Los deportes y el uso de las drogas - UAM-I

Anuncio
Los deportes y el uso de las drogas
Juan M¶endez Vivar
UAM-I, Depto. de Qu¶³mica. E-mail: [email protected]
Recibido: 17 de enero de 2005.
Aceptado: 1 de febrero de 2005.
Introducci¶
on
El lema de los Juegos Ol¶³mpicos es citius, altius, fortius (m¶
as r¶
apido, m¶as alto, m¶as fuerte) pero, >c¶
omo
logran los atletas ganar las competencias? En una
¶epoca en que est¶an disponibles en el mercado un
sinn¶
umero de productos qu¶³micos adecuados para satisfacer casi cualquier necesidad, cada vez es m¶
as
com¶
un que los deportistas recurran al uso de las drogas para mejorar su rendimiento. As¶³, en la pr¶
actica casi todos los deportes cada vez est¶an m¶
as relacionados (desafortunadamente) al uso de drogas. Esta pr¶
actica ha tenido diferentes ¯nes, desde un aspecto est¶etico como en el caso de los ¯sicoculturistas, hasta el logro de un mejor desempe~
no, en el
caso de los atletas en las pruebas de pista y campo. Por supuesto, la ingesti¶on de p¶³ldoras o la inyecci¶
on de hormonas jam¶as podr¶an sustituir al talento f¶³sico nato, a la fuerza interior o al esp¶³ritu de superaci¶
on, ni a los a~
nos de entrenamiento y disciplina continuos (ver Fig. 1).
Sin embargo, conforme se ha llegado a entender mejor los procesos bioqu¶³micos en los u
¶ltimos a~
nos, los
atletas pueden optimizar actualmente su entrenamiento mejorando su desempe~
no en todos los aspectos, en algunos casos recurriendo a m¶etodos ilegales, con lo cual ponen a sus competidores en desventaja dando como resultado que los eventos deportivos pierdan todo sentido. En gran parte el uso de
drogas es el resultado de la presi¶on a la que est¶
an sometidos los atletas, teniendo en cuenta que una diferencia en tiempo de cent¶esimas de segundo o una longitud de mil¶³metros pueden ser de¯nitivos a la hora de ganar una competencia.
Figura 1. Portada del Programa Inaugural de los XXVI
Juegos Ol¶³mpicos realizados en Atlanta, EEUU en julio
de 1996.
no aparecen mencionadas espec¶³¯camente, est¶an relacionadas, ya sea por su acci¶
on farmacol¶
ogica o bien
por su estructura qu¶³mica.
>Qu¶
e son las drogas?
De manera general se pueden de¯nir como compuestos qu¶³micos suministrados al cuerpo, que modi¯can el estado mental o las funciones corporales como consecuencia de la alteraci¶
on del funcionamiento del sistema nervioso central (Kuhn et al., 2003).
Los efectos de cualquier droga en el cuerpo (estimulantes, narc¶
oticos, agentes anab¶
olicos, etc.) dependen de la manera en que se suministran. Generalmente la ruta m¶
as lenta hacia el cerebro es la in-
En el Art¶³culo No. 1 del C¶odigo M¶edico del Comit¶e Ol¶³mpico Internacional (COI) se establece en
una frase simple que \est¶a prohibido el uso de drogas", e incluye una lista de ellas. Ver Tabla 1.(p¶
ag.
20) Es importante notar que en todas las listas, al ¯nal el COI agrega la leyenda \ldots y sustancias relacionadas", con el ¯n de incluir drogas que si bien
19
20
ContactoS 55, 19{28 (2005)
Tabla 1. Algunas sustancias prohibidas por el Comit¶e Ol¶³mpico Internacional.
