RISEDRONATO ACTONEL®® (Aventis)

Anuncio
RISEDRONATO
ACTONEL (Aventis)
GRUPO TERAPÉUTICO
- Grupo anatómico: (M) APARATO LOCOMOTOR.
- Grupo específico: M05BA. PREPARADOS PARA EL TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES ÓSEAS. Fármacos que afectan a la mineralización ósea. Bisfosfonatos.
INDICACIÓN AUTORIZADA
Tratamiento de la enfermedad ósea de Paget.
Tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica establecida: para la reducción del riesgo
de fracturas vertebrales. Prevención de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas con
riesgo aumentado de osteoporosis.
Para mantener o aumentar la masa ósea en mujeres posmenopáusicas sometidas a un
tratamiento sistémico prolongado (más de tres meses) con dosis de corticoides ≥7,5
mg/día de prednisona o equivalente.
OSTEOPOROSIS
La osteoporosis se define como la disminución de la masa ósea por unidad de volumen,
con relación a la normalidad para una determinada edad, sexo y raza, acompañado de un
deterioro de la microarquitectura del tejido óseo que conduce a un aumento de la fragilidad del mismo, y por tanto, del riesgo de fractura.
La OMS ha establecido una definición para mujeres posmenopáusicas según cifras de
densidad mineral ósea (DMO), medida mediante la densitometría ósea. Se considera que
hay osteoporosis si la DMO es inferior a -2,5 desviaciones estándar (DE) respecto de la
población sana entre 20 y 40 años (T-score), que es cuando se alcanza el pico máximo
de masa ósea. Si además existen fracturas, se considera una osteoporosis ya establecida. Sí la cifra de DMO está entre -1 DE y -2.5 DE de la T-score, se establece el diagnostico de osteopenia. Las cifra de DMO superiores a -1 DE corresponden con la normalidad.
La prevalencia del síndrome osteoporótico no esta bien establecida, debido en gran parte
a la disparidad de métodos que se habían utilizado para su definición. Parece que sería
mucho más baja entre personas de raza negra. La proporción es alrededor de 6:1 mujeres/hombres antes de los 65 años, mientras que tras dicha edad es tan solo 2:1.
Las fracturas del tercio superior de fémur (cadera) son las más graves, no solo por ser
las que conllevan una mortalidad mayor, (del 15% al 50% en los primeros meses), sino
por el elevado gasto sanitario que suponen.
Anteriormente a la menopausia la pérdida ósea es mínima y está limitada al hueso esponjoso, sin embrago en esta época se induce una pérdida ósea acelerada del alrededor
del 2% por año, dentro de los cinco a ocho primeros años; seguida de una pérdida más
lenta que se acentúa quizá tras los 75 años (entre los 30 y 75 años la pérdida es de
aproximadamente el 35-50% de todo el capital óseo).
Con la edad la actividad de los osteoblastos disminuye y el seno de cada unidad de remodelación ósea existe un desequilibrio entre formación y resorción. Sobre todo, la carencia estrogénica induce un aumento del numero de unidades de remodelación activadas por unidad de tiempo, lo que acentúa más aun dicho desequilibrio.
Aunque se piensa que este mecanismo de acción de los estrógenos es la inhibición de la
resorción ósea, los mecanismos celulares y moleculares puestos en juego son todavía
mal conocidos.
Actualmente se identifican como factores de riesgo para la osteoporosis en mujeres
posmenopáusicas los siguientes:
- Genéticos.
- Ambientales: Tabaquismo, abuso de alcohol, inactividad física, bajo consumo de calcio en la dieta, escasa exposición al sol.
- Estado menstrual: Menopausia precoz (antes de los 45 años), amenorreas previas
(anorexia nerviosa, hiperprolactinemia, etc).
-
Medicamentos: Glucocorticoides (7,5 mg/día de prednisona durante más de 6 meses), antiepilépticos (fenitoína, etc), terapias de restauración hormonal excesivas (tiroxina, hidrocortisona, etc), anticoagulantes (warfarina, heparina, etc).
