Trabajadores y trabajad Trabajadores y trabajadoras con

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Anais do IV Simpósio Lutas Sociais na América Latina ISSN: 2177-9503
Imperialismo, nacionalismo e militarismo no Século XXI
14 a 17 de setembro de 2010, Londrina, UEL
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
Trabajadores y trabajadoras
trabajadoras
con derechos laborales
vulnerados, abordan
situaciones de vulnerabilidad
social de familias, niños y
adolescentes
Mauricio Vidal, Romina Bartozetti & Natalia Carrasco∗
El contexto social, político y económico
Para comenzar el desarrollo del presente trabajo y considerando las
limitaciones formales que propone la modalidad de la ponencia se cree
necesario realizar un acotado análisis del contexto. Para lo cual, en una
primera instancia, se retoma lo que manifiesta Marilda Iamamoto (2003, p.
30):
En el contexto de la globalización mundial bajo la hegemonía del gran
capital financiero, de la alianza entre el capital bancario y el capital
industrial, se presencia la revolución técnica-científica de base
microelectrónica, instaurando nuevos patrones de producción y de
gerencia del trabajo. A la vez, se reduce la demanda de trabajo, se amplía la
población sobrante según las necesidades medias del propio capital,
haciendo crecer la exclusión social, económica, política y cultural de
∗
Universidad Nacional de Comahue. End. eletrônico: [email protected]
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
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hombres, jóvenes, niños, mujeres de las clases subalternas, que hoy son el
blanco de la violencia institucionalizada. Contradictoriamente esta
exclusión social se torna el producto del desarrollo del trabajo colectivo.
En otras palabras, la pauperización y la exclusión son la otra cara del
desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo social, del desarrollo de la
ciencia y de la tecnología, de los medios de comunicación, de la
producción y del mercado globalizado. Estos nuevos tiempos reafirman
que la acumulación de capital no se produce acompañada de equidad y no
rima con igualdad.
Teniendo en cuenta el análisis de la autora, la aplicación del proyecto
neoliberal en el País profundizó las desigualdades, característica constitutiva
del sistema capitalista. Considerando los procesos históricos acontecidos es
necesario remitirse a la dictadura militar genocida del año 1976. En aquel
momento se establecen las transformaciones en el régimen de acumulación
capitalista que generarán profundos niveles de desigualdad: la concentración
y centralización del capital por un lado, y la vulneración de manera
generalizada de los derechos económicos, políticos, sociales y culturales de
las clases subalternas.
Paralelamente, las mismas se organizaban para resistir de diversas
manera, haciendo explícita la lucha de clases. La dictadura respondió a los
intereses de los sectores dominantes nacionales e internacionales,
produciendo las condiciones para garantizar la acumulación ampliada del
capital, a través del terror, la tortura, la persecución política, la desaparición
sistemática de gran parte de la militancia política y social que se organizaba
en torno a un proyecto social alternativo. El resultado posibilitó la
implementación de un orden social, que profundizó las desigualdades,
explotando cada vez más a las clases subalternas.
La estrategia de acumulación capitalista neoliberal no sólo remite a las
dictaduras militares sino también a los posteriores gobiernos
“democráticos”. Desde el gobierno de Alfonsín, pasando por la década
gobernada por Menen, luego la gestión de De La Rua y los posteriores
gobiernos, la lucha y rebeldía social continuaba manifestándose y se
intentaba acallar las voces. Este proceso fue progresivo y se desarrolló junto
al “humo” de los piquetes, protestas estudiantiles, paros y movilizaciones
populares, hasta desembocar en el estallido social e histórico del 19 y 20 de
diciembre del 2001. Donde las distintas clases sociales salieron a las calles,
encontrándose piquetes y cacerolas, en una expresión unificada de rechazo
al modelo hegemónico vigente.
Como prueba de ello, el 26 de junio del año 2002 se produjo el
asesinato Darío Santillan y Maximiliano Kosteki. Los “desaparecidos
sociales” fueron fusilados con la impunidad y violencia de los que
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continúan aplicando políticas neoliberales represivas en democracia,
heredadas de las dictaduras.
También es cierto que en la actualidad continúa vigente la violencia
ejercida por las instituciones públicas y los medios de comunicación masiva,
a través de la violencia simbólica, la omisión de responsabilidades políticas,
la represión y la muerte. Tal es el caso del profesor Carlos Fuentealba,
ocurrida el 4 de abril del corriente año en la provincia de Neuquen.
Entonces la manifestación de la estrategia de acumulación capitalista
responde a momentos históricos y complejos. Analizarlos implicaría
incorporar, las estrategias de los sectores dominantes, las expresiones de
lucha de las clases subalternas, el lugar que el Estado asume y procesos en
la dinámica capitalista mundial.1
Siguiendo a Anderson
cuando afirma:
es posible realizar un balance provisorio
cualquier balance actual del neoliberalismo sólo puede ser provisorio. Se
trata de un movimiento inconcluso. (…) Económicamente, el
neoliberalismo fracasó. No consiguió ninguna revitalización básica del
capitalismo avanzado. Socialmente, por el contrario, ha logrado muchos de
sus objetivos, creando sociedades marcadamente más desiguales, aunque
no tan desestatizadas como se lo había propuesto. Política e
ideológicamente, sin embargo, ha logrado un grado de éxito jamás soñado
por sus fundadores, diseminando la simple idea de que no hay alternativas
para sus principios (…) Este fenómeno se llama hegemonía, aunque
naturalmente millones de personas no crean en sus promesas y resistan
cotidianamente a sus terribles efectos. Creo que la tarea de sus opositores
es ofrecer otras recetas y preparar otros regímenes. Alternativas que apenas
podemos prever cuándo y dónde van a surgir. Históricamente, el momento
de viraje de una onda es siempre una sorpresa” (ANDERSON, 1995, p.
26-27)2.
En este mismo movimiento, desigualdad pero también con rebeldía
(Marilda Iamamoto), surgieron nuevas expresiones de lucha social y política,
que se opusieron al modelo neoliberal. Las mismas incluyen tomas de
fábricas, asambleas barriales, nuevas organizaciones sindicales, una
heterogénea y masiva organización de trabajadores desocupados.
A efectos de ilustrar la profundización de las desigualdades
socioeconómicas, cabe señalar el planteamiento de Petras y Veltmeyer
(2002: 17-18)n: “Simultáneamente, y en relación con el empobrecimiento de
la inmensa mayoría de la clase obrera y media, se produce la concentración
1 Ponencia Invernizzi, Martín Vidal. “El Trabajo Social en las nuevas expresiones de resistencia y luchas
sociales. La experiencia con el MTD Darío Santillán de Cipolletti”.
