N° 61 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

Anuncio
1
ACUERDO Nº 61
abril
En la ciudad de Rosario, el día
trece
de
del año dos mil once, reuniéronse en Acuerdo los Jueces de la
Cámara de Apelación de Circuito doctores Eduardo Jorge Pagnacco, Ricardo Netri
y René Juan Galfré, para dictar sentencia en los caratulados “MUTUAL
FEDERADA “25 DE JUNIO” SOC. DE PROT. RECÍPROCA C/ DELLA PENA
ROXANA Y OS. S/ COBRO DE PESOS” Expte.N°248/08 (Expte.N°1995/05 del
Juzg. de Primera Inst. de Circ.5a. Nominación).Se resolvió someter a sorteo el estudio de la causa, resultando el
siguiente orden: doctores Eduardo Jorge Pagnacco, Ricardo Netri y René Juan
Galfré.Hecho el estudio de la causa, se resuelve plantear las siguientes
cuestiones:
1º) ES NULA LA SENTENCIA RECURRIDA ?
2º) EN SU CASO, ES JUSTA ?
3º) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR ?
A la primera cuestión, el doctor Pagnacco dijo:
Mediante la sentencia N° 2522/08 (fs. 213/217) se rechazó la
demanda interpuesta respecto de Cesar Alejandro Petronio, con costas y se hizo
lugar a la misma contra Roxana Rita Della Pena o Penna, condenándola a abonar
a la actora la suma reclamada con más sus intereses a la tasa de una vez y media
la efectiva promedio mensual -vencida- (sumada) que cobra el Nuevo Banco de
Santa Fe S.A. en operaciones de descuento de documentos a treinta días y las
costas.
Contra dicho pronunciamiento se alzan tanto la actora como la
codemandada Roxana Rita Della Pena o Penna, interponiendo los recursos de
apelación y nulidad (fs. 218 y 222), expresando agravios la actora a fs. 232/236 y
2
los demandados a fs. 242/245.
Contestados dichos agravios respectivamente (fs. 239/242 y
248/250), se abrió la causa a prueba (fs. 251) y vencido el período legal respectivo
se procedió a su clausura y se corrió traslado a las partes para alegar (fs. 318), el
que fue evacuado por ambos contendientes. (fs. 321, 323 y 324).
Encontrándose consentida la providencia que llamó los autos para
dictar sentencia (fs.326, 327 y 328), quedan los presentes en estado de definitiva.
1.- En sustento del recurso de nulidad la actora invoca las siguientes
causales de arbitrariedad de la sentencia:
Contradicción con las constancias de autos e invocación de pruebas
inexistentes: En primer término señala que en sus fundamentos, la sentencia
sostiene que el codemadado Cesar Alejandro Petronio desconoció su firma en la
contestación de demanda, lo cual es inexacto según surge de la lectura de dicho
conteste a fs. 44 y 44 vta. En segundo término la sentencia recurrida se basa en el
desconocimiento por el mismo en la audiencia de fs. 100 de la solicitud de ingreso,
siendo que en dicha audiencia lo que se desconoció fue la firma del “anexo
solicitud de ingreso” cuya copia se adjuntara a fs. 83 y 84 referente a la Obra
social OSSAC y no la documental cuya fotocopia obra a fs. 7 de autos que
instrumenta el ingreso a la asociación actora por parte de la accionada. En tercer
término, la sentencia alzada expresa que el desconocimiento de la firma por el
codemandado mencionado de la solicitud de ingreso “es apoyado por la pericial
caligráfica apiolada a fs. 159/167” que concluye que la firma es apócrifa, lo cual
constituye invocación de prueba inexistente dado que
de la propia pericial
caligráfica surge que ella refiere al “Anexo de Solicitud” cuya fotocopia obra a fs.
