república bolivariana de venezuela universidad del zulia

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
PROGRAMA DE DERECHO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA
NIVEL DE ESPECIALIZACIÓN
LA MEDIACIÓN EN EL PROCEDIMIENTO ORDINARIO PREVISTO
EN LA LEY ORGÁNICA PARA LA PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y
ADOLESCENTES
Trabajo presentado como requisito para optar al grado de Especialista en
Derecho de la Niñez y la Adolescencia
Autora:
Abg. Karin Deimar Soto Salas
Tutor:
Abg. Especialista Gustavo Villalobos
Romero
Asesor metodológico: Dra. Teresita Finol
Maracaibo noviembre de 2008
LA MEDIACIÓN EN EL PROCEDIMIENTO ORDINARIO
PREVISTO EN LA LEY ORGÁNICA PARA LA PROTECCIÓN DE NIÑOS,
NIÑAS Y ADOLESCENTES
Karin Deimar Soto Salas
________________________
C.I. 14.134.095
[email protected]
Urbanización las Lomas Maracaibo, calle 82 B Nº 71 A -64
Tel. 0261-7544686
Celular. 0414 - 3602125
Tutor: Abg. Especialista Gustavo Villalobos
-------------------------------------------------------------------------------
AGRADECIMIENTO
Al Abg. Especialista Gustavo Villalobos y a
la Dra. Teresita Finol por haber realizado
observaciones importantes que sirvieron
para orientar la investigación.
DEDICATORIA
A la virgen Milagrosa y Dios Todopoderoso,
dedico esta investigación.
A mis hijos, mi esposo y mi madre que han
sido el motivo de mi sacrificio, mis desvelos y
esfuerzos por superarme y poder ofrecerles el
fruto alcanzado.
Soto, Salas. Karin, Deimar. La Mediación en el Procedimiento Ordinario previsto
en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. División de
Estudios para Graduados. Programa de Derecho de la Niñez y la Adolescencia.
Nivel de Especialización. Trabajo de grado para optar al título de Especialista en
Derecho de la Niñez y la Adolescencias. Maracaibo. Venezuela. 2008. 61. p.
RESUMEN
Esta investigación tiene como propósito analizar la mediación como instrumento de
resolución de conflicto en el procedimiento ordinario de niños, niñas y adolescentes.
La temática de este trabajo de investigación se refiere a los medios alternos para la
resolución de conflictos previstos en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela la cual prescribe que la ley promoverá el arbitraje, la mediación, la
conciliación y cualesquiera otros medio alternativos para la solución de los conflictos
(artículo 258). Esto supone necesariamente la introducción de la conciliación y la
mediación como medios intrajudiciales de solución de conflictos de familia en una
primera fase preliminar del proceso, previa a la etapa contenciosa judicial
propiamente dicha. Para tal fin se realizó una investigación documental aplicada al
campo jurídico. Del análisis de los resultados se puede concluir que: la entrada en
vigencia de la nueva Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes induce a replantear la solución de los conflictos familiares desde una
óptica distinta en el marco de la autonomía de la voluntad individual de las partes,
como premisa esencial del Derecho de Familia. En este orden de ideas, la
investigación propone como recomendación el fortalecimiento de la labor de
mediación que realizan los jueces, y mediadores, mediante su continua formación,
así como el intercambio de experiencias de negociación en el Derecho Comparado.
Este proceso de formación debe ser liderizado por el Tribunal Supremo de Justicia
como órgano propulsor y ejecutor de la ley, en un proceso de interacción directa con
las Universidades del país.
Palabras Clave:
Mediación
Conciliación
intrajudicial
Audiencia preliminar
Conflictos
[email protected]
v
Soto, Salas. Karin, Deimar. La Mediación en el Procedimiento Ordinario previsto
en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. División de
Estudios para Graduados. Programa de Derecho de la Niñez y la Adolescencia.
Nivel de Especialización. Trabajo para optar al título de Especialista de Derecho de
la Niñez y la Adolescencias. Maracaibo. Venezuela. 2008. 61. P.
ABSTRATC
This research aims to examine mediation as a tool for conflict resolution in the
regular procedure in children and adolescents. The theme of this research relates to
alternative means for dispute resolution under the Constitution of the Bolivarian
Republic of Venezuela which prescribes that the law will promote arbitration,
mediation, conciliation and other alternative means for conflict resolution (Section
258). This necessarily involves the introduction of conciliation and mediation as
means of conflict resolution intrajudiciales family in a preliminary phase of the
process, after a contentious judicial stage itself. To this end was a desk research
applied to legal field. An analysis of the results we can conclude that the entry into
force of the new Organic Law for the Protection of Children and Adolescents to
rethink the solution leads to family conflict from a different part of the free will
individual parties, as essential premise of family law. In this vein, research suggests
as a recommendation to strengthen the mediation efforts being made by judges, and
mediators through continuous training and the exchange of experience in negotiating
Comparative Law. This training process must be led by the Supreme Court as a
propellant and executor of the law, in a process of direct interaction with the
universities of the country.
Palabras Claves:
Mediation
Reconciliation
intrajudicial
Preliminary audience
conflicts
[email protected]
vi
ÍNDICE GENERAL
AGRADECIMIENTO……………………………………………………………….iii
DEDICATORIA…………………………………………………………………… iv
RESUMEN .................................................................................................
v
ABSTRAC .................................................................................................. vi
ÍNDICE GENERAL ..................................................................................... vii
INTRODUCCIÓN ....................................................................................... 01
CAPÍTULO I: LA MEDIACIÓN COMO MEDIO ALTERNATIVO DE
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
1. La cultura del litigio................................................................................. 09
1.1. La composición del conflicto................................................................ 11
1.2. La mediación ....................................................................................... 13
