PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN Documento de

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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN
Documento de análisis y posicionamiento
Actualizado a fecha 24/01/05
PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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CONTENIDOS
1. INTRODUCCIÓN
1.1. La punta del iceberg
1.2. Un problema muy complejo
2. APROXIMACIÓN JURIDICA
2.1. Introducción. El derecho a la alimentación en la Declaración
Universal de Derechos Humanos
2.2. Evolución posterior de la consideración del derecho a la
alimentación
2.3. Contenido del derecho a la alimentación
2.4. Obstáculos del derecho a la alimentación
2.5. Protección del derecho a la alimentación
2.6. El derecho a una alimentación adecuada y la cooperación
internacional
2.7. La iniciativa de un Código de Conducta sobre el derecho a
una alimentación adecuada
2.8. Directrices voluntarias para el derecho a la alimentación
2.9. Conclusiones de esta aproximación jurídica
3. APROXIMACIÓN ECONOMICA, POLÍTICA Y SOCIAL
3.1. Evolución de la situación de hambre
3.2. Ayuda alimentaria
3.2.1. Concepto y evolución
3.2.2. Críticas a la ayuda alimentaria
3.3. Seguridad e inseguridad alimentaria. Concepto y evolución
3.4. Hacia la soberanía alimentaria
3.5. Agricultura
4. ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y SALUD
4.1. Introducción
4.2. Problemas nutricionales
4.2.1. Malnutrición proteico-energética
4.2.2. Anemias nutricionales
4.2.3. Otras deficiencias vitamínicas
4.2.4. Bajo peso al nacer
4.2.5. Problemas nutricionales en la infancia y salud del adulto
4.3. Higiene alimentaria. Inocuidad de los alimentos y seguridad
alimentaria
4.4. Factores determinantes del estado nutricional
4.4.1. Factores sociodemográficos y económicos. Disponibilidad de
alimentos
4.4.2. Factores culturales. Hábitos alimentarios
4.4.3. Factores sanitarios. Nutrición e infecciones
4.5. Métodos de evaluación del estado nutricional de las
poblaciones
4.6. Indicadores de salud y del estado nutricional
4.6.1. Indicadores de riesgo de problemas nutricionales
4.6.2. Indicadores de salud o de nutrición propiamente dichos
4.6.3. Indicadores socio-demográficos y económicos
4.7. Transición alimentaria en los países de baja renta
4.8. Asistencia nutricional en situaciones de crisis
4.9. Repercusiones de los alimentos transgénicos en la salud
4.10. Conclusiones sobre nutrición y salud
3.5.1. Agricultura y desarrollo sostenible
3.5.2. La agricultura ecológica
3.5.3. La multifuncionalidad en la agricultura
3.5.4. El papel de la mujer y de los pequeños agricultores
3.6. Alimentos transgénicos
3.6.1. ¿Qué son los transgénicos?
3.6.2. Marco legal. Sistemas de regulación
3.6.3. Riesgos y beneficios de los organismos genéticamente
modificados (OGM)
3.6.4. ¿Son los OGM la solución al problema del hambre?
3.7. Acuerdos internacionales
3.7.1. La FAO y las cumbres mundiales de la alimentación
3.7.2. Impacto de las políticas agrícolas y de los acuerdos
comerciales
3.7.3. Acuerdo sobre agricultura de la Organización Mundial del
Comercio
3.7.4. Otros acuerdos internacionales sobre comercio y agricultura
3.7.5. Acuerdos sobre desarrollo sostenible
3.8. Conclusiones sobre esta aproximación económica, política y
social
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1. INTRODUCCIÓN
1.1. La punta del iceberg
Más de 800 millones de seres humanos, la mayoría habitantes de países en desarrollo, no tienen acceso a una
dieta adecuada y sufren carencias nutricionales serias. Es decir, en el inicio del tercer milenio, en una
humanidad con un desarrollo tecnológico espectacular, el doble de los habitantes de la Unión Europea pasan
hambre. Esta situación no se corresponde, sin embargo, con la disponibilidad de alimentos por habitante, que
se ha incrementado por lo menos en un 20% desde 19601.
Al acercarnos a este fenómeno del hambre nos encontramos con datos y cifras que nos pueden dejar
desconcertados. Cuando en algunos de los países desarrollados los problemas de obesidad y sobrealimentación
están tomando tal envergadura que para algunos gobiernos, como el estadounidense, se acercan al rango de
problema nacional, tenemos que 14 de cada 100 habitantes de la Tierra pasan hambre. Transcurridos 50 años
de trabajo para el desarrollo, después de que la FAO declarara la guerra al hambre hace más de 40 años, el
número de personas hambrientas sigue siendo demasiado grande.
Hubo un tiempo en que esta realidad del hambre en el mundo se explicaba como “voluntad de la naturaleza”,
que reparte a su capricho sequías, inundaciones, terremotos y otros desastres. Sin embargo, como señala Pérez
de Armiño2, aunque haya una relación de causalidad clara entre una catástrofe climática y la aparición del
hambre, sus efectos serán muy diferentes si la catástrofe se produce en un país desarrollado o en uno en vías
de desarrollo; por tanto, hay otros factores que influyen o condicionan la aparición de una situación de hambre.
Además, es constatable la existencia de situaciones de hambre crónica que no se pueden explicar simplemente
por catástrofes sobrevenidas.
Otra explicación a la que se ha dado mucho crédito durante más de dos siglos, y que por desgracia todavía hoy
se sigue utilizando para justificar determinadas políticas, es la que se basa en las teorías de Malthus, según las
cuales la población crece en progresión geométrica y la producción de alimentos en progresión aritmética, lo
cual conduciría inexorablemente a una insuficiencia de alimentación. “Los mil millones de habitantes que
poblaban la Tierra en la época de Malthus se han multiplicado por seis desde entonces sin que sus profecías se
hayan visto confirmadas por la realidad. A pesar de un crecimiento de la población de una intensidad nunca
antes conocida por la humanidad, la producción agrícola ha aumentado todavía con mayor rapidez, por lo que
la disponibilidad global de alimentos por habitante se ha elevado de forma continua”3.
La estrategia de combate del hambre que proponen los neomalthusianos es, en coherencia con este
planteamiento de que la superpoblación es causa del hambre, el control de la población, la reducción de la
natalidad. Sin embargo, en su “Geopolítica del hambre”, Josué de Castro expone con bastante detalle y con
variadas apoyaturas científicas, la teoría contraria, es decir, que el hambre es causa del mayor aumento de la
población, ya que, por factores tanto de orden psicológico como de orden fisiológico, las poblaciones
sometidas a la acción continua de una alimentación deficitaria (hambre crónica) manifiestan un acrecentamiento
de la fecundidad.
Además, hoy por hoy el problema principal no tiene por qué ser la población, o el hecho de que el aumento de
población suponga una incapacidad para alimentarla; hace ya 40 años, Josué de Castro afirmaba que “la
superficie cultivada por la humanidad no ha alcanzado ni un octavo de las posibilidades de la tierra”4. Además,
según la FAO, podemos producir suficientes alimentos para nutrir a 12.000 millones de personas; alimentos
bastantes para dar a cada persona cada día el equivalente de 2.700 calorías5.
1
Según datos de Euronaid
Causas del hambre y teoría de la titularidad al alimento. El incendio frío. Icaria Antrazyt.
3
Agricultura, comercio y alimentación. Raúl Compés, José Mª García y Ernest Reig. Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
4
Geopolítica del hambre. Edición revisada 1972. Ediciones Guadarrama.
5
E/CN.4/2002/58. Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, Sr. Jean Ziegler, presentado de conformidad con la resolución
2001/25 de la Comisión de Derechos Humanos, nº 21.
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Un punto de inflexión muy importante en las reflexiones sobre el hambre en el mundo fue el trabajo del
economista indio Amartya Sen, que, a partir del análisis de varias de las hambrunas más importantes del siglo
XX, en su obra “Hambruna y pobreza” publicada en 1981, formula su teoría de la titularidad. Según Pérez de
Armiño6, la teoría de la titularidad se refiere a la capacidad que tiene cada persona de conseguir sus alimentos a
través de los medios legales disponibles en una sociedad; esto incluye la producción de dichos alimentos, el
comercio, el trabajo, los beneficios estatales, o cualquier forma contemplada y posible para acceder a ellos. La
situación de hambre se produciría por la pérdida del conjunto de titularidades de determinados grupos sociales
que les incapacitaría para disponer de la comida suficiente. Se trata de un enfoque muy flexible, aplicable a las
muy diferentes causas que pueden socavar los derechos de acceso al alimento: alteraciones de precios y
salarios, términos de intercambio entre el Norte y el Sur, diferencias de clase o género, deterioro
medioambiental, etc.
La teoría de Amartya Sen desliga el hambre de la escasez en la producción de alimentos. ”Una parte importante
de la población mundial sigue sometida al riesgo de hambre y de enfermedades relacionadas con la insuficiente
ingestión de alimentos, y todavía en muchos países las tasas de mortalidad infantil reflejan una alimentación
insuficiente. Se trata, sin embargo, de un problema relacionado más con la distribución de la capacidad
adquisitiva que con la insuficiencia de la producción alimentaría mundial. Es la manifestación de una pobreza que
impide que las necesidades alimentarias de los más desfavorecidos puedan convertirse en demanda solvente en
el mercado y generar una respuesta adecuada desde la oferta de alimentos, bien a escala local o por medio de
la adquisición de productos importados, y que no ha recibido tampoco una cobertura suficiente desde la
perspectiva de la ayuda alimentaria... El problema no estriba en una insuficiencia básica en la disponibilidad de
alimentos per cápita, ya que en 1992 la ingestión calórica media por persona a nivel mundial se situó en 2.719
calorías, es decir, en un nivel un 19 % superior al vigente 30 años antes, y netamente por encima de lo que la
FAO considera que constituye los requerimientos mínimos de energía por persona y día para llevar una vida
activa y sana, que se sitúa en 2.200 calorías”7. “Hemos tenido mucho más éxito en el logro de la producción de
alimentos que en su distribución de manera adecuada”8.
1.2. Un problema muy complejo
Cuando traspasamos la superficie del agua e intentamos ver qué está debajo de esa punta de iceberg que es la
realidad de hambre en el mundo, nos encontramos con una gran complejidad:
¿Por qué se produce esta realidad de hambre si en el mundo se producen suficientes alimentos para todos?
¿Por qué en un país que produce suficientes alimentos para su población o que incluso es exportador neto
de alimentos se produce inseguridad alimentaria?
¿Por qué si el derecho a una adecuada alimentación está reconocido como un derecho humano
fundamental no recibe suficiente protección por parte de los estados y de la comunidad internacional?
¿Cómo influyen los grandes intereses económicos internacionales en el acceso a alimentos en las diferentes
regiones?
¿Cómo influye la corriente liberalizadora y los pasos dados por la OMC en la evolución del hambre en el
mundo?
¿Qué posibilidades de desarrollo tiene un país en cuya población hay amplios sectores permanentemente
desnutridos?
¿Es en la práctica soberano cualquier país para establecer las políticas que crea oportunas para mejorar la
situación de nutrición de sus habitantes?
¿Es medioambientalmente sostenible a largo plazo la práctica de modelos agrícolas agroindustriales?
¿Es posible reducir a la mitad el número de personas hambrientas en el mundo antes del 2015 siguiendo las
mismas políticas y estrategias que se han seguido en los últimos años?
En las raíces del hambre se entretejen cuestiones de derechos humanos, de política, de economía, de
comercio internacional, de salud pública, de demografía, de agricultura, de ecología. Algo aparentemente tan
6
Causas del hambre y teoría de la titularidad al alimento. El incendio frío. Icaria Antrazyt.
Agricultura, comercio y alimentación. Raúl Compés, José Mª García y Ernest Reig. Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
8
Nutrition as a World problem. Frank Boudreau.
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simple como que cada persona necesita una cantidad mínima de alimento para sobrevivir aparece como un
problema de una complejidad difícil de abordar.
El derecho a la alimentación es una pieza clave para promover la salud en los países más pobres y, por tanto,
condiciona ulteriores iniciativas y procesos de desarrollo. En definitiva, si el acceso a alimentos no está
asegurado, la salud no queda garantizada y se limitan las posibilidades para el desarrollo. De aquí se deriva el
interés de Prosalus.
Vamos a intentar hacer en este documento sobre el derecho a la alimentación una aproximación desde
diferentes puntos de vista (jurídico, político, social, económico, de la salud).
2. APROXIMACIÓN JURIDICA
2.1. Introducción. El derecho a la alimentación en la Declaración Universal de Derechos Humanos
La Asamblea General de Naciones Unidas, el día 10 de diciembre de 1948, aprobó por 40 votos a favor, 0 en
contra y 8 abstenciones la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDDHH), como fruto de un largo
proceso9 de varios siglos en el que el pensamiento jurídico fue poco a poco acercándose a la definición de esos
derechos que se deben atribuir a todo ser humano por el mero hecho de serlo.
Las conquistas obtenidas por los pueblos en la esfera de los derechos humanos son el resultado de la lucha de
los grupos, poblaciones e individuos oprimidos y discriminados a lo largo de la historia de la humanidad. La
DUDDHH representa la consolidación de estas conquistas y fue aprobada por los pueblos del mundo en un
momento en que la Humanidad estaba bajo del impacto de abusos abominables cometidos por el Estado
alemán nazista en contra de todos aquellos que no se podían enmarcar en su ideal ario de “súper-hombre”,
donde no tenía cabida ni la diversidad ni la humanidad.
Los derechos consagrados en esta DUDDHH se entiende que brotan de la misma naturaleza humana y que,
por tanto, son anteriores y superiores a cualquier legislación positiva (aunque, para poder ser reclamados ante
los tribunales de justicia, deban ser explicitados y garantizados por las leyes). Se entiende además que son
derechos universales10, inviolables11 e inalienables12.
La reflexión jurídica sobre los derechos humanos ha señalado tres generaciones de ellos:
Los derechos de primera generación son los derechos civiles y políticos (libertades), y se reivindicaron al
menos desde el siglo XVIII. La persona puede exigir de cualquiera, tanto otras personas como el propio
Estado, que respete sus libertades (de pensamiento, de expresión, de credo, de libre circulación, de
asociación...)
Los derechos de segunda generación empezaron a ser reivindicados a finales del XIX13; son los derechos
sociales, económicos y culturales que, a diferencia de los de primera generación que sólo requieren de una
sociedad determinada el no interferir en el derecho de cada individuo, sí exigen disponer de cuantiosos
medios económicos para garantizarlos, y por ello sólo podrán satisfacerse gradualmente de acuerdo al
momento histórico y a las posibilidades de cada estado (derecho a la educación, a la salud, a la
alimentación, a la vivienda, al trabajo...)
Los derechos de tercera generación son aquellos cuyo titular no es la persona humana individual, sino como
colectivo: comunidades, pueblos, humanidad (derecho al desarrollo, a un medio ambiente sano, a la paz, a
la identidad cultural, a la autodeterminación...)
Por sí misma, la DUDDHH sólo tiene un valor ético; por ello, los países signatarios decidieron elaborar unos
acuerdos que tuvieran carácter vinculante para todos los estados que los firmaran. En 1966 fueron aprobados
por la Asamblea General de Naciones Unidas, en vez de uno como estaba previsto, dos pactos, el Pacto
internacional de derechos civiles y políticos (PIDCP) y el Pacto internacional de derechos económicos, sociales
9
Caben destacar en este proceso, la Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia de 1776, la Declaración de Derechos del Hombre y
del Ciudadano adoptada por la Asamblea Nacional Francesa en 1789 o la Constitución de Weimar de 1919.
10
Válidos para todos los seres humanos sin excepción alguna
11
No es lícito privar a nadie de ellos
12
No se puede renunciar a su titularidad, aunque sí a su ejercicio.
13
Por ejemplo, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 o en la Constitución de Weimar de 1919
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y culturales (PIDESC); para su entrada en vigor era necesario que fueran ratificados al menos por 35 países
miembros, lo cual no se produjo hasta 197614. Por tanto, la guerra fría separó artificialmente los derechos
humanos en derechos civiles y políticos, defendidos con uñas y dientes por el mundo occidental, bajo el
liderazgo de los Estados Unidos, y los derechos económicos, sociales y culturales (DESC), defendidos como
prioritarios por los países del bloque socialista bajo el liderazgo de la URSS.
Entre ambos Pactos hay diferencias sustanciales. Los firmantes del PIDCP se comprometían a una puesta en
práctica inmediata, debiendo establecer los cauces para que cualquier persona que considerara vulnerado uno
de estos derechos pudiera interponer un recurso ante los órganos competentes del Estado. Sin embargo, la
salvaguarda de los derechos económicos, sociales y culturales exige disponer de abundantes recursos
económicos, por lo cual el compromiso de los 142 estados firmantes del PIDESC es solamente el de lograr
progresivamente la plena efectividad de estos derechos15.
Con el final de la guerra fría y el crecimiento del movimiento internacional por los derechos humanos, la
Conferencia Internacional de los Derechos Humanos de Viena (1993) retoma y reafirma los principios básicos
de la DUDDHH:
• Universalidad e inalienabilidad.
• Indivisibilidad.
• Interrelación e interdependencia.
• Equidad y no-discriminación.
• Participación e inclusión.
• Obligación de rendir cuentas y estado de derecho.
Después de considerar la indivisibilidad de los derechos humanos, se reubican los derechos económicos,
sociales y culturales como derechos humanos en situación de igualdad con los derechos civiles y políticos, y se
acelera la necesidad de discusión sobre la operatividad de los derechos de forma interrelacionada e
interdependiente.
El derecho a la alimentación es uno de estos de segunda generación o derechos económicos, sociales y
culturales, cuya garantía genérica se recoge en el art. 22 de la DUDDHH16, y que aparece específicamente
recogido en el art. 25: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, que le asegure, así como a su
familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios
sociales necesarios, tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, u
otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”.
2.2. Evolución posterior de la consideración del derecho a la alimentación
Después de ser incluido en la DUDDHH, el derecho a la alimentación fue también recogido en 1966 en el
PIDESC; en el párrafo 1 de su artículo 11, los Estados reconocen "el derecho de toda persona a un nivel de vida
adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las
condiciones de existencia". En el párrafo 2 del mismo artículo, los Estados reconocen que pueden ser necesarias
otras medidas para garantizar "el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre". Los
Estados Partes adoptarán, individualmente y mediante la cooperación internacional las medidas, incluidos
programas concretos, que se necesitan para:
a)
“Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la plena
utilización de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y el
perfeccionamiento o la reforma de los regímenes agrarios de modo que se logren la explotación y la
utilización más eficaces de las riquezas naturales;
14
España los ratificó en 1977
A este respecto, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha afirmado en la Observación General nº 9 referida a cuestiones
sustantivas que se plantean en la aplicación del PIDESC que “esta flexibilidad coexiste con la obligación de cada Estado Parte de utilizar todos los
medios de que disponga para hacer efectivos los derechos reconocidos en el Pacto...Por eso las normas del Pacto han de ser reconocidas en el
ordenamiento jurídico interno a través de los medios adecuados; las personas individuales o los grupos agraviados han de disponer de medios
adecuados de reparación, o de recurso, y se han de establecer mecanismos adecuados para garantizar la responsabilidad de los gobiernos” (nº 2)
16
Art. 22 DUDDHH: “Toda persona como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener mediante el esfuerzo
nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada estado, la satisfacción de los derechos
económicos, sociales, y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de la personalidad”
15
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b)
Asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las necesidades,
teniendo en cuenta los problemas que se plantean tanto a los países que importan productos
alimenticios como a los que los exportan."
En noviembre de 1974 se celebró en Roma la primera Conferencia Mundial de la Alimentación; la Conferencia
aprobó una Declaración17 (Declaración Universal sobre la Erradicación del Hambre y la Malnutrición), en la que
proclamó que:
1.
“Todos los hombres, mujeres y niños tienen derecho inalienable a no padecer de hambre y
malnutrición, a fin de poder desarrollarse plenamente y conservar sus facultades físicas y mentales. La
sociedad posee en la actualidad recursos, capacidad organizadora y tecnología suficientes y, por tanto,
la capacidad para alcanzar esta finalidad. En consecuencia, la erradicación del hambre es objetivo
común de todos los países que integran la comunidad internacional, en especial de los países
desarrollados y otros que se encuentran en condiciones de prestar ayuda."
En la Declaración se dice igualmente que los gobiernos tienen la responsabilidad de colaborar "para conseguir
una mayor producción alimentaria y una distribución más equitativa y eficaz de los alimentos entre los países y entre
ellos" (párr. 2). Además, debería acordarse la prioridad a la lucha "contra la malnutrición crónica y las
enfermedades por carencia que afectan a los grupos vulnerables y de ingresos más bajos" (párr. 2). En definitiva,
"siendo responsabilidad común de toda la comunidad internacional garantizar en todo momento un adecuado
suministro mundial de alimentos básicos mediante reservas convenientes, incluidas reservas para casos de
emergencia, todos los países deberán cooperar en el establecimiento de un sistema eficaz de seguridad alimentaria
mundial" (párr. 12).
La Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, ratificada por 191 Estados, establece que en su aplicación
los Estados Partes deben:
a)
Adoptar las medidas apropiadas para combatir las enfermedades y la malnutrición, entre otras
cosas mediante el suministro de alimentos nutritivos adecuados y agua potable (art. 24, párr. 2 c)
b)
Asegurar que los padres y los niños reciban información sobre la salud y la nutrición de los niños,
las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental (art. 24, párr. 2 e).
c)
Reconocer el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico (art. 27,
párr. 1), proporcionando asistencia material, particularmente con respecto a la nutrición (art. 27,
párr. 3).
d)
Asegurar el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que tengan la
responsabilidad financiera por el niño (art. 27, párr. 4).
e)
Proteger al niño contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que
pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su
desarrollo (art. 32, párr. 1).
La Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 convocada por la FAO aprobó, el 13 de noviembre de 1996, la
Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial, en la que los participantes en la Cumbre se
comprometieron a aplicar, vigilar y dar seguimiento al Plan de Acción a todos los niveles, en cooperación con la
comunidad internacional, con la finalidad de reducir a la mitad el número de personas desnutridas antes del
201518. A tal efecto, dentro del compromiso 719 se definieron los cinco objetivos siguientes:
"Objetivo 7.1. Adoptar medidas dentro del marco nacional de cada país con miras a mejorar la seguridad
alimentaria y permitir el cumplimiento de los compromisos contraídos en el Plan de Acción de la
Cumbre Mundial de la Alimentación.
Objetivo 7.2. Mejorar la cooperación subregional, regional e internacional y movilizar los recursos disponibles,
haciendo un uso óptimo de ellos para apoyar los esfuerzos nacionales con objeto de conseguir lo antes
posible una seguridad alimentaria mundial sostenible.
Objetivo 7.3. Vigilar activamente la aplicación del Plan de Acción de la Cumbre Mundial de la Alimentación.
17
Informe de la Conferencia Mundial de la Alimentación (E/CONF.65/20), publicación de las Naciones Unidas, Nueva York, 1975, primera parte,
cap. I.
18
Este compromiso ha sido renovado en la Cumbre Mundial de la Alimentación: cinco años después, organizada por la FAO en Roma del 10 al 13
de junio de 2002
19
Aplicar, vigilar y dar seguimiento al Plan de Acción a todos los niveles en cooperación con la comunidad internacional
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Objetivo 7.4. Esclarecer el contenido del derecho a una alimentación suficiente y del derecho fundamental de
toda persona a no padecer hambre, como se declara en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y otros instrumentos internacionales y regionales pertinentes, y
prestar especial atención a la aplicación y la realización plena y progresiva de este derecho como
medio de conseguir la seguridad alimentaria para todos.
Objetivo 7.5. Compartir las responsabilidades de la consecución de la seguridad alimentaria para todos, de
manera que la aplicación del Plan de Acción de la Cumbre Mundial de la Alimentación se lleve a cabo
al nivel más bajo posible al que pueda conseguirse mejor su objetivo."
