar que habían realizado la asistencia
integral en ellas, los que presentaran
los proyectos concretos para llevar a
cabo la transición a las citadas «Unidades Básicas de Atención Extrahospitalaria Integral». Entre ellos, y se hace
mención expresa, los asistentes sociales.32
De este modo, las «Unidades de
Seguimiento» serían el punto de partida de futuros cambios sanitarios en el
ámbito de la atención extrahospitalaria,
en el que el trabajo social era un elemento sustancial en la construcción de
lo sanitario.
Respondiendo al mandato parlamentario, los trabajadores sociales, al
igual que el resto de profesionales, presentaron su proyecto en la Jornada de
Trabajo sobre las Unidades de Seguimiento.33 En él se presentaba al trabajador social como el profesional que
por sus conocimientos sociales, teóricos y prácticos, podía aportar al equipo
de trabajo el conocimiento del entorno
familiar del enfermo y de la comunidad
donde estuviera insertado y su intervención ante los problemas sociales
presentados intentando elevar los umbrales de salud individual, grupal y comunitaria. Por último, respecto a las
funciones, destacaron las siguientes:
asistencia individualizada, promoción
de la salud, investigación, planificación
de recursos sociales y, por último, documentación y docencia.34 El planteamiento de estos profesionales conllevaba además, como ya se ha apuntado, la ampliación de sus posibilidades
de intervención en el ámbito sanitario
puesto que incorporarían a este campo
profesional, la asistencia primaria.
He de aclarar en este punto, que la
propuesta aprobada sobre la transformación de las «Unidades de Seguimiento» en «Unidades Básicas de
Atención Extrahospitalaria Integral»,
no se llevó a cabo. En 1985, se desvinculó administrativamente la atención
sanitaria de la social, y se dispuso la
asunción por el Ministerio de Sanidad y
Consumo de las competencias de asistencia sanitaria e investigación.35
Por otra parte, tras otros debates y
propuestas, en 1984 se estableció la
creación de Centros de Salud y Equipos de Atención Primaria formados por
diversos profesionales, entre ellos, el
trabajador social. 36 Y, finalmente, en
1986 se promulgó la Ley General de
Sanidad que hace hincapié en la atención primaria integral de la salud que se
llevará a cabo mediante un trabajo en
Guerra Muñoyerro, C., Discusión, en Jornada de Trabajo sobre las Unidades de Seguimiento, Madrid: Presidencia de Gobierno-Plan Nacional para el Síndrome Tóxico,
1982, 57-67.
BOCG, Senado, serie I, nº 140, 25 /06/ 1982.
Aportaciones que, aseguraba Conde, se ajustaban perfectamente al esquema de la Administración y enriquecerían los proyectos en los que ya estaban trabajando. Conde,
V. Discusión, enJornada de Trabajo sobre las Unidades de Seguimiento, Madrid: Presidencia de Gobierno-Plan Nacional para el Síndrome Tóxico, 1982, 237-249.
Cámara, C.; Rivas, L.; Alonso, N., Propuesta de reconversión de las Unidades de Seguimiento en Unidades Experimentales de Atención Básica Integral, enJornada de Trabajo sobre las Unidades de Seguimiento, Madrid: Presidencia del Gobierno-Plan Nacional para el Síndrome Tóxico, 1982, 131-147.
Real Decreto 415/1985 de 27 de marzo por el que se reestructura el Ministerio de la Presidencia. BOE, 1/04/1985. Como consecuencia de estos cambios, se llevó a cabo
una revisión de los programas que se habían desarrollado hasta ese momento, con el fin de adecuarlos a las estructuras administrativas de las que dependían. A partir de
esa revisión, se adoptó la decisión de refundir los dos programas anteriores −Programa de trabajo médico-social a las familias afectadas por el síndrome tóxico y Programa
de reinserción social para los afectados por el síndrome tóxico, que se había creado en 1983− en un tercer programa: el Programa de servicios sociales a las familias afectadas por el síndrome tóxico, que se estableció en abril de 1987.
R. D. 137/1984, de 11 de enero sobre estructuras básicas de salud, BOE, 1 de febrero de 1984, pp. 2627 y ss.
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A G A T H O S • Año 2013 - número 4
El trabajo social en la construcción de lo sanitario, España (1970-1986) • Gregoria Hernández Martín
© AGATHOS. PARK GUELL. BARCELONA, 2013.
G r e g o r i a
H e r n á n d e z
equipo.37 Sin embargo, no hace referencia a los profesionales que deberán
conformar el mismo.
Conclusiones
La reaparición de los planteamientos
de la medicina como una ciencia social
puso de manifiesto la necesidad de la
presencia del trabajo social en el campo de la salud.
Partiendo de ésta y otras consideraciones de carácter sociopolítico, en la
década de 1970 surgieron iniciativas
de reforma sanitaria en las que se proponían cambios dirigidos hacia un modelo de carácter integral en el que lo
social era un elemento importante dentro del mismo, por lo que el trabajador
social se consideraba, implícita o explícitamente, un profesional necesario en
el ámbito de la salud.
El reconocimiento de trabajo social
en la organización de la respuesta ante
la epidemia del SAT, significó un punto
de inflexión en la trayectoria del trabajo
social en el campo sanitario. Reconocimiento que, por otra parte, era la consecuencia lógica del modelo biopsicosocial con que se hizo frente a la epidemia y con el que se pretendía poner las
bases de la futura reforma sanitaria. En
este sentido, es destacable que en dicha organización, el trabajo social se
integró en los equipos médicos y que el
funcionamiento de la misma se basaba
en la interacción y la coordinación entre
lo social y lo sanitario.
El espacio que se otorgó al trabajo
social en la organización de la respuesta ante el SAT, es un precedente que
avala el empeño por conseguir que el
trabajador social se constituya como
profesional necesario en el abordaje de
los problemas derivados de binomio
salud-enfermedad, dando así sentido y
cumplimiento a los principios inspiradores de la reforma sanitaria.
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M a r t í n
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El trabajo social en la construcción de lo sanitario, España (1970-1986) • Gregoria Hernández Martín
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Membrete bibliográfico:
Cinta Martos Sánchez, Pilar
Blanco Miguel, Mercedes
González Vélez.
« El personal sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias ante la violencia de género (Una aproximación a partir
del estudio del personal de Huelva y Sevilla)»
Agathos, atención sociosanitaria y bienestar, año 2013,
número 4. ISSN-1578-3103
El personal sanitario de las urgencias y
emergencias extrahospitalarias ante la
violencia de género (Una aproximación
a partir del estudio del personal de
Huelva y Sevilla)
Cinta Martos Sánchez
Doctora. Profesora Titular de Escuela Universitaria de la Facultad de Trabajo Social de
Huelva.
Diplomada en Trabajo Social, Licenciada en
Antropología Social y Cultural y Doctora por
la Universidad de Huelva.
Su línea de investigación está actualmente
vinculada al área sanitaria donde está trabajado en varios proyectos.
Correo-e < [email protected] >
Teléfono 959 219654
Pilar Blanco Miguel
Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología.
Profesora Colaboradora de la Facultad de
Trabajo Social de Huelva.
Líneas de investigación: Minoría étnicas y
exclusión social; La problemática de las
adicciones sociales como un nuevo ámbito
de intervención social y violencia juvenil y
contexto escolar.
Correo-e < [email protected] >
Teléfono 959 219539
Mercedes González Vélez
Profesora titular de escuela Universitaria del
área de trabajo social y servicios sociales de
la Universidad de Huelva.
Ha realizado investigaciones y publicado
trabajos sobre la construcción teórica del
trabajo social, los modelos de intervención
individual-familiar, inserción profesional y la
relación de ayuda profesional.
Ha publicado trabajos sobre trabajo social y
migración.
Ha analizado la relación entre resiliencia, inmigración y parejas mixtas en el ámbito de
la intervención social
Correo-e < [email protected] >
Teléfono 9599637
Dirección para la correspondencia
Dra. Cinta Martos Sánchez
Facultad de Trabajo Social de Huelva.
Campus de El Carmen. Avd. 3 de marzo, s/n.
21071 Huelva
Introducción
L
a violencia contra la mujer constituye un problema social y de derechos humanos que tiene graves consecuencias sobre la salud de
las mujeres. A pesar de ser una causa
significativa de mortalidad entre las
mujeres hasta hace poco tiempo no ha
36
Resumen
El objetivo del estudio ha sido evaluar el grado de conocimiento y actitud del personal
sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias acerca de la violencia de
género, así como identificar las barreras institucionales y organizativas que dificultan el
manejo dentro de estos servicios de salud de las mujeres maltratadas.
Material y método: Se realizo un estudio transversal, descriptivo, mediante un cuestionario de autoaplicación que se proporcionó a 59 médico/as y a 50 enfermeros/as de los
servicios de urgencias y emergencias extrahospitalarias de las capitales de Andalucía de
Huelva y Sevilla. El instrumento se diseño para evaluar el conocimiento y la actitud de
dicho personal ante la violencia de género, dicho instrumento fue validado para tal fin.
Resultados: A pesar de que el 90% de los encuestados no han recibido formación
específica en violencia de género el grado de conocimiento que presentan es un grado
medio, presentando las mujeres un grado más bajo de conocimiento que los hombres. Y
analizadas las respuestas dadas en el test de actitud la mayoría presentan conductas favorables para detectar y canalizar los casos de maltrato que se presenten en su servicio.
Conclusiones: El estudio evidencia la necesidad de capacitar y sensibilizar al personal sanitario sobre el tema. Se han dado grandes avances pero todavía son insuficientes,
es necesario incorporar esta capacitación en los planes de estudios y además es necesario una presencia mayor de profesionales capacitados en este tema, como trabajadores/as sociales, en estos servicios.
Palabras clave: Mujeres maltratadas. Violencia de género. Personal sanitario. Actitudes.
Conocimiento.
Abstract
The aim of the study was to evaluate the level of knowledge and attitude of health personnel and hospital emergency emergencies about gender violence and to identify institutional and organizational barriers that hinder the management of these services within
women's health battered.
Methods: We performed a cross-sectional, descriptive, using a self-administered
questionnaire was provided to 59 medical / as and 50 nurses / as emergency services and
hospital emergency of Huelva and Seville. The instrument was designed to assess the
knowledge and attitude of the staff to the violence, the instrument was validated for that
purpose.
Result: Although 90% of respondents have not received specific training in gender
violence, the present level of knowledge that is an average, women presenting a lower
level of knowledge that man. And analyzed the responses in the test presented attitude
most favorable to detect behaviors and channel abuse cases that occur in their service.
Conclusions: The study demonstrates the need to train and sensitize health personnel on the subject. There have been great strides but still insufficient, it is necessary to
incorporate this training into the curriculum and also need a greater presence of trained
professionals in this area, as workers / social as in these services.
Key words: Abused women. Gender violence. Health personnel. Attitudes. Knowledge.
sido considerada como un problema de
salud pública, y aún hoy en día no es
considerado como tal por algunos sectores sanitarios.
Partimos de la idea de que los servicios sanitarios juegan un papel muy
importante para ayudar a las mujeres
que sufren malos tratos, puesto que la
mayoría de ellas acuden a los mismos
en algún momento de su vida. Los servicios de urgencias y emergencias
constituyen el primer eslabón en la
atención a estas mujeres, ya sea en los
centros sanitarios (atención primaria y
hospitales) o en el propio entorno del
paciente (servicio de urgencias y emergencias de atención domiciliaria). De
cualquier forma supone una vía de fácil
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
El personal sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias… • Cinta Martos Sánchez, et ál.
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C i n t a
M a r t o s
S á n c h e z ,
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á l .
“Debe tenerse en cuenta que la mayoría de estas
mujeres no acuden a los servicios sanitarios por
lesiones relacionadas directamente con el maltrato,
sino que el motivo suele ser una manifestación clínica subaguda o encubierta del abuso, y en muchas
ocasiones no es más que una vía involuntaria de
pedir ayuda. Por eso los servicios de urgencias y
emergencias, al prestar la atención en el hábitat de
la paciente, son un lugar privilegiado para la detección y diagnóstico de estas situaciones”
acceso y uno de los principales lugares
de protección social a los que acuden
las víctimas, ya que existe una atención
continuada durante las veinticuatro horas del día, existe libertad de acceso a
ellos o con una simple llamada telefónica por las diferentes líneas de atención
de urgencias y emergencias sanitarias
se desplazan hasta el lugar que la paciente lo solicite.
Debe tenerse en cuenta que la mayoría de estas mujeres no acuden a los
servicios sanitarios por lesiones relacionadas directamente con el maltrato,
sino que el motivo suele ser una manifestación clínica subaguda o encubierta del abuso, y en muchas ocasiones
no es más que una vía involuntaria de
pedir ayuda. Por eso los servicios de
urgencias y emergencias, al prestar la
atención en el hábitat de la paciente,
son un lugar privilegiado para la detección y diagnóstico de estas situaciones. Sin embargo, existen barreras que
dificultan esta labor: la mayoría de las
mujeres no manifiestan abiertamente
su situación de maltrato y esta ocultación dificulta su detección, por otro lado, el personal sanitario a pesar de
considerar la violencia como un problema importante, su falta de entrenamiento ocasiona que la detección de
estos casos de violencia no sea visualizada como parte de su responsabilidad
profesional. A lo que se añade el que a
menudo se considere que solamente
en determinadas especialidades es
apropiado intervenir (ginecológica,
obstetricia..). Además otras de las barreras que dificultan su detección es
desconocer los protocolos de actuación, de cómo actuar si la mujer afirma
ser maltratada. Esto nos lleva a otra dificultad que es la no presencia en estos
servicios de urgencias de profesionales directamente formados para esta
38
atención como es el caso de los/as trabajadores/as sociales.
Esta investigación surge y se justifica por varias razones. Por una lado la
falta de experiencia y tradición investigadora en el campo de la salud del trabajo social. También nos encontramos
que dentro del propio ámbito de la salud, el estudio de la violencia de género, también es novedoso y sobre todo
en el contexto de las urgencias y emergencias extrahospitalarias que es donde se desarrolla esta investigación.
Se ha partido de considerar que
las instituciones sanitarias son un punto clave para la detección precoz del
maltrato y de intervención. Para ello el
personal sanitario debe estar formado
y preparado para tal fin. El propósito de
la investigación ha sido objetivar el conocimiento y la actitud que el personal
sanitario de las urgencias y emergencias extra hospitalarias tienen sobre la
violencia de género, tomando como
punto de partida algunos interrogantes: ¿Qué grado de conocimiento poseen?, ¿Qué actitudes tienen?, ¿Influye el grado de conocimiento que poseen en la actitud que muestran?, ¿Son
variables como el sexo o la categoría
profesional significativas en su actitud?
Material y método
Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del 2010 se realizó un
estudio transversal en médicos/as y enfermeros/as de la Empresa Pública de
Emergencias Sanitarias de Huelva y
Sevilla, y del personal de los Dispositivos de Cuidados Críticos y urgencias de
Huelva capital. Participaron en el estudio 109 individuos, de los cuales 59 son
médicos/as y 50 son enfermeros/as.
Una vez elaborado definitivamente
el cuestionario, se presentó a la población objeto de este estudio y se les invi-
tó a participar en él, quienes aceptaron
participar se les entrego el cuestionario
para que lo rellenaran.
El cuestionario fue construido para
cumplir los objetivos de la investigación
y se sometió a las pruebas de validez y
fiabilidad pertinentes. Se elaboró un primer cuestionario teniendo en cuenta
por un lado cuestionarios ya existentes
en estudios similares y las aportaciones
de diferentes expertos en la materia y
se procedió en primer lugar a someter
el cuestionario a una “prueba de jueces”. Una vez pasada la prueba, se modificó el cuestionario teniendo en cuenta las recomendaciones y se administró
a 50 profesionales sanitarios de los servicios de urgencias y emergencias extra
hospitalarias de Andalucía.
Con las respuestas obtenidas se
establecieron las propiedades psicométricas del cuestionario tomando como estadístico el análisis factorial exploratorio. Los análisis realizados
muestran un grado alto de fiabilidad y
validez de nuestro cuestionario, que se
estructuro definitivamente en tres apartados: La primera parte recoge datos
de carácter sociodemográficos ( sexo,
edad, categoría profesional, antigüedad en el servicios); la segunda parte
recoge la evaluación del conocimiento
sobre las normas y procedimientos para la atención de la violencia de género
y el tercer apartado recoge una escala
de actitud del personal sanitario frente
a la violencia de género.
Una vez obtenido los datos se realizó el análisis univariado, estimando
medias y proporciones para ver la distribución de las variables de interés y
describir sus características generales.
Posteriormente se realizó un análisis
bivariable para establecer asociaciones y correlaciones entre variables. Las
técnicas que se utilizaron fueron el coeficiente de correlación de Pearson,
para establecer el grado y el tipo de relación entre dos variables, la tabla de
contingencia y la prueba de T de student. El análisis de los datos se realizó
mediante el programa SPSS 12.0 para
Windows.
Resultados
De los 157 médicos/as y enfermeros/as
de los Dispositivos Sanitarios de Urgencias y Emergencias extra hospitalarias
de Huelva y Sevilla respondieron al
cuestionario 109 sujetos (grado de respuesta de un 70%).
Las características socio demográficas de los/as encuestados son: la ma-
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El personal sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias… • Cinta Martos Sánchez, et ál.
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C i n t a
M a r t o s
S á n c h e z ,
yoría de los encuestados son hombres
(60,55%), con una edad que se sitúa
entre los 31 y 40 años (37%), el 54%
son médicos/médicas y con una antigüedad en el servicio que se sitúa entre 11 y 15 años.
Respecto al grado de conocimiento
que el personal encuestado tenía so-
e t
á l .
bre el tema, el 33,04% mostró un conocimiento bajo, el 46,78% medio y el
19,26% alto. El personal sanitario que
muestra un mayor conocimiento son
los enfermeros y enfermeras, observándose diferencias estadísticas significativas en relación a la categoría profesional.
Grafico 1: Distribucción del grado de conocimiento segun categoria profesional.
Los principales datos a destacar en
la evaluación del conocimiento fueron:
Para un 79,81% la violencia de género es un problema de salud pública
eso deja a un 20,19% de los encuestados que no la consideran como tal,
principalmente los médicos.
El 55,04% de los encuestados contestan afirmativamente a la pregunta
de si conocen los protocolos de actuación frente a la violencia de género,
principalmente son los enfermeros mayores de 51 años los que muestran un
mayor desconocimiento.
Otras cuestiones abordadas nos
muestran que un 49,55% de los sujetos
no conocen los recursos sociosanitarios a disposición de las mujeres maltratadas, el 52,93% no conoce que es
el fenómeno iceberg en violencia y el
46,78% no sabe diferenciar conceptos
como «violencia de género», «malos
tratos» y «violencia familiar».
Por último el 63,3% sabe cuándo y
cómo realizar el parte de lesiones pero
el 59,6% reconoce no saber las repercusiones legales que se derivan de no
declarar la mera sospecha de un caso
de violencia de género.
La segunda parte del cuestionario
abordaba la actitud que el personal sanitario tiene ante la violencia de género. De manera global podemos decir
40
que el personal tiene una actitud favorable para la detección y atención a casos de violencia de género. Realizado
el análisis de asociaciones podemos
determinar que existen asociaciones
entre la actitud y la edad del personal
encuestado y entre la actitud y el lugar
de trabajo.
El 70% de los encuestados consideran necesario mantener una actitud
expectante para diagnosticar casos de
violencia de género, principalmente
son las mujeres las que más favorable
se mostraron a esta cuestión. Sin embargo son los hombres los que están
más dispuestos a realizar preguntas
encaminadas a detectar casos de violencia de género.
Es el personal más joven el que
muestra reticencias a la hora de plantearse ante una paciente con lesiones físicas como diagnóstico diferencial un
posible caso de maltrato
El 83,6% considera que el personal
sanitario de las urgencias tiene un papel relevante en la prevención y asistencia a personas en situación de violencia. Pero a pesar de esto el 80% de
los encuestados consideran que no tienen una preparación y formación adecuada.
La gran mayoría de los/as encuestados consideran que es responsabili-
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El personal sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias… • Cinta Martos Sánchez, et ál.
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C i n t a
M a r t o s
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dad tanto de sanitarios, policías, jueces, trabajadores/as sociales identificar y prevenir este problema. Se les pidió que ordenaran por prioridad en la
responsabilidad resultando que son los
jueces seguidos de la policía y los trabajadores/as sociales los colocados en
primer lugar y el personal sanitario ocupa el último lugar.
e t
á l .
