Número de registro: 17167 Novena Época Instancia: Primera Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
Número de registro: 17167
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XVI, Agosto de 2002
Página: 87
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS PRIMERO Y QUINTO EN MATERIA PENAL DEL
PRIMER CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
CUARTO. De las sentencias pronunciadas por el Primer Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Primer Circuito, al resolver los asuntos: amparo directo penal 1741/96, promovido
por ... en contra de la sentencia definitiva condenatoria que le fue dictada por el Juez
Cuadragésimo Cuarto Penal del Distrito Federal, por el delito de fraude calificado en grado
de tentativa; amparo directo penal 1745/96, relacionado con el que se citó antes, promovido
por ... en contra de la sentencia definitiva condenatoria que le fue dictada por el Juez
Cuadragésimo Cuarto Penal del Distrito Federal, por el delito de fraude calificado en grado
de tentativa; amparo directo penal 141/97, promovido por ... en contra de la sentencia
definitiva condenatoria que les fue dictada por el Juez Vigésimo Primero Penal del Distrito
Federal, en el proceso sumario 139/96, por el delito de robo calificado cometido en pandilla;
amparo directo penal 889/97, promovido por ... contra la sentencia definitiva condenatoria de
la Décima Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal por el delito de fraude
en grado de tentativa cometido en pandilla; así como el amparo directo penal 1373/97,
promovido por ... en contra de la sentencia definitiva condenatoria que le dictó el Juez
Vigésimo Séptimo Penal del Distrito Federal por los delitos de extorsión en grado de
tentativa en pandilla y posesión de producto de robo, derivó la tesis de jurisprudencia cuyos
texto y datos de identificación son los siguientes:
"Novena Época
"Instancia: Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: VIII, octubre de 1998
"Tesis: I.1o.P. J/6
"Página: 1022
"PANDILLA, AGRAVANTE DE. NO OPERA EN LOS DELITOS EN LOS QUE NO SE
EJERCE VIOLENCIA SOBRE LA VÍCTIMA (ARTÍCULO 164 BIS DEL CÓDIGO
PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL EN MATERIA DE FUERO COMÚN Y PARA
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
TODA LA REPÚBLICA EN MATERIA DE FUERO FEDERAL). La intención del
legislador al crear la figura delictiva de pandilla prevista en el invocado numeral 164 bis, fue
la de agravar las penas de todos aquellos delitos que, previo acuerdo tácito o expreso tomado
al efecto por los sujetos activos, fueran cometidos en común por tres o más personas que
reunidas de manera habitual, ocasional o transitoria, no estuvieren organizadas con fines
ilícitos, en el entendido de que tales injustos sociales debían de tener ejecución de carácter
violento, como acontecía con el homicidio tumultuario, dado que en un principio la reforma
que dio origen a la agravante en cuestión se dirigía a este delito, pero los legisladores
estimaron que debía hacerse extensiva a ilícitos de comisión similar, por lo que la misma no
puede aplicarse tratándose del fraude, puesto que éste tiene como formas de ejecución, el
aprovechamiento del error en que se encuentra o se hace incurrir a la víctima, o bien, el
engaño producido por la serie de recursos intelectuales o habilidades utilizados por el activo
para hacer creer al pasivo una falsa representación de la verdad, las cuales, por su propia
naturaleza, no implican actos o medios de carácter violento.
"PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
"Amparo directo 1741/96. 17 de enero de 1997. Unanimidad de votos. Ponente: Germán
Tena Campero. Secretario: Ricardo Guzmán Wolffer.
"Amparo directo 1745/96. 17 de enero de 1997. Unanimidad de votos. Ponente: Germán
Tena Campero. Secretario: Ricardo Guzmán Wolffer.
"Amparo directo 141/97. 18 de febrero de 1997. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Hugo
Luna Ramos. Secretaria: Miriam Sonia Saucedo Estrella.
"Amparo directo 889/97. 18 de junio de 1997. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Hugo
Luna Ramos. Secretario: José Manuel Yee Cupido.
"Amparo directo 1373/97. 12 de septiembre de 1997. Unanimidad de votos. Ponente: Elvia
Díaz de León de López. Secretaria: María de la Luz Romero Hernández."
QUINTO. Por su parte, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito,
al resolver el amparo directo penal 4235/2000, promovido por ... contra la sentencia
definitiva condenatoria que le dictó la Décimo Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal, por el delito de desmantelamiento de vehículo robado cometido en
pandilla, en lo que al caso interesa emitió las consideraciones siguientes:
"QUINTO. ... También estuvo en lo justo la Sala responsable al tener por acreditada la
calificativa de pandilla prevista en el artículo 164 bis del Código Penal para el Distrito
Federal, misma por la que acusó el Ministerio Público del fuero común (foja 602), ya que de
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
los elementos de prueba en que se fundó dicha autoridad responsable se desprende que para
cometer el delito de desmantelamiento de vehículo robado, intervinieron en su comisión más
de tres personas, esto es, el hoy quejoso ... conjuntamente con los coacusados ... quienes
reunidos en forma ocasional el día de los hechos y sin estar organizados con fines
delictuosos, fueron sorprendidos cuando desmantelaban el vehículo marca Ford, Grand
Marquis, modelo 1992, color azul, placas de circulación 278-R82 ‘taxi turístico’, pues dada la
naturaleza del delito básico (desmantelamiento de vehículo robado), el cual se reitera, fue
perpetrado por el ahora quejoso con otros tres sujetos en la forma ya expuesta, es
incuestionable que se actualiza dicha calificativa; sin que sea óbice para su configuración la
circunstancia de que en la ejecución del delito básico no se hayan realizado actos violentos,
porque la violencia sea física o moral es propia de otro tipo complementado agravado,
diverso a la calificativa de pandilla. ..." (foja 16 frente y vuelta).
De tal ejecutoria se elaboró la tesis con el texto y datos de identificación que se leen como
sigue:
"Novena Época
"Instancia: Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIII, marzo de 2001
"Tesis: I.5o.P.7 P
"Página: 1784
"PANDILLA, CALIFICATIVA DE. PARA SU CONFIGURACIÓN NO ES NECESARIO
QUE SE HAYAN REALIZADO ACTOS VIOLENTOS EN LA EJECUCIÓN DEL
DELITO BÁSICO. Para la configuración de la calificativa de pandilla, prevista en el artículo
164 bis del Código Penal para el Distrito Federal, no es necesaria la circunstancia de que en
la ejecución del delito básico se hayan realizado actos violentos, en virtud de que en todo
caso, la violencia, ya sea física o moral, es propia de un tipo complementado agravado
diverso, el cual, además, podría coexistir con la pandilla.
"QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
"Amparo directo 4235/2000. 25 de septiembre de 2000. Mayoría de votos. Disidente y
Ponente: Carlos Hugo Luna Ramos. Secretario: José Manuel Yee Cupido.
"Amparo directo 5535/2000. 25 de septiembre de 2000. Mayoría de votos. Disidente y
Ponente: Carlos Hugo Luna Ramos. Secretario: José Manuel Yee Cupido."
SEXTO. Es preciso establecer si en el caso sujeto a estudio, existe contradicción entre las
tesis sustentadas por los mencionados Tribunales Colegiados, al resolver los juicios de
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
amparo directo destacados en los considerandos precedentes, ya que sólo en tal hipótesis será
posible efectuar pronunciamiento en relación con el fondo del asunto. Sobre el tema resultan
ilustrativas las tesis de jurisprudencia siguientes:
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIII, abril de 2001
"Tesis: P./J. 26/2001
"Página: 76
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos
107, fracción XIII, primer párrafo, de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo,
cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de
amparo de su competencia, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala
que corresponda deben decidir cuál tesis ha de prevalecer. Ahora bien, se entiende que
existen tesis contradictorias cuando concurren los siguientes supuestos: a) que al resolver los
negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten
posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) que la diferencia de criterios se presente en
las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas;
y, c) que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos.
"Contradicción de tesis 1/97. Entre las sustentadas por el Segundo y el Primer Tribunales
Colegiados en Materia Administrativa, ambos del Tercer Circuito. 10 de octubre de 2000.
Mayoría de ocho votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Disidentes: José Vicente
Aguinaco Alemán y Genaro David Góngora Pimentel. Ponente: Sergio Salvador Aguirre
Anguiano. Secretario: Francisco Olmos Avilez.
"Contradicción de tesis 5/97. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito y el Cuarto Tribunal Colegiado del Sexto
Circuito. 10 de octubre de 2000. Unanimidad de diez votos. Ausente: José de Jesús Gudiño
Pelayo. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Carlos Mena Adame.
"Contradicción de tesis 2/98-PL. Entre las sustentadas por el Segundo y Tercer Tribunales
Colegiados en Materia Civil del Tercer Circuito. 24 de octubre de 2000. Once votos. Ponente:
Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretario: José Carlos Rodríguez Navarro.
"Contradicción de tesis 28/98-PL. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Administrativa del Primer Circuito, el Primer Tribunal Colegiado del Sexto
Circuito, el Cuarto Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, el Segundo Tribunal Colegiado del
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
Octavo Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado del Sexto Circuito. 16 de noviembre de 2000.
Unanimidad de nueve votos. Ausentes: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y José Vicente
Aguinaco Alemán. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Rubén D. Aguilar Santibáñez.
