7-A-95. Garay vrs. Juez Primero de lo Civil de San Miguel

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7-A-95. Garay vrs. Juez Primero de lo Civil de San Miguel
SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San
Salvador, a los veintisiete días del mes de mayo de mil novecientos noventa y seis.
El presente juicio de amparo constitucional ha sido promovido por el licenciado Romeo
Garay Moisa, como apoderado general judicial del señor José Bernabé Ayala Segovia,
quien es de treinta y tres años de edad al iniciarse este proceso, militar, del domicilio de
Chapeltique, departamento de San Miguel, contra providencias del Juez Primero de lo Civil
de San Miguel y Juez de Paz del distrito judicial de Chapeltique; que estima violatorias de
los derechos constitucionales de audiencia y propiedad consagrados en los artículos 2 y 11
de la Constitución.
Han intervenido en el proceso además de la parte actora, los licenciados Edwin Godofredo
Valladares Portillo y Pedro Mauricio Guatemala Rosa, como autoridades demandadas, el
doctor Ovidio Bonilla Flores, apoderado general judicial de los señores Fernando
Chinchilla y Rafael Chinchilla, terceros beneficiados con el acto reclamado; y el doctor
René Mauricio Castillo Panameño, en su carácter de Fiscal de la Corte.
LEIDOS LOS AUTOS; Y,
CONSIDERANDO:
I.- La parte actora manifiesta en síntesis en su demanda: Que su poderdante es dueño y
actual poseedor de un inmueble de naturaleza rústica situado en el lugar llamado "Vueltas
de Asencio", comprendido en la Hacienda de Villerías, de la jurisdicción de Chapeltique,
en el departamento de San Miguel, inmueble inscrito a su nombre en el registro de la
propiedad raíz e hipotecas del departamento de San Miguel al número catorce del Libro mil
ciento siete; que el doctor Ovidio Bonilla Flores en su calidad de apoderado general judicial
de los señores Fernando Chinchilla y Rafael Chinchilla promovió juicio de deslinde
necesario y reivindicatorio contra el señor Norberto Ondino Villacorta; que en dicho
proceso se pronunció sentencia definitiva; y como consecuencia, el Juez Primero de lo Civil
de San Miguel ha ordenado la entrega material del inmueble propiedad de su mandante;
comisionando al Juez de Paz de Chapeltique para verificar dicha diligencia; que la
actuación de las autoridades demandadas es violatoria de sus derechos constitucionales de
audiencia; por cuanto se ha ordenado la entrega material del inmueble propiedad de su
poderdante sin que éste haya sido demandado; y por lo tanto, sin haber sido oído y vencido
en juicio; que por ello promueve juicio de amparo constitucional contra los referidos
funcionarios; y concluye pidiendo se le admita la demanda, se le tenga por parte en el
carácter en que comparece; se suspenda inmediata y provisionalmente la ejecución del acto
reclamado; y que previos los trámites de ley se pronuncie sentencia definitiva amparando el
derecho de propiedad del señor José Bernabé Ayala Segovia.
II.- Por resolución de las nueve horas con treinta minutos del día veintiocho de febrero de
año próximo pasado, se admitió la demanda, se suspendió inmediata y provisionalmente a
las autoridades demandadas, habiéndolo rendido el Juez Primero de lo Civil de San Miguel,
manifestando no ser ciertos los hechos expuestos por el impetrante en su demanda. Por su
parte, el Juez de Paz demandado expresó que efectivamente el Juez Primero de lo Civil de
San Miguel le ordenó el cumplimiento forzoso de la sentencia definitiva impugnada,
facultándolo para remover el cerco, fijar la línea divisoria y hacer la entrega material de la
faja de terreno en disputa a los señores Chinchilla.
A continuación se mandó oír al Fiscal de la Corte en la siguiente audiencia, quien no hizo
uso de la misma. Por auto de las doce horas con cuarenta minutos del día diecinueve de
abril del año pasado, se confirmó la suspensión del acto reclamado y se pidió nuevo
informe justificativo a las autoridades demandadas, habiéndolo rendido únicamente el Juez
Primero de lo Civil de San Miguel, en los mismos términos que el primero.
III.- Se corrieron los traslados que ordena el artículo 27 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales al Fiscal de la Corte y a la parte actora. El Fiscal de la Corte evacuó dicho
traslado señalando que corresponde al actor probar los extremos de su demanda,
específicamente la violación constitucional y el agravio personal y directo que se le ha
causado. El licenciado Garay Moisa, apoderado general judicial del señor Ayala Segovia,
en su traslado expuso que con la certificación de la sentencia definitiva pronunciada por el
Juez Primero de lo Civil demandado se establece que en la misma se condena al señor
Norberto Ondino Villacorta a la entrega material del inmueble que es propiedad de su
mandante; y además se prueba que su mandante nunca fue parte en dicho proceso.