- Enfermedades endocrinas: Hiperparatiroidismo primario, tirotoxicosis, síndrome de
Cushing, enfermedad de Addison.
- Enfermedades hematológicas: Mieloma múltiple, mastocitosis sistémica, linfomas,
leucemias, anemia perniciosa.
- Enfermedades reumáticas: Artritis reumatoide, espondilitis anquilosante.
- Enfermedades gastrointestinales: Síndromes de malabsorción (enfermedad celíaca,
enfermedad de Crohn, gastrectomía, etc), enfermedades hepáticas crónicas (cirrosis
biliar primaria, etc).
De todos los factores indicados, merece un especial comentario la osteoporosis induc ida por corticosteroides. En efecto, el empleo crónico de glucocorticoides está asociado
con el desarrollo de osteoporosis, tanto en hombres como en mujeres y a cualquier edad.
La consecuencia de ello es un incremento en el riesgo de padecer fracturas óseas de diversa localización, aunque especialmente comunes en vértebras, caderas y costillas. Específicamente, el riesgo relativo de fractura de cadera en pacientes tratados de forma
crónica con dosis superiores a 7,5 mg/día de prednisona (o su equivalente en otros glucocorticoides) es un 127% superior (rr=2,27) a la población general, mientras que el de
fractura vertebral se multiplica hasta por cinco (rr=5,18).
Aunque el efecto de los tratamientos crónicos con glucocorticoides es más intenso durante los seis primeros meses de tratamiento, la osteoporosis sigue avanzando mientras
se mantiene el tratamiento.
En general, el tratamiento de la osteoporosis dista de ser satisfactorio. Hay dos circunstancias que contribuyen a ello:
♦ Los tratamientos orientados a retrasar la resorción ósea son mucho más
efectivos que los destinados a promover la remineralización. Esto significa que
los tratamientos deben ser preventivos, empezando antes que la destrucción de la
estructura ósea sea irreversible.
♦ La dificultad de identificar factores de riesgo. Datos epidemiológicos indican que
el riesgo relativo de fractura aumenta en 2-3 veces por cada desviación estándar que
disminuya la densidad ósea respecto a la media. Pero los equipos precisos de medición no están muy extendidos (la técnica mejor es la absorciometría de rayos X de
energía dual). No se hacen medidas sistemáticas de la población ni está claro que
estén justificadas. La osteoporosis se ha diagnosticado tradicionalmente con la primera fractura.
La combinación de los factores citados tiene dos consecuencias desfavorables. La primera
es que conduce a tratamientos preventivos sin que sea fácil identificar con precisión los
grupos de riesgo. La terapia estrogénica, el tratamiento más experimentado y posiblemente el más eficaz, puede servir para ilustrar la situación: para conseguir la máxima
efectividad hay que comenzar lo antes posible tras la menopausia, antes de que se produzca pérdida excesiva de masa mineral (acelerada en los primeros años de la menopausia). Esto significa comenzar un tratamiento a los 50-60 años de edad para prevenir un
cuadro que suele evidenciarse a los 70-80 años, sin que pueda suspenderse porque los
beneficios en términos de conservación de masa ósea se pierden rápidamente al cesar la
administración. Puede verse tanto el interés de la identificación precisa de los posibles
pacientes, y también la importancia de la relación beneficio/riesgo del tratamiento elegido.
El escaso conocimiento del aspecto beneficio/riesgo de los tratamientos es la segunda
consecuencia desfavorable de la situación. El desconocimiento se debe fundamentalmente a que, salvo a grandes rasgos, es difícil de correlacionar la densidad mineral con
el riesgo de fracturas. Esto significa que para definir un tratamiento como eficaz no basta
con demostrar diferencias significativas en la densidad ósea (relativamente sencillo con
los métodos actuales), sino diferencias en la incidencia de fracturas, lo cual requiere ensayos muy largos con gran cantidad de pacientes.
Por esta razón, la evidencia real de eficacia terapéutica de tratamientos tan usuales como
los estrógenos o la calcitonina no han podido obtenerse hasta fechas relativamente re-
cientes, y la evidencia de naturaleza epidemiológica es mucho más abundante que la basada en ensayos clínicos controlados. Relacionado con esto nos encontramos que la mayoría de los ensayos se realizan en el período inmediatamente posterior a la menopausia,
y no en el grupo de edad donde suelen producirse la mayoría de las fracturas (más de 70
años).
