Energy Technology Perspectives 2012 Pathways to a Clean Energy System Energy Technology Perspectives (ETP) es la publicación más ambiciosa de la Agencia Internacional de Energía (AIE) sobre tecnología energética. Demuestra la forma en que las tecnologías –de los vehículos eléctricos a las redes inteligentes– pueden marcar una diferencia determinante a la hora de limitar el cambio climático y mejorar la seguridad energética. Energy Technology Perspectives 2012 Pathways to a Clean Energy System ETP 2012 presenta escenarios y estrategias detallados hasta 2050. Constituye una guía indispensable para los responsables de la toma de decisiones sobre las tendencias energéticas y sobre lo que se necesita hacer para edificar un futuro energético limpio, seguro y competitivo. ETP 2012 plasma: ■■ e l progreso actual del despliegue de energía limpia y qué puede hacerse para acelerarlo; ■■ c ómo se hallan vinculadas la seguridad energética y la energía baja en carbono; ■■ c ómo los sistemas energéticos se tornarán más complejos en el futuro, por qué la integración de sistemas resulta beneficiosa y cómo puede lograrse; ■■ c ómo la demanda de calefacción y refrigeración evolucionará radicalmente y las soluciones que la satisfarán; ■■ p or qué los sistemas eléctricos flexibles son cada vez más importantes y cómo puede funcionar un sistema con redes más inteligentes, almacenamiento energético y generación flexible; ■■ p or qué el hidrógeno podría desempeñar un papel mayor en el sistema energético del futuro; ■■ p or qué los combustibles fósiles no desaparecerán pero cambiarán de función y qué supondrá eso para el sistema energético considerado en su conjunto; ■■ q ué se necesita para explotar el potencial de la captura y almacenamiento de carbono (CAC); ■■ s i las tecnologías disponibles pueden posibilitar que el mundo alcance un nivel nulo de emisiones relacionadas con la energía para 2075, lo que parece ser una condición necesaria para cumplir el objetivo de 2 ºC. Compre su copia del ETP 2012 ya en www.iea.org/books www.iea.org/etp Resumen Ejecutivo Spanish version AGENCIA INTERNACIONAL DE ENERGÍA La Agencia Internacional de Energía (AIE) es un organismo autónomo, creado en noviembre de 1974. Su mandato original tenía, y sigue teniendo, una doble vertiente: promover la seguridad energética entre sus países miembros mediante una respuesta colectiva a las interrupciones materiales del suministro de petróleo, e investigar y analizar fiablemente las posibilidades de garantizar una energía segura, asequible y limpia a sus 28 países miembros y a terceros. La AIE ha instaurado un programa integral de cooperación energética entre sus países miembros, cada uno de los cuales está obligado a mantener reservas de petróleo equivalentes a 90 días de sus importaciones netas. Entre las metas de la Agencia, cabe destacar los siguientes objetivos: n A segurar el acceso de sus países miembros a una oferta abundante y confiable de todos los tipos de energía; en especial, al mantener capacidades eficaces para responder en situaciones de emergencia en caso de interrupciones en el suministro de petróleo. n Promover políticas energéticas sustentables que estimulen el crecimiento económico y la protección ambiental en un contexto mundial; sobre todo, en cuanto a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. n Aumentar la transparencia de los mercados internacionales mediante la recopilación y el análisis de datos sobre energía. n Apoyar la colaboración mundial en tecnología energética para asegurar el suministro futuro de energía y moderar sus efectos sobre el medio ambiente; por ejemplo, mediante una mejor eficiencia energética y el desarrollo y utilización de tecnologías con baja emisión de carbono. n Hallar soluciones para los desafíos a que en materia de energía se enfrenta el planeta, a través de la participación y el diálogo con países no miembros, la industria, los organismos internacionales y otros interesados directos. © OCDE/AIE, 2012 International Energie Agency 9 rue de la Fédéation 75739 Paris Cedex 15, France Países miembros de la AIE: Alemania Australia Austria Bélgica Canadá Corea Dinamarca España Estados Unidos Finlandia Francia Grecia Hungría Irlanda Italia Japón Luxemburgo Noruega Nueva Zelanda Países Bajos Polonia Portugal Reino Unido República Checa República Eslovaca Suecia Suiza Turquía Por favor, tome debida nota de que esta publicación está sujeta a