REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DEL ZULIA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS PROGRAMA DE DERECHO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA NIVEL DE ESPECIALIZACIÓN LA MEDIACIÓN EN EL PROCEDIMIENTO ORDINARIO PREVISTO EN LA LEY ORGÁNICA PARA LA PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES Trabajo presentado como requisito para optar al grado de Especialista en Derecho de la Niñez y la Adolescencia Autora: Abg. Karin Deimar Soto Salas Tutor: Abg. Especialista Gustavo Villalobos Romero Asesor metodológico: Dra. Teresita Finol Maracaibo noviembre de 2008 LA MEDIACIÓN EN EL PROCEDIMIENTO ORDINARIO PREVISTO EN LA LEY ORGÁNICA PARA LA PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES Karin Deimar Soto Salas ________________________ C.I. 14.134.095 [email protected] Urbanización las Lomas Maracaibo, calle 82 B Nº 71 A -64 Tel. 0261-7544686 Celular. 0414 - 3602125 Tutor: Abg. Especialista Gustavo Villalobos ------------------------------------------------------------------------------- AGRADECIMIENTO Al Abg. Especialista Gustavo Villalobos y a la Dra. Teresita Finol por haber realizado observaciones importantes que sirvieron para orientar la investigación. DEDICATORIA A la virgen Milagrosa y Dios Todopoderoso, dedico esta investigación. A mis hijos, mi esposo y mi madre que han sido el motivo de mi sacrificio, mis desvelos y esfuerzos por superarme y poder ofrecerles el fruto alcanzado. Soto, Salas. Karin, Deimar. La Mediación en el Procedimiento Ordinario previsto en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. División de Estudios para Graduados. Programa de Derecho de la Niñez y la Adolescencia. Nivel de Especialización. Trabajo de grado para optar al título de Especialista en Derecho de la Niñez y la Adolescencias. Maracaibo. Venezuela. 2008. 61. p. RESUMEN Esta investigación tiene como propósito analizar la mediación como instrumento de resolución de conflicto en el procedimiento ordinario de niños, niñas y adolescentes. La temática de este trabajo de investigación se refiere a los medios alternos para la resolución de conflictos previstos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela la cual prescribe que la ley promoverá el arbitraje, la mediación, la conciliación y cualesquiera otros medio alternativos para la solución de los conflictos (artículo 258). Esto supone necesariamente la introducción de la conciliación y la mediación como medios intrajudiciales de solución de conflictos de familia en una primera fase preliminar del proceso, previa a la etapa contenciosa judicial propiamente dicha. Para tal fin se realizó una investigación documental aplicada al campo jurídico. Del análisis de los resultados se puede concluir que: la entrada en vigencia de la nueva Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes induce a replantear la solución de los conflictos familiares desde una óptica distinta en el marco de la autonomía de la voluntad individual de las partes, como premisa esencial del Derecho de Familia. En este orden de ideas, la investigación propone como recomendación el fortalecimiento de la labor de mediación que realizan los jueces, y mediadores, mediante su continua formación, así como el intercambio de experiencias de negociación en el Derecho Comparado. Este proceso de formación debe ser liderizado por el Tribunal Supremo de Justicia como órgano propulsor y ejecutor de la ley, en un proceso de interacción directa con las Universidades del país. Palabras Clave: Mediación Conciliación intrajudicial Audiencia preliminar Conflictos [email protected] v Soto, Salas. Karin, Deimar. La Mediación en el Procedimiento Ordinario previsto en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. División de Estudios para Graduados. Programa de Derecho de la Niñez y la Adolescencia. Nivel de Especialización. Trabajo para optar al título de Especialista de Derecho de la Niñez y la Adolescencias. Maracaibo. Venezuela. 2008. 61. P. ABSTRATC This research aims to examine mediation as a tool for conflict resolution in the regular procedure in children and adolescents. The theme of this research relates to alternative means for dispute resolution under the Constitution of the Bolivarian Republic of Venezuela which prescribes that the law will promote arbitration, mediation, conciliation and other alternative means for conflict resolution (Section 258). This necessarily involves the introduction of conciliation and mediation as means of conflict resolution intrajudiciales family in a preliminary phase of the process, after a contentious judicial stage itself. To this end was a desk research applied to legal field. An analysis of the results we can conclude that the entry into force of the new Organic Law for the Protection of Children and Adolescents to rethink the solution leads to family conflict from a different part of the free will individual parties, as essential premise of family law. In this vein, research suggests as a recommendation to strengthen the mediation efforts being made by judges, and mediators through continuous training and the exchange of experience in negotiating Comparative Law. This training process must be led by the Supreme Court as a propellant and executor of the law, in a process of direct interaction with the universities of the country. Palabras Claves: Mediation Reconciliation intrajudicial Preliminary audience conflicts [email protected] vi ÍNDICE GENERAL AGRADECIMIENTO……………………………………………………………….iii DEDICATORIA…………………………………………………………………… iv RESUMEN ................................................................................................. v ABSTRAC .................................................................................................. vi ÍNDICE GENERAL ..................................................................................... vii INTRODUCCIÓN ....................................................................................... 01 CAPÍTULO I: LA MEDIACIÓN COMO MEDIO ALTERNATIVO DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS 1. La cultura del litigio................................................................................. 09 1.1. La composición del conflicto................................................................ 11 1.2. La mediación ....................................................................................... 13 1.3. Características principales de la mediación ........................................ 15 1.4. Características del sistema de mediación ........................................... 17 1.5. Ventajas y desventajas del sistema de mediación .............................. 18 CAPÍTULO II: EL MEDIADOR 2. El mediador ............................................................................................ 23 2.1. Características de un mediador eficiente ............................................ 25 2.2. De los estilos del mediador ................................................................. 28 2.3. Reglas básicas que el mediador debe considerar en la resolución de conflictos . ................................................................................................................. 29 2.4. Pasos que debe seguir el mediador en la mediación .......................... 29 2.5. La función del abogado en el proceso de mediación .......................... 34 2.6. El mediador y el juez ........................................................................... 36 2.7. Equipo multidisciplinario ...................................................................... 37 vii CAPÍTULO III: LA MEDIACIÓN EN LA NUEVA LEY ORGÁNICA PARA LA PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES 3. De la Demanda y la Notificación ............................................................ 40 3.1. Artículo 457 de la Admisión de la Demanda.................................... 4º 3.2. Artículo 458 Notificación por Boleta ................................................ 41 3.3. Artículo 459 Notificación Electrónica ............................................... 41 3.4. Notificación por Fijación de Cartel y por Correo (artículo 460) ........ Notificación por Publicación de Cartel o Edicto (artículo 461) ......... 41 4. La mediación en la audiencia preliminar ................................................ 42 4.1. Características de la mediación judicial............................................... 43 4.2. Desarrollo de la mediación .................................................................. 44 4.3. Obligatoriedad de la mediación judicial y efectos de la no comparencia de las partes ......................................................................................................... 47 CONCLUSIONES....................................................................................... 53 ÍNDICE DE FUENTES BIBLIOGRÁFICAS ............................................... 56 ÍNDICE DE REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................ 61 viii 1 INTRODUCCIÓN Históricamente las sociedades han ensayado y utilizado diferentes medios para manejar los conflictos. Las diferentes formas de manejo, bien para resolver, evitar o reprimir, han sido percibidas y justificadas como vitales para la existencia de la sociedad. En Venezuela al igual que en otras jurisdicciones, existen diferentes procedimientos contenciosos para manejar las controversias siendo el modelo adversativo de adjudicación el modo convencional. No obstante, este modelo ha estado bajo cuestionamiento ante la excesiva litigación, los altos costos que esto representa, la dependencia excesiva en representantes legales para el manejo de las controversias; la lentitud en el procesamiento de los casos y el deterioro en la relación de las partes en controversia. Este último factor se destaca en aquellas controversias en que las personas involucradas mantienen o han mantenido una relación, ya sea de índole comercial, laboral, familiar comunal, política o de otra naturaleza. Este método adversativo responde a un paradigma que conceptúa la resolución de conflictos desde un enfoque competitivo en el que las partes en controversia relegan la responsabilidad de su solución a terceros que, basado en los aspectos jurídicos del caso, tomará una decisión final que conllevará la victoria o derrota de algunas de las partes. En respuesta a estas críticas se ha generado la creación de foros alternos a los tribunales para el manejo de algunas controversias. Desde la década de 1950 se ha observado en los Estados Unidos, España, Francia, Costa Rica, Panamá, Puerto Rico, Brasil y Argentina el desarrollo de legislación y la creación de programas 2 gubernamentales y no gubernamentales en los que utilizan métodos alternos al adversativo-adjudicativo, como es la mediación, para la intervención en algunas controversias. Tales métodos alternos responden a un paradigma diferente desde el cual se conceptúa el conflicto como una experiencia que pueden resolver efectivamente las partes involucradas en la controversia si aceptan colaborar y participar activamente, de buena fe, en el proceso de generar, evaluar y seleccionar opciones de acuerdos que sean satisfactorios para todas las personas. Como estrategia o medida para el manejo de controversia la mediación se enmarca dentro de los métodos no adversativos. Desde tal perspectiva se parte de la premisa de que las personas en disputa pueden resolver su controversia al negociarla voluntariamente, involucrándose en un proceso de análisis y consideración de alternativas. A diferencia del método adversativo, aclaran Ruiz y Vélez (1987), las partes mantienen control sobre el proceso y son responsables sobre los acuerdos y su implantación. De otro lado, la controversia se encuadra como un problema compartido, que tiene que ser despolitizado y con respecto al cual es necesario entender parte o todo el conflicto subyacente. En este sentido, Hollander (1973), señala que se presume que toda controversia está enmarcada en una amplia gama de factores psicológicos y sociales que inciden sobre ésta directa o indirectamente. Toda controversia es, pues, policéntrica, y la solución integral a la misma requiere la consideración de estos múltiples factores. Con el término mediación dice Negron y col (1998), “nos referimos a un proceso de intervención en el que una o más persona imparciales facilitan y asisten a las partes en una controversia para que negocien acuerdos mutuamente aceptables”. 