3. Las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y su

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3.
Las sentencias del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos
y su eficacia
I. LAS SENTENCIAS DEL TRIBUNAL
EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS:
ESTRUCTURA y CONTENIDO
La garantía colectiva del sistema de protección
europeo de los derechos humanos se manifiesta jurisdiccionalmente
a través de las sentencias del
TEDH, cuya parca y vaga regulación 1 es preciso
examinar para poder obtener conclusiones acerca
de sus efectos en el ámbito de los ordenamientos
internos de los países miembros.
Las normas que disciplinan las decisiones del
TEDH se encuentran principalmente
en los artículos 50 al 54 CEDH, que son desarrollados en
el capítulo IV del Título II (<<Delas sentencias»)
I J. M. MORENILLA RODRíGUEZ, «La ejecución ... », op. cit..
p. 55. atribuye esta característica a las dificultades en la elaboración del Convenio, debido a las cuales se terminó por eludir
las posiciones contradictorias remitiendo el problema a las autoridades internas o a un protocolo posterior.
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de los Reglamentos (A y B) del TEDH2. Se trata
de verdaderas sentencias, es decir, actos jurisdiccionales que suponen una declaración de voluntad
del Tribunal en los que se afirma la existencia a
inexistencia del efecto jurídico pedido en la demanda',
El contenido de estas resoluciones del Tribunal
de Estrasburgo se contempla de manera muy pormenorizada en los artículos 53.1 Regl. A y 55.1
RegL B TEDH: debe identificarse al personal jurisdiscente, al personal auxiliar y al colaborador;
debe hacerse constar la determinación de las partes, de sus representantes o defensores, con expresa mención de quién ha sido el demandante;
debe hacerse una exposición de los antecedentes
procedimentales, de las alegaciones de las partes,
de las circunstancias fácticas que se consideran
probadas"; debe detallarse la motivación jurídica
y por supuesto, debe contener el fallo o parte dispositiva y, en su caso, la declaración sobre las
costas. Se exige, además, que las sentencias del
2 Es importante destacar que los grandes cambios que tendrán lugar en virtud del Protocolo núm. II, de II de mayo de
1994, alterarán s6lo parcialmente el régimen jurídico de las
sentencias del TEDH, y no afectarán a la función del Comité
de Ministros como vigilante de la ejecución. Vid. arts. 42, 43,
44,45 Y 46 CEDH, en la nueva redacción establecida por el art.
I del mencionado Protocolo. La novedad principal es la introducción de una segunda instancia para determinados casos excepcionales ante la llamada «Gran Sala» del TEDH (art. 43).
3 Cfr. E. GÓMEZ ORBANElA, Derecho procesal civil, vol. I,
Madrid, 1976, p.414.
4 N. ALCALÁ-ZAMORA CASTILLO, La protección ..., op. cit.,
p. 129, critica la escasa atención que ha merecido la materia
probatoria.
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TEDH contengan la indicación numérica sobre la
mayoría de jueces que se ha pronunciado a favor
de la sentencia, la mención de la fecha de adopción y la de su pronunciamiento, e incluso,
cuando se considere necesario, la determinación
de la versión, inglesa o francesa, que goza de carácter auténtico>, De forma más escueta, en el Derecho interno español el artículo 248.3 LOP] se
limita a establecer que «las sentencias se formularán expresando, tras un encabezamiento, en párrafos separados y numerados, los antecedentes de
hecho, hechos probados, en su caso, los fundamentos de derecho y, por último, el fallo. Serán
firmadas por el Juez, Magistrado o Magistrados
que las dicten».
~ «La sentencia comprenderá:
"a) el nombre del Presidente y de los jueces que compongan la Sala, asf como el del Secretario y, en su caso, el del Secretario adjunto;
»b)
la fecha de sus adopción y la de su pronunciamiento;
»c)
la indicación de la o las Partes;
),d) el nombre de los agentes, abogados y asesores de la o
las Partes;
"e) el nombre de los delegados de la Comisión y de las
personas que les asistan;
,,/J el nombre del demandante;
"g) una relación del procedimiento;
"h) las conclusiones de la o las Partes y, en su caso, las de
los delegados de la Comisión y las del demandante;
»[) las circunstancias de hecho;
>>j) los motivos de derecho;
),k)
la parte dispositiva o fallo;
"f)
la decisión sobre las costas, si hay lugar a ello;
"m) la indicación del número de jueces que hayan formado
la mayoría;
"n) si hay lugar a ello, la indicación de cuál de los dos textos, francés o inglés, haec fe».