restricciones específicas que limitan su uso y distribución. Los términos y condiciones están disponibles en Internet en: http://www.iea.org/ termsandconditionsuseandcopyright/ La Comisión Europea también participa en el trabajo de la AIE. Energy Technology Perspectives 2012 Resumen Ejecutivo 1 Resumen Ejecutivo Aún es posible lograr un sistema energético sostenible, que puede aportar numerosos beneficios Las tecnologías pueden y deben desempeñar una función integral en la transformación del sistema energético. La edición de 2012 de Energy Technology Perspectives (ETP 2012) muestra claramente que, a pesar de las tendencias actuales, aún es posible lograr una transformación tecnológica del sistema energético. La utilización integrada de tecnologías clave ya existentes posibilitaría disminuir la dependencia de combustibles fósiles importados o de recursos nacionales limitados, disponer de electricidad con bajo contenido de carbono, mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones en los sectores de la industria, del transporte y de edificios. Esto frenaría el crecimiento vertiginoso de la demanda de energía, reduciría las importaciones, reforzaría las economías nacionales y, con el tiempo, haría disminuir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. El Escenario 2 ºC de ETP 2012 (2DS) explora las opciones tecnológicas necesarias para lograr un futuro sostenible basado en una mayor eficiencia energética y en un sistema energético más equilibrado, con energías renovables y menos emisiones. Su trayectoria de emisiones es coherente con el Escenario 450 de la publicación World Energy Outlook de la AIE hasta el año 2035. El 2DS identifica las opciones tecnológicas y las políticas energéticas que garantizan un 80% de probabilidades de limitar el aumento de la temperatura mundial a largo plazo a 2 ºC, siempre que se reduzcan asimismo las emisiones de CO2 no relacionadas con la energía, así como otros gases de efecto invernadero. Tiene sentido invertir en energía limpia: cada dólar adicional invertido puede generar tres dólares de ahorro de combustible futuro para 2050. Es necesario duplicar la inversión en energía limpia de aquí a 2020 (Capítulo 4). Alcanzar el 2DS implicaría una inversión adicional de 36 000 millardos USD de hoy a 2050, un 35% más que en un escenario en el que el control de las emisiones de carbono no fuera una prioridad, lo que equivaldría a 130 USD suplementarios por persona cada año. Sin embargo, invertir no es lo mismo que gastar: para 2025, el ahorro de combustible realizado superará a la inversión efectuada; en 2050, ese ahorro representará más de 100 000 millardos USD. Y aun cuando a ese eventual ahorro futuro se le aplicara una tasa de descuento del 10%, de ahora a 2050 se lograría un ahorro neto de 5 000 millardos USD. Aplicando hipótesis prudentes sobre el impacto que una menor demanda de combustibles fósiles puede tener en sus precios, el ahorro de combustible calculado salta hasta los 150 000 millardos USD. La seguridad energética y la atenuación del cambio climático son aliadas. El 2DS demuestra la forma en que la eficiencia energética y el despliegue acelerado de tecnologías bajas en carbono pueden contribuir a limitar el gasto público, reducir la dependencia de las importaciones de energía y disminuir las emisiones (Capítulo 1). Prácticamente en todas partes, existen posibles fuentes de energía renovable y significativas oportunidades para la eficiencia energética, a diferencia de otras fuentes de energía, concentradas © OECD/IEA, 2012. 2 Energy Technology Perspectives 2012 Resumen Ejecutivo en un restringido número de países. La reducción de la intensidad energética así como la diversificación geográfica y tecnológica de las fuentes de energía daría lugar a una seguridad energética y a unos beneficios económicos de amplio alcance. En el 2DS, como resultado del ahorro de energía y del uso de fuentes de energía alternativas, los países ahorrarían un total de 450 exajulios (EJ) en compras de combustibles fósiles hasta 2020, lo que equivale al total de las importaciones de combustibles fósiles por parte de los países de la OCDE en los últimos seis años; para 2050, el ahorro acumulado de combustible fósil calculado en el 2DS sería de 9 000 EJ, el equivalente a más de 15 años de la demanda mundial actual de energía primaria. Pese al potencial tecnológico, el progreso de la energía limpia es demasiado lento