1 Estrategias para colaborar con los padres de niños con

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Estrategias para colaborar con los padres de niños con necesidades especiales
Transcripción
Introducción
Bienvenido a “Estrategias para colaborar con los padres de niños con necesidades
especiales”. Este curso de dos horas forma parte de una serie de capacitaciones en línea
diseñadas para ayudarlos, como proveedores de cuidado infantil y directores, a comprender
mejor cómo crear un entorno de cuidado infantil inclusivo para bebés y niños pequeños. Es
posible que haya escuchado ya la frase que reza: “los padres son los primeros maestros de un
niño, y los más importantes”. Los padres conocen a sus hijos mejor que cualquier otra persona.
Debido a esto, la relación que usted tenga con padres de niños que estén bajo su cuidado es tan
importante como la relación que tiene con los niños en sí. Colaborar con los padres no es un
trabajo sencillo, aunque tiene muchas recompensas. El propósito de este curso es explorar
numerosos aspectos de la colaboración entre los profesionales de la primera infancia y los padres
de niños con necesidades especiales. Durante el curso, abordaremos los desafíos que pueden
presentarse cuando los padres tienen un niño con necesidades especiales, analizaremos las
estrategias de comunicación efectiva que se pueden usar para cimentar relaciones más sólidas
con los padres, exploraremos una variedad de maneras en las que padres y familias pueden
participar de su programa e identificaremos las estrategias para obtener el apoyo de los padres de
niños en su programa que no presentan discapacidades.
Objetivos de aprendizaje
Al completar el curso, usted podrá hacer lo siguiente:
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Identificar preocupaciones comunes que tienen los padres de niños con necesidades
especiales.
Describir estrategias para comunicarse con padres de niños con necesidades especiales.
Explicar los pasos que se pueden tomar para garantizar que la información respecto de un
niño con necesidades especiales se preserve de manera confidencial.
Enumerar las maneras en las que puede fomentar el compromiso de los padres de niños
con necesidades especiales para con su programa de cuidado infantil.
Identificar estrategias para obtener el apoyo de padres de niños que estén bajo su cuidado,
quienes no tengan discapacidades ni otras necesidades especiales.
Niños con discapacidades y sus familias
Antes de considerar las numerosas estrategias para colaborar con los padres a fin de crear un
entorno de cuidado infantil inclusivo y de alta calidad, es importante comprender a qué nos
referimos cuando decimos “inclusión” durante esta capacitación. La Asociación Nacional para la
Educación de Niños Pequeños (National Association for the Education of Young Children,
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NAEYC) y la División de Primera Infancia (Division of Early Childhood, DEC) del Consejo
para Niños Excepcionales (Council for Exceptional Children) crearon esta declaración conjunta
respecto de la inclusión en la primera infancia:
“La inclusión en la primera infancia incorpora los valores, las políticas y las prácticas que
respaldan el derecho de cada bebé y niño pequeño y su familia, independientemente de sus
habilidades, a participar de diferentes actividades y contextos como miembros plenos de una
familia, una comunidad y una sociedad. Los resultados deseados de las experiencias inclusivas
para niños con y sin discapacidades, y sus familias, incluyen un sentido de pertenencia y
afiliación, relaciones sociales y amistades positivas, y un desarrollo y aprendizaje que les permita
alcanzar su máximo potencial”.
Como se desprende de esta declaración, uno de los resultados deseados de un entorno inclusivo
de cuidado infantil es el sentido de pertenencia y afiliación, no solo por parte del niño, sino
también por parte de su familia.
Los niños tienen un impacto profundo en sus familias. Antes de que nazca un bebé, los padres
planifican e imaginan su propio futuro así como también el de su bebé. Si el niño nace con una
discapacidad, las sensaciones de entusiasmo que, normalmente, se asocian con la llegada de un
nuevo integrante de la familia pueden ser reemplazadas por conmoción, recelo, enojo, negación o
culpa. Muchas familias hablan de este período temprano en la vida del niño como una nebulosa
de sentimientos intensos.
Algunas veces, la noticia de que su hijo presenta una discapacidad es tan dolorosa que los padres
la enfrentan negando que algo esté mal. La negación va más allá que el decir “mi hijo no tiene
una discapacidad”. A menudo, los padres reconocen la discapacidad pero no pueden enfrentarla
como algo “permanente”. Puede escuchar a padres hablar como si su hijo fuera a deshacerse de
la discapacidad. Tenga en cuenta que la negación es una estrategia que lleva a los padres a
confrontar sus miedos en dosis más pequeñas. Puede que resulte más sencillo enfocarse en el
futuro distante que confrontar los numerosos desafíos del desarrollo que experimenta el niño en
este momento.
También puede conocer a un padre que “espera lo peor” cada vez que el niño se somete a una
evaluación o cirugía. Algunos padres lidian con la desilusión haciéndose muy pocas
expectativas. Como resultado de ello, es posible que los comentarios que realicen sobre sus hijos
no sean muy positivos. Esta reacción también puede ser una estrategia de adaptación, que sirve
como mecanismo de defensa para los padres frente a “más noticias negativas”. En muchos casos,
para el momento en que el niño se inscribe en un programa de cuidado infantil, los padres han
tenido la oportunidad de adaptarse al diagnóstico inicial y han adquirido muchas habilidades
necesarias para cuidar al niño. Es importante recordar que un niño con discapacidad genera un
impacto a largo plazo en la familia. Incluso una familia que parece ser fuerte y competente
experimenta una amplia serie de emociones que pueden ser difíciles de comprender a menos que
se hayan tenido experiencias similares.
Algunos padres experimentan sensaciones de desconcierto poco después del nacimiento de su
hijo porque se identifica al niño con la discapacidad. Esto puede suceder, por ejemplo, cuando
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diagnostican a un recién nacido con síndrome de Down. No obstante, y con frecuencia, la
discapacidad de un niño no se reconoce sino hasta mucho después. Una discapacidad de
aprendizaje, por ejemplo, puede no ser aparente en las primeras semanas y meses de la vida de
un niño. Algunas discapacidades son el resultado de una lesión o enfermedad.
Independientemente de cuándo se realice el diagnóstico, los padres probablemente
experimentarán sensaciones intensas.
Reacciones comunes de los padres
Resulta imposible describir de qué modo reaccionará una familia ante la idea de tener un niño
con una discapacidad. No obstante, usted puede encontrar algunas reacciones comunes de estos
padres de niños con discapacidades. En los próximos minutos, analizaremos siete de estas
reacciones y algunos pasos básicos que puede tomar para fomentar la colaboración con los
padres.
En primer lugar, los padres pueden cuestionar sus propias habilidades para criar hijos. Por
supuesto, esto le sucede a la mayoría de los padres, independientemente de que tengan o no un
niño con necesidades especiales; no obstante, esta reacción se acentúa en los padres de niños con
discapacidades. Los padres pueden sentirse inseguros o dubitativos sobre sus capacidades y lo
transmiten realizando muchas preguntas o bien expresando sus inquietudes a usted u otras
familias que participan del programa. Cuando esto sucede, usted debe reconocer esos
cuestionamientos sobre las capacidades de criar hijos como una preocupación normal de los
padres y buscar maneras de garantizarles que todos tienen dudas a veces. También debe tener
sensibilidad hacia las otras habilidades que puede exigir la crianza de un niño con
discapacidades, como la de saber cómo respaldar el desarrollo del lenguaje y la alfabetización
del niño cuando este tiene una discapacidad de aprendizaje, aprender a realizar ejercicios de
desarrollo motriz, usar equipos de alimentación especiales o supervisar los problemas médicos.
Los padres de un niño con una discapacidad pueden decirle, de hecho, que sus preocupaciones
van más allá de las preocupaciones de la mayoría de las familias y que necesitan ayuda así como
también consuelo. Los padres no se cansan de escuchar que nadie conoce a sus hijos mejores que
ellos.
Para ayudar a los padres que se cuestionen su capacidad de criar hijos, usted podría realizar lo
siguiente:
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Sugerir una clase de padres o un seminario que aborde temas con los que los padres se
identifican, como un interés o preocupación.
Alentar a los padres a que visiten su programa y observen a otras personas interactuar con sus
hijos.
Alentar a los padres a que compartan preocupaciones con otros profesionales que trabajan
con sus hijos.
Alentar a los padres a que aporten libros, folletos u otra información sobre grupos para
padres y talleres de crianza.
En segundo lugar, inscribir a un niño en un programa de cuidado infantil puede producir
sensaciones intensas en los padres. El progenitor puede estar pensando en cómo sería buscar un
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programa de cuidado infantil si el niño no tuviera una discapacidad. Ellos pueden ser conscientes
de las diferentes cualidades que deben buscar al momento de seleccionar un programa. Puede
que recuerden sus reacciones iniciales hacia el niño y se preocupen por si sus reacciones como
profesional serán las mismas. Usted necesitará conocer todo lo que ellos han aprendido acerca de
cómo cuidar a su hijo y eso, en sí, añade presión a la situación. Una madre le dijo al director de
un programa de cuidado infantil que, si su hija no hubiese tenido una discapacidad, ella no la
habría inscrito en el programa. Si bien se sintió inicialmente ofendido por el comentario, el
director descubrió que la madre había imaginado tener a la niña en el hogar junto con ella hasta
el inicio del jardín de infantes. Debido a la discapacidad de la menor, la madre sintió que las
oportunidades adicionales de interactuar con otros niños revestían de gran importancia. El
comentario reveló algunos de los sentimientos más delicados de esta madre sobre su hija.