Teniendo en cuenta todos estos condicionantes, se pueden describir los principales tratamientos de la osteoporosis.
- ESTRÓGENOS : Retrasan la desmineralización. El mecanismo no se conoce bien, pero se
cree que es una reacción directa sobre el hueso porque se han descubierto receptores de
estrógenos en los osteoblastos. Es el más experimentado de los tratamientos de las osteoporosis, y el que tiene mayores pruebas de eficacia. Produce una diferencia significativa de la densidad ósea en favor de los pacientes tratados y la evidencia indica que ello se
traduce en una disminución del 35-60% en la incidencia de fracturas en tratamientos de
más de cinco años de duración. Los mejores resultados se obtienen en la prevención de
las fracturas espinales, en tanto que las fracturas de las localizaciones óseas extraespinales son algo menos protegidas por el tratamiento estrogénico.
- MODULADORES DE RECEPTORES ESTROGÉNICOS : Retrasan la desmineralización. Son fármacos que interaccionan con el receptor estrogénico, desarrollando efectos agonistas o antagonistas, dependiendo del tejido y del contexto fisiológico. Producen efectos estrogénicos típicos sobre el hueso, reduciendo la resorción y el ciclo metabólico total del hueso.
En los tejidos mamario y uterino, sin embargo, producen efectos antiestrogénicos, aunque esto se traduce en un efecto uterotrófico de escasa entidad. El primero de este tipo
de fármacos en ser comercializado ha sido raloxifeno. Estudios realizados a 24 meses
muestran incrementos del 1,2-2% en la densidad ósea total corporal, con elevaciones del
1,3 al 2,4% en las localizaciones de espina lumbar y de cadera. También produce modif icaciones en los marcadores biológicos del ciclo óseo similares a los obtenidos con estrógenos. Produce efectos favorables sobre los lípidos plasmáticos, aunque menos marcados
que los conseguidos con estrógenos, especialmente en lo que se refiere a HDL. No induce
activación del endometrio ni parece estar relacionado con un incremento del riesgo de
cáncer de mama.
- C ALCITONINA : retrasa la desmineralización. Es una hormona que interviene en la regulación natural del metabolismo óseo del calcio y su acción principal es la inhibición de los
osteoclastos. La eficacia de la calcitonina en la conservación de la masa ósea es parecida
a la de los estrógenos y los efectos indeseables a largo plazo son menores. El hecho de
que alivia el dolor de origen óseo es una ventaja adicional para algunos pacientes. La calcitonina ha demostrado preservar la masa ósea en la espina lumbar en pacientes tratados con corticosteroides, al menos durante el primer año de terapia. Sin embargo, no se
ha demostrado este mismo efecto en el cuello femoral. Los datos clínicos disponibles indican que el efecto protector de la masa ósea puede ser mayor en pacientes que estén
siendo tratados con corticosteroides durante más de tres meses.
- C ALCIO: retrasa la desmineralización, probablemente porque el aumento de la calcemia
inhibe la secreción de hormona paratiro idea. La opinión sobre la utilidad de los suplementos de calcio está cambiando. Del escepticismo de hace pocos años (fundamentado
en que numerosos ensayos no terminaban de demostrar la eficacia protectora) se ha pasado a una actitud favorable basada en nueva evidencia clínica y en la reinterpretación
de los resultados anteriores. Diversos estudios han demostrado que la asociación de calcio y vitamina d es capaz de prevenir la osteoporosis inducida por corticosteroides. Debido a su bajo nivel de toxicidad y a su bajo coste, constituye una de las terapias preventivas de primera línea en todos aquellos pacientes que vayan a iniciar un tratamiento crónico con corticosteroides.