Analizada cuál es la opinión expuesta en la entrevista que más se
adapta a la situación de infradetección de este problema, los resultados
fueron que el 70,64% creen que es
necesario seguir mejorando los sistemas de detección y la coordinación
entre los diferentes estamento y profesionales.
Grafico 1: Opinión expuesta en la entrevista que más se adapta a la situación de infradetección de este
problema.
A: Creo que las pacientes que sufren malos tratos deberían insistir más, tener una postura más firme y
solicitar más ayuda de la sociedad.
B: Creo que es necesario seguir mejorando los sistemas de detección y la coordinación entre los distintos estamentos y profesionales implicados.
C: Estas pacientes piensan que su problema no tiene solución y que la sociedad no las respalda. Creo
que ellas deberían cambiar este concepto erróneo.
D: Creo que las pacientes que sufren violencia doméstica no disponen todavía de las facilidades necesarias y precisan mas ayuda.
Discusión
Los resultados globales sobre el grado
de conocimiento del personal encuestado nos arrojan resultados similares a
los obtenidos en otros estudios con población sanitaria, aunque no en el ámbito extrahospitalario, donde no hay investigaciones de referencia. La población tiene un grado de conocimiento
medio. Como ya comentamos las mujeres presentan un conocimiento más
bajo que los hombres, sobre todo en
cuestiones relacionadas con términos
conceptuales y con el conocimiento de
los recursos sociosanitarios. Pero
muestran un mayor conocimiento en
cuestiones relacionadas con el protocolo de actuación frente al maltrato y
con la realización del parte de lesiones.
Se han encontrado diferencias estadísticas significativas relacionadas
42
con la categoría profesional siendo los
enfermeros los que presentan medias
más elevadas en cuestiones relacionadas con el conocimiento de protocolos,
cómo y cuándo realizar el parte de lesiones y las repercusiones legales que
derivan de su no realización. Antes estos datos no podemos pasar por alto
que son los médicos/as los que están
facultados para realizar el parte de lesiones y por lo tanto los que deben conocer los protocolos de actuación. Los
datos obtenidos nos hacen ser consciente de que es necesario que mejore
la formación del personal sanitario.
La primera cuestión que se aborda
en el cuestionario tiene que ver con la
consideración de la violencia de género como un problema de salud pública.
Uno de los grandes problemas que
hasta ahora ha tenido la violencia de
género es su consideración como un
problema únicamente social o como un
asunto particular que afectaba a la vida
privada de las familias. Esta consideración nos llevó a empezar este estudio
con esta cuestión.
Al atender a una víctima de violencia de género cada trabajador/a debería saber cómo actuar, cómo comportarse y cuál es su función en todo momento. Se estima que al menos 7 de
cada 10 maltratos pasan desapercibidos en la asistencia clínica habitual.
Lo anterior está relacionado con el
hecho de conocer la existencia de protocolos de actuación ante los malos tratos. Como se ha expuesto en el análisis
de los datos el 56,98% de la población
encuestada conoce la existencia de un
protocolo de violencia de género, eso
nos deja un 43,02% de personal sanitario que desconoce el protocolo de actuación. Este desconocimiento puede
derivar en una inadecuada actuación y
canalización en la atención a mujeres
maltratadas. Además un gran número
(60,22%) desconoce que además de la
obligación moral y profesional, también
están obligados a declarar cualquier
caso de sospecha, según la Ley de Enjuiciamiento criminal (artículo 262) y
según el Código Penal (artículo 576 y
550) hecho desconocido por un gran
número de profesionales y donde la no
declaración de un delito en este sentido
podría ser castigado con penas de
arresto y multas según los casos.
Relacionando el grado de conocimiento sobre la violencia de género y la
identificación de signos y síntomas. En
el estudio nos encontramos que quienes tienen un mayor conocimiento pueden identificar una mayor cantidad de
signos y síntomas, en comparación
con aquellos que tienen un conocimiento más bajo. Los signos y síntomas que se han destacado fundamentalmente son sobre todo físicos (traumatismos, fracturas, quemaduras.),
sentimiento de ansiedad y miedo.
Como se recoge en las investigaciones revisadas resulta evidente considerar que la mayoría del personal médico rara vez sospecha violencia entre
sus pacientes, por lo que no le hacen
preguntas sobre el tema y solo sospechan en aquellos casos que son muy
obvios pues las mujeres acuden a los
servicios con lesiones producidas por
la violencia física. En nuestro estudio el
personal sanitario está capacitado para acudir y atender urgencias y emergencias donde las lesiones por agre-
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
El personal sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias… • Cinta Martos Sánchez, et ál.
© AGATHOS. HOSPITAL DE SANT PAU. BARCELONA, 2013.
C i n t a
M a r t o s
S á n c h e z ,
e t
á l .
“Se han encontrado diferencias estadísticas sig-
nificativas relacionadas con la categoría profesional siendo los enfermeros los que presentan medias
más elevadas en cuestiones relacionadas con el
conocimiento de protocolos, cómo y cuándo realizar el parte de lesiones y las repercusiones legales
que derivan de su no realización. Antes estos datos
no podemos pasar por alto que son los médicos/as
los que están facultados para realizar el parte de
lesiones y por lo tanto los que deben conocer los
protocolos de actuación. Los datos obtenidos nos
hacen ser consciente de que es necesario que mejore
la formación del personal sanitario”
sión resultan evidentes, pero es necesario saber cómo canalizar adecuadamente a la víctima para que la atención
no se base únicamente en el tratamiento de las lesiones físicas.
Una vez identificado el caso, lo ideal es canalizarlo a instituciones y personal capacitado para que le brinde
ayuda especializada. En el caso de los
dispositivos de urgencias y emergencias, la atención y canalización de las
víctimas de maltrato difiere bastante de
la realizada en atención primaria o en
los servicios de urgencias hospitalarias. Tanto el 061 como en los DCCU la
atención depende exclusivamente de
que la mujer quiera ser atendida, en este caso se trataran las lesiones, se llamará a la policía nacional y se realizará
el parte de lesiones para remitirlo al
juzgado. No existen otros recursos que
puedan utilizar el personal de este servicio para la atención y canalización de
víctimas de malos tratos. En los servicios de urgencias y emergencias extrahospitalarias además se carece de personal cualificado (trabajadores sociales, psicólogos) que pudieran dar una
atención más personalizada a estas
mujeres y realizar la adecuada canalización a servicios específicos.
Hasta ahora hemos analizado el
conocimiento y opinión que tiene el
personal encuestado sobre la violencia
de género, pero nuestro estudio también pretendía analizar la actitud que
dicho personal tiene frente al maltrato.
Partiendo de la idea de que la actitud es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un
individuo para hacer las cosas, resulta
positivo observar como el personal de
44
nuestro estudio muestra una actitud
positiva hacia la violencia de género.
Analizada las respuestas dadas la mayoría presenta conductas favorables
para detectar y canalizar los casos de
maltrato que se presenten en su servicio.
Antes de entrar en más detalle debemos advertir que los datos obtenidos
son valoraciones que los propios encuestados tienen sobre sus conductas,
no si en la práctica estas conductas
son llevadas a cabos.
El 70% del personal sanitario encuestado considera tener una actitud
expectante ante casos de violencia de
género. Son las mujeres las que consideran tener una actitud más expectante que los hombres. Estudios realizados sobre malos tratos demuestran
que en la población general es la mujer
la que mantiene actitudes más expectantes que el hombre. A lo largo de todo
este estudio hemos señalado la importancia que tiene la formación y la sensibilización de los profesionales sanitario
ante este problema de salud. La víctima acude a los servicios de urgencias
por múltiples motivos, y en ocasiones
no informan sobre las causas de sus lesiones. Por eso es importante estar
alerta antes las crisis de angustia, trastornos de ansiedad y depresión, síntomas frecuentes en estos casos.
A pesar de que el personal indica
tener una actitud expectante solo el
60% se plantea siempre ante una paciente con lesiones físicas como diagnóstico diferencial la posibilidad de que
sea un maltrato. Este dato sigue siendo
tan preocupante como en estudios previos, más de un tercio del personal sa-
nitario no investiga sobre maltrato ante
pacientes con lesiones. Por tanto como
decíamos al principio una cosa es lo
que creemos que hacemos y otra distintas lo que de verdad hacemos.
Una de las cuestiones que resulta
más controvertida, está relacionada
con la opinión que tienen sobre la necesidad de realizar preguntas encaminadas a detectar casos de violencia de
género, pues todavía existe mucha resistencia a preguntar directamente a
las mujeres cuestiones relacionadas
con un posible maltrato.
Estudios previos muestran que más
del 67% de las mujeres esperan que
sea el personal sanitario quien les pregunte acerca de la violencia que sufre y
más de 60% del personal médico espera que la mujer maltratada sea quien dé
la señal o consentimiento para abordar
dentro de la consulta sus experiencias
de violencia. Dos estudios realizados
con personal de enfermería, demostraron que la tasa de autocomunicada de
maltrato como causa de lesiones de
maltrato como causa de lesiones en
servicios de urgencias es escasa
(7,5%) y que esta mejoraba (30%)
cuando la mujer era preguntada directamente por enfermeras previamente
entrenadas. No podemos pasar por alto el que sea los hombres los que estén
más dispuestos a realizar preguntas
encaminadas a detectar un posible
maltrato, aunque no debemos olvidar
que el cuestionario muestra la actitud
pero no si esa predisposición en casos
concretos se lleva a la práctica.
Dentro del personal sanitario todavía está presente la idea de que aunque tienen un papel relevante frente a
la violencia de género, son otros profesionales, principalmente jueces y trabajadores sociales, los que tienen una
mayor responsabilidad ante el maltrato.
Sin embargo hay que tener presente
que estos profesionales no son los que
tienen un contacto más directo con las
mujeres maltratadas, como es el caso
de los jueces, y en el caso de los trabajadores social son un personal escaso
en el ámbito sanitario y en algunos sitios, como el contexto donde se desarrolla esta investigación, nulo.
Conclusiones
Los diversos estudios que hay sobre la
violencia doméstica ponen de manifiesto como uno de los problemas es la
pequeña proporción de casos de violencia doméstica que llegan a la luz pública y al sistema legal. En muchos ca-
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
El personal sanitario de las urgencias y emergencias extrahospitalarias… • Cinta Martos Sánchez, et ál.
E l
sos las victimas están temerosas de
denunciar, han desarrollado mecanismos de indefensión aprendida a lo largo de los años de sufrimiento o simplemente no ven alternativas a su situación.
Es por ello preciso encontrar mecanismo de detección de la violencia doméstica para romper el silencio y ayudar a las víctimas que la padecen, y
con ello prevenir que se perpetúe o
agrave su situación. Es cierto que en
este tema hay muchos que defienden
como valor superior el derecho a la intimidad familiar, pero cuando se trata de
un fenómeno en el que están en riesgo
la salud e incluso la vida de los afectados pensamos que la intromisión puede ser un mal menor.
Como hemos recogido a lo largo de
este estudio una de las vías más importantes de detección precoz de violencia
doméstica son los servicios sanitarios.
Son servicios públicos por los que pasa
la inmensa mayoría de la población y
podría ser una vía de detección precoz
de la violencia doméstica y de difusión
de actitudes y prácticas de prevención
si los profesionales tuvieran una formación en esta materia. Si el personal sanitario realiza cursos de formación en
síntomas de violencia doméstica y siguieran protocolos de detección desde
sus especialidades, podrían ser los primeros en advertir si sus pacientes ejercen o sufren violencia. . Esta formación
creemos que resulta imprescindible en
todo el personal sanitario, y por ello
muchas comunidades autonómicas están dedicando horas de formación entre el personal sanitario de atención primaria y hospitalaria, aunque no pasa lo
mismo con el personal sanitario de las
urgencias y emergencias extrahopitalarias.
“Solo se ve lo que se mira, y solo se
mira lo que se tiene en la mente”, con
esta frase, Alphonse Bertillon trataba
de destacar la importancia del conocimiento en la dirección de la conducta, y
cómo en su ausencia hasta lo más objetivo podía pasar desapercibido. Los
profesionales de Urgencias y Emergencias deben conocer la violencia de
género para poder identificar sus manifestaciones más allá de las agresiones
y para dirigir la entrevista, exploraciones y estudios complementarios hacia
el verdadero origen del problema. Con
este estudio hemos querido resaltar las
limitaciones y obstáculos existentes
con vista a mejorar la respuesta que
actualmente se ofrece. Los datos de
p e r s o n a l
este estudio y las referencias aportadas por otras investigaciones pueden
facilitar el posicionamiento de los profesionales sobre el principio de responsabilidad y llevar una actuación sobre
la violencia de género siguiendo dos
criterios muy simples: actuar como se
hace ante cualquier otro problema de
salud con consecuencias sociales, y
hacerlo teniendo en cuenta que detrás
de una agresión hay un problema de
salud ocasionado por la exposición a la
violencia que en muchos casos será el
que caracterice el cuadro.
Algunas de las principales conclusiones que hemos extraído del estudio
han sido que :
• El personal sanitario aunque muestra
una actitud favorable hacia la identificación y canalización de la violencia
de género presenta un grado de conocimiento medio.
• Sobre todo son los enfermeros los
que presentan un menor conocimiento relacionado con cuestiones del protocolo de actuación.
• Resulta sorprendente que siendo los
médicos los que están facultados para la realización del parte de lesiones
no conozcan las repercusiones legales que se derivan de su no realización.
• Las mujeres presentan un menor conocimiento en cuestiones relacionadas con aspectos conceptuales y un
conocimiento más alto en cuestiones
de procedimiento.
• Gran desconocimiento del personal
encuestado en recursos sociosanitarios.
• Aunque es la mujer la que muestra
una actitud expectante es el hombre
el que se plantea como diagnóstico
diferencial un posible maltrato y está
más dispuesto a realizar preguntas.
• Todos destacan el papel relevante pero también su escasa formación.
s a n i t a r i o
d e …
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Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
45
Membrete bibliográfico:
Josep Corbella i Duch
«La intimidad sanitaria en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos»
Agathos, atención sociosanitaria y bienestar, año 2013, número 4. ISSN-1578-3103
La intimidad sanitaria en la
jurisprudencia del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos
Josep Corbella i Duch
Doctor en Derecho. Abogado
Profesor Asociado de la Universidad de Barcelona
Consultor del Master Universitario de Trabajo Social Sanitario. Estudios de Ciencias de
la Salud. Universidad Oberta de Catalunya
(UOC)
Dirección para la correspondencia
Correo-e < [email protected] >
Resumen
Se toma el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales firmado en Roma el día 4 de noviembre de 1950 por los Estados miembros del Consejo de Europa, el artículo presenta algunas sentencias del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos relacionadas con casos en los que se dirime la intimidad en el sistema sanitario.
Palabras clave: Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. Intimidad sanitaria. Jurisprudencia intimidad sanitaria.
Abstract
It takes the Convention for the Protection of Human Rights and Fundamental Freedoms
signed in Rome on 4 November 1950 by the Member States of the Council of Europe. The
article presents some judgments of the European Court of Human Rights concerning
cases where privacy is at issue in the healthcare system.
Introducción
S
i ahora nos viéramos en la necesidad de establecer un relación de
las actuaciones llevadas a cabo
para el reconocimiento de los derechos
humanos siguiendo un orden según su
importancia, no cabe duda de que uno
de los primeros debería estar reservado para el Convenio para la Protección
de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales firmado en
Roma el día 4 de noviembre de 1950
por los Estados miembros del Consejo
de Europa.
Con el tiempo el Consejo de Europa ha pasado de los 12 Estados iniciales a los 47 Estados que lo integran actualmente, abarcando así todo el territorio del que, geográficamente, identificamos como continente europeo.
El Convenio reconoce algunos de
los derechos humanos de carácter individual proclamados por la Declaración
de la ONU de 10/12/48, instituyendo el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH, en lo sucesivo), al que confiere competencia para conocer las
cuestiones relativas a la interpretación
y la aplicación o incumplimiento del
mismo Convenio, y de sus Protocolos,
por parte de los Estados signatarios.
En el mismo documento, los Estados
parte se comprometen a acatar las resoluciones del Tribunal.
46
Key words: Convention for the Protection of Human Rights and Fundamental Freedoms.
Health privacy. Jurisprudence health privacy.
Nota.- El texto se corresponde con la comunicación presentada por el autor al XVI Congreso Nacional de Derecho Sanitario, celebrado en Madrid, en octubre de 2009, que ha
sido revisada y actualizada para su publicación en la Revista Agathos.
Cualquier persona física, organización no gubernamental, o grupo de particulares que se considere víctima de
una violación de los derechos humanos
reconocidos en el Convenio por un Estado parte del mismo, una vez agotadas
las instancias internas, puede presentar una demanda contra este Estado
ante el TEDH, lo que, en si mismo,
constituye una importante singularidad
en Derecho Internacional que le confiere carácter, más allá del ámbito de su
competencia material, desde el momento en que otorga acción directa a
los ciudadanos para demandar a un Estado ante un Tribunal Internacional.
El contenido de los derechos reconocidos y protegidos en el Convenio ha
penetrado en la sociedad europea siguiendo diferentes vías. Por un lado,
mediante su incorporación en los textos
constitucionales de los diferentes Estados, y de ello tenemos un buen ejemplo
en la denominada parte dogmática de la
Constitución Española de 1978. Una segunda vía de penetración la encontramos en las modificaciones de la legisla-
ción ordinaria con el fin de acomodarla
al contenido del Convenio, realizada, en
menor o mayor grado, por los Estados
miembros (ejemplos importantes lo tenemos en Gran Bretaña, en cuanto a la
supresión de los castigos físicos a los
escolares, y en Austria, en lo referente al
internamiento de incapaces), y, finalmente, mediante el ejercicio de la función jurisdiccional de los tribunales de
los Estados miembros aplicando la normativa interna a la luz de los principios y
derechos recogidos en el Convenio y de
la interpretación de los mismos efectuada por el TEDH (y en este sentido, baste
con recordar las resoluciones sobre
cumplimiento de condenas de prisión
dictadas por los tribunales españoles
después de la sentencia dictada por el
Tribunal Europeo en el asunto del Rio).
Y como efecto de todo ello, se ha
generado una mayor conciencia individual sobre la titularidad de los derechos humanos, que se traduce en una
mayor exigencia de respeto a los demás, incluido el Estado, como garante
de su vigencia y reconocimiento.
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
La intimidad sanitaria en la jurisprudencia del Tribunal Europeo… • Josep Corbella i Duch
© MONTSE TUSET. CRêTE. FONT LLEONS, 2013.
J o s e p
C o r b e l l a
i
D u c h
“Cualquier
persona física, organización no
gubernamental, o grupo de particulares que se
considere víctima de una violación de los derechos
humanos reconocidos en el Convenio por un
Estado parte del mismo, una vez agotadas las instancias internas, puede presentar una demanda
contra este Estado ante el TEDH, lo que, en si
mismo, constituye una importante singularidad
en Derecho Internacional que le confiere carácter,
más allá del ámbito de su competencia material,
desde el momento en que otorga acción directa a los
ciudadanos para demandar a un Estado ante un
Tribunal Internacional”
El Convenio entró en vigor el 3 de
septiembre de 1953 y el TEDH se constituyó en febrero de 1959, dictando su
primera sentencia el 14 de noviembre
de 1960 (Lawless c/Irlanda). Desde
entonces, ha dictado más de 10.000
sentencias.
Dentro del marco del Consejo de
Europa, que tiene por finalidad realizar
una unión más estrecha entre sus
miembros para salvaguardar y promover los ideales y los principios que
constituyen su patrimonio común y favorecer su progreso económico y social (art. 1 de su Estatuto), mediante la
defensa de los derechos humanos, la
democracia pluralista y el Estado de
Derecho, el Convenio reconoce el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad, a la vida privada, a la libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión, y a la libertad de expresión, entre
otros derechos humanos, prohibiendo
la tortura y los tratos inhumanos, así
como la esclavitud, los trabajos forzados, y cualquier discriminación en el
goce de los derechos y libertades reconocidos.
Alguno de los derechos antes relacionados incide directamente en el ám-
bito de la actividad sanitaria, y por ello
cuestiones referidas a la muerte de
personas, al suicidio asistido, y al aborto, han sido tratadas en diferentes ocasiones por el TEDH (como son los casos de la Sra. Vo c/Francia, que se refiere al derecho a la vida y a la determinación del nacimiento de la persona
humana; la demanda de la Sra. Pretty
c/Reino Unido, que plantea el derecho
a morir y al suicidio asistido; la demanda de la Sra. Evans contra Reino Unido,
en relación a la destrucción de embriones congelados; las presentadas por el
Sr. Haas (sentencia de 20.01.11) y la
Sra. Gross (sentencia de 14.05.13)
contra Suiza en reclamación del derecho a un suicidio asistido, y, demanda
de Open Door y Dublín Well Woman
contra Irlanda que plantea el tema del
aborto, por citar sólo algunas de las
más significativas).