2 Seminario Internacional “Post neoliberalismo. Las políticas sociales y el Estado democrático, realizado
en Río de Janeiro, 13 al 16 de septiembre de 1994.
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de riqueza en manos de la clase dirigente, de la alta clase media, de capitalista
y banqueros extranjeros. En 1974 el 10 % más rico de la población
acaparaba el 28% de los ingresos nacionales; en 1992 algo más del 34 % y en
el 2001 más del 37 %, mientras que el 10 % más pobre recibía el 2, 2 % en
1974 y el 1,3 % en el 2001, antes de la devaluación y del dramático aumento
del desempleo. Si tomamos en cuenta el gran encubrimiento de los ingresos
declarados por las clases acaudaladas, el departamento de estadística del
gobierno (INDEC) calcula que las desigualdades actuales son mucho
mayores según su estimación, el 10 % más rico de la población gana 40
veces más que el 10 % más pobre”.
Aplicación del modelo neoliberal en la pcia. de Río Negro
Concretamente la provincia de Río Negro no estuvo exenta de estos
procesos de transformación social, cultural y económico “... A partir del
cambio de régimen económico de 1989, de la sanción de la Ley de
Convertibilidad y plena renegociación de la deuda externa e interna, el
gobierno nacional impuso fuertes cambios en la tributación y en la
asignación de recursos a las provincias. La nueva política implicó la sanción
de normas de “Emergencia Económica” y Administrativa del Estado, de
desregulación de mercados, privatización de empresas públicas, eliminación
de promociones y subsidios, y una profunda reestructuración de las
relaciones financieras entre Nación y las provincias.(…) el partido Radical
en su campaña nacional levantó banderas contra el neoliberalismo y las
privatizaciones a ultranza, pero en el gobierno provincial fue pragmático, y
procurando no perder su nexo con el electorado local, optó por un dejar
hacer y dejar pasar, que tuvo al Estado como principal emisor de gastos con
destinos a lo económico y financiero, mientras el gasto social se deterioraba
en cantidad y calidad…”3
La concentración y el sostenimiento del poder político por parte del
partido Radical (que se mantiene hasta la actualidad desde la recuperación de
la democracia) están vinculados a las distintas estrategias y alianzas políticas
que ha desarrollado el gobierno a nivel municipal, provincial y nacional.
“…la recuperación de capacidades decisivas con la nueva administración de
Saiz, si bien no permitió colocar a Río Negro en un lugar de privilegio de
tiempo atrás, sí permitió que la provincia pudiera colocarse dentro del
escenario nacional, en el marco de un federalismo de concertación. Los
avances y retrocesos del proyecto de centralización política del gobierno de
Kirchner –considerando que Río Negro es una de las cinco provincias
gobernadas por radicales- también le ha dado oportunidades para que el
distrito reestableciera pautas de integración nacional. Gran parte de este
3 AAVV. 20 años de democracia en Río Negro y Neuquén. Editorial Educo. Neuquén, 2004
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“éxito” fue fruto de la paulatina provincialización del partido, o mejor dicho
de la oportuna separación de los derroteros nacionales del mismo(…)este
proceso se aceleró desde el 2001, con la caída del gobierno de De la Rua y la
pérdida de competitividad de la UCR, que llevó a muchos de los cuadros
partidarios a replegarse sobre sus baluartes locales en el nivel provincial o
municipal, pero también a una silenciosa diáspora en busca de mejores
oportunidades para continuar sus carreras políticas. De hecho, esta
tendencia parecía ser confirmada por el propio presidente Kirchner que a
través de sus voceros manifestaba que el radical Miguel Saiz ‘es un dirigente
con el que se podría hacer acuerdos de Estado’, considerando que UCR no
es un partido nacional, sino un conjunto de partidos provinciales con los
que era necesario realizar alianzas”.
Estado, Políticas Publicas y Trabajo Social
Se considera relevante explicitar los fundamentos y categorías teóricas
que sustentan esta ponencia, dando cuenta de la complejidad del análisis.
Partiendo de la definición de Estado que hace Marx “el Estado es un
órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por
otra, es la creación del orden que legaliza y afianza esta opresión,
amortiguado los choques entre las clases”4 es decir, un Estado que
responde a los requerimientos del sistema Capitalista, bajo el amparo del
capital financiero, redimensionado la división internacional del trabajo. Lo
cual, es comprobado en Argentina como en el resto de Latinoamérica, en la
agudización de las expresiones de desigualdad inherentes al sistema, donde
queda claro que la acumulación de capital no se produce acompañada de
equidad e igualdad. Traduciéndose ello, en políticas de ajustes a las
economías periféricas (como la de nuestro país) que patrocinadas por los
organismos internacionales, tienen como objetivo, la concentración del
capital, a costa del desempleo o subempleo, deteriorándose al punto de la
indigencia, las condiciones de vida de grandes segmentos de la población.
El Estado, siendo producto y manifestación del carácter
irreconciliable de las contradicciones de clase, apunta al mantenimiento del
orden social existentes, es decir, su actuación solo tendrá como objeto dicho
mantenimiento, poniendo a través de actos políticos, la consolidación de
dominación de una clase sobre otra, salvaguardando la acumulación
desenfrenada del capital. Su presencia se encuentra justamente allí, en la
omisión, en las políticas que hacen popular, programas y planes que
fragmentan al sujeto en tantas categorías como sea posible (pobre:
estructural, nuevo, con empleo, sin empleo, protegido o informal, mayor o
menor) pero que en nada, apuntan a mejorar las condiciones reales de vida
4 Lenin. El estado y la revolución. Cap.1 La sociedad de clases y el estado.
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de la población, intentando aplacar los problemas que surgen de la
distribución salvajemente inequitativa del capital.
Así, la polarización social llega a su máxima expresión. Millones de
personas se encuentran por debajo de la línea de pobreza e incluso de
indigencia, mientras que la lógica de mercado avanza a medida que desbasta
derechos y conquistas de las clases oprimidas, precarizando cada vez más,
las condiciones laborales.
En términos de continuidad y ruptura, lo que se observa en relación
a la gestión de los diferentes gobiernos de las ultimas décadas, a nivel
nacional y /o provincial, refieren al plano discursivo, que posibilitan la
continuidad y profundización de los aspectos estructurales, que condujeron
a gran parte de la sociedad argentina a sumirse en la pobreza. Papel
fundamental cumplió el avance ideológico, que impulsó el sistema capitalista
pronunciado bajo el modelo neoliberal. El discurso único, la naturalización
de la realidad social, la negación de la inherente articulación de los ámbitos
político, social, económico, cultural, explican lo expuesto.