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Como se ha mencionado, uno de los elementos
que debe contener la resolución del TEDH es el
que se refiere a su motivación, garantía en este
caso no dirigida a facilitar el control de la resolución a través de los medios de impugnación (STC
199/1991, de 28 de octubre), pues, como veremos,
se trata de resoluciones inimpugnables, sino más
bien a asegurar un cierto control público de la interpretación del derecho frente a una eventual arbitrariedad del órgano jurisdiccional (STC 109/1 992, de
14 de septiembre)". Esta garantía de la función jurisdiccional se encuentra expresamente prevista
en el propio Convenio en el artículo 51.1 CEDH,
en que se establece que «La sentencia del Tribunal
será motivada», prescripción que debe completarse
con la del párrafo segundo, destinada a incorporar a
la propia sentencia las disidencias de alguno a algunos de los jueces del Tribunal tanto en el fallo como
en la motivación: «Si la sentencia no expresa en
todo a en parte la opinión unánime de los Magistrados cualquier Magistrado tendrá derecho a unir a
ella su opinión individual». Esta opinión puede
consistir, bien en la exposición de su opinión separada, concordante a disidente, bien la simple manifestación de su disentimiento (arts. 53.2 Regl. A y
55.2 Regl. B TEDH)7.
6 Sobre la importancia de la auctoritas
en las sentencias del
TEDH vid. infra.
7 Como señala J. G. MERRILLS,
The Development ... , op. cit.,
p. 21, esta regulación supone un compromiso entre, por un
lado, la práctica del Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas y muchos otros tribunales continentales y, por otro, la
práctica de los tribunales en el ámbito del common lawen las
que cada magistrado indica su opinión particular.
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II.
LA FIRMEZA DE LAS SENTENCIAS
DEL TRIBUNAL EUROPEO
DE DERECHOS HUMANOS
En el artículo 52 del Convenio se establece que
las sentencias del Tribunal serán definitivas. Esta es
una de las muestras de la escasa precisión terminológica que desde el punto de vista de la ciencia jurídico-procesal caracteriza al Convenio de Roma",
pues si atendemos a lo que en nuestro ordenamiento se entiende como sentencias definitivas, no
se corresponde con lo que parece querer establecer
el artículo 52. En este sentido, se distingue entre
sentencias definitivas y sentencias firmes", diferenciándose en que las primeras producen sólo la terminación de una instancia del proceso, siendo posible su modificación por la vía de los recursos,
mientras que las sentencias firmes, conforme define claramente el artículo 245.3 LOPJ, «son aquellas contra las que no quepa recurso alguno, salvo
el de revisión u otros extraordinarios
que establezca la ley»!", Si tenemos en cuenta que contra
8 N. ALCALÁ-ZAMORA CASTILLO, La protección ..., op. cit.,
pp. 16-17, quien, como ya hemos citado, resalta la ausencia de
procesalistas entre [os redactores de los textos básicos que rigen la jurisdicción europea.
9 Critica, sin embargo, J. GUASP DELGADO, Comentarios
a
la Ley de Enjuiciamiento Civil, Madrid, 1943,1. I, 1010, la terminología utilizada por el legislador: «no se comprende que se
pueda hablar de dos y hasta de tres resoluciones definitivas de
un mismo asunto».
10 Es destacable,
sin embargo, una jurisprudencia técnicamente errónea del Te sobre estos conceptos, afortunadamente
ya superada, en la que con el objetivo de permitir la declaración de nulidad de sentencias firmes entendía el término «sen-
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una sentencia del TEDH no caben auténticos medios de impugnación -salvo
en lo referido a los
casos excepcionales en que conocerá la Gran Sala
del TEDH, cuando entre en vigor el Protocolo
núm. 11 (nuevos arts. 42 y 44 CEDHII)-, no debe
ser considerada meramente como definitiva sino,
con mayor corrección, como sentencia firme'".
Así lo ha reconocido el propio Tribunal europeo
cuando afirma, en el caso Ringeisen, que esta regla
tiene «por único fin sustraer las sentencias del Tribunal a todo recurso ante otra autoridad» [Ss TEDH
de 22 de junio de 1972 (§I7) Y 23 de 6 de 1973
(Sentencia interpretativa de la anterior) (§ 13)]. El ar-
tencia definitiva» del art. 240.2 LOPJ como «sentencia definitivamente ejecutada». Vid. STC 11011988, de 8 de junio, y un
comentario sobre la misma de F. GÓMEZ DE L1AÑO GONZÁLEZ,
«Nulidad de sentencias sin necesidad de recurso. Comentario a
la STC 110/88», Revl.A LEY. 1989,1. I, pp. 905-907.
II El art. 44 introducido
por el Protocolo núm. II señala lo
siguiente: «1. La sentencia de la Gran Sala será definitiva. 2.
La sentencia de una Sala será definitiva cuando: a) las partes
declaren que no solicitarán la remisión del asunto ante la Gran
Sala; o b) no haya sido solicitada la remisión del asunto ante la
Gran Sala tres meses después de la fecha de la sentencia; o c) el
colegio de la Gran Sala rechace la demanda de remisión formulada en aplicación del artículo 43».