84 y no a la “solicitud de ingreso” cuya fotocopia se glosa a fs. 7. En cuarto
término señala que dicha sentencia incurre en una nueva contradicción al afirmar
3
que “ante la negativa del codemandado de haberse asociado a la Mutual” la parte
actora cargaba con el “onus probandi” respectivo, siendo que tal negativa no
surge de la contestación de demanda
Prescindencia de prueba decisiva: Se agravia de que la sentencia
recurrida luego de atribuirle el onus probandi, a pesar de la falta de negativa por
parte del codemandado Petronio, considere que su parte no probó que éste estuvo
asociado a la Mutual, siendo que ello surge fehacientemente acreditado de la
prueba pericial contable glosada a fs. 126/136 (pto. Pericial 5).
Se agravia asimismo de la condena en costas derivada de un
rechazo de demanda basado en contradicciones con las constancias de autos,
prueba inexistente y dejando de lado el reconocimiento de la verdad de los hechos
por el codemandado César Alejandro Petronio.
Con respecto a la afirmación del A-quo relativa a que la firma del
codemandado
Petronio en la solicitud de ingreso es apócrifa, señala que tal
solicitud (fs. 7) fue firmada al dorso respecto de cinco integrantes del grupo
familiar por la restante codemandada Roxana Rita Della Pena, conforme lo
reconoce en la audiencia de fs. 35 vta. Explica que siendo ella empleada en
relación de dependencia, lo ha hecho en su condición de afiliada titular de la obra
social OSSAC según surge de fs.8 , 135 y de su alegato de fs. 210 de autos. Es
decir que ella reconoce haber suscripto la solicitud de ingreso por su esposo
Petronio y por sus hijos: Antonella, Marco y Agustina, por lo que en la solicitud de
ingreso a la Mutual no hay ninguna firma apócrifa. También señala que el art. 53
del reglamento de Servicios Médicos de la actora (fs. 80) establece que los
cónyuges son solidariamente responsables por el pago de los aranceles, como así
también de cualquiera de los reintegros que adeude a la Mutual y a que, la
condición de cónyuges de los codemandados surge de las constancias de autos
4
(fs. 7 y 208).
En contestación a dichos agravios, los demandados expresan que
es falso que César Petronio no negó haber suscripto la documental que se le
imputa o habría aceptado su condición de asociado de la mutual, ya que de la
simple lectura de la contestación de demanda surge la afirmación de que “...jamás
he suscripto formulario, contrato o asumido obligación alguna” (fs. 44) y la pericial
caligráfica es categórica al concluir que no obran firmas de Cesar Petronio en la
documentación aportada por la actora, y aquellas que llevan la aclaración de su
nombre, son apócrifas. Con respecto a la omisión de considerar la pericial
contable, destaca que su parte no la impugnó por no hallar cuestiones formales
para ello y resalta que la pericia contable se realiza sobre los libros y
documentación emanada exclusivamente por la actora en la cual no hay
intervención ninguna de los demandados, no obran sus firmas. En cuanto a las
costas considera que la condena a la actora es correcta porque si Petronio no se
encontraba vinculado a la Mutual, fue indebidamente traído al proceso. Con
relación a las objeciones de la actora a la pericial caligráfica realizada, recuerda
que ésta prestó expresamente su conformidad para que ella se hiciera con los
elementos de autos enumerados por la perito (fs. 123).
A continuación la demandada Roxana Della Pena fundamenta el
recurso de nulidad en los siguientes agravios: En general, tacha de arbitraria la
sentencia alzada por considerar incurre en una deficiente, marginada, absurda y
aparente valoración del material probatorio, afectándose de tal modo las formas
sustanciales, el derecho de defensa en juicio y la exigencia de la debida
fundamentación.
En tal sentido, en concreto, se agravia de que la sentencia se limita a
analizar -y posteriormente desechar- “la defensa planteada respecto del contrato
5
de tracto sucesivo que hubiere existido entre las partes, y los períodos reclamados
por la Mutual”. Así, no se analizó que la señora Della Pena trabaja en relación de
dependencia, y con anterioridad al presente contaba con la Obra Social OSSAC.