Nueve de cada diez tecnologías con potencial para permitir el ahorro de energía y la reducción de emisiones de CO2 están incumpliendo los objetivos de despliegue requeridos para lograr la necesaria transición a un futuro bajo en carbono; además, algunas de las tecnologías con mayor potencial registran el progreso más débil. El análisis del progreso actual de la energía limpia que figura en ETP (Capítulo 2) dibuja un sombrío panorama. Solo un conjunto de tecnologías de energía renovable más desarrolladas –entre las que cabe citar la hidroeléctrica, de biomasa, eólica terrestre y solar fotovoltaica (FV)– están realizando suficiente progreso, mientras que otras tecnologías clave para el ahorro de energía y la reducción de las emisiones de CO2 se hallan rezagadas. Particularmente preocupante resulta la lenta asimilación de las tecnologías de eficiencia energética, así como la ausencia de progreso de la captura y almacenamiento de carbono (CAC) y, en menor medida, de la energía eólica marina y la energía solar de concentración. La multiplicación durante el próximo decenio de proyectos que recurran a esas tecnologías será determinante. En el 2DS, la CAC, por ejemplo, podría representar hasta el 20% de las reducciones acumulativas de CO2 hasta 2050. Para ello, será preciso proceder al rápido despliegue de la CAC, lo que constituye un notable desafío ya que no existen demostraciones de CAC a gran escala en la generación de electricidad y solo unas pocas en la industria; los fondos públicos asignados son inadecuados y no se están atribuyendo a proyectos con la celeridad requerida. En el transporte, por su parte, los objetivos gubernamentales establecen que haya 20 millones de vehículos eléctricos en las carreteras en 2020; aunque alentadores, esos objetivos son más del doble de la actual capacidad planeada por la industria, de modo que pueden ser muy exigentes, en particular dada la habitual naturaleza a corto plazo de los sistemas públicos de apoyo. La proporción de la inversión destinada a la energía en investigación, desarrollo y demostración (I+D+D) pública ha disminuido dos tercios desde los años ochenta. El apoyo público a la I+D+D en tecnología es fundamental y permite estimular el crecimiento económico y reducir el coste de las tecnologías bajas en carbono. Las prometedoras tecnologías de energía renovable (tales como la eólica marina o la solar de concentración) y las tecnologías intensivas en capital (como la CAC y la gasificación integrada en ciclo combinado) encierran un innegable potencial, pero se enfrentan aún a retos en términos de tecnología y costes, especialmente en la fase de demostración. Las patentes de tecnologías de energía renovable cuadriplicaron de 1999 a 2008, encabezadas por las que tenían por objeto la energía solar fotovoltaica (FV) y la eólica (Capítulo 3). Sin embargo, si bien estas dos tecnologías han despegado con éxito, el desarrollo de patentes no ha logrado plasmar suficientes aplicaciones comerciales de otras tecnologías (como la geotérmica mejorada y la producción de energía marina). En este contexto, resulta preocupante que la proporción de I+D+D pública relacionada con la energía haya caído hasta situarse por debajo del 4% en 2010, frente al promedio mundial del 12% y el promedio de © OECD/IEA, 2012. Energy Technology Perspectives 2012 Resumen Ejecutivo 3 los países miembros de la AIE superior al 20% en 1980. Es preciso revertir la tendencia a la baja del apoyo público a las necesidades de I+D+D. Además, las políticas de I+D+D deberán adecuarse mejor a las medidas tendentes a respaldar el despliegue comercial, ya que las expectativas de nuevos mercados constituyen un elemento clave para espolear más inversión privada en I+D+D y en innovación tecnológica. Los combustibles fósiles siguen predominando y la demanda continúa creciendo, comprometiendo altas emisiones futuras en infraestructuras intensivas en carbono. World Energy Outlook 2011 mostró que la ocasión de alcanzar el objetivo de 2 ºC se aleja a pasos agigantados. ETP 2012 reitera ese mismo mensaje: las inversiones realizadas hoy determinarán el sistema energético de 2050; por ello, la falta de progreso de la energía limpia es alarmante. La política energética debe abordar el sistema energético en su totalidad Las tecnologías de la energía interactúan y, por ello, deben desarrollarse y desplegarse juntas. Un sistema energético bajo en carbono deberá caracterizarse