Núm. 21 Precio: 20 Cents.

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SUMARIO:
«De In Espofio cincinotüUrfilkn; ( o v k r de Rívcro se excuso por no QCii3or> iBdllorlal), por ¿ui'j ü ó m e i
/íc.sír.-—«Las (jrnnilrs pr(j(iitC(.fones que prcpnrtí líi Poromount». - CRÓNICA DE PARlS : «En conlra
del cine-, por Juan De.ii/tríiíni.-Bl
RETADLO DE MAE51; PEDRO: Eíccnas de -Ln I l n r í i p a f l o d o ' . de Ign/icio Jrjlcíi/is y de -El m a l que p o l fer
una d o n í i . - d c Fríiiichro
Miidñdy
.¿Oai: t s ICAtrl)?-. - NUESTROS LECTORES. C O L A R C R A N - PÁGINA M U S I C A L : . B a r l o l o » , de los m o e i tros <:. Radriimez y C./viez.— FRENTE A LA PANTALLA; Gr/iflcos de «El sueño de un vals». Informaciones extronjems y Ecos de B o r c c l o n n , LA MODA EN EL CINE: ^Excenlricidodes y cxlr«voKíirclos-. por M ú i Glwivj.
- M U S E O H Ü T ü G K Á F l C Q : Rclrnlo de isnacio Ifilcsiai.
PE1.E-MELE: Vnrlos eatrenoj
- A R G U M E N T O DE LA SEMANA : -El plreta neuro». por DOUHIOS Holrbarks
Núm.
21
Precio: 20
Cents.
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Selecciones Pro-Dis-Co
Esta prestigiosa marca prepara cuatro estrenos extraordinarios. Se titulan:
En la habitación de Mabel
chistosísima superproducción cómica Al Christie,
interpretada por la deliciosa MARY
S I L EN
o
PREVOSr
C I O
emocionante novela dramática por el gran actor
cinematográfico H. B. WARNER
y la genial
VERA
REYNOLDS
El soldado desconocido
preciosa novela de amor y de fuerza, creación de la
bellísima MARGARITA DE LA
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El s o b r i n o de A u s t r a l i a
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insuperable ROD LA ROCQUE
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GOUDAL, han logrado una de sus más grandes creaciones.
Exclusivas JULIO CESAR, S. A.
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AÑO I
NÚM. 21
Gerente: Isidro Bulto Casanovas
Adminisirador y Apoderado : } . Olivci Vives
Dlrecior técnicoarllstico : S. Torreí Benei
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Redacción y Administración: París, 134 y Villarroel, 186 - Teléfono 734 G. - BARCELONA
Direclor lilerario: MaHeo S a n i o
Redactor jefe : Martínez de Ribera
Director musical : Maestro G. Faura
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iiiiiriiiiiiiiiiiiiiiiiiti
23 DE DICIEMBRE DE 1926
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uuiiiuniiiiiiiiiniiiiii
LA ESPAÑA
iiiiiiiiDiiiin
Oficinas en Madrid: Hortaleza, 46, pral.
Delegado: D o m i n g o R o m e r o
Director: L u i s G ó m e z M e i a
iNiiiimiuiMiiiiiiiiiniinnii
lllllllllllllllliK
CINEMATOGRÁFICA
Javier de Rivera se excusa por no acusar
Figuraoi; uii;i iiionltiña olevíidísima y a un hombre que sube por
fllíi, valieiitc. (iceidido, solirc])oniíruiose ai cansancio y siu reparar
en si su pa?o es Icnlo o rápido, en si sus fuerzas le permitirán ceñirse
Q las sienes ios suspiradus lauí-elo? o no; sólo le preocupa una idea:
llegar a la cima, sea como
Hca, pui- amarguras, pur
obstáculos qut' se le preseulen, por tiempo que tarile en logizarlo. La gigantesai uiunlañu, casi iiiasequiIdc (ior sus mucbos peligros
- - abismos de íunlasmales
lioeazHS que jamás sacian
íu hamlirc por más vicLinias que traguen, monsiruüs ícroces que alacan y
inaian a traición, trampas
misteriosas e invisibles que
aprisionan a los incautos...
— es el i'amiiiu a recorrer
por todo aquOl, que no siendo lujo de Alcalde o carceiendo de padrinos, se lauza desde lo bajo a la conquista de la alta gloria. Y
el hombre valeroso, que resiste la tentación de mirar
de cuando en cuando hacia
atrás o a los lados, por no
sentir vértigo y despeñarse,
y Itcrder en un momento la
labor de meses y meses,
con la grave consecuencia
de la inntilidad para cuanto
coustilnya la lucha ¡ que
anda con la vista cluva<ia
en la meta; que si se tuerce es por culpa de su obsesión, que le distrae y le
aisla de la realidad, siempre adelante, sin retroceder : ese hombre es Javier
(le Rivera.
que decir: «Mi Cid, dame la diestra", y me puse a ensayar, convencidísimo de que la frase me proporcionaría un triunfo enorme; pero,
sucedió lo contrario, marré el tiro y solté: «Mi Cid, dame la mano",
porque eso de diestra no me satisfacía. Uicardo Calvo, que era mi director, me aconsejó que me
corlara la coleta; y acabé,
en efecto, con Talía. Diapuesto a ser artista, pensé
en el eme y a .él me dediqué de lleno. Me costó Dios
y ayuda que me contratasen, más lu conseguí, y por
un procedimiento que no
falla: el de la pelmacería;
tanto Insistí en mis peticiones y ruegos que en la primera vacante se acordaron
do mí. Y en ¡dloloretes» encarné a un galán, que si Uc
importante, por lo menos
aventajaba al de comparsa
que ilesempeñé en «La verbena de la Paloma)'. Admitido en el cercado, me resultó fácil colocarme, y, sucesivamente, aparecí en
«Venganza isleña», «Alma
de Dios» y «Los gua])omi.
— Y, además, que ronda
la treintena, contando sus
populares intcrpretacioues:
«.losé>', <JÍ1 seüor feudal",
«La sobrina del curan, «Malvaluea», «V'-l médico a palos» y «La sirena del Cantábrico» ; pero lo que me interesa es charlar de la Ufa,
de Berlín.
—¡Ali, sil Y bien que
me arrepiento de no haberriie quedado en Alemania;
equivocaciones, e q u i v o c a ciones que tardíamente se
Javier de Rivera nació
lamentan.
JAVIER DE RIVERA
ya con su destino escrito.
—AI grano, al grano.
en el personaje que eocarnn en U adaptación hechn por Sabino Hicón de ta fmnoaa obra
Él mismo nos lo conllesa:
—Pues elegido para acde Moliirc " E l mddico a palos", arreglada al español por Moralín.
luar como segundón en una
— Estoy seguro de (¡ue
película de caráctfr hispano, ¿e me llamó con urgencia para substituir
vine al mundo exchisivamenle para ser peliculero, pues aunque mis
al (tasli-oji, del que se prescindió por no encajar en el tipo del persoprincipios arlíslicos fueran h^ilrales, por mi condición de meritorio
naje y después de «rodados» varios cientos de metros de celuloide.
de palabra torpe - - yo, sabe usted, soy canario y poseo una media
Se pagó al «aslro» su sueldo entero, se quemaron los metros inserlengua, que sí, sí, como ¡lara eeli|isar a los más rouombrados decla\ibles y se emiiexó de .nuevo, con mejora? para mí. ¡Qué manera de
madores—, nunca hablaba, mis papeles eran nuidos, cinemalográhacer las cosas I A lo grande, como es de ley, si no se quiere fracasar.
lieos: salir al escenario para abollar a armar ruido entre bastidores,
Y aprovecho la «chinita)' para tocar c! anhelado extremo:
eran trabajos como los de los maklilos <lel Tenorio. Hasta que un día
—No con la pobretería de aquí.
me corres¡iondió en suerte romjter mi mutismo. Necesariamente tenia
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—Perdone, pero...
— P e r o : ¿qué?
—Que la priifiencín y el deseo úp. no repntir lo dirlio por iníp'í-onij)íirifivos, me cierra lii liocn.
—¿Y esas spnsaciouales reveliicioneí;?
—Se esluir\ai-ün.
Y Ilivera so exciisn eoii tnle« razonamiínlos, (\nc renuncio a pa-
rarle las aciipariniif'.'í fpie. fiirKindo í'ri VM rnl=a fama fi» nprn, perseguía.
Acusar, excusar... Verbos de sijíuificados opue^Los y de pan-cidOí^
:^omdof-, que rara voz se conjuííaa junios, ya que, por lo general, el
i'Uipli.'o íiel uno cxi-iiiyi' el del o l r o ; couio orurre ron Javier de Riv e r a : (lur se excusa ¡mr nti acusar.
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tí. (iiiMi-:/. MESA
Madrid, d ir i •.''mi) re dii 19'2G.
Las grandes producciones que prepara la Paramount
La famoíía ciupreHa ciucmalognlfica l'arauioirnl lia querido celebrar Í^U di^cimoqüinto
anivei'sario iui|ircsio!miiito en sus estudios
una sei'ie de ¡íi'anditisas prniluccioues como
jamás bahía Icnido di'sdc su rüiidacióii. A lal
olijeío, coniaudo cnu los uiejores directores
de la industria, ba buscado los medios ¡lara
conseguir los mejores artÍFlus y los mejores
escritores, ndípiirienílo los derechos de las
obras más iuiporlantcs del líltimo año para
llevarlas a la panlalla. líntre las películas que
actualmente i'slj'i liliiiando se cuenlati las siguientes:
«Oíd Ironsidi.'s», ite .lames C r u z e ; "Ueau
fieste», de Hcrbcrt Hrenou ; "Las Tristezas do
Satán», de D. W . Griffitli; «La glorifleaeiúii
de la miicbaeba americanaíi, producción de
/ieírl'eid ; «La ^farcba JNupeialu, dirigida por
su autor, líric vou Slrolteim; «Tlte Uough Rl
dcrs», poema ípico de la gran guerra liispanoamericana en el que se destaca la personalidad
imponente de líooscvclt ; «Kid lloofs», creaciiin de líddie Canlor; «The Grcatcst ííliow of
llie Karlh», novela origina! de P. T, líarnum ;
íí.\u(íva York», nna novela niagiiííicn de la vida
di> ja (Inuí Ciudad.
.Vdomíis (le instas, la Parainounl. ya lienc seleceionadas un grupo de 7;") ohras ;nás dispuestas para comenzar a Irabajar en eltiis. Kntrc
t'stas podentiis contar «.Alonupi. en cuya ohra
llilda (¡niy caradiM-iza la pi'idagonisla'liajo la
(iJceecii'iM de .Maiiricc Toui-neiu'. iíl direclor
-Mai'sliall Ni;ilaii pi'mliii'in'i varias obras escoíiidas, y llelii' l);iniels ya rslá conlrutada para
i[ue s'a la luToína lie algiuuis [u'odueciones do
l''ra;ik l.Ioyd. liirlmrd hix, Pola Negri, Tilomas Mciglian, liieardo (lorlez y Adolphe Meny.n\ lamíd(''n licnen nna SÍTÍC de obras para
liÍMiaf. Itayruond llriffilli ya lieiu> cu vista su
iin'ixinia [iroduceirm, > se salie qtie W . G.
I''ields ya ba arreglado los delalles preliminares
para dos obi'as. (¡loria Swanscn también comenzará mnv en breve una nncva producción.
riiireiii'e Vítor v Ksllier líalslüii tiebularán
BOlETf N para tomar parte en el
Concurso de POPULAR FILM
"¿Tenéo condlctones para
ser arfísla de cine?"
Nombre
del concursante
Domicilió¡:
:,:
Número
Población
Provincia
.
•..,.;.
„
. ..,.¿.',,';'¡.;I'.'..;..:...:.l;;;J:„;
!..L
t-U^Í
•••
•• • ••
CU papeles de lu.'roíiias en uTia serie tK' haslaaíc iniportani'ia. Hasta la feclia, estas dos arlislas. aunque han a|iari'cido en parles di" impoi'lanc'a en un inien m'imeiHi di' olirus, nu liahian
sido !• •ctniücidns CAHUÍ) [irimeras actrÍ>,:L;s. Sus
nltiiuas pi'odueciom's liieifjron de ellas esh'e-
n
iíP
Dentro de breves á í a i se p o n d r á a
la venta en t o d o s los q u i o s c o s el
Número Almanaane 1926
POPULAR fílN
6 0 grandes páginas en p a p e l e x c e lente c o n cubierta b i c r o m í a en
h u e c o g r a b a d o c o n abundantes fotos, t a m b i é n en h u e c o g r a b a d o y
artículos de técnica c i n e m a t o g r á fica y r e l a c i o n a d o s c o n la vida de
los artistas d e la pantalla.
Precio del ejemplar: U N A p e s e t a
lias de |ii'imcra magnilud y en lo sucesivo
compai'lirán los lionorcs dispensados a Helly
lironson, líebé Daniels, Ilicbnrd Dix y Thomas
Meiglian.
La l*araniount lia i'()m[iradii los dercciuts literarios de «The Sliow Off»; producirá enafro
obras de Zanc Grey; bará la adaptación de la
conoi'ida obra que lauta seúsación eslá causando (MI liroadway «Amalas y déjalas», y comenzai'á a filmar nuiy en breve «Ahora estamos (ui la marina>í, en cuya obra caraclcriziirj'ui bis ¡írotagonislas los dos inseparables de
'dicelulas a retaguardia^, Wallace Üccry y
Ilaymond Ilaftou.
<d,lld Ironsidcs", la película producida bajo
la. ilirección de .lames Cru/.e, tenia eu su reparlo artistas de lania pronuniMicia como lísIhor llalslou, (Icorge Jlaneroíl, y otros de priUK'ra ealegoría. Ln «The (Ireatcsl Sbow on
E a r l b " , aparece Noab líeery, dirigido itor -Mnnle Katterjohu ; «Padlocked», liirigída ])or Alian
liwan, compreiulc un reparto de artistas lan
[lopulares como Lois Moran, Louise iJress:?!'
y iNoab Iteery ; en «Alouum, (¡ilda (iray, bajo
ia dirección de Manrice Tounieur lii/.o una
verdadera creación, nlícau (iesie», la gran novela de W r e n . fué impresionada por Ronald
Colman, ,\oali lleery, Alice Joyce, Neil llamíllon, MarV brian. Norman Trevor v otros va-
PRECIOS
ESPAÑA:
Trimestre^
3'50
pesetas
Extranjero:
15
DE
/
pesetas
BOLETÍN de votación para el Concurso de
P O P U L A R
F I L M
Nombre del vuionie
_
Domicilio..
Número
Población
Provincia
Voto por
Firma:
SUSCRIPCIÓN
Semestre,
año
riiis ,ir!i>las de pi-nm-ra I a lia. Ilarold Lloyd
landiit'ti impi-esionan't dos nuevas comedias, y
Alian ítwan tiene a su cargo la gran [U'odnreión de Fliicen/.-ZicglVId "(iiíirilieaeii'hn ile la
muchaelia americana».
'l'liomas Mciglian eslá en la ai'lualiiiad impresionando «Mnnlraj)» bajo la direciüún de
Víclur l''leuniig. cuu artislas lan populares
rumo Clara llow. lirnesl Toi-rencc y Percy
Marmonl : «.íuventud fascinadora», nov<da orÍijinal lie Sinídalr L e w i s ; «'i'hi' Aei: oí (¡ads'\
pi-nlagonista Adolpbe Menjou; uNcw York»,
|)i'olagonisla Lois Wilson, y «Confcsionos".
de la inimilaiile l'ola ^egri.
Además de estas ohras, !a mayoría ya i-onu'uzadas, se impresionará en la próxima
Icmporada «La mujer que er'-s», «Luis XIV»,
'ITragedia americana»», original ile Teodoro
Drciser y dirigida por II. \ v , Griffilli; <iKI
cuarío trasorn», con llicbai'd Dix; «Paraíso
para dos», del mismo a c t o r ; ¡¡VA río Forlorn»,
original de Zane l¡rey; ((Amalo y dcjalo», prolagouisla lísllii-r líaiston : id'ü ladrón de cn•iueños», con Enñ\ Jamiings cuimi pcntagonisla, y Iticardíi {^nrle/. y Bclty Bfnnson en |)apelc-; sceuudai'ios. cdíl salvaje de Itorru'O», di'
W. i'.. iMcIds; «Ijas señoras prinii.'r<i», de
Houglas Macl.,eau ; « n e j a que llueva», liel mismo arli>ía: «La dama del Inu-éiii), protagoidsla Krnesl Torrence; ii.\l(,ida> i!e inujer.'sn. enn
Kslliec lialsliiii eiunn [iridagcinisUi, Imjo la dii'ceeión (le llcrherl llrcnon; «llazni'd nf llie
.Innglc», bella ntivela de las aventuras de d(is
am.'ricanos en Indo-China ; • «k'l bolcl inijierial», Pola .Negri, bajo la ilii'ceción de VÍIU
Stroiudm; «Los caballerns prefieren las rubias», bajo !a dii'ección ilc J a i m s Crn/e ; «Cun
Ids ojos abiei'los)!. .i'iin .\(lidplH.' Mcrijim y Kbii-eiii'c Vidor couKj jU'olagonislas, \ «Libertad
pelignisa». de lleíty lironson.