1.3. Características principales de la mediación ........................................ 15
1.4. Características del sistema de mediación ........................................... 17
1.5. Ventajas y desventajas del sistema de mediación .............................. 18
CAPÍTULO II: EL MEDIADOR
2. El mediador ............................................................................................ 23
2.1. Características de un mediador eficiente ............................................ 25
2.2. De los estilos del mediador ................................................................. 28
2.3. Reglas básicas que el mediador debe considerar en la resolución de conflictos
. ................................................................................................................. 29
2.4. Pasos que debe seguir el mediador en la mediación .......................... 29
2.5. La función del abogado en el proceso de mediación .......................... 34
2.6. El mediador y el juez ........................................................................... 36
2.7. Equipo multidisciplinario ...................................................................... 37
vii
CAPÍTULO III: LA MEDIACIÓN EN LA NUEVA LEY ORGÁNICA PARA LA
PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
3. De la Demanda y la Notificación ............................................................ 40
3.1. Artículo 457 de la Admisión de la Demanda.................................... 4º
3.2. Artículo 458 Notificación por Boleta ................................................ 41
3.3. Artículo 459 Notificación Electrónica ............................................... 41
3.4. Notificación por Fijación de Cartel y por Correo (artículo 460) ........
Notificación por Publicación de Cartel o Edicto (artículo 461) ......... 41
4. La mediación en la audiencia preliminar ................................................ 42
4.1. Características de la mediación judicial............................................... 43
4.2. Desarrollo de la mediación .................................................................. 44
4.3. Obligatoriedad de la mediación judicial y efectos de la no comparencia de las
partes ......................................................................................................... 47
CONCLUSIONES....................................................................................... 53
ÍNDICE DE FUENTES BIBLIOGRÁFICAS ............................................... 56
ÍNDICE DE REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................ 61
viii
1
INTRODUCCIÓN
Históricamente las sociedades han ensayado y utilizado diferentes medios para
manejar los conflictos. Las diferentes formas de manejo, bien para resolver, evitar o
reprimir, han sido percibidas y justificadas como vitales para la existencia de la
sociedad.
En Venezuela al igual que en otras jurisdicciones, existen diferentes
procedimientos contenciosos para manejar las controversias siendo el modelo
adversativo de adjudicación el modo convencional.
No obstante, este
modelo ha estado bajo cuestionamiento ante la excesiva
litigación, los altos costos que esto representa, la dependencia excesiva en
representantes legales para el manejo de las controversias; la lentitud en el
procesamiento de los casos y el deterioro en la relación de las partes en controversia.
Este último factor se destaca en aquellas controversias en que las personas
involucradas mantienen o han mantenido una relación, ya sea de índole comercial,
laboral, familiar comunal, política o de otra naturaleza.
Este método adversativo responde a un paradigma que conceptúa la resolución
de conflictos desde un enfoque competitivo en el que las partes en controversia relegan
la responsabilidad de su solución a terceros que, basado en los aspectos jurídicos del
caso, tomará una decisión final que conllevará la victoria o derrota de algunas de las
partes.
En respuesta a estas críticas se ha generado la creación de foros alternos a los
tribunales para el manejo de algunas controversias. Desde la década de 1950 se ha
observado en los Estados Unidos, España, Francia, Costa Rica, Panamá, Puerto Rico,
Brasil y Argentina el desarrollo de legislación y la creación de programas
2
gubernamentales y no gubernamentales en los que utilizan métodos alternos al
adversativo-adjudicativo, como es la mediación, para la intervención en algunas
controversias.
Tales métodos alternos responden a un paradigma diferente desde el cual se
conceptúa el conflicto como una experiencia que pueden resolver efectivamente las
partes involucradas en la controversia si aceptan colaborar y participar activamente, de
buena fe, en el proceso de generar, evaluar y seleccionar opciones de acuerdos que
sean satisfactorios para todas las personas.
Como estrategia o medida para el manejo de controversia la mediación se
enmarca dentro de los métodos no adversativos. Desde tal perspectiva se parte de la
premisa de que las personas en disputa pueden resolver su controversia al negociarla
voluntariamente, involucrándose en un proceso de análisis y consideración de
alternativas.
A diferencia del método adversativo, aclaran Ruiz y Vélez (1987), las partes
mantienen control sobre el proceso y son responsables sobre los acuerdos y su
implantación. De otro lado, la controversia se encuadra como un problema compartido,
que tiene que ser despolitizado y con respecto al cual es necesario entender parte o
todo el conflicto subyacente.
En este sentido, Hollander (1973), señala que se presume que toda controversia
está enmarcada en una amplia gama de factores psicológicos y sociales que inciden
sobre ésta directa o indirectamente. Toda controversia es, pues, policéntrica, y la
solución integral a la misma requiere la consideración de estos múltiples factores.
Con el término mediación dice Negron y col (1998), “nos referimos a un proceso
de intervención en el que una o más persona imparciales facilitan y asisten a las partes
en una controversia para que negocien acuerdos mutuamente aceptables”.
3
Por eso, la cultura de la mediación supone una cultura de la comunicación,
porque la mediación pretende facilitar que las personas encuentren las posibles
soluciones por ellas mismas. La finalidad no es tanto llegar a un acuerdo, sino
restablecer la relación, reducir la hostilidad, propiciar propuestas y soluciones, promover