Los discursos de quienes detentan el poder estatal, plasman lo
anteriormente mencionado, en sus proyectos políticos. A nivel nacional y
provincial, se manifiestan en construir “un estado popular libre” a “refundar
la patria” “con vientos de cambio” llamando a converger a distintos
sectores de la base, en busca de una legitimación del poder, los cual, luego es
opacado en la suma a esta “convergencia” a sectores que se ha mantenido a
través del tiempo en la estructura político estatal. Esto responde a que, si
bien como lo plantea Lenin, siguiendo a Marx y Engels, “la republica
democrática aparece como la mejor forma de estado para el proletariado
bajo el capitalismo, no se debe olvidar que la esclavitud asalariada es el
destino de pueblo. …Todo estado es una fuerza especial para la represión de la clase
oprimida. Todo estado no es ni libre ni popular” (IAMAMOTO, 2001). Por lo
cual, más allá que esto se plasme en un discurso, las acciones que luego
pondrán en marcha los proyectos políticos estatales, responderán siempre, al
mantenimiento del statu quo, no pudiendo romper con los lazos que lo
unen a la acumulación del capital, y a su inequitativa distribución. Porque
en ella se funda el propio sistema en la desigualdad y la dependencia, más
allá del modelo que se adopte.
El Estado, como el indiscutible representante de los intereses de las
clases y estratos que detentan el poder político y económico, nacional e
internacional, es decir, puesto al servicio de la iniciativa privada, siendo el
eje político de la burguesía (IAMAMOTO, 2001), activo diversos
mecanismos a través de los cuales, pudiera desarrollar su proyecto clasista.
O sea, “que el nuevo modelo político impuesto tienen en vista una
adecuación del poder de Estado a las nuevas necesidades de la
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acumulación” (IAMAMOTO, 2001). Siendo este el órgano de dominación
por excelencia, el aparato privilegiado en el ejercicio del control social.
Frente al núcleo planteado resulta interesante las diferenciaciones
que plantea Mabel Twesty Rey, “...es necesario diferenciar entre el poder
del estado y los aparatos del estado en los cuales se encarna. Partimos de
concebir al Estado como expresivo del poder social dominante, pero a la
vez garante –no neutral- de una relación social contradictoria y conflictiva,
las formas en que se materializa esta relación de poder en los aparatos están
constantemente atravesada por las luchas sociales fundamentales.
Si se insiste en que el Estado es más que una mera expresión de la
lógica del capital, no debe olvidarse que en el aparato estatal se materializan
las complejas relaciones de fuerzas que especifican a la relación social
capitalista entendida como un todo. Entonces no puede resultar indiferente
para los trabajadores, por ser capitalista, cualquier institución estatal. No es
lo mismo tener leyes laborales protectoras que flexibilización total. No es lo
mismo contar con prestaciones de seguridad social garantizadas legalmente,
que dejarlas liberadas a las fuerzas del mercado. Todos los logros históricos
de los trabajadores merecen y deben ser defendidos. Pero no referidos a un
mítico Estado Benefactor que nunca superó las fronteras capitalistas y como
tal entro en crisis, sino aquella dimensión de “problema social” que debe ser
“suturado”, resuelto a favor de los intereses de los trabajadores” 5
Lo desarrollado ha configurado nuevas formas de la Cuestión Social,
como expresión del proceso de formación y desarrollo de la clase obrera, y
de su ingreso en el escenario político, exigiendo un reconocimiento como
clase, han emergidos programas gubernamentales, de carácter asistencial,
dentro de la retórica de atención a las condiciones de vida de los
trabajadores, centralizado y regulados por el Estado y subordinado a las
directrices políticas que garanticen la estabilidad social.
“Es ella la base de justificación de la gestación, y desarrollo del
Servicio Social∗ como profesión reconocida en la división social del trabajo.
Por lo tanto, la institución del Servicio Social deberá capacitarse para ofrecer
una respuesta que las actualice frente a los nuevos desafíos que la coyuntura
político económico le impone, pudiendo optar por dos líneas: la
tecnificación pragmática modernizadora o un cuestionamiento de las bases
mismas de la legitimidad de esa demanda”.
Este cuadro coyuntural representara para el colectivo profesional, una
ampliación de su campo de trabajo, tanto oficiales como emergentes (a
través de la movilización y reorganización del colectivo de los trabajadores)
5 Mabel Twaites Rey “La autonomía como búsqueda, el Estado como contradicción” .
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
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lo que genera una diversificación de las demandas, exigencias, debiendo
asumir tareas y funciones relacionadas a la implementación de políticas
sociales, dentro de las nueva racionalidad que el modelo político impone.
Sumado a esto, la mayor burocratización por la modernización del aparato
de estado.
“Este cambio en el medio profesional es un aspecto de la respuesta
institucional al agravamiento de las condiciones de vida, la ampliación del
mercado laboral y el refuerzo de la legitimidad del Servicio Social”.
Todo lo anteriormente planteado ha conducido a una nueva
configuración de su rol y debiendo develar su significación social en la
sociedad capitalista. Históricamente se sitúa como un elemento que
participa en la reproducción de las relaciones sociales y de sus
contradicciones, imprimiéndolas al interior del colectivo profesional.
Partiendo de una contradicción básica, actual, entre la aparente
igualdad jurídica de ciudadanos libres y la desigualdad económica que deriva
de la apropiación de trabajo ajeno, esto lleva a plantear otras contradicciones
relevantes para una comprensión más acabada de la realidad profesional, en
los que dista hoy el contexto ante desarrollado.