Estimulantes Narc¶
oticos Agentes
Diur¶
eticos
Hormonas
anab¶
olicos
pept¶³dicas
anfetaminas
hero¶³na
androstenediona acetazolamida hormona del
crecimiento
humano
a
cafe¶³na
mor¯na
nandrolona
ac. etacr¶³nico
coca¶³na
metadona
testosteronab
manitol
Otras
alcohol
mariguana
anest¶esicos
locales
gonadatropina corticosteroides
cori¶
onica
humana
efedrinasc
a
en concentraciones mayores que 12 ¹g/mL en la orina
una proporci¶
on mayor que 6:1 de testosterona/epitestosterona en la orina
en concentraciones mayores que 5 ¹g/mL en la orina
b
en
c
gesti¶
on via oral, mientras que las rutas m¶as r¶
apidas son la inhalaci¶on y las inyecciones intravenosas. Los per¶³odos de tiempo en que las drogas afectan el funcionamiento del sistema nervioso central
var¶³an desde algunos minutos hasta varias semanas,
aunque en este u
¶ltimo caso los efectos no sean perceptibles. El efecto que produce una droga en el mismo individuo puede disminuir con el tiempo, ya que
el cuerpo se adapta a ellas (a este fen¶omeno se le denomina tolerancia); de igual manera, cuando se suspende el uso de una droga (proceso de desintoxicaci¶
on) algunas funciones corporales se modi¯can temporalmente hasta que eventualmente se regularizan.
Los esteroides anab¶
olicos
El t¶ermino \esteroide" se re¯ere a la estructura
qu¶³mica de un compuesto, mientras que la palabra
\anab¶
olico" se re¯ere a la capacidad de dicha sustancia de propiciar el crecimiento muscular. A este grupo pertenecen la testosterona (17¯-hidroxi-3oxo-4-androsteno), la metiltestosterona, la boldenona, la metandrostenolona, el estanozol, la nandronola, etc. En el caso de la testosterona, ¶esta de¯ne el desarrollo del fenotipo masculino de la raza humana (se encuentra presente en los fetos humanos de sexo masculino) y es la responsable tanto del proceso de maduraci¶on sexual, como del crecimiento (estatura y masa muscular) de los hombres adolescentes. La testosterona es el u
¶nico esteroide anab¶
olico presente en el cuerpo humano y en medicina se administra a hombres que presentan una
producci¶
on anormal de esta sustancia. Por otro lado, los atletas la usan de manera ilegal (cuya presentaci¶
on puede ser como tabletas o en soluci¶
on inyectable) para incrementar su masa muscular. Aunque existen otras hormonas esteroides, no son esteroides anab¶
olicos; por ejemplo los estr¶ogenos y la
progesterona, que est¶an presentes en el cuerpo de
las mujeres.
En medicina la testosterona se usa excepcionalmente para tratar pacientes de g¶enero masculino que
tienden a ser an¶emicos, o que sufren de depresi¶on
y en algunos casos para facilitar el crecimiento de
tejido muscular en individuos que sufren quemaduras. En todos los casos las dosis empleadas son bajas
(75-100 mg/semana) en comparaci¶
on con el uso indiscriminado que hacen los a¯cionados, quienes llegan a autosuministrarse hasta diez veces las dosis
recomendadas por los m¶edicos. Esta gran diferencia entre las dosis empleadas por un lado por m¶edicos y por otro lado por a¯cionados explica la diferencia entre la percepci¶
on que tiene el p¶
ublico en general sobre la gran efectividad de los esteroides anab¶olicos, con respecto a los resultados conservadores proporcionados por los investigadores cl¶³nicos (Salvador et al., 2000). Se debe tener presente que el suministro sin control de la hormona puede desembocar en problemas de salud muy graves, ya que in°uye en el incremento en la producci¶
on de prote¶³nas
transportadoras de grasa en la sangre, pudiendo ocasionar problemas del coraz¶
on.