En dichas instancias, usted puede darles la bienvenida al niño y a la familia en su programa de la
misma manera en que le daría la bienvenida a cualquier otra familia. Puede ayudar a la familia
que se preocupa acerca de sus reacciones escuchándola y hablando de manera abierta y honesta
de modo que le permita a la familia saber que usted es consciente de la atención que los niños
requerirán y está dispuesto a aprender sobre esta. Resulta muy bueno expresar las
preocupaciones que pueda tener y es igualmente importante expresar su compromiso de hacer lo
que sea necesario a fin de intentar satisfacer las necesidades individuales del niño. Esta también
es una oportunidad para recordarles a las familias que satisfacer las necesidades individuales del
niño es un objetivo importante para cada menor que se inscribe en su programa. Sea cuidadoso
de tratar a todos los padres de niños con discapacidades de la misma manera. Los padres son tan
particulares como los niños inscritos en su programa.
Para ayudar a los padres a lidiar con sus sentimientos intensos durante la inscripción, usted
podría realizar lo siguiente:
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Reconocer las preocupaciones de los padres con enunciados tales como: “Esto parece ser
muy duro para usted” (si resulta adecuado).
Brindar múltiples oportunidades para que las familias compartan sus preocupaciones con
usted.
Observar atentamente las claves que se desprenden de los padres acerca de cuán listos están
para escucharlo durante cada visita.
En tercer lugar, las experiencias diarias en un programa de primera infancia pueden
provocar reacciones intensas de los padres de un niño con discapacidad. Los sucesos que
ocurren normalmente en su programa pueden, en ocasiones, ser una fuente de preocupación para
los padres, ya sea porque no están seguros de cómo ellos o sus hijos pueden responder o porque
la experiencia evoca una respuesta emocional. El padre de una niña que tiene una discapacidad
grave inscribió a su hija de dos años en una clase de primera infancia y se sorprendió al notar que
le resultaba especialmente difícil dejarla cada día e ir a buscarla al final de la jornada. Incluso
aunque hubiera seleccionado el programa de manera específica para darle a su hija la
oportunidad de estar con niños que no tenían discapacidades, era muy doloroso para este padre
ver a otros niños que podían desplazarse, hablar y jugar más fácilmente que su propia hija.
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En situaciones como esta, asegúrese de crear un entorno que les facilite a los padres compartir
sus preocupaciones. Puede lograrlo dejando que los padres sepan que usted (y el resto del
personal) es una persona accesible, que desea hablar con ellos y que valora su relación con ellos.
Es importante responder a las inquietudes de los padres en forma calma y evitando expresiones
de conmoción o desaprobación, lo cual podría hacer más difícil aún para una familia poder
hablar con usted en el futuro.
Puede tomar estas medidas para asistir a los padres en estas situaciones:
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Entablar conversaciones con las familias de su programa en todo momento en que tenga la
oportunidad. Si bien los padres pueden no sentirse cómodos de interrumpir su agenda para
comunicarle sus preocupaciones, pueden sentirse aliviados de tener la oportunidad de hablar
del tema en medio de una conversación que usted haya iniciado. Además, puede...
Realizar visitas al hogar, como durante la inscripción o al inicio de cada nuevo año.
En cuarto lugar, los padres de un niño con una discapacidad podrían preocuparse de que
su hijo no sea aceptado por usted, otros miembros del personal, los demás niños de su
programa o sus padres. Es posible que usted tenga sus propios miedos sobre incluir a este niño
en su programa, de modo que es importante que se tome el tiempo de reconocer que los padres
pueden tener preocupaciones similares. Sorprendentemente, es común que los padres u otros
familiares llamen al programa para preguntar sobre las vacantes disponibles y nunca mencionen
que su hijo tiene una discapacidad por temor a que sea rechazado. Incluso aunque les dé la
bienvenida con entusiasmo, las preocupaciones de los padres sobre la aceptación es algo muy
real. Durante semanas luego de haber inscrito a su bebé de nueve meses en un hogar familiar de
cuidado infantil, los padres continuaban preguntando si su hija había hecho algún amigo. En esta
instancia, el concepto de “amigos” era difícil de entender porque los bebés no expresan, en
general, preferencias hacia un amigo en particular. El proveedor de cuidado infantil supuso,
correctamente, que estos padres preguntaban si su hija era aceptada por los otros niños que
participaban del programa. Continuamente, el proveedor buscaba maneras de describir las cosas
que la bebé había hecho, así como también las cosas que los otros niños hacían para incluirla en
las rutinas y actividades.
Su trabajo es asegurarse de que sus palabras y actos transmitan aceptación. Hágales saber a las
familias que está entusiasmado por incluir a sus hijos en el programa. No tenga temor de realizar
preguntas para aprender un poco más sobre las necesidades del niño. Tome la precaución de
equilibrar las inquietudes con las declaraciones que tranquilicen a la familia. Sus actos se verán
reflejados en el personal, los niños y los padres. Las afirmaciones de aliento pueden hacer
maravillas con los padres y los hijos. Realizar comentarios específicos sobre los hijos, como:
“Bailó en la hora de música hoy” permite a los padres saber que usted presta atención y acepta al
niño. Recuerde que un niño con discapacidad es, ante todo, un niño; la familia necesita
escucharlo decir esto y verlo reflejado en la práctica.
Lo que usted debería considerar:
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Dar ejemplos específicos sobre cómo el niño puede participar en las actividades grupales,
comidas o juegos al aire libre, de modo que los padres comiencen a desarrollar una mejor
comprensión de lo que usted hace.
O, después de que el niño se inscribe en su programa, compartir ejemplos de cómo otros
niños están construyendo una relación con este.
Reacciones comunes de los padres (continuación)
En quinto lugar, además del estrés de ser padre, el padre de un niño con una discapacidad
también tiene que lidiar con otro conjunto de experiencias de vida que aumentan el estrés.
Entre las circunstancias que pueden contribuir a la ya estresante tarea de ser padre, se encuentran
coordinar citas con numerosos especialistas que, incluso, pueden residir en estados diferentes y
que pueden ofrecer recomendaciones de cuidado contradictorias; explicarle la discapacidad del
niño a otros miembros de la familia, vecinos, conocidos, niñeras y otros; la preocupación sobre
las complicaciones médicas que se asocian con la discapacidad del niño; aprender nuevas
habilidades para satisfacer las necesidades especiales del niño.
Usted puede ayudar mediante el desarrollo de una relación con la familia que tenga en
consideración el estrés adicional que puede provenir de tener un niño con una discapacidad.
Evite tratar de protegerlos de situaciones que puedan generar ese estrés. Su trabajo como
educador de la primera infancia es importante pero no incluye convertirse en un asesor de
familia. También es importante darse cuenta de que cada familia responde de manera diferente.
Las familias que enfrentan el mismo conjunto de desafíos pueden manejarlos de maneras
diferentes porque tienen diferentes fortalezas, recursos y estrategias de adaptación. Del mismo
modo en que dos niños no son iguales, tampoco dos familias lo son.
Pasos que puede tomar para respaldar a la familia:
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Alentar a la familia para que comparta sus preocupaciones con otros profesionales e, incluso,
con otras familias que tienen hijos con discapacidades.
Mantener una lista actual de los servicios de apoyo de la comunidad.
Crear un centro de recursos para familias con folletos, copias de artículos y libros.
Cuando la situación de una familia en particular es especialmente estresante, ayudar a la
familia a buscar asistencia adicional de un profesional que esté capacitado para brindar la
atención especializada que la familia requiere.
En sexto lugar, cuando surgen problemas, los padres de niños con discapacidades parecen
exagerar las reacciones. Los padres desean que se haga todo lo posible para ayudar al desarrollo
de su hijo. Muchos padres temen ser los únicos que realmente están dedicados al desarrollo de su
hijo e interpretan los sucesos diarios de manera bastante seria. Por ejemplo, una madre miró el
tablero de anuncios del programa y observó que el trabajo de arte de su hija no estaba exhibido
con los dibujos de los otros niños. Esa noche, mientras pensaba en ello, se preguntaba si su hija
había incluso participado en la actividad de arte. ¿Qué sucedía si a su hija la excluían de todas las
actividades de arte a causa de su discapacidad? A la mañana siguiente, esta simple observación
se había convertido en una preocupación principal. Se halló enojada y desilusionada a medida
que se dirigía hacia el maestro de la menor. Al final, resultó que su hija había estado ausente el
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día en que se realizaron esos dibujos en particular. Muchos ejemplos del trabajo de su hija
estaban exhibidos en otras partes del programa.
Usted puede ayudar respondiendo en forma rápida y calma, no a la defensiva, a las inquietudes
de los padres. Los padres a menudo consideran su rol como el de un defensor que se asegura de
que su hijo viva experiencias positivas en su programa. Es importante que usted sea accesible
para la familias y que se aliente a estas a compartir las preocupaciones antes de que se conviertan
en grandes obstáculos. Asimismo, es posible que usted no pueda resolver el problema pero
puede, ciertamente, escuchar las preocupaciones de manera objetiva y sin ponerse a la defensiva.
