Magistrado Ponente HADEL MOSTAFÁ PAOLINI Exp. Nº 2009-0374 Adjunto al oficio N° 2009/154 del 28 de abril de 2009, el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Lara remitió a esta Sala el expediente contentivo de la demanda por resolución de contrato incoada por el abogado Francisco Carrillo Avellán, inscrito en el INPREABOGADO bajo el N° 60.670, actuando con el carácter de apoderado judicial de la sociedad mercantil EURO DELICIAS, C.A., inscrita en el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial del Estado Lara el 2 de junio de 2006, bajo el N° 27, Tomo 26-A, contra la empresa DELICOCINA, C.A., sociedad de comercio inscrita ante el Registro Mercantil Segundo de la Circunscripción Judicial del Estado Lara el 3 de septiembre de 2002, bajo el N° 8, Tomo 4-A. Dicha remisión obedeció a la “declinatoria” de competencia formulada por el referido Juzgado mediante decisión del 28 de abril de 2009, en la cual señaló que corresponde a esta Sala PolíticoAdministrativa decidir el recurso de regulación de jurisdicción intentado por la parte demandada contra la decisión dictada el 17 de julio de 2008 por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, que declaró sin lugar la cuestión previa de falta de jurisdicción opuesta por ésta. El 5 de mayo de 2009, se dio cuenta en Sala y se designó ponente al Magistrado Hadel Mostafá Paolini, a los fines de decidir la “declinatoria” de competencia y, de ser el caso, el “recurso de regulación de jurisdicción”. I ANTECEDENTES El 9 de agosto de 2007, el apoderado de la sociedad mercantil Euro Delicias, C.A. presentó ante la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos en materia Civil de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, con sede en la ciudad de Barquisimeto, escrito contentivo de la demanda por resolución de contrato incoada contra la empresa Delicocina, C.A. El 14 de agosto de 2007, el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara admitió la demanda y ordenó el emplazamiento de la empresa accionada. El 22 de octubre de 2007, el Alguacil de ese Despacho consignó diligencia en la que expresó que le fue imposible practicar la citación personal de la accionada. Por diligencia del 23 de octubre de 2007, la representación judicial de la demandante solicitó se procediese a la citación por carteles, con base en lo prescrito en el artículo 223 del Código de Procedimiento Civil, pedimento que fue acordado por el a quo en auto del día 31 del mismo mes y año. Mediante diligencias de fechas 16 y 19 de noviembre de 2007, la parte actora consignó dos ejemplares del referido cartel, cuyas publicaciones se llevaron a cabo en los diarios “El Impulso” y “El Informador”, en sus ediciones de los días 15 y 19 del mismo mes y año, respectivamente. El 17 de marzo de 2008, el apoderado actor, vencido como se encontraba el lapso de comparecencia otorgado en el cartel de citación, solicitó se designara defensor ad litem a la parte demandada. El 14 de abril de 2008, el a quo designó a la abogada Luz Marina Molina defensora ad litem de la empresa accionada y, en consecuencia, ordenó su citación para que aceptara o se excusara de prestar el referido cargo. El 21 de mayo de 2008, el Alguacil dejó constancia de haber practicado la citación de la prenombrada defensora, la cual aceptó tal designación y prestó juramento el día 26 del mismo mes y año. El 3 de junio de 2008, compareció el abogado Luis Armando Silva, inscrito en el INPREABOGADO bajo el N° 6.646, quien en representación de la sociedad mercantil Delicocina, C.A., se dio por citado y anexó el poder que acredita su representación. El 30 de junio de 2008, el a quo dejó sin efecto la designación de la defensora ad litem, en virtud de la constitución de apoderado judicial por parte de la demandada. El 7 de julio de 2008, la representación judicial de la accionada interpuso la cuestión previa del ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, relativa a la falta de jurisdicción, alegando la existencia de una cláusula arbitral en el contrato suscrito entre las partes. Por escrito fechado 16 de julio de 2008, el apoderado actor dio contestación a la aludida cuestión