Leyes de velocidad y estequiometría Para calcular el tiempo que toma alcanzar una conversión dada X en un sistema por lotes, o para calcular el volumen de reactor necesario para alcanzar una conversión X en un sistema de flujo, necesitamos conocer la velocidad de reacción en función de la conversión. Explicaremos cómo obtener esa dependencia funcional. Primero presentaremos una breve exposición de lacinética química, haciendo hincapié en definiciones, que ilustra la forma en que la velocidad de reacción depende de las concentraciones de las especies que reaccionan. Esta exposición va seguida de instrucciones para convertir la ley de velocidad de reacción, de la dependencia de la concentración a una dependencia de la conversión. Una vez determinada esta dependencia, podemos diseñar varios sistemas de reacción isotérmicos. Definiciones básicas En una reacción homogénea sólo interviene una fase. En una reacción heterogénea interviene más de una fase, y la reacción se efectúa en la interfaz entre las fases, o muy cerca de ella. Una reacción irreversible avanza en una sola dirección y continúa en esa dirección hasta que se agotan los reactivos. Unareacción reversible, en cambio, puede avanzar en cualquiera de las dos direcciones, dependiendo de las concentraciones de los reactivos y productos en relación con las concentraciones de equilibrio correspondientes. Una reacción irreversible se comporta como si no existiera una condición de equilibrio. En términos estrictos, ninguna reacción química es totalmente irreversible, pero en muchas reacciones el punto de equilibrio está tan lejos a la derecha que se tratan como reacciones irreversibles. La constante de velocidad de reacción En las reacciones químicas que consideramos en los siguientes párrafos, tomamos como base de cálculo la especie A, que es uno de los reactivos que está desapareciendo como resultado de la reacción. Se suele escoger el reactivo limitante como base de cálculo. La velocidad de desaparición de A, -rA, depende de la temperatura y la composición, y en el caso de muchas reacciones se puede escribir como el producto de una constante de velocidad de reacción k y una función de las concentraciones (actividades) de las diversas especies que participan en la reacción: (1) La ecuación algebraica que relaciona -rA con las concentraciones de las especies se denomina expresión cinética o ley de velocidad. La velocidad de reacción específica, kA, al igual que la velocidad de reacción, -rA, siempre se toma con referencia a una especie dada de las reacciones y normalmente debe llevar el subíndice correspondiente a esa especie, el signo es negativo dado que el reactivo esta desapareciendo. La constante de velocidad de reacción k no es una verdadera constante; sólo es independiente de las concentraciones de las especies que intervienen en la reacción. La cantidad k también se conoce como “(constante) de velocidad de reacción específica”, y casi siempre depende marcadamente de la temperatura; en reacciones en fase gaseosa también depende del catalizador y podría ser función de la presión total, y además puede depender de otros parámetros, como concentración iónica y disolvente. Estas otras variables por lo regular tienen un efecto mucho menor que el de la temperatura sobre la velocidad de reacción específica, así que para los fines de nuestra presentación supondremos que kA sólo depende de la temperatura. Este supuesto es válido en la mayor parte de las reacciones de laboratorio e industriales, y ha funcionado de forma muy aceptable. Fue el gran químico sueco Arrhenius quien primero sugirió que la dependencia de la velocidad de reacción específica, kA, respecto a la temperatura se podía correlacionar con una ecuación del tipo (2) donde A = factor preexponencial o factor de frecuencia E = energía de activación, J/mol o cal/mol R = constante de los gases = 8.314 J/mol • K = 1.987 caUmol • K T = temperatura absoluta, K Se ha verificado empíricamente que la ecuación (2), llamada ecuación de Arrhenius, da el comportamiento con la temperatura de la mayoría de las constantes de velocidad de reacción hasta donde permite la precisión experimental, dentro de intervalos de temperatura relativamente amplios. Energía de Activación La energía de activación E se ha considerado como la energía mínima que deben poseer las moléculas de los reactivos para que ocurra la reacción. Según la teoría cinética de los gases, el factor eE/RT da la fracción de las colisiones entre moléculas que juntas tienen esta energía mínima E. Aunque ésta podría ser una explicación elemental aceptable, algunos sugieren que E no es más que un parámetro empírico que correlaciona la velocidad de reacción específica con la temperatura. Otros autores objetan a esta interpretación: por ejemplo, la interpretación de Tolman de la energía de activación es que ésta la diferencia entre la energía media de las moléculas que sí reaccionan y la energía media de todas las moléculas de reactivos. No obstante, la postulación de la ecuación de Arrhenius sigue siendo el paso individual más