francisco zapater - Goya en El Prado

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GOYA.
NOTICIAS
BIOGRÁFICAS
POR
D. FRANCISCO Z A P A T E R Y GÓMEZ,
A c a d é m i c o corresponsal de la R e a l de nobles artes
de San F e r n a n d o
Z A R A G O Z A . - 1 jgg$
Imp. de LA PERSEVERANCIA, á cargo de Manuel Sola,
Paso de a í ^ ^ s e o a s , n ú m . 6
ARIOS
son los escritores extranjeros
que desde 1834 vienen escribiendo
acerca de Goya y tanto en las revist a s y artículos relativos á este inmortal genio
de la pintura, como en las dos recientes publicaciones debidas á la pluma de Mr. L a u rent Matheron y de M r . Charles Iriarte, son
varios los errores que involuntariamente y por
falta de datos
fidedignos
se h a n cometido.
E n los interesantes trabajos citados si bien
hay abundancias de noticias, se
advierte
carencia de datos, afirmaciones calumniosas,
y hasta inexactitud en las citas y en las
fechas; deslices todos que refiriéndose á un
genio tan sublime como D . Francisco G o y a
y Lucientes, importaba mucho rectificar. E r a
- i un deber de patriotismo la vindicación de tan
esclarecido nombre é igualmente un obsequio
hecho á la historia d e las Bellas Artes en
España.
Razones ambas suficientes p a r a excitar á
quien posee documentos originales y que han
sido citados por la prensa francesa, á la
publicación de estos exactos y verídicos a u n que breves apuntes, relativos al original y
exclusivo pintor que tan preferente lugar tiene y ocupará siempre en la historia general
de la pintura: y cuyas obras se disputan los
Museos y las galerías de particulares.
Mis aspiraciones al h a b e r de t r a t a r d e
este genio sublime y pensador, no son otras
según lo expuesto que las de que este trabajo, que puede llamarse tributo d e familia,
sea la narración verídica desde 1775 hasta
1801, de todas las noticias relativas á la vida
del pintor Goya; y al propio tiempo u n a
refutación apoyada en documentos originales
de la novelesca historia, escrita por autores
de talento sí, pero que arrastrados en alas de
— 3—
una loca fantasía, han querido convertir á
Goya, pintor de cámara del rey Carlos I V , en
un frondista francés, desfaciendo entuertos
por las calles de la coronada villa tizona en
mano, escalando balcones y admitiendo d a m a s
t a p a d a s en su cuarto, y dando asaltos al aire
libre no obstante su casaca b o r d a d a . Y seducidos por el falso brillo de la escuela racionalista, lo han presentado como un escéptico
que dudaba de Dios y de sí mismo, y no
hubiera rendido culto ni á la Diosa
Razón,
Que la tradición vulgar del pueblo de
Madrid, descrito por D . Ramón de la C r u z y
por Castillo, haya conservado de Goya, debido á su genio irascible y carácter independiente, ciertas anécdotas picantes: que sus
diferentes lienzos, de género ó de costumbres,
sirvan de apoyo p a r a creer que participó de
las nuevas ideas anunciadas en E s p a ñ a , por
algunos elevados personajes, no son razones
bastantes p a r a asegurar que Goya vivió desde
la edad
de 14 años t a n t o en su pueblo
como en Zaragoza, R o m a y Madrid, perse-
_ 4—
guido por la justicia como autor de v a r i a s
muertes, huyendo de la Inquisición, desafiando la sociedad entera, errante por E s p a ñ a
mezclado con los toreros, y en oposición
abierta con las costumbres e s p a ñ o l a s y
modo de pensar de su tiempo. Y
finalmente,
es algo temerario el asegurar que el hombre
que había nacido en la católica E s p a ñ a , y en
su correspondencia íntima invocaba siempre
á Dios y á la Virgen del Pilar, murió impenitente, no obstante haber sido llevado su
cadáver á la Iglesia católica y hallarse enterrado en sagrado, tal vez por mera
fórmula
como quiere dar á entender Mr. Matheron,
L a vindicación de Goya era por lo t a n t o de
justicia, y como el silencio d a b a lugar á pensar, podía ser exacto todo lo referido; hé aquí
por qué he creido un deber de p u r a justicia
y de españolismo el no demorar por más
tiempo la publicación de los datos que poseo.
II
D . Francisco de Goya, como él se firmaba
algunas veces, nació en Fuendetodos el día ¡30
de Marzo de 1746, y no el 31 de Marzo de
1756, en la casa señalada con el número 18
de la calle de la Alfóndiga, sita en el barrio
bajo, propiedad con otra en el mismo pueblo
de la familia de Goya, que todavía conserva
el apellidode Mozota, y que perteneciente hoy
al E x c m o . S r . Conde de Fuentes, se halla
convertida en p o s a d a . F u é bautizado al día
siguiente, y la partida que lo confirma, copiada á la letra de los libros parroquiales, y con
la propia ortografía
que tiene el original,
dice así:
«En treinta y uno de Marzo de mil settecientos cuarenta y seis, Bautice yo el infrascripto V i c . ° un Niño que nació el dia antecedente inmediato, hijo legítimo de J p h Goya
— 6
y de Gracia
-
Lucientes legitim.
te
casados
habitantes en esta P a r r o q u i a y vecinos de
Zaragoza: se le puso por nombre Francisco
Joseph Goya: fué su Madrina francisca G r a s a
desta Parroquia, á la qual advertí el P a r e n tesco espiritual que abia contraido con el
Bautizado y la obligación de enseñarle la
doctrina Christiana en defecto de sus Padres,
y por la verdad hago y firmo la Presente en
fuendetodos dho dia mes y año ut supra e t c .
Licenciado J p h Ximeno, Vic.°»
Sus padres eran labradores, y el apellido
materno Lucientes, de reconocida hidalguía,
como consta del árbol genealógico que hubo
dé hacer sacar Goya cuando su nombramiento
de pintor de c á m a r a . T u v o este matrimonio
varios hijos, entre ellos Thomás, que fué dora"
dor en un principio y trabajó en el retablo
d e Nuestra Señora de los Dolores que dá
frente al altar de las reliquias, en la iglesia
parroquial; Camilo, que se hizo eclesiástico, y
Rita, que fué casada y vivía en Zaragoza.
Goya permaneció en su pueblo natal, ayu-
— 7—
dando á sus padres, hasta el año de 1760,.
fecha en la que viendo estos su mucha disposición p a r a la pintura, y aconsejados p r u d e n temente, determinaron pasase á Z a r a g o z a á
perfeccionarse en tan noble arte.
E s t a época de 1746 hasta 1760, es á la
que M r .
Charles
Iriarte deberá
referirse
cuando dice en un artículo publicado en el
Moniteur é inserto en el número 26 de la Revista de Bellas Artes correspondiente al 31 de
Marzo último: «La juventud de Goya fué
agitada y borrascosa; llena de lances y de
amorosas locuras. Llevado de su inclinación
á las aventuras y de su genio pendenciero, á
los dieciocho años tuvo que abandonar la
ciudad nativa, después de una sangrienta
contienda en que quedaron tres hombres tendidos en el campo de la l u c h a . Sü familia
le ocultó por algún tiempo, proporcionándole después los medios para marchar á Madrid, etc.», y que Mr. L . Matheron lo traslada
á Zaragoza, si bien quitándole el sabor galante
y revistiendo la aventura de cierto carácter
— 8—
guerrero, recuerdo de la E d a d m e d i a , y
haciendo aparecer esa lucha que hubo en la
ciudad entre las dos parroquias labradoras
alta y baja de San P a b l o y la
Magdalena,
unida á ésta la de San Miguel, que dio margen hasta hace algunos años p a r a encuentros
nocturnos y sangrientos, y no entre las de
S a n Luis, que no h a existido, y la de Nuest r a Señora del P i l a r .
Quien conozca las condiciones del pequeño
lugar de Fuendetodos, que hoy tiene 120
vecinos, que carece, á pesar de lo que dicen
los escritores extranjeros citados, de río, de
vega, de montes poblados de pinos, y hasta de
zagalas poéticas, y cuya vida y movimiento
económico se reduce á las faenas agrícolas y
á la pequeña industria que proporcionan á sus
habitantes los pozos p a r a encerrar el hielo,
comprenderán la imposibilidad de que ese
pequeño recinto pudiera ser ancho palenque
de tales aventuras: mayormente en la primera mitad del siglo dieciocho, y siendo residencia entonces Fuendetodos de las solariegas
familias de los Salvadores, Grasas, Azn&rez,
Lucientes, etc., cuyos escudos de armas se
ostentan todavía, aunque mutilados, en las
fachadas y sobre los portales de las casas
¿Además, era la edad de trece años hábil e
aquella época y costumbres p a r a
aventura,
galantes en un joven hijo de padres labradores y con escasos medios de fortuna?
E n el lugar de Fuendetodos se conserva
viva la memoria de Goya, á pesar de la
reciente muerte de la nieta de T o m á s Goya,
que, como persona tan allegada á la familia,
reunía mayores noticias.
Existen aun hoy
día cuatro personas que conocieron á G o y a ,
en el pueblo y-que por su edad podían recordar haber oído contar á sus padres la referida escena: y hasta se conserva un diario en
el que varios individuos de una misma familia han tenido la curiosidad de a p u n t a r los
sucesos del lugar d u r a n t e el transcurso de un
siglo. P u e s bien: ni Cenón G r a s a , anciano
de 76 años, y cuyo abuelo fué amigo de Goya
ni su mujer Vicenta, de edad de 70, ni
-
10
-
T o m á s Cortés, primo hermano del primero y
que c u e n t a 7 3 cumplidos, recuerdan lagalante
y mortífera contienda que terminó con la
ocultación y fuga de Goya de la casa p a t e r na, con el encuentro obligado de un fraile, y
nómado viaje hasta Madrid. Episodios manoseados y que nunca faltan en toda impresión
de viaje escrita en F r a n c i a .
Refieren, sí estos ancianos, que Goya, era
travieso é inquieto cuando chico; que borroneaba figuras, y que pintó en la Capilla de
las Reliquias unos cortinajes al fresco, y
después al óleo, en las puertas del retablo, la
venida de la Virgen del Pilar; que en 1808,
mientras su permanencia en el lugar, durante
el segundo sitio que sufrió Zaragoza, era
sordo y le hablaba por señas un criado que
trajo, haciendo uso de un abecedario que
todavía imitan. Mencionan también que al
ver Goya la pintura del mencionado altar
exclamó: «No digáis que eso lo he pintado yoi>\
pero ninguna memoria hacen estos modestos
aunque exactos testigos de un acontecimiento
— 11 —
que debió haber dejado huella en el lugar: y
contestes se hallan en asegurar que G o y a
dejó á Fuendetodos, porque en él n a d a podía
aprender ya como pintor.
III
Goya permaneció seis años en la capital de
Aragón, y d u r a n t e el citado período, estudió
bajo la dirección del pintor entonces en boga
hasta por su nacimiento D . José L u z á n y
Martínez,
asistiendo además á la escuela
pública de dibujo, fundada en 1714 por el
escultor D . J u a n
Ramírez, sostenida en los
años sucesivos por el celo de varios ilustrados
aragoneses, y elevada, debido á los esfuerzos
de la Real Sociedad Económica Aragonesa,
á Real Academia por cédula de S . M. de
17 de Abril de 1792.
P u d o muy bien ser que Goya dejara la
capital de Aragón por evitar la persecución
de la justicia y no de la Inquisición como
— 12 —
dicen los escritores extranjeros: pero p u d o
también suceder que su traslación á Madrid,
la motivara el afán de perfeccionarse en la
coronada villa, al lado de Bayeu y otros
artistas, excitado además por el deseo que
animaba entonces á muchos jóvenes aragoneses de pasar á la corte á buscar fortuna
bajo la protección de los condes de A r a n d a ,
de Riela, de D . Manuel R o d a , A s a n z a . e t c ,
cuyo influjo y poder eran grandes en p a l a cio y protegían como Jefes de lo que se denominó partido aragonés á toda la colonia de
su país; y de la que formaban p a r t e los dos
Bayeu, Beratón, el escultor Adán, el platero
Martínez y otros. Ningún d a t o aclaratorio
poseo p a r a fijar este extremo razón por la
que después de lo expresado, n o emitiré juicio alguno.