- BISFOSFONATOS : Retrasan la desmineralización. Son variaciones químicas de los pirofosfatos, que constituyen la estructura mineral del hueso. Los bisfosfonatos son mas resistentes a la hidrólisis enzimática que los pirofosfatos. A las dosis usadas en osteoporosis no se incorporan a la estructura ósea, sino que se absorben sobre los cristales de hidroxiapatito y una vez allí inhiben la acción de los osteoclastos. Los bisfosfonatos se
usaron inicialmente en la enfermedad de Paget, pero los buenos resultados en osteoporosis les han convertido en otro de los tratamientos básicos actualmente.
- F LUORURO SÓDICO: Induce el aumento de densidad mineral ósea, posiblemente por estímulo de osteoblastos. El fluoruro sódico fue el primer agente que demostró la capacidad
de producir aumento persistente de la densidad ósea, sobre todo en hueso trabecular.
Sigue habiendo reservas sobre su empleo por la posibilidad de que al hueso formado sea
menos resistente que el normal y hasta que las condiciones de utilización de los fluoruros
no estén bien definidas, no puede recomendarse su uso generalizado.
ENFERMEDAD DE PAGET
Se trata de una enfermedad crónica principalmente caracterizada por el agrandamiento y
deformación de los huesos. Esto es debido a un aumento de ritmo de resorción ósea y de
formación de nuevo tejido óseo inmaduro y desorganizado. En definitiva, se trata de un
proceso anómalo de remodelación ósea.
La enfermedad fue descrita en términos clínicos por vez primera por James Paget en
19876, y se han observado signos de la enfermedad en restos de hombres de Neanderthal, lo que indica claramente que es una "vieja compañera" de la evolución humana.
Afecta a más del 3% de la población mayor de 40 años, prevalencia que llega al 10% en
los mayores de 80 años. Es más frecuente en los anglosajones que en eslavos, mediterráneos, asiáticos o africanos. En España, la prevalencia es del orden del 2%.
La incidencia es similar en hombres y mujeres (relación de 7:6), si bien es ligeramente
superior en hombres jóvenes. Sólo se manifiesta de forma rara antes de los 40 años de
edad. La prevalencia de la forma familiar de la enfermedad de Paget (con más de un
miembro familiar afectado) varía entre el 10% y el 40% en diferentes partes del mundo.
La enfermedad es asintomática en numerosos pacientes (95%) y en algunos casos, los
síntomas son confundidos con los correspondientes a artritis o artrosis, por que el diagnóstico frecuentemente se produce tras la aparición de complicaciones.
El dolor óseo es el síntoma más común, generalmente localizado en áreas próximas a las
articulaciones. Cuando la enfermedad afecta principalmente al cráneo son comunes las
cefaleas y la sordera progresiva. En los casos avanzados puede observarse un aumento
del tamaño de la cabeza y un incremento de la curvatura en las piernas y columna vertebral. Puede existir afectación articular, con la consiguiente artritis. Un 20% de los cuadros sintomáticos presentan fracturas óseas. Pueden existir otras complicaciones, pero
son notablemente menos comunes.
El pronóstico de la enfermedad de Paget es bueno en general, especialmente si el diagnóstico se realiza antes de que se produzcan cambios óseos importantes. La enfermedad
puede afectar a uno (15-20% de los pacientes) o más huesos (80-85%). Cualquiera
puede estar afectado, pero la enfermedad se manifiesta más frecuentemente en pelvis
(70%), columna vertebral (50%), cráneo (45%) y piernas (30%).
Se desconoce la etiología de la enfermedad, aunque probablemente está causada por la
infección de algún virus de amplia difusión (sarampión, moquillo canino, parainfluenza,
etc) y de desarrollo lento, en interacción con factores ambientales y genéticos todavía sin
identif icar.
El tratamiento de las formas sintomáticas de la enfermedad de Paget consiste en el empleo de analgésicos o antiinflamatorios no esteroídicos para combatir el dolor, junto con
fármacos capaces de frenar el ciclo metabólico óseo, como es el caso de la calcitonina y
de los bisfosfonatos.