Por auto de fs. 53, se ordenó la apertura a pruebas por el término de ocho días, término
durante el cual la parte actora presentó prueba documental y solicitó se practicara
inspección en el inmueble objeto del litigio, inspección que fue ordenada por auto de las
ocho horas con quince minutos del día siete de septiembre del año retropróximo.
IV.- Por auto de fs. 199 se corrió el traslado que manda el artículo 30 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales al Fiscal de la Corte, quien al evacuarlo manifestó: que
del estudio del proceso y de la prueba documental que aparece en el mismo estima que se
han comprobado los extremos de la demanda y específicamente el agravio causado, por lo
que considera procedente se dicte sentencia definitiva amparando al recurrente.
En base a la misma disposición se corrió traslado al impetrante y a las autoridades
demandadas; habiéndolo evacuado únicamente el primero, quien lo evacuó señalando: que
con la sentencia definitiva proveída por el Juez Primero de lo Civil de San Miguel, cuya
certificación aparece agregada en el proceso, se prueba que a su poderdante se le está
privando de su propiedad sin haber intervenido en el proceso de mérito; por lo que
considera procedente se pronuncie sentencia amparando el derecho de propiedad de su
mandante.
A fs. 363 el doctor Ovidio Bonilla Flores, apoderado general judicial de los señores
Fernando y Rafael Chinchilla, se mostró parte como tercero beneficiado con el acto
reclamado, petición que fue resuelta favorablemente por medio de resolución de las once
horas con cincuenta y cinco minutos del día veintiséis de febrero del año en curso. El
referido profesional en dicho escrito expuso: que como apoderado general judicial de los
señores Chinchilla inició juicio civil ordinario de deslinde necesario y reivindicatorio
contra el señor Norberto Ondino Villacorta; que ante la fuerte probabilidad que la parte
actora saliera victoriosa, el señor Villacorta vendió la faja de terreno en disputa al señor
José Bernabé Ayala Segovia; que el comprador era conocedor que dicho inmueble se
encontraba en disputa, pues éste es yerno del señor Villacorta; por lo que teniendo
conocimiento del juicio debió defender sus derechos; que ha sido jurisprudencia de la Sala
de lo Civil que si durante el curso de un juicio de deslinde y restitución de una faja de
terreno, el demandado vende su propiedad incluyendo la referida faja, al comprador le
obliga la sentencia que se pronunció aunque no haya intervenido; que por ello considera
procedente se declare sin lugar el amparo solicitado. Con lo cual el presente juicio quedó en
estado de dictar sentencia.
V.- La parte actora hace consistir el agravio en que el Juez Primero de lo Civil de San
Miguel, como consecuencia de un juicio de deslinde necesario y reivindicatorio promovido
por el doctor Ovidio Bonilla Flores, apoderado general judicial de los señores Fernando y
Rafael Chinchilla, contra el señor Norberto Ondino Villacorta, ha ordenado la entrega
material de un inmueble de su propiedad, comisionando para verificar dicha diligencia al
Juez de Paz de Chapeltique. Según manifiesta el impetrante, la actuación de los
funcionarios demandados es violatoria de sus derechos constitucionales de propiedad y
audiencia; por cuanto ha sido condenado sin haber sido demandado y sin haber tenido
participación alguna en el proceso de mérito.
Ha sido reiterada jurisprudencia de esta Sala que la garantía de audiencia, contemplada en
el artículo 11 de la Constitución, ha sido establecida en la Carta Magna como máxima
protección efectiva de los derechos de los gobernados, que la misma Constitución reconoce
o instituye. Originalmente, aquella se concibió para garantizar la libertad como concreción
del individualismo, luego se extiende a la propiedad y posesión como derechos
constitucionales de máxima jerarquía en el régimen liberal vigente a la época; y finalmente
en las modernas Constituciones se hace extensiva a cualquier otro de los derechos
reconocidos constitucionalmente. La actual Constitución ha sido innovadora en este punto,
por cuanto amplía el ámbito protegido por la garantía de audiencia, siendo consecuente con
el artículo 2 de la misma, que establece la seguridad jurídica como garantía individual en el
artículo 11 además de los derechos tutelados por dicha disposición se tutela "cualquier otro
de sus derechos"; es decir, todos los conocidos como derechos subjetivos de la persona. En
este sentido, dicha garantía es absoluta y no admite más excepciones que las que la misma
Constitución establece expresamente, al facultar a un Órgano del Estado a privar a un
gobernado de un derecho sin el requisito de previo juicio. Es de indicar que, la garantía de
audiencia, obliga a todos los Órganos del Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial; ya que
en su esencia, no sólo responde a una protección al gobernado sino que obedece a razones
de orden público.
