DISCURSO DÍA DE LA CONSTITUCIÓN Mahón, 06/12/2013 Molt Honorable President del Consell Insular de Menorca, Ilustrísima Alcaldesa de Mahón, Excelentísimas e ilustrísimas autoridades civiles, militares y eclesiásticas, Miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Señoras y señores… En primer lugar, quiero agradeceros vuestra presencia en este acto tan significativo para todos nosotros como es la celebración del Día de la Constitución Española de 1978, del que hoy conmemoramos su trigésimo quinto aniversario. Constitución, a la que año tras año seguimos homenajeando, porque supuso un punto de inflexión en nuestra historia; fue la primera vez en que todos nos pusimos de acuerdo, algo que parece sencillo, pero que supuso la renuncia a imponer cada uno su criterio, se subordinó el beneficio de unos pocos al interés de todos. Por primera vez en la historia de España, ésta no es la constitución de unos, es la Constitución de todos, la que más largo periodo de prosperidad y paz ha generado. Ese principio es algo que ni podemos ni debemos olvidar. Con su promulgación, la sociedad española comenzó una nueva andadura, olvidó tiempos pasados, y miró al futuro con optimismo, realizando reformas de toda índole para conseguir un estado moderno, a la altura de los de nuestro entorno, de espíritu europeo. Los españoles apostamos entonces por un estado descentralizado y construimos el estado de las autonomías, al considerar que era el modelo más plural, más idóneo y más seguro para garantizar el futuro de la convivencia social. Y así quedo definido en el artículo 2 de nuestra Carta Magna: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los Españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Su Majestad el Rey ha manifestado en reiteradas ocasiones que: “Unidad y diversidad se vertebran en nuestra democracia como conceptos que nos definen y que, debidamente integrados en el marco constitucional que nos hemos dado, nos han permitido y nos permiten progresar como gran Nación”. La Constitución nació desde la igualdad de todos los pueblos que integran España. Hoy, ese espíritu de consenso que nos llevó a alcanzar esos grandes retos, que nos puso en el lugar que nos correspondía en Europa, se ve amenazado por los que sienten la necesidad de emprender un camino por su cuenta. Aluden, quienes así piensan, a interpretaciones partidistas y erróneas de nuestra historia, y se olvidan de que lo que nos ha hecho fuertes a largo de estos años, lo que nos ha permitido ganarnos prestigio y reconocimiento internacional es fruto de la unión de todos los españoles. Como dijo el ilustre pensador Ortega y Gasset, “La unidad es un aparato formidable por sí mismo, y aun siendo muy débil quien lo maneja, hace posible las grandes empresas”. Debemos tener presente que gracias a esta unidad, al esfuerzo y sacrificio de todos, a quienes en tiempos difíciles tienden puentes y buscan soluciones en forma de voluntariado, más de 7.000 en Baleares, con ayudas sociales altruistas o simplemente mediando entre conflictos, que pasan a veces desapercibidos, pero quiero que hoy reciban mi reconocimiento y -creo- el de toda la sociedad, pues hacen suyo el espíritu de solidaridad que emana la Constitución. Sé que hacen más ruido quienes generan confrontación y desánimo, pero, gracias a esta unidad y solidaridad estamos superando la crisis que nos azota desde hace unos años y, a juzgar por los indicios que comienzan a percibirse, parece que empieza a remitir. En mi toma de posesión dije que venía a servir; servir a la sociedad menorquina desde este puesto de responsabilidad. He intentado desde entonces estar atento a las preocupaciones de todos y espero haberlo conseguido. Pero hoy vuelvo a reiterar mi disponibilidad. Hemos de mirar al futuro, fijar nuevos retos que generen la ilusión de la sociedad española, y en particular de nuestra juventud. Tenemos la obligación de sumar todas nuestras energías en seguir construyendo una sociedad mejor y más justa y para ello es fundamental la creación de empleo. Ese debe de ser el compromiso de todos los que dirigimos los derroteros de España, cada uno desde su nivel –prominente o modesto- de responsabilidad, y no aventurarnos en empresas que beneficien a unos pocos en detrimento de la mayoría. Los responsables políticos no podemos perdernos en debates estériles, que sabemos no conducen a nada más que a la desesperanza y al desánimo de todos los ciudadanos. Una vez más, quiero destacar la vocación y buen trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Menorca ofrece altos índices de seguridad. Quizá no percibamos su importancia porque nos sentimos seguros, pero la seguridad es un concepto vital, no sólo para nuestras vidas sino también para dar confianza a quienes nos visitan, a quienes nos quieren desde otros puntos de España o del extranjero y comparten parte de su vida entre nosotros. Quiero terminar recordando lo que hace unos días transmití a los representantes sindicales: debemos mirar al futuro con optimismo, confiando en que las medidas que se han adoptado nos permitirán ver pronto la recuperación económica, el sacrificio ha sido muy grande pero habrá merecido la pena. Muchas gracias.