mutilaciones de ganado en argentina 2002 el

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ELECTRÓNICA AL FILO DE LA REALIDAD (WWW.ALFILODELAREALIDAD.COM.AR).
MUTILACIONES DE GANADO EN ARGENTINA 2002
EL INFORME TOTAL
PRIMERA PARTE
Escribe: GUSTAVO FERNÁNDEZ
CANTIDAD DE CASOS Y LOCALIDADES AFECTADAS
PROVINCIA
Buenos Aires
Catamarca
Chaco
Chubut
Córdoba
Corrientes
Entre Ríos
Formosa
Jujuy
La Pampa
La Rioja
Mendoza
Misiones
Neuquén
Río Negro
Salta
ANIMALES
183
003
015
002
030
009
024
015
011
091
013
001
007
001
016
013
LOCALIDADES
077
003
007
002
024
008
019
003
002
029
010
001
005
001
009
003
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San Luis
Santa Fe
Santiago del Estero
Tucumán
TOTAL ARGENTINA
004
020
015
015
488
003
018
006
001
231
Fuente: Christian Hernán Quintero
(originalmente publicado
en la lista CEUFO)
INTRODUCCIÓN
Muy pocos meses después de que se desencadenara, en proporciones nunca vistas en esta
parte del Cono Sur americano y, ciertamente, bastante atípico a nivel mundial, el
epifenómeno de las mutilaciones de ganado en Argentina, cuando los hechos en sí, a
descrédito del “carpetazo final” que trataron de darle los ámbitos oficiales aún parece
sacudir sus últimos ramalazos y, como veremos, en lo que parece la cresta ascendente de
una inesperada irrupción, que no ha gozado ciertamente de la misma prensa, ora por ser
mucho menos extraño, ora por motivos que analizaremos; de una “oleada” de apariciones
OVNI en la región, nos abocamos a la tarea de redactar este informe, que si bien gira bajo
un tanto exagerado epítome —poco modestos seríamos si creyéramos resolver en este
reducido ámbito esta secuela de morbosas mutilaciones— subraya nuestro deseo de que
resulte cuanto menos un completo panorama, amén de una meditada digresión, sobre el
conjunto de agresiones de origen desconocido que han sufrido un enorme número de
animales en nuestro país, con extensiones a las naciones limítrofes.
En consecuencia, nos proponemos abocarnos a un repaso de los hechos, presentar la
casuística, elaborar estadísticas, desmenuzar hipótesis explicativas —incluida la nuestra— y,
en consecuencia, presentar una perspectiva global que sirva no sólo como banco de datos
para futuras investigaciones sobre este u otros episodios semejantes en cualquier país
hispanoparlante, sino sentar un precedente que permita a los “mutólogos” futuros (que es
así, valga el neologismo, como se denomina a los investigadores de mutilaciones, del inglés
“mute”, una de cuyas acepciones es “mutilar”) trabajar sobre compendios uniformes y
filtrados de casos de ese tenor.
Les presentamos, también, ilustraciones, la totalidad de los hechos de los que se tuviera
público conocimiento, así como un detallado reporte de las apariciones OVNI antes, durante
y después de esta “epidemia” de mutilaciones.
OBSERVACIONES INTRODUCTORIAS
La reflexión cuidadosa sobre los cuatro centenares de casos denunciados permite establecer
algunas apreciaciones que jalonarán nuestro análisis. En primer lugar, es importante
destacar que el número de casos presentados no representa el estimado real de sucesos
acaecidos; efectivamente, sabemos que en una proporción de por lo menos cuatro casos a
uno los propietarios damnificados han optado por no denunciar las mutilaciones, por
razones sumamente atendibles:
-
Pasado el desconcierto inicial, fue evidente que ni los departamentos de policía
intervinientes ni los fueros judiciales arrojarían luz alguna sobre el misterio. De cualquier
forma, notificar a las autoridades ni evitaba que los hechos volvieran a acaecer ni
significaba resarcimiento alguno para los afectados, toda vez que la legislación en curso —
por lo menos en Argentina—no contempla ningún tipo de compensación económica a los
afectados. Así, los productores ganaderos tienen por seguro que informar de tales sucesos
en nada atendería a su beneficio personal, y el tráfago de la vida de campo, sacrificado y
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cotidiano, ordena dirigir esfuerzos y atención a otros menesteres, confiando sobre la
providencia de que tales mutilaciones no vuelvan a ocurrir. Nada gana un ganadero al
informar de aquellos, y en vista de la carencia de respuestas idóneas e inmediatas,
sumado a la molestia y pérdida de tiempo que implica toda denuncia —en papeleo a
cumplimentar, horas de trabajo perdidas, etc.— una gran mayoría, especialmente en los
tramos finales de esta “oleada”, ha optado por resignarse y dejar las cosas como están.
-
Pero además se suman otras molestias: periodistas y curiosos impertinentes que alteran el
ritmo rutinario de la vida de esta gente, llegando incluso con su accionar desaprensivo a
afectarlos materialmente; se han registrado ingresos ilegales a las fincas por parte de
aficionados, pisoteo de cultivos, así como la interrupción no sólo de las labores habituales
de estas personas sino a alterar, con su presencia y actividades, el comportamiento
cotidiano de los animales de granja, ciclo biológico sobre el cual se edifica buena parte del
rendimiento económico de los pobladores de la campaña. A ello hay que sumarle las
inocentes aunque enojosas situaciones derivadas de una sensación de incredulidad
generalizada, las bromas previsibles e incómodas y hasta los casos registrados de
violación de propiedad, en la forma de matanza clandestina de animales sólo para llamar
la atención de la prensa y divertirse —en una evidente muestra de mal gusto— a costa de
la conmoción así generada.
Pero otros factores deben tomarse en cuenta para una comprensión global y objetiva de
este fenómeno:
a) Se ha afirmado que los animales depredadores comunes en las zonas afectadas no se
acercarían a las víctimas, señalando éste como un índice de extrañeza: afirmación falaz,
en primer lugar porque con el correr de los días sí lo han hecho, y en segundo lugar
porque con el movimiento humano, de día y de noche a la pesca de fenómenos
extraños, toda actividad que forme parte del ciclo natural de alimentación de esos
depredadores se verá obviamente alterada.
b) También da pie a confusiones la argumentación de que no se observa el típico “rigor
mortis” en los cadáveres. Profesionales veterinarios consultados han señalado que
normalmente tal estado comienza entre la tercera y cuarta hora de producida la muerte,
desapareciendo entre 48 y 72 horas después —dependiendo de una serie de factores,
entre ellos los climatológicos— obviamente cuando avanza el proceso de descomposición
cadavérica. Por consiguiente, una res hallada siete u ocho días después de su deceso (la
mayoría de los casos del primer mes) ya no presentaría el “rigor mortis” simplemente
por haberse superado el tiempo estimado para ello.
c) La falta de “señales defensivas” durante el episodio de muerte (en la mitad aproximada
de los testimonios) podría tener dos explicaciones: la muerte súbita del animal —se ha
comprobado que en la mayoría de los casos estos murieron sensiblemente antes de ser
mutilados— o la narcotización del mismo. En los escasos episodios donde se ha realizado
un cuidadoso análisis forense, se han hallado, en extraña correspondencia con episodios
ocurridos en Estados Unidos, rastros de “oxindol”, un poderoso narcoléptico.
d) En contradicción con la presunta ausencia de depredadores, y en relación a la constante
en la naturaleza de las partes mutiladas, cabe señalar que muchas de ellas son
precisamente las habitualmente atacadas en primer término por los depredadores:
orificios naturales del cuerpo (que permiten a animales de pequeño porte un rápido
acceso a las partes blandas del cadáver), aunque también en numerosos episodios la
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ablación de masas musculares de forma límpida parece señalar una extracción
inteligente y artificial de los tejidos.
e) En la totalidad de los casos investigados por las autoridades intervinientes no ha habido
un adecuado peritaje criminalístico: como, sin ir más lejos, pone en evidencia la multitud
de fotografías y videos periodísticos, ni se ha acordonado la escena con las típicas cintas
amarillas que acostumbramos a ver perimetrando la escena de todo delito investigado
por una policía científica. Aún más; nadie puede discutir el hecho de que los mismos
primeros testigos podrían inadvertidamente haber borrado alguna evidencia
circunstancial en forma de huellas: si me encuentro caminando por el campo, absorto en
mis tareas y observo un animal muerto, la primera reacción será acercarme al mismo,
detenerme bien cerca de él a observar el cadáver, llamar a algún colaborador o
empleado quien también se aproximará en demasía a observar, avisar entonces a
terceros hasta que en algún punto de este proceso alguien sugiere buscar alrededor
alguna huella... un “alrededor” que ya habrá sido hollado por nosotros mismos
numerosas veces. No he podido encontrar un solo testimonio donde se manifieste de
manera creíble que un animal observado muerto y presuntamente mutilado a cierta
distancia, fue rodeado a distancia prudencial con algún improvisado cerco aislante, así
sea de algunos voluntarios que impidiera todo otro circunstancial viandante acercarse
hasta aquél en tanto llegaran los investigadores.
f) A muchos hombres de campo llamó poderosamente la atención que las otras vacas —en
el caso de tratarse de esta especie— no hicieran “velorio”, que es como se llama a la
costumbre de los vacunos de rodear por algunas horas a otro animal muerto, como
velándolo. Esto es extraño y para mucha gente supuso un componente de alto índice de
extrañeza; en lo personal se me ocurre que alguna sustancia —quizás efecto colateral de
la narcotización arriba descrita— pudo haber producido este efecto.
g) Existe un fenómeno periférico que no ha sido estudiado con la extensión que hubiera
ameritado, porque tal vez este sí es el que presenta más alto índice de extrañeza y
dificulta sobremanera todo proceso explicativo natural. Me refiero a la literal
desaparición de ingentes volúmenes de agua de algunos “tanques australianos” —muy
comunes en nuestras pampas para acumular agua para épocas de sequía con fines de
riego y de subsistencia de animales— en las cercanías de animales mutilados y en
correspondencia temporal con el proceso de muerte y mutilación de los mismos.
Describiremos estos casos oportunamente.
h) Las “luces” reiteradamente vistas asociadas al fenómeno mutilatorio. Pero sobre lo que
no insistiremos bastante, es que si las “luces” (sea cual sea su origen y naturaleza) son
las causantes —o mejor aún, la inteligencia que se mueva detrás de ellas— de lo que
nos ocupa, es obvio que la secuencia natural hubiera sido reportar primero luces y luego
mutilaciones. Sin embargo, hasta más de un mes de comenzados los episodios
reportados, es exactamente al revés. Durante un prolongado período no se ven
aquellas: sólo animales con ablaciones en sus organismos. Luego, en determinado
momento, comienzan a verse “luces” más o menos simultáneamente con los ataques. Y
digo “más o menos” porque la ubicación de las “luces” geográficamente hablando no
coincide exactamente sobre las mutilaciones en muchos casos; son vistas a algunos
kilómetros de distancia de donde aparecen los animales atacados. Pero la imaginería
popular —antes que los ovnílogos estudiando sobre el terreno— elaboraron una ecuación
donde las “luces” son OVNIs y éstos los agentes productores de las agresiones. Además
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del hecho señalado de que los fenómenos luminosos comenzaron aparentemente a
producirse un buen tiempo después —o bien, si habían sucedido antes, no parecían ser
de ninguna manera significativos porque no fueron reportados— las “luces” son, hasta
ahora, sólo eso: luces. Y es igualmente posible que se trate de prototipos
experimentales o secretos de alguna fuerza militar operando clandestinamente que
naves de procedencia alienígena.
i) Pero la hipótesis de “una operación de inteligencia” (¿quiénes?, ¿por qué?, ¿para qué?,
¿cómo?) como explicación excluyente encuentra la gran dificultad de la enorme
extensión de terreno cubierta por la oleada fenomenal. De ser así, uno tendría que
imaginar centenares de agentes operando simultáneamente en las noches pico, y
ocultos en vaya a saberse qué subterráneas madrigueras para poder escapar de la
mirada siempre atenta y alerta ante los forasteros de todos los habitantes del campo y
de los pequeños poblados de provincia.
j) Pero en tren de equilibrar el fiel de la balanza, cierto es que algunas objeciones emitidas
por algunos colegas para denostar la hipótesis que llamaremos “conspirativa” (la de las
operaciones encubiertas), son producto evidente de la ignorancia —en el más
respetuoso sentido que podamos dar al término— técnica: se señala, por ejemplo, que
de haberse empleado helicópteros el ruido provocado por los mismos hubiera sido
escuchado a decenas de kilómetros en derredor de las tranquilas noches campestres. El
punto es, sin embargo, que ello obvia la ya conocida existencia, no sólo de los conocidos
“helicópteros negros” —sobre cuyas reiteradas apariciones en todo el mundo demasiado
se ha escrito, rescatando aquí el bajísimo nivel de ruido de sus rotores comentado por
casi todos los testigos, cuando incluso no se habla de un “silencio absoluto”— sino de un
cierto número de avanzados prototipos más allá de la fase de experimentación de
empresas aerocomerciales públicamente conocidas, que han podido hacer descender
hasta niveles sorprendentes el ruido de los rotores en helicópteros, no necesariamente
originales, sino ingeniosas adaptaciones aún de modelos ya tan veteranos como el
“Apache” o el “Cherokee”. Por ejemplo, ¿cuántos de ustedes sabían que con el solo y
expeditivo método de variar el ángulo del borde de ataque de las aspas de un
helicóptero convencional puede recudirse hasta un 70 % el batifondo habitualmente
provocado por el mismo?.
k) Por consiguiente, debe admitirse la posibilidad de un colectivo de fenómenos
interactuando entre sí —o más bien; hábilmente manipulados por alguien para que
interactúen entre sí— con fines a los que apuntaremos más adelante, se transforma en
una alternativa creíble a la hora de explicar este apasionante enigma.
l) En orden de comprender quiénes son los responsables, tal vez sea útil subrayar los “qué
hicieron”. Por ejemplo: en líneas generales, siempre se extrajeron las mismas partes del
cuerpo de los animales. Esto, claramente, puede estar indicando que se desea hacer un
muestreo estadístico, un método científico que puede ser común entre los
extraterrestres quizás, pero de hecho, aplicando la navaja de Occam, ya lo es desde
hace tiempo entre nosotros.
m) Una de las facetas de las que debemos precavernos en el análisis de esta abundante
información radica en lo que yo llamo el peligro de las explicaciones parciales. Por un
lado “se puede” explicar los cortes, por otro “se puede” explicar la falta de agua (?), por
otro “se puede” explicar las luces, por otro “se puede” explicar la falta de predadores,
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por otro “se puede” explicar la falta de huellas, por otro “se puede” explicar el extraño
comportamiento de los otros animales, por otro “se puede” explicar la superficie
cubierta... pero no se puede integrar todas las preguntas en un único parámetro.
n) Es posible que signifique algo, es posible que no. Pero, consultados distintos médicos
veterinarios, presentándoles una descripción anatomopatológica de las partes
ablacionadas, se les inquirió qué tenían de común esas secciones corporales. La
respuesta es unánime: nada, ni en estructura ni en función, excepto que todas ellas
presentan membranas. Y sobre esto volveremos después.
LAS TEORÍAS
Básicamente, cuatro fueron las teorías diríamos “convencionales” que se plantearon para
explicar el enigma. El orden en que las presentamos a continuación no responde tanto a su
preeminencia sino al orden cronológico en que ganaron, ya sea los medios masivos, ya los
ámbitos especializados.
LA TEORÍA INMOBILIARIA
Aquí se supuso estar ante una gran operación de mercadeo. Aprovechando la difícil e
inestable situación argentina de entonces (en lo político, pero especialmente en lo
económico) se aventuró la posibilidad de que grandes firmas inmobiliarias —de motu
proprio o actuando como testaferros de hipotéticos inversionistas extranjeros— montaran y
escenificaran las mutilaciones para crear confusión y temor entre los hombres de campo;
desvalorizar ficticiamente así las propiedades y abrir las puertas a compras masivas a
precios de ocasión. Esta posibilidad era en su momento tanto más interesante si tenemos
en cuenta —como hemos señalado en otros números de “Al Filo de la Realidad”— que en los
últimos tiempos en verdad inmensas extensiones de tierra habían pasado de manos
nacionales a manos extranjeras, ya sea particulares o “holdings” empresariales.
Lo que sin embargo abortó esta posibilidad fue el crecimiento exponencial de sucesos: la
extensión de episodios sucedidos casi simultáneamente, la distancia —medible en miles de
kilómetros en algunos casos— de los mismos, en fin, la megaoperación que habría debido
ser puesta en marcha en recursos humanos y técnicos frente a la casi inevitable filtración
que se produciría inevitablemente de ser así... y que en la realidad nunca ocurrió.
EL EXPERIMENTO PSICOSOCIAL
Una hipótesis muy “progre” pero... ¿quiénes?. ¿Respondiendo a qué agencia o ámbitos?.
¿Cuál es concretamente la naturaleza del experimento?. Insisto: es muy interesante como
idea, pero se apoya en demasiados supuestos inasibles. Por otra parte, un experimento se
caracteriza por un gran número de variables reducidas alternativamente a constantes,
dejando “libre” una sola de ellas por vez. Y en este caso en particular, es evidente que no
hay uniformidad sistémica en los procedimientos.
UNA CORTINA DE HUMO ANTE LA SITUACIÓN POLÍTICA
Tiempo antes de la “hipótesis naturalista” —que veremos a continuación— esta fue sin duda
la “explicación” que más votos cosechó entre los escépticos y los no tanto, especialmente
ante una prensa que venía mirando de reojo y con desconfianza los avatares políticos de
una cuestionadísima clase dirigente. Y, sin duda, es por mucho la hipótesis más cómoda:
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simplemente, una operación mediática de contrainteligencia para desviar la atención del
público del “corralito” financiero, los desaguisados partidarios de tanto inepto encumbrado
en el gobierno, el aumento explosivo de la desocupación, la amenazante inflación y otros
etcéteras. Una hipótesis que también se cae por su propio peso: Primero, porque de nada
sirvió. Si bien todos los medios de prensa reflejaron los sucesos, esto fue hecho siempre de
manera secundaria y subordinada a otras noticias de más actualidad, y difícilmente la gente
común se sintió siquiera conmocionada por ello. Sí, es cierto; todos los que somos más o
menos conocidos por dedicarnos a estos temas sufrimos literalmente el acoso de cuanto
conocido o no tanto se nos cruzara inquiriéndonos sobre nuestra opinión frente a estos
hechos; pero por cierto no había ni desesperación ni siquiera una excesiva curiosidad
intelectual (salvo honrosas excepciones) entre los curiosos, tanto como para demostrar más
allá de toda duda posible que realmente, si de “cortina de humo” se trataba, ciertamente
resultó más que ineficiente.
Pero a esto se suma la misma objeción que hiciéramos a propósito de la “teoría
inmobiliaria”: la falta de infidencias. Máxime, en un país empeñado en una carnicería
mediática donde toda información escandalosa se paga, y se paga bien (o, por lo menos,
“bien” para los alicaídos bolsillos del hombre medio argentino). En el tiempo transcurrido,
necesariamente algo más habría trascendido, ya sea por parte del participante raso de esa
campaña de desinformación, ya sea por una oposición apasionada por encontrar un pelo en
la sopa del gobierno. Y nada se ha dicho en tal sentido. Una operación de la “inteligencia”
vernácula en tal sentido (y exclusivamente la local, ya que difícilmente agentes y recursos
extranjeros se comprometerían en las rencillas internas y mediocres de una republiqueta
venida a menos ante el consenso mundial) necesariamente implicaría un enorme número de
participantes, a su vez cada uno de ellos con ramificados contactos también locales: es
cuestión de tiempo para que algo se supiera.
LA TEORÍA NATURALISTA
Ya saben en qué consiste: Desde la víspula germánica o
“avispa chaqueta dorada”, ratas campestres, zorros,
aguaráes guasúes, el “gato chaqueño”, caranchos y cuánta
fauna autóctona depredadora o carroñera fuese plausible,
han sido acusadas de “mutiladoras” por parte del
establishment científico. De hecho, las dos primeras
especies adquirieron status oficial cuando el organismo
competente argentino le adjudicó la responsabilidad al
escurridizo roedor, mientras que su respectivo uruguayo lo
hizo con el aguijoneante volador. Repasemos entonces con
más detenimiento estas posturas, que trataron de dar
“carpetazo final” a este tema. Y acentuamos el “trataron”
porque si bien los medios, coherentes con su función informativa, los difundieron, en
muchos casos esos argumentos fueron acompañados de dubitativos cuando no
abiertamente despectivos comentarios, no menos despectiva que la opinión de un público —
dentro de lo que mayoritaria e informalmente hemos consensuado— que literalmente se
sintió estafado por la “solución” aportada. Hasta los mismos objetivos, distantes y
moderadamente escépticos medios periodísticos que habían tomado al principio con sorna
estos hechos para adherir después a una corriente “psicosocial” o de explicación política, no
pudieron menos que señalar lo poco creíble de la definitiva versión oficial.
¿Pero porqué tanta resistencia a esta hipótesis?. Luego abundaremos en otras
consideraciones, pero digamos a título introductorio que la reflexión más sencilla —pero
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también más veraz— que despertó es que ello significaba tratar a nuestros hombres de
campo (algunos iletrados, sí, pero pletóricos de experiencia en su ámbito; en muchos otros
casos, ingenieros agrónomos, agrotécnicos, veterinarios, etc.) como ignorantes totales pero
además, idiotas mendaces. Porque significaba que si la explicación era tan sencilla esta
gente, viviendo su vida en el campo parece estar alarmada por algo que necesariamente
habría debido producirse en otras épocas también, cosa de la que, ciertamente, nadie
guarda recuerdo. Claro es que algún lector puede argumentar que el ratoncito de marras
podría estar atravesando algo así como un cambio de hábitos, o una explosión demográfica,
inasible mutación generada por vaya a saberse qué circunstancias. Nuevamente y por
principio de economía de hipótesis, esta alternativa abre tantas preguntas y presenta tantos
obstáculos —además del hecho que, por definición, es improbable— que realmente no se
sostiene por sí misma.
INFORME OFICIAL SOBRE LESIONES Y MUTILACIONES DE
CADÁVERES BOVINOS
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) difundió hoy el informe
encomendado a la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), de Tandil, donde se concluye
que los estudios efectuados sobre animales muertos y mutilados determinan que los decesos
se produjeron por causas naturales y las lesiones fueron provocadas por animales predadores,
entre los que se destaca un ratón del género Oxymycterus, conocido como “hocicudo rojizo”,
cuya población ha crecido recientemente y ha cambiado sus hábitos alimentarios.
El informe destaca que la muerte de los 20 animales estudiados, procedentes de 15
establecimientos agropecuarios de los partidos bonaerenses de Olavarría, Tandil, Tres Arroyos,
Coronel Pringles, Coronel Dorrego y Balcarce responde a “causas naturales y se debió a
enfermedades metabólicas o infecciosas de altísima incidencia para la época”, según afirmó el
rector de la UNICEN, Dr. Néstor Auza.
Auza participó de una conferencia de prensa en la sede del SENASA encabezada por su
presidente, Bernardo Cané, junto a: Alejandro Soraci, decano de la Facultad de Ciencias
Veterinarias de la UNICEN; Ofelia Tapia, técnica toxicóloga de la Facultad de Ciencias
Veterinarias de la UNICEN, y Ernesto Odriozola, técnico del Departamento de Producción
Animal del INTA-Balcarce.
Las conclusiones de los estudios descartan el registro de radioactividad en los lugares donde
aparecieron los animales estudiados, y la acción de narcóticos sobre los mismos, de acuerdo a
informes técnicos de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Farmacia y
Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que también participaron de los análisis.
El informe señala que “por observación directa y bajo lupa estereoscópica se pudo constatar
que las lesiones producidas en la piel y órganos de los animales estudiados fueron ocasionadas
por depredadores” como roedores y zorros.
Además se demostró mediante estudios histológicos la ausencia de participación en los cortes
de elementos especiales (calor-cauterización).
Observaciones en campo demostraron “la presencia de roedores alrededor de los cadáveres,
dentro de los mismos y en el momento de ingerir tejido de los animales”. Se atraparon
algunos de esos roedores los cuales sometidos a pruebas de laboratorio, demostraron “una
especial voracidad por los órganos suministrados” para la experiencia.
Las características de los roedores responden a una especie tradicionalmente poco
desarrollada en nuestro ámbito, del género Oxymycterus, pero que ha proliferado
significativamente en los últimos tiempos, al igual que los zorros, según datos registrados en
anteriores estudios por el grupo de fauna y biología de la UNICEN.
El informe concluye que “es indudable que han existido una serie de factores ambientales, de
manejo y producción, que impactan de diferentes maneras en el eco-sistema, con
desequilibrios evidentes entre especies, así como en los hábitos de las mismas”.
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Las observaciones realizadas por los técnicos permitieron constatar que los animales
estudiados presentaban, en términos generales, lesiones con un mismo patrón; una fuerte
asociación de las lesiones con aberturas naturales, como boca, orejas, glándulas mamarias,
recto, vulva, y, en casos muy excepcionales y generalmente con más tiempo de muertos, en
abdomen.
A los efectos de obtener información adicional se colocaron animales recientemente muertos,
sin lesiones, en lugares elegidos para observarse la acción de predadores, constatándose que
las lesiones producidas fueron exactas a las del resto de los animales estudiados y que habían
sido encontrados muertos.
Cané señaló que “en el inicio de los estudios no descartamos la acción humana pero se ha
probado que no la hubo porque no hay presencia de elementos narcotizantes; quedó
demostrado, en animales muertos recientemente, que los cortes no son tan precisos sino
aserrados y los estudios nos indican que los animales murieron por causas naturales y no en
forma provocada” al tiempo que aseguró “todos los organismos públicos concluyen en esta
afirmación”.
El funcionario agregó que “se analizaron los casos de animales muertos y mutilados más
recientes posibles, con la mayor rigurosidad. Esta es una prueba concreta. Esto es lo que se
probó”.
Por su parte, la Dra. Tapia señaló que “la dieta de los ratones normalmente es de lombrices e
insectos, pero evidentemente ha ocurrido un cambio en este hábito ante la falta de insectos y
lombrices. Nosotros estamos pensando que hay una modificación en las poblaciones normales
de la fauna del hocicudo rojizo, pero la explicación de por qué estos roedores pueden haber
cambiado el habito alimenticio es parte de otro estudio más amplio”.
Los estudios y análisis que contribuyeron a la confección del informe final estuvieron a cargo
de un equipo interdisciplinario del que participaron investigadores de entidades científicas y
técnicas públicas del ámbito nacional y contaron con la colaboración de profesionales del
ámbito privado.
Intervinieron en los estudios las facultades de Veterinaria y de Ciencias Exactas de la UNICEN;
el INTA-Balcarce, las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Farmacia y Bioquímica de
la Universidad de Buenos Aires. Además se realizó intercambio de información con las
facultades de Ciencias Veterinarias de las Universidades de Río Cuarto, Córdoba, y General
Pico, La Pampa.
Buenos Aires, 1º de julio de 2002
El informe, si uno lo lee de corrido y atento de paso a las noticias que pasan por la
televisión, parece prolijo y creíble. ¿Por qué ha sido tan resistido entonces?. Veamos.
Comencemos por recordar que independientemente de los profesionales que integran el
SENASA, un número no menos importante, cuantitativa y cualitativamente, de especialistas
expresaron claramente su asombro ante las mutilaciones. Pecaríamos por ingenuos al
suponer que el organismo estatal nuclea a la “élite” de la intelectualidad agropecuaria y
veterinaria, máxime cuando a la par de las calificaciones curriculares influyen las afiliaciones
o amistades políticas. Por ello, para no perder la visión de contexto, recordemos nombres y
apellidos de todos los profesionales que no estuvieron de acuerdo con el ente estatal, o bien
admitieron que no había forma simplista de explicar este fenómeno:
Veterinario y Director del Senasa local Daniel Velot - Salliqueló
Ingeniero agrónomo Zecchin
Veterinarios Alberto Pariani, secretario académico y profesor de la Facultad de Veterinaria de
la Universidad Nacional de La Pampa, con sede en General Pico
Veterinario Jorge Dubani
Veterinario Abel Herrera - General Pico
Veterinario Diego Prates - Río Colorado
Veterinario y bromatólogo José Cacciavillani
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Veterinario Marcelo Erro - Coronel Pringles
Veterinario Horacio Hecker - Santa Rosa - perito de la Policía
Veterinario Jorge Robles - Santa Rosa
Veterinario Jorge Dubarri, coordinador del Laboratorio Regional de Senasa - General Pico
Veterinarios Juan Manuel Ostertag y Raúl Noceda - General Acha
Veterinario Carlos Montobbio - Choele Choel
Veterinario Darío Rueda - Darregueira
Veterinario Gustavo Santiago - Coronel Pringles
Veterinario José Torres - Catriel
Veterinario Julio Kloverdans, responsable local del Senasa - Pigüé
Veterinario Gastón Persichini- Pigüé
Veterinario Carlos Montobbio, vicepresidente de la Sociedad Rural de Choele Choel, fue jefe de
trabajos prácticos de la cátedra de Anatomía de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de
La Plata
Veterinario Eduardo Sensi - Coronel Pringles
Veterinario Gustavo Arrillaga - Benito Juárez
Veterinario Carlos Alberto De Marco - Roque Pérez
Doctor Ernesto Odriozola, responsable del Servicio de Diagnóstico del INTA Balcarce
Oscar Luján, docente en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto
Veterinario Eduardo Betbeder- Santiago del Estero
Veterinario Carlos Bener, del Senasa - Santiago del Estero
Médico Juan Manuel Erasun - Vela
Veterinario Alberto Sensi - Coronel Pringles
Veterinario Ricardo Galocha - SENASA Bolívar
Veterinario Juan Mudrovcic - Coronel Pringles
Veterinario Ariel Guarco - presidente del Círculo de Veterinarios - Coronel Pringles
Hipólito Tapié, director de Sanidad Animal del Ministerio de Ganadería de la República del
Uruguay
Veterinario Mario Ichazo - Felipe Solá
Rodolfo Farina - perito de la Policía pampeana
Veterinario Pablo Seeling - Brigada de Abigeato de la Policía de Entre Ríos
Carlos Iriarte, director provincial de Ganadería de Mendoza
Veterinario Nicolás Visciarelli - San Cayetano - Buenos Aires
Veterinario Mauricio Antista - General San Martín
Médico Silvio Canavesi - Coronel Dorrego
Veterinario Gustavo Santiago - Bahía Blanca
Jefe de Producción y Bromatología de Carlos Casares, Dr. Germán Llana Rivera
Veterinario Mauricio Antista, de General San Martín
Jaime Polop, especialista de la Universidad Nacional de Río Cuarto en Ecología de las
poblaciones de roedores
Veterinario Adrián Saleme - La Rioja
Veterinario Carlos Raúl Alaniz - Villa Mercedes - San Luis
Veterinario Horacio Blanchard - La Rioja
Ministro de la Producción de La Pampa, Néstor Alcala
Gustavo Siegenthaler, director del Museo de Historia Natural de La Pampa
Veterinario Carlos Raúl Alaniz - San Luis
Cuéntenlos. Son cincuenta.
LA OLEADA OVNI: LO QUE NO QUIEREN QUE VEAMOS
En estos espacios y en otros, he insistido —creo que hasta el cansancio— en lo que a mi
juicio es una verdadera “oleada” de apariciones OVNI simultáneamente a las mutilaciones.
O, deberíamos ser más precisos, a un tiempo de comenzar las mutilaciones. Creo que es
evidente el enmascaramiento que significa unir ambas noticias, dejando los espacios
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preeminentes —encabezamientos del artículo y titulares— para la “mutilación” de modo que
la casuística OVNI quede relegada al final de una nota que —esto es estadístico— mucha
gente no termina de leer. No porque el periodista escribiente sea particularmente soporífero
o el tema en cuestión aburrido, pasa con toda nota en todo periódico: cerca del 50 % de los
lectores no llega al punto final.
Así que hagamos un experimento. Repasemos exclusivamente las apariciones OVNI,
descontextualizándolas de las mutilaciones. Sacaremos conclusiones que nos asombrarán.
1) Lunes 3 de junio de 2002, 22:30. Quehué, La Pampa. Cerca mutilación de ganado. Un
vecino de Quehué afirmó que a las 22:30 de la noche anterior al martes, jornada en que se
habría producido el hecho, observó varias e intensas luces en proximidades a “La Gilardina”.
2) Sábado 8 de junio. Cuchillo Co, La Pampa. En las horas previas al hallazgo de
mutilaciones, fueron vistas luces extrañas en los alrededores.
3) Miércoles 12 de junio. Toay, La Pampa. Campo de la familia Stock Capella, Km 124 ruta
14. Mutilaciones. Vecinos y demás testigos del caso aseguraron han observado “luces de lo
más extrañas en el cielo, que parecen ovnis y yuyos quemados alrededor del novillo”.
4) Alrededor del 20 de junio. Felipe Solá. “Yo ví tres luces blancas sobre el cielo la noche
antes que apareciera el animal mutilado. Vivo en el campo y nunca había visto algo así. Se
movían muy velozmente y de repente se paraban en seco. No hacían ningún ruido. Al
principio eran blancas muy brillantes y después se fueron poniendo azules, como metálicas.
A veces el azul era más bien celeste. Estaban para el sur de la casa, medio para el sudoeste
y las vimos con mi marido y mi hija. De repente desaparecieron de una manera increíble, no
sé cómo, pero no estaban más. Mi hija, que estaba de visita, ahora tiene miedo de venir al
campo, y si viene lo hace solamente de día”.
La vecina no contó mucho más, sólo dijo que no creía en naves extraterrestres, pero que
está segura que las luces no eran un fenómeno meteorológico, ni tampoco aviones o
helicópteros y no encuentra ningún tipo de explicación lógica para el fenómeno que le tocó
presenciar. Señaló que desde esa noche cierra la casa bien temprano y trata de no salir al
exterior, aunque reconoce que no tiene ningún motivo real para tener temor. Pero lo siente,
y se le nota sobremanera, sobre todo por su insistencia para conservar su nombre en el
anonimato.
5) Lunes 17 de junio. Goyena, provincia de Buenos Aires. “Hay gente que vio cosas raras —
resaltó el testigo—. “El lunes, en la zona de la Himalaya, en dirección a Azopardo, un vecino
(Ricardo Rodríguez) divisó, a las siete y media de la tarde, un plato volador, con una luz
blanca muy fuerte sobre un monte, y veía las plantas color rojo”, relató. “Algo parecido
pudo apreciar un hermano suyo, en otro campo, y también el martes por la noche. Estaba
arando y vio un plato volador en distinta ubicación, pero en la misma zona”, comentó.
6) Junio 21 (NA, agencia Noticias Argentinas). Santa Rosa, La Pampa. Un grupo de policías
aseguró haber visto un Objeto Volador No Identificado (OVNI) en la localidad pampeana de
25 de Mayo e investigan si el episodio tiene relación con la aparición de decenas de
animales mutilados en las provincias de La Pampa, Río Negro y Buenos Aires, según
trascendió hoy.
El episodio se suma a otro suceso similar ocurrido el miércoles pasado en el complejo
turístico de Las Leñas, en la provincia de Mendoza, donde decenas de personas vieron un
OVNI sobrevolar un cementerio de criaturas marinas extintas.
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7) Miércoles 19 de junio. Catriel. Un objeto volador no identificado fue avistado el miércoles
por la noche en las cercanías del Puente Dique sobre el río Colorado, en Catriel, a unos 25
kilómetros del límite con la provincia del Neuquén. El supuesto ovni fue visto por
camioneros y personas que trabajan en los controles provinciales de ruta de La Pampa y Río
Negro.
La mayoría de los testigos coincidió en que el objeto volador fue visto alrededor de las 21 y
estaba sobre la zona de Peñas Blancas y despedía una fuerte luz roja que aumentaba y
disminuía su intensidad.
Jorge Hernández un operario que trabaja en el Puente Dique declaró que “la luz estuvo
detenida más o menos unos 20 minutos y después lo perdimos hacia el lado de la barda. La
luz se ponía muy fuerte y por momentos parecía que se apagaba. El objeto se movía de a
ratos y luego se mantenía inmóvil”.