"Contradicción de tesis 44/2000-PL. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Penal del Segundo Circuito y el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Primer Circuito. 18 de enero de 2001. Mayoría de diez votos. Disidente: Humberto Román
Palacios. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: José Luis Vázquez
Camacho."
"Octava Época
"Instancia: Tercera Sala
"Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: 72, diciembre de 1993
"Tesis: 3a./J. 38/93
"Página: 45
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE SE GENERE SE REQUIERE QUE UNA
TESIS AFIRME LO QUE LA OTRA NIEGUE O VICEVERSA. La existencia de una
contradicción de tesis entre las sustentadas en sentencias de juicios de amparo directo, no se
deriva del solo dato de que en sus consideraciones se aborde el mismo tema, y que en un
juicio se conceda el amparo y en otro se niegue, toda vez que dicho tema pudo ser tratado en
diferentes planos y, en consecuencia, carecer de un punto común respecto del cual lo que se
afirma en una sentencia se niegue en la otra o viceversa, oposición que se requiere conforme
a las reglas de la lógica para que se genere la referida contradicción.
"Contradicción de tesis 21/89. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados en Materia
Civil del Primer Circuito; Segundo y Tercero, por una parte, y Quinto por la otra, al resolver
los amparos directos números 3027/88, 1078/89 y 3045/89, respectivamente. 12 de
noviembre de 1990. Cinco votos. Ponente: Salvador Rocha Díaz. Secretario: Alejandro Sosa
Ortiz.
"Contradicción de tesis 38/90. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Tercer Circuito y el Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito. 4 de
marzo de 1991. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria:
Ma. Estela Ferrer Mac Gregor Poisot.
"Contradicción de tesis 43/90. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado del
Décimo Séptimo Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del Quinto Circuito. 27 de mayo
de 1991. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José Antonio Llanos Duarte. Secretario:
Amado López Morales.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
"Contradicción de tesis 5/92. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Quinto,
Segundo y Cuarto, los tres en Materia Civil del Primer Circuito. 1o. de febrero de 1993.
Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José Trinidad Lanz Cárdenas. Secretario: Arturo
García Torres.
"Contradicción de tesis 7/93. Entre las sustentadas por el Primero y Tercero Tribunales
Colegiados en Materia Civil del Primer Circuito. 8 de noviembre de 1993. Unanimidad de
cuatro votos. Ponente: José Trinidad Lanz Cárdenas. Secretario: Sabino Pérez García.
"Tesis jurisprudencial 38/93. Aprobada por la Tercera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
de quince de noviembre de mil novecientos noventa y tres, por unanimidad de cuatro votos
de los señores Ministros, presidente José Trinidad Lanz Cárdenas, Mariano Azuela Güitrón,
Sergio Hugo Chapital Gutiérrez y Miguel Montes García."
Precisado lo anterior, se advierte ahora que el criterio del Primer Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Primer Circuito, plasmado en la tesis de jurisprudencia derivada de los
amparos directos 1741/96, 1745/96, 141/97, 889/97 y 1373/97, es en el sentido de que la
agravante de pandilla prevista en el artículo 164 bis del Código Penal para el Distrito Federal,
no puede darse cuando en la comisión del delito básico no se ejerce violencia sobre la
víctima; conclusión a la que arriba al interpretar el proceso legislativo de creación del artículo
de mérito.
Mientras que el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito que
denuncia la contradicción, por mayoría de votos resolvió en el amparo directo 4235/2000,
apartándose del anterior criterio, que para la actualización de la calificativa de pandilla
prevista en el artículo 164 bis del Código Penal de que se trata, no es necesaria la
concurrencia de actos violentos en la comisión del delito básico, ya que la violencia física o
moral es propia de un tipo complementado agravado diverso.
De lo anterior se advierte que sí se produce la discrepancia de posturas, habida cuenta de que
mientras el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito sostuvo que la
calificativa de pandilla sólo puede darse en los delitos que se cometen con violencia; por su
parte, la mayoría de los Magistrados del Quinto Tribunal Colegiado de la misma materia y
circuito resolvieron que la calificativa de pandilla se configura aunque no se realicen actos
violentos en la ejecución del delito básico.
De ahí que el punto de contradicción a resolver es: para que se actualice la calificativa de
pandilla prevista en el artículo 164 bis del Código Penal para el Distrito Federal ¿se requiere
o no de actos violentos en la ejecución del delito básico?
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
No es obstáculo a ello el hecho de que el criterio del Quinto Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Primer Circuito no constituya jurisprudencia, porque los artículos 107, fracción
XIII, párrafos primero y tercero, constitucional y 197-A de la Ley de Amparo, que establecen
el procedimiento para resolver la contradicción, no exigen dicho requisito.
Es oportuno traer a colación la tesis de jurisprudencia siguiente:
"Octava Época
"Instancia: Tercera Sala
"Fuente: Apéndice de 1995
"Tomo: VI, Parte SCJN
"Tesis: 187
"Página: 127
"CONTRADICCIÓN. PROCEDE LA DENUNCIA CUANDO EXISTEN TESIS
OPUESTAS, SIN QUE SE REQUIERA QUE SEAN JURISPRUDENCIAS. Es inexacto que
la denuncia de contradicción de tesis sea improcedente cuando las tesis contradictorias
sustentadas por los Tribunales Colegiados de Circuito, sobre una misma cuestión, en la
materia de su exclusiva competencia, no constituyan jurisprudencia, ya que, de conformidad
con lo dispuesto por los artículos 107, fracción XII, párrafos primero y tercero, de la
Constitución General de la República y 195 bis de la Ley de Amparo, para que dicha
denuncia proceda, sólo se requiere, tratándose de Tribunales Colegiados de Circuito, que
éstos sustenten tesis contradictorias en los juicios de amparo de su competencia, pero no que
las tesis denunciadas constituyan jurisprudencia.
"Contradicción de tesis 27/83. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito y Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito. 18 de febrero de 1985. Unanimidad de cuatro votos.
"Contradicción de tesis 24/83. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero y
Segundo en Materia Civil del Primer Circuito. 8 de julio de 1985. Cinco votos.
"Contradicción de tesis 19/83. Entre las sustentadas por el Primer y Tercer Tribunales
Colegiados en Materia Civil del Primer Circuito. 16 de enero de 1986. Cinco votos.
"Contradicción de tesis 1/86. Entre las sustentadas por el Tribunal Colegiado del Décimo
Tercer Circuito y Primer Tribunal Colegiado del Tercer Circuito. 28 de enero de 1987. Cinco
votos.
"Contradicción de tesis 3/85. Entre las sustentadas por el Primer y Tercer Tribunales
Colegiados en Materia Administrativa del Primer Circuito. 26 de octubre de 1988.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
Unanimidad de cuatro votos."
Por lo expuesto, queda claro que concurren los ingredientes necesarios para arribar a la
conclusión de que en la especie existe contradicción de tesis.
SÉPTIMO. Así las cosas, debe prevalecer con el carácter de jurisprudencia el criterio de esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que coincide con el del Quinto
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, por las razones siguientes:
El texto del artículo 164 bis adicionado al que fuera llamado Código Penal para el Distrito y
Territorios Federales en Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de
Fuero Federal, según publicación del decreto en el Diario Oficial de la Federación de ocho de
marzo de mil novecientos sesenta y ocho, fue el siguiente:
"Artículo 164 bis. Cuando se ejecuten uno o más delitos por pandilla, se aplicará a los que
intervengan en su comisión, además de las penas que les correspondan por el o los delitos
cometidos, la sanción de seis meses a tres años de prisión.
"Se entiende por pandilla, para los efectos de esta disposición, la reunión habitual, ocasional
o transitoria, de tres o más personas que sin estar organizadas con fines delictuosos, cometen
en común algún delito."
En virtud de la reforma al entonces denominado Código Penal para el Distrito Federal en
Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de Fuero Federal, en decreto de
treinta de diciembre de mil novecientos ochenta y ocho, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el tres de enero de mil novecientos ochenta y nueve, quedó el texto siguiente, que
subsiste en el vigente Código Penal para el Distrito Federal:
"Artículo 164 bis. Cuando se cometa algún delito por pandilla, se aplicará a los que
intervengan en su comisión, hasta una mitad más de las penas que les correspondan por el o
los delitos cometidos.
"Se entiende por pandilla, para los efectos de esta disposición, la reunión habitual, ocasional
o transitoria, de tres o más personas que sin estar organizadas con fines delictuosos, cometen
en común algún delito.
"Cuando el miembro de la pandilla sea o haya sido servidor público de alguna corporación
policiaca, la pena se aumentará hasta en dos terceras partes de las penas que le corresponda
por el o los delitos cometidos y se le impondrá además, destitución del empleo, cargo o
comisión públicos e inhabilitación de uno a cinco años para desempeñar otro."
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
El precepto transcrito no prevé un delito autónomo, sino que es una circunstancia agravante
de los tipos penales que por su naturaleza admiten su comisión por una pluralidad de sujetos;
dicho de otra forma, el pandillerismo es una mera circunstancia calificativa en la comisión de
hechos delictuosos, en virtud de la cual se aumentan las sanciones de los delitos cometidos
por tres o más personas que se reúnen en forma habitual, ocasional o transitoria, aunque no
estén organizadas para delinquir ni tengan fines propios de cometer delitos, sanción que se
eleva según la calidad del sujeto activo, ya sea o haya sido miembro de alguna corporación
policiaca. Sobre el particular se pronunció esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en jurisprudencias como las que a continuación se citan, algunas veces a
propósito del análisis de legislaciones de distintos Estados de contenido similar al del artículo
164 bis que hoy nos ocupa.
