FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES SEDE ACADÉMICA DE MÉXICO Maestría en Derechos Humanos y Democracia V (quinta) promoción 2012-2014 PROPUESTA LEGISLATIVA Y JUDICIAL PARA ESTABLECER CRITERIOS EN MATERIA DE ALIMENTOS A PARTIR DE LOS CONTENIDOS ESENCIALES DE LOS DERECHOS HUMANOS INVOLUCRADOS Y ACORDE CON ESTÁNDARES NACIONALES E INTERNACIONALES Tesis que para obtener el grado de Maestro en Derechos Humanos y Democracia Presenta: Sergio Ibarra Valencia Directora de tesis: Katherine Mendoza Bautista México, D.F., Junio de 2014 Agradezco a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el apoyo brindado para la realización de estos estudios. Resumen: Esta investigación ofrece las bases para una propuesta legislativa que incorpora los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales en materia de alimentos. También propone un método al que deben sujetarse los jueces para fijar el monto de una pensión alimenticia: identificación de grupos vulnerables; contraste de la norma aplicable con los principios pro persona, proporcionalidad e igualdad y no discriminación; interpretación conforme y control difuso de constitucionalidad y convencionalidad; maximización de los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos (alimentación, vivienda, salud, educación y recreación); mínimo vital como referente obligado; y vinculación del Estado para el cumplimiento de la obligación alimentaria. Palabras clave: alimentos, estándares nacionales e internacionales, contenidos esenciales, grupos vulnerables, principio pro persona, proporcionalidad, igualdad y no discriminación, interpretación conforme, control difuso de constitucionalidad y convencionalidad y mínimo vital. Abstract: This investigation offers the basis for a legislative proposal that incorporates both national and international standards, as well as the essential constituents in the matter of alimony. It introduces a method in which judges will be given the responsibility of setting the amount of alimony, by following a criterion: identifying vulnerable groups; contrasting between applicable norms and the pro-human principles, proportionality, equality and no discrimination; interpretation of the constitutionality and conventionality of laws; maximizing of the essential contents of the headings that comprise in alimony (alimentation, housing, health, education, and recreation); minimum subsistence figure as an obligatory reference, and the State involvement for the effective fulfillment of the alimony obligation. Key words: Alimony, national and international standards, essential contents, vulnerable groups, discrimination, principle interpretation pro-human, according, proportionality, interpreting conventionality of laws and minimum subsistence figure. I the equality and constitutionality nonand A mis hijos Evelyn y Alejandro. II Agradecimientos A mi familia, por todo el apoyo brindado en este arduo camino de posgrado. A mi directora de tesis Katherine Mendoza Bautista por su paciencia, dedicación y apoyo en la elaboración de la tesis. A mis profesores y profesoras que fueron un punto clave en mi proceso de aprendizaje en esta maestría. A FLACSO por ser una institución tan valiosa en la formación de defensores y defensoras de derechos humanos. III Índice general Introducción ......................................................................................................................... 1 Capítulo I ............................................................................................................................. 3 Aspectos generales de la pensión alimenticia ...................................................................... 3 1.1. La nueva concepción de familia ......................................................................... 3 1.2. El parentesco ...................................................................................................... 5 1.2.1. Consecuencias jurídicas del parentesco ......................................................... 7 1.3. El derecho a recibir alimentos ............................................................................ 9 1.4. Características de la obligación alimentaria ..................................................... 10 1.5. La pensión alimenticia. Su contenido .............................................................. 12 1.6. Fuentes de la obligación alimentaria ................................................................ 13 1.7. Sujetos involucrados de la obligación alimentaria ........................................... 13 1.8. Personas legitimadas a reclamar una pensión alimenticia ............................... 15 1.9. Extinción de la obligación de dar alimentos .................................................... 15 1.10. La vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y las del Estado en materia de alimentos................................................................................................ 16 Capítulo II .......................................................................................................................... 20 Análisis y crítica a los criterios para determinar la pensión alimenticia en el Estado mexicano acorde con el nuevo paradigma de los derechos humanos .......................................... 20 2.1. El nuevo paradigma de los derechos humanos. El artículo 1º constitucional .. 20 2.1.1. La interpretación conforme .......................................................................... 22 2.1.2. El principio pro persona .............................................................................. 23 2.1.3. El control difuso de constitucionalidad y convencionalidad ........................ 24 2.2. Las obligaciones del Estado de proteger y garantizar en materia de alimentos 24 2.3. El papel del legislador en el cumplimiento de obligaciones alimentarias ........ 26 2.4. Análisis del artículo 4º constitucional .............................................................. 26 IV 2.5. Criterios para fijar una pensión alimenticia regulados en la legislación nacional 27 2.5.1. El principio de proporcionalidad .................................................................. 28 2.5.2. El parámetro aritmético ................................................................................ 30 2.6. Análisis e identificación de los criterios para determinar la pensión alimenticia en la regulación federal ............................................................................................................ 31 2.7. Análisis de la regulación estatal e identificación de los criterios para determinar la pensión alimenticia .............................................................................................................. 32 2.8. alimenticia Crítica a los criterios establecidos en el Estado mexicano para fijar una pensión 34 2.9. alimentaria Los estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia 35 2.9.1. Alimentación nutritiva, suficiente y de calidad (adecuada) ......................... 36 2.9.2. Vivienda adecuada ....................................................................................... 38 2.9.3. Salud (atención médica adecuada) ............................................................... 39 2.9.4. Educación ..................................................................................................... 40 2.9.5. Recreación. Derecho a un sano esparcimiento ............................................. 41 2.9.6. Vida digna. Mínimo vital ............................................................................. 42 2.9.7. Perspectiva de género. Principio de igualdad y no discriminación .............. 44 2.9.8. Grupos vulnerables ...................................................................................... 44 2.9.8.1 Menores de edad. ....................................................................................... 46 2.9.8.2Mujeres. ...................................................................................................... 47 2.9.8.3 Personas con discapacidad. ........................................................................ 47 2.9.8.4 Personas de la tercera edad (adultos mayores)........................................... 48 2.9.9. La ausencia de estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia de alimentos en la legislación nacional ............................................. 49 2.10. humanos La importancia del papel del juzgador. Juzgar con enfoque de derechos 49 Capítulo III ........................................................................................................................ 51 V Propuesta legislativa y judicial de incorporación de los estándares nacionales e internacionales en materia de derechos humanos ........................................................................ 51 3.1. Identificación de grupos vulnerables dentro de los sujetos involucrados ........ 51 3.1.1. La relevancia de maximizar determinados contenidos esenciales, tratándose de grupos vulnerables........................................................................................................... 51 3.2. Identificación de la norma................................................................................ 54 3.2.1. Principio pro persona................................................................................... 55 3.2.2. Principio de proporcionalidad ...................................................................... 56 3.2.2. Principio de igualdad y no discriminación ................................................... 59 3.3. La posibilidad de realizar una interpretación conforme o de inaplicar la norma a través del control difuso de constitucionalidad y convencionalidad ..................................... 61 3.4. Ordenamientos nacionales e internacionales relacionados con el contenido de la pensión alimenticia, a los cuales es necesario acudir ........................................................... 63 3.4.1. Respecto de niñas y niños ............................................................................ 63 3.4.2. Respecto de mujeres..................................................................................... 64 3.4.3. Respecto de personas con discapacidad ....................................................... 64 3.4.4. Respecto de personas de la tercera edad ...................................................... 64 3.5. El mínimo vital como un referente obligado para el juez ................................ 65 3.6. La posibilidad de que el juez dé vista a las autoridades competentes cuando se trate de un asunto que el acreedor forma parte de un grupo vulnerable y el deudor no está en condiciones de otorgar la pensión alimenticia ......................................................................... 65 3.7. Propuesta legislativa ........................................................................................ 68 3.8. humanos Método propuesto para fijar una pensión alimenticia con enfoque de derechos 70 Conclusiones ...................................................................................................................... 72 Bibliografía ........................................................................................................................ 73 Anexo................................................................................................................................. 79 VI Introducción Los alimentos al tener como fundamento el deber de solidaridad que se deben las personas que pertenecen o pertenecieron a un grupo familiar, constituyen un tema común para todos. De ahí, la importancia de que a través de la siguiente investigación se ofrezcan las bases para una propuesta legislativa y se desarrolle un método a seguir por los jueces que incorporen los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales en materia de alimentos. Para ello, en el primer capítulo se proporciona un marco teórico sobre aspectos generales de la pensión alimenticia: la nueva concepción de familia en todas sus formas y manifestaciones; el parentesco, que ahora incluye los diversos métodos de procreación asistida, las uniones de hecho entre personas homosexuales o heterosexuales, y la adopción por personas o parejas del mismo sexo; el derecho a recibir alimentos, sus características, contenido, fuentes, sujetos involucrados y formas de extinción; así como la vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y las del Estado en materia de alimentos. El capítulo segundo está dedicado a realizar un análisis y crítica a los criterios para determinar la pensión alimenticia en el Estado mexicano, acorde con los estándares nacionales e internacionales y a los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos. Así, se desarrolla el nuevo paradigma de los derechos humanos a partir de la reforma al artículo 1º constitucional, que introduce principios y criterios de interpretación como la interpretación conforme, el principio pro persona y el control difuso de constitucionalidad y convencionalidad; después, se abordan las obligaciones del Estado de proteger y garantizar en materia de alimentos; el papel del legislador en el cumplimiento de tales obligaciones; se analizan los distintos criterios para fijar una pensión alimenticia en la legislación nacional y estatal, y se realiza una crítica ante una legislación insuficiente que hace necesaria la intervención del juzgador para que juzgue con enfoque de derechos humanos. Por último, en el tercer capítulo se realiza la propuesta legislativa que incorpora los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales en materia de alimentos; y también se propone el método a seguir por los jueces en asuntos sobre el derecho a recibir alimentos, que comprende: identificar grupos vulnerables (menores de 1 edad, mujeres, personas con discapacidad y de la tercera edad) dentro de los sujetos involucrados; realizar un contraste entre la norma a aplicar y los principios pro persona, el de proporcionalidad y, el de igualdad y no discriminación; de encontrarse ante una norma deficiente, realizar una interpretación conforme y un control difuso de constitucionalidad y convencionalidad; para finalmente, al momento de fijar el monto de la pensión, tome en consideración los contenidos esenciales de los rubros (alimentación, vivienda, salud, educación y recreación) que comprenden los alimentos, los cuales dependiendo de las necesidades del acreedor o su categoría de vulnerable, deberá maximizar; todo lo anterior, con el referente obligado al mínimo vital. 2 Capítulo I Aspectos generales de la pensión alimenticia 1.1. La nueva concepción de familia Los alimentos tienen su fundamento en el deber de solidaridad que se deben las personas que pertenecen o pertenecieron a un grupo familiar, para determinar cuándo se configuran dichas relaciones familiares, es necesario precisar que la familia más que un concepto jurídico es un concepto sociológico, y por ende, dada la realidad existente ha dejado de estar ligada al falso presupuesto de una familia nuclear de madre, padre e hijos, para comprender ahora diversas formas y manifestaciones (SCJN, CT 148/2010). Durante siglos, la familia se reveló como una realidad orgánica, constituida por la unión íntima y jerarquizada, de un grupo extenso de personas y también como una comunidad de los bienes pertenecientes a ella, dotada de una vida específica de alcance colectivo, en la cual se absorbía casi totalmente la actividad particular de los individuos así reunidos, es decir, era una fusión de personas y de bienes. Esta institución evolucionó, primeramente al reducirse el círculo de la familia; y luego, al limitarse, según el orden natural de las cosas, a los padres e hijos; así, se redujo a las relaciones entre ascendientes y descendientes, lo cual implicó que los parientes colaterales en el terreno legal, ya no constituyeran un elemento de la familia, sino únicamente una zona de protección de esta (Bonnecase, 1997: 224-225). Después de dicha evolución, surgieron definiciones tradicionales de familia, como la de Planiol y Ripert (1997: 103) que la entienden como el conjunto de personas que están unidas por el matrimonio, la filiación y excepcionalmente, por la adopción; o la de Sánchez Márquez (2003:2) que la define en un sentido amplio y en otro restringido: Lato sensu es un conjunto de personas vinculadas entre sí por el parentesco consanguíneo, adoptivo o de afinidad; mientras que estricto sensu es el conjunto de personas unidas entre sí por el parentesco consanguíneo (excepcionalmente por el adoptivo) y que tienen como base el matrimonio o el concubinato. En términos parecidos a los anteriores doctrinarios, se englobó el concepto de familia en dos acepciones; en un sentido amplio, como el conjunto de personas que se encuentran unidas por un parentesco, con independencia del grado de este; y en sentido 3 restringido o también llamada familia nuclear, que tiene como prototipo la unidad mínima y básica de convivencia social, integrada por el padre, la madre y los hijos, que viven en una misma casa habitación (Rico-Garza-Hernández, 2007: 120). Sin embargo, dado que cada cultura ha tenido y tiene la necesidad de formar su propio modelo atendiendo a sus exigencias de supervivencia (económicas, políticas, morales, religiosas, etcétera), la familia es una institución relativa y cambiante (RicoGarza-Hernández, 2007: 119); de tal manera que al no ser un concepto inmutable y petrificado, y que la transformación de las relaciones humanas, han llevado paulatinamente a diversas formas de relación afectiva, sexual y de solidaridad mutua; actualmente, aquel modelo ideal de familia ha quedado superado (SCJN, AI 2/2010: 242). La Suprema Corte de Justicia de la Nación a través de diversos criterios jurisprudenciales derivados de la Acción de Inconstitucionalidad 2/2010, ha sostenido que la protección constitucional a la familia, no se refiere o limita a un tipo, como sería la nuclear (padre, madre e hijos) y que de ahí, se pueda desprender que la familia se constituya exclusivamente a través del matrimonio entre un hombre y una mujer (234); sino que cubre todas sus formas y manifestaciones en cuanto realidad existente, alcanzando a dar cobertura a aquellas familias que se constituyan con el matrimonio o concubinato, con uniones de hecho, con un padre o una madre e hijos (familia monoparental), o bien, por cualquier otra forma que denote un vínculo familiar (235), como pueden ser las uniones homosexuales, e incluso, familias homoparentales (245). Todas estas expresiones de familia conllevan derechos y obligaciones en materia de alimentos. En ese sentido, se puede concluir que la familia, lejos de ser una creación jurídica, nace o se origina con las relaciones humanas, correspondiendo más bien a un diseño social que se presenta de forma distinta en cada cultura; de manera que, los cambios y transformaciones sociales que se van dando a lo largo del tiempo, de manera necesaria, impactan sustancialmente en la estructura organizativa de la familia en cada época (SCJN, AI 2/2010: 238). Con esta visión moderna de familia, es necesario analizar la figura del parentesco, que tiene una vital importancia en el tema de la pensión alimenticia. 4 1.2. El parentesco El parentesco en nuestra legislación, puede ser de tres tipos: consanguíneo, por afinidad y civil. El consanguíneo es aquel vínculo jurídico que existe entre personas que descienden las unas de las otras o que reconocerá un antecesor común. Este tipo de parentesco deriva del hecho natural de la procreación y une a las personas que descienden de un mismo progenitor: es un vínculo de sangre (Rico-Garza-Hernández, 2007: 130). En este apartado es importante puntualizar que si bien, hasta hace poco para establecer la filiación era imprescindible la unión sexual entre un hombre y una mujer; actualmente la relación sexual ya no es imprescindible para lograr la concepción del ser humano; pues hoy se puede tener descendencia en forma asexual a través de los diversos métodos de procreación asistida, como lo son la inseminación artificial, la fecundación in vitro y la subrogación de la maternidad. Esta es la posición más aceptada tanto doctrinariamente como legislativamente en los países donde se ha regulado la procreación con asistencia médica, protegiendo la decisión de voluntad de quien quiere ser padre o madre, con todas las obligaciones y facultades que implica la filiación opuesta a un simple reduccionismo biológico (Guzmán, 2005: 185). Inclusive, dicha filiación ya no se encuentra limitada a hijos nacidos en un matrimonio o concubinato, sino que también se establece en las uniones de hecho entre personas homosexuales o heterosexuales; o en su defecto, a través del reconocimiento o por sentencia judicial que decreta la paternidad o maternidad. Por otra parte, el parentesco por afinidad durante mucho tiempo fue entendido como aquel que se adquiere por el matrimonio o concubinato, entre el hombre y la mujer y sus respectivos parientes consanguíneos. Empero, en la actualidad encontramos que diversas legislaciones establecen las sociedades de convivencia o pactos de solidaridad, para reconocer las uniones de hecho entre personas homosexuales o heterosexuales que no sean un matrimonio o un concubinato; las cuales poco a poco han avanzado en el reconocimiento y protección jurídica de los derechos y obligaciones que surgen en ellas (SCJN, AI 2/2010: 268). En otro orden, el parentesco por adopción constituye un contrato, por virtud del cual se crean entre adoptante y adoptado los mismos derechos y obligaciones que origina la 5 filiación legítima entre padre e hijo; que comparado con el consanguíneo, es artificial ya que produce los mismos efectos, sin tener por causa ningún lazo biológico (Rico-GarzaHernández, 2007: 130). Sin que el acceso a dicha institución civil de la adopción, quede restringida únicamente a personas o parejas heterosexuales, ya que como lo sostuvo la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la ejecutoria respectiva a la Acción de Inconstitucionalidad 2/2010, no existe la prohibición constitucional de que una persona o pareja homosexual no tenga derecho a adoptar, una vez satisfechos los requisitos y procedimiento que al efecto establezca la legislación aplicable. En efecto, dicha figura no solo constituye una opción legal para aquellas personas que no pueden o no desean tener hijos biológicos; sino además, es el medio idóneo para satisfacer el derecho de todo niño y niña que, por alguna razón, no estén con su madre o padre biológicos o con ambos, de tener una familia que le procure asistencia, cuidado y amor, con todo lo que ello implica (educación, vivienda, vestido, alimentos); por tanto, lo que debe garantizar el legislador es que en el procedimiento para autorizar la adopción de un menor por parte de una persona soltera o de la pareja solicitante, a fin de lograr el pleno respeto a los derechos de la niñez (interés superior del niño), se garantice que esa sea su mejor opción de vida, al margen de la orientación sexual de la mujer o del hombre solteros solicitantes, o si se trata de un matrimonio heterosexual o de parejas del mismo sexo, pues este último aspecto no puede ser, en forma alguna, el que decida si la adopción procede o no, al no afectar la capacidad de una persona para prodigar a un menor el cuidado y amor debidos (SCJN, AI 2/2010: 325). Ahora bien, cada tipo de parentesco tiene líneas y grados. Cada generación forma un grado y la serie de grados constituye lo que se llama línea de parentesco, la que a su vez puede ser recta o transversal: la recta se compone de una serie de grados entre personas que descienden unas de otras; la transversal, colateral u oblicua se compone de la serie de grados entre personas que, sin descender unas de otras, proceden de un progenitor o tronco común. La línea recta es ascendente o descendente: ascendente es la que liga a una persona con su progenitor con los que de él proceden. La misma línea es, pues, ascendente o descendente, según el punto de partida y la relación a que se atiende. En la línea recta los 6 grados se cuentan por el número de generaciones, o por el de las personas, excluyendo al progenitor. En la línea transversal, oblicua o colateral, los grados se cuentan por el número de generaciones, subiendo por una de las líneas y descendiendo por la otra, o por el número de personas que hay de uno a otro de los extremos que se consideran, excluyendo la del progenitor o tronco común. La línea colateral, oblicua o transversal se divide en igual y desigual, según que entre los engendrados de los distintos lados de la línea, exista igual o desigual distancia del tronco común (Sánchez Márquez: 2003: 59). Establecidas las diferentes modalidades del parentesco, es importante precisar cuáles son sus consecuencias jurídicas. 