procesos de respeto.
El papel del mediador, además de una persona, también lo realizan muchos
cuerpos sociales intermedios que asumen esta función equidistante entre dos grupos o
colectivos en conflicto. Son los denominados mediadores institucionales: sindicatos,
iglesias, defensores del pueblo, defensores del consumidor, del enfermo, del
estudiante. El mediador no tiene nunca poder, ni de decisión ni de persuasión. No
impone, sólo propicia y propone, desaparece cuando las relaciones se rehacen y facilita
más cuestiones que respuestas.
Tiene la función de retornar a las partes el control de su vida y la confianza de
adoptar sus propias decisiones, para que se conviertan en protagonistas, y ayudar a
salir de un único punto de vista parcial, de la miopía que provoca el localismo.
La mediación comporta un elevado grado de humildad, porque reconoce que las
personas son conflictivas, que causan mal y que a menudo no pueden gestionar todos
los conflictos, que algunos nos superan y que necesitan un tercero para tratarlos. En
este sentido, la mediación es la intervención en una disputa o negociación de un tercero
aceptable, imparcial y neutral que carece de un poder autorizado de decisión para
ayudar a las partes en disputa a alcanzar voluntariamente su propio arreglo
mutuamente aceptable.
La educación a menudo ha preparado al hombre para no tener conflictos, para
no generarlos. Pero la realidad, poco a poco, ha ido demostrando que el conflicto existe
y que no ayuda el hecho de negarlo. No se trata tanto de negar que haya conflictos,
sino de estar en condición de ser capaces de afrontarlos, de resolverlos o de
4
plantearlos, si conviene. Y no olvidar que, además, el ser humano es capaz de hacer el
mal.
La mediación ayuda a superar los binarismos que están en el origen mismo de
los conflictos, ayuda a vencer los maniqueísmos que hacen que la persona
se
proclame en profesión de la verdad y pretenda negar al otro. La xenofobia, el racismo,
el fanatismo, están alimentados por dualismos. Esta relación dual dictamina que haya
un ganador y un perdedor, y es fuente de una cultura de la competitividad y el
enfrentamiento. La mediación quiere favorecer que las dos partes sientan que pueden
ser ganadoras, como mínimo de una relación inicialmente deteriorada, y se favorece,
así, una cultura de la cooperación.
La mediación no es alternativa a nada; no lo resuelve todo. La justicia, por su
lado, sigue teniendo su función específica concreta, todas las posibles estrategias de
tratamiento de los conflictos son necesarias y se complementan. Pero, cuando se habla
de mediación y administración de justicia la primera idea que surge es el carácter
alternativo de la mediación.
Así, dice Sánchez (1999), la mediación es un sistema alternativo de resolución
de conflictos, una alternativa extrajudicial o extrajurídica de resolución de conflictos y
una de las instituciones o procesos que forman parte del movimiento de los ADR
(Alternative Dispute Resolution).
Es decir, se pone el acento en el término alternativo como elemento diferenciador
de la mediación respecto de la justicia formal, incorporándose en muchas de las
definiciones de aquella, así como elemento aglutinador de la mediación respecto a otros
procedimientos de resolución de conflictos, llamados en consecuencia.
Por otra parte, la utilización de la palabra alternativo da lugar a la aceptación, sin
cuestionamiento, de todo un mundo de significados, de presupuestos siendo una de las
herramientas básicas en el trabajo del mediador la palabra y la comunicación.
5
Entonces es importante saber, que es lo que se quiere decir con el término
alternativo, y a partir de ahí, trazar un cuadro más complejo de las relaciones entre la
administración de justicia y la mediación para finalmente plantear, como conclusión los
retos del futuro que la proliferación de la mediación plantea a la concepción tradicional
del sistema judicial.
En los pasados diez (10) años, la mediación ha evolucionado desde haber sido
un pequeño proceso para solventar un pequeño problema, hasta convertirse en toda
una etapa de un proceso judicial. Su fin es lograr una respuesta satisfactoria para el
problema de ambas partes y así evitar que su controversia llegue a juicio, con
economía de tiempo y dinero y en beneficio de toda la administración de justicia.
En este sentido, en Venezuela esa inconformidad con el sistema de justicia
ordinaria ha llevado a la búsqueda de alternativas menos perturbadoras de las
relaciones familiares y más pacíficas en la diatriba alegatoria. Lo deseable dice sería
que las partes no se enfrentasen buscando argumentos cada vez más convincentes,
sino que más bien se atiendan a sus necesidades e intereses y participen en la
búsqueda de soluciones satisfactorias.
Entre las alternativas de resolución de conflictos se ha venido mencionando a la
mediación como la vía apropiada para atender los conflictos familiares. De allí, que la
Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes vigente desde el 10 de
Diciembre de 2007, recoge esta recomendación de pacificidad al consagrar en el nuevo
procedimiento ordinario una etapa previa a éste que da cabida a la mediación, es decir,
se procura que las partes, sí así lo desean, pueden resolver su conflicto antes de llegar
a alegatos de confrontación en un juicio contradictorio.
En el presente trabajo de investigación se presentarán en primer lugar las
características de los conflictos familiares, la mediación familiar para resolverlos y la
6
fase de mediación tal como ha sido incluida en la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes.
Bajo esta perspectiva, se presentan las siguientes interrogantes:
¿Cuál es la situación concreta de la falta de comparecencia del demandado en la
fase de mediación de la audiencia preliminar?
¿Cuál es el alcance de la posibilidad de que el juez interactué en primera fase
con las partes sin la presencia de los abogados alcance de la posibilidad de que
el juez interactué en primera fase con las partes sin la presencia de los
abogados?
¿Cómo debe ser la participación del equipo multiciplinario en la fase de
mediación?
Hechas las consideraciones anteriores, este trabajo de investigación pone el
acento en los siguientes objetivos:
General
Analizar la mediación como instrumento de resolución de conflictos en el
procedimiento ordinario de niños, niñas y adolescentes
Específicos