Cíiniii se Ve, la í'aramonuí espi'ca producir
1111 niimero ile lidíenlas niuclio más extenso
que el año pasado. In (pie [U'ueba que cada día
va en aumeulo el .líusto pnr el cinema.
*
4/75
Pago
pesetas
por
/
Año,
ff'OO
pesetas
adelantado
EnvSese el importe de la suscripción por giro postal o en sellos de correo.
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En
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DE PARÍS
cine
Kii el pHÍs üe las libertades, en la libórrilo, (¡ut! (^1 calilicii de «ordiinirion, todas las
Illa Fi'ariftia. P1 rainisü'o de Inslrijcciói) Púrahimnias, todari las aiuenazas y todos los
liliua, M. Iferriot, ha pronunciarlo un tiis^urinsultos. M. Ilerriot exi.ite do las autoridades
-n .-n la (''.áiiiara íiui; los cini'uiatogral'istas
ai:adémi('as \ dt" la Pri^fcrluríi, una scvei'idail
iU-hm oeiií^urar con toüas sus íutrzas, puní
extrema jiara toda clase t\^ películas y les
c.s un (ilaíiuc lürocto a la indusii-ia cineinííanima a ejercer un Cíintrol y una vijíllancía
lica, hoy oii ¡iliMio d<^-;arrollo en nuestra nnexcesivos sobre el cinema, lie aquí un miñfm.
nistro que quiere convertir en una dictadura
lili lodos los países Tfue so deflicau a la
su [jaso por el Ministerio y que abusando del
i'i'.iui<3n ik' películas ustii favorecida la inlápiz rojo — del que coniiesa su inutilidad —
diislvia cinemalogrúfina por cl 'Estado, qut;
[rala de imponiTiios una censura ciiK'Uvalola pi-ot(',i,M' |ior considcrai'la una necesidad de
.irrárica que si es de tal índole como la que
oi'iUui nacional. Kn Anii^rica, Aleuiauia e Iliipreconiza, no tardaremos mucho cu ver a la
lia, la i'X'portacióu del (ilni se halla clusiUcaindustria cinemática, que ahora coniicnza a
da fiíilre las indnslrias que reportan benefillorecei" en Francia, arrastrando una viila pocios a.la nacióii: solamente en Francia, prebre, nierceit a las iuieiaíivaa de mi miníslro
fisíimcnlo los que la deliran de proteger, bu?-:íranrcs ai que llaman demócrala sus clectocau todos los -medios ¡tara desprcsligiarla
i'cs, ijue pretende, con este bravo gesto anular
aseslándola ü:o]pe= moi-lalcs. Esto es lo que
por completo uno (le los más ricos Ilíones de
acaba üe hacer M. llerriot, c-.l cual, requerido
la industria nacional.
por la Cámara para que explicase sus pro¡No nos parecería mal que hiciese otro tanto
yectos en el Ministerio de Inslrucciún PúbliMussolini, el gobernante italiano; pero que
ca, se bu pronunciado a favor de la enseñanse convierta en un político «xcesivamente moza einemalOfíráfica con un ardor y una insisderado
el jeíí! supremo del Partido Radical de
Icneia que nn soñábamos, y se ha declarado
Francia nos parece una cosa tan antiestética
enemiíío irrci'onciliable del cine, como espec— moralmentñ — que no acertamos a comláoulo.
¡n'enderla. Mucho máw natural nos parece el
gesto sinijKítico del arzobispo do París, visil*ara la ensoíianv^i d-cl cinema lodo el liristando iin estudio iin plena actividad de promo de las hipérboles y oí gran juego de la
ducción. El venerable prelado sabe, como sai'locucncia sonora; pai'a cl cbicma espectácubemos todos, que. lo mismo acjuí (¡uc allá,
alííunos films no deben ponerse al alcance de
las débiles imaginacitmcs infanliles, pero tamhiíu sabe qm- solamente los padres deben
cuidar de preservar a sus lujos de espectáculos que puedan bac<!r daño a su moralidad.
Pero el inleligenle cardenal tiene un espíritu
lo snric.icuteni"nte cultivado para cojuprendi'r que por esta causo no se. debí; de; tener
al cine j'or escuela do inmoralidad y ha querido, con su visita, i|ue sirva de lioiuenaje a
mi arle harto calumniado, ipie necesita el
apoyo de todos los hombres de buena vfdunlarl [|ue tengan en algo el momento econúmico
lie Francia, bastante maltrecho por mil cansas de todos conocidas.
Ahora bien, i[UerÍdos lectores; nosotros no
iraianios de hacer política. Las ideas y la
personalidari de M. Ilerriot 71OS son indiferentes. De lo i'uiico que traíanlos y lo tínico que
queremos evitar, es que tome incremento en
Francia la campaña comenzada por el minisffd de Tnsti'iii'(rii'in Pública y continuada por
los; miiversiliirios. cuyo sólo Un es ir en coiili'a üe una induíitria tpic nace proractcdora
de grandes logros económicos a la cual no
sé por qué causas se la quiere dar un golpe
de nuierte.
Señalamos a tiempo los perjuicios que puede acarrear csll\ campana para los que pueden más que nosotros pongan remedio a la
catástrofe ijue se avecina. Nosotros, por nuestra parte, seguiremos paso a.paso todas las
mauiícstaciones que nos puedan interesar,
para defender con todas nuestras fuerzas el
cinema, que M. Herriot califica de «ordinario», [irncurando que se una a nosotros el
gran público, al r[ue esta campaña amenaza
en la independencia de su gusto y en el libre
albedrío a que tienen derecho sus espansiones espirituales.
J E A N ÜRSJARtUNS
ESTRENOS DE LA SEMANA
La Gran Parade
(EI Gran Desfile)
Se estrenó en el Madelaine-Cinema «Le
grand parade» ('El Gran Desfile), interpretado
por .I(dm Piilhert y ítoné Adorée, película a
la que el público francfe ha acogido con verdadero interés, aplaudiendo lo mismo la inter[)retaüióu que la dirección técnica de la
Metro (johhvyn, que ha eonscguído hacer un
gi'an liini con e«ta hitcresaulísima producción.
El hombre de las siete mujeres
Esle film evoca las aventuras de un bravo
mo/,ü en Iniscn de empleo, que se ve precisado a pasar por «el hombre de las siete mujeres" sin haber sido casado una sola vez.
lien Jjyon y I.ois Wiison son ios princijialis iutéi'preles de esta película, que triunfa en '(Parisiaiían por su excelente dirección
V sus divertidas escenas.
Toda enfermedad enira por la boca.
Las
PEROVETAS MERCK
de oxígeno supcrconcenlrádo, combaten eficazmenle lodos los gérmenes y proieg-en al
organismo humano de leda enfermedad
Las pastas dentífricas corroen y destruyen
paulatinamente el esmahe.
Las
PEROVETAS
MERCK
blanquean y forlifican la dentadura conservando el esmalte indefinidamente.
De venta en f a r m a c i a s , d r o g u e r í a s y
p e r f u m e r í a s al p r e c i o d e 5 P t a s . cí
frasco de 100 y 5 P í a s , cl f r a s c o tic 50.
^rtftrtdVvv^^¿vvL^wVliívVvg^;vvvvvw^rtJ^^ív^^
¡
3
vsJvvv^ft^ftrtftirwvvvtf^^v^^/v\^^vvvv'wvv^rtrv^^d^^
%v^iftiVwv^rirtJV^>v^iVVbrfVtfVtf^rtr•^rirt/wvvvv^^
El retablo de maese Pedro
La
llar
apagada
ÍÍI eaireno en Saüedailrs da "La llar
iipüyadíia, smalá una de las fechan
más esplendoTOBas del tcalro catalán,
l-'iié un diíi de gloria jiara Ignacio
¡lllr^iiis, al ilustra dTamnluruo Que ha
.aullido cantar con U03 recia y ntiiticionada, von voz de poda, las virlttdes i/c
su pueblo.
Mientras la mayoría de Jos cscritoTes
nuevos fuiscají líJia /jo(Ji/íaridati e¡ímcTa
tjiie los ledinia econáinicamenlc y descubran üu tihna cadnv.u, Ignacio lylesias lince arle puro, en el qtw las ideas
¡loTeven r.oni'j lofus y im el que vilna
su espíritu plelúiiep de ¡uocnliid poique en tas almas ¡tieríes y betias como
¡a suya es eterna la Primavera.
Nosotros nos koniainos publicando la
siguiente csi-ena de sn obra.
nena, de cap mal pensamefitl L¡ ho juro,
senynr Gn?[iar I Li lio j u r o ! Estava cega!
.lo iiDiiié? vivia per ell! Vaig escoltar-lo,
per(|ue li>, sevc.-- pai'aules Iraídores, diriades per la faiscdat i l'engany, com si li
sortissin del coi-, le:- ereia sinceres!
GASI'AU. —• Tols n'esb'm i'onvcni;.uts de la leva
innoci^ncia I
(!i.i:.\n;iS'iiNA, — No! Tols no, ¡ler mes desventura meva I
GASI'A». — í^i. Tolí^ veiem ben ciar ipii- va?
ésscr vilmenl ciiganyada I
(;i.i;ME-;?."n.\A. — .No ! .No! 1.a senyoi'a dulila !
Ilubial... I. ilVn Laurea a aqufrita infelii;
incauta 1...
(¡ASi'Ait. — l*-li : ,\o i'l relt'i'guif: mes un borne
tan r o í !
AC;TE SEGON
•
liSCENA X
/,(( Cli'iiH'utinít i lü seiiijor
"••"
•• ••
Gnsiiar
(;I.I;MI:.\II.\A. — (ainb molí de scnliment,
un
vu¡) sola (iiiib el senijor Gaspar.) ¿lia visl
(Iiiiiifi i'rfíiiir, qunsi (¡esílciiyosa, la sonycili.vr'i'AR. — ílu!... T'lio ha SRiiibkil, Potsfii" IKI
í'álh d'limiiüi', la pobrn I
Cii.KMKM'iNA. — iSn, (¡ui; 110 lio eslti I 1 ijtií! lio
és [íasí d'iivLii quo lio iialo I (Cunvitinl dtlo:) Taiil ([lie ]o l'esliiiiol 'l'ant de resjjecte i ilf.' vuiu'ració qiw iii'iiisijira, que
la cDiileniplo ariib igual encís que si 0111
füs iiiavc; I
GASI'AH. — Éü uioU bona 1
(:^,|.:MKNTl^A. — Massa, següus cuiii I Pei'ü, que
iiü eui fuci ul mal ¡josat íiue em ía 1... Pre[oreixo que L-m renyi coni quau líra uieiiuLla - - auib lot rigor, si v o l ! — i lio «o|iorlaró submJsa 1
GASI>AU. — (jenl viia ñalleta:) Bé (it reuya
prou, d<j vogodes !
r,r.TíMENTiN.\.—JNÜ ! No lio c r c g u i ! Taii-dií-bo
que ho íes I A ¡leiies mai 110 em diripeíx
la páranla I A penes nini no fiii m i r a ! Tot
el din es mosira sorruda, auib m í ! Sembla
que la nieva i)rcaeiicia r e i i u l g l !
(lASi'An. — lli, ui I Gom t'enfiles, carbassera
dol iiicu horl 1... (Caniñ de to:) No ¡iensis
aquüjiles exiravagftucies, ¡nipi'&pies d t la
nieva uora I Rellexiuna que, sino ingrata,
ets iiijuñta, aiii ella I L'ofcus=, Clementiual
L'ofeiis!
Gi.KMF.xTiNA, — I dones, com és que no em
pfti'la anili aquella afccluosilat d'abans?
(¡Jcsruiicrtinl-nc.:)
Ai, seiiyoi' Gas[iar!. .
ilaiiré d'anar-nie'n, d'aqnestn r a s a !
frASPAii. — ("«ifii) csglai:) Q u t l . . . Tu, abandon a r - n o s ! Til, m a r x a r de prop n o s t r e ! 1
gosaries?... Que vols malarnie de pena?'
Que no t'eslinio i que no et defcnso, jof
Gi.KMENTiNA.—Sí! MoU I M0II! Mes del qne
podia aiiibieioniir!
GASPAH. — 1 en Norbert !>
GLKMENTINA. — També ! També ! (.iinb vt-u
cmicculrudu:)
No paa la s e u y o r a l . . .
GASI'AH. — (inlcrrompen-la:)
Pero en quí; el
rixes!' (Ctmvi de to:) Habí Fes-le carrer
del conlliclfi en quü ella es froha. Considera que és u n germfi sen, el causant de
la leva desgr.'icia I Aixó, i i'es mes que
així», és riiniü motiu pt,'rquf> la vegis tan
preocupada i Irista.
GLIÍMIÍNTINA. — (iiinb <jran dcsesper:)
Si...
aijuell, filis avui, lio ha nefíat tol I
GASPAH. — Jíl cínic 1
(;I.I:MIÍNTINA. — O b i Quina vergonya! Quina
vilesa i quina audtieia, Déu meu 1 iNegar,
seiise inmiilar-í;e, r]ue in'bavia j u r a t amor
eLern!.. Deixarme, davant de vostos, com
una. ipiaL-íevol que, en les nieves Iribulaeionfí, el faig culpable, per a valer-me'n
com d "ancora de yalvació !
GASI'AIÍ. — L'animela 1...
Gi.EMENiixA. — J o I'eatimava 1... L'eslimava
anih deliri, lUure en absolul, com u n a
"El mal que pol fer una dona"
//(• aquí una escena de la farsa estrenada uniiche en el Ápato, la cual
acusa en su autor, el inquietu y noLabilisimo periodisla Fruiicisco Madrid,
un temperamento
dramático de moderna orientación.
UN l'liAGMENTO IH-E l'UL\Uíll AGTO
HosA. — llamón I...
IÍAMÚN. — Gregui'iu que bu die siucerament,
com li he lüt sinceranienL que amb el
seu convil daviii ha s;ij)iguf correspondre al pi'oíond amor que jo sentó jier
vosLó.
U u S A . — J a sap que no el erec.
lÍAMt'jN. — -No se perqué.
ROSA. — Vostes els bornes son oljlidadissos
de mena.
MAMÓN, — beran els alLres, no pas ju. En
amor, com en allres coses de la vida 110
es poL pas juLjar generahlzunt.. f''a dos
mesu^ que eus cuiieixem. iJeuia, jos I,
demii lH els íará...
ilusA. — Veig que se'u recorda...
liAMÓ.-s. — Les dales que aíeclen fa uosira
vida no es [lüdtai oblidar. Es ¡Jul utilidar
la del día de la primera cümunió, la del
día del iiaixemenl si vosté vol, perít iw
s'ublida inai, mai la del dia que es eoiieix
la liona que'l lrasbali,'a la vida i cregui
([ue aquella lai'da que ens varem üxar,
lixar, ti.xainenl l'un a Tallre, per a mi no
le [treu.
KosA. —(l'erC) vusté era el primer cop que en
veia.
lÍAMÓN. — ?so ens enganyem, liosa. Vusté i
jo ja feia Lemps que cus miraveui i no
eus veicui o no ens voliem veurer, per
por. Vbstü s'as&eia amh et seu maril (ycsí
violciit de Rusa) a u n a de les trüjunes
de sota la [iresideneia del camp de íultiol
del «GiiUal-Glub». Si alguna vegada es
ereuaveii les uoslres mirades, vosle no
em feia cas...
l i o s A . — L i asseguro que n o . . .
K A M Ó N . — Q u e lio, qué.^
.1/ ii'.mo:iai.ie «Jiiii-.hiy« con una nurca versión, Rosiia
llodriga continúa fiendo la fiíjuru más interesante y
'•iirnnladora dr. la casi dos rt'ccs centenaria rerisla
Gj.i:.\[i:.\TiNA. — Es germíi s e u ! VOSIÜ aeaba de
ilir-bo I 1 jo que li séie!'
GASPAH. — Gom una filia si'va. L'Elena, perquí; el consli, anib lot i ipie 110 el sigui
mare, és capa^:, [lel leu bé, si r a p n r e t i , de
rompre amh tds lllgams de familia! Entre., aquell, que és un iierfecle brMo!, i
tu, que els lan reboña, la seva conscién
cia, es decantara sem]ire a favor leu, f]ue
cls la viclima I
Gi.iíMiíxTiNA. — A b I ¡No, n o ! No hi confio! E.iiiúíill.. Jo no dec conlinuar d'aquesta
m a n e r a ! És u n a b ú s ! . . . Es un viure marísa violenl, per la meva protectora I PtMllei natural, an el seu anim, lia de poguer
mes u n germíi, que no ¡las jo, una esLraiiya!
(.¡ASPAR. — (iahra<;-a, i, passanl-ii,
ttmorosnmcnl, les maiis pels cabelts, din:) Vaja,
(íona, vaja! No el desesperis a i x i ! Sigues
ben valeula, tu, que, en la malernitat, ho
has sabuf é.sser laiil! El prego (fue no
ploris!... Que 110 veus que aixft és propi
de crialurosi' Apa, bonica: riu, r i u ! . .
