OTITIS Carvajal Ramos M, Sánchez Sánchez M

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OTITIS
Carvajal Ramos M, Sánchez Sánchez M, Calvache Arranz R, López López P, Aranda
Arias P, Panadero Carlavilla FJ
El término Otitis hace referencia a la presencia de un proceso inflamatorio en cualesquiera
de las estructuras del oído. Es un proceso extraordinariamente frecuente, más si cabe en
niños, y en la que se pueden utilizar multitud de tratamientos adecuados , auque no
siempre resolutivos. No se debe menospreciar este proceso, a pesar de su frecuente
aparición ya que en ocasiones puede crear secuelas importantes e incluso ser responsable
de la aparición de serias complicaciones, como iremos descubriendo en este articulo
El oído se divide en tres partes:
? Oído externo, que incluye desde el pabellón auditivo (oreja) hasta la membrana
del tímpano.
? Oído medio, donde se encuentra la cadena de huesecillos. Comunica con la nariz,
mediante la trompa de Eustaquio, y con la mastoides, por un orificio
posterosuperior.
? Oído interno o laberinto que es la parte más interna. A su vez se divide en dos, el
laberinto anterior o cóclea, que es donde el sonido se convierte en un estímulo
nervioso, y es denominada comúnmente como "caracol", y el laberinto posterior
que engloba a tres conductos semicirculares y el vestíbulo, con el utrículo y el
sáculo; el laberinto posterior está relacionado con el equilibrio.
Como el oído se divide en tres partes, la inflamación de cada una de estas partes
reciben las denominaciones de otitis externa, otitis media y laberintitis o inflamación
del oído interno
La otitis media es la inflamación de los espacios del oído medio independientemente de
cuál sea la patogenia. La otitis media, como cualquier otro proceso dinámico, se puede
clasificar de acuerdo con la secuencia temporal de la enfermedad en aguda (duración de
los síntomas entre 0 y 3 semanas), subaguda (de 3 a 12 semanas), crónica (más de 12
semanas). Asimismo dependiendo de la evolución de la otitis media, ésta puede
presentar una efusión de líquido (otitis media seromucosa) en el oído medio que puede
ser de tipo seroso (fluido, parecido al agua), mucoso (viscoso, parecido al moco) o
purulento (pus).
Causas
La causa más importante de la otitis media es la disfunción tubárica o el mal
funcionamiento de la trompa de Eustaquio, que es el conducto que comunica el oído
medio con la rinofaringe. Otras posibles causas son la infección de la s vías respiratorias
altas, problemas alérgicos y trastornos de la función ciliar del epitelio respiratorio de la s
vías respiratorias altas. El deficiente funcionamiento de la trompa de Eustaquio muchas
veces está relacionado con su obstrucción, que puede ser por motivos intrínsecos o
extrínsecos. Habitualmente los motivos intrínsecos se deben a la inflamación de la
mucosa de la trompa de Eustaquio por un problema infeccioso o alérgico. La obstrucción
extrínseca, habitualmente de causa mecánica, es producida por una hipertrofia
adenoidea (vegetaciones).
Los gérmenes que se detectan con más frecuencia en la otitis media aguda, son el
Streptococcus pneumoniae, el Haemophylus influenzae y con menor frecuencia la
Brahamanella catarralis, el Streptococcus del grupo A y el Staphylococcus aureus.
Además de las bacterias, también juegan un papel muy importante en la patogenia de la
otitis media aguda los virus, siendo los más frecuentemente implicados el virus
respiratorio sincitial, el virus influenzae, el virus parainfluenzae, adenovirus, rinovirus y
enterovirus.
RECUERDO ANATÓMICO DEL OÍDO
1. Oído externo: Forma parte del mecanismo de transmisión del sonido desde el exterior
del organismo hasta el órgano de Corti (dónde se sitúan las células sensoriales). Consta
de varias partes:
- Pabellón auricular: Armazón fibrocartilaginoso recubierto de
piel, con una serie de relieves (concha, hélix, antehélix, trago, anti trago y
lóbulo). Recibe inervación de varias ramas sensitivas (N. auricular mayor,
N.de Ramsay-Hunt y N.vago). La oreja ejerce la función de recoger las ondas
sonoras y reflejarlas hacia el conducto auditivo externo. Amplifica los
sonidos de frecuencias cercanas a los 5000Hz.
