El papel del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social

EL PAPEL
DEL MINISTERIO
DE TRABAJO
Y SEGURIDAD SOCIAL
Dr. Jorge Bruni
Dr. Jorge Bruni - Doctor en
Derecho y Ciencias socialesUniversidad de la República
Oriental del Uruguay A partir del
1 de MArzo de 2005 - Subsecretario de Trabajo y Seguridad Social
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EL PAPEL DEL MINISTERIO DE TRABAJO
Y SEGURIDAD SOCIAL
Jorge R. Bruni
1. UNA VISIÓN PARCIAL
Existen miradas parciales de lo que es el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, a las que, más que intencionalidad adjudico profundo desconocimiento de
lo que es y hace el Ministerio. Es necesario revertirlas. En efecto. Se habla de un
organismo que arregla conflictos, inspecciona empresas, discute sobre
tercerizaciones, ocupaciones o del sistema de Relaciones Laborales con empresarios y sindicatos, trata de fomentar políticas activas de empleo y de formación
profesional, y por ahí termina la cosa.
Cuidado con que se siga consolidando esa imagen limitada que se ha ido generando durante muchos años y contra la cual tratamos de luchar. Y me apresuro a
expresar: ¡vaya si serán importantes cuantitativa y cualitativamente todas esas
actividades ministeriales mencionadas precedentemente! Por sí sólo justificarían
la existencia del MTSS.
Pero éste es mucho más que eso. ¡Claro! Impacta más la existencia de un conflicto, alguna ocupación, las divergencias con las empresas acerca de la ley de
tercerizaciones, que el hecho de que el INDA reparta silenciosa y diariamente millones de canastas de alimentación al año, (1) cumpliendo con su cometido esencial:
formular y ejecutar políticas alimentarias, nutricionales, controlarlas y evaluar
su ejecución.
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¿Por qué éstas afirmaciones de mi parte? A continuación van algunos fundamentos.
2. FUNDAMENTOS
Sin duda que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, según la mayor parte
de las opiniones, es uno de los Ministerios que recoge mejor puntuación en cuanto
a sus logros, salvo la de aquellos que sólo ven el accionar político a través del cristal
de sus intereses corporativos.
Por otra parte, recordemos a aquel vasco polémico y genial que fue Miguel de
Unamuno cuando decía: “Si un aguilucho cayera al gallinero trataría de hacerles entender a
las gallinas la necesidad y la belleza del vuelo. Y las gallinas se reirían de él. No lo comprenderían ¿Qué es eso del vuelo se preguntarían ¿Para qué lo queremos si vivimos bien?”
Queremos rescatar estas dos afirmaciones precedentes para relacionarlas fundamentalmente a dos aspectos, entre otros, poco difundidos además, de las funciones y/o acciones que cumple o ha emprendido el Ministerio.
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Una de ellas tiene que ver con la relación entre los conceptos de educación y
trabajo, promovida por la experiencia que ha comenzado a desarrollarse a partir de
junio de 2007, producto de un acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, de Educación y Cultura y ANEP. La otra refiere al Instituto Nacional de Alimentación – INDA.
3. EDUCACION Y TRABAJO
Varias reflexiones sobre el tema.
En primer lugar, recordemos que pocos años atrás éste era un país en el que era
común escuchar la frase “gano más recogiendo basura que trabajando por un sueldo miserable
y sin protección social”. Ello, que socava profundamente la cultura del trabajo, esencial
para cualquier sociedad, hoy es, felizmente, tendencia decreciente en el Uruguay a
partir de los últimos tres años.
En segundo término, agreguemos que en los últimos 10 años no sólo se nos fueron
unos 600.000 compatriotas, fundamentalmente jóvenes, sino que nuestro país además de ser el más envejecido de América Latina, su crecimiento poblacional no alcanzará en los próximos años para suplir a los que ya no estarán, sea por mortalidad, bajas tasas de fecundidad o emigración.
Finalmente recordemos que el sector donde más se reproduce la población es el
pobre, lo cual contribuye a su multiplicación.
Todos conocemos los dolores que la emigración provoca. Lo que torna necesario
generar políticas para que no se nos sigan yendo uruguayos. Porque así como existe
un derecho a emigrar, hay otro a no emigrar.
