Familia Tema 5 (1)

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UNAJ – Salud Publica - 2015
Tema: 5
¿QUÉ ES LA FAMILIA?
En la literatura, podemos encontrar diferentes definiciones de Familia
Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos “es el elemento
natural, universal y fundamental de la sociedad; tiene derecho a la protección
de la sociedad y del Estado”
Para Palacios y Rodrigo, Familia es “la unión de personas que comparten un
proyecto vital de existencia en común que se quiere duradero, en el que se
generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un
compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones
de intimidad, reciprocidad y dependencia”
Castro Alegret concibe a la Familia como “una institución con status jurídico,
con una situación material determinada, con normas de la conciencia social
que la regulan, etc.; pero para sus miembros es el grupo humano en el cual
viven, donde manifiestan importantes motivaciones psicológicas y las realizan
en diversas actividades”.
Para Elizabeth Jelín, la Familia es “una institución social anclada en
necesidades humanas universales de base biológica: la sexualidad, la
reproducción y la subsistencia cotidiana. Sus miembros comparten un espacio
social definido en términos de relaciones de parentesco, conyugalidad y
pater/maternalidad. Se trata de una organización social, un microcosmos de
relaciones de producción, reproducción y distribución, con su propia estructura
de poder y fuertes componentes ideológicos y afectivos. Existen en ellas tareas
e intereses colectivos, pero sus miembros también tienen intereses propios
diferenciados, enraizados en su ubicación en los procesos de producción y
reproducción”.
La Organización Mundial de la Salud, define a la Familia como "los miembros
del hogar emparentados entre sí, hasta un grado determinado por sangre,
adopción y matrimonio. El grado de parentesco utilizado para determinar los
límites de la familia dependerá de los usos a los que se destinen los datos y,
por lo tanto, no puede definirse con precisión en escala mundial."
La familia es el grupo primario de pertenencia, la matriz de socialización de
los individuos. En su concepción más conocida está constituida por la pareja y
su descendencia. Sin embargo, el proceso histórico y social muestra diferentes
estructuras familiares a lo largo del tiempo, lo que hace difícil una definición de
ella. Esto se debe a que la familia está ligada a los procesos de transformación
de las sociedades.
Un poco de historia
La concepción de ”familia moderna”, basada en el “amor romántico” por la libre
elección de sus miembros y en el contrato matrimonial, establecía la
reciprocidad entre el hombre y la mujer, quedando “lo femenino” entronizado al
interior del hogar. Esta división se efectiviza a través de la división sexual y
social del trabajo, donde el hombre es el productor de bienes y la mujer tiene a
su cargo la reproducción social de la especie, dando lugar a la división entre el
mundo público o social y mundo privado o doméstico. La educación de los hijos
estaba a cargo del Estado; y la autoridad, compartida entre ambos estamentos.
Esta modalidad de familia se extiende desde finales del Siglo XVIII hasta la
década del ’60 del siglo XX. Desde este enfoque se la denominó como “Familia
Nuclear”, estructurada alrededor de la pareja y los hijos y apoyada en tres
fundamentos: “la autoridad del marido, la subordinación de las mujeres y la
dependencia de los niños” (Roudinesco, 2003). Este modelo de familia,
reforzado por la revolución industrial, desplaza la idea de familia extensa que
predominaba anteriormente y que estaba vinculada al modo de producción
artesanal. En los años ’60 y ’70, la familia pasó a ser una de las instituciones
más cuestionadas, comienza a desnaturalizarse la idea de “afecto y armonía”
que se le atribuía, contraponiéndose la idea de espacio de dominación y
reproducción de las condiciones de sometimiento. Factores económicos,
sociales y culturales (como la crisis de acumulación capitalista, incorporación
de la mujer al trabajo extra-doméstico, el control de la natalidad, el
reconocimiento de derechos), modifican la articulación entre el Estado y la
familia. Como consecuencia del desempleo masivo, la familia sufre el impacto
de las nuevas reglas del marcado, generándose una crisis de inseguridad y
siendo la depositaria de los conflictos sociales. Los mandatos que regulaban el
orden familiar moderno entraron en contradicción con las aspiraciones
individuales, se reformularon las relaciones de poder y su distribución al
interior de la familias, generando transformaciones que tendieron a cuestionar
el patriarcado. El feminismo fue uno de los fenómenos de mayor influencia en
este cambio de concepción de la familia, “desnaturalizando” las formas
familiares y demostrando que las familias están estructuradas alrededor del
género y la edad.