Durante las d¶ecadas 1950 y 1960 muchos entrenadores suministraron indiscriminadamente testosterona a muchos atletas de algunos pa¶³ses del bloque comunista (Europa Oriental) sin el conocimiento o consentimiento de ¶estos. En el caso de las competidoras de nataci¶
on, los cambios eran notorios en
el desarrollo excesivo de sus musculaturas, principalmente en la parte superior del cuerpo (donde ocurre principalmente el crecimiento muscular promovido por la testosterona). Los pa¶³ses occidentales tambi¶en siguieron la misma tendencia y para los inicios
de la d¶ecada 1970 muchos atletas de las competencias de pista y campo, as¶³ como los levantadores de
pesas admit¶³an estar usando esteroides anab¶
olicos.
Los deportes y el uso de las drogas.
Juan M¶endez Vivar.
Figura 2. Mujer ¯sicoculturista.
Figura 3. Complemento diet¶etico etiquetado con un nombre parecido a la testosterona.
21
22
A pesar de que su uso fue prohibido en 1976, se sabe que los levantadores de pesas contin¶
uan us¶andolos
extensivamente.
El abuso de los esteroides anab¶olicos en hombres
adultos trae serias consecuencias. Entre otras se pueden mencionar las siguientes: decaeimiento de la libido y disminuci¶
on de la producci¶on de esperma, problemas del coraz¶on y del h¶³gado, as¶³ como la aparici¶
on de rasgos femeninos tales como el desarrollo
exagerado de los m¶
usculos del pecho, (ginecomastia) debido a que una peque~
na cantidad de testosterona se convierte en estr¶ogenos, dihidrotestosterona y la hormona femenina estradiol. Actualmente existen en el mercado en los Estados Unidos varios productos a base de hierbas que hacen referencia
a la testosterona con nombres parecidos (ejm. \Testosterole" MR ) con el ¯n de incrementar sus ventas; ver Fig. 2, p¶ag. 21
ContactoS 55, 19{28 (2005)
El problema del uso de los esteroides anab¶
olicos
es tan complejo que en algunos casos ha conducido a la detecci¶
on mediante pruebas de laboratorio de tamoxifen; un antiestr¶
ogeno que se emplea
de manera legal para ayudar a evitar la recurrencia del cancer de mama, tambien utilizado por los atletas varones para contrarrestar el desarrollo excesivo del pecho como consecuencia del uso de esteroides
anab¶
olicos.
Eritropoietina (EPO)
Tambi¶en se denomina factor estimulante de eritropoiesis, hemopoietina, Epo, Epogen, Eprex, Erypo,
etc. Es una hormona pept¶³dica sintetizada en los
ri~
nones, que estimula las c¶elulas de la m¶edula ¶osea
para formar gl¶
obulos rojos regulando su concentraci¶
on y la de hemoglobina. Se usa para tratar pacientes an¶emicos o con problemas de ri~
nones y pacientes infectados con el virus de inmunode¯ciencia
humana (VIH).
Los atletas que participan en competen cias como maratones, los esquiadores y los ciclistas tratan de ejercitarse en lugares donde la concentraci¶on
de ox¶³geno es relativamente baja (ciudades muy elevadas como el Distrito Federal), o bien, en ambientes arti¯ciales ricos en nitr¶
ogeno (por ejemplo c¶
amaras de entrenamiento usadas en los pa¶³ses Escandinavos), con el ¯n de que sus organismos produzcan cantidades adicionales de gl¶
obulos rojos. Sin embargo no existe hasta el momento una correlaci¶on
clara de que entrenar en condiciones reales o ¯cticias de altitud extrema realmente conduzca a un
aumento signi¯cativo del nivel de eritropoietina en
el organismo, o de gl¶
obulos rojos. Alternativamente, se usan otras dos estrategias, ambas ilegales: algunos deportistas extraen cierta cantidad de su sangre y la refrigeran para inyect¶
arsela nuevamente despu¶es de algunos meses de entrenamiento y antes de
una competencia importante (contando instant¶
aneamente con una cantidad adicional de gl¶
obulos rojos),
o bien, se inyectan la eritropoietina, que supuestamente permite incrementar el nivel de gl¶
obulos rojos y consecuentemente la cantidad de ox¶³geno que
se respira, aunado a un incremento de la potencia
aer¶
obica.
