Sentencia Juzgado de Letras Santiago, diecinueve de octubre de dos mil cinco. Vistos: A fojas 2 comparece Daniel Vargas Coloma, trabajador, domiciliado en calle Quinchamalí Nº 14.209 depto. 21, comuna de Lo Barnechea, Santiago, interponiendo demanda en juicio ordinario laboral por despido injustificado en contra de Justiniano Jara Compañía Limitada, sociedad del giro de compra venta de antiguedades, representada por María Cecilia Justiniano Jara, de quien ignora oficio, ambas domiciliadas en calle Raúl Labbé Nº 13.097, comuna de Lo Barnechea, Santiago. Funda su acción en haber ingresado a prestar servicios como operario de taller para doña Irma Jara Araya el 1 de agosto de 1995, pactando una jornada de trabajo de 48 horas semanales, distribuida de lunes a viernes, en horario de 8:00 a 18:06 horas, con media hora destinada a colación. La remuneración que percibía ascendía según su contrato de trabajo, a $ 58.300 como sueldo base mensual más gratificaciones y un bono de colación y locomoción que se incluirían en la liquidación de sueldo de cada mes y cuyo monto variaba según el mes que se trataba. Con motivo del fallecimiento de su empleadora, Sra. Irma Jara Araya, continuó prestando servicios para la sucesión, quienes continuaron con el giro social. Esta situación se formalizó en un documento, en el que se consigna que se produjo el traspaso de sus servicios y antiguedad a la sociedad “Justiniano Jara Limitada , formada por sus hijas, que como herederas legítimas del negocio de compra venta de antiguedades dieron continuidad al giro comercial y a las obligaciones contraídas para con el actor. Si bien sus labores se remitían a operario de taller, señala que sus servicios se transformaron en la práctica en “trabajos varios , como se señala en los finiquitos de 30 de noviembre de 1999 y 6 de mayo de 2003. Dentro de estos trabajos varios debió desempeñarse como conductor por un período de 5 años, no obstante no contar con licencia de conducir, hecho conocido por su empleadora. Su empleadora, la Sra. Cecilia Justiniano J. varió las condiciones de su contratación señalándole verbalmente que sería requerido por días y cuando el trabajo lo ameritara, comprendiendo en general 3 días a la semana, pagándole la suma de $ 12.000 por día trabajado; Menciona que la relación laboral se fue desarrollando con extrema informalidad en el tiempo, especialmente a partir de la defunción de la Sra. Irma y progresivamente en los últimos cuatro años. Agrega que su empleador le proporcionó e instó a asumir labores extras para con terceros, debido a la falta de trabajo y a sus problemas financieros. Fue despedido el 7 de enero de 2004 en forma intempestiva e injustificada en forma verbal por la Sra. Cecilia Justiniano J. 1 El 6 de enero de 2004 debió concurrir al Consultorio de Salud de lo Barnechea por estar aquejado de intensos dolores en su hombro derecho, siendo atendido en dicho centro asistencial y diagnosticándosele una probable tendinitis, razón por la que fue derivado al Policlínico de Traumatología del Hospital del Salvador. El médico José Matías Robles extendió un certificado el 6 de enero de 2004 en que consignó expresamente que no le extendería licencia médica debido a la no confirmación del diagnóstico por un especialista y en la hoja de interconsulta que le extendieron en el consultorio se consignó que su dolor en el hombro tenía un año de evolución, lo que era efectivo, ya que pese al dolor continuó trabajando, atendido a que sus ingresos se verían mermados, porque sus licencias médicas serían pagadas según su remuneración mínima por la que se le cotizaba. En el último tiempo tuvo discrepancias con su empleador en torno al cumplimiento de la jornada de trabajo pactada, esto es, de tres días semanales, no obstante encontrarse realizando labores anexas que el mismo empleador le proporcionó, a raíz de lo cual fue despedido por su empleadora. Indica que existe una manifiesta e improcedente discrepancia entre la causal invocada y los hechos constitutivos de la misma que se consignan en el acta de comparecencia ante la Dirección del Trabajo y la carta de despido. Cita sentencias de la Corte Suprema y de la Corte de Apelaciones. Solicita se declare la existencia de la relación laboral, la duración y condiciones de contratación y que el despido del cual fue objeto ha sido ilegal, intempestivo e improcedente y se condene a la demandada al pago de las siguientes prestaciones: a) Indemnización sustitutiva del aviso previo, por la suma aproximada