El derecho al respeto de la vida privada y familiar, cuya interpretación jurisprudencial alcanza las decisiones individuales concernientes a la salud individual y a la propia vida, razón por la
cual será objeto de este estudio, se
contiene en el art. 8 del Convenio, con
el siguiente tenor literal:
“Art. 8 – Derecho al respeto de la vida privada y familiar
1. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, de su domicilio y de su correspondencia.
2. No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio de este derecho sino en tanto en cuanto esta injerencia esté prevista por la ley y constituya
una medida que, en una sociedad democrática, sea necesaria para la seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestar económico del país, la defensa
del orden y la prevención de las infracciones penales, la protección de la salud
o de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás.”
48
El derecho a la vida privada se configura como un espacio cerrado a los
demás donde el individuo se desenvuelve con absoluta libertad sin injerencias ni intromisiones de nadie, ya
sean de las autoridades públicas, o de
los particulares.
El Convenio sólo permite la intromisión de las autoridades públicas en el
ámbito de la intimidad, o de la vida privada de los ciudadanos, cuando así lo
prevea una ley como una medida proporcionada para proteger la seguridad
del Estado, o la seguridad pública, el
bienestar económico del país, la defensa del orden, la prevención del delito, la
protección de la salud o de la moral
(debemos entender que se refiere a los
principios éticos reconocidos en la
Constitución) y la protección de los derechos y libertades de los demás, lo
que viene a recordarnos que no existen
derechos absolutos, y que terminan,
justamente, cuando entran en colisión
con los derechos de los otros.
Este ejercicio de ponderación que,
en primer lugar, debe realizar el legislador nacional en el momento de establecer los supuestos en que puede existir
una injerencia en la esfera de la intimidad, se impone también a quienes se
hallen implicados en situaciones donde
se produzca una colisión de derechos,
y en las que afecten el interés general o
la seguridad pública.
No cabe la menor duda de que la jurisprudencia del TEDH ha contribuido a
matizar los perfiles del concepto intimidad, así como determinación de los
ámbitos donde se impone su vigencia,
siguiendo, en este aspecto, una línea
claramente expansiva de la que son
ejemplo la sentencia en la demanda de
Sra. Von Hannover c/ Alemania (24/
06/04), en relación a la vida privada de
los personajes públicos; en un ámbito
mas cercano a nosotros hallamos la
sentencia dictada en la demanda de la
Sra. López Osta c/ España (09/12/94),
en la que se estima la existencia de violación del derecho a la intimidad reconocido en el art. 8 del Convenio, por las
emanaciones de gas y de olores pestilentes de una depuradora, y la dictada
en la demanda de la Sra. Moreno Gómez c/ España (16/11/04), que también
estima vulnerado el derecho a la intimidad por el ruido procedente de los bares y discotecas instalados alrededor
del domicilio de la demandante.
En lo que respecta al derecho a la
intimidad relacionado con la actividad
sanitaria, y dejando al margen otras re-
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
La intimidad sanitaria en la jurisprudencia del Tribunal Europeo… • Josep Corbella i Duch
© MONTSE TUSET. LECCE, BALCONI, DETTAGLIO, 2013.
J o s e p
C o r b e l l a
i
D u c h
“Los derechos humanos tienen un común deno-
minador en la libertad personal, en la que se fundamentan el libre desarrollo de la personalidad y la
autonomía de la voluntad. Por ello, no existe ningún obstáculo en admitir que el consentimiento
forma parte del derecho a la intimidad, puesto que
configurando éste un espacio cerrado a los demás,
donde la persona actúa libremente decidiendo
sobre los mas variados asuntos, para luego manifestar su voluntad en forma de oferta, proposición,
o aceptación, resulta que el consentimiento se presenta como la expresión del derecho a la libertad,
ejercido en el ámbito de la intimidad personal”
soluciones que tratan o inciden en el
ámbito sanitario, por su interés, serán
objeto de comentario las relacionadas
seguidamente.
• S. 09/03/04 – Glass c/Reino Unido
(consentimiento).
• S. 17/07/08 – I. c/Finlandia (protección datos médicos).
• S. 25/09/08 – K.T. c/Noruega (investigación datos padres).
• S. 28/04/09 – K.H. c/Eslovaquia (acceso a fotocopia Historia Clínica).
La intimidad en
el ámbito sanitario
El derecho a la intimidad, que no se halla definido en ningún texto legal (la LO
1/82, de 5 de mayo, de protección civil
del derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen, sólo describe las acciones que se consideran violaciones o ataques a tales derechos),
deriva directamente de la dignidad de
la persona (tal como reiteradamente ha
señalado el Tribunal Constitucional) y
comporta el reconocimiento al individuo de un espacio cerrado, inmune a la
injerencia y al conocimiento de los demás, donde actúa con entera libertad,
se halla directamente afectado en el
desarrollo de la actividad sanitaria,
hasta el punto de que podemos afirmar
que vive en una situación constante de
colisión y/o tensión con la misma.
La solicitud de una prestación sanitaria de quien aquejado por una enfermedad busca la curación de la misma,
incluye, de manera indisoluble, la necesidad de trasladar al médico, y al personal sanitario en general, el conocimiento de las propias actitudes, hábitos, ac-
50
tuaciones, aficiones, en definitiva, de
hechos y datos personales que, en la
mayoría de los casos, el individuo mantiene ocultos en el lugar más recóndito
de su alma, y, en determinados casos,
mostrar partes o zonas de su cuerpo
que la persona jamás muestra en público, conforme a las pautas de comportamiento social y al propio concepto del
pudor personal, permitiendo que tanto
el médico como otros profesionales sanitarios, realicen tocamientos y actúen
sobre el mismo, en una clara invasión
de la intimidad corporal que halla su
justificación en el consentimiento prestado para la realización de una actividad encaminada a la salvaguarda de la
vida y la recuperación de la salud, como bienes personales a los que se reconoce un valor superior.
Nace así una situación de confidencialidad necesaria derivada de la relación jurídico-sanitaria, en la que es necesario garantizar el respeto de los derechos individuales del enfermo, y, en
este caso concreto, de su intimidad. Y
con esta finalidad de proteger y garantizar los derechos del enfermo, el legislador impone a los profesionales sanitarios la obligación de guardar secreto
respecto de los datos personales de
que tengan conocimiento en el desenvolvimiento de su actividad profesional.
A tal efecto, y dentro de la normativa
sanitaria de carácter general, hallamos
el art. 10 de la Ley 10/86, de 25 de abril
general de sanidad, que al relacionar
los derechos de los enfermos, dispone,
en primer lugar, que todos tienen derecho al respeto de su intimidad. En el
mismo sentido, se expresan los arts. 7
y 21 de la Ley 41/02, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía
del paciente.
Por otra parte, las normas de carácter general tampoco son ajenas a la
protección de la intimidad en el ámbito
sanitario, y, en este sentido la LO
15/99, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal, en
su art. 7 incluye los datos sanitarios entre los especialmente protegidos, o
sensibles, y, en el art. 8 remite a las normas sectoriales todo lo referente al tratamiento de los datos relativos a la salud por parte de las instituciones, los
centros y los profesionales que actúan
en este ámbito.
Y, finalmente, como última barrera
protectora de la intimidad, incluida la
sanitaria, el vigente Código Penal en
los arts. 197 a 201 tipifica los delitos de
descubrimiento y revelación de secretos. A este respecto, y señalando que
se trata de una resolución excepcional
o muy poco frecuente, debe señalarse
la sentencia del T.S. (2ª), de 4 de abril
de 2001, que condena a una médico a
penas de prisión, inhabilitación y multa
entendiendo que los comentarios hechos a su madre (que, a su vez, propagó luego lo comentado a otras personas) sobre los antecedes sanitarios de
una conocida de ambas, eran constitutivos de un delito de revelación de secretos.
La prestación del consentimiento como ejercicio
del derecho a la intimidad.
Asunto Glass c/Reino Unido.
Estamos acostumbrados a tratar el
consentimiento en sede de la autonomía de la voluntad y de la libertad civil,
como elementos de la personalidad
que permiten al individuo conformar las
relaciones jurídicas que estima convenientes de acuerdo a sus intereses, y
por ello, en una primera lectura, me
sorprendió que la sentencia del TEDH
de 09/03/04, resolviendo la demanda
de la David y Carol Glass c/ Reino Unido, señale que la prestación del consentimiento forma parte del derecho a
la intimidad personal reconocido en el
art. 8 del Convenio, si bien después en
una reflexión mas pausada, uno se da
cuenta que, en definitiva, el consentimiento constituye la expresión de una
decisión elaborada libremente en el
compartimiento mas cerrado o intimo
de la persona, y que los derechos humanos no son otra cosa que emanaciones de la dignidad humana, como ca-
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
La intimidad sanitaria en la jurisprudencia del Tribunal Europeo… • Josep Corbella i Duch
© MONTSE TUSET. LECCE, BALCONI, 2013.
J o s e p
C o r b e l l a
i
racterística propia y definidora de la
persona humana, que deriva de su racionalidad, de sus facultades cognitivas y volitivas, lo que hace que el hombre sea un fin en si mismo.
Los derechos humanos tienen un
común denominador en la libertad personal, en la que se fundamentan el libre desarrollo de la personalidad y la
autonomía de la voluntad. Por ello, no
existe ningún obstáculo en admitir que
el consentimiento forma parte del derecho a la intimidad, puesto que configu-
D u c h
rando éste un espacio cerrado a los demás, donde la persona actúa libremente decidiendo sobre los mas variados
asuntos, para luego manifestar su voluntad en forma de oferta, proposición,
o aceptación, resulta que el consentimiento se presenta como la expresión
del derecho a la libertad, ejercido en el
ámbito de la intimidad personal.
Y dicho esto, procede hacer un breve resumen de los antecedentes de hecho de la demanda de los Srs. Glass c/
Reino Unido:
David Glass, nacido en 1986, era un menor con una grave deficiencia mental y física que requería atención las 24 horas del día. En julio de 1998 fue ingresado en
un hospital siendo operado para aliviar una obstrucción respiratoria, sufriendo
complicaciones post operatorias, incluyendo infecciones.
Durante su ingreso surgieron discrepancias y discusiones entre la madre del enfermo y el personal de cuidados intensivos y los pediatras, que opinaban que, a
pesar de los mejores cuidados, el enfermo se estaba muriendo, por lo que no consideraban apropiado que siguiera en cuidados intensivos. Sin embargo, mejoró
de salud pudiendo ser trasladado a un pabellón de pediatría, y el 2 de septiembre,
volvió a su casa.
Los médicos, creyendo que no sobreviviría a la enfermedad, propusieron aplicar
morfina para aliviar las angustias, además de continuar suministrando antibióticos, fisio y nutrientes.
El enfermo reingresó en varias ocasiones, y el 08/09/98 los médicos hablaron con
su madre sobre el uso de morfina para aliviar la angustia del enfermo, a lo que esta expresó su oposición.
En la misma reunión los médicos manifestaron que si el enfermo se deteriorara
rápidamente se le aplicaría bolsa y mascarilla de respiración de presión positiva,
pero no masaje cardíaco y tampoco inyección intravenosa u otras drogas para resucitarle.
El 02/10/98 los médicos creyeron que el enfermo había entrado en fase terminal y
aconsejaron que se le administrara diamorfina, con lo que no estaba de acuerdo
la madre que propuso llevarse el enfermo a casa, lo que fue impedido por un
agente de policía con la amenaza de arrestarla.
El mismo día se inició la administración de diamorfina en dosis de 1 mg/hora.
Hubo una disputa entre miembros de la familia del enfermo, que creían que se realizaba eutanasia, y los médicos.
Se puso en la historia clínica una orden de « no resucitación» (NR), sin consultar
a la madre del enfermo.
El 21/10/98 hubo una pelea entre miembros de la familia del enfermo y los médicos (de la que se derivaron actuaciones penales), y durante la misma la madre logró despertar al enfermo, que fue dado de alta el mismo día, pasando a su domicilio. Posteriormente, recibió asistencia en otro hospital.
La madre denunció a los médicos por la administración de heroína contra sus deseos y sin autorización de los tribunales.
“Y con esta finalidad de proteger y garantizar
los derechos del enfermo, el legislador impone a los
profesionales sanitarios la obligación de guardar
secreto respecto de los datos personales de que tengan conocimiento en el desenvolvimiento de su
actividad profesional”
52
En la demanda presentada ante el
TEDH los señores Glass alegan que la
decisión de administrar diamorfina al
enfermo contra los deseos de su madre
y de colocar una nota de NR en su historia sin su conocimiento supuso una
injerencia en el derecho a la integridad
física y moral del enfermo, así como a
los derechos que el art. 8 del Convenio
garantiza a su madre.
El Tribunal, después de señalar la
normativa aplicable, entre la que incluye los arts. 5, 6 y 7 del Convenio
del Consejo de Europa para la Protección de los Derechos Humanos y la
Dignidad de los Seres Humanos en
relación con la Aplicación de la Biología y la Medicina (conocido también
como Convenio de Oviedo), acaba
decidiendo que existió una violación
del art. 8 del Convenio de para la Protección de los Derechos Humanos.
Entre los razonamientos que fundamentan esta decisión cabe destacar
los siguientes:
• La madre actuó como representante
legal del menor, y en su condición de
tal tenía capacidad para actuar en su
nombre y defender sus intereses, incluyendo los tratamientos médicos, y
está claro que cuando se enfrentó a
la realidad de tener que administrar
diamorfina al menor, expresó su firme oposición a esta forma de tratamiento. Se hizo caso omiso a estas
objeciones, incluso frente a su continua oposición.
• El Tribunal considera que la decisión
de imponer un tratamiento oponiéndose a las objeciones de la madre supuso una injerencia en el derecho del
enfermo al respeto de su vida privada, y en concreto, a su derecho a la
integridad física.
Sin embargo, y después de releer
los 92 párrafos de la sentencia, no he
sabido encontrar una explicación del
porque el consentimiento se halla dentro del derecho a la intimidad, por lo
que me quedo con la explicación apuntada más arriba.
Acceso a los datos
sanitarios
Las restantes sentencias mencionadas se refieren a la protección, el acceso y la divulgación de los datos sanitarios, en diferentes situaciones o
supuestos, en un ámbito más ligado a
la protección del derecho a la intimidad, conforme al concepto de espació
o ámbito cerrado al conocimiento de
los demás, y por ello se hace un breve
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
La intimidad sanitaria en la jurisprudencia del Tribunal Europeo… • Josep Corbella i Duch
L a
análisis de las mismas en los párrafos
siguientes.
a) S. 17/07/08, caso I. C/ Finlandia (medidas de protección de los datos).
i n t i m i d a d
Esta demanda fue presentada por
una mujer, solicitando que no se revelara su nombre, en base a los siguientes
hechos:
Nacida en 1960, entre 1989 y 1994 trabajó como enfermera en un hospital público.
Desde 1987 estaba diagnosticada como VIH positivo, visitándose en el departamento de enfermedades infecciosas del mismo hospital.
A principios de 1992, comenzó a sospechar que sus compañeros de trabajo tenían conocimiento de su enfermedad. En esta época, el personal del hospital tenía
libre acceso al registro de pacientes, que contenía información sobre el diagnostico y los médicos que les trataban.
En el verano de 1992 se modificó el registro del hospital de manera que sólo el
personal clínico relacionado con el tratamiento tenía acceso a los historiales de
sus pacientes. La demandante fue registrada con un nombre falso, que posteriormente fue cambiado por otro, y se le dio un nuevo número de la seguridad social.
En 1996 el hospital no le renovó el contrato y cambió de trabajo.
El 25/11/96 presentó un recurso ante el Conejo de Administración del Condado
solicitando que se investigara sobre quien había tenido acceso a su expediente
como paciente. El director del hospital manifestó que no era posible averiguar
quien había accedido, ya que el sistema de datos sólo revelaba las últimas 5 consultas realizadas (por unidad de trabajo y no por persona).
Conforme a la Ley de Derechos del Paciente, el Ministerio de Asuntos Sociales y
Salud dictó un Reglamento en febrero de 1993 en el que se señala que los historiales de los pacientes deben ser preparados teniendo en cuenta la obligación de
secreto y protección, y el deber de cuidarlos, de conformidad con la Ley de Archivos Personales, de manera que no se infrinja innecesariamente el derecho a la
privacidad de la persona registrada o de sus beneficios y derechos.
En dicho Reglamento también se señala que los historiales del paciente deben
formar una entidad para asegurar que terceros no puedan conseguir acceder a
ellos sin autorización y que se pueda asegurar que los datos del paciente sólo
son facilitados al personal que participa en su tratamiento.
La demandante alega que una persona que trabaja para el hospital ha pedido el
historial de su ex marido, que alguien más ha pedido su historial o visitado los archivos y leído su expediente y/o el de su hijo, y que todos los datos han sido transmitidos a otra persona y a un trabajador del hospital.
Todo ello ha sido negado por las personas mencionadas.
En marzo de 1998, el registro del hospital fue modificado, siendo posible desde
entonces identificar retrospectivamente a cualquier persona que hubiera accedido al historial de algún paciente.
El 15/05/00, la demandante inició un procedimiento civil contra la Autoridad Sanitaria del Distrito, responsable del registro de pacientes del hospital, reclamando
indemnizaciones por daño moral, y de daños y perjuicios por no haber mantenido
la confidencialidad de su expediente, que fue desestimada por el Tribunal del Distrito y el Tribunal de Apelación, con imposición de costas, a pesar de estimar que
las manifestaciones de la demandante eran fiables y creíbles, al considerar que
no existían evidencias de que su expediente hubiera sido consultado.
La demandante alega ante el TEDH
que las autoridades del Distrito no habían cumplido sus deberes de establecer un registro donde la información
confidencial de los pacientes no pudiera ser desvelada, señalando que las
medidas adoptadas para garantizar el
derecho al respeto de su vida privada
no habían sido suficientes.
El TEDH, en su sentencia, estimó
que el Estado no cumplió con su obligación y que había una violación del
art. 8 del Convenio, fundamentándola
en los siguientes argumentos:
• El tratamiento de la información relativa a la vida privada de un individuo recae en el ámbito del art. 8.1 del Convenio.
• La información personal relativa a un
paciente pertenece, sin lugar a dudas, al ámbito de su vida privada.
• El art. 8 no obliga simplemente al Estado a abstenerse de injerencias.
Además de esta primera obligación
s a n i t a r i a
e n …
negativa, existirían otras obligaciones
positivas inherentes al respeto efectivo de la vida privada y familiar. Estas
obligaciones pueden suponer la
adopción de medidas diseñadas para
garantizar el respeto a la vida privada,
incluso en la esfera de las relaciones
de los individuos entre ellos.
• La protección de los datos personales,
en concreto de los datos médicos, es
de esencial importancia en el disfrute
de un individuo del derecho al respeto
de su vida privada y familiar, tal como
garantiza el art. 8 del Convenio. Respetar la confidencialidad de los datos
médicos, es un principio vital en los
sistemas legales de los Estados contratantes del Convenio. Es crucial, no
sólo respetar el sentido de la privacidad del paciente, sino también, preservar su confidencialidad en la profesión
médica y en los servicios de salud en
general. Las consideraciones anteriores son especialmente válidas en lo relativo a la protección de la confidencialidad de la información sobre la infección de una persona del virus VIH, dadas las delicadas consecuencias que
rodean a esta enfermedad. La legislación interna debe proporcionar las garantías adecuadas para prevenir cualquier tipo de comunicación sobre los
datos personales de salud, ya que se
incumplirían las garantías del art. 8 del
Convenio.
• La necesidad de garantías suficientes
es particularmente importante cuando se trata de datos íntimos y delicados, como en el caso que nos ocupa,
en el que, además, la demandante
trabajaba en el mismo hospital en el
que estaba siendo tratada. La estricta
aplicación de la Ley, por tanto, habría
constituido una garantía esencial del
derecho de la demandante garantizado por el art. 8 del Convenio, siendo
esto posible, en concreto, controlando estrictamente el acceso a los archivos de salud.