En la actualidad, hay una creciente multiplicidad de formas de familia y de
convivencia. Ya no hablamos de “Familia” sino de “Familias”
TIPOLOGÍA DE LA FAMILIA
1. La Familia Unipersonal: Constituida por una sola persona que es el/ la
jefe/jefa de hogar.
2. La Familia Nuclear: Integrada por una pareja y sus hijos/hijas. Esta
descripción corresponde a la familia “tradicional”.
3. La Familia Monoparental: Compuesta por un solo progenitor (madre o
padre) e hijo/hija o hijos/hijas.
4. La Familia Ensamblada: Conviven hijos/hijas de relaciones anteriores a la
relación actual de la pareja. Hay otra conceptualización de esta configuración
familiar, denominada Familia Simultánea, destacando que son dos familias
que funcionan simultáneamente en un mismo espacio físico. Esta asociación
separa las asociaciones entre la nueva pareja y la crianza de los hijos/hijas.
5. La Familia Extensa: Está integrada por una pareja con o sin hijos/hijas, y
por otros miembros como sus parientes consanguíneos, ascendentes,
descendentes, y/o colaterales, recoge varias generaciones que comparten
habitación y funciones.
6. La Familia Ampliada: Cuando la familia nuclear o extensa se integran a
otros parientes que no pertenecen al mismo tronco de descendencia
generacional. Se caracteriza por estrictos lazos de solidaridad y apoyo mutuo.
Se incluyen personas que no se vinculan por lazos consanguíneos y de
parentesco entre ellos.
7. La Familia Homoparental: Compuesta por dos hombres o dos mujeres, con
o sin hijos/hijas. En Argentina, a partir del 22/07/2010 contamos con la Ley
26.618 de Matrimonio Igualitario
8. La Familia adoptiva: Es aquella que acoge a un niño/niña por medio del
proceso de adopción, estableciendo con él/ella una relación estable y duradera.
Dentro de la familia se establecen relaciones específicas que se construyen
entre sus miembros, con conductas interdependientes y mutuamente
reguladas, mediante reglas implícitas y explícitas que se desarrollan y repiten
en el tiempo. O sea, se desarrollan pautas de interacción que construyen su
estructura, las cuales rigen el funcionamiento de sus miembros, facilitan la
interacción reciproca y definen la gama de conductas posibles.
El sistema relacional de una familia no es homogéneo. Las relaciones son
diferenciadas y por lo tanto existen distintas funciones y roles dentro de ellas. A
su vez hay límites que se reflejan en la distancia física entre los miembros en
diferentes contextos, en los temas que son hablados por ellos y en la
interacción emocional que manifiestan y experimentan.
La existencias de límites claros y semi – permeables permite traspaso e
intercambio de información hacia fuera y dentro del sistema familiar, o sea hay
comunicación.
Dentro de la familia también existe un “equilibrio dinámico”; tendencia natural a
preservar su constancia y estabilidad en el tiempo, pero a su vez tendencia a
cambiar para adaptarse a nuevas experiencias y situaciones, o sea
homeostasis.
Para mantener éste equilibrio la familia se apoya en normas, reglas y valores
que le permiten relacionarse entre sus integrantes y con su medio externo.
Ante estímulos externos que tengan efectos desestabilizadores o frente a
conflictos, se ponen en marcha mecanismos de control que funcionan a través
de “retroalimentación”; o sea la familia evalúa los resultados y ajusta sus
propias normas.
Esta retroalimentación puede ser negativa, en que la familia frente a una señal
de cambio corrige su desempeño, regresando a su funcionamiento original o
puede ser positiva donde frente a una señal de cambio, modifica aún más su
funcionamiento.