previa. El 17 de julio de 2008, el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara declaró sin lugar la cuestión previa opuesta y condenó en costas a la parte demandada. El 30 de enero de 2009, el apoderado judicial de Delicocina, C.A. ejerció recurso de regulación de jurisdicción contra el referido fallo. El 4 de marzo de 2009, el a quo ordenó remitir el expediente a la Unidad Receptora de Documentos del Área Civil del Estado Lara para su distribución a uno de los Juzgados Superiores de esa Circunscripción Judicial, con el objeto que fuese decidida la regulación de jurisdicción propuesta por la parte demandada. El 13 de abril de 2009, previa distribución, se dio por recibido el expediente en el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Lara. Por decisión del 28 de abril de 2009, el citado Juzgado “declinó” la competencia para conocer del recurso de regulación de jurisdicción en esta Sala Político-Administrativa, ordenando la remisión del expediente. II DE LA COMPETENCIA El 28 de abril de 2009, el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Lara “declinó” la competencia para conocer del presente recurso de regulación de jurisdicción en esta Sala Político-Administrativa, con fundamento en los argumentos señalados a continuación: “…Debe quien juzga establecer, en primer término, su competencia para resolver el recurso de regulación de jurisdicción interpuesto y en tal sentido se debe atender a lo dispuesto en el Código de Procedimiento Civil; en tal sentido, disponen los artículos 59 y 62, lo siguiente: (…Omissis…) Ahora bien, de las normas antes transcritas, se evidencia que los asuntos en los que se discuta lo relativo a la jurisdicción de los tribunales de la República Bolivariana de Venezuela, están expresamente atribuidos a la Sala Política Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, por tanto, habiéndose planteado un recurso de regulación de jurisdicción en el presente caso, este Juzgado Superior Primero en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del estado Lara se declara incompetente para conocer del presente recurso, que le fuera remitido por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Lara. Así se declara. DECISIÓN En virtud de las consideraciones anteriormente expuestas, este Juzgado Superior Primero en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, administrando Justicia, actuando en nombre de la República de Venezuela y por Autoridad de la Ley se declara INCOMPETENTE para conocer de la presente recurso y en consecuencia: PRIMERO: DECLINA LA COMPETENCIA ante la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, por tratarse el presente asunto de un Recurso de Regulación de Jurisdicción. SEGUNDO: SE ORDENA REMITIR CON OFICIO el presente asunto a la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia…”. (SIC). (Resaltado y subrayado del texto citado). Visto el pronunciamiento anterior que, como se advierte de los antecedentes de este expediente, tuvo lugar a propósito de la remisión que a ese Tribunal Superior hizo, como si se tratase de una regulación de competencia, el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, para que aquél conociera el recurso de regulación de jurisdicción ejercido por la accionada frente a la decisión por la cual se declaró sin lugar la cuestión previa relativa a la falta de jurisdicción del Poder Judicial; esta Sala debe, a los fines de pronunciarse sobre su competencia para conocer del recurso en cuestión, establecer lo siguiente: En reiteradas oportunidades esta máxima instancia de la jurisdicción contencioso administrativa ha establecido las diferencias existentes entre los conceptos procesales básicos de jurisdicción y competencia. La jurisdicción se refiere a la potestad de administrar justicia, cuyo conflicto se genera entre un órgano del Poder Judicial y uno de la Administración, o entre un Juez venezolano y un Juez extranjero; o también, por el sometimiento del asunto al arbitraje. La competencia alude a “los límites de los poderes de los jueces venezolanos entre sí”, tal como ha sostenido en forma constante la doctrina y ha sido reiterado en innumerables decisiones de este Alto