3 Por eso, la cultura de la mediación supone una cultura de la comunicación, porque la mediación pretende facilitar que las personas encuentren las posibles soluciones por ellas mismas. La finalidad no es tanto llegar a un acuerdo, sino restablecer la relación, reducir la hostilidad, propiciar propuestas y soluciones, promover procesos de respeto. El papel del mediador, además de una persona, también lo realizan muchos cuerpos sociales intermedios que asumen esta función equidistante entre dos grupos o colectivos en conflicto. Son los denominados mediadores institucionales: sindicatos, iglesias, defensores del pueblo, defensores del consumidor, del enfermo, del estudiante. El mediador no tiene nunca poder, ni de decisión ni de persuasión. No impone, sólo propicia y propone, desaparece cuando las relaciones se rehacen y facilita más cuestiones que respuestas. Tiene la función de retornar a las partes el control de su vida y la confianza de adoptar sus propias decisiones, para que se conviertan en protagonistas, y ayudar a salir de un único punto de vista parcial, de la miopía que provoca el localismo. La mediación comporta un elevado grado de humildad, porque reconoce que las personas son conflictivas, que causan mal y que a menudo no pueden gestionar todos los conflictos, que algunos nos superan y que necesitan un tercero para tratarlos. En este sentido, la mediación es la intervención en una disputa o negociación de un tercero aceptable, imparcial y neutral que carece de un poder autorizado de decisión para ayudar a las partes en disputa a alcanzar voluntariamente su propio arreglo mutuamente aceptable. La educación a menudo ha preparado al hombre para no tener conflictos, para no generarlos. Pero la realidad, poco a poco, ha ido demostrando que el conflicto existe y que no ayuda el hecho de negarlo. No se trata tanto de negar que haya conflictos, sino de estar en condición de ser capaces de afrontarlos, de resolverlos o de 4 plantearlos, si conviene. Y no olvidar que, además, el ser humano es capaz de hacer el mal. La mediación ayuda a superar los binarismos que están en el origen mismo de los conflictos, ayuda a vencer los maniqueísmos que hacen que la persona se proclame en profesión de la verdad y pretenda negar al otro. La xenofobia, el racismo, el fanatismo, están alimentados por dualismos. Esta relación dual dictamina que haya un ganador y un perdedor, y es fuente de una cultura de la competitividad y el enfrentamiento. La mediación quiere favorecer que las dos partes sientan que pueden ser ganadoras, como mínimo de una relación inicialmente deteriorada, y se favorece, así, una cultura de la cooperación. La mediación no es alternativa a nada; no lo resuelve todo. La justicia, por su lado, sigue teniendo su función específica concreta, todas las posibles estrategias de tratamiento de los conflictos son necesarias y se complementan. Pero, cuando se habla de mediación y administración de justicia la primera idea que surge es el carácter alternativo de la mediación. Así, dice Sánchez (1999), la mediación es un sistema alternativo de resolución de conflictos, una alternativa extrajudicial o extrajurídica de resolución de conflictos y una de las instituciones o procesos que forman parte del movimiento de los ADR (Alternative Dispute Resolution). Es decir, se pone el acento en el término alternativo como elemento diferenciador de la mediación respecto de la justicia formal, incorporándose en muchas de las definiciones de aquella, así como elemento aglutinador de la mediación respecto a otros procedimientos de resolución de conflictos, llamados en consecuencia. Por otra parte, la utilización de la palabra alternativo da lugar a la aceptación, sin cuestionamiento, de todo un mundo de significados, de presupuestos siendo una de las herramientas básicas en el trabajo del mediador la palabra y la comunicación. 5 Entonces es importante saber, que es lo que se quiere decir con el término alternativo, y a partir de ahí, trazar un cuadro más complejo de las relaciones entre la administración de justicia y la mediación para finalmente plantear, como conclusión los retos del futuro que la proliferación de la mediación plantea a la concepción tradicional del sistema judicial. En los pasados diez (10) años, la mediación ha evolucionado desde haber sido un pequeño proceso para solventar un pequeño problema, hasta convertirse en toda una etapa de un proceso judicial. Su fin es lograr una respuesta satisfactoria para el problema de ambas partes y así evitar que su controversia llegue a juicio, con economía de tiempo y dinero y en beneficio de toda la administración de justicia. En este sentido, en Venezuela esa inconformidad con el sistema de justicia ordinaria ha llevado a la búsqueda de alternativas menos perturbadoras de las relaciones familiares y más pacíficas en la diatriba alegatoria. Lo deseable dice sería que las partes no se enfrentasen buscando argumentos cada vez más convincentes, sino que más bien se atiendan a sus necesidades e intereses y participen en la búsqueda de soluciones satisfactorias. Entre las alternativas de resolución de conflictos se ha venido mencionando a la mediación como la vía apropiada para atender los conflictos familiares. De allí, que la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes vigente desde el 10 de Diciembre de 2007, recoge esta recomendación de pacificidad al consagrar en el nuevo procedimiento ordinario una etapa previa a éste que da cabida a la mediación, es decir, se procura que las partes, sí así lo desean, pueden resolver su conflicto antes de llegar a alegatos de confrontación en un juicio contradictorio. En el presente trabajo de investigación se presentarán en primer lugar las características de los conflictos familiares, la mediación familiar para resolverlos y la 6 fase de mediación tal como ha sido incluida en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. Bajo esta perspectiva, se presentan las siguientes interrogantes: ¿Cuál es la situación concreta de la falta de comparecencia del demandado en la fase de mediación de la audiencia preliminar? ¿Cuál es el alcance de la posibilidad de que el juez interactué en primera fase con las partes sin la presencia de los abogados alcance de la posibilidad de que el juez interactué en primera fase con las partes sin la presencia de los abogados? ¿Cómo debe ser la participación del equipo multiciplinario en la fase de mediación? Hechas las consideraciones anteriores, este trabajo de investigación pone el acento en los siguientes objetivos: General Analizar la mediación como instrumento de resolución de conflictos en el procedimiento ordinario de niños, niñas y adolescentes Específicos Examinar la situación concreta de la falta de comparecencia del demandado en la fase mediadora de la audiencia preliminar. Analizar el alcance de la posibilidad de que el juez interactué en primera fase con las partes sin la presencia de los abogados. Determinar y analizar la factibilidad de garantizar la presencia permanente del equipo multidisciplinario en la fase de mediación 7 En cuanto a los aportes de esta investigación en el ámbito del procedimiento ordinario para la protección de niños, niñas y adolescentes son de gran alcance en el ordenamiento jurídico venezolano. En tal sentido, se pueden considerar los siguientes: La presente investigación desde el punto de vista teórico se justifica debido a la novedad del tema y las repercusiones de éste en el ámbito procesal venezolano, especialmente en lo relacionado con la mediación de conflictos familiares su desarrollo, aplicación y regulación en la legislación venezolana. Además, de constituir un gran avance en el conocimiento de nuevos procedimientos procesales que permitan imprimir celeridad a los juicios; lo que podría traducirse en una mayor justicia emanada de los actos de los órganos jurisdiccionales. De igual manera, por su contenido, proporcionará elementos teóricos relacionados con los novedosos y significativos aportes del papel del mediador, sus características personales y destrezas, en la negociación y mediación de resolución de conflictos familiares Con el objeto de dar cobertura a los objetivos de la investigación, se acudirá al empleo de fuentes y técnicas de investigación como la revisión documental con el objeto de acceder a la información teórica del objeto de conocimiento. Desde el punto de vista metodológica estas técnicas de recolección de datos, son altamente confiables, tal es el caso de la revisión documental y descriptiva. En fin, todas estas herramientas son de inmenso valor, dentro del área del Derecho. En último lugar, este trabajo de investigación puede servir de material de apoyo a estudiantes, abogados y mediadores. Finalmente, la presente investigación que se realiza se encuentra ubicada dentro del área del Derecho de Familia, específicamente referida a la mediación como instrumento de resolución de conflictos, tomando como fuente primaria de información 8 la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, lo establecido en artículos, doctrina, y notas de jurisprudencia. Con relación con el tiempo a analizar abarcó el período comprendido desde mayo 2008 hasta septiembre 2008 CAPITULO II EL EQUIPO MULTICIPLINARIO Y LAS FASES DE MEDIACIÓN 2. El mediador El papel del mediador es ayudar a las partes a llegar a un acuerdo mutuamente satisfactorio que ponga fin a un conflicto sin necesidad de acudir a un juez de juicio o árbitro. Por lo tanto, los mediadores deben tener una serie de destrezas que les permitan alcanzar esta meta con personas que están enfadadas, frustradas y a menudo confusas. Los mediadores tienen que hacer uso, además de su propia personalidad, de conocimientos en resolución de conflictos y de una gran capacidad de comunicación. Según Fernández y Mijares (2000) las habilidades que los mediadores deben tener y demostrar son las siguientes: Definir y analizar las diferencias de criterio de las partes, identificar intereses respecto de posiciones, generar un clima, muchas veces a través de sus ideas opciones que conduzca la solución del conflicto. Estas destrezas interpersonales requeridas por los mediadores, generan confianza para lograr que las partes se relajen, reducir su comportamiento agresivo al escuchar de forma enfática que permite construir la voluntad de llegar a un acuerdo de allí que, la habilidad de los mediadores y su estilo es diferente, al igual que la complejidad y circunstancias de cada caso. Por todo ello, ninguno de los puntos reflejados en este apartado debe ser tenido como verdad absoluta y sí como guía y ayuda de las características que impulsan el trabajo en la resolución de conflictos, y sobre todo y más importante, en la generación de confianza de las partes con respecto al mediador. 23 Otro aspecto fundamental precisan Highton y Álvarez (1995) es la aceptación y cumplimiento del Código Deontológico. Responsabilidades generales: Los mediadores tienen una obligación hacia las partes, y hacia la profesión de la resolución de litigios. Deben ser honestos e imparciales, actuar de buena fe, ser diligente, y no buscar sus propios intereses a expensas de los de las partes. Los mediadores deben actuar de manera justa en el trato de las partes, carecer de interés personal en los términos del acuerdo, no demostrar parcialidad hacia individuos o instituciones implicadas en el litigio, estar razonablemente disponibles cuando lo solicitan las partes, y asegurarse de que las partes estén informadas sobre el proceso en el que están implicadas. Responsabilidades hacia las partes: Imparcialidad: el mediador será imparcial y sin sesgo y no tendrá un interés personal en los resultados de la mediación ni del litigio fundamental. El mediador debe mantener la imparcialidad hacia todas las partes. La imparcialidad significa ser libre de favoritismo o sesgo mediante palabra o acción, y tener el compromiso de servir a todas las partes en lugar de una sola. El mediador no actuará con o ante ninguna parte de manera fraudulenta, engañosa ni ilegal y no usará su posición para ganar una ventaja injusta para si misma u otra persona. El mediador rechazará cualquier regalo, favor, u hospitalidad que de 24 cualquier manera podría interpretarse como una tentativa de ejercer una influencia indebida sobre él. 2.1. Características de un mediador eficiente Landsberger (1986) comprobó que las partes en disputa en las negociaciones por problemas obreros, cuando evaluaban los atributos del mediador eficaz, incluían la originalidad de las ideas, un adecuado sentido del humor, la discreción, la capacidad de crear la sensación de que mantienen cierta unidad con los litigantes y de que están interesado en el bienestar de estos, la disposición a comportarse como un promotor enérgico cuando es necesario, el control de sus propios sentimientos, el esfuerzo tenaz y paciente, la capacidad de comprender prontamente la dinámica y los aspectos complejos de una disputa, y ciertos conocimientos específicos del área en que está actuando. Las actividades que le permitan exhibir estas cualidades, generalmente reforzarán la creencia de las partes litigantes en el sentido de que el mediador posee atributos útiles para la resolución del caso. En consecuencia, el mediador eficiente debería poseer relevantes cualidades a fin de poder adoptar conductas adecuadas. Las principales cualidades que se predican del mediador son: Neutralidad: La cualidad más importante de un mediador eficaz es su capacidad de mantener un papel imparcial y neutral en medio de una controversia. La imparcialidad y la neutralidad son esenciales en el proceso de la mediación (Young 1972). Agrega (Moore 1995), la imparcialidad se refiere a la actitud del interventor, y significa una opinión no tendenciosa o la falta de preferencia a favor de algunos de los 25 negociadores. En cambio, la neutralidad alude al comportamiento o la relación entre el interventor y los litigantes”. La necesidad de imparcialidad y neutralidad no significa que un mediador no pueda tener opiniones personales acerca del resultado de una disputa. Nadie puede ser completamente imparcial. Lo que la imparcialidad y la neutralidad en efecto significan es que el mediador puede separar sus opiniones de los deseos de los litigantes y concentrarse en los modos de ayudar a las partes a formular sus propias decisiones sin favorecer impropiamente a una de ellas (Moore 1995). En opinión de Fernández y Mijares (2000) el mediador es neutral pero no esta neutralizado. El papel del mediador es el de una persona neutral. El mediador utiliza las destrezas y la estructura de la mediación para ayudar a las partes a comprender el caso y desarrollar un acuerdo. En muchas instancias, el mediador está desempeñando el papel de abogado del diablo y haciendo las preguntas difíciles. En un papel tal, que las apariencias son críticas y el mediador debe ser consciente constantemente de tratar igualmente a todas las partes. Capacidad para abstenerse de proyectar su propio juicio: El rol del mediador es ayudar a que las partes lleguen a un acuerdo cuyos términos sean aceptables para ellas, aun cuando el mediador este en desacuerdo con la razón o con la justicia de la solución. Flexibilidad: Debe estimularse la fluidez en las comunicaciones. Inteligencia: Las partes buscan un mediador que les facilite el camino de la resolución, con una mentalidad ágil y eficaz. Debe ser capaz de ver las cuestiones en múltiples niveles, de tratar hechos complejos y de analizar los problemas. Paciencia: Es importante que el mediador pueda esperar los tiempos necesarios según lo requieran las partes. 