Figura 4. Lance Armstrong. Sobreviviente de la enfermedad del c¶
ancer. Ganador del \Tour de France" en seis
ocasiones.
Es probable que la producci¶
on natural de EPO en
el organismo dependa de las caracter¶³sticas gen¶eticas de cada individuo, por lo que entrenar a grandes altitudes no funciona en todos los casos. Por
otro lado, quienes usan la EPO deben tener presente que una concentraci¶
on alta en el organismo implica un aumento de la densidad de la sangre que puede conducir a un taponamiento de las arterias, infartos y embolias. El COI prohibi¶
o la EPO a partir de
1990, a~
no en que murieron varios ciclistas profesiona-
Los deportes y el uso de las drogas.
Juan M¶endez Vivar.
les, supuestamente como consecuencia del uso (abuso) de la hormona (Fig. 3, p¶ag. 21).
4-androstenediona
Se conoce popularmente como \andro", y se considera un andr¶ogeno, es decir, el precursor de una
hormona sexual masculina, por lo que se le considera una prohormona; ver Fig. 4, p¶ag. 22 La interconversi¶
on entre las prohormonas, los andr¶
ogenos y los estr¶ogenos es muy compleja. As¶³, la andro se puede convertir mediante una ruta alternativa en estr¶
ogenos; por otro lado, la testosterona tambi¶en se puede transformar en andro, considerando
que las reacciones son reversibles. La andro es un
suplemento prohibido por el COI y la mayor¶³a de
las federaciones deportivas internacionales, excepto
por la Liga Mayor de B¶eisbol de los Estados Unidos (Ritter, 1999). En virtud de que se puede adquirir legalmente los deportistas la usan frecuentemente. La 4-androstenediona se produce principalmente
en los test¶³culos, aunque tambi¶en se encuentra presente en menores cantidades tanto en hombres como
en mujeres en las gl¶andulas adrenales y en las mujeres en los ovarios. Se dice que incrementa los niveles de testosterona durante un per¶³odo aproximado
de tres horas despu¶es de ingerirla, aunque de acuerdo con investigaciones serias realizadas recientemente, no se produce lo su¯ciente como para incrementar la fuerza o la masa muscular. Al igual que en caso de los esteroides anab¶olicos, las prohormonas se
ingieren en per¶³odos intermitentes de varias semanas. En algunos casos, quienes las usan combinan
diferentes tipos de drogas para maximizar los efectos deseados, minimizando al mismo tiempo los efectos adversos.
Dehidroepiandrosterona (DHEA)
Es otra prohormona de uso legal que se produce
de manera natural principalmente en las gl¶
andulas
adrenales a partir de la pregnenolona y se convierte en andr¶
ogenos y estr¶ogenos; alcanz¶o su nivel m¶
aximo de popularidad en 1996. Se dice que sirve para mejorar la capacidad sexual, para bajar de peso y que juega un papel importante en el envejecimiento, ya que su nivel disminuye consistentemente conforme aumenta la edad en los seres humanos. Supuestamente se empez¶o a usar en la d¶ecada 1970 por los investigadores de Alemania Oriental
para mejorar el desempe~
no de los atletas, y se introdujo en EEUU en 1996 como materia prima proveniente de China para la producci¶on de otras prohormonas como la 4-androstenediona; ver Fig. 4 (Ritter, 1999). Entre las innovaciones desarrlladas para
lograr una dosi¯caci¶on e¯caz de la DHEA est¶
a la formaci¶
on de complejos con las ciclodextrinas, las cuales son mol¶eculas de carbohidratos c¶³clicos derivados del almid¶on, de gran importancia en nanotecno-
23
log¶³a (M¶endez, 1999). De acuerdo con estudios cl¶³nicos la mol¶ecula de DHEA cabe muy bien dentro de la
estructura c¶
onica de la ciclodextrina y de esta manera se pueden introducir esteroides al cuerpo humano
con ¯nes m¶edicos. Los f¶
armacos a base de DHEA se
han dise~
nado para suministrarse por via oral (sublingual) de tal manera que circulen a trav¶es del h¶³gado en lugar de pasar por el est¶
omago con el ¯n de que
una fracci¶
on mayor de la prohormona alcance los tejidos donde deba metabolizarse.