Ignoro la fecha de la salida de G o y a
para
R o m a , y sólo puedo afirmar que en £22^ se
hallaba ya de regreso y de asiento en Madrid:
puesto que en 6 de Setiembre escribía á su
mejor amigo y constante protector el señor
— 13 —
D . Martín Z a p a t e r y Clavería lo siguiente:
.<Me alegro q .
e
te cubiertas y q .
e
bisites á
«Francisco {Este era Bayeu.) Ya quedo enteirado d e todo lo que dices en cuanto á la
«obra, y será mejor que no se piense mas: te
»doy g r a c .
y no tengo tiempo p a r a m a s que
s
«decirte que aqui tengo el S .
Cristóbal y
n
«que al reberso te h a r é la Dolorosa y m a n d a
sá tu amigo de c o r a z ó n . — F r a n .
En
co
Goya.f
1777 aparece ya casado con
Josefa
Bayeu, y padre en 22 de E n e r o de un guapo
muchacho como él mismo dice, y dibiertete bien
con los campicos, añade á su amigo Z a p a t e r , que
no falta quien se estará escrismando y lleno de pesadumbres deseando lo mismo.
E n Abril del mismo año, Goya p i n t a b a ya
con mas aceptación, expresión suya. Y convaleciente de una grave enfermedad, decía á su
amigo. «Infinitasgracias y muchas mas por las
«espresiones de amistad que te merezco y no
«dudes que si abia de cansar alguno, seria á
«ti, pero g . á Dios tengo y con esperanzas de
s
«tener como te insinué campicos. P u e s amigo
- u •ya estoy bueno gracias á Dios que me h e
«escapado de buena, etc.»
. E n 1778 grabó un Juego de las obras de Velazquez que ya sabrás que tiene el Rey dice, y que
remitió á Zaragoza, j u n t o con un borrón que
tenía antiguo fl), y que por inútil quedó en
su poder c u a n d o Sabatini se echó sobre unos
guapos borrones y que el mismo Goya calificaba de buenos.
Aislado vivió Goya en Madrid hasta Jg%g,
en cuyo año tuvo ocasión de presentarse en
palacio, y lo refiere del modo siguiente en
c a r t a de 9 de E n e r o .
«Si estubiera mas despacio te contaría lo
»que me onro el R e y y el Príncipe y la
•princesa que por la gracia de Dios rae p r o •porcionó el enseñarlas cuatro cuadros, y les
•besé la mano que aun no abia tenido t a n t a
•dicha j a m á s , y te digo que no podia desear
ornas en cuanto á gustarles mis obras,
según
(1) Dicho borrón que poseo y ha sido calificado por e l
S r . Haess, representa un baile en la ronda: en el fondo
se destaca el templo de San Francisco el Grande,
-
15
-
sel gusto que tubieron de berlas y las satís«facciones que logré con el R e y y mucho m á s
«con sus Altezas. Y después con toda la gran~
»deza gracias á Dios, que yo no merecia ni
»mis obras lo que logré. Pero chiquio c a m p i »cos y buena vida, nadie me sacará de esta
«opinión y mas que aora empiezo á tener
«enemigos mayores y con mayor encono.»
Popularizado el pincel de G o y a con sus
borrones de toros y cuadros de costumbres, y
varios retratos, disponiendo 'de un capital
de 5.000 pesos, fruto de su trabajo, el cual
deseaba emplear 3' que trabajara, y conocido de
la familia Real, la Academia de San F e r n a n do, admitió en su seno al ya celebrado pintor^
n o m b r á n d o l e académico en 7 Mayo de 1780
Dice M r . L a u r e n t
Matheron respecto de
este nombramiento, que dicha gracia fué la
re£fin>pensa de un crucifijo y otro lienzo de
grandes dimensiones que Goya pintó p a r a
la Iglesia de San Francisco el G r a n d e , obras
ambas declaradas magistrales y que habían
impresionado favorablemente al público y á
— Í6 —
la Academia: y añade que á esta misma época
pertenecen entre otras obras, el cuadro de la
familia del infante D . Luis, y el retrato del
Ministro F l o r i d a b l a n c a .
E n ninguna de las varias cartas escritas
en i2§o.á su amigo D . Martín Zapater, hace
mención G o y a , de las tres obras referidas: y
no podía hacerlo, puesto que las ejecutó con
posterioridad á la mencionada fecha.
E n 25 de Julio de i$B>i decía Goya: «l^migo,
«llegó el tiempo de el mayor empeño en la
«pintura que se a ofrecido en Madrid, y es
•que á compentencia a determinado S. M.que
»se hagan los quadros p a r a la iglesia de San
1 Francisco el G r a n d e esta Corte, y se a dig»nado el nombrarme a mi, cuya carta orn. el
«Ministro se la embia oy a Goicoechea p a r a
«que la enseñe á esos biles que tanto an des«confiado de mi mérito y tu la llevaras adonde
«conozcas que as de acer fuego que ay motivo
«para ello, pues Bayeu el grande aze t a m «bien su cuadro, Maella también ace el suyo
«y los demás pintores de c á m a r a también
-
17-
•acen: en fin esto es una competencia formal,
•pues parece que Dios se a acordado de m i ,
•y tengo esperanzas de que sea todo en feli•ces resultas después de echas las o b r a s . E l
«tamaño del quadro es nueve b a r a s castellan a s de alto y la mitad de ancho, es t a m a ñ o
•natural:—Como tan interesado en mi bien
•tu sabrás el uso que debes hacer de esta
•noticia, y los porrazos
que
puedes
dar,
•de q. de R a m ó n nadie se acuerda, etc.»
e
i^M^^v
Y no es esta la única carta en que h a b | a j /
Í | | | ^ 3
de este cuadro; E n 29 de Agosto, 6 y 20
Octubre de 1781, volvía á repetir: «Trabajcs¿\¿^•en el borrón de S . F r a n . » « Q u e d o en avic o
•sarte las nobedades del quadro sin reserv a r t e n a d a a u n q . sea contra mi, pues u n a
e
•bez q. tu y yo somos unos nos callaremos
e
•lo q .
e
aya q. callar.» «Biene el tiempo de
e
•las tordas q .
e
•S. F r a n .
no abia de reparar
c o
sino fuera por el quadro de
dichos ni
•michos.» D u r ó la obra h a s t a E n e r o de 1783,
en cuya fecha este lienzo y los ejecutados por
los demás pintores, se colocaron t a p a d o s en
2
)?\
ia iglesia de S a n Francisco el G r a n d e , esperando el día designado p a r a que la Corte los
viese, y asta entonces, dice Goya, nada corre mi
caballo.
E l retrato del ministro Floridablanca, ño
lo empezó Goya h a s t a 1783, según se lee
en dos c a r t a s de ^ d e E n e r o y 26 de Abril,
en las que dice: ^ . u n q .
me a encargado el
e
«conde Florida B l a n c a q .
no diga nada, lo
e
«sabe mi mujer y quiero q.
e
tu lo sepas solo
«y es q. le he de acer su retrato cosa
e
q.
e
»me puede baler m u c h o : a este S . le debo
r
«tanto q . esta tarde me e estado con su S .
e
«dos oras después q. a comido q .
e
e
a
a benido
«a comer á M a d . e t c . | — E n esta j o r n a d a h e
«hecho la cabeza p . el retrato del S . Moñia
r
»no, en su presencia, y me a salido m u y
«parecido y esta m u y contento, y a te escri«bire lo q .
e
resulte^
E l cuadro de la familia del infante D . L u i s
H é aquí como lo refiere en c a r t a de 20 de
Setiembre:
— 19 —
WAcabo de llegar de A r e n a s y m u y c a n »sado. Su Alteza me a echo mil onores h e
•echo su retrato el de su S . y niño y niña
a
»con un aplauso inesperado por haber hido
«ya otros pintores y no aber acertado á esto:
»He salido dos beces a caza con su A l t .
a
y
«tira m u y bien y la última tarde me dijo
«sobre tirar á un conejo este pintamonas aun
«es mas aficionado q .
e
yo. E estado un mes
«continuamente'con estos S .
6 S
y son unos
«angeles, me an regalado mil duros y u n a
«bata p . mi mujer toda de plata y oro q .
a
e
«bale treinta mil reales, según me dijeron allí
«los g u a l d a ropas. Y an sentido t a n t o q.
e
me
«aya hido que no se podían despedir del sen«timiento y con las condiciones q .
e
abia d e
«bolber lómenos todos los a ñ o s . Si te p u d i e r a
«yo decir por menor las circunstancias
y
«lo q. allí a ocurrido se q . tendrías mucho
e
e
«gozo pero no puedo: estoy rebentado del
«coche q. p . orden de S . A . me an traído
e
r
a
«muy de prisa e t c . *
Como se vé, otras obras, y no las que cita
Mr. Matheron, fueron la causa del n o m bramiento deAcadémico.
G o y a fué designado en 1780 p a r a pintar en
unión de Bayeu, varios de los frescos del templo de N u e s t r a Señora del Pilar, pues según
carta de 10 de Mayo, en la que aparecen fijados los plazos y el tanto, decía Goya á propósito de su viaje á Zaragoza: «Para mi casa no
«necesito de muchos muebles, pues me parece
que con u n a estampa de N . S .
a
r a
del P i l a r ,
«una mesa, cinco sillas, u n a sartén, u n a bota
«y un tiple y asador y candil, todo lo d e m á s
»es superfluo.n Y pensando el artista en su
mujer, continuaba en otra carta de 9 d e
Agosto: «Mi mujer te lo estima infinito y me
«encarga q. te diga q. como es la sepultura
e
e
«de l a s mujeres la casa, q. le pareceel p a r a g e
e
«triste, pero repito q. si conoces q . ea del
e
e
«caso lo hagas.» E n 23 del mismo Agosto
decía G o y a : «Ya a parido la P e p a , g r a . á
s
«Dios un m u c h a c h o m u y guapo. Conque nos
«beremos mas presto de lo que pensaba.»
E n efecto, G o y a salió p a r a Z a r a g o z a en el
— 21
-
mes de Octubre de 1780, y en dicha ciudad
permaneció h a s t a el mes de J u n i o de 1781.
D u r a n t e este período es cuando G o y a ejecutó los frescos que todavían subsisten en la
Iglesia de N t r a . Sra. del Pilar, no sin que
esta obra diera motivo á serios altercados y
h a s t a mediaron c a r t a s y representaciones por
parte de G o y a y del Cabildo.
Pretendíala
j u n t a de obras, á la cual los bocetos presentados el 10 de Marzo de 1781 no habían gustado, según decía el canónigo D .
Mathías
Allué en c a r t a de 11 de Marzo, los sujetase el
artista aragonés al examen de Bayeu, y este
se resistía apoyado en que solo la Real Academia de San F e r n a n d o era la competente y
n o otro pintor que en títulos y categoría era
igual á él. T o m a r o n p a r t e en la cuestión personas influyentes en la ciudad, interesóse el
Cabildo que era quien los había m a n d a d o
ejecutar y dado las medidas, pero ni unos ni
otros pudieron entenderse, no obstante que
G o y a propuso que p a r a dar gusto á los señores de la J u n t a y al S r . Allué, el mejor medio
-
22
-
era que por los mismos se le dijesen los defectos que habían advertido en los bocetos d e
las pechinas no obstante estar hechos según arte.