La calcitonina produce una remisión de la sintomatología en un 80% de los pacientes,
con disminución de los parámetros bioquímicos del orden del 50%. Hasta la introducción
de las formas intranasales, la calcitonina ha tenido el inconveniente de la administración exclusivamente inyectable. Otros posibles problemas son la pérdida de eficacia en tratamientos
largos por inducir la producción de anticuerpos (15-20% de incidencia) y que la enfermedad
reaparece con bastante rapidez al suspender el tratamiento.
Los bisfosfonatos son más cómodos por la administración oral y la duración de la remisión es mayor. Reducen el dolor en el 60% de los pacientes tras un período continuo de
seis meses de tratamiento, produciendo un remisión permanente de al menos dos años
de duración en el 50%. Si los síntomas reaparecen antes de seis meses, se recomienda
usar calcitonina hasta completar el ciclo y volver a reiniciar el tratamiento con bisfosfonatos. En los pacientes que vayan a ser sometidos a cirugía ósea, se recomienda iniciar
el tratamiento tres meses antes de la intervención quirúrgica, manteniéndolo durante
seis meses después.
ASPECTOS MOLECULARES DEL NUEVO FÁRMACO
El risedronato es un bisfosfonato y, como tal, se trata de un análogo estructural de los
pirofosfatos que forman la estructura mineral del hueso. El risedronato inhibe de forma
potente la resorción ósea, pero sin afectar el proceso de mineralización del hueso.
Los bisfosfonatos son internalizados
por los osteoclastos, produciendo
una alteración de su citoesqueleto.
Además, provocan la pérdida de
otras estructuras intracelulares implicadas en la secreción de enzimas
hidrolíticos y de
hidrogeniones
(H3 O+), necesarios para la acción
destructiva de los osteoclastos sobre
el tejido óseo. Algunos estudios han
indicado que el risedronato es capaz
de provocar la apoptosis de los osteoclastos.
A pesar de la obvia semejanza estructural existente entre los diversos
bisfosfonatos empleados, no es un
grupo homogéneo de fármacos, ya
que parece haber diferencias en el
mecanismo de acción de los distintos medicamentos, ya que aunque
todos ellos son capaces de inhibir la
resorción ósea, unos afectan a los
procesos de mineralización del hueso y otros no. En cualquier caso, la
acción "in vitro" se correlaciona mal
con los resultados terapéuticos.
La capacidad inhibidora de la resorción ósea ligada a los bisfosfonatos parece estar potenciada por la presencia de grupos amínicos en la cadena lateral, tal como ocurre en el
alendronato, ibandronato y pamidronato. Esta capacidad es máxima cuando el grupo está
integrado dentro de un anillo aromático (piridina), como ocurre en el risedronato.
EFICACIA CLÍNICA
Osteoporosis posmenopáusica
El risedronato reduce de forma significativa la tasa de metabolismo óseo en pacientes
con osteoporosis posmenopáusica. La administración de risedronato reduce los valores
analíticos de los principales marcadores bioquímicos del metabolismo óseo, especialmente la fracción urinaria de desoxipiridinolina/creatina (indicador específico de la resorción ósea) y la fosfatasa alcalina ósea (marcador de la formación de hueso). Aunque los
efectos sobre los marcadores se hacen evidentes en unas dos semanas (piridinolina/creatina) y en unos tres meses (fosfatasa alcalina ósea) de tratamiento, el máximo
efecto sobre ambos se obtiene al cabo de seis meses (descenso medio del 40%).
Como consecuencia de la inhibición de la resorción ósea, el risedronato provoca en las
mujeres posmenopáusicas una reducción de 1% en sus niveles séricos de calcio y de un
3% en los de fosfato, de carácter asintomático y generalmente transitorio, junto con incrementos compensatorios (inferiores al 30%) de parathormona.
En varios estudios clínicos controlados, el risedronato ha demostrado incrementar signif icativamente la densidad mineral ósea (DMO), reduciendo asimismo la incidencia de
fracturas óseas, tanto vertebrales como no vertebrales. Así, tras tratamientos de tres
años de duración, se ha apreciado un incremento medio del 5,4% en la DMO de las
vértebras lumbares y del 3,3% y 1,6% en trocánter y cuello del fémur, respectivamente.