Desde el momento en que hubiese optado por la Asociación Mutual Federada “25
de Junio”, su empleador debió comenzar a realizar el depósito proporcional de los
aportes correspondientes a la cobertura social, en ésta última.
Entre la prueba documental obrante en autos está el “Anexo a la
Solicitud de Ingreso” que expresamente establece “...Dicho pago lo haré efectivo a
través de los aportes previstos por el art. 19 incisos a) y b) de la ley 23660 por
intermedio de mi obra social en la medida que el importe de los mismos cancelen
el total del costo de la cuota y arancel de servicio del plan de salud que he
suscripto. En caso de que dichos aportes resultaran insuficientes con relación a
dicho costo, me obligo personalmente a pagar a La Mutual la diferencia en dinero
que pueda existir”, y la actora jamás determinó que porcentaje se encontraba
cubierto con el aporte patronal y que porción debía abonar la Sra. Della Pena.
También argumenta que la Mutual Federada percibió durante todos
los meses, hasta la exclusión del padrón societario el aporte realizado por la
empleadora, pero no brindaba el servicio de cobertura social a la demandada, y
hoy reclama la totalidad de los períodos impagos, sin diferenciar lo ya percibido ni
imputarlo como pago parcial o a cuenta.
Por último se agravia de que no se consideró el incumplimiento por
la actora del art. 11 del Estatuto y la consiguiente ilegitimidad de la baja del
servicio, ya que la Sra. Della Pena jamás fue notificada de la morosidad en forma
fehaciente como prevé el mismo. Afirma que ello le impidió optar por otro remedio,
tal como realizar un plan de pagos en caso de que existiera deuda, olvidando el fin
mutualista que dice poseer. Concluye que corresponde rechazar la demanda
6
contra la señora Della Pena y ordenar que la Mutual proceda a intimar el pago por
el término de diez días, siguiendo los mecanismos estatutarios, con costas.
Por su parte la actora, considera que tales quejas no reúnen los
requisitos exigidos por el art. 365 C.P.C. por su generalidad, y eventualmente las
contesta señalando, con respecto al primer agravio, que el mismo apelante
reconoce que la sentencia analizó su planteo respecto del contrato de tracto
sucesivo y lo desechó, con lo que el agravio de falta de consideración de sus
argumentos defensivos no existe. En punto al enriquecimiento sin causa,
puntualiza que repite argumentos vertidos en su alegato (fs. 210) y además,
pretende introducir un hecho nuevo en la litis ya trabada cuando, no habiendo
argumentado en la contestación de demanda que la codemandada “contaba con la
Obra Social OSSAC y que existían aportes patronales que hubieran podido
considerarse como pago parcial”- Reitera que ese hecho no fue objeto de la litis y
su pretendida introducción viola el principio de congruencia establecido por el art.
243 C.-P.C. y, por ende, el derecho de defensa de su parte. Además, el importe
adeudado fue determinado por la pericial contable glosada a fs. 127/136, que no
fuera impugnado por la demandada.
Por último señala que con la ilegitimidad que arguye la demandada
respecto de su baja de la Mutual, se está pretendiendo introducir otro hecho nuevo
en la litis, no argumentado al contestar la demanda.
2.- Entrando en la consideración de los recursos de nulidad
interpuestos, desde ya anticipo que los mismos no pueden prosperar, en virtud del
llamado principio de subsidiariedad de dicho recurso.
En efecto, el recurso de nulidad tiene carácter excepcional y, por
tanto, no procede si el agravio que ocasiona la resolución impugnada es
suceptible de ser reparado por la vía de la apelación (Baracat, Edgard “Codigo
7
Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe – Análisis Doctrinario y
Jurisprudencial” dirigido por Jorge W. Peyrano, Tomo 2, pag.134; Alvarado Velloso,
Adolfo “Estudio Jurisprudencial - Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia
de Santa Fe”, Tomo III, pag,. 1193; Zeus 62,J-21; Zeus 61, R-24 (N° 14153) Juris
1-202; Zeus 20, J-122; etc.).