26 Empatía: El mediador debe ser capaz de valorar percepciones, medios e historia que cada parte revele en la discusión. La confianza se instala a partir de esta corriente personal. Sensibilidad y respeto: El mediador debe ser respetuoso con las partes y sensible a sus fuertes sentimientos valorativos, incluyendo sexo, raza y diferencias culturales. Asimismo, debe lograr que las partes se respeten. Oyente activo: Las partes deben sentir que el mediador ha oído las respectivas presentaciones y dichos. Las parte en conflicto inexorablemente transmitirán cosas al mediador; avisos destinados a que comprendan su situación, pistas o claves respecto de cuales podrán ser las soluciones. Por lo tanto, dice Wilde y Galbrois (1994) “Escuchar lo que las partes quieren decir no es una tarea sencilla; el mediador tendrá que decodificar el mensaje y captar del cúmulo de información que le brindan, aquellos datos que le permitan ayudar al acuerdo” Imaginativo y hábil en recursos: Es importante que el mediador tenga capacidad de generar y aportar ideas nuevas. La imaginación para encontrar soluciones a los problemas y lograr ampliar la torta del conflicto es una de las virtudes que forman la caja de herramientas del mediador (Mazt 1996). Enérgico y persuasivo: A través de la conducción del proceso, el mediador debe intervenir eficazmente para lograr la flexibilidad entre las partes aunque debe dirigir la dinámica y controlar la audiencia sin ser autoritario. Objetivo: El mediador será más efectivo si permanece desligado del aspecto emocional de la disputa. Digno de confianza para guardar confidencias: Debe guardar confidencialidad y las partes tienen que estar convencidas de que ello será así. 27 Tener sentido del humor: Es necesario para aflojar tensiones y crear un clima favorable. Perseverante: Cuando las partes llegan lentamente al acuerdo, el mediador debe soportar las espera y la ansiedad que esto provoca. 2.2. De los estilos del mediador En opinión de Goldberg y Col (1992), “La intervención de un tercero imparcial que asiste a las partes en la negociación cambia la dinámica de ésta. Para ello, el mediador deberá tratar que las partes lo adopten como herramienta útil en la gestión del conflicto. Para eso, deberá presentarse, mostrarse ante ellas de manera auténtica. Tal como es, aunque por cierto deba cuidar algunos detalles que consideramos técnicos”. El carácter reciente de los desarrollos teóricos sobre la mediación determina que muchas veces se confunden estos aspectos, y se desaprovechen los aportes estilísticos o de la propia personalidad del mediador en aras de buscar lo que se entiende por ortodoxia. En este sentido, Silbey y Ferry (1990), apuntan los siguientes estilos básicos: El estilo negociador y estilo terapéutico. Estilo negociador: En este estilo el objetivo principal de la negociación es alcanzar un acuerdo. Se utiliza un proceso más estructurado y el mediador tiende a obtener mayor control. Utiliza en mayor medida las sesiones privadas, en lugar de fomentar la comunicación directa entre las partes a través de las sesiones conjuntas. En síntesis, se considera 28 pragmáticamente que a las partes les conviene acordar en términos económicos, porque tienen que convenir. El estilo terapéutico: Por contraste, en el estilo terapéutico se alienta a las partes a que expresen sus sentimientos y actitudes en la medida posible. El mediador hace valer sus experiencias en el manejo de las relaciones interpersonales y concibe a la mediación como un proceso tendiente a lograr la mutua comprensión por la vía del acuerdo. Hay menos discusión acerca de normas legales que las que se presentan cuando se aplica el estilo negociador. Las alternativas se evalúan a la luz de lo beneficioso que pueda ser el proceso de mediación en si mismo y no tanto en consideración a un posible resultado, el que será el fruto normal de un proceso que tiende a la mutua comprensión 2.3. Reglas básicas que el mediador debe considerar en la resolución de conflictos De acuerdo a Fernández y Mijares (2000) existen unas reglas básicas de la mediación que es importante considerar en la resolución de conflictos: “1. Se tiene que comprender y aceptar que la mediación es voluntaria, no vinculante. 2. El mediador debe estar bien formado en el arte de la mediación. 3. Debe cumplir un estricto código ético y deontológico. 4. Debe infundir confianza y respeto en ambas partes de que es imparcial”. Asimismo, el proceso de la mediación es sencillo, y es esta falta de formalismos lo que le da tantas ventajas a la mediación en comparación con el arbitraje. Igualmente, las partes implicadas en el conflicto deben estar presentes en la mediación y deben estar representadas por una persona con poder para llegar a acuerdos. 29 2.4. Pasos que debe seguir el mediador en la mediación De acuerdo a Gobbi y Padilla (2000) los pasos son: “1. La sesión conjunta. 2. La Primera reunión privada con el demandante. 3. La Primera reunión privada con el demandado. 4. La Segunda reunión privada con el demandante. 5. La Segunda reunión privada con el demandado. 6. Siguientes reuniones privadas con las partes (Si es necesario). 7. La reunión final”. Agregan los autores citados que la mediación empieza con una sesión conjunta en la que el mediador explica el proceso como parte de su presentación. Después de que haya contestado a cualquier pregunta hecha por las partes, cada parte tiene la oportunidad de describir los hechos del caso y explicar su posición. Estas presentaciones le dan a todo el mundo la oportunidad de escuchar totalmente el caso y de esta forma analizar eficazmente sus riesgos. A continuación, el mediador se reúne en privado con cada parte y trata de ayudarla a llegar a un acuerdo. Estas reuniones son totalmente confidenciales y no se facilitará información a la otra parte a no ser que se acuerde expresamente. Sin embargo, el mediador actuará como abogado del diablo para hacer las preguntas más difíciles sobre los puntos fuertes y débiles del caso. La primera reunión privada con cada parte Después de que cada parte haya hecho su presentación en la sesión conjunta, el mediador se encontrará separadamente con cada una. La mayoría de los cambios de posición que tienen lugar durante una sesión de mediación, y que producen los acuerdos, ocurrirán en las reuniones privadas. 30 Es importante recordar lo siguiente: El mediador: Explica las reuniones privadas: Al principio de la primera reunión privada con cada parte el mediador debe explicar de nuevo que se trata de un proceso voluntario él no está allí para dictar decisiones. Explicar que va a hacer preguntas difíciles. Tiene que aclarar que hará lo mismo con ambas partes. Debe reiterar la naturaleza confidencial de las reuniones privadas. En las reuniones privadas, al igual que la sesión conjunta, un objetivo principal es educar a las partes sobre el caso –no se quiere llegar a una cifra- para resolverlo hasta que estén plenamente conscientes de los puntos fuertes, los débiles, los riesgos y los gastos futuros implicados en su caso. Igualmente, una reunión privada proporciona la oportunidad de explorar en detalle lo que es importante para cada parte y cómo querría cada una resolver el caso. Asimismo, el mediador hace las preguntas difíciles, puede hacer frente a las pretensiones poco realistas de una parte. Cuando están implicados consejeros legales, una pregunta excelente es: ¿Cuál es el peor resultado que podría ocurrir? Esto les da la oportunidad de explicar los riesgos al cliente. En relación a los comentarios ofrecidos anteriormente hay que tener en cuenta que las partes están acostumbradas al sistema adversarial y su enfoque a menudo será tratar de convencer al mediador de la justicia de su posición. Hay que recordarles que no logran nada convenciendo al mediador. Todas las partes deben hacer una evaluación objetiva del caso para que el proceso de la mediación pueda ayudarles a encontrar una posición común con la que puedan llegar a un acuerdo. Necesitan buscar una posición acordada con la que puedan vivir y que sea aceptada por el otro lado. Si se aferran a su mejor resultado en 31 cualquier tema que se esté discutiendo, o en el propio resultado del litigio, es poco probable que se llegue a una solución. Es fundamental que analicen sus riesgos -¿Qué probabilidades tengo de conseguir todo lo que pido? Quizás el aspecto más importante de la reunión privada es la capacidad de cada parte de sacar a relucir aspectos poco conocidos y confidenciales que ayudarán a resolver el conflicto con la ayuda del mediador. Esto se hace con la condición de que no será revelado a no ser que, después de una reunión privada con el otro lado se valore la posibilidad de acuerdo. Esto permite a las partes hacer su mejor oferta para llegar a un acuerdo; también le da al mediador la oportunidad de ver la diferencia que separa realmente ambas partes. Al final de cada reunión privada, el mediador debe asegurarse de repasar lo que puede y lo que no puede revelar a la otra parte. Esto incluye no sólo las cifras exactas ofrecidas, sino también si una parte ha movido o cambiado su posición sobre cualquier tema. Esto es fácil decir en la teoría, pero más difícil de lograr en la práctica. Lo que requiere es que el mediador planifique qué necesita para la próxima reunión privada con la otra parte, y consiga permiso para revelarla. Segunda y posteriores reuniones privadas No es raro dicen Gobbi y Padilla (2000) tener una serie de reuniones privadas con cada parte. Por eso hay que considerar lo siguiente: Hemos comprobado que la gente no empieza realmente a cambiar su posición hasta la segunda reunión privada. El punto anterior subraya la estrategia de no tratar de llegar demasiado pronto a la cifra clave de una parte. 32 Hay que dibujar un esquema del acuerdo para las partes. Es importante demostrar los beneficios del acuerdo. Hay que enseñarles todas las desventajas de no llegar a un acuerdo Educando a las partes Definir los temas de discusión No todos los temas necesitan resolverse Prueba de la realidad (expectativas demasiado altas) Proporcionar una justificación para cada cambio de posición Explorar soluciones creativas En estas reuniones es importante que el mediador desarrolle una buena relación con las partes: Con una conversación amena Haciendo hincapié en la confidencialidad Preguntando a las partes como evalúan su caso, haciendo que explique sus cifras. Preguntando a las partes los puntos fuertes y débiles de su caso. Utilizando elogios para ganar su confianza Haciendo hincapié en cualquier área de acuerdo No forzando demasiado en la primera reunión privada -estableciendo la relación de confianza Vendiendo la idea de acuerdo y conciliación Si después de analizar plenamente el caso con ambas partes en reuniones privadas, están muy cerca de llegar a un acuerdo, pero no han llegado. Existe una serie de estrategias que puede usar el mediador. Partir la diferencia 33 Última/Mejor oferta El acuerdo Una vez que se haya llegado a un acuerdo, debe reunir a todas las partes para anunciar el acuerdo, y luego dejarles formular su propio acuerdo por escrito. Puede suceder que no se llegue al acuerdo por un empecinamiento en las posturas de las partes, hay algunas ayudas que permiten reconducir esta situación: Hacer sugerencia adicionales y sacar ideas nuevas Crear dudas en la mente de las partes acerca de sus propias posiciones Hacer preguntas hipotéticas. Hacer que cada parte justifique su posición y responda a los argumentos de la otra. Pedir a las partes que reconsideren el problema Sugerir que las partes traten de elaborar una solución La sección final Haya habido acuerdo o no, el mediador siempre debe reunir a las partes alrededor de la mesa y agradecerles su tentativa de llegar a un acuerdo. Esto deja la mediación en una nota positiva aunque no haya habido acuerdo. Si lograron un acuerdo, felicita a todos por lo que han alcanzado. 