EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA SEGURIDAD PERSONAL EN EL MARCO DE LA LEY DE JUSTICIA Y PAZ 1 Jairo Libreros, profesor titular de Seguridad y Políticas Públicas en América Latina de la Universidad Externado de Colombia. SUMARIO: I. Introducción. II.¿Qué es el derecho fundamental a la seguridad personal? III. Fuentes normativas del derecho a la seguridad personal. IV. Delimitación jurisprudencial del núcleo esencial del derecho a la seguridad personal. V. Hacia una construcción de un verdadero programa integral de protección a las víctimas y testigos de justicia y paz. VI. Conclusiones. I. INTRODUCCIÓN La libertad es una dimensión esencial de la persona. Entendida como libertad general de actuación o, si se prefiere, como libertad general de autodeterminación individual, se presenta como un valor superior del ordenamiento jurídico que se concreta en un conjunto de manifestaciones a las que generalmente las constituciones actuales conceden la categoría de derechos fundamentales, como son, entre otros, la libertad ideológica, religiosa y de culto, el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen, la libertad de residencia y de circulación, la libertad informativa y, muy particularmente y desde luego sin ánimo exhaustivo, el derecho a la libertad y a la seguridad personal. Es así como el valor a la “libertad” viene de esta forma a garantizar un elenco de derechos fundamentales 2. Entre estos, el derecho a la seguridad personal se ha considerado tradicionalmente como un derecho que presupone la ausencia de perturbaciones procedentes de medidas tales como la detención y otras similares que, adoptadas arbitraria o ilegalmente, restringen o amenazan la libertad de toda persona a organizar en cualquier momento y lugar, dentro del territorio nacional, su vida individual y social con arreglo a sus propias opciones y convicciones, viéndose perturbado entonces por toda medida que sea restrictiva de la libertad o que pueda ponerla en peligro 3. 1 Evaluación al Programa de Protección a Víctimas y Testigos en el marco de la Ley de Justicia y Paz (2010), Procuraduría General de la Nación, Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, y Programa de Derechos Humanos, MSD, Bogotá DC. 2 Cfr. Férnandez Segado, Francisco. El derecho a la libertad y a la seguridad personal en España. Ius et Praxis. Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca. Año 5, No.1 de 1999. 3 Cfr. Sentencia del Tribunal Constitucional Español 15/1986, de 31 de enero, fund. Jur. 2º. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 1 Dentro de estos mandatos, como lo ha señalado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cobra especial relevancia la participación de las víctimas con garantías de seguridad, al constituir un aspecto crucial de todo proceso judicial 4. A pesar de ello, en Colombia, aun cuando ha sido reconocido de manera manifiesta el carácter fundamental del derecho a la seguridad personal, como se verá más adelante, los tribunales nacionales y extranjeros se compadecen de la inexistencia fáctica del tal derecho en nuestra realidad, fundamentalmente en lo relacionado con la protección a las víctimas de la Ley de Justicia y Paz que se encuentran en situación de amenaza, circunstancia que les impide hacer efectivos sus derechos a la verdad, a la justicia y la reparación integral; y acceder por sí o a través de un defensor al proceso en el marco del esquema de justicia transicional. La protección de las víctimas ha estado en el ojo del huracán de los tribunales internacionales en el mundo. Lamentablemente, en la mayoría de estas iniciativas de judicialización, la lección que ha dejado la historia es que no se hizo lo suficiente para garantizar el derecho a la protección de víctimas y testigos 5, lo que impulsa a encontrar cuáles son las medidas suficientes y necesarias para no correr la misma suerte, en Colombia.. Consecuencia de lo anterior ha sido que en el último quinquenio se hayan formulado materialmente tres “leyes” de Justicia y Paz bastante diferentes: la del Gobierno, la del Congreso y la de la Rama Judicial, que han suscitado una discusión entre estos tres actores acerca del mejor mecanismo procesal que permita realmente conocer los crímenes cometidos por los grupos armados al margen de la ley que se beneficien de ella y poder así esclarecer la verdad, protegiendo paralelamente el derecho fundamental a la seguridad personal que detentan en titularidad las víctimas y testigos, sin el cual el cometido principal del proceso sería inalcanzable. Este es el problema esencial que constituye el objeto del presente escrito. Para dar una respuesta a este problema, aquí se seguirá una estrategia de cuatro pasos: primero, se explicará el concepto del derecho fundamental a la seguridad personal (i); segundo, se esclarecerán las fuentes normativas de este derecho (ii); tercero, se delimitará conceptualmente el núcleo esencial del derecho fundamental a partir de la jurisprudencia constitucional y contencioso administrativa (iii); finalmente, se sentarán los principios para una construcción de un verdadero programa integral de protección a las víctimas y testigos de justicia y paz a la luz de los anteriores supuestos (iv). 4 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Informe sobre la implementación de la ley de justicia y paz: etapas iniciales del proceso de desmovilización de las AUC y primeras diligencias judiciales. 2 de octubre de 2007, párr. 87 a 93. 5 Por ejemplo, en los casos de Timor Oriental, Sierra Leona y Camboya: Michael Reed Hurtado (ed.) (2008). Judicialización de crímenes de sistema. Estudios de caso y análisis comparado. Serie Justicia Transicional. ICTJ: Bogotá. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 2 II. ¿QUÉ ES EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA SEGURIDAD PERSONAL? Desde el punto de vista etimológico la palabra seguridad se deriva del término securitas, que significa la cualidad del cuidado de sí 6. Dicho término ha sido incorporado en el ámbito del derecho y vinculado desde tiempos inmemorables a los fines esenciales del Estado, como lo expuso Thomas Hobbes en 1651, cuando planteó que la existencia del mismo sólo es justificable ante los ciudadanos por causa de su deber de suministrarles seguridad. La seguridad es pues, junto a la ley, el orden y la justicia, uno de los servicios estatales básicos, cuyo suministro funcional y efectivo es propio de los Estados fuertes, y por lo tanto, su contradictorio, la inseguridad se encuentra visiblemente palmaria en estructuras estatales debilitadas 7. Es importante precisar entonces, que la obligación de hacer efectivo el goce del derecho fundamental a la seguridad personal recae sobre todas las autoridades vinculadas al Estado, brindando protección especial y adecuada cuando quiera que los administrados estén expuestos a riesgos excepcionales que no tienen el deber jurídico de soportar, por lo que el incumplimiento o cumplimiento imperfecto de esta obligación corresponderá en principio al mismo Estado. No obstante, se debe precisar que no son las autoridades del Estado las únicas obligadas a velar por la seguridad de las personas, sino que también los titulares de este derecho fundamental tienen el deber constitucional de procurar su propia conservación y la de los demás, lo que significa que los particulares deben evitar al máximo la exposición a riesgos innecesarios, con fundamento en el artículo 95 de la Constitución Política Nacional, que obliga a los titulares de los derechos fundamentales a respetar los derechos ajenos y a no abusar de los propios. En ordenamiento colombiano, a la luz de los instrumentos internacionales, desarrolló el concepto de la seguridad personal desde diferentes ópticas, a saber: a) como valor y finalidad del Estado, b) como derecho colectivo y, c) como derecho individual 8. 6 Naredo Molero, M. (a) Seguridad urbana y miedo al crimen, En Ciudad Política (Revista en línea). Disponible: http://www.ciudadpolítica.com/modules/news/article.php?storyd=167 (Consulta: 2.007, febrero 14). 7 Hobbes, T. (1.651) capítulo 17, p. 163. Mason, A. (2.000) “La crisis de seguridad en Colombia: causas y consecuencias internacionales de un estado en vía de fracaso”. En Universidad de Los Andes, Departamento de Ciencia Política - Facultad de Ciencias sociales. Revista Colombia Internacional, número 49/50. (Documento en línea) Disponible: http://www.lablaa.org/blaavirtual/colinter/mason.htm (Consulta: 2.006, julio 14) punto 23. 8 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-719 del 20 de agosto de 2003. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 3 En primer lugar, la seguridad resulta ser un valor de carácter Constitucional 9 que irradia todo el ordenamiento y se erige como la finalidad prístina de todo Estado Social de Derecho que tenga como propósito fundamental garantizar las condiciones mínimas que le permitan a cada una de las personas que se encuentran dentro de su jurisdicción ejercer los derechos y libertades fundamentales 10, sin más restricción que la libertad de sus congéneres y el orden público 11. Dentro de las múltiples manifestaciones de este valor en el ordenamiento jurídico interno se encuentra el establecimiento de un conjunto de instituciones 12 (Policía Nacional inspectores) y normas 13 (Derecho Policivo) que tienen por objeto la conservación del orden público 14, dentro de las que cobran relevancia especialmente “i) Los principios y normas que garantizan el acceso a los medios mínimos de subsistencia para quienes carecen de ellos en la medida en que la pobreza extrema es una condición indigna que hace a la persona vulnerable a toda suerte de riesgos para su existencia, ii) las instituciones jurídicas que aseguran al individuo y a la familia las condiciones necesarias para su desarrollo integral (…), iii) las disposiciones tendientes a garantizar la seguridad jurídica de las personas – incluyendo el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica, y las que preservan al individuo de injerencias arbitrarias por parte del poder público-, así como la de los derechos –reflejada en la protección de los derechos adquiridos, o el derecho de acceso a la administración de justicia, entre otras”. Asimismo, la seguridad puede ser considerada como un derecho colectivo de carácter social, hallándose en riesgo latente con ocasión de las actividades desarrolladas por los individuos o por el Estado y sus actores. 9 Preámbulo: En ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea Nacional Constituyente, invocando la protección de Dios, y con el fin de fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana (…) 10 CORTE CONSTICIONAL. Sentencia T-719 de 2003. 11 La fundamentación de la seguridad como valor en el inciso segundo del artículo 2 de la Constitución colombiana hace posible asimilarla como al concepto del orden público, entendido éste, como las condiciones mínimas que permiten la habitual convivencia y desarrollo personal de los miembros de una comunidad. 12 Artículo 2 del Código Nacional de Policía: A la policía compete la conservación del orden público. El orden público que protege la policía resulta de prevención y eliminación de las perturbaciones de la seguridad, de la tranquilidad, de la salubridad y la moralidad públicas. 13 Decreto Ley 1355 de 4 de agosto de 1970. “Por el cual se dictan normas de policía” 14 Tal como lo dispone al artículo 2 del Código Nacional de Policía: “A la policía compete la conservación del orden público interno. El orden público que protege la policía resulta de la prevención y eliminación de las perturbaciones de la seguridad, de la tranquilidad de la salubridad y la moralidad públicas (…)”. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 4 Con la intención de contrarrestar dichos riesgos, el constituyente primario elevó a rango constitucional instrumentos de protección como las acciones populares15 (por medio de las cuales, un grupo de personas puede solicitar la protección del interés colectivo), y prohibió el ejercicio de ciertas conductas, disponiendo que las ocupaciones, artes y oficios que impliquen un riesgo social no podrán ser ejercidas sin la debida preparación académica (art. 26 C.P)”. Asimismo, con tal fin impuso la sanción de responsabilidad legal a los comercializadores de bienes y servicios que atenten contra la salud, la seguridad o el adecuado aprovisionamiento de consumidores y usuarios (art. 78 C.P), obligó al Estado a prevenir y controlar los factores de deterioro medioambiental, imponiendo las sanciones a las que haya lugar y exigiendo la reparación de los daños causados (art. 80 C.P), prohibió terminantemente la fabricación, importación, posesión y uso de armas químicas, biológicas y nucleares, así como la introducción al territorio nacional de residuos nucleares y desechos tóxicos (art. 81 C.P) y restringió la posibilidad de porte legítimo durante reuniones políticas, elecciones o sesiones de corporaciones públicas o asambleas (art. 223 C.P) 16. Por último, la Constitución Política adoptó una concepción individualista del derecho a la seguridad personal, pues aúncuándo no menciona, permite, como se verá más adelante, que éste sea usado como título jurídico para demandar la intervención del Estado, ora de la protección al derecho fundamental a la vida, a la libertad o a los bienes de la persona individualmente considerada. Así las cosas, se puede concluir que el derecho a la seguridad personal comparte tres dimensiones, todas las cuales convergen hacia una misma noción: el orden público. III. FUENTES NORMATIVAS DEL DERECHO FUNDAMENTAL A LA SEGURIDAD PERSONAL A. DERECHO INTERNACIONAL El derecho a la seguridad personal ha sido consagrado por un número considerable de instrumentos internacionales que vinculan de manera directa al Estado colombiano en virtud del bloque de constitucionalidad consagrado en el inciso segundo del artículo 93 de la Carta Política. 15 De conformidad con lo establecido en el artículo 88 de la Constitución “La ley regulará las acciones populares para la protección de los derechos e intereses colectivos, relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y la salubridad públicos, la moral administrativa, el ambiente, la libre competencia económica y otros de similar naturaleza que se definen en ella (…)” 16 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-719. Op.cit www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 5 Es así como la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 3, establece que “Toda individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” 17, constituyendo el punto de referencia en el sistema internacional actual en lo que concierne al tema de la reglamentación de los derechos ciudadanos. Colombia, estando adscrita a la Organización de las Naciones Unidas y a la Organización de los Estados Americanos, está obligada a hacerlos respetar en el interior de su territorio para todos sus habitantes 18. Adicionalmente, se debe señalar que esta declaración también ha sido empleada en el ordenamiento nacional como fuente directa de derechos no reconocidos de manera precisa por la Constitución. Un caso paradigmático es el reconocimiento del derecho fundamental innominado- a la seguridad personal, en la Sentencia T-719 de 2003, en dónde con base en la Declaración Universal y en algunos de los tratados internacionales ratificados por el Estado colombiano, la Corte Constitucional concede el amparo solicitado por el núcleo familiar de un reinsertado de la guerrilla de las FARC que había sido asesinado. La compañera supérstite solicitaba protección especial al Estado. En este caso es notable el trabajo de fundamentación, en la medida en que la Corte se remonta a los antecedentes mismos de la Declaración Universal y recrea la justificación histórica de la consagración del derecho a la seguridad personal 19: Por su parte, la Declaración Universal de los Derechos Humanos incluye, en su artículo 3, el derecho a la seguridad personal. Durante las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1948 que dieron lugar a la aprobación de este instrumento, se hizo explícito el hecho de que la Declaración que se estaba a punto de proclamar surgía, esencialmente, como una respuesta a la experiencia brutal de la guerra que acababa de terminar, en particular ante los horrores del Holocausto y demás atrocidades del régimen nazi. […] 17 Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. Al respecto vale la pena precisar que la declaración es una manifestación de buenas intenciones, en esa medida podríamos afirmar que nos es un instrumento vinculante, y por tanto no tiene el procedimiento agravado de ratificación propio de los tratados internacionales. No obstante, el mismo es vinculante para el Estado Colombiano con ocasión de la adopción que hizo de dicho instrumento como Estado parte de las Naciones Unidas y es a través de Carta de las Naciones Unidas, que el mismo resulta obligatorio para el Estado. 18 La Organización de Estados Americanos, OEA, incorporó esos derechos en su Declaración Americana de los Derechos y los deberes del Hombre realizada en su Novena Conferencia Internacional en abril de 1.948 en Bogotá y la Organización de las Naciones Unidas, ONU, adoptó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos humanos en el artículo tercero de la Resolución de su Asamblea General 217 A (iii) del 10 de diciembre del mismo año. 19 En el mismo sentido de la Sentencia T-719 de 2003 aquí reseñada, y con expresa invocación de la dudh, puede verse la más reciente T-496 de 2008. En esta oportunidad la Corte Constitucional tuteló el derecho a la integridad personal de varias personas (todas mujeres) vinculadas al Programa de Protección de Víctimas y Testigos de la Ley de Justicia y Paz, además de ordenar la revisión y actualización de los estudios de riesgo respectivos y una revisión comprensiva del programa bajo un enfoque de género. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 6 En particular, el reconocimiento de derechos personales relacionados con la seguridad se adoptó como respuesta a lo sucedido durante los años precedentes con el pueblo judío y con los grupos humanos catalogados como “inútiles” o “peligrosos” por el gobierno alemán; de allí que el artículo 3, arriba citado, tuviera su origen directo en las políticas de exterminación de enfermos mentales, incurables, homosexuales, disidentes, librepensadores, judíos, gitanos, y demás víctimas inocentes de este sistema: la consagración de los derechos a la vida, a la seguridad y a la libertad figuraba como el primer medio indispensable para evitar que semejantes injusticias se repitieran, y para proteger a todas aquellas personas o grupos especialmente vulnerables, discriminados o perseguidos dentro un contexto social determinado. (Morsink, Johannes: ‘The Universal Declaration of Human Rights: Origins, Drafting and Intent’. University of Pennsylvania Press, Philadelphia, 1999). También hubo otro tipo de arbitrariedades que la consagración del derecho a la seguridad personal en el artículo 3 de la Declaración buscaba prevenir; por ejemplo, […] Durante las discusiones de la Comisión Redactora también se hizo mención de las violaciones a la seguridad derivadas de las políticas coloniales británicas, el linchamiento de afroamericanos en los Estados Unidos, y los campos de concentración del régimen stalinista en la Unión Soviética. […] 4.2.2.1. Reconocimiento internacional del derecho a la seguridad personal: el debate sobre su contenido específico. Como se ha señalado anteriormente, el reconocimiento y protección del derecho a la seguridad personal constituyen obligaciones internacionales para el Estado colombiano, y por lo mismo, tal derecho se incorpora a nuestro ordenamiento en virtud de los artículos 93 y 94 de la Constitución. Hay tres instrumentos internacionales vinculantes para Colombia que incluyen el derecho a la seguridad personal en su catálogo de garantías fundamentales: La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, aceptada como costumbre internacional desde la década de los sesenta (Proclamación de Teherán), establece en su artículo 3 que ‘todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona’. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 7 A su vez, se tiene el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Político, el cual consagró el derecho a la seguridad personal en el ordinal primero de su artículo 9, precedido por el derecho a la libertad personal, de la siguiente manera: “Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales” 20. En este caso, el Comité de Derechos Humanos es el órgano encargado de velar por su aplicación, estando facultado para conocer de las violaciones a los derechos establecidos en el Pacto. Del mismo modo, el derecho a la seguridad personal se encuentra reconocido en el sistema interamericano por medio de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el cual dispone en el inciso primero de su artículo 7: “Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales” 21. Por último, a manera enunciativa corresponde señalar que en el continente americano la Declaración de Montreal sobre el Derecho de la Gente a la Seguridad afirma que la seguridad es un derecho fundamental esencial para la obtención de la salud, la paz, la justicia y el bienestar, que depende de la implementación total de los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales, representada por “un estado en el cual los riesgos y las condiciones conducentes al daño físico, psicológico o material son controladas con el fin de preservar la salud y el bienestar de los individuos y la comunidad”; que ”es el resultado de un proceso complejo en el cual los [seres] humanos interactúan con su medio ambiente”; que ”todas las personas tienen derecho a ser resarcidas por la violación de su derecho fundamental a la seguridad”; que se debe “autorizarlas a tomar los pasos que se consideren necesarios para evitar [los] riesgos que puedan enfrentar”; que es urgente prevenir la degradación de la vida humana, animal y del medio ambiente; y que las organizaciones comunitarias y los movimientos civiles tienen un rol vital en la prevención y reducción de los riesgos que amenazan el derecho a la seguridad de las personas 22. Como bien puede observarse, en el ámbito internacional el derecho a la seguridad personal ha estado siempre asociado a los derechos a la vida, a la libertad personal y a la integridad física. No cabe duda entonces que el mismo, además de ser un derecho per se, se constituye en una garantía de los derechos antes citados. Tan es así lo anterior, que la Corte Interamericana de Derechos Humanos en ninguno de sus fallos se ha pronunciado de manera aislada en relación con el derecho a la seguridad personal, haciendo siempre referencia explícita al derecho a la libertad personal, en relación 20 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos incorporado al ordenamiento mediante Ley 74 de 1968. Pacto de San José, incorporado en nuestro ordenamiento jurídico por medio de la Ley 16 de 1972. 22 Declaración de Montreal sobre el Derecho de la Gente a la Seguridad. (Mayo 15 de 2.002) 21 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 8 con el Hábeas Corpus, con el debido proceso, con la tortura y las garantías judiciales, entre otras. En el mismo sentido, el Comité de Derechos Humanos ha reiterado de manera insistente que la “seguridad personal es la garantía que el Estado de a las personas bajo su jurisdicción, víctimas de hostigamientos, intimidación, persecución y amenazas directas contra su vida e integridad personal, de evitar los daños irreparables contra ellas ocasionados por la eventual materialización de dichos actos (…)” 23 En este orden de ideas y a manera de conclusión se puede afirmar sin lugar a equívocos, que el derecho a la seguridad personal ha sido reconocido no sólo como piedra angular del ejercicio de los derechos a la libertad personal, a la vida digna, y a la integridad personal, sino como una garantía fundamental de la libertad frente a la actividad de los agentes estatales para el ejercicio de los demás derechos consagrados en las constituciones de los estados sociales de derecho. B. DERECHO INTERNO En el contexto nacional, la Constitución Política de 1991 señala como finalidad de todas las autoridades públicas la protección de la vida, honra y bienes de todos los que residan en Colombia, y le asigna a la Policía Nacional la responsabilidad de mantener las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y de la convivencia pacífica (artículo 218) 24. En el parágrafo segundo del artículo 2 de la Constitución Política se consagra, como uno de los principios fundamentales, la protección de todas las personas residentes en Colombia en su vida, honra y bienes 25, pero es claro que no existe dentro del catálogo de derechos constitucionales una referencia expresa al derecho fundamental a la seguridad personal. Sin embargo, ello no obsta para que se afirme que en el ordenamiento jurídico interno sí existe el derecho fundamental a la seguridad personal, por cuanto la Carta estableció lo que se puede denominar un catálogo abierto de derechos fundamentales, es decir, que los derechos fundamentales, protegidos a través del mecanismo de la acción de tutela, no se 23 GAITAN GARCÍA. Olga Lucía. Los derechos a la vida, a la integridad personal y a la libertada y la seguridad personales. Tomo II. Bogotá Colombia. 