La organización internacional del trabajo y el trabajo infantil

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La organización internacional del trabajo y el trabajo infantil
Prof. Anabel Melet de Tornaboni
La Organización Internacional del Trabajo y el Trabajo Infantil.
Cada día se reconoce más la importancia y la vigencia de los Organismos Internacionales
capaces de crear normas y establecer lineamientos que de una u otra forma tiendan a garantizar la
paz y el bienestar de la comunidad mundial.
El propósito de crear una organización de carácter internacional capaz de establecer un derecho
internacional del trabajo, no es nada nuevo. Quizás pudiera decirse que nació simultáneamente
con el derecho del trabajo, pero sin lugar a dudas, fue a la terminación de la Primera Guerra
Mundial cuando la Conferencia de la Paz, reunida en Versalles, creó un organismo de carácter
permanente, cuya misión sería según se establece en el Preámbulo de la parte XIII del Tratado de
Versalles: "procurar la formación de un derecho internacional del trabajo, apoyado en los
principios de la justicia social y en el cual el derecho del trabajo serviría a su vez, de base a las
legislaciones nacionales y constituiría las primeras garantías internacionales para la protección
del trabajo".
La Organización internacional del trabajo, sería un organismo de naturaleza técnica y estaría
integrada por los países miembros de la Sociedad de Naciones.
La parte XIII del Tratado de Versalles contempla como se creó la Organización y determina, al
mismo tiempo, cual es su estructura jurídica.
Al analizar la estructura jurídica de la organización se concluye lo siguiente: La Organización
Internacional del Trabajo es una organización de naturaleza técnica, de alcance internacional
permanente que cumple un propósito específico.
En sus orígenes dependía de la Sociedad de Naciones y como tal, perseguía el deseo de lograr, en
todos los Estados un régimen de justicia social.
Hoy en día, la Organización Internacional del Trabajo se ha convertido en un organismo
autónomo de una gran vitalidad.
Todos los organismos internacionales tienen que integrarse con representantes de los diferentes
Estados que los constituyen, pero en el caso específico de la Organización Internacional del
Trabajo, se puede observar como existe el principio fundamental del Derecho del Trabajo cual
es, la composición tripartita. Cada uno de los Estados designa sus representantes, pero a su vez,
estos son representantes directos del Estado, o si se quiere, representantes nombrados por el
Gobierno de cada Estado y representantes designados por los trabajadores y por los patronos,
también de cada Estado.
Este hecho reviste una gran importancia, pues con ello se evidencia que no sólo la voluntad del
Estado participa en la toma de decisiones, sino que también, se requiere la intervención de
trabajadores y patronos para que de esa manera, la creación de normas jurídicas y
recomendaciones en materia laboral, respondan a la mejor concepción participativa y
democrática del derecho del trabajo.
Los Organos que integran a la Organización Internacional del Trabajo, son:
a) El Consejo de Administración.
b) La Oficina Internacional del Trabajo.
c) La Conferencia.
El Consejo de Administración es un organismo de carácter plural que se reúne en forma
periódica.
La Oficina es un órgano permanente, con un personal fijo encabezado por un Director General.
Tiene este órgano una importancia extraordinaria por el doble papel que desempeña. Por una
parte, la preparación, organización y ejecución de la Conferencia y sus acuerdos; y por la otra, la
compilación y distribución de todas las informaciones concernientes a la reglamentación
internacional de las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores y, en particular, el
estudio de las cuestiones que hayan de someterse a la Conferencia Internacional con miras a la
adopción de Tratados Internacionales, así como la realización de encuestas especiales ordenadas
por la Conferencia o *por el Consejo de Administración.
La función que ejecuta la Oficina en preparar las Conferencias simplifica la ardua tarea
legislativa internacional. Se procede a efectuar consultas a los gobiernos que demuestren interés,
se efectúan publicaciones acerca de los puntos que se van a tratar y se sistematizan los resultados
obtenidos por los expertos. De esta forma, los Tratados Internacionales quedan construidos sobre
una sólida plataforma.
Es por ello, que el papel de la Oficina en el campo técnico y científico es sumamente importante.
En tanto que, la Conferencia constituye la representación más importante de los Estados
miembros de la Organización Internacional del Trabajo.
La Conferencia tiene como funciones principales, entre otras, considerar cuestiones específicas
relativas a las condiciones de trabajo, con el objeto de llegar a la conclusión de tratados o
convenios internacionales. Además de ello, recibir los informes presentados anualmente por los
Estados sobre la manera en cómo están aplicando los Convenios aprobados en los cuales son
partes, y dar una oportunidad par un cambio general de opiniones acerca de los problemas
mundiales del trabajo.