2.5. La función del abogado en el proceso de mediación De acuerdo a Álvarez (1996), “La tarea fundamental del abogado es representar intereses, defender de palabra o por escrito los derechos de sus clientes y obtener resultados”. El sistema adversarial presupone que la manera más eficiente y justa para 34 determinar la verdad es presentando el caso de la forma más consistente posible ante un juez imparcial. De allí que, como es sabido, los abogados están acostumbrado a seleccionar y presentar de manera lógica los hechos relevantes que configuran el caso y argumentar jurídicamente a favor de la posición del cliente. Dado que en la mediación, por lo general, el cliente tiene una participación más directa, es preciso que el abogado lo prepare, análogamente a lo que se hace antes de las audiencias judiciales, pero de manera mucho más intensa. El cliente tendrá así un conocimiento completo y continuo de la marcha de la negociación y podrá controlar el proceso como el resultado. La función que cumplen los abogados en el proceso de la mediación es de vital importancia para la seguridad y funcionamiento del instituto de la mediación, debido a que los mismos informan y asesoran a sus clientes acerca de las ventajas y desventajas de participar en un proceso de mediación. Como primer paso, el abogado deberá informar de manera detallada a su cliente, en que consiste el proceso de mediación, ya que en el país es un método alternativo de conflictos relativamente nuevo y son muchas las personas que hasta el día de hoy conocen poco o nada acerca de este novedoso sistema de resolución de disputas. Luego de que las partes hayan tomado conocimiento acerca de qué es y cómo funciona el proceso de mediación, sus abogados tendrán que analizar el caso en particular para saber realmente si es aconsejable o no que sus clientes participen de la mediación o si bien resulta más apropiado recurrir a otros métodos para resolver definitivamente el conflicto existente. Lo importante es que el cliente este siempre informado y por sobre todo sea él, quien decida qué camino desea elegir para resolver la controversia existente. Asimismo, cuando los abogados comprendan adecuadamente el instituto de la mediación podrán facilitar el proceso y en consecuencia aumentar la probabilidad de 35 lograr un acuerdo beneficioso para todas las partes intervinientes. En la mayoría de los casos, la presencia activa de los abogados en las mediaciones es de gran ayuda para las partes, debido a que muchas veces estas no cuentan con técnicas de negociación, reduciendo las consecuencias de riesgos futuros, pudiendo lograr resultados beneficiosos para ambas partes. Por otro lado, también debe tenerse en cuenta que el exceso de participación activa de los abogados en las sesiones de mediación puede disminuir la participación esencial de las partes. Por ello en dichos casos el abogado deberá cumplir con un rol limitado, es decir, asesorando solamente a las partes, dejando que ellas mismas tomen las decisiones que a su juicio resulten ser más apropiadas. También son las partes las que deben decidir el grado de participación de sus abogados en las audiencias de la mediación, pues en algunos casos las partes desean que el rol protagónico lo mantenga su abogado y no ellas mismas. Igualmente, resulta importante que el abogado mantenga una comunicación real, directa y efectiva con su cliente, contando con el tiempo suficiente para poder discutir y debatir la totalidad de los temas tratados o a tratar durante las audiencias. Es decir, que la parte debe sentirse totalmente a gusto con su abogado, debiendo siempre confiar en él, contando con la libertad plena de poder evacuar sus dudas y temores, haciendo las consultas que sean necesarias para poder estar totalmente seguras que la decisión a tomarse resultará ser la más apropiada según el asesoramiento legal recibido y por sobre todo según sus propias convicciones personales. No hay que olvidar, que la mediación es un procedimiento no adversarial, pacífico y cooperativo de resolución de conflictos. Su propósito es lograr un acuerdo rápido y sin los costos en tiempo, dinero y esfuerzo que llevaría un proceso judicial. 36 Es una instancia voluntaria a la que se puede acudir solo o con sus abogados. El objetivo es impulsar un acercamiento entre las personas envueltas en un conflicto, ayudarlas a clarificar e identificar los intereses, y a que desemboquen en un acuerdo satisfactorio sin necesidad de recurrir a los Tribunales de Justicia. En Venezuela la mediación es intrajudicial, es la primera fase de la Primera Instancia y tiene una duración de cuatro meses. 2.6. El mediador y el juez Es claro que juez, y mediador tienen en común la imparcialidad; sin embargo, el juez se distingue del mediador en que su actividad se despliega más bien en el nivel normativo y no en el plano de los intereses de las partes. Su función esencial no reside en reconciliar las partes, sino en alcanzar una decisión sobre cuál de ellas está en lo justo. Esto conduce a varias diferencias importantes donde el mediador debe mirar esencialmente hacia el futuro y las consecuencias de las eventuales soluciones, y debe trabajar para que las partes consigan una solución, independientemente de lo que haya pasado antes. El juez, en cambio, mira mucho hacia el pasado, considerando los hechos que se han producido y, por supuesto, las normas relacionadas con esos hechos; su pronunciamiento atenderá, entonces, al comportamiento previo de las partes. El juez, por lo tanto, no tiene necesidad de ser un, negociador flexible, con capacidad para convencer y buscar soluciones constructivas, como lo hace el mediador. En tal sentido, la diferencia entre la intervención de estos dos tipos de terceros en la resolución de un conflicto hace difícil combinar satisfactoriamente el papel de juez con el papel de mediador. La percepción de las partes y la misma simbología de uno u otro personaje son totalmente distintos. Por ejemplo, un tercero trata primeramente de servir de mediador entre las partes y fracasa, pasa entonces a actuar como juez. O a la inversa, un tercero dicta sentencia en un juicio y luego intenta mediar si observa que su 37 sentencia no es respetada. En ambos casos, la tentativa de utilizar un método pone obstáculos para el funcionamiento del otro; es decir, cuando se utiliza primero la mediación, se debilita la base normativa de un juicio posterior y también podría arriesgarse la confianza en la imparcialidad judicial; y, si se actúa primeramente como juez, se reduce fácilmente la buena disposición de una de las partes para transigir en caso de estar respaldada por una sentencia favorable y la mediación será vista con suspicacia por la otra, que supondrá parcialidad. 38 23 CAPITULO II EL MEDIADOR 2. El mediador El papel del mediador es ayudar a las partes a llegar a un acuerdo mutuamente satisfactorio que ponga fin a un conflicto sin necesidad de acudir a un juez de juicio o árbitro. Por lo tanto, los mediadores deben tener una serie de destrezas que les permitan alcanzar esta meta con personas que están enfadadas, frustradas y a menudo confusas. Los mediadores tienen que hacer uso, además de su propia personalidad, de conocimientos en resolución de conflictos y de una gran capacidad de comunicación. Según Fernández y Mijares (2000) las habilidades que los mediadores deben tener y demostrar son las siguientes: definir y analizar las diferencias de criterio de las partes, identificar intereses respecto de posiciones, generar un clima, muchas veces a través de sus ideas opciones que conduzca la solución del conflicto. Estas destrezas interpersonales requeridas por los mediadores, generan confianza para lograr que las partes se relajen, reducir su comportamiento agresivo al escuchar de forma enfática que permite construir la voluntad de llegar a un acuerdo de allí que, la habilidad de los mediadores y su estilo es diferente, al igual que la complejidad y circunstancias de cada caso. Por todo ello, ninguno de los puntos reflejados en este apartado debe ser tenido como verdad absoluta y sí como guía y ayuda de las características que impulsan el trabajo en la resolución de conflictos, y sobre todo y más importante, en la generación de confianza de las partes con respecto al mediador. 24 Otro aspecto fundamental precisan Highton y Álvarez (1995) es la aceptación y cumplimiento del Código Deontológico. Responsabilidades generales: Los mediadores tienen una obligación hacia las partes, y hacia la profesión de la resolución de litigios. Deben ser honestos e imparciales, actuar de buena fe, ser diligente, y no buscar sus propios intereses a expensas de los de las partes. Los mediadores deben actuar de manera justa en el trato de las partes, carecer de interés personal en los términos del acuerdo, no demostrar parcialidad hacia individuos o instituciones implicadas en el litigio, estar razonablemente disponibles cuando lo solicitan las partes, y asegurarse de que las partes estén informadas sobre el proceso en el que están implicadas. Responsabilidades hacia las partes: Imparcialidad: el mediador será imparcial y sin sesgo y no tendrá un interés personal en los resultados de la mediación ni del litigio fundamental. El mediador debe mantener la imparcialidad hacia todas las partes. La imparcialidad significa ser libre de favoritismo o sesgo mediante palabra o acción, y tener el compromiso de servir a todas las partes en lugar de una sola. El mediador no actuará con o ante ninguna parte de manera fraudulenta, engañosa ni ilegal y no usará su posición para ganar una ventaja injusta para si misma u otra persona. El mediador rechazará cualquier regalo, favor u hospitalidad que de cualquier manera podría interpretarse como una tentativa de ejercer una influencia indebida sobre él. 25 2.1. Características de un mediador eficiente Landsberger (1986) comprobó que las partes en disputa en las negociaciones por problemas obreros, cuando evaluaban los atributos del mediador eficaz, incluían la originalidad de las ideas, un adecuado sentido del humor, la discreción, la capacidad de crear la sensación de que mantienen cierta unidad con los litigantes y de que están interesado en el bienestar de estos, la disposición a comportarse como un promotor enérgico cuando es necesario, el control de sus propios sentimientos, el esfuerzo tenaz y paciente, la capacidad de comprender prontamente la dinámica y los aspectos complejos de una disputa, y ciertos conocimientos específicos del área en que está actuando. Las actividades que le permitan exhibir estas cualidades, generalmente reforzarán la creencia de las partes litigantes en el sentido de que el mediador posee atributos útiles para la resolución del caso. En consecuencia, el mediador eficiente debería poseer relevantes cualidades a fin de poder adoptar conductas adecuadas. Las principales cualidades que se predican del mediador son: Neutralidad: la cualidad más importante de un mediador eficaz es su capacidad de mantener un papel imparcial y neutral en medio de una controversia. La imparcialidad y la neutralidad son esenciales en el proceso de la mediación (Young 1972). Agrega (Moore 1995), la imparcialidad se refiere a la actitud del interventor, y significa una opinión no tendenciosa o la falta de preferencia a favor de algunos de los negociadores. En cambio, la neutralidad alude al comportamiento o la relación entre el interventor y los litigantes. La necesidad de imparcialidad y neutralidad no significa que un mediador no pueda tener opiniones personales acerca del resultado de una disputa. Nadie puede ser 26 completamente imparcial. Lo que la imparcialidad y la neutralidad en efecto significan es que el mediador puede separar sus opiniones de los deseos de los litigantes y concentrarse en los modos de ayudar a las partes a formular sus propias decisiones sin favorecer impropiamente a una de ellas (Moore 1995). En opinión de Fernández y Mijares (2000) el mediador es neutral pero no esta neutralizado. El papel del mediador es el de una persona neutral. El mediador utiliza las destrezas y la estructura de la mediación para ayudar a las partes a comprender el caso y desarrollar un acuerdo. En muchas instancias, el mediador está desempeñando el papel de abogado del diablo y haciendo las preguntas difíciles. En un papel tal, que las apariencias son críticas y el mediador debe ser consciente constantemente de tratar igualmente a todas las partes. Capacidad para abstenerse de proyectar su propio juicio: el rol del mediador es ayudar a que las partes lleguen a un acuerdo cuyos términos sean aceptables para ellas, aun cuando el mediador este en desacuerdo con la razón o con la justicia de la solución. Flexibilidad: debe estimularse la fluidez en las comunicaciones. Inteligencia: las partes buscan un mediador que les facilite el camino de la resolución, con una mentalidad ágil y eficaz. Debe ser capaz de ver las cuestiones en múltiples niveles, de tratar hechos complejos y de analizar los problemas. Paciencia: es importante que el mediador pueda esperar los tiempos necesarios según lo requieran las partes. Empatía: el mediador debe ser capaz de valorar percepciones, medios e historia que cada parte revele en la discusión. La confianza se instala a partir de esta corriente personal. Sensibilidad y respeto: el mediador debe ser respetuoso con las partes y sensible a sus fuertes sentimientos valorativos, incluyendo sexo, raza y diferencias culturales. Asimismo, debe lograr que las partes se respeten. 27 Oyente activo: las partes deben sentir que el mediador ha oído las respectivas presentaciones y dichos. Las parte en conflicto inexorablemente transmitirán cosas al mediador; avisos destinados a que comprendan su situación, pistas o claves respecto de cuales podrán ser las soluciones. Por lo tanto, dicen Wilde y Galbrois (1994) “escuchar lo que las partes quieren decir no es una tarea sencilla; el mediador tendrá que decodificar el mensaje y captar del cúmulo de información que le brindan, aquellos datos que le permitan ayudar al acuerdo” Imaginativo y hábil en recursos: es importante que el mediador tenga capacidad de generar y aportar ideas nuevas. La imaginación para encontrar soluciones a los problemas y lograr ampliar la torta del conflicto es una de las virtudes que forman la caja de herramientas del mediador (Mazt 1996). Enérgico y persuasivo: a través de la conducción del proceso, el mediador debe intervenir eficazmente para lograr la flexibilidad entre las partes aunque debe dirigir la dinámica y controlar la audiencia sin ser autoritario. Objetivo: el mediador será más efectivo si permanece desligado del aspecto emocional de la disputa. Digno de confianza para guardar confidencias: debe guardar confidencialidad y las partes tienen que estar convencidas de que ello será así. Tener sentido del humor: es necesario para aflojar tensiones y crear un clima favorable. Perseverante: cuando las partes llegan lentamente al acuerdo, el mediador debe soportar las espera y la ansiedad que esto provoca. 