“Para mí estaba alrededor de unos 4 kilómetros, yo lo enfoqué con una mira telescópica y
se veía una luz redonda más blanca y toda la parte de abajo de un rojo fuerte. No podía ser
un avión o un helicóptero por la forma en que se quedaba quieto, esto no lo vi yo
solamente, sino mucha gente que andaba por acá, algunos dicen que estas luces tienen
relación con los animales muertos”, concluyó Hernández.
Casos similares se registraron en el sur bonaerense y de La Pampa.
8) Jueves 20 de junio. Las Leñas, Mendoza. Un Objeto Volador No Identificado (OVNI) fue
avistado en el complejo turístico de Las Leñas por decenas de visitantes, empleados y
operarios del centro de esquí mendocino, a corta distancia y con gran coincidencia entre los
múltiples relatos de los testigos.
El contacto visual con el extraño objeto se concretó en dos oportunidades alrededor de las
8:00 y de las 20:30 de ayer sobre el cerro Los Fósiles, un cementerio natural de extintas
criaturas marinas, que integra el exclusivo complejo de esquí de Las Leñas.
“Son varios los que dicen haber visto un efecto lumínico raro. Es el comentario generalizado
acá en Las Leñas”, explicó a la agencia Noticias Argentinas uno de los empleados del sector
Servicio de Pistas, que pidió reserva sobre su identidad.
El fenómeno se registró cerca de la zona del cerro conocida por los lugareños como “La
Antena”, porque allí se encuentra el transmisor de la radio interna del complejo turístico.
“Es un fenómeno de luz, no es un objeto. Es una luz que se corre hacia los costados”,
expresó uno de los empleados del complejo mendocino.
Uno de los testigos privilegiados del curioso episodio fue un maquinista que, en las primeras
horas de la noche de la víspera, trabajaba al mando de una de las pisadoras de nieve con
las que se preparan las pistas para los esquiadores.
Este hombre se encontraba realizando sus tareas cerca de la base de la aerosilla de la pista
de esquí “Vulcano” cuando observó asombrado que a unos 600 metros se desplazaba “una
luz intensa de muchos colores”, que provocó desperfectos mecánicos en el “pisanieve”.
Entre asustado y sorprendido, el maquinista descendió de su vehículo y corrió hasta la base
del complejo Las Leñas, donde les comunicó a sus superiores el fenómeno, que no dudó en
calificar como el avistaje de un Objeto Volador No Identificado.
Incluso, con el correr de las horas, las autoridades del centro de esquí fueron recibiendo
testimonios similares de varios de los automovilistas que, a la hora del avistaje, no se
encontraban en la base del complejo turístico, sino en las rutas aledañas.
9) Jueves 20 de junio. Jacinto Aráuz, Buenos Aires. El día de Irma Rick, una productora de
Jacinto Aráuz, había sido como cualquier otro. Sin embargo, la noche se transformó casi en
una pesadilla.
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Eran aproximadamente las 04:30 de la madrugada cuando, sin poder conciliar el sueño por
un fuerte dolor en un dedo que se había lastimado, decidió levantarse. “Andaba dando
vueltas por la casa cuando empezó a entrar una luz muy fuerte, que me hizo pensar que era
un auto. Era azulada e ingresaba por las rendijas de los postigos. Los abrí y vi un aparato
que se mantenía en el aire, encima del silo”, contó.
“Era redondo, según la luz que vi, que era muy fuerte; se veía todo clarito. Además, me
hacía mal a la vista. Estaba como medio pava en ese momento”, relató.
“De repente, empezó a bajar un bicharraco. Era medio alargado hacia abajo, blanco y
trasparente. Parecía afinado y en la parte de arriba tenía como una especie de cabeza. No le
vi manos ni pies ni ojos. Se mantenía y no se movía para ningún lado”, añadió.
Rick manifestó que estuvo concentrada mirando el extraño ser por unos cinco minutos,
hasta que se le cayó la linterna que tenía en la mano. “Me agaché sin dejarlo de mirar,
levanté la linterna, que estaba apagada, y lo observé unos segundos o un minuto más. De
pronto, se metió entre la luz y fue hacia adentro. Ahí se apagó la luz y no sé para dónde
salió”, comentó.
“Cerré la ventana y fui afuera, porque pensaba que tenía que ver algo. Miré hacia arriba
para intentar apreciar una lucecita, pero no vi más nada”, amplió.
La productora, de 36 años, señaló que fue la única persona en la casa que estaba levantada
durante la aparición del fenómeno y aseveró que recién a los 20 minutos reaccionó y se dio
cuenta de que sus hijos estaban durmiendo allí, y fue a despertarlos.
“Después no pude dormir más. Es algo que te paraliza, porque no se me dio por llamar a los
chicos y no me acordé de nada”, afirmó. “Al otro día, el único rastro que encontró la Policía,
que subió al silo, fue que estaba quemada la bosta de las palomas. Ahora, las palomas no
paran más ahí, como lo hacían antes”, dijo.
Por último, y luego de asegurar que no sintió miedo, describió lo que sucedió con una cerda
colorada que tiene a unos 50 metros de la casa.
“Al día siguiente no estaba en su lugar habitual. Fuimos caminando con el nene para atrás y
no la encontramos. Empezamos a buscarla y estaba echada en un rincón. Se levantó y no
vino a comer enseguida, como siempre. Algo extraño había”, culminó.
10) En General San Martín, La Pampa, y la zona de influencia, varios vecinos comentaron la
aparición de extrañas luces en los últimos días.
El subcomisario Gustavo Martínez, a cargo de la comisaría de Bernasconi, relató que el
martes 18, alrededor de las 20, alertado por los vecinos, comprobó la existencia de una luz
extraña en el cielo.
Según su relato, se trataba de un objeto luminoso que cambiaba continuamente de color
(“por momentos era rojizo y luego azul”) y de tamaño. “Era, llamativamente, más grande
que una estrella, como una pelota de tenis. Se vio durante unos 10 minutos. Atravesó San
Martín, Bernasconi, Perú, Unanue y, a la altura de General Acha, giró sobre sí mismo y
desapareció”, comentó.
Martínez señaló, además, que a medida que avanzaba le iban avisando al resto de los
destacamentos de la zona y confirmó que pudo filmar la escena con su cámara personal.
Otro relato similar fue el de Silvina Holtz, una vecina de General San Martín que se
desplazaba, por la ruta 35, desde Jacinto Aráuz hacia su localidad de origen.
Holtz manifestó que repentinamente apareció un objeto volador muy iluminado sobre su
vehículo, que por momentos perdía esa luminosidad y en otros la recuperaba. Los
movimientos que efectuaba —dijo— eran verticales y se desplazaba hacia Bernasconi.
El episodio duró unos 10 minutos, hasta el acceso a San Martín, cuando ingresó a la
localidad y el extraño aparato continuó en la dirección que traía.
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Al momento del avistamiento se encontraba acompañada por uno de sus hijos y una amiga,
quien relató el mismo hecho.
11) Miércoles 19 de junio. General Campos, Guatraché, La Pampa. Néstor Pelayo, un
periodista que reside en la zona rural de la localidad de General Campos, contó que el
miércoles por la noche, mientras permanecía en el patio de su vivienda, divisó un OVNI
(objeto volador no identificado) que logró filmar durante aproximadamente quince minutos.
Comentó como dato curioso a diversos medios provinciales y nacionales, que mientras el
objeto luminoso surcó los cielos de General Campos, yendo de derecha a izquierda y de
arriba a abajo, “las vacas no pararon de mugir” y agregó que los animales se tranquilizaron
sólo cuando el OVNI desapareció, con rumbo norte.
“El objeto apareció unos minutos antes de las 9 de la noche del miércoles. Emitía una luz
brillante, de color rojizo, amarillo y verde y pude filmarla durante unos quince minutos”,
relató.
Pelayo señaló que “primero apareció hacia el lado de Alpachiri (al noroeste de Campos),
sobre las luces del tambo de Martocci y luego evolucionó en forma horizontal y vertical, por
eso supe que no se trataba de un avión”.
Finalmente, agregó que “luego de evolucionar hacia diversos puntos, el objeto descendió
hacia el noroeste y después se alejó hacia el norte, desapareciendo de mi vista”.
12) 11 de junio y días siguientes. Santiago del Estero. La noticia difundida por el periódico
EL LIBERAL relacionada con la aparición de un objeto volador no identificado en esta ciudad
del 11 al 14 de junio en diferentes horarios nocturnos, cobró ayer nueva fuerza ante una
nueva aparición producida el jueves pasado alrededor de las 21.
Numerosos vecinos de los barrios Norte, 12 de Octubre, Juan Domingo Perón, Camping,
Roca y 102 viviendas, entre otros de la “Capital del Agro”, aseguran haber visto el objeto
luminoso.
En esa oportunidad Marcelo Coronel, de profesión mecánico con domicilio en calle Balcarce
sin número del barrio Norte, observó en la claridad de la noche y el brillo de la luna y las
estrellas, junto a otros vecinos, algo parecido a “un reflector rodeado de una aureola roja
que aumentaba y mermaba de tono y se desplazaba en el espacio, de sur a norte, sin emitir
ningún tipo de sonido.”
Coronel relata que, como tenía que ir hasta el club Sportivo, lo siguió en su coche “por la
ruta 34 vieja”. Ya en el estadio desde la cancha de bochas junto a la familia Gallardo lo
continuaron viendo “por más de 20 minutos, hasta que se perdió detrás de una cortina de
árboles”.
Reveló además que el hecho ocurrió pasada las nueve de la noche del jueves. “Ese día —
sostuvo— comenzó a correr viento norte, por eso sé que el objeto no era un globo, se
desplazaba en dirección contraria a la del viento. Muy despacioso, redondo del tamaño de
una rueda de automóvil, se podía distinguir bien su colorido: blanco intenso en el centro
(como un reflector) con una aureola roja a su alrededor, de rojo cambiante”.
En Fernández son numerosas las personas que dicen haber observado el fenómeno, y una
gran cantidad de rumores vinculan el hecho a la inexplicable muerte de animales vacunos y
al vaciamiento de numerosos tanques australianos en varios puntos del país. “Es llamativo
que estas luces se desplacen sobre zonas en las que están ubicados los pozos y tanques de
la nueva red de agua potable”, dijo Coronel.
Los vecinos coinciden en señalar que cuando se los ve, se suspende por pocos segundos la
señal de la televisión o se apagan los televisores, sin que se haya cortado la energía
eléctrica, o se cambian de canales sin que se hayan tocado los controles remotos, mientras
los perros se desesperan ladrando, sin motivo aparente.
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13) 19, 20 y 21 de junio. Santiago del Estero. Pobladores de esta villa aseguran haber visto
ovnis entre las 20 y las 21 del miércoles y jueves pasado hacia el oeste de la ciudad.
Personal de la radio FM local, ante los llamados telefónicos de la gente, comentó al aire en
varios de sus programas que se trató de un objeto muy brillante que a simple vista parecía
una estrella, pero de un tamaño mayor a las normales.
Provistos de unos prismáticos y un telescopio pequeño pudieron determinar que la luz tenía
movimientos ascendentes, descendentes y laterales muy leves. Y que emitía haces de luz
azules, rojos, naranjas, amarillos y blancos.
Sin embargo, quienes dicen haber visto este fenómeno no quieren hacer público el hecho
con nombre y apellido ya que —aclaran— “la incredulidad de quienes no fueron
protagonistas directos de los hechos dieron lugar a burlas y bromas de mal gusto entre los
mismos vecinos”.
14) Alrededor de la misma fecha. Carmen de Patagones. Raúl, trabajador rural de un
campo de Carmen de Patagones —propiedad de Miguel Ángel Córdoba, donde se hallaron
dos animales mutilados— dijo haber visto “una fuerte luz violácea”.
“Era de noche y estábamos con un leñador de la casa cuando apareció una fuerte luz
violácea y luego de algunos minutos desapareció”, le dijo a la Policía.
Claudia Scheffer, vecina del lugar, estaba dentro de su vivienda cuando observó que “una
luz fuerte alumbraba y al mismo tiempo la de mi casa bajaba de intensidad. Toreaban (por
ladrar) los perros y salí. Vi una luz en el cielo, al igual que mi familia y otros vecinos”,
sostuvo.
15) El veterinario Gustavo Ribera comentó que esa misma noche regresaba de un
establecimiento ubicado entre San Antonio Oeste y Viedma y, cuando bajó a cerrar una
tranquera, divisó una fuerte luz roja sobre el cielo.
“Después pasó a verde hasta llegar a un blanco muy intenso. Cuando llegué al vehículo le
comenté a mis compañeros de viaje y ellos coincidieron con lo que había visto”, explicó.
Relató que se quedaron unos minutos más observando el cielo y la luz volvió a aparecer,
permaneció unos diez minutos moviéndose en varios sentidos y luego se perdió en el
horizonte.
16) Dos días antes ocurrió un caso similar en Pueblo Santa María, cerca de Coronel Suárez.
Las vio mucha gente. Al menos 10 personas, en su mayoría vecinos del barrio 14 de
Octubre de Stroeder, avistaron un objeto lumínico que luego de varios minutos desapareció
en forma lenta.
El fenómeno, que se pudo percibir alrededor de las 20:30 del jueves y duró más de 15
minutos, dejó atónitos a los observadores, que coincidieron en señalar que no se trataría de
ningún aparato conocido, dado que la luz, que se dirigía de sudeste a noroeste, en
determinado momento se mantuvo suspendida en el aire y luego realizó movimientos
verticales oscilantes.
El objeto luminoso alternaba entre los colores verde, rojo y anaranjado, y se mantuvo
detenido unos minutos, para luego descender y ascender en dos oportunidades y
desaparecer por completo.
“Me llamó la atención esa luz, que era mayor a una estrella, pero como soy bastante
descreído de estas cuestiones, no le di mayor importancia. Estaba detenida cuando salí de
mi casa a una peluquería donde estaba mi hijo Jonathan”, contó Gregorio Pfoh.
“Cuando lo busqué le dije que había algo que quería mostrarle y, en el momento en que la
volvimos a ver, observamos que se movía rápidamente hacia el noroeste. Luego se detuvo
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en un punto, suspendido, subió y bajó en dos oportunidades, y desapareció”, comentó y
añadió que el avistamiento duró más de media hora.
En tanto, Liliana, mujer de Pfoh, relató que oyó que su marido la llamaba y tocaba la bocina
del auto con insistencia. “La luz era mayor que una estrella y nada parecida a lo que
comúnmente se puede ver. Estaba lejos, pero se podía apreciar el cambio de colores y, por
momentos, parecía que reflejaba haces de luz como si fueran rayo laser o luces
direccionadas”, comentó.
También fueron coincidentes las expresiones de María Rosa Rocca y Miguel Ángel Ponce
sobre el hecho que despertó la atención de los vecinos de este barrio de Stroeder.
“Había una luz alta, fija, pero más grande que una estrella y cambiaba de color, de rojo a
verde. Quedó suspendida y bajó hasta desaparecer”, comentó Rocca.
“Vi que una luz se detuvo y que luego desapareció, pero mi hermano Pablo, que venía por
un descampado, alcanzó a verla prácticamente desde un principio, cuando llegó a la
posición en que se detuvo, dejando un haz de luz a su paso. Luego se movía lentamente.
Por momentos era de color rojo y en otros verde”, dijo, por su parte, Ponce.
17) Durante la medianoche del viernes 21 de junio, el personal policial de la localidad de
Lonquimay alertó, a sus pares de Miguel Riglos, sobre el desplazamiento de una luz
surcando el espacio aéreo en dirección sur, con dirección a Macachín, Rolón y Alpachiri.
Las fuentes policiales, quienes requirieron reserva de identidad, indicaron que habrían visto
al menos dos objetos, sobre lo que coincidieron algunos lugareños. “Vimos una luz como si
fuera de un reflector, la que cruzó el cielo desde donde está Rolón hacia Alpachiri, donde se
perdió. La posición era a unos 20 grados y tardó solamente unos tres segundos en cubrir
ese tramo”, dijo uno de los testigos.
Lo curioso de este caso es el avistamiento que realizaron en varios puestos policiales, los
cuales comunicaron la novedad a través de una radio.
18) 22 de junio. Rancul, Parera, La Pampa. (Agencia) - Sin dudas en nuestra zona el
enigma de las vacas mutiladas ha puesto a los pobladores al borde de la histeria, donde los
lugareños no pueden salir del asombro mezclado con un montón de preguntas a las que
nadie —hasta el momento— les encuentra respuesta.
Pero la situación que les tocó vivir a dos jóvenes en un campo cercano a Parera ha superado
en asombro a otras experiencias, donde solamente han encontrado los animales mutilados.
El episodio ocurrió el sábado 22 en el establecimiento rural “Los Álamos”, que está ubicado
a unos 4 kilómetros al norte del pueblo. En este lugar trabajan desde hace
aproximadamente 45 días dos jóvenes oriundos de Bowen (Mendoza), Néstor Pinto y Daniel
Gatica de 17 y 19 años respectivamente, a quienes les tocó vivir una experiencia
escalofriante. Periodistas del diario LA REFORMA se llegaron hasta el establecimiento rural,
y allí pudo dialogar con uno de ellos, Daniel Gatica, quien nos contó lo siguiente: “Bueno,
esto nos ocurrió el sábado pasado, eran aproximadamente las 20:20 horas, estábamos los
dos en la bebida, poniéndole un tapón porque estaba rota, los dos estábamos agachados,
mi compañero Daniel se levantó, miró para el corral, me tocó en el hombro y vimos ese
bulto, suponemos que es un enanito de un metro de alto aproximadamente, tenía unas
orejas grandes y puntiagudas, las manitos le llegaban más o menos a la cintura, entonces
yo pego media vuelta y salgo corriendo para la casa. Daniel tenía un palo en la mano y se lo
revoleó, cuando quiso salir corriendo resbaló en el barro y me agarró a mí del hombro,
rompiéndome todo el pulóver, en la carrera nos llevamos de todo por delante, hasta una
puertita que le torcimos el hierro que tiene, entramos dentro de la casa desesperados,
volteamos sillas, todo lo que había en el camino y nos escondimos en el baño más o menos
unos 45 minutos”.
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Pudimos observar en los jóvenes que están todos magullados y raspados por lo que fueron
llevando por delante en la desenfrenada carrera.
También Daniel Gatica cuenta que: “Tuvimos que hacer coraje y salir afuera para agarrar un
caballo e irnos al pueblo, donde en principio el animal no quería caminar, estaba muy
nervioso, hasta que logramos hacerlo galopar y no paramos hasta Parera de una sola
carrera, fuimos a ver los patrones y a la Policía”. También cuentan que no saben si le
pegaron con el palo y que no existe ningún rastro.
Por otra parte Miguel Álvarez, uno de los hijos de los dueños del campo dijo que “Cuando
llegamos al campo dejó de andar todo el instrumental del automóvil, solamente las luces
altas y bajas, el resto nada, recién volvieron a funcionar cuando estuvimos de regreso en el
pueblo”. La policía realizó un amplio patrullaje por los campos, pero del enano orejudo, ni
rastros.
Antonio Salinas, de la Sociedad de Investigaciones Biofísicas señaló el parecido entre el “enano” del caso Parera y
la reconstrucción del archiconocido episodio de Kelly-Hopkinsville.
Luces extrañas fueron detectadas en Huinca Renancó (30 Km al N de Parera).Trascendió
que en la noche del viernes pasado numerosos vecinos de esta ciudad vieron luces extrañas
en la zona sur. El dato preciso que pudo obtener LA REFORMA de parte de unos de los
testigos es que en “dirección del campo del Jockey Club, como a las 22:30, había luces
sobre el suelo que se desplazaban y se asentaban. Cuando nos acercamos caminando al
lugar se alejaron haciendo movimientos raros para luego desaparecer”.
Además del entrevistado, otros vecinos dieron versiones similares habiéndolas observado
desde distintos lugares de la ciudad. La mayoría precisó que vieron solamente luces
intermitentes pero que no distinguieron los objetos de los cuales provenían como tampoco
se comprobaron anormalidades en el terreno el día posterior.
19) En un campo ubicado a 80 kilómetros al sudoeste de Chos Malal, en el lote 25 de la
Sección XXIII, fracción D, paraje conocido como Algarrobo del Águila, en cercanías de un
animal mutilado hallado el martes 25 de junio, el dueño del campo “observó en el cielo de
noche varias luces de color verde, amarillo y rojo y tras hallar el cadáver del animal lo
asoció con ese acontecimiento”.
20) El domingo 23 de junio se conoció el testimonio de Hugo De Luca, quien era el guía de
un grupo de pescadores porteños hacia la laguna Chasicó. En plena noche, mientras los
pasajeros dormían, De Luca se encontraba cebando mate al conductor del colectivo en que
viajaban, Alberto Montserrat, cuando de repente ambos se sorprendieron al observar a una
figura extraña que cruzaba la ruta a unos 20 metros de ellos.
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“Nos llamó la atención porque era muy parecido a un mono, pero lógicamente que sabíamos
que no podía haber un mono en esta zona», dijo un aún sorprendido De Luca.
Describió al ‘mono’ como “de la altura de un chico, de 1.20 ó 1.30 metros de altura, lleno de
pelos. Caminaba parado, en dos patas, como una persona, lo que nos llamó mucho la
atención”.
De Luca descartó que pudiese ser otro tipo de animal, ya que según confesó “no conozco
ningún animal que camine como un ser humano, es imposible que haya sido un animal de la
zona”. Confesó que jamás había oído hablar de las extrañas muertes de animales vacunos
en la zona ni siquiera de algo parecido en otra región del mundo, ignorando por completo la
leyenda del ‘chupacabras’.
Según aseguró, su compañero observó lo mismo y “nos quedamos helados, no lo podíamos
creer”.
21) 26 de junio. Ranchos, Buenos Aires. En diálogo con el titular de la Seccional Ranchos,
Comisario Bottoni, el funcionario policial corroboró al periódico El Cronista lo acontecido con
dos hombres de su personal, cuando se encontraban sobre la Ruta 29, patrullando la zona
camino a Brandsen.
Los cabos primero Bonafina y Bergión, se movilizaban en el patrullero en la noche de la
antevíspera, por la Ruta 29, a la altura del cruce con la Ruta 58, en el límite con Coronel
Brandsen, cuando —eran la una y media de la madrugada— avistaron aproximadamente a
unos mil quinientos metros, sobre un monte, una luz fija de gran magnitud y tono rojizo.
Pensaron en un primer momento que se trataba de un helicóptero, pero permanecieron en
el lugar y apreciaron que luego de un rato la luz bajó, como escondiéndose, para reaparecer
luego con la característica de ir cambiando de colores, deslizándose lentamente a baja
altura, hasta perderse de la vista de los policías. Coincidentemente, observaron que
animales con evidente grado de alteración ganaron la ruta, lo que los llevó a pedir apoyo a
la Comisaría de Ranchos para contenerlos. Lograron luego con el apoyo de más personal,
reingresar los animales vacunos al campo.
22) Alrededor del 25 de junio. Carhué, Buenos Aires. Varias personas de esta localidad
dicen haber visto “luces extrañas”, presumiblemente relacionadas con la presencia de ovnis.
Manuel Alesso y Raúl Blengio, dos productores rurales con campos en la zona de Paraje
Cilley, a unos 10 kilómetros de Carhué, percibieron esas luces de la misma forma que otras
personas de distintas zonas de la provincia de Buenos Aires.
“Entre las siete y media u ocho de la noche, andaba recorriendo los campos de Arroyo
Venado, cuando ví dos luces sobre el noroeste”, contó Alesso. Añadió que cuando vio la luz
paró la marcha de su camioneta y le hizo seña de luces.
“Entonces la luz comenzó a brillar más y parecía que bajaba, por lo que me fui hasta donde
estaba Raúl (Blengio) sembrando y le dije que mirara. Las luces eran blancas, redondas, y
por momentos despedían como una niebla”, indicó.
Dijo que detrás, muy cerca, se veía otra luz menos brillante. Raúl Blengio, por su parte,
manifestó que la luz se movía despacio.
“Estrellas no eran, sino que eran luces raras que se movían”, aseguró Alesso, al tiempo que
añadió que también las vio un tercer testigo que estaba con ellos. “Para mí, seguramente
tienen que ver con la mutilación de animales”, indicó.
Carolina Montenegro, una joven carhuense próxima a recibirse como licenciada en
Administración de Empresas, también contó una experiencia similar.
“El viernes a la noche, cerca de las nueve, estaba en el campo y, para mi sorpresa, vi una
luz chiquita, un poco más grande que una estrella, de color anaranjado, y a la altura de esa
luz no había ninguna estrella”, manifestó.
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“Mientras la observaba, la luz comenzó a cambiar de color. De anaranjado pasó a un rojo
fuerte, después a verde, y luego volvió a anaranjado, hasta que luego de unos cuatro o
cinco minutos se hizo cada vez más chiquita y desapareció”, señaló.
Indicó que se movía despacio y que por momentos se veía como si la taparan nubes,
aunque el cielo estaba totalmente despejado.
23) Jueves 27 de junio. Salto, Buenos Aires. Ricardo Vignoni, propietario de un campo en el
camino Gahan viejo, denunció que en su campo se encontró unos círculos bastante grandes,
quemados.
Don Ricardo nos cuenta que un vecino del campo le pregunto días pasados si había
cambiado la luz del campo ya que días pasados viendo el lugar se asombró de la
luminosidad que había allí.
Vignoni, le contestó que no había puesto ningún reflector, y el vecino le comentó que era
una luz muy fuerte y que después se alejó.
Vignoni tiene un perro guardián, que no ladró en absoluto. Tiene pollos, lechones, ovejas y
otros animales, pero no faltó ninguno.
24) 25 de junio. Santo Tomé, Corrientes. El comandante del Escuadrón, Guillermo Scharm
dijo que ayer a las 18:10 pasó un objeto de este a oeste que despedía una cola de humo y
se desintegró sobre la localidad, produciendo un fragmento de color violáceo. A los pocos
minutos se registró una fuerte explosión que produjo un temblor y fue sentido por los
pobladores.
El comandante del Escuadrón con asiento en la localidad correntina de Santo Tomé,
Guillermo Scharm, dijo que el martes al atardecer pasó un objeto que despedía una cola de
humo y se desintegró sobre la localidad. A los pocos minutos se registró una fuerte
explosión que produjo un temblor y fue sentido por los pobladores. El extraño objeto fue
también avistado en Encarnación (Paraguay) y Misiones. Hasta ayer no se pudo saber de
qué se trató y equipos de la Fuerza buscaban algún indicio del objeto que cayó del cielo.
Pobladores dijeron que podría tratarse de un avión supersónico por el sonido, pero el
misterio ya se instaló en la zona.
Más aún cuando la aparición de ganado muerto con extraños cortes y falta de órganos
aparecen a diario en diferentes zonas de Argentina. Santo Tomé es una zona productora de
ganado.
Scharm dijo que el objeto se vio pasar de este a oeste sobre Santo Tomé y despedía una
cola de humo y se desintegró sobre la localidad, produciendo un fragmento de color
violáceo.
Por su parte Sergio Toscano, director del Observatorio Astronómico de Villa Cabello
(Posadas), indicó que desde Encarnación (Paraguay) vieron “una bola de fuego” cruzar el río
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Paraná hacia Posadas y que también fue observado por pobladores de La Garita, a pocos
kilómetros de la capital provincial.
Toscano explicó que podría ser un meteorito que se quema al ingresar a la alta atmósfera.
Éste sería el segundo en caer en la provincia de Corrientes en 25 años.
27) 26 de junio. Smith, Buenos Aires. Fue el lunes a la noche en dos oportunidades. Una
familia de Smith, que pidió reserva de su identidad, avistó un OVNI en dos oportunidades
en el cielo smithense.
De acuerdo a lo que nos narrara la vecina de dicha comunidad, ella volvía a su casa de
hacer unos mandados, a eso de las 19:30 hs., cuando vio unas luces en el cielo, que se
dirigían de noroeste hacia el oeste, con brillantes destellos, que alumbraban hacia abajo.
Cuando llegó a su casa, lo llamó a su esposo que también observó el fenómeno, lo mismo
que su hijo Guillermo, que llegó en esos momentos.
Pero, y siguiendo con el relato de la vecina de Smith, esa no fue la única oportunidad que
avistaron este extraño fenómeno. A las 22:00, y con recorrido inverso, volvieron a ver estas
luces que mostraban las mismas características, con rayos de diferentes colores que
apuntaban hacia abajo.
Incluso, una versión que no hemos podido confirmar, el mismo fenómeno habría dio sido
avistado en Moctezuma y Bellocq.
28) 28 de junio. El sábado a la madrugada (00:40) en la localidad de Empedrado viniendo
hacia Corrientes, por la ruta unos automovilistas observaron un fogonazo y de repente el
campo se iluminó como si fuera de día, luego de eso una luz salió disparada hacia el este.
29) 4 de julio. La Rioja. Una vecina de Loma Blanca aseguró haber visto junto a su hija el
jueves último alrededor de las 22:30 un objeto luminoso en dirección al paraje Baldes de
Pacheco, al sur de esta localidad, que se elevaba y tras cambiar su color rojizo por uno más
amarillento, desapareció.
30) 5 de julio. Carmen de Patagones, Buenos Aires. Nuevamente apareció un objeto
desconocido y luminoso en la Comarca, pero esta vez el extraño objeto luminoso, que
cambiaba de color, fue avistado en la noche del día anterior por varios vecinos —alrededor
de 25 personas— de las 268 Viviendas de Carmen de Patagones.
Ante la presencia del objeto lumínico, los vecinos fueron alertándose unos a los otros y, de
a poco, fueron saliendo de sus casas y quedaron impactados por la claridad con la que se
veía el supuesto ovni.
La aparición del objeto luminoso se dio poco después de las 21:00 y se lo pudo observar
hasta las 21:30, momento en que empezó a alejarse de la vista de los vecinos hasta
perderse en el horizonte. A decir de los varios vecinos que lo vieron, el objeto se acercaba y
alejaba “como una suerte de zoom”, y cada tanto cambiaba de colores.
Algunos de los vecinos siguieron al objeto luminoso con sus propios ojos, en tanto que otros
se ayudaron con unos prismáticos, incluso una vecina le avisó a un familiar de Viedma,
quien también pudo constatar que el objeto era avistado desde la vecina ciudad.
Según los datos que dieron varios de los vecinos el objeto era de gran luminosidad,
cambiaba de colores y se desplazaba en zig zag, aunque por momentos se detenía para
luego moverse en forma de vaivén. El objeto lumínico incluso habría sido filmado por la hija
de un comerciante de la zona, quien lo siguió hasta la rotonda, ubicada en el puente Basilio
Villarino.
En dirección a Guardia Mitre fue avistado por última vez, para luego perderse en el
horizonte.
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Uno de los vecinos que observaron el hecho fue Aníbal Benítez, propietario de un local
comercial ubicado en la calle México, quien al respecto del objeto lumínico avistado en la
noche de ayer manifestaba que “la luz era muy fuerte y cada tanto cambiaba de color, rojo,
azul y blanco muy fuerte”. Y agregaba: “Pudimos ver cómo un avión a lo lejos parecía pasar
por encima del objeto, que luego en forma de zig zag se fue perdiendo en el horizonte”.
El comerciante no lo dudó y a medida que se desplazaba el objeto luminoso lo fue
siguiendo. “Me subí a la camioneta junto con mi familia y lo seguimos hasta el camino que
va hacia Guardia Mitre, donde luego de permanecer unos minutos más se fue perdiendo en
el horizonte”.
En tanto que Isabel, otra vecina, relataba que “el objeto era de gran luminosidad y lo
pudimos ver por alrededor de 25 minutos, este objeto era como si se acercara y luego se
fuera alejando. En el barrio fuimos muchos los que lo vimos”, concluyó.
31) 13 de julio. Chascomús. Vecinos de la calle Sunchales, en el barrio Esteban Echeverría,
no dudaron en dar aviso al Subcomando de Patrullas, anoche, antes por dejar en claro que
no estaban ante “visiones” incomprobables que por temor. Quizá más por curiosidad e
incertidumbre que por quedarse para sí solos con la imagen que tenían ante sus ojos: luces
extrañas que tornaban su color y se posaban en inmediaciones del lugar, a orillas de la
laguna, motivaron ese llamado que, además, movió a la curiosidad de vecinos que primero
ahí, y luego viendo las luces desplazarse hacia el sudoeste, permanecieron en la ribera
durante unos cuarenta minutos. Otras luces parecían posarse sobre la zona del Monte
Brown y, también tornando en el color, en las inmediaciones de la Asociación Pesca y
Náutica, ámbito en el que la realización de una cena que congregaba a los simpatizantes de
Racing, hizo que fuera más nutrida la presencia de observadores.
32) 14 de julio. Comunicación personal del investigador pampeano “Quique” Mario: “Hoy en
las primeras horas de la tarde, vivimos una extraña experiencia sobre la ciudad de Santa
Rosa, La Pampa. Me llamó mucho la atención la cantidad de una extraña sustancia, similar a
telas de araña, que sobrevolaba la ciudad”. “En principio pensamos que se trataba de
objetos, pero advertimos que se movían en dirección del viento a alturas variables, pero lo
más llamativo era que lo hacían a muy gran altura también”.
“Observamos el fenómeno hasta cansarnos (casi dos horas) en que advertimos cómo un
objeto esférico, pasó a gran velocidad sobre la ciudad, prácticamente “mimetizado” entre
esas extrañas telas de araña”.
33) Julio 14. 25 DE MAYO (DIB).- Vecinos de la zona rural de 25 de Mayo, y personal
policial del Destacamento de Gobernador Ugarte, de dicho distrito, aseguran haber visto una
fuerte luz blanca que estuvo suspendida en el espacio por varios minutos y luego se
desplazó rápidamente hacia el oeste.
Tres pobladores de la zona rural y tres integrantes del Destacamento policial Gobernador
Ugarte, observaron algo extraño sobre una tapera, algo que irradiaba una luz blanca muy
fuerte desde su parte inferior impidiendo ver qué era lo que estaba encima de la luz.
34) 13 de julio. Crespo, Entre Ríos. En las últimas dos semanas, se vieron “luces extrañas”
en los cielos de varias localidades del centro entrerriano. Personas de Solá, Rosario del Tala
y Mansilla fueron testigos de la evolución de luces a baja altura, que no supieron reconocer
como producto de algún fenómeno conocido: aviones, hechos meteorológicos, animales, u
otros elementos. En la noche del sábado pasado, un paranaense filmó unas 15 luces que
giraban en círculos durante diez minutos. Su filmación casera fue vista por algunos medios
periodísticos como prueba del extraño fenómeno. (Importante: una investigación de este
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autor determinó a posteriori que, en el caso particular de este video, los “ovnis” resultaron
ser luces emitidas desde un local bailable en pleno centro de la ciudad de Paraná y
montadas sobre un sistema rotatorio, reflejadas a su vez en la baja capa de nubes).
Pero el caso más extraordinario se produjo con los policías de dos patrulleros en el puesto
caminero del cruce de las rutas 39 y 6. Los policías, según una descripción del Diario Uno de
Paraná, vieron cómo una luz potente estaba evolucionando en el cielo nocturno el lunes 1º
de julio pasado. Se acercaba a los patrulleros, y en un momento comenzó a producir
“chispas como la de un flash de fotógrafo”, espectáculo colorido y de destellos “admirables”.
En un momento dado, la luz empezó a retirarse y los vehículos dejaron de funcionar, los
motores no respondían, las luces estaban apagadas. Luego de media hora, cuando la
extraña luminosidad había desaparecido, la sirena se encendió “intempestivamente” y luego
los motores volvieron a responder a la llave de encendido. Los cinco ocupantes de ambos
automóviles Renault 19, uno de la localidad de Rosario del Tala y otro de la comisaría de
Gobernador Solá no hallaron explicaciones posibles a lo que vieron. En algún momento, la
luz se había acercado mucho a los vehículos y los uniformados atinaron a llevarse la mano a
las armas reglamentarias, pero parece que la luz extraña no se inmutó porque siguió
volando junto a los patrulleros que la seguían y se retiró cuando quiso, después de los
flashes fotográficos.