Si bien es cierto que gran parte de los temas relacionados con la materia laboral revisten
importancia para su estudio dentro de la Organización Internacional del Trabajo, existe el tema
del trabajo infantil, el cual a mi modo de ver, debe ser abordado con la mayor seriedad por parte
de todos los que de una u otra forma se encuentren relacionados con la materia.
El derecho protector de los menores trabajadores lo integran un conjunto de disposiciones que
tiene por propósito asegurar la educación, el desarrollo físico, la salud y la moralidad de la
población trabajadora infantil.
La protección a los menores trabajadores dentro del mundo del derecho del trabajo se ha venido
planteando desde él año 1802, pues Roberto Peel en su obra Moral and Healt Act establece
algunas disposiciones concretas al respecto. A partir de este momento histórico, casi no existe
ningún Estado en el cual no se hayan dictado normas en favor de los niños y de los jóvenes.
La Organización Internacional del Trabajo ha establecido normas de protección tanto para los
menores trabajadores como para la protección al trabajo de las mujeres.
A nivel internacional, se celebró en la ciudad de Washington en el año 1919 una Conferencia de
carácter internacional en la cual se prohibió el empleo de menores de catorce años en trabajos
industriales y además, se prohibió el trabajo nocturno, en determinados trabajos industriales, de
los trabajadores menores a los diez y ocho años.
Si se realiza una secuencia cronológica sobre los principios de protección a los menores
trabajadores, se tiene lo siguiente:
En el año 1920 se aprobó una Convención en la cual se fijó la edad mínima de catorce años para
la admisión en el trabajo marítimo, salvo el caso de que se tratara de trabajo en familia.
En la Convención de 1921 se estableció que los menores de catorce años podían ser empleados
en trabajos agrícolas, pero siempre y cuando se respetara el horario escolar. En. esta misma
Conferencia se estableció otro principio bastante importante como lo es, la fijación de la edad
mínima de diez y ocho años para la admisión en los trabajos de pañoleros y fogoneros en lo
buques.
En la Convención de 1934, se adopta el contenido de una doctrina de la Conferencia de
Washington a los trabajos no industriales. Es por ello, que no debería emplearse a los jóvenes
menores de catorce años en ninguna actividad industrial. Sin embargo se autorizó a los
Gobiernos para que se aceptaran algunas excepciones, trabajos ligeros, trabajos familiares e
inclusive, en algunos casos, el servicio doméstico.
En el año 1948, se revisó la Convención de Washington y en ella se prohibió el trabajo nocturno
industrial para las personas menores de diez y ocho años, el trabajo nocturno comprendía un,
lapso de once horas, incluido en ellas el período comprendido entre las once de la noche y las
cinco de la mañana.
En la legislación venezolana, se establece dentro de la Ley Orgánica del Trabajo vigente
(art.247), la prohibición del trabajo de menores que no hayan cumplido catorce años de edad en
empresas, establecimientos, explotaciones industriales, comerciales o mineras.
Sin embargo, en la práctica, debido a la situación de pobreza extrema en la cual viven muchos
hogares venezolanos, los niños son los primeros que deben salir a buscar la realización de algún
oficio u ocupación que les permite obtener algo de dinero para llevar a sus familias de origen.
El debate sobre el trabajo infantil, pertenece al área de los problemas sociales que cortan de
manera transversal, gobiernos, sociedades civiles e inclusive, los propios organismos
internacionales.
De acuerdo al criterio clásico existe una gran incompatibilidad entre la infancia y el trabajo. Es
por ello que tiende a considerarse al niño trabajador como una triste realidad, como una
barbaridad y además de ello, el niño a pesar de poder trabajar arduamente no es considerado, por
muchos, como un trabajador. La sociedad le arrebata el derecho a vivir como un niño feliz,
protegido, en etapa de formación académica normal y al mismo tiempo no le reconoce su
verdadera condición circunstancial de trabajador.
Sin embargo, no se puede considerar a la infancia y al trabajo como conceptos aislados, sino que
por el contrario, se encuentran sumamente relacionados entre sí, dentro de un horizonte meta
teórico. Ambas son situaciones que surgen en un espacio histórico y social concreto, en el cual se
presenta con características muy propias.
Es por ello, que al realizar un análisis del trabajo infantil como estrategia de sobre vivencia para
los niños y adolescentes se debe delimitar el estudio de una situación bastante concreta.
