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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES
SEDE ACADÉMICA DE MÉXICO
Maestría en Derechos Humanos y Democracia
V (quinta) promoción
2012-2014
PROPUESTA LEGISLATIVA Y JUDICIAL PARA ESTABLECER CRITERIOS
EN MATERIA DE ALIMENTOS A PARTIR DE LOS CONTENIDOS
ESENCIALES DE LOS DERECHOS HUMANOS INVOLUCRADOS Y ACORDE
CON ESTÁNDARES NACIONALES E INTERNACIONALES
Tesis que para obtener el grado de
Maestro en Derechos Humanos y Democracia
Presenta: Sergio Ibarra Valencia
Directora de tesis: Katherine Mendoza Bautista
México, D.F., Junio de 2014
Agradezco a la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
el apoyo brindado para la realización de estos estudios.
Resumen: Esta investigación ofrece las bases para una propuesta legislativa que
incorpora los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales en
materia de alimentos. También propone un método al que deben sujetarse los jueces para
fijar el monto de una pensión alimenticia: identificación de grupos vulnerables; contraste
de la norma aplicable con los principios pro persona, proporcionalidad e igualdad y no
discriminación; interpretación conforme y control difuso de constitucionalidad y
convencionalidad; maximización de los contenidos esenciales de los rubros que
comprenden los alimentos (alimentación, vivienda, salud, educación y recreación);
mínimo vital como referente obligado; y vinculación del Estado para el cumplimiento de
la obligación alimentaria.
Palabras clave: alimentos, estándares nacionales e internacionales, contenidos
esenciales, grupos vulnerables, principio pro persona, proporcionalidad, igualdad y no
discriminación, interpretación conforme, control difuso de constitucionalidad y
convencionalidad y mínimo vital.
Abstract: This investigation offers the basis for a legislative proposal that incorporates
both national and international standards, as well as the essential constituents in the
matter of alimony. It introduces a method in which judges will be given the
responsibility of setting the amount of alimony, by following a criterion: identifying
vulnerable groups; contrasting between applicable norms and the pro-human principles,
proportionality, equality and no discrimination; interpretation of the constitutionality and
conventionality of laws; maximizing of the essential contents of the headings that
comprise in alimony (alimentation, housing, health, education, and recreation);
minimum subsistence figure as an obligatory reference, and the State involvement for
the effective fulfillment of the alimony obligation.
Key words: Alimony, national and international standards, essential contents,
vulnerable
groups,
discrimination,
principle
interpretation
pro-human,
according,
proportionality,
interpreting
conventionality of laws and minimum subsistence figure.
I
the
equality
and
constitutionality
nonand
A mis hijos Evelyn y Alejandro.
II
Agradecimientos
A mi familia, por todo el apoyo brindado en este arduo camino de posgrado.
A mi directora de tesis Katherine Mendoza Bautista por su paciencia, dedicación y
apoyo en la elaboración de la tesis.
A mis profesores y profesoras que fueron un punto clave en mi proceso de
aprendizaje en esta maestría.
A FLACSO por ser una institución tan valiosa en la formación de defensores y
defensoras de derechos humanos.
III
Índice general
Introducción ......................................................................................................................... 1
Capítulo I ............................................................................................................................. 3
Aspectos generales de la pensión alimenticia ...................................................................... 3
1.1.
La nueva concepción de familia ......................................................................... 3
1.2.
El parentesco ...................................................................................................... 5
1.2.1.
Consecuencias jurídicas del parentesco ......................................................... 7
1.3.
El derecho a recibir alimentos ............................................................................ 9
1.4.
Características de la obligación alimentaria ..................................................... 10
1.5.
La pensión alimenticia. Su contenido .............................................................. 12
1.6.
Fuentes de la obligación alimentaria ................................................................ 13
1.7.
Sujetos involucrados de la obligación alimentaria ........................................... 13
1.8.
Personas legitimadas a reclamar una pensión alimenticia ............................... 15
1.9.
Extinción de la obligación de dar alimentos .................................................... 15
1.10. La vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y las del
Estado en materia de alimentos................................................................................................ 16
Capítulo II .......................................................................................................................... 20
Análisis y crítica a los criterios para determinar la pensión alimenticia en el Estado
mexicano acorde con el nuevo paradigma de los derechos humanos .......................................... 20
2.1.
El nuevo paradigma de los derechos humanos. El artículo 1º constitucional .. 20
2.1.1.
La interpretación conforme .......................................................................... 22
2.1.2.
El principio pro persona .............................................................................. 23
2.1.3.
El control difuso de constitucionalidad y convencionalidad ........................ 24
2.2.
Las obligaciones del Estado de proteger y garantizar en materia de alimentos 24
2.3.
El papel del legislador en el cumplimiento de obligaciones alimentarias ........ 26
2.4.
Análisis del artículo 4º constitucional .............................................................. 26
IV
2.5.
Criterios para fijar una pensión alimenticia regulados en la legislación nacional
27
2.5.1.
El principio de proporcionalidad .................................................................. 28
2.5.2.
El parámetro aritmético ................................................................................ 30
2.6.
Análisis e identificación de los criterios para determinar la pensión alimenticia
en la regulación federal ............................................................................................................ 31
2.7.
Análisis de la regulación estatal e identificación de los criterios para determinar
la pensión alimenticia .............................................................................................................. 32
2.8.
alimenticia
Crítica a los criterios establecidos en el Estado mexicano para fijar una pensión
34
2.9.
alimentaria
Los estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia
35
2.9.1.
Alimentación nutritiva, suficiente y de calidad (adecuada) ......................... 36
2.9.2.
Vivienda adecuada ....................................................................................... 38
2.9.3.
Salud (atención médica adecuada) ............................................................... 39
2.9.4.
Educación ..................................................................................................... 40
2.9.5.
Recreación. Derecho a un sano esparcimiento ............................................. 41
2.9.6.
Vida digna. Mínimo vital ............................................................................. 42
2.9.7.
Perspectiva de género. Principio de igualdad y no discriminación .............. 44
2.9.8.
Grupos vulnerables ...................................................................................... 44
2.9.8.1 Menores de edad. ....................................................................................... 46
2.9.8.2Mujeres. ...................................................................................................... 47
2.9.8.3 Personas con discapacidad. ........................................................................ 47
2.9.8.4 Personas de la tercera edad (adultos mayores)........................................... 48
2.9.9. La ausencia de estándares nacionales e internacionales y contenidos
esenciales en materia de alimentos en la legislación nacional ............................................. 49
2.10.
humanos
La importancia del papel del juzgador. Juzgar con enfoque de derechos
49
Capítulo III ........................................................................................................................ 51
V
Propuesta legislativa y judicial de incorporación de los estándares nacionales e
internacionales en materia de derechos humanos ........................................................................ 51
3.1.
Identificación de grupos vulnerables dentro de los sujetos involucrados ........ 51
3.1.1. La relevancia de maximizar determinados contenidos esenciales, tratándose
de grupos vulnerables........................................................................................................... 51
3.2.
Identificación de la norma................................................................................ 54
3.2.1.
Principio pro persona................................................................................... 55
3.2.2.
Principio de proporcionalidad ...................................................................... 56
3.2.2.
Principio de igualdad y no discriminación ................................................... 59
3.3.
La posibilidad de realizar una interpretación conforme o de inaplicar la norma
a través del control difuso de constitucionalidad y convencionalidad ..................................... 61
3.4.
Ordenamientos nacionales e internacionales relacionados con el contenido de
la pensión alimenticia, a los cuales es necesario acudir ........................................................... 63
3.4.1.
Respecto de niñas y niños ............................................................................ 63
3.4.2.
Respecto de mujeres..................................................................................... 64
3.4.3.
Respecto de personas con discapacidad ....................................................... 64
3.4.4.
Respecto de personas de la tercera edad ...................................................... 64
3.5.
El mínimo vital como un referente obligado para el juez ................................ 65
3.6.
La posibilidad de que el juez dé vista a las autoridades competentes cuando se
trate de un asunto que el acreedor forma parte de un grupo vulnerable y el deudor no está en
condiciones de otorgar la pensión alimenticia ......................................................................... 65
3.7.
Propuesta legislativa ........................................................................................ 68
3.8.
humanos
Método propuesto para fijar una pensión alimenticia con enfoque de derechos
70
Conclusiones ...................................................................................................................... 72
Bibliografía ........................................................................................................................ 73
Anexo................................................................................................................................. 79
VI
Introducción
Los alimentos al tener como fundamento el deber de solidaridad que se deben las
personas que pertenecen o pertenecieron a un grupo familiar, constituyen un tema
común para todos. De ahí, la importancia de que a través de la siguiente investigación se
ofrezcan las bases para una propuesta legislativa y se desarrolle un método a seguir por
los jueces que incorporen los estándares nacionales e internacionales y los contenidos
esenciales en materia de alimentos.
Para ello, en el primer capítulo se proporciona un marco teórico sobre aspectos
generales de la pensión alimenticia: la nueva concepción de familia en todas sus formas
y manifestaciones; el parentesco, que ahora incluye los diversos métodos de procreación
asistida, las uniones de hecho entre personas homosexuales o heterosexuales, y la
adopción por personas o parejas del mismo sexo; el derecho a recibir alimentos, sus
características, contenido, fuentes, sujetos involucrados y formas de extinción; así como
la vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y las del Estado en
materia de alimentos.
El capítulo segundo está dedicado a realizar un análisis y crítica a los criterios para
determinar la pensión alimenticia en el Estado mexicano, acorde con los estándares
nacionales e internacionales y a los contenidos esenciales de los rubros que comprenden
los alimentos. Así, se desarrolla el nuevo paradigma de los derechos humanos a partir de
la reforma al artículo 1º constitucional, que introduce principios y criterios de
interpretación como la interpretación conforme, el principio pro persona y el control
difuso de constitucionalidad y convencionalidad; después, se abordan las obligaciones
del Estado de proteger y garantizar en materia de alimentos; el papel del legislador en el
cumplimiento de tales obligaciones; se analizan los distintos criterios para fijar una
pensión alimenticia en la legislación nacional y estatal, y se realiza una crítica ante una
legislación insuficiente que hace necesaria la intervención del juzgador para que juzgue
con enfoque de derechos humanos.
Por último, en el tercer capítulo se realiza la propuesta legislativa que incorpora los
estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales en materia de
alimentos; y también se propone el método a seguir por los jueces en asuntos sobre el
derecho a recibir alimentos, que comprende: identificar grupos vulnerables (menores de
1
edad, mujeres, personas con discapacidad y de la tercera edad) dentro de los sujetos
involucrados; realizar un contraste entre la norma a aplicar y los principios pro persona,
el de proporcionalidad y, el de igualdad y no discriminación; de encontrarse ante una
norma deficiente, realizar una interpretación conforme y un control difuso de
constitucionalidad y convencionalidad; para finalmente, al momento de fijar el monto de
la pensión, tome en consideración los contenidos esenciales de los rubros (alimentación,
vivienda, salud, educación y recreación) que comprenden los alimentos, los cuales
dependiendo de las necesidades del acreedor o su categoría de vulnerable, deberá
maximizar; todo lo anterior, con el referente obligado al mínimo vital.
2
Capítulo I
Aspectos generales de la pensión alimenticia
1.1. La nueva concepción de familia
Los alimentos tienen su fundamento en el deber de solidaridad que se deben las
personas que pertenecen o pertenecieron a un grupo familiar, para determinar cuándo se
configuran dichas relaciones familiares, es necesario precisar que la familia más que un
concepto jurídico es un concepto sociológico, y por ende, dada la realidad existente ha
dejado de estar ligada al falso presupuesto de una familia nuclear de madre, padre e
hijos, para comprender ahora diversas formas y manifestaciones (SCJN, CT 148/2010).
Durante siglos, la familia se reveló como una realidad orgánica, constituida por la
unión íntima y jerarquizada, de un grupo extenso de personas y también como una
comunidad de los bienes pertenecientes a ella, dotada de una vida específica de alcance
colectivo, en la cual se absorbía casi totalmente la actividad particular de los individuos
así reunidos, es decir, era una fusión de personas y de bienes. Esta institución
evolucionó, primeramente al reducirse el círculo de la familia; y luego, al limitarse,
según el orden natural de las cosas, a los padres e hijos; así, se redujo a las relaciones
entre ascendientes y descendientes, lo cual implicó que los parientes colaterales en el
terreno legal, ya no constituyeran un elemento de la familia, sino únicamente una zona
de protección de esta (Bonnecase, 1997: 224-225).
Después de dicha evolución, surgieron definiciones tradicionales de familia, como la
de Planiol y Ripert (1997: 103) que la entienden como el conjunto de personas que están
unidas por el matrimonio, la filiación y excepcionalmente, por la adopción; o la de
Sánchez Márquez (2003:2) que la define en un sentido amplio y en otro restringido: Lato
sensu es un conjunto de personas vinculadas entre sí por el parentesco consanguíneo,
adoptivo o de afinidad; mientras que estricto sensu es el conjunto de personas unidas
entre sí por el parentesco consanguíneo (excepcionalmente por el adoptivo) y que tienen
como base el matrimonio o el concubinato.
En términos parecidos a los anteriores doctrinarios, se englobó el concepto de familia
en dos acepciones; en un sentido amplio, como el conjunto de personas que se
encuentran unidas por un parentesco, con independencia del grado de este; y en sentido
3
restringido o también llamada familia nuclear, que tiene como prototipo la unidad
mínima y básica de convivencia social, integrada por el padre, la madre y los hijos, que
viven en una misma casa habitación (Rico-Garza-Hernández, 2007: 120).
Sin embargo, dado que cada cultura ha tenido y tiene la necesidad de formar su
propio modelo atendiendo a sus exigencias de supervivencia (económicas, políticas,
morales, religiosas, etcétera), la familia es una institución relativa y cambiante (RicoGarza-Hernández, 2007: 119); de tal manera que al no ser un concepto inmutable y
petrificado, y que la transformación de las relaciones humanas, han llevado
paulatinamente a diversas formas de relación afectiva, sexual y de solidaridad mutua;
actualmente, aquel modelo ideal de familia ha quedado superado (SCJN, AI 2/2010:
242).
La Suprema Corte de Justicia de la Nación a través de diversos criterios
jurisprudenciales derivados de la Acción de Inconstitucionalidad 2/2010, ha sostenido
que la protección constitucional a la familia, no se refiere o limita a un tipo, como sería
la nuclear (padre, madre e hijos) y que de ahí, se pueda desprender que la familia se
constituya exclusivamente a través del matrimonio entre un hombre y una mujer (234);
sino que cubre todas sus formas y manifestaciones en cuanto realidad existente,
alcanzando a dar cobertura a aquellas familias que se constituyan con el matrimonio o
concubinato, con uniones de hecho, con un padre o una madre e hijos (familia
monoparental), o bien, por cualquier otra forma que denote un vínculo familiar (235),
como pueden ser las uniones homosexuales, e incluso, familias homoparentales (245).
Todas estas expresiones de familia conllevan derechos y obligaciones en materia de
alimentos.
En ese sentido, se puede concluir que la familia, lejos de ser una creación jurídica,
nace o se origina con las relaciones humanas, correspondiendo más bien a un diseño
social que se presenta de forma distinta en cada cultura; de manera que, los cambios y
transformaciones sociales que se van dando a lo largo del tiempo, de manera necesaria,
impactan sustancialmente en la estructura organizativa de la familia en cada época
(SCJN, AI 2/2010: 238).
Con esta visión moderna de familia, es necesario analizar la figura del parentesco,
que tiene una vital importancia en el tema de la pensión alimenticia.
4
1.2. El parentesco
El parentesco en nuestra legislación, puede ser de tres tipos: consanguíneo, por
afinidad y civil. El consanguíneo es aquel vínculo jurídico que existe entre personas que
descienden las unas de las otras o que reconocerá un antecesor común. Este tipo de
parentesco deriva del hecho natural de la procreación y une a las personas que
descienden de un mismo progenitor: es un vínculo de sangre (Rico-Garza-Hernández,
2007: 130). En este apartado es importante puntualizar que si bien, hasta hace poco para
establecer la filiación era imprescindible la unión sexual entre un hombre y una mujer;
actualmente la relación sexual ya no es imprescindible para lograr la concepción del ser
humano; pues hoy se puede tener descendencia en forma asexual a través de los diversos
métodos de procreación asistida, como lo son la inseminación artificial, la fecundación
in vitro y la subrogación de la maternidad. Esta es la posición más aceptada tanto
doctrinariamente como legislativamente en los países donde se ha regulado la
procreación con asistencia médica, protegiendo la decisión de voluntad de quien quiere
ser padre o madre, con todas las obligaciones y facultades que implica la filiación
opuesta a un simple reduccionismo biológico (Guzmán, 2005: 185).
Inclusive, dicha filiación ya no se encuentra limitada a hijos nacidos en un
matrimonio o concubinato, sino que también se establece en las uniones de hecho entre
personas homosexuales o heterosexuales; o en su defecto, a través del reconocimiento o
por sentencia judicial que decreta la paternidad o maternidad.
Por otra parte, el parentesco por afinidad durante mucho tiempo fue entendido como
aquel que se adquiere por el matrimonio o concubinato, entre el hombre y la mujer y sus
respectivos parientes consanguíneos. Empero, en la actualidad encontramos que diversas
legislaciones establecen las sociedades de convivencia o pactos de solidaridad, para
reconocer las uniones de hecho entre personas homosexuales o heterosexuales que no
sean un matrimonio o un concubinato; las cuales poco a poco han avanzado en el
reconocimiento y protección jurídica de los derechos y obligaciones que surgen en ellas
(SCJN, AI 2/2010: 268).
En otro orden, el parentesco por adopción constituye un contrato, por virtud del cual
se crean entre adoptante y adoptado los mismos derechos y obligaciones que origina la
5
filiación legítima entre padre e hijo; que comparado con el consanguíneo, es artificial ya
que produce los mismos efectos, sin tener por causa ningún lazo biológico (Rico-GarzaHernández, 2007: 130). Sin que el acceso a dicha institución civil de la adopción, quede
restringida únicamente a personas o parejas heterosexuales, ya que como lo sostuvo la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en la ejecutoria respectiva a la Acción de
Inconstitucionalidad 2/2010, no existe la prohibición constitucional de que una persona
o pareja homosexual no tenga derecho a adoptar, una vez satisfechos los requisitos y
procedimiento que al efecto establezca la legislación aplicable.
En efecto, dicha figura no solo constituye una opción legal para aquellas personas que
no pueden o no desean tener hijos biológicos; sino además, es el medio idóneo para
satisfacer el derecho de todo niño y niña que, por alguna razón, no estén con su madre o
padre biológicos o con ambos, de tener una familia que le procure asistencia, cuidado y
amor, con todo lo que ello implica (educación, vivienda, vestido, alimentos); por tanto,
lo que debe garantizar el legislador es que en el procedimiento para autorizar la
adopción de un menor por parte de una persona soltera o de la pareja solicitante, a fin de
lograr el pleno respeto a los derechos de la niñez (interés superior del niño), se garantice
que esa sea su mejor opción de vida, al margen de la orientación sexual de la mujer o del
hombre solteros solicitantes, o si se trata de un matrimonio heterosexual o de parejas del
mismo sexo, pues este último aspecto no puede ser, en forma alguna, el que decida si la
adopción procede o no, al no afectar la capacidad de una persona para prodigar a un
menor el cuidado y amor debidos (SCJN, AI 2/2010: 325).
Ahora bien, cada tipo de parentesco tiene líneas y grados. Cada generación forma un
grado y la serie de grados constituye lo que se llama línea de parentesco, la que a su vez
puede ser recta o transversal: la recta se compone de una serie de grados entre personas
que descienden unas de otras; la transversal, colateral u oblicua se compone de la serie
de grados entre personas que, sin descender unas de otras, proceden de un progenitor o
tronco común.
La línea recta es ascendente o descendente: ascendente es la que liga a una persona
con su progenitor con los que de él proceden. La misma línea es, pues, ascendente o
descendente, según el punto de partida y la relación a que se atiende. En la línea recta los
6
grados se cuentan por el número de generaciones, o por el de las personas, excluyendo al
progenitor.
En la línea transversal, oblicua o colateral, los grados se cuentan por el número de
generaciones, subiendo por una de las líneas y descendiendo por la otra, o por el número
de personas que hay de uno a otro de los extremos que se consideran, excluyendo la del
progenitor o tronco común. La línea colateral, oblicua o transversal se divide en igual y
desigual, según que entre los engendrados de los distintos lados de la línea, exista igual o
desigual distancia del tronco común (Sánchez Márquez: 2003: 59).
Establecidas las diferentes modalidades del parentesco, es importante precisar cuáles
son sus consecuencias jurídicas.
1.2.1. Consecuencias jurídicas del parentesco
Los efectos del parentesco son numerosos y de naturaleza muy variada. Confiere
derechos y crea obligaciones. Al respecto, Planiol y Ripert (1997: 105) mencionan que
deben considerarse como derechos derivados del parentesco: el derecho de los parientes
