Evolución y Control de la Contaminación con Nitrato en

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Evolución y Control de la Contaminación con Nitrato en una Región Bajo
Riego
Darrell G. Watts[1]
James S. Schepers[2]
Roy F. Spalding[3]
Summary
Contamination of ground water by nitrate-N is widespread in irrigated regions of the
state of Nebraska in the United States. In the central Platte Valley over 190,000 ha are
underlain by ground water with a nitrate-N concentration greater than 10 mg/L, the
maximum allowed in potable water supplies. The problem is the result of excessive
application of N fertilizer and irrigation water to corn for more than 40 years. A
combination of educational programs and regulation of N fertilizer practices has stopped
the long-term increase of nitrate in the ground water. However, improved irrigation
management and more careful control of N fertilizer will be required to reduce the
present level of contamination. Research indicates that conversion from furrow irrigation
to center-pivot sprinkler irrigation and multiple small N applications according to crop
need instead of a single pre-plant application can improve ground water quality.
Conversion from a conventional disk -plant tillage system to ridge-till (reduced tillage)
can further reduce nitrate leaching loss and the resulting ground water contamination.
Introducción
El estado de Nebraska, localizado en la parte occidental del “Cinturón Maicero” de los
Estados Unidos, es un ejemplo de los problemas ocasionados por la contaminación de los
recursos hídricos con nitrato. Dado que el 95% de la población de Nebraska usa el agua
subterránea como fuente de agua potable, es de esperarse que la población se preocupe por
mantener la buena calidad de sus recursos de aguas subterráneas. La economía de Nebraska
depende en gran medida de la agricultura. En este estado se siembran alrededor de 3.2
millones de hectáreas de maíz cada año, de las cuales aproximadamente 2.2 millones son
irrigadas. Existe un creciente problema de contaminación de aguas subterráneas con nitrato
en toda la región productora de maíz, pero en particular en las áreas bajo riego. Esto ha
tenido un impacto muy negativo en las fuentes de aguas municipales extraídas de acuíferos
relativamente poco profundos. Los pozos municipales y domésticos localizados en
acuíferos más profundos también están empezando a ser afectados. El desarrollo de otras
fuentes alternativas de agua potable ha resultado muy costoso. En algunos casos, las
nuevas fuentes de agua también se han contaminado, mientras que otras han producido
menos caudal que el anticipado.
Desarrollo de Problemas de Contaminación en la Zona Central del Valle del Río
Platte
Existen muchas áreas en Nebraska donde las concentraciones de nitrogeno como nitrato (N NO 3) en el agua subterránea exceden 10 mg/L, el límite máximo para agua potable en los
municipios de los Estados Unidos. Alrededor de un tercio de los los pozos de riego
muestreados en el estado tienen concentraciones de N-NO 3 por encima de 10 mg/L (Fig. 1).
Sin embargo, el problema ha persistido por un período más prolongado en la zona central
del valle del río Platte, donde la contaminación de nitrato ha sido un problema desde hace
más de 40 años. En esta área, más de 190,000 hectáreas de tierras irrigadas contienen aguas
subterráneas poco profundas en las cuales el contenido de N-NO3 excede 10 mg/L. En más
del 75% de estas
tierras se siembra maíz. Toda el agua de riego usada en esta área proviene del agua
subterránea y alrededor del 85% del agua se aplica usando el método de riego por surcos.
En este valle hay un pozo de riego por cada 25-30 ha, y algunas áreas tienen un pozo por
cada 15 ha. La mayoría de los pozos tienen una capacidad de bombeo de 180-225 m3 /hr. El
agua está a una profundidad de 2-5 m durante la primavera y de 4-7 m después de la
estación de riego. El espesor de la capa saturada del acuífero de arena y grava es de 12-15
m. El acuífero se recarga tanto por las precipitaciones como por el río Platte, el cual es un
río efluente en esta área.
