TARCISIO RUBIN - Misionero Migrante

Anuncio
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
P. TARCISIO RUBIN, CS
MISIONERO
MIGRANTE
UN MOSAICO DE TESTIMONIOS VIVOS
P. Luciano Baggio, cs
C E ML A
C e n t r o De Es t u d i o s Mi g r a t o r i o s L a t i n o A me r i c a n o s
Bu e n o s Ai r e s , A r g e n t i n a
2
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
INDICE
PRESENTACION1 ............................................................................................. 5
HACIA ALTO CALILEGUA .............................................................................. 6
- Retomando sus huellas
- En la humilde Capilla de adobe
DESDE EUROPA A AMERICA DEL SUD ........................................................ 8
- Antecedentes
- Adiós a su Tierra
- En el puerto de Buenos Aires sin valija
- Visitas a Italia
SACERDOTE PARA LOS SACERDOTES ..................................................... 11
- Amistad con los sacerdotes mendocinos
- Ejercicios espirituales en el Seminario Scalabrini
- Carta de despedida de Mendoza
EL IDEAL DEL PEREGRINO .......................................................................... 14
- Su ubicación apostólica
- La apertura hacia el Norte
- En el corazón de la guerrilla
- Misión "Cristo Amigo"
LA MISION EXODO .......................................................................................... 17
- Finalidad y método
- Trece puntos orientativos
- El valor de la amistad
EVANGELIZAR CON SENCILLEZ ................................................................ 21
- El Padrecito con barba
- Dormir dondequiera
- El mensaje para los sencillos
- Manos en alto
- Una oración de la noche
ALMA DE APOSTOL ........................................................................................ 25
- Con los connacionales italianos
- Más animador que organizador
- Encuentro de Pastoral Migratoria en el Norte
- Entre coyas de Valle Grande
1
Foto primera página: Chalicán, Sept. 1983, fiesta patronal (Gabriela Parussini)
3
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
ETRUCTURAS Y MISSIONARIDAD .............................................................. 29
- Parroquias territoriales y misiones
- Primera entrevista
- Segunda entrevista
- Sobre - para - con los migrantes
ANDARIEGO E INCÓMODO .......................................................................... 34
- Como el viento
- Varias veces en la cárcel
- Con Galtieri y Pinochet para los soldados presos
- En la Antártida argentina
- Medidas difíciles
RASGOS DE ASCETA ....................................................................................... 38
- Como un monje oriental
- Cuatro días sin comer
- Con la sola sotana
- Primero lo lavo y después lo beso
- Con un dedo cortado y seis lastimados
CARIDAD SIN MEDIDA ................................................................................... 42
- Con toda solicitud
- Recibir con cariño
LA ORACIÓN SOBRE TODO .......................................................................... 45
- Concentración mental
- Oración desde la biblia
- Horas de adoración
ENFERMEDAD Y MUERTE ............................................................................ 49
- El extremo desafío
- Al lado del altar
PADRE “EVANGELIO” .................................................................................... 53
- Hombre de dios
SU “TESTAMENTO” .......................................................................................... 55
- La dificultad de escribir
- Dialéctica de la pastoral migratoria
- Características del apostolado migratorio
HOMENAJE ......................................................................................................... 59
4
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
"Si algún día yo no vuelvo,
es porque me quedé en el altiplano,
volando como el cóndor a las cumbres nevadas;
y desde allí ver a mis bolivianitos
rezando y bailando
con quena, charango y taica... "
P. Tarcisio
5
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
PRESENTACIÓN
Al llegar a los dos años de la alucinante desaparición del Padre Tarcisio Rubín cs, he sentido la
necesidad de recoger los testimonios do su vida misionera en la Argentina. Primero como una
fuente preciosa de ejemplaridad y luego como una demostración de admiración y gratitud hacia
él, que ha sido entre los scalabrinianos del cono sur latinoamericano la punta de diamante de
avance y penetración y al mismo tiempo signo profundo de simpatía y de amistad.
Antes de que se diluyeran los datos y se esfumaran los recuerdos deseé recoger con amor
fraterno sus memorias entre cohermanos, migrantes y amigos para que a través de estas líneas su
figura permaneciera más presente y fecunda. Estas páginas no quieren ser una pieza biográfica,
tanto menos una documentación científica, sino un mosaico de testimonios vivos. Por eso aquí
están citados tantos nombres y ellos mismos son rogados de rectificar, si hubiera incurrido en
alguna inexactitud u olvido. He tratado de limitar mis interpretaciones o apreciaciones para que
hablaran los hechos y también los limitados escritos del Padre.
He tenido la dicha desde la dirección provincial a partir de mediado de 1979 hasta su muerte de
tener periódicos contactos con él y especialmente in los últimos dos años de su formal residencia
en Córdoba. En ocasión de sus numerosas incursiones a Buenos Aires he aprovechado para
algunas entrevistas, que aquí se retranscriben.
En la oportunidad de mis últimos relevamientos se me ha demostrado en todo lado el interés de
tener pronto estas páginas. He comprobado el afecto, que muchas personas guardan hacia él, y
con cuanto cariño conservan una postal, una estampita con algunos pensamientos suyos o hasta
una sotana toda consumida. Que estas líneas por lo tanto lleguen pronto y con la sencillez, que
armonizan con su estilo y con su inolvidable figura.
P. Luciano Baggio CS
6
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Hacia Alto Calilegua
RETOMANDO SUS HUELLAS
"Para el segundo aniversario de la muerte del P. Tarcisio Rubín, relata el P. Antonio
Guidolin, rector del seminario scalabriniano de Merlo (Buenos Aires), quisimos subir al lugar de
su partida al cielo, al pueblito de Alto Calilegua del Valle Grande de Jujuy. En verdad habíamos
intentado de subir también el año pasado, pero las condiciones meteorológicas nos lo habían
impedido.
Había llegado de Buenos Aires, distante 1700 kilómetros, con el Superior provincial
scalabriniano P. Julio Rubín y el P. Sante Zanetti y nos habíamos alojado en la misión
scalabriniana Santa Teresita de San Pedro de Jujuy, abierta el año pasado, huéspedes de los
Padres Luis Portolan y Volmar Scaravelli. A las 9 del 2 de octubre de 1985 el P. Portolan llevó al
P. Sante y a mí, a Libertador San Martín con una camioneta de la parroquia Santa Clara, donde el
P. Luis hacía de párroco suplente. En Libertador, que comprende también el complejo Ledesma
de 72.000 hectáreas con ingenio azucarero, fábrica de papel, azúcar y alcohol, fuimos enseguida
a la comisaría, donde conseguimos que un policía - baqueano nos hiciera de chófer y guía.
Luego de haber visitado a los sacerdotes locales Padres Martínez y Cano, de haber hecho
algún arreglo a la camioneta y almorzado en un sencillo restaurante, emprendimos a las 17 el
difícil camino de cornisa de 45 kilómetros, rodeados de bosques, que lleva hasta San Francisco
de Valle Grande a unos 1700 metros de altura. Llegamos a este pueblito con un centro de unas
cuarenta casitas a las 20 (a caballo precisan unas doce horas) y nos dirigimos al director de la
escuelita albergue Oscar René Matorras. A pesar que en San Francisco hay una importante posta
de caballos, que se alquilan para recorrer los varios lugares del Valle Grande, y no obstante el
preaviso por radio desde la comisaria de Libertador al destacamento local de policía, no
encontramos animales. Solamente a las 23 en el último rancho del pueblo pudimos conseguir
cuatro caballos. A medianoche nos tiramos en el suelo de la despensa de la escuelita para
descansar un poco. Allí no llega la luz, aunque en el centro haya generador eléctrico.
A las cinco del jueves 3 de octubre los Padres Portolan, Zanetti y yo, guiados por el
policía, estábamos en marcha, mientras lloviznaba. La primera parte del camino se hace entre el
bosque por un sendero muy angosto y empinado hecho a veces de gradas de piedra y con
barrancos peligrosos. Al subir de 1700 a 3200 metros se experimenta el fenómeno de la "puna",
que es la rarefacción del oxígeno por la altura y por el cierre de ciertos valles, que crea el típico
malestar. No prácticos de cabalgar a veces alternábamos la marcha a pie y entre las quebradas y
las pequeñas cascadas de agua podíamos contemplar el paisaje de silencio y paz y pensar a los
pasos hechos por el P. Tarcisio con su sudor de enfermo.
En el lugar El Duraznillo termina el bosque y empieza la meseta ondulada con pasto duro
de color amarillo. Al principio hay una subida a través de un precipicio y luego el camino se
hace más fácil. Empezamos a ver alguna casita, mientras el horizonte está rodeado por montañas,
que superan los 4000 metros. En el altiplano normalmente sopla el viento, tórrido de día y rígido
de noche.
Al mediodía, después de siete horas, llegamos al pueblito Alto Calilegua, constituido por
unos veinte ranchos para unos ochenta habitantes, por la escuelita, la salita de primeros auxilios
y la capilla. Me sentía bastante descompuesto, pero el sol luminoso y el encuentro con los niños
y la directora de la escuelita nos animó. No había llegado nuestra carta de preaviso, pero ellos ya
7
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
habían recordado el segundo aniversario de la muerte del P. Tarcisio con la inscripción con fecha
y hora en un pizarrón y con una cruz de velitas encendidas en la capilla, en el mismo lugar donde
había sido encontrado el cuerpo del misionero sin vida.
De los habitantes de este humilde casero encontramos a la directora Sra. Manuela Mamaní
de Matorras, esposa del director de la escuelita de San Francisco, la cual baja al mismo pueblo
cada sábado para subir el domingo a la tarde, dos maestras, el agente sanitario Tito Flores y su
esposa cocinera del colegio, el matrimonio Tejerina y un viejito de 82 anos. De los treinta niños
que frecuentan la escuela unos veinte viven allí como en un albergue. Los ranchos en su mayoría
están abandonados, especialmente entre abril y noviembre, pues los jóvenes y adultos emigran a
San Francisco o a la llanura, mientras allá arriba los viejos viven de algunas gallinas y ovejas.
EN LA HUMILDE CAPILLA DE ADOBE
Al entrar en la capilla el viejito me pidió de confesarse acotando que eran 33 años que no
cometía pecados! Celebramos la misa sin paramentos ni vasos sagrados. La capilla es un pobre
local de unos cinco metros por siete. Yo usé la misma estola blanca, que se había puesto el P.
Tarcisio en su última misa. Nos acompañaban el canto de los alumnos, el silbido del viento y los
gritos de los grandes pájaros, que volaban alrededor del lugar. Comprendimos entonces el valor
de la expresión del Padre Tarcisio: "Si algún día yo no vuelvo, es porque me quedé en el
altiplano, volando como el cóndor a las cumbres nevadas...".
Después de la misa se pasó a bendecir la bandera ofrecida por el colegio San Carlos
Borromeo de Haedo, se entregó un pergamino, en que se declara que la Congregación
Scalabriniana apadrina la escuela de Alto Calilegua, ahora llamada "Escuela Padre Tarcisio
Rubin". Luego tuvimos un frugal almuerzo en la misma escuelita, que está compuesta por dos
aulas, dos dormitorios con camas marineras, un refectorio, que es un saloncito pluriuso, y una
cocina. No hay baño; solamente existe un retrete más allá del patio y de la huertita, donde había
algunas cebollas.
Pasamos algún tiempo conversando con aquellas sencillas personas, que tenían tan grabado
el recuerdo del piadoso Padrecito, que pasó las últimas horas de la vida rezando con ellos. Luego
volvimos más a pie que a caballo, ya que teníamos los huesos medio rotos por la subida, y en
San Francisco retomamos la camioneta con la experta guía del baqueano hasta Libertador y finalmente a nuestra misión de San Pedro.
Mientras tanto el mismo tres de octubre hubo la conmemoración en la ciudad. El superior
provincial P. Julio Rubin con Mons. Sixto Villoldo y P. Scaravelli celebró la misa en la capilla
del cementerio de San Pedro. Luego Mons. Villoldo, párroco y vicario episcopal, bendijo la
tumba definitiva, puesta cerca del altar de la misma capilla. Hubo una numerosa participación de
gente, venida también de Ledesma y de la zona de influencia. Ahora los amigos del misionero al
entrar en el camposanto de San Pedro podrán no solo pedir al Señor por él, sino también por
todos los pobres, los necesitados, los migrantes".
8
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Desde Europa a América Del Sud
ANTECEDENTES
El P. Tarcisio Rubín nació en Italia, en el pueblo de Loreggia, perteneciente a la provincia
de Padua y diócesis de Treviso, el 6 de mayo de 1929, el menor de diez hermanos. Sus padres
Ermenegildo Rubin y Emilia Piccolo eran sencillos y modestos campesinos. Al terminar la
escuela primaria entró en el seminario menor scalabriniano, emitió sus primeros votos en el
noviciado de Crespano del Grappa el 4 de setiembre de 1946 y, hechos los estudios filosóficos en
Cermenate (Como) y la teología en la Casa Madre de Piacenza, en la catedral de la misma ciudad
fue ordenado sacerdote el 21 de marzo de 1953.
El mismo año fue destinado a la misión para los migrantes de Berna (Suiza) y el año
siguiente de Solothurn hasta 1957. Entre 1957 y 1968 desarrolló la tarea de orientador
vocacional y profesor en los seminarios scalabrinianos de Italia dedicándose a la predicación y
también a alguna participación como capellán de barcos ultra oceánicos. Consiguió también la
licencia en teología en la universidad Santo Tomas de Aquino de Roma.
En el año 1969 volvió al trabajo migratorio en la misión de Wuppertal y Solingen
(Alemania) hasta 1973. Luego de una experiencia de vida contemplativa en Palestina fue
destinado a la Argentina.
ADIOS A SU TIERRA
El boletín parroquial LOREGGIA así describe su despedida:
Domingo 17 de marzo de 1974 tuvimos entre nosotros como grato huésped al P. Tarcisio
Rubín. Ha venido a saludar a la comunidad, en la cual nació a la fe, antes de partir para Mendoza
(Argentina), para una misión entre los más pobres. Celebró a las 9,30 y 11 y predicó en todas las
misas con su estilo de absoluta pobreza. El parte para una misión con una opción apostólica
radical. "No traten de llevar ni oro, ni plata, ni monedas de cobre, ni provisiones para el viaje, ni
bastón; solamente la ropa y el calzado que llevan puesto, porque el que trabaja tiene derecho a
comer" (Mt. 10, 9 - 10).
Efectivamente no tiene ni valija ni plata, lleva solamente la ropa puesta encima, lava la
única camisa a la noche y se la repone a la mañana; viaja descalzo y a pie en los recorridos que
no sean grandes. Su riqueza son el Crucifijo, la Biblia.. Ya ha vivido así en los últimos tres años
en Alemania, entre los obreros de la ciudad de Solingen.
El mismo boletín resume sus pensamientos homiléticos.
1.
No me siento dispuesto a felicitarlos por las modernas calles y las lindas casas; mejor
que no me inviten a visitarlas. En cambio experimento de llevar conmigo como valores el gusto
de la plegaria y del sacrificio, que he aprendido en Loreggia de la mamá, del párroco, de mi
catequista.
2.
No logro apreciar el trabajo, cuando es extraño al sentido de la fiesta, de la alegría y
del domingo. Provengo de la Alemania rica, donde el dinero no alcanza nunca, no porque es
poco, sino porque el hombre no está nunca satisfecho. Deténganse en la carrera del trabajo.
3.
Precisa contentarse de poco; entonces uno es verdaderamente libre. La plata debe
ayudar a servir mejor a los hermanos y amarlos más. Los diplomas no me sirven; sirven más
simplicidad, la oración, la serenidad de la vida. No sirve el chalet, si no me ayuda a rezar más y
9
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
si no deja espacio al sacrificio. Al frío del corazón no suple ni el bienestar, ni el hermoso chalet
con calefacción.
4.
Parto para la misión y no sé cuando volveré, pero querría encontrar aún dos bienes,
que he recibido y llevo en el mundo: el gozo de la oración y el gusto del sacrificio. Les dejo esto
como recuerdo y como augurio.
EN EL PUERTO DE BUENOS AIRES SIN VALIJA
Para viajar no quiso que se le pagara el viaje. Habiendo conseguido el permiso de ingreso
como permanente a la Argentina, solicitó el convenio CIME, que es ofrecido a los migrantes más
pobres y viajó en la última clase del vapor Cabo San Vicente, que llegó a Buenos Aires el 9 de
abril de 1974. Los cohermanos fueron al puerto para recibirlo y llevarle los bultos. Pero él bajó
sin nada en la mano, llevando solamente debajo del cinturón, que ceñía la sotana, el crucifijo,
una pequeña biblia y el rosario de su mamá. Como el antiguo filosofo podía decir: "Omnia
mecum porto" (todo lo traigo conmigo).
La característica presencia del recién llegado, con su cultura humanística y teológica, con
su bagaje lingüístico (italiano, alemán y francés) y con su especial experiencia ascética causó un
impacto sea entre los cohermanos scalabrinianos como también entre los demás sacerdotes,
religiosos y laicos. Padre Tarcisio se constituyó como un centro de debates, de admiración, de
dudas y de críticas.
Se hacía presente en un momento muy difícil para la Argentina, el tiempo de la
desaparición del presidente Perón en la nación amenazada por la guerrilla y la represión y el
tiempo del ápice de la crisis posconciliar en la Iglesia.
Padre Tarcisio fue destinado para los migrantes más marginados, especialmente bolivianos
y chilenos, de la zona mendocina, con sede primero en la parroquia Cristo Obrero - Madre de los
Migrantes (Dorrego - Guaymallén), luego en la parroquia Ntra. Sra. del Líbano en San Martín a
partir del 7/3/77 y desde el 1/11/80 en la parroquia de la Asunción de la Virgen (Dorrego). A
partir del 6/3/82 tendría como residencia religiosa la parroquia SSmo. Sacramento y S. Pio X de
la ciudad de Córdoba.
VISITAS A ITALIA
Su primer retorno a Italia fue en octubre, noviembre y diciembre de 1978 para un período
de recuperación y para la celebración de su XXV aniversario de sacerdocio. En aquella ocasión
se presentará nuevamente la disyuntiva: contemplación o acción, retiro en la soledad de
monasterio o inmersión en el mundo misionero.
Con carta del 8/12/78 anuncia al superior provincial P. Ernesto Milan su retorno
explicándolo con cita de S. Vicente de Paul (Conferencia XI a los misioneros, N. 42).
"Comparase a la Iglesia a una abundante cosecha, que requiere obreros que trabajen. Nada está
tan conforme con el Evangelio como hacer acopio por un lado de luces y fortaleza de alma con la
oración, la lectura y la soledad e ir por otro a compartir este alimento espiritual con los hombres
como lo hizo el Señor y sus apóstoles. Que es unir el oficio de Marta y María y proceder como la
paloma que sólo come mitad del pasto que ha cogido y con el pico da el resto a sus hijitos para
alimentarlos".
Luego agrega refiriéndose a los consejos de Mons. Pio Laghi: "La voz del Nuncio me dice
10
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
de escuchar la voz de los superiores y amigos, la voz de todos, que me dicen de continuar el
ministerio misionero pidiendo al Señor de ser contemplativo en la acción. El consejo más
apropiado me fue dado, al despedirme de Mendoza, por el cohermano P. Oliviero Manni:
Vuelve! Aunque tú rezas menos, ayudas a nosotros a rezar un poco más!”
Saldrá el 9/1/79 de Basilea y llegará a Mendoza después de haber pasado por Lima, La Paz
y Santiago de Chile.
Retornó luego a Italia en mayo de 1983 para celebrar los 30 años de sacerdocio, los 50
años de vida religiosa de su hermana Elisa y los 40 años de matrimonio de su hermana Ester de
Pavan. En una carta al párroco de Loreggia escribía: "El retorno a la comunidad de origen es una
peregrinación a los familiares de la fe. Los primeros cristianos peregrinaban no tanto para
venerar las tumbas de los santos muertos, sino para amar y ser amados por los corazones de los
santos vivos y hacer experiencia de unidad y catolicidad de la Iglesia. Unido en la oración en la
espera del Cristo que viene a reunirnos en su Reino".
Según relata el boletín parroquial LOREGGIA (agosto 1983), la fiesta principal para el
triple aniversario se realizó en la parroquia de Carnago (Varese - Lombardía), consecuencia de la
migración interna de los familiares, el domingo 26 de junio de 1983.
“La solemne misa fue celebrada a las 11... la homilía pronunciada por nuestro querido
misionero loreggiano ha sido conmovedora... habló especialmente de la pobreza y las
dificultades de vida del lugar de misión. La iglesia era repleta y terminada la misa los asistentes
se desplazaron al Oratorio para el intercambio de saludos”.
El recuerdo más profundo de su familia y su pueblo tenía su centro en la memoria de su
madre. Habiendo fallecido el papá, cuando él era pequeño, la figura de mamá Emilia, que habría
luchado en la pobreza para educar a los diez hijos, ocupó el lugar preponderante de su corazón.
Muchas personas testimoniarían cuánta veneración y afecto él guardaba para su madre y cómo
tenía como muy preciosa una pequeña foto, donde ella había dejado escrito la palabra “mamá”.
11
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Sacerdote Para Los Sacerdotes
AMISTAD CON LOS SACERDOTES MENDOCINOS
Un importante mérito. de P. Tarcisio durante su presencia en Mendoza entre 1914 y 1981
fue de haber promovido la hermandad y la espiritualidad sacerdotal sea entre los cohermanos
scalabrinianos sea con los demás presbíteros religiosos y diocesanos. El clero mendocino en la
época posconciliar había pasado una crisis grave (cierre del seminario, enfrentamiento de los
tercermundistas "27", abandono del sacerdocio, alto porcentaje de ex-religiosos); había
desorientación y aislamiento. P. Tarcisio, que no tenía cargo ni de párroco, ni de capellán, ni
tenía interés de posiciones o de medios materiales, se sentía libre y deambulaba dondequiera.
Fue un precioso medio de amistad sacerdotal, fue un paño de lágrimas, un recolector de
quejas, un sigilo de secretos y de miserias, fue instrumento de consejo, de discernimiento y de
absolución sacramental. No había iglesia o capilla que él no conociera, puerta de casa parroquial
o convento que él no abriera.
No fue simplemente un compañerismo a través del mate, de las comidas y de las tertulias
fraternas, aunque P. Tarcisio. en la parroquia Madre de los Migrantes procuró, exclusivamente
para los encuentros sacerdotales, todo un servicio completo de vajilla y cubiertos. Sobre todo la
unión sacerdotal fue incrementada a través de los retiros espirituales.
Como testimonia el P. Benjamín Baggio, diocesano de San Martín, P. Tarcisio repetía que
la fuerza que une es la oración, que la unión con Dios en la plegaria cimienta la comunión entre
los hermanos. De parte de la curia se pensaba a los encuentros presbiterales en la forma
tradicional del desarrollo de un tema, del estudio de algún programa y también de un rato de
oración. P. Tarcisio pensó siempre que el mejor tiempo debía ser dedicado a la plegaria y que
ésta debía tener la dúplice dimensión del contacto bíblico y del silencio. Solamente con el
imbuirse del espíritu del Señor se puede llegar al espíritu de hermandad, de comunidad y unión
en la lglesia de Cristo.