35) ¿1 de julio?. En la zona rural de la localidad de Santa Eleodora, a pocos kilómetros de
Rufino (provincia de Santa Fe), una familia asegura haber observado en dos oportunidades
extraños objetos luminosos que hasta el momento no se han podido identificar. Para la
familia De León, la situación por la que pasaron durante estos últimos días, no se constituyó
en una experiencia más, sino que quizás los marque para toda la vida.
Esta familia que vive en la zona rural, aproximadamente a tres kilómetros de la localidad
bonaerense de Santa Eleodora, vivió algunas experiencias extrañas cuando cumplían con su
actividad, la de ordeñar sus vacas.
Hace aproximadamente 20 días, Alejandra De León de 19 años, salió alrededor de las cinco
de la mañana a buscar a las vacas ubicadas en un sector del campo, para realizar el tambo,
cuando un círculo blanco comenzó a iluminarla a unos 150 metros de donde se encuentra su
vivienda. “Cuando llegó a la casa estaba muy asustada, pálida y no hablaba, hasta que
rompió en llanto y contó lo que le había ocurrido”, aseguró Amanda De León, madre de la
joven.
Ese círculo, que según la narración de la madre envolvía a la joven, la acompañó hasta que
llegó a las cercanías de la vivienda, donde había una excesiva claridad producto de la
iluminación artificial. “Cuando ella comenzó a correr, el círculo comenzó a seguirla hasta que
llegó a la claridad de la casa. Según lo que me contó, era una luz del cielo que la
alumbraba”, explicó la señora.
Lo extraño que se desprende del relato, es que además de este objeto, que hasta el
momento no pudo ser identificado, los animales que debían ser traídos para su ordeñe se
encontraron, posteriormente, en otro sector del campo que no era donde hasta el momento
habían permanecido. “Lo extraño es que las 80 vacas se cambiaron de lote sin romper
alambres ni nada”, aseguró Eddie De León, padre de la joven.
Posteriormente a este hecho, en la madrugada de un viernes, Eddie en compañía de su hija,
volvió a salir al campo para encerrar a los animales y otra luz se les cruzó en el camino. “Lo
que yo vi era otra cosa. Una cosa blanca, que iba caminando, alumbrada por una luz. Al
llegar a un alambre se fue achicando hasta que desapareció”, explicó Eddie.
En este caso, según el relato del hombre, este objeto simulaba estar alumbrado por algo:
“En primer lugar pensé que era una vaca, porque teníamos las luces del tambo atrás, pero
al irse achicando desapareció. Las vacas estaban todas echadas más adelante, como si nada
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hubiera pasado”, explicó. De León dijo que no sintió miedo y que incluso alumbró con su
linterna para saber de qué se trataba, pero no pudo ver nada. Con la llegada del día dice
haber vuelto al lugar para constatar si había huellas, sin encontrar rastro alguno.
La familia De León asegura que esta es la primera vez que ocurre algo similar en su campo
y que desde que ocurrió este hecho, las cosas ya no son como hasta ese momento. “Mi hija
ha quedado muy mal y tiene miedo de salir sola de noche”, manifiesta Amanda, quien
además cuenta, que en el pasado diciembre, varias personas de la localidad observaron
extrañas luces que hasta el momento no se han podido identificar.
36) 14 de julio. Otro informe de “Quique” Mario: “Hace pocas horas nos avisó Oscar, otro
integrante de CEUFO; que además es piloto de aviones que en la noche del domingo,
cuando regresaba a Santa Rosa desde un campo ubicado en Chapalcó, a 80 Km al SO de
esta ciudad, observaron una extraña luz que en principio pensaron que era una antena de
radio o repetidora de tv.”
“Para su sorpresa advirtieron que la antena cambió de posición y se colocó a la izquierda de
su vehículo y pudieron apreciar más detalles del objeto que estaba conformado por “tres
luces alineadas en forma vertical. Dos eran de color blanco azulado y la del medio roja.
Oscar apuró la marcha del vehículo para verla mejor, pero el objeto cambió de dirección
hacia el NE y lo vieron desaparecer a gran velocidad”.
“En esa zona es donde Víctor, otro integrante de CEUFO realizó la filmación que haremos
llegar en los próximos días y donde también hubo mutilación de animales. Esta noche
recorreremos la zona con dos vehículos para ver si podemos verificar algo nuevo”.
37) 14 de julio. Nuevo informe de “Quique” Mario: “Les comento que en la noche del
sábado y madrugada del domingo, vivimos una interesante experiencia en una zona rural
cercana a la ciudad de Santa Rosa. Éramos cinco integrantes de CEUFO apostados en la
zona (donde últimamente han aparecido OVNIs). Poco después de la medianoche,
observamos al fondo del camino, una extraña luz que en principio suponíamos era de un
vehículo. La luz cambió de posiciones varias veces, de color e intensidad y luego se convirtió
en dos masas de luz”.
“Aparentemente se mantenía a la misma distancia. Mientras tres de los miembros de CEUFO
se quedaron apostados, dos nos dirigimos hacia la luz en el auto. Se produjo un fenómeno
por demás extraño, cuando parecía que “la alcanzábamos, la luz se desplazaba a gran
velocidad y se nos alejaba, siempre sobre el camino. Luego de 10 Km de “persecución”
decidimos esperar y la luz “se apagó”.
“Nos quedamos en medio de la oscuridad y a lo lejos observamos que se acercaba un
vehículo. Esperamos que pasara y regresamos al puesto donde nos esperaba el resto. La
gente que nos esperaba, nos hacía señas de luces con un reflector, porque aseguran que
mientras la camioneta venía delante nuestro (ellos lo observaban a la distancia), detrás
nuestro volvió a aparecer ‘la luz’ que antes perseguimos. Nosotros en el auto no nos
percatamos de esa presencia. Cuando llegamos y nos contaron, observamos que la luz ya
no estaba detrás nuestro. Eso fue lo más saliente de la vigilia del sábado”.
38) 3 de julio. Informe de Francisco Domínguez (vice-director del C.O.R., Centro Ovnilógico
Riocuartense). Natalia Urista, Lucio Fernández y Mario Bracamonte (investigadores).
El domingo 14 de julio de 2002, la comisión Investigadora del C.O.R. de Río Cuarto viajó a
Adelia María distante 90 kilómetros de Río Cuarto hacia el sureste, con una población de
7.000 habitantes e inserta en una zona eminentemente agrícologanadera. En esta localidad,
cuyos habitantes se han dividido en creyentes y no creyentes en materia ovnilógica, ha
recrudecido la actividad fenoménica en un abanico que va desde la muerte y mutilación de
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ganado, avistamientos de objetos lumínicos de considerable tamaño y aparición de una
entidad voladora en una planta de cereales.
Sobre este hecho en particular, la Comisión del C.O.R. trabajó entrevistando al matrimonio
formado por Pedro Moine y Estela, quienes el miércoles 3 de julio en circunstancias en que
habiendo decidido ir hacia la zona céntrica de la población, al igual que todos los habitantes
del denominado Barrio Norte, cruzan por el antiguo cuadro ferroviario (área de maniobras),
por senderos peatonales que entrelazan ambos sectores de Adelia María. Se trata de
senderos sobre pastizales bajos y los rieles ferroviarios, que discurren entre silos (depósitos
metálicos de cereales), viejos galpones ferroviarios y trastos abandonados. El sector
antedicho está convenientemente iluminado tanto en lo privado cuanto en lo público. Eran
casi las 21:00 cuando el matrimonio avanzaba por el predio en dirección norte a sureste,
cuando de pronto percibieron como “una extraña e incomprensible conversación de muchas
voces”. Detuvieron su marcha extrañados por el hecho. Avanzaron algunos metros más y
volvieron a oír esas “voces” que ahora sonaban como un “raro cuchicheo”. Pedro miró hacia
las instalaciones de silos y pudo observar “algo” que él describió como “humanoide” pero
que carecía de extremidades superiores e inferiores. Al menos así lo afirmó durante la
entrevista. Pese a los ruegos de su esposa (Estela), Pedro corrió varios metros hacia una
calle interna de la planta de silos, pudiendo observar ahora a unos 45 metros hacia el oeste
y de perfil a la “entidad” que al verse sorprendida, evadió el encuentro y se deslizó
nuevamente hacia el norte pero lo curioso y que llenó de extrañeza a los ocasionales
testigos, es que lo hizo “como volando o flotando” sin rozar las instalaciones a su paso.
Pedro, lleno de excitación, junto a Estela, corrieron sobre sus pasos y fue así que el hombre
logró ver que “la entidad” aparecía como “escondida” detrás de la habitación de operaciones
de la báscula de camiones. Corrió hacia allí y nuevamente se vio sorprendido cuando la
aparición se elevó como un avión cuando decola y se perdió volando a unos 5 metros de
altura y por detrás de un gran galpón metálico. Presa de la sorpresa, ambos testigos dieron
voces pero nada pudieron volver a ver.
Decidieron retornar al hogar (distante unos 250 metros hacia el norte), para buscar sus
bicicletas y terminar el viaje interrumpido. Entre ir por los biciclos y regresar no se tardaron
más de 15 minutos. Volvieron al lugar de los hechos y no sin sorpresa ahora comprobaron
que la iluminación había retornado a pleno, mientras que durante los sucesos todo estaba a
oscuras, hecho que nuevamente instaló incertidumbre y se llenaron de preguntas sin
respuestas.
La aparición fue descripta por Pedro Moine como: una cosa con una forma humana (utilizó
el término “cristiano”, muy común en el vulgo para designar a algo con morfología
humanoide). Tenía una especie de luz, aunque no sabe describirla si propia o reflejada,
aunque se inclina por lo primero, ya que era como una especie de luz nebulosa de
coloración blancuzca, y de tal valor que no permitía observar sus formas en detalle, razón
por la cual, explicó, no apreció ni brazos ni piernas ni rostro. Toda la masa de la aparición
asemejaba a un cuerpo tapado de pies a cabeza con una especie de manto, que él describió
como si usara un sombrero pero tapado con una especie de impermeable largo hasta lo que
él supone serían los pies. Acotó que “los sonidos de conversaciones” se repitieron en tres
oportunidades a distinta intensidad. “Era como conversaciones raras en un idioma raro”,
describió.
Al día siguiente, Estela decidió llamar a la FM del Sol, pero esta emisora radial no dio
muestras de estar interesada en difundir el suceso, por lo que resolvió llamar por teléfono a
la FM Radio Adela María, cuyo director propietario tras escuchar un primer relato se
apersonó al hogar de los Moine y tomó una grabación que difundió posteriormente por sus
micrófonos.
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El matutino “Puntal” de Río Cuarto, levantó la noticia y la publicó. Posteriormente Canal 13
de Río Cuarto hizo lo propio y envió un equipo de camarógrafo y cronista quienes efectuaron
un informe audiovisual de lo sucedido a los Moine. Y hoy el equipo investigador del C.O.R.
efectuó un detenido relevamiento oral, fotográfico, en video y gráficos de los sectores,
tareas que se prolongaron hasta las últimas horas de este domingo.
Durante la jornada, la comisión se dividió en dos equipos, a efectos de poder relevar otros
sucesos en la población y aledaños. De ello informamos acotadamente que se detectaron:
un avistamiento de un inmenso objeto de color rojo en la periferia del pueblo, mutilación de
un vacuno, avistamiento por parte de unos cazadores de un fenómeno lumínico en plena
noche y se debe ratificar aún, un colateral del suceso del matrimonio Moine, cuando un
breve tiempo después de su incidente, un comisario de la Policía de la Provincia de Córdoba,
que acertó a pasar por el predio ferroviario en su automóvil, visualizó —quizá— la misma
aparición que vio el matrimonio unos minutos antes.
39) 15 de julio. Vecinos de la zona rural de 25 de Mayo, y personal policial del
destacamento de Gobernador Ugarte, de ese distrito, aseguran haber visto una fuerte luz
blanca que estuvo suspendida en el espacio por varios minutos y luego se desplazó
rápidamente hacia el Oeste.
Tres pobladores y tres integrantes del destacamento policial de Gobernador Ugarte,
observaron algo extraño sobre una tapera, algo que irradiaba una luz blanca muy fuerte
desde su parte inferior impidiendo mirar qué es lo que estaba encima de la luz.
Este hecho está en conocimiento de las autoridades de la Jefatura Departamental Mercedes
quienes por el momento no definieron la carátula de la causa, aunque se cuenta con el
testimonio de vecinos para corroborar lo manifestado: la observación de una potente luz
que se hallaba suspendida sobre una casa abandonada.
Esta “extraña” luz fue observada por José Benavides, su esposa Rosa Gutiérrez y también
por Manuel González, quienes decidieron informar sobre el hecho al destacamento policial.
Así fue como minutos más tarde el móvil de la dependencia, a cargo del oficial principal
Rafael Aragonés secundado por dos efectivos, quienes fueron al campo y constataron la
veracidad del llamado ya que efectivamente allí estaba la extraña luz.
40) 16 de julio. Santa Rosa, La Pampa. Una joven mujer sufrió un desmayo y un shock
nervioso luego de tener un presunto encuentro con “una especie de enano verde” que se le
apareció sobre las 23:30 de la antevíspera, cuando caminaba —envuelta en la oscuridad—
por la calle Misioneros Salesianos, a metros de Raúl B. Díaz, en el barrio de Villa Elisa.
Esta información fue reportada a El Diario por una fuente policial de la Seccional Segunda,
que en relación al incidente apuntó que “la identidad de la protagonista y de las otras tres
mujeres que la asistieron hasta que llegó la ambulancia por ahora no la tenemos; sí
sabemos que a las once y media de la noche se recibió un pedido de auxilio de Raúl B. Díaz
y Salesianos y se destacó un móvil al lugar”.
De acuerdo al informante se supo que “cuando el personal llegó las mujeres no estaban ahí.
De todos modos el oficial de servicio estableció que una de estas personas vio una especie
de enano verde que la miraba fijamente y se desmayó”.
Posteriormente un cronista de este diario pudo saber, de fuentes sanitarias, que la mujer
fue asistida por el personal de una ambulancia del SEM, que se encontraba a cargo de la
doctora Brum, que “reanimó a la protagonista y la asistió del shock nervioso que padecía;
después la envió a la casa y la ambulancia volvió a la Asistencia donde la médica y los
enfermeros estaban de guardia”.
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41) Jueves 18 de julio. 25 de Mayo, Buenos Aires. Después que tres pobladores y tres
policías observaron una luz fuerte en el espacio sobre una casa abandonada días atrás en la
localidad de Gobernador Ugarte, partido de 25 de Mayo, en un campo de esa misma
localidad un productor agropecuario filmó un ovni durante 15 minutos.
El avistamiento fue alrededor de las 19:30 del miércoles y esta vez el productor Ricardo
Lavaronnie filmó un objeto extraño de fuerte luz blanca, que se mueve a gran velocidad y a
baja altura sobre un fondo estrellado.
42) Jueves 18 de julio. Al igual que en 25 de Mayo, en la zona de la estación del ferrocarril,
vecinos y policías de Gobernador Ugarte aseguraron haber visto anoche nuevamente un
objeto volador no identificado (ovni) en un campo de la zona. Los mismos habitantes habían
visto “una luz potente sobre una casa abandonada” el último lunes. Tres pobladores e igual
cantidad de efectivos del destacamento policial observaron algo extraño sobre una tapera
que irradiaba una luz blanca muy fuerte desde su parte inferior, impidiendo mirar lo que
estaba por encima de ella.
43) Viernes 28 de junio. Villa María, Córdoba. Un periodista de El Diario entrevistó a
vecinos de Noetinger que dicen haber tenido contacto con fuerzas extrañas.
Uno de ellos, padre de familia, asegura haber perdido el conocimiento y que luego apareció
arriba de un tinglado.
Una mujer también narró su contacto cercano con “una luz muy roja”. El empleado de EPEC
confirmó que hubo un coincidente corte de luz. Por LV 3, estos y otros pobladores de
distintos puntos de la región contaron sucesos de similares características.
Lo que se narra en estas páginas es producto del diálogo que mantuvo un periodista de EL
DIARIO con varios vecinos de localidades de la región que protagonizaron extraños hechos
en las últimas horas. Queda a criterio de nuestros lectores, la interpretación de los mismos.
Luis Marcelino (51 años), su esposa Zulma Nitardi (40) y los hijos del matrimonio, Sergio
(22) y Cristian (19) nos recibieron en su casa, ubicada en la zona rural de Noetinger,
distante 10 kilómetros de la localidad. Luis no tiene inconvenientes en relatar, con total
seriedad, que a las 5:45 del domingo último, cuando se levantó para hacer el tambo, fue
derecho a poner en marcha el generador. Llevaba su linterna. Luego ya no se acuerda.
El relato es continuado por su esposa: “Nosotras (ella y su hermana Silvia, de 35 años)
estábamos preparando el café como todos los días y escuchamos que el motor hacía ruidos,
pero no arrancaba. Poco después, escuchamos gritos de Luis y pensamos que una polea le
podía haber agarrado una mano... Salimos corriendo y lo vimos arriba del tinglado...”.
Luis las interrumpe para asegurar que “no sé cómo llegué hasta ahí arriba; lo que sí sé es
que nunca llegué al generador, que estaba tapado como el día anterior”.
“Cuando estaba por llegar al motor, una luz me iluminó; una luz que quema hasta el alma
querida, y empecé a sentir un calor terrible y se me descontroló el cuerpo. No me explico
cómo, pero aparecí arriba del tinglado. Ni siquiera sabía que estaba ahí. Me vino a rescatar
mi cuñada y no la reconocí. Estaba encandilado y sólo vi una sombra negra...”, refirió Luis
Marcelino, perteneciente a una conocida y respetada familia de Noetinger.
La mujer explicó que cuando su hermana se acercaba por el tinglado, Luis hacía como si se
fuera a arrojar hacia el otro lado.
En los mismos momentos en que Luis vivía su “odisea” en el campo, tres jóvenes de Leones
que habían ido a bailar a Noetinger, experimentaban un extraño avistamiento en plena ruta.
Sergio, el hijo mayor de Luis, explicó por su parte que el motor no arrancó. Hizo falta la
ayuda de un tractor, porque “las dos baterías estaban descargadas”.
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El mismo integrante de la familia nos acompañó hasta el lugar en el que había caído la
linterna que llevaba su padre. Alrededor de la marca dejada por la linterna había huellas de
las botas de goma de su padre, que no seguían hasta el tinglado.
“No lo atribuyo a nada. Yo no creo en los OVNIS. No quería levantar el avispero, pero
después del caso de la señora de Saira tuve que hacerlo. No gano nada contando esto, al
contrario, pierdo, porque la gente puede desconfiar de mí”, dijo Luis con cierto dejo de dolor
por el hecho de que sus palabras no fueron tomadas en serio por algún medio periodístico.
Finalmente, agregó: “Para mí, que vivo en el campo desde que nací, la noche y el día fueron
siempre una misma cosa. Pero ahora, salgo acompañado y miro para arriba”.
Marta de Signorelli, de la zona rural de Saira, se hallaba el martes por la mañana en su
vivienda junto a su hijo de 9 años, cuando sintió que el ganado “estaba como espantado”.
Entonces dejó el lampazo, abrió la puerta, salió y vio un aparato blanco y una luz roja que
la encegueció.
La mujer, de 56 años, comenzó a sentir un gran calor, se quitó algunas ropas, sus piernas
no le respondían. Sentada, después de unos instantes, llamó a su hijo para que la ayudara.
Así fue que alcanzó luego el teléfono y pudo pedir ayuda. Poco después fue trasladada
desde ese campo, situado a 15 kilómetros de Noetinger, hasta esta localidad, donde un
médico comprobó que “tenía un pico de tensión de 24”, según lo explicó ayer a EL DIARIO
su madre, Ida Gianini viuda de Garabello.
Marta se quedó en la casa de la madre y relató muchas otras cosas referidas a su visión o
avistamiento. Uno de los datos fundamentales es que todavía veía con una tonalidad rojiza
de fondo. A la misma hora en que la mujer fue sorprendida por la luz, se produjo el corte de
energía al que alude el empleado de EPEC en la nota central.
“Una luz nos pasó y nos detuvo el auto” Tres jóvenes oriundas de la localidad de Leones
regresaban hacia esa ciudad en la madrugada del domingo luego de haber estado bailando
en un local de Noetinger.
Cuando se hallaban en pleno viaje por la ruta a bordo de un Renault 12, vieron lo que en
principio les pareció un automóvil con la luz alta, que venía de frente. Enseguida la
conductora comenzó a hacerle señas de luces para que bajara la potencia de las suyas,
puesto que la estaba encandilando. No hubo respuesta alguna...
“La luz tardaba y cada vez encandilaba más. Nos tiramos a la banquina y vimos cómo nos
pasaba por encima. Enseguida nos dimos cuenta de que se había detenido el auto”,
explicaron.
El hecho fue narrado por las jóvenes a un docente que viajó luego a Noetinger a dictar
clases y refirió la historia. El horario en el que sucedió este hecho coincide con la hora
referida por Luis Marcelino respecto del momento en el cual fue a encender el generador y
nunca pudo hacerlo... Volvería en sí arriba del tinglado...
44) Sábado 20 de julio. Chacabuco, Buenos Aires. El primero de estos avistamientos fue
realizado cuando un remisero llevaba a tres chicas a sus casas, en la madrugada del
domingo.
Según los cuatro ocupantes del auto, el sábado pasado a la madrugada y a la salida de
“Terapia” (una discoteca), cuando estaban cerca de Garay continuación, vieron una potente
luz, que no era una estrella, y que parecía estar muy poco por encima de las casas.
La luz se encontraba suspendida inmóvil, y pasaba de un celeste claro a un verde. “Cuando
paré el auto para ver si se escuchaba algún ruido, no lo podía hacer arrancar de ninguna
manera, así que bajé, toqué un poco el motor, y cuando lo hice arrancar, las chicas estaban
asustadas tomadas de las manos, pero fuimos para el lado de la casera, para verlo mejor, y
antes de llegar, ya lo veíamos que estaba cada vez más cerca, era del tamaño de la luna
cuando sale, largaba destellos, y en un momento todo el borde de luz se cubrió como con
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una niebla, y ahí ya no me gustó nada el asunto”, comentó el remisero, quien además hizo
en el momento la denuncia “cuando la luz aún se veía grande en el cielo, pero la policía ni
salió a mirar. Cuando nos fuimos de la comisaría todavía se veía desde el centro, y tengo la
seguridad de que más gente lo vio, porque era algo muy visible, y por más que fuese de
madrugada siempre anda gente por la calle”.
Vecinos de calle 25 de Mayo vieron un objeto el viernes 19, a la hora del ocaso, que
permaneció durante algunos minutos en el cielo, desapareciendo rápida y misteriosamente,
luego de posar suspendido inmóvil.
45) Finales de julio. Formosa. Luis Fernández contó algo llamativo para él. Avistó luces en
esos sitios a altas horas de la noche “varias veces avisté luces en el horizonte en esos
lugares donde ocurrieron las mutilaciones. Es como una gran linterna que alumbra desde
arriba. Creíamos que eran helicópteros de algún organismo que estaban recorriendo por el
lugar, fuimos a ver y no escuchamos ni encontramos nada. Las luces son como si alguien
desde arriba estuviera alumbrado para abajo, como un reflector pero con una luz intensa
blanca.
Esto siempre ocurre por esa zona, pero no le damos importancia porque si no, también uno
pasa por fantasioso o mentiroso. Por eso no le damos mucha importancia. Pero vamos a
tratar de ver lo que realmente está pasando por esos lugares. Son unos diez muchachos los
que recorren y rastrillan conmigo estos sitios. Ya vamos a descubrir algo algún día”,
comentó finalmente.
Otros testigos: “Es cierto, en esa zona se ven siempre como inmensas linternas que
alumbran de arriba hacia abajo, como buscando algo. Vimos varias veces posarse luces
gigantes en la zona. Luego suben raudamente para perderse en rápidos movimientos. A
grandes velocidades. Pero no lo comentamos en ningún lado porque nos van a tomar por
locos o mentirosos.”
Nuevamente Fernández: “Esto tiene que sucederte para comprender el tema. Como a mi
compadre, que se me reía siempre que le comentaba que a la orilla del riacho Salado, en
ciertos lugares aparecían cosas brillosas del cielo que alumbraban como de día. Fuimos una
noche a pescar e inesperadamente pasó lo que él no creía. Apareció la luz arriba y alumbró
como de día. Contamos lo sucedido pero no nos creyó nadie, entonces no vale la pena
volver a comentarlo”.
46) La Troja, Salta. Mientras se encontraban seis vacas mutiladas dispuestas en perfecto
triángulo isósceles, las lugareñas Carmen Salva de 15 años y Nelly Tarifa de 51,
comentaron que “se observaron extrañas y poderosas luces en el cielo”.
“Yo vi una circunferencia grande como una luna llena sobre los cerros. Despedía haces
intermitentes de diferentes colores”, puntualizó la joven, estudiante del colegio Sargento
Cabral de la capital y que se encontraba en la zona colaborando en las tareas de campo
durante su período de vacaciones invernales.
47) 23 de julio. San Luis. La opinión pública del país se conmocionó ayer con la noticia del
avistamiento de un ovni en el sur de Córdoba, el domingo a la noche.
Consultado por El Diario de la República, el periodista que cubrió el caso, Jorge Almirón, del
diario Puntal, de la ciudad de Río Cuarto, confirmó que por lo menos alrededor de veinte
policías de esa región cordobesa vieron la extraña nave.
Incluso uno de ellos vivió la experiencia más significativa, pues la patrulla en la que se
acercaba al extraño objeto dejó de funcionar cuando la nave se acercó, y lo mismo ocurrió
con su teléfono celular y el equipo de radio de la red policial. Pero una vez que la nave se
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alejó el vehículo y los equipos volvieron a funcionar, incluso algunos dispositivos de la
patrulla que hasta entonces estaban en desperfecto.
Ese policía estuvo a unos 10 metros de la nave y contó que tenía la forma de un triángulo
de aproximadamente 200 metros de lado, con innumerables ventanillas por las cuales salía
una luz como de reflectores que iluminaban toda la zona. Detrás de esos espacios
iluminados, el policía vio que se movían sombras, pero no eran perfectamente perceptibles.
Ayer contó a los medios de comunicación que quedó shockeado por la experiencia.
El periodista Almirón contó que el jefe de Policía de Córdoba fue ayer a inspeccionar la zona,
con el objeto de verificar si quedó alguna huella del paso de la extraña nave. Hasta ayer no
se sabía de nadie que hubiese conseguido fotografiar o filmar tal aparición.
Almirón recordó que veinte días atrás en la misma zona la Policía cordobesa avistó otra luz
muy extraña y de gran dimensión.
“Comencé a ver un reflejo como si hubiera salido el Sol o la Luna, se me paró el motor de la
camioneta y se me fue contra un bordo, las luces se pusieron en intermitentes, la radio se
volvió loca, cuando me bajé del móvil se levantó una gran plataforma en forma triangular”.
Con lujos de detalle, el sargento Guillermo Arias relató a Telediario la experiencia que vivió
en la noche del domingo cuando estaba en cumplimiento del servicio. Siendo las 23:30 y
advertido por otros policías de la presencia de luces extrañas en la zona de la sierras del
sur, abandonó su lugar en el destacamento de Chaján y se dirigió hacia la zona oeste y
luego de recorrer unos 25 Km. se encontró con el objeto volador no identificado. Al volante
de la camioneta patrullero logró divisar una formación de siete luces a la distancia y decidió
avanzar unos 10 kilómetros por un camino vecinal de tierra. Cuando había transitado esa
distancia, notó no sin sorpresa que el motor del vehículo que tripulaba se detenía
súbitamente y con el envión fue a dar contra un bordo de la banquina. Simultáneamente en
el hábitat de la camioneta las luces del tablero iniciaron un desordenado prende y apaga, el
radio policial se enloqueció y comenzó a mostrar en su dial el paso discontinuo de las
frecuencias (cifras de cada canal), en tanto que todo ese espacio de la cabina se invadía de
un olor acre, como de cables quemados y la luz del interior que no funcionaba al igual que
el indicador de Stop, comenzaron a encenderse alternadamente. Presa de nerviosismo,
Arias, saltó de la camioneta y retrocedió unos metros por el camino, perdiendo en la huida
su teléfono celular. La oscuridad ahora era total, cuando de repente y de en medio de esa
situación, de un campo vecino al camino se encendió una inmensa luz a la vez que un
objeto de forma triangular se elevaba majestuosamente. Ahora, el temor dejó paso a un
estado de terror en el veterano policía que se veía asediado por lo que él describió como
una verdadera “ciudad flotante” de unos 200 metros de largo, con una larga hilera de
“ventanillas” (dijo que quizá eran como 100), en las cuales Arias manifestó haber observado
como que algo se movía detrás de ellas. Describió a esos movimientos como televisores que
hacen rayas y de sombras a las cuales definió como “no humanas” y que muchos rayos de
luces salían de la parte inferior del objeto triangular en dirección al piso. El suceso, según
Arias duró 2 a 3 segundos, pero que a él “le parecieron una eternidad”. Presa del pánico no
quería regresar a la camioneta patrullera, cuando de pronto el objeto triangular se elevó y
se alejó desapareciendo tras unas lomas de un campo cercano. Arias indicó en su testimonio
que mientras el objeto se alejaba todo el sector quedó “como de día”, ya que podía
observar nítidamente hacienda, campos, alambrados, etc., y que la vislumbre duró unos 20
minutos más. Cuando logró recomponer su estado de nerviosismo, regresó al vehículo y dio
aviso a sus camaradas de inmediato de lo que acababa de sucederle, recibiendo
instrucciones radiales de que ya estaba partiendo hacia allí refuerzos en su ayuda. En medio
de la oscuridad escuchó sonar la chicharra del teléfono celular y fue así como pudo
encontrarlo, y al atender era su esposa que lo estaba tratando de ubicar junto a sus
camaradas. Relató brevemente lo sucedido y diciendo que estaba bien se aprestó a recibir el
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apoyo anunciado. El agente Barrios desde Achiras trataba de mantenerlo calmo por medio
del radio, al igual que el Sargento Medina que fue el primero en intervenir y el Sargento
Primero Córdoba, suboficiales que acudieron de inmediato a la zona donde el camarada
pedía auxilio. Entre tanto otro personal radiaba el hecho a los superiores en la Unidad
Regional 9 con asiento en la ciudad de Río Cuarto, que tras conocer los hechos, impartieron
directivas específicas.
El Sargento Guillermo Arias, de la policía cordobesa, observó un ovni de por lo menos 200
metros de largo.
Al respecto agregamos que hoy lunes cerca del mediodía, la Plana Mayor de la citada unidad
policial, se hizo presente en Chaján donde se dispuso una revisión médica del Sargento
Arias y posteriormente una reconstrucción del hecho para lo cual se movilizaron hasta el
mismo lugar de los sucesos.
“La nave tenía una ventanilla grande y otras chicas, emitía luces hacia abajo que iluminaron
todo el campo, se veían los animales y las piedras, en ese momento me sentí mal y me
acordé de mi familiares fallecidos”, precisó Arias, de 44 años y una larga trayectoria en la
fuerza policial. “Se trata de un caso de características espectaculares, un ingenio volante
con autonomía propia”, opinó Lucio Rossi, estudioso del fenómeno ovnilógico. Mario
Bracamonte del Círculo Ovnilógico Riocuartense consideró al episodio como “el más
interesante de los últimos 30 años en la República Argentina”. El testimonio de Franco
Biassi, bombero voluntario de Achiras, se sumó a la observación del policía Arias. Con
menos detalles observó unas “luces extrañas” en la zona de la escuela Güemes. Al
testimonio del policía y del bombero se sumaron otras versiones de gente de la zona que
llamaron a los medios de comunicación. “Dentro de las ventanillas, vi sombras que se
corrían, no eran formas humanas, después de algunos segundos que para mí fueron una
eternidad, la plataforma se elevó y salió como un rayo hacia la izquierda, hubo como un
flash de una foto y desapareció”, dijo Arias con voz temblorosa. El Segundo Jefe de la
Unidad Regional 9, Crio. My. Oscar Leo, reconoció que dos efectivos realizaron la
observación de objetos voladores no identificados y la fuerza policial se movilizó a las áreas
respectivas para tratar de encontrar algún elemento que sirva como prueba del extraño
fenómeno avistado en el establecimiento rural llamado “La batea”.
48) 21 de julio. Campamento Vespucio, Salta. Un objeto volador no identificado (OVNI) de
grandes dimensiones y de intensa luminosidad, fue avistado el lunes entre las 20:50 y las
21:30 en la localidad de Campamento Vespucio, a siete kilómetros al Oeste de General
Mosconi y aproximadamente a 350 kilómetros al Norte de la capital salteña.
El suceso causó conmoción en esta localidad, que fuera hasta no hace mucho la capital
hidrocarburífera del Noroeste Argentino y que tras la privatización de la empresa estatal
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), se encuentra semidesierta.
La presencia del objeto, visible a simple vista sobre los boscosos cerros tropicales de la
sierra de San Antonio, que sirve de límite natural de la zona, era del tamaño y forma de una
pelota de rugby.
La gente de Vespucio salió a las calles a observar el objeto, que permaneció inmóvil durante
40 minutos, pero que de pronto desapareció rumbo al poniente a una velocidad
“asombrosa”, según los testigos.
Una ama de casa —que prefirió que su nombre no fuera mencionado— dijo que “era algo
extrañamente bello. La intensidad de la luz era enorme aunque curiosamente no provocaba
efecto de encandilamiento”.
La misma mujer dijo que “todos estábamos maravillados en un principio pero nos pusimos
nerviosos cuando nos dimos cuenta que paralelamente al fenómeno, los teléfonos dejaron
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de funcionar y los sistemas eléctricos de varios automóviles quedaron como muertos,
haciendo imposible arrancarlos ni encender sus luces”.
49) Los habitantes del paraje Tablillas, situado tres kilómetros al interior de la quebrada
donde se asienta Campamento Vespucio y eventualmente más cerca del OVNI, no se
mostraron sorprendidos por el suceso, ya que, dijeron, “estamos habituados a ver estas
singulares cosas lumínicas desde 1999, siendo recurrente el hecho de que cada vez que
aparecen se originan fallas en los sistemas motrices y eléctricos”.
En el lugar viven unas pocas familias, todos ex obreros y empleados de YPF quienes
después de la privatización prefirieron quedarse en el lugar al que se accede por un camino
sinuoso y de tierra y que lleva al área de operaciones de la petrolera Pan American.
La vía conduce también a otros pozos de gas y petróleo que en la actualidad no registran
ningún tipo de actividad.
La familia Olima, es una de las que residen en Tablillas. Constituída por el matrimonio y 13
hijos, ocho de los cuales —de entre diez y 24 años— viven en la casa paterna, fue
espectadora privilegiada del suceso.
Empero, ninguno de los miembros del grupo mostró —al contrario de lo que ocurrió con los
habitantes de Vespucio— sorpresa. “Estamos acostumbrados”, confesaron al equipo
periodístico de El Tribuno que se constituyó en el lugar.
Gabriel Olima, de 22 años, un ex estudiante de ingeniería que por cuestiones económicas no
pudo seguir con su carrera y que trabaja junto a su padre en un taller que tienen en la
misma casa y se dedica además a la apicultura, relató que “a estos OVNI los vimos muchas
veces, a partir de 1999. La gente no nos creía, por temor o por escepticismo, pero las
apariciones son tan habituales que hasta hemos llegado a determinar que son visibles entre
julio y agosto de cada año. Ni antes ni después”, aseveró el muchacho.
“Una vez vinieron dos personas de un canal de Buenos Aires y los trajimos para que filmen.
Hicieron el trabajo pero no se por qué razones, jamás lo exhibieron públicamente. Cuando
filmaban, parecían asustados y uno de ellos me dijo que “eso” que brillaba no era nada
conocido, que era “algo muy raro”. Nunca más volvieron”.
Por su parte, Fabián Olima, de 24, señaló que “este o estos objetos parece que tienen
horarios porque siempre se hacen ver entre las 20 y las 21. Están ahí, se quedan unos 40
minutos y después desaparecen a gran velocidad”.