La familia desempeña un rol fundamental en la salud de los individuos y en el
sistema de asistencia sanitaria.
Tiene influencia en la enfermedad y salud de cada uno de sus miembros por
medio de una compleja serie de interacciones entre factores relacionados con
la genética, el medio ambiente, el estilo de vida y la conducta. (J.H. Madalle,
2000).
La familia es el elemento de la estructura de la sociedad responsable de la
reproducción biológica y social del ser humano. Constituye la unidad de
reproducción y mantenimiento de la especie humana y en ese sentido es el
elemento que sintetiza la producción de la salud a escala microsocial.
En ella se satisfacen las necesidades que están en la base de la conservación,
fomento y recuperación de la salud.
Cumple funciones importantes en el desarrollo biológico, psicológico y social
del individuo, es la encargada de la formación y desarrollo de la personalidad y
asegura, junto a otros grupos sociales, la socialización y educación de éste
para su inserción en la vida social y la trasmisión generacional de valores
culturales, ético - morales y espirituales.
La familia es para el individuo un valor de alto significado y compromiso
personal y social, fuente de amor, satisfacción, bienestar y apoyo, pero también
constituye fuente de insatisfacción, malestar, estrés y enfermedad. Las
alteraciones de la vida familiar son capaces de provocar alteración emocional,
desequilibrio y descompensación del estado de salud. La vivencia de
problemas familiares precipita respuestas de estrés, entre las cuales se
encuentra el descontrol de la enfermedad crónica o su inicio.
La familia constituye la primera red de apoyo social que posee el individuo a
través de toda su vida, y por lo tanto se reconoce que esta instancia ejerce una
función protectora ante las tensiones que genera la vida cotidiana. El apoyo
que ofrece la familia es el principal recurso de promoción de la salud y
prevención de la enfermedad y sus daños, así como el más eficaz que siente y
percibe el individuo frente a todos los cambios y contingencias a lo largo del
ciclo vital en el contexto social.
Contexto, Familia y Proceso de Salud /Enfermedad/Atención
El contexto social en el que las familias transcurren su cotidianeidad ejerce una
fuerte influencia sobre las mismas.
Las transformaciones económico-sociales que se produjeron en las sociedades
latinoamericanas y en particular en la Argentina en la década del ’90, tuvieron
sobre el proceso de salud/enfermedad/ atención un impacto que modificó las
prácticas sociales y la vida cotidiana de las familias.
La crisis socioeconómica prolongada que afectó a la región, el incremento de
población en situaciones de extrema pobreza, la polarización de clases o
niveles socioeconómicos, y el proceso de desfinanciamiento de los servicios
de salud y de la seguridad social constituyeron ejes ordenadores determinantes
para entender las relaciones generadas entre las relaciones
salud/enfermedad/atención y grupo doméstico (Menéndez, 1992).
de
En nuestro país, complejos procesos macrocontextuales y políticos, y el
retroceso de la participación del Estado en la responsabilidad de las políticas
sociales históricamente consensuadas, derivaron en decisiones que generaron
un deterioro de las condiciones sanitarias incrementando la inequidad y la
exclusión de buena parte de la población. Estos procesos acentuaron las
desigualdades y profundizaron las diferencias entre ricos y pobres siendo el
campo de la salud uno de los lugares donde se reflejó más directamente las
condiciones de esta crisis.
La familia es
la institución sobre la que repercuten directamente las
consecuencias de la crisis socioeconómica y las políticas de ajuste, y
constituye la unidad donde se crean, organizan y/o articulan las principales
redes sociales respecto del proceso salud/enfermedad/atención (Menendez,
1993).En su interior se toman decisiones sobre qué hacer con la enfermedad
y/o el enfermo y con la utilización de los servicios de salud. Constituye la
microestructura que más peso tiene en la constitución de las representaciones
y
prácticas
de
los
sujetos
respecto
de
los
procesos
de
salud/enfermedad/atención (Menéndez E. 1992).