Por lo que respecta a la reducción de la incidencia de fracturas, los valores encontrados
oscilan entre un 40% y un 50% en el caso de las fracturas vertebrales, y del 33% al 40%
en las no vertebrales.
Es importante indicar, no obstante, que la reducción observada en la incidencia de fracturas vertebrales es mayor a corto plazo (un año, 60-65%) que a medio plazo (tres años,
40-50%).
Osteoporosis inducida por corticosteroides
Tras el tratamiento durante un año con risderonato se observa una reducción significativa
de los niveles urinarios de los marcadores bioquímicos específicos de la resorción ósea y
de la fosfatasa alcalina ósea, entre los tres y seis meses después de iniciar el tratamiento.
En ensayos clínicos controlados frente a placebo, el tratamiento con risedronato produce
un significativo incremento de la densidad mineral ósea (DMO) vertebral y del fémur
(cuello y trocánter), tanto en hombres como en mujeres. La diferencia de la densidad
mineral ósea en los pacientes tratados con risedronato en relación a los controles (tratados con placebo), al cabo de un año de tratamiento, oscila entre el 2% y el 3% a nivel de
vértebras lumbares y trocánter femoral, y entre 1,5% y 2% en el cuello del fémur.
Estos efectos sobre la DMO se traducen en reducciones de la incidencia de fracturas vertebrales, en relación a los controles, del 60-70% tras un año y del 50% a tres años. En lo
que se refiere a las fracturas no vertebrales, la reducción observada en su incidencia es
del 33% después de tres años de tratamiento.
Enfermedad ósea de Paget
La administración de un tratamiento de dos meses con risedronato (con dosis de 30
mg/24 h, frente a los 5 mg/24 h empleados en la prevención y tratamiento de la osteoporosis) en estos pacientes se traduce en la práctica normalización del metabolismo
óseo, evidenciado por la reducción de los parámetros bioquímicos de resorción ósea y de
formación ósea. Además, el risedronato parece inducir una clara mejora en las lesiones
óseas en los pacientes.
Estudios radiográficos desarrollados seis meses después del tratamiento han demostrado
que el risedronato es capaz de reducir el grado de osteolisis tanto en las principales zonas del esqueleto. En general, las lesiones osteolíticas que mejor responden son las de
las piernas, y la mayor parte de los pacientes no experimentan nuevas fracturas.
Estudios clínicos controlados comparativos entre risedronato y etidronato han mostrado
una clara superioridad terapéutica del primero, obteniéndose remisiones en el 77% de
los tratados con risedronato (tratamiento de dos meses) frente a sólo un 11% con etidronato (seis meses), seis meses después del inicio del tratamiento. Este efecto fue
mantenido a lo largo de períodos prolongados, observándose que el 53% de los pacientes
tratados con risedronato mantenían la remisión de las lesiones óseas, frente a un 14%
con etidronato, 18 meses después del inicio.
En términos bioquímicos, el risedronato mantuvo normales los niveles de fosfatasa alcalina ósea, al cabo de 12 y 18 meses, respectivamente en el 73% y 53% de los pacientes,
frente al 15% y 14% con etidronato. Además, el efecto es notablemente más rápido, ya
que el tiempo medio hasta la normalización de este parámetro fue de 91 días con risedronato y de más de 365 días con etidronato.
ASPECTOS INNOVADORES
El risedronato se incorpora al ya amplio grupo de bisfosfonatos, agentes inhibidores de la
resorción ósea, cuyo interés terapéutico ha ido creciendo con los años y, especialmente,
con la evolución de su estructura molecular. La elevada potencia de su actividad inhibidora de la resorción ósea les hace especialmente interesantes para la prevención o el
tratamiento de las patologías que se caracterizan por una alteración sustancial del metabolismo óseo.
El interés potencial del risedronato, séptimo miembro del grupo comercializado en España (desde que en 1982 lo fuera el etidronato), reside fundamentalmente en que es uno
de los primeros medicamentos cuya eficacia ha sido científicamente contrastada para
mantener o aumentar la masa ósea en mujeres posmenopáusicas sometidas a un tratamiento sistémico prolongado (más de tres meses) con dosis de corticoides ≥7,5 mg/día
de prednisona o equivalente.