• El Tribunal señala que la demandante
perdió su demanda porque no fue capaz de probar la relación causal entre
las deficiencias de seguridad en las
normas de acceso y la divulgación de
la información sobre su condición médica. Está claro que si el hospital hubiera dispuesto de un mejor control del
acceso a los historiales médicos, bien
restringiendo el acceso únicamente a
los profesionales de la salud directamente implicados en el tratamiento de
la demandante, o bien manteniendo
un registro de todas las personas que
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
53
J o s e p
C o r b e l l a
i
accedían al expediente de la demandante, ésta se habría encontrado en
una posición menos desaventajada
ante los tribunales internos.
• Para el Tribunal, lo que es decisivo es
que el sistema de que disponía el
hospital estaba, claramente, en desacuerdo con los requerimientos legales contenidos en la Ley de Archivos
Personales, hecho al que no se le dio
la debida importancia por los tribunales internos.
La sentencia reseñada destaca el
carácter especialmente sensible de los
datos sanitarios, señalando que los
mismos forman parte de la vida privada
de la persona.
También es importante advertir la
construcción doctrinal sobre el derecho a la intimidad, admitiendo que incluye obligaciones negativas para el
Estado, y para el resto de los ciudadanos, que deben abstenerse de cualquier injerencia, junto con otras obligaciones positivas, consistentes en el
deber de organizar y establecer todas
las medidas que sean necesarias para evitar que tales ingerencias tengan
lugar.
En este caso, la violación del art. 8
del Convenio se produjo por el incumplimiento de las obligaciones positivas
al no establecerse mecanismos y controles suficientes para garantizar el ámbito del secreto personal, impidiendo la
D u c h
fuga, divulgación y el conocimiento de
los datos residenciados en el mismo.
Finalmente, y después de la lectura
de la resolución, debemos preguntarnos si en nuestro Estado todos los centros sanitarios cumplen con la obligación de hacer y tienen establecidas las
medidas o barreras adecuadas para
evitar accesos ilegales o inconsentidos
a los historiales médicos, para así cumplir con el deber de salvaguardar la incolumidad del derecho a la intimidad
de los pacientes.
Una respuesta la podemos encontrar en la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra el 8
de febrero de 2012 condenando a la Administración sanitaria de Navarra por el
acceso electrónico innecesario e incontrolado al historial medico de una enferma (se registraron 2.825 consultas des
de diferentes servicios médicos, además
de obtenerse fotografías de la paciente).
b) S. 25/09/08, caso K.T. c/ Noruega
(investigación datos padre).
La sentencia mencionada trata de
la colisión del derecho a la intimidad
personal con el derecho a la integridad,
la salud y el desarrollo de la personalidad de los menores, y el Tribunal estimó que no había existido violación del
art. 8 del Convenio.
Los hechos que dieron origen a la
demanda, resumidamente, son los siguientes:
El Sr. K.T., ciudadano británico residente en Noruega, contrajo matrimonio con la
Sra. J.V., y tuvieron dos hijos nacidos en 1994 y 1996. Percibe una pensión de discapacidad por un trastorno por Déficit de Atención con Hiperactivad, y trabaja como profesor de hockey sobre hielo y fútbol.
En 2001 su esposa abandona la casa y se traslada a vivir a Finlandia. Los hijos siguen con el demandante.
A consecuencia de diversas denuncias de la esposa sobre supuesto maltrato a
los hijos y consumo abusivo de medicación, el Servicio de Protección del Menor
de la Oficina del Distrito inició una investigación con la finalidad verificar si existía
algún motivo para adoptar medidas de protección de los menores conforme a la
ley de Noruega.
El informe concluyó en 10/01/02 señalando que el médico del demandante consideraba demasiado elevado su consumo de medicamentos y que debería reducirlo, y concluía que los niños no vivían en una situación en la que pudiese constituirse la tutela forzosa por la entidad pública.
El 28/02/02, y a raíz de diversas comunicaciones de terceros sobre supuestos
episodios de embriaguez del demandante, los servicios de protección del menor
iniciaron una segunda investigación.
El demandante, siguiendo los consejos de su abogado, se negó a colaborar con
la investigación.
En abril de 2002 la Oficina del Distrito pidió información a diversas instancias, señalando que tenía motivos para temer que los hijos del demandante vivieren una
situación de graves deficiencias prevista en la ley, y exponía algunas cuestiones
específicas que podían aclarar la situación de los menores. Las peticiones iban
dirigidas al medico del demandante, que lo era también de sus dos hijos, al colegio del hijo mayor, al jardín de infancia del menor, y a la policía.
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A G A T H O S • Año 2013 - número 4
La intimidad sanitaria en la jurisprudencia del Tribunal Europeo… • Josep Corbella i Duch
© MONTSE TUSET. LECCE, FACCIATA, 2013.
J o s e p
C o r b e l l a
i
D u c h
La Oficina del Distrito recibió la información solicitada, y la investigación concluyó
con un informe del Servicio de Protección del Menor señalando que le preocupaba que el demandante pudiese consumir sustancias tóxicas, dudaba en lo que
respecta a su aptitud para dar a sus hijos educación suficientemente buena y sus
posibilidades de desarrollo, y recomendaba medidas de apoyo y orientación al
demandante.
Disconforme el demandante con dicho informe entabló un procedimiento judicial
que fue desestimado en la instancia y en apelación. El Tribunal Supremo confirmó
la desestimación de la demanda, señalando que existió una injerencia en el derecho del demandante al respeto a su vida privada y familiar, pero estimando que
dicha injerencia estaba claramente justificada en virtud de la cláusula de excepción del art. 8.2 del Convenio, porque el interés superior del menor deberá prevalecer sobre el interés de la privacidad.
El T.S. de Noruega señala que la no voluntad del demandante de cooperar con los
servicios de protección del menor difícilmente podía colmar su preocupación, totalmente justificada, sobre la situación de los menores.
El TEDH en su resolución, ratificando la decisión del T.S. de Noruega, considera que las medidas perseguían proteger los derechos y las libertades de
los hijos del demandante y, por tanto, un
fin legítimo en el sentido del apartado 2
del art. 8 del Convenio, añadiendo que
la injerencia era «necesaria» dentro de
las medidas contempladas en el art. 19
de la Convención de la ONU sobre los
Derechos del Niño (aprobada el
20/11/89, y en vigor desde 02/09/90).
Añade que no puede decirse que al
obtener información del médico de cabecera del demandante y sus hijos, del
colegio, jardín de infancia y de la policía, los servicios de protección del menor no mantuviesen un equilibrio entre
el interés del demandante en mantener
la confidencialidad de algunos datos
personales y el interés superior de los
niños. La divulgación de información a
las autoridades de protección del menor era de carácter limitado, estaba su-
jeta al deber, por parte de estas últimas, de mantener la confidencialidad
de la información y la notificaban al demandante, por tanto, iba acompañada
de unas garantías efectivas y adecuadas contra el mal uso.
La trascripción de los contundentes
razonamientos del Tribunal excusa
cualquier otro comentario.
c) S. 28/04/09, caso K.H. c/ Eslovenia
(acceso a fotocopia de la H.C.).
Este es un proceso donde las demandantes solicitaron a diferentes centros sanitarios fotocopia de su propio
historial clínico, siéndoles denegado en
aplicación de la normativa vigente en
aquel momento. Posteriormente, y,
después de la entrada en vigor de la
Ley de Asistencia Sanitaria de 2004,
pudieron accedes a sus expedientes y
hacer fotocopias de los mismos.
Los hechos en que se fundamenta
la demanda son los siguientes:
Las demandantes son 8 mujeres eslovacas de etnia gitana que fueron tratadas
en los departamentos de ginecología y obstetricia de dos hospitales del este de
Eslovenia durante sus embarazos y partos.
A pesar de sus posteriores intentos de concebir, ninguna de las demandantes
volvió a quedar embarazada tras su paso por el hospital donde dieron a luz mediante cesárea, por lo que sospechaban que la razón de su infertilidad podía ser
que personal médico de los hospitales concernidos les hubieran realizado un proceso de esterilización durante la cesárea.
Otorgaron poder de representación a abogados con autorización para revisar y
fotocopiar los informes médicos y así obtener un análisis médico de las razones
de su infertilidad y su posible tratamiento.
Una abogada solicitó, sin éxito, al gerente de los hospitales que le permitiera acceder a consultar y fotocopiar los informes médicos de las personas que le habían autorizado a hacerlo. En octubre de 2002, representantes del Ministerio de Salud manifestaron que la vigente Ley de Asistencia Sanitaria no permitía a un paciente autorizar a otra persona a consultar sus informes médicos. La disposición
debía interpretarse de manera restrictiva y el término «representante legal» concernía exclusivamente a los padres de un menor o a un tutor designado para representa a una persona incapaz.
56
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
La intimidad sanitaria en la jurisprudencia del Tribunal Europeo… • Josep Corbella i Duch
L a
i n t i m i d a d
Presentadas demandas ante los Juzgados, se estimó que las demandantes y sus
representantes podían consultar sus informes médicos y hacer copias manuscritas, pero se desestimó la solicitud de fotocopiar los documentos médicos.
Presentado recurso ante el Tribunal Constitucional de Eslovenia por violación del
art. 8 del Convenio Europeo, fue rechazado.
Posteriormente, entró en vigor la Ley de Asistencia Sanitaria de 2004, y las demandantes pudieron acceder a sus expedientes y hacer fotocopias de ellos.
A pesar del cambio legislativo operado en Eslovenia durante la tramitación de la demanda, el TEDH entró a
conocer de la reclamación por violación del art. 8 del Convenio presentada
por las demandantes, estimando que el
acceso efectivo a la información relativa a la salud y a su capacidad de reproducción está relacionada con su vida
privada y familiar.
El TEDH determina que existió violación del art. 8 del Convenio, y lo razona en base a los siguientes argumentos:
• Además de los compromisos negativos del art. 8 del Convenio, puede haber obligaciones positivas inherentes
al respeto efectivo de la vida privada
de cada persona.
• Teniendo en cuenta que el ejercicio
del derecho de respeto a la vida privada y familiar de cada persona, de
acuerdo con lo dispuesto en el art. 8,
debe ser viable y efectivo, en opinión
del Tribunal tales obligaciones positivas deberían ampliarse, en concreto,
en asuntos como el que nos ocupa
que implica datos personales, poniendo a disposición de los titulares
de dichos datos copias de los expedientes.
• El Tribunal no considera que los sujetos a los que se refieren los datos tengan que ser obligados a justificar la
solicitud de una copia del expediente.
• El Tribunal ha constatado previamente que la protección de los datos médicos es de fundamental importancia
para el disfrute de una persona del
derecho al respeto de la vida privada
y familiar tal y como garantiza el art. 8
del Convenio, y que con respecto a la
confidencialidad de los datos de salud
es un principio vital en los sistemas
legales de todas las partes contratantes del Convenio.
En definitiva, el TEDH sitúa dentro
de las obligaciones positivas que emanan del art. 8 del Convenio, la obligación de librar al interesado copia de los
expedientes donde se contienen sus
datos de salud, ya sean historias clínicas completes, o el resultado de exploraciones puntuales.
Otro punto interesante de esta resolución lo hallamos en la declaración
de innecesidad de justificar la finalidad
de la petición de una copia del su expediente sanitario. Debemos entender
que en el expediente se contiene datos
personales del enfermo que solicita la
copia. Datos que son suyos, y sobre los
cuales tiene el dominio en tanto forman
parte de su vida íntima. El centro sanitario debe conservarlos evitando su
destrucción y/o difusión, pero el titular
del dato es el enfermo que solicita copia del mismo, y como tal titular, no precisa justificar ante nadie el motivo por
el cual solicita la copia, ni el destino o finalidad que tiene decidido darles,
puesto que tal decisión forma parte de
su esfera de libertad personal.
Anotaciones doctrinales
s a n i t a r i a
e n …
indagar en el conocimiento de sus datos sanitarios, y de proceder a su divulgación inconsentida. Incluye unas obligaciones positivas de proteger y conservar los datos sanitarios por parte de
quienes los conocen y los conservan
en función del ejercicio de su actividad
profesional.
Las obligaciones positivas incluyen
el establecimiento de mecanismos eficaces de protección y de conservación
de los datos, de tal forma que eviten su
pérdida o destrucción, así como su conocimiento y divulgación por terceros.
Dentro de las obligaciones positivas, se incluye el deber de facilitar copia de los datos sanitarios a su titular.
El profesional de la salud y el centro
sanitario actúan como guardadores o
depositarios de los datos sanitarios
que poseen de los ciudadanos a los
que prestan asistencia. Tales datos forman parte de la vida privada del individuo, y por ello están bajo su dominio.
El individuo, en el ejercicio de su libertad personal, es quien decide sobre
el destino y la divulgación de sus datos
sanitarios, sin necesidad de ofrecer
ninguna justificación al profesional o
centro sanitario que, los conserva y
custodia en sus archivos.
Bibliografía
• Casadevall, J., (2012) El convenio Europeo de Derechos Humanos, el Tribunal de
Estrasburgo y su jurisprudencia. Valencia.
Editorial, Tirant lo blanch,
• Carrillo Salcedo, J. A., (2004) El Convenio
Europeo de Derechos Humanos. Madrid.
Editorial, Tecnos.
• Sarmiento, D., (2007) Sentencias Básicas
del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Madrid. Editorial, Civitas.
La jurisprudencia comentada anteriormente nos permite conocer la doctrina
establecida por el TEDH sobre la protección del derecho a la intimidad en el
ámbito sanitario, en lo concerniente a
la protección de los datos referidos a la
salud de los ciudadanos, y en este sentido, cabe señalar:
Que el respeto del derecho a la vida
privada del individuo no se limita a una
obligación negativa de abstenerse de
“El TEDH sitúa dentro de las obligaciones posi-
tivas que emanan del art. 8 del Convenio, la obligación de librar al interesado copia de los expedientes donde se contienen sus datos de salud, ya
sean historias clínicas completes, o el resultado de
exploraciones puntuales”
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60
vida inteligente”, trata de la importancia de la creación de Clúster puede tener la administración pública tanto para favorecer su creación como para
aprovechar las ventajas de los mismos, en un proceso de modernización
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cómo éste, estos facilitan dichos cambios.
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una serie de Clústers de reconocido
prestigio en varios entornos, agrícola,
industrial y del conocimiento.
Los capítulos siete y ocho están
dedicados a la importancia y forma
adecuada de estructura de la gobernanza y equipo de trabajo de los clústeres.
Los dos últimos capítulos están
dedicados a la necesidad de cooperación entre clústeres y su globalización, con muchos ejemplos sobre proyectos de éxitos.
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un tema, que defiende la colaboración
incluso con aquellos que en algún aspecto puedan ser competidores, esta
idea es muy útil en un sector como el
de la salud, que históricamente ha
adolecido de la necesaria integración
para lograr una mayor eficiencia. Es-
A G A T H O S • Año 2013 - número 3
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pecialmente en un sistema sanitario
como el nuestro con un gran componente público, donde la idea del Clúster se podría desarrollar ampliamente.
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Temas de Hoy
Membrete bibliográfico:
Eduardo Rodríguez Rovira
«1 de octubre, día Internacional
de las personas de edad»
Agathos, atención sociosanitaria y bienestar, año 2013,
número 4. ISSN-1578-3103
1 de octubre, día Internacional
de las personas de edad
Eduardo Rodríguez Rovira
Presidente del Consejo Asesor de la Fundación Edad y Vida
Dirección para la correspondencia
Correo –e < [email protected] >
E
l cambio demográfico se está produciendo con tal rapidez que va a permitir que las personas mayores
empiecen a adquirir la visibilidad que hasta ahora
hemos echado de menos.
Pero sigue siendo necesaria todavía la celebración el 1 de
octubre de este Día Internacional, que nos gustaría que
62
dentro de unos años no existiera por estar las personas
mayores plenamente integradas en la sociedad y que la
edad no fuera motivo de discriminación de ninguna clase.
Temas de gran actualidad, como las pensiones, la coordinación sociosanitaria, la colaboración público-privada para mantener la sociedad de bienestar, el desarrollo financiero de la Ley de Dependencia, la desgravación fiscal de
los fondos de pensiones y seguros de sanidad etc. merecen ser recordados en la celebración de este día
«El futuro que queremos: lo que dicen las personas de
edad» es el lema de este año que Edad y Vida respalda
plenamente dentro de nuestra filosofía de que las personas son el eje de su actuación.
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
1 de octubre, día Internacional de las personas de edad • Eduardo Rodríguez Rovira
© AGATHOS. PARK GUELL. BARCELONA, 2013.
T e m a s
d e
Membrete bibliográfico:
María Cristina Betrian i Piquet
«El asunto de la acción transformadora»
Agathos, atención sociosanitaria y bienestar, año 2013,
número 4. ISSN-1578-3103
H o y
El asunto de la acción
transformadora
Nuestro pensamiento es pródigo;
el coste es la contaminación mental
susceptible de convertirse en
la creación más significativa.
María Cristina Betrian i Piquet
Psicoanalísta
Dirección para la correspondencia
Correo-e < [email protected] >
W. R. Bion
E
l asunto de la acción transformadora que me propongo pensar en este trabajo, trata sobre un tipo de proceso psíquico que se da de forma natural en algunas
personas y en otras muchas, que está bloqueado, es activado por la aparición de lo que llamamos conciencia de finitud.
Esta conciencia puede ser movida por un darse cuenta de
que uno está viviendo de forma contraria a la naturaleza
propia y se pregunta: ¿qué estoy haciendo con mi vida?, o
porque se acaba una situación externa o una condición personal, o por ser detenido en el actuar por una enfermedad, o
bien por verse en el final de la propia vida o por experiencias
capaces de remover algo de lo más profundo y vigoroso del
sujeto que le impulsa a proceder de forma distinta a cómo lo
venía haciendo hasta aquel momento.
Denomino «acción transformadora» al conjunto de impresiones sensoriales, movimientos emocionales y mentales
que facultan al sujeto para abandonar una posición y enfrentar cambios de índole vital para su evolución psíquica,
que se van a expresar en una acción en cuyo proceso de realización va a transformarlo y tras la cual, uno no será el
mismo de antes.
mento central de la película El séptimo sello de Ingmar
Bergman; el segundo es clínico, El proceso de «Dolores» y
el tercero es dramático, el monólogo final de la tragedia Penteo de León Febres-Cordero.
Ilustración fílmica: El séptimo sello de Ingmar Bergman.1
El séptimo sello, para mí, ha devenido una imagen de la
puesta en escena de la conciencia de finitud como activadora del asunto de la acción transformadora.
En el siglo XIV, un Caballero y su escudero vuelven a Suecia, su país natal del que han estado lejos diez años luchando en Cruzadas en Tierra Santa. La trama de la película se
inicia con la aparición de La Muerte a este Caballero Medieval.
Aparece La Muerte y pregunta al Caballero: ¿Estás preparado?
Frente a la conciencia de la proximidad de su final, el Caballero se da cuenta que ha malgastado su vida en acciones
de las que se arrepiente porque ahora considera que han sido inútiles. O como dice su Escudero, en su habla popular,
en una escena de taberna: «Hemos estado en una Cruzada
tan estúpida que sólo pudo inventarla un mentecato».
Entrar en este proceso transformador que pasa por la revelación y la realización de lo que será una acción muy específica
y ajustada a la persona en particular, requiere de su toma de
decisión y de su continua y sostenida participación consciente para poder transitar por cada uno de los pasos que conforma, en su conjunto, el asunto de la acción transformadora; en
cuyo recorrido va adquiriéndose una conexión cada vez más
lúcida con el sentir más genuino produciendo una expansión
de las fronteras del psiquismo que conduce al sujeto al quid
crucial de la cuestión, llegar a intuir, vislumbrar lo más propio
consustancial con la naturaleza de uno mismo y que, dedicarse a realizarlo, da sentido a la vida.
«¿Qué piensas hacer?» le pregunta La Muerte.
Para ilustrar esta acción transformadora me voy a basar en
tres ejemplos: el primero es fílmico, lo constituye el argu-
A lo que el Caballero responde: «Es una prórroga que me da
la oportunidad de hacer algo importante».
1
El verse en este final y cómo ha vivido, origina en este Caballero una imperiosa necesidad de realizar alguna acción
antes de morir que le mueve a proponer a La Muerte jugar
con ella una partida de ajedrez para disponer de tiempo. La
Muerte accede otorgándole el intervalo que dura la partida
de ajedrez.
Bergman, I. 1957. El séptimo sello.
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El asunto de la acción transformadora • María Cristina Betrian i Piquet
© JORDI JAUMANDREU. EL ARO, 2103.
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A partir de la decisión de cesar en su hacer preestablecido
socialmente para los caballeros y que él, Antonio Block, venía haciendo de forma automática, éste entra en otro estado. Ahora, se sumerge hacia sus adentros. En su quietud se
ve, se repiensa y se confiesa a sí mismo: «Mi corazón está
vacío y al mirarlo siento un profundo desprecio de mi ser.