En primera instancia, existe una relación paradójica entre las dos
dimensiones que configura el ejerció profesional - realidad vivida y realidad
presentada en la conciencia – lo cual implica un defasaje entre las
representaciones que legitiman el que hacer, las intenciones, el discurso; y el
propio ejercicio, las condiciones y efectos objetivos. Como también, la
acción del trabajador social es necesariamente polarizada por los intereses de
las clases que demandan su actuación, tendiendo a ser cooptada por aquellos
que tienen una posición dominante. Pero también en ella, se reproduce
intereses contrapuesto, dado a que responde tanto a la demanda del capital
como a la del trabajo. Participando tanto en los mecanismos de dominación
y explotación como también, a la vez da respuesta a las necesidades de
sobrevivencia de las clases trabajadoras, y de la reproducción de los
antagonismos en los intereses sociales
Si bien la profesión se consolida como parte integrante del aparato de
Estado, respondiendo al objetivo de esta, se inscribe como un asalariado,
(con una casi nula autonomía en su ejercicio) dependiendo del mismo
estado, en termino de recursos, decisiones, etc. Además que amplia su
campo de trabajo, en función de las estrategias establecidas por los sectores
dominantes para abordar la cuestión social, consolidadas ellas políticas
sociales, sin que corran el riesgo los intereses de dichos sectores. Es así que
el Trabajador Social pasa a recibir un mandato directamente de la clase
dominante para actuar sobre la clase trabajadora. Los cuales, al ser derivada
del patronato y no de los trabajadores, se establecen una disyunción entre
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intervención y remuneración, entre quien demanda y quien recibe los
servicios (IAMAMOTO, 2001). Esto le otorga un carácter oficial, clasista a
la intervención. Además más que no es una profesión liberal desde el
momento que media una relación contractual con el estado
Todo esto obstaculiza la auto visualización, por parte del colectivo de
profesionales, como trabajadores, como parte de la clase trabajadora. Dado
que él “el agente institucional” que operacionaliza los servicios sociales.
Sumado a esto el imaginario social, amparado en una visión conservadora,
que implican percepción de la profesión como una la vocación, un mandato
social, un servicio a la población oprimida. Esta visión es utilizada
ideológicamente, de manera perversa a fin encubrir, las implicaciones reales
de su condición de trabajador asalariado, fragilizando la lucha sindical, el
proceso de organización del colectivo profesional, por la defensa de los
derechos laborales y reivindicaciones salariales.
En la medida que el Servicio Social, esta circunscrito dentro del
contexto referente a condición y situación de vida de las clases trabajadoras,
este se encuentra integrado al proceso de creación de condiciones
indispensables al funcionamiento y reproducción de la fuerza de trabajo,
siendo los destinatarios principales, el trabajador y su familia. Integrada así a
la división social y técnica del trabajo. Cuyo lugar y rol, en ella esta
vinculado al control social, político e ideológico, que garanticen y
fortalezcan el consenso social, necesario para garantizar la dominación de
clase. Esto implica mecanismos normativos y adaptadores que faciliten la
integración social y la reducción del nivel de tención que emana en las
relaciones antagónicas. Esto explica que su razón de ser refiere a la
contribución que pueda hacer a la estructura de poder, manipulando
racionalmente los problemas sociales, anulando, previniendo y/o
canalizando la eclosión de tensiones que se han amplificados e
intensificados. Es por esto que demanda profesionales especializados, no
solo para responder al objetivo ya planteado sino también para establecer o
fortalecer los vínculos de dependencia de la población carentes para con el
Estado, a través de las instituciones y / o programas de cuño asistencial.
Cuyo argumento discursivo refieren a un “interés y sensibilización para con
los problemas sociales en las búsqueda de un proyecto humanizado de
sociedad” (IAMAMOTO, 2001). Este discurso ideológico es estratégico
para reforzar las bases políticas del poder.
Como también son eminentemente convocados para ejercer una
función “educadora” “organizativa” en las clases trabajadoras, a través de la
prestación de servicios sociales, previstos y concretizados por las entidades a
las cuales se vincula contractualmente. De esta manera contribuiría en la
difusión e internalización en ellas de la ideología capitalista, del modo de
vida que ella implica.
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
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El colectivo accede así a casi la globalidad de las esferas de la vida
cotidiana de los trabajadores, invadiéndola. El profesional deberá adaptarse
al perfil de la demanda del mercado de trabajo, lo cual se traduce en las
formas de especialización, porque las instituciones buscan perfeccionar la
cualificación técnica como respuesta a la maleabilidad del ejercicio
profesional, lo que se multiplica con la profundización de la división técnica
del trabajo.
El Servicio Social es solicitado no tanto por el carácter propiamente
´técnico-especializado´ de sus acciones sino ante y básicamente por las
funciones de cuño educativo, moralizador disciplinados que mediante un
soporte administrativo desempeña sobre las clases trabajadoras o más
precisamente sobre los segmentos de ésta que forma su clientela de las
instituciones que desarrolla programas socio-asistenciales. Por lo tanto el
trabajador aparece como un profesional de la coerción y del consenso,
cuya acción aparece y recae sobre el campo político (IAMAMOTO, 2001).
Esta realidad de la profesión y de los campo oficiales de intervención
se vivencia en la Institución “Secretaría de Promoción Familiar”, del
Ministerio de Familia de la Provincia de Río Negro, en la cual se
implementan dos programa de intervención: Fortalecimiento Familiar y
Jóvenes en Conflicto con la Ley Penal, bajo la modalidad de Libertad
Asistida. Ambos programas se encuentran enmarcados jurídicamente en la
Ley provincial Nº 3097 (con su modificación en la Ley Nº 4109) y ley
Nacional
Nº 26061, ambas a en la Doctrina de Protección Integral de
los derechos del Niño/a y Adolescentes.
Meramente la estructura de la misma, se comprende en términos de
la cumbre, por una trabajadora que cumple funciones de delegada regional,
en la circunscripción correspondiente; en relación a la base, por trabajadores
y trabajadoras que cumplen funciones de técnicas y de operadores
comunitarios, administrativos, chofer, y maestranza. Específicamente la
categoría de técnico incluye, profesionales (trabajadores sociales, psicólogos,
psicólogos sociales, abogados), y los operadores son estudiantes avanzados
de las mismas carreras.
Aproximándonos a un análisis sobre su funcionamiento y los
atravesamientos que lo determinan, esta institución es parte del aparato del
Estado, en la cual se implementan las políticas públicas, materializándose,
tanto en términos legislativos como en los programas citados. A partir de
ellos, se adhiriere a la lectura de Lapassade: “el estado – patrono quien
designa funcionarios manteniéndose la distinción entre el poder político y
retransmisores administrativos funcionales”6, por lo tanto, éstos responden,
obligados a probar que son aptos para desarrollar una función pública y
6 Goerge Lapassade, Grupo, Organizaciones e Instituciones: La transformación de la Burocracia.
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asuntos burócratas, que le han sido asignados. Nos estamos refiriendo tanto
al cargo de la dirección provincial de la Secretaría, como a la delegación
regional. Siendo parte de un conjunto de dispositivo que necesita el Estado
para mantenerse en el poder, con su proyecto político “el burocratismo
implica una alienación de las personas en sus funciones, y de las funciones
en aparatos”. Esto le imposibilita tener una conciencia de trabajador
asalariado, ya que responden al proyecto político del Estado
Por último, en lo que se refiere como ausencia del Estado, durante la
aplicación del modelo neoliberal, fue en realidad una profunda reorientación
de los modos de la intervención pública. Fue una reorientación política del
Estado, en respuesta a cambios profundos en las relaciones de poder. El
cambio en los objetivos de la acción pública se observa
La matriz conservadora y oligárquica, y su forma de relaciones sociales
atravesadas por el favor, por el compadrío y por el clientelismo (…)
penetrando también en la política social. Desde el punto de vista político,
las intervenciones en el campo de la política social, y particularmente en la
asistencia social, vienen presentándose como espacio propicio para el
desarrollo de prácticas asistencialitas y clientelistas, sirviendo también para
la formación de reductos “electorales”.