"Séptima Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Volumen: 169-174, Segunda Parte
"Página: 179
"PANDILLERISMO, HETERONOMÍA DE LA CALIFICATIVA DE. El artículo 139 del
Código Penal del Estado de Baja California, concordante con el numeral 164 bis del código
punitivo del Distrito Federal, así como los demás ordenamientos de las entidades de la
República que contienen la misma disposición, no establecen el pandillerismo como delito
autónomo, sino como una circunstancia agravante de las infracciones que por su naturaleza la
admiten, pues su texto establece que se aplicará a los que intervengan ‘además de las
sanciones que les correspondan por el o los delitos cometidos ...’, lo que sólo incrementa la
pena en relación directa con los ilícitos cometidos ‘en pandilla’; por lo que si la responsable
incide en el error de condenar al reo por un delito inexistente, es evidente que estará
aplicando inexactamente la ley con infracción al párrafo tercero del artículo 14
constitucional.
"Volúmenes 139-144, página 97. Amparo directo 5570/79. Mario Romero Gálvez. 25 de
agosto de 1980. 5 votos. Ponente: Raúl Cuevas Mantecón.
"Volúmenes 145-150, página 113. Amparo directo 7530/79. Rodolfo Aguilar Castillo. 9 de
abril de 1981. 5 votos. Ponente: Francisco Pavón Vasconcelos.
"Volúmenes 145-150, página 122. Amparo directo 6303/80. Juan Prado Durán. 24 de abril de
1981. 5 votos. Ponente: Francisco Pavón Vasconcelos.
"Volúmenes 157-162, página 101. Amparo directo 5198/81. Roberto Hernández Barajas. 29
de enero de 1982. Unanimidad de 4 votos. Ponente: Mario G. Rebolledo F.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
"Volúmenes 169-174, página 91. Amparo directo 9276/82. Carlos Padilla Padilla. 4 de abril
de 1983. Unanimidad de 4 votos. Ponente: Mario G. Rebolledo F."
"Séptima Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Informes
"Volumen: Informe 1983, Parte I
"Tesis: 1
"Página: 5
"PANDILLERISMO AGRAVANTE Y NO DELITO POR FALTA DE AUTONOMÍA EN
ÉL. El artículo 139 del Código Penal del Estado de Baja California, concordante con el
numeral 164 bis del código punitivo del Distrito Federal, así como en los demás códigos de la
República que contienen la misma disposición, no establecen el pandillerismo como delito
autónomo sino como una circunstancia agravante de las infracciones que por su naturaleza la
admiten, pues su texto establece que se aplicará a los que intervengan ‘además de las
sanciones que les correspondan por el o los delitos cometidos ...’, lo que sólo incrementa la
pena en relación directa con los ilícitos cometidos ‘en pandilla’; por lo que si la responsable
incide en el error de condenar al reo por un delito inexistente, es evidente que estará
aplicando inexactamente la ley con infracción al párrafo tercero del artículo 14
constitucional.
"Amparo directo 4984/79. Arturo Jiménez Franco. 11 de agosto de 1980. Cinco votos.
Ponente: Raúl Cuevas Mantecón.
"Amparo directo 5570/79. Mario Romero Gálvez. 25 de agosto de 1980. Cinco votos.
Ponente: Raúl Cuevas Mantecón.
"Amparo directo 7530/79. Rodolfo Aguilar Castillo. 9 de abril de 1981. Cinco votos.
Ponente: Francisco Pavón Vasconcelos.
"Amparo directo 6303/80. Juan Prado Durán. 24 de abril de 1981. Cinco votos. Ponente:
Francisco Pavón Vasconcelos.
"Amparo directo 5198/81. Rigoberto Hernández Barajas. 29 de enero de 1982. Unanimidad
de cuatro votos. Ponente: Mario G. Rebolledo Fernández.
"Amparo directo 9276/82. Carlos Padilla Padilla. 4 de abril de 1983. Unanimidad de votos.
Ponente: Mario G. Rebolledo Fernández.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
"Amparo directo 1647/83. Víctor Manuel Rodríguez Valle y coags. 29 de agosto de 1983.
Cinco votos. Ponente: Mario G. Rebolledo Fernández. Secretario: José Jiménez Gregg.
"Amparo directo 5856/83. Jorge Martínez Rivar. 28 de octubre de 1983. Unanimidad de
votos. Ponente: Mario G. Rebolledo Fernández."
"Octava Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: 81, septiembre de 1994
"Tesis: 1a./J. 18/94
"Página: 12
"PANDILLA. EN LA CALIFICATIVA DE, DETERMINACIÓN DE LA PENA. De
acuerdo con la adición de un segundo párrafo al artículo 51 del Código Penal para el Distrito
Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, realizada por decreto
de veintinueve de diciembre de mil novecientos ochenta y cuatro, publicado en el Diario
Oficial de la Federación de catorce de enero de mil novecientos ochenta y cinco, que contiene
la regla general de aplicación de sanciones para la totalidad de los casos en que el código
disponga penas en proporción a las previstas para el delito intencional consumado; y,
asimismo, de conformidad con la reforma realizada al numeral 164 bis del mismo cuerpo
legal, por decreto de treinta de diciembre de mil novecientos ochenta y ocho, publicado en el
Diario Oficial de tres de enero de mil novecientos ochenta y nueve, enmienda que modificó
el sistema de determinación de la penalidad establecido con anterioridad para el caso de que
un delito se cometa en pandilla (el que atendía al cálculo del índice de peligrosidad de los
activos dentro del mínimo de seis meses al máximo de tres años de prisión), adecuándolo, así,
a los lineamientos precisados por el artículo 51; resulta inconcuso que para la determinación
de la sanción a imponer, cuando concurra en un delito pluralidad de tres o más sujetos
activos, de tal manera que se acredite fue perpetrado en pandilla, previamente a la
determinación de la peligrosidad, en acatamiento a la regla general establecida por el artículo
51, y tomando en cuenta lo dispuesto por el 164 bis, el juzgador deberá aumentar hasta en
una mitad los parámetros mínimo y máximo de punición previstos para el delito en su forma
simple, y sólo hasta este momento estará en condiciones de realizar el correspondiente juicio
de individualización de la pena mediante la determinación de la peligrosidad de los
responsables.
"Contradicción de tesis 19/93. Entre las sustentadas por los Segundo y Tercer Tribunales
Colegiados en Materia Penal del Primer Circuito. 1o. de agosto de 1994. Mayoría de cuatro
votos, en contra del voto particular emitido por la Ministra Victoria Adato Green. Ponente:
Clementina Gil de Lester. Secretario: Juan José González Lozano.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
"Tesis de jurisprudencia 18/94. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal en sesión
privada celebrada el ocho de agosto de mil novecientos noventa y cuatro, por unanimidad de
cuatro votos de los Ministros, licenciados: presidenta Victoria Adato Green, Samuel Alba
Leyva, Ignacio M. Cal y Mayor Gutiérrez y Luis Fernández Doblado, ausente la Ministra
Clementina Gil de Lester."
Expuesto lo anterior procede entrar al análisis del segundo párrafo del vigente artículo 164
bis transcrito en párrafos precedentes, para conocer lo que debe entenderse por pandilla. Así
tenemos que la literalidad del precepto arroja los siguientes elementos:
a) Personas que se reúnen en forma habitual, ocasional o transitoria;
b) En número de tres o más;
c) Que no estén organizadas con fines delictivos, y
d) Que cometan en común algún delito.
Ahora bien, debemos recordar que la interpretación gramatical, literal o filológica de la ley es
la primera forma de interpretación jurídica y consiste en buscar la voluntad de la ley por el
significado literal del texto y sólo cuando la redacción del precepto que el órgano
jurisdiccional se ve constreñido a verificar es oscuro o dudoso, puede atender para su
interpretación a otros métodos reconocidos universalmente por la doctrina jurídica. Dicho de
otra forma, sólo por excepción el intérprete tiene el derecho y el deber de apartarse del
sentido literal de la ley, excepción que sólo puede darse cuando se demuestra claramente que
el legislador ha dicho una cosa distinta de la que quiere decir, ya que como consecuencia del
carácter imperativo de la ley debe interpretarse según la voluntad que ha precedido a su
origen. Por ello, en la doctrina jurídica se dice que cuando una ley es clara, no es lícito eludir
su letra so pretexto de penetrar su espíritu. Este postulado ha sido recogido por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación desde hace mucho tiempo como se demuestra en las tesis
siguientes:
"Quinta Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: XVIII
"Página: 894
"INTERPRETACIÓN DE LA LEY. La interpretación literal de la ley, es la primera forma de
interpretación jurídica, siendo las de otro orden, de carácter secundario, inclusive las que
pudieran llamarse de orden moral o filosófico.
-12-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
"Amparo civil en revisión 1351/24. Huller de Sánchez María Teresa y coagraviado. 27 de
abril de 1926. Unanimidad de nueve votos. La publicación no menciona el nombre del
ponente."