Por mi indiferencia hacia los hombres y las cosas, me he
alejado de la sociedad en que viví (…) prisionero de fantasías sin sueños (…) He malgastado mi vida en diversiones,
viajes, charlas sin sentido. Mi vida ha sido un continuo absurdo (…) Fui un necio. Ahora siento amargura por el tiempo
perdido. Ahora sé que la vida de los hombres corre por los
mismos cauces. Por eso quiero emplear esta prórroga en
una acción única, que me de la paz».
La Muerte oculta tras una reja escucha esto y le dice: «por
eso juegas al ajedrez con la Muerte».
En el transcurso de la película, el Caballero dedicará su
tiempo de vida a –lo que él creerá durante un tiempo que es
su acción– intentar averiguar si existe un más allá o si estamos frente a la nada y hay que despreocuparse. Sin embargo, al final Bergman coloca al Caballero en una situación
inesperada, frente a la que el personaje reconoce que se le
está presentando la acción que le corresponde realizar a él,
sabe cómo llevarla a cabo y también que aquél es el momento preciso ejecutarla y actúa consciente de lo que hace.
Acometer esa acción transforma su vida en útil para sí mismo, el estado vivencial del personaje y, en su caso, tiene el
efecto de cambiar el curso de la vida de tres personajes
trascendentes para el mundo Bergmaniano.
Recién finalizada la acción, lo que el Caballero siente es:
«Ya no temo nada». La Muerte percibe que éste no es el
mismo con el que ha estado en sus encuentros anteriores,
ni hace unos minutos antes. Capta que se ha producido un
cambio de estado en el Caballero y sabe que ahora éste no
se resistirá y accederá a ser llevado por ella.
La Muerte: «Estás cambiado. ¿Has hecho ya tu acción?»
El Caballero: «Sí, ahora ¡por fin!»
El final de quien se ha sido hasta un momento determinado,
eclosiona cuando uno menos lo espera; se da cuando algo
latente en la naturaleza interior pugna por ser reconocido,
con o sin final externo próximo a la vista.
Ahora quisiera ilustrar la puerta a través de la que entró en
este proceso la paciente «Dolores» a quien se le desveló la
acción que la transformó.
El pensamiento del ser humano no se encuentra únicamente en su cabeza, sino en todo su cuerpo. Una sensación imprecisa de malestar, hasta lo que es el dolor psíquico o físico más punzante son manifestaciones que anuncian que se
ha abierto una brecha dentro de la unidad de la personalidad. La función del dolor –del sufrimiento psíquico o físico–,
de mayor o menor grado, es la de informar que la manera de
vivir actual, aunque antes funcionara, ahora es disfuncional. Y, si así lo escuchamos, será una puerta de entrada al
asunto que estamos tratando aquí.
El dolor toma una forma específica para cada uno, una forma paradójica puesto que oculta y, al mismo tiempo, revela
el obstáculo que impide renovar la forma caducada del vivir
actual. Esto es lo que nos muestra «Dolores», de quien pude ser testigo y acompañante en su camino de regreso al
reconocimiento de una dimensión de su cuerpo psíquico,
tras años de haber vagado por tierras ajenas a sí misma.
Ilustración clínica: El proceso de «Dolores»
«Dolores» consultó por una parálisis corporal generalizada
que había ido in crescendo en frecuencia y duración a lo largo de años, hasta que su última crisis la retuvo meses en
cama. Entonces, decidió explorar conmigo si su enfermar
somático tenía raíces psicológicas.
En la relación que establecimos con «Dolores» observé
que su comunicación y la mía sufrían retenciones. Yo sentía
que debía calibrar muy bien cada palabra. Esta sensación
de retención evolucionó en mí y, en un momento determinado, me apareció la imagen de un corsé y me di cuenta que
mi hablar estaba encorsetado de manera similar a cómo la
paciente sostenía su cuerpo físico.
Los pasos que conforman la realización de la acción que
nos transforma se sienten como un estar cumpliendo con el
cometido para con uno mismo en aquel momento de la vida.
Y, en El séptimo sello de Bergman, vemos que no sólo produce una transformación en la psique de quien la realiza, sino que esa acción –que puede ser tan mínima y tan íntima
como la del Caballero–, se extiende aportando algo beneficioso al mundo. Cuando la persona cruza este dintel se origina en ella un algo especial, «un algo» que, aunque no sé
definir con palabras, se percibe.
Tras reconocerme atrapada en este patrón de relación, pudimos ver con «Dolores» que ella vivía marcada por la exigencia de un ideal de perfección muy constrictor al que estaba sujeta. Viendo para mis adentros que la paciente me
invitaba inconscientemente a jugar el rol de analista perfecta, un día me surgió un hablarle más espontáneo y decidí
continuar haciéndolo como forma de saltarme el obstáculo
constrictor, quedara bien o mal, fuera lo más preciso o sólo
aproximativo lo que yo dijera.
Hacerse consciente de la omnipresencia de la muerte que
pone punto final a la vida, así como de las muertes que se
dan a lo largo de la vida y de la transitoriedad de toda existencia, es el paso iniciático hacia el cesar y da el coraje para
desprenderse de lo que se ha acabado y enfrentarse a lo
que uno tendrá que construir para su próximo vivir.
El contraste entre nuestros dos procederes2 hizo como de
espejo que puso en evidencia la exigencia a la que ella estaba sometida. Así fue cómo la paciente fue dándose cuenta del estado de rigidez emocional y mental que ella misma
sufría y se infringía y cómo esto configuraba repetidamente
nuestro intercambio y también su vivir cotidiano. Poco a po-
2
Strachey, J. (1934). ‘La naturalesa de l’acció terapèutica en psicoanàlisi. Revista catalana de psicoanàlisi. Vol. XI, nos.1-2, 1994.
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co, la comunicación de «Dolores» conmigo y consigo misma fue tornándose más abierta y más fluida.
Con el reconocimiento de su operar vino el profundizar en
las ansiedades, identificaciones y motivaciones del cumplimiento del rol de mujer perfecta al que «Dolores» se ajustaba como una ley incuestionable. Al principio del análisis, ella
creía haberse diferenciado del patrón parental que reconocía nocivo –cosa cierta en determinados aspectos– sin embargo, averiguamos que en el fondo estaba identificada con
padre-madre; con un madre servicial que acalla el propio
sufrimiento y con un padre que mientras vivió no pudo descubrir, ni reconocer la intelectualidad femenina durante la infancia, adolescencia, ni en la edad adulta de la paciente. El
reconocer su identificación con estos patrones parentales
nos llevó a concebirla atrapada dentro de un rol que parecía
haberse forjado a lo largo de su vida en este modelo.
En su fuero interno, «Dolores» estaba sintiendo la exigencia
de responder a un modelo asumido por su psique como propio durante décadas, sin ser consciente de ello, paralizando
la escucha de su propia interioridad. Y, como pudimos verificar más adelante, era el bloqueo de esta escucha lo que cayó en su cuerpo somático enfermándolo. Fue justamente,
su cuerpo enfermo el vínculo con el dios que vino a sanar a
esta paciente.3
Poco a poco, el cuerpo somático paralizado devino para
«Dolores» un cuerpo pensante. Ahora, su cuerpo no es sólo
una musculatura agarrotada y dolorida. Ahora es un cuerpoescenario en el que se está representando su drama: la parálisis de algo esencial para su evolución psíquica. «Dolores» es ahora la que sufre y, a la vez, la que se vuelve espectadora de la imagen de su parálisis. Y la palabra «parálisis»4, la palabra terapéutica pronunciada en ese lugar sagrado de encuentro paciente-analista que llamamos psicoanálisis o psicoterapia ejerce en el paciente un impacto que
mueve almas bloqueadas, habitadas por lo ajeno y devuelve
al pensamiento la libertad para darse cuenta de lo que uno
está haciendo con su psique.
Fue en este período del análisis de «Dolores» –con la movilidad del cuerpo físico recuperada sorpresivamente para
ella y con su reincorporación al mundo laboral consolidada– que algo suyo más vital empezó a pugnar por manifestarse y sintió que se producía lo que ella llamó «un giro en
mi vida». Entonces, brotó de su interioridad una experiencia que describió con estas palabras pronunciadas con vacilación y asombro durante una sesión: «Siento que no sé
nada... o sé poco de muchas cosas... siento que no soy de
ningún sitio... ni de nadie... es un sentimiento insólito que
me desconcierta».
En este momento, «Dolores» quedó sin habla y empezó a
experimentar ansiedad. Quiso poner palabras a algo que
sentía susurrar en su interior, pero no se atrevió porque su
racionalidad lo juzgó extraño. Otra vez, la parálisis hacía acto de presencia, lanzándola de nuevo al estado de paciente
3
4
del cual estaba saliendo. Movida por la mirada psicoanalítica que observa, se interesa de verdad y acepta lo que surge
sin juzgar, la paciente se aventuró a proseguir con el proceso iniciado y bloqueado minutos antes, diciendo: «Siento
como si yo tuviera algo así como lo que se llama destino...¡!
... ¿?, bueno, no encuentro otra palabra. Y tengo la sensación de que... de esta ansiedad diluida se me está creando
alguna cosa... esto que le explico es como un saber, no sé si
me entiende, es como que yo lo supiera desde hace mucho
tiempo». En este preciso momento, «Dolores» se da cuenta
y pone nombre a la que será su acción-tarea, diciendo lo siguiente: «y siento que mi destino es dedicarme a hacer X
(su acción)». Tras esta visión, añadió: «Y ahora tengo la impresión de que, tal vez, la crisis de esta enfermedad sea la
antesala que me vuelque hacia esto que sé desde siempre».
Parece que, sin saberlo, en algún rincón de nuestra mente,
sabemos. «Dolores» sabía desde años atrás, la tarea que
pudo nombrar en esta sesión. Cuando se llega a intuir, a colegir este saber lo propio es sentido con certeza y provoca
asombro y perplejidad. Asombro y perplejidad que experimenté al darme cuenta que mi yo-analista también sabía
desde antes de este momento, que en la psique de esta paciente habitaba algo muy distinto a lo que se nos venía mostrando. Este «algo» distinto se nos había revelado a través
del personaje de un sueño de tiempo atrás, que entonces
no supe entender qué representaba; manteniéndose como
un interrogante muy vivo en mi memoria. Ahora aquel personaje adquiría el sentido de ser el que anunció que dentro
del dolor, agazapado, se estaba gestando un vigor que, con
la escucha profunda de ambas –paciente y analista–, acabó
irrumpiendo y produjo ese giro en la vida de «Dolores».
Todo esto nos lleva ver que el «ser como se debe ser» venido de programas limitados y externos a uno mismo, el hacer
maquinalmente, por inercia inutiliza para explorar, descubrir
y tomar el camino propio. Paradójicamente, lo que parecía
que sostenía psíquicamente a «Dolores» –sentirse una mujer «como debe ser»–, eso mismo enfermó no sólo su cuerpo físico, sino también su cuerpo psíquico; generando, además, una violencia interna, de la que no tenía la más mínima conciencia, derivada de la renuncia de su evolución propia en favor de la voluntad de otros.
Ese responder a un ideal que uno cree suyo pero viene de
otro con quien se está en relación o proviene de un mandato que pasa de generación en generación, de madres a hijas o de colectivos de mujeres coetáneas a la mujer individual, de padres o colectivos de varones a hijos o a hijas bloquea la acción propia, crea seres insatisfechos o, directamente, enfermos. Interrumpir esta cadena que tiene hondas
raíces y consecuencias muy complejas es tarea de otro tramo de análisis que sólo se sostiene con el compromiso de
los pacientes capaces de transitar por los sufrimientos derivados del proceso que comporta reconocerse en lo más oscuro, así como también en lo más capaz que hay dentro de
uno mismo.
Véase Febres-Cordero, L. «Sobre el arte de curar y el misterio de sanar», Ágathos, 2006, año 6, nº 2, págs. 51-53; En torno a la tragedia y otros ensayos, Editorial Verbum, Madrid 2010, pp. 199-204.
Ibid., “A la cura se acercaba el griego mediante la palabra, la palabra terapéutica descubierta por él milenios antes de que aparecieran sobre la escena los padres de la
psicología moderna (…)” p. 200.
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Lo que provoca malestar o dolor puede ser aceptado, pospuesto u obstaculizado indefinidamente y puede suceder –y
sucede– que transcurra toda una vida sin darse uno cuenta
de cuán lejos está uno de uno mismo. El verlo en los últimos
momentos de la vida, ni que sea tarde reconocido, es un tipo
de visión que marca un antes y un después irreversible y entiendo, que el solo acto de «caer en cuenta» aunque sea por
un instante, es en sí mismo una acción transformadora. Penteo, la pieza de teatro de León Febres-Cordero nos ilustrará
ahora este instante de caída en cuenta en el último instante.
Ilustración dramática: Penteo de León Febres-Cordero5.
La pieza se inicia con Penteo postrado en una cama de hospital, que será su lecho de muerte a la edad de treinta años.
Acompañando a Penteo está Agave, la doctora que le atiende y le conoce desde niño como una madre. Penteo se debate entre delirios y sueños hasta que en su último momento deviene con la mayor lucidez realizando un monólogo en
el que se mira, «cae en cuenta» y hace una reflexión en la
que adquiere un incipiente conocimiento sobre su vivir que
le transforma.
Penteo: [a sí mismo] «¡Ay! (...) Vas a morir hoy (...) No has
hecho nada en tu vida. Y lo que hiciste lo hiciste maquinalmente, sin querer, sin poner voluntad, sin entregarte (...) te
estás muriendo de no haberte dado cuenta (...) Cae en
cuenta al menos de esto (...) Si al menos te hubieras enfermado de algo grave, de algo que hubiese puesto en jaque tu
insolencia, que te hubiese humillado sobre una cama, tal
vez entonces, quién sabe, te hubieras curado de tu ceguera
(...) Y tal vez habrías reflexionado (...) De lo que se trata,
Penteo, ahora, aquí, es de que por fin estés atento a lo que
te está pasando. Te vas a morir. Te vas a morir, inexorablemente, de no darte cuenta. Cae en cuenta al menos de eso.
Es muy simple (...) Que hayas caído en cuenta de ello, y reflexionado, como lo has hecho ahora, ya es algo. ¡Vaya!
¡Has hecho algo! ¡En el último instante hiciste algo por ti, algo que demuestra un incipiente conocimiento de ti mismo y
de tus limitaciones! (...) sin anhelar más (...) Ya está (...) Ya lo
has hecho (...) Tuviste tiempo para hacerlo y lucidez suficiente para ponerlo en palabras».
Agave: [a la recepcionista] «¿Sabes cuáles fueron sus últimas palabras? (...) «Me tuviste y no me conociste». ¡Qué
habrá querido decir con eso!»
¿Sabemos qué quiere decir tenernos y no reconocernos?
Las tres «ilustraciones», a saber, «El Caballero», «Dolores»
y «Penteo», parten del estado de tenerse sin reconocerse y
entran en procesos de transformación al tomar conciencia
de que están en el final de un vivir que mueve a sus psiques
5
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hacia estados que les vuelca hacia adentro, en donde se
produce algo que está en la línea de lo que en psicoanálisis
se designa con el término einsicht6 y el dramaturgo autor de
Penteo, León Febres-Cordero denomina la «caída en cuenta».7 El término einsicht, que Freud utiliza en su sentido etimológico, se refiere a la intuición repentina de un todo de
uno mismo que abre y regula el funcionamiento psíquico.
Febres-Cordero emplea la expresión «caída en cuenta» para referirse al instante de ver, de darse cuenta; instante santo del descubrimiento del mito que nos habita. Para mí, el
movimiento psíquico que impulsa hacia la acción transformadora es algo que se me configura de mayor complejidad,
como un movimiento que proviene de lo que está más cerca
de lo que sería la revelación8 de un «O»9 fruto del transitar
por estados en los que se produce la integración de múltiples y todavía más profundas dimensiones del ser.
Un taoísta consideraría los tres procesos descritos como la
ilustración de una tríada de estados muy potente para la generación de cambio. Vería que al inicio están en lo que se
denomina estado Metal (hacer lo que está establecido maquinalmente, por inercia, leyes, manuales, …), pasan al estado Agua (inactividad, finitud, pozo fuente ancestral, origen, la palabra, …) a partir del cual transmutan al estado
Madera (resurgir, brotar, inicio, improvisación, …) que parece es su naturaleza más propia y predominante, cosa que sí
pude comprobar en la clínica con la evolución posterior de
«Dolores».
Paso ahora a analizar la evolución de la intuición del «O» incognoscible como algo tan inextricablemente vinculada a la
emergencia de la imagen, que no podría precisar si de la
evolución de esta intuición surge la imagen; o si, en cambio,
de la imagen es de donde surge la evolución misma de la intuición de «O».
Para la consecución del asunto de la acción transformadora
que estamos tratando aquí, verse es condición previa e indispensable y donde uno puede visionarse y reconocerse
parece que es en la imagen. La imagen no depende tanto de
la racionalidad de la mente, como del reconocimiento de la
identidad de un «algo» genuino, un «O» de uno mismo no
conocido, salvo cuando por una serie de transformaciones10
evoluciona hasta el punto de ser conocido y sabido.
La imagen ocupa un lugar central en el proceso que lleva a
reconocerse en la cosa que se está viviendo y lo lejos que
se está de la cosa propia. Asimismo, la imagen también contiene en su entraña la intuición del camino que nos guía hacia el nuevo obrar. Por consiguiente, pienso que la transformación arranca de una imagen y será en las imágenes que
reconoceremos las acciones que irán transformándonos.
Febres-Cordero, L. Teatro, Editorial Verbum, Madrid 2010, pp. 222-226
«Einsicht» término alemán («insight» en inglés): «Ei»- preposición: hacia adentro, lanzar hacia. « Sicht»- verbo: mirar. Volcar la mirada hacia adentro y adquirir una visión de un todo de uno mismo que regula el funcionamiento psíquico.
El asunto relativo a la «caída en cuenta» ha sido tratado por León Febres-Cordero en sus piezas teatrales, ensayos y seminarios, como paso previo a lo que el autor
concibe como la experiencia trágica que conduce a la transformación del vivir y la consecución del destino propio.
En el prólogo para la tercera edición inglesa del libro “La interpretación de los sueños”, treinta y un años después de su publicación, Sigmund Freud escribe: “Aún insisto en afirmar que contiene el más valioso de los descubrimientos que he tenido la fortuna de realizar. Una intuición [intuición en la traducción española, insight en inglés,
einsicht en alemán] como ésta el destino puede depararla sólo una vez en la vida de un hombre”. FREUD, S. Obras Completas, Editorial Biblioteca Nueva, Volumen I, p.
348.
«O» tomado de la palabra «Origen» es el signo con el que Wilfred R. Bion denota la cosa en sí-misma, incognoscible (en el sentido kantiano).
BION, W.R. (1965) Transformaciones. Editorial Promolibro, Valencia, 2001.
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La imagen aparece como eje de arranque y luego, con nuevas imágenes sigue vertebrando la acción transformadora en
las ilustraciones descritas. La aparición de la Muerte, para mí,
es la imagen que produce en el Caballero Medieval la «caída
en cuenta» de su vivir en infructuosas cruzadas en tierras ajenas, moviendo en él la necesidad de realizar una acción inespecífica al principio que se concreta más adelante al aparecérsele una segunda imagen en la familia de saltimbanquis.
La paralización corporal es la imagen que la psique de «Dolores» creó para mostrarle el abandono de unas funciones
psíquicas esenciales para ella, dando origen y dirección a
su laborioso proceso. La escucha del mensaje del síntoma y
la conmoción que esto produce en ella inaugura un recorrido que libera, a su vez, una segunda imagen, X, la que
anuncia un don personal específico para la realización de
una acción-tarea muy concreta. Tras tomar la doble y difícil
decisión, la de renunciar a las actividades nocivas para su
evolución psíquica y la de dedicarse a su quehacer, éste se
convirtió en una creación tan significativa para «Dolores»
como para quienes se beneficiaron de ello.