Si los padres parecen “exagerar” las reacciones, su respuesta calma puede ayudar a aclarar la
situación.
Usted puede hacer lo siguiente para ayudar a las familias en este aspecto:
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Evitar malentendidos estableciendo un contacto regular con todas las familias.
Estar a disposición para recibir visitas, llamadas telefónicas o reuniones con familias.
Establecer contacto por escrito frecuente de modo que usted y la familia puedan comunicarse
a diario o semanalmente a través de notas recíprocas.
En séptimo lugar, los padres de un niño no diagnosticado aún pueden tener una serie de
ansiedades con las cuales lidian en silencio también. Los padres pueden presentir que algo “no
está muy bien” con su hijo, aunque no puedan expresar sus inquietudes o teman hacerlo. Este
miedo silencioso puede crear situaciones en las que los padres sean sensibles incluso a
comentarios triviales que usted pudiera hacer sobre el niño por temor (o esperanza) a que usted
sienta la misma ansiedad. Un padre habla sobre la primera vez que oyó a la proveedora de
cuidado infantil de su hijo expresar los miedos que él callaba acerca del menor. “Allí estaba,
sugiriendo con amabilidad que Gordie tenía un retraso en el habla; algo que yo trataba de ignorar
esperando que desapareciera. Una parte de mí estaba tan enojada con ella por hacer que la
situación pareciera más real y otra parte de mí estaba agradecida de que no fuera yo la única
persona que la veía”.
Es importante observar atentamente las señales sutiles por las que el padre podría preocuparse o
sentirse sensible respecto de algún asunto relacionado con el niño. ¡No asuma que usted saber
por qué esto sucede! Siempre constate sus inquietudes sobre el menor junto con los padres de
este. El primer paso de este proceso es establecer una buena relación con los padres. Si se ha
comunicado a menudo con padres previamente acerca de los éxitos y desafíos, es más probable
que lo escuchen cuando necesite comunicar un mensaje más importante. Recuerde: todos ustedes
están preocupados por el bienestar a largo plazo del menor.
Estas son algunas sugerencias para ayudar a los padres en estas situaciones:
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“Ponerse en sus zapatos” y pensar sobre cómo desearía que le transmitieran un mensaje
potencialmente sensible.
Acordar la recolección de información y hablar sobre esta en otro momento.
Abordar el tema numerosas veces y de numerosas maneras.
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Sugerir un recurso específico o individual con el que los padres pudieran ponerse en
contacto.
Si bien estas sugerencias no se pueden usar como “receta” para tratar las necesidades y
situaciones particulares de los padres, sí pueden ofrecer pautas útiles sobre cómo empezar.
Respetar a los padres como colaboradores significa que usted invierte esfuerzo y energía en
hacer que esta colaboración funcione. Al igual que con muchos tipos de inversiones, trabajar
respetuosamente junto con los padres debería significarle considerables réditos como profesional
de la primera infancia.
Comunicar es más que hablar
Usted habla con los padres acerca de todo tipo de cosas. La mayoría de estas interacciones giran
en torno a mejorar la participación de sus hijos en el programa al que usted pertenece. Para
fomentar la colaboración con los padres, debe promover de manera consciente una comunicación
abierta. Cuando los padres tienen un bebé o un niño pequeño con alguna discapacidad, una
comunicación eficaz se vuelve especialmente importante. Durante los próximos minutos,
analizaremos ideas que pueden utilizarse para crear un entorno que favorezca la comunicación
con los padres.
Al comunicarse con los padres, ya sea por medio de una nota, una reunión de padres o una
conversación informal al final de la jornada, cada interacción debe ser honesta, respetuosa,
oportuna, constructiva y recíproca. Analicemos ligeramente cada una de estas.
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La comunicación con los padres debe ser honesta. Dígales a los padres exactamente lo que
les quiere decir porque usted quiere que ellos hagan lo mismo con usted. Si no sabe cómo
ubicar a su hijo para que pueda jugar fácilmente con los juguetes de la mesa de agua, sea
honesto y hágaselos saber. Si bien puede parecerle más sencillo esquivar el tema, hablar sin
rodeos probablemente traiga consigo soluciones positivas.
La comunicación con los padres debe ser respetuosa. Cada interacción contribuye a
desarrollar una relación duradera con los padres. Sea especialmente consciente de las
diferencias culturales. Asegúrese de que las familias sepan que usted respeta su privacidad.
La comunicación con los padres debe ser oportuna. Ya sea que se trate de buenas noticias,
información habitual para mantenerlos al corriente o detalles sobre una situación que
empeora, busque una forma de comunicar la información a los padres de manera periódica.
Comparta las novedades de inmediato. No espere para informarles a los padres sobre lo
bueno (y lo malo) de la jornada de su hijo.
La comunicación con los padres debe ser constructiva. Una comunicación útil identifica de
manera clara qué es lo que sucederá después. No deje a la familia en suspenso. Ofrézcales
sugerencias y pídales sus opiniones y observaciones sobre los pasos a seguir. Imagine cómo
se sentiría usted si recibiera una nota del maestro de su hijo que fuera un listado de
problemas sin ningún tipo de orientación sobre qué hacer al respecto.
La comunicación con los padres debe ser recíproca. Prepárese para aprender de los padres
tanto como ellos aprenden de usted. Escuche en la misma medida en la que habla. Al
acercarse a los padres para plantearles un problema, evite tener una solución completamente
definida en mente. Deje lugar para las observaciones y sugerencias que puedan aportar los
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padres. Asegúrese de que tanto sus actos como sus palabras reflejen su objetivo de formar
con los padres una alianza colaborativa.
Actividades que construyen relaciones con los padres
Existen cientos de ideas maravillosas para comunicarse con los padres. Tomemos unos
momentos para examinar algunas actividades sencillas que puede implementar para facilitar la
comunicación con los padres y, por lo tanto, construir relaciones más fuertes con ellos. Si bien
las ideas que se enumeran a continuación se centran en las implicancias para los niños con
discapacidades, cada estrategia facilita una comunicación eficaz para todos los padres del
programa. Recuerde que comunicarse con los padres es más que solo hablar y escuchar, a veces,
significa hacer.
Incorpore un cuaderno de comunicaciones de cuidado infantil. El diario o cuaderno puede
usarse para hacer y conservar todos los comentarios que se deseen sobre las experiencias del
niño. Iniciado al momento de la inscripción, esta es una herramienta importante para el
profesional de la primera infancia porque ofrece un vehículo para relatar acontecimientos
importantes ocurridos a lo largo de la jornada del niño para que los padres estén al tanto y
puedan agregar sus comentarios al respecto. Puede incluir notas sobre el deleite del niño al hallar
un nuevo juguete, su reacción ante la actividad planificada del día, lo que ocurrió cuando llegó el
terapeuta o el progreso relacionado con una habilidad que surja. El cuaderno puede usarse como
un medio para formular o responder preguntas o para que padres y profesionales se alerten
mutuamente sobre cambios percibidos en el niño. Los padres pueden escribir sobre lo que sucede
en el hogar, hacer comentarios sobre las actividades de cuidado infantil o plantear y responder
preguntas sobre la información compartida. Muchas veces, estos cuadernos se utilizan para hacer
un seguimiento de debates importantes. Luego de una conversación sobre el uso del inodoro, por
ejemplo, un maestro podría escribir una nota que resuma el análisis y adjuntar un artículo o el
nombre de un libro que verse sobre la materia.
El proveedor de cuidado de un niño conservaba notas detalladas acerca del uso del inodoro y la
madre, cada noche, leía las notas, realizaba comentarios ocasionales y registraba sus experiencias
por las noches y durante los fines de semana. Meses más tarde, tanto el proveedor de cuidado
como la madre, estaban asombrados de la historia que contaban sus notas. De hecho, los padres
incluso han agregado estas notas al libro de bebé del niño, que incluye un registro de las
experiencias tempranas de aprendizaje del menor.
El cuaderno o diario se utiliza mejor cuando al comunicar información que le haga saber a la
familia lo que sucede en su programa después de que ellos se marchan y les provee a los padres
otra manera de describir lo que sucede en el hogar. Utilizado para comunicar información del
tipo “ojalá estuvieras aquí” o “no podía esperar para contarte”, el cuaderno puede convertirse
rápidamente en una pieza atesorada de la experiencia familiar en su programa. Cuando es
necesario transmitir información confidencial, por lo general es aconsejable hablar directamente
con los padres. El cuaderno nunca debe reemplazar las comunicaciones cara a cara. Sin embargo,
es una herramienta excelente que promueve la comunicación abierta y frecuente entre padres y
profesionales. Llevar adelante un cuaderno de los niños inscritos en su programa puede resultar
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una excelente manera para que los padres de niños con discapacidades noten el progreso de su
hijo, y una manera de que ellos y usted compartan experiencias mutuas.