"Quinta Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: CXI
"Página: 2244
"LEY INTERPRETACIÓN DE LA. De acuerdo con Baudry Lacantinerie, la primera de las
reglas de la interpretación de la ley crea la exigencia de que aquélla está regida, en primer
lugar, por la interpretación gramatical del texto, ya que sólo cuando la redacción del precepto
que el operador del derecho se ve constreñido a verificar, es oscuro o dudoso, atenderá para
su interpretación a los principios de la lógica y en último extremo, a los principios generales
del derecho. De ahí que el mejor medio es el de atenerse a la idea que el texto expresa
claramente; pues sólo por excepción, el intérprete tiene el derecho y el deber de apartarse del
sentido literal de la ley; y es cuando se demuestra claramente que el legislador ha dicho una
cosa distinta de la que quiere decir, ya que como consecuencia del carácter imperativo de la
ley, debe interpretarse según la voluntad que ha precedido a su origen.
"Amparo penal directo 4973/51. Pulgarín Domingo y coag. 31 de marzo de 1952.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Fernando de la Fuente. La publicación no menciona el
nombre del ponente."
"Quinta Época
"Instancia: Sala Auxiliar
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: CXXV
"Página: 1669
"INTERPRETACIÓN DE LA LEY. Cuando un precepto de ley es claro, no es jurídico
buscar interpretaciones del mismo, porque su letra en sentido gramatical no da lugar a dudas.
"Revisión fiscal 207/50. Instituto Mexicano del Seguro Social (Compañía ‘Simmons’, S.A.).
24 de agosto de 1955. Unanimidad de cinco votos. Ponente: Felipe Tena Ramírez."
"Quinta Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
-13-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
"Tomo: CXIX
"Página: 2612
"LEY PENAL INTERPRETACIÓN DE LA. Una hermenéutica jurídica que pretendiese
hacer la interpretación gramatical de un precepto legal, sólo conduciría a consecuencias
funestas. Bien sabido es que de acuerdo con los principios que norman la interpretación de la
ley, cuando su redacción no es clara, es decir, cuando gramaticalmente resulta oscura, el
intérprete debe atender al espíritu que inspira a todo catálogo jurídico, es decir, debe hacer
una interpretación sistemática del ordenamiento jurídico.
"Amparo penal directo 5668/50. Por acuerdo de la Primera Sala, de fecha 8 de junio de 1953,
no se menciona el nombre del promovente. 22 de julio de 1953. Unanimidad de cuatro votos.
La publicación no menciona el nombre del ponente."
Lo hasta aquí expuesto no significa que la interpretación deba ser puramente gramatical, pues
la significación de las palabras que el legislador utiliza no se agota en su sentido lingüístico.
Incluso el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ya se ha pronunciado por el
reconocimiento por parte de nuestro sistema jurídico, de la necesidad de que existan métodos
de interpretación jurídica que conduzcan a establecer el sentido y alcance de las disposiciones
legales que puedan ser imprecisas u oscuras, sin condicionar su validez al hecho de que sean
claras en su redacción y en los términos que emplean. La tesis en que quedó plasmado este
criterio es la siguiente:
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XII, agosto de 2000
"Tesis: P. CIV/2000
"Página: 145
"LEYES. SU INCONSTITUCIONALIDAD NO DEPENDE DE LOS VICIOS EN LA
REDACCIÓN Y PRECISIÓN DE TÉRMINOS EN QUE EL LEGISLADOR ORDINARIO
PUEDA INCURRIR. Si bien la claridad de las leyes constituye uno de los imperativos
apremiantes y necesarios para evitar o disminuir su oscuridad, ambigüedad, confusión y
contradicción, de una lectura integral de la Constitución Federal, se aprecia que ninguno de
los artículos que la componen establece, como un requisito para el legislador ordinario, el que
en cada uno de los ordenamientos secundarios defina los vocablos o locuciones ahí
utilizados. Ello es así, porque las leyes no son diccionarios y la exigencia del citado requisito
tornaría imposible la función legislativa, en vista de que la redacción de las leyes se traduciría
en una labor interminable y nada práctica, provocando que no se cumpliera, de manera
oportuna, con la finalidad que se persigue con dicha función, consistente en regular y
-14-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
armonizar las relaciones humanas. De ahí que sea incorrecto afirmar que cualquier norma se
aparte del texto de la Ley Suprema al incurrir en una deficiencia de definición o irregularidad
en su redacción, pues la contravención a ésta se basa en aspectos objetivos que generalmente
son los principios consagrados en ella, ya sea prohibiendo una determinada acción de la
autoridad en contra de los particulares gobernados u ordenando la forma en que deben
conducirse en su función de gobierno. Además, del análisis de lo dispuesto por los artículos
94, párrafo séptimo y 72, inciso f), de la Carta Magna, se advierte el reconocimiento, por
parte de nuestro sistema jurídico, de la necesidad de que existan métodos de interpretación
jurídica que, con motivo de las imprecisiones y oscuridad que puedan afectar a las
disposiciones legales, establezcan su sentido y alcance, pero no condiciona su validez al
hecho de que sean claras en su redacción y en los términos que emplean.
"Amparo en revisión 36/99. Óscar Cantú Garza y Hortencia Garza Martínez viuda de Cantú.
2 de mayo de 2000. Unanimidad de siete votos. Ausentes: Mariano Azuela Güitrón,
Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios y Juan N. Silva Meza. Ponente:
Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Joel Carranco Zúñiga.
"El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy once de julio en curso, aprobó, con el
número CIV/2000, la tesis aislada que antecede; y determinó que la votación no es idónea
para integrar tesis jurisprudencial. México, Distrito Federal, a once de julio de dos mil."
Mas en el caso, no se da la hipótesis en comento, puesto que el artículo 164 bis del Código
Penal para el Distrito Federal es suficientemente claro, ya que su interpretación gramatical no
da lugar a dudas.
Así es, para esta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el artículo 164 bis del
Código Penal en estudio, como ya se dijo, califica en razón de la pandilla la comisión de
otros delitos y su naturaleza funcional es la de un dispositivo móvil, no vinculado en
abstracto con ningún tipo, que puede ser conectado en concreto con todas las figuras
delictivas del Código Penal, se ejecuten o no con violencia, siempre y cuando haya
compatibilidad con la estructura típica de las mismas, produciéndose así el fenómeno
jurídico, en el que a la sanción principal del delito de que se trate, se sobrepone la sanción
accesoria de la agravante en cuestión. La compatibilidad de referencia, se aclara, no está
referida a los delitos que se cometan o no con violencia, sino a la incompatibilidad que
pudiera darse de la calificativa que nos ocupa con el tipo básico de que depende; por ejemplo,
no puede darse la calificativa de pandilla en los delitos que se cometan en complicidad
correspectiva, prevista en la fracción VIII del artículo 13 del Código Penal para el Distrito
Federal por tres o más personas, porque entonces se estaría recalificando una conducta con
violación al principio jurídico non bis in idem que consagra el artículo 23 constitucional.
Sirva también de ejemplo entre otros casos de incompatibilidad de la calificativa de pandilla,
la agravante de las penas para los delitos de abuso sexual y violación a que se refiere el
-15-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
artículo 266 bis, fracción I, del Código Penal para el Distrito Federal, cuando es cometido
con la intervención directa o inmediata de más de tres personas; el delito de privación ilegal
de la libertad a que se refiere el artículo 366, fracción II, inciso c), del mismo ordenamiento,
cuando se lleva a cabo por un grupo de tres o más sujetos, pues en ambos casos y otros
análogos se estaría sancionando doblemente una misma conducta.
Resultan ilustrativas al respecto las tesis siguientes:
"Séptima Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Volumen: 83, Segunda Parte
"Página: 51
"PANDILLA, DELITOS COMETIDOS POR, Y RESPONSABILIDAD
CORRESPECTIVA, SE EXCLUYEN. Si el tribunal de alzada consideró que ‘se está en
presencia de un homicidio cometido en complicidad correspectiva, y con la calificativa de
pandilla’, las situaciones que establece son técnicamente incompatibles, puesto que la
complicidad correspectiva tiene como dato característico, no tanto el desconocimiento de la
causación material específica (ya que puede conocerse quién produjo una lesión y quién otra
y seguirse dentro de la complicidad correspectiva), cuanto la ausencia de preordenación, pues
de mediar esta última se estaría en presencia de la participación pura y simple. Ahora bien, la
circunstancia agravada de ejecución comprendida en el artículo 164 bis del Código Penal
Federal (delitos cometidos por pandilla), requiere de la participación pura y simple, pero no
puede coexistir con la complicidad correspectiva, como tampoco con la forma calificada de
realización de los delitos de lesiones y homicidio, cuando la agravante se establece por el
número de agresores.
"Amparo directo 2410/75. Rafael Brito Carrillo y coags. 13 de noviembre de 1975.
Unanimidad de 4 votos. Ponente: Ernesto Aguilar Álvarez."
"Séptima Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Volumen: 157-162, Segunda Parte
"Página: 154
"VIOLACIÓN TUMULTUARIA, PANDILLERISMO INCOEXISTENTE CON EL
DELITO DE. No es posible, jurídicamente hablando, admitir la coexistencia del delito de
violación tumultuaria, que contempla la pluralidad de sujetos, y la circunstancia agravante de
pandillerismo, pues, de lo contrario, se estaría sancionando por partida doble una misma
-16-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
conducta; por lo que si la sentencia que condena por violación tumultuaria, considera
acreditada la calificativa de pandillerismo, habrá de concederse la protección constitucional
para el efecto de que se elimine dicha calificativa.
