Antropológico, Educación, 1999). 218 literario, combinando festiva

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AISTHESIS
N"
33, 2000
Fidel Sepúlveda Ll. y Romina Pantoja G. (Editores). La Fiesta Ritual: Valor Antropológico,
Estético, Educativo (XVI Temporada de arte y cultura tradicional). Colección Aisthesis
16, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2000 (Obra financiada
Fondo de Desarrollo de las Artes y la
con el aporte
Cultura, Ministerio de Educación,
1999). 218
del
pp.
Patricio Rodríguez-Plaza
Instituto de Estética
Pontificia Universidad Católica de Chile
Fidel Sepúlveda ha
puede medir por
dad
y
la
dedica este libro
se
geográficos
Y
cito
y
la hipótesis de
de
caridad
a partir
de diferentes
(La fiesta
de las ideas
que atraviesan el
miento respecto a ciertos signos
último
(3).
salud
Bueno,
de los
pueblos se
a auscultar esa reali
y de distintos lugares
horizonte latinoamericano.
autores
culturales
es quien presenta el texto
y escribe el
y antropológico 3-29), sino también, porque
trabajo se deja sentir su impronta. Este pensa
ritual: valor estético
miento es una mixtura entre una estética
en esto
"la
que
fiestas"
sus
de Chile, sin perder por ello el
a Sepúlveda no sólo porque él
primer artículo
en varias
planteado
vigencia
de la
de
con el pensamiento
teológicamente
modernidad
militante con un distancia-
y la modernización, coincidiendo
Pedro Morandé. A ello se le
un sociólogo como
suma un sustrato poético que enhebra
y desplaza
el
discurso hacia
el
terreno
de lo
literario, combinando de esta manera las explicaciones y demostraciones con la ambi
güedad creativa del lenguaje, concibiéndolo además a la manera heideggeriana, en
tanto "instauración del
continente que
del
ha
ser por
podido
la palabra". En este caso en tanto identidad de todo un
disociar
en una riqueza
—
lingüístico-ontológica
—
el ser
estar.
Desde
aquella perspectiva entonces
que apuntan a
"ámbitos donde
la fiesta, el ritual, el carnaval son nociones
ha encontrado, se sigue encontran
el ser americano se
do consigo mismo, con la comunidad, con la naturaleza,
Así
rosidad
es como
30-44)
"invención
que, además, puede
que supo
una vez más en el
ser
imprimir (en
que se
juega
en
barroco y
la vida,
su
que
la
(4).
Chile como don y gene
riqueza festiva, la cual es
Isabel Cruz de Amenábar (La fiesta barroca
incursiona
concebida como
Dios"
con
en
exalta
y la
enaltece"
(33) y
entendida, según la autora, como "el último período histórico
Occidente)
a
la fiesta tradicional
estético"
aliento existencial
y
"laicización"
(34). Pero la fiesta es igualmente una dimensión cultural que choca con la
de la sociedad, producto del desatamiento de los vínculos sagrados, luego de lo cual
(34). Siguiendo a George Bataille, Isabel Cruz reafir
"inicia una larga etapa de
ma el carácter dispendioso, bello y fantástico de la fiesta, todo lo cual permanecerá
crisis"
absolutamente vivo en
país como
la América Hispánica, de la
cual obviamente
forma
parte un
Chile.
233
AISTHESIS
N"
33, 2000
Contraponiendo,
barroca
bre
de
actitud precapitalista
la funcionalidad y
como pura
consigo mismo
esplendor"
una manera algo
abusiva, el mundo español en
preilustrada"
tanto "extrema
guiado por
de
quizás
el
(36)
y
Cruz hace
utilitarismo,
a un mundo
anglosajón,
una apología
de la fiesta
y don "reveladora de la unidad del hom
lo trascendente..., como muestra de éste en una dimensión
gratuidad, espectáculo
y
con
(44).
la fiesta y la identidad chilena 4564), Maximiliano Salinas comprueba y ahonda en el carnaval como hecho y experien
cia decisiva en la cultura iberoamericana
y que cierta intelectualidad de izquierda y
En
(El
el siguiente artículo
de derecha,
sumada a una
carnaval expectante:
legislación
oficial
barroca
ilustrada,
e
quisiera no admitir
y fundamentaciones históricas (indígenas, africa
nas, medievales, coloniales y republicanas), Salinas logra una hilatura que muestra lo
carnavalesco como "esplendor
(55) y como expresión rotunda "de la cultura
como
tal. A través de
antecedentes
estético"
lúdica y libertaria del
El carnaval habría
(53).
pueblo"
dad
de
colectiva"
(53)
pertenencia.
que
lo
adquirido
detrás de la
luego "rasgos imperecederos de
cual aparece
la
nuestra
identi
cultura popular como rasgo evidente
En este punto, Salinas se encuentra con
de las dimensiones más
otro
popular vertebra una
de los
pivotes
permanentes
del libro en
de la identidad
continental.
Pero Salinas no
se contenta con esta
ra contemporánea chilena en
"por
el
la
humor y la libertad de
obra
reflexión, sino
de Nicanor Parra
su palabra
sentido, muchas de las
que
cuyo
también
trabajo
trasgresora"(63). El decir
cita
la literatu
está constituido
poético
de Parra
y características del carnaval: humor,
burla, jolgorio, bulla, desenfreno. En definitiva "en la identidad social y simbólica del
Chile histórico y contemporáneo la experiencia carnavalesca no puede ser en absolu
contendría,
en este
señas
to desdeñada"(64). Lamentablemente falta
pecto al
carnaval,
una mayor
delimitación
nocional con res
el cual aparece además exclusivamente asociado a
las fiestas
reli
giosas católicas.
Por
Carlos Reyes,
hermoso parafraseo de las coordenadas antes
de la fiesta en tanto espectáculo representacional
aproximación estética para la escena 65-92). En este sentido, se produce
de la dimensión estética de la fiesta, a lo que se suma una perti
su parte
señaladas, hace entrar la
(La fiesta
como
en un
escenificación
"artistificación"
una
nente pormenorización conceptual por parte
mente
trasladar
un
del autor,
estudio, desde el folklore en tanto estructura
teatral. Lo cual permite, además, rescatar
como acontecimiento
educativo
de la
y
proyección en una versión más
de la
fijar y eventualanalítica de la fiesta
que admite
revalorar el aspecto
educación por el arte.
A partir del artículo siguiente, el de Claudia Lira (Dos fiestas andinas: Mamacha
del Carmen de Pucartambo y Qoyllur R'iti 93-122), el libro describe, enumera
y analiza
determinadas fiestas, deteniéndose en sus objetualidades algunos de sus signos más
y
vistosos. Ambas fiestas ilustran uno de los tantos mestizajes e hibridaciones de la
cultura
latinoamericana
en nuestro modo
de
en
los que,
encontrarnos
según
y
la
autora:
"lo
sagrado vuelve a constituirse
reconocernos como personas
pueblo"
y
como
(99). Lira, en un lenguaje creativo que entremezcla a Eliade con
Morandé, entrega
datos y detalles históricos de ambas fiestas para luego explicar
personajes, mostrar
cofradías de danzas, vestuario y, finalmente, determinar tareas
y denominaciones sim
bólicas, emparentando todo ello con el carnaval.
234
AISTHESIS
En
N°
33, 2000
una misma
línea,
F. Patricio Barrios se detiene
dos fiestas del Norte
en otras
Grande: La tirana y La Virgen de las Peñas (123-143). Ambos acontecimientos serán
entendidos como creadores de comunidad, transformadores de espíritu
y
reactualizadores
de
se
actuar
de tiempo. En
las fiestas
rrios visualiza
y de
redescubren,
contrapone a
se
los
los "que
co
de
afirmación
la V Región
reitera ciertos
y
equilibrio
la
posibilidad
íntimo de la
de
Y
que,
ese ser
de
un
fuerte,
en una afirmación
lo
imprescindible
y de la
les
espectáculo, de una
pertenencia
(127). A ellos
estar"
una puesta en escena
aquellos
incapaces
el autor
el autor
deno
entiende como oposición constante que
para
la unidad; o sea,
un juego
dialécti
contraste por el que una comunidad completa su existencia.
Pérez,
(144-151)
tópicos
categorización
sociales
"de
decir,
es
no alcanzan a ser".
J. Estalisnao
en
entrega
apreciadores
tiempo
es al mismo
les
sujetos activos
se asumen en el ser
reiventan, y
representación"(127),
mina
de
representar el objeto en cuestión.
complementariedad que
de Carlos Reyes, Ba
por lo tanto
"A través (de la fiesta) se reconocen,
cierta oposición con el artículo
como participación
en su artículo
luego de
ya
tratados
básica relativa
y festivo-social,
a
Lectura
una pequeña
en el resto
antropológica
introducción
del libro,
la fiesta, dividiéndolas
apareciendo en este
último
y ético-estética de la fiesta
la fiesta en esta región,
a
proponiendo una
en:
religiosas,
caso el
interesante
religioso-festivo
rodeo, las fiestas
patrias
y
los tijerales.
Importante
ría,
resulta
teórico
que
El libro
en un estudio como este
nil urbana en
trabajo
continúa con un
un objeto que no siempre
de
la inclusión
tiene
que produce extrañeza
cabida en este
Santiago: "las fiestas
esta
última
y
catego
un aporte
agrado por abordar
tipo de investigaciones (Festividad juve
alternativas"
de la discotheque Blondie 152-182). Se trata
la fiesta, en un contexto ur
discoteque como la Blondie. Christian Matus
una perspectiva antropológica estética con respecto a
bano marginal y hasta tecnificado de una
se
de
lo mismo, se echa de menos aquí un detenimiento analítico,
tense la propuesta y la haga operatoria y discutible.
pero por
dedica
a entrecruzar
etnográficamente
dos
objetivos más o menos evidentes:
la discoteque
en
donde
se produce
la tensión
de
un
lado describe
entre una cultura
ju
del mercado y la cultura
ritual,
venil,
de masas (155). Allí aparecen datos y detalles del lugar, de los componentes humanos
provenientes de distintos grupos
y la fiesta tal cual la concibe un grupo de jóvenes
en
los
signos y en las manufacturas
sociales de Santiago. De otro lado, se detiene
virtuales y fácticas en los que se objetualiza la fiesta: el maquillaje, la luz, la música,
las miradas, el vestuario, el baile, los modismos y los dialectos de los jóvenes.
en
El
espacio
tanto
artículo resulta
importante
cual se escapa
siendo simultáneamente parte
práctica
y se
igualmente
al propio
atrayente por
entreteje una actualización
culturalista que antepone
las
lenguaje de los jóvenes
citas que utiliza, por
que
la
dejar
un
producen, por entre el
de la fiesta, desajustándose del chantaje
frecuentemente y de
manera
tajante tradición
a moderni
dad.
Bío-
Enseguida, el artículo de Patricia Chavarría (Lafiesta e Identidad en la Región del
Bío 183-193), nos retrotrae a la Fiesta de la Cruz del Trigo y al de la Trilla de esta
región,
en
donde
el mundo campesino vuelve a aparecer como una marca
nencia con lo más tradicional de Chile. Para la autora, el campesino
parte de una armonía creada por Dios y que (aquél) no tiene derecho a
de
perma
se siente aún
romper
(184).
235
AISTHESIS
N°
33, 2000
Allí la trilla y todo lo
que reanima
desde
y
que ella significa, va
revivifica
una perspectiva
los lazos de
formando
afectos
romántica, Chavarría
y de
una concatenación
solidaridad
afirma al mundo
de
dentro de los
del
sentido
cuales
y
campo.
Finalmente, el libro que ha hecho un recorrido geográfico-analítico por la ex
tensión de Chile, se cierra con un texto de Renato Cárdenas respecto a las Fiestas y las
entretenciones en Chiloé (194-218). Allí destaca el componente vecinal (195), desde la
laboral, deportiva o familiar en donde se considera la música, el
como elementos que producen, desde su materialidad, lo
la
comida
baile,
y
más hondo y ancho de lo festivo. El autor hace una atrayente descripción y trayecto
ria histórica de la fiesta en esa región del país, colocando a la minga en el centro de
celebración
religiosa,
el alcohol
una serie compleja
tica
de
estructuras
de
parentezco
los
familiar, amical y vecinal,
brazos: "para
muchos
cuya prác
hilar, para sem
trabajo,
brar y cosechar, para hacer una casa y para trasladarla a un sitio más
Como es de suponer en este tipo de textos, que con propiedad
a
está íntimamente asociada al
(206).
adecuado"
minarse
bargo,
comunitarios, los logros son
el volumen que comento
diacronías
respecto al
Unidad
bién
una
una
logra
y las
proposiciones
afirmar una unidad
de
deno
dispares. Sin
sincronías
em
y hasta de
fenómeno de la fiesta.
que resulta por
invitación
terminales de
variables
podrían
a nuevas
fiesta,
sino
último
un sondeo
investigaciones
también, las
de identidad, pero tam
contemplen no sólo los aspectos
de
que
marcas
performatividades previas al acto mismo.
Éstas, como se sabe, pueden eventualmente entregar tanto o más gozo, júbilo, regoci
jo,
alborozo, deleite y placer,
luego
a
lo ritual,
prolongan.
236
pero
que
desde las
los
aspectos conclusivos
ritualizaciones que
la
de la fiesta, lanzándola
y que al prepararla la
preparan
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