En mayo de 1999 el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, órgano encargado de supervisar la
aplicación del PIDESC, atendiendo a la solicitud formulada por los Estados Miembros durante la Cumbre
Mundial sobre la Alimentación de 1996 de que se definieran mejor los derechos relacionados con la
alimentación que se mencionan en el artículo 11 del Pacto, aprobó la Observación general Nº 1220 relativa al
derecho a una alimentación adecuada.
En su 56º período de sesiones, la Comisión de Derechos Humanos aprobó la resolución 2000/10, de 17 de
abril de 2000, por la que decidió responder a la necesidad de adoptar un enfoque integrado y coordinado en la
promoción y protección del derecho a la alimentación y nombrar por un período de tres años un Relator
especial sobre el derecho a la alimentación21. La Comisión define en los siguientes términos el mandato del
Relator especial:
"a)
Que solicite y reciba información sobre todos los aspectos de la realización del derecho a la
alimentación, incluida la urgente necesidad de erradicar el hambre, y que responda a esa información;
b)
Que coopere con los gobiernos, las organizaciones intergubernamentales, en particular la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, y las organizaciones no gubernamentales
para la promoción y realización eficaz del derecho a la alimentación, y formule recomendaciones
apropiadas sobre la realización de ese derecho, tomando en consideración la labor ya realizada en esta
esfera en todo el sistema de las Naciones Unidas;
c)
Que identifique los problemas nuevos relacionados con el derecho a la alimentación que se planteen en
todo el mundo."
La Cumbre Mundial de la Alimentación: cinco años después, convocada por la FAO y celebrada entre el 10 y el
13 de junio de 2002, ha reafirmado el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos, ha
reiterado el compromiso de reducción a la mitad del número de personas hambrientas para el 2015, pero al
mismo tiempo ha reconocido que con la tasa anual de reducción que se ha alcanzado en estos años será
imposible cumplir dicho objetivo. Frente a ello, sin embargo, no se realiza un análisis profundo de las causas de
este fracaso ni un cuestionamiento sobre si las estrategias y modelos de desarrollo impulsados son los
adecuados; además se insiste en el incremento de la producción y de la productividad como vía de solución, a
pesar de que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU haya afirmado que el “mundo ya produce alimentos
suficientes para alimentar a toda la población del planeta”22, lo que supone que lo que está fallando son los
mecanismos de distribución y quizás el propio modelo de agricultura industrializada que se viene impulsando23.
2.3. Contenido del derecho a la alimentación
En cumplimiento de su mandato, el relator especial para el derecho a la alimentación, Jean Ziegler, ha publicado
dos informes (febrero 2001 y enero 2002) dedicados al tema. Recogiendo toda la reflexión anterior,
especialmente la establecida por la Observación general nº 12, sintetiza el contenido de este derecho diciendo
que “el derecho a la alimentación es el derecho a tener acceso, de manera regular, permanente y libre, sea
directamente, sea mediante compra en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y
20
Una observación general es una especie de exégesis autorizada de un texto de una convención del que hace una interpretación generalmente
aceptada. La Observación general Nº 12 se refiere al artículo 11 del PIDESC
21
Lo cual fue ratificado por Decisión 2000/219 del Consejo Económico y Social
22
Resolución 2002/25 de la Comisión de Derechos Humanos, párr. 3
23
En esta línea va la crítica realizada en el foro paralelo de ONG y organizaciones de la sociedad civil que, en lugar de hablar de seguridad
alimentaria, propone un enfoque de soberanía alimentaria así como la alternativa de modelos de producción agroecológicos.
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suficiente, que corresponda a las tradiciones culturales de la población a que pertenece el consumidor y que garantice
una vida psíquica y física, individual y colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna”24
Si analizamos el texto de la Observación General nº 12, podemos encontrar algunos elementos constitutivos
de este derecho a la alimentación, que el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales considera
“inseparablemente vinculado a la dignidad humana” e “inseparable de la justicia social”25:
Alimentación suficiente: aquella que aporta una combinación de productos nutritivos suficiente para
satisfacer las necesidades fisiológicas humanas (crecimiento físico y mental, desarrollo, mantenimiento,
actividad física) en todas las etapas del ciclo vital, y según el sexo y la ocupación26
Adecuación: los alimentos o regímenes de alimentación disponibles para satisfacer el derecho a la
alimentación deben ser adecuados para las condiciones sociales, económicas, culturales, climáticas,
ecológicas y de otro tipo imperantes en un espacio y en un tiempo determinado27
Sostenibilidad: posibilidad de acceso a los alimentos por parte de las generaciones presentes y futuras28
Inocuidad: los alimentos deben carecer de sustancias nocivas, para lo cual debe establecerse una gama de
medidas de protección tanto por medios públicos como privados para evitar la contaminación de los
productos alimenticios debido a la adulteración y/o la mala higiene ambiental o la manipulación incorrecta
en distintas etapas de la cadena alimentaria29
Respeto a las culturas: los alimentos deben ser aceptables para una cultura o unos consumidores
determinados, por lo que hay que tener también en cuenta, en la medida de lo posible, los valores no
relacionados con la nutrición que se asocian a los alimentos y el consumo de alimentos, así como las
preocupaciones fundamentadas de los consumidores acerca de la naturaleza de los alimentos disponibles30
Disponibilidad: posibilidades que tiene el individuo de alimentarse ya sea directamente, explotando la tierra
productiva u otras fuentes naturales de alimentos, o mediante sistemas de distribución, elaboración y de
comercialización que funcionen adecuadamente y que puedan trasladar los alimentos desde el lugar de
producción a donde sea necesario según la demanda31
Accesibilidad económica: implica que los costos financieros personales o familiares asociados con la
adquisición de los alimentos necesarios para un régimen de alimentación adecuado deben estar a un nivel
tal que no se vean amenazados o en peligro la provisión y la satisfacción de otras necesidades básicas32
Accesibilidad física: implica que los alimentos adecuados deben ser accesibles a todos en todo momento y
circunstancia33
Hay que entender, según lo que señala el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en la
Observación general nº 1534, que el derecho a una alimentación adecuada incluye el derecho a disponer de agua
suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para uso personal y doméstico. Además señala que el agua
es necesaria para producir alimentos y que por ello, en la asignación del agua, junto a la prioridad que se debe
dar a los fines personales y domésticos, es importante garantizar un acceso sostenible a los recursos hídricos
con fines agrícolas para el ejercicio del derecho a una alimentación adecuada. En este sentido, es especialmente
interesante el siguiente señalamiento hecho por el Comité: “Tomando nota de la obligación establecida en el
párrafo 2 del artículo 1 del Pacto, que dispone que no podrá privarse a un pueblo de ‘sus propios medios de
subsistencia’, los Estados Partes deberían garantizar un acceso suficiente al agua para la agricultura de subsistencia y
para asegurar la de subsistencia de los pueblos indígenas”35.
24
Informe preparado por el Sr. Jean Ziegler, Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, de conformidad con la resolución 2000/10 de la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU. E/CN.4/2001/53, de 7 de febrero de 2001. Se refiere a este tema como justiciabilidad del derecho
a la alimentación
25
Observación general nº 12, párr. 4
26
Observación general nº 12, párr. 9
27
Observación general nº 12, párr. 7
28
Observación general nº 12, párr. 7
29
Observación general nº 12, párr. 10
30
Observación general nº 12, párr. 11
31
Observación general nº 12, párr. 12
32
Observación general nº 12, párr. 13
33
Observación general nº 12, párr. 13
34
E/C.12/2002/11. El derecho al agua (arts. 11 y 12 del PIDESC)
35
Observación general 15, nº 7
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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La misma Observación General nº 12 (párr. 15) establece cuatro obligaciones de los Estados36 firmantes del
PIDESC respecto al derecho a la alimentación37:
1. La obligación de respetar el acceso existente a una alimentación adecuada requiere que los Estados no
adopten medidas de ningún tipo que tengan por resultado impedir ese acceso.
2. La obligación de proteger requiere que el Estado adopte medidas para velar que las empresas o los
particulares no priven a las personas del acceso a una alimentación adecuada.
3. La obligación de facilitar significa que el Estado debe procurar iniciar actividades con el fin de fortalecer
el acceso y la utilización por parte de la población de los recursos y medios que aseguren sus medios
de vida, incluida la seguridad alimentaria.
4. Por último, cuando un individuo o un grupo sea incapaz, por razones que escapen a su control, de
disfrutar el derecho a una alimentación adecuada por los medios a su alcance, los Estados tienen la
obligación de hacer efectivo ese derecho directamente. Esta obligación también se aplica a las personas
que son víctimas de catástrofes naturales o de otra índole38.
Además de las obligaciones de los Estados, la Observación general nº 12 trata las violaciones del derecho a la
alimentación, que pueden producirse por actos tanto directamente realizados por los Estados como por otras
instituciones insuficientemente reguladas por éstos39. Se entiende violado el derecho a la alimentación cuando
un Estado, teniendo capacidad, no garantiza la satisfacción de, al menos, el nivel mínimo esencial necesario para
estar protegido contra el hambre. Hay que distinguir, por tanto, las situaciones en que se produzca falta de
voluntad de un Estado para cumplir sus obligaciones respecto a este derecho de aquellas en que la limitación de
sus recursos le impidan facilitar el acceso a la alimentación a aquellas personas que no son capaces de obtenerla
por sí mismas, en cuyo caso al Estado le compete demostrar que ha hecho todos los esfuerzos posibles por
utilizar todos los recursos de que dispone con el fin de cumplir, con carácter prioritario, esas obligaciones
mínimas40.
Se entiende también violación del derecho a la alimentación toda discriminación en el acceso a los alimentos, así
como a los medios y derechos para obtenerlos, por motivos de raza, color, sexo, idioma, edad, religión,
opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición social41.
Toda persona o grupo que sea víctima de una violación del derecho a la alimentación tiene derecho a una
reparación adecuada que puede adoptar la forma de restitución, indemnización, compensación o garantías de
no repetición, para lo cual debería tener acceso a recursos judiciales adecuados o a otros recursos apropiados
en los planos nacional e internacional. Por ello es importante la incorporación en el orden jurídico interno de
los instrumentos internacionales que reconocen el derecho a la alimentación o el reconocimiento de su
aplicabilidad, ya que entonces los tribunales estarán en condiciones de juzgar las violaciones del contenido
básico del derecho a la alimentación42.
La responsabilidad de la aplicación de los pactos internacionales de derechos humanos, tanto el de derechos
civiles y políticos como el de derechos económicos, sociales y culturales, corresponde a los Estados firmantes.
Sin embargo, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en esta observación general le da
36
De forma genérica, acerca de las obligaciones de los Estados Partes del PIDESC, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
señaló en su Observación General 3 (E/1991/23) que las obligaciones contraídas en el pacto no sólo se limitan a obligaciones de comportamiento
(realización paulatina con las restricciones derivadas de la limitación de recursos), sino que incluyen también obligaciones de resultado, es decir, con
efecto inmediato, señalando de forma ejemplificativa la obligación de los Estados de garantizar que los derechos pertinentes se ejercerán “sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social” y también la obligación de “adoptar medidas”, compromiso que en sí mismo no queda
condicionado ni limitado por ninguna otra consideración, debiendo entenderse a juicio del Comité que, “si bien la plena realización de los derechos
pertinentes puede lograrse de manera paulatina, las medidas tendentes a lograr este objetivo deben adoptarse dentro de un plazo razonablemente
breve tras la entrada en vigor del Pacto”... debiendo ser tales medidas “deliberadas, concretas y orientadas lo más claramente posible hacia la
satisfacción de las obligaciones reconocidas en el Pacto”. Señala incluso el Comité que “por ejemplo, un Estado Parte en el que un número
importante de individuos está privado de alimentos esenciales, de atención primaria de salud esencial, de abrigo y vivienda básicos o de las formas
más básicas de enseñanza, prima facie no está cumpliendo sus obligaciones”.
37
Se puede encontrar una explicación más detallada de estas obligaciones en el mencionado informe del Relator especial. Estos mismos niveles de
obligaciones se encuentran detallados respecto al derecho al agua en la Observación general 15, nº 17 a 29.
38
Estas dos últimas obligaciones, facilitar y hacer efectivo, pueden resumirse en la obligación de realizar. Así se puede encontrar plasmado en
diversos textos.
39
Observación general nº 12, párr. 19. En este párrafo se hace además una enumeración ejemplificativa de algunas actuaciones que constituyen
violación del derecho a la alimentación
40
Observación general nº 12, párr. 17
41
Observación general nº 12, párr. 18
42
Observación general nº 12, párr. 32 y 33
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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entrada a la corresponsabilidad de otros sectores de la sociedad en la realización del derecho a una
alimentación adecuada (los particulares, las familias, las comunidades locales, las organizaciones no
gubernamentales, las organizaciones de la sociedad civil y el sector empresarial privado); el Estado debería
crear medios para facilitar el ejercicio de esta responsabilidad a estos otros actores43.
2.4. Obstáculos del derecho a la alimentación
En su trabajo de análisis de los diferentes aspectos y problemáticas en torno al derecho a la alimentación, el
Relator especial nombrado por la ONU, Jean Ziegler, ha mantenido diálogo con muy diversos actores, tanto
organismos especializados de la propia ONU, como otras instituciones internacionales, organizaciones no
gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, etc. Uno de los puntos de encuentro con algunos de estos
actores, especialmente las ONG, es el considerar que el debate sobre las medidas que deben tomarse para
garantizar la realización del derecho a la alimentación requiere un examen crítico de las condiciones
macroeconómicas que determinan el desarrollo insuficiente de las sociedades del Sur44.
El Relator especial ha identificado siete grandes esferas que afectan directamente la realización del derecho a la
alimentación45:
a)
Los problemas relacionados con la evolución del comercio mundial.
b)
El servicio de la deuda exterior y su incidencia sobre la seguridad alimentaria.
c)
La evolución de la biotecnología y su influencia sobre el acceso, la disponibilidad y la seguridad de
la alimentación.
d)
Las guerras devastadoras de la seguridad alimentaria.
e)
La corrupción.
f)
El acceso a la tierra y el crédito.
g)
La discriminación contra las mujeres y su incidencia sobre la realización del derecho a la
alimentación.
Prácticamente en todas estas esferas se pone de manifiesto una notoria falta de coherencia entre algunas
políticas y actuaciones tanto estatales como de organismos supranacionales y el derecho a la alimentación
consagrado en la DUDDHH y en el PIDESC. El propio Relator especial afirma que “las instituciones de Bretton
Woods, junto con el Gobierno de los Estados Unidos de América y la Organización Mundial de Comercio se oponen
en la práctica al derecho a la alimentación mediante el Consenso de Washington, poniendo el acento en la
liberalización, la desregulación, la privatización y la limitación de los presupuestos nacionales de los Estados, modelo
que en muchos casos produce mayores desigualdades”46
2.5. Protección del derecho a la alimentación
Como hemos visto en los apartados anteriores, en los últimos años se ha producido un notable avance en el
reconocimiento del derecho a una alimentación adecuada. Es necesario completar este análisis atendiendo
también a los medios de protección de este derecho, que será lo que en último término dará una garantía real a
su ejercicio.
En su informe de enero 2002, el Relator especial para el derecho a la alimentación dedica un especial interés a
la posibilidad de que el derecho a la alimentación sea susceptible de ser juzgado por un tribunal de justicia y a
que se pueda obtener por este medio una adecuada reparación en caso de violación47.
Sin embargo, las posibilidades actuales de protección del derecho a la alimentación están condicionadas por la
naturaleza de este derecho, por la forma en que está regulado en la DUDDHH y en el PIDESC y por los pasos
dados en cada Estado.
43
Observación general nº 12, párr. 20
Informe preparado por el Sr. Jean Ziegler, Relator Especial sobre el derecho a la alimentación. E/CN.4/2001/53, de 7 de febrero de 2001.
Párr. 68
45
Se pueden encontrar más desarrolladas en los párrafos 69 a 80 del informe citado.
46
Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, Sr. Jean Ziegler, presentado de conformidad con la resolución 2001/25 de la
Comisión de Derechos Humanos. E/CN.4/2002/58. 10 de enero de 2002. Párr. 138
47
Ibíd. Párr. 30. Hay un tratamiento extenso de este tema en los párrafos 29 a 71 del citado informe.
44
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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A pesar de que la DUDDHH en su preámbulo afirme:
“la Asamblea General proclama la presente Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por
el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones,
inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos
derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su
reconocimiento y aplicación universales y efectivos”
su valor es, como decíamos más arriba, solamente ético. Los compromisos vinculantes para la defensa de estos
derechos se concretaron en el PIDCP y en el PIDESC. Aunque cada uno de estos pactos estableció un sistema
de protección sustancialmente diferente, en el preámbulo de ambos se reconoce que “con arreglo a la
Declaración Universal de Derechos Humanos, no puede realizarse el ideal del ser humano libre, liberado del temor y
de la miseria, a menos que se creen condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos”; el Comité de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales ha señalado la “interdependencia e indivisibilidad de los dos conjuntos de derechos humanos”48.
El derecho a la alimentación está considerado como uno de los derechos económicos, sociales y culturales; por
tanto le es de aplicación el PIDESC, en el cual se establecen los mecanismos de protección para este derecho:
o El art. 2.1 establece con carácter general un criterio de efectividad progresiva de estos derechos:
“Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a adoptar medidas, tanto por separado
como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el
máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive,
en particular, la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos”.
Hay por tanto un compromiso de ir incrementando progresivamente la efectividad de estos derechos,
debiendo tener los Estados firmantes del Pacto una trayectoria activa en la adopción de medidas49 y
teniendo como límite la disponibilidad de recursos. A este respecto hay que recordar que el Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU ha señalado que, en caso de aducir esta limitación
de recursos, la carga de la prueba le compete al Estado:
“En el caso de que un Estado Parte aduzca que la limitación de sus recursos le impiden facilitar el acceso a la
alimentación a aquellas personas que no son capaces de obtenerla por sí mismas, el Estado ha de demostrar que
ha hecho todos los esfuerzos posibles por utilizar todos los recursos de que dispone con el fin de cumplir, con
carácter prioritario, esas obligaciones mínimas”50.
o El art. 2.3 permite interpretar, a sensu contrario, que los países desarrollados tienen obligación de
garantizar los derechos económicos incluso a personas que no sean nacionales suyos:
“Los países en vías de desarrollo, teniendo debidamente en cuenta los derechos humanos y su economía
nacional, podrán determinar en qué medida garantizarán los derechos económicos reconocidos en el presente
Pacto a personas que no sean nacionales suyos”.
o El art. 11, que regula el derecho a la alimentación, establece con carácter general en el final de su párrafo 1
que “Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho,
reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre
consentimiento”, y en su párrafo 2, de una forma más concreta establece:
“Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo el derecho fundamental de toda persona a estar
protegida contra el hambre, adoptarán, individualmente y mediante la cooperación internacional, las medidas,
incluidos programas concretos, que se necesiten para:
a) mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la plena utilización
de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y el
perfeccionamiento o la reforma de los regímenes agrarios, de modo que se logre la explotación y la
utilización más eficaces de las riquezas naturales;
b) asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las necesidades, teniendo en
cuenta los problemas que se plantean tanto a los países que importan productos alimenticios como a los
que los exportan”.
o La regulación de los mecanismos que se establecen para garantizar el adecuado cumplimiento de estos
compromisos se recoge en los artículos 16 a 23, y en síntesis son:
Compromiso de los Estados de presentar al Secretario General de la ONU informes de las medidas
adoptadas y de los progresos obtenidos.
48
Obervación general 3, nº 8
Ver nota nº 36
50
Observación general nº 12, párr. 17
49
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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El Secretario General enviará copia de estos informes al Consejo Económico y Social (ECOSOC) y a
los organismos especializados de acuerdo a las materias de su competencia.
El ECOSOC establecerá un programa con los plazos para la presentación de estos informes.
Posibilidad de que el ECOSOC acuerde con organismos especializados la presentación de informes en
función de su campo de actividad.
El ECOSOC podrá trasladar a la Comisión de Derechos Humanos tanto los informes de los Estados
como de los organismos especializados para su estudio y eventual formulación de recomendaciones de
carácter general.
El ECOSOC podrá presentar a la Asamblea General informes que sinteticen la información recibida de
los Estados y de los organismos especializados así como las recomendaciones de carácter general.
El ECOSOC puede remitir a los órganos de Naciones Unidas, a sus órganos subsidiarios y a los
organismos especializados cualquier cuestión relativa a estos temas dentro de sus correspondientes
esferas de competencia para que éstos se pronuncien sobre las medidas internacionales51 que puede
ser convenientes para la aplicación efectiva y progresiva del Pacto.
Por tanto, a diferencia del PIDCP52, para los derechos económicos, sociales y culturales el PIDESC sólo
establece el mencionado procedimiento de informes.
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU ha dedicado la Observación General nº 9
(E/C.12/1998/24) a tratar la aplicación interna del Pacto. Señala que “no existe ninguna disposición que obligue a
su incorporación general en la legislación nacional o que se le conceda un valor jurídico determinado en ella. Si bien
corresponde a cada Estado Parte decidir el método concreto para dar efectividad a los derechos del Pacto en la
legislación nacional, los medios utilizados deben ser apropiados en el sentido de producir resultados coherentes con el
pleno cumplimiento de las obligaciones en el Estado Parte”53. Explicita asimismo tres principios aplicables que se
derivan del deber de dar efectividad al Pacto54:
Primero, los medios elegidos para dar cumplimiento al Pacto tienen que garantizar el cumplimiento de
las obligaciones derivadas del mismo.
Segundo, ha de tenerse en cuenta qué medios han resultado más eficaces en el país de que se trate
para garantizar la protección de otros derechos humanos y, si éstos difieren significativamente de los
utilizados para los derechos económicos, sociales y culturales, debe haber una razón imperiosa para
ello.
Tercero, es aconsejable la incorporación del Pacto a la legislación interna de los Estados, lo cual
permitiría a los interesados invocar los derechos reconocidos en el Pacto ante los tribunales
nacionales.
La justiciabilidad del derecho a la alimentación queda pendiente de su incorporación y reconocimiento en el
ordenamiento jurídico de los Estados. Así lo señala el mismo Comité:
“La incorporación en el orden jurídico interno de los instrumentos internacionales que reconocen el derecho a la
alimentación o el reconocimiento de su aplicabilidad puede mejorar de modo importante el alcance y la eficacia
de las medidas de remedio y deben alentarse en todos los casos. Los tribunales estarán entonces en condiciones
de juzgar las violaciones del contenido básico del derecho a la alimentación refiriéndose de modo directo a las
obligaciones en virtud del Pacto”55.
En la misma Observación general se afirma que, según lo establecido en el art. 11 del PIDESC, los Estados
firmantes tendrán que “aprobar una estrategia nacional que garantice la seguridad alimentaria y de nutrición para
todos”, y, como instrumento básico de aplicación de esta estrategia, deben considerar la posibilidad de aprobar
una ley marco para el derecho a la alimentación, para cuya elaboración los programas y organismos
51
De acuerdo al art. 23, estas medidas podrán ser: conclusión de Convenciones, aprobación de recomendaciones, prestación de asistencia técnica
y celebración de reuniones regionales y técnicas, para efectuar consultas y realizar estudios, organizadas en cooperación con los Gobiernos
interesados
52
que establece que cada Estado Parte se compromete a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales, las disposiciones legislativas o
de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos los derechos reconocidos en el Pacto
53
Observación general 9, nº 5
54
Ver Observación general 9, nº 7 y 8
55
Observación general nº 12, párr. 33
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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especializados de las Naciones Unidas deben prestar asistencia, si así se les solicita 56. Esto ha sido reiterado
varias veces en los últimos años por la Comisión de Derechos Humanos57.