El personaje Agave del Penteo de Febres-Cordero es para
mí la imagen del no ver, del no reconocer aquello que tenemos delante. Y el monólogo de Penteo, primero pensé que
aportaba una sola imagen; sin embargo, ahora, analizando
las ilustraciones, acabo de darme cuenta que este monólogo probablemente acudió a mi mente en tercer lugar, porque contiene la imagen de la pérdida y la del reencuentro
con uno mismo –ambas centrales en lo que intento transmitir– y la segunda cierra la tríada de ilustraciones dando las
claves para el vivir con lo más propio y genuino de uno mismo. En un primer plano, Penteo presenta la imagen del no
ver, la ceguera del no verse y morir de no darse cuenta; y ésta se nos describe de tal forma que de su interior, como en
un segundo plano o «negativo fotográfico», surge la segunda imagen. Esta apunta al asunto de la acción transformadora, a cómo sería vivir viéndose, teniéndose, reconociéndose11, lo cual implica no vivir maquinalmente; hacer algo12
y hacerlo con la voluntad puesta en ello.
El tema de cómo surge la imagen es un misterio que me tiene atrapada. Ahora, haré una pequeña incursión en el tema
preguntándome de dónde surgieron las imágenes. ¿Por qué
El séptimo sello? ¿Y la elección de la paciente «Dolores»?
¿Y Penteo? Sólo puedo decir que esta tríada se me presentó sin yo buscarla y en ella reconocí el camino para pensar
el asunto de la acción transformadora que me rondaba como necesario de reflexionar para mí personalmente y para
los pacientes que me piden les acompañe en sus trances. A
posteriori, me doy cuenta que todas estas imágenes que, al
principio parecen arbitrarias –como se lo parece a los pacientes no iniciados cuando de ellos emerge una imagen a
la que no hacen ni caso–, con el tiempo descubrimos que se
han gestado y están hechas de «material» de la naturaleza
propia de uno fundida con experiencias de la historia de vida individual, familiar y colectiva.
11
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Me asombra contemplar la aparición, formación y ver cómo
proliferan las imágenes en la psique, encadenándose y
dándose sentido unas a otras, como la que me llegó escribiendo este texto y me empujó a considerarla como una
inesperada cuarta imagen: El regreso del hijo pródigo de
Rembrandt. Ocurrió que su visión produjo en mí una emoción que me impulsó a contemplarlo de nuevo, en momentos diferentes. A pesar de que al principio no entendí lo que
me «decía», fui descubriendo que esta imagen me mostraba lo pródigo que está en la base del movimiento hacia la
acción transformadora, en su doble acepción13: desperdiciar la propia naturaleza y reencontrarla reconociendo la
fuente de la riqueza de uno mismo.
La contemplación de la expresión de bondad y sabiduría de
este padre que reconoce y acoge sin recriminar al hijo; contemplar al hijo que regresa mostrando cuán maltrecho está,
cargado de humildad tras haberse dado cuenta y reconocerse perdido en su vivir, fue atrayéndome hasta que la magistral pintura Rembrandt me hizo ver en ella la imagen del
momento sagrado de cierre de la fisura y de unificación interna, tras haber vagado por derroteros ajenos.
Cerrando ya este artículo, me está llegando un nuevo indicio
del sentido profundo e inconsciente de la imagen que a uno
se le impone sin saber porqué. Apuntaré que indagando el
origen del título de la película de Bergman, El séptimo sello
proviene de la segunda de las cuatro partes del libro Apocalipsis de San Juan (Ap 4-11) también conocido con el nombre
el libro de las Revelaciones, considerado por muchos eruditos
un libro de carácter exclusivamente profético y quizás el más
rico en símbolos de toda la Biblia. Me quedo asombrada y con
esta última revelación sobre la primera ilustración finiquito la
escritura de este texto que seguirá abierto dentro de mí.
A modo de conclusión
Pareciera que en el interior del ser humano existe algo genuino de cada uno; un don o especie de don en el que radica el potencial creativo de la persona. Como si dentro de cada uno de nosotros hubiera un saber profundo, que muy a
menudo está velado para el propio sabedor; sin embargo, al
acceder a su conocimiento, se siente que éste apunta a una
acción sabida «desde siempre» a través de la cual uno puede evolucionar.
Ese «algo» busca ser reconocido y volcarnos hacia la acción para la que estamos dotados en cada momento, renovándonos. Hay quien vive intuitivamente conectado con ese
algo especial y con su tarea. Sin embargo, puede transcurrir
toda una vida sin ser percibido, o ser vivido en momentos
transitorios y luego perderlo y vagar por derroteros infructuosos, ajenos a nosotros mismos; y, en otros momentos,
volver de forma más permanente, como un hijo pródigo.
Cuando ese algo vital para nuestra psique es desoído, empieza el sufrimiento y la sordera psíquica se manifiesta a
través de síntomas, enfermando a la mente, y al cuerpo con
mayor frecuencia de la que podemos imaginar.
Véase el monólogo final de Penteo en Febres-Cordero, L. Teatro, Op.Cit.
Entiendo por «hacer algo» aquellos movimientos psíquicos y acciones que transforman evolutivamente al sujeto que las realiza como son: «caer en cuenta», también
todos aquellos procesos que se desencadenan a continuación de la caída en cuenta; sea una tarea-acción breve, o un proceso transitorio, o bien procesos que abarcan toda una vida.
El adjetivo pródigo contiene un sentido doble: 1. Productivo, abundante, generoso, desinteresado. 2. Disipador, gastador, que desperdicia en gastos inútiles. El verbo
prodigar: 1. Dar algo en abundancia. 2. Disipar, gastar sin moderación. Diccionario de la lengua española, 2005, Espasa-Calpe.
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Lo que distingue el proceso hacia la acción transformadora
es la manifestación de la dimensión más profunda y vital de
la persona que la impulsa a volver a vivir en lo más propio.
La experiencia emocional que mueve la conciencia de «finitud» está en la base de este proceso, moviliza la fortaleza
interna que aviva el «darse cuenta» y el reconocer el final de
la condición caducada o nociva, activando la intuición hacia
el que estamos en trance de ser.
Este proceso requiere de intrepidez para renunciar a maneras de vivir muy instauradas, fortaleza para atravesar por
estados dolorosos ineludibles y valentía para enfrentar una
reorientación vital; pero, sobre todo, veracidad con uno mismo.
La iniciación del proceso transformador depende de una decisión surgida del libre albedrío del sujeto frente a una demanda que exige estar dispuesto realmente y en serio para
realizar una acción que será concreta y específica para cada uno. A pesar de ser muy laboriosa, e incluso abarcar toda
una vida, esta acción-tarea hace vibrar, se siente con certeza y expande los límites de la experiencia de nuestra conciencia, dándole sentido al vivir.
La clínica psicoanalítica me ha mostrado que el desconocimiento de ese algo vital del «sí mismo» causa algunos
de los trastornos psíquicos de quiénes consultan al psicoanalista. También me ha enseñado que los pacientes que
en su proceso terapéutico descubren y se entregan a vivir
desde este algo que es único, personal e intransferible, a
pesar de los esfuerzos y dificultades que supone asumirlo,
devienen persones vitales, apasionadas con su quehacer
y sus ansiedades son substituidas por la serenidad interna
de fondo que da el sentir que la vida parece tener un sentido. La verificación de la transformación de estos pacientes
es una de las razones que ha motivado la escritura de este
texto.
Postdata final
¿Qué hacemos aquí? ¿Estamos para algo como me parece
que se desprende de este texto? No sé responder a estos
interrogantes. Sólo puedo compartir impresiones, experiencias vividas por mí y las que he sido testigo-partícipe.
«¡Qué irreal parecen estas cosas estando con vosotros!»,
dice el Caballero de Bergman, y susurra también mi caballero interno ahora. A lo que su Escudero me responde: «Hubieras gozado más de la vida despreocupándote, pero es
demasiado tarde». Sí, es demasiado tarde para mí que no
he podido, ni he querido sustraerme de reflexionar y escribir
sobre este asunto que ha devenido mi acción transformadora de ahora.
Referencias Bibliográficas
• Bergman, I. 1957. El séptimo sello.
• Bion, W.R. (1965) Transformaciones. Editorial Promolibro, Valencia, 2001.
• ___ (1970) Atención e interpretación. Paidós, Buenos Aires,
1974.
• Diccionario de la Lengua Española, 2005, Espasa-Calpe.
• Febres-Cordero, L. En torno a la tragedia y otros ensayos, Editorial Verbum, Madrid, 2010.
• ___ Teatro, Editorial Verbum, Madrid 2010.
• Strachey, J. (1934). La naturalesa de l’acció terapèutica en psicoanàlisi Revista Catalana de Psicoanàlisi. Vol. XI, nos.1-2, 1994.
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
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enTrevisTa
Entrevista a
Dr. Xavier Allué
El Dr. Xavier Allué, autor de varios libros1, numerosos
artículos. Ha ejercido como pediatra 50 años, en media
docena de hospitales y tres países. Licenciado en Barcelona (1966), hizo su especialidad con una beca Fulbright en EEUU y Canadá. Doctor en Antropología, es
consultor docente de la UOC, del Master Universitario
de Trabajo Social Sanitario y profesor invitado en la
URV (Tarragona). Mantiene un blog de Pediatría social
(http://pedsocial.wordpress.com) y participa activamente en las redes sociales (Twitter). Pero dicho esto,
es el ejemplo de médico que piensa en el enfermo, en
su familia, en su entorno y ello lo ha llevado a la práctica más rigurosa. Comprende como pocos médicos el
trabajo social sanitario, los aspectos sociales y psicosociales de la enfermedad, pero poniendo el acento en
la salud, la importancia del entorno en la prevención
de la enfermedad, en la recuperación de la salud.
¿Qué nos diría Hipócrates si pisara algún hospital o
centro de salud de hoy?
Seguro que mostraría su admiración por esos “templos” dedicados a la salud a los que la gente acude con veneración.
Y necesitaría que le explicasen lo que representa la tecnología aplicada a la salud. Pero en poco tiempo nos recordaría
la capital importancia de escuchar al paciente, de observarlo con detenimiento y, también, de comprometerlo en sus
propios cuidados. Y seguro que insistiría que ante el desvalimiento del enfermo, hay que activar y estimular los recursos
del entorno, sociales porque parten de la sociedad, la familia y los que aporte el compromiso de todos.
¿Nos recomendaría algo en especial?
Probablemente que consideremos la importancia del entorno en la salud de la gente, eso que llamamos nuestro ecosistema. Y que no olvidemos en ningún momento nuestro
compromiso profesional con los pacientes y con la sociedad
que nos ha encargado los cuidados.
A su entender ¿cuál es el modelo sanitario que más salud promueve?
Al final no se le pueden dar muchas vueltas: el mejor modelo es el más eficaz y más universal e inclusivo, en el sentido
que lo abarque todo. Y, por ahora, es el modelo biomédico
occidental. Aunque tiene diversidad y, naturalmente defectos. Modelo occidental es el que se practica en Canadá y,
1
© B&W
pediatra
también, el que se ejerce en Cuba. Con costes y prácticas
muy distintas que pretenden corregir los defectos inherentes a todo sistema o modelo.
Por ejemplo, el sistema estadounidense que recientemente
viene teniendo una gran actualidad, especialmente ligado a
lo que se conoce como «Obamacare», intenta resolver problemas graves de justicia distributiva en cuanto a la salud individual. Pero no puede olvidarse que el sistema asistencial
americano, criticado por su coste y por no alcanzar a millones de ciudadanos, se asienta en un muy sólido esquema de
salud pública, de salud colectiva, envidiable para muchos.
Imagínese por un momento que puede mejorar cinco
circunstancias, o seis, no vamos a escatimar en el pensamiento ¿qué mejoraría?
Si pensamos en el sistema sanitario español (o, para el caso, el catalán) los aspectos manifiestamente mejorables incluyen:
• La financiación controlada (no se puede despilfarrar) y el
control de calidad asistencial, especialmente de los proveedores privados con ánimo de lucro.
• La regulación moderna, actual, de la política y práctica
farmacéutica.
• La atención a la salud mental.
• La promoción de la salud pública (preventiva).
• La promoción de los aspectos sociales de la salud, pero
en serio.
• Los salarios del personal sanitario y sociosanitario.
Pero eso, sería para «mejorar». Probablemente se podría
bien realizar un cambio más revolucionario y darle toda una
vuelta al sistema. Para eso hace falta una fuerza importante
que sólo puede partir de la propia sociedad, como se suele
decir en política, del pueblo. Del pueblo llano.
¿Estamos medicalizando la vida cotidiana?
Sí. Pero de eso no son responsables los sanitarios, los médicos. Es consecuencia del poder de la cultura médica, en-
El último libro. 2011. Allà baix : l'hospital Joan XXIII de Tarragona (1967-2009). Silva Editorial.
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A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Entrevista Dr. Xavier Allué
© JORDI JAUMANDREU. GELATERIA ITALIANA, 2013.
E n t r e v i s t a
cargada de poner remedio a los problemas (de salud) y que
por su eficacia, invita a otros a adoptar lenguaje y metodologías. Dicen que los bancos con dificultades hay que llevarlos
a la UVI, que la bolsa tiene un «electroencefalograma plano», que «hay que cortar por lo sano» o «aplicar antídotos»,
y que «a grandes males, grandes remedios» que, por cierto,
es el Aforismo número 6 de Hipócrates.
En la misma línea ¿estamos perdiendo el instinto de autocuidado?
Aunque lo de autocuidarse lo hacen también los animales
(«se lamen sus propias heridas…»), el autocuidado no puede sólo ser instintivo. Hay que educarlo. A eso se llama educación para la salud, que debiera ser transversal en todos
los programas educativos y en todos los niveles de la enseñanza, desde Primaria hasta universitaria. Hay que aprender qué y cómo comer, cómo evitar riesgos físicos o químicos y medicamentosos, cómo prevenirnos de infecciones
intercurrentes, más o menos epidémicas, y cómo evitar los
estreses emocionales.
Por otro lado, los medios de comunicación, la televisión o la
prensa y radio, ya promueven el autocuidado, aunque a veces sólo sea el cosmético. En todo caso, la promoción de la
salud, con el autocuidado como base, es una obligación
constante de los poderes.
¿Por qué la prevención siempre es el garbanzo negro
de los presupuestos?
Nunca me he explicado bien porqué la prevención o, también, la Atención Primaria de salud que es un eslabón fundamental en la prevención, parecen como objetivos políticos «de izquierdas». Y ello sin querer decir que los gobiernos de izquierdas en España o en Cataluña hayan sido más
activos o generosos en sus presupuestos. Resulta contradictorio que sabiendo como se sabe que cada céntimo empleado en prevención tiene un rendimiento muy superior al
dedicado a la atención a la enfermedad, no se tenga en
cuenta a la hora de elaborar los presupuestos.
Los políticos, de derechas o de izquierdas porque en esto
son parejos, permanecen como ciegos ante esta realidad.
Se me ocurre que, porque se trata de personas que gozan
de buena salud y que se consideran exitosas al haber sido
elegidos por sus conciudadanos, se sienten personalmente
ajenos a la enfermedad y el sufrimiento.
Si los presupuestos los hiciesen los pacientes hospitalizados o las personas mayores acogidas en un centro sociosanitario, seguro que serían MUY diferentes.
¿Qué papel debería jugar la escuela la escuela en la prevención de la salud y la promoción del autocuidado?
Como decimos más arriba la educación para la salud debe
ser transversal y en todos los niveles educativos. Sobre
salud hay que trabajar en el parvulario para que los niños
pequeños aprendan a comer y a lavarse los dientes, lo
mismo que se les enseña a usar el baño y a desprenderse
de los pañales (¡¡¡hasta que vuelvan a necesitarlos cuando sean ancianos!!!). Y a los universitarios se les debería
hacer un «examen de aptitud para la vida» al final de sus
estudios.
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A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Entrevista Dr. Xavier Allué
De salud debe hablar el profesor de Geografía y el de Mates. Y el entorno de los centros escolares debe promover hábitos saludables.
¿Qué les pide a los Reyes Magos?
Ya sabéis que los Reyes son los papás (por si acaso!). Los
“reyes” no me interesan ni los de la baraja. Pero como los
Magos, según otras culturas, eran hombres sabios (The three wise men) y no necesariamente monarcas de nada, y la
Epifanía representa un ejercicio de reflexión, siempre se
pueden expresar deseos del bien para todos.
En mi intimidad, y desde hace mucho tiempo, para mí siempre me he pedido cosas tan materiales como un salario digno, una amante desinteresada, un gobierno democrático y
una hoja de papel para escribir…
Pues, que así sea. Muchas gracias por aceptar la entrevista con tan poco tiempo. El tiempo últimamente parece ser nuestro talón de Aquiles.
© JORDI JAUMANDREU. LA ISLA, 2013.
Libros
E
ASIStEnCIA oblIgADA
Autoría:
Boris Yampolski (1912-1972)
Iliyá Konstantinovski (1913-1995)
Traducción: Enrique Fernández Vernet
Edición: 2013
Ediciones de Subsuelo
Páginas: 348
www.edicionesdelsubsuelo.com
l libro además incluye «último encuentro con Vasili Grossman» cuya
obra «Vida y destino» había sido secuestrada por las autoridades de la URRS.
El lector, página a página, va tomando contacto con esa realidad que ha asfixiado a
muchos escritores, el secuestro de sus
obras, la censura… Escribe Fernández Vernet en el prólogo sobre la obra: «Asistencia
obligada describe una reunión en la Unión
de escritores en pleno estalinismo, seguramente hacia 1948 o 1949, en el transcurso
de una campaña de terror lanzada por Zhdanov tras su discurso de 1946 contra Ajmátova y Zoschenko. Describe también
cuanto ocurre entre bastidores, o aun en el
guardarropa, oculto a la sociedad y a la propia reunión. ‘Lo que Yampolski conoció –señala Konstantinovski en su prólogo a la edición rusa de 1990– pertenece a la parte sumergida del iceberg, sobre la que bien poco
se ha escrito y que la juventud de hoy en día
apenas podría imaginar’».
El texto se revela como una gran mina
de dolor y sufrimiento que los autores no
dudan en mostrar en carne viva, con toda
la crudeza que la realidad imprime. Y ello,
dentro de una conciencia que permite co-
L
El PACIEntE InquIEto
Autoría:
Marta Allué
Edición: 2013
edicions bellaterra
Páginas: 229
www.ed-bellaterra.com
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as palabras de la autora en el Prefacio de libro son la mejor presentación. Escribe Marta Allué: «El guion
de este relato versa sobre actitudes y aptitudes durante el proceso asistencial, que,
en el mundo de la salud, solo tiene un objetivo, y no es distraer al público, sino cuidarlo
y curarlo. Como formo parte del auditorio y
no soy dramaturgo, insistiré en aquello que
percibimos de la función: su eficacia como
reductora de sufrimiento, de la parte intangible del enfermar. Son la cosas de las que
hablamos los paciente inquietos: el dolor
que causa el mal; del malestar que produce
el saberse enfermo; de la sensación de vulnerabilidad y de la confusión, y de la sustracción involuntaria del mundo de los que
conservan la salud, con todas las pérdidas
que eso conlleva».
Y ello no se queda en palabras, el libro
satisface todas y cada una de las propuestas del principio. Es un texto importante, virtuoso, en el que late esa realidad que cobra
valor cuando se explica desde dentro y
cuando, además, se interpreta metódicamente. Los detalles de los argumentos, los
matices de los ejemplos, solo se puede explicar desde dentro, desde la experiencia y
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Libros
nocer qué está pasando por la interioridad
del escritor Yampolski que confía el manuscrito en su amigo, también escritor
Konstantínovski. «Asistencia obligada»
horada en todo este mundo literario que
escenifica una época marcada por un poder que secuestra a los autores que permanecen en un silencio que convulsiona
con el lector de este siglo XXI. No falta la
autorreflexión: «Toda las injusticias, todas
las vejaciones solo pueden darse porque
todos pensamos en nosotros mismos,
siempre, solo en nosotros mismos… Después, más tarde, lloramos amargamente,
sentimos arrepentimiento, nos horrorizamos de nuestro egoísmo, de nuestra indiferencia, y en nuestros diarios íntimos, poemas y prosa derramamos nuestra angustia, nuestro dolor e imploramos perdón».
El relato muestra un sentir, un padecer
una conciencia que alimenta la autocrítica
del escritor, de los escritores. Los argumentos, la reflexiones son de una gran
crudeza, de una gran sinceridad, no hay
adornos que molesten al lector, una realidad, unas emociones, unos reproches, pero también almas de escritores, vendidas
al diablo.
con una gran capacidad e observar. Por ello
el texto, relata vivencias, con observaciones, reflexiones, que tienen que ver con lo
que ocurre entre los diferentes actores, para seguir con el símil del auditorio, con los
roles que se van generando y que se van disipando, o agudizando, ante la presencia
de la enfermedad que la autora muestra
desde todas las caras posibles. Como en
un juego de espejos, el lector conocerá más
de lo que oculta el iceberg de la atención
sanitaria. «Decidí evitar a mi madre las torturas. La agonía se prolongó cuatro meses
sin tratamiento paliativo alguno. En este
tiempo preparé un curso acelerado como
acompañante activo y, entonces sí, me instruí en el arte de la negociación. Pasaba las
horas ideando cómo conseguir los fármacos, horas interminables medidas por un
reloj ajeno al sufrimiento de mi madre. Hasta que decidí mentir…»
El libro contiene enseñanzas para todos estos actores que a lo largo de su vida
asumirán diferentes roles, de profesionales,
de enfermos, de familiares de enfermos…
por ello el libro es una galería de experiencias que contribuyen a repensar ese sistema de sanitario y los roles profesionales.