En esta indicación tradicionalmente se han utilizado los recursos terapéuticos habituales
(restauración hormonal estrogénica, calcio/vitamina D, calcitonina, etc) y aunque eran
considerados con tratamientos aceptables, no había sido adecuadamente contrastada ni
cuantificada su eficacia. No obstante, hay que indicar que los estudios clínicos comparativos con risedronato se han llevado a cabo frente al menos conveniente de los tratamientos disponibles, el etidronato, el primero y más vetusto de los bisfosfonatos actualmente en uso.
No obstante, la incuestionable eficacia del risedronato deja pocas dudas acerca de su
potencial terapéutico en esta indicación, aunque su papel definitivo no será establecido
hasta realizar los correspondientes ensayos clínicos comparativos con otros bisfosfonatos
más "jóvenes" (léase alendonato o tiludronato) y con otras opciones terapéuticas, como
los estrógenos o la calcitonina.
En las otras dos indicaciones terapéuticas, la osteoporosis posmenopáusica y la enfermedad ósea de Paget, tampoco se dispone de ensayos clínicos comparativos con otros
agentes, aunque atendiendo a los resultados obtenidos con el risedronato no parece que
éste llegue a hacer aportaciones sustanciales. Quizá, merece la pena indicar que el risedronato es el bisfosfonato oral con menor duración de los ciclos de tratamiento en la enfermedad de Paget (dos meses, frente a los tres del tiludronato, y seis del etidronato).
En definitiva, un nuevo y potente bisfosfonato, con eficacia clínica bien contrastada en las
indicaciones autorizadas, pero cuyo lugar dentro de la terapéutica está por determinar
aún.
OTROS FÁRMACOS SIMILARES REGISTRADOS ANTERIORMENTE EN ESPAÑA
Fármaco
Etidronato
Clodronato
Alendronato
Tiludronato
Ibandronato
Pamidronato
Especialidad
Difosfen
Mebonat
Fosamax
Skelid
Bondronat
Aredia
Laboratorio
Rubio
Roche
Merck Sharp & Dohme
Sanofi Synthelabo
Boehringer Mannheim
Novartis
Año
1982
1989
1996
1997
1998
1998
COSTES DIRECTOS DEL TRATAMIE NTO
Indicación: Osteoporosis en mujeres posmenopáusicas.
Dosis habituales
y coste
Dosis habitual
adulto
Coste anual (pts)
Risedronato
Alendronato
Calcitonina
(nasal)
Raloxifeno
5 mg/24 h
10 mg/24 h
200 UI
60 mg
90.714
87.386
176.631
81.016
Estrógenos conjugados/
Medroxiprogesterona
0,625-1,25 mg (21 días/mes)
/ 5-10 mg (12 días/mes)
16.900
Indicación: Enfermedad ósea de Paget.
Dosis habituales y coste
Dosis habitual1
Coste por ciclo2 (pts)
1
RISEDRONATO
30 mg/24 h
90.007
ETIDRONATO
10-20 mg/kg/24 h
20.943
PAMIDRONATO
30 mg/semana
83.795
TILUDRONATO
400 mg/24 h
148.558
Adulto de 65 kg de peso.
La duración de cada ciclo de tratamiento varía de un producto a otro. Así, el risedronato se emplea durante
dos meses (9 semanas), el etidronato durante seis meses (26 semanas), el pamidronato durante 1,5 meses
(seis semanas) y el tiludronato durante tres meses (13 semanas).
2
VALORACIÓN
RISEDRONATO
ACTONEL (Aventis)
Grupo Terapéutico (ATC): M05BA. PREPARADOS PARA EL TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES ÓSEAS. Fármacos que afectan a la mineralización ósea. Bisfosfonatos.
Indicaciones autorizadas: Tratamiento de la enfermedad ósea de Paget. Tratamiento
de la osteoporosis posmenopáusica establecida: para la reducción del riesgo de fracturas
vertebrales. Prevención de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas con riesgo aumentado de osteoporosis. Para mantener o aumentar la masa ósea en mujeres posmenopáusicas sometidas a un tratamiento sistémico prolongado (más de tres meses) con
dosis de corticoides ≥7,5 mg/día de prednisona o equivalente.
