P ?: Jorge Vidal SALITRE 1954 Por Jorge Viddl INDICE Pág. -l. La vida de las provincias del Norte ................ 2. La renta salitrera y el presupuesto fiscal ........ 3. Cambio fundamental en la situación del salitre en el mundo ...................................... ...-.......... 4. La capacidad productiva disminuye por falta de incentivo ............................ A ....................... 5. Exito completo de la Corporación de Ventas , . 6. Algunas criticas ...................................................... .. Desarme de oficinas ........................... ..... ...... El caliche como fertilizante ..................... . ......... Nuevos métodos ..................................... ....-....-.....-. ., 7. La solucion es simple .......................... . .......... . .... 8. Lo que debe hacerse ........................... . ......-......Algunas opiniones editoriales ............................ Foto Tapa: Salitre en María Elena (Edmundo Stockins, SS. CC.). .............................................. E N VISPERAS de una anunciada reforma de la Ley 5350 que creó la Corporación de Ventas de Salitre y Yodo de Chile, parecen oportunas algunas consideraciones sobre el problema salitrero. Se hacen en forma personal, sin asumir la representación de nadie. Pero con el conocimiento que dan 44 años de trabajo en la industria. 1. LA VIDA DE LAS PROVINCIAS DEL NORTE El salitre constituye para Chile una fuente necesaria de actividad industrial que debe ser mantenida y desarrollada. Da vida a dos importantes provincias del Norte, cuya prosperidad es indispensable, por razones sociales, políticas, internacionales v económicas. 2. LA RENTA SALITRERA Y EL PRESUPUESTO FISCAL Durante medio siglo, la renta salitrera alimentó en forma preponderante el presupuesto fiscal. Llegó a representar hasta un 50% de las entradas nacionales. Mientras Chile conservó el semimonbpolio del á2pe comercial pudo mantener un impuesto rígido de exportación, que era elevado para la época. Este impuesto, incorporado al precio de venta, junto con los demás derechos aduaneros, f o r m ó l a basc t r i b u t a r i a d e l país. Los chilenos estábamos habituados a no pagar contribuciones d i r e c t a s . Es e l caso excepcional d e u n a nación que, a través de dos generaciones, v i v e de una riqueza m i n e r a que basta a sus necesidades o r d i n a rias y extraordinarias; que aporta a la b a l a n z a exterior de pagos una enorme suma anual de libras esterlinas oro, s u f i c i e n t e para los gastos públicos y privados; y que parece constituir una riqueza inagotable. 3. CAMBIO FUNDAMENTAL EN LA SITUACION DEL SALITRE EN EL MUNDO Desde principios del siglo XX empezaron a advertirse los signos precursores de un cambio fundamental en la situación del salitre. Años antes, un sabio inglés vaticinó que las necesidades alimentarias de una población en aumento requerían la fertilización nitrogenada de las tierras en proporciones que Chile no podría satisfacer. Sir William Crookes llegó a decir dramáticamente que el mundo estabn amenazado de morir de hambre. Las investigaciones científicas se aplicaron entonces a descubrir el principio de que, por vía de la síntesis, lograra establecer una producción económica de ázoe fijado del aire. S e hacían oír ya algunas voces de alarma. Un chileno eminente, el ingeniero Alejandro Bertraild, destacado en Europa para vigilar los servicios de la propaganda salitrera, se consagró a la tarea patriótica de anunciar el peligro y proponer los remedios. No fué escuchado y el país siguió viviendo del derecho de exportación al salitre. La primera guerra mundial provocó el estallido previsto por Bertrand y otros pocos chilenos. Las plantas sintéticas de Oppau, primero, y de Leuna, después, hicieron a Alemania independiente como productora de nitrógeno sintético. Peleó durante cuatro años sin recibir ni una tonelada de salitre de Chile. Los aliados triunfantes en 1918 habían aprendido la lección. Lo ocurrido desde entonces no es sino la historia de un esfuerzo continuado, metódico e inexorable por parte de todos los países industrializados, para crear y desarrollar una producción propia de ázoe extraído de la atmósfera. El semimonopolio del salitre chileno había terminado. Pero, pasaron los años y el derecho de exportación, pesado y rígido, fué mantenido. La industria dejó de ser un campo atrayente para nuevos capitales, nacionales o extranjeros. Muchos inversionistas prefirieron liquidar los propios y transferirlos a actividades más lucrativas. Cabe a la primera administración Ibáñez el mérito de haber sacudido la ley de la inercia y el oportunismo político que mantenían el derecho de exportación, equivalente a 1'01.40 pesos oro de seis peniques por tonelada de salitre. Su Ministro de Hacienda, don Pablo Ramírez, comenzó por bonificar las venta; devolviendo parte .del derecho aduanero y acometió, en seguida, el plan de reorganización total de la industria. Se abolía el derecho