L i b r o s
L
trAbAjo SoCIAl FAMIlIArtrAnSDISCIPlInA y SuPErvISIón
Autoría:
VVAA
Compiladora: Liliana Calvo
Edición: 2013
Editorial: Espacio Editorial (Buenos Aires)
Páginas: 189
www.espacioeditorial.com.ar
a perseverancia de Liliana Calvo ha
logrado reunir en este libro de «Trabajo Social familiar» a diferentes autores. El eje vertebrador es el Trabajo Social familiar, el papel socio-terapéutico de
la intervención profesional. Como explica
Liliana Calvo, «Con motivo de cumplirse
los ocho años e la revista Conviviendo en
la web y acercándonos a los diez de la creación del Grupo ConVivir, con inmensa
alegría les presento en forma gráfica, la siguiente compilación. Fruto de una intensa
selección de valiosos aportes del Trabajo
Social contemporáneo, de prestigiosos
profesionales del Trabajo Social de Argentina, distintos países de Latinoamérica y
de España, muchos de los cuales fueron
dados a conocer oportunamente en forma
online».
El libro se compone de doce trabajos,
doce capítulos:
• Trabajo social y terapia familiar: un binomio en la intervención profesional.
• El trabajador social en Salud Mental.
• El rol terapéutico –curativo- del trabajador social en Salud Mental.
• Familias multiproblemáticas y servicios
sociales.
• Trabajo Social y transdisciplina. Intervención de un equipo de salud orientado al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y las familias.
• Intervención en red: una respuesta integrada a las dificultades en el trabajo
con menores.
• Supervisiones profesionales: constelaciones familiares.
• La función asistencial: identidad proyectiva del Trabajo Social Clínico.
• Hacia los contextos clínicos y los contextos no clínicos de Trabajo Social con
las familias.
• Enfoques de intervención en Trabajo
Social.
• Desafiando mitos: consideraciones sobre la legitimidad de los procesos terapéuticos desarrollados en Trabajo Social.
• La supervisión en Trabajo Social: entrevista a la Profesora Dra. Carmina Puig.
Como ilustra el índice, el libro es un
excelente recurso de aprendizaje y reflexión tanto para profesionales como para
estudiantes.
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
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L i b r o s
L
El jArDín El hoMbrE CIEgo
Autoría:
Nadeem Aslam
Traducción: Roberto Falcó
Edición: 2013
Editorial: Mondadori
Páginas: 404
www.editoralmondadori.com
a novela empieza cuando Joe le
expresa a su padre Rohan, la preocupación que siente, la angustia
que tiene porque en el cuento que está
leyendo acaba de aparecer el personaje
malo. Están en el jardín. Cuando el padre
le dice que en ningún cuento ganan los
malos, que no se preocupe. Pero Joe le
contesta que si bien ello es cierto, «Antes
de perder hacen daño a los buenos…».
El padre ve el árbol que su mujer, fallecida hace veinte años, plantó pocos días
después de dar a luz a Jeo. La historia se
desarrolla en Afganistán, dentro del mes
de octubre de 2001, un mes después de
que tuvieran lugar los atentados del 11 de
setiembre. «En el cristal dela ventana se
refleja el rostro de Rohan: el castaño intenso de los iris, la barba descolorida
queda realzada por el leve resplandor de
la vela. Su cara deja constancia del peso
del tiempo en el alma. El anciano sale al
jardín, donde los primeros haces de luz
de la luna caen sobre las hojas y la enramada. Saca una linterna de un hueco. Levanta la linterna bajo el árbol de algodón
de seda y alza la vista a la inmensa copa.
Los árboles más altos del jardín son diez
E
En CuErPo y En lo otro
Autoría:
David Foster Wallace (1962-2008)
Traducción: Javier Calvo
Edición: 2013
Editorial: Mondadori
Páginas: 300
www.editoralmondadori.com
78
l libro resulta una excelente puerta
de entrada a la obra de Foster Wallace, a su manera de vivir la escritura y a su manera de escribir. Los quince
ensayos contenidos en el libro son inéditos en España y el lector, en gran medida,
encontrará en cada uno de ellos fragmentos de recuerdos de acontecimientos que
coparon primeras planas de medios, pero
los encontrará tintados por la mirada del
escritor que con gran talento rescata los
mínimos detalles. En la nota del editor, al
principio del libro, éste señala el amor
que Foster Wallace tenía por las palabras, por conocer e interiorizar su significado, escribe el editor: «En su ordenador
actualizaba todo el tiempo una lista de
palabras que quería aprender, sacadas
de numerosas fuentes y complementadas con numerosas definiciones y notas
de uso».
En «Federer, en cuerpo y en lo otro»
escribe Foster Wallace: «La belleza no es
la meta d los deportes de competición, y
sin embargo los deportes de élite son un
vehículo perfecto para la expresión de la
belleza humana. La relación que guardan
ambas cosas entre sí viene a ser un poco
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Libros
veces más altos que un hombre…». Se
disponen a iniciar u largo viaje. La historia
va dando vida a protagonistas siendo Jeo
y Mikal los que acaban tejiendo la mayor
parte del argumento. Son amigos de la infancia pero sus caminos toman direcciones distintas, pero ello está pronto a cambiar pues Jeo decide adentrarse en el Afganistán ocupado por las tropas occidentales y Mikal, por su parte, decide acompañarle. «Los padres de Mikal habían sido comunistas. A su padre lo detuvieron
cuando él nació y no volvieron a verlo.
Fue la muerte de la madre, al cabo de
una década, lo que llevó a Rohan a adoptarlo a él y a su hermano. La gente que lo
estaba pasando mal iba a ver a Mikal y le
pedían que rezara una oración por ellos,
porque según se decía, los huérfanos
pertenecían a ese grupo de seres a los
que Alá siempre tomaba en cuenta».
La trama articula episodios históricos,
con episodios familiares, historias de vida
y de amor, costumbres, vivencias brotadas
del conflicto de los atentados. El texto permite acceder a la dimensión vital dentro
del sufrimiento psíquico que genera toda
acción bélica.
como la que hay entre la valentía y la guerra. La belleza humana de la que hablamos aquí es de un tipo muy concreto; se
puede llamar belleza cinética. Su poder y
su atractivo son universales. No tiene nada que ver ni con el sexo ni con las normas culturales. Con lo que tiene que ver
en realidad es con la reconciliación de los
seres humanos con el hecho de tener
cuerpo». Y en una nota a pie de página,
Foster Wallace relata con una mirada microscópica y social, los inconvenientes
que supone tener cuerpo. Las notas a
pies de página complementan la narrativa con observaciones, detalles, que sobre el texto quizás lo sobrecargarían, parecerían una obviedad, pero como nota a
pie de página, lo realzan. Con las notas a
pie de página, el autor, parece hablar al
oído del lector para que éste acceda
completamente al mensaje del autor.
Otros ensayos reunidos son:
• Futuros narrativos y autores notoriamente jóvenes.
• La plenitud vacía: La amante de Wittgenstein, de David Markon.
• …/…
L i b r o s
¿S
lA InFAnCIA DE jESúS
Autoría:
J. M. Coetzee
Traducción: Miguel Temprano
Edición: 2013
Editorial: Mondadori
Páginas: 271
www.editoralmondadori.com
omos los recuerdos que tenemos? ¿Qué haríamos si perdiéramos esos recuerdos, o nos
obligaran a ello para permanecer en el lugar al que acabamos de llegar? La historia
relata la llegada de un hombre y un niño a
otro país. «La oficina es amplia y sobria.
También calurosa, incluso más que afuera.
Al fondo, un mostrador de madera cruza la
sala, dividido por paneles separadores de
cristal esmerilado. Apoyada en la pared hay
una hilera de ficheros de madera barnizada. Suspendido en uno de los paneles hay
un letrero ‘Recién llegados’, con las palabras impresas en negro en un rectángulo
de cartón. La empleada de detrás el mostrador, una mujer joven, le saluda con una
sonrisa. –Buenos días –dice él–. Acabamos
de llegar. –Pronuncia las palabras despacio
en el español que tanto le ha costado dominar–. Estoy buscando trabajo y un sitio donde vivir. –Sujeta al niño por las axilas».
La ciudad de Novilla es el destino. En
Novilla su historia volverá a empezar, entre
otras cosas porque confían en que en Novilla podrán hallar a la madre del niño. Como
en todas sus obras, el autor presenta paisajes, imágenes, escenas, en las que el lector
L
un MAl noMbrE
Autoría:
Elena Ferrante
Traducción: Celia Filipetto
Edición: 2013
Editorial: Lumen
Páginas: 554
www.editoriallumen.com
La protagonista Lila, es la misma niña de la novela «La amiga estupenda».
Nápoles será el escenario de esta
nueva entrega. La ciudad que las vio crecer será la misma que las verán madurar.
Lila acaba de cumplir los dieciséis años y
la acaban de casar. «En la primavera de
1966, en un estado de gran agitación, Lila
me confió una caja metálica con ocho cuadernos. Dijo que ya no podía tenerlos en
su casa por temor a que su marido los leyera. Me llevé la caja sin más comentarios
que alguna referencia irónica al exceso de
bramante con que la había atado. Por
aquella época nuestras relaciones eran
pésimas, aunque al parecer yo era la única
en considerarlas de ese modo. Las raras
veces que nos veíamos, ella no mostraba
incomodidad alguna; era afectuosa, jamás
se le escapaba una palabra hostil.
Cuando me pidió que jurara que no
abriría la caja bajo ningún concepto, se lo
juré. Pero en cuanto me subí al tren, desaté el bramante, saque los cuadernos y me
puse a leer…».
La otra protagonista es Lenú. Ambas,
Lila y Lenú se desenvolverán dentro de
pasará, si se deja, a ser parte del escenario. Así, desde la primera línea sentirá el calor, el aire encendido en su cara, sentirá el
dolor del olvido, de la pérdida, la inquietud
de la búsqueda, que de la mano de los personajes el autor va desbrozando abordando algo tan esencial como la supervivencia.
Pero ello se da en un entorno en donde irónicamente, nada parece importar, las cosas
suceden pero no se viven, se siguen las
normas, pero no hay el impulso vital.
«La jornada parece haber concluido,
pues no hay nadie para descargar los sacos. Mientras el carretero lleva el carro hasta la plataforma de descarga y empieza a
desengancharlos caballos, él deambula por
el enorme edificio. La luz que se filtra por los
huecos entre el tejado y la pared revela sacos amontonados hasta varios metros de
altura, una montaña de grano tras otra que
se extiende hasta los rincones más oscuros. Sin demasiado interés intenta hacer el
cálculo, pero pierde la cuenta». Simón y
David, estos son los nuevos nombres que
adoptan el hombre y el niño, siguen su nueva vida pero han perdido los recuerdos, ello
dificultará su esperanza de encontrar a la
madre.
una amistad que les permite, entre miradas y sonrisas, conocer qué es lo que pasa por la mente, por el corazón de la otra.
La complicidad que se irá trenzando entre
ellas será el salvavidas que les permitirá
afrontar todo lo que la nueva vida de Lila,
con su temperamento alocado, les depara.
Es la historia de una amistad en la que Lenú imita en todo a Lila.
«No tardé en ceder; los cuadernos
irradiaban la fuerza de la seducción que lila difundía a su paso desde pequeña. Había retratado con despiadada precisión el
barrio, a sus familiares, a los Solara, Stefano, a cada persona o cosa. Por no hablar
de la libertad que se había tomado conmigo, con lo que yo decía, con lo que pensaba, con las personas que amaba, hasta
con mi aspecto físico».
La trama se amplía a multitud de personajes cada uno con sus familias, con
sus simpatías y antipatías, con sus secretos y con sus discreciones. Algún que otro
arrepentimiento acompañado de algún
que otro atrevimiento, al fin y al cabo, los
aromas del existir que se van esparciendo
por sus vidas cotidianas.
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
79
L i b r o s
«S
lA vIDA CuAnDo ErA nuEStrA
Autoría:
Marian Izaguirre
Traducción: Celia Filipetto
Edición: 2013
Editorial: Lumen
Páginas: 412
www.editoriallumen.com
olo tengo cincuenta y un años.
Nací con el siglo. No creo que
me corresponda tener ese pelo
tan blanco».
La historia se inicia cuando la mujer de
pelo blanco, paseando por una calle de Madrid, ve a un hombre con libros. Inmediatamente se siente atraída por él, por el personaje, un hombre cargado de libros y como
ella simplemente pasea, lo sigue. Va viendo
cómo va repartiendo libros por diferentes
domicilios. La mujer percibe como él ni siquiera la ve, «…me miró sin verme –creo
que ya he dicho lo desapercibidas que podemos llegar a pasar las mujeres cuando la
vejez nos viste por fuera–…». Hay un momento en que por la calle, con el ajetreo de
la gente, se rozan, pero él sigue absorto en
lo suyo no presta la más mínima atención a
esta mujer que lleva rato siguiéndole.
Pero la mujer Alice, sigue detrás del
hombre, Matías, que va repartiendo libros
por diferentes domicilios hasta que finalmente llega a una pequeña librería situada
en una estrecha calle. Alice, deduce por todo el contexto, que se trata del dueño de la
librería que vende novelas románticas, libros clásicos descatalogados y lápices de
E
El ASEDIo A lA MoDErnIDAD
Autoría:
Juan José Sebreli
Edición: 2013
Editorial: Debate
Páginas: 431
www.editorialdebate.com
80
l libro se publicó por primera vez en
Argentina en 1991. Para esta edición el autor ha revisado su obra.
El autor, en la introducción, escribe:
«Este ensayo sustenta la crítica de ciertas ideas predominantes entre muchos
intelectuales a partir d finales de la década de 1950 –aunque sus antecedentes
vienen de más lejos–, ideas que alcanzaron su apogeo en las décadas de 1960 y
1970 y que aún siguen vigentes. Al reunir
la diversidad de las corrientes de pensamiento –ontología heideggeriana, nietzscheanismo, estructuralismo, antropología
culturalista, funcionalismo sincrónico,
psicoanálisis jungiano y lacaniano, orientalismo, postestructuralismo, deconstructivismo, posmodernidad… ».
¿Cuáles son los rasgos distintivos de
la sociedad intelectual desde el siglo pasado? ¿Cómo cambian las prioridades
intelectuales, los valores, la manera de
socializar a los diversos individuos dentro
de las diferentes sociedades?
Escribe Sebreli «Los términos esenciales del humanismo clásico –sujeto,
hombre, humanidad, persona, conciencia, libertad– se consideraron obsole-
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Libros
colores. Está a punto de iniciarse una relación, no con él, con Matias, si no con su mujer, Lola.
Las dos mujeres aman los libros y a través de ellos, de las historias que se desatan
en sus páginas, en el interior de quienes los
leen, el lector recorrerá países y tiempos
pasados.
Y es ese amor por los libros, por la lectura, por las historias contadas el que subyace en toda la novela, a cada línea, son
ellos, los libros los que mueven a los protagonistas, son ellos los que generan historias dentro de la historia.
«Intento pensar en otra cosa. En la luz
de Deauvile, por ejemplo. En junio no es
comparable a nada. Las nubes aparecen y
se van, de pronto luce un sol hiriente, y cinco minutos después puede que el cielo se
vuelva negro y llueva durante unos minutos;
y después de la lluvia volverá a salir el sol y
la realidad tendrá esos colores limpios e intensos de las cosas recién estrenadas.
Pienso en eso, en lo limpio que queda todo
después de la lluvia».
Las dos mujeres trabarán una fuerte
amistad y cada una jugará un papel clave e
importante en la vida de la otra.
tos». Ello, cabe preguntarse ¡a que dio lugar? El presente, este siglo XXI ¿cuánto
conserva de ello? El libro, minuciosamente, va relacionando circunstancias, hechos, actitudes y construcciones sociales, y lo que de ello se deriva en cuanto a
la dinámica social.
El libro se divide en 12 capítulos:
• El relativismo cultural, los particularismos antiuniversalistas.
• El ataque al progreso.
• Primitivismo. Retorno a los orígenes.
• El culto al campesino o la arcadia pastoral.
• Del «Volksgeist» al populismo.
• Nacionalismos.
• Asiatismo, orientalismo.
• Africanismo, negritud.
• Indigenismo, indianismo, el buen salvaje.
• El mito de la América mágica.
• Tercermundismo.
• ¿Una filosofía de la historia?
Los argumentos, las tesis del autor
quedan abiertas al análisis, él mismo se
topa con sus contradicciones que asume
como parte suya.
L i b r o s
L
MArIAnA, loS hIloS DE lA
lIbErtAD
Autoría:
José Calvo Poyato
Edición: 2013
Editorial: Plaza & Janés
Páginas: 567
www.megustaleer.com
a novela recrea la vida de Mariana
Pineda. La acción se inicia en
Granada, en junio de 1828. Corren
los últimos años del reinado de Fernando
VII y ella ya está en el punto de mira de los
poderes de la época.
«Don Martín, que en su dilatada vida
había visto muchas cosas, insistió para
que abandonase la ciudad. Con Pedrosa
como subdelegado de policía, Granada
iba a convertirse en un lugar particularmente peligroso para todos aquellos que
no se resignaban a vivir encadenados.
–Doña Mariana, el mayor bien que tenemos es nuestra propia vida. No deberíais
ponerla en riesgo. Seréis de mucha más
utilidad a nuestra causa viva que… –Don
Martín pensó que se había excedido.
–…que muerta.
–No quería… Os presento mis disculpas.
–Sé que el riesgo es grande. Pero como os he dicho en este momento no me es
posible. Os prometo que seré prudente».
Mariana pone en riesgo su vida pero la
causa es noble y no puede hacer otra
cosa, aunque su vida corra peligro. La libertad no puede quedar segada por el
C
tErrA InhòSPItA
Autoría:
M. Dolors Millat
Edición: 2013
Edicions del Periscopi
Idioma: Catalán
Páginas: 349
www.periscopi.cat
omo en todas la obras literarias de
M. Dolors Millat, la simbología es
parte de la misma obra, el mismo
sentir de los protagonistas y del latir de los
argumentos y escenarios que recrea la autora.
En este caso la acción ocurre en la Barcelona del 2048. ¿Por qué el 2048? Se
cumple el primer centenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
firmada en 1948. La vida en sociedad, se ha
convertido en una caricatura grotesca de
los ideales humanos, de las promesas electorales, del vivir que fue una época pasada,
no tan lejana… Lo personal se repudia, el
individuo como tal ha desaparecido y todo
obedece a satisfacer el monstruo de lo colectivo. Pero quizás pueda regenerarse este espíritu que cien años atrás dio vida a la
«De-claración».
«–Ahora no interesan las historias persona-les. Te necesitamos fuerte, así que tómate lo que haga falta o tendremos que dar
su espacio a otro.
Ronda abrió un poco más los ojos negros e inmensos. Igual que ella, Eduard era
miembro de Draco, pero ignoraba la misión
el amigo –como la de todos los compañeros de lucha. Cuando el comandante le ex-
capricho de quienes siembran la represión
uno de ellos es Ramón Pedrosa. Mariana y
los que la siguen en esta cruzada quieren
que se proclame abolida la constitución de
1812. Ello coincide con una secuencia de
crímenes que ponen a la ciudad de Granada en alerta.
«–¿sabéis qué es esto? –No esperó
respuesta–. ¡Una carta de don Tadeo
Calomarde exigiendo resultados! ¡La tercera víctima se llama doña Cecilia Coello
de Portugal! ¡La esposa de don Pablo de
Armenta, caballero del hábito de Santiago,
miembro de la Real Maestranza y caballero veinticuatro del ayuntamiento!
¡Hermano de un miembro de Consejo de
las órdenes! ¡Toda una señora! Porque, al
fin y al cabo –añadió bajando el tono de su
voz–, los otros dos cadáveres eran… los
de un chulo y una pelandrusca.
Dejó la carta sobre la mesa y se encaró a sus hombres.
–¡Miradme cuando os hablo!».