1.2.1. Consecuencias jurídicas del parentesco Los efectos del parentesco son numerosos y de naturaleza muy variada. Confiere derechos y crea obligaciones. Al respecto, Planiol y Ripert (1997: 105) mencionan que deben considerarse como derechos derivados del parentesco: el derecho de los parientes vivos para heredar a sus parientes muertos, es decir, el derecho de sucesión; los diversos derechos concedidos a los padres sobre la persona y bienes de sus hijos, en virtud de la patria potestad; y, el derecho que tienen determinados parientes, cuando se encuentran necesitados, de obtener alimentos. Como obligaciones: la de criar a los hijos (alimentación, vigilancia, educación, instrucción); el deber de respeto impuesto a los descendientes, en relación con sus ascendientes; el deber en línea directa de proporcionar alimentos a sus parientes necesitados; y la obligación de ser tutor o miembro del consejo de familia de un pariente menor o sujeto a interdicción. Por su parte, Zavala Pérez (2011: 26-27) refiere como principales consecuencias jurídicas del parentesco por consanguinidad: crea el derecho de alimentos y la obligación correlativa; determina los derechos y obligaciones que a la patria potestad conciernen; establece los derechos y obligaciones relativos a la tutela; otorga el derecho, a heredar en sucesión legítima; bajo diversos requisitos, provoca la declaración de inoficiosos de los testamentos para establecer pensión alimenticia; indica la existencia de impedimentos para contraer matrimonio. Del parentesco por afinidad que provoca el impedimento para contraer matrimonio, exclusivamente en el parentesco en línea recta. 7 Finalmente, del parentesco civil: determina impedimento para contraer matrimonio; produce los derechos y obligaciones propios de la patria potestad; hace nacer los derechos y obligaciones que conciernen a la tutela; establece el derecho a heredar por sucesión legítima; señala la posibilidad de declaración de inoficiosidad de los testamentos; y crea el derecho a percibir alimentos y la obligación correlativa. Con la característica particular de que el parentesco civil era que en el caso de adopción simple, el vínculo se establecía solo entre adoptante y adoptado. Mencionados los tipos de parentesco reconocidos doctrinalmente, que a su vez son adoptados en nuestro sistema jurídico; así como las diversas consecuencias, debe precisarse que el derecho a recibir alimentos y la obligación correlativa, es uno de los efectos jurídicos inmediatos derivados de la relación de parentesco, y aun cuando, anteriormente únicamente se establecía con relación al consanguíneo y la civil; actualmente, también –excepcionalmente- se ve reconocido en el caso de la afinidad. De esa manera, el parentesco consanguíneo es fuente de la obligación alimentaria en la línea recta sin limitación de grado y en la colateral o transversal hasta el cuarto grado. En la línea recta, los grados se cuentan por el número de generaciones, o por el de las personas, excluyendo al progenitor; mientras que en la línea transversal los grados se cuentan por el número de generaciones, subiendo por una de las líneas y descendiendo por la otra; o por el número de personas que hay de uno a otro de los extremos que se consideran, excluyendo la del progenitor o tronco común. Por su parte, el parentesco civil genera la obligación alimentaria, porque la adopción es un acto jurídico en virtud del cual una persona, a la que se le conoce como adoptante, recibe como hijo a otra, denominada adoptado, generando entre ellos derechos y obligaciones de la misma naturaleza que entre padres e hijos biológicos (SCJN, 2010: 55-56). Dado que, el derecho a recibir alimentos y la obligación correlativa, derivan exclusivamente de la necesidad e imposibilidad el acreedor de allegarse de estos, y no de la procreación de hijos; es evidente que también se genera, entre las personas heterosexuales u homosexuales que conforman un matrimonio, un concubinato, o una unión de hecho; sin que ello esté supeditado a la procreación. Analizadas las instituciones de familia y parentesco, con sus consecuencias jurídicas, corresponde delimitar los requisitos para que se genere el derecho a los alimentos, sus 8 características, contenido, fuentes, sujetos involucrados, personas legitimadas, formas de extinción, así como la vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y las del Estado en materia de alimentos. 1.3. El derecho a recibir alimentos De acuerdo a doctrina reiterada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el derecho a los alimentos es la facultad jurídica que tiene una persona denominada acreedor alimentario para exigir a otra, deudor alimentista, lo necesario para vivir como consecuencia del parentesco consanguíneo, de la adopción, del matrimonio, del divorcio y del concubinato (CT 148/2012). Además, se deben agregar las uniones de hecho, entre personas heterosexuales u homosexuales. En ese contexto, los alimentos radican en el deber de proporcionar la asistencia debida para el adecuado sustento de las personas que de acuerdo a la ley se colocan en una situación precaria que amerite el apoyo del deudor alimentista. Tal obligación tiene como base la solidaridad que debe manifestarse entre las personas con algún vínculo familiar. Dicho deber ético ha sido reconocido por el derecho elevándolo a la categoría de una obligación jurídica provista de sanción, la cual, tiene como propósito fundamental proporcionar al acreedor alimentario lo suficiente y necesario para su manutención o subsistencia (CT 148/2012). Para que surja la obligación en materia de alimentos es necesario que se cumplan tres requisitos: a) Que entre las dos personas –deudor y acreedor- exista o haya existido una relación jurídica familiar. De acuerdo con esta, las personas más próximas excluyen a las más lejanas de la obligación de brindar los alimentos, por lo que una persona estará obligada a proporcionarlos los mismos, solamente a falta o por imposibilidad de quienes se encuentren más estrechamente vinculados con el acreedor alimentario. Se va imponiendo la obligación de brindar alimentos a determinadas personas, unas a falta de otras (Rico-Garza-Hernández, 2007: 142). Aquí es importante recordar, que las relaciones familiares se pueden presentar en múltiples manifestaciones: matrimonio, concubinato, uniones de hecho y adopción. b) La necesidad por parte del acreedor. La institución de los alimentos no tiene por finalidad favorecer a una persona sino en la medida en que necesite los alimentos, por lo 9 que si una persona ya cuenta con los recursos para satisfacer sus necesidades, la relación alimentaria no nacerá y en caso de que ya exista, se terminará. El legislador en algunos casos, establece la presunción del estado de necesidad, en beneficio de ciertas personas, como lo son personas menores de edad, personas con discapacidad, sujetos en estado de interdicción y el cónyuge o concubino(a) que se dedique al hogar (Rico-GarzaHernández, 2007: 145). Resulta evidente que también dicha presunción también se encuentra en aquella persona que formando una unión de hecho se dedica a las labores del hogar. c) La posibilidad del deudor de brindar los alimentos. El deudor alimentista debe contar con los medios o recursos para proporcionar alimentos; pues no se puede imponer la carga de una obligación alimentaria a una persona que de cumplirla, por su propia situación económica, vería amenazada su propia subsistencia (Rico-Garza-Hernández, 2007: 146). 1.4. Características de la obligación alimentaria La Suprema Corte de Justicia de la Nación en el tomo 1 de su obra Temas Selectos de Derecho Familiar (2010), establece como características del derecho a recibir alimentos y su obligación correlativa: Origen legal Proviene de la ley. No se requiere para su existencia, la voluntad del acreedor o del deudor. Es decir, no nace de causas contractuales, como lo pudiera ser un convenio extrajudicial, sino que se trata de un deber ético acogido por el derecho y elevado a la categoría de obligación jurídica. De orden público e interés social Su propósito fundamental es proporcionar los medios necesarios y suficientes para la manutención o subsistencia de una persona que no tiene forma de obtenerlos y se encuentra en imposibilidad real de procurárselos. Recíproco El que tiene la obligación de suministrarlos tiene, a su vez, el derecho de recibirlos. Por tanto, el mismo sujeto puede ser activo o pasivo, acreedor o deudor, según esté en condiciones de proporcionarlos o carezca de los medios necesarios para subsistir. Personalísimo Depende exclusivamente de las circunstancias individuales del acreedor y del deudor, pues los alimentos se confieren exclusivamente a una persona determinada en razón de sus necesidades y se imponen también, a otra 10 persona determinada, tomando en cuenta su carácter de pariente o de cónyuge y sus posibilidades económicas. Condicional En la medida en que solo existe cuando se reúnen todos los elementos exigidos por la ley, tanto en relación con la persona que debe ministrarlos como con la que tiene derecho a recibirlos. Intransferible Se trata de una obligación personal, ni la deuda del obligado ni el derecho del alimentista puede transmitirse o cederse a tercera persona y, en consecuencia, la muerte de uno o de otro trae consigo el fin de la relación, pues los alimentos se refieren a necesidades propias e individuales del alimentista y se fijan con base en las posibilidades del deudor. Inembargable No pueden ser afectados por un mandato de autoridad y no es posible asegurar con ellos, ni aun de manera cautelar, la eventual ejecución de una pretensión de condena planteada en un juicio, toda vez que el acreedor no puede ser privado de ellos bajo ningún concepto. Imprescriptible La obligación de dar alimentos no prescribe, no se extingue por el paso del tiempo, de modo que mientras subsista el estado de necesidad del acreedor y la posibilidad del deudor de proporcionarlos, esto es, el hecho que la originó, permanece la obligación. Los alimentos de una persona constituyen un derecho protegido que no se pierde por no solicitarse en determinado momento, y toda vez que la obligación de ministrarlos es de tracto sucesivo e inherente a la necesidad del acreedor alimentario, no se extingue con el transcurso del tiempo y menos puede precluir. Irrenunciable El acreedor alimentario no está facultado para declinar su derecho a recibir alimentos y, de hacerlo, dicha renuncia resulta nula, pues se trata de un derecho protegido incluso en contra de la voluntad del propio titular. Intransigible Los alimentos no son objeto de transacción, o sea, de contrato por el cual las partes haciéndose recíprocas concesiones terminan una controversia presente o previenen una futura. Proporcional Debe considerarse la situación de necesidad de uno de los sujetos y la capacidad económica del otro. Dinámico Para fijar el monto de los alimentos debe atenderse a circunstancias cambiantes, como lo son las posibilidades de quien debe proporcionarlos y las necesidades de quien ha de recibirlos, lo que ocasiona que su monto, y la obligación misma, estén sujetos a una permanente actualización. 11 Prorrateable Ante la existencia de dos o más sujetos sobre los cuales puede recaer la obligación alimentaria, lo procedente es atender al grado de proximidad del parentesco para determinar quién debe considerarse como deudor alimentista. Sin embargo, cuando son varios los que, en un mismo grado, están constreñidos a proporcionar alimentos, la obligación puede dividirse en proporción a sus posibilidades. Subsidiario Es una obligación sucesiva que atiende a la graduación del parentesco. Se establece a cargo de los parientes más lejanos ante la falta o imposibilidad de los más cercanos. Preferente Tienen respecto de algunas otras calidades de acreedores, derecho preferente sobre los ingresos y bienes del deudor, y pueden demandar el embargo de dichos bienes o el aseguramiento de los ingresos que reciba el deudor para hacer efectivos sus derechos. No es compensable Pues de lo contrario, el acreedor podría verse privado de los bienes necesarios para subsistir. Su cumplimiento parcial no lo extingue Se proporcionan de manera continua y permanente, la obligación no se extingue en virtud de su cumplimiento parcial, ello mientras el acreedor los necesite y el obligado esté en condiciones económicas de proporcionarlos. Si bien del anterior listado de características, se puede advertir que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha delimitado de manera muy completa la naturaleza del derecho subjetivo a los alimentos; no obstante, a efecto de su cuantificación es necesario, como más adelante se verá, una serie de principios como son el de igualdad y no discriminación (perspectiva de género), y el relativo al mínimo vital. 1.5. La pensión alimenticia. Su contenido Para Colin y Capitant (2002: 251), con la palabra alimentos se designa todo aquello que es necesario e indispensable para la vida. En ese sentido, la mayoría de las legislaciones del país coinciden en que los alimentos comprenden la habitación, comida, vestido, asistencia médica en caso de enfermedad, y además, respecto de menores, los gastos de educación o los necesarios para proporcionarles un oficio o profesión honestos 12 y acordes a sus circunstancias particulares (ver anexo), por lo que se ha establecido que para la fijación de la pensión alimenticia, debe atenderse a lo dispuesto en dichos preceptos legales, tomando en cuenta las posibilidades del deudor alimentista y las necesidades de los acreedores, existiendo en el caso específico de las personas menores de edad, personas con discapacidad, personas declaradas en estado de interdicción y el o la cónyuge, concubina o concubinario, así como la pareja en una unión de hecho, que se dedique exclusivamente al trabajo en el hogar o al cuidado de los hijos o hijas, la presunción de necesitarlos. 1.6. Fuentes de la obligación alimentaria La relación jurídica existente entre el deudor alimentista y el acreedor alimentario surge, normalmente, del parentesco, concubinato, matrimonio, divorcio e, inclusive, por la mera separación física de los cónyuges derivada del abandono familiar (De la MataGarzón, 2006: 58). Aunque dicha concepción podría parecernos completa, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que según los distintos ordenamientos jurídicos del Estado mexicano, las fuentes de la obligación alimentaria son el matrimonio; divorcio; nulidad de matrimonio; concubinato; parentesco; adopción; sociedad de convivencia; pacto civil de solidaridad; y testamento (SCJN, 2010: 35-65). 1.7. Sujetos involucrados de la obligación alimentaria Los sujetos de la obligación alimentaria son dos: el acreedor (activo) y el deudor (pasivo). El primero de ellos, al que se le denomina acreedor alimentario, es quien tiene derecho y está facultado para exigir los alimentos. Por su parte, el segundo, conocido como deudor alimentario, es quien tiene la obligación de proporcionarlos (SCJN, 2010: 70). Por disposición legal, los cónyuges, incluso los que están separados, deben darse alimentos, lo mismo acontece con los concubinos y las personas que forman uniones de hecho. Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que el marido debe darle alimentos a la mujer para hacer todos los gastos necesarios para el sostenimiento del hogar, y cuando ella demanda el pago de alimentos incumbe al marido la obligación de probar que no los necesita (De la Mata-Garzón, 2006: 63). Esta 13 obligación es consecuencia de los deberes de solidaridad y asistencia mutuos derivados del matrimonio; al igual, entre los concubinos existe la obligación de ministrarse alimentos, pues el concubinato, al ser una unión de hecho formada entre un hombre y una mujer que cohabitan públicamente haciendo vida en común, produce efectos jurídicos a favor de estos y de los hijos que procrean durante el período de vida en común (SCJN, 2010: 71). Igualmente, los padres deben alimentar a los hijos; y como esta obligación se genera por la filiación, no se limita a los hijos procreados en matrimonio, sino que se hace extensiva a los hijos nacidos fuera del matrimonio (Álvarez de Lara, 1985: 70). Sobre el tema, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sentado en criterio jurisprudencial que dicha obligación recae en ambos padres, ya que los dos deben contribuir económicamente al sostenimiento del hogar y a la alimentación y educación de sus hijos, salvo cuando alguno de ellos esté imposibilitado para trabajar y carezca de bienes propios, o no tenga ingresos, supuesto en que el otro debe atender íntegramente a los gastos. Aun cuando por regla general, la obligación de los padres de dar alimentos a sus hijos cesa cuando estos adquieren la mayoría de edad; dicho deber puede subsistir si al llegar a esa edad siguen necesitándolos (incapaces o estudiantes de nivel superior) (SCJN, 2010: 72). En ausencia de los padres o su imposibilidad de dar alimentos, la obligación alimenticia recae en los demás ascendientes por ambas líneas más próximos en grado, primordialmente en los abuelos; siendo necesario que se acredite fehacientemente la falta o imposibilidad de los padres (SCJN, 2010: 73). En virtud de que la obligación alimenticia es de naturaleza recíproca; así como los padres tienen la obligación de dar alimentos a sus hijos, estos deben proporcionarlos a aquellos siempre que los necesiten, ya sea por edad avanzada, vejez, enfermedad o imposibilidad para trabajar. Aquí es importante puntualizar que no opera a su favor la presunción legal de necesitarlos, sino que tienen que demostrar su relación filial, las posibilidades del deudor y su estado de necesidad. Ante la ausencia o imposibilidad de los hijos, el deber recae en los demás descendientes, por orden de proximidad (SCJN, 2010: 73). 14 Por último, la obligación se presenta entre adoptante y adoptado en los mismos términos que los padres y los hijos (SCJN, 2010: 74). A falta o por imposibilidad de los sujetos acreedores ya mencionados, la obligación recae, por regla general, en los hermanos, de padre y madre; o en los que fueren solamente de madre o de padre y, en ausencia de estos, tienen la obligación de ministrar alimentos los parientes colaterales dentro del cuarto grado, como tíos y primos (SCJN, 2010: 73-74). 1.8. Personas legitimadas a reclamar una pensión alimenticia Los sujetos legitimados para exigir el pago de la obligación alimentaria son: el acreedor alimentario, el ascendiente que le tenga bajo su patria potestad, el tutor, los demás hermanos y parientes colaterales hasta el cuarto grado y el ministerio público. Esta lista es meramente enunciativa no limitativa, ya que en distintos ordenamientos se prevé como legitimada toda aquella persona que tenga conocimiento sobre la necesidad de otro de recibir alimentos y pueda aportar los datos de quienes estén obligados a proporcionarlos podrá acudir al ministerio público a denunciar tal situación. Consecuentemente, por vía del ministerio público cualquiera en interés del acreedor alimentista puede denunciar y solicitar el pago (De la Mata-Garzón: 2006, 64-65). 1.9. Extinción de la obligación de dar alimentos En la legislación nacional, se ha considerado como causas de suspensión o cesación, principalmente: cuando el que la tiene carece de medios para cumplirla; cuando el alimentista deja de necesitar los alimentos; en caso de violencia familiar o injurias graves inferidas, por el acreedor alimentario mayor de edad, contra el que debe prestarlos; cuando la necesidad de los alimentos dependa de la conducta viciosa o de la falta de aplicación al estudio del acreedor mayor de edad; y si este, sin consentimiento del que debe dar los alimentos, abandona la casa por causas injustificadas. Aun cuando no se señala en qué casos se produce la suspensión y en cuáles la cesación de la obligación alimentaria. La diferencia entre cesación y suspensión es que en el primer caso, la obligación termina por completo y no volverá a nacer; mientras que en el segundo, solo temporalmente queda liberado el deudor, en tanto subsista la causa que le haya dado origen. Resultando como único caso de cesación, el de violencia familiar o 15 injurias graves inferidas por parte del acreedor al deudor. (Rico-Garza-Hernández, 2007: 150-151). 1.10. La vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y las del Estado en materia de alimentos Además de su reconocimiento como obligación jurídica entre particulares, la procuración de alimentos trasciende de los integrantes del grupo familiar a la esfera estatal, al ser su cumplimiento de interés social y orden público. Es decir, es deber del Estado el vigilar que entre las personas que se deben esta asistencia, se procuren de los medios suficientes cuando alguno de los integrantes carezca de los mismos y se encuentre en la imposibilidad real de obtenerlos (SCJN, CT 148/2012). Por lo tanto, los alimentos gozan de ciertas características que se deben privilegiar dado el fin social que se protege a través de los mismos, esto es, la satisfacción de las necesidades del integrante del grupo familiar que no tiene los medios para allegarse de los recursos necesarios para su subsistencia (CT 389/2011). Lo anterior, porque después de la persona como ente individual, la familia en sus diferentes concepciones es el fin primordial de la actividad del Estado; pues al ser la institución social más importante, anterior al orden jurídico, este debe encaminarse a lograr su desarrollo pleno (Chávez, 2006: 125). Esta concepción ha motivado que a nivel constitucional y convencional, el tener una familia sea reconocido como un derecho humano, que se concreta en distinta forma en los adultos que en los niños, sin que esto suponga, como ya se ha dicho, decantarse por un determinado modelo de familia (González, 2006: 66). De esta forma, la mayoría de las constituciones latinoamericanas consideran a la familia como fundamento de la sociedad, estableciendo la inexcusable protección por parte del Estado; que se reflejará en políticas públicas orientadas hacia el fortalecimiento y desarrollo pleno de esta, en una legislación acorde a los principios consagrados en la ley fundamental, así como en la resolución de los juicios conforme al interés superior de la familia y de sus miembros (Chávez, 2006: 145). Por lo que hace al ámbito convencional universal, existen diversos instrumentos internacionales que reconocen a la familia como objeto de protección. 