de exportación, reemplazándolo por un impuesto a las utilidades efectivas; se moulernizaban los métodos de producción, electrificándolos y mecanizándolos; el Estado interveriía en la administración de la nueva empresa unificada, y se llevaba el salitre hasta el consumidor. Pero el señor Ramírez cometió el error de forzar la producción, obligando a las empresas a trabajar a capacidad máxima, a velocidad antieconómica. Su objetivo era patriótico: presentar una industria chilena poderosa frente a los competidores extranjeros, para llegar con éstos a arreglos favorables. Las ventas, por desgracia, no correspondían a la producción. Empezaron a acumularse existencias y cuando sobrevino la crisis mundial de 1929-1931, había casi tres millones de toneladas amontonadas en la pampa. Los créditos bancarios estaban agotados y la nueva Compañía desapareció aplastada por la catástrofe económica. Quedaron las dos grandes plantas Guggenheim de Msría Elena y Pedro de Valdivia. La caída del patrón oro permitió sobrevivir a un pequeño grupo de Oficinas Shanks, que conservaban reservas de caliche de mejor ley. Alrededor de este núcleo industrial nació la actual Corporación de Ventas de Salitre y Yodo de Chile que, como organización distribuidora y vendedora, ha constituído durante 23 años un éxito rotundo. Ha mantenido al salitre chileno en los mercados y ha sabido colocar a precios máximos todo el tonelaje que la industria ha sido capaz de producir. 4. LA CAPACIDAD PRODUCTIVA DISMINUYE POR FALTA DE INCENTIVO Pero la capacidad productiva está estancada y con clara tendencia a disminuir. La razón es evidente: el negocio salitrero no es lucrativo y, por lo tanto, no atrae nuevos capitales. La minería es en sí una actividad especulativa. Se arriesga mucho y debe, en caso de éxito, poderse ganar bastante. La fórmula de don Alejandro Bertrand -la substitución del impuesto aduanero por un impuesto a las utilidades- fue adoptada primero por la Ley No 4.863 que creó la ex Compañía de Salitre de Chile y después por la Ley No 5.350 que dió vida a la actual Corporación de Ventas. Se trataba de que el salitre pagara impuestos sobre utilidades reales. A mayor ganancia mayor tributo. Pareció que, durante los primeros años de vida de la Corporación así se aplicaría la ley. Había, entonces, la esperanza de que una vez extinguidas las deudas iniciales, saldo muy disminuído, por lo demás, de las enormes deudas de arrastre congeladas en 1931, la industria ofrecería incentivos para la inversión de nuevos capitales extranjeros, a falta de nacionales. Por desgracia, se descubrió pronto una nueva contribución disimulada, añadida al impuesto único sobre utilidades, mediante una discriminación en el tipo de cambio para el retorno del valor de los costos de producción. Al principio la diferencia entre el cambio fijado por decreto gubernativo y el cambio real era insignificante. Como el .apetito crece comiendo, a medida que se acentuaban las exigencias del presupuesto fiscal se fué haciendo mayor el tributo, indirecto, pero efectivo, que significaban los cambios diferenciales. Llegó el momento en que el impuesto legal del 25 por ciento pasó a convertirse en una participación del Estado superior al 60 por ciento de las ganancias calculadas sobre un costo de producción convencional. Es decir, un tosto que no incluye amortizaciones adecuadas ni servicios de capital. Así hemos descendido a la situación de hoy. ,Hasta el 30 de junio último, el salitre debía retornar gran parte d e su costo de producción a 60 pesos por dólar, mientras el cambio libre era superior a 100 pesos. Desde el lo de julio siguiente, el Gobierno adoptó en favor del salitre un principio justo, que podría llegar a tener gran importancia. Decr~rtóque el retorno se haría al tipo de cambio libre bancario, que en ese momento era de 1110 peso; por dólar, después de haber subido hasta 125 pesos. Así tenemos una aplicación práctica inoperante de lo que hemos llamado un "principio justo". Es un hecho, en efecto, que los costos de la producción industrial en el país deben calcularse a un tipo de cambio muy superior a 110 pesos por dólar. Sin aplicarle el cambio libre, de más de 210 pesos, puede estimarse una cifra prudencial de 150 pesos. Los productos de consumo interno reajustan automáticamente sus precios de venta en función del alza de sus costos. No tienen casi competencia de artículos importados similares que, en todo caso, después de pagar derechos de aduana, cuestan mucho más. Pero el salitre debe salir a luchar al extranjero con competidores poderosos, protegidos por sus Gobiernos y cuya materia prima es el nitrógeno que forma casi las cuatro quintas partes de 13 atmósfera que respiramos. Es .decir, una materia prima gratuita e inagotable. El salitre .debe ponerse en línea de precios con esos rivales formidables, después de cruzar mares y tierras, a través de centenares y miles de kilómetros. El sistema ideado para reemplazar al antiguo derecho rígido de exportación resulta tan insoportable como éste. No es una participación de utilidades. Es un tributo fijo, sin relación con precios de venta o costos de producción. La anemia, creciente y alarmante, que afecta a la industria salitrera, tiene el mismo origen. Sólo han cambiado el modo y el procedimiento de provocarla. 