E n tal estado de la cuestión, fuécuando medió
el P . F r . Félix Salcedo, prior que había sido
de la Cartuja de Aula Dei, íntimo amigo de
Bayeu y sacerdote ilustrado, el que por medio
:
de u n a m u y notable carta, que original poseo,
dirigida á G o y a en 30 de Marzo, terminó al
contienda, sometiéndose éste, según c a r t a de
6 de Abril, á hacer nuevos bocetos p a r a las
pechinas, de acuerdo con su c u ñ a d o D . F r a n cisco Bayeu, y precedida la aprobación de
este en los términos que los señores de la Junta
determinen.
T a n deferente sumisión no disipó la atmósfera creada en contra de G o y a por la envidia; así es que apenas terminados los frescos
se apresuró á regresar á la Corte n a d a satisfecho, puesto que escribía el 4 de Julio. «No
ime acuerdes esos sugetos que tantos disgust o s me an causado, que aunque me a dado,
«mucha risa tu aprensión n o quiero acor-
-
23 —
idarme.» Y el 14 volvía á repetir: «El quadro
«lo are b a s t a que tu me lo pides, y lo are lo
«antes que pueda p . que quedes bien con tu
a
«palabra, pero creo que solamente tu amistad
«me lo aria acer p .
r
q. en acordarme de
e
«Zaragoza y pintura me quemo bibo.»
E n t o n c e s fué cuando la suerte proporcionó
á Goya un justo desagravio, habiendo sido
designado, como queda dicho, p a r a pintar
uno de los cuadros de San F r a n c i s c o el
G r a n d e , cuya orden era tan especial que
G o y a decía en 3 de Agosto de 1781: «A los
«demás no les a bajado la orden del quadro
«tan amplia como la mia, he visto dos mas».
L a lucha que Goya tuvo que sostener en
Zaragoza, con motivo de los bocetos p a r a la
iglesia del Pilar, fué causa de que los dolores
que padecía se exacerbasen, así es que decía:
«he estado m u y apretado, Dios a querido ali«biarme.»
E n este mismo año de 1781, y preocupado
Goya con la venida de la Corte que había de
juzgar sus bocetos: «Aora vendrá la Corte
-
24
-
»y beremos como parecen los borrones de los
«quadros de S . F r a n . » ; recibió la noticia
n
c o
de la muerte de doña Manuela Z a p a t e r y
la funesta de que su padre se hallaba enfermo. E n carta de 13 de Noviembre desahogaba G o y a su pena en el seno de la amistad,
en los términos siguientes: ?|Ma!*in mió. Muocho sentimiento me a causado la noticia de
»la h e r m a n a y la he encomendado a Dios;
«pero me a consolado el juicio q. tengo echo
e
«de q. era muy buena y se abra aliado buen
e
«pedazo de gloria, lo q.
e
nosotros q. emos
e
«sido tan tunantes, necesitamos enmendar en
«el tiempo que nos queda. A ti no te faltan
«reflexiones, ni yo soy c a p a z con mi p l u m a ,
«pues me considero m u y debajo de t u supe«rior talento. T a m b i é n estoy aguardando» la
«funesta noticia de que mi padre fallezca el
«mejor dia, pues me escriben d a m u y pocas
«esperanzas y el médico (q. es Ortiz) también
e
«me lo a escrito: solo tengo el sentimiento de
«no poder estar ay p a r a tener ese consuelo.—
«A Camilo lo estoy aguardando q . ba a
e
«Toledo a ver si Dios quiere que salga c u r a
«y si no pensaremos de otro modo por acá q."
»me an informado como me he de g o b e r n a r
«para que saque alguna cosajf
Así escribía Goya al finar el año 12§H
esto es, á la edad de treinta y cinco años:
y de seguro que ni Mr. Matheron que conoció personalmente á Goya en Burdeos, ni
Mr. Charles Iriarte, ilustrado biógrafo del
pintor aragonés, podrán refutar estas elocuentes palabras, invocaciones tan cristianas?
-fe
que no son sino la repetición de lo misólo
que ya había dicho c u a n d o más joven.
s\ ^
IJ
L a gloria de Goya como espíritu elevadby
su gloria también como pintor, no necesita
p a r a su mayor esplendor de esos accesorios
innecesarios, de esas calificaciones no justificadas. ¿A qué alterar p a r a r e t r a t a r á un
personaje, las costumbres españolas de c a d a
siglo, parodiando lo que han escrito nuestros
novelistas de los siglos X V I y X V I I ?
Que á G o y a pueda comprender el dicho
que refiere Mr. L . Matheron, de que era un
-
26 —
contemporáneo de Benvenuto
Cellini
que
había sobrevivido al siglo X V I , n a d a dudoso
es: aunque este juicio deba admitirse con la
reserva propia del tipo español, que en n i n g u n a época se h a prestado á las mistificaciones que caracterizan al artista italiano;
L o s arranques del genio de Goya no obs-.
t a n t e ser casado, subdito y pintor de los R e yes Carlos I I I y Carlos I V , confirman
es
verdad su independencia, y h a s t a su irritabilidad y violencia, pero n o son d a t o s suficientes p a r a calificar al pintor aragonés, como
duelista de profesión por el mero placer de
despachar á un prógimo; que era infiel á sus
deberes de esposo y de padre, y que luego
prevalido en sus fuerzas hercúleas y de su
destreza en la esgrima, hollaba las leyes de
u n a monarquía europea, quedando impune
la falta, tal vez p o r q u e los tribunales no se
atravieran á fallar, en aquellos tiempos, por
temor los jueces de alguna estocada.
D u r a n t e los años de 1782 y 1783 Goya
siguió trabajando, como queda dicho, en el
-
27
-
cuadro de San Francisco, en el retrato del
conde Floridablanca, y ocupado en otros t r a bajos particulares, no obstante su poca afición
entonces á la pintura, y sobre lo cual decía
á su amigo D . Martín Z a p a t e r : «¿Pídele á la
fVirgen que me dé mas ganas de trabajar»."
Y siendo su distracción
favorita la caza,
acerca de cuyo ejercicio h a b l a b a en todas
s u s cartas, ora complacido ó contrariado,
según t r a t a de sus expediciones casi diarias,
ó recuerda el no estar en Zaragoza
«para
•poder competir y corresponder á su amigo y
•para darle lo que necesitara y que no tuviera
•que aguantar n a d a de nadie y salir todos los
días á cazar, etc.f
L a correspondencia de estos dos años, y
especialmente las cartas escritas en el de 1783,
revelan que Goya
experimentaba en esta
época serias contradicciones: y si bien no
manifiesta cual sea la causa, se deja ver eran
motivadas por la cruda guerra que de un
modo encubierto le hacían sus émulos, y á la
que no era entonces extraño su cuñado, don
-
2 8 -
Francisco Bayeu. G o y a había sido bien recibido en Palacio: el Infante D . L u i s le distinguía y le colmaba de atenciones: Floridablanca se entretenía con él h o r a s enteras, le
había prometido su influjo y valimiento, y
fuerza era que estas distinciones excitasen la
envidia de todos aquellos á quienes la bien
adquirida reputación
del pintor
aragonés
podía perjudicar, toda vez que conociendo su
noble independencia habían de temer la verd a d de sus palabras. «Si yo te pudiese decir
•serio, (escribía en 22 de E n e r o , refiriéndose á
que aun duraban en Z a r a g o z a los efectos de
lo que le había sucedido cuando los bocetos
p a r a las pechinas del Pilar) lo q. puede q.
e
e
tcon el tiempo se sepa, se c u r a r a toda esa
isarna pero como está en manos agen as y de
«ninguna estimación p . mi n a d a me importa,
a
»y asi, mi caballo no es andador asta q. se
e
ibea, etc.t
E n Septiembre de I ^ S J , Goya había hecho
"venir á su madre viuda ya, y á quien tenía
señalada una pensión, que después elevó á
-
29
-
cinco reales diarios, cuando en 1784 regresó
esta señora á Zaragoza, no pudiendo avenirse
á la vida de la Corte. E n su compañía vino
un h e r m a n o de Goya, llamado Camilo, á
quien por sus méritos el Infante D . L u i s ,
había nombrado p a r a
u n a Capellanía en
Chinchón. E s t a tierna solicitud de un hijo
cariñoso, y el noble afán d e p r o c u r a r u n a
colocación á su hermano, fué un nuevo m o tivo de ensañamiento, y lo comprueba la c a r t a
del mismo Cartujo, de 18 de Octubre, á don
Martín Z a p a t e r , que dice así: 5»E1 no haberle
»á V. escrito luego que llegué acá, fué por no
«poderle dar las noticias que
deseaba de
«Francho; pues éste aunque Dios le h a d a d o
«fortuna y habilidad, está esta perseguida con
«tanto esfuerzo que ya que no son capaces de
«oscurecerla (pues n o es Z a r a g o z a este p u e »blo) le quitan la paciencia si h a dicho, si no
«ha dicho, y revolviendo con sus mentiras
«todo lo que pueden, pues en la hora que es«cribo tengo el corazón muy sobresaltado;
«siendo así que n o dice lo que podria decir,
-
30
-
•lo peor es que logran de este modo él que
•aborrezca la pintura, y n o pudiendo quitarle
•la habilidad logran el que n o continúe, 6 al
•menos está expuesto á ello; porque no p u e •den sufrir que logre t a n t o obsequio ni alcance
•tanto h o n o r de todtís los demás, bien p u e »de V . perdonar, que no puedo escribir ni se
•lo que m e escribo, pensaba escribir al señor
•don J u a n Martin d) pero le escribiré, está en
•esta misma hora riñendo á favor de Báyeu
•y contra F r a n c h o el mismo cuñado, y levanta
•la voz p o r q u e me h a n dado la capellanía,
•estoy que
saltaría por el R e y de
y
Fran-
•cia etcJL
Desfavorable siguió siendo la fortuna p a r a
G o y a á principios de 1784, en cuanto á conseguir el premio de sus afanes. «Amigo n a d a
• »ay de nuevo (decía en 7 de E n e r o y 3 de
(1) D . Juan Martin de Goicoechea, ilustrado y rico
comerciante de Zaragoza, iniciador del movimiento intelectual de que participó Aragón en la segunda mitad del
siglo XVIII, y á quien Carlos III recompensó por estos
servicios con l a cruz de la orden que lleva e l nombre
del monarca.
-
31
-
«Marzo) y aun ay mas silencio en mis a s u n t o s con el señor Moñino, q .
e
>echo el retrato; lo m a s q .
me a dicho d e s -
e
antes de aberle
»pues de aberle gustado; Goya y a nos v e r e »mos mas despacio.—Todos se p a s m a n de n o
•haber abido resulta n i n g u n a de el Ministro
•de estado después de aberle d a d o t a n t o g u s t o
«con q . si en esto no ay n a d a n o ay q .
e
e
es-
•perar mas, y por esperar con t a n t o mérito
•desconfio m a s . » « E s t o y flaco (repetía en 2
«de Julio) y no trabajo mucho: aun n o
he
•acabado el retrato á caballo de la S . del
a
«Infante pero le falta p o c o . P a r a S .
n
Fran.
c o
«se ban a descubrir los quadros de su Iglesia,
«abra m u c h a bulla p o r q . y a empieza desde
e
«aora alia se bera como salimos.»
L a esperanza sostenía, sin
embargo, á
Goya, puesto que olvidándose de sus disgustos escribía en 31 de Octubre con el entusiasmo propio del verdadero artista. «El R e y
«acaba de m a n d a r se concluya la Iglesia
»de S .
n
Fran.
c o
pues parece que b a y quiere,
«celebrar allí la función de los abitos. Yo
. -
á® -
•estoy d a n d o los últimos retoques á m i c u a » d r o q . y a oirás hablar como de todos los
e
•demás, pues es -función m u y esperada entre
«los Profesores y los deleitantes de las a r t e s .