por una mayor diversidad de fuentes de energía, lo que aportará un mejor equilibrio que el sistema actual, pero también implicará que el nuevo sistema deberá estar más integrado, ser de mayor complejidad y depositar mayor confianza en la generación distribuida; esto supondrá mayor eficiencia, menores costes del sistema y un abanico más amplio de tecnologías y combustibles. Con todo, el éxito estará sustancialmente supeditado al funcionamiento general del sistema, y no solo a las tecnologías individuales. Probablemente, el desafío más importante en política energética durante el próximo decenio consistirá en pasar de un enfoque centrado en el suministro a uno que reconozca la necesidad de integración de los sistemas. Por otra parte, cambiarán los papeles en los mercados de la energía. Y así, los consumidores de energía actuarán como productores mediante la generación distribuida de energía solar FV o la recuperación de calor residual, y contribuirán asimismo a facilitar el funcionamiento del sistema eléctrico mediante la respuesta a la demanda y el almacenamiento de energía. Posibilitar y alentar las tecnologías y los comportamientos que optimicen el sistema energético en su totalidad, y no solo partes individuales de este, puede reportar enormes beneficios económicos. Se necesita inversión en infraestructura más fuerte e inteligente. Un sistema energético eficiente y bajo en carbono requerirá inversiones en infraestructura más allá de las instalaciones de generación de electricidad. Existen ya cuellos de botella en la capacidad de transmisión de electricidad de algunos mercados importantes (como Alemania y China) que amenazan con limitar la futura expansión de las tecnologías bajas en carbono. Además, es preciso que los sistemas funcionen más inteligentemente. Un mejor funcionamiento de las tecnologías térmicas existentes podría permitir ahorrar hasta un 25% de la carga punta de electricidad para calefacción en 2050, lo que disminuiría la necesidad de tener que contar con onerosas reservas de capacidad de generación punta (Capítulo 5). Unas redes eléctricas más fuertes e inteligentes pueden facilitar un funcionamiento más eficiente del sistema eléctrico introduciendo mayor grado de respuesta a la demanda (Capítulo 6); de hecho, técnicamente, la respuesta a la demanda puede aportar toda la regulación y consecuente flexibilidad para el seguimiento de carga necesaria en 2050, en función de la región. Las inversiones en redes inteligentes pueden resultar también muy rentables: el análisis de ETP muestra que su despliegue podría generar un ahorro de hasta 4 000 millardos USD de aquí a 2050 sólo en Europa, con una rentabilidad de la inversión de 4 a 1; la mayoría de ese ahorro proviene de una reducción de la inversión requerida en nueva capacidad de generación. © OECD/IEA, 2012. 4 Energy Technology Perspectives 2012 Resumen Ejecutivo La electricidad baja en carbono constituye el núcleo de cualquier sistema energético sostenible. La electricidad baja en carbono reviste ventajas para todo el sistema, que van más allá del propio sector eléctrico, ya que puede producir drásticas reducciones de emisiones de CO2 en la industria, el transporte y el sector de edificios. El análisis de ETP muestra la forma en que pueden reducirse un 80% las emisiones por kilovatio hora para 2050 mediante el despliegue de tecnologías bajas en carbono. Al respecto, las tecnologías de energía renovable desempeñan un papel crucial: en el 2DS, su parte en la generación media total de la electricidad mundial pasa del 19% actual al 57% en 2050, una sextuplicación en términos absolutos. De hecho, la generación de electricidad baja en carbono ya es competitiva en numerosos mercados y representará una proporción cada vez mayor de la generación en los años venideros. Es posible integrar una cuota mucho mayor de generación variable, como la energía eólica o la solar FV: en 2050, la generación variable representa entre el 20% y el 60% de la capacidad eléctrica total prevista en el 2DS, en función de la región. La eficiencia energética debe alcanzar todo su potencial. Resulta difícil exagerar la importancia de la eficiencia energética, ya que casi siempre es rentable a largo plazo, contribuye a reducir las emisiones y mejora la seguridad energética. La eficiencia energética debe coadyuvar a recortar dos tercios la intensidad energética (medida como el insumo de energía por unidad