república de colombia

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Sentencia T-002/14
(Bogotá, D.C., enero 13)
DERECHO DE PETICION INTERPUESTO POR RECLUSO-Caso
en que Complejo Penitenciario no resuelve la petición elevada por un
interno dirigida a que se autorice permiso para visitar a hija menor en
centro de reclusión de menores
PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD E INMEDIATEZ EN LA
ACCION DE TUTELA-Requisitos de procedibilidad
RESTRICCION DEL DERECHO A LA UNIDAD FAMILIAR EN
EL CASO DE LOS RECLUSOS
“Entre el grupo de los derechos afectados como consecuencia misma del
aislamiento penitenciario, se encuentra el derecho a la unidad familiar. Así,
la jurisprudencia constitucional lo ha precisado en otras oportunidades: “las
personas privadas de la libertad, representan una de las limitaciones a la
unidad familiar, atendiendo a que la familia se considera una comunidad de
vida y convivencia plena, así el aislamiento de uno de sus miembros, como
infractor de la ley penal, comporta de suyo la correlativa perdida de la
libertad y a su vez afecta de manera inminente la estabilidad de su núcleo
familiar”.
TRASLADO DE INTERNOS POR EL INPEC-Línea jurisprudencial
sobre facultad discrecionalidad para concederlos o negarlos
En reiterada jurisprudencia este Tribunal constitucional ha definido por regla
general que el juez de tutela no puede interferir en las decisiones sobre
traslados, a no ser que observe una arbitrariedad o una vulneración de los
derechos fundamentales del reo. Por otro lado, esta Corte también ha
reconocido que el respeto por el ejercicio de la facultad discrecional del
INPEC en el traslado de presos, debe ceder ante la necesidad de proteger el
interés superior del menor, que por mandato de los artículos 2°, 4° y 44
constitucionales, goza de una especial protección.
DERECHO DE PETICION-Alcance y contenido
La Constitución Política establece en el artículo 23: “Toda persona tiene
derecho a presentar peticiones respetuosas a las autoridades por motivos de
interés general o particular y a obtener pronta resolución”. Así, el derecho
fundamental de petición puede ser entendido en dos dimensiones, por un lado
la facultad de la persona de formular una petición respetuosa ante las
autoridades, y por otra parte, el derecho a recibir de ellas una respuesta
rápida y de fondo. La jurisprudencia de esta Corte ha reiterado que la
respuesta al derecho de petición debe cumplir ciertas condiciones, so pena de
incurrir en una vulneración del mismo, tales requisitos son: “1.
oportunidad 2. Debe resolverse de fondo, clara, precisa y de manera
congruente con lo solicitado 3. Ser puesta en conocimiento del peticionario”.
DERECHO DE PETICION INTERPUESTO POR RECLUSOEjercicio
En relación con el derecho de petición de las personas recluidas en complejos
penitenciarios, esta corporación en síntesis ha sostenido que: “los reclusos
pueden ejercer el derecho de petición, para elevar solicitudes respetuosas a
las autoridades carcelarias y a las demás autoridades. Los condenados- y con
mayor razón los apenas retenidos- pueden dirigir peticiones respetuosas a las
autoridades carcelarias, u a otras entidades, organismos y funcionarios, y
tienen derecho al trámite de las mismas y a su pronta respuesta. No están
excluidos de la garantía del artículo 23 de la Constitución”.
DERECHO DE PETICION DEL INTERNO-Vulneración por
Complejo Penitenciario y Carcelario al no dar respuesta de fondo, clara
y precisa a la solicitud de visitas
DERECHO DE PETICION DEL INTERNO-Orden a Complejo
Penitenciario y Carcelario dar respuesta a la solicitud de traslado
Referencia: expediente T-4.019.553
Fallos de tutela objeto revisión: sentencia del 23 de abril de 2013
del Juzgado Quince Laboral del Circuito de Oralidad de Cali.
Accionante: Martha Aurelia Cortes Buendía actuando en nombre
propio y en representación de su menor hija Geraldine Aguirre
Cortes.
Accionados: Complejo Penitenciario y Carcelario de Jamundi,
Valle del Cauca.
Magistrados de la Sala Segunda de Revisión: Mauricio
González Cuervo, Luís Guillermo Guerrero Pérez y Gabriel
Eduardo Mendoza Martelo.
Magistrado sustanciador: MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO.
I.
ANTECEDENTES
2
1. Demanda de tutela1.
1.1. Derechos fundamentales invocados. Derecho a la familia.
1.2. Conducta que causa la vulneración. La omisión del Complejo
Penitenciario y Carcelario de Jamundi, Valle, de responder y autorizar el
permiso a la accionante para visitar a su menor hija, que se encuentra privada
de la libertad en el Centro de Reclusión de menores Valle de Lili.