vivos para heredar a sus parientes muertos, es decir, el derecho de sucesión; los diversos
derechos concedidos a los padres sobre la persona y bienes de sus hijos, en virtud de la
patria potestad; y, el derecho que tienen determinados parientes, cuando se encuentran
necesitados, de obtener alimentos. Como obligaciones: la de criar a los hijos
(alimentación, vigilancia, educación, instrucción); el deber de respeto impuesto a los
descendientes, en relación con sus ascendientes; el deber en línea directa de
proporcionar alimentos a sus parientes necesitados; y la obligación de ser tutor o
miembro del consejo de familia de un pariente menor o sujeto a interdicción.
Por su parte, Zavala Pérez (2011: 26-27) refiere como principales consecuencias
jurídicas del parentesco por consanguinidad: crea el derecho de alimentos y la
obligación correlativa; determina los derechos y obligaciones que a la patria potestad
conciernen; establece los derechos y obligaciones relativos a la tutela; otorga el derecho,
a heredar en sucesión legítima; bajo diversos requisitos, provoca la declaración de
inoficiosos de los testamentos para establecer pensión alimenticia; indica la existencia de
impedimentos para contraer matrimonio. Del parentesco por afinidad que provoca el
impedimento para contraer matrimonio, exclusivamente en el parentesco en línea recta.
7
Finalmente, del parentesco civil: determina impedimento para contraer matrimonio;
produce los derechos y obligaciones propios de la patria potestad; hace nacer los
derechos y obligaciones que conciernen a la tutela; establece el derecho a heredar por
sucesión legítima; señala la posibilidad de declaración de inoficiosidad de los
testamentos; y crea el derecho a percibir alimentos y la obligación correlativa. Con la
característica particular de que el parentesco civil era que en el caso de adopción simple,
el vínculo se establecía solo entre adoptante y adoptado.
Mencionados los tipos de parentesco reconocidos doctrinalmente, que a su vez son
adoptados en nuestro sistema jurídico; así como las diversas consecuencias, debe
precisarse que el derecho a recibir alimentos y la obligación correlativa, es uno de los
efectos jurídicos inmediatos derivados de la relación de parentesco, y aun cuando,
anteriormente únicamente se establecía con relación al consanguíneo y la civil;
actualmente, también –excepcionalmente- se ve reconocido en el caso de la afinidad.
De esa manera, el parentesco consanguíneo es fuente de la obligación alimentaria en
la línea recta sin limitación de grado y en la colateral o transversal hasta el cuarto grado.
En la línea recta, los grados se cuentan por el número de generaciones, o por el de las
personas, excluyendo al progenitor; mientras que en la línea transversal los grados se
cuentan por el número de generaciones, subiendo por una de las líneas y descendiendo
por la otra; o por el número de personas que hay de uno a otro de los extremos que se
consideran, excluyendo la del progenitor o tronco común. Por su parte, el parentesco
civil genera la obligación alimentaria, porque la adopción es un acto jurídico en virtud
del cual una persona, a la que se le conoce como adoptante, recibe como hijo a otra,
denominada adoptado, generando entre ellos derechos y obligaciones de la misma
naturaleza que entre padres e hijos biológicos (SCJN, 2010: 55-56).
Dado que, el derecho a recibir alimentos y la obligación correlativa, derivan
exclusivamente de la necesidad e imposibilidad el acreedor de allegarse de estos, y no de
la procreación de hijos; es evidente que también se genera, entre las personas
heterosexuales u homosexuales que conforman un matrimonio, un concubinato, o una
unión de hecho; sin que ello esté supeditado a la procreación.
Analizadas las instituciones de familia y parentesco, con sus consecuencias jurídicas,
corresponde delimitar los requisitos para que se genere el derecho a los alimentos, sus
8
características, contenido, fuentes, sujetos involucrados, personas legitimadas, formas de
extinción, así como la vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y
las del Estado en materia de alimentos.
1.3. El derecho a recibir alimentos
De acuerdo a doctrina reiterada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el
derecho a los alimentos es la facultad jurídica que tiene una persona denominada
acreedor alimentario para exigir a otra, deudor alimentista, lo necesario para vivir como
consecuencia del parentesco consanguíneo, de la adopción, del matrimonio, del divorcio
y del concubinato (CT 148/2012). Además, se deben agregar las uniones de hecho, entre
personas heterosexuales u homosexuales.
En ese contexto, los alimentos radican en el deber de proporcionar la asistencia
debida para el adecuado sustento de las personas que de acuerdo a la ley se colocan en
una situación precaria que amerite el apoyo del deudor alimentista. Tal obligación tiene
como base la solidaridad que debe manifestarse entre las personas con algún vínculo
familiar. Dicho deber ético ha sido reconocido por el derecho elevándolo a la categoría
de una obligación jurídica provista de sanción, la cual, tiene como propósito
fundamental proporcionar al acreedor alimentario lo suficiente y necesario para su
manutención o subsistencia (CT 148/2012). Para que surja la obligación en materia de
alimentos es necesario que se cumplan tres requisitos:
a) Que entre las dos personas –deudor y acreedor- exista o haya existido una
relación jurídica familiar. De acuerdo con esta, las personas más próximas excluyen a
las más lejanas de la obligación de brindar los alimentos, por lo que una persona estará
obligada a proporcionarlos los mismos, solamente a falta o por imposibilidad de quienes
se encuentren más estrechamente vinculados con el acreedor alimentario. Se va
imponiendo la obligación de brindar alimentos a determinadas personas, unas a falta de
otras (Rico-Garza-Hernández, 2007: 142). Aquí es importante recordar, que las
relaciones familiares se pueden presentar en múltiples manifestaciones: matrimonio,
concubinato, uniones de hecho y adopción.
b) La necesidad por parte del acreedor. La institución de los alimentos no tiene por
finalidad favorecer a una persona sino en la medida en que necesite los alimentos, por lo
9
que si una persona ya cuenta con los recursos para satisfacer sus necesidades, la relación
alimentaria no nacerá y en caso de que ya exista, se terminará. El legislador en algunos
casos, establece la presunción del estado de necesidad, en beneficio de ciertas personas,
como lo son personas menores de edad, personas con discapacidad, sujetos en estado de
interdicción y el cónyuge o concubino(a) que se dedique al hogar (Rico-GarzaHernández, 2007: 145). Resulta evidente que también dicha presunción también se
encuentra en aquella persona que formando una unión de hecho se dedica a las labores
del hogar.
c) La posibilidad del deudor de brindar los alimentos. El deudor alimentista debe
contar con los medios o recursos para proporcionar alimentos; pues no se puede imponer
la carga de una obligación alimentaria a una persona que de cumplirla, por su propia
situación económica, vería amenazada su propia subsistencia (Rico-Garza-Hernández,
2007: 146).
1.4. Características de la obligación alimentaria
La Suprema Corte de Justicia de la Nación en el tomo 1 de su obra Temas Selectos de
Derecho Familiar (2010), establece como características del derecho a recibir alimentos
y su obligación correlativa:
Origen legal
Proviene de la ley. No se requiere para su existencia, la voluntad del
acreedor o del deudor. Es decir, no nace de causas contractuales, como lo
pudiera ser un convenio extrajudicial, sino que se trata de un deber ético
acogido por el derecho y elevado a la categoría de obligación jurídica.
De orden público
e interés social
Su propósito fundamental es proporcionar los medios necesarios y
suficientes para la manutención o subsistencia de una persona que no tiene
forma de obtenerlos y se encuentra en imposibilidad real de procurárselos.
Recíproco
El que tiene la obligación de suministrarlos tiene, a su vez, el derecho de
recibirlos. Por tanto, el mismo sujeto puede ser activo o pasivo, acreedor o
deudor, según esté en condiciones de proporcionarlos o carezca de los
medios necesarios para subsistir.
Personalísimo
Depende exclusivamente de las circunstancias individuales del acreedor y
del deudor, pues los alimentos se confieren exclusivamente a una persona
determinada en razón de sus necesidades y se imponen también, a otra
10
persona determinada, tomando en cuenta su carácter de pariente o de
cónyuge y sus posibilidades económicas.
Condicional
En la medida en que solo existe cuando se reúnen todos los elementos
exigidos por la ley, tanto en relación con la persona que debe ministrarlos
como con la que tiene derecho a recibirlos.
Intransferible
Se trata de una obligación personal, ni la deuda del obligado ni el derecho
del alimentista puede transmitirse o cederse a tercera persona y, en
consecuencia, la muerte de uno o de otro trae consigo el fin de la relación,
pues los alimentos se refieren a necesidades propias e individuales del
alimentista y se fijan con base en las posibilidades del deudor.
Inembargable
No pueden ser afectados por un mandato de autoridad y no es posible
asegurar con ellos, ni aun de manera cautelar, la eventual ejecución de una
pretensión de condena planteada en un juicio, toda vez que el acreedor no
puede ser privado de ellos bajo ningún concepto.
Imprescriptible
La obligación de dar alimentos no prescribe, no se extingue por el paso del
tiempo, de modo que mientras subsista el estado de necesidad del acreedor
y la posibilidad del deudor de proporcionarlos, esto es, el hecho que la
originó, permanece la obligación. Los alimentos de una persona
constituyen un derecho protegido que no se pierde por no solicitarse en
determinado momento, y toda vez que la obligación de ministrarlos es de
tracto sucesivo e inherente a la necesidad del acreedor alimentario, no se
extingue con el transcurso del tiempo y menos puede precluir.
Irrenunciable
El acreedor alimentario no está facultado para declinar su derecho a recibir
alimentos y, de hacerlo, dicha renuncia resulta nula, pues se trata de un
derecho protegido incluso en contra de la voluntad del propio titular.
Intransigible
Los alimentos no son objeto de transacción, o sea, de contrato por el cual
las partes haciéndose recíprocas concesiones terminan una controversia
presente o previenen una futura.
Proporcional
Debe considerarse la situación de necesidad de uno de los sujetos y la
capacidad económica del otro.
Dinámico
Para fijar el monto de los alimentos debe atenderse a circunstancias
cambiantes, como lo son las posibilidades de quien debe proporcionarlos y
las necesidades de quien ha de recibirlos, lo que ocasiona que su monto, y
la obligación misma, estén sujetos a una permanente actualización.
11
Prorrateable
Ante la existencia de dos o más sujetos sobre los cuales puede recaer la
obligación alimentaria, lo procedente es atender al grado de proximidad del
parentesco para determinar quién debe considerarse como deudor
alimentista. Sin embargo, cuando son varios los que, en un mismo grado,
están constreñidos a proporcionar alimentos, la obligación puede dividirse
en proporción a sus posibilidades.
Subsidiario
Es una obligación sucesiva que atiende a la graduación del parentesco. Se
establece a cargo de los parientes más lejanos ante la falta o imposibilidad
de los más cercanos.
Preferente
Tienen respecto de algunas otras calidades de acreedores, derecho
preferente sobre los ingresos y bienes del deudor, y pueden demandar el
embargo de dichos bienes o el aseguramiento de los ingresos que reciba el
deudor para hacer efectivos sus derechos.
No es
compensable
Pues de lo contrario, el acreedor podría verse privado de los bienes
necesarios para subsistir.
Su cumplimiento
parcial no lo
extingue
Se proporcionan de manera continua y permanente, la obligación no se
extingue en virtud de su cumplimiento parcial, ello mientras el acreedor los
necesite y el obligado esté en condiciones económicas de proporcionarlos.
Si bien del anterior listado de características, se puede advertir que la Suprema Corte
de Justicia de la Nación ha delimitado de manera muy completa la naturaleza del
derecho subjetivo a los alimentos; no obstante, a efecto de su cuantificación es
necesario, como más adelante se verá, una serie de principios como son el de igualdad y
no discriminación (perspectiva de género), y el relativo al mínimo vital.
1.5. La pensión alimenticia. Su contenido
Para Colin y Capitant (2002: 251), con la palabra alimentos se designa todo aquello
que es necesario e indispensable para la vida. En ese sentido, la mayoría de las
legislaciones del país coinciden en que los alimentos comprenden la habitación, comida,
vestido, asistencia médica en caso de enfermedad, y además, respecto de menores, los
gastos de educación o los necesarios para proporcionarles un oficio o profesión honestos
12
y acordes a sus circunstancias particulares (ver anexo), por lo que se ha establecido que
para la fijación de la pensión alimenticia, debe atenderse a lo dispuesto en dichos
preceptos legales, tomando en cuenta las posibilidades del deudor alimentista y las
necesidades de los acreedores, existiendo en el caso específico de las personas menores
de edad, personas con discapacidad, personas declaradas en estado de interdicción y el o
la cónyuge, concubina o concubinario, así como la pareja en una unión de hecho, que se
dedique exclusivamente al trabajo en el hogar o al cuidado de los hijos o hijas, la
presunción de necesitarlos.
1.6. Fuentes de la obligación alimentaria
La relación jurídica existente entre el deudor alimentista y el acreedor alimentario
surge, normalmente, del parentesco, concubinato, matrimonio, divorcio e, inclusive, por
la mera separación física de los cónyuges derivada del abandono familiar (De la MataGarzón, 2006: 58). Aunque dicha concepción podría parecernos completa, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación ha establecido que según los distintos ordenamientos
jurídicos del Estado mexicano, las fuentes de la obligación alimentaria son el
matrimonio; divorcio; nulidad de matrimonio; concubinato; parentesco; adopción;
sociedad de convivencia; pacto civil de solidaridad; y testamento (SCJN, 2010: 35-65).
1.7. Sujetos involucrados de la obligación alimentaria
Los sujetos de la obligación alimentaria son dos: el acreedor (activo) y el deudor
(pasivo). El primero de ellos, al que se le denomina acreedor alimentario, es quien tiene
derecho y está facultado para exigir los alimentos. Por su parte, el segundo, conocido
como deudor alimentario, es quien tiene la obligación de proporcionarlos (SCJN, 2010:
70).
Por disposición legal, los cónyuges, incluso los que están separados, deben darse
alimentos, lo mismo acontece con los concubinos y las personas que forman uniones de
hecho. Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que el marido
debe darle alimentos a la mujer para hacer todos los gastos necesarios para el
sostenimiento del hogar, y cuando ella demanda el pago de alimentos incumbe al marido
la obligación de probar que no los necesita (De la Mata-Garzón, 2006: 63). Esta
13
obligación es consecuencia de los deberes de solidaridad y asistencia mutuos derivados
del matrimonio; al igual, entre los concubinos existe la obligación de ministrarse
alimentos, pues el concubinato, al ser una unión de hecho formada entre un hombre y
una mujer que cohabitan públicamente haciendo vida en común, produce efectos
jurídicos a favor de estos y de los hijos que procrean durante el período de vida en
común (SCJN, 2010: 71).
Igualmente, los padres deben alimentar a los hijos; y como esta obligación se genera
por la filiación, no se limita a los hijos procreados en matrimonio, sino que se hace
extensiva a los hijos nacidos fuera del matrimonio (Álvarez de Lara, 1985: 70). Sobre el
tema, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sentado en criterio jurisprudencial
que dicha obligación recae en ambos padres, ya que los dos deben contribuir
económicamente al sostenimiento del hogar y a la alimentación y educación de sus hijos,
salvo cuando alguno de ellos esté imposibilitado para trabajar y carezca de bienes
propios, o no tenga ingresos, supuesto en que el otro debe atender íntegramente a los
gastos. Aun cuando por regla general, la obligación de los padres de dar alimentos a sus
hijos cesa cuando estos adquieren la mayoría de edad; dicho deber puede subsistir si al
llegar a esa edad siguen necesitándolos (incapaces o estudiantes de nivel superior)
(SCJN, 2010: 72).
En ausencia de los padres o su imposibilidad de dar alimentos, la obligación
alimenticia recae en los demás ascendientes por ambas líneas más próximos en grado,
primordialmente en los abuelos; siendo necesario que se acredite fehacientemente la
falta o imposibilidad de los padres (SCJN, 2010: 73).
En virtud de que la obligación alimenticia es de naturaleza recíproca; así como los
padres tienen la obligación de dar alimentos a sus hijos, estos deben proporcionarlos a
aquellos siempre que los necesiten, ya sea por edad avanzada, vejez, enfermedad o
imposibilidad para trabajar. Aquí es importante puntualizar que no opera a su favor la
presunción legal de necesitarlos, sino que tienen que demostrar su relación filial, las
posibilidades del deudor y su estado de necesidad. Ante la ausencia o imposibilidad de
los hijos, el deber recae en los demás descendientes, por orden de proximidad (SCJN,
2010: 73).
14
Por último, la obligación se presenta entre adoptante y adoptado en los mismos
términos que los padres y los hijos (SCJN, 2010: 74).
A falta o por imposibilidad de los sujetos acreedores ya mencionados, la obligación
recae, por regla general, en los hermanos, de padre y madre; o en los que fueren
solamente de madre o de padre y, en ausencia de estos, tienen la obligación de ministrar
alimentos los parientes colaterales dentro del cuarto grado, como tíos y primos (SCJN,
2010: 73-74).
1.8. Personas legitimadas a reclamar una pensión alimenticia
Los sujetos legitimados para exigir el pago de la obligación alimentaria son: el
acreedor alimentario, el ascendiente que le tenga bajo su patria potestad, el tutor, los
demás hermanos y parientes colaterales hasta el cuarto grado y el ministerio público.
Esta lista es meramente enunciativa no limitativa, ya que en distintos ordenamientos se
prevé como legitimada toda aquella persona que tenga conocimiento sobre la necesidad
de otro de recibir alimentos y pueda aportar los datos de quienes estén obligados a
proporcionarlos podrá acudir al ministerio público a denunciar tal situación.
Consecuentemente, por vía del ministerio público cualquiera en interés del acreedor
alimentista puede denunciar y solicitar el pago (De la Mata-Garzón: 2006, 64-65).
1.9. Extinción de la obligación de dar alimentos
En la legislación nacional, se ha considerado como causas de suspensión o cesación,
principalmente: cuando el que la tiene carece de medios para cumplirla; cuando el
alimentista deja de necesitar los alimentos; en caso de violencia familiar o injurias
graves inferidas, por el acreedor alimentario mayor de edad, contra el que debe
prestarlos; cuando la necesidad de los alimentos dependa de la conducta viciosa o de la
falta de aplicación al estudio del acreedor mayor de edad; y si este, sin consentimiento
del que debe dar los alimentos, abandona la casa por causas injustificadas. Aun cuando
no se señala en qué casos se produce la suspensión y en cuáles la cesación de la
obligación alimentaria. La diferencia entre cesación y suspensión es que en el primer
caso, la obligación termina por completo y no volverá a nacer; mientras que en el
segundo, solo temporalmente queda liberado el deudor, en tanto subsista la causa que le
haya dado origen. Resultando como único caso de cesación, el de violencia familiar o
15
injurias graves inferidas por parte del acreedor al deudor. (Rico-Garza-Hernández, 2007:
150-151).
1.10. La vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y las del
Estado en materia de alimentos
Además de su reconocimiento como obligación jurídica entre particulares, la
procuración de alimentos trasciende de los integrantes del grupo familiar a la esfera
estatal, al ser su cumplimiento de interés social y orden público. Es decir, es deber del
Estado el vigilar que entre las personas que se deben esta asistencia, se procuren de los
medios suficientes cuando alguno de los integrantes carezca de los mismos y se
encuentre en la imposibilidad real de obtenerlos (SCJN, CT 148/2012). Por lo tanto, los
alimentos gozan de ciertas características que se deben privilegiar dado el fin social que
se protege a través de los mismos, esto es, la satisfacción de las necesidades del
integrante del grupo familiar que no tiene los medios para allegarse de los recursos
necesarios para su subsistencia (CT 389/2011).
Lo anterior, porque después de la persona como ente individual, la familia en sus
diferentes concepciones es el fin primordial de la actividad del Estado; pues al ser la
institución social más importante, anterior al orden jurídico, este debe encaminarse a
lograr su desarrollo pleno (Chávez, 2006: 125). Esta concepción ha motivado que a nivel
constitucional y convencional, el tener una familia sea reconocido como un derecho
humano, que se concreta en distinta forma en los adultos que en los niños, sin que esto
suponga, como ya se ha dicho, decantarse por un determinado modelo de familia
(González, 2006: 66).
De esta forma, la mayoría de las constituciones latinoamericanas consideran a la
familia como fundamento de la sociedad, estableciendo la inexcusable protección por
parte del Estado; que se reflejará en políticas públicas orientadas hacia el fortalecimiento
y desarrollo pleno de esta, en una legislación acorde a los principios consagrados en la
ley fundamental, así como en la resolución de los juicios conforme al interés superior de
la familia y de sus miembros (Chávez, 2006: 145).
Por lo que hace al ámbito convencional universal, existen diversos instrumentos
internacionales que reconocen a la familia como objeto de protección.
16
En primer lugar, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones
Unidas, aprobada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el
diez de diciembre de mil novecientos cuarenta y ocho, en su artículo 16, estatuye:
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho,
sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a
casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto
al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del
matrimonio.
2. Solo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos
podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y
tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, publicado en
el Diario Oficial de la Federación, el veinte de mayo de mil novecientos ochenta y uno,
en su artículo 23, dispone:
1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y
tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer
matrimonio y a fundar una familia si tienen edad para ello.
3. El matrimonio no podrá celebrarse sin el libre y pleno consentimiento
de los contrayentes.
4. Los Estados Partes en el presente Pacto tomarán las medidas
apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y de responsabilidades
de ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en
caso de disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán
disposiciones que aseguren la protección necesaria a los hijos.
De igual manera, en el artículo 10, del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, se estatuye lo siguiente:
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que:
1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y
fundamental de la sociedad, la más amplia protección y asistencia
17
posibles, especialmente para su constitución y mientras sea responsable
del cuidado y la educación de los hijos a su cargo. El matrimonio debe
contraerse con el libre consentimiento de los futuros cónyuges.
En el ámbito convencional regional, es de mencionarse la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, adoptada el veintidós de noviembre de mil novecientos
sesenta y nueve, en San José, Costa Rica; y publicada en el Diario Oficial de la
Federación, el siete de mayo de mil novecientos ochenta y uno; la cual en su artículo 17
denominado “Protección a la Familia”, señala:
1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y
debe ser protegida por la sociedad y el Estado.
2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y
a fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para
ello por las leyes internas, en la medida en que estas no afecten al
principio de no discriminación establecido en esta Convención.
3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento
de los contrayentes.
4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la
igualdad de derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades de
los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso
de disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán
disposiciones que aseguren la protección necesaria a los hijos, sobre la