Creatina
Es una mol¶ecula org¶
anica que contiene un grupo guanidino y un grupo ¶
acido; ver Fig. 5, p¶
ag. 24. Se populariz¶
o en los Estados Unidos a partir de 1992 entre los deportistas ya que contribuye a una recuperaci¶
on notable de los m¶
usculos despu¶es de una rutina
de ejercicio, permitiendo reg¶³menes de entrenamiento de mayor intensidad. Existe la creencia popular
de que el monohidrato de creatina (complejo formado por una mol¶ecula de creatina hidratada con una
mol¶ecula de H2O) puede proporcionar fuerza y volumen muscular, lo que la ha convertido en uno de los
complementos nutricionales m¶
as vendidos hasta ahora en varios pa¶³ses. La raz¶
on por la que este compuesto se ha vuelto tan popular es que no se trata de un
esteroide anab¶
olico y no representa un peligro (aparentemente) al ser ingerido continuamente. Existen
varias hip¶
otesis sobre c¶
omo funciona la creatina en
el cuerpo humano. Una de ellas consiste en suponer que conduce a un incremento de fosfato de creatina, el cual se emplea para convertir el adenosin difosfato en adenosin trifosfato (ATP), que es la principal fuente de energ¶³a de las c¶elulas musculares. La
otra hip¶
otesis consiste en que la ingesti¶
on de creatina incrementa la s¶³ntesis de prote¶³nas y contribuye a la formaci¶
on de poliaminas, que son promotoras poderosas del desarrollo muscular.
La creatina se emplea como complemento nutricional en aquellos casos en que es necesario contar con
grandes dosis de energ¶³a en per¶³odos cortos de tiempo, como en competencias de salto, levantamiento de
peso o en carreras de velocidad, pero no en los casos en que se practica ejercicio aer¶
obico (ciclismo o
marat¶
on). Sobra decir que las personas que no ejercitan con su¯ciente grado de intensidad, no necesitan ning¶
un tipo de complemento nutricional, ya que
no notar¶
an ning¶
un tipo de cambio en su ¯sonom¶³a
(Ritter, 1999).
Actualmente la creatina se usa en tratamientos
m¶edicos o cuando se presentan enfermedades de degeneraci¶
on de tejido muscular, tales como distro¯a
muscular o en enfermedades del cerebro, tales como el mal de Parkinson (Sche® et al., 2000). Los investigadores consideran que la creatina puede ayudar e conservar las neuronas motoras que se des-
24
ContactoS 55, 19{28 (2005)
Figura 5. Esquema de la bios¶³ntesis de andr¶
ogenos. Mediante reacciones enzim¶
aticas la 4-androstenediona se puede
convertir en en cuerpo humano en la testosterona.
Figura 6. a) Mol¶ecula de creatina, b) Formulaci¶
on t¶³pica de un complemento a base de creatina.
Los deportes y el uso de las drogas.
Juan M¶endez Vivar.
truyen cuando se presentan estas enfermedades. Se
ha reportado que en algunos estudios de personas
con distro¯a muscular la ingesti¶on de un complemento a base de creatina durante un per¶³odo de 10
d¶³as contribuye al aumento de la masa muscular e incrementa la fuerza de manos, pies y piernas en 1015 % (Tarnopolsky, 1999). Sin embargo, los resultados cl¶³nicos hasta ahora son motivo de controversia
(Chetlin et al., 2004).
Se debe tener presente que la ingesti¶on de creatina
por periodos prolongados podr¶³a tener como consecuencia efectos tales como calambres, deshidrataci¶
on
o retenci¶
on de l¶³quidos y problemas de los ri~
nones.