1.3. Pretensión. Que se imparta las ordenes pertinentes para que cese la
vulneración o amenazas de sus derechos fundamentales y se ordene al INPEC
realizar todas las gestiones necesarias para que se concreten las visitas
familiares entre madre e hija cada mes, al igual que lo hacen con todas las
visitas conyugales a otras cárceles.
1.2. Fundamentos de la pretensión:
1.2.1. La señora Martha Aurelia Cortes Buendía fue condenada por el Juzgado
Décimo Penal del Circuito de Cali, Valle del Cauca, a 8 años y tres meses de
prisión por el delito de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o
municiones2, en tanto, el Juzgado Noveno Penal Municipal de Cali, Valle del
Cauca, adelanta un proceso contra la misma, por los delitos de concierto para
delinquir, homicidio agravado, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o
municiones, y hurto calificado3.
1.2.2. Indicó la accionante que, mientras ella se encuentra interna en el
Complejo Penitenciario y Carcelario de Jamundi (C.P.C.), Valle del Cauca, su
menor hija Geraldine Aguirre Cortes está detenida hace 20 meses en el Centro
de Reclusión de menores Valle de Lili de Cali, razón por la cual solicitó ante
el Juez Coordinador del Centro de Servicios de esa ciudad autorización para
visitar a su hija, permiso que le fue concedido mediante oficio del 20 de
noviembre de 20124, logrando efectuar la visita el día 30 del mismo mes y
año.
1.2.3 El 27 de marzo de 2013, la accionante presentó derecho de petición ante
la Subdirectora del C.P.C., solicitando que le fuera autorizada la remisión para
ver a su menor hija, señalando que a pesar de que la Juez Coordinadora la
autorizó para ello, hasta el momento solo ha visitado una vez desde el 30 de
noviembre de 2012.
1
Demanda presentada el 11 de abril de 2013. Folio 3. En adelante siempre que se cite un folio se entenderá
que hace parte del cuaderno principal, a menos que se diga expresamente otra cosa.
2
Copia de la Cartilla Biográfica de la interna Cortes Buendía Martha Aurelia, expedida el 16 de abril de 2013
por el asesor jurídico del Complejo Carcelario y Penitenciario de Jamundi- R. mujeres – Regional Occidente.
Folio 19.
3
Ibídem.
4
Copia del Permiso para visitar interna del 20 de noviembre de 2012, expedido por la Juez Coordinadora
Centro de Servicios. Folio 21.
3
1.2.4. Adujo la demandante que lo pertinente es una visita al mes, ya que su
hija igual que ella necesita tener contacto para que no se pierdan los lazos
familiares y eso hace parte de su resocialización. Por último, agregó que el
documento autorizado por el Juez dice que debe ser trasladada en remisión en
los días de visita cuando lo requiera.
2. Respuesta de la entidad accionada.
2.1. Complejo Carcelario y Penitenciario de Jamundi, Valle del Cauca.
La Directora de este centro carcelario reseñó la situación jurídica de la
accionante, luego se pronunció sobre el permiso solicitado por la interna para
visitar a su hija menor de edad, indicando que le fue otorgado el 20 de
noviembre de 2012 por la Juez Coordinadora Centro de Servicios de los
juzgados penales de Cali, autoridad que era competente para hacerlo por la
condición de sindicada dentro del proceso. No obstante, señaló que una vez
condenada la accionante, le corresponde al INPEC resolver sobre el traslado
de los internos condenados a los diferentes centros de reclusión del país
(artículo 73 de la Ley 65 de 1993).
Manifestó que para poder trasladar a la interna para que vea a su hija, se
requiere de un oficio mediante el cual se solicite su remisión con todas las
medidas de seguridad, y que hasta tanto ese oficio no se allegue hasta la
oficina jurídica no se puede ordenar el desplazamiento de la accionante.
Asimismo, informó que debido a la gravedad de los delitos cometidos por la
accionante, es necesario solicitar escolta y personal de guardia, para garantizar
la seguridad de la interna y del personal que la acompaña.
Finalmente, recomienda que sea el Centro de Reclusión Valle de Lili, quien
traslade a la menor hasta el centro penitenciario para ver a su madre. En ese
sentido, señaló que el programa de familia como parte del tratamiento
penitenciario, ofrecido a la población privada de la libertad, tiene por objeto
mantener la unidad familiar, por lo tanto, es apropiado que se propicien
espacios en sus instalaciones de encuentro entre madre e hijo. Informó que
muestra de ello, es el programa menor de 0-3 años, que funciona en su recinto
y que está respaldado por el ICBF, denominado “centro infantil de atención
integral gotitas de amor”5.