«Los otros pintores acen lo mismo, menos
»mi cuñado q. a respondido q. a último d e
e
e
«este vendrá de Toledo y q. su c u a d r o n o
e
«tiene q. tocar.»
e
L o s cuadros d e S a n Francisco el G r a n d e
quedaron cubiertos h a s t a Noviembre de 1784
«Ya se an descubierto todos, escribía G o y a ,
«y yo n o te quiero decir m a s sino que se
«empieza a ablar y a bastante y que sera mu«cho mejor que empecéis á saber por otros
«la Justicia que se ace pues a s t a q . e l R e y
e
«baya, y se aseguren bien las boees
que
«corren n o te escribiré con indibidualidad
«lo q . ay en el asunto, pues me acuerdo
e
«mucho de tu J a c o cuando beniamos de Cogullada q.
e
acias que otros dijesen lo q .
e
tu
«abias de decir.» E n 4 de Diciembre v o l v í a á
decir. «Aora estamos en la bulla de los qua»dros d e S . F r a n .
n
c o
y siempre gracias á Dios
«ban las boces siguiendo como empezaron: el
«miércoles ba el R e y ya te diré lo q.
e
aya.»
Y el i l del mismo mes añadía: «Es cierto que
«he tenido f o r t u n a p a r a el concepto de
«inteligentes y p a r a todo el publico con el
«quadro de S .
n
F r a n . , pues todos están
c o
«por mi sin ninguna disputa, pero a s t a de
«aora n a d a se de lo q.e debia resultar p o r
«arriba, beremos en bolber el Rey de la J o r «nadilla ya te lo participare todo por menor
«a Dios,tuyo y retuyo.»
G o y a había pintado en este año p a r a el
infante D . L u i s , dos cuadros, y este h e r m a n o
del R e y le entregó t r e i n t a mil reales vellón
como gratificación; y p a r a el Consejo de las
Ordenes otros cuatro, que representaban la
Concepción, San B e r n a r d o , S a n Benito y
San R a i m u n d o , todos de t a m a ñ o n a t u r a l , y
por los que recibió cuatrocientos doblones
por, recompensa de su habilidad y trabajo y la
s^Hsfa^toJua comunicación siguiente:
l(°f
\ \
«Muyseñor mió: H a b i e n d o d a d o
°jr
e n t a a
^^
o n s e
J° ^
m e m o r
> l de
a
-
34-
usted con mi informe, acerca del
buen desempeño con que tia cumplido su encargo en la ejecución
de los cuatro cuadros
pintados
p a r a el colegio de Calatrava de la
Universidad de S a l a m a n c a ,
ha
acordado que se le libren á V . cuatrocientos
doblones por recom-
pensa de su habilidad y trabajo, y
además me previene, que signifique á V . de su p a r t e que q u e d a
singularmente
satisfecho
del
esmero y diligencia con que V . h a
concluido estas
pinturas, y del
mérito sobresaliente que h a y en
ellas.
T e n g o la mayor satisfacción en
comunicar á V . esta noticia, y
con este motivo le ofrezco mi buen
afecto y fina voluntad, con la que
ruego á nuestro Señor guarde su
vida muchos a ñ o s .
M a d r i d u de Octubre de 4384.
-
36
-
— B . S . M . de V. su mas afectó
servidor y amigo—Gaspar Melchor de Jovellanos.—Sr. D . F r a n cisco de Goya.»
E n este mismo año, Josefa Bayeu dio á
luz un niño, y Goya d a b a la noticia en estos
términos el 4 de Diciembre: |E1 ¿ j a ^ de este
»dió á luz mL_jnug§r un njnp m u y guapo y
«robusto, se bautizó ayer con los nombres de
»Fran.
C0
P e d r o , la parida ba por los términos
«regulares. Dios quiera este se p u e d a lograr.»
E l juicio favorable del público y de las personas inteligentes, relativo al cuadro
que
representa á San Bernardino de Sena predicando al rey D . Alfonso de Aragón,
pintado
por Goya, fué sancionado en 1785 por el R e y
y la corte, que confirmaron con su fallo el
mérito de tan notable lienzo.
H a b í a n concurrido á este certamen artístico seis pintores mas, todos académicos: tres
de ellos tenientes-directores y discípulos en
su mayoría del difunto D . Antonio
Rafael
Mengs; por cuya circunstancia el triunfo fué
-
36
-
t a n t o más completo p a r a Goya, c u a n t o se
había mostrado si n o hostil, por lo menos
indiferente á los preceptos del pintor favorito
de Clemente X I V , de Federico Augusto y
del rey Carlos I I I , y jefe de una escuela, y
cuyo acto de independencia le había sido
censurado. W
E l favor Real era indispensable á los artist a s y únicamente á la sombra del T r o n o y
bajo la protección de la grandeza, que solicitaba los cargos de honor en las Acade"
mias, era como podían hacerse lugar y d a r á
(1) L a iglesia de San
Francisco el Grande, ermita
cuando la fundación por el mismo Patriarca
en 1217,
templo y convento después, fué demolida en 1760, habiéndose llamado á D . Ventura Rodríguez á fin de que
levantase los planos para l a nueva fábrica.
E s t a iglesia se concluyó en 1784 bajo la dirección del
Sr. Sabatini, y trabajaron en ella como arquitectos el
lego de ía orden F r a y Francisco Cabezas y el aragonés D . Antonio Pió y Comin. D . Alfonso Bergaz, Don
Manuel Pacheco, D. Francisco Gutiérrez y D . Isidro
Carnicero, fueron los encargados de la escultura; y l o s
cuadros para el altar mayor y los seis de las capillas,
hablan sido encargados en la forma siguiente: El Jubillo de la Poreiúneula,
D . Francisco Bayeu, teniente-direc-
-
37 —
conocer aquellos. L a distinción obtenida h a cía que Goya alimentase grandes esperanzas,
así es que en 14 de E n e r o de 1785, decía: «De
«mis cosas no ay n a d a por arriba ni creo q .
e
«habrá a u n q . yo no he podido desear mas de
e
»lo q .
h a pasado en este certamen de S .
e
»Fran.
C0
n
ya oyras decir cosas ordenadas del
»q.°todo lo puede q . ay causaran (Zaragoza)
e
mas admiración q.
B
no aqui: no te las quiero
«apuntar asta berlo si se berifica aunq.* aqui
»yaes publico en Palacio, amigo lo q.° quem a n acer conmigo les sucede y de otro modo
tor; San intonio
director; San
abrazarse,
de Padua, D . Andrés Calleja, tenienteFrancisco y Santo
Domingo en el acto de
D . José del Castillo; la Concepción, el pintor
de cámara y teniente-director D. Mariano S. de Maella;
San José, D . Gregorio Ferro; San Buenaventura,
tonio Velázquez; San Bernardino
D.An-
de Sena, D . Francisco
Goya.
El asunto de este lienzo cuyo boceto poseo, representa
al Santo colocado sobre un peñasco: tiene un crucifijo
en la mano, y sobre la cabeza una estrella
resplande-
ciente, y figura estar predicando al rey D . Alfonso de
Aragón y á otros grandes señores que forman un numeroso auditorio admirado y lleno de júbilo.
-
38
-
«q. p o r q . lo sabrás precisamente si sucede
e
e
»no quiero que salga de mi. O t r a te escribiré
»con m a s sosiego y a Dios etc.» E n 30 de
M a r z o añadía: «Ayer fue el R e y a Atocha á las
»5 de la tarde m u y contento con el Principe
»a su i z q u i .
a
y Ja Princesa y la Carlota a
•bidrio. L o s Infantes d e t r a s en otra carroza y
»en la q.
»real q .
seguiá la Infanta con todo el tren
e
acia u n a bista m u y buena (y me
e
«acorde de ti, pues en todas mis mejores
•dibersiones
me suele suceder) h u b o m u y
«buena h i l u m i n a c . y la P l a z a m a y o r
n
«mejor q .
e
otras beces p .
«otros. E l pobre Infante
D.
acia
mi gusto y de
a
n
L u i s no p u d o
«salir q. esta muy malo, oy le he besado la
e
«mano por despedida q. se h a m a r c h a d o á su
e
«casa media ora antes q. el Rey a A r a n j . y
e
z
«según lo he bisto estos dias q . parece tenia
e
«gusto de berme a m e n u d o y obserbado, no
«escapa de esta y lo mismo opinan otros.»
E n 14,10 y 17 de Mayo decía igualmente
«Secreto.—El domingo se sirvió la Academia
«de n o m b r a r m e en consulta en primer lugar
— 39 —
»p. la plaza de teniente director q.
a
abia
e
«bacante p . muerte de Calleja. Y a u n q . no
r
8
«se puede decir que no bage la consulta del
«Rey, nunca a abido exemplar de lo contrario,
«y por esto de q.
e
tenemos exemplo te la
«ofrezco con el poco probecho, y mucho onor.
«Esto te. lo digo con la mayor confianza
«Amigo pues q. no lo apruebe el R e y
e
«tengo, p a r a q. agas el uso q.
e
e
de
nada
te parezca.»
—«Lo de la Academia es lo mismo que tiene
«Bayeu y solo es su dotación
beinticinco
«doblones anuales, la de Director cinquenta,
«con q . auno á bajado pero no t a r d a según
e
«practica.»—«Ya á bajado la aprobación d e
«Rey de la tenencia de la q . dispondrás y
9
«mandarás á tú etc.»
E n 5 de Agosto G o y a escribía sobresaltado por la indisposición de su mujer
que
sospechaba fuera mal p a r t o .
G o y a no vivió n u n c a sin casa ni hogar
como pretenden Mr. L a u r e n t Matheron y
Mr. Charles I r i a r t e . Desde el año 1777, en
el que estaba ya casado, se vé que tenía casa
• -
— 40 —
puesta y que atendía con sus escasos recursos al sostenimiento de su familia. Y estos
extremos se justifican con su correspondencia, en la que no escasean los párrafos que
t r a t a n este asunto detallada y minuciosamente, y cual correspondía á quien tenía
sagradas obligaciones que cumplir. Así es
que no h a y razón p a r a decir que el carácter
escéntrico y singular que manifestaba como
artista y como hombre le hacía desconocer
h a s t a el p u n t o de hacerse culpable, los deberes á q u e como esposo y como padre estaba
obligado y se había impuesto; ni tampoco
p a r a asegurar que Goya, por haberse declarado independiente, no saboreó j a m á s las
dulzuras de la vida conyugal.
L a s costumbres morigeradas de la socied a d española en 1777 no eran, ni tampoco las
de 1799, algo m a s libres en cierta clase, ni
con m u c h o las que dominaban en iguálépoca
en F r a n c i a : no había asimilación; y en su
consecuencia, por aventurera q u e pudiera ser
la vida de G o y a en Madrid, en cualquiera de
-
41 —
las dos fechas citadas, como artista en la primera, y después c u a n d o ya era académico y
pintor de Cámara, dan margen ni aun á s u p o ner dejara de atemperarse á los usos, y guardaselasconsideraciones á que por necesidad y
por deber tenía que sujetarse, y á las que se
sometía la clase media en la coronada villa.
Y esto no destruye estuviera en pugna con
las preocupaciones de su época, y que sus
ideas y carácter le arrastrasen alguna qu
otra vez á lo que entonces se llamaba vid
airada.
H a b l a Goya en sus cartas de las interioridades y necesidades de su casa, y consulta
acerca de ellas con su amigoy protector: habla
también de la colocación de s u s a h o r r o s . d e las
remesas dedinero que hacía á s u s p a d r e s : y hasta consta en los libros de D . Martín Z a p a t e r ,
yen lacorrespondencia de D . F r a n c i s c o Javier
de Piran, de Madrid, y en la de D . Mariano
Anaya, las compras de efectos que destinaba
á su esposa y á sus h e r m a n o s Bita y Tpaj^s.
E s decir, que el elevado genio en pintura, el
-
42
-
hábil crítico de las flaquezas h u m a n a s , e r a ,
no obstante sü libre condición, un hombre
que sabía obedecer á l o s sentimientos de su
buen corazón.
