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Educación diferencial:
¿Integración o segregación
en las aulas chilenas?
Nombre: Daniela Bohle.
Carrera: Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales.
Asignatura: Módulo: Comunicación Humana.
Valdivia, agosto 2011
1. Introducción
La integración consiste básicamente en un proceso de incorporar a personas con
necesidades o discapacidades físicas y/o mentales. Este concepto forma parte de
uno de los mayores desafíos de la educación en Chile: el cómo formar alumnos
con ciertos grados de dificultad en el aprendizaje usando metodologías y técnicas
especializadas y enfocadas en ellos para así poder insertarlos en la sociedad en
que actualmente se desenvuelven; es sobre esto que tratará el siguiente informe.
En primer lugar, se definirá de qué trata la educación diferencial, una breve reseña
histórica de cómo surgió en Chile y cómo ha evolucionado hasta la actualidad. En
segundo lugar, se mostrará a quiénes se aplica este sistema aclarando algunas
percepciones erróneas sobre el niño discapacitado; después el cómo un educador
trabaja con ellos. La última parte consistirá en plantear los desafíos que existen en
la actualidad sobre la educación diferencial.
El objetivo de este informe es responder a las siguientes interrogantes: ¿Qué es
este modo de educar? ¿Cómo funciona? ¿En quiénes se aplica? y ¿Por qué es
primordial en las aulas? Interrogantes que son necesarias responder para que el
lector de este informe se pregunte a sí mismo si realmente existe integración en la
educación diferencial.
2. Planteamiento teórico
Para comenzar, es necesario definir qué es la educación diferencial o especial.
Según Garanto, la educación especial es:
La atención educativa (en el más amplio sentido de la palabra específica) que se presta a
todos aquellos sujetos que debido a circunstancias genéticas, familiares, orgánicas,
psicológicas y sociales, son considerados sujetos excepcionales bien en una esfera
concreta de su persona (intelectual, físico sensorial, psicológico o social) o en varias de
ellas conjuntamente. (1984 Cit. en Godoy, Meza y Salazar 2004: 3).
La educación diferencial consiste en un sistema de evaluación y programas
dirigidos a niños y niñas con dificultades en el área del aprendizaje; no puede ser
para los adultos pues en la infancia es donde la estimulación y su desarrollo
marcan al ser humano para el resto de su vida. Una persona con discapacidad
puede ser tratada y educada hasta los 24 años de edad o en algunos casos se
extiende hasta los 26. El objetivo de este modo de educar es la reinserción de los
menores con necesidades educativas especiales en la sociedad, con el fin de que
tengan igualdad de oportunidades y puedan ser integrados en un ambiente que
muchas veces los excluye por su condición, de la cual no todos tienen información
adecuada; así como también brindarles una educación de calidad, lo cual
significaría progreso importante en cuanto al sistema educativo actual. Para
cumplir estos objetivos se han planteado propuestas tales como promover las
prácticas de la educación diferencial, como la colaboración entre padres y
profesores de estos niños, mejorar las estrategias y buscar nuevos recursos de
apoyo o nuevo material de apoyo, para los profesores que trabajan con alumnos
con discapacidades mentales. De esta manera, se cumpliría el principio de
igualdad de oportunidades para todos los educandos, señalado en la Ley General
de Educación (LGE) y Ley 20.422 de la discapacidad que “establece normas sobre
la igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad”
(SENADIS 2011, en línea). En base a lo anterior, Óscar Nieto en un documento
titulado “Antecedentes históricos, presente y futuro de la educación especial en
Chile” para el MINEDUC señala que:
El Estado de Chile está comprometido a nivel nacional e internacional en la generación
de políticas y marcos legales para hacer efectivo el derecho a la educación que tienen
todos los niños y niñas. A través de la Reforma Educacional, ha desarrollado políticas y
orientaciones con el fin de mejorar la calidad y equiparar oportunidades para aprender. En
este marco, el Programa de Educación Especial del Ministerio de Educación, ha sido el
responsable de implementar las políticas de atención de las personas con necesidades
educativas especiales con y sin discapacidad, en todos los niveles y modalidades del
sistema escolar (Cit. en Godoy, Meza y Salazar 2004:2).