En esta zona, el riego con agua bombeada del acuífero empezó en la época de la sequía
extrema de la década de 1930, y se expandió rápidamente después de mediados de la
década de 1940. Aunque la agricultura de secano era posible, el riego estabilizó los
rendimientos de los cultivos en esta zona de clima muy variable, conocida como “Las
Grandes Planicies” del medio oeste de los Estados Unidos. Debido a la poca pendiente
(<0.1%) y a la falta de nivelación de tierras, el riego requería de mucha mano de obra y la
eficiencia de riego era muy baja, entre 25-50%. En la década de 1950, la llegada de
híbridos de maíz más la combinación del bajo precio de nitrógeno y la abundancia de agua
motivó a los agricultores a aplicar grandes cantidades de fertilizante nitrogenado. Las
pérdidas de N lixiviado por la aplicación de excesos de riego podía ser compensada
mediante la aplicación de cantidades extras de N como un “seguro” antes de la siembra. En
los años 60s y 70s, los agricultores normalmente aplicaban 250-275 kg N/ha, e incluso
algunos aplicaban más de 300 kg N/ha. La creencia generalizada sobre la aplicación de
fertilizantes parecía ser que “cuanto más, mejor.” Estas prácticas resultaron en un aumento
gradual de la concentración de nitrato en el agua subterránea a partir de alrededor de 1960.
Hoy en día las concentraciones exceden 20 mg/L en 55% del área, más de 30 mg/L en 1015%, y alcanzan 40-50 mg/L en algunos lugares.
Control del Aumento de la Contaminación de las Aguas Subterráneas
Educación más Regulación Detienen el Aumento de la Contaminación
A principios de la década de 1980, la Universidad de Nebraska y la agencia local
gubernamental responsable del manejo de los recursos naturales (CPNRD) iniciaron un
programa de extensión agrícola sobre el manejo de nitrógeno, dirigido a agricultores de la
zona. Este esfuerzo incluyó extensas demostraciones de campo en las que se mostraba que
los rendimientos podían ser mantenidos aún aplicando menos N y considerando el nitrato
presente en el agua de riego como otra fuente de N para el cultivo (1). A partir de 1986, se
impusieron regulaciones contra las aplicaciones de N durante el otoño. Bajo ciertas
condiciones se requiere el uso de inhibidores de la nitrificación al aplicar fertilizante
nitrogenado, especialmente cuando más de la mitad del N que el cultivo requiere se aplica
antes de la siembra. Esto ha motivado a algunos agricultores a aplicar menos N antes de la
siembra y luego aplicar el resto del N cuando el cultivo está establecido, aunque la mayoría
aún aplica todo el N antes de la siembra. A los agricultores se les requiere analizar el suelo
antes de la siembra, y el agua de riego durante la estación de crecimiento, para saber la
cantidad de nitrato residual presente. Al final de la cosecha, ellos deben presentar un
informe por cada fracción de 16 ha, el cual debe incluir lo siguiente:
1. N-NO3 residual en el suelo antes de la siembra.
2. Concentración de N-NO 3 del agua de riego
3. Fertilizante nitrogenado requerido, de acuerdo a lo recomendado por la Universidad de
Nebraska.
4. Cantidad de N realmente aplicada
5. Rendimiento del cultivo.
No existe regulación sobre la cantidad de N que puede ser aplicada, pero la exigencia de
presentar un informe ha forzado a los productores a comparar las cantidades aplicadas con
las recomendadas.
La combinación de programas educativos con la aplicación de controles sobre el manejo de
los fertilizantes nitrogenados ha tenido un efecto muy positivo en reducir las cantidades de
nitrógeno aplicadas (2). Hoy en día, las aplicaciones de N son en promedio 25-30% más
bajas que a mediados de la década de 1970, promediando 167 kg/ha en los últimos 10 años.
La concentración promedio de N-NO 3 en el agua subterránea de las 190,000 ha alcanzó su
nivel máximo en 1989 y desde entonces ha disminuido un promedio de 0.17 mg/L por año
(Fig.2). Sin embargo, siguen observándose aumentos en la concentración en pozos que se
encuentran aguas abajo de campos en donde los agricultores continúan aplicando
cantidades excesivas de N.