2.6. El derecho a una alimentación adecuada y la cooperación internacional
Todo lo antedicho sobre la necesidad de que el derecho a la alimentación sea reflejado en las legislaciones
nacionales para que sea justiciable puede hacer pensar que el compromiso de cada Estado de garantizar este
derecho se reduce al nivel interno, a sus nacionales o a las personas establecidas en su territorio. Sin embargo
hay referencias tanto en el PIDESC como en la Observación general nº 12 sobre la dimensión mundial de este
compromiso:
•
El art. 2.1 del PIDESC establece que los Estados Partes se comprometen a adoptar las medidas
necesarias para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos en él reconocidos, tanto por
separado como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, y ello hasta el máximo de los
recursos de que disponga.
•
En el art. 11.1, en el cual se consagra el derecho a la alimentación, se dice que los Estados Partes
tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la
importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento.
•
En el art.11.2, al reconocer el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre,
establece, entre otras cosas, que los Estados Partes adoptarán, individualmente y mediante la
cooperación internacional, las medidas necesarias para asegurar una distribución equitativa de los
alimentos mundiales en relación con las necesidades, teniendo en cuenta los problemas que se plantean
tanto a los países que importan productos alimenticios como a los que los exportan.
•
Al realizar la interpretación autorizada de este derecho a la alimentación, la Observación general nº 12
señala en el párrafo 36 que los Estados Partes deben reconocer el papel fundamental que corresponde a
la cooperación internacional y reafirmar su decisión de adoptar, en colaboración con otros Estados o por
separado, medidas que aseguren la plena realización del derecho a una alimentación adecuada. Además,
al aplicar este compromiso, deben adoptar medidas para respetar el disfrute del derecho a la
alimentación en otros países, proteger este derecho, facilitar el acceso a la alimentación y prestar la
necesaria asistencia cuando sea preciso, así como asegurarse de que, en los acuerdos internacionales, se
preste la debida atención al derecho a una alimentación adecuada, y examinar la posibilidad de elaborar
con tal fin nuevos instrumentos jurídicos internacionales.
•
También en la Observación general, en los siguientes párrafos, se señalan dos situaciones concretas en
las que los Estados tienen que poner especial atención en garantizar este derecho:
Deben abstenerse en todo momento de imponer embargos o medidas semejantes a los
alimentos que pongan en peligro el acceso a la alimentación en otros países; los alimentos no
deben usarse nunca como instrumento de presión política o económica.
Los Estados tienen la responsabilidad conjunta e individual, de conformidad con la Carta de las
Naciones Unidas, de cooperar para prestar socorro en casos de desastre y asistencia
humanitaria en casos de emergencia, incluida asistencia a refugiados y personas desplazadas
internamente. Cada Estado debe contribuir a esta tarea de conformidad con sus capacidades.
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su Observación general 3 dice que, “de acuerdo
con los artículos 55 y 56 de la Carta de las Naciones Unidas, con principios bien establecidos del derecho
internacional y con las disposiciones del propio PIDESC, la cooperación internacional para el desarrollo y, por tanto,
para la efectividad de los derechos económicos, sociales y culturales, es una obligación de todos los Estados” (nº 14).
Por todo ello hay que entender que el compromiso de cada Estado de respetar, proteger, facilitar y hacer
efectivo el derecho a una alimentación adecuada se extiende, a través del cauce de una cooperación
internacional fundada en el libre consentimiento, a toda la comunidad internacional.
56
Ver a este respecto Observación general nº 12, párr. 21 a 30. También, en el informe del Relator especial E/CN.4/2002/58, se hace una
exposición sobre las experiencias concretas de países que han desarrollado este compromiso de regular a nivel interno el derecho a la
alimentación.
57
Ver resoluciones 1999/24, 2000/10, 2001/25 y 2002/25
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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2.7. La iniciativa de un Código de Conducta sobre el derecho a una alimentación adecuada
La idea de un Código de Conducta sobre el derecho a una alimentación adecuada nació antes de la Cumbre
Mundial de la Alimentación en Roma en 1996, y fue una de las peticiones que se hicieron en el foro paralelo a la
Cumbre que reunió a más de mil organizaciones no gubernamentales.
De la recomendación de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de que se examinara la posibilidad de
establecer "directrices voluntarias encaminadas a alcanzar la seguridad alimentaria para todos"58 se ocuparon en
1997 tres organizaciones no gubernamentales: FIAN - por el Derecho a Alimentarse, la Alianza Mundial para la
Nutrición y los Derechos Humanos (WANAHR), y el Instituto Jacques Maritain. A principios de 1997
comenzaron a redactar un código de conducta sobre el derecho humano a una alimentación adecuada, que fue
sometido a un riguroso proceso de examen y enmienda por organizaciones no gubernamentales, hasta que en
septiembre de 1997 se publicó un proyecto definitivo59.
Este proyecto de código ha sido respaldado ya por más de 800 organizaciones no gubernamentales. La propia
Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos reconoció el Código de Conducta que se
convirtió en un importante documento de referencia para la elaboración en el mes de mayo de 1999 de la
Observación General No. 12 del Comité para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (es la
interpretación jurídica más autorizada del derecho a la alimentación adecuada).
El borrador del Código es un documento bien construido, que responde a los dos componentes del
llamamiento hecho por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: que se esclarezca el contenido del derecho a
una alimentación suficiente y del derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre, y que se preste
especial atención a la aplicación y la realización plena y progresiva de este derecho como medio de conseguir la
seguridad alimentaria para todos. Según declara en su preámbulo, pretende proporcionar una guía de conducta
para que la comunidad internacional, los Estados y todo actor relevante de la sociedad civil puedan enfocar
mejor sus políticas y acciones en aquellas personas y grupos vulnerables al hambre, así como proporcionar una
guía para la legislación tanto en los niveles nacional como internacional.
El código establece, además del contenido normativo del derecho humano a una alimentación adecuada, las
correspondientes obligaciones de los Estados tanto a nivel nacional como internacional, las responsabilidades de
las organizaciones internacionales, y la regulación de las empresas económicas y de otros actores, incluidos los
de la sociedad civil. Trata asimismo sobre el marco nacional para la vigilancia y los procedimientos de recurso, y
sobre los mecanismos internacionales de presentación de informes y apoyo.
2.8. Directrices voluntarias para el derecho a la alimentación
El Consejo de la FAO aprobó el 24 de noviembre de 2004 las “Directrices voluntarias para la realización del
derecho a una alimentación adecuada en el contexto de seguridad alimentaria nacional”.
Este documento responde al mandato recogido en la Declaración final de la Cumbre Mundial de la
Alimentación: cinco años después celebrada en Roma en 2002. La Declaración recoge en su párrafo 10 una
invitación “al Consejo de la FAO a que, en su 123º período de sesiones, establezca un Grupo de Trabajo
Intergubernamental, con la participación de los interesados, en el contexto del seguimiento de la CMA, con el fin de
elaborar, en un período de dos años, un conjunto de directrices voluntarias para apoyar los esfuerzos de los Estados
Miembros encaminados a alcanzar la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada en el contexto
de la seguridad alimentaria nacional”. Además se pide “a la FAO que, en colaboración con los órganos pertinentes
creados en virtud de tratados, organismos y programas del sistema de las Naciones Unidas, preste asistencia al Grupo
de Trabajo Intergubernamental, el cual deberá informar sobre sus trabajos al Comité de Seguridad Alimentaria
Mundial”.
58
Plan de Acción, Compromiso 7, Objetivo 7.4
"Código Internacional de Conducta sobre el Derecho Humano a una Alimentación Adecuada". Revista del Instituto Internacional
Jacques-Maritain Nº 56, Roma, 1999. Puede encontrarse también publicado junto por FIAN en su colección de documentos con el título
“Towards a new International Instrument on the Right to Adequate Food”. También se puede encontrar una breve reseña sobre las líneas
generales del Código Internacional de Conducta en un informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de 1998 sobre el derecho a la
alimentación (E/CN.4/1998/21, párr. 18).
59
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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A raíz de esto, en marzo de 2003 se abrió un proceso de trabajo para la elaboración de estas directrices
voluntarias, en el cual participó de manera activa la sociedad civil, a través de diferentes ONG, movimientos y
redes, junto con los Estados miembro de la FAO y otras agencias intergubernamentales de ámbito
internacional. Este grupo de trabajo intergubernamental se reunió en cuatro ocasiones realizándose también un
importante trabajo en los periodos entre sesiones sobre los borradores del texto que se iban presentando.
Las directrices voluntarias son un instrumento práctico de lucha contra el hambre desde los derechos humanos.
Según se señala en el texto oficial “el objetivo de las directrices voluntarias es proporcionar orientación práctica
a los Estados respecto de sus esfuerzos por lograr la realización progresiva del derecho a una alimentación
adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria nacional con objeto de alcanzar los objetivos del Plan de
Acción de la Cumbre Mundial de la Alimentación”.
Las directrices voluntarias tienen en cuenta entre otros principios como la ausencia de discriminación, el
principio de que “todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están
relacionados entre sí”.
A lo largo del texto se remarca reiteradamente el carácter voluntario de las directrices voluntarias. Mientras
que los dos instrumentos, el Código de Conducta y las directrices voluntarias son instrumentos legales no
obligatorios, los Estados miembros optaron por el término directrices voluntarias para subrayar la naturaleza
voluntaria de este empeño y evitar el riesgo de que un código de conducta pudiera eventualmente ser
transformado en un documento legal obligatorio en el futuro lo que ya ha sucedido históricamente con algunos
Códigos de Conducta en el derecho internacional.
Por otro lado, mientras que el contenido de algunas directrices es duro, el compromiso de los gobiernos para
su implementación se recoge con extremo cuidado. Esto refleja también que varios gobiernos se dieron cuenta
durante el proceso que una estrategia de lucha contra el hambre basada en los derechos humanos puede
ciertamente devenir en un proceso de cambios que capacitaría a cada persona para reclamar responsabilidades
a su gobierno.
Las directrices voluntarias no tienen carácter jurídicamente vinculante, sin embargo, sí pueden tener una
importante fuerza de recomendación a los Estados que ya están sujetos a las disposiciones del derecho
internacional, en la medida en que ofrezcan una interpretación de dichas normas jurídicas y orientación para su
implicación práctica60.
Las directrices voluntarias proporcionan más detalles en relación con la definición de los derechos y las
obligaciones que figuran en la Observación general 12. Las directrices voluntarias refuerzan una formulación
vaga o indeterminada del derecho a la alimentación en los textos de los tratados.
Un aspecto que inquieta a los Estados son las implicaciones de estas directrices voluntarias para los Estados
partes del PIDESC y para los que no lo son. La referencia a los Estados miembros en la Declaración final de la
Cumbre Mundial de la Alimentación de 2002 entraña que las directrices voluntarias se aplicarán a todos los
Estados miembros de FAO y de las Naciones Unidas. El grupo de trabajo está abierto a todos los Estados
miembros de FAO y las Naciones Unidas, no sólo a los que son partes del PIDESC.
Al basarse las directrices voluntarias en las interpretaciones del PIDESC, sirven fundamentalmente para facilitar
el cumplimiento por los Estados Partes de sus obligaciones en virtud del Pacto. No obstante, los Estados
miembros de la FAO y las Naciones Unidas que no son partes del PIDESC pueden aplicar igualmente las
directrices voluntarias en la medida que les sea posible y compatible con sus obligaciones jurídicas actuales.61
Aunque la opinión generalizada entre la sociedad civil es que hubiera sido mejor la adopción de un Código de
Conducta sobre el Derecho a la Alimentación jurídicamente vinculante, se encuentran méritos considerables en
las directrices aprobadas:
se trata de la primera ocasión en que un derecho humano es discutido y desarrollado en un ámbito
que no sea una institución específica de derechos humanos;
el sistema de trabajo basado en el grupo de trabajo intergubernamental formado por Estados y
agentes de la sociedad civil y otras agencias intergubernamentales representa un hito importante;
a pesar de que no se señalan en una única frase los tres niveles de obligaciones de los Estados respecto
a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, “respetar”, “proteger” y “garantizar”las directrices
voluntarias contienen a lo largo del texto las tres obligaciones;
60
“Implicaciones de las directrices voluntarias para los Estados Partes del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y para
los que no lo son”. IGWG RTFG INF/1 FAO Febrero 2004.
61
Ibídem.
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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el texto recoge una directriz y una sección específicas para la dimensión internacional del derecho a la
alimentación. En esta sección se abordan cuestiones tan importantes como el comercio internacional,
la deuda externa o la ayuda alimentaria internacional, entre otras;
por primera vez se reconoce el tratamiento de “defensores de derechos humanos” para aquellas
personas que trabajan por la realización del derecho a la alimentación.
El desarrollo de las directrices voluntarias es uno de los pocos elementos que pueden contribuir de manera
substancial a la lucha contra el hambre. Una vez aprobadas comienza la fase más compleja, la asunción e
implementación por parte de los Estados y otros actores relacionados con el derecho a la alimentación, así
como el seguimiento de esta implementación. En este sentido quedan aún muchos interrogantes, ya que no
existe un compromiso claro por parte de los Estados miembros sobre cómo y quién asumirá estas tareas de
seguimiento de la implementación de las directrices voluntarias.
También es importante el trabajo que se puede hacer desde las organizaciones de la sociedad civil del Norte y
del Sur en la difusión y seguimiento de las directrices.
2.9. Conclusiones de esta aproximación jurídica
1.
El reconocimiento del derecho a una alimentación adecuada como derecho humano ha tenido un
interesante proceso de consolidación en los últimos años. Con todo, la forma en que está consagrado, sus
mecanismos de protección, el papel de las organizaciones internacionales, las diferencias entre el nivel
nacional y el internacional, nos hace ver que estamos ante un tema complejo y difícil.
2.
Los mecanismos de protección establecidos por el PIDESC son muy limitados, como se ha señalado más
arriba. Sin embargo, no se están utilizando en profundidad como sería de desear, ya que incluso hay
Estados que no presentan los preceptivos informes62.
3.
Conseguir un mayor nivel de protección de este derecho pasa por su incorporación a los ordenamientos
jurídicos de los Estados. Es necesario por tanto presionar en este sentido, aprovechando iniciativas ya
existentes, como la propuesta del Código de Conducta o el proceso de elaboración de las Directrices
Voluntarias.
4.
El criterio de efectividad progresiva reflejado en el art. 2.1del PIDESC parece estar directamente
relacionado con el alto costo económico que supondría una garantía total e inmediata de estos derechos y
con la limitación de recursos de los Estados. Sin embargo, hay algunos aspectos relacionados con la
protección del derecho a la alimentación que no entrañarían tan alto costo económico –por tanto no
tendrían que estar sometidos a efectividad progresiva- y que requerirían una actuación de los órganos de
Naciones Unidas o incluso de instancias judiciales, como el Tribunal Internacional de Justicia. Así por
ejemplo:
Se debería verificar que los diferentes Estados están adoptando las medidas adecuadas y necesarias
en progresión y proporción razonable a los recursos disponibles.
Se debería determinar cuándo se han producido violaciones del derecho a la alimentación,
especialmente cuando se trate de incumplimientos de los Estados de sus deberes de respetar y
proteger, y cuáles deben ser las formas de reparación y de sanción.
Se debería verificar, desde un principio de coherencia, que en la firma de acuerdos internacionales o
en la adopción de políticas agrícolas, comerciales o financieras por parte de Estados firmantes del
PIDESC no se producen situaciones que pongan en riesgo, impidan o incluso violen el derecho a la
alimentación.
Habida cuenta de que un órgano de Naciones Unidas reconoce públicamente que el mundo ya
produce suficientes alimentos para garantizar el derecho a la alimentación de todos los habitantes
del planeta, y habida cuenta de que las propias Naciones Unidas reconocen la existencia de más de
800 millones de hambrientos en el mundo, debe entenderse incumplido el mandato del art. 11.2 del
PIDESC de asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las
necesidades. Puesto que el volumen de alimentos disponibles es superior al de las necesidades, esta
62
Informe del Relator especial E/CN.4/2002/58, párr. 68
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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distribución equitativa debería ser exigible ya. Las propias Naciones Unidas deberían analizar en
profundidad las causas de este incumplimiento y hacer las denuncias correspondientes.
5.
Si bien es muy importante el nivel de los compromisos de cada Estado para garantizar el derecho a la
alimentación a nivel interno, no debe dejarse en segundo plano la responsabilidad que cada Estado tiene
por el impacto negativo que puedan tener sus políticas sobre el ejercicio de este derecho en otros países,
así como el deber de colaborar en la garantía del derecho a una alimentación adecuada en otros países a
través de sus compromisos de cooperación internacional.
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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3. APROXIMACIÓN ECONÓMICA, POLÍTICA Y SOCIAL
3.1. Evolución de la situación de hambre
Según datos de la FAO63, en 1969-71 había en los países en desarrollo 920 millones de personas afectadas por
problemas de desnutrición64, lo que suponía el 35 % de su población, mientras que en 2000-2002 la cantidad
era de 815 millones, y representaba en torno al 18 %65. Para este organismo, la reducción de la desnutrición en
el mundo se ha desacelerado; la reducción del número de personas hambrientas en los países en desarrollo en
el decenio a partir de 1990 (fecha de referencia para los objetivos establecidos por las cumbres mundiales de la
alimentación y por la Cumbre del Milenio) ha sido de 9 millones, lo cual deja muy lejos los objetivos marcados
por la comunidad internacional.
El mismo organismo especializado de Naciones Unidas aporta una serie de matizaciones sobre los datos
mencionados:
En los primeros cinco años del decenio hubo una reducción de 27 millones en las cifras de personas
hambrientas, pero en los cinco años siguientes hubo un retroceso de casi 4 millones al año manifestando
una tendencia muy negativa.
Las buenas cifras de la primera mitad del decenio se debieron en buena medida a los logros de China
(reducción en 50 millones) e India (reducción en 13 millones), aunque en realidad, en el resto de países en
desarrollo, en ese mismo período se produjo un aumento de 34 millones.
En la segunda mitad del decenio el ritmo se desaceleró en China (que sólo logró una reducción de 4
millones) y se produjo un vuelco en India (con un incremento de 18 millones). Las cifras en el resto de
países en desarrollo se han mantenido estables –sin notables aumentos ni reducciones- en ese período.
La FAO señala como especialmente interesante el menor crecimiento de las cifras de hambre en Africa
Subsahariana que ha pasado de incrementos anuales de unos 5 millones en los primeros años del decenio a
incrementos de un millón en la segunda mitad, y que además ha tenido una reducción también en el
porcentaje de hambrientos sobre el conjunto de la población del 36 % (en 1990) al 33 %. Sin embargo hay
que señalar que esta mejoría es muy tímida y que no apunta a un cumplimiento de los compromisos
internacionales de reducción del hambre.
La región con mayores aumentos en las cifras de hambrientos, tanto porcentuales como absolutas, durante
todo el decenio es Africa Central.
No se pueden buscar causas simples que expliquen los aumentos o reducciones en las cifras de
desnutrición ya que hay muchos factores que intervienen y que individualizan cada caso: producción
nacional de alimentos, disponibilidad de alimentos, situaciones de conflicto, catástrofes naturales, recursos
disponibles, inversión nacional en agricultura, estabilidad política y social, presión de la deuda externa,
incidencia del comercio internacional, programas de ayuda alimentaria, incidencia de la situación de salud
en la capacidad de trabajo (por ejemplo, SIDA), nivel educativo, etc.
En los últimos datos de la FAO66, para el período desde 1990-92 hasta 2000-2002, unos 20 ó 25 países
experimentaron incrementos en el porcentaje de personas subnutridas.
En el período comprendido entre 1995-97 y 2000-2002 el número de personas subnutridas en el mundo
ha aumentado a un ritmo de unos 6 millones por año.
La medición de la desigualdad en el acceso a alimentos es muy diferente si se hace entre países o entre familias
de un mismo país. La FAO hace una análisis de la desigualdad entre países por períodos (1969-71, 1979-81,
1990-92 y 1997-99) estableciendo diez categorías según el suministro de energía alimentaria (SEA), que van
desde países que tienen una media inferior a 1.900 kcal/per cápita/día hasta los que tiene 3.500 o más, y
utilizando un coeficiente (de Gini67) que oscila entre 0 y 1. Los valores promedios a nivel mundial en los cuatro
períodos mencionados han sido de 0.116, 0.105, 0.091 y 0.089, demostrando por tanto una disminución
importante de los niveles de desigualdad.
63
Ver al respecto los informes “El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2001” , “2002”, “2003” y “2004”, disponibles en la página
web de la FAO. Las versiones en castellano están también disponibles en la página web de Prosalus.
64
Para ese mismo período el total mundial de desnutridos era de 956 millones
65
Para este período, que es el último para el que la FAO tiene datos sistematizados, el total mundial de desnutridos ascendía a 852 millones
66
“El Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2004”
67
El coeficiente de Gini varía desde 0, que supone una absoluta igualdad entre las unidades analizadas, y 1, que supone la desigualdad absoluta o la
concentración en una única unidad.
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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En cada uno de los países es más difícil hacer esta medición; sin embargo la FAO ha conseguido reunir y
sistematizar datos referentes a 23 países en desarrollo en el período 1970-93 no propiamente sobre
disponibilidad de alimentos sino sobre ingresos, y ha observado que la desigualdad interna es mucho mayor, ya
que los valores del coeficiente de Gini oscilan entre 0.25 y 0.55. Este organismo entiende que “aunque se ha
registrado una reducción constante de la desigualdad del acceso a los alimentos entre los distintos países del
mundo, no es posible discernir una tendencia análoga entre los distintos hogares dentro de los países en
desarrollo”68.
A este respecto podemos señalar que “las cifras medias nacionales de ingestión de alimentos en muchos países
en vías de desarrollo pueden ser engañosas respecto a la situación real en que se encuentra buena parte de su
población. Si la distribución de la renta es muy desigual, los grupos de población de menor nivel de ingresos
pueden estar padeciendo una situación de inseguridad alimentaria que no queda suficientemente revelada a
través de un enfoque nacional”69
Otro aspecto importante a tener en cuenta en este análisis sobre la evolución del hambre es el de las
tendencias previstas en cuanto a crecimiento de población, a su clasificación como rural o urbana, y a la porción
que se dedica a la agricultura. Para 1999 tenemos las siguientes cifras agrupando los países en desarrollo por
regiones:
POBLACIÓN
POBLACIÓN POBLACIÓN
TOTAL
RURAL
AGRÍCOLA70
(en millones)
(en millones)
(en millones)
AFRICA SUB-SAHARIANA
626
417
384
ORIENTE MEDIO Y NORTE DE AFRICA
296
121
84
EUROPA DEL ESTE Y ASIA CENTRAL
478
154
86
ASIA DEL SUR
1344
970
750
SUDESTE ASIÁTICO Y PACIFICO
1836
1184
1119
AMERICA LATINA Y CARIBE
505
126
110
CONJUNTO DE REGIONES EN DESARROLLO
5085
2971
2534
Fuente: FAOSTAT
Las predicciones para los próximos treinta años estiman que la población de los países en desarrollo seguirá
creciendo aunque a un ritmo más lento, desde el actual 1,8 % anual hasta un 1,2 % en 2030. La proporción de
población rural decrecerá desde el actual 60 % hasta un 44 % en 2030, pero además, a partir de 2020
disminuirá en números absolutos. Esta misma tendencia afectará a la población agrícola, como podemos ver en
el siguiente gráfico71:
68
El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2001
Agricultura, comercio y alimentación. Raúl Compés, José Mª García y Ernest Reig. Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
70
Se entiende aquí por población agrícola aquel conjunto de personas que depende para su supervivencia de la agricultura, caza, pesca o
silvicultura, incluyendo tanto a las personas que activamente desempeñan estas actividades como a los familiares no trabajadores bajo su
dependencia.