Examinar la situación concreta de la falta de comparecencia del demandado
en la fase mediadora de la audiencia preliminar.

Analizar el alcance de la posibilidad de que el juez interactué en primera fase
con las partes sin la presencia de los abogados.

Determinar y analizar la factibilidad de garantizar la presencia permanente del
equipo multidisciplinario en la fase de mediación
7
En cuanto a los aportes de esta investigación en el ámbito del procedimiento
ordinario para la protección de niños, niñas y adolescentes son de gran alcance en el
ordenamiento jurídico venezolano. En tal sentido, se pueden considerar los siguientes:
La presente investigación desde el punto de vista teórico se justifica debido a la
novedad del tema y las repercusiones de éste en el ámbito procesal venezolano,
especialmente en lo relacionado con la mediación de conflictos familiares su desarrollo,
aplicación y regulación en la legislación venezolana. Además, de constituir un gran
avance en el conocimiento de nuevos procedimientos procesales que permitan imprimir
celeridad a los juicios; lo que podría traducirse en una mayor justicia emanada de los
actos de los órganos jurisdiccionales.
De igual manera, por su contenido, proporcionará elementos teóricos
relacionados con los novedosos y significativos aportes del papel del mediador, sus
características personales y destrezas, en la negociación y mediación de resolución de
conflictos familiares
Con el objeto de dar cobertura a los objetivos de la investigación, se acudirá al
empleo de fuentes y técnicas de investigación como la revisión documental con el
objeto de acceder a la información teórica del objeto de conocimiento. Desde el punto
de vista metodológica estas técnicas de recolección de datos, son altamente confiables,
tal es el caso de la revisión documental y descriptiva. En fin, todas estas herramientas
son de inmenso valor, dentro del área del Derecho.
En último lugar, este trabajo de investigación puede servir de material de apoyo a
estudiantes, abogados y mediadores.
Finalmente, la presente investigación que se realiza se encuentra ubicada dentro
del área del Derecho de Familia, específicamente referida a la mediación como
instrumento de resolución de conflictos, tomando como fuente primaria de información
8
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, lo establecido en artículos, doctrina, y notas
de jurisprudencia.
Con relación con el tiempo a analizar abarcó el período comprendido desde
mayo 2008 hasta septiembre 2008
CAPITULO II
EL EQUIPO MULTICIPLINARIO Y LAS FASES DE MEDIACIÓN
2. El mediador
El papel del mediador es ayudar a las partes a llegar a un acuerdo mutuamente
satisfactorio que ponga fin a un conflicto sin necesidad de acudir a un juez de juicio o
árbitro. Por lo tanto, los mediadores deben tener una serie de destrezas que les
permitan alcanzar esta meta con personas que están enfadadas, frustradas y a menudo
confusas. Los mediadores tienen que hacer uso, además de su propia personalidad, de
conocimientos en resolución de conflictos y de una gran capacidad de comunicación.
Según Fernández y Mijares (2000) las habilidades que los mediadores deben tener
y demostrar son las siguientes: Definir y analizar las diferencias de criterio de las partes,
identificar intereses respecto de posiciones, generar un clima, muchas veces a través
de sus ideas opciones que conduzca la solución del conflicto.
Estas destrezas interpersonales requeridas por los mediadores, generan confianza
para lograr que las partes se relajen, reducir su comportamiento agresivo al escuchar
de forma enfática que permite construir la voluntad de llegar a un acuerdo de allí que, la
habilidad de los mediadores y su estilo es diferente, al igual que la complejidad y
circunstancias de cada caso. Por todo ello, ninguno de los puntos reflejados en este
apartado debe ser tenido como verdad absoluta y sí como guía y ayuda de las
características que impulsan el trabajo en la resolución de conflictos, y sobre todo y
más importante, en la generación de confianza de las partes con respecto al mediador.
23
Otro aspecto fundamental precisan Highton y Álvarez (1995) es la aceptación y
cumplimiento del Código Deontológico.
Responsabilidades generales:

Los mediadores tienen una obligación hacia las partes, y hacia la
profesión de la resolución de litigios. Deben ser honestos e imparciales,
actuar de buena fe, ser diligente, y no buscar sus propios intereses a
expensas de los de las partes.