Alegra'Ll Pensa en el leu nilcl, graciós i
eixcrit eom un ocell, que jo c s ü m o tendrament, eom t'estimo a tu, porque em
íaig la illnsió que els u n a neta meva I (Besant-la:)
Diga'm avi I Dona'ni acpicsl
goig!
íli.iiMiCM'iNA. — (fenl-U pcinris aiiib tota
ma:) Avi! Avi!...
l'átii-
IGNASI lüLliSIAS
^'V^rtflAí^A^i^^rtrtAíldvu•^AftrtrtAv^^wvuvv•¿vvvvvuvw
UüSA. — ((lücnjonijida de dcscobi-ir-se) líes...
Continuí, lio recordó el que auava a dir.
ÜAMüN. — Eins aquella larda a la «Granjai'
no eus varem pas mirar ben íixo, ben
lixo... Voslt auava amlj u n a amiga, pero
' , ' jo la niirava solameiit a vosle es]jeraiii
de Tet/ar que es dignes mirar-me un mumenl.; un nioment. quan ho vaig conseguir i voslé no m'ajuirtá els uits eni senlí
trionifanl en la vida!
ItosA. —• llamón !
1IAMÜ.>-. — Si, llosa, si perqué jo ja Tcsliuiava. Jo ja em sentía Iligal a vosló en cor i
ánima. Per aixo tingué lreiii¡i per aven(,:ar-me I pregar-li (jue bailes auih mi el
xarleslüii. VosLé va ler-nie la gracia d'aeeplar i menlre ju l'abrai/aba per jiriinej-a vegada em deia; ^ l i a m ó n , estas perd u L ^ . Vosle per a mi no -era l'aventui'a
de cada dia, vosle per a mi e r a m e s que
loles. Greguini, a mi no n r i n t e r e s a v a cap
dona d'aquelles tjue aceplaven els meus
eomplimenls, mes que els meus d'home,
els meus de jogador de íutbol. nAquesla
dona — pensava jo ^—l'bo faria fer lot.
l'er eha guayarla lols els cauqjionals del
món i per ella deixaria de jogar a fiilbol...
ROSA. — ¡ N O , així) n o . 1 a r a !
RAMÓN. — Ja ho veu. S e ' n recorda del primer
liall, Quasi no ens poguerem dir r e s . La
geni ens inirava massa... «Mh'a en Ramón amb (|ui baila...» «Mira En llamóu
com baila», ens deien al passar. I les parelles s'apropaveu ]K'r escollar el que jo
li deia a cau d'urella, perú uosaltres ja
no ens dciem res m e s perqué sois en la
manera de hallar ja eiis ho ha\'iem d¡t
tol.
UosA. — Ramón !
ií\HÓN.—Jo r e s í i m a v a a vosle sois de veurc-la! I)espr^s de tenir-la entre els meus
hrafos i de respirar el seu alé jo ja no
podia viurcr sense voslfc.
FHANCISCO MADKIIJ
vvvvSi^^^vvw^l^Jv^iV^.vvvv^ftJ^jvvv^;vvu'^in^•^^
W^MMIL,
•,%^AAvvvw%i%r^tfv%ftA^vsArtJVVvwv\ivv^^i^v^rtl%i^vv^^^
¿Qué es teatro?
vvvvwv^iv'.nf'tnnrjv^jvvvvjvv'-ni^.r^-ivj',^^
cuatro, ¡seisl autores «jóvenesn que ensayar,
se adelanta:
—No. Ya sé ([uién me va usted a (lecic l'ulanilo, no. Ya uie traja aquella obra suya del
año pasado... y ¡ no 1 Están usli^des equivoi:ados. liso «no es teatro».
\l\ periodista contesta que aquella oln'a d<'
i'nlanilo a que la primera actriz y directriz se
relici'f f=t¡1 ya estrenada con éxito, si no i'xli'emailo. lisonjero, y desde UiCKo sin los paslos onerosos qne para una Empresa supone el
d'^ber de mantener en cd cartel las obras nuevas de los aniores que ya un lo sean ¡anlo y
a quienes su fama puede jierniitirles id luju
de dormir a i'alos, ennuj Homero, pdUpo poi'
aiitor antipno. Como aquella olira do Fnlanifo
cslá ya estnmada. el periodista pensaba ofrecerlr su mediaeión pai'a que ella tuviera con
esta posibilidad el bonor (le ((bacer» esta obra
nueva de Fulanito. Pero la primera aciri/
ya no le escuclia. «Esn no es tí-alron.
,iY qué es teatro? ni ,;quién lo define:' T'*atro es, desde lueso, una represenlacii'ui literaria y artística en r|ue se necesita la eolaboraci/m de trps «personas»; el autor, los inti^rprefes factores, decoradores, maquinistas,
'dcétera, l)ajo una dirección responsable"! y
id piiblico.
No puede baber en España leatro oriíiiual
iKU'que los actores ^—-los directores responsab l e s - - i m sp futieuden cOn los autores «nuevos",
Un pTiiiRT (irloi- \ lüvcclor, iiu imporlii
i|iiii.'ii, rerriljc lii ohni de u n aiiior .ÍÜVL-II, a
i|inpii ¡irofcsa cU'rla simpatía y en quien ticnn
puestas ciei'líis Icjiínap pípernii?,!!?. (No JIOF
i'tignñeino?, Pin enibiii'go: nuielins menos esper:in7.a= que las í[ue el joven aiilor lienp
pne^ila? en él ii rcniolísimo ri^dilo.") Tífcibe
U\ ohrfi, la li-e (pero (¡sabei* No PS latí rrieíl
piílicr leer'), y. sinceramenle, se la deviu-lví'
ron iin ronsejo:
—,;Poi' qné no lince nptcfl tcat.ro? i Qm'" l;if^'
linii! (pie no Iia.L'a usted t e a i r o ! | Con lo bien
que nsle<! ((diabipai)! lisia comedia <tno os leatro».
T"na priniíTii arlri?, o directriz Cípta o aquélla, para el rapo t-aní mAs da.^ s^e duele de la
poca afieii'in del público a calar obras nuevas
- - orÍyiuale=, renovadora?, raras—. F,spií;a en
id reni'rtorin extranjero, solicita la avuda de!
neriodista para liacer valor sii esfuerzo al
nionliir nua conieilia euvn casto nnízil un Ir
fíca resarcido iior un éxiln franco de tatioilla.
Pero, ; u o inmortal ; Kav que 'diacer a r l e !
lilla está deseando qua los autores (Uiuevos"
(•siiañoleF^ sean, en eforto. «nuevos», one no
le traican comedías lieclias nor el riatrdn di'
los éxiios de.,. faíTUÍ los nombres consabidos,
nue no liacen al cuso lamooco, de los do? o
tres autores draTUiíIlcfis envo soln anuneio de
un estreno iiíinía «el naneln de los tres i>rimeKT. CURIOSO iMeEariNENTi'.
ros días — sobre todo sí el estreno .es en viernes V al día siííuií'nte, clnro está, sábado; v
«i el dominíío nnr la tarde llueve... ] miel sobre
lioiuelas!\ l'"lla. nor lo demás, es ]i\ úuiea une
no baee obras de... faqiií el notnlire ininsta-.uiente vilioendiado, por (lanliarffsttron.dp nn
autor m n v anlandído v, si poco lilfrato. con _
ntras virtudes rvcelenlns en el t e a t r o : la fantasía bufa, por ejemolo\ ,Kn fin, ella está «de«T/Oenvre)), refiriéT\dofie a la repercusii^n
seandilo" ipip le traiíííxu la "obra nuevan d'>
ouc ba tenido la subida del franco en los esesc «autor nuevo", que todavía no ha surpecláeulos parisienses, dice lo s i c u i e n t e :
sido...
«Los esialileciinientos de especlácnlos lian
sido los primeros perjudicados por la subida
V.\ Tteriodista, eüntentísinui. se api-esurn a
del Tranco. En efeelo, el precio d-e las localiproponer u n a . dos, tres, i seis! obras disnas
dades aclualniente exií;e luia pran cantidad de
de Pí>r ensavadas y estrenadas ante un miblico
público extranjero para hacer ncLfocio. Y este
líreaccionario" — que reaccione—-. r.ada u n a
público, auufine es (d que más podría spnfir
fs de un autor 'muevf»i. tan nuevo enmn In
lii subida, ('s el que uu'uos protesta, mies el
[Hieda ser en Tlalia tal antecesor de Pirandoilo.
público francés no es lo sulicientcmi-pto rico
o en Francia... (pero tam]ioco ha intentado la
para comprar de cuando en cuando (]n< buenas
primera arii'iz y directriz otras novedades de
lornlidades did teatro.
allende (d Pirineo que los «Baiailles» iterdidos
Es esta una crisis que comienza en este braen la pncrra — ¡Perdón por el ((calembour !>0zo de la industria parísií^n, y míe a sabiendas
La pidmei'a actriz, antes que el periodista
de Indos se va a agravar. Abni'a es apenas
[ineda d;u' el nombre de u n o de los dos, tres.
sensilde en los teatros snbveneiopudps. Cuentan con nn público de exiranicros ricos, a los
que las variaciones del cambio no imoideu ir
a Francia, v sobre todo con un púldieo francés para -el que es u n a tradii-it'in ir a todas las
«soirí^es') d(? la Comedie Fram'aisc o de la
Opera Connípie.
En los otros teatros la erisis se deja sentir
míís seriamente, con diferencias de dos a tres
mil francos en los inpresos entre el m e s pasado y el actual, y ello se ha rcpisírado en uombrados teatros rozadores de u n a sólida repufaei(5n.
Sin embargo, a los ((musíc-halls» n o van
espectadores exlranjems, y esto ha producido
ffectos m i s visibles.
\
, ,.
En u n pran ((music-hall», el 9 de noviembre
\
se hizo n n inpreso de 37.000 francos, y el 2 de
/
/
•
/
'liciembre no se han liecho niís qne 24.000
/
Francos.
/
Sabemos oíros datus de uun cuyas pauauida? han descendido de 24.000 a T9.000, v un
lercero, de Sl.'idA a 17.800.
De esta manera creemos que los direclores
de. teatro no podrán cortar !a crisis qne eoMiienza.
La cuestión depende, por ahoi-a, de dismiouir el precio de las localidades.»
La subida del franco
agrava la situación
de los espectáculos parisienses
í - :,'
Dos operetas francesas
V.diKirdii Saiijiian, autor del drama Í'IEUI', I;S mi hijn!
c.strenadi} con ^xiío tn i'¡ Odrún
«La noce,», comedia de Pierre Wolff y lienri Duvernois, estrenada bace u n año en el leatro Neuve.tés, de París, será convertida en u n a
opereta en tres actos p(jr Guillot de Saix, que
escribe el libreto, y por Louis Bendls, f|ue se
lia eucargqdo de ponerle música.
También seri'i convertida en opereta «iLa lai-
Aiiiiclmtis, '-I pojitdaiiniihi' miloi' que. hn oliLcnidn mi
i'-xilo con sil JEfísfo "Kl PorHoliu dd Vic.lnriti"-
tiére de Monlforiudb), sieinlo autores del lilii'i'to, los señores l l a n s w y k y GPÍIIIÍI de Saix,
y de la jiartilura el compositor líaymond lU'lauple.
Viena celebrará dignamente
el centenario de la muerte
de Beethoven
Viemí, {|ue tiene el urpotlu de. püdersü llamar la segunda patria de Beetlioven, se dispone a celebrar eon todo esplendor el ceidenario de la nun'r:r del eximio miisico aleméui.
Con este o!)je-lii, el ministro austríaco de
Instrucción púliíiea, ha constituido u n l.iomité
especial para la (irí.'ani/aci('in de las fiestas en
lionor de lieetlioviai, las cuales tendi'án id doble carácter de ¡irlísiii'o e liislórieo.
Dii-bas tiestas lendníu lupar entre el iñ de
marzo, fcetia del cenieiiario, y el 31 del mismo mes del año lí)27. Se propone el Comili^
que en los citados días se den muís representaciones de gala m el leatro de la Opera, de
«¡..as ruinas de .\tenas», en la forma reconstituida por Ricardo Slrauss y nFidelio».
Los directores de orfjiiesta, Furtwauííler,
Scliallí y Weiupartner, darán conciertos sinfónicos, cuyo princi|ial atractivo será la «Misa
.solemne)), de Beelboven.
El programa de iiestas será romiitetado con
varios conciertos de música de cámara, para
los que han ofreeidn su conenr'^o vario? célebres solistas.
'
Y h e affuí cómo Viena, reiuo rlid vals y de
la opereta frivola y alegre, va » honrar la memoria de u n o de tos más prandes genios de la
músic-a,
ii
£n Alemania se estrena
una comedia de Ben Johson
Eu Lucliek se ha eslrenado «Volpone". di^
]Wn .liiUson, autor inglé-s coattmporáneo de
S^balíespeare.
La comedia, que obtuvo u u clamoroso éxito,
fué [luesta en escena por el inlendeute docloi'
Tliur Jlinnnigbofen,
En «Volpone» si' desarrolla el tema del \«'der coi'rn|)tor riel oro. Los inlériiretes acen
luarou más aún el extremado realismo de la
obra, ilán(lo a ésta u n a inter]ire.tación notalde.
Widerinann estilizó de un modo sorpreudentc y maravilloso las hermosa^ decoraciones
en que se enmarca la acción de la eonn^dia.
El estreno de i(Volpone)! constituyó, con laJes elementos, iiua verdadera soliauoidad artística.
vwvwv^ft^v^i^rtJvwvs.vvvsfliPvv^rtrJv^rtlnAAr!A^rt^
5
'vvv'j^r-rj'vvvv^rjv^ivvvvjv^n/v^^^
Nuestros
vv^rtAJ^^A^^^^¿v^JVuvv^l%^AArinAsvv^rtí^rtAí^^
lectores
colaboran
(£n csia sección sólo publicaremos
los irabajos breves que ños envíen
iáncamcnie y que merezcan el honor de ser reprotlutidas en letras de
Un lugar vacante en la
producción cinematográñca
mundial
;:
6
Kii os^,u^^ luüiUL'iilus i.i!i qiiü pLTtíuuua huiiurublos •eiH'.ainiíiini sus esfuerzos, con un celo
digno de tuda loa, en pro de la rcgeneríición
deí Arle Cinciuíilofíráíico nacioiuil, lodo ver(líidoro unmiiLe de in [niulnlla o si'juierii devolü del íirte, en .general, debiera llevar su
grano de arena a la obra de íorniaeión del
gran bloiiue, euyii misión ns elevar uueslra
[jrodueeiún a una altura digna. A esto es juslo
aspirar, ya que por el niouienlo no puede
liensarse en ocupar un lugar preeminenlu cutre las aficiones produclorfis de pelíeutas que
rie podrían caliricar de «iirimeras potencias eineinalográíieaíiJi.
Parece (¡uc la campaña injeiadn cou -este
objelo empe/ó ya a dar sus frutos, oscaao'i
a ú n . jiero que hacen esperanzar buenas cosechas liara el porvenir; Si así fuese, como cabe
esperar, podríiui, cuantos contribuyeron a alcanzar este resulbido, considerarse m á s que
del)idamente recom|ieusados por una labor
¡irodigada para lun noble fin.
iín la Ciueniatograria nuuidial hay a estas alturas un sitio, que nu ealilicaré de fastuoso (y
•ello no estaría, al menos moraenlúneament^,
a nuestros alcaiieeí), pero st muy envidiable,
qu(! aún nadie eoiisiguiú ocnjiar; es el de la
oonuMÜa cijuililiradu, inleresante, sin puficlnzos ni li-ucoñ dudosos, no mojigata, juiís tampoco inmoral, sin desagradaldes esoeruis de
dramatismo bufo, y sin asuntos, en lin, dcsrabellndop o de desarrollo tonto o inverosímil.
Algo, en (in, que aun no existe (y si existe.
1 serií en tan corla escala!) y que no sea lo
que iiOH ofrecen, regularmente, las casas americanas, aienmnaSj francesas, ele.
iNo; no será la producción ,americana (adviérlase ([ue no me refiero a los lilm« cumbres,
sino a lo ([uc constituye el grueso de las películas yanlíees"), la que con sus obras cómicodrantátieas, en medio de su insustaneialidatl,
no muy re<'m¡iendables una;','y otras de sobado tema y ileseulace forzoso a puñetazos, n o s
<I6 lugar a considerar ya ocupado el vaciu a que
aludí üu'is arriba. Ni tampoco lo llenarán, probablemeiili', en ¡toco liemjto. Ins productores
franceses e ilalianos, a pesar de su actividad,
puesto <iui.' Irupiezan con la escasez de actores
ri.i í^alidos de las taiílas. entre oíros cosas, los
primeros, y en el atraso en que se baila actualuicnle su pri.»dnceión, los siígnndos... V
mtüios aún lu conseguirían los ati-mancs, con
sus libns lie nn diamalismo ridículo y allfimenle tonto |ior su misnuí inlensiriad.
linvanézi.'ase en buena hora Alemania di:
producciones conu) «Los Nibelungos", «Tauslo», y ai'fiso otras películas que fsta misma
fceuqjorada podamor; conqiarar a aquellas,
baga otro tanlo Trancia con sns adaplaciones
novelescas íalgnna de ellas bástanle discutible) y sus reconsU'uccioncs hislí^ricas, e Italia con sus films de-la lídad Media y su u o
superada «Cabiria". y Ami5rica con aquellas
producciones en que se derrocharon millares
y millares ('(.' dólares... Poro de la comedia o
drama sin fausto, sin pretcnsiones <!e obra
cundiré y al misma tiempo sin absurdidades
ni ultrajes al buen giislo o siquiera al, sentidn
común ¿cuáni.os y quienes ¡medcn alabarse!'