16 En primer lugar, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, aprobada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el diez de diciembre de mil novecientos cuarenta y ocho, en su artículo 16, estatuye: 1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio. 2. Solo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio. 3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el veinte de mayo de mil novecientos ochenta y uno, en su artículo 23, dispone: 1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. 2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen edad para ello. 3. El matrimonio no podrá celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los contrayentes. 4. Los Estados Partes en el presente Pacto tomarán las medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y de responsabilidades de ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria a los hijos. De igual manera, en el artículo 10, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, se estatuye lo siguiente: Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que: 1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental de la sociedad, la más amplia protección y asistencia 17 posibles, especialmente para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y la educación de los hijos a su cargo. El matrimonio debe contraerse con el libre consentimiento de los futuros cónyuges. En el ámbito convencional regional, es de mencionarse la Convención Americana sobre Derechos Humanos, adoptada el veintidós de noviembre de mil novecientos sesenta y nueve, en San José, Costa Rica; y publicada en el Diario Oficial de la Federación, el siete de mayo de mil novecientos ochenta y uno; la cual en su artículo 17 denominado “Protección a la Familia”, señala: 1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado. 2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida en que estas no afecten al principio de no discriminación establecido en esta Convención. 3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los contrayentes. 4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria a los hijos, sobre la base única del interés y conveniencia de ellos. 5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera del matrimonio como a los nacidos dentro del mismo. Finalmente, en el ámbito interno constitucional, la protección a la familia, se encuentra reconocido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al establecer en su artículo 4º, literalmente: El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Derivado de la anterior exigencia constitucional, es que en el ámbito interno, se establece el deber del legislador de emitir disposiciones tendentes a proteger la 18 organización y el desarrollo de la familia, de ahí que deban emitirse leyes y reglamentos que la protejan como célula básica de la sociedad, y que garanticen el pleno desarrollo de sus miembros. En ese contexto, es que diversos ordenamientos dentro del sistema jurídico mexicano, excepcionan el principio de estricto derecho para los asuntos del orden familiar, permitiendo a los juzgadores suplir de oficio las deficiencias de los argumentos de las partes para proteger el interés de la familia. Por todo lo anterior, es que el interés en las cuestiones que pueden afectar la estabilidad y desarrollo de la familia, como sucede con los alimentos, no corresponde exclusivamente a los miembros de esta; sino que es la sociedad en su conjunto, y el propio Estado, quienes tienen interés en que la situación respecto de los alimentos quede definida para asegurar la protección del núcleo familiar, y es en ese sentido que los alimentos comprenden una cuestión de orden público e interés social. El Estado no es un mero espectador, sino que todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias (legislativo, ejecutivo y judicial), tienen la obligación de proteger y garantizar el derecho a recibir alimentos y la obligación correlativa; de tal manera, que se vuelven coadyuvantes de las obligaciones de los particulares. Aspectos que se desarrollarán en el siguiente capítulo. 19 Capítulo II Análisis y crítica a los criterios para determinar la pensión alimenticia en el Estado mexicano acorde con el nuevo paradigma de los derechos humanos 2.1. El nuevo paradigma de los derechos humanos. El artículo 1º constitucional La reforma constitucional en materia de derechos humanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación, el diez de junio de dos mil once, presenta a todas las autoridades del Estado Mexicano grandes retos y, a la vez, grandes oportunidades. Configura un nuevo paradigma en el sistema judicial mexicano de la forma de entender los derechos humanos, así como su aplicación. En ese sentido, la labor de los operadores jurídicos se vuelve más compleja, toda vez que mediante mandato constitucional tienen la obligación de aplicar e interpretar las normas a la luz de los derechos humanos, con un enfoque o perspectiva propia, que trae consigo una nueva concepción sobre las obligaciones estatales respecto de esos derechos, pues ya no solo se trata de reconocer y garantizar un conglomerado de derechos con énfasis distintos y con una relación particular entre ellos, sino de internalizar en la acción estatal la dinámica del funcionamiento de los derechos humanos (Vázquez-Serrano, 2012b: 36). De esta manera, la perspectiva de derechos humanos es un nuevo marco de pensamiento, desde el cual se aborda el estudio de los asuntos jurisdiccionales en los que se encuentren vulnerados este tipo de derechos, lo que implica identificar las circunstancias específicas de cada caso en concreto, y de estar en el supuesto, advertir la presencia de grupos en situación de vulnerabilidad. Por lo cual, este enfoque tiene la capacidad para transformar las relaciones de poder entre los gobernados y gobernantes, y considerar a estos últimos, como ciudadanos titulares de derechos; lo que involucra, considerarlos desde sus diversidades, lo cual incluye al género (mujeres u hombres), personas menores o de la tercera de edad, grupos étnicos, diversidad afectivo-sexual, orientación religiosa, población urbana-rural, personas migrantes, en situación de desplazamiento y/o refugio, personas en situación de discapacidad y otras en situación de vulnerabilidad y/o exclusión (Sánchez Moreno, 2011: 54). El hecho de basarse en derechos y no en necesidades es un adelanto importante para lograr una mayor eficacia en la labor jurisdiccional; la mayor virtud de este enfoque es 20 que se centra en el ser humano, en su dignidad como persona portadora de derechos innatos (Sánchez Moreno, 2011: 56). Un punto clave para que se pudiera presentar dicha reforma, fue la evolución que ha tenido el derecho internacional de los derechos humanos. El derecho internacional de derechos humanos ha evolucionado de manera importante en las últimas décadas, creando un número creciente de tratados internacionales en los que se establece un amplio catálogo de derechos; y como parte de este desarrollo se ha impulsado la creación de instrumentos de carácter específico para distintos grupos de la población que, por su condición, se encuentran en una situación de vulnerabilidad, entre ellos, las niñas, niños, adolescentes, adultos mayores, mujeres, indígenas, personas en situación de extrema pobreza. Sin embargo, el derecho internacional de los derechos humanos tiene como fuentes no solo aquellas normas de carácter obligatorio (tratados internacionales), sino también instrumentos no vinculantes como las declaraciones, los principios generales o las opiniones consultivas, que en tanto desarrollan el contenido y el alcance de los derechos reconocidos en los tratados, también son un referente obligado. Así, la nueva redacción del artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, trae consigo el reconocimiento de un abundante cuerpo jurídico de origen internacional y, principalmente, una forma de concebir la relación entre el Estado y las personas o grupos, orientada a ampliar su ámbito de protección; diseña un orden constitucional fundado en la dinámica propia de los derechos humanos, al incluir la interpretación conforme (a la Constitución y a tratados internacionales) que involucra no solo el desarrollo jurisprudencial de los derechos, sino también criterios de aplicación e interpretación propios del derecho internacional de los derechos humanos, como es el principio pro persona. Asimismo, explicita las obligaciones del Estado en su conjunto para desarrollar las condiciones estructurales necesarias para la realización, mantenimiento y avance de los derechos humanos (Vázquez-Serrano, 2012a: 135). Por otra parte, el reformado artículo 1º constitucional pone al mismo nivel los derechos que aparecen en la Constitución y los que están previstos en los tratados internacionales. De esta manera, se puede afirmar que el derecho constitucional mexicano, por lo que respecta a todo lo relativo a los derechos cuando menos, se abre de 21 forma clara y contundente al derecho internacional de los derechos humanos, demostrando de esa manera una vocación cosmopolita muy apreciable. Lo que hace el artículo primero es poner de manifiesto que son tan importantes los derechos humanos que tienen reconocimiento constitucional como aquellos que figuran en los tratados internacionales (Carbonell, 2012: 367-368). Dicha reforma impacta de manera favorable al tema de alimentos, pues a partir de ella, los jueces al determinar el alcance de la norma aplicable, lo hacen a la luz de una interpretación conforme a la Constitución y a los tratados internacionales en materia de derechos humanos, siempre favoreciendo en todo tiempo la protección más amplia de la persona (principio pro persona); e inclusive –como se verá más adelante- al encontrarse ante una norma que no haga posible dicha interpretación, tendrán la obligación de inaplicarla (control difuso) o de declarar su inconstitucionalidad y convencionalidad (control concentrado), en la medida de sus facultades competenciales. 2.1.1. La interpretación conforme La interpretación conforme es la actividad que consiste en buscar explicaciones de varios textos, por lo menos de dos, que sean compatibles entre sí. Su objetivo consiste en identificar una o más interpretaciones conformes como resultado de dicha acción. La particularidad de la institucionalización del deber de interpretación conforme realizada por la reforma al artículo 1º constitucional radica en la definición del parámetro de la conformidad, es decir, de las normas a las cuales deberán conformarse otras normas. Como la conformidad es conformidad hacia alguna otra cosa, para desarrollar la actividad pertinente siempre será necesario identificar el parámetro respecto del cual se busca adecuar, ajustar y compatibilizar otro elemento normativo, el significado de otro texto legal. A partir del dominio de las variables es posible articularlas para proceder al análisis de la técnica de la interpretación conforme, tal como es institucionalizada por el texto constitucional, tomando en cuenta especialmente la forma en que el citado texto articula dicha interpretación con el principio pro persona (Rodríguez-Puppo, 2013: 8). Así, la interpretación conforme consiste en dar a los términos de una disposición jurídica un significado acorde con las normas de superior jerarquía que determinan su creación y contenido. El alcance semántico del texto de la disposición es su límite; sin 22 embargo, una interpretación conforme conlleva que pudiera atribuirse al texto de esa disposición un sentido que lo armonice con un elemento jurídico superior –la Constitución o un tratado internacional- (Ferrer Mac-Gregor-Sánchez, 2013: 12). La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que la interpretación conforme, en sentido amplio, implica que quienes imparten justicia, al igual que el resto de las autoridades del Estado mexicano, deben interpretar el orden jurídico a la luz y de acuerdo con los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. La interpretación conforme, en sentido estricto, significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, quienes imparten justicia deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir aquella acorde a los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales, para no vulnerar el contenido esencial de estos derechos (SCJN, 2013b: 17). 2.1.2. El principio pro persona Es el criterio indispensable de actuación hermenéutica ante la cláusula de interpretación conforme, y cuyo sentido es precisamente señalar la preferencia de aplicación de la norma sobre derechos humanos que más favorezca a la persona. Dicho principio cumple con dos objetivos: a) definir el estándar de integración normativa, es decir, construir el contenido constitucionalmente declarado de los derechos, y b) señalar la norma aplicable en caso de antinomias, y con independencia de su posición jerárquica, respetando el contenido mínimo esencial del derecho que debe restringirse si se trata de dos normas constitucionales (Caballero, 2011: 130). En este sentido, el principio pro persona como criterio interpretativo, incorporado en el segundo párrafo del artículo 1º constitucional, busca mayor protección para las personas y grupos a fin de garantizar de manera adecuada e integral sus derechos humanos. Puede ser utilizado para favorecer en todo momento a las personas. Por lo tanto, deberá hacerse siempre una interpretación extensiva cuando se trata de proteger derechos. Por el contrario, cuando la finalidad es acotar el margen de actuación de las autoridades y poderes públicos frente a los derechos humanos de las personas, se 23 atenderá a la norma o interpretación más restringida. El principio pro persona resuelve las posibles antinomias de ley bajo un criterio de favorabilidad, no de jerarquía entre las normas; tampoco de acuerdo con los principios de temporalidad y especialidad (SCJN, 2013b: 17-18). 2.1.3. El control difuso de constitucionalidad y convencionalidad De acuerdo con el párrafo tercero del artículo 1º constitucional, todas las autoridades –también los tribunales ordinarios- tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, en tal medida de que, habrán de llevar a cabo las acciones adecuadas a esos propósitos, entre las que se incluyen analizar si una ley es contraria a la Constitución y dejar de aplicarla en caso afirmativo (Varios 912/2010: párrs. 26, 27 y 29). En la sentencia del caso Radilla Pacheco, la Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció que el Poder Judicial debe ejercer un “control de convencionalidad” ex officio entre las normas internas y la Convención Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones procesales correspondientes. Al determinar el alcance de esa sentencia internacional, la Suprema Corte de Justicia de la Nación expresó que los tribunales mexicanos están obligados a dejar de aplicar las normas inferiores dando preferencia a los contenidos de la Constitución y, en tal caso, omitir su aplicación al resolver el caso concreto (Varios 912/2010: párr. 29). En ese contexto, se estableció en el Estado mexicano el control difuso de constitucionalidad y convencionalidad, es decir, que cada tribunal de nuestro país puede estudiar si una ley –y con mayor razón cualquier otro elemento jurídico- es contrario a la Constitución y, en tal caso, omitir su aplicación al resolver el caso concreto (Ferrer MacGregor-Sánchez, 2013: 15). 2.2. Las obligaciones del Estado de proteger y garantizar en materia de alimentos En el párrafo tercero del reformado artículo primero constitucional, se impone la obligación a todas las autoridades de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos y en consecuencia, prevenir, investigar, sancionar y reparar las 24 violaciones a estos, que adviertan en el ejercicio de sus funciones. Estas obligaciones de índole constitucional e internacional, a cargo del Estado en cualquiera de sus niveles (federal, local o municipal) e independientemente de sus funciones (ejecutivo, legislativo y judicial), se pueden agrupar en cuatro rubros (Vázquez-Delaplace, 2011: 42-43): La obligación de respetar, porque ninguno de los órganos pertenecientes al Estado debe violentar derechos humanos, ni por medio de acciones ni a través de omisiones. Se traduce principalmente en obligaciones negativas o de no hacer, tales como no obstaculizar, interferir o impedir el goce de los derechos humanos; es decir, conlleva una abstención del Estado. La obligación de proteger, ya que los órganos pertenecientes al Estado deben evitar que particulares (empresas, sindicatos, personas, grupos religiosos, asociaciones, o cualquiera otra institución no estatal) violenten, obstaculicen o impidan el acceso a los derechos humanos. La obligación de garantizar que obliga al Estado a organizar todo el aparato gubernamental de tal forma que las personas puedan gozar de sus derechos, de manera efectiva y real; y ejercerlos libremente en condiciones de igualdad. La obligación de promoción, que implica desarrollar las condiciones para que las personas titulares de los derechos accedan a los bienes, lo cual puede traducirse en la directa provisión de medios para ello. Proveer de condiciones adecuadas para la realización de los derechos (SCJN, 2013a: 3-4). En el tema de la fijación de una pensión alimenticia, es primordial el rol que juegan el legislador y los jueces; pues el primero tendrá el deber de crear leyes acorde con los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales de los derechos humanos involucrados, por medio de los cuales se respeten principios tales como el de igualdad y no discriminación, así como el derecho a un mínimo vital. En tanto que los jueces, en todos los procedimientos jurisdiccionales de los que tengan conocimiento, tienen la obligación de identificar la posible existencia de grupos vulnerables, interpretar la norma conforme a la Constitución y al principio pro persona, y en caso de no ser posible, inaplicarla o declarar su inconstitucionalidad, en la medida de sus facultades competenciales; y asimismo, que al encontrarse ante una legislación deficiente que no incorpore los estándares y contenidos esenciales necesarios en materia de alimentos, realice tal incorporación en el dictado de la sentencia. 25 2.3. El papel del legislador en el cumplimiento de obligaciones alimentarias En una democracia constitucional, como lo es el Estado mexicano, después de la creación de la Constitución por el Constituyente originario, la interpretación y desarrollo de los contenidos y principios constitucionales corresponde al poder legislativo, quien derivado de una exigencia del artículo 1º constitucional, tiene el deber de emitir leyes con un enfoque de derechos humanos, que en materia de alimentos se traduce, en la incorporación de los estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales de los derechos humanos involucrados. Ello, obedece precisamente a la necesidad de que exista legislación interna que haga exigible el derecho a recibir alimentos y su obligación correlativa; y además, para que establezca los parámetros para determinar su monto. En este contexto, no hay que olvidar que el poder legislativo tiene además el deber de modificar el ordenamiento jurídico interno en la medida necesaria para dar efectividad a las obligaciones alimentarias, lo que implica la armonización legislativa; generando así, el marco normativo para que sea posible (Carbonell, 20011: 78-79). 2.4. Análisis del artículo 4º constitucional La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4º señala: Artículo 4º. El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. […] Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará. Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución. […] 26 Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo. En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez. […] El precepto constitucional transcrito, dispone el deber del Estado para proteger a la familia a través de la ley. Además, establece el derecho de toda persona a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad; la cual deberá estar garantizada por parte del Estado. Asimismo, que toda persona tiene derecho a la protección de la salud y a disfrutar de una vivienda digna. Finalmente, que en todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos; dado que los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Por ende, puede afirmarse que la disposición constitucional aludida constituye el fundamento del derecho a los alimentos. 2.5. Criterios para fijar una pensión alimenticia regulados en la legislación nacional En materia de alimentos, no existe en la actualidad un parámetro uniforme establecido por la ley o por la jurisprudencia en la que se establezca la forma en que deba fijarse el monto de la pensión alimenticia a la que están obligados los deudores alimentarios. En efecto, aun cuando los diversos artículos de los Códigos Civiles y de Procedimientos Civiles del país establecen que los alimentos han de ser proporcionales a las posibilidades del que debe darlos y a las necesidades de quien deba recibirlos, en dichos preceptos legales no se señala la forma en que debe establecerse la 27 proporcionalidad de los alimentos, por lo que tal omisión ha sido suplida con los distintos criterios que ha establecido la justicia federal al respecto. Así, podemos identificar el criterio de proporcionalidad y el criterio aritmético que a continuación se explican. 2.5.1. El principio de proporcionalidad La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un primer criterio jurisprudencial, aclaró el concepto de la proporcionalidad de los alimentos para los acreedores alimentarios, con la tesis emitida por la entonces Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible a página 17, Volumen 35, Cuarta Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, del rubro y texto siguientes: ALIMENTOS. SU PROPORCIONALIDAD Y SU DISTRIBUCIÓN EQUITATIVA ENTRE LOS ACREEDORES ALIMENTARIOS. Los hijos naturales tienen iguales derechos que los legítimos, y por tanto el total de los ingresos del deudor alimentista debe dividirse entre los hijos menores con derecho a la pensión alimenticia, entre la esposa legítima y el propio deudor alimentista, de una manera proporcional, como lo manda la ley. Dicho criterio aislado establecía que para la fijación de la pensión alimenticia a favor de los acreedores alimentarios, debía dividirse el total de los ingresos del deudor entre él mismo y todos sus acreedores, dando como resultado una posible desventaja no solo para el deudor, sino también para el acreedor; pues si la pensión se dividía entre el propio deudor, su cónyuge y dos hijos menores, correspondía a cada uno de ellos y al deudor, el veinticinco por ciento del total de las percepciones obtenidas. Posteriormente, en relación a cómo debía entenderse el principio de proporcionalidad, la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pronunció diversas tesis durante la Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación, en las que interpretó las legislaciones estatales para casos específicos, como las de los rubros siguientes: ALIMENTOS PROPORCIONALIDAD DE LOS, TRATÁNDOSE DE MARINOS MILITARES (LEGISLACIÓN VERACRUZ) (SCJN: 17). 