Recordemos que la Cumbre Mundial del año 2005 de las Naciones Unidas, no sólo
apoyó una globalización justa sino que expresó que los objetivos del pleno empleo
productivo y trabajo decente para todos, eran metas fundamentales de política nacional e internacional y estrategia de desarrollo de reducción de la pobreza.
Uruguay tiene establecido en el artículo 7 de su Constitución que el trabajo es uno
de los derechos fundamentales, colocándolo por tanto en el centro de atención y
discusión de la sociedad. En otras palabras: la centralidad del trabajo digno en el
mundo potencia la vida humana en todas sus dimensiones.
(1)
1.028.640 es el número de canastas anuales que proporciona el INDA.
Síntesis realizada por Marcos Supervielle en su trabajo de presentación para las jornadas inaugurales
del proyecto “Construyendo el Futuro con Trabajo Decente”, a las que concurrieron docentes de todo el país.
(2)
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No resulta tarea fácil En los últimos años el capital y el trabajo evolucionaron
desigualmente, en el país y en el mundo. Mientras el primero avanzó hacia la unidad
global mundial, el segundo lo hizo hacia su fragmentación y deterioro. Muestra de lo
cual surge de comprobar que el capital figura en cuanto tratado de inversión y comercio existe, no sucediendo lo mismo, ni por asomo, con el trabajo.
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Para ello es necesario profundizar la formación de los jóvenes en las nociones de
los Derechos Fundamentales del Trabajo y los principios del Trabajo Decente. Y nos
referimos al trabajo dependiente e independiente.
Tenemos mucha historia al respecto. Allá por 1815-1816, cuando se vivían momentos de gran tensión militar, Artigas le decía al Cabildo que protegiera a los infelices artesanos y labradores, o en el Reglamento Provisorio de Tierras expresaba que
quienes tenían un pedazo de tierra serían obligados a formar rancho y dos corrales,
cortar maderas para vender, remediando así sus necesidades e inspirándoles amor
al trabajo. Formidable muestra del ideario del jefe: libertad, igualdad, justicia y
trabajo como valores, asignándole al último un papel central en la sociedad, como
productor de riqueza y generador de igualdad, consecuente con que los más infelices
sean los más privilegiados. ¡Todo ello en plena guerra! ¡Idealismo y realismo de la
mano! (2)
Nos muestra al conductor 200 años atrás pensando ya en que el trabajo era lo
central en cualquier sociedad.
Hoy en día, educación y trabajo son centros de la discusión nacional. Titulares de
prensa lo demuestran. “ Priorizar y jerarquizar la enseñanza es uno de ellos, refiriendo a la
necesidad de asegurarle a los jóvenes conocimientos que le permitan no sólo acceder
al mercado sino a la formación integral como individuos.
A la vez, la diputada Ivonne Passada nos ilustra en una nota titulada “ La educación
para el Trabajo” acerca de la necesidad de escuelas que permitan al ciudadano formarse como tal, ya que la generación post dictadura fue educada para el capitalismo y la
economía de mercado.
A esta altura resulta innegable entonces, el trascendente papel que debe desempeñar la educación. Durante años se dijo que la misma era herramienta privilegiada,
condición ineludible para acceder a un trabajo. Hoy, lamentablemente, a juzgar por
la realidad y las cifras, ya no es condición suficiente. Ergo: a la desculturalización del
trabajo se suma la insuficiencia de la educación como garantía para su obtención.
Por otra parte se constata que el no acceso a la educación y al trabajo de familias
enteras durante generaciones (abuelos, padres, nietos) precipita y profundiza su
pobreza, contribuyendo a la reproducción de la misma.
Si el trabajo es bastante más que fuente de ingresos, al contribuir al reconocimiento social de quien trabaja, lo que es fundamental para la dignificación del ser
humano y de la sociedad toda, concluyamos que el no poder acceder al mismo acrecienta la desigualdad y fractura social.