Desde el día en que fué hecha justicia á
Goya en San Francisco el G r a n d e , aparece
éste con mas ánimo, y ocupándose con mayor
calma de sus asuntos propios y de los relativos al arte que tan célebre lo h a hecho. * N o
«tengo lo que tu (decía en c a r t a de 11 de
«MAÉZO de i£8jj), pues en todos mis trabajos
«no tengo mas, con acciones de B a n c o y Aca«demia q. doce ó trece mil reales anuales, y
e
«con todo estoy tan contento como el m a s
»feliz»>i
E n el mismo año de'i^gfj, G o y a fué n o m brado íttftfcor del I£ey; noticia que comunica
á su amigo en ¿j&e J u ü o , y que en c a r t a de
L j ° de Ajgoüto explica mas detalladamente al
a n u n c i a r l e se halla cojo por efecto de u n a
caída del birlocho que p a r a su servicio tenia
ajustado. Dice así: ÜMartin mió, y a soy P i n »tor del R e y con quince mil reales, a u n q .
e
••> — 43 —
•no tengo tiempo te insinuaré como el R e y
íenbio orden a Bayeu y Maella q .
e
buscasen
»dos pintores lo mejor q . se encontrase p .
e
a
• P i n t a r l o s exemplares de tapices y lo q. ocue
•rriera en Palacio a fresco o aloíio, B a y e u
•puso a su herm.°.y Maella a mi. Subió esta
•consulta al R e y y estubo echa la gracia y yo
•sin saber nada, q. me cogió sin saber lo q .
e
e
•me sucedía, he d a d o gracias al R e y y P r i n •cipe y a los demás Gefes y a Bayeu q. dice
e
»q. el fue la causa de q.
e
e
Maella me propu-
•siera a mi, y a Maella por ser yo de su p a r t e
•propuesto, y a Dios q. ya te escribiré. T u y o
e
•yretuyo^—% Q .
d o
Martin:Comohibadicíen-
»do en rnjs anteriores boy a ber si me dejan
•satisfacer mi gusto en escrivirte largo, ya
» q . estoy cojo de u n a caida q . tubimos con
e
e
•el birlocho q. ya estaba medio ajustado en
e
»go doblones q. es cierto q. es alaja (no ay
e
e
•sino.tres en Madrid como el) es a la ynglesav
•y echo alia, tan ligero y no se encontrara
•mas q . ° el con un errage escelente dorado y
•charolado, baya; aun aquí se p a r a la gente
«a berlo. Salimos a probarlo con un caballo
»q. tanbien c o n p r a b a , m u y bueno ya de diez
8
«años pero con todas las circunstancias de
«bueno p a r a el fin, hibamos su dueño y yo tan «grandemente bellismo mobimiento y en nada
«parece q. cabia mejora, fuera ya de Madrid
e
«enpezamos a correr grandemente llebaba yo
«los cordones y me dijo quiere V m . q . le aga
e
«yo rebolber a la napolitana (q. el lo era) le
e
>di los cordones deseoso de ber alguna cosa
«nueba y aprenderla y corriendo a galope
«como hiba en lo ancho del camino q. aunq„
e
e
«era ancho no hera p a r a himaginar lo q. el
8
«executo, c o n q . la buelta fue q.
e
e
fuimos a
«parar, birlocho, caballo y nosotros, d a n d o
«bolteretas, y m u c h a s g r a . a Dios de lo poco
s
»q. fue q. el peor librado fui yo y no es m a s
a
e
q. estar desde el dja dg § . Tjjago q. sucedió
a
n
e
«asta oy q. espero a mi cirujano de C á m a r a
e
«aber si me d a licencia de a n d a r algo q.
e
por
«el tubillo la pierna drecha es la ofendida
«pero no h a y rotura ni dislocación. Me abiá
«yo establecido un modo de vida enbidiable,
-
45
-
_ »ya no acia ante sala ninguna, el q.
e
quería
«algo mió me buscaba, yo me acia desear m a s
»y si no era personage m u y elebado, o con
«enpeño de algún amigo no trabajaba n a d a
»p.» nadie, y por lo mismo q. yo m e acia tan
e
«preciso no me dejaban (ni aun me dejan) q.
e
«no se como he de cumplir, estando asi tan
«inpensado como puedas tu estar de lo mas
«remotofSabia yo que abia pretendientes por
»el r a m o de tapices, y no me interesaba m a s
»q. alegrarme.de q.
e
algunos profesores de
e
«los demás mérito tubiesen su a c o m o d o . H u n
»dia me henbio a llamar Bayeu (q. no corriae
»mos mucho) lo q. me causo m u c h a estrañeza
e
•rae enpezo a decir q .
e
el servicio de el Rey
«sienpre era apetecible y q .
e
el abia enpeza-
»do con doce mil reales y q. estos los cobraba
e
«por manos de Mengs y solo por ayudante
«suyo, y q
,e
aora tenia yo mejor proporción
»p. entrar a serv. al R e y con R a m ó n y q .
a
r
»ya estábamos consultados por q.
e
e
a el y a
«Maella les abia bajado u n a orden del R e y
«que sé buscasen los mejores pintores
q.
e
-
4é —
«hubiera en españa y que propusiesen u n o
«cada uno y q. el abia propuesto a su H . ° y
e
q. abia echo de modo q. Maella me p r o p u e
e
«siera a mi p .
a
pintar los exemplares p . la
a
«fabrica de tapices y qualquier otra clase de
«obra p . el R. servicio, con quince mil reales
a
1
«anuales. Yo le di las gracias y me quede sin
«saber lo q . me sucedía: de allí a dos días y a
e
«tubimos el abiso de q.
e
el Rey ya lo abia.
«decretado en los mismos términos q. se a
e
«dicho, de modo q .
«estaba decretado
cuando yo lo supe ya
e
y
abisado
a
tesorería
«gen. fuimos a besar la mano al R e y Princi1
»pe Ynfantes etc. y cátame aqui sin saber
«como hecho todo el fregado#»Con lo que yo tenia conpongo poco mas
«de 28.000 r . q . n o quiero mas g r a c . a Dios
s
e
s
«lo que te ofrezco con las beras que sabes:
«no tienes q . decir q . no estoy ablador.
e
e
«Darás m e m o . a D .
s
n
J u a n Martin y esta
«adjunta az que la reciva mi H e r .
«siempre t u y o — F r a n .
co
de G o y a .
«Madrid x de Agosto de ;tj;8J>.
n a
tuyo y
-
41-
D u r a n t e los años 1787 y 1788, últimos de
reinado de Carlos I I I , Goya, h a l a g a d o por
el concepto que habían merecido sus obras,
y satisfecho con la h o n r a a l c a n z a d a de ser
teniente-director de la Real Academia
de
San F e r n a n d o , y haber sido nombrado pintor
del Rey, se dedicó con mayor afán al noble
arte de la pintura, ejecutando varios c u a d r o s
t a n t o p a r a Palacio, como p a r a corporaciones
y particulares.
N o era ya el Goya que había tenido que
solicitar protección, era el pintor aplaudido
á quien buscaban, y que según dicho suyo,
se hacía d e s e a r .
E n su vida particular no introdujo m a s
variación que la de m o n t a r su casa con mayor
comodidad. E l birlocho de dos ruedas y c a b a llo gitano que. teñí a en 1786, fue reemplazado
por otro de cuatro, tirado por dos muías que
m a n d ó comprar en Zaragoza, y cuyo coste
ascendió á 7,687 rs. vn.
N o obstante su nueva posición, que le
obligaba á aceptar la vida de corte, á la que
hasta, entonces se había mostrado t a n opuesto, y que desdeñaba, no se nota modificación
alguna en sus ideas, ni sus
sentimientos
variaron tampoco.
L a correspondencia de estos dos años lo
demuestra. E l p a d r e de su amigo y protector
había muerto, y Goya, en 10 de E n e r o del
y¡§0, le escribía lo siguiente: A\ Q .
del
d 0
«Alma. Con el sentimiento q. te puedes pene
«sar t o m o la p l u m a p . responderte; y en este
a
«asunto Amigo ya sabes que he pasado por
«el mismo lance, y como el biage lo bamos
«aciendo unos detras de otros, creo q. el q.»
e
»ba mejor dispuesto (como es regular q .
e
tu
« P a d r e como el mió en su edad, lo abran
«estado) b a mejor y es la mayor d i c h a . Con
»q. asi querido mió alegrarte y ofrecerlo al
e
servicio del S . q . yo cumpliré con tu encarr
e
»go, y el otro de N .
t r a
S . del Carmen te la
a
«are sin duda alguna pero aora no puedo ni
«perder un dia p o r q . me he retrasado con las
e
«obras del R e y y no pienso acer n a d a q.
e
no
«cumpla con esta obligación tan precisa, con
»qi en desenbarazarme dime de q. <tamaño
e
e
»p. tener el lienzo p r e p a r a d o . — N o ite.pude
a
«escrivircuandote enbiélos chorizos e s regular
squete entregara las doce docenas q . s e c o n t a e
»ron delante de el y le pague el porte, te esti»mo mucho los turrones pues si no son de
«Zaragoza, le parece a uno q. no son tan
e
«buenos como los q. se benden aquí, aun.q.»
e
«aqui sean mejores.—A
e
Dios Hijo mió y
«consuélate viniéndote aqui conmigo, letci*^®
^
Ü . <3e A b r i l . — n o
quiero birlocho .dqd
«dos ruedas, el otro dia bolque y cuasi m a t é ^
»a un hombre que a n d a b a por la calle y .yo %ñ
mo me hice mucho probecho me sangre «etc.,
«por lo q. le escribo a mi H ° Ternas qs ; rae
e
e
;
«compre un p a r de m u í a s » . — ^ 5
«JMucho me he alegrado q .
e
Abril.—
me apruebes/¡el
«pensamiento, y hablemos claros: p a r a cuatro
«dias q . h e m o s debibir en el mundo es meqese
«ter vivir a gusto, te estimo mucho la oferta.de
«las muí as y te digo q . m e j o r l a s quisieradomae
»das y a p e r o q u e sean buenas,por diezdobloses
«mas estoy contigo y me alegrare q. a TjQmas
e
— 60 —
1
«se lo digas y q. aga lo q. tu determines. E n
e
e
«cuanto a la chacota q. gastas de q. . tengo^e
e
»los doblonazos florecidos, todos los q. tengo
e
«están a tu disposición, y cuanto tengo, pero
«no ago mas con los q. tengo q.
e
e
pasarlo
«anchamente sobrándome cuasi siempre cien
«o doscientos, sin trescientos o cuatrocientos
» q . me deben, y en fin si trabajo p .
e
a
el
publico bien puedo mantener la berlina p.*
«conservarme, yo todo te lo ofrezco con la
«boluntad que puede ofrecer un ombre a otro,
»y chico tu y yo se q. nos parecemos en todo
e
»y Dios nos a distinguido entre otros de lo
#q. d a m o s gracias al q. todo lo puede y a
e
e
«Dios, e t c . j r - 4 Mayo i j ^ - — « H o m b r e q. diran
e
»ay algunas jentes si lo saben q. las muías
e
«son p a r a mi, es preciso que se oigan buenas
«aprensiones, por q. yo ya he sospechado
e
»q. en casa de Bayeu lo saben por aberselo
e
«escrito de ay, a u n q . no hemos entrado en
e
«semejante conbersacion y yo me g u a r d a r e
«de eso, lo sabrán cuando lo sepan, por las
«demás jentes no h a b r á sino alegria pues
-
51
-
•muchísimos me lo h a n aconsejado (esto es
»de jente q. lo tienen) pero p a r a que me
e
•canso en escribirte de estas tonterías, chico
•chico yo estoy tonto y bamos a m u d a r de
punto. Q . Virgen del Carmen te he de pintar
e
•tan
ermosa. Dios nos deje vida p a r a
»S.
servicio a quien ruega te la guarde
t0
»m. a. tu P a c o del alma.»—
s
s
su
Mjivo.—ÍEn
»mal año me he puesto que según dice la
•cebada a de hir lo menos a 40 r. la fanega.
s
»—Amigo ando en el aire porque tengo a mi
•muger mala y al niño peor, y asta la criada
»de la cocina h a caido con calentura c o n q .
e
•a D i o s . í i - 6 Tunio.—«El correo pasado no
•te pude responder, y lo senti ynfinito por
»la pregunta que me aces p a r a D .
n
Martin a
•la cual te respondo q. lo q. se estila aqui
e
e
>aora es estilo Arquitectónico, de lo cual d a r á
•razón y hidea mi amigo Arali 0).—Para el
(1) Don Joaquín Arali, escultor nacido en Zaragoza
en cuya ciudad fué discípulo de don Juan Ramírez, y «n
Madrid de d o n j u á n de Mena, D e regreso en su patria
ejecutó diferentes obras para los templos de la capital é
- M »dia de S .