"Amparo directo 6668/81. Fernando Castellón Rodríguez. 12 de mayo de 1982. Unanimidad
de cuatro votos. Ponente: Manuel Rivera Silva. Secretario: Francisco Nieto González."
Ahora bien, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, al concluir
sobre la necesaria concurrencia de la violencia en la comisión del delito básico a fin de que se
actualice la calificativa de pandilla, atiende preponderantemente al análisis del proceso
legislativo de creación de la norma, porque como se ve de las ejecutorias que integraron la
jurisprudencia emitida por dicho órgano colegiado, tácitamente acepta que la literalidad del
artículo 164 bis no alude a ese vocablo, sino que lo sustrae de lo que llama "interpretación
armónica" de la exposición de motivos y de los debates que las Cámaras de Diputados y
Senadores sostuvieron en la aprobación del citado precepto.
Problema fundamental de la teoría de la interpretación es saber qué debe entenderse por
sentido de la ley, y entre las soluciones que se proponen en la doctrina jurídica está la de los
que afirman que el sentido de la ley no puede ser sino la voluntad del legislador, pues se dice
que la ley es obra del Poder Legislativo y éste se vale de ella para establecer el derecho y, por
consecuencia, su sentido debe ser el que su autor pretendió darle, que, por tanto, se debe
investigar lo que el legislador quiso decir, en tanto que la ley es expresión suya.
Se entiende que el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, para
arribar a la conclusión de que la calificativa de pandilla sólo puede darse cuando se emplee
violencia en la comisión del tipo básico, adoptó el sistema expuesto conocido como método
exegético, cuya tesis se basa en el supuesto de que la legislación, como acto expresivo, debe
imputarse a la voluntad de los legisladores o, lo que es igual "que es derecho lo que éstos
quieren".
Sin embargo, para esta Sala tal conclusión resulta desafortunada, pues además de que, como
ya se dijo antes, cuando la ley es clara no es válido eludir su letra con el pretexto de penetrar
su espíritu, tampoco el método interpretativo empleado por el referido tribunal autoriza a
establecer la condicionante de violencia.
En efecto, recordemos que en la iniciativa del Ejecutivo Federal de veintiocho de noviembre
de mil novecientos sesenta y siete enviada a la Cámara de Diputados, no estaba prevista la
adición al entonces Código Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Común y para
toda la República en Materia de Fuero Federal del artículo 164 bis, pues sólo se proponían
reformas y adiciones a los artículos 85, 193, 194, 195, 196, 197, 198, 199, 306, 309 y 387.
-17-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
A propósito del artículo 309 y de las citas del proceso legislativo que en los primeros
precedentes plasmó el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito que lo
llevaron a conformar su criterio jurisprudencial en contradicción, se advierte que el Ejecutivo
de la Unión sólo proponía incrementar las sanciones al que se conocía como delito de
homicidio tumultuario. Cabe transcribir para demostrar esta afirmación, la parte conducente:
"Homicidio tumultuario: Otro precepto legal de urgente revisión es el contenido en el artículo
309 del Código Penal, ya que los términos en que está concebido no se ajustan a la realidad
del momento. En efecto, en los últimos años se ha venido produciendo con inquietante
frecuencia el delito de homicidio tumultuario debido al desarrollo que ha alcanzado el
fenómeno social que ha dado en llamarse ‘pandillerismo’. El gobierno de la República,
realizando los propósitos de la Revolución, sigue un camino ascendente en la conquista del
bienestar del pueblo mexicano y es natural que, frente al fenómeno como el ‘pandillerismo’,
manifieste su honda preocupación, y acuda, desde luego, en auxilio de la tranquilidad
general. Es evidente que en nuestra patria la gran mayoría de jóvenes se aplican
afanosamente a su preparación para coadyuvar, en el futuro, a la satisfacción de las
numerosas necesidades aún no superadas. Pero estos mismos jóvenes, y con ellos todo el
pueblo de México, tienen derecho a ser salvaguardados de las minorías irreflexivas, que
hacen de ciertas prácticas delictuosas una forma de comportamiento. Es conveniente destacar
que el ‘pandillerismo’ ha venido a incrementar la comisión del delito de homicidio
tumultuario, siendo en la actualidad una de sus causas más frecuentes. Este ilícito se origina,
en muchas ocasiones, en la impunidad que de hecho disfrutan los delincuentes al amparo del
anonimato colectivo, ejecutando actos a los que no se atreverían individualmente, o fiados en
la errónea interpretación judicial de preceptos confusamente redactados. El criterio anterior
es directamente aplicable al artículo 309 del Código Penal vigente, porque en sus diversas
fracciones expresa, en forma que ha dado origen a interpretaciones contradictorias, conceptos
ya contenidos en otros preceptos de la misma ley como son, principalmente, los artículos 13,
302, 303, 304, 305, 307 y 308. Por otro lado, al referirse este artículo a ‘tres o más personas’,
notoriamente incluyó a la víctima, lo que resulta imperfecto, pues el caso podría darse,
remotamente, sólo en la riña. Aparte de todo lo anterior, el legislador atenuó en general las
sanciones aplicables sin considerar que, casi siempre, el homicidio tumultuario reviste
caracteres tales de peligrosidad, que debe considerarse como un delito calificado. Al
Ejecutivo a mi cargo asiste el propósito de lograr, a través de esta iniciativa, que el delito de
referencia reciba la sanción correspondiente, tomando como término de comparación, las que
el mismo código establece para los diversos tipos de homicidio."
Y es que en el Código Penal para el Distrito y Territorios Federales en Materia de Fuero
Común y para toda la República en Materia de Fuero Federal, publicado en el Diario Oficial
de la Federación el catorce de agosto de mil novecientos treinta y uno, se estableció con una
pena atenuada el delito de homicidio tumultuario. Su texto era el siguiente:
-18-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
"Artículo 309. Cuando el homicidio se ejecute con intervención de tres o más personas, se
observarán las reglas siguientes:
"I. Si la víctima recibiere una sola lesión mortal y constare quién la infirió, sólo a éste se le
aplicará la sanción como homicida. Si no constare quién la infirió, a todos se les aplicará
como sanción, de tres a seis de años de prisión;
"II. Cuando se infieran varias lesiones, todas mortales y constare, quiénes fueron los
responsables, se considerará a todos éstos como homicidas;
"III. Cuando sean varias las heridas, unas mortales y otras no, y se ignore quiénes infirieron
las primeras, pero constare quiénes lesionaron, a todos se aplicarán de tres a seis años de
prisión, excepto a aquellos que justifiquen haber inferido sólo las segundas, a quienes se
aplicará la sanción que corresponda por dichas lesiones, y
"IV. Cuando las lesiones no fueren mortales, sino por su número, y no se pueda averiguar
quiénes las infirieron, se aplicarán de dos a cuatro años de prisión a todos los que hubieren
atacado al occiso con armas a propósito para inferir las heridas que aquél recibió."
Fue a raíz de la reforma al ya para entonces llamado Código Penal para el Distrito Federal en
Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de Fuero Federal con que
culminó el proceso legislativo que se analiza, que se aumentaron las penas al citado delito, en
tanto que la redacción no sufrió grandes variantes, pues en el Diario Oficial de la Federación
de ocho de marzo de mil novecientos sesenta y ocho se publicó con el siguiente texto, que
estuvo vigente hasta su derogación en decreto publicado en dicho medio el veintitrés de
diciembre de mil novecientos ochenta y cinco:
"Artículo 309. Cuando en la comisión del homicidio intervengan tres o más personas, se
observarán las reglas siguientes:
"I. Si la víctima recibiere una o varias lesiones mortales y constare quién o quiénes las
infirieron, se aplicará a éstos, o a aquél, la sanción como homicidas;
"II. Si la víctima recibiere una o varias lesiones mortales y no constare quién o quiénes
fueron los responsables, se impondrá a todos, sanción de tres a nueve años de prisión;
"III. Cuando las lesiones sean unas mortales y otras no y se ignore quiénes infirieron las
primeras, pero constare quiénes lesionaron, se aplicará sanción, a todos, de tres a nueve años
de prisión, a menos que justifiquen haber inferido las lesiones no mortales, en cuyo caso se
impondrá la sanción que corresponda por dichas lesiones; y
-19-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
"IV. Cuando las lesiones sólo fueren mortales por su número y no se pueda determinar
quiénes las infirieron, se aplicará sanción de tres a nueve años de prisión a todos los que
hubieren atacado al occiso con armas a propósito para inferir las heridas que aquél recibió."
