A LA COMISIÓN DE PETICIONES DEL PARLAMENTO EUROPEO

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A
LA
COMISIÓN
DE
PETICIONES
DEL
PARLAMENTO EUROPEO
Petición que
CATALANA,
-
presenta la
AJUDICAT-
ASSOCIACIÓ
asociación
de
PER LA JUDICATURA
JUECES
SUSTITUTOS
Y
MAGISTRADOS SUPLENTES DEL ESTADO ESPAÑOL con C.I.F, G6614705
inscrita en el registro de Asociaciones del DEPARTAMENT DE JUSTICIA DE
LA GENERALITAT DE CATALUNYA y domiciliada en Carrer Vistalegre
número 53 pis 2 ( 08921) de Santa Coloma de Gramenet – Barcelona- España.
Y en su nombre los abajo firmantes:
SR…..
Sra. ...
DESIGNANDO A EFECTOS DE COMUNICACIONES LOS SIGUIENTES:
-
Correo Ordinario Carrer Vistalegre número 53 pis 2 (08921) de Santa
Coloma de Gramenet – Barcelona- España.
-
Correo Electrónico [email protected]
-
Teléfonos : 9.... ( España).
Mediante el presente escrito se dirigen a la COMISIÓN DE PETICIONES DEL
PARLAMENTO EUROPEO , con la finalidad de que tras su admisión a trámite se
proceda conforme a las reglas de tramitación señaladas al efecto en el Derecho de
la Unión Europea y en espacial a los arts. 227 del Tratado de Funcionamiento de
la Unión Europea y artículos 201 y 202 del Reglamento interno del Parlamento
Europeo por la vulneración al colectivo o cuerpo de JUECES SUSTITUTOS Y
MAGISTRADOS SUPLENTES, de los derechos como ciudadanos europeos
reconocidos en los tratados de la unión y la aplicación del Derecho Europeo por el
Estado Español, que fundamentamos en los siguientes:
1
I.- ANTECEDENTES Y CONSIDERACIONES
PREVIO.- Como verán a lo largo de la exposición de la presente petición y
si bien las últimas reformas legislativas del Estado Español con la modificación de
la Ley Orgánica del Poder Judicial por la LEY ORGÁNICA 8/2012,
coadyuvado ello con el RD 700/2013, suponen en la práctica para el colectivo
de la Judicatura eventual en el Estado Español la pérdida total y absoluta de
sus empleos,
no son más tales reformas legislativas, que desde ya
denunciamos, la culminación por parte del estado de las reiteradas infracciones
del Derecho de la Unión Europeo infringiendo de forma maliciosa e
intencionada las cláusulas 1, 4 y 5 del Acuerdo Marco incorporado a la
Directiva 1999/70/CE del Consejo, de 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo
marco de la CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración
determinada, en las que se establecen las reglas básicas del trabajo de
duración
determinada
o
contratación
temporal,
que
según
reiterada
jurisprudencia del Tribunal de Justica de la Unión también son aplicables a los
empleados del sector público.
Últimas reformas legislativas absolutamente discriminatorias y abusivas
respecto del Colectivo de la Judicatura Eventual en el estado, dictadas “ad hoc”
para vulnerar y no aplicar la norma europea a LA JUDICATURA EVENTUAL, que
como desarrollaremos se halla en una precaria situación tras años de labor
jurisdiccional, en la falsa espera de que el Estado Español aplicara de forma
eficiente y eficaz el Derecho de la Unión Europea, evitando y por fin acabando con
las graves discriminaciones respecto a los Jueces con contrato indefinido y en
segundo lugar finalizase el abuso de contratación temporal, que año tras año y así
durante 25 años, han sometido al colectivo.
Tal espera ha finalizado, y conforme a ello el colectivo debe, en todos los
ámbitos posibles y ante todas las instancias, exponer y denunciar su situación y
con ella la infracción del Derecho de la Unión Europea, por parte del Estado
Español.
PRIMERO.- A pesar de las múltiples modificaciones en la Ley orgánica del
Poder Judicial, sigue preceptuando el apartado 1 del artículo 298 de la Ley
Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial (LOPJ), que “Las funciones
jurisdiccionales en los Juzgados y Tribunales de todo Orden regulados en
esta Ley se ejercerán únicamente por Jueces y Magistrados profesionales,
que forman la Carrera Judicial”; pero esta norma tiene excepciones, pues el
apartado 2 del citado precepto dispone que “También ejercen funciones
jurisdiccionales sin pertenecer a la Carrera Judicial, con sujeción al régimen
establecido en esta Ley, sin carácter de profesionalidad y con inamovilidad
temporal, los Magistrados Suplentes, los que sirven plazas de Jueces como
Sustitutos, los Jueces de Paz y sus Sustitutos”.
LOPJ http://www.boe.es/buscar/pdf/1985/BOE-A-1985-12666-consolidado.pdf
En idéntico sentido el Reglamento de la Carrera Judicial Reglamento 2/11 de 28
de abril en sus artículos 91 y ss.
RCJ http://www.boe.es/boe/dias/2011/05/09/pdfs/BOE-A-2011-8049.pdf
El artículo 117.1 de la Constitución Española (CE), establece que los
Jueces y magistrados administran la Justicia en nombre del Rey y constituyen el
Poder Judicial del Estado Español. Siendo el art. Artículo 122.2 de la Constitución
Española (CE) cuya literalidad es la siguiente “2. El Consejo General del Poder
Judicial es el órgano de gobierno del mismo. La ley orgánica establecerá su
estatuto y el régimen de incompatibilidades de sus miembros y sus
funciones, en particular en materia de nombramientos, ascensos, inspección
y régimen disciplinario. “ No se distingue pues por la CE clases de miembros del
Poder Judicial ni siquiera se hace mención al ACCESO A LA MAL LLAMADA
CARRERA JUDICIAL.
Así el INFORME
ESTADÍSTICO de la Comisión Europea para la
Eficiencia de la Justicia: Evaluación de los Sistemas Judiciales Europeoshttp://www.poderjudicial.es/stfls/CGPJ/ESTADÍSTICA/INFORMES
3
%20ESTADÍSTICOS/DOCUMENTOSCGPJ/CEPEJ.%20Evaluación%20de%20los
%20Sistemas%20Judiciales%20Europeos%202012%20(versión%20inglés).pdf
http://www.poderjudicial.es/stfls/CGPJ/ESTADÍSTICA/INFORMES
%20ESTADÍSTICOS/DOCUMENTOSCGPJ/CEPEJ.%20Evaluación%20de%20los
%20Sistemas%20Judiciales%20Europeos%202012%20(versión%20frances).pdf
Califica a los en España llamados Jueces sustitutos y Magistrados
suplentes, como JUECES PROFESIONALES EVENTUALES, cuya definición es
la siguiente:
“7.3 Los jueces profesionales ocasionales
Para responder a una demanda legítima de los ciudadanos para la proximidad y la
rapidez de la justicia, algunos estados fortalecen el sistema de jueces
profesionales indefinidos o permanentes por los jueces profesionales ocasionales
o Judicatura eventual.
Estos jueces son definidos en ocasiones como "conjueces" o "jueces auxiliares."
Tal opción se ofrece, incluso, en alguna ley a abogados para que posteriormente
se conviertan en juez a tiempo completo o indefinido. Por lo tanto, son
profesionales del derecho con experiencia, con amplia formación jurídica y que
tienen una formación específica antes de ejercer la función jurisdiccional.”
…/…
En Países Bajos, España y Suiza, la Judicatura eventual es lo suficientemente
numerosa como para contribuir a la solución de controversias. En Inglaterra y
Gales (Reino Unido), con más informalidad suponen que los jueces magistrados
profesionales (4 a 1), lo cual es una característica de los países del common law.”
En el Estado Español, respecto a las plantillas de Jueces y Magistrados los
datos que se disponen son los siguientes:
Año judicial 2009/2010, la plantilla de Magistrados Suplentes y Jueces
Sustitutos estaba integrada por 1.393 plazas, lo que suponía el 22,86% del Poder
Judicial, ya que, a fecha de 1 de enero de 2010, el total de Magistrados y Jueces
Titulares ascendía a 4.700.
Años judiciales 2010/2011- 2011/2012 se prorrogaron los nombramientos
del año judicial 2009/2010.
Año judicial 2012/2013, con arreglo a la cual la plantilla de estos
profesionales está integrada por 1.556 plazas, lo que supone el 23,51% del Poder
Judicial, ya que, a fecha de 1 de enero de 2012, el total de Magistrados y Jueces
Titulares ascendía a 5.061.
Resulta pues no ya un absurdo sino una falsedad entender que sin el 23%
de la Planta judicial el sistema judicial Español puede seguir funcionando.
En cuanto a la constitucionalidad de las Figuras del Magistrado Suplente y
del Juez Sustituto, que en las referidas Instrucciones del Pleno del Consejo
General del Poder Judicial se cuestiona, vino a quedar confirmada por el Pleno del
Tribunal Constitucional que, mediante el Auto 465/2006, de 19 de diciembre,
inadmitió la cuestión de inconstitucionalidad planteada por la Sección Primera de
la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de La
Rioja en su Auto de 25 de febrero de 2005, respecto de los artículos 298.2, 212.2
y concordantes de la Ley Orgánica del Poder Judicial, por posible vulneración de
los artículos 24, 117 y 122 de la Constitución Española, al considerarla
“notoriamente infundada”.
http://www.tribunalconstitucional.es/es/jurisprudencia/Paginas/Auto.aspx?
cod=21782
http://www.boe.es/boe/dias/2013/09/24/pdfs/BOE-A-2013-9898.pdf
En la misma línea del Consejo General del Poder Judicial, la política del
Ministerio de Justicia, ha sido la de disminuir el crédito destinado a las suplencias
y a las sustituciones, por considerar que el gasto de estas partidas es excesivo, lo
que ha conducido a la reducción de los supuestos en que se permite llamarles a
actuar –lo que contribuye sin duda alguna al aumento de la dilación en la
resolución de los pleitos y causas y al empeoramiento del servicio público a los
ciudadanos–, a la limitación de las circunstancias en que se les certifican esos
5
llamamientos, a la forma en que se efectúan éstos, al retraso en el pago de sus
salarios, y con cierta frecuencia, al impago de los mismos, viéndose en estos
últimos casos en la necesidad de seguir acudiendo a los Tribunales para intentar
el reconocimiento del derecho a esas retribuciones y al alta consiguiente en el
Régimen General de la Seguridad Social y la correspondiente cotización al mismo,
o al menos un resarcimiento económico.
Agravada la situación para muchos Magistrados Suplentes y Jueces
Sustitutos su ya de por sí precaria situación material, por el artículo 5 del Real
Decreto 431/2004, de 12 de marzo, por el que se regulan las retribuciones
previstas en la Disposición Transitoria Tercera de la Ley 15/2003, de 26 de mayo,
reguladora del régimen retributivo de las Carreras Judicial y Fiscal, que establecía
la retribución de los días que dedican a estudiar los asuntos y a redactar las
resoluciones, ni del tiempo que emplean en la deliberación de los recursos en los
Tribunales que se prolongue más allá de los días inicialmente señalados a tal
efecto, ni de la antigüedad, ni de los gastos por razón de servicio que, en su
caso, les correspondan, ni de su disponibilidad permanente que, en general,
tiene, además, carácter exclusivo, ya que, en virtud de lo dispuesto en los
artículos 201.4 LOPJ y 101 RCJ, están sometidos al mismo régimen de
incompatibilidades y prohibiciones establecido para los Titulares en los
artículos 389 a 397 LOPJ, por lo que, de conformidad con el artículo 389.5º.
LOPJ, las únicas actividades retribuidas a las que pueden dedicarse al margen del
ejercicio de la función jurisdiccional son “la docencia o investigación jurídica, así
como la producción y creación literaria, artística, científica y técnica y las
publicaciones derivadas de aquélla […]”.
Teniendo en consideración estas circunstancias y la dignidad inherente a la
potestad jurisdiccional que ejercen, los Magistrados
Suplentes y los Jueces
Sustitutos, como expondremos detalladamente tienen derecho a un salario
mensual justo durante todo el tiempo del nombramiento, que garantice su
independencia económica, lo que debe dar lugar al alta en el Régimen General de
la Seguridad Social y a la consiguiente cotización al mismo por idéntico período (y
no sólo por los días de llamamientos certificados que, además, dependiendo de la
forma en que se realicen dichos llamamientos, ni siquiera son todos los que
lógicamente corresponderían), evitándose así las penosas consecuencias del
sistema retributivo expuesto –que se están dando de modo habitual tanto en el
ámbito laboral como en el asistencial, llegando a carecer con mucha frecuencia
del derecho a las prestaciones de dicho Régimen General, incluida la asistencia
sanitaria–, que no se acomoda a lo dispuesto en el artículo 402 LOPJ, y hasta
pugna con lo dispuesto en el artículo 14 de la Constitución y con la Jurisprudencia
del Tribunal Constitucional respecto del mismo, y MUY ESPECIALMENTE con lo
preceptuado en el apartado cuarto de la cláusula cuarta de la Directiva
1999/70/CE del Consejo, de 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo Marco de la
CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración determinada –según el
cual “Los criterios de antigüedad relativos a determinadas condiciones de
trabajo serán los mismos para los trabajadores con contrato de duración
determinada que para los trabajadores fijos, salvo que criterios de
antigüedad diferentes vengan justificados por razones objetivas”–, así como
con la Jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el
particular, por lo que es necesario reformarlo; debiéndose retribuir a los
Magistrados Suplentes y a los Jueces Sustitutos en la misma forma que a los
Jueces de Adscripción Territorial –evitándose así discriminaciones injustificadas–,
que ejercen idénticas funciones que aquéllos, pero que tienen un sueldo mensual
íntegro, con independencia del número de días de trabajo efectivo.
Lamentablemente, los deseables cambios no se han producido –a pesar de
la considerable litigiosidad que hace años generan los numerosos y graves
problemas que afectan a los Magistrados y Jueces eventuales en España–, siendo
lo único que plantea el Ministerio de Justicia es “posibilitar que en la práctica
totalidad de los casos las resoluciones judiciales sean dictadas por miembros
integrantes de la Carrera Judicial y que la actuación de Jueces Sustitutos y
Magistrados Suplentes sea excepcional, ante circunstancias de necesidad
acreditada y motivada […]”, como se manifiesta en la Exposición de Motivos de la
Ley Orgánica de medidas de eficiencia presupuestaria en la Administración de
Justicia, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder
7
Judicial, LEY 8/2012 DE 27 DE DICIEMBRE DE 2012.
Hacíamos referencia a la litigiosidad que producía la discriminación de los
Magistrados Suplentes y Jueces sustitutos en el Estado Español y la
discriminación abusiva del reglamento de retribuciones, ello en parte fue resuelto
por la Sentencia de 8 de noviembre de 2012, de la Sala Tercera del Tribunal
Supremo.
http://www.elderecho.com/administrativo/Tribunal-Supremo-ContenciosoAdministrativo-Sentencia-EDJ_EDEFIL20121128_0008.pdf,
http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2012-15022
La Sentencia referida cuyo fallo literal es el siguiente:
“Que, estimamos totalmente la cuestión planteada por la Sección Tercera de la
Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, y sin afectar a la
situación jurídica concreta derivada de la Sentencia del expresado tribunal de 4 de
mayo de 2012, dictada en el rollo de apelación n.º 27/2012, se declara la
ilegalidad de los artículos 5.4.a) y 6.a) del Real Decreto 431/2004, de 12 de
marzo, por el que se regulan las retribuciones previstas en la disposición
transitoria tercera de la Ley 15/2003, de 26 de mayo, por su oposición a lo
dispuesto en la Directiva Comunitaria Europea 1999/70/CE, de 28 de junio,
anulándolos exclusivamente en la medida en que al regular las retribuciones
básicas correspondientes a los Magistrados suplentes, Jueces sustitutos y
Fiscales sustitutos excluyen el componente de la antigüedad; sin imposición de
costas.
A los efectos previstos en el artículo 126.3 de la Ley Jurisdiccional comuníquese
esta sentencia al órgano jurisdiccional que promovió la cuestión de ilegalidad.
Publíquese la parte dispositiva de esta sentencia, de conformidad con lo previsto
en el artículo 72-2 de la Ley 29/98 en el «BOE».
La sentencia no es nada trivial o insignificante, tras muchos procesos y
demandas del colectivo, ni una más entre cientos, sino que sus múltiples y
continuas referencias al Derecho Europeo a la Directiva 1999/70 CE, dejaba en
jaque a todo el sistema urdido desde antaño en pos de la discriminación de la
Judicatura eventual en el estado Español, la meridiana claridad configuraba otro
estadio en las relaciones con el colectivo, siendo de tal magnitud que ya no
importaba si realmente se reconocían íntegramente los derechos retributivos al
colectivo de Jueces sustitutos, equiparándolo al de titulares, sino que la aplicación
de la norma europea y su innegable trasposición al derecho estatal suponía a la
postre la consolidación en el trabajo desarrollado durante más de 25 años por el
colectivo. La solución del Ministerio de forma inmediata fue no la de asumir que no
se podía perpetuar la contratación eventual salvaje en la judicatura, sino fulminar
al colectivo, con provecho de la argumentación de la crisis económica y la
supuesta profesionalización de la judicatura.
SEGUNDO.- La nueva regulación por la Ley 8/2012 de modificación de
la LOPJ, en cuanto a la concurrencia de los miembros del Poder Judicial
Jueces sustitutos y magistrados suplentes, a los llamamientos en
sustitución y suplencias. Los Presupuestos Generales del Estado y el nuevo
régimen de retribuciones del cuerpo de Titulares de la Judicatura.
Si bien ya se ha referido la Sentencia de 8 de noviembre de 2012, de la
Sala Tercera del Tribunal Supremo, la reacción a la misma por parte del Gobierno
del Estado Español, resultó y resulta absolutamente fulminante en cuanto a la
supresión del colectivo de la judicatura eventual. Así en provecho de lo que refería
la LOPJ, en cuanto a la “excepcionalidad” de la intervención del colectivo en la
judicatura, eso sí tras 25 años de labor y siendo un 20% de todos los Jueces y
magistrados en el estado y con el dictado de aproximadamente un 30% de todas
las resoluciones judiciales en el estado, y muy a pesar de la ratio de jueces
titulares en el Estado, de menos de 11 jueces por 100.000 Habitantes. Ante tal
panorama se publicaba la LEY ORGÁNICA 8/2012, POR LA QUE SE
MODIFICABA LA LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL.
9
http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2012-15648
El título de la misma no puede ser más falaz, al tratar de confundir el objeto de la
misma con el de una supuesta eficiencia presupuestaria,
así ya en el
preámbulo de la Ley se refiere que el objetivo de la misma es:
“En el actual contexto económico, se hace imprescindible garantizar la prestación
de los servicios públicos esenciales mediante la adopción de medidas que
mejoren la eficiencia de todas las Administraciones Públicas, incluyendo la
Administración de Justicia.
Por ello se propone una reforma de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del
Poder Judicial que garantice la prestación del servicio público elevando los niveles
de profesionalización de la carrera judicial. Se pretende posibilitar que en la
práctica totalidad de los casos las resoluciones judiciales sean dictadas por
miembros integrantes de la carrera judicial y que la actuación de jueces sustitutos
y magistrados suplentes sea excepcional, ante circunstancias de necesidad
acreditada y motivada, prestando de esta manera un servicio de mayor
profesionalización hacia los ciudadanos.”
Deja absolutamente claro y transparente el primero de los apartados
del preámbulo la clara intencionalidad de confundir a la ciudadanía y al
justiciable en cuanto que la Judicatura Profesional Eventual en el Estado
Español conforme a la definición del propio INFORME ESTADÍSTICO de la
Comisión Europea para la Eficiencia de la Justicia sobre evaluación de los
sistemas Judiciales Europeos, no es profesional ello tras más de 25 años de
existencia, y que algunos de los que forman parte del colectivo con 10, 15 o
20 años de ejercicio continuado y dedicación absoluta.
Junto a todo ello y como no podía ser de otro modo, el presupuesto para
abonar las suplencias y sustituciones pasó de los 25 M € en los ejercicios 20112012 a los 8 M€ en 2013.
http://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/1292354512239?blobheader=application
%2Fpdf&blobheadername1=Content-Disposition&blobheadervalue1=attachment
%3B+filename%3DPresupuestos_2012.PDF
– Pagina 11- partida 112 A -125 25.668,08 M €.
http://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/1292365864317?blobheader=application
%2Fpdf&blobheadername1=Content-Disposition&blobheadervalue1=attachment
%3B+filename%3DPresupuestos_Generales_del_Estado_-_Secci%C3%B3n_13_
%22Ministerio_de_Justicia%22_-_Organismos_P
%C3%BAblicos_adscritos_y_Fundaci%C3%B3n_Pluralismo_y_Convivencia.PDF
Página 10 partida 112ª 125. 8.540,39 M€
No es difícil pues deducir que la mayoría de los 1500 JJSS y MMSS, en el
Estado Español, en estos momentos se hallan en situación de paro, y que muchos
de ellos ante la falta de llamamientos han abandonado las listas de jueces y
magistrados eventuales, puesto que además les impide trabajar en otra
profesión u oficio, sin percibir ningún tipo de indemnización o de
compensación tras años y años desarrollando la labor jurisdiccional.
Pero el régimen de sustituciones por titulares tenía un inconveniente como
era el régimen de retribuciones de la judicatura, lo que fue rápidamente
solucionado
con
la
publicación
del
Real
Decreto
700/2013
http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2013-10076.
Demostración palpable que no existe una problemática económica o
derivada de la crisis, puesto que sin necesidad de realizar la labor jurisdiccional
completa del substituido, el substituto de carrera, cobrará diariamente el 80% del
complemento de destino del sustituido. A todo ello se debe añadir que la reducción
drástica en el número PREVISTO DE JUECES SUSTITUTOS Y MAGISTRADOS
SUPLENTES, que 868 en 2012 pasará a 322 en 2014, como es de ver en el
documento anexo.
http://www.congreso.es/docu/pge2014/PGE-ROM/doc/L_14_A_G3.PDF
(página 115)
Así, la partida presupuestaria destinada a jueces sustitutos y magistrados
suplentes, vista ya su más que drástica reducción en 2013, pasando de los 25
millones de euros , a los 8 millones de euros, se verá reducida en más de un 40%
en 2014, quedando en 4 millones de euros. Muchas han sido las declaraciones y
manifestaciones de miembros de la Judicatura respecto a la preocupación de tales
medidas debiendo destacar, la del propio Presidente del Consejo General del
Poder Judicial D. Gonzalo Moliner Tamborero, del que debemos destacar de su
discurso de fecha 16 de septiembre de 2013 en la apertura del año judicial 201311
2014:
“En lo que hace referencia al número de jueces es preciso tener en cuenta
que en el año 2010 se había llegado a entender por el Consejo General de Poder
Judicial que hacían falta un total de 450 jueces sobre la plantilla entonces
existente, y, sin embargo, desde el año 2011 no se han creado plazas nuevas, y
sólo se han convocado oposiciones a ingreso en la Escuela Judicial en 2013 con
el exiguo número de 50 a repartir entre Jueces y Fiscales, lo cual resulta
claramente insuficiente. Y no solo eso, sino que en aplicación de la Ley de
eficiencia presupuestaria de diciembre pasado se prevé la reducción al
mínimo de los anteriores jueces sustitutos y suplentes. Con todo ello se ha
producido una clara reducción de efectivos en el personal judicial que trae consigo
el reto difícil de conseguir evitar un deterioro en el servicio.”