28 2.2. De los estilos del mediador En opinión de Goldberg y Col (1992), “La intervención de un tercero imparcial que asiste a las partes en la negociación cambia la dinámica de ésta. Para ello, el mediador deberá tratar que las partes lo adopten como herramienta útil en la gestión del conflicto. Para eso, deberá presentarse, mostrarse ante ellas de manera auténtica. Tal como es, aunque por cierto deba cuidar algunos detalles que consideramos técnicos”. El carácter reciente de los desarrollos teóricos sobre la mediación determina que muchas veces se confunden estos aspectos, y se desaprovechen los aportes estilísticos o de la propia personalidad del mediador en aras de buscar lo que se entiende por ortodoxia. En este sentido, Silbey y Ferry (1990), apuntan los siguientes estilos básicos: el estilo negociador y estilo terapéutico. Estilo negociador: en este estilo el objetivo principal de la negociación es alcanzar un acuerdo. Se utiliza un proceso más estructurado y el mediador tiende a obtener mayor control. Utiliza en mayor medida las sesiones privadas, en lugar de fomentar la comunicación directa entre las partes a través de las sesiones conjuntas. En síntesis, se considera pragmáticamente que a las partes les conviene acordar en términos económicos, porque tienen que convenir. El estilo terapéutico: por contraste, en el estilo terapéutico se alienta a las partes a que expresen sus sentimientos y actitudes en la medida posible. El mediador hace valer sus experiencias en el manejo de las relaciones interpersonales y concibe a la mediación como un proceso tendiente a lograr la mutua comprensión por la vía del acuerdo. Hay menos discusión acerca de normas legales que las que se presentan cuando se aplica el estilo negociador. 29 Las alternativas se evalúan a la luz de lo beneficioso que pueda ser el proceso de mediación en si mismo y no tanto en consideración a un posible resultado, el que será el fruto normal de un proceso que tiende a la mutua comprensión 2.3. Reglas básicas que el mediador debe considerar en la resolución de conflictos De acuerdo a Fernández y Mijares (2000) existen unas reglas básicas de la mediación que es importante considerar en la resolución de conflictos: “1. Se tiene que comprender y aceptar que la mediación es voluntaria, no vinculante. 2. El mediador debe estar bien formado en el arte de la mediación. 3. Debe cumplir un estricto código ético y deontológico. 4. Debe infundir confianza y respeto en ambas partes de que es imparcial”. Asimismo, el proceso de la mediación es sencillo, y es esta falta de formalismos lo que le da tantas ventajas a la mediación en comparación con el arbitraje. Igualmente, las partes implicadas en el conflicto deben estar presentes en la mediación y deben estar representadas por una persona con poder para llegar a acuerdos. 2.4. Pasos que debe seguir el mediador en la mediación De acuerdo a Gobbi y Padilla (2000) los pasos son: “1. La sesión conjunta. 2. La Primera reunión privada con el demandante. 3. La Primera reunión privada con el demandado. 4. La Segunda reunión privada con el demandante. 5. La Segunda reunión privada con el demandado. 6. Siguientes reuniones privadas con las partes (Si es necesario). 7. La reunión final”. 30 Agregan los autores citados que la mediación empieza con una sesión conjunta en la que el mediador explica el proceso como parte de su presentación. Después de que haya contestado a cualquier pregunta hecha por las partes, cada parte tiene la oportunidad de describir los hechos del caso y explicar su posición. Estas presentaciones le dan a todo el mundo la oportunidad de escuchar totalmente el caso y de esta forma analizar eficazmente sus riesgos. A continuación, el mediador se reúne en privado con cada parte y trata de ayudarla a llegar a un acuerdo. Estas reuniones son totalmente confidenciales y no se facilitará información a la otra parte a no ser que se acuerde expresamente. Sin embargo, el mediador actuará como abogado del diablo para hacer las preguntas más difíciles sobre los puntos fuertes y débiles del caso. La primera reunión privada con cada parte Después de que cada parte haya hecho su presentación en la sesión conjunta, el mediador se encontrará separadamente con cada una. La mayoría de los cambios de posición que tienen lugar durante una sesión de mediación, y que producen los acuerdos, ocurrirán en las reuniones privadas. Es importante recordar lo siguiente: El mediador: explica las reuniones privadas: Al principio de la primera reunión privada con cada parte el mediador debe explicar de nuevo que se trata de un proceso voluntario él no está allí para dictar decisiones. Explicar que va a hacer preguntas difíciles. Tiene que aclarar que hará lo mismo con ambas partes. Debe reiterar la naturaleza confidencial de las reuniones privadas. En las reuniones privadas, al igual que la sesión conjunta, un objetivo principal es educar a las partes sobre el caso –no se quiere llegar a una cifra- para resolverlo hasta que estén plenamente conscientes de los puntos fuertes, los débiles, los riesgos y los 31 gastos futuros implicados en su caso. Igualmente, una reunión privada proporciona la oportunidad de explorar en detalle lo que es importante para cada parte y cómo querría cada una resolver el caso. Asimismo, el mediador hace las preguntas difíciles, puede hacer frente a las pretensiones poco realistas de una parte. Cuando están implicados consejeros legales, una pregunta excelente es: ¿cuál es el peor resultado que podría ocurrir?, esto les da la oportunidad de explicar los riesgos al cliente. En relación con los comentarios ofrecidos anteriormente hay que tener en cuenta que las partes están acostumbradas al sistema adversarial y su enfoque a menudo será tratar de convencer al mediador de la justicia de su posición. Hay que recordarles que no logran nada convenciendo al mediador. Todas las partes deben hacer una evaluación objetiva del caso para que el proceso de la mediación pueda ayudarles a encontrar una posición común con la que puedan llegar a un acuerdo. Necesitan buscar una posición acordada con la que puedan vivir y que sea aceptada por el otro lado. Si se aferran a su mejor resultado en cualquier tema que se esté discutiendo, o en el propio resultado del litigio, es poco probable que se llegue a una solución. Es fundamental que analicen sus riesgos -¿qué probabilidades tengo de conseguir todo lo que pido? Quizás el aspecto más importante de la reunión privada es la capacidad de cada parte de sacar a relucir aspectos poco conocidos y confidenciales que ayudarán a resolver el conflicto con la ayuda del mediador. Esto se hace con la condición de que no será revelado a no ser que, después de una reunión privada con el otro lado se valore la posibilidad de acuerdo. Esto permite a las partes hacer su mejor oferta para llegar a un acuerdo; también le da al mediador la oportunidad de ver la diferencia que separa realmente ambas partes. 32 Al final de cada reunión privada, el mediador debe asegurarse de repasar lo que puede y lo que no puede revelar a la otra parte. Esto incluye no sólo las cifras exactas ofrecidas, sino también si una parte ha movido o cambiado su posición sobre cualquier tema. Esto es fácil decir en la teoría, pero más difícil de lograr en la práctica. Lo que requiere es que el mediador planifique qué necesita para la próxima reunión privada con la otra parte, y consiga permiso para revelarla. Segunda y posteriores reuniones privadas No es raro dicen Gobbi y Padilla (2000) tener una serie de reuniones privadas con cada parte. Por eso hay que considerar lo siguiente: Hemos comprobado que la gente no empieza realmente a cambiar su posición hasta la segunda reunión privada. El punto anterior subraya la estrategia de no tratar de llegar demasiado pronto a la cifra clave de una parte. Hay que dibujar un esquema del acuerdo para las partes. Es importante demostrar los beneficios del acuerdo. Hay que enseñarles todas las desventajas de no llegar a un acuerdo Educando a las partes Definir los temas de discusión No todos los temas necesitan resolverse Prueba de la realidad (expectativas demasiado altas) Proporcionar una justificación para cada cambio de posición Explorar soluciones creativas En estas reuniones es importante que el mediador desarrolle una buena relación con las partes: Con una conversación amena 33 Haciendo hincapié en la confidencialidad Preguntando a las partes como evalúan su caso, haciendo que explique sus cifras. Preguntando a las partes los puntos fuertes y débiles de su caso. Utilizando elogios para ganar su confianza Haciendo hincapié en cualquier área de acuerdo No forzando demasiado en la primera reunión privada -estableciendo la relación de confianza Vendiendo la idea de acuerdo y conciliación Si después de analizar plenamente el caso con ambas partes en reuniones privadas, están muy cerca de llegar a un acuerdo, pero no han llegado. Existe una serie de estrategias que puede usar el mediador. Partir la diferencia Última/Mejor oferta El acuerdo Una vez que se haya llegado a un acuerdo, debe reunir a todas las partes para anunciar el acuerdo, y luego dejarles formular su propio acuerdo por escrito. Puede suceder que no se llegue al acuerdo por un empecinamiento en las posturas de las partes, hay algunas ayudas que permiten reconducir esta situación: Hacer sugerencia adicionales y sacar ideas nuevas Crear dudas en la mente de las partes acerca de sus propias posiciones Hacer preguntas hipotéticas. Hacer que cada parte justifique su posición y responda a los argumentos de la otra. Pedir a las partes que reconsideren el problema 34 Sugerir que las partes traten de elaborar una solución La sección final Haya habido acuerdo o no, el mediador siempre debe reunir a las partes alrededor de la mesa y agradecerles su tentativa de llegar a un acuerdo. Esto deja la mediación en una nota positiva aunque no haya habido acuerdo. Si lograron un acuerdo, felicita a todos por lo que han alcanzado. 2.5. La función del abogado en el proceso de mediación De acuerdo a Highton, E y Álvarez, G (1995), “la tarea fundamental del abogado es representar intereses, defender de palabra o por escrito los derechos de sus clientes y obtener resultados”. El sistema adversarial presupone que la manera más eficiente y justa para determinar la verdad es presentando el caso de la forma más consistente posible ante un juez imparcial. De allí que, como es sabido, los abogados están acostumbrado a seleccionar y presentar de manera lógica los hechos relevantes que configuran el caso y argumentar jurídicamente a favor de la posición del cliente. Dado que en la mediación, por lo general, el cliente tiene una participación más directa, es preciso que el abogado lo prepare, análogamente a lo que se hace antes de las audiencias judiciales, pero de manera mucho más intensa. El cliente tendrá así un conocimiento completo y continuo de la marcha de la negociación y podrá controlar el proceso como el resultado. La función que cumplen los abogados en el proceso de la mediación es de vital importancia para la seguridad y funcionamiento del instituto de la mediación, debido a que los mismos informan y asesoran a sus clientes acerca de las ventajas y desventajas de participar en un proceso de mediación. Como primer paso, el abogado deberá informar de manera detallada a su cliente, en que consiste el proceso de mediación, ya que en el país es un método alternativo de 35 conflictos relativamente nuevo y son muchas las personas que hasta el día de hoy conocen poco o nada acerca de este novedoso sistema de resolución de disputas. Luego de que las partes hayan tomado conocimiento acerca de qué es y cómo funciona el proceso de mediación, sus abogados tendrán que analizar el caso en particular para saber realmente si es aconsejable o no que sus clientes participen de la mediación o si bien resulta más apropiado recurrir a otros métodos para resolver definitivamente el conflicto existente. Lo importante es que el cliente este siempre informado y por sobre todo sea él, quien decida qué camino desea elegir para resolver la controversia existente. Asimismo, cuando los abogados comprendan adecuadamente el instituto de la mediación podrán facilitar el proceso y en consecuencia aumentar la probabilidad de lograr un acuerdo beneficioso para todas las partes intervinientes. En la mayoría de los casos, la presencia activa de los abogados en las mediaciones es de gran ayuda para las partes, debido a que muchas veces estas no cuentan con técnicas de negociación, reduciendo las consecuencias de riesgos futuros, pudiendo lograr resultados beneficiosos para ambas partes. Por otro lado, también debe tenerse en cuenta que el exceso de participación activa de los abogados en las sesiones de mediación puede disminuir la participación esencial de las partes. Por ello en dichos casos el abogado deberá cumplir con un rol limitado, es decir, asesorando solamente a las partes, dejando que ellas mismas tomen las decisiones que a su juicio resulten ser más apropiadas. También son las partes las que deben decidir el grado de participación de sus abogados en las audiencias de la mediación, pues en algunos casos las partes desean que el rol protagónico lo mantenga su abogado y no ellas mismas. Igualmente, resulta importante que el abogado mantenga una comunicación real, directa y efectiva con su cliente, contando con el tiempo suficiente para poder discutir y debatir la totalidad de los temas tratados o a tratar durante las audiencias. 