Siguiendo con el análisis del proceso legislativo que culminó con el decreto de dos de enero
de mil novecientos sesenta y ocho, tenemos que las Comisiones Unidas Segunda de Justicia y
de Estudios Legislativos (sección penal) de la Cámara de Diputados, en dictamen de
veintiséis de diciembre de mil novecientos sesenta y siete, propusieron la creación de la
figura jurídica de "pandilla" mediante la adición del artículo 164 bis, pero como una figura
aparte del homicidio tumultuario, independientemente de que fueron las razones que el
Ejecutivo expuso para proponer el aumento de la pena a este último, las que inspiraron a los
legisladores de las Comisiones Unidas la propuesta de adición de la pandilla, como se lee del
dictamen correspondiente:
"2. Se agregó el artículo 164 bis dentro del capítulo de asociaciones delictuosas; artículo que
crea una nueva figura delictiva denominada ‘pandillerismo’, que es el concepto común y
popular con el que se ha designado esa actividad antijurídica; figura a la que se le ha dado
una pena específica, definiendo el concepto para los efectos del artículo. Sirvió de base para
la introducción de esta figura delictiva, el contenido de la exposición de motivos que en
forma amplia, con un gran contenido sociológico y jurídico analiza esa nueva modalidad
antijurídica, y apunta la urgente necesidad de sancionar las actividades peligrosas que
realizan las pandillas, para proteger debida y eficazmente los intereses de la colectividad y la
integridad física de las personas, que son las víctimas de las agresiones injustificadas de los
pandilleros; reforma que consecuentemente dará a la autoridad mayores elementos legales
para garantizar el orden y seguridad de los grupos sociales. 3. Por las mismas razones antes
anotadas, sin alterar sustancialmente el artículo 309 del Código Penal vigente, se modificó su
redacción y se agravaron las penas en él señaladas, por tratarse de un tipo penal del homicidio
que reúne características de suma gravedad en su ejecución."
Nótese que hasta aquí, ni la iniciativa ni el dictamen aluden al elemento "violencia" como
condicionante para la actualización de la calificativa de pandilla, ni aun cuando se trató lo
relativo al homicidio tumultuario, pues sólo se revela que el contenido del artículo 164 bis
obedeció al deseo de agravar la comisión material de los delitos ejecutados conjuntamente
por tres o más personas, circunstancia intimidatoria de ejecutar en grupo un delito que no
debe confundirse con la violencia, en tanto que ésta, ya sea física o moral, se encuentra
definida como una circunstancia agravante diversa en el propio Código Penal para el Distrito
Federal, a propósito de ciertos delitos, como el de robo, según se advierte del contenido de
los artículos 372 y 373, este último que incluso define las dos clases de violencia. Para mayor
comprensión se transcribe su contenido:
"Artículo 372. Si el robo se ejecutare con violencia, a la pena que corresponda por el robo
-20-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
simple se agregarán de seis meses a cinco años de prisión. Si la violencia constituye otro
delito, se aplicarán las reglas de la acumulación."
"Artículo 373. La violencia a las personas se distingue en física y moral.
"Se entiende por violencia física en el robo: la fuerza material que para cometerlo se hace a
una persona.
"Hay violencia moral: cuando el ladrón amaga o amenaza a una persona, con un mal grave,
presente o inmediato, capaz de intimidarlo."
Por iguales consideraciones se afirma que el elemento "violencia" tampoco lo introdujeron
los diputados y senadores, según se aprecia de las intervenciones que destaca el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito y otras a que se hará referencia para
fortalecer este estudio.
Así es, en sesión de la Cámara de Diputados de veintisiete de diciembre de mil novecientos
sesenta y siete, el diputado Víctor Manzanilla Schafer expresó:
"Sabemos que en especial el artículo 164 bis del proyecto de reformas al Código Penal, que
crea, tipifica la agravante denominada ‘pandillerismo’, es creación de las comisiones que
formularon el dictamen, interpretando la exposición de motivos y los argumentos implícitos
expresos en la propia iniciativa. Considero que de aprobarse en su actual redacción, se habrá
incorporado a la legislación penal, una agravante de responsabilidad que se denomina como
‘pandillerismo’, o sea, la comisión de uno o varios delitos por tres o más personas que en
común, y sin acuerdo previo, realizan actos que sancionan nuestras leyes penales. Esto
significa que la Cámara de Diputados ha recogido el clamor, la inquietud y la preocupación
que existe en nuestra sociedad con motivo del auge de la criminalidad y de las conductas
antisociales, tipificando estos hechos para poner freno a los comportamientos delictuosos de
minorías irreflexivas. De esta manera se pretende combatir un mal social que produce
intranquilidad en las familias y daños en las vidas y propiedades de las personas. A nadie
escapa el hecho de que hablar de pandillerismo, en cierta manera se relaciona con algunas
manifestaciones de la delincuencia juvenil. De esta situación ha nacido el deseo de hacer
algunas reflexiones sobre el particular, para que nuestra actitud de legisladores sea
cabalmente entendida. Sabemos muy bien que el Código Penal no enseña ni educa, sino que
castiga; que el delito se caracteriza intrínsecamente como acción antijurídica, típica, culpable
y sancionada con una pena; que es una excepción a la conducta del común de las gentes; que
es un fenómeno humano y social complejo, cuyas raíces se encuentran tanto en la persona
que delinque como en el ámbito social en que se produce; fenómeno humano y social
complejo cuyas raíces se encuentran en ambas partes y que su incidencia tiende a agravarse
con la urdimbre de las relaciones económicas y la complejidad de la vida moderna.
-21-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
Conocemos en suma que el combate contra la delincuencia juvenil no se agota con sólo
señalar en la legislación penal, castigándolo, el fenómeno del pandillerismo, pues las causas
que lo generan son profundas y complicadas, pero también sabemos que esta situación habrá
de llamar la atención a los padres de familia para que dediquen mayores esfuerzos a la
vigilancia de la conducta de sus hijos, fortaleciendo y perfeccionando las relaciones
familiares. Quizá la desintegración familiar, como consecuencia de la complicada vida
moderna, sea una de las causas del incremento de la delincuencia juvenil. ... Aprobar una
reforma al Código Penal que combate un fenómeno social, ligado con la delincuencia juvenil,
sin antes hacer estas deshilvanadas, pero sinceras reflexiones, sería un cargo de conciencia.
..."
En la misma sesión el diputado Pánfilo Orozco Álvarez dijo en lo medular:
"¿Cuáles son las causas que provocan el desasosiego? La inquietud, la actitud antisocial de
pequeños grupos juveniles en nuestro país, porque no es toda la nueva generación mexicana
las causas que provocan este malestar social, están fundamentalmente en el aspecto
económico. Hay desequilibrio en el hogar mexicano, hay desajuste moral en el hogar de los
mexicanos, se presenta el fenómeno, lo raro es que este fenómeno tiene sus matices, se puede
decir que en las capas altas de los enriquecidos se da el fenómeno y en las capas pobres se
presenta también. Las pandillas de jóvenes las encontramos en los dos extremos de la
sociedad mexicana; la sociedad actual, los adultos, somos los responsables en gran parte de
este fenómeno ... Estamos de acuerdo con las reformas al Código Penal porque es uno de los
aspectos en el terreno jurídico que el Estado debe manejar para controlar, vigilar y castigar a
los delincuentes juveniles. Pero también a nuestro juicio la sociedad mexicana toda, los
adultos mexicanos, los funcionarios públicos, los maestros de escuela, debemos pensar en ir
viendo las formas para liquidar los factores sociales que influyen en la mala conducta de la
juventud. Porque echar la culpa en forma unilateral a la nueva generación por parte de los
adultos nos parece que es una actitud de soslayamiento de los problemas fundamentales que
provocan esta actitud de los jóvenes. Estamos de acuerdo con el diputado Manzanilla
Schaffer de que el hogar y la escuela son los primeros lugares de la sociedad mexicana para
iniciar la conducta formativa de los niños y de los jóvenes."
Mientras que el diputado Indalecio Sayago Herrera expuso el siguiente punto de vista:
"No soy abogado, soy simplemente un maestro de escuela. Puse atención a las palabras del
señor diputado Manzanilla Schaffer, cuando en forma vehemente hizo un llamado a los
padres de familia y a todos los maestros con el objeto de que sea fundamentalmente de
nosotros la responsabilidad de educar, de enseñar con el ejemplo, de dirigir por la senda del
bien, con fines altamente patrióticos a la niñez y a la juventud, y considero que este llamado
realmente debe ser escuchado por todos los señores padres de familia y realmente debe
llevarse a la práctica por todos los compañeros maestros de escuela en nuestro país. Sin
-22-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
embargo, es conveniente -como él lo indicó en forma acertada- reflexionar sobre este
problema. No es, como pudiese pensarse, un problema intrascendente, sino es un problema
fundamental, es uno de los problemas nacionales en los cuales debemos discutir con alta
responsabilidad. Yo me hago esta reflexión, este pensamiento: creo que depende
fundamentalmente del hecho de que la educación se encauce por senderos que la patria
necesita, depende, repito, de la Secretaría de Educación Pública. Para mí, la falta de
vigilancia y la falta de una dirección adecuada de parte de los altos funcionarios de la
Secretaría de Educación Pública ha traído la proliferación de los grupos y pandillas juveniles
en todo el país ¿Por qué digo esto? ¿No es acaso la Secretaría de Educación Pública la
encargada de vigilar el cumplimiento exacto del artículo 3o. constitucional? ¿Por qué existe
una gran cantidad de escuelas particulares faltas de vigilancia en nuestro país,
fundamentalmente en el Distrito Federal?"