VALORACIÓN GLOBAL: INNOVACIÓN MODERADA. Aporta algunas mejoras,
♣♣
pero no implica cambios sustanciales en la terapéutica estándar.
Mejora la eficacia clínica del tratamiento farmacológico estándar.
⇑
BIBLIOGRAFÍA
-
-
-
-
-
Brown JP, Hosking DJ, Ste-Marie L, Johnston CC Jr, Reginster J, Ryan WG, Johnson TD, Bekker
PJ. Risedronate, a highly effective, short-term oral treatment for Paget's disease: a dose-response study.
Calcif Tissue Int 1999; 64(2): 93-9.
Cohen S, Levy RM, Keller M, Boling E, Emkey RD, Greenwald M, Zizic TM, Wallach S, Sewell KL,
Lukert BP, Axelrod DW, Chines AA. Risedronate therapy prevents corticosteroid-induced bone loss: a
twelve-month, multicenter, randomized, double-blind, placebo-controlled, parallel-group study. Arthritis
Rheum 1999; 42(11): 2309-18.
Eastell R, Devogelaer JP, Peel NF, Chines AA, Bax DE, Sacco-Gibson N, Nagant de Deuxchaisnes
C, Russell RG. Prevention of bone loss with risedronate in glucocorticoid-treated rheumatoid arthritis patients. Osteoporos Int 2000; 11(4): 331-7.
Fogelman I, Ribot C, Smith R, Ethgen D, Sod E, Reginster JY. Risedronate reverses bone loss in
postmenopausal women with low bone mass: results from a multinational, double-blind, placebo-controlled
trial. BMD-MN Study Group. J Clin Endocrinol Metab 2000; 85(5): 1895-900.
Harris ST, Watts NB, Genant HK, McKeever CD, Hangartner T, Keller M, Chesnut CH 3rd, Brown J,
Eriksen EF, Hoseyni MS, Axelrod DW, Miller PD. Effects of risedronate treatment on vertebral and nonvertebral fractures in women with postmenopausal osteoporosis: a randomized controlled trial. Vertebral
Efficacy With Risedronate Therapy (VERT) Study Group. JAMA 1999; 282(14): 1344-52.
Lanza FL, Hunt RH, Thomson AB, Provenza JM, Blank MA. Endoscopic comparison of esophageal and
gastroduodenal effects of risedronate and alendronate in postmenopausal women. Gastroenterology 2000;
119(3): 631-8.
Miller PD, Brown JP, Siris ES, Hoseyni MS, Axelrod DW, Bekker PJ. A randomized, double-blind comparison of risedronate and etidronate in the treatment of Paget's disease of bone. Paget's Risedronate/Etidronate Study Group. Am J Med 1999; 106(5): 513-20.
Reginster J, Minne HW, Sorensen OH, Hooper M, Roux C, Brandi ML, Lund B, Ethgen D, Pack S,
Roumagnac I, Eastell R. Randomized trial of the effects of risedronate on vertebral fractures in women
with established postmenopausal osteoporosis. Vertebral Efficacy with Risedronate Therapy (VERT) Study
Group. Osteoporos Int 2000; 11(1): 83-91.
Reid DM, Hughes RA, Laan RF, Sacco-Gibson NA, Wenderoth DH, Adami S, Eusebio RA, Devogelaer JP. Efficacy and safety of daily risedronate in the treatment of corticosteroid-induced osteoporosis in
men and women: a randomized trial. European Corticosteroid-Induced Osteoporosis Treatment Study. J
Bone Miner Res 2000; 15(6): 1006-13.
Wallach S, Cohen S, Reid DM, Hughes RA, Hosking DJ, Laan RF, Doherty SM, Maricic M, Rosen C,
Brown J, Barton I, Chines AA. Effects of risedronate treatment on bone density and vertebral fracture in
patients on corticosteroid therapy. Calcif Tissue Int 2000; 67(4): 277-85.
Descargar