de $ 144.000. b) Indemnización por años de servicios, correspondiente a 8 años trabajados, ascendente a la suma de $ 1.152.000. c) Diferencia de cotizaciones previsionales correspondientes a todo el período trabajado, la que asciende a la suma aproximada de $ 40.000. d) Recargo legal del 80% del artículo 168 del Código del Trabajo respecto de las indemnizaciones demandadas, ascendente a la suma aproximada de $ 1.036.000. e) Reajustes e intereses, hasta el pago efectivo de las prestaciones demandadas. f) Costas del juicio. A fojas 22 la demandada, contesta y opone excepción de falta de legitimación activa. Expone que el demandante se desempeñó como empleado para servicios varios en la tienda de antiguedades Justiniano Jara Ltda. hasta el día 3 de enero de 2004 fecha en que se puso término a su contrato de trabajo por no concurrir a sus labores sin causa justificada durante dos días seguidos y principalmente a sus innumerables atrasos respecto de su hora de entrada e incumplimientos en relación a su tiempo de colación y a su mala conducta frente a su empleadora, incurriendo en las causales del Nº 3 y Nº 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, por lo que nada se le adeuda por ninguno de los conceptos demandados. 2 Indica que el actor fue advertido en varias ocasiones que debía cambiar su forma de actuar, y se le enviaron cartas de amonestación a su domicilio y a la Inspección del Trabajo para dejar constancia de ello, sin embargo el actor no modificó su conducta, sino que la empeoró. Reconoce la relación laboral con el actor desde el 1 de agosto de 1995, época en que prestaba servicios como operario para su ex empleadora Irma Jara, la que luego falleció, sin embargo el giro social continuó a cargo de sus hijas, las que reconocieron la antiguedad laboral del actor, pero el 1 de junio de 2000 firmaron de común acuerdo un nuevo contrato de. trabajo, en que se actualizaba su remuneración y se cambiaban sus funciones a servicios varios relacionados con las labores de la tienda de antiguedad, pero sin incluir labores de conducción, las que eran asumidas por una de las socias de la sociedad, por cuanto y como el mismo actor lo reconoce, no tenía licencia de conducir. Niega una supuesta informalidad de la relación laboral. Señala que desde mediados del año 2003 la empresa pasó por una etapa de baja de ventas, lo que repercutió en una baja de la carga de trabajo del actor, por lo que de común acuerdo se modificó la relación laboral, estableciendo que el demandante sólo prestaría servicios durante tres días a la semana, pero se le mantendría el sueldo, lo que se cumplió mes a mes. Producto de esta modificación el actor disponía de más tiempo, lo que le permitió hacer trabajos extras para otras personas ajenas a la empresa, situación que estaba en conocimiento de la demandada, pero que no perjudicaban la relación laboral, pues estos trabajos se realizaban fuera de la jornada y beneficiaban exclusivamente al actor. Esta modificación no fue escriturada, sin embargo la declara como una falta que en nada alteró los términos de la relación laboral, cita al efecto el artículo 9 del Código del Trabajo. Agrega que con el transcurrir de los meses aparentemente estos trabajos particulares fueron incrementándose y no dejaban tiempo al actor para cumplir su jornada laboral con su empleador, si bien prestaba servicios tres días a la semana, no cumplía con el horario establecido y en varias ocasiones les faltó el respeto y mostraba mala disposición al trabajo. La demandada opuso excepción de falta de legitimación activa para demandar el pago por diferencia de cotizaciones, fundado en el artículo 2º y demás pertinentes de la ley 17.322, señalando que son, las Instituciones de previsión y cajas de compensación las encargadas de determinar el monto de las imposiciones adeudadas por los empleadores e indiciar su cobranza judicial, por lo que el actor no puede cobrar judicialmente dichas cotizaciones, las que en todo caso fueron descontadas del monto imponible de su remuneración y enteradas en los respectivos órganos de seguridad social, por lo que nada debe respecto a este concepto demandado. 