Gabriel contó que en una oportunidad, cuando “la cosa” apareció detrás de un cerro distante
no más de cuatro kilómetros de su vivienda, decidió ir a investigar. “Queríamos ver qué era,
de qué se trataba. Salimos con mi papá desde la casa para llegar al otro cerro. Corrimos por
algunos senderos pero de pronto tomó velocidad y desapareció como una bala”.
“Es imposible que lo confundamos con una estrella porque está muy bajo, de a ratos cambia
de color entre celeste, rojo o amarillo. Una vez buscamos un largavista y descubrimos que a
simple vista parecía estar quieto, pero con la lente registraba un movimiento constante
como si temblara” acotó Sandra, de 15 años, quien junto a su hermana Miriam, de 14,
aseguraron que “el más interesado en desentrañar el misterio es Gabriel”.
“Lo que cambió —enfatizó Fabián— es la distancia. Antes lo veíamos muy lejos pero la
noche del lunes estaba más cerca que nunca”.
“Quizás están tomando confianza y cada día se acerquen un poco más”, bromearon los
restantes Olima.
50) Miércoles 24 de julio. Tostado, Santa Fe. El Ing. Daniel Chersich registró con su cámara
el domingo y el lunes, imágenes de una extraña luz que se desplazaba cambiando de
colores y formas. El avistamiento se produjo a la altura del cementerio local y coincide con
la aparición de un animal mutilado en un campo vecino.
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51) 26 de julio. Córdoba. Nuevamente la policía de Sampacho debió acudir al llamado de
gente de la región que avistó objetos voladores no identificados. Esta vez fue una familia de
la zona de Laguna Seca, que denunció la presencia de luces extrañas. El Sgto. Guillermo
Arias que a principios de semana había tenido un encuentro cercano con lo que él definió
como “una plataforma con luminosidades”, volvió a ser testigo de la presencia de inusuales
fenómenos en el cielo. Acompañado por miembros de su familia siguió las luces que
aparecieron en el horizonte pero esta vez no pudo ver detalles como en el anterior contacto.
Nuevos elementos se suman a las “apariciones”. El registro de una llamada telefónica y
ácido esparcido sobre el motor de la camioneta en donde se movilizaba el policía que realizó
el avistamiento, alimentan el misterio sobre la presencia de ovnis en la región.
52) Viernes 26 de julio. Chascomús, Buenos Aires. Un matrimonio que se trasladaba,
anoche alrededor de las 21:00, desde el camping de SETIA hacia la ciudad, por el camino de
circunvalación, observó una luz grande de color celeste que se movía sobre la laguna, y que
fue cambiando luego de color y tamaño.
Alertado este diario, un cronista de esta redacción pudo apreciar la luz que en ese
momento, en vista desde el Balneario San José permanecía estática sobre el Monte Brown,
pero de color rojo y con destellos.
Minutos más tarde una vecina, con la que se contactó EL FUERTE vio bajar la luz, hasta
desaparecer detrás de los árboles.
Una hora después (22:30) otras dos personas vieron similar fenómeno, pero sobre la Ruta
20, a la altura del aeroclub, desplazándose hacia el este. Es de destacar que estos
avistamientos se suman a otros que se vienen produciendo en las últimas semanas en
nuestra zona.
53) 30 de julio. Ulape, La Rioja. Fueron vistas luces extrañas sobre los cerros de Ulapes
durante esos días, señaló José Nievas, quien dijo que el domingo de la semana anterior
estuvo en Aguayo, y cuando regresaba a Ulapes vio dos grandes luces moverse velozmente
sobre esas montañas. “Yo no creo en brujas —completó otro productor local— pero que las
hay, las hay”.
54) 2 de agosto. Bahía Blanca, Buenos Aires. Habrían aparecido extrañas luces y figuras en
un sector de Ciudad Atlántida.
La presunta aparición de extrañas figuras que flotan y de esferas rojas que se desplazan a
una gran velocidad en horas de la noche y en la zona de médanos ubicada en el camino al
balneario municipal Arroyo Pareja, frente a las calles Corrientes y Libertad, sembraron un
manto de misterio en los pobladores de ese sector de la ciudad.
55) 4 de Agosto. La Pampa. Jacinto Arauz. Un reconocido vecino de Jacinto Arauz debió ser
hospitalizado en la tarde del viernes por encontrarse en estado de shock, a raíz de una
extraña experiencia vivida en un campo de su propiedad y que recién en horas de la
mañana de ayer pudo explicar.
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El oficial de policía Marcelo Alarcón dijo a esta corresponsalía que en horas de la tarde del
viernes, el vecino Raúl Dorado, de 64 años de edad, estaba recorriendo el campo ubicado
unos 5 kilómetros al noreste del pueblo, solo, como lo hace habitualmente. El hombre
explicó a la policía que “en dos oportunidades escuchó un fuerte ruido, como un remolino de
viento que le llamó la atención y en una tercera oportunidad observa sobre él, algo que
describe como un círculo de color verde con 3 patas”. En ese momento, Dorado habría caído
al piso y, según su relato, llevaba consigo una escopeta, un largavista y un celular, “que le
fue quitado de la mano y ve claramente cómo sube succionado hacia la nave, que
aparentemente estaba baja, no pudiendo precisar la altura”.
Luego de observar que el aparato desaparecía con dirección este, Dorado habría quedado en
el lugar por espacio de una hora, hasta que logró incorporarse y caminar hasta su auto y
regresó al pueblo en estado de shock. Apenas logró decir algo mediante señas y escrituras.
Auxiliado por su mujer y vecinos, el hombre fue internado en el hospital local donde es
atendido por la médica Ana María Lazaric.
En el examen preliminar, Lazaric pudo verificar que en el dedo anular de la mano izquierda
tenía un pinchazo en la parte superior de la uña, en la cutícula, no precisando Dorado si le
había ocurrido en la labor cotidiana o en ese momento, lo que sí habría afirmado es que
tenía un fuerte dolor en la mano.
El hombre recién en horas de la mañana logró hablar y dijo que es la primera vez que le
ocurre un hecho de estas características. La Policía, por orden de la Unidad Regional de
General Acha, a cargo del comisario inspector Carlos Muñoz, labra actuaciones judiciales con
intervención del Tribunal Nº 2 de General Acha, a cargo del juez Álvaro Reyes.
En tanto la esposa de Dorado dijo en la tarde que su esposo se encontraba bastante bien,
en su casa y que había recuperado el habla. La mujer solicitó que se le de a su marido un
poco de tiempo para procesar lo sucedido.
Reveló que le era difícil describir la experiencia, porque cuando llegó a la casa “me abrazó y
lloraba, no podía hablar”. También sostuvo que su marido, ya más tranquilo, admitió que
tuvo la intención de disparar con la escopeta, pero no pudo. Y con respecto al pinchazo en
el dedo, lo tiene en la mano donde llevaba el celular, “ocurrió cuando se lo sacaron, aún le
duelen un par de dedos y siente una picazón”.
Luego del episodio, el subcomisario Daniel Rosane, que se encuentra de licencia pero que se
puso a disposición para colaborar, informó que en varias oportunidades llamó al celular del
chacarero, y sonaba un par de veces y luego hacía el ruido típico de cuando se aprietan los
números para llamar.
En otro intento, comprobó que lo atendían, pero sólo se escuchaba una respiración y
finalmente, en sucesivos intentos, la operadora informaba que estaba apagado o fuera de
alcance.
El chacarero nació y vivió en el campo hasta hace diez años. Hoy, radicado en esta localidad
pampeana, visita el lugar todos los días. Se trata de unas pocas hectáreas ubicadas a cuatro
kilómetros al norte de la localidad, a la vera de la ruta 35, con un monte de caldenes y
algarrobos con juncos que crecen a la orilla de un arroyo que cruza el campo.
“Cuando estaba volviendo hacia la casa, donde había dejado el auto, se me presentó el
aparato”, recordó. “Era una circunferencia de color verde apagado, aunque con la luz del
día, no noté su luminosidad. Tenía tres patas y estaba a apenas un metro o metro y medio
de mí”, sostuvo.
“Cuando lo miré —continuó— sentí como una descarga eléctrica, caí al suelo quedando de
rodillas, inmovilizado, sin poder hacer nada, con mi escopeta apoyada en el suelo. También
llevaba un largavista y en la mano izquierda un celular, que fue succionado desde el círculo
verde. Lo vi cómo subía y desaparecía”.
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RESUMIENDO
En síntesis, hasta aquí tenemos —denunciados— 55 casos desde el 3 de junio al 4 de
agosto, es decir, 55 casos en 62 días, casi —casi— un testimonio diario, a lo que habría que
sumar aquellos donde los testigos simplemente generalizan afirmando que “durante varias
noches...”. La pregunta es: ¿acaso no estamos ante una oleada por mérito propio?.
SEGUNDA PARTE
Dedicaremos esta segunda parte del informe que hemos preparado a repasar algunas
concordancias significativas, así como a destacar algunos hechos particularmente insólitos
que nos darán no sólo una perspectiva diferente de estos episodios, sino también —y muy
especialmente— nos encolumnarán detrás de la comprensión cabal de la teoría explicativa a
la cual elegimos atenernos. Una teoría que, obvio es decirlo, hoy por hoy sigue siendo sólo
eso —una teoría— pero abarcativa del fenómeno, no sólo a nivel local sino aplicable a su
contexto mundial, del cual no debemos olvidarnos en ningún momento. Porque el principal
error en que parecen haber caído tanto los técnicos oficiales abocados a su explicación como
buena parte de la prensa de esta parte del planeta, es haber perdido la perspectiva global
del fenómeno de las mutilaciones. Un fenómeno que, siempre es bueno recordarlo, no sólo
no ha sido explicado exhaustivamente por las comisiones oficiosas que en distintas naciones
se abocaron a su estudio —lo que pone en una posición casi ridícula a las autoridades
argentinas, presuntamente capaces de develar lo indescifrable a través de los años para
entes con mayor experiencia y más amplios recursos aplicados al mismo enigma— sino que
trasciende el marco temporal contemporáneo, extendiéndose hacia atrás en el tiempo a
épocas remotas donde, con otro contexto, el eje central giraba sobre las mismas
depredaciones. Así, el investigador norteamericano Scott Corrales nos recuerda que
durante el reinado del emperador Antonino Pio, el cronista Pausanias tuvo la oportunidad
de investigar las mutilaciones producidas en la ciudad griega de Tanagra, donde una
criatura descrita como “un tritón” salía del mar por la noche para matar el ganado. Hoy, no
son criaturas más o menos mitológicas las que enmascaran el fenómeno, sino presuntas
naves extraterrestres, casi de la misma manera como la actual y fuertemente “alienígena”
saga de las abducciones por “grises” y otros “visitantes de dormitorio” encuentra en el
Medioevo su relato con íncubos y súcubos que asaltan sexualmente, torturando en las
noches a piadosos humanos, o la aparición de hadas y duendes secuestrando niños de
tierna edad para devolverlos saltando barreras temporales. No obstante, no seríamos
sinceros con el espíritu de esta investigación si sólo estableciéramos una relación entre
naves desconocidas y secuestro de ganado (y su posterior mutilación) en lo que podríamos
definir como “época contemporánea” de los OVNIs. Recordemos, en este sentido, el caso del
granjero Alexander Hamilton. Quizás la fecha del 19 de abril de 1897 pase inadvertida para
muchas personas. El diario Yates Center Farmers publicó el 23 de abril del mismo año las
declaraciones de un granjero de nombre Alexander Hamilton sobre las cuales nos recuerda
el investigador Raúl Núnez: “Vi un vehículo descender muy lentamente sobre mi
vaca”. Las descripciones del granjero eran elocuentes y llenas de matices. Agregaba haber
visto un objeto en forma de cigarro de más de 300 pies de largo (90 metros) y una especie
de cabina brillantemente iluminada donde pudo distinguir seis ocupantes del artefacto.
También describía una rueda de turbina que giraba lentamente debajo y un rayo de luz lo
iluminaba mientras él lo veía. Escuchó el sonido de un timbre y el aparato comenzó a subir
por el aire cerca de 300 pies (90 m), se mantenía arriba de un ternero de 2 años y vio cómo
un cable fue lanzado y enganchó el cuello del animal, el cual fue levantado del suelo. Dicen
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las crónicas de la época que Hamilton encontró las cabezas y las patas, además de los
huesos de la columna vertebral de su ternera descuartizada en el campo. Finalmente, este
granjero declaró a la prensa: “Yo no sé si son ángeles o demonios o qué, pero todos en mi
casa lo hemos visto y mi familia también vio la nave y yo no quiero saber nada de ellos”. Si
quisiéramos fechar el inicio de las llamadas “mutilaciones de animales” en los tiempos
contemporáneos, el año de la observación de Hamilton es lo adecuado, pero este enigma
planteado últimamente tiene antecedentes en el tiempo. Los indios americanos y
canadienses ya encontraron búfalos desmembrados durante el tiempo de la Revolución y
existe toda una gama similar de reportes en todo el mundo. Charles Fort, en su obra LO!
(1931) relata el gran número de mutilaciones de animales que datan de los años 1800, y no
sólo en América sino también en la vieja Europa.
Los episodios OVNI que acompañaron —o, para mayor precisión, siguieron— a la oleada de
mutilaciones tiene aristas muy interesantes y casos relevantes, que en otra época y otro
marco informativo hubieran generado un fenómeno mediático por sí solos. Recordemos, por
ejemplo, la “teleportación” ya descripta de un chacarero, el encuentro del policía Arias con
un gigantesco OVNI segundos después de vivir, en la soledad de su camioneta aislada en la
inmensidad pampeana, una serie de fenómenos —”enloquecimiento” del sintonizador de su
radio, aumento de la temperatura, levitación de los objetos sueltos, iluminación sin fuente
aparente— que nos llevaría a poco desconfiar, a suponer que Arias regresaba de una
proyección de “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo”; recuerden aquella famosa escena
donde el electricista Roy Neary, perdido también en una ruta con su camioneta, sufre en el
interior del vehículo un anticipo casi textual de lo vivido por el uniformado. Sabiendo sin
embargo de los prejuicios que en nuestro país aún existen frente a los protagonistas de
estos casos —y más aún dentro de las fuerzas de seguridad— y cuánto puede estar
arriesgando Arias —en función de futuros ascensos, promociones, traslados, etc.— la
hipótesis del fraude —que, debemos admitirlo, es lo primero que cruzó por mi mente ante la
descripción del episodio— hace despreciar esta posibilidad. (“Simultáneamente en el hábitat
de la camioneta las luces del tablero iniciaron un desordenado prende y apaga, el radio
policial se enloqueció y comenzó a mostrar en su dial el paso discontinuo de las frecuencias
(cifras de cada canal), en tanto que todo ese espacio de la cabina se invadía de un olor
acre, como de cables quemados y la luz del interior que no funcionaba al igual que el
indicador de stop, comenzaron a encenderse alternadamente...”). Pero tengamos en cuenta
que la primera observación reportada de “luces” —y todavía no se hablaba concretamente
de “ovnis”— corresponde al 3 de junio, y para esta fecha ya había 26 informes de vacas
mutiladas. Más, seguramente, ya que tardíamente han salido a la luz informes de
mutilaciones —desperdigadas en el tiempo y el espacio— en febrero de este año y aun en
noviembre de 2001, claro que sin adquirir las características pandémicas que las definirían
avanzado el 2002. La primera tipificación de “ovni” —con su connotación claramente
extraterrestre— es recién del 17 de junio, y aun después muchos testigos —al margen del
tratamiento que pudiera titular la prensa— siguen hablando de “luces” (Caso número 8: “es
un fenómeno de luz, no es un objeto”). El primer testimonio de una presunta entidad
asociada al OVNI es del 20 de junio, y en total tenemos 8 casos con denuncia de “efectos
EM” (electromagnéticos); o sea, el 14,54 % del total de casos en nuestros registros (Casos
8, 12, 34, 43, 43 bis, 47, 48 y 55, si es que podemos considerar como tal la desaparición
del celular con las interesantes implicancias que abre la posibilidad de hacer algún tipo de
rastreo sobre el destino final del mismo; recordamos, por ejemplo, el programa informático
“Excalibur” que emplea la Justicia argentina para rastrear y detectar, así como para
intervenir llamadas telefónicas —también de celulares— se nos ocurre que sería interesante
alguna presentación judicial por parte de algún lector de esta revista para solicitar la
aplicación de este sistema a ese celular). Aparecen otros 5 casos —un 9,09 %— de
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denuncia de entidades humanoides, aunque casi todas son no asociadas a objetos
presuntamente vehiculares (Casos 9, 18, 20, 38 y 40). En 4 casos (7,27 %) se testifica un
comportamiento anormal y atípico de animales al momento de la experiencia —como para
descartar cualquier hipótesis psicológica—, en 4 casos hay registros fílmicos o fotográficos
(7,27 %), en otros 3 (5,45 %) huellas en el terreno y en 3 casos (5,45 %) presuntas
teleportaciones, una a un humano, otra de unos 80 animales y el extraordinario caso de
Suco, que recordamos a continuación:
Vacas halladas dentro de un tanque australiano
El extraño caso de Suco, investigado por EL DIARIO
El último viernes de junio de este año un hecho de características realmente extrañas se
registró en un campo en jurisdicción de Suco, localidad situada al oeste del departamento Río
Cuarto, muy cerca del límite con la provincia de San Luis.
En la mencionada localidad cordobesa, un productor agropecuario muy conocido, de quien
todos dan fe de su responsabilidad y honestidad, encontró 19 animales vacunos dentro de un
tanque de agua, tipo australiano.
Nueve de los bovinos se encontraban muertos, según los posteriores exámenes de médicoveterinarios, por asfixia por inmersión; en tanto los restantes se hallaban con vida, aunque
afectados por las bajísimas temperaturas y a punto de morir por congelamiento. La
información no sólo corrió como reguero de pólvora en la zona, sino que fue confirmada,
incluso, por funcionarios policiales de la Unidad Regional 7, con jefatura en Río Cuarto, que se
encargaron de la investigación del extraño caso, responsabilidad que recayó en personal de la
Comisaría de Distrito Sampacho, localidad situada 50 kilómetros al oeste de Río Cuarto, sobre
la ruta nacional 8.
Lo que nadie supo explicar es cómo pudieron haber llegado e ingresado al enorme tanque de
agua los 19 animales, si se tiene en cuenta que, primero, debieron sortear un boyero eléctrico,
luego un alambrado de 1,50 metros de altura y, finalmente, “saltar” la pared del estanque.
El repaso de esta documentación nos ilustra en el sentido de comprobar que esta
“minioleada” OVNI es, por sus características proporcionales, coherente en un todo con
cualquier otra que sin el contexto mutilatorio ocurriera en todo tiempo y lugar. Hasta la
“pauta de comportamiento” de la desaparición de ingentes masas de agua está presente en
los ya legendarios vaciamientos de tanques australianos de agua. Empero, este tema ha
sido magnificado al referenciársele casi como una constante en el largo período de las
agresiones al ganado, cuando en realidad, de manera comprobable, se trata de sólo 9
casos, aunque en dos oportunidades se da la extraña situación que los mismos depósitos lo
hubieran sido por dos veces. Estos casos ocurrieron en Saliquelló (Buenos Aires, denunciado
el 19 de junio, pero habrían comenzado a ocurrir en abril), Jacinto Aráuz, La Adela (La
Pampa), Río Cuarto (Córdoba), Catuna (La Rioja), Balcarce (Buenos Aires) y Misión Laishí
(Formosa). En el primero y último de estos casos se dio la circunstancia de un doble
vaciamiento de dos tanques, y en Misión Laishí un detalle del cual, además, no encontramos
otra referencia: el cuerpo del animal mutilado en circunstancias de ese evento, sufrió un
extrañísimo proceso de despigmentación que culminó en convertirlo en “casi traslúcido”
(según informó el periódico “El Comercial”, con fecha 19 de julio). Las explicaciones
oficiosas se centraron, como sabemos, en las peregrinas teorías de roedores carnívoros y
avispas de similares apetencias gastronómicas. Estas explicaciones pecaron por dos
defectos significativos: primero, como se admite en los propios considerandos de sus
comunicados, se centraron sólo en una muestra exigua y por ello irrelevante de casos (el
del SENASA, concretamente, acepta haber analizado sólo 13 episodios) y no toma la
totalidad del proceso fenoménico, dejando de lado, por el sencillo y expeditivo trámite de
considerarlo fuera de su jurisdicción técnica, tanto los sonados testimonios de aparición de
“luces” como los ya citados vaciamientos de tanques australianos. Pero ese mismo informe
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comete otro error: considera que los así llamados “cortes inteligentes” y con huellas de
cauterización por calor de sus labios son sólo el resultado del “enmascaramiento” a que el
paso del tiempo somete la depredación hecha por los “hocicudos rojizos”. Con buena
voluntad podríamos —sólo podríamos— aceptar la instancia de la acción de estos roedores
ante la desaparición de órganos internos suponiéndolos ingresar por los orificios naturales
del cuerpo para atacar aquellas partes que son las que primero se descomponen al inicio del
proceso de putrefacción, pero parece poco creíble que la misma estrategia depredatoria que
hace viable la suposición de la presencia de estos animalitos de un giro de 180º para
aplicarse a develar la mutilación de mandíbulas y áreas de cuero grueso y carnes duras. Lo
que digo es que si la costumbre alimenticia del hocicudo es hacer “desaparecer” órganos
internos por su ablandamiento y licuefacción tras ingresar al organismo horandándolo desde
aberturas naturales, no puede suponérsele una costumbre diametralmente distinta a la hora
de tratar de explicar por la fuerza su accionar en masas musculares grandes y resistentes,
atacando lisa y llanamente las aponeurosis por la deglución de sus capas exteriores. Y
además, tenemos los cortes con geometría “definida”. Aun dejando de lado los episodios
descritos genéricamente como con “cortes rectos”, “cortes precisos como con bisturí” (y
esto en boca de expertos veterinarios de campo), recordemos algunos comentarios de la
casuística sobre la que hemos trabajado: “un círculo de unos 7 centímetros de diámetro sin
pelo, como rasurado, pero el cuero no estaba quemado, ni cortado” (Guatraché, La Pampa,
13 de junio); “partiendo desde la casa e internándome por el campo y van apareciendo
estos casos, todos bajo el mismo patrón, lo que podríamos definir como un círculo, si se
viera desde arriba.
—¿Distribuidos los animales en un círculo?
—Sí, empiezan a 50 metros de la casa con cuatro animales muertos. (La Adela, La Pampa,
13 de junio, implicados 11 animales); “Una vez en el lugar, se observa que las tres vacas
muertas conforman una figura triangular si no perfecta, al menos bastante bien “diseñada”.”
(La Tigra, 24 de junio); “Las vacas, que estaban preñadas, fueron halladas en el Cuartel IV
del distrito de Tres Arroyos, en cercanías del río Quequén Salado y lindante con la estancia
El Socorro, mientras que el ovino apareció en proximidades de Irene, en el partido de
Coronel Dorrego. Los bovinos formaban un triángulo con una distancia de 60 y 70 metros
entre sus vértices” (Coronel Dorrego, mismo día); “Se trata de una vaca preñada, en el
campo de Juan Carlos Robilotte, que presentaba las mismas mutilaciones, con la diferencia
de que era una vaca que estaba por parir a la que le encontró un corte en el flanco derecho,
encima de la ubre. “Era un círculo por donde salía medio cuerpo del ternero” (Carhué,
Buenos Aires, 27 de junio); “Las seis vacas, a las que les faltaban los globos oculares, la
lengua, la carne que recubre los maxilares inferiores y en tres de los casos, los órganos
genitales de los ejemplares femeninos y las ubres, fallecieron en un área de unos seis
kilómetros a la redonda, se hallaban a una distancia casi exacta de aproximadamente 1.500
metros cada una.
Pese a lo intrincado del terreno y la sinuosidad de las sendas por donde las reses se
desplazaban, al trazarse una recta imaginaria entre cada uno de los cadáveres, se forma un
triángulo isósceles casi perfecto” (La Troja, Salta, 21 de julio).
Diario “La Voz del Interior” On Line, Córdoba, Argentina, 24/06/2002:
La comisión fue encabezada por el juez José Antonio Uñates; el jefe de Policía, José Tomás
Lescano; el Dr. Carlos Bener, veterinario del Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria
(Senasa) y otros funcionarios y baquianos, quienes confirmaron la presencia del animal
muerto y tomaron muestras que ahora son analizadas para determinar cómo murió el animal
vacuno y el porqué de las mutilaciones. En diálogo exclusivo con este medio, Betbeder indicó
que a la vaca le extrajeron el ojo izquierdo; todo el tejido muscular del maxilar; la lengua,
desde su base; la ubre; el recto; el ano; la vagina y la vulva.
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“No sé qué pudo haber pasado con el animal. Hicimos una necropsia de campo y la conclusión
a la que llegamos es que murió de golpe, antes de caer al piso, ya que no hay marcas de
pataleos en el suelo. No había ningún tipo de huellas, ni del animal en su agonía, ni de otro
tipo”, indicó el profesional.
Precisó que, después de muerto, con algún instrumental cortante le extrajeron los
mencionados órganos “utilizando técnicas que no son las convencionales” y remarcó que el
instrumental usado “es de un filo exquisito y por el pulso, se nota que quien lo hizo, sabe
hacerlo”. “Nunca he visto nada similar a esto. Me llamó la atención la extracción del globo
ocular. Para lograr eso, se debe hacer una incisión al costado del ojo, levantar los párpados y
con una tijera curva cortar los músculos alrededor del ojo hasta sacarlo por completo. En este
caso, no hay incisiones exteriores; pareciera que lo hubieran hecho con una cucharita para
hacer papas noiset”, ejemplificó sorprendido. El veterinario detalló que no observó pérdida de
sangre por orificios naturales del animal que habría muerto hace 48 ó 72 horas, aunque sí
había sangre en los órganos extraídos para el análisis.
“La nueva Provincia”, Bahía Blanca, Buenos Aires, 20 de julio:
Por el contrario, testimonios de productores y veterinarios de las zonas afectadas aseguraron
que “es la primera vez” que se producen muertes y mutilaciones con tal grado de similitud y
en tan vasta región. Al respecto, el veterinario Mauricio Antista, de General San Martín, señaló
que lleva varios años “viendo los resultados que dejan los ataques de zorros o chimangos
sobre cadáveres de vacunos y en ningún caso se parece a lo que ocurre con estos” episodios.
“Los cortes realizados son perfectos, evidentemente hechos por una persona. Yo vi tres tipos
de cortes: rectos, en zigzags y redondos; vi otros marcando círculos perfectos alrededor de
ojos, orejas y anos”, sostuvo Antista. En tanto, el médico Silvio Canavesi, concejal aliancista
en Coronel Dorrego, analizó animales del Campo de Carlos Castiñeira, en San Román, con las
mutilaciones repetidas (lengua, orejas, ojos, pezones, vulva y recto). “Descarto lo de animales
carroñeros, porque estos dejan otras características en los animales, además no hay huellas
en derredor de los vacunos”, continuó el profesional.
En esta casi exigida relación entre “ovnis” —nótese la sutil diferenciación— y mutilaciones,
existe una larga tradición de episodios espeluznantes. Veamos el siguiente caso ocurrido en
Alaska en 1977, y citado por Fabio Picasso quien a su vez lo tomó de “UFO’s terrorize
Alaska”, John Love in “Ideal’s UFO Magazine”, número 4, diciembre de 1978, páginas 28 a
33:
... “Pero lo realmente extraño eran los cuerpos. Cientos
de cadáveres de animales mutilados. Alces sin patas,
sus cornamentas removidas y apiladas por separado.
Renos sin órganos internos. Caribúes caídos en el
campo como globos desinflados, sin sus esqueletos.
Osos grises —los más grandes que yo haya visto— sin
ojos ni garras. Algunos de los más hermosos animales
de la floresta. Estaban dispuestos en pilas. Había
marcas oscuras de quemaduras por fuera del límite del
círculo, y varias piedras de forma punteaguda
desparramadas alrededor. Era algo bizarro, no había
sangre. Las heridas estaban cerradas y limpias, como si
alguna clase de novedosa ‘cirugía sin sangre’ hubiera
sido hecha. Nosotros sólo podíamos especular respecto
a cómo esto había sido hecho, por ejemplo con alguna
clase de láser. Lo más asombroso que vimos, entre dos
pilas de cadáveres, era el cuerpo de una orca de unos
15 pies de largo, con sus características marcas blancas
y negras. Esto era algo completamente increíble. Eso
nos aterrorizó. Estábamos a cientos de millas del Golfo
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de Alaska. Tomamos algunos pocos huesos y algunas de las rocas con las extrañas marcas en
ellas. Cuando regresamos a Anchorage, notificamos lo que habíamos visto a cada agencia
gubernamental en la que pudimos pensar —el FBI, la Fuerza Aérea, la policía estatal, varias
agencias federales como Pesca y Juego, el Servicio de Parques Nacionales— y por supuesto lo
que obtuvimos fueron risillas disimuladas, sonrisas políticas, y variadas formas de deshacerse
de nosotros”.
Pero ante la casi automática reacción de imaginar un grupo de depredadores extraterrestres
que como émulos del cazador contrincante de Schwarzennegger desembarcan en nuestro
planeta para canalizar sus ansias asesinas, debemos tener la ecuanimidad de, como dijera
antes, colocar el tema de las mutilaciones en su justo contexto. Un contexto de raigambre
más esotérica —en el correcto sentido de la palabra— que alienígena. Compartamos unas
reflexiones que aportara en una lista de correos el investigador Fabio Picasso:
“Estuve reuniendo algunos informes sobre mutilaciones de ganado y aves citados por Charles
Fort en su libro LO! que datan de principios del siglo pasado. Algunos párrafos fueron
transcriptos en español por Keel pero el grueso de los reportes no son muy accesibles. La
época más estudiada es el período de fines de 1904 y 1905. Durante ese lapso se dieron en
Inglaterra una enorme cantidad de fenómenos anómalos. Fort da cuenta de ellos en forma
exhaustiva contando fenómenos poltergeist, combustiones humanas espontáneas, luces
misteriosas, un sin precedentes ‘revival’ religioso y las extrañas mutilaciones de animales. A
los fines de comparar con los casos de Chupacabras actuales he extraido algunas frases
significativas del cúmulo de informaciones que brinda Fort”.
Un sargento llamado Carter de Gloucestershire afirmó: “He visto dos cuerpos de ovejas y
puedo decir que es imposible que se trate del ataque de un perro. Los perros no son vampiros
y no chupan la sangre a las ovejas dejando su carne casi sin tocar”. (Octubre, 1905).
En Limerik un corresponsal afirmaba: “Muchas personas que afirmaron haber sido mordidas
por el depredador tuvieron que ser hospitalizadas en el Asilo de Insanos Ennis bajo extraños
síntomas de enfermedad”. (No evidentemente rabia pues no murieron).
Además asociado a este misterioso mal que aquejaba a las personas se sumaron los que
“enloquecieron” debido al “revival” religioso. Tan es así que en el Asilo Denbigh solamente se
debieron internar 16 pacientes en el primer trimestre de 1905. Muchos otros tuvieron que
cumplir encierros en sus propias casas.
En algunas oportunidades se hallaron “Tres o cuatro ovejas muriendo simultáneamente una al
lado de otra siempre con una mordedura en el hombro”.
Mientras se desencadenaban fenómenos de fuegos espontáneos en Binbrook Farm (una
granja) cerca de Great Grimsby, 24 pollos aparecieron muertos de una misteriosa manera: “La
piel alrededor del cuello, desde la cabeza hasta el pecho fue removida y la “windpipe”
(desconozco el vocablo pero tal vez aluda a la siringe) removido de su lugar y colocado a
presión”.
Como vemos este conjunto de sucesos nos pinta un cuadro de fenómenos simultáneos que
afectaron seriamente a las poblaciones urbanas y rurales de Inglaterra. Si lográramos estudiar
esos casos más exhaustivamente, recordemos que Fort solamente citaba cortos párrafos de
enormes artículos, tal vez conseguiríamos comprender mejor el fenómeno de los
Depredasangre, Chupacabras y otros extraños mutiladores.”
Y estos otros comentarios, de su colega, el ya citado Scott Corrales: La noticia del
“Washington Post”:
En Noviembre de 2001, a sólo dos meses de la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva
York y en medio de la guerra en Afganistán, una noticia publicada en uno de los periódicos
estadounidenses de mayor prestigio pasó completamente inadvertida.
Dicha nota de prensa, firmada por Anthony Faiola, corresponsal extranjero del Washington
Post, describía una nueva serie de mutilaciones humanas con rasgos claramente
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sobrenaturales que se había desatado en la ruralía brasileña. El campesino José Antonio Serra
se había alejado varias docenas de metros de su choza cuando descubrió que alguien había
matado a su hijo Welson. El corresponsal omite mencionar la desgarrante sensación de
angustia y tristeza sentida por el campesino para concentrarse en la alta extrañeza del
descubrimiento: Welson, de 13 años de edad, estaba de rodillas sobre la tierra, con los
órganos genitales y parte del torso eliminados con precisión quirúrgica. Tal vez más horrendo
resultaba el hecho de que el cadáver del chico parecía haberse entumecido completamente:
fue entonces que el padre se dio cuenta de la perforación en la vena yugular de su hijo, cuya
sangre había sido completamente vaciada. Welson Frazao Sierra pasaba a ser la vigésima
víctima de este tipo de mutilación desde 1991.
Las autoridades determinaron que los factores comunes en estas muertes habían sido la
castración, el vaciado de la sangre, y la remoción precisa de los ojos, labios e hígado, y en
otros casos, los pulmones o el corazón.
“La mayoría de los vecinos en Maranhao tiene miedo a hablar de esto”, dijo Serra al
corresponsal del Post. “Pero yo lo diré‚ porque ya me han quitado lo que me era más valioso y
no me queda nada que perder. Fueron ellos, los que practican la macumba. Ellos fueron los
responsables”.
“... De esto hace eco el francés Michel Granger en su libro Le Grand Carnage (La gran
matanza), publicado por Carrière en 1986, tal vez el mejor libro publicado hasta la fecha sobre
el asunto de las mutilaciones: El rumor de que figuran humanos entre las víctimas de las
mutilaciones clásicas no deja de circular, notablemente en Colorado en 1974 y en Montana en
1975. Esto ocurrió mayormente en los círculos ufológicos, donde la información recabada a
veces se obtiene de fuentes secretas y casi imposibles de rastrear. Entre 16 a 20 casos fueron
presentados en los últimos años: una pareja en Texas, más de seis en California, dos en
Arizona...”.
Granger declara que en estos casos, el resultado de las autopsias es casi siempre el mismo —
extracción de las vísceras con énfasis en el corazón y el hígado, y la remoción de ambos
pechos cuando las víctimas han sido mujeres. En tales casos, tanto la oficina del forense como
las autoridades policíacas han achacado la culpa a “depredadores” y “grupos sectarios”,
aunque se pasa por alto hacer mención de las extrañas enfermedades contraídas por los que
practican las autopsias a estos restos humanos, dato que hace que Granger sospeche la
presencia de agentes bacteriológicos en las víctimas.
El primero de estos casos parece haber sucedido en 1973, cuando Don Ecker, actual director
de la revista “California UFO”, se desempeñaba como oficial de la policía en el estado de Idaho
(EE.UU.). Aunque Ecker se ha mostrado reacio a divulgar más detalles sobre el asunto, su
resumen “The Human Mutilation Factor” (El factor de las mutilaciones humanas) apareció en el
pizarrón electrónico Paranet BBS en 1989: según cuenta Ecker, dos cazadores de ciervos se
internaron en los bosques del condado de Jerome, Idaho, y descubrieron un cadáver mutilado
en una región remota. Vestido de pantaloncillos, la víctima presentaba la misma clase de
marcas que caracterizaban las mutilaciones de animales: extracción de órganos, eliminación
de labios, ojos y órganos genitales. Temiendo que los mutiladores pudiesen estar aún en la
zona, los cazadores huyeron y dieron parte a las autoridades. El equipo de acampar del
mutilado fue descubierto a muchas millas de distancia de la región inhóspita en donde
acabaron sus restos. El único comentario que hizo la policía fue que “no había ninguna manera
de que la víctima pudiese haber recorrido dicha distancia descalzo”.