Mejoras Necesarias en el Manejo de Agua para Reducir el Nitrato en el Agua Subterránea
Mientras la concentración de nitrato en el agua subterránea se ha estabilizado, parece muy
improbable que se puedan lograr reducciones significativas sin un mejor manejo del agua
de riego que evite la lixiviación de nitrato durante la estación de crecimiento. En
comparación a la reducción en las cantidades de N aplicadas, sólo se han logrado mejoras
muy limitadas en la eficiencia de riego en los últimos 20 años, a pesar de que se han
ejecutado programas educativos intensivos. La mayoría de los agricultores que usan riego
por surcos continúan aplicando mucho más agua que la necesaria.
Esto se debe a varias razones. Para reducir la cantidad de N aplicada sólo se requiere que el
agricultor gaste menos dinero en fertilizantes, mientras las demás prácticas culturales
pueden continuar igual. Por el contrario, para reducir el exceso de riego se requiere de la
inversión de tiempo, de mano de obra, y a veces de capital. Además se requiere de la
aplicación de cambios considerables en las prácticas de riego. Muchos de los campos,
después de más de 50 años de ser regados usando riego por surcos, aún no cuentan ni con el
grado de pendiente adecuado ni con una pendiente uniforme. Se requeriría de una inversión
de capital de unos US$250-370/ha para nivelar el terreno con un sistema controlado por
rayo láser. El bajo costo de bombear agua de un acuífero poco profundo hace que el
agricultor considere más atractivo, desde el punto de vista económico, el bombear excesos
de agua, en vez de gastar su limitado tiempo y mano de obra en irrigar más eficientemente
o invertir capital en algo más que una nivelación mínima.
El sistema de riego por pulsos es una tecnología que ha sido desarrollada para mejorar la
eficiencia del riego por surcos. Este sistema usa una válvula, cuyo microprocesador interno
periódicamente alterna el flujo entre dos bloques de surcos durante un evento de riego,
mientras el sistema convencional de riego por surcos aplica un flujo continuo a un bloque
de surcos hasta que se complete el riego. Si se aplica correctamente, el riego por pulsos
puede aumentar significativamente tanto la uniformidad como la eficiencia de riego.
Aunque alrededor de 20% de los productores han comprado válvulas para riego por pulsos,
la mayoría no ha invertido ni el tiempo ni el esfuerzo necesarios para aprender a hacer el
mejor uso de esta tecnología.
A pesar de estos factores limitantes, dos tendencias políticas y económicas muy fuertes
están demandando cada vez mas la realización de cambios en las prácticas de manejo. En
primer lugar, cada vez hay más presiones políticas, sociales y legislativas para mejorar la
calidad del agua. La población no quiere que el agua subterránea esté contaminada. En
segundo lugar, la edad promedio de los agricultores en Nebraska es de 58 años. La
jubilación de muchos de los agricultores más viejos está resultando en la consolidación de
fincas en unidades más grandes, las cuales disponen de menos mano de obra por unidad de
área. En la zona central del valle del río Platte, algunas áreas ya han sido convertidas de
riego por surco a riego por aspersión con pivote central, el cual es más eficiente y necesita
menos mano de obra. Esta es una tendencia que inevitablemente se va a acelerar en los
próximos 10 años.
La Investigación Provee Alternativas de Manejo
MSEA de Nebraska: Un Proyecto de Investigación de Calidad de Agua
Durante el período de 1991-1999, los autores dirigieron un programa extensivo de
investigación relacionado con el manejo del agua de riego y del N en la zona más afectada
por la contaminación. Esta fue una de las cinco áreas principales en donde se realizó un
estudio coordinado a nivel nacional sobre la contaminación de los recursos hídricos con
nitrato (Projecto MSEA). El suelo franco limoso típico de esta área tiene una profundidad
variable de 0.9-1.2 m. El agua subterránea estaba a una profundidad de unos 4 m durante la
primavera y de 6.5 m durante la estación de riego. La concentración de N-NO3 en el agua
subterránea era de 30 mg/L. La investigación se condujó a dos niveles: en campos grandes
se evaluaron sistemas completos de manejo, mientras que en pequeñas parcelas
experimentales con repeticiones se estudiaron diversas prácticas individuales. A
continuación se resumen algunos de los resultados.