de Producto Interior Bruto [PIB]) de la economía mundial para 2050; las mejoras anuales de la intensidad energética deben duplicarse, y pasar del 1,2% de los últimos 40 años al 2,4% en los próximos cuatro decenios. Sin embargo, la falta de incentivos y un cierto número de barreras no económicas continúan obstaculizando una mayor respuesta. Será necesario aplicar normas y códigos de rendimiento más estrictos, en concreto, en los sectores de edificios y del transporte; en este sentido, la información y la gestión de la energía constituyen métodos probados y eficaces para alentar las medidas de eficiencia energética en la industria. Además, los incentivos económicos serán esenciales para liberar el potencial de eficiencia energética y multiplicar el financiamiento privado, pero será igualmente preciso superar las barreras no económicas. Se equilibra el uso de energía; los combustibles fósiles no desaparecerán, pero su papel cambiará La reducción de la utilización del carbón y la mejora de la eficiencia de la generación mediante carbón son los primeros pasos importantes. Con el fin de reducir a la mitad las emisiones de CO2 para 2050, la demanda de carbón prevista en el 2DS debería descender un 45% en relación con la de 2009 (Capítulo 8) e incluso más para 2075 (Capítulo 16). En este contexto, el actual aumento de la utilización del carbón para la generación de electricidad es la tendencia más problemática en la relación entre energía y cambio climático. No obstante, dado que numerosas regiones dependen del carbón, la electricidad generada mediante este seguirá siendo sustancial; por ello, en los próximos 10 a 15 años, será esencial mejorar la eficiencia tanto de las centrales existentes como de las nuevas. Las posibilidades de mejora son significativas. El funcionamiento con vapor a mayor temperatura podrá reducir las emisiones de CO2 de las centrales de generación eléctrica a cerca de 670 gramos por kilovatio hora, lo que representa una mejora del 30% en relación con los promedios mundiales actuales. El gas natural y el petróleo seguirán siendo importantes para el sistema energético mundial durante décadas. A medida que los objetivos de emisiones se hagan más estrictos, la proporción del gas natural aumentará inicialmente, particularmente en las centrales de carga base, y desplazará tanto al carbón (en muchas regiones) y como © OECD/IEA, 2012. Energy Technology Perspectives 2012 Resumen Ejecutivo 5 a cierto aumento de la energía nuclear (en algunas áreas). Después de 2030, a medida que se amplían las reducciones de CO2 en el 2DS, la generación mediante gas irá adquiriendo la función de proporcionar flexibilidad para complementar a las energías renovables y servirá de energía de carga punta para equilibrar las fluctuaciones de generación y de demanda (Capítulo 9). En 2050, el gas natural seguirá siendo un combustible relevante en todos los sectores, y su demanda será aún un 10% superior en términos absolutos a la de 2009. Alrededor de 2025, las emisiones específicas de una central eléctrica de gas estarán por encima de la intensidad media mundial de CO2 en la generación de electricidad, lo que cuestiona la viabilidad a largo plazo de ciertas inversiones en infraestructura gasística si se pretende responder a los objetivos en materia de cambio climático. Si el desarrollo de la infraestructura a corto plazo no considera adecuadamente la flexibilidad técnica, en el futuro será más difícil adaptarse a los combustibles y tecnologías bajos en carbono. ETP 2012 no ha dedicado un capítulo al petróleo, ya que su extracción no ha experimentado la misma revolución tecnológica que el gas natural. Sin embargo, pese a que el 2DS prevé que la utilización mundial del petróleo caiga más de un 50% para 2050, este combustible seguirá siendo un importante vector energético en el transporte y materia prima en la industria. La captura y almacenamiento de carbono sigue siendo fundamental a largo plazo. La CAC se perfila hoy en el horizonte como la única tecnología que permitirá a las industrias (tales como la del acero y el hierro, el cemento o el procesamiento de gas natural) cumplir con los objetivos de drástica reducción de las emisiones. Abandonar la CAC como opción de mitigación aumentaría significativamente el coste para alcanzar el 2DS (Capítulo 10). La necesidad de inversión adicional en electricidad requerida para cumplir el 2DS crecería un 40% suplementario si