De acuerdo con la revista Stigmata, publicada por el investigador de mutilaciones Thomas
Adams, se tiene conocimiento de un caso de mutilación humana en la década de los '50 que
fue atestiguada por elementos militares estadounidenses, y en el cual está relacionado el
fenómeno OVNI.
En 1981, un enigmático sobre lleno de información apareció en el buzón de la revista,
localizada en Paris, Texas. El documento se titulaba sencillamente “Memorándum” y tenía el
aspecto de ser el acta de una reunión de la cúpula militar norteamericana sobre el tema OVNI.
Uno de sus apartados rezaba: “Fotografías a Color de Mutilaciones Humanas (cabeza, recto,
órganos sexuales, órganos internos, vaciado de sangre). Un testigo militar presenció el
secuestro de un ser humano cuyos restos fueron localizados posteriormente. Este caso,
ocurrido en 1958, ha sido añadido al expediente”.
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Cabe preguntar, ¿qué expediente?. ¿Un expediente de más casos de mutilaciones humanas
por fuerzas desconocidas?. ¿Se trata, acaso, de algo que ocurre con frecuencia en EUA, así
como en otras partes del mundo?
Ni decir tiene que la información contenida en el “Memorándum” causó gran revuelo entre los
investigadores de las mutilaciones (con la salvedad de que pudo haberse tratado de un
documento fraudulento, como los del M-12 y otros relacionados con el supuesto estrellamiento
ovni en Roswell, Nuevo México). El autor George Andrews, actualmente radicado en Francia,
logró confirmar que la víctima del caso citado en el enigmático documento había sido el
sargento Jonathan P. Louette, y que su aparente secuestro por algo desconocido ocurrió en
1956 en vez de 1958 en la base de proyectiles de White Sands. El “testigo militar” había sido
mayor de la Fuerza Aérea que había presenciado el secuestro del sargento mientras que
buscaban los escombros de un cohete de prueba. “Se le habían extraído los genitales y el ano
—escribe Andrews— así como los ojos y la sangre sin que se hubieran producido señales
aparentes de colapso vascular.” Andrews añade el detalle espeluznante de que estas cirugías
suelen practicarse “mientras que el humano o animal aún sigue con vida”.
Otro investigador, Don Rystrom, se dedicó concretamente a estudiar casos en que había
evidencia de posible acción sectaria. En abril de 1978, Rystrom descubrió altares hechos de
piedra cerca de animales muertos en Arkansas, así como cráneos bovinos y velas que
apuntaban hacia la celebración de un rito tenebroso. Se daba el curioso detalle de que los
cráneos y piedras habían sido pintados de azul, y luego marcados con símbolos blancos.
Altares de esta clase ya habían sido encontrados y fotografiados por el capitán Wolverton en
1975, así como el círculo de piedras con altar en el bosque al sur de Butte, Montana, que se
distinguía por una lápida que rezaba: “¡Favorécenos, Isis, Madre de la Luna y la Amante de la
Bondad!”. Los asesores policíacos declararon a los medios que el culto a la diosa egipcia Isis se
había practicado tanto en la antigua Grecia como en Roma, y que su emblema, la vaca,
simbolizaba el animal inmolado en honor a la deidad. Pero el círculo en un bosque de Montana
guardaba más sorpresas para el capitán Wolverton y su ayudante Ken Anderson: otra lápida
sobre la que se había escrito “Nelo 5-15-29” y que según los asesores consultados sobre el
particular, representaba numerología satánica. “Muchas de las palabras y símbolos —escribió
el capitán Wolverton— resultaban tener más de una sola traducción y significado”.
El mayor exponente de la hipótesis del ocultismo como fuente de las mutilaciones lo fue, sin
duda, el escritor, músico y poeta Ed Sanders, mejor conocido por sus libros sobre Charles
Manson. Sanders publicó un boletín titulado The Cattle Report (El informe de ganado) que
abarcaba el fenómeno de las mutilaciones desde esta perspectiva, sobre todo casos en que los
ganaderos se encontraban con figuras encapuchadas en sus predios. “Se ha circulado el rumor
—escribió Sanders— de que las sectas satánicas hacen uso de la sangre bovina y de los
testículos de toros en ceremonias bajo la luz de la luna, y se han visto extraños personajes
encapuchados que inspiran temor en los más valientes.” Entre los casos citados por el célebre
autor figuran la mutilación de una vaca en 1976 en Valley City, Minnesota, donde fueron vistas
figuras encapuchadas que portaban luminarias, y otro en Enderlin, Dakota del Norte, donde un
chofer vio un número de figuras encapuchadas cruzar la Interestatal 46 portando velas. Se
había dado parte sobre animales muertos en dicha comarca.
De todos los escritos de Sanders, el más sobrecogedor es el que apareció en la revista Saga
en el verano de 1977. Dicha nota comenta la existencia de un personaje identificado
solamente como “Howard” pero cuya naturaleza y atractivo eran mucho mayores que los de
Manson. Según las fuentes de Sanders, “Howard” había formado un núcleo de drogados y
satanistas en la población de Cozad, Nebraska, cuyo afán consistía en arrastrar a la
humanidad entera a una nueva era de violencia y terror de tal magnitud “que la tierra
parecería un asilo de locos”. El tenebroso “Howard” se consideraba “el maestro de las
mutilaciones” y afirmaba tener seguidores en numerosos estados de la unión americana.
En 2001, Samuel Adams, un granjero del sur de EUA, publicó un singular librito titulado Cattle
Mutilations—An Elusive Prey (Mutilaciones de ganado—una presa esquiva) en el que ponía de
manifiesto sus largos años de experiencia en la industria ganadera y la manera en que los
pequeños ganaderos estadounidenses acuden a subastas rurales para adquirir las vacas y
sementales que necesitarán sus granjas.
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En junio de 1996, Adams acudió a una subasta para comprar una vaca y se encontró con un
personaje singular: un individuo de tez oscura, facciones que rayaban en la perfección, y una
cabeza abultada de frente muy ancha. Los ojos del individuo tenían una brillantez excepcional,
y su vestimenta un tanto raída estaba limpia y sin arrugar, como si se tratarse de un actor
encarnando el papel de un granjero. Intercambiaron algunas palabras inconsecuentes, como
suele hacerse en las subastas, hasta que comenzó el desfile de vacas disponibles para la
venta. Al pasar una vaca Charolais, el extraño pareció experimentar un acceso de epilepsia,
apuntando hacia el animal con el dedo y vociferando: “-¡Esa la que quiero, esa misma!” con el
singular detalle de que su voz parecía provenir de todos los puntos del ruedo donde ocurría la
subasta.
El extraño se dio la vuelta para mirar a Adams con una sonrisa lunática, diciendo: “Esa es la
que quiero. Haga el favor de no pujar por ella.”
Las demás vacas en el ruedo, según el autor, manifestaban señas de tener gran miedo del
hombre, salvo por la Charolais, que se acercó a la cerca para hacer contacto con su mano
extendida.
Contrariado, Adams pujó una cantidad exhorbitante por el animal, molesto con las exigencias
del extraño. Pocos días después, la vaca que tanto le había costado aparecería muerta en su
rancho, exhibiendo todos los cortes y extracciones que han caracterizado a este fenómeno por
más de 30 años.
Antes de continuar, desearía hacer la salvedad de que todas las conclusiones, teorías e
hipótesis que arriesgue de aquí en más son de mi plena y absoluta incumbencia, no
comprometiendo en absoluto la opinión de todos los especialistas citados hasta aquí. Y es
que comenzaremos, poco a poco, a perfilar hacia dónde apuntan nuestras especulaciones,
toda vez que las observaciones que venimos haciendo se imbrican, a nuestro parecer, en
una sola posibilidad explicativa. Así que, rápidamente, enumeremos otras anécdotas de esta
casuística que han llamado nuestra atención:
El Tribuno, Salta, domingo 4 de agosto de 2002:
En el campo de la familia Stock Capella, ubicado en el kilómetro 126 de la ruta 14 a pocos
kilómetros de Toay, apareció un novillo con gran parte de la cabeza quemada “como por un
fuego”.
18 de junio, Pringles, Buenos Aires:
“Estaban de cúbito estarnal, sobre sus patas, a diferencia de los otros, que estaban
echados”, detalló Mudrovcic”.
26 de junio, informe de Mario Bracamonte:
“...de la Universidad local. Al respecto, en la entrevista de esta mañana, nos confirmaron
que el primer vacuno encontrado en Berrotarán presenta:
En tejidos interiores, indica 48 horas de muerto.
En tejidos exteriores, indica 24 horas de muerto.
Esto que al parecer seria un contrasentido, abrió un nuevo y serio interrogante tanto a ellos
(los científicos), cuanto a nosotros que nos estamos preguntando ¿cómo es que una parte
del cuerpo murió antes y otra después?”
General San Martín, La Pampa, 27 de junio de 2002:
“...El animal, propiedad de Beatriz Agulnik, fue hallado en una posición extraña (con las
extremidades abiertas)”.
Edición digital del diario El Pueblo - Villaguay, viernes 28 de junio de 2002:
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“Al iluminar a ciertos animales mutilados con una luz negra aparece una mancha de un
polvo blanco, compuesto de potasio y magnesio”.
“Les envío esta fotografía muy extraña de una vaca mutilada en Maquijata, Santiago del
Estero, curiosamente tiene una pata enganchada en un arbusto. Se trata de una zona de
espeso monte. Publicada en el Liberal del 3 de julio de 2002.”
Y “Quique” Mario, el 12 de julio:
“En el último caso que les describí, el de un cerdo, en su boca presentaba una sustancia de
color negro, de características similares a la brea, visible en el sector en el que le faltaba la
lengua”.
Diario “El Liberal” de Santiago del Estero, 3 de julio de 2002:
Alto Bello, Choya (enviado especial). Las tres vacas lecheras encontradas en los cerros de
Maquijata muestran una coincidencia llamativa: están en una misma línea imaginaria
separadas entre sí por 1,5 y 2 kilómetros de distancia cada una de ellas.
A esto se le suma que en uno de los animales muertos, la corteza del pequeño Chalchal,
está absolutamente raspada en una de sus caras, desde la punta hasta el suelo.
Los policías que estuvieron en el lugar y baquianos, coincidieron en que esta prueba deja
una interpretación creíble: “Es como si el pesado animal hubiese sido arrojado desde el
aire”, conjeturaron los puntanos.
PRESENCIA INTELIGENTE
Indiscutiblemente, todo esto apunta a señalar la presencia “inteligente” (sea lo que fuese
esa “inteligencia”) detrás del fenómeno. Tan es así, que pocos días antes de emitir el
malhadado comunicado, el doctor Bernardo Cané, director del SENASA —sí, el mismo que
sugirió que en lugar del “chupacabras” habría que buscar al “chupaginebra” (la ginebra es
una bebida alcohólica similar al aguardiente)— comentó que la mortandad de vacas es
“habitual” para esta época del año y sostuvo que la ablación de sus órganos podría
obedecer a “casos aislados de prácticas esotéricas”. Afirmó esto apenas el 23 de junio,
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cuando además invocó al investigador francés Michel Grainger y su libro “Le Grand Carnage”
(Paris: Carrière, 1986) donde éste emplea —y Cané se apropia— la expresión “cirujanos
furtivos”.
Detengámonos un momento en este punto. Como dijéramos, esta declaración corresponde
al 23 de junio. El comunicado oficial del SENASA tiene fecha 1º de julio. Esto equivale a
decir que apenas una semana antes de lo que se llamó una “completa investigación”, aun
Cané estaba convencido de una presencia inteligente, una estrategia y una táctica detrás de
las mutilaciones. ¿Es creíble acaso que sólo siete días alcancen a este “científico” a variar
tan drásticamente su opinión, es decir, acumular hechos, contrastar evidencias, someter a
contraencuesta los testimonios, derivar a los departamentos correspondientes la evidencia
para su análisis, discutir con sus especialistas todas las facetas del problema y arribar a una
conclusión?. Si realmente así fue, su conducta fue totalmente anticientífica y en
consecuencia sus conclusiones carecen de todo rigor metodológico. Y si no fue así, siete días
sólo alcanzan si “de arriba” (de donde ustedes prefieran imaginar que es este “arriba”) llega
la orden de no avanzar en esa dirección y construir rápidamente una “tapadera” de todo el
asunto, cuanto menos periodísticamente creíble.
Si todo esto presupone una operación de “inteligencia” —no extraterrestre sino
gubernamental o paragubernamental— no es descolgada entonces la denuncia que el 14 de
junio hiciera un vecino de la localidad pampeana de Quemú-Quemú, de nombre Alfredo
García y encargado de la estancia “La Lonja” quien denunció haber recibido la visita de unos
hombres a bordo de una camioneta Ford Ranger, matrícula DAY 788, quienes le ofrecieron
comprarle algunos animales para unos “experimentos científicos”, a quinientos pesos por
animal pero con la condición de poder “abrirla ahí mismo y dejarla expuesta a los
elementos”, a lo que el campesino se negó. Luis Burgos, de la Federación Argentina de
Ovnilogía, en el informe que oportunamente produjera esa organización (“Operación Puesta
en Escena”, interesante y completo seguramente con información que no llegó a nuestras
manos, pues si bien no presenta la documentación casuística sobre la que basa sus
afirmaciones —cosa que nosotros haremos en el próximo número— hablan de 500
mutilaciones y 180 casos de avistamiento de “luces” contra los modestos 55 que nosotros
hemos logrado recabar, así como de 80 (?) vaciamientos de tanques de agua. Pero
debemos expresar nuestra disconformidad cuando allí se afirma —como también, ignoramos
por qué razones, otros investigadores han hecho— que “no existían antecedentes de
mutilaciones en Argentina”. Los remito a mi trabajo “Victoria, tierra de ovnis”, publicado en
“Al Filo de la Realidad” Nº 2 (24/05/2000), sostiene que seguramente ello fue una operación
de intoxicación o distracción. Muy probable. Lo lamentable es que nadie parece haber
profundizado la investigación en este sentido. Porque si la matrícula es falsa —o no
corresponde al vehículo de esas características— tenemos una acción doblemente dolosa: la
manipulación y el previo delito de robo de placa o compra de placa robada, y nadie se
embarcaría en una acción de consecuencias penales para hacer un simple chiste de mal
gusto. Y si la matrícula realmente corresponde a ese vehículo, ¿nadie decidió buscarlo para
preguntarle a su propietario qué hacía el 14 de junio en plena pampa?. No se necesita ser
detective ni contar con contactos oficiales para ello. A nosotros simplemente se nos ocurrió
ingresar en la página de la Dirección Nacional de los Registros Nacionales de la Propiedad
Automotor y Créditos Prendarios de la República Argentina (www.dnrpa.gov.ar) para
comprobar que, cuanto menos en los papeles, el propietario de ese vehículo vive en calle
Rivera Indarte 1303 de la ciudad de Córdoba, siendo su teléfono el (0351) 4741595. No
quiero resultar irónico, pero, ¿a ningún amigo investigador se le ocurrió hacer esto?.
¿Servirá este dato para invitar a nuestros colegas cordobeses a tratar de entrevistar a esta
persona o deberemos hacerlo nosotros mismos en un futuro viaje a esa localidad?.
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Para ahondar el misterio, dentro del contexto de mutilaciones varias ocurren episodios que
parecen más emparentados con el mal llamado “Chupacabras” que con el epifenómeno que
nos ocupa. Claro ejemplo es el siguiente testimonio:
Se ahonda el misterio - Ahora aparecieron diez ovejas muertas
Todos los animales fueron mordidos en el cuello y no hay explicaciones claras sobre
la matanza.
Juan Antonio Abarzúa de El Tribuno (16/08/2002)
Roque Desiderio Lera no podía salir de su asombro ayer: apenas se levantó, fue a ver su
majada de ovejas y se dio con una sorpresa terrible: 10 animales yacían muertos, y otros
cuatro luchaban por la vida en medio de charcos de sangre.
Los sucesos que derivaron en la matanza probablemente sucedieron entre la madrugada y la
mañana de la víspera en el paraje El Quipón, tres kilómetros al Norte de Cachi, a la vera del
río Calchaquí.
Desesperado por la pérdida de buena parte de su ganado, el pastor (42), puso
inmediatamente en alerta a la Policía, que envió un equipo de reconocimiento para determinar
las razones del extraño y feroz ataque.
También fue el veterinario Carlos Arjona, que el miércoles pasado había concurrido a examinar
los cadáveres de tres cabras halladas desangradas y con heridas de agudos y prominentes
incisivos de “un animal desconocido”, en el paraje Fuerte Alto, cinco kilómetros al Oeste de El
Quipón, a los pies del Nevado.
Estos casos, agregan la cuota de combustible necesaria como para que ardan con más fuerza
las llamas que alimentan el mito del chupacabras.
Sobre el caso de los caprinos, pese a las opiniones del profesional y a los relatos de los
testigos de los hechos —uno aseguró haber visto un extraño bípedo peludo de 80 centímetros
de alto y otro dijo haber descubierto huellas de un animal con dos dedos— el comisario Tomás
Oscar López dio la investigación por cerrada, al estimar que las muertes habían sido
producidas por el accionar de pumas, que habitualmente en esta época del año bajan de las
alturas, donde les es difícil hallar alimento.
LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD DE UNA HIPÓTESIS “NORMAL” (MÁS O
MENOS)
Ahora sí. Antes de entrar de lleno en la descripción de nuestra teoría, permítasenos
detenernos en lo que podríamos definir como una teoría explicativa —otra más— a mitad de
camino entre lo “natural” y lo “preternatural”. Es posible que sea una locura. O tal vez se
acerque más a la verdad. Fue arriesgada por uno de nuestros lectores (quien sólo se nos
identificó con su “nick”: “Master Cool”) quien la definió así:
“En realidad a mi parecer ninguna de las partes extraídas tiene alguna sustancia en especial,
una de las teorías que tengo acerca de esto es que es un animal que tiene puntos
preferenciales en su alimentación, si nos basamos en los hechos actuales podemos apreciar
que no sólo ha mutilado a vacunos sino que también a ovejas, y otros animales que no se han
dado a conocer en el periodismo; si lo vemos por el lado histórico en muchos países del
mundo ha sucedido esto y como veremos no es sólo preferencial por animales, podemos ver el
caso de un ciudadano de Brasil que presentaba características similares de mutilación al de los
animales antes citados, en todos estos casos no se han detectado enfermedades o toxinas,
que pudieran relacionarse con ese hecho.
Una de las características mas resaltantes de estos hechos es el no derramamiento o
hemorragias de sangre, esto se podría explicar con las bajas temperaturas que se han sufrido
en Argentina; a mi pensar esta criatura sustrae los órganos a su víctima por succión.
Imaginemos a una mosca gigante; esto explicaría muchas cosas, el zumbido que muchas
personas han escuchado antes de la mutilación de sus animales, también explicaría el no dejar
pisadas o rastros de haber arrastrado al animal, en cuanto a la luz que muchas personas han
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visto podría ser emitida por el mismo animal, podemos apreciar una luz natural en las
luciérnagas, ¿por qué no? este animal podría estar dotado de esta facultad.
Ahora el gran interrogante: ¿de dónde salió este insecto o animal gigante? se podría suponer
que es un dinosaurio que está vagando por el mundo, pero creo que lo más realista sería
pensar en que es una creación del hombre, se podría decir que la causa de su mutación podría
ser la experimentación con radiación, eso explicaría su luminosidad y su mutación en el
crecimiento, también se maneja la hipótesis de que este animal fuera la fusión de DNA
extraterrestre con DNA humano. Ahora ¿quién lo creó y para qué? En Argentina, los Estados
Unidos han pedido una autorización para colocar una base militar en la provincia de Tierra del
Fuego cuya petición ha sido prácticamente aprobada por el gobernador de dicha provincia, el
manifiesto de los habitantes ha sido completamente lo contrario, esto podría ser una excusa
para alojar dicha base en tierras argentinas.
Al examinar las mutilaciones profesionalmente yo apuntaría a la investigación de sustancias
desconocidas o DNA desconocido.
En cuanto al rigor mortis podría decir que el animal que produce estas mutilaciones secreta
algún tipo de sustancia para la no coagulación de las proteínas musculares y de este modo
acelerar la cicatrización y la no coagulación de sangre.
Espero que esto les pueda ayudar en algo. Desde ya muchas gracias por este espacio para
poder expresar lo que uno piensa.
Atte.: Master Cool.
¿Locura?. ¿Delirio?. ¿Una “pavada”?. Master Cool escribió esto el 27 de junio. Si alguno de
nosotros lo pensó y rió con suficiencia ante esta hipótesis, tal vez sentimos la sonrisa
congelarse cuando el 3 de julio leímos la siguiente noticia:
Periódico “El Liberal” de Santiago del Estero
Veterinarios encontraron insectos en las osamentas
Incógnita. Los profesionales encontraron dos insectos en el interior de los cadáveres vacunos.
Serán analizados para tratar de determinar si son los causantes del vaciamiento.
Frías, Choya (C) Los veterinarios santiagueños que el fin de semana último revisaron los
cuerpos de los animales vacunos mutilados en los cerros de Maquijata en la localidad de Alto
Bello, no precisaron con firmeza la causal de las muertes de estos vacunos, aunque admitieron
haber encontrado una extraña especie de insecto en el interior de las osamentas.
Así lo informó a EL LIBERAL, ayer por la mañana, el Juez del Crimen de esta ciudad, Dr.
Gustavo Cejas, quien se encarga de analizar las denuncias realizadas por los habitantes de
esta comunidad choyana ante la Subcomisaría de Villa la Punta.
Al parecer, los insectos que se encontraron en el interior de las osamentas son de
características desconocidas por los habitantes del lugar y por los mismos veterinarios quienes
definieron como una “anormalidad” encontrar este tipo de insectos dentro de los cadáveres.
La incógnita
Precisamente, la aparición de estos insectos es lo que llama la atención en la gente de la zona.
Además, aumenta la incógnita la no presencia de gusanos y el olor no es fuerte para los más
de seis días que llevan de muertos.
Y “El Tribuno”, de Salta, el 21 de julio, publica “La solicitud cursada a los científicos de la
UNSa (Universidad Nacional de Salta) pretende establecer precisiones sobre unos extraños
coleópteros (cascarudos) de grandes dimensiones hallados sobre los cuerpos de algunos de
los animales. Los facultativos, César Jiménez y Marcelo Choque, quieren determinar si el
insecto es carnívoro o no.”
Cosas veredes, Sancho...
APÉNDICE I
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Creíamos que era exageradamente redundante insertar, en el cuerpo central del informe, el
alud de críticas que desde diversos ámbitos —pero muy especialmente, del propio ámbito
académico— partió sobre las conclusiones del SENASA, apenas se hicieron públicas. Empero,
decidimos reproducir esas críticas en este apartado, a sabiendas de que posiblemente muchos
lectores, no compenetrados de los detalles de esta puja, podrían ingnorarlas y, en
consecuencia, admitir darle cierta credibilidad a tales “conclusiones científicas”. Lo que
continúa, entonces, es una transcripción de las más interesantes para el lector que desea
documentarse sobre el particular. A quien no le interese, mientras tanto, su remisión a este
“Apéndice” le obvia de tener que soportar esta lectura dentro del texto principal.
Nada más conocerse el informe del SENASA, una verdadera andanada de críticas partió
desde las trincheras más disímiles. Los mismos productores agropecuarios, veterinarios,
funcionarios regionales de gobierno, ovnílogos y periodistas señalaron las significativas
incongruencias del mismo. Como ya hemos señalado, aceptar la palabra del SENASA como
la explicación definitiva significaría tratar no sólo de ignorantes a nuestros hombres de
campo sino de poco menos que despistados fenomenales, porque si semejante matanza se
debe a estos roedores ello significa que les está llamando por demás la atención, justo
ahora, algo que siempre debió haber ocurrido. Pero más extraño resulta el devenir de las
propias actitudes de los máximos responsables científicos de esta entidad, quienes semanas
antes de informe tan lapidario habían “anticipado” de acuerdo a “sus investigaciones
preliminares” respuestas totalmente disímiles. Si a esto le sumamos el hecho que el informe
del SENASA se evidencia más como una operación política que como una encuesta
académica, el asunto toma otra perspectiva. Reunamos algunas declaraciones:
El Gobierno de la provincia descalificó ayer el informe oficial presentado por el Servicio
Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) sobre las causas de las muertes y
mutilaciones de decenas de bovinos, ya que la especie de “ratón hocicudo rojizo”, presunto
autor de las lesiones en las vacas, “no existe en la región de La Pampa”.
Así lo indicó el ministro de la Producción, Néstor Alcala, quien señaló que a los ratones de
esa especie “yo no los conozco, ni creo que formen parte de la fauna pampeana”.
En el mismo sentido se manifestaron veterinarios e ingenieros agrónomos. Gustavo
Siegenthaler, director del Museo de Historia Natural de La Pampa, indicó que “en los
relevamientos que hemos realizado, no se ha encontrado esa especie”.
Desde el año 1986 hasta 1992, el ingeniero agrónomo Siegenthaler encabezó un equipo
multidisciplinario que realizó un informe que se llamó “Relevamiento de los vertebrados de
la provincia de La Pampa”.
“Hemos colocado entre 70 a 120 trampas en cada noche y no hemos encontrado esa
especie, y en la bibliografía no existe citada”, aseguró.
El libro “Mamíferos de la Argentina”, del Instituto Miguel Lillo, señala que el “ratón hocicudo
rojizo” habita desde la Mesopotamia hasta el noreste de la provincia de Buenos Aires. “No
se puede haber extendido a otras áreas, porque ya se habría detectado”, indicó. “Y en el
caso de que fueran los autores de las mutilaciones, se supone que son poblaciones más o
menos importantes, por lo que serían de fácil localización, cosa que no ha ocurrido”.
Por su parte, la veterinaria Marta Paturlane dijo que “de las lesiones anatopatológicas (de
las vacas mutiladas) no se puede determinar que sea un ratón quien las causa”.
También, el médico veterinario Alberto Pariani —secretario académico y profesor de la
Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de La Pampa, con sede en Pico— una vez
conocido el informe del SENASA, consideró que “roedores en el campo siempre hay”, pero
“por ejemplo en los casos que asistimos al campo no vimos materia fecal de ratón”.
En tanto, se conoció ayer que apareció una vaca con mutilaciones en el campo “San Juan”
de Algarrobo del Águila, propiedad de Pablo Bravo.
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Alcala dijo que “el informe que ha hecho esta gente (por el SENASA, en base a la
investigación de la Universidad del Centro de Buenos Aires) será lo que ellos vieron, que no
sé si es coincidente con lo que sucede en La Pampa u otras regiones del país”, indicó.
El informe del SENASA dice que los vacunos mutilados murieron “por causas naturales” y las
lesiones posteriores producidas en piel y órganos de los animales, por depredadores, como
roedores y en algunos casos zorros.
El organismo sanitario trató, de ese modo, de poner paños fríos. Pero desde un principio
fueron pocos los que creyeron en su versión. Más teniendo en cuenta que el mismo día que
se conocía ese informe, el Gobierno uruguayo dictaminó que las mismas mutilaciones, en
esa zona, fueron producidas por otro animal, la avispa alemana.
¿CASI 50 ANIMALES MUERTOS POR OBRA DEL “GATO CHAQUEÑO”?
Sorpresa y una ola de opiniones en contra generaron las declaraciones efectuadas a FM de
la Comarca, de Río Colorado, por el director de Fauna Silvestre de la provincia de Río Negro,
Raúl Cardón, quien aseguró que las misteriosas muertes de vacunos en la región —que ya
llegan a unas 50— serían causadas por una especie de felino conocido como “gato
chaqueño”.
Según describió Cardón, se trata de una especie de unos 50 centímetros de alto, hasta un
metro y medio de largo, colorado o negro, con las extremidades traseras más altas que las
delanteras, lo que le da una forma algo extraña, y que en lugar de tener la cabeza redonda
como los felinos tiene una especie de hocico alargado, similar al de un animal como el zorro.
“Es un puma con manos cortas y más chicas. Y el lomo alto”, sostuvo el funcionario, en
comunicación telefónica desde la ciudad capital de Viedma.
También reconoció que su hipótesis está basada en relatos que le habían contado, ya que
nunca vio que el gato en cuestión atacara a vacunos, aunque sí a ovinos.
En su descripción, Cardón afirmó que, para cazar a sus víctimas, el felino sube sobre el
lomo de su presa, aún con vida, a la altura de los cuartos traseros.
Luego —según indicó el funcionario provincial— le produce una herida para comerle los
intestinos desde arriba, con lo cual el animal sigue caminando hasta debilitarse a causa de
la pérdida de sangre.
Cuando la víctima cae en el piso, el gato termina su faena comiendo la lengua y otros
órganos, aunque no precisó cuáles.
“Este gato data de los años '40, vino del norte y se adaptó a la zona, a pesar de las
diferencias climáticas obvias. Tenemos datos de muchos ovinos muertos, sobre todo en la
zona de cuchillas, donde se encontró una gata parida”, relató Cardón.
Por último, aseguró que aún los rastreadores avezados podrían confundir las huellas del
gato chaqueño con las de un puma chico.
NADA DE GATOS
Estas declaraciones generaron todo tipo de reprobación de la comunidad de Río Colorado,
casi inmediatamente de haber sido formuladas y difundidas por una radio local.
Según pudo averiguar este medio, el gato chaqueño existe en la provincia de Río Negro
desde mediados del siglo pasado, cuando, a través del tren, llegaba a la región una
innumerable variedad de animales, la mayoría de los cuales no logró adaptarse y, algunos
antes y otros después, terminaron extinguiéndose.
Sin embargo, el llamado gato chaqueño sí logró superar las barreras biológicas de la región
y sobrevivió. De todas formas, no es muy común verlo en los campos.
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“Tengo recuerdos del año '52, cuando vimos este animal que tenía una musculatura
parecida a la del zorro, con hocico largo y una agilidad tremenda, pero no creo que pueda
con un vacuno”, afirmó Néstor Otegui, un hombre que trabajó en muchos campos de la
zona.
Propietarios de cotos de caza o productores, como el caso de Víctor Tomaselli, siguieron en
la misma línea.
“No conozco a fondo cuestiones técnicas, pero me parece que un gato de estos, que no es
muy diferente a un gato montés, pueda matar un animal vacuno”, consideró. “Y menos diez
en una noche...”, agregó.
Entre las voces autorizadas, el veterinario José Cacciavillani descartó de plano la alternativa
de un animal como autor de estos hechos.
“Nunca un animal podría hacer algo de este tipo, porque no hay desgarro de carne y
tampoco se desangran, ya que al abrir nos encontramos con que la sangre está en el
interior de las vacas y las heridas están cauterizadas”, afirmó.
“Las vacas sufren una muerte totalmente súbita, sin ningún tipo de violencia. No agonizan
y, aun cuando se fueran desangrando, los cortes perfectamente geométricos y precisos no
coinciden con los que podría hacer un animal”, agregó el veterinario.
Cacciavillani, quien no negó que este felino pueda atacar ovinos —aunque dijo que
desconoce si esto sucede— fue todavía más allá en el análisis de la situación.
“Difícilmente un gato de este tamaño se pueda sostener sobre una vaca de más de 350
kilogramos cuando es atacada. Me inclinaría a pensar que, en tal caso, buscaría terneros o
animales menores”, consideró.
“Además, aun muerto el animal, no entiendo cómo se puede extraer completamente un ojo
sin derramar una sola gota de sangre”, añadió.
No obstante, el profesional no arriesgó hipótesis alguna.
“No puedo decir nada, porque aquí sucede algo que excede los conocimientos veterinarios y
permanentemente he tratado de no influenciar a nadie de manera irresponsable, porque a
mí también me resultan inexplicables estos hechos”, concluyó Cacciavillani.
El médico veterinario Horacio Hecker efectúa peritajes para la Policía de La Pampa desde
hace 15 años. Ha hecho cientos de necropsias sobre vacunos faenados en forma
clandestina, pero asegura que en sus 30 años como profesional jamás vio nada parecido a
lo que le tocó observar el jueves último, cuando tomó contacto con un animal que sufrió
extrañas mutilaciones y apareció muerto en la zona de Toay, muy cerca de Santa Rosa.
TN Noticias - 24 de Junio De 2002
“Lo que yo vi en las lesiones (de los vacunos analizados), por ejemplo, fueron
particularidades en la geometría y formas. Lo podría haber hecho una persona”.
Así se expresó el médico veterinario pringlense Juan Mudrovcic, durante una conferencia de
prensa brindada por el Círculo de Veterinarios de Coronel Pringles.
InfoBae.com, 29 de junio de 2002
Desde el INTA Bariloche se indicó que el insecto conocido como Chaqueta Amarilla, si bien
alimenta a sus larvas de proteínas animales, en esta época del año se encuentra retraído a
causa del frío.
Diario La Nueva Provincia, Bahía Blanca, República Argentina, viernes 28 de junio
de 2002.
Elsa Mensch y Liliana Arró, profesoras en Ciencias de la Educación se suman a los que aún
quieren encontrar una respuesta... y eso da la pauta que el cierre de este tema oficialmente
de una manera tan apresurada y poco convincente... no conformó a la mayoria...
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Diario “La Nueva Provincia”, Bahía Blanca, Argentina, 30 de junio de 2002.
Muchos Creen Que El Fenómeno Nunca Sera Explicado - Las pautas para desentrañar la
aparición de animales mutilados
Siguen apareciendo animales con extraños cortes. Sin embargo, como ya existe una
hipótesis oficial sobre el tema (indica que los vacunos murieron por causas naturales y
luego fueron atacados por carroñeros), es improbable que continúen las investigaciones.
Mientras surgen cada vez más quejas contra esa versión avalada por organismos
gubernamentales, dos especialistas bahienses en metodología de la investigación detallan
las pautas que se deberían seguir para echar luz sobre el tema.
Investigaciones extraterrestres, brutales ataques de avispas carnívoras, análisis de
científicos del primer mundo ansiosos por encontrar enfermedades en los vacunos de
nuestra pampa, macabros rituales sectarios y hasta perversos experimentos de la CIA.
De todo se dijo en los últimos 25 días para intentar aclarar cómo se produjeron las
mutilaciones de ganado en nuestra región, pero lo cierto es que muy poco se ha
comprobado para hallar una explicación que satisfaga, cuanto menos, a una gran parte de
la población.
Ni siquiera la versión oficial —que habla de que los vacunos murieron por causas naturales y
fueron mutilados por animales de carroña— resulta convincente para los productores que
han sufrido la mutilación de su ganado, algunos de los cuales han visto cortes en forma
circular o en ángulos de 90 grados perfectos, muy distintos de los que puede efectuar
cualquier animal salvaje conocido.
Lo cierto es que la hipótesis oficial —brindada por especialistas de las facultades de
Veterinaria de Rosario, Tandil y La Plata— quedará en pie de aquí en más, aunque sigan
apareciendo animales con laceraciones tan brutales como extrañas, tanques de agua
vaciados en una noche y luces extrañas.
A no ser, por supuesto, que se lleve a cabo una investigación como la que proponen las
profesoras en Ciencias de la Educación Elsa Mensch y Liliana Arró, ambas a cargo de la
cátedra Metodología de la Investigación del Instituto Superior en Ciencias de la
Comunicación Social, de Bahía Blanca.
Las profesionales, consultadas por “La Nueva Provincia”, mencionaron que, antes que nada,
se debería formar un equipo interdisciplinario para abordar el tema desde distintos ángulos.
“Lo ideal sería contar con biólogos, antropólogos, geólogos, patólogos, veterinarios y —por
qué no— personas que estudien fenómenos paranormales o baquianos, entre otros”, indicó
Mensch.
“Además, hay que sumar a un especialista en metodología que vaya chequeando paso por
paso, a fin de no dar ninguno en falso”, añadió Arró.
Ambas aclararon que encarar una investigación seria implica también ser muy cuidadoso y
crítico, abandonar creencias o sistemas de valores personales y trabajar con datos
constatables por la vía científica.
En cuanto a las hipótesis por abordar, Arró destacó que, antes de crear nuevas, deben
considerarse las de tipo histórico; es decir, las que han sido formuladas años atrás en otros
países donde han ocurrido fenómenos similares.