Finalmente pues con la publicación del RD 700/2013 en fecha
20 de
Septiembre, se cerraba el círculo por parte de las altas instancias del Ministerio de
Justicia y el Consejo General del Poder Judicial en el Estado Español, pese al
sabido colapso en la Justicia española, pese a “gozar” de una de las ratios más
bajas en toda Europa de Jueces por habitante, pese a la sobrecarga de trabajo
sabida en la Judicatura en Estado Español, así el informe de CEPEJ sitúa al
Estado Español de 26 estados y países analizados con los siguientes números de
asuntos absolutos pendientes y lugar en el nefasto ranquin :
-
Penales graves en primera instancia 468.917- (3)
-
Penales no graves en primera instancia
231.994 – (2)
-
Social despidos
29.197 – (1)
-
Civil
-
Contencioso administrativo
1.840.782 – (1)
513.236 – (2)
Como remedio a tales cifras absolutas que en cifras relativas por habitante
colocan al Estado Español, como el estado con mayor retraso en el dictado de
resoluciones de los países y estados analizados en el informe de la Comisión
Europea, las reformas legislativas aprobadas por el gobierno como hemos
analizado, son tendenciales a perpetuar el colapso y el retraso en el dictado de las
resoluciones judiciales, disminuyendo el número de jueces totales por habitante,
calmando el malestar en la judicatura de carrera pese a la excesiva sobrecarga en
la inmensa mayoría de Juzgados y Tribunales del estado Español, con el hecho de
que los Jueces de carrera realicen las sustituciones y suplencias que hasta la
fecha realizaban los Jueces Sustitutos y Magistrados Suplentes, inclusive sin la
necesidad de realizar juicios, retribuyéndoles con el 80% del complemento de
destino del juzgado o sala dónde realizarían la sustitución.
Reviste especial importancia que en virtud del Reglamento aprobado por
RD 700/2013, los jueces y magistrados titulares que con carácter añadido a la
llevanza de su juzgado realicen sustituciones en otro juzgado, percibirán el 80%
del complemento de destino correspondiente al juzgado en el que realizan la
sustitución. Teniendo en cuenta que la partida "complemento de destino" es con
diferencia la partida más cuantiosa del salario de un juez o magistrado, resulta que
la mayor parte de las cantidades que ya no se retribuyen a jueces sustitutos y
magistrados suplentes se retribuyen a jueces titulares, que son también
responsables de la llevanza de su propio juzgado. Así, la consecuencia es que no
solamente el gasto por sustituciones es prácticamente el mismo, sino que además,
los jueces y magistrados titulares asumen "de facto" la misma carga total de
trabajo, ya que las sustituciones retribuidas las realizan en detrimento de la carga
de trabajo propia de su juzgado. No solamente el gasto motivado por sustituciones
es prácticamente el mismo sino que además, se producen aún mayores retrasos
en la resolución de asuntos. No se trata de una medida orientada a una mayor
eficiencia presupuestaria sino de una medida orientada a la expulsión de los
jueces y magistrados eventuales que no representa ahorro significativo alguno,
aun a costa de mayores dilaciones o retrasos en la resolución de asuntos.
Con todo ello, aprobación de la LO 8/12 por la que se modifica la LOPJ,
reducción salvaje en los PGE de la partida destinada a suplencias y sustituciones
13
por la judicatura eventual y el nuevo reglamento RD 700/2013 de retribuciones de
la carrera Judicial, se finiquitan a los Jueces Sustitutos y Magistrados Suplentes,
miembros del Poder Judicial en el Estado Español, tras más de 25 años de
existencia de labor jurisdiccional continuada, sin ningún tipo de indemnización,
habiendo abusado de la temporalidad, con vulneración de la igualdad en cuanto a
la no discriminación por realización de trabajo temporal, manteniendo a los Jueces
sustitutos y magistrados suplentes, sin cobertura médica o de seguridad social, sin
ningún tipo de retribución pese a la dedicación exclusiva y excluyente de cualquier
otro trabajo o profesión.
II.- VULNERACIÓN DE LAS DISPOSICIONES DE
DERECHO COMUNITARIO A LOS MIEMBROS DE
LA JUDICATURA EVENTUAL POR PARTE DEL
ESTADO ESPAÑOL:
A lo largo de la previa exposición se ha hecho mención de las múltiples
vulneraciones por parte del Estado Español de los Derechos de los Jueces
Sustitutos y Magistrados suplentes, muy especialmente de la Directiva 1999/70/CE
del Consejo, de 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo marco de la CES, la
UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración determinada, por la que se
establecen las reglas básicas del trabajo de duración determinada o contratación
temporal, y que según reiterada jurisprudencia del Tribunal de Justica de la Unión
son también aplicables a los empleados del sector público. Pero que como
analizaremos tales vulneraciones de derechos a los Jueces sustitutos y
Magistrados suplentes no sólo provienen o deben centrarse en la vulneración de la
precitada directiva sino además en los Derechos Fundamentales de la Unión
Europea, afectando no sólo al colectivo sino a todos ciudadanos Españoles.
PRIMERA: VULNERACIÓN DE LA DIRECTIVA
1999/70 CE del Consejo, de 28 de junio de 1999,
relativa al Acuerdo marco de la CES, la UNICE y el
CEEP sobre el trabajo de duración determinada.
Dos son las vulneraciones por parte del Estado Español de la directiva
1999/70 CE, respecto de la Judicatura Eventual:
http://eurlex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?
uri=OJ:L:1999:175:0043:0048:Es:PDF.
1.- EL PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN: (CLÁUSULA 4ª
del acuerdo Marco). Que desarrollaremos en dos apartados :
1.1.- INTRODUCCION
1.2-. DISCRIMINACIÓN POR RAZON DEL CONTRATO EVENTUAL
IDENTIDAD ABSOLUTA CON OTRAS FIGURAS JUDICIALES.
JUECES DE ADSCRIPCIÓN TERRITORIAL, EN RELACIÓN CON LA
FALTA DE COBERTURA SEGURIDAD SOCIAL, MÉDICA, SUELDO
MENSUAL,
PESE
A
ABSOLUTA
DISPONIBILIDAD
E
INCOMPATIBILIDAD CON CUALQUIER TIPO DE PROFESIÓN U
OFICIO.
2.- ABUSO DE LA UTILIZACIÓN SUCESIVA DE
CONTRATOS O RELACIONESW LABORALES DE
DURACIÓN
DETERMINADA
(CLÁUSULA
5ª
del
acuerdo marco).
15
1.- EL PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN: (CLÁUSULA 4ª
del acuerdo Marco).
1.1 INTRODUCCIÓN:
La cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco, de la Directiva 1999/70 CE
dispone:
«1. Por lo que respecta a las condiciones de trabajo, no podrá tratarse a los
trabajadores con un contrato de duración determinada de una manera
menos favorable que a los trabajadores fijos comparables por el mero hecho
de tener un contrato de duración determinada, a menos que se justifique un
trato diferente por razones objetivas».
Reiteradamente el Estado Español ha vulnerado la norma europea en
cuanto a la no discriminación de la Judicatura Eventual, muchas han sido las
Sentencias de los Tribunales Estatales, que se han pronunciado al respecto
corrigiendo uno tras otro los abusos a los Jueces sustitutos y Magistrados
suplentes, así a modo de corolario, debe hacerse mención expresa de las
siguientes resoluciones judiciales:
-
En cuanto a un hecho básico y fundamental de la integración de los
Magistrados Suplentes y de los Jueces Sustitutos en el Régimen
General de la Seguridad Social, artículo 1 del Real Decreto 960/1990,
de 13 de julio, por el que se integra en el Régimen General de la
Seguridad Social al personal interino al servicio de la Administración de
Justicia (publicado en el BOE de 25 de julio de 1990), en la redacción
dada al mismo por el Real Decreto 4/2006, de 13 de enero (publicado en
el BOE de 21 de enero de 2006), en cumplimiento de lo ordenado en
las Sentencias de la Sección Séptima de la Sala Tercera del
Tribunal Supremo de 2 de julio de 2001 y de 21 de octubre de 2003.
Así la Sentencia dictada por la Sección Séptima de la Sala Tercera del
Tribunal Supremo el 2 de julio de 2001 (Ponente el Excmo. Sr.D.
Manuel Goded Miranda), cuestión de ilegalidad planteada por el
Juzgado Central de lo contencioso-Administrativo nº. 2, en relación con
el apartado 2 del artículo 1 del Real Decreto 960/1990, de 13 de julio,
por el que se integró en el Régimen General de la Seguridad Social al
personal interino al servicio de la Administración de Justicia, en cuanto
que dicho precepto no comprendía en su ámbito a los Magistrados
Suplentes. Dicho Tribunal estimó la cuestión de ilegalidad y declaró la
nulidad de pleno derecho del apartado en cuestión, manifestando en el
fundamento jurídico tercero de su Sentencia que “los Magistrados
Suplentes ejercen una función pública (la función jurisdiccional), sin
pertenecer a la Carrera Judicial (artículo 298.2 de la LOPJ); que tienen
los mismos derechos y deberes que los Magistrados Titulares de la Sala
(artículo 130.1 del Reglamento 1/1995);que desempeñan un Cargo
remunerado, dentro de las previsiones presupuestarias (artículo 201.1
de la Ley Orgánica); que su Cargo es eminentemente temporal
(disfrutan de inamovilidad temporal, según el citado artículo 298.2) y se
encuentra regulado por normas de Derecho Administrativo. Reúnen
pues todos los requisitos para que el referido Cargo se califique como
personal interino al servicio de la Administración de Justicia, ya que
dicho personal es aquél que con carácter temporal, mediante una
remuneración, ejerce las funciones propias del personal de Carrera que
presta sus servicios a la Administración de Justicia (sean Jueces,
Fiscales, Secretarios, Oficiales, Auxiliares o Agentes), sin formar parte
de dicho personal de Carrera”.
-
Sentencias Sección Séptima de la Sala Tercera del Tribunal
Supremo de 24 de noviembre de 2008 (Ponente el Excmo. Sr. D.
José Díaz Delgado), al referirse a los artículos 201.3 LOPJ y
131.2.5ª. RCJ de 1995 –coincidente con el artículo 92.2.5ª. RCJ–,
-
Sentencia de la Sección Octava de la Sala Tercera del Tribunal
17
Supremo de 16 de febrero de 2009 (de la que fue Ponente el Excmo.
Sr. D. Pablo María Lucas Murillo de la Cueva)
-
Sentencia de la Sección Séptima de la Sala Tercera del Tribunal
Supremo, de 10 de julio de 2012 (Ponente el Excmo. Sr. D. Vicente
Conde Martín de Hijas) – Por la que se estimó el recurso contenciosoadministrativo interpuesto por la representación procesal de una Juez
Sustituta, contra el Acuerdo del Pleno del Consejo General del Poder
Judicial de 30 de junio de 2011, que desestimó el Recurso de Alzada
interpuesto contra los Acuerdos de la Sala de Gobierno del Tribunal
Superior de Justicia del País Vasco de fechas 14 y 21 de enero, 11 de
febrero, 6 de mayo y 3 de junio de 2011, por los que se ratificaban
sendos Acuerdos del Ilmo. Sr. Decano de los Juzgados de VitoriaGasteiz de 21 de diciembre de 2010, 11 de enero, 3 de febrero, 19 de
abril, 23 y 24 de mayo de 2011, por los que se procedía a los
llamamientos de la recurrente para prestar servicios en distintos
Juzgados para los que había sido nombrada como Juez Sustituta,
pero únicamente para los días en que se habían señalado juicios,
Acuerdos que se anulan por no ajustarse al Ordenamiento Jurídico,
declarando el derecho de la mencionada Juez Sustituta “a percibir la
retribución que le hubiera correspondido, de haber sido llamada para
realizar las sustituciones durante todos los días en que los Jueces
Titulares sustituidos disfrutaron de los permisos o licencias, y el
consiguiente derecho a que se cotice a la Seguridad Social por los días
que no le fueron retribuidos […]”
-
Sentencia de la Sección Tercera de la Sala de lo ContenciosoAdministrativo de la Audiencia Nacional de 19 de diciembre de
2007, mediante la que se estimó parcialmente el recurso contenciosoadministrativo interpuesto por la representación procesal de una
Magistrado Suplente, contra la Resolución del Ministro de Justicia, de 19
de abril de 2006, por la que se desestimaba su petición de
responsabilidad patrimonial contra dicho Ministerio, y se reconoció el
derecho de la recurrente a ser indemnizada por los daños y perjuicios
sufridos como consecuencia de no haber sido dada de alta en la
Seguridad Social.
Referidas éstas “breves” reseñas jurisprudenciales muestra de las
discriminaciones sufridas por los Jueces sustitutos y Magistrados Suplentes, que
sólo han conseguido sus Derechos laborales, seguridad social, retributivos,
formación, etc... a través de las múltiples demandas, debemos hacer expresa
referencia a la ya referida en los antecedentes de la presente PETICIÓN,
Sentencia de 8 de noviembre de 2012, de la Sala Tercera del Tribunal Supremo.
http://www.elderecho.com/administrativo/Tribunal-Supremo-ContenciosoAdministrativo-Sentencia-EDJ_EDEFIL20121128_0008.pdf,
http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2012-15022
Si bien tal Sentencia viene referida a Vista por la Sección Séptima de la
Sala Tercera del Tribunal Supremo la cuestión de ilegalidad núm. 1/2012,
planteada mediante auto de 4 de mayo de 2012 por la Sección Tercera de la Sala
de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, en relación con los
artículos 5.4.a) y 6.a) del Real Decreto 431/2004, de 12 de marzo, por el que se
regulan las retribuciones previstas en la disposición transitoria tercera de la Ley
15/2003, de 26 de mayo, reguladora del régimen retributivo de las carreras judicial
y fiscal, en la medida en que al regular las retribuciones correspondientes a los
Magistrados suplentes, Jueces sustitutos y Fiscales sustitutos, se les excluían de
las retribuciones básicas el componente de la antigüedad. Sus fundamentos que
debemos reproducir por la importancia en la resolución de la presente denuncia,
exponen con suma claridad la vulneración del Estado Español de la Directiva
1999/70 CE, y así se refiere a ello la Sentencia
en el TERCERO DE LOS
FUNDAMENTOS DE DERECHO CON EL SIGUIENTE LITERAL, en el que sólo
remarcamos negrita y subrayados:
19
“TERCERO.- El problema que se suscita en esta cuestión de ilegalidad
radica en decidir si la exclusión del componente de la antigüedad prevista en los
artículos antes referidos de las retribuciones correspondientes a Magistrados
suplentes, Jueces sustitutos y Fiscales sustitutos resulta contraria a la Directiva
1999/70/CE. Y para resolver esta cuestión, lo primero que habrá que verificar es si
dicho personal está comprendido en el ámbito de aplicación de la citada Directiva.
Para ello, resulta de interés destacar lo resuelto por el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea para el personal estatutario temporal de un Servicio de Salud
autonómico, en su sentencia de 13 de septiembre de 2007, caso Del Cerro
Alonso, apartados 25 a 30, cuando decía que:
“25. A este respecto, el Tribunal de Justicia ha señalado ya que se deduce,
tanto del tenor literal de la Directiva 1999/70 y del Acuerdo marco como del
sistema y la finalidad de éstos, que las disposiciones contenidas en ellos se
aplican a los contratos y relaciones laborales de duración determinada celebrados
por los órganos de la Administración y demás entidades del sector público
(sentencias de 4 de julio de 2006, Adeneler y otros, C-212/04, Rec. p. I-6057,
apartados 54 y 57, así como de 7 de septiembre de 2006, Marrosu y Sardino, C53/04, Rec. p. I-7213, apartados 40 a 43, y Vassallo, C-180/04, Rec. p. I-7251,
apartados 32 a 35).
26. Procede añadir que, como se desprende de la cláusula 1 del Acuerdo
marco, el objeto de éste es no sólo establecer un marco para evitar los abusos
derivados de la utilización de sucesivos contratos o relaciones laborales de
duración determinada sino también mejorar la calidad del trabajo de duración
determinada garantizando el respecto del principio de no discriminación.
27. Ahora bien, habida cuenta de la importancia de los principios de
igualdad de trato y de no discriminación, que forman parte de los principios
generales del Derecho comunitario, a las disposiciones previstas por la Directiva
1999/70 y el Acuerdo marco a efectos de garantizar que los trabajadores con un
contrato de duración determinada disfruten de las mismas ventajas que los
trabajadores por tiempo indefinido comparables, salvo que esté justificado un trato
diferenciado por razones objetivas, debe reconocérseles un alcance general, dado
que constituyen normas de Derecho social comunitario de especial importancia de
las que debe disfrutar todo trabajador, al ser disposiciones protectoras mínimas.
28. En consecuencia, la Directiva 1999/70 y el Acuerdo marco se aplican a
todos los trabajadores cuyas prestaciones sean retribuidas en el marco de una
relación laboral de duración determinada que los vincule a su empleador.
29. La mera circunstancia de que un empleo sea calificado como “de
plantilla” con arreglo al Derecho nacional y presente alguno de los elementos que
caracterizan a la función pública del Estado miembro de que se trate carece de
relevancia a este respecto, so pena de desvirtuar gravemente la eficacia de la
Directiva 1999/70 y del Acuerdo marco así como la aplicación uniforme de éstos
en los Estados miembros, reservando a estos últimos la posibilidad de excluir a su
arbitrio a determinadas categorías de personas del beneficio de la protección
requerida por estos instrumentos comunitarios (véanse, por analogía, las
sentencias de 9 de septiembre de 2003, Jaeger, C-151/02, Rec. p. I-8389,
apartados 58 y 59, así como de 5 de octubre de 2004, Pfeiffer y otros, C-397/01 a
C-403/01, Rec. p. I-8835, apartado 99). Tal como se deduce no sólo del artículo
249 CE, párrafo tercero, sino también del artículo 2, párrafo primero, de la
Directiva 1999/70, interpretado a la luz del decimoséptimo considerando de ésta,
los Estados miembros se encuentran obligados a garantizar el resultado exigido
por el Derecho comunitario (véase la sentencia Adeneler y otros, antes citada,
apartado 68).
30. Dado que consta que la Sra. Del Cerro Alonso trabajó durante más de
doce años en diversos hospitales del Servicio Vasco de Salud como miembro del
personal temporal y que, por otra parte, el asunto principal versa sobre la
comparación entre un miembro del personal estatutario temporal y un miembro del
personal fijo de plantilla, la demandante en el procedimiento principal está
comprendida en el ámbito de aplicación de la Directiva 1999/70 y en el del
Acuerdo marco”.
También se ha de hacer reseña de lo razonado para el personal interino al
servicio de una Administración, en este caso autonómica, en la sentencia de dicho
Tribunal de 22 de diciembre de 2010, caso Gavieiro Gavieiro e Iglesias Torres,
que en los apartados 39 y 40 decía que:
“39. En efecto, como se desprende de la cláusula 2, apartado 1, del
Acuerdo marco, su ámbito de aplicación personal está concebido de manera
extensiva, al referirse con carácter general a los “trabajadores con un trabajo de
duración determinada cuyo contrato o relación laboral esté definido por la
legislación, los convenios colectivos o las prácticas vigentes en cada Estado
miembro” (véanse las sentencias Adeneler y otros, antes citada, apartado 56; de
23 de abril de 2009, Angelidaki y otros, C-378/07 a C- 380/07, Rec. p. I-3071,
apartado 114, y de 24 de junio de 2010, Sorge, C-98/09, Rec. p. I-0000, apartado
30).
40. La definición, a efectos del Acuerdo marco del concepto de “trabajador
con contrato de duración determinada”, formulada en la cláusula 3, apartado 1, de
dicho Acuerdo, engloba a todos los trabajadores, sin establecer diferencias en
función del carácter público o privado del empleador para el que trabajan
(sentencia Adeneler y otros, antes citada, apartado 56).” Tras lo cual, concluía en
sus apartados 44 y 45 de la siguiente manera:
“44. Toda vez que es pacífico que la Sra. Iglesias Torres trabajó durante
más de 9 años en diversos centros educativos de la Comunidad Autónoma de
Galicia como funcionaria interina y que, por otro lado, el litigio principal versa
sobre la situación de los funcionarios de carrera comparada con la de los
funcionarios interinos, está incluida en el ámbito de aplicación personal de la
Directiva 1999/70 y del Acuerdo marco.
45. Por tanto, procede responder a la primera cuestión planteada en el
21
asunto C- 456/09 que un miembro del personal interino de la Comunidad
Autónoma de Galicia, como la demandante en el litigio principal, está incluido en
el ámbito de aplicación personal de la Directiva 1999/70 y en el del Acuerdo
marco”.
Trasladando dichas consideraciones al presente caso, esta Sala
estima que los Magistrados suplentes, Jueces sustitutos y Fiscales
sustitutos se encuentran incluidos en el ámbito de aplicación personal de
dicha Directiva al concurrir los dos componentes que viene exigiendo el
Tribunal de Justicia de la Unión Europea para que tal aplicabilidad resulte
procedente ya que, por un lado, la cuestión controvertida en la instancia
versaba sobre la situación de este colectivo profesional en comparación con
la del personal de carrera integrante de la Carrera Judicial y Fiscal y, de otro,
porque, esta Sala tiene reiteradamente declarado que en los Jueces y
Magistrados deben distinguirse dos diferentes facetas: la de poder judicial,
como titulares de la potestad jurisdiccional y la de empleado público, en
cuanto profesional ligado al Estado por una relación estatutaria definida por
normas de derecho público.