5. EXlTO COMPLETO DE LA CORPORACION DE VENTAS Como organismo vendedor, la Corporación sui generis, creada por la Ley 5.350 h a sido, repetimos, un éxito completo. Su manejo es su'mamente económico y los gastos de administración en Chile, incluyendo remuneraciones de los funcionarios chilenos que la representan en el exterior, significan apenas centavos de dólar por tonelada de salitre vendido, o sea, menos del 1 por ciento del rendimiento del Salitre en puerto chileno y poco más de 1/25: SObre el precio de entrega al consumidor. Además, la aplicación durante veinte a ñ o s d e este modo de l a b o r en equipo e n t r e los representantes del E s t a d o y los de la i n d u s t r i a , ha sido u n a prueba práctica feliz de cómo logran armonizarse situaciones y finalidades que p o d r í a n considerarse incompatibles. Se ha trabajado para el bien común. A lo largo de estos veinte años han pssado por el Consejo 30 distintos representantes fiszales bajo la presidencia de 18 sucesivos Ministros de Hacienda. Nunca se ha hecho política partidista en el seno del Directorio. Los representantes particulares, lo mismo que los. fiscales, han tenido primordialmente en v i s t a el interés nacional. La historia de esta larga jornada transcurrida en común está escrita minuciosamente en las actas del Consejo. En casi 1.800 sesiones, sólo dos veces se han tomado acuerdos por mayoría de votos. En las restantes, tal vez varios miles de resoluciones adoptadas lo han sido siempre por unanimidsd. Los directores han estado invariablemente impuestos de todos los detalles del complejo negocio internacional que significan el transporte, la distribución y 1s venta del salitre y del yodo. Y a todos les cabe la satisfacción patriótica -los tres extranjeros que allí tienen asiento son también chilenos de corazón- de servir bien a Chile. A propósito de este trabajo en común, vale tal vez la pena referirse a ciertos comentarios, según los cuales los grandes productores de salitre, nominativamente la Cía. Anglo-Lautaro, tendrían proyectos ambiciosos para absorber la totalidad de la industria. Se trata de una añejez actualizada. Durante la discusión, en 1933, del proyecto ,de Corporación de Ventas se manifestó alarma por los avan- 1 ces del procedimiento Guggenheim. Para calmar los temores de los que se creían amenazados, se establezió en la Ley 5.353 que: "Ninguna persona, reunión de personas, saciedad, empresa o consorcio de empresas podrá obtener, clirecta o indirectamente, un total de cuotas que exceda al 65% de la cuota anual de venta". La experíenzia práctica del tiempo transcurrido desde entonces ha disipado este pueril temor. L3 Compañía Anglo-Lautaro ha ofrecido resistencia invencible a cualquiera idea de extender sus operaciones fuera de la provincia de Antofagasta, manteniéndolas prácticamente en el distrito de Tocopilla. Ha querido vivir y dejar vivir. Sin egoísmo alguno, ha procurado ayudar a los productores Shanks, vendiéndoles centenares de miles de toneladas de salitre granulado, a precios ligeramente superiores a su costo de producción, a fin de dejar a aquellos el mayor margen posible de ganancia. Además, ha estado siempre dispuesta a vender calichea a las Oficinas Shanks que los necesitaban y en cuya órbita de explotación existen terrenos de la Compañía. Si en Taltal trabaja la Oficina independiente Flor de Chile, se debe a esta actitud de Anglo-Lautaro. Los propios industriales S h a n k s , que desconfiaban de Anglo-Lautaro, reconocen hoy esta actitud a.mistosa y constructiva, y concurren a las Juntas Generales a depositar sus votos para demostrar su reconocimiento en la elección de directores. Durante muchos años y a iniciativa de Anglo-Lautaro, se ha mantenido en el Directorio de la Corporación a un representante de los productores que se llamaron independientes y que no tenían fuerza reglamentaria para elegir un director propio. Desde hace un año este cargo vacante no ha sido llenado sólo porque los interesados no logran ponerse de acuerdo en la persona. 6. ALGUNAS CRITICAS Suelen aparecer en la prensa y llegar hasta el Parlamento algunas críticas contra el manejo de la industria salitrera. Examinando tales críticas resultan infundadas y en su mayoría tienen tan poca consistencia que es difícil analizarlas objetivamente. DESARME DE OFICINAS Algo se ha escrito contra el desarme de antiguas Oficinas. Es desconocer la evidencia de que 103 dueños de propiedades salitreras son hombres de negocios que buscan la ganancia legítima. Nadie en el goce de razón desmantelaría una fábrica que está produciendo dinero si n o fuera para reemplazarla por otra más eficiente. Los .depósitos de caliche son en realidad minas. Cuando se agotan o empobrecen más allá de las posibilidades de una explotación con margen de utilidad deben ser abandonados. Nadie desea perder su dinero. Muchos, no obstante, lo han hecho porque sus expectativas no se realizaron. El negocio salitrero es aleatorio. Las Oficinas abandonadas fueron durante muchos años como cruces en el desierto. 