“En los Estados Unidos y Méjico se han abordado muchas hipótesis al respecto que no
fueron ni confirmadas ni disconfirmadas, salvo dos. A esas investigaciones habría que
revisarlas, porque ha pasado mucho tiempo”, sostuvo.
“En ese momento se confirmó, por ejemplo, que los cortes no fueron hechos con los
materiales conocidos en esa época (las décadas del '70 y del '80). Hoy, esto puede haber
cambiado, porque la tecnología ha avanzado mucho y quizá ahora sí se pueda averiguar con
qué fueron hechos”, añadió.
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Según su punto de vista, muy importante es desechar hipótesis que ya fueron
disconfirmadas, tanto para no perder valioso tiempo como para no confundir a la gente o a
los mismos investigadores.
En cuanto a las hipótesis nuevas, habría que incluir en las investigaciones el tema de la
desaparición del agua de tanques australianos.
¿Cómo se entiende que haya desaparecido el líquido hasta dejar los tanques totalmente
secos?”, se preguntó.
“Asimismo, hay que trabajar con alguien que entienda de suelos y pueda indagar sobre las
posibles señas que hayan sido dejadas en torno a los animales”, añadió.
Para Arró, resulta obvio que se debe apuntar a lo comprobable con hipótesis científicas y no
abordar explicaciones fantasiosas.
“En torno a estos casos, hay datos físicos y palpables cuya existencia no depende de si el
investigador cree o no cree en ellos. Tal es el caso del suelo donde fueron encontrados los
vacunos. Estos datos están y deben ser analizados con mucho rigor y bajo un control
metodológico muy serio”, recalcó.
ENTRE HIPÓTESIS INCORRECTAS Y OPINIONES DISPARATADAS
Mensch opinó que, luego de establecer los objetivos y las etapas de la investigación sobre
los casos, se debería avanzar en la conformación de un marco teórico que permita obtener
datos confiables e interesantes sobre las mutilaciones.
“En los casos presentados, esto es particularmente difícil porque existen muy pocos estudios
científicos al respecto”, remarcó Mensch.
“De todas formas, se deberían buscar informes que puedan abordar una parte del caso, o
bien fotos, informes y demás. También se pueden realizar entrevistas a personas
capacitadas”, agregó. “Cuanto más desconocido sea el fenómeno, más gente habría que
incorporar a la investigación. No se puede formular una hipótesis sin tener en cuenta todos
los elementos recopilados”, completó.
En relación a que hasta el momento se han planteado muchas hipótesis y ninguna ha sido
confirmada en forma satisfactoria para gran parte de la población, Mensch afirmó que esto
no indica necesariamente que los casos tienen que ver con algo sobrenatural.
“De hecho, la falta de explicaciones satisfactorias puede deberse a que no se ha planteado
la hipótesis correcta”, señaló.
Mencionó también que la aparición de explicaciones que poco tienen que ver con hipótesis
científicas puede haber obstaculizado las investigaciones.
“Son simples tentativas de personas que, como se diría, “tiran el lance” para ver qué pasa y
se manejan de acuerdo con lo que opina o cree la gente. El método científico, en forma
seria, se puede aplicar a cualquier disciplina, incluso a alguna que investigue el fenómeno
ovni. Pero no todo el que se dice investigador lo es...”, aclaró.
“Respecto de casos como estos, muchos periodistas y supuestos entendidos han aparecido
en televisión con teorías explicadas de forma tal que una gran parte de ellas se sustenta en
creencias. Hay que manejarse con mucha cautela. No me he enterado de que el tema haya
sido abordado desde una óptica netamente científica”, agregó.
Arró también se refirió al tema y consideró que en un contexto social algo más normal del
que hoy se observa en la Argentina, habría que preguntarse a quién le conviene que el tema
de las vacas mutiladas se resuelva de una forma o de otra.
“Días atrás, observaba un programa que creo que se llama Memoria (N. de R.: conducido
por Samuel Gelblung, en canal Azul) y a cada momento se planteaban hipótesis muy locas
sobre el tema, pero no se contestaba ninguna”, sentenció.
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“Además, se generaban silencios muy sugestivos y no hablaban especialistas serios, sino
opinólogos. En un momento me pregunté si esos programas tienen o no acuerdos con los
gobiernos, ya que, en lugar de informar, desinforman”, aseguró.
Para terminar, recordó un axioma que —a su entender— siempre debe tenerse en cuenta: a
la ciencia no le importa lo que es verdad, sino lo que puede demostrar.
“Hay grandes verdades que no pueden ser demostradas —explicó Arró—. Pasó así con la
Física Cuántica: Albert Einstein se dio cuenta a los 12 años de que la Física, tal como él la
conocía, estaba mal. Sin embargo, no pudo demostrarlo hasta que cumplió 46 ó 47 años.
Antes de Einstein, pese a que no existía quién la pudiera descubrir, la verdad era la misma,
única e irreemplazable”.
A MÁS DE 35 AÑOS DEL PRIMER CASO
* Hace 35 años, en el estado de Colorado (Estados Unidos), apareció muerto el primer
animal con la cabeza descarnada y sus órganos desmembrados.
* Aquel caso se dio en Alamosa, el 9 de septiembre de 1967, cuando la potranca Lady fue
hallada muerta y con varios de sus órganos extraídos con precisión de cirujano.
* Luego de este hallazgo, sobrevino una larga y misteriosa cadena de hallazgos de animales
y vacas mutiladas por todo el mundo.
* Según los expertos que analizaron los restos, la potranca —al igual que las vacas halladas
en Argentina— presentaba extraños tajos y cortes en su cuerpo. El informe precisaba que se
había “empleado algo especial para cauterizar las incisiones”. Para esa época —y pese a los
adelantos tecnológicos de Estados Unidos— aún no se había inventado el láser.
* Tal como sucede con las vacas y animales que aparecen muertos en campos de la
Argentina, en aquel primer caso público de un animal mutilado tampoco se encontraron
huellas cerca del cuerpo. Es más: las pisadas más cercanas que había dejado la potranca
terminaban a unos 30 metros de donde estaba su cuerpo.
* A partir de este incidente, comenzaron a aparecer vacas y otros animales muertos de
igual forma en varios lugares de Estados Unidos (los casos allí fueron más de 10 mil),
Europa y América Latina.
* Nunca se encontró una explicación satisfactoria, aun cuando las investigaciones se
extendieron por varios años y estuvieron a cargo de patólogos y científicos del FBI.
* Sin embargo, en la Argentina, donde se registraron unos 200 casos y las investigaciones
se desarrollaron en tiempo récord (15 días), patólogos universitarios y técnicos del Senasa
aseguran saber qué pasó: los animales murieron por causas naturales y sus cuerpos fueron
atacados por animales carroñeros. Por supuesto, son muchos los que no coinciden con esta
postura, casi tantos como los que se preguntan si se seguirá investigando.
Los investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto reiteraron ayer que el novillo
mutilado hallado en Berrotarán tiene “cortes netos” en la piel, por lo que se descarta que
haya sido atacado por predadores.
Admitieron que, en este caso, “en principio no se pueden aplicar las conclusiones obtenidas
por el Senasa”, que con base en un informe de la universidad de Tandil sindicó al ratón
hocicudo rojizo (oxymycterus rufus) como el principal autor de las mutilaciones a las vacas.
Jaime Polop, especialista de la Universidad Nacional de Río Cuarto en Ecología de las
poblaciones de roedores, aseguró que la presencia de este tipo de ratón es “mínima” en el
sur provincial y dejó entrever sus dudas con respecto a la posibilidad de que este animal
sea la clave para develar el misterio nacional.
Polop es profesor asociado del departamento de Ciencias Naturales de la Facultad de
Ciencias Exactas, tiene 22 años como docente investigador en la UNRC y hace más de 24
que se dedica a estudiar roedores. Aseguró que si bien el ratón hocicudo rojizo es omnívoro
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y se alimenta de materia orgánica de origen vegetal y animal, es “muy raro” que consuma
carne de animal muerto.
“La información de la universidad de Tandil es la primera que nos llega de que los
oxymycterus tengan este tipo de comportamiento alimentario. No teníamos antecedentes
científicos en este sentido”, afirmó, con cautela.
Sin ánimo de confrontar con el informe del Senasa, Polop se limitó a señalar que, en el
universo de casos registrados en el país puede haber diferentes causas de las mutilaciones.
Sí, Polop llamó la atención sobre la cantidad de roedores que deberían haber actuado para
producir las lesiones registradas en las vacas y descartó que esta especie de ratones pueda
producir cortes netos en la piel de otros animales para alimentarse.
“El oxymycterus tiene dientes en forma de cincel y es imposible que con esa dentadura
produzca cortes netos en la piel de un animal. El tipo de mordedura es semejante al de
cualquier ratón que roe la madera, que jamás podrían confundirse con cortes quirúrgicos”,
definió.
Remarcó que el ratón hocicudo “no es un predador”. “Normalmente cuando un predador,
como el zorro, comienza por la zona de vísceras, sigue consumiendo desde la misma herida
abierta. Que haya lesiones en la boca, el vientre, el ano y que se repita el patrón me llama
muchísimo la atención”, agregó Polop.
“Los oxymycterus habitualmente se encuentran en muy bajo número en las poblaciones de
roedores de la región, por lo que es difícil imaginar un ataque masivo a las vacas muertas.
Esta especie de ratones generalmente se encuentra en lugares cercanos a cursos de agua y
tengo entendido que esto no se da donde fue hallado el animal de Berrotarán”, puntualizó.
Agregó que le cuesta creer en un cambio tan rotundo de hábitos alimentarios en los
hocicudos rojizos y advierte que si fueran los responsables, en el novillo mutilado y en sus
inmediaciones debería encontrase su materia fecal.
MÁS ESTUDIOS
Por su parte, el vicedecano de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UNRC, Aníbal
Bessone, indicó que antes del fin de semana se contará con nuevos estudios
histopatológicos sobre los cortes del animal hallado en Berrotarán. “En Tandil no se ven
cortes netos sino festoneados o desgarrados y tienen probada la presencia del roedor al
menos en tres o cuatro casos de los 30 (animales mutilados). Vamos a consultarlos y a
seguir investigando. Nos gustaría tener más casos vistos para dar una conclusión general”,
subrayó.
Además de los catedráticos de la Universidad Nacional de Río Cuarto, también hubo algunos
profesores de la Universidad Nacional de Córdoba que expresaron sus reparos sobre la
posible incidencia de ese tipo de ratones sobre reses muertas. No obstante, por ahora no
expresaron una postura oficial sobre el tema.
El Gobierno de la provincia descalificó ayer el informe oficial presentado por el Servicio
Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) sobre las causas de las muertes y
mutilaciones de decenas de bovinos, ya que la especie de “ratón hocicudo rojizo”, presunto
autor de las lesiones en las vacas, “no existe en la región de La Pampa”.
Así lo indicó el ministro de la Producción, Néstor Alcala, quien señaló que a los ratones de
esa especie “yo no los conozco, ni creo que formen parte de la fauna pampeana”.
En el mismo sentido se manifestaron veterinarios e ingenieros agrónomos. Gustavo
Siegenthaler, director del Museo de Historia Natural de La Pampa, indicó que “en los
relevamientos que hemos realizado, no se ha encontrado esa especie”.
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Desde el año 1986 hasta 1992, el ingeniero agrónomo Siegenthaler encabezó un equipo
multidisciplinario que realizó un informe que se llamó “Relevamiento de los vertebrados de
la provincia de La Pampa”.
“Hemos colocado entre 70 a 120 trampas en cada noche y no hemos encontrado esa
especie, y en la bibliografía no existe citada”, aseguró.
El libro “Mamíferos de la Argentina”, del Instituto Miguel Lillo, señala que el “ratón hocicudo
rojizo” habita desde la Mesopotamia hasta el noreste de la provincia de Buenos Aires. “No
se puede haber extendido a otras áreas, porque ya se habría detectado”, indicó. “Y en el
caso de que fueran los autores de las mutilaciones, se supone que son poblaciones más o
menos importantes, por lo que serían de fácil localización, cosa que no ha ocurrido”.
Por su parte, la veterinaria Marta Paturlane dijo que “de las lesiones anatopatológicas (de
las vacas mutiladas) no se puede determinar que sea un ratón quien las causa”.
También, el médico veterinario Alberto Pariani —secretario académico y profesor de la
Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de La Pampa, con sede en Pico— una vez
conocido el informe del SENASA, consideró que “roedores en el campo siempre hay”, pero
“por ejemplo en los casos que asistimos al campo no vimos materia fecal de ratón”.
El informe del SENASA dice que los vacunos mutilados murieron “por causas naturales” y las
lesiones posteriores producidas en piel y órganos de los animales, por depredadores, como
roedores y en algunos casos zorros.
El organismo sanitario trató, de ese modo, de poner paños fríos. Pero desde un principio
fueron pocos los que creyeron en su versión. Más teniendo en cuenta que el mismo día que
se conocía ese informe, el Gobierno uruguayo dictaminó que las mismas mutilaciones, en
esa zona, fueron producidas por otro animal, la avispa alemana.
El Diario de La Pampa. Martes 9 de julio de 2002
El veterinario Horacio Blanchard dijo que el Senasa debería seguir estudiando y explicar qué
cambios se están produciendo para que el “hocicudo rojizo” provoque las mutilaciones.
Además, aseguró que “ningún ciudadano debe tolerar ya más soberbia de ningún
funcionario del Estado”, por la manera en que el presidente del Senasa dio a conocer el
informe.
Las conclusiones a las que llegó el Senasa respecto a la mutilación de bovinos, sigue
provocando algunas reacciones. La aparición del ratón “hocicudo rojizo”, que junto con
zorros y aves de rapiña, habrían producido los daños en los animales, no conforma a mucha
gente.
El médico veterinario y productor agropecuario Horacio Blanchard —quien encontró en su
campo de Coronel Pringles un novillo al que le faltaba un ojo, la lengua, el recto y la
quijada— entendió que es necesario que el Senasa explique qué modificaciones se están
produciendo ecológicamente para que el ratón “hocicudo rojizo” cambie sus hábitos y
produzca además las mutilaciones. Recalcó que en sus 30 años de veterinario y de vivir en
el campo, nunca vio nada similar.
Atacó duramente la forma en que el presidente del Senasa, Bernardo Cané, presentó el
informe y dijo que “ese tono soberbio cualquier funcionario político hoy debería dejarlo de
lado”.
En diálogo con EL TIEMPO, Blanchard destacó como un detalle importante, que con el frío
murieron en su campo 6 terneros con diagnóstico de neumonía, “en un lapso de tiempo
espaciado. Esto es bastante normal, pero uno solo presentó estas características, los otros
no presentaron ninguna cosa rara. Desde la óptica del ratón “hocicudo rojizo” sería difícil de
explicar por qué se comieron uno solo y los demás estaban perfectamente normales”.
De la conclusión a la que arribó el Senasa, indicó que “no me sorprende, pero a mí lo que
me molesta es la soberbia de funcionarios que trabajan en una institución como el Senasa
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que se equivocó tan feo y con tanto costo para el país con el control de la Fiebre Aftosa, por
lo que deberían tener, empezando por el señor (Bernardo) Cané —presidente del Senasa—
bastante menos soberbia de la que demuestra tener riéndose de la gente, no en mi caso
que nunca dije nada. Ese tono soberbio cualquier funcionario político hoy debería dejarlo de
lado, sobre todo viniendo de un organismo que con un diagnóstico equivocado causó tanto
daño al país”.
Sobre el papel que desarrolló esta institución dijo que “si este funcionario Cané, del cual me
reservo la opinión porque lo conozco, estuvo o no estuvo cuando pasó lo de la Aftosa, no
me importa. Lo importante es que él dirige el Senasa que fue en gran parte el culpable del
enorme error por la forma en que quisieron controlar la Aftosa, que se equivocaron, y
después querer ocultarlo. Entonces deberían tener mucha menos soberbia para dar esta
noticia de los ratones hocicudos”.
Agregó que “ningún ciudadano debe tolerar ya más soberbia de ningún funcionario del
Estado y de ningún político”.
MÁS ESTUDIOS Y EXPLICACIONES
El médico veterinario entendió que lo que sí debería explicar el Senasa, “en caso de ser el
ratón, que yo no digo que no sea, es por qué se ha producido este cambio, porque el ratón
“hocicudo rojizo” no es un ratón que apareció ahora, hace muchos años que está en el
campo. Entonces el Senasa, en vez de hablar en tono sobrador y creer que ya terminó todo,
debería buscar explicaciones sobre qué está pasando ecológicamente para que este ratón
cambie el hábito y además empiece a producir estas cosas”.
Como hombre de campo aseguró que “de lo que sí no hay dudas es de que a estas cosas no
las producía. Ningún funcionario del Senasa vive en el campo, nosotros sí vivimos en el
campo, esto es importante”.
Blanchard agregó sobre el estudio que “es una explicación simplista, conviene seguir
estudiando. No quiero para nada polemizar, porque es probable que tengan razón, además
lo único que siempre dije es que con 30 años de veterinario y 30 años de vivir en el campo,
nunca vi un animal así. Nada más, después que cada uno busque una explicación. Lo que no
estoy dispuesto a tolerar más es el tono despectivo que usaron estos funcionarios que
representan a una institución de actuación realmente lamentable en estos últimos años”.
Con las conclusiones de la investigación que realizaron, lograron sacar al tema del centro
del debate. Respecto a esto, el veterinario manifestó que “ellos son especialistas en esto,
pero lo que me interesa es que sigan trabajando para determinar qué estamos cambiando
en la ecología para que se produzca este cambio en los ratones; si ahora van a empezar a
hacer una medición de población para ver si se debe a un cambio de hábito del ratón
hocicudo rojizo o a un aumento de la población. Eso es lo que nos deberían haber explicado
y deberían tener un poquito más de respeto”, concluyó.
“El Senasa, en vez de hablar en tono sobrador y creer que ya terminó todo, debería buscar
explicaciones sobre qué está pasando”, dijo Blanchard.
El Tiempo, Azul, Buenos Aires. Miércoles 10 de julio de 2002
El médico veterinario Alberto Pariani —secretario académico y profesor de la Facultad de
Veterinaria de la Universidad Nacional de La Pampa, con sede en Pico— reiteró ayer ante
esta hoja que en los casos “que asistimos al campo no vimos materia fecal de ratón”.
Pariani es uno de los profesionales de esa Facultad que están estudiando los casos de las
vacas mutiladas. En el departamento de Patología de esa unidad académica hay 15
cadáveres mutilados remitidos desde diversos campos pampeanos.
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Ese departamento ya descartó la posibilidad de que hayan muerto de enfermedades
infecciosas. Y pretenden realizar un diseño experimental. “Si pienso en un tipo de animal
que pueda hacer ese tipo de corte, yo no lo conozco”, dijo Pariani.
Esos especialistas, aunque no lo dicen, ven con desconfianza la teoría esbozada por la
Universidad del Centro por las siguientes razones: no hay poblaciones en nuestra provincia
de ratones hocicudos rojizos, y los zorros desgarran cuando comen, lo que no se condice
con la presencia de cortes netos.
“Nosotros no podemos decir que sí o que no hasta que confirmemos una hipótesis y
presentemos y comprobemos otra”, sostuvo el profesional.
NO EXISTE
Gustavo Siegenthaler, director del Museo de Historia Natural de La Pampa, sostiene que “en
los relevamientos que hemos realizado, no se ha encontrado esa especie” de ratón hocicudo
rojizo. Desde el año 1986 hasta 1999, el ingeniero agrónomo encabezó un equipo
multidisciplinario que presentó un informe que se llamó “Relevamiento de los vertebrados
de la provincia de La Pampa”, sin que se haya detectado —pese a colocar de 70 a 120
trampas por noche en los campos— la presencia de esa especie en la región. La especie vive
en el norte: el libro “Mamíferos de la Argentina”, del Instituto Miguel Lillo de Tucumán,
señala que el “ratón hocicudo rojizo” habita desde la Mesopotamia hasta el noreste de la
provincia de Buenos Aires. “Ese bicho no está en La Pampa, así que busquen otro culpable”,
resumió ayer Siegenthaler.
El Diario de La Pampa. Jueves 11 de julio de 2002.
¿OXINDOL?
El subsecretario de Asuntos Agrarios, ingeniero Juan Isequilla, indicó que “no puedo
corroborar ni desestimar” la sospecha de que un tóxico o un cáustico narcótico haya
producido la muerte de las vacas que luego aparecen mutiladas en la zona de Santa Isabel,
ya que faltan realizar los análisis de laboratorio.
“Para tener un diagnóstico fehaciente hay que mandar las pruebas a laboratorio, para hacer
los diagnósticos histopatológicos y químicos, entre otros”, expresó luego de que El Diario
publicara ayer un informe de dos necropsias realizadas por una veterinaria en el oeste
provincial en las que —por primera vez— se sospecha que murieron al aspirar o ingerir un
tóxico.
Es un estudio presentado por la doctora Marta Paturlanne, perito policial y encargada de la
delegación Santa Isabel de la Dirección de Extensión Agropecuaria del Ministerio de la
Producción, quien, además, sostiene que las lesiones no son producidas por animales
conocidos ni por la acción humana. Paturlanne presentó dos carpetas donde constan “El
Caso de La Pastoril” y “El Caso del Puesto de Sosa”, en el oeste provincial. En ambos se
describen las lesiones patrones, como la falta de musculatura en las mandíbulas, la lengua,
la tráquea y los órganos sexuales, entre otros.
La profesional desliza la posibilidad de que por lo menos dos animales (de los siete casos a
los cuales ha concurrido) murieron por la aspiración de un “cáustico narcótico” o “tóxico”,
porque “haciendo una disección se observa que tiene afectada la parte de la tráquea y
paladar duro”. Eso habría producido un paro de las funciones cardiorrespiratorias.
“La mucosa del paladar duro de la boca está como mutilada, hasta carbonizada”, indicó en
su informe. Isequilla señaló, por otra parte, que “nosotros no compartimos con el SENASA
que el roedor que ellos determinaron —y que nosotros no somos quién para negar si lo han
trampeado y lo han visto en la provincia de Buenos Aires— sea este ratón hocicudo”.
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TERCERA PARTE
Uno de los episodios más significativos de toda la casuística —pese a no estar acompañado
de apariciones de ovnis, teleportaciones ni otros fenómenos periféricos extraños— es el
ataque sufrido por un “guanaco” (camélido común en el sur argentino) en Península Valdés,
provincia de Chubut. El animal apareció muerto literalmente en la misma playa junto al
mar, tras deambular desde unos médanos cercanos. El hecho, difundido por Néstor García,
Director del Área de Conservación del Organismo Provincial de Turismo, el 22 de junio, tiene
a nuestro criterio una alta cota de extrañeza porque si existe una zona que le es totalmente
ajena al “hocicudo rojizo” —y ni hablar de la avispa “chaqueta amarilla”— es precisamente
una invernal playa marítima, con extensiones desérticas, típicas de la Patagonia, por
decenas de kilómetros. Esto se supo precisamente el mismo día que profesionales de la
Facultad de Veterinaria de la ciudad bonaerense de Tandil, abocados a la investigación de
los sucesos, admitieron oficialmente que las mutilaciones fueron realizadas por “un ser
inteligente”, descartando de plano la acción de cualquier depredador natural.
Y convengamos que tan extraño es encontrar esos roedores en la desolada meseta
patagónica como hallarlos en plena Cordillera de los Andes, a más de cuatro mil metros de
altura sobre el nivel del mar, como le ocurrió al geólogo Carlos Taballione, quien, afectado
al trazado de una ruta en la provincia de Jujuy, ya en agosto del año 2000 había hallado
una media docena de animales mutilados en una forma totalmente idéntica a la que en
estos meses estaba ganando las páginas de los periódicos. “Todos, presentaban los mismos
signos de las que han abierto el inconcluso y por ahora inexplicable capítulo de las “vacas
mutiladas”: no tenían ojos, lengua, carne ni cuero sobre los maxilares inferiores. Tampoco
despedían olor ni atraían a las moscas. Los cóndores, los carroñeros alados más poderosos
del mundo y que en familia pueden dar cuenta de una res de gran tamaño en menos de dos
horas, parecían ignorar estos cadáveres. Y no sólo eso: también recordé que entre los casos
recientes y el que yo presencié, hubo más similitudes: las bestias parecían haber caído
fulminadas al unísono y no haber hecho ni un solo movimiento una vez que tocaron el suelo.
A su alrededor no había huellas, salvo las propias, interrumpidas por una muerte súbita e
instantánea. Era como si ni siquiera se hubiesen desequilibrado antes de expirar. No
dejaron marcas de haber realizado pasos erráticos ni haber luchado por seguir existiendo.
Pero había más cosas extrañas: todas cayeron en la misma dirección, sobre su flanco
derecho, con sus cabezas apuntando hacia el Norte y formando una circunferencia casi
perfecta de 100 metros de radio”.
O podríamos extraer el caso del perro que el 10 de julio fue encontrado en los fondos de la
vivienda donde habitaba, en la ciudad norteña de Catamarca, una vivienda totalmente
perimetrada de un muro —como para aventar toda posibilidad de que una horda de
roedores carnívoros hubiera penetrado desde zonas aledañas— sin lengua, ojos, tráquea,
aorta, parte de sus extremidades y una gran porción del cuero, que apareció como cortado
con algo filoso. Tenía la cabeza despellejada y le faltaba toda la sangre. ¿Así ataca el
“hocicudo”?.
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Berrotarán, La Pampa
Obsérvese con atención esta fotografía. Según los expertos del SENASA, el “oxymicterus rufus” (el
ratón hocicudo rojizo) depreda penetrando en el cuerpo del animal por los orificios naturales
excavando un túnel que lo lleva a las partes blandas, que son las primeras en descomponerse,
facilitando su deglución. Pero como observamos en esta placa (y como podemos constatar en
muchísimos otros documentos gráficos) se ha procedido al corte en forma geométrica de un sector del
cuero del animal, llegando a las aponeurosis musculares que no son en absoluto lesionadas por la
alimaña. ¿Cómo congenia este hecho con la especulación teórica sobre la forma de atacar del roedor?
Las explicaciones convencionales también ignoran los cortes geométricos encontrados, en
muchos casos, sobre los cadáveres. Ya se trate de círculos perfectos de donde se extrajo el
cuero que cubría esa parte del animal, ya otros, un corte presuntamente artificial es
también revelador de una “intencionalidad”, esto es, de una acción inteligente y de un
“sentido”. Si el “sentido” es la consecusión de un concreto propósito o tiene un significado
simbólico, eso es lo que debe develarse aún. Pero estaremos en condición de arriesgar
algunas explicaciones. (“La vaca presentaba un corte longitudinal de 60 cm de largo en la
cabeza por debajo del ojo hasta atrás de la rama posterior de la mandíbula, de ahí otro
corte perpendicular hacia abajo y un tercer corte que iba de éste hacia los dientes incisivos,
es decir formando un triángulo casi perfecto.”) (“El corte presentado era en forma de
lágrima y con la particularidad de que las vísceras no caían, indicando un corte con mucho
cuidado de no maltratar los tejidos que sostienen los órganos.”). Esos cortes,
presuntamente, habrían sido realizados, según la opinión de los primeros especialistas que
se acercaron al terreno, con un “bisturí eléctrico” o “termocauterio”. En muchos casos, y sin
acudir a rayos láser de dudoso origen —más que la imaginación ardiente de algunos— el
posible empleo de los mismos es motivo suficiente para explicar los hechos. Por
consiguiente, si hemos de continuar hablando de este instrumento es ideal que lo
conozcamos un poco mejor.
El termocauterio es un elemento utilizado por los veterinarios.
Es de fácil manejo y genera una temperatura de más de 700
grados centígrados. Ofreciendo la posibilidad de usar distintos
tipos de puntas, se puede realizar cualquier corte en un animal
sin que sangre. Esto es, cauteriza a medida que va cortando.
El electrobisturí, es un equipo electrónico, generador de
corrientes de alta frecuencia, con las que se pueden cortar o
eliminar tejido blando. Los bisturís eléctricos no son equipos muy
recientes, aparecen alrededor de 1925, pero los avances
tecnológicos en lo que va de siglo, han provocado unas mejoras
sustanciales, que confieren a las nuevas generaciones de equipos, unas prestaciones y una
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seguridad impecables. Hemos pasado así a disponer de potencias más amplias, con
tamaños más reducidos gracias a la inclusión de tecnología de semiconductores. Por otra
parte los materiales y los aislamientos han alcanzado unos índices de seguridad y fiabilidad
impresionantes. El perfeccionamiento de los accesorios, su variedad y versatilidad, han
hecho posible que el electrobisturí sea uno de los equipos de cirugía más prácticos y útiles,
en gran número de intervenciones quirúrgicas. Si bien en líneas generales sería el más
identificable con los procesos que estamos describiendo, tiene un gran inconveniente:
precisa una fuente de alimentación de 220 V. Si se exceptúa la posibilidad de que sus
hipotéticos operadores se hubieran desplazado con unidades generadoras independientes —
voluminosas, incómodas y ruidosas— es difícil comprender cómo pudieron operar con los
mismos en el terreno de los hechos. Claro que siempre cabe la posibilidad —sobre todo
cuando comencemos a explorar la posibilidad de una operación militar encubierta— de que
se cuente en determinados estratos con avances tecnológicos (como uno hipotéticamente
capaz de generar esos 220 V sin necesidad de grandes parafernalias) que los obvien. El
problema es que si nos quedamos en la especulación de que “tal vez” “alguien”, en algún
lugar de este planeta y seguramente bajo un uniforme, esconde vaya a saberse qué
secretos electrónicos que podrían estar aplicándose en casos como este, pues nos
quedaremos precisamente en eso: una mera especulación, y no habremos avanzado
absolutamente nada en el camino hacia la verdad. Por ello, tratemos de extraer nuestras
conclusiones a partir de lo que sí sabemos.
“Notándose en el ternero que además del cuero en la zona del pene, más exactamente
cuando se cortó la uretra, ésta tenía un corte que demostraba calentamiento pues había
dejado residuos carbonosos y cauterización.” (...) “presentaba a simple vista la faltante del
pabellón auricular izquierdo, con un corte hecho a fuego, no encontrándose el órgano del
oído.” (...) “Todos los cortes salvo el de la mejilla y lengua que son en forma recta, tenían
forma circular presentando las mismas características de depilación cercana al corte y
manifestación de temperatura, precisos y sin desgarro alguno”.
San Martín, Buenos Aires.
Además de la factura inteligente, en muchos casos en proceso mutilatorio demuestra una
“selectividad”. Tómese como ejemplo este caso: “Se encontraron mutilados en este caso en
un mismo lote una vaca en posición cúbito ventral (echada como liebre) faltándole como
siempre, la mejilla izquierda y el órgano de la lengua, teniendo siempre como en todos los
casos el aspecto de osamenta, o sea que se retiró todo tipo de tejido salvo el óseo. Los
cortes sobre el cuero también son en forma netamente rectilínea y con depilación a los
pocos milímetros del corte indicando a simple vista temperatura. A unos 200 metros se
encontraba una ternera que estaba en posición cúbito lateral (echada de costado), que le
faltaba mejilla izquierda, pabellón auricular y ano. Estos dos últimos cortes eran de forma
circular con la misma sintomatología de todos los anteriores. Ninguno de los dos casos
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presentaban indicios de forcejeos o marcas de patadas en el suelo, tampoco se encontraron
huellas circulares o “cosas raras”. La ternera estaba ubicada a escasos 10 m de un tendido
de alambre eléctrico fijo (hecho con varillones de madera) que no presentaba ningún corte
ni malfuncionamiento. A otros 300 m del lugar se encontraba otro ternero que murió de
causas naturales pues no presentaba ninguna mutilación visible contrastando perfectamente
las diferencias entre las dos muertes”. Para nosotros, la pregunta del millón es: ¿cómo el
hocicudo rojizo decide atacar dos de tres animales —respetando a éste último en su afán
depredatorio pese a hallarse tan próximo— cuando en otras ocasiones no parecen detenerlo
ni los cauces de agua, ni las rutas, ni centenares de kilómetros?
“A pesar de que el bovino murió hace varias semanas, este lunes fue encontrado con las
extrañas huellas por lo que dio aviso a las autoridades...”. Es reiterativo el caso donde los
productores agropecuarios encontraban animales muertos intactos que, al ir a revisarlos,
enterrarlos o quemarlos un par de días después, entonces sus cuerpos mostraban las
mutilaciones de rigor. Señalamos esto porque una de las fantasías que se aventó desde un
principio es que la propia muerte de los animales parecería constituir un factor de
extrañeza, y esto no es así: casi con seguridad en la gran mayoría de los casos los
animales murieron por causas naturales, y luego sobre ellos se practicaron las mutilaciones.
Enfermedades como la llamada “mancha”, hipomagnesemia, meteorismo, desnutrición, han
sido algunas de esas causas. Pero unos pocos casos, sólo unos pocos, no admiten esas
explicaciones: la muerte, aun cuando permaneció con causas desconocidas, fue seguida tan
inmediatamente por la mutilación que todo indica que la una fue provocada para practicar la
otra.
Es paradigmático este caso:
Una hora. Ese fue el tiempo en que el productor Enrique Kampmeier tardó en regresar a
buscar una vaca que se había retrasado mientras trasladaba al resto del ganado, cerca de
trescientas en 430 hectáreas, de un cuadro a otro. Cuando llegó, el animal ya estaba
muerto y mutilado.
¿Es posible que las mutilaciones se produzcan con el animal vivo? Al menos, esta posibilidad
podría deducirse de los hechos que relata Kampmeier.
“La vaca estaba un poco mareada. Se quedó parada y no caminó más. Si bien no nos
acercamos mucho, porque debíamos llevar a la aguada al resto del ganado, es indudable
que algo ya había pasado”, aseguró Kampmeier.
Este es el primer caso de una res que aparece mutilada, cuando tan sólo sesenta minutos
antes había sido observada con vida.
Según el productor, a la vaca —del tipo careta, mezcla Angus y Hereford, de 450 kilos— le
faltaba el ojo izquierdo, el ano y tenía la lengua cortada. A diferencia de otros casos, aquí
estaban las orejas y la ubre, por ejemplo.
—¿Puede alguien haber ingresado al campo por otro lado, mutilar a la vaca y escaparse?
—No, es imposible. Si sólo estamos a 700 metros y, como pueden observar, el terreno
totalmente plano. Además, nosotros estábamos ahí. Insisto: eso es imposible.
—¿No sintieron ningún ruido? ¿No había olores alrededor?
—No. Tras la primera sorpresa, lo que hicimos, en forma instintiva, fue mirar hacia el cielo.
Luego nos pusimos a buscar en los alrededores. Inclusive, mi hijo hizo una recorrida hasta
los alambrados. Y nada.
“También hicimos consultas con nuestros vecinos, que justamente estaban trabajando esa
tarde. Y no vieron, ni sintieron nada”.
—¿Tampoco huellas, ni sangre en los alrededores?
—Nada. Tampoco ningún animal raro, o algo que pueda haber provocado esas heridas. Lo
único que se advierte es que movió un poco las patas mientras estaba tirada. Nos dimos
cuenta por el desplazamiento de tierra en ese lugar.
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—¿Y el animal tampoco tenía restos de sangre?
—No. La sangre estaba coagulada. Como si se hubiera trabajado prolijamente en círculos.
“Lo único que nos llamó la atención es que en principio el ganado no quería dirigirse a la
aguada. Esto lo hacemos siempre y ellas lo hacen naturalmente, pero esa vez tuve que
empujarlas con la camioneta”.
EL CHUPACABRAS?