Ana.an de estar tres q u a d r o s de
t a
«figuras del natural colocados en su sitio y de
«composición, el uno el t r a n s i t o de S .
«otro de S . Bernardo, y otro d e S .
n
t a
n
Josefi
Ludgar-
»da, y aun n o tengo enpezado n a d a p¿* tal
«obra, y se a de acer p o r q . lo h a m a n d a d o
8
»el Rey conq. mira si estare contento. L a s
e
«muías buenas la berlina buena, y no voy en
«ella a u n q .
e
la he e s t r e n a d o . T o d o s se an
«alegrado mucho, menos la jente de alma
«baja, q . he entreoído algo, a u n q .
e
e
de poca
«consideración».
Goya aprendió el francés, y en
de l¡Io-
yiembje escribía u n a larga c a r t a en este
idioma, y p r e g u n t a n d o á su amigo si había
encanecido ó estaba
m a s viejo, le
decía
en 28 del mismo m e s : | M e he vuelto viejo con
«muchas arrugas q. no me conocerías sino
e
«por lo romo y por los ojos undidos.... lo
iglesias de varios pueblos. Fué director; de las Escuelas
dedibujo de Granada y de Córdoba. En 1792 trabaja>en
Aranjuez varias estatuas. Era teniente-director de la
Real Academia de San Fernando, en 1801.
— 53 —
» q . es cierto q. ya boy n o t a n d o m u c h o los
e
e
•41 y tal bez tu te conserbaras como en la
•escuela del P . Joaquín.»
E s t e último d a t o prueba que G o y a debió
estudiar en la Escuela P í a de Z a r a g o z a .
E n 31 de Mayo de yj§J|, escribía no h a b í a
podido tener h e c h a la imagen de N u e s t r a
Señora del Carmen, en razón de que por
orden superior había de ejecutar los diseños
para el dormitorio de las Serenísimas Infantas:ü|para quando venga aqui la Corte, en lo
» q . estoy trabajando con mucho empeño y
e
•desazón, por ser poco el^tiempo, y ser cosa
»q. ha de ver el Rey Principes etc.; a m a s
e
•de esto ser los asumptos t a n difíciles y de
•tanto q. hacer, como la P^a^era^.de S . J s j e
n
•dro en el mismo dia del S .
con todo el
t 0
/bullicio q . en esta Corte acostumbra h a b e r .
e
»Te aseguro en fée de amigo, q. no las tengo
e
•todas conmigo, pues ni duermo ni sosiego
•hasta salir del asumpto, y no le llames vivir
»a esta vida que yo hago, y sino testigo el
•escribiente, que es Perico el de Caravanchel
— 54 —
»quien estuvo en esa Ziudad con mi cuñado
•Bayeu que aora le tengo yo por el Rey». —
Y en 2 de Julio continuaba: «Y en cuanto" a
•no haber cumplido yo con tu encargo, lo
•siento muchísimo, por ser cosa tuya, pero lo
•mjsmp le h a sucedido a el Arzobispo de
•Toledo q. me tenia encargado un Q u a d r o
e
•para su Iglesia y ni aun el Borrón he podido
•hacer. Ya ves q. yo no lo puedo remediar,
e
•pues quisiera complacer a todos basta q.
e
•se acuerden de mi, pero estoy deseando
»q. no se acuerden, p a r a vivir con mas trane
q u i l i d a d , y desempeñar aquellas obras de
•mi obligación: y el tiempo sobrante emplear»lo en cosas de mi gusto q. es de lo q. cae
e
rezco»i
w Cjy^gs l^í, había subido al trono por muerte
de su padre, acaecida en la m a d r u g a d a del
14 de Diciembre de 1788, y Goya, á quien el
R e y había distinguido cuando Príncipe, !e
nombró pintor de Cámara en Abril de 1^89.
Goya comunica esta noticia y la de haber
j u r a d o su cargo, y besado la m a n o á S S . M M .
— 55 ~
:
en 25 y 2 de M a y o . Dice así: «No te respon»di aguardando noticia alguna de mis aseen«sos, y aora acabo de recibir por un amigo la
«noticia de q. me han hecho P i n t o r de C a e
«mara (esto es privadamente) con q. te lo
e
«participo y ofrezco como a Goicoechea.—He
«jurado en manos del Sumiller del Corps,
«con el Contralor a un lado y a otro el
«Grefier y con m u c h a a u t o r . P e r o con el
d
«mismo sueldo q. hasta de aqui gozaba».
e
E n 23 de Mayo escribía: «Tengo un niño
«de 4 años q. es el q. se mira en Madrid de
e
e
«hermoso y lo he tenido malo q. no he vivido
e
«en todo este t i e m p o . Ya gracias a Dios esta
«mejor. Dime tu q. tienes talento y tanto
e
«tino en las cosas, en donde estaran mejor
»cien mil reales, en el B a n c o o en bales reales
«o en los gremios y q. me traiga mas utilie
«dad.» Y en 30 de Julio, al tratar de su familia repetía: «El Capellán parece que quiere
«llevarse consigo a mi Madre, y si p a r a este
•efecto te pide dinero se lo podras entregar
>y en continuación enbiarme la cuenta etc.»
— 56 —
H a s t a el año 1789, en el que Goya ocup a b a y a u n a posición más independiente, y
gozaba de un nombre m u y conocido, no se
advierte en sus ideas variación n o t a b l e .
En
la-citada fecha su correspondencia demuestra-que el cambio verificado en la sociedad
madrileña, había despertado en el artista
aragonés otros deseos, mayores aspiraciones.
Dice Mr. Charles Iriarte, aque el movimiento
de ideas que corresponde al de la revolución francesa-, está representado en España, por tres hombres:
im escritor, Jovellanos; un economista, Olavide;
y un,pintor, Francisco Goya*.
Refiriéndome tan. solo al último que figura
en esta agrupación de nombres, diré con
monsieur Matheron, que Goya j a m á s
fué
hombre político, razón por la que sus caprichos y demás dibujos satíricos no justifican
ni aproximativamente, el juicio formado respecto, del pintor aragonés, por el notable
escritor y distinguido artista francés.
L a s nuevas doctrinas que debían inquietar
á los Gobiernos de E u r o p a y que presagia*
b a n p a r a E s p a ñ a días poco propicios á su
tranquilidad y ventura, si bien t e n í a n partí?
darios en las principales ciudades de l a
Península, este amor á las reformas
que
profesaban a l g u n o s españoles, n o había>dejado de ir acompañado siempre del respeto á
la Religión católica y al trono. E n ninguna
de las medidas administrativas de aquella
época, como tampoco en los escritos de 1<
economistas, ni en las obras literarias, |
h a l l a n hostilizadas estas dos v e n e r a n d a s in
tituciones.
G o y a p u d o participar como ciudadano del
deseó de mejoras sociales; pero es infundado
atribuirle representación t a n directa y pública, en un movimiento no desarrollado en la
forma que supone el biógrafo extranjero.
E n sus caprichos G o y a pintó los vicios de
la corte y su crítica n o puede creerse significara.como h a n querido, la burla de la religión que él profesaba. Sus c a r t a s encabezar
d a s t o d a s con el signo d e la c r u z son una*
p r u e b a que destruye el juicio que h a servido
-
58
-
p a r a darle la misma significación
que á
Jovellanos y Olavide.
G o y a n o fué m a s que un artista y como
artista, y n o como hombre de ideas a v a n z a das, ejecutó el retrato de lord Wellingtori,
el del intruso rey José y repetidas veces el
d e F e r n a n d o V I I , y a vuelto d e su
cau-
tiverio.
Si G o y a hubiera pospuesto á sus ideas la
gloria como pintor ¿habría complacido á tan
diferentes personajes?
Esceptúanse los lamentables episodios del
memorable 2 de Mayo que G o y a inmortalizó '
con su pincel, y a que por su a v a n z a d a edad
de 62 años, se había visto privado de t o m a r
las armas en 1808. E s t e era un acto de
patriotismo que completó/después con s u s .
Desastres de la guerra.
E n 20 de F e b r e r o de 1790 escribía G o y a :
«Hoy h e entregado un Q u a d r o al R e y q .
ahabia m a n d a d o acer el mismo p .
a
e
me
su H e r -
•mano el R e y de Ñapóles, y he tenido la felic i d a d de aberle d a d o mucho gusto de m o d o
— 59 —
» q . no solo con las expresiones de su boca
e
>me h a eloxiado sino con las manos por mis
•ombros medio abrazándonos, y h a b l a n d o m e
«mal de los Aragoneses y de Zaragoza; y a
.«puedes considerar lo q. esto ynteresa e t c . i
e
Y h a b l a n d o de que querían ir á Madrid s u s
hermanos, continúa:
«Yo n o puedo
mas
»q. lo q. boy aciendo, mi situación es m u y
e
e
«diferente de lo q. pensaran muchos, p o r q .
e
8
«gasto mucho, p o r q . ya me méti en ello y
e
»porq. quiero. T a n b i e n ay la circunstancia
e
«de ser yo un ombre tan conocido q . d e los
e
»Reyes abajo todo el m u n d o me conoce, y n o
(puedo reducir tan fácil mi genio como t a l
«bez otros lo arian, aora tenia el animo d e
(pretender m a s sueldo, y por ser t a n m a l a
«situación y aguardar mejor ocasión no lo
«ago.—Si te pareciese q. quisieses t o m a r t e
e
d a pena de m a n d a r l a llamar a mi H e r m a n a
»y decirla todo lo que arias tu en este caso
(usando de t u buen talento etc.(—En 28 d e
Agosto del mismo año hizo un viaje á Valencia p a r a acompañar á su mujer, á quien
-
60 —
habían recetado los aires de m a r . L a licencia
que le concedieron fué determinada,
razón
por la que no pudo pasar á Z a r a g o z a ; S u
ocupación favorita dice fué la de cazar en la
Albufera.
D e este mismo año es u n o de los retratos
que conservo de mi señor tío, en cuyo lienzo
se lee: *Mi amigo Martin Zapater, con d mayor
trabajo te ha hecho ti retrato. Goya 1790»»
H a s t a i^oj^no vuelve á hablar d e p i n t u r a ,
y solo dice en c a r t a de 23 d e Abril: f T a m »bien quiero q. me digas si bes un r e t r a t o de
e
«miniatura q.
se h a echo p , * el Conde, de
e
iSastago de D .