Conducto auditivo externo (CAE): Tiene forma de S itálica Sus dos tercios
internos son óseos y el tercio externo, tejido cartilaginoso. Es en este 1/3
externo donde se localizan las célula s productoras del cerumen. Su función es la
de amplificador del sonido de frecuencias de 2500-3000Hz. Se relaciona con la
articulación témporomandibular por delante, con la mastoides y la tercera
porción del nervio facial por detrás, con la glándula parótida por debajo y con
la fosa craneal media por arriba.
2. Oído medio: Es un sistema neumático, interconectado, que incluye tres estructuras:
- Caja del tímpano: Consta de la membrana del tímpano que separa el oído
externo del medio. Consta de dos partes: Pars tensa, que presenta un triángulo
luminoso en su cuadrante anteroinferior, que desaparece con las retracciones
timpánicas, y la pars fláccida. En el interior de la caja encontramos la cadena
de huesecillos (martillo, yunque y estribo), encargados de la transmisión de la
vibración sonora desde el medio externo al interno.
- Trompa de Eustaquio: Comunica la caja del tímpano con la nasofaringe. Su
función es la aireación de las cavidades del oído medio y el equilibrio de
presiones entre éste y el exterior.
- Mastoides: Es una cavidad neumatizada en el interior del hueso temporal,
compuesta por celdillas.
3. Oído interno:
También denominado laberinto, está situado en el hueso temporal, donde conforma
un conjunto de canalículos conectados entre sí. Se distinguen dos partes: laberinto
óseo, contiene en su interior un líquido acuoso, de similar composición al líquido
cefalorraquídeo, denominado perilinfa y el laberinto membranoso que contiene en
su interior un líquido viscoso denominado endolinfa. Se definen dos zonas con
distintas funciones:
- Laberinto anterior o auditivo: Constituido por la ventana oval que es la
estructura que comunica el estribo del oído medio con el oído interno. La
presión y vibración del estribo sobre la ventana oval da lugar al estímulo
auditivo, que es captado por las células ciliadas. Estas células actúan como un
micrófono y transforma el estímulo auditivo en una señal eléctrica.
- Laberinto posterior o vestibular: Consta de dos zonas, vestíbulo (compuesto
por utrículo y sáculo) y los tres conductos semicirculares
-
OTITIS EXTERNA
Es un proceso inflamatorio del canal auditivo externo, que en la mayoría de las ocasiones
presenta un curso benigno, pudiendo ocasionar importante daño tisular en pacientes
inmunocomprometidos.
La estructura del CAE contribuye al desarrollo de la otitis externa, ya que el epitelio que lo
tapiza es muy fino y puede lesionarse con facilidad. Presenta barreras naturales como el
pelo y el cerumen. Gracias al cerumen, se crea una capa hidrofóbica y evita que el agua
penetre a través del epitelio lo que podría causar su maceración. Si estas barreras fallan,
se produce el daño, la inflamación, la irritación y la posible infección asociada
De todos los factores precipitantes que se han descrito el más común es la humedad, ya
que eleva el pH y destruye el cerumen, situación que favorece el crecimiento bacteriano.
Fig. 1: Anatomía del CAE. Tomado de referencia bibliográfica 5
Etiología
La causa más común es la infección bacteriana (Pseudomona aeruginosa en el 50% de los
casos, seguida del Staphylococcus aureus), aunque las infecciones por hongos constituyen
el 10% de los casos (Candida y Aspergillus Níger). Es importante señalar que existen causas
no infecciosas de otitis externa, entre las cuales se sitúan los procesos dermatológicos
(dermatitis atópica y de contacto, psoriasis) y variaciones anatómicas tales como la
presencia de un CAE estrecho.
En cuanto a las posibles causas de otorrea, existen múltiples etiologías, que debemos
tener en cuenta. Si nos hallamos ante una otitis externa, debemos pensar en una infección
bacteriana aguda si la secreción es abundante, maloliente y purulenta. Sospecharemos
una infección crónica si aparece secreción sanguinolenta en presencia de tejido de
granulación. Si hallamos una secreción espesa, blanquecina, densa; en ocasiones grisácea o
amarillenta y observamos en la otosocopia la presencia de hifas en el CAE, nuestro
diagnóstico de sospecha será una infección fúngica, una otomicosis.