El trabajo infantil es tristemente un fenómeno cotidiano en muchas partes del mundo. Tal
aseveración puede evidenciarse a diario en los periódicos y revistas especializadas, los cuales
descubren un catálogo de situaciones de niños y jóvenes trabajadores que resultan
verdaderamente denigrantes.
La evolución de las sociedades latinoamericanas de la década de los años ochenta y comienzo de
los noventa resulta interesante.
De acuerdo a los informes emanados del Fondo de las Naciones Unidas para la Ayuda a la
Infancia (UNICEF) se estima que en Latinoamérica existe un gran número de niños que se han
visto en la situación de separase de sus familias de origen debido a la pobreza. Estos integran la
categoría de menores en estrategia de sobre vivencia, que agrupa a quienes participan en alguna
actividad que le reporte ingresos.
Cada niño, cada separación de su familia y cada emergencia son únicos. Pero existen muchas
similitudes en cuanto a las necesidades de los menores no acompañados y por supuesto, en los
problemas que son necesarios enfrentar para protegerlos y ayudarlos.
Como consecuencia de la pobreza en que viven miles de niños, estos tienen que trabajar en
oficios que a veces, resultan riesgosos. En Colombia, por ejemplo, existen jóvenes (menores de
diez y ocho años) que son sicarios. Estos jóvenes son contratados para traficar drogas y matar a
otros, recibiendo una remuneración por la realización de tan terrible tarea.
Por otra parte, en Brasil, por ejemplo, se conforman milicias urbanas integradas por jóvenes, de
menos de diez y ocho años, contratados y dirigidos para labores de limpieza social, es decir, para
la eliminación de niños y jóvenes considerados para muchos como seres humanos indeseables.
Los oficios en la producción informal, como son la minería del oro y del carbón y la extracción
de piedra y arena, los oficios callejeros, la recolección de basura, pueden ser muy perjudiciales
para la salud y el desarrollo de los niños y a veces, los enfrentan a las autoridades policiales, pues
pueden llegar a cometer asesinatos, como sucede tristemente en Brasil.
En muchos casos el trabajo de los niños representa una respuesta quizás a satisfacer necesidades
básicas del hogar. Los menores hijos de padres que a su vez están desempleados, se ven forzados
a trabajar para contribuir a la lucha de la familia por la subsistencia.
Todos los análisis revelan que la pobreza es el factor más difundido en la causa que explica el
por qué del trabajo infantil. La mayor parte de los niños trabajadores provienen de hogares
abatidos por la pobreza crítica, constituidos por más de seis o siete miembros.
A nivel internacional, desde hace algún tiempo y cada vez son mayores los esfuerzos que han
generado el establecimientos de políticas y programas que proporcionen atención a los niños y
jóvenes trabajadores.
En Venezuela, la explotación del niño en el trabajo, marca profundamente la situación de
violencia permanente en la vida de los menores trabajadores.
Justo en la etapa de la vida que es adecuada para lograr la afirmación del individuo y donde los
niños trabajadores deberían estar en la escuela, adquiriendo una educación acorde, estos niños y
jóvenes se transforman en trabajadores, especialmente en el mercado informal de la economía.
La Constitución Venezolana vigente establece en su texto la protección a los menores y a la
mujer trabajadora. En tal sentido el artículo 93 establece: "La mujer y el menor trabajadores
serán objeto de protección especial".
Por su parte la Ley Orgánica del Trabajo dedica, en el título V, de los Regímenes Especiales, un
capítulo referido de manera exclusiva a los menores trabajadores y los aprendices. Sin embargo
para nadie es un secreto que a pesar de la extensa normativa legal sobre la materia, día a día
muchos de estos niños sufren las consecuencias del no cumplimiento de esta normativa.
Es por ello, que cabe perfectamente la posibilidad de hablar del trabajo de los menores como
estrategia de sobre vivencia. Estas estrategias de sobre vivencia no consisten en un recurso que
conscientemente asume el niño de una manera arbitraria o según sus gustos o inclinaciones
personales. Se trata más bien, de un proceso inconsciente que la misma familia genera y en la
que participa el niño, influenciado por la situación imperante en su núcleo familiar.
La faceta más conocida del trabajo infantil, quizás por ser la más evidente, es el trabajo que
realizan los menores por cuenta propia, vendiendo periódicos, lavando carros, lustrando
zapatos'o dedicados a cualquier otro renglón laboral dentro de la economía informal. Sin
embargo, existe un enfoque del trabajo infantil poco estudiado que consiste en las actividades
productivas o reproductivas, remuneradas o no, que realizan los menores por cuenta ajena.