Consideremos, cu ftu, la proporción que
existe entre las ¡>elículas cumbres que bajo
todos los aspectos puedan admilirse como tales, y las que constituyen casi la totalidad de
cuanto se exhibe en la paulalla: i cuántas
y cuántas simplezas o inmoralidades se proyecüui diariamente en el lienzo de todos los
coliseos del mundo 1
Y ante la existencia de aquel gran vacio,
cuya urgencia en llenar no es necesario enearccer, cabe prcgunUu'Sc: ¿No habrá nadi''
en .España que, llegando 'liasla él, adquiera
honra y provecho para sí, y días de iriunfo
para n u e s t r a producción:* Con alguna ]iellculu,
csperun/ador peldaño, contamos ya para ello,
llcferenle a lo demás..., permítaseme cilar el
antiguo y m u y acertado dicho: «De audai'cs
es la íortuna.»
t'aní justilicar mucha cusa iujustiiicalile,
suelen invocar nuestrus casa" editoras la falla
de eajíila!: Ijicii sentado dejv más arriba que
no iií preeisamenle aquella obra en que se gasInroH udlí's y íjiiizá millones d" pi'S'das (u-a-so puslergando al fauslo el íiervio e inlerprelii''i('jn de la misnuí) de la que estamos lamentando la falla. Sin salones regios, ni andiienles ¡laíacietos, ni reconstrueciones costosas,
pui'deii hacers:'^ íilms iuleresanles, bien inlerpridados e incluso priísenluflos con buen gusto. Ks cierto que Iropezamos con la fulla de
itnenos dirrcíores tirlisticos. pero este nuil no
lo di'ln'imis considci-ar íiomo A más gravo, ya
que dudo ipie, buscando bien y seleccionando
concii'iizudiuufulc. no se encontrase algiuio de
categoría aiiroximada a lo que constituye el
núcleu de !or, i'>;|ranj(.íri)s ¡que no t{)ilos son
genios, S e ñ o r ! Cnaiuio no, las |iesctilas cspa• ñolas no ilesmerecen de cualquier otra moneda
liXlranjera,.. .\ buen enleiuledor, nnulia palabra.
Rii enanlo a actori's, forzoso es reconcer <|ue
nu eeiilamos eon ningún arlisla excepcional,
jiero sí con algunos algo sujierioi-es a aipiellos
que frecnentiMuenle. vemos adornados de los
más pouqiosus y elevados adjetivos. Nuestra
-i'iisibiliiiiid laliiia no puede considerar conio
tales a aiiuellos cuyo hílenlo artístico no reside más que vt) sn fuei'za nuisculai', o bien
en sns facciones serranas solamente.
Y, en lin, y -esto es lo más importanle, d(í]émonns ya de obras toreriles y zarzuelones
trasladados a lu pauUdla. SÍ no es posible que
personas bien cípiilibradas (y esto me hace recordar nn a d í e n l o nuiy acerhnlo [niblicado no
hace mucho en POI'LÍI.,MI FILM) eserÜían oliras
inédilas para el cine. y.esto sería lo mejor, no
es lam|)(ico tan encasa nueslra lileralura contemporánea pai'a que no exista en ella ancho
canq)t> para realizar univ buenas adapfaciones.
Así parecen m i e n d e r l u ya algunos señores
a quienes iuleresa [iarlicularnirnle lo que dejamos i'xpiieslo. El buen eriU;rio se impone,
r o d e m o s esperar eon fe el engrandeeiniii'ulo
y prospeiádad i\r la [U'odiiefií'iii cinenialográl i e a (>S]tañnl;i.
. 1 . AVM.\ M A V O ! .
ídolos de b e r r o
Son altivos y pequeños díoseeillos enuumlirados al pináculo de la fama; los uuns, a
fuerza de perseverancia, y los oíros, habióndoles guiado de la mano la veleidosa suiírle.
Y son ídolos... Pero ídolos de barro que no
|)odráu resistir el vórtice arrobador de los
años. ,:!^;djéis por qnél*
Ki piiblicu, amo y señor. Dios supri'ino e
inconscicnle de sí mismo, es quien manda.
Ks, tambiáu. de los seres mayores de edad
qué_ la Naturaleza ha formado, el m á s voluble, veleidoso y tor;iadizo. Y la conleslaeíón
más a[u-opÍada, pruoba fehaeieute de ello, es,
que grandes ligui-as (pie ayer hrillamn en la
constelación del lirmamenio cinematográfico,
boy han desa[iarecido, quedando sepíiliadas
de nuevo en el anónimo.
üíganlo, sino, el celebre Franeis t-'ord, Kddio Polo, George Whais, María "Walcamp,
l i u l h Itolaud y otros muchos, ¡nira quienes
])areeía que el pedestal conquistado iba a durar una elcrnidad. lírau símbolos de nu arte •
qne í'inpe?,aba a desarrollarse con todo su esplendor, y. i.'ran, fior lo faulo, los Il;unad0!i
a perniauecer incólumes al pa-^o desvasUulor
de! lii'nipo. Y es qiui (^j-onos, metódico, grave,
frío y sereno, va pasando y ¡lermanece indiferenlc ¡lor en medio de la brecha que deja a
i'u paso. Sin embargo, a pesar dn su grave jiifíiíei-encia, ¡larece (jue solamenb- pei'signe nn
l e m a : i'Tíeuovarse o niorii'»,
P(U' i'so es que boy vemos eó¡no las nuevas
plóyades" de artistas ocupan los lugai-es que
los otros dejaron o tuvieron ipie abandonar,
superátidoles en las mil facetas ilel arle, lis
la juvenlnd que, rompiendo las bai'i'cras que
les cercaban el [lasu, se ba lanzado, a im[Uilsos de su ideal, en pos del triunfo.
Y a^í es como hoy vemos trhinfai' artistas,
hasta ha poco, completuniente d.-hconocido;^.
como George O'Brien, Palsv Ruth Miller,
üWUi(^mm
esponmolde)
líleonor lioardman, Norma Slu.'arer, etc. Pero...
YA íderuo (ípero'i que, cual inciso ineludible,
abre un pai'óutesis a todas las lii¡iérboles...
Kilos, son los artistas que ocupan el ]jedeslal
de la fama que en buena lid gauaroii, fautocl!e^; di- la etei'ua farsa buiuana. Son los diosi'cillos anie los cuales rendimos admiración.
V son los ídolos del público que, cual poderoso magnate, encumbra y desencumlira, crea
y exlermina. Qne cual soberbio anfitrión, sabe
bostezar cuando la monótona iusulsez de. una
tiesla empieza a causarle tedio.
Hoy, ¡lietóricos de juventud, estos diosecillos, surgen con gesto de Irinnfador en el pedeslal que la gloria reserva a sus elegidos.
Pero.,., caerán, porque en el bilo invisible
de la Irania eslá el tiempo con su faz fría e
innuitalile, y, tambión, «El anlitrióu que sabe
boslezar».
Caerán, porque tendrán que dejar paso a
la otra juventud venidera, y poi-ípie al lin,
son ídolos de barro que al i'csbalar de donde
eslán encumbrados, se baráu mil pedazos, qne
irán a [larar de Tiuevo, al montón de los anónimos, lugar de donde salieron.
Luis Vii,i.\Nn:v\
£n la pantalla
(Citcnio)
Verdaderamente aquella junjer era digna
de lástima. Todos los vecinos íbamos de vez
en cuando a su habilación, u n a miserable bnbai'dilbi e[i iii qne apenas asomaba el sol, ¡tara
charlar algún ralo con ella y apartarla de
aqui.'lla tri.^li'za de (]uo siempre se balla!)a [)oseída. Todos sabíamos la hisloria de su vida
y la coin]jadeoíamos. ¡Pobre m u j e r ! . . .
lilla, dos meses anles de dar a luz a una
hermosa niña, quedó viuda. La vida se portó
con ella ernebnente, mostrándole un camino
demasiado áspero, difícil de atravesar... P-ero
lo' .ilravcsó. Con esa voluntad propia de las
madres venció mil escollos, y supo seguir adelaiile manleniendo digno su nombre y el dn
su bija. Pero osla, una vez ya n.njer, no pagó
a su madre como debía. No obstante baber en
aquel hogar lauta prosa, ella era exageradamente románl.iea. Sentía unas ansias locas de
ser arlisla ciuemalográfica, y nn día h u y ó
cou su novio a no se SUJJO dónde.
Aquella pobre mujer, al referirnos esto, no
podía contener el Uaulo. Una vez le oímos
decir:
- -Hace seis años qué se marchó y hasla
ahora no lu' sabido nada de ella, pero inia voz
interior me dice que la veré antes di' nuirir.
-* * *
.Nadie basla •eíilonees, desdé la fuga de sn
bija, bíibía podido conseguir que nuestra vecina fuera al cine. Siempre que le proponíamos ir se evadía con cualquier excusa, o cuando no, negábase rotundamente, líu vano peleábamos; el cine lo tenía ella ¡lor el más
f-M'ande enemigo, pues por ál pei-dió a su hija.
Pero un día, enlrc mi esposa y yo, conseguimos qne aeepiara. Compre tres butacas.
(Juando entramos en la sala acababan de empezar.
El asnillo de la película tíra muy nuilo, ¡íci'o
sus nilárpretes nos lo hacían agradable. Spbre
lodo el Irabajo de la a r ü s t a era una preciosidad. Había (¡ue ver lo bien que trabajalia y lo
hermosa que era. Cuando, según el asunto de
In película, su novio la abandonó y su rostro,
aumentado, apareció solamente en la '.lantalla.
pudimos coutcmidar mejor aquellos geslos ,
sublime.^. ] 0 h . que rostro tan divino! Su belleza iba adquiriendo influcmMa entre los espectiidores, y lodo lo que ella hacía nos era
agradable.
La itelícula tocó a su fin y eneemüéronse las
luces. Todos levantáronse de sus asientos para
marcharse, til único especlador t¡ue n o se levauli> fuó mi vecina. Creyendo que estaba dormida la moví ü*^ un bj-azo; al movimienlü deslizóse su cuerpo por la butaca y eayó al suelo,
Kslaba muei'ta.
'l'ieuipo despm^s he sabido que aquella maraviltosn arlisla era hija lie mi difnnla vecina...
.'VttSl^MO OlXLN^ EsTKVr
^.v^A.^.%v•c^l^.•^Aívv^v^lVV^,nAi-dV^-vvy%v^i^%vv^.^
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B a r t o l o
©e los maestros C 'Rodríguez y C, ^ues
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Con objeto de que nuestros lectores encuentren en la página musical las
mas bellas composiciones de la temporada, hemos procurado contar
con los más interesantes maestros de la canción y el baile, ios cuales
nos han prometido la exclusiva de sus más originales producciones.
^^vvvvvv^rwvv^^JV^H^r^^rtiV^rt¿^.%ñlffJ^rt^v^^
H¿/3l^ííífi
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vv^rtrtiV^^^•^ff¿v1•^ft^^ñA^rtftAAAft^l^Av^AV^^ft^ffAP^Arw'u^J^sff•v^^
F n E N¥
Varias interesantísimas
escenas de
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SUEÑO
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v\iV^rtrtívw^.%^A.^Jvgsrwvu^^u^^uvwvvsflAVvvv^^^
A L L Á
producción ^^Ufa" basada en
la célebre opereta de Straus.
VVVVSrtff.VV%VVSiftiVVVVS^WVVytfVI^V%rWVVlrtrWVVVi
,
vwJVVw^nA^íVvvv^rtArti%•vsA,•vvtrwwvvwvv^iVvv^^
INFORMACIONES EXTRANJERAS
£1 realismo de Clara Bow^
al impresionar una cscena>
puso en peligro su carrera
(JlíU'íi líow, eoiio(;i(J(i urlií^Ui ciiicinalognílii:n, líene buena pvuelm 4(Í I]U<I el i'iiliií^iftRmo y
ta ííincpridiKl no sioiiipro dan bin;nos resultados ai iiiipresionar una película. Tanto as así,
i|un el •íínliisiasni'.i y la sínccíridad qne mosiró
al filmar la tiíicena íuicial de la primera obra
[[ue lo eneümiíudarou, -eíiluvo n punto de poner en peligro su carrera urllslica.
Ih'rbese almiarar quu la bella juvencita, cjue
en la actualidad eaructí^vi/,» imo de los papel(ís más lueidüs de «Kid Ruotw», la nueva produeciiün ik Kddie Cantor, pura la l'aramotint.
no eonoeia mucho de lo que es el maquillaje
ni el «llanto» en la escena muda, especialmenle t'u la t'ipocft a que nos referimos. Creyendo
que tenía facultades artísticas para el Cinema,
la bella joven consigniú que se le diese un
papel secundario eu una obra que a la sazón
eslalia lilmando liillie IJove. Tanto entusiasmo
y sinceridad puso en su jia|iel. que leniendo
iIiK; expresar su dolor por la muerte de un
iwrrito, UoríJ tanto, y lautas lágrimas corrieron por sus nujjillas, que hicieron hondos surcos en su maquillaje y ilesfiguraron eompletanuinte su ro.«lro. lísln la urli^ta no vino a
saberlo liasla el día ni que so lu'oyecló la
eseena i ni presiona da, la que hubo (|ue cortar
por c(mi])leto. La buena inuehacka, descorazonada, se alejó del estuilio, segura de que su
siticeridnd no era ada])lable u la imprtisión de
iísfenas para la ¡luntalla.
Meses despuí"'?, aunque un poco decepcionada, aceptó un papel que le üfrecierou pura
aparecer i^n 'iDown lo tbe Sea in Sbliis». En
rslft ocasión, bien fuese ])oi'i|ue Miss líow
Hubiese ajirendidd yii algunos de los secretos
de] eanuTino, o porque el papel requiriese
algo de la "Sinceridad)' qu-e de tan fatales eouseciieiiciiis le había sido en la anterior produc'•ión, lo eierlo es que el director la felicitó
];or su espléndida a'cfuacióii, ofreciéndole un
jiapel de más lucimiento para su jíróxinia
|)rodueeii'>n. V como comj)lemeuto de la magrijlica laboi' ri'ali/.adn en varias obras ¡losteriores, Ii. P. Schulberg le ofreció un espióndido contrato con esta emi)rcsíi, con la cual
eslii trabajando en la actualidad.
Un (iKid liool.s>i, ademós de Miss Bow, car;tcle]'i/,an papeles de importancia los conocidos arüslas Lawren.ec tlray, Billie Dove, .Natalie Kingston, Malcolm Waitc y varios otros
ríe no menos renombre. Hizo la adaptación cseeniea de esta obra uno de los escritores de
más i-enonibre del departamento literario do
la Paramounl, habiendo sido produi-ida bajo
la ilireeeión de Fraíilc Tultle.
Cuatrocientos actores en un
baile que estaba de moda
hace cien años
Cuatro senuina^ de ei)ntÍMno i^n.-iayo se necesilüron para «amacslrar" en un biUle que
iSWIlWllIWIIIWIIIWIIIIWIIIIIIllilifllllWllfiíllllIfltilMI^
i Herniados
i
I
Tened .-iiempre muy preacnlc que los meiores aparatos del mundo, para la curación
de toda clase de hernias en hombres, mujeres y niños, son los de la casa
TORRf^NT. Sin trabas ni tirantes engorrosos de ninguna cla.se. No molestan ni
hacen bulto, permitiendo hacer libremente lodos lo.s moviinn;iiios y los iiviba¡os
más duros y pesados sin la más pequeña molestia. Si queréis ahorrar salud,
licrupo y dinero, no debéis nunca comprar aparato alguno sin antes ver esta casa.
Casa Torrent
13,
Unión,
13
BarceBona
Wfc|'j<t¡|||||)l^¡!iJ^ii;/^ii,4i)|:[M^l!UfUiiü<tiii'JÉUi;MüiiiJ^|i[ifüiig||tjM
estaba de moda euaudo nuestros tatarabuelos
eran jóvenes, a cuatrocientos adores que están
uniiresionando «El Águila del Mam, la nueva
[jrodutieión de Frank Lloyd. En este baile toman parle algunos de los numerosos jiiratas
que forjuan la tripulación del barco corsario
que comanda el pirata Lafitte, caracterizado
por Ilicardo Cortos, que es ^1 protíigonista de
la obra.
Raymond Hatton desciende
en la escala social
No se apuren sus admiradoi'es. Descender
en la escala social no quiere deeir (evenir n
menos». Itaymond Hattou sigue ascendiendo
cada día un poco más en td aprecio de los
muchos que van a aplaudirlo en sus IWIÍCUIQS.
uuiupie cada ilíu représenle jiapeles de personajes de más baja estofa. Casi ¡lodemos decir
que al bajar, sube, paradoja ésta sólo explicable en la pantalla.