71
Estos datos y este gráfico están tomados del libro “Farming systems and poverty”, publicado por la FAO y el Banco Mundial
69
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20
PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
7000
6000
5000
4000
3000
2000
1000
TOTAL
RURAL
AGRICOLA
30
20
20
10
20
00
20
90
20
80
19
70
19
19
19
19
60
0
50
POBLACION (en millones)
_______________________________________________________________________________________________________
Gráfico aproximativo a partir del publicado en Farming Systems
Esta tendencia podría tener una incidencia muy negativa en la reducción de la desnutrición:
Por un lado, porque habitualmente las poblaciones rurales que emigran a las ciudades no suelen
mejorar sus niveles de ingresos, se hacinan en barrios suburbiales con pésimas condiciones, y
pierden incluso la posibilidad de tener algún cultivo para su propia alimentación
Por otro lado, porque esta desproporción entre población urbana y rural, y la reducción relativa
de población agrícola respecto al total, puede suponer una disminución de la producción agrícola
per cápita en estos países pobres, una creciente dependencia de importaciones de alimentos y
posiblemente una reducción del acceso a los mismos para amplias capas de población.
Por tanto, la consideración de los modelos agrícolas que se impulsan en estos países así como el apoyo a
determinadas formas de desarrollo rural podrían ser elementos fundamentales en la lucha contra el hambre.
En una propuesta presentada por la FAO en junio de 2002, llamada Programa de Lucha contra el Hambre, se
hacía una cuantificación de la inversión necesaria para hacer factible el objetivo de reducir a la mitad el número
de hambrientos en el 2015. Una actuación nacional e internacional dirigida a reducir el hambre mediante el
desarrollo agrícola y rural y un mayor acceso a los alimentos tendría un coste anual de 24.000 millones de
dólares USA; esta cifra es apenas una doceava parte de lo que las naciones de la OCDE destinaron en 2001 a
apoyar su propia agricultura.
3.2. Ayuda alimentaria
3.2.1. Concepto y evolución
Una de las primeras respuestas ante las situaciones de hambre ha sido la ayuda alimentaria. El diccionario de
Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo72 la define como “una transferencia de recursos a
determinados países o sectores en forma de alimentos, bien donados o bien vendidos con al menos un 25% de
concesionalidad (esto es, de subsidio), así como en forma de donaciones monetarias o créditos (con un plazo
de reembolso de tres años o más) ‘ligados’ a compras alimentarias”.
De la mencionada definición se desprende que al hablar de ayuda alimentaria no hacemos referencia única y
exclusivamente a donaciones gratuitas, sino de ventas en unas condiciones más favorables que las que pueda
ofrecer el mercado.
En el mencionado diccionario, la ayuda alimentaria aparece clasificada por un doble criterio:
a) En función de sus donantes:
bilateral: de gobierno a gobierno;
multilateral: enviada por agencias internacionales;
72
Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo- Icaria/Hegoa (2000)
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21
PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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no gubernamental: a través de ONG.
b) En función de su utilización:
ayuda alimentaria por programas: enviada de un gobierno a otro para que éste la ponga a la venta en el
mercado. No está orientada específicamente a sectores vulnerables sino que se concede para objetivos de
desarrollo general del país receptor;
ayuda alimentaria por proyectos: se orienta de forma directa a objetivos específicos de desarrollo y a
beneficiarios seleccionados entre sectores vulnerables;
ayuda de emergencia: donaciones gratuitas para los que sufren crisis alimentarias derivadas de un desastre.
Los orígenes de la ayuda alimentaria hay que buscarlos en el Plan Marshall, iniciativa puesta en marcha por el
gobierno de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de colaborar en la
reconstrucción de una Europa que había quedado arrasada como consecuencia de la mencionada guerra.
Además de este objetivo, en la mente de los gobernantes estadounidenses había una preocupación: cómo dar
salida a los excedentes agrícolas para evitar la caída de los precios, y la salida se produjo con el marchamo de
“ayuda alimentaria”. De hecho, los Estados Unidos coparon la ayuda alimentaria hasta 1963, fecha en la que se
funda el Programa Mundial de Alimentos.
La ayuda como salida para excedentes se mantiene hasta la década de los 70. En 1974, en la Conferencia
Mundial de la Alimentación se hace un nuevo planteamiento, pasando de la ayuda alimentaria como colocación
de excedentes a ayuda encaminada al desarrollo y a apoyar políticas de seguridad alimentaria diseñadas por el
país receptor.
En los años 80, la ayuda alimentaria está muy influenciada por la situación internacional, destacando las
repercusiones que tienen los programas de ajuste estructural en los países en vías de desarrollo y en economías
emergentes, la reducción de subsidios a alimentos básicos, el deterioro de las condiciones de vida de millones
de personas y la proliferación de crisis humanitarias cuyo resultado ha sido el incremento de la ayuda
alimentaria de emergencia.
En 1994 se inicia el camino para la liberalización de la estructura del mercado mundial en las negociaciones de la
llamada Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio). Por primera vez se
incluye un acuerdo sobre agricultura.
La liberalización de los mercados agrícolas tiene consecuencias positivas y negativas, repercutiendo estas
últimas de forma directa en los países menos desarrollados por reducir su capacidad de importar los alimentos
que necesitan. En opinión de Karlos Pérez de Armiño73, “los firmantes del Acta Final de la Ronda Uruguay
reconocieron que la liberalización, con su probable alza o inestabilidad de los precios, mermaría la capacidad de
los países pobres de importar comercialmente los alimentos que necesitan. Por ello acordaron también la
denominada Decisión de Marrakech, o decisión sobre medidas relativas a los posibles efectos negativos del
programa de reforma sobre los países menos desarrollados y países en desarrollo importadores netos de
alimentos, la cual promete proporcionar una red de seguridad y compensación a dichos países por los posibles
efectos negativos de la puesta en práctica de la Ronda Uruguay”.
Tanto el Acuerdo Agrícola de la Ronda Uruguay como la creación de la Organización Mundial del Comercio
(OMC) en 1995 han supuesto cambios destacables tanto en el concepto como la ejecución de la ayuda
alimentaria, en el sentido de orientarse a la seguridad alimentaria y el desarrollo. Sin embargo, como señala
Karlos Pérez de Armiño74 esta orientación “choca aún con la resistencia de quienes (como Estados Unidos y
Japón) todavía quieren seguir utilizando parte de ella como ventas concesionales, en particular cuando
aumentan los excedentes y cae la demanda”.
Ambas tendencias aparecen en el Convenio de Londres (13/04/1999) firmado por Argentina, Australia, Canadá,
Comisión Europea y sus Estados miembros, Japón, Noruega, Suiza y Estados Unidos. Dicho Convenio presenta
avances tales como abogar por la coherencia de políticas de cooperación al desarrollo; diversificación de
productos; priorización de países menos desarrollados; se potencia la práctica de compras en el país receptor
de la ayuda alimentaria y triangulares (en terceros países en desarrollo). Sin embargo, queda en el alero la
73
74
Ayuda alimentaria y desarrollo – Hegoa (2000)
Ibídem.
Versión revisada a fecha 24/01/05
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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aplicación del Convenio, ya que no se establecen ni mecanismos de seguimiento y evaluación ni sanciones por
incumplimiento.
3.2.2. Críticas a la ayuda alimentaria
La ayuda alimentaria, como forma de ayuda internacional, ha recibido fuertes críticas. En primer lugar, se ha
puesto en tela de juicio la utilización que se ha hecho de la ayuda alimentaria como arma política, económica e
incluso militar. Especialmente significativa ha sido la actuación de los Estados Unidos durante la Guerra Fría y
con posterioridad a ella, premiando a los “regímenes fieles”.
Esta utilización de la ayuda ha tenido, en muchos casos, consecuencias negativas para los países receptores que
se han visto obligados a cambios políticos y económicos que han repercutido negativamente en los grupos
humanos más vulnerables.
En segundo lugar, la ayuda alimentaria ha promovido alteraciones significativas en los hábitos de consumo,
introduciendo productos inadecuados, cuando no contrarios, a las prácticas alimenticias de un determinado
país. Se ha olvidado el factor cultural de la nutrición.
En tercer lugar, se puede crear síndrome de dependencia, dejando a un lado las reformas necesarias en los
sectores agrícolas para alcanzar la seguridad alimentaria en los países receptores.
Por último, la ayuda alimentaria no llega siempre a los más necesitados o llega a destiempo y en condiciones de
dudosa calidad.
3.3. Seguridad e inseguridad alimentaria. Concepto y evolución
En la Cumbre de la Alimentación celebrada en Roma en 1996 se definió la seguridad alimentaria como
“situación que se da cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes
alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los
alimentos para llevar una vida activa y sana”.
En la Cumbre de la Alimentación del año 2002 se subraya “la necesidad de disponer de alimentos
nutricionalmente adecuados e inocuos y resaltamos la necesidad de prestar atención a las cuestiones
nutricionales como parte integrante de los esfuerzos para promover la seguridad alimentaria”.
En ambos conceptos se pone el acento en la cobertura de las necesidades de alimentación y no se tienen en
cuenta aspectos tan fundamentales como el sistema productivo agrícola, ganadero y la pesca. Tampoco se hace
alusión al sistema comercial. Como consecuencia de tales “olvidos”, Vía Campesina (organización creada en el
año 1992 que aglutina a más de 100 organizaciones campesinas y rurales de todo el mundo) ha acuñado el
concepto de soberanía alimentaria, que se analiza más adelante.
Como señala Karlos Pérez de Armiño75 el concepto de seguridad alimentaria ha evolucionado, especialmente
con la teoría de la titularidad del premio Nobel de Economía, Amartya Sen. Dicha evolución se ha producido,
en primer lugar, en lo referente a la atribución de las causas del hambre y las hambrunas pasando de la teoría
de la escasez a la de la dificultad de acceso a los alimentos. En segundo lugar, por lo que respecta a la
realización de los análisis, se ha pasado de la obtención de datos a escala nacional (seguridad alimentaria
nacional - SAN) a considerar la situación específica de las familias más vulnerables (seguridad alimentaria familiar
- SAF).
El Banco Mundial en su informe “La pobreza y el hambre” define la SAF como “el acceso de todas las personas,
en todo momento, a cantidades de alimentos suficientes para una vida activa y saludable”. En opinión del autor
anteriormente citado76, la “SAF se asienta sobre cuatros conceptos básicos: suficiencia de comida, acceso al
alimento, seguridad y tiempo”.
75
76
Ibídem
El incendio frío – Icaria/Antracit (1996)
Versión revisada a fecha 24/01/05
23
PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Al hablar de suficiencia de comida se sigue discutiendo sobre la dieta, siendo difícil establecer las calorías que
necesita cada individuo, porque intervienen diversos factores: sexo, crecimiento físico, tipo de trabajo, situación
geográfica, condiciones de salud...
La relación entre seguridad alimentaria y acceso al alimento proviene de la teoría de la titularidad de Amartya
Sen, según77 la cual para garantizar la seguridad alimentaria hay que dotar de recursos económicos a los
sectores más vulnerables para que puedan adquirir alimentos, para que puedan tener acceso a alimentos. En
consecuencia, no basta el simple incremento de los mismos para lograr el objetivo de seguridad alimentaria.
La apreciación del factor tiempo introduce una novedad y contrapone seguridad a inseguridad alimentaria.
Según el Banco Mundial78 “hay dos clases de inseguridad alimentaria: crónica y transitoria. La inseguridad
alimentaria crónica consiste en una dieta continuamente deficiente a causa de la imposibilidad de adquirir
alimentos. Afecta a las unidades familiares que constantemente carecen de capacidad para comprar, o para
producir, suficientes alimentos. La inseguridad alimentaria transitoria es una disminución temporal del acceso
de una unidad familiar a suficientes alimentos, como resultado de inestabilidad en los precios o la producción de
alimentos, o de los ingresos familiares; en su peor forma desemboca en las hambrunas”.
“La caracterización de una situación como de inseguridad alimentaria tiene que ver con la carencia de
abastecimientos alimentarios adecuados para cubrir las necesidades de nutrición de la población, con la
insuficiencia de recursos de una parte de ésta para poder manifestar en el mercado una demanda que cubra
dichas necesidades, o con ambas cosas a la vez”79. De ahí se deduce que puede darse la situación de que en un
determinado país encontremos excedentes, o incluso sea exportador neto de alimentos y que una parte de su
población sufra inseguridad alimentaria, debido a la imposibilidad de acceso al carecer de poder adquisitivo
suficiente.
“La FAO ha elaborado un conjunto de indicadores de seguimiento de la seguridad alimentaria mundial y de los
principales factores de vulnerabilidad. [...] Para ello esta organización se ha basado en datos cuantitativos sobre
variables relacionadas con la ingestión diaria de calorías y el acceso a los alimentos, la base de recursos
naturales, la estructura y el nivel de desarrollo de las economías nacionales correspondientes, los rendimientos
por hectárea de los principales cultivos cerealistas y la incidencia de los conflictos civiles”80. Del mencionado
estudio se desprende que la situación de África Subsahariana es, con diferencia, la más preocupante del planeta.
“La reducción de la inseguridad alimentaria que hoy padece una parte importante de la población mundial es un
objetivo cuyo logro está rodeado a medio plazo de una gran incertidumbre en los países más duramente
afectados por una situación de insuficiencia en las satisfacción de las necesidades alimentarias. En muchos de
ellos ni siquiera el mantenimiento del estado de cosas actual resulta probable y las previsiones apuntan a un
descenso del consumo alimentario per cápita. [...] La vía fundamental que se recomienda para mejorar la
alimentación de millones de personas en estos países radica en el aumento de la producción agrícola nacional,
lo que requiere a su vez un esfuerzo importante para elevar los rendimientos agrícolas, particularmente en
aquellos países como los situados en el África Subsahariana”81.
Según el documento de Cáritas Española “Por la dignidad de los pueblos”82, publicado con motivo de la
Cumbre de la Alimentación, celebrada en Roma en el mes de junio del año 2002, las causas de la inseguridad
alimentaria no se deben exclusivamente a desastres ecológicos o naturales, sequías, guerras, ineficacia de las
agriculturas tradicionales o epidemias y plagas, sino que es preciso hacer un análisis más profundo y considerar
cuatro grupos de causas:
a) Explotación descontrolada de los recursos naturales que adquiere diversas formas que van desde la
esquilmación de recursos naturales (petróleo, minerales, bienes marinos, forestales y genéticos),
pasando por la apropiación de los conocimientos ancestrales relacionados con el uso de las semillas,
plantas medicinales, el uso y degradación de tierras y, por último, la contaminación atmosférica
causada en gran parte por los países industrializados.
77
Ibídem.
Ibídem.
79
Agricultura, comercio y alimentación – M. de Agricultura, Pesca y Alimentación (2002)
80
Ibídem.
81
Ibídem.
82
Por la dignidad de los pueblos – Programa Rural – Cáritas Española (2002)
78
Versión revisada a fecha 24/01/05
24
PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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b) Dificultades de acceso a los recursos de la tierra e injusta distribución de los mismos: tierra, agua,
biodiversidad y bosques.
c) Políticas económicas y comerciales aplicadas al sector agrario derivadas de la Organización Mundial del
Comercio (OMC) y la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea.
d) Desastres naturales y catástrofes humanitarias.
En opinión de Karlos Pérez de Armiño83, “las actuaciones gubernamentales y de la ayuda internacional contra la
inseguridad alimentaria sólo serán efectivas si tienen un carácter integrado, cubriendo intervenciones en
diferentes campos: no basta con facilitar el acceso al alimento de forma puntual, sino que es necesario
promover sistemas de sustento seguros que garanticen tal acceso de forma continuada, a la vez que son
necesarias intervenciones también en materia de salud y de cuidado de los familiares dependientes
(especialmente los niños)”.
El concepto de seguridad alimentaria desde su aparición ha sufrido transformaciones importantes, al tiempo
que ha sido puesto en tela de juicio por los “olvidos” a los que se hacía referencia al principio. La Cumbre de la
Alimentación celebrada en Roma, en junio de 2002, supuso un reforzamiento de la teoría de la soberanía
alimentaria que venía impulsada por organizaciones, en su mayoría del Sur, teoría que sin olvidar los principios
de seguridad alimentaria, va más allá, introduciendo factores novedosos.
3.4. Hacia la soberanía alimentaria
Como apuntábamos más arriba, el concepto de soberanía alimentaria ha sido potenciado y apoyado desde Vía
Campesina. En septiembre de 2001 se reunieron en La Habana delegados y delegadas de organizaciones
campesinas, indígenas, asociaciones de pescadores, ONG, académicos, investigadores y representantes de 60
países en el llamado Foro Mundial sobre la Soberanía Alimentaria, en cuya declaración final84 se establece que
“la soberanía alimentaria es la vía para erradicar el hambre y la malnutrición y garantizar la seguridad alimentaria
duradera y sostenible para todos los pueblos. Entendemos por soberanía alimentaria el derecho de los pueblos a
definir sus propias políticas y estrategias sostenibles de producción, distribución y consumo de alimentos que
garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, basado en la pequeña y mediana producción,
respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción
agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales en los cuales la mujer desempeña un papel
fundamental”.
En los días previos a la Cumbre Mundial de la Alimentación: cinco años después, celebrada en Roma, en junio
de 2002, se reunió el Comité Internacional de Planificación de las organizaciones no gubernamentales y de la
sociedad civil (ONG/OSC) para dicha Cumbre. En la declaración final se dedica una amplio espacio a la
soberanía alimentaria y se especifica que con este término “nosotros expresamos la demanda de las OSC para que
los agricultores y otros productores alimentarios tengan el derecho de definir sus políticas y estrategias para la
producción sostenible, la distribución y el consumo de los alimentos. Respetando las diferentes culturas y la diversidad
de formas de producción agrícolas por parte de campesinos, pescadores e indígenas es posible que la pequeña y
mediana producción se convierta en la base de la soberanía alimentaria. En este sentido, la soberanía alimentaria no
significa autarquía o proteccionismo. La soberanía alimentaria no acabará con el comercio agrícola y pesquero
internacional”.85
La soberanía alimentaria requiere:86
Dar prioridad a la producción de alimentos para mercados domésticos y locales, basados en
explotaciones campesinas y familiares diversificadas y en sistemas de producción agroecológicos.
Asegurar precios justos para los campesinos, lo que significa el poder para proteger los mercados
interiores de las importaciones a bajo precio y “dumping”.
83
El incendio frío – Icaria/Antracit (1996)
Declaración final del Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria (2001)
85
Ganancias para pocos o alimentos para todos – ONG/OSC (2002)
86
Declaración política del Foro de las ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria (2002)
84
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Acceso a la tierra, al agua, a los bosques y a la pesca y otros recursos productivos a través de una
redistribución genuina, no con las fuerzas del mercado, incluyendo “reformas del mercado de la tierra”
financiadas por el Banco Mundial.
Reconocimiento y promoción del papel de la mujer en la producción alimentaria y acceso equitativo y
control de los recursos productivos.
Control de la comunidad sobre los recursos productivos, en oposición a las corporaciones propietarias
de tierras, agua y recursos genéticos y otros.
Protección de las semillas base de la alimentación y de la vida misma para el libre intercambio y uso de
los campesinos, lo que significa no patentar la vida y una moratoria sobre las semillas genéticamente
modificadas que llevan a una contaminación de la diversidad genética esencial de plantas y animales.
Inversión pública para fomentar la actividad productiva de familias y comunidades dirigidas a aumentar el
poder, el control local y la producción alimentaria para los pueblos y los mercados locales.
La soberanía alimentaria implica, entre otras medidas,87:
La garantía al acceso a una alimentación sana y suficiente para todas las personas, principalmente para los
sectores más vulnerables, como obligación ineludible de los Estados nacionales y el ejercicio pleno de
derechos de la ciudadanía.
La puesta en marcha de procesos radicales de reforma agraria integral adaptados a las condiciones de
cada país y controlados por las organizaciones campesinas.
El cese de las prácticas desleales que establecen precios de mercado por debajo de los costos de
producción y aplican subvenciones a la producción y subsididos a las exportaciones.
La prohibición de la biopiratería y las patentes sobre los seres vivos, incluyendo el desarrollo de
variedades estériles mediante procesos de ingeniería genética. Las semillas son patrimonio de la
humanidad. La monopolización por unas cuantas empresas transnacionales de las tecnologías de creación
de organismos genéticamente modificados (OGM) representa una grave amenaza a la soberanía
alimentaria de los pueblos.
La condena de la práctica de usar los alimentos como arma de presión económica y política.
Soberanía alimentaria y seguridad alimentaria no son conceptos excluyentes, sino todo lo contrario ya que la
soberanía engloba a la seguridad. La seguridad alimentaria se muestra como un concepto pasivo, desligado del
proceso productivo, a diferencia del concepto de soberanía, concepto activo que establece una relación directa
entre el derecho a la alimentación y la producción de alimentos.
El concepto de soberanía alimentaria no está reconocido por la FAO y no aparece reflejado en la Declaración
de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, celebrada en Roma en junio de 2002.
3.5. Agricultura
3.5.1. Agricultura y desarrollo sostenible
“La agricultura es la actividad humana que hace un uso más amplio de los recursos naturales, principalmente de la
tierra y el agua, y por ello desarrolla interacciones profundas y complejas con el medio ambiente. Estas interacciones
se producen en forma particularmente importante con el sistema hidrológico, y en este sentido se han destacado con
frecuencia los riesgos que conlleva la expansión excesiva de la superficie cultivada por medio de la eliminación de la
cubierta forestal, ya que ello reduce la capacidad de retención del agua del suelo, contribuye a la erosión y aumenta
la probabilidad de que se produzcan inundaciones catastróficas. Además, la mayor parte de la provisión mundial de
recursos hídricos atraviesa los sistemas agrícolas y resulta afectada en consecuencia por la incorporación de sales
naturales, residuos ganaderos y productos agroquímicos, antes de ser utilizada por las industrias y los consumidores
urbanos. Por ello es importante la adopción de un criterio de sostenibilidad, en el sentido de evitar superar la
capacidad natural del entorno para absorber los desechos que se vierten en él”. 88
87
88
Declaración final del Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria - La Habana (2001)
Agricultura, comercio y alimentación – M. de Agricultura, Pesca y Alimentación – (2002)
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Al hablar de sostenibilidad “se hace referencia a un concepto teórico vinculado originalmente a la capacidad de
explotación de un recurso natural renovable, -como la pesca marítima-, sin llegar a agotarlo”89. La Comisión
Bruntland (1987) definió de forma amplia el desarrollo sostenible como “el desarrollo que tiene en cuenta las
necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras para hacer frente a sus propias
necesidades [...] En esencia, el desarrollo sostenible es un proceso de cambio en el que la explotación de los recursos,
la dirección de las inversiones, la orientación del cambio tecnológico y el cambio institucional están en armonía y
refuerzan el potencial presente y futuro de responder a las necesidades y aspiraciones humanas”.
“La tierra es el recurso físico más importante de la agricultura y su uso sostenible implica que su capacidad presente
de prestación de servicios productivos no afecte negativamente a su capacidad futura debido a unas pautas
inadecuadas de gestión que provoquen su degradación irreversible. Es preciso tener en cuenta que la contribución al
bienestar humano de los servicios que presta la tierra no se limita a su rendimiento en términos de la producción de
alimentos y materias primas, sino que tiene que ver también con la protección de la biodiversidad, su capacidad de
absorción y transformación de residuos y su valor de existencia en relación a la fauna y a la calidad paisajística”.90
Sin pretender hacer un análisis pormenorizado de la agricultura en el Norte y en el Sur, conviene señalar que, si
bien existen diferencias importantes, encontramos sistemas de producción comunes en ambas latitudes con
repercusiones muy negativas para el medio humano y la biodiversidad. En primer lugar hay que aludir a los
modelos intensivos de producción y sus efectos negativos directos91: erosión del suelo, agotamiento de los
recursos hídricos, contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, contaminación de los suelos y
pérdida de biodiversidad. Este modelo busca el máximo rendimiento con la finalidad de aumentar la
producción, sin tener en cuenta la calidad de la misma. El impacto ambiental se deriva de la utilización
desmesurada de fertilizantes (nitrogenados, fosfóricos y potásicos), plaguicidas (insecticidas, fungicidas y
herbicidas), a lo que hay que añadir la introducción de cultivos transgénicos.