En las relaciones clientelísticas, no son reconocidos los derechos de
los subalternos y se espera lealtad por parte de aquéllos que reciben los
servicios. Ellos aparecen como inferiores y sin autonomía. Se trata de un
patrón arcaico de relaciones que fragmenta y desorganiza a los subalternos al
mostrar como favor, o como ventaja, aquello que es un derecho. Además las
prácticas clientelísticas personalizan las relaciones con los dominados, hecho
que lleva a la adhesión y complicidad, incluso cuando su necesidad no es
atendida.
En otras palabras, tratamos aquí de una especie de “cultura política”
que niega la identidad social de los subalternos y su pertenencia a una clase;
tratamos de una forma de ocultar el conflicto y la resistencia y de legitimar
de dominación”.7
Reseña histórica del conflicto laboral y político en Promoción
Familiar - Ministerio de la Familia
“Ingreso a trabajar a Libertad Asistida, en la delegación de Cipolletti,
en el mes de mayo el año 2001, éramos dos operadores del programa,
nuestra incorporación se dio a partir de una “beca de capacitación” de $300.,
mientras que los técnicos percibían $ 600. También es cierto que debido al
bajo salario, el personal se veía obligado a conseguir otro trabajo. Esta
7 La Política Social Hoy, Maria Carmelita Yazbek, editorial Cortez.
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situación hacía que los trabajadores/as tomen como un lugar de paso a
Promoción Familiar.
Luego de la crisis del 2001, el año 2002 se comenzó al luchar por la
recomposición salarial, asimismo se hacia referencia a los escasos recursos
que contábamos para realizar nuestro trabajo, no habían espacios para
realizar entrevista, no se contaba con movilidad.
Las actividades que se realizan para hacer explicito el reclamo eran, en
lo que respecta al nivel local, radios abiertas y panfletadas en la vereda de la
oficina, mientras que por otro lado viajábamos a Roca, donde en las
asambleas nos encontrábamos con compañeros/as que estaban contratados
desde hacia 8 y 9 años.
En ese proceso de lucha, el gobierno responde aumentando a $400. la
beca y saca un decreto ( nro115). Al principio en una de sus cláusulas, el
decreto establecía que el trabajo en promoción familiar, era de dedicación
exclusiva, reteniendo el titulo a quienes eran profesionales. Esto se rechazó,
haciendo que se modifique este punto.
Si bien el decreto incluía la obra social y los aportes jubilatorios, no
modificaba la estabilidad laboral ya que seguíamos siendo contratados y
precarizados. Igualmente creo que la implementación de la contratación
mediante el decreto, de alguna manera plancho la lucha, porque bajo la
participación de muchos/as compañeras en las asambleas y actividades.
También a partir de allí comenzamos a preguntarnos sobre la
participación sindical, ¿porque y para que?
el sindicato, es así que
comenzamos a confluir en los reclamos, teniendo en cuenta el trabajo en
negro, las mejoras de las condiciones laborales y la aplicación de las
políticas”8.
Durante el año 2002 en el Ministerio de la Familia se manifiestan los
primeros reclamos y de los trabajadores. Si bien existían desde el año 1996
trabajadores desempeñando tareas en forma precarizada, se desconoce si
hubieron pronunciamientos contra el trabajo en negro, única oferta laboral
por parte del Estado en ese momento.
Si se caracteriza el marco laboral de ese entonces, que actualmente
existe, aunque hay otras formas contractuales, los trabajadores del área eran
contratados bajo una beca de capacitación. Dependiendo del programa y la
función que desarrollaban, las mismas variaban entre $200 para el sector
administrativo, $300, $400 y $650 para operadores según se desempeñaran
en los programas de Fortalecimiento Familiar, Libertad Asistida y Centros
de Contención (destinados a la internación permanente de jóvenes de 14 a
8 Entrevista a Diego Catalán, Operador del Programa de Libertad Asistida, Delegación Cipolletti.
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18 años con causas penales), respectivamente y de $600 para profesionales y
directivos de los diferentes programas.
La única alternativa contractual que históricamente presentó el
Ministerio, fue el sistema de becas. Consistiendo la “Beca de Capacitación”
en una figura de trabajo totalmente precario, sin contemplar: seguro de vida,
obra social, salario familiar, antigüedad, vacaciones, aportes jubilatorios,
aguinaldo, ni ART.
En el año 2002, un grupo de trabajadores autoconvocados
pertenecientes al Programa Jóvenes en Conflicto con la Ley Penal, del
Instituto “El Maruchito”, que albergaba a jóvenes de 14 a 18 años con
causas penales, reconocen que desarrollaban su tarea precarias condiciones
de trabajo.
No obstante, los trabajadores lograron participar en la organización
del presupuesto del hogar, teniendo acceso a los recursos para desarrollar las
diversas tareas que implicaban la contención, cuidado y acompañamiento de
los jóvenes alojados. Tal es así, que funcionaban talleres de capacitación
como el de panadería y huertas, para la cual lograron el alquiler de una
chacra.
Desde la gestión propia de los trabajadores y no contando con
ningún tipo de cobertura social, lograron autogestionarse y crear una mutual
propia, pagando una cuota mensual de $5, pudiendo acceder a servicios
médicos, farmacia. Lograron otorgar créditos en forma de préstamos.
Frente a más de seis años de trabajo en negro, atrasos en el pago de
las becas por más de tres meses, recarga en los horarios de trabajo y escasa
cantidad de trabajadores para cubrir las guardias (se realizaban 24 por 48
horas, 10 guardias cada trabajador, lo cual hacían un total de 240 horas por
mes, cada uno de ellos), los trabajadores respondieron al conflicto, a través
de elevar notas a las autoridades provinciales, agotando esta vía, sin obtener
respuestas deciden profundizar las medidas. Llevan adelante un corte de
calle y quema de gomas frente al hogar.