Tenemos, por ejemplo, que en ((Reclutas a
retaguardia»), el buen Mr. Ihttton ai)arecia
como carterista de «mala sombráis transformándose en un soldado holgazán y de malas
mañas. Después, en «Colorado», el recluta se
Iraustorma en un golfo de primera linea, y
ahora, en «Kl Uío Forlornn, la grandiosa i)rO'
duceión de Zane. Grey, fihuada por el director
.lohn Waters, el buen Hatton aparece conut
un vagabundo desastrado que, no só sabe de
dónde viene ni adonde va. El descenso uo
puede ser más notable. Con todo, como antes
decimos, el célebre artista va «ascendiendo»
cada día más, si no en los personajes que caracteriza, en la apreciación del público y, en
consecuencia, de la compañía que lo ha contratado para caracterizar tales papeles.
¿Quién es la estrella cinematográfica más discutida?
La más. disentida estrella cinemalográlica en
la aelnalidad, la verdadera Cinderella de la
pantalla, es... El lector puede verla y admirarla en la nueva producción de von^Stroheim.
para la Pai-amount. Su nombre es Fay Wray.
Fay Wray, hasta ahora casi completamente
desconocida para la mayoría del público bispauo, fuó escogida por el célebre director
MARAVILLOSO
Y PRODIGIOSO INVENTO
LOS CABELLOS BLANCOS tomaren su primitivo color natural A LOS OCHO DÍAS
de usar el INSUSTITUIBLE ACEITE VEGETAL MEXICANO, PREMIADO GRAN PRIX,
CRUCES Y MEDALLAS. No mancha absoluiamente nada y por esio se usa con las mismas
manos, como cualquier BRILLANTINA. El uso de este ACREDITADÍSIMO articulo no es
para teñir los cabellos de tal o cual color: es únicamente para devolver a los CABELLOS
BLANCOS su primitivo COLOR NATURAL, CON TODA GARANTÍA, hayan sido éstos
RUBIOS, CASTAÑOS O NEGROS, sin que nadie pueda ni imaginarse que estén teñidos.
Se garantiza también que no se caen los cabellos con su uso. Concesionario: E. SARRA.
Se vende en todas las perfumerfaa de España. Precio, 6 y 10 pesetas. Con uno de los de
B 10 pesetas hay cantidad suficiente para un año de uso.
M
(trencats) I
au.-^tríaco para que earacl.erizase uno de los
¡tápeles más importantes en «La Marcha Nupcial)', y como resultado de su mafíniíica .actuación -en esta película, la hella artista se ha
hecho lamosa de la mañana a la noche y ha
recihido proposiciones de distintas empi'csa*;
einemalotirálicas, haciéndole ventajosas ¡iroposieionos.
Miss Wray es una linda joven de diez y
ocho ahriles, de mii'ar dulce, sonrisa de pri
niavera y expresión suave. Von Stroheim la
escojíiú para que caracterizase el pa])el de una
joven austríaca, inocente y pinvi, que llega a
cautivar al lilierlino príncipe Nicki, caracterizado por el mlsmu von Stroheim, pues es de
notar que el cétehi'c artista austríaco, además
i!e ador de yran valía, es tamhién escritor y
director de ohras cinematográ[¡cas de renoml)re, y esli'i considerado hoy como uno de los
geniíis de la eseena muda. "La Marcha .Nui>cial'i es una de sus ohras más famosas, cuyo
argunicTilo está sacado de las propias memorias, troKos de vida de la corte austríaca en
lienvpos del Lniperador Francisco José, hahiendo sido arrefítada a la [lantalla por el mismo von Stroheim, qnien caracteriza el protaironisla, además de dirigir la impresión.
En esta ohra, una de las más importanles
de esta temporada, además de von Stroheim
y Miss Wray. inli'i-pretau papeles de imiiorlancia los conocidos artislas Zasu l*itts. Dale
Fuller. Mande George, Georíje Fawcclt, Mnthew líetz, George Nichols, Ilughie. Mack, Cesare Gravina y .Sydney Rracey.
Eddíe Cantor perdió su
primera colocación por ser
demasiado "gracioso"
No siempre la gente sahe apreciar la gracia
y el .=.enlido liumorístico ile una persona. Si
iiieu es cierto que a lodos nos agrada reír, no
siempre es cünvenienle i.d hacer reii" a los
lientas, lista es nuu triste experiencia del hoy
famoso actor cómico Eddíe fJmtor. qnien per
dio su primera colocación por ser dí-masiado
gracioso, dema.--iado Kcómico", conuí le ilijeron
cu aquella época. La hiíloria se cuenta ÚD la
siguiente manera:
Knconlráhase el joven Canlor empleado en
uno de los almacenes de ropa de >'ueva York.
Los dueños eslahan tratando de levnnlar algún capital vendiendo acciones de la empresa,
y varioy señoi'cs que deseaban invertir unos
dólares visitaron el almacén para cerciorarse
lie su funcionamiento. Los dueños mostraron
a los visitantes departomenlo por departamento, enalteciendo a cada iuslante la gran
eficiencia de los empleados. Al llegar al tercer
pi-so, en cuyo lugar se encontraha Mr. Cantor,
con sorpresa vieron un grupo de empleados
que se esfaban riendo a más no poder de las
irgracias)) del joven. Nadie trabajaba; con la
atención lija en el <icómico», ni aun siquiera
se dieron cuenta de que llegaban los dueños.
—Ni me detuve a recoger mi abrigo — dice
riendo Mr. Cantor.
Hslo lo cuenta el célebi-e ador cómico con
ocasión de oslar caracterizando el papel de
vendedor de ropa hecha en iiKid Boots». su
gran creación artística que lanta sensación
c^nsü en Broadwav, y (pie ahora está impresionando para la raraniounl. y en cuya obra
fambión caracterizan papeles de importancia
los conocidos artislas Lawrence Gray, Billie
Dove y Clara Eow. El director,,Franíc Tutle,
dirige la producción.
•VA^^^MAWWiMWSñA;%n;v^Aw;in^A^vsAA/vsnAn>
lO
^AflAñi/1.ñ.<.V^AAAAA/^/Í^^AA•VV%%ñAr^AAAAA/V^^^
VVSrtrtiVfaVtfVVW%VWVVWVUVVVVV%ffJW'W
ECOS DE BARCELONA
P r o y e c c i o n e s
IlJict; uiioí- d í a s , cu l a s [iaiitnllas MÍ;! 1O« >^ÍI-
\otu'.< ('apilo! y Piühc C'mmtn, vimos rnipart^
v{!\' a \ m a gran Irágicu, qiiti años atníf; se dis¡inlalwi ol primer jnieslo, donlrn de la ciimiiialoiíríifía ilaliaim, con Francesca BÍ.T1ÍIIÍ y l.ydn
Horetli. ?íos refci'imos a María .Tncobini, iiilih-prolii princi]ial do muí jielícula tiliihuln nKl
'rrnsali¡'iitt.ií;oi), oülriüíada i.'ii los iniüiliiilos saloiin-;.
<(]¿\ Trasatlántico» tione oí^eeiiits de honda
('¡noción, íjuc permiten a María Jacnbíni nianifos^lar plonanicnLc su firari iL'nijXM'ainenlo di'atnátiro. IHí ia Iragodiíi ínÜnia do nüa mnji-r,
Ipil' pasa por la lorlura do profíenciar el alojiiinicnto Oípiritiial del lioiiilii-o amado, del esposo en quiou puso su ilusión y su (ísin^ran/.a,
y ipio, adeniáa, cree lialiei- perdido a su liijo
en el naufragio dol Irasatlánlieo eti que viajan,
In (|tio Ira^loriia el ccrelu'o de la pobre mujtn',
i|ni- reeupora la razón eiuuido el hijo, salvado
íiiilasíroí^amonte, eomiKirecc aiili' ella.
Como lialirá podido observar el leelor, la
pclíenln, por su a r r ú m e n l o y desarrollo, resulla lioy aulicuada. IVo obslanle, ol)inv*) un
('íxilo ilisereto, graeias a la ]al)or admirablí'
que realiza fttaria Jacobiní.
Kn -el CnViacmn so estrenó «La colíiui eueautada», euya aeción se desarrolla en e! Oesle
auierieano. F.st?, g í n o r o do |ielíouIas, eon s u s
fanliistieas carreras a eaballo, con sus ineideníes y írncos, siempre agradan y enlrelioneii.
í,a inloriirotación es notable, destneúndose
.lürl; Molí, Florencc Vidor, Noah Beery y Mary
Hriaru!.
Arlemáf- de "La colina encantada", se esIrtíiió "llou Timoteo, domador», primora pelíe.nla de dibujos Gray — esta serie eouslará
de seis cinl.as de distinto asuulo—, (pie se
aplaudió por el inérilo q n e supone ilesarrollai' \\\í aríiMtnenlo a baso iip ](ersonajcs tlibnjailoifEn los eiries Kursnal y Cataluña, la Federación Ciueniatográfica Latina, q n e representa
L. lian lionaplala, obtuvo nn éxito [raneo con
"l,a prinrnsa qne supo aniiU'», de inb'i'csauh'
asunto, exr:'!enleniente intnrprebida por llnKuettü Hulkis y Cbarles de lioclie.
lí» el Pi-iucipol Palnce se proyeetó, por primera vez, (iLa ü'uta de lanoas», qne a ]>esar
de su tilulo es de argumento moral y lleno
di> ¡nlei'és. Jíva Morvnic, Fli;na l'ercy y Paulina Starke, osliln deliciosas en la inler]u'elación di' sus rcspcclivos. personajes.
Noticiario cinematográfico
linlrr los pi'óxinuis eslreuos q n e de la ai'rei'itada marra -unericana, Seíocciones Prn-Disi\o, preparan los salones ¡itifuaal y Cntiilurid,
lignran dos peiiciilas vi'i'ilnili/ríHHL'iil'.' inaynifií'as, tiltiladas nKl sobrino d,' Anslralia» y c K I
soldado d(ísconocido>i.
La primera es una deliciosa comedia de oritrinal y diverüdo asunto, en cuya inlerjH'etai'ión íoiuan parle el notable a d o r Rod La
Hocrpu: y la ballísima «vedolle» Jelln Goudal.
«Kl soldado dosconpcido» es una comedia
dranuiliea de mneba inlensidad e interés, t\\ir
inlerpreiaii de modo magislral la geuliUsima
Margai-ila dr la MoHe, v el aelor Cbarles Emmrll Mal;.
PELO O VELLO
[JeSipalEte UdSid Id fíi SILDIO.eilía.
j
'
^
usando Ion productos . .^ ...
dos en París, Roma, Ambert::!
y Lonirís
/
'*"
;
polvo inodoro parn la cara
y nucí! 3 ' 5 0 P t a s .
Agua Damil
líquido inodoro >• perfumado,
eiclmivo para piernas, brazoi, etc. P r e c i o : S P í a s .
EM P E R F U M E R Í A S O
A. BORRELL -
CONDE ASALTO, 52-FARMACIA
B A R C E
U O N A
Almacén de vidrios
y crisíales planos
MBRICA m ESPSIOS
nmím v noiDURAS
V. García Simón
VÍA
L A Y E T A N A , 13
TELIFONO 3 8 7 0 A.
BURCELONA
l':u la pelíirula Metro-üoldwyn, que lli'va por
lilnlít «^lolltenilr]0)^, y qne será es-trenada en
bvi'Vi;, lí)njiui j'ai'le, como principales inlérpreles. Lew Cody, Gerirude Olmslí'ad, Itoy d'Arcv V Karl Dañe.
riabunuis ijnc ha sido c.üuli'alado ¡lor la nÜiiih:ú Artits». para di-í^empefiar un papel de imporlancia en ht [U'imera película q u e Gloria
Swansou realizará jiara dicha casa edilora, el
ex |)riuier baríbmo Andrr-s de íie^nrola, que
acln6 una lenqiui'ada con éxito en el Tealre
lli-ai dr Madrid.
Notas biográficas
de Charlot Bird
La bella aciri/- comenzó su eariH_n'a arlistica
con una compañía ambulante que recorría las
aldeas más apartadas de Kslados Unidos. Después, cuando ya se haliía eonquislailo un nombre en el teatro hablado, probó s^uerte e n ia
esiíeua muda. Como consecueneia de los éxitos
ohlenidos en "Los IMcz Mandamientos", «Bifsos a i-'rane!" y "Diablo aforlunadoj), la T'arauíonnl le ofreció un contrato ventajoso paní
que ajiarcciese cu películas exclusivas de esta
em]»rcsa. Más lardo caracterizó i)apeles de imporlancia en "Flor de Noche", de Pola Nejjri;
"La moral del caiiilado» y, en la actualidad,
está cararlerizanilo lo que ella misma Ihimii
'ící |iapel niiís inipoi'lanle de mi carrera iu-lisli'.'a'> i'U ¡a nueva proflnccióu di' ]Mt-'' Daniels
<'.Vntoreí de Colegíala".
Miss Bird nació'en Fiiadellia, recibiendo sn
i'ducai'ióii en uño de los colegioá de dicha ciuilad. -Más larde í-e trasladó a Nueva York, en
ilonile concluyó sus esludios. íín la actualidad, Miss líird Í:Í u n a linda trigueña, de cai-a
[licaresca, modales graciosos, que pesa ciento
quiíu'C libras y mide'cinco píes y cuatro pulgadas de pslalnra. líu el esludio es u n a de las
artislas más queridas ]MU' SU amable buen
b n m o r y la gracia y eiuranto (|ne despliega al
habliU- a los denii'ts. Se cree que llcfíará a per
una de las grandes figuraf; de In escena muda,
t'slando couptdei'aila ya couui un valor indisculiblr en su gému'ii.
Nuestra p o r t a d a
lis lan po¡»ular¡simo el actor 'uiyo relraln
apar'L;cé en ¡a portada del presente nónu-ro
(|ue, en realidad, podríamos aliorrarnos fie eserihir 3U nombre.
Pero eomo podría parecer olvido, quede
aqní consignado que Donglas Fairbanks, el
!j;euial artista de la pantalla, sonríe ampliamente a los leelores de POPULA It FILM desdi'
la portada' de la revista.
E
S
T
A
F
Copérnko Mcjias.—Áhnansa-—^ecihldan
fotos y lioletinca.
Vi!)i(iíjcrro.W(Í«. — I-ortí). — f.Fero cómo m atreVQ ¡i
llíiiiiJir vursus a eso? Vii al cc.ilo de los paiiclc-'í.
i'inyioiscf) Lozíiiio.-'Tetmhi.-~T/sg.
película ee titiila
"irilíuc! StroRorC. o El corroo dol Zar" y ¡icnbü de esiroimn-í!. Vüreiiios la orla.
Vicente del Cnsiill'i. — líuvíií iiii|nirU- HiiscriDcliJn y Ifi
liíanilirciiios la revista.
Iltijad Fcrriols. — V'alnnciu. — .Maiidc d ¡nuinrt-o y sf
le rcniitiríiii los números que dosra.
Í.ÍJitt. ^ J'n/eiiciVi. — No es necesurio. Pupilc loiii.ir
¡iiirlíí en ol Oíiicunio.
Ji'liu Riijoá. — üranudíi. — iiiwtft ol ímporlfí oii ,wlli)t¡
du Correo y se lo romitini.
f.'ii coiii-Mfsinilc. — Vil.oría. ~ Leu laa Ha.ios con dotoiiijií'iii y catamos seguros do (mu lat* cntcndorá. Má.-^
claras...
Pilar Halaiuro. -- San Scbaslidn. — Mnnde diri'Oí-jóii
liara piuiííT ciivíarhí In revistíi.
'Manuel Gaos. — .Tüoa. —Esii arLi.sUi vivo lÍA-dn, 25 y
27, Madrid.
Caniwn U. — }hrfdti. — La primera, Campoinauo-.-s,
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Marta del Carmen. — Málaíja. ~ l^a jirimoru in ignoramos. Tara dirlKirsc a e.sa casa hasíla jinner: Kshidii)3 (aqu( el nombre), Derlfii.
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Kcíios. — C'iiiííí. — Ka nnofilra nivÍRla iio fio empican
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A. llidalgí).-'.)¡pli(la.'—Lan
íotifs qui' Im otiviadii
uara el coaonrsu no sirven.
Francisco Goiiiííle:.—- Toí/iii/o/íií. - • Iftual qiio al anI erior.
.Trix'' Vidal del I'Vií'c. — C'ií'ííní/. • - VercmoK si os i>nbliealile.
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i^erá po.sil)lo.
J<i!ív Gí!H(;. — TíiríHf/ít. — No se admiliián folo.s JesDués de cerrado el cniícui-^o, ni tiene por qiaV espenr
la pidiliraciíjn do míis nümerog para reunir los boletines que se oxinen.
/¡r;njÍ!J Galleoo.—VaUnivia. — Jjüs basí'sim dan !n- •
liar a dnda; iiroccíja en con.-^ci;iienria.