Tribunal. (Vid., sentencia de esta Sala N° 03131 del 19 de mayo de 2005). Así, cuando el Juzgado de Primera Instancia declara que tiene jurisdicción para resolver la cuestión sometida a su conocimiento, y la parte solicite la regulación de jurisdicción, debe aquél remitir inmediatamente el expediente a esta Sala Político-Administrativa de este Máximo Tribunal, a los fines de dar cumplimiento a lo previsto en el artículo 62 del Código de Procedimiento Civil, y no a su Superior, en virtud de que se trata de una regulación de jurisdicción y no de competencia. Ahondando sobre lo anterior, se observa que los artículos 349, 59 y 62 del Código de Procedimiento Civil, aplicables supletoriamente al presente caso conforme al primer aparte del artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, establecen: “Artículo 349.- Alegadas las cuestiones previas a que se refiere el ordinal 1° del artículo 346, el Juez decidirá sobre las mismas en el quinto día siguiente al vencimiento del lapso del emplazamiento, ateniéndose únicamente a lo que resulte de los autos y de los documentos presentados por las partes. La decisión sólo será impugnable mediante la solicitud de regulación de la jurisdicción o de la competencia, conforme a las disposiciones de la Sección Sexta del Título I del Libro Primero.” (Resaltado de la Sala). “Artículo 59.- La falta de jurisdicción del Juez respecto de la administración pública, se declarará aun de oficio, en cualquier estado e instancia del proceso. La falta de jurisdicción del Juez venezolano respecto del Juez extranjero, se declarará de oficio en cualquier estado e instancia del proceso cuando se trate de causas que tienen por objeto bienes inmuebles situados en el extranjero. En cualquier otro caso, mientras no se haya dictado sentencia sobre el fondo de la causa en primera instancia, la falta de jurisdicción sólo podrá declararse a solicitud de parte. En todo caso, el pronunciamiento del Juez sobre la jurisdicción se consultará en la Corte Suprema de Justicia, en Sala Político-Administrativa, conforme a lo dispuesto en el artículo 62.”. (Negrillas de esta Sala). “Artículo 62.- A los fines de la consulta ordenada en el artículo 59, el Tribunal remitirá inmediatamente los autos a la Corte Suprema de Justicia, en Sala Político-Administrativa, suspendiéndose el proceso desde la fecha de la decisión. La Corte procederá luego de recibidas las actuaciones, a decidir la cuestión, lo cual se hará dentro de diez días, con preferencia a cualquier otro asunto.”. (Destacado de la Sala). De las normas transcritas, se deduce que contra las decisiones dictadas con ocasión de la interposición de la cuestión previa de falta de jurisdicción contemplada en el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, sólo cabe como mecanismo legal de impugnación el recurso de regulación de jurisdicción, el cual se encuentra previsto en la Sección Sexta del Título I del Libro Primero del referido Código. Por su parte, los artículos 59 y 62 eiusdem disponen que las decisiones sobre jurisdicción serán consultadas ante este Supremo Tribunal en Sala Político-Administrativa; de modo que si bien la norma no hace mención expresa a la competencia de esta Sala para conocer de las impugnaciones que se produzcan por vía del recurso de regulación de la jurisdicción, la interpretación armónica y concordada de tales dispositivos nos lleva a concluir que tal atribución corresponde a este Órgano Jurisdiccional, por versar precisamente su mérito en el análisis de si el Poder Judicial venezolano tiene o no jurisdicción para conocer de un determinado asunto, siendo por ende, en esencia, ambos categorías de pronunciamientos básicamente iguales, pero diferenciados respecto al medio procesal a través del cual se eleva el problema a este Alto Tribunal (consulta o regulación de jurisdicción). Así se declara. En el marco de la declaratoria anterior, adicionalmente debe advertirse que no habiendo posible duda o discusión en cuanto a que es esta Sala Político-Administrativa la competente para conocer de los recursos de regulación de jurisdicción, por estar así dispuesto ex lege, el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Lara