Impacto de los Sistemas de Manejo en la Calidad del Agua Sub terránea
Durante un período de seis años se realizó un estudio de campo a gran escala para evaluar
el efecto combinado del manejo del agua y del N en la calidad del agua subterránea. Se
establecieron tres diferentes sistemas de manejo en maíz bajo riego sembrado en campos
contiguos de 14 ha. Los detalles de estos estudios han sido presentados en varios artículos
(3,4,5,6).
Se incluyeron los siguientes sistemas de manejo:
1.
Prácticas de producción convencionales en el área. Todas las operaciones de
campo y de riego fueron realizadas por el agricultor dueño de la tierra.
• Riego por surcos, con el final del surco bloqueado para retener el agua de
escorrentía
• Aplicación de riego cada 7-10 días de acuerdo al juicio del agricultor
• Aplicación de todo el fertilizante nitrogenado antes de la siembra
2. Riego por pulsos y manejo mejorado del N.
• Terreno nivelado con una pendiente uniforme
• Captación y reuso del agua de escorrentía
• Programación del riego de acuerdo al balance del agua en el suelo, calculando
evapotranspiración en base a datos meteorológicos; midiendo periódicamente el
contenido de humedad del suelo para ajustar el riego de acuerdo a las condiciones
del campo
• Aplicación de N, ya sea aplicando 50% de la dosis total antes de la siembra y el
restante 50% durante la estación de crecimiento, o el total de la dosis de N durante
la estación de crecimiento.
3. Riego por aspersión y manejo avanzado del N.
• Riego por aspersión con pivote central
• Programación del riego siguiendo el mismo método descrito para riego por pulsos
• Aplicación de aproximadamente 50% de la dosis total de N antes de la siembra;
aplicando luego mediante fertirrigación, o sea a traves del sistema de riego, las
cantidades adicionales de N, de acuerdo a las necesidades del cultivo.
• Fertirrigaciones programadas siguiendo el nivel de N en el cultivo, evaluado
mediante el uso de un medidor portátil de clorofila.
Mediante una serie de pozos de observación localizados aguas abajo de cada campo, se
evaluaron los cambios en la calidad del agua subterránea. Se tomaron muestras a 16
diferentes profundidades en cada pozo de observación para evaluar el perfil vertical de la
distribución de los contaminantes a través de los 14 m de espesor del acuífero. A principios
del estudio, la concentración de N-NO3 en el acuífero era casi uniforme de unos 30 mg/L.
Durante el estudio, la concentración sufrió variaciones temporales en la parte más
superficial del acuífero, especialmente en los primeros 3 m, debido a los efectos de un
verano extremamente lluvioso. Sin embargo, la concentración permaneció constante a
profundidades mayores de 6 m bajo todos los sistemas de manejo. Dado que los pozos de
riego unicamente extraían agua de una profundidad ubicada en el tercio inferior del
acuífero, la concentración de N-NO 3 en el agua bombeada para riego también permaneció
constante a 30 mg/L.
Resultados de la Investigación:
Al final del estudio la calidad del agua del acuífero debajo del campo manejado bajo el
sistema convencional quedó igual que la del comienzo (Fig.3). Dado que en este campo se
aplicó mucho más N que en el campo irrigado mediante riego por pulsos, se esperaría que
la concentración de N-NO 3 en el agua subterránea de este campo también fuera mayor. Sin
embargo, la eficiencia de riego en este campo manejado por el agricultor promedió 28% a
través de los seis años. El agricultor aplicó más de 3.5 veces la cantidad de agua requerida.
Las grandes cantidades de agua en exceso que drenaron de la zona radicular mantuvieron
los primeros 3 m del agua subterránea a una concentración de unos 30 mg/L, similar a la
del agua de riego.
Después de seis estaciones de crecimiento, la concentración de N-NO3 del agua subterránea
del campo irrigado mediante riego por pulsos era mayor que al principio del estudio (Fig.3).