Los mediadores deben actuar de manera justa en el trato de las partes,
carecer de interés personal en los términos del acuerdo, no demostrar
parcialidad hacia individuos o instituciones implicadas en el litigio, estar
razonablemente disponibles cuando lo solicitan las partes, y asegurarse
de que las partes estén informadas sobre el proceso en el que están
implicadas.
Responsabilidades hacia las partes:

Imparcialidad: el mediador será imparcial y sin sesgo y no tendrá un
interés personal en los resultados de la mediación ni del litigio
fundamental. El mediador debe mantener la imparcialidad hacia todas las
partes. La imparcialidad significa ser libre de favoritismo o sesgo mediante
palabra o acción, y tener el compromiso de servir a todas las partes en
lugar de una sola.
El mediador no actuará con o ante ninguna parte de manera fraudulenta,
engañosa ni ilegal y no usará su posición para ganar una ventaja injusta para si misma
u otra persona. El mediador rechazará cualquier regalo, favor, u hospitalidad que de
24
cualquier manera podría interpretarse como una tentativa de ejercer una influencia
indebida sobre él.
2.1. Características de un mediador eficiente
Landsberger (1986) comprobó que las partes en disputa en las negociaciones
por problemas obreros, cuando evaluaban los atributos del mediador eficaz, incluían la
originalidad de las ideas, un adecuado sentido del humor, la discreción, la capacidad de
crear la sensación de que mantienen cierta unidad con los litigantes y de que están
interesado en el bienestar de estos, la disposición a comportarse como un promotor
enérgico cuando es necesario, el control de sus propios sentimientos, el esfuerzo tenaz
y paciente, la capacidad de comprender prontamente la dinámica y los aspectos
complejos de una disputa, y ciertos conocimientos específicos del área en que está
actuando.
Las actividades que le permitan exhibir estas cualidades, generalmente
reforzarán la creencia de las partes litigantes en el sentido de que el mediador posee
atributos útiles para la resolución del caso. En consecuencia, el mediador eficiente
debería poseer relevantes cualidades a fin de poder adoptar conductas adecuadas.
Las principales cualidades que se predican del mediador son:

Neutralidad: La cualidad más importante de un mediador eficaz es su
capacidad de mantener un papel imparcial y neutral en medio de una
controversia. La imparcialidad y la neutralidad son esenciales en el
proceso de la mediación (Young 1972).
Agrega (Moore 1995), la imparcialidad se refiere a la actitud del interventor, y
significa una opinión no tendenciosa o la falta de preferencia a favor de algunos de los
25
negociadores. En cambio, la neutralidad alude al comportamiento o la relación entre el
interventor y los litigantes”.
La necesidad de imparcialidad y neutralidad no significa que un mediador no
pueda tener opiniones personales acerca del resultado de una disputa. Nadie puede ser
completamente imparcial. Lo que la imparcialidad y la neutralidad en efecto significan
es que el mediador puede separar sus opiniones de los deseos de los litigantes y
concentrarse en los modos de ayudar a las partes a formular sus propias decisiones sin
favorecer impropiamente a una de ellas (Moore 1995).
En opinión de Fernández y Mijares (2000) el mediador es neutral pero no esta
neutralizado. El papel del mediador es el de una persona neutral. El mediador utiliza las
destrezas y la estructura de la mediación para ayudar a las partes a comprender el caso
y desarrollar un acuerdo.
En muchas instancias, el mediador está desempeñando el papel de abogado del
diablo y haciendo las preguntas difíciles. En un papel tal, que las apariencias son
críticas y el mediador debe ser consciente constantemente de tratar igualmente a todas
las partes.

Capacidad para abstenerse de proyectar su propio juicio: El rol del
mediador es ayudar a que las partes lleguen a un acuerdo cuyos términos
sean aceptables para ellas, aun cuando el mediador este en desacuerdo
con la razón o con la justicia de la solución.

Flexibilidad: Debe estimularse la fluidez en las comunicaciones.
Inteligencia: Las partes buscan un mediador que les facilite el camino de
la resolución, con una mentalidad ágil y eficaz. Debe ser capaz de ver las
cuestiones en múltiples niveles, de tratar hechos complejos y de analizar
los problemas.

Paciencia: Es importante que el mediador pueda esperar los tiempos
necesarios según lo requieran las partes.
26

Empatía: El mediador debe ser capaz de valorar percepciones, medios e
historia que cada parte revele en la discusión. La confianza se instala a
partir de esta corriente personal.