base única del interés y conveniencia de ellos.
5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera
del matrimonio como a los nacidos dentro del mismo.
Finalmente, en el ámbito interno constitucional, la protección a la familia, se
encuentra reconocido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al
establecer en su artículo 4º, literalmente:
El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la
organización y el desarrollo de la familia.
Derivado de la anterior exigencia constitucional, es que en el ámbito interno, se
establece el deber del legislador de emitir disposiciones tendentes a proteger la
18
organización y el desarrollo de la familia, de ahí que deban emitirse leyes y reglamentos
que la protejan como célula básica de la sociedad, y que garanticen el pleno desarrollo
de sus miembros.
En ese contexto, es que diversos ordenamientos dentro del sistema jurídico mexicano,
excepcionan el principio de estricto derecho para los asuntos del orden familiar,
permitiendo a los juzgadores suplir de oficio las deficiencias de los argumentos de las
partes para proteger el interés de la familia.
Por todo lo anterior, es que el interés en las cuestiones que pueden afectar la
estabilidad y desarrollo de la familia, como sucede con los alimentos, no corresponde
exclusivamente a los miembros de esta; sino que es la sociedad en su conjunto, y el
propio Estado, quienes tienen interés en que la situación respecto de los alimentos quede
definida para asegurar la protección del núcleo familiar, y es en ese sentido que los
alimentos comprenden una cuestión de orden público e interés social. El Estado no
es un mero espectador, sino que todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias
(legislativo, ejecutivo y judicial), tienen la obligación de proteger y garantizar el derecho
a recibir alimentos y la obligación correlativa; de tal manera, que se vuelven
coadyuvantes de las obligaciones de los particulares. Aspectos que se desarrollarán en el
siguiente capítulo.
19
Capítulo II
Análisis y crítica a los criterios para determinar la pensión alimenticia en el Estado
mexicano acorde con el nuevo paradigma de los derechos humanos
2.1. El nuevo paradigma de los derechos humanos. El artículo 1º constitucional
La reforma constitucional en materia de derechos humanos, publicada en el Diario
Oficial de la Federación, el diez de junio de dos mil once, presenta a todas las
autoridades del Estado Mexicano grandes retos y, a la vez, grandes oportunidades.
Configura un nuevo paradigma en el sistema judicial mexicano de la forma de entender
los derechos humanos, así como su aplicación. En ese sentido, la labor de los operadores
jurídicos se vuelve más compleja, toda vez que mediante mandato constitucional tienen
la obligación de aplicar e interpretar las normas a la luz de los derechos humanos, con un
enfoque o perspectiva propia, que trae consigo una nueva concepción sobre las
obligaciones estatales respecto de esos derechos, pues ya no solo se trata de reconocer y
garantizar un conglomerado de derechos con énfasis distintos y con una relación
particular entre ellos, sino de internalizar en la acción estatal la dinámica del
funcionamiento de los derechos humanos (Vázquez-Serrano, 2012b: 36).
De esta manera, la perspectiva de derechos humanos es un nuevo marco de
pensamiento, desde el cual se aborda el estudio de los asuntos jurisdiccionales en los que
se encuentren vulnerados este tipo de derechos, lo que implica identificar las
circunstancias específicas de cada caso en concreto, y de estar en el supuesto, advertir la
presencia de grupos en situación de vulnerabilidad. Por lo cual, este enfoque tiene la
capacidad para transformar las relaciones de poder entre los gobernados y gobernantes, y
considerar a estos últimos, como ciudadanos titulares de derechos; lo que involucra,
considerarlos desde sus diversidades, lo cual incluye al género (mujeres u hombres),
personas menores o de la tercera de edad, grupos étnicos, diversidad afectivo-sexual,
orientación religiosa, población urbana-rural, personas migrantes, en situación de
desplazamiento y/o refugio, personas en situación de discapacidad y otras en situación
de vulnerabilidad y/o exclusión (Sánchez Moreno, 2011: 54).
El hecho de basarse en derechos y no en necesidades es un adelanto importante para
lograr una mayor eficacia en la labor jurisdiccional; la mayor virtud de este enfoque es
20
que se centra en el ser humano, en su dignidad como persona portadora de derechos
innatos (Sánchez Moreno, 2011: 56).
Un punto clave para que se pudiera presentar dicha reforma, fue la evolución que ha
tenido el derecho internacional de los derechos humanos.
El derecho internacional de derechos humanos ha evolucionado de manera importante
en las últimas décadas, creando un número creciente de tratados internacionales en los
que se establece un amplio catálogo de derechos; y como parte de este desarrollo se ha
impulsado la creación de instrumentos de carácter específico para distintos grupos de la
población que, por su condición, se encuentran en una situación de vulnerabilidad, entre
ellos, las niñas, niños, adolescentes, adultos mayores, mujeres, indígenas, personas en
situación de extrema pobreza.
Sin embargo, el derecho internacional de los derechos humanos tiene como fuentes
no solo aquellas normas de carácter obligatorio (tratados internacionales), sino también
instrumentos no vinculantes como las declaraciones, los principios generales o las
opiniones consultivas, que en tanto desarrollan el contenido y el alcance de los derechos
reconocidos en los tratados, también son un referente obligado.
Así, la nueva redacción del artículo 1º de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, trae consigo el reconocimiento de un abundante cuerpo jurídico de
origen internacional y, principalmente, una forma de concebir la relación entre el Estado
y las personas o grupos, orientada a ampliar su ámbito de protección; diseña un orden
constitucional fundado en la dinámica propia de los derechos humanos, al incluir la
interpretación conforme (a la Constitución y a tratados internacionales) que involucra no
solo el desarrollo jurisprudencial de los derechos, sino también criterios de aplicación e
interpretación propios del derecho internacional de los derechos humanos, como es el
principio pro persona. Asimismo, explicita las obligaciones del Estado en su conjunto
para desarrollar las condiciones estructurales necesarias para la realización,
mantenimiento y avance de los derechos humanos (Vázquez-Serrano, 2012a: 135).
Por otra parte, el reformado artículo 1º constitucional pone al mismo nivel los
derechos que aparecen en la Constitución y los que están previstos en los tratados
internacionales. De esta manera, se puede afirmar que el derecho constitucional
mexicano, por lo que respecta a todo lo relativo a los derechos cuando menos, se abre de
21
forma clara y contundente al derecho internacional de los derechos humanos,
demostrando de esa manera una vocación cosmopolita muy apreciable. Lo que hace el
artículo primero es poner de manifiesto que son tan importantes los derechos humanos
que tienen reconocimiento constitucional como aquellos que figuran en los tratados
internacionales (Carbonell, 2012: 367-368).
Dicha reforma impacta de manera favorable al tema de alimentos, pues a partir de
ella, los jueces al determinar el alcance de la norma aplicable, lo hacen a la luz de una
interpretación conforme a la Constitución y a los tratados internacionales en materia de
derechos humanos, siempre favoreciendo en todo tiempo la protección más amplia de la
persona (principio pro persona); e inclusive –como se verá más adelante- al encontrarse
ante una norma que no haga posible dicha interpretación, tendrán la obligación de
inaplicarla (control difuso) o de declarar su inconstitucionalidad y convencionalidad
(control concentrado), en la medida de sus facultades competenciales.
2.1.1. La interpretación conforme
La interpretación conforme es la actividad que consiste en buscar explicaciones de
varios textos, por lo menos de dos, que sean compatibles entre sí. Su objetivo consiste en
identificar una o más interpretaciones conformes como resultado de dicha acción. La
particularidad de la institucionalización del deber de interpretación conforme realizada
por la reforma al artículo 1º constitucional radica en la definición del parámetro de la
conformidad, es decir, de las normas a las cuales deberán conformarse otras normas.
Como la conformidad es conformidad hacia alguna otra cosa, para desarrollar la
actividad pertinente siempre será necesario identificar el parámetro respecto del cual se
busca adecuar, ajustar y compatibilizar otro elemento normativo, el significado de otro
texto legal. A partir del dominio de las variables es posible articularlas para proceder al
análisis de la técnica de la interpretación conforme, tal como es institucionalizada por el
texto constitucional, tomando en cuenta especialmente la forma en que el citado texto
articula dicha interpretación con el principio pro persona (Rodríguez-Puppo, 2013: 8).
Así, la interpretación conforme consiste en dar a los términos de una disposición
jurídica un significado acorde con las normas de superior jerarquía que determinan su
creación y contenido. El alcance semántico del texto de la disposición es su límite; sin
22
embargo, una interpretación conforme conlleva que pudiera atribuirse al texto de esa
disposición un sentido que lo armonice con un elemento jurídico superior –la
Constitución o un tratado internacional- (Ferrer Mac-Gregor-Sánchez, 2013: 12).
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que la interpretación
conforme, en sentido amplio, implica que quienes imparten justicia, al igual que el resto
de las autoridades del Estado mexicano, deben interpretar el orden jurídico a la luz y de
acuerdo con los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados
internacionales de los cuales el Estado mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo
a las personas la protección más amplia. La interpretación conforme, en sentido estricto,
significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, quienes imparten
justicia deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir
aquella acorde a los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados
internacionales, para no vulnerar el contenido esencial de estos derechos (SCJN, 2013b:
17).
2.1.2. El principio pro persona
Es el criterio indispensable de actuación hermenéutica ante la cláusula de
interpretación conforme, y cuyo sentido es precisamente señalar la preferencia de
aplicación de la norma sobre derechos humanos que más favorezca a la persona. Dicho
principio cumple con dos objetivos: a) definir el estándar de integración normativa, es
decir, construir el contenido constitucionalmente declarado de los derechos, y b) señalar
la norma aplicable en caso de antinomias, y con independencia de su posición jerárquica,
respetando el contenido mínimo esencial del derecho que debe restringirse si se trata de
dos normas constitucionales (Caballero, 2011: 130).
En este sentido, el principio pro persona como criterio interpretativo, incorporado en
el segundo párrafo del artículo 1º constitucional, busca mayor protección para las
personas y grupos a fin de garantizar de manera adecuada e integral sus derechos
humanos. Puede ser utilizado para favorecer en todo momento a las personas. Por lo
tanto, deberá hacerse siempre una interpretación extensiva cuando se trata de proteger
derechos. Por el contrario, cuando la finalidad es acotar el margen de actuación de las
autoridades y poderes públicos frente a los derechos humanos de las personas, se
23
atenderá a la norma o interpretación más restringida. El principio pro persona resuelve
las posibles antinomias de ley bajo un criterio de favorabilidad, no de jerarquía entre las
normas; tampoco de acuerdo con los principios de temporalidad y especialidad (SCJN,
2013b: 17-18).
2.1.3. El control difuso de constitucionalidad y convencionalidad
De acuerdo con el párrafo tercero del artículo 1º constitucional, todas las autoridades
–también los tribunales ordinarios- tienen la obligación de promover, respetar, proteger
y garantizar los derechos humanos, en tal medida de que, habrán de llevar a cabo las
acciones adecuadas a esos propósitos, entre las que se incluyen analizar si una ley es
contraria a la Constitución y dejar de aplicarla en caso afirmativo (Varios 912/2010:
párrs. 26, 27 y 29).
En la sentencia del caso Radilla Pacheco, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos estableció
que el Poder Judicial debe ejercer un “control de
convencionalidad” ex officio entre las normas internas y la Convención Americana,
evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones
procesales correspondientes. Al determinar el alcance de esa sentencia internacional, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación expresó que los tribunales mexicanos están
obligados a dejar de aplicar las normas inferiores dando preferencia a los contenidos
de la Constitución y, en tal caso, omitir su aplicación al resolver el caso concreto
(Varios 912/2010: párr. 29).
En ese contexto, se estableció en el Estado mexicano el control difuso de
constitucionalidad y convencionalidad, es decir, que cada tribunal de nuestro país puede
estudiar si una ley –y con mayor razón cualquier otro elemento jurídico- es contrario a la
Constitución y, en tal caso, omitir su aplicación al resolver el caso concreto (Ferrer MacGregor-Sánchez, 2013: 15).
2.2. Las obligaciones del Estado de proteger y garantizar en materia de alimentos
En el párrafo tercero del reformado artículo primero constitucional, se impone la
obligación a todas las autoridades de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos y en consecuencia, prevenir, investigar, sancionar y reparar las
24
violaciones a estos, que adviertan en el ejercicio de sus funciones. Estas obligaciones de
índole constitucional e internacional, a cargo del Estado en cualquiera de sus niveles
(federal, local o municipal) e independientemente de sus funciones (ejecutivo,
legislativo y judicial), se pueden agrupar en cuatro rubros (Vázquez-Delaplace, 2011:
42-43): La obligación de respetar, porque ninguno de los órganos pertenecientes al
Estado debe violentar derechos humanos, ni por medio de acciones ni a través de
omisiones. Se traduce principalmente en obligaciones negativas o de no hacer, tales
como no obstaculizar, interferir o impedir el goce de los derechos humanos; es decir,
conlleva una abstención del Estado. La obligación de proteger, ya que los órganos
pertenecientes al Estado deben evitar que particulares (empresas, sindicatos, personas,
grupos religiosos, asociaciones, o cualquiera otra institución no estatal) violenten,
obstaculicen o impidan el acceso a los derechos humanos. La obligación de garantizar
que obliga al Estado a organizar todo el aparato gubernamental de tal forma que las
personas puedan gozar de sus derechos, de manera efectiva y real; y ejercerlos
libremente en condiciones de igualdad. La obligación de promoción, que implica
desarrollar las condiciones para que las personas titulares de los derechos accedan a los
bienes, lo cual puede traducirse en la directa provisión de medios para ello. Proveer de
condiciones adecuadas para la realización de los derechos (SCJN, 2013a: 3-4).
En el tema de la fijación de una pensión alimenticia, es primordial el rol que juegan el
legislador y los jueces; pues el primero tendrá el deber de crear leyes acorde con los
estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales de los derechos
humanos involucrados, por medio de los cuales se respeten principios tales como el de
igualdad y no discriminación, así como el derecho a un mínimo vital. En tanto que los
jueces, en todos los procedimientos jurisdiccionales de los que tengan conocimiento,
tienen la obligación de identificar la posible existencia de grupos vulnerables, interpretar
la norma conforme a la Constitución y al principio pro persona, y en caso de no ser
posible, inaplicarla o declarar su inconstitucionalidad, en la medida de sus facultades
competenciales; y asimismo, que al encontrarse ante una legislación deficiente que no
incorpore los estándares y contenidos esenciales necesarios en materia de alimentos,
realice tal incorporación en el dictado de la sentencia.
25
2.3. El papel del legislador en el cumplimiento de obligaciones alimentarias
En una democracia constitucional, como lo es el Estado mexicano, después de la
creación de la Constitución por el Constituyente originario, la interpretación y desarrollo
de los contenidos y principios constitucionales corresponde al poder legislativo, quien
derivado de una exigencia del artículo 1º constitucional, tiene el deber de emitir leyes
con un enfoque de derechos humanos, que en materia de alimentos se traduce, en la
incorporación de los estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales de
los derechos humanos involucrados.
Ello, obedece precisamente a la necesidad de que exista legislación interna que haga
exigible el derecho a recibir alimentos y su obligación correlativa; y además, para que
establezca los parámetros para determinar su monto.
En este contexto, no hay que olvidar que el poder legislativo tiene además el deber de
modificar el ordenamiento jurídico interno en la medida necesaria para dar efectividad a
las obligaciones alimentarias, lo que implica la armonización legislativa; generando así,
el marco normativo para que sea posible (Carbonell, 20011: 78-79).
2.4. Análisis del artículo 4º constitucional
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4º señala:
Artículo 4º. El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la
organización y el desarrollo de la familia.
[…]
Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de
calidad. El Estado lo garantizará.
Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá
las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y
establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas
en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción
XVI del artículo 73 de esta Constitución.
[…]
26
Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La
Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal
objetivo.
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con
el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera
plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la
satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y
sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá
guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas
públicas dirigidas a la niñez.
[…]
El precepto constitucional transcrito, dispone el deber del Estado para proteger a la
familia a través de la ley. Además, establece el derecho de toda persona a una
alimentación nutritiva, suficiente y de calidad; la cual deberá estar garantizada por parte
del Estado. Asimismo, que toda persona tiene derecho a la protección de la salud y a
disfrutar de una vivienda digna. Finalmente, que en todas las decisiones y actuaciones
del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez,
garantizando de manera plena sus derechos; dado que los niños y las niñas tienen
derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano
esparcimiento para su desarrollo integral. Por ende, puede afirmarse que la disposición
constitucional aludida constituye el fundamento del derecho a los alimentos.
2.5. Criterios para fijar una pensión alimenticia regulados en la legislación nacional
En materia de alimentos, no existe en la actualidad un parámetro uniforme
establecido por la ley o por la jurisprudencia en la que se establezca la forma en que
deba fijarse el monto de la pensión alimenticia a la que están obligados los deudores
alimentarios.
En efecto, aun cuando los diversos artículos de los Códigos Civiles y de
Procedimientos Civiles del país establecen que los alimentos han de ser proporcionales a
las posibilidades del que debe darlos y a las necesidades de quien deba recibirlos, en
dichos preceptos legales no se señala la forma en que debe establecerse la
27
proporcionalidad de los alimentos, por lo que tal omisión ha sido suplida con los
distintos criterios que ha establecido la justicia federal al respecto.
Así, podemos identificar el criterio de proporcionalidad y el criterio aritmético que a
continuación se explican.
2.5.1. El principio de proporcionalidad
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un primer criterio jurisprudencial,
aclaró el concepto de la proporcionalidad de los alimentos para los acreedores
alimentarios, con la tesis emitida por la entonces Tercera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, visible a página 17, Volumen 35, Cuarta Parte, Séptima Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, del rubro y texto siguientes:
ALIMENTOS. SU PROPORCIONALIDAD Y SU DISTRIBUCIÓN
EQUITATIVA ENTRE LOS ACREEDORES ALIMENTARIOS. Los hijos
naturales tienen iguales derechos que los legítimos, y por tanto el total de
los ingresos del deudor alimentista debe dividirse entre los hijos menores
con derecho a la pensión alimenticia, entre la esposa legítima y el propio
deudor alimentista, de una manera proporcional, como lo manda la ley.
Dicho criterio aislado establecía que para la fijación de la pensión alimenticia a favor
de los acreedores alimentarios, debía dividirse el total de los ingresos del deudor entre él
mismo y todos sus acreedores, dando como resultado una posible desventaja no solo
para el deudor, sino también para el acreedor; pues si la pensión se dividía entre el
propio deudor, su cónyuge y dos hijos menores, correspondía a cada uno de ellos y al
deudor, el veinticinco por ciento del total de las percepciones obtenidas.
Posteriormente, en relación a cómo debía entenderse el principio de proporcionalidad,
la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pronunció diversas tesis
durante la Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación, en las que interpretó
las legislaciones estatales para casos específicos, como las de los rubros siguientes:
ALIMENTOS PROPORCIONALIDAD DE LOS, TRATÁNDOSE DE
MARINOS
MILITARES
(LEGISLACIÓN
VERACRUZ) (SCJN: 17).
28
DEL
ESTADO
DE
ALIMENTOS, PROPORCIONALIDAD DE LOS, EN CASO DE
REDUCIRSE EL NÚMERO DE ACREEDORES (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE VERACRUZ) (SCJN: 16).
Después, los tribunales federales interpretaron que debía fijarse el monto de la
pensión en porcentaje cuando existía la comprobación de los ingresos del deudor
alimentista, tomando a este como dos personas, esto es, que le corresponderían dos
porciones, es decir, en caso de que fueran dos los acreedores alimentarios, se dividiría en
cuatro partes el ingreso percibido, quedando el veinticinco por ciento para cada uno de
los acreedores alimentarios y el cincuenta por ciento para el deudor, para que de esta
forma estuviera en posibilidad de cubrir sus propias necesidades alimentarias.
Mediante este criterio, aparentemente se solucionó en parte el problema para fijar el
monto de la pensión alimenticia para los acreedores alimentarios, ya que se establecía
una regla que bien podía modificarse de acuerdo con las circunstancias del caso, toda
vez que con independencia del número de acreedores, el deudor siempre conservaría el
doble del porcentaje que se le asignara a cada uno de ellos, con lo cual se pretendió
garantizar que el deudor no perdiera la capacidad de proveerse a sí mismo medios de
subsistencia.
Sin embargo, este criterio en determinados casos resulta cuestionable, por ejemplo,
cuando el deudor tiene varios hijos (más de cinco), a él le quedaría el cincuenta por
ciento, y a ellos, el otro cincuenta, lo que podría ser injusto; o en aquellos, casos, en que
alguno de los hijos tuviera alguna discapacidad, donde tuviera necesidades mayores que
las del propio deudor alimentista.
Tal criterio se encuentra contenido en la jurisprudencia emitida por el Tribunal
Colegiado del Vigésimo Circuito, visible a página 451, Tomo IV, Septiembre de 1996,
Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con el rubro y texto
siguientes:
ALIMENTOS, FORMA DE FIJARSE EL MONTO DE LA PENSIÓN. Para
fijar el monto de la pensión, en términos generales debe dividirse el ingreso del
deudor alimentista entre los acreedores alimentarios y el mismo deudor,
dividiendo el cien por ciento del ingreso entre estos últimos y el propio deudor,
por tanto, si al deudor alimentista se le cuenta "como dos personas", tal
29
razonamiento resulta correcto ya que debe atender a sus propias necesidades
que por sus circunstancias personales, son mayores frente a sus acreedores.
Los anteriores criterios y jurisprudencias trajeron como consecuencia que se suscitara
la contradicción de tesis 26/2000 entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito y el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo
Circuito, la cual fue resuelta en sesión de cuatro de abril del dos mil uno, cuyo rubro es
el siguiente: “ALIMENTOS. REQUISITOS QUE DEBEN OBSERVARSE PARA FIJAR
EL MONTO DE LA PENSIÓN POR ESE CONCEPTO (LEGISLACIONES DEL
DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO DE CHIAPAS).” (Tesis: 1a.44/2001); en la cual