28 DEL ESTADO DE ALIMENTOS, PROPORCIONALIDAD DE LOS, EN CASO DE REDUCIRSE EL NÚMERO DE ACREEDORES (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ) (SCJN: 16). Después, los tribunales federales interpretaron que debía fijarse el monto de la pensión en porcentaje cuando existía la comprobación de los ingresos del deudor alimentista, tomando a este como dos personas, esto es, que le corresponderían dos porciones, es decir, en caso de que fueran dos los acreedores alimentarios, se dividiría en cuatro partes el ingreso percibido, quedando el veinticinco por ciento para cada uno de los acreedores alimentarios y el cincuenta por ciento para el deudor, para que de esta forma estuviera en posibilidad de cubrir sus propias necesidades alimentarias. Mediante este criterio, aparentemente se solucionó en parte el problema para fijar el monto de la pensión alimenticia para los acreedores alimentarios, ya que se establecía una regla que bien podía modificarse de acuerdo con las circunstancias del caso, toda vez que con independencia del número de acreedores, el deudor siempre conservaría el doble del porcentaje que se le asignara a cada uno de ellos, con lo cual se pretendió garantizar que el deudor no perdiera la capacidad de proveerse a sí mismo medios de subsistencia. Sin embargo, este criterio en determinados casos resulta cuestionable, por ejemplo, cuando el deudor tiene varios hijos (más de cinco), a él le quedaría el cincuenta por ciento, y a ellos, el otro cincuenta, lo que podría ser injusto; o en aquellos, casos, en que alguno de los hijos tuviera alguna discapacidad, donde tuviera necesidades mayores que las del propio deudor alimentista. Tal criterio se encuentra contenido en la jurisprudencia emitida por el Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, visible a página 451, Tomo IV, Septiembre de 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con el rubro y texto siguientes: ALIMENTOS, FORMA DE FIJARSE EL MONTO DE LA PENSIÓN. Para fijar el monto de la pensión, en términos generales debe dividirse el ingreso del deudor alimentista entre los acreedores alimentarios y el mismo deudor, dividiendo el cien por ciento del ingreso entre estos últimos y el propio deudor, por tanto, si al deudor alimentista se le cuenta "como dos personas", tal 29 razonamiento resulta correcto ya que debe atender a sus propias necesidades que por sus circunstancias personales, son mayores frente a sus acreedores. Los anteriores criterios y jurisprudencias trajeron como consecuencia que se suscitara la contradicción de tesis 26/2000 entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, la cual fue resuelta en sesión de cuatro de abril del dos mil uno, cuyo rubro es el siguiente: “ALIMENTOS. REQUISITOS QUE DEBEN OBSERVARSE PARA FIJAR EL MONTO DE LA PENSIÓN POR ESE CONCEPTO (LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO DE CHIAPAS).” (Tesis: 1a.44/2001); en la cual se establece que para fijar el monto de esta obligación alimentaria debe atenderse al estado de necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del deudor para cumplirla, pero, además, debe tomarse en consideración el entorno social en que estos se desenvuelven, sus costumbres y demás particularidades que representa la familia a la que pertenecen, pues los alimentos no solo abarcan el poder cubrir las necesidades vitales o precarias del acreedor, sino el solventarle una vida decorosa, sin lujos, pero suficiente para desenvolverse en el status aludido; de ahí que no sea dable atender para tales efectos a un criterio estrictamente matemático. 2.5.2. El parámetro aritmético Conforme a este parámetro, para calcular el monto de una pensión alimenticia, es necesario realizar una operación matemática a partir de las percepciones del deudor alimentista y el número de acreedores, sin atender a las posibilidades reales de aquel y a las necesidades de estos. Ese criterio prevaleció durante muchos años en la judicatura, a partir de una interpretación incorrecta del principio de proporcionalidad, pues se consideraba que era suficiente con distribuir las percepciones del deudor alimentista ya sea en partes iguales entre los distintos acreedores, o bien, considerando que el deudor debía percibir el doble que los demás. Sin embargo, ese criterio fue abandonado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación al considerar que para determinar el monto de la obligación alimentaria debe atenderse al estado de necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del deudor para 30 cumplirla, pero, debe tomarse en consideración el entorno social en que estos se desenvuelven, sus costumbres y demás particularidades que representa la familia a la que pertenecen, pues los alimentos no solo abarcan el poder cubrir las necesidades vitales o precarias del acreedor, sino el solventarle una vida decorosa, sin lujos, pero suficiente para desenvolverse en el status aludido. En la práctica, el criterio matemático no ha sido erradicado, incluso en algunas legislaciones estatales, por ejemplo, en el Código Civil para el Estado de Tamaulipas, se establece en el artículo 288 que: “Los alimentos han de ser proporcionados a la posibilidad del que deba darlos y a la necesidad del que deba recibirlos, pero la proporción de estos no podrá ser un porcentaje inferior al 30 por ciento ni mayor del 50 por ciento del sueldo o salario del deudor alimentista”; lo que responde a un parámetro aritmético de mínimos y máximos que se aleja del principio de proporcionalidad. En el Código Civil para el Estado de Guerrero sucede algo similar, pues se prevé en su artículo 397 que: “Para fijar la pensión alimenticia, se tomará en cuenta la capacidad económica del deudor alimentario, y las necesidades de las o los acreedores alimentarios y nunca podrá ser inferior al 40% del salario mínimo vigente”. 2.6. Análisis e identificación de los criterios para determinar la pensión alimenticia en la regulación federal El Código Civil Federal establece que los alimentos han de ser proporcionados a las posibilidades del que debe darlos y a las necesidades de quien debe recibirlos; y que estos tendrán un incremento automático mínimo equivalente al aumento porcentual del salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal, salvo que el deudor alimentista demuestre que sus ingresos no aumentaron en igual proporción. Asimismo, prevé que si fueren varios los que deben dar los alimentos y todos tuvieren posibilidad para hacerlo, el juez repartirá el importe entre ellos, en proporción a sus ingresos económicos; y si solo algunos tuvieren posibilidad, entre ellos, se repartirá el importe de los alimentos; y si uno solo la tuviere, el cumplirá únicamente la obligación. De esta manera, el criterio que recoge la regulación federal para determinar una pensión alimenticia, es el mixto; al tomar en cuenta además del principio de proporcionalidad, reglas aritméticas para el cálculo de la obligación alimentaria. 31 2.7. Análisis de la regulación estatal e identificación de los criterios para determinar la pensión alimenticia Actualmente existe heterogeneidad en los criterios judiciales para determinar la pensión alimenticia en la regulación estatal, pues no existen parámetros únicos para cuantificar el monto del pago de alimentos que se debe determinar a las personas obligadas a proporcionarlos. Si bien, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha interpretado los preceptos de los distintos ordenamientos locales; ha llegado a conclusiones diversas que resultan insuficientes para orientar el razonamiento de los juzgadores sobre la forma de fijar el porcentaje que deben pagar los obligados alimentistas. En consecuencia, a pesar de que se ha pretendido avanzar en materia familiar con respecto a los criterios que habrán de seguirse para fijar el monto de la pensión, aún no se cuenta con elementos y bases definitivas y claras, que sean acordes y respondan a un enfoque o perspectiva de derechos humanos, con una incorporación de los contenidos esenciales de los derechos humanos involucrados. A continuación se plasma un cuadro ilustrativo de cada uno de los ordenamientos locales y el criterio judicial que prevén para determinar el monto de una pensión alimenticia: NÚM. ENTIDAD ORDENAMIENTO PRECEPTOS CRITERIO JUDICIAL 1 AGUASCALIENTES CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES Art. 333 Proporcionalidad 2 BAJA CALIFORNIA CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA Art. 308 Proporcionalidad 3 BAJA CALIFORNIA SUR CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE BAJA CALIFORNIA SUR Art. 461 Mixto 4 CAMPECHE CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE CAMPECHE Art. 327 Proporcionalidad 5 CHIAPAS CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE CHIAPAS Art. 307 Proporcionalidad 6 CHIHUAHUA CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE CHIHUAHUA Art. 288 Proporcionalidad 32 7 COAHUILA DE ZARAGOZA CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE COAHUILA DE ZARAGOZA Art. 399 Proporcionalidad 8 COLIMA NUEVO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE COLIMA Art. 311 Proporcionalidad 9 DISTRITO FEDERAL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL Art. 311 Mixto 10 DURANGO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE DURANGO Art. 306 Proporcionalidad ESTADO DE MÉXICO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE MÉXICO Art. 4.138 11 GUANAJUATO CÓDIGO CIVIL PAR EL ESTADO DE GUANAJUATO Art. 365 12 GUERRERO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE GUERRERO Art. 397 13 14 HIDALGO CODIGO FAMILIAR REFORMADO PARA EL ESTADO DE HIDALGO Art. 150 Proporcionalidad 15 JALISCO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE JALISCO Art. 442 Proporcionalidad 16 MICHOACÁN CÓDIGO FAMILIAR PARA EL ESTADO DE MICHOACÁN DE OCAMPO MORELOS CÓDIGO FAMILIAR PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE MORELOS 17 Mixto Mixto Mixto Art. 454 Proporcionalidad Art. 46 Art. 48 Mixto Art. 49 Mixto 18 NAYARIT CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE NAYARIT Art. 304 19 NUEVO LEÓN CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE NUEVO LEÓN Art. 311 Proporcionalidad 20 OAXACA CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE OAXACA Art. 323 Proporcionalidad 21 PUEBLA CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE PUEBLA Art. 503 Proporcionalidad 22 QUERÉTARO CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE QUERÉTARO Art. 296 Mixto 23 QUINTANA ROO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE QUINTANA ROO 33 Art. 849 Mixto SAN LUIS POTOSÍ CÓDIGO FAMILIAR PARA EL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ Art. 154 24 Mixto SINALOA CÓDIGO FAMILIAR DEL ESTADO DE SINALOA Art. 222 25 SONORA CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO DE SONORA Art. 523 26 27 TABASCO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE TABASCO 28 TAMAULIPAS CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE TAMAULIPAS 29 TLAXCALA CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE TLAXCALA 30 VERACRUZ CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE VERACRUZ 31 YUCATÁN CÓDIGO DE FAMILIA PARA EL ESTADO DE YUCATÁN Art. 35 Proporcionalidad 32 ZACATECAS CÓDIGO FAMILIAR DEL ESTADO DE ZACATECAS Art. 269 Proporcionalidad Aritmético Mixto Art. 307 Mixto Art. 288 Mixto Art. 157 Proporcionalidad Art. 242 Proporcionalidad 2.8. Crítica a los criterios establecidos en el Estado mexicano para fijar una pensión alimenticia Como ya se estableció previamente, en materia de alimentos, no existe en la actualidad un parámetro uniforme establecido por la ley (federal o local) o por la jurisprudencia en la que se establezca la forma en que deba fijarse el monto de la pensión alimenticia a la que están obligados los deudores alimentistas. Esto es así, pues aun cuando los diversos artículos de los Códigos Civiles y Familiares del país establecen que los alimentos han de ser proporcionales a las posibilidades del que debe darlos y a las necesidades de quien deba recibirlos, en dichos preceptos legales no se señala la forma en que debe establecerse la proporcionalidad de los alimentos; además de que todavía continúan rigiéndose por reglas aritméticas. De tal manera, que no contienen estándares nacionales e internacionales sobre los contenidos esenciales de los derechos humanos involucrados, que deben ser satisfechos al momento de que el juzgador determine dicho monto. 34 2.9. Los estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia alimentaria Los alimentos constituyen un derecho que, a su vez, involucra otros derechos que deben ser tomados en cuenta, junto a sus contenidos esenciales, como parámetros mínimos, por el legislador al momento de crear o modificar leyes, y por el juzgador para fijar una pensión alimenticia adecuada. En este sentido, dado que la legislación nacional (federal y estatal) en materia de alimentos únicamente se limita a señalar los rubros que comprenden los alimentos (ver anexo), sin explicitar los contenidos esenciales de cada uno de los derechos humanos involucrados, o la necesidad de que en ocasiones se maximicen por tratarse de asuntos que involucran grupos vulnerables; es que resulta de suma importancia para el juzgador conocerlos, para estar en condiciones de aplicarlos en los asuntos de su conocimiento. En efecto, la idea del contenido esencial de los derechos fundamentales surge en Alemania, para evitar la excesiva restricción de esos derechos y que las limitaciones que se les impusieran no vaciaran su contenido normativo. Existen dos teorías sobre el contenido esencial de los derechos fundamentales: La teoría absoluta y la teoría relativa, la primera de ella imagina el ámbito normativo de los derechos fundamentales como el área de dos círculos concéntricos, entiende la parte formada por el círculo interior como un núcleo fijo e inmutable de esos derechos y, la sección circunferencial exterior, como la parte accesoria o contingente de los mismos; dicho núcleo sería la parte intocable de estos y cualquier afectación a su respecto sería ilícita, en cambio, en la parte contingente se pueden establecer las restricciones y limitaciones que se consideren necesarias y justificadas. Por otra parte, la teoría relativa que afirma que el contenido esencial no está prestablecido y fijo, sino determinable solo casuísticamente en atención de las circunstancias del caso y luego de ponderarse los beneficios y perjuicios que se produzcan en él, tanto para el derecho intervenido como para el bien protegido a través de su limitación (Sánchez Gil, 2007: 111-112). El derecho a los alimentos si bien se adscribe en la teoría relativa sobre el contenido esencial de los derechos fundamentales, al establecer los límites de esos derechos en cada caso concreto y de acuerdo a las circunstancias en que se relacionen los bienes 35 jurídicos comprendidos en ellos (principio de proporcionalidad); también se encuentra dentro de la teoría absoluta, pues tienen un núcleo intangible e inmutable en toda situación, como lo es -como enseguida se verá- el mínimo vital, tanto para el acreedor, como para el deudor. Por lo cual, para establecer una pensión alimenticia se deben tomar en consideración los rubros relativos a alimentación, vestido, vivienda, atención médica y esparcimiento; lo cual no solo implica que se señalen de manera literal, sino que se doten de contenido, pues como veremos más adelante, cuando se trate de grupos vulnerables, tendrán que maximizarse. De ahí, la importancia de desarrollar los contenidos esenciales de cada uno de los rubros que comprenden los alimentos, ello se hace a luz de instrumentos y organismos internaciones, los cuales aun cuando los desarrollan como obligaciones a cargo del Estado, tales exigencias en ciertos puntos, son compartidas por los particulares, máxime cuando se trata de la obligación de proporcionar alimentos. 2.9.1. Alimentación nutritiva, suficiente y de calidad (adecuada) El derecho a la alimentación es un derecho incluyente. No es simplemente un derecho a una ración mínima de calorías, proteínas y otros elementos nutritivos concretos. Es un derecho a todos los elementos nutritivos que una persona necesita para vivir una vida sana y activa, y a los medios para tener acceso a ellos (OACNUDH, 2010: 3). En el párrafo primero, del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales -instrumento que más extensamente trata este derecho-, se reconoce el derecho de toda persona a la alimentación; y el Comité del referido Pacto, delimita el contenido esencial del derecho a una alimentación adecuada de la siguiente manera: “… el derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea solo o en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla. No debe interpretarse en forma restrictiva, asimilándolo a un conjunto de calorías, proteínas y otros elementos nutritivos concretos…” (CDESC, OG. 4). Asimismo, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, define el derecho a la alimentación como tener acceso, de manera regular, 36 permanente y libre, sea directamente, sea mediante compra en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, que corresponda a las tradiciones culturales de la población a que pertenece el consumidor y que garantice una vida psíquica y física, individual y colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna (OACNUDH, 2010: 3). Así, en el ámbito internacional de los derechos humanos se han desarrollado ciertos elementos del derecho a la alimentación: el alimento debe estar disponible, ser accesible y adecuado. La disponibilidad requiere que, por una parte, la alimentación se pueda obtener de recursos naturales ya sea mediante la producción de alimentos, el cultivo de la tierra y la ganadería, o mediante otra forma de obtener el alimento, como la pesca, la caza o la recolección. Significa que los alimentos deben estar disponibles para su venta en mercados y comercios. Por otra parte, la accesibilidad requiere que esté garantizado el acceso económico y físico a la alimentación (OACNUDH, 2010: 3-4). Estos aspectos corresponden al Estado. Mientras que el último elemento, que el alimento sea adecuado atiende más a la obligación de los particulares tratándose del derecho a recibir alimentos. Por alimento adecuado se entiende que la alimentación debe satisfacer las necesidades de dieta teniendo en cuenta la edad de la persona, sus condiciones de vida, salud, ocupación, sexo, entre otras. Por ejemplo, si la alimentación de los niños no contiene los nutrientes necesarios para su desarrollo físico y mental no es adecuada. La alimentación con gran densidad de energía y escaso valor nutritivo, que puede contribuir a la obesidad y otras enfermedades, podría ser otro ejemplo de alimentación inadecuada (OACNUDH, 2010: 4). De tal manera, se entiende por nutrición la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena nutrición (dieta suficiente y equilibrada con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la buena salud; en tanto que una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental y reducir la productividad (OMS, 2014). La importancia de la alimentación, en gran parte, radica en que tiene un vínculo estrecho con otros derechos: salud, vida, vivienda adecuada, educación y la seguridad social, principalmente. 37 Ahora bien, algunos grupos o personas enfrentan obstáculos especiales en lo que se refiere al derecho a la alimentación. Pueden derivar de factores biológicos o socioeconómicos, discriminación y estigma, o en general, una combinación de ellos. El derecho a la alimentación y los principios de igualdad y no discriminación requieren que se preste atención especial a diferentes personas y grupos de personas de la sociedad, en particular a quienes se hallan en situación vulnerable (OACNUDH, 2010: 11). 2.9.2. Vivienda adecuada De acuerdo a la observación general No. 4 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el derecho a la vivienda no se debe interpretar en un sentido estricto o restrictivo que lo equipare, por ejemplo, a tener un tejado por encima de la cabeza; sino que debe considerarse más bien como el derecho a vivir en seguridad, paz y dignidad en alguna parte; por lo menos por dos razones: la primera, el derecho a la vivienda está vinculado con otros derechos humanos, en sí con la dignidad inherente a la persona humana, que exige que la vivienda se debe garantizar a todos, sean cuales fueren sus ingresos o su acceso a recursos económicos. En segundo lugar, no se debe entender el sentido de vivienda a secas, sino de vivienda adecuada. Así, el concepto de vivienda adecuada significa disponer de un lugar donde poderse aislar si se desea, espacio adecuado, seguridad adecuada, iluminación y ventilación adecuadas, una infraestructura básica adecuada y una situación adecuada en relación con el trabajo y los servicios básicos, todo ello a un costo razonable. Según el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, entre los aspectos que se deben de tener en cuenta para determinar si una vivienda se puede considerar una vivienda adecuada, están los siguientes: a) la seguridad de la tenencia; b) disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura; c) asequibilidad; d) habitabilidad; e) accesibilidad; f) ubicación; y g) adecuación cultural. En lo que aquí interesa, tratándose de obligaciones entre particulares, se debe destacar -principalmente- el aspecto relativo a la habitabilidad, es decir, que la vivienda no es adecuada si no garantiza seguridad física o no proporciona espacio suficiente, así como protección contra el frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento u otros riesgos para la salud y peligros estructurales (OACNUDH, 2010b: 4). 38 Así, se puede concluir que a la luz de la pensión alimenticia, el acreedor tendrá derecho a habitar en una construcción digna, de manera estable, donde lleve a cabo su vida privada; y que tal vivienda tenga un espacio, seguridad, iluminación y ventilación adecuada, así como una infraestructura básica adecuada. 