importante en cinética química y conserva su utilidad hoy, casi un siglo después. Cuanto mayor es la energía de activación, más sensible a la temperatura es la velocidad de reacción. La energía de activación se determina experimentalmente efectuando la reacción a varias temperaturas distintas. Después de sacar el logaritmo natural de la ecuación 2, (3) puede verse que una gr áfica de KA contra 1/T debe ser una línea recta cuya pendiente es E/R. Figura 1: método grafico para calcular la energía de activación de una reacción. El orden de reacción La dependencia de la velocidad de reacción -rA respecto a las concentraciones de las especies presentes, f(Cj), se determina en prácticamente todos los casos por observación experimental. Aunque la dependencia funcional podría postularse a partir de la teoría, se requieren experimentos para confirmar la forma propuesta. Una de las formas generales más comunes de esta dependencia es el producto de las concentraciones de las especies individuales que reaccionan, cada una de las cuales se eleva a una potencia; por ejemplo, (4) Los exponentes de las concentraciones de la ecuación (4) dan pie al concepto de orden de reacción. El orden de una reacción se refiere a las potencias a las que las concentraciones se elevan en la ley de velocidad cinética. En la ecuación (4), la reacción es de orden respecto al reactivo A, y de orden global de la reacción, n, es n= respecto al reactivo B. El orden Por ejemplo, en la reacción en fase gaseosa 2NO + O2 2NO2 La ley de velocidad cinética es: (5) El orden global de una reacción no tiene que ser un entero, ni el orden tiene que ser un entero respecto a cualquier componente individual. Por ejemplo, consideremos la síntesis en fase gaseosa del fosgeno y su ley de velocidad cinética (6) Esta reacción es de primer orden respecto al monóxido de carbono, de orden tres cuartos respecto al cloro, y de orden cinco medios, globalmente. A veces las reacciones tienen expresiones de velocidad complejas que no se pueden separar en porciones que dependen exclusivamente de la temperatura y exclusivamente de la concentración. En la descomposición de óxido nitroso sobre platino, la ley de velocidad cinética es (8) Cuando se presenta una expresión de velocidad como la que acabamos de describir, sólo podemos hablar de órdenes de reacción en ciertas condiciones limitantes. Por ejemplo, a concentraciones muy bajas de oxígeno, el segundo término del denominador sería insignificante (1>>CO2 ) y la reacción sería de primer orden "aparente" respecto al óxido nitroso, y de primer orden, globalmente. En cambio, si la concentración de oxígeno es lo bastante alta como para que el número 1 del denominador sea insignificante en comparación con el segundo término, k'CO2 (k'CO2 >>1), el orden de reacción aparente sería -1 respecto al oxígeno y 1 respecto al óxido nitroso. Las expresiones de velocidad de este tipo son muy comunes para reacciones líquidas y gaseosas promovidas por catalizadores sólidos. También ocurren ocasionalmente en sistemas de reacción homogéneos. Esta relación es de segundo orden respecto al óxido nítrico, de primer orden respecto al oxígeno y, globalmente, es una reacción de tercer orden. En general, las reacciones de primero y segundo órdenes son más comunes que las de cero y tercer orden. Cinética de reacciones no elementales Un gran número de reacciones homogéneas implica la formación y subsecuente reacción de una especie intermedia. En estos casos, es común encontrar un orden de reacción que no es entero. Por ejemplo, la ley de velocidad para la descomposición del acetaldehído, a unos 500°C es Otra forma común de la ley de velocidad que se desprende de reacciones en las que intervienen intermediarios activos, es una en la que la velocidad es directamente proporcional a la concentración del reactivo e inversamente proporcional a la suma de una constante y la concentración del reactivo. Un ejemplo de este tipo de expresión cinética se observa en la formación del yoduro de hidrógeno, con su ley de velocidad. En el caso de expresiones de velocidad similar o equivalente a las dadas por esta ecuación, no es posible definir un orden de reacción. Es decir, si en una ley de velocidad el denominador es una función polinómica de las concentraciones de las especies, sólo es posible definir órdenes de reacción para valores limitante de las concentraciones del reactivo y/o el producto. Las reacciones de este tipo son no elementales, en cuanto a que no existe una correspondencia directa entre el orden de reacción y la estequiometría. A continuación trataremos los temas de la hipótesis de estado pseudoestacionario, enzimas y biorreactores. La hipótesis de estado pseudoestacionario (PSSH, por sus siglas en inglés) desempeña un papel importante en el desarrollo de leyes de velocidad no elementales. Por tanto, estudiaremos primero los fundamentos de la PSSH, y después la usaremos en reacciones enzimáticas. Dado que las enzimas son importantes en todos los organismos vivos, concluimos con un tratamiento de las biorreacciones y los