Voto pues por la negativa.
A la misma cuestión, los doctores Netri y Galfré dijeron:
De acuerdo con lo expuesto por el Vocal preopinante, votamos en
igual sentido.A la segunda cuestión, el doctor Pagnacco dijo:
1.- Con respecto al recurso de apelación, por razones de
metodológicas, comenzaré con el análisis de los agravios vertidos por la
codemandada Roxana Della Pena.
Liminarmente diré que asiste razón a la actora en punto a que las
afirmaciones genéricas y las impugnaciones de orden general no reúnen los
requisitos mínimos necesarios para que sean consideradas como “agravios”,
conforme surge de lo normado por el art. 365 C.P.C., por lo que solo corresponde
el tratamiento de aquellos tópicos que en concreto se reputan equivocados,
omitidos o tratados deficientemente.
También asiste razón a la actora en cuanto a que el pago parcial que
esgrime como agravio la codemandada no fue afirmado ni invocado en la
contestación de demanda, por lo que no sólo no integra la litis sino que además,
de conformidad al art. 246 -1er. párrafo.- C.P.C., constituye un punto “no sometido
a juicio en primera instancia” respecto del cual este Tribunal tiene vedado
pronunciarse; pero, aún a riesgo de ello, efectuaré las siguientes consideraciones:
a) De la constancia de fs. 83 surge que dicha codemandada solicita a través de
8
Federada Salud se le brinde a ella y a su grupo familiar (vide fs. 7) los servicios
contratados por su obra social (OSSAC) y, consecuentemente con ello, más
adelante expresa: “Reconozco y asumo como obligación, el puntual pago por mes
vencido, antes del día 15 del mes siguiente de las cuotas sociales y servicio
arancelado del plan que he elegido. El plan elegido es el 4000 cuyo valor al mes
de SET./03 es de $ 213,90 para el suscripto y mi grupo familiar asociado.
Dicho pago lo haré efectivo a través de los aportes previstos por el art. 19 incisos
a) y b) de la ley 23660 por intermedio de mi obra social... En caso de que dichos
aportes resultaren insuficientes con relación a dicho costo me obligo
personalmente a pagar a La Mutual la diferencia de dinero que pueda existir...” . b)
De la constancia de fs. 8, corroborada por la pericial contable realizada a fs.
128/136 – cuyo valor probatorio se meritará infra-, se desprende que las sumas
reclamadas por la cuota del mes 09/04 es de $ 2,50; por cuota mes 10/04 $
114,00; por la cuota 11/04 $ 129,00 y por la cuota mes 12/04 $127,00. Es decir
que si se confrontan dichos importes con el de la cuota establecida a fs. 83 para el
plan elegido, se advierte que lo que se reclaman no son los importes totales sino
saldos de cuotas no cubiertas, sea por el empleador, sea por la Obra Social, sea
por el grupo asociado. c) Por último, con la pericial antes mencionada se ha
demostrado la existencia de la deuda y, dicha pericial no ha sido objeto de
desmérito alguno por parte de la apelante, en la instancia de origen. Ergo, aún
prescindiendo de la introducción extemporánea de la defensa de pago parcial,
surge de las constancias de autos que no se reclama el total de las cuotas
establecidas.
Con relación al agravio relativo al enriquecimiento sin causa de la
Mutual actora, por haber percibido mensualmente, hasta la exclusión del padrón
societario, el aporte realizado por la empleadora sin brindar el servicio de
9
cobertura social, es dable subrayar que de la pericial contable (fs. 135) se
desprende que la baja de todo el grupo familiar se produjo a partir 1/01/2005, es
decir que el “grupo permaneció asociado durante los meses de Enero/Diciembre
2004” (fs. 128 vta.). Cabe entonces concluir que el pretendido enriquecimiento sin
causa no existió.