no se dispusiera de CAC, lo que generaría un coste total extraordinario de 2 000 millardos USD en 40 años. Sin la CAC, también se intensificaría la presión sobre otras opciones de reducción de emisiones. Algunas tecnologías de captura de CO2 ya se comercializan en la actualidad y la mayoría de ellas puede aplicarse en diversos sectores, aunque los problemas de almacenamiento aún están por resolver. Aunque la mayor parte aún precisan de grandes inversiones en capital y resultan costosas, pueden ser competitivas respecto a otras opciones bajas en carbono. Los desafíos residen en integrar estas tecnologías en proyectos a gran escala. Los gobiernos deben desempeñar una función decisiva a la hora de alentar el cambio a tecnologías eficientes y bajas en carbono Una resuelta actuación política pública puede contribuir a que tecnologías clave adquieran un carácter verdaderamente competitivo y se utilicen ampliamente. El principal obstáculo para lograr un futuro bajo en carbono es la desigual distribución –en el tiempo, entre sectores y entre países– de los costes y beneficios asociados a la transformación del sistema energético mundial. Los gobiernos deben intervenir resuelta y concertadamente con el fin de equilibrar, para todos, los costes y beneficios que conlleva construir un futuro bajo en carbono. Para ello, deberán fomentar objetivos nacionales de tecnología de energía limpia e intensificar la ambición de colaboración internacional. Los poderes públicos deberán aprovechar la oportunidad que ofrece el potencial de la tecnología y crear el marco adecuado para alentar su desarrollo y despliegue, teniendo en cuenta los intereses que mueven a los principales interesados (industria, finanzas, consumidores, etc.). Unas perspectivas más amplias garantizarán el que puedan maximizarse los beneficios combinados de las tecnologías. Pero los gobiernos solos no pueden operar la transición: se necesitan claros incentivos para los consumidores, las empresas y los inversores. Los gobiernos deberán establecer objetivos de energía limpia rigurosos y creíbles. Las medidas que © OECD/IEA, 2012. 6 Energy Technology Perspectives 2012 Resumen Ejecutivo sostengan dichos objetivos deberán ser transparentes y predecibles a fin abordar y atenuar los riesgos financieros que conllevan las nuevas tecnologías. Será esencial contar con medidas y mercados sólidos, que impulsen la flexibilidad y mitiguen los riesgos para quienes inviertan en esas tecnologías. Asegurarse de que el verdadero precio de la energía incluidos los costes y beneficios– se refleja en lo que los consumidores pagan deberá constituir la máxima prioridad para lograr un futuro bajo en carbono al menor coste posible. Poner un precio significativo al CO2 enviará una señal de precio clara a los consumidores y a los responsables de desarrollar las tecnologías. Eliminar progresivamente los subsidios a los combustibles fósiles –que en 2011 representaron casi el séptuplo de los destinados a la energía renovable– es fundamental a fin de allanar el terreno para todos los combustibles y tecnologías. Los incentivos económicos temporales transitorios pueden contribuir a crear mercados, atraer inversiones y desencadenar el despliegue, y serán tanto más efectivos cuanto que se combinen con otras medidas tendentes a salvar las barreras no económicas, tales como el acceso a redes, la obtención de permisos y cuestiones de aceptación social. Por último, la promoción de la aceptación social del desarrollo de nuevas infraestructuras deberá constituir una prioridad. Los ejemplos del mundo real demuestran que una actuación política decisiva es catalizadora de progreso. El éxito de algunas tecnologías de energía renovable demuestra que las tecnologías nuevas y emergentes pueden entrar y competir con éxito en el mercado. La energía solar FV ha registrado un crecimiento anual medio del 42% en el mundo en el último decenio; la eólica terrestre, un 27%. Como resultado del apoyo político estratégico y sostenido en las primeras fases de investigación, desarrollo, demostración y despliegue comercial, esas tecnologías han alcanzado un nivel en que el sector privado puede desempeñar un papel más amplio, permitiendo que se revisen los subsidios a la baja. En los Capítulos 2 y 11, ETP 2012 evidencia las impresionantes reducciones de costes posibles. Por ejemplo, los costes del sistema para la energía solar FV han descendido un 75% en solo tres