Por otro lado, tambi¶en se podr¶³a ocasionar una interrupci¶
on en el proceso de producci¶on natural de
creatina en el cuerpo humano, lo cual conduce a la
inc¶
ognita de si el cuerpo podr¶³a reiniciar o no la producci¶
on de esta sustancia nuevamente por s¶³ mismo. La creatina no est¶a considerada como una sustancia prohibida (a pesar de que de acuerdo con sus
efectos cae dentro de la de¯nici¶on de las drogas) porque se presenta com¶
unmente en los alimentos.
La hormona del crecimiento humano
Es una cadena polipept¶³dica compuesta de 191
amino¶
acidos. Su f¶ormula molecular condensada es
C990 H1529 N263 O299 S7 (Budavari et al., 1989). Se
empez¶
o a utilizar en la d¶ecada 1980 y extensivamente en la d¶ecada 1990. Es una hormona que segrega la gl¶
andula pituitaria y promueve el desarrollo f¶³sico durante la adolescencia en m¶
usculos y huesos. En los adultos mantiene los tejidos libres de grasa estimulando el metabolismo de la misma y propicia el aumento de los gl¶obulos rojos en la sangre. La secreci¶on de esta hormona es variable y depende de varios factores, entre ellos de la alimentaci¶
on, del ejercicio realizado, de las etapas de descanso mediante el sue~
no, etc. Alcanza su m¶axima producci¶
on en los adultos j¶ovenes y disminuye progresivamente con la edad. Ver Fig. 6, p¶ag. 26.
La hormona del crecimiento humano recombinante (r-HGH por sus siglas en ingl¶es: recombinant human growth hormone) es una sustancia ex¶
ogena (no
se produce en el cuerpo humano) se empez¶
o a producir en bacterias a partir de DNA (¶ac. desoxiribonucl¶eico) recombinante en la d¶ecada 1980 y se ha
convertido en uno de los compuestos biofarmac¶euticos de mayor venta entre los atletas. Se trata del metionil de la hormona del crecimiento humano, es decir la mol¶ecula de la hormona que contiene un grupo metionino (CH3 S ¡ ) terminal. Su uso prolongado puede tener efectos nocivos tales como un desarrollo excesivo de algunas partes del cuerpo, problemas del coraz¶on e hipertensi¶on arterial.
25
Cuando se realizan pruebas para detectar esta hormona es muy dif¶³cil distinguir entre la producida naturalmente y la recombinante, debido a que sus pesos moleculares son casi iguales. Adem¶
as, en la orina solamente se presentan peque~
nas cantidades de
la hormona y tiene un per¶³odo medio de vida corto en la sangre. A pesar de esto, el COI conjuntamente con la Comunidad Econ¶
omica Europea desarrollaron un proyecto en el a~
no 2000, denominado
GH-2000 con el ¯n de identi¯car cu¶
ales sustancias solas o combinadas se podr¶³an utilizar como marcadores en la sangre de la r-HGH, habiendo identi¯cado varias (Ritter, 1999).
Drogas sint¶
eticas
(tetrahidrogestrinona THG)
Se trata de un esteroide inyectable nuevo, supuestamente sintetizado exprofeso para burlar las t¶ecnicas de detecci¶
on de drogas en los deportistas. Se detect¶
o por primera vez el a~
no 2003 en el Laboratorio
Anal¶³tico Ol¶³mpico ubicado en la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) a ra¶³z de la denuncia de un entrenador. Es un compuesto inestable en
condiciones de an¶
alisis de rutina por cromatograf¶³a
de gases; adem¶
as, como est¶
a acompa~
nado de cientos de otros esteroides que normalmente est¶an presentes en la orina, es muy dif¶³cil detectarlo.