Celebre los acontecimientos especiales. Muchos profesionales que se dedican a los niños en la
primera infancia celebran algunas tradiciones o acontecimientos importantes, como los
cumpleaños o la caída de un diente. Estas celebraciones pueden ser fiestas principalmente para
los niños, aunque algunos proveedores alientan a los padres y familiares a que participen
también. Participar en actividades divertidas es una excelente manera para que los padres se
involucren más en el proceso. Es también una oportunidad para presentarles a los niños que se
encuentran a su cargo y a sus familias. Además, es una forma sencilla de permitirles a los padres
apreciar los tipos de experiencias de las que su hijo disfruta en el programa.
Los eventos pueden planificarse como actividades diurnas o nocturnas. Un programa elige la
cosecha de otoño como celebración familiar. Se invita a los padres a reunirse en círculo y cantar
canciones sobre la cosecha o con menús de este festival. Esto requiere muy poca planificación y
muchos padres valoran la oportunidad de participar en una actividad que resulta una parte
familiar de la rutina diaria de sus hijos y aprenden las canciones que sus hijos cantan en el
programa.
Con frecuencia, los padres se ofrecen a traer golosinas y cotillón para celebrar el cumpleaños de
sus hijos. Hágales saber a los padres que está dispuesto a celebrar el cumpleaños de sus hijos y
ofrézcales sugerencias concretas sobre cómo podrían participar. Algunos padres pueden ser
especialmente sensibles a las celebraciones de cumpleaños por diferentes motivos, como la
alergia de un niño a las comidas típicas que se sirven en un cumpleaños. Cuando los niños tienen
su primer cumpleaños, por ejemplo, muchos padres piensan sobre los hitos importantes
sucedidos, como el primer paso o las primeras palabras. Un padre cuyo hijo tiene una
discapacidad y no puede caminar ni pronunciar palabras en su primer cumpleaños puede resultar
particularmente sensible a sus comentarios acerca de este evento próximo. Esto no significa que
debe evitar la celebración, sino que debe estar preparado para aceptar la tristeza o reticencia así
como también el entusiasmo y el placer cuando sugiera traer bocadillos o sombreros de
cumpleaños.
Lance un programa de almuerzos compartidos. A los padres que trabajan a menudo se les
complica encontrar el tiempo necesario para participar activamente en la experiencia de cuidado
infantil. En respuesta a este desafío, un proveedor lanzó un programa de almuerzos compartidos
para incentivar a las familias a acercarse a visitar a los niños para almorzar con ellos. Este tipo de
actividades convierte la hora del almuerzo en un momento más que especial y le permite a usted
compartir su menú y rutina del almuerzo. Muchos padres tienen una hora de almuerzo y pueden
participar, como mínimo, una o dos veces al año.
En otro programa, una actividad de almuerzo compartido en realidad comenzó porque el
proveedor de cuidado infantil pidió a una madre, cuyo hijo no se alimentaba fácilmente, si podía
acercarse a fin de mostrar las técnicas que utilizaba en su hogar. Esta demostración en la hora del
almuerzo fue un poco ajetreada pero muy divertida para el proveedor, la madre y los niños.
Semanas más tarde, el proveedor invitó a otra madre cuyo bebé había comenzado el programa
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recientemente y así comenzó la tradición. A medida que otros padres y abuelos conocían esta
alternativa de almuerzos compartidos, ¡comenzaron a solicitar invitaciones!
Actividades que construyen relaciones con los padres (continuación)
Organice grupos de debate. ¿Cuántas veces ha compartido con los padres diferentes ideas sobre
cómo planificar una rutina para la hora de dormir, enseñar a usar el inodoro u orientar el
comportamiento de los niños? Estos debates son una parte importante de la formación de los
padres y representan una forma más en la que los padres manifiestan su confianza en usted y en
el programa que ha creado. En un centro de cuidado infantil bastante grande, el personal
planificó una serie de grupos de debate para padres en torno a varias preguntas frecuentes. Estos
grupos de debate se reunían una tarde al mes e incluían la participación de un miembro del
personal que se desempeñaba como facilitador. No había oradores invitados ni miembros del
personal asignados como expertos residentes. Los padres aprendían qué funcionaba y qué no a
partir de los debates y el intercambio de experiencias con los demás padres.
Incorpore un tablero de anuncios para padres. Justo al ingresar en un aula, había un tablero
de anuncios lleno de información. Algunas veces, el personal publicaba un artículo que había
leído en un boletín sobre infancia temprana; otras veces, exhibía un anuncio acerca de un futuro
evento comunitario. El tablero de anuncios era un despliegue atractivo para darle la bienvenida a
los padres a medida que ingresaban en el programa.
Como sucede con frecuencia con los tableros de anuncios, muchos padres pasaban por alto la
información publicada. En vez de rendirse, el personal publicaba fotografías de las actividades
grupales, los trabajos de arte de los niños y las citas favoritas de estos junto con los elementos
descritos anteriormente. Cuando en el tablero de anuncios se mostraba lo que los niños hacían
durante el día, esto se convirtió en una maravillosa trigésimo segunda oportunidad de
comunicarse con los padres. Un tablero de anuncios atrae la atención de los padres cuando los
temas que se anuncian son de su interés. Problemas con los hermanos, anuncios sobre grupos de
apoyo o talleres para padres y folletos con descripciones de eventos comunitarios familiares son
solo algunos ejemplos del tipo de información que puede interesarles a los padres.
Extienda una invitación a jugar. Muchos adultos no están acostumbrados a las sillas pequeñas,
al parloteo de muchos niños juntos ni al "caos" de una actividad grupal realmente divertida.
Cuando los padres llegan de visita o pasan a buscar a sus hijos, es posible que deba invitarlos a
participar. Una invitación puede ser tan simple como un "Acérquense" o tan directa como
"¿Ayudarían a John a ponerse el delantal para pintar?". Al darles a los padres una idea clara de
cómo pueden integrarse a la actividad, en realidad está comunicando un mensaje mucho más
profundo. Al decir "Únanse a nuestra ronda", lo que en realidad está transmitiendo es "Estamos
juntos en esto".
Ponga a disposición de los padres un espacio para aportar ideas. Para incentivar a los padres
a aportar sus ideas y sugerencias, el director de un centro de cuidado infantil colocó un pedazo
bien grande de papel en blanco con el encabezado "¿Qué opinan?". Periódicamente, debajo del
encabezado, se anotaba una pregunta sobre algún dilema que el personal estuviera tratando de
resolver. Se colocaba una lapicera y, a lo largo de una o dos semanas, los padres aportaban sus
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valiosas ideas sobre la problemática planteada. Con este método, los aportes de los padres
ayudaron al personal del centro a decidir si usar o no pañales de tela, cómo renovar el patio de
juegos y cómo fomentar el interés de los niños en el reciclaje.
Asegúrese de que los padres sepan que su ayuda es importante. No siempre es fácil pedirles
ayuda a los padres. Usted quiere proyectar una imagen de profesionalismo y poder darles a los
padres la seguridad de que está preparado para brindarles a sus hijos un cuidado adecuado.
Recuerde que una alianza colaborativa supone un apoyo mutuo. El hecho de que los padres
hayan tenido que aprender muchas de las habilidades que usted está aprendiendo para cuidar de
sus hijos los convierte en un excelente recurso que usted puede aprovechar. Por ejemplo, los
padres de un niño pequeño con retrasos significativos en la motricidad se sentían frustrados
cuando el proveedor de cuidado infantil no aplicaba las técnicas adecuadas para levantar y
sostener a su hijo. Cuando el proveedor finalmente les pidió ayuda para posicionar correctamente
al niño, los padres se sintieron aliviados y tuvieron la certeza de que esta era una persona de
confianza que estaba realmente interesada en su hijo y en brindarle el mejor cuidado posible.
Este proveedor de cuidado infantil les informa a los padres, cuando inscriben a sus hijos en su
programa, que les pedirá aportes y sugerencias regularmente con el fin de trabajar juntos para
ayudar a su hijo a disfrutar de una experiencia maravillosa durante su paso por el programa.
Desde el primer momento, los padres saben que usted los considera sus aliados. Como este
proveedor de cuidado infantil pudo comprobar, en la gran mayoría de los casos, los padres de los
niños están preparados y predispuestos a colaborar cuando usted les comunica que necesita
ayuda.
Implemente estrategias consistentes en el hogar y en el centro de cuidado infantil. Los bebés
y niños pequeños se benefician de muchas maneras cuando las expectativas y rutinas son
consistentes en todos los entornos donde viven y juegan. Esto es particularmente importante en
el caso de los niños con discapacidades intelectuales, para quienes el aprendizaje de un nuevo
conjunto de expectativas puede ser un gran desafío. Pregunte a las familias de los niños qué
palabras o señas utilizan en el hogar para comunicarse con su hijo con respecto a sus
necesidades. ¿Cómo les hace saber el niño cuándo necesita ir al baño y cómo ellos le indican al
niño que quieren que trate de usar la pelela? Usar, en el entorno de cuidado infantil, exactamente
las mismas palabras que un niño está acostumbrado a escuchar en el hogar puede ayudarlo a
aprender nuevas habilidades más fácilmente. En el caso de los niños con discapacidades, también
es importante que usted trabaje con sus familias para implementar cualquier estrategia de
intervención que el niño necesite para participar exitosamente en su programa. Por ejemplo, si un
niño tiene dificultad para comer solo en el entorno de cuidado infantil pero lo hace sin problemas
en su casa, usted puede hablar con la familia para saber qué es lo que hacen de manera diferente
en el hogar. Si el problema es que el niño recibe una asistencia más individualizada en el hogar,
los padres pueden trabajar con otros profesionales, como un terapeuta ocupacional, para
determinar cosas que la familia puede hacer en el hogar y usted en el centro de cuidado infantil,
para ayudar al niño a comer con más independencia. Trabajar con la familia del niño para elegir
un conjunto de objetivos, expectativas y estrategias consistentes es una gran forma de establecer
un convenio basado en hacer lo mejor para el niño.
