Sobre la crisis del sistema financiero español Por: Eduardo Gómez, Socio de Advisory, KPMG en Perú Enero 2013 El sector financiero español ha sufrido, está sufriendo y lo seguirá haciendo durante un tiempo la mayor crisis de su historia. El desplome del sector inmobiliario junto a la gran exposición crediticia de las entidades financieras en ese sector, especialmente las extintas Cajas de Ahorro, ha puesto al descubierto las debilidades de un marco regulatorio incapaz de prevenir esta situación. El incremento de los requerimientos de provisiones bancarias y la mayor dificultad de las entidades al acceso de la financiación mayorista, conjuntamente al alto coste debido a la falta de confianza de los inversores, derivó en una restricción de concesión del crédito a familias y empresas, empeorando las tasas de morosidad de los clientes y ahondando en el deterioro de una economía española ya de por sí muy enferma. El Estado español tuvo que entrar en juego para evitar el colapso del sistema. Creó un vehículo de recapitalización público (FROB, Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) para ayudar a las entidades financieras más débiles, rescatando a las entidades inviables por sí mismas a largo plazo. Al mismo tiempo, modificó el régimen jurídico de las Cajas de Ahorro para despolitizarlas y profesionalizarlas, convirtiéndolas en bancos. El FROB se encargó de dirigir el proceso de reestructuración de Cajas de Ahorro, pasando de 45 entidades a solamente 11 en menos de 3 años. Todo cambia con la caída de Bankia. Bankia nace de la fusión de 7 Cajas de Ahorros, entre las que destacan Caja Madrid y Bancaja, convirtiéndose de un día para otro en la Caja de Ahorros más grande de España por volumen de activos, superando a la propia Caixa de Pensions. Cuando el FROB entra a rescatar a Bankia a mediados de este año, el gobierno español solicita ayuda a Europa para afrontar la situación. Es la hora del rescate del sector financiero. Europa aprueba una financiación de hasta cien mil millones de euros, pero define una hoja de ruta que exige al gobierno de España para poder acceder a ella. Se elabora un MoU (Memorandum of Understandings) con tres ejes principales: la determinación de las necesidades de capital reales, estresada al peor escenario posible a futuro, para todos los bancos del sistema; la elaboración de planes de recapitalización, reestructuración y/o resolución de los bancos más vulnerables; y, por último, la segregación de los activos dañados de los bancos y transferencia a una sociedad de gestión de activos (denominada Sareb, sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria), creada para gestionar y dar salida a los activos durante los próximos 15 años, sacándolos de los balances de las entidades financieras. A fines de noviembre del 2012, el Ministerio de Economía del Gobierno de España solicitó formalmente a la Comisión Europea 36.968 millones de euros para las cuatro entidades financieras nacionalizadas (Bankia, Catalunya Banc, Novacaixagalicia Bank y Banco de Valencia), así como 2.500 millones de euros destinados a la aportación del FROB al Sareb. El día martes 11 de diciembre se llevó a cabo la entrega de estos fondos por parte española procedentes del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). La transferencia se ha realizado mediante cinco series de instrumentos de deuda canjeables por efectivo a vencimiento. Con esto se cierra un capítulo importante de la crisis del sistema financiero español, aunque el año 2013 tiene que despejar todavía muchas dudas sobre su futuro. Sin lugar a dudas, se ha reescrito la historia del sector financiero español en un periodo de tiempo inimaginable. Espero que todos aprovechemos las lecciones aprendidas.