Y en lo que respecta a esta última faceta de los Magistrados suplentes y
Jueces sustitutos y a la conceptuación que nos debe merecer, esta Sala y Sección
en sentencias de 2 de julio de 2001 y 21 de octubre de 2003, recaídas en
cuestiones de ilegalidad núm. 486/2000 y 7/2002, respectivamente, ha
considerado que los Magistrados suplentes y los Jueces sustitutos que no
desempeñaban sus funciones por tiempo superior a un mes debían calificarse
como personal interino al servicio de la Administración de Justicia, siendo
razonamientos y argumentos perfectamente trasladables a la naturaleza y función
desarrollada por los Jueces sustitutos que desempeñan sus funciones durante
más de un mes ininterrumpidamente y al conjunto de los Fiscales sustitutos.
Precisamente, esta configuración y la estimación de las referidas cuestiones de
ilegalidad es lo que determinó que la totalidad de este colectivo profesionalMagistrados suplentes, Jueces sustitutos y Fiscales sustitutos – se encuentren
incluidos en el ámbito de aplicación previsto en el apartado 2 del artículo 1 del
Real Decreto 960/1999, de 13 de julio, por el que se integró en el Régimen
General de la Seguridad Social al personal interino al servicio de la Administración
de Justicia.
A juicio de esta Sala, el hecho de que, ocasionalmente, este colectivo
realice, previo llamamiento, tareas tan relevantes como el desempeño de un cargo
judicial o el ejercicio de las funciones propias del Ministerio Fiscal no constituye
razón suficiente, en sí misma considerada, para su exclusión del ámbito de la
Directiva, toda vez que, en principio, no se vislumbra la manera en que la
aplicación de ésta pueda quebrantar las garantías constitucionales de
independencia, inamovilidad, responsabilidad, sometimiento a la Constitución y a
la Ley y exclusividad del ejercicio de la función jurisdiccional que caracterizan esa
otra faceta que distinguíamos en los Jueces y Magistrados, ni tampoco lesionar o
incidir en la misión constitucionalmente encomendada al Ministerio Fiscal ni en los
principios que rigen el ejercicio de sus funciones.
Por todo lo anteriormente expuesto, esta Sala estima que los
Magistrados suplentes, Jueces sustitutos y Fiscales sustitutos están
incluidos en el ámbito de aplicación personal de la Directiva 1999/70/CE.”
Siguiendo con los fundamentos de la más que referida Sentencia del Alto
Tribunal Español debemos reproducir parcialmente el FUNDAMENTO DE
DERECHO CUARTO, en el que resaltamos en negrita y subrayado las claras
fundamentaciones en cuanto a la igualdad de la labor desarrollada por la
Judicatura Eventual en España, frente a la citada de “carrera”:
“CUARTO.- .../...
En relación con dicha cláusula, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en la
sentencia antes referida de 22 de diciembre de 2010, señaló en los apartados 78
a 81 que:
“78. La cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco prohíbe de manera general y en
términos inequívocos cualquier diferencia de trato no justificada objetivamente
respecto a los trabajadores con contratos de duración determinada por lo que se
refiere a las condiciones de trabajo. De este modo, su contenido es lo
suficientemente preciso para que pueda ser invocada por un justiciable y aplicada
por el juez (sentencias Impactantes citada, apartado 60, y de 22 de abril de 2010,
Zentralbetriebsrat der Landeskrankenhäuser Tirols, C-486/08, Rec. p. I-0000,
apartado 24).
79. Por otra parte, la prohibición precisa impuesta por la cláusula 4, apartado 1,
del Acuerdo marco no necesita la adopción de ningún acto de las instituciones de
la Unión y no confiere, en modo alguno, a los Estados miembros la facultad de
condicionar o de restringir, al adaptar el Derecho interno a dicha disposición, el
alcance de la prohibición que impone en materia de condiciones de trabajo
(sentencia Impact, antes citada, apartado 62).
80. Es cierto que dicha disposición, respecto al principio de no discriminación que
contiene, establece una reserva relativa a las justificaciones basadas en razones
objetivas.
81. Sin embargo, la aplicación de esta reserva puede controlarse
jurisdiccionalmente, de modo que la posibilidad de invocarla no impide considerar
que la disposición examinada confiere a los particulares derechos que pueden
invocar ante los tribunales nacionales y que éstos deben salvaguardar (sentencia
Impact, antes citada, apartado 64)”.
Y terminó concluyendo lo siguiente:
“2) Un complemento salarial por antigüedad como el controvertido en el litigio
principal está incluido, en la medida en que constituye una condición de trabajo,
en la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco sobre el trabajo de duración
determinada, que figura en el anexo de la Directiva 1999/70, de manera que los
trabajadores con contrato de trabajo de duración determinada pueden oponerse a
23
un trato que, en relación con el pago de dicho complemento y sin ninguna
justificación objetiva, es menos favorable que el trato dispensado a los
trabajadores fijos que se encuentran en una situación comparable. La naturaleza
temporal de la relación de servicio de determinados empleados públicos no puede
constituir, por sí misma, una razón objetiva, en el sentido de esta cláusula del
Acuerdo marco.
3) (…) 4) La cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco sobre el trabajo de
duración determinada, que figura en el anexo de la Directiva 1999/70, es
incondicional y suficientemente precisa para poder ser invocada frente al Estado
por funcionarios interinos ante un tribunal nacional para que se les reconozca el
derecho a complementos salariales, como los trienios controvertidos en el litigio
principal, correspondientes al período comprendido entre la expiración del plazo
impartido a los Estados miembros para la transposición de la Directiva 1999/70 al
Derecho interno y la fecha de entrada en vigor de la norma nacional que
transpone la Directiva al Derecho interno del Estado miembro de que se trate, sin
perjuicio del respeto de las disposiciones pertinentes del Derecho nacional en
materia de prescripción”.
Pues bien, trasladando estos razonamientos a la resolución de esta cuestión de
ilegalidad, debemos partir de que el artículo 403, apartado tercero, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial prevé como uno de los conceptos integrantes de las
retribuciones básicas de los Jueces y Magistrados de carrera la remuneración de
su antigüedad en la Carrera Judicial, previsión que ha sido desarrollada por la Ley
15/2003, de 26 de mayo, en su artículo 4, apartado 2. Por el contrario, los
artículos 201 y 212 de la Ley Orgánica del Poder Judicial remiten al Reglamento la
regulación de las retribuciones de Magistrados suplentes y Jueces sustitutos,
siendo que, como vimos, el reglamento a tal fin adoptado y, más en concreto, los
artículos 5.4.a) y 6.a) del Real Decreto 431/2004, excluyen toda posibilidad de
remunerar a Magistrados suplentes, Jueces sustitutos y Fiscales sustitutos por la
antigüedad en el desempeño efectivo de tales cargos.
Resulta preciso, si queremos mantener la legalidad de tales previsiones
reglamentarias, encontrar la justificación en que amparar esa diferencia de trato,
tal y como exige dicha cláusula cuarta. A falta de toda explicación por parte de la
Administración, no aprecia esta Sala que concurran razones o motivos en que
ampararla. No existe diferencia en la naturaleza de las tareas que el colectivo
formado por los Magistrados suplentes y Jueces sustitutos, por un lado, y
los Fiscales sustitutos, por el otro, llevan a cabo en los casos en que
efectivamente son llamados a realizar sustituciones con las que
desempeñan los miembros de la Carrera Judicial o Fiscal a los que
sustituyen. En este sentido, de las previsiones contenidas en los artículos
201, 212 y 298 de la Ley Orgánica del Poder Judicial se desprende que tanto
los Magistrados suplentes como los Jueces sustitutos, en los períodos de
tiempo en que, ocasionalmente son llamados para el desempeño de sus
cargos, ejercen la función pública que tienen encomendada, en este caso la
jurisdiccional, sin pertenecer a la Carrera Judicial y en igualdad de derechos
y deberes que los Magistrados y Jueces titulares de un Tribunal o Juzgado,
ejerciendo la jurisdicción con idéntica amplitud que si la ejercieran éstos.
Por su parte, los Fiscales sustitutos desempeñan, tal y como establece el Real
Decreto 326/2002, de 5 de abril, las funciones propias del Ministerio Fiscal,
conforme a las directrices del Fiscal Jefe respectivo, estando sometidos al mismo
régimen de incompatibilidades y prohibiciones que el previsto para los fiscales de
carrera y resultándoles de aplicación supletoria el régimen jurídico previsto para
Magistrados suplentes y Jueces sustitutos por estar así previsto en la Disposición
Adicional cuarta de la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, por la que se regula el
Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.
Descartada la existencia de diferencias atinentes al contenido de la función
desarrollada por los Magistrados suplentes, Jueces sustitutos y Fiscales
sustitutos en relación con la desempeñada por el personal de carrera y no
constituyendo la naturaleza temporal y esporádica de su relación de
servicio, por sí sola, una razón objetiva, en el sentido de la cláusula 4 del
Acuerdo marco, como antes expusimos, no podemos sino concluir
afirmando que los artículos 5.4.a) y 6.a) del Real Decreto 431/2004 se oponen
a las previsiones del Acuerdo marco sobre el trabajo de duración
determinada, que figura en el anexo de la Directiva 1999/70, dotada de efecto
directo.
Y a lo anterior no obsta, la invocación de los dos precedentes de esta Sala que
hace el Abogado del Estado, por cuanto los razonamientos contenidos en la
sentencia de 20 de diciembre de 2010, transcritos en su integridad en la de 12 de
abril de 2012, no resultan aplicables al presente caso ya que resuelven una
controversia distinta a la que se dirimió en el proceso que ha motivado el
planteamiento de la presente cuestión de ilegalidad puesto que en la litis que dio
lugar a la sentencia de esta Sala de 20 de diciembre de 2010 la parte actora
consideró discriminatoria la denegación del reconocimiento de trienios por las
funciones desarrolladas como Juez sustituta sobre la base de comparar tal
situación, no con la de los Jueces y Magistrados de carrera, sino con la otros
colectivos como eran el de los funcionarios interinos al servicio de la
Administración y, por otro lado, el de la de los Secretarios judiciales sustitutos y
los funcionarios interinos al servicio de la Administración de Justicia.”
Vemos pues que la Sentencia del Tribunal Supremo, sin la mínima duda, ni
resquicio iguala en Derechos a los Jueces indefinidos y jueces eventuales, en
aplicación de la directiva 1999/70 CE, inclusive sentando jurisprudencia, por
cuanto la sentencia modificó el criterio de sentencias anteriores justificándolo
debidamente. La reacción a la Sentencia por parte del Estado Español,
resultó fulgurante con la publicación de la LO 8/12 un mes después de la
fecha de la sentencia y cuando ya era un secreto a voces que la Sentencia
acogería la igualdad de Derechos entre Jueces indefinidos y eventuales.
De nuevo pues el Estado Español, en su obsesiva cruzada tendencial a la
eliminación de la Judicatura Eventual, vuelve a discriminar y por ende a vulnerar la
25
norma
europea
en
cuanto
a
la
IGUALDAD
PERPETUANDO
LA
DISCRIMINACIÓN entre indefinidos y eventuales mediante la publicación de
la LO 8/12 por la que se modifica la LOPJ, impidiéndoles realizar
sustituciones y suplencias, siendo claro el objeto de la Ley Orgánica 8/12
junto con el Reglamento RD 700/13 de retribuciones de la carrera Judicial, la
eliminación de los jueces eventuales en el Estado Español, tendencial a su
eliminación más o menos rápida pero segura, atendiendo a que no serán
llamados a realizar sustituciones, suplencias y cubrir vacantes, pues
siéndoles de aplicación el mismo régimen de incompatibilidades y
disponibilidad absoluta que a los Jueces indefinidos, por lo que
NO
PUEDEN TRABAJAR DE NADA MÁS MIENTRAS PERMANEZCAN EN LAS
LISTAS DE JUECES EVENTUALES, SU FIN , PESE AL COLAPSO JUDICIAL
QUE ELLO CONLLEVA , ES SEGURO .
De los antecedentes y legislación aplicable así como de las sentencias
referidas, se debe destacar, que los miembros de la Judicatura eventual ejercen
las mismas funciones jurisdiccionales que la judicatura indefinida, con el mismo
régimen jurídico, con los mismos derechos y deberes en el ámbito jurisdiccional
que los titulares. Tampoco existen diferencias en cuanto a requisitos de ingreso
como miembros del Poder Judicial puesto que sólo puede recaer en quienes
reúnan las condiciones necesarias para el ingreso en la carrera judicial, excepto
las derivadas de la jubilación por edad. Su ingreso se realiza por concurso público
de méritos con valoraciones objetivas respetando los principios de igualdad,
capacidad y libre concurrencia, (art. 92 y ss Reglamento 2/2011) valorando
circunstancias personales y profesionales de idoneidad
arts. 152 y 201 y
siguientes de la LOPJ y concordantes del reglamento de la Carrera Judicial. El
concurso es anual, con la posibilidad de prórrogas con evaluación continuada.
Ocasionalidad y excepcionalidad son términos que no pueden emplearse para la
definición de la judicatura eventual en el Estado Español, puesto que su labor
jurisdiccional, se ha desarrollado de forma, permanente, reiterada, habitual y
continuada. La judicatura eventual se halla sometida a un estricto y severo
régimen de incompatibilidades, mientras se hallan en las listas de miembros del
Poder Judicial elegidos por concurso, idénticamente que los miembros de la
judicatura indefinidos, inclusive cuando no ejercen labores jurisdiccionales, con lo
que a la práctica se les prohíbe trabajar y desarrollar la profesión escogida.
En el Estado Español, no existe una duración máxima de los contratos
o de integración en la lista de la Judicatura Eventual, tampoco se regula el
número máximo de renovaciones, ni se adopta medida alguna para evitar y
sancionar, en su caso, la utilización abusiva de contratos de duración
determinada sucesivos, sobre lo que luego entraremos en el presente escrito
de petición, dando a lugar una perpetuación en el tiempo que se prolonga
durante años y años, más de 20.
No se les valora a los miembros de la Judicatura eventual, LA
ANTIGÜEDAD como sí realiza la Ley Orgánica del Poder Judicial (artículos 64,
73, 311, 329, 330, 333, 490 ó 586) por los que se valora el tiempo de prestación
de servicios y la experiencia en el desempeño de funciones jurisdiccionales como
un valor en sí mismo y un mérito esencial para la provisión de vacantes, la
promoción interna y los ascensos a los miembros de la judicatura indefinida.
La perversión del sistema mediante la LO 8/12 en buena parte ya
analizada, supone una flagrante discriminación en el sistema de llamamientos
para realizar, sustituciones, suplencias y refuerzos en los Juzgados y Tribunales,
pese a la , Sentencia de 8 de noviembre de 2012, de la Sala Tercera del
Tribunal Supremo, ampliamente reproducida a lo largo de ésta PETICIÓN , y
que fundamenta de forma transparente que la igualdad entre los miembros del
Poder Judicial en el Estado Español, indefinidos y eventuales es absoluta y por
ende debe serles de aplicación en cuanto a Derechos la directiva 1999/70 CE,
pese a ello, pese a todo ello, la nueva regulación del sistema de sustituciones, no
sólo DISCRIMINA DE FORMA FLAGRANTE a los miembros de la Judicatura
eventual, sino que prácticamente IMPIDE SUS LLAMAMIENTOS, pese a ser
evidentemente sabido y conocido y de ahí la absoluta mala fe del legislador, con
actos contrarios no sólo a la legislación Europea, sino a la propia jurisprudencia de
su más alto Tribunal ordinario, de que la judicatura con contrato temporal, NO
27
PUEDEN TRABAJAR EN OTRO OFICIO, comportando a forma de resumen el
nuevo e ilegal sistema de sustituciones que primero sean llamados los miembros
de la judicatura con contrato indefinido, de forma voluntaria o inclusive de forma
forzosa, para tras un rosario de posibilidades entre las que se hallan inclusive
opositores que no han finalizado la escuela judicial, y jueces de adscripción
territorial a que sean llamados los miembros de la Judicatura eventual.
Es en si la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en combinación
con la brutal reducción en el presupuesto General del Estado, en cuanto a la
partida para sustituciones y el nuevo reglamento RD 700/2013, de retribuciones,
LA CARTA DE DESPIDO, eso sí mediante la falaz capa de la eficacia y la
eficiencia, obligando a los miembros de la Judicatura con contrato eventual a
abandonar las listas sin percepción alguna de indemnización tras años
desarrollando labor jurisdiccional.
1.2-. DISCRIMINACIÓN POR RAZON DEL CONTRATO EVENTUAL IDENTIDAD
ABSOLUTA CON OTRAS FIGURAS JUDICIALES. JUECES DE ADSCRIPCIÓN
TERRITORIAL, EN RELACIÓN CON LA FALTA DE COBERTURA SEGURIDAD
SOCIAL, MÉDICA, SUELDO MENSUAL, PESE A ABSOLUTA DISPONIBILIDAD
E INCOMPATIBILIDAD CON CUALQUIER TIPO DE PROFESIÓN U OFICIO.
No finalizan aquí las múltiples y variadas discriminaciones del colectivo de
la JUDICATURA EVENTUAL EN EL ESTADO ESPAÑOL, una de las más
evidentes, ciertas y objetivas, lo es con las figuras de los JUECES DE
ADSCRIPCIÓN TERRITORIAL Y EN EXPECTATIVA DE DESTINO, a pesar de
que éstos últimos no pueden ser calificados de profesionales, puesto que no han
desarrollado la profesión jurisdiccional, pese a ello, pese a todo ello se ven
beneficiados y con ello discriminados los jueces profesionales eventuales, pues
conforme a la reforma de la LOPJ, por la LO 8/12 son preferentes a ocupar plaza
de sustituciones y refuerzos a los Jueces sustitutos.
Los Jueces con contrato indefinido denominados JUECES DE
ADSCRIPCIÓN TERRITORIAL, resultan regulados en el artículo 347 bis LOPJ, -
redacción de la LO 1/2009, de 3 de noviembre, complementaria de la Ley de
Reforma de la Legislación Procesal para la implantación de la Nueva Oficina
Judicial, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, modificada
finalmente por la Ley Orgánica 8/12 y cuya redacción establece:
“1. En cada Tribunal Superior de Justicia, y para el ámbito territorial de la
provincia, se crearán las plazas de Jueces de Adscripción Territorial que
determine la Ley 38/1988, de 28 de diciembre, de Demarcación y Planta Judicial.
2. Por designación del Presidente del Tribunal Superior de Justicia, los Jueces de
Adscripción Territorial ejercerán sus funciones jurisdiccionales en las plazas que
se encuentren vacantes, como refuerzo de Órganos Judiciales o en aquellas
plazas cuyo Titular esté ausente por cualquier circunstancia, conforme a las
previsiones establecidas en esta Ley.
3. En las Comunidades Autónomas pluriprovinciales y cuando las razones del
servicio lo requieran, el Presidente del Tribunal Superior de Justicia podrá realizar
llamamientos para Órganos Judiciales de otra provincia perteneciente al ámbito
territorial de dicho Tribunal. En tales casos, los desplazamientos del Juez de
Adscripción Territorial darán lugar a las indemnizaciones que por razón del
servicio se determinen reglamentariamente.”
El referido artículo 2 bis de la Ley 38/1988, de 28 de diciembre, de Demarcación y
Planta Judicial (publicada en el BOE de 30 de diciembre de 1988), introducido por
la Disposición Adicional Quinta de la Ley 4/2010, de 2 de marzo, para la ejecución
en la Unión Europea de resoluciones judiciales de decomiso (publicada en el BOE
de 11 de marzo de 2010), establece que:
“1. En cada Tribunal Superior de Justicia, y para el ámbito territorial de la
provincia, se crean las plazas de Jueces de Adscripción Territorial que se fijan en
el anexo IV de esta Ley, de acuerdo con lo previsto en el artículo 347 bis de la
LOPJ.
2. El desarrollo posterior de estas plazas de Jueces de Adscripción Territorial así
29
como su modificación se efectuará mediante Real Decreto, de acuerdo con lo
establecido en el artículo 20 de esta Ley.”
Mediante Acuerdo de 27 de julio de 2010 (publicado en el BOE de 30 de
julio de 2010), http://www.boe.es/boe/dias/2010/07/30/pdfs/BOE-A-2010-12237.pdf
la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial, en funciones de
Pleno, aprobó la Instrucción 1/2010, sobre los Jueces de Adscripción Territorial, en
cuya Exposición de Motivos se manifiesta que:
“La reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, operada por la Ley Orgánica
1/2009, de 3 de noviembre, confiere carta de naturaleza a una nueva figura, a
saber la de los Jueces de Adscripción Territorial, cuyo régimen jurídico se
establece en el artículo 347 bis de la citada norma.
Los aspectos más destacables versan sobre su encuadramiento en los Tribunales
Superiores de Justicia, a cuya Presidencia se confiere la potestad de designar las
plazas en las que estos Jueces han de desempeñar funciones, con la finalidad de
cubrir vacantes, ausencias temporales del Titular del Órgano o llevar a cabo
funciones de refuerzo dentro del ámbito provincial para el que han sido
nombrados, si bien, excepcionalmente, también podrán actuar en Órganos
Judiciales emplazados en otra provincia distinta, incluida dentro del ámbito
territorial del Tribunal Superior de Justicia del que dependen.
Mediante la creación de esta Figura, auspiciada desde tiempo atrás por este
Consejo, se persigue una clara finalidad, que no es otra que la de reducir la
interinidad en el ejercicio de las funciones jurisdiccionales mediante la
potenciación de la cobertura temporal o refuerzo de los Órganos Judiciales por los
miembros de la Carrera Judicial. La culminación de este propósito ha de suponer
una mejora de la calidad del servicio, sin que esta afirmación suponga demérito
alguno al reconocimiento que la actuación desarrollada por la llamada Justicia
Interina merece.
La reforma del artículo 212.2, de la Ley Orgánica del Poder Judicial, operada por
la Ley Orgánica 19/2003, de 23 de diciembre, incide especialmente en el carácter
excepcional de los nombramientos de Magistrados Suplentes y Jueces Sustitutos,
pues decididamente se apostó por que las sustituciones en los Órganos Judiciales
se lleven a cabo, en la medida de lo posible, por los miembros de la Carrera
Judicial. La entronización de los Jueces de Adscripción Territorial supone
profundizar, con realismo, en la dirección antes apuntada, ya que a partir de la
efectiva entrada en funcionamiento de esta modalidad, buena parte de la actividad
hasta ahora desarrollada por la Justicia Interina va a ser realizada por verdaderos
Jueces profesionales.
Expresamente se recoge la preferencia de los Jueces de Adscripción Territorial
sobre los Magistrados Suplentes y Jueces Sustitutos para cubrir las vacantes y
ausencias temporales que se originen en los Órganos Judiciales o para participar
en las medidas de refuerzo.
Asimismo, también se contempla la preferencia de los nombramientos en favor de
determinados Órganos Judiciales unipersonales, relegándose a supuestos
excepcionales la participación de los Jueces de Adscripción Territorial en los
Órganos Colegiados. El criterio que se sigue, en este sentido, no es fruto del
capricho ni de la arbitrariedad, ya que lo que se pretende es que los Jueces de
Adscripción Territorial desempeñen sus funciones en aquellos Órganos en los que
su intervención resulte de mayor utilidad y provecho para la Administración de
Justicia.