Celebre los logros del niño
12
Todos los padres desean saber que los logros de su hijo son advertidos y reconocidos. En
especial para los padres de niños con discapacidades, los pequeños logros podrían tener un gran
significado. Nunca subestime el esfuerzo que hacen los niños con necesidades especiales para
avanzar pequeños pasos. Celebre el progreso del niño con entusiasmo, aún si se trata de algo que
no parezca muy importante. Por ejemplo, podría celebrar la primera vez que un niño usa una
consonante al comienzo de una palabra. Puede celebrar los logros de un niño en el momento
elogiando y alentándolo, y luego compartir alegremente la novedad con sus padres,
personalmente, por teléfono, por correo electrónico o a través de una nota especial.
Cómo mantener la confidencialidad
A medida que construye relaciones con los padres de niños que están bajo su cuidado, es posible
que usted reciba información acerca de los padres o niños que no debe compartirse con los
demás. La discapacidad de un niño, los medicamentos, las terapias, los objetivos educativos o lo
que sucede en el hogar constituyen ejemplos de información que usted debe mantener en calidad
de confidencial en consideración al derecho de la familia a tener privacidad y a su objetivo de
establecer una relación de confianza con esta. Demostrar respeto por la privacidad de una familia
a menudo se considera como mantener la confidencialidad.
Mantener la confidencialidad es más simple que resistir la necesidad de realizar comentarios
ocasionales a otras personas acerca de los niños que están bajo su cuidado. Mantener la
confidencialidad significa esencialmente que los individuos y agencias, entre ellos los
profesionales de primera infancia, no pueden recibir ni otorgar registros u otra información sobre
el niño o su familia sin el permiso por escrito de los padres del menor o el tutor legal. Usted debe
contar con el permiso escrito de los padres en todo momento en que desee solicitar información
sobre los niños a otras personas que no sean los padres o cuando desee compartir información
que haya recabado. El permiso o consentimiento de los padres es voluntario. Los padres tienen
derecho de cambiar de opinión y revocar su permiso en cualquier momento. Además, los padres
deben tener la oportunidad de inspeccionar y revisar registros sobre sí mismos y sus hijos a
solicitud. Los padres de los niños con discapacidades a menudo son sensibles a que los demás
conozcan la condición de los menores y es posible que usted reciba información sobre ellos y los
niños que los padres no compartan abiertamente con otras personas.
Muchas situaciones cotidianas pueden desafiar su capacidad de mantener la confidencialidad.
Las observaciones realizadas a determinados niños deben ser conservadas en un cuaderno
cerrado. Los planes diarios relacionados con los objetivos para los niños del Plan de Servicios
Familiares Individualizados (IFSP) o el Programa de Educación Individualizado (IEP) deben
mantenerse ocultos o sin la identificación del menor al que hacen referencia. Si arma listas que le
recuerden sobre los medicamentos, palabras nuevas o habilidades que el niño está practicando,
no escriba el nombre del menor ni otra información que lo identifique en la lista.
Además de los registros y otra información escrita, es importante que usted conserve la
confidencialidad cuando se trata de hablar acerca de los niños y sus familias. Resulta natural el
deseo de compartir los eventos del día, el progreso que han realizado los niños o las inquietudes
que usted tenga. Siempre que comience a describir a un niño ante alguna persona que no sean sus
padres, la confidencialidad puede quedar en riesgo.
13
Tomemos algunos momentos para realizar una actividad relacionada con la confidencialidad.
Diríjase al documento titulado: “Actividad 1: Cómo mantener la confidencialidad”. Contiene tres
situaciones que describen los desafíos más comunes que enfrentan los proveedores de cuidado
infantil en relación con la confidencialidad del niño o su familia. Lea cada una de las situaciones
en la página uno y piense cuál podría ser la mejor respuesta para garantizar que se mantenga la
confidencialidad de los niños y sus padres. Una vez que realice esto, compare sus ideas con las
respuestas sugeridas en la página a continuación.
Mantener la confidencialidad no empieza ni termina evitando comentarios personales a otras
personas acerca del niño que está bajo su cuidado. Afectar también el compartir y recibir
información, tanto escrita como verbal, acerca del niño y la familia. Usted debe contar con el
permiso escrito de los padres en todo momento en que desee solicitar información sobre los
niños a otras personas que no sean los padres y cuando desee compartir información que haya
recabado. La mayoría de los padres coopera cuando resulta claro que la información que usted
solicita beneficia a sus hijos y mejora el cuidado que usted provee; entonces, le darán ellos
mismos la información o el permiso escrito que usted necesita para buscar información de otros
profesionales.
Al solicitar el permiso escrito de los padres, no existe un formulario específico para utilizar
aunque hay algunas pautas importantes que se pueden seguir. Usted puede crear su propio
formulario para utilizar en su programa. Una vez que desarrolle el formulario, puede usarlo
siempre que desee obtener el permiso de los padres para solicitar o analizar información acerca
del niño. El formulario debe incluir los siguientes cinco elementos:






El nombre y la dirección del individuo o de la agencia de quien se solicita la información.
El tipo de información solicitada.
El nombre completo del menor.
La fecha de nacimiento del menor.
El nombre y la firma de un progenitor (o tutor legal).
La fecha de la firma.
Se podría añadir un párrafo simple donde describa su programa y cualquier solicitud específica.
Este formulario es su solicitud de información sobre un individuo o agencia particular
designados por el progenitor como importante respecto de la inclusión del niño en su programa,
tal como un médico, terapeuta ocupacional o nutricionista. Usted debe contar con un formulario
por separado para cada individuo o agencia. Es importante que el progenitor feche el formulario
ya que una solicitud firmada solo es válida por un año a partir de la fecha en que se firmó.
Luego de que haya obtenido el permiso de los padres para solicitar información, puede elegir
entre diversos métodos para recabar la información. Lo que usted podría realizar:





Pedir copias de registros.
Pedir un informe o nota donde se resuma información.
Pedir información en una consulta telefónica.
Pedir al individuo que hable con usted en el centro de atención.
Solicitar que se lo incluya en las sesiones de terapia.
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Podría utilizar una combinación de estos métodos. Recuerde que el profesional debe haber
recibido el formulario de solicitud firmado y fechado antes de compartir la información con
usted. De manera similar, usted no puede entregar registros ni intercambiar información con
otras personas o agencias sin haber recibido el permiso escrito de los padres. Si los miembros del
equipo u otras personas solicitan sus informes o notas de provisión de cuidado, deben presentar
el permiso escrito de los padres para que usted divulgue la información. Asimismo, nunca debe
proveer registros ni información que haya recibido de otro individuo o agencia (por ejemplo, una
copia del IFSP del niño).
Solo podrá divulgar los registros que genere en su programa. Si las agencias necesitan registros,
deberán acudir a la fuente original de estos. Las únicas personas que pueden compartir la
información que deseen y cuando lo deseen, y con quienes lo deseen, son los padres.
No obstante, por diversos motivos, algunos padres pueden mostrarse reticentes a permitir la
divulgación de registros o información para usted. Puede que no se sientan seguros sobre cómo
usted utilizará la información por ejemplo, o temerosos de que si usted conoce absolutamente
todo acerca de la discapacidad del niño, lo vaya a tratar de manera diferente. A medida que
construye una relación con la familia, es posible que, finalmente, reconozcan que usted necesita
la información sobre el menor. En caso de que no, esta es una decisión que debe respetar y
aceptar sin emitir juicio alguno.
No se alarme si un padre se niega a brindar consentimiento para la divulgación de información
confidencial. Recuerde que es su derecho y, de hecho, muchos padres se sienten obligados a
proteger los registros de sus hijos. Sin el consentimiento escrito de los padres, usted no puede
obtener los registros del menor pero sí puede reunir información general a partir de la biblioteca
local o agencias que tengan conocimientos de los niños con discapacidades. Si bien no es
específico del niño, este tipo de información puede ayudarlo a aprender más sobre la atención
que necesita el niño mientras está en su programa y a formular preguntas específicas a la familia.
La única excepción a obtener el permiso parental antes de divulgar información a otros
profesionales o agencias se da cuando tiene una inquietud razonable de que el niño puede ser
víctima de abuso o negligencia. En este caso, la ley exige que informe su inquietud ante las
autoridades pertinentes, cuente o no con el permiso de los padres para compartir esta
información. Esta situación requiere que su interés principal sea velar por el bienestar del menor.
Salvo que ya haya desarrollado una filosofía que incluya el principio de confidencialidad, la idea
en general podría presentarse como un sorpresa para usted. Este análisis no solo pretende hacer
hincapié en la importancia de mantener la confidencialidad, sino también brindar ideas y
métodos concretos para llevarlo a cabo. Si bien constituye un esfuerzo mantener la
confidencialidad, los proveedores responsables están dispuestos a realizarlo para salvaguardar la
privacidad de los niños y las familias que participan de sus programas.