2005. 24 Sáchica, L.C. (1.996) Nuevo Constitucionalismo Colombiano. Bogotá: Editorial Temis S.A., duodécima edición, p. 138, 140, 142, 145 y 146 y Colombia. Constitución Política de 1.991. 25 Artículo 2: Son fines esenciales del Estado; servir a la comunidad, promover la prosperidad general, garantizar la efectividad de los principios, deberes y derechos consagrados en la Constitución (…) Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todos los residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 9 encuentran taxativamente reconocidos en la misma Constitución 26, y bien pueden llegar a ser reconocidos por definición jurisprudencial de la Corte Constitucional 27. Así las cosas, si bien en Colombia la seguridad personal no cuenta con expresa consagración constitucional, la reiterada jurisprudencia de la Corte Constitucional lo considera un derecho fundamental 28. En primer lugar, porque hace parte de los “derechos innominados”, categoría que encuentra su fundamento en el artículo 94 de la Carta y, en segundo lugar, por la incorporación en el ordenamiento interno de los tratados internacionales de derechos humanos de acuerdo con el artículo 93 del mandato superior. i. Decreto 3570 de 2007, derogado por el Decreto 1737 de 2010 La política estatal para la protección de las víctimas y testigos en el marco de la Ley de justicia y paz estaba contenida principalmente en el Decreto 3570 de 2007 del 18 de septiembre de 2007 “Por medio del cual se crea el Programa de Protección para Víctimas y Testigos de la Ley 975 de 2005”. El objeto de este programa es el de salvaguardar la vida, integridad, libertad y seguridad de la población que se encuentre en situación de amenaza o riesgo que atente contra su vida, integridad, libertad y seguridad como consecuencia directa de su participación en calidad de víctima o testigo dentro del proceso de justicia y paz. (Arts. 1° y 2°). 26 El artículo 2 del Decreto 2591 de 1991 señaló que: “La Acción de Tutela garantiza los derechos constitucionales fundamentales. Cuando una decisión de tutela se refiera a un derecho no señalado expresamente por la Constitución como fundamental, pero cuya naturaleza permita su tutela para casos concretos, la Corte Constitucional le dará prelación en la revisión de la decisión”. A partir de esta disposición la Corte Constitucional ha reiterado, a partir de una interpretación axiológica y sistemática de la Constitución que, en ella se estableció un catálogo abierto de derechos fundamentales, contrariando la tesis según la cual, los derechos fundamentales se limitan a aquellos contenidos expresamente en el capítulo 1 del Título II “De los Derechos Fundamentales”. El primer argumento esgrimido por el máximo tribunal constitucional es que los títulos de la Constitución no fueron aprobados por la Asamblea Nacional Constituyente sino por la Comisión codificadora de la Asamblea, lo cual implica que si bien tienen un valor indicativo importante, no puede ser el criterio central para definir el ámbito de aplicación de la acción de tutela. En segundo lugar por cuanto existen otros derechos fundamentales como los de los niños, que se encuentran por fuera del Capítulo I del Título II, mientras que están consagrados otros derechos que no son susceptibles de aplicación inmediata por parte de los jueces de tutela como el derecho a la paz . Y en tercer lugar, por cuanto los artículos 93, 94 y 214 señalan claramente que la lista de derechos prevalentes en el orden interno no se agota en el catálogo del Capítulo I, Título II. Cfr. Corte Constitucional. Sentencias T- 008/92 y C-055/95. Asimismo, véase BOTERO MARINO, Catalina. La Acción de tutela en el ordenamiento Constitucional Colombiano, Consejo Superior de la Judicatura, Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla, pág. 24. 2006. 27 A raíz de la voluminosa cascada de Acciones de Tutela, que por trasgresión al derecho a la Salud inundaron los despachos judiciales, primordialmente en relación con el acceso y la atención prestada a los afiliados, la Corte Constitucional en sentencia T-760 de 31 de julio de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa precisó que “La Salud es un derecho fundamental, no solamente, por guardar estrecha relación con los derechos a la vida, la integridad personal y la dignidad humana, sino porque muchas de las veces, el tutelante es sujeto de especial protección, y lo más importante, aquella se encuentra contemplada dentro de los servicios públicos amparados por la Carta Política, el bloque de constitucionalidad, la ley, y los planes obligatorios de salud” 28 En este contexto se ha hecho referencia al tema de la seguridad personal cuando la Corte Constitucional ha desarrollado el principio de la dignidad humana, siendo posible afirmar que el mismo es un componente esencial del derecho, traduciéndose en las condiciones de vida digna que le permite a los particulares o administrados a sobrevivir sin riesgos adicionales, a los que generan con ocasión a la vida en sociedad. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 10 Dentro de este Decreto, se incorporan en el artículo 4 las definiciones que ya se habían establecido jurisprudencialmente, especialmente en lo atinente al riesgo extraordinario y sus características El Decreto en comento estableció como órganos de dirección, ejecución, evaluación y seguimiento del programa: 1. Una dirección ejecutiva 29, que actúa como enlace de las diferentes entidades responsables de adoptar las medidas de protección; 2. un grupo técnico de evaluación de riesgo, GTER30, encargado de aplicar el protocolo de protección a los destinatarios de la ley, evaluar y calificar la situación de riesgo y amenaza y autorizar y comunicar las medidas provisionales de protección a las autoridades competentes y al solicitante; y 3. un subcomité de protección de víctimas y testigos 31, encargado de orientar, evaluar y hacer seguimiento al programa. El Decreto establece dispositivos de identificacióndel riesgo y de protección. Como dispositivo de identificación contempla la elaboración y actualización de un mapa de riesgo. Como dispositivos de protección contempla: 1. El dispositivo de prevención dirigido a municipios, atendido por la Policía Nacional 32; y 2. el dispositivo de atención individual frente a la evidencia de un riesgo extraordinario o extremo sobre una víctima o un testigo. Este último dispositivo contempla tres etapas, una de asistencia inicial 33, otra de evaluación y calificación del riesgo 34, y una de adopción de medidas adicionales 35. 29 A cargo de quien designe la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y de Justicia. Conformado por delegados de la Fiscalía General de la Nación, la Policía Nacional, el Ministerio del Interior y de Justicia y el Departamento Administrativo de Seguridad –DAS-. 31 Integrado por un delegado Permanente de la Fiscalía General de la Nación, de la Policía Nacional, del Ministerio del Interior y de Justicia, del Departamento Administrativo de Seguridad, de la Procuraduría General de la Nación, de la Defensoría del Pueblo, del Departamento Nacional de Planeación y del Programa Presidencial de Derechos Humanos. 32 Se dirige a los municipios que hayan sido priorizados en el mapa de riesgo, “serán atendidos por la Policía Nacional en los términos del presente decreto, sin perjuicio de su competencia constitucional y legal asignada para todo el territorio colombiano”. (Art. 16). 33 La asistencia inicial, a cargo de la Policía Nacional, está precedida de resolución del GTER y consiste en satisfacer las necesidades del beneficiario y su núcleo familiar en materia de alimentación, aseo, asistencia médica y hospedaje, por un término máximo de quince días. 34 La evaluación y calificación del riesgo se orienta a establecer si la situación aducida por la persona evaluada es competencia del programa, y si se requiere la adopción de una medida adicional de protección 35 Puede ser de autoprotección, medidas blandas, esquemas móviles y de reubicación. 30 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 11 La distribución de competencia se establece así: 1. Corresponde al Ministerio del Interior y de Justicia la ejecución, con apoyo de la Fuerza Pública y del DAS, de las medidas adicionales de protección de esquemas móviles, medidas blandas y medidas de autoprotección, así como la apropiación de los recursos y la celebración de los convenios administrativos requeridos para ese propósito (Art. 25). 2. A la Policía Nacional, a través de las unidades delegadas correspondientes, se le asignan las funciones de prestar vigilancia perimetral a las personas o zonas afectadas, ejecutar la asistencia inicial, propiciar la intermediación con las víctimas y testigos, formular planes de reacción y prevención, recomendar medidas duras, cambios de dispositivos, e incorporar las problemáticas en los consejos de seguridad del orden municipal y departamental (Art.26). 3. A la Fiscalía General de la Nación le corresponde definir los requisitos para la acreditación sumaria ante los fiscales de la Unidad de Fiscalías para la Justicia y la Paz, de las víctimas y testigos intervinientes en el procedimiento de la Ley 975 de 2005, comunicar toda situación de riesgo o amenaza a la autoridad competente; suministrar oportunamente la información no reservada sobre víctimas o testigos intervinientes en los procesos de justicia y paz; ejecutar las medidas adicionales de ubicación a través de su oficina de protección a víctimas y testigos “en relación con las personas acreditadas sumariamente para intervenir en el procedimiento de la ley 975 de 2005 en su condición de víctimas o testigos”. ii. Decreto 1737 de 2010 La Corte Constitucional en la Sentencia T-496 de 2008 se pronunció sobre el derecho a la seguridad personal de mujeres víctimas de la violencia, que se ve amenazada cuando acuden a los procedimientos de la Ley 975 de 2005 o de “justicia y paz”, pues son objeto de ataques que les imposibilitan ejercer su derecho a la justicia y acceder a la verdad de lo sucedido. Por tal razón, la corporación evaluó el Programa de protección de víctimas y testigos creado por el decreto 3570 de 2007, y concluyó que éste no respondía de forma adecuada a “los estándares y requerimientos de un Programa Integral de Protección de Víctimas y Testigos de delitos atroces” y que, en particular, desconocía las obligaciones constitucionales e internacionales del Estado Colombiano en relación con la prevención de la discriminación y la violencia contra la mujer, ya que no contempla un enfoque de género y, por lo tanto, no responde al impacto diferencial que el conflicto armado tiene sobre las mujeres colombianas. En consecuencia, la decisión ordenó “efectuar una revisión integral del www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 12 Programa de Protección de Víctimas y Testigos de la Ley de Justicia y Paz” en un plazo máximo de seis meses, y su adecuación para garantizar la seguridad de las mujeres víctimas. Dos años después, el Gobierno con el fin de acatar los lineamientos dados por la Corte Constitucional en la Sentencia T-496 de 2008 y en el Auto 092 de seguimiento a la Sentencia T-025 del 2004 expidió un nuevo reglamento del programa de Protección para Víctimas y Testigos de la Ley de Justicia y Paz (L.975/05) el Decreto 1737 del 2010. La norma, modificatoria del Decreto 3570 del 2007, contempla los siguientes cambios: a. Objeto del decreto Dentro del objeto del decreto, se adiciona la situación en que las víctimas o testigos se encuentren en riesgo por resultado de acciones que tengan como finalidad evitar su incorporación dentro del proceso. Es decir, no solo se protege por estar en una situación de riesgo como consecuencia de su calidad de víctima o testigo dentro del proceso sino también cuando se impide tal participación. Decreto 3570 del 2007 Decreto 1737 del 2010 ART. 1: Protección para Víctimas y Testigos: ART. 1: tiene por objeto salvaguardar la tiene por objeto salvaguardar la vida, vida, integridad, libertad y seguridad de la integridad, libertad y seguridad de la población que se encuentre en situación de población que se encuentre en situación de riesgo como consecuencia directa de su amenaza o riesgo como consecuencia directa condición de víctima o testigo, dentro del de su participación en calidad de víctima o proceso de Justicia y Paz, o para impedir testigo dentro del proceso de Justicia y Paz que intervenga en el mismo. b. Población objeto Se califica el riesgo de extraordinario o extremo en que la víctima o testigo debe encontrarse para ser cobijado por dentro del programa y, se adiciona el énfasis en prevención y protección hacia las mujeres, atendiendo a lo establecido por la Corte Constitucional en la Sentencia T-496 de 2008 y el Auto 092 de seguimiento a la Sentencia T025 de 2004. Decreto 3570 del 2007 ART. 2: toda víctima o testigo que se encuentre en situación de amenaza o riesgo que atente contra su vida, integridad, libertad y seguridad como consecuencia directa de su participación en el proceso de justicia y paz, o Decreto 1737 del 2010 ART. 2: toda víctima o testigo que se encuentre en situación de riesgo extraordinario o extremo que atente contra su vida, integridad, libertad y seguridad. El programa dará un énfasis en www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 13 para impedir que intervenga en el mismo. prevención y protección hacia las mujeres. c. Principios Se adicionan los principios de responsabilidad territorial, consentimiento, concertación, buena fe y salva guarda de los derechos. Así mismo, mantienen los principios de colaboración armónica, factores diferenciales, confidencialidad, celeridad. Por otro lado, cambian de contenido los principios de autonomía por adicionarle “y en la adecuación institucional y presupuestal necesaria para garantizar el logro de los fines propuestos, respetando y aplicando las competencias establecidas por la Constitución Nacional y por la Ley 975 de 2005”. Decreto 3570 del 2007 ART. 3: Autonomía. El Programa goza de autonomía en la evaluación del cumplimiento de los requisitos exigidos para ser beneficiario de las medidas de protección que se consideren apropiadas para amparar a las víctimas y testigos que se hallen en situación de amenaza o de riesgo. Colaboración Armónica. Las entidades del Estado responsables de la protección deben articularse de manera coordinada de acuerdo con las competencias institucionales que establecen la Constitución y las leyes y atender las decisiones que adopten el Comité de Coordinación Interinstitucional creado por el Decreto 3391 de 2006 y el Subcomité de Protección de Víctimas. Factores Diferenciales. Para la aplicación de las medidas de protección establecidas en el presente decreto se tendrán en consideración las características de la población objeto en términos de género, edad y etnia, y la índole del delito según lo señala el inciso 2 del artículo 38 de la Ley 975 de 2005. Celeridad. Para garantizar una atención efectiva a la población objeto de protección, Decreto 1737 del 2010 ART. 3: Responsabilidad Territorial. El Programa será complementario a las responsabilidades y deberes de protección y garantía de la vida, la integridad, la seguridad y la libertad personal, que la Constitución y la ley asignan a los entes territoriales y a otras entidades del Estado, sin suplantar ni disminuir las competencias establecidas. Consentimiento. La aceptación de medidas preventivas y protectivas, tanto individuales como colectivas, será tomada de manera libre y voluntaria por el beneficiario. Concertación. La víctima podrá sugerir medidas alternativas o complementarias a las dispuestas por el Programa, el que determinará su conveniencia, viabilidad y aplicabilidad. Buena fe. De acuerdo con el artículo 83 de la Constitución Nacional, los funcionarios públicos deberán presumir la buena fe de las víctimas y testigos, en todas las gestiones que adelantan ante las entidades. Corresponde al Estado demostrar si hay falsedad en la acción del solicitante. Salvaguarda de derechos. El Programa www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 14 las entidades del Estado responsables deberán adoptar de manera inmediata, con celeridad y diligencia, las medidas tendientes a la protección de la vida, integridad, seguridad y libertad de las víctimas y testigos para garantizar su participación en las diferentes etapas del proceso de justicia y paz. Confidencialidad. Toda actuación e información relativa a la protección de personas beneficiarias de este programa tendrá carácter reservado. Las personas que integran la población objeto del mismo también están obligadas a guardar dicha reserva. Temporalidad. Las medidas de protección serán de carácter temporal y tendrán una vigencia definida, establecida por el órgano competente para otorgarlas. Proporcionalidad. Para la aplicación de las medidas de protección, deberán tenerse en cuenta los principios y garantías constitucionales, sin que ello signifique afectar principios y garantías constitucionales de mayor jerarquía. Asimismo, deberán guardar correspondencia y pertinencia con el nivel de riesgo. propenderá por la protección de los derechos a la vida, integridad, libertad y seguridad personales, evitando generar con su actuación riesgos adicionales. Autonomía: evaluación del cumplimiento de los requisitos exigidos para ser beneficiario de las medidas de protección... y en la adecuación institucional y presupuestal necesaria para garantizar el logro de los fines propuestos, respetando y aplicando las competencias establecidas por la Constitución Nacional y por la Ley 975 de 2005 d. Definiciones Existe un cambio en la definición de amenaza, en la cual se tipifica de manera directa cuando está dirigida contra la victima e indirecta cuando se presume inminencia de daño como resultado de situaciones emergentes del contexto de la víctima. Así mismo, también cambia el concepto de riesgo al determinarlo por la gravedad e inminencia de la amenaza y el concepto estudio de nivel de riesgo que debe contener los factores de diferenciación así como las condiciones particulares de vulnerabilidad. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 15 Además, se adiciona el concepto de vulnerabilidad, capacidad, víctima, testigo, enfoque diferencial y medidas de carácter asistencial. Por otro lado, se mantiene el concepto de riesgo extraordinario, riesgo extremo y mapa de riesgo. Decreto 3570 del 2007 ART. 4: Amenaza. Es el anuncio o indicio de acciones inminentes que puedan llegar a causar daño a la vida, integridad, libertad o seguridad de una persona o de su familia. Decreto 1737 del 2010 ART. 4: Amenaza. Es el anuncio o indicio de acciones que puedan llegar a causar daño a la vida, integridad, libertad o seguridad de una persona o de su familia. La amenaza puede ser directa cuando está expresamente dirigida contra la víctima o indirecta cuando se presume inminencia de daño como resultado de situaciones emergentes, en el contexto de la víctima. La amenaza está constituida por un hecho o una situación de carácter externo y requiere la decisión o voluntariedad de causar un daño. Riesgo. Es la probabilidad objetiva de que un peligro contra un individuo o un grupo de individuos se materialice en daño o agresión que lo expone a situación de mayor vulnerabilidad, en relación con aquella a la que está sometida la generalidad de las personas. El riesgo es limitado a un espacio y Riesgo. Es la probabilidad objetiva de que un momento determinados. peligro contra un individuo o un grupo de individuos se materialice en daño o agresión. El Estudio de nivel de riesgo y grado de riesgo está determinado por la gravedad e amenaza. Es el resultado del experticio inminencia de la amenaza, en relación con la técnico de seguridad sobre la situación vulnerabilidad de la víctima y las capacidades de riesgo o amenaza en que se institucionales y sociales. El riesgoestá limitado encuentra una persona natural, a un espacio y momento determinados. realizado por el Grupo Técnico de Evaluación de Riesgo creado por el Estudio de nivel de riesgo. Es el resultado del análisis técnico de seguridad sobre la gravedad e presente decreto. inminencia de la amenaza en que se encuentra una persona natural, familia o grupo de personas, así como de las condiciones particulares de vulnerabilidad que les afectan, en relación directa con la amenaza. El Estudio de nivel de riesgo tomará en consideración los factores de diferenciación determinados en el presente decreto, con el fin de que las entidades encargadas adopten medidas que no sólo www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 16 contrarresten o mitiguen la amenaza sino que adicionalmente disminuyan los factores de vulnerabilidad de la víctima o testigo y potencien sus capacidades, individuales, grupales o comunitarias y les garanticen mecanismos de participación, de conformidad con la sentencia T-496 de 2008. Se adiciona Víctima. Persona que individual o colectivamente haya sufrido daños directos tales como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo de sus derechos fundamentales como consecuencia de acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados organizados al margen de la ley. También se tendrá por víctima al cónyuge, compañero o compañera permanente, y familiar en primer grado de consanguinidad, primero civil de la víctima directa cuando a ésta se le hubiere dado muerte o estuviere desaparecida. Lo anterior en el es que hubieren sufrido un daño como consecuencia de cualquier otra conducta violatoria de la ley penal, cometida por miembros de grupos armados organizados al margen de la ley. Testigo. Es la persona que tiene conocimiento de la comisión de un delito perpetrado por grupos armados al margen de la ley, en el marco de la Ley 975, y que en concepto del fiscal delegado de justicia y paz competente, tenga o pueda tener un aporte sustancial a la investigación que adelanta y que afronte un www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 17 riesgo extraordinario o extremo para su vida e integridad personal. En caso de que concurran las calidades de testigo - desmovilizado o testigo postulado será remitido a la autoridad correspondiente de brindar la protección. Vulnerabilidad. Está determinada por el nivel de exposición que la víctima tiene al riesgo, y está constituida por el conjunto de factores que impiden a la víctima, por sus propios medios, evitar la materialización de la amenaza o asumir la mitigación de los impactos derivados de su existencia. La vulnerabilidad también está asociada a los factores diferenciales. Capacidad. Recursos tanto institucionales como sociales y personales, que permiten hacer frente a un riesgo. Enfoque diferencial. Expresa el reconocimiento y acciones del Estado para contrarrestar o minimizar la forma distinta, a veces incluso desproporcionada, en que la violencia y las amenazas afectan a determinados grupos sociales en relación con sus características particulares de edad, género, etnia, salud, discapacidad u opción sexual. Estas diferencias, determinadas de manera cultural, social e histórica, resultan decisivas en la aplicación de todos los dispositivos de prevención y protección establecidos en este decreto y en la forma como las entidades deben establecer su trato con los sectores mencionados, a fin de evitar ahondar en la discriminación y el daño causado. Medidas complementarias de carácter asistencial. Son aquellas orientadas a la atención www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 18 de necesidades primarias tales como salud, educación, recreación, teniendo en cuenta el enfoque diferencial y de género. Igualmente incluyen el apoyo sicosocial y orientación jurídica. e. Dispositivos de protección: individual y colectiva Este es una de las reformas más trascendentales dentro del nuevo decreto porque se cambia el enfoque de los dispositivos de protección dirigidos a municipios e individuos de que estén frente a un riesgo extremo hacia un enfoque diferencial y de género que propenda por medidas de carácter general, dispositivos individuales, colectivos y poblacionales. Decreto 3570 del 2007 ARTÍCULO 15. DISPOSITIVOS DE PROTECCIÓN. El Programa de Protección para Víctimas y Testigos, en el marco de la Ley 975 de 2005, tendrá dos dispositivos de protección: 1. Dispositivo de prevención dirigida a Municipios. 2. Dispositivo de atención individual frente a la evidencia de un riesgo extremo y/o extraaordinario. Decreto 1737 del 2010 ART. 20: Dispositivos de protección. Para efectos de garantizar una respuesta oportuna, en términos de prevención, atención individual y colectiva, con enfoque diferencial y de género, el Programa de Protección para Víctimas y Testigos de la Ley 975 de 2005, tendrá tres dispositivos de protección: 1. Medidas de carácter general. 2. Dispositivos colectivos y poblacionales. 