se establece que para fijar el monto de esta obligación alimentaria debe atenderse al
estado de necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del deudor para cumplirla,
pero, además, debe tomarse en consideración el entorno social en que estos se
desenvuelven, sus costumbres y demás particularidades que representa la familia a la
que pertenecen, pues los alimentos no solo abarcan el poder cubrir las necesidades
vitales o precarias del acreedor, sino el solventarle una vida decorosa, sin lujos, pero
suficiente para desenvolverse en el status aludido; de ahí que no sea dable atender para
tales efectos a un criterio estrictamente matemático.
2.5.2. El parámetro aritmético
Conforme a este parámetro, para calcular el monto de una pensión alimenticia, es
necesario realizar una operación matemática a partir de las percepciones del deudor
alimentista y el número de acreedores, sin atender a las posibilidades reales de aquel y a
las necesidades de estos.
Ese criterio prevaleció durante muchos años en la judicatura, a partir de una
interpretación incorrecta del principio de proporcionalidad, pues se consideraba que era
suficiente con distribuir las percepciones del deudor alimentista ya sea en partes iguales
entre los distintos acreedores, o bien, considerando que el deudor debía percibir el doble
que los demás.
Sin embargo, ese criterio fue abandonado por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación al considerar que para determinar el monto de la obligación alimentaria debe
atenderse al estado de necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del deudor para
30
cumplirla, pero, debe tomarse en consideración el entorno social en que estos se
desenvuelven, sus costumbres y demás particularidades que representa la familia a la
que pertenecen, pues los alimentos no solo abarcan el poder cubrir las necesidades
vitales o precarias del acreedor, sino el solventarle una vida decorosa, sin lujos, pero
suficiente para desenvolverse en el status aludido.
En la práctica, el criterio matemático no ha sido erradicado, incluso en algunas
legislaciones estatales, por ejemplo, en el Código Civil para el Estado de Tamaulipas, se
establece en el artículo 288 que: “Los alimentos han de ser proporcionados a la
posibilidad del que deba darlos y a la necesidad del que deba recibirlos, pero la
proporción de estos no podrá ser un porcentaje inferior al 30 por ciento ni mayor del 50
por ciento del sueldo o salario del deudor alimentista”; lo que responde a un parámetro
aritmético de mínimos y máximos que se aleja del principio de proporcionalidad.
En el Código Civil para el Estado de Guerrero sucede algo similar, pues se prevé en
su artículo 397 que: “Para fijar la pensión alimenticia, se tomará en cuenta la
capacidad económica del deudor alimentario, y las necesidades de las o los acreedores
alimentarios y nunca podrá ser inferior al 40% del salario mínimo vigente”.
2.6. Análisis e identificación de los criterios para determinar la pensión alimenticia
en la regulación federal
El Código Civil Federal establece que los alimentos han de ser proporcionados a las
posibilidades del que debe darlos y a las necesidades de quien debe recibirlos; y que
estos tendrán un incremento automático mínimo equivalente al aumento porcentual del
salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal, salvo que el deudor alimentista
demuestre que sus ingresos no aumentaron en igual proporción. Asimismo, prevé que si
fueren varios los que deben dar los alimentos y todos tuvieren posibilidad para hacerlo,
el juez repartirá el importe entre ellos, en proporción a sus ingresos económicos; y si
solo algunos tuvieren posibilidad, entre ellos, se repartirá el importe de los alimentos; y
si uno solo la tuviere, el cumplirá únicamente la obligación.
De esta manera, el criterio que recoge la regulación federal para determinar una
pensión alimenticia, es el mixto; al tomar en cuenta además del principio de
proporcionalidad, reglas aritméticas para el cálculo de la obligación alimentaria.
31
2.7. Análisis de la regulación estatal e identificación de los criterios para
determinar la pensión alimenticia
Actualmente existe heterogeneidad en los criterios judiciales para determinar la
pensión alimenticia en la regulación estatal, pues no existen parámetros únicos para
cuantificar el monto del pago de alimentos que se debe determinar a las personas
obligadas a proporcionarlos. Si bien, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
interpretado los preceptos de los distintos ordenamientos locales; ha llegado a
conclusiones diversas que resultan insuficientes para orientar el razonamiento de los
juzgadores sobre la forma de fijar el porcentaje que deben pagar los obligados
alimentistas.
En consecuencia, a pesar de que se ha pretendido avanzar en materia familiar con
respecto a los criterios que habrán de seguirse para fijar el monto de la pensión, aún no
se cuenta con elementos y bases definitivas y claras, que sean acordes y respondan a un
enfoque o perspectiva de derechos humanos, con una incorporación de los contenidos
esenciales de los derechos humanos involucrados.
A continuación se plasma un cuadro ilustrativo de cada uno de los ordenamientos
locales y el criterio judicial que prevén para determinar el monto de una pensión
alimenticia:
NÚM.
ENTIDAD
ORDENAMIENTO
PRECEPTOS
CRITERIO
JUDICIAL
1
AGUASCALIENTES
CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE
AGUASCALIENTES
Art. 333
Proporcionalidad
2
BAJA CALIFORNIA
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE BAJA CALIFORNIA
Art. 308
Proporcionalidad
3
BAJA CALIFORNIA
SUR
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
LIBRE Y SOBERANO DE BAJA
CALIFORNIA SUR
Art. 461
Mixto
4
CAMPECHE
CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE
CAMPECHE
Art. 327
Proporcionalidad
5
CHIAPAS
CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE
CHIAPAS
Art. 307
Proporcionalidad
6
CHIHUAHUA
CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE
CHIHUAHUA
Art. 288
Proporcionalidad
32
7
COAHUILA DE
ZARAGOZA
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE COAHUILA DE ZARAGOZA
Art. 399
Proporcionalidad
8
COLIMA
NUEVO CÓDIGO CIVIL PARA EL
ESTADO DE COLIMA
Art. 311
Proporcionalidad
9
DISTRITO FEDERAL
CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO
FEDERAL
Art. 311
Mixto
10
DURANGO
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE DURANGO
Art. 306
Proporcionalidad
ESTADO DE MÉXICO
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE MÉXICO
Art. 4.138
11
GUANAJUATO
CÓDIGO CIVIL PAR EL ESTADO DE
GUANAJUATO
Art. 365
12
GUERRERO
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
LIBRE Y SOBERANO DE GUERRERO
Art. 397
13
14
HIDALGO
CODIGO FAMILIAR REFORMADO
PARA EL ESTADO DE HIDALGO
Art. 150
Proporcionalidad
15
JALISCO
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE JALISCO
Art. 442
Proporcionalidad
16
MICHOACÁN
CÓDIGO FAMILIAR PARA EL
ESTADO DE MICHOACÁN DE
OCAMPO
MORELOS
CÓDIGO FAMILIAR PARA EL
ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE
MORELOS
17
Mixto
Mixto
Mixto
Art. 454
Proporcionalidad
Art. 46
Art. 48
Mixto
Art. 49
Mixto
18
NAYARIT
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE NAYARIT
Art. 304
19
NUEVO LEÓN
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE NUEVO LEÓN
Art. 311
Proporcionalidad
20
OAXACA
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE OAXACA
Art. 323
Proporcionalidad
21
PUEBLA
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
LIBRE Y SOBERANO DE PUEBLA
Art. 503
Proporcionalidad
22
QUERÉTARO
CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE
QUERÉTARO
Art. 296
Mixto
23
QUINTANA ROO
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE QUINTANA ROO
33
Art. 849
Mixto
SAN LUIS POTOSÍ
CÓDIGO FAMILIAR PARA EL
ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ
Art. 154
24
Mixto
SINALOA
CÓDIGO FAMILIAR DEL ESTADO
DE SINALOA
Art. 222
25
SONORA
CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO
DE SONORA
Art. 523
26
27
TABASCO
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE TABASCO
28
TAMAULIPAS
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE TAMAULIPAS
29
TLAXCALA
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
LIBRE Y SOBERANO DE TLAXCALA
30
VERACRUZ
CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE VERACRUZ
31
YUCATÁN
CÓDIGO DE FAMILIA PARA EL
ESTADO DE YUCATÁN
Art. 35
Proporcionalidad
32
ZACATECAS
CÓDIGO FAMILIAR DEL ESTADO
DE ZACATECAS
Art. 269
Proporcionalidad
Aritmético
Mixto
Art. 307
Mixto
Art. 288
Mixto
Art. 157
Proporcionalidad
Art. 242
Proporcionalidad
2.8. Crítica a los criterios establecidos en el Estado mexicano para fijar una pensión
alimenticia
Como ya se estableció previamente, en materia de alimentos, no existe en la
actualidad un parámetro uniforme establecido por la ley (federal o local) o por la
jurisprudencia en la que se establezca la forma en que deba fijarse el monto de la
pensión alimenticia a la que están obligados los deudores alimentistas. Esto es así, pues
aun cuando los diversos artículos de los Códigos Civiles y Familiares del país establecen
que los alimentos han de ser proporcionales a las posibilidades del que debe darlos y a
las necesidades de quien deba recibirlos, en dichos preceptos legales no se señala la
forma en que debe establecerse la proporcionalidad de los alimentos; además de que
todavía continúan rigiéndose por reglas aritméticas. De tal manera, que no contienen
estándares nacionales e internacionales sobre los contenidos esenciales de los derechos
humanos involucrados, que deben ser satisfechos al momento de que el juzgador
determine dicho monto.
34
2.9. Los estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia
alimentaria
Los alimentos constituyen un derecho que, a su vez, involucra otros derechos que
deben ser tomados en cuenta, junto a sus contenidos esenciales, como parámetros
mínimos, por el legislador al momento de crear o modificar leyes, y por el juzgador para
fijar una pensión alimenticia adecuada.
En este sentido, dado que la legislación nacional (federal y estatal) en materia de
alimentos únicamente se limita a señalar los rubros que comprenden los alimentos (ver
anexo), sin explicitar los contenidos esenciales de cada uno de los derechos humanos
involucrados, o la necesidad de que en ocasiones se maximicen por tratarse de asuntos
que involucran grupos vulnerables; es que resulta de suma importancia para el juzgador
conocerlos, para estar en condiciones de aplicarlos en los asuntos de su conocimiento.
En efecto, la idea del contenido esencial de los derechos fundamentales surge en
Alemania, para evitar la excesiva restricción de esos derechos y que las limitaciones que
se les impusieran no vaciaran su contenido normativo.
Existen dos teorías sobre el contenido esencial de los derechos fundamentales: La
teoría absoluta y la teoría relativa, la primera de ella imagina el ámbito normativo de los
derechos fundamentales como el área de dos círculos concéntricos, entiende la parte
formada por el círculo interior como un núcleo fijo e inmutable de esos derechos y, la
sección circunferencial exterior, como la parte accesoria o contingente de los mismos;
dicho núcleo sería la parte intocable de estos y cualquier afectación a su respecto sería
ilícita, en cambio, en la parte contingente se pueden establecer las restricciones y
limitaciones que se consideren necesarias y justificadas. Por otra parte, la teoría relativa
que afirma que el contenido esencial no está prestablecido y fijo, sino determinable solo
casuísticamente en atención de las circunstancias del caso y luego de ponderarse los
beneficios y perjuicios que se produzcan en él, tanto para el derecho intervenido como
para el bien protegido a través de su limitación (Sánchez Gil, 2007: 111-112).
El derecho a los alimentos si bien se adscribe en la teoría relativa sobre el contenido
esencial de los derechos fundamentales, al establecer los límites de esos derechos en
cada caso concreto y de acuerdo a las circunstancias en que se relacionen los bienes
35
jurídicos comprendidos en ellos (principio de proporcionalidad); también se encuentra
dentro de la teoría absoluta, pues tienen un núcleo intangible e inmutable en toda
situación, como lo es -como enseguida se verá- el mínimo vital, tanto para el acreedor,
como para el deudor.
Por lo cual, para establecer una pensión alimenticia se deben tomar en consideración
los rubros relativos a alimentación, vestido, vivienda, atención médica y esparcimiento;
lo cual no solo implica que se señalen de manera literal, sino que se doten de contenido,
pues como veremos más adelante, cuando se trate de grupos vulnerables, tendrán que
maximizarse.
De ahí, la importancia de desarrollar los contenidos esenciales de cada uno de los
rubros que comprenden los alimentos, ello se hace a luz de instrumentos y organismos
internaciones, los cuales aun cuando los desarrollan como obligaciones a cargo del
Estado, tales exigencias en ciertos puntos, son compartidas por los particulares, máxime
cuando se trata de la obligación de proporcionar alimentos.
2.9.1. Alimentación nutritiva, suficiente y de calidad (adecuada)
El derecho a la alimentación es un derecho incluyente. No es simplemente un derecho
a una ración mínima de calorías, proteínas y otros elementos nutritivos concretos. Es un
derecho a todos los elementos nutritivos que una persona necesita para vivir una vida
sana y activa, y a los medios para tener acceso a ellos (OACNUDH, 2010: 3).
En el párrafo primero, del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales -instrumento que más extensamente trata este
derecho-, se reconoce el derecho de toda persona a la alimentación; y el Comité del
referido Pacto, delimita el contenido esencial del derecho a una alimentación adecuada
de la siguiente manera: “… el derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando
todo hombre, mujer o niño, ya sea solo o en común con otros, tiene acceso físico y
económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla.
No debe interpretarse en forma restrictiva, asimilándolo a un conjunto de calorías,
proteínas y otros elementos nutritivos concretos…” (CDESC, OG. 4).
Asimismo, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la
alimentación, define el derecho a la alimentación como tener acceso, de manera regular,
36
permanente y libre, sea directamente, sea mediante compra en dinero, a una
alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, que corresponda a
las tradiciones culturales de la población a que pertenece el consumidor y que garantice
una vida psíquica y física, individual y colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna
(OACNUDH, 2010: 3).
Así, en el ámbito internacional de los derechos humanos se han desarrollado ciertos
elementos del derecho a la alimentación: el alimento debe estar disponible, ser accesible
y adecuado. La disponibilidad requiere que, por una parte, la alimentación se pueda
obtener de recursos naturales ya sea mediante la producción de alimentos, el cultivo de
la tierra y la ganadería, o mediante otra forma de obtener el alimento, como la pesca, la
caza o la recolección. Significa que los alimentos deben estar disponibles para su venta
en mercados y comercios. Por otra parte, la accesibilidad requiere que esté garantizado
el acceso económico y físico a la alimentación (OACNUDH, 2010: 3-4). Estos aspectos
corresponden al Estado. Mientras que el último elemento, que el alimento sea adecuado
atiende más a la obligación de los particulares tratándose del derecho a recibir alimentos.
Por alimento adecuado se entiende que la alimentación debe satisfacer las
necesidades de dieta teniendo en cuenta la edad de la persona, sus condiciones de vida,
salud, ocupación, sexo, entre otras. Por ejemplo, si la alimentación de los niños no
contiene los nutrientes necesarios para su desarrollo físico y mental no es adecuada. La
alimentación con gran densidad de energía y escaso valor nutritivo, que puede contribuir
a la obesidad y otras enfermedades, podría ser otro ejemplo de alimentación inadecuada
(OACNUDH, 2010: 4). De tal manera, se entiende por nutrición la ingesta de alimentos
en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena nutrición (dieta
suficiente y equilibrada con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la
buena salud; en tanto que una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la
vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental y reducir la
productividad (OMS, 2014).
La importancia de la alimentación, en gran parte, radica en que tiene un vínculo
estrecho con otros derechos: salud, vida, vivienda adecuada, educación y la seguridad
social, principalmente.
37
Ahora bien, algunos grupos o personas enfrentan obstáculos especiales en lo que se
refiere al derecho a la alimentación. Pueden derivar de factores biológicos o
socioeconómicos, discriminación y estigma, o en general, una combinación de ellos. El
derecho a la alimentación y los principios de igualdad y no discriminación requieren que
se preste atención especial a diferentes personas y grupos de personas de la sociedad, en
particular a quienes se hallan en situación vulnerable (OACNUDH, 2010: 11).
2.9.2. Vivienda adecuada
De acuerdo a la observación general No. 4 del Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, el derecho a la vivienda no se debe interpretar en un sentido
estricto o restrictivo que lo equipare, por ejemplo, a tener un tejado por encima de la
cabeza; sino que debe considerarse más bien como el derecho a vivir en seguridad, paz y
dignidad en alguna parte; por lo menos por dos razones: la primera, el derecho a la
vivienda está vinculado con otros derechos humanos, en sí con la dignidad inherente a la
persona humana, que exige que la vivienda se debe garantizar a todos, sean cuales
fueren sus ingresos o su acceso a recursos económicos. En segundo lugar, no se debe
entender el sentido de vivienda a secas, sino de vivienda adecuada. Así, el concepto de
vivienda adecuada significa disponer de un lugar donde poderse aislar si se desea,
espacio adecuado, seguridad adecuada, iluminación y ventilación adecuadas, una
infraestructura básica adecuada y una situación adecuada en relación con el trabajo y los
servicios básicos, todo ello a un costo razonable.
Según el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, entre los aspectos
que se deben de tener en cuenta para determinar si una vivienda se puede considerar una
vivienda adecuada, están los siguientes: a) la seguridad de la tenencia; b) disponibilidad
de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura; c) asequibilidad; d)
habitabilidad; e) accesibilidad; f) ubicación; y g) adecuación cultural.
En lo que aquí interesa, tratándose de obligaciones entre particulares, se debe destacar
-principalmente- el aspecto relativo a la habitabilidad, es decir, que la vivienda no es
adecuada si no garantiza seguridad física o no proporciona espacio suficiente, así como
protección contra el frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento u otros riesgos para la
salud y peligros estructurales (OACNUDH, 2010b: 4).
38
Así, se puede concluir que a la luz de la pensión alimenticia, el acreedor tendrá
derecho a habitar en una construcción digna, de manera estable, donde lleve a cabo su
vida privada; y que tal vivienda tenga un espacio, seguridad, iluminación y ventilación
adecuada, así como una infraestructura básica adecuada.
2.9.3. Salud (atención médica adecuada)
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la salud es un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades. Al respecto, el artículo 4º constitucional tutela el derecho a la protección
de la salud, al disponer que: “… Toda persona tiene derecho a la protección de la
salud.”
En ese sentido en el artículo 2º de la Ley General de la Salud (reglamentaria del
artículo 4º constitucional), se precisa que las finalidades del derecho a la protección de la
salud son las siguientes:
I. El bienestar físico y mental de la persona, para contribuir al ejercicio
pleno de sus capacidades;
II. La prolongación y mejoramiento de la calidad de la vida humana;
III. La protección y el acrecentamiento de los valores que coadyuven a la
creación, conservación y disfrute de condiciones de salud que contribuyan al
desarrollo social;
IV. La extensión de actitudes solidarias y responsables de la población en la
preservación, conservación, mejoramiento y restauración de la salud;
V. El disfrute de servicios de salud y de asistencia social que satisfagan
eficaz y oportunamente las necesidades de la población;
VI. El conocimiento para el adecuado aprovechamiento y utilización de los
servicios de salud, y
VII. El desarrollo de la enseñanza y la investigación científica y tecnológica
para la salud.
Para la Organización Mundial de la Salud, la atención primaria de salud es la
asistencia sanitaria esencial accesible a todos los individuos y familias de la comunidad
a través de medios aceptables para ellos, con su plena participación y a un costo
39
asequible para la comunidad y el país. Es el núcleo del sistema de salud del país y forma
parte integral del desarrollo socioeconómico general de la comunidad. La salud es un
elemento fundamental e indispensable para el ejercicio de los demás derechos. Todas las
personas tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud que le permita
vivir dignamente.
El contenido mínimo de este derecho, de acuerdo a la observación general No. 14 del
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, se puede decir que consiste en
que el derecho a la salud no debe entenderse como un derecho a estar sano, sino que
establece libertades y derechos; entre las libertades figura el derecho a controlar su salud
y su cuerpo, con inclusión de la libertad sexual y genésica, y el derecho a no ser
sometido a torturas ni a tratamientos y experimentos médicos no consensuales.
El referido Comité interpreta el derecho a la salud, definido en el apartado 1 del
artículo 12 del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, como un derecho
inclusivo que no solo abarca la atención de salud oportuna y apropiada sino también los
principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia potable y a
condiciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de alimentos sanos, una
nutrición adecuada, una vivienda adecuada, condiciones sanas en el trabajo y el medio
ambiente y acceso a la educación e información sobre cuestiones relacionadas con la
salud, incluida la salud sexual y reproductiva.
En esa medida, al fijarse una pensión alimenticia, este rubro puede ser garantizado de
diversas maneras, ya sea a través de un seguro de gastos médicos mayores, o la
afiliación a una institución de seguridad social, como el Instituto Mexicano del Seguro
Social o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado;
sin que ello limite a que la atención pueda darse por otros medios (hospitales privados).
Además, algunos grupos o personas, por ejemplo los niños, mujeres, personas con
discapacidad o de la tercera edad, al afrontar obstáculos especiales en relación con el
derecho a la salud, necesitaran atención específica (OACNUDH, 2008: 16). Tema que
más adelante se desarrollará.
2.9.4. Educación
40
El derecho a la educación, reconocido en los artículos 13 y 14 del Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como en otros tratados
internacionales, tales como la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, es de vital
importancia; al ser un medio indispensable de realizar otros derechos humanos, la
educación es el principal medio que permite a adultos y menores marginados económica
y socialmente salir de la pobreza y participar plenamente en sus comunidades (CDESC,
OG. 13). Según estándares internacionales establecidos por el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, la educación en todas sus formas y en todos los
niveles debe tener las siguientes cuatro características interrelacionadas:
a) Disponibilidad, toda vez que debe haber instituciones y programas de enseñanza en
cantidad suficiente; así como las condiciones para que funcionen. b) Accesibilidad, pues
las instituciones y los programas de enseñanza han de ser accesibles a todos, sin
discriminación. En tres dimensiones: no discriminación, accesibilidad material y
accesibilidad económica. c) Aceptabilidad, en virtud de que, la forma y el fondo de la
educación, comprendidos en los programas de estudio y los métodos pedagógicos, han
de ser aceptables –pertinentes, adecuados culturalmente y de buena calidad-, para los
estudiantes y, cuando proceda para los padres. d) Adaptabilidad, dado que la educación
ha de tener la flexibilidad necesaria para adaptarse a las necesidades de sociedades y
comunidades en transformación y responder a las necesidades de los alumnos en
contextos culturales y sociales variados.
Aunque los cuatro aspectos se encuentran a cargo del Estado, tratándose de
obligaciones entre particulares, es de destacar el relativo a la aceptabilidad, es decir, que
la educación tiene que ser pertinente y adecuada para la persona, atendiendo
principalmente a su edad y, en su caso, que esta sea especial, si se trata de personas con
discapacidad.
2.9.5. Recreación. Derecho a un sano esparcimiento