3. Decisión de tutela objeto de revisión:
5
Indicó el Centro Carcelario y Penitenciario de Jamundi, Valle, que el programa “centro infantil de atención
integral gotitas de amor” está destinado para hijos de internas que conviven con sus madres al interior del
establecimiento, además que, está respaldado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF- ,
mediante el convenio 183 de 2003, contando actualmente con 19 menores viviendo a diario en sus
instalaciones.
4
3.1. Sentencia de Única instancia del Juzgado Quince Laboral del
Circuito de Oralidad de Cali del 23 de abril de 2013.
El a quo negó por improcedente la acción de tutela, argumentando que las
razones expuestas por la entidad accionada resultan de recibo para su
acogimiento, ya que no puede desconocerse que debido a la peligrosidad que
representa la interna, para su traslado hasta el sitio donde se encuentra recluida
su hija, se requiere de “(…) un despliegue operativo de seguridad, (…) que
impactaría la psiquis de su hija, y en lugar de contribuir a un encuentro sano
y edificante, ocasionaría el rechazo, temores y miedos de la menor, hacia las
condiciones imperantes que circundan a su señora madre”. Además,
consideró que la entidad accionada cuenta con programas que ofrecen las
garantías suficientes, con lugares apropiados para que tanto la menor como la
madre puedan tener un reencuentro adecuado.
II. CONSIDERACIONES.
1. Competencia.
La Corte Constitucional es competente para revisar las decisiones judiciales
mencionadas, con base en la Constitución Política -artículos 86 y 241.9- y lo
desarrollado en el Decreto 2591 de 1991 -artículos 31 a 36.6
2. Procedencia de la demanda de tutela7.
2.1. Alegación de afectación de derecho fundamental. La accionante alega
que el complejo penitenciario accionado vulneró su derecho a la familia y el
de su hija menor que se encuentra recluida en un centro de reclusión. No
obstante, advierte la Sala de los hechos probados en el expediente, que además
del derecho invocado, se puede configurar la trasgresión del derecho
fundamental de petición, como se procederá a exponer más adelante.
2.2. Legitimación activa. La titular de los derechos que fueron presuntamente
vulnerados con la actuación de la entidad demandada, presentó la demanda de
tutela de forma directa, y a su vez en representación de su hija menor (C.P. art.
86º, Decreto 2591/91 art. 1º y art.10°).
2.3. Legitimación pasiva. La accionante interpone la solicitud de amparo en
contra del Consejo Penitenciario y Carcelario de Jamundí, Valle del Cauca, es
decir, una entidad de carácter público contra el cual la acción de tutela es
procedente (CP, art. 86º; D 2591/91, art. 5°).
6
En Auto del veintinueve (29) de agosto de 2013 de la Sala de Selección de tutela No. 8 de la Corte
Constitucional, se dispuso la revisión de la providencia en cuestión y se procedió a su reparto.
7
Constitución Política, artículo 86.
5
2.4. Inmediatez. Es un requisito para la procedibilidad de la acción, el que
ésta sea interpuesta en forma oportuna, es decir que se realice dentro de un
plazo razonable8, toda vez que busca la protección inmediata de los derechos
fundamentales, frente a su vulneración o amenaza, debiéndose presentar de
esta forma dentro de un ámbito temporal razonable desde la ocurrencia de la
misma. En este caso, la demanda de tutela fue presentada9 aproximadamente
quince días después de que la accionante presentara la solicitud de remisión
para visitar a su hija menor ante la entidad accionada10, sin que a la fecha de la
presentación de la solicitud de amparo, la entidad accionada hubiera resuelto
algo sobre las visitas solicitadas. Por lo tanto, la Sala considera que el término
señalado es razonable para el ejercicio de la acción.
2.5. Subsidiariedad. El artículo 86 Superior establece que la acción de tutela
puede ser interpuesta por cualquier persona para reclamar ante los jueces la
protección inmediata de sus derechos fundamentales, que hayan sido
vulnerados o amenazados por las actuaciones de una autoridad pública,
siempre y cuando no disponga de otro medio judicial de defensa para hacerlo,
o que en caso de existir ese medio el mismo resulte ineficaz por la existencia
de un perjuicio irremediable.