Las extrañas y bien consensuadas apariciones del Depredasangre, el así llamado IEA
(Intruso Esporádico Agresivo) o, más comúnmente, “Chupacabras” reportado en decenas
de casos durante parte de 2000 y 2001 en la vecina República de Chile, especialmente al
norte de ese país, muy próximo, casualmente, de la provincia donde este y otros sucesos
han ocurrido. Es interesante que un fenómeno que si bien había sido identificado por los
ignaros de siempre como vinculado al mítico “Chupacabras” desde un principio y desde la
prensa sensacionalista fue claramente diferenciado de tal hasta por los mismos reporteros
noticiosos que cuanto menos se encargaron de documentarse medianamente sobre las
características mutilatorias, es interesante, decía, que hacia los tramos finales de esta
oleada de mutilaciones aparezcan, sorpresivamente, depredaciones con claras señales que
parecen responder a esa entidad. ¿No les llama particularmente la atención el cuadro que
estamos describiendo?. Poco después de comenzar las mutilaciones masivas, se produce
una “oleada” de apariciones OVNI que es enmascarada periodísticamente, precisamente por
esas mutilaciones. Y hacia finales de la misma, hace su aparición el extraño ser que tanta
polvareda viene levantando en vecinos países con algunos escasos ataques que si hubieran
sido la única noticia insólita del año habrían acaparado una atención que ahora les fue
esquiva por estar la prensa saturada, cansada y hasta hastiada de tanta especulación
extraterrena en esos meses. La “oleada mutilatoria” disimuló la oleada OVNI y las
apariciones del Chupacabras, o al menos eso parece. ¿Y es esto casual?.
INCISIONES EN FRÍO EN LAS MUTILACIONES
Un artículo de Franco Almacolle
De los recientes casos de mutilaciones sucedidas en Argentina y las incursiones del
chupacabras en Chile se pueden notar algunas similitudes, no obstante los dos fenómenos
son de características diferentes entre ellos. Me refiero en modo particular al tipo de heridas
e incisiones encontradas en los cuerpos de los animales mutilados en Argentina y sobre los
cortes en algunas estructuras de metal hechas por el chupacabras en Chile durante sus
incursiones nocturnas. ¿Qué presentan estos dos fenómenos en común?. Veamos. Se pudo
constatar que precedentemente el chupacabras tiene éxito de alguna manera en romper los
cercos que protegen los establos, se han visto los hierros rotos como si el predador
estuviese dotado de las herramientas necesarias para hacerlo. Fueron examinados los
cercos de metal y se pudo constatar cómo estos cortes se hicieron de una manera limpia,
con un corte preciso y lineal, como se esperaría obtener con las herramientas. Muchas
teorías se cruzan, corte láser microscópico, fuerzas mentales, fuentes de calor extremo, etc.
Ninguno tomó en consideración exactamente lo contrario, esto es el frío. Sabemos que a
ciertas temperaturas el metal se fractura, pongamos como ejemplo las tuberías de agua o
gas que se rompen cuando se congelan, el metal literalmente se fractura, los cortes son
precisos y no forzados por el calor. Bien, del mismo modo este predador actúa sobre los
elementos para entrar y probablemente también lo hace sobre las pobres bestias. En un
caso en particular, un perro fue encontrado en condiciones tales que hacían suponer que
tuvo una suerte de rápida congelación inmediata. Lo mismo se puede decir también de las
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mutilaciones de bestias que han interesado, y que interesan todavía, en la Argentina (y que
precedentemente sucedieron en Estados Unidos). Se encontró que aun estando presente los
esqueletos de los animales y los órganos internos prácticamente al alcance de cualquier
animal predador o de los insectos, éstos se quedaban a la distancia, o no se interesaban.
Las teorías afirman que probablemente ‘algo’ que no se puede percibir espantaba a los otros
animales a tal punto de alejarlos de aquella zona. Es verdad que cuando el cuerpo es puesto
en presencia de temperaturas bajísimas todos los microbios que viven dentro se mueren,
como es verdad que los microbios sobreviven al calor elevado, y es verdad también que es
más difícil que sobrevivan a temperaturas extremadamente bajas, por tanto en realidad el
cuerpo encontrado no tendría nada biológico que pueda servir a los otros predadores, para
ellos no existe, seria considerado como una materia inerte, con ninguna posibilidad de
nutrición, por eso se quedan lejos, no les interesa. Lo mismo se puede aplicar al
chupacabras desde el momento que todos, o casi, los testimonios afirman que ningún
animal predador se ha acercado a los cadáveres y nadie podía sentir olores típicos de la
descomposición. Quién ha hecho, con qué cosas, por cuál motivo y por cuenta de quién fue
hecho todo esto está todavía por establecerse. En Argentina, le echan la culpa a un roedor
particularmente hambriento, mientras que las agresiones del chupacabras se le atribuyen a
un grupo de perros particularmente nerviosos. Obviamente, ninguna de las dos hipótesis es
considerable, vista la modalidad de ataque y la particularidad de las heridas, ningún perro ni
roedor hambriento podría hacer tal cosa.
CUARTA PARTE
Deberemos detenernos unos minutos en analizar aunque sea someramente dos aristas
enigmáticas de este ya de por sí extraño misterio. Me estoy refiriendo a los vaciamientos
inexplicables de tanques de agua del tipo “australianos”, y la posición en que los cadáveres,
en muchos casos, son encontrados, ya que esto, junto al diseño geométrico de algunos
cortes (círculos, triángulos, cuadrados perfectos, tanto más asombrosos cuando no se trata
de una cavidad en el cuerpo —donde los bordes tenderían por efecto de la incipiente
descomposición y la subsecuente gelatinización de los tejidos a semejar formas que en
realidad no serían parte del acto depredatorio— sino de la extracción de una porción del
cuero dejando intacta la masa muscular por debajo) es clara señal de acción inteligente.
Respecto a los tanques de agua, merecería debatirse en un contexto más amplio si se trata,
como se ha afirmado, de una “pauta de comportamiento del Fenómeno OVNI”. Han habido
casos, en todo tiempo y lugar, donde la desaparición de masas de agua ha estado asociada
al Fenómeno (por ejemplo, el caso Unidad militar Santa Fe. Este es el caso extraordinario
ocurrido en el cuartel del Ejército Argentino en la ciudad homónima, en la unidad
perteneciente a la oficina de reclutamiento. Personal militar de guardia comprueba el
vaciamiento total de la cisterna y tanque de abastecimiento de agua de forma misteriosa, lo
que representa miles de litros. Al mismo tiempo y a pocos metros fue descubierta una
huella circular con el pasto seco. Este caso que llamó la atención del Estado Mayor
permaneció oculto por un tiempo. Fue manipulado y obstruido por intereses que censuran
metódicamente este tipo de acontecimientos anómalos. Documentación testimonial e
investigación de campo fueron realizadas por el “Grupo Sol” que lidera Tomás Latino.
Empero, no seríamos sinceros si no señaláramos que son más, muchísimos más, donde esta
constante no se observa. Pero además, tenemos que considerar que en la “oleada
mutilatoria” que nos ocupa (basta con leer los cables periodísticos y cotejar las fechas) el
vaciamiento no es simultáneo a la mutilación cercana con la cual se le relaciona. Pero hay
algo que me resulta mucho más sugestivo aún. Es el caso de Suco, donde un numeroso
grupo de vacunos es transportado al interior de un tanque australiano, con agua, y
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abandonado allí, donde algunos mueren por hipotermia pero la mayoría son rescatados con
vida. Un grupo de animales que para ser ubicados en ese extraño lugar debieron superar
dos “boyeros” (tendido de alambre levemente electrificado para evitar que los animales se
cambien de lote) además de ascender la pequeña loma donde suele ubicarse el tanque y,
más aún, trepar el lateral que bordea al mismo. No voy a cometer el error de preguntarme
por qué los extraterrestres harían esto (no porque no lo haya hecho realmente, sino porque
sé que la respuesta de los defensores de esa teoría argumentarán que es cuanto menos
inútil preguntarse qué piensa un extraterrestre), sino simplemente sugerir que si la fuente
productora del fenómeno es cualquier otra pero desea que pensemos en esa dirección
extraplanetaria, qué mejor que producir algunos episodios que complazcan al ideario
colectivo reforzando la convicción popular de ver los tanques australianos como pauta de
comportamiento OVNI. Algo similar a la compulsión que durante sus seudo investigaciones
parecieron demostrar los especialistas del SENASA al solicitar el concurso de técnicos de la
Comisión Nacional de Energía Atómica munidos de contadores Gëiger para determinar
hipotéticos niveles de radiación en la probable zona de asentamiento de objetos no
identificados. Salvo en las novelas baratas de ciencia ficción, la relación ovni-radiación es
espúrea. Cierto es que existen un puñado de casos (en los miles, qué digo, millones de
episodios documentados en los últimos sesenta años) en los cuales luego del aterrizaje de
estos cuerpos ha quedado un remanente de esa naturaleza. Pero para nada es una
constante del mismo. Y si se me permite una breve digresión, que tal vez complemente mis
razonamientos posteriores, desearía extenderme precisamente en lo que acabo de escribir.
Porque los pocos casos donde se han detectado ciertamente huellas de contaminación
atómica tras un aterrizaje OVNI se sitúan, en su casi totalidad, entre mediados de los 50 y
principios de los 60. A posteriori de esas fechas, existen episodios bien documentados de
testigos presenciales que sufrieron extrañas quemaduras y en ocasiones la muerte al
quedar expuestos a emisiones desconocidas provenientes de las presuntas naves. Pero es
una discusión teórica aún si se trataba en esos casos de radiación nacida en la fisión
atómica, microondas o alguna otra franja del espectro. Lo cierto es que registros confiables
de radiación residual son relevados en ese entonces. Esto nos plantea una pregunta: ¿Se
trataba de modelos experimentales, absolutamente humanos, con la incipiente energía
atómica, luego cesados de producir?. ¿O hay algo más?.
Siempre me ha llamado la atención cómo estos fenómenos parecen seguir “a la moda”. Es
como que cada época tiene un paradigma dominante de lo misterioso. La segunda mitad del
siglo XIX fue la gran época de las materializaciones espiritistas, las apariciones fantasmales,
la escritura automática y las mesas voladoras. Ya con anterioridad y con posterioridad
también hemos tenido esos fenómenos, claro, pero no con la intensidad dominante de esos
años. Los primeros treinta años de este siglo fueron la época de las criaturas enigmáticas:
especialmente serpientes marinas y, claro, Nessie. A fines de los ’40 los OVNI tomaron la
posta, y desde los ’80 los “agrogramas” o “círculos de las cosechas” vienen dominando la
perspectiva. Aún más; dentro de cada uno de estos fenómenos particulares también son
discernibles “épocas”. Tomen ustedes el caso de las “entidades humanoides”. En los ’50
eran pequeños, generalmente de piel aceitunada, con gorros ajustados a sus cráneos,
guantes y cinturones brillantes (nada que envidiar a Flash Gordon, ciertamente) y cortas
capas sobre sus espaldas. O bien, peludos y de ojos brillantes. Luego fueron más altos, de
monos brillantes, y en los ’60 ya solían portar casi convencionales trajes de cosmonautas,
con algunas sutilezas como lentejuelas fosforescentes cubriéndoles en su totalidad. En los
’70 y ’80, fue la época de los “guías cósmicos”: altos, rubios, sospechosamente arios,
vestidos con túnicas de colores claros. ¿Es que la moda impuesta por siderales diseñadores
también evoluciona rápidamente en mundos extrasolares?. Y ya saben cómo sigue la
historia: entre los ’80 y los ’90 llegaron los “grises”, quienes con sus cerúleos, inexpresivos
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rostros dominaron el paradigma al punto que hoy en día casi nadie parece recordar que
unas tres décadas atrás nos veíamos muy seguros con nuestra “clasificación tipológica” de
tres categorías.
Precisamente, la evolución de las aeroformas de los OVNI también parece ir adelantándose
por unos pocos años —o acompañando— si no el progreso de la ciencia humana, por lo
menos lo que colectivamente se supone que esto significa. A fines del siglo XIX, la
humanidad gastaba ríos de saliva hablando de dirigibles. Von Zeppelin ya ensayaba sus
primeros modelos. Y allí aparecen los “cigarros de las nubes” que muchos norteamericanos,
canadienses y de otras naciones declararon bajo juramento haber visto. Dirigibles, sí, pero
con poderosos motores, reflectores encandilantes y performances (de velocidad y altitud)
sorprendentes. Aparece un “fenómeno X” que imita al progreso humano (en la forma del
dirigible) pero dejando bien en claro su superioridad (con los atributos que los dirigibles
jamás tendrían). En los años ’30, los aviones fantasmas de la península escandinava tenían
de aquellos sólo su aspecto exterior: su maniobrabilidad, su silencio y otros detalles le
niegan cualquier origen humano convencional. Nuevamente, el “fenómeno X” “copia” a lo
que en el momento era visto por el ideario colectivo como la expresión más granada de
avance tecnológico, pero esa copia, accidental o voluntariamente, presenta facetas que lo
hacen distinguible como tal. ¿Qué mejor en los cincuenta, cuando se especulaba con que la
energía atómica sería la propulsión del futuro, que tocarle al “fenómeno X” aparecerse
evidenciando presuntamente esa misma propulsión?. Finalmente, cuando en los ’60 se
especula con los campos electromagnéticos como fuente de energía para los tiempos por
venir, he allí, por centenares, episodios de efecto EM en automóviles y otros tantos
vehículos.
Pero también cabe otra posibilidad: precisamente porque “lo que se espera” es que un OVNI
aterrizando deje huellas radiactivas, allí está un grupo “Z”, perfectamente humano, dejando
caer algunos isótopos en los probables “nidos” de aterrizajes para reforzar la creencia, o
más sencillamente, haciendo llegar por interpósitas personas la sugerencia al SENASA de
concurrir con detectores de radiación. Y si llegaron a este punto, estarán entonces
vislumbrando una de las aristas de mi propia teoría: un grupo operativo de inteligencia
manipulando un telón de fondo fenoménico.
Si la desecación completa de los tanques australianos fuera una componente necesaria del
fenómeno OVNI (y dando, lo que ya hemos discutido, por probada la relación causal entre
éstos y las mutilaciones, cosa que nosotros no vemos) no habría sólo unos pocos episodios
(yo documenté nueve, debe haber seguramente algunos más que se me han escapado)
desparramados entre veinte provincias argentinas y casi 500 ataques, sino necesariamente
muchos más, ya sea que las hipotéticas naves extraterrestres empleen el agua (¡y ése
agua, cuando en ríos y costas marítimas podrían operar con más comodidad y discreción,
salvo, claro, que sus tanques de reserva sean de tan reducidas dimensiones que no tuvieran
aliento para llegar al espejo más cercano, lo que lógicamente plantea entonces el
interrogante respecto a qué hacen entonces cuando tienen que saltar distancias
interplanetarias...), ya sea que no se trate más que de cósmicas y vaporosas criaturas
etéreas y luminosas simplemente con un poco de sed... y hambre. Pero no; sólo unos
pocos, lo que hace pensar más bien en un efecto colateral no deseado que a una constante
de aquél. No olvidemos, también, que no se puede probar la simultaneidad del vaciamiento
de los tanques de agua con las mutilaciones; generalmente, el hallazgo de los cuerpos
mutilados detona el recuerdo que semanas o meses antes tal tanque australiano cercano
apareció vacío...
De la lectura atenta de los testimonios —cosa que muchos parecen no haber hecho— surge
incontrastable la certeza de que en la mayoría de los casos los animales murieron antes de
ser mutilados, y que en un alto porcentaje —cerca del 40 %— fueron mutilados en dos
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ocasiones distintas, a veces con intervalo de algunos días. Es una pregunta interesante
cómo se desplazaron los cuerpos, que en muchos casos aparecieron fuera del lugar donde
cayeron primitivamente —la falta de marcas de agonía en el terreno sería una de las
evidencias de ello, ya que aunque se le matara de manera fulminante siempre hay reflejos
espasmódicos que dejan huella— y que no podamos responder (tampoco hemos
profundizado esto demasiado) cómo mover un cuerpo de 400 o 600 kilos en algún silencio y
sin mayores despliegues técnicos y humanos, no invoca necesariamente la presencia
extraterrestre. A veces, es simple cuestión de ingenio, práctica y conocimientos de física. Si
bien hay tecnología desconocida en los antiguos monumentos gigantescos de la Humanidad,
cierto es que nuestros antepasados sabían cómo simplificar las cosas: a pocos se les
hubiera ocurrido que un bloque cúbico de una tonelada de piedra maciza puesto en una
superficie horizontal pudiera ser desplazado con facilidad por cinco o seis hombres con el
expeditivo método de empapar de lodo la superficie a ser rozada por el deslizamiento. O, si
quieren un experimento hogareño, traten de hacer lo siguiente:
Ubíquense de rodillas en el piso frente a una silla —no importa su tamaño ni peso, prueben
con una liviana para comenzar). Deslicen su antebrazo por entre las patas delanteras de la
silla y aferren con el puño una de las traseras (es indistinta si se trata de la derecha o
izquierda). Luego, traten de levantar la silla en el aire, pero manteniendo el espaldar de
aquélla perfectamente perpendicular al suelo. Insisto, no se trata sólo de elevarla en el aire
—eso lo hace cualquiera— sino evitar que el espaldar se incline hacia delante o hacia atrás.
Traten. ¿Qué?. ¿Imposible?. No; hay una forma, aunque pocos parecen advertirla.
Seguramente entonces hay una forma, silenciosa y discreta, de elevar en el aire una vaca y
depositarla a cierta distancia. Que no se nos ocurra sólo habla de nuestra ignorancia y falta
de entrenamiento.
Lo realmente extraño de esta oleada es que muchos de los casos que la conforman son
episodios absolutamente extraños, pero aislados. Esto es, no se revela una tendencia
repetitiva, que podría sistematizar la especulación sobre la conducta y, por extensión, la
motivación de la fuente inteligente que preexiste detrás del fenómeno. Es como si se
superpusieran distintos tipos de fenómenos: algunos quizás naturales, otros perfectamente
reproducibles por humanos con conocimientos convencionales, un tercero también de
hipotético origen humano pero dotados de tecnologías, recursos y experiencias más
avezadas, más allá alguno presumiblemente extraterrestre... Es importante tener esto en
cuenta, porque más adelante dará cuenta de nuestra propia teoría. Sirva, en tanto y como
ilustración, el par de casos de vacas aparentemente “caídas del cielo”. ¿Se les escaparon a
un descuidado extraterrestre o fueron así —y allí— arrojadas para dar precisamente esa
impresión?.
El 26 de junio se conoció, por ejemplo, un caso con cierta dosis de humor macabro. Ocurrió
en Campo Mencía, distante dos kilómetros de la localidad de Pampa Almirón, en la provincia
del Chaco. Al animal le seccionaron y le extrajeron los genitales, las vísceras, la lengua y el
ojo derecho. Con prolijidad dejaron en la cavidad interior un montículo de bosta. Ni
caranchos ni perros se acercaron a devorar los restos de la ternera. Todos los cortes fueron
cauterizados. En un estudio presentado por la doctora Marta Paturlanne —perito policial y
encargada de la delegación Santa Isabel de la Dirección de Extensión Agropecuaria del
Ministerio de la Producción— se sostiene que las lesiones no son producidas por animales
conocidos ni por la acción humana y tira otra posibilidad: que hayan muerto al aspirar un
tóxico o narcótico. Son dos carpetas, con abundantes explicaciones —que giran en torno a
la descripción de las lesiones anatomopatológicas, pero se avizoran posibles causas— y
fotografías: “El Caso de La Pastoril” y “El Caso del Puesto de Sosa”, en el oeste provincial.
En ambos se describen las lesiones patrones (definidas por el departamento de Patología de
la Facultad de Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa, con sede en General
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Pico). Por ejemplo, en “El Caso de La Pastoril” la doctora describe las siguientes
características:
— La vaca presenta la falta del tegumento y la musculatura de la cara (mandíbula y molares
superiores) y el globo ocular y la oreja del lado izquierdo. — Faltan faringe, laringe, un
trayecto de tráquea y la lengua. — una de las características es la limpieza exhaustiva del
hueso iodes, la base ósea de la lengua. — falta de la glándula mamaria y falta del periné o
recto vaginal. — los primeros días de muerte no bajan al cadáver las aves carroñeras y no
presenta los característicos olores nauseabundos. Después, una vez que se descompone, se
acercan los jotes y los zorros.
En tanto, dijo Paturlanne, no están claras las causas de la muerte: supone que por lo menos
tres animales (de los siete casos a los cuales ha concurrido) murieron por la aspiración de
un “cáustico narcótico” o “tóxico”, porque “haciendo una disección se observa que tiene
afectada la parte de la tráquea y paladar duro”. Eso habría producido un paro de las
funciones cardiorrespiratorias. “La mucosa del paladar duro de la boca está como mutilada,
hasta carbonizada”, indicó. De todas maneras, no se han realizado estudios para determinar
fehacientemente este punto. Por otra parte, indica que los cortes no los ocasionan los
animales carroñeros, porque hasta después de producidos no se acercan al cadáver.
Paturlanne, en tanto, no menciona a los ratones, porque el informe fue realizado días antes
de conocerse la versión del SENASA. Luego, al ser consultada por un periódico, relató que
“acá no hay ratones, ni hormigas, ni nada”. Nuestro colaborador Jorge R. Badillo
(www.asesorescorporativos.com.mx) respondió a nuestro pedido consultando a un
especialista veterinario de México respecto a ciertas preguntas fundamentales. Por ejemplo,
qué tienen en común y que no lo tienen las partes extirpadas, posibles causas de estas
muertes y la eterna discusión sobre la necesaria —o no— presencia del “rigor mortis”
después del deceso. Estas fueron las respuestas aportadas:
1. Lengua, esófago, tracto faríngeo, estómago, hígado, ano, genitales, ubres, tienen un epitelio,
me imagino que han de hacer toma de muestras para la fiebre aftosa, ya que el virus ataca
precisamente epitelios, produciendo aftas o vesículas y que son muy dolorosas, rara vez
mortales, es una enfermedad de alta morbilidad (de propagación y contagiosa) y de baja
mortalidad sin factores que la compliquen. La importancia económica que tiene es que hay
muchos serotipos del virus y un animal que esta enfermo pierde mucho peso, ya que deja de
comer y de moverse, máxime si tiene que moverse para buscar alimento. En la mayoría de los
casos sana; Y puede infectarse posteriormente con otra cepa y vuelve a tener toda la
sintomatológia, por supuesto, perdiendo mas peso o irse mermando hasta la muerte. Esta
enfermedad fue la causa de varias muertes de médicos en el período de Aleman (Presidente
de México en la década de los 40's), y según dicen de que el peso se devaluara de 8 a 12.50.
El hueso hioides, es una estructura que está en la base de la lengua. Posiblemente sea más
fácil extirpar con todo y hueso, que sólo la lengua.
2. Histológica y funcionalmente son diferentes en la especialización, pero todo tubo o estructura
que tenga “luz” está compuesto por epitelio o mucosa, submucosa, músculo liso y la serosa.
Todas estas capas dependiendo del órgano se diferencian para cumplir con su función, por
ejemplo la lengua es con queratina para hacerla resistente y con papilas gustativas, en el
estómago para producir los jugos gástricos, en las ubres es, como toda la piel, de medio de
protección. Como generalidad, una septicemia involucraría todas estas estructuras.
3. Las estomatitis vesiculares involucrarian la mayoría de estos órganos, el DVB, Diarrea viral
bovina, el IBR, etc. son muchas y en su mayoría virales y afortunadamente en México se
consideran enfermedades exóticas y de reporte obligatorio.
4. El rigor mortis depende de la concentración del ácido láctico presente en el músculo
esquelético, y este ácido es el que se produce como metabolito de la glucosa (fuente de
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energía). Un animal que tuvo esfuerzo físico antes de la muerte y no tuvo el tiempo necesario
para metabolizarlo, presentará rápidamente el rigor mortis; en términos generales, éste
comienza inversamente proporcional a como se enfría el cadáver, en un bovino alrededor de
3-4 horas, desapareciendo más menos 24 horas después.
Nos llamó la atención que todas las partes implicadas sólo compartieran histológicamente
un elemento común: membranas. Buscamos entonces información sobre el particular, y
encontramos que Membranas (del latín, membrana, 'pergamino'), en biología, cualquier
capa delgada de material elástico y resistente que cubre o delimita las células y órganos del
cuerpo, o reviste las articulaciones y los conductos y tractos que se abren al exterior del
organismo. La membrana que rodea los organismos animales o vegetales unicelulares o
cada una de las células de los organismos multicelulares desempeña un papel muy
importante en los procesos de nutrición, respiración y excreción de dichas células. Estas
membranas celulares son semipermeables, es decir, permiten el paso de moléculas
pequeñas, como las de los azúcares y sales, pero no de moléculas grandes como las
proteínas. Las estructuras internas de las células, como el núcleo, también tienen
membranas. En los animales cada órgano está rodeado por una membrana cuyas
prolongaciones anclan el órgano a la pared corporal. El cerebro y la médula espinal están
rodeados por tres membranas llamadas meninges. La capa más externa es la duramadre, la
capa media la aracnoides, y la más profunda se denomina piamadre. Cada pulmón está
recubierto por una membrana que recibe el nombre de pleura formada por dos hojas que
delimitan un espacio llamado cavidad pleural. La hoja más interna se denomina pleura
visceral y recubre la superficie de los pulmones; la más externa es la pleura parietal,
provista de prolongaciones que la unen con otras estructuras. La cavidad abdominal está
revestida por una gran membrana denominada peritoneo; algunos de sus repliegues, el
mesenterio, fijan las distintas partes del intestino a la pared abdominal. Otro repliegue
peritoneal, el epiplón u omento, es una membrana doble que cuelga como un delantal desde
el estómago sobre la cavidad abdominal; supone una de las áreas principales de
almacenamiento de grasas del organismo. Las superficies articulares de los huesos que
forman una articulación están recubiertas por membranas lubricantes. En el espacio entre
los huesos de algunas articulaciones hay pequeños sacos membranosos o bolsas sinoviales
(bursas) que contienen el líquido sinovial. Los conductos huecos, como el tracto respiratorio
y digestivo, los vasos sanguíneos y los conductos glandulares están revestidos también por
membranas. La denominación y clasificación de las membranas depende de su tipo
histológico y de su origen embrionario. De esta manera encontramos membranas serosas,
mucosas y sinoviales. La inflamación de una membrana se nombra añadiendo el sufijo -itis
al nombre anatómico de la misma, por ejemplo: la sinovitis es la inflamación de la
membrana que recubre una articulación. En el campo de la tecnología artificial de
membranas, los científicos están interesados en el desarrollo de estructuras que puedan
funcionar con la misma selectividad y eficacia de las membranas biológicas en la naturaleza.
Las membranas artificiales han sido utilizadas durante muchos años en la ciencia y en la
industria. Por ejemplo, se utilizan en las plantas de desalinización para extraer sal del agua
del mar, y en el tratamiento de las aguas residuales industriales, en procesos llamados
ósmosis invertida. Es posible crear membranas biomiméticas con técnicas que consisten en
sumergir placas metálicas en líquidos, cubiertas por una capa única de lípidos
seleccionados.
Entre las aplicaciones especializadas de las membranas biomiméticas se encuentran la
liberación cronometrada de fármacos en el organismo tras la ingestión de medicamentos y
la aplicación de vendajes o parches sobre el cuerpo. (“Membrana”, Enciclopedia Microsoft®
Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation). Pregunta: ¿podría ser esta constante
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en las ablaciones un llamado de atención, una recomendación velada, sin intervenir, por
parte de alguna inteligencia para que dirijamos nuestra atención en ese sentido, quizás
insinuando así un recurso médico sin violentar el principio de “observación no participativa”?
QUINTA PARTE
Vamos a comenzar esta quinta y última parte de nuestra recorrida por el apasionante
mundo de las mutilaciones de ganado ocurridas en Argentina en el 2002, centrando nuestra
atención en algunos hechos relevantes. Como, por ejemplo, el que refiriéramos
oportunamente respecto a la intencionalidad no sólo de algunos cortes extrañamente
geométricos hallados en los cadáveres, muchos de ellos ajenos a la necesidad mutilatoria,
sino también a la disposición y orientación en muchos casos de los cuerpos. En varios casos,
los cadáveres aparecieron con la cabeza perfectamente orientada hacia el Este y la cola,
obviamente, al Oeste. En otro episodio, el grupo de animales muertos y mutilados
colectivamente estaban dispuestos en un círculo perfecto. ¿Es que se quiere transmitir algo
con este “simbolismo” o —en consonancia con lo expuesto en el artículo anterior— se desea
que la opinión pública deduzca una artificialidad inteligente equivocada?.
En otro episodio, un tumor externo que había crecido en una quijada del animal había sido
prolijamente extirpado (¿el oximycterus rufus se almorzaría un tumor?).
Llegados a este punto, estamos en condiciones, considerando globalmente no sólo el
cúmulo de evidencia documental sino organizando las apreciaciones vertidas hasta aquí, de
adelantar algunas conclusiones, obviamente provisorias. En realidad, cuando comenzamos
este trabajo nos dirigíamos hacia una sola teoría explicativa; hoy debemos aceptar que
existe una segunda, con evidencia que no hemos presentado hasta aquí por lo que
aprovecharemos esta ocasión para hacerlo. Ambas hipótesis son marcadamente distintas, y
debemos acentuar que esta segunda hipótesis que ha venido a sumarse nos obliga a un giro
de ciento ochenta grados en nuestras apreciaciones. Pero es tal su particularidad y fuerza
de convicción que no seríamos honestos con los objetivos de esta investigación si no la
presentáramos en un plano de igualdad con la primera, a la cual nos introducimos ahora y
que, lógicamente, sí tiene consonancia con el fenómeno OVNI.
Hipótesis Nº 1:
LA CORTINA DE HUMO
Cuando en agosto del 2001 asistimos a las V Jornadas Riocuartenses de Ovnilogía,
organizadas en la ciudad cordobesa de Río Cuarto (Córdoba, Argentina) por el C.O.R.
(Centro Ovnilógico Riocuartense) que a la sazón lideraba nuestro amigo Mario
Braccamonte, una de las ponencias más interesantes fue la del investigador, oriundo de la
también cordobesa ciudad de Río Tercero, el Lic. Ángel Díaz. Geólogo volcado casi full time
a la investigación ovni, Ángel presentó un modelo matemático predictivo de fechas y
localizaciones de apariciones OVNI, que reprodujimos en Al Filo de la Realidad Nº 60, bajo el
título “La teoría de los pulsos y la actividad OVNI”. En “charlas de pasillo”, nuestro colega
aventuraba que a partir de abril o mayo del 2002, en las provincias de La Pampa y Buenos
Aires, Argentina, se centraría una intensa oleada de este tipo. Recuerdo que muchos de
nosotros expresamos nuestra incredulidad, habida cuenta de las numerosas veces que se
trató de darle entidad estadística a un supuesto modelo predictivo del fenómeno, cosa que
siempre presentaba falencias. Pero el repaso de la oleada que sí se produjo el año pasado
nos dice dos cosas: que Ángel tenía razón, y, sobre todo, que si un inteligente
investigador solitario pudo arribar a tales conclusiones, ¿cuántos más no sabrían
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—cualitativa y cuantitativamente— grupos operativos con mayores recursos
humanos, tecnológicos y financieros?. Así que esta primera hipótesis supone que cierto
grupo (es bizantino discutir aquí si militar, de inteligencia, nacional o extranjero (aunque mi
presunción apunta a operadores locales con know how posiblemente norteamericano) sí
sabían con antelación a la oleada de apariciones OVNI que estaría por producirse,
determinando con bastante precisión su marco temporal y localización geográfica. Habida
cuenta de la histeria dominante en esos ámbitos en cuanto a censurar el acceso de la
opinión pública a muchas verdades aún ocultas del fenómeno que nos ocupa, y
preguntándonos, teniendo en mente la oleada del ’68 (que tanta impronta dejó, sin
Internet, canales de cable, proliferación de medios radiales y televisivos), sabiendo que la
opinión pública de esta época no sólo no acusa la misma dependencia conceptual que de los
poderes acusaba la de la década del sesenta, qué hubiera pasado de difundirse
masivamente esta oleada en particular. ¿Habrían tratado de convencernos de explicaciones
atmosféricas y alucinatorias, se resucitaría el “informe Condon”, la prensa deglutiría con
igual indiferencia y banalidad esos argumentos?. ¿O, por el contrario, se harían preguntas
difíciles, se exigirían contraencuestas, los testigos habrían tenido espacios de debate de sus
experiencias más amplios?.
Estoy absolutamente convencido de que los espacios de poder necesitaban “descomprimir”
el interés público por esta oleada OVNI, ya sea porque la ofensiva investigativa privada
pudiera llegar a ser molesta, ya porque existe en muchos países una legislación.
En los años ’70, tuve oportunidad de acceder a un confidencial manual de operaciones de
inteligencia de uno de los tantos grupos políticos clandestinos de entonces, seguramente el
que dejó una marca más polémica en nuestra historia: Montoneros. De él, recuerdo un
concepto interesantísimo —y recordemos que las tácticas de guerra psicológica, más allá de
las ideologías, son similares en todas las organizaciones, lícitas o ilícitas, que se dedican a la
confrontación armada—: si se desea distraer y confundir a la opinión pública sobre un
evento o serie de eventos determinados, conviene ahorrar tiempo y recursos no generando
nuevos eventos que enmascaren al anterior, sino tomando situaciones preexistentes y, por
así decirlo, deformándolas, exagerándolas o pervirtiéndolas, eclipsar el evento sobre el que
se desea desviar la atención.
Así que postulo que ese grupo X, deseoso de que no trascendiera —por lo menos con la
fuerza de los propios hechos— la inminente oleada OVNI que estaba por producirse (y que,
como hemos visto, tuvo sucesos espectaculares de teletransportación, testigos calificados,
levitación de vehículos, etc.) generó artificialmente buena parte de la oleada mutilatoria.
Algunas depredaciones fueron realizadas con más fortuna y tecnología que otras, dejando
pistas tal vez para confundir aún más la dirección de las investigaciones (la Ford Ranger que
refiriéramos respecto a la localidad de Quemú-Quemú, la aparición de “oxindol”, el dato
aportado por la investigadora Pérez Simondini en el sentido que habría aparecido un
transcomunicador de radio (handy) junto a uno de los animales mutilados. Seguramente
algunos —sólo algunos— de los animales sí fueron atacados por el “hocicudo rojizo”,
algunos otros lo habrán sido por la “víspula germánica”, y, quién sabe, unos pocos tal vez
formaron parte de la operatoria de la propia inteligencia que se mueve detrás de los OVNI
(realmente no estoy muy convencido de esto último; pero hago la salvedad por honestidad
intelectual frente a los trabajos de mis colegas que sí defienden ese punto). Pero lo que se
buscó, y logró, es que se unificara, de cara a la percepción colectiva, el conjunto de
mutilaciones, de manera tal que los miles de analistas y “opinadores” del fenómeno
están buscando una única respuesta a todas las preguntas, cuando en realidad
parecen ser varias las mismas. Es decir, distintas causas que encuentran su unificación sólo
en la estrategia de quien manipuló el fenómeno.
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Otro concepto relevante que recuerdo de aquél manual de guerra psicológica era
básicamente éste: si se pretende desvirtuar un fenómeno X, la manera más eficiente de
hacerlo es generar artificialmente un fenómeno Z que en la mentalidad colectiva se asocie
espontáneamente con el fenómeno X. Luego, explicar en términos naturales el fenómeno Z,
y casi diríamos por carácter transitivo, en ese ideario colectivo, se desmoronará también el
fenómeno X. Los técnicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica rastreando con
contadores Geiger la zona de mutilaciones, los ocupantes de aquella Ford Ranger queriendo
—y admitiendo a los hacendados— comprar vacunos para un “experimento”, la geométrica,
inteligente e innecesaria disposición de algunos cadáveres o los símbolos irrelevantes en
términos de funcionalidad grabados sobre sus cuerpos abonan esta hipótesis.
Hipótesis Nº 2:
EFECTOS COLATERALES DE UN VIEJO EXPERIMENTO
BACTERIOLÓGICO
Debo ser sincero con ustedes: la hipótesis planteada anteriormente satisfizo durante
muchos meses mis expectativas y casi estaba tentado a dar por concluido el trabajo aquí
cuando aparecieron nuevas evidencias e implicancias que me impulsaron a ahondar en una
direción insólitamente diferente, alejada del espacio exterior y más próxima a los oscuros
vericuetos de la mentalidad humana. Esto me obliga a extenderme en la descripción de una
serie de sucesos aparentemente ajenos a esta fenomenología, pero que aventuran la
posibilidad que plantearé al final de estos párrafos.