'Con motivo de 1s última guerra mundial, ciertos materiales de fierro y maquinarias usadas adquirieron el valor suficiente para justificar su desarme y traslado. Algunos propietarios aprovecharon la ocasión y los vendieron en el país o en el extranjero. Esto último con el permiso expreso de los servicios de control. El dinero así obtenido volvió a invertirse en la misma industria. Durante esos años era imposible importar maquinarias, rieles, planchas de fierro o acero. Existen hoy Oficinas en producción económica que marchan porque fueron completadas mediante el desmantelamiento de plantas viejas. Podemos decir, con conocimiento detallado de causa, que las grandes Oficinas de María Elena y Pedro de Valdivia trabajan a alta producción exclusivamente con el aporte de casas de fuerza, maquinarias esenciales, equipos ferroviarios y fierros en subido tonelaje. Estos elementos fueron obtenidos de plantas paralizadas de la empresa propietaria, como Chacabuco y Los Dones, cuya reapertura era imposible por habérseles agotado los caliches de leyes adecuadas para la explotación Shanks. Campamentos obreros completos cambiaron de sitio para un aprovechamiento mejor. En el breve espacio de un año se construyó un acueducto en la región de Tocopilla que transporta 12.300 metros cúbicos diarios, indispensables para la población obrera y par a el aumento de la producción de salitre en María Elena y Pedro de Valdivia. Sin ese nuevo volumen de agua se habría creado un clima de agitación social incompatible con la marcha normal del trabajo y las cifras de producción máxima alcanzadas se habrían reducido en un porcentaje considerable. El acueducto se construyó íntegramente con planchas de fierro sacadas de las bateas de Oficinas paralizadss. Se creó así una nueva fuente de aprovisionamiento de agua fiscal, sin costo para el Estado, que será propietario del acueducto dentro de pocos años, habiendo pagado su valor con el precio del agua cuyo transporte la propia Compañía hizo posible. Esta obra alivió la situación casi desesperada de escasez de agua de la ciudad de Antofagasta, en un volumen aproximado de 1.500 metros cúbicos diarios. Se cita el caso de dos Oficinas antiguas de Taltal que habría habido el propósito de desarmar y que actualmente trabajan en buenas condiciones. Hay mucho de fábula en este supuesto desmantelamiento frustrado. La co,mpañía propietaria deseaba concentrarse en su zona principal de operaciones, para mantener su producción global en forma más económica. Vendió las dos Oficinas mencionadas, que a través de varios cambios de control siguieron produciendo barato. Sus reservas de caliche contenían potasa y en ese momento el mercado necesitó salitre potásico y lo pagó a precios muy remunerativos. Ubicadas estas plantas en una región aislada, donde las exigencias obreras son mínimas y hasta la cual no se extiende el interés perturbador de la agitación demagógica, pueden trabajar con una economía incom~patiblecon los niveles de vida alcanzados en otros cen- t r o s productores. S e trata, primordialmente, d e u n a cuestión de jornales. EL CALICHE COMO FERTILIZANTE . Ultimamente se ha renovado cierta campaña para propender a la u t i l i z a c i ó n directa del caliche como fertilizante. Se culpa a la Corporación de no interesarse en el plan y aún de boicotearlo. La idea es peregrina y el cargo injusto. El salitre se utiliza como fertilizante desde 1210 años atrás. Los primeros caliches empleados tenían altas leyes de nitrato de sodio, tal vez 50 y más por ciento. Entonces .habría sido fácil aprovechar los barcos de vela para el transporte de una materia prima tan rica. Nunca nadie pensó en ello y todos los esfuerzos se concentraron en mantener los límites económicos de la producción salitrera, perfeccionando los métodos de elaboración a medida que disminuían las leyes de los caliches tratados. Dos o tres veces en los últimos años han llegado a la Corporación de Ventas de Salitre algunas proposiciones bastante vagas para que s e haga cargo de la distribución de caliche como fertilizante. La entidad que tiene por ley el estanco de la exportación y venta del salitre ha contestado en cada oportunidad que está pronta a movilizar a sus funcionarios técnicos agronómicos para efectuar en el país, junto con representantes de la Superintendencia del Salitre y a satisfacción de,los interesados, pruebas d e fertilización con el caliche que éstos suministren. Las ofertas de la Corporación han quedado siempre sin respuesta. Cualquiera comprende la a c t i t u d de la Corporación que, teniendo la responsabilidad del