Ahora bien, esta Sala estima conveniente indicar que, la garantía de audiencia está
compuesta de las siguientes manifestaciones: (1) que en contra de la persona, a quien se le
pretende privar de alguno de su bienes jurídicos tutelados, se siga un juicio; (2) que dicho
juicio se sustancie ante tribunales previamente establecidos; (3) que en el mismo se
observen las formalidades esenciales del procedimiento; y (4) que el fallo se dicte conforme
a las leyes existentes con anterioridad al hecho que hubiere motivado el juicio.
Consecuentemente, puede señalarse que existe violación a la garantía de audiencia cuando
el gobernado no ha tenido la oportunidad real de defensa, privándosele de un derecho sin el
correspondiente juicio o cuando en el mismo no se cumplen las formalidades procesales
esenciales, las cuales, doctrinariamente, son la oportunidad de defensa y oposición y la
oportunidad probatoria.
En el presente caso, se ha establecido la existencia del acto reclamado por medio de los
informes de los funcionarios demandados, certificación del proceso de deslinde necesario y
reivindicatorio que corre agregada a fs. 56; y en los cuales consta que, efectivamente, el
doctor Ovidio Bonilla Flores en su calidad de apoderado general judicial de los señores
Fernando y Rafael Chinchilla demandó al señor Norberto Ondino Villacorta en un juicio de
deslinde necesario y reivindicatorio, y que en el curso del proceso el demandado vendió la
faja de terreno en disputa al impetrante, señor José Bernabé Ayala Segovia, circunstancia
que hizo saber en su oportunidad al Juez Primero de lo Civil de San Miguel, autoridad que
a partir de ese momento debió notificar al nuevo poseedor del inmueble objeto del litigio a
efecto que éste pudiera hacer uso de su derecho de defensa.
Respecto al argumento expuesto por el doctor Bonilla Flores en el sentido que, a pesar que
el impetrante no haya intervenido en el proceso relacionado, la sentencia recaída en el
mismo le es oponible; es del caso indicar que, toda sentencia definitiva únicamente puede
afectar los derechos o situaciones jurídicas de las partes que han intervenido en un proceso;
pues como se ha señalado anteriormente, no puede existir privación de derechos
constitucionales sin haber conferido audiencia a la parte que deba resultar afectada. Por otra
parte, debemos recordar que en el juicio reivindicatorio la demanda debe entablarse contra
el actual poseedor del inmueble cuyo dominio se pretende recuperar; pues sólo aquél puede
ser condenado a restituirlo; y en el caso de autos, desde el momento en que el inmueble en
disputa fue enajenado, enajenación que es perfectamente válida pues la demanda de
reclamación de dominio no fue anotada preventivamente como lo indica el numeral 1º del
artículo 719 del Código Civil relacionado con el artículo 721 del mismo cuerpo legal, el
demandado ya no se encontraba en posesión del mismo; en consecuencia, el señor
Villacorta ya no era legítimo contradictor; debiendo el Juez demandado notificar al nuevo
poseedor de la existencia del proceso.
De lo expuesto en los acápites procedentes puede colegirse que, la certeza de la violación
deviene precisamente de que la resolución impugnada se proveyó sin conferirle audiencia
alguna a la parte afectada para que ésta pudiese defender sus derechos constitucionales; por
lo que procede conceder el amparo solicitado, y así debe declararse en el fallo.
POR TANTO: Con base a las razones expuestas, y con fundamento en los artículos 32, 33,
34 y 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, a nombre de la República, esta Sala
Falla: (a) Declárase que ha lugar al amparo solicitado por el abogado Romeo Garay Moisa,
como apoderado general judicial del señor José Bernabé Ayala Segovia; (b) vuelvan las
cosas al estado que se encontraban antes del acto reclamado; (c) óigase en la siguiente
audiencia al Juez de Paz de Chapeltique para los efectos del artículo 84 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales por no haber rendido el informe solicitado en base al
artículo 26 de la ley de la materia; y (ch) notifíquese a las partes.
AS007A95.96
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