3. Dispositivos individuales. De esta manera, quedan derogados los dispositivos de prevención dirigidas a municipios y se crean medidas de carácter general que son las que contribuyen a crear un ambiente favorable de protección para todas las víctimas, al fortalecimiento de la institucionalidad, y a la sensibilización e información de la ciudadanía respecto a los derechos de las víctimas y la preservación de su dignidad. Decreto 3570 del 2007 No existen. Decreto 1737 del 2010 Artículo 21. Medidas de carácter general. Son las que contribuyen a crear un ambiente favorable de protección para todas las víctimas, al fortalecimiento de la institucionalidad, y a la sensibilización e información de la ciudadanía respecto a los derechos de las víctimas y la preservación de su dignidad. A ese www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 19 propósito corresponden las siguientes medidas. 1. La Dirección de Justicia Transicional del Ministerio del Interior y de Justicia dará a conocer a los servidores públicos de los diferentes niveles territoriales, las rutas o protocolos de atención y protección existentes, encaminadas a orientar y apoyar a las víctimas para la reclamación de sus derechos, acceso a la justicia y las garantías que se deben brindar a todo nivel para generar el respeto a la vida, la integridad, la libertad y la seguridad personal. 2. La Dirección del Programa pondrá en marcha una campaña de sensibilización de un año de duración, a través de los medios de comunicación y mediante actividades pedagógicas y foros públicos, reiterando el compromiso y responsabilidad del Estado en el tema de protección. La campaña enfatizará el trato digno a las víctimas desde los servidores del Estado, con un reconocimiento especial a las mujeres víctimas, grupos étnicos y otros sectores sociales que comportan factores de diferenciación. Igualmente, buscará difundir e informar sobre los procedimientos y responsabilidades del Programa. 3. Las autoridades nacionales, departamentales y municipales, incrementarán sus acciones contra los diversos grupos y factores delincuenciales que generan amenaza y constreñimiento contra las víctimas de justicia paz. Así mismo, los dispositivos colectivos y poblacionales están dirigidos a municipios, franjas poblacionales y territorios colectivos de grupos étnicos que hayan sido priorizados en el Mapa de Riesgo. Su atención estará a cargo del Grupo Departamental de Medidas Complementarias, bajo la coordinación del Gobernador o su Secretario del Interior o de Gobierno y con acompañamiento del Grupo Interinstitucional de Protección. Decreto 3570 del 2007 No existen. Decreto 1737 del 2010 Articulo 22. Dispositivos Colectivos y Poblacionales. Está dirigido a municipios, franjas poblacionales y territorios colectivos de grupos étnicos que hayan sido priorizados en el Mapa de Riesgo. Su atención estará a cargo del Grupo www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 20 Departamental de Medidas Complementarias, bajo la coordinación del Gobernador o su Secretario del Interior o de Gobierno y con acompañamiento del Grupo Interinstitucional de Protección. Entre las medidas a disponer por parte de las autoridades anteriormente señaladas están: 1. Asegurar el control del área geográfica señalada, con acciones investigativas, de apoyo a la población y de contención de la amenaza proveniente de grupos armados ilegales que estén generando constreñimiento y ataques contra las víctimas, las cuales estarán a cargo de la Policía Nacional. 2. Definir planes de prevención y protección con mecanismos de seguimiento y concertación entre la comunidad y las autoridades. Los planes incluirán actividades que involucren a las comunidades en la autoprotección, el fortalecimiento comunitario y la orientación para el acceso a la justicia. Cuando se trate de territorios colectivos de grupos étnicos, las medidas de prevención y de contención de la amenaza, serán previamente concertadas con sus autoridades tradicionales. 3. Desarrollar con cargo al Plan Básico de Salud, programas de impacto psicosocial con refuerzo del tejido social y con atención dirigida a asegurar la aplicación del enfoque de género y diferencial. 4. Desarrollar actividades de educación comunitaria en mecanismos de acceso a la justicia, derechos humanos, derechos de las mujeres, derechos sexuales y reproductivos, rutas de atención en violencia de género y abusos sexuales, entre otros. Parágrafo 1. El Gobernador o su Secretario del Interior o de Gobierno, solicitará la intervención de las Fuerzas Militares, cuando la Policía Nacional no esté en capacidad por sí sola de atender los requerimientos de que trata este artículo. Parágrafo 2. Se pondrá en conocimiento del Ministerio de Defensa Nacional, las conclusiones del Mapa de Riesgo, con el fin de que coordine los esfuerzos necesarios en el marco de la consolidación de la política de seguridad democrática. Siguiendo lo anterior, los dispositivos individuales también sufrieron modificaciones en sus etapas de desarrollo, manteniendo la asistencia inicial y la evaluación y calificación del riesgo pero cambiando las medidas adicionales por determinación y ejecución de las medidas de protección, sumándole la etapa de terminación de la protección. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 21 Decreto 3570 del 2007 ARTÍCULO 18. ETAPAS DEL DISPOSITIVO DE ATENCIÓN INDIVIDUAL. El Dispositivo de Atención Individual contempla tres etapas: 1. Asistencia Inicial; 2. Evaluación y calificación de Riesgo, y 3. Medidas Adicionales. Decreto 1737 del 2010 Articulo 24. Etapas del dispositivo individual. El Dispositivo Individual contempla cuatro etapas: 1. Asistencia inicial. 2. Evaluación y calificación de riesgo. 3. Determinación y ejecución de las ARTÍCULO 19. ASISTENCIA INICIAL. La medidas de protección. Asistencia Inicial consiste en satisfacer las 4. Terminación de la protección necesidades del beneficiario y su núcleo familiar en materia de alimentación, aseo, Artículo 25. Asistencia Inicial. La asistencia asistencia médica y hospedaje. Tendrá una inicial consiste en satisfacer las necesidades duración máxima de quince días, previa de la víctima o testigo solicitante y su resolución motivada del Grupo Técnico de núcleo familiar, en materia de seguridad, Evaluación de Riesgo. hospedaje, alimentación, aseo, transporte, vestuario, asistencia médica de urgencia y La entidad o el funcionario correspondiente, demás aspectos que permitan su una vez tenga conocimiento de la situación protección en condiciones de dignidad, de riesgo o amenaza por cualquier fuente, atendiendo el enfoque diferencial y de solicitará a la Policía Nacional la ejecución de género. la Asistencia Inicial dentro de un término no superior a 36 horas, con la finalidad de que asista y proteja de manera inmediata a la víctima o testigo, en el marco de la Ley 975 de 2005. PARÁGRAFO 1o. El Grupo Técnico de Evaluación del Riesgo procurará establecer con prontitud la condición de víctima o testigo del beneficiario en los términos de la Ley 975 de 2005, para decidir sobre la continuidad de la medida de protección. PARÁGRAFO 2o. La Policía Nacional deberá garantizar la seguridad en el trámite y desarrollo de la Asistencia Inicial de los beneficiarios. Las autoridades locales, el Ministerio Público y la Comisión Nacional de La asistencia inicial se activará por parte de la Policía Nacional en el nivel municipal o departamental, a solicitud del interesado, de cualquier servidor público, o de oficio y se mantendrá hasta tanto se notifique la decisión adoptada por el Grupo Técnico de Evaluación de Riesgo. Las medidas de seguridad a cargo de la Policía Nacional, podrán ser autoprotección, rondas policiales y plan padrino. Parágrafo 1. Todos los servidores públicos tendrán la obligación de poner en www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 22 Reparación y Reconciliación deberán apoyar las gestiones necesarias para el trámite inmediato y eficaz de la solicitud de la medida, en el ámbito de sus funciones constitucionales y legales. conocimiento de la Policía Nacional cualquier situación de riesgo o amenaza en contra de una víctima o testigo, en el marco de la Ley 975 de 2005 con el fin de activar el procedimiento establecido en este artículo, y de la Fiscalía General de la ARTÍCULO 20. FINALIZACIÓN DE LA Nación, con el fin de que disponga la ASISTENCIA. La Asistencia Inicial concluirá correspondiente investigación de los cuando se presenten alguna de las siguientes hechos denunciados. situaciones: Parágrafo 2. Si la víctima manifiesta reserva 1. Vencimiento del plazo previsto. 2. Cuando se demuestre que la amenaza o la de confianza por razones de seguridad condición de riesgo del beneficiario no se hacia cualquier entidad vinculada con el origina en su condición de testigo o víctima desarrollo de este Programa, el personero municipal o el representante del Ministerio en el marco de la Ley 975 de 2005. 3. Cuando cesen las condiciones de riesgo o Público, acompañarán el procedimiento. amenaza que motivaron la puesta en marcha de la asistencia, o cuando se otorgue otra clase de medida. En cualquier caso, el Grupo Técnico de Evaluación de Riesgo deberá dejar constancia de tales circunstancias en acta que deberá ser notificada al beneficiario de protección. 4. Cuando el beneficiario de protección manifieste su voluntad de no querer continuar con la ejecución de esta asistencia. En cualquier caso, su manifestación deberá constar por escrito. 5. Cuando el beneficiario de la medida de protección incumpla las obligaciones adquiridas o haga mal uso de ella. ARTÍCULO 21. EVALUACIÓN Y CALIFICACIÓN DEL RIESGO. Una vez inicie la Asistencia, la Policía Nacional dará traslado del caso al Grupo Técnico de Evaluación de Riesgo, el cual, dentro del término máximo de quince (15) días siguientes al recibo de la comunicación respectiva, evaluará y calificará Artículo 26. Finalización de la asistencia inicial. La asistencia inicial concluirá cuando se presenten alguna de las siguientes situaciones: 1. Cuando se adopten las medidas de protección por parte del Grupo Técnico de Evaluación de Riesgos - GTER o la Dirección del Programa. En cualquier caso, se deberá dejar constancia de tales circunstancias en acta que deberá ser notificada al beneficiario de protección. 2. Cuando el beneficiario de la asistencia inicial manifieste su voluntad de no querer continuar recibiendo la asistencia, su manifestación deberá constar por escrito. 3. Cuando el beneficiario de la asistencia inicial incumpla las obligaciones adquiridas www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 23 el riesgo de la persona protegida para determinar si la situación alegada por el evaluado es competencia del Programa de Protección de Víctimas y Testigos en el marco de la Ley 975 de 2005 y, en ese evento, si es necesario, otorgarle una medida adicional dentro de la atención individual. ARTÍCULO 22. MEDIDAS DE PROTECCIÓN. El Grupo de Evaluación de Riesgo podrá otorgar las siguientes medidas de protección, adicionales a la Asistencia Inicial: 1. Autoprotección. Son las medidas conscientes y responsables que adopta en forma integral la persona en riesgo o amenaza con el fin de prevenir, minimizar o neutralizar posibles amenazas o atentados en contra de su vida e integridad personal. 2. Medidas blandas. Son los medios preventivos de comunicación para ubicar a la persona en riesgo o amenaza y los elementos de protección que disminuyen el riesgo. 3. Esquemas móviles. Son los recursos físicos y humanos otorgados a los beneficiarios del programa con el propósito de evitar agresiones en contra de su vida. 4. Reubicación. Es el traslado temporal o definitivo de la víctima o testigo en riesgo o amenaza, en el marco de la Ley 975 de 2005, del lugar de residencia a otro sitio del país, evento en el cual se le brinda apoyo para la estabilización socioeconómica. ARTÍCULO 23. CESACIÓN DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN. Las medidas de protección previstas en el artículo anterior cesarán cuando se presente una o varias de las siguientes condiciones: 1. Cuando venza el plazo previsto por el Grupo de Evaluación de Riesgo para la o haga mal uso de ellas. Artículo 27. Evaluación y calificación del riesgo individual. El Grupo Técnico de Evaluación de Riesgos - GTER, a través de la Policía Nacional o la Fiscalía General de la Nación, realizarán la evaluación y calificación de riesgo, con el fin de asignar, de considerarse necesario, las medidas de seguridad estipuladas en el presente decreto. Una vez puesto el caso en conocimiento del GTER, éste contará con un plazo máximo de quince (15) días hábiles para realizar la evaluación y calificación del riesgo y decidir sobre las medidas de protección correspondientes; plazo que excepcionalmente podrá ser prorrogado, previa motivación. Cuando se establezca que este Programa no es competente para evaluar el caso, la Secretaría Técnica, previo concepto del GTER, remitirá al Programa competente e informará a la Policía Nacional para que se suspenda la asistencia inicial estipulada en el artículo 25 del presente decreto. Artículo 28. Certificación. Los fiscales delegados de la Unidad de Justicia y Paz certificarán sumariamente la calidad de víctima o testigo en el procedimiento de la Ley.975 de 2005, como requisito para acceder a este programa, tomando como referencia el reporte de hechos atribuibles www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 24 ejecución de la medida de protección individual. 2. Cuando el beneficiario de protección manifieste su voluntad de no continuar o renuncia a la medida de protección de que hubiere sido objeto. 3. Cuando la persona protegida desestime, en forma reiterada, las recomendaciones del Grupo de Evaluación de Riesgo. PARÁGRAFO. La aplicación de las medidas de protección dispuestas por el Grupo Técnico de Evaluación de Riesgo se formalizará mediante acta de compromiso suscrita por el beneficiario ante el Director del Programa, en la cual se harán constar las obligaciones que adquiere el protegido y las consecuencias de su desacato o mal uso que haga de ellas a grupos armados organizados al margen de la ley y la valoración de las entrevistas a los testigos de un hecho atribuible a grupos armados organizados al margen de la ley. De esta manera, quedan desarrollados los dispositivos individuales en el nuevo decreto: www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 25 También existe un cambio en las clases de medidas de protección que puede otorgar el grupo técnico de evaluación de riesgo, ya que, se adicionan: las rondas de la policía nacional, el plan padrino, los medios de comunicación y los chalecos antibalas. Decreto 3570 del 2007 Decreto 1737 del 2010 ARTÍCULO 22. MEDIDAS DE PROTECCIÓN. ARTÍCULO 29. El Grupo de Evaluación de Riesgo podrá otorgar las siguientes medidas de 1. Autoprotección. Es la orientación que se protección, adicionales a la Asistencia imparte, con el propósito de dar a conocer a la www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 26 Inicial: 1. Autoprotección. Son las medidas conscientes y responsables que adopta en forma integral la persona en riesgo o amenaza con el fin de prevenir, minimizar o neutralizar posibles amenazas o atentados en contra de su vida e integridad personal. 2. Medidas blandas. Son los medios preventivos de comunicación para ubicar a la persona en riesgo o amenaza y los elementos de protección que disminuyen el riesgo. 3. Esquemas móviles. Son los recursos físicos y humanos otorgados a los beneficiarios del programa con el propósito de evitar agresiones en contra de su vida. 4. Reubicación. Es el traslado temporal o definitivo de la víctima o testigo en riesgo o amenaza, en el marco de la Ley 975 de 2005, del lugar de residencia a otro sitio del país, evento en el cual se le brinda apoyo para la estabilización socioeconómica. víctima o testigo, las formas y procedimientos más indicados para prevenir actos contra su vida, libertad e integridad personal. 2. Rondas de la Policía Nacional Son los patrullajes periódicos preventivos realizados por la Policía Nacional para brindar seguridad al entorno de la residencia o sede de la organización a la cual pertenece la víctima o testigo. 3. Plan Padrino. Es la asignación de la responsabilidad individual a un funcionario de Policía, el cual establecerá una permanente comunicación con la víctima o testigo, con el fin de reportar o monitorear la situación de seguridad y prevenir hechos en su contra. 4. Medios de Comunicación. Son los equipos de comunicación entregados como elementos para la protección, con el objeto de permitir el acceso a la comunicación oportuna y efectiva del beneficiario con los organismos del Estado que participan en el Programa de Protección, con el fin de comunicar una situación de emergencia, dar cuenta de su situación de seguridad y evitar el riesgo que supone utilizar otro medio de comunicación. 5. Chalecos Antibalas(adiciona). Es una prenda blindada asignada a la víctima o testigo, para la protección del cuerpo humano. 6. Esquemas móviles. Son los recursos físicos y humanos otorgados a los beneficiarios del Programa con el propósito de evitar agresiones contra su vida. 7. Reubicación. Es el traslado definitivo de la víctima o testigo en riesgo en el marco de la Ley 975 de 2005, de la zona de riesgo a otro sitio del país, evento en el cual se le brinda apoyo para la estabilización socioeconómica. En todo caso, la Fiscalía General de la Nación, www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 27 garantizará la seguridad y subsistencia del protegido, hasta tanto se implemente la medida de la que trata este numeral. f. Medidas complementarias Esta es otra gran modificación, ya que, las medidas complementarias de carácter asistencial no se encuentran en el Decreto 3570 del 2007 y se basan en el postulado de colaboración interinstitucional, ya que, se encuentran cargo del Grupo Departamental de Medidas Complementarias, conformado por el Gobernador o su Secretario del Interior, la Policía Nacional, la Defensoría del Pueblo y la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación CNRR-, cuando ésta tenga representación en dicho departamento; de esta manera, se puede definir como aquellas medidas orientadas a la atención de necesidades primarias de las víctimas o testigos teniendo en cuenta el enfoque diferencial y de género con el propósito de salvaguardar sus derechos afectados y buscar su bienestar emocional y familiar. Decreto 3570 del 2007 No existen Decreto 1737 del 2010 Artículo 32. Medidas Complementarias. Para la aplicación de las medidas complementarias se buscará integrar la atención a las necesidades de las víctimas y testigos, con el propósito de salvaguardar sus derechos afectados y buscar su bienestar emocional y familiar, por tal razón, deberán concurrir todas las entidades competentes en la ejecución de programas orientados a dar respuesta a estas necesidades. Igualmente se podrán convocar entidades sin ánimo de lucro que colaboren con estos propósitos. En desarrollo de este artículo, las entidades que hacen parte del Programa podrán celebrar convenios o contratos con el fin de garantizar la aplicación de las medidas complementarias. Parágrafo. En todas las medidas complementarias implementadas, la autoridad a cargo se asegurará de la adecuada aplicación del enfoque de género y diferencial. Artículo 33. Evaluación sobre la pertinencia y contenido de las medidas complementarias. Cuando la situación de amenaza amerite el traslado de la víctima o testigo y/o se afecten de manera decidida sus derechos o los de su grupo familiar a la educación, la salud y la estabilidad www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 28 emocional, el Grupo Técnico de Evaluación de Riesgo - GTER, remitirá el caso al Grupo Departamental de Medidas Complementarias, a fin de asegurar las acciones de garantía de restitución de los derechos afectados y de preservar el bienestar personal y familiar. El Grupo Departamental de Medidas Complementarias valorará la asignación de medidas complementarias, a fin de asegurar los medios necesarios, en el marco de las competencias institucionales, garantizar la protección de los demás derechos afectados, brindar la asistencia psicológica a la persona amenazada y a su familia y asegurar la debida orientación jurídica, en el marco de la Ley 975, para la reclamación de sus derechos y el acceso a la justicia. g. Actualización del mapa de riesgo Se pasa de dos a cuatro meses. h. Órganos de dirección, ejecución, evaluación y seguimiento del programa Bajo el presente Decreto, el nuevo esquema organizativo del programa de protección de víctimas y testigos queda de la siguiente manera: www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 29 Aquí se encuentra con otra de las modificaciones más importantes del Decreto 1737 del 2010 porque se eliminan el grupo técnico de evaluación de riesgo y el subcomité de protección de víctimas y testigos y se crean los grupos interinstitucionales de apoyo, el grupo técnico de evaluación de riesgo y el grupo departamental de medidas complementarias dentro de los Órganos que integran el Programa de Protección para Víctimas y Testigos. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 30 Dentro de los grupos interinstitucionales de apoyo que no existen en el Decreto 3570 del 2007 se insertan el grupo técnico de elaboración del mapa de riesgo y el grupo interinstitucional de protección. Así mismo, cambia la conformación del grupo técnico de evaluación de riesgo al integrarse por la Fiscalía General de la Nación, la Policía Nacional y la Defensoría del Pueblo y otorgarle más funciones a este grupo que en el decreto anterior. iii. Estado del arte De acuerdo con lo expuesto en este escrito se concluye que, el Decreto 1737 del 2010 tiene como aspectos positivos en favor de las víctimas, el fortalecimiento del tema de protección a través de unidades como el Grupo Interinstitucional de Protección, del que hace parte la CNRR, y los Comités Técnicos de Evaluación de Riesgo (con oficinas en Medellín, Barranquilla, Cali, Bucaramanga, Pereira y Bogotá), plantea una serie de medidas integrales que buscan la reconstrucción de los proyectos de vida de las víctimas desde el punto de vista de la justicia transicional y de la reparación integral. Además, dentro del apartado de medidas complementarias se menciona la garantía de la protección de los derechos de las víctimas, así como se la asistencia psicológica a la persona amenazada y a su familia y la orientación jurídica para que puedan reclamar sus derechos en el marco de la ley 975 y acceder a la justicia. Por otro lado, si bien el decreto introduce algunas reformas al Programa de protección, no modifica las medidas de protección existentes, que fueron las que la Corte señaló como insuficientes e inadecuadas. Tampoco establece medidas concretas para la incorporación efectiva de una perspectiva de género en materia de protección más allá de algunas capacitaciones con funcionarios públicos, ni incorpora los principios y elementos señalados por la Corte 36. Así mismo, tampoco cobija a personas que no han sido reconocidas (registradas) como víctimas, ni de los testigos que no colaboren efectivamente con la justicia. Tampoco se incluyen medidas que garanticen la posibilidad efectiva de las víctimas de participar activamente en los procesos judiciales de la ley de “justicia y paz”. 36 “[Entre] las principales deficiencias de los programas de protección, [se encuentran] las demoras excesivas en la respuesta e implementación de medidas (particularmente, las relacionadas con atención básica de necesidades); la falta de seguimiento a la situación de seguridad de las víctimas y de evaluación de la efectividad de las medidas adoptadas; la falta de valoración de factores psicológicos en la evaluación del riesgo y la adopción de las medidas; la carencia de atención psicológica para las víctimas que acceden a los programas de protección o atención psicológica inadecuada; y la falta de capacitación y sensibilización de los funcionarios encargados de evaluar el riesgo y brindar protección, así como los malos tratos de parte de estos hacia las víctimas, con lo cual se ha discriminado y re victimizado a las mujeres”, en Mesa de Seguimiento al Auto 092, Tercer Informe de Seguimiento al Auto 092 de 2008, junio de 2010. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 31 IV. DELIMITACIÓN DEL NÚCLEO ESCENCIAL DEL DERECHO A LA SEGURIDAD PERSONAL A LA LUZ DELA JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL Y CONTENCIOSO ADMINSITRATIVA A. NORMAS ADSCRITAS AL DERECHO FUNDAMENTAL A LA SEGURIDAD PERSONAL Una primera etapa de protección del derecho a la seguridad personal lo ubicaba en la sexta categoría de aplicación como derecho fundamental por conexidad con derechos fundamentales 37. Hasta el año 2003 la Corte Constitucional sólo protegía la vulneración o la puesta en peligro del derecho a la seguridad personal por vía de conexidad, cuando se en este escenario se podía constar una violación al derecho a la vida o a la integridad personas o grupos amenazados, tal como sucedió en esta época con los defensores de los derechos humanos, miembros de partidos políticos, docentes y funcionarios públicos por parte de grupos armados ilegales. Fue hasta la Sentencia de tutela T-719 de 2003 38 en dónde la Corte Constitucional reconoció de manera expresa el carácter fundamental del derecho a la seguridad personal, con ocasión de la demanda presentada en contra del Ministerio del Interior y de Justicia por la esposa de un reinsertado del grupo guerrillero de las FARC, inscrito en el Programa de Protección de la Dirección General para la Reinserción del Ministerio del Interior, quien solicitaba se protegiera su derecho a la seguridad personal y familiar. Esta sentencia, como se señaló anteriormente, a partir de un análisis juicioso del bloque de constitucionalidad, ubica al derecho fundamental a la seguridad personal como un derecho innominado. De este precedente se derivan dos consecuencias directas: la protección del derecho a la seguridad personal es inmediata, y ya no necesita probar la existencia de su relación con otros derechos (i.), y por otra, se reconoce como derecho fundamental a la seguridad de las personas, imponiendo unas determinadas cargas públicas en virtud del principio de igualdad, de la siguiente manera: Con base en los mandatos constitucionales e internacionales indicados abajo, y el desarrollo jurisprudencial que ha tenido la protección de la seguridad de las personas en nuestro ordenamiento, según se reseña más adelante, para la Sala resulta claro que la seguridad personal, en el contexto colombiano, es un derecho fundamental de los individuos. Con base en él, pueden exigir, en determinadas condiciones, medidas específicas de protección de parte de las 37 Cfr. Corte Constitucional. Sentencias T-590 de 1998, SU-256 de 1998, T-028 de 2000, T-1619 de 2000 y T-1206 de 2001 En este caso, la Corte protegió temporalmente el derecho a la seguridad personal de la compañera y el hijo de un reinsertado asesinado, como sujetos de especial protección constitucional, por subsistir una amenaza contra ellos. La Corte concluye que las autoridades competentes deben evaluar la situación de riesgo y de considerar la existencia de un riesgo extraordinario, deben definir oportunamente las medidas especiales de protección y asignarlas, así como evaluar periódicamente las decisiones correspondientes. 38 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 32 autoridades, con el objetivo de prevenir la materialización de cierto tipo de riesgos extraordinarios contra su vida o integridad personal, que no tienen el deber jurídico de soportar, y que las autoridades pueden conjurar o mitigar (…) El derecho a la seguridad personal, en ese contexto, es aquel que faculta a las personas para recibir protección adecuada por parte de las autoridades, cuandoquiera que estén expuestas a riesgos excepcionales que no tienen el deber jurídico de tolerar, por rebasar éstos los niveles soportables de peligro implícitos en la vida en sociedad; en esa medida, el derecho a la seguridad constituye una manifestación del principio de igualdad ante las cargas públicas, materializa las finalidades más básicas asignadas a las autoridades por el Constituyente, garantiza la protección de los derechos fundamentales de los más vulnerables, discriminados y perseguidos, y manifiesta la primacía del principio de equidad 39. (Subrayas y negrillas fuera de texto) En este fallo, el Tribunal Constitucional consideró que este derecho tiene un contenido variable, y su alcance a la hora de identificar la obligación correlativa debe ser determinado por el contexto socio-político y jurídico en el que se encuentra la persona amenazada. En primer lugar,se ha de señalar que el reconocimiento que hace la Corte Constitucional obedece a las condiciones de inseguridad por las cuales atraviesa el país, como consecuencia de la presencia y ataques de los grupos al margen de la ley. Si lo anterior es así, en condiciones de normalidad del orden público o en tiempo de paz podría pensarse entonces que las personas no tendrían posibilidad de invocar la vulneración o amenaza de su derecho fundamental a la seguridad personal y, en esta medida, solicitar su protección. En segundo lugar, resulta ser claro que si el derecho a la seguridad personal se configura cuando se quebranta el principio de igualdad, esto es, cuando el particular se enfrenta a un riesgo que no está en la obligación de soportar 40, por lo que en la mayoría de los casos serán los sujetos de especial protección los primeros legitimados por sus condiciones personales para solicitar la protección de este derecho, denominado “especial” e “innominado” por la misma Corporación. No obstante, contrario a lo que podría pensarse, la acción de tutela no es el único mecanismo para su protección, aun cuando éste sea el más efectivo. Esto por cuanto, entre otras acciones, está la consagrada en el artículo 90 de la Carta Política, al disponer que “El 39 CORTE CONSTITUCIONAL Sentencia T-719. Op.cit Debe afirmarse que el mismo existía en la Constitución con anterioridad al pronunciamiento de 2003 de la Corte Constitucional. 40 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 33 Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas (…)”. (Subrayas son propias). Al respecto, resulta preciso advertir que el daño antijurídico ha sido entendido y desarrollado por la jurisprudencia constitucional y administrativa, como el perjuicio que es provocado a una persona que no tiene el deber jurídico de soportarlo. Sin embargo, bajo este entendido el derecho a la seguridad personal sólo podría verse afectado por la actuación (detención arbitraria) o el comportamiento omisivo del Estado (falta de protección ante amenaza inminente). Lo que significa que el titular del derecho no le puede exigir a un particular su protección, a menos, claro está, de que este mismo ejerza o preste un servicio público. Niveles de riesgo y caracterización Ahora bien, retomando el concepto desarrollado por la Corte Constitucional sobre seguridad personal, el cual consiste en el derecho de las personas a reclamar la intervención del Estado cuando quiera que se encuentren expuestas a determinados riesgos calificados como extraordinarios, resulta útil advertir que no cualquier tipo de riesgo al que se exponen las personas puede ser protegido bajo el título de la seguridad personal, toda vez que el ser humano parte de una sociedad y por tanto su desarrollo en ella, implica la exposición a riesgos y contingencias ordinarios, que deben ser soportados en virtud del principio de solidaridad 41 y, respecto de los cuales, cada uno de los miembros de la sociedad se haya obligado a contrarrestar a través de instrumentos ordinarios de protección. Es por este motivo que en la sentencia T-719 de 2003 la Corte Constitucional elaboro una escala de riesgos en aras a definir cuándo se debe proteger en sí mismo y a través de la tutelael derecho a la seguridad personal como manifestación del principio de igualdad frente a las cargas públicas. De acuerdo a susodicha escala, se pueden distinguir cinco niveles de riesgo, a saber: Nivel de riesgo mínimo. Ocupa este nivel quien vive en condiciones tales que los riesgos a los que se enfrenta son únicamente los de muerte y enfermedad naturales – es decir, se trata de un nivel en el cual la persona sólo se ve amenazada en su existencia e integridad por factores individuales y biológicos. En realidad, nadie se ubica únicamente en este nivel, porque todas las personas están 41 El cual establece que los ciudadanos y las personas tienen el deber de soportar ciertas cargas, las cuales se derivan de las decisiones adoptadas por el Estado, en cumplimiento de las funciones encomendadas. Sin embargo, estas cargas deben ser distribuidas de manera equitativa entre los administrados. Por ello cualquier alteración deberá ser compensada por el Estado. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 34 insertas en un contexto social determinado, sometiéndose por ende a los riesgos propios del mismo. Nivel de riesgo ordinario, soportado por igual por quienes viven en sociedad. Se trata de los riesgos ordinarios, implícitos en la vida social, a los que se hizo referencia al principio de este acápite. A diferencia de los riesgos mínimos, que son de índole individual y biológica, los riesgos ordinarios que deben tolerar las personas por su pertenencia a una determinada sociedad pueden provenir de factores externos a la persona –la acción del Estado, la convivencia con otras personas, desastres naturales -, o de la persona misma. El Estado, por la finalidad que le es propia, debe adoptar medidas generales para preservar a la sociedad de este tipo de riesgos; así, por ejemplo, a través de la provisión de un servicio de policía eficaz, de la eficiente prestación y vigilancia de los servicios públicos esenciales, o de la construcción de obras de infraestructura pública, se entiende que las autoridades han provisto a la ciudadanía las condiciones elementales de seguridad requeridas para la vida ordinaria. En otras palabras, no hay título jurídico para que las personas invoquen medidas de protección especial por parte de las autoridades frente a riesgos de este nivel, que vayan más allá de las medidas generales de protección que se señalan, puesto que el principio de igualdad ante las cargas públicas hace que todas las personas deban someterse en igualdad de condiciones a esta categoría de riesgos. Nivel de riesgo extraordinario que las personas no están obligadas a soportar. Es este nivel el de los riesgos extraordinarios, que las personas no están jurídicamente obligadas a soportar, por lo cual tienen derecho a recibir protección especial de las autoridades frente a ellos. Para determinar si un riesgo tiene las características y el nivel de intensidad suficiente como para catalogarse de extraordinario y justificar así la invocación de un especial deber de protección estatal, es indispensable prestar la debida atención a los límites que existen entre este tipo de riesgo y los demás. Así, el riesgo en cuestión no puede ser de una intensidad lo suficientemente baja como para contarse entre los peligros o contingencias ordinariamente soportados por las personas; pero tampoco puede ser de una intensidad tan alta como para constituir un riesgo extremo, es decir, una amenaza directa contra los derechos a la vida e integridad personal de quien se ve sometido a él. En esa medida, los funcionarios estatales ante quienes se ponga de presente la existencia de determinados riesgos, deberán efectuar un importante ejercicio de valoración de la situación concreta, para establecer si dichos riesgos son extraordinarios. Para establecer si un riesgo puesto en www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 35 conocimiento de las autoridades tiene una intensidad suficiente como para ser extraordinario, el funcionario correspondiente debe analizar si confluyen en él algunas de las siguientes características: (i) debe ser específico e individualizable, es decir, no debe tratarse de un riesgo genérico; (ii) debe ser concreto, es decir, estar basado en acciones o hechos particulares y manifiestos, y no en suposiciones abstractas; (iii) debe ser presente, esto es, no remoto ni eventual; (iv) debe ser importante, es decir, que amenace con lesionar bienes o intereses jurídicos valiosos para el sujeto, por lo cual no puede tratarse de un riesgo menor; (v) debe ser un riesgo serio, de materialización probable por las circunstancias del caso, por lo cual no puede ser improbable; (vi) debe tratarse de un riesgo claro y discernible, no de una contingencia o peligro difuso; (vii) debe ser un riesgo excepcional, en la medida en que no es uno que deba ser soportado por la generalidad de los individuos; y (viii) debe ser desproporcionado, frente a los beneficios que deriva la persona de la situación por la cual se genera el riesgo. En la medida en que varias de estas características concurran, la autoridad competente deberá determinar si se trata de un riesgo que el individuo no está obligado a tolerar, por superar el nivel de los riesgos sociales ordinarios, y en consecuencia será aplicable el derecho a la seguridad personal; entre mayor sea el número de características confluyentes, mayor deberá ser el nivel de protección dispensado por las autoridades a la seguridad personal del afectado. Pero si se verifica que están presentes todas las citadas características, se habrá franqueado el nivel de gravedad necesario para catalogar el riesgo en cuestión como extremo, con lo cual se deberá dar aplicación directa a los derechos a la vida e integridad personal, como se explica más adelante. Contrario sensu, cuandoquiera que dicho umbral no se franquee - por estar presentes sólo algunas de dichas características, mas no todas- el riesgo mantendrá su carácter extraordinario, y será aplicable –e invocable - el derecho fundamental a la seguridad personal, en tanto título jurídico para solicitar la intervención protectiva de las autoridades. Nivel de riesgo extremo que amenaza la vida o la integridad personal. Este es el nivel de los riesgos que, por su intensidad, entran bajo la órbita de protección directa de los derechos a la vida e integridad personal. Cuando los riesgos puestos en conocimiento de las autoridades reúnen todas las características señaladas anteriormente –esto es, cuando son específicos, individualizables, concretos, presentes, importantes, serios, claros y discernibles, excepcionales y desproporcionados, y además se llenan los siguientes requisitos, los derechos a la vida y a la integridad personal estarían amenazados. Estos requisitos adicionales son (i) que el riesgo sea grave e inminente, y (ii) que esté dirigido contra la vida o www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 36 la integridad de la persona, con el propósito evidente de violentar tales derechos. Cuando el riesgo tiene estas características adicionales, su nivel se torna extremo, y serán aplicables en forma inmediata los derechos fundamentales a la vida y a la integridad, como títulos jurídicos para exigir la intervención del Estado con miras a preservar al individuo. Pero como ya se dijo, en la medida en que alguna de estas características vaya disminuyendo de intensidad, o vaya faltando, el riesgo dejará de ser extremo, sin perder su carácter de extraordinario, por lo cual se ubicará bajo la órbita de protección del derecho a la seguridad personal. Riesgo consumado. Este es el nivel de las violaciones a los derechos, no ya de los riesgos, a la vida e integridad personal: la muerte, la tortura, el trato cruel, inhumano o degradante, representan riesgos que ya se han concretado y materializado en la persona del afectado. En tales circunstancias, lo que procede no son medidas preventivas, sino de otro orden, en especial sancionatorias y reparatorias. De conformidad con lo expuesto, resulta necesario y racional proteger el derecho a la seguridad personal de toda persona mediante la acción de tutela sólo cuándo su situación de riesgo se ubica en el nivel extraordinario, esto es, cuándo se está en frente de un riesgo específico, individualizado, concreto, presente, importante, serio, claro, discernible, excepcional, y desproporcionado. Bajo este contexto, es importante recordar que la Corte Constitucional ya se había referido a la existencia de riesgos excepcionales, sin que la protección frente a ese pudiera ser exigible a título de seguridad personal. Tal es el caso de la Sentencia T-403 de 1994, en la que sostuvo la Corte que para que se configure una amenaza a los derechos fundamentales es indispensable que concurran, por una parte, elementos subjetivos que permitan crear en la persona la conciencia íntima de la existencia de un riesgo y, por otra, elementos objetivos de juicio que permitan inferir a las autoridades y demás terceros la existencia del riesgo en mención. Así las cosas, la jurisprudencia constitucional vino a establecer una serie de criterios para verificar la existencia de un riesgo excepcional, frente al cual el Estado debe adoptar las medidas necesarias tendientes a evitar que el derecho fundamental a la seguridad personal del individuo sufra alguna vulneración: • Realidad de la amenaza: lo que implica que la amenaza haya sido puesta en conocimiento de la persona que la alega. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 37 • • • • Individualización de la amenaza: es necesario que la misma se haya dirigido contra una persona individualizada o un grupo de personas concreto. Situación especial del amenazado: elemento subjetivo que pretende determinar la mayor o menor exposición a riegos excepcionales en que se encuentra la persona, con fundamento en características, tales como, afiliación a partidos políticos, colaboración con la justicia, vínculos familiares, entre otros. Escenario de las amenazas: condiciones sociales y económicas del lugar donde se presentan los hechos. Inminencia del peligro: para la consideración de este elemento tendrá en cuenta la valoración de los anteriores para determinar la probabilidad de ocurrencia de afectación a sus derechos fundamentales 42. Protección de personas en condiciones especiales de riesgo Todas las personas están expuestas a sufrir en determinadas ocasiones un riesgo que no están en la obligación de soportar. Sin embargo, la jurisprudencia ha establecido que ciertos grupos se encuentran sometidos a riesgos de tal entidad, que constituyen un nivel extraordinario y, por tanto, demandan del Estado medidas de protección especiales, tales como individuos que en virtud de (i) su cargo o función (como un alto funcionario) 43, (ii) el tipo de tareas o actividades que desarrollan (como defensores de derechos humanos 44, periodistas, líderes sindicales, docentes o, como se vio en un caso decidido por el Consejo de Estado, conductores de bus en zonas de conflicto armado, (iii) el lugar geográfico en el que se encuentran o viven, (iv) su posición política de disidencia, protesta o reivindicación 45 (tal es el caso de las minorías políticas y sociales 46), (v) su colaboración con las autoridades policiales o judiciales para el esclarecimiento de delitos 47, (vi) su distanciamiento o separación de los grupos armados al margen de la ley (como sucede con los “reinsertados” o “desmovilizados”), (vii) su situación de indefensión extraordinaria (como ocurre con las personas en condiciones de indigencia o los desplazados por el conflicto interno), (viii) encontrarse bajo el control físico de las autoridades (tal como sucede con quienes se 42 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-1206 de 2001. M.P. Rodrigo Escobar Gil Sentencia T-066/98 44 Como se verá más adelante, la Corte en Sentencia T-496/08 hace una extensa argumentación en relación con mujeres líderes de grupos de víctimas que reclamaban sus derechos dentro de procesos de justicia y paz adelantados en contra de líderes paramilitares desmovilizados, y que fueron doblemente victimizadas con asesinatos ocurridos con ocasión de tales diligencias judiciales. Adicionalmente ver Sentencia T-590/98 45 Sentencia T-439/92. 46 Sentencia T-496/08. 47 Sentencia T-532/95. 43 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 38 encuentran privados de su libertad o con los soldados que prestan su servicio militar obligatorio), o (ix) ser niños, titulares de derechos fundamentales prevalecientes y sujetos de un especial grado de protección por su notoria situación de indefensión 48. En este sentido y con ocasión de la demanda presentada por miembros del partido comunista y de la Unión Patriótica en contra del Estado, por ataques que padecieron por parte de los organismos de seguridad estatales, la Corte Constitucional en Sentencia T-439 de 1992 estableció la necesidad de proteger la seguridad de grupos minoritarios, los cuales, por su especial carácter contestatario, se encuentran en la mira de otros grupos institucionales que pueden ver amenazada sus prerrogativas 49. Posteriormente, se profiere la Sentencia T-532 de 1995, en donde se incluyen los testigos de casos de homicidio, relacionados con el orden público, como sujetos de especial protección, en tanto la condición de informante o colaborador de la justicia era una circunstancia que inevitablemente colocaba en peligro potencial la vida del testigo y la de su familia. Por lo tanto, el Estado debe otorgar formas especiales de protección al colaborador, para evitar que en razón de su ayuda con la justicia este pueda sufrir algún daño en su integridad. No obstante, se advierte en el mismo fallo, las autoridades, en este caso la Fiscalía General de la Nación, están en la obligación de evaluar la idoneidad y la eficacia de la colaboración prestada y, en esa medida, determinar el grado de protección que requiere el colaborador de la justicia 50. Este deber especial de protección que pesa sobre el Estado respecto de aquellas personas que no pueden protegerse por sí mismas, tal como ocurre con las personas que se encuentran privadas de la libertad, ha sido incesantemente reiterado por la Corte Constitucional. Así, en el fallo de tutela T-588 de 1999 la Corporación estableció, respecto de los miembros de la fuerza pública que son recluidos en centros penitenciarios, el mayor grado atención que debe guardar el Estado, en razón a que en los centros de reclusión se encuentran internas personas que fueron afectadas por la actuación de los cuerpos policivos. Por esta razón, se ha considerado que la medida de protección más efectiva que les puede brindar el Estado, es la reclusión en centros especiales 51. Bajo este mismo parámetro, el máximo Tribunal Constitucional ordenó el traslado de una persona homosexual que era víctima de discriminación en un centro de reclusión en el que 48 CORTE IBIDEM. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-439 de 2 de julio de 1992. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz. 50 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-532 de 29 de noviembre de 1995. M.P. José Gregorio Hernández Galindo. 51 En igual sentido se pronunció la Corte Constitucional en Sentencia T-680 de 4 de diciembre de 1996. M.P. Carlos Gaviria Díaz. 49 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 39 había sido objeto de múltiples abusos sexuales, a otro en el que pudieran ser garantizados los derechos fundamentales en razón a su condición. De igual manera, la Corte señaló que en el caso de trabajadores públicos amenazados en virtud de la actividad que desempeñan, el aparato estatal debe desplegar una actividad de protección mayor, como ocurrió en el año de 1997 cuando se tutelaron los derechos fundamentales de dos trabajadores del Instituto de Seguros Sociales regional de Urabá que fueron víctimas de las amenazas en razón a la atención hospitalaria brindada por estos a miembros activos de grupos al margen de la ley 52. En el mismo sentido, la Corte Constitucional se ha pronunciado respecto de funcionarios públicos que en razón a su cargo son amenazados, como el caso de los jueces penales de la República que en ejercicio de sus funciones profieren fallos desfavorables para los sindicados de delitos de lesa humanidad o narcotráfico 53. Bajo esa misma óptica, la Corte ha ordenado adoptar acciones afirmativas a favor de los profesores que en ejercicio de sus funciones son amenazados por parte de grupos al margen de la ley 54 Otros sujetos de especial protección a los que ha hecho referencia la Corte Constitucional son los defensores de derechos humanos, cuyo derechos a la seguridad personal se ve menoscabado como consecuencia de la situación del conflicto armando por el que atraviesa el país 55. Igual ocurre con los sujetos beneficiarios de medidas cautelares decretadas por sistemas internacionales de protección -como la Corte Interamericana de Derechos Humanos-, quienes por esta razón se convierten en sujetos de especial protección que demandan una diligencia particular del Estado. En sentencias T-558 y T-786 de 2003 56 los demandantes requerían de una mayor atención por parte del Estado, toda vez que, además de ser 52 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia. T-120 de 12 de marzo de 1997. M.P. Carlos Gaviria Díaz. En esta ocasión una ciudadana que se había desempeñado como Juez solicito la protección de su derecho a la vida e integridad de su familia, en virtud de la solicitud el Estado la nombró en el servicio diplomático en el exterior con la finalidad de proteger su seguridad. Posteriormente fue desvinculada en aplicación de las normas sobre permanencia en el exterior del personal de servicio diplomático y consular. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-1619 de 2000 54 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-028 de 25 de enero de 200. M.P. Carlos Gaviria Díaz. 55 CORTE CONSTITUCIONAL T-590 de 20 de octubre de 1998. M.P. Alejandro Martínez caballero. . En ella se tutelan los derechos de un defensor de derechos humanos recluido en la Cárcel Modelo detenido y recluido, por tener presuntos vínculos con el Ejército de Liberación Nacional –ELN-, al lado de paramilitares y narcotraficantes denunciados por él. 56 Ver entre otras la Sentencia T-524 de 20 de mayo de 2005. M.P. Humberto Sierra Porto. 