3 Solicita se rechace la demanda en todas sus partes, con costas, debido a que nada adeuda al demandante por ningún concepto por cuanto el despido del actor es plenamente justificado y ajustado a derecho. A fojas 26, se confirió traslado de la excepción opuesta. A fojas 27, la demandante evacuando el traslado, solicitó el rechazo de la excepción opuesta, por ser improcedente. A fojas 29, se dejó resolución de excepción opuesta para definitiva y se recibió la causa a prueba. Conforme el procedimiento prescrito se llamó a las partes a conciliación (fs. 87), se rindieron las probanzas que constan y se citó a las partes a oír sentencia (fs. 114). Con lo relacionado y considerando: I. En cuanto a la excepción de falta de legitimación activa. 1. Que la excepción de falta de legitimación activa deducida en relación con la solicitud de pago de cotizaciones adeudadas, en cuanto serían únicamente legitimados para impetrar su cobro los institutos de previsión que señala la ley 17.322, no será acogida, desde que lo que en este procedimiento se demanda al respecto es la declaración del derecho y no se ejerce la acción ejecutiva que tal ley establece (y que es la que el legislador no permite ejercer al trabajador). II. En cuanto al fondo. 2. Que la relación de trabajo a contar del 1 de agosto de 1995 aparece reconocida en el contrato de trabajo de fs. 58 estipulación séptima y en el acta de comparecencia de 4 de febrero de 2004. 3. Que la continuidad de la relación laboral aparece refrendada por la demandada en la actuación prejudicial señalada, en la que no se alega solución de continuidad del vínculo. Del adendum que se lee al dorso del documento de fs. 57 vta. se colige que la manifiesta intención de las partes sin perjuicio de suscribirse formalmente un finiquito, al producirse la muerte de la empleadora original, ha sido dar “continuidad al giro y a las obligaciones contraídas en lo que refiere a este contrato finiquito . Las liquidaciones de remuneraciones (custodia 66 04) dan cuenta que la relación de trabajo en nada se modificó como resultado del referido finiquito, continuando el trabajador percibiendo la misma remuneración. De ello se concluye que no ha habido modificación que en los hechos permita atribuir mérito liberatorio al pacto invocado par la empleadora. El pacto de 30 de noviembre de 1993, por su parte, carece de las solemnidades previstas por la ley para asignársele validez. 4. Que las. partes están de acuerdo que se pactó una reducción de jornada. Los testigos de la demandante no tienen mérito para asentar en autos que el sistema remuneratorio 4 del trabajador fuese uno distinto del que señalan los referidos documentos. Bárbara Figueroa (fs. 83) nada aporta sobre el punto y Humberto Herrera (fs. 91) sólo declara en calidad de testigo de oídas y su fuente de información es el propio actor. La remuneración pactada entonces, respondía a un sueldo base y a una gratificación convencional que arroja un total mensual de $ 139.000. 5. Que el contrato de trabajo es terminado por decisión de la ex empleadora el 7 de enero de 2004 (carta, custodia citada). Se señala que el actor “la semana pasada no cumplió con su horario y faltó lunes y martes de esta semana sin motivo justificado . Se atribuye al trabajador inasistencias injustificadas los días lunes 5 y martes 6 de enero y atrasos indeterminados “la semana anterior . 6. Que las condiciones laborales en que se desarrolla la relación de trabajo a contar de la época en que la sociedad continuadora del negocio de antiguedades continúa con el giro no aparecen pactadas por escrito, por lo que no es posible asentar indubitadamente las exigencias horarias del actor y a partir de ello su incumplimiento. Los hechos imputados en la carta de despido, además son indeterminados, sin señalarse la fecha de los atrasos y la entidad de los mismos y, por otra parte, ni se probó que la demandada hubiese representado o sancionado las conductas infractoras previas (que la demandada describe como reiteradas en tal sentido en comunicaciones directas al trabajador), siendo ineficaz a tal efecto la testifical de la demandada (prestada en términos vagos) y las cartas de fs. 63 y 65, en un análisis relacionado con las copias del libro de control de asistencia dan fe de la existencia de tal sistema de control, pero asientan también una extrema laxitud en los horarios que se registran, que aviene más con un marco de tolerancia aceptado por la ex empleadora que con las infracciones que pretenden probarse. 7. Que el otro hecho que se imputa al actor es las inasistencia injustificadas los días 5 y 6 de enero de 2004. Señala el actor que el 6 de enero debió concurrir a un Consultorio de Salud por una dolencia, siendo derivado a un Policlínico de Traumatología, sin que se le extendiera licencia médica. 