Tratándose de traslado de presos, la jurisprudencia constitucional ha sostenido
que el juez de tutela no puede interferir en estos conflictos, porque la acción
de nulidad y restablecimiento del derecho es la acción procedente para atacar
la actuación. Sin embargo, excepcionalmente ha considerado que este podrá
intervenir cuando observe una arbitrariedad o una vulneración de los derechos
fundamentales del reo. En el presente caso, estima la Sala que la acción de
tutela resulta procedente, bajo el entendido que obligar a la accionante a acudir
a los mecanismos ordinarios de defensa judicial puede resultar una carga
desproporcionada de cara a la posible vulneración del derecho fundamental a
la familia, que involucra no solo a la demandante, sino a su menor hija, que se
encuentra también privada de la libertad en un centro de reclusión.
3. Problema jurídico.
8
De conformidad con la Sentencia SU-961 de 1999: “(…) la razonabilidad de este plazo está determinada por
la finalidad misma de la tutela, que debe ser ponderada en cada caso concreto. De acuerdo con los hechos,
entonces, el juez está encargado de establecer si la tutela se interpuso dentro de un tiempo prudencial y
adecuado, de tal modo que no se vulneren derechos de terceros. Si bien el término para interponer la acción de
tutela no es susceptible de establecerse de antemano de manera afirmativa, el juez está en la obligación de
verificar cuándo ésta no se ha interpuesto de manera razonable, impidiendo que se convierta en factor de
inseguridad, que de alguna forma afecte los derechos fundamentales de terceros, o que desnaturalice la
acción. En jurisprudencia reiterada, la Corte ha determinado que la acción de tutela se caracteriza por su
‘inmediatez’. (...) Si el elemento de la inmediatez es consustancial a la protección que la acción brinda a los
derechos de los ciudadanos, ello implica que debe ejercerse de conformidad con tal naturaleza. Esta
condiciona su ejercicio a través de un deber correlativo: la interposición oportuna y justa de la acción.”
9
Escrito de tutela y sello de recibido en la Oficina Judicial de Cali el 11 de abril de 2013. Folios 1 a 3.
10
Derecho de petición con fecha del 27 de marzo de 2013 presentado por Martha Aurelia Cortes Buendía
ante la Subdirectora del Complejo Carcelario, escrito que tiene fecha de recibido del 27 de marzo del mismo
año. Folio11.
6
La Corte determinará si ¿fueron vulnerados los derechos fundamentales de
petición y a la unidad familiar de la señora Martha Aurelia Cortes Buendía y
de su hija menor Geraldine Aguirre Cortes, por la omisión del Consejo
Penitenciario y Carcelario de Jamundi, Valle, de responder y autorizar
oportunamente la remisión solicitada por la actora para visitar a su hija menor,
que se encuentra interna en el Centro de Reclusión Valle de Lili?
4. Derechos restringidos de los reclusos, especial énfasis en el derecho a la
unidad familiar.
Las personas privadas de la libertad en complejos penitenciarios se encuentran
en un estado de especial sujeción al Estado, lo que trae como consecuencia
una afectación justificada de sus derechos fundamentales. Los regímenes
disciplinario y administrativo que reglamentan la permanencia del reo en estos
establecimientos, le impone ciertos límites a sus derechos, como medida
necesaria para contribuir con su proceso de resocialización.
Asimismo, en razón a ese grado importante de sujeción a las directrices de la
autoridad penitenciaria, las personas privadas de la libertad se encuentran en
una situación de especial vulnerabilidad que impone al Estado actuar como
garante de los derechos que son reconocidos por la Constitución y la ley.
Entre el grupo de los derechos afectados como consecuencia misma del
aislamiento penitenciario, se encuentra el derecho a la unidad familiar. Así, la
jurisprudencia constitucional lo ha precisado en otras oportunidades: “las
personas privadas de la libertad, representan una de las limitaciones a la
unidad familiar, atendiendo a que la familia se considera una comunidad de
vida y convivencia plena, así el aislamiento de uno de sus miembros, como
infractor de la ley penal, comporta de suyo la correlativa perdida de la
libertad y a su vez afecta de manera inminente la estabilidad de su núcleo
familiar”11.
No obstante, sin perjuicio de la restricción justificada del derecho a la unidad
familiar, le corresponde al Estado, como garante de los derechos que el reo no
puede ejercer plenamente por su condición, procurar por el mantenimiento de
los vínculos filiales, facilitando en la medida de lo posible la participación del
recluso con su familia y el contacto permanente con la misma, para contribuir
con el proceso de rehabilitación, y de esta manera alcanzar una
reincorporación menos traumática a la vida fuera del establecimiento
carcelario12.
11
Corte Constitucional sentencia T-274 de 2005, reiterada por la sentencia T-844 de 2009.