no ha debido emitir un pronunciamiento sobre la competencia que lo llevara a declinar el conocimiento del analizado mecanismos procesal de impugnación, sino simplemente ordenar la remisión del caso a este máximo órgano de la jurisdicción contencioso administrativa. Así se establece. III DE LA DECISIÓN SOMETIDA AL PRESENTE RECURSO DE REGULACIÓN DE JURISDICCIÓN El 17 de julio de 2008, el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara declaró sin lugar la cuestión previa contenida en el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, opuesta por la parte demandada, relativa a la falta de jurisdicción, en los siguientes términos: “…Observa este juzgador que respecto a la competencia se debe atender lo correspondiente al territorio, por cuanto la misma representa el alcance de la jurisdicción , queda claro por tanto que a tenor del Artículo 1094 del Código de Comercio, y los criterios establecidos por el Tribunal Supremo de Justicia, en múltiples oportunidades, el Demandado es quien tiene el fuero procesal, respecto a atraer a su lugar de domicilio las demandas incoadas en su contra, un criterio que utiliza el legislador, ha entender de esta juzgador para garantizarle la tutela judicial efectiva, un criterio que no debe ser analizado cerradamente, pues opera también a favor del demandante que el juez proteja que la competencia sea guarecida para evitar reposiciones que atentan contra la economía procesal, visto que las sentencias dictadas por jueces incompetentes no tienen valor jurídico alguno. Un espacio respecto a este punto también lo representa, el contrato de franquicia individual suscrito entre las partes, el cual si bien señala ‘…La parte agraviada podrá recurrir al arbitraje, el cual acuerdan y aceptan las partes mediante la firma de este documento, como el medio exclusivo de solución de controversias o reclamos’, desprendiéndose del mismo texto que no es obligatorio de las partes someterse al arbitraje, sino que se deja a elección por cuanto señala ‘podrá’, siendo una potestad de las partes acudir o no al arbitraje, por lo que es lógico establecer que este despacho puede conocer de la presente demanda pues el referido contrato fue suscrito en esta ciudad, segundo: la parte demandante tiene su domicilio en esta ciudad de Barquisimeto, amen de que, de ninguno de los recaudos acompañados se desprende que la voluntad de las partes haya sido acoger un domicilio especial para ventilar judicialmente cualquier controversia, en consecuencia se declara IMPROCEDENTE LA CUESTIÓN PREVIA opuesta en el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil referido a la Incompetencia opuesta por la parte demandada. ASÍ SE DECIDE…”. (SIC). (Destacado del fragmento copiado). IV DEL RECURSO DE REGULACIÓN DE JURISDICCIÓN El 30 de enero de 2009, el apoderado judicial de la empresa Delicocina, C.A. interpuso el presente recurso de regulación de jurisdicción, con fundamento en los argumentos sintetizados a continuación: Alegó que “…se evidencia de documento de CONTRATO DE FRANQUICIA INDIVIDUAL otorgados por las PARTES, DEMANDANTE (Euro Delicias, C.A.) y DEMANDADA (Delicocina, C.A.), por ante la Notaría Pública Cuarta de Barquisimeto, Estado Lara, el trece (13) de Abril de dos mil siete (2007), inserto bajo el N° 24, Tomo 99 de los Libros de autenticaciones llevados por la citada Notaría, que riela en autos, donde establecen en la estipulación VIGESIMA con el titulo “CONCILIACIÓN Y CLÁUSULA ARBITRAL”, la cláusula compromisoria del siguiente tenor: (…) Se observa que las partes, demandante y demandado, suscribieron un contrato denominado FRANQUICIA INDIVIDUAL, (…) y en la cláusula compromisoria (…) acordaron someterse al Arbitraje Institucional regulado por la Ley de Arbitraje Comercial y, conforme al Reglamento del Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio de Caracas, (…) las controversias que de cualquier naturaleza pudieran surgir entre las partes, con relación a la interpretación, cumplimiento, caducidad, validez y terminación de la relación contractual….”