Esto ocurrió a pesar de que la cantidad de agua aplicada había sido reducida en un 65% y el
N en 31% en comparación con el campo manejado de manera convencional. Mientras el
riego por pulsos fue más eficiente que el sistema convencional por surcos, la aplicación del
agua fue muy variable entre un surco y otro, debido al tráfico de tractores y otras
maquinarias, y de un punto a otro dentro del mismo surco, debido a variaciones espaciales
de las características físicas del suelo. Esto resultó en la lixiviación de nitrato en diferentes
puntos, a pesar de que la infiltración promedio en todo el campo indicaría todo lo contrario.
Al final del estudio, el campo regado por aspersión con pivote central fue el único
sistema de manejo en mostrar mejorías en la calidad del agua (Fig.3). La concentración
de N-NO3 en los primeros 1.5 m del agua subterránea bajo este sistema era un 40% menor
que la concentración inicial y se reportaron mejorías en los primeros 3 m. Durante los seis
años del estudio en el campo regado con pivote central se redujo la aplicación de agua en
un 71% y la de N en un 38% en comparación con el campo regado mediante el sistema
convencional por surcos. El mejoramiento de la calidad del agua fue el resultado de la
combinación de una mejor uniformidad de riego, lo cual limitó la percolación de agua
durante la estación de crecimiento, y el manejo cuidadoso de las aplicaciones de N, lo cual
incluyo la aplicación de parte del N durante el período de absorsión rápida por parte del
cultivo y sólo cuando el cultivo lo requería.
Está claro que para reducir a largo plazo la lixiviación de nitrato es necesario el manejo
integrado del agua y del N. Si se aplican excesos de N, el manejo cuidadoso del riego puede
minimizar la lixiviación durante la estación de crecimiento, pero nada puede hacer para
prevenir la lixiviación causada por exceso de precipitación fuera de la estación de
crecimiento. El manejo cuidadoso del N, pero con aplicaciones de excesos de agua podría
resultar en pérdidas significativas de N durante la estación de crecimiento y posibles
reducciones en los rendimientos. Los agricultores de la zona han aprendido a manejar el N,
pero sólo un número muy limitado manejan el riego de manera adecuada. Estos
agricultores no han experimentado reducciones en los rendimientos gracias al nitrato
contenido en el agua subterránea. El nitrato lixiviado de la zona radicular es reemplazado
por el nitrato contenido en el agua de riego y por tanto no se observa una reducción en
rendimientos.
El Sistemas de Labranza Afecta la Lixiviación de Nitrato
El sistema de labranza que el agricultor usa puede tener un efecto muy significativo en la
lixiviación de nitrato y en la calidad del agua subterránea que resulta como consecuencia.
Dos sistemas de especial interés en Nebraska son el sistema de labranza convencional y el
de labranza reducida con siembra en camellones (ridge-till). La labranza reducida disturba
más el suelo que el sistema de “labranza cero” que se practica en varios países de las
Americas. Tanto el sistema de labranza convencional como el de labranza reducida se usan
extensivamente en Nebraska.
Bajo el sistema de labranza convencional, la labranza con una rastra de discos podría
estimular la mineralización del N orgánico en los primeros 15 cm del suelo durante varias
semanas después de disturbar el suelo. Esto resulta en un aumento en la cantidad de nitrato
susceptible de ser lixiviado cuando la absorción de N por parte del cultivo aún no existe o
es muy limitada. Igualmente, el rastreado del suelo incorpora la mayoría de los residuos de
la cosecha anterior, acelerando la descomposición de los componentes vegetales que
contienen N rápidamente mineralizable, lo cual aumenta eventualmente la cantidad de
nitrato disponible para ser lixiviado. Bajo el sistema de labranza reducida, por el contrario,
el suelo es disturbado considerablemente menos. Muchos de los residuos permanecen en la
superficie del suelo por ocho meses o más y parte de estos residuos pueden no ser
incorporados al suelo por varios años. Esto retarda su descomposición, lo cual podría
resultar en mayores pérdidas de N por volatilización hacia la atmósfera en vez de entrar en
el suelo.