También se incluyen una serie de pautas relativas al estatuto personal de los
Jueces de Adscripción Territorial. Sobre este particular, se opta por una
plena equiparación al resto de los miembros de la Carrera Judicial, ya que
no se entrevé razón alguna que justifique un trato diferenciado sobre este
particular.
Por último, se considera conveniente equiparar a estos Jueces con los que, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 118.2 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, quedan a disposición de los Presidentes de los Tribunales Superiores de
Justicia y prestan sus servicios en lugar distinto al de su residencia habitual,
reconociéndoles el derecho a devengar indemnizaciones por razón del servicio.”
31
Con un simple análisis de la Exposición de Motivos, vemos que el
Legislador Español, de nuevo viene a discriminar profundamente a la Justicia
Eventual, no sólo por las manifestaciones de profesionalidad en la exposición de
motivos, sino por cuanto además equipara en derechos, de retribución , alta en
seguridad social, a unos jueces con contrato indefinido con los demás, dejando
absolutamente carentes de tales coberturas, sueldo mensual, alta en seguridad
social y coberturas médicas a los Jueces eventuales, PESE
LABORES DE JUECES DE ADSCRIPCIÓN TERRITORIAL
SUSTITUTOS
Y
MAGISTRADOS
SUPLENTES
SÓN
A QUE LAS
Y JUECES
ABSOLUTAMENTE
IDÉNTICAS .
La regulación de los Jueces de Adscripción Territorial se contiene en el
Título VI (artículos 110 a 123) del Reglamento 2/2011, de la Carrera Judicial:
http://www.poderjudicial.es/stfls/cgpj/DOCUMENTACIÓN%20DEL
%20CPGJ/COMPENDIO%20DE%20DERECHO
%20JUDICIAL/FICHERO/REGLAMENTO%202%202011_1.0.0.pdf
De los que debemos destacar:
Artículo 115 establece que:
“1. Por designación del Presidente del Tribunal Superior de Justicia, a propuesta
de la Sala de Gobierno, los Jueces de Adscripción Territorial ejercerán sus
funciones jurisdiccionales en las plazas que se encuentren vacantes, como
refuerzo de Órganos Judiciales o en aquellas plazas cuyo titular se prevea que
estará ausente por más de tres meses o, excepcionalmente, por tiempo superior a
un mes. Para la cobertura de estas plazas, el llamamiento de los Jueces de
Adscripción Territorial será preferente al de los Magistrados Suplentes, de los
Jueces Sustitutos y de los Jueces en prácticas …/...”
Artículo 119 RCJ:
“Los Jueces de Adscripción Territorial gozarán de inamovilidad en los Órganos a
que hayan sido adscritos, hasta en tanto no se cubra la vacante de manera
ordinaria, se reintegre el Titular del Órgano Judicial o el Consejo General del
Poder Judicial acuerde la finalización de la medida de refuerzo, de oficio o a
propuesta del Presidente del Tribunal Superior de Justicia.”
Artículo 123 RCJ,
“Salvo lo expresamente previsto respecto de ellos, los Jueces de Adscripción
Territorial estarán sujetos a la misma regulación estatutaria e igual régimen
jurídico en materia de licencias y permisos que los restantes miembros de la
Carrera Judicial”.
Ahora bien, aparte de que la referida planta de Jueces de Adscripción
Territorial no ha permitido ni permitirá –ni es su finalidad– prescindir totalmente de
la intervención de Jueces y Magistrados eventuales en el ejercicio de las funciones
jurisdiccionales, reiteramos que el ritmo previsto de creación y cobertura de las
mencionadas plazas ha obligado a que la mayor parte de las suplencias y
sustituciones de larga duración hayan tenido que seguir realizándolas los
Magistrados Suplentes y los Jueces Sustitutos.
Por otra parte, aunque en la citada Exposición de Motivos de la Instrucción
1/2010, de la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial, sobre
los Jueces de Adscripción Territorial, se persiste en considerar que los
Magistrados Suplentes y los Jueces Sustitutos no son “verdaderos Jueces
profesionales”, es oportuno reiterar que el Tribunal Supremo ha manifestado que
su actuación sí reviste carácter profesional. Así, en este sentido, en el inciso
primero del apartado 2) del fundamento jurídico quinto de la Sentencia de la
Sección Séptima de la Sala Tercera del Tribunal Supremo de 7 de marzo de 2003.
Y si bien en la referida Exposición de Motivos se manifiesta que la culminación del
propósito de reducir la intervención de los Magistrados Suplentes y los Jueces
Sustitutos “ha de suponer una mejora de la calidad del servicio”, sin dato objetivo o
razón que lo avale, se añade que esta última afirmación no supone “demérito
alguno al reconocimiento que la actuación desarrollada por la llamada Justicia
Interina merece”.
33
En cuanto al régimen retributivo de los Jueces de Adscripción
Territorial, la Disposición Adicional Octava de la Ley 15/2003, de 26 de mayo,
reguladora del régimen retributivo de las Carreras Judicial y Fiscal (publicada en el
BOE de 27 de mayo de 2003), introducida por la Ley 13/2009, de 3 de noviembre,
de reforma de la Legislación procesal para la implantación de la nueva Oficina
Judicial (publicada en el BOE de 4 de noviembre de 2009), en la redacción dada a
la misma por la Ley 4/2010, de 2 de marzo, para la ejecución en la Unión Europea
de resoluciones judiciales de decomiso (publicada en el BOE de 11 de marzo de
2010), establece que:
“Los Jueces de Adscripción Territorial a los que se refiere el artículo 347 bis de la
Ley Orgánica del Poder Judicial percibirán, en concepto de retribuciones
complementarias fijadas en esta Ley:
1. Por grupo de población, el complemento de destino correspondiente a los
Magistrados del Tribunal Superior de Justicia al que estuvieran adscritos.
2. Por representación, el complemento de destino correspondiente a los
Magistrados de los Órganos Unipersonales del grupo de población que les
corresponda conforme a lo previsto en el apartado anterior.
Las retribuciones básicas serán las previstas en esta Ley de acuerdo con su
categoría.”
Artículo 122 RCJ:
“Cuando los Jueces de Adscripción Territorial sean destinados a prestar sus
servicios en plazas distintas de la de su residencia habitual, radicada dentro del
ámbito de la provincia para la cual han sido nombrados, devengarán las
indemnizaciones correspondientes por razón del servicio a que se refiere el
artículo 118 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.”
Con todo ello podemos concluir que se creó “ex profeso” un Cuerpo de
Jueces Titulares o con contrato indefinido sometidos a idéntica regulación
estatutaria que los restantes miembros de la Carrera Judicial, que son llamados a
ejercer las mismas funciones que desempeñan los Magistrados Suplentes y
los Jueces Sustitutos, con carácter preferente a éstos (así lo establece el
artículo 115.1 RCJ), y que no son retribuidos, como los miembros de la judicatura
eventual , por días de llamamientos, sino con un sueldo mensual íntegro, sin
que tal diferencia retributiva en perjuicio de los Magistrados y Jueces con
contrato temporal pueda encontrar justificación en dicha temporalidad, pero
es más mientras los JUECES EVENTUALES, no se hallan en situación de alta
en el régimen de seguridad social durante todo su contrato, y por ende sin
cotización, ni cobertura médica, siendo de contrario que sí se hallan en tal
situación de cobertura los JUECES DE ADSCRIPCIÓN TERRITORIAL.
La DISCRIMINACIÓN DE LA JUDICATURA EVENTUAL, sigue y persiste
por parte del Estado Español, en el sistema retributivo de los Magistrados
Suplentes y de los Jueces Sustitutos establecido en el artículo 5 del Real Decreto
431/2004, de 12 de marzo, por el que se regulan las retribuciones previstas en la
Disposición Transitoria Tercera de la Ley 15/2003, de 26 de mayo, reguladora del
régimen retributivo de las Carreras Judicial y Fiscal. No entraremos ya en las
múltiples demandas y sentencias de los Tribunales Españoles en cuanto a ello
pero si debemos referir que el Real Decreto 431/2004, de 12 de marzo (publicado
en el BOE de 23 de marzo de 2004), por el que se regulan las retribuciones
previstas en la Disposición Transitoria Tercera de la Ley 15/2003, de 26 de mayo,
reguladora del régimen retributivo de las Carreras Judicial y Fiscal (publicada en el
BOE de 27 de mayo de 2003), que en su Disposición Adicional Única se añade
que “Las cuantías establecidas en este Real Decreto se actualizarán de acuerdo
con las previsiones contenidas en las sucesivas Leyes de Presupuestos
Generales del Estado”, pero ello viene condicionado por lo establecido en el
apartado 3 del artículo 5 del citado Real Decreto pretende condicionar “la
efectividad de la retribución de los Magistrados Suplentes y de los Jueces
Sustitutos” a que sus llamamientos (realizados, respectivamente, por los
Presidentes de las Audiencias Provinciales y por los Jueces Decanos –así como
también, en cuanto a los Jueces Sustitutos, por los Presidentes de las Audiencias
Provinciales y de los Tribunales Superiores de Justicia–, aparte de los efectuados
35
por el Presidente del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional) hayan ido
acompañados de sendos informes favorables “sobre suficiencia presupuestaria”,
emitidos mensualmente por el Ministerio de Justicia; y esto, unido a una
interpretación a sensu contrario de lo dispuesto en el párrafo primero del apartado
4 de ese artículo –sostenida por dicho Ministerio y recogida en alguna Sentencia,
conforme a la cual los mencionados Magistrados Suplentes y Jueces Sustitutos no
devengarán “las retribuciones correspondientes a los puestos de trabajo que
desempeñen”, si las Salas de Gobierno de los Tribunales Superiores de Justicia
autorizaron aquellos llamamientos sin los referidos informes favorables de
suficiencia presupuestaria, conduce a que los interesados se vean privados en
estas circunstancias de su derecho al salario, consustancial a toda relación
laboral, o de servicio de los funcionarios públicos, y a que como mucho
puedan obtener una indemnización en concepto de resarcimiento por los
daños y perjuicios sufridos, pero sin ser dados de alta en el Régimen
General de la Seguridad Social y sin que se practiquen las correspondientes
cotizaciones al mismo.
Conforme a ello se contraviene el derecho a percibir la remuneración
legalmente establecida, que surge en el momento en que el trabajador o
funcionario efectúa la prestación profesional de los servicios retribuidos por cuenta
ajena a los que se ha comprometido, y no puede supeditarse a la existencia de
fondos para retribuirlos, so pena de desvirtuar la naturaleza de la relación
existente entre dicho trabajador o funcionario y quien lo emplea o debe satisfacer
el salario. Todo ello debe ponerse en relación con lo establecido en el artículo
105.5 RCJ “La incomparecencia injustificada del Magistrado Suplente o Juez
Sustituto supondrá la renuncia al Cargo para el que fue nombrado”, si tales
llamamientos no se han autorizado por las Salas de Gobierno de los respectivos
Tribunales Superiores de Justicia –que en estos casos ejercen funciones
gubernativas sujetas a la supervisión del Ministerio de Justicia, que en última
instancia debe responder de la regularidad de las mismas– en las condiciones
previstas en los apartados 1 a 3 del artículo 5 del Real Decreto 431/2004, de 12 de
marzo, y en consecuencia no existe presupuesto suficiente para retribuir a los
Magistrados Suplentes y a los Jueces Sustitutos, de forma increíble REQUERIDO
AL LLAMAMIENTO SI NO EXISTE DOTACIÓN PRESUPUESTARIA NO SE
COMPARECIESE SERÍA CESADO INMEDIATAMENTE, haciendo pues recaer
las consecuencias de la falta de presupuesto en el propio trabajador, si no
comparece es despedido y si comparece y trabaja a sabiendas de la falta de
presupuesto no será retribuido, privándoles del derecho al salario que se
reconoce en el artículo 35.1 CE, con infracción también del artículo 14 CE, ya
que los Magistrados y Jueces Titulares, al realizar idéntico trabajo, cobran
en todo caso las retribuciones correspondientes, al igual que perciben
íntegramente las relativas a los días de los permisos o de las licencias que
motivaron las suplencias o las sustituciones impagadas, pues respecto de
ellos no se hace depender su devengo de la existencia de crédito
presupuestario, naturalmente.
Además de ello, el artículo 5 del mencionado Real Decreto tampoco prevé
la retribución de los días dedicados a estudiar los asuntos y a redactar las
resoluciones, ni del tiempo empleado en la deliberación de los recursos en los
Tribunales que se prolongue más allá de los días inicialmente señalados a tal
efecto, ni de la antigüedad, con clara infracción del apartado cuarto de la cláusula
cuarta de Directiva 1999/70/CE del Consejo, de 28 de junio de 1999, relativa al
Acuerdo Marco de la CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración
determinada, y de la Jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea
sobre el particular, ni de los gastos por razón de servicio que, en su caso, les
correspondan, ni de la disponibilidad permanente que, en general, tiene,
además, carácter exclusivo, ya que, en virtud de lo dispuesto en los artículos
201.4 LOPJ y 101 RCJ, la judicatura eventual sometidos al régimen de
incompatibilidades y prohibiciones establecido para los Titulares en los
artículos 389 a 397 LOPJ, por lo que, de conformidad con el artículo 389.5º.
LOPJ, las únicas actividades retribuidas a las que pueden dedicarse al
margen del ejercicio de la función jurisdiccional son “la docencia o
investigación jurídica, así como la producción y creación literaria, artística,
37
científica y técnica y las publicaciones derivadas de aquélla “.
Resulta por ende evidente en cumplimiento de los PRINCIPIO DE
IGUALDAD así como en cumplimiento de la CLÁUSULA 4ª DE LA YA
REFERIDA DIRECTIVA 1999/70 CE QUE DEBIENDO SER TRATADOS EN
IGUALDAD CON LOS TRABAJADORES O FUNCIONARIOS CON CONTRATO
INDEFINIDO, deben ser retribuidos con un salario mensual IDÉNTICO Y EN
LAS
MISMAS
CONDICIONES
QUE
LOS
JUECES
DE
ADSCRIPCIÓN
TERRITORIAL durante todo el tiempo del respectivo nombramiento, que
garantizase su independencia económica, lo que necesariamente DEBE DAR
LUGAR al alta en el Régimen General de la Seguridad Social y a la
consiguiente cotización al mismo por idéntico período (y no sólo por los días
de llamamientos certificados que, además, como seguidamente veremos,
dependiendo de la forma en que se realicen dichos llamamientos, ni siquiera son
todos los que lógicamente corresponderían), evitándose así las penosas
consecuencias del sistema retributivo expuesto, que se están dando de modo
habitual tanto en el ámbito laboral como en el asistencial, llegando a carecer con
mucha frecuencia del derecho a las prestaciones de dicho Régimen General,
incluida la asistencia sanitaria, por todo lo cual tampoco concuerda con lo
establecido en el artículo 402 LOPJ.
No podemos concluir el presente apartado sin una referencia explícita y
concreta a la Sentencia del Tribunal de la Unión Europea de 22 de diciembre de
2010 [affs. 444/09 y 456/09 (Gavieiro Gavieiro e Iglesias Torres v Consellería de
Educación e Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia), Rec. 2010 I–14031],
http://curia.europa.eu/juris/liste.jsf?num=C-444/09&language=es .
De la que debemos destacar para sintetizar, EL MARCO JURÍDICO DE LA
QÜESTIÓN EN DERECHO EUROPEO Y ESTATAL (ESPAÑOL):
Marco jurídico
Normativa de la Unión
3
Según el artículo 1 de la Directiva 1999/70, ésta tiene por objeto aplicar el Acuerdo marco
[…], que figura en el anexo, celebrado […] entre las organizaciones interprofesionales de
carácter general (UNICE, CEEP y CES).
4
A tenor del artículo 2, párrafos primero y tercero, de dicha Directiva:
«Los Estados miembros pondrán en vigor las disposiciones legales, reglamentarias y
administrativas necesarias para dar cumplimiento a lo establecido en la presente Directiva a
lo más tardar el 10 de julio de 2001 o se asegurarán de que, como máximo en dicha fecha,
los interlocutores sociales hayan establecido las disposiciones necesarias mediante
acuerdo, adoptando los Estados miembros todas las disposiciones necesarias para poder
garantizar en todo momento los resultados fijados por la presente Directiva. Informarán
inmediatamente de ello a la Comisión.
[…]
Cuando los Estados miembros adopten las disposiciones contempladas en el apartado 1,
éstas harán referencia a la presente Directiva o irán acompañadas de dicha referencia en su
publicación oficial. Los Estados miembros establecerán las modalidades de la mencionada
referencia.»
5
En virtud de su artículo 3, la Directiva 1999/70 entró en vigor el 10 de julio de 1999, fecha de
su publicación en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas.
6
A tenor de la cláusula 1 del Acuerdo marco, su objeto:
«[…] es:
7
a)
mejorar la calidad del trabajo de duración determinada garantizando el respeto al
principio de no discriminación;
b)
establecer un marco para evitar los abusos derivados de la utilización de sucesivos
contratos o relaciones laborales de duración determinada.»
La cláusula 2, apartado 1, del Acuerdo marco es del siguiente tenor:
«El presente Acuerdo se aplica a los trabajadores con un trabajo de duración determinada
cuyo contrato o relación laboral esté definido por la legislación, los convenios colectivos o las
prácticas vigentes en cada Estado miembro.»
8
La cláusula 3, apartado 1, del Acuerdo marco define al trabajador con un trabajo de duración
determinada como «el trabajador con un contrato de trabajo o una relación laboral
concertados directamente entre un empresario y un trabajador, en los que el final del
contrato de trabajo o de la relación laboral viene determinado por condiciones objetivas tales
como una fecha concreta, la realización de una obra o servicio determinado o la producción
de un hecho o acontecimiento determinado».
9
La cláusula 4, apartados 1 y 4, del Acuerdo marco, titulada «Principio de no discriminación»,
establece:
«1.
Por lo que respecta a las condiciones de trabajo, no podrá tratarse a los trabajadores
con un contrato de duración determinada de una manera menos favorable que a los
trabajadores fijos comparables por el mero hecho de tener un contrato de duración
39
determinada, a menos que se justifique un trato diferente por razones objetivas.
[…]
4.
Los criterios de antigüedad relativos a determinadas condiciones de trabajo serán los
mismos para los trabajadores con contrato de duración determinada que para los
trabajadores fijos, salvo que criterios de antigüedad diferentes vengan justificados por
razones objetivas.»
Normativa nacional
10
El artículo 149, apartado 1, regla 18ª, de la Constitución confiere al Estado competencia
exclusiva sobre las bases del régimen jurídico de las Administraciones Públicas y del
régimen estatutario de sus funcionarios.
11
Con arreglo al artículo 4 de la Ley articulada de Funcionarios Civiles del Estado, aprobada
mediante el Decreto 315/1964, de 7 de febrero, (BOE nº 40, de 15 de febrero de 1964,
p. 2045; en lo sucesivo, «LFCE»), son funcionarios de carrera los que, en virtud de
nombramiento legal desempeñan servicios de carácter permanente, figuran en las
correspondientes plantillas y perciben sueldos o asignaciones fijas con cargo a las
consignaciones de personal de los Presupuestos Generales del Estado.
12
El artículo 5, apartado 2, de la LFCE dispone que son funcionarios interinos los que, por
razón de necesidad o urgencia, ocupan plazas de plantilla en tanto no se provean por
funcionarios de carrera.
13
Con arreglo al artículo 104, apartado 3, de la LFCE, los funcionarios interinos percibían el
sueldo correspondiente al cuerpo a que perteneciera la vacante.
14
El artículo 105 de la LFCE establecía que a los funcionarios de empleo les será aplicable
por analogía, y en cuanto sea adecuado a la naturaleza de su condición, el régimen general
de los funcionarios de carrera, con excepción del derecho a la permanencia en la función, a
niveles de remuneración determinados, o al régimen de clases pasivas.
16
En virtud de la competencia exclusiva que le confiere el artículo 149, apartado 1, regla 18ª,
de la Constitución, el Estado español adoptó la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto
Básico del Empleado Público, (BOE nº 89, de 13 de abril de 2007, p. 16270; en lo
sucesivo, «LEBEP»).
17
Con arreglo a su artículo 2, apartado 1, la LEBEP se aplica al personal funcionario y en lo
que proceda al personal laboral al servicio, entre otras, de las Administraciones de las
Comunidades Autónomas.
18
El artículo 8 de la LEBEP es del siguiente tenor:
«1.
Son empleados públicos quienes desempeñan funciones retribuidas en las
Administraciones Públicas al servicio de los intereses generales.
2.
Los empleados públicos se clasifican en:
a)
Funcionarios de carrera.
19
b)
Funcionarios interinos.
c)
Personal laboral, ya sea fijo, por tiempo indefinido o temporal.
d)
Personal eventual.»
Los funcionarios de carrera y los interinos se definen en los artículos 9 y 10 de la LEBEP en
los mismos términos que en la LFCE.
En el supuesto de autos de la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea de 22 de diciembre de 2010, affs. 444/09 y 456/09 (Gavieiro Gavieiro e
Iglesias Torres v Consellería de Educación e Ordenación Universitaria de la Xunta
de Galicia), Rec. 2010 I–14031,
29
Al considerar que la solución del litigio del que conoce requiere una interpretación del
Acuerdo marco, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 3 de A Coruña decidió
suspender el curso del procedimiento y plantear al Tribunal de Justicia la cuestión prejudicial
siguiente:
«Qué significa la expresión “criterios de antigüedad diferentes” que se contiene en el punto 4
de la cláusula 4 del Acuerdo marco [anexo a] la Directiva 1999/70/CE, y si es una “razón
objetiva” que justifique la diferencia de trato en la percepción de la antigüedad, la mera
relación temporal del servicio de los empleados públicos?»
Debe destacarse de la mentada sentencia en cuanto a cuestiones prejudiciales:
38
A este respecto, procede recordar que el Tribunal de Justicia ha declarado ya que tanto del
tenor literal de la Directiva 1999/70 y del Acuerdo marco como del sistema y la finalidad de éstos
se deduce, que las disposiciones contenidas en ellos se aplican a los contratos y relaciones
laborales de duración determinada celebrados por los órganos de la Administración y demás
entidades del sector público (sentencias de 4 de julio de 2006, Adeneler y otros, C-212/04, Rec.
p. I-6057, apartados 54 y 57; de 7 de septiembre de 2006, Marrosu y Sardino, C-53/04, Rec.
p. I-7213, apartados 40 a 43, y Vassallo, C-180/04, Rec. p. I-7251, apartados 32 a 35, y Del Cerro
Alonso, antes citada, apartado 25).