Al respecto, esta Corte en la Sentencia T-274 de 2005 consideró que: “Para esta Corporación, la
importancia que reviste la presencia activa de la familia durante el periodo de reclusión de las personas
condenadas es indudable. Motivos de índole jurídica, psíquica y afectiva así lo indican. Entre ellas, si no la
más inmediata, sí una de las más relevantes, es la presencia de vínculos afectivos luego de superada la etapa
de aislamiento que permita la materialización del principio de solidaridad respecto de la persona que ha
recobrado la libertad. La admisibilidad de este postulado encuentra respaldo en el argumento normativo que
12
7
Muestra de ese propósito, son las medidas previstas en la Ley 65 de 1993
“Código Penitenciario y Carcelario” encaminadas a afianzar los lazos
familiares entre la persona que permanece en el centro carcelario y la familia
que lo espera fuera del mismo. En el artículo 112 de esta ley se establece el
régimen de visitas que reconoce el derecho de los sindicados y de los
condenados a recibir visitas de sus familiares y amigos, siempre y cuando se
sometan a las normas de seguridad y disciplina establecidas en el respectivo
centro de reclusión, las cuales están reguladas en el reglamento general, que
para este caso sería el Acuerdo 011 de 1995 “Por el cual se expide el
Reglamento General al cual se sujetarán los reglamentos internos de los
Establecimientos Penitenciarios y Carcelarios”.
Tal acuerdo, en el artículo 26 reglamentó el derecho que tiene el recluso a
recibir visitas y además la frecuencia con que recibirá las mismas. En el
numeral 1 de este artículo se definió que los días sábados se recibirán las
visitas masculinas, y los domingos las femeninas, aclarando en el numeral 4
que en todo caso las visitas se producirán en locutorios acondicionados para
tal efecto.
De la revisión de diversas acciones de tutela, la Corte ha identificado ciertas
circunstancias que no permiten la presencia permanente de la familia en el
proceso de resocialización del reo. El caso más común ocurre cuando la
residencia de la familia está muy distante del centro penitenciario en el que
está recluido su familiar, lo que dificulta la posibilidad de que lo visiten
regularmente. Es ahí donde surge la tensión entre el derecho a la unidad
familiar y la facultad del INPEC de autorizar el traslado del interno a un
centro más cercano.
4.1. La facultad del Instituto Penitenciario y Carcelario -INPEC- para
realizar el traslado de internos. Reiteración de jurisprudencia.
En armonía con lo señalado en el acápite anterior, es preciso recordar que le
corresponde al Estado, a través del Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario- INPEC-, disponer sobre el traslado de los internos de un
establecimiento a otro, decisión que de acuerdo con el artículo 73 de la Ley 65
de 1993, será propia, motivada o por solicitud formulada ante esta entidad.
se desprende del sistema progresivo penitenciario, que cuenta entre sus supuestos el de la presencia de la
familia en el proceso de resocialización del interno.
9. Igualmente, el concurso de la familia para adelantar un proceso exitoso de resocialización está
fuertemente vinculado con la eficacia de otros derechos fundamentales del recluso. La posibilidad de
mantener comunicación oral y escrita con personas fuera del penal, de conservar una vida sexual activa
permitirán, las más de las veces, una reincorporación menos traumática al mundo de la vida fuera de la
cárcel. Lo anterior está además asociado con las garantías básicas de la dignidad humana, la libertad y la
intimidad personal (estas últimas con sus obvias limitaciones) (...)”.
8
Esta Corte a partir de la sentencia C-394 de 199513 ha sostenido que si bien la
facultad de traslado de los reclusos es discrecional, la misma debe ejercerse
dentro de los límites de la razonabilidad y del buen servicio de la
administración, para evitar de esta manera cualquier tipo de arbitrariedad. Por
ello, en reiterada jurisprudencia14 este Tribunal constitucional ha definido por
regla general que el juez de tutela no puede interferir en las decisiones sobre
traslados, a no ser que observe una arbitrariedad o una vulneración de los
derechos fundamentales del reo.
Por otro lado, esta Corte también ha reconocido que el respeto por el ejercicio
de la facultad discrecional del INPEC en el traslado de presos, debe ceder ante
la necesidad de proteger el interés superior del menor, que por mandato de los
artículos 2°, 4° y 44 constitucionales, goza de una especial protección. Así lo
estableció en las sentencias T-1275 del 2005, T-566 del 2007 y T-435 del
2009.
A manera de conclusión, es claro entonces que por regla general la acción de
tutela no es el mecanismo idóneo para atacar los actos de las autoridades
carcelarias que disponen el traslado de presos, sin embargo,
excepcionalmente, cuando se encuentra de por medio el interés superior de un
menor de edad, la autoridad carcelaria debe estudiar de fondo la solicitud para
adoptar la decisión que mejor proteja los derechos fundamentales del menor,
ya que en caso contrario, será el juez de tutela quien analice la razonabilidad
de la medida.