Si en la exploración encontramos una perforación timpánica, tendremos una otitis media
aguda perforada. Sospecharemos la existencia de una OMA bacteriana si existe exudado
purulento y dolor profundo. Si la secreción es de aspecto mucoso, seroso, especialmente si
existe algún cuadro alérgico de base o asociado, la sospecha será de otitis serosa. En el
caso de que exista secreción intermitente purulenta acompañada de dolor debemos pensar
en una otitis media crónica. En otros casos puede existir secreción de líquido
cefalorraquídeo, que aparece como liquido claro o serosanguinolento; aunque si nuestro
hallazgo es una otorrea crónica maloliente, pensemos entonces en una osteomielitis, o en
un traumatismo si observamos exclusivamente una secreción sanguínea
Clínica
Existen dos formas de presentación: Aguda hasta una semana de evolución y crónica (si los
síntomas permanecen más de tres meses).
Los síntomas más característicos son: otalgia (dolor) y otorrea (las características de la
secreción nos puede orientar hacía la etiología de la infección).
La intensidad del dolor varía desde prurito a dolor severo que se exacerba por la presión
del trago y la movilización de la oreja. En estadíos avanzados, el dolor es muy intenso, la
luz del CAE se obstruye, pudiendo aparecer fiebre elevada (>38ºC), celulitis, parotiditis o
adenopatía preauricular.
La evaluación de la enfermedad incluirá una historia clínica completa, haciendo hincapié
en el comienzo y en la naturaleza de los síntomas, ya que los pacientes
inmunocomprometidos y los diabéticos son propensos a presentar formas severas.
La presentación clínica más frecuente de la otomicosis es el prurito, con otalgia de menor
intensidad, al igual que el edema, y la aparición en la exploración con el otoscopio de
membranas algodonosas blanquecinas (más características de infección por Candida) o
negruzcas (Aspergillus níger).
Respecto a las formas no infecciosas, las lesiones aparecerán en CAE y en otras partes del
cuerpo como cabeza y cuello. A menudo presentan un curso familiar y recurrente. El
prurito es el síntoma más frecuente
Tratamiento
La terapia tópica antibacteriana es el primer paso a seguir en el tratamiento de esta
entidad. Para favorecer su eficacia, es recomendable previa a su administración, la
acidificación del medio con ácido acético al 2%.
Se recomienda mantener el tratamiento hasta tres o cuatro días después del cese de los
síntomas (normalmente 5-7 días en total), sin embargo, en pacientes con infecciones más
severas se alcanzan los 10-14 días de tratamiento. Los antibióticos más utilizados son las
quinolonas, administradas cada 12 horas
Respecto a la forma de administración, conviene informar al paciente que debe aplicarse
tumbado, sobre el lado no afecto y permanecer varios minutos en esa posición.
La adición de esteroides tópicos podría disminuir el edema del CAE y resolver los síntomas
más rápidamente.
El tratamiento con antibióticos por vía oral se necesita en raras ocasiones. Se debería
utilizar en casos de otitis externa persistente o bien si aparece otitis media asociada. La
clínica que nos hará plantearnos la utilización de terapia sistémica es: fiebre > 38,5ºC,
dolor inicial severo o la presencia desde el inicio de adenopatía preauricular, signos
tempranos de otitis necrotizante (sobretodo en diabéticos e inmunodeprimidos). Los más
utilizados son: cefalosporinas y quinolonas.
Las otitis externas causadas por hongos suponen un 10% de los casos como señalábamos con
anterioridad, un porcentaje importante a tener en cuenta en el tratamiento de las mismas.
No responderán a antibacterianos tópicos. Se recomienda el tratamiento con ácido acético
al 2% o alcohol al 90-95% junto con la administración tópica de clotrimazol al 1% o
nistatina.
El tratamiento de las causas no infecciosas dependerá de la patología de base.
Complicaciones
La progresión de la enfermedad produce manifestaciones como celulitis auricular,
adenopatía cervical o parotiditis.
Los antibióticos orales se deberían considerar en las formas muy sintomáticas en los
pacientes mayores, en pacientes inmunocomprometidos y diabéticos, donde pudieran
coexistir con otitis media y otitis externa maligna.
A menudo pueden afectar a la apófisis mastoides adyacente y debería sospecharse cuando
existe necrosis en la piel del CAE o aparición de tejido de granulación. El dolor es
desproporcionado y la temperatura es > 39ºC. Puede aparecer también parálisis facial,
vértigo o signos meníngeos.
Clasificación
1. Otitis
-
externa inflamatoria o circunscrita:
Presencia de absceso en folículo pilosebáceo del tercio externo del CAE.
Etiología más frecuente: S.aureus.
Clínica: otalgia, signo del trago positivo, y si fistuliza, habrá otorrea.
Favorecida por la humedad.
Tratamiento: calor seco local, analgésicos y antibióticos (cloxacilina o
amoxicilina).
Fig 3. Otitis externa circunscrita. Tomado de referencia bibliográfica 4
2. Otitis externa difusa aguda (otitis del nadador):
- Aparición de hipoacusia por la tumefacción que provoca el cierre de la luz del
conducto, presentando un edema difuso del CAE.
- Etiología: P. aeuriginosa es la más frecuente, y S.aureus.
- Favorecida por factores que modifican el pH del CAE: baño en piscinas,
erosiones y limpieza con bastoncillos.
- Tratamiento: evitar entrada de agua, antiinflamatorios tópicos, analgésicos
orales, antibióticos tópicos (ciprofloxacino, poliximina o gentamicina) que
asocian o no corticoide.
- Si signos de infección severa o pacientes inmunodeprimidos administrar
antibióticos sistémicos (ciprofloxacino).
3. Otitis externa crónica (OTOMICOSIS):
- Etiología: Candida y A.niger.
Clínica: Prurito intenso (más frecuente), otalgia y poco edema.
- Favorecida por el empleo prolongado de antibióticos, manipulaciones, la
entrada de agua y por otitis externas bacterianas previas.
- Tratamiento: limpieza frecuente de las secreciones, administración de
antisépticos (alcohol boricado) y antifúngicos tópicos. En inmunodeprimidos
es recomendable la administración de antifúngico oral (itraconazol).
Fig 4.- otitis externa con canal estrecho. Edema, obstrucción, con descamación del epitelio. Cerumen y
descarga purulenta. Tomado de ref 4
Fig 5. Otitis externa por Aspergillus. Exudados algodonosos. Tomado de ref. bibliográfica 4
4. Otitis
-
externa maligna o necrotizante:
Etiología: P.aeuriginosa, y después anaerobios.
Es más frecuente en diabéticos.
Cuadro muy grave, con una mortalidad cercana al 50%.
Clínica: edema importante en CAE, ulceraciones, otorrea purulenta, dolor
intenso e hipoacusia persistente.
- Tratamiento: Ingreso hospitalario, desbridamiento quirúrgico y antibioterapia
antipseudomona (utilización de dos fármacos durante 6 semanas:
ticarcilina/piperacilina+Aminoglucósidos (tobramicina o gentamicina) o bien
ciprofloxacino. En ocasiones es necesaria la combinación con tratamiento
quirúrgico.
Fig 6. Otitis externa maligna con drenaje de pus sobre canal y oreja necrótica. Tomado de
referencia bibliográfica 4
Prevención
La prevención más adecuada es tratar de evitar los factores precipitantes más frecuentes:
la humedad y los traumatismos del CAE, especialmente en pacientes propensos (CAE
estrecho, cerumen viscoso o alergias sistémicas).
Después de la ducha o del baño en piscinas debería utilizarse el secador para eliminar la
humedad del CAE y administrarse soluciones para acidificar el medio.
OTITIS MEDIA
La otitis media se caracteriza por la inflamación de la mucosa que tapiza las cavidades del
oído medio, la cual, en condiciones normales es estéril. De acuerdo con su secuencia
temporal, se clasifica en aguda, cuando la duración de los síntomas es entre 0 y 3
semanas, subaguda (3 y 12 semanas) y crónica (más de 12 semanas).
1. OTITIS MEDIA AGUDA (OMA)
Fisiopatología:
La OMA es una de las enfermedades infecciosas más frecuentes en el
niño. Se estima que 2 de cada 3 niños han presentado algún episodio en el primer año de
vida, y más del 90% a los 5 años.
La vía de propagación más común es la tubárica, con una diseminación retrógrada desde
infecciones del tracto respiratorio superior hacia el oído. En su evolución se pueden
distinguir: Una fase de colección, donde se produce un acúmulo de contenido purulento
en el interior de la caja timpánica produciendo una distensión del tímpano; provocando la
aparición de otalgia intensa pulsátil, hipoacusia, fiebre y malestar general (en niños
también náuseas y vómitos); fase de otorrea, con salida de material purulento y otorragia
por perforación timpánica espontánea en la pars tensa, con mejoría clínica y cese de la
otalgia.
La predisposición genética, las infecciones, inmunología y los factores ambiéntales pueden
predisponer a los niños a padecer estas infecciones.
En la mayoría de las ocasiones, los procesos alérgicos y las infecciones del tracto
respiratorio superior causan congestión e inflamación de la mucosa nasal, la nasofaringe y
la trompa de Eustaquio. La obstrucción de la trompa (en la porción más estrecha) es el
resultado de la acumulación de secreciones en el oído medio.
Factor
edad
Lactancia materna
raza
Exposición a cigarrillos
Sexo masculino
Comments
Maxima incidencia entre 6 y 24 meses;
Amamantar al pecho durante al menos 3 meses
Nativos americanos, alaska e indios Inuit de Canada tienen una mayor incidenciae
Mayori incidencia en niños expuestos, más si sus padres fuman
Elevación moderada de incidencia
Uso
de
antibioterapia Riesgo elevado de fallo de tratamiento
previa
OMA previa
Riesgo elevado de fallo de antibioterapia
estación
Mayor incidencia en primavera e Invierno
Patología subyacente
Mayor incidencia en niños con rinitis alergica, sd de Down, paladar hendido
Tabla 1. Factors Affecting Risk of Acute Otitis Media. Tomado de referencia bibliográfica 1
Etiología
Los patógenos más frecuentes son el Streptococcus pneumoniae (neumococo, con el 30%
de los casos), Haemophilus influenzae (20%), y Moraxella catharralis (15%).
Otros patógenos menos frecuentes son el S.aureus (1-3%) y anaerobios, la etiología vírica
de la OMA es muy discutida, pero lo que si parece demostrado es que una infección vírica
de las vías respiratorias superiores supone un factor favorecedor.
En los últimos años, el aumento de las resistencias de las cepas del neumococo a la
penicilina, es la causa más frecuente de de recurrencia y persistencia de la OMA, y ha
influido en el tratamiento.
ORGANISM
FREQUENCY
S.pneumoniae
40 to 50
Haemophilus influenzae
30 to 40
Moraxella catarrhalis
10 to 15
Staphylococcus aureus
Rare
Anaerobic organisms
Rare
Virus
Less than 10
Table 2. Organisms in Acute and Chronic Suppurative Otitis Media. Tomado de referencia bibliográfica 1
Diagnóstico
Los criterios diagnósticos de la OMA son:
1. Presentación aguda.
2. Presencia de exudado en la cavidad media del oído, objetivable debido a la
existencia de abombamiento del tímpano u otorrea.
3. Signos y síntomas inflamatorios.
Existen numerosos síntomas no específicos, que no suponen criterios diagnósticos como tal:
fiebre, cefalea, irritabilidad, rinitis, hipoacusia, anorexia, vómitos…y son más comunes en
los lactantes y niños más pequeños.
La otalgia es menos común en los niños menores de 2 años y más común en adolescentes y
adultos.
OTITIS MEDIA AGUDA CONFIRMADA:
?
Otorrea de aparición en las últimas 24-48h u
?
Otalgia de aparición en las últimas 24-48h más abombamiento timpánico,
con o sin fuerte enrojecimiento.
OMA PROBABLE*:
?
Sin otalgia. Evidencia de exudado en el oído medio, con fuerte enrojecimiento
timpánico+ catarro reciente.
?
Sin otoscopia. Otalgia explícita en el niño mayor o llanto injustificado de presentación brusca,
especialmente nocturno y después de varias horas en cama, en el lactante + catarro reciente
*Este diagnóstico debe ser muy restringido e individualizado y valorado en presencia de factores de riesgo.
Tabla 3. Criterios diagnósticos de OMA. Tomado de referencia bibliográfica 7
TRATAMIENTO
Los objetivos del tratamiento incluyen: la resolución de los síntomas y la reducción de las
recurrencias. Hasta el 70-90% de las OMA en niños se resuelven de manera espontánea en
7-14 días, por lo que los antibióticos no deben preescribirse inicialmente de rutina.
Fig. 7. Management of Otitis Media.Treatment algorithm for acute otitis media. Tomado de referencia
bibliográfica 1
-
Tratamiento sintomático: El manejo del dolor es importante en los dos
primeros días después del diagnóstico. La elección es paracetamol o ibuprofeno.
-
Si no mejoría del dolor se debería plantear la realización de una
timpanocentesis. Los corticoides no han mostrado beneficio en el tratamiento
de la OMA.
Antibioterapia: La elección, vendrá determinada por las características del
paciente, la clínica y la sospecha etiológica. En primera línea de tratamiento se
sitúa la amoxicilina oral a altas dosis, para conseguir la erradicación de
neumococos sensibles a penicilinas. Las cefalosporinas podrían ser utilizadas en
alérgicos a penicilina si no hay historia de urticaria o anafila xia por penicilinas,
y si la presentan los macrólidos son el tratamiento de elección. Si no existe
mejoría clínica en 48-72 horas, debe realizarse una reevaluación de los síntomas
así como la exclusión de otras causas de enfermedad. Las opciones de
tratamiento en estos pacientes son: amoxicilina/Ácido clavulánico a altas dosis,
cefalosporinas y macrólidos. La administración de ceftriaxona parenteral podría
ser útil en niños vomitadores o con dificultad para el cumplimiento de
tratamiento oral. Para los pacientes que no responden a esta segunda línea de
tratamiento, las opciones más apropiadas son la administración de clindamicina
y la realización de tímpanocentesis.
En caso de OMA persistente (nuevo episodio de OMA en los 6 días después de haber
finalizado el tratamiento de un episodio anterior), se recomienda reiniciar el tratamiento
con el mismo antibiótico durante dos semanas.
En OMA recurrentes (tres o más episodios de OMA en seis meses o con cuatro o más en un
año), podría realizarse tratamiento profiláctico con antibióticos a dosis bajas durante 2-6
meses en la época de invierno-primavera. Debido al riesgo de desarrollar resistencias esta
práctica debería limitarse a pacientes muy seleccionados.
Se recomienda la realización de lavados nasales, descongestionantes nasales, masticar
chicle sin azúcar o con xilitol, realizar maniobras de valsalva.
PROFILAXIS
La profilaxis antibiótica, la inmunoterapia y el tratamiento quirúrgico son las medidas que
se adoptan.
La profilaxis antibiótica está indicada en OMA recurrente, con amoxicilina a dosis bajas
(20mg/Kg/día), en una sóla dosis. Parece que sólo se produce una disminución de 1-2
episodios por cada 100, al mismo tiempo que se favorecen las resistencias bacterianas, por
lo que su uso es controvertido. Por lo que se ha propuesto como alternativa sustituir la
dosis diaria por el tratamiento precoz con dosis estándar de todo proceso catarral.
La vacuna frente al neumococo previenen en el 6-7% de los casos, mejorando con la
administración conjunta de la vacuna antigripal.
La alternativa quirúrgica consiste en la implantación de drenajes, sustituyendo la trompa
de Eustaquio, facilitando la ventilación del oído medio.
PRONÓSTICO
Esta entidad afecta sobre todo al grupo de edad comprendido entre los 0 y 7 años. A partir
de esa edad la incidencia disminuye de manera significativa. Los pacientes que presentan
deformidades en el paladar, alergias y otro tipo de anomalías cráneo-faciales presentan
una mayor predisposición a padecerla y sufrir las complicaciones de la misma. Con el
tratamiento adecuado se evita la mayor parte de las secuelas que pueden producirse en las
distintas partes del oído medio, y evitar que en la edad adulta el paciente padezca una
otitis media crónica con trastorno funcional del oído en mayor o menor grado. La
colocación de tubos de drenaje no supone un tratamiento dirigido a corregir la causa que
provoca las otitis pero mantiene el oído medio en unas condiciones favorables para evitar
secuelas posteriores y permitir una buena audición. Durante el tiempo que están colocados
los tubos de drenaje ha de evitarse la entrada de agua en los oídos por el riesgo de
infección que esto supone.
2. OTITIS MEDIA CRÓNICA (OMC)
Se trata de una inflamación crónica del oído medio que se acompaña de otorrea purulenta
crónica o recidivante. No se acompaña de otalgia, sí de hipoacusia, de intensidad variable
en función de las lesiones del tímpano y de la cadena osicular. Se distinguen varias formas
clínicas.
OMC simple, supurativa o benigna: Es una inflamación crónica y recidivante de la
mucosa, que no se acompaña de osteólisis. Se visualiza una perforación central y lesión de
la cadena osicular. Los episodios de infección y otorrea suelen estar relacionados con la
entrada de agua en el oído o con infecciones de la vía respiratoria superior. La etiología
más frecuente se debe a Pseudomonas y S.aureus. El tratamiento durante la fase activa
supurativa se realiza con antibioterapia local o sistémica, y en la fase de remisión, tras 3-6
meses, sin otorrea, se puede realizar tratamiento quirúrgico mediante timpanoplastia.
OMC colesteatomatosa: Es una inflamación crónica caracterizada por la presencia de un
epitelio queratinizante en las cavidades del oído medio, produciendo osteólisis de sus
paredes, con mucho riesgo de complicaciones que hacen preciso un tratamiento quirúrgico.
La otorrea crónica, típicamente fétida y persistente a pesar del tratamiento médico. La
hipoacusia suele ser intensa. En la exploración se observará una perforación marginal. El
tratamiento es siempre quirúrgico. El objetivo del tratamiento será ante todo evitar la
aparición de complicaciones y no el mejorar la audición.
Tímpanoesclerosis: Es una secuela de procesos otíticos de repetición. Se caracteriza por
una degeneración del colágeno, con formación de placas de calcio en la mucosa del oído
medio. Produce hipoacusia de transmisión importante.
Otitis crónica adhesiva: Se caracteriza por la presencia de una obstrucción tubárica
crónica con membrana timpánica atrófica y retraída. Se produce una hipoacusia de
transmisión progresiva. El tratamiento es quirúrgico en estadíos avanzados.
COMPLICACIONES OTITIS MEDIA
La presencia de una infección de más de dos semanas de duración obliga a descartar la
existencia de complicaciones:
1. Mastoiditis: Infección en la mastoides con afectación ósea con osteólisis. Es la
complicación más frecuente de la OMA, sobre todo en niños. El tratamiento de
elección es con antibioterapia intravenosa (cefalosporinas de 3ª generación),
precisando en muchas ocasiones drenaje quirúrgico.
Fig. 8. Algoritmo del manejo de mastoiditis. Tomado de referencia bibliográfica 7
2.
3.
Petrositis: Es una mastoiditis con destrucción ósea del ápex petroso. Su clínica más
característica es el síndrome de Gradenigo (otorrea asociada a dolor retroocular, por
neuralgia del trigémino, y diplopia por afectación del sexto par craneal.
Laberintitis: Inflamación difusa con o sin secreción purulenta, que cursa con episodios
de vértigo, hipoacusia perceptiva. El tratamiento es quirúrgico.
CONCLUSIONES
1. Las otitis externas afectan anualmente al 3-5% de la población, siendo los
factores más importantes en su etiología: la infección (bacteriana o fúngica),
la humedad del canal auditivo externo y los traumatismo locales.
2. La evolución es generalmente benigna, pero es preciso un seguimiento y
tratamiento precoz en pacientes diabéticos e inmunodeprimidos.
3. La otitis media aguda es una de las enfermedades infecciosas más frecuentes
en la infancia. Dos de cada tres niños han presentado algún episodio en el
primer año de vida.
4. El diagnóstico de OMA debería ser confirmado por: presentación aguda,
identificación de los signos y síntomas inflamatorios y por la presencia de
exudado en la cavidad media del oído.
5. El tratamiento deber ser instaurado de forma precoz y su elección se
determinará en función del paciente y la sintomatología.
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58: 225-31. Artículo muy bien detallado y de fácil compresión, con esquemas y algoritmos muy
orientativos.
J. Aristegui, C.Rodrigo, F. del Castillo, F. García Martín, D. Moreno Pérez, J.Ruiz Contreras. Protocolos
clínicos otitis media; Protocolos clínicos Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología
Clínica. Manual muy útil para valorar las distintas posibilidades de tratamiento.
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