.Mario Muñoz. — ycr.Io.-- ¡Claro qne pueíio tomar
l u r t e ! Respecto a io.s ariínnumí^ií', no poiloaii>ti piihüliir los (ine » cada lietor inlere.'iau parlicubirmente. ni
!io loj! que lii merecen por la imiiortaneia do bis IM-li-ul,i.s o la raIcKoria do sus intérpi"cteti.
Hawóii íVít.-c. — Ciudad. — Lo ¡ploramos.
.Ii(/f/iiíij Stliirhcz. ~ Málaga. — i\¡úcií o después: es
iira;!l. f^o pnblicnrán tortan las totonraflatt del concurso.
.í. Gittiari. — San FcUii de ÜKÍ.COI.I. ~ Puedo mandar
la qiit; li'.'iio.
Alien V M(ir¡i Whilfí. — Ciudiid. — líeeibldos.
.1. Oiiixtirl. —Váidas de MonIhtiu. — Pvedv. cüneiirrii'.
I.iiein Pi^rz.-- Hillmn. — Boojbiílas.
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CINE
ODA E
II l l
xcentricidades y extravagancias
• Por raiiiy extravaganlt; qiiL' iiiifi UIÜIIÍI SCU,
si nncierra en si u n moinciilo LIC biit'ii guslo,
y ll) oxcíiiLi'icu n o ííe pasa pur alio (ÍI <'SJII'cifil encanto (fue ficix; adornarla, i's si<'rn])ri'
¡icrdonahlc, jmes es muy lógico {\\ic una hoTiila mujer IJUÍÍIIUC en iori alcázares de su
Íiriai;¡DaL'ión, el modo de realzar su belle/a
cotí cualquier nrlilii^io (\\w la acrcdiín de tdeganli' y ¡inmenle sus alractívos ¡MU-sonales.
Las mujeres nuiílcruas ííe han dado cuenla
de lo (|uc |iiir(i citas ¡•('iircsenfu un adorno,
una jova, y pura liai' lidia ilc originalidad r(
i]uinas, j ú w n e s y bellísimas lístrellas cinemalográíicas, que sin duda oslan iiilluí'[iciadas por las costumbres de los ]melilos primitivos y h a n hecho piular sobre la lersa
su[)crlicie de su lez nacarada irnos diliujos.
a cual más chillones, de formas y de color.
Estell-c Clark, joven y Iiotiila 'islai'» de la
Meiro Goldwyn, se ha hecho diliujar una
mariposa en la espalda que es una obra
macslra por la belleza de los colorea que
lornasolan sus alas caleidoscópicas. Lila Lee,
i'ii camliio, óslenla sobre el hombro uu
pciisaniienln, como maravilloso regalo de
la primavera, y lii'ü.y (lonipson ha b-ccho
(|uc llorezcan s u s párpailos con el exótico
adorno de una flor de lis, tiue de haberla
visto en <'anqjo heráldico tan espleudeule
hubiese cuiociouailo al niits norma! de los
Valois.
La encanladora Ahiría Prevost. deliciosa
i'sirella de la l'ro-his-(;u, aini no se ha
n^iího dibujar ninguna parle de su cuer1(1, pero lia querido demostrar que es calaz de e[iatiu' lodas la? exlravagaucJas,
[laseaudo por Ilollywnod vcslida como
una muñeca persa y llamando la atención con la niaguifieencia de su busto, que
;icu-^a dcMciosanieulc s u s pcrlecciones a
Uno de las poca.s irosas eu las ([Ue la m u jer se ti'adiice a si misma, es en la moda : a
esle modermí lorlurador femeníjio le dedica
sus máximas atenciones y s u s más amables
preocupacinnep. Ln las ilustraciones que
acompañan estas líneas, ¡luedon ver mis lectoras cómo atienden a su adorno y se preocupan p o r ser admiradas unas cuantas neoyor-
América del Norte se lleva la palma eu esto
de inventar extravagancias, y son nuichas las
norleamerii.'anas que j)odríamos citar, sin
salir de la {'sfera cinematogrúüca, de las que
exprhncii su imaginación para d a r nota de
originalidad, la mayoría de las veces falsa y
pobre. Jí? nniy difícil lograr un momento
lie (H'iginalidad no censurable y muclm más
liaceríe li'iunfar una vez logrado, sobre
lodo en esle siglo en q u e al tema artístico
va unido el desarrollo práclico. fmaginalivamente, se pni'den lograr grandes creaciones.
iín la pr;icliea se estrellan aún los mejor preparados.
l'orque la moda es tanto fantasía como realidad. ^'o basta con imaginar u n adorno, UTia
forma, que contribuya, en mayor o menor
grado, a añadir belleza a la mujer. Jíl encanto de ésta resille eu ella de un modo esencial.
Por eso, al concretar lo imaginado, es precis.i
que responda al nbjelo pnra que ba sido cread o : aumentar belleza en vez de restarla.
Kri Hollywood, debido al incremento del
i-iiii'mali'igrafn. li'abajiiu en los talleres de
moda-s de varias casas editoras ingeniosos
dihnjantes, iniaginalivos modistos y miles
de obreras de la aguja; pei'o, a pesar de
esto, son mny pocas las creaciones originales (jue hace vivir cada temporada.
En fin, esle año continúan las norli.'amerieanas dando la nota valieute, en cuanto
a excentricidades se refiere. Protegidas p o r
i>] fantástico lío Sam. que r í e a mandíbula
batiente sobre sus doUars. las extravagancias de sus deliciosas «poupées)i; las jóvenes
norfeamericanas juegan con la moda y la
martirizan como a un pobre pajarillo marliri^ai'fnn ln> manos de no chiquillo travieso.
ciirreo a mil exóticas exlravagancias, qni'
muchas veces, en lugar de realzar au belleza,
la restan encantos, pues no fodo lo exótico
sirve par;.( sumar hechizo a la hclh-za. Lo extravagante-, lo excéntrico, se ha de adruinia
trar en pequeñas dosis, como los tóxicos, si
se quiere que produzcan el apelecido efecto.
Teniendo en enenla que u n o de los grandes perjuicio.s de que cI PPXO ariolece-, es la
inconsciencia, por la cual obi-a Ja mujer, en
la mayoría de los tiasos, iuipnlsada, se comprende en seguida la banal puerilidad que
anima s u s gusto?, sus modas y , como consecuencia, su mismo (.era per amen lo. Gomo generabnenle sus i'onceplos del arte, *\i^ la moral, del amor, di'l deber, de la vida, en fin,
son coaceplos enfermos y están vistos a través del prisma de su ligereza, les da u n alcance, en su niundo cerebral, falso, y al mismo tiempo m u y jioco sujeio a normas. La
única verdad [lara la nuijer es ella misma y
las normas a . q u e se ha de ajusfar, son productos del mundo exterior, cuyo inllujo re^cibe y modifica <-on arreglo a sn educación o
lemperamculo.
la fantasía, ¡lara iliclar a los modistos lemas
que cayeron en el más absolulo silencio, p o r
su |>oca consistente belleza. La mo<!a pai'a subsistir, ha de ser ante lodo bella y fácil de llevar a la práctica, pues de lo contrario iio i)asa
de tres o cuatro adorables muñecas, amantes
de toda novedad.
Miss
(ii.Ains
Iravés de las finas muselinas que componen
su exótica veste.
Esla estrangulación di' las normas regn
lares .se la debemos al cim'malógrafo, el
cual puso al alcance de las louji'res, modelos vivos de todas las razas, depui-adns por
el buen guslo de la direci.'ión arh'stica. quíí
ha llevado a la pantalla temas y amldeutes
i'xóticos, alíjuuos de elbis de foi'iniílabl''
¡iclleza.
focas sou las nnijercs ¡pn' hiiíifi'DU a la
moda, sogiín su modo de cuncchir la est(í
lica, y l a s más, como decíamos anles, fueron dependientes del inllujo exterior; pi'V'i
de todas las m a n e r a s aún estas liltimas auxiliadas por e l buen guslo q u e posee la
mujer elegante—, se lanzaron a caballo de
v^v^.^^AftAflrtr-v^^^.v%v'uvvvw-v^ArL^flifti%v^i^i^^
12
••VVW'UVVWVVVVWVi
/ •vw^•-•v•J^^^^HVww•^uvwv^l
Museo fotográfico de Popular
IGNACIO
Film
IGLESIAS
el ilustre dramaturgo, q u e al estrenar en Novedades, la semana pasada.
"La llar apagada", ha sido consagrado definitivamente como u n o d e los
talentos más sólidos y brillantes del teatro catalán.
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13
'^^^V^^ftAl^wvv^A^v\ffi^tf^AAift^^rtft^i^^^flpVvs^ft^VénifliñiftrfWrtrfv^
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VARIOS
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ESTRENOS
EIdorado:
"El huésped del Sevillano"
l'ri'cediílü Oo fama extraordiimrin, Hogalja
(lí-, MadrÍLi lii úlLiuiu produrcióri diil niaesti'o
(¡lU'iTcro, despuC'ri de Iiatier Iriuiifado ralcgóricaiiiiínte oii la villa y cüi-le. No la fallO a dii:ha obrilíi nada para Iriuiifar/uplaupos, rcpcli(-ioiicíi que Uofiabnu a lo iiiv(;ras¡iiiil, ti'alánilüsíí de don Jaí-'mlo, discusiones (Mili'f. uno ilc
los buenos críticos de Madrid y las anlnrea
que dpffindiorotí a capa y espada lo único dfifcndiblt: iiiie el líbrelo tíeno y la intervención
(le Toledo OH la contienda, llenando el teatro
jiara aplaud'r sus cantos pü|iniares, llevados al
teatro <ion la buena volunlaí! y la lériiica jiropia del señor Guerrero.
V.n llarcelona lanibiiín gustó uiiicbi) «VA
huiVped del Sevillano». Ya sabemos las simpatías couque cuenta este joven ennipositor y
lo fíicil que CH de lograr un público, cansado
de oir í'.ítupidoces líricas y deseoso de encontrai- algo agradable que le (luito, el m a l guslo.
Nuestro públieo encontró en "V-l liuéí-ped del
Sevillaiiüii niíis bondad que la ipie bailara en
obras que la i'onipañía que actúa -en el iíldorado <IÍtreno durante esta temporada, >
aplaudió agradecido el obsequio que kí hacíau
los autores. Fueron repetidos varios números
del primer acto y varios del «eguudo; do éste,
el (¡ne más gustó, fiió eí de las lagarterauas,
fpie se repitió tref veces eu medio del m a y o r
ciitusiasino.
líl libreio lic los señores llcoyo y Loca de
Tena es muy poca iiispiradt) y [loco digno df.ligurar, ani|iai'ado jior el buen nombre de estos jóvenes literatos que noy- ban dembatrado su valor en más de mía ocasión y que supieron (Conquistar el aplauso del |uil)lif.i) con
más ^alíUMira de ingenio y más bonradez
Jilerai'ia. Además, auni|Ue í'stán tratados con
disereeióu los pasajes en que iiit(;rvíene, el
beí'bo de lanzar el n o m b r e del glorioso maneo
a í'slas aventuras, supone una falta t!e respeto
i[ue, si el público tuviera eonseiencia, no hubiese consentido y hubiera por esta imperdonable estupidez, i'egado un varajlalo mayúsfculo a los que no liabían teuiílo consideración
para acjuél que no merece verse deseiitürrado
poi' tan pecadoras manos. ¿"So les daba a usr
ledes ia miümo, señores aulores, haber colocado en su lugai' un jtoeta anónimo del siglo xvn y haber dejailu en paz y honrado, el
nombre de (Jervanles, al ipie colocan entre
una« c a l l a n u d a s y una melodía ramplona!'
La p a r l t l u r a está hecha con m á s honradez
que las que basla ahora nos había servido el
señor Guerrero, y tiene temas francamente
nnilos, y tema.s b u e n o s : buenos, aquellos eu
iiue interviene cu í^u ayuda la musa popular
y (¡ue son los m á s ; y malos, algniuis debidos
a su inspiración, qw. no ha sido esta vez lograda con acierto. De todas las maneras, pncdi' decirse que la pai'titnra salva jn obra, qu(;
de lio lialier caído en manos ile Guerrero,
hubiera sido un fracaso.
Se disüngnieron en sus respectivos pajieles,
Carteles de cine
liani]íac:u:d pneral de m m : llío^íafia
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cartas:; Tarjetas y demás
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TELÉFONO 674 G.
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PARÍS, 130
las Tiples Ani]nu'o ilomo, Amparo Sans y Amparo Alareón, el l)arilono i'ederico Cabalk^,
el leimr eóniico Vixco dallego y los señores
Vidal, ¡Sefznrji y líaraja.
.\1 final de. la obra fueron los autores llamados eon insistencia al paleo escénico, dopde
!•! ijne (Vn'i'ou las griu'ias al inililieo (]»•'' llainilja ia sala, y (pie fué el verdadero a n l o r d d
éxilo.
MAurí.NT.z iiK ItnníHA
Novedades:
"La l l a r a p a g a d a "
(Inatulo SI; ln< [irodnt.'ido una oln'a lan \>fVfeela como (díls Vells», resulla nuiy (liíiiil
superarse, lín la vida del eserilor y del ai'lisla, romo en la vida del liomlire, hay na
momento de sazón, d:í plena luiídnrez inleleetnal o moral, .segiín se trate del arlisla o
del liombre, y es en tal momento •mando
a(|ut'l acierln a eoin^refar de manera nnis elai-a y aeabaila su pensamienli) y i-nainlo úsle
i'ealiza su aeclón nnís i\llrnislít o lieróiea.
.V Ignacio Iglesiaí; le lia neurrido esto preeisameute. Y lo mismo aeonteciú a (Juimerá
despuíB de e.k'riliir ¡cTerra liaixa^i; a Uiiiseñol, luego de ilar einm a «VA ^lisl,ic)^; a GalM<, u n a vez que produjo 'díl -Mmelon, y a
henavente, cuando liiibo puesto tOrmino a
lar- escenas de uLos intereses creados».
Esto no signiüea que los menlados ilranialurgob nu tiayan producido antes ni (lesjiués
de e-Slas obras otras dignas de sn inspiración
y lalenlo. Por el contrario, [Kulríun señalarse
varias, de cada uno de ellos, (pie por alguna
cnalidail sujieran incluso a las (¡ue marcaron
la cumbre (le su intelecto. Porque no se tral^i
aípil d(; valorar ni contrastar la prodnci.'ión
de nadie, y sí de aceptar cl juicio crílico del
público, que es, en deliniliva, el supremo
juez,
Oeeimos ipu! si Ignacio Iglesias rm fuera
D O L O R
Preparado en la FARMACIA MARTÍNEZ
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Barcelona
E
el autor de obra tan definitiva como «Els
vetlsu, SQ lillima producción, ((La llar apagadaii, habría (¡arecido a u n a parle de la critiea y u otra parle del públiet), obra más <-xeelenle; es decir, que la habrían tasado en
.sn justo valor. Pero crílica y públicn, piden
siempre más, sin tener en cuenta (pie qnifu
(ien|.ia ya la cima nnís alia de la Fama no
puede .subir nuís arriba. I.o único que puede
exigírscie a un eserilor, a un arlisla, a nn
poeta, es que no lance a volar su fantasía a
I-as de tierra, y la del eximio Ignacio Igle
sias, en «La ¡lar apagada», como en sus anleriores comedias, vuela uuijesluosann.'nle por
las alturas.
Algunos han enconlrado anticuada la obra.
;(y)mo n e g a r l o ! Y, sin embargo, anlicuada y
lodo, resulla superior a casi lodo lo que se esIrena en los tealros españoles. Anticuada, sí,
¡lero no eí-lulla,no ñ o ñ a . n o hueca comola mayoría de las comedias que escriben muchos aulores tildados de modernos o de reoíivadoreri.
Además,,[([ é importa, en dermitiva,(]ue ia comedia sea o parezca anlicuada por au eslrucfura. si cl pensamienlo que la aninuí es bello
y es puro:' Una cosa es el modisto, el sastre intelectual, y otra el [ir.amatnrgo vigoroso, ol
poeta excelso. Kl pñblico, qne discierne mejor
([ue ci(>rtos erílioos, ovacionó largarainite al
ih-amaUírgo y al poela la noche il<!l cslrcno
de «La llar apagada», interrumpiendo con sus
aplausos la representaciiin a milad del se,üii[n.[o aelo, ha.sla qne Ignacio Iglesias salió
a escena a recoger aquel homenaje de udmii'ación.
De los inL(írpretes h a y qm; señalar a las i<eñoras l'erran(l() y a la señorita Fonnís, y a
liis señíu'cs Borríis. Montero y S a m s ó : pero
muy espeeiahnenle ni gran Enrique liorn'ts.
ipie recordó sus noches miís gloriosas de corneilianie L'enial.
M. ,i^.
De interés para nuestros
concursantes
Es lan crecido el n ú m e r o de íolograEías
para -el «Concurso fologíhiico» que esperan
ei turno de publicación on nue&lra revisla,
•que liemos juzsado conveniente dedicar una
página entera "del NÜMEfíO AÍMAI\'A()UIL
de POPULAB FILM, a retratos de eonciu'santes de ambos sexos.