La gama de esta forma laboral resulta ser bastante amplia, y puede ir, desde el ayudante de
chofer de camionetas de pasajeros (colector), hasta la niña que permanece en la casa cuidando de
sus hermanos y preparando la comida para cuando los adultos regresen.
Otro elemento que debe ser tomado en cuenta es el relativo a las condiciones en las que se
desarrolla el trabajo infantil por cuenta ajena: tipo de actividad, horarios, remuneración (erg
dinero o en bienes y servicios) protección, beneficios sociales o estabilidad laboral por citar
algunos aspectos inmersos en la problemática del trabajo como estrategia de sobre vivencia.
Otra situación que se encuentra subyacente en el problema es que los menores trabajadores
acuden al trabajo como único medio del que disponen para paliar sus duras condiciones de vida,
se ven en una situación desventajosa pues tal circunstancia los convierte en futuros hombres y
mujeres disminuidos para lograr alcanzar al menos, niveles de vida aceptables, que les permitan
el desarrollo de sus potencialidades mínimas para proporcionarles un futuro mejor.
A nivel internacional la preocupación por el tema del trabajo infantil no es nada nuevo. Sin ir
muy lejos desde el siglo XVIII se han venido formulando discursos y prácticas que de una u otra
forma dan respuesta a la problemática que surge en torno al trabajo infantil y consideraciones
similares también fueron realizadas durante los siglos XIX y XX.
Con la revolución Industrial que produjo el maquinismo, se generó en las grandes fábricas y
centros industriales situaciones terribles en torno al trabajo infantil. Normalmente los niños eran
utilizados en labores que reunían las mismas condiciones que la de los adultos, con jornadas de
14 a 16 horas de labores, sin tomar en cuenta que su escasa edad apenas les permitía un
desarrollo cónsono con su edad escolar.
En esa época la utilización de niños en edades comprendidas entre los 8 y los 10 años en trabajos
que ponían en peligro su desarrollo bio-psíquico, en actividades industriales, comerciales y
minas generaban enfermedades y accidentes de trabajo.
Debido a la aparición de la figura niño-obrero y a su explotación y sufrimiento, van a surgir las
primeras luchas que motivan la preocupación por parte de los Estados y se establecen leyes
proteccionistas que tratan de evitar o mejorar las duras condiciones laborales de los menores y a
proteger a la mujer trabajadora, surgiendo posteriormente el concepto que hoy en día se conoce
como protección integral de la niñez.
Toda esa anómala situación hizo que la Organización Internacional del Trabajo enfrentara el reto
de proteger y defender los derechos de la niñez trabajadora, a través de la regulación del trabajo
infantil.
Es así como este organismo logra crear una voluntad a nivel internacional para concientizar
sobre la preservación de la niñez, con características de obligación, de solidaridad universal.
Las orientaciones de la Organización Internacional del Trabajo expresan su sentido de previsión
y solidaridad hacia los menores que necesitan trabajar para sobrevivir, pero sin embargo, no ha
sido fácil que todas esas orientaciones sean adoptadas por las diferentes legislaciones de los
países del mundo.
Con relación al trabajo de los niños y jóvenes la Organización Internacional del Trabajo ha
producido una serie de Convenios que han desarrollado un Derecho Internacional de protección
al trabajo de la niñez, pudiéndose señalar entre los más importantes los siguientes:
Convenio No.05 por el cual se fija la edad mínima de admisión de los niños a los trabajos
industriales. Año: 1919.
Convenio No.06 sobre el trabajo nocturno de los menores en la industria. Año: 1919.
Convenio No.07 por el que se fija la edad de admisión de los niños en el trabajo
marítimo. Año: 1920.
Convenio No.15 por el que se fija la edad mínima para la admisión de lo menores al
trabajo en calidad de pañoleros o fogoneros. Año: 1921.
Convenio No.16 sobre el examen médico obligatorio de los menores empleados abordo
de los buques. Año: 1921.
Convenio No.33 relativo a la edad de admisión de los niños a los trabajos no industriales.
Año:1932.
Convenio No.60 relativo a la edad de admisión de los niños a los trabajos no industriales.
Año: 1937.
Convenio No.77 sobre el examen médico de aptitud para el empleo de los menores en la
industria. Año: 1946.
Convenio No.78 sobre el examen médico de aptitud para el empleo de menores en
trabajos no industriales. Año: 1946.
Convenio No. 79 sobre la limitación del trabajo de los menores en trabajos no
industriales. Año1946.
Entre los Convenios más recientes, se puede mencionar el Convenio No.124 sobre el examen
médico de aptitud de los menores para el empleo en trabajos subterráneos en las minas.