Sensibilidad y respeto: El mediador debe ser respetuoso con las partes y
sensible a sus fuertes sentimientos valorativos, incluyendo sexo, raza y
diferencias culturales. Asimismo, debe lograr que las partes se respeten.

Oyente activo: Las partes deben sentir que el mediador ha oído las
respectivas
presentaciones
y
dichos.
Las
parte
en
conflicto
inexorablemente transmitirán cosas al mediador; avisos destinados a que
comprendan su situación, pistas o claves respecto de cuales podrán ser
las soluciones.
Por lo tanto, dice Wilde y Galbrois (1994) “Escuchar lo que las partes quieren
decir no es una tarea sencilla; el mediador tendrá que decodificar el mensaje y captar
del cúmulo de información que le brindan, aquellos datos que le permitan ayudar al
acuerdo”

Imaginativo y hábil en recursos: Es importante que el mediador tenga
capacidad de generar y aportar ideas nuevas. La imaginación para
encontrar soluciones a los problemas y lograr ampliar la torta del conflicto
es una de las virtudes que forman la caja de herramientas del mediador
(Mazt 1996).

Enérgico y persuasivo: A través de la conducción del proceso, el mediador
debe intervenir eficazmente para lograr la flexibilidad entre las partes
aunque debe dirigir la dinámica y controlar la audiencia sin ser autoritario.

Objetivo: El mediador será más efectivo si permanece desligado del
aspecto emocional de la disputa.

Digno
de
confianza
para
guardar
confidencias:
Debe
guardar
confidencialidad y las partes tienen que estar convencidas de que ello será
así.
27

Tener sentido del humor: Es necesario para aflojar tensiones y crear un
clima favorable.

Perseverante: Cuando las partes llegan lentamente al acuerdo, el
mediador debe soportar las espera y la ansiedad que esto provoca.
2.2. De los estilos del mediador
En opinión de Goldberg y Col (1992),
“La intervención de un tercero imparcial que asiste a las partes en
la negociación cambia la dinámica de ésta. Para ello, el mediador
deberá tratar que las partes lo adopten como herramienta útil en
la gestión del conflicto. Para eso, deberá presentarse, mostrarse
ante ellas de manera auténtica. Tal como es, aunque por cierto
deba cuidar algunos detalles que consideramos técnicos”.
El carácter reciente de los desarrollos teóricos sobre la mediación determina que
muchas veces se confunden estos aspectos, y se desaprovechen los aportes
estilísticos o de la propia personalidad del mediador en aras de buscar lo que se
entiende por ortodoxia.
En este sentido, Silbey y Ferry (1990), apuntan los siguientes estilos básicos: El
estilo negociador y estilo terapéutico.

Estilo negociador: En este estilo el objetivo principal de la negociación es
alcanzar un acuerdo. Se utiliza un proceso más estructurado y el mediador
tiende a obtener mayor control. Utiliza en mayor medida las sesiones
privadas, en lugar de fomentar la comunicación directa entre las partes a
través
de
las
sesiones
conjuntas.
En
síntesis,
se
considera
28
pragmáticamente que a las partes les conviene acordar en términos
económicos, porque tienen que convenir.

El estilo terapéutico: Por contraste, en el estilo terapéutico se alienta a las
partes a que expresen sus sentimientos y actitudes en la medida posible.
El mediador hace valer sus experiencias en el manejo de las relaciones
interpersonales y concibe a la mediación como un proceso tendiente a
lograr la mutua comprensión por la vía del acuerdo. Hay menos discusión
acerca de normas legales que las que se presentan cuando se aplica el
estilo negociador.
Las alternativas se evalúan a la luz de lo beneficioso que pueda ser el proceso
de mediación en si mismo y no tanto en consideración a un posible resultado, el que
será el fruto normal de un proceso que tiende a la mutua comprensión
2.3. Reglas básicas que el mediador debe considerar en la resolución de conflictos
De acuerdo a Fernández y Mijares (2000) existen unas reglas básicas de la
mediación que es importante considerar en la resolución de conflictos:
“1. Se tiene que comprender y aceptar que la mediación es
voluntaria, no vinculante.
2. El mediador debe estar bien formado en el arte de la
mediación.
3. Debe cumplir un estricto código ético y deontológico.
4. Debe infundir confianza y respeto en ambas partes de que es
imparcial”.
Asimismo, el proceso de la mediación es sencillo, y es esta falta de formalismos
lo que le da tantas ventajas a la mediación en comparación con el arbitraje. Igualmente,
las partes implicadas en el conflicto deben estar presentes en la mediación y deben
estar representadas por una persona con poder para llegar a acuerdos.
29
2.4. Pasos que debe seguir el mediador en la mediación
De acuerdo a Gobbi y Padilla (2000) los pasos son:
“1. La sesión conjunta.
2. La Primera reunión privada con el demandante.
3. La Primera reunión privada con el demandado.
4. La Segunda reunión privada con el demandante.
5. La Segunda reunión privada con el demandado.
6. Siguientes reuniones privadas con las partes (Si es
necesario).
7. La reunión final”.
Agregan los autores citados que la mediación empieza con una sesión conjunta
en la que el mediador explica el proceso como parte de su presentación. Después de
que haya contestado a cualquier pregunta hecha por las partes, cada parte tiene la
oportunidad de describir los hechos del caso y explicar su posición. Estas
presentaciones le dan a todo el mundo la oportunidad de escuchar totalmente el caso y
de esta forma analizar eficazmente sus riesgos.
A continuación, el mediador se reúne en privado con cada parte y trata de
ayudarla a llegar a un acuerdo. Estas reuniones son totalmente confidenciales y no se
facilitará información a la otra parte a no ser que se acuerde expresamente. Sin
embargo, el mediador actuará como abogado del diablo para hacer las preguntas más
difíciles sobre los puntos fuertes y débiles del caso.