Por su parte, el diputado Antonio Obregón Padilla intervino para decir:
"He apartado el artículo 164 bis, en su segundo párrafo, que es precisamente el párrafo que
nos define lo que se entiende por ‘pandilla’. Sinceramente creo que fue un acierto de la
comisión el recoger esa idea que estaba ya en la iniciativa para reprimir el pandillerismo,
pero que estaba un poco confusa dentro de la propia iniciativa. La comisión estimó que sería
mucho más efectivo, que sería mucho más técnico, que se lograrían mejor los propósitos que
en la iniciativa se alentaban, si se configuraba el delito de pandilla en una figura especial, y
nos encontramos con un delito frontero a otros dos; un delito que linda, por un lado, con la
asociación delictuosa y que, por otro lado, linda con los delitos tumultuarios. Los delitos
tumultuarios, estrictamente hablando en nuestra legislación penal, solamente se dan en dos
casos: en el caso de homicidio y en el caso de lesiones. Y están previstos precisamente dentro
del capítulo de homicidio y dentro del capítulo de lesiones, con una reglamentación por
supuesto especial. El delito tumultuario se da por la sicología de las masas, por la acción de
un espíritu gregario y primitivo de los hombres, se da sin que haya un previo concierto para
la comisión del delito. El caso clásico, el ejemplo clásico que podríamos poner de este delito,
es el que resulta en los espectáculos públicos, en un partido de fútbol, o en cualquier otro
evento deportivo en que las multitudes se enardecen por una decisión o por un
acontecimiento y cometen el delito. En este caso hay una corresponsabilidad de los que
intervienen en el delito, pero es difícil señalar quién o quiénes fueron los homicidas o quién o
quiénes fueron los que lesionaron.-Por otro lado, tenemos la asociación delictuosa: Las
diferencias fundamentales que se encuentran entre el delito de pandilla y el delito de
asociación delictuosa, son las siguientes: en primer término, la pandilla es una reunión con
fines de muy diversa índole, la pandilla no necesariamente es una reunión con fines ilícitos.
Por el contrario, la asociación delictuosa es una organización con fines ilícitos en sí mismos.Ésta es la primera diferencia fundamental entre la pandilla y la asociación delictuosa.-En
segundo término, la pandilla, en la pandilla mejor dicho, sus actos solamente serán punibles
cuando son delictuosos; por el contrario, en la asociación delictuosa, la pura asociación se
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 25/2001-PS.
castiga por el hecho de pertenecer a ella, independientemente de que se haya cometido o no
un delito.-Por último, la diferencia fundamental que existe entre la pandilla y la asociación
delictuosa, consiste en que en la pandilla, la reunión preexiste al acuerdo delictuoso, en
cambio en la asociación delictuosa, el acuerdo sobre un fin delictuoso es la causa misma de la
asociación. ... Ciertamente, y por fortuna, no todos nuestros jóvenes están o actúan en
pandillas con fines ilícitos; ciertamente hay reuniones de jóvenes de muy diversa índole que
pueden ir desde los culturales, hasta los deportivos y aun también, de índole política.-Creo
que no debemos dejar abierta la puerta para que esas reuniones juveniles sean reprimidas, en
esas reuniones nuestra juventud puede encontrar alicientes, puede encontrar el trabajo en
común tan necesario en nuestros días.-Y así también evitaremos que ciertas autoridades
secundarias, en un exceso de celo, hagan razzias o lo que se ha denominado razzias, que
definitivamente tienen un carácter anticonstitucional y que son ilegales, que lastiman la
libertad y que lastiman el derecho de reunión.-No es justo que con motivo de estas razzias,
jóvenes que se han reunido con fines lícitos sean fichados por la policía o por las autoridades
administrativas y que posteriormente se les pueda considerar como delincuentes.-Por otra
parte, si se reprimen esas reuniones lícitas de los jóvenes, puede nacer en ellos un sentimiento
de rebeldía, puede nacer un sentimiento de rebeldía precisamente en contraposición por el
atropello que sufren. Por este motivo, es por lo que proponemos el cambio de la parte
segunda del artículo 164 bis en las condiciones en que se los he leído a ustedes y que desde
luego dejo en poder de la secretaría."
El diputado José Fuentes Rodríguez opinó lo siguiente:
"Es cierto que aquí, en este caso, se está presentando por el diputado Obregón un cambio en
el segundo párrafo del artículo 164 bis, que es precisamente una creación de la comisión y
que será posteriormente creación de esta legislatura. Allí se tomó en consideración el sentido
de la iniciativa del señor presidente; se hablaba en la iniciativa del homicidio tumultuario,
pero pensamos que la pandilla no únicamente realiza el delito más grave como es el
homicidio, sino una serie de delitos que están previstos en el propio Código Penal.-La
comisión estima acertada la proposición que hace el compañero Obregón y entonces el
artículo 164 bis quedará en los siguientes términos: ‘Cuando se ejecuten uno o más delitos
por pandilla, se aplicará a los que intervengan en su comisión, además de las penas que les
corresponden por el o los delitos cometidos, la sanción de seis meses a tres años de prisión.’.Y ya enmendado, porque así lo acepta la comisión, quedará: ‘Se entiende por pandilla para
los efectos de esta disposición, la reunión habitual, ocasional o transitoria de tres o más
personas, que sin estar organizadas con fines delictuosos cometen en común algún delito.’."
Finalmente, en sesión de la Cámara de Senadores de veintinueve de diciembre de mil
novecientos sesenta y siete, la senadora María Lavalle Urbina expuso:
"Por último, he de referirme a la figura delictiva que con la denominación de ‘pandillerismo’,
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y sanción específica, ha sido introducida en la reforma a estudio con modificaciones al
artículo 309. La figura delictiva de homicidio tumultuario que se configura cuando
intervienen en la comisión del delito tres o más personas, tiene en la legislación vigente una
pena relativamente benigna, quizás en gracia a la escasa frecuencia con que entonces se
manifestaba; ahora, afirma el proyecto ‘la sociedad ha venido sufriendo frecuentemente
perjuicios con motivo de delitos que se realizan con la intervención de tres o más personas,
que podría denominarse «pandillerismo», de donde surge la necesidad de defender a la propia
sociedad, de buscar la tranquilidad general, de salvaguardar al pueblo de México de
comportamientos delictuosos de minorías irreflexivas, de considerar esta conducta
antijurídica como un delito calificado, agravando la penalidad del homicidio tumultuario,
cuando reviste en la actualidad caracteres altos de peligrosidad; solamente en esta forma
podrá defenderse a la sociedad de una conducta frecuente, antijurídica y reprochable en todos
los sentidos’.-Las pandillas constituyen un fenómeno muy socorrido en nuestros días y en
nuestro mundo, es decir, tiempo y espacio, convirtiéndose en el instrumento predilecto para
que la juventud exteriorice, a veces con inusitada violencia, sus inquietudes y desasosiegos,
sus exigencias y sus desajustes interiores. Como demostración de la amplitud de su ámbito de
acción, en las más variadas lenguas que se usan en el presente, existe una denominación
específica, más de veinte quizás, para este tipo de jóvenes, que en México se ha dado en
llamar ‘rebeldes sin causa’.-Pero hay que cuidarse mucho de las generalizaciones que pueden
resultar aventuradas o injustas: ni todas las pandillas están integradas por jóvenes, ni todos
los jóvenes son pandilleros. En ocasiones, estos grupos son manejados directa o
indirectamente por adultos que aprovechan en su beneficio la inmadurez juvenil. Existen
también, indudable y lamentablemente, jóvenes inadaptados familiar o socialmente, con
características de suma peligrosidad, que integrando pandillas incurren en delitos en
ocasiones de suma gravedad, como el homicidio tumultuario, la violencia o las lesiones
graves que ameritan severas medidas de seguridad."
Del simple análisis de las exposiciones transcritas se advierte que, como se dijo antes,
ninguno de los legisladores opinó que la calificativa de pandilla que se estaba creando en el
artículo 164 bis estuviera supeditada a la comisión con violencia del tipo básico y menos que
estuviera sólo referida a delitos que "requieran formas de ejecución afines a las del homicidio
tumultuario, o sea, de carácter violento", como lo asevera el Primer Tribunal Colegiado.
De ahí que si antes establecimos que sólo por excepción el intérprete tiene el derecho y el
deber de apartarse del sentido literal de la ley, excepción que sólo puede darse cuando se
demuestra claramente que el legislador ha dicho una cosa distinta de la que quiere decir, con
el análisis de las transcripciones precedentes queda patente que no se está en ese caso de
excepción.
La conclusión de esta Sala no significa demeritar los trabajos del Legislativo que concluyeron
con la adición del artículo 164 bis al Código Penal, pues las consultas de las iniciativas de
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ley, deliberaciones, ponencias de las comisiones, actas de sesiones, etcétera, son muchas
veces de gran utilidad, mas no en cuanto eventualmente permitan conocer la voluntad de los
redactores de la ley, sino en cuanto puedan ayudar al descubrimiento del sentido objetivo de
la misma, pues muchas veces la investigación en pos de la voluntad del legislador conduce en
su realización práctica a toda clase de absurdos. Así por ejemplo, sería equivocado pensar
que la calificativa de pandilla prevista por el artículo 164 bis, sólo aplicara a jóvenes, pues si
se atiende a las participaciones de los diputados y senadores en las discusiones previas a la
aprobación de la norma, nos damos cuenta de que se pretendía erradicar la violencia juvenil
propia de la época.