Participación de los padres
Ahora concentrémonos en cómo fomentar la participación de los padres. ¿Cómo hacer para que
los padres participen de su programa? ¿Cuánto compromiso de los padres se puede esperar? ¿Por
15
qué es importante que las familias participen del programa? Antes de responder a cualquiera de
estas preguntas importantes, es necesario definir lo que se entiende por participación de los
padres.
A pesar de que la mayoría de los proveedores estarían de acuerdo en que la participación de los
padres y otros familiares es importante, una buena parte de ellos también estaría de acuerdo en
que puede resultar frustrante hallar maneras para que los padres participen en los programas de
cuidado infantil. Los proveedores pueden decir cosas como “todos los padres de mi programa
trabajan; no tienen tiempo para participar” o “intenté buscar la manera de que las familias se
involucren activamente en el programa pero no tuve mucha suerte. Simplemente, no les
interesa”. Lo que están diciendo estos proveedores en realidad es que una buena cantidad de
padres no parecen tener el tiempo ni la predisposición a participar en las actividades diarias del
programa.
Posiblemente, lo que se necesite no sea una manera de convencer a los padres de que se hagan
tiempo para participar, sino una nueva manera de pensar qué significa participar. Basándonos en
una definición bien amplia, la participación de los padres hace referencia a cualquier manera
mediante la cual un progenitor pueda involucrarse en su programa. Pocos padres dirían que no
desean ser participantes activos de las experiencias de sus hijos. De hecho, la mayoría de los
padres realmente desean estar involucrados en las actividades diarias del cuidado infantil, pero
les resulta difícil equilibrar este deseo con sus responsabilidades en el hogar y el trabajo. Los
padres que están experimentando un elevado nivel de estrés tienen menos probabilidades de
participar activamente del programa. Ellos vuelcan su energía a resolver el estrés de sus vidas.
Los padres de niños con discapacidades, a veces, informan sentirse abrumados por las exigencias
del cuidado de sus hijos. Pedirles que pasen un tiempo como voluntarios en el programa de
cuidado infantil suena como “demasiado”.
¿La participación significa unirse a actividades grupales? ¿Significa leer todos los días el tablero
de anuncios para padres? ¿Significa pagar los honorarios en tiempo y forma? ¿Significa proveer
los pañales? En definitiva... ¡significa todas estas cosas! Si piensa en términos de un continuo de
participación parental, se pueden incluir todas estas actividades. Los padres se involucran porque
sus hijos forman parte del programa. En vez de pensar en un determinado nivel de participación,
piense en un espectro completo de actividades de la que los padres pueden participar como
resultado directo de haber inscrito a su hijo en el programa. Los padres pueden ayudar en un
viaje al campo o dejar el trabajo para ayudar en un proyecto especial, pero esas son una única
manera de concebir su participación.
Es muy útil pensar en la participación de los padres como un continuo, con el interés en un
extremo y la acción en el otro. Cualquier tipo de actividad puede adaptarse a este enfoque de la
participación de los padres. Un padre podría asistir a una reunión para padres, la cual
representaría una participación respecto del extremo de la “acción” en el continuo. Otro padre
podría dejar una nota donde pregunte cuál es la letra de una canción que el niño practicaba en su
hogar. Esto representaría la participación en algún punto del centro del continuo. Otro padre
incluso podría tomarse unos minutos mientras deja a su hijo por la mañana para observar parte de
una actividad grupal. Esto ilustra la actividad de participación de los padres hacia el extremo del
“interés” del continuo.
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Ninguno de los extremos del continuo es bueno ni malo, ni se debe dar preferencia a una sola
clase de actividad. Si su objetivo es aumentar la participación de los padres, debe brindar las
oportunidades de involucrarse en cada uno de los puntos del continuo. Puede ayudar a los padres
y demás familiares a comprender que sus roles son muy importantes y que usted trabaja
arduamente para alentar su participación de manera individual y diferente.
Esta visión de la participación de los padres es muy diferente de la que comparten muchos
programas de cuidado infantil y es particularmente útil cuando el programa incluye a padres que
poseen una variedad de necesidades y habilidades. Cuando un progenitor se ofrece
voluntariamente a ayudar en un proyecto de arte, por ejemplo, tiene la oportunidad de ver
realmente de qué se trata el programa y esto a usted lo ayuda. Salvo que su programa demande
una participación activa, resulta improbable que los padres de cada uno de los niños de su
programa cumplan el mismo rol. Resulta tentador querer que los padres participen de las
actividades diarias. El mensaje que queremos darles a los padres es que cualquier tipo de
esfuerzo por participar es muy valorado. A fin de transmitir este mensaje, deben existir
numerosas y variadas maneras de participar. Es importante que se aprecie cualquier nivel de
participación.
También debe quedar claro que tanto usted como los padres comparten el desafío de fomentar
relaciones que satisfagan las necesidades de ambas partes. Las siguientes pautas pueden ayudarlo
a construir el compromiso de su programa hacia la participación de los padres:
Explique los objetivos y filosofía de su programa. Desde el primer contacto, usted comienza a
describir su programa. Inicialmente, podría revisar la estructura de los honorarios, el calendario o
la proporción niños-personal, y luego tener la oportunidad de explicar su política acerca del
cuidado infantil durante enfermedades o las pautas de comportamiento. Es importante aclarar sus
objetivos personales y los del programa para asegurarse de que los padres obtengan un panorama
coherente de lo que usted trata de lograr. Evite transmitir mensajes confusos. No suponga que los
padres ya saben lo que usted espera de ellos. Si puede comunicar sus expectativas en forma clara
(respecto de los niños, los padres y usted mismo), existe una mayor oportunidad de que los
padres puedan distinguir cuál es su rol.
Pregunte a los padres de qué modo desean participar. Es tan importante individualizar
nuestras expectativas de los padres como lo es individualizar las actividades para los niños
pequeños. Cuando un niño se inscribe en su programa, preste atención a las expectativas y
preocupaciones de los padres. Deje en claro a los padres que a usted le gustaría tener su
participación de la manera que sea posible para ellos. Y, lo más importante, respete la respuesta
de los padres, cualquiera sea.
Comparta detalles. Deben compartirse planes, eventos actuales, cambios de programación e
incluso los pequeños inconvenientes. Existe una razón por la cual la mayoría de los estados
requieren que se publique un programa o menú como parte de los requisitos de registro o
inscripción. Esta es una manera en la que los profesionales de la primera infancia comparten
información acerca del programa junto con los padres. Pero si realmente desea que los padres
participen, debe buscar muchas más oportunidades de compartir los detalles de su programa. Los
17
padres necesitan saber los cambios que haya en caso de que estos afecten la rutina de su hijo. Si
mantiene informados a los padres, es posible que ellos se sientan menos preocupados sobre los
cambios que ocurran y mejor preparados para responder a las preguntas o conductas de sus hijos
respecto de los eventos del programa. Si bien es cierto que no se recomienda cargar a los padres
con cada problema que se encuentre en el programa, hay momentos en los que compartir los
detalles sobre un problema en forma "anticipada" puede marcar una diferencia en las respuestas
de los padres.
Reconozca que los padres son sus colaboradores más importantes. Los colaboradores pueden
compartir sus recursos, ofrecer respaldo, ayudar en la resolución de problemas y brindar el tan
necesario refuerzo cuando el trabajo es especialmente desafiante. Al respetar el rol de los padres,
sus aportes y preguntas, usted puede desarrollar una relación con ellos como si fueran colegas.
Los padres y proveedores de cuidado infantil que comparten este tipo de relación se dan cuenta
de que trabajan en conjunto por el bienestar de los niños. Las realidades de administrar un
programa de cuidado infantil le dejan muy poco tiempo para tener contacto con los padres. De
hecho, puede que usted tenga tiempo de compartir pocos detalles sobre la jornada del niño.
Cuando cuenta con tan poco tiempo, no es sencillo desarrollar esta relación de colega a colega.
La clave está en aprovechar cada oportunidad posible y no dejar que la falta de tiempo se
interponga en el establecimiento de una relación efectiva. Como colaborador, tiene la
responsabilidad de transmitir información y respetar el derecho de la persona de aceptar o
rechazar esa información.
Recuerde dar las gracias. Los padres presentan más probabilidades de involucrarse y
permanecer involucrados en su programa si les expresa su agradecimiento abiertamente. Cuando
agradezca a los padres por su ayuda y asistencia, asegúrese de relacionar directamente sus
esfuerzos con el cuidado que recibe su hijo mientras está en su programa. Si los padres se
convencen de que ayudar en el programa o leer el tablero de anuncios para padres son medidas
que benefician a sus hijos, se mostrarán más entusiasmados de brindar su apoyo.
Combinar todos los elementos
Con lo que usted conoce acerca de los niños con discapacidades y sus familias, la participación
de los padres y la información que comparte con los padres, usted está listo para aplicar esta
información en varios aspectos de un programa de primera infancia. Desde el primer momento
en que los padres se ponen en contacto con usted, se presentan oportunidades para alentarlos a
que trabajen en conjunto como colaboradores. Si su programa es un hogar familiar de cuidado
infantil, la participación de los padres puede resultar muy diferente de la de los padres cuyos
hijos están inscritos en un centro de cuidado infantil. De modo similar, los programas para bebés
pueden alentar la participación de los padres que se diferencia de la de un programa para niños
que tienen entre tres y cinco años.