Hace unos años, los periodistas argentinos Miguel Bonasso y Mauro Federico pusieron
nuevamente sobre el tapete un hecho que en su momento tuvo una acotada difusión pública
y que hoy, extrapolando, podría vincularse causalmente con esta situación.
En el año 1986 y de manera sumamente reservada, se celebró un convenio entre una
entidad pública de nuestro país dependiente del Ministerio de Salud Pública de la Nación, el
Centro Panamericano de Zoonosis (CEPANZO) con sede en la ciudad de Azul, provincia
de Buenos Aires, y las empresas farmacéuticas Transgene (Francia) y Wistar (Estados
Unidos). El acuerdo tenía por objeto experimentar una variedad de “virus recombinante” (la
combinación genética de distintos tipos de virus) con el fin, se decía, de generar una vacuna
apta para todos ellos. En este caso, se trataba del virus de la rabia y el de la viruela y lo
que se buscaba, o se decía buscar, está dicho: una vacuna “polivalente” para ambas
enfermedades. En realidad, quizás no pecaremos de excesivamente paranoicos si
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suponemos que con el mismo criterio lo que se buscaba era “construir” biológicamente un
virus doblemente letal, mortal por cualquiera de las sintomatologías que provocara en los
afectados.
En el experimento de marras, se prepararon grupos “testigo” de vacunos, algunos de los
cuales fueron inoculados con el nuevo virus para observar su evolución, mientras otros no,
algunos de estos últimos en contacto directo con los primeros y otros aislados. Pero la cosa
no terminaba allí: durante el proceso, se ordenaba a un grupo de empleados ordeñar a esos
animales. Lo que realmente se buscaba era estudiar el eventual mecanismo de contagio al
estar expuestos a los mismos. Como si fuera poco, el producto obtenido se suministraba a
otro grupo de empleados —ninguno de los cuales, en ningún momento, supo que era parte
de tal peligroso experimento— y el sobrante se comercializaba en la ciudad. Según la
publicación “El médico del conurbano”, donde se reflejara oportunamente parte de esta
investigación de la mano del periodista Federico, “ex trabajadores del establecimiento
recuerdan que 'había milicos norteamericanos por todas partes'.
El asunto trascendió la “oficial clandestinidad” cuando en ese mismo 1986 el investigador
argentino Mauricio Seigelchifer estaba becado en el Instituto Wistar. Allí se enteró de lo
que se estaba haciendo en Azul, y “destapó la olla”. En poco tiempo la prensa
internacional tomó contacto con las pruebas en el CEPANZO, hasta llegar a la primera
plana del New York Times. Por supuesto Seigelchifer fue despedido del Wistar en
Estados Unidos, mientras en Buenos Aires el Ministerio de Salud de la provincia nombraba
la primera Comisión investigadora que seguiría el caso, y cuyo informe fue lapidario: “El
experimento se está realizando en condiciones de seguridad inaceptables para
todos los participantes y de riesgo de diseminación de un virus recombinante
desconocido en la naturaleza”, decía, y recomendaba medidas urgentes.
Dos años después, el experimento de Azul moría en el olvido. Con el paso del tiempo se
cometieron errores inexplicables. Se descongelaron los sueros de las vacas en los que se
debían buscar los anticuerpos contra la rabia. Descuidadamente se mezclaron los rótulos de
las muestras. Además, casualmente, algunos de los argentinos que debían esclarecer el
caso, pasaron a ocupar importantes cargos en los organismos involucrados en el
experimento de Azul. Como broche, en 1990 toda la documentación sobre el caso
desapareció misteriosamente de la caja fuerte del Ministerio de Salud y Acción Social de
la Nación, según denunciara Alberto Echazarreta, miembro de aquella comisión. Las
vacas utilizadas en la experiencia fueron sacrificadas y enterradas bajo 1600 kilos de cal
viva. Pero, ¿qué fue del virus? ¿Qué fue de los animales que estuvieron en contacto con
este ganado? ¿Qué se hizo de los terneros que estas vacas lecheras tenían al pie? ¿ Qué de
sus excrementos?. Por último: ¿en qué estado quedaron los ordeñadores que contrajeron el
virus, y sus familias que durante meses consumieron la leche de esas vacas?.
AZUL, 1993 (informe de la revista “Humus”, noviembre de 1993, publicada en la
web “Ovnivisión”
Este año, más de 100 personas fueron afectadas por una “enfermedad virósica de
origen desconocido”, en la zona de Chillar, en Azul.
Según los primeros informes médicos, la enfermedad se trasmite rápidamente de persona a
persona. Los afectados manifiestan inflamación de los ganglios, colon, genitales,
enrojecimiento de la boca, y unas pequeñas manchas en el abdomen que no pican ni arden.
“La evolución de los pacientes es óptima, y ningún caso es de gravedad”, aclara el informe.
Pese a no saber de qué se trata, las autoridades minimizan posibles riesgos. Parece, por lo
menos, aventurado.
Frente a estos síntomas, y al temor de que se tratase de meningitis, el Ministerio de
Salud de la provincia envió dos especialistas: tomaron muestras y confirmaron que no se
trataba de esa enfermedad sino de algo desconocido y “altamente contagioso”, tanto
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así que los dos profesionales se contagiaron sólo 12 horas después de haber evaluado los
primeros pacientes.
Del virus que provoca la misteriosa afección nada se sabe. Habría que investigarlo. Según
el Dr. Moisés Spitz, Director del Instituto de Microbiología Carlos Malbrán, (donde
las muestras analizadas se utilizaron sólo para descartar la meningitis), el país cuenta con
condiciones tecnológicas para llevar adelante los estudios. Según otras fuentes, no es así.
Hay quienes sostienen que la eventualidad de una conexión entre los experimentos del “86”
y la actual enfermedad ahuyenta cualquier posibilidad de que la investigación se efectúe en
la Argentina. Por ahora las autoridades han encargado la preparación de muestras para ser
enviadas a analizar en Atlanta, Estados Unidos.
Por otra parte, aunque el Dr. Saúl Gleich, Director Provincial de Medicina Sanitaria,
descartó rotundamente cualquier vínculo entre los dos episodios, destacados especialistas
relacionados con la cuestión prefieren ser más prudentes, sin que falte quien abriga serias
sospechas de que exista alguna conexión. Sería interesante saberlo. Entre otras cosas
porque de la enfermedad del '93 se conoce tan poco que ni siquiera puede aventurarse algo
sobre eventuales efectos posteriores. Hay investigadores interesados en descubrir si este
virus tiene algo de “vaccinia” —El virus Vaccinia es el “virus vivo” que se encuentra en la
vacuna contra la viruela; es un virus de tipo “pox” de la misma familia del virus de la
viruela; cuando se aplica a los seres humanos en forma de vacuna, ayuda al cuerpo a crear
inmunidad contra la viruela; la vacuna no contiene el virus de la viruela y no puede causar
viruela— y sostienen que intentarán averiguarlo por su cuenta.
Así que la situación hipotética que aquí enfrentamos podría resumirse de la siguiente
manera: en 1986 militares norteamericanos, un laboratorio de la misma nacionalidad y uno
francés, con el apoyo de parte del gobierno argentino, realizan experimentos bacteriológicos
secretos en la localidad de Azul. Estos experimentos, sumamente deficitarios, son
suspendidos cuando la prensa internacional primero y la nacional después —y no al revés,
como sería lógico— los reflejan, provocando una investigación oficial que da por terminados
los mismos. Conscientes de que el material y conclusiones realmente importantes son
llevados fuera del país por los especialistas extranjeros, aquí se abandonan las
instalaciones, parte del personal es reabsorbido por otras funciones laborales dependientes
del gobierno (lo que en una nación de permanente inestabilidad económica como la nuestra
es suficiente para comprar el silencio) y muy posiblemente las cepas, o parte de ellas,
quedan fuera de control así como las “consecuencias colaterales” de tales trabajos. Siete
años más tarde, una extraña enfermedad se despierta casualmente en la misma ciudad.
Muestra su aspecto más benigno, ciertamente, pero es altamente contagiosa, pasa
inadvertida para la prensa y aparentemente “desaparece” sin más. Y en el 2002, una
extraña ola de mutilaciones comienza precisamente en la región de Azul.
Esto nos obliga a hacernos varias preguntas. Por ejemplo: ¿será mera casualidad que esta
oleada mutilatoria comience precisamente en esta zona, o puede suponerse que allí se
produjo como una forma de “control”, preventiva o de evaluación asociada a aquellos ya
viejos experimentos (obsérvese que las partes orgánicas de las personas afectadas por el
virus del 93 son similares a las partes mutiladas de los vacunos nueve años después, y
recordemos (por si ustedes se preguntan por la falta de los ojos en los animales y de
deberse los mismos a la acción mutilatoria, que el virus de la viruela se aloja también en las
córneas), pero en una operación de inteligencia se “extiende” artificialmente el fenómeno a
un área enorme, precisamente para despistar. Si quedara constreñida a la zona inicial —
cercanías de Azul— era cuestión de tiempo que alguien los vinculara con los hechos del '86
y del '93. Al difuminarse en la geografía, se confundía fácilmente esa apreciación.
Otra pregunta: ¿es casualidad que mientras que las filiales del INTA de todo el país, ya sea
en forma oficiosa o extraoficial, tomaran intervención cuando se reportaban mutilaciones,
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Azul sea la única localidad donde no lo hicieron, encargándose de ello el INTA Balcarce o
la Universidad Nacional del Centro de Tandil?. ¿Será porque en el INTA Azul aún había
personal afectado originariamente al CEPANZO que podría comprometer el secreto?.
Pero las extrañas consideraciones no terminan aquí: el laboratorio Wistar tiene una historia
propia de verse implicado en experimentos salidos de control, y de hecho, se le ha acusado
de haber provocado el SIDA, nada menos. Veamos la historia.
Desde que se descubrió el virus que produce una enfermedad gemela en el chimpancé
(conocido como SIV) se ha tratado de explicar el origen del SIDA como el salto del SIV a los
seres humanos, y una de las hipótesis que ha tenido mayor acogida es la de que haya sido
un accidente de laboratorio, inducido por científicos que trabajaban (a partir de 1957) en
una prueba de campo de la vacuna contra la polio en el entonces Congo Belga (más tarde
Zaire al independizarse y actualmente República Democrática del Congo). En estos trabajos
científicos patrocinados por el Instituto Wistar de Filadelfia, y como medio de cultivo del
virus atenuado de la poliomielitis, se utilizaban tejidos procedentes de simios (aunque
Wistar afirma que sólo usaron macacos asiáticos); por ello, si se comprueba que en el
material de las vacunas (conservadas desde entonces) se encuentran restos de tejidos de
chimpancé o bien ADN del HIV, tendremos una evidencia más de la factibilidad de esta
hipótesis. El lunes 11 de septiembre de 2002, en una reunión convocada al efecto en
Londres por la más antigua, respetada y admirada sociedad científica del mundo, la Royal
Society, expertos en SIDA, investigadores de diferentes países, se reunieron para estudiar
la evidencia existente a favor y en contra de esta hipótesis. Sus conclusiones fueron que los
trabajos de Wistar eran absolutamente ajenos a la epidemia de SIDA. Pero no podemos
dejar de señalar ciertas cosas: en primer lugar, algunos científicos que tomaron parte en la
campaña '57-'61 eran miembros de este mismo comité que juzgaba esas actividades
(los doctores Stanley Plotkin y Hilary Koprowski). Lo segundo: que una reunión tan
importante —extrañamente agotada en una sola sesión de trabajo— como para dirimir
responsabilidades humanas en la propagación del HIV entre humanos se realizara
precisamente el 11 de setiembre (primer aniversario del trágico atentado al WTC—
¿también es pura casualidad, o se contaba con que ese día la atención de la opinión pública
mundial estaría centrada en la conmemoración y en el temor de un nuevo ataque, pasando
tal noticia totalmente inadvertida en un segundo plano de la información, como realmente
pasó, a fin de que los periodistas no se mostraran demasiado inquisitivos?.
La responsabilidad de Wistar ya la adelantó el investigador Edward Hooper, principal
propulsor de la teoría de la vacuna contaminada, quien afirmó en su libro “El Río”, que
científicos del Instituto Wistar habrían utilizado riñones de chimpancé para producir algunos
lotes de la vacuna e infectado con el virus de los chimpancés a quienes fueron inoculados.
Se propusieron dos hipótesis: la primera, sostenida fuertemente por diferentes
investigadores como Hahn y su grupo (por ejemplo en Science 287: 607-614, 2000), se
refería a una “transferencia natural”, en la que un cazador con alguna herida comió o fue
lastimado por un chimpancé infectado. Este pobre cazador hipotético sería el responsable de
la pandemia que ha causado más de 50 millones de infecciones por VIH en el mundo,
posibilidad morbosamente atractiva para el periodismo amarillista pero, en términos
científicos, francamente ridícula. La segunda hipótesis cobró relieve curiosamente a raíz de
su publicación, no en una revista científica, sino en una revista de rock. En efecto, el
periodista Tom Curtis publicó hace diez años un ensayo titulado “El origen del SIDA” en la
revista Rolling Stone (19 de marzo de 1992, pág. 54). Planteó que el SIDA pudo originarse,
no de una transferencia natural, sino a partir de la experimentación de una vacuna contra la
poliomielitis, de tipo CHAT, llevada a cabo entre 1957 y 1960 en África Central (Burundi,
Ruanda y Zaire) por Hilary Koprowsky y otros investigadores del Instituto Wistar, de
Filadelfia.
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En ese entonces, el artículo de Curtis no fue en modo alguno desestimado, al grado de que
se inició una demanda contra la publicación que llevó a la revista a hacer una aclaración
para evitar los cargos en su contra (Rolling Stone, “Origin of AIDS update”, 9 de diciembre
de 1993, pág. 39). El asunto llegó también a las revistas científicas más prestigiosas, pues
Koprowsky envió una carta a Science en la que hace varias referencias a Curtis en un tono
despectivo (Science 257: 1024), da sus argumentos y terminó clamando por salvar a los
niños de la parálisis consecutiva a la polio, de las angustias de los padres, y aseguró que la
vacuna era y seguía siendo segura. Su nerviosismo fue evidente. Un mes después envió una
nueva carta a Science solamente para hacer algunas rectificaciones a las notas de pie de
página de la carta previa. Science se negó a publicar una respuesta de Curtis.
A consecuencia del escándalo generado por el artículo de Curtis, el Instituto Wistar encargó
a un comité externo un dictamen. El grupo de expertos, encabezado por Claudio Basilico,
de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, emitió un documento en el que
respondía, una a una, las críticas de Curtis. En resumen, señaló que las probabilidades de
que se hubiera producido una inoculación inadvertida de un precursor desconocido de VIH
en niños africanos durante las campañas de vacunación de 1957 son extremadamente
bajas, pues: 1) Las probabilidades de contaminación en los protocolos empleados son
sumamente pobres. 2) La transmisión del VIH por vía oral (que es el medio de
administración de las vacunas contra la polio) es también extraordinariamente rara. 3) Es
mucha la distancia evolutiva entre los virus de inmunodeficiencia en monos y el VIH en
humanos, y 4) El caso del marinero de Manchester (uno de los primeros casos reportados
con SIDA) que presumiblemente adquirió la enfermedad antes de 1957. De modo por
demás interesante, este comité agregó que el examen de las vacunas empleadas (algunas
muestras se encontrarían congeladas en el propio Instituto Wistar) sería inapropiado, pues
resultaba una empresa laboriosa, costosa y probablemente no concluyente. Pero en el
informe del 2002, tal revisión se denunció como imposible ya que, a estar de la
información suministrada, todos los cultivos habían sido destruídos. En
consecuencia; ¿miente la Royal Society al dar como eliminados unos cultivos que realmente
existen, o miente el equipo de Basilisco al suponer como “inapropiado” un reexamen de
virus que en realidad hacía muchos años ya habían sido destruídos?. En cualquiera de los
dos casos, la incertidumbre y preocupación que esto genera es enorme.
La centenaria agrupación científica inglesa se vio realmente muy mal. El resultado,
difundido ampliamente en la prensa científica internacional, es la falsedad de la hipótesis de
la vacuna sostenida por Hamilton y Hooper. Así, el Instituto Wistar presentó el resultado
de una segunda “evaluación externa” en la que, por fin, cedió a tres laboratorios
independientes el examen de las muestras de vacunas congeladas en la etapa de 19571960, y en ellas basó su defensa, ¡que quedó centralizada en el mismo comité que utilizó en
1992 para enfrentar a Tom Curtis!, presidido por el mismo Claudio Basilico e integrado por
Clayton Buck, del propio Instituto Wistar; Ronald Desrosiers, de la Escuela de Medicina
de Harvard; David Ho, del Centro de Investigación en SIDA, de Nueva York, y Eckard
Wimmer, de la Universidad de Nueva York Stony Brook. Todos en activo en aquella época.
Sin embargo, toda la argumentación de Wistar (http://www.wistar.upeen.edu), a través de
su comité, se basó en las muestras que consideró en 1992 como poco útiles para obtener
resultados confiables. En efecto, en el primer reporte, Basilico y sus colegas habían
señalado claramente que las muestras conservadas en congelación no podían ser
identificadas como las mismas que fueron usadas en África, o que formaran parte de los
lotes preparados al mismo tiempo en el mismo laboratorio. También señalaban en aquel
entonces que, en caso de realizarse un examen, un resultado negativo, es decir la ausencia
de algún virus, no podía ser concluyente. Todavía más. En la ponencia presentada por
Hooper el 11 de septiembre del 2002, en la reunión de la Royal Society, se aludió al
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testimonio de Hilary Koprowsky publicado en su biografía, que en la página 240 señala que
el lote de la vacuna usada en África ya no existía.
Es tal vez un dato meramente anecdótico y no causal, pero vale la pena recordar que el
hombre mutilado en el incidente de Guarapiranga, Brasil (sobre el que informáramos
ampliamente en Al Filo de la Realidad Nº 78; para solicitar, clickear sobre el enlace y
enviar), Joaquim Sebastian Goncalves, de 53 años de edad a la sazón, estaba medicado, en
razón de su epilepsia, con un fenobarbital anticonvulsivo de nombre comercial “Gardenal”.
Al presentar cuadros epilépticos, el fenobarbital interrumpe o normaliza los impulsos
eléctricos del cerebro, interrumpiendo la crisis al crear un estado de laxitud absoluta. Vale
recordar que uno de los factores que más llamó la atención a los avezados especialistas
veterinarios y hombres de campo en las mutilaciones era la falta de “pataleo agónico”, esto
es, de covulsiones propias del animal durante los instantes previos a la muerte, al punto de
sospecharse el uso de algún narcótico (y recuérdese también el hallazgo de “oxindol” en el
paladar de un par de animales). Un fenobarbital, ciertamente, podría provocar esa laxitud
y... ¿adivinen a quién pertenece la patente del “Gardenal”?. Acertaron: al laboratorio
Wistar.
Así que esta segunda hipótesis podría resumirse así: Debido a consecuencias no deseadas
de los experimentos del '86 —o tal vez como control de un rebrote de los mismos— un
grupo operativo mutila animales, primeramente en cercanías de Azul —no necesariamente
en la misma localidad porque en 16 años, no sólo los animales originales que no han muerto
pueden haber dispersado el contagio en sus congéneres, sino las crías venderse a
estancieros cercanos, etc— y luego, se amplía el radio de mutilaciones para “enmascarar” la
operación, aprovechando algunos causales naturales, en la misma secuencia que
describiéramos para la primera hipótesis. En estas tareas se emplean variantes de
fenobarbitales producidos por las mismas empresas implicadas, las cuales, quizás,
realizaron también experimentos en humanos, disfrazándolos de “agresiones
extraterrestres” o asesinatos propios de psicópatas, no sólo para confundir a los
investigadores sino también para restarles, de cara a la opinión pública, credibilidad.
Tienen ustedes aquí dos hipótesis explicativas, y cada uno juzgará cuál le resulta más
convincente. De todas maneras, la segunda línea de investigación que aquí hemos
propuesto, tan alejada al parecer y como dijéramos, de la temática habitual de nuestros
trabajos, entronca sin embargo con otra línea que sí hemos analizado en profundidad: la de
los “Illuminatti” y el Nuevo Orden Mundial. Pero de ello hablaremos en nuestro próximo
informe. Los interesados en consultar lo que ya hemos publicado al respecto, pueden
solicitarnos el Nº 89 de Al Filo de la Realidad clickeando el enlace y enviando el mensaje
vacío.
OBSERVACIÓN IMPORTANTE:
Cuando nos encontrábamos finalizando este informe, llegaron a nuestro conocimiento, por
intermedio del representante del grupo COLOVNI, (asociación civil de investigación del
fenómeno OVNI con asiento en la ciudad de Colón, provincia de Entre Ríos, Argentina),
señor Daniel Padilla, las implicancias de un caso de mutilación acaecido en esa región del
país. Además del hecho evidente en las fotografías de encontrarse chamuscado el animal
(quemazón que no puede ser atribuida, como es evidente, al “enmascaramiento” que de la
herida depredatoria provoca el proceso natural de descomposición cadavérica), quemaduras
que también aparecen dentro del cuerpo junto a tejido virtualmente intacto, lo más
extraño es señalar la abundante presencia de insectos de una clase totalmente desconocida
para biólogos y entomólogos consultados. Recordemos que en un caso de la provincia de
Santiago del Estero también se notificó la presencia de insectos carnívoros de origen
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indeterminado, y aunque no se volvió a suministrar información sobre el particular, estas
alimañas hacen aquí nuevamente su presencia, a más de mil kilómetros de distancia.
Los investigadores nos manifestaron su fuerte sensación de que estos animalejos habían
sido literalmente “plantados” en el lugar, habiendo al parecer anidado por debajo de los
cadáveres —eran evidentes en la tierra las perforaciones de donde en ocasiones asomaba
una clase también desconocida de larvas que eventualmente se metamorfoseaban en estos
insectos— los cuales no aparecieron en ningún otro animal muerto en circunstancias
convencionales en los alrededores.
Un nuevo enigma que viene a sumarse a los muchos que plantea esta oleada. Con la
secreta esperanza de que entre los lectores surja algún otro intento explicativo, nos
contentamos aquí con suministrar las fotografías tanto del animal mutilado como del insecto
de referencia.
SEXTA PARTE
DEFENSE TECHNICAL INFORMATION CENTER
(Centro de Información Técnica de Defensa)
Traducido para Rebelión por Jorge Capelán
El propósito de Visión Conjunta 2020 (VC 2020), “...es el de describir en términos generales
el talento humano... y las capacidades operativas que se requerirán para que la fuerza
conjunta sea exitosa...” en las inmediaciones del año 2020.
Cabe aclarar que, VC 2020 no es un plan para el futuro, sino más bien el diseño de un
proceso de reacomodación permanente de la doctrina militar de los EEUU: VC 2020 es a su
vez heredera de VC 2010 (1995) e incluye un plan de implementación comenzado a fines de
la década de los 90s. Es de presumir que los presupuestos militares astronómicos
aprobados recientemente por los EE.UU. (que recuperan los niveles de gasto militar de la
guerra fría), no hagan sino acelerar la implementación de VC 2020.
AMENAZAS Y ESTRATEGIAS ASIMÉTRICAS
Según Metz & Johnson, “En el ámbito de los asuntos militares y la seguridad nacional, la
asimetría es el actuar, organizar y pensar diferente que el oponente en orden de maximizar
la ventaja propia, explotar las debilidades del oponente, lograr la iniciativa o ganar una
mayor libertad de acción. Puede ser político-estratégica, militar-estratégica, operativa, o
una combinación de esos elementos. Puede implicar diferentes métodos, tecnologías,
valores, organizaciones, perspectivas de tiempo, o alguna combinación de esos elementos.
Puede ser de corto plazo o de largo plazo. Puede ser deliberada o por omisión. Puede ser
discreta o llevada a cabo en conjunto con enfoques simétricos. Puede tener dimensiones,
tanto sicológicas, como físicas”.
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Según el documento, la dominación de espectro total es “...la capacidad de las fuerzas de
los EE.UU., operando unilateralmente o en combinación con aliados multinacionales o
fuerzas inter-agencias, de derrotar a cualquier adversario y controlar cualquier situación a lo
largo de todo el espectro de operaciones militares”.
VC 2020 explica que: “Las operaciones de espectro total incluyen el mantenimiento de una
postura de disuación estratégica. Incluyen acción en el teatro de operaciones y actividades
de presencia. Incluyen el conflicto con empleo de fuerzas estratégicas y armas de
destrucción masiva, guerras de teatro principal, conflictos regionales y contingencias de
menor escala. También incluyen aquellas situaciones ambiguas que se ubican entre la paz y
la guerra, tales como las operaciones para mantener y hacer cumplir la paz, así como
operaciones no-combativas de ayuda humanitaria y el apoyo a las autoridades locales”.
Según Metz: “El tipo último de combatientes del conflicto armado del Siglo XXI serán
probablemente los de carácter postmoderno y no-estatal. Éstos consistirán en redes difusas
de todo un espectro de organizaciones no-estatales, algunos de orientación política o
ideológica, otras en busca de ganancias”.
Además de las referencias a los mecanismos de presión y chantaje políticos a nivel
interestatal, así como a la acción unilateral “cuando sea necesario”, la conducción de
“operaciones conjuntas” incluye, además de organismos y alianzas regionales hasta fuerzas
mercenarias de todo tipo, empresas “privadas” como las utilizadas hoy en día en el marco
del Plan Colombia, ONGs y “organizaciones voluntarias privadas”. Una referencia directa a la
dimensión contrainsurgente de la estrategia es el “apoyo a las autoridades civiles”.
Steven Metz y Douglas V. Johnson II: ASYMMETRY AND U.S. MILITARY STRATEGY:
DEFINITION, BACKGROUND, AND STRATEGIC CONCEPTS, January 2001, Strategic Studies
Institute, U.S. Army War College (ASIMETRÍA Y ESTRATEGIA MILITAR DE EE.UU:
DEFINICIÓN, INFORMACIÓN Y CONCEPTOS ESTRATÉGICOS, Enero de 2001, Instituto de
Estudios Estratégicos, Escuela de Guerra del Ejército de los EE.UU.). Según los autores, el
concepto de “Guerra Asimétrica” es parte integrante de todo conflicto militar, y su
teorización en el terreno militar puede trazarse hasta los escritos de Sun Tzu. En la
literatura militar de los EEUU, “La mención explícita de la asimetría apareció primero en
Doctrina Conjunta [Joint Doctrine] en 1995”.
La fuerza conjunta del año 2020 enfrentará una cantidad de retos en el reclutamiento y la
retención de la gente destacada para cumplir con esos requerimientos. Primero, la
expansión de la educación civil y las oportunidades de empleo reducirán el número de
candidatos disponibles para el servicio militar.
A continuación les brindamos extracto de la nota de la investigación de Página/12 y El
Médico del conurbano, donde queda bien claro el nivel de incidencia del Plan estratégico
conocido como Plan Vigía de control y vigilancia de las enfermedades infecciosas
(Componente II) llevado a cabo por el NMRCD (Destacamento Naval de Investigaciones
Médicas de los EE.UU.) con financiamiento del Banco Mundial.
Destacamento Naval de Investigación Médica de los Estados Unidos (NMRCD, es su sigla en
inglés), “que fue establecido en Lima, Perú, en 1983 mediante convenio suscrito entre la
Marina del Perú y la Marina de Estados Unidos”, aparentemente para investigar
“enfermedades infecciosas de interés común”. El NMRCD “es un destacamento del Centro
Naval de Investigación Médica (NMRC), con sede en Forest Glen, Maryland, Estados Unidos
y constituye una agencia de apoyo a la Embajada de los Estados Unidos en el Perú”. El
NMRCD asentado en el puerto peruano de El Callao cuenta con un sofisticado laboratorio
para la detección de las enfermedades epidemiológicas como dengue, tuberculosis, mal de
Chagas o fiebre amarilla. Según el texto, transparente, de la propia embajada
norteamericana en Perú “el NMRCD tiene como objetivo la conducción de investigaciones
sobre enfermedades infecciosas que afectan la salud humana en Centro y Sudamérica
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(principalmente en la región andina y la cuenca amazónica), particularmente aquellas de
importancia para la actividad militar”. Por si existieran dudas reitera más abajo que la meta
número 1 es “determinar y establecer prioridades en cuanto al peligro de que enfermedades
infecciosas afecten a fuerzas militares”. O, más claro aún: “La misión de NMRCD es
identificar amenazas de enfermedades infecciosas de importancia militar en Perú y países
circundantes en la región sudamericana y determinar los medios más eficaces de
diagnosticar y prevenir estas enfermedades para reducir al mínimo su impacto en las
capacidades operacionales del combatiente en la guerra”. Pura ayuda humanitaria, como
puede apreciarse.
El ministro Albrecht aludía al Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH),
más conocido como el Instituto Maiztegui de Pergamino, otra gloria de la ciencia argentina
como el Malbrán, que ganó buena fama internacional por su lucha contra el “mal de los
rastrojos” y está a punto de cerrar por la debacle final del Estado. Esta no es la primera vez
que efectivos militares norteamericanos desembarcan en Argentina con presuntos fines
sanitarios.
VC 2020 explica que: “Las operaciones de espectro total incluyen el mantenimiento de una
postura de disuación estratégica. Incluyen acción en el teatro de operaciones y actividades
de presencia. Incluyen el conflicto con empleo de fuerzas estratégicas y armas de
destrucción masiva, guerras de teatro principal, conflictos regionales y contingencias de
menor escala. También incluye aquellas situaciones ambiguas que se ubican entre la paz y
la guerra, tales como las operaciones para mantener y hacer cumplir la paz, así como
operaciones no-combativas de ayuda humanitaria y el apoyo a las autoridades locales”.
(Nota de G.F.: La dominación de espectro total implica la reconversión de empresas en servicios
operativos de inteligencia, o viceversa, para seguir trabajando así y siendo más fácil de
“gerenciar” para los “Illuminati” (AFR Nº 89). Además, esto le da sustento a la presencia de
“marines” en la provincia de Misiones, Entre Ríos y el ya citado en anteriores números caso de
Azul. Recordemos, también, la reiterada y denunciada presencia de operaciones clandestinas en el
Delta del Río Paraná, de helicópteros negros y aviones F 16 desde principios de los '90).
La guerra imperialista del Siglo XXI, en los términos en los que la plantea VC 2020, requiere
de la conducción de operaciones conjuntas: “Este enfoque integrado descansa en el uso de
todas las herramientas del estadista para alcanzar nuestros objetivos nacionales,
unilateralmente cuando sea necesario, al tiempo que en el hacer un uso óptimo de las
habilidades y los recursos provistos por las fuerzas militares multinacionales, las
organizaciones regionales e internacionales, las organizaciones no- gubernamentales y las
organizaciones voluntarias privadas cuando sea posible (El subrayado es nuestro). La
participación de la fuerza conjunta en operaciones de apoyo a las autoridades civiles,
también aumentará en importancia debido a las emergentes amenazas al territorio de los
EE.UU., tales como el terrorismo y las armas de destrucción masiva”.
FINALE PRESTO MA NON TROPPO (O EL DESEO DE COMENZAR A
ACLARAR ALGUNAS COSAS)
En AFR Nº 92 nos referimos in extenso sobre una camioneta Ford Ranger 4x4 matrícula DAY
788 que habría estado operando en la provincia de La Pampa con tres sujetos a bordo
interesando a un productor ganadero en la venta de algunos animales para su inmediata
ejecución como parte de un “experimento sociológico” (así lo llamaron). Desde estas
páginas electrónicas llamamos la atención sobre la desidia —no se me ocurre mejor
término— de algunos colegas que se lanzaron a todo tipo de especulaciones respecto al
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origen y razón de ser de ese operativo, sin siquiera
tomarse el trabajo de rastrear al vehículo. Nosotros,
en su momento, lo hicimos por Internet, constatando
que se encontraba radicado en la ciudad de Córdoba.
Lanzamos, en tono de sorna, la pregunta respecto de
si algún otro investigador —por ejemplo, cordobés—
se tomaría el trabajo de llegar a la fuente, o
tendríamos que ser nosotros los que viajáramos a esa
espléndida ciudad para averiguarlo.
¿Y adivinen qué?.
Sí, tuvimos que viajar nosotros.
Ahorrándoles la descripción de vicisitudes varias, constatamos que en el domicilio de
referencia se encuentran las oficinas de un Juzgado de Paz, cerrado ante nuestros
insistentes reclamos pero, según los vecinos consultados del lugar, casi desmantelado. No
obstante, personal de mantenimiento adscripto al lugar nos refirió “off the record” que el
par de empleados que trabaja aún en el mismo tiene, como una de sus funciones, llevar la
documentación de vehículos secuestrados en oportunidad de la comisión de ilícitos,
quedando en tanto los mismos a disposición de la Justicia, pero clandestinamente utilizados
por personal policial o judicial para usos particulares o privados. De allí provenía la famosa
camioneta; y no somos nosotros los que deberíamos dar ahora las explicaciones.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIONES (O NO) DE UN ENIGMA CENTENARIO
No repetiré con la suficiente insistencia en señalar que existen dos clases de fenómenos
mutilatorios. Uno, el contextualizado —por ejemplo, en mis propias investigaciones— dentro
del caso particular de Argentina en el 2002, y otro, muy distinto, que hunde sus raíces no
sólo en el tiempo —sus antecedentes se remontan a épocas pretéritas— sino que también
tiene características asaz extrañas; esta última categoría es generalmente más horripilante,
más compleja en sus mecánicas mutilatorias y por cierto mucho menos reproducible por la
mano del hombre.
Por consiguiente, creo que sería un error tratar de interpretar lo que ocurrió el año pasado
en Argentina desde la perspectiva de los ciclos mutilatorios acaecidos en distintos lugares y
tiempos; ciertamente, error tan grueso como tratar de explicar esas “oleadas” carniceras a
partir de la experiencia local. Sí entiendo que alguien (si una inteligencia de este plano u
otro, cada lector sacará sus propias conclusiones) se aprovechó del marco folklórico
preexistente para generar una cascada de episodios plausibles de ser asociados
espontáneamente con aquél; a esto contribuyó no sólo el periodismo generalmente con una
lectura superficial de la cuestión, sino también muchos analistas quizás bienintencionados
pero un tanto perezosos a la hora de profundizar investigaciones —recuérdese el famoso
asunto de la Ranger matrícula DAY 788— tanto como de abandonar la poltrona de sus
creencias internalizadas.
Como si esto no bastare, en los primeros meses del 2003 vimos un “intento” de resucitación
de la oleada mutilatoria argentina. Distintas listas y páginas en la Web comenzaron a
hacerse eco —creo que prematuramente y de forma un tanto liviana— a nuevas
mutilaciones que estarían acaeciendo en diversas localidades, y a la fecha de escribir estas
líneas todavía circulan, con estertores agónicos, “novedosas” informaciones de animales
mutilados desparramados por ahí. Sin embargo, y no sólo por el hecho prescindible de no
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haber generado la paranoia mediática de un año atrás, para nada podemos sostener, más
allá de lo que le gusta afirmar a sus defensores, que alcanza los niveles en extrañeza,
cantidad y fenómenos misteriosos colaterales que supimos descubrir en el 2002, y se me
asemeja más a una expresión de deseos de resucitación fenoménica que a hechos reales
dignos de asociarse con este expediente.
Fin???
Autor del informe: Gustavo Fernández <[email protected]>
Director de Al Filo de la Realidad. Revista electrónica sobre OVNIs, parapsicología y ocultismo de distribución
gratuita.
Al Filo de la Realidad es órgano de difusión del Centro de Armonización Integral, academia privada dedicada a la
investigación, difusión y docencia en el campo de las “disciplinas alternativas”, fundada el 15 de octubre de 1985 e
inscripta en la Superintendencia de Enseñanza Privada dependiente del Ministerio de Educación de la República
Argentina, bajo el número 9492/93.
Recopilado y confección de este documento: Arkantos <[email protected]>
Director de Mystery Planet. Sitio web dedicado a la difusión de temas tales como: civilizaciones antiguas, mitología,
fenómenos paranormales, OVNIs, ciencias alternativas, etc.
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Argentina, 16 de junio de 2003.