Este conflicto logra tener gran repercusión a nivel mediático,
ejerciendo una presión frente a las autoridades provinciales. A partir de esto,
los trabajadores logran ser contratados bajo la modalidad de contrato de
locación, que implica una relación de dependencia con el Estado,
garantizando todos los derechos enunciados, que no contempla la beca. El
total de los trabajadores que se desempeñaban en este instituto fueron
contratados.
Es importante destacar que solamente los trabajadores del hogar
fueron contratados bajo esta modalidad, mientras que el resto de los
distintos programas, continuaron con becas de capacitación.
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
219
Luego de este conflicto en el sector, cambian las autoridades del
instituto y también las autoridades políticas a nivel provincial.
Predominando en los cargos de directivos, personas con perfil autoritario,
que obstaculizaban cualquier tipo de reclamo.
Durante el proceso histórico de lucha, los trabajadores fueron
respaldados sindicalmente por ATE, realizándose primera vez elecciones de
delegados gremiales.
El conflicto protagonizado estalló nuevamente en el año 2003, al
profundizarse las precarias condiciones laborales; falta de presupuesto para
el programa, incertidumbre laboral de los trabajadores, recorte de hasta el
40% del sueldo (que equivalía a $250 mensuales) falta de personal, despidos
de compañeros, es resumen del abandono de la ejecución de la política
social. La situación se agrava al producirse un motín en el instituto durante
julio del 2003, protagonizado por los jóvenes alojados allí.
Consecuentemente, quince trabajadores fueron puestos a “disponibilidad”
(al ser responsabilizados de la situación) por más de tres años, mientras que
el resto fueron reubicados en otros programas y áreas.
A partir de allí continuaron las medidas de protesta a través del
sindicato, buscando respuestas que garantizaran su estabilidad y continuidad
laboral. La agudización del conflicto tuvo su expresión máxima en la toma
de delegación durante una semana, siendo denunciados penalmente por la
Delegada local de Promoción Familiar.
Como medidas importantes de este proceso de lucha, se destacan
presentaciones al Ministerio de Trabajo, a la Defensoría del Pueblo y
legisladores provinciales para realizar proyectos que mejoren las condiciones
labores. Finalmente ninguno de estos trabajadores fueron despedidos, pero
sí trasladados a educación y salud, mientras que el resto continúan
desempeñando tareas en el área.
Las denuncias contra las modalidades de contratación precarias se
han extendido a otros programas del Ministerio, realizándose medidas
conjuntas a nivel local y provincial. En este proceso de lucha y organización
sindical, el gobierno rionegrino responde con un nuevo modo de
contratación –Decreto Nº 115- que se constituye en una “aparente
concesión” que continúa negando los derechos mencionados
anteriormente.9
Particularmente durante el proceso, en la delegación de Cipolletti, las
y los trabajadores (profesionales y técnicos/as) comenzaron a desarrollar
estrategias, en función de manifestar las precarias condiciones laborales,
como así también el escaso presupuesto designado para ejecutar las políticas
9 Documentación perteneciente a los archivos internos de Ate.
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
220
sociales. Cabe destacar que se crearon espacios de asambleas, donde se
debaten los aspectos señalados, organizándose radios abiertas, pegatinas y
panfletadas, dando a conocer el conflicto a la comunidad. En reiteradas
ocasiones se mantuvieron reuniones con las autoridades del Ministerio
(Ministro, Subsecretario, Directores/as) quienes negaban la existencia del
trabajo en negro.
Es importante destacar que
en el
proceso de lucha los
trabajadores/as instalaron espacios democráticos de discusión, característica
distintiva de la institución en los distintos espacios, reuniones de equipo,
ateneos y asambleas.
Durante el transcurso de los acontecimientos se observa la
contradicción. El Estado, es quien debería garantizar los derechos
constitucionales (laborales y sociales), es quien genera una profunda
vulneración exigiendo responsabilidades y obligaciones a los
trabajadores/as.
Contradicciones entre trabajo y derechos constitucionales
Nuestra Constitucional Nacional, en su Art. Nº 14 bis, habla acerca
de la protección que el Estado debe ofrecer y asegurar a todos los
trabajadores: condiciones dignas y equitativas de trabajo, jornada limitada,
descanso y vacaciones pagados, retribución justa, salario mínimo vital y
móvil, igual remuneración por igual tarea, participación en las ganancias de
las empresas con control de la producción y colaboración de la dirección,
protección contra el despido arbitrario, estabilidad del empleado público,
organización sindical libre y democrática.
También plantea los beneficios de la seguridad social (que tiene
carácter integral e irreductible) que incluye seguro social obligatorio,
jubilación y pensión móvil, protección integral de la familia, la defensa del
bien de familia, la compensación económica familiar y el acceso a la
vivienda.
Sin embargo, en el Ministerio de Familia de la Pcia. de Río Negro
coexisten contrataciones diversas, que son inconstitucionales en sí mismas
(por no respetar los derechos contenidos en el Art. Nº 14 bis) pero no por
eso ilegales, ya que el gobierno avala por medio de decretos y leyes,
relaciones laborales totalmente precarias, que también comprometen el
despliegue de la política social.
Bajo la figura de contratación de Beca de Capacitación Laboral
(mediante la que ingresa hoy el personal al Ministerio de Familia) vulnera
abiertamente los derechos de la clase trabajadora, al igual que los
contratados con el Decreto Nº 115.
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
221
La coexistencia de diversos modos de contratación dentro de la masa
salarial del Ministerio (Beca de Capacitación Laboral, Decreto Nº 115,
Contrato de Locación y Planta Permanente) no es una distinción ingenua,
sin intencionalidad política, sino que apunta a la fragmentación de la clase
trabajadora para “quebrar la lucha de la misma” y a la no unificación política
del sector.
Mucho se cuestiona la no “obligatoriedad” del trabajador a aceptar el
modo de contratación ofrecido por el Estado, cuando en realidad el
trabajador sí se ve “obligado” a vender su fuerza de trabajo para poder
subsistir, aunque ello implique hacerlo en condiciones de inestabilidad y
precarización laboral absoluta.
El Gobierno de Río Negro continúa negando la existencia del trabajo
en negro dentro del Ministerio, ofreciendo la Beca de Capacitación Laboral
como la única vía posible (rápida por cierto) de ingreso al sistema estatal,
puesto que el Ministerio de Familia puede disponer de dichas Becas sin la
intervención de la Función Pública. Este tipo de contratación constituye en
una herramienta más del poder político para ejercer y sostener dicho poder.