Para la preparación de los esquemas de retiros, que normalmente se hacían en Lulunta, el
P. Tarcisio se encontraba con otros sacerdotes y especialmente con el P. Vicentini u otro jesuita;
pedía consejo también al benemérito claretiano P. Alfonso Milagro. A veces hacía una cartita de
invitación empezando con un pasaje bíblico y en un tono muy fraterno y caminaba días enteros
para llevar personalmente la invitación parroquia por parroquia, haciendo obra de convención,
tratando de hacer de puente y de poner aceite sobre las llagas.
Como demuestra un fascículo con una pequeña serie de estos retiros y celebraciones y lo
confirma algún sacerdote, esta jornada mensual se insertaba profundamente en el año litúrgico.
No tenía miedo que el sacerdote se ausentara de la parroquia o iglesia, por ejemplo el martes
santo o algún día antes de Navidad. Sabía que, impregnado de la riqueza espiritual, luego habría
volcado esta carga de santidad hacia los feligreses.
De los textos bíblicos y de la oración silenciosa luego se llegaba a consecuencias muy
practicas, pero no como imposición, de un reglamento, sino por convicción personal. "La
parroquia no es solo una oficina, donde se busca documentación o se celebran misas de difuntos
o donde el párroco es un empleado, sino una comunidad real, evangelizadora y transmisora de un
estilo de vida".
P. Tarcisio tenía un florilegio de expresiones o frases introductorias aptas a crear todo un
clima. "Si supiéramos adorar en el espíritu, atravesaríamos el mundo con la tranquilidad de los
grandes ríos". "La oración en la convivencia sacerdotal no es una falta de trabajo, sino el alma de
12
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
todo trabajo apostólico. No hay apostolado sin apóstoles calentados en la oración bíblica y
unificados en la comunidad presbiteral realizando la unidad del altar y de la cátedra".
En los encuentros de Lulunta, como en todo lado, se hacía notar la ausencia de algunos
grupos de religiosos. El acotaba: "No justifica decir que nosotros mandamos representantes del
grupo. La comunidad presbiteral no es un congreso, es un encuentro de fe, amor y caridad. El
esposo no puede decir que envía a la esposa a representarlo en la misa dominical. Los Once no
han representado a Tomás y Tomas para gozar del Resucitado tuvo que regresar a la comunidad
apostólica. Así María Magdalena y los discípulos de Emaús. Puede ser que no tengamos nada
que aprender de los demás, ni los demás de nosotros. Sin embargo todos juntos tenemos que
aprender mucho de Jesús, que se hace presente donde algunos se reúnen en su nombre bajo la
presidencia del Obispo en el cenáculo de Lulunta".
P. Tarcisio había llegado a una afectuosa intercomunicación con Mons. Maresma y sabía
ser portador de inquietudes y críticas y el arzobispo apreciaba el servicio sacerdotal del
misionero. Profundo dolor experimentó P. Tarcisio cuando Mons. Maresma fue encontrado
muerto en su habitación y movilizó a sacerdotes y migrantes para la sentida celebración exequial.
EJERCICIOS ESPIRITUALES EN EL SEMINARIO SCALABRINI
P. Tarcisio fue llamado a dictar los ejercicios espirituales anuales a los cohermanos
scalabrinianos en el seminario San José de Merlo (Bs. As.) desde el 27 de febrero al 3 de marzo
de 1978. El lema fue el dicho de Mons. Scalabrini: "La oración es la parte más viva, más fuerte
del apostolado".
También en aquellos días él supo imprimir su propio estilo, su marca vivencial al poner
como centro de todo la oración: la liturgias de las horas, programada con una cierta creatividad,
la larga adoración al Santísimo con prolongados espacios de silencio, la misa bien desarrollada,
el sincero acto penitencial. Sus reflexiones se veían sazonadas con sus sentencias aforísticas y
con sus paradojas, que servían a atraer y despertar la atención.
El P. Luis Serena en una nota (Cono Sur - marzo 1978) acotaba: "Aunque el proverbio diga
que nadie es grande a los ojos de su camarero, el clima de los ejercicios fue bueno. . . P. Tarcisio
se expresó en forma más intuitiva que discursiva. . . supo encentrar todo en la comunidad, como
expresión de testimonio sea de la plegaria como de la actividad apostólica". El silencio fue
favorecido por la lectura durante las comidas de la vida de San Francisco Javier y de un
inmigrante boliviano.
Como exhortación final presentó cuanto Pablo escribe a los Filipenses (2, 3 - 5): "No hagan
nada por rivalidad u orgullo. Al contrario, que cada uno humildemente estime a los otros corno
superiores a sí mismo. No busque nadie sus propios intereses, sino más bien el beneficio de los
demás. Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús". Como propósito
práctico propuso de terminar las actividades antes de las 23 para poderse levantar temprano y
poder dedicar una hora de oración entre breviario, meditación, etc ... antes de empezar las tareas
o leer los diarios o escuchar los noticiosos. Asegurar así el diálogo con Dios antes de la
conversación con los hombres.
Repetía cuanto ya había escrito a sus cohermanos mendocinos (5/9/78): "El consejo más
importante que puedo dar a mis hermanos sacerdotes: un poco menos de acción y un poco más
de oración; qué seamos menos amigos de los laicos y más amigos de los sacerdotes”.
CARTA DE DESPEDIDA DE MENDOZA
13
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Desde Córdoba con fecha 12/5/1982 P. Tarcisio envió esta carta a los sacerdotes de
Mendoza, que de alguna manera es la síntesis de lo que había sido su comunicación presbiteral.
Querido Sacerdote amigo:
"lo mejor y más nuclear de la Sagrada Escritura es el Nuevo Testamento. De éste es el
Evangelio de Juan, y de éste la oración sacerdotal que se resume en las palabras de Jesús: "Que
todos sean uno como Tú y Yo somos uno" (San Agustín).
1.
En el transcurso de los ocho años de presencia en la lglesia de Dios que peregrina en
Mendoza, el deseo de Jesús obedeciendo al consejo de Monseñor Maresma, se realizó como
experimento de ayuda a los sacerdotes, y fue creciendo como experiencia gozosa de amistad
sacerdotal.
Los sacerdotes son los únicos amigos sinceros que te dicen los defectos y te lo dicen sin
desanimarte; te alaban sin exaltarte; te alientan en las caídas sin olvidarte; te ayudan sin usarte y
te aman sin atarte. Siempre en el hombre ven al Sacerdote. Los laicos muchas veces en el
sacerdote ven al hombre.
El hombre que encuentra un amigo, encuentra un tesoro. El sacerdote que encuentra un
amigo sacerdote, encuentra el Tesoro Escondido, la perla preciosa, la dracma perdida, el Reino
de los Cielos.
Hablar contigo, sacerdote amigo, ha sido siempre un gozo muy grande del alma. He
hablado de ti sacerdote con otra gente y eso es una falta grande de fe y de amor, un pecado de
murmuración. Por eso pido perdón a Dios y disculpa a tu corazón.
2.
En otros lugares he tenido la experiencia de la oración en el silencio, de la fraternidad
con los pobres en el ayuno y vigilia del misionar rezando, caminando por cerros y valles.
Pensaba que estas acciones fueran grandes valores. No lo son; son signos del único gran valor.
Son hojas, son flores, son frutos, no son raíces ni savia. Los sacerdotes amigos en Mendoza me
hicieron experimentar que el único gran valor es el Cristo Amigo presente en la amistad de los
sacerdotes.
3.
Nuestra comunidad se parece mucho a la comunidad de Caná. Falta el vino de la
alegría, la unidad de los participantes, el desinterés de los invitados. No tengamos miedo.
Siempre está la Madre con ojos bien abiertos y corazón lleno que se da cuenta del vacío del
ánfora de nuestro espíritu y nos entrega el testamento de sus últimas palabras: "Haced todo lo
que mi Hijo dirá". El Hijo de María nos dice: "que seamos uno en Amistad: "Vos dixi amicos".
Caminemos juntos en la migración desde este mundo de Dios, porque en Cristo amigo
"habemus Patrem, Patriam, Patrimonium" (S. Agustín).
Unidos en la oración, alma de nuestras almas, y en María madre de nuestra unidad, con
cariño saludo a todos.
Padre Tarcisio Rubín.
14
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
EL IDEAL DEL PELEGRINO
SU UBICACION APOSTOLICA
Antes de su partida para la Argentina había escrito a sus superiores: "siento la urgente
necesidad de realizar un estilo de vida que sea manantial de plegaria en la soledad del silencio,
un hogar de comunidad religiosa apostólica, eucarística, un testimonio de trabajo manual, de
pobreza en la comida y en la habitación".
Esta idea lo acompañara especialmente en la época mendocina y será causa de lógicas
tensiones entre cohermanos y fieles. En los primeros seis años de presencia del P. Rubin en
Mendoza los seis sacerdotes scalabrinianos tenían la carga de tres parroquias territoriales y de
dos colegios parroquiales. Normalmente en cada parroquia el párroco se dedicaba
particularmente a los fieles de su jurisdicción territorial, mientras que el otro al trabajo
migratorio más periférico e itinerante. P. Tarcisio tuvo siempre antipatía a las estructuras, aunque
se sirviera de las mismas, como base y centro de acogida. En esta dialéctica entre la agilidad de
la itinerancia y el peso de las estructuras surgían a menudo las discusiones y las críticas. No era
raro escuchar en los scalabrinianos párrocos: "Es fácil para el P. Tarcisio atacar las obras
materiales como los edificios, las máquinas, el teléfono y luego acudir a las mismas en caso de
necesidad; habrá que ver luego cuando será más anciano o con menor salud y no podrá estar
continuamente en la calle". Es verdad que él recorría a este uso en forma muy limitada y sabía
desarrollar al máximo su misión apostólica en cualquier lado y en la forma más libre. Lo
importante era para él el espíritu, lo interior, el dinamismo personal y no tanto los instrumentos
materiales.
Al mismo tiempo él luchó para que la prioridad correspondiera a la comunidad y no a la
obra. Por eso en un tiempo de disminución de personal sacerdotal y de opción preferencial para
los migrantes más periféricos y para la formación vocacional, él supo emprender la campaña del
retiro scalabriniano a fin de 1979 de la parroquia del Líbano de San-Martín y a fin de 1982 de la
Asunción de Dorrego. Se llegó así a la concentración de los esfuerzos en la más antigua
parroquia Cristo Obrero - Madre de los Migrantes, que fue siempre el centro del mayor trabajo
específico y también lugar más estratégico por su cercanía a la estación terminal de ómnibus de
Mendoza. Durante el último tiempo de la coexistencia de las tres parroquias P. Tarcisio apoyó la
experiencia por un trienio de un único superior religioso y la formación del equipo misionero
"Exodo" entre los tres padres dedicados mayormente a los migrantes. Más allá de toda utopía él
afirmaba que todos debían ser misioneros, sean párrocos que vicarios, aunque en medida distinta
en lo referente a la itinerancia y que todos debían sentirse responsables de todo.
LA APERTURA HACIA EL NORTE
Padre Tarcisio tuvo que pasar los primeros meses en Mendoza aprendiendo castellano,
conociendo la historia y cultura argentina y estudiando el ambiente. Pero con la vasta experiencia
adquirida en Suiza, Italia y Alemania no le faltaban alas para volar solo. A pesar de toda su
alergia a los expedientes burocráticos, el 18 de enero de 1975 consiguió el folio de radicación
definitiva en el país.
Juntamente con el P. Oliviero Manni, delegado arquidiocesano de migración, empezó a
dedicarse a los migrantes bolivianos, chilenos y en ciertas oportunidades a los italianos. En la
15
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
misma zona mendocina P. Tarcisio se daba cuenta que muchos bolivianos llegaban del noroeste
argentino a fin de noviembre o a principios de diciembre. Eran los migrantes "golondrinas", que
al interrumpirse el corte de caña de azúcar durante los meses estivales, bajaban a Mendoza para
buscar trabajo en los hornos de ladrillos, en la cosecha de hortaliza y fruta y especialmente en la
vendimia. Luego en marzo retomaban el camino del norte. Y un cierto día algún mendocino
madrugador vio en la estación de trocha angosta del Ferrocarril Belgrano a las cinco de la
mañana debajo de un olivo envuelto en un poncho, al "Padrecito de barba y sandalias" esperando
junto con numerosos bolivianos el trencito que lo llevaría al norte. Era el camino para la zafra de
las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy.
EN EL CORAZON DE LA GUERRILLA
El 1975 fue un año de dura lucha del ejército argentino contra la guerrilla, que se había
establecido especialmente en la zona de los bosques y del cultivo de la caña de azúcar de la
provincia de Tucumán. Pero P. Tarcisio no podía dejar solos a sus bolivianos. Siempre y sobre
todo cuando se trataba de una elección difícil, él se retiraba a rezar. Es propiamente desde el
monasterio de Cristo Rey de Siambón (Tucumán) que escribe(22-7-75) esta carta al padre
Vittorio Dal Bello:
"Querido Superior Provincial: después de un tiempo de silencio y oración, inicio mañana
mi presencia misionera entre los Bolivianos de la zafra en el ingenio Famallá, donde está el
comando militar antisubversivo. Me preparo a controles y perquisiciones. Envío copia de la carta
de presentación del Obispo de Mendoza a los Obispos del Noroeste Argentino. Las palabras del
obispo Maresma, tomadas como expresión de lo que hago, son una gran mentira, pero leídas
como manifestación de lo que deseo hacer, son la pura verdad. Es la primera vez que un superior
mío acepta de comprender mi elección de vida evangélica y favorece mi actividad pastoral
misionera. Toda nuestra actividad no es otra cosa que poner un poco de agua en algunas tinajas
(Jn.2, 1 - 11). María, Madre de Dios, nos conceda de orar siempre con mucha confianza a Jesús,
el único amigo, quien puede transformar nuestra pobre actividad en su sangre de salvación para
la alegría de los comensales. Unido en Jesús dulce, Jesús amor, fraternalmente saludo".
El alegato era el siguiente:
"Excmos. y queridos hermanos: Me dirijo a ustedes con el fin de presentarles al R. P.
Tarcisio Rubín, Misionero Scalabriniano, con residencia en esta Arquidiócesis y dedicación a la
Pastoral de inmigrantes, quien se ocupa de modo particular de bolivianos y chilenos, con gran
eficacia y con amplia satisfacción del suscrito por su labor. Viaja al NOA, siguiendo a feligreses,
que allí se trasladan temporariamente, y con ánimo y propósito de atender pastoralmente a los
trabajadores de la zafra, en íntimo contacto y convivencia.
Me permito rogarles quieran acceder a su deseo de no ser obligado a residir en sedes
parroquiales y autorizarle a convivir in situ con sus bolivianos y chilenos para poder llevar a
cabo una acción más intensa y efectiva. Lo conozco digno de toda confianza para ello y estoy
seguro de la dignidad con que lleva su investidura sagrada en medio de esa buena gente.
Por otra parte creo firmemente es su ejemplar espíritu sacerdotal y en una prudencia
singular que descarta cualquier temor de incursiones o derivaciones de matiz político y
económico. Con características muy personales aparece nítidamente como sacerdote
profundamente evangélico y hombre de oración.
Al hacer esta recomendación a mis queridos hermanos Arzobispos y Obispos del NOA, me
complazco en reiterarles el testimonio de mi fraternal afecto en el Señor.
16
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Mons. Olimpo Santiago Maresma - Arzobispo de Mendoza".
Efectivamente Padre Tarcisio se encontró en Tucumán en el ojo del ciclón. Los guerrilleros
vestían camuflados como soldados del ejército regular y varios de ellos participaron de una misa
oficiada por el Padrecito. El ejército argentino logró en aquel trance rodear la capilla y tomar
presos a los revolucionarios y con ellos al cura, quien corrió el riesgo de ser puesto al paredón.
Padre Tarcisio se hizo presentar al comandante Pelagatti como amigo del jefe del grupo Alpinos
italianos de Mendoza Luis Nana y fue su salvación. Sería el mismo Pelagatti que contaría
posteriormente al Nana la aventura del cura "guerrillero”!
MISION "CRISTO AMIGO"
P. Tarcisio no fue simplemente un franco tirador. Si fue pionero, si fue punta de diamante
en la penetración misionera migratoria, supo ser también miembro de grupo para ser luego
organizador de grupo.
Una de las varias actividades comunitarias fue ejercida con la promoción del arzobispo
Maresma a través de la "Misión Cristo Amigo para nuestros Hermanos Bolivianos", que se
realizó entre el 14 y 28 de noviembre de 1976, jornada del migrante, en el decanato de
Guaymallén con epicentro la parroquia S. Mauricio.
El equipo fue formado por el boliviano P. Ramon Herrera y las bolivianas religiosas Betty
Lujén y Encarnación Alba, los scalabrinianos mendocinos Padres Oliviero Manni, José
Guadagnini, Luis Portolán y Tarcisio Rubín, los redentoristas PP. Rosario Rizzo y Benito Sellito,
P. Ludovico Zanotti (Consolata), los diocesanos PP. Jorge Contreras, Miguel Dagoberto Pérez
Burgoa y otras hermanas de la zona.
Los misioneros redactaron un documento final a través del cual señalaron los problemas de
la indocumentación, la falta de viviendas y de un hogar de tránsito, la deserción escolar, la
mortalidad infantil, la carencia de asistencia médica y la desnutrición, la disgregación familiar, la
dificultad de normalizar los casos irregulares por falta de documentación y otros motivos, el
conflicto generacional con los hijos argentinos y la falta de asistencia religiosa. Como hechos
positivos se relevaron: el hambre de Dios, la hospitalidad, la laboriosidad y la religiosidad
popular con el culto de Cristo, a la Virgen y en las devociones a través de las fiestas y de las
imágenes.
Entre las reflexiones conclusivas se subrayó: "Al ir a los pobres para evangelizarlos hemos
sido también evangelizados. . . Nadie es tan rico que no pueda recibir, ni tan pobre que no pueda
dar".
17
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
La Misión Éxodo
FINALIDAD Y METODO
A través de sus experiencias personales y comunitarias P. Tarcisio logró perfeccionar su
sistema de trabajo apostólico hasta elaborar un particular estilo de evangelización, que él llamo
"Misión Éxodo". Esta metodología se fue gestando a través de vivencias con otros cohermanos
scalabrinianos, con religiosas y laicos. Aunque no se atribuyera algún título, él resultaba el
verdadero animador y también el conductor.
Examinado el poco material dejado, se puede afirmar que la organización mejor lograda se
encuentra en los años 1980 - 81, es decir en los últimos dos años de residencia mendocina, y se.
refiere a las misiones entre los zafreros del Ramal de Jujuy, es decir en los lotes pertenecientes a
los Ingenios Río Grande, La Esperanza y Ledesma.
A diferencia de otras misiones, en que no se conocía el ambiente y por lo tanto algunos de
los participantes se hacían presentes antes para una pre-misión, estas misiones se realizaban en
zona bien conocida al menos por el mismo Padre.
Cada ingenio posee de unos veinte a setenta mil hectáreas y tiene la propiedad del hospital|,
de la Iglesia parroquial, de algunas escuelas y comercios. Además del centro cívico cercano a la
planta elaboradora de la caña con producción de azúcar, alcohol y también pape! en el caso de
Ledesma, en un radio de dos a veinte kilómetros están los respectivos "lotes", que son pequeños
poblados con escuelita, salita de primeros auxilios, humilde local de culto, rodeados por los
cañaverales, con caminos de tierra y sin transporte público al menos en general.
El grupo misionero está constituido por diez-doce personas, es decir sacerdotes, hermanas,
seminaristas y laicos, provenientes de varias congregaciones y diócesis. Los misioneros se
establecen en la sacristía o algún local anexo a la capilla o en alguna casa o en una escuelita y
duermen en cochones o colchonetas puestas en el pavimento aguantando el calor o el frío y la
tremenda picadura de los insectos y usando de los más elementales servicios de cocina y higiene.
Al participar más de un sacerdote, la misión abarca, además del lote principal, algún otro más
pobre y con menores estructuras, al cual se accede a pie. Este subgrupo es formado por unas
cinco personas.
EL ESPIRITU de la Misión es dado por la misma palabra de Cristo. "Sabiendo Jesús que
su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos,
que estaban en el mundo, los amó hasta el fin" (Jn. 13, 1). "Yo soy el camino verdadero y
vivencial, nadie viene al Padre sino por mí" (Jn. 14,6).
LA FINALIDAD es:
No buscar experiencias pastorales, sino vivencias evangélicas.
Evangelización como educación a la fe y premisa de fraternidad en la justicia
haciendo crecer la comunidad trinitaria en la comunidad apostólica.
Formar grupos de oración.
No simplemente sacramentalizar, sino presentar a los párrocos la lista de las personas
deseosas de prepararse a los sacramentos.
EL METODO presupone un serio compromiso de comunidad de plegaria, pobreza, silencio
y diálogo y se concreta a través de los siguientes puntos.
18
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
TRECE PUNTOS ORIENTATIVOS
1.
Comienzo: Visitar a todas las familias del lugar. Ir de a dos para desear la paz del
hogar. Bendición con el crucifijo.
2.
Para los casos de Bautismo y Casamiento tomar los datos y entregarlos al párroco.
En lugar apartado que los haga el Misionero.
3.
Se entregará el santo rosario y un libro de oración a los que están preparados para
continuar como animadores. En cada casa visitada se dejará una hoja de recuerdo con el lema de
la misión y una oración.
4.
Organizar retiros espirituales y encuentros de oración para todos y convivencias para
los animadores.
5.
Los seminaristas mayores, religiosos y las religiosas en el momento de la misión
usarán hábito como testimonio de coraje, de unidad y humildad.
6.
La segunda semana organizar encuentros de Evangelización:
a.
Encuentros por las almas (difuntos);
b.
encuentros de Jesús presente en el Evangelio y en la santa Hostia;
c.
Encuentro de confesión;
d.
Encuentro de Misa;
e.
Encuentro de la luz de Cristo Resucitado.
7.
Nosotros somos misioneros, Jesús hace la misión. Por eso todos los días la
comunidad hace una hora de oración por la mañana y otra por la tarde, mis la celebración por la
noche con los fieles.
8.
Un día a la semana se programa un retiro espiritual en ayuno y completo silencio.
Pueden participar los animadores.
9.
La gente humilde y sufrida, entre la cual misionamos, se alimenta en el silencio y se
comunica en el servicio. Para aprender esta lección de contemplación se hará almuerzo sobrio, en
silencio, siempre todos unidos en comunidad, escuchando una lectura de la vida de un santo.
10. Para trabajar a nivel eclesial es positivo que la comunidad de misión sea presentada
por los Superiores Religiosos, por el obispo de la zona de residencia al obispo de la zona a
misionar. Al comienzo la comunidad se presentará al párroco del lugar.