36 Es decir, que la parte debe sentirse totalmente a gusto con su abogado, debiendo siempre confiar en él, contando con la libertad plena de poder evacuar sus dudas y temores, haciendo las consultas que sean necesarias para poder estar totalmente seguras que la decisión a tomarse resultará ser la más apropiada según el asesoramiento legal recibido y por sobre todo según sus propias convicciones personales. No hay que olvidar, que la mediación es un procedimiento no adversarial, pacífico y cooperativo de resolución de conflictos. Su propósito es lograr un acuerdo rápido y sin los costos en tiempo, dinero y esfuerzo que llevaría un proceso judicial. Es una instancia voluntaria a la que se puede acudir sólo o con sus abogados. El objetivo es impulsar un acercamiento entre las personas envueltas en un conflicto, ayudarlas a clarificar e identificar los intereses, y a que desemboquen en un acuerdo satisfactorio sin necesidad de recurrir a los tribunales de justicia. En Venezuela la mediación es intrajudicial, es la primera fase de la primera instancia y tiene una duración de cuatro meses. 2.6. El mediador y el juez Es claro que juez, y mediador tienen en común la imparcialidad; sin embargo, el juez se distingue del mediador en que su actividad se despliega más bien en el nivel normativo y no en el plano de los intereses de las partes. Su función esencial no reside en reconciliar las partes, sino en alcanzar una decisión sobre cuál de ellas está en lo justo. Esto conduce a varias diferencias importantes donde el mediador debe mirar esencialmente hacia el futuro y las consecuencias de las eventuales soluciones, y debe trabajar para que las partes consigan una solución, independientemente de lo que haya pasado antes. El juez, en cambio, mira mucho hacia el pasado, considerando los hechos que se han producido y, por supuesto, las normas relacionadas con esos hechos; su pronunciamiento atenderá, entonces, al comportamiento previo de las partes. El juez, 37 por lo tanto, no tiene necesidad de ser un negociador flexible, con capacidad para convencer y buscar soluciones constructivas, como lo hace el mediador. En tal sentido, la diferencia entre la intervención de estos dos tipos de terceros en la resolución de un conflicto hace difícil combinar satisfactoriamente el papel de juez con el papel de mediador. La percepción de las partes y la misma simbología de uno u otro personaje son totalmente distintos. Por ejemplo, un tercero trata primeramente de servir de mediador entre las partes y fracasa, pasa entonces a actuar como juez. O a la inversa, un tercero dicta sentencia en un juicio y luego intenta mediar si observa que su sentencia no es respetada. En ambos casos, la tentativa de utilizar un método pone obstáculos para el funcionamiento del otro; es decir, cuando se utiliza primero la mediación, se debilita la base normativa de un juicio posterior y también podría arriesgarse la confianza en la imparcialidad judicial; y, si se actúa primeramente como juez, se reduce fácilmente la buena disposición de una de las partes para transigir en caso de estar respaldada por una sentencia favorable y la mediación será vista con suspicacia por la otra, que supondrá parcialidad. 2.7. Los equipos multidisciplinarios Si hay un elemento que caracteriza a los Tribunales de Protección del Niño y del Adolescente es la existencia de los equipos multidisciplinarios. Es imposible pensar que estos órganos jurisdiccionales puedan dictar decisiones de calidad y brindar un servicio adecuado, sin el apoyo interdisciplinario de estos profesionales. De manera que, los equipos multidisciplinarios forman parte intrínseca de los tribunales especializados a que hace referencia el artículo 78 de la Constitución y, por ello, constituyen un requisito imprescindible para garantizar en la práctica el derecho a la tutela judicial efectiva de los niños, niñas y adolescentes. Inclusive, podríamos llegar a afirmar que integran un requisito esencial del derecho al debido proceso en esta 38 materia especializada. Esta es la verdadera importancia que tienen y, por ello, es necesario definir con claridad el concepto de los equipos multidisciplinarios, esto es, qué son, cuál es su papel dentro de la función jurisdiccional y cómo están integrados, asuntos que no fueron regulados con precisión en la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente. Sin embargo, ha quedado claramente expresado en el artículo 2 de la Resolución Nº 76 sobre la organización y funcionamiento de los equipos multidisciplinarios de los Tribunales de Protección del Niño y del Adolescente, el cual expresa: El Equipo Multidisciplinario es un órgano que contribuye en el ejercicio de la función jurisdiccional como servicios auxiliares independientes e imparciales del Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente, para prevenir y/o restituir la violación de los derechos humanos y garantías de los niños, niñas y adolescentes, mediante la intervención profesional especializada integral, considerando los principios de la Doctrina de la Protección Integral, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Convención sobre los Derechos del Niño. El Equipo Multidisciplinario está integrado por profesionales de la medicina psiquiátrica, de la psicología, del trabajo social, del derecho y, en las zonas en que sea necesario, de expertos interculturales bilingües en idiomas indígenas, para brindar experticia bio-psicosocial-legal al Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente de forma colegiada e interdisciplinaria. Esta norma es clara y precisa; sin embargo, se debe destacar que los equipos multidisciplinarios son concebidos como un órgano del Tribunal de Protección, que interviene en el ejercicio de la función jurisdiccional junto al juez o jueza, para la protección integral de los niños, niñas y adolescentes. Su participación en esta misión se hace como un servicio auxiliar de la Justicia, con plena autonomía e imparcialidad, es decir, con absoluta independencia y sujeción únicamente a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico. 39 Por lo tanto, las relaciones entre los jueces y juezas y los integrantes de los equipos multidisciplinarios son de estricta cooperación y colaboración, mas no de subordinación y dependencia. Si esto no se tiene lo suficientemente claro, el peritaje legal y las demás funciones de los equipos multidisciplinarios serán empañadas por injerencias indebidas o desviaciones injustificables. Por otra parte, para fortalecer los equipos multidisciplinarios de los Tribunales de Protección se les ha empezado a dotar del espacio físico y de los recursos materiales que requieren para ejercer sus atribuciones con calidad y eficiencia. Desde esta perspectiva, lo primero que se ha logrado es incorporar institucionalmente a los equipos multidisciplinarios dentro del diseño de los nuevos circuitos de los Tribunales de Protección, tal como lo establece la Resolución 69 sobre los circuitos judiciales en materia de protección del niño y del adolescente. Esto ha permitido que, por un mandato normativo, dentro del diseño de las nuevas sedes y remodelaciones de los tribunales se estén incorporando los espacios necesarios para el trabajo de estos equipos; oficinas privadas individuales, salas de reuniones para sus integrantes y lugares dirigidos a las relaciones que deben sostener con los usuarios y usuarias del servicio. 40 CAPÍTULO III LA MEDIACIÓN EN LA NUEVA LEY ORGÁNICA PARA LA PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES El tema de los medios alternos de resolución de conflictos dentro de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, es un área del Derecho de Familia relativamente novedosa, producto del cuestionamiento al modelo adversativo de adjudicación y la necesidad de revisarlo y complementarlo con otros procesos más rápidos, económicos y ajustados a la naturaleza de las controversias en el mundo actual. A este respecto, en la exposición de motivos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se señala que: “...se incorporan al sistema de justicia, los medios alternos para la resolución de controversias, tales como el arbitraje, la mediación y la conciliación, todo ello con el objeto de que el Estado los fomente y promueva sin perjuicio de las actividades que en tal sentido puedan desarrollar las academias, universidades, cámaras de comercio y la sociedad civil en general. La ley promoverá el arbitraje, la conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la solución de conflictos” En este sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de 1999 estableció la disposición contenida en el artículo 258 “…la ley promoverá el arbitraje, la conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la solución de conflictos”. Incorporando así al derecho venezolano los medios alternativos para la solución de conflictos. 41 Posteriormente, el 07 de diciembre de 2007 fue promulgada la Ley Orgánica para la Protección de Niñas, Niñas y Adolescentes, publicada en Gaceta Oficial extraordinaria de la República Nº 5.859 el 10 de diciembre del 2007, mediante la cual se regula lo concerniente a garantizar a todos los niños, niñas y adolescentes, que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y el disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías, a través de la protección integral que el Estado, la sociedad y las familias deben brindarles desde el momento de su concepción. En general, el legislador venezolano incluyó, en el procedimiento ordinario judicial (ordinarios, no contencioso y las homologaciones judiciales) una fase de mediación a los fines de dar a las partes la oportunidad de resolver su conflicto participando activamente en la búsqueda de acuerdos. De tal manera que, en el capítulo IV., denominado Procedimiento Ordinario, Sección Primera Disposiciones Generales, artículo 450, al consagrar los principios rectores de la normativa procesal, incluye en el literal e) a los medios alternativos de solución estableciendo: “La normativa procesal en materia de protección de niños, niñas y adolescentes tiene como principios rectores, entre otros, los siguientes: “…e) Medios Alternativos de Solución de Conflictos. El juez o jueza debe promover, a lo largo del proceso, la posibilidad de utilizar los medios alternativos de solución de conflictos, tales como la mediación, salvo en aquellas materias cuya naturaleza no la permita o se encuentre expresamente prohibida por la ley…”. Este planteamiento, en la parte adjetiva de la ley viene dado por la preeminencia que se le ha dado a los procesos alternativos de resolución de conflictos especialmente la mediación, como herramienta básica para la resolución de los conflictos en el ámbito familiar. 42 Otros principios conexos con la mediación son los contenidos en los literales a y g: ”…a) Oralidad. El juicio es oral y sólo se admiten las formas escritas previstas en esta ley…” “…g) Simplificación. Los actos procesales son breves y sencillos, sin ritualismos ni formalismos innecesarios…”. En efecto, la mediación es un proceso oral en el cual las partes con ayuda del mediador van a encontrase para discutir sobre los puntos específicos de la controversia, desarrollar las opciones posibles y considerar las alternativas para poder llegar a un acuerdo; todo este desarrollo es verbal siendo solamente el acuerdo el que se hará por escrito. Por otra parte, la mediación por su carácter flexible y por la sencillez del lenguaje que utilizan las partes en el manejo de su conflicto, se corresponde plenamente con el principio de la simplificación. 3. De la Demanda y la Notificación artículo 456 La demanda puede ser presentada en forma oral o escrita, con o sin la asistencia de abogado o abogada. En caso de presentarse en forma oral, la demanda será reducida a un acta sucinta que comprende los elementos esenciales. La parte actora debe presentar conjuntamente con la demanda los instrumentos fundamentales, esto es, aquellos de los cuales se derive inmediatamente el derecho deducido. 3.1. Artículo 457 de la Admisión de la Demanda Presentada la demanda, el juez o jueza debe admitir la misma si no fuera contraria al orden público, a la moral pública o a alguna disposición expresa del ordenamiento jurídico. Luego de admitirla, ejercerá el despacho saneador, si fuere el 43 caso, ordenando la corrección mediante auto motivado e indicando el plazo para ello que, en ningún caso, excederá de cinco días. En el auto de admisión debe ordenar la notificación de la parte demanda a fin de que comparezca ante el tribunal. Dentro de los dos días siguientes a que conste en autos su notificación, el Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes fijará mediante auto expreso, día y hora para que tenga lugar la audiencia preliminar, dentro de un plazo no menor de cinco días ni mayor de diez días. Adicionalmente, el juez o jueza podrá disponer todas aquellas diligencias preliminares, medidas preventivas o decretos de sustanciación que considere convenientes, a petición de parte o de oficio, teniendo siempre en cuenta la especialidad de la materia, los principios rectores de la misma y fundamentalmente el interés superior. 