La Constitución Federal en su artículo 4º, reconoce que los niños y niñas son titulares
del derecho a la satisfacción de sus necesidades de sano esparcimiento para su
desarrollo. En ese mismo sentido, el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del
41
Niño expresa que “… los estados partes reconocen el derecho del niño al descanso y el
esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar
libremente en la vida cultural y en las artes…”. El Comité de los Derechos del Niño, a
propósito de esta última disposición, estableció en su observación general No. 17, que el
esparcimiento se refiere al tiempo que se puede dedicar al juego o a la recreación; por
juego, entiende todo comportamiento, actividad o proceso iniciado, controlado y
estructurado por los propios niños; por su parte, la recreación es un término general que
se utiliza para describir una gama muy amplia de actividades, tales como la participación
en la música, el arte, la confección de artesanías, actividades comunitarias, clubes,
deportes, juegos, excursiones y acampadas, y la práctica de un hobby. Dicho Comité
considera que el juego y la recreación son esenciales para la salud y el bienestar del niño
y promueven el desarrollo de la creatividad, la imaginación y la confianza en sí mismo y
en la propia capacidad, así como la fuerza y las aptitudes físicas, sociales, cognitivas y
emocionales. Esto significa que el esparcimiento, especialmente en los menores de edad,
es de primera importancia y no de carácter secundario.
De acuerdo a la UNICEF (2004), mediante el deporte, la recreación y el juego, las
niñas, niños y adolescentes aprenden a pensar críticamente y a emplear su criterio para
solucionar problemas. Esas actividades promueven el sentido de amistad, la solidaridad
y el juego limpio. También enseñan autodisciplina y respeto por los demás, fortalecen la
autoconfianza, propician el liderazgo y desarrollan habilidades de afrontamiento y la
capacidad de trabajar en equipo. Los preparan para asumir papeles de liderazgo y
convertirse en individuos responsables y útiles en la comunidad.
De ahí, la importancia de que este rubro sea considerado con su contenido esencial,
que es dotar de espacios para la recreación, principalmente a niños, niñas y adolescentes.
2.9.6. Vida digna. Mínimo vital
De conformidad con el párrafo primero, del artículo 11 del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, todas las personas tienen derecho a un
nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda
adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia (CDESC, OG. 4).
Para el goce pleno de este derecho fundamental, es prerrequisito indispensable el
42
disfrute de otros derechos humanos como son la alimentación adecuada, el derecho al
agua y a la salud, principalmente.
Con relación a este tema (vida digna), la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
sustentado el criterio jurisprudencial de que el derecho al mínimo existencial o mínimo
vital ha sido reconocido como un derecho que se deriva de los principios de dignidad
humana y solidaridad, en concordancia con los derechos fundamentales a la vida, a la
integridad personal y a la igualdad en la modalidad de decisiones de protección especial
a personas en situación de necesidad manifiesta. De esta manera, abarca todas las
medidas positivas o negativas imprescindibles para evitar que la persona se vea
inconstitucionalmente reducida en su valor intrínseco como ser humano por no contar
con las condiciones materiales que le permitan llevar una existencia digna. Este derecho
busca garantizar que la persona no se convierta en instrumento de otros fines, objetivos,
propósitos, bienes o intereses, por importantes o valiosos que ellos sean (AR
1780/2006).
En este contexto, tratándose del derecho a recibir alimentos, se puede concluir que el
núcleo esencial o contenido absoluto, implica el referente obligado a un mínimo vital, no
solo para el acreedor, sino también para el deudor. Pues la pensión siempre tendrá que
ser otorgada en la medida que no se afecte el umbral mínimo de ninguno de los dos.
A pesar de que no existe una definición generalmente aceptada para este derecho
(mínimo vital), se puede hablar del derecho a recursos mínimos garantizados, para
referirse al atendimiento de las necesidades básicas (alimentación, vivienda, salud,
educación) que deben estar cubiertas (Carmona, 2012: 184).
Aunado a lo anterior, y en relación con el derecho a una vida digna, es importante
puntualizar que el mínimo vital como concepto jurídico indeterminado, requiere ser
interpretado por el juzgador, tomando en consideración los elementos necesarios para su
aplicación adecuada a casos particulares, por lo que debe estimarse que el concepto no
se reduce a una perspectiva cuantitativa, sino que por el contrario, es cualitativa, toda
vez que su contenido va en función de las condiciones particulares de cada persona, de
esta manera cada persona tiene un mínimo vital diferente; por tanto, el análisis de este
derecho implica determinar, de manera casuística, en qué medida se vulnera por carecer
de recursos materiales bajo las condiciones propias del caso (Tesis aislada I.4o.A.12 K).
43
Inclusive, en esa medida del derecho al mínimo vital, al aplicar el principio de
proporcionalidad en materia de alimentos, es necesario tener como referente el proyecto
de vida de las personas involucradas. Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, ha señalado que la idea de proyecto de vida se asocia al concepto de
realización personal, que a su vez se sustenta en las opciones que el sujeto puede tener
para conducir su vida y alcanzar el destino que se propone (Caso Loayza Tamayo Vs.
Perú, 1998: párrafo 148).
2.9.7. Perspectiva de género. Principio de igualdad y no discriminación
La igualdad y la prohibición de discriminación son dos de los elementos esenciales
que deben ser tomados en consideración al momento en que se fije el monto de una
pensión. En cuanto al principio de igualdad, no se define a partir de un criterio de
semejanza, sino de justicia; se otorga el mismo valor a personas diversas, integrantes de
una sociedad, es importante justamente entre personas diferentes (Santiago, 2012: 19).
En tanto, señala Robert Alexy, el mandato de no discriminación es una regla mediante la
cual, y sin que se condicione a ningún factor real o jurídico, se prohíbe cualquier trato
jurídico diferenciado y perjudicial hacia una persona por el mero hecho de pertenecer a
un colectivo social que sufre discriminación (De la Torre, 2006: 262).
A partir de lo anterior, por regla general, el juzgador no tendría permitido hacer tratos
diferenciados; sin embargo, se han establecido criterios a través de los cuales se puede
determinar cuándo no se estaría frente a una distinción irracional en el goce y ejercicio
de los derechos de una persona: 1) que la distinción sea objetiva y tenga una
justificación razonable; 2) que la distinción persiga un fin legítimo acorde con los
principios y valores establecidos en el texto constitucional (ahora por disposición del
artículo 1º constitucional, también en el texto de los tratados internacionales suscritos
por México); y 3) que exista una relación de proporcionalidad entre los medios
empleados y los objetivos que se intentan alcanzar (De la Torre, 2006: 265).
2.9.8. Grupos vulnerables
De acuerdo a las Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en
Condición de Vulnerabilidad, se encuentran en esta situación quienes, por razón de su
44
edad, género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales, económicas, étnicas
y/o culturales, encuentran especiales dificultades para ejercitar con plenitud ante el
sistema de justicia los derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico (regla 3). A
partir de dicha concepción, las Reglas describen algunas condiciones de vulnerabilidad,
entre las que se encuentran: la edad, la discapacidad y el género.
Así, los grupos vulnerables son todos aquellos que, ya sea por su edad, raza, sexo,
condición económica, características físicas, circunstancia cultural o política, se
encuentran en mayor riesgo de que sus derechos sean violentados. Estos grupos
tradicionalmente han sufrido de discriminación, a veces en forma directa, en otras
ocasiones su exclusión se ha visto reflejada a través del olvido, la indiferencia, su
consideración como estorbo, o simplemente como objetos (y no sujetos) que por su
inferior condición no solo generan lástima y pesar, sino también merecen la tutela de
quienes no comparten sus características (IIDH, 2009: 55).
En relación con los grupos vulnerables o susceptibles de ser discriminados en sus
derechos económicos, sociales y culturales, el Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales de Naciones Unidas ha establecido que el Estado tiene la
obligación de aprobar normas que protejan a esos grupos y adoptar medidas especiales
que incluyan políticas activas de inclusión.
Por tanto, una de las principales obligaciones del Estado es la de identificar los
grupos que en un determinado momento histórico necesitan atención prioritaria o
especial para el ejercicio de sus derechos, e incorporar en sus planes de acción, medidas
concretas para protegerlos (Abramovich, 2006: 45).
En este contexto, el legislador al momento de crear la ley en materia de alimentos,
tiene que tomar en cuenta la posible existencia de estos grupos; y el juzgador al fijar el
monto de la pensión, debe estar atento en determinar si el carácter de deudor y/o
acreedor, recae en un grupo vulnerable o en situación de vulnerabilidad; ya que de ser
ese el supuesto, es evidente que habrá rubros específicos del contenido de la pensión que
tendrán ser cubiertos en mayor medida, en atención a las particularidades del caso; por
ejemplo, si el deudor pertenece a un grupo vulnerable y el acreedor no, o la situación
inversa.
45
2.9.8.1. Menores de edad
Los menores de edad son los acreedores alimentarios por preferencia. Todo niño tiene
derecho a un nivel de vida adecuado para su desarrollo, y la correspondiente obligación
de los padres o de otras personas que estuvieren encargadas, de proporcionar dentro de
sus posibilidades las condiciones de vida necesarias para su desarrollo, a través del pago
de una pensión alimenticia. Inclusive, se presume la necesidad de estos a recibirlos.
Por ello, se ha desarrollado en mayor medida su protección, por ejemplo, siempre que
está de por medio, directa o indirectamente, el bienestar de un menor de edad, al
momento de fijar una pensión alimenticia, opera la figura jurídica de la suplencia de la
deficiencia de la queja, al estar contemplados en todos los ordenamientos jurídicos de la
materia, como grupo vulnerable de la sociedad.
Por tanto, en todos aquellos casos en que el carácter de acreedor recae en un menor de
edad, el operador jurídico debe de tener un especial cuidado en que todo el desarrollo del
procedimiento y el dictado de la sentencia, en cualquiera de las instancias, se rija por el
interés superior del niño, entendiéndose por este, al principio regulador de la normativa
de los derechos de la niñez que se funda en la dignidad misma del ser humano, en las
características propias de los niños y niñas, y en la necesidad de propiciar el desarrollo
de estos, con pleno aprovechamiento de sus potencialidades así como en la naturaleza y
alcances de la Convención sobre los Derechos del Niño (CoIDH, OC-17/2002).
Al respecto, el principio 2 de la Declaración de los Derechos del Niño, establece que
el niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios,
dispensando todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física,
mental, moral, espiritual y socialmente, en forma saludable y normal, así como en
condiciones de libertad y dignidad. Este principio se reitera y desarrolla en el artículo 3º
de la Convención sobre los Derechos del Niño, al disponer que en todas las medidas
concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar
social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.
Además, el juez siempre debe tener presente que cuenta con un amplio abanico de
facultades discrecionales-constitucionales para recabar de oficio las pruebas necesarias
para conocer la verdad de los hechos involucrados, a fin de resolver la cuestión
46
planteada, siempre que resulte de mayor cobertura para los derechos alimentarios del
menor.
En este contexto, la necesidad de adoptar esas medidas o cuidados especiales a favor
del menor, proviene de la situación específica en la que se encuentran los niños,
tomando en cuenta su debilidad, inmadurez o inexperiencia. Aquí, también debe
ponderar el juzgador, no solo el requerimiento de medidas especiales, sino también las
características particulares en las que se encuentre el niño o la niña.
2.9.8.2. Mujeres
Si bien las mujeres no pueden ser consideradas, por sí, como un grupo vulnerable,
debe reconocerse que se encuentran en especiales condiciones de vulnerabilidad
producidas por la estructura social, lo que amerita que en ciertos casos el juzgador deba
suplir la queja deficiente a su favor, con el fin de no hacer nugatorios los derechos que
les corresponden y que el acceso a la justicia sea real y efectivo. Lo anterior, pues
forman parte de un grupo que ha sufrido una discriminación sistemática y estructural a
lo largo de la historia. En sí, las mujeres constituyen una comunidad de género que ha
sido causa de exclusión social y política; aun con el reconocimiento de la igualdad ante
la ley, pues continúa prevaleciendo una desigualdad de facto (Añon, 2001: 32).
En efecto, es común encontrar asuntos en los cuales la figura de acreedora recae en
una mujer que no tiene ingresos propios porque durante todo su matrimonio,
concubinato o unión de hecho, se dedicó a las labores del hogar y al cuidado de los hijos.
Una mujer que se encuentra en un plano de desigualdad respecto del varón, en el que
recae el carácter de deudor alimentista. Situación de hecho que no puede ignorar el
juzgador al fijar la pensión alimenticia correspondiente.
2.9.8.3. Personas con discapacidad
Según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la
discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las
personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su
participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones que las demás
[inciso e), preámbulo de la CDPD]. De esta manera, los elementos que conforman la
47
discapacidad son tres: una diversidad funcional; el entorno o contexto que rodea a la
persona con diversidad funcional; y, la interacción de ambos elementos, que trae como
resultado que la persona con discapacidad no participe plenamente en la sociedad
(SCJN, 2014c: 22).
La discapacidad puede ser de diversos tipos, atendiendo al tipo de diversidad
funcional de que se trate. Inclusive, una persona puede presentar no solo una, sino varias
tipos de discapacidad a la vez (discapacidad múltiple), como ocurre con las personas con
una diversidad funcional en el intelecto, que les puede provocar una de tipo intelectual,
motriz y hasta sensorial. Al respecto, el Reglamento de la Ley General para la Inclusión
de las Personas con Discapacidad, en su artículo 2, fracciones III, IV, V y VI contempla
esos tipos de discapacidad, y aporta un significado de lo que se entiende por cada una de
ellas (SCJN, 2014c: 23-24).
2.9.8.4. Personas de la tercera edad (adultos mayores)
De acuerdo al artículo 3º de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores,
se entiende por persona adulta mayor, aquella que cuenta con sesenta años o más de
edad y se encuentra domiciliada o en tránsito en el territorio nacional.
Dicho ordenamiento en su artículo 5º prevé de manera enunciativa y no limitativa,
que tiene por objeto garantizar a las personas adultas mayores los siguientes derechos
“… II. De la certeza jurídica: a. A recibir un trato digno y apropiado en cualquier
procedimiento judicial que los involucre, ya sea en calidad de agraviados, indiciados o
sentenciados; b. A recibir el apoyo de las instituciones federales, estatales y municipales
en el ejercicio y respeto de sus derechos; c. A recibir asesoría jurídica en forma gratuita
en los procedimientos administrativos o judiciales en que sea parte y contar con un
representante legal cuando lo considere necesario; d) En los procedimientos que señala
el párrafo anterior, se deberá tener atención preferente en la protección de su
patrimonio personal y familiar y cuando sea el caso, testar sin presiones ni
violencia…”.
Establecidos los anteriores estándares nacionales e internacionales y contenidos
esenciales en materia de alimentos, a continuación se explícita cómo en su mayoría,
estos no fueron incorporados a la legislación.
48
2.9.9. La ausencia de estándares nacionales e internacionales y contenidos
esenciales en materia de alimentos en la legislación nacional
Efectivamente, la normativa estatal carece de estándares nacionales e internaciones y
de contenidos esenciales en materia de alimentos.
Primeramente, porque no recogen la nueva concepción de familia, a fin de determinar
correctamente en quiénes puede recaer la figura de acreedor o deudor. Además, porque
aun cuando hacen un listado de los rubros que comprenden los alimentos (ver anexo),
olvidan por completo los contenidos esenciales de estos, y la necesidad de maximizarlos
al tratarse de grupos vulnerables [a excepción de Campeche, Colima, Distrito Federal,
Durango, Hidalgo, Michoacán, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas y Yucatán, que prevén
contenidos específicos cuando se trata de un asunto que involucre adultos mayores o
personas con discapacidad].
Asimismo, porque si bien todos los ordenamientos establecen un parámetro
(proporcional, aritmético o mixto) para fijar la pensión alimenticia, ninguno reconoce el
mínimo vital como el referente obligado al momento de calcular el monto de la pensión,
lo cual es indispensable, si se toma en consideración que es necesario recurrir a ese
núcleo indispensable para subsistir.
Por otra parte, salvo el Código Civil del Estado de Coahuila, todas las demás
disposiciones legales, no regulan los alimentos tratándose de las uniones de hecho que se
pueden dar entre personas homosexuales o heterosexuales; y de la adopción por
personas o parejas homosexuales; ello, en atención a la perspectiva de género y al
principio de igualdad y no discriminación.
Es precisamente por esta insuficiencia y deficiencia de los ordenamientos estatales,
que adquiere una relevancia especial el papel del juzgador al momento de interpretar y
aplicar las normas en materia alimentaria.
2.10. La importancia del papel del juzgador. Juzgar con enfoque de derechos
humanos
El ejercicio jurídico-racional efectuado por el juzgador para establecer el monto de
una pensión alimenticia en los casos sujetos a su jurisdicción, no siempre responde a los
49
parámetros internacionalmente aceptados para dar contenido y efectividad al derecho a
percibir alimentos en una resolución jurisdiccional.
En una resolución en materia de alimentos, para lograr la equidad y proporcionalidad
en la determinación, el juez al momento de fijar el monto de la pensión correspondiente,
debe tomar en cuenta los contenidos esenciales de los derechos humanos involucrados
(derecho a una vivienda digna, derecho a la alimentación adecuada, derecho a la salud,
derecho a la educación y a un sano esparcimiento) establecidos en los distintos
estándares nacionales e internacionales.
En razón de ello, debe cuantificar el monto que se establecerá tomando en cuenta las
características y contexto de los sujetos (deudor y acreedor), así como las implicaciones
que tendría la pertenencia de alguno de ellos a un grupo vulnerable o en situación de
vulnerabilidad; elementos que actualmente no son considerados en las legislaciones
federal y local.
En efecto, la reforma constitucional en materia de derechos humanos implica un
papel más activo de los operadores jurídicos; una mayor atención para la protección de
los derechos humanos, en el caso, de las personas que tienen derecho a una pensión
alimenticia; de ahí que aunque los criterios actuales en esa materia de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación son útiles no son suficientes, pues es necesario que a los mismos
se incorporen los contenidos esenciales de los distintos derechos humanos involucrados.
En la medida en que se logre determinar con precisión cuáles son los estándares
óptimos a los que debe atender para la fijación de los montos de las pensiones
alimenticias, se logrará dar mayor efectividad y contenido esencial a este derecho.
De esta manera, los juzgadores contarán con las herramientas necesarias para emitir
sentencias que protejan de manera integral los derechos humanos reconocidos tanto por
la Constitución como por los tratados y convenciones internacionales, concretamente en
materia de alimentos.
Para lograr ese objetivo, en el siguiente capítulo se establecen las bases de un método
a seguir por parte del juez y una propuesta legislativa, que incorporen los anteriores
estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia de alimentos.
50
Capítulo III
Propuesta legislativa y judicial de incorporación de los estándares nacionales e
internacionales en materia de derechos humanos
3.1. Identificación de grupos vulnerables dentro de los sujetos involucrados
La importancia de este apartado radica en que se tiene que identificar a los sujetos
involucrados (acreedor y deudor), para precisar el ámbito personal de validez; además,
ello permite apreciar si en la especie, aquellos forman parte de un grupo vulnerable o en
situación de vulnerabilidad. Dicha identificación, dará la pauta necesaria para aplicar
cada uno de los principios y contenidos esenciales en materia de alimentos; y estar en
aptitud, de brindar la protección especial que requieran.
3.1.1. La relevancia de maximizar determinados contenidos esenciales de los
derechos humanos, tratándose de grupos vulnerables
El hacer alusión al tema de la maximización de los derechos humanos es retomar a la
persona como el elemento fundamental para la creación de la norma y para la decisión
jurisdiccional, es decir, la maximización de los derechos va implicar que tanto el
legislador como el juez, den mayor amplitud a determinado rubro de los alimentos,
atendiendo al sujeto involucrado.
Pues como ya se señaló, si bien existe un contenido genérico que comprende la
alimentación, vestido, habitación, atención médica y recreación o esparcimiento.
También, cada uno de estos elementos será maximizado o ampliado cuando la figura del
acreedor recae en una persona que se encuentra en una situación de vulnerabilidad o
forma parte de un grupo vulnerable.
En ese contexto, dado que tanto el Código Civil Federal como los diversos de las
entidades federativas (a excepción de Campeche, Colima, Distrito Federal, Durango,
Hidalgo, Michoacán, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas y Yucatán, que prevén contenidos
específicos cuando se trata de un asunto que involucre adultos mayores o personas con
discapacidad), únicamente contemplan los rubros que debe contener la pensión
alimentaria, como si se tratara de un contenido genérico, sin señalar nada respecto a los
contenidos esenciales y la posibilidad de maximización cuando la figura de acreedor
51
alimentario recae en determinado grupo vulnerable; es inconcuso que el juzgador deberá
analizar y precisar a cuál de esos rubros tendrá que poner mayor atención, dependiendo
de los sujetos involucrados.
Para visualizar lo anterior, sin que ello implique limitación alguna, dado que el tema
de los alimentos es casuístico, a continuación se detallan algunos ejemplos de aspectos
que deben tenerse especialmente en cuenta, según se trate de una persona en especial
condición de vulnerabilidad:
Sujeto involucrado
que forma parte de
un grupo vulnerable
Rubros que se tendrán que maximizar en atención a los
estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales
Alimentación. Los niños son especialmente vulnerables a la falta de
alimentación adecuada, por cuanto necesitan alimentos nutritivos y
sanos para crecer física y mentalmente. De acuerdo a la UNICEF,
alrededor de la mitad de las muertes de niños menores de cinco años
de edad son consecuencia de la desnutrición. La malnutrición, incluso
durante el embarazo, no solo provoca la muerte de niños, sino que
tiene además consecuencias de largo plazo, incluidos el deterioro
mental y físico, enfermedades crónicas, y sistemas inmunes y salud
reproductiva débil (OACNUDH, 2010: 19). La Convención sobre los
Derechos del Niño protege el derecho del niño a la alimentación en el
contexto del derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, a la
salud, a la nutrición y aun nivel adecuado de vida (20). El juzgador
deberá estar atento a que el monto de la pensión sea suficiente para el
tipo de alimentación que requiere el menor.
Menores de edad
Salud. El juez tendrá que maximizar este rubro, porque los niños
afrontan problemas de salud especiales de acuerdo con la etapa de su
desarrollo físico y mental, lo cual los hace particularmente vulnerables
a la malnutrición y a las enfermedades infecciosas y, cuando llegan a
la adolescencia, a problemas sexuales y de salud reproductiva y
mentales. No hay que olvidar que la mayoría de muertes durante la