En esta sección del curso, analizaremos una secuencia cronológica de actividades que los padres
experimentan comúnmente cuando inscriben a su hijo en un programa de cuidado infantil. La
información aquí presentada persigue los siguientes objetivos:

Ayudarlo a desarrollar un enfoque de participación parental que se adapte a su programa.
18


Fortalecer las actividades que actualmente realiza para alentar a las familias a participar.
Identificar nuevas ideas para implementar.
Consulte el manual “Combinar todos los elementos” para consultar sugerencias específicas sobre
lo que puede hacer en relación con cada actividad de la secuencia. Luego de que analicemos una
actividad particular dentro de la secuencia, tómese algunos minutos para repasar las ideas
sugeridas.
Comencemos por el contacto inicial. El objetivo del contacto inicial es compartir su filosofía de
trabajo con los niños pequeños y sus familias. La construcción de la relación con los padres
comienza con el primer llamado que un padre realiza para preguntar sobre la inscripción de su
hijo. Este primer contacto allana el camino hacia la relación de colaboración, ya que promueve
de manera consciente una comunicación de doble vía. Usted tiene la oportunidad de informar a
los padres sobre su programa, explicar lo que desea hacer y por qué, y obtener información
acerca del menor y su familia. Con estos objetivos en mente, usted deberá analizar algo más que
la disponibilidad de vacantes, los honorarios profesionales y el calendario. Ya sea que exista una
vacante realmente o no, este llamado telefónico o visita pueden usarse para describir su
programa y comunicar su filosofía de cuidado de niños pequeños.
Esta también es su oportunidad de escuchar a los padres y descubrir qué necesitan y desean para
su hijo. Usted no necesariamente debe pedir información detallada, aunque puede solicitar a los
padres que le cuenten un poco sobre el menor. Mediante el uso de preguntas abiertas y
comentarios como “¿Qué clases de cosas le gustaría que su hijo experimente en mi programa?” o
“me gustaría saber un poco más sobre los intereses de su hijo, juguetes favoritos o actividades
que disfruta en particular”, brinde a los padres la oportunidad de presentarle a su hijo. Demuestre
un interés genuino en el niño como individuo. Algunos padres, por ejemplo, pueden haber tenido
experiencias que los hacen reticentes a divulgar la discapacidad de su hijo. La Ley sobre
Estadounidenses con Discapacidades (Americans with Disabilities Act, ADA) prohíbe
expresamente las decisiones sobre inscripción basadas únicamente en la existencia, o existencia
percibida, de una discapacidad.
En realidad, el saber que un niño tiene una discapacidad particular le informa muy poco, si
correspondiere, sobre el modo en que ese niño puede adaptarse a su programa. Formule
preguntas que lo ayuden a identificar la coincidencia entre su programa, y las necesidades del
niño y la familia. Descubrir que un niño tiene síndrome de Down no es tan importante como
hallar información que lo ayude a incluir al niño en su programa. Pedirles a los padres que le
brinden información y no solo un diagnóstico también puede garantizarles que usted está
verdaderamente interesado en su hijo.
Lo que sigue es la primera visita. El objetivo de la primera visita es brindar una oportunidad a
los padres de ver su programa en acción. Es posible que los padres deseen visitar su programa
incluso cuando no haya vacantes disponibles. Esto es así especialmente cuando usted ha
presentado su programa de buena manera y los padres están lo suficientemente interesados como
para desear ver realmente lo que usted describe. Ellos pueden asistir y observar actividades
grupales, interacciones del personal con los niños o bien la limpieza y seguridad en general del
programa. La tarea de los padres es obtener más información. Su tarea es, simplemente, darles la
19
bienvenida al programa como huéspedes. Utilice esta oportunidad para sentar las bases de su
relación a futuro.
El paso a continuación es la inscripción. El objetivo durante la inscripción es recabar
información por parte de los padres acerca de sus hijos. La mayoría de los padres y profesionales
asocian la inscripción con el llenado de una infinidad de documentos. Por lo general, existen
formularios que deben llenar, pero también es cierto que la inscripción es un momento crucial
para explicar su componente de participación de los padres. En su programa, se inscriben el niño
y la familia. Mientras abre rápidamente el expediente del menor, recaba documentos y coloca el
nombre de este en un cubículo, piense de qué manera puede incluir a los padres y otros
familiares en su programa y alentarlos a participar. Usted comenzó a desarrollar una relación con
los padres durante el primer contacto. Ahora puede ayudarlos a entender el rol que pueden
desempeñar en la experiencia de cuidado infantil de su hijo.
El paso a continuación es conocerse. El objetivo en este punto es establecer una buena relación
de trabajo con los padres. Ahora que el menor acude a su programa con frecuencia, usted puede
comenzar a desarrollar una relación que se adapte a las expectativas y los compromisos de
ambos padres, y su interés de contar con su participación en el programa. No es que usted intente
hallar la manera de adaptar a los padres a una determinada clase de actividad. En lugar de eso,
está intentando demostrarles que usted cuenta con una amplia visión de la participación de los
padres, y que valora y reconoce las muchas maneras en que ellos pueden participar del programa.
Lo que sigue es la planificación conjunta. El objetivo en este punto es determinar objetivos de
desarrollo con los padres. La planificación conjunta combina su experiencia profesional y
capacitación como profesional de la primera infancia con información específica sobre el niño
que solo un padre puede proporcionar. Trabajar con las familias a fin de desarrollar objetivos de
desarrollo para su hijo puede ser un proceso formal que resulte en un Plan de Servicios
Familiares Individualizados (IFSP) o en un Programa de Educación Individualizado (IEP). Para
los niños con discapacidades, el IFSP o IEP representan una herramienta importante en el diseño
de un plan de estudio con actividades adecuadas al desarrollo.
Trabajar con el equipo del Plan de Servicios Familiares Individualizados (Individual Family
Service Plan, IFSP) es un gran recurso para usted cuando debe satisfacer las necesidades de un
niño. Los padres del niño pueden invitarlo a asistir a una reunión del IFSP o solicitar que un
miembro del equipo del IFSP visite a su niño mientras está a su cargo para que ofrezca
sugerencias para mejorar la participación del niño o abordar sus inquietudes. Para asistir a una
reunión del IFSP o realizar una consulta con cualquiera de los miembros del equipo, debe tener
un permiso por escrito del padre o tutor del niño. Es posible que algunos padres no se den cuenta
de que usted está abierto una invitación para asistir a una reunión del IFSP o a recibir a un
miembro del IFSP en el salón de clase. Tómese el tiempo para explicarles a los padres de niños
con discapacidades cómo su participación puede mejorar la experiencia de su hijo en el programa
de cuidado infantil. Algunos padres pueden optar por no incluirlo en el equipo del IFSP. Esto
puede suceder por diferentes razones y es una elección completamente de los padres. Si ese es el
caso con un niño a su cargo, trabaje para desarrollar una relación positiva y de confianza con los
padres y solicíteles información directamente a ellos sobre cómo puede ayudar con las
necesidades de su hijo.
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Si bien puede que no exista un plan formal para los niños sin discapacidades, a menudo, los
padres buscan aportes y sugerencias con respecto a las etapas de desarrollo siguientes. Enseñar a
usar el inodoro es un buen ejemplo de una actividad que requiere de la colaboración y el aporte
tanto de padres como de los profesionales de la primera infancia. Recuerde que la planificación
conjunta no necesariamente significa que existe un problema de desarrollo en el niño. Significa,
simplemente, que los padres del menor desean trabajar junto con usted para identificar maneras
de ayudar a su hijo a desarrollar nuevas habilidades.
Luego se encuentra la fase a la que hacemos referencia como “formas de compartir el
entusiasmo”. El objetivo es mantener a los padres informados acerca de las actividades diarias.
Todos los días, suceden cosas interesantes en el entorno de cuidado infantil. Los niños pequeños
descubren el sabor de la masa para moldear, cómo usar un jarro, la textura de la pintura para usar
con los dedos y lo que significa formar parte de un grupo de niños. Es fácil olvidar que los
padres no tienen la oportunidad de ver esos momentos mágicos. Una de las maneras en que
puede ayudar a los padres a sentirse parte de las experiencias de sus hijos es relatarles esos
hechos cotidianos. Informar a los padres sobre los sucesos del día es una muy buena manera de
mantenerlos interesados y actualizados. Además, si usted informa a los padres las cosas
divertidas que suceden, estará en una mejor posición al momento de hablarles cuando se
presentan problemas.