Al igual que el modelo intensivo de producción, el sistema de monocultivos requiere también un uso excesivo
de plaguicidas y fertilizantes92, “ya que el monocultivo es una invitación para las plagas y succiona gran cantidad de
nutrientes del suelo. El empleo de elementos químicos eleva el nivel local de nitratos y plaguicidas (ambos nocivos
para la salud pública) en las aguas subterráneas y reduce la calidad del suelo”. Además, la contaminación de aguas
subterráneas llega hasta los mares y océanos y “una vez allí, favorece el florecimiento de algas que sofocan la vida
del océano y lo convierten en ‘zona muerta’. [...] Los mortales florecimientos de algas y la destrucción de arrecifes de
coral, relacionados con la contaminación procedente de zonas agrícolas, se han convertido en hechos corrientes en las
zonas costeras de todos los continentes”93. Hoy ya encontramos zonas muertas en el mar Báltico, mar Negro y
Golfo de Méjico.
El monocultivo ocasiona también una fuerte demanda de recursos hídricos, con la consiguiente amenaza para
las cerca de 1.000 zonas húmedas existentes en el planeta, que son vitales para la buena salud del mismo.
“El modelo actual de agricultura industrial no es sostenible, ni desde un punto de vista técnico, ni ambiental ni
social. Los índices relativos al consumo de agua, la destrucción y erosión de los suelos y el deterioro de la diversidad
biológica en la actualidad son muy altos e insostenibles. Es evidente que la agricultura industrial está gravando la
tierra y la ecología con cargas muy pesadas. Irónicamente, en el sistema actual las formas más destructivas de
agricultura y pesca son las que reciben más subvenciones y atención en la investigación agrícola, la enseñanza y los
servicios de extensión. Falta una evaluación de los costos ambientales y sociales de la agricultura industrial y pesca
que debería realizarse de forma periódica en el sistema de Naciones Unidas.”94
Como se señala en el Informe Anual del Worldwatch Institute95, durante mucho tiempo se ha utilizado la
producción de alimentos como el único elemento de medición del éxito de la agricultura, sin tener en cuenta el
precio que se paga por ignorar otros criterios. Durante demasiado tiempo se ha pensado en cantidad de
alimentos sin que importara la calidad, lo que conlleva un elevado número de “costes ocultos”. Prueba de ello
fue la Revolución Verde que se puso en marcha en diversos países en vías de desarrollo, en la que se
89
Ibídem.
Ibídem.
91
El Correo del Medio Ambiente – nº 7 – (2002)
92
Informe Anual del Worldwatch Institute – Icaria (2002)
93
Ibídem.
94
Ganancias para pocos o alimentos para todos – Comité Internacional ONG/OSC – (2002)
95
Una agricultura en interés de todos – Brian Halweil – WWI - Icaria (2002)
90
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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preconizaba la producción de alimentos a cualquier precio mediante semillas mejoradas, utilización masiva de
agroquímicos y derroche de agua para riego. El objetivo final era erradicar el hambre; sin embargo, ha quedado
patente que producir más alimentos, únicamente, no es suficiente para erradicar el hambre en el mundo.
3.5.2. La agricultura ecológica
Desde muchos frentes se va lanzando el mensaje que hace referencia a la inviabilidad del actual modelo agrícola
no solo por los problemas indicados anteriormente de contaminación y el consumo excesivo de recursos no
renovables, sino también por el deterioro del medio humano que supone el abandono de tierras por parte de
miles de pequeños agricultores. Desde hace años, se están planteando alternativas tanto en los países
desarrollados como los países en vías de desarrollo. Una de ellas va adquiriendo más peso día a día: se trata de
la denominada agricultura ecológica o agroecología.
La agricultura ecológica pretende obtener una producción agrícola y ganadera sin utilizar fertilizantes y
plaguicidas químicos de síntesis, manteniendo un escrupuloso respeto al entorno natural. Se fomenta la
utilización moderada de estiércol, compost y abonos naturales obtenidos del cultivo de plantas, leguminosas y
gramíneas. El uso de los denominados “servicios biológicos gratuitos”, tales como las plantas que fijan nitrógeno
o la selección de variedades de insectos para combatir plagas o la presencia de “fauna útil”, son algunas de las
propuestas.
Este tipo de agricultura, que se encuentra ya legislada en el ámbito de la Unión Europea, presenta grandes
ventajas para los países ricos y para los países pobres y su éxito o fracaso descansa, en gran medida, en “la
comprensión de las interacciones ecológicas del terreno de cultivo”96 . Estudios recientes, especialmente en
Estados Unidos, confirman las enormes posibilidades de la agroecología. Buena prueba de ello es el realizado
por la Universidad de Essex, sobre 200 proyectos agrarios en países del Sur que cubrían un total de nueve
millones de granjas y casi treinta millones de hectáreas. Los resultados no ofrecen dudas: aumento de la
producción en un 93% como promedio. Además, en la mayoría de los proyectos se trabajó en condiciones
adversas y en zonas marginales que habían experimentado rotundos fracasos.
“En general, los sistemas de cultivo agroecológico muestran, con el tiempo, niveles más estables de productividad que
los sistemas de uso intensivo de productos químicos, algo similar a una gestión de riesgo que resulta del
aseguramiento de la infraestructura ecológica de la zona de cultivo. [...] Para que este tipo de agricultura se extienda,
los agricultores necesitan controlar el uso de los recursos y tomar decisiones que eran poco comunes hasta ahora. La
falta de participación es una de las razones más importantes para que los sistemas de producción agrícola de bajo
coste no se impongan como sería deseable, particularmente porque el éxito de cualquier técnica ecológica de
agricultura depende de un conocimiento específico de la zona y de la capacidad de adaptación”97. De este modo, el
agricultor se convierte en un elemento clave y se le incentiva para que fortalezca sus capacidades técnicas para
experimentar e innovar en su propio entorno.
La agricultura ocupa casi el 40% del territorio mundial, de ahí la importancia de establecer “alianzas” con el
medio natural con la finalidad de obtener importantes beneficios medioambientales y preservar la
biodiversidad.
3.5.3. La multifuncionalidad en la agricultura
La Comisión Europea defiende la idea de la multifuncionalidad de la agricultura para justificar la introducción de
temas no comerciales en las negociaciones agrícolas que se llevan a cabo en el seno de la Organización Mundial
del Comercio (OMC). La Comisión se basa en el texto del Acuerdo sobre Agricultura de 1994, al finalizar la
Ronda Uruguay, en cuyo preámbulo se afirma que “se deberá prestar atención a los temas no comerciales,
incluyendo la seguridad alimentaria y la necesidad de proteger el medio ambiente”.
“Las funciones que la Comisión Europea considera que desarrolla la agricultura europea y que le permiten hablar de
multifuncionalidad son principalmente:
96
97
Ibídem
Ibídem.
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
_______________________________________________________________________________________________________
la producción de alimentos para consumo humano y para la alimentación del ganado, así como la de otros
bienes para uso industrial;
la defensa de los valores paisajísticos y del medio ambiente rural;
la contribución a la viabilidad de la áreas rurales y a un desarrollo económico equilibrado desde el punto de
vista territorial.
La idea de multifuncionalidad agrícola planteada en los círculos de política agraria europeos se basa en la defensa de
todo un conjunto de elementos que van más allá de las características físicas del territorio, -paisaje, capacidad de
sostenimiento de la fauna y flora autóctonas-, o del tipo tradicional de asentamiento rural, -construcciones típicas,
urbanismo rural-, para englobar también todo un conjunto de valores, instituciones sociales y actividades que han
evolucionado con el tiempo y han determinado históricamente rasgos geográficamente peculiares de las sociedades
rurales”.98
La multifuncionalidad es defendida por países comunitarios y no comunitarios, como Noruega o Japón. La
posición opuesta la representan los países exportadores pertenecientes al Grupo Cairns99 que temen que la
multifuncionalidad sea una excusa para frenar el proceso de reducción arancelaria, ya iniciado de forma más
teórica que real.
El papel multifuncional de la agricultura se va imponiendo, a pesar de la indefinición de objetivos y la
imprecisión en cuanto a las medidas concretas. Ya no se discute que los objetivos tradicionales de las políticas
agrarias, a saber, “el mantenimiento de las rentas de los agricultores y la reducción de la disparidad relativa de la
renta por unidad de trabajo entre los sectores agrario y no agrario, han sido superados porque la sociedad actual
exige, además, una producción agraria más respetuosa con el medio ambiente y un medio rural que sea fuente de
ocio y esparcimiento. De este modo, la política agraria, al tiempo que la agricultura ha ido perdiendo peso en el
conjunto de la economía, ha ido ampliando su campo de actuación, más allá de atender a la función básica de
producción de alimentos y materias primas. Las nuevas exigencias sociales en los países avanzados tienden a
demandar un cambio de papel del sector agrario como proveedor de externalidades positivas (conservación del paisaje
y del medio ambiente) y de alimentos sanos y seguros”100.
3.5.4. El papel de la mujer y de los pequeños agricultores
Al hablar de agricultura, alimentación, soberanía alimentaria no se debe silenciar el papel que tiene la mujer,
papel que es fundamental y que todavía hoy está pendiente de reconocimiento. Es un hecho indiscutible que,
en los países en vías de desarrollo, la mujer se ocupa de la mayor parte de las tareas relacionadas con la
agricultura y la alimentación de su familia; sin embargo, su labor no cuenta (aunque planta, arranca las malas
hierbas, va a buscar el agua para el riego, recoge los cultivos, en ocasiones los vende, y, además, cocina) pero
no toma parte en casi ninguna toma de decisiones.
“Las mujeres sólo poseen el 2 % de la tierra en el mundo entero; donde es suya, su habilidad para usarla es
obstaculizada por un acceso limitado a las infraestructuras agrícolas, créditos y extensión agraria. En Kenia, Malawi,
Sierra Leona, Zambia y Zimbabue, por ejemplo, las mujeres realizan la mayor parte del trabajo agrícola pero reciben
menos del 10% de los créditos concedidos a pequeños propietarios y solo el 1 % de los créditos agrícolas en general.
Esta discriminación provoca que tengan menos capacidad o voluntad para invertir en la tierra”101.
Además de las mujeres, una amplia mayoría de pequeños agricultores se encuentra marginada. “En la mayoría
de los países, una minoría elitista posee la mayor parte de las tierras de cultivo y decide cómo usarlas.
Aproximadamente 100 millones de familias de agricultores –unos 500 millones de personas- no tienen propiedades ni
derechos similares a una propiedad, entre ellos casi la mayoría de las poblaciones agrícolas del sur y sureste de Asia,
América Central y del Sur, África del Sur y Oriental. Tienen pocos incentivos para mejorar los suelos, plantar árboles o
adoptar muchas técnicas agroecológicas que requieren inversiones a largo plazo, incluso cuando estas prácticas son
del mayor interés para ellos. [...] La concesión de un crédito depende, frecuentemente, de la posesión de la tierra. La
98
Agricultura, comercio y alimentación – Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación- (2002)
formado por 18 países partidarios de la liberalización del comercio. Entre ellos se encuentran: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Méjico,
Nueva Zelanda, Sudáfrica, Uruguay
100
Agricultura, comercio y alimentación – Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación- 2002
101
Ibídem.
99
Versión revisada a fecha 24/01/05
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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participación de los agricultores en la investigación agraria puede suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso a la
hora de reducir el hambre”102 .
Por otra parte, el acceso a los mercados por parte de los agricultores resulta cuando menos complicado para
los países en vías de desarrollo. La liberalización de los mercados tiende a beneficiar a grandes agricultores y
empresas y los pequeños cada vez se ven abocados a depender de mercados más alejados de sus lugares de
origen, necesitando más tiempo para el transporte y, en muchos casos, costosos gastos de almacenaje.
3.6. Alimentos transgénicos
3.6.1. ¿Qué son los transgénicos?
El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) define la biotecnología como “toda aplicación tecnológica que
utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o
procesos para usos específicos”.
La manipulación genética consiste en el reordenamiento de los elementos básicos de la vida, tomando parte del
material genético de un organismo e insertándolo en otro.
El hombre lleva miles de años modificando los vegetales que utiliza como alimento. Aunque no lo parezca, las
coles de bruselas, la coliflor y el brócoli son variedades de la misma planta. La ingeniería genética permite que
estas modificaciones se realicen de forma más rápida, consiguiendo efectos imposibles con las técnicas de cruce
y selección.
En 1994 se presentó el primer alimento transgénico para consumo humano directo, el tomate “flavr-savr”. Este
tomate había sido modificado para que resistiera más tiempo una vez madurado, evitando que produjera un enzima
esencial en el proceso de senescencia. Los vegetales transgénicos más importantes para la industria alimentaria son,
por el momento, la soja resistente al herbicida glisofato (se conoce como RoundupReady –Monsanto103) y el maíz
transgénico que se ha obtenido para que sea resistente a un insecto, el taladro del maíz, y a un herbicida, el
glufosinato.
Actualmente existen, comercializados o en proceso avanzado de desarrollo, vegetales modificados para:
o que tengan una vida comercial más larga
o que resistan condiciones ambientales agresivas como heladas, sequías y suelos salinos
o que resistan herbicidas
o que resistan plagas de insectos
o que resistan enfermedades
o que tengan mejores cualidades nutritivas.
3.6.2. Marco legal. Sistemas de regulación
En el terreno jurídico, uno de los aspectos destacables de la nueva agricultura biotecnológica es que implica una
asunción de riesgos de magnitud desconocida y con trascendencia sobre bienes y derechos jurídicamente
tutelados, como la biodiversidad y la salud de los consumidores.104
En 1992, y como principio general, los Estados Unidos consideraron que los alimentos transgénicos no
precisaban una regulación especial, estimando suficiente la aplicación de las normas generales para la
comercialización de alimentos, posición fundamentada en la afirmación de la Academia Nacional de las Ciencias
de que los productos transgénicos suponen los mismos riesgos que los convencionales.
En cambio, la posición de la Unión Europea se inclina hacia el sentir mayoritario de sus ciudadanos, que ven en
la manipulación genética una fuente de amenazas. Por ello la UE ha regulado los alimentos transgénicos de una
102
Ibídem
Monsanto es también el laboratorio productor del herbicida químico Roundup.
104
Agricultura, comercio y alimentación. Mº de Agricultura, pesca y alimentación, 2002.
103
Versión revisada a fecha 24/01/05
30
PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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manera más restrictiva, mediante la subordinación a la aprobación por comités de expertos científicos
nacionales y comunitarios105, a través de un proceso de autorización largo y complejo.
En lo que concierne a la autorización (y etiquetado) de nuevos alimentos o ingredientes alimentarios derivados
de organismos modificados genéticamente (OGM) existe una norma específica administrada por la Dirección
General de Salud y Protección de los Consumidores106. El procedimiento de aprobación tiene la particularidad
de permitir que cada Estado miembro determine sus umbrales, sus métodos de análisis y los productos a
evaluar. Además, existe un procedimiento simplificado para los nuevos alimentos derivados de OGM, pero que
no contienen material transgénico y que presentan una equivalencia sustancial con los alimentos existentes
desde el punto de vista de su composición, valor nutricional, metabolismo, uso al que se destinan y nivel de
sustancias no deseadas.
En cuanto al etiquetado de determinados alimentos e ingredientes alimentarios, la indicación de presencia de
contenidos modificados genéticamente no es obligatoria cuando cada uno de ellos contiene menos de un 1%
de material genéticamente modificado y su presencia es accidental. Los productos alimenticios que contienen
aditivos y aromas modificados genéticamente deben ser etiquetados como tales107.
La controversia sobre el etiquetado no es sólo un asunto jurídico o comercial, sino que tiene un gran calado
económico. Un etiquetado obligatorio fundado en la técnica empleada obligaría a los productores a separar su
producción transgénica de la que no lo es, y a hacer un seguimiento documental exhaustivo del proceso
productivo. La Comisión Europea ha estimado que esto incrementaría los costes de producción entre un 6 y un
17%108.
La Unión Europea no prohíbe la importación de productos obtenidos a partir de OGM, aunque sí los somete a
unos análisis exhaustivos y a un procedimiento de aprobación que es largo y complejo debido a la existencia de
riesgos que son desconocidos y que deben ser investigados a largo plazo. Estados Unidos señala que este largo
proceso actúa como una barrera injustificada al comercio, y que no está basada en pruebas científicas sino en
las presiones de algunos grupos de consumidores y ecologistas109.
Dentro del marco de la Unión Europea110, el ordenamiento jurídico español ha actualizado la regulación sobre
OGM a través de la Ley 9/2003, de 25 de abril, por lo que se establece el régimen jurídico de la utilización
confinada, liberación voluntaria y comercialización de organismos modificados genéticamente. Esta ley se inspira en
cuatro principios, idénticos a los existentes en el ámbito comunitario:
Principio de precaución y cautela, que implica adoptar las medidas adecuadas para evitar los potenciales
efectos adversos para la salud humana y para el medio ambiente.
Principio de “caso por caso”, que implica que la evaluación de los riesgos asociados a los OGM hay que
hacerla para cada uno de ellos.
Principio de “paso a paso”, que supone que sólo se procederá a la liberación de OGM cuando la evaluación
de las etapas anteriores revele que puede pasarse a la siguiente sin existencia de riesgos.
Principio de información y participación pública, que garantiza la consulta al público antes de autorizar
determinadas actividades con OGM así como el acceso de los ciudadanos a la información sobre
liberaciones y comercializaciones autorizadas de OGM.
No existen estándares sobre los criterios de aprobación de OGM, aunque en julio de 2001 el Codex
Alimentario ha instado por primera vez a los gobiernos a controlar la seguridad de los productos trasngénicos
antes de su comercialización111.
El Convenio sobre Biodiversidad de las Naciones Unidas112 reconoce dos aspectos conexos de la biotecnología
moderna: el potencial de la misma para promover el bienestar de la humanidad y la necesidad de proteger la
salud humana y el medio ambiente113.
105
Ibídem.
Reglamento CE nº 258/97
107
Ibídem.
108
Ibídem.
109
Ibídem.
110
Establecida en la Directivas 98/81/CE y 2001/18/CE
111
Reglamento CE nº 258/97.
112
Constituye el marco de la negociación del Protocolo de Cartagena, firmado en Montreal en 2000, y es uno de los frutos de la Cumbre
de Río 1992
106
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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3.6.3. Riesgos y beneficios de los organismos modificados genéticamente (OGM)
Según Mª José Torno Díaz “lo primero que llama la atención en la introducción de esta novedad tecnológica es la
práctica ausencia de estudios experimentales publicados en revistas que sean accesibles tanto a científicos como a
consumidores”114.
El punto de vista mayoritario en la comunidad científica es que los OGM no son perjudiciales para la salud,
aunque existe el temor de que promuevan reacciones alérgicas, aumenten la resistencia a antibióticos y
aumenten el efecto negativo de sustancias químicas en tejidos vivos, sin olvidar el problema generado por
marcadores de resistencia a los antibióticos115.
Los temores sobre los efectos para el medio ambiente son mayores y van desde el desarrollo de hierbas
resistentes a los herbicidas a la reducción de la biodiversidad116 pasando por la circulación genética (las plantas
transgénicas pueden transferir sus nuevos genes a las especies silvestres emparentadas, con resultados
desconocidos; o pueden acelerar la aparición de insectos resistentes). Los riesgos son similares a los que se
enfrentan cuando se introduce un organismo exótico al hábitat de un país. Existe un riesgo ambiental imposible
de calcular: la contaminación biológica.
Según sus defensores, los OGM suponen para la agricultura una mayor eficacia frente a las técnicas tradicionales
de cruce, permitiendo crear plantas de mayor productividad y resistentes a condiciones biológicas, climáticas o
de suelos difíciles. Sin embargo, el hecho de que casi todos los productos intermedios y las metodologías que
permiten la obtención de OGM estén protegidos por derechos de propiedad intelectual y estén en manos del
sector privado puede fomentar y fortalecer la dependencia de los agricultores hacia unas pocas multinacionales
que controlarían sus cultivos (semillas y productos químicos asociados). Esto limita la capacidad de los
agricultores y del sector público de los países en desarrollo para obtener variedades mejoradas de cultivos o
animales, incluidos OGM, que podrían ayudar a superar las limitaciones de la producción local o nacional. La
situación actual tiende, por consiguiente, a ampliar las disparidades entre las sociedades más ricas y más
pobres117.
Estados Unidos es el primer productor mundial de materias primas agrícolas modificadas genéticamente. El
crecimiento de esta técnica de cultivo en la segunda mitad de la década de los 90 ha sido tan espectacular que
en la actualidad un porcentaje muy elevado de su producción de maíz, soja o algodón es ya transgénico. Esta
situación obliga al primer exportador mundial de alimentos transgénicos a asegurarse el acceso a los mercados
exteriores de los productos obtenidos con esta nueva técnica.118
En el escenario mundial tenemos que los alimentos transgénicos están siendo rechazados por consumidores de
algunos de los principales países importadores de granos (Corea, Japón, Australia, Nueva Zelanda y la Unión
Europea) debido a sus riesgos potenciales; en consecuencia, se ha generado un gran excedente de alimentos
transgénicos e importantes pérdidas a los agricultores de los Estados Unidos, que son los primeros productores
de cultivos transgénicos119.
Una de las estrategias que se está usando para dar salida a los OGM es la ayuda alimentaria.120 La ayuda es el
último mercado de exportación no regulado que está abierto para los agricultores de Estados Unidos, ya que
para los países pobres, que enfrentan constantemente crisis económicas, o que son víctimas de desastres
naturales, será muy difícil rechazar estas ayudas. Las Naciones Unidas no saben cuánto de la ayuda alimentaria
recibida es transgénica, ni tienen una política al respecto121.
113
Ibídem.
Revista española de Salud Pública, 2000 nº3.
115
Ver capítulo correspondiente a salud.
116
Agricultura, comercio y alimentación. Mº de agricultura, pesca y alimentación, 2000.
117
Los OGM en la cadena de suministro de alimentos (FAO, 2002)
118
Agricultura, comercio y alimentación. Mº de Agricultura, pesca y alimentación, 2002.
119
Documento sobre la ayuda alimentaria y los OGM (Red por una América latina libre de transgénicos)
120
Ibídem.
121
Ibídem.
114
Versión revisada a fecha 24/01/05
32
PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
_______________________________________________________________________________________________________
3.6.4. ¿Son los OGM la solución al problema del hambre?
Ya hemos visto en capítulos anteriores que la Tierra produce alimentos suficientes para todos sus habitantes y,
en consecuencia, el problema del hambre es una cuestión de reparto de los recursos. Las plantas transgénicas
pueden contribuir a proporcionar más alimentos en el mundo gracias a su mejor rendimiento y a su resistencia
a condiciones climáticas. Sin embargo, existen experiencias previas como la Revolución Verde que no sólo no
resolvió el problema del hambre, sino que agravó la ya difícil situación de los agricultores pobres de las zonas en
las que se aplicó este sistema.
La propia FAO, en su declaración sobre biotecnología publicada en marzo de 2000, reconoce que la ingeniería
genética puede contribuir a elevar la producción y productividad en la agricultura, silvicultura y pesca, y puede
dar lugar a mayores rendimientos en tierras marginales de países donde actualmente no se pueden cultivar
alimentos suficientes para alimentar a sus poblaciones. No obstante, la FAO reconoce también la preocupación
por los riesgos potenciales que plantean algunos aspectos de la biotecnología122.
Afirma también la FAO en la misma declaración que “es necesario evaluar los posibles efectos en la biodiversidad,
el medio ambiente y la inocuidad de los alimentos, y la medida en que los beneficios del producto o proceso
compensan los riesgos calculados”.