niñez pueden atribuirse a un número reducido de causas principales –
infecciones respiratorias agudas, diarrea, sarampión, paludismo y
malnutrición- o una combinación de ellas (OACNUDH, 2008: 20).
Recreación. El juzgador tiene que poner especial atención a este
rubro, dada su vital importancia en el desarrollo de los niños, niñas y
adolescentes. Que al cuantificar el monto de una pensión, cierto monto
esté destinado a dotar de espacios recreativos.
Mujeres
Alimentación. Las mujeres tienen necesidades concretas de dieta, en
particular con respecto a su salud reproductiva. Por ejemplo, las
mujeres en edad de procrear o embarazadas, requieren de una
alimentación especifica, pues de lo contrario, se pueden presentar
52
complicaciones que amenacen su vida durante el embarazo o el parto.
Inclusive, la malnutrición de las mujeres durante el embarazo y la
lactancia puede dar como resultado además la malnutrición, así como
el deterioro físico y mental de sus hijos (OACNUDH, 2010: 18).
Salud. Las mujeres comparten con los hombres muchos problemas de
salud, pero las afectan de manera diferente. La prevalencia de la
pobreza y la dependencia económica entre ellas, su experiencia de
violencia, los prejuicios de género en el sistema sanitario y la sociedad
en general, la discriminación por motivos de raza u otros factores, la
limitada capacidad de decisión que muchas mujeres tienen con
respecto a su vida sexual y reproductiva, y su falta de influencia en la
toma de decisiones son realidades sociales que influyen negativamente
en su salud. Por tanto, el juez en este rubro tiene que poner atención
en si la mujer acreedora tiene alguna enfermedad, o se encuentra
embarazada, requerirá de una mayor maximización de este derecho
(OACNUDH, 2008: 17-18).
Personas con
discapacidad
Vivienda. Como las viviendas tradicionalmente no son diseñadas para
personas con discapacidad, el juzgador debe tomar en consideración al
momento de resolver que dependiendo del tipo de discapacidad que
presente el sujeto involucrado en el recaiga el papel de acreedor
alimentario, si la habitación en la que vive requiere de determinada
modificación o reestructura, ello por supuesto en la medida de las
posibilidades del deudor, pero siempre estimando que este rubro
puede comprender una mínimo vital para el acreedor, para continuar
con su proyecto de vida.
Salud y educación. Tratándose de personas con discapacidad, se
tendrá que incluir la orientación, prevención, detección, estimulación
temprana, atención integral y rehabilitación para las diferentes
capacidades; dar orientación respecto de los programas de educación,
rehabilitación existentes en cada Entidad federativa; así como incluir
dentro de la pensión, la atención en centros de rehabilitación que
dispongan del equipo y del personal médico adecuado al tipo de
discapacidad.
53
Personas de la
tercera edad
Salud. Respecto de personas de la tercera edad, se tendrá que
garantizar su acceso a los servicios de atención médica y seguridad
social, en lo que se refiere al ejercicio del derecho a la salud de las
personas mayores, se debe atender a la importancia de un enfoque
integrado de la salud que abarque la prevención, la curación y la
rehabilitación. Esas medidas deben basarse en reconocimientos
periódicos para ambos sexos; medidas de rehabilitación física y
psicológica destinadas a mantener la funcionalidad y la autonomía de
las personas mayores; y la prestación de atenciones y cuidados a los
enfermos crónicos y en fase terminal, ahorrándoles dolores evitables y
permitiéndoles morir con dignidad (CDESC, OG No.6). Por ejemplo,
el juzgador tendrá que fijar que dentro de la pensión se contemplen los
servicios de atención médica para la detección, control y seguimiento
de las enfermedades comunes en las personas adultas mayores.
3.2. Identificación de la norma
En la actualidad, los jueces para la solución de cualquier problema jurídico se
encuentran ante la aplicación de dos estructuras normativas: las reglas y los principios.
Las primeras, necesariamente presentan un supuesto y una consecuencia; para su
aplicación basta el empleo de un razonamiento subsuntivo [subsumir, en el ámbito del
derecho, consiste en enlazar o unir lógicamente una situación particular, específica y
concreta, con la previsión abstracta, genérica e hipotética realizada de antemano por el
legislador (Palomar, 2008: 1484)].
En tanto que, los segundos, son imperativos jurídicos de aplicación abierta, por ello
pueden interactuar con otras normas de contenido opuesto o no idéntico; en otras
palabras, son mandatos de optimización [de optimar: buscar la mejor manera de realizar
una actividad (Palomar, 2008: 1092)] que, incluso, pueden entrar en colisión entre sí, y
en caso de conflicto normativo, este debe resolverse mediante un ejercicio de
ponderación.
Las ideas anteriores recogen la teoría de Robert Alexy, quien aduce que la distinción
entre principios y reglas constituye la base de la fundamentación iusfundamental y es
una clave para la solución de problemas de la dogmática de los derechos fundamentales
(2008: 81).
En este contexto, una de las principales características entre principios y reglas, es
que los primeros configuran el caso de forma abierta, mientras que las reglas lo hacen de
forma cerrada. Según Alexy, el punto decisivo para la distinción, es que los primeros son
54
normas que ordenan que se realice algo en la mayor medida posible (optimización), en
relación con las posibilidades jurídicas y fácticas.
Son los principios, por consiguiente, mandatos de optimización que se caracterizan
porque pueden ser cumplidos en diversos grados y porque la medida ordenada de su
cumplimiento no solo depende de las posibilidades fácticas, sino también de las
posibilidades jurídicas. El campo de las posibilidades jurídicas está determinado a través
de principios y reglas que juegan en sentido contrario. En cambio, las reglas son normas
que exigen un cumplimiento pleno, y, en esa medida, pueden siempre ser solo cumplidas
o no (Atienza y Manero, 2004: 30-31).
De esta manera, se estima que para fijar una pensión en materia de alimentos, el juez
debe sujetarse a los principios implicados, y no solo a las reglas; debe regirse por
aquellos mandatos de optimización que puedan ser complementados o ampliados por
otras normas; los cuales le permitan, flexibilizar el monto de la pensión, atendiendo a las
características de los sujetos involucrados y a las circunstancias particulares del caso
concreto.
Entre los principios involucrados se encuentran el de proporcionalidad, igualdad y no
discriminación, progresividad y no regresividad, y pro persona, los cuales se explicarán
en párrafos posteriores.
3.2.1. Principio pro persona
A partir de este principio, el juzgador al momento de fijar la pensión alimenticia
podrá justificar el uso de la normativa que sea más protectora de la persona que se
encuentra en una situación asimétrica de poder o de desigualdad estructural; y esgrimir
las razones por las que la aplicación de la norma aplicable al caso concreto deviene en
un impacto diferenciado o discriminador.
En atención a este principio, las obligaciones alimentarias, así como las calidades de
acreedor y deudor de alimentos, se regularán por el orden jurídico que resulte más
favorable al interés de ambas partes, pues lo que se busca es preservar los derechos de
ambos, no se trata de privilegiar a uno de ellos, sino buscar la manera de que el
menoscabo sea en la menor medida posible, y únicamente en caso de colisión, favorecer
55
a la persona o grupo más vulnerable, procurando que no se extingan los derechos de la
contraparte.
3.2.2. Principio de proporcionalidad
Es el principal principio que debe de tomar en consideración el juzgador, en el
momento en que fija el monto de una pensión alimenticia, el cual consiste en atender al
estado de necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del deudor, pero, además,
en tomar en consideración el entorno social en que estos se desenvuelven, sus
costumbres y demás particularidades que representa la familia a la que pertenecen, pues
los alimentos no solo abarcan el poder cubrir las necesidades vitales o precarias del
acreedor, sino el solventarle una vida decorosa, sin lujos, pero suficiente para
desenvolverse en el entorno cotidiano. Por tanto, el juzgador debe privilegiar este
principio, al momento de fijar un monto de la obligación alimentaria; y no, el parámetro
aritmético o matemático.
Las necesidades del acreedor alimentario
Como se planteó en el primer capítulo, los alimentos no tienen la finalidad de
favorecer a una persona sino en la medida en que necesite los alimentos, por lo que si
una persona ya cuenta con los recursos para satisfacer su necesidad, la relación no
nacerá y en caso de que ya exista, se terminará; no obstante, dicha circunstancia no llega
al extremo de imposibilitar al juzgador a estudiar y analizar a detalle (exhaustivamente)
las particularidades del caso concreto y de los sujetos involucrados, para que de ser
necesario, pueda fijar una pensión alimenticia.
Es decir, ante el caso concreto que de constancias se advierta que el acreedor tiene
recursos económicos suficientes para subsistir o cubrir el mínimo vital; esta
circunstancia no debe llevar al juez a concluir que no necesita de una pensión, pues para
ello, tiene que atender a si las condiciones actuales de dicho acreedor no lo colocan en
un estado de discriminación estructural que sea posible mejorar, al tener el deudor
alimentista, las posibilidades económicas para poder otorgarla; es decir, aunque el
otorgamiento de una pensión no erradicará totalmente la discriminación estructural, al
56
ser un fenómeno complejo, lo cierto es que podría ayudar en buena medida para que
mejore la situación personal del acreedor.
Asimismo, el juzgador debe de tomar en consideración, que en algunos casos, se
presume el estado de necesidad en beneficio de ciertas personas, como lo son, las
personas menores de edad, las personas con discapacidad, el cónyuge o concubino
dedicado al hogar y cuidado de los hijos.
Las posibilidades del deudor alimentista
El juzgador debe de apreciar que las posibilidades del deudor no solo se determinan,
en base a lo que perciba por su actividad laboral, sino además, por los recursos con los
que también cuente, como puede ser, si tiene bienes inmuebles o muebles; así como con
los gastos que tiene que sufragar para cubrir sus propias necesidades personales
(alimentación, habitación, vestido y salud, principalmente).
De tal manera que si el monto de la pensión resulta elevado o excesivo a tal extremo
de que se ponga en riesgo la propia dignidad humana del deudor, virtud de encontrarse
imposibilitado para solventar sus necesidades más apremiantes; sería evidente que el
monto de la pensión sería fijado incorrectamente, pues no solo se trata de cubrir las
necesidades del acreedor, sino también de que el deudor tenga las posibilidades de cubrir
aquellas, y las propias.
En conclusión, el deudor debe contar con los medios o recursos económicos
suficientes para proporcionar alimentos al acreedor, y solventar los propios. Ya que no
se le puede imponer la carga de una obligación alimentaria a una persona que, por su
propia situación económica, si la cumpliera vería amenazada su propia subsistencia y
desarrollo; en sí, su proyecto de vida.
En este punto, no se trata –únicamente- de fijar un monto que cubra las necesidades
mínimas e indispensables del acreedor, sino de –en la medida posible de las
posibilidades del acreedor- mejorar las condiciones actuales que tenga aquel; si bien no
como consecuencia directa del principio de progresividad previsto en el artículo 1º
constitucional (para los Estados), sí en aplicación del principio de proporcionalidad
vinculado con los contenidos esenciales de los derechos humanos involucrados.
57
Sobre este punto, es oportuno citar el criterio jurisprudencial sustentado por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en las tesis de rubros:
“ALIMENTOS PARA DETERMINAR EL MONTO DE LA PENSIÓN CUANDO NO SE
HAYAN ACREDITADO LOS INGRESOS DEL DEUDOR ALIMENTARIO, DEBE
ATENDERSE A LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 311 TER DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL DISTRITO FEDERAL.”; y, “ALIMENTOS. REQUISITOS QUE DEBEN
OBSERVARSE PARA FIJAR EL MONTO DE LA PENSIÓN POR ESE CONCEPTO
(LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO DE CHIAPAS).”;
consistente en que para fijar el monto de la obligación alimentaria, además de atender al
estado de necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del deudor para cumplirla;
debe tomarse en consideración el entorno social en que estos se desenvuelven, sus
costumbres y demás particularidades que representa la familia a la que pertenecen, pues
los alimentos no solo abarcan el poder cubrir las necesidades vitales o precarias del
acreedor, sino solventarle una vida decorosa, sin lujos, pero suficiente para
desenvolverse en el status aludido.
El criterio anterior, si bien es atendible, toda vez que parte de la base de que los
alimentos deben cubrir las necesidades del acreedor, y ser suficientes para desarrollarse
en el status actual que tenga; deja de considerar que a través del principio de
proporcionalidad se debe dar la pauta de que el juzgador busque mejorar las
circunstancias del acreedor alimentario.
A manera de ilustrar lo anterior, pensemos en el caso de que la figura de acreedora
recae en una niña de seis años que vive en una zona rural, cuyas necesidades podrían
cubrirse con dos mil pesos mensuales o una cantidad inferior; y el carácter de deudor lo
tiene su padre, quien percibe ingresos de cien mil pesos mensuales, es propietario de una
residencia con un valor aproximado de diez millones de pesos, y de dos automóviles
último modelo; sin que tenga diversos acreedores alimentarios.
En este caso hipotético, a partir de los criterios jurisprudenciales sustentados por la
Primera Sala, parecería correcto que el juez asignara una pensión de dos mil pesos, pues
con dicho monto la niña cubriría sus necesidades vitales para continuar en el status
social que se desarrolla; empero, en atención al principio de proporcionalidad, el
juzgador puede asignar una pensión superior a manera de que las condiciones actuales
58
de la niña mejoren, y no continúe en esa desigualdad estructural en que se encuentra;
sino que busque disminuirla en lo posible, dado que no es la única solución para ese
fenómeno.
3.2.2. Principio de igualdad y no discriminación
Es el principio idóneo para que el juzgador al fijar la pensión alimenticia preste la
debida atención a la situación particular de las personas y grupos en situación de
discriminación o exclusión para lograr que sean tratados sobre una base igual y no
discriminatoria y no sean desatendidos (Vázquez-Delaplace, 2011: 45).
En resumen, a partir del principio de igualdad y no discriminación, el operador
jurídico tiene permitido hacer un trato diferenciado, cuando por las circunstancias del
caso concreto se afecte a un grupo en desventaja, cuando la igualdad de trato supone
coartar o empeorar el acceso a un servicio o un bien, o el ejercicio de un derecho
(Abramovich, 2006: 44). Se advierte que toda persona tiene derecho a recibir alimentos
conforme al principio de igualdad y no discriminación.
Todos los códigos –civiles o familiares- de los Estados (a excepción del Código Civil
para el Estado de Coahuila de Zaragoza, que en su artículo 402 dispone que, los
compañeros civiles deben darse alimentos) preservan el ideal de las relaciones familiares
en un matrimonio o concubinato entre un hombre, una mujer e hijos; con lo cual olvidan,
por completo, todas aquellas uniones de hecho que se pueden presentar entre personas
heterosexuales u homosexuales.
Por otro lado, también es sorprendente visualizar normativa como el precepto 500 del
Código Civil para el Estado Libre y Soberano de Puebla, que establece que “… las hijas,
aunque sean mayores de edad, tienen derecho a alimentos mientras no contraigan
matrimonio, vivan honestamente y no cuenten con medios de subsistencia.”, disposición
de la que se advierte una vulneración al principio de igualdad y no discriminación.
Lo que nos lleva a concluir que existe una clara ausencia de normas con perspectiva
de género. De ahí, la importancia de que el juzgador al momento de aplicar tales
disposiciones, realice una interpretación acorde con el principio de igualdad y no
discriminación.
59
En efecto, la argumentación jurídica con perspectiva de género requiere de un
ejercicio que va más allá de la aplicación de una norma a un caso concreto; implica
cuestionar la supuesta neutralidad de las normas, la determinación de un marco
normativo adecuado para resolver de la forma más apegada al derecho a la igualdad. En
este sentido, el juzgador que conozca de casos en los que la figura del acreedor recae en
una mujer o en una persona homosexual, debe de tomar en consideración la perspectiva
de género al momento de fijar el monto de la obligación alimentaria. A manera de
ilustrar dicha obligación, se presenta el siguiente ejemplo:
Diversos ordenamientos procesales civiles de las entidades federativas, prevén que no
tienen derecho a alimentos los cónyuges cuando procede el divorcio por la causal
referente a la separación de estos por determinado tiempo, el cual oscila entre dos a tres
años. Esta norma, aplicada en estricto sentido, puede dar lugar a una clara violación a los
derechos humanos de aquellas mujeres que no tengan un ingreso propio, y que durante
toda su vida matrimonial se dedicaron a las labores domésticas y al cuidado de los hijos.
Sin embargo, si se aplica el principio de igualdad y no discriminación, y se resuelve
el problema jurídico con una perspectiva de género, se llega a la conclusión de que el
papel de la mujer en el cuidado del hogar no debe ser causa de discriminación, y que
para lograr una plena igualdad entre el hombre y la mujer, resulta necesario modificar
los estereotipos de género de ambos en la sociedad y en la familia. Lo anterior, con
sustento en el artículo 1º de la Convención Sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer aplicando ya sea una interpretación conforme y el
principio pro persona; o un control de convencionalidad.
Decidir con una perspectiva de género, también implica un cumplimiento a una
obligación internacional del Estado, como lo es, la contenida en el artículo 16 de la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la
Mujer, el cual prevé que los Estados partes deben adoptar todas las medidas para
eliminar la discriminación contra la mujer en asuntos relacionados con el matrimonio,
asegurando en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres los mismos derechos y
responsabilidades durante el matrimonio y con ocasión de su disolución.
Sin que tales consideraciones, puedan llegar a constituir discriminación en perjuicio
del acreedor, y menos trasgredir en su perjuicio el artículo 1º de la Constitución Política
60
de los Estados Unidos Mexicanos, pues no están basadas en un criterio subjetivo que
coloque al varón en un plano de desigualdad frente a su cónyuge; sino al contrario, esto
es, con independencia de que haya cónyuge culpable o no del divorcio. Lo que se hace
es reconocer la igual valía de la aportación del trabajo en el hogar para la consecución de
los fines del matrimonio, que en el caso concreto, correspondió a la mujer; pero igual
determinación se concluiría si quien hubiera llevado a cabo las labores domésticas fuera
el varón.
3.3. La posibilidad de realizar una interpretación conforme o de inaplicar la norma
a través del control difuso de constitucionalidad y convencionalidad
Como ya previamente se sostuvo -en el anterior capítulo- derivado de la reforma
constitucional en materia de derechos, los jueces tienen la obligación de que al resolver
un asunto sometido a su consideración, realicen un control de la norma aplicable al caso,
ello siempre, sobre la presunción de constitucionalidad de la misma, y de encontrar que
esta, restringe o vulnera derechos humanos, buscar su interpretación conforme a la
Constitución y a los tratados internacionales en la materia, siempre procurando la
protección más amplia de la persona; y de no ser posible dicha interpretación, inaplicarla
y declarar su inconstitucionalidad, si dicha facultad está dentro de sus competencias.
Ahora bien, en este apartado es necesario indicar y precisar cada uno de los pasos que
comprende dicho ejercicio jurisdiccional de control constitucional (SCJN, 2013c: 7-12):
Paso 1. Identificar la presencia de derechos humanos involucrados. Para
comprender la necesidad de aplicar un control difuso de constitucionalidad y
convencionalidad, el juzgador debe percatarse de la existencia de derechos humanos
involucrados en los casos sometidos a su resolución. En consecuencia, desde el análisis
de los hechos, es importante adoptar un enfoque de derechos. Para ello, es conveniente
preguntarse si está involucrado un derecho humano.
Paso 2. Determinar el marco normativo aplicable. En primer lugar, es preciso
hacer explícito, el marco normativo de origen interno que se estima aplicable para
decidir el caso concreto, así como las consecuencias de emitir una sentencia con base
61
exclusiva en dicho marco. A continuación, debe repetirse esa operación pero ahora
respecto del marco normativo constitucional y de fuente internacional. En este sentido,
se sugiere, tal como se hizo con el marco de fuente interna, que tanto el marco
normativo de fuente constitucional e internacional como las consideraciones respecto de
su aplicación aparezcan de manera explícita en la resolución. Así, se distinguirán
claramente las consecuencias de una sentencia emitida sólo con apego al derecho de
origen constitucional e internacional.
Paso 3. Identificar preliminarmente el marco normativo más favorable
(principio pro persona). Una vez realizadas las anteriores operaciones e incorporadas
en las consideraciones de la resolución, la tercera etapa de este método consistirá en
determinar cuál de las disposiciones, ya sea de origen interno o constitucional e
internacional, resulta más favorable para extender la protección de las personas y sus
derechos humanos en el caso concreto. En otras palabras, se hará la determinación del
marco normativo aplicable con estricta observancia al principio pro persona, tal y como
lo ordena el segundo párrafo del artículo primero constitucional.
Si resulta que el marco más favorable es el de origen interno, el caso sometido a
jurisdicción se fallará conforme a ese marco y hasta ahí concluirá la práctica del control
difuso de convencionalidad.
Pero si el marco que resulta más favorable para la protección de las personas y sus
derechos humanos es el de fuente constitucional e internacional –visto hasta esta etapa
de manera preliminar y aisladamente–, entonces se deberá avanzar a la cuarta fase del
método.
Es importante aclarar que esta tercera etapa puede concluir con la determinación de
que los marcos normativos analizados son complementarios, es decir, que se nutren,
confirman o complementan el uno al otro. En ese caso, debe recurrirse a un
interpretación conforme en sentido amplio.
Paso 4. Realizar la interpretación conforme. Esta etapa consiste en observar lo
ordenado en el segundo párrafo del artículo 1º constitucional: la aplicación de la cláusula
de interpretación conforme, entendida en los términos expuestos por la Suprema Corte
62
de Justicia de la Nación en el párrafo 33 de la resolución del expediente Varios
912/2010: Interpretación conforme en sentido amplio. Es decir, buscar la
interpretación sistemática, complementaria y bidireccional del marco normativo, para
armonizar el de origen interno con el de origen constitucional e internacional; si no se
logra la armonización mediante tal interpretación, debe acudirse a una interpretación
conforme en sentido estricto: ante la existencia de varias interpretaciones
jurídicamente viables, se debe preferir la que haga a la norma interna acorde al respecto
y garantía de los derechos humanos observados a la luz del marco normativo de fuente
constitucional e internacional que, previamente, se identificó como el más favorable para
el caso concreto.
Paso 5. Determinar la prevalencia del marco normativo sobre derechos humanos
más favorable (inaplicación o invalidación). Ahora bien, si la interpretación conforme
en sentido estricto tampoco resuelve el caso, se tendrá que optar por la inaplicación o
invalidación –de acuerdo con las competencias de los juzgados y tribunal en
conocimiento- de las disposiciones provenientes del marco normativo de origen interno
que no pudieron conciliarse con las derivadas de fuente constitucional e internacional
que resultaron más favorables.
3.4. Ordenamientos nacionales e internacionales relacionados con el contenido de la
pensión alimenticia, a los cuales es necesario acudir
La labor jurisdiccional comúnmente requiere de herramientas de apoyo, y tratándose
de asuntos en materia de alimentos no es la excepción, por eso a continuación se ofrece
un listado enunciativo más no limitativo, de algunos ordenamientos de origen interno e
internacional, en los cuales se puede apoyar el juez al momento de resolver los casos
concretos.
3.4.1. Respecto de niñas y niños

Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes

Comité de los Derechos del Niño. Observación General No. 5. Medidas
Generales de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño
63

Comité de los Derechos del Niño. Observación General No. 14. Sobre el derecho
del niño a que su interés superior sea una consideración primordial

Convención sobre los Derechos del Niño

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-17/2002
Condición Jurídica y los Derechos Humanos del Niño
3.4.2. Respecto de mujeres

Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia

Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer “Convención Belém Do Pará”

Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la
Mujer
3.4.3. Respecto de personas con discapacidad

Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad

Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad

Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra las Personas con Discapacidad

Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de
las Naciones Unidas. Observación General No. 5. Personas con discapacidad

Comité de los Derechos del Niño. Observación General No. 9 Derechos de los
Niños con Discapacidad
3.4.4. Respecto de personas de la tercera edad

Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores

Proyecto de Declaración Universal de los Derechos del Adulto Mayor de la
Organización de las Naciones Unidas

Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en el Estado
64
3.5. El mínimo vital como un referente obligado para el juez
Ha quedado claro que el mínimo vital comprende un referente obligado para el
juzgador, pues si bien el principio de proporcionalidad toma en consideración tanto
necesidades del acreedor, como las posibilidades del deudor, no contempla ese núcleo
duro –contenido esencial- que no puede ser afectado a ninguno de los dos, al momento
de cuantificar la pensión. Aquí es importante recordar que el mínimo vital no se reduce a
una perspectiva cuantitativa, sino que por el contrario, es cualitativa, toda vez que su
contenido va en función de las condiciones particulares de cada persona, pues cada
persona tiene un mínimo vital diferente.
Lo anterior, pues si se llegará al extremo de que el poder legislador estableciera un
parámetro cualitativo (económico) con relación al mínimo vital, sucedería lo mismo que
aconteció con el parámetro aritmético en materia de alimentos, se cometían injusticias,
pues había casos en los que el monto mínimo, resultaba excesivo o insuficiente, en
atención a las circunstancias particulares.
Es que efectivamente, tratándose de la materia de alimentos, el juez tiene que conocer
los detalles de cada caso para decidir con qué porcentaje se verán satisfechos los
contenidos esenciales de cada rubro de los que comprenden los alimentos, y en ese
sentido, cuál sería el mínimo vital indispensable para los sujetos involucrados.
Por tanto, el juez deberá analizar el mínimo vital de manera casuística, en qué medida
se vulnera o podría afectarse por carecer de determinados contenidos esenciales alguno
de los rubros que comprenden los alimentos; máxime tratándose de un asunto que
involucra personas que pertenecen a grupos vulnerables.
3.6. La posibilidad de que el juez dé vista a las autoridades competentes cuando se
trate de un asunto que el acreedor forma parte de un grupo vulnerable y el deudor
no está en condiciones de otorgar la pensión alimenticia
Retomando esa idea de vinculación que existe entre las obligaciones de los
particulares y las del Estado en materia de alimentos, dada la naturaleza de estos, como
de orden público y de interés social, es que se propone la actuación del juez, en el
sentido de que cuando se encuentre ante un asunto en el cual haya imposibilidad para
fijar una pensión alimenticia, ya sea por la no localización del deudor, la muerte de este,
65
o no cuente con recursos económicos para proporcionarla, o aun contando con ellos,
estos resultan insuficientes, pues de fijar la pensión, se afectaría su mínimo vital; y la
figura del acreedor recae en un grupo vulnerable -menores de edad, personas con
discapacidad y de la tercera edad-; determine que sea el Estado a través de las
autoridades competentes quien otorgue los alimentos.
Para ello, tendrá que dar vista con la sentencia respectiva a las autoridades que estime
competentes dependiendo del rubro de que se trate. La finalidad de dicho actuar obedece
a que cada autoridad en el ámbito de sus competencias tendrá que actuar, ya sea
incorporando a algún programa al acreedor, otorgándole determinada beca o
canalizándolo para que acuda a diversa autoridad.
Dicha actuación no constituye una conducta arbitraria o excesiva por parte del poder
judicial, pues tendrá el soporte de la suplencia de la deficiencia de la queja en su máxima
amplitud, que como previamente se dijo, tiene cabida siempre tratándose de asuntos
familiares; ello de conformidad con el artículo 4º constitucional.
En efecto, derivado de la exigencia constitucional de protección a la familia, es que a
rango federal y local, se han establecido diversos ordenamientos dentro del sistema
jurídico mexicano, que excepcionan el principio de estricto derecho para los asuntos del
orden familiar, permitiendo a los juzgadores suplir de oficio las deficiencias de los
argumentos de las partes para proteger el interés de la familia.
Ahora bien, es evidente que los alimentos se conciben como un asunto que involucra
el orden y desarrollo de la familia.
En esa medida, el artículo 79 de la Ley de Amparo contempla las reglas para la
procedencia de la suplencia de la queja deficiente, que originalmente constituía una
excepción al principio de estricto derecho que rige en el juicio de amparo, de
conformidad con los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; sin embargo, resulta indudable que ahora constituye por sí mismo
una institución jurídica que en algunas materias se traduce en un supuesto que en
realidad se aplica como regla y no como excepción.
Aquí, la suplencia de la queja deficiente consiste en la obligación del órgano de
control constitucional de analizar cuestiones no propuestas por la parte quejosa en sus
conceptos de violación o en sus agravios o que, planteó en forma deficiente y que
66
pudieran resultarle favorables, con independencia de que finalmente lo sean; de tal
manera que, esta figura tiene un eminente carácter proteccionista o antiformalista.
Ahora bien, la fracción II del propio artículo 79, prevé la suplencia de la deficiencia
de la queja a favor de los menores o incapacitados, o en aquellos casos en que se afecte
el orden y desarrollo de la familia; la cual de acuerdo al penúltimo y último párrafos del
mismo precepto legal, se dará aun ante la ausencia de conceptos de violación o agravios;
y por violaciones procesales o formales cuando se advierta que en el acto reclamado no
exista algún vicio de fondo.
De esa manera, los tribunales federales tienen el deber de suplir la deficiencia de los
conceptos de violación o de los motivos de agravio respectivos, en su máxima amplitud,
siempre que se trate de controversias en las que se afecte el orden y desarrollo de la
familia. Ello, dada la importancia de la familia.
Por otra parte, en los juicios del orden familiar –de primera y segunda instancia-, el
juez también está facultado para intervenir de oficio, y suplir la deficiencia de las partes
en sus planteamientos de derecho.
Inclusive los ordenamientos locales establecen reglas del procedimiento tratándose de
asuntos del orden familiar, que se rigen por principios de excepción en comparación con
aquellos otros casos en que rige el principio de estricto derecho.
Precisado todo lo anterior, a continuación se ofrece un listado de algunas de las
autoridades competentes a las cuales se les podría dar vista con la sentencia respectiva,
cuando exista imposibilidad de fijar una pensión alimenticia a cargo del deudor
alimentista y la figura del acreedor recae en un grupo vulnerable. Listado que es
enunciativo más no limitativo, pues es de recordar que los asuntos de esta naturaleza
requieren una resolución casuística.
Autoridades en materia de salud

Secretaría de Salud a través de los Servicios de Salud de las Entidades
Federativas, para su incorporación al Seguro Popular
Hospital General
Instituto Nacional de Rehabilitación (personas con discapacidad)
Instituto Nacional de Geriatría (personas de la tercera edad)
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Instituto Nacional de Pediatría
Hospitales Infantiles
Hospital del Niño
Seguro Popular
Tratándose de enfermedades determinadas, el Instituto Nacional de Cancerología
o el Centro de Salud Mental

Institutos de Seguridad Social
-
Instituto Mexicano del Seguro Social
-
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
Autoridades en materia de seguridad social (vivienda)

Institutos de Vivienda y Urbanismo de las Entidades Federativas. Dependencias
responsables de apoyar a la población de menores ingresos con la
implementación de programas de vivienda que contemplen la gestión de créditos
ante organismos públicos

Los Sistemas Estatales para el Desarrollo Integral de la Familia
Autoridades en materia de educación