La primera reunión privada con cada parte
Después de que cada parte haya hecho su presentación en la sesión conjunta, el
mediador se encontrará separadamente con cada una. La mayoría de los cambios de
posición que tienen lugar durante una sesión de mediación, y que producen los
acuerdos, ocurrirán en las reuniones privadas.
30
Es importante recordar lo siguiente:
El mediador:
Explica las reuniones privadas: Al principio de la primera reunión privada con
cada parte el mediador debe explicar de nuevo que se trata de un proceso voluntario él
no está allí para dictar decisiones. Explicar que va a hacer preguntas difíciles. Tiene
que aclarar que hará lo mismo con ambas partes. Debe reiterar la naturaleza
confidencial de las reuniones privadas.
En las reuniones privadas, al igual que la sesión conjunta, un objetivo principal es
educar a las partes sobre el caso –no se quiere llegar a una cifra- para resolverlo hasta
que estén plenamente conscientes de los puntos fuertes, los débiles, los riesgos y los
gastos futuros implicados en su caso. Igualmente, una reunión privada proporciona la
oportunidad de explorar en detalle lo que es importante para cada parte y cómo querría
cada una resolver el caso.
Asimismo, el mediador hace las preguntas difíciles, puede hacer frente a las
pretensiones poco realistas de una parte. Cuando están implicados consejeros legales,
una pregunta excelente es: ¿Cuál es el peor resultado que podría ocurrir? Esto les da la
oportunidad de explicar los riesgos al cliente.
En relación a los comentarios ofrecidos anteriormente hay que tener en cuenta
que las partes están acostumbradas al sistema adversarial y su enfoque a menudo será
tratar de convencer al mediador de la justicia de su posición. Hay que recordarles que
no logran nada convenciendo al mediador.
Todas las partes deben hacer una evaluación objetiva del caso para que el
proceso de la mediación pueda ayudarles a encontrar una posición común con la que
puedan llegar a un acuerdo. Necesitan buscar una posición acordada con la que
puedan vivir y que sea aceptada por el otro lado. Si se aferran a su mejor resultado en
31
cualquier tema que se esté discutiendo, o en el propio resultado del litigio, es poco
probable que se llegue a una solución. Es fundamental que analicen sus riesgos -¿Qué
probabilidades tengo de conseguir todo lo que pido?
Quizás el aspecto más importante de la reunión privada es la capacidad de cada
parte de sacar a relucir aspectos poco conocidos y confidenciales que ayudarán a
resolver el conflicto con la ayuda del mediador. Esto se hace con la condición de que no
será revelado a no ser que, después de una reunión privada con el otro lado se valore
la posibilidad de acuerdo.
Esto permite a las partes hacer su mejor oferta para llegar a un acuerdo; también
le da al mediador la oportunidad de ver la diferencia que separa realmente ambas
partes.
Al final de cada reunión privada, el mediador debe asegurarse de repasar lo que
puede y lo que no puede revelar a la otra parte. Esto incluye no sólo las cifras exactas
ofrecidas, sino también si una parte ha movido o cambiado su posición sobre cualquier
tema. Esto es fácil decir en la teoría, pero más difícil de lograr en la práctica. Lo que
requiere es que el mediador planifique qué necesita para la próxima reunión privada
con la otra parte, y consiga permiso para revelarla.

Segunda y posteriores reuniones privadas
No es raro dicen Gobbi y Padilla (2000) tener una serie de reuniones privadas
con cada parte. Por eso hay que considerar lo siguiente:

Hemos comprobado que la gente no empieza realmente a cambiar su
posición hasta la segunda reunión privada.

El punto anterior subraya la estrategia de no tratar de llegar demasiado
pronto a la cifra clave de una parte.
32

Hay que dibujar un esquema del acuerdo para las partes.

Es importante demostrar los beneficios del acuerdo.

Hay que enseñarles todas las desventajas de no llegar a un acuerdo

Educando a las partes

Definir los temas de discusión

No todos los temas necesitan resolverse

Prueba de la realidad (expectativas demasiado altas)

Proporcionar una justificación para cada cambio de posición

Explorar soluciones creativas
En estas reuniones es importante que el mediador desarrolle una buena relación
con las partes:

Con una conversación amena

Haciendo hincapié en la confidencialidad

Preguntando a las partes como evalúan su caso, haciendo que explique
sus cifras.

Preguntando a las partes los puntos fuertes y débiles de su caso.

