HOMILIA SANTA ANA EN CERVERA DEL RIO ALHAMA DEL AÑO 2014- 26 DE JULIO Queridos paisanos y allegados a nuestro querido pueblo de Cervera. Compañeros sacerdotes, autoridades, mayordomos y cofrades, toda la comunidad cristiana presente y ausente que podrá leer esta homilía en la página de nuestro querido amigo José Mª Hernández, como está aún la que pronuncie el año 2010. Este año que se cumplen los 40 años de mi sacerdocio ministerial y pastoral, y 40 años que también predique en el año 1974 en esta fiesta, deseo desde mi experiencia vital y sacerdotal, compartir con vosotros unas vivencias más humanas, que son fundamento de nuestra vida religiosa y cristiana. Va a ser una homilía diferente con unos matices peculiares para nosotros de este pueblo y tantos que os unís en este pueblo por diferentes vínculos. Cuando llevaba un mes de sacerdote o cura en aquél, primer sermón me preguntaba y daba respuesta a este interrogante ¿Cómo honramos los cerveranos a Santa Ana? Hoy después de 40 años, quiero afirmar que nos honra el que nuestra gaita y nuestros gigantes y cabezudos sean propios de nuestra cofradía. Porque todos los cofrades los tenemos como propios estos bailes y músicas como algo que sentimos, aunque no seamos del pueblo, sino avenidos y que sentimos a Santa Ana como algo propio y peculiar y no de una institución civil. Y mejor aún que vivimos en esta época de secularización y de libertad confesional. Llevo muchos años como prior, abad de una cofradía de Semana Santa en Logroño, donde llevo 38 años de ministerio sacerdotal y a esta cofradía pertenece el colegio religioso: los Hnos. Maristas. Son los cofrades los que mantienen y son propietarios de sus dos pasos, de su banda de tambores. Por eso creo que ser cofrade de Santa Ana y mantener nuestra gaita y nuestros cabezudos es propio y peculiar nuestro. 1 Además nosotros los primeros gigantes: el Moro y la Mora vienen a nuestro pueblo, según descubrió el amigo Agustín Pando (que en paz descanse); pues, llevan entre nosotros 115 años. Traídos en el año 1909. Y para ellos se compone una música especial, parte de una zarzuela a quien ponemos de chavales letra: Ya la reina mora que el Pili que llora y a los cabezudos: patas de alambre que te mueres de hambre. Y lo mismo ocurre con nuestra gaita que de siglos atrás, le ponemos también nuestra letra propia. Como este trozo que os narro: “Ha venido un carro lleno de tomates y va preguntando por los estudiantes. ¡Ay mama Inés (ter), tócame los pies. Que quieres que te traiga que voy a Madrid… etc. Y no sólo esto, en 1924, el Maestro Dorado, Director de la Banda de Música Cerverana, compuso para el Rosario de la novena, el AVE MARIA, llamada pastoril por su melodía y ritmo. La De Santa Ana y San Gil es del siglo XVII. Y os preguntareis porque componer AVE Marías. Sencillamente en hebreo, el nombre de María y Ana es lo mismo: Significa la agraciada de Dios, la graciosa de Dios. Como hoy a nosotros el Evangelio nos ha dicho: que somos felices y dichosos. Como la Aurora o campañilla que hoy se cantado en el amanecer y despertar: “ERES MISTICO ROSAL Y DE TI, TIERRA DELICIOSA NACIÓ LA MAS BELLA ROSA QUE ES FLOR QUE NO TIENE IGUAL, PUES LA SERPIENTE INFERNAL HUYE A SU OLOR ESPANTOSA, ADMITIDNOS POR TUS SIERVOS, ANA FELIZ Y DICHOSA”. Y quiero destacar desde la palabra de Dios que hemos proclamado que hagamos el elogio de nuestros antepasados que infundieron en nosotros reunirnos la víspera de la fiesta para hacer la bajada de Santa Ana: me contaba mi abuela Emilia que nació en 1880 que en aquella época iban todos los hombres fuertes del pueblo con aquellas escaleras para coger los frutos del campo que hemos conocido y que todavía quedan en el pueblo al 2 principio los peldaños por dentro y luego se juntan las maderas y salen por fuera los peldaños y entre todos la bajaban. Hasta que se les ocurrió el carro que todavía baja a Santa Ana y los cantos y vivas a Santa Ana y hemos conocido las vías de bajada de madera, antes de todo