3.2. Artículo 458 Notificación por Boleta Admitida la demanda, se ordena la notificación de la parte demanda mediante boleta, a la cual se adjuntará copia certificada de la demanda, con indicación de la oportunidad para que comparezca ante el Tribunal a los fines de conocer la oportunidad fijada para el inicio de la fase de mediación de la audiencia preliminar. 3.3. Artículo 459. Notificación Electrónica El Tribunal también puede practicar la notificación de la parte demandada por los medios electrónicos de los cuales disponga, siempre y cuando éstos estén adscritos al Tribunal o al Poder Judicial. A efectos de la certificación de la notificación, se debe proceder de conformidad con lo dispuesto en la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas y su Reglamento en todo en cuanto le sea aplicable, atendiendo siempre a los principios procesales de esta Ley. 44 3.4. Notificación por Fijación de Cartel y por Correo (artículo 460). Notificación por Publicación de Cartel o Edicto (artículo 461). Si la notificación por boleta o por medio electrónico no fuere posible y la parte demanda fuere una persona jurídica, la parte demanda puede solicitar, a su elección, la notificación por fijación de cartel o correo. Ahora bien, si la notificación por boleta o por medio electrónico no fuere posible, de requerirse cartel o edicto, bastará, en caso de encontrase en el país o fuera de él, una sola publicación en un diario de circulación nacional o local. Además, la parte demanda o su representante puede darse por notificada personalmente, mediante diligencia suscrita ante el secretario o secretaria. Sin embargo, siempre que resulte de autos que la parte o su apoderado o apoderada, antes de la notificación, ha realizado alguna diligencia en el proceso o ha estado presente en algún acto del mismo, se entiende notificada desde entonces, sin más formalidad (artículo 462). Posteriormente de la admisión de la demanda debe notificarse al Ministerio Público sólo en los casos previstos expresamente en la Ley (artículo 463). De la misma manera, en la primera oportunidad en que se hagan presentes en autos, las partes deben señalar el lugar donde se le remitirá aquellas notificaciones que excepcionalmente prevé la ley y, si no lo hicieren, se tendrán por notificadas después de veinticuatro horas de dictadas las decisiones (artículo 464). 4. La mediación en la audiencia preliminar Acertadamente en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes la fase de mediación se ubica al inicio del procedimiento, es decir, el primer contacto de las partes con el tribunal es para los encuentros dirigidos a procurar acuerdos que pongan fin a sus disputas. Conforme al artículo 467 de la ley 45 “…Una vez notificado el demandado o la demandada, o el último de ellos, si fueran varios, el secretario o secretaria dejará constancia en el expediente y a partir del día siguiente comenzará a correr el lapso de dos días dentro del cual el Tribunal de Protección de Niños, Niñas y adolescentes fijará día y hora para que tengan lugar la audiencia preliminar, dentro de un plazo no menor de cinco días ni mayor de diez días…”. Como se observa, la mediación está incluida al inicio de la solicitud puesto que aún no ha ocurrido la contestación a la demanda y por lo tanto, todavía no se han expuestos los alegatos controversiales propios de todo juicio que, sin duda alguna, perturbarían cualquier intento de acercamiento y comunicación entre las partes. En términos generales, “…A la hora y día señalados por el Tribunal de Protección debe tener lugar la audiencia preliminar, previo anuncio de la misma. La audiencia preliminar consta de la fase de mediación y la fase de sustanciación…”. Según establece el artículo 468. 4.1. Características de la mediación judicial. El artículo 469 indica las formalidades de la mediación intra-judicial, éstas son: “La fase de mediación de la audiencia preliminar es privada, con la asistencia obligatoria de las partes o de sus apoderados y apoderadas. En los procedimientos relativos a responsabilidad de crianza, obligación de manutención y régimen de convivencia familiar será obligatoria la presencia personal de las partes. En esta fase las partes podrán acudir sin la asistencia o representación de abogado o abogada. Si una de ellas cuenta con asistencia o representación de abogado o abogada y a la otra no, se le informará a esta última de su derecho a contar con asistencia o representación jurídica gratuita y, en caso de ser solicitada, se suspenderá la audiencia preliminar y el juez o 46 jueza debe designar un profesional que asuma la defensa técnica a los fines de continuar el proceso. En todos los casos, el juez o jueza de mediación y sustanciación debe oír la opinión del niño, niña o adolescente, pudiendo hacerlo en privado de resultar más conveniente a su situación personal y desarrollo. La fase de mediación de la audiencia preliminar no puede exceder de un mes, salvo acuerdo expreso entre las partes. Las partes no quedan afectadas de modo alguno por su conducta o señalamientos realizados durante la mediación…”. Como una excepción al procedimiento ordinario, el cual es público, la fase de mediación es privada y se le garantiza a las partes, la confidencialidad de lo tratado. Si efectivamente la finalidad de la mediación es que las partes recuperen la comunicación, atiendan sus necesidades e intereses y busquen ellos mismos alternativas de solución a sus dispuestas, esto no puede lograrse sino en un marco de privacidad. Por otra parte, los temas y proposiciones que se discutan en los encuentros de mediación no podrán ser utilizados como pruebas más tarde, durante la audiencia de juicio, si fuere el caso. Por otra parte, la obligatoriedad de asistir a la fase de mediación, tal como si fuese un emplazamiento para contestar la demanda, se manifiesta en las consecuencias que acarrea la inasistencia de las partes. 4.2. Desarrollo de la mediación judicial En un proceso de mediación se pueden distinguir tres etapas, las cuales han sido claramente señaladas en el artículo 470 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, Tramitación de la Fase de Mediación La fase inicial Dice el artículo 470. 47 “…Al inicio de la audiencia preliminar, el juez o jueza de mediación y sustanciación debe explicar a las partes en qué consiste la mediación su finalidad y conveniencia. La fase de mediación puede desarrollarse en sesiones previamente fijadas de común acuerdo entre las partes o cuando ello fuere imposible por el juez o jueza…”. La fase inicial consiste en proporcionar a los participantes una estructura de confianza y de cooperación y esto no se logra sino a través de una información sencilla y clara del proceso de mediación que va a adelantarse. Se debe insistir, que la mediación como fórmula pacífica de resolución de conflictos ni se conoce ni tiene penetración en nuestra ciudadanía donde más bien, la cultura que prevalece es netamente adversarial, o expresado de otra forma, acudir a una instancia pública para dirimir un conflicto familiar solamente admite la confrontación. El mediador, además de informar sobre lo que es la mediación y su finalidad, debe señalar las ventajas de lograr acuerdos por esta vía, el papel que él desempeñará como mediador, las reglas de juego a seguirse, tales como, el trato respetuoso, la posibilidad de retirarse de la mediación si así lo desean, el número, fechas y hora de las sesiones, la duración de cada sesión. Este abordaje del mediador, además de brindar confianza a los participantes, debe facilitar la cooperación y participación activa de ellos en el proceso. Fase intermedia: Continúa el artículo 470. “...El juez o jueza tiene la mayor autonomía en la dirección y desarrollo de la mediación, debiendo actuar con imparcialidad y confidencialidad. En tal sentido, podrá entrevistarse de forma conjunta o separada con las partes o sus apoderados o apoderadas, con o sin la presencia de sus abogados o abogadas. Asimismo, podrá solicitar los servicios auxiliares del 48 equipo multidisciplinario del Tribunal para el mejor desarrollo de la mediación…”. La fase intermedia es la medular del proceso, es donde el mediador hará gala de sus habilidades como facilitador de la comunicación y de sus conocimientos en la técnica de la mediación. Su actuación estará dirigida por la imparcialidad, pero sin olvidar el principio del interés superior del niño y por la confidencialidad. La actuación del mediador frente a los participantes es de suma importancia en el éxito de esta etapa; su experiencia de vida, su capacidad para establecer buena relación con las personas, tener una buena formación en las destrezas de la mediación y cuanto mayor experiencia tenga en su práctica lo convertirán en un mediador exitoso. En el desarrollo de la fase intermedia el mediador, de acuerdo a la densidad del conflicto, tendrá la posibilidad de reunir a las dos partes cara a cara para la discusión, pero también podrá servirse de una aproximación puente, que va y viene, encontrándose separadamente con ellas para caso de aquellos participantes que no toleran la presencia del otro; estos encuentros por separados resultan interesantes porque cada uno puede explicar su punto de vista sin interrupciones ni confrontación directa con la otra parte. También el juez (a) mediador puede solicitar la colaboración del órgano auxiliar del Tribunal de Protección como son los equipos multidisciplinarios y desarrollar así una co-mediación interdisciplinaria. Fase final Continúa el artículo 470 señalando. “... La mediación puede concluir con un acuerdo total o parcial que homologará el juez o jueza de mediación y sustanciación., 49 el cual se debe reducir en un acta y tendrá efecto de sentencia firme ejecutoriada…”. La fase final que consiste básicamente en la redacción del acuerdo total o parcial a que hayan llegado las partes, debe ser rigurosamente redactado atendiendo a indicaciones que faciliten su cumplimiento y, de ser el caso, su ejecución forzosa. Tal como lo indica la norma, es posible que queden asuntos sobre los cuales las partes no logren avenirse, en este caso el acta de mediación, contendrá solamente, los acuerdos logrados, pudiendo continuarse el procedimiento con los aspectos pendientes, es decir, sustanciación y audiencia de juicio, para lo cual el juez(a) también levantará un acta señalando los puntos sobre los cuales no hubo acuerdo. El acta que contenga el o los acuerdos logrados debe contener: lugar y fecha, la identificación completa de todos los participantes en el proceso de mediación, la naturaleza del asunto sobre el cual versa el acuerdo, una relación suscinta de lo acontecido en el proceso, todos y cada uno de los acuerdos logrados señalados con precisión, también puede contener aspectos no señalados en la demanda pero que fueron objeto de discusión en la fase de mediación y que ameritaron un acuerdo y finalmente, la firma de los participantes y del mediador. El acuerdo o los acuerdos vaciado(s) en el acta levantada, lo homologará el juez(a) de mediación y tendrá efectos de sentencia firme y ejecutoriada. 4.3. Obligatoriedad de la mediación judicial y efectos de la no comparencia de las partes Contrariamente a la característica de la mediación, cual es, la voluntariedad de los participantes a someterse a ella, voluntariedad que se refiere tanto al proceso en sí mismo como a la persona del mediador, la ley le da carácter obligatorio a la mediación judicial. La razón fundamental de ello viene dada por la práctica que se ha tenido desde 50 el año 2000 en las Defensorías del Niño y del Adolescente donde su carácter voluntario ha permitido que la parte evasiva del conflicto no acepte la discusión mediadora lo que, en cierta forma, llevaría al fracaso de tratar de enfocar siempre los conflictos familiares a través de la discusión y el diálogo. Es probable que la cultura de la confrontación que impera en la ciudadanía como la única forma de resolver sus conflictos, dificulte que las partes espontáneamente se permitan ensayar una fórmula pacífica como es la mediación, y sea necesario, mientras se combate dicha cultura, obligarlas a someterse a la mediación. La obligatoriedad de asistir a la fase de mediación, tal como si fuese un emplazamiento para contestar una demanda, se manifiesta en las consecuencias que acarrea la inasistencia de las partes. En efecto, dispone el artículo 472 las sanciones que se darían a cada una de ellas por no acudir a la fase de mediación: Artículo 472 No Comparencia a la Mediación de la Audiencia Preliminar “Si la parte demandante no comparece personalmente o mediante apoderado o apoderada sin causa justificada a la fase de mediación de la audiencia preliminar se considerara desistido el procedimiento, terminado el proceso mediante sentencia oral que se reducirá en un acta y debe publicarse en el mismo día. Este desistimiento extingue la instancia, pero la parte demandante no podrá volver a presentar su demanda antes que transcurra un mes. Si la parte demandada no comparece sin causa justificada a la fase de mediación de la audiencia preliminar, se presumen como ciertos hasta prueba en contrario, los hechos alegados por la parte demandante, excepto en aquellas materia en la cuales no procede la confesión ficta por su naturaleza o por previsión de la ley, dándose por concluida la fase de la mediación de la audiencia preliminar dejándose constancia de ello en un acta…”. 