En el siglo XX es donde se producen mayores investigaciones y descubrimientos
en muchas áreas de la ciencia, cosa que trajo como consecuencia que en la
década del 60 se consolide la educación diferencial o especial, es por ello que
está tan vinculada al área científica. Anteriormente se veía a las personas con
discapacidad como personas tontas y se les excluía de la sociedad, dejándolos
fuera del sistema educacional. Poco a poco esta percepción fue cambiando hasta
creer en la posibilidad de integración de las personas con discapacidad en el
mundo. En 1852, Chile contaba con una escuela especial para niñas y niños
sordos, pero en 1928 se crea la primera escuela especial para deficientes
mentales. Pasaron los años y desde la década del 70’ comienzan estudios
enfocados en educación especial, surgen profesionales especializados en el
problema, se crean centros de diagnóstico psicopedagógico, servicios de siquiatría
en los hospitales y el grupo de educación diferencial en las escuelas tradicionales.
Durante la década de los 80 se empiezan a crear decretos y programas para este
sistema, enfocado en los niños con problemas visuales y motrices, se crea
además la evaluación diferenciada. En la siguiente década y hasta la actualidad, la
educación diferencial busca dar mayor cobertura y más calidad, por medio de la
búsqueda de métodos más integradores.
La UNESCO define a una persona con necesidades especiales como “todo aquel
individuo que, por razones fisiológicas, tiene la necesidad de ayuda, no podrá
alcanzar el nivel de sus posibilidades reales” (1977: 31). Actualmente en la
sociedad hay algunas percepciones erróneas sobre lo que es una persona
discapacitada o un minusválido, por ejemplo, al hablar de ellos, de inmediato se
piensa en personas con algún síndrome severo o que carecen de algún sentido.
Pero también son niños con discapacidad aquellos que tienen hiperactividad o
déficit atencional. W.D Wall (1980) los clasifica en varios grupos: en el primer
grupo se incluye a los niños con retraso y lentitud intelectual leve, moderado,
severo o profundo; niños con síndrome de down, autistas, lentos-normales; luego
están los niños con limitaciones sensoriales como los ciegos y los sordos, con
visión parcial y dificultades de audición y con defectos en el habla; en el tercer
grupo están los niños que sufren trastornos físicos crónicos, quienes presentan
una salud delicada o tienen malformaciones, los epilépticos, con limitaciones
motoras o con parálisis cerebral. Los niños con hiperactividad o déficit atencional
no son incluidos en ningún grupo, pero también necesitan de atención
diferenciada.
En Chile, existen distintos especialistas en cada una de las discapacidades como
sicólogos, siquiatras, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales y profesores
diferenciales. Estos últimos son quienes tienen el desafío de integrar al niño
discapacitado, el cual asiste diariamente a la escuela, no así al doctor o a
sesiones con el fonoaudiólogo. Es por ello que el profesor diferencial debe tener
mucho cuidado al educar a sus alumnos, para que las clases sean un agrado y los
niños no produzcan un rechazo hacia ellas. El profesor lo primero que tiene que
hacer es registrar todas las actitudes del niño, puede estudiar su conducta
mediante juegos o mediante la conversación en situaciones sociales. Cuando
tenga un diagnóstico completo, y gracias a la ayuda de un sicólogo, podrá usar
con el niño el programa y métodos de aprendizaje pertinentes. A esto se suma que
el docente debe ser algo dinámico; W.D Wall señala que “es de gran importancia
que el profesor esté siempre alerta ante lo que en realidad le sucede al niño a
medida que aprende y se desarrolla, y que cambie de tácticas y de expectativas
de acuerdo con esto” (1980:151). Además, el profesor tiene la obligación de
informar del trabajo que se hace con el alumno a los apoderados, para ver si éstos
pueden colaborar de algún modo.
Actualmente, la educación diferencial tiene una serie de desafíos que Jiménez
plantea de la siguiente manera:
-
Imprecisión del término “necesidad especial” de acuerdo a los efectos que tiene en
el aprendizaje las variables contextuales.