. (SIC). (Negrillas del escrito citado). Apuntó, que el arbitraje comercial “…constituye un medio expedito y alternativo previsto en la ley especial, para la solución de conflictos, mediante el cual las partes declaran someterse ante un Centro de Arbitraje (…) todas o algunas de las controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una relación jurídica contractual o no contractual, dicho acuerdo de sometimiento de su controversia a los Centros de Arbitraje, equivale a la derogatoria convencional de la jurisdicción, a los fines de dilucidarla a través de los medios alternativos previstos en la citada Ley de Arbitraje Comercial…”. Adujo, que “…la consagración constitucional de la norma arbitral, que tiene la legislación de promover el arbitraje, la conciliación, la mediación y cualquier otro medio alterno de resolución de conflictos, debiendo, en la medida de lo posible, fomentar e incitar a las partes al avenimiento y a la conciliación. No obstante, se constitucionalizan los medios alternos para la resolución de conflictos y la verificación de los mismos mediante la salvaguarda de la seguridad jurídica…”. Agregó, que “…el arbitraje es una excepción a la jurisdicción que tienen los tribunales para resolver por imperio de la ley todos los litigios que sean sometidos a su conocimiento, en ejercicio del derecho constitucional y la norma jurídica especial…”, y que se trata de “…una disposición indubitada de hacer valer la excepción de arbitraje, en virtud que la Parte Demandada está orientada a someterse al arbitraje, evidenciándose de su actuación la disposición inequívoca de hacer valer la excepción de arbitraje contenida en el contrato invocado…”. (SIC). Finalmente, el apoderado de la accionada arguyó que tanto la demandante como su representada, “…manifestaron por escrito la voluntad inequívoca y expresa de sustraerse el conocimiento de la causa de los Tribunales Ordinarios, enervando cualquier conocimiento judicial sobre las controversias suscitadas entre las partes, constatando la disposición indubitada de hacer valer la excepción de arbitraje, a fin de precisar la jurisdicción a la que corresponde dirimir la causa; invocando el acuerdo arbitral como exclusivo y excluyente de la jurisdicción ordinaria y obliga a las partes someterse al arbitraje de conformidad con lo establecido en la Ley de Arbitraje Comercial y en la cláusula compromisoria citada anteriormente mediante el contrato consensual otorgado por las partes mediante la denominación de Contrato de Franquicia Individual…”. (SIC). V CONSIDERACIONES PARA DECIDIR El objeto de la presente decisión, consiste en determinar si en el presente caso el Poder Judicial tiene jurisdicción para conocer de la demanda por resolución de contrato incoada por Euro Delicias, C.A. contra Delicocina, C.A., en virtud de la existencia de una cláusula compromisoria de arbitraje en el contrato cuya resolución se solicita. En tal sentido, se observa: La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra en su artículo 258, el deber que tiene el legislador de promover el arbitraje, la conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios para la solución de conflictos, como alternativa ante las típicas disputas o querellas en sede judicial, lo cual, no es otra cosa que la constitucionalización de los medios alternativos para la resolución de conflictos. De suerte tal, que el arbitraje constituye una excepción a la competencia constitucional que tienen los tribunales ordinarios del país de resolver por imperio de la ley, todas las querellas que les sean sometidas a su conocimiento por los ciudadanos, en uso del derecho constitucional a la tutela judicial efectiva de sus derechos e intereses y la garantía de acceso a la justicia, previstos en el artículo 26 del Texto Constitucional. En este sentido, la doctrina y la jurisprudencia han considerado al arbitraje como un medio de autocomposición extrajudicial entre las partes, quienes mediante una voluntad expresa, convienen de forma anticipada en sustraer del conocimiento del Poder Judicial, las diferencias, controversias o desavenencias que por la ejecución, desarrollo, interpretación o terminación de un negocio jurídico puedan sobrevenir entre ellas (acuerdo éste que también podría ser posterior, esto