Por otra parte, debe justificarse la conveniencia de que en la formulación de sentencias,
especialmente cuando los problemas discutidos no se encuentran resueltos por la letra de la
ley, sea provechoso acudir a la doctrina. En relación con esta cuestión puede afirmarse, como
un hecho notorio para quienes desempeñan la función jurisdiccional o para quienes como
litigantes están en constante contacto con las sentencias que se emiten, que si bien en la
mayoría de ellas no se acude a la doctrina no faltan algunas en las que se hagan citas de
tratadistas y se reproduzcan partes de sus obras jurídicas para fortalecer una argumentación o
para auxiliarse en alguna interpretación. Al respecto, debe considerarse que en el sistema
jurídico mexicano no se encuentra reconocido formalmente que la doctrina pueda ser sustento
de una sentencia, pues el artículo 14 de la Constitución que da las reglas respectivas en uno
de sus párrafos dispone que "en los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por
simple analogía, y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley
exactamente aplicable al delito de que se trata"; y en el párrafo siguiente se establece que "en
los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o la
interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del
derecho". Esto explica que sea práctica reiterada, en la formulación de sentencias, acudir a la
doctrina como elemento de análisis y aun de apoyo. Por otra parte, debe considerarse que la
función jurisdiccional exige un trabajo de lógica jurídica que busca aplicar correctamente las
normas, interpretarlas con sustento y aun desentrañar de los textos legales los principios
generales del derecho para resolver las cuestiones controvertidas en el caso concreto que se
somete a su conocimiento, considerando que todo sistema jurídico responde a la intención del
legislador de que sea expresión de justicia, de acuerdo con la visión que de ese valor se tenga
en el sitio y época en que se emitan los preceptos que lo vayan integrando. De ello se sigue
que cuando se acude a la doctrina mediante la referencia al pensamiento de un tratadista e,
incluso, la transcripción del texto en el que lo expresa, el juzgador, sobre todo si es de última
instancia, en lugar de hacerlo de manera dogmática, debe analizar objetiva y racionalmente
las argumentaciones jurídicas correspondientes, asumiendo personalmente las que resulten
convincentes y expresando, a su vez, las consideraciones que lo justifiquen.
Estas reflexiones surgen a propósito de la referencia del Primer Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Primer Circuito a la obra "Derecho Penal Mexicano" del tratadista Mariano
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Jiménez Huerta, tomo V, quien opinó que el artículo 164 bis del Código Penal es
conceptualmente incompatible con los delitos de ejecución no violenta. Cita doctrinaria que,
desde luego, no vincula a esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por
lo apuntado antes, menos cuando la doctrina expuesta no fue razonada y, como se demostró
en el estudio precedente, carece de bases sólidas de sustentación.
Resulta ilustrativa al caso la siguiente tesis del Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación:
"Novena Época
"Instancia: Segunda Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIII, mayo de 2001
"Tesis: 2a. LXIII/2001
"Página: 448
"DOCTRINA. PUEDE ACUDIRSE A ELLA COMO ELEMENTO DE ANÁLISIS Y
APOYO EN LA FORMULACIÓN DE SENTENCIAS, CON LA CONDICIÓN DE
ATENDER, OBJETIVA Y RACIONALMENTE, A SUS ARGUMENTACIONES
JURÍDICAS.-En el sistema jurídico mexicano por regla general, no se reconoce formalmente
que la doctrina pueda servir de sustento de una sentencia, pues el artículo 14 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que establece las reglas respectivas,
en su último párrafo, sólo ofrece un criterio orientador, al señalar que ‘En los juicios del
orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o la interpretación jurídica
de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho.’; mientras que
en su párrafo tercero dispone que ‘En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer,
por simple analogía, y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una
ley exactamente aplicable al delito de que se trata.’. Sin embargo, es práctica reiterada en la
formulación de sentencias, acudir a la doctrina como elemento de análisis y apoyo, así como
interpretar que la regla relativa a la materia penal de carácter restrictivo sólo debe
circunscribirse a ella, permitiendo que en todas las demás, con variaciones propias de cada
una, se atienda a la regla que el texto constitucional menciona con literalidad como propia de
los juicios del orden civil. Ahora bien, tomando en cuenta lo anterior y que la función
jurisdiccional, por naturaleza, exige un trabajo de lógica jurídica, que busca aplicar
correctamente las normas, interpretarlas con sustento y, aun, desentrañar de los textos legales
los principios generales del derecho para resolver las cuestiones controvertidas en el caso
concreto que se somete a su conocimiento, considerando que todo sistema jurídico responde a
la intención del legislador de que sea expresión de justicia, de acuerdo con la visión que de
ese valor se tenga en el sitio y época en que se emitan los preceptos que lo vayan integrando,
debe concluirse que cuando se acude a la doctrina mediante la referencia al pensamiento de
un tratadista e, incluso, a través de la transcripción del texto en el que lo expresa, el juzgador,
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en lugar de hacerlo de manera dogmática, debe analizar, objetiva y racionalmente, las
argumentaciones jurídicas correspondientes, asumiendo personalmente las que le resulten
convincentes y expresando, a su vez, las consideraciones que lo justifiquen.
"Amparo directo en revisión 1124/2000. Abel Hernández Rivera y otros. 17 de abril de 2001.
Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Lourdes Minerva Cifuentes
Bazán."
En tales condiciones, deberá declararse que prevalece el criterio que sustenta esta Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que queda resumido en la tesis de
jurisprudencia siguiente:
PANDILLA. PARA LA CONFIGURACIÓN DE ESTA CALIFICATIVA NO ES
NECESARIO QUE SE HAYAN REALIZADO ACTOS VIOLENTOS EN LA EJECUCIÓN
DEL DELITO BÁSICO.-De la interpretación gramatical de lo dispuesto en el artículo 164
bis del Código Penal para el Distrito Federal se desprende que el pandillerismo es una mera
circunstancia calificativa en la comisión de hechos delictuosos, en virtud de la cual se
aumentan las sanciones de los delitos cometidos por tres o más personas que se reúnen de
manera habitual, ocasional o transitoria, aunque no estén organizadas para delinquir ni tengan
como fin propio la comisión de delitos, sanción que se eleva según la calidad del sujeto
activo, bien sea o haya sido miembro de alguna corporación policiaca, por lo que para su
configuración no es necesaria la circunstancia de que en la ejecución del delito básico se
hayan realizado actos violentos. Lo anterior es así, porque dicho numeral califica, en razón de
la pandilla, la comisión de otros delitos, pues su naturaleza funcional es la de un dispositivo
móvil, no vinculado en abstracto con tipo alguno, de manera que puede ser conectado, en
concreto, con todas las figuras delictivas del Código Penal, se ejecuten o no con violencia,
siempre y cuando haya compatibilidad con la estructura típica de aquéllas, produciéndose así
el fenómeno jurídico, en el que, a la sanción principal del delito de que se trate, se sobrepone
la sanción accesoria de la agravante en cuestión; por lo cual, dicha compatibilidad no está
referida a los delitos que se cometan o no con violencia, sino a la incompatibilidad que
pudiera darse de tal calificativa con el tipo básico de que depende; por ejemplo, no puede
darse la calificativa mencionada en los delitos que se cometan en complicidad correspectiva,
prevista en la fracción VIII del artículo 13 del código señalado, por tres o más personas,
porque entonces se estaría recalificando una conducta en contravención al principio jurídico
non bis in idem que consagra el artículo 23 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; asimismo, la agravante de las penas para los delitos de abuso sexual y violación a
que se refiere el artículo 266 bis, fracción I, del código en mención, cuando es cometido con
la intervención directa o inmediata de tres o más personas, así como el delito de privación
ilegal de la libertad a que alude el diverso artículo 366, fracción II, inciso c), de dicho
ordenamiento, cuando se lleva a cabo por un grupo de tres o más sujetos, no presentan la
característica de compatibilidad de la calificativa de pandilla con el tipo básico, pues en
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ambos casos, y otros análogos, se estaría sancionando doblemente una misma conducta.
Quede patente que en el presente no se particulariza sobre la actualización o no de la
calificativa en los delitos precisos materia de estudio en las respectivas ejecutorias de los
Tribunales Colegiados Primero y Quinto en Materia Penal del Primer Circuito, porque como
quedó establecido en el considerando sexto, el único punto de contradicción que se encontró
era el de si se requiere o no de actos violentos en la ejecución del delito básico.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-Existe contradicción de tesis entre los criterios sustentados por el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito y el Quinto Tribunal Colegiado de
la misma materia y circuito.
SEGUNDO.-Debe prevalecer el criterio sustentado por esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en la tesis que con el carácter de jurisprudencia quedó
plasmada en la parte final del considerando último de esta sentencia, sin que lo anterior afecte
la situación jurídica derivada de las ejecutorias pronunciadas por los Tribunales Colegiados
en contraposición de criterios.
TERCERO.-Remítase la tesis de jurisprudencia a la Coordinación General de Compilación y
Sistematización de Tesis para su publicación, a los Tribunales Colegiados y Unitarios de
Circuito y Jueces de Distrito.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución comuníquese a los Tribunales Colegiados de
Circuito contendientes y, en su oportunidad, archívese el expediente.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cinco votos de los señores Ministros: Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román
Palacios (ponente), José de Jesús Gudiño Pelayo, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y
presidente Juan N. Silva Meza.
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