12 Los reglamentos (A y B) del TEOH, ante una sentencia de
este órgano, permiten únicamente la interposición de una demanda de interpretacián (arts. 57 Regl A y 59 Regl B) -que
sería una vía para la aclaración de la resolución jurisdiccional
semejante a la prevista en la legislación española en los arts.
267 LOPJ, 363 LEC o 161 LECr- y una demanda de revisión
de una sentencia (arts. 58 Regl A y 60 Regl B), que abriría un
proceso de revisión para el caso de descubrirse un hecho que
por su naturaleza ejerciera una influencia decisiva en un caso
determinado y que fuese desconocido en la época de pronunci arse la sentencia.
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tículo 52 CEDH, por consiguiente, ha de entenderse
en el sentido de subrayar la firmeza de las resoluciones de este órgano jurisdiccional en relación con
aquellos que, por lo menos materialmente, hayan
sido partes en el litigio -se incluye por tanto a las
víctimas de la violación-o
Las sentencias del
TEDH gozan, pues, de los efectos característicos de
las resoluciones jurisdiccionales contra las que no
cabe impugnación en el mismo proceso (prec1usión)
y que además no pueden ser atacadas en un proceso
distinto, no pudiéndose someter de nuevo la cuestión litigiosa ante ningún otro órgano, ni interno ni
internacional (es el efecto negativo de la cosa juzgada material, comúnmente expresado por el aforismo latino non bis in idem)13 y cuando un órgano
jurisdiccional tenga que decidir sobre una cuestión
relacionada con la ya resuelta, por ser ésta condicionante o prejudicial de aquélla, debe apoyarse en
ella (efecto material positivo o prejudicialidad)!",
Estos efectos, característicos de una auténtica
jurisdicción que funcionalmente se dirige a la satisfacción irrevocable de los intereses jurídicos socialmente relevantes, vinculan a los Estados que
13 Este efecto se ve reforzado por el art. 62 CEDH, por el
que los Estados firmantes renuncian recíprocamente,
salvo
compromiso especial, a prevalerse de los tratados, convenios a
declaraciones que existan entre ellas, a fin de someter, por vía
de demanda, una diferencía surgida de la interpretación o de la
aplicación del Convenio a un procedimiento de solución distinto de los previstos en este texto.
14 En este sentido, C. ESCOBARHERNÁNDEZ,«Nota a la STS
(Sala 2.") de 4 de abril de 1990 y al AlC (Sala r) de 1S de julio de 1990», RED/, 1990, vol. XLII, p. 554, afirma que obliga
al Estado a reconocer como válida la interpretación del Convenio contenida en la misma.
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hayan sido parte en el litigio en virtud del artículo 53 CEDH, por el cual las Altas Partes Contratantes se comprometen a acatar las decisiones del
Tribunal en los litigios en que sean parte", en consonancia con 10 establecido en el artículo I CEDH,
según el cual las Altas Partes Contratantes reconocen a toda persona dependiente de su jurisdicción
los derechos y libertades definidos en el título I del
Convenio. Al aceptarse, a través de la declaración
del artículo 46, que el TEDH es un órgano jurisdiccional cuyas resoluciones van a vincular al Estado,
se está aceptando el reconocimiento del efecto de
cosa juzgada, tanto formal como material, por los
órganos del propio Estado!",
15 Como destaca J. A. FROWElN, «La protección europea ... »,
op. cit., p. 974, el CEDH «es, en primer lugar, un tratado internacional que crea obligaciones entre los Estados miembros».
En este sentido, el ATC de 18 de julio de 1990 reconoce el carácter vinculante de las sentencias del TEDH para el Estado y
para todos sus órganos. No compartimos las críticas de A.
SÁNCHEZ LEGlOO, La reforma .... op. cit., p. 250, respecto la
falta de vinculatoriedad para los Estados de las sentencias de
las Salas que no sean firmes, precisamente por no serlo y estar
sometidas, por tanto, a una eventual revocación por la Gran
Sala, es lógico que no obliguen todavía a las partes, que no obtienen la satisfacción jurídica hasta que recaiga una resolución
irrevocable que ponga fin al proceso.
16 Es destacable,
en este sentido, el cuidado de los órganos
jurisdiccionales internos que han intervenido en el largo discurrir procesal del Caso Barbera, Messegué y Jabardo (STEDH de
6 de diciembre de 1988) en no entrar de nuevo a discutir el
fondo del asunto que el TEDH había ya resuelto. Por el contrario, los diversos Tribunales españoles partieron de la declaración de la violación del art, 6.1 CEDH sin valorarla, limitándose
a examinar las posibilidades de concederle efectos directos a no
frente a una sentencia firme. Vid. en el capitulo siguiente un
examen más pormenorizado de este complejo caso.
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