En el interior de las familias/grupos domésticos son las mujeres - como parte
de sus funciones de madre/esposa- las encargadas de realizar la mayoría de
las actividades del proceso salud/enfermedad/atención. Ellas detectan,
diagnostican, establecen los primeros tratamientos, toman parte en las
decisiones de utilización de los servicios, asisten la continuidad de los
tratamiento, etc. Patrones de género diferenciales constituirían en
consecuencia, esquemas referenciales para representar culturalmente a la
enfermedad, para definir a una persona como enferma y para inducir el tipo de
atención
Al interior de los hogares se desarrollan modos y estrategias de cuidados de
la salud que son las acciones o prácticas de las familias, reiteradas a lo largo
de su ciclo de vida, tendientes a mejorar, preservar y buscar atención para sus
necesidades de salud, conductas que se eligen dentro de un rango de
alternativas disponibles y que les son propias por su inserción social. La
principal estrategia de acción contra la enfermedad es la autoatención. Esta
constituye un proceso estructural y la utilización de los servicios, constituyen
en la práctica una continuidad de las estrategias de autoatención
(Menendez, 1993).
Estrategias de cuidado de la salud
En épocas de crisis, hay una tendencia decreciente al uso de servicios
médicos, pero ésta no es homogénea. Se tiende a mantener la consulta
pediátrica y a incrementar la atención institucional del parto (Barcala y
Stolkiner, 2000). Se pueden observar dos tipos de prácticas en este contexto:
a) prácticas dirigidas a superar las barreras de accesibilidad y/o acceder a los
medicamentos y cuidados necesarios b) Prácticas de autocuidado, de
reemplazo de la asistencia médica convencional e incremento de conductas
preventivas.
a. Prácticas dirigidas a superar las barreras de accesibilidad:
Ante la situación de crisis que atravesó nuestro país, se modificaron las formas
de uso de los servicios evidenciándose una retracción a consultar posponiendo
la consulta hasta conseguir dinero o finalmente consultar con cuadros agudos
en emergencia. Esto determinó una tendencia creciente a acudir a la guardia,
ya que allí el tiempo de demora de la atención era menor y el horario de
atención posterior a de las obligaciones laborales. Esta conducta explica la
modificación en los últimos cinco años de la razón entre consulta en guardia y
consulta programada, con un incremento proporcional de la primera en relación
a la segunda (Stolkiner y otros, 1999).
Investigaciones realizadas en ese escenario interpretan que el aumento en la
demanda de atención en el servicio de urgencia, está determinado por la
presencia cada vez más notable de pacientes que abandonan los controles
programados de salud. Estas conductas tratarían de recuperar modos de
utilización tradicionales ya que las guardias de los hospitales han sido
históricamente los lugares a los que acudían las poblaciones con menores
ingresos, lo que estableció cierta rutina organizativa y capacidad resolutiva
reconocida por la población. Los sectores empobrecidos apelarían a esos
conocimientos de su pasado en cuanto a buscar el espacio de atención en el
que van a obtener una repuesta a su necesidad de atención (Gershanik, A,
1992).
Otra estrategia para superar barreras de accesibilidad eran las acciones
solidarias entre pares o la convocatoria a la comunidad cuando se trata de
enfermedades graves con tratamientos costosos. Un ejemplo: una niña con una
enfermedad renal grave puede adquirir los medicamentos que necesita a través
de dinero aportado por familias amigas, y de un aporte solidario a partir de la
difusión por los medios locales.
b. Prácticas de autocuidado, reemplazo de medicina convencional,
preventiva y solidaria.
La principal estrategia de acción contra la enfermedad es la autoatención. Esta
constituye un proceso estructural y conforma el primer nivel real de atención.