Durante la Cumbre Mundial de la Alimentación celebrada en Roma en junio de 2002, se abordó de manera
directa el tema de los alimentos transgénicos y se llegó a una conclusión ambigua. En la declaración final firmada
por los Jefes de Estado y de Gobierno asistentes a dicha Cumbre se indica lo siguiente: “Pedimos a la FAO que
promueva conjuntamente con otros institutos internacionales la investigación agrícola y la investigación de nuevas
tecnologías, incluida la biotecnología. La introducción de nuevas tecnologías de eficacia probada, incluida la
biotecnología, debería realizarse de forma inocua y adaptada a las condiciones locales para contribuir al aumento de
la productividad agrícola en los países en desarrollo. Estamos resueltos a estudiar, compartir y facilitar el uso
responsable de la biotecnología con miras a hacer frente a las necesidades de desarrollo”.
Por sus implicaciones ambientales y sociales, la agricultura biotecnológica –con utilización de OGM- es
profundamente insostenible. La manipulación genética recombina material genético entre especies que tienen
muy poca probabilidad de intercambiar genes de manera natural. La monopolización de la biotecnología por
parte de un grupo de empresas radicadas en países industrializados aumenta o refuerza la dependencia
tecnológica del Sur respecto del Norte. Por otro lado, se están desarrollando variedades estériles de semillas,
como la popularmente conocida semilla Terminator123, lo que en ningún caso garantiza un desarrollo que, según
la definición de sostenibilidad, “asegure la satisfacción de las necesidades de las generaciones presentes sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias”124.
3.7. Acuerdos internacionales
No sólo las prácticas o los modelos agrícolas tienen un peso importante en la realidad del hambre. Desde el
reconocimiento del derecho a la alimentación en la mencionada DUDDHH hasta los acuerdos de la OMC,
pasando por las Cumbres Mundiales de la Alimentación o del Desarrollo Sostenible, o la actividad continuada de
organismos tan diversos como la FAO, el FIDA, el PMA o el IIPA125, son muchos los foros y acuerdos que
afectan directamente a la seguridad y soberanía alimentarias.
122
Declaración de la FAO sobre la biotecnología, 2000.
Terminator fue presentada al público en 1998 por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y la compañía algodonera Delta & Pie
Land Company. Esta semilla está regulada bajo una nueva patente llamada “Control de la expresión genética de las plantas” que permite a sus
dueños y permisionarios crear semillas estériles mediante una selección inteligente que programa al ADN de la planta para matar a sus propios
embriones.
124
Amigos de la Tierra.
125
FAO: organización de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación
FIDA: Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
PMA: Programa Mundial de Alimentos
IIPA: Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria
123
Versión revisada a fecha 24/01/05
33
PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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3.7.1. La FAO y las Cumbres Mundiales de la Alimentación
En 1945, y como resultado de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Agricultura y Alimentación celebrada
en 1943, nace la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, más conocida como
FAO, el organismo internacional multilateral encargado de velar y trabajar propiamente por la seguridad
alimentaria de los pueblos.
La FAO se funda con el propósito expreso de “elevar los niveles de nutrición y de vida de los pueblos, mejorar el
rendimiento de la producción y la eficacia de la distribución de todos los alimentos y productos agrícolas, mejorar las
condiciones de la población rural y contribuir así a la expansión de la economía mundial y a liberar del hambre a la
humanidad” (United Nations, 1997:11)126
La FAO es, por tanto, la agencia multilateral que, entre otras funciones, actúa como foro internacional para el
debate de temas relacionados con la agricultura y la alimentación.127
La Conferencia de la FAO128 reúne cada dos años a 180 países miembros para formular la política y determinar
el programa y el presupuesto de la organización.
En 1963, a raíz del Congreso Mundial de la Alimentación, se inicia la Revolución Verde que consistía en un plan
de desarrollo agrario basado en la utilización de semillas de alto rendimiento que permitiría aumentar la
producción de alimentos y atender la creciente demanda causada por el aumento de la población mundial,
especialmente en el Sureste asiático.
Las repercusiones negativas de la Revolución Verde hacen que a partir de la Conferencia de Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo o Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, se opte por
impulsar una agricultura y un desarrollo rural sostenibles.
La primera Conferencia Mundial de la Alimentación tuvo lugar en noviembre de 1974. En esta Conferencia se
aprobó la Declaración Universal sobre la erradicación del hambre y la malnutrición.129
La FAO estimula la cooperación internacional en cuestiones como las normas alimentarias y la conservación de
la biodiversidad, además de colaborar con otras organizaciones multilaterales en proyectos de desarrollo y en la
promoción de reuniones técnicas y conferencias, como la Conferencia Internacional sobre Nutrición que tuvo
lugar en Roma en 1992.130
En 1996 se celebró en Roma la Cumbre Mundial de la Alimentación en la que los Jefes de Gobierno de los
países presentes firmaron una declaración y un plan de acción que fijó como principal objetivo reducir para el
año 2015 el número de hambrientos a la mitad (22 millones de personas al año), objetivo incluido a su vez
entre los objetivos de desarrollo del milenio establecidos en la Cumbre del Milenio celebrada por Naciones
Unidas en 2000.
La Conferencia Mundial de la Alimentación de 1996 se presenta como un punto de inflexión en la erradicación
del hambre, aunque, como se ha visto después, apenas se han alcanzado las metas propuestas.
Los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Roma en noviembre de 1996 firmaron una declaración final
junto con un plan de acción. En la declaración final se recogen los compromisos que asumen los países así como
una declaración de principios entre los que destacan los siguientes:
Los firmantes reafirman el derecho que tiene toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos,
a una alimentación apropiada y el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre.131
126
Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo. Icaria editorial/HEGOA (2.000)
Ibídem.
128
La FAO cuenta con tres órganos de gobierno principales: la Conferencia; el Consejo, compuesto por 49 países elegidos cada tres años, que
administra la FAO entre las sesiones de la Conferencia; y la Secretaría, regida por el Director General, que es el órgano responsable de ejecutar el
programa de la organización.
129
Ver aproximación jurídica.
130
Diccionario de Acción Humanitaria y cooperación al desarrollo. Icaria editorial/HEGOA (2.000)
131
Ver aproximación jurídica.
127
Versión revisada a fecha 24/01/05
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Los gobiernos se esforzarán por asegurar que las políticas de comercio contribuyan a fomentar la
seguridad alimentaria para todos a través de un sistema de comercio mundial leal y orientado al
mercado.
Los suministros de alimentos han aumentado considerablemente, pero los factores que obstaculizan el
acceso a ellos y la continua insuficiencia de los ingresos familiares y nacionales para comprarlos, así como
la inestabilidad de la oferta y la demanda y las catástrofes naturales y de origen humano, impiden
satisfacer las necesidades alimentarias básicas.
Los gobiernos están resueltos a desplegar esfuerzos para movilizar y aprovechar al máximo la asignación
y utilización de los recursos técnicos y financieros de todas las procedencias, incluido el alivio de la deuda
externa para los países en desarrollo, con vistas a reforzar las acciones nacionales para aplicar políticas en
pro de una seguridad alimentaría sostenible.
En el plan de acción se reconoce que la disponibilidad de alimentos para todos los habitantes del planeta es un
objetivo alcanzable ya que los 5.800 millones de personas que vivían en el mundo en 1996 disponían, como
promedio, de un 15% más de alimentos per cápita que los 4.000 millones de 1976.
Sin embargo, según la FAO todavía viven en el mundo más de 800 millones de personas que padecen hambre.
Previo a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después, celebrada en Roma en junio de
2002, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial señala dos principales obstáculos para mejorar la aplicación
del Plan de Acción de 1996: (1) falta de voluntad política y (2) falta de medios financieros suficientes.
En la Declaración firmada por los Estados asistentes, se renuevan los compromisos contraídos en 1996 y se
decide acelerar la aplicación del plan de acción. El principal motivo de esta decisión es que en lugar de reducir
el número de hambrientos en 22 millones por año apenas se está llegando a los seis.132
183 países estaban representados en la conferencia de Roma+5, 112 por sus Jefes de Gobierno, lo que indica
que el hambre, al menos en apariencia, es un tema que preocupa o interesa a los mandatarios.133
Entre los compromisos incluidos en la declaración final apenas se aprecian diferencias respecto a la declaración
de 1996. Los nuevos elementos son, por un lado, el respaldo al Consenso de Monterrey134 y a la Conferencia
de Doha (Qatar) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y por otro, instar a los miembros de la
OMC a aplicar los compromisos relativos a la reforma del sistema de comercio agrícola internacional.
Posteriormente, analizaremos más en profundidad este punto.
Se recuerda en esta Cumbre que los países en desarrollo y los países con economías de transición, tienen serias
dificultades para responder a los desafíos y oportunidades que presenta la globalización, en particular aquellos
relacionados con la agricultura y la seguridad alimentaria. Por ello se acuerda “en un espíritu de cooperación y
solidaridad aunar las actividades de la FAO en apoyo de esos países, para permitirles afrontar los desafíos y
aprovechar los beneficios de la globalización”135.
Otro aspecto que conviene señalar es el punto 20 de la declaración en el que se resuelve “contribuir al resultado
de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible”136.
Todo esto se enmarca en el contexto de voluntad política y desafíos, resolviéndose la cuestión de los recursos
solicitando “contribuciones voluntarias al fondo fiduciario de la FAO para la seguridad alimentaría y la inocuidad de
los alimentos y a otros instrumentos voluntarios”137.
3.7.2. Impacto de las políticas agrícolas y de los acuerdos comerciales
132
El País, 10 de junio de 2.002
La ceremonia de clausura fue adelantada para evitar que coincidiera con el partido del mundial de fútbol que enfrentaba a las selecciones de
Italia y México.
134
Declaración final de la Conferencia de Naciones Unidas sobre finanzas para el desarrollo, celebrada en Monterrey (México) en marzo de 2.002
135
Declaración de la Cumbre Mundial sobre la alimentación: cinco años después.
136
Ibídem.
137
Ibídem.
133
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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El comportamiento de los mercados mundiales de productos agrícolas ha estado muy influido por las políticas
agrícolas de los países desarrollados, que a través de la acumulación de excedentes y de la subvención a la
exportación han contribuido a mantener deprimidos los precios internacionales.
En buen número de ocasiones, prácticas como las citadas son causantes de la rotura de precios en países en
desarrollo. La entrada en el mercado de productos a precios inferiores al de producción, ya sea debido a
subvenciones a la exportación o que son excedentes a los que dar salida, hace que los producidos localmente
resulten más caros; los consumidores optan por el barato, entrándose de este modo en un círculo vicioso difícil
de romper y que supone la dependencia de los mercados del Norte, con el agravante de que los países en
desarrollo apenas tienen poder de participación a la hora de establecer las normativas reguladoras del comercio
internacional.
3.7.3. Acuerdo sobre Agricultura de la Organización Mundial del Comercio
La Organización Mundial del Comercio (OMC) nace en 1994 tras las Ronda de negociaciones de Uruguay como
la institución multilateral encargada de establecer las reglas del comercio internacional, integrando a anteriores
acuerdos sobre comercio.
La OMC integra tanto al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, que entró en vigor
en 1948) como al resto de acuerdos alcanzados en su ámbito y los resultados globales de la Ronda de Uruguay,
entre ellos el Acuerdo sobre Agricultura (AsA). Este paquete de acuerdos, jurídicamente vinculante, contiene
las normas básicas por las que los gobiernos se obligan a mantener sus políticas comerciales dentro de unos
límites pactados multilateralmente138.
Los países miembros de la OMC por serlo asumen estos acuerdos, que deben incorporar en sus políticas
nacionales.
Las decisiones en el seno de la OMC suelen ser tomadas por consenso, lo que supone largas y complicadas
negociaciones. Al mismo tiempo, se realizan encuentros informales entre los representantes de los países
miembros para acercar posiciones y alcanzar preacuerdos, lo que requiere una presencia continuada en la sede
de la OMC, algo que principalmente los países en desarrollo y los países menos avanzados no pueden
permitirse139.
De los acuerdos de la OMC, el que más directamente afecta al derecho a la alimentación es el Acuerdo sobre
Agricultura. Este Acuerdo pretende conseguir la liberalización del comercio agrario mundial y eliminar cualquier
tipo de traba (subsidios, aranceles y otras normas que protegen las agriculturas nacionales) que se establezca
para el funcionamiento libre del mercado en este tipo de productos.140
Las trabas anteriormente citadas son clasificadas, según resulten más o menos nocivas para el mercado, en 4
“cajas”:
Caja ámbar: medidas de apoyo de carácter interno para la producción o los precios y que distorsionan el
mercado mundial provocando un dumping141 con los productores del Sur. Estas ayudas deben reducirse
progresivamente. Se trata de ayudas a la producción (la Unión Europea las aplica en algunos sectores no
excedentarios) y subvenciones a la exportación.142
Caja azul. medidas de apoyo a las agriculturas que se destinan a compensar la renta agraria o aquellas
ayudas en el marco de programas de reducción de las producciones agrarias (arranque de viñedos o ayudas
para barbechos) Estas ayudas podrán mantenerse aunque se irá revisando su reducción.143
138
Agricultura, comercio y alimentación. Serie estudios. Mº. De Agricultura, Pesca y Alimentación (2.002)
Aproximadamente, se celebran 50 reuniones en la OMC por semana.
140
Por la dignidad de los pueblos. Soberanía alimentaria. Un futuro sin hambre. Fernando Fernández. Cáritas (2.002)
141
Productos que son exportados a los mercados internacionales a precios inferiores a su coste de producción. Generalmente se trata de
excedentes de producción en países industrializados.
142
Por la dignidad de los pueblos. Soberanía alimentaria. Un futuro sin hambre. Fernando Fernández. Cáritas (2.002)
143
Ibídem.
139
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Caja verde. medidas de apoyo horizontal que se refieren a la multifuncionalidad de la agricultura, a las
medidas agroambientales, ayudas para fines de seguridad alimentaria, incorporación de jóvenes,
investigación y desarrollo etc. Estas ayudas no tienen que eliminarse.144
Caja del desarrollo: creada en la Cumbre de Qatar (noviembre, 2001). Se incluirán en esta caja todos los
planes y medidas puestos en marcha por los Estados para financiar el desarrollo rural. Se prevé crear una
caja con aportaciones de los países desarrollados para financiar el desarrollo rural de los países pobres.145
Los puntos más conflictivos del Acuerdo sobre Agricultura, por las repercusiones directas que tienen en la
agricultura, desarrollo rural y seguridad y soberanía alimentarias de los países en desarrollo son:
1.
Apoyo interno.
Según el principio de no discriminación146, en el que se basa la política de la OMC, el Acuerdo disciplinó
la ayuda interna a los productos agrícolas.
La intención es reglamentar y reducir la ayuda interna, dejando al mismo tiempo a los gobiernos un
cierto margen para la formulación de políticas agrícolas que les permita hacer frente a la gran variedad de
circunstancias específicas que se plantean en cada país.
En 1998 las subvenciones a la agricultura en los países industrializados superaron los 360.000 millones de
Euros (más de 7 veces el valor de la ayuda oficial al desarrollo)147.
2.
Subvenciones a la exportación.
Antes de la Ronda de Uruguay, este tipo de ayudas eran permitidas en el caso de los productos
primarios, supeditadas al mantenimiento de una proporción equitativa del comercio mundial. Al resultar
difícil definir en la práctica qué era una proporción equitativa y qué no, las subvenciones a la exportación
proliferaron y se convirtieron en una fuente importante de controversias comerciales internacionales.
El AsA permite todavía subvencionar la exportación de productos agropecuarios, pero ha impuesto
restricciones148.
Las subvenciones a la exportación aumentan la participación del exportador en el mercado mundial a
costa de otros, y tienden a deprimir los precios del mercado mundial y a hacerlos más inestables, debido
a que las decisiones relativas a la cuantía de la subvención puede cambiarse de un momento a otro.
3.
Acceso al mercado.
El elemento clave del acceso a los mercados es la fijación de aranceles que transforman cualquier
mecanismo de protección en frontera en derechos de aduana fijos.
La estructura arancelaria de los países desarrollados después de la Ronda de Uruguay contiene diversos
elementos que continúan limitando las exportaciones de los países en desarrollo149.
Existen dos tipos de barreras que dificultan el acceso al mercado de los productos agropecuarios de los
países en desarrollo: barreras arancelarias y no arancelarias.
A medida que se reduzcan los aranceles, las barreras no arancelarias como las medidas sanitarias y
fitosanitarias y los denominados obstáculos técnicos al comercio serán cada vez más importantes para el
comercio. Para los países en desarrollo esto es un desafío importante ya que la diferencia en este campo
respecto a los países industrializados es grande. En estos últimos aumenta la preocupación por la
inocuidad y la calidad de los alimentos, lo cual posiblemente haga que la diferencia aumente150, por lo que
144
Ibídem.
Ibídem.
146
El principio de no discriminación significa que cualquier concesión de carácter comercial garantizada por un país miembro a favor de otro debe
ser inmediatamente aplicada a todos los demás países miembros.
147
La OMC. Cargas mal repartidas. Intermón-Oxfam (1.999)
148
Ibídem.
149
Las negociaciones comerciales multilaterales sobre la agricultura. Manual de referencia. Acuerdo sobre la agricultura. FAO (2.000)
150
Ibídem.
145
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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es necesario aplicar normas que eviten que las medidas destinadas a proteger la salud de las personas, los
animales y las plantas se conviertan en barreras innecesarias al comercio151.
En Haití, cuyas condiciones de vida cambiaron bruscamente en 1995 cuando el Gobierno aceptó las
recomendaciones del Fondo Monetario Internacional y rebajó drásticamente los aranceles, la tasa para la
importación de arroz pasó del 35% al 3% y en pocos años el país quedó inundado de arroz procedente
de Estados Unidos, donde este producto sigue fuertemente subvencionado.
El Acuerdo de la Ronda de Uruguay establece como uno de sus objetivos generales la integración de los
países en desarrollo al sistema mundial de comercio. De hecho, la mayoría de los países que conforman
la OMC son países en desarrollo. Sin embargo, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo (CNUCD)152 estima que los países menos avanzados perderán entre 163 y 265 millones de
dólares en exportaciones como resultado de los acuerdos de la Ronda de Uruguay, mientras que tendrán
que pagar entre 146 y 292 millones de dólares por sus exportaciones de alimentos153.
Existe un acuerdo en el comercio internacional para que los países pobres no tengan que afrontar las mismas
responsabilidades que los países desarrollados, debido a su menor nivel de desarrollo económico. Esto queda
recogido en las disposiciones sobre Tratamiento Especial Diferenciado (TED).
No obstante, la definición de país en desarrollo a los efectos del Tratamiento Especial Diferenciado no está
establecida claramente en la OMC, a diferencia de lo que ocurre con los países menos adelantados, para los
cuales se sigue la definición de Naciones Unidas. En el sistema de la OMC se ha seguido la práctica de la
“autodesignación”. Mientras para la decisión de Marrakech se utiliza como criterio la “condición de importador
neto de productos alimenticios”, en el Acuerdo sobre Subvenciones se utiliza la “condición de comerciante
mundial” para los fines del TED. En debates celebrados últimamente en diversos foros internacionales, algunos
expertos recomendaron la “situación de inseguridad alimentaria” como un criterio para el AsA. Sin embargo,
dado que los distintos acuerdos están relacionados entre sí, se corre el riesgo de que la aceptación de varios
criterios pueda derivar en interpretaciones divergentes de los acuerdos154.
En general, las disposiciones TED revisten cinco formas diferentes que:
Reconocen, en general, los intereses de los países en desarrollo y los países menos avanzados.
Proveen un marco de ejecución de más largo plazo.
Exigen menores obligaciones.
Establecen menores obligaciones en materia de notificación.
Suministran asistencia técnica y sanitaria.
Es preciso señalar que la gran contribución del comercio a la seguridad alimentaria consiste en permitir que el
consumo de alimentos pueda aumentar con bastante independencia de la evolución de la producción doméstica
en aquellos países o periodos particulares de tiempo en que se produce un desfase entre ambas magnitudes155.
Es evidente que si las perspectivas de expansión de la demanda de alimentos en países en desarrollo y de su
producción propia para los próximos veinte años se ven confirmadas por la realidad, el comercio agrícola jugará
en el futuro un papel aún más relevante que en la actualidad como medio para proveer seguridad alimentaria156.
Hay dos grandes opciones para alcanzar la seguridad alimentaria nacional: la autosuficiencia o la autonomía.
La autosuficiencia alimentaria consiste en satisfacer las necesidades alimentarias, en lo posible, con suministros
internos y reduciendo al mínimo la dependencia del comercio.
La autonomía alimentaria tiene en cuenta las posibilidades del comercio internacional y consiste en mantener un
cierto nivel de producción interna de alimentos y generar, además, la capacidad para importar de los mercados
mundiales cuando les hace falta157.
151
Agricultura, comercio y alimentación. Serie estudios. Mº. De Agricultura, Pesca y Alimentación (2.002)
Normalmente se indican las siglas en inglés UNCTAD
153
La OMC. Cargas mal repartidas. Intermón-Oxfam (1.999)
154
Ibídem.
155
Agricultura, comercio y alimentación. Serie estudios. Mº. De Agricultura, Pesca y Alimentación (2.002)
156
Ibídem.
157
Las negociaciones comerciales multilaterales sobre la agricultura. Manual de referencia. Acuerdo sobre la agricultura. FAO (2.000)
152
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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La OMC en el Acuerdo sobre Agricultura recoge la «Declaración sobre medidas relativas a los posibles
efectos negativos del programa de reformas en los países menos avanzados y en los países en desarrollo
importadores netos de productos alimenticios». Esta decisión reconoce que, durante el programa de
reforma para una mayor liberalización del comercio de productos agropecuarios, los países menos adelantados
(PMA) y los países en desarrollo importadores netos de productos alimenticios (PEDINPA) podrían
experimentar efectos negativos en cuanto a la disponibilidad de suministros suficientes de productos
alimenticios básicos de fuentes exteriores, en términos y condiciones razonables, e incluso dificultades a corto
plazo para financiar niveles normales de importaciones comerciales de productos alimenticios básicos158.
La decisión plantea 4 respuestas concretas a dichas dificultades:
o Ayuda alimentaria: Se insta a la adopción de normas basadas en los acuerdos ya establecidos sobre este
aspecto y a favor de los países a los que va dirigida la medida.
o Trato favorable en relación con los créditos a la exportación.
o Servicio de financiamiento de las importaciones de alimentos en condiciones favorables.
o Asistencia técnica y financiera para mejorar la productividad y producción agrícolas.
3.7.4. Otros acuerdos internacionales sobre comercio y agricultura
Existen otros acuerdos internacionales sobre comercio y agricultura que afectan o podrían afectar a la
seguridad y soberanía alimentaria de las poblaciones de países en desarrollo. Todos los acuerdos tiene como
base los acuerdos de la OMC, por lo que las diferencias son mínimas.
Llama la atención, sin embargo, que acuerdos como la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea,
actualmente en proceso de revisión y adecuación a la política del libre comercio, y el Farm Bill de Estados
Unidos, mantienen en buena medida prácticas proteccionistas para los productos internos sin respetar el
principio de no discriminación en el que se fundamentan todos los acuerdos internacionales relacionados con el
comercio y que ya se están poniendo en práctica en los países en desarrollo.
Las repercusiones que las políticas agrarias proteccionistas del Norte tienen en los países del Sur son dos
principalmente:
•
no se respetan las reglas del libre comercio que supuestamente favorece el desarrollo económico de
todos los países por igual (algo que sería totalmente cierto al no disponer todos los países de las mimas
condiciones de partida),
•
se mantiene y refuerza la dependencia alimenticia del Sur respecto del Norte.
Los principales acuerdos comerciales relacionados con la agricultura son:
ALCA: Área de Libre Comercio de las Américas159
En líneas generales, el Acuerdo del ALCA es similar al de la OMC, con el objetivo de liberalizar el mercado,
trabajar de cara a la eliminación de las barreras arancelarias y la supresión de las ayudas a la exportación.