La TGH se puede obtener como un derivado de la
gestrinona, por hidrogenaci¶
on. La gestrinona, a su
vez, es un esteroide usado en el tratamiento de problemas ginecol¶
ogicos. La u
¶nica diferencia entre las
dos mol¶eculas son cuatro ¶
atomos de hidr¶
ogeno. As¶³,
la TGH tiene un grupo etilo en el carbono no. 17
(Fig. 7a, p¶
ag. 26), en tanto que la gestrinona tiene un
grupo etinil en esa posici¶
on (Fig. 7b, p¶
ag. 26). Adicionalmente, existe una similitud estructural entre la
TGH y otro esteroide llamado trenbolona (que carece del grupo etilo en el carbono no. 17 de la mol¶ecula; ver Fig. 7c, p¶
ag. 26), ampliamente usado por un
lado por los ¯sicoculturistas y por otro por algunos ganaderos en los Estados Unidos combin¶andolo
con estradiol para engordar el ganado. <Aunque usted no lo crea! (Ritter, 2003).
A partir de lo descrito anteriormente, la producci¶on
de la THG muy probablemente puede haber sido el
resultado de una so¯sticada confabulaci¶
on entre uno
o varios qu¶³micos expertos en la s¶³ntesis de mol¶eculas org¶
anicas, atletas, entrenadores y comercializadores de drogas y otros productos qu¶³micos para producir esteroides dise~
nados expresamente para no ser
detectados en las pruebas anti-drogas. Considerando que las ganancias que representa la producci¶on
de drogas para mejorar el desempe~
no de los deportistas son multimillonarias (en d¶
olares) parece poco probable que la carrera entre quienes se empe~
nan
26
ContactoS 55, 19{28 (2005)
Figura 7. Tetrahidrogestrinona (TGH), b) gestrinona, c) trenbolona.
en ganar a toda costa en las competencias, y los encargados de vigilar la legalidad de estos eventos termine pronto.
T¶
ecnicas de detecci¶
on
Est¶
an a cargo de un grupo que incluye a los qu¶³micos, bioqu¶³micos, ingenieros qu¶³micos y t¶ecnicos de
laboratorio entre otros, quienes se encargan de realizar los an¶
alisis de muestras de sangre y orina de los
deportistas. Actualmente la Agencia Mundial AntiDrogas (WADA, por sus siglas en ingl¶es) se encarga
de vigilar todas las competencias atl¶eticas internacionales, y es una organizaci¶on independiente no lucrativa creada en el a~
no 2000 con el ¯n de evitar la
desigualdad de condiciones en las pruebas, como consecuencia del uso de drogas. Este trabajo lo realizaba anteriormente el Comit¶e M¶edico del COI durante las Olimpiadas, mismo que empez¶o a operar a partir de 1972.
As¶³, en las pasadas Olimpiadas realizadas en Atenas, Grecia se emplearon 145 personas para realizar
esta tarea. Los especialistas en esta ¶
area deben tener conocimientos especializados sobre farmacolog¶³a,
medicina y epidemiolog¶³a y estar preparados para colaborar con personal administrativo y con especialistas en aspectos legales.
Las t¶ecnicas por excelencia para la detecci¶on de drogas son la cromatograf¶³a de gases, la cromatograf¶³a
de l¶³quidos y la espectrometr¶³a de masas. En el caso de la primera, los equipos cuentan con detectores por ionizaci¶on de °ama de nitr¶ogeno y f¶
osforo. En otros casos se usan combinaciones de los equipos para la detecci¶on de mol¶eculas peque~
nas tales como estimulantes, narc¶oticos, esteroides
y diur¶eticos.
En el caso de muestras de sangre en algunos casos se
usa la cromatograf¶³a de l¶³quidos por permeaci¶
on de
gel con detecci¶
on ultravioleta (UV). Para la detecci¶
on de los niveles de la hormona del crecimiento humano y otras hormonas se emplea la t¶ecnica de ensayo de inmunosorbente enlazado a enzimas (ELISA) y ensayos radioinmunol¶ogicos. La electroforesis con detecci¶
on de luminiscencia se usa para revisar los niveles de hormonas pept¶³dicas tales como la
eritropoietina.