4. Alcance y contenido del derecho fundamental de petición. Reiteración
de jurisprudencia.
4.1. La Constitución Política establece en el artículo 23: “Toda persona tiene
derecho a presentar peticiones respetuosas a las autoridades por motivos de
interés general o particular y a obtener pronta resolución”. Así, el derecho
fundamental de petición puede ser entendido en dos dimensiones, por un lado
la facultad de la persona de formular una petición respetuosa ante las
autoridades, y por otra parte, el derecho a recibir de ellas una respuesta rápida
y de fondo.
4.2. La jurisprudencia de esta Corte ha reiterado que la respuesta al derecho de
petición debe cumplir ciertas condiciones, so pena de incurrir en una
13
En la sentencia C-394 de 1995, la Corte juzgó la constitucionalidad de los artículos 72, 73 y 77, entre otros,
de la Ley 65 de 1993, referidos a la determinación del lugar para purgar la pena y a la facultad del INPEC de
trasladar a los reclusos. La Corte declaró la exequibilidad de estos artículos y manifestó al respecto: “El
inciso segundo del artículo 16, será declarado exequible, por cuanto, como ya se ha dicho, el director del
INPEC puede ordenar traslados en circunstancias especiales, teniendo en cuenta que el caso del inciso sub
lite siempre remite a las necesidades. No es el capricho del director, sino las necesidades las que determinan
que opere una facultad que perfectamente puede otorgar la ley”.
14
Al respecto se puede consultar las sentencias de la Corte Constitucional T-1168 del 2003, T- 439 del 2006,
T-537 del 2007 y T-894 del 2007, entre otras.
9
vulneración del mismo, tales requisitos son: “1. oportunidad15 2. Debe
resolverse de fondo, clara, precisa y de manera congruente con lo solicitado16
3. Ser puesta en conocimiento del peticionario17”.
De lo anterior, se deriva que el incumplimiento de alguno de los requisitos
mencionados conlleva a la vulneración del derecho fundamental de petición,
lo que impide al ciudadano obtener respuesta efectiva al requerimiento que
presentó ante la entidad, que en la mayoría de los casos busca el
reconocimiento de otro derecho ya sea de rango legal o constitucional. En ese
orden, es claro que dadas las particularidades del caso concreto, la respuesta
errada o la omisión de respuesta a una petición representa el desconocimiento
o vulneración del derecho que pretende alcanzar el solicitante al elevar ante la
autoridad competente la petición.
En relación con el derecho de petición de las personas recluidas en complejos
penitenciarios, esta corporación en síntesis ha sostenido que: “los reclusos
pueden ejercer el derecho de petición, para elevar solicitudes respetuosas a
las autoridades carcelarias y a las demás autoridades. Los condenados- y con
mayor razón los apenas retenidos- pueden dirigir peticiones respetuosas a las
autoridades carcelarias, u a otras entidades, organismos y funcionarios, y
tienen derecho al trámite de las mismas y a su pronta respuesta. No están
excluidos de la garantía del artículo 23 de la Constitución”18.
A manera de conclusión, el derecho fundamental de petición se refiere a la
facultad de presentar solicitudes respetuosas ante entidades públicas y
privadas. Asimismo, la potestad de reclamar una respuesta oportuna,
completa, clara, de fondo y precisa respeto al asunto solicitado, sin importar
que dicha respuesta sea favorable o no a los intereses del peticionario. Por lo
anterior, cabe precisar que la administración vulnera el derecho fundamental
de petición cuando no cumple con los presupuestos fijados por la
jurisprudencia constitucional para dar respuesta al mismo, conducta a partir de
la cual, dependiendo del caso, vulnera otros derechos que están inmersos en la
solicitud elevada ante la administración.
5. Caso concreto.
15
Sobre la oportunidad, por regla general se aplica lo dispuesto en el Código Contencioso Administrativo que
establece que en el caso de peticiones de carácter particular la administración tiene un plazo de 15 días para
responder, salvo que por la naturaleza del asunto se requiera un tiempo mayor para resolver, caso en el cual la
administración tiene la carga de informar al peticionario dentro del término de los 15 días, cuánto le tomará
resolver el asunto y el plazo que necesita para hacerlo.
16
En la sentencia T- 400 de 2008 respecto a la necesidad de una respuesta de fondo, la Corte reiteró que “[l]a
respuesta de la Administración debe resolver el asunto, no admitiéndose en consecuencia respuestas evasivas,
o la simple afirmación de que el asunto se encuentra en revisión o en trámite”.
17
Corte Constitucional Sentencia T-400 de 2008.
18
Corte Constitucional sentencia T-1171 de 2001, reiterado en la sentencia T-266 de 2013.
10
La señora Martha Aurelia Cortes Buendía, interna en el Complejo
Penitenciario y Carcelario de Jamundi, Valle del Cauca, interpuso acción de
tutela en nombre propio y en representación de su hija menor Geraldine
Aguirre Cortes, para solicitar la protección de su derecho fundamental a la
familia, el cual presuntamente vulneró el complejo penitenciario referido, al
omitir dar respuesta a la remisión solicitada por la accionante para visitar a su
hija menor, quien se encuentra interna en el Centro de Reclusión Valle de Lili.
Es pertinente aclarar que, a pesar de que en la solicitud de tutela la accionante
solo pidió la protección del derecho a la familia, de los elementos aportados y
los hechos probados, puede deducirse sin lugar a dudas que, la presunta
vulneración del derecho invocado se ocasionó supuestamente por la falta de
respuesta del derecho fundamental de petición presentado ante la entidad
accionada el 27 de marzo de 2013, mediante el cual se solicitó la autorización
de remisión para visitar a su hija menor en el centro de reclusión donde está
interna. Por esa razón, el análisis del caso se centrará en determinar si la
entidad accionada vulneró de forma directa el derecho de petición y por
consiguiente el derecho a la unidad familiar tanto de la accionante como de su
hija menor.
De las pruebas que obran en el expediente, la Sala observa que la entidad
accionada no vulneró el componente de oportunidad del derecho de petición
elevado por la señora Cortes Buendía, por cuanto, al momento de la
interposición de la acción de tutela, 11 de abril de 2013, aún se encontraba
pendiente el término legal de los 15 días para dar respuesta a la solicitud, la
cual fue recibida por la entidad el 27 de marzo de 2013.
No obstante, de la contestación de la acción de tutela presentada por el
Complejo Penitenciario y Carcelario, advierte la Sala que hubo un
desconocimiento del derecho de petición de la accionante en lo relacionado
con la respuesta de fondo, clara, precisa y congruente que tenía que haberle
entregado la entidad.
Observa la Sala que, a pesar de que la entidad accionada reconoció que en el
pasado la accionante fue autorizada por la juez coordinadora de servicios
juzgados penales de Cali, para visitar a su hija donde esta se encuentra
recluida, y asimismo que dicha visita se llevó a cabo con la participación de la
directora en ese entonces de la cárcel de Jamundi; la misma entidad se limitó a
afirmar que una vez condenada la actora la facultad para ordenar el traslado se
radica en cabeza del INPEC, y que “(…) para poder trasladar a la
mencionada interna hasta el Centro de Reclusión de menores Valle de Lili con
el fin de visitar a su hija menor de edad (…) se requiere de un oficio mediante
el cual se solicite se traslade a la interna [accionante] con todas las medidas
de seguridad. Que hasta tanto el oficio no se allegue hasta la oficina de
jurídica no se podría trasladar puesto que no existe orden que lo amerite”.
11
En esos términos la entidad, indicó que la peticionaria debe agotar un
procedimiento administrativo ante la entidad, porque el permiso que en su
momento le concedió la juez mencionada, no es válido por la condición de
condenada que ahora ostenta. Al respecto, estima la Sala que si bien dicha
información es cierta, también es imprecisa e incompleta, en tanto no existe
referencia alguna en la contestación de la entidad sobre la respuesta y el
trámite que se le dio a la solicitud de remisión o traslado elevada por la
accionante el 27 de marzo de 201319, ante la Subdirectora del Centro
Penitenciario y Carcelario Cojam mujeres de Jamundi.
De esta manera, considera la Sala que esa conducta comporta una vulneración
del derecho fundamental de petición de la señora Cortes Buendía, y por
consiguiente, del derecho a la unidad familiar de la misma y de su hija menor,
bajo el entendido que al no iniciar el trámite correspondiente para obtener el
oficio que ordene el traslado de la interna, suspendió el ejercicio del derecho a
la familia de la interna, desconociendo que ese derecho a pesar de estar
restringido por su condición de encierro, debe ser garantizado por el complejo
carcelario en razón a la sujeción especial y estado de vulnerabilidad en el que
se encuentran las personas privadas de la libertad.
Por las anteriores razones, la Sala considera que el derecho fundamental de
petición de la accionante no fue resuelto de fondo, ni de manera clara y
precisa, razón por la cual resulta necesario amparar este derecho y en
consecuencia ordenar que se dé respuesta y tramite a la petición.