De hecho, “toda modificación posterior que pudiera acordarse en la OMC será incorporada
automáticamente en el presente acuerdo”160.
Destaca que, así como en el AsA se hace mención a la seguridad alimentaria, en el ALCA no.
Se contempla un tratamiento especial para los países con pequeñas economías que “podrán aplicar la
salvaguardia especial para productos agrícolas”161.
158
Ibídem.
En el momento de elaboración de este documento sólo se dispone del borrador del acuerdo, ya que se está aún en período de negociaciones.
160
ALCA – Área de Libre Comercio de las Américas. Borrador de Acuerdo. Capítulo sobre agricultura.
161
Ibídem.
159
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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NAFTA: North America Free Trade Agreement.
Se trata de un pacto que pide la retirada gradual de los aranceles y otras barreras comerciales sobre la
mayoría de los bienes producidos y vendidos en Norteamérica.
Este acuerdo se hizo efectivo en 1994 y abarca la segunda zona de libre comercio del mundo, con 365
millones de consumidores162.
Farm Bill.
Estados Unidos ha aprobado en 2002 este acuerdo de apoyo y mejora de su agricultura y ganadería, un
acuerdo que incluye medidas de protección que contravienen los dictámenes de la OMC163.
PAC (Política Agraria Común).
La PAC nació en la década de los 60 con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria en Europa tras la
II Guerra Mundial.
Desde entonces ha sufrido diferentes reformas para adaptarse y encarar los nuevos contextos y problemas
como los excedentes y la sostenibilidad financiera164.
Actualmente se está en proceso de modificación de la PAC vigente, que debe incorporar el Acuerdo sobre
Agricultura de la OMC tendente al mercado libre, algo que no es aceptado por todos los países, entre ellos
España.
3.7.5. Acuerdos sobre desarrollo sostenible
En la declaración final de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 2002 se pedía a la FAO contribuir al
resultado de la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible que se celebró este mismo año en Johannesburgo.
En la Cumbre celebrada en Johannesburgo se ha hablado mucho de la agricultura y no tanto sobre
alimentación; no obstante, en la declaración firmada por los países asistentes, estos reconocen “que la
erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre, el cambio de los patrones insostenibles de producción y
consumo, la protección y gestión de los recursos naturales para una vida sostenible y un desarrollo económico y social
son los mayores objetivos y los requerimientos esenciales para el desarrollo sostenible”.
“Según el nuevo Informe de Desarrollo Mundial 2002 elaborado por el Banco Mundial, en los próximos 50 años la
población del planeta podría expandirse hasta alcanzar la cifra de 9.000 millones de personas, y el PIB mundial podría
cuadriplicarse y llegar a los 140 billones de dólares. Con una necesidad de alimentos más que duplicada, el panorama
se presenta sombrío para regiones como África, cuya producción alimentaria crece actualmente a un ritmo más lento
que la población”. Esto lo escribía, antes de la Cumbre, el presidente del Banco Mundial James Wolfensohn.
El vicepresidente del Banco Mundial, Ian Johnson, pidió en Johannesburgo el fin de los subsidios agrícolas en los
países más avanzadas al subrayar que este punto es vital para el desarrollo, sobre todo del continente africano.
Según el vicepresidente del Banco Mundial, “para que exista crecimiento en África es necesario desarrollar la
agricultura. Los subsidios en el Norte son un obstáculo en ese sentido”165.
Según los cálculos de Oxfam Internacional, el coste para los países pobres de las barreras comerciales en los
países ricos asciende anualmente a 100.000 millones de dólares, el doble de lo que estos destinan a ayuda al
Tercer Mundo. Y el Banco Mundial cifra en 311.000 millones de dólares las subvenciones a la agricultura en
países de la OCDE166.
3.8. Conclusiones sobre esta aproximación económica, política y social
162
La primera zona sería la Unión Europea.
Existe el precedente del caso del acero en el que Estados Unidos no aplicó el principio de no discriminación con el acero procedente de la
Unión Europea lo que ha llevado a un litigio en el seno de la OMC.
164
La protección de la agricultura gasta aproximadamente la mitad del presupuesto comunitario anual.
165
El País, 27 de agosto de 2.002.
166
El País, 2 de septiembre de 2.002.
163
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Aunque se ha producido en los últimos 30 años una importante disminución del porcentaje de personas
hambrientas en todo el mundo, la reducción en cifras absolutas no ha sido tan grande (120 millones
aproximadamente) y dista mucho de los compromisos internacionales varias veces reiterados.
Frente a esta realidad del hambre en el mundo, cabe adoptar un enfoque de seguridad alimentaria que
implica la búsqueda del acceso a una alimentación suficiente y adecuada, o un enfoque de soberanía
alimentaria, que supone buscar la seguridad alimentaria a través de una revisión de los modelos de
producción agropecuaria a favor de esquemas agroecológicos, comunitarios y sostenibles, con un
compromiso importante de los Estados nacionales.
El análisis del modelo agrícola industrial no debe hacerse exclusivamente desde parámetros de
productividad, sino evaluando también aspectos sociales y ambientales, optando, como estrategia contra
el hambre en los países en desarrollo, por modelos de producción agrícola de pequeña y mediana escala,
más ecológicos.
Aunque los alimentos transgénicos han sido presentados por sus defensores como una solución al
problema del hambre en los países en vías de desarrollo, por un lado hay riesgos potenciales tanto desde
el punto de vista de la salud como del medio ambiente; y por otro lado, los derechos de propiedad
intelectual sobre esta biotecnología tienden a aumentar la brecha entre ricos y pobres.
A pesar de los declaraciones y compromisos sobre reducción del hambre que han surgido de las
cumbres mundiales de la alimentación y del desarrollo sostenible, los acuerdos comerciales son los que
están teniendo mayor incidencia en esta realidad y, en la práctica, contradicen la búsqueda del objetivo
de reducción del hambre..
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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4. ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y SALUD
4.1. Introducción
Como hemos visto, el hambre es una dura realidad en el mundo de hoy. Mientras que las sociedades
industrializadas sufren las consecuencias de la abundancia, millones de personas no pueden desarrollarse
plenamente, no pueden utilizar todo su potencial humano. Esto ocurre porque están expuestas a una
alimentación insuficiente, insegura o a enfermedades invalidantes. En el caso de la población infantil, esto es
especialmente dramático, pues está científicamente probado que todos los niños, independientemente del país
de origen, tienen el mismo potencial de crecimiento, al menos hasta los 7 años de edad. Los factores
ambientales, incluyendo las enfermedades infecciosas, una dieta inadecuada o insegura y las consecuencias de la
pobreza, son más importantes que la predisposición genética a la hora de producirse desviaciones de los
valores de referencia del crecimiento167. Es más evidente que nunca que las causas subyacentes de los
problemas de crecimiento están profundamente arraigadas en la pobreza y en las carencias en educación.
La malnutrición, frecuentemente, forma parte del círculo vicioso de la pobreza y la enfermedad (figura 1). Estos
tres factores se interrelacionan de tal manera que cada uno contribuye a la presencia o permanencia de los
otros. Acciones socioeconómicas o políticas pueden romper el círculo vicioso, mediante intervenciones
específicas en nutrición y salud.
Figura 1: Círculo vicioso de la pobreza y la enfermedad.
Mejoras
económicas
Intervenciones específicas
en nutrición y salud
MALNUTRICIÓN
ENFERMEDAD
POBREZA
Mejoras
políticas
Mejoras
sociales
Uno de los indicadores más importantes del estado de salud de la población es el estado nutricional de los niños
(figura 2). Para valorar el estado nutricional, es fundamental estudiar el crecimiento. Hay evidencias de la
relación entre el crecimiento insuficiente y el retraso del desarrollo mental, así como la asociación con el
fracaso escolar y con la reducción de la capacidad intelectual168.
También se ha evidenciado la influencia del retraso del crecimiento en la primera infancia con déficit funcionales
importantes durante la vida adulta, que llevan a una reducción de la capacidad laboral y, en consecuencia, que
inciden en la productividad económica.
167
168
OMS, 1997.
de Onís et al, 2000; OPS, 1998
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Figura 2: El antes y el después de la malnutrición.
RIESGOS, CONSECUENCIAS
FACTORES
DESENCADENANTES
Infancia:
∆ Mortalidad
Pobre calidad de los alimentos
∆ Morbilidad
Consumo alimentario
∇ Desarrollo intelectual
insuficiente
∇ Desarrollo psicosocial
MALNUTRICIÓN
Enfermedades infecciosas
severas repetidas
MALNUTRICIÓN
Apatía
Edad adulta:
Falta de recursos económicos
∇ Tamaño corporal
Prácticas alimentarias
∇ Rendimiento laboral
Condiciones de vivienda
Acceso a la atención sanitaria
Desigualdades
∇ Desarrollo reproductivo
∆ Enfermedades crónicas
∆ Complicaciones obstétricas
∆ Impacto producción
La malnutrición comprende varias enfermedades, cada una con una causa específica, relacionada con uno o más
nutrientes (proteínas, yodo, vitamina A, hierro). Se produce un desequilibrio entre el aporte de proteínas y
energía, y la demanda corporal de dichos elementos para asegurar un crecimiento y un funcionamiento
corporal óptimo. El desequilibrio incluye tanto el defecto como el exceso, de manera que malnutrición incluye
tanto la insuficiencia ponderal y el retraso del crecimiento, como el sobrepeso y la obesidad. Se estima que,
actualmente, la prevalencia del retraso del crecimiento en los países en desarrollo es del 33% (año 2000),
mientras que en 1980 era del 47,1%. Si bien se ha producido un descenso, el progreso ha sido desigual en las
diferentes regiones del planeta, y más lento de lo esperado (figura 3).
Figura 3: Población infantil malnutrida en los países en desarrollo.
Se estima que en el año 2000, unos 182 millones de niños en edad preescolar de los países en desarrollo sufrían
retraso del crecimiento. De esos niños, el 70% vive en Asia (fundamentalmente meridional y central), el 26%
en África y el 4% en América Latina y el Caribe.
Las consecuencias de la malnutrición son importantes durante la infancia, clasificadas en términos de morbilidad
y mortalidad (se estima que en el 54 % de los casos de mortalidad infantil uno de los factores implicados es la
malnutrición) y desarrollo intelectual (menor rendimiento escolar) y psicosocial.
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Un niño que está creciendo bien tiene más probabilidades de ser más activo físicamente y de relacionarse
mejor con su entorno que un niño que crece con dificultades. Las deficiencias de energía en la dieta y las
infecciones generan apatía, que sitúa al niño en mayor riesgo de retraso en el desarrollo. El niño que crece bien
tendrá un sistema inmunológico de defensa mejor frente a la infección. De manera que un crecimiento
adecuado es un factor de protección frente a infecciones graves y a mortalidad infantil. En definitiva, la nutrición
es el principal determinante en el desarrollo humano, debido a su impacto en la supervivencia infantil, y en el
desarrollo físico y cognitivo.
4.2. Problemas nutricionales
Según la FAO, casi el 30 % de la población mundial sufre alguna forma de malnutrición, ya sea aquellos que no
tienen acceso a una cantidad suficiente de energía o nutrientes fundamentales (777 millones de personas sufren
subnutrición crónica) o bien aquellos que sufren enfermedades debidas a una alimentación excesiva o
desequilibrada (cientos de millones de personas en todo el mundo). Además, se estima en más de 2.000
millones de personas las que sufren una o más deficiencias de micronutrientes.
4.2.1. Malnutrición proteico-energética
La malnutrición proteico-energética (MPE) es el problema nutricional más serio. Se relaciona con la pobreza
crítica. La existencia de poblaciones desfavorecidas en muchos países en desarrollo forma el sustrato de la MPE.
Afecta gravemente a los niños en sus primeros cinco años de vida. Se observa un déficit de peso y talla para su
edad. Las madres también son un colectivo de riesgo. En los países de baja renta, es la causa principal de la
insuficiencia ponderal en el recién nacido (bajo peso al nacer). Se ha estudiado la posible inducción por parte de
la propia madre, durante las primeras fases de la gestación, de un perfil futuro de retraso en el crecimiento y de
anemia nutricional.
La malnutrición en los niños es consecuencia de una serie de factores, que generalmente están relacionados con
una pobre calidad de los alimentos, un consumo alimentario insuficiente y enfermedades infecciosas severas
repetidas o, la mayoría de las veces, una combinación de todos ellos. Las personas malnutridas son más
susceptibles a las infecciones y a las enfermedades. De forma que la desnutrición no está causada tan sólo por la
baja ingesta de alimentos o la mala absorción de ciertos nutrientes, sino que es el resultado de una compleja
interacción de múltiples factores condicionantes interrelacionados e interdependientes: ingresos bajos, baja
capacidad de compra, subempleo – desempleo, bajo nivel educativo, malas condiciones sanitarias, escasa
disponibilidad de alimentos, falta de acceso a los servicios de salud, inestabilidad familiar... es decir, un estado
general de pobreza y marginalidad, efecto del subdesarrollo y causa principal del hambre y la desnutrición.
Cuando la desnutrición materna determina el bajo peso al nacer del niño, se pone en peligro la supervivencia y
se compromete el crecimiento y el desarrollo del recién nacido. Por tanto, es más incierto su futuro, en función
del grado de desnutrición de las madres. Por otro lado, aquellos niños que sobreviven a la mortalidad infantil,
pasan a ser niños desnutridos, generalmente con retraso en el crecimiento, y con su potencial productivo
reducido. 177 millones de niños en todo el mundo siguen presentando retraso del crecimiento. Los niños
menores de 5 años de los países de baja renta tienen 20 veces más riesgo de morir durante sus primeros cinco
años de vida. Se estima en 13 millones de niños los que mueren anualmente por la malnutrición. La
malnutrición supone para las mujeres un riesgo mayor de complicaciones y de muerte durante el embarazo y el
parto.
La malnutrición está fuertemente asociada a las enfermedades diarreicas y al sarampión. Estas enfermedades
infecciosas socavan el estado nutricional del niño y la malnutrición que surge aumenta el riesgo de infección y
agrava los efectos de estas enfermedades.
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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4.2.2. Anemias nutricionales
La anemia por deficiencia de hierro (anemia ferropénica) es la deficiencia nutricional más común en todos los
lugares del mundo. Afecta especialmente a mujeres embarazadas y niños pequeños. Se estiman en total 2.000
millones de personas afectadas, de las cuales el 52 % son mujeres embarazadas y el 39 % niños menores de
cinco años. Provoca el 20 % de las muertes maternas en África y Asia.
La deficiencia de hierro y las anemias nutricionales tienen repercusión sobre la capacidad mental, endocrina,
reproductora, inmunológica y sobre la capacidad productiva. Los hijos de las madres anémicas padecen
insuficiencia ponderal y corren un gran peligro de morir durante el periodo inmediatamente anterior o
posterior al parto. Las anemias nutricionales tienen un fuerte impacto en el crecimiento económico y social de
países de baja renta.
4.2.3. Otras deficiencias vitamínicas
La deficiencia de yodo puede reducir la capacidad física y mental del adulto, y produce una serie de
consecuencias metabólicas como el bocio (agrandamiento de la glándula tiroides), alteraciones en el
crecimiento, en la capacidad intelectual, y funciones neurológicas. Se cifran en 740 millones de personas en
todo el mundo que sufren esta carencia. Es la causa aislada más importante de lesiones cerebrales prevenibles
en los niños y también aumenta la incidencia de abortos, muertes prenatales y muertes maternas. 211 millones
de personas presentan bocio. Cerca de 50 millones de personas sufren lesiones cerebrales debido a la
deficiencia de yodo. Además, hay más de 16 millones de casos de cretinismo (manifestación extrema de la
deficiencia de yodo de carácter irreversible, que produce retraso físico y mental casi absoluto, y que se inicia en
el embarazo).
La xeroftalmia en la manifestación clínica de la deficiencia de Vitamina A. Afecta a 100-140 millones de niños en
todo el mundo. En sus formas más graves, puede producir ceguera. Cada año quedan parcial o totalmente
ciegos 500.000 niños por esta deficiencia; las dos terceras partes de ellos, aproximadamente, mueren a los
pocos meses de perder la vista. La deficiencia de Vitamina A, además de los trastornos oculares, altera el
metabolismo celular y los mecanismos inmunitarios, aumentando la susceptibilidad a las infecciones y elevando
el riesgo de muerte de los niños en edad preescolar. El grupo de mayor riesgo es el de los niños desnutridos
con infecciones concomitantes, que pueden desarrollar lesiones oculares irreversibles que conduzcan a la
ceguera e, incluso, a la muerte.
El raquitismo en los niños y la osteomalacia en los adultos son las patologías asociadas a la deficiencia de
Vitamina D. Esta vitamina se incorpora al organismo por dos vías: la dieta y la síntesis biológica. La luz del sol es
esencial para la síntesis biológica de la Vitamina D. Se dice que el raquitismo es más frecuente en las personas
de color, debido a la pigmentación de la piel, que actúa como filtro de los rayos solares.
4.2.4. Bajo peso al nacer
En torno al 17 % de los recién nacidos (hasta el 50 % en algunos países) presentan bajo peso al nacer (<2.500
grms. según la OMS). El bajo peso al nacer está relacionado con la desnutrición prenatal. Por otro lado, hay una
relación evidente entre el bajo peso al nacer y elevados índices de mortalidad infantil. Los bebés nacidos a
término con un peso inferior a 2,5 kgs. tienen muchas más probabilidades de morir en los primeros meses de
vida que los bebés que nacen con más peso. La mortalidad neonatal es índice de pobreza.
La adaptación del feto a las carencias de nutrientes y a las condiciones de la gestación en general parecen ser
definitivas. Si un bebé estuvo sometido a subnutrición durante la gestación, aunque luego nazca con un peso
adecuado, el daño puede ya haber sido causado. Investigaciones recientes afirman que un bebé subnutrido en
las primeras etapas de la gestación, aunque luego sea nutrido adecuadamente, se convertirá en un adulto con
mayor riesgo de ser obeso (parece que las carencias orientan el metabolismo del feto a conservar todas las
calorías posibles y a dirigir todos los nutrientes al cerebro a costa del resto de los órganos).
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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4.2.5. Problemas nutricionales en la infancia y salud del adulto
Al igual que las consecuencias de la subnutrición de la mujer embarazada son importantes para el feto y su salud
de adulto, son también importantes las consecuencias de la malnutrición infantil en la etapa adulta, en términos
de tamaño corporal, rendimiento laboral y desarrollo reproductivo, además del riesgo de enfermedades
crónicas.
Una de las principales consecuencias de la baja talla en el adulto debida a la malnutrición en la infancia es la
reducción de la capacidad laboral, con un impacto importante en la producción económica. En el caso concreto
de las mujeres, una talla baja es un factor de riesgo importante para complicaciones obstétricas, por el pequeño
tamaño de la pelvis.
4.3. Higiene alimentaria. Inocuidad de los alimentos y seguridad alimentaria.
Las enfermedades transmitidas por los alimentos persisten y son motivo de gran preocupación para los
responsables de la salud pública y para los consumidores. Los alimentos son vectores de múltiples peligros
biológicos, químicos... Para evitar estos problemas, se debe asegurar que los alimentos cumplan con unos
criterios de inocuidad, manteniendo un equilibrio con otros factores como la viabilidad técnica, el costo y las
preocupaciones sociales, éticas y ambientales.
En los países de baja renta, el agua y los alimentos contaminados matan cerca de dos millones de niños al año.
Los sistemas alimentarios muchas veces presentan problemas que afectan negativamente a la seguridad,
inocuidad y calidad de los alimentos, y exponen a la población a gran variedad de riesgos que representan un
serio desafío.
Muchos expertos en salud afirman que el principal riesgo para la salud no son los residuos de pesticidas o
dioxinas, ni los alérgenos ocultos, sino los patógenos que se transmiten por la comida y el agua: virus, bacterias
y parásitos, generando peligros biológicos (Brucella, Salmonella, Shigella, Listeria, Toxoplasma, Escherichia...),
químicos (pesticidas, micotoxinas, contaminantes como plomo, mercurio, dioxinas, residuos de medicamentos,
alérgenos...), y físicos (nutrición insuficiente o excesiva, carencias de micronutrientes...). Muchas de estas
sustancias, especialmente los microorganismos, son los responsables de la mayoría de los casos de diarrea que,
año tras año, acaban con la vida de millones de niños en todo el mundo, especialmente en los países de baja
renta.
La seguridad en la alimentación es un objetivo dinámico, en parte porque somos seres en constante cambio.
Cambia nuestra forma de producir alimentos, cambian nuestros hábitos alimentarios, nuestra disponibilidad de
alimentos. También impactan en la seguridad alimentaria las sequías, inundaciones, ciclones, temperaturas
extremas, terremotos, conflictos..., poniendo en peligro los progresos hacia la seguridad alimentaria en muchos
países en desarrollo. La cadena alimentaria (desde el agricultor hasta el consumidor) debe tratar de adaptarse a
estos cambios, de forma segura, inocua y capaz de asegurar un suficiente nivel nutritivo de los alimentos.
4.4. Factores determinantes del estado nutricional.
Existen numerosos factores que influyen en el estado nutricional, así como en la conducta alimentaria. Se han
realizado diferentes clasificaciones de estos factores, siguiendo distintos criterios. Nosotros los hemos dividido
en tres grandes grupos: sociodemográficos y económicos, culturales y sanitarios, destacando en cada uno de
ellos un aspecto que resulta especialmente relevante. Probablemente, el listado no será exhaustivo, dada la
complejidad del acto de la alimentación, primer condicionante del estado nutritivo, pero al menos pretende ser
ilustrativo de la magnitud del hecho.
En la definición que hemos dado de seguridad alimentaria169 podemos ver que hay muchos factores que influyen
en esta situación (figura 5).
169
Situación existente cuando todas las personas tienen acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan
sus necesidades y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana (Cumbre Mundial de la Alimentación, Roma 1996)
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Figura 5: Factores que influyen en la seguridad alimentaria (OPS, 2001).
Crecimiento, control y movilidad poblacional
Desarrollo
Distribución de recursos
Situación socioeconómica
Patrones de consumo
Producción agrícola
SEGURIDAD
Relaciones comerciales
ALIMENTARIA
Propiedad de la tierra
Cambio climático
Servicios de salud
Deterioro ambiental
Acceso a microfinanciación
4.4.1. Factores sociodemográficos y económicos. Disponibilidad de alimentos
El modelo de consumo alimentario en los países pobres se caracteriza por una alimentación monótona donde el
alimento base proporciona el 60-90% del aporte energético, con una pequeña cantidad de productos animales
en la composición de la ración, con un aporte glucídico elevado (en forma de azúcares complejos,
generalmente), un aporte proteico discreto (y esencialmente vegetal) y un aporte elevado de fibras170. Las
consecuencias que este modelo tiene para la salud pública van en la línea de carencias en energía y proteínas o
carencias específicas de minerales o vitaminas. En la tabla 1 se compara el consumo medio de calorías diarias
por grupos de países.
Tabla 1: Consumo calórico por países.
Población en
2000
Población
en 2025
(cálculo)
Tasa de
fecundidad
(1995-2000)
Media de calorías
diarias (kcals per
cápita) (1997)
% del requisito
diario
(2792 kcals) *
13.737
157.813
31.147
278.357
37.896
325.573
1,6
2,0
3.119
3.669
111,7
131,4
CUBA
5.850
11.201
11.798
2,8
2.480
88,8
REP. DOMINCANA
2.353
8.495
11.164
2,8
2.288
81,9
HAITÍ
3.261
8.222
11.988
4,4
1.869
66,9
JAMAICA
1.403
2.583
3.245
2,5
2.553
91,4
636
1.295
1.493
1,7
2.661
95,3
69
241
370
3,7
2.907
104,1
94,9
País
Población en
1950 (miles)
AMÉRICA DEL NORTE
CANADA
EE.UU.