años en algunos países. Los responsables de la política energética deberán sacar las correspondientes conclusiones de esos ejemplos, así como de los fracasos de otras tecnologías, a la hora de debatir sobre las políticas energéticas futuras. Los gobiernos deben actuar pronto para estimular el desarrollo de tecnologías nuevas y punteras. Será esencial aportar un apoyo estratégico y sustancial a la I+D+D. Las tecnologías previstas por el 2DS para 2050 podrían resultar insuficientes a fin de obtener las reducciones de CO2 necesarias para alcanzar un nivel nulo de emisiones en el futuro. ETP 2012 recoge el primer análisis cuantitativo de la AIE sobre la forma en que las emisiones derivadas de actividades relacionadas con la energía podrían eliminarse completamente para 2075, coherente con las estimaciones climatológicas sobre los requisitos para cumplir el objetivo del 2DS. El análisis pone de manifiesto ciertas consideraciones destinadas a los actuales responsables de la política energética. Es probable que se requieran nuevas tecnologías punteras con el fin de contribuir a seguir recortando la demanda de energía y multiplicar las oportunidades a largo plazo para la electricidad y el hidrógeno, en parte a fin de intentar limitar la excesiva dependencia de la biomasa para alcanzar un nivel nulo de emisiones. Las iniciativas de I+D+D que pretendan desarrollar dichas opciones deberán empezar (o intensificarse) mucho antes de 2050. © OECD/IEA, 2012. Energy Technology Perspectives 2012 Resumen Ejecutivo Recomendaciones a los ministros de energía Cada capítulo de ETP 2012 contiene recomendaciones políticas específicas para cada sector o ámbito de desafío. En todos los ámbitos, se identificaron cuatro recomendaciones de alto nivel necesarias para instaurar las bases de un futuro bajo en carbono: ■■ ■■ Crear un entorno propicio a la inversión que permita el despegue de las energías limpias. La industria es esencial para la transición. La existencia de objetivos comunes, respaldados por políticas rigurosas y predecibles, es esencial para establecer la credibilidad necesaria en el seno de la comunidad de inversión. Allanar el terreno para las tecnologías de energía limpia. Los gobiernos deberán comprometerse a hacer progresar acciones nacionales que tiendan a reflejar adecuadamente el verdadero coste de la producción y del consumo de energía, así como a informar sobre dichas acciones. Poner un precio a las emisiones de CO2 y eliminar progresivamente los subsidios ineficaces a los combustibles fósiles, al tiempo que garantizar el acceso a una energía asequible para todos los ciudadanos, deberán ser objetivos primordiales. ■■ Redoblar esfuerzos para liberar el potencial de la eficiencia energética. La AIE ha elaborado 25 recomendaciones en materia de eficiencia energética para ayudar a los gobiernos a explotar todo el potencial que encierran las mejoras de la eficiencia energética en todos los sectores que consumen energía. Comprometerse a aplicar dichas recomendaciones constituiría una buena base de actuación y aceleraría los resultados. ■■ Acelerar la innovación, así como la investigación, el desarrollo y la demostración pública, en energía. Los poderes públicos deberán desarrollar e implementar planes estratégicos de investigación en energía, respaldados por un apoyo económico mayor y sostenido. Además, los gobiernos deberán considerar la posibilidad de aunar sus esfuerzos en I+D+D con el fin de coordinar sus actuaciones, evitar duplicaciones, y mejorar los resultados y reducir los costes de las tecnologías al principio de la fase de innovación, así como compartir las lecciones aprendidas sobre los modelos innovadores en materia de I+D+D. El presente documento fue publicado originalmente en inglés. Aunque la AIE no ha escatimado esfuerzos para asegurar que su traducción al español constituya un reflejo fiel del texto original, se pueden encontrar ligeras diferencias. IEA Publications, 9, rue de la Fédération, 75739 Paris cedex 15 Printed in France by the International Energy Agency, June 2012 Design by MSDS | ms-ds.com. Cover photo: © malerapaso/Getty Images © OECD/IEA, 2012. 7 Международное энергетическое агентство В компетенцию МЭА с момента основания и до сегодняшнего дня входят два направления деятельности: поддержка энергетической безопасности стран-членов путем коллективного реагирования на перебои в поставках нефти, а также исследование и анализ путей обеспечения 28 стран – членов МЭА и других стран надежной, доступной и чистой энергией. МЭА осуществляет комплексную программу сотрудничества в области энергетики среди стран-членов, каждая из которых обязана иметь запасы нефти в объеме не менее 90 дней своего чистого импорта. Цели Агентства включают следующее: n О беспечение странам-членам организации доступа к надежным и достаточным запасам всех видов энергоносителей, в частности путем поддержания системы эффективного реагирования на чрезвычайные ситуации в поставках нефти и нефтепродуктов. n П оддержка рациональной энергетической политики, стимулирующей экономическое развитие и охрану окружающей среды в глобальных масштабах, в частности в отношении уменьшения выбросов парниковых газов, которые вносят свой вклад в изменение климата. n Повышение информационной открытости международных рынков энергоресурсов путем сбора и анализа данных. n Поддержка сотрудничества в мировых масштабах в сфере энергетических технологий с целью обеспечить поставки нефти в будущем и смягчить их влияние на окружающую среду, в том числе посредством повышения энергоэффективности, а также разработки и широкого использования низкоуглеродных технологий. n Решение глобальных энергетических проблем путем договоренностей и диалога со странами, не являющимися членами организации, промышленными предприятиями, международными организациями и другими заинтересованными сторонами. © OECD/IEA, 2012 International Energy Agency 9 rue de la Fédération 75739 Paris Cedex 15, France Страны–члены МЭА: Австралия Австрия Бельгия Великобритания Венгрия Германия Греция Дания Ирландия Испания Италия Канада Люксембург Нидерланды Новая Зеландия Норвегия Польша Португалия Республика Корея Словацкая Республика США Турция Финляндия Франция Чешская Республика Швейцария Швеция Япония Пожалуйста, обратите внимание, что использование и распространение этой публикации имеет особые ограничения. Положения и условия изложены здесь: www.iea.org/about/copyright.asp Европейская Комиссия также участвует в работе МЭА. Online bookshop la Int de e r n rue ation al Energy Agency • 9 Buy IEA publications online: www.iea.org/books PDF versions available at 20% discount r dé Fé at io n• Books published before January 2011 - except statistics publications are freely available in pdf 75 73 9 Pa ris Ce dex 15, France Tel: +33 (0)1 40 57 66 90 E-mail: [email protected] Energy Technology Perspectives 2012 Pathways to a Clean Energy System Energy Technology Perspectives (ETP) es la publicación más ambiciosa de la Agencia Internacional de Energía (AIE) sobre tecnología energética. Demuestra la forma en que las tecnologías –de los vehículos eléctricos a las redes inteligentes– pueden marcar una diferencia determinante a la hora de limitar el cambio climático y mejorar la seguridad energética. Energy Technology Perspectives 2012 Pathways to a Clean Energy System ETP 2012 presenta escenarios y estrategias detallados hasta 2050. Constituye una guía indispensable para los responsables de la toma de decisiones sobre las tendencias energéticas y sobre lo que se necesita hacer para edificar un futuro energético limpio, seguro y competitivo. ETP 2012 plasma: ■■ e l progreso actual del despliegue de energía limpia y qué puede hacerse para acelerarlo; ■■ c ómo se hallan vinculadas la seguridad energética y la energía baja en carbono; ■■ c ómo los sistemas energéticos se tornarán más complejos en el futuro, por qué la integración de sistemas resulta beneficiosa y cómo puede lograrse; ■■ c ómo la demanda de calefacción y refrigeración evolucionará radicalmente y las soluciones que la satisfarán; ■■ p or qué los sistemas eléctricos flexibles son cada vez más importantes y cómo puede funcionar un sistema con redes más inteligentes, almacenamiento energético y generación flexible; ■■ p or qué el hidrógeno podría desempeñar un papel mayor en el sistema energético del futuro; ■■ p or qué los combustibles fósiles no desaparecerán pero cambiarán de función y qué supondrá eso para el sistema energético considerado en su conjunto; ■■ q ué se necesita para explotar el potencial de la captura y almacenamiento de carbono (CAC); ■■ s i las tecnologías disponibles pueden posibilitar que el mundo alcance un nivel nulo de emisiones relacionadas con la energía para 2075, lo que parece ser una condición necesaria para cumplir el objetivo de 2 ºC. 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