estanco, no puede lanzarse a la aventura permitiendo la exportación de caliche para su empleo en la agricultura. Cualquier fracaso recae- ría sobre ella y sobre el buen nombre del salitre de Chile. Dentro del país, en cambio, todos los experimentos que se quiera, y mientras más completos y dilatados mejor. Apenas si es necesario esbozar las serias dudas que ofrece, en su aspecto comercial y práctico, el empleo del caliche como abono. Habría que multiplicar por seis o siete el volumen transportable. Llegaría al consumidor a precios absurdamente encarecidos por los fletes. Los agricultores, especialmente los grandes c o n s u m i d o r e s de abonos, son gentes preparadas y muy bien aconsejadas en todos los países. Las organizaciones oficiales, las cooperativas y los centros de investigaciones científicas indican con precisión las ventajas de cada producto y su valor relativo. Existe una tendencia creciente a avaluar los abonos nitrogenados precisamente por su contenido en unidades .de nitrógeno. El salitre chileno debe luchar contra la exageración de este principio. Nuestro producto no es una materia prima con sólo b6:h de nitrógeno. Contiene mucho más que eso: contiene sodio y 32 elementos llamados menores, cuya importancia en la fertilización y en la vida de las plantas se ha comprobado a través de largos años de pacientes estudios en los más importantes centros de experimentación internacional. Casi más que a los efectos dudosos del empleo del caliche sería de temer a la sonrisa irónica o piadosa de 10s agricultores y de sus consejeros técnicos, habituados a la creciente mecanización d e los trabajos del campo y a la presentación cada vez más atractiva y práctica de los abonos. En Estados Unidos, por ejemplo, que consume casi el 507i de nuestra producción anual, ;quién se atrevería a ofrecer caliche en vez del salitre granulsdo, que es exigido por su menor higroscopici-lad y por - su mejor utilización a máquina? El asunto es demasiado serio para que pueda festinarse en el tabladillo de una propaganda irresponsable. NUEVOS METODOS Se ha criticado la aparente indiferencia de la industria hacia la adopción de nuevos métodos para mejorar el antiguo sistema Shanks de producción, y se señala el caso de un pleito perdido por una gran empresa por no haber aprovechado unas patentes para elaborar caliche en frío. Este caso particular es sencillo. Cuando, en 1929, la firma Baburizza hizo traspaso de sus intereses en la Compañía Lautaro, incluyó entre su; derechos y obligaciones un contrato vigente con ciertos inventores para explotar unas patentes que amparaban un llamado procedimiento Holstein. La Compañía realizó largos experimentos, con inversión de fuertes sumas de dinero, y terminó por desinteresarse del sistema, que no daba resultados prácticos. Los inventores la demandaron porque, en concepto de ellos, las pruebas del invento habían sido satisfactorias y la Compañia no había cumplido el contrato. Finalmente, la empresa perdió el pleito y fué condenada a pagar un 12% del monto -original de la indemnización exigida. El factor decisivo par a el fallo fué la apreciación de la prueba por el juez de primera instancia, quien estimó secundarias las fallas del sistema y las observaciones adversas al invento que eran en realidad fundamentales. E s t a s f a l l a s consistían en el fracaso de' los pisos impermeables, que eran parte esencial del invento; en el largo período de elaboración de los caliches, que los inventores declaraban que sería de no más de 3 meses, mientras que la prueba práctica realizada duró 7% meses; y en que las leyes y cantidades de nitratos recuperados estuvieron muy distantes de las prometidas. Lo; inventores afirmaron en su .damanda que habían ofrecido sus patentes a otras empresas y que éstas habían estado resueltas a adoptarlas. El contrato daba a los inventores facultad para cederlas, pero en la práctica nadie se interesó en el negocio. El hecho es que la Compañía devolvió finalmente las patentes a sus dueños originales, quienes nada han po- . dido h a c e r con ellas, que son ya tal vez del dominio p ú b l i c o . E n cambio, la Compañía, después d e muchos años de estudios e ingentes inversiones de capital, llegó a descubrir un nuevo procedimiento l l a m a d o d e evaporación solar, cuyo desarrollo práritico a u g u r a una m e j o r í a trascendental en la producción d e salitre. .. El p l e i t o H o l s t e i n es u n o de l o s i n n u merables c a s o s de inventos fracasados y sin interés práctico, c u a l quiera que haya sido el fallo judicial. Un fallo judicial podrá determinar si hay o no lugar al pago de indemnizaciones, pero no puede pretenderse que se pronuncie también sobre las bondades o desventajas técnicas de un invento. - -iMucho se habla del procedimiento Poupin. No se trata propiamente de un nuevo ,método de produczión económica, sino de una modificación en la disposición d e los cachuchos o estanques de lixiviación. El procedimiento fué