Lo manifestado devela la contradicción existente en el Estado, entre
los derechos humanos y sociales, constitucionales (adquiridos
históricamente) y las prácticas políticas implementadas por los distintos
gobiernos, que sistemáticamente vulneran los derechos de los
trabajadores/as.
Llama la atención, los medios que elige el Ejecutivo Provincial para
llevarla a cabo, puesto que fundado en una legislación de emergencia
económica y financiera, creada hace más de diez años, como así también de
la interpretación viciada del articulo 181.110 de la constitución provincial,
hace uso y abuso de “facultades contractuales”— adquiriendo así el recurso
humano necesario para su implementación. Dentro de dichas facultades
hacemos mención la figura de “beca de capacitación” como así del decreto
Nº 115 creado en el año 2005.
Así estos supuestos contratos se caracterizan por la inestabilidad,
reflejados no solo en su duración, que en principio es de un año, sino en las
cláusulas que permiten rescindirlo en cualquier momento si necesidad de
explicación y sin más tramite.
Los trabajadores del Ministerio de Familia de Río Negro, encargados
de ejecutar y dar vigencia efectiva a la política de protección integral del niño
no gozan de estabilidad, característica mencionada en lo precedente como
10 Constitución Provincial de Río Negro. -Artículo 181.- “El gobernador tiene las siguientes facultades y
deberes: 1. Ejerce la representación oficial de la Provincia y es el jefe de la administración provincial.
Ejecuta las leyes”.
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
222
necesaria para la aplicación de una política que trasciende al gobierno de
turno. Sino por lo contrario se les priva de sus derechos como trabajadores
del Estado, dejándolos incluso por fuera del estatuto del empleado público,
sin miras a la regularización de su situación.
En este contexto de precarización laboral, puntualizamos además la
vulneración
de
los
derechos
fundamentales
reconocidos
constitucionalmente como mínimas garantías del trabajo en la Argentina,
como:
- Igual remuneración por igual tarea, principio que se ve desvirtuado
por las distintas modalidades de contratación que se da en los trabajadores.
- Redistribución justa, es el derecho a percibir un salario que por su
monto y oportunidad de pago resulte suficiente para vivir, teniendo en
cuenta las responsabilidades de una familia a cargo que sea suficiente para
fundarla y mantenerla dignamente y asegurar su futuro.
Derecho que actualmente ve inviable su aplicación, ya que la
remuneración otorgada por los funcionarios a cargo no cubre las
necesidades básicas del trabajador.
Evidenciamos de esta forma la desprotección del trabajador y su
familia.
La realidad nos muestra la ausencia de aplicación real de políticas
sociales en función del paradigma de protección integral. Desde el Estado,
no se brinda las condiciones laborales necesarias, se a creado más bien “un
lugar de paso” para trabajadores/as, que pese al interés en tal problemática
muchas veces ve trunca la posibilidad de proyectarse en el ámbito público.
Conclusiones
En cuanto a la organización del colectivo profesional, en la provincia de Río
Negro, hace casi dos décadas que no existe el colegio de profesionales, dado
que se disolvió en la década del ’80, no volviéndose a conformar hasta la
actualidad. Así, es el Ministro de Familia quien otorga las matrículas a los
profesionales que ejercen en la provincia, quedando exclusivamente en
manos del gobierno la legitimidad de la habilitación para el desempeño
laboral de trabajadores/as sociales.
Si bien el conflicto laboral existente entre los trabajadoras/es y el
gobierno provincial excede a los trabajadores sociales, sí es importante
resaltar que el hecho de la ausencia del colegio profesional, hace referencia a
un mecanismo más, de desprotección laboral.
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
223
De todas maneras, se considera al sindicato la herramienta política
desde la cual se intenta sostener la lucha, por la restitución y el
reconocimiento de los derechos.
En relación a la política social rionegrina, existe una clara desidia por parte
del Estado tanto hacia sus trabajadores como a la población beneficiaria de
sus políticas, en este caso, usuarios de los servicios prestados por el
Ministerio. Población altamente vulnerada en sus derechos humanos, su
maltrato se reitera al momento de utilizar los servicios y encontrarse con
entes administrativos vacíos, con programas carentes de financiamiento y de
recursos humanos, donde las intervenciones se sostienen con el
“voluntarismo” de sus trabajadores, a partir del compromiso asumido por
éstos y que pone en juego la ética y la solidaridad.
Desde el poder legislativo, se promueven leyes “acordes” a la
Convención Internacional de los Derechos del Niños y del Adolescente,
mientras que desde el poder ejecutivo surgen los obstáculos para su
implementación. Es aquí que se reitera la contradicción estatal.
Por otra parte realizar el presente trabajo devela que es necesario
revisar y reflexionar sobre la dimensión política de la práctica profesional en la
formación profesional. Precisamente la formación de la Universidad
Nacional del Comahue, “…está hegemonizada por el sector que le interesa
la formación tecnocrática, marcada fuertemente por orientaciones
sistémicas. (…) la perspectiva ecléctica se canaliza sobre todo a través del
discurso tecnocrático, manifestándose en la existencia de los niveles de
abordaje, grupo, familia, comunidades, instituciones, que tienden a
parcializar la realidad desde lo ideal, bajo un bagaje técnico operativo que se
manifiesta como teoría social” 11
Siguiendo a Lilian Barg “La profesión tiene la marca profunda del
capitalismo y del conjunto de variables subyacentes – alienación,
contradicción y antagonismo- pues fue en este vasto caudal fue engendrada
y desarrollada. La profesión surge en el escenario histórico con una
identidad atribuida y no construida., es decir respondiendo al proyecto
político de la burguesía capitalista .-Martinelli 1997El pensamiento positivista ha sido matriz teórica fundante en el
momento de profesionalización del trabajo social. El positivismo surge a
fines del siglo XVIII, como una idea de caminar hacia la emancipación del
hombre, en cuanto ser social (…) el cientificismo positivista es un
instrumento de lucha contra el oscuramiento clerical, las doctrinas
11 Aporte del Licenciado Javier Lombardo, “documentos de debates del colegio profesional de la
provincia de Neuquen, secretaria gremial”
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
224
teológicas, los argumentos de autoridad, los axiomas a priori de la iglesia, los
dogmas inmutables de la doctrina social y la política feudal.
Fu a partir de Augusto Comte que el positivismo cambia su visión
del mundo y su papel revolucionario y se convierte en el defensor del orden
establecido. La ciencia copiada de los moldes de las ciencias naturales, debía
ser el principio organizador de la sociedad.