Resultados de la Investigación:
Como parte del proyecto MSEA, se compararon los sistemas de labranza convencional y
reducida en maíz regado por aspersión, durante un período de seis años. El riego y la
aplicación de N fueron iguales para ambos sistemas. No se encontró diferencia en
rendimiento entre ambos sistemas de labranza. Sin embargo, el sistema de labranza
reducida resultó en una reducción del 50% en el nitrato residual contenido en los primeros
1.5 m del suelo, evaluado al principio de la siguiente estación de crecimiento. Esto reduce
el potencial de lixiviación de nitrato que podría ocurrir por exceso de lluvia o riego.
Mediante una comparación de la producción de maíz realizada en Clay Center, Nebraska,
bajo ambos sistemas de labranza durante un período de 18 años, los investigadores del
proyecto MSEA también estudiaron las pérdidas de nitrato por lixiviación ocurridas a largo
plazo. Ambos sistemas de labranza fueron regados por surcos y recibieron la misma
cantidad de fertilizante nitrogenado. El suelo era profundo y de textura franco limosa. Se
tomaron muestras continuas de suelo desde el fondo de la zona radicular hasta una
profundidad de 18 m en la zona de aereación, la cual estaba compuesta por un suelo de
textura arcillosa y arcillo limosa.
La distribución vertical del N-NO3 debajo de la zona radicular indicó que casi todo el
nitrado lixiviado durante los 18 años del estudio estaba todavía en camino hacia el agua
subterránea. La velocidad de movimiento promedio se calculó en unos 0.9 m/año, por lo
que tomaría 33 años para que el nitrato se moviera desde la zona radicular hasta el agua
subterránea que se encontraba a una profundidad de 30 m. La cantidad total de N perdida
bajo el sistema de labranza convencional fue de aproximadamente 1370 kg N/ha, un
promedio de unos 76 kg N/ha por año (Fig. 4). Bajo el sistema de labranza reducida, las
pérdidas fueron de sólo 598 kg N/ha, equivalentes a unos 33 kg N/ha por año, un 56%
menos que el sistema convencional (7).
Sistema Óptimo para Mejorar la Calidad del Agua en la Producción de Maíz Bajo
Riego
Bajo condiciones como las de la zona central del valle del río Platte, es cuestionable que se
pueda mantener la concentración de N-NO3 en el agua subterránea a niveles inferiores de
10 mg/L, cuando casi toda el área está dedicada a la producción de maíz bajo riego. La
conversión del monocultivo de maíz a rotaciones con cultivos que requieran menos o
ningún fertilizante nitrogenado podría acelerar el mejoramiento de la calidad del agua, si se
maneja adecuadamente. Sin embargo, bajo las condiciones económicas actuales, el maíz se
destaca como el cultivo más atractivo. En consecuencia, los esfuerzos por mejorar el
manejo agrícola para preservar o mejorar la calidad del agua deben enfocarse en el cultivo
de maíz.
Las investigaciones realizadas durante el proyecto MSEA han ayudado a definir lo que
consideramos como el mejor sistema práctico para minimizar la lixiviación de nitrato en
maíz bajo riego en las condiciones de Nebraska. Si el sistema se aplicara cuidadosamente,
sería posible mantener la concentración de nitrato en el agua subterránea en el rango de 1218 mg/L, dependiendo de las condiciones del suelo. El sistema incluiría los siguientes
elementos:
1. Preparación del terreno y siembra usando el sistema de labranza reducida..
2. Riego por aspersión con pivote central
• Programar el riego usando las técnicas estándar de balance de agua del suelo.
• Controlar el contenido de humedad del suelo en varios puntos del terreno por lo
menos cada dos semanas.
• Permitir un mayor déficit de humedad del suelo al final de la estación de
crecimiento para disminuir el potencial de lixiviación durante el invierno y la
primavera.
3. Múltiples aplicaciones de N durante la estación de crecimiento
• Aplicar 25-30 kg N/ha al momento de la siembra.
• Aplicar aproximadamente la mitad del resto del N requerido de cuatro a seis
semanas después de la germinación del cultivo. Como alternativa, esta cantidad de
N se puede aplicar antes de la siembra acompañado de inhibidores de la
nitrificación.