empleado en varias Oficinas Shanks con resultados indecisos. Ahora se anuncia su adopción en una pequeña Oficina paralizada que volverá a trabajar con nombre nuevo. Le deseamos buena suerte, sin mayor esperanza de que una mejoría en una de las etapas del proceso .de elaboración permita el aprovechamiento en masa de caliches de baja ley o ayude mayormente a vivificar el sistema Shanks, ya condenado por el empobrecimiento .de la materia prima en la pampa. La técnica industrial avanza hoy en el mundo con velocidad vertiginosa. Los mejores cerebros trabajan día y noche en laboratorios costeados con fondos casi ilimitados para descubrir nuevos métodos de producción eficiente y económica en todos los ramos. Producir mejor y más barato es el objetivo común. Lo que ayer parecía una quimera irrealizable es h o y u n a realidad q u e s e r á superada mañana. La industria salitrera necesita someterse a esta disciplina. No bastan los inventores aficionados para transformar la producción, diversificándola y reduciendo s u s costos. S e necesita el estudio serio, científico y coordinado que sólo los grandes capitales pueden organizar y mantener. Para renovar la producción salitrera se precisa mucho más que la aplicación de inventos anticuados que, en el mejor de los casos, pueden tener algún éxito parcial en escala reducida. 7. LA SOLUCION ES SIMPLE A medida que el problema salitrero se agrava, aparece la ventaja de que su solución se simplifica. Hubo una época, ya lejana, en que Chile podía aspirar a mantener el semimonopolio del nitrógeno comercial. Su único rival era el sulfato de amonio, subproducto de la destilación de la hulla. En aquel tiempo, los optimistas tilciaban de pájaro de mal agüero a ese Sir William Crookes que predecía una hambruna universal si para fertilizar las tierras sólo se contaba con salitre chileno y sulfato subproducto. Hace tiemgo que ya no se discute que el sabio inglés tenía razón. Las últimas cifras estadísticas indican que el consumo mundial de nitrógeno ha llegado a ser equivalente a 34 millones de toneladas de salitre chileno por año, de las cuales casi 29 millones corresponden a consumo agrícola. Y estas cifras seguirán subiendo por el aumento de la población mundial -70.000 personas al día- y por el anhelo legítimo .de mejorar sus niveles de vida. Después d e dos guerras mundiales y del descubrimiento de la fijación del nitrógeno atmosférico a bajo costo, Chile debe contentarse con un papel modesto, aunque siempre interesante, en el mercado mundial. Si una política previsora hubiera permitido la inversión de centenares de millones de dólares en las pampas de Tarapacá y Antofagasta y gracias a ello la producción hubiera llegado a la cifra de 3 millones de toneladas anuales, apenas si representaríamos menos del 13% del actual consumo. Aun así alcanzar esa cifra y mantenerla habría nezesitado una verdadera revolución científica y técnica, para aprovechar económicamente los caliches de baja ley que forman el conjunto de las r e s e r v a s salitrales del país. No debe olvidarse que cuando alcanzamos antaño cifras parecidas, los caliches eran más ricos y la mano de obra abundante, formada no sólo de chilenos sino de peruanos y bolivianos, que ya prácticamente no existen en las dos provincias del norte. Se habla hoy día con razón de colocar el acento en nuestra producción agrícola y de detenernos, para respirar y tener qué comer, en el proceso acelerado de nuestra industrialización. Pues b i e n , aumentar la producción de salitre con los métodos actuales exigiría desviar muchos miles de obreros agrícolas hacia la pampa, y convertir en consumidores a los actuales productores de alimentos. Basta. La preocupación alimentaria de Chile es demasiado seria para permitir estos juegos de la imagina~ión. Debemos transformar y abaratar la producción de salitre, sí, pero con métodos nuevos que aumenten fundamentalmente el rendimiento de la mano de obra y que no agraven otros problemas esenciales del país. 8. LO QUE DEBE HACERSE Reducido a sus términos escuetos, el caso actual del salitre es relativamente simple. No hay dificultad para vender todo lo que podamos producir, siempre que mantenga- mos los precios cercanos a los de la competencia. La bondad del salitre es tal, que soporta un recargo razonable, y el agricultor paga para obtener un artículo mejor. Si se permite que el productor reciba el precio internacional del salitre convertido a un tipo de cambio real, el costo de la producción actual de 1.600.000 toneladas anuales será lo suficientemente económico como para poder colocarla en su totalidad a precios de competencia, con la salvedad for*mulada más adelante respecto del salitre Shanks. Para ello basta q u e el Fisco se l i m i t e a percibir su cuota de participación en las utilidades reales de la industria y abanclone toda idea de seguirla gravando con tributos extraordinarios mediante el tipo de cambio. En otras palabras, el salitre debe recibir el tratamiento