2.9.3. Salud (atención médica adecuada) De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Al respecto, el artículo 4º constitucional tutela el derecho a la protección de la salud, al disponer que: “… Toda persona tiene derecho a la protección de la salud.” En ese sentido en el artículo 2º de la Ley General de la Salud (reglamentaria del artículo 4º constitucional), se precisa que las finalidades del derecho a la protección de la salud son las siguientes: I. El bienestar físico y mental de la persona, para contribuir al ejercicio pleno de sus capacidades; II. La prolongación y mejoramiento de la calidad de la vida humana; III. La protección y el acrecentamiento de los valores que coadyuven a la creación, conservación y disfrute de condiciones de salud que contribuyan al desarrollo social; IV. La extensión de actitudes solidarias y responsables de la población en la preservación, conservación, mejoramiento y restauración de la salud; V. El disfrute de servicios de salud y de asistencia social que satisfagan eficaz y oportunamente las necesidades de la población; VI. El conocimiento para el adecuado aprovechamiento y utilización de los servicios de salud, y VII. El desarrollo de la enseñanza y la investigación científica y tecnológica para la salud. Para la Organización Mundial de la Salud, la atención primaria de salud es la asistencia sanitaria esencial accesible a todos los individuos y familias de la comunidad a través de medios aceptables para ellos, con su plena participación y a un costo 39 asequible para la comunidad y el país. Es el núcleo del sistema de salud del país y forma parte integral del desarrollo socioeconómico general de la comunidad. La salud es un elemento fundamental e indispensable para el ejercicio de los demás derechos. Todas las personas tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud que le permita vivir dignamente. El contenido mínimo de este derecho, de acuerdo a la observación general No. 14 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, se puede decir que consiste en que el derecho a la salud no debe entenderse como un derecho a estar sano, sino que establece libertades y derechos; entre las libertades figura el derecho a controlar su salud y su cuerpo, con inclusión de la libertad sexual y genésica, y el derecho a no ser sometido a torturas ni a tratamientos y experimentos médicos no consensuales. El referido Comité interpreta el derecho a la salud, definido en el apartado 1 del artículo 12 del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, como un derecho inclusivo que no solo abarca la atención de salud oportuna y apropiada sino también los principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia potable y a condiciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de alimentos sanos, una nutrición adecuada, una vivienda adecuada, condiciones sanas en el trabajo y el medio ambiente y acceso a la educación e información sobre cuestiones relacionadas con la salud, incluida la salud sexual y reproductiva. En esa medida, al fijarse una pensión alimenticia, este rubro puede ser garantizado de diversas maneras, ya sea a través de un seguro de gastos médicos mayores, o la afiliación a una institución de seguridad social, como el Instituto Mexicano del Seguro Social o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado; sin que ello limite a que la atención pueda darse por otros medios (hospitales privados). Además, algunos grupos o personas, por ejemplo los niños, mujeres, personas con discapacidad o de la tercera edad, al afrontar obstáculos especiales en relación con el derecho a la salud, necesitaran atención específica (OACNUDH, 2008: 16). Tema que más adelante se desarrollará. 2.9.4. Educación 40 El derecho a la educación, reconocido en los artículos 13 y 14 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como en otros tratados internacionales, tales como la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, es de vital importancia; al ser un medio indispensable de realizar otros derechos humanos, la educación es el principal medio que permite a adultos y menores marginados económica y socialmente salir de la pobreza y participar plenamente en sus comunidades (CDESC, OG. 13). Según estándares internacionales establecidos por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la educación en todas sus formas y en todos los niveles debe tener las siguientes cuatro características interrelacionadas: a) Disponibilidad, toda vez que debe haber instituciones y programas de enseñanza en cantidad suficiente; así como las condiciones para que funcionen. b) Accesibilidad, pues las instituciones y los programas de enseñanza han de ser accesibles a todos, sin discriminación. En tres dimensiones: no discriminación, accesibilidad material y accesibilidad económica. c) Aceptabilidad, en virtud de que, la forma y el fondo de la educación, comprendidos en los programas de estudio y los métodos pedagógicos, han de ser aceptables –pertinentes, adecuados culturalmente y de buena calidad-, para los estudiantes y, cuando proceda para los padres. d) Adaptabilidad, dado que la educación ha de tener la flexibilidad necesaria para adaptarse a las necesidades de sociedades y comunidades en transformación y responder a las necesidades de los alumnos en contextos culturales y sociales variados. Aunque los cuatro aspectos se encuentran a cargo del Estado, tratándose de obligaciones entre particulares, es de destacar el relativo a la aceptabilidad, es decir, que la educación tiene que ser pertinente y adecuada para la persona, atendiendo principalmente a su edad y, en su caso, que esta sea especial, si se trata de personas con discapacidad. 2.9.5. Recreación. Derecho a un sano esparcimiento La Constitución Federal en su artículo 4º, reconoce que los niños y niñas son titulares del derecho a la satisfacción de sus necesidades de sano esparcimiento para su desarrollo. En ese mismo sentido, el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del 41 Niño expresa que “… los estados partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes…”. El Comité de los Derechos del Niño, a propósito de esta última disposición, estableció en su observación general No. 17, que el esparcimiento se refiere al tiempo que se puede dedicar al juego o a la recreación; por juego, entiende todo comportamiento, actividad o proceso iniciado, controlado y estructurado por los propios niños; por su parte, la recreación es un término general que se utiliza para describir una gama muy amplia de actividades, tales como la participación en la música, el arte, la confección de artesanías, actividades comunitarias, clubes, deportes, juegos, excursiones y acampadas, y la práctica de un hobby. Dicho Comité considera que el juego y la recreación son esenciales para la salud y el bienestar del niño y promueven el desarrollo de la creatividad, la imaginación y la confianza en sí mismo y en la propia capacidad, así como la fuerza y las aptitudes físicas, sociales, cognitivas y emocionales. Esto significa que el esparcimiento, especialmente en los menores de edad, es de primera importancia y no de carácter secundario. De acuerdo a la UNICEF (2004), mediante el deporte, la recreación y el juego, las niñas, niños y adolescentes aprenden a pensar críticamente y a emplear su criterio para solucionar problemas. Esas actividades promueven el sentido de amistad, la solidaridad y el juego limpio. También enseñan autodisciplina y respeto por los demás, fortalecen la autoconfianza, propician el liderazgo y desarrollan habilidades de afrontamiento y la capacidad de trabajar en equipo. Los preparan para asumir papeles de liderazgo y convertirse en individuos responsables y útiles en la comunidad. De ahí, la importancia de que este rubro sea considerado con su contenido esencial, que es dotar de espacios para la recreación, principalmente a niños, niñas y adolescentes. 2.9.6. Vida digna. Mínimo vital De conformidad con el párrafo primero, del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, todas las personas tienen derecho a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia (CDESC, OG. 4). Para el goce pleno de este derecho fundamental, es prerrequisito indispensable el 42 disfrute de otros derechos humanos como son la alimentación adecuada, el derecho al agua y a la salud, principalmente. Con relación a este tema (vida digna), la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sustentado el criterio jurisprudencial de que el derecho al mínimo existencial o mínimo vital ha sido reconocido como un derecho que se deriva de los principios de dignidad humana y solidaridad, en concordancia con los derechos fundamentales a la vida, a la integridad personal y a la igualdad en la modalidad de decisiones de protección especial a personas en situación de necesidad manifiesta. De esta manera, abarca todas las medidas positivas o negativas imprescindibles para evitar que la persona se vea inconstitucionalmente reducida en su valor intrínseco como ser humano por no contar con las condiciones materiales que le permitan llevar una existencia digna. Este derecho busca garantizar que la persona no se convierta en instrumento de otros fines, objetivos, propósitos, bienes o intereses, por importantes o valiosos que ellos sean (AR 1780/2006). En este contexto, tratándose del derecho a recibir alimentos, se puede concluir que el núcleo esencial o contenido absoluto, implica el referente obligado a un mínimo vital, no solo para el acreedor, sino también para el deudor. Pues la pensión siempre tendrá que ser otorgada en la medida que no se afecte el umbral mínimo de ninguno de los dos. A pesar de que no existe una definición generalmente aceptada para este derecho (mínimo vital), se puede hablar del derecho a recursos mínimos garantizados, para referirse al atendimiento de las necesidades básicas (alimentación, vivienda, salud, educación) que deben estar cubiertas (Carmona, 2012: 184). Aunado a lo anterior, y en relación con el derecho a una vida digna, es importante puntualizar que el mínimo vital como concepto jurídico indeterminado, requiere ser interpretado por el juzgador, tomando en consideración los elementos necesarios para su aplicación adecuada a casos particulares, por lo que debe estimarse que el concepto no se reduce a una perspectiva cuantitativa, sino que por el contrario, es cualitativa, toda vez que su contenido va en función de las condiciones particulares de cada persona, de esta manera cada persona tiene un mínimo vital diferente; por tanto, el análisis de este derecho implica determinar, de manera casuística, en qué medida se vulnera por carecer de recursos materiales bajo las condiciones propias del caso (Tesis aislada I.4o.A.12 K). 43 Inclusive, en esa medida del derecho al mínimo vital, al aplicar el principio de proporcionalidad en materia de alimentos, es necesario tener como referente el proyecto de vida de las personas involucradas. Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha señalado que la idea de proyecto de vida se asocia al concepto de realización personal, que a su vez se sustenta en las opciones que el sujeto puede tener para conducir su vida y alcanzar el destino que se propone (Caso Loayza Tamayo Vs. Perú, 1998: párrafo 148). 2.9.7. Perspectiva de género. Principio de igualdad y no discriminación La igualdad y la prohibición de discriminación son dos de los elementos esenciales que deben ser tomados en consideración al momento en que se fije el monto de una pensión. En cuanto al principio de igualdad, no se define a partir de un criterio de semejanza, sino de justicia; se otorga el mismo valor a personas diversas, integrantes de una sociedad, es importante justamente entre personas diferentes (Santiago, 2012: 19). En tanto, señala Robert Alexy, el mandato de no discriminación es una regla mediante la cual, y sin que se condicione a ningún factor real o jurídico, se prohíbe cualquier trato jurídico diferenciado y perjudicial hacia una persona por el mero hecho de pertenecer a un colectivo social que sufre discriminación (De la Torre, 2006: 262). A partir de lo anterior, por regla general, el juzgador no tendría permitido hacer tratos diferenciados; sin embargo, se han establecido criterios a través de los cuales se puede determinar cuándo no se estaría frente a una distinción irracional en el goce y ejercicio de los derechos de una persona: 1) que la distinción sea objetiva y tenga una justificación razonable; 2) que la distinción persiga un fin legítimo acorde con los principios y valores establecidos en el texto constitucional (ahora por disposición del artículo 1º constitucional, también en el texto de los tratados internacionales suscritos por México); y 3) que exista una relación de proporcionalidad entre los medios empleados y los objetivos que se intentan alcanzar (De la Torre, 2006: 265). 2.9.8. Grupos vulnerables De acuerdo a las Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad, se encuentran en esta situación quienes, por razón de su 44 edad, género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales, económicas, étnicas y/o culturales, encuentran especiales dificultades para ejercitar con plenitud ante el sistema de justicia los derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico (regla 3). A partir de dicha concepción, las Reglas describen algunas condiciones de vulnerabilidad, entre las que se encuentran: la edad, la discapacidad y el género. Así, los grupos vulnerables son todos aquellos que, ya sea por su edad, raza, sexo, condición económica, características físicas, circunstancia cultural o política, se encuentran en mayor riesgo de que sus derechos sean violentados. Estos grupos tradicionalmente han sufrido de discriminación, a veces en forma directa, en otras ocasiones su exclusión se ha visto reflejada a través del olvido, la indiferencia, su consideración como estorbo, o simplemente como objetos (y no sujetos) que por su inferior condición no solo generan lástima y pesar, sino también merecen la tutela de quienes no comparten sus características (IIDH, 2009: 55). En relación con los grupos vulnerables o susceptibles de ser discriminados en sus derechos económicos, sociales y culturales, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas ha establecido que el Estado tiene la obligación de aprobar normas que protejan a esos grupos y adoptar medidas especiales que incluyan políticas activas de inclusión. Por tanto, una de las principales obligaciones del Estado es la de identificar los grupos que en un determinado momento histórico necesitan atención prioritaria o especial para el ejercicio de sus derechos, e incorporar en sus planes de acción, medidas concretas para protegerlos (Abramovich, 2006: 45). En este contexto, el legislador al momento de crear la ley en materia de alimentos, tiene que tomar en cuenta la posible existencia de estos grupos; y el juzgador al fijar el monto de la pensión, debe estar atento en determinar si el carácter de deudor y/o acreedor, recae en un grupo vulnerable o en situación de vulnerabilidad; ya que de ser ese el supuesto, es evidente que habrá rubros específicos del contenido de la pensión que tendrán ser cubiertos en mayor medida, en atención a las particularidades del caso; por ejemplo, si el deudor pertenece a un grupo vulnerable y el acreedor no, o la situación inversa. 45 2.9.8.1. Menores de edad Los menores de edad son los acreedores alimentarios por preferencia. Todo niño tiene derecho a un nivel de vida adecuado para su desarrollo, y la correspondiente obligación de los padres o de otras personas que estuvieren encargadas, de proporcionar dentro de sus posibilidades las condiciones de vida necesarias para su desarrollo, a través del pago de una pensión alimenticia. Inclusive, se presume la necesidad de estos a recibirlos. Por ello, se ha desarrollado en mayor medida su protección, por ejemplo, siempre que está de por medio, directa o indirectamente, el bienestar de un menor de edad, al momento de fijar una pensión alimenticia, opera la figura jurídica de la suplencia de la deficiencia de la queja, al estar contemplados en todos los ordenamientos jurídicos de la materia, como grupo vulnerable de la sociedad. Por tanto, en todos aquellos casos en que el carácter de acreedor recae en un menor de edad, el operador jurídico debe de tener un especial cuidado en que todo el desarrollo del procedimiento y el dictado de la sentencia, en cualquiera de las instancias, se rija por el interés superior del niño, entendiéndose por este, al principio regulador de la normativa de los derechos de la niñez que se funda en la dignidad misma del ser humano, en las características propias de los niños y niñas, y en la necesidad de propiciar el desarrollo de estos, con pleno aprovechamiento de sus potencialidades así como en la naturaleza y alcances de la Convención sobre los Derechos del Niño (CoIDH, OC-17/2002). Al respecto, el principio 2 de la Declaración de los Derechos del Niño, establece que el niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensando todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente, en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Este principio se reitera y desarrolla en el artículo 3º de la Convención sobre los Derechos del Niño, al disponer que en todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. Además, el juez siempre debe tener presente que cuenta con un amplio abanico de facultades discrecionales-constitucionales para recabar de oficio las pruebas necesarias para conocer la verdad de los hechos involucrados, a fin de resolver la cuestión 46 planteada, siempre que resulte de mayor cobertura para los derechos alimentarios del menor. En este contexto, la necesidad de adoptar esas medidas o cuidados especiales a favor del menor, proviene de la situación específica en la que se encuentran los niños, tomando en cuenta su debilidad, inmadurez o inexperiencia. Aquí, también debe ponderar el juzgador, no solo el requerimiento de medidas especiales, sino también las características particulares en las que se encuentre el niño o la niña. 2.9.8.2. Mujeres Si bien las mujeres no pueden ser consideradas, por sí, como un grupo vulnerable, debe reconocerse que se encuentran en especiales condiciones de vulnerabilidad producidas por la estructura social, lo que amerita que en ciertos casos el juzgador deba suplir la queja deficiente a su favor, con el fin de no hacer nugatorios los derechos que les corresponden y que el acceso a la justicia sea real y efectivo. Lo anterior, pues forman parte de un grupo que ha sufrido una discriminación sistemática y estructural a lo largo de la historia. En sí, las mujeres constituyen una comunidad de género que ha sido causa de exclusión social y política; aun con el reconocimiento de la igualdad ante la ley, pues continúa prevaleciendo una desigualdad de facto (Añon, 2001: 32). En efecto, es común encontrar asuntos en los cuales la figura de acreedora recae en una mujer que no tiene ingresos propios porque durante todo su matrimonio, concubinato o unión de hecho, se dedicó a las labores del hogar y al cuidado de los hijos. Una mujer que se encuentra en un plano de desigualdad respecto del varón, en el que recae el carácter de deudor alimentista. Situación de hecho que no puede ignorar el juzgador al fijar la pensión alimenticia correspondiente. 2.9.8.3. Personas con discapacidad Según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones que las demás [inciso e), preámbulo de la CDPD]. De esta manera, los elementos que conforman la 47 discapacidad son tres: una diversidad funcional; el entorno o contexto que rodea a la persona con diversidad funcional; y, la interacción de ambos elementos, que trae como resultado que la persona con discapacidad no participe plenamente en la sociedad (SCJN, 2014c: 22). La discapacidad puede ser de diversos tipos, atendiendo al tipo de diversidad funcional de que se trate. Inclusive, una persona puede presentar no solo una, sino varias tipos de discapacidad a la vez (discapacidad múltiple), como ocurre con las personas con una diversidad funcional en el intelecto, que les puede provocar una de tipo intelectual, motriz y hasta sensorial. Al respecto, el Reglamento de la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, en su artículo 2, fracciones III, IV, V y VI contempla esos tipos de discapacidad, y aporta un significado de lo que se entiende por cada una de ellas (SCJN, 2014c: 23-24). 2.9.8.4. Personas de la tercera edad (adultos mayores) De acuerdo al artículo 3º de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, se entiende por persona adulta mayor, aquella que cuenta con sesenta años o más de edad y se encuentra domiciliada o en tránsito en el territorio nacional. Dicho ordenamiento en su artículo 5º prevé de manera enunciativa y no limitativa, que tiene por objeto garantizar a las personas adultas mayores los siguientes derechos “… II. De la certeza jurídica: a. A recibir un trato digno y apropiado en cualquier procedimiento judicial que los involucre, ya sea en calidad de agraviados, indiciados o sentenciados; b. A recibir el apoyo de las instituciones federales, estatales y municipales en el ejercicio y respeto de sus derechos; c. A recibir asesoría jurídica en forma gratuita en los procedimientos administrativos o judiciales en que sea parte y contar con un representante legal cuando lo considere necesario; d) En los procedimientos que señala el párrafo anterior, se deberá tener atención preferente en la protección de su patrimonio personal y familiar y cuando sea el caso, testar sin presiones ni violencia…”. Establecidos los anteriores estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia de alimentos, a continuación se explícita cómo en su mayoría, estos no fueron incorporados a la legislación. 48 2.9.9. La ausencia de estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia de alimentos en la legislación nacional Efectivamente, la normativa estatal carece de estándares nacionales e internaciones y de contenidos esenciales en materia de alimentos. Primeramente, porque no recogen la nueva concepción de familia, a fin de determinar correctamente en quiénes puede recaer la figura de acreedor o deudor. Además, porque aun cuando hacen un listado de los rubros que comprenden los alimentos (ver anexo), olvidan por completo los contenidos esenciales de estos, y la necesidad de maximizarlos al tratarse de grupos vulnerables [a excepción de Campeche, Colima, Distrito Federal, Durango, Hidalgo, Michoacán, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas y Yucatán, que prevén contenidos específicos cuando se trata de un asunto que involucre adultos mayores o personas con discapacidad]. Asimismo, porque si bien todos los ordenamientos establecen un parámetro (proporcional, aritmético o mixto) para fijar la pensión alimenticia, ninguno reconoce el mínimo vital como el referente obligado al momento de calcular el monto de la pensión, lo cual es indispensable, si se toma en consideración que es necesario recurrir a ese núcleo indispensable para subsistir. Por otra parte, salvo el Código Civil del Estado de Coahuila, todas las demás disposiciones legales, no regulan los alimentos tratándose de las uniones de hecho que se pueden dar entre personas homosexuales o heterosexuales; y de la adopción por personas o parejas homosexuales; ello, en atención a la perspectiva de género y al principio de igualdad y no discriminación. Es precisamente por esta insuficiencia y deficiencia de los ordenamientos estatales, que adquiere una relevancia especial el papel del juzgador al momento de interpretar y aplicar las normas en materia alimentaria. 