-
Falta de realismo en los fines y objetivos de la Educación Especial establecidos
desde el marco curricular común, ya que hasta el momento los métodos de
enseñanza y organización no se han adecuado suficientemente a dar respuesta
ajustada a las necesidades de todo el alumnado.
-
Mantenimiento, en muchos casos, del carácter terapéutico de la educación
especial, especialmente entre algunos profesionales y entre la comunidad en
general que todavía piensa en términos del nivel de normalidad, del tipo de
alumno.
-
Inclinación desde algunos sectores educativos, hacia un sesgo médico-psicológico
en la comprensión y desarrollo de la Educación Especial.
-
Planteamiento abierto del papel esencial que el tema de las actitudes (en la
comunidad educativa y social) juega en la Educación Especial y, en consecuencia,
la constatación real de la enorme dificultad que éstas sufran procesos de
transformación (1996 Cit. en Godoy, Meza y Salazar 2004: 4).
Estos desafíos se espera que sean superados algún día, son pocos y de poca
complejidad; de esta manera, se le podrá brindar a los niños con dificultad de
aprendizaje una educación que sea cien por ciento de calidad, y los padres de
estos se sientan conformes y seguros de la enseñanza que se le imparte a sus
hijos.
3. Discusión teórica
Los desafíos anteriormente mencionados, probablemente, harán al lector
cuestionarse una serie de cosas, tales como si realmente existe integración en las
aulas, o si en Chile efectivamente están dadas las herramientas necesarias para
el pleno desarrollo de un niño con discapacidad. Y a pesar de que la educación
diferencial no lleva mucho tiempo instaurada en este país, se podría decir que ha
conseguido bastantes logros a lo largo de su historia, entre ellas la posibilidad de
integrar al joven discapacitado en las escuelas tradicionales. Al principio de este
trabajo se definía qué es la integración, pero es necesario describirla, para saber
cuándo se habla de integración o segregación. Por una parte, integración es:
-
Proveer la educación más apropiada para cada niño en la colocación educativa
menos restrictiva.
-
Mirar las necesidades educativas de los niños en vez de catalogarlos con
etiquetas clínicas o de diagnóstico como, por ejemplo impedido auditivo, con
dificultades de aprendizaje, etc.
-
La búsqueda y creación de alternativas que ayudarán a los educadores
comunes a atender niños con problemáticas de aprendizaje o con
problemáticas de ubicación en la escolaridad regular. Algunos de estos
mecanismos usados para lograr esto es el contar con profesores consultores,
especialistas en métodos y materiales, profesores a tiempo parcial y profesores
de grupos diferenciales o aulas de recursos.
-
Unificando los conocimientos y habilidades propios de la educación general y
de la educación especial para que todos los niños tengan iguales
oportunidades educativas. (Ahumada y Araneda 1990:135).
Por otra parte, integración no es:
-
Regreso inmediato de todos los niños excepcionales de las Escuelas o clases
especiales a salas regulares.
-
Permitir a niños con necesidades especiales permanecer en aulas regulares
sin los servicios de apoyo que ellos necesitan.
-
Ignorar la necesidad de algunos niños de un programa más especializado que
el que les puede brindar un programa de educación regular.
-
Menos costosa que el atender a niños en Escuelas o aulas especiales con
todos los servicios integrados. (Ahumada y Araneda 1990:135).
En Chile, al igual que en muchos países de Europa y Asia, existen varios
colegios que practican el método “Montessori”, donde la educación se basa en
la autonomía, independencia, capacidad de elegir, el desarrollo de la voluntad
y la autodisciplina; transformándose así el profesor en un simple guía. Esto
actualmente ha tratado de ser copiado en las escuelas tradicionales, además
de incursionar en cosas nuevas, por ejemplo, un colegio de Santiago integró en
la sala de clases a niños con algunas deficiencias como síndrome de Down, y
no existió mayor inconveniente
entre profesores, niños normales y
discapacitados; lo cual demuestra que es posible la integración. Además, así
los jóvenes sin necesidades se ven envueltos en una realidad distinta a la que
están acostumbrados, conociendo lo que es la discapacidad y viéndolo de otra
perspectiva que no les resulte problemática.