Afirmamos que la ética del trabajo sigue vigente, por más que surjan y se desarrollen valores netamente individualistas y consumistas, promocionados descaradamente por el establishment. Razón por la cual la educación sigue siendo esencial,
aportando no sólo conocimientos y cultura al respecto, sino además espacios para la
formación ciudadana y reflexión sobre el tema, que es referente económico, sicológico
y cultural de toda la ciudadanía. Nuestros muchachos deben saber cuáles son sus
derechos y obligaciones con su sociedad, como trabajadores o ciudadanos. Recordemos a Florencio Sánchez cuando decía que el creía que no sólo “nuestros hijos “los
doctores” construyen ciudadanía. En definitiva, serán nuestros futuros dirigentes. Y
repetimos: “con su sociedad”. Nadie es ajeno a ella.
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4. CONVENIO ENTRE MINISTERIOS DE CULTURA Y EDUCACIÓN,
TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL Y ANEP
Una semana después de haber asumido el actual gobierno, me visitó Pedro
Guglielmetti, querido amigo chileno ampliamente conocido por los uruguayos, vinculado a OIT y al mundo del trabajo. Venía a plantearme las primeras ideas de lo que
ya era una rica experiencia argentina: introducir el concepto de trabajo como elemento central de la sociedad en la enseñanza media.
Quince meses después, 28 de junio de 2007, la utopía se transformó en realidad.
Los Ministerios de Educación y Cultura, Trabajo y Seguridad Social y ANEP, con
apoyo de OIT, lanzaron al país las jornadas nacionales denominadas: “Construyendo el Futuro con Trabajo Decente”.
Se inicia un proceso en cuatro ciudades donde se realizarán 6 experiencias pilotos, que serán evaluadas a fin de año a efectos de poder generalizarlas a toda la
enseñanza media, si sus resultados fueran positivos, como esperamos.
Se concreta en un momento en que el país indudablemente mejora, más allá de
altibajos previsibles. Las cifras en tal sentido son elocuentes.
Bienvenido, porque es precisamente en los períodos de crecimiento y estabilidad
y no de recesión en los que mejor se piensa en el futuro. Saludamos además el hecho
de que se hará descentralizadamente, en un país que se caracteriza, aunque cada vez
menos, por una fuerte centralización. Sea desde Montevideo respecto del interior
como desde las capitales departamentales al interior de los departamentos. Las cuatro ciudades involucradas en el tema son Dolores, Durazno, Maldonado y Montevideo.
5. EL INSTITUTO NACIONAL DE ALIMENTACION- INDA
Mil novecientos años atrás, el emperador romano Trajano fundó una institución,
con cargo a las cuentas del Estado, para proporcionar alimentación a los niños pobres. Duró más de un siglo, en cuyo transcurso se fue generando la convicción de que
su verdadera finalidad no era otra que tener un gran número de holgazanes a disposición para los fines políticos del emperador, entre los que se destacaba el enrolamiento, cuando se volvían hombres, en las legiones del imperio para que ofrendaran
sus vidas en pos de las sagradas guerras imperiales. Aún quedan monedas acuñadas
con el rostro bien visible de los monarcas de turno, sean Trajano, Antonino Pío,
Marco Aurelio u otros, cetro en mano, y un niño que, custodiado por oficiales militares, le tiende la suya pidiendo la dádiva.
Casi dos milenios después, horas atrás, la Justicia ha dictado sentencia condenando a un ex director del INDA. Lejos de mi voluntad hacer leña del árbol caído.
Sólo pregunto: ¿qué se hizo durante decenas de años en el INDA sino fomentar el
clientelismo electoral, mentalidad de mantenidos, en connivencia con gran parte de
las Intendencias del interior del país? Algo similar a lo que hacían en los primeros
150 años de nuestra era los soberanos de turno.¡Menos mal que no teníamos legiones
imperiales!
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El actual Director del Inda Uberfil Monzón ha declarado públicamente que “el
INDA trabaja no para generar mentalidad de mantenidos, sino para que el Uruguay
productivo no sólo signifique crear materias primas, sino producir hombres nuevos”. Quiere además “lugares donde el niño no sólo vaya a buscar la tacita de leche,
lo cual agrede su sensibilidad, sino convertir los merenderos en lugares recreativos,
donde la pobreza no les quite la dignidad de ser persona”.