2.10. La importancia del papel del juzgador. Juzgar con enfoque de derechos humanos El ejercicio jurídico-racional efectuado por el juzgador para establecer el monto de una pensión alimenticia en los casos sujetos a su jurisdicción, no siempre responde a los 49 parámetros internacionalmente aceptados para dar contenido y efectividad al derecho a percibir alimentos en una resolución jurisdiccional. En una resolución en materia de alimentos, para lograr la equidad y proporcionalidad en la determinación, el juez al momento de fijar el monto de la pensión correspondiente, debe tomar en cuenta los contenidos esenciales de los derechos humanos involucrados (derecho a una vivienda digna, derecho a la alimentación adecuada, derecho a la salud, derecho a la educación y a un sano esparcimiento) establecidos en los distintos estándares nacionales e internacionales. En razón de ello, debe cuantificar el monto que se establecerá tomando en cuenta las características y contexto de los sujetos (deudor y acreedor), así como las implicaciones que tendría la pertenencia de alguno de ellos a un grupo vulnerable o en situación de vulnerabilidad; elementos que actualmente no son considerados en las legislaciones federal y local. En efecto, la reforma constitucional en materia de derechos humanos implica un papel más activo de los operadores jurídicos; una mayor atención para la protección de los derechos humanos, en el caso, de las personas que tienen derecho a una pensión alimenticia; de ahí que aunque los criterios actuales en esa materia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación son útiles no son suficientes, pues es necesario que a los mismos se incorporen los contenidos esenciales de los distintos derechos humanos involucrados. En la medida en que se logre determinar con precisión cuáles son los estándares óptimos a los que debe atender para la fijación de los montos de las pensiones alimenticias, se logrará dar mayor efectividad y contenido esencial a este derecho. De esta manera, los juzgadores contarán con las herramientas necesarias para emitir sentencias que protejan de manera integral los derechos humanos reconocidos tanto por la Constitución como por los tratados y convenciones internacionales, concretamente en materia de alimentos. Para lograr ese objetivo, en el siguiente capítulo se establecen las bases de un método a seguir por parte del juez y una propuesta legislativa, que incorporen los anteriores estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales en materia de alimentos. 50 Capítulo III Propuesta legislativa y judicial de incorporación de los estándares nacionales e internacionales en materia de derechos humanos 3.1. Identificación de grupos vulnerables dentro de los sujetos involucrados La importancia de este apartado radica en que se tiene que identificar a los sujetos involucrados (acreedor y deudor), para precisar el ámbito personal de validez; además, ello permite apreciar si en la especie, aquellos forman parte de un grupo vulnerable o en situación de vulnerabilidad. Dicha identificación, dará la pauta necesaria para aplicar cada uno de los principios y contenidos esenciales en materia de alimentos; y estar en aptitud, de brindar la protección especial que requieran. 3.1.1. La relevancia de maximizar determinados contenidos esenciales de los derechos humanos, tratándose de grupos vulnerables El hacer alusión al tema de la maximización de los derechos humanos es retomar a la persona como el elemento fundamental para la creación de la norma y para la decisión jurisdiccional, es decir, la maximización de los derechos va implicar que tanto el legislador como el juez, den mayor amplitud a determinado rubro de los alimentos, atendiendo al sujeto involucrado. Pues como ya se señaló, si bien existe un contenido genérico que comprende la alimentación, vestido, habitación, atención médica y recreación o esparcimiento. También, cada uno de estos elementos será maximizado o ampliado cuando la figura del acreedor recae en una persona que se encuentra en una situación de vulnerabilidad o forma parte de un grupo vulnerable. En ese contexto, dado que tanto el Código Civil Federal como los diversos de las entidades federativas (a excepción de Campeche, Colima, Distrito Federal, Durango, Hidalgo, Michoacán, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas y Yucatán, que prevén contenidos específicos cuando se trata de un asunto que involucre adultos mayores o personas con discapacidad), únicamente contemplan los rubros que debe contener la pensión alimentaria, como si se tratara de un contenido genérico, sin señalar nada respecto a los contenidos esenciales y la posibilidad de maximización cuando la figura de acreedor 51 alimentario recae en determinado grupo vulnerable; es inconcuso que el juzgador deberá analizar y precisar a cuál de esos rubros tendrá que poner mayor atención, dependiendo de los sujetos involucrados. Para visualizar lo anterior, sin que ello implique limitación alguna, dado que el tema de los alimentos es casuístico, a continuación se detallan algunos ejemplos de aspectos que deben tenerse especialmente en cuenta, según se trate de una persona en especial condición de vulnerabilidad: Sujeto involucrado que forma parte de un grupo vulnerable Rubros que se tendrán que maximizar en atención a los estándares nacionales e internacionales y contenidos esenciales Alimentación. Los niños son especialmente vulnerables a la falta de alimentación adecuada, por cuanto necesitan alimentos nutritivos y sanos para crecer física y mentalmente. De acuerdo a la UNICEF, alrededor de la mitad de las muertes de niños menores de cinco años de edad son consecuencia de la desnutrición. La malnutrición, incluso durante el embarazo, no solo provoca la muerte de niños, sino que tiene además consecuencias de largo plazo, incluidos el deterioro mental y físico, enfermedades crónicas, y sistemas inmunes y salud reproductiva débil (OACNUDH, 2010: 19). La Convención sobre los Derechos del Niño protege el derecho del niño a la alimentación en el contexto del derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, a la salud, a la nutrición y aun nivel adecuado de vida (20). El juzgador deberá estar atento a que el monto de la pensión sea suficiente para el tipo de alimentación que requiere el menor. Menores de edad Salud. El juez tendrá que maximizar este rubro, porque los niños afrontan problemas de salud especiales de acuerdo con la etapa de su desarrollo físico y mental, lo cual los hace particularmente vulnerables a la malnutrición y a las enfermedades infecciosas y, cuando llegan a la adolescencia, a problemas sexuales y de salud reproductiva y mentales. No hay que olvidar que la mayoría de muertes durante la niñez pueden atribuirse a un número reducido de causas principales – infecciones respiratorias agudas, diarrea, sarampión, paludismo y malnutrición- o una combinación de ellas (OACNUDH, 2008: 20). Recreación. El juzgador tiene que poner especial atención a este rubro, dada su vital importancia en el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Que al cuantificar el monto de una pensión, cierto monto esté destinado a dotar de espacios recreativos. Mujeres Alimentación. Las mujeres tienen necesidades concretas de dieta, en particular con respecto a su salud reproductiva. Por ejemplo, las mujeres en edad de procrear o embarazadas, requieren de una alimentación especifica, pues de lo contrario, se pueden presentar 52 complicaciones que amenacen su vida durante el embarazo o el parto. Inclusive, la malnutrición de las mujeres durante el embarazo y la lactancia puede dar como resultado además la malnutrición, así como el deterioro físico y mental de sus hijos (OACNUDH, 2010: 18). Salud. Las mujeres comparten con los hombres muchos problemas de salud, pero las afectan de manera diferente. La prevalencia de la pobreza y la dependencia económica entre ellas, su experiencia de violencia, los prejuicios de género en el sistema sanitario y la sociedad en general, la discriminación por motivos de raza u otros factores, la limitada capacidad de decisión que muchas mujeres tienen con respecto a su vida sexual y reproductiva, y su falta de influencia en la toma de decisiones son realidades sociales que influyen negativamente en su salud. Por tanto, el juez en este rubro tiene que poner atención en si la mujer acreedora tiene alguna enfermedad, o se encuentra embarazada, requerirá de una mayor maximización de este derecho (OACNUDH, 2008: 17-18). Personas con discapacidad Vivienda. Como las viviendas tradicionalmente no son diseñadas para personas con discapacidad, el juzgador debe tomar en consideración al momento de resolver que dependiendo del tipo de discapacidad que presente el sujeto involucrado en el recaiga el papel de acreedor alimentario, si la habitación en la que vive requiere de determinada modificación o reestructura, ello por supuesto en la medida de las posibilidades del deudor, pero siempre estimando que este rubro puede comprender una mínimo vital para el acreedor, para continuar con su proyecto de vida. Salud y educación. Tratándose de personas con discapacidad, se tendrá que incluir la orientación, prevención, detección, estimulación temprana, atención integral y rehabilitación para las diferentes capacidades; dar orientación respecto de los programas de educación, rehabilitación existentes en cada Entidad federativa; así como incluir dentro de la pensión, la atención en centros de rehabilitación que dispongan del equipo y del personal médico adecuado al tipo de discapacidad. 53 Personas de la tercera edad Salud. Respecto de personas de la tercera edad, se tendrá que garantizar su acceso a los servicios de atención médica y seguridad social, en lo que se refiere al ejercicio del derecho a la salud de las personas mayores, se debe atender a la importancia de un enfoque integrado de la salud que abarque la prevención, la curación y la rehabilitación. Esas medidas deben basarse en reconocimientos periódicos para ambos sexos; medidas de rehabilitación física y psicológica destinadas a mantener la funcionalidad y la autonomía de las personas mayores; y la prestación de atenciones y cuidados a los enfermos crónicos y en fase terminal, ahorrándoles dolores evitables y permitiéndoles morir con dignidad (CDESC, OG No.6). Por ejemplo, el juzgador tendrá que fijar que dentro de la pensión se contemplen los servicios de atención médica para la detección, control y seguimiento de las enfermedades comunes en las personas adultas mayores. 3.2. Identificación de la norma En la actualidad, los jueces para la solución de cualquier problema jurídico se encuentran ante la aplicación de dos estructuras normativas: las reglas y los principios. Las primeras, necesariamente presentan un supuesto y una consecuencia; para su aplicación basta el empleo de un razonamiento subsuntivo [subsumir, en el ámbito del derecho, consiste en enlazar o unir lógicamente una situación particular, específica y concreta, con la previsión abstracta, genérica e hipotética realizada de antemano por el legislador (Palomar, 2008: 1484)]. En tanto que, los segundos, son imperativos jurídicos de aplicación abierta, por ello pueden interactuar con otras normas de contenido opuesto o no idéntico; en otras palabras, son mandatos de optimización [de optimar: buscar la mejor manera de realizar una actividad (Palomar, 2008: 1092)] que, incluso, pueden entrar en colisión entre sí, y en caso de conflicto normativo, este debe resolverse mediante un ejercicio de ponderación. Las ideas anteriores recogen la teoría de Robert Alexy, quien aduce que la distinción entre principios y reglas constituye la base de la fundamentación iusfundamental y es una clave para la solución de problemas de la dogmática de los derechos fundamentales (2008: 81). En este contexto, una de las principales características entre principios y reglas, es que los primeros configuran el caso de forma abierta, mientras que las reglas lo hacen de forma cerrada. Según Alexy, el punto decisivo para la distinción, es que los primeros son 54 normas que ordenan que se realice algo en la mayor medida posible (optimización), en relación con las posibilidades jurídicas y fácticas. Son los principios, por consiguiente, mandatos de optimización que se caracterizan porque pueden ser cumplidos en diversos grados y porque la medida ordenada de su cumplimiento no solo depende de las posibilidades fácticas, sino también de las posibilidades jurídicas. El campo de las posibilidades jurídicas está determinado a través de principios y reglas que juegan en sentido contrario. En cambio, las reglas son normas que exigen un cumplimiento pleno, y, en esa medida, pueden siempre ser solo cumplidas o no (Atienza y Manero, 2004: 30-31). De esta manera, se estima que para fijar una pensión en materia de alimentos, el juez debe sujetarse a los principios implicados, y no solo a las reglas; debe regirse por aquellos mandatos de optimización que puedan ser complementados o ampliados por otras normas; los cuales le permitan, flexibilizar el monto de la pensión, atendiendo a las características de los sujetos involucrados y a las circunstancias particulares del caso concreto. Entre los principios involucrados se encuentran el de proporcionalidad, igualdad y no discriminación, progresividad y no regresividad, y pro persona, los cuales se explicarán en párrafos posteriores. 3.2.1. Principio pro persona A partir de este principio, el juzgador al momento de fijar la pensión alimenticia podrá justificar el uso de la normativa que sea más protectora de la persona que se encuentra en una situación asimétrica de poder o de desigualdad estructural; y esgrimir las razones por las que la aplicación de la norma aplicable al caso concreto deviene en un impacto diferenciado o discriminador. En atención a este principio, las obligaciones alimentarias, así como las calidades de acreedor y deudor de alimentos, se regularán por el orden jurídico que resulte más favorable al interés de ambas partes, pues lo que se busca es preservar los derechos de ambos, no se trata de privilegiar a uno de ellos, sino buscar la manera de que el menoscabo sea en la menor medida posible, y únicamente en caso de colisión, favorecer 55 a la persona o grupo más vulnerable, procurando que no se extingan los derechos de la contraparte. 3.2.2. Principio de proporcionalidad Es el principal principio que debe de tomar en consideración el juzgador, en el momento en que fija el monto de una pensión alimenticia, el cual consiste en atender al estado de necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del deudor, pero, además, en tomar en consideración el entorno social en que estos se desenvuelven, sus costumbres y demás particularidades que representa la familia a la que pertenecen, pues los alimentos no solo abarcan el poder cubrir las necesidades vitales o precarias del acreedor, sino el solventarle una vida decorosa, sin lujos, pero suficiente para desenvolverse en el entorno cotidiano. Por tanto, el juzgador debe privilegiar este principio, al momento de fijar un monto de la obligación alimentaria; y no, el parámetro aritmético o matemático. Las necesidades del acreedor alimentario Como se planteó en el primer capítulo, los alimentos no tienen la finalidad de favorecer a una persona sino en la medida en que necesite los alimentos, por lo que si una persona ya cuenta con los recursos para satisfacer su necesidad, la relación no nacerá y en caso de que ya exista, se terminará; no obstante, dicha circunstancia no llega al extremo de imposibilitar al juzgador a estudiar y analizar a detalle (exhaustivamente) las particularidades del caso concreto y de los sujetos involucrados, para que de ser necesario, pueda fijar una pensión alimenticia. Es decir, ante el caso concreto que de constancias se advierta que el acreedor tiene recursos económicos suficientes para subsistir o cubrir el mínimo vital; esta circunstancia no debe llevar al juez a concluir que no necesita de una pensión, pues para ello, tiene que atender a si las condiciones actuales de dicho acreedor no lo colocan en un estado de discriminación estructural que sea posible mejorar, al tener el deudor alimentista, las posibilidades económicas para poder otorgarla; es decir, aunque el otorgamiento de una pensión no erradicará totalmente la discriminación estructural, al 56 ser un fenómeno complejo, lo cierto es que podría ayudar en buena medida para que mejore la situación personal del acreedor. Asimismo, el juzgador debe de tomar en consideración, que en algunos casos, se presume el estado de necesidad en beneficio de ciertas personas, como lo son, las personas menores de edad, las personas con discapacidad, el cónyuge o concubino dedicado al hogar y cuidado de los hijos. Las posibilidades del deudor alimentista El juzgador debe de apreciar que las posibilidades del deudor no solo se determinan, en base a lo que perciba por su actividad laboral, sino además, por los recursos con los que también cuente, como puede ser, si tiene bienes inmuebles o muebles; así como con los gastos que tiene que sufragar para cubrir sus propias necesidades personales (alimentación, habitación, vestido y salud, principalmente). De tal manera que si el monto de la pensión resulta elevado o excesivo a tal extremo de que se ponga en riesgo la propia dignidad humana del deudor, virtud de encontrarse imposibilitado para solventar sus necesidades más apremiantes; sería evidente que el monto de la pensión sería fijado incorrectamente, pues no solo se trata de cubrir las necesidades del acreedor, sino también de que el deudor tenga las posibilidades de cubrir aquellas, y las propias. En conclusión, el deudor debe contar con los medios o recursos económicos suficientes para proporcionar alimentos al acreedor, y solventar los propios. Ya que no se le puede imponer la carga de una obligación alimentaria a una persona que, por su propia situación económica, si la cumpliera vería amenazada su propia subsistencia y desarrollo; en sí, su proyecto de vida. En este punto, no se trata –únicamente- de fijar un monto que cubra las necesidades mínimas e indispensables del acreedor, sino de –en la medida posible de las posibilidades del acreedor- mejorar las condiciones actuales que tenga aquel; si bien no como consecuencia directa del principio de progresividad previsto en el artículo 1º constitucional (para los Estados), sí en aplicación del principio de proporcionalidad vinculado con los contenidos esenciales de los derechos humanos involucrados. 57 Sobre este punto, es oportuno citar el criterio jurisprudencial sustentado por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en las tesis de rubros: “ALIMENTOS PARA DETERMINAR EL MONTO DE LA PENSIÓN CUANDO NO SE HAYAN ACREDITADO LOS INGRESOS DEL DEUDOR ALIMENTARIO, DEBE ATENDERSE A LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 311 TER DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL.”; y, “ALIMENTOS. REQUISITOS QUE DEBEN OBSERVARSE PARA FIJAR EL MONTO DE LA PENSIÓN POR ESE CONCEPTO (LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO DE CHIAPAS).”; consistente en que para fijar el monto de la obligación alimentaria, además de atender al estado de necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del deudor para cumplirla; debe tomarse en consideración el entorno social en que estos se desenvuelven, sus costumbres y demás particularidades que representa la familia a la que pertenecen, pues los alimentos no solo abarcan el poder cubrir las necesidades vitales o precarias del acreedor, sino solventarle una vida decorosa, sin lujos, pero suficiente para desenvolverse en el status aludido. El criterio anterior, si bien es atendible, toda vez que parte de la base de que los alimentos deben cubrir las necesidades del acreedor, y ser suficientes para desarrollarse en el status actual que tenga; deja de considerar que a través del principio de proporcionalidad se debe dar la pauta de que el juzgador busque mejorar las circunstancias del acreedor alimentario. A manera de ilustrar lo anterior, pensemos en el caso de que la figura de acreedora recae en una niña de seis años que vive en una zona rural, cuyas necesidades podrían cubrirse con dos mil pesos mensuales o una cantidad inferior; y el carácter de deudor lo tiene su padre, quien percibe ingresos de cien mil pesos mensuales, es propietario de una residencia con un valor aproximado de diez millones de pesos, y de dos automóviles último modelo; sin que tenga diversos acreedores alimentarios. En este caso hipotético, a partir de los criterios jurisprudenciales sustentados por la Primera Sala, parecería correcto que el juez asignara una pensión de dos mil pesos, pues con dicho monto la niña cubriría sus necesidades vitales para continuar en el status social que se desarrolla; empero, en atención al principio de proporcionalidad, el juzgador puede asignar una pensión superior a manera de que las condiciones actuales 58 de la niña mejoren, y no continúe en esa desigualdad estructural en que se encuentra; sino que busque disminuirla en lo posible, dado que no es la única solución para ese fenómeno. 3.2.2. Principio de igualdad y no discriminación Es el principio idóneo para que el juzgador al fijar la pensión alimenticia preste la debida atención a la situación particular de las personas y grupos en situación de discriminación o exclusión para lograr que sean tratados sobre una base igual y no discriminatoria y no sean desatendidos (Vázquez-Delaplace, 2011: 45). En resumen, a partir del principio de igualdad y no discriminación, el operador jurídico tiene permitido hacer un trato diferenciado, cuando por las circunstancias del caso concreto se afecte a un grupo en desventaja, cuando la igualdad de trato supone coartar o empeorar el acceso a un servicio o un bien, o el ejercicio de un derecho (Abramovich, 2006: 44). Se advierte que toda persona tiene derecho a recibir alimentos conforme al principio de igualdad y no discriminación. Todos los códigos –civiles o familiares- de los Estados (a excepción del Código Civil para el Estado de Coahuila de Zaragoza, que en su artículo 402 dispone que, los compañeros civiles deben darse alimentos) preservan el ideal de las relaciones familiares en un matrimonio o concubinato entre un hombre, una mujer e hijos; con lo cual olvidan, por completo, todas aquellas uniones de hecho que se pueden presentar entre personas heterosexuales u homosexuales. Por otro lado, también es sorprendente visualizar normativa como el precepto 500 del Código Civil para el Estado Libre y Soberano de Puebla, que establece que “… las hijas, aunque sean mayores de edad, tienen derecho a alimentos mientras no contraigan matrimonio, vivan honestamente y no cuenten con medios de subsistencia.”, disposición de la que se advierte una vulneración al principio de igualdad y no discriminación. Lo que nos lleva a concluir que existe una clara ausencia de normas con perspectiva de género. De ahí, la importancia de que el juzgador al momento de aplicar tales disposiciones, realice una interpretación acorde con el principio de igualdad y no discriminación. 