Ante los síntomas de enfermedad en la gran mayoría de los hogares se
desencadenan acciones de autocuidado que provienen del conocimiento
popular, transmitido por las madres, familiares o amigos, y en los últimos años
con más frecuencia del conocimiento médico aprendido por el contacto
reiterado de los sistemas de atención y por la divulgación de los medios
masivos de comunicación (Shufer de Paikin, M y otros, 1992). El análisis del
acceso a los servicios según diferentes investigaciones en latinoamérica ofrece
elementos para afirmar que el acceso a los servicios del mercado es mínimo
por parte de los grupos de escasos recursos y que en cambio el auto-cuidado
es muy importante. Según una investigación en área rural de México, es mucho
mayor la proporción de los episodios de la enfermedad que son solucionados al
interior del grupo doméstico, respecto de otros que trascienden el hogar y
requieren atención del curandero o el médico (Osorio, 1993). La medida de no
consultar al sistema de salud involucra prácticas que pueden ser
sistematizadas en: autotratamiento (decidido sin intervención de agentes del
sistema de salud) y/o consulta a un curandero y/u otras estrategias de
autocuidado.
La elección de consultar a la médica de yuyos o al curandero, es una práctica
tradicional que se incrementa ante la imposibilidad de concurrir a servicios de
salud o acceder a medicamentos. Esto mismo ocurre con la automedicación o
el uso de productos naturales, con la excepción de los niños por los que tiende
a mantenerse la consulta.
En caso de presentar dolencias o malestar algún miembro del hogar, en
especial los adultos, las mujeres desarrollan prácticas de autoatención a través
de la preparación de remedios caseros y la posterior consumición de los
mismos. Se trata de una práctica, que por lo general antecede a la decisión
de la consulta médica, es compartida por todo el grupo social y se sostiene en
la transmisión generacional de los conocimientos. El aprendizaje se lleva a
cabo tanto al interior del grupo doméstico como de las redes sociales de
autoayuda.
En los adultos buena parte de los daños que ocasionan las enfermedades se
resuelven a nivel de automedicación. Se recurre al consumo de yuyos ante
diferentes afecciones y la utilización de los mismos según el tipo de efecto
deseado forma parte de los conocimientos incorporados a través de la tradición
familiar. Por otra parte, es frecuente la utilización de remedios caseros a modo
preventivo.
Una estrategia de autocuidado frecuentemente mencionada como modo
preventivo o una vez desencadenada la enfermedad es el cuidado en la
alimentación. La familia constituye la institución donde se procesan las
principales pautas alimentarias, las cuales afectan los procesos específicos de
alimentación (Menéndez 1992).
Otras prácticas que tienden a evitar la enfermedad y se vinculan con medidas
de autocuidado son: tratar de no hacer esfuerzos en los trabajos cotidianos, no
caminar descalzo, abrigarse o tratar de no salir cuando hace frío y llueve.
Entre las prácticas colectivas se observa la construcción de redes solidarias,
constituidas por la ayuda entre vecinos y la colaboración entre familiares no
convivientes. Entre los hogares de bajos recursos la ayuda de las redes de
parentesco y vecinales en la atención de la enfermedad es elevada. Incluyen
cuidados a vecinos que se encuentran en condiciones más precarias y que son
expulsados del sistema sanitario, así como colaboraciones económicas para la
compra de medicamentos o el traslado al Hospital. Son las mujeres, amas de
casa, las que cuidan de los enfermos de su grupo familiar y participan del
cuidado de vecinos
El intercambio de servicios a nivel horizontal es un elemento muy importante
de la vida cotidiana y en las estrategias de vida de hogares de escasos
recursos. En muchas ocasiones, las familias y las relaciones entre vecinos
asumen la responsabilidad de bienestar que en relación con la salud va
abandonando en forma creciente el Estado (Gonzales de la Rocha, M.; 1993).
BIBLIOGRAFIA
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2. FAMILIA Y POBREZA. UNA INTRODUCCIÓN NECESARIA. Mónica
Gamardo y Martín Ierullo. En: TERRITORIOS URBANOS Y POBREZA
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Módulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y
Promoción. Facultad de Medicina Universidad Austral de Chile. Año 2007
5. ESTRETEGIAS DE CUIDADOS DE LA SALUD EN HOGARES CON
NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS: ESTUDIO DE CASO.
Barcala, Alejandra; Stolkiner, Alicia. En libro: Jornadas Gino Germani.IIFCS,
Instituto de Investigaciones Gino Germani, Buenos Aires, Argentina. 200? p.
15.Disponible en la World Wide Web:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/argentina/germani/barcala.rtf
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