* Francisco Ramos Tristán ¿QUÉ ES LA PRUEBA DIABÓLICA? _________________________________________________ En el campo jurídico, particularmente en su ámbito procesal, tenemos conocimiento que los hechos planteados por las partes dentro de un conflicto (litis), deben probarse; por ello, son reconocidos como medios de prueba, casi en todos los procesos los siguientes: LA CONFESIONAL, DOCUMENTAL PUBLICA Y PRIVADA, TESTIMONIAL, LA PERICIAL, INSPECCION ETC.. Probanzas, de las que generalmente sabemos, aún de manera general en que consisten y para que servirían dentro de un proceso, ya que por un sentido común se deduce su aplicación y lo que nos ayudaría a investigar o demostrar en una indagación de hechos o circunstancias en un juicio jurídico, ya en su modalidad de un juicio penal, civil, fiscal, etc.; sin embargo, tales probanzas cotidianamente las utilizamos sin necesidad de que exista un proceso judicial; por ejemplo, en la propia escuela cuando existe un conflicto interno en un grupo o con ciertas personas, la autoridad de la Escuela deberá indagar de cómo sucedieron los hechos, ¿quien comenzó?, ¿por qué?, ¿dónde?, etc., es decir, por una inercia que genera la misma investigación la autoridad se tendrá que hacer de un medio de pruebas de los ya comentados, para llegar a una conclusión, y en su caso imponer la sanción que marca los reglamentos. Es necesario advertir, que en el derecho, no obstante de ser considerada una ciencia, en ocasiones se utilizan términos, procesos o medios que simplemente resultan absurdos, ambiguos ó hasta cierto punto “chistosos” , como sería el caso de la existencia de la llamada “PRUEBA DIABOLICA”, en procedimientos como serían en juicios civiles o administrativos. Pero, quizás, el lector se pregunte ¿QUÉ DIABLOS ES TAL PRUEBA?, será acaso aquella que ofrezca en un juicio el “ABOGADO DEL DIABLO” para hacer valer sus argumentos en un proceso donde quizás la “víctima” o el “ofendido”; es decir, “su cliente” sea precisamente “LUCIFER O SATANAS”, o quizás sea una prueba muy “Chipocluda” que por su nombre va a destruir las pruebas y los hechos del contrario, o ¿Qué diablos es?. Antiguamente denominaban los jurisconsultos romanos “Prueba Diabólica” a aquella que el demandante tenia que producir en el juicio incoado* mediante el ejercicio de la acción reivindicatoria** de la propiedad, en el caso de que su derecho no proviniese de un modo de adquirir originario. En tal caso, el demandante tenia que ascender en la escala de sus antecesores en la propiedad hasta encontrar al originario. La gran dificultad que ofrece el demostrar no solo que el demandante era el propietario de la cosa, sino quien se la transmitió y aquel de quien este la adquirió, hasta llegar al que la había adquirido en propiedad de modo originario y transmitido legalmente, dio lugar a la denominación de “Prueba Diabólica” que utilizaron los interpretes para calificarla. Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de la Nación de nuestro País, ha emitido tesis Jurisprudencial sobre la Prueba en comento, para ello se transcribe la siguiente ejecutoria: “Acción reivindicatoria. Prueba Diabólica”. Si bien es verdad que la prueba diabólica consiste en que el reivindicante pruebe su propiedad mediante los títulos translativos de dominio desde el original, no deja de ser menos exacto que la actitud asumida por la responsable al estimar que el actor debió exhibir no sólo sus escrituras, sino también las de la persona a quien compró, equivale a la exigencia de la aludida prueba diabólica, porque por la misma razón por la que se esta requiriendo al reivindicante, la justificación de la propiedad de su causante, habría para exigir igual demostración del anterior dueño y de los demás atrás hasta el infinito.(1) * INCOAR.- Dar comienzo a un proceso, pleito o expediente.(2) ** Es la que compete a quien no esta en posesión de la cosa, de la cual tiene propiedad, para que se declare que el demandante tiene el dominio sobre ella y el demandado se la entrega con sus frutos y accesiones, en los términos prescritos por el Código Civil. (3) -------------------(1) Amparo directo 5545/76.- Bernardo Aguirre López.- 18 de enero de 1978. 5 votos.- Ponente: J. Alfonso Abitia Arzapalo. Semanario Judicial de la Federación. Séptima Epoca. Volúmenes 109-114 Cuarta Parte. Enero- Junio 1978. Tercera Sala. Pág.9. (1) (2) PALLARES, Eduardo, Diccionario de Derecho Procesal Civil. 17ª Ed. México, Ed. Porrúa, 1986, 881 pág. (3) ROJINA VILLEGAS, Rafael. COMPENDIO DE DERECHO CIVIL. 19ª ed. México, Edit. Porrúa. 1987. Pág. 106.