El u
¶nico aspecto positivo del uso de drogas por los
atletas es que representa una fuente de empleo para los cient¶³¯cos y t¶ecnicos dedicados a la detecci¶
on.
La terapia g¶
enica
Consiste en introducir en un individuo un gen
sint¶etico que promueve la producci¶
on durante varios
a~
nos y en cantidades elevadas de sustancias que participan en la histog¶enesis (reestructuraci¶
on) muscular. La motivaci¶
on inicial de esta terapia consisti¶o en
Los deportes y el uso de las drogas.
Juan M¶endez Vivar.
mejorar la vida de personas de edad avanzada que
sufren distro¯a muscular. Sin embargo, gracias a la
imaginaci¶
on del ser humano esto se podr¶³a extrapolar a los atletas interesados en el dopaje para burlas las pruebas de control ya que las mol¶eculas implicadas son indistinguibles de las naturales y se generan exclusivamente en el tejido muscular.
Hace siete a~
nos se origin¶o una colaboraci¶on entre investigadores de la Universidad de Pennsylvania y de
la Universidad de Harvard con el ¯n de estudiar la
posibilidad de utilizar el factor de crecimiento I semejante a la insulina (IGF-I) para alterar la funci¶
on muscular.
Comentarios ¯nales La realizaci¶on de alg¶
un tipo de actividad deportiva no deber¶³a ser exclusiva
de los atletas. En la sociedad actual estamos sometidos a un ritmo de vida que tiende a desgastar la salud f¶³sica y mental como consecuencia de factores tales como el tr¶ansito ca¶otico de autom¶oviles en las ciudades grandes, aunado a estilos de vida que tienden a
ser sedentarios debido al uso de artefactos electr¶
onicos relativamente nuevos (computadoras, videojuegos, etc.). As¶³, en la actualidad estamos m¶as propensos a sufrir males card¶³acos o enfermedades del sistema nervioso. La manera m¶as adecuada de anticiparse a ellos es realizando ejercicio habitualmente. Escoja el que m¶as le guste (carrera, ciclismo, nataci¶
on, ejercicio aer¶obico, levantamiento de pesas) y
apasi¶
onese por ¶el convirti¶endolo en parte de su vida permanentemente.
27
Bibliograf¶³a
1. Budavari, S., O¶Neil, Maryadele, J., Smith, A.,
Heckelman, P. E., editors, 1989. The Merck Index. 11th edition. Merck & Co., Inc. USA.
2. Chetlin, R. D., Gutmann, L., Tarnopolsky, M.
A., Ullrich, I. H., Yeater, R. A., 2004. Resistance
training exercise and creatine in patients with
Charcot-Marie-Tooth disease. Muscle & Nerve,
30, 1, 69-76.
3. Gonzalez-Bono, E., Salvador, A., Ricarte, J., Serrano, M. A., Arnedo, M., 2000. Testosterona
and attribution of succesful competition, Aggresive Behavior, 26, 3, 235-240. Kuhn, C., Swartzwelder, S., Wilson, W., 2003. Buzzed, . W. W.
Norton & Company, Inc. New York, EEUU.
4. M¶endez Vivar, J., 1999. Promesas de los nanomateriales para la sociedad del siglo XXI. Contactos, No. 33, julio-septiembre, p. 5-10.
5. Ritter, S. K., 1999. Faster, higher, stronger.
Chemical & Engineering News, september 6,
Vol. 77, No. 36, p. 42-52.
6. Ritter, S. K., 2003. Designer steroid rocks sports
world. Chemical & Engineering News, November 17, Vol. 81, No. 46, p. 66-69.
7. Sullivan, P. G., Geiger, J. D., Mattson, M. P.,
Sche®, S. W., 2000. Dietary supplement creatine
protects against traumatic brain injury. Annals
of Neurology, 48, 5, 723-729. Tarnopolsky, M.
A., 1999. Neurology, 52, 854.
cs
Descargar