biorreactores. Mecanismos de reacción Las leyes de velocidad no elementales son resultado de una reacción global que ocurre por un mecanismo que consta de una serie de pasos de reacción. En el análisis de estos se supone (a) que cada paso del mecanismo de reacción es elemental (b) los órdenes de reacción y coeficientes estequiométricos son idénticos. Intermediarios activos Una molécula activada, es resultado del choque o interacción de moléculas: para este caso [(CH3)2N2]* (5) Esta activación puede ocurrir cuando la energía cinética de traslación transferida se almacena como grados de libertad internos, especialmente grados de libertad de vibración. Una molécula inestable (o sea, un intermediario activo) no se forma exclusivamente como consecuencia de que la molécula se esté moviendo a gran velocidad (energía cinética de traslación elevada). La energía se debe absorber en los enlaces químicos, donde oscilaciones de gran amplitud dan pie a ruptura de enlaces, reacomodo molecular y descomposición. En ausencia de efectos fotoquímicos o fenómenos similares, la transformación de energía de traslación en energía de vibración para producir un intermediario activo sólo puede ocurrir como consecuencia de un choque o interacción entre moléculas. Otros tipos de intermediarios activos que se pueden formar son los radicales libres (uno o más electrones no apareados, p. ej., H.), intermediarios iónicos (p. ej., ion carbonio) y complejos enzima-sustrato, para mencionar sólo unos cuantos. En la teoría de intermediarios activos de Lindemann, la descomposición del intermediario no es instantánea después de la activación interna de la molécula; más bien, hay un retraso, aunque sea infinitesimalmente pequeño, en el que la especie permanece activada. En el caso de la reacción de azometano, el intermediario activo se forma por la reacción (5) Hipótesis de estado pseudoestacionario (PSSH) La molécula de intermediario activo tiene una vida muy corta debido a su elevada reactividad (es decir, velocidades de reacción específicas grandes). También consideraremos que está presente en concentraciones bajas. Estas dos condiciones nos llevan a la aproximación de estado pseudoestacionario, en la que se supone que la velocidad de formación del intermediario activo es igual a su velocidad de desaparición. El resultado es que la velocidad NETA de formación del intermediario activo, r*, es cero: Ejemplo Ilustrativo. Para ilustrar el desarrollo de las leyes de velocidad de este tipo, consideremos primero la descomposición en fase gaseosa de azometano (AZO) para dar etano y nitrógeno: (CH3)2N2 -> C2H6 + N2 Para esta reacción se ha observado experimentalmente que la ley de velocidad para el N2 es de primer orden respecto al AZO a concentraciones relativamente altas y de segundo orden a concentraciones bajas. Este cambio aparente en el orden de reacción se puede explicar con la teoría desarrollada por Lindemann de Intermediarios activos. El intermediario activo se forma por el choque de dos moléculas, ecuación (5). Este intermediario puede desactivarse al chocar con otra molécula, ecuación (6), esta reacción es el inverso de la ecuación (5), o a su vez el intermediario por otra ruta puede descomponerse espontáneamente para formar etano y nitrógeno, ecuación (7). Las reacciones son las siguientes: Puesto que las reacciones son elementales las expresiones de velocidad de las ecuaciones (5), (6) y (7) serán: La reacción global, cuya expresión de velocidad es no elemental, consiste en la sucesión de las reacciones elementales (5), (6) y (7). El nitrógeno y el etano sólo se forman en la reacción dada por la ecuación (7); por tanto, la velocidad neta de formación de nitrógeno es positiva y está dada por la ecuación: (11) La concentración del intermediario activo, AZO*, es muy difícil de medir porque es altamente reactivo y de vida muy corta (~10-9 s). Por tanto, la evaluación de las leyes de velocidad de reacción (8), (9) y (10), en sus formas actuales sonmuy difíciles, si no imposible. Para superar esta dificultad, necesitamos expresar la concentración del intermediario activo, CAZO*, en términos de la concentración de azometano, CAZO. La velocidad de formación total o neta de una especie dada que participa en muchas reacciones simultáneas es la suma de las velocidades de formación de cada reacción para esa especie, esto nos conduce a que la velocidad de formación de AZO* es. (12) Para expresar CAZO* en términos de concentraciones medibles, usamos la hipótesis de estado pseudoestacionario (PSSH), es decir la velocidad neta de formación del intermediario activo es 0. (13) Despejando la concentración del intermediario activo AZO* en términos de la concentración de azometano, AZO. (14) Remplazando esta concentración en la ecuación (11) (15) Según esta expresión a bajas concentraciones (k2Cazo << k3), obtenemos la ley de velocidad de segundo orden (rN2=k1C2AZO) y a concentraciones altas (k2Cazo>>k3) la expresión de velocidad sigue la cinética de primer orden (rN2=k1k3/k2CAZO), lo que es acorde con las observaciones experimentales ya anotadas.