este montaje metálico. De ahí surge entre todo este trabajo y tiempo de descenso, repito, el gritar los vivas y cantar y juntarse el pueblo para acercar la imagen de Santa Ana a nivel de calle. Y luego sacarla en procesión por las calles del barrio de arriba y por su demarcación parroquial. Incluso hubo años que cantando el Rosario por las tardes, por las labores del campo y porque entonces había muchas alpargatas, me contaban mis antepasados, que era la procesión al atardecer un día portada por los alpargateros y otros día por los labradores o agricultores. He conocido como muchos de vosotros tener que ir a segar, mejor con las caballerías en estos días ir acarrear: traer la mies para trillarla. Y la despedida, la subida de Santa Ana siempre ha sido muy poco participada. No agrada tener que despedir hasta el año que viene a una persona tan querida. Y todo esto Jesús nos lo ha dicho en el breve Evangelio que hemos proclamado: Bienaventurados, dichosos y felices. Creo que todos cerveranos y allegados tenemos que sentirnos como dice el mismo nombre de María y Ana agraciados de Dios. Por favor, sentirlo así, que es la fuerza y el Espíritu de nuestro Dios. Y ¿qué decir de la imagen que contemplamos? Visitaba el día 15 del presente mes, de nuevo el monasterio de Cañas y en su museo hay una imagen de Santa Ana, como la nuestra, es decir, de la triple generación de 1350. Así ya desde esa época se venera a Santa Ana con su hija y su nieto. En esa época de finales del románico no se miran a la cara la Abuela, la Hija y el 3 Nieto, como la nuestra, que ya celebramos su cuarto centenario hace 20 años. Por ello, os recuerdo e invito que si nuestra bella imagen, se miran los tres, se ven, mejor se contemplan, también nosotros nos acerquemos especialmente en estos días para orar y contemplar el misterio de la humanidad de nuestro Dios. Y quiero recordar, un detalle que posiblemente se haya perdido, cuando era monaguillo desde hace casi sesenta años, al terminar el bautizo se subía al camarín y se depositaba un momento al niño o a la niña en Santa Ana entre la Virgen y Jesús. Os invito a que sigáis haciéndolo, ponéis a vuestros hijos y nietos ante el misterio humano de nuestro Dios, con el fin del compromiso de ser educados en la fe cristiana, que en la celebración bautismal siempre nos comprometemos. Y de todo esto nuestro Papa Francisco, que le gustan tanto los signos nos ha recordado y nos dice: cuando un cristiano no vive una adhesión fuerte a Jesús, “pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que trasmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie”. Y hoy todos nos encontramos desbordados también por una fuerte crisis religiosa. Y podemos pensar que el Evangelio, el mensaje de Jesús, nieto de Santa Ana e hijo de María ha perdido su fuerza original y que el mensaje de Jesús ya no tiene garra para atraer la atención al hombre y la mujer de hoy. Ciertamente no es el momento de “cosechar” éxitos llamativos, sino de aprender a sembrar sin desalentarnos, con más humildad y verdad. Y estamos llamados a anunciar el mensaje de Jesús el Hijo de María y nieto de Santa Ana, ES DECIR, ANUNCIAR EL Evangelio, la Buena Noticia. Y EVANGELIZAR no es propagar una doctrina, sino hacer presente en medio de la sociedad y en el corazón de las personas, la fuerza humanizadora y salvadora del 4 mismo JESUS. Y esto no se puede hacer de cualquier manera. Lo más decisivo no es el número de predicadores, catequistas, enseñantes de religión, sino la calidad evangélica, de buena noticia del evangelio que podamos irradiar nosotros los cristianos. Por eso me pregunto y os pregunto: ¿Qué contagiamos?, ¿Indiferencia o una fe convencida?, ¿Mediocridad o pasión por una vida para todos más humana? Por eso, le pedimos por medio de Santa Ana, María, su hija y nuestra Madre y nuestro hermano Jesús, que contagiemos una vida de fe y más humana cada día. Y finalizo y termino, como siempre, con ese grito cerverano: ¡Viva Santa Ana! Y que así sea 5