59 En efecto, la argumentación jurídica con perspectiva de género requiere de un ejercicio que va más allá de la aplicación de una norma a un caso concreto; implica cuestionar la supuesta neutralidad de las normas, la determinación de un marco normativo adecuado para resolver de la forma más apegada al derecho a la igualdad. En este sentido, el juzgador que conozca de casos en los que la figura del acreedor recae en una mujer o en una persona homosexual, debe de tomar en consideración la perspectiva de género al momento de fijar el monto de la obligación alimentaria. A manera de ilustrar dicha obligación, se presenta el siguiente ejemplo: Diversos ordenamientos procesales civiles de las entidades federativas, prevén que no tienen derecho a alimentos los cónyuges cuando procede el divorcio por la causal referente a la separación de estos por determinado tiempo, el cual oscila entre dos a tres años. Esta norma, aplicada en estricto sentido, puede dar lugar a una clara violación a los derechos humanos de aquellas mujeres que no tengan un ingreso propio, y que durante toda su vida matrimonial se dedicaron a las labores domésticas y al cuidado de los hijos. Sin embargo, si se aplica el principio de igualdad y no discriminación, y se resuelve el problema jurídico con una perspectiva de género, se llega a la conclusión de que el papel de la mujer en el cuidado del hogar no debe ser causa de discriminación, y que para lograr una plena igualdad entre el hombre y la mujer, resulta necesario modificar los estereotipos de género de ambos en la sociedad y en la familia. Lo anterior, con sustento en el artículo 1º de la Convención Sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer aplicando ya sea una interpretación conforme y el principio pro persona; o un control de convencionalidad. Decidir con una perspectiva de género, también implica un cumplimiento a una obligación internacional del Estado, como lo es, la contenida en el artículo 16 de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, el cual prevé que los Estados partes deben adoptar todas las medidas para eliminar la discriminación contra la mujer en asuntos relacionados con el matrimonio, asegurando en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres los mismos derechos y responsabilidades durante el matrimonio y con ocasión de su disolución. Sin que tales consideraciones, puedan llegar a constituir discriminación en perjuicio del acreedor, y menos trasgredir en su perjuicio el artículo 1º de la Constitución Política 60 de los Estados Unidos Mexicanos, pues no están basadas en un criterio subjetivo que coloque al varón en un plano de desigualdad frente a su cónyuge; sino al contrario, esto es, con independencia de que haya cónyuge culpable o no del divorcio. Lo que se hace es reconocer la igual valía de la aportación del trabajo en el hogar para la consecución de los fines del matrimonio, que en el caso concreto, correspondió a la mujer; pero igual determinación se concluiría si quien hubiera llevado a cabo las labores domésticas fuera el varón. 3.3. La posibilidad de realizar una interpretación conforme o de inaplicar la norma a través del control difuso de constitucionalidad y convencionalidad Como ya previamente se sostuvo -en el anterior capítulo- derivado de la reforma constitucional en materia de derechos, los jueces tienen la obligación de que al resolver un asunto sometido a su consideración, realicen un control de la norma aplicable al caso, ello siempre, sobre la presunción de constitucionalidad de la misma, y de encontrar que esta, restringe o vulnera derechos humanos, buscar su interpretación conforme a la Constitución y a los tratados internacionales en la materia, siempre procurando la protección más amplia de la persona; y de no ser posible dicha interpretación, inaplicarla y declarar su inconstitucionalidad, si dicha facultad está dentro de sus competencias. Ahora bien, en este apartado es necesario indicar y precisar cada uno de los pasos que comprende dicho ejercicio jurisdiccional de control constitucional (SCJN, 2013c: 7-12): Paso 1. Identificar la presencia de derechos humanos involucrados. Para comprender la necesidad de aplicar un control difuso de constitucionalidad y convencionalidad, el juzgador debe percatarse de la existencia de derechos humanos involucrados en los casos sometidos a su resolución. En consecuencia, desde el análisis de los hechos, es importante adoptar un enfoque de derechos. Para ello, es conveniente preguntarse si está involucrado un derecho humano. Paso 2. Determinar el marco normativo aplicable. En primer lugar, es preciso hacer explícito, el marco normativo de origen interno que se estima aplicable para decidir el caso concreto, así como las consecuencias de emitir una sentencia con base 61 exclusiva en dicho marco. A continuación, debe repetirse esa operación pero ahora respecto del marco normativo constitucional y de fuente internacional. En este sentido, se sugiere, tal como se hizo con el marco de fuente interna, que tanto el marco normativo de fuente constitucional e internacional como las consideraciones respecto de su aplicación aparezcan de manera explícita en la resolución. Así, se distinguirán claramente las consecuencias de una sentencia emitida sólo con apego al derecho de origen constitucional e internacional. Paso 3. Identificar preliminarmente el marco normativo más favorable (principio pro persona). Una vez realizadas las anteriores operaciones e incorporadas en las consideraciones de la resolución, la tercera etapa de este método consistirá en determinar cuál de las disposiciones, ya sea de origen interno o constitucional e internacional, resulta más favorable para extender la protección de las personas y sus derechos humanos en el caso concreto. En otras palabras, se hará la determinación del marco normativo aplicable con estricta observancia al principio pro persona, tal y como lo ordena el segundo párrafo del artículo primero constitucional. Si resulta que el marco más favorable es el de origen interno, el caso sometido a jurisdicción se fallará conforme a ese marco y hasta ahí concluirá la práctica del control difuso de convencionalidad. Pero si el marco que resulta más favorable para la protección de las personas y sus derechos humanos es el de fuente constitucional e internacional –visto hasta esta etapa de manera preliminar y aisladamente–, entonces se deberá avanzar a la cuarta fase del método. Es importante aclarar que esta tercera etapa puede concluir con la determinación de que los marcos normativos analizados son complementarios, es decir, que se nutren, confirman o complementan el uno al otro. En ese caso, debe recurrirse a un interpretación conforme en sentido amplio. Paso 4. Realizar la interpretación conforme. Esta etapa consiste en observar lo ordenado en el segundo párrafo del artículo 1º constitucional: la aplicación de la cláusula de interpretación conforme, entendida en los términos expuestos por la Suprema Corte 62 de Justicia de la Nación en el párrafo 33 de la resolución del expediente Varios 912/2010: Interpretación conforme en sentido amplio. Es decir, buscar la interpretación sistemática, complementaria y bidireccional del marco normativo, para armonizar el de origen interno con el de origen constitucional e internacional; si no se logra la armonización mediante tal interpretación, debe acudirse a una interpretación conforme en sentido estricto: ante la existencia de varias interpretaciones jurídicamente viables, se debe preferir la que haga a la norma interna acorde al respecto y garantía de los derechos humanos observados a la luz del marco normativo de fuente constitucional e internacional que, previamente, se identificó como el más favorable para el caso concreto. Paso 5. Determinar la prevalencia del marco normativo sobre derechos humanos más favorable (inaplicación o invalidación). Ahora bien, si la interpretación conforme en sentido estricto tampoco resuelve el caso, se tendrá que optar por la inaplicación o invalidación –de acuerdo con las competencias de los juzgados y tribunal en conocimiento- de las disposiciones provenientes del marco normativo de origen interno que no pudieron conciliarse con las derivadas de fuente constitucional e internacional que resultaron más favorables. 3.4. Ordenamientos nacionales e internacionales relacionados con el contenido de la pensión alimenticia, a los cuales es necesario acudir La labor jurisdiccional comúnmente requiere de herramientas de apoyo, y tratándose de asuntos en materia de alimentos no es la excepción, por eso a continuación se ofrece un listado enunciativo más no limitativo, de algunos ordenamientos de origen interno e internacional, en los cuales se puede apoyar el juez al momento de resolver los casos concretos. 3.4.1. Respecto de niñas y niños Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes Comité de los Derechos del Niño. Observación General No. 5. Medidas Generales de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño 63 Comité de los Derechos del Niño. Observación General No. 14. Sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial Convención sobre los Derechos del Niño Corte Interamericana de Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-17/2002 Condición Jurídica y los Derechos Humanos del Niño 3.4.2. Respecto de mujeres Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención Belém Do Pará” Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer 3.4.3. Respecto de personas con discapacidad Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas. Observación General No. 5. Personas con discapacidad Comité de los Derechos del Niño. Observación General No. 9 Derechos de los Niños con Discapacidad 3.4.4. Respecto de personas de la tercera edad Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores Proyecto de Declaración Universal de los Derechos del Adulto Mayor de la Organización de las Naciones Unidas Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en el Estado 64 3.5. El mínimo vital como un referente obligado para el juez Ha quedado claro que el mínimo vital comprende un referente obligado para el juzgador, pues si bien el principio de proporcionalidad toma en consideración tanto necesidades del acreedor, como las posibilidades del deudor, no contempla ese núcleo duro –contenido esencial- que no puede ser afectado a ninguno de los dos, al momento de cuantificar la pensión. Aquí es importante recordar que el mínimo vital no se reduce a una perspectiva cuantitativa, sino que por el contrario, es cualitativa, toda vez que su contenido va en función de las condiciones particulares de cada persona, pues cada persona tiene un mínimo vital diferente. Lo anterior, pues si se llegará al extremo de que el poder legislador estableciera un parámetro cualitativo (económico) con relación al mínimo vital, sucedería lo mismo que aconteció con el parámetro aritmético en materia de alimentos, se cometían injusticias, pues había casos en los que el monto mínimo, resultaba excesivo o insuficiente, en atención a las circunstancias particulares. Es que efectivamente, tratándose de la materia de alimentos, el juez tiene que conocer los detalles de cada caso para decidir con qué porcentaje se verán satisfechos los contenidos esenciales de cada rubro de los que comprenden los alimentos, y en ese sentido, cuál sería el mínimo vital indispensable para los sujetos involucrados. Por tanto, el juez deberá analizar el mínimo vital de manera casuística, en qué medida se vulnera o podría afectarse por carecer de determinados contenidos esenciales alguno de los rubros que comprenden los alimentos; máxime tratándose de un asunto que involucra personas que pertenecen a grupos vulnerables. 3.6. La posibilidad de que el juez dé vista a las autoridades competentes cuando se trate de un asunto que el acreedor forma parte de un grupo vulnerable y el deudor no está en condiciones de otorgar la pensión alimenticia Retomando esa idea de vinculación que existe entre las obligaciones de los particulares y las del Estado en materia de alimentos, dada la naturaleza de estos, como de orden público y de interés social, es que se propone la actuación del juez, en el sentido de que cuando se encuentre ante un asunto en el cual haya imposibilidad para fijar una pensión alimenticia, ya sea por la no localización del deudor, la muerte de este, 65 o no cuente con recursos económicos para proporcionarla, o aun contando con ellos, estos resultan insuficientes, pues de fijar la pensión, se afectaría su mínimo vital; y la figura del acreedor recae en un grupo vulnerable -menores de edad, personas con discapacidad y de la tercera edad-; determine que sea el Estado a través de las autoridades competentes quien otorgue los alimentos. Para ello, tendrá que dar vista con la sentencia respectiva a las autoridades que estime competentes dependiendo del rubro de que se trate. La finalidad de dicho actuar obedece a que cada autoridad en el ámbito de sus competencias tendrá que actuar, ya sea incorporando a algún programa al acreedor, otorgándole determinada beca o canalizándolo para que acuda a diversa autoridad. Dicha actuación no constituye una conducta arbitraria o excesiva por parte del poder judicial, pues tendrá el soporte de la suplencia de la deficiencia de la queja en su máxima amplitud, que como previamente se dijo, tiene cabida siempre tratándose de asuntos familiares; ello de conformidad con el artículo 4º constitucional. En efecto, derivado de la exigencia constitucional de protección a la familia, es que a rango federal y local, se han establecido diversos ordenamientos dentro del sistema jurídico mexicano, que excepcionan el principio de estricto derecho para los asuntos del orden familiar, permitiendo a los juzgadores suplir de oficio las deficiencias de los argumentos de las partes para proteger el interés de la familia. Ahora bien, es evidente que los alimentos se conciben como un asunto que involucra el orden y desarrollo de la familia. En esa medida, el artículo 79 de la Ley de Amparo contempla las reglas para la procedencia de la suplencia de la queja deficiente, que originalmente constituía una excepción al principio de estricto derecho que rige en el juicio de amparo, de conformidad con los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; sin embargo, resulta indudable que ahora constituye por sí mismo una institución jurídica que en algunas materias se traduce en un supuesto que en realidad se aplica como regla y no como excepción. Aquí, la suplencia de la queja deficiente consiste en la obligación del órgano de control constitucional de analizar cuestiones no propuestas por la parte quejosa en sus conceptos de violación o en sus agravios o que, planteó en forma deficiente y que 66 pudieran resultarle favorables, con independencia de que finalmente lo sean; de tal manera que, esta figura tiene un eminente carácter proteccionista o antiformalista. Ahora bien, la fracción II del propio artículo 79, prevé la suplencia de la deficiencia de la queja a favor de los menores o incapacitados, o en aquellos casos en que se afecte el orden y desarrollo de la familia; la cual de acuerdo al penúltimo y último párrafos del mismo precepto legal, se dará aun ante la ausencia de conceptos de violación o agravios; y por violaciones procesales o formales cuando se advierta que en el acto reclamado no exista algún vicio de fondo. De esa manera, los tribunales federales tienen el deber de suplir la deficiencia de los conceptos de violación o de los motivos de agravio respectivos, en su máxima amplitud, siempre que se trate de controversias en las que se afecte el orden y desarrollo de la familia. Ello, dada la importancia de la familia. Por otra parte, en los juicios del orden familiar –de primera y segunda instancia-, el juez también está facultado para intervenir de oficio, y suplir la deficiencia de las partes en sus planteamientos de derecho. Inclusive los ordenamientos locales establecen reglas del procedimiento tratándose de asuntos del orden familiar, que se rigen por principios de excepción en comparación con aquellos otros casos en que rige el principio de estricto derecho. Precisado todo lo anterior, a continuación se ofrece un listado de algunas de las autoridades competentes a las cuales se les podría dar vista con la sentencia respectiva, cuando exista imposibilidad de fijar una pensión alimenticia a cargo del deudor alimentista y la figura del acreedor recae en un grupo vulnerable. Listado que es enunciativo más no limitativo, pues es de recordar que los asuntos de esta naturaleza requieren una resolución casuística. Autoridades en materia de salud Secretaría de Salud a través de los Servicios de Salud de las Entidades Federativas, para su incorporación al Seguro Popular Hospital General Instituto Nacional de Rehabilitación (personas con discapacidad) Instituto Nacional de Geriatría (personas de la tercera edad) 67 Instituto Nacional de Pediatría Hospitales Infantiles Hospital del Niño Seguro Popular Tratándose de enfermedades determinadas, el Instituto Nacional de Cancerología o el Centro de Salud Mental Institutos de Seguridad Social - Instituto Mexicano del Seguro Social - Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado Autoridades en materia de seguridad social (vivienda) Institutos de Vivienda y Urbanismo de las Entidades Federativas. Dependencias responsables de apoyar a la población de menores ingresos con la implementación de programas de vivienda que contemplen la gestión de créditos ante organismos públicos Los Sistemas Estatales para el Desarrollo Integral de la Familia Autoridades en materia de educación Secretaría de Educación Pública Autoridades en materia de alimentación Secretaría de Desarrollo Social Coordinación Nacional del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades 3.7. Propuesta legislativa El legislador federal y estatal tendrá que expedir las leyes adecuadas, o hacer las modificaciones pertinentes, para que los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos, se vean incorporados al ordenamiento mexicano: a) Que el derecho a recibir alimentos y la obligación correlativa es uno de los efectos jurídicos inmediatos derivados de la relación de parentesco consanguíneo, por afinidad y adopción. Para ello, en relación al consanguíneo deberá de tomar en cuenta la existencia de la procreación con asistencia médica (procreación asistida, inseminación artificial, 68 fecundación in vitro y subrogación de la maternidad); respecto del parentesco por afinidad, que este no solo se presenta con el matrimonio y concubinato, sino con todas aquellas uniones de hecho entre personas homosexuales o heterosexuales; así como la respectiva disolución de dichas relaciones familiares; y por lo que ve a la adopción, que no queda restringida únicamente a personas o parejas heterosexuales, sino que en una persona o pareja homosexual, también puede recaer el carácter de adoptante. b) Incorporar un listado de grupos vulnerables (personas menores de edad, mujeres, personas con discapacidad y personas de la tercera edad), a efecto de que el juzgador al momento de fijar una pensión alimenticia les dé el trato diferenciado que merecen, por ejemplo, que quedé completamente establecido que opera la suplencia de la deficiencia de la queja en su favor, en su máxima amplitud. c) No limitarse a señalar los rubros que comprenden los alimentos (alimentación, vestido, salud, vivienda, educación y recreación), sino que estos los debe dotar de contenidos esenciales, de conformidad con los estándares nacionales e internacionales en la materia. d) Precisar que en materia de alimentos, el juez para la resolución del asunto, deberá interpretar la norma aplicable acorde con la interpretación conforme, el principio pro persona y el control difuso de constitucionalidad y convencionalidad. e) Incorporar como referentes obligados en materia de alimentos, el principio de proporcionalidad, el principio de igualdad y no discriminación (perspectiva de género) y el mínimo vital. f) Precisar que el juzgador al momento de cuantificar la pensión, tendrá que maximizar los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos, en atención a la existencia de grupos vulnerables. g) Establecer expresamente que ante la imposibilidad de fijar una pensión, dada la no localización, muerte o insuficiencia de recursos económicos del deudor, el juez tendrá que dar vista con la sentencia respectiva, a las autoridades competentes, para que estas a su vez, den cumplimiento a la obligación alimentaria. 69 Lo anterior, en virtud de la vinculación existente entre las obligaciones de los particulares y las del Estado en materia de alimentos, por su naturaleza de figura de orden público e interés social. 3.8. Método propuesto para fijar una pensión alimenticia con enfoque de derechos humanos El objetivo principal de este capítulo es proponer un método para que los juzgadores al momento de fijar una pensión alimenticia, no solo tomen en cuenta el precepto legal, sino que también identifiquen las personas involucradas, y si estas, forman parte de algún grupo vulnerable; aprecien las circunstancias especiales y relevantes del caso con un enfoque de derechos humanos; y finalmente determinen un monto que cumpla con los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales en materia de alimentos. Esta propuesta pretende ser una medida positiva para reducir la práctica reiterada de los jueces de aplicar criterios que atienden a leyes que se rigen por los parámetros, ya sea el aritmético, proporcional o mixto; no obstante, tales decisiones se emiten sin tomar en cuenta realmente los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos, las características de los sujetos involucrados y cuando estos forman parte de un grupo vulnerable; y la posibilidad que tienen de dar vista a las autoridades competentes cuando se trate de un asunto en el cual, el deudor no está en condiciones de otorgar la pensión. En este contexto, se proponen una serie de pasos que deben seguirse al momento de fijar el monto de la pensión alimenticia: 1. Identificación de grupos vulnerables dentro de los sujetos involucrados (menores de edad, mujeres, personas con discapacidad y personas de la tercera edad). Ya sea que lo determine con el escrito de demanda y contestación respectiva, de las pruebas que ofrezcan ambas partes; o de ser necesario, a través de su facultad de desahogo de pruebas para mejor proveer. 2. Identificar la norma aplicable. Para ello al momento de interpretarla, tendrá que realizar un contraste del precepto legal, con el principio pro persona, el principio de proporcionalidad (necesidades del acreedor y posibilidades del deudor), y el principio de 70 igualdad y no discriminación (perspectiva de género). Si dicho examen es favorable, esa norma será la que aplique al caso concreto al momento de fijar la pensión. 3. De encontrarse ante una norma deficiente o insuficiente, deberá realizar una interpretación conforme o ejercer un control difuso de constitucionalidad y convencionalidad. Después de identificar la norma, y hacer el contraste respectivo con los anteriores principios, si se llega a la conclusión que es deficiente; el juez tendrá que realizar una interpretación conforme o un control difuso de constitucionalidad y convencionalidad. 4. Fijar el monto de la pensión: 4.1. Tomando en consideración los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos. Al momento de cuantificar el monto de la pensión, el juzgador a efecto de fundamentar su decisión, no se limitará a hacer un listado de los rubros que comprenden los alimentos, sino que deberá atender a los estándares nacionales e internacionales y a los contenidos esenciales de tales rubros. 4.2. Si se está ante un grupo vulnerable, fijar un monto que maximice los contenidos esenciales de los rubros necesarios. El juzgador deberá analizar y precisar a cuál de los rubros (alimentación, vivienda, salud, educación y recreación) le pone mayor atención dependiendo de las necesidades del acreedor en situación vulnerable. 4.3. Tener como un referente obligado al mínimo vital. Fijará la pensión siempre protegiendo el mínimo vital de los sujetos involucrados. 5. Dar vista con la sentencia de imposibilidad de fijar pensión a las autoridades competentes. Cuando se encuentre ante un asunto en el cual haya imposibilidad para fijar una pensión alimenticia, determinar que sea el Estado a través de las autoridades competentes quien otorgue los alimentos; para ello, dará vista a las autoridades que estime pertinentes para que estas a su vez realicen las actuaciones pertinentes. 71 Conclusiones 1. La correcta determinación de una pensión alimenticia es esencial para garantizar la subsistencia y un proyecto de vida digna de las personas involucradas: acreedores y deudores. 2. En México existen dos criterios para establecer el monto de la pensión, el que descansa en el principio de proporcionalidad y el que se apoya en un criterio aritmético o matemático. El primero es el más idóneo para determinar el monto de los alimentos, pues toma como base las posibilidades del deudor alimentista y las necesidad del acreedor alimentario. 3. Sin embargo, en la práctica este principio de proporcionalidad es insuficiente para establecer pensiones adecuadas, en virtud de que los jueces con su sola aplicación creen cumplir con su obligación de proteger y garantizar los derechos humanos involucrados; olvidando incorporar los estándares nacionales e internacionales y los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos. 4. Para la incorporación de dichos estándares y contenidos, es necesaria una reforma legislativa, pues los ordenamientos vigentes no responden a las exigencias actuales, en virtud de que no consideran la nueva concepción de familia y parentesco; no consagran los contenidos esenciales de la alimentación, vivienda, atención médica y recreación, y no dicen cuándo estos deben ser maximizados, en atención a la presencia de grupos vulnerables. 5. Además, se concluye en la necesidad de un método para los jueces en asuntos de alimentos, a través del cual, sea factible la identificación de grupos vulnerables dentro de los sujetos involucrados; el contraste de la norma aplicable con los principios pro persona, proporcionalidad e igualdad y no discriminación; la interpretación conforme y control difuso de constitucionalidad y convencionalidad; la maximización de los contenidos esenciales de los rubros que comprenden los alimentos; atender al mínimo vital como referente obligado; y que se vincule al Estado para el cumplimiento de la obligación alimentaria, ante una imposibilidad de fijar la pensión o su ejecución. 72 Bibliografía Abramovich, Víctor (2006), “Una aproximación al enfoque de derechos en las estrategias y políticas de desarrollo”, Revista de la CEPAL, No. 88, Abril. Abramovich, Víctor y Christian Courtis (2002), Los derechos sociales como derechos exigibles, Trotta, España. 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Revista Internacional de Derechos Humanos, Vol. 8, No. 14, junio, semestral, edición en Español, Conectas. 77 Vázquez, Luis Daniel y Serrano, Sandra (2012a), “Los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Apuntes para su aplicación práctica”, en: Carbonell, Miguel y Salazar, Pedro (coord.), La reforma constitucional de derechos humanos. Un nuevo paradigma, Porrúa-UNAM, México. Vázquez, Luis Daniel y Serrano, Sandra (2012b), Guía de estudio de la materia El Enfoque de los Derechos Humanos, Flacso, México. Zavala Pérez, Diego H. (2011), Derecho familiar, Porrúa, México. 78 Anexo NÚM. 1 2 3 4 ENTIDAD AGUASCALIENTES BAJA CALIFORNIA BAJA CALIFORNIA SUR CAMPECHE ORDENAMIENTO CONTENIDO DE LOS ALIMENTOS CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES Artículo 330. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia médica. Respecto de los menores de edad los alimentos comprenden, además de los gastos necesarios para su sano esparcimiento, la educación escolar del alimentario, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias personales. CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA Artículo 305. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y los gastos correspondientes a la asistencia en caso de enfermedad. Respecto de las personas menores de dieciocho años de edad, se comprende por alimentos, además, los gastos necesarios para la educación básica y la media superior obligatoria del alimentista y, para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo, capacidades, potencialidades y circunstancias personales. También comprende, la atención a las necesidades resultantes de algún tipo de trastorno del desarrollo, discapacidad y de sano esparcimiento. CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE BAJA CALIFORNIA SUR Artículo 451. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores los alimentos comprenden, además los gastos necesarios para dar educación prescolar, primara y secundaria al alimentista, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos, adecuados a su sexo y circunstancias personales. CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE CAMPECHE Artículo 324. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en caso de enfermedad. Respecto a los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación básica del alimentista y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias personales. En cuanto a los adultos mayores, además de incluir todos los gastos necesarios para su atención geriátrica, se procurará que los alimentos se les proporcionen integrándolos a la familia. 79 5 6 7 8 CHIAPAS CHIHUAHUA COAHUILA DE ZARAGOZA COLIMA CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE CHIAPAS Artículo 304. Los alimentos comprenden, la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en caso de enfermedad. Respecto de las niñas, niños y adolescentes, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria del alimentista, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honesta y adecuados a su sexo y circunstancias personales. CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE CHIHUAHUA ARTÍCULO 285. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad, embarazo y parto. Respecto de los menores los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para algún oficio, arte o profesión lícitos adecuados a su sexo y circunstancias personales. CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE COAHUILA DE ZARAGOZA ARTÍCULO 395. Para los efectos legales se entiende por alimentos: la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación preescolar, primaria y secundaria del alimentista, su recreación y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a sus circunstancias personales. NUEVO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE COLIMA Articulo 308. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación básica del alimentista y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales. En el caso de las personas con algún tipo discapacidad o declaradas en estado interdicción comprenderán además, todo necesario para lograr, en lo posible, habilitación o rehabilitación y su desarrollo. de de lo su Artículo 308. Los alimentos comprenden: I. La comida, el vestido, la habitación, la atención médica, la hospitalaria y en su caso, los gastos de embarazo y parto; 9 DISTRITO FEDERAL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL II. Respecto de los menores, además, los gastos para su educación y para proporcionarles oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales; III. Con relación a las personas con algún tipo de discapacidad o declarados en estado de 80 interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su habilitación o rehabilitación y su desarrollo; y IV. Por lo que hace a los adultos mayores que carezcan de capacidad económica, además de todo lo necesario para su atención geriátrica, se procurará que los alimentos se les proporcionen, integrándolos a la familia. ARTÍCULO 303. Los alimentos comprenden: I. La comida, el vestido, la habitación, la atención médica y la hospitalaria. 10 DURANGO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE DURANGO II. Respecto de los menores, además, los gastos para su educación y para proporcionarles oficio, arte o profesión adecuados a su sexo y circunstancias personales; III. Con relación a las personas con algún tipo de discapacidad o declarados en estado de interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su rehabilitación e integración social; y IV. Por lo que hace a los adultos mayores que carezcan de capacidad económica, además de todo lo necesario para su atención geriátrica, se procurará que los alimentos se les proporcionen. 11 12 13 ESTADO DE MÉXICO GUANAJUATO GUERRERO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE MÉXICO Artículo 4.135. Los alimentos comprenden todo lo que sea necesario para el sustento, habitación, vestido, atención médica y hospitalaria. Tratándose de menores y tutelados comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria y secundaria del alimentista, así como descanso y esparcimiento. Respecto de los descendientes los alimentos incluyen también proporcionarle algún oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales. CÓDIGO CIVIL PAR EL ESTADO DE GUANAJUATO Artículo 362. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación básica obligatoria del alimentista y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias personales. CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE GUERRERO 81 Artículo 387. Los alimentos comprenderán la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Artículo 388. Respecto de los menores, además de lo establecido en el artículo anterior, los alimentos comprenderán los gastos necesarios para su educación primaria, secundaria y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias personales. Artículo 118. Se entiende por alimentos todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica y en su caso los gastos de embarazo y parto. Respecto a los menores, además, los gastos para la educación. 14 HIDALGO CODIGO FAMILIAR REFORMADO PARA EL ESTADO DE HIDALGO Con relación a las personas con algún tipo discapacidad o declarados en estado interdicción, lo necesario para lograr, en posible, su habitación o rehabilitación y desarrollo. de de lo su Por lo que hace a los adultos mayores que carezcan de capacidad económica, además de todo lo necesario para su atención geriátrica, se procurará que los alimentos se les proporcionen integrándolos a la familia. 15 JALISCO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE JALISCO Artículo 439. Los alimentos comprenden el recibir los elementos de subsistencia material y educativa, como son: la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad y, en su caso, los gastos de embarazo y parto. respecto de los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos para la educación de jardín de niños, primaria y secundaria del acreedor alimentario y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a sus capacidades, potencialidades y circunstancias personales. También comprenden las atenciones a las necesidades psíquica, afectiva y de sano esparcimiento y en su caso, los gastos de funerales. Artículo 453. Los alimentos comprenden: I. La comida, el vestido, la habitación, la atención médica, la hospitalaria y en su caso, los gastos de embarazo y parto; 16 MICHOACÁN CÓDIGO FAMILIAR PARA EL ESTADO DE MICHOACÁN DE OCAMPO 82 II. Respecto de los menores, además, los gastos para su educación y para proporcionarles oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales; y, III. Con relación a las personas con algún tipo de discapacidad o declarados en estado de interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su habilitación o rehabilitación y su desarrollo; y, por lo que hace a los adultos mayores que carezcan de capacidad económica, además de todo lo necesario para su atención geriátrica, se procurará que los alimentos se les proporcionen, integrándolos a la familia. 17 MORELOS CÓDIGO FAMILIAR PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE MORELOS Artículo 43. Los alimentos comprenden la casa, la comida, el vestido, asistencia en caso de enfermedad, los gastos necesarios para la educación básica del alimentista, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a sus circunstancias personales. Esta obligación subsistirá no obstante la mayoría de edad del alimentista si este se encuentre incapacitado para trabajar, y hasta los veinticinco años si el acreedor alimentista se encuentre estudiando y no cause baja, conforme al reglamento escolar, y que esta se curse en instituciones educativas que se encuentren en posibilidades de pagar los deudores alimentistas, siempre que los acreedores no cuenten con ingresos propios. En los mismos términos se entienden los alimentos respecto a los acreedores alimentarios a que se refiere el artículo 41 de este ordenamiento. La obligación de dar alimentos no comprende la de proveer capital a los hijos para ejercer el oficio, arte o profesión a que se hubieren dedicado. 18 19 NAYARIT NUEVO LEÓN CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE NAYARIT Artículo 301. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria del alimentista y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias personales. CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE NUEVO LEÓN Artículo 308. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria y secundaria del alimentista y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a sus circunstancias personales. Artículo 320. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en caso de enfermedad. 20 OAXACA CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE OAXACA Respecto de los menores los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria del alimentario y para proporcionarle un oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias personales. 21 PUEBLA CÓDIGO CIVIL PARA Artículo 496. El Estado debe dar alimentos a los 83 EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE PUEBLA menores, mayores incapaces, enfermos graves y ancianos que los necesiten y no tengan parientes que estén obligados a proporcionárselos; pero si aparecieren parientes deudores de esos alimentos, deberá el Estado exigirles el pago de la suma gastada en ellos, más intereses legales. Artículo 497. Los alimentos comprenden comida, vestido, habitación y asistencia en caso de enfermedad y, en el supuesto del artículo 499, libros y material de estudio necesarios. Artículo 498. Respecto de los menores los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria y secundaria del alimentista, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión, que resulte adecuado para la subsistencia del deudor alimentario. Artículo 499. Los descendientes que al adquirir la mayoría de edad estén estudiando una carrera, tienen derecho a recibir alimentos, hasta que obtengan el título correspondiente, si realizan sus estudios normalmente y sin interrupción. Artículo 500. Las hijas, aunque sean mayores de edad, tienen derecho a alimentos mientras no contraigan matrimonio, vivan honestamente y no cuenten con medios de subsistencia. Artículo 293. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación, el esparcimiento y la salud. 22 QUERÉTARO CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE QUERÉTARO Respecto de los hijos, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para su educación básica y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales. Para el caso de los mayores de edad, la obligación de proporcionar alimentos al acreedor alimentario, subsistirá siempre y cuando éste se encuentre estudiando una carrera técnica o superior, hasta el término normal necesario para concluirla sin interrupción, siempre y cuando no sea mayor de 25 años de edad. (Ref. P. O. No. 29, 8-VI-12) Respecto de las personas con discapacidad, de los adultos mayores o las declaradas en estado de interdicción, los alimentos también comprenderán los gastos necesarios para el tratamiento especial que requieran. 23 QUINTANA ROO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE QUINTANA ROO 84 Artículo 845. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria del alimentista y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honesto y adecuado a su sexo y circunstancias personales. Artículo 846. El obligado a dar alimentos cumple la obligación asignando una pensión competente al acreedor alimentario o incorporándolo a la familia. Artículo 150. comprenden: Los derechos alimentarios I. Los alimentos, el vestido, la habitación, la atención médica, la hospitalaria y, en su caso, los gastos del embarazo y parto; 24 SAN LUIS POTOSÍ CÓDIGO FAMILIAR PARA EL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ II. Respecto de las o los menores, además, los gastos necesarios para la educación básica obligatoria del acreedor alimentario, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a sus circunstancias personales; III. Respecto a las personas con algún grado de discapacidad o declaradas en estado de interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su rehabilitación y desarrollo, y IV. Respecto a las personas adultas mayores que carezcan de capacidad económica se procurará, además, todo lo necesario para su atención gerontogeriátrica, independientemente de su integración al seno familiar. Artículo 206. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación, el sano esparcimiento y la asistencia médica y hospitalaria, en caso de enfermedad; además los gastos necesarios para la educación del alimentista; y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a sus circunstancias personales. Entre los alimentos se incluirán los gastos de embarazo y parto, en cuanto no estén cubiertos de otro modo. 25 SINALOA CÓDIGO FAMILIAR DEL ESTADO DE SINALOA La obligación de dar alimentos, no comprende la de proveer de capital a los hijos, para ejercer la profesión, el arte u oficio a que se hubieren dedicado. Artículo 216. Tratándose de alimentos, los cónyuges, concubinos y los hijos menores de edad o mayores incapaces, tendrán derecho preferente sobre los ingresos y los bienes de quien tenga a su cargo el sostenimiento económico de la familia, sin que se afecte la conservación de la fuente de ingresos. Se entiende discapacidad, 85 que un ser humano tiene cuando padece temporal o permanentemente una disminución en sus facultades físicas, intelectuales o sensoriales que le impiden realizar una actividad normal, por lo que la satisfacción alimentaria debe darse con plena referencia a su ámbito personal, familiar, educativo y social, para lograr, en lo posible, su habilitación o rehabilitación y su desarrollo. Podrán demandar el aseguramiento de los bienes para hacer efectivos éstos. Los ingresos que se reciban por alimentos no podrán ser gravados por impuesto alguno. 26 SONORA CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO DE SONORA Artículo 513. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación, el sano esparcimiento y la asistencia en caso de enfermedad. Respecto de los menores, comprenden, además, los gastos necesarios para su educación, hasta proporcionarles un oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales. Esta obligación se prorroga después de la mayoría de edad, si los acreedores alimentarios estudian una carrera técnica o superior, hasta el término normal necesario para concluir los estudios, si realizan los mismos de forma ininterrumpida. Artículo 304. Qué comprenden 27 TABASCO CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE TABASCO Los alimentos comprenden comida, vestido, habitación y asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para su educación primaria y secundaria, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias personales. Artículo 277. Los alimentos comprenden: I. La comida, el vestido, la habitación, la atención médica, la hospitalaria y en su caso, los gastos de embarazo y parto; 28 TAMAULIPAS CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE TAMAULIPAS II. Respecto de los menores, además, los gastos para su educación y para proporcionarles oficio, arte o profesión honestos y adecuados a sus circunstancias personales; III. Con relación a las personas con algún tipo de discapacidad o declarados en estado de interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su rehabilitación; IV. Por lo que hace a los adultos mayores que carezcan de capacidad económica, además de todo lo necesario para su atención geriátrica, se 86 procurará que los alimentos se les proporcionen, integrándolos a la familia. 29 30 TLAXCALA VERACRUZ CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE TLAXCALA CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE VERACRUZ Artículo 154. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en caso de enfermedad. Artículo 155. Respecto de los menores los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria del alimentista, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión adecuadas a sus circunstancias personales. Artículo 239. Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación básica del alimentario, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión lícitos y adecuados a sus circunstancias personales. Articulo 24. Los alimentos comprenden: I. La comida, el vestido, la habitación, la atención medica, la hospitalaria y, en su caso, los gastos de embarazo y parto; II. Las atenciones a las necesidades psíquica, afectiva y de sano esparcimiento; III. En su caso, los gastos de funerales; 31 YUCATÁN CÓDIGO DE FAMILIA PARA EL ESTADO DE YUCATÁN IV. Respecto de niñas, niños y adolescentes incluyen los gastos necesarios para la educación básica y, en su caso, para que aprendan algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a sus circunstancias personales; V. En su caso, lo necesario para procurar la habilitación o rehabilitación y desarrollo de personas con capacidades especiales que requieren de un proceso de aprendizaje diferente que favorezca sus habilidades o bien, que hayan sido declarados en estado de interdicción por padecer algún trastorno mental o por ser sordomudos que no sepan leer ni escribir, y VI. Tratándose de los adultos mayores que carecen de recursos económicos, además, de lo necesario para su atención geriátrica. 32 ZACATECAS CÓDIGO FAMILIAR DEL ESTADO DE ZACATECAS 87 Artículo 265. Los alimentos comprenden: la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en caso de enfermedad. Artículo 266. Respecto de los menores, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria y secundaria del alimentista, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales. 88