mejor que se otorgue a cualquier otro producto de exportación. Las utilidades reales deben calcularse sobre costos también reales, que incluyan todos los ítem verdaderos y efectivos que los integran. Por ejemplo, la actual Ley 5.350 permite recargar el costo industrial en apenas 1.510 dólar por tonelada de salitre. Este tipo mínimo de amortización era explicable c u a n d o el costo de p r o d u c c i ó n no era superior a 110 dólares la t o n e l a d a . L o s costos h a n subido tres veces y la amortización permanece inalterada. Con ese 1.50 dólar, los industriales deben pagar al Fisco, cuando necesitan caliche de las reservas del Estado, el equivalente de más de 2 dólares por tonelada. O sea, que deben completar el precio con sus utilidades y no disponen de un centavo para la amortización de sus costosas instalaciones, sin contar con que las reservas particulares de caliche se agotan y no se renuevan. Es así como ha llegado a estar totalmente desfinanciada una industria que necesita renovarse para sobrevivir. Por lo demás, la desvalorización del dólar a 50% de su poder adquisitivo de antes de la segunda guerra, significa que el valor de reposición de una planta salitrera se ha duplicado, lo que exige otro régimen de amortización. Sobre esta base, simple y sólida, se crearía, sin necesidad de otros estímulos, el clima de confianza necesario para alentar la venida de capitales extranjeros. Estos nuevos capitales permitirían el desarrollo de los estudios y técnicas que aseguraran su inversión eficsz y afortunada. Dentro de pocos años tendríamos una nueva producción e-onómica, que incluiría subprorluctos interesantes y que tal vez podría abrir horizontes insospechados hacia el establecimiento de una industria química pesada. No debe olvidarse que la forma cristalizada en que se presenta el salitre Shanks, tiene cada año menor demanda. Para este tipo de salitre quedan actualmente sólo d o s mercados importantes, Egipto y España, fuera de algunos de América Latina y otros de pequeño volumen. Habría que granularlo para equipsrar su capacidad de competencia con la del producto Guggenheim; pero el costo extra de esta operación complementaria recargaría todavía más sus costos ya muy elevados. Como van las cosas, llegará pronto el momento en que sea difícil mantener un solo "pool" para ambas clases de salitre. Sin el estímulo de una ganancis legítima y amplia, no vendrán esos capitales ni se realizarán estas esperanzas. Estamos, además, en presencia de un tipo de inversiones que debe contemplar un amplio margen para el bienestar obrero. Ningún empresario con ideas grandes y proyectos ambiciosos querrá subordinarlos a la existencia de un nivel de vida obrero deficiente. Así lo demuestran con hechos los empresarios de las más recientes instalaciones salitreras. El trabajo ha .de tener en los planes del futuro un sitio de honor. Merecido, no por la fuerza del numero, sino por la eficiencia individual. Los chilenos debemos reflexionar con seriedad en lo que significaría una crisis total de la industria salitrera. Directamente equivaldría a la paralización casi completa de la vida en las provincias de Tarspacá y Antofagasta. El desierto volvería al desierto. En forma indirecta pero igualmente efectiva, la falta de exportación salitrera privaría al Estado y al país de una gran fuente de divisas y de entradas fiscales considerables, por el concepto de derechos aduaneros y muchos otros capítulos. No exportar salitre equivale a no importar artículos indispensables para la vida del país y no disponer de los dinercs que esas importaciones representan. Hay industrias chilenas fundamentales que obtienen del extranjero la materia prima indispensable gracias a las ventas de salitre. Salvemos, pues, esta industria de tan honda tradición nacional y de tanta importancia para el mantenimiento de nuestros niveles generales de vida. Pero, no hay tiempo que perder. Demasiado se ha perdido ya. Santiago. enero de 1954 ALGUNAS OPINIONES EDITORIALES Zig-Zag. Santiago 16-1-54. EL ULTIMO LLAMADO En una prosa tersa y transparente. con algo de acerado en su flexiblidad y precisión, don Jorge Vida1 resume la historia del salitre y muestra, como podría hacerlo un analista en el laboratorio de biología, el proceso vital de la industria en medio siglo. Con la seguridad de un experto en la materia que trata y experto a la vez e n el uso d e los recursos del idioma. lleva e n derechura a l lector a l fondo del problema, a l que han hecho laberíntico la oratoria y la profusa publicidad de los que han hallado en el salitre una manera tan fácil como irresponsable de medrar políticamente. Nadie que lea ese articulo podrá dejar de considerarse informado acerca de caracteres verdaderos de una cuestión tan discutida. Ningún chileno podría tampoco dejar de compartir l a inquietud del autor por el porvenir de la industria salitrera. ni por las catastróficas consecuencias que tendría para todo Chile la paralización de ella. cosa