Finalmente,
el agravio relativo al incumplimiento del art. 11 del
Estatuto de la actora y, la consiguiente ilegitimidad de la baja del servicio, es otra
defensa no sustanciada en el presente proceso por falta de introducción oportuna
a la litis, ergo mal puede pedirse que la actora acreditara la notificación de su
morosidad, si entre los hechos constitutivos de la litis la recurrente no invocó su
inexistencia, ni se cuestionó la legitimidad de la baja (arts. 142, 145, 243 y 246 del
C.P.C.). Al margen de ello, la baja -y/o su legitimidad- no constituye un
presupuesto de la obligación de pago de las sumas adeudadas en concepto de
cuotas.
Pasando ahora a los agravios en los que la actora sustenta el
recurso, cabe reconocer que el codemandado Cesar Alejandro Petronio, al margen
de su afirmación de no haber suscripto la documental aportada por la actora
(“jamás he suscripto formulario, contrato o asumido obligación alguna”), no ha
negado la autenticidad de la solicitud de fs. 7 ni haber “estado asociado con su
grupo familiar a la entidad” actora, tal como afirmara ésta en su demanda a fs. 9.
Del examen de la documental que en fotocopia obra a fs. 7, se
desprende que fue la codemandada Roxana Rita Della Pena, quién suscribió para
sí y respecto de los restantes integrantes de su grupo familiar allí individualizados,
la solicitud de ingreso a la Mutual Federada “25 de Junio” S.P.R., y de la obrante a
fs. 83 que la misma suscribió también la solicitud para que dicha Mutual, a través
de “Federada Salud”,
le brinde a ella y a su grupo familiar “los servicios
10
contratados por su obra social” conforme las condiciones allí establecidas. Ambos
instrumentos se encuentran debidamente reconocidos por su suscriptora (fs. 46/47
y 100).
Mediante la pericial contable practicada en autos (fs. 128/136) se
encuentra acreditado que tal solicitud fue aceptada (art. 20 inc. “d” del Estatuto) y
que la relación asociativa comenzó el 1/01/2004 y concluyó el 1/01/2005
incluyendo a la Sra. Roxana Rita Della Pena, su cónyuge Sr. Cesar Alejandro
Petronio y sus hijos Antonella Petronio, Marco Petronio y Agustina Petronio.
Con respecto de los libros de comercio, cuyo valor probatorio el
codemandado Petronio pretende desmerecer, recién en esta instancia, es dable
señalar que los libros de comercio y la contabilidad no consisten en una simple
compilación de datos, sin un sistema en el cual resulta difícil alterar una de las
partes sin afectar el todo, de allí que -como dicen Fernandez y Gomez Leoconstituyan pruebas de interés social por encontrarse al servicio del comercio y
contribuir a la defensa del crédito, “siendo además instrumento de seguridad de
terceros y de autoprotección para el hombre de negocios contra sus mismas
debilidades” (“Tratado Teórico-Prctico de Derecho Comercial”, Edit Depalma, Bs.
As. 1986, tomo II, pag. 87). Además, en el caso de las Asociaciones Mutuales, la
regularidad contable es fiscalizada por el Instituto Nacional de Acción Mutual, lo
cual otorga mayor garantía de fidelidad, potenciando su valor probatorio.
En síntesis, se encuentra acreditado en autos el carácter de
asociado del grupo familiar que integra el codemandado César Alejandro Petronio
y la deudas existentes a la fecha del cese de dicha relación asociativa.
Ahora bien, también es cierto que no se encuentra acreditado en
autos que dicho codemandado suscribiera la solicitud de asociación, ni ninguna
otra documental, puesto que tal asociación grupal devino del pedido que hiciera su
11
esposa, la codemandada Roxana Rita Della Pena (fs. 7 y 83), por lo que cabe
preguntarse si dicha documental le es oponible al primero y, consecuentemente
con ello, si éste cuenta con legitimación pasiva respecto de la deuda asociativa
reclamada en autos.