es, cuando ya iniciada una causa judicial acuerden someterse al arbitraje). Ahora, si bien por una parte se constitucionalizan los mecanismos alternativos para la resolución de conflictos, sin embargo, debe erradicarse el uso tergiversado que de éstos se pretende, en aras de garantizar los cánones y principios del sistema de administración de justicia. (Vid., entre otras, sentencias Nros. 2571 del 5 de mayo de 2005 y 1356 del 31 de julio de 2007). Por ello, para establecer la procedencia de la excepción del acuerdo o pacto arbitral frente a la jurisdicción ordinaria, el juez debe valorar los siguientes elementos fundamentales: “(a) La validez y eficacia del acuerdo, pacto o cláusula compromisoria, esto es, el apego y respeto de los requisitos y extremos que la legislación exige para que tales acuerdos surtan plenos efectos jurídicos, tanto en el campo sustantivo como el adjetivo y, por tanto, resulte enervado el conocimiento que por mandato constitucional detentan los tribunales ordinarios de la República para dirimir conflictos y controversias entre los ciudadanos. Entre los requisitos se encuentran, tanto los atinentes a las estipulaciones contenidas en la cláusula o acuerdo arbitral (sin vacilaciones o contradicciones en cuanto a someterse o no en árbitros), como también, los referentes a la capacidad suficiente de quienes, mediante la celebración del pacto o negocio que le contenga, procedan a comprometer en árbitros. (b).- La existencia de conductas procesales de las partes en disputa, todas orientadas a una inequívoca, indiscutible y no fraudulenta intención de someterse en arbitraje. Conductas éstas calificables como demostrativas de una incuestionable voluntad de no sometimiento al conocimiento de la jurisdicción ordinaria y, en su lugar, al Laudo Arbitral que los árbitros designados lleguen a emitir. Elementos éstos, de necesario examen, a los fines de determinar si la excepción de arbitraje es o no válida y procedente frente al conocimiento de la jurisdicción ordinaria, para lo cual sería perentorio, a su vez, el análisis de dos situaciones que de forma común, serán decisivas para el aludido examen a que se hace referencia: b´1) La denominada ‘Renuncia Tácita al Arbitraje’, cuando habiéndose demandado en vía judicial, la otra parte una vez apersonada en juicio no haya opuesto en ‘forma: ex ordinal 1º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil’, la cláusula de arbitraje y se someta al conocimiento del tribunal ordinario, bien solicitando la declaratoria sin lugar de la demanda (contestando el fondo de la misma), bien reconviniendo (mutua petición) o habiendo quedado confeso (confesión fícta). También, se considerará como renuncia tácita, aun y cuando, habiéndose opuesto la existencia de una cláusula de arbitraje, dicha advertencia u oposición no haya sido interpuesta en ‘forma’ esto es, mediante el mecanismo procesal adecuado según la legislación especial adjetiva (en nuestro régimen la cuestión previa del ordinal 1º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil). (Véase, entre otras, sentencias Nros. 1209 del 20 de junio de 2001 y 832, del 12 de junio de 2002, casos: Hoteles Doral C.A. e Inversiones San Ciprian, C.A.). El criterio parcialmente transcrito consagra dos supuestos en los que se considera que ha operado la renuncia tácita al arbitraje; el primero se refiere al caso en el cual el demandado, una vez apersonado en juicio, no haya opuesto la cuestión previa de falta de jurisdicción, sino que por el contrario haya ejercido defensas de fondo, bien contestando la demanda, bien reconviniendo. El segundo, se refiere al caso en que el demandado apersonado en juicio haya opuesto la existencia de la cláusula de arbitraje, pero no mediante el mecanismo procesal idóneo, esto es, a través de la interposición de la cuestión previa relativa a la falta de jurisdicción. Efectuadas las anteriores precisiones, debe por lo tanto esta Sala abordar en primer lugar el análisis sobre la validez y eficacia del pacto o cláusula compromisoria, y sólo de corroborarse su conformidad con los presupuestos que el ordenamiento jurídico exige para que tales acuerdos surtan plenos