8. Que el actor no justifica su inasistencia el día 5 de enero. El día 6 concurre a un consultorio de salud de Lo Barnechea donde es derivado en interconsulta, a un Policlínico de Traumatología, por una dolencia que el médico del consultorio señala corresponde a una probable tendinitis en el hombro en estudio. 9. Que el contrato de trabajo impone al trabajador dar cumplimiento a la obligación esencial de prestar los servicios convenidos, cumpliendo la jornada pactada que, tal cual se ha asentado en autos correspondía a una jornada parcial. Asentado como está que el día 5 de enero de 2004 el actor no justificó su inasistencia, debe asentarse si los documentos antes señalados justifican la inasistencia del día 6 de enero. 10. Que la justificación de una inasistencia (que prima facie constituye, un 5 incumplimiento al deber contractual de ejecutar el trabajo pactado) por razón médica debe ser acreditado con el instrumento idóneo, a saber una licencia total o parcial en virtud de la cual un profesional médico prescribe reposo total o parcial en razón de una dolencia o enfermedad o por un certificado que señalando la dolencia en el contexto de otras probanzas permita concluir indubitadamente que el actor estuvo aquejado por una dolencia que le imposibilitó concurrir a trabajar y que en rigor ha constituido una circunstancia de fuerza mayor a la que no ha podido resistir. La documentación allegada al proceso nada acredita en tal sentido, desde que lo único que se certifica es que el demandante fue atendido el día 6 por un médico en un Consultorio Municipal, fue derivado en una interconsulta, y que tenía un dolor en el hombro con un diagnóstico probable. Nada puede concluirse sobre el diagnóstico, definitivo y sobre la entidad de la dolencia, especialmente sobre aquello que el demandante ha debido probar, a saber: que estuvo imposibilitado de concurrir a cumplir sus labores habituales y que existió un juicio profesional médico que avaló tal decisión. En ausencia de información probatoria relativa a la intempestividad y entidad de la dolencia, la decisión del trabajador de no concurrir a laborar el día 6 y de dirigirse a la consulta médica puede razonarse pudo suplirse con una consulta rutinaria por un dolor no impeditivo, que pudo, programarse fuera del horario de trabajo o dentro del horario, con autorización del empleador. El despido es justificado. 11. Que no hay probanzas para demostrar que se hubieren existido diferencias de cotizaciones previsionales durante el tiempo servido en razón de lo que se ha concluido en la motivación cuarta. 12. Que la prueba ha sido apreciada de acuerdo a las reglas de la sana crítica siendo irrelevantes a lo decidido las restantes probanzas. Y de acuerdo además con lo que disponen los artículos 1, 7, 9, 41, 42, 160, 162, 168, 420, 425 y 458 del Código del Trabajo se resuelve: I. Que no ha lugar a la excepción de falta de legitimación activa. II. Que no ha lugar a la demanda. III. Que no se condena en costas al demandante por haber litigado con motivo plausible. Regístrese. Pronunciada por el señor Alvaro Flores Monardes, Juez Titular. Autoriza doña Ana Rojas Kern, Secretaria Subrogante. 6 Fallo Corte de Apelaciones Santiago, veintiséis de julio de dos mil seis. Vistos y teniendo presente: Que los argumentos de la apelante explicitados en su recurso de fojas 132 y reiterados en estrados, no logran desvirtuar lo decidido por el Juez de primer grado, se confirma la sentencia apelada de diecinueve de octubre de dos mil cinco, escrita a fojas 115 y siguientes. Acordada con el voto en contra de la Ministra señora Valdovinos, quien estuvo por revocar el fallo en alzada, y acoger la demanda del trabajador Daniel Vargas Coloma declarándose injustificado el despido y dando lugar a las indemnizaciones pretendidas, por estimar que en la especie no se ha configurado en su contra la causal de término de la relación laboral del Nº 3 del artículo 160 del Código del Trabajo, aducida por la empleadora. Y para ello tiene en consideración que el trabajador justificó suficientemente su ausencia al trabajo el día 6 de enero de 2004, con el certificado de atención médica de igual data y la hoja de interconsulta, que lo deriva a un especialista. La falta de licencia médica la explica el mismo facultativo al señalar que no se extiende sino por la necesidad de confirmar el diagnóstico, enviándolo al policlínico de traumatología para su atención al día siguiente. En efecto, los aludidos documentos dan cuenta que el demandante fue examinado el día 6 de enero de 2004 en el Centro de Salud de la Municipalidad de Lo Barnechea por “...un dolor de hombro derecho en estudio con probable tendinitis del músculo infraespinoso.... , agregándose que “Mañana será evaluado en policlínico de traumatología . En la hoja de interconsulta, en tanto, se especifica que el motivo de la derivación obedece a bursitis y tendinopatía, en observación, indicándose la inyección de un medicamento determinado. La dolencia corresponde a un diagnóstico anterior por bursitis, de acuerdo a la licencia médica extendida en el mes de julio de 2003, acompañada igualmente a los autos. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Redacción de la Ministra Amanda Valdovinos. Pronunciada por la Décima Sala de esta Corte de Apelaciones conformada por los Ministros señor Cornelio Villarroel Ramírez, señora Amanda Valdovinos Jeldes y Abogado Integrante señor Nelson Pozo Silva. Rol Nº 7.872 2005. 7 Fallo Corte Suprema Santiago, catorce de agosto de dos mil siete. Vistos: En autos rol Nº 1.205 04 del Octavo Juzgado del Trabajo de Santiago, don Daniel Alejandro Vargas Coloma deduce demanda en contra de Justiniano Jara Compañía Limitada, representada por doña María Cecilia Justiniano Jara, a fin que se declare ilegal, intempestivo e improcedente el despido de que fue objeto y se condene a la demandada al pago de las prestaciones que indica, más reajustes, intereses y costas. La demandada, evacuando el traslado conferido, solicitó el rechazo, con costas, de la acción deducida en su contra, sosteniendo que el despido fue justificado, por haber incurrido el actor en las causales 3ª y 7ª del artículo 160 del Código del ramo, fundadas en que se ausentó injustificadamente durante dos días seguidos y, además, porque incurrió en innumerables atrasos, incumplimiento en relación con el tiempo de colación y mala conducta frente a la empleadora, a lo que agrega que nada debe por concepto de cotizaciones previsionales y que, en todo caso, el actor no está legitimado activamente para su cobro. El Tribunal de primera instancia, en sentencia de diecinueve de octubre de dos mil cinco, escrita a fojas 115, rechazó la excepción de falta de legitimidad activa y la demanda, sin costas. Se alzó el demandante y una de las salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de veintiséis de julio del año pasado, que se lee a fojas 155, confirmó el de primer grado, por voto de mayoría. En contra de esta última decisión, el demandante recurre de casación en el fondo aduciendo las infracciones que señala y pidiendo su invalidación y la dictación de la respectiva sentencia de reemplazo que acoja la demanda, con costas. Se ordenó traer estos autos en relación. Considerando: Primero: Que la demandante argumenta que se han infringido las disposiciones contenidas en los artículos 160 Nº 3 del Código del Trabajo y 19 y 20 del Código Civil. Expresa que se quebranta el artículo 160 Nº 3 citado al decidir la justificación del despido sobre la base de ausencias injustificadas los días 5 y 6 de enero de 2004, en circunstancias que la ausencia del día 6 de enero está justificada con certificado médico acompañado a los autos. Agrega que el demandante era mueblista, por lo tanto, es lógico que por un fuerte dolor en el hombro, asistiera a un centro asistencia y que se interpreta erróneamente dicha norma pues se da un sentido equivocado a las causas justificadas establecidas en ese artículo, ya que se determinó que la única manera de considerar justificada una inasistencia por motivos de salud es a través de licencia médica. Luego alude al significado de la palabra “justificar y finaliza describiendo la influencia sustancial que, en lo dispositivo del fallo, habrían tenido los errores de derecho denunciados. Segundo: Que se fijaron como hechos en la sentencia recurrida, los que siguen: 8 a) La relación de trabajo, a contar del 1º de agosto de 1995 aparece reconocida en el contrato de trabajo de fojas 58 y en el acta de la Inspección del Trabajo de 4º de febrero de 2004 y la continuidad de la misma, refrendada por la demandada en dicha actuación. b) El contrato de trabajo es terminado por decisión de la empleadora el 7 de enero de 2004, por carta en que se señala “la semana pasada no cumplió con su horario y faltó lunes y martes de esta semana sin motivo justificado (5 y 6 de enero de 2004). c) Las condiciones laborales en que se desarrolla la relación, a contar de la época en que la sociedad continuadora del negocio de antiguedades sigue con su giro, no aparecen