Utilizando elogios para ganar su confianza

Haciendo hincapié en cualquier área de acuerdo

No forzando demasiado en la primera reunión privada -estableciendo la
relación de confianza

Vendiendo la idea de acuerdo y conciliación
Si después de analizar plenamente el caso con ambas partes en reuniones
privadas, están muy cerca de llegar a un acuerdo, pero no han llegado. Existe una serie
de estrategias que puede usar el mediador.

Partir la diferencia
33

Última/Mejor oferta

El acuerdo
Una vez que se haya llegado a un acuerdo, debe reunir a todas las partes para
anunciar el acuerdo, y luego dejarles formular su propio acuerdo por escrito. Puede
suceder que no se llegue al acuerdo por un empecinamiento en las posturas de las
partes, hay algunas ayudas que permiten reconducir esta situación:

Hacer sugerencia adicionales y sacar ideas nuevas

Crear dudas en la mente de las partes acerca de sus propias
posiciones

Hacer preguntas hipotéticas.

Hacer que cada parte justifique su posición y responda a los
argumentos de la otra.


Pedir a las partes que reconsideren el problema

Sugerir que las partes traten de elaborar una solución
La sección final
Haya habido acuerdo o no, el mediador siempre debe reunir a las partes
alrededor de la mesa y agradecerles su tentativa de llegar a un acuerdo. Esto
deja la mediación en una nota positiva aunque no haya habido acuerdo. Si
lograron un acuerdo, felicita a todos por lo que han alcanzado.
2.5. La función del abogado en el proceso de mediación
De acuerdo a Álvarez (1996), “La tarea fundamental del abogado es representar
intereses, defender de palabra o por escrito los derechos de sus clientes y obtener
resultados”. El sistema adversarial presupone que la manera más eficiente y justa para
34
determinar la verdad es presentando el caso de la forma más consistente posible ante
un juez imparcial. De allí que, como es sabido, los abogados están acostumbrado a
seleccionar y presentar de manera lógica los hechos relevantes que configuran el caso
y argumentar jurídicamente a favor de la posición del cliente.
Dado que en la mediación, por lo general, el cliente tiene una participación más
directa, es preciso que el abogado lo prepare, análogamente a lo que se hace antes de
las audiencias judiciales, pero de manera mucho más intensa. El cliente tendrá así un
conocimiento completo y continuo de la marcha de la negociación y podrá controlar el
proceso como el resultado.
La función que cumplen los abogados en el proceso de la mediación es de vital
importancia para la seguridad y funcionamiento del instituto de la mediación, debido a
que los mismos informan y asesoran a sus clientes acerca de las ventajas y
desventajas de participar en un proceso de mediación.
Como primer paso, el abogado deberá informar de manera detallada a su cliente,
en que consiste el proceso de mediación, ya que en el país es un método alternativo de
conflictos relativamente nuevo y son muchas las personas que hasta el día de hoy
conocen poco o nada acerca de este novedoso sistema de resolución de disputas.
Luego de que las partes hayan tomado conocimiento acerca de qué es y cómo
funciona el proceso de mediación, sus abogados tendrán que analizar el caso en
particular para saber realmente si es aconsejable o no que sus clientes participen de la
mediación o si bien resulta más apropiado recurrir a otros métodos para resolver
definitivamente el conflicto existente. Lo importante es que el cliente este siempre
informado y por sobre todo sea él, quien decida qué camino desea elegir para resolver
la controversia existente.
Asimismo, cuando los abogados comprendan adecuadamente el instituto de la
mediación podrán facilitar el proceso y en consecuencia aumentar la probabilidad de
35
lograr un acuerdo beneficioso para todas las partes intervinientes. En la mayoría de los
casos, la presencia activa de los abogados en las mediaciones es de gran ayuda para
las partes, debido a que muchas veces estas no cuentan con técnicas de negociación,
reduciendo las consecuencias de riesgos futuros, pudiendo lograr resultados
beneficiosos para ambas partes.
Por otro lado, también debe tenerse en cuenta que el exceso de participación
activa de los abogados en las sesiones de mediación puede disminuir la participación
esencial de las partes.
Por ello en dichos casos el abogado deberá cumplir con un rol limitado, es decir,
asesorando solamente a las partes, dejando que ellas mismas tomen las decisiones
que a su juicio resulten ser más apropiadas. También son las partes las que deben
decidir el grado de participación de sus abogados en las audiencias de la mediación,
pues en algunos casos las partes desean que el rol protagónico lo mantenga su
abogado y no ellas mismas.
Igualmente, resulta importante que el abogado mantenga una comunicación real,
directa y efectiva con su cliente, contando con el tiempo suficiente para poder discutir y
debatir la totalidad de los temas tratados o a tratar durante las audiencias.
Es decir, que la parte debe sentirse totalmente a gusto con su abogado,
debiendo siempre confiar en él, contando con la libertad plena de poder evacuar sus
dudas y temores, haciendo las consultas que sean necesarias para poder estar
totalmente seguras que la decisión a tomarse resultará ser la más apropiada según el
asesoramiento legal recibido y por sobre todo según sus propias convicciones
personales.
No hay que olