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Cultura
LanzaDigital, Domingo 18 de Noviembre de 2012
Primer Premio de Pintura del XI Certamen Virgen de las Viñas de Tomelloso
Ángel Pintado: ​Mi oficio me ha enseñado a
conocer el valor del tiempo​
Lanza - 18/11/2012
A. R.
Ciudad Real
PREGUNTA.- ¿Qué es lo que no pega ni en pintura en el mundo?
RESPUESTA.- El desfase, la diferencia que hay entre pobres y ricos. Es un verdadero despropósito esta
diferencia y, desafortunadamente, se está volviendo cada vez más acuciante
P.- ¿Qué es lo que queda que ni pintado?
R.- La naturaleza, que es la base de mi inspiración y es una obra perfecta. ¿Cómo puede ser tan perfecta y
los humanos tan inconscientes que como sigamos así nos la vamos a cargar?
P.- ¿Con qué colores te llevas mejor?
R.- Con los tierras. Las Meninas, de Velázquez, están hechas sólo con tierras. Me gustan porque son
entonaciones muy sobrias y austeras y te invitan a sacar lo máximo con lo mínimo.
P.- ¿Y cuáles te hacen dudar más?
R.- Los verdes, pero ese tipo de obstáculo me invita a esforzarme más a observarlos y representarlos.
P.- ¿Qué hay en Vías muertas -obra ganadora del Primer Premio de Pintura del XI Certamen Cultural Virgen
de las Viñas?
R.- En este cuadro está el tema del tren que me gusta mucho en la atmósfera de un día otoñal y grisáceo.
Aparecen los hangares y vías muertas de una estación donde hay apartados trenes de mercancía, viejos y
averiados. Es una atmósfera con grasa y suciedad propias del lugar, pero al mismo tiempo es muy humana.
El propósito es transmitir emoción al espectador, invitarle a entrar dentro y estar un ratito dando vueltas
por los andenes de esas vías. Pese a que parece por la luz frío, es un lugar agradable para que el espectador
entre él.
P.- ¿Cuáles son tus autores favoritos?
R.- Buf, no acabaríamos... Si resumiéramos, están los pintores del Quattrocento, la cultura egipcia que me
interesa mucho y la pintura del siglo XIX.
P.- ¿Y de los que más has aprendido?
R.- Entre los que he tenido la suerte de tener a mi lado y con los que he visto la luz como pintor están
Manuel López Villaseñor, Antonio López Torres, Antonio López García y Lucio Muñoz. Y entre los que no he
tenido la suerte de conocer y que son pintores de cabecera están desde Piero della Francesca hasta
Vermeer e Ignacio Pinazo.
P.- ¿Cómo afecta la crisis al trabajo de los pintores?
R.- El pintor honrado, que no ha querido comercializar su trabajo, ha sido siempre un pintor en crisis, salvo
algunos escogidos que pueden disfrutar en vida de fama considerable y una situación social y económica
muy generosa. En cuanto al momento actual, la fórmula que me he planteado para la crisis es ser muy
austero, trabajar más horas, intentar pintar cada vez mejor y mantener el precio de los cuadros.
P.-¿La obra de Antonio López, como artista tomellosero, proporciona una sombra alargada, no da buena
sombra o ilumina más que el sol del membrillo?
R.- Ilumina más que el sol del membrillo.
P.- ¿Cuándo pintas en qué piensas?
R.- Uf, como es una lucha constante entre tú y el cuadro, pues realmente no te da tiempo a pensar nada más
que en ganarle la batalla y salir airoso de lo que estás pintando.
P.- ¿Qué tienen los de Tomelloso que pintan tan bien?
R.- Pues chico, no sé, pero la verdad es que han salido, salen y sigue apareciendo gente que pinta muy bien.
Puede que sea por el ambiente que los de atrás nos han ido infundiendo.
P.- ¿Qué es lo que sueles buscar en un cuadro?
R.- Para bien o para mal cultivo bastantes disciplinas, pero el reto en cualquiera de ellas que me planteo
delante del caballete es que, cuando considere el cuadro terminado, la gente se pare a mirarlo y sienta un
grado de interés y emoción. Y a nivel técnico, me interesa mucho la austeridad en cuanto a que estén los
elementos justos y la entonación pictórica elemental. Esta sobriedad siempre la he tenido como meta y con
el tiempo percibes que la vas consiguiendo, con los años vas quitando cosas y colores que no sirven de la
paleta y dejando lo que es el jugo, lo que es estrictamente necesario para que el cuadro funcione por sí
mismo sin necesidad de explicarlo.
P.- ¿Cómo crees que ha evolucionado tu pintura?
R.- Mi pintura ha evolucionado en ese sentido. Curiosamente, empecé en el mundo de la abstracción y
luego me he movido en un realismo figurativo en el que pretendo que el espectador termine de realizar un
cuadro. Dejo muchas partes en la estructura, en las tripas, para que quien lo mire vea cómo he empezado a
hacerlo y se encuentre partes interesadamente sin terminar.
P.- ¿Te gusta que el espectador dé la última pincelada?
R.- Sí, quiero que sea partícipe de la terminación de ese cuadro, lo cual a lo mejor es una manía adquirida
con el tiempo…
P.- En tu obra atrapas la fuerza del instante y también de la fugacidad...
R.- Sí, hay muchos arrebatos de ello.
P.- ¿Cómo se pinta, por ejemplo, un pie, por dónde empiezas?
R.- Primero se hace el contorno y de ahí al máximo detalle que quieras o puedas llegar, ya que no es de lo
más fácil de pintar. Los pies y las manos son endiabladamente difíciles. Las manos de los personajes de Las
Meninas, de Velázquez, por ejemplo, parece que están hechas como con desgana y, sin embargo, pueden
transmitir más que unas manos hiperrealistas, fotográficamente pintadas en las que percibo el mérito, pero
a lo mejor no me emocionan. Ésa es la grandeza de la pintura y por eso Velázquez es quien es.
P.- ¿Y un paisaje?
R.- Yo tengo una manera de pintar poco ortodoxa. Empiezo a hacer un paisaje sobre lo que se podría llamar
un cuadro abstracto y sobre esa mancha o abstracción comienzo a situar los elementos que más me llaman
la atención del paisaje que tengo enfrente, en el que la luz es fundamental y parte de ella está en esa
abstracción previa.
P.- ¿Por qué pintas?
R.- Primero, porque no sé hacer otra cosa y, segundo, porque si no pintara probablemente me moriría de
pena y aburrimiento.
P.- ¿En la pintura qué hallas?
R.- Mi desarrollo como ser humano y la satisfacción de dejar a los demás lo mejor que tengo de mí, de
devolver las facultades que me dio la naturaleza a través de mis cuadros.
P.- ¿Dónde encuentras la inspiración?
R.- Procuro que me venga estando sentado en el estudio delante del caballete. A veces el silencio me ayuda
mucho a trabajar y en otras ocasiones la música, con un abanico de gustos bastante abierto y generoso en
estilos.
P.- ¿El cuadro más difícil que has hecho?
R.- Todos tienen sus complicaciones, pero hice una pintura grande, Personajes de un psiquiátrico, que se
convirtió en uno de los retos más difíciles porque eran personas con unas taras en su mente importantes
que eran muy difíciles de plasmar y además en un ambiente sórdido.
P.- ¿Y cuál te hubiese gustado pintar?
R.- A mis padres. Cuando vivían yo no sabía desarrollar unos retratos de estas características.
P.- ¿Y de los que ya existen de otros autores?
R.- Muchacha con sombrero rojo, de Vermeer.
P.- ¿En el momento actual pintan oros, bastos,...?
R.- Espadas, por la lucha que conlleva mi trabajo.
P.- ¿Qué es lo que más has aprendido con la pintura?
R.- Me ha venido muy bien este oficio para desarrollarme como ser humano, aprender a ayudar a los
demás en la medida que uno puede y a apreciar el valor que tiene el tiempo. Ahora mismo, lo que yo creo
que me queda por pintar no guarda relación con los años que me quedan de vida en el sentido más
optimista. Pero bueno, premios como el del Virgen de las Viñas te ayudan a preparar obras grandes, que
llevan mucho tiempo, ya que es en la obra grande donde se ve a un pintor.
P.- ¿El arte es un camino de…?
R.- De piedras y también de rosas y espinas. Ahora, por ejemplo, es un momento muy agradable, de
reconocimiento, pero también hay momentos muy delicados en los que crees que no avanzas, piensas que
a lo mejor te estás repitiendo, que no terminas de ver finalizado un cuadro,… Y luego los pintores tenemos el
problema de vivir en la soledad del estudio...
P.- ¿Un pintor tiene que llevarse bien con la soledad?
R.- No tiene más remedio, si quiere de verdad hacer una pintura con peso y muy sentida, la soledad es
imprescindible.
P.- Proyectos...
R.- Estoy manchando un cuadro grande sobre el incendio de la torre Windsor de Madrid, a mediados de
febrero acudiré a Art Madrid, participo en ferias con la galería conquense Pilares, tengo obra permanente
en la ciudarrealeña Artecasa de Félix de la Fuente y en Madrid expongo actualmente en la galería Fernán
Gómez, en la calle Alcalá, una serie de naturalezas muertas con instrumentos musicales.
P.- ¿De qué obra te ha costado más desprenderte?
R.- De muchas. Hace años hice un amanecer desde una calle principal de mi pueblo que tuve que venderla
y me dolió mucho desprenderme de ese cuadro.
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