Pero sin dudas fue Emile Durkheim quien le imprimió el carácter
científico al positivismo, brindándole base empírica, y donde evidenciamos
con claridad la relación entre el pensamiento conservador y el estudio
contemporáneo de las relaciones humanas. `Nuestro método no tiene, pues,
nada de revolucionario. En cierto sentido es hasta esencialmente
conservador, pues considera los hechos sociales como cosas, cuya
naturaleza, por flexible y maleable que sea, no es, sin embargo, modificable a
voluntad´( Durkheim) .
Durkheim no deja lugar a duda respecto de que su método y el trato
científico de los hechos sociales que no apuntan a una modificación del
orden establecido sino a una conservación del mismo. Para el la desigualdad
social se justifica en el carácter organicista de la sociedad. La sociedad
precede al individuo y por lo tanto se encuentra regida por leyes sociales,
que, a semejanza de las leyes naturales, no son susceptibles de
transformaciones(…) la naturalización de los hechos sociales, las
racionalidad del control social, la ´moral´ como base de la organización
social, son rasgos fundamentales del pensamiento drukheimiano, y que
permiten ubicarlo dentro del pensamiento conservador” 12.
En la revisión de la formulación habrá que incorporar, pues la
hipótesis “…sobre el desarrollo de la profesión en los años ´80, indica que
los trabajadores sociales tuvieron los ojos orientados más hacia el Estado y
menos hacia la sociedad, más para las políticas sociales y menos para los
sujetos con quienes se trabaja; el modo de condiciones de vida, de cultura,
las condiciones de vida, fueron poco estudiados y conocidos…”13. Teniendo
en cuenta este análisis se considera necesario que en la formación
profesional se incorporen conocimientos sobre aspectos legales, jurídicos y
de mecanismos de reclamo de derechos (por ejemplo leyes en relación a
aspectos laborales, desalojos, tomas de tierra, la historia de lucha de los
organismos de derechos humanos). Conocimientos sobre macroeconomía,
sobre la historia de las últimas crisis acontecidas en el país, conformación y
luchas de los Movimientos Sociales, entre otros.
12 Los Vínculos Familiares, Liliana Barg, editorial espacio, 2003.
13 Los Vínculos Familiares, Liliana Barg, editorial espacio, 2003
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225
“Sostener el hecho de que aprehender la cuestión social implica
también aprender cómo los sujetos la viven, pero develar la condiciones de
vida de los individuos, grupos y colectividades con las cuales se trabaja es un
requisito para que se pueda descifrar las diversas formas de luchas orgánicas
o no, que están siendo creativamente gestadas y alimentadas por la
población” (Marilda Iamamoto).
Por último con relación a las organizaciones sindicales, en este caso la
Asociación de Trabajadores del Estado, se presentan núcleos de debates,
por un lado, la sindicalización de la profesión y por otro, en los modos de realizar las
prácticas políticas. El desafío es aprehender de las experiencias de la lucha
histórica que vienen desarrollando los trabajadores/as y sus estrategias de
organización. Ello implicaría retomar lo planteado en las jornadas del 19 y
20 de diciembre, donde, entre otros aspectos, se realiza un profundo
cuestionamiento a los modos de desarrollar la práctica política, por parte del
Estado y sus instituciones, incluyendo también a todos los partidos políticos
y a las organizaciones sindicales.
La experiencia de los autores de la ponencia, participando en el
movimiento estudiantil de la Universidad Nacional Comahue, centrada en el
procesos de lucha por el rechazo a las políticas privatistas y de ajuste en la
Educación, expresada en la Ley de Educación Superior. Las características
principales del proceso, estaban relacionada con la toma de decisiones en
numerosas asambleas con un mínimo de burocracia. Sumado a la
experiencia del resto de compañeros/as “…yo tengo la experiencia de haber
sido delegado en el sindicato de aguas y gaseosa en mi anterior trabajo, la
experiencia no fue del todo buena, mi sensación era que la comisión
directiva del sindicato negociaba y era como un patrón más. Aquí en
Promoción Familiar me encontré con compañeros/as que son como yo,
hijos de este tiempo, pero con participación en la lucha de los estudiantes,
articulación con el pueblo mapuche y con las fábricas recuperadas, a ello se
suma la juventud. Esto es un facilitador a la hora de la lucha por nuestros
derechos.”14 Estas circunstancias hacen que los aprendizajes obtenidos se
presenten al momento de debatir y tomar decisiones en la vida interna del
sindicato.
En este sentido la organización sindical y sus dirigentes deberán estar
predispuestos a comprender que en el escenario político post 2001, es
necesario, cada vez más, democratizar los espacios, garantizar y facilitar la
participación de los trabajadores/as en la discusión y en la toma de
decisiones políticas. “... el hermoso nombre de política, que evoca la urbe,
para designar todas las actividades a la que los hombres y mujeres se
deberán librar para autoadministrar la producción y la vida social. Ellas
14 Entrevista a Diego Catalán, Operador del Programa de Libertad Asistida, Delegación Cipolletti.
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
226
comportaran la confrontación y la lucha de ideas, para hacer triunfar tal o
cual orientación. Habrá pluralidad, luchas, elección y responsabilidad de los
elegidos: Habrá, pues, política... “ Texier
Sobre todo cuando actualmente lejos de extinguirse, el trabajo
asalariado es una modalidad que ha crecido ampliamente en las últimas
décadas, si bien se manifiesta “…una disminución del peso relativo del
trabajo industrial, propiamente fabril al mismo tiempo que se produce una
sobre proletarización del trabajo, como consecuencia de las diversas formas
de precarización, subcontratación, tercerización, se comprueba, así una
heterogeinización, complejización y fragmentación del trabajo…”15.
Siguiendo este análisis se afirma que -la clase que vive del trabajo, incluye a
todos aquellos que venden sus fuerzas de trabajo (Antunes).
Bibliografía
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La Formación y la Intervención profesional –Hacia la construcción de
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La Autonomía como búsqueda, el Estado como contradicción. , Prometeo
Libros 2004.
Constitución Provincial de la Provincia de Río Negro
Ponencia Invernizzi, Martín Vidal. “El Trabajo Social en las nuevas
expresiones de resistencia y luchas sociales. La experiencia con el MTD
Darío Santillán de Cipolletti.
Documentación perteneciente a los archivos internos de Ate.
15 Fernando Stratta, sociólogo, Becario del Conicet.
GT 3. Classes sociais e transformações no mundo do trabalho
227
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