51 En efecto, dispone el artículo 472 las sanciones que se darían a cada una de ellas por no acudir a la fase de mediación. Cabe destacarse que se establece que la inasistencia sea sin causa justificada, por lo que el demandante tendría la posibilidad de demostrar la razón de su inasistencia en la espera de que no se le aplique la sanción de extinción. Ahora bien, si no asiste el demandado a la fase de mediación la sanción es presumir como ciertos los hechos alegados por el demandante hasta prueba en contrario, salvo en materia en las cuales por su naturaleza, no procede la confesión ficta, concluyendo así la fase de mediación y se pasaría entonces a la sustanciación. De manera que, dando respuesta al primer objetivo planteado en esta investigación, se tiene que la situación concreta de la falta de comparencia del demandado a la fase mediadora de la audiencia preliminar, no paraliza la causa. Ahora bien, es importante señalar que, en la fase de sustanciación de la audiencia preliminar es la única oportunidad procesal para que las partes presenten sus observaciones sobre las cuestiones formales, referidas o no a los presupuestos del proceso, que tengan vinculación con la existencia y validez de la relación jurídica procesal. Las observaciones de las partes deberán comprender todos los vicios o situaciones que pudieran existir, so pena de no poder hacerlos valer posteriormente, y el juez o jueza deberá decidir en la misma audiencia todo lo conducente. Asimismo, en esta fase de la audiencia preliminar el juez o jueza revisará con las partes los medios de prueba y decidirá cuáles medios de prueba requieren ser materializados para demostrar sus respectivas alegaciones, pudiendo verificar la idoneidad cualitativa y/o cuantitativa de los mismos, a fin de evitar su sobreabundancia 52 y asegurar la eficacia respecto del objeto de la controversia o la necesidad de que sean promovidos otros. En tal sentido, ordenará la preparación de los medios de prueba que requieren materialización previa a la audiencia de juicio, convocando a las partes para los actos que se señalen. Si la parte demandante o la parte demandada no comparecen sin causa justificada a la fase de sustanciación de la audiencia preliminar se continuará con ésta hasta cumplir con su finalidad. En caso de que ambas partes no comparezcan se terminará el proceso mediante sentencia oral. Sin embargo, se continuará con la audiencia preliminar en los procedimientos en que el juez o jueza debe impulsarlo de oficio para proteger los derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes o, en aquellos casos en los cuales a su criterio existan elementos de convicción suficientes para proseguirlo. En respuesta al segundo objetivo, se evidencia en este estudio que, la fase inicial de mediación de la audiencia preliminar la preside y dirige el juez o jueza de mediación y sustanciación. De manera que, por lo menos en los primeros tiempos del nuevo proceso de mediación el juez o jueza mediador deben ser particularmente pedagogos al interactuar con las partes, en la forma de presentar este mecanismo novedoso para resolver los conflictos familiares. La inmediación del juez quien tiene un contacto directo y permanente con el conflicto, permite disponer de la autonomía de las partes en la resolución del conflicto, un concepto nacido de la propia esencia el Derecho de Familia, que la ley adjetiva está encargada de regular. En relación con el tercer objetivo, se puede observar, que adicionalmente, se establece que los equipos multidisciplinarios son órganos del tribunal que le prestan servicios auxiliares de carácter independiente e imparcial, para brindar al 53 ejercicio de la función jurisdiccional experticia bio-psico-social-legal de forma colegiada e interdisciplinaria. También, se prevé que estos equipos estarán integrados por profesionales de la medicina psiquiátrica, de la psicología, del trabajo social, del derecho y, en las zonas en que sea necesario, de expertos interculturales bilingües en idiomas indígenas. Lo más importante es que se precisa las atribuciones de los equipos multidisciplinarios de forma expresa, delimitando el contenido y alcance de sus competencias y distingue los equipos multidisciplinarios del tribunal de protección de los pertenecientes a las Secciones de Adolescentes de los tribunales penales. Otro aspecto significativo, es el papel del mediador en ayudar a la partes a llegar a un acuerdo mutuamente satisfactorio que ponga fin a un conflicto sin necesidad de acudir a un juez de juicio. Por lo tanto los mediadores deben tener una serie de destrezas que les permitan alcanzar esta meta con personas que están enfadadas, frustradas y a menudo confusas. Los mediadores tienen que hacer uso, además de su propia personalidad, de conocimientos en resolución de conflictos y de una gran capacidad de comunicación. En último término, la habilidad de los mediadores y su estilo es diferente, al igual que la complejidad y circunstancias de cada caso. Por todo ello, ninguno de los puntos reflejados en este investigación debe ser tenido como verdad absoluta y sí como guía y ayuda de las características que impulsan el trabajo en la resolución de conflictos, y sobre todo y más importante, en la generación de confianza de las partes con respecto al mediador. Por ello, es importante señalar que el proceso de resolución pertenece a las partes. El mediador no tiene ningún interés personal en los términos del acuerdo, pero debe velar para que los acuerdos en los que ha participado no cuestionen la integridad 54 del proceso. El mediador tiene la responsabilidad de ver que las partes consideren cuidadosamente los términos de su acuerdo. Si el mediador está preocupado por las consecuencias posibles de un acuerdo propuesto debe comunicar su preocupación a las partes. 55 CONCLUSIONES Resulta interesante advertir, como la mediación, en muchas partes del mundo, tiene una larga historia en la esfera diplomática. En el aspecto jurídico, el interés por la mediación ha aumentado considerablemente en los últimos años. Este mayor interés se atribuye en parte a la insatisfacción con las costas, los retrasos y la duración excesiva de los litigios en ciertas jurisdicciones. Sin embargo, el aumento de interés resulta también de las ventajas de la mediación, particularmente de su atractivo como procedimiento que ofrece a las partes el pleno control del procedimiento a que se somete su controversia y del resultado de ese procedimiento. También, se evidencia en los resultados de esta investigación, que resalta la importancia el hecho que una de las dudas que más frecuentemente se asoma cuando se analiza el perfil ideal del mediador, es si estas cualidades son innatas o si es posible adquirirlas mediante una adecuada capacitación. Algunos tienen dones innatos de liderazgo y vocación de ayuda al prójimo, y a ellos recurren los demás espontáneamente en busca de apoyo o auxilio. No obstante, las preguntas que debe hacerse es si con eso es suficiente, si basta con tener esas dotes para ser un mediador eficaz, y si es posible mejorar estas inclinaciones a través de la capacitación. Por otro lado, en Venezuela la mediación esta dando paso a un nuevo rol profesional, que exige una formación adecuada, un sustento teórico, pero principalmente una práctica a través de curso y talleres especialmente diseñados para dotar a los futuros mediadores de las herramientas indispensables para cumplir su tarea de pacificación social. 56 En el caso de los abogados, este entrenamiento reviste particular importancia. Por cuanto, en la formación académica como en el ejercicio de la práctica profesional; los abogados son especialistas preparados para litigar y sólo prestan atención a la información que consideran relevante jurídicamente, desestimando lo que se relaciona con emociones, intereses, valores y necesidades. Por eso la necesidad de optimizar la empatía, lo que significa, mantener a las partes informadas, utilizando un lenguaje que ellos puedan entender, lo que representa escuchar cuales son las necesidades y requerimientos específicos que estos tienen. Es el deseo de comprender a las partes y encontrar las respuestas más adecuadas. Por otra parte, el éxito de la nueva Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes descansará mayormente, en la audiencia preliminar. Una de las características de la audiencia preliminar es la comparencia obligatoria de las partes, el legislador estableció la comparecencia de las partes como una carga procesal. Por ello, la incomparecencia del demandante produce el desistimiento del procedimiento y, en consecuencia, terminado el proceso mediante sentencia oral que será reducida a escrito y deberá publicarse en el mismo día. Además, los seguidores de la resolución alternativa consideran que el acuerdo equivale a la sentencia, lo que dicen sólo es concebible reduciendo la función social de la decisión jurisdiccional a la manera resolución de conflictos privados; dentro de esta tesitura, la transacción logra el mismo objetivo que la sentencia, es decir la paz entre los contendientes, con menor costo para la sociedad. Cabe aclarar que la resolución alternativa no constituye una panacea, válida para todos los casos, sino un complemento de la decisión judicial, que como servicio y como Poder del Estado no puede desaparecer. El juez o jueza no debe claudicar en su alta misión, mas para que su tarea sea eficiente, otros modos de resolver los conflictos deben coadyuvar con el clásico. 57 Todas las partes involucradas en el proceso de mediación, deben hacer una evaluación objetiva del caso para que el proceso de la mediación pueda ayudarles a encontrar una posición común con la que puedan llegar a un acuerdo. Necesitan buscar una posición acordada con la que puedan vivir y que sea aceptada por el otro lado. Si se aferran a su mejor resultado en cualquier tema que se esté discutiendo, o en el propio resultado del litigio, es poco probable que se llegue a una solución. Es fundamental que analicen sus riesgos -¿Qué probabilidades tengo de conseguir todo lo que pido? En conclusión, la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes nos coloca a la vanguardia del mundo en el proceso de transformación, cambios y modernización del poder judicial y de los conflictos familiares desde una óptica distinta, lo cual influirá necesariamente en toda la transformación del Poder Judicial de Venezuela. ÍNDICE DE FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Alcalá-Zamora y Castillo. (2001). Proceso, Autocomposición y Autodefensas. Editorial Jurídica Universitaria. Mexico. Briseño, H. (1995). Derecho Procesal. Segunda Edición. Harla. Mexico. Cabanellas, G (1976). Diccionario de Derecho Usual. Editorial Heliasta. 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Gatell, M y Ruiz, J........................................................................ 02 Sánchez, M. .................................................................................................. 04 Chiovenda, G ................................................................................................. 11 Alcalá-Zamora y Castillo ................................................................................ 12 Grajales, L ...................................................................................................... 13 González. J ................................................................................................... 13 González. J ................................................................................................... 13 Fernández y Mijares....................................................................................... 14 Moore, Christopher......................................................................................... 14 Torres, I. ......................................................................................................... 14 Osorio E. ........................................................................................................ 14 Wilde, Z y Gaibrois, L. .................................................................................... 19 Fernández y Mijares....................................................................................... 23 Highton, E. Álvarez, G. .................................................................................. 24 Landsberger, H............................................................................................... 25 Young, O. ....................................................................................................... 25 Moore, Christopher......................................................................................... 25 Moore, Christopher......................................................................................... 26 Fernández y Mijares....................................................................................... 26 Wilde, Z y Gaibrois, L. .................................................................................... 27 Mazt, J............................................................................................................ 27 Fernández y Mijares....................................................................................... 29 Gobbi, M y Padilla, R...................................................................................... 29 Gobbi, M y Padilla, R...................................................................................... 32 Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela. ............................... 38 Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes…………… 42 . 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