Para ello, la Sala quiere traer a colación las consideraciones expuestas sobre el
derecho a la unidad familiar y la facultad discrecional del INPEC para ordenar
el traslado de presos, con el propósito de advertirle al Complejo Penitenciario
y Carcelario de Jamundi, Valle del Cauca, que la solicitud de remisión o
traslado objeto de estudio, deberá ser respondida en ejercicio de la
discrecionalidad que le reconoce la ley, pero de forma proporcional y
razonable, atendiendo los derechos fundamentales a la unidad familiar y los
intereses superiores de la menor de edad, que se encuentra interna en un centro
de reclusión.
Por consiguiente, la respuesta a la solicitud deberá estar fundamentada en las
normas constitucionales y legales que promueven el derecho a la unidad
familiar, garantizando que los encuentros entre madre e hija se realicen con la
frecuencia dispuesta en los reglamentos internos del establecimiento carcelario
y siguiendo las medidas de seguridad que para su caso sean necesarias. Unido
a ello, si la entidad dentro del estudio juicioso de la solicitud de traslado de la
accionante, llegaré a determinar que el mecanismo más idóneo para mantener
la unidad familiar es el traslado de la menor hasta el centro carcelario de
Jamundi, deberá en cumplimiento de su deber de garante de los derechos de la
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Folio 11.
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interna, adelantar las gestiones que sean necesarias para informar de esta
situación al Centro de reclusión Valle de Lili, y coordinar con la misma, la
periocidad de las visitas y los parámetros en los que se surtirán.
En virtud de lo anterior, la Sala revocará la sentencia del Juzgado Quince
Laboral del Circuito de Oralidad de Cali del 23 de abril de 2013, que negó por
improcedente la acción de tutela propuesta por la señora Martha Aurelia
Cortes Buendía, y en su lugar, tutelará el derecho fundamental de petición y
unidad familiar de la accionante y de su hija menor Geraldine Aguirre Cortes.
6. Razón de la decisión.
6.1. Síntesis del caso.
La señora Martha Aurelia Cortes Buendia le atribuye al Complejo
Penitenciario y Carcelario de Jamundi, Valle del Cauca, la vulneración del
derecho fundamental a la familia, como consecuencia de la falta de respuesta
al derecho de petición presentado el 27 de marzo de 2013, por medio del cual
solicitó la remisión para visitar a su hija menor, quien se encuentra interna en
el Centro de Reclusión Valle de Lili. De conformidad con los elementos
fácticos y probatorios del caso concreto, la Sala considera que la entidad
accionada vulneró el derecho fundamental de petición y el derecho a la
unidad familiar de la accionante y de su hija menor, al no dar respuesta de
fondo, clara y precisa a la solicitud de visitas.
6.2. Regla de la decisión.
Se vulnera el derecho fundamental de petición cuando la entidad no cumple
con cualquiera de los componentes que hacen parte del núcleo esencial del
mismo, a saber: “1. oportunidad 2. Debe resolverse de fondo, clara, precisa y
de manera congruente con lo solicitado 3. Ser puesta en conocimiento del
peticionario”.
Por regla general el juez de tutela no puede interferir en las decisiones sobre
traslados de presos, en razón a la facultad discrecional del INPEC en esa
materia, sin embargo, la protección del interés superior del menor, es una de
las excepciones contempladas por la jurisprudencia, para que la autoridad
carcelaria estudie de fondo la solicitud de traslado con el fin de que adopte la
decisión que mejor proteja los derechos fundamentales del menor, ya que, en
caso contrario, será el juez de tutela quien analice la razonabilidad de la
medida.
III. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Sala de Revisión de la Corte Constitucional,
administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la
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Constitución,
RESUELVE:
Primero.- REVOCAR la sentencia del Juzgado Quince Laboral del Circuito
de Oralidad de Cali del 23 de abril de 2013, que negó por improcedente la
acción de tutela propuesta por la señora Martha Aurelia Cortes Buendía, y en
su lugar, TUTELAR el derecho fundamental de petición y a la unidad familiar
de la accionante y de su hija menor Geraldine Aguirre Cortes.
Segundo.- ORDENAR al Complejo Penitenciario y Carcelario de Jamundi,
Valle del Cauca, que si aún no lo ha realizado, dentro del término máximo de
las cuarenta y ocho horas (48) horas contadas a partir de la notificación de esta
sentencia den respuesta a la solicitud de traslado presentada por la señora
Martha Aurelia Cortes Buendía, siguiendo los lineamientos de esta sentencia y
atendiendo el procedimiento que señala la ley para estos casos.
Tercero.- LÍBRESE por Secretaría General la comunicación prevista en el
artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.
Cópiese, notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte
Constitucional y cúmplase.
MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO
Magistrado
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
Magistrado
GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO.
Magistrado
MARTHA VICTORIA SÁCHICA MENDEZ
Secretaria General
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