39
En efecto, como se desprende de la cláusula 2, apartado 1, del Acuerdo marco, su ámbito de
aplicación personal está concebido de manera extensiva, al referirse con carácter general a los
«trabajadores con un trabajo de duración determinada cuyo contrato o relación laboral esté
definido por la legislación, los convenios colectivos o las prácticas vigentes en cada Estado
miembro» (véanse las sentencias Adeneler y otros, antes citada, apartado 56; de 23 de abril de
2009, Angelidaki y otros, C-378/07 a C-380/07, Rec. p. I-3071, apartado 114, y de 24 de junio de
2010, Sorge, C-98/09, Rec. p. I-0000, apartado 30).
40
La definición, a efectos del Acuerdo marco del concepto de «trabajador con contrato de
duración determinada», formulada en la cláusula 3, apartado 1, de dicho Acuerdo, engloba a
todos los trabajadores, sin establecer diferencias en función del carácter público o privado del
empleador para el que trabajan (sentencia Adeneler y otros, antes citada, apartado 56).
41
Además, habida cuenta de la importancia de los principios de igualdad de trato y de no
discriminación, que forman parte de los principios generales del Derecho de la Unión, a las
disposiciones previstas por la Directiva 1999/70 y el Acuerdo marco a efectos de garantizar que
41
los trabajadores con un contrato de duración determinada disfruten de las mismas ventajas que
los trabajadores por tiempo indefinido comparables, salvo que esté justificado un trato
diferenciado por razones objetivas, debe reconocérseles un alcance general, dado que
constituyen normas de Derecho social de la Unión de especial importancia de las que debe
disfrutar todo trabajador, al ser disposiciones protectoras mínimas (sentencia Del Cerro Alonso,
antes citada, apartado 27).
42
En consecuencia, la Directiva 1999/70 y el Acuerdo marco se aplican a todos los trabajadores
cuyas prestaciones sean retribuidas en el marco de una relación laboral de duración
determinada que los vincule a su empleador (sentencia Del Cerro Alonso, antes citada,
apartado 28).
43
La mera circunstancia de que un empleo sea calificado como «de plantilla» con arreglo al Derecho
nacional y presente alguno de los elementos que caracterizan a la función pública del Estado miembro
de que se trate carece de relevancia a este respecto, so pena de desvirtuar gravemente la eficacia de
la Directiva 1999/70 y del Acuerdo marco así como la aplicación uniforme de éstos en los Estados
miembros, reservando a estos últimos la posibilidad de excluir a su arbitrio a determinadas categorías
de personas del beneficio de la protección requerida por estos instrumentos del Derecho de la Unión
(véase la sentencia Del Cerro Alonso, antes citada, apartado 29).
44
Toda vez que es pacífico que la Sra. Iglesias Torres trabajó durante más de 9 años en diversos centros
educativos de la Comunidad Autónoma de Galicia como funcionaria interina y que, por otro lado, el
litigio principal versa sobre la situación de los funcionarios de carrera comparada con la de los
funcionarios interinos, está incluida en el ámbito de aplicación personal de la Directiva 1999/70 y del
Acuerdo marco.
45
Por tanto, procede responder a la primera cuestión planteada en el asunto C-456/09 que un miembro
del personal interino de la Comunidad Autónoma de Galicia, como la demandante en el litigio principal,
está incluido en el ámbito de aplicación personal de la Directiva 1999/70 y en el del Acuerdo marco.
Sobre la única cuestión planteada en el asunto C- 444/09
…/…
47
Procede recordar con carácter previo que a tenor de la cláusula 1, letra a), del Acuerdo marco, uno de
sus objetivos es mejorar la calidad del trabajo de duración determinada garantizando el respeto al
principio de no discriminación. De igual modo, el párrafo tercero de la exposición de motivos de este
Acuerdo marco precisa que éste «ilustra la voluntad de los interlocutores sociales de establecer un
marco general para garantizar la igualdad de trato a los trabajadores con un contrato de duración
determinada, protegiéndolos contra la discriminación». El decimocuarto considerando de la Directiva
1999/70 precisa al efecto que el objetivo del Acuerdo marco consiste, en particular, en mejorar la
calidad del trabajo de duración determinada estableciendo condiciones mínimas que garanticen la
aplicación del principio de no discriminación.
48
El Acuerdo marco, y en particular su cláusula 4, tiene por objeto la aplicación de dicho principio a los
trabajadores con un contrato de duración determinada con la finalidad de impedir que una relación
laboral de esta naturaleza sea utilizada por un empleador para privar a dichos trabajadores de
derechos reconocidos a los trabajadores con contrato de duración indefinida (sentencia Del Cerro
Alonso, antes citada, apartado 37).
49
Según el Tribunal de Justicia, habida cuenta de los objetivos que persigue el Acuerdo marco,
recordados en los dos apartados anteriores, la cláusula 4 del Acuerdo marco debe interpretarse en el
sentido de que expresa un principio de Derecho social de la Unión que no puede ser interpretado de
manera restrictiva (véanse las sentencias, antes citadas, Del Cerro Alonso, apartado 38, e Impact,
apartado 114).
../…
52
En estas circunstancias, como alegó acertadamente la Comisión, una diferencia de trato como la que
establece la normativa española en el litigio principal debe analizarse a la luz de la cláusula 4, apartado
1, del Acuerdo marco.
53
Como se deriva de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, por lo que se refiere a complementos
salariales por antigüedad como los controvertidos en el litigio principal, los trabajadores con contrato de
duración determinada no pueden, sin que exista justificación objetiva alguna, ser tratados de manera
menos favorable que los trabajadores fijos que se encuentran en una situación comparable (véanse, en
este sentido, las sentencias, antes citadas, Del Cerro Alonso, apartados 42 y 47, e Impact,
apartado 126).
54
En cuanto a si la naturaleza temporal de la relación de servicio de determinados empleados
públicos supone, por sí sola, una razón objetiva, en el sentido de la cláusula 4 del Acuerdo
marco, cabe recordar que el Tribunal de Justicia ya ha declarado que debe entenderse que el
concepto de razones objetivas que figura en el apartado 1 de dicha cláusula no permite
justificar una diferencia de trato entre trabajadores con un contrato de duración determinada y
trabajadores fijos por el hecho de que aquélla esté prevista por una norma nacional general y
abstracta, como una ley o un convenio colectivo (sentencia Del Cerro Alonso, antes citada,
apartado 57).
…/…
56
En cambio, el recurso a la mera naturaleza temporal de la relación de servicio del personal de la
Administración Pública no es conforme a estos requisitos y, por tanto, no puede constituir una razón
objetiva, en el sentido de la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco.
57
En efecto, una diferencia de trato por lo que se refiere a las condiciones de trabajo entre trabajadores
con contrato de trabajo de duración determinada y trabajadores fijos no puede justificarse por un
criterio que se refiere a la duración misma de la relación laboral de manera general y abstracta. Admitir
que la mera naturaleza temporal de una relación laboral basta para justificar tal diferencia privaría de
contenido a los objetivos de la Directiva 1999/70 y del Acuerdo marco, recordados en los apartados 47
y 48 de la presente sentencia. En lugar de mejorar la calidad del trabajo con contrato de duración
determinada y promover la igualdad de trato buscada tanto por la Directiva 1999/70 como por el
Acuerdo marco, el recurso a tal criterio equivaldría a perpetuar el mantenimiento de una situación
desfavorable para los trabajadores con contrato de duración determinada.
Sobre la segunda cuestión en el asunto C- 456/09
59
Mediante la segunda cuestión en el asunto C-456/09, el órgano jurisdiccional remitente desea saber, en
esencia, si la mera circunstancia de que una norma nacional como el artículo 25, apartado 2, de la
LEBEP, no contenga ninguna referencia a la Directiva 1999/70 excluye que dicha norma pueda
considerarse una transposición al Derecho interno de dicha Directiva.
60
La Consellería, el Gobierno español y la Comisión alegan, contrariamente a lo que afirma la
Sra. Iglesias Torres, que cabe considerar el artículo 25, apartado 2, de la LEBEP una norma nacional
de transposición de la Directiva 1999/70 al Derecho interno, aunque en su exposición de motivos no
haga referencia a ésta ni a ninguna otra norma de la Unión.
61
A este respecto, es preciso recordar que el artículo 2, párrafo tercero, de la Directiva 1999/70 establece
que, cuando los Estados miembros adopten las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas
contempladas en el apartado 1, éstas harán referencia a la presente Directiva o irán acompañadas de
dicha referencia en su publicación oficial.
62
Cuando una directiva prevé expresamente que las disposiciones de adaptación del Derecho interno a la
citada directiva hagan referencia a esta última o vayan acompañadas de dicha referencia en su
publicación oficial, es necesario adoptar un acto positivo de adaptación del Derecho interno (véanse las
43
sentencias de 18 de diciembre de 1997, Comisión/España, C-361/95, Rec. p. I-7351, apartado 15, y de
29 de octubre de 2009, Comisión/Polonia, C-551/08, apartado 23).
63
Si bien es cierto que los Estados miembros pueden ser condenados por haber incumplido las
obligaciones que les incumben en virtud del artículo 2, párrafo tercero, de la Directiva 1999/70,
mediante un recurso por incumplimiento interpuesto con arreglo al artículo 258 TFUE, de ello no se
deduce necesariamente, como alegó acertadamente la Comisión, que una medida nacional que no
hace referencia en su exposición de motivos a la directiva de que se trate no pueda considerarse una
medida válida de transposición de ésta al Derecho interno.
64
Toda vez que incumbe a los Estados miembros no sólo adaptar formalmente su ordenamiento jurídico a
las directivas de la Unión, sino también asegurarse de que las obligaciones que le incumben en virtud
de estas directivas se respetan plenamente y en todo momento, no se puede excluir que un Estado
miembro que en un primer momento ha buscado transponer una directiva y dar cumplimiento a sus
obligaciones en virtud del Derecho de la Unión se percate, en particular como consecuencia de
recursos interpuestos ante los tribunales nacionales o de un recurso interpuesto por la Comisión con
arreglo al artículo 258 TFUE, de que las disposiciones de su Derecho interno no han transpuesto
correcta o completamente adaptadas el Derecho de la Unión, y, en esas circunstancias, deben
modificarse.
65
En el caso de autos, consta que la modificación de la normativa nacional introducida por la LEBEP se
llevó a cabo porque el asunto que había dado lugar a la sentencia Del Cerro Alonso, antes citada,
relativa a los mismos trienios que en el litigio principal, puso de manifiesto la diferencia de trato, en
cuanto al derecho al pago de dicho complemento, entre el personal estatutario y el personal interino al
servicio de una entidad perteneciente a la Administración Pública de una Comunidad Autónoma
española.
66
Si bien corresponde al juez nacional, que es el único competente para interpretar el Derecho nacional,
comprobar en el caso de autos si, habida cuenta del tenor del artículo 25, apartado 2, de la LEBEP, del
objetivo que persigue y de las circunstancias de su adopción, esta disposición constituye una medida
de transposición de la Directiva 1999/70 al Derecho interno, el mero hecho de que no contenga
ninguna referencia a esta Directiva no excluye que pueda considerarse como tal.
67
En estas circunstancias, procede responder a la segunda cuestión planteada en el asunto C-456/09
que la mera circunstancia de que una disposición nacional, como el artículo 25, apartado 2, de la
LEBEP, no contenga ninguna referencia a la Directiva 1999/70 no excluye que dicha disposición pueda
ser considerada una medida nacional de transposición de esta Directiva al Derecho interno.
Sobre la cuarta cuestión en el asunto C-456/09
68
Dado que, como se desprende de la respuesta a la cuestión planteada en el asunto C-444/09, un
complemento salarial por antigüedad como el controvertido en el litigio principal está incluido, en la
medida en que constituye una condición de trabajo, en la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco,
es necesario reformular la cuarta cuestión en el asunto C-456/09 para dar una respuesta útil al tribunal
remitente.
69
En efecto, mediante dicha cuestión el tribunal remitente pregunta, en esencia, si en un litigio como el
principal la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco puede ser invocada por particulares ante un
órgano jurisdiccional nacional para que se les reconozca el derecho a trienios en relación con el
período comprendido entre la expiración del plazo impartido a los Estados miembros para adaptar su
Derecho interno a la Directiva 1999/70 y la fecha de entrada en vigor de la ley nacional que transpone
esta Directiva al Derecho interno del Estado miembro de que se trata.
70
Tanto la Consellería como el Gobierno español, en las observaciones que han formulado en los
asuntos C-444/09 y C-456/09, han insistido en la imposibilidad de que un particular pueda basarse en
el efecto directo de una disposición de una directiva desde el momento en que una medida nacional ha
transpuesto esta directiva al Derecho interno del Estado miembro de que se trata. Según el Gobierno
español, cuando las demandantes en los litigios principales presentaron sus recursos administrativos,
el Derecho español relativo al pago de los trienios ya había transpuesto la Directiva 1999/70, de modo
que sus derechos emanan del artículo 25 de la LEBEP, y no de esta Directiva. Consideran que el
mantenimiento del efecto directo de ésta en circunstancias como las de los asuntos principales
equivaldría a poner en tela de juicio, sin ningún límite en el tiempo, la eficacia de las normas de los
Estados miembros, las cuales, aunque ya hayan transpuesto el contenido de una directiva
correctamente al Derecho interno, han sido adoptadas tras finalizar el plazo de transposición.
71
No obstante, esta argumentación parece ignorar la naturaleza de los recursos interpuestos por las
demandantes en los litigios principales ante el juez nacional y, por tanto, desconoce la pertinencia en
relación con los litigios principales de la cuarta cuestión planteada por el tribunal remitente en el asunto
C-456/09, relativa al efecto directo de la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco.
72
La obligación de los Estados miembros, derivada de una directiva, de alcanzar el resultado que ésta
prevé, así como su deber, conforme al artículo 4 TFUE, apartado 3, de adoptar todas las medidas
generales o particulares apropiadas para asegurar el cumplimiento de dicha obligación, se imponen a
todas las autoridades de los Estados miembros, incluidas, en el marco de sus competencias, las
autoridades judiciales. Tales obligaciones pesan sobre estas autoridades, incluidas, en su caso, las
autoridades en su condición de empleador público (sentencia Impact, antes citada, apartados 41 y 85 y
jurisprudencia citada).
73
Si no es posible proceder a una interpretación y aplicación de la normativa nacional conforme con las
exigencias del Derecho de la Unión, los órganos jurisdiccionales nacionales y los órganos de la
Administración están obligados a aplicarlo íntegramente y tutelar los derechos que éste concede a los
particulares, así como abstenerse de aplicar, en su caso, cualquier disposición contraria del Derecho
interno (véanse, en este sentido, las sentencias de 22 de junio de 1989, Costanzo, 103/88, Rec.
p. 1839, apartado 33, y de 14 de octubre de 2010, Fuß, C-243/09, Rec. p. I-0000, apartado 63).
74
En el caso de autos, el tribunal remitente solicita que se declare si la cláusula 4, apartado 1, del
Acuerdo marco tiene efecto directo en el marco de dos litigios relativos a profesores interinos que
trabajan para la Comunidad Autónoma de Galicia los cuales, hasta la entrada en vigor de la LEBEP y
la modificación de la LFCE que aquélla llevó a cabo, no tuvieron derecho al abono de trienios por esta
Comunidad Autónoma y desean obtener, con efecto retroactivo, el reconocimiento de dicho derecho en
relación con el período comprendido entre la fecha de expiración del plazo impartido a los Estados
miembros para transponer la Directiva 1999/70 a su Derecho interno y la de entrada en vigor de la
LEBEP, sin perjuicio del respeto de las disposiciones pertinentes del Derecho nacional en materia de
prescripción.
75
Dado que el principio de tutela judicial efectiva es un principio general del Derecho de la Unión
reconocido, además, en el artículo 47 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión
Europea, corresponde a los órganos jurisdiccionales nacionales, si no existe una medida que adapte
correctamente el Derecho español a la Directiva 1999/70 durante dicho período, asegurar la protección
jurídica que para los justiciables se deriva de las disposiciones del Derecho de la Unión y garantizar su
pleno efecto (véase, en este sentido, la sentencia Impact, antes citada, apartados 42 y 43 y
jurisprudencia citada).
76
Se desprende de reiterada jurisprudencia que, siempre que las disposiciones de una directiva resulten
ser, desde el punto de vista de su contenido, incondicionales y suficientemente precisas, los
particulares podrán invocarlas frente al Estado, particularmente en su condición de empleador (en este
sentido, véanse, en particular, las sentencias de 26 de febrero de 1986, Marshall, 152/84, Rec. p. 723,
apartados 46 y 49; de 20 de marzo de 2003, Kutz-Bauer, C-187/00, Rec. p. I-2741, apartados 69 y 71,
e Impact, antes citada, apartado 57).
77
El Tribunal de Justicia ya ha declarado que esta jurisprudencia puede trasladarse a acuerdos que,
como el Acuerdo marco, han nacido de un diálogo mantenido, sobre la base del artículo 155 TFUE,
apartado 1, entre interlocutores sociales en el ámbito de la Unión y han sido aplicados, conforme al
apartado 2 de este artículo, mediante una directiva del Consejo de la Unión Europea, de la que,
entonces, forman parte (sentencia Impact, antes citada, apartado 58).
45
78
La cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco prohíbe de manera general y en términos inequívocos
cualquier diferencia de trato no justificada objetivamente respecto a los trabajadores con contratos de
duración determinada por lo que se refiere a las condiciones de trabajo. De este modo, su contenido es
lo suficientemente preciso para que pueda ser invocada por un justiciable y aplicada por el juez
(sentencias Impact, antes citada, apartado 60, y de 22 de abril de 2010, Zentralbetriebsrat der
Landeskrankenhäuser Tirols, C-486/08, Rec. p. I-0000, apartado 24).
79
Por otra parte, la prohibición precisa impuesta por la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco no
necesita la adopción de ningún acto de las instituciones de la Unión y no confiere, en modo alguno, a
los Estados miembros la facultad de condicionar o de restringir, al adaptar el Derecho interno a dicha
disposición, el alcance de la prohibición que impone en materia de condiciones de trabajo (sentencia
Impact, antes citada, apartado 62).
80
Es cierto que dicha disposición, respecto al principio de no discriminación que contiene, establece una
reserva relativa a las justificaciones basadas en razones objetivas.
81
Sin embargo, la aplicación de esta reserva puede controlarse jurisdiccionalmente, de modo que la
posibilidad de invocarla no impide considerar que la disposición examinada confiere a los particulares
derechos que pueden invocar ante los tribunales nacionales y que éstos deben salvaguardar
(sentencia Impact, antes citada, apartado 64).
82
También cabe recordar que, cuando los justiciables pueden ampararse en una directiva frente al
Estado, pueden hacerlo independientemente de cuál sea la condición en que actúa este último,
empleador o autoridad pública. En efecto, en uno y otro caso ha de evitarse que el Estado pueda
obtener ventajas de su incumplimiento del Derecho de la Unión (véanse, en este sentido, las
sentencias Marshall, antes citada, apartado 49, y de 12 de julio de 1990, Foster y otros, C-188/89, Rec.
p. I-3313, apartado 17).
83
De ello se desprende que la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco es incondicional y
suficientemente precisa para que los particulares puedan invocarla frente al Estado ante un juez
nacional.
84
En el litigio principal, la Consellería alega también que no cabe aducir el efecto directo de dicha
cláusula contra ella, dado que está obligada al cumplimiento de la LECE y de la LEBEP por tratarse de
leyes estatales en una materia que es de la competencia exclusiva del Estado. Por lo que respecta a la
posible responsabilidad patrimonial del Estado por infracción de la Directiva 1999/70, sostiene que el
reparto llevado a cabo por la Constitución entre legislación básica estatal y normativa de desarrollo de
las Comunidades Autónomas hace imposible que éstas quiebren o interrumpan la relación de
causalidad entre la deficiente transposición de esta Directiva hecha por el Estado y los perjuicios
causados a los particulares.
85
El Gobierno español señala también que la Comunidad Autónoma de Galicia, respecto de la LEBEP,
carece de competencias de modificación o de inaplicación. Afirma que, si dicha Comunidad Autónoma
hubiese decidido reconocer el abono retroactivo de trienios en su calidad de empleadora y con base en
el efecto directo de la Directiva 1999/70, habría vulnerando flagrantemente la norma estatal de
transposición al Derecho interno. En lo que atañe a la posible responsabilidad patrimonial del Estado
por infracción de la Directiva 1999/70, ese Gobierno afirma en las observaciones formuladas en el
asunto C-444/09 que no se reúne ninguno de los requisitos que la jurisprudencia del Tribunal de
Justicia exige para apreciar la existencia de una violación suficientemente caracterizada de dicha
Directiva.
86
Por lo que se refiere a estas alegaciones, es necesario recordar que, como se desprende de las
resoluciones de remisión y del enunciado de las cuestiones planteadas por los tribunales remitentes,
no se han interpuesto ante éstos recursos de responsabilidad patrimonial del Estado por infracción de
la Directiva 1999/70, sino recursos basados directamente en esta Directiva, al objeto de obtener el
pago de trienios correspondientes a un período en el que la Directiva no estaba correctamente
transpuesta al Derecho interno.
87
Dado que la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco es incondicional y lo suficientemente precisa
para poder ser invocada frente al Estado por los particulares ante un juez nacional, las demandantes
en el litigio principal pueden alegar válidamente sus pretensiones de abono de los trienios a los que
tienen derecho con carácter retroactivo, basándose directamente en las disposiciones de dicha
cláusula. No parece, pues, necesario, a primera vista, un recurso de indemnización basado en la
jurisprudencia del Tribunal de Justicia relativa a la responsabilidad de los Estados miembros por
violación del Derecho de la Unión (véase, en este sentido, la sentencia de 18 de enero de 2001,
Stockholm Lindöpark, C-150/99, Rec. p. I-493, apartado 35).
88
Además, como el propio Gobierno español reconoció en sus observaciones en el asunto C-444/09, el
tribunal remitente en dicho asunto no planteó en ningún momento la cuestión de la responsabilidad del
Estado por infracción del Derecho de la Unión. Éste es también el caso en el asunto C-456/09, en el
que el tribunal remitente basó su razonamiento en las consecuencias derivadas de un posible efecto
directo de la cláusula pertinente del Acuerdo marco. En relación con las cuestiones relativas a la
responsabilidad del Estado, parece deducirse de la resolución de remisión en el asunto C-456/09, así
como de las observaciones presentadas al Tribunal de Justicia, que el tribunal remitente no es
competente para pronunciarse sobre ellas.
89
En el litigio principal que, como se desprende de los apartados 86 y 87 de la presente sentencia, se
refiere a la aplicación retroactiva de una disposición de una directiva que tiene efecto directo, las
consecuencias que se deducen del reparto llevado a cabo por la Constitución entre legislación básica
estatal relativa al estatuto de los funcionarios y normativa de desarrollo adoptada por las Comunidades
Autónomas constituyen una cuestión de Derecho interno.
90
Habida cuenta de lo anterior, procede responder a la cuarta cuestión en el asunto C-456/09 que la
cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco es incondicional y suficientemente precisa para que los
funcionarios interinos puedan invocarla frente al Estado ante un tribunal nacional para que se les
reconozca el derecho a los complementos salariales, como los trienios controvertidos en el litigio
principal, correspondientes al período comprendido entre la expiración del plazo impartido a los
Estados miembros para la transposición de la Directiva 1999/70 al Derecho interno y la fecha de
entrada en vigor de la norma nacional que transpone la Directiva al Derecho interno del Estado
miembro de que se trate, sin perjuicio del respeto de las disposiciones pertinentes del Derecho
nacional en materia de prescripción.
Sobre la tercera cuestión en el asunto C-456/09
91
Mediante la tercera cuestión en el asunto C-456/09, el órgano jurisdiccional remitente desea saber en
esencia si, habida cuenta de que la norma nacional controvertida en el litigio principal reconoce el
derecho de los funcionarios interinos al pago de trienios, pero contiene una cláusula que excluye la
aplicación retroactiva de ese derecho, las autoridades competentes españolas pueden denegar tal
derecho o si, por el contrario, están obligadas en virtud del Derecho de la Unión a conferir a este
derecho al pago de trienios efecto retroactivo desde la fecha de expiración del plazo impartido a los
Estados miembros para transponer esta Directiva a su Derecho interno.
92
Con carácter previo, procede recordar que los términos utilizados en el artículo 25, apartado 2, de la
LEBEP excluyen de modo explícito que dicha disposición pueda tener efecto retroactivo.
93
En estas circunstancias, el tribunal remitente se pregunta sobre las consecuencias, en relación con el
litigio principal, del cuarto punto del fallo de la sentencia Impact, antes citada, en el que el Tribunal de
Justicia declaró que, en la medida en que el Derecho nacional aplicable contenga una norma que
excluya la aplicación retroactiva de una ley a falta de indicación clara e inequívoca en sentido contrario,
un tribunal nacional ante el que se ha interpuesto una demanda basada en la violación de una
disposición de la Ley nacional por la que se adapta el Derecho interno a la Directiva 1999/70 sólo está
obligado, en virtud del Derecho de la Unión, a conferir a dicha disposición un efecto retroactivo a la
fecha de expiración del plazo de adaptación del Derecho interno a dicha Directiva si existe, en ese
Derecho interno, una indicación de esta naturaleza que permita conferir a esta disposición tal efecto
retroactivo.
47
94
No obstante, procede recordar que en el asunto que dio lugar a la sentencia Impact, antes citada, se
planteó la cuestión de si el tribunal remitente, que era un órgano jurisdiccional especializado al que la
ley nacional que adaptó el Derecho interno a la Directiva 1999/70 había conferido la competencia
requerida para conocer de las demandas basadas en esa ley, estaba obligado, conforme al Derecho
de la Unión, a declararse competente para conocer también de pretensiones basadas directamente en
esta Directiva, cuando éstas se refirieran a un período posterior a la fecha en que expiró el plazo de
adaptación a la Directiva de que se trata pero anterior a la fecha de entrada en vigor de la Ley nacional
de adaptación.
95
La respuesta del Tribunal de Justicia a la cuarta cuestión planteada en el asunto que dio lugar a la
mencionada sentencia Impact se basaba en el supuesto de que el tribunal remitente sólo fuera
competente para pronunciarse sobre las demandas presentadas en el procedimiento principal en la
medida en que éstas se basaran en la infracción de la ley nacional que garantizaba la adaptación del
Derecho interno a la Directiva 1999/70 (sentencia Impact, antes citada, apartado 96). Únicamente en
este supuesto, y en la medida en que la ley nacional de adaptación del Derecho interno hubiera
excluido la atribución de efecto retroactivo a sus disposiciones, el Tribunal de Justicia indicó, como se
desprende del apartado 93 de la presente sentencia, que el Derecho de la Unión, en particular la
exigencia de interpretación conforme, no podía, so pena de obligar al tribunal remitente a realizar una
aplicación contra legem del Derecho nacional, interpretarse en el sentido de que obliga a dicho órgano
jurisdiccional a conferir a la norma nacional de adaptación del Derecho interno un alcance que se
retrotrae a la fecha de expiración del plazo de adaptación del Derecho interno a dicha Directiva.
96
Sin embargo, contrariamente al asunto que dio lugar a la sentencia Impact, antes citada, se desprende
de la información aportada por el tribunal remitente que en el litigio principal no se plantea ninguna
dificultad respecto a su propia competencia para conocer de las pretensiones de la demandante en el
litigio principal relativas al pago de trienios, en la medida en que el recurso de la demandante está
directamente basado en las disposiciones de la Directiva 1999/70.
97
Comoquiera que la cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco tiene efecto directo, la demandante en el
litigo principal puede alegar válidamente su pretensión de abono de los complementos salariales por
antigüedad a los que tiene derecho frente a la Consellería, en su calidad de empleador, de manera
retroactiva, basándose directamente en las disposiciones de esta cláusula.
98
En el caso de autos, la demandante en el litigio principal estuvo privada de manera discriminatoria de
un complemento salarial por antigüedad incluido en las condiciones de trabajo, en el sentido de la
cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco, durante el período comprendido entre la expiración del
plazo impartido a los Estados miembros para la transposición de la Directiva 1999/70 al Derecho
interno y la adopción del artículo 25, apartado 2, de la LEBEP. En este caso, la demandante se basa
en una disposición con efecto directo para paliar una laguna que la transposición incorrecta de la
Directiva 1999/70 al Derecho interno español había dejado subsistir en éste.
En virtud de todo lo expuesto, el Tribunal de Justicia (Sala Segunda) declara:
1)
Un miembro del personal interino de la Comunidad Autónoma de Galicia, como la
demandante en el litigio principal, está incluido en el ámbito de aplicación personal de la
Directiva 1999/70/CE del Consejo, de 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo marco de la
CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración determinada, y en el del Acuerdo
marco sobre el trabajo de duración determinada, celebrado el 18 de marzo de 1999, que
figura en el anexo de dicha Directiva.
2)
Un complemento salarial por antigüedad como el controvertido en el litigio principal está
incluido, en la medida en que constituye una condición de trabajo, en la cláusula 4,
apartado 1, del Acuerdo marco sobre el trabajo de duración determinada, que figura en el
anexo de la Directiva 1999/70, de manera que los trabajadores con contrato de trabajo de
duración determinada pueden oponerse a un trato que, en relación con el pago de dicho
complemento y sin ninguna justificación objetiva, es menos favorable que el trato
dispensado a los trabajadores fijos que se encuentran en una situación comparable. La
naturaleza temporal de la relación de servicio de determinados empleados públicos no
puede constituir, por sí misma, una razón objetiva, en el sentido de esta cláusula del
Acuerdo marco.
3)
La mera circunstancia de que una disposición nacional como el artículo 25, apartado 2, de
la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, no contenga
ninguna referencia a la Directiva 1999/70 no excluye que dicha disposición pueda ser
considerada una medida nacional de transposición de esta Directiva al Derecho interno.
4)
La cláusula 4, apartado 1, del Acuerdo marco sobre el trabajo de duración determinada,
que figura en el anexo de la Directiva 1999/70, es incondicional y suficientemente precisa
para poder ser invocada frente al Estado por funcionarios interinos ante un tribunal
nacional para que se les reconozca el derecho a complementos salariales, como los
trienios controvertidos en el litigio principal, correspondientes al período comprendido
entre la expiración del plazo impartido a los Estados miembros para la transposición de
la Directiva 1999/70 al Derecho interno y la fecha de entrada en vigor de la norma
nacional que transpone la Directiva al Derecho interno del Estado miembro de que se
trate, sin perjuicio del respeto de las disposiciones pertinentes del Derecho nacional en
materia de prescripción.
5)
A pesar de la existencia en la normativa nacional que transpone la Directiva 1999/70 al
Derecho interno de una disposición que reconoce el derecho de los funcionarios
interinos al pago de trienios, pero que excluye la aplicación retroactiva de ese derecho,
las autoridades competentes del Estado miembro de que se trata están obligadas, en
virtud del Derecho de la Unión y en relación con una disposición del Acuerdo marco
sobre el trabajo de duración determinada, que figura en el anexo de la Directiva 1999/70,
dotada de efecto directo, a conferir a este derecho al pago de trienios efecto retroactivo
desde la fecha de expiración del plazo impartido a los Estados miembros para la
transposición de esta Directiva al Derecho interno.
Partiendo de la premisa que hallándose el colectivo de jueces y magistrados
eventuales dentro del ámbito subjetivo de aplicación de la Directiva 1999/70/CE,
obviamente el Estado español venia y viene obligado a la observancia de la
cláusula 4 del convenio marco de la CES, la UNICE y el CEP anexo a la Directiva
1999/70/CE, y en consecuencia no podía tratar "(...) a los trabajadores con un
contrato de duración determinada de una manera menos favorable que a los
trabajadores fijos comparables por el mero hecho de tener un contrato de duración
determinada, a menos que se justifique un trato diferente por razones objetivas".
Tal y como se ha razonado anteriormente, no existe razón objetiva alguna
que pueda justificar un trato distinto de los jueces y magistrados eventuales
respecto de los jueces de adscripción territorial, sin que el hecho mismo de la
eventualidad sea una razón objetiva.
Debe pues apreciarse infracción de la cláusula 4 anteriormente aludida, por
no haberse dispensado el mismo trato a jueces y magistrados eventuales respecto
de jueces de adscripción territorial, particularmente en lo relativo a retribución y
49
alta continuada en la Seguridad Social.
Y habida cuenta de que en virtud del principio de efectividad del derecho de
la Unión el infractor no puede beneficiarse de la infracción cometida, es
procedente entender que ante la vulneración de la cláusula 4 anteriormente
referida, el Estado español viene obligado a retribuir a jueces y magistrados
eventuales y a darlos de alta en iguales términos que los jueces de adscripción
territorial y con efectos retroactivos desde la fecha del primer nombramiento.
http://www.elderecho.com/administrativo/Tribunal-Supremo-ContenciosoAdministrativo-Sentencia-EDJ_EDEFIL20121128_0008.pdf,
2.- ABUSO DE LA UTILIZACIÓN SUCESIVA DE
CONTRATOS
DURACIÓN
O
RELACIONES
DETERMINADA
LABORALES
(CLÁUSULA
5ª
DE
del
acuerdo marco).
Previo al desarrollo de la presente, debe referirse si bien se ha anticipado a
lo largo de la exposición que la existencia de la JUDICATURA EVENTUAL EN EL
ESTADO ESPAÑOL, lo es con anterioridad a la citada directiva 1999/70 CE, así,
las referencias en el BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO, se inician en 1986 y se
prolongan los nombramientos de Jueces Sustitutos y Magistrados suplentes hasta
el presente año Judicial y de las que destacamos:
-
Acuerdo de 18 de abril de 1986, de la Sala de Gobierno de la Audiencia
Territorial de Madrid, sobre oferta pública de plazas de Magistrados
suplentes y Jueces sustitutos de los Tribunales y Juzgados de la
jurisdicción de la Audiencia Territorial de Madrid para el año judicial
1986/1987.
http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1986-10971
-
Acuerdo de 27 de mayo de 1986, de la Sala de Gobierno de la
Audiencia Territorial de Barcelona, sobre oferta pública de plazas de
Magistrados suplentes y Jueces sustitutos de la jurisdicción de la
Audiencia Territorial mencionada para el año judicial 1986/1987.
http://www.boe.es/boe/dias/1986/06/21/pdfs/A22742-22743.pdf
Así
podríamos
seguir
año
por
año
judicial,
entre
convocatorias
ORDINARIAS Y EXTRAORDINARIAS hasta llegar al actual año judicial 20132014, siendo las últimas:
http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2013-2346
http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2012-14410
http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2012-11230
-
Acuerdo de 9 de julio de 2012, de la Comisión Permanente del Consejo
General del Poder Judicial, por el que se resuelve el concurso
convocado por Acuerdo del Pleno de 26 de enero de 2012, para
provisión de plazas de Magistrado suplente y de Juez sustituto en el año
2012/2013, en el ámbito de los Tribunales Superiores de Justicia de
Andalucía, Ceuta y Melilla, Aragón, Principado de Asturias, las Illes
Balears, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha,
Cataluña, Comunista Valenciana, Extremadura, Galicia, Madrid, la
Región de Murcia, Comunidad Foral de Navarra, País Vasco y La Rioja.
http://www.boe.es/boe/dias/2012/07/19/pdfs/BOE-A-2012-9670.pdf
-
Acuerdo de 14 de julio de 2009, de la Comisión Permanente del Consejo
General del Poder Judicial, por el que se resuelve el concurso
convocado por Acuerdo del Pleno de 29 de enero de 2009, para
provisión de plazas de Magistrado suplente y de Juez sustituto en el año
2009/2010, en el ámbito de los Tribunales Superiores de Justicia de
Andalucía, Ceuta y Melilla, Aragón, Principado de Asturias, Illes Balears,
Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña,
Comunitat Valenciana, Extremadura, Galicia, Madrid, la Región de
Murcia, Comunidad Foral de Navarra, País Vasco y La Rioja.
http://www.boe.es/boe/dias/2009/07/17/pdfs/BOE-A-2009-11882.pdf
51
-
Acuerdo de 4 de julio de 2006, de la Comisión Permanente del Consejo
General del Poder Judicial, por el que se resuelve el concurso
convocado por Acuerdo del Pleno de 25 de enero de 2006 para
provisión de plazas de Magistrado suplente y de Juez sustituto en el año
2006/2007, en el ámbito de los Tribunales Superiores de Justicia de
Andalucía, Ceuta, y Melilla, Aragón, Principado de Asturias, Illes
Balears, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha,
Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Madrid, Región
de Murcia, Comunidad Foral de Navarra, País Vasco y La Rioja.
http://www.boe.es/boe/dias/2006/07/12/pdfs/A26268-26280.pdf
Ello para destacar las últimas convocatorias, probando pues que la
existencia de la Judicatura Eventual lo es de forma continua, desde 1986 y en
claro aumento, como prueba la última de las convocatorias por el acuerdo de 26
de enero de 2012.
Entre otras muchas en las Sentencias del TJUE se ha pronunciado en
referencia al BENEFICIO DE LA ESTABILIDAD en el empleo, lo es como factor
de protección de los Trabajadores, así se recoge en la DIRECTIVA 1999/70 CE
marcando o estableciendo claramente unos límites a la sucesión de los contratos
de trabajo de duración determinada, por la situación abusiva que ello comporta y
la precarización de los asalariados. El Estado Español, en cuanto a los JUECES
SUSTITUTOS Y MAGISTRADOS SUPLENTES, miembros de la JUDICATURA
EVENTUAL, ha vulnerado absolutamente la norma europea de aplicación
obligatoria, puesto que ni en la Ley Orgánica del Poder Judicial, ni en el
Reglamento de la Carrera Judicial, ni en el Real Decreto 1451/2005, de 7 de
diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Ingreso, Provisión de Puestos
de Trabajo y Promoción Profesional del Personal Funcionario al Servicio de la
Administración de Justicia.
http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2005-21264
Ni tampoco en la Ley 7/2007, del Estatuto Básico del Empleado Público
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/l7-2007.html,
No se ha transpuesto la directiva 1999/70 CE, a la Judicatura Eventual en
España, pese a que sí se contempla, entre muchas otras en Sentencias como la
de del Tribunal Constitucional español (sentencia nº 107/2003 de 2 de junio),
http://www.boe.es/boe/dias/2003/07/01/pdfs/T00058-00066.pdf, la posibilidad de la
consolidación de empleo de los funcionarios. Siendo pues discriminados de forma
ejemplar por el Gobierno de España.
A ello le resultan de aplicación sentencias del TJUE como la:
Sentencia del Tribunal de Justicia (Gran Sala) de 4 de julio de 2006.
Konstantinos Adeneler y otros contra Ellinikos Organismos Galaktos
(ELOG).
Petición de decisión prejudicial: Monomeles Protodikeio Thessalonikis Grecia.
Directiva 1999/70/CE - Cláusulas 1, letra b), y 5 del Acuerdo marco sobre el
trabajo de duración determinada - Contratos de trabajo de duración determinada
sucesivos en el sector público - Concepto de "contratos sucesivos" y concepto de
"razones objetivas" que justifican la renovación de dichos contratos - Medidas
destinadas a prevenir los abusos - Sanciones - Alcance de la obligación de
interpretación conforme.
Asunto C-212/04.
Recopilación de Jurisprudencia 2006 página I-06057
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?
uri=CELEX:62004CJ0212:ES:PDF
Sentencia a la que hacen referencia entre muchas otras, Sentencia del
Tribunal de Justicia (Sala Segunda) de 26 de enero de 2012. Bianca Kücük contra
Land Nordrhein-Westfalen.
Petición de decisión prejudicial: Bundesarbeitsgericht - Alemania.
53
Política social - Directiva 1999/70/CE - Cláusula 5, punto 1, letra a), del
Acuerdo marco sobre el trabajo de duración determinada - Contratos de trabajo
sucesivos de duración determinada - Razones objetivas que pueden justificar la
renovación de esos contratos - Normativa nacional que justifica el recurso a
contratos de duración determinada en caso de sustitución temporal - Necesidad
permanente o recurrente de sustitución de personal - Consideración de todas las
circunstancias que rodean la renovación de sucesivos contratos de duración
determinada.
Asunto C-586/10.
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?
uri=CELEX:62010CJ0586:ES:HTML
De la que destacamos los siguientes apartados:
“ 25
Hay que recordar que la cláusula 5, apartado 1, del Acuerdo marco CDD tiene por
objeto alcanzar uno de los objetivos perseguidos por este Acuerdo, en concreto, imponer límites a
la utilización sucesiva de contratos o relaciones laborales de duración determinada, considerada
fuente potencial de abusos en perjuicio de los trabajadores, estableciendo un cierto número de
disposiciones protectoras mínimas con objeto de evitar la precarización de la situación de los
asalariados (véanse las sentencias de 4 de julio de 2006, Adeneler y otros, C - 212/04, Rec. p.
I- 6057, apartado 63, y de 23 de abril de 2009, Angelidaki y otros, C - 378/07 a C- 380/07, Rec. p.
I- 3071, apartado 73).
26
De esta forma, la cláusula 5, apartado 1, del Acuerdo marco CDD impone a los
Estados miembros, a efectos de prevenir los abusos como consecuencia de la utilización sucesiva
de contratos o relaciones laborales de duración determinada, la obligación de adoptar una o varias
de las medidas que enumera cuando su Derecho interno no contemple medidas legales
equivalentes. Las tres medidas enumeradas en el punto 1, letras a) a c) de dicha cláusula, se
refieren, respectivamente, a las razones objetivas que justifiquen la renovación de tales contratos o
relaciones laborales, a la duración máxima total de los sucesivos contratos de trabajo o relaciones
laborales de duración determinada y al número de sus renovaciones (véanse la sentencia
Angelidaki y otros, antes citada, apartado 74, y el auto de 1 de octubre de 2010, Affatato, C - 3/10,
apartados 43 y 44 y jurisprudencia citada).
27
El Tribunal de Justicia ya ha afirmado que el concepto de razones objetivas
enunciado en la cláusula 5, apartado 1, letra a), del Acuerdo marco CDD debe ser entendido en el
sentido de que se refiere a las circunstancias específicas y concretas que caracterizan una
determinada actividad y que, por tanto, pueden justificar en ese contexto particular la utilización
sucesiva de contratos de trabajo de duración determinada. Tales circunstancias pueden tener su
origen, en particular, en la especial naturaleza de las tareas para cuya realización se celebran tales
contratos y en las características inherentes a las mismas o, eventualmente, en la persecución de
un objetivo legítimo de política social por parte de un Estado miembro (sentencia Angelidaki y
otros, antes citada, apartado 96 y jurisprudencia citada).
28
En cambio, una disposición legislativa o reglamentaria nacional que se limitara a
autorizar de manera general y abstracta la utilización de sucesivos contratos de trabajo de
duración determinada no se ajustaría a las exigencias que se han precisado en el anterior apartado
de la presente sentencia (sentencia Angelidaki y otros, antes citada, apartado 97 y jurisprudencia
citada).
29
En efecto, una disposición de esta naturaleza, de carácter meramente formal, no
permite deducir criterios objetivos y transparentes a fin de verificar si la renovación de tales
contratos responde efectivamente a una necesidad auténtica, si permite alcanzar el objetivo
perseguido y si resulta indispensable al efecto. Tal disposición entraña un riesgo real de dar lugar a
una utilización abusiva de este tipo de contratos, por lo que no es compatible ni con el objetivo ni
con el efecto útil del Acuerdo marco CDD (véase en ese sentido la sentencia Angelidaki y otros,
antes citada, apartados 98 y 100 y jurisprudencia citada).
35
En el presente caso, la Comisión Europea mantiene que la renovación repetida de
una relación de trabajo y la conclusión de numerosos contratos sucesivos de duración
determinada, así como la amplitud del período durante el que el trabajador afectado ya ha estado
empleado en virtud de tales contratos, demuestran la existencia de un abuso en el sentido de la
cláusula 5 del Acuerdo marco CDD. Según la Comisión, la celebración de varios contratos
sucesivos de duración determinada, en especial a lo largo de un período bastante prolongado, es
apta para demostrar que la prestación requerida del trabajador afectado no constituye tan sólo una
necesidad temporal.
36
Se debe recordar sobre ello que el Tribunal de Justicia ya ha juzgado que la
renovación de contratos o relaciones laborales de duración determinada para atender a
necesidades que en realidad no tienen carácter temporal, sino muy al contrario permanente y
duradero, no está justificada a efectos de la cláusula 5, punto 1, letra a), del Acuerdo marco CDD
(véase en ese sentido la sentencia Angelidaki y otros, antes citada, apartado 103).
55
37
En efecto, esa utilización de los contratos o de las relaciones laborales de duración
determinada se opondría directamente a la premisa en la que se basa el Acuerdo marco CDD, a
saber, que los contratos de trabajo de duración indefinida constituyen la forma general de la
relación laboral, aunque los contratos de duración determinada sean característicos del empleo en
algunos sectores o para determinadas ocupaciones y actividades (véase la sentencia Adeneler y
otros, antes citada, apartado 61).
38
No obstante, como en sustancia ha alegado el Gobierno polaco, la sola
circunstancia de que se celebren contratos de trabajo de duración determinada para atender a una
necesidad permanente o recurrente de sustitución de personal por parte del empresario no puede
bastar por sí misma para excluir que cada uno de esos contratos, considerado de forma aislada, se
haya concluido para llevar a cabo una sustitución de carácter temporal. Aun si la sustitución cubre
una necesidad permanente, dado que el trabajador contratado mediante un contrato de duración
determinada ejecuta tareas bien definidas que forman parte de las actividades habituales del
empresario o de la empresa, no deja de ser cierto que la necesidad de sustitución de personal
sigue siendo temporal puesto que se presume que el trabajador sustituido reanudará su actividad
al término de su permiso, que constituye la causa por la que temporalmente el trabajador sustituido
no puede ejecutar él mismo esas tareas.
40
Como alega la Comisión Europea, incumbe a esas autoridades examinar en cada
caso todas las circunstancias del asunto, tomando en consideración, en particular, el número de
dichos contratos sucesivos celebrados con la misma persona o para realizar un mismo trabajo, con
objeto de excluir que contratos o relaciones laborales de duración determinada, aunque se
concluyan en apariencia para atender a una necesidad de sustitución de personal, sean utilizados
de manera abusiva por los empleadores (véanse en ese sentido el auto de 12 de junio de 2008,
Vassilakis y otros, C- 364/07, apartado 116, y la sentencia Angelidaki y otros, antes citada,
apartado 157). Aunque la apreciación de la razón objetiva alegada debe referirse a la renovación
del último contrato de trabajo concluido, la existencia, el número y la duración de contratos
sucesivos de esa clase celebrados en el pasado con el mismo empresario pueden ser pertinentes
para ese examen global.
43
En efecto, como la Comisión ha manifestado, teniendo en cuenta el objetivo
pretendido por el conjunto de las medidas adoptadas en virtud de la cláusula 5, punto 1, del
Acuerdo marco CDD, es necesario, incluso si concurre una razón objetiva que justifique en
principio el recurso a sucesivos contratos o relaciones laborales de duración determinada, que las
autoridades competentes tengan en cuenta, si fuera preciso, todas las circunstancias que rodean
la renovación de esos contratos o relaciones laborales, ya que esas circunstancias pueden revelar
indicios de un abuso que esa cláusula pretende prevenir.
44
En la vista, en respuesta a una pregunta del Tribunal de Justicia, el Land y el
Gobierno alemán han reconocido la posible existencia de circunstancias en las que un empresario
estaría obligado a tener en cuenta la naturaleza y la extensión de los contratos de duración
determinada concluidos con un empleado.
45
Dado que la cláusula 5, punto 1, del Acuerdo marco CDD es aplicable únicamente
en el supuesto de sucesivos contratos o relaciones laborales de duración determinada (veáse en
ese sentido la sentencia de 22 de noviembre de 2005, Mangold, C - 144/04, Rec. p. I- 9981,
apartados 41 y 42), parece lógico que la existencia de una sucesión de contratos o relaciones
laborales de duración determinada sea pertinente en relación con todas las medidas adoptadas
con fundamento en esa cláusula.
46
En su primera cuestión el tribunal remitente también pregunta si el hecho de que la
necesidad de sustitución de personal sea en realidad permanente o recurrente y de que el
empresario también pueda atender a esa necesidad con la contratación de un trabajador mediante
un contrato de duración indefinida excluye que una necesidad de sustitución de personal
constituya una razón objetiva en el sentido de la cláusula 5, punto 1, letra a), del Acuerdo marco
CDD.
47
Debe recordarse al respecto que, como se desprende del punto 10 de las
consideraciones generales del referido Acuerdo marco, éste remite a los Estados miembros y los
interlocutores sociales para la determinación de las modalidades detalladas de aplicación de los
principios y reglas que establece, a fin de garantizar que aquéllas respeten el Derecho y las
prácticas nacionales y que se tengan debidamente en cuenta las particularidades de cada
situación concreta (sentencias antes citadas Adeneler y otros, apartado 68, y Angelidaki y otros,
apartado 71).
49
Ese margen de apreciación también se deduce de la cláusula 5, punto 1, del
Acuerdo marco CDD, que reconoce a los Estados miembros la facultad de tener en cuenta las
necesidades particulares de los distintos sectores de actividades y/o de las categorías de
trabajadores de que se trate, siempre que ello obedezca a motivos objetivos (sentencia de 7 de
septiembre de 2006, Marrosu y Sardino, C- 53/04, Rec. p. I- 7213, apartado 45).
50
El mero hecho de que una necesidad de sustitución de personal pueda cubrirse con
57
la conclusión de contratos de duración indefinida no supone que un empresario que decida recurrir
a contratos de duración determinada para hacer frente a carencias temporales de personal, aun si
éstas se producen de forma recurrente, incluso permanente, actúe de modo abusivo, con
vulneración de la cláusula 5, punto 1, del Acuerdo marco CDD y de la normativa nacional que
transpone ésta.
51
Como resulta del apartado 43 de la presente sentencia, la existencia de una razón
objetiva en el sentido de la cláusula 5, punto 1, letra a), del Acuerdo marco CDD excluye en
principio la existencia de un abuso, salvo si un examen global de las circunstancias que rodean la
renovación de los contratos o las relaciones laborales de duración determinada en cuestión revela
que las prestaciones requeridas del trabajador no corresponden a una mera necesidad temporal.
52
Además, el Tribunal de Justicia ya ha señalado que la cláusula 5, punto 1, letra a),
del Acuerdo marco CDD no impone a los Estados miembros una obligación general de prever la
transformación de los contratos de trabajo de duración determinada en contratos por tiempo
indefinido, así como tampoco determina las condiciones específicas en las que pueden utilizarse
los primeros contratos mencionados, dejando de esta manera a los Estados miembros cierto
margen de apreciación en la materia (sentencias antes citadas Adeneler y otros, apartado 91;
Marrosu y Sardino, apartado 47, y Angelidaki y otros, apartados 145 y 183).
53
Así, la cláusula 5, apartado 2, letra b), de dicho Acuerdo marco se limita a prever
que «cuando resulte necesario», los Estados miembros determinarán en qué condiciones los
contratos o las relaciones de trabajo de duración determinada «se considerarán celebrados por
tiempo indefinido».
54
La exigencia automática de conclusión de contratos de duración indefinida cuando la
dimensión de la empresa o de la entidad afectada y la composición de su personal implican que el
empresario hace frente a una necesidad recurrente o permanente de sustitución de personal iría
más allá de los objetivos pretendidos por el Acuerdo marco CDD y la Directiva 1999/70 y vulneraría
el margen de apreciación reconocido por ambos instrumentos a los Estados miembros y en su
caso a los interlocutores sociales.
En virtud de todo lo expuesto, el Tribunal de Justicia (Sala Segunda) declara:
La cláusula 5, punto 1, letra a), del Acuerdo marco sobre el trabajo de duración
determinada, celebrado el 18 de marzo de 1999, que figura como anexo a la Directiva
1999/70/CE del Consejo, de 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo marco de la CES, la
UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración determinada, debe ser interpretada en el
sentido de que la necesidad temporal de sustitución de personal, prevista por una
normativa nacional como la controvertida en el litigio principal, puede constituir en principio
una razón objetiva a efectos de la citada cláusula. El solo hecho de que un empresario se
vea obligado a realizar sustituciones temporales de manera recurrente, o incluso
permanente, y de que esas sustituciones también pudieran llevarse a cabo mediante la
contratación de trabajadores en virtud de contratos de trabajo de duración indefinida no
implica la inexistencia de una razón objetiva a efectos de la cláusula 5, punto 1, letra a), de
dicho Acuerdo marco ni la existencia de un abuso en el sentido de la misma cláusula. No
obstante, al apreciar si la renovación de los contratos o de las relaciones laborales de
duración determinada está justificada por esa razón objetiva, las autoridades de los Estados
miembros, en el ejercicio de sus respectivas competencias, deben tener en cuenta todas las
circunstancias del caso concreto, incluidos el número y la duración acumulada de los
contratos o relaciones laborales de duración determinada celebrados en el pasado con el
mismo empresario.
Finalmente y en cuanto a repertorio jurisprudencial del TJUE, debemos
destacar la Sentencia del Tribunal de Justicia (Sala Segunda) de 7 de septiembre
de 2006.
Cristiano Marrosu y Gianluca Sardino contra Azienda Ospedaliera Ospedale San
Martino di Genova e Cliniche Universitarie Convenzionate.
Petición de decisión prejudicial: Tribunale di Genova - Italia.
Directiva 1999/70/CE - Cláusulas 1, letra b), y 5 del Acuerdo marco sobre el
trabajo de duración determinada - Nacimiento de una relación laboral de duración
indeterminada en caso de infracción de las normas que regulan los sucesivos
contratos de duración determinada - Posibilidad de establecer una excepción en el
caso de contratos laborales con una Administración pública.
Asunto C-53/04.
Recopilación de Jurisprudencia 2006 página I-07213
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?
uri=CELEX:62004CJ0053:ES:PDF
De la que debemos hacer mención expresa a los siguientes apartados:
59
38
Mediante su cuestión, el órgano jurisdiccional remitente pregunta, fundamentalmente, si el
Acuerdo marco debe interpretarse en el sentido de que se opone a una normativa nacional que, en
caso de abusos como consecuencia de la utilización sucesiva de contratos o relaciones laborales
de duración determinada por un empleador del sector público, excluye la transformación de éstos
en contratos o relaciones laborales por tiempo indefinido, siendo así que tal transformación está
regulada para los contratos y relaciones laborales celebrados con un empresario del sector
privado.
39
Para responder a esta cuestión, es necesario comenzar por señalar que,
contrariamente a lo que sostuvo el Gobierno italiano en la vista, la Directiva 1999/70 y el
Acuerdo marco se aplican a los contratos y relaciones laborales de duración determinada
celebrados por los órganos de la Administración y demás entidades del sector público
(sentencia de 4 de julio de 2006, Adeneler y otros, C- 212/04, Rec. p. I- 0000, apartado 54).
40
En efecto, las disposiciones de estas dos normas no contienen indicación alguna de la que
pueda deducirse que su ámbito de aplicación se limita exclusivamente a los contratos de duración
determinada celebrados por los trabajadores con empresarios del sector privado (sentencia
Adeneler y otros, antes citada, apartado 55).
41
Por el contrario, por una parte, como muestra el tenor literal de la cláusula 2, apartado 1, del
Acuerdo marco, el ámbito de aplicación de éste se ha definido con amplitud, pues en él se incluyen
de forma general «los trabajadores con un trabajo de duración determinada cuyo contrato o
relación laboral esté definido por la legislación, los convenios colectivos o las prácticas vigentes en
cada Estado miembro». Además, la definición a efectos del Acuerdo marco del concepto de
«trabajador con contrato de duración determinada», formulada en la cláusula 3, apartado 1, de
dicho Acuerdo, engloba a todos los trabajadores, sin establecer diferencias en función del carácter
público o privado del empleador para el que trabajan (sentencia Adeneler y otros, antes citada,
apartado 56).
42
Por otra parte, la cláusula 2, apartado 2, de dicho Acuerdo marco, lejos de excluir los
contratos o relaciones laborales de duración determinada celebrados por un empleador público, se
limita a otorgar a los Estados miembros o a los interlocutores sociales la facultad de declarar el
Acuerdo marco inaplicable a «las relaciones de formación profesional inicial y de aprendizaje», así
como a los contratos y relaciones laborales «[concluidos] en el marco de un programa específico
de formación, inserción y reconversión profesionales, de naturaleza pública o sostenido por los
poderes públicos» (sentencia Adeneler y otros, antes citada, apartado 57).
43
Asimismo, procede recordar que, según se desprende de la cláusula 1, letra b), del Acuerdo
marco, éste tiene por objeto establecer un marco para evitar los abusos derivados de la utilización
de sucesivos contratos o relaciones laborales de duración determinada.
44
A estos efectos, la cláusula 5, apartado 1, del Acuerdo marco impone a los Estados
miembros la obligación de introducir en su ordenamiento jurídico al menos una de las medidas
indicadas en dicho apartado 1, letras a) a c), si no existen ya en el Estado miembro de que se trate
medidas legales equivalentes destinadas a prevenir con efectividad la utilización abusiva de
sucesivos contratos de trabajo de duración determinada (sentencia Adeneler y otros, antes citada,
apartado 65).
45
Sin embargo, procede señalar que, como muestra su tenor literal, esta disposición concede
a los Estados miembros la facultad de tener en cuenta las necesidades particulares de los distintos
sectores de actividades y/o de las categorías de trabajadores de que se trate, siempre que ello
obedezca a motivos objetivos.
46
Es cierto que la cláusula 5, apartado 2, del Acuerdo marco no reconoce explícitamente la
misma facultad a los Estados miembros en lo que se refiere al establecimiento de las condiciones
en las cuales los sucesivos contratos o relaciones laborales de duración determinada deben
considerarse celebrados por tiempo indefinido.
47
Sin embargo, habida cuenta de que la referida disposición no impone a los Estados
miembros una obligación general de transformar en contratos por tiempo indefinido los contratos
de trabajo de duración determinada, así como tampoco determina las condiciones específicas en
las que pueden utilizarse estos últimos contratos (sentencia Adeneler y otros, antes citada,
apartado 91), esta disposición deja a los Estados miembros cierto margen de apreciación en la
materia.
48
De ello se deduce que la cláusula 5 del Acuerdo marco no se opone, como tal, a que el uso
abusivo de sucesivos contratos o relaciones laborales de duración determinada corra suertes
diferentes en un Estado miembro según estos contratos o relaciones hayan sido celebrados con un
empleador del sector privado o del sector público.
49
Sin embargo, como resulta del apartado 105 de la sentencia Adeneler y otros, antes
citada, para que pueda considerarse conforme con el Acuerdo marco una normativa
nacional, como la controvertida en el asunto principal, que sólo en el sector público prohíbe
transformar en contrato de trabajo por tiempo indefinido una sucesión de contratos de
61
duración determinada, el ordenamiento jurídico interno del Estado miembro de que se trate
debe contener, en dicho sector, otra medida efectiva para evitar y sancionar, en su caso, la
utilización abusiva de sucesivos contratos de duración determinada.
50
En cuanto a este último requisito, procede recordar que la cláusula 5, apartado 1, del
Acuerdo marco impone a los Estados miembros la adopción efectiva y vinculante de al menos una
de las medidas enumeradas en dicha disposición, destinadas a prevenir la utilización abusiva de
sucesivos contratos o relaciones laborales de duración determinada, en el caso de que el Derecho
nacional no contenga ya medidas equivalentes.
51
Además, cuando el Derecho comunitario no establece sanciones específicas, como ocurre
en el presente asunto, para el caso de que se compruebe no obstante la existencia de abusos,
corresponde a las autoridades nacionales adoptar las medidas apropiadas para hacer frente a
dicha situación, medidas que no sólo deben resultar proporcionadas, sino también lo bastante
efectivas y disuasorias como para garantizar la plena eficacia de las normas adoptadas en
aplicación del Acuerdo marco (sentencia Adeneler y otros, antes citada, apartado 94).
52
Aunque las modalidades de aplicación de tales normas deben ser determinadas por el
ordenamiento jurídico interno de los Estados miembros, en virtud del principio de
autonomía de procedimiento de éstos, tales modalidades no deben ser, sin embargo, menos
favorables que las aplicables a situaciones similares de carácter interno (principio de
equivalencia) ni hacer imposible en la práctica o excesivamente difícil el ejercicio de los
derechos conferidos por el ordenamiento jurídico comunitario (principio de efectividad)
(véanse, en particular, las sentencias de 14 de diciembre de 1995, Peterbroeck, C - 312/93,
Rec. p. I- 4599, apartado 12, y Adeneler y otros, antes citada, apartado 95).
53
De ello se deduce que, cuando se ha producido un uso abusivo de sucesivos
contratos laborales de duración determinada, es indispensable poder aplicar alguna medida
que presente garantías de protección de los trabajadores efectivas y equivalentes, con
objeto de sancionar debidamente dicho abuso y borrar las consecuencias de la violación
del Derecho comunitario. En efecto, según los propios términos del artículo 2, párrafo
primero, de la Directiva 1999/70, los Estados miembros deben adoptar «todas las
disposiciones necesarias para poder garantizar en todo momento los resultados fijados por
la presente Directiva» (sentencia Adeneler y otros, antes citada, apartado 102).
54
No corresponde al Tribunal de Justicia pronunciarse sobre la interpretación del Derecho
interno, ya que esta tarea incumbe exclusivamente al órgano jurisdiccional remitente que, en el
caso de autos, debe determinar si lo dispuesto en la normativa nacional pertinente cumple las
exigencias recordadas en los tres apartados anteriores. Sin embargo, el Tribunal de Justicia, al
pronunciarse sobre la cuestión prejudicial, puede aportar, en su caso, precisiones destinadas a
orientar al órgano jurisdiccional nacional en su interpretación (véase la sentencia de 21 de febrero
de 2006, Halifax y otros, C- 255/02, Rec. p. I- 0000, apartados 76 y 77).
55
A este respecto, procede señalar que una normativa nacional, como la controvertida
en el litigio principal, que establece normas imperativas respecto a la duración y renovación
de los contratos de duración determinada y el derecho a la reparación de los perjuicios
sufridos por el trabajador debido al uso abusivo por la Administración pública de sucesivos
contratos o relaciones laborales de duración determinada parece ajustarse, a primera vista,
a las exigencias recordadas en los apartados 51 a 53 de esta sentencia.
56
Sin embargo, incumbe al órgano jurisdiccional remitente apreciar en qué medida los
requisitos de aplicación y la ejecución efectiva del artículo 36, apartado 2, primera frase, del
Decreto Legislativo nº 165/2001 hacen que esta disposición constituya una medida apropiada para
prevenir y sancionar, en su caso, el uso abusivo por la Administración pública de sucesivos
contratos o relaciones laborales de duración determinada.
57
Habida cuenta de las consideraciones anteriores, procede responder a la cuestión planteada
que el Acuerdo marco debe interpretarse en el sentido de que, en principio, no se opone a una
normativa nacional que, en caso de abusos como consecuencia de la utilización sucesiva de
contratos o relaciones laborales de duración determinada por un empleador del sector público,
excluye la transformación de éstos en contratos o relaciones laborales por tiempo indefinido,
siendo así que tal transformación está regulada para los contratos y relaciones laborales
celebrados con un empresario del sector privado, cuando dicha normativa contiene otra medida
efectiva para evitar y sancionar, en su caso, el uso abusivo por un empleador del sector público de
sucesivos contratos de duración determinada.
En virtud de todo lo expuesto, el Tribunal de Justicia (Sala Segunda) declara:
El Acuerdo marco sobre el trabajo de duración determinada, celebrado el 18 de marzo de
1999, que figura como anexo a la Directiva 1999/70/CE del Consejo, de 28 de junio de 1999,
relativa al Acuerdo marco de la CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración
determinada, debe interpretarse en el sentido de que, en principio, no se opone a una
normativa nacional que, en caso de abusos como consecuencia de la utilización sucesiva
de contratos o relaciones laborales de duración determinada por un empleador del sector
63
público, excluye la transformación de éstos en contratos o relaciones laborales por tiempo
indefinido, siendo así que tal transformación está regulada para los contratos y relaciones
laborales celebrados con un empresario del sector privado, cuando dicha normativa
contiene otra medida efectiva para evitar y sancionar, en su caso, el uso abusivo por un
empleador del sector público de sucesivos contratos de duración determinada.
De la anterior sentencia, a la luz de los fundamentos expuestos por el
Tribunal, pueden extraerse las siguientes conclusiones:
1.- Que "(...) la cláusula 5, apartado 1, del Acuerdo marco impone a los Estados
miembros la obligación de introducir en su ordenamiento jurídico al menos una de
las medidas indicadas en dicho apartado 1, letras a) a c), si no existen ya en el
Estado miembro de que se trate medidas legales equivalentes destinadas a
prevenir con efectividad la utilización abusiva de sucesivos contratos de trabajo de
duración determinada" (párrafo 44).
En el supuesto que nos ocupa, lo cierto es que el Estado español no
ha adoptado ningún de las medidas a las que se refiere la cláusula 5
apartado 1 del acuerdo marco, ni ninguna otra medida equivalente y eficaz
orientada a prevenir la utilización abusiva de sucesivos contratos de trabajo
de duración determinada, siendo prueba elocuente de lo antedicho que
desde el año 1986 el colectivo de jueces y magistrados eventuales haya
representado una parte muy significativa de la planta total de jueces y
magistrados.
2.Que "(...) como resulta del apartado 105 de la sentencia Adeneler y otros,
antes citada, para que pueda considerarse conforme con el Acuerdo marco una
normativa nacional, como la controvertida en el asunto principal, que sólo en el
sector público prohíbe transformar en contrato de trabajo por tiempo indefinido una
sucesión de contratos de duración determinada, el ordenamiento jurídico interno
del Estado miembro de que se trate debe contener, en dicho sector, otra medida
efectiva para evitar y sancionar, en su caso, la utilización abusiva de sucesivos
contratos de duración determinada".
Es decir, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea únicamente considera
lícito que en el sector privado una sucesión de contratos de duración determinada
se transforme en contrato indefinido y en cambio en el sector público no sea así,
cuando en el ordenamiento interno y en relación al sector público exista otra
medida efectiva para evitar y sancionar la utilización abusiva de sucesivos
contratos de duración determinada.
A "sensu contrario", debe concluirse que de acuerdo con el criterio del
Tribunal, cuando en el sector privado se contemple la transformación en indefinido
de sucesivos contratos de duración determinada, no es lícito que en el sector
público no exista idéntica previsión si en dicho sector no existe ninguna medida
efectiva que evite y sancione el abuso de contratación de duración determinada.
Trasladando la anterior doctrina al concreto supuesto que se plantea
en este escrito, es claro que la normativa legal interna que se refiere al
colectivo de jueces y magistrados eventuales no contempla la posibilidad de
transformar una sucesión de contratos de duración determinada en
indefinido, y en cambio tal efecto sí se prevé en el sector privado,
concretamente en el artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores.
Por otra parte, las leyes internas del Estado español tampoco prevén
ninguna medida efectiva para evitar y sancionar que en el ámbito de los
jueces y magistrados eventuales se produzca una utilización abusiva de
sucesivos contratos de duración determinada.
En consecuencia, atendiendo a las expuestas circunstancias, a la luz de la
doctrina del Tribunal, debe entenderse ilícito que en el sector público y en el
ámbito de los jueces y magistrados eventuales no se contemple la transformación
de sucesivos contratos de duración determinada en indefinido, y por ello debe
considerarse que en este particular resultan de aplicación las mismas normas que
se refieren al sector privado, esto es, el artículo 15 del Estatuto de los
Trabajadores.
Procede pues declarar que los jueces y magistrados eventuales tienen
derecho a que una sucesión de contratos de duración determinada sea
transformada en contrato indefinido en los mismos términos que los trabajadores
del sector privado.
Repetido pues hasta la saciedad, que el Estado Español, no ha transpuesto
65
la directiva 1999/70 CE, a los miembros de la Judicatura Eventual, y que conforme
a las sentencias arriba referenciadas, ninguna causa objetiva permitía la
prolongación de los contratos de duración determinada abusando con ello, con
clara infracción de la norma europea, de la sucesión de contratos que como se ha
probado, proviene en continuidad y en aumento des de 1986, acreditándose el
USO Y ABUSO de la contratación temporal, pues no se cubren ni cubrían
situaciones temporales sino unas necesidades de planta judicial, como se acredita
al resultar que los miembros de la JUDICATURA EVENTUAL, actualmente una
cuarta planta de los jueces profesionales en el estado español.
Más que probado todo ello, el uso abusivo y sin causa objetiva de la
contratación temporal de Jueces por parte del Estado Español, la no transposición
o normas estatales tendentes a su evitación, y la discriminatoria legislación por la
que pese al perjuicio a ocasionar a la administración de Justicia en el Estado, se
regula expresamente el no llamamiento de la Judicatura Eventual para realizar
sustituciones y suplencias, en un claro y malicioso intento por parte del legislador
del Estado Español mediante la publicación de la Ley Orgánica 8/12 y RD 700/13,
puesto que en lugar de aplicar la directiva europea lo pretendido es la eliminación
del colectivo tras 25 años de labor jurisdiccional.
Pero tal legislación dictada “ ad hoc”, para la eliminación de la Judicatura
Profesional eventual, choca frontalmente con las decisiones y sentencias del
TJUE, por cuanto acreditándose la no transposición ni adaptación del Acuerdo
marco sobre el trabajo de duración determinada, anexo a la Directiva 1999/70/CE
del Consejo, en claro abuso de la utilización sucesiva de contratos o relaciones
laborales de duración determinada por el empleador del sector público, al no
aplicar la transformación de éstos en contratos o relaciones laborales por tiempo
indefinido, hallándose regulada tal transformación para los contratos y
relaciones laborales celebrados con un empresario del sector privado, debe
ser ésta de aplicación para evitar el uso abusivo por un empleador del sector
público de sucesivos contratos de duración determinada. Todo ello nos
conduce a la APLICACIÓN DE LA NORMA ESTATUTARIA DEL ESTATUTO
DE LOS TRABAJADORES y su evolución normativa en materia de
contratación.
Por el Real Decreto 5/2006, de 9 de junio y la Ley 43/2006, de 29 de
diciembre, llamado “para la mejora y crecimiento del empleo”, se modificó el
redactado del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores, introduciendo en
su apartado 5 la opción b) de la cláusula 5 de la Directiva 1999/70/CE,
redacción del precitado artículo y sus múltiples modificaciones que puede
analizarse en el siguiente enlace:
http://www.empleo.gob.es/es/sec_leyes/trabajo/estatuto06/Apdo_3_4_estat
uto.pdf
Con todo el Real Decreto-Ley 5/2001, de 2 de marzo, de medidas urgentes
de reforma del mercado de trabajo para el incremento del empleo y mejora de su
calidad,
http://www.boe.es/boe/dias/2001/03/03/pdfs/A08062-08070.pdf
sirvió
como primera transposición (aunque no lo señala) de la Directiva
1999/70/CE, sobre trabajo de duración determinada. En tal sentido, dicha
norma introdujo en el ya visto artículo 15 ET los apartados cinco (llamamiento
a la negociación colectiva para prevenir los abusos en la contratación
temporal), seis (igualdad de derechos de los trabajadores temporales en
relación a los indefinidos) y siete (deber de información a los trabajadores
con contrato de duración determinada sobre plazas vacantes en la empresa
y derecho a la formación de estos trabajadores en la medida establecida por
los convenios colectivos). Pero no transpone la cláusula 5 relativa a las
medidas de prevención del uso abusivo de la contratación temporal. Si bien
es cierto que, ya desde 1976, la contratación estructural en España cumpliría,
formalmente, con los requisitos de la cláusula 5.1.a) Directiva 1999/70/CE y la
contratación coyuntural se puede incluir sin dificultad en la cláusula 2.2 de dicha
norma, la alta tasa de temporalidad y las sucesivas recomendaciones de la UE
para que se redujeran los índices de contratación temporal, aconsejaron medidas
más contundentes.
Lo mismo se puede afirmar de la Ley 12/2001, de 9 de julio, de medidas
urgentes de reforma del mercado de trabajo para el incremento del empleo y la
67
mejora
de
su
calidad,
que
derogó
el
Real
Decreto-Ley
5/2001.
http://www.boe.es/boe/dias/2001/07/10/pdfs/A24890-24902.pdf.
Dicha Ley, SI DECLARA en su exposición de motivos como medio de
incorporación al ordenamiento jurídico interno de, entre otras, la Directiva
1999/70/CE, mantiene -en lo que a contratación temporal se refiere- la regulación
esencial del citado Real Decreto-Ley 5/2001. Además, esta norma, por un lado,
introduce un nuevo contrato temporal, el contrato de inserción, por medio de un
nuevo apartado d) en el artículo 15.1 ET; y, por otro, consolida la utilización del
contrato de fomento de la contratación indefinida en su disposición adicional
primera, ampliando los supuestos comprendidos en esta forma de contratación.
Finalmente, la Ley 43/2006, de 29 de diciembre, para la mejora del
crecimiento y del empleo, da el paso más importante hasta el momento en materia
de estabilidad laboral. Esta norma tiene su origen en el Real Decreto-Ley 5/2006,
de 9 de junio, para la mejora del crecimiento y del empleo. La anterior norma
elimina el contrato de inserción (disposición derogatoria única), amplía el ámbito
subjetivo del contrato de fomento de la contratación indefinida y, sobre todo,
establece un importante límite al encadenamiento de contratos temporales
en el nuevo artículo 15.5 ET, optando por adaptar al ordenamiento jurídico
interno la opción b) de la cláusula 5.1 Directiva 1999/70/CE.
La reforma laboral de 2006 fue el resultado de una negociación de meses.
Iniciada con la Declaración para el Diálogo Social de 8 de julio de 2004. La
reforma laboral de 2006 no realizó formalmente la transposición de la Directiva
1999/70/CE, puesto que debe entenderse que ya se había realizado en la reforma
de 2001, pero es obvio que la reforma del artículo 15.5 ET se inspira
claramente en dicha norma comunitaria.
Producido el USO Y ABUSO de sucesivos contratos laborales de duración
determinada, EN LA JUDICATURA EVENTUAL EN ESPAÑA, debe procederse a
aplicar medidas de protección de los trabajadores “efectivas y equivalentes”,
deshaciendo la violación del Derecho comunitario. Así artículo 2, párrafo primero,
de la Directiva 1999/70, los Estados miembros deben adoptar « todas las
disposiciones necesarias para poder garantizar en todo momento los
resultados fijados por la presente Directiva». Tal y como hemos citado si la
NORMA EUROPEA, acuerdo marco de la Directiva 1999/70 CE, no ha sido
trasladada al supuesto de la judicatura eventual, en ningún caso puede un
colectivo, no ya por el principio de igualdad sino por el PRINCIPIO DE
EQUIVALENCIA, aplicarse a situaciones similares o idénticas, idénticas
consecuencias, ni tampoco hacer imposible la aplicación de las normas
comunitarias a un colectivo, por el principio de EFECTIVIDAD.
En este sentido, si existe como hemos referido en el ESTADO
ESPAÑOL, legislación propia e interna que sanciona los abusos derivados
de la contratación temporal EN EL ARTÍCULO 15 DEL ESTATUTO DE LOS
TRABAJADORES, debiendo hacer mención expresa, que conforme a la D.T 2ª
La limitación de contratos temporales celebrados con anterioridad al 18 de junio de
2010, les sería de aplicación la Ley 43/2006.
“Disposición transitoria segunda. Régimen de entrada en vigor de la limitación del
encadenamiento de contratos temporales.
Lo previsto en la redacción dada por esta Ley al artículo 15.5 del Estatuto de los
Trabajadores será de aplicación a los contratos de trabajo suscritos a partir de la fecha de entrada
en vigor de aquélla, si bien respecto a los contratos suscritos por el trabajador con anterioridad, a
los efectos del cómputo del número de contratos, del período y del plazo previsto en el citado
artículo 15.5, se tomará en consideración el vigente a 18 de junio de 2010.
Respecto a los contratos suscritos por el trabajador antes del 18 de junio de 2010, seguirá
siendo de aplicación, a los efectos del cómputo del número de contratos, lo establecido en el
artículo 15.5 según la redacción dada al mismo por la Ley 43/2006, de 29 de diciembre, para la
mejora del crecimiento y del empleo.”
http://www.boe.es/boe/dias/2010/09/18/pdfs/BOE-A-2010-14301.pdf
Ley 46/2006, que establecía en cuanto a la única modificación del art. 15
ET:
“5. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados 2 y 3 de este artículo, los trabajadores
que en un periodo de treinta meses hubieran estado contratados durante un plazo superior a
69
veinticuatro meses, con o sin solución de continuidad, para el mismo puesto de trabajo con
la misma empresa, mediante dos o más contratos temporales, sea directamente o a través
de su puesta a disposición por empresas de trabajo temporal, con las mismas o diferentes
modalidades
contractuales
de
duración
determinada,
adquirirán
la
condición
de
trabajadores fijos.
Atendiendo a las peculiaridades de cada actividad y a las características del puesto de
trabajo, la negociación colectiva establecerá requisitos dirigidos a prevenir la utilización abusiva de
contratos de duración determinada con distintos trabajadores para desempeñar el mismo puesto
de trabajo cubierto anteriormente con contratos de ese carácter, con o sin solución de continuidad,
incluidos los contratos de puesta a disposición realizados con empresas de trabajo temporal.
Lo dispuesto en este apartado no será de aplicación a la utilización de los contratos
formativos, de relevo e interinidad.»
Todo ello debe ponerse en relación con la
DISPOSICIÓN ADICIONAL
DECIMOQUINTA, del Estatuto de los Trabajadores:
Disposición Adicional Decimoquinta. Aplicación de los límites de duración del contrato por
obra o servicio determinados y al encadenamiento de contratos en las Administraciones
públicas
Esta Disposición ha sido incorporada por:
– Disposición Adicional. 4ª Ley 12/2001, de 9 julio, de Medidas urgentes de reforma del mercado
de trabajo para el incremento del empleo y la mejora de su calidad.
La rúbrica y el contenido de esta Disposición han sido modificados sucesivamente por:
– Art. 12. Trece. Real Decreto-Ley 5/2006, de 9 de junio, para la mejora del crecimiento y del
empleo, confirmada por Art. 12. Trece. Ley 43/2006, de 29 de diciembre, para la mejora del
crecimiento y del empleo.
– Art. 1. Seis. Real Decreto-ley, 10/2010, de 16 de junio, de medidas urgentes para la reforma del
mercado de trabajo.
Posteriormente, el contenido de esta Disposición ha sido modificado y se han añadido el segundo
párrafo del número 1 y los números 2 y 3 por:
– Art. 1. Seis. Ley 35/2010, de 17 de septiembre, de medidas urgentes para la reforma del
mercado de trabajo.
1. Lo dispuesto en el artículo 15.1. a) en materia de duración máxima del contrato por obra o
servicio determinados y en el artículo 15.5 sobre límites al encadenamiento de contratos de esta
Ley surtirá efectos en el ámbito de las Administraciones públicas y sus organismos públicos
vinculados o dependientes, sin perjuicio de la aplicación de los principios constitucionales de
igualdad, mérito y capacidad en el acceso al empleo público, por lo que no será obstáculo para la
obligación de proceder a la cobertura de los puestos de trabajo de que se trate a través de los
procedimientos ordinarios, de acuerdo con lo establecido en la normativa aplicable.
En cumplimiento de esta previsión, el trabajador continuará desempeñando el puesto que venía
ocupando hasta que se proceda a su cobertura por los procedimientos antes indicados, momento
en el que se producirá la extinción de la relación laboral, salvo que el mencionado trabajador
acceda a empleo público, superando el correspondiente proceso selectivo.
2. No obstante lo previsto en el apartado anterior, los dispuesto en el Art. 15. 1. a) en materia de
duración máxima del contrato por obra o servicio determinados no será de aplicación a los
contratos celebrados por las Administraciones Públicas y sus organismos públicos vinculados o
dependientes, ni a las modalidades particulares de contrato de trabajo contempladas en la Ley
Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades o en cualesquiera otras normas con rango
de Ley cuando estén vinculados a un proyecto específico de investigación o de inversión de
duración superior a tres años.
3. Para la aplicación del límite de encadenamiento de contratos previsto en el artículo 15. 5, sólo se
tendrán en cuenta los contratos celebrados en el ámbito de cada una de las Administraciones
Públicas sin que formen parte de ellas, a estos efectos, los organismos públicos, agencias y demás
entidades de derecho público con personalidad jurídica propia vinculadas o dependientes de las
mismas. En todo caso, lo dispuesto en dicho artículo 15. 5 no será de aplicación respecto de las
modalidades particulares de contrato de trabajo contempladas en la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de
diciembre, de Universidades o en cualesquiera otras normas con rango de Ley.
http://www.empleo.gob.es/es/sec_leyes/trabajo/estatuto06/Apdo_3_4_estat
uto.pdf
Conforme a todo ello y los razonamientos antes expuestos por el principio
de equivalencia, la doctrina del Tribunal de Justicia U.E según la cual, la sanción
establecida en los ordenamientos nacionales a la vulneración de la Directiva solo
puede ser distinta para los empresarios del sector privado y para los empresarios
del sector público, siempre que la prevista para estos últimos sea equivalente, y
las medidas proporcionales, suficientemente efectiva y disuasoria como para
garantizar la eficacia de la Directiva, constando y habiendo probado el abuso en la
contratación des de 1986 de JUECES SUSTITUTOS Y MAGISTRADOS
SUPLENTES, por parte del Estado Español, conforme a la regla de equivalencia
del sector privado respecto de las Administraciones Publicas, la aplicación de la
misma para prevenir y sancionar el abuso debe ser la atribución a la
JUDICATURA EVENTUAL de estabilidad en el empleo mediante su consideración
como empleado o funcionario fijo o con contrato indefinido.
Ateniendo a que, como se indicaba anteriormente, el Estado español no ha
adoptado ninguna de las medidas a las que alude la cláusula 5 apartado primero
del acuerdo marco anexo a la Directiva 1999/70 ni ninguna otra medida de eficacia
equivalente para evitar la utilización abusiva de sucesivos contratos de trabajo de
duración determinada, no es lícito que en el ámbito del sector público no se
contemple la conversión de una sucesión de contratos de duración determinada
en contrato indefinido cuando en el ámbito del sector privado sí se hace.
Por ello, de acuerdo con la jurisprudencia del TJUE anteriormente expuesta
y en sintonía con el principio de efectividad del Derecho de la Unión, debe
71
entenderse que el cumplimiento de la Directiva 1999/70/CE obliga a aplicar al
colectivo de jueces y magistrados eventuales el precepto o preceptos que en el
ámbito del sector privado contemplan la conversión de una sucesión de contratos
de duración determinada en contrato indefinido, y que actualmente se contrae al
artículo 15 del Estatuto de los trabajadores.
El citado artículo se refiere a distintos supuestos en los cuales se produce la
antedicha conversión, todos ellos enteramente aplicables al colectivo de jueces y
magistrados eventuales, siendo los siguientes:
1.-El artículo 15.1 a) del Estatuto de los Trabajadores dispone que "Cuando se
contrate al trabajador para la realización de una obra o servicio determinados, con
autonomía y sustantividad propia dentro de la actividad de la empresa y cuya
ejecución, aunque limitada en el tiempo, sea en principio de duración incierta.
Estos contratos no podrán tener una duración superior a tres años ampliable hasta
doce meses más por convenio colectivo de ámbito sectorial estatal o, en su
efecto, por convenio colectivo sectorial de ámbito inferior. Transcurridos estos
plazos, los trabajadores adquirirán la condición de trabajadores fijos de la
empresa".
En el supuesto en el que con arreglo al ordenamiento interno pudieran
conceptuarse los contratos suscritos a jueces y magistrados eventuales como de
"obra o servicio determinados" con autonomía y sustantividad propia y de duración
incierta, podrían transformar una sucesión de contratos de duración determinada
en indefinido todos aquellos jueces y magistrados eventuales que hubieran
desarrollado funciones jurisdiccionales por más de tres años.
2.El artículo 15.2 del Estatuto de los Trabajadores dispone que "Adquirirán
la condición de trabajadores fijos, cualquiera que haya sido la modalidad de su
contratación, los que no hubieran sido dados de alta en la Seguridad Social, una
vez transcurrido un plazo igual al que legalmente hubiera podido fijar para el
período de prueba, salvo que de la propia naturaleza de las actividades o de los
servicios contratados se deduzca claramente la duración temporal de los mismos,
todo ello sin perjuicio de las demás responsabilidades a que hubiere lugar en
derecho".
Tal y como se ha expuesto anteriormente en este escrito de petición, el
Estado español ha infringido la cláusula cuarta del convenio marco anexo a la
Directiva 1999/70/CE por haber discriminado al colectivo de jueces y magistrados
eventuales respecto de otras figuras análogas como lo son los jueces de
adscripción territorial, entre otros aspectos en el relativo a causar alta en la
seguridad, pues mientras los jueces de adscripción territorial cotizan aunque no se
encuentren adscritos a un juzgado, en el caso de los jueces y magistrados
eventuales no es así, sin que exista razón objetiva que lo justifique.
En la medida en la que el Estado español estaba obligado a dar de alta en
la seguridad social a todos los jueces y magistrados eventuales durante todo el
período en el que hayan sido nombrados y no sólo cuando son llamados, y no lo
ha hecho, en aplicación del indicado precepto podrían transformar una sucesión
de contratos de duración determinada en indefinido la práctica totalidad del
colectivo.
3.-El artículo 15.3 del Estatuto de los Trabajadores dispone que "Se
presumirán por tiempo indefinido los contratos temporales celebrados en fraude de
ley".
Es claro que los contratos celebrados con jueces y magistrados eventuales
lo han sido en fraude de ley, pues se ha utilizado y abusado de la contratación de
duración determinada cuando no se trataba de cubrir una necesidad puntual o
coyuntural sino permanente de jueces y magistrados, tal y como queda en
evidencia no solamente por el hecho de que la necesidad de jueces y magistrados
sea por naturaleza permanente sino además, porque desde el año 1986 el
colectivo de jueces y magistrados eventuales ha representado aproximadamente
un 25% de la planta judicial.
4. Finalmente el apartado 5 del art. 15 del Estatuto de los Trabajadores, ya
analizado dispone que "5. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados 1.a), 2 y 3
de este artículo, los trabajadores que en un periodo de treinta meses hubieran
73
estado contratados durante un plazo superior a veinticuatro meses, con o sin
solución de continuidad, para el mismo o diferente puesto de trabajo con la misma
empresa o grupo de empresas, mediante dos o más contratos temporales, sea
directamente o a través de su puesta a disposición por empresas de trabajo
temporal, con las mismas o diferentes modalidades contractuales de duración
determinada, adquirirán la condición de trabajadores fijos.
Lo establecido en el párrafo anterior también será de aplicación cuando se
produzcan supuestos de sucesión o subrogación empresarial conforme a lo
dispuesto legal o convencionalmente.
Atendiendo a las peculiaridades de cada actividad y a las características del
puesto de trabajo, la negociación colectiva establecerá requisitos dirigidos a
prevenir la utilización abusiva de contratos de duración determinada con distintos
trabajadores para desempeñar el mismo puesto de trabajo cubierto anteriormente
con contratos de ese carácter, con o sin solución de continuidad, incluidos los
contratos de puesta a disposición realizados con empresas de trabajo temporal.
Lo dispuesto en este apartado no será de aplicación a la utilización de los
contratos formativos, de relevo e interinidad, a los contratos temporales
celebrados en el marco de programas públicos de empleo formación, así como a
los contratos temporales que sean utilizados por empresas de inserción
debidamente registradas y el objeto de dichos contratos sea considerado como
parte esencial de un itinerario de inserción personalizado".
En virtud del anterior precepto, podrían transformar una sucesión de
contratos de duración determinada en contrato indefinido todos aquellos jueces y
magistrados eventuales que mediante dos o más contratos temporales hubieran
sido contratados más de veinticuatro meses dentro de un periodo de treinta.
En suma, por las razones anteriormente indicadas, debe entenderse que el
cumplimiento de la Directiva 1999/70/CE obliga a reconocerse de aplicación al
colectivo de jueces y magistrados eventuales todas las normas existentes en el
ámbito del sector privado que contemplan la trasformación de una sucesión de
contratos de duración determinada en contrato indefinido, que se encuentran
contenidas en distintos párrafos del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores.
Conforme a todo ello:
SOLICITAMOS A LA COMISIÓN DE PETICIONES DEL PARLAMENTO
EUROPEO:
1.- Que tenga por debidamente presentada la presente petición y la admita
a trámite.
2.- Que conforme a todo lo expuesto, previos los trámites pertinentes,
solicitando participar si fuere necesario en el debate de la presente petición, que
se elabore un informe o propuesta de resolución por la que se acojan las
argumentaciones contenidas en el presente escrito, concluyendo que el Estado
Español en cuanto al colectivo de Jueces Sustitutos y Magistrados Suplentes –
judicatura eventual del Estado Español-
ha infringido y está infringiendo el
Derecho de la Unión Europea, en concreto las cláusulas 1, 4 y 5 del Acuerdo
Marco incorporado a la Directiva 1999/70/CE del Consejo, de 28 de junio de 1999,
relativa al Acuerdo marco de la CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de
duración determinada, en las que se establecen las reglas básicas del trabajo de
duración determinada o contratación temporal.
3.- Que se adopten las medidas urgentes necesarias y adecuadas para
evitar de forma inmediata la infracción del Derecho de la Unión Europea, por parte
del Estado Español al Colectivo de la Judicatura Eventual.
Autorizamos a la Comisión de peticiones a revelar nuestra identidad en sus
gestiones ante las autoridades del Estado Español en los trámites pertinentes así
como que restamos a la entera disposición de la comisión de peticiones para
ampliar- si es necesario- o alguna de las alegaciones contenidas en el presente
escrito .
Barcelona, a 21 de enero de 2014.
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