El autor, crea una trama en la que el
valor, la libertad, la defensa de unos ideales, le permiten novelar esta época de la
historia de España en la protagonizada
por Mariana de Pineda.
plicó de manera escueta el cometido d
Eduard, comprendió por qué la había citado
en el apartamento aquella mañana fría de
principios de invierno». Esto ocurre después de que Ronda haya encontrado el
cuerpo muerto de Eduard.
La joven Ronda es una hacker de Draco, una organización que tratad e luchar
contra el sistema que todo lo controla y lo
manipula. La Democracia se ha visto sustituida por la Netcracia y el valor de las personas se mide por el peso de su economía,
del poder adquisitivo, y sus decisiones,
transformadas en votos, cotizan en base a
estas circunstancias. En esta Ucronía futurista, la autora describe escenarios que el
lector identificará dentro de sí, como los temores inopinados relativos a las nuevas formas de interacción social y como lo que se
vende como espacios para expresarse libremente acaban convirtiéndose en cárceles cuyo lema podría ser «uno es dueños
de sus silencios y esclavo de sus palabras». Pero el lector, también se dará cuenta de que lo humano, lo que nos identifica
como seres vivientes, sociales, creativos y
llenos de vida individual, no se rinde fácilmente a las «Netcracias» que puedan nacer y reproducirse para fortalecer al poder y
a don dinero.
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
www.revista-agathos.com
81
© JORDI JAUMANDREU. AIGUES TORTES.
N oticiAS
EL TRASPLAnTE REnAL CRUzADo SE ConSoLI- En nuestro país, el último trasplante renal cruzado se ha
DA En ESPAñA, Con MáS DE 50 PACIEnTES realizado hace apenas unos días, en un intercambio entre
2 parejas intervenidas en el País Vasco y Cataluña. Tanto
TRASPLAnTADoS, 26 DE ELLoS En ESTE Año
• La onT puso en marcha este programa en 2009, basado
en el intercambio de donantes de riñón de vivo entre 2 o
más parejas
• Los datos de la onT demuestran la creciente aceptación
del trasplante renal cruzado: el número de intervenciones
se ha triplicado en los últimos 3 años ( se hicieron 7 en todo el 2011)
• Una pareja intervenida en el País Vasco y otra en Cataluña
han protagonizado el último trasplante renal cruzado realizado en nuestro país hace apenas unos días. Donantes y
receptores han sido ya dados de alta
• Estos datos incluyen las cadenas de trasplantes renales
cruzados, que se han podido iniciar gracias a la generosidad de 3 donantes ’samaritanos’
• El trasplante renal cruzado tiene como objetivo ofrecer a
los pacientes con insuficiencia renal crónica la posibilidad de recibir un injerto de su pareja o de un familiar,
cuando éste no es compatible
• En el programa de trasplante renal cruzado participan en
la actualidad 21 equipos de Andalucía, Aragón, Asturias,
Canarias, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana,
Galicia, Madrid y País Vasco
8 de Octubre de 2013.- El trasplante renal cruzado se
consolida en nuestro país. Desde que la ONT puso en
marcha este programa en 2009, un total de 51
pacientes ya han recibido un trasplante renal cruzado. De
ellos, 26 en lo que llevamos de año. Esta cifra casi duplica
la del año anterior, donde se efectuaron 16 trasplantes de
este tipo, y cuadruplica la de 2011, con un total de 7.
Los datos de la ONT demuestran la creciente aceptación
entre los pacientes y sus familiares por un lado, y por
otro, entre los nefrólogos, urólogos e inmunólogos de
esta nueva modalidad de trasplante renal, basada en
el intercambio de órganos de donantes de vivo entre 2 o
más parejas. Su objetivo es ofrecer a los pacientes con insuficiencia renal crónica la posibilidad de recibir un injerto gracias a la generosidad de su pareja cuando ésta no es compatible.
Esta modalidad terapéutica se ha desarrollado en países
con una elevada actividad de trasplante renal de donante vivo. Este es el caso de Corea del Sur, Holanda, Reino Unido,
Australia. Canadá o Estados Unidos, que llevan realizando
este tipo de trasplantes desde hace más de una década con
excelentes resultados.
El uso de técnicas quirúrgicas cada vez menos invasivas y el
estudio y cuidado del donante (antes, durante y después de
la intervención) han permitido potenciar este tipo de trasplantes, dado que las posibles complicaciones para el donante han disminuido considerablemente y en la actualidad
la extracción renal de vivo se considera un procedimiento
de bajo riesgo.
84
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Noticias MSSSI
los donantes como los receptores ya han sido dados de alta
y se encuentran en perfecto estado de salud.
Este tipo de trasplantes conlleva un complicado proceso logístico, que requiere una total colaboración entre la oficina
central de la ONT, los coordinadores autonómicos de trasplantes, los hospitales y los equipos médicos que participan
de este operativo.
REGISTRO NACIONAL DE PAREJAS
El primer trasplante renal cruzado se efectuó en España en
julio de 2009. Previamente, la ONT en colaboración con un
grupo de trabajo multidisciplinar desarrolló un protocolo de
trabajo conjunto, en el que se cuidan cada uno de los aspectos de un trasplante renal de vivo cruzado. Un aspecto fundamental del programa es el Registro Nacional de parejas
donante-receptor y una aplicación informática que permite agilizar las posibilidades de intercambio entre las parejas del registro. Hay que destacar que los pacientes inscritos en este programa siguen estando en la lista de
espera de donante fallecidos.
Desde 2009, un total de 228 pacientes y sus respectivos donantes han sido inscritos en algún momento en este registro. Y
de ellos, a fecha 1 de septiembre, estaban activas 89 parejas
(pendientes de un próximo análisis informático).
Varias veces al año se evalúan las posibles combinaciones entre los candidatos con el fin de conseguir nuevas parejas compatibles. En los próximos días la ONT realizará una nueva evaluación de los posibles intercambios entre parejas.
Las opciones de trasplante que ofrece este intercambio de
donantes de parejas incompatibles son:
a) Cruces simples: en los que dos parejas donante receptor
incompatibles intercambian sus respectivos donantes.
b) Cruces a tres o más bandas: en los que se forma un ciclo de trasplantes. La logística se complica a medida que
crece el número de parejas incluidas en una cadena.
Tanto en esta opción como en la opción de cruces simples las nefrectomías (extracciones renales) a los donantes se realizan de forma simultánea para evitar
que alguno de ellos revoque su consentimiento en el
último momento y alguno de los receptores se quede
sin trasplantar.
c) Utilización de donante altruista (“buen samaritano”):
Se incluye el donante buen samaritano en el grupo de
parejas incompatibles, como inicio de una cadena de
trasplantes. Hasta la fecha, son 3 las cadenas
de trasplantes renales cruzados que han podido iniciarse, gracias a la generosidad de 3 donantes
“samaritanos”. En la actualidad, otros 3 candidatos
a convertirse en donantes “samaritanos” están pendientes de una segunda evaluación.
N o t i c i a s
En el programa del trasplante renal cruzado participan
21 hospitales de toda España (Ver cuadro adjunto*) y 14
laboratorios de histocompatibilidad.
M S S S I
El pasado año, en nuestro país se hicieron 361 trasplantes
renales de vivo, lo que supuso el 14,9% del total, de acuerdo con los objetivos previstos por la Organización Nacional
de Trasplantes.
El programa de trasplante renal cruzado es una de las modalidades del trasplante renal de donante vivo, que potencia
la ONT dentro de su plan estratégico Donación 40.
CUADRO 1. Relación de Comunidades Autónomas y hospitales que participan en el programa de trasplante renal cruzado.
© Prensa, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
LoS CIUDADAnoS Con HISToRIA CLínICA DIGITAL HAn PASADo DE 7 A 20 MILLonES En Año y
MEDIo, y LA IMPLAnTACIón DE LA RECETA
ELECTRónICA SE HA DUPLICADo
• Acto de presentación del estudio “índice Seis 2012”
• La secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, señala que
7,5 millones de historias clínicas pueden ser ya consultadas desde los países participantes como receptores de
información del proyecto epSoS en Europa, que pilota
España como modelo para la UE
• “Hoy, la existencia de una historia clínica única por paciente compartida entre centros asistenciales, la receta
electrónica, la citación a través de canales electrónicos y
la telemedicina son realidades que hace no muchos años
habrían resultado impensables”
• En los próximos dos años el Ministerio completará el despliegue de los proyectos de e-Salud
23 de octubre de 2013. La secretaria general de Sanidad y
Consumo, Pilar Farjas, ha anunciado que en los próximos
dos años se completará el despliegue de los principales proyectos de e-Salud en el Sistema Nacional de Salud. Farjas
ha reafirmado la “apuesta decidida en el uso de las TIC como palanca de eficiencia y generación de oportunidades
dentro de un sector tan importante como el sanitario”. Lo ha
hecho en la inauguración del acto de presentación del estudio “Índice seis 2012”, de la Sociedad Española de Informática de la Salud y Computerworld. Y, para mostrar este compromiso, ha presentado los últimos datos de implantación
de la receta electrónica y la historia clínica digital.
En el último año y medio, se ha pasado de siete millones de
historias clínicas digitales en sólo cinco Comunidades Autónomas a más de 20 millones en un total de 12 Comunidades
Autónomas. En cuanto a la receta electrónica, su implantación se ha duplicado en el último año y medio, pasando de
poco más del 30% de dispensaciones electrónicas al 61%
en la actualidad.
Además, la secretaria general ha detallado que “ya tenemos 7,5 millones de historias clínicas que pueden ser consultadas desde los países participantes como receptores
de información del proyecto epSOS en toda Europa”. Se trata de un proyecto pilotado por España como modelo para la
Unión Europea.
Entre los próximos retos, Farjas ha señalado que “tenemos
que ser capaces de intercambiar las recetas prescritas en
una Comunidad Autónoma para que puedan ser dispensa-
Año 2013 - número 4 • A G A T H O S
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85
N o t i c i a s
M S S S I
das en otra”. Asimismo, ha señalado la necesidad de implantar herramientas de soporte a la decisión clínica pensando
en los pacientes crónicos, que son en los que se concentra
gran parte del gasto sanitario y aquellos a los que un control
más adecuado puede permitir avanzar más en un tratamiento con carácter preventivo y, por tanto, más sostenible.
Las medidas relacionadas con la e-Salud están permitiendo, ha indicado la secretaria general, “un salto de calidad en
los servicios que los organismos públicos prestan al ciudadano, incrementando aspectos fundamentales, como la accesibilidad, seguridad, agilidad y transparencia”.
“A día de hoy”, ha dicho Farjas, “la existencia de una historia
clínica única por paciente compartida entre centros asistenciales y Comunidades Autónomas, la implantación de la receta electrónica, la citación a través de canales electrónicos
y la telemedicina, entre otros, son realidades que hace no
muchos años habrían resultado impensables”.
Pero no sólo son los pacientes los beneficiados por la implantación de las nuevas tecnologías. Los profesionales sanitarios, “han experimentado un salto cualitativo en el modo
de relacionarse con los pacientes y tratar las enfermedades”, ha asegurado.
La secretaria general ha concluido su intervención asegurando que es necesario “impulsar en cada vector asistencial
a las Comunidades Autónomas que se encuentren más retrasadas, impulsando y desarrollando soluciones innovadoras que se hayan probado de utilidad en otras CC AA”.
© Prensa, Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad
SAnIDAD FIRMA Un ConVEnIo Con LA FUnDA- El Plan Concertado está dotado con 27,5 millones de euros
CIón PARA LA FoRMACIón DE LA oMC PARA FA- y responde a los siguientes objetivos:
VoRECER LA PRáCTICA CEnTRADA En EL PA- 1. Proporcionar a la ciudadanía servicios sociales que perCIEnTE, no En LA EnFERMEDAD, y MEJoRAR LA
mitan la cobertura de sus necesidades básicas.
ConTInUIDAD ASISTEnCIAL
• Acuerdo de Colaboración entre el Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad y la Fundación para la Formación de la organización Médica Colegial
• El acuerdo, enmarcado en la Estrategia para el Abordaje
de la Cronicidad, desarrollará el proyecto “Pautas de Actuación y Seguimiento” de información y formación a los
profesionales médicos del Sistema nacional de Salud
• El proyecto se enmarca en la Estrategia para el Abordaje
de la Cronicidad, con el fin de reorientar la organización
de los servicios hacia la mejora de la salud de la población y sus determinantes
• Los documentos sobre hiperplasia benigna de próstata,
fragilidad ósea, incontinencia urinaria y cáncer diferenciado de tiroides serán los primeros en llevarse a la práctica
31 de octubre de 2013. El Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta de la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, tres Acuerdos por los que se formalizan los
criterios de distribución de créditos a las Comunidades Autónomas para la financiación de programas sociales, lucha
contra las drogas y asistencia a víctimas de la violencia de
género, por un importe en su conjunto superior a los 41,6
millones de euros.
Por el primero de los Acuerdos se formaliza los criterios de
distribución territorial aprobados por el Consejo Territorial de
Servicios Sociales y del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia. Se trata de créditos, por un importe
total de 28,08 millones de euros, destinados a la cofinanciación del Plan Concertado, el Plan de Desarrollo Gitano y
el Plan Estatal de Voluntariado, todos ellos programas referidos a competencias de las Comunidades Autónomas:
86
A G A T H O S • Año 2013 - número 4
Noticias MSSSI
2. Dotar de apoyo económico y asistencia técnica a las
corporaciones locales para el desarrollo de sus competencias.
3. Consolidar la red básica de servicios sociales de
atención primaria.
4. Desarrollar prestaciones previstas en la Ley de Dependencia.
Con este Plan y a través de las Corporaciones Locales se financia, por ejemplo, la dotación y el mantenimiento de centros de Servicios Sociales, albergues para personas sin hogar y centros de acogida para personas carentes de medio
familiar adecuado.
Para el Plan de Desarrollo Gitano se concede un crédito
de 412.500 euros, destinado a proyectos de intervención social, primando los que promuevan la convivencia ciudadana
y faciliten el acceso de este colectivo a los sistemas de protección social.
Dentro del Plan Estatal de Voluntariado, se destina la cantidad de 75.000 euros para la realización del Decimosexto
Congreso Estatal del Voluntariado, que se transferirá a la
Comunidad Autónoma de Navarra como coorganizadora.
El segundo Acuerdo formaliza los criterios de distribución
aprobados en la Conferencia Sectorial sobre drogodependencias celebrada, así como la distribución resultante de los
créditos previstos en los Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio actual. Con estos créditos, cuyo importe
total asciende a 9,5 millones euros, se financian los programas de Plan Nacional sobre Drogas, que desarrollan
N o t i c i a s
M S S S I
las distintas Comunidades Autónomas. El reparto de los créditos del Acuerdo es el siguiente:
mas jurídico-penales y de asistencia a toxicómanos internos
en prisiones.
Con más de 3,2 millones de euros se financia el desarrollo
de los programas autonómicos incluidos en la Estrategia
Nacional sobre Drogas 2009-2016. En esta edición, como
novedad, se incluirán actividades de apoyo a las familias,
además de otras como localización de nuevos grupos de
riesgo, etc.
El tercer Acuerdo formaliza la distribución aprobada en la Conferencia Sectorial de Igualdad de los créditos a las Comunidades Autónomas en materia de asistencia social para mujeres víctimas de violencia de género y menores expuestos a
esta lacra, cuyo importe total asciende a 4 millones de euros.
Igualmente, se destinan casi 4 millones de euros a apoyar
todo tipo de programas de prevención de drogodependencias dirigidos a menores o a otros colectivos en situación de
riesgo. Se trata principalmente de programas de prevención
del consumo en el ámbito escolar o laboral, o dirigidos a la
prevención de sustancias concretas, como alcohol o tabaco.
Asimismo, se dedica un millón de euros al mantenimiento
del sistema español de información sobre drogas que forma
parte del Observatorio Europeo sobre Drogas y su base de
datos se nutre de las notificaciones de las Comunidades Autónomas. Por último se financia con 1,2 millones programas
de rehabilitación y reinserción de toxicómanos con proble-
Se trata de créditos para asistencia social de las víctimas,
que es crucial en el proceso de recuperación de la mujer y
de sus hijos, pues le proporciona el acompañamiento, la
asistencia psicológica, jurídica y social imprescindible para
salir de la situación de violencia.
El 70% de los créditos se destinará a la asistencia social
de mujeres y el 30%, a la atención especializada a menores expuestos.
A estos créditos se une un millón de euros procedente de
los Fondos del Espacio Económico Europeo, también destinados a las Comunidades Autónomas para la asistencia
e inserción de las víctimas de la violencia de género.
ANEXO: DISTRIBUCIÓN POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS
PLAN CONCERTADO
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N o t i c i a s
M S S S I
PLAN DE DESARROLLO GITANO
LUCHA CONTRA LA DROGA
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Noticias MSSSI
N o t i c i a s
M S S S I
ASISTENCIA VIOLENCIA DE GÉNERO
© Prensa, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
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© MONTSE TUSET. SANTORINI, VENUS, 2013.
N o t i c i a s
L nUEVo SISTEMA DE InFoRMACIón DEL SISTEMA PARA LA AUTonoMíA y ATEnCIón A LA DEPEnDEnCIA CoMEnzARá A FUnCIonAR A PARTIR DEL 1 DE EnERo DE 2014
• Publicada la orden en el BoE
• La nueva regulación del SISAAD tiene la finalidad de garantizar una mejor disponibilidad de la información y de la
comunicación recíproca entre las administraciones públicas, así como facilitar la compatibilidad y el intercambio
de información entre éstas.
• El diseño y metodología de este nuevo sistema, acordado
con las CCAA, permitirá la pronta identificación de expedientes irregulares y favorecerá una total transparencia
con el fin de que no se pierda ni un solo euro de la inversión que efectúan las administraciones
19 de diciembre de 2013. El Boletín Oficial del Estado publicó ayer la Orden del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad por la que se establece el nuevo Sistema de
Información del Sistema para la Autonomía y Atención a la
Dependencia (SISAAD). La Orden entrará en vigor el 1 de
enero de 2014.
La Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de
dependencia, preveía el establecimiento de un Sistema de
Información del Sistema para la Autonomía y Atención a la
Dependencia (SISAAD), con objeto de garantizar la disponibilidad de información y la comunicación recíproca entre las
administraciones públicas, así como la compatibilidad y la
articulación entre los distintos sistemas. El SISAAD fue creado con la finalidad de alcanzar una mayor eficiencia en la
gestión y explotación de la información, mejorando la calidad y la transparencia, la comprobación y el contraste de los
datos, así como la elaboración de estadísticas periódicas.
De acuerdo con la Ley 39/2006, el SISAAD contiene información sobre el catálogo de servicios e incorpora, como datos esenciales, los relativos a población protegida, recursos
humanos, infraestructuras de la red, resultados obtenidos y
M S S S I
calidad en la prestación de servicios. Asimismo, el SISAAD
contempla específicamente la realización de estadísticas
para fines estatales en materia de dependencia, de interés
general supracomunitario y las que se deriven de compromisos con organizaciones supranacionales internacionales.
La nueva regulación del SISAAD tiene la finalidad de garantizar una mejor disponibilidad de la información y de la comunicación recíproca entre las administraciones públicas,
así como facilitar la compatibilidad y el intercambio de información entre éstas, consiguiendo así una mejor gestión, explotación y transparencia de los datos contenidos en el mismo. Todo ello con respeto de las competencias que las comunidades autónomas y el resto de administraciones públicas tienen asignadas en la materia.
Para homogeneizar los citados datos, las comunidades autónomas trasladarán al IMSERSO mensualmente las altas, bajas, modificaciones, revisiones y traslados en el Sistema de Información correspondiente; también, con el fin de avanzar en la
transparencia y conocer el coste total del SAAD, las comunidades autónomas expedirán anualmente un certificado que reflejará la aplicación de los créditos procedentes de los Presupuestos Generales del Estado para la financiación del mismo,
y la aportación de la comunidad autónoma a esta finalidad.
El IMSERSO pondrá a disposición de las comunidades autónomas un sistema de información y la red de comunicación
del SAAD que garantice la integridad y transparencia de los
datos. No obstante, aquellas comunidades autónomas que
decidan mantener sus propios sistemas de información suscribirán convenios de colaboración con el IMSERSO como
instrumento regulador que garantice la transparencia, integridad e interoperabilidad de los sistemas, todo ello en el marco
del Esquema Nacional de Interoperabilidad.
Más información en:
http://www.boe.es/boe/dias/2013/12/18/pdfs/BOE-A-201313231.pdf
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Igualdad
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© AGATHOS. PARK GUELL. BARCELONA, 2013.
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