que sería inevitable si no s e adoptara a s u respecto una política que le permita resistir la competencia de los abonos artificiales, poderosa y tenazmente protegidos por los gobiernos de los países más densom-ontz consumidores d e fertilizantes. El artículo del señor Jorge Vida1 bien podemos calificarlo como el Último liamado, hecho por la voz más autorizada que pudiera exigirse para hablar de estas materias, para atraer la atención y orientar el criterio de los hombres d e Gobierno, los legisladores y la opinión pública acerca de la tragedia del salitre. El Mercurio 11-1-54. SITUACION SALlTRERA Hacía falta un panorama del estado de la industria salitrera. que e n el último período ha atravesado por serias dificultades, derivadas de conflictos obreros y alzas de costos de producción. que a su vez influyen directamente sobre la competencia internacional que tiene que afrontar el nitrato.. Es especialmente interesante el estudio que ha publicado en la prensa D. Jorge Vidal. uno d e los dirigentes máximos de la industria salitrera y personalidad d e indiscutible versación en estos negocios. para revisar con mucha claridad y espíritu sereno los asuntos que s e relacionan con la industria y las probabilidades futuras que ésta tiene en el mercado mundial. La conclusión que s e saca de este examen e s que la industria salitrera. e n la hora actual. tiene que trabajar con máxima eficiencia y con ajuste estricto de sus costos para poder mantener mercados en lucha con el iiitrato sintetico. No caben a esta altura consideraciones de carácter político o romántico, para propiciar el mantenimiento de explotaciones anticuadas o anlieconómicas o introducir métodos inciertos en la producción. La uniformidad de sistema. e n una explotación técnica y rigurosamente comprobada. e s la primera condición para asegurar una línea razonable de costos. Otro aspecto esencial que destaca el estudio que comentamos e s la necesidad d e que el Fisco coordine su interés tributario con las posibilidades . economicos de la industria, para evitar la repetic!Ón de errores que en el pasado ocasionaron una verdadera crisis de estos negocics y que en los últimcs años los han mantenido en situación estacionaria. Se hace la advertencia d e que el mantenimiento de tributos agotadores, a través de impuestos o de cambios diferenciales, puede dar a la caja fiscal entradas transito. rics, pero que a la larga podría significar el aniquilcmiento de !a producción y su retiro de la competencia internacional. El Diario Ilustrado 18-1-54, LA VERDAD SOBRE EL SALITRE Con la autoridad que le d a su indiscutido y profundo conocimiento d e los problemas que afectan la industria salitrera, el señor Jorge Vida1 ha dado a la publicidad un definido informe sobre la situación actual de tan importante rubro de nuestra economía y de l a actitud que, en defensa de este patrimonio nacional, es ineludible adoptar en el futuro inmediato. El señor Vidal, en forma nítida y con acopio de antecedentes fidedignos. ha desvanecido todas y cada unb de las dudas, d e las suspicacias y d e las antojadizas interpretaciones que, en torno a la industria salitrera, s e han tejido últimamente. Surge de este documento, como una conclusión precisa y clara, el deber impoatergable de los Poderes Públicos de revisar su posición frente a 13 industria salitrera, situándola en un plano de justiciú realista y actual. Así lo ha comprendido el extenso sector d e la prensa nacional que. animado de aquella buena voluntad y de aquel criterio honesto y sensato. ha aceptado en sus efectivas proyecciones y aplaudido los buenos propósitos del señor Vidal: pero, deplorablemente, hay que lamentar algunas voces disonantes que, por reiterada y esperada coincidencia, correspon'den a Órgancs de publicidad que no disimulan su decidida afección por el credo comunista. La Unión 29-1-54. EL SALITRE EN 1954 Un positivo servicio a l país significa el estudio d e la situación actual de la industria salitrera que ha entregado a l conocimiento público por medio de la prensa. su autor don Jorge Vidal. La exposición del señor Vida1 s e inspira en el propósito d e informar u los gobernantes y a la opinión e n general sobre la verdadera posición e n que s e encuentra hoy el salitre chileno en los mercados del mundo. Persigue. además, el objetivo de señalar los remedios para las graves dificultades qua lo amenazan en el ámbito interno. junto a l muy necesario d e refutar burdos errores y falsas aseveraciones que últimamente s e han lanzado contra la industria salitrera desde algunos sectores políticos y parlamentarios. La industria del salitre. como todas las demás que forman la estructura básica de la economía d e Chile, no ha podido ni podrá librarse nunca d e ser el objeto de los ataques de aquellos que quieren quebrantarla o destruirla. Es y seguirá siendo el blanco d e las consignas políticas del comunismo internacional, de las pasiones partidistas y de los resentimientos de todo género.