53 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 40 beneficiarios de medidas cautelares, eran víctimas directas del conflicto armado y sus familiares habían sido objeto de desaparición forzada 57. Asimismo, la Corte ha considerado que al Estado le asiste una obligación especial de protección respecto de los reinsertados de los grupos al margen de la Ley, toda vez que “el derecho a la seguridad personal de los individuos reinsertados no puede tomarse a la ligera por parte de las autoridades: dado su especial nivel de riesgo, consustancial a su condición en el marco de conflicto interno, son merecedores de una especial protección por parte del Estado, tendientes a garantizar las condiciones básicas de su seguridad personal” 58 Son suficientes los anteriores ejemplos para concluir que la mayor parte de transgresiones al derecho fundamental a la seguridad personal se originan en el quebrantamiento del principio de igualdad ante el desconocimiento de las cargas públicas, especialmente, como consecuencia de las situaciones de conflicto armado interno, lo que no obsta para que se crea que es un derecho conexo, pues tal como lo ha reconocido la norma adscrita al derecho innominado, su protección es inmediata en respuesta a su carácter de derecho fundamental. Lo anterior quiere significar que la seguridad personal no sólo debe ser protegida para periodos de conflicto interno, sino también en tiempos de paz, en los que, claro está, el derecho a la seguridad personal adquiere otra connotación y, por lo tanto, debe protegerse respecto de otro tipo de riesgos, tales como aquellos que se derivan de la prestación de los servicios públicos y, en esa medida, los instrumentos de protección tendrán que variar, afirmación que encuentra asidero en el pronunciamiento de la Corte Constitucional en donde se tuteló el derecho a la seguridad de unos niños, que se encontraban expuestos a un riesgo para su seguridad personal por parte de la Empresa Antioqueña de Energía –EADE S.A E.S.P-, al negarse a cambiar la ubicación de un poste de luz que se encontraba cerca al balcón del segundo piso de la casa habitada por estos menores 59. En esta ocasión la empresa prestadora del servicio, no sólo se negó hacer el traslado sino que también se negó a evaluar el riesgo que corrían los menores, en los términos señalados en la Sentencia T-719 de 2003, de tal suerte que se configuro un riesgo individual, concreto y especifico que posibilitó la intervención del juez. Las anteriores afirmaciones llevan a sostener que el desarrollo jurisprudencial interno ha sido más progresista respecto a la seguridad personal, pues lo ha protegido no sólo en 57 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T -558 de 2003. Sentencia T-786 de 2003. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-719 de 20 de agosto de 2003. M.P. Manuel José Cepeda. 59 CORTE CONSTITCIONAL. Sentencia T-634 de 16 de junio de 2005. Dr. Manuel José Cepeda 58 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 41 circunstancias de amenaza a la vida provocada por el conflicto armado, sino que lo ha tutelado en aquellos eventos en que los riesgos son originados en la convivencia ordinaria en sociedad. Construcción de la línea jurisprudencial relacionada con el derecho a la seguridad personal Teniendo en cuenta que el derecho a la seguridad personal ha sido producto de una construcción jurisprudencial, que a partir de la interpretación de normas del derecho internacional que integran el bloque de constitucionalidad, se ha consagrado no sólo como un derecho innominado, sino como un derecho fundamental, resulta imperativo realizar un análisis sistemático de la línea jurisprudencial trazada por los fallos de la Corte Constitucional 60. Es en este sentido que se presentan a continuación gráficos que retratan el curso de las sentencias hito más representativas, que han tenido una incidencia directa en la definición conceptual de la naturaleza jurídica del derecho bajo estudio. T-496/08 T025/04 T-1206/01 10/08/00 Sec 3ª del Consejo de Estado T-066798 T-719/03 T439/92 T590/98 T120/97 SU-256/99 T-715/07 T-634/05 T-719/03 60 Teniendo en cuenta que en Colombia la jurisprudencia es tan voluminosa y su búsqueda, así como su análisis puede llegar a ser altamente complejo, se ha desarrollado una técnica que permite encontrar los momentos en los cuales se han fijado reglas de interpretación jurídica de sucesos protegidos, por ejemplo mediante la acción de tutela, y los criterios que servirán de base no sólo para los casos particulares, sino también para el diseño de políticas públicas o el establecimiento de cargas a las instituciones para situaciones generales, técnica a la cual se le ha denominado línea jurisprudencial. El primer elemento a tener en cuenta en la construcción de la línea es que se parta de pronunciamientos con patrones fácticos análogos, y la agrupación de dichos pronunciamientos a partir de tres pasos básicos: En primer lugar el establecimiento del punto arquimédico: es simplemente una sentencia con la que se trata de desentrabar las relaciones estructurales entre varias sentencias. Su propósito fundamental es el de ayudar en la identificación de las “sentencias-hito” (es decir, las fundamentales) de la línea y en su sistematización en un gráfico de línea. Se debe tratar de encontrar una primera sentencia que cumpla con los requisitos de ser a) lo más reciente posible y b) que, en sus hechos relevantes, tenga el mismo patrón fáctico (o el más cercano posible) en relación con el caso que se está investigando. El segundo paso consiste en el estudio de la estructura citacional de la sentencia que se ha adoptado como “arquimédica”, es decir, se debe hacer una lista de las citaciones jurisprudenciales que la sentencia arquimédica contiene. Cfr. López Medina, Diego Eduardo. El derecho de los jueces. Bogotá: Legis, 2000. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 42 T1037/06 T-025/04 T-719/03 T-439/92 T-439/92 T-590/98 T-120/97 T-532/95 T-590/98 T-327/04 T-258/01 T-025/04 T786/03 T558/03 T439/92 T590/98 T532/95 T1619/00 T-403/94 T-120/97 T-532/95 T-362/97 T-160/94 Sentencia Tesis T-439 de 1992. El Estado debe brindarles una especial protección a los miembros de M.P.: Eduardo las minorías políticas, quienes “pueden verse afectados con ocasión de Cifuentes Muñoz. las actividades militares y tienen derecho a solicitar del Estado su protección específica, mediante el ejercicio de los medios jurídicos más efectivos para ello, en particular de la acción de tutela.” Sentencia T-590 de La desprotección estatal en la que se encontraban los defensores de 1998. M.P.: los derechos humanos en Colombia constituye un estado de cosas Alejandro Martínez inconstitucional. Caballero 61. 61 En esta sentencia la Corte Constitucional resolvió: “DECLARAR que hay un estado de cosas inconstitucional en la falta de protección a los defensores de derechos humanos y, en consecuencia, HACER UN LLAMADO A PREVENCION a todas las autoridades de la República para que cese tal situación, y, solicitar al Procurador General de la Nación y al Defensor del Pueblo que dentro de la obligación constitucional de guardar, proteger y promover los derechos humanos se le de un especial favorecimiento a la protección de la vida de los defensores de los derechos humanos. Y HACER UN LLAMADO a todas las www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 43 Sentencia T-532 de 1998. M.P.: José Gregorio Hernández Galindo. Examina el contenido del deber estatal de proteger a los testigos de los casos de homicidios relacionados con alteraciones del orden público en los siguientes términos: “La evaluación acerca de la idoneidad, importancia y efectividad de la colaboración prestada por una persona en un proceso penal corresponde al fiscal competente que adelanta dicho proceso, el cual deberá definir el tipo de protección que el caso amerita, para el conocimiento y las posteriores gestiones a cargo de la Oficina de Protección de la Fiscalía. Al respecto, nada podría hacerse externamente al proceso penal y, por ello, mal podría el juez de tutela sustituir al fiscal en dicha tarea de evaluación. Sin embargo, tanto respecto de personas procesadas, juzgadas o condenadas como en relación con las que no están en esas condiciones, cuando sea evidente la vulneración o la amenaza de derechos fundamentales, puede verificarse si la Fiscalía está cumpliendo con la obligación que le corresponde según el artículo 250, numeral 4, de la Constitución: "Velar por la protección de las víctimas, testigos e intervinientes en el proceso" El rasgo distintivo de estos pronunciamientos es que la Corte Constitucional avanza sobre el tipo de sujetos que merecen especial protección por parte del Estado en relación con su seguridad personal, pero amparando este derecho de manera indirecta y dándole una protección vía conexidad a los derechos a la vida e integridad personales. Una vez observado el nicho citacional, se da lugar al proceso que se ha denominado “ingeniería de reversa” 62, el cual arroja como resultado una serie de pronunciamientos reiterados en varias sentencias, a las cuales se les denominará como sentencias nodales o sentencias nodo, que de graficarse aparecerían como puntos en los que se cruzan citas de varios pronunciamientos, y que para el caso particular termina dándole a la sentencia T-719 de 2003 un doble carácter: por una parte como sentencia nodo al aparecer de manera reiterada en varios pronunciamientos (sentencias ocasionales y en el punto arquimédico), y también como sentencia hito. Asimismo, la primera gráfica muestra como la sentencia arquimédica T-496 de 2008 viene a ampliar los postulados de la sentencia T-719 de 2003. El sustento fáctico de la sentencia hito es similar a las sentencias nodo, por cuanto hace relación a la protección de un grupo o categoría de personas que se encuentran afrontando un riesgo que amenaza su seguridad personal, de tal manera que guarda relación análoga en personas que habitan en Colombia para que cumplan con el mandato del artículo 95 de la Constitución que los obliga a defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica” 62 Cfr. López Medina, Diego Eduardo. El derecho de los jueces. Ob. Cit. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 44 el sustento fáctico que le da origen, con estos elementos bastará para construir la línea jurisprudencial. El paso a seguir es la correcta formulación del problema jurídico, el cual, de conformidad con lo señalado por el profesor Diego Eduardo López Medina 63, puede ser general o específico, en este caso se formulará un problema jurídico específico, es decir que se podría responder con un sí o un no: ¿Es el derecho a la seguridad personal un derecho fundamental que puede ser exigible de manera inmediata?Las implicaciones de este problema son de hondo calado, pues su respuesta repercute de manera directa en si es procedente la acción de tutela para proteger el derecho a la seguridad personal en casos de vulneración o amenaza, de manera inmediata o indirecta (i.), y si sobre este recaen las garantías y exigencias de protección y los indicadores de goce efectivo de los derechos que debe satisfacer el Estado de modo prioritario. Para responder a este problema, observaremos los momentos en los cuales la argumentación de la Corte se movió bien hacia considerarlo como de aplicación inmediata y en qué momentos se protegió por conexidad con los derechos a la vida e integridad personal. 63 Cfr. López Medina, Diego Eduardo. El derecho de los jueces. Ob. Cit. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 45 X T-439/92 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz x T-532/95 M.P. José Gregorio Hernández x T-120/97 x T-590/98 M.P. Alejandro Martinez C. La seguridad personal protegida en conexidad con los x derechos T-558/03 fundamentales de M.P. Clara Inés Vargas aplicación inmediata a la x vida e integridad T- 719/03 personal M.P. Manuel José Cepeda x T- 786/03 M.P. Marco Gerardo Monroy x T- 496/08 M.P. Jaime Córdoba Triviño x T-715/07 M.P. Nilson pinilla Pinilla El derecho a la seguridad personal con carácter de fundamental Una lectura de la línea permitirá señalar que durante el primer periodo de la Corte Constitucional, la tendencia estuvo marcada por considerar una fuerte protección de los derechos a la vida y la integridad personal, tendencia que se afirmó en diversas líneas jurisprudenciales, en las que este tipo de derechos, así como el de la libertad y otros derechos de aplicación inmediata merecieron grandes pronunciamientos. Para el segundo período de magistraturas, la sentencia T-558 de 2003, con ponencia de Clara Inés Vargas, hace un gran énfasis en la incorporación de diversas normas del Derecho Internacional Humanitario al ámbito nacional, época para la cual la Corte ya ha consolidado una fuerte www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 46 doctrina en lo atinente a la aplicación de los tratados de derechos humanos ratificados por Colombia como integrantes del bloque de constitucionalidad. Este pronunciamiento es relevante por cuanto recopila un gran acervo probatorio para señalar el alcance de las medidas cautelares decretadas por la CIDH como incorporadas de manera automática al bloque de constitucionalidad. Esta sentencia se sitúa en el centro de la línea y abre la puerta a la interpretación que se hiciera en la T-719 de 2003, en la cual también se aplicaron criterios de interpretación con relación al bloque de constitucionalidad para, en un extenso fallo, darle al derecho a la seguridad personal el carácter de fundamental, con todo el desglose que precede a este apartado. Esta tendencia se reitera en diversos pronunciamientos durante los años que siguieron y se amplía el ámbito de protección en la sentencia de punto arquimédico, en la cual se hace una evaluación del Decreto 3570 de 2007, expedido con ocasión de las recomendaciones que se hiciera al Estado colombiano, especialmente para la protección de las víctimas de los postulados de Justicia y Paz. En síntesis, el derecho a seguridad personal resulta ser, fuera de toda duda, un derecho fundamental. La anterior conclusión se puede ver dos momentos al cambio de la línea jurisprudencial, que se consolida con la sentencia T-496 de 2008. En resumen, se considera que la sentencia fundadora de línea corresponde a la T-439 de 1992, las sentencias nodo estarán dadas porla T-532 de 1995 M.P.: José Gregorio Hernández, T-120 de 1997, T-590 de 1998 y T-558 2003, aunque ésta última comparte ciertas características de las sentencias hito por cuanto comienza a esbozar las reglas y subreglas de interpretación de este derecho a la luz del bloque de constitucionalidad. La Sentencia hito por excelencia dentro de esta línea es la T-719 de 2003, la cual marca un giro en la línea 64. Por último las sentencias confirmadoras 65 de línea son la T-786 de 2003 M.P.: Marco Gerardo Monroy, la T- 496 de 2008 M.P.: Jaime Córdoba Triviño y la T-715 de 2007 M.P. Nilson Pinilla Pinilla. 64 LOPEZ MEDINA, Diego Eduardo. Interpretación Constitucional. Consejo Superior de la Judicatura, Escuela Judicial “Rodrigo Lara Bonilla”, Universidad Nacional de Colombia segunda edición 2006, página 182: “ Las sentencias hito son aquéllas en las que la Corte trata de definir con autoridad una sub-regla de derecho constitucional. Estas sentencias, usualmente, originan cambios o giros dentro de la línea. Estas variaciones se logran mediante técnicas legítimas en las que se subraya la importancia de la sentencia: cambio jurisprudencial, unificación jurisprudencial, distinción de casos, distinción entre ratio y obiter, y otras técnicas análogas. Son, usualmente, sentencias ampliamente debatidas al interior de la Corte y es más probable que susciten salvamentos o aclaraciones de voto por parte de magistrados disidentes”. 65 Las sentencias confirmadoras de principio son aquellas que se ven a sí mismas como puras y simples aplicaciones, a un caso nuevo, del principio o ratio contenido en una sentencia anterior. Con este tipo de sentencias los jueces descargan su deber de obediencia al precedente. La mayor parte de sentencias de la Corte son de este tipo, mientras que las sentencias hito o las sentencias fundadoras de línea constituyen una proporción relativamente muy pequeña del total de la masa decisional. Op. Cit. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 47 Otro indicio claro resultante del ejercicio hecho es que hoy existe una noción prácticamente univoca construida en torno al derecho a la seguridad personal, según la cual estees un derecho fundamental de las personas, que las autoriza para exigir, en determinadas condiciones, medidas específicas de protección de parte de las autoridades, con el objetivo de prevenir la materialización de cierto tipo de riesgos extraordinarios contra su vida o integridad personal, que no tienen el deber jurídico de soportar, y que las autoridades pueden conjurar o mitigar 66, que se identifica a partir del bloque de constitucionalidad, de distintos mandatos constitucionales y de la jurisprudencia del Consejo de Estado y de la Corte Constitucional 67, y cuya vulneración sólo puede ser cometida por el Estado. El precedente constituido a partir de la sentencia T-719 de 2003 también señala que el derecho tiene una faceta colectiva68 pero también una individual, y desde esta última perspectiva “es aquel que faculta a las personas para recibir protección adecuada por parte de las autoridades, cuandoquiera que estén expuestas a riesgos excepcionales que no tienen el deber jurídico de tolerar, por rebasar éstos los niveles soportables de peligro implícitos en la vida en sociedad; en esa medida, el derecho a la seguridad constituye una manifestación del principio de igualdad ante las cargas públicas, materializa las finalidades más básicas asignadas a las autoridades por el Constituyente, garantiza la protección de los derechos fundamentales de los más vulnerables, discriminados y perseguidos, y manifiesta la primacía del principio de equidad”. Asimismo, es importante señalar, como se recoge en la sentencia T-199 de 2010, que la jurisprudencia constitucional ha hecho alusión a este derecho principalmente respecto dos tipos de situaciones: (i) cuando se trata de sujetos víctimas del conflicto armado interno o 66 Se encuentra definido de esta manera en la sentencia T- 496/ 2008. Ver sentencia T-719 de 2003 F. J. 4.2.2. 68 Al respecto se señaló en la sentencia T-719 de 2003: “En segundo lugar, la seguridad aparece en nuestra Constitución bajo la forma de un derecho colectivo, es decir, un derecho que asiste en forma general a todos los miembros de la sociedad, quienes se pueden ver afectados por circunstancias que pongan en riesgo bienes jurídicos colectivos tan importantes para el conglomerado social como el patrimonio público, el espacio público, la seguridad y salubridad públicas, la moral administrativa, el medio ambiente o la libre competencia económica (art. 88, C.P.). El mismo Constituyente hizo referencia específica a ciertos riesgos para la colectividad que deben ser evitados a toda costa: así, ordenó que las ocupaciones, artes y oficios que impliquen un riesgo social no podrán ser ejercidas sin la debida preparación académica (art. 26, C.P.), impuso la sanción de responsabilidad legal a los comercializadores de bienes y servicios que atenten contra la salud, la seguridad o el adecuado aprovisionamiento de consumidores y usuarios (art. 78, C.P.), obligó al Estado a prevenir y controlar los factores de deterioro medioambiental, imponiendo las sanciones a las que haya lugar y exigiendo la reparación de los daños causados (art. 80, C.P.), prohibió terminantemente la “fabricación, importación, posesión y uso de armas químicas, biológicas y nucleares, así como la introducción al territorio nacional de residuos nucleares y desechos tóxicos” (art. 81, C.P.) y restringió la posibilidad de los particulares de introducir, fabricar y portar armas, excluyendo la posibilidad de porte legítimo durante reuniones políticas, elecciones o sesiones de corporaciones públicas o asambleas (art. 223). En todos estos casos, el Constituyente previó la posibilidad de que ciertas personas o circunstancias pudieran generar riesgos para la sociedad como un todo, afectando potencialmente a un número indeterminado de personas, cuya seguridad se debía entonces garantizar excluyendo de entrada dichos riesgos. Para estos efectos, como se ha explicado en otras oportunidades, se diseñaron mecanismos específicos tales como las acciones populares (art. 88, C.P.).” 67 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 48 que han sido objeto de intimidaciones o amenazas 69, (ii) en aquellos eventos en los que el riesgo proviene de instalaciones o de redes de conducción de energía eléctrica 70. No obstante, como lo reconoció la Corte Constitucional en el fallo en comento, el catalogo de posibles afectaciones de este derecho fundamental no es taxativo, por lo que también puede ser puesto en riesgo, por ejemplo, como se reconoció en esta sentencia, debido a la inestabilidad del terreno en donde se levantan viviendas habitadas, porque en este tipo de eventos, y de acuerdo a las características del caso concreto los residentes pueden estar expuestos a “riesgos extraordinarios” 71 que no están obligados a soportar y frente a los cuales las autoridades públicas guardan el deber imperativo de actuar: “El funcionario competente, ante quien se haya puesto de presente la situación de riesgo, deberá evaluar en el caso concreto si se trata de riesgos específicos, individualizables, concretos, presentes, importantes, serios, claros, discernibles, excepcionales y desproporcionados para el sujeto”. Por último, es necesario analizar el derecho a la seguridad personal dentro del escenario constitucional de la Ley de Justicia y Paz, a partir de las líneas jurisprudencias descritas. El problema jurídico planteado aquí se resume en la siguiente pregunta: 69 En la primera decisión en la que se hace una referencia sistemática a este derecho la Sala Tercera de Revisión, frente a condiciones “de probable riesgo y notoria vulnerabilidad”, de una madre cabeza de familia y de su pequeño hijo, abandonados a su suerte luego del homicidio del padre, reinsertado de un grupo armado al margen de la ley, concluyó que corresponde al juez de tutela resolver sobre la vulneración del derecho a la seguridad personal y disponer sobre su restablecimiento, sin perjuicio del derecho de los afectados a obtener reparaciones pecuniarias, haciendo uso de los medios ordinarios de defensa judicial, establecidos para el efecto. También la Sala Octava de Revisión en la sentencia T-804 de 2004 encontró procedente la acción de tutela instaurada por quien solicitaba ser incluida en el programa de protección de defensores de los derechos humanos, a causa de las intimidaciones y amenazas de los cuales venía siendo víctima, por haber sido llamada como defensora de oficio de integrantes de grupos armados al margen de la ley. En la sentencia T-496 de 2008 se examinó el amparo impetrado por distintas mujeres víctimas del conflicto armado interno y se profirieron órdenes dirigidas a la protección de su derecho a la seguridad personal. En el mismo sentido la sentencia T-1101 de 2008 ordenó adoptar medidas para la protección del derecho a la seguridad personal de la actora amenazada por el Frente 21 de las FARC. La sentencia T-1254 de 2008 protegió el derecho a la seguridad personal de dirigentes de una organización sindical algunos de cuyos líderes habían sido asesinados; quienes actuaban en una zona extremadamente peligrosa durante muchos años para todos los que realizan actividades de reivindicación social y, además, en distintas ocasiones habían sido objeto de amenazas, hostigamientos y seguimientos. 70 Con fundamento en el derecho fundamental a la seguridad personal, la Sala Tercera de Revisión, en los términos de la Sentencia T-634 de 2005 dispuso que la empresa prestadora de energía accionada, i) evaluaría los riesgos que afrontaban los menores hijos de la accionante; ii adoptaría las medidas que resultasen necesarias para evitarlos y iii) mantendría informado al Juez de primer grado, a la madre de los menores y a la Secretaría de Obras Públicas del Municipio sobre su ejecución.. Hechos muy similares fueron objetos de examen en la sentencia T-715 de 2007, en la cual también se protegió el derecho fundamental a la seguridad personal. Así mismo, en la sentencia T-824 de 2007 la Sala Tercera de revisión concedió el amparo solicitado por la actora debido a la ubicación de dos torres conductoras de energía en un inmueble de su propiedad, sin cerramiento y ordenó a la Central Hidroeléctrica de Caldas CHEC, que, en las cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la notificación de esta providencia, dispusiera lo conducente para evaluar los riesgos y elaborar, en un término no mayor a diez (10) días, un plan de contingencias a corto y a mediano plazo, que minimizaran los peligros a los que se encuentran expuestos los moradores del inmueble de propiedad de la actora. 71 La Corte ha establecido que se pueden diferenciar cinco niveles de riesgo, a saber: (i) Nivel de riesgo mínimo; (ii) Nivel de riesgo ordinario, soportado por igual por quienes viven en sociedad; (iii) Nivel de riesgo extraordinario, que las personas no están obligadas a soportar; (iv) Nivel de riesgo extremo que amenaza la vida o la integridad personal; y (v) Riesgo consumado. Ver sentencia T-719 de 2003 F. J. 4.2.31. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 49 ¿Se viola el derecho fundamental a la seguridad personal por parte del Estado Colombiano cuando el marco normativo y las políticas públicas no se cumplen con los criterios mínimos de racionalidad y los indicativos de goce efectivo de los derechos señalados por la Corte Constitucional? Para responder al problema jurídico planteado, es imprescindible determinar el sujeto pasivo sobre el cual recaerán sus efectos, por lo cual se seguirá la siguiente estructura: ¿Quién? • • • • • Según el artículo 5° de la Ley 975 de 2005 de Justicia y Paz, se entiende por víctima la persona que individual o colectivamente haya sufrido daños directos tales como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo de sus derechos fundamentales. Los daños deberán ser consecuencia de acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados organizados al margen de la ley. También se tendrá por víctima al cónyuge, compañero o compañera permanente, y familiar en primer grado de consanguinidad, primero civil de la víctima directa, cuando a esta se le hubiere dado muerte o estuviere desaparecida. La condición de víctima se adquiere con independencia de que se identifique, aprehenda procese o condene al autor de la conducta punible y sin consideración a la relación familiar existente entre el autor y la víctima. Igualmente se considerarán como víctimas a los miembros de la Fuerza Pública que hayan sufrido lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual o auditiva), o menoscabo de sus derechos fundamentales, como consecuencia de las acciones de algún integrante o miembros de los grupos armados organizados al margen de la ley. Asimismo, se tendrán como víctimas al cónyuge, compañero o compañera permanente y familiares en primer grado de consanguinidad, de los miembros de la fuerza pública que hayan perdido la vida en desarrollo de actos del servicio, en relación con el mismo, o fuera de él, como consecuencia de los actos ejecutados por algún integrante o miembros de los grupos organizados al margen de la ley. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 50 • Tendrán la calidad de víctima quienes se encuentren en las situaciones previstas en el artículo 5 de la Ley 975 de 2005, incluyendo a las víctimas del desplazamiento forzado ocasionado por las conductas punibles cometidas por los miembros de los grupos armados organizados al margen de la ley. Para el ejercicio de sus derechos dentro del proceso, la víctima deberá acreditar sumariamente su condición de tal, la cual, de ser procedente, será reconocida por la autoridad judicial (Art. 11 Decreto 4760 Parágrafo) ¿Quién (cambio: no sólo víctima sino el testigo), ¿qué y cómo? • Creación del programa de protección. Respuesta al problema jurídico X: SI SE VIOLA EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA SEGURIDAD PERSONAL POR PARTE DEL ESTADO COLOMBIANO CUANDO EL MARCO NORMATIVO Y LAS POLITICAS PÚBLICAS NO CUMPLEN CON LOS MÍNIMOS CRITERIOS DE RACIONALIDAD Y LOS INDICATIVOS DE GOCE EFECTIVOS DE LOS DERECHOS SEÑALADOS POR LA CORTE CONSTITUCIONAL Providencia Sentencia T- 496 del 16 de mayo del 2008 Auto 008 del 26 de enero del 2009 Sentencia T-134 del 24 de Ratio decidendi Se viola el derecho fundamental a la seguridad personal en el ámbito de la ley de justicia y paz por parte del Estado Colombiano en contra de las víctimas, léase en especial mujeres, cuando el marco normativo y las políticas públicas no cumplen con los mínimos criterios de racionalidad y los indicativos de goce efectivo de los derechos señalados por la Corte Constitucional que permitan exigir unas medidas especificas de protección que sean efectivas para su condición especial como mujer. Se viola el derecho fundamental a la seguridad personal en el ámbito de la ley de justicia y paz por parte del Estado Colombiano en contra de las víctimas, léase desplazados, cuando el marco normativo y las políticas públicas no cumplen con los mínimos criterios de racionalidad y los indicativos de goce efectivo de los derechos señalados por la Corte Constitucional que permitan superar un Estado de cosas inconstitucional. Se viola el derecho fundamental a la seguridad personal en el ámbito de la ley de justicia y paz por parte del Estado Colombiano en contra de las www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 51 Febrero del 2010 víctimas, léase defensor de derechos humanos (amenazas), cuando el marco normativo y las políticas públicas no cumplen con los mínimos criterios de racionalidad y los indicativos de goce efectivo de los derechos señalados por la Corte Constitucional que permitan garantizar una no arbitrariedad en las decisiones de las autoridades competentes de otorgar las medidas especificas de protección en razón de su calidad especial. Y diametralmente opuesto a x: X: NO SE VIOLA EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA SEGURIDAD PERSONAL POR PARTE DEL ESTADO COLOMBIANO CUANDO EL MARCO NORMATIVO Y LAS POLITICAS PÚBLICAS NO CUMPLEN CON LOS MÍNIMOS CRITERIOS DE RACIONALIDAD Y LOS INDICATIVOS DE GOCE EFECTIVOS DE LOS DERECHOS SEÑALADOS POR LA CORTE CONSTITUCIONAL Balance constitucional Existe una línea consolidada que considera que existe una violación por parte del Estado Colombiano al derecho fundamental a la seguridad personal cuando el marco normativo y las políticas públicas no cumplen con los mínimos criterios de racionalidad y los indicativos de goce efectivo de los derechos señalados por la Corte Constitucional. Criterios mínimos de racionalidad Se basa en que la población efectivamente goce de los derechos que le fueron vulnerados por la situación del desplazamiento, a través de su atención integral, la garantía de no repetición y su tránsito hacia el sistema de protección social del Estado colombiano. La nueva política tendrá cinco elementos transversales: un enfoque diferencial, la capacidad institucional, el Sistema de Información de la Población Desplazada, la participación y la articulación territorial. En cuanto a la garantía de derechos de los desplazados a la vivienda Molano explicó que se dará un subsidio a la oferta, que será, además, incrementado. Sobre el acceso a la tierra, reconoció que esa es una de las grandes carencias que el Gobierno Nacional busca superar garantizando la restitución de los derechos de los desplazados sobre las propiedades de las tierras y los territorios. Finalmente, indicó que la política pública buscará garantizar el derecho a la verdad, la justicia y reparación de las víctimas. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 52 ¿Se viola el derecho fundamental a la seguridad personal por parte del Estado Colombiano cuando, el marco normativo y las políticas públicas no cumplen con los mínimos criterios de racionalidad y los indicativos de goce efectivo de los derechos señalados por la Corte Constitucional? Sentencia T- 496 del 16 de mayo del 2008 SI Auto 008 del 26 de enero del 2009 NO Sentencia T- 134 del 24 de Febrero del 2010 B. LÍNEA JURISPRUDENCIAL DEL CONSEJO DE ESTADO Se han visto y analizado las obligaciones principales que se derivan de la existencia misma del derecho a la seguridad personal, consistentes en suministrar las condiciones de seguridad idóneas a los grupos o personas que por circunstancias especiales están expuestas a sufrir riesgos excepcionales provenientes de la actividad u omisión del Estado o de la acción de terceras personas o grupos. Sin embargo, impera precisar que ocurre cuando el derecho en mención ha sido quebrantando por la acción u omisión del Estado. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 53 Para dar respuesta al cuestionamiento anterior, es preciso pasar al plano de la responsabilidad administrativa, donde el Consejo de Estado, máximo órgano de la jurisdicción administrativa, ha declarado responsable y por tanto condenado al Estado por los daños causados a las personas, como consecuencia de la materialización de riesgos a la seguridad personal. La responsabilidad del Estado es una manifestación de la existencia del derecho a la seguridad personal y, por lo tanto, constituye una obligación secundaria derivada de la prevención del riesgo, consistente, por una parte, de implementar los instrumentos necesarios para garantizar la vida y el ejercicio de los demás derechos de los particulares y, por otra, de mantener las condiciones de igualdad de las cargas públicas. El desarrollo de la jurisprudencia administrativa se refiere a casos de la responsabilidad del Estado por los daños causados a los administrados, resultando de vital importancia para la delimitación y el alcance del derecho a la seguridad personal. La jurisprudencia administrativa es anterior a la Carta de 1991, por lo que impera precisar que el fundamento de la declaratoria de responsabilidad del Estado venía dado por el artículo 16 de la Constitución de 1886, según el cual las autoridades fueron creadas para proteger a todas las personas residentes en Colombia 72, obligación que llevaba implícita la existencia de un derecho a favor de los administrados, aunque no de manera expresa, de reclamar del Estado la protección a su vida y bienes, lo que no quiere significar que fuera únicamente el Estado el que creara los riesgos susceptibles de protección bajo el título de seguridad personal, sino que era él el llamado a responder por acción o por omisión cuando el riego personal ha sido puesto en su conocimiento. La sentencia de la Sección Tercera del Consejo de Estado dictada el 19 de agosto de 2000 fue más allá, señalando que hay casos en los cuales, la responsabilidad del Estado no se enmarca simplemente en la acción u omisión de sus agentes, sino que la imputabilidad del daño se desprende de la “creación del riesgo” por parte de la administración, que es considerado excepcional, en la medida en que supone la puesta en peligro de un grupo particular de ciudadanos, como consecuencia del desarrollo de una actividad dirigida a proteger a la comunidad en general. En este tipo de eventos se trata de la producción de un daño que surge por la realización de un riesgo excepcional, creado conscientemente por ésta en cumplimiento de sus funciones. Y es la excepcionalidad del riesgo lo que hace 72 Artículo 16 de la C.N de 1886: Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida honra y bienes, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 54 evidente la ruptura del equilibrio frente a las cargas públicas y posibilita el surgimiento de la responsabilidad patrimonial del Estado 73. Al respecto la Corporación ha diferenciado dos planos, el primero de ellos tiene lugar cuando el riesgo extraordinario 74 es causado por parte de la acción u omisión del Estado, es decir, es él quien genera la existencia de un riesgo para la seguridad de las personas. El segundo de ellos, se refiere a los riesgos de carácter excepcional que no se está en la obligación de soportar. Si bien es cierto, los dos escenarios conllevan la existencia de riesgos extraordinarios la diferencia radica en el título o fundamento de imputación de la responsabilidad del Estado, que en estos dos eventos son la falla en servicio y el riesgo excepcional, respectivamente. En este orden de ideas, la falla del servicio ha sido entendida como un régimen de responsabilidad subjetivas y por lo tanto, el Estado sólo es exonerado probando que no existe relación de causalidad, esto es, que no hay relación de causalidad entre la falla y el daño, para ello se requiere que se demuestre que existe caso fortuito, fuerza mayor, culpa exclusiva de la víctima o el hecho de un tercero. Además de esto, es indispensable que el riego y, por lo tanto, el daño producido, provenga de una conducta (acción u omisión 75) ilícita de la Administración. En este contexto, la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado estableció en la sentencia del 15 de febrero de 1996, con ponencia del Consejero Jesús María Carrillo Ballesteros, que habían determinados particulares que en virtud de la actividad que desempeñaban resultaban ser más propensos a padecer riesgos que desbordan las cargas que de ordinario los administrados deben soportar, por lo que correlato de lo anterior surgía una obligación especial de protección para el Estado sobre estos 76. 73 Este caso es citado en la Sentencia T 1206/01 en la cual se exhortóal Gobierno Nacional, y en particular al Ministerio de Defensa para que, con los recursos físicos y humanos disponibles en materia de inteligencia y seguridad, y en colaboración con las autoridades departamentales y municipales evaluara el riesgo que corren las personas vecinas a las estaciones de policía de los diferentes municipios afectados por la violencia, y adoptaralas medidas pertinentes para minimizar el riesgo al que estas personas se encuentran expuestas. 74 Recordemos que siempre que hagamos referencia a la existencia de riesgo, este está calificado, por su excepcionalidad, toda vez que el derecho a la seguridad personal tiene lugar cuando se rompe el principio de igualdad ante las cargas públicas y por tanto el riego, no es uno de aquellos que las personas están obligados a soportar. 75 Tal es el caso, por ejemplo, de la demanda instaurada por los padres de una mejor que pereció como consecuencia del derrumbe ocurrido en la carretera Pasto-Mocoa, el cual tuvo lugar cuando las autoridades despejaban la vía de un derrumbe anterior, con la finalidad de permitir el tránsito de vehículos. Sin embargo, en este caso la administración omitió ubicar señales que permitieran identificar a los particulares la existencia de un riesgo. CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera, sentencia de 9 de noviembre de 1995. Expediente No. 10823. C. P. Jesús María Carrillo. 76 En esta sentencia el Consejo de Estado declaró responsable al Estado, con fundamento en el régimen de falla del servicio, por la muerte del magistrado de la Sala de Casación de la Corte Suprema de Justicia, Hernando Baquero Borda, y las lesiones personales sufridas por la esposa, quien había solicitado protección especial del Estado, en virtud de la amenaza recibida del www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 55 Siguiendo la misma lógica, en el año 2000 la Corporación condenó al Estado al no haber brindado protección especial a un inspector de policía, que murió, luego de informar con anterioridad a las autoridades gubernamentales la existencia de un riesgo para su vida y la de sus familiares sin obtener respuesta alguna 77. En el mismo sentido, se ha declarado la responsabilidad del Estado cuando no provee de condiciones de seguridad a sujetos de especial protección, como lo son las personas privadas de la libertad 78. También se ha establecido en la jurisprudencia administrativa que existe falla del servicio cuando se dirigen ataques guerrilleros en contra de bienes o instrumentos protegidos por el Derecho Internacional Humanitario, tales como hospitales o escuelas, pues su condición de bien protegido requiere de especial protección por el Estado. Por el contrario, el fundamento del riesgo excepcional es un régimen de responsabilidad objetivo del Estado, en el cual se requiere probar, para su exoneración, que existió fuerza mayor, hecho exclusivo de la víctima o de un tercero. La primera vez, que se declara la responsabilidad de la administración con fundamento en el régimen del riesgo excepcional fue en 1984 79, en dónde se precisó que el riesgo excepcional tiene ocurrencia cuando el Estado, en desarrollo de una obra de servicio público utiliza los grupo de los extraditables, grupo que afirmó que lo asesinarían a él o a algún miembro de su familia si no declaraban la inconstitucionalidad del tratado de extradición con los Estados Unidos. Producto de la solicitud elevada por el magistrado, el Estado le asignó un agente de policía para la protección de su casa y dos escoltas. Sin embargo, ante la gravedad e inminencia de la amenaza, la protección brindada no resultó ser suficiente y como consecuencia de esa falla del servicio se produjo la muerte del magistrado y la lesión de su esposa. Por lo tanto, la Corporación declaró que había falla del servicio en virtud de la omisión de la Administración y se señaló de manera textual “(…) quien dispuso de la custodia del funcionario ignoró o no valoró razonablemente las circunstancias tan particulares que rodeaban al Magistrado Baquero y por ello, no destinó los recursos humanos y materiales a su alcance para disuadir y en últimas preservar la seguridad e integridad de quien resultó víctima de la delincuencia, con ocasión de sus delicados servicios al Estado”: CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera, sentencia del 15 de febrero de 1996. Expediente No. 9440. C. P. Jesús María Carrillo Ballesteros. Impera precisar que el derecho a la seguridad personal se predica de los sujetos que, de acuerdo al contexto histórico, sean más vulnerables frente a los riesgos propios de cada época o contexto. Así, en 1996 los jueces se habían convertido en las victimas por excelencia de grupos armados al margen de la ley. 77 CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera, sentencia de 10 de agosto de 2000, expediente 11585. C.P. Alier Hernández Enríquez. 78 Por ejemplo, el caso del ciudadano que fue muerto por desconocidos cuando era trasladado por guardianes de la Cárcel del Distrito de Riohacha, sin seguridad alguna, del juzgado en el cual había rendido su indagatoria a la Cárcel en mención. 79 Con ocasión del riesgo creado por unas líneas primarias conductoras de energía eléctrica que pasaban por la finca del señor Enrique Mejía, las cuales hicieron corto circuito y cayeron al suelo, generando la muerte de 5 novillos y un toro. La razón del corto circuito fue la dilatación de las líneas a causa del calor, hasta el punto de provocar que las mismas entraran en contacto. Se estableció, que la ubicación de las líneas cerca de la casa del actor generaba un riesgo como contraprestación al servicio de energía, que obligaba al municipio hacer un mantenimiento de las mismas y mantenerlas tensionadas. CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera. Sentencia del 2 de febrero de 1984. Expediente No. 2744. C.P. Eduardo Suescún. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 56 recursos o medios que colocan a los particulares o a sus bienes en una situación en la que quedan expuestos a un riesgo excepcional, el cual, dada su gravedad, excede las cargas que normalmente deben soportar los mismos particulares como contrapartida de las ventajas que resultan de la existencia de ese servicio público. Si el riesgo llega a materializarse y ocasiona un daño, sin culpa de la víctima, hay lugar a la responsabilidad de la Administración, así no haya habido falla o falta del servicio. Lo anterior significa, que la acción u omisión que genera un riesgo para los particulares debe ser lícito, es decir, que el mismo se desarrollo en cumplimiento de sus funciones en especial de la prestación de un servicio público 80. Hasta ese momento se había condenado al Estado cuando los particulares sufrían daños en virtud de la prestación de servicios públicos a la colectividad por parte de la Administración. Sin embargo, también se ha reconocido que existe responsabilidad administrativa cuando los daños son causados por la cercanía a elementos representativos del Estado. Un caso representativo de este evento se dio a conocer en el marco de la acción de reparación directa interpuesta por un particular cuya vivienda fue destruida por el atentado en contra de un Centro de Atención Inmediata de la Policía (CAI), ubicado al lado de su casa. En este fallo el Contencioso Administrativo estableció que tampoco había existido una falla del servicio, pero que la administración debía asumir dicha carga en razón a que los centros de atención inmediata de la policía se habían convertido en objetivo militar y por tanto, su ubicación generaba un riesgo previsible 81. Al respecto, cabe precisar que si bien es cierto, que el máximo órgano de la jurisdicción administrativa ha señalado que en este último evento el fundamento de la responsabilidad estatal debe ser el riesgo excepcional; en otras ocasiones ha señalado que el fundamento es el daño especial 82, el cual es aplicado cuando la Administración en ejercicio de sus competencias y obrando dentro del margen de la ley, causa un daño anormal al particular que rompe la igualdad de las personas ante las cargas públicas. Generando con ello una confusión entre los dos fundamentos. 80 De igual manera el Consejo de Estado condenó al Estado por la muerte por electrocución de la compañera permanente del peticionario, como consecuencia del contacto con cables de energía que se habían destruido por causas desconocidas. En esta sentencia se determinó que el daño no se había generado como consecuencia de la deficiente prestación del servicio público, es decir, no se había incurrido en una falla del servicio sino que ella como titular de la prestación del mismo, era quien debía asumir las cargas derivadas del siniestro. Toda vez que la víctima no había generado el daño y por tanto no debía soportar la lesión del mismo. CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera. Sentencia de octubre 22 de 1992, expediente No. 7141. C.P. Daniel Suárez Hernández. 81 CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera. Sentencia de 18 de octubre 2000. Expediente No. 11834. C. P. Alier Hernández Enríquez. 82 Se aplica por primera vez en 1947, cuando el representante legal del Diario El Siglo S.A. solicita la indemnización por la clausura del periódico por el término de 1 mes, debido a la declaratoria del estado de sitio en el que se nombró una comisión encargada de revisar el material destinado a publicación en los periódicos. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 57 Sin embargo, tanto el riesgo excepcional como el daño especial (de aplicación residual 83) son regímenes objetivos de la responsabilidad y, por lo tanto, para exonerarse el Estado siempre deberá probar los mismos elementos. Su diferenciación depende del caso concreto 84. C. OBLIGACIONES CONSTITUCIONALES DE LAS AUTORIDADES Hecha la descripción de las líneas jurisprudenciales de dos de las altas cortes en Colombia, debe señalarse que la Corte Constitucional ha reiterado que en los casos en los cuales los riesgos inminentes que puede enfrentar el derecho a la seguridad personal han dejado de ser evaluados o protegidos por parte de las autoridades competentes, será procedente recurrir al mecanismo constitucional de la acción pública de tutela, en dónde el juez debe realizar un ejercicio de ponderación sobre los principios aplicables al caso, no solo para verificar el grado de amenaza o vulneración del derecho, sino para protegerlo con la medida más razonable, racional y proporcional para la efectiva protección del derecho. En este sentido, de no existir normas aplicables al caso, y una vez verificada la existencia del riesgo extraordinario, el juez debe realizar un ejercicio de ponderación 85 de acuerdo a las circunstancias fácticas y jurídicas, entre: 1. El riesgo que se busca evitar y el principio de solidaridad, en virtud del cual una persona no puede desprenderse de cargas que pueda soportar, ni tampoco puede mejorar su seguridad personal a cambio de la inseguridad de otros y 83 Afirmación que encuentra sustento en Sentencia del 27 de enero de 2000, expediente No. 8490. Donde se afirmó que “cuando el atentado es dirigido en concreto contra un elemento representativo del Estado, se produce en relación con los administrados damnificados un desequilibrio de las cargas públicas, un daño especial, que si bien no es causado por el Estado, es padecido en razón de él, y en ese caso surge un título de imputación que permite impetrar la reparación”. 84 Tratándose de daños causados con armas de dotación oficial, en cumplimiento de la prestación de servicios público (cables de energía) y en actividades riesgosas como la conducción de vehículos automotores y muertos en atentado terroristas respecto de objetivo militares el régimen aplicable es el del riesgo excepcional. 85 “la ponderación es la manera de aplicar los principios y de resolver las colisiones que puedan presentarse entre ellos y los principios o razones que jueguen en sentido contrario. La palabra ponderación deriva de la locución latina pondus que significa peso. Esta referencia etimológica es significativa, porque cuando el juez o el fiscal pondera, su función consiste en pesar o sopesar los principios que concurren al caso concreto. Y es que, como dejó claro Ronald Dworkin, los principios están dotados de una propiedad que las reglas no conocen: el peso. Los principios tienen un peso en cada caso concreto, y ponderar consiste en determinar cuál es el peso específico de los principios que entran en colisión. Por ejemplo, cuando la Corte Constitucional aplica los principios constitucionales de protección de la intimidad y del derecho a la información, los pondera para establecer cuál pesa más en el caso concreto. El principio que tenga un peso mayor será aquél que triunfe en la ponderación y aquél que determine la solución para el caso concreto. En un caso en el que se trate de la divulgación de una información de interés público, muy probablemente se concluirá que el derecho a la información pesa más que el derecho a la intimidad, y, como consecuencia, deberá considerarse legítima la divulgación de la información. La ponderación es entonces la actividad consistente en sopesar dos principios que entran en colisión en un caso concreto para determinar cuál de ellos tiene un peso mayor en las circunstancias específicas, y, por tanto, cuál de ellos determina la solución para el caso. En razón de esta función, la ponderación se ha convertido en un criterio metodológico indispensable para el ejercicio de la función jurisdiccional, especialmente la que se desarrolla en las cortes constitucionales, que se encargan de la aplicación de normas que, como los derechos fundamentales, tienen la estructura de principios”: Bernal Pulido, Carlos. El derecho de los derechos. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2005, p 97. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 58 2. La medida de protección más idónea para la situación particular y la capacidad institucional de las autoridades responsables de evitar que se consuma el riesgo extraordinario. Una vez ponderadas estas dos situaciones, debe establecer las medidas que debe decretar para la protección del derecho fundamental constitucional. El juez puede ordenar a las autoridades responsables: a) La obligación de identificar el riesgo extraordinario que se cierne sobre una persona, una familia o un grupo de personas, así como la de advertir oportuna y claramente sobre su existencia a los afectados. Por eso mismo, no siempre es necesario que la protección sea solicitada por el interesado. De ahí que importe significar que no es necesario que el particular en situación de riesgo excepcional informe la situación a las autoridades e invoque la protección, sino que es el Estado quien, en muchas oportunidades y dependiendo de sus recursos y posibilidades fácticas, de manera oficiosa debe identificar la existencia de este riesgo especial 86. b) La obligación de valorar, con base en un estudio cuidadoso de cada situación individual, la existencia, las características (especificidad, carácter individualizable, concreción, etc.) y el origen o fuente del riesgo que se ha identificado. c) La obligación de definir oportunamente las medidas y medios de protección específicos, adecuados y suficientes para evitar que el riesgo extraordinario identificado se materialice. d) La obligación de asignar tales medios y adoptar dichas medidas, también de manera oportuna y en forma ajustada a las circunstancias de cada caso, en forma tal que la protección sea eficaz. 86 En un caso distante, pero cuya ratio decidendivale la pena rescatar, mediante sentencia T-715 del 10 de septiembre de 2007, M.P.: Nilson Pinilla Pinilla, la Corte ordenó a la Empresa de Energía del Tolima Enertolima S.A. E.S.P. que evaluara, previniera y contrarrestara, con la mayor seguridad, los riesgos en los que se encontraba el señor José Abedul Rivas Quitora y los demás ocupantes de su vivienda, ubicada en la calle 34-A N° 9-40, barrio Gaitán de Ibagué, quienes poseían en frente del segundo piso de su inmueble un poste de energía que soportaba las cuerdas de red trifásica de baja tensión, que conducían energía al sector. En dicha oportunidad la Sala de revisión señaló que Enertolima no podía “limitarse a señalar que su comportamiento es ajustado a las normas y los parámetros existentes, ni escudarse en la eventual responsabilidad de las propias personas en riesgo, sin evaluar cuáles son los niveles específicos de peligro en que se encuentra algún grupo humano (…) pues si en realidad hay también peligro por “la aproximación de su edificación a la infraestructura eléctrica existente”, tiene el deber de precaverlo, todavía más si en el inmueble hay un “infante” (f. 2 ib.), cuyos derechos como la integridad física y, por supuesto, la vida, prevalecen ( art. 44 Const.9)”. (negrilla fuera del texto). www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 59 e) La obligación de evaluar periódicamente la evolución del riesgo extraordinario, y de tomar las decisiones correspondientes para responder a dicha evolución. f) La obligación de dar una respuesta efectiva ante signos de concreción o realización del riesgo extraordinario, y de adoptar acciones específicas para mitigarlo o paliar sus efectos. g) La prohibición de que la Administración adopte decisiones que creen un riesgo extraordinario para las personas en razón de sus circunstancias, con el consecuente deber de amparo a los afectados. Esta última constituye la principal obligación por parte de los agentes estatales y se traduce en un deber de abstención que consistente en la prohibición de hostigar, atentar, amenazar o realizar cualquier tipo de conducta que afecte el derecho a la seguridad personal de los individuos. Tampoco pueden permitir, tolerar o apoyar conductas tendientes atentar contra el derecho en mención. Sobra advertir que tales obligaciones no deben confundirse, bajo ningún aspecto, con el deber general del Estado de generar y mantener las condiciones de seguridad pública necesarias para el ejercicio de todos los derechos, derivado del artículo 2 de la Constitución87. Ahora bien, resulta claro entonces que a partir de las obligaciones transcritas, la vigilancia y control sobre el cumplimiento y satisfacción del derecho fundamental a la seguridad personal, debe seguirse de manera rigurosa por la Procuraduría. V. HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UN VERDADERO PROGRAMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN A LAS VÍCTIMAS Y TESTIGOS DE JUSTICIA Y PAZ En Colombia existe una situación generalizada de inseguridad para las víctimas y testigos de violaciones graves. Este es un tópico que ha convocado al unísono a la mayor parte de organizaciones no gubernamentales (ONG) e internacionales que estudian continuamente la situación de las víctimas y testigos en el marco de la llamada Ley de Justicia y Paz. La causa de dicha circunstancia es atribuida por los mismos actos casi siempre a la persistencia del 87 (…) Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 60 conflicto armado (i.) y a la actividad persecutoria de algunas de las personas y grupos que se ven sometidos a la justicia (ii.) 88. Lo cierto es que el riesgo de violación al derecho fundamental a la seguridad personal que enfrentan aquellas personas que pretenden la reivindicación de sus derechos por vía judicial se ha incrementado de manera ostensible frente¿?. De ello dan fe los conocidos informes de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos (MAPP– OEA), la cual, al constatar el aumento de las amenazas contras las víctimas y la limitada capacidad del Estado para ofrecer protección en determinados departamentos como Putumayo, César, Córdoba, Antioquia, Norte de Santander y Nariño 89, describe el contexto de las víctimas en Colombia como riesgoso y como un impedimento para el acceso a la administración de justicia por la falta de garantías para participar en los procesos judiciales 90. Del mismo modo, la CIDH en sus visitas de campo ha constatado las reiteradas amenazas e intimidaciones que sufren las víctimas del conflicto que habitan en zonas que de manera desconcertante siguen teniendo influencia de los bloques desmovilizados 91. En su informe anual de 2007, la Comisión expresó su preocupación al verificar que el accionar en contra de las víctimas y testigos de las bandas delincuenciales, de los miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que no se desmovilizaron, de los nuevos actores armados y el fortalecimiento de algunos ya existentes, se había convertido en el principal obstáculo para lograr la participación y consecuente reivindicación de derechos de las víctimas en el proceso de justicia y paz 92. Así las cosas, no cabe duda alguna sobre el hecho de que en Colombia las víctimas de la violencia viven una situación continua de riesgo extraordinario. Muestra palpable de lo anterior es que, como se señalaba desde un inicio, en el fondo no ha habido solamente una Ley de Justicia y Paz, sino al menos tres bastante diferentes: la del Gobierno, la del Congreso y la de la Rama Judicial 93. Como bien lo expone Rodrigo Uprimny 94, la historia es la siguiente: 88 Cfr. Centro Internacional para la Justicia Transicional.Amicicuriae en el proceso de revisión en sede de tutela de la causa radicada T-1783291 adelantada por Patricia Buriticá y otros en contra del Ministerio del Interior y de justicia, y de la Fiscalía General de la Nación, publicado en la dirección http://www.ictj.org/images/content/1/4/1419.pdf (consultada el 05 de octubre de 2010). 89 Décimo informe del Secretario General al Consejo Permanente sobre la misión MAPP/OEA. 31 de octubre de 2007, párr. 59. 90 Ibídem. 91 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Informe sobre la implementación de la ley de justicia y paz: etapas iniciales del proceso de desmovilización de las AUC y primeras diligencias judiciales. 2 de octubre de 2007, párr. 91. 92 CIDH, Informe anual 2007, 4 de abril de 2007, Capítulo IV, Colombia, párr. 28 y 29 93 Cfr. Rodrigo Uprimny Yepes. Las leyes de justicia y paz. Publicado en: El Espectador, Agosto 02 de 2010. 94 Cfr. Rodrigo Uprimny Yepes. Las leyes de justicia y paz. Publicado en: El Espectador, Agosto 02 de 2010. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 61 i. En el año 2003 el Gobierno presentó un proyecto de “Alternatividad Penal”, que no preveía realmente ninguna pena para el paramilitar que se desmovilizara, pues bastaba que lograra tener una conducta ejemplar luego de entregarse para que lograra la libertad, aunque hubiera cometido crímenes de guerra o de lesa humanidad. ii. Al ser duramente criticado por la comunidad internacional, organizaciones de derechos humanos y de víctimas, y algunos grupos políticos, quienes, con razón, lo calificaron como una pura ley de impunidad el Gobierno tuvo que retirar el proyecto y proponer otro, que se convertiría, después de un complejo trámite en el Congreso, en la ley 975 de 2005. Esta ley: a. reconoció que los beneficios a los paramilitares desmovilizados debían ser compatibles con los derechos de las víctimas b. previó entonces que el paramilitar responsable de crímenes atroces debía realizar una confesión o versión libre indicando los delitos que había cometido c. dispuso que la Fiscalía debía verificar los hechos y formularle unos cargos d. estableció que si el paramilitar los aceptaba y cumplía con otros requisitos, el juez debía otorgarle una pena alternativa benigna (5-8 años sin importar la cantidad y gravedad de sus crímenes). iii. La Ley de Justicia y Paz del Congreso parecía entonces incorporar los derechos de las víctimas, pero en realidad establecía requisitos poco exigentes para obtener la generosa pena alternativa (v.gr., las confesiones falsas o incompletas no implicaban la pérdida de ese beneficio), por lo que resultaba insuficiente para garantizar efectivamente los derechos de las víctimas. Por ello fue criticada como una forma más sutil y disfrazada de impunidad y fue demandada ante la Corte Constitucional, quien mediante la sentencia C-370 de 2006 ajustó considerablemente la ley 975 para armonizarla con los derechos de las víctimas, señalando, por ejemplo, que si el desmovilizado omitía en la versión libre su participación en un crimen, entonces perdía el derecho a la pena alternativa. La Ley de Justicia y Paz de la Corte logra un mejor equilibrio entre los derechos de las víctimas y los beneficios otorgados a los victimarios, pues incentiva una mayor veracidad de las versiones libres, lo cual fortalece la capacidad del Estado de esclarecer la verdad del paramilitarismo. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 62 Sin embargo, resulta un paradigma que hoy el país se enfrente a una Ley bajo la cual sólo se han producido dos “condenas” 95, reparaciones prácticamente inexistentes y verdades aún limitadas -por la extradición masiva de jefes paramilitares y la falta de controversia de las versiones libres-. A. NIVEL DE EJECUCIÓN DEL PROGRAMA Dentro del cuerpo de la Sentencia T-496 de 2008, el Ministerio del Interior y de Justicia informó a la Corte Constitucional sobre las acciones que habían adelantado las entidades a las que el Decreto 3750 de 2007 les asignó diversos niveles de responsabilidad, destacando lo siguiente: 1. La elaboración de un mapa de riesgo (Arts. 11 y 12 Dto. 3570 de 2007), con una actualización prevista cada dos meses, como herramienta para operar las alertas preventivas tempranas a cargo de la Policía Nacional, con el propósito de aportar elementos para ajustar la priorización de los municipios con miras a la atención preventiva, según la dinámica del proceso de justicia y paz 96. De igual manera, informó sobre la elaboración de un protocolo y flujograma que definía los procedimientos para acceder y poner en marcha el programa de protección a víctimas y testigos de la Ley 975 de 2005. 2. La adopción de medidas de protección señala que la competencia para el efecto se radica en las entidades que directamente prestan este servicio, como son: la Fiscalía General de la Nación, la Policía Nacional y la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y de Justicia. 3. Informó que conforme al artículo 32 del Decreto 3570 de 2007 desde el mes de diciembre de 2007 se realizaron capacitaciones por parte del Comité Interinstitucional de Justicia y Paz, las cuales se desarrollarían en 26 departamentos del territorio nacional 97. No obstante, señaló que “se desarrolla actualmente el 95 En sentido estricto, no existe en firme ninguna condena judicial y por tanto, tampoco ninguna reparación judicial. Las reparaciones realizadas son las denominadas erróneamente “reparaciones administrativas”, que en realidad, como lo ha señalado la Corte Constitucional, son medidas de ayuda humanitaria, que no pueden ser consideradas como reparación. Se aclara, que en las versiones libres no hay controversia procesal. 96 En dicho informe el Ministerio señaló además que en sesión del 10 de marzo de 2008 se sometió al Comité de Coordinación Interinstitucional de la Ley de Justicia y Paz la actualización del mapa de riesgo según el cual se identificaron siete (7) zonas que presentaban incidencia de los niveles de riesgo extraordinario y alto, las cuales comprenden los departamentos de Magdalena, Cesar, Bolívar, Córdoba, Antioquia Arauca, Casanare, Meta Nariño y Putumayo. En el nivel de riesgo extraordinario se ubicaron 23 municipios (equivalente al 2% del total nacional); en el nivel de riesgo alto 40 municipios (4% del total nacional); en el nivel de riesgo medio 23 municipios (2% del total nacional); en el nivel de riesgo bajo 889 municipios (81%) del total nacional; y en el nivel de riesgo inexistente (11%). 97 Estas capacitaciones estarían dirigidas a comandantes de Estación y Distrito de Policía, seccionales de inteligencia SIPOL, fiscalías locales, unidades de Justicia y Paz, directores, subdirectores, jefes de protección y funcionarios encargados de www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 63 diseño y ejecución de una estrategia de capacitación y difusión a nivel nacional del programa de protección a víctima y testigos, con el acompañamiento de la CNRR y MAPP OEA”, en algunas secciones del país. 4. Refirió que se suscribió un Convenio Interadministrativo con la Policía Nacional en la vigencia presupuestal 2007, por un valor de $17.788.905.198 para la implementación de las medidas correspondientes a esa entidad en relación con el programa de protección para las víctimas y testigos en el marco del proceso de justicia y paz. 5. Informó que la Fiscalía General de la Nación, en su calidad de Secretaría Técnica del GTER, había solicitado la evaluación de 205 casos a nivel nacional, de los cuales 152 fueron atendidos por el GTER en las ciudades de Bogotá, Medellín y Barranquilla. Es importante señalar que, aparte de la competencia otorgada en el Decreto 3570 de 2007, la Constitución de 1991 le encomendó a la Policía Nacional la función especial de mantener el orden público y en esa medida proteger a las personas y garantizar las condiciones necesarias para el ejercicio de derechos y libertades públicas; razón por la cual la incluyó dentro de la fuerza pública del Estado y la consagró como un cuerpo armado permanente de carácter civil. Por su parte, el numeral quinto del artículo 13 del Decreto 2158 de 1997 98 creó la Dirección de Servicios Especializados en la institución, encargada de desarrollar programas específicos de protección y seguridad. Esta dependencia fue la encargada de realizar estudios de seguridad, nivel de riesgo, grado de amenaza a personas e instalaciones, implementando procesos para evaluación de inteligencia y estrategias para la adopción de medidas de seguridad 99. Asimismo, se debe resaltar que esta Institución también allegó un informe a la Corte Constitucional en el que se señalaba cuáles eran las medidas que había implementado a partir de la expedición del Decreto 3570 de 2007, teniendo en cuenta que la Dirección General de la Policía le asignó a la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural “la coordinación y supervisión de las medidas aplicables a Víctima y testigos de la Ley de Justicia y paz con los entes competentes, y propiciar la intermediación con la población objeto del programa, aunando esfuerzos con las Direcciones de Protección y Servicios Especiales en Investigación Criminal en el marco de sus competencias”, e informando que expidió la Directiva permanente No. 011 de febrero 22 de 2008 sobre el “Apoyo al Programa de elaboración de estudios de niveles de riesgo y grado de amenaza en las diferentes seccionales del Departamento Administrativo de Seguridad, Defensoría del Pueblo, Procuraduría General de la Nación y personeros municipales. 98 Decreto 2158 de 1997. Por el cual se desarrolla la estructura orgánica, se determina la visión, misión, funciones y principios de la gestión en la Policía nacional. 99 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T- 683 de 30 de junio de 2005. M.P. Humberto Sierra Porto. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 64 Protección para Víctimas y Testigos de la Ley de Justicia y Paz”, vinculando al Ministerio del Interior y de Justicia y a la Fiscalía General de la Nación en el ámbito de sus competencias en la protección a la población objeto del programa. Del mismo modo, sostuvo que “Las labores desarrolladaspor la Policía estaban encaminadas al control de las variables de conflictividad que se determinan en el mapa de riesgo elaborado por el Subcomité de protección y que impiden la participación de las víctimas y testigos en los procesos de Justicia y Paz, como consecuencia de amenazas contra su vida e integridad”. Para el cumplimiento de esta función, señaló: “el Ministerio del Interior y de Justicia transfiere a la Policía Nacional los recursos que le permiten desarrollar acciones de disuasión y control a los agentes generadores del riesgo, con los cuales se adquieren equipos de movilidad y comunicaciones que ayuden en el mejoramiento de la infraestructura y capacidad de respuesta institucional”. Igualmente, informó que como estrategias de difusión de la Ley 975/05 y del Decreto 3570/07, la Policía Nacional, como miembro del subcomité de protección, había adelantado 19 jornadas de capacitación en 11 departamentos de policía 100 con la asistencia de 1105 profesionales de la policía, pertenecientes a estaciones, distritos, escuadrones móviles de carabineros, coordinadores de derechos humanos, y oficinas de atención al ciudadano. Sin embargo, nada se dice sobre el contenido de esos programas de capacitación. Por otra parte, están las autoridades departamentales, tales como los gobernadores y alcaldes, quienes con fundamento en la Ley 62 de 1993 se encuentran facultadas para impartir órdenes atinentes al servicio, a la Policía Nacional, a través de comandante respectivo. Otra entidad a la que se le ha asignado la función de implementar programas de protección es la Fiscalía General de la Nación, quien, como ente investigador en materia penal, desempeña una función importante en esta clase de procesos, siendo que de conformidad con el artículo 250 de la Constitución Política debe velar por la seguridad y protección de víctimas, testigos e intervinientes en el proceso penal. Por tal motivo, el legislador creó el Programa de Protección a Testigos, Víctimas, Intervinientes en el Proceso y Funcionarios de la Fiscalía, por medio de la Ley 418 de 1997 101, 100 Cesar, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Cundinamarca, Antioquia, Norte de Santander, Metropolitana de Bogotá, Santander, Guaviare, Urabá. 101 Ley 418 de diciembre 26 de 1997. Por la cual se consagran unos instrumentos para la búsqueda de la convivencia, la eficacia de la justicia y se dictan otras disposiciones. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 65 con la finalidad de suministrar protección especial e integral a las personas que se encuentran en riesgo, como consecuencia de su participación en el proceso penal, protección, valga señalar, que debe ser extendida al núcleo familiar de estas personas. Sin embargo, se ha de advertir que la Fiscalía goza de un amplio margen de discrecionalidad para determinar la incorporación del particular a este programa y para determinar que acciones a favor de él se deben desplegar. El programa, a su vez, se rige por cuatro principios fundamentales, a saber 102: i. Que el riesgo tenga como causa directa la participación en el proceso penal, ii. que el motivo de participación en el proceso lo constituya el deber constitucional de colaborar con la justicia, iii. que la seguridad o protección requerida no pueda ser suministrada por otro organismo del Estado, es decir, este programa debe ser la ultima ratio, iv. la inclusión del colaborador de la justicia no puede poner en riesgo la estabilidad del programa. A este respecto, es importante rescatar los puntos centrales que con ocasión de la Sentencia 496 de 2008 la Fiscalía informó a la Corte Constitucional, a saber: 1. Mediante Resolución 0-4773 de diciembre 3 de 2007 el Fiscal General de la Nación (Art. 27 núm. 1° del Decreto 3570/07) impartió directrices a los fiscales adscritos a la Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz (UNFJP), en relación con el reconocimiento sumario de la calidad de víctima o perjudicado dentro de los procesos de esclarecimiento de la Ley de justicia y paz, en el entendido que la determinación final corresponde a los magistrados de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal correspondiente, en la audiencia en la que se tramite el incidente de reparación integral. 2. Que en el marco del Decreto 3570 de 2007, la UNFJP había solicitado asistencia inicial a los comandantes de Estación de Policía correspondientes a las regiones donde se encontraban las personas que habían informado sobre situaciones de riesgo o amenaza, autoridades que de inmediato debían informar al Grupo Técnico de Evaluación de Riesgo (GTER) para lo de su cargo. Igualmente, señaló que cuando se les había requerido, los fiscales de la UNFJP habían acreditado sumariamente la condición de víctima para los efectos del citado decreto. 3. En lo que tenía que ver con los recursos asignados para el manejo del programa la Fiscalía, señaló: “(…) El Decreto que creó el Programa de Protección a víctimas y 102 CORTE CONSTITUCIONAL Sentencia T-683. Op.cit. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 66 testigos de la Ley 975 de 2005 fue expedido desde septiembre de 2007 en ese mismo mes la Fiscalía General de la Nación. Para la vigencia 2008, se solicitaron $13.712´083.366.=, cifra que fue considerada elevada para el presupuesto previsto para dicho programa teniendo en cuenta que el Ministerio de Hacienda solo aprobó $15.000.000.000.= para todas las entidades que conforman el Programa, en ese sentido se solicitaron 5.620.486.166.= recursos presupuestales que aún no han sido aprobados”. Para dar un mejor panorama de la situación, es importante ahondar en los criterios y los puntos específicos que llevaron a la Corte Constitucional a determinar que el Programa de Protección para Víctimas y Testigos de la Ley 975 de 2005 no cumplía con principios y aspectos de vital importancia en la protección de las víctimas. En relación con el nivel de incorporación en el Programa de los principios básicos, observó la Sala del Tribunal Constitucional lo siguiente: - - El programa no atiende el principio de especificidad en la valoración de los riesgos y los factores que lo generan, puesto que no incorpora una política y unos mecanismos que permitan una respuesta diferenciada que atienda no solamente la particular vulnerabilidad de los destinatarios de este programa derivada del contexto hostil 103 en el que deben ejercer sus derechos, sino los diversos niveles de impacto que tiene el conflicto armado en atención a condiciones como el género, la edad, la salud, etc., del sujeto de protección 104. El principio de oportunidad en la respuesta aparece seriamente debilitado no solamente porque se trata de un programa que no goza de autonomía, ni de una capacidad de reacción propia. Se funda en el incremento de las competencias de un conjunto de entidades a las que no se provee de mayores recursos extraordinarios para el efecto. No contempla mecanismos que permitan una reacción inmediata frente a una denuncia fundada en un riesgo extraordinario e inminente. De manera particular la “asistencia inicial” que es la medida urgente e inmediata que contempla el programa, ejecutada por la Policía, para salvaguardar de manera inmediata y provisional la vida de la persona amenazada, deba estar precedida de una resolución “motivada” del GTER, que debe estar firmada por todos sus miembros pertenecientes a diferentes entidades (Fiscalía, Policía, Ministerio del Interior y de Justicia y DAS). (Art. 19 Dto. 3570 de 2007). 