efectos jurídicos en el campo sustantivo y adjetivo, se pasará al examen respecto de si las conductas procesales de las partes en disputa expresan una indiscutible orientación de someterse al arbitraje, y no, una fraudulenta intención de sujetar los conflictos a ese medio alternativo. (Vid., sentencia de esta Sala N° 00334 del 13 de marzo de 2008). En cuanto al primer aspecto, se observa que el pacto arbitral que invoca el apoderado judicial de la demandada está contenido en la cláusula vigésima del contrato, intitulada “CONCILIACIÓN Y CLÁUSULA ARBITRAL”, la cual dispone: “…20.1. Las partes intentarán resolver cualesquiera duda, controversia o reclamo que se suscitare con motivo de la ejecución de el presente contrato y sus anexos, en relación con: su interpretación, validez, obligatoriedad, violación, eficacia, cumplimiento, ejecución, así como su terminación o resolución, por lo que La Parte que se considere afectada y con derecho a interponer reclamo alguno y/o acción, por cualquiera de los motivos antes señalados, deberá notificar por escrito a La otra Parte, con la finalidad de dar inicio a un proceso formal de conciliación y solución amistosa a la controversia o reclamo. Comunicada la respectiva notificación, Las Partes disponen de un plazo de treinta (30) días continuos para tratar, de mutuo acuerdo, resolver sus diferencias, y acuerdan que se reunirán en la sede de LA EMPRESA, ubicada en Barquisimeto Estado Lara, lugar donde se suscribió el presente contrato. 20.2. Vencido el período antes señalado sin que se hubiere logrado solución conciliatoria a la controversia o reclamo, La Parte agraviada podrá recurrir al arbitraje, el cual acuerdan y aceptan Las Partes mediante la firma de este documento, como el medio exclusivo de solución de controversias o reclamos que surjan entre ellas respecto de la interpretación, validez, obligatoriedad, violación, eficacia, cumplimiento, ejecución, así como su terminación o resolución de este contrato y sus Anexos, para lo cual acuerdan someterse las reglas de arbitraje institucional de la Cámara de Comercio de Caracas (Reglas de Arbitraje), y como normas supletorias serán aplicadas las regulaciones establecidas por la Ley de Arbitraje Comercial y demás normas señaladas en la Leyes que rigen la materia. En todo caso el arbitraje será dirimido ante un Tribunal Arbitral integrado por tres (3) árbitros, señalados a continuación: Uno (1) designado por La Parte demandada uno (1) designado por La Parte demandante y un (1) tercer árbitro designado por los dos, y quien actuará en carácter de Presidente del Tribunal de Arbitraje. Los plazos para el nombramiento de los árbitros y los demás aspectos referidos a la composición y funcionamiento del Tribunal de Arbitraje serán resueltos conforme a las Reglas de Arbitraje. El Tribunal Arbitral tendrá su sede en la ciudad de Caracas y el proceso será conducido en idioma español. El fondo de la controversia sometida a consideración del Tribunal Arbitral será decidido con base a derecho. En lo que respecta a la articulación probatoria, Las Partes se someterán a lo establecido por las Reglas de Arbitraje, el Código de Comercio y el Código de Procedimiento Civil que de manera supletoria fuere aplicable. Para los efectos del Arbitraje, las partes acuerdan en someter sus controversias a la decisión del Tribunal Arbitral y renuncian en forma expresa a la competencia y jurisdicción de los jueces y demás juzgados de la República. El laudo arbitral será definitivo y obligatorio para Las Partes y no será susceptible de recurso o revisión con excepción del recurso de nulidad conforme con lo establecido en las Reglas de Arbitraje y las Leyes aplicables. 