La actividad siguiente en la secuencia es la resolución de problemas. El objetivo es hallar
soluciones mutuas para los numerosos problemas que puedan surgir. Incluso en la mejor de las
colaboraciones puede haber problemas ocasionalmente. Es muy importante ser capaz de
consultar con los padres a medida que se presenten estas situaciones. Si ha trabajado para
desarrollar una buena relación con los padres y tienen el hábito de comunicarse a menudo, está
en una buena posición para poder trabajar en conjunto cuando surjan los problemas. Puede ser
algo tan sencillo como hallar la manera de informarle al progenitor cuando el menor necesita
más pañales o algo tan sensible como hablar sobre las maneras de ayudar a un niño a lidiar con el
estrés de un divorcio en la familia. Los padres y profesionales de la primera infancia, debido a
que son colaboradores entre sí, deben poder comunicar sus diferencias y solucionar los
problemas a fin de analizar estos asuntos y poder resolverlos. Es importante entablar una relación
con los padres que sea lo suficientemente sólida como para que puedan trabajar en conjunto en
situaciones complejas en vez de evitar el problema.
El último paso de la secuencia es “mirar al futuro”. El objetivo en esta última etapa de la
secuencia es brindar un sentido de cierre cuando la familia abandona su programa. Puede parecer
poco usual hablar sobre la importancia de la participación de los padres luego de que su hijo
haya dejado el programa pero esto es importante por dos motivos: en primer lugar, usted puede
brindar información valiosa al proveedor de cuidado infantil durante la preescolaridad, el jardín
de infantes u otros y, en segundo lugar, el padre que deja su programa está en una excelente
posición para ofrecerle retroalimentación sobre su programa. Una breve entrevista o encuesta de
finalización entregada a los padres a medida que estos se preparan para dejar el programa le
ofrecen una magnífica oportunidad para hacerles saber (por última vez) que han sido una parte
muy importante de la experiencia de sus hijos durante el programa y que usted ha valorado su
compromiso.
21
Cómo obtener el apoyo de los padres de niños sin discapacidades
Antes de concluir este curso, enfoquemos nuestra atención hacia un importante tema final: cómo
obtener el apoyo de los padres de niños bajo su atención que no tengan discapacidades ni otras
necesidades especiales. Si usted ya tiene un niño en su programa que tenga una discapacidad, o
bien si considera inscribir a un niño con esa característica, existe la posibilidad de que otros
padres de niños que estén en su programa tengan preguntas o inquietudes. Por ejemplo, algunos
padres pueden sentir que su hijo no va a recibir la atención adecuada de su parte porque el niño
con discapacidad requerirá más de su tiempo y energía. Algunos pueden sentir que es injusto
pagar la misma cantidad de dinero por honorarios si su hijo no recibe el mismo nivel de cuidado.
Otros pueden creer que la calidad del cuidado en general va a disminuir si un niño con
necesidades especiales se inscribe en su programa. Si surgen preocupaciones como estas, no las
ignore. En cambio, reconozca los sentimientos de los padres y esté preparado para responder a
sus preguntas e inquietudes de manera abierta y honesta. Recuerde que para promover
colaboraciones positivas con los padres, la comunicación debe ser honesta, respetuosa, oportuna,
constructiva y recíproca.
Tengamos en cuenta algunas estrategias para obtener el apoyo de padres que podrían tener
preguntas o inquietudes acerca de cómo los niños se verán afectados al tener pares con
necesidades especiales en el programa.
Explique a los padres el concepto de cuidado infantil inclusivo y la razón por la cual este es
una parte integral de la filosofía de su programa. Algunos padres pueden desconocer el
concepto de cuidado infantil inclusivo. Esta falta de comprensión puede derivar en temores
infundados e incertidumbre con respecto a cómo este va a tener un impacto en la calidad de
cuidado que recibe su hijo. Tómese el tiempo de enseñar a los padres qué es y qué no es el
cuidado infantil inclusivo. Al realizar esto, puede disipar algunos malentendidos que los padres
puedan tener con respecto a incluir a niños con necesidades especiales. Existen algunos folletos y
hojas de información excelentes que pueden brindar ayuda a los padres para comprender mejor la
naturaleza del cuidado inclusivo.
Comparta con los padres los beneficios de un entorno de cuidado infantil inclusivo para
todos los niños. Podría pasar que los padres reconocieran los beneficios del cuidado infantil
inclusivo para los niños con necesidades especiales pero, tal vez, nunca los hubieran considerado
en relación con sus propios hijos. Usted tiene la oportunidad de compartir lo que han descubierto
los investigadores. Entre los muchos beneficios del cuidado infantil inclusivo para niños sin
discapacidades que usted quisiera transmitir a los padres, se encuentran los siguientes:




Mayor valoración y aceptación de las diferencias individuales.
Mayor empatía hacia los demás.
Preparación para la vida adulta en una sociedad diversa e inclusiva.
Oportunidades de dominar actividades practicando y enseñando a otros.
Recalque a los padres que las necesidades de los niños con discapacidades, en su mayoría,
son muy similares (si no idénticas) a las necesidades de los niños que no tienen
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discapacidades. Los niños, independientemente de sus habilidades, comparten una serie de
necesidades comunes. Todos los niños tienen la necesidad de ser cuidados por proveedores de
cuidado que sean cálidos y cariñosos, de sentir que pertenecen a una comunidad, de establecer
relaciones sociales positivas con sus compañeros y de recibir oportunidades de aprender y
desarrollar plenamente su potencial. En otras palabras, los niños con y sin discapacidades
presentan más similitudes que diferencias.
Informe a los padres que, en la mayoría de los casos, pueden realizarse adaptaciones
simples a las actividades del programa, la rutina diaria o, incluso, al entorno del cuidado a
fin de recibir a los niños con necesidades especiales. Al igual que algunos proveedores de
cuidado infantil, los padres pueden tener la impresión de que, para satisfacer las necesidades de
los niños con discapacidades, deben realizarse cambios drásticos a todas las facetas del programa
de cuidado infantil. Si bien hay ciertas excepciones, este rara vez es el caso. Usted puede darles
ejemplos de cómo modificaciones sencillas a las actividades u organización de la sala garantizan
que todos los niños satisfagan sus necesidades. Simplemente, sea consciente de mantener la
confidencialidad del niño o la familia al momento de analizar cualquier paso específico que haya
tomado para que el entorno fuese más inclusivo.
Invite a los padres a su centro para que puedan observar lo que sucede en un día normal.
La mejor práctica para los niños pequeños es la mejor práctica, independientemente de las
habilidades de los niños del programa. Uno de los sellos distintivos de un programa de cuidado
infantil de alta calidad es que este satisfaga las necesidades de todos los niños. Si ha establecido
un entorno con esas características, los padres quedarán impresionados con todos los aspectos de
su programa cuando lo visiten. Verán, en primera persona, de qué manera todos los niños
participan sin fisuras de todas las actividades del programa. Las preocupaciones que pudieran
tener seguramente desaparecerán cuando se den cuenta de que sus hijos reciben iguales
beneficios que los demás.
Destaque a los padres que todos los niños, independientemente de su habilidad, serán
tratados de manera equitativa y recibirán el mejor cuidado posible. Informe a los padres que
las necesidades de los niños son su principal prioridad. Como proveedor de cuidado infantil, su
objetivo es velar por que cada niño reciba el cuidado que le permita alcanzar su potencial de
desarrollo.
Conclusión
Durante este curso, hemos abordado algunos de los desafíos comunes que pueden presentarse
cuando los padres tienen un hijo con necesidades especiales. Hemos analizado estrategias de
comunicación efectiva que se pueden usar para cimentar relaciones más sólidas con los padres,
exploramos una variedad de maneras en las que padres y familias pueden participar de su
programa e identificamos las estrategias para lograr el apoyo de los padres de niños en su
programa que no presentan discapacidades. Estos son algunos mensajes principales que nos
gustaría que usted “lleve a la práctica” a partir de esta capacitación:
 La colaboración con los padres comienza con el reconocimiento de que estos desempeñan
un rol vital en la vida de los niños pequeños.
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Los verdaderos colaboradores trabajan en conjunto para formar una relación que satisfaga
las necesidades de ambas partes.
Una comunicación efectiva resulta esencial para el crecimiento y la conservación de la
relación entre usted y los padres de los niños que están bajo su cuidado.
De la mano de una comunicación efectiva, vienen la confianza y la confidencialidad.
Ambos son elementos cruciales en cualquier relación padres-proveedor.
Existen muchas maneras diferentes en que los padres puedan expresar su compromiso
hacia su programa y participar en las experiencias de su hijo. Es nuestra responsabilidad
considerar atentamente de qué modo definimos la participación de los padres y garantizar
que el mensaje que estos reciban sea alentador, cálido y de aceptación.
Este proceso comienza con el primer contacto mediante un llamado telefónico y debiera
continuar durante todo el tiempo en que los padres tienen a su hijo en el programa.
Finalmente, lograr el apoyo de los padres que tienen hijos sin discapacidades ni
necesidades especiales es una parte importante en la creación de un entorno inclusivo
donde todos los niños y sus familias se sientan bienvenidos y sus necesidades, atendidas.
Gracias por su participación en este curso y por sus deseos de brindar cuidado inclusivo de
calidad en el cuidado infantil.
Esta capacitación en línea fue adaptada de Child Care plus+ Curriculum on Inclusion:
Practical Strategies for Early Childhood Programs, Chapter 4 – Building Partnerships with
Parents and Families. Permiso obtenido a través de Sandra Morris, Directora de Child
Care plus+: Center on Inclusion in Early Childhood, The University of Montana Rural
Institute.
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