• Programar aplicaciones suplementarias de N mediante fertigación cuando el cultivo
lo necesite
§ Usar medidor de clorofila o las nuevas técnicas de teledetección para
evaluar el nivel de N del cultivo.
§
La programación de las aplicaciones de acuerdo al nivel de N del
cultivo automáticamente tomará en cuenta la absorción del nitrato que se
encuentra en el agua de riego.
Conclusiones
1. La contaminación del agua subterránea con nitrato proveniente de fuentes no puntuales
en regiones de riego intensivo puede aumentar gradualmente en el largo plazo, cuando
la mayoría de los agricultores aplican excesos de fertilizante nitrogenado y de agua de
riego.
2. En el estado de Nebraska, la regulación acompañada de programas educativos motivó a
los agricultores de la zona central del valle del río Platte a limitar la aplicación de
excesos de N y detuvo la tendencia creciente de largo plazo de la contaminación del
agua subterránea con nitrato.
3.
El mejoramiento de la calidad del agua va a requerir de un cambio hacia altas
eficiencias de riego como las que ofrece el sistema de riego por aspersión con pivote
central, además de mejoras adicionales en el manejo del N, incluyendo el uso de
múltiples aplicaciones de N en vez de una sola aplicación antes de la siembra.
4. La sustitución del sistema de labranza convencional por el sistema de labranza mínima
podría reducir significativamente las lixiviaciones de nitrato.
Referencias
1. Ferguson, R. B., D. E. Eisenhauer, T. L. Bockstadter, D. H. Krull, and G. Buttermore.
1990.Water and nitrogen management in the Central Platte Valley of Nebraska.
Journal of Irrigation and Drainage Engineering, Vol. 116, No. 4. 557-565.
2. Schepers, J. S., M. G. Moravek, R. Bishop, and S. Johnson. 1997. Impact of nitrogen and
water management on ground water quality. P. 267-278. In A. Ahmed (ed.)
Groundwater Protection Alternatives in the U.S.A. American Society of Civil
Engineers
3. Spalding, R.F., D.G. Watts, J.S. Schepers, M.E. Burbach, M.E. Exner, R.J. Poreda, and
G.E. Martin. 2001. Effect of management systems on nitrate leaching in irrigated
agriculture. Journal of Environmental Quality. 30(4):1184-1194.
4. Watts, D.G., D. Fekersillassie, J.S. Schepers, D.E. Eisenhauer, R.F. Spalding, and N.L.
Klocke. 2000.
Integrated management of irrigation and nitrogen for
groundwater quality improvement. In Proceedings, National Irrigation Symposium.
Phoenix, AZ. Nov. 13-16.
5. Watts, D.G, D.E. Eisenhauer and J.R. Schepers. 1999. Nitrate leaching and irrigation
efficiency in Nebraska’s Central Platte Valley. In Proceedings, American Society of
Civil Engineers International Water Resources Engineering Conference. Seattle,
WA. August, 1999.
6. Watts, D.G., J.R. Schepers, and R.F. Spalding. 1997. Field -scale evaluation of water and
nitrogen management impacts on ground water quality. p. 73-88. In Best
Management Practices for Irrigated Agriculture and the Environment: Proc., US
Committee on Irrigation and Drainage Conf. Fargo, ND.
7. Katupitiya, A., D. E. Eisenhauer, R. B. Ferguson, R. F. Spalding, F. W. Roeth, and M.
W. Bobier. 1997. Long-term tillage and crop rotation effects on residual nitrate in
the crop root zone and nitrate accumulation in the intermediate vadose zone.
Transactions of the ASAE 40(5): 429-435.
[1]
Profesor Emeritus, Departamento de Ingeniería de Sistemas Biológicos, Universidad de
Nebraska, Lincoln, Nebraska, EE.UU.
[2]
Lider de Investigation, Servicio de Investigación Agrícola/ Departamento de Agricultura
de los Estados Unidos, Lincoln, Nebraska. EE.UU.
[3]
Profesor y Director del Laboratorio de Ciencias Hídricas, Universidad de Nebraska,
Lincoln, Nebraska, EE.UU.
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