11. La misión comenzará en pobreza. El dinero y las limosnas que recibimos, se pondrán
en un fondo común. Se gastará lo indispensable y mínimo. Dios nunca abandona a sus hijos. El
hombre vive de previdencia, el misionero vive de providencia.
12. No aceptar invitaciones para comer afuera. Se pueden aceptar alimentos. No tomar
fotografías. No comprar recuerdos. No escribir cartas o postales, excepto a los padres. Somos
misioneros y no turistas. El turista viaja para conocer y estar bien. El misionero camina para
amar y hacer el bien.
13. Hay que llevar bolsa para dormir, cubiertos, plato y vaso, y dinero para el pasaje de
ida y vuelta. "Los golondrinas" tienen lo indispensable para ellos y a veces para dar colchones a
los misioneros, duermen en el suelo.
De hecho, aunque fueran orientaciones más que normas, P. Tarcisio luchaba para su
cumplimiento. Sabía recurrir a la enérgica corrección, especialmente si no se vivía la oración, el
ayuno, la pobreza, si se descubría a un sacerdote, religiosa o laico frente al televisor, radio o
diario. Su tendencia antisistemática se descubría también durante las misiones. A veces él mismo
había comunicado un programa y un horario y luego improvisamente llegaba a borrón y cuenta
19
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
nueva. Era lógica la reacción de los demás participantes. Pero, como testimonia el P. Benjamín
Baggio, P. Tarcisio no improvisaba el cambio, sino que llegaba a una decisión, aunque drástica,
solamente después de varias horas de oración. La opción por lo tanto, más que surgir de un
debate o de una mesa redonda, brotaba de una iluminación frente al altar. Al final se descubría
que tenía razón.
EL VALOR DE LA AMISTAD
Uno de los valores principales vividos en la misión debía ser la amistad.
CON DIOS - No hay que rezar para que seamos apóstoles nosotros, sino para que el único
apóstol Jesús sea en y con nosotros en los hermanos.
CON LOS HERMANOS - Hay que reducir las actividades individuales para lograr una
unificación en pocas actividades comunitarias. Hay que transformar los medios de apostolado
(charlas, cantos, etc.) en signos de presencia evangélica del apóstol. Son signos apropiados el
llevar el crucifijo, el llamarse hermanos. Hay que pasar de los encuentros cuantitativos a la
presencia cualitativa de la comunidad. El signo de la fraternidad se realiza no sólo con la
completa comunidad de bienes y recursos, sino también a través del trabajo de limpieza, cocina,
lavado de ropa, en el cual todos y también los sacerdotes participan.
CON LOS POBRES -- La muerte del misionero, hombre que se cansa cuando no camina,
no es tanto el reducirse a la tarea sedentaria de la parroquia, sino el hacer el profesor, el hacer el
turista. Es decir transformar la "aventura" evangélica del misionero, hecha como en San Pablo de
sacrificio y renuncia en la entrega a las almas, en objeto de estudio o en paseo turístico. Sería una
traición. Por eso hay que hacer una convivencia real con los obreros en la habitación, en la
comida, en el silencio del trabajo. Los que quieren compartir el trabajo tienen que seguir el
mismo horario y el mismo estilo de los obreros. La verdadera amistad encuentra a los amigos
similares o los hace similares en una ósmosis de valores. Los valores, que encontramos entre los
zafreros, son una oración sencilla, una unidad silenciosa, un servicio incondicional y un trabajo
sufrido.
A este nivel nos parece que los valores evangélicos para vivir son: la oración familiar y la
devoción a la Madre de Dios (santo rosario), el aprendizaje de un Jesús carpintero, imagen del
amor del Padre entre los hombres. Más que instruir su ignorancia religiosa, hay que vivenciar y
unificar sus valores afectivos.
Et ámbito del "lote" ofrece una positiva receptividad para crear este clima amistoso y al
mismo tiempo de fiesta: conjunto unitario de la población aislada y rodeada por los cañaverales,
el espíritu religioso de los oriundos coyas y bolivianos, el tipo de momento fuerte para cristianos
sin casi ninguna presencia sacerdotal
durante el año, la coincidencia en varios casos con una fiesta o con bautismos, primeras
comunión es y regularizaciones matrimoniales.
Un momento fuerte para los misioneros es la participación en el trabajo de los zafreros para
poder experimentar su sacrificio: levantarse entre las cuatro y cinco de la mañana al toque de la
sirena, el trasladarse en camión al lugar de trabajo, el corte de la caña con el pesado facón, el
desalojarla, el amontonarla y a veces el cargarla, el aguantar el tórrido sol, la lluvia, los insectos,
el peligro de las serpientes y la gran suciedad del aceite quemado, el traslado de la comida hecho
normalmente por mujeres y niños a través de varios kilómetros por los surcos, el agotamiento
físico y síquico, el sentirse simples músculos que valen por la cantidad de caña cortada, dada la
frecuente remuneración por destajo.
20
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
El resultado de una misión lo podemos ver reflejado en cuanto escribe la Hna. Luisa
Lapiccirella, luego del trabajo con el P. Tarcisio en los lotes de La Manca y Las Palmeras del
Ingenio La Esperanza entre el 17 de julio y 3 de agosto de 1981. "La gente nos recibió con
mucha alegría y generosidad, ha convivido con nosotros lo poco que tenía, para que no nos
faltara nada. Era conmovedor ver llegar adultos y niños con la oferta de una papa, una cebolla,
fruta, pan. Se leía en los ojos la felicidad de vernos con ellos y en medio de ellos. . . En la
expresión de aquellos rostros quemados por el sol tropical se leía una serenidad y una
simplicidad envidiables".
21
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Evangelizar Con Sencillez
EL PADRECITO CON BARBA
Las misiones en equipo de tipo "Exodo" se hacían normalmente en julio y enero, en
tiempos de vacaciones escolares de invierno y verano, cuando religiosas y seminaristas tenían
tiempo disponible. En otros tiempos el P. Tarcisio normalmente misionaba solo y con la
colaboración de los cristianos del lugar. Muchas veces la misión coincidía con una novena,
semana o triduo de una fiesta patronal del pueblo o de la zona o como preparación a una fiesta de
las colectividades boliviana, chilena e italiana.
En el Ramal de Jujuy es característica la zona de las fincas con cultivo de verdura, del
tabaco y de pequeños cañaverales, donde la gente está dispersa en medio del "monte", es decir la
elevación de árboles. Allí la visita sistemática de las familias se hace más difícil, ya que los
pobres ranchitos o simples toldos están muy desparramados. Allí para acudir a algún enfermo
hay que hacer varios kilómetros a pie. Pero para la fiesta patronal de la capilla, que a veces
consiste en un simple lugar abierto con techo de cinc y una pared de fondo, suele concurrir
mucha gente. En ciertas escuelitas oficiales de campo, donde el sacerdote puede ir una o dos
veces por año, las mismas maestras preparan para la primera comunión, que resulta la fiesta de la
zona.
"El Padrecito" que llega es toda una personalidad y todo el mundo pide bendiciones y
aprovecha para los sacramentos acatando lo que dice el sacerdote, quien hace poner en fila
también a los hombres para la confesión. En los primeros años parece que el Padre Tarcisio en lo
referente a las regularizaciones matrimoniales no cumpliera todas las prescripciones canónicas,
ya que ciertos oriundos indios no disponían de ningún "papel" ni civil ni religioso. Pero en los
últimos años se había hecho más exacto y hasta llevaba consigo los formularios matrimoniales.
Para la arquidiócesis de Mendoza en su calidad de "misionero" había conseguido del arzobispo
Maresma facultades particulares, mientras que en el norte solicitaba las correspondientes
facultades a las autoridades del lugar.
Recuerda P. Benjamín Baggio que en una misión en el norte cayeron en una zona en la
cual casi todas las familias eran irregulares y muchas con imposibilidad de recuperación
tratándose de juntados posteriormente a divorcio o separación. Padre Tarcisio, antes que
recriminar o amenazar el castigo de Dios, prefirió hablar mucho sobre el amor de Dios, la
confianza en su misericordia y la necesidad de rezar. Sólo después de haber creado tal clima de
benevolencia, exhortaba a buscar toda solución posible para llegar a la amistad con Dios y al
cumplimiento de su voluntad. Así lograba despertar en aquellos corazones el deseo sincero de
abrir un camino en su problemática situación.
DORMIR DONDEOUIERA
El Padrecito se adaptaba espontáneamente a cualquier situación, sea para ejercer el
apostolado como también para vivir. Lugares muy difíciles eran ciertos galpones de los pequeños
"lotes" de El Quemado y El Bordo. En un solo galpón se albergaban diez o doce familias, cuya
separación entre una y otra se hacían con simples bolsas abiertas y pintadas con cal, suspendidas
a un alambre. El lugar servía sólo para dormir, mientras que para cocinar y lavar se hacía todo al
abierto, usando a veces ollas de barro. El P. Tarcisio se adaptaba a dormir en un rincón de tales
22
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
galpones sin alguna privacidad, tirado sobre el húmedo piso de cemento y envuelto en un
poncho. Una vez un boliviano del lote El Quemado, preocupado que el Padrecito no durmiera
directamente en el piso, le puso un estrato de cañas. Con todos los nudos que le martirizaban el
cuerpo lógicamente P. Tarcisio no pudo dormir y al final tuvo que desplazar las cañas y
adaptarse al pavimento.
El pasar la noche con los peones y obreros de última categoría no era más una dificultad
para el P. Tarcisio. Ya era una praxis en Alemania con los obreros inmigrantes de la ciudad de
Solingen. Padre Rubín mismo recordaba que de aquellos dormitorios comunes eran fáciles
huéspedes ciertas mujeres visitadoras; pero los compañeros no permitían que ellas se sentaran en
la cama del misionero o pusieran estampas indecentes. El Padre acostumbraba también dormir
junto con los obreros chilenos y bolivianos de la empresa Techint en la perforación del túnel del
Cristo Redentor entre Argentina y Chile, pero lamentaba que los técnicos italianos enseñaban el
idioma de Dante con los términos de las blasfemias y de la pornografía.
EL MENSAJE PARA LOS SENCILLOS
P. Tarcisio, acostumbrado a dictar clases de sociología y teología y al rigor del raciocinio
europeo, tuvo que luchar en los primeros tiempos para adaptarse a la mentalidad latinoamericana
El llegó a afirmar que con los seminaristas de extracción india no se podía exigir la filosofía
clásica con los textos europeos. Se convenció que en este ambiente la comunicación del mensaje
no se hace a través de los argumentos intelectuales, sino con la mediación del corazón. Se hizo
maestro de la afectividad y con toda espontaneidad se acercaba a besar y abrazar a todo el mundo
y especialmente a los chicos. Con su mirada tan penetrante y cristalina llegaba inmediatamente al
corazón.
En ambientes de analfabetismo o de mínimas nociones él acostumbraba dar hojitas de
catequesis esencial, presentada en términos no abstractos. Grande era el recurso a la
memorización a través de formulas muy sencillas. El mismo se asombraba de la capacidad
mnemónica de los niños, que no estaban oprimidos por los continuos golpes de la propaganda de
la radio, televisión y diarios.
He aquí algunas de estas preguntas y respuestas catequísticas.
"Cuál es la vida de Nuestro Amigo Jesús, Hijo de Dios?"
Jesús nació en el pueblo de Belén, vivió en el pueblo de Nazaret, murió en la ciudad de
Jerusalén el día viernes a las tres de la tarde sobre una cruz.
"Quién es la mamá de Jesús y qué trabajo hizo?"
La mamá de Jesús se llama María, su esposo se llama San José, Jesús trabajo por treinta
años como carpintero y tres años como misionero.
"Quiénes son los amigos de Jesús?"
Sus amigos son algunos pescadores y algunas mujeres piadosas. Un amigo, Judas, lo
traicionó por treinta monedas de oro con un beso y se desesperó. Otro amigo, Pedro, lo renegó y
se arrepintió. Jesús lo hizo el primer Papa.
Otros medios. de evangelización eran los cantos, pero los más sencillos, fluidos, de ritmo
fácil. Recuerdo, que recién nombrado superior provincial, estaba recorriendo las tres parroquias
scalabrinianas de Mendoza. Después de haberlo buscado en la zona de San Martín, lo encontré
finalmente en el pueblito Tres Porteñas. Estaba en el patio, al lado de la capilla, con un grupo de
niños, guiando el canto. Golpeando las palmas de las manos los niños cantaban "Alabaré,
alabaré", escuchaban a una compañerita que cantaba las estrofas para retomar luego con ritmo y
23
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
entusiasmo el estribillo.
P. Tarcisio recordaba a menudo el paso misional de San Francisco Solano, que evangelizó
buena parte del noroeste argentino, cuya fórmulas de oración, aprendidas de memoria, desafiaron
los siglos. Por eso él enseñaba el rezo del Rosario, del Vía Crucis y de las oraciones y cantos de
la Adoración del Santísimo. Exhortaba a los sacerdotes a no llevar libros en las misiones. Debían
hablar con la espontaneidad del corazón y, especialmente con los pobres, comunicarse con pocas
palabras y con una gran sonrisa.
Muy participada y vivida era la celebración de su santa misa. El se sentía verdaderamente
primer responsable y sabía transmitir la fe y el calor de la plegaria. Como testimonia el ayudante
de la parroquia Madre de los Migrantes de Dorrego – Mendoza, Julio Castillo, no le gustaba
mucho que los laicos hicieran de guía y tuvieran largas intervenciones. Aprovechaba él mismo
las moniciones e introducciones haciendo vivencial la liturgia e ilustrando el valor de cada
memento. Enseñando oraciones a niños tenía un gesto por cada palabra hablando del cariño de la
mamá, del trabajo del papá, de la enseñanza de la maestra.
Sabía aprovechar al máximo las oportunidades especiales. El 8 de diciembre de 1979 yo
estaba presente en la parroquia Ntra. Sra. del Líbano de San Martín (Mendoza) para explicar a
los fieles el motivo de nuestro retiro de la misma. El celebro una misa de primera comunión y
supo transmitir tan bien una síntesis de la doctrina y moral cristiana a los numerosos
excepcionales asistentes que recibí una grande lección de comunicación evangélica.
MANOS EN ALTO
Los pobres campesinos y obreros, que luego de una durísima jornada de fatiga accedían a
la misa oficiada por el Padre Tarcisio, al momento del Padre Nuestro levantaban las manos como
el sacerdote, como Cristo en la cruz, como un puente entre Dios y los hombres y hacían propia la
interpretación del celebrante.
Manos en alto a Dios:
para presentar el grito silencioso de mujeres, hombres y niños, que piden protección,
promoción y liberación.
para ofrecer el duro trabajo, que empieza antes del sol y termina cuando un
encargado del ingenio quita la luz eléctrica.
para orar con fe y profunda y sincera, que no separa o aleja del martirio de la vida,
sino que transforma esta vida en sacramento pascual.
para recordar a aquellos que ya están juntos al Señor y están presentes como luz y
fuerza en el camino de nuestra existencia.
UNA ORACION DE LA NOCHE
Aquí se presenta un ejemplo de oración vivencial, pronunciada con el acompañamiento de
cada verso de los gestos de las manos, y enseñada por el P. Tarcisio a los niños de Chalicán
(Ramal - Jujuy) el 24 de diciembre de 1982.
Señor, te doy las gracias,
por la luz del día,
el descanso de la noche.
Como el niño,
24
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
junto a la cama de su mamá
esta noche,
quiero descansar, sano y feliz,
seguro de estar bajo la luz
de nuestro Padre Dios,
de nuestra Madre la Virgen María.
Yo pienso con cariño
a todos los niños del mundo,
que en esta noche
no podrán dormir
por el hambre,
por el frío,
por la enfermedad,
por la guerra.
Mañana al despertarnos,
con la luz del nuevo día,
continuaremos juntos
la obra de tu Reino,
Reino de Amor, de Paz, de Felicidad.
25
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Alma De Apóstol
CON LOS CONNACIONALES ITALIANOS
Aunque las misiones con los bolivianos y los oriundos indios presentaban las situaciones
más abiertas y gratificantes, dado el temperamento sumiso y la religiosidad sencilla de aquella
gente, P. Tarcisio no descuidaba la tarea apostólica, sicológicamente más difícil, con los
connacionales italianos y con los migrantes chilenos. De alguna manera con los hombres del
altiplano el sacerdote podía ser tentado de incurrir en la manipulación y gozar luego del éxito
inmediato a través de los numerosos ritos. También P. Tarcisio experimentaba la dificultad del
trabajo apostólico con los chilenos, más avivados y generalmente politizados, y con los italianos,
varios de los cuales se presentaban como indiferentes y emancipados de las necesidades
religiosas, con pose de autosuficiencia o de crítica hacia la lglesia o hasta de sátira hacia el
ambiente clerical. Entre los italianos no le faltaban amigos, pero no todos se acercaban a los
sacramentos. En preparación a una misa pascual o a una fiesta especial también él emprendía la
visita a las familias italianas, como se hace normalmente entre los misioneros scalabrinianos.
Al P. Tarcisio pedí reiteradas veces que confeccionara fichas con los datos fundamentales
de las familias visitadas, en orden a una mínima organización y comunicación, a la continuidad
del trabajo y a la colaboración con los otros sacerdotes y cooperadores laicos. P. Tarcisio todo lo
memorizaba fácilmente y nunca llevaba agenda o fichero; al máximo un papelito dentro de la
biblia o del pasaporte. Pero "por obediencia" trataba que algún laico tuviera un cuaderno para
asentar las familias visitadas.
Un testimonio de cómo visitaba las familias lo tenemos a través de la colaboradora Vicenta
Gubinelli de Godoy Cruz. "En abril de 1980 yo colaboré en la visita de unas cincuenta familias
italianas de Godoy Cruz en la periferia de la ciudad de Mendoza. Aquí tengo el cuaderno con los
datos de cada hogar. El Padre, siempre vestido de sotana, faja y crucifijo, no llevaba ni agua
bendita ni programas hechos. Tenía estampas chicas o de tamaño postal y al dorso escribía en la
misma casa el mensaje. Este es el texto que nos dejó en nuestra familia con fecha 22/4/1980.
Cristo es el Resucitado, verdaderamente el Resucitado.
Queridas Vicenta y mamá Elisa, una visita de amor es siempre una simiente tirada en el
surco del corazón de nuestros amigos. Solamente Dios sabe cuándo esta simiente florece y dará
fruto. Jesús necesita almas buenas para dar luz y calor a los corazones de parientes y amigos.
Haciendo el bien uno se hace más bueno y dando luz y amor a quien es triste contribuimos a
hacer desaparecer nuestras tristezas.
Nos encontraremos el domingo 27 de abril a las 19 en la iglesia Compañía de María,
Rivadavia 390 de Godoy Cruz. Jesús y María sean siempre en nosotros luz, sal, fuerza de
bondad. Presente en la oración saludo a vosotros y a todos
los parientes. P. Tarcisio, misionero -.
En la casa el Padre se hacía dar agua y el ramito de olivo del domingo de Ramos o una flor,
bendecía el agua y luego procedía a la bendición de la casa. Era un encuentro muy sentido y
vivencial y no tenía nada de rutina o de apuro. En muchas familias después de varios años
guardamos con cariño la estampa con su mensaje".
Otro testimonio nos viene a través del P. Pablo Piron. "Estamos aquí en la parroquia SSmo.
Sacramento - S. Pío X de Córdoba entre el 15 y 20 de agosto de 1983 los scalabrinianos P.
Antonio Mascarello, párroco, P. Tarcisio Rubin, P. Pedro Bianco del Seminario de Merlo y el
subscripto proveniente Bahía Blanca para una misión de los italianos en preparación a la fiesta
26
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
patronal y a la recepción de la nueva imagen de San Pío X, que llegaría de Treviso (Italia).
Dimos charlas en colegios religiosos secundarios y en el seminario arquidiocesano y otros para
sensibilizar sobre la pastoral migratoria, pero sobre todo visitamos familias. Era realmente
confortable, después de haber caminado cuatro o cinco horas bendiciendo casas de connacionales
y escuchando sus aventuras, reunirse a las 21 en una familia para rezar con los vecinos el
Rosario, leer algunos
pasajes de la vida de S. Pio X y elevar con entusiasmo y nostalgia algunos cantos religiosos
de nuestra tierra natal. Había sido idea del P. Tarcisio llegar a constituir en Cordoba unos
cincuenta centros de oración entre los inmigrados italianos".
Los cónyuges Luigi y Teresa Fantozzi de Mendoza recuerdan que P. Tarcisio llegaba en
cualquier momento a su casa con trabajo para los hijos. Se trataba de armar algún programa,
redactar algún texto de invitación para una fiesta de connacionales, pintar los colores de las
banderas argentina e italiana, comprar y enviar tarjetas navideñas. El lograba entusiasmar y
mover a todo el mundo; sabía arrastrar y lograr así sus objetivos.
MAS ANIMADOR OUE ORGANIZADOR
La Capital Federal de Argentina con el Gran Buenos Aires según el censo argentino de
1980 contiene el 60 por ciento de los nacidos en el extranjero. De toda la nación parecía lógico
que se invitara al P. Rubín a poner su tienda en la orilla del Río de La Plata para reforzar la
evangelización de los inmigrantes. Pero P. Tarcisio trató de no ser fagocitado por este magno
conglomerado urbano, no ser absorbido por su técnica organizativa y prefirió quedarse en
ciudades del interior, donde se puede todavía tener relaciones más directas y personales.
Pero aceptó algunas incursiones y actividades en la zona porteña. Los días 24 - 26 de
noviembre de 1982 P. Tarcisio dicto meditaciones en el Hogar Nazaret (C. Calvo y Urquiza) de
la Capital a los agentes del Equipo Pastoral Paraguayo en Argentina (EPPA) en el contexto de la
décima misión paraguaya en 85 barrios en honor de la patrona la Virgen Inmaculada de Caacupé
con grandiosa conclusión el domingo 12 de diciembre en el Santuario del S. Corazón del Camino
Cintura (San Justo).
Así también, cuando llegaba a la Capital en los últimos años, participaba de las reuniones y
fiestas del Equipo Pastoral Boliviano con los encuentros o en el Santuario de Pompeya o en el
Hogar Stella Maris (Independencia 20) o en la capilla del Barrio Charrúa, donde en octubre de
1982 animó la fiesta de la Virgen de Copacabana ante la presencia de Mons. Adhemar Esquivel.
El solía transmitir sus ideas, sus vivencias y su experiencia de oración. Tomaba parte
también de alguna fiesta boliviana en barrios periféricos. Al llegar él con su carisma y su ímpetu
era lógico que se interrumpiera el hilo de la programación, almeno en parte, pero la presencia del
Padrecito marcaba a fondo y constituía un auténtico paso del espíritu.
ENCUENTRO DE PASTORAL MIGRATORIA EN EL NORTE
Un ejemplo de lo que es animación misionera de varias naciones fue dado por el Encuentro
de Pastoral Migratoria del NOA, que surgió del corazón del P. Tarcisio. El Padre veía la
necesidad de una experiencia a nivel de obispos, sacerdotes, religiosas y laicos en una zona de
típica inmigración limítrofe, como la de Noroeste Argentino, en un ambiente de opresión y
aprovechamiento humano como el de los ingenios azucareros de la provincia de Jujuy.