R a m ó n Pignatelli 0) loq.*
n
»te parece, p o r q . lo a echo Esteve, q. a s a i i e
e
«dó con la fresca de pintar de miniatura excer
(1) D . Ramón Pignatelli y Moncayo, de l a casa de los
condes de Fuentes, canónigo de la Metropolitana de Zaragoza, regidor de la Casa de Misericordia, caballero de l a
orden de Carlos III, protector d é l o s canales Imperial de
A r a g ó n y Real de Tauste, académico de la Real de San
Fernando y de l a de San L u i s de esta ciudad, individuo
de l a s Beales Sociedades Económicas Madrileña y V a s congada, «ensor de la Real Aragonesa, e t c . , n*ció en
-61
-
•lentemente, y espero que re gustara como
•a mi, q . y o h e sido la causa d e q¿ pintase
e
e
»de esa clase p o r q . se lo he leido en el cuere
»po, q . e l n o lo sabia
tenia tal abihtiad,
e
•baya q . si estubiera el tuyo aquí aria qí*
e
•me hiciese uno p . llevarte en u n a caja. Yo
a
•estoy lo mismo, en cuanto a mi salud, unos
•ratos rabiando con un h u m o r que y o mismo
»nb me puedo aguantar, otros m a s templado
•como este q. he t o m a d o la p l u m a p¿ escrie
a
•birte, y y a me canso, solo te digo q . el lunes
e
•si Dios quiere hire a ber los toros, y quisie*ra q.
me a c o m p a ñ a r a s , p*. el otro lunes
e
a
» a u n q . dijera b o b a d a q .
e
e
t e h a b í a s buelto
•loco, t u — P a c o . »
Enjygjo, G o y a fué n o m b r a d o p r i m e r p i n t o r
de C á m a r a , y al remitir su n o m b r a m i e n t o
Zaragoza el 11 de Abril de 1731. Falleció en 30 de Junio
de 1793. Además de BUS diferentes escritos sobre diversas
materias, Zaragoza le debe la obra del canal, la de la
Misericordia, Plaza de Toros, Torrero, e t c . Una estatua
en el Salón que l l e v a su nombre, recuerda sus servicios.
Entre los varios lienzos ejecutados por Goya que poseo,
-figura el retrato de este ilustre patricio aragonés,
dice en carta de y\de Octubre: «Te ofrezco
•todo c u a n t o esta orden expresa y quiero
»q. en mi nombre lo agas en t u casa y a
e
•todos los amigos sin olvidar a los de la calle
•de la Sartén: n o tengo m a s tiempo a Dios.—
•Estando p a r a meterme en el coche p a r a
•Madrid de donde te escribo, he recibido tu
•carta oy, y Esteve a quien le embie esta
•copia de la gracia q. el R e y me h a hecho
e
•me escusa de repetírtela, recibela con mi
•corazón y ofrécela a Goicoechea con la m a •yor expresión y a Yoldi, y a todos los ami•gos. Ya te escrivire por menor q.
e
es m u y
•tarde y estoy r e n d i d o . L o s Reyes están
•locos con tu amigo—Goya.»
Dice así la copia de la orden:
«Queriendo S . M . premiar el
distinguido mérito de V . y d a r en
su persona un testimonio que sirv a de estímulo á todos los profesores, de cuánto aprecia el talento y conocimientos de V . en el
noble arte de la P i n t u r a , se h a
servido nombrarle su primer Pin-,
tor
de C á m a r a , con el sueldo
a n u a l de 50.000 rs. vn. que h a d e
percibir V . desde esta fecha, libre
d e media a n n a t a : y además 500
ducados p a r a coche anuales: siendo también su voluntad, que V .
ocupe la casa que
actualmente
h a b i t a D . M a r i a n o Maella, en el
caso de que éste falleciese a n t e s .
L o participo á V . de Real orden
p a r a su satisfacción, y lo h a g o con
esta fecha á los Ministerios d e
Gracia y Justicia y de H a c i e n d a
p a r a su gobierno y cumplimiento.
Dios g u a r d e á V . muchos años.
San Lorenzo ^
de O c t u b r e d e
y o ^ . — M a r i a n o L u i s de U r q u i j o . — S r . D . F r a n c i s c o de Goya.»
Durante
este periodo de
apogeo,
que
empieza con el cuadro de S a n F r a n c i s c o el
G r a n d e , fué c u a n d o G o y a ejecutó la m a y o r
p a r t e de sus lienzos y frescos. L a duquesa de
-
64
-
AJbjtfué u n a de las d a m a s d é l a s que más
variados retratos hizo Goya: (0 »Mas té balia
«heñirme a ayudar a pintar a la de Alba,
«(decía el 3»de Agosto del año 1800) q .
•me metió en el estudio a q .
«cara, y se salió con ello; por cierto q .
«gusta mas q.
pintar en lienzo, q .
e
e
se
le p i n t a s e la
e
e
me
e
también
•la he deiretratar de cuerpo entero y bendra
»apenas acabe yo un borrón q . estoy atiendo
e
«de el Q u q u e d e la Alcudia a caballo q .
e
me
»embio a decir me abisaria y dispondría mi
»alojam.
to
en el sitio pues me ¡estaría m a s
«tiempo del q . yo pensaba: te aseguro q .
e
e
*es u n . a s u n t o de lo mas diñe. q. se le puede
1
e
»ofrec. a un P i n t . > Y concluye, asi estoy,
r
r
señalando u n a caricatura hecha de pluma y
que representa á G o y a sentado y con las
piernas c r u z a d a s .
Don Manuel de Godoy, duque de la Alcudia, hasta la p a z da 1796 distinguió y prote-
£
.) Entre los diferentes cuadros de mi colección hay
o retrato de mi señor tío D . Martin Zapater firmado:
Goya á su amigo
jg98.
-
& -
gíó á Goya según se manifiesta d,e u n a c a i t a
en la que decía: fMartin m i ó . Antes de ayer
«llegue de Aranjuez y p . eso no te he resr
p o n d i d o . E l ministro se h a escedidoen obse«quiarme llevándome consigo a paseo en su
«coche aciendome las mayores expresiones de
«amistad q. se pueden acer, me consentía
e
«comer con capote p . q. acia mucho frió,
r
e
«aprendió a ablar p . la mano, y dejaba d e
r
«comer p . ablarme, W queria q .
r
me estu-
e
«biese asta la pascua y q . hiciese el retrato
e
«de Sabedra (q. es su amigo) y yo me ubiera
e
«alegrado de acerlo pero no tenia lienzo ni
«camisa q .
e
mudarme, y lo dege descontento
«y me bine: ay tienes una carta q . lo acree
«dita, no se si podras leer su letra q . es peor
e
» q . l a m i a : no la enseñes ni digas n a d a y
e
«buelbemela a embiar^St.
Iguales obsequios recibía del Rey Carlos I V
en cuya Real C á m a r a tenía entrada. €Ya
«estoy algo mejior^y, mas firme: oy he hido á
(1) Goya era sordo. \ • v .
5
— 66 —
ber al Rey mi Sr. y me h a recibido m u y
•alegre, me h a hablado de las viruelas de mi
• P a c o ( q . y a lo sabia) le he dado razón y
e
•me a pretado la m a n o y se h a p u e s t o á
•tocar el violin. H i b a con miedo p o r q . a
e
•abido persona de mi p r o f . q . a dicho en el
n
e
•mismo quárto q . y o no le quería servir* y
e
•otras cosas q. acen los ombres biles, á mí
e
•sin saber p o r q . me quieren los m a s d e la
e
•servidumbre y los q. abia delante q. no se
e
e
•quien son se le echaron encima y afearon
«mucho «1 echo, y n o mas en confuso me constaron lo q. te oigo. T e parece q . alivio de
e
e
•luto al q. por otras partes pasa lo q. sabes:
e
e
«pues aun ay muchos m a s con los Gefesdigo
«Gefe mió Baldecarzana, Secret.
0
y
Ma-
»yord.° Mayor lo quieren ser, y en estos a
•encontrado m a s cabida el beneno, pero n o
«dan m a s q. con u n a esquina, de Pórfido
e
•como
q . primero se aran mil pedazos
e
»q. acerle ceder ni un pelo.»
e
• -
.
P o r las citas hechas h a podido verse, n o es
Goya lo que sus biógrafos, sin otra guía que
.V
•
-
fif-
ia tradición y los grabados publicados, h a n
creído había sido. L a preciosa colección d e
sus c a r t a s destruye este juicio equivocado,
con t a n t a mas seguridad cuanto que en estos
documentos, expresión ingenua d e los m á s
íntimos sentimientos y de las ideas del célebre pintor aragonés, por su misma condición
de particulares tienen todo el carácter de verdad. N o podía presumir Goya que esta correspondencia íntima, dirigida á su mejor amigo
y constante favorecedor, llegara á publicarse,
razón por la cual h a n de considerarse estas
cartas como un exacto retrato ejecutado p o r
m a n o propia, y al que el autor no h a podido
d a r m a s colorido que el propio del original,
desde la edad de veintiséis años h a s t a la de
cincuenta y cinco;
L a serie de ciento treinta y dos c a r t a s que
llevo coleccionadas, es u n a colección fotográfica que reproduce á G o y a en tres épocas de
su vida: la comprendida
entre
los años
de 1775 á 1784, en que fué el certamen de
S a n Francisco y dióle nombre como pintor; la
•
-
68 —
que sigue hasta 1789, en que fué nombrado,
pintor de Cámara; y la que concluye en 1801,
que comprende el periodo del reinado de Carlos IV, y en el que Goya aspiró, halagado y a
por la fortuna, u n a atmósfera n a d a p u r a que
h u b o de embriagarle, y agitado por las n u e vas ideas que recorrían la E u r o p a en pos d e
ejércitos vencedores en naciones extrañas á
España.
c- Genio m a s ó menos aventurero, inteligencia y corazón mas ó menos adicto á las n o v e - .
dades, unido siempre á la familia y á la sociedad, de cuyos defectos se rie y h a s t a los satiriza, y n u n c a divorciado con la religión de
sus padres que invoca en todas ocasiones.
Como u n a prueba de su religiosidad y de
la deferencia que el clero regular le merecía,
hé aquí una c a r t a escrita en i^jli por F r . F é lix Salcedo, Prior que fué de la Cartuja de
Aula Dei, y que hizo desistir á G o y a de su
propósito de acudir á la Real Academia de
S a n F e r n a n d o negando, y con justicia, á B a yeu (don Francisco) el derecho de censurar
-
69
-
sus bocetos p a r a la iglesia del Pilar. Dice así:
^w.lfr Aula Dei 30 de Marzo
de.1^1.-Mi
«Querido Am.° y Dueño: en vista de la varié «dad de cosas que llegan á mis oidos, sobre
«las historias con su H e r m . D .
0
n
Fran. BaC 0
«yeu, y de aber tenido c a r t a de un Amigo
«mió, y también de V m d . , en q.« me dice q .
e
«ábiendo Vmd. presentado los Bocetos de las
«Pechinas á la J u n t a del Cavildo, decretó
«esta, q . * n o las admitiría p . buenos, ni p r o r
«siguiria V m d . en su obra, mientras no los
«acompañasse la aprobación de d h o . B a y e u ,
«pero q .
e
V m d . se ha cerrado a b s o l u t a m .
e
•á no pasar p . su censura, y á irsse antes á
r
«Madrid q . convenir en ello. N o puedo dar
e
«asenso á semejante resolución. L o tengo á
«Vmd. p . h o m b r e de mas juicio, y prudenr
«cia, q . la q . correspondería á esse h e c h o :
e
c
»tamb. me hago cargo, que como h o m b r e
n
«puede resolver sin el mayor acierto; o q. las
e
«leyes de su F a c u l t a d pidan determinaciones
«distintas, de las q. yo puedo figurarme. Sea
e
» l o q . fuere, fundado en el especial'iss. afecto
e
0
-
70 —
'
»y cariño q. a V m d . tengo, p . el que le dee
r
»seo el mayor acierto en todas sus cosas, y
»q. en todas resplandezca su cristiandad, su
e
«hombría de bien, y su honor; me tomo la
«licencia de exponerle mi sentir. E n primer
«lugar digo á V m d . que n o h a y en el h o m b r e
«acción mas noble, christiana, y religiosa, q.