Cobra vigencia lo que 188 años atrás decía Simón Bolívar: “el sistema de gobierno
más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de
seguridad y mayor suma de estabilidad política posible”. ¿No forma parte de la
misma que el hombre tenga la certeza de la alimentación, al igual que los vegetales
que necesitan sustancia para crecer y conservarse? Al hombre en cuerpo y alma,
refiero.
En la Jornadas sobre Alimentación que se realizaron el 26 de junio, en las que tuvo
importante participación el INDA, representé al MTSS, porque el Instituto es una de
las Unidades Ejecutoras del Ministerio, que tiene como objetivo esencial formular las
políticas alimentarias y nutricionales, controlar y evaluar su ejecución.
Nuestra Constitución en el artículo 56 establece que el trabajo está bajo la protección especial de la ley, y que toda empresa cuyo personal deba permanecer en el lugar
donde desempeña tareas está obligada a proporcionarle alimentación y alojamiento
adecuado. ¡Qué bueno sería todo si no fuera por la realidad! Obsérvesela y se apreciará que la alimentación en el lugar de trabajo, o bien no se analiza o es considerada
como factor secundario.
Creo que fue César Di Candia quien refirió a Uruguay como “el país del deja deja”.
Aplicable al mundo del trabajo, en el cual existe muchas veces enormes brechas
entre la ley y la vida. ¿Un ejemplo? Este artículo 56. Es una carencia de las políticas
laborales, insisto, laborales, la falta de consideración sistemática de la influencia que
tiene la alimentación en la vida y salud de los trabajadores. No en vano el tema está
en la agenda de Trabajo Decente de la OIT.
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¿No nos encontraremos en el futuro con monedas en las que aparezcan niños
alimentándose y jugando en los merenderos? Hermosa utopía, ¿no?
6. CONCLUSIÓN
Volvamos al vasco genial. Más allá de los vaivenes de la opinión y de las encuestadoras, lo cierto es que existe un importante apoyo a la gestión del Presidente en
particular y del gobierno en general. E independientemente del subjetivismo, también al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
No le resultaría difícil entonces al Presidente en especial y al MTSS remar tranquilamente en aguas mansas. Lo que no sería una actitud positivita digna de este
primer gobierno progresista. Si así fuere, merecería pasar a la historia sin pena ni
gloria. Porque lo mismo que a las gallinas con los aguiluchos, les pasa a muchos
humanos en la vida cotidiana y política. Algunos podrían preguntarse, ¿para qué
transformar cosas que siempre han sido de determinada forma si igualmente no han
dejado de ser felices?
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De ahí que consideramos necesario pensar en el futuro y seguir procesando cambios, con la gradualidad del caso, tal cual el gobierno insiste hasta el cansancio.
Progresividad, realismo y la lección bien aprendida del aguilucho en el gallinero, son
líneas de acción que pueden posibilitar logros cada vez mayores. El tamaño de las
presas, siguiendo al vasco genial, es enorme: educación y trabajo, seguridad alimentaria, entre otros muchos aspectos que también desarrolla el MTSS y que por razones
de espacio no desarrollamos. En efecto. Podríamos extendernos acerca de la tarea del
MTSS en el Interior a través de la Dirección Nacional de Coordinación con el InteriorDINACOIN; al Área Internacional donde se está jugando un papel destacado, tanto
en OIT como en OEA; a la Seguridad Social, tema esencial para el futuro del país,
donde el Ministerio debe seguir avanzando a efectos de estar preparado para desempeñar las responsabilidades que la Constitución de la República le asigna.
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En definitiva, se está tratando de llevar a la práctica el desempeño de un fuerte
papel del MTSS, dejando de ser la cenicienta que ha sido en el pasado, ayudando a
combatir el desequilibrio existente entre las fuerzas productivas. Porque podrá discutirse el papel del Estado en cualquier actividad, pero en las relaciones laborales el
asunto es muy claro. Tiempo atrás, un personaje del primer mundo de triste recuerdo, alabado por la derecha del mundo, Fukuyama su apellido, anunciaba el fin de las
ideologías, como si su visión viniera del limbo, y también se hablaba por esos años
del ¡fin del trabajo y/o del proletariado! Contra esas falacias es que hay que luchar. En
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