Teniendo en cuenla q u e hasta 'que no se
liayan publicado lodos los retratos, n o se
puede ¡iroeeder a ia votación, de ia Í^UG resullaráii elegidos u n concnrsanle de cada
sexo, creemos qne la idea de publirnr varios
en nuestro NfJMEnO-ALMAyAQÜE
de
m?.
será aceptada con regocijo por lodos los lectores que están interesados en este «iioncurso
fotogínicon, qne ya, ahora, ptidemos anunciar, (¡ue ha sido u n óxilo por el número de
personas ipie ban tomado parle en él.
Comprad, pues, el ^'ÜMI•:¡W • ALMASAQUE
de 1927 de POPULAR FILM, y vertT-is vucsli-a
efigie en una de sus páginas.
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tanii: acabará tarde o lemprano con
sn preciosa salad,
que no cambiaiia
da del
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con el tan renombrado jarabe y pildoras
Sus 75 años de continuada venta y miles
de curaciones efectuadas comprueban la
eficacia de tan antiguo y acreditado remedio
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DUVAL
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I pues, no
del gran
ReconstUuycnie VINO SALU-TÍFERO? Forllfica el
corazón. A las mujeres que crían les da vida. Da
sangre a los anémicos. Robustece a los niños. V'gO'
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Farmacias y dirJgiíndQie a
J. Caballero Roíg-ApaitadallQ-Barcelona
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Argumento
de la
El Pirata Negro
riíl'.AMUUl.ü. — \\\ Sandy Mac Tiivísli, he rcseiiiiüo
L'ii oí ni lucar cómo, perdido un hrasio en el servicio de
Su Müjestad el líd.v, llcguí, por mi desventura, a ingresar t-n liL CoJiipiíñl:! de ¡os niíis crueles piratas que infcsiaron los mare^ del Sur.
Tauíliií-u lio referido los rasfcos niiui salientes de los
priiicijjaliií (le la Coiupaíiia, diciendo iiuc el Cai)itáii liv
riia pasión por los aiiillos, que él mismo arranLiaba de
los deduB de sus víclimas, y liasta runndú abrir el vientre de un desiíraciado que, por no darle su anillo, se ii>
I rajara.
DD MiRiiel. el áegundu del buque pirata, he contado
su alición a las espadas y sablea y su crueldad de proliar la ininía de cada arma oiíupada en la carne del individiiu a quien despojaba de ella.
iRualmentc lia escrito sobre "LanzaEneeon, quien, en
íupr?.a d.; servir la pólvora para lo.s cañones, Uegú .1 hallar placar en lonuer los rcgneros del negro explosivo,
que td. mismo prendía, en torno de los prisioneros;
como nljío be relatado del quo Uaiiiiiliamos "Mundrib',
)ior asemejarse, en lo hücicudo y tero-i, al cnndrninann
de este nomlire.
El cojo "Caho-Corlo" liabía servido, como yo, en las
ííuerríís del Re.v, y debía su apodo a esta frase con
iiuu liahilualmciíte zanjaba las discusiones: "fich^moelo a la suerte; el que saque el cabo corto, ganu."
ÜNICOS HLTKRVIVIBNTES. —A un d!a de navega.•ión de la ciudad colonial de S.\nla Juana, lifillase, coii'.o un punto en e! ucúano, una minúscula isla sin nom>
lirc. Es. en su mayor parte, arena de mar. con unas pocas piii.aeras caquiticaa y un lagunajo, y está cruzada
hacia su mitad por varias líneas de pequeñas loinas.
I'ero nuestro Capitán, que conocía por mi cierto secreto
de eüle islote, lo encontró magnirico para refugio, y de
,•1 salió un Jía nuestro negro buque para atacar a nn
barco mercaiile que de.sde Santa Juana, donde últimainenle locara en un circuito para la.'! colonias, hacia
nunlio a su país.
KI buque mercante estaba desprevenido, y unos ¡•naiiIds c.iúonanos enfilados de popa a proa lo pusieron a
nuestra merced. V siguió !a prÍLCtica baliitual del piIla.ic, la ciiulivitiad de los hombros y el hnndimieiilo
por explosión.
No loiias nneslias victimas perecieron. Un esforzado
nadador lachó basta llegar a tierra, sosteniendo el
cuerpo inerte de un anciano, listos dos íitiicos supervivienles alcanzaron la isla. Kl viejo tomó de -sn dedo un
anillo l,lnsonado y, despiiís do entregarlo al joven, inclinó h.ieia atríB la cabeza. Habla muerto. El joven
cruzó Clin e! cíidávcr la primera línea de colinas, y le
cavó en el valle iimi piailosa sepultura.
lllírAllTIKNDO EL ItOTl N. — Mientras esto ociiria
.'O la i>-la. nuestro bateo piraiu era escenario de la actividad que acompañalja eicaipre a lodo saqueo. Las
arcas, los estudies, lo.s paqucles, los sacos, las galas i'
adornos tomados a nuestras victimas, se amontonaban
anln la dotación del buque; y .=¡ alguien vela algo que
deseara para sn personal di.-ifrulc, liabía de pujarlo
contra sus eamaradas. El dinero así ganado reuníase
para ,-er repartido al final de cada pirática avi-ntura.
Kslo era un ardid con quo el Capitün obtenía ventají
de la turbulencia creada por l.is discusicnes. Afil, iriicutras su gente reñía por la suma que debía ir al fondo
comiin por una easac-i o un juslillo, él Siiparaba la más
rica parte del bolín par.i llevarla a un escondite secreto
en la isla, aquól cuya revelación al .iefc pirata salviira
mi vida y la de "Caho-Corl-o".
Iteíjueridos amhoe para acompafiar al (lapilán wi su
reservado viaje, aprovecbamos para ello la barai'inda
infernal inolivada por el reparto del despojo y llegamos a la iiíla, ignorantes de que. tras las más próximas
colinas, el superviviente del \j.,rvo mercante era le.itlgo
d.i nucütros actos.
151, TESOllO líNTKlilUüO. - i;i plano que yo poscía daba la clave del escondite Bccretu, qne no podía
estar más ingeniosamente imaginndo. liajo la linea de
agua rio la laguna, un bajo do roca, ofrecía nn estriberón para entrada a una caverna que. si en la superilcin exterior semejaba un médano, había sido ferrada
por su interior con una puerta de tosca madera. .Tonaiham Mopp y Aliell MulUns desaparecieron con el cofre de! tesoro bajo la laguna, a cuya orilla quedamos
todos esperando su vuelta, excepto el Capitán .v Miguel que so mantuvieron a alguna di>laucia.
Hacia iKLíotros vino el extranjero, mal cubierto por
jirones de negro vestido que el so] tropical secara rápidamente, y nada en su apariencia podía decirnos que
ijempo llevaba en la isla. Avanzaba con andar gallando
y aire resuello. -Mopp hizo un movimiento de amenaiia
que él contuvo alzando su mano, a la'voz que pedia,
con reposado acciiti), ingresar en nuestra Compañía.
' Habla algo en aquel mozo, que me subyugó... t * pregunté por sus méritos y con igual dnluura de tono, couI-catóme con otra interrogación : «¡CJuién es el mejor lucliador entro vosotros?» Y como espontáneamente mirásemos todos a! Capitán, cuya supremacía en la lucha
no era discutida por nadie, el desconocido, traduciendo
la expresión do estas miradas, adelantóse hasta el jefe
pirata, le miró sonriente y descargó una terrible bofetada en su rostro.
Rugió de Ira el sorprendido y ultrajado Capiíún y
aprestó la espada. En rápido movimiento improvisto,
tomó el ofensor una de las que ÍIopp y Mullios habíanse desceñido para entrar en la charra. Tiró de su
duga si Capilftn y so dispuso al ataque. No menos ágilmente qiie antes, el rival cogió otra daga de uno de
los nuestrofi.
Con ligereza y precisión increíbles, el oxlran^ero fué
obligando a retroceder a BU cont-endiente, hasta hacerle
perder el pie en el borde de la laguna, y ésto le acomelió con tal ímpetu, que le llevó hasta la linea de nueeirns bombrefi; pero, al repetir el furioso ataque, la es-
Producción United Arñsts. - Distribuida por Artistas Asociados.-Interpretada por Douglas Fairbanlcs.
pada del ('apilan rompióse en dos por choyuc con una
roca do quo blcieru baluarte el extranjero, el cual,
como noble enemigo, aguardó que al suyo .so le facilila-w olra espada para proseguir la lucha.
Llegóse entonces a un cuerpo a cuerpo tan estrecho,
que hizo inátii la tspada por unos instantes, los que
apriivechó el joven para apresar tan fucrtemenlfl ei
brazo i/quierdo de su adversario, que lo obligó a solrar la daga. í'ara Igualar las condiciones del combale
arrojó él también la suya, que quedó enterrada por e¡
puño en la arena. V momentos después veíamos que el
jefe pirata, acosado por la implacablo espada del rival,
caía de espaldas sobre la saliente punta de la dagd,
(pie penetró en su cuerpo con mortal herida.
iil ñn del Capitán nos congregó en torno del vencedor, cuya proeza elogiamas. Sólo Miguel permaneció
di.'tante y mudo, actitud en la que sospeché que niedilaba el modo de alcanzar provecho personal de la
muerte de su jefe. Vo conduje hasta él a! valiente mozo
V Miguel, mirándole con indiferencia, dijo : "Hay en
uue-Jtro oficio algo niíis que jugar bien la espada."
.lli^TICIA, ~ 51ientras los otros comentaban la barramhada, si tai podia lluu.arse. del formidable esgrlmiilor. v apostaban por o contra ella, yo rondé nn poco
por !iis cercanías y, en el primer valle próximo, encontró una sepidtura recién cavada, según delataba una tullía en al que, usando como cincel un trozo de díamela
rola, alguien acababa de grabar esta inscripción : Paliic ¡nio : ,i\ir« mlfwiieiiimle ciilrciiar ¡i'í asc.úuos a hi
J'l^lil'i'l.
101. I'IKATA NEGRO.—IJua mañana, viendo un galeón que navegaba en alta mar con rumbo a Santa Elena, nos retiramos a csi>erar su paso a una ensenada no
ba>:in mucho tiempo descubierta, para probar si era a
110 cierto el coraje de que "Kl Pirata Nogro" blasonaba.
\ lo que vimos desde nuestro barco fué algo más que
,-¡orp renden te.
•Seguía su eursoel galeú'i, hinchadas por el viento las
velas, y "Kl Pirata NegrO", guiando un pequeño Imtc
de pesca, dirigíase hacia la proa del gran harco y 11ainalia la atención del vigia de serviola, saludándolo a
gritos y ofreciéndolo graciosament-e un pescado. Sonriente devolvió el marinero el saludo y desapareció como hundido en la eomha d d casco del buque.
Tal contraste luiljía entro la imponente grandeza d d
galei'm y el aspecto de jui^ucte del frágil bote, que todos nos arirnnibamo.s en que la hazaña intentada por
• líl Pirata Negro» lo llevaría al más espanto.';o de los
ridículos. Cumprendióndolo asi, Miguel orüeuó. micnlras
•ie disponía a acercar la mecha al oído de un cañón ;
"¡Jtnuta y a ! He confiar en esa locura, lo perderemos
lodo. 1 Preparaos .1I ataque i« Fué "Cabo-Corto», quien le
ciuiveiició de que debíamos esperar, pues, aunque «El
t'iralH Negro» fracasara en su audaz empresa, siempre
nos quedaría lugar para una ofensiva.
Xn salieron fallidas las esperanzas de "Cabo-Corlo»
Empuñó su bichero "El Pirata Negro», hizo deslizarse
ba.io sus pies la lancha pesquera y. bordeando ágllmenio un costado de la gran njivc, llegó a dejarse caer
sfíbre su limón que hizo g'rar con fuerza bastante para
desviar al buque de^su runilKi. A través do mi anteojo
veía yo Cómo luchaba el timonel contra la rueda, que
110 obedecía a sus esfuerzos. Trepando por los resaltes
del decorado del navio, llegó "El Pirata Negro» liasta
el Pilólo, n quien redujo a la impolencin, dejándolo
luanialado y suspendido en el aire. En segaidn ar;ió un
cucbillii qno llevaba sujeto a su muñeca, cortó la escota, cogió fuertcmenfe con las dos manos la extrnmiliad de la tiicsana y se columpió hacia arriba con la
desatada vela, ganando base sobre la verga de gavia.
Otra vez entró en juego el cuchillo, quo hundió en la
iluia lona de la gavia y. cogido a su mango, corrió
Vida abajo, rasgando hv tela. Repitió la operacióa con
la Vela mayor, louu> suelo en, el alcázar y saltó a culiieria,
Tiicra de .que t-u maniobra traía el galeón hacia nue-stro barco, nosotros no podíamos vor cómo él sa proponía llevar al é.xito su jactanciosa promesa; de aquí que
.-íiguiécamoa con Inusitado interés el menor de sus niovimienlos. El intrépido mozo abrióse paso hasta la verga del trinquete y, en lauto, el vigía a quien poco aiiíes saludar:! alegrementi' dcíHlo su barquichiielo, exei'
lado por los gritus .Id timonel colgado, disparó su
pistola.
, .
Indemne «VA Pirata N.gro», trató de coger una braza
y lanzarse al castillo de iiroa; mas no tuvo tiempo para
atajar al vigía, que desapnreció por una escotilla dando
voces do alarma. T.nlonceB so hizo patente a quó fin
había encaminado su trabajo "El Pirata Negro», el
cual hizo girar sobre sua ejct< dos cañones cercanos y
encendió im botafuego con su pistola. Tripulación y pusajo, sohre.saliados por la alarma del vigía, acudieron
en tropel. Desde so altura, humeante la mocha y el cañón ütifilado para barree la cubierta, "El Pirata Negro" tenia a su arbitrio a toda ia gentfl del galeón,
Con el pie soltó la bitadura del calilc, y el áncora hundióse en el mar. Y el galeón, sin gobierno, deslizándose
lenianipnte hacia la rada, tomó fondo al costado de
nuestro buque.
Unos, alineados a lo largo do la balayóla, encaramados otros, en distintos puntos del cordaje, todos, desde
nuestro propio barco, aclamamos con entusiasmo a "El
Pirata Negro", Yo, sin dirigirnie a nadie en particular, pero procurando que Miguel me oyese, dije con
marcada ironía: "Hay «n nuestro oRclo algo más que
jugar bien la espada.»
RESCATE.— La temeraria hazaña do «El Pirata Negro 1 había entregado el galeón en nuestras manos y
unesira genio comenzó la táctica seguida con todas las
embarcaciones apresadas. Yo miraba con disimulo al
vencedor, cuyo .semblante estaba sombrío. Maquinalmonte pasaba la mano, como cu caricia, sobro el anillo
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semana
blasirmido de su índice. En súbito inipulsu. cual movido
por un resorte, alzóse sobre sus pies. "¡Hola, lobos de
m a r ! - - g r i t ó — . Oid algo que tengo que deciros.» Siispeiiiiióse 11 bordo la gonera] actividad y las miradas se
volvieron iiacia él, quo mantuvo el silencio hasta que
vio agrupada a sus píes a la mayor parlo de nuestra
fon.iíaüía. Entonces habló a s i : "¡Mirad! Aqui liay un
barco capturado sin un disparo, nuevo como e! día en
que se coiisiruyó, ,sin un pulo roto. áPor qué destruirlo
V perder la parle más rica de nuestra aventura í Guar¡lómosle para rescate. El precio do éste—prosiguió—
imi'de rcr cincuenta mil piezas de a ocho. Envlarumos
a nuestro barco por él y le fijaremos plazo para la
V lie 11 a.»
I,A DA.MA R U H I A - - El salvaje "Mandril», yendo y
viniendo de un barco a otro en busca de botín' paróse a
i'.\auiinar, a través de una portañola, el interior de un
camarote que cre,vera vacio. Sobre la cama, rica colcha,
i'ii parle levantada, parecía indicar la existencia de uu
reciente ocupante. .\ ambos lados del lecho, las puertas,
liecbas para circuirlo, estaban plegadas hacia atrás.
Como «Mandril» miraeie iniis atentamente, por si las ropas del lecho valían la pena de salvarlas, vio cómo una
mujer de edad madura daba una bebida a otra majer
más joven y muy bella.
Poseído de grosera libídine, "Mandril» solió la carga
de que era portador y corrió hacia el camarote en que
(al descrubimicnto hiciera. La sorpresa del bárbaro al
\cr.se recibido a gol¡n?s por la mujer de más edad, que
iba al servicio de la joven, dio tiempo a ésta para huir,
alertada, por los pasadizoti, donde media docena de desalmados como "Mandril" emprendieron su persecución.
Migiiel, soto en la amurada, tendió la mano y detuvo
la carrera de la dama fugitiva. Los perseguidores la
rodearon, alegando dereeho.i a su posesión. Mopp y
"Mandril", y Ilaryut tiraban de ella, disputándosela pero .Miguel se negó a ent-iegarhi, reteniéndola fuerteiiieniü entre sus brazos. Va el forcejeo tomaba proporciones-de violento lucha, cuando «Cabo-Corto»' intervinii
y. lonuindo unos pequeños trozos de cuerda, dijo ; ".luguéuiosla a la suerte. El cabo corto gana.»