Secretaría de Educación Pública
Autoridades en materia de alimentación

Secretaría de Desarrollo Social

Coordinación Nacional del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades
3.7. Propuesta legislativa
El legislador federal y estatal tendrá que expedir las leyes adecuadas, o hacer las
modificaciones pertinentes, para que los estándares nacionales e internacionales y los
contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos, se vean incorporados
al ordenamiento mexicano:
a) Que el derecho a recibir alimentos y la obligación correlativa es uno de los
efectos jurídicos inmediatos derivados de la relación de parentesco consanguíneo, por
afinidad y adopción.
Para ello, en relación al consanguíneo deberá de tomar en cuenta la existencia de
la procreación con asistencia médica (procreación asistida, inseminación artificial,
68
fecundación in vitro y subrogación de la maternidad); respecto del parentesco por
afinidad, que este no solo se presenta con el matrimonio y concubinato, sino con
todas aquellas uniones de hecho entre personas homosexuales o heterosexuales; así
como la respectiva disolución de dichas relaciones familiares; y por lo que ve a la
adopción, que no queda restringida únicamente a personas o parejas heterosexuales,
sino que en una persona o pareja homosexual, también puede recaer el carácter de
adoptante.
b) Incorporar un listado de grupos vulnerables (personas menores de edad,
mujeres, personas con discapacidad y personas de la tercera edad), a efecto de que el
juzgador al momento de fijar una pensión alimenticia les dé el trato diferenciado que
merecen, por ejemplo, que quedé completamente establecido que opera la suplencia
de la deficiencia de la queja en su favor, en su máxima amplitud.
c) No limitarse a señalar los rubros que comprenden los alimentos (alimentación,
vestido, salud, vivienda, educación y recreación), sino que estos los debe dotar de
contenidos esenciales, de conformidad con los estándares nacionales e internacionales
en la materia.
d) Precisar que en materia de alimentos, el juez para la resolución del asunto,
deberá interpretar la norma aplicable acorde con la interpretación conforme, el
principio pro persona y el control difuso de constitucionalidad y convencionalidad.
e) Incorporar como referentes obligados en materia de alimentos, el principio de
proporcionalidad, el principio de igualdad y no discriminación (perspectiva de
género) y el mínimo vital.
f) Precisar que el juzgador al momento de cuantificar la pensión, tendrá que
maximizar los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos, en
atención a la existencia de grupos vulnerables.
g) Establecer expresamente que ante la imposibilidad de fijar una pensión, dada
la no localización, muerte o insuficiencia de recursos económicos del deudor, el juez
tendrá que dar vista con la sentencia respectiva, a las autoridades competentes, para
que estas a su vez, den cumplimiento a la obligación alimentaria.
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Lo anterior, en virtud de la vinculación existente entre las obligaciones de los
particulares y las del Estado en materia de alimentos, por su naturaleza de figura de
orden público e interés social.
3.8. Método propuesto para fijar una pensión alimenticia con enfoque de derechos
humanos
El objetivo principal de este capítulo es proponer un método para que los juzgadores
al momento de fijar una pensión alimenticia, no solo tomen en cuenta el precepto legal,
sino que también identifiquen las personas involucradas, y si estas, forman parte de
algún grupo vulnerable; aprecien las circunstancias especiales y relevantes del caso con
un enfoque de derechos humanos; y finalmente determinen un monto que cumpla con
los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales en materia de
alimentos.
Esta propuesta pretende ser una medida positiva para reducir la práctica reiterada de
los jueces de aplicar criterios que atienden a leyes que se rigen por los parámetros, ya
sea el aritmético, proporcional o mixto; no obstante, tales decisiones se emiten sin tomar
en cuenta realmente los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los
alimentos, las características de los sujetos involucrados y cuando estos forman parte de
un grupo vulnerable; y la posibilidad que tienen de dar vista a las autoridades
competentes cuando se trate de un asunto en el cual, el deudor no está en condiciones de
otorgar la pensión.
En este contexto, se proponen una serie de pasos que deben seguirse al momento de
fijar el monto de la pensión alimenticia:
1. Identificación de grupos vulnerables dentro de los sujetos involucrados
(menores de edad, mujeres, personas con discapacidad y personas de la tercera
edad). Ya sea que lo determine con el escrito de demanda y contestación respectiva, de
las pruebas que ofrezcan ambas partes; o de ser necesario, a través de su facultad de
desahogo de pruebas para mejor proveer.
2. Identificar la norma aplicable. Para ello al momento de interpretarla, tendrá que
realizar un contraste del precepto legal, con el principio pro persona, el principio de
proporcionalidad (necesidades del acreedor y posibilidades del deudor), y el principio de
70
igualdad y no discriminación (perspectiva de género). Si dicho examen es favorable, esa
norma será la que aplique al caso concreto al momento de fijar la pensión.
3. De encontrarse ante una norma deficiente o insuficiente, deberá realizar una
interpretación conforme o ejercer un control difuso de constitucionalidad y
convencionalidad. Después de identificar la norma, y hacer el contraste respectivo con
los anteriores principios, si se llega a la conclusión que es deficiente; el juez tendrá que
realizar una interpretación conforme o un control difuso de constitucionalidad y
convencionalidad.
4. Fijar el monto de la pensión:
4.1. Tomando en consideración los contenidos esenciales de los rubros que
comprenden los alimentos. Al momento de cuantificar el monto de la pensión, el
juzgador a efecto de fundamentar su decisión, no se limitará a hacer un listado de
los rubros que comprenden los alimentos, sino que deberá atender a los estándares
nacionales e internacionales y a los contenidos esenciales de tales rubros.
4.2. Si se está ante un grupo vulnerable, fijar un monto que maximice los
contenidos esenciales de los rubros necesarios. El juzgador deberá analizar y
precisar a cuál de los rubros (alimentación, vivienda, salud, educación y
recreación) le pone mayor atención dependiendo de las necesidades del acreedor
en situación vulnerable.
4.3. Tener como un referente obligado al mínimo vital. Fijará la pensión
siempre protegiendo el mínimo vital de los sujetos involucrados.
5. Dar vista con la sentencia de imposibilidad de fijar pensión a las autoridades
competentes. Cuando se encuentre ante un asunto en el cual haya imposibilidad para
fijar una pensión alimenticia, determinar que sea el Estado a través de las autoridades
competentes quien otorgue los alimentos; para ello, dará vista a las autoridades que
estime pertinentes para que estas a su vez realicen las actuaciones pertinentes.
71
Conclusiones
1. La correcta determinación de una pensión alimenticia es esencial para garantizar la
subsistencia y un proyecto de vida digna de las personas involucradas: acreedores y
deudores.
2. En México existen dos criterios para establecer el monto de la pensión, el que
descansa en el principio de proporcionalidad y el que se apoya en un criterio aritmético o
matemático. El primero es el más idóneo para determinar el monto de los alimentos,
pues toma como base las posibilidades del deudor alimentista y las necesidad del
acreedor alimentario.
3. Sin embargo, en la práctica este principio de proporcionalidad es insuficiente para
establecer pensiones adecuadas, en virtud de que los jueces con su sola aplicación creen
cumplir con su obligación de proteger y garantizar los derechos humanos involucrados;
olvidando incorporar los estándares nacionales e internacionales y los contenidos
esenciales de los rubros que comprenden los alimentos.
4. Para la incorporación de dichos estándares y contenidos, es necesaria una reforma
legislativa, pues los ordenamientos vigentes no responden a las exigencias actuales, en
virtud de que no consideran la nueva concepción de familia y parentesco; no consagran
los contenidos esenciales de la alimentación, vivienda, atención médica y recreación, y
no dicen cuándo estos deben ser maximizados, en atención a la presencia de grupos
vulnerables.
5. Además, se concluye en la necesidad de un método para los jueces en asuntos de
alimentos, a través del cual, sea factible la identificación de grupos vulnerables dentro de
los sujetos involucrados; el contraste de la norma aplicable con los principios pro
persona, proporcionalidad e igualdad y no discriminación; la interpretación conforme y
control difuso de constitucionalidad y convencionalidad; la maximización de los
contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos; atender al mínimo
vital como referente obligado; y que se vincule al Estado para el cumplimiento de la
obligación alimentaria, ante una imposibilidad de fijar la pensión o su ejecución.
72
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78
Anexo
NÚM.
1
2
3
4
ENTIDAD
AGUASCALIENTES
BAJA CALIFORNIA
BAJA CALIFORNIA
SUR
CAMPECHE
ORDENAMIENTO
CONTENIDO DE LOS ALIMENTOS
CÓDIGO CIVIL DEL
ESTADO DE
AGUASCALIENTES
Artículo 330. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
médica. Respecto de los menores de edad los
alimentos comprenden, además de los gastos
necesarios para su sano esparcimiento, la
educación escolar del alimentario, y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
honestos y adecuados a su sexo y circunstancias
personales.
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE BAJA
CALIFORNIA
Artículo 305. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y los gastos
correspondientes a la asistencia en caso de
enfermedad. Respecto de las personas menores
de dieciocho años de edad, se comprende por
alimentos, además, los gastos necesarios para la
educación básica y la media superior obligatoria
del alimentista y, para proporcionarle algún
oficio, arte o profesión honestos y adecuados a
su sexo, capacidades, potencialidades y
circunstancias personales. También comprende,
la atención a las necesidades resultantes de algún
tipo de trastorno del desarrollo, discapacidad y
de sano esparcimiento.
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO LIBRE Y
SOBERANO DE BAJA
CALIFORNIA SUR
Artículo 451. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad. Respecto de los
menores los alimentos comprenden, además los
gastos necesarios para dar educación prescolar,
primara y secundaria al alimentista, y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
honestos, adecuados a su sexo y circunstancias
personales.
CÓDIGO CIVIL DEL
ESTADO DE
CAMPECHE
Artículo 324. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en caso de enfermedad. Respecto a los menores,
los alimentos comprenden, además, los gastos
necesarios para la educación básica del
alimentista y para proporcionarle algún oficio,
arte o profesión honestos y adecuados a su sexo
y circunstancias personales. En cuanto a los
adultos mayores, además de incluir todos los
gastos necesarios para su atención geriátrica, se
procurará que los alimentos se les proporcionen
integrándolos a la familia.
79
5
6
7
8
CHIAPAS
CHIHUAHUA
COAHUILA DE
ZARAGOZA
COLIMA
CÓDIGO CIVIL DEL
ESTADO DE CHIAPAS
Artículo 304. Los alimentos comprenden, la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en caso de enfermedad. Respecto de las niñas,
niños y adolescentes, los alimentos comprenden,
además, los gastos necesarios para la educación
primaria del alimentista, y para proporcionarle
algún oficio, arte o profesión honesta y
adecuados a su sexo y circunstancias personales.
CÓDIGO CIVIL DEL
ESTADO DE
CHIHUAHUA
ARTÍCULO 285. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad, embarazo y parto.
Respecto de los menores los alimentos
comprenden, además, los gastos necesarios para
algún oficio, arte o profesión lícitos adecuados a
su sexo y circunstancias personales.
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
COAHUILA DE
ZARAGOZA
ARTÍCULO 395. Para los efectos legales se
entiende por alimentos: la comida, el vestido, la
habitación y la asistencia en casos de
enfermedad. Respecto de los menores los
alimentos comprenden, además, los gastos
necesarios para la educación preescolar, primaria
y secundaria del alimentista, su recreación y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
honestos y adecuados a sus circunstancias
personales.
NUEVO CÓDIGO CIVIL
PARA EL ESTADO DE
COLIMA
Articulo 308. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad. Respecto de los
menores, los alimentos comprenden, además, los
gastos necesarios para la educación básica del
alimentista y para proporcionarle algún oficio,
arte o profesión adecuados a sus circunstancias
personales.
En el caso de las personas con algún tipo
discapacidad o declaradas en estado
interdicción comprenderán además, todo
necesario para lograr, en lo posible,
habilitación o rehabilitación y su desarrollo.
de
de
lo
su
Artículo 308. Los alimentos comprenden:
I. La comida, el vestido, la habitación, la
atención médica, la hospitalaria y en su caso, los
gastos de embarazo y parto;
9
DISTRITO
FEDERAL
CÓDIGO CIVIL PARA
EL DISTRITO FEDERAL
II. Respecto de los menores, además, los gastos
para su educación y para proporcionarles oficio,
arte o profesión adecuados a sus circunstancias
personales;
III. Con relación a las personas con algún tipo de
discapacidad o declarados en estado de
80
interdicción, lo necesario para lograr, en lo
posible, su habilitación o rehabilitación y su
desarrollo; y
IV. Por lo que hace a los adultos mayores que
carezcan de capacidad económica, además de
todo lo necesario para su atención geriátrica, se
procurará que los alimentos se les proporcionen,
integrándolos a la familia.
ARTÍCULO 303.
Los alimentos comprenden:
I. La comida, el vestido, la habitación, la
atención médica y la hospitalaria.
10
DURANGO
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
DURANGO
II. Respecto de los menores, además, los gastos
para su educación y para proporcionarles oficio,
arte o profesión adecuados a su sexo y
circunstancias personales;
III. Con relación a las personas con algún tipo de
discapacidad o declarados en estado de
interdicción, lo necesario para lograr, en lo
posible, su rehabilitación e integración social; y
IV. Por lo que hace a los adultos mayores que
carezcan de capacidad económica, además de
todo lo necesario para su atención geriátrica, se
procurará que los alimentos se les proporcionen.
11
12
13
ESTADO DE
MÉXICO
GUANAJUATO
GUERRERO
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
MÉXICO
Artículo 4.135. Los alimentos comprenden todo
lo que sea necesario para el sustento, habitación,
vestido, atención médica y hospitalaria.
Tratándose de menores y tutelados comprenden,
además, los gastos necesarios para la educación
primaria y secundaria del alimentista, así como
descanso y esparcimiento. Respecto de los
descendientes los alimentos incluyen también
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
adecuados a sus circunstancias personales.
CÓDIGO CIVIL PAR EL
ESTADO DE
GUANAJUATO
Artículo 362. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad. Respecto de los
menores, los alimentos comprenden, además, los
gastos necesarios para la educación básica
obligatoria del alimentista y para proporcionarle
algún oficio, arte o profesión honestos y
adecuados a su sexo y circunstancias personales.
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO LIBRE Y
SOBERANO DE
GUERRERO
81
Artículo 387. Los alimentos comprenderán la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad.
Artículo 388. Respecto de los menores, además
de lo establecido en el artículo anterior, los
alimentos comprenderán los gastos necesarios
para su educación primaria, secundaria y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
honestos y adecuados a su sexo y circunstancias
personales.
Artículo 118. Se entiende por alimentos todo lo
que es indispensable para el sustento, habitación,
vestido y asistencia médica y en su caso los
gastos de embarazo y parto.
Respecto a los menores, además, los gastos para
la educación.
14
HIDALGO
CODIGO FAMILIAR
REFORMADO PARA EL
ESTADO DE HIDALGO
Con relación a las personas con algún tipo
discapacidad o declarados en estado
interdicción, lo necesario para lograr, en
posible, su habitación o rehabilitación y
desarrollo.
de
de
lo
su
Por lo que hace a los adultos mayores que
carezcan de capacidad económica, además de
todo lo necesario para su atención geriátrica, se
procurará que los alimentos se les proporcionen
integrándolos a la familia.
15
JALISCO
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
JALISCO
Artículo 439. Los alimentos comprenden el
recibir los elementos de subsistencia material y
educativa, como son: la comida, el vestido, la
habitación y la asistencia en casos de
enfermedad y, en su caso, los gastos de
embarazo y parto. respecto de los menores, los
alimentos comprenden, además, los gastos para
la educación de jardín de niños, primaria y
secundaria del acreedor alimentario y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
honestos y adecuados a sus capacidades,
potencialidades y circunstancias personales.
También comprenden las atenciones a las
necesidades psíquica, afectiva y de sano
esparcimiento y en su caso, los gastos de
funerales.
Artículo 453. Los alimentos comprenden:
I. La comida, el vestido, la habitación, la
atención médica, la hospitalaria y en su caso, los
gastos de embarazo y parto;
16
MICHOACÁN
CÓDIGO FAMILIAR
PARA EL ESTADO DE
MICHOACÁN DE
OCAMPO
82
II. Respecto de los menores, además, los gastos
para su educación y para proporcionarles oficio,
arte o profesión adecuados a sus circunstancias
personales; y,
III. Con relación a las personas con algún tipo de
discapacidad o declarados en estado de
interdicción, lo necesario para lograr, en lo
posible, su habilitación o rehabilitación y su
desarrollo; y, por lo que hace a los adultos
mayores que carezcan de capacidad económica,
además de todo lo necesario para su atención
geriátrica, se procurará que los alimentos se les
proporcionen, integrándolos a la familia.
17
MORELOS
CÓDIGO FAMILIAR
PARA EL ESTADO
LIBRE Y SOBERANO DE
MORELOS
Artículo 43. Los alimentos comprenden la casa,
la comida, el vestido, asistencia en caso de
enfermedad, los gastos necesarios para la
educación básica del alimentista, y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
honestos y adecuados a sus circunstancias
personales. Esta obligación subsistirá no
obstante la mayoría de edad del alimentista si
este se encuentre incapacitado para trabajar, y
hasta los veinticinco años si el acreedor
alimentista se encuentre estudiando y no cause
baja, conforme al reglamento escolar, y que esta
se curse en instituciones educativas que se
encuentren en posibilidades de pagar los
deudores alimentistas, siempre que los
acreedores no cuenten con ingresos propios.
En los mismos términos se entienden los
alimentos respecto a los acreedores alimentarios
a que se refiere el artículo 41 de este
ordenamiento.
La obligación de dar alimentos no comprende la
de proveer capital a los hijos para ejercer el
oficio, arte o profesión a que se hubieren
dedicado.
18
19
NAYARIT
NUEVO LEÓN
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
NAYARIT
Artículo 301. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad. Respecto de los
menores, los alimentos comprenden, además, los
gastos necesarios para la educación primaria del
alimentista y para proporcionarle algún oficio,
arte o profesión honestos y adecuados a su sexo
y circunstancias personales.
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE NUEVO
LEÓN
Artículo 308. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad. Respecto de los
menores los alimentos comprenden, además, los
gastos necesarios para la educación primaria y
secundaria del alimentista y para proporcionarle
algún oficio, arte o profesión honestos y
adecuados a sus circunstancias personales.
Artículo 320. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en caso de enfermedad.
20
OAXACA
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
OAXACA
Respecto de los menores los alimentos
comprenden, además, los gastos necesarios para
la educación primaria del alimentario y para
proporcionarle un oficio, arte o profesión
honestos y adecuados a su sexo y circunstancias
personales.
21
PUEBLA
CÓDIGO CIVIL PARA
Artículo 496. El Estado debe dar alimentos a los
83
EL ESTADO LIBRE Y
SOBERANO DE PUEBLA
menores, mayores incapaces, enfermos graves y
ancianos que los necesiten y no tengan parientes
que estén obligados a proporcionárselos; pero si
aparecieren parientes deudores de esos
alimentos, deberá el Estado exigirles el pago de
la suma gastada en ellos, más intereses legales.
Artículo 497. Los alimentos comprenden
comida, vestido, habitación y asistencia en caso
de enfermedad y, en el supuesto del artículo 499,
libros y material de estudio necesarios.
Artículo 498. Respecto de los menores los
alimentos comprenden, además, los gastos
necesarios para la educación primaria y
secundaria del alimentista, y para proporcionarle
algún oficio, arte o profesión, que resulte
adecuado para la subsistencia del deudor
alimentario.
Artículo 499. Los descendientes que al adquirir
la mayoría de edad estén estudiando una carrera,
tienen derecho a recibir alimentos, hasta que
obtengan el título correspondiente, si realizan
sus estudios normalmente y sin interrupción.
Artículo 500. Las hijas, aunque sean mayores de
edad, tienen derecho a alimentos mientras no
contraigan matrimonio, vivan honestamente y no
cuenten con medios de subsistencia.
Artículo 293. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación, el
esparcimiento y la salud.
22
QUERÉTARO
CÓDIGO CIVIL DEL
ESTADO DE
QUERÉTARO
Respecto de los hijos, los alimentos comprenden,
además, los gastos necesarios para su educación
básica y para proporcionarle algún oficio, arte o
profesión adecuados a sus circunstancias
personales. Para el caso de los mayores de edad,
la obligación de proporcionar alimentos al
acreedor alimentario, subsistirá siempre y
cuando éste se encuentre estudiando una carrera
técnica o superior, hasta el término normal
necesario para concluirla sin interrupción,
siempre y cuando no sea mayor de 25 años de
edad. (Ref. P. O. No. 29, 8-VI-12)
Respecto de las personas con discapacidad, de
los adultos mayores o las declaradas en estado de
interdicción,
los
alimentos
también
comprenderán los gastos necesarios para el
tratamiento especial que requieran.
23
QUINTANA ROO
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
QUINTANA ROO
84
Artículo 845. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad. Respecto de los
menores, los alimentos comprenden, además, los
gastos necesarios para la educación primaria del
alimentista y para proporcionarle algún oficio,
arte o profesión honesto y adecuado a su sexo y
circunstancias personales.
Artículo 846. El obligado a dar alimentos
cumple la obligación asignando una pensión
competente al acreedor alimentario o
incorporándolo a la familia.
Artículo 150.
comprenden:
Los
derechos
alimentarios
I. Los alimentos, el vestido, la habitación, la
atención médica, la hospitalaria y, en su caso, los
gastos del embarazo y parto;
24
SAN LUIS POTOSÍ
CÓDIGO FAMILIAR
PARA EL ESTADO DE
SAN LUIS POTOSÍ
II. Respecto de las o los menores, además, los
gastos necesarios para la educación básica
obligatoria del acreedor alimentario, y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
honestos y adecuados a sus circunstancias
personales;
III. Respecto a las personas con algún grado de
discapacidad o declaradas en estado de
interdicción, lo necesario para lograr, en lo
posible, su rehabilitación y desarrollo, y
IV. Respecto a las personas adultas mayores que
carezcan de capacidad económica se procurará,
además, todo lo necesario para su atención
gerontogeriátrica, independientemente de su
integración al seno familiar.
Artículo 206. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación, el sano
esparcimiento y la asistencia médica y
hospitalaria, en caso de enfermedad; además los
gastos necesarios para la educación del
alimentista; y para proporcionarle algún oficio,
arte o profesión honestos y adecuados a sus
circunstancias personales.
Entre los alimentos se incluirán los gastos de
embarazo y parto, en cuanto no estén cubiertos
de otro modo.
25
SINALOA
CÓDIGO FAMILIAR
DEL ESTADO DE
SINALOA
La obligación de dar alimentos, no comprende la
de proveer de capital a los hijos, para ejercer la
profesión, el arte u oficio a que se hubieren
dedicado.
Artículo 216. Tratándose de alimentos, los
cónyuges, concubinos y los hijos menores de
edad o mayores incapaces, tendrán derecho
preferente sobre los ingresos y los bienes de
quien tenga a su cargo el sostenimiento
económico de la familia, sin que se afecte la
conservación de la fuente de ingresos.
Se entiende
discapacidad,
85
que un ser humano tiene
cuando padece temporal o
permanentemente una disminución en sus
facultades físicas, intelectuales o sensoriales que
le impiden realizar una actividad normal, por lo
que la satisfacción alimentaria debe darse con
plena referencia a su ámbito personal, familiar,
educativo y social, para lograr, en lo posible, su
habilitación o rehabilitación y su desarrollo.
Podrán demandar el aseguramiento de los bienes
para hacer efectivos éstos.
Los ingresos que se reciban por alimentos no
podrán ser gravados por impuesto alguno.
26
SONORA
CÓDIGO DE FAMILIA
DEL ESTADO DE
SONORA
Artículo 513. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación, el sano
esparcimiento y la asistencia en caso de
enfermedad. Respecto de los menores,
comprenden, además, los gastos necesarios para
su educación, hasta proporcionarles un oficio,
arte o profesión adecuados a sus circunstancias
personales. Esta obligación se prorroga después
de la mayoría de edad, si los acreedores
alimentarios estudian una carrera técnica o
superior, hasta el término normal necesario para
concluir los estudios, si realizan los mismos de
forma ininterrumpida.
Artículo 304.
Qué comprenden
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TABASCO
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
TABASCO
Los alimentos comprenden comida, vestido,
habitación y asistencia en casos de enfermedad.
Respecto de los menores, los alimentos
comprenden, además, los gastos necesarios para
su educación primaria y secundaria, y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión
honestos y adecuados a su sexo y circunstancias
personales.
Artículo 277. Los alimentos comprenden:
I. La comida, el vestido, la habitación, la
atención médica, la hospitalaria y en su caso, los
gastos de embarazo y parto;
28
TAMAULIPAS
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
TAMAULIPAS
II. Respecto de los menores, además, los gastos
para su educación y para proporcionarles oficio,
arte o profesión honestos y adecuados a sus
circunstancias personales;
III. Con relación a las personas con algún tipo
de discapacidad o declarados en estado de
interdicción, lo necesario para lograr, en lo
posible, su rehabilitación;
IV. Por lo que hace a los adultos mayores que
carezcan de capacidad económica, además de
todo lo necesario para su atención geriátrica, se
86
procurará que los alimentos se les proporcionen,
integrándolos a la familia.
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30
TLAXCALA
VERACRUZ
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO LIBRE Y
SOBERANO DE
TLAXCALA
CÓDIGO CIVIL PARA
EL ESTADO DE
VERACRUZ
Artículo 154. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en caso de enfermedad.
Artículo 155. Respecto de los menores los
alimentos comprenden, además, los gastos
necesarios para la educación primaria del
alimentista, y para proporcionarle algún oficio,
arte o profesión adecuadas a sus circunstancias
personales.
Artículo 239. Los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en casos de enfermedad. Respecto de los
menores, los alimentos comprenden, además, los
gastos necesarios para la educación básica del
alimentario, y para proporcionarle algún oficio,
arte o profesión lícitos y adecuados a sus
circunstancias personales.
Articulo 24. Los alimentos comprenden:
I. La comida, el vestido, la habitación, la
atención medica, la hospitalaria y, en su caso, los
gastos de embarazo y parto;
II. Las atenciones a las necesidades psíquica,
afectiva y de sano esparcimiento;
III. En su caso, los gastos de funerales;
31
YUCATÁN
CÓDIGO DE FAMILIA
PARA EL ESTADO DE
YUCATÁN
IV. Respecto de niñas, niños y adolescentes
incluyen los gastos necesarios para la educación
básica y, en su caso, para que aprendan algún
oficio, arte o profesión honestos y adecuados a
sus circunstancias personales;
V. En su caso, lo necesario para procurar la
habilitación o rehabilitación y desarrollo de
personas con capacidades especiales que
requieren de un proceso de aprendizaje diferente
que favorezca sus habilidades o bien, que hayan
sido declarados en estado de interdicción por
padecer algún trastorno mental o por ser
sordomudos que no sepan leer ni escribir, y
VI. Tratándose de los adultos mayores que
carecen de recursos económicos, además, de lo
necesario para su atención geriátrica.
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ZACATECAS
CÓDIGO FAMILIAR
DEL ESTADO DE
ZACATECAS
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Artículo 265. Los alimentos comprenden: la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia
en caso de enfermedad.
Artículo 266. Respecto de los menores, los
alimentos comprenden, además, los gastos
necesarios para la educación primaria y
secundaria del alimentista, y para proporcionarle
algún oficio, arte o profesión adecuados a sus
circunstancias personales.
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