pactadas por escrito, por lo tanto, no es posible determinar las exigencias horarias del actor y su incumplimiento. d) El actor no justifica su inasistencia el día 5 de enero de 2004 y el 6 del mismo mes y año, concurre a un consultorio donde es derivado a interconsulta a Policlínico por dolencia que el médico informa como “probable tendinitis en el hombro “en estudio . Tercero: Que sobre la base de los hechos descritos en el motivo anterior los Jueces del grado estimaron que la justificación de una inasistencia por razón médica debe ser acreditada con el instrumento idóneo, es decir, una licencia total o parcial, en virtud de la cual un profesional médico prescriba reposo total o parcial por una dolencia o enfermedad o por un certificado que, señalando la dolencia en el contexto de otras probanzas, permita concluir indubitadamente que el trabajador estuvo aquejado por una dolencia que le imposibilitó concurrir a laborar y que, en rigor, ha constituido una razón de fuerza mayor y como ello no aconteció en el proceso, consideraron configurada la causal establecida en el artículo 160 Nº 3 del Código del Trabajo y rechazaron la demanda intentada en estos autos. Cuarto: Que, conforme a lo expresado, es dable circunscribir la controversia a la interpretación de la causal contemplada en el Nº 3 del artículo 160 del Código del ramo, en el que se exige la concurrencia de causas justificadas para ausentarse del trabajo, sin que ellas hayan sido definidas, de modo que despejar el debate importa acercarse al concepto que a ellas les corresponda para los efectos de calificar el escenario fáctico ya anotado. Quinto: Que, por de pronto, es dable establecer que la aplicación de la causal de caducidad en examen, significa la desvinculación del dependiente sin derecho a indemnización alguna y ella reviste la naturaleza de objetiva, desde que importa la constatación de la ocurrencia de los hechos que lleguen a configurarla. Sexto: Que “justificar en su sentido natural y obvio, significa probar con razones convincentes y por “causa se entiende el origen o fundamento de una situación. Es decir, aproximando un concepto de las expresiones discutidas, puede señalarse como “la existencia de un motivo racional y atendible y fehacientemente acreditado, que impida al trabajador concurrir a sus labores. En otros términos, una situación no imputable al 9 trabajador que denote un impedimento para el cumplimiento de su obligación de asistencia y siguiendo a los autores Patricio Novoa F. y William Thayer A. “teniendo siempre presente que, de suyo, no existe la intención de romper el contrato (Manuel de Derecho del Trabajo, Tomo III, Edit. Jurídica de Chile, 1998) y considerando que se trata de una causal cuyo sustento se encuentra en la contrapartida a los derechos legales mínimos con que se beneficia al dependiente, quien para hacerse de ellos, debe necesariamente cumplir con su obligación de asistencia a sus labores dentro de la jornada establecida. Séptimo: Que, en esta línea de deducciones, resulta que las causas justificadas esgrimidas por el dependiente en estos autos, pueden ser calificadas jurídicamente como tales, ya que se ha tratado de un impedimento atendible, esto es, una dolencia, si bien en estudio, fehacientemente probada con el documento respectivo, en el cual no se ha indicado reposo, pero se ha certificado la asistencia prestada al actor y se estampa que la probable enfermedad debe ser investigada en profundidad. Octavo: Que, por otra parte, es dable entender que la revisión realizada por el profesional que otorga el certificado médico acompañado al proceso, tiene eficacia respecto del trabajador y del cumplimiento de sus obligaciones laborales, conducta en la que se encuentra involucrado, como antes ya lo ha decidido esta Corte, el derecho a la protección de la salud y como tal prerrogativa, forma parte de las contingencias que debe asumir el empleador al suscribir una convención laboral. En efecto, siempre está latente la posibilidad que la salud del trabajador resulte quebrantada y que haga uso, por ende, de su derecho a ser asistido por un profesional facultado para ello, de suerte que la situación fáctica asentada se ha constituido en causas justificadas y no da lugar a la causal de terminación del vínculo laboral prevista en el Nº 3 del artículo 160 del Código del Trabajo, en la medida que la inasistencia se produjo en ejercicio de un derecho, cual fue, el acceso a la salud. Noveno: Que, en consecuencia, en la sentencia de que se trata se han interpretado erróneamente las expresiones “causas justificadas a que alude el artículo 160 Nº 3 del Código del Trabajo, al considerar que los únicos medios idóneos para acreditar en la situación en estudio la ausencia justificada a las labores, ha debido necesariamente ser una licencia médica o un certificado que indique reposo total o parcial. Décimo: Que, por consiguiente, el presente recurso de casación en el fondo debe acogerse, por cuanto el error de derecho que se ha cometido en el fallo atacado, ha influido sustancialmente en lo dispositivo del mismo, desde que condujo a rechazar la demanda intentada en estos autos. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 767, 771, 772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se acoge, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido a fojas 157 por el demandante, contra la sentencia de veintiséis de julio del año pasado, que se lee a fojas 155, la que, en consecuencia, se invalida y se la reemplaza por la que se dicta a continuación, sin nueva vista y en forma separada. Regístrese. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A., y señora Gabriela Pérez P. No firma el Ministro señor Alvarez, no obstante haber concurrido a la 10 vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar con feriado legal. Santiago, 14 de agosto de dos mil siete. Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brummer. Rol Nº 4.365 06. Santiago, catorce de agosto de dos mil seis. En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se procede a dictar la siguiente sentencia de reemplazo. Vistos: Se reproduce la sentencia de primera instancia, con excepción de sus fundamentos octavo, noveno y décimo, que se eliminan. Y teniendo en su lugar y, además, presente: Primero: Los fundamentos segundo, cuarto, quinto, sexto, séptimo y octavo del fallo de casación que antecede, los que para estos efectos se tienen por expresamente reproducidos. Segundo: Que si bien el actor no justificó su inasistencia del día 5 de enero de 2004, sí lo hizo respecto del día 6, en consecuencia, no se presentan en el caso, ninguno de los supuestos establecidos en el artículo 160 Nº 3 del Código del Trabajo, de modo que el despido del actor es indebido y deberán otorgársele las indemnizaciones previstas en el artículo 162 inciso cuarto, considerando que no se comunicó el despido con la antelación exigida por la ley 163 inciso segundo del mismo texto legal, esta última incrementada en un 80% y sobre la base de cálculo fijada en el motivo cuarto reproducido del fallo en alzada. Tercero: Que a lo anterior cabe agregar que debe considerarse, para los efectos de decidir sobre la justificación o injustificación del despido del actor, la naturaleza de sus funciones, esto es, mueblista y la circunstancia de haber hecho uso de licencia médica por similar dolencia mientras estuvo vigente la relación laboral. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se revoca, sin costas del recurso, la sentencia de diecinueve de octubre de dos mil cinco, escrita a fojas 115 y siguientes, en cuanto por ella se niega lugar a la demanda de fojas 1 y, en su lugar, se decide que dicho libelo queda acogido y, en consecuencia, se declara indebido el despido del actor, ocurrido el 7 de enero de 2004, condenándose a la demandada a pagar al actor: a) $ 139.000 por concepto de indemnización sustitutiva del aviso previo. b) $ 1.112.000 por concepto de indemnización por ocho años de servicios. c) $ 889.600 por concepto de incremento del 80% de la suma indicada en la letra precedente. Las cantidades ordenadas pagar deberán aumentarse en la forma establecida en el artículo 173 del Código del Trabajo. 11 Cada parte soportará sus propias costas y por mitades, las comunes. Se llama la atención al Juez Titular de primera instancia, señor Alvaro Flores Monardes, por el retraso injustificado, que se advierte en dar cumplimiento al trámite previsto en el artículo 452 Código del Trabajo, el cual fue solicitado el 27 de agosto de 2004 y solo se concreto el 18 de octubre de 2005. Tómese nota en el Libro que al efecto se lleva en la Secretaría de esta Corte. Regístrese y devuélvanse, son sus agregados. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A., y señora Gabriela Pérez P. No firma el Ministro señor Alvarez, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar con feriado legal. Santiago, 14 de agosto de dos mil siete. Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brummer. Rol Nº 4.365 06. 12