Liminarmente cabe señalar que el Sr. Cesar Alejandro Petronio ha
sido demandado por su carácter de cónyuge asociado -conforme a la documental
fundante de fs. 7- y tal carácter -como se viera- no ha sido negado por el mismo
en su responde de fs.44/45. Además la relación matrimonial con la restante
codemandada surge corroborada por el poder especial de fs. 36.
Ello así, cabe recordar que el art. 6° de la ley 11.357 dispone que:
“Un cónyuge sólo responde con los frutos de sus bienes propios y con los frutos
de los bienes gananciales que administrare, por las obligaciones contraídas por
el otro, cuando sean contraídas para atender las necesidades del hogar, para
la educación de los hijos o para la conservación de los bienes comunes”. Es decir
que la norma consagra una excepción al principio de irresponsabilidad por las
deudas contraídas por el otro cónyuge, al establecer los supuestos por los cuales
el cónyuge no contratante debe responder por ellas.
La doctrina ha señalado que dentro de las necesidades del hogar
mencionadas por la norma, se encuadran los gastos ordinarios o corrientes, que
sean propios de la familia y ejemplifica tales necesidades con los gastos de
comida,
esparcimiento, vestimenta, vivienda, asistencia médica, etc. (Vgr.
Lloveras, Nora “Responsabilidad por Deudas de los Cónyuges” en Revista de
Derecho Privado y Comunitario “Sociedad Conyugal”, edit. Rubinzal-Culzoni, Bs.
As. 2008, pag. 179).
Dice ésta autora: “Lo que se plantea respecto de la naturaleza de
esta obligación es que se trata de una obligación de sujeto plural, en tanto la
12
obligación presenta mas de un sujeto en el polo pasivo -responden,en el artículo
6° el cónyuge contratante o deudor, y el cónyuge no contratante o no deudor-.
Es necesario definir si se puede atacar indistintamente el patrimonio
de cualquiera o de ambos cónyuges o si, por el contrario, es necesario perseguir
el patrimonio del cónyuge contratante y, de manera subsidiaria, los bienes del
cónyuge no contratante -debemos dejar en claro que la responsabilidad por
deudas alcanza sólo a los frutos de los bienes propios y a los frutos de los bienes
gananciales-.
Si se entiende que el carácter de la deuda común del art. 6° de la ley
11.357 es concurrente, obligación llamada también conexa, convergente o
indistinta, se afirma que éste tiene identidad de acreedor y de objeto debido, pero
presenta distinta causa y deudor.
El carácter concurrente de la deuda implica que el nacimiento de la
misma obedece a un origen distinto de cada una de las obligaciones, pero que
ambos responden de manera indistinta, y por el total de la deuda. El cónyuge que
contrató se obliga por tal acto, y el cónyuge no contratante se obliga por virtud de
la ley.
La doctrina mayoritaria, entre ellos Belluscio, entiende que la
responsabilidad es concurrente, no subsidiaria, de modo que puede actuarse
contra el cónyuge no deudor, sin necesidad de excutir previamente los bienes del
otro” (Lloveras, Nora, ob. cit. pag. 175/176).
En igual sentido se pronuncian Mendez Costa, María J. “Las Deudas
de los Cónyuges”, Edit. Astrea, Bs. As. 1979, pag. 157; Azpiri, Jorge O. “Régimen
de Bienes en el Matrimonio”, Edt. Hammurabi, Bs. As. 2002, pag. 180; Zannoni,
Eduardo A. “Derecho Civil. Derecho de Familia”, Edit. Abeledo-Perrot, Bs. As.
1998, Tomo I, pag. 566; etc.
13
En síntesis, la deuda reclamada en autos fue contraída por Roxana
Rita Della Pena pero se trata de una deuda destinada a atender las necesidades
del hogar en cuanto procura la cobertura de la asistencia médica de la familia, por
consiguiente su cónyuge (y asociado) -el codemandado César Alejandro Petronioresponde concurrentemente en virtud de la ley (art. 6° de la ley 11.357) y por
consiguiente, la demanda debe prosperar contra el mismo, con las limitaciones de
responsabilidad prevista por dicha norma. Ergo, corresponde revocar la sentencia
alzada en cuanto absuelve a dicho codemandado.
Con respecto a las costas, obviamente, deberán imponerse a las
partes vencidas conforme al sistema objetivo que consagra el art. 25l de nuestro
Código de rito.
Así voto.A la misma cuestión, los doctores Netri y Galfré dijeron:
De acuerdo a los principios y fundamentos a los que arriba el Vocal
preopinante, votamos en igual sentido.A la tercera cuestión, el doctor Pagnacco dijo:
Atento el resultado obtenido al votar las cuestiones precedentes,
corresponde: 1°) Desestimar la nulidad y hacer lugar al recurso de apelación
interpuesto por la actora, revocando parcialmente la sentencia N° 2522/08 (fs.
213/217) y, consecuentemente con ello condenando al demandado Cesar
Alejandro Petronio a abonar a la actora dentro del término de cinco días de quedar
firme la liquidación que se practique, la suma reclamada en la demanda con más
sus intereses a la tasa fijada en la sentencia alzada y las costas de ambas
instancias. 2°) Aclarar que tal condena, en lo referente al capital reclamado y sus
intereses, en caso de ejecución compulsiva, solo podrá hacerse efectiva respecto
de los bienes mencionados en el art. 6° de la ley 11.357. 3°) Desestimar la nulidad
14
y rechazar el recurso de apelación interpuesto por la codemandada Roxana Rita
Della Pena o Penna y, consecuentemente con ello confirmar a su respecto la
sentencia N° 2522/08, con costas. 4°) Propongo que los honorarios de Alzada de
los doctores Carlos Enrique Almada, María Natalia Delsoglio y Pablo E. Barceló
-en proporción de ley- se fijen en el cincuenta por ciento del honorario que en
definitiva les corresponda a los profesionales de cada parte por su labor
desplegada en lo principal en sede inferior con noticia de la Caja Forense.Así voto.A la misma cuestión, los doctores Netri y Galfré dijeron:
El pronunciamiento que corresponde dictar es el que propicia el
doctor Pagnacco.Por todo ello, la Cámara de Apelación de Circuito, RESUELVE: 1°)
Desestimar la nulidad y hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por la
actora, revocando parcialmente la sentencia N° 2522/08 (fs. 213/217) y,
consecuentemente con ello condenando al demandado Cesar Alejandro Petronio a
abonar a la actora dentro del término de cinco días de quedar firme la liquidación
que se practique, la suma reclamada en la demanda con más sus intereses a la
tasa fijada en la sentencia alzada y las costas de ambas instancias. 2°) Aclarar
que tal condena, en lo referente al capital reclamado y sus intereses, en caso de
ejecución compulsiva, solo podrá hacerse efectiva respecto de los bienes
mencionados en el art. 6° de la ley 11.357. 3°) Desestimar la nulidad y rechazar el
recurso de apelación interpuesto por la codemandada Roxana Rita Della Pena o
Penna y, consecuentemente con ello confirmar a su respecto la sentencia N°
2522/08, con costas. 4°) Fíjanse los honorarios de Alzada de los doctores Carlos
Enrique Almada, María Natalia Delsoglio y Pablo E. Barceló -en proporción de
ley- en el cincuenta por ciento del honorario que en definitiva les corresponda a los
15
profesionales de cada parte por su labor desplegada en lo principal en sede
inferior con noticia de la Caja Forense. Insértese, hágase saber y bajen.- (AUTOS:
“MUTUAL FEDERADA “25 DE JUNIO” SOC. DE PROT. RECÍPROCA C/ DELLA
PENA ROXANA Y OS. S/ COBRO DE PESOS” Expte.N°248/08)8-46
PAGNACCO
NETRI
GALFRÉ
MUNINI
Descargar