EL CARIBE
TRIN. & TOBAGO
CENTRO AMÉRICA
BELICE
COSTA RICA
862
4.023
5.929
2,8
2.649
EL SALVADOR
1.951
6.276
9.062
3,2
2.562
91,9
GUATEMALA
2.969
11.385
19.816
4,9
2.339
83,8
HONDURAS
1.380
6.485
10.656
4,3
2.403
86,0
MEXICO
27.737
98.881
130.196
2,8
3.097
110,9
NICARAGUA
1.134
5.074
8.696
4,4
2.186
78,3
860
2.856
3.779
2,6
2.430
87,0
PANAMA
170
Hercberg y Galán, 1988
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AMÉRICA DEL SUR
ARGENTINA
17.150
37.032
47.160
2,6
3.093
110,8
BOLIVIA
2.714
8.329
13.131
2,6
2.174
77,9
BRASIL
53.975
170.115
217.930
2,3
2.974
106,5
CHILE
6.082
15.211
19.548
2,4
2.796
100,1
COLOMBIA
12.568
42.321
59.758
2,8
2.597
93,0
ECUADOR
3.387
12.646
17.796
3,1
2.679
96,0
423
861
1.045
2,3
2.530
90,6
PARAGUAY
1.488
5.496
9.355
4,2
2.566
91,9
PERU
GUYANA
7.632
25.662
35.518
3,0
2.302
82,4
SURINAM
215
417
525
2,2
2.665
95,5
URUGUAY
2.239
3.337
3.907
2,4
2.816
100,9
VENEZUELA
5.094
24.170
34.775
3,0
2.321
83,1
Cuadro obtenido de: OPS. Hoja informativa del Programa Mujer, Salud y Desarrollo. Washington: OPS, 2001.
*2792 kcals representa el promedio del requisito diario de kcals recomendada para los hombres (2944) y las mujeres (2640). Los
porcentajes representan el promedio de la distribución per cápita basada en los alimentos disponibles. La distribución de alimentos actual
varía por género, estado socioeconómico, región y etnicidad.
Las características de cada modelo de consumo alimentario se ve influenciado por muchos factores, entre ellos
el nivel educativo y social de las mujeres como las principales gestoras de la alimentación en una sociedad, la
situación económica del país, las comunicaciones y los transportes, las políticas agrarias, las características
geográficas, el clima, el acceso a agua potable, etc.
4.4.2. Factores culturales. Hábitos alimentarios
Sólo cuando una persona cuenta con alimento suficiente para satisfacer el hambre, puede interesarse en otro
significado cualquiera del mismo. Los factores que rigen la dieta del hombre pueden clasificarse de esta forma:
1) el hombre come lo que puede encontrar a su alrededor; 2) cuando puede elegir, escoge lo que sus
antepasados comieron antes que él. De manera que los hábitos alimentarios surgen cuando los alimentos son
suficientes para poder elegir171.
La alimentación es una de las manifestaciones socioculturales más importante en la vida de los pueblos. El
alimento es una forma de comunicación, vehículo de conductas, normas y prohibiciones religiosas. Cada
comunidad selecciona sus alimentos entre lo que encuentra en su entorno, según sus hábitos alimentarios,
dando respuesta a realidades históricas, medioambientales, socioeconómicas… La alimentación es un aspecto
de la vida que sirve, socialmente, para crear relaciones del ser humano con sus semejantes, con sus divinidades
y con el entorno natural. Cada cultura va a definir lo que es o no válido como alimento, condicionando así su
utilización más allá de su disponibilidad. Debido al papel central del alimento en el día a día, las creencias y las
prácticas alimentarias son difíciles de cambiar, aún cuando interfieren con una correcta nutrición.
Los factores que afectan a la elección de los alimentos y que pueden condicionar el estado nutricional son,
entre otros, las pautas de crianza, los cuidados y la alimentación del niño, el marco familiar, las preferencias
alimentarias, los tabúes, la religión, el marco social, las costumbres, el nivel cultural, el marco educativo, los
hábitos de higiene, el estado de salud, la educación nutricional, la publicidad, el marketing, la disponibilidad
económica, etc. Todos estos factores son importantes a la hora de decidir lo que comemos y cómo lo
comemos, generando modelos de consumo alimentario diferentes según países o grandes regiones
mundiales172.
171
172
Lownberg, 1985
Hercberg y Galán, 1988
Versión revisada a fecha 24/01/05
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PROSALUS Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. Documento de análisis y posicionamiento
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Resumiendo, los modelos alimentarios se crean en torno a una geografía concreta de cultivos y cría de
animales, según los adelantos tecnológicos y la capacidad económica de la comunidad. Los hábitos alimentarios
específicos se adaptan a la situación, siendo influidos por creencias religiosas y prohibiciones impuestas.
4.4.3. Factores sanitarios. Nutrición e infecciones
Existe una relación estrecha entre la malnutrición y la mortalidad por enfermedades infecciosas. El estado
nutricional está estrechamente relacionado con el sistema inmunitario, de manera que un estado nutricional
deficitario limita la capacidad de reacción del sistema inmune, disminuyendo la resistencia del individuo a las
infecciones. A la vez, las infecciones van a agravar la malnutrición preexistente, estableciéndose un círculo
vicioso difícil de romper. Los efectos de la nutrición y la infección sobre el organismo no sólo se suman sino que
se potencian, estableciéndose un efecto sinérgico.
El estado inmunitario se agrava considerablemente en la malnutrición. Por eso, los episodios de infecciones son
mucho más severos en niños malnutridos. De manera que si no se trabaja por mejorar el estado nutricional de
la población, las medidas encaminadas a disminuir la prevalencia de determinadas enfermedades infecciosas
serán siempre menos efectivas de lo que podrían resultar.
4.5. Métodos de evaluación del estado nutricional de las poblaciones
El análisis del estado nutricional pretende conocer la frecuencia y distribución de las alteraciones nutricionales,
además de su efecto sobre la salud, la economía y la productividad de las poblaciones. Es una herramienta
esencial en la identificación de problemas nutricionales, sus causas y sus consecuencias y, por tanto, una etapa
indispensable en la planificación de políticas de prevención y en su posterior evaluación.
Evaluar el estado nutricional de una población consiste en:
Apreciar la frecuencia de enfermedades nutricionales y su distribución en la población estudiada, para
identificar los principales grupos de riesgo.
Determinar los factores que intervienen en la aparición o en el desarrollo de dichos problemas
nutricionales.
Disponer de datos para elegir métodos de prevención y medir el impacto de las posibles intervenciones
(sistema de vigilancia).
Dentro de los estudios nutricionales, se pueden emplear una gran variedad de métodos, que recogen diversos
tipos de información a nivel individual o comunitario. Pueden ser datos directos del estado nutricional (datos de
exploración clínica, antropométricos y biológicos – laboratorio) o datos relativos a los factores que condicionan
el estado nutricional (aporte nutricional, hábitos alimentarios, disponibilidades alimentarias, datos
socioeconómicos y socioculturales, situación sanitaria y características del entorno). La elección del método y
del tipo de indicadores está en función de los objetivos del estudio, del tipo de nutrientes, del presupuesto
disponible y del personal que se pueda emplear para su realización.
Los métodos que recogen información indirecta, en general, indican si están presentes o no las condiciones
necesarias para que aparezcan problemas nutricionales (indican que puede existir un riesgo), pero no nos
permiten estimar directamente si el problema existe o no en la población considerada. Los métodos de
recogida de datos directos pueden informar sobre la evolución de un problema nutricional desde el estado
prepatológico hasta la fase final (la muerte).
En concreto la antropometría nutricional tiene por objeto medir las variaciones del tamaño corporal en función
de la edad y del estado nutricional, mediante la obtención de datos de peso, talla y pliegues cutáneos (que
permiten evaluar las reservas energéticas y proteicas del organismo). Como las dimensiones del cuerpo se
hallan muy influidas por la nutrición, sobre todo en el periodo de crecimiento rápido de la primera infancia, los
indicadores antropométricos adecuados deben aportar una información preciosa sobre el estado nutricional. En
países de baja renta constituye un medio privilegiado para le estudio de la malnutrición.
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4.6. Indicadores de salud y del estado nutricional
Aunque no existe un indicador único ideal para conocer el estado nutricional de una población, hay indicadores
que nos aportan información al respecto de forma fácil, rápida y suficiente, permitiendo seguir el estado de
salud y de nutrición de una población a lo largo de los años, sin tener que recurrir a realizar estudios previos
que suelen requerir muchos medios y bastante tiempo.
El empleo de los indicadores del estado nutricional es importante en el marco de la vigilancia nutricional de las
poblaciones. Pero hay que tener presente que la mayoría de ellos no reúne todos los requisitos de un buen
indicador (fiable, específico, fácil de obtener, sensible, objetivo...). Además, en muchos países, el mayor
problema estriba en la carencia de datos o de registros. Aún así, esto no impide que, sabiéndolos interpretar
correctamente (conociendo su significado y sus límites), sean de gran utilidad para conocer las tendencias en
cuanto al estado nutricional de las poblaciones y para realizar evaluaciones de programas cuyos objetivos
incidan en la nutrición.
4.6.1. Indicadores de riesgo de problemas nutricionales
Podemos encontrar diferentes tipos de indicadores en este grupo:
Indicadores nutricionales indirectos: evalúan el riesgo de no cubrir las necesidades nutricionales de la
población. Pueden ser cuantitativos (aportes nutricionales de la ración alimentaria: aporte energético, proteico,
de hierro...), cualitativos (componentes de la ración alimentaria: aporte de proteína animal o vegetal, hierro
hemo o no hemo...), indicadores de comportamiento alimentario (lactancia materna hasta 1, 3, 6 ó 12 meses),
indicadores económicos de tipo alimentario (porcentajes de ingresos destinados a alimentación, cabaña
ganadera, redes de distribución alimentaria...).
Indicadores de equipamiento: tipo de hábitat, número de habitantes por vivienda, servicios en la vivienda
(instalación de cocina, eliminación de basuras), evacuación de aguas residuales o porcentaje de población con
acceso al agua potable (éste último se considera el más importante).
Indicadores de servicios médicos: aportan información sobre la cobertura sanitaria de las poblaciones. De
forma indirecta, el mejorar el estado nutricional está ligado a la mejora de los servicios de salud. Dentro de este
grupo, están los indicadores de equipamiento médico (número de habitantes por médico, número de camas
hospitalarias por 10.000 habitantes, gasto en salud pública, porcentaje de médicos en zona rural), indicadores
de utilización de los servicios de salud (porcentaje de ocupación de camas hospitalarias, motivos de consulta...)
4.6.2. Indicadores de salud o de nutrición propiamente dichos
Son importantes porque reflejan la relación de la malnutrición con el estado de desarrollo económico de la
población estudiada. Entre ellos destacan:
Indicadores del estado de nutrición: peso medio al nacer, frecuencia de bajo peso al nacer, porcentaje de
niños con bajo peso para la edad o baja talla para la edad (indicadores de crecimiento), edad media de la
pubertad.
Indicadores del estado de salud en general: los más sensibles son aquellos que se centran en grupos de riesgo.
Cabe destacar la tasa de mortalidad en los grupos de edad de 1 a 4 años, de 1 a 2 años, la mortalidad infantil
(tasa de mortalidad durante el primer año de vida: número de niños que mueren antes de haber alcanzado la
edad de un año por 1.000 niños nacidos vivos), porcentaje de muertes en niños menores de 5 años en relación
con el número total de muertes a todas las edades. Debemos aclarar, sin embargo, que la malnutrición no es
tanto la causa primaria de la muerte sino que suele estar asociada a la causa que la produce.
Indicadores de morbilidad: las estadísticas de morbi-mortalidad relacionadas con enfermedades infecciosas
son buenos indicadores de malnutrición, aunque sean indirectos.
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4.6.3. Indicadores socio-demográficos y económicos
Suponen una información importante para comprender de forma global los determinantes del estado de salud
de una población (población total, distribución por sexo y edad, PNB, empleo, natalidad...).
4.7. Transición alimentaria en los países de baja renta
El concepto de transición nutricional describe una secuencia de patrones nutricionales y dietéticos que son
consecuencia de grandes cambios en la estructura total de la dieta, relacionados con factores económicos,
sociales, demográficos y sanitarios.
En todos los procesos de transición nutricional en distintos países hay elementos comunes, que convergen en
una nueva dieta rica en grasas (fundamentalmente grasa animal), azúcar y alimentos refinados y bajos en fibra.
Esto genera cambios en la composición corporal, en particular un aumento de la obesidad, asociado con este
cambio dietético y con una reducción de la actividad física.
Es ya un hecho que la malnutrición no se circunscribe a la población con menos recursos, ni la hipernutrición es
un lujo asociado a la abundancia. La nutrición incorrecta es un hecho transversal al estatus socioeconómico,
ocasionando problemas de salud por comer demasiado, demasiado poco o de forma desequilibrada. La ingesta
elevada de energía, los hábitos alimenticios deficientes y los trastornos del metabolismo conducen a un
conjunto totalmente distinto de problemas. Se ha observado cierta susceptibilidad a enfermedades relacionadas
con la sobrenutrición: hipertensión, cardiopatía, diabetes, cáncer... vinculada a la subnutrición durante el
embarazo y la fase inicial de la infancia. Aunque las repercusiones sobre la salud son diferentes, tanto la
deficiencia como el exceso de peso llevan consigo un aumento de la enfermedad y la discapacidad, un
acortamiento vital y una disminución de la productividad.
La obesidad es una preocupación creciente a nivel mundial. Por primera vez en la historia, se empieza a igualar
el número de personas subnutridas con aquellas que tienen sobrepeso en todo el mundo. Por poner un
ejemplo, según la FAO, en Colombia el 41% de la población presenta sobrepeso, en Brasil el 36 %, en Namibia
el 21% y en Zimbabwe más del 23 %. Un estudio de las Naciones Unidas de 1999 afirma que el problema de
la obesidad está presente en todas las regiones en desarrollo, aumentando de forma acelerada, incluso en
aquellos países en los que persiste el hambre. Destaca que la obesidad es más común, fundamentalmente, entre
la población urbana femenina. En todo el mundo, la obesidad aumenta según crecen los ingresos.
Aunque siempre se ha pensado que la obesidad es un símbolo de riqueza y abundancia, suele ser un signo de
nutrición deficiente. A menudo encubre deficiencias del consumo de vitaminas y minerales. Según las
poblaciones se van desplazando del entorno rural al urbano, la alimentación cambia y los estilos de vida
comienzan a ser más sedentarios. Las ciudades ofrecen mayor variedad de alimentos y a un menor coste. El
trabajo de la ciudad generalmente requiere menor actividad física que el del campo. Como cada vez más
mujeres trabajan, suelen tener menos tiempo para comprar y preparar una alimentación sana para el hogar. Si
antes la alimentación se basaba en legumbres, cereales y raíces, ahora deja paso a otra alimentación más rica en
grasas y azúcares.
Se importan alimentos del mundo industrializado (generalmente los de menor calidad; si los cortes de carne
magra se quedan en dichos países, los que se exportan son aquellos con más materia grasa). De forma que los
mismos alimentos que son un peligro para la salud en los países ricos se convierten en un reclamo para los
países en desarrollo. Además, mientras los ingresos van aumentando en estos países, disminuye el coste de los
alimentos grasos. Esto conduce a la obesidad y a un mayor riesgo de cardiopatías, hipertensión, diabetes y
ciertos tipos de cáncer.
La consecuencia es tristemente paradójica: países que todavía siguen luchando por alimentar a parte de su
población, comienzan a enfrentarse con los costes del tratamiento de la obesidad y de las enfermedades
crónicas graves asociadas a ella. Según las economías de los países se van desarrollando, necesitan educar a su
población acerca del consumo de una alimentación adecuada, para evitar lo que puede llegar a ser una enorme
carga económica y social en los próximos 15 ó 20 años.
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Aunque sigue siendo prioritaria la lucha por la erradicación del hambre (en las poblaciones rurales
fundamentalmente), es importante tener visión de futuro y conocer las posibles consecuencias de una
inadecuada distribución de los alimentos, especialmente de una inadecuada ingesta nutricional. La obesidad
puede debilitar el progreso de los países al disminuir la capacidad de trabajar y desviar los recursos de la
atención médica. La clave fundamental de esta lucha es una mejor información y una educación nutricional.
4.8. Asistencia nutricional en situaciones de crisis
En situaciones de crisis políticas o de catástrofes naturales, la población no puede alimentarse de forma
adecuada, con lo que se puede caer en una situación de vulnerabilidad alimentaria, en la que las familias no
disponen de alimentos suficientes ni pueden conseguir productos que respondan a sus necesidades y se ciñan a
sus hábitos alimentarios. Los primeros afectados suelen ser los niños, las mujeres embarazadas o lactantes y los
ancianos.
En estas situaciones, hay que organizar intervenciones de asistencia nutricional. Deben seguirse una serie de
criterios: las intervenciones deben priorizar los grupos más vulnerables, debe implicarse a la población,
considerarse la situación y la conducta política, prestar apoyo a las iniciativas de la población que favorecen su
independencia, programarse para tiempos cortos, simultanearla con medios para que la población vaya
recuperando sus medios de obtención de alimentos, impartir formación en tratamiento de la desnutrición, en
salud, higiene, y calidad del agua, y mantener una evaluación continuada de las acciones para poder ir
adaptándolas a las necesidades variables de la población. Es fundamental tener en cuenta los hábitos
alimentarios de la población y sus peculiaridades, para poder ofrecer una respuesta adaptada a sus necesidades.
El fin último ha de ser conseguir que la población vuelva a ser autosuficiente en el terreno alimentario.
El propósito de la ayuda alimentaria es prevenir la desnutrición de la población afectada por el desastre. Las
etapas de un programa efectivo de ayuda alimentaria son:
Estimar los alimentos disponibles.
Calcular las necesidades alimentarias de la población afectada.
Determinar las raciones alimentarias según los hábitos alimentarios y la duración estimada de la crisis
alimentaria.
Para ello, se deben identificar fuentes de alimentos de la zona, y valorar las posibilidades de transporte,
almacenamiento y distribución. Se debe asegurar la inocuidad (evitando las enfermedades transmitidas por los
mismos) e idoneidad de los alimentos locales disponibles y de los que se reciban.
De forma inmediata, se debe proporcionar, a cualquier grupo de población que esté o parezca estar en alto
riesgo nutricional, 3 ó 4 kgs. de alimentos por persona para una semana. En una primera etapa, lo importante
es asegurar una cantidad suficiente de energía, aunque no sea una dieta equilibrada. Cuando los damnificados
dependen tan sólo de la ayuda alimentaria, las raciones deben proporcionar de 1.700 a 2.000 kcal. por persona
/ día, durante un periodo de semanas e incluso meses.
La ración alimentaria debe ser lo más simple posible. Generalmente la composición que asegure 1.700 kcal. /
persona / día es:
Cereal base (ej. arroz): 400 grms.
Una grasa (ej. aceite): 15 grms.
Alimento proteico (ej. pescado seco): 45 grms.
Además de la ración básica, los grupos vulnerables (niños menores de 5 años, mujeres embarazadas y lactantes
y personas desnutridas) necesitan recibir un suplemento.
4.9. Repercusiones de los alimentos transgénicos en la salud
Los OGM (organismos genéticamente modificados) son “organismos cuyo material genético ha sido modificado
de una manera que no acaece en el apareamiento y/o recombinación naturales”. La biotecnología permite
introducir genes ajenos de microorganismos, plantas y animales a otros organismos totalmente distintos.
Cuando se añaden genes ajenos a un organismo, éste adquiere las características del gen introducido. Pero para
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introducir este gen, es necesario utilizar un “promotor”, es decir, un agente que ayude a que el nuevo gen no
sea rechazado. En muchas ocasiones, se utilizan promotores virales.
Debido a estos mecanismos, se plantean tres posibles riesgos para la salud humana:
•
Se pueden transmitir genes de resistencias a antibióticos, de los alimentos ingeridos a las bacterias
del tracto intestinal. Esto se debe a que en el mecanismo de transmisión del gen se usan
antibióticos, especialmente amoxicilina y cefalosporinas, lo que puede generar alergias.
•
Estas alergias insospechadas se pueden manifestar, por ejemplo, con la aparición de crisis
asmáticas, de glotis... sin causas aparentes.
•
La proteína codificada por el transgén puede ser tóxica para el hombre. Estos OGM tienen una
toxicidad potencial por la producción de enzimas y otras sustancias desconocidas para el cuerpo.
De forma que se pueden introducir o aumentar los niveles de los compuestos tóxicos del
transgén.
En definitiva, representan un riesgo para la seguridad alimentaria en la medida en que no se puede garantizar su
inocuidad. Es necesario que la aprobación de los productos transgénicos sea analizada caso por caso. La opinión
de los ecologistas y de muchos sanitarios es cauta, ya que no se puede confirmar su bioseguridad de forma
absoluta. Además, cabe destacar el escasísimo número de estudios científicos desarrollados con el fin de evaluar
la toxicidad para la salud humana de estos OGM.
4.10. Conclusiones sobre nutrición y salud
El estado nutricional es un indicador fundamental del desarrollo y un requisito indispensable para el progreso
socioeconómico de las poblaciones. El hambre crónica aumenta la susceptibilidad a las enfermedades y produce
debilidad y letargo en la población, reduciendo su capacidad de trabajo. Según la FAO, la pérdida mundial de
productividad social a causa de deficiencias acumulativas de micronutrientes ascendió a 46 millones de años de
vida productiva sólo en 1990. Los países en desarrollo deben hacer frente ahora a problemas graves de salud en
ambos extremos del espectro nutricional. El gran problema es la incorrecta distribución de alimentos. Aunque
el mundo produce para todos, no siempre llegan a quienes más los necesitan. Y las consecuencias de este
desigual reparto de la riqueza nutritiva del planeta son varias. Una es el hambre. Otra, la obesidad.
Donde el exceso de peso antes era señal de riqueza, hoy lo es de pobreza. Mientras que las capas más
poderosas de la sociedad adoptan formas de vida sanas, los pobres tienen menos opciones alimentarias y un
acceso más limitado a la educación sobre nutrición. La FAO prevé que entre 1998 y 2025 se duplique a 300
millones el número de personas con diabetes relacionada con la obesidad, de las que tres cuartas partes serán
del mundo en desarrollo y en aquellos países donde los recursos económicos y sociales ya están sometidos a
una gran presión sería catastrófico.
Para paliar los dos extremos existentes (hambre/obesidad) es necesario asegurar que los alimentos que se
produzcan sean nutritivos. Por ejemplo, ir más allá de establecer un monocultivo porque sea resistente a las
enfermedades y de gran rendimiento y buscar cultivos que brinden una mejor nutrición. Esto significa
convencer a todos, campesinos, políticos, agrónomos ... para que la nutrición sea la parte fundamental de la
planificación agropecuaria. La educación pública debe promover asimismo la buena nutrición y el ejercicio
físico, mientras que la política agrícola debe alentar al consumo de alimentos más nutritivos.
La responsabilidad de unos alimentos nutritivos e inocuos a lo largo de la cadena alimentaria incumbe a todos
los que participan en ella. Se deben crear unos sistemas integrales y eficaces que garanticen la participación y el
compromiso a largo plazo de todas las partes interesadas en cada etapa.
Respecto a los alimentos transgénicos, aunque su potencial pueda ser enorme, también presentan riesgos, por
lo que es necesario establecer sistemas de vigilancia en salud pública en cada país para identificar y vigilar
cualquier efecto adverso a la salud humana por efecto de las plantas transgénicas.
Por último, es fundamental considerar el importante papel de las mujeres en el sostenimiento de la economía,
la salud y la educación en el núcleo familiar. Cualquier programa que tenga en cuenta a la mujer y su formación
tendrá más posibilidades de éxito.
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