B
«el humillarsse á otro hombre, q d o . lo pide la
«razón, ó la ley de Dios; y cuanto mas se h u «mille, y lo merezca menos la P e r s o n a á quien
«se humilla, t a n t o mas heroica y meritoria
«sera la acción. N.° R e d e m p t o r Jesús nos en«señó esta doctrina con obras, y con palabras;
«con obras, humillándose y obedeciendo h a s t a
ȇ sus sayones; y p a s a n d o p . el Juicio de unos
r
«Jueces proterbos, preocupados, y enemigos
«implacables suyos, en el q . f u e
e
condenado
ȇ muerte de Cruz, contra toda justicia y
«contra toda ley; con todo paso p .
«apelarla, ni resistirla, por q.
e
r
r
ella sin
nos convenía
»p. ntra. redempcion, y p . su infinita elevaa
a
«cion y gloria; pues fue infinitam." exaltado,
» p . q. se humillo infinito. Con p a l a b r a s inur
e
•
— 71 —
•mera.» nos recomienda esta virtud. Aprended
«de mi, nos dice, q. soy manso y humilde de
e
•corazón. E l que se humilla sera exaltado, y
»el que se exalta, sera humillado e t c . E s t a
«sentencia indefectible es de aquel Señor de
«cuya m a n o han de venirnos todos los bienes,
«assi espritua. como t e m p o r a l ; ó los castigos
3
»en uno y otro; P u e s quien quiera ser distin«guido en honor, humillesse p . amor del S. ;
a
r
«passe por esta sumisión tan repugnante á
«nuestra n a t u r a l soberbia y altibez ponga
«devajo de los pies todo respeto h u m a n o ,
«todo lo q.
e
dirán los hombres, y solo p .
«complacer á Dios, h a g a
su
a
humillación,
»q. no faltará á su p a l a b r a en exaltarlo .[Este
e
«es el buen proceder de un christiano, q. esta
e
«penetrado de las máximas del evangelio.
«En el caso presente t a m b . pide la razón
n
»q« Vmd. se humille, ya p . q. la J u n t a solo
e
r
e
«pide, lo q. ofreció Bayeu al cavildo de dirie
«gir la obra de Vmd. y D . R a m ó n , de modo
«que quedasse á su satisfac." siendo
Vmd.
«sabedor de ello; a u n q . con el dho. h a y a V m d .
e
v
• —''72 —
•convenido en otro, no h a sido con consentii m . del cavildo, este siempre puede hacer, se.
t0
•cumpla lo tratado; es el D u e ñ o de la o b r a ,
•quien la paga, y p . lo t a n t o puede valerse de
r
•la censura de quien lo entienda p . su satisa
*í&c. ; en esto n a d a ofenden á Vmd., antes es
n
ȇ su favor, p . q. si la obra es buena, con la
r
e
•censura se publica p . tal p . todos, y sale de
r
a
»la variedad de opinio. Y cuanto mejor sea, el
s
•sujetarla al parecer ageno, cederá en honor
•de Vmd., esto a u n q . la hubiera de juzgar
e
•el peor P i n . del mundo, p . q. la obra sera la
r
r
e
»q.° siempre d a r á testimonio del mérito de Vmd.
•y el averia sugetado á visura de otro, lo d a r á
•de su humildad, y hombria de bien. F u e r a de
»q. seria muy mal visto de todos, el q.* p .
e
r
•una; etiqueta se estrellasse con todo un ca«vildo, q. puede favorecer m u . á Vmd. y á l o s
e
0
•suyos, p . q. no sabe V m d . lo q.
r
e
e
Dios le
•guarda, y es justo quedar bien con el. E s la
•primer obra de nota q. á Vmd. se le h a ofree
•cido, y seria cosa lastimosa, saliesse Vmd. de
•ella pleyteando; q. aunque ganasse el pleyto,
e
-
73 -
_
«quedaría en el concepto de hom.* temoso y
«yano; .Ya no es el p u n t o de V m d . con su.
«cuñado, sino con el cavildo; y a n o se trata,
«de subordinarlo á V m d . á el, sino de querer
«el d h o . cabildo tener
aproba.
de
n
sug.
t0
«havil (como lo es Bayeu) de su obra de V m d .
«lo q. no puede V m d . escusar, en fuerza de
e
»hom. de razón; Ya se todas las replicas q.
e
s
«Vmd. me esta haciendo, hace días estoy per«suadido de ellas; pero entiendo, n o son oy del
«caso, p a r a negarse á lo q." pide la J u n t a , y
«añado, q. aunq.» hubiera V m d . tenido razón
s
«astaaora, la perdió p . en adelante, y se justia
«fiparia Bayeu de sus procedim." por lo que.
«tengo d i c h o . T a m b . entiendo q. pide la ran
e
«zon que V m d . se acomode á los circunstan.s
«del tiempo; oy se encuentra F r a n . ° en el conc
«cepto del cavildo p . el h o m b r e m a s sobresar
«liente, y á vispe. de ser primer P i n t o r del Rey;
8
«Vmd. (aun qdo fuese de mayor habilidad) co«mienza aora, y no tiene aun ganado el concep«tó, y es preciso p a s a r por ello, sugetandosse
•á su censura, c o m o & p i d e la J u n t a , dejando
'
— 74 —
ilo d e m á s al tiempo, y a l a providencia del
»S. Al buen p a g a d o r no le duelen prendas»
r
m i al buen Artiñce el dar á la común censura
»sus obras; si V m d . lo reusasse en las suyas,
•juzgarían todos, era p . no tener satisfac.
r
n
de
»su acierto, y p . faltarle humildad, p . verlas
r
a
icorrejir.
í Y a n o resta sino q. V m d . me diga, q. esta
e
e
•pronto á exponer su obra á la critica dé la
•Academia de Madrid, pero no á la de su cu•ñado; si piensa V m d . assi, es tentación clara
•del enemigo, que solicita el indisponerlo á
í V m d . p a r a siempre con su H e r m . ° , fomentar
»en ambos un aborrecim.t° irreconciliable, caü isar un escándalo publico con infinitos pecaidos, con otras desbenturas: esto y mucho m a s
•se seguiría de semejante resolución.
• P o r lo mismo q. se h a n cruzado entre los
e
•dos, lo q. se, deve V m d . con toda generosie
•dad y caridad christiana sujetar sus Bocetos
eal dictamen de Bayeu p .
a
hacer á Dios este
•obsequio de humildad, al publico dehedifica•cion, á sus Amigos de gusto, y aun á Maria
-
75 —
•Santiss. le adelantara la gloria, de q. desde
3
e
»luego quede p i n t a d a su casa. Q u e h a de decir*su cuñado a v i s t a de un proceder d e V m d . tan
ichristiano, y prudente? T e n g o p . cierto q.
r
e
•su censura sera p a r a llenarlo á V m d . de honor,
•me persuado de ello firmem. Q d o . el quisiera
8
•vengarse con desacreditarlo á V m d . ( q . n o
e
•creo) todo M u n d o sabría enton. la diferen8
»cia de corazones de Bayeu y de Goya, y h a r i a
•justicia; y principalm.
e
Dios q. ve todos
e
•ntros. interio. daria á cada u n o , lo que se
s
•merece. Y entonces venia bien, el apelar de
•su censura, á la R .
1
Academia, que el S . lo
R
•favorecería á Vmd.: P e r o de lo contrario, n o
•espere V m d . buen éxito.
•Mi dictamen como desu mayor apasionado,
•es que Vmd. se someta á lo q. pide la J u n t a ,
e
>q. haga llebar sus Bocetos á casa de su
e
•Herm.° , y le diga con el mejor modo: E s t o
•pide el cavildo, aqui los tienes, regístralos á
•tu satisfac." y p o n d r á s p . escrito tu Dictar
» m e n p . presentarlo, portándote en ello, según
a
•Dios, y tu conciencia te lo dicte, etc. Y espe-
«rar la resulta. Reflexionelo V m d . de espacio,
«pídale á la Virgen del Pilar le d e luces p . el
a
«acierto, y execute lo que le parezca, h a d e
«serle mas grato á S . M. y á su Divino hijo
«que t a m b . -le pido lo mismo; p . q. soy su
n
r
«Amigo d e c o r .
n
q.
B. S. M.—FR.
e
e
FÉLIX
«SALZEDO.—Mi amigo D. Francisco Goya^m,
Goya, en vista d e esta carta, retiró la r e presentación que tenía redactada, y contestó
al canónigo don Mathias Allué lo siguiente:
^Bjftylui S . mió: E n t e r a d o d e lo que se sirve
r
»Vmd. prevenirme en su carta de 26 del pasaido, y deseoso de q. por mi se verifiquen los
e
«anelos que tengo de servir y complacer á los
» S . S . de la J u n t a y á Vmd. h a r é nuevos B o icetos p a r a las Pechinas d e acuerdo con mi
«cuñado D . F r a n .
n
c o
Bayeu y precedida la
«aprovacion de este en los términos que los
»S. S . de la J u n t a determinen, pasare á exe«cutarlos en la media naranja, haciendo igual«mente en esta lo q . pareciese á dho. mi c u e
«ñado.—Suplico á V m d . se sirva d a r noticia
ȇ los S. S. de la J u n t a de esta prueva d e mi
• '
— 77
«justa consideración á sus preceptos, y de la
•sumisión con que venero sus resoluciones
«dispensándome Vmd. los q.
e
fueren d é su
« a g r a d o . — N r o . S r . G u e . á Vmd. m . a. E n
s
» 6 d e A b . i d e j ^ g j ,—Sr. D .
n
s
Mathias Allue.
»—Fran. ° GoyaJ*
c
Dicen, que no obstante la vida agitada de
Goya, debió doña Josefa Bayéu saber m a n e j a r algún misterioso resorte que retuviera á
su lado al veleidoso é inconstante m a r i d o ,
puesto que de él Juyo veinte bjjos: prole
numerosa de la que en 1828 sólo existía u n
vastago, don Javier de Goya, que falleció en
Madrid el año 185^., y cuya sucesión se redujo
á don Mariano Goya y Goicoechea.
E n las referidas cartas, G o y a menciona
varios hijos, y son los siguientes:
E n 22 de E n e r o de 1 7 ^ nació un hijo varónj
viviendo Goya, Carrera de S a n Gerónimo,
casa de la marquesa de Campollano, cuarto
segundo.
E n 27 de Agosto de v¡8p nació otro v a r ó n .
E n a de Diciembre de &!^|3Í5CKÍÓ F r a n c i s c o
P e d r o , que es el mismo de que h a b l a en 1789.
E n 5 de Agosto de 1785 tuvo d o ñ a Josefa
un m a l p a r t o .
E n Fuendetodos falleció u n a n i ñ a .
E n vista de lo expuesto, y conocidos hoy
esos datos verídicos que r e t r a t a n á G o y a d e s de la edad de 29 años h a s t a la de 55, no cabe
y a el calificar á tan elevado genio como u n
escapado del siglo xvi en cuanto á los vicios,
ni como el precursor del siglo x i x en c u a n t o á
las ideas, n o obstante hubiese participado de
la enfermedad llamada del siglo. N o fué héroe
d e encrucijadas, ni vivió á salto de m a t a ;
tampoco fué descreído h a s t a el ateísmo.
H e formado estos a p u n t e s ó noticias biográficas sin pretensiones d e ninguna clase
con el sólo objeto de vindicar á G o y a , despoj a n d o su apellido de ese falso renombre que
m a n c h a su gloria. N o son m a s que u n a relación desaliñada de cuantos d a t o s arroja la
preciosa correspondencia de tan distinguido
pintor, de u n a celebridad artística que t a n t o
h o n r a á E s p a ñ a y á toda la E u r o p a .
Si no con florido estilo, ni con talento, sí
con verdad, he dado cima á mi patriótico trabajo de defender á G o y a cual yo he creído
era justo h a c e r l o .
E l cuadro t r a z a d o hasta ahora habrá perdido en poesía p a r a quienes creen que los
grandes artistas deben reunir como hombres
grandes defectos, pero h a b r á ganado en verdad, y este nuevo juicio que se forme será u n
servicio hecho á la memoria de don Francisco
de G o y a y Lucientes, y á la Historia de las
Bellas Artes en A r a g ó n .
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