20.3. En consecuencia, La Parte que resultare perdedora o condenada será responsable del pago que acordare el Tribunal Arbitral, así como los costos del Arbitraje, los honorarios de abogados de la parte vencedora y de cualquier impuesto o tributo que se cause por razón de dicho laudo o ejecución”. (SIC). (Resaltado del texto citado; subrayado de esta Sala). Analizado el supra transcrito contenido de la cláusula vigésima del “Contrato de Franquicia Individual” suscrito entre las partes, a los efectos de determinar si el pacto arbitral allí contenido es o no inequívoco, en criterio de esta Sala se advierte una imprecisión en cuanto a la obligatoriedad de las partes de someter a arbitraje, de manera exclusiva y excluyente, todas las controversias surgidas con ocasión del incumplimiento de dicho convenio. En efecto, obsérvese que de la lectura del segundo párrafo de la cláusula en referencia, se deduce que la parte que se considere agraviada en razón de la inejecución del contrato podrá recurrir al arbitraje, lo cual denota que valerse de dicho medio alternativo de resolución de conflictos constituye una potestad discrecional del contratante afectado; empero, inmediatamente después la cláusula dispone que éste -el arbitraje- es el “…medio exclusivo de solución de controversias o reclamos que surjan entre ellas [las partes] respecto de la interpretación, validez, obligatoriedad, violación, eficacia, cumplimiento, ejecución, así como su terminación o resolución de este contrato y sus Anexos…”; lo que por otra parte revelaría simultáneamente la presunta voluntad de las partes de dirimir sus conflictos únicamente a través del arbitraje. Como se aprecia, el texto de la cláusula bajo análisis resulta por consiguiente ambiguo, toda vez que no es lo suficientemente claro para establecer con absoluta certeza la indiscutible intención de las contratantes de someter al arbitraje las diferencias que entre ellas pudieran surgir con ocasión de la ejecución del convenio, lo cual da lugar a considerar insatisfecho uno de los requisitos de necesario cumplimiento para declarar la validez del pacto compromisorio, a saber, el relativo a su carácter inequívoco. Sobre la base de lo expuesto, esta Sala considera que el Poder Judicial sí tiene jurisdicción para conocer de la presente causa y, en consecuencia, debe declarar sin lugar el recurso de regulación de jurisdicción ejercido el 30 de enero de 2009 por la representación judicial de la sociedad mercantil Delicocina, C.A., y confirmar en los términos expuestos en este fallo la decisión dictada por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, que declaró sin lugar la cuestión previa de falta jurisdicción a que se contrae el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil. Así se declara. VI DECISIÓN En atención a los planteamientos antes expuestos, esta Sala Político- Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara: 1.- ACEPTA LA COMPETENCIA declinada por el Juzgado Superior Primero en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, para conocer del recurso de regulación de jurisdicción ejercido por la representación judicial de la sociedad mercantil DELICOCINA, C.A. 2.- Que El PODER JUDICIAL SÍ TIENE JURISDICCIÓN para conocer de la demanda por resolución de contrato interpuesta por EURO DELICIAS, C.A., contra la empresa DELICOCINA, C.A. 3.- SIN LUGAR el recurso de regulación de jurisdicción ejercido el 30 de enero de 2009 por la representación judicial de la parte demandada. 4.- Se CONFIRMA, en los términos expuestos en el presente fallo, la sentencia dictada el 17 de julio de 2008 por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, mediante la cual declaró sin lugar la cuestión previa de falta jurisdicción a que se contrae el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil. Se condena en costas a la recurrente de conformidad con los artículos 274 y 276 del Código de Procedimiento Civil. Publíquese, regístrese y comuníquese. Remítase el expediente al prenombrado tribunal de primera instancia a los fines de la continuación de la causa, previa notificación de las partes. Cúmplase lo ordenado. Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los tres (03) días del mes de junio del año dos mil nueve (2009). Años 199º de la Independencia y 150º de la Federación. La Presidenta EVELYN MARRERO ORTÍZ La Vicepresidenta YOLANDA JAIMES GUERRERO Los Magistrados, LEVIS IGNACIO ZERPA HADEL MOSTAFÁ PAOLINI Ponente EMIRO GARCÍA ROSAS La Secretaria, SOFÍA YAMILE GUZMÁN En cuatro (04) de junio del año dos mil nueve, se publicó y registró la anterior sentencia bajo el Nº 00812. La Secretaria, SOFÍA YAMILE GUZMÁN