EL CARO COUTO. —Asi, cuando yo dirigía la palabra a nuestros hombres de mar, "El Pirata Negrn»
desvióse un poco y vió una joven de señoril aspecto, lindo cabello rubio. Suave piel blanca y bonitos vestido.^
hechos para ser usados en la iuiimidad de su bubitación, que estaba prisionera en los crueles bra/os de
Miguel cuino en un potro de tortura. Eu la mano de
"Calto-CorlO", los pedacitos de cnerda.
Aüojó ei opresor su garra, y la blonda doncella encogióse sobre si misma, ocultando entre las manos el semblante, trémula de pavor. Cada uno de los que echaron
suenes extrajo de la mano cerrada de "Cabo-Corto» eu
pedazo de cuerda, apresurándose a compararlo con el de
los otros. Miguel, quo tuvo cerrado ol puño hasta qua
los demás oxliibieron su suerte, ¡o abrió lontumente,
para más go/.arse en la ansiedad ajena, y mostró... |ei
cabo corto 1
ET, REHÉN.— Todo esto lo supo yo después. Por el
moinenlo ocupábame en convencer a nuot^tra Compañía
de las ventajas de retener el galeón para rescate. Ringlióse, como siempre, mostró recelo y desconfianza.
"íQuién nos dice— preguntó —que nos hayan de enviar ese rescate? ¿Con quó seguridad contamos?»'
Dividida su atención entre ol sorteo de la dama y lo
que junto a mi ocurría, «El Pirata Negro» contestó a
Ringnose. Inclinándose, lomó por debajo do los brazos
a la temblorosa doncella, la subió hasta el alcázar y
gritó, mostrándola a nuestra gente : «He aquí la aegii.
ridad del rescaten Y, cogiendo un dije que de la cadenilla de su cuello pendía, añadió : iiEste emblema la señala como una Princesa... una Princesa de sangre real.
En ella tenemos uu rehén valiusisinio."
VA. HARCO DE RESCATE.—Reiinldoa en la tómara
))rinciijal, extendióse un documento en el íiue. después
de detenida discusión, consignóso en ciento veintiocho
mil piezas de a ociio la caantla del rescate, y se agregó,
[lara terminar: "Si dicho rescate e.s entregado o! inediadio dt: mañnna, la princesa os será devuelta sano y
^a¡vn. SI venís con barcos do guerra y eoldados. cit/oti.
•'Cs In priucc.wi ^eui muerta y ?u cadám'.r arrojndo al
unir.''
Este documento, firmado por «El Pirata Negro» y
por mi, fué entregado al jete do los pasajeros del galeón, que aceptó la misión confiada, despidiéndose con
Iri.slisiiiia roverencin de la princesa. Desde el castillo (le
popa del galeón, dije en voz alta, para que todoe. desde
umlios barcos, me oyesen : "Os damos nn plazo de mediodía a mediodía, por el cuadrante solar do e.ste navio.n
lia.ío la confusión originada mientra.s se desartillaba
nuestro buque y se traían al galeón los cafioneB, ocurrieron dos cosa.'í. una de las cuales se me dijo más
tarde- y otra la adivinó yo. Fué ésta el paso secreto de
"Lanzafiiego" al barco do rescate, al que fuó enviado
|ior Miguel con instrucciones do volarlo cuando llegase
la noche. Ea otra fuó una comunicación, también secreía, de «El Pirata Negro» al jefe de pasajeros, concebida a s í : "Presentad esto anillo al Gobernador. Que
él onvlo contra nosotros un destacamento do mis mojores soldados. Ea Princesa será llevada a tierra esta noche.» Y a estas lineas acompañó e! anillo blasonado.
EE CONVENIO.— Apenas perdimos de vista el barco
do rescato, "El Pirata Negro» vino a mi. junto al reloj
de so!, me pidió ini mapa y lo examinó cuidadosamente,
midiendo las distancias. Después, pensativo, tendió la
vista hacia el mar.,., y sus labios dejaron oir una exclamación de sobresalto. Siguiendo la dirección de su mirada, vi a "Mandril» qno se deslizaba, con preí-endidn
sigilo, por la banda do babor del galeón.
"El Pirata Negro» corrió volozmento y vtírios de nosotros lo seguimos, uniéndosenos Migud en el pasillo
sobro ol cua! abría ol camarote do la Princesa, Desde
15
la paerla dr i-sle vimos cójuii .[.\l:iiklribi si: introüuuia
por la veidana abierta. Al sentirnos, dis!)ar(] contra nosotros su pistola; pero casi simultáneamente cala derribado por una bala de "El Pirata Negro" el caal, volviendo al ciulo su arma, todavía liumeanlc, avanzó hacia lu Princesa y le dirigió su saludo cortiw y su palabra alentadora.
fin seguida volvió ii imsotros, o indicando la vciit,ana
desdo la que «Mandril" fuera a la muerte, cocíanlo :
'•listo fué necesario y bueno para toda la Omipafíia. Debemos respetar la letra de nuestro convenio." Miguel ie
niiró y le dijo hlanduniento : «Gracias por Ijiibcrla sa'vado para mí," Mas ante la mirada de acero que replicó a esta frase, so apresuró a añadir : nClaro que
ejiío será si no vuelve el barco do rescato."
UN CÜHA/.ON DÜLlENTli. — Vo dejó mi puesto áv.
coiitianza u lu puerta del camarote o! tiompo preciso
para procurar a la Princesa una liRcra refacción. Cuando volvía, "Hl Pirata Ncgro" me abordó para pregunt a r m e - " i l l a e sabido alguna vex, o has oído, o has
leído que an bonibre se enamoro a la primera mirada P»
Mi iiiexperionda en materia de amores no podía dar
adecaada respuesta, y eníoacetí ¿I me pidió qao entregase ana carta a la dama de sus anhelos.
La carta decía: «Estáis en constante peligro, que
sólo conjuraréis siguiendo mis planes. Esta noche iré
por vos para llevaros a tierra. " E l P i r a t a Negro.» Ella,
al leer el pergamino, entornó los jiárpados coiim en meditación. IJe.spués me preguntó: "¿tjulén es esto «Pirata Negro?» Y yo expliqué, ladinameato : "Es un
mozo bástanlo auno al parecer; pero que sufre una
gravo dolencia de corazón,» La Princesa, inconscientemente, plegó la carta y, oprimióndola con ambas manos, la apoyó contra su pecho.
.UEFltAU!).\DUÍ!. ~ Hacia media noche, comían y bebían los piratas cu la cámara principal, sin medida en
el ansia ni en ci alboroto. "El l'iruta Negro» llegó con
un bote bajo la ventaua de! canmrole, en el que yo tenía a ins dos mujeres prcpuradas para la fuga. Guando
ya la .sirvienta estaba en la lancha y el salvador se dis• |K>nía a trasladar íand)ién a la Princesa, ésta lo contuvo un instante para decirle: "Arriesgáis por mí
vuestra vida.»
"Dispuesto estoy a daVla. hi es preciso", repuso él. Y,
tras de una extraña mirada inlerrogante, la dama inquirió dulcemente: "¿Quién sois?»
«Un pirata que lia encontrado su tesoro... ly lo deja
irl", suspiró él, helándole la mano.
De repeiito invitó a apresurar la marcha al pequeño
bofo recién desatraca'lo y, volviendo al camarote, me
ordenó aceleradamente: «lAbro esa puerta y ponmo tu
pistola al pecho!». Por esto comprendí que él estaba sc-
¿Tcngo condiciones
para
ser artista de cine?
JUAN ALFREDO ULRICH
Edad: 20 Hftos - Eslaiuro; I'TIO m. • Peso: 68 kg.
0 | 0 5 , grises. - Pelo ru'iio oscuro - Culllvo gimnasia, natación, baskctl ball y boxeo. - Posee
conocimientos di;l leairo olemün. - Conoce loa slSulenles Idiomas: olemón, francas c Insíés.
guro de haber sido dracubíerlo, lo que rae conflriufi lu
iniíiediala llegadu tie Miguel con varios lionibres; iwro
nadie sospeclió de mi cumpliciditd, a cauaii de mi pistóla
iinienazanit' y de las manos cu altó de El Pirata Ne
líro". Y, niieiilras HO lo llevaban, después de desarmarle, veía yo, a través cié ana tronera, cóaio Üdell y lilodeett llegaban a nado ¡il boto de lita ÍUBitivas y lo hacían
volver al galeón.
EL PAüU i)K 1,A TLANCIIA. —"|Le haremos pasar
la plancha I", dijo Miguel, sin poder encubrir el placer
que ie causaba este anuncio. Y mo pidió, mioiiLras él
iba a dirigir los preparativos pura la ejecución do la
sentencia, nue vendase los ojos al reo. Oonficsu que auduve bastaiitó reacio en el cumplimiento de es.te encargo, y niils lo habria rotardai,lü si llullins, sacadiéndume
por mi linico brazo, no rae liuliiesc dicho : «i Mira, Wac
Tavicib! ¡Esa mujer quiero librarlo de nuestra justicial". Y, mirando al paulo señalado, vi cómo la Princesa, que alia la írentc, grande en el olvido de si misma,
bubia llegado hasia el prisionero, raicinrag poniu en las
mejillas de éste iiii beso, buscaba sus manos, aladas a
la espalda, y colocaba entre ellas un puñal que debi/i
lomar del tahali de algún pirata.
A la viñta de todos, recogí el arum y amonestó a la
¡lama, aparentando gran .severidad. Entonces puse el pufial, con la di'snuda hoja hacia arriba, en mi cintnrón,
,V iuo ciiioqaé ira.- El l.'Í!"Lta Negro pura vendarle los
ojos. Como empleé iilgún tiempo en esta operación,
mientras yo ataba la venda, sentía sus manos trabajar
sobre el cortanlfi acero del puñal de mi cinto; y así
roíopió sus ligadaras, pero deji^ndolas enrolladiis de
modo que nadie pudiese conocer la desunión.
La marinería agrupóse a derecíia e izquierda, abriendo candno al delincuente, que fué colocado en la plancha o invitado a marchar sobre olía. Migue!, punzándole
la espalda con la punta de sa espada, le siguió basta
el íínaí, donde an momento se dcluvo para susurrarle al
oído que •;» el fundo dd mar ciicoiilraTia el b<¡n;o de
rcscntü.
Aprejolado por la espada de su verdugo, E! Pirata
Negro dio el último paso..., un pano frágico en el vacío.
i', al griio de horror de la Princesa, que se confundió
Con el raido de! cuurpo sobre oi agua, suceilló un Iñgabre silencio.
HOÜA DE CONSUELO.— Quedó la dama en saiiroma atlieeióii, sollozante de angustia, sin darse cuenta de
que Jliguel so acercaba a ella, iluscaron jnis ojos a la
sirvienta y, al m» liallarhi, [;o.speché la verdad : que Miguel inibia mandado a la KeJi[e retenerla abajo, para
dejar a la codiciada joven inüs tíolitaria, más indefensa.
Y ])eiitíé hacer más solícita iiií prolccción, a cuyo fin la
conduje a su camarolfí, consolando su espíritu con la
seguridad de que El Pirata Negro vivía.
Por simpatía a la Princesa gentil y apiadado de sus
safrimientos. re«olvl vigilar por mí mismo a Miguel,
(.'orno el suefio podría rendirme, sujeté mi daga en el
cintnrón, con la lioju hacia arriba, de modo que, a la
menor cabezada, lu punta del arma hiriese mi barbilla... Y asi pude velar toda ia noclio.
EL MEDiUDlA DE M A . S A N A . — Toda nuestra Compañía esperaba, ansiosa, la bura del mediodía, quienes
mirando al cnadraiito solar, quiénes explorando el altó
cielo, mucboB vigilando la cntratlit del abra, por si
voían asomar el barco do rescate. También Miguel permanecía junto al reloj do sol, tomando de vez en vez
tragos de vino y acogiondo con burlona mueca los reniegos de nuestros liom)jr<u por la tardanza del bmiucUayó sobre las doce la línea de sombra, Miguel arrojó el jarro de vino lejos do si y gritó, imperativo; "El
plazo ha expirado. Ya no hay nada que agaartiar.
lAbajo las veiasl» L.\ SOliPlíES.V. —.Lo que saccdió después no pude
verlo; mas he reunido, para consignarlo en esto diario,
fragmenios de lo que unori y otros mo relataron,.
En BU camarote, la Princesa vio llegur la hura fatal,
y la perspectiva de inminente escena do terror atribuló
su espirito. En efecto, aus ojos no tardaron en ver apnriíccr al hombre que ponía un trágico espanto en toda
su aima. Uuycndo de él, corrió a la ventana para arrojarse ni mar; pero la mano aborrecida la detuvo.
Cuando Miyucl luciiaba por dominarla, el tronar de
an cañón no muy lejano llenó los aires, haciendo vacilar las audacias del pretendido forzador. Era el barco
que había disparado una larga tabia, con on banco de
remeros a cada banda y un cañón a proa, y la tripulaban numerot;os lioudH'cs. Sobro la cubierta del galeón,
nuestra geuto hizo avanzar sus cañones y contestó al
disparo; y íué tal la elícacia de esta actitud, que ia
falúa comenzó a hundirse y con olla sus tripulantes.
Los piraias no pudieron imaginar que esto era una
hábil estratagema. La embarcación había sido barrenada desde /.u interior, y sun marineros, hombres
amaestrados en t:ilcs ardides, nadaban bajo el agua
en derechura al ancón que a nuestro buque servia de
refugio.
Pero Miguel, temeroso de que a! barco que avisó su
presencia siguieran otros, dejó atada a la' Princesa y
corrió a ordenar que so levase ancla y se arriasen las
velas, par.i estar prevenidos a todo evento.
LIOEllAClON, — Enire tanto, "Cabo-CortO" me halló sin sentido. Una vez recobrado por BU mediación,
me dirigí al enmaróle üe la Princesa y cortó las cuer-
das que la aprisionabua. Cuando me dispiaiía a llevarla
a cubierta, sentí ruido tros de mí. Volví la cabeza y
vi a Miguel que, espad» on mano, avanzaba con intentos homicidas; pero fué detenido en su propósito por
un homÍ)re,.. I y este hombro era El Pirata .Negro 1
La Princesa, convulsa, se echó en mis brazos, mientras Miguel y El Pirata Negro luchaban. Hi'is fuerte
Oslo que su rival, su mano tuvo presión eslrangulaiior.t
.sobre el cuello del miserable. En esto descendió Mopp al
frente do otros hombretí que traían niont-adas sos pistolas. El Pirata Negro hizo del cadáver de Jíiguel un
oseado contra las balas de sus enemigos, y al fin arrojó el cuerpo inerte sobre uno do los piratas miis aadaces, haciendo que ambos, muerto y vivo, cayesen al
mar por la escolllla.
Con en asombroso dominio de la espada. El Pirata
Negro prolegió las vidas do las dos mujeres, la le
"Cabo-Corto" y hi mía, abriéndonos un camino de
buida por el que llegamos a la salvación.
LA j r S T l C I A ESTA SERVIDA. —Los hombres de El
Pirata Negro haiiían infadido el galeón ;i costa de
muy pocas vidas, cogiendo por sorpresa a los nuestros,
quo vieron inelicaces las armas de fuego por la proximidad lie los asaltantes.
Como los piratas conocían la femeridad míis qoo la
así ocia, apeló.^e, para capturarlos prontamente, a iiigeuios'js ardides, y no tarüjiron El Pirata Negro y loa
•íoyos en tenor sojuzgada y presa a (oda nuestra tribuí ación.
Aclamado |ior sos hocstcs triunfadotivs. El Pirata
Negro lanzó on grito de victoria : "¡La justicia está
.servida!»
Una viiy. anunció I;L llegada del Gobernador. Este,
sombrero en mano, sabido a El Pirata Negro con el
nombre de Duque Amoldo, y lo illó las gracias por
iiabcr limpiado aquellos mares do ladrones y asesinos.
TM Princesa e.scnciió este titulo nobiliario con asombro irreprimible. Previa presentación del Gobernador.
El Pirata Negro, es decir, el Duque Amoldo, pidió a la
Princesa su mano.
Yo llamé aparle a "Cabo-Corlo», le mostré el plano
do la isla y la llave del i;ofre en que el tesoro se guardaba, y le dije : "Va tenemos un gran regalo de boda
liara el sefior Duque : el tesoro del escondite secreto."
M;ts, cuando fui a enLregilr,5elo, hallé que El Pirata
Negro y la Princesa, uno en brazos de otro, nada oían
ni velan fuera de su embriaguez do amor.
V entonceí;, sujetando ¡a daga como la noche anterior, de modo que hiriese mi barbilla, si me dormía,
me dispuse a esperar el momento en qoe pudiese ofrecer a! noble, gentil y valeroso Birata Negro su regalo,
do boda.
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•,• .c,
•••,.•.:•.:
•
,
¿Tengo condiciones
para
ser artista de cine?
MARÍA
S AMANIEGO
Edod: 10 años. - Estatura : l':tai] metros.
Cabellos y ojm castaños.-Inslrucclón primarla.
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