Se trataba de la convocación de obispos de Argentina, Bolivia y Chile, de organización en
la diócesis de Jujuy, de participación de los organismos nacionales migratorios y de agentes
27
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
pastorales de varias diócesis, en el respeto de la precedencia y del rol de cada participante. Tuvo
que poner su buena diplomacia el secretario general de la Comisión Católica Argentina de
Migración P. Eduardo De Gaudenzi para armonizar todo, luego que el P. Tarcisio había
elaborado programa y folletos.
El encuentro, desarrollado en la Casa del Buen Pastor de la ciudad de S. S. Jujuy los 19 20 - 21 de julio de 1982, contó con 41 asistentes, entre los cuales los obispos Mons. Romulo
García, Adhemar Esquivel y Raúl Silva, presidentes respectivamente de los organismos católicos
argentino, boliviano y chileno de migración, los obispos y prelados Terrazas de Oruro, Márquez
Bernal de Humahuaca y Blanco de Jujuy. El lema fue: "No hay extranjeros, sino hermanos" y
tuvo conferencias, informes y debate notables y un grande eco en la televisión, radio y diarios de
la zona.
Donde se manifestó el carisma del Padre Tarcisio fue en la vivencia litúrgica como
también en la inmersión pastoral. Aunque él no figurara entre los relatores, preparó cantos y
pasajes bíblicos sobre "El extranjero en la Historia del Pueblo de Dios", "Pablo el hermano
universal" y por ultimo "No hay extranjeros, sino hermanos". La experiencia vivencial de los
participantes se efectuó en el lote Maíz Negro del Ingenio Ledesma la noche del 20 de julio. En
la capilla del lote durante la liturgia eucarística concelebrada por obispos y sacerdotes P. Tarcisio
hizo de puente entre el altar y los fieles en aquel ambiente, que por primera vez veía una
presencia episcopal.
ENTRE LOS COYAS DE VALLE GRANDE
Varios de los zafreros de los cañaverales del Ramal de Jujuy son indios coyas, que
provienen del altiplano de Valle Grande. Por eso P. Tarcisio quiso hacer un recorrido apostólico
allá arriba entre el 15/12/82 hasta el3/l//83, donde ya había misionado en 1978 y al final
encontraría su muerte. Tomo el relato de aquel recorrido de la revista "MISIONES Y
MIGRANTES" (No.21) en una entrevista, que le hice en enero 1983 en Buenos Aires antes que
el volviera a la Antártida.
El altiplano de Valle Grande, con un promedio de 2500 metros de altura, se extiende por
unos cien kilómetros a través de los senderos de mulas desde el Valle del Río Negro (Ledesma) y
la turística Quebrada de Humahuaca. Los habitantes no llegan a tres mil en total y los pueblitos
se suceden empezando de San Francisco, Santa Bárbara, San Lucas, Alto Calilegua,
Pampichuela, Valle Grande, que es cabecera, Valle Colorado, Santa Ana y Cuspalá.
"Los pobladores viven normalmente en muy humildes casitas de adobes, en las cuales
deben defenderse del calor tropical durante el día y del frío causado por la altura durante la
noche. Los pocos recursos locales son ofrecidos por la pequeña ganadería. No se nota una mejora
seria a través de las ganancias de los migrantes golondrinas a la vuelta de la zafra. Al retorno de
éstos llegan también con sus mulas cargadas los comerciantes "bolivianos", así llamados aunque
vivan en Argentina desde el siglo pasado, que ofrecen alcohol, hojas de coca y los pequeños
atractivos del consumismo moderno, y los ahorros se esfuman como neblina al sol. Hay casos
que una radio de bolsillo es canjeada por un ternero o un cabrito.
Están muy marcados en aquellos paisanos los signos de la primitiva evangelización,
llevada a cabo por los misioneros franciscanos. En cada capilla hay un "rezador", elegido por el
pueblo, que se presta gratuitamente. El se encarga de las oraciones, de las paraliturgias, de los
funerales y del catecismo. En Valle Grande Marcos Cipriano es rezador desde hace treinta años y
en Santa Ana el octogenario Don Eustaquio Cruz lo es desde más de cuarenta. Lápidas especiales
en el cementerio recordarán a estos personajes del pueblo, que-son los rezadores. Ellos todavía
28
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
usan el manual "Ancora de Salvación" del 1700 y en el examen de conciencia se pide "si has
matado y a cuántas personas".
Varias capillas son del 1700 y tienen valor histórico. No tienen bancos y los fieles se
arrodillan y sientan en el piso. Es costumbre reunirse los domingos en la capilla y escuchar la
misa transmitida por radio. Usualmente se reza el rosario, el "ángelus" y no falta el pésame. Yo
dejé en cada lugar un nuevo testamento para que se leyera un pasaje y se hiciera después algún
momento de meditación. También los hombres se demuestran tímidos y se detienen a la puerta
de la iglesia antes de entrar; cualquier gesto del sacerdote podría hacerlos escapar.
De la parroquia del Libertador General San Martín sube una vez por año un sacerdote para
las fiestas patronales y aprovecha para celebrar la eucaristía, confesar, bautizar, dar la primera
comunión y confirmar y luego de pocas horas vuelve a la ciudad. Son muy pocos los
matrimonios formalizados civil y religiosamente. El solo hecho de deber bajar a Ledesma en dos
o tres días de ida y luego otros tantos de vuelta para los indispensables exámenes clínicos
constituye un impedimento casi absoluto. No hay rechazo del sacramento del matrimonio, pero
las dificultades reales lo hace casi imposible. Más que de concubinato, se tendría que hablar de
matrimonio natural.
De los aspectos positivos mayormente notables se destacan la fuerte sensibilidad religiosa,
el respeto profundo a la vida, el culto al Cristo Crucificado, a la Virgen y a los Santos con sus
novenas, la veneración a los difuntos. Hay un respeto profundo a la vida y a la maternidad y los
niños permanecen colgados al hombro de las mamás hasta cuando ellas trabajan.
Ciertamente las dificultades están aumentando en estos últimos años. Los contactos del
mundo consumístico traen los primeros estímulos para la inmoralidad, el aborto, el incentivo del
alcoholismo y el consumo de coca y al mismo tiempo se experimenta un cierto proceso de
secularización. En comparación de 1978, relativamente pocos ahora piden la bendición de las
casas; además hay una menor concurrencia a las celebraciones. Otro aspecto negativo es dado
por el avance del protestantismo.
Me confortó en Valle Grande la celebración Navideña con los típicos instrumentos, como
la quena, el bombo, el charango y el sicuri. Los chicos del lugar estuvieron por muchas horas en
la "adoración del Niño" con sus cantos y danzas. Se demostraron ofendidos cuando yo les dije
que estaban bailando, pues el "adorar al Niño" es muy distinto al bailar profano.
Lógicamente se siente la falta de un sacerdote estable para este territorio tan vasto y
aunque hubiera una cierta permanencia sacerdotal, ésta no es suficiente, pues hace falta la
convivencia para comprender a los indígenas y ser aceptado por los mismos. Uno vuelve triste de
esta experiencia al constatar que poco sirve para el mejoramiento de una zona el sacrificio de
tantos migrantes golondrinas en el duro trabajo estacional de la zafra y que falta el porvenir para
las nuevas generaciones de esta tierra, que todavía sigue conservando las improntas vivas de la
primera evangelización argentina. Esto demuestra una vez más que toda migración, si no es
preparada y acompañada también religiosamente, en última instancia resulta negativa".
Padre Tarcisio afirmaba también que el oriundo indio no debía perder sus valores
primigenios. "Mientras que el latinoamericano está tentado de ser activo y exterior imitando al
latino-europeo, el alma indio-americana es contemplativa, amante de la plegaria, del silencio y
de la penitencia".
29
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Estructuras Y Misionariedad
PARROQUIAS TERRITORIALES Y MISIONES
La confrontación entre la actividad en parroquias territoriales y la tarea misional o la
misión volante ha animado muchas discusiones de los sacerdotes scalabrinianos en Argentina.
Los obispos argentinos, a excepción de la tardía concesión para los portugueses de la diócesis de
San Justo, no han reconocido la "misión con cura de almas" establecida por la Santa Sede,
ofreciendo como único instrumento la parroquia territorial. Por eso los scalabrinianos desde su
comienzo permanente en 1940 tienen parroquias y además porque los párrocos frente al clero y
fieles son sacerdotes de primera categorías, mientras que los demás sacerdotes son retenidos
como de segunda o tercera. Desde 1971, año de la apertura de la parroquia cordobesa, los
scalabrinianos no aceptaron nuevas parroquias argentinas, se retiraron de cuatro parroquias,
abrieron dos hogares y aceptaron dos vicarías territoriales, con convención trienal, como bases
misioneras.
El pensamiento del p. Tarcisio, además de su ultimo escrito que publicamos
enteramente, está condensado principalmente en dos entrevistas, que le hice para los
números 124 y 132 del boletín interno scalabriniano: CONO SUR. La primera entrevista fue
hecha en Buenos Aires en ocasión de la venida del Papa Juan Pablo II en Argentina los días 11 y
12 de junio de 1982. La segunda se la hice en Córdoba el 24/4/83 antes de su salida para Italia y
en la perspectiva de la apertura de la nueva misión de Jujuy.
PRIMERA ENTREVISTA
1.
INMIGRANTES LIMÍTROFES DESTINATARIOS DE LOS SCALABRINIANOS
"Yo conozco el grupo boliviano y en algo también el grupo chileno. No conozco el grupo
paraguayo. Me parece que por parte del episcopado chileno hay una mejor organización a través
de INCAMI, que ofrece un cierto respaldo a las misiones hechas por sacerdotes y laicos chilenos
en favor de sus compatriotas inmigrados en la Argentina. Pero no existe una adecuada
organización chilena en la Argentina. Me parece que en Buenos Aires el EPPA (Equipo Pastoral
Paraguayo en Argentina) está bien afianzado, sobre todo para promover la misión anual con la
intervención de obispos, sacerdotes, religiosas y laicos provenientes de Paraguay. Yo aconsejaría
que elementos bolivianos especialmente de la Capital y del Gran Buenos Aires se encuentren con
el equipo paraguayo para organizar algo análogo para su colectividad".
2.
ORGANIZAR FIESTAS PARA LOS LIMÍTROFES
"No conviene o no es necesario. Las fiestas ya existen y debemos aprovechar las mismas.
Recordamos las celebraciones bolivianas del Señor del Quillaca y del Manquiri o de la Virgen de
Copacabana. Los laicos están comprometidos y tienen una discreta organización; los
connacionales están sensibilizados y se vuelcan en masa. Los momentos son preciosos para una
intensiva evangelización y sacramentalización. Los scalabrinianos de Buenos Aires deberían
colaborar con la fiesta de la Virgen de Copacabana, que se celebra el 12 de octubre en Villa
Soldati. Para los chilenos habría que aprovechar la devoción a la Virgen del Carmen (16 de
julio). Ciertamente su problema político es más serio y por eso ellos viven más dispersos y
mimetizados, por lo menos en el Gran Buenos Aires. Para evitar conflictos y divisiones debemos
evitar de promover nosotros fiestas civiles, como la celebración del 18 de setiembre para los
chilenos. Podemos aceptar una invitación y también celebrar una misa, especialmente si uno
30
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
tiene el cargo de delegado diocesano de migración, pero no ponernos en política".
3.
TRABAJO PARA LOS CHILENOS
"Los obispos argentinos no desean que se hable de chilenos y tanto menos que se reclamice
la actividad en favor de los mismos; al menos hasta que se solucione el problema del Beagle.
Basta pensar que en Comodoro Rivadavia la oficina de asistencia se llama "Servicio Pastoral" y
se evita hasta la palabra "migrantes". Los obispos apoyan la tarea misional en los barrios donde
se destaca la presencia de inmigrados, pero con la condición que se involucren con la población
local. No hay que hacer o al menos aparentar distinciones o diferencias. Estas misiones para
barrios periféricos, a menudo sin capilla, donde viven chilenos, pero no expresamente para
chilenos, ya se practicaron en Mendoza y en nuestra parroquia de Bahía Blanca. Hubo una
excepción con el grupo bien caracterizado y ahora bastante reducido de los refugiados de
Mendoza. En la Patagonia el no destacar la nacionalidad chilena conviene también porque los
"chilenos" inmigrados en las provincias de Chubut y Santa Cruz son más "patagones" que
chilenos y no tienen serios problemas de integración con los argentinos de extracción india".
4.
POSICIONES CON GARANTÍA DE CONTINUIDAD
"Para mi estos puntos estratégicos son: Buenos Aires - Boca para la Capital y el Gran
Buenos Aires, Bahía Blanca como centro de animación del sur, Córdoba como base de
irradiación hacia el norte y posiblemente Rosario y Mendoza. Digo posiblemente porque no
tenemos suficiente número de Padres para tener una comunidad misionera en ambos lugares.
Y no podrían nuestros sacerdotes con los medios de locomoción que tienen desde la
comunidad de La Boca desplazarse a las distintas zonas para el servicio de los diversos grupos de
inmigrantes del Gran Buenos Aires?
Hay Padres que se dedican bien a los italianos. No podrían dedicarse en parte también a los
limítrofes - golondrinas, que son más pobres y más necesitados? Reconozco que su actividad
para los italianos sigue siendo limitada. Por eso es urgente que los Padres, que no hacen nada o
casi nada en forma directa para los migrantes, dediquen tiempo a esta tarea específica para los
inmigrantes limítrofes".
5.
LOS COHERMANOS EN EL TRABAJO TERRITORIAL -PARROQUIAL
"Hay una gran dificultad de desprenderse de la mentalidad de la parroquia. Se crea un
apego a las personas y luego se hace muy difícil el desprendimiento. Esta mentalidad parroquial
o casi - parroquial se aplica también a los barrios de González Catán, en los cuales el misionero
es una especie de párroco. El verdadero misionero es quien trabaja en zonas que pertenecen
jurídicamente a un párroco local y le pide permiso para actuar en favor de los inmigrantes.
Se dice que debemos cumplir con el compromiso de la Congregación frente al obispo por
haber asumido las parroquias territoriales. Pero la razón de fondo, que no se manifiesta, es
siempre el lazo personal y a veces sentimental. El misionero no ligado a la parroquia territorial se
encuentra más disponible para el cambio. No puede ser que en caso de urgencia el titular de
parroquia tenga el privilegio de la estabilidad y tenga que sacrificarse el misionero directamente
empeñado con los migrantes. De esta manera la prioridad que proclamamos en Capítulos
Generales y también en nuestro Directorio Provincial es una linda expresión, pero no una
realidad".
6.
ACTIVIDAD DE LOS PÁRROCOS PARA INMIGRADOS DE LA JURISDICCIÓN
PARROQUIAL
"Primero en varios casos no se hace y desde bastante tiempo no se hace y por lo tanto no se
justifica nuestra presencia en aquellas parroquias. Y aunque lo hicieran, no vale la pena que la
Congregación tenga aquellas posiciones. Nosotros los scalabrinianos primero estamos llamados a
sensibilizar a los demás sacerdotes para que ellos hagan su servicio para con los inmigrantes.
31
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Nosotros los scalabrinianos somos tan limitados en número que no podemos agotarnos en
pequeñas tareas o actividades parciales migratorias. Debemos dedicarnos a los puntos
fundamentales de concientización, como el Centro Estudio y los lugares estratégicos, a través de
los cuales se logre un cambio de mentalidad en la jerarquía y en el clero local. Yo pude tocar con
mano sea en la zona de Mendoza como también en la provincia de Jujuy. Los párrocos locales
llegaron a comprender la necesidad de una pastoral migratoria específica. Y ahora hay sacerdotes
diocesanos capacitados también a cubrir el cargo de delegado diocesano de migración y podrían
hacerlo mejor que ciertos scalabrinianos".
7.
PARA UNA VIDA SCALABRINIANA AUTENTICA
"Primero tenemos que tener una fuerte experiencia de oración comunitaria. La rutina de
una breve oración formalística cotidiana, como también los simples retiros de praxis no cambian
nada y no dejan huellas profundas.
Hay que buscar vivencias fuertes. Basta pensar a la atractiva ejercida por e1 Movimiento
de los Focolares" del, Opus Dei, del Cursillismo, etc.
Paralelamente debemos tener experiencias pastorales fuertes en forma comunitaria. De allí
surge el contagio' y un entusiasmo que atrae hacia el apostolado, proporciona íntima satisfacción
a nuestra vida rnisionera y al mismo tiempo hace surgir autenticas vocaciones Scalabrinianas".
Por eso, P. Tarcisio auspiciaba que también los párrocos tuvieran periódicos tiempos de
vida misionera, lejos de su parroquia, y tiempos y tiempos de sensibilización migratoria con
conferencias y charlas para sacerdotes seminaristas, novicios y alumnos de escuelas católicas. De
los scalabrinianos decía: “Somos pequeñas gotas en el océano de las migraciones; lo importante
para nosotros es reflejar el Sol de Cristo peregrino. El peregrinar es el estado mas puro.de la
libertad. El peregrino nada tiene, todo lo espera. Yendo hacia el mar de la emigración el río
scalabriniano vuelve hacia su manantial, Scalabrini. Precisa pasar de la asistencia a los migrantes
al hacer asistir a los migrantes".
SEGUNDA ENTREVISTA
1.
CARÁCTER DE LA APERTURA EN JUJUY
"Tendríamos que conseguir primero el cargo de Delegado Diocesano de Migración con el
objetivo de sensibilizar al clero y laicos, parroquias y asociaciones. De otra manera, no sería,
comprendida nuestra misión, nuestra labor.
En segundo lugar nuestra presencia debe constituirse como comunidad misionera. La
misma debe efectuar misiones temporarias en lotes y fincas y no novenas en parroquias o
vicarías parroquiales, como hacen otros sacerdotes y religiosos. Es propio de los misioneros
scalabrinianos dedicarse a las zonas más pobres y más marginadas, donde no van otros.
La misión debe ser la primera en la intención y no un instrumento o un pretexto para el
aspecto vocacional. Las vocaciones locales brotarán como consecuencia. Los aspirantes deben.
estar allí algunos años sea para hacer convivencia con los misioneros, como también para
terminar los estudios secundarios.
No tiene que ser un seminario, sino la participación del grupo misionero. Que tengan su
tiempo para la escuela y el estudio. Los muchachos deben seguir el estilo de vida del núcleo
misionero y responsabilizarse en los gastos. La administración provincial podría asumir
solamente algunos egresos especiales como el salario de una empleada, un auto modesto; pero en
los demás deben confiar en la Providencia".
2.
SEDE O BASE DEL CENTRO MISIONERO
32
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
"La base podría encontrarse en la Capilla Santa Teresita de la ciudad de San Pedro, pero
debe continuar como está, es decir no debe ser creada ni parroquia ni vicaría parroquial. Si se
hiciera vicaría parroquial, se perdería el sentido misionero scalabriniano.
Hay que evitar el peligro que nuestros cohermanos sean absorbidos o casi monopolizados
por las exigencias y pedidos de servicio religioso de los 60.000 habitantes de San Pedro, ya que
allí hay solamente dos sacerdotes y medio enfermos. Existe una gran hambre de la palabra de
Dios, de confesiones, dirección espiritual y asesoramiento a grupos y asociaciones.
Como residencia para los sacerdotes y aspirantes la Congregación podría alquilar o
también comprar una casa, que sea fácil luego dejar o vender, si conviene desplazarse a otro
lado, sin complicaciones ni jurídicas ni económicas.
No debemos dedicarnos a hacer matrimonios y bautismos, también porque no debemos
quitar los modestos ingresos a los sacerdotes del lugar, ni tampoco hacer regularizaciones
matrimoniales, sino enviar las parejas a su respectivo párroco; podríamos ser delegados en casos
excepcionales, Debemos ser pobres entre los pobres. No tener plata en el bolsillo, ni tener la
preocupación de la plata. Luego de un año, si verdaderamente se pasa hambre, evaluar la
situación".
3.
METODOLOGÍA DE APOSTOLADO
"Lo fundamental es hacer convivencia con los migrantes o los indígenas del lugar. La
gente sencilla de los lotes y fincas de origen boliviano o indio ni te saluda los primeros días. Por
eso el sacerdote debe convivir en medio de ellos desde 15 días a un mes. Primero hay que hacer
una semana de misión, como por ejemplo en el Lote El Puesto, la Finca Torino o en Acharal y
luego tratar de volver cada tanto. El grupo de laicos formados en el lugar todos los domingos
debe continuar con su liturgia de la palabra y rezo del rosario, como también con la catequesis de
los niños. Cada mes el sacerdote pasaría para los sacramentos, la formación y orientación".
SOBRE - PARA - CON LOS MIGRANTES
Padre Tarcisio hablaba de una triple actividad migratoria.
Actividad sobre los Migrantes, como la del historiador, que estudia las vicisitudes y
desarrollo de los migrantes o como la de los alumnos de un colegio que hacen un festival o
algunas escenas o cantos sobre los migrantes. No es una actividad directa para los migrantes,
aunque sirva a crear una mentalidad favorable a ellos.
Actividad para los migrantes: es la tarea, sea religiosa, que cultural y asistencial, que
el misionero hace en contacto con los actuales migrantes, pero habitando en su sede parroquial o
misional. Es auténtica actividad, aunque reducida.
Actividad con los migrantes: es lo que hacía P. Tarcisio y quería que todos hicieran.
Hasta que el sacerdote, a imitación de San Pablo y de los primeros scalabrinianos, misioneros
volantes según la voluntad de Scalabrini, no convive, duerme, trabaja y evangeliza con los
migrantes, no existe pleno servicio migratorio.
Por eso P. Tarcisio quería vivir con ellos.
En una carta al superior provincial P. Ernesto Milán (19/5/78), después de hablar del fuego
misionero y de la leña que el mismo Jesús pone en cada ambiente y en cada momento de nuestra
pequeña historia, P. Tarcisio se refiere a las Constituciones Scalabrinianas. "La esencia del
migrante y del misionero es PARTIR en todos los sentidos. La esencia de la sociedad civil es
transformar a los migrantes en residentes. La esencia de la lglesia, como comunidad de fe, es
transformar a los migrantes en peregrinos y a los residentes en migrantes. En nuestro mundo
clerical sacerdote se nace, misionero uno se hace".
33
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
P. Tarcisio subraya conceptos análogos en su carta del7/4/83 al superior provincial de S.
Paulo (Brasil) P. Giancarlo Rizzinelli.
"Arriesgamos de ser muy scalabrinianos', poco misioneros y todavía menos misioneros
para los emigrados. Para mí existe una profunda involución en la Congregación. Cuando
hablamos mucho y escribimos mucho sobre la misionariedad, quiere decir que se está perdiendo
o que ya se ha perdido. . nunca se habla tanto de salud como cuando uno está internado en un
hospital. Debemos volver a vivir en contacto con el corazón de Scalabrini, que son los
emigrados. Scalabrini, muerto, vive en Piacenza y en sus escritos. Scalabrini, vivo, vive en los
migrantes vivos.
La discusión entre parroquias y misiones, entre viejas y nuevas posiciones son cuestiones
vacías. Los migrantes. . . son como la fe. no disminuyen en el mundo, cambian de lugar y de
nación. Los migrantes son como Jesús. para encontrarlos hay que buscarlos. Nunca los migrantes
irán al misionero; (si así fuera) ni ellos serían migrantes ni el misionero sería misionero. Debe ser
el misionero que va a buscar a los migrantes, como el buen pastor va a las ovejas.
Podrían ser los dos millones de la Nigeria, los doce millones de América Central y
Meridional, las masas de prófugos de Tailandia y Palestina. Nosotros misioneros de los
migrantes estamos ausentes y un misionero parado es un contrasentido. Ningún superior o
profesor puede formar mejor a los scalabrinianos, misioneros de los emigrantes, que los
migrantes mismos. Estamos hablando mucho de los Emigrantes, porque hablamos poco con los
emigrados. Volver al espíritu del Fundador quiere decir volver al corazón y acción de los
migrantes. . . Son ellos nuestros maestros, nuestros dueños, como decía S. Vicente de Paul".
Otras expresiones características de P. Tarcisio son éstas. "El migrante de los migrantes es
el Refugiado. El migrante está fuera de la patria, el Refugiado está sin patria". "En la sociedad
civil el migrante es un grupo, en la lglesia es una dimensión". "Precisa pasar de los misioneros de
los Migrantes a misioneros migrantes. Precisa pasar de la presencia - asistencia a la presencia
mensaje".
"Los feligreses van al párroco. Los misioneros van a los migrantes". "No debemos volver
al corazón de Scalabrini, sino al corazón del corazón de Scalabrini: el migrante. Scalabrini hoy,
se llama migrante hoy".
34
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Andariego e Incómodo
COMO EL VIENTO
El hecho que Padre Tarcisio no tuviera normalmente programas ni horario causaba
molestias a quienes tenían un orden de trabajo y una agenda de actividades con horario fijo. A
menudo era como el viento, "que sopla donde quiere y tú oyes su silbido, pero no sabe de dónde
viene ni a dónde va. Así le sucede al que ha nacido del Espíritu" (Jn. 3, B).
Recuerdo que una vez estábamos en nuestra sede provincial de Independencia 20 de
Buenos Aires en reunión de consejo provincial, atrasados en el orden del día y con el apuro de
terminar el examen de los temas. Sin algún preaviso y sin golpear la puerta entraba el Padre
Tarcisio, llovido de quién sabe dónde, y empezaba a contar sonriente alguna anécdota y pedir lo
que necesitaba. Lógicamente surgía una primera reacción de nerviosismo, pero al final se creaba
una atmósfera de distensión y de evangélica serenidad, que causaba un
clima
El obispo Adhemar Esquiver de La Paz contaba que una vez P. Tarcisio llegó
sorpresivamente a Trinidad (El Beni) en el norte de Bolivia y entró directamente en la sala donde
estaba reunida la Conferencia Episcopal Boliviana. Naturalmente los obispos tuvieron que
interrumpir el orden de trabajo, mientras que el empezaba a hablar de los problemas de los
bolivianitos emigrados y de sus experiencias con ellos.
VARIAS VECES EN LA CARCEL
Para él resultaba un tremendo sufrimiento el someterse a reglas, especialmente de orden
burocrático. A pesar de los pedidos recibidos nunca se hizo hacer el documento común de la
cédula argentina. Se manejaba con pasaporte italiano y el folio de la radicación. Usaba también
un carnet de la curia de Mendoza o el carnet de la Mutual del Clero, para hacer el cual tuve que
recortar una pequeña foto suya de una revista, pues nunca conseguí una foto original de é1. Si
algún policía le decía que no tenía valor el simple documento eclesiástico, contestaba que era
más fácil fraguar un documento civil. Al no tener documento civil local, no pudo salir para
Europa desde Argentina, por eso lo hizo pasando por Bolivia. Pero a pesar que muchas veces
pudo superar controles civiles y militares, terminó también en la cárcel.
P. Ernesto Milán y yo visitamos en 1979 al nuncio apostólico Mons. Pío Laghi, quien nos
contó cómo él había intervenido para liberar al P. Tarcisio durante su experiencia contemplativa
en Palestina. El misionero un día con la máxima sencillez cruzo del otro lado del río Jordán sin
alguna autorización. Naturalmente fue agarrado por la policía como sospechoso de espionaje y
encarcelado en la capital de Jordania. Algún día después estaba de paso Mons. Laghi y el
arzobispo de Ammán le comentó que estaba encarcelado un hombre que se declaraba
sacerdote y scalabriniano, pero que él nunca había sentido hablar de aquella congregación.
Mons. Laghi le quitó toda duda aludiendo también al anuario pontificio e intercedió por la
liberación de aquel "peregrino". Como consecuencia P. Tarcisio guardaría siempre un especial
cariño al arzobispo Laghi.
P. Tarcisio sabía también arriesgarse. En el escrito de la Velada de Navidad 1975 había
afirmado: "Hay odio y matanzas; se toma presa a la gente sin someterla a juicio, se lucha entre
hermanos. . .". De otro lado tampoco aceptaba ser manoseado por cualquiera. Relata P. Mario
Santillo que una vez en la parada de Desaguadero, límite entre las provincias de San Luis y
35
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Mendoza, al entrar en la capilla un policía le requirió los documentos personales y él sacando la
pequeña biblia le contestó: "Este es mi documento" y se fue a rezar. El mismo P. Tarcisio
contaba riéndose que al ser detenido en una comisaria un oficial le inició el interrogatorio, pero
él no aceptó diciéndole que habría contestado solamente al comisario y frente a la insistencia del
oficial, le dijo: "Si quieres hablar conmigo, recemos el Rosario; uno empieza y el otro contesta”;.
Al final fue atendido por el jefe y luego fue dejado libre.
Sobre todo en los tiempos duros de la guerrilla y de su represión por parte del ejército
argentino conoció la cárcel. Hay versiones que estuvo en diversas oportunidades y en una
ocasión por varias semanas. Una vez que yo insistí para conocer más concretamente y hasta le
hablé del cohermano P Sergio Geremía, que había sido encarcelado en Villazón (Bolivia), afirmó
que sí, pero que eso no tenía ninguna importancia. De alguna manera la vida de la cárcel no era
peor que aquella que él conducía en varias oportunidades.
CON GALTIERI Y PINOCHET PARA LOS SOLDADOS PRESOS
Mirando al pasaporte del P. Tarcisio se ve una grande cantidad de sellos en los meses mayo
- junio de 1981, correspondientes a sus pasos en los límites argentino - chileno de "Los
Libertadores". Al Padre se habían recomendado en Mendoza las esposas de dos oficiales
argentinos, presos por la fuerza de inteligencia chilena. En aquel tiempo de suma tirantez entre
los dos países por el problema del Beagle había sido una especie de represalia por el hecho que
algunos miembros de la defensa chilena habían sido a su vez detenidos como espías en la zona
de Río Turbio en el sur de la Patagonia Argentina. Las dos familias en Mendoza estaban sin
noticias y sin recursos. P. Tarcisio viajó a Buenos Aires e intentó todos los caminos a través del
vicario castrense y de la nunciatura. Al final se dirigió directamente al comando en jefe del
Ejército y consiguió ser recibido por su mismo titular Leopoldo F. Galtieri, sucesivamente
presidente de la Republica, quien hasta le entregó los cheques para las familias. Luego pasó a
Chile y en el mismo palacio de la Moneda fue recibido por el presidente Augusto Pinochet.
Según cuanto me contó el mismo P. Tarcisio, el general Pinochet le besó el crucifijo, le pidió
quién mandaba entonces en la Argentina entre los tres de la junta y el presidente, mientras que en
Chile los pantalones los tenía él y que había dado orden a todos de obedecer al Papa, el cual
había presentado por el conflicto austral su propuesta de mediación.
Para el 20 de diciembre de 1979 el P. Tarcisio había organizado la bendición de parte del
nuevo arzobispo mendocino Mons. Cándido Rubiolo de una campana para la nueva capilla de
Las Cuevas entre los obreros del túnel "Cristo Redentor" y el personal militar y civil de la zona.
Había encabezado la carta de invitación con la frase de Isaías (2,4): "Llegará un tiempo en el
cual los pueblos de sus espadas forjarán arados y hoces de sus lanzas" y la había cerrado con el
llamado del papa Pío XII: "Con la guerra todo es perdido; con la paz todo
es ganado".
EN LA ANTARTIDA ARGENTINA
Como consecuencia de este contacto con Galtieri le fue propuesto algún servicio religioso
en la Base Antártida Esperanza. A principio de marzo de 1982 P. Tarcisio se había retirado
algunos días en la casa de Villa Bustos de las Hermanas Misioneras Franciscanas en la sierra de
Córdoba. El ejército argentino después de una insistente búsqueda en la sede provincial y en la
parroquia scalabriniana S. Pío X de Córdoba logró detectarlo, traerlo a Buenos Aires y, equipado
con el uniforme contra el frío polar, enviarlo a la Antártida.
36
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
En la base Esperanza P. Tarcisio procedió a bendecir el primer matrimonio antártico entre
el sargento primero Hugo Omar Cosenza y la locutora María Andrea Brath a la presencia del
gobernador de la Tierra del Fuego y el periodista Enrique Mancini. En tal ocasión la televisión
argentina transmitió el hecho y P. Tarcisio apareció frente a la pantalla descalzo en medio de los
hielos polares. En efecto, como me confirmó luego, se sentía con mal de cabeza y mucha
pesadez, pero en un cierto momento se sacó las botas especiales y las medias y se puso a caminar
en medio de la nieve y todo volvió a la normalidad.
P. Tarcisio volvió a la misma base diez meses después. Luego de una semana de última
preparación el 17 de enero de 1983 en la capilla S. Francisco de Asis, hermano universal, celebró
la misa de primera comunión de cinco niños y un bautismo. En tal oportunidad él dirigió al Papa
el siguiente telegrama: "En el día de la Primera Comunión con la blancura de las almas, espejo
de las nieves eternas del Continente Antártico, piden al Santo Padre Juan Pablo II la bendición
celestial para todos aquellos que en sacrificio entregaron sus vidas a la unidad y paz de toda la
humanidad". Lógicamente estas incursiones, aunque autorizadas, en el sector del vicariato
castrense no fueron vistas bien por ciertos sectores curiales.
Era tan rápida su capacidad de desplazamiento y ambientación que a fin de marzo de 1982
tomó parte de la reunión de los delegados diocesanos de migración de la zona norte de Chile en
Antofagasta, de donde en ómnibus por el paso de San Pedro de Atacama entró en la Argentina
llegando a Salta y Jujuy; de allí fue a Bolivia y muy pronto vino a Buenos Aires. A excepción de
las idas por avión a la Antártida los viajes eran hechos con medios comunes y también por
"autostop".
MEDIDAS DIFICILES
Aunque P. Tarcisio tuviera una sonrisa fácil y una alegría espontánea, su manera de
proceder no era siempre fácilmente comprensible. A veces era irruente y tajante; especialmente
no sabía someterse a las tramitaciones comunes para todos; en los momentos álgidos de la
represión militar levantaba la voz en la conversación. Una vez se presentó al palacio de la
Gobernación de Mendoza por un problema de un necesitado, que se había encomendado. Le
pidieron documento en la puerta de entrada, luego antes de subir a la escalera y se lo volvieron a
pedir al llegar al piso correspondiente. Entonces se dio vuelta para bajar diciendo: "Aquí lo único
que uno consigue es saber que se pierde tiempo".
También cuando tuvo la responsabilidad de párroco sustituto, no atendía nunca al teléfono,
no accedía a la secretaría parroquial, cuando era el tiempo de la oración y del silencio. En alguna
misión durante el tiempo de oración hacía poner en la entrada un cartel con estas palabras:
"Ahora los Padres están para Dios y no para los hombres". Difícilmente se prestaba a bendecir
casas, si sospechaba que fuera por interés material; tampoco se prestaba a simples
recomendaciones para favores de personas no estrictamente necesitadas.
Al cohermano P. Oliviero Manni, quien al ver al P. Tarcisio caminar por una ruta lo
invitaba a subir en el auto, contestaba: "Tu vete por tu cuenta". Luego de algún enfrentamiento
con un cohermano era capaz de no hacerse ver en casa por algún día. Hubo casos que un
cohermano en Mendoza trabajaba por varios días para preparar una fiesta de italianos o
bolivianos y P. Tarcisio al llegar desde afuera en el último momento tomaba la iniciativa y hacía
de primer actor dejando al colega en segundo lugar. A veces se ponía firme frente a distintas
opiniones de sacerdotes, monjas y seminaristas acerca de programas misionales. No cedió
tampoco ante una superiora muy autoritaria, que por su lado lo había tildado como pequeño
Mussolini.
37
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
En una casa religiosa fue pedido al P. Tarcisio de celebrar la misa. Él lo hizo y luego se
puso en su posición de prolongada oración. Se acercó una monjita y le solicitó de hablarle y él
contestó con el simple silencio. Pasó un cierto tiempo y la hermana volvió a la carga y él siguió
en la misma actitud. Al fin la monjita replicó que necesitaba hablarle. Entonces P. Tarcisio
levantó la vista y le dijo: "Y yo necesito estar solo y no hablarle a Usted". En otra ocasión se
presentó un hombre para pedir una recomendación. El Padre, aunque avisado, no se movió.
Entonces la persona encargada le dijo: "P. Tarcisio, no se dio cuenta que aquel señor lo está
buscando?". Y él contestó "Y Ud. no se percató que yo no lo quiero atender?".
También con cohermanos, superiores y prelados sabía usar la crítica y con brillo, pero sin
animosidad. P. Luciano Marangoni recuerda que a veces entraban algunas colaboradoras
parroquiales en el sector de comedor-cocina en la parroquia M. Migrantes de Mendoza. Un día P.
Tarcisio intervino con los cohermanos:
"Hemos dejado una mujer para ser más libre y aquí se entrometen no una, sino varias".
Acerca de una carta de un Padre Superior General Scalabriniano a un cohermano, después de
haberla leído, comentó que la misma tenía nada de padre, poco de superior y mucho de general.
En una fiesta de María Auxiliadora de la comunidad salesiana de Rodeo del Medio de
Mendoza al hablar a la multitud tomó un niño boliviano pobre y sucio y dijo: "Con un niño como
éste Don Bosco empezó la obra salesiana". Acercándose después de una misa a Mons. Maresma
le dijo: "Se ve que Ud. Es un sucesor de los apóstoles.". "Porqué?",le pidió al arzobispo. Y P.
Tarcisio: "Porque como ellos Ud. también echa a los niños que se acercan a Jesús". Había
sucedido que en la liturgia al acercarse P. Tarcisio con un grupo de bolivianitos,
éstos se pegaron al altar como acostumbraban con el Padrecito y el arzobispo pidió que se
alejaran.
Un día P. Tarcisio caminaba con un pobre boliviano por una vereda de Mendoza y sin
darse cuenta se detuvo para conversar mejor frente a un cuartel. El centinela dio orden de
circular. Pero P. Tarcisio le pidió de hablar al oficial. El soldado repitió la orden. Entonces P.
Tarcisio le dijo: "Porqué no llamaste al oficial? Ves este librito (indicando su biblia de bolsillo)
tiene más fuerza que todas las armas del mundo".
Se encontraba P. Tarcisio en el monasterio del Borbollon (Mendoza) en ocasión de la Hora
Santa mensual abierta a seglares. Estaba allí el arzobispo Maresma y algunos encumbrados laicos
cursillistas y de otras asociaciones y conversaban de los títulos de estudio y especializaciones de
varios sacerdotes. Entonces uno pidió al P. Tarcisio que estudios especiales había hecho y él
contestó: "Yo hice la escuela primaria!".
Cuando se acercaba una persona para besar el crucifijo que llevaba en el pecho, P. Tarcisio
acostumbraba decir una palabra de bendición. Una noche en una cierta zona de Mendoza se
acercó una mujer de la calle y le tomo el crucifijo para besarlo y el inocentemente pronunció sus
palabras acostumbradas: "Dios te bendiga en tu trabajo". Este episodio hizo la gira de la mayoría
de los prelados argentinos.
38
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Rasgos De Asceta
COMO UN MONJE ORIENTAL
Bajo ciertos aspectos P. Tarcisio había adquirido ciertos hábitos y posturas propios de la
ascesis oriental: su postura yoga en la oración y meditación, su andar descalzo, el no comer carne
ni tomar alcohólicos, su dormir en el suelo o en cualquier lado. Pero todo era vivido a través de
la luz del evangelio y aunque algunos pudieran pensar que fuera un monje de Oriente, el crucifijo
que llevaba siempre al pecho manifestaba su estado sacerdotal.
Muchos se preguntaban de qué manera pudiera vivir y trabajar con su poca salud y con
tanta ascesis. En efecto desde su niñez había tenido una salud bastante frágil y sus problemas
pulmonares los arrastró toda la vida; estas deficiencias se habían manifestado particularmente
durante sus años de trabajo en 1a formación vocacional en Italia. Pero con su fuerza de voluntad
y un ejercicio continuado había logrado un máximo aprovechamiento de sus energías físicas, del
limitado alimento y sueño. Podemos recabar aquí algunos testimonios.
En enero de 1978 P. Tarcisio se presentó con el seminarista scalabriniano Hugo Terraza en
la mina de uranio Don Otto de la provincia de Salta para hacer una pequeña misión entre los
pobres mineros, pero no habiendo tenido autorización previa los agentes de la gendarmería no
los dejaron entrar. Pero este contacto sirvió para una sucesiva misión, bien preparada y
provechosa. Emprendieron entonces la vuelta. No tenía plata, ni comida, ni paragua y se largó a
llover en aquella zona montañosa. Caminando debajo de la lluvia pedían de ser levantados por
los camiones, pero no hubo caso. Empezó a anochecer y Hugo, a pesar de ser un joven fuerte, en
un cierto momento se sintió agotado y quería sentarse, pero P. Tarcisio por el miedo que por la
lluvia, el frío y el ayuno no pudiera levantarse fue enérgico en no permitirle. Hugo recuerda de
haber dicho en medio de la oscuridad. "Aquí estamos perdidos" y escuchó al Padre decir: "Yo
pienso en la muerte".
Llegaron finalmente a las 23 a una pequeña pulpería en Quebrada del Tonco, donde
algunos paisanos revestidos de poncho rojo en aquel tiempo de carnaval estaban bastante ebrios.
No teniendo dinero ni para alojarse ni para comer se tiraron en el pavimento en un rincón de
aquel rústico bar, mientras los hombres charlaban y reían. P. Tarcisio se puso un pañuelo en los
ojos, el seminarista colocó una silla pegada a su cuerpo para defenderse de los malos pasos de los
ebrios y se pusieron a dormir. A la madrugada un camión, que llevaba especies, acepto cargarlos
hasta cerca de Salta en medio de la mercadería con su acre olor. En Salta P. Tarcisio teniendo las
sandalias rotas se presentó a un zapatero que las arregló y él agradeció, saludó y se fue sin pagar.
De Salta viajaron en tren a Tucumán y de allí el P. Tarcisio a dedo se fue hasta el monasterio de
Siambón, donde finalmente pudo alimentarse y reposar.
CUATRO DIAS SIN COMER
El seminarista Guillermo Fossati declaró que entre sus viajes y el sistemarse para una
misión P. Tarcisio estuvo cuatro días sin comer, tomando solo agua. En algunas de las primeras
misiones en el norte el Padre entregaba un sobre con la plata estrictamente necesaria para el
pasaje del tren y por lo otro había que arreglarse. Una vez frente a dos tarros P. Tarcisio se
equivocó y puso dos cucharas de sal en lugar de azúcar en un vaso de leche y se lo tomo sin
ninguna mueca. Otra vez, recuerda Hugo Terraza, había un cierto aceite tremendamente rancio.
"Lo que Dios bendijo no se tira", dijo P. Tarcisio y lo usó sin dificultad.
Se enojaba cuando en las misiones la gente quería preparar alguna comida especial. Su
39
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
alimento normal era leche, queso, arroz, verdura y huevos. A veces, llegando de lejos sin haber
comido, agarraba una manzana y directamente se la comía mostrando su buena dentadura. En
Mendoza a veces iba a un almacén, se hacía donar un vaso de leche y retomaba el camino.
Señoras, como de Dal Col, Gubinelli y Fantozzi recuerdan que se presentaba cansado en la casa
y pedía leche, queso y galletas, no aceptando otra cosa. En alguna ocasión Elisa de Gubinelli y
Teresa de Fantozzi le preparaban algún dulce o fideos sin carne y él los saboreaba agradecido. A
veces afirmaba: “Parece como lo hacía mi mamá". En ocasiones de fiestas en la parroquia con
comida de carne, él se retiraba a la cocina y se alimentaba con verdura y queso.
Una hermana recuerda que era muy estricto en el ayuno en el llamado "día de desierto"
durante las misiones y que en toda una jornada de Navidad no tomó ni un vaso de agua. Tenía un
aguante tremendo, aunque en Jujuy en verano hubiera temperaturas de 50 grados. El aconsejaba
bajo el sol tropical de tener un pañuelo en la cabeza y como los beduinos no beber nada en el
camino, para no transpirar, sino sólo cuando uno llegaba a la sombra y el organismo podía
asimilar.
Padre Manni recuerda que P. Tarcisio se había extraviado en la zona de Laguna de
Guanacache (departamento de Lavalle) de la parte nordeste de la provincia de Mendoza. Es una
región semidesértica, sin agua, con arbustos. Cada tantos kilómetros existe una pequeña
población con una capillita. No hay caminos, sino simples "huellas" por donde pasan camiones
para cargar leña, P. Tarcisio, que había ido para misionar, siendo nublado perdió toda
orientación. Estuvo dos días sin comer ni beber. Pasó una noche durmiendo en el suelo y al
despertarse vio alguna serpiente alrededor, pero salió ileso. Después de tanto caminar encontró
los rieles del Ferrocarril Belgrano y siguiendo los mismos pudo salir y volver a Mendoza.
CON LA SOLA SOTANA
Como llegó a la Argentina, así acostumbraba ir a todo lado con la sola ropa que tenía
encima. La pobre sotana, que tenía puesta a veces las 24 horas, llegaba a no admitir más arreglos.
Encontraba entonces una sotana usada o en el seminario de Merlo o en otra casa scalabriniana y
salía con ésa. En ciertas ocasiones se la lavaba él mismo y en otras se prestaban algunas señoras.
La familia Fantozzi, que guarda con amor una vieja sotana ya reducida al extremo, se preocupó
de hacerle una nueva y el Padre recomendó a la Señora Teresa que hiciera los bolsillos grandes
para que pudiera caber allí todo, a veces camiseta y calzoncillos para un cambio, mientras se
secaba el otro. La Sra. de Da Col al lavarle un pulóver vio que estaba todo desecho; entonces le
donó dos que eran de su hijo, pero después de un cierto tiempo ya no los tenía más. Cuando se
presentaba un pobre a pedir algún indumento, a veces P. Tarcisio solucionaba el asunto yendo en
el fondo de la casa parroquial, a la soga donde estaba colgada la ropa suya y de los cohermanos,
y sacando una camisa o un par de pantalones. Lógicamente no siempre la cosa pasaba tranquila y
el cohermano a verse desaparecer lo poco que tenía terminaba protestando, pero pronto la paz
volvía a la comunidad.
Vicenta Gubinelli recuerda que un día de tremenda lluvia golpeó a su casa; estaba todo
impregnado de agua y su mismo poncho rojo chorreaba gotas medio coloradas. Para salir del
apuro, le dio una vieja camisa de su mamá y mientras tanto trataba de secarle la sotana con el
fuego y la plancha. Otra vez fue visto en la calle sin sotana cerca de la parroquia, con sus
pantalones medio cortos, de aquellos que usan los obreros durante el trabajo y con tiradores,
lógicamente entre las risas de los muchachos que pasaban; pero él no les llevaba el apunte.
En los días en que el Padre estuvo descansando en la casa Ntra. Sra. de los Ángeles de
Villa Bustos (Córdoba), la religiosa que iba toda mañana para arreglarle el cuarto comprobaba
40
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
que la cama permanecía intacta; era de suponer que dormía en el piso sobre la alfombra. La
misma cosa era bastante común en Mendoza. En los años de residencia en la parroquia de la
Asunción (Dorrego), a pesar de tener su habitación con baño, él siempre durmió en el pequeño
depósito entre la sacristía y el ábside de la iglesia usando una sutil colchoneta puesta sobre una
mesa con una o dos frazadas según la estación. Así, sin molestar a nadie, podía pasar a la
adoración nocturna y levantarse temprano. Al encontrarse con los bolivianos a veces pasaba la
noche durmiendo sentado sobre una silla.
En enero de 1983 los seminaristas de Merlo con algunos jóvenes de Juventud Unida
Scalabriniana (JUS), recordando que la Congregación había nacido por inspiración de Scalabrini
en la estación ferroviaria de Milán, procedieron a una encuesta entre los pasajeros de Retiro
(Buenos Aires). Yo entonces le pregunté al P. Tarcisio si conocía la situación de las estaciones
ferroviarias y él me hizo comprender que él pasaba frecuentemente la noche entre los pobres de
aquellos lugares de espera.
Al P Tarcisio costaba presentar su rendición de cuenta mensual de sus ingresos y salidas.
Pero dado el llamado que le hice, empezó a entregar al cohermano el montoncito de boletos de
bus o tren, que eran prácticamente los únicos gastos que tenía, cuando no iba a pie o a dedo.
Acerca de la vivencia de la pobreza se recuerdan algunas expresiones repetidas por el P.
Tarcisio.
“El ideal del misionero scalabriniano no es de ayudar a los pobres, sino vivir más pobre
que los pobres; esto significa ayudar a los pobres al dar al mundo su riqueza, que es la
hospitalidad, la generosidad, el sentido de sacrificio”.
“El misionero es un mendicante, que va a decir a otro mendicante donde los dos pueden
conseguir el alimento de la salvación”.
“La riqueza terrenal disminuye cuando se reparte; la riqueza espiritual aumenta cuando se
comunica”.
"La pobreza no es virtud, mérito, valor; es la armonía de la vida espiritual con la condición
material".
"Dios Padre no abandona a sus Hijos; ni al hombre que vive de su trabajo, ni al misionero
que confía en su Providencia”.
PRIMERO LO LAVO Y DESPUES LO BESO
La superiora Madre Alma Faldini de las religiosas de la Sagrada Familia de Colonia
Bombal del Medio del (Mendoza) relata que durante una novena predicada por un jesuita en su
capilla, que se encuentra en una zona de viñas y fincas con numerosos bolivianos, el P. Tarcisio
misionaba por el campo. Un día el Padre le trajo ocho hijos no bautizados de un boliviano medio
abandonado y presentándole uno de ellos todo sucio le dijo: "Bésalo, que es Jesús”. Pero la
Madre Alma le contestó. "Primero lo lavo y después lo beso". Efectivamente las hermanas los
lavaron a los ocho, les pusieron vestidos limpios y empezaron una serie de encuentros de
catequesis. La novena terminó con la fiesta de la zona y con el bautismo de los hermanitos y el P.
Tarcisio confesó y dio la comunión a padres y padrinos. Las religiosas habían insistido que el
padre se hospedara en su colegio, pero él no aceptó diciendo: "yo duermo bajo las estrellas”. En
efecto él se puso en un ranchito, hecho de cañas y medio descubierto, que servía de depósito para
los cajones de verdura, y los bolivianos veían durante la noche una velita encendida en la choza y
comentaban. "Allí está el padrecito rezando".
La hermana Julia de la misma Congregación, que participó de tres misiones en Jujuy,
recordaba el trabajo misionero en la zonas lejanas de las fincas. Padre Tarcisio se quedaba en
41
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
algún rancho a veces hasta medianoche para preparar a padres y padrinos para un bautismo. Una
vez era ya la una de la noche, cuando salieron los dos a la ruta; estaban a varias decenas de
kilómetros de San Pedro y los pocos medios de transporte no paraban. Después de un buen rato
de camino a pie un joven se detuvo y los cargó en el auto, pero iba tan veloz, que los dos se
encomendaron a Dios; y cuando al fin llegaron a la ciudad, el Padre al bajar se hizo la señal de la
cruz.
CON UN DEDO CORTADO Y SEIS LASTIMADOS
El 24 de setiembre de 1982 P. Tarcisio se encontraba misionando en Chalicán en la zona
del Ramal de Jujuy. Allí enseñó varias oraciones a los niños y les hizo hacer dibujos sobre el
trabajo de la zafra. Al final de la breve misión concurrió a la familia amiga Soria. Le fue
ofrecida, para que descansara, una reposera de madera, pero al sentarse el Padre resbaló,
mientras la silla se cerraba apretándole las dos manos. Se lastimo siete dedos y la falange
primera del dedo mayor cayó seccionada en el suelo. Cuando la dueña de casa vio la sangre y la
punta del dedo en el suelo, casi se desmayó y al recuperarse prendió fuego a la silla. Con
las manos envueltas en trapos con una camioneta fue llevado a una salita de primeros auxilios y
de allí al hospital de San Pedro llegando después de medianoche. Fueron a buscar médicos y
enfermeras en la casa de los mismos y un doctor, que se había perfeccionado en Florencia
(Italia), a las dos le hizo un injerto con músculo del antebrazo y le vendó las dos manos. P.
Tarcisio a pesar de la sangre perdida y de la debilidad no quiso permanecer en el hospital y quiso
viajar a Córdoba, que dista unos mil kilómetros. Llegó a la parroquia S. Pío X alrededor del
medio día y luego de un poco de reposo hizo llamar al amigo Primitivo García Curto y le contó
lo sucedido manifestándole que llevaba dos días sin comer. El mismo García relató por escrito:
“Le preparé en casa algunos sándwiches de queso y un termo de café con leche. Me pidió que lo
bañara, le cambiara toda la ropa. Por la tarde celebró misa en la parroquia y le ayudé en todo, ya
que tenía las dos manos inmovilizadas. Después de la misa decidió viajar a Buenos Aires en esa
misma noche y le preparé la mochila. Estaba dolorido, pero no quiso quedarse”.
En la sede provincial de la Capital lo recibí yo y le corté algunos pedacitos de pan, queso y
fruta ayudándolo para que comiera. Necesitando la curación en las heridas traté de comunicarme
con el capellán del Hospital Argerich el cohermano P. Hugo Cavicchi. Pero al no encontrarlo
enseguida, el P. Tarcisio desapareció y volvió al anochecer. Había ido a la superiora de la Clínica
S. Camilo y allí había sido asistido inmediatamente. Mientras yo me asombraba del asunto, él se
reía y contaba los detalles del hecho como si fuera una broma.
En un invierno en Río Turbio no tuvo dificultad de caminar varios días entre el hielo,
aunque tuviera los pies llenos de resquebraduras. En la zona de las Cuevas una vez iba en auto
con los Padres Manni y Marangoni y habiendo en la ruta un charco grande de agua entre metros
de nieve y tenían miedo de no poder pasar con el coche. imprevistamente P. Tarcisio bajó, se
levantó la sotana y se fue dentro del agua helada diciendo entre la risa de los compañeros:
“Avancen nomás!". Una vez le pedí si por los ayunos, las lluvias y el frío sufriera mal de cabeza
y me contestó que casi nunca. Todo esto demuestra cuanta resistencia física y anímica había
adquirido.
42
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Caridad Sin Medida
CON TODA SOLICITUD
Alguien podría pensar que la espiritualidad del P. Tarcisio y su dedicación a la oración lo
substrajera del compromiso social. Aunque no se comprometiera en una tarea promocional y
asistencial sistemática, en los encuentros migratorios y en los contactos con autoridades o
empresarios sabía intervenir con valor. Por eso tuvo por un cierto tiempo impedido el acceso a
algunos sectores azucareros. Pero donde resplandece más su amor al prójimo y a los pobres es en
las intervenciones urgentes.
Algunos testimonios son relatados por Luis Nana, jefe del Grupo Alpinos de Mendoza.
"Hacía poco tiempo que P. Tarcisio estaba en Mendoza y ya había conocido los barrios más
pobres. Había notado que en el barrio Olivares no había agua y aquella gente humilde tenía que
servirse del líquido contaminado de una pileta. El recurrió a mí y después de haber revisado la
situación pude arreglar un caño del agua corriente y poner una solida canilla. La gente estuvo
muy contenta y el Padre aprovechó para encontrarse con las familias y con la directora de la
escuelita de aquel barrio.
Una noche, alrededor de las 21, llego a la parroquia Cristo Obrero-M. Migrantes y él me
dice de ir urgente a Colonia Bombal para llevar una cama, colchón, almohada y frazadas a un
ranchito. Cuando llegamos a la choza, el padre me pidió de encender un fosforo y vemos una
boliviana, sola, tirada en el suelo, ya bastante próxima al parto. Le armamos la cama y
acomodamos a la mujer. Luego P Tarcisio sale y vuelve a los diez minutos empujando al marido
boliviano, que estaba medio ebrio en un boliche. - La próxima vez que venga y no te encuentre,
le dijo el Padre, te voy a tirar dentro del canal -. Salimos de allí contentos y riéndonos. Volvimos
a los pocos días y la mujer ya había tenido familia".
"Un año, relata Nana, tuve que ir a Italia y también a mi pueblo natal, Edolo de Brescia. P.
Tarcisio me pidió de visitar a varios amigos de la misma provincia y presentarles algunas cartas.
Recibí donaciones de dinero y en una fábrica de armas de Gardone Val Trompia la secretaria del
gerente me dio una caja de zapatos llenas de medallitas y crucifijos y luego también algunos
dólares. Cuando llegué a Mendoza, el Padre recibió las medallas, pero no el dinero diciéndome
que por el momento lo guardara. Paso el tiempo y me invitó otra vez al barrio Olivares, me
mostró los pobres chicos que preparaba a la primera comunión y me dijo que había que vestirlos
a todos para la ceremonia. Pedimos la cooperación de las Hermanas del Hospital Emilio Civit
para confeccionar los vestidos de las niñas y en el centro compramos género, pantalones,
camisas, zapatos y hasta los brazaletes y el día de la fiesta el amigo Ferrarini y yo con nuestras
camioneta cargamos a los niños bien vestidos y los trajimos a la iglesia de calle Granaderos.
Después se sirvió un almuerzo para los chicos, madres y padres. Fue verdaderamente una grande
alegría.
Ya la plata se había esfumado y pasado un tiempo P. Tarcisio me invitó a un negocio de la
céntrica calle San Martín y pidió varios indumentos. Al presentarme el dueño la factura yo le dije
que pasaría luego a pagarle, pero el Padre interrumpió diciendo: -Yo quiero ropa comprada sin
plata-. Y en efecto fue toda una donación".
El otro amigo Gigi Fantozzi, dirigente del Centro italiano de Mendoza, contaba que varias
veces el P. Tarcisio pedía indumentos usados. Entonces la madre y esposa de Gigi y Elisa
Gubinelli se reunían en el garaje para lavar, arreglar y planchar ropa. A veces el Padre le decía:
"Tú, Gigi, no conoces a los pobres", y con su fuerza de convención sabía entusiasmarlo. Una
43
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
mañana P. Tarcisio se presentó en casa Fantozzi y solicitó la colaboración urgente. Se trataba de
ir a Uspallata a ayudar la familia de un obrero que se había gravemente accidentado en el trabajo.
Consiguieron los elementos de ayuda para la mujer y los hijitos y fueron con la máquina hasta
allá arriba. Lógicamente los empleados de Gígi al no verlo todo el día estaban preocupados tanto
más que había asuntos urgentes, pero todo se explicó el día siguiente. Con el P. Tarcisio uno
sabia renunciar también a sus negocios y aquellos gestos tan significativos permanecerían como
momentos de profunda satisfacción espiritual.
La parroquia Madre de los Migrantes, bastante vecina a la estación de ómnibus de
Mendoza, se transformaba especialmente en ciertas épocas criticas en un hogar de tránsito para
chilenos sin dinero y sin comida. Con esa gente había que tener mucha paciencia y prudencia
también porque los locales no eran aptos para alojamiento; P. Tarcisio era generoso, pero no
ingenuo. Una vez fue visto abrir una lata de leche en polvo y tirar una pequeña parte en el suelo
para prevenir, una posible venta de la misma. Una noche se presentó a pedir alojamiento una
jovencita chilena, pero los Padres Marangoni y Manni no tenían nada disponible. Entonces P,
Tarcisio dijo: "Que use mi habitación; yo aprovecho para hacer la noche mensual de adoración
en la iglesia”:y así fue. El Padre, que en el norte había pasado noches en un rincón de la única
habitación de un rancho, donde estaban encimados promiscuamente todos los miembros de la
familia, sabía que la recta caridad supera todo convencionalismo y puritanismo.
El hacía notar que los pobres bolivianos sabían ofrecer lo mejor que tenían en su rancho,
mientras que los ricos dan a veces a regañadientes de lo superfluo.
Especialmente en su última visita a Italia y Suiza P. Tarcisio recibió varias donaciones de
dinero, pero sabía repartirlas inmediatamente al primer pedido; así hizo con el Equipo Pastoral
Boliviano, con el cohermano P. Victorio Beschin de Córdoba para la pintura de la casa y con
otros para impresos misionales; todavía le quedaban algunos billetes en su bolso, cuando falleció
en Alto Calilegua. De la misma manera sabía donar sus libros, aunque fueran totalmente
subrayados y anotados por é1.
RECIBIR CON CARIÑO
Padre Tarcisio, a pesar de su austeridad y de algún gesto cortante, sabía aceptar el cariño
de la gente y sobre todo de los pobres. Parecía que tuviera un imán especialmente con los niños y
los humildes. Dejaba que los niños le tocaran la barba, le tomaran el crucifijo y él los besaba
aunque todos sucios.
La comunicación de la amistad y de la caridad fraterna le hacía romper todo formalismo,
hasta en lo referente a su promesa de no comer carne y no tomar vino. Gigi Fantozzi testimonia
que para una fiesta en su casa libó un dedo de vino Lambrusco y con los cohermanos del curso
de actualización de S. Paulo (Brasil) en julio 1983 comió un pedacito de carne entre el aplauso
de todos.
A fin de setiembre de 1978, cuando en Mendoza recibió la afectuosa despedida para un
viaje a Italia, fue visto con las lágrimas en los ojos. En efecto había la duda de que no volviera.
En ocasión de un cumpleaños le había mandado una postal de augurios. Dos meses después
me encontraba en Mendoza y él llegó del norte. Al encontrar mi carta me dijo: "Te agradezco; es
el único recuerdo que recibí”. Naturalmente allí en el norte él a nadie decía nada y su aniversario
había pasado desapercibido. Pero para el cumpleaños del 6 de mayo de 1983, se pasó la voz y la
comunidad del Santísimo Sacramento y San Pío X de Córdoba, como relata García Curto, hizo
celebrar una misa en acción de gracias. Después de la misma se efectuó una amena reunión, con
la participación de miembros de la colectividad Boliviana y varios feligreses. El coro de niños
44
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
"San Pío X", de la parroquia le cantó "Cumpleaños Feliz" y se brindó por la felicidad del querido
homenajeado.
La colectividad boliviana ofreció una serie de cantos y bailes del Altiplano, luciendo
hermosos trajes de vivos colores y música con instrumentos regionales. En nombre de estos
hermanos latinoamericanos la Sra. Petrona Miranda, con fondo musical de quena y charango, le
dijo al Padre Tarcisio:
"Padre Tarcisio, en nombre de tus hijos bolivianos, te rendimos homenaje en el día de tu
cumpleaños y te deseamos muchas felicidades, salud, vitalidad y energía, para que sigas
caminando por el mundo en misión de Misionero incansable, llevando la paz y el amor en el
templo del silencio de tu alma, con la ayuda del Padre Celestial.
Lo saben mis caminos del Altiplano, que tantas veces has caminado sin cansancio, muchas
veces escuchando un canto o una danza de mi raza, que parecen nacer de cada piedra del cerro,
testigo de tu presencia. Fría noche de la montaña, soledad y silencio te acompañan y el silbido de
los vientos te murmuran, cuando caminas solo en busca de tus bolivianos. Frío y viento, amor y
soledad, y tu sonríes porque llevas a Cristo. Con chulu en tu cabeza y las abarcas en tus pies
curtidos por el frío vas pisando cumbres nevadas y senderos tristes. Por ese camino largo nunca
te sientes solo, porque llevas tu Crucifijo, que te da valor y fuerza.
El lenguaje oculto de las montañas se pierde en las entrañas de la Madre Tierra o Pacha
Mama, donde el alma descansa cubierta con brotes de flores cantutas imperiales.
-Este es el Altiplano! Estas palabras nacen de mi corazón, desde la profundidad de mi
alma, con el agradecimiento por el cariño tan grande que tienes a los bolivianos.
Padre Tarcisio gracias, muchas gracias, y como mujer boliviana, Kori Ckilla, te agradezco
en nombre de todos mis hermanos.
Tu, Padre Tarcisio, porque eres impagable, que Dios te bendiga y te acompañe siempre.
Así, como regalo de tu cumpleaños, voy a ofrecerte un canto del Altiplano y una danza, "El
Cóndor Pasa" que tanto te gusta, porque tú eres como el cóndor que vuela en las montañas...".
Petrona Miranda, acompañada con música de quena, charango, anata y taica, cantó y
después danzó, imitando el vuelo del cóndor que pasa, con sus alas desplegadas y silenciosas,
desafiando a los abismos y a las cumbres nevadas.
Un tiempo después, el Padre Tarcisio se reunió en la casa de Petrona Miranda, acompañada
de algunos bolivianos. Le agradeció muy especialmente el baile del "Cóndor Pasa", en el día de
su cumpleaños, y le dijo: "Si algún día yo no vuelvo, es porque me quedé en el Altiplano,
volando como el cóndor a las cumbres nevadas y desde allí, acurrucado, mirando a todos los
bolivianitos y también a ti, bailando con el poncho desplegado. . .".
Se puso triste y tomando el crucifijo con la mano, le dijo: “Yo tengo un secreto que guardo
en mi alma.., estoy sufriendo, a veces lloro, pero estoy contento porque el Padre Celestial está
conmigo".
Sus ojos se humedecieron y tomando el crucifijo, le dio a besar a todos y los bendijo
diciendo: “Es la última bendición, nunca me olvidaré de ustedes”.
Había sido el presentimiento del fin. Un mes después, murió.
45
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
La Oración Sobre Todo
CONCENTRACIÓN MENTAL
La raíz de la característica fundamental del P. Tarcisio, que fue la misionariedad, la
encontramos en su espíritu de oración. La primera escuela de oración fue ciertamente su familia.
En una carta, escrita desde Mendoza el 2/6/79 al primo y cohermano P. Julio Rubín por la muerte
de su papá, P. Tarcisio expresa esta convicción.
"La muerte del papá, como es para mí la muerte de la mamá, es la experiencia más vecina,
la preparación más cristiana a nuestra muerte. Pone las cosas en su lugar. En el recordatorio de
mi mamá yo he puesto algunas palabras de León Tolstoi: -Cuando digo las plegarias aprendidas
de la mamá, el amor de los pobres y el amor de Dios se unen en el mismo éxtasis-. Nuestros
padres eran tipos un poco rudos, pero sabían rezar con la vida, con el trabajo, con el silencio.
Nosotros y la generación de hoy sabemos decir bellas palabras, hacer programas, pero
permanecemos muy vacíos. Quizás dentro del marco de nuestra vida el cuadro lo pinta siempre
Dios con las manos sucias de nuestros campesinos".
Padre Tarcisio no se cansaba de remarcar los dos caracteres de la oración: el silencio y la
fuente bíblica. "La oración tiene que ser silenciosa, como la de María y de Jesús Eucarístico, para
alcanzar la profundidad de nuestra persona y la eficacia sobrenatural". Para él orar era algo serio,
había que crear un ambiente y una disponibilidad; por eso buscaba los lugares más retirados y en
especial la iglesia y cerca del altar y del sagrario. En las misiones, aunque la sede se estableciera
en una pobre escuelita de un lote zafrero, la aulita elegida debía ser adornada: pedía a los niños
que trajeran velas, flores y hasta incienso.
Frecuentemente iba a un templo especial, como el de El Challao de Mendoza.
"Hacia un largo trayecto caminando, recuerda el ayudante de la parroquia
Madre de los Migrantes, Julio Castillo, y en forma silenciosa o rezando el rosario. Yo tuve
la dicha de acompañarlo alguna vez. En la oración se concentraba intensamente y se manifestaba
mucho en la misa". Periódicamente pasaba algún día en un monasterio, fuera del mundo, sin
tener noticias de radio, televisión, diario.
En la capillita de la sede provincial, cuando paraba en Buenos Aires, aunque agotado por el
trabajo misional y sus largos viajes, lo encontraba en su tradicional postura, arrodillado en el
suelo y con la cabeza entre las rodillas, a las once de la noche y luego a las seis y cuarto de la
mañana. Durante el invierno, sobre el nudo pavimento, ponía una pequeña alfombra. Antes de las
noticias, de las conversaciones y del desayuno o de la atención a la gente había que dedicar el
mejor tiempo a Dios.
Una hermana de Villa Bustos recuerda: “Varias veces lo sorprendimos postrado en la
capilla ante del Santísimo Sacramento haciendo oración. Una de las religiosas de la casa, quien
lo atendía, nos comentó que no almorzaba antes de hacer dos horas de oración".
Escribía al Superior Provincial de S. Paulo (Brasil) sobre el horario del curso de
actualización: "Horas de oración, horas de lección sobre los migrantes (Cristo, Scalabrini,
hombres), horas de conversación con los migrantes. Primero hablar a Jesús de los migrantes.
Luego Jesús nos habla de su emigración y al fin hablamos con los migrantes”.
A mí personalmente presentaba el problema de la poca oración entre scalabrinianos. Y
46
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
cuando yo me refería a la oración comunitaria del Ángelus o de Laudes, él acotaba que no tenía
ningún valor, porque eran momentos demasiado breves y hechos con actitud formalística. Había
que dedicar tiempo adecuado y para introducirse en el clima de comunicación con Dios era
necesario llegar a una discreta concentración. Me confiaba que el transpiraba y se cansaba en la
oración más que al hacer largas marchas.
A la oración en su tradicional postura tipo yoga agregaba la meditación o estudio de las
obras de los Padres de la lglesia o de algún santo. No le faltaba algún libro de los mejores
teólogos modernos. Subrayaba los textos y hasta ponía alguna nota al margen. Sabía armonizar
estudio, reflexión personal y oración. Sabía distinguir bien una convivencia de un verdadero
retiro espiritual.
Después de haber participado a un encuentro de jóvenes en el Seminario scalabriniano de
Merlo, escribía desde Mendoza en Llamado (6/76). "Mi impresión sobre el grupo juvenil que
encontré en Merlo es buena. En un segundo tiempo conviene pasar de los discípulos a los
apóstoles, vale decir, elegir algunos del grupo, aunque sean dos o tres, que tengan una verdadera
inquietud vocacional y organizar para ellos un auténtico retiro evangélico, con misa, oración,
meditación, silencio. Eso es pasar de la invitación genérica a la selección y de aquí a la
"infección espiritual". Decía Hegel: donde pasa una idea, 100 años después pasan los cañones a
defenderla". Donde pasa Cristo, 100 minutos después pasan los apóstoles para difundir su luz en
el mundo. Tengo la impresión que nosotros estamos todavía en el cenáculo con las puertas
cerradas, porque tenemos miedo al Resucitado. Sabemos bien que con Jesús se trata de “todo o
nada" y así nos cobijamos en las medias medidas: nos contentamos con el pequeño fuego de la
sirvienta del pretorio, renunciando al sol del Resucitado".
La oración era para él no solamente el alma del apostolado, sino también el secreto para la
consagración religiosa. Acerca de una carta escrita sobre una chica que aspiraba a entrar en una
orden religiosa, decía en 1976: "El fruto más grande y evangélico de la misión es el brotar de
vocaciones misioneras. El misionero en la oración debe vivir la fecundidad del celibato. Como
María debe experimentar la alegría de ser Virgen y padre de vocaciones particulares en la gran
vocación de ser salvados en Cristo Jesús”. (Llamado 7).
ORACIÓN DESDE LA BIBLIA
P. Tarcisio afirmaba: "La oración debe ser bíblica para alcanzar mucha teología y poca
sociología". Al hombre de hoy y especialmente al joven gusta ser creativo y tomar iniciativa en
todo; se complace por lo tanto también en fabricar oraciones. Cuesta al joven de hoy el rezar los
salmos, sea porque es ya un producto y antiquísimo. Pero P. Tarcisio sabía que la plegaria es ante
todo fruto del soplo del espíritu. Las oraciones bíblicas fueron propias de los santos de Israel, de
la Virgen, del mismo Jesús, de los apóstoles y de toda la lglesia por casi dos mil años. En la
pequeña biblia de bolsillo, que era el objeto más precioso que llevaba consigo, él encontraba los
salmos para el rezo de las Horas, las lecturas de la misa en los lugares apartados y la fuente de
meditación.
Lo sentí criticar la edición actualizada del breviario, porque habían sido omitidos
versículos imprecatorios de algún salmo y no quedaba íntegro. Por lo tanto hacía usar a veces
para Laudes y Vísperas una edición íntegra de la Sociedad Bíblica Unida. O era simplemente por
la comodidad de tener suficientes ejemplares, donados, para religiosos, que en aquellos años
setenta no llevaban siempre consigo su breviario? Agotada su reserva de nuevos testamentos o
biblias católicas, solicitaba a los Gedeones la donación de los pequeños nuevos testamentos con
47
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
salmos bien encuadernados. Yo asistí en la sede provincial a un encuentro de amistad y oración
del Padre con un distribuidor de estas prácticas ediciones de bolsillo.
P. Tarcisio intuía enseguida si la oración era simplemente formal y la mayoría estaba
distraída. Durante una misión en el norte él llego de lejos, mientras que el grupo, guiado por el P.
Pablo Pirón, estaba ya adelantado en el rezo de la liturgia de las Horas. Dio una mirada y dijo:
"Aquí hasta ahora no se ha rezado nada. Ahora empezamos a orar". inició con su método, con
intervalos de silencio y con participación más auténtica. Otra vez afirmaba: "La mentira más
grande es de hablar de la oración sin rezar".
Una religiosa recordaba que en un encuentro de oración en una capilla algún joven empezó
a entrar y salir. P. Tarcisio inmediatamente interrumpió todo y se alejó del lugar. No admitía
perder tiempo, si la cosa no se hacía con conciencia.
P. Benjamín Baggio de San Martín (Mendoza) recuerda que la oración comunitaria se
hacía a veces alternando unos cinco minutos de rezo con quince de silencio y que un día en la
misión de Lavalle estuvo orando en la iglesia desde las 5 hasta las 11 y que a los sacerdotes
había enseñado la amistad y la pobreza, pero sobre todo la oración. En la misma misión de
Lavalle una pareja de novios pedía para el casamiento marcha nupcial y canto del Ave María; P.
Tarcisio no acepto la cosa y hubo bronca. Pero el Padre salió al barrio a buscar niños y los
preparó bien. La ceremonia duró una hora y con el canto hermoso de los chicos. Al salir esposos
y parientes estaban emocionados de alegría.
Las Novicias Terciarias Misioneras Franciscanas de Córdoba relatan que a veces en el
saludo de entrada de la misa decía: "Que el amor de Dios florezca en nuestro amor". "En otra
ocasión vino a celebrar la Santa Misa en el día de Santa Águeda y fue éste su mensaje: "Martirio
y Virginidad: signo de una sola cosa, la absoluta y total entrega de mi ser a mi Dios y Creador.
Virgen, si, no cómoda, no adaptada al mundo de hoy: VIRGEN Y MARTIR. Hoy se es virgen
sin ser mártir. Hacer de la virginidad el martirio; revelar al mundo que desprecio sus amores
porque he encontrado un AMOR mejor que los suyos: un novio más hermoso, el mes hermoso.
Alegre y contenta se presentaba Águeda al martirio".
Su ultimo sermón en la casa fue referido a la muerte e hizo ver "que los planes de Dios no
son los planes de los hombres y que nuestro Creador tiene derecho a pedirnos la vida en
cualquier momento. Hoy se huye de la muerte y hasta de nombrarla. Tan es así que en algunas
traducciones de la Liturgia de las Horas ha sido suprimida esta expresión de la bendición de
Completas. Y a la
muerte no se le huye, se la espera".
P. Tarcisio, que sabía dedicar tiempo con calma y profundidad a la confesión y a la
dirección espiritual, aprovechaba toda ocasión para ser maestro de oración. En una estampita
para los augurios de navidad de 1979 había escrito esta antigua oración:
"Pueda el camino salir a tu encuentro;
pueda el viento estar siempre a tus espaldas;
pueda el sol brillar cálido sobre tu cara;
la lluvia caer suave sobre tus campos
y hasta que nos encontremos nuevamente, pueda Dios tenerte en la palma de sus manos".
HORAS DE ADORACION
García Curto de Córdoba escribe cuanto sigue.
“En agosto de 1983, organizamos con el P. Tarcisio, las "Horas de Adoración a Jesus
48
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Sacramentado en nuestra Parroquia. Propusimos por adelantado los días jueves de 20 a 21 horas.
El P. Tarcisio modificó el horario y quiso que fuera de 21 a 23 horas, es decir dos horas,
explicando que la Adoración debía ser completa, sacrificando la cena, informativo de T.V. y
comodidades. Así lo hicimos durante su permanencia en la parroquia. Durante las dos horas, el
P. Tarcisio permanecía de rodillas, sin las sandalias y el mayor tiempo con la frente tocando el
Piso.
En una pizarra apoyada en el altar, estaba indicado el temario: Lecturas bíblicas, Salmos,
"Silencios" y Oraciones. Lo acompañábamos unas veinte personas más o menos. Su presencia y
su profundo silencio nos unía íntimamente a Dios. Sus palabras eran simples pero profundas,
penetraban el alma".
Esta adoración semanal continúa, aunque más breve, en su recuerdo, como continua
también en la parroquia de Mendoza.
El mismo García Curto testimonia que:
"Un jueves, estando en la sacristía antes de empezar la Jornada de Oración, se oían pasar
jóvenes y personas hacia los salones de la Parroquia. Le dije al P. Tarcisio: "Parece que hay
fiesta". Después de un breve silencio, con mirada penetrante me dijo: "Hay dos clases de fiesta:
las que se ven desde fuera y las que se hacen desde dentro. A las primeras se asiste, uno es mero
espectador que habla, canta, protesta o se calla. En las segundas, el hombre pasa a ser actor Aquí
no se asiste a la fiesta, se participa activamente y se la vive existencialmente desde dentro: se
hace la fiesta. Ese entrar en un acontecimiento, ese vivirlo a fondo con todo el ser, con tanta
intensidad que Se olvide uno del tiempo y del espacio que lo rodea, es lo que se llama celebrar,
celebración.
Jesús, más que para ser pensado o discutido, ha venido para ser vivido y debemos vivirlo
con avidez de hambriento “.
Después, mirando la ventana me dijo. "Porqué no vas arriba y los invitas a todos a rezar
con nosotros?". Me pareció una idea imposible y con el grupo reducido que esperaba en la
iglesia, comenzamos nuestra Jornada de Oración. Fue una verdadera fiesta, vivida desde el fondo
de nuestras almas.
Cuando terminó, antes de retirarse, el P. Tarcisio me dijo: “Qué pena me dan estos jóvenes
que pierden así el tiempo y se olvidan de Dios. Ellos se divierten y la iglesia queda vacía.
Después se quejan, - hay guerras, no se puede vivir, se confunden las actitudes y los valores y todo, todo, porque no se ora, porque se ha perdido el sentido de la oración. Les gusta el ruido. Lo
que necesitan son espacios y tiempos fuertes de silencio; es el silencio el que nos guarda, nos
integra y fortalece por dentro".
Una señora le había pedido que rezara para que el Ministerio de Bienestar Social le
solucionara su grave problema y él contesto: "No recemos para que Ministerio de Bienestar
Social nos ayude, sino para que Dios cambie el corazón del hombre".
49
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Enfermedad y Muerte
EL EXTREMO DESAFIO
El desenlace del Padre Tarcisio fue imprevisto, pero tuvo sus señales previas. Aquí
también recurrimos al valioso testimonio del Prof. Primitivo García Curto, presidente de la Junta
de la parroquia SSmo. Sacramento - S. Pío X de Córdoba, que el 10/10/83 me escribió una carta.
"El 8 de setiembre de 1983, Natividad de la Virgen María, no se sintió bien. Me dijo que
era algo pasajero relacionado con su antiguo mal. El día 9 por la tarde se quedó en cama. Me
reveló que tenía fuertes dolores causados por una llaga, aparte del proceso pulmonar que padecía.
Tenía fiebre. El párroco P. Antonio Mascarello tenía proyectado para esa noche viajar a La Boca
– Buenos Aires para asistir a la fiesta de la Virgen del Monte Bérico. El P. Tarcisio me prohibió
que le contara su estado para evitar que suspendiera el viaje. Me dijo: "Tiene que ir, para él es un
gusto muy grande, no le digas nada". Y así fue. Esa noche le llevé algunos alimentos muy
livianos y me ofrecí para acompañarlo. Se negó.
El sábado 10 amaneció mejor y fue al hospital. No lo atendieron. Consiguió unas pastillas
sedantes para el intenso dolor que padecía. Por la tarde celebró misa y al terminar, pálido y
transpirado, me pidió que lo acompañara a la cama. Estaba agotado y dolorido. Siguió
pidiéndome absoluto silencio. El domingo 11, celebró en la capilla Goretti y luego en la
Parroquia. Al medio día se sintió mal y se acostó. Le lleve los alimentos que me pidió, pero
comió muy poco. Tenía fiebre. Le ofrecí todo lo que tenía a mi alcance, pero nada aceptó, solo
me pedía silencio. Se lo prometí. Tomo el grabador y me hizo escuchar el Coro de niños de la
Parroquia, que yo le había grabado. "Es como estar en el cielo, escuchando los ángeles" -me dijo.
En casa me esperaban para almorzar y me despedí. No me dejó; me pidió que escuchara un
casete que le habían regalado en Jujuy. Era "El paso del cóndor". Mientras escuchaba, me decía:
"Como me gustaría volar como el Cóndor, sobre las montañas y las nubes. . . Me agradaría morir
oyendo esta música". Se levantó de la cama y me mostró la fotografía de su madre, que tenía
escrita la palabra "mama", diciendo. Ella la escribió, pobrecita, era lo único que sabía escribir.
Luego me mostro la fotografía de su hermana monja y me conto la fiesta que le hicieron en
Italia. Decidí no dejarlo solo, pero me pidió que me fuera; quería dormir. Por la tarde, celebró la
tercera misa; me pidió que me quedara cerca, porque tenía miedo a desmayarse.
Su homilía fue maravillosa, muchos lloraron en la lglesia. Al terminar se fue a la cama
muy dolorido y pálido. Nadie sospechó nada. Le llevé alimentos y se repuso. Riéndose me dijo
que no me preocupara por él, que solo debía cumplir la voluntad de Dios.
El lunes 12 llegó el P. Antonio y me limite a decirle que no estaba bien. Le dije a P.
Tarcisio que le contara la verdad de su estado. Me contesto que no, porque no quería verlo triste
o preocupado por é1.
Esa semana se hizo análisis y le diagnosticaron Tuberculosis, derivándolo al Hospital de
infecto-contagiosos. No le dijo nada al P. Antonio. Su deseo era viajar a Jujuy. Me pidió que no
hablase nada de esto con Usted, cuando vino a Córdoba
Le insistí que debía internarse y descansar, pero siempre me contestaba que debía cumplir
la voluntad de Dios. "Los bolivianitos de la zafra me esperan, ellos me tienen guardado el plato y
el jarro que solamente yo uso, me ponen una alfombra en el suelo y sobre ella el plato con papas
o arroz cocido; y mientras como, ellos rezan. . . es hermoso!".
El 23 de setiembre estuve en Córdoba y escuché los informes del P. Antonio Mascarello y
de García Curto. P. Tarcisio, que estaba siempre en movimiento, me dijo que en los análisis
médicos no resultó tener mal de chagas (había tenido punturas de vinchucas), pero sí la
50
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
tuberculosis; cada tanto escupía un poco de sangre, pero era cosa antigua. Le expresé que tenía la
grave obligación de curar su salud y de obedecer a los médicos. Pero él me aseguro que se haría
atender en el Hospital de San Pedro de Jujuy, donde tenía médicos amigos, que lo ayudarían más
que los profesionales de Córdoba. En el lote "El Puesto" del ingenio La Esperanza había una
masa de niños, que sin su intervención no podía recibir la iniciación cristiana y tomar la primera
comunión. Yo le repliqué en tono enérgico. "Cuidado que te vas a quedar seco en cualquier
momento". Pero no hubo caso. El 27 salió de Córdoba y el día siguiente ya se encontraba en San
Pedro de Jujuy, teniendo como centro la casa parroquial y habiendo puesto dentro de su bolso
algunas inyecciones.
Allí supo que habiendo viajado a España el P. Cano, no se encontraba sacerdote para la
fiesta patronal del 4 de octubre en San Francisco de Valle Grande. Por lo tanto el sábado 1° de
octubre viajó a Libertador San Martín, donde celebró la misa de 19 horas, destinada
especialmente a la juventud. En la misma liturgia, según testimonio del párroco P. Aurelio
Martínez, predicó con ímpetu y entusiasmo. Fue luego a la comisaría para informarse sobre el
estado de los caminos montañosos y a buscar a un amigo que con la camioneta lo llevara la
madrugada del domingo a San Francisco.
Al llegar a las 8 al pueblito los paisanos le rogaron que se quedara la tarde del mismo
domingo 2 y el lunes tres para la preparación de los festejos del martes, día de San Francisco,
pero P. Tarcisio no se rindió y quiso enfrentar enseguida el sendero que conduce a Alto
Calilegua. No quiso tampoco el ofrecimiento de un animal para cabalgar. Lo acompañaria el
enfermero y baqueano Tito Flores, quien con su mula volvía arriba llevando las provisiones
alimenticias para la escuelita de Alto Calilegua. En Pino Achado, casi al terminar la parte
boscosa, descansaron un poco y comieron algo; todavía faltaban unos veinte kilómetros a una
altura de 3000 metros. Flores, cabalgando, dejó al Padrecito, que subiera a pie más lentamente y
llegó al pueblito a las 15 y comunicó que un sacerdote barbudo estaba subiendo; entonces la
directora de la escuelita y tres niños empezaron a bajar para encontrarlo. El misionero, después
de Duraznillo, zona de la meseta amarilla, en un bivio perdió la huella y luego tuvo que
retroceder retomando el camino justo. Ya agotado, pero con la alegría de los niños, que lo
acompañaban, llegó a las 19,30 a la escuelita y la directora le ofreció té con leche.
P. Tarcisio quiso celebrar a las 21 horas en la capilla. Algunos no recordaban haber asistido
a misa allá arriba desde veinte años, aunque hacía dos años se había hecho presente P Cano para
fin de clases. Lo acompañaron en la liturgia los chicos del albergue, el personal de la escuela y
tres personas del pueblo.
Al terminar la misa dijo a los chicos que el día siguiente le acompañaran a visitar el
cementerio, las casas y a los ancianitos y que celebraría otra misa a las 7,30.
La directora y una maestra le prepararon una cama en la salita de primeros auxilios, pero él
quiso retirarse a la capilla y pidió si tenían un cuero por el frío. La directora entonces mando dos
chicos, que llevaron en la piecita-depósito al lado del altar un colchón, y tres trazadas y agua
para lavarse los pies. En la misma capilla el Padre consumió la cena, que según había pedido
consistió en arroz y un huevo hervido. Estuvo conversando y la gente le hacía preguntas
habiendo sabido a través del baqueano que el Padre había estado en muchos lados.
Pero a las 23 P. Tarcisio los despidió y se puso a rezar cerca del altar en su manera
acostumbrada.
AL LADO DEL ALTAR
Aquí tomo literalmente el relato de la directora conforme a la grabación hecha por el P.
51
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Antonio Guidolín el año pasado en Jujuy.
“A las 7 el personal de la escuela se levantó y yo mandé a algunos chicos a la capilla para
que pidieran al Padre que esperar hasta las 8 para que los alumnos pudieran participar de la misa.
La puerta estaba entreabierta y vieron que el Padre estaba acostado cerca del altar. Se acercaron,
le hablaron y, al no contestar, una niña (era la hija misma de la directora) lo tomo de la mano y
se dio cuenta que estaba frío y avisó a dos viejitos que estaban en la puerta; ellos comprobaron lo
mismo. Entonces los chicos pegaron el grito hacia la escuela. Salimos todos y entramos en la
capilla. Vimos al Padre en el piso con los brazos al costado. Le toqué la cara y los labios tratando
que reaccionara pensando yo en un ataque. Tenía su sotana y sus sandalias puestas. En el piso de
cemento había mucho polvo y no resultaba ninguna huella de movimiento en el momento de la
muerte. Bien colocadas estaban en un lado la gorra y la linternita. Su rostro parecía como si
estuviese viendo algo tan lindo, con una sonrisa y sus ojos claritos, tan hermosos. En aquel
momento llegó el agente sanitario Tito Flores, lo revisó y comprobó que estaba muerto.
Entonces, siendo las 8, mandé un chico a San Francisco para que comunicaran la noticia en
Jujuy y subieran hombres para trasladarlo abajo. En Duraznillo, donde vivía, el niño pasó el
mensaje a la madre, la cual bajó a San Francisco y comunicó la cosa a mi esposo Oscar René
Matorras. La gente, que se estaba preparando a la fiesta patronal, no querría subir a Alto
Calilégua, pero al final el pudo convencer a algunos hombres y hacer avisar por radio de la
policía a Jujuy.
Mientras tanto nosotros nos preparamos para velar al Padre. Pusimos un elástico en medio
de la capilla. Don Tito Flores lo tomó de los pies, don Pedro Tejerina lo levantó de la cintura y
yo le levanté la cabeza. Cuando lo estábamos poniendo en la cama, del ojo izquierdo le salió una
lágrima, que todos vieron. Fue un momento para mí inolvidable. Entonces hice invitar a tres
ancianitas, que estaban con sus ovejas, para que vinieran a acompañarlo todo el día juntamente
con los chicos. A las diez de la noche llegaron un agente policial y tres hombres de San
Francisco. Con una maestra y dos chicos quedé toda la noche. A las cuatro de la mañana del día
4 empezamos a preparar la comida, a las cinco los hombres cortaron madera para hacer una
angarilla y a las siete salimos para San Francisco. Bajaron también unos quince chicos y algunos
ancianos, que acompañaron rezando. El cuerpo estaba con una colcha abajo, tapado con una
sábana, atado con una coyunda. El trasporte fue muy dificultoso por el sendero muy empinado, el
camino de cornisa y el cruce de arroyos. Tuvimos que hacer varias etapas para descansar, como
en Campo Colorado y Pino Achado. No teniendo en un cierto momento más fuerza, algunos
fueron en la cima de un cerro y con gritos solicitaron refuerzo abajo. Subieron dos hombres y
con ellos se pudo llegar a la escuela de San Francisco a las 15. Rezamos allí el rosario y luego
fuimos a la capilla. Los paisanos, algunos vestidos de gauchos, habían suspendido los festejos y
se unieron al rezo".
Entre tanto llegó un oficial de policía con una camioneta del Ingenio Ledesma, que llevó el
cuerpo del Padre hasta la comisaría de Libertador llegando allí a las 19. A la misma arribó
también el obispo de Jujuy Mons. Raúl Casado, en cuya presencia el médico policial procedió a
la correspondiente pericia redactando la causa de defunción por paro cardíaco. El mismo prelado
con el párroco P. Martínez celebró la misa en el templo parroquial de Libertador con mucho
concurso de pueblo y luego acompañó el féretro hasta la iglesia de San Pedro de Jujuy, donde a
las 21 ofreció un responso y el párroco y vicario episcopal Mons. Sixto Villoldo celebró la
eucaristía.
El mismo martes 4, a pesar de la huelga general en toda la Argentina, la curia de Jujuy
logró avisar por teléfono a la sede provincial en Buenos Aires.
Yo, que estaba en visita a la misión de González Catán, pude ser informado alrededor del
52
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
mediodía. Con gran esfuerzo con los Padres Antonio Guidolín y Sérgio Calza la mañana del
miércoles pude tomar el avión hasta Salta, donde el diacono permanente Orestes Capobianco nos
llevó a través de 110 kilómetros a San Pedro de Jujuy. En la iglesia parroquial los restos del P.
Tarcisio eran velados, mientras se turnaban en oración distintos cursos de varios colegios
oficiales. A las 17,30 acompañado por Mons. Villoldo.y varios sacerdotes, presidí la santa
eucaristía. Luego procesionalmente el cuerpo del P. Tarcisio fue llevado al cementerio local
entre una muchedumbre de acompañantes y tumulado provisionalmente en la capilla fúnebre de
la familia Falcon. El último adiós fue pronunciado con poética unción por el Prof. Manuel
Crespe, presidente de la Junta Coordinadora Parroquial. En el dolor de aquel momento
experimentamos la verdad consoladora del dicho bíblico: "Realmente muy preciosa es a los ojos
de Dios la muerte de sus santos". La misma noche los Padre Guidolín, Calza y yo con una
camioneta ofrecida por el intendente municipal de San Pedro fuimos a Libertador para
encontrarnos con el párroco y el comisario de policía para reconocer más detalles de los hechos y
la mañana siguiente pasamos a Jujuy para agradecer al obispo, quien nos dijo: "Este es un signo
que el Señor los quiere como misioneros en esta tierra jujeña".
Un hecho extraño acompañó la muerte del P. Tarcisio, que confirmaría la creencia del
norte argentino, según la cual un sacerdote al morir se llevaría consigo un niño. Al llegar a Alto
Calilegua el Padre encontró un hijito de una maestra, que estaba con algún problema de salud.
Pero a pesar que el martes no se sintiera molesto, el miércoles se agravó y el jueves falleció y el
mismo día la mama lo llevó a San Francisco. El P. Tarcisio le habría dicho: “Esta es una
florecilla para el cielo”.
53
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Padre “Evangelio”
HOMBRE DE DIOS
Al presentarnos a una comunidad religiosa para recabar datos testimoniales sobre el Padre
Tarcisio una hermana me preguntó si empezábamos el proceso de beatificación. Yo contesté
bromeando que ya teníamos bastantes líos con el proceso del Fundador Mons. Scalabrini y que
yo me presentaba también como abogado del diablo!
Aquí se presentan algunos testimonios sobre la santidad del Padre Tarcisio: "Era un
verdadero hombre de Dios" (Hna. Luisa Lapiccirella). La Superiora Alma Fadini de Colonia
Bombal (Mendoza) decía que estando en Italia tuvo ocasión de encontrarse tres veces .con Mons.
Maresma y el arzobispo en las tres ocasiones sacó la conversación sobre el P. Tarcisio, que
acostumbraba llamar "Padre Evangelio".
La directora de la escuelita de Alto Calilegua Sra. Manuela M. de Matorras: "Padre
Tarcisio es un santo. Tuve la dicha de estar con é1, tocarlo; es verdaderamente un santo". Y su
esposo, el maestro Oscar René Matorras; "Ha sido un gran Padre; nunca he conocido un Padre
como é1, de la manera de hablar, de llegar a uno. Lo mejor que me pudiera haber ocurrido en mi
vida".
P. ltalo Serena, director del periódico "Voz de Italia" de Buenos Aires: "Era un apóstol de
la Palabra, un heraldo de la Eucaristía, un misionero fructífero con la fuerza de la cruz. Gozaba
de la compañía de los humildes y de los niños”.
El Prof. Primitivo García Curto de Córdoba: "De personalidad serena, firme y penetrante
siempre fue amable, llegando profundamente a los niños y a los mayores. Quienes lo conocieron,
admiraron su espíritu de sacrificio, especialmente los últimos días, en que sobrellevó con silencio
ejemplar su sufrimiento, para llegar a la meta del cielo. Su silencio, su oración, su humildad, su
serena alegría y su paz interior y especialmente su testimonio sacerdotal, le conquistaron el
afecto y la admiración de aquellos que lo conocieron. Su muerte ha sido como una Pascua
anticipada. Admiraba a San Francisco de Asís y siempre trató de imitarlo".
La catequista Luisa de la parroquia San Pedro de Jujuy: "Innumerables son los ejemplos de
su vida, de su entrega y de su sacrificio". La Sra. Nelly del quiosco S.do Corazón de la plaza de
San Pedro de Jujuy: "En verdad para mí era un santo, uno de los santos que pasan por este
mundo dejando el recuerdo tan lindo y tan grato. Sentimos la falta de su presencia física, pero
tenemos su presencia espiritual".
Su compañero de seminario P Pablo Piron: "Si se puede calificar misionera su vida,
gastada para llevar la Buena Nueva a los hombres de los lugares más remotos, se puede llamar
misionera también su muerte. El vivió con Cristo y murió abrazando a Cristo".
P Jose Tomasi, redactor del quincenal "Presenza" de Santiago de Chile: "Dejó de un lado
todo su bagaje de cultura clásica, filosófica y teológica, olvidó los idiomas para poder hablar,
como él decía, las cincuenta palabras manejadas por los obreros y niños bolivianos, a los cuales
dirigía su mensaje. Pasaba horas de adoración hablando al Dios de los migrantes para después
poder hablar a ellos de Dios. Siempre he envidiado la vocación de mi ex-profesor, sus claras
ideas de misionero, su entusiasmo de servicio, su oración profunda y su sonrisa constante".
Gigi Fantozzi, presidente del Centro italiano de Mendoza: ''Era verdaderamente un hombre
santo, que sabía convencer y arrastrar".
P. Fabio Bau, cohermano y compañero: "Pude constatar el aprecio de los bolivianos
ladrilleros de la zona de Mendoza en la misión por ellos en febrero de 1984. Al visitarlos en los
54
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
hornos de ladrillos y en sus chozas, se enteraban entonces de su muerte y muchos se ponían a
llorar. Recordaban que había pasado la noche en un rincón de la habitación común de la familia,
que en una ocasión ayudó a colocar ladrillos para que luego tuvieran tiempo de participar al rezo
del rosario. A un niño, que estaba enfermito y lloraba día y noche, lo bendijo y terminó toda
molestia. Al notar alguna enfermedad seria en algún niño se iba, volvía con un señor con auto,
llevaba al niño a un hospital y lo traía de vuelta con las prescripciones médicas".
El mismo Padre Bau recordaba que un compañero de seminario había dicho a Tarcisio
Rubín: "Tú no tienes el pecado original. Pero sí tienes el pecado de la originalidad". Es cierto que
P. Tarcisio tuvo el defecto de buscar el impacto y de huir la continuidad de la rutina y la
metodicidad del anonimato. Pero es verdad que a través de los años se estuvo limando y
purificando de manera que últimamente su servicio y sus actitudes eran menos personalísticas,
más espontáneas, más cristalinas y más ricas de sencillez evangélica. Hacían mayormente
traslucir al Cristo y no a su persona.
P. Tarcisio, que sabía citar de memoria pasajes de cartas de Mons. Scalabrini a sus
primeros misioneros, encarnó la misionariedad de trinchera, vivió profundamente la itinerancia
apostólica, se hizo el migrante en la fase inicial y aguda, anterior a la instalación y previa a la
integración.
Por eso continuará para nosotros su testimonio de prioridad a la migración en su más
genuina etapa de desplazamiento, de desarraigo y de indefensión y el testimonio de la
convivencia, la condivisión y la participación del mismo pan sucio, del mismo techo de paja, del
caminar bajo el sol abrasador o la intemperie, del experimentar la misma plegaria de la sencillez
y del corazón.
Por eso Padre Tarcisio permanecerá como maestro de oración silenciosa y bíblica, como
ejemplo de pobreza y como prototipo del evangelizador peregrino y del misionero migrante.
55
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Su “Testamento”
LA DIFICULTAD DE ESCRIBIR
Al P. Tarcisio había pedido varias veces algunos pensamientos escritos sobre la pastoral
migratoria, pero nunca me llegaban. Con tal que escribiera algo, yo lo acicateaba diciéndole. "Tú
no quieres escribir, porque no eres demasiado convencido de lo que dices verbalmente o porque
tienes miedo del compromiso consecuente de lo que dejas documentado. Verba volant, scripta
manent". El se reía y luego me mandaba cada tanto una fotocopia del esquema de algún
encuentro o de algún programa.
En mi critica pienso había algo de verdad, pues el P. Tarcisio se escabullía de lo fijo y
constante; pero también su vida ambulante no le permitía escribir con un cierto respiro. Para eso
uno precisa de una mesa, de un mínimo de biblioteca y de publicaciones y de otros elementos de
consulta. Por esto los sacerdotes pobres son pobres también en el escribir. Podrán tener algunos
apuntes o dar alguna conferencia. Pero de quienes consiguen una notoriedad escribiendo textos
teológicos y sociológicos sobre los pobres, marginados y oprimidos, hay que dudar que habiten
realmente con los pobres y tengan una vivencia de pobres.
Finalmente P. Tarcisio escribió algunas páginas sobre el apostolado; pero cuando me
fueron entregadas, él ya había muerto. Por eso estas notas pueden ser consideradas como su
testamento. En el dorso de la última hoja había escrito: "Reflexiones a tiempo perdido, a leer de
noche para tomar sueño". También este escrito más que ser un estudio unitario; que agote un
cierto argumento, es un florilegio de pensamientos, que se refieren a varios temas y reflejan los
motivos emergentes de su inquietud apostólica .
DIALECTICA DE LA PASTORAL MIGRATORIA
"Los desplazamientos de masas han llegado a ser en el mundo de hoy un fenómeno
humano mundial en todos los niveles: social, civil, religioso, cristiano. La nota principal del
migrante es sentirse "extraño” en un estilo común de vida, experimentar la sicología del
extranjero marginado en la sociedad civil y religiosa. También aquellos que viven en patria entre
grandes grupos de emigrados, son marginados en sus costumbres y estilo de vida. Por eso quizás
el emigrado más marginado es el indio-americano. Tiene continente, pero no tiene paria; tiene un
rostro propio, pero no una identidad personal conocida y estimada.
Latinoamérica es muy latina, poco América; el primer término quiere borrar el segundo.
Por su naturaleza el apostolado entre los migrantes es dialéctico: tiene en si mismo tesis y
antítesis. Precisa buscar la síntesis. En el trabajo para los migrantes los extremos se tocan.
El migrante es una provocación a la universalidad. Quien camina rompe las fronteras
establecidas, deja de un lado muchas cosas particulares y desea sentirse en su casa en cada
región, porque la tierra es patria de todos. La estructura de la pastoral se basa en el grupo étnico,
que crea comunidades cerradas, gueto, un espíritu racista, un rechazo de otros grupos. El
favorecer la lengua propia y sus propias costumbres debería ser una sinfonía pentecostal, pero a
menudo se reduce a una torre de Babel. La parroquia territorial y también la "misión con cura de
almas" alimenta en sí misma la contradicción: son estructuras hechas para residentes. No se
puede hacer un automóvil pura estar parados, una butaca para correr. Como superar esta
dialéctica de tesis y antítesis? Como hacer unir los dos extremos?
a)
HACERSE MIGRANTES CON LOS MIGRANTES
56
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
Precisa condividir la aventura del caminar en el desierto. Las estructuras, los programas
son perezosos por su naturaleza, hechos sobre un escritorio, escritos en los libros, discutidos en
reuniones, sesiones, congresos. Se habla frecuentemente de los migrantes y poco con los
migrantes. Casi siempre son los ricos que escriben los más bellos poemas sobre los pobres, los
grandes profesores a hacer ensayos sobre los analfabetos, los no-migrantes a hacer programas de
ayuda a los migrantes. Por eso Mons. Scalabrini tuvo la intuición de dar a los migrantes
misioneros y no párrocos. Misionero y migrante son la misma cosa: dos personas que se cansan
cuando no caminan. La "Evangelii nuntiandi" llama este estilo: testimonio de vida, predicación
viva.
b)
MOVILIDAD DE ESTRUCTURAS
En la pastoral de los migrantes se advierte una duración muy breve en la estructura. La
migración es un fenómeno tan móvil (por eso se llama movilidad social) que cada intervención
parece llegue con atraso y fuera de lugar. En los documentos oficiales de la Santa Sede (Exsul
Familia, Pastoralis Migratorum Cura, Iglesia y Movilidad Humana) se ve siempre el esfuerzo de
una continua actualización; dan la impresión de nacer ya viejos. Porqué? Porque cada estructura
tiene necesidad de una cierta estabilidad, las migraciones son por su naturaleza móviles, nacen en
momentos imprevistos, van por canales no fabricados. El migrante rompe los esquemas, es fruto
de una mal formación ínsita en la estructura humana al servicio de capitales, de la economía; por
lo tanto las estructuras pastorales antes de ser para los migrantes, deben ser migrantes, móviles.
c)
INTENSIDAD DE INTERVENCIONES
Las dos grandes tentaciones son: o de eliminar las estructuras de asistencia (parroquias,
misiones con cura de almas, etc.) o hacer absolutas las estructuras. Importante es rendir las
estructuras medio de intervención de la persona del pastor sobre las ovejas. La estructura en sí no
ayuda directamente a la persona; una secretaria parroquial, una obra de asistencia social vale por
el corazón de la persona más que por los expedientes que desarrolla.
Precisa pasar de una presencia-asistencia a una presencia-mensaje. La nota principal de la
pastoral de los migrantes es la intensidad del amor al migrante. Por eso la verdadera pastoral
migratoria deber ser misionera. La obra social es un signo del mensaje, no medio al mensaje.
Quizás el mejor manual de pastoral migratoria es la "Evangelii Nuntiandi", porque, como el
misionero entre los paganos, el misionero de los migrados no está al servicio de los migrantes,
sino del mensaje.
La intensidad afectiva de las intervenciones se concentra en la riqueza evangélica del
agente. Es decir el problema principal de la pastoral de los migrantes no son los migrantes o la
pastoral, sino el Pastor. El momento difícil es siempre la presencia vivaz y evangélica del Pastor.
Hoy más que nunca vale el dicho: 14 años para hacer un misionero y 14 años para deshacerlo.
Las estructuras, las organizaciones, los empeños de reuniones, misas, grupos étnicos son tan
grandes que cansan al misionero. El primer migrante a respetar y amar es el misionero migrante.
Y muchos misioneros mueren como misioneros, víctimas del trabajo "apostólico". La esencia del
trabajo apostólico es el Apóstol; la esencia del apóstol minúsculo es el Apóstol mayúsculo:
Jesús. La "Evangelii Nuntiandi" dice: Jesús es el primero y único evangelizador: como
misioneros en el Misionero.
d)
UNIVERSALIDAD DE ACCIÓN
El cerebro divide, el corazón une. Las ideas separan, las necesidades atan. El peligro más
grande de la estructura pastoral en todos los campos es el gueto, el cerrarse en el propio grupo
parroquial, étnico, religioso. Arriesgamos de ser como el sacerdote de la parábola. no se detuvo
en la ruta de Jericó, porque el herido no era de su parroquia, de la comunidad étnica, de su
nación. Pensaba más a sus ideas y programas que al enfermo. El misionero de los migrantes, sin
57
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
darse cuenta, hace aquello que critica en la parroquia territorial. Critica al párroco local, porque
no recibe con amor al extranjero migrante y luego él no recibe al extranjero de su grupo étnico
que es el residente local. El problema no es de pasar de un grupo parroquial a un grupo étnico,
sino pasar de un grupo humano a la humanidad total. La cosa difícil no es ser lglesia, sino ser
lglesia Católica, universal. Por eso precisa pasar de la ideología, sociología a la teología, a la
Biblia, al mensaje de los profetas, al Evangelio de Jesús. Empezando de la Jerusalén de la
parroquia, del grupo étnico, debemos ir a todo el mundo del hombre. La estructura local y
personal no es todo, es un inicio.
Se necesita empezar con ésta, pero después precisa abrirse, expandirse sin excluir a
ninguno. Educar a la universalidad es difícil, porque quiere decir renunciar a la seguridad del
grupo local o étnico (no al grupo) para abrazar la seguridad de la Fe. Por eso la intervención
pastoral debe ser de la persona del pastor a la persona de la oveja, porque la Fe es un grande
compromiso personal. La Fe por su naturaleza es universal; la religión y el culto, la tradición y la
acción tienden al gueto, si no se queman en el fuego de la Fe. Por eso San Pablo, el grande
misionero, es el teólogo de la Fe.
e)
UTOPÍA Y EUCARISTÍA
Todos los estudiosos de pastoral dicen que el centro más grande de unidad, la raíz más
profunda de comunión es la Eucaristía en sus dos aspectos de presencia de Jesús en la Palabra de
Dios y en la fuerza de su Cuerpo. Existe una única presencia unificadora de Jesús en diversas
lenguas y estilos de vida. Aquí quizás nos hemos dejado tomar por las divisiones del mundo
moderno; la Eucaristía, de alimento de unidad, está volviéndose signo de diversidad,
manifestación de división. Hemos puesto a la Eucaristía a servicio de nuestras intenciones
personales, de nuestra devoción individual.
Siembra una cosa utópica, pero la utopía del presente es realidad del mañana. No está bien
hablar de misa de los jóvenes, misa de los italianos, misa de los soldados, misa de los
estudiantes. Es una "contradictio in terminis". La Eucaristía es el sacrificio de toda la humanidad,
hecha en familia de Dios. Entonces en nuestras actividades deberíamos preparar encuentros de
oración, reflexiones bíblicas, meditaciones, adoración para los diversos grupos étnicos, locales,
generacionales (jóvenes, estudiantes, ancianos, obreros, migrantes), pero debemos reservar la
celebración universal de la misa para todas las personas. La traducción del latín en lengua vulgar
hizo comprender las palabras de la misa; ahora debe hacer vivir el mensaje profundo de la misa,
que es gustar la fraternidad universal en Cristo. Parecen palabras masónicas (fraternidad
universal) en un mundo católico que no tiene el coraje de quemar sus propias pequeñas barcas
ideológicas para ir adentro en el océano eucarístico, vínculo de unidad, signo de fraternidad.
CARACTERISTICAS DEL APOSTOLADO MIGRATORIO
Querría no hablar de pastoral de los migrantes, porque parece que la pastoral migratoria es
una dimensión esencial de cada pastoral más que la atención a un grupo particular. Quien no es
migrante en el mundo de hoy? La única cosa permanente en el mundo moderno parece ser la
movilidad.
a)
CENTRALIDAD DEL PASTOR
El manual de pastoral más simple es el discurso del Buen Pastor. El pastor da la vida por
sus ovejas. En el desierto de Judas la oveja sin pastor muere, porque no sabe dónde buscar el
alimento y el agua. El pastor: sin la oveja muere porque no tiene nada más que comer. Así debe
ser para las ovejas-migrantes. Sin el amor del sacerdote mueren. El migrante busca trabajo como
obrero, pero busca amor como hombre. El misionero que da cosas y no corazón, muere como
58
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
misionero; las cosas, las estructuras deben hacer llegar la fuerza del corazón. La organización del
trabajo pastoral entre los migrantes debe tener cuenta de la formación, debilidad del misionero.
Los documentos pontificios hablan siempre de la preparación del misionero. Pero la
preparación debe ser permanente, pues la movilidad social es móvil por definición. Como no
precisa preparar la prédica, sino al predicador, así el misionero no debe preparar la organización,
sino preparar a organizarse. El misionero debe pasar de asistir a los migrantes a hacer asistir a los
migrados. Las necesidades del grupo son tan grandes que lo ahogan, si no sabe organizarse. La
estructura pastoral de la lglesia es territorial: diócesis, parroquias y no funcional por grupos. El
misionero por tanto debe crear fraternidad con los Obispos y sacerdotes para dar al territoriogrupo una dimensión abierta, misionera. Los migrantes son una molestia como personas para la
sociedad civil. Los misioneros son una molestia para la sociedad eclesiástica: rompen los
esquemas territoriales, jurídicos (las diócesis tienen límites, no fronteras).
b)
MIGRANTES MISIONEROS
Decía San Vicente de Paul. "Con los pobres se salvarán los pobres. . . los pobres son mis
dueños". Así con los migrantes se salvarán los migrantes. Mons. Scalabrini antes de fundar a los
misioneros de los Migrantes, fundó la sociedad San Rafael asociación de laicos. Quizás no tuvo
la intuición de ayudar a los migrantes con los migrantes. Eran laicos ricos: marqueses, condes y
quizás por eso no tuvo mucho éxito. Pero el programa era bueno. Fueron siempre los migrantes
los primeros misioneros del Evangelio. De Pablo de Tarso en Tarso y Antioquía a los mercaderes
portugueses en la India. Es verdad que exportaban los siete vicios capitales, como dice San
Francisco Javier. El Cristianismo ha llegado a América con los emigrados: un Evangelio un poco
sucio, muy colonial, con muchas espadas y pocas cruces o con la cruz hecha a espada. Pero ha
llegado con ellos; Dios escribe siempre derecho sobre las líneas torcidas de los hombres. El
grande peligro de las asociaciones laicas de los migrantes es de ser muy sociales, muy
provinciales, muy nacionales y poco apostólicas. Para hacer fiestas encuentras siempre a muchos
migrantes; para hacer plegarias, oración bíblica, Eucaristía, encuentras siempre poca respuesta.
Pero siempre entre los migrantes hay líderes sociales, sindicales y también apostólicos.
Importante es hallarlos y darles espacio libre y dimensión universal. Somos migrantes
apostólicos, con dimensión migrante y no con cierre parroquial, territorial”.
59
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
HOMENAJE
por Rita Martiarena de Soría
Hacia el Alto Calilegua
sube Tarcisio la cuesta,
siguiendo duro camino
entre las piedras ya deja
sandalia, aliento y destino,
la vida y la fe que lleva.
Al llegar a Duraznillo,
agitado, sin abrigo,
descansa y mira el nacer
del monte que busca el río.
Las horas se van perdiendo
senda arriba por cien atajos.
Maestra y niños lo alcanzan
con alegría, luces y abrazos.
En la Capilla olvidada
rezan los que lo han seguido,
despide al día con Misa,
y el día le dice adiós a Tarcisio.
Llanto, sorpresa y dolor
despiertan al caserío,
de noche junto al Señor
quedó para siempre dormido.
Por lotes, villas y ranchos
llora su campanilla
avisando que bajan al valle,
trayéndolo sobre angarilla.
En Chalicán, San Pedro, Mendieta,
y tras el cañaveral, Maíz Negro,
Ledesma y el cerro lejano
al que eligió como seno.
Tarcisio Rubín, Misionero,
Vivo está tu recuerdo
fuerte como esa coyunda
que ha sujetado tu cuerpo.
60
P. Tarcisio Rubin, cs - MISIONERO MIGRANTE
En cada rincón del Ramal,
caminando con paso ligero
hallaremos tu humilde figura
de amigo y gran consejero.
La silenciosa plegaria enseñada,
remonta en azules el cielo,
y volviéndose flor de lapacho,*
reposa prendida en tu pecho.
Chalicán, 3 de octubre de 1985
*Una flor típica del altiplano
Texto trascripto e y actualizado
por el P. Pietro P. Polo
Bassano del Grappa, (VI) Italia
28 de agosto del 2010
Memorial de San Agustín
Descargar