Año1965.
Como se deduce de todo lo antes expuesto, los Convenios y recomendaciones de la Organización
Internacional del Trabajo en defensa de los derechos y la protección de la niñez trabajadora han
sido de proporciones muy significativas, sin embargo lo que ha resultado realmente difícil ha
sido su puesta en práctica y su aplicación cabal en los distintos países miembros de la
organización y ratificantes de los citados instrumentos.
Pero el trabajo de los menores ha sido objeto de permanente preocupación, no sólo desde el
punto de vista jurídico, sino también desde el contexto global que incluye aspectos de carácter
social, económico, educativo, médico-asistencial y morales, en razón que es un hecho no
discutido, que la actividad que estos niños desarrollan si no está sujeta a una planificación,
protección y seguimiento, les puede generar secuelas irreversibles, que cuando lleguen a ser
adultos se manifiestan a través de desajustes sociales.
En Venezuela, recientemente se promulgó la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente (02 de octubre de 1998) y este instrumento jurídico, a pesar de que entrará en
vigencia para el año 2.000, contiene novedosos cambios con relación al régimen legal pertinente
a los niños y los adolescentes.
En su artículo 1 el Legislador establece de manera bastante clara, cuál es el objeto de esta Ley
Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente: "Esta Ley tiene por objeto garantizar a
todos los niños y adolescentes, que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y el
disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías, a través de la protección integral que el
Estado, la sociedad y la familia deben brindarles desde el momento de su concepción".
Para los efectos de esta nuevo instrumento legal se tienen muy en cuenta los principios de
igualdad y no discriminación. Además de ello, por primera vez, dentro de la legislación
venezolana se establece que "Niño es toda persona con menos de doce años de edad y
adolescente es toda persona con doce años o más y menos de diez y ocho..." (art 2 de la Ley
Orgánica para la protección del Niño y del Adolescente).
En el capítulo III de este trascendental instrumento de protección a los niños y a los adolescentes
se consagra el Derecho a la Protección en materia de Trabajo.
A tal efecto, el artículo 94 establece: "Todos los niños y adolescentes trabajadores tienen derecho
a estar protegidos por el Estado, la familia y la sociedad, en especial contra la explotación
económica y el desempeño de cualquier trabajo que pueda entorpecer su educación, sea peligroso
o nocivo para su salud o para su desarrollo económico integral.
Parágrafo único: El Estado, a través del Ministerio del ramo, dará prioridad a la inspección del
cumplimiento de las normas relativas a la edad mínima, las autorizaciones para trabajar y la
supervisión del trabajo de los adolescentes"
Es bien importante destacar que con relación a la edad mínima para el trabajo se señalan los
catorce (14) años y además se reconoce a los adolescentes, a partir de los catorce (14) años de
edad el derecho de celebrar válidamente actos, contratos y convenciones colectivas relacionadas
con su actividad laboral y económica, así como para ejercer sus respectivas acciones para la
defensa de sus derechos e intereses, inclusive el derecho de huelga, ante las autoridades
administrativas y judiciales competentes.
Sin lugar a dudas esta nueva Ley Orgánica para la protección del Niño y del Adolescente, a
través de una visión de protección integral del niño como un sujeto de derecho y no como un
objeto de protección transformará a toda la sociedad venezolana del siglo XXI, porque establece
un cambio profundo en lo que hasta ahora se ha venido manejando en materia laboral en el
campo de los niños y adolescentes.
Ojalá que todos y cada uno de los conceptos que en favor de los niños y adolescentes
trabajadores han sido creados, tanto en el seno de la Organización Internacional del Trabajo
como en las diferentes legislaciones del mundo, lleguen algún día a aplicarse de manera idónea
ya que así, la explotación laboral de los niños sólo se transformaría en un antecedente histórico
superado felizmente, por el principio del interés superior del niño.
Bibliografía
√ CALDERA, Rafael. Derecho del Trabajo. Editorial El Ateneo. Argentina, 1960.
√ DE LA CUEVA, Mario. Derecho Mexicano del Trabajo. Editorial Porrua. México, 1959.
√ UNICEF Estado Mundial de la Infancia. Editora oficial del Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia. Suiza, 1997.
√ OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO. Introducción al estudio del trabajo.
Noriega Editores. México, 1998.
Textos legales
1.- Constitución de la República de Venezuela. Año 1961.
2.- Ley Orgánica del Trabajo (según reforma de 1997).
3.- Ley Orgánica para la protección del niño y del adolescente. Año 1998.
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