103 Ver informe del Secretario General de la OEA, fundamento jurídico 7. El artículo 38 inciso 2° de la Ley 975 de 2005 prevé: Para ello (protección de víctimas y testigos) se tendrán en cuenta todos los factores pertinentes, incluidos la edad, el género y la salud, así como la índole del delito, en particular cuando este entrañe violencia sexual, irrespeto a la igualdad de género o violencia contra niños y niñas. 104 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 67 - - El principio de adecuación de la respuesta tampoco se satisface ya que no existe un tratamiento diferencial de factores de riesgo, ni del impacto también diferenciado de la violencia ejercida sobre sujetos particularmente vulnerables. No da cuenta de incorporación a la estrategia de protección de expertos en experiencias traumáticas y asesores sicológicos. En lo que concierne a la identificación de unos elementos mínimos de racionalidad en el programa de protección a víctimas y testigos de la Ley de Justicia y Paz, como parte fundamental de la política de esclarecimiento de la verdad, logro de la justicia y de la reparación, encontró la Corte que: 1. El programa no respondía al ámbito de cobertura necesario y obligatorio puesto que no contiene un componente específico que lo habilite para enfrentar la realidad fáctica que motivó la interposición de la acción de tutela, sobre el impacto diferenciado y agudizado del conflicto armado sobre las mujeres víctimas de la violencia, u otros sujetos en especial situación de vulnerabilidad (Inciso 2° art. 38 de la Ley 975 de 2005). 2. El programa no incorporaba en forma completa los derechos a garantizar y los parámetros jurídicos de obligatorio cumplimiento, puesto que se elaboró al margen de consideraciones relativas a sujetos de especial vulnerabilidad en razón del género, la edad o la salud. No incorporó el enfoque diferencial necesario derivado de los anteriores factores, como tampoco los parámetros jurídicos que le imponen tal diferenciación. 3. En cuanto a la especificidad individual del programa, a pesar de que se creó un nuevo programa de protección, no se apreciaba en él un perfil especial, ni una estructura orgánica, administrativa y presupuestal que le permitiera responder de manera oportuna, adecuada y suficiente a retos que plantea el deber de protección de las víctimas de delitos atroces en un contexto tan complejo. También señaló la Corte Constitucional la necesidad de que el programa fuera creado en forma específica, y autónoma con el perfil, las características y los estándares de protección que le permitieran atender de manera oportuna y suficiente las necesidades que se derivaban de los altos índices de violencia que estaban en capacidad de desarrollar los agentes sometidos a los procesos de Justicia y Paz. 4. En cuanto al elemento mínimo de presupuesto suficiente y oportunamente disponible,la Corte advirtió que el informe de la Fiscalía General de la Nación, que señala que para abril de 2008 aún no se le habían trasladado recursos para la ejecución del programa en la parte que le corresponde, la cual incluía “las medidas adicionales de reubicación”, hecho indicativo de la falta de planeación en lo que www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 68 5. 6. 7. 8. concernía a la definición de metas puntuales a corto, mediano y largo plazo, basadas en el goce efectivo de los derechos fundamentales por garantizar, y que amenazaba la cobertura adecuada y la garantía de continuidad, en el marco de las necesidades de protección y acceso para las víctimas que plantea la política de sometimiento diseñada en la Ley de Justicia y Paz. En cuanto al diseño e implementación de mecanismos e instrumentos específicos de coordinación interinstitucional, encontró la Sala que esto constituía un aspecto absolutamente relevante para el funcionamiento del programa en tanto que el mismo estaba estructurado sobre la base de la ampliación de competencias ya adscritas a diferentes instancias estatales, para dar cobertura a la necesidad de protección. El programa no contaba con el diseño e implementación de mecanismos de evaluación (diferente al mapa de riesgo), seguimiento, y corrección que permitan medir de manera permanente el avance, el estancamiento, el rezago o el retroceso del programa, así como el goce efectivo de los derechos fundamentales que se busca proteger. No se incorporaba el diseño e implementación de mecanismos de divulgación periódica de información sobre los procedimientos, las responsabilidades institucionales, y las metas institucionales en el marco del programa. El Decreto, a juicio de la Corte se limitó a establecer que “La difusión del Programa (…) estaría a cargo de las diferentes entidades que conforman el Comité Interinstitucional de Justicia y Paz”, sin que fijara competencias específicas ni mecanismos de coordinación. Respecto del elemento de coordinación unitaria y centralizada en una sola entidad, la Corte advirtió que se trataba de un aspecto crítico del programa. En conclusión, la Corte al confrontar los principios básicos y los elementos mínimos de racionalidad que, conforme a la jurisprudencia y a la práctica internacional, deben orientar y contener un programa como el concebido para la protección para víctimas y testigos de grave criminalidad, verificó que el diseñado por el Decreto 3570 de 2007, no obstante constituir un primer paso en el camino hacia la implementación de una estrategia integral de protección a las víctimas de los delitos atroces, resultaba inadecuado e insuficiente, por cuanto no respondía a cabalidad a las directrices que deben guiar un programa de protección que debe estar inscrito en una política global de genuino esclarecimiento de la verdad, y satisfacción de las garantías de justicia y de reparación para las víctimas. Teniendo en cuenta lo anterior, resulta de vital importancia traer a colación las obligaciones especiales y temporales que se han generado con ocasión de la línea jurisprudencial www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 69 desarrollada en torno al derecho de la seguridad individual – que bajo el contexto actual se encuentra vinculado a las situaciones de conflicto armado -y la implementación de la Ley 975 de 2005 “Por el cual se dictan disposiciones para la reincorporación de miembros de grupos armados organizados al margen de la ley, que contribuyan de manera efectiva a la consecución de la paz nacional (…)”, más conocida como la Ley de Justicia y Paz. B. PRINCIPIOS BÁSICOS DE OBSERVANCIA EN EL DISEÑO DE UNA ESTRATEGIA DE PROTECCIÓN En las causas penales adelantadas por crímenes atroces, la protección de los derechos enunciados y radicados en cabeza de las víctimas y demás intervinientes procesales es fundamental, pues se erige como una condición necesaria tanto para una participación real de las víctimas como para una investigación integral, seria, imparcial y efectiva 105. En consecuencia, resulta imposible pensar en expectativas reales de participación de las víctimas en los procedimientos judiciales sin garantías posibles y concretas de protección. A este respecto, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos definió una serie de principios básicos para abordar las dificultades que enfrentan las iniciativas de enjuiciamiento de crímenes de sistema 106, acogidos por la Corte Constitucional en la Sentencia T-496 de 2008. En particular, abordó las dificultades estratégicas y técnicas a que se enfrentan esos enjuiciamientos en el plano nacional, especialmente en lo relacionado con “la necesidad de prestar particular atención a las víctimas”. Teniendo en cuenta la práctica internacional, la Oficina del Alto Comisionado definió una serie de directrices orientadas a que la búsqueda de la justicia sea una experiencia mucho más satisfactoria para las víctimas y, en particular, a “garantizar que existan protecciones adecuadas para las que deban prestar declaración”. Sobre las Directrices básicas relativas a la protección a la víctima - testigo, señaló: Otro elemento esencial en el respeto de la dignidad de las víctimas es garantizar que existan protecciones adecuadas para las que deban prestar declaración. El principio en la protección de testigos potenciales debe ser del de “no perjudicar” y velar por su bienestar antes, durante y después del proceso. (…) Deben elaborarse protocolos especiales para ocuparse de las mujeres y los niños. (Subrayas fuera de original). 105 Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) Caso de la Masacre de la Rochela Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de de mayo de 2007. Serie C No. 163, párr.194. 106 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR), “Instrumentos del Estado de Derecho para Sociedades que han salido de un conflicto, Iniciativas de enjuiciamiento”, HR/PUB/06/4,2006. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 70 Una protección efectiva de los testigos entraña numerosos aspectos, entre ellos los siguientes: 1. Realizar evaluaciones de riesgos exhaustivas y continuas; 2. Capacitar a los investigadores sobre la forma de relacionarse con las víctimas y los testigos potenciales; 3. Incorporar a la investigación expertos en experiencias traumáticas y asesores sicológicos; 4. Proporcionar a víctimas y testigos información adecuada del proceso y de sus derechos; 5. Establecer locales seguros en los que celebrar las entrevistas; 6. Limitar el contacto con el testigo a lo estrictamente necesario; 7. Trasladar a testigos potenciales a casas o zonas seguras, y 8. Garantizar que se atiendan sus necesidades básicas, incluidas las necesidades médicas y consideraciones financieras (como la indemnización por pérdida de ingresos). De las reglas jurisprudenciales, en combinación con los criterios interpretativos aportados por la ONU, en Sentencia T-496 de 2008 107, M.P.: Jaime Córdoba Triviño, se establecieron unos principios claros de observancia en el diseño de una estrategia de protección, a saber: 1. Deber de identificacióndel riesgo; 2. Especificidad y exhaustividaden la valoración del riesgo y los factores que lo generan; 3. Oportunidad en la respuesta; 4. Adecuaciónde la respuesta a las circunstancias; 5. Actualizacióndel estudio de riesgo (evaluación periódica); 107 Mediante Sentencia del 16 de mayo de 2008, La Corte decidió tutelar los derechos fundamentales a la seguridad personal, integridad, vida y acceso a la justicia, de las señoras Patricia Buriticá Céspedes, Ana Briceida Mantilla, María Ruby Tejada Suárez y otras y ordenó al Ministerio del Interior y de Justicia y a la Fiscalía General de la Nación que, en el marco de sus competencias, procedieran a realizar o actualizar, el estudio de riesgo en relación con las accionantes a fin de que se adoptaran las medidas de protección que correspondían a su situación fáctica, en el marco de la estrategia existente para la protección de víctimas y testigos de la Ley de Justicia y Paz. Adicionalmente ordenó que en la evaluación del riesgo y en la selección y ejecución de las medidas aplicables, se tuvieran en cuenta las obligaciones constitucionales e internacionales del Estado sobre protección de la mujer contra todo tipo de violencia, así como el enfoque de género que permitiera una respuesta diferenciada y adecuada a las particulares circunstancias de vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres, derivadas de su condición de género. De igual manera, ordenó a las entidades arriba mencionadas , desarrollar las acciones necesarias orientadas a efectuar una revisión integral del Programa de Protección de Víctimas y Testigos de la Ley de Justicia y Paz, a fin de adecuarlo a los principios y elementos mínimos de racionalidad que conforme a la jurisprudencia y la práctica internacional deben orientar y contener una estrategia integral de protección satisfactoria de las víctimas y testigos de los procesos en los que se investiga grave criminalidad o criminalidad de sistema, como aquella de la cual se ocupan los procesos de esclarecimiento judicial de Justicia y Paz. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 71 6. Prohibición a la Administración de generar riesgos extraordinarios (no perjudicar); 7. Capacitación de los encargados de operar el programa; 8. Incorporación al programa de experto en experiencias traumáticas y asesores sicológicos; 9. Información adecuada; 10. Logística segura; 11. Garantía de atención de necesidades básicas. (negrillas fuera del texto). C. ELEMENTOS MÍNIMOS DE RACIONALIDAD QUE DEBE CONTENER UN PROGRAMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN A LAS VÍCTIMAS Y TESTIGOS DE JUSTICIA Y PAZ108 Indiscutiblemente la Sentencia T-496 de 2008 comporta un avance jurisprudencial de enorme importancia respecto del derecho fundamental a la seguridad personal, especialmente por cuanto en esta oportunidad el máximo tribunal constitucional estableció unos criterios específicos dirigidos a las autoridades, en lo que se refiere a una política de protección para las víctimas de grupos armados ilegales. Precisó la Corte Constitucional que “un programa que se integre como componente de una política pública, que exija la incorporación de criterios diferenciales, debe contener unos elementos mínimos de racionalidad”. La Sala de la Corporación destacó en esa oportunidad dieciocho criterios compatibles con el programa que se requiere, como respuesta a la problemática específica de afrontar el impacto diferenciado que el conflicto armado genera, específicamente sobre las mujeres víctimas de la violencia 109: 1. Un ámbito de cobertura necesario y obligatorio 110. 2. La definición de los derechos por garantizar mediante el programa y los parámetros jurídicos de obligatorio cumplimiento 111. 108 Sentencia T-496 del 16 de mayo de 2008, M.P. Jaime Córdoba Triviño “En esa perspectiva la Procuraduría ha venido desarrollando diferentes proyectos, los cuales, valga decirlo, han sido posibles gracias al apoyo que para el efecto nos ha brindado la comunidad internacional. Se trata de 23 proyectos, cada uno de ellos con diversos componentes, que como lo decía antes, tienen como principal objetivo contribuir a la dignificación de las víctimas, lo que implica fortalecerlas para el pleno ejercicio de sus derechos y para que exijan garantías de no repetición. Nos hemos ocupado por ejemplo de reclamar para ellas programas de protección que respondan a las necesidades reales que en materia de seguridad personal tienen las miles de víctimas del conflicto armado en Colombia, es así como en las próximas semanas entregaremos a las autoridades del orden nacional, concretamente al Ministerio de Defensa, un documento que contiene los fundamentos y las bases de lo que consideramos debe ser un plan de protección para las víctimas, cuya caracterización, en el caso de nuestro país, implica comprender que la mayoría de ellas son mujeres, cabeza de familia, desplazadas, de baja escolaridad y dispersas a lo largo del país, condiciones que les impiden, por ejemplo, insertarse al mercado laboral urbano para rehacer sus vidas”: PRESENTACIÓN DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN DR. EDGARDO JOSÉ MAYA VILLAZÓN FORO: ¿QUÉ ESTÁN HACIENDO COLOMBIA POR SUS VÍCTIMAS? Agosto 25 de 2008. 110 El programa de protección de víctima y testigos de Justicia y Paz debe contener un componente específico que enfrente la realidad fáctica, relacionada con los factores que generan el impacto general de violencia sobre las víctimas de delitos atroces, y el impacto diferenciado y agudizado del conflicto armado sobre las mujeres víctimas de la violencia. En particular, debe enfrentar y prevenir la violencia contra las mujeres que son líderes o que adquieren visibilidad pública por sus labores de promoción social, cívica o de los derechos humanos. 109 www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 72 3. La especificidad individual del programa 112. 4. La definición de metas puntuales a corto, mediano y largo plazo, basadas en el goce efectivo de los derechos fundamentales por garantizar. 5. Un cronograma acelerado de implementación. 6. Presupuesto suficiente y oportunamente disponible 113. 7. Cobertura material suficiente, de conformidad con el espectro fáctico de la faceta de género del impacto diferencial del conflicto armado. 8. Garantías de continuidad hacia el futuro, en el marco de las necesidades de protección y acceso para las víctimas que plantee la política de sometimiento diseñada en la Ley de Justicia y Paz. 9. Adopción e implementación de indicadores de resultados,basados en el criterio del goce efectivo de los derechos fundamentales quebrantados, tomando en consideración la faceta de género del impacto del conflicto. 10. Diseño e implementación de mecanismos e instrumentos específicos de coordinación interinstitucional. 11. Desarrollo e implementación de mecanismos de evaluación y seguimiento, que permitan medir de manera permanente el avance, el estancamiento, el rezago o el retroceso del programa, así como el goce efectivo de los derechos fundamentales que se busca proteger. 12. Diseño e implementación de instrumentos de corrección oportuna frente a estancamientos o retrocesos en el cumplimiento de las metas del programa. 13. Diseño e implementación de mecanismos internos de respuesta ágil y oportuna a las quejas o solicitudes puntuales de atención presentadas por la población destinataria del programa. 14. Diseño e implementación de mecanismos de divulgación periódica de información sobre los procedimientos, las responsabilidades institucionales, y las metas institucionales en el marco del programa. 15. Armonización con otros procesos y programas que se adelantan por el Gobierno Nacional o por otras autoridades. 16. Apropiación nacional y autonomía114. 111 El objetivo de este programa deberá ser el de garantizar el goce efectivo de los derechos fundamentales a la vida, integridad, libertad y seguridad personal de las personas que se encuentren en situación de amenaza o riesgo en virtud de su condición de víctima o testigo en los procesos de esclarecimiento de la Ley de Justicia y Paz. El diseño e implementación de este Programa deberán necesariamente incorporar un enfoque diferencial de género, es decir, el programa deberá ser sensible al significativo impacto diferencial que soportan las mujeres víctimas del conflicto armado. 112 Es indispensable que el programa sea creado en forma específica y autónoma con el perfil, las características y los estándares de protección que le permitan atender de manera oportuna y suficiente la realidad fáctica que pretende enfrentar. 113 Mediante Auto 092 de 2008, la Corte ha advertido que la inexistencia de apropiaciones presupuestales o la no disponibilidad inmediata de presupuesto, no es justificación válida o admisible para el incumplimiento de las órdenes impartidas para la salvaguarda de derechos fundamentales en inminente riesgo. 114 La implementación de un Programa vinculado a una política pública no debe depender en su integridad de la cooperación internacional, sino que debe ser un programa de base nacional, establecido por las autoridades www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 73 17. Coordinación unitaria y centralizada en una sola entidad, sin perjuicio de la colaboración armónica con otras instituciones públicas. 18. Adopción inmediata por la gravedad del problema y la profundidad de la afectación de los derechos fundamentales involucrados. En la sentencia en comento, se analizaron además las acciones adelantadas por varias instituciones con ocasión de la expedición del Decreto 3570 de 2007 en el marco del “Programa de Protección para Víctimas y Testigos de la Ley 975 de 2005”. Al respecto, observó el constitucional que el programa no respondía de manera adecuada a los estándares y requerimientos de un programa integral de protección de víctimas y testigos de delitos atroces, atribuibles a organizaciones armadas al margen de la ley. Asimismo, tras analizar los informes remitidos por las instituciones involucradas en dicho programa, la Corte Constitucional llevó a cabo una serie de observaciones y recomendaciones que debían incluirse dentro de un programa que procurara una protección efectiva de las víctimas de las conductas establecidas en la Ley 975 de 2005. VI. CONCLUSIONES 1. El derecho fundamental a la seguridad personal ha sufrido cambios durante los años de vigencia de la Constitución de 1991, en una etapa inicial, siendo protegido mediante la acción de tutela por su conexidad con derechos de aplicación inmediata como el derecho a la vida o la integridad personal, y reconocido como derecho fundamental a partir del año 2003 con ocasión de la Sentencia T-719 de 2003. Hoy en día es parte del ordenamiento jurídico interno y, por lo tanto, aquellas personas que se hallen expuestas a riesgos excepcionales podrán invocar en sede de tutela la protección de su derecho fundamental a la seguridad personal en primer lugar, en virtud del bloque de constitucionalidad, que impone obligaciones internacionales al Estado colombiano y que implica que el contenido y alcance del mismo sea interpretado a la luz de los instrumentos internacionales vinculantes; en segundo lugar, como consecuencia de las referencias que hizo el constituyente de 1991; y en tercer lugar por la amplia argumentación jurisprudencial según la colombianas. Destacó que si bien la cooperación internacional es un elemento deseable, importante y bienvenido para efectos de crear e implementar un programa de esta naturaleza es necesario, para garantizar su estabilidad a mediano y largo plazo que sea un proyecto basado en los esfuerzos del gobierno nacional, que debe proveer el impulso primordial para su materialización. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 74 cual el catálogo de derechos fundamentales es más amplio que el que consagra la Constitución Política. 2. En todo caso, la razón de fondo de la existencia del derecho es el principio de igualdad ante las cargas públicas, en virtud de él las personas tienen derecho a no verse expuestas a situaciones que configuren un riesgo excepcional y en esa medida el Estado tiene la obligación de crear las condiciones para que no se vea afectada la seguridad de sus administrados. 3. No obstante, las obligaciones que se derivan del derecho han sido reconocidas y aceptadas por el Estado con anterioridad a la vigencia de la Carta de 1991, como se demostró con ocasión del desarrollo de la jurisprudencia tanto de la Corte Constitucional como del Consejo de Estado, en este último donde se concluyó que existe un derecho correlativo al deber de reparación estatal, y que el mismo, como resulta apenas lógico, debe ser previo a la obligación de reparar que se hace efectiva en la sentencia. 4. Desde luego, que la comunidad política se solidarice con los daños sufridos por las víctimas los necesitados no sólo es en nuestro país un deber moral sino una obligación impuesta por el principio de solidaridad del artículo primero de la Constitución Política. 5. Por otra parte, es preciso concluir que el derecho a la seguridad personal debe ser entendido como un derecho-garantía, al constituir un conjunto de garantías que permite ejercer los demás derechos constitucionales, el cual tendrá manifestaciones de diferente naturaleza de conformidad con los riesgos respecto de los cuales requiera una protección especial, de donde se deriva que el derecho en mención se caracteriza por su naturaleza dinámica, toda vez que su contenido varía de conformidad con los riesgos existentes en un determinado contexto histórico, social, económico y político. 6. En este sentido, debe resaltarse la labor de la jurisprudencia constitucional y administrativa, toda vez que ha sido más progresista en su desarrollo que la jurisprudencia de los sistemas internacionales de protección, pues reconoce el derecho a la seguridad como instrumento de protección de la libertad personal, y como consecuencia de situaciones de conflicto armado. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 75 7. La afirmación anterior permite dar respuesta a unos de los interrogantes planteados a lo largo de este concepto, que consiste en determinar si la existencia del derecho a la seguridad personal se configura en circunstancias de alteración del orden público, a lo que se responderá en forma negativa, pues como se anotó existen muchas circunstancias que dan lugar a la presencia de riesgos derivados de la convivencia en tiempo de paz. 8. La lección más grande que han dejado experiencias análogas de judicialización de crímenes que han fracasado, es que no se hizo lo suficiente para garantizar el derecho a la protección de víctimas y testigos, por lo que las autoridades colombianas se encuentran a tiempo de adoptar los correctivos necesarios para evitar esta omisión, y logar mediante la garantía del derecho fundamental a la seguridad personal de todos los actores la consecución de una verdad integral. www.atmosferapolitica.com @JairoLibreros 76