Según el MINEDUC, desde el año 2006 hasta la fecha se ha desarrollado una
serie de procedimientos que han innovado en cuanto a la forma de enseñar
diferencialmente, dando paso al proceso de integración, algunos de estos
métodos son:
-
Modificación,
ampliación
y
mejoramiento
de
normativas,
decretos
e
instructivos.
-
Acciones de capacitación en coordinación con el CPEIP (Centro de
Perfeccionamiento, experimentación e investigación Pedagógica) y Enlaces
(Centro de Educación y Tecnología).
-
Realización de diversos estudios cuyo objetivo es aportar al desarrollo de
conocimiento y capacidades en la Educación Especial.
-
Desarrollo de publicaciones orientadas a apoyar la formación docente inicial
Educativas Especiales (NEE).
-
Adquisición y desarrollo de materiales educativos específicos para estudiantes
que presentan necesidades educativas especiales.
-
Intersectotialidad y trabajo con la sociedad civil (Trabajo con familias, con
universidades, con organismos internacionales. (MINEDUC 2011: 6).
Hay que destacar que durante los últimos años se ha ampliado la cobertura
en cuanto a educación diferencial. Las cifras indican que en el año 2006 la
matrícula en programas de integración escolar era de 48.948 y en el
pasado 2010 supera los 70.000. Así mismo sucede con las matrículas en
escuelas especiales; en el 2006 alcanzaba los 113.534, y en el año 2010
llegó a los 152.452. (MINEDUC 2011: 5-6).
Por último, así como se aumentó la cobertura educativa, los profesores
también han recibido capacitaciones con convenios de la Universidad de
Barcelona y el Gobierno de Japón; también se les han impartido cursos de
lenguaje de señas, la posibilidad de obtener pasantías hacia el extranjero y
el Estado ha facilitado textos sobre educación especial a los docentes, y al
mismo tiempo reciben un listado de libros que el educador puede sugerir a
sus apoderados.
4. Conclusión
La educación diferencial es un sistema que promueve la integración en la
sociedad de personas con alguna discapacidad; en Chile, a pesar de que toma
importancia prácticamente a fines del siglo XX, ha conseguido logros importantes
que traen como consecuencia que el concepto de integración se haga presente en
las salas de clases; y, al igual que muchas áreas como la salud, el trabajo etc. la
educación diferencial tiene una serie de desafíos que, según el ritmo en el que se
han conseguido ciertas metas, son alcanzables. Además, de a poco se han ido
implementando nuevas prácticas, como el uso del método “Montessori” por
ejemplo.
Los argumentos y estadísticas mencionadas en la discusión teórica, tales como el
aumento considerable de las matrículas en programas de educación especial y en
escuelas
especiales;
la
implementación
y
capacitación
de
educadores
diferenciales; hacen posible afirmar que la integración si se hace presente en las
aulas y en la sociedad en general. El niño con síndrome de down o con vista
parcial, ya no se queda en casa como en el pasado; ahora puede ser reinsertado
en la sociedad y poder vivir de manera normal, pero siempre de acuerdo a sus
capacidades. Durante la investigación realizada en este trabajo, fue posible
percatarse de que Chile en cuanto a educación diferencial no tiene una larga
trayectoria, pero que ha conseguido logros considerables, los que fueron
mencionados anteriormente; y que sería positivo destacar pues Chile es un país
Latinoamericano, aún en vías de desarrollo.
Los desafíos que actualmente tiene la educación diferencial, probablemente serán
superados; lo cual obviamente favorecerá a todos, pero principalmente a los niños
discapacitados quienes son los que verdaderamente tienen necesidades; así
algún día su integración será cien por ciento efectiva y no existirá cierto grado de
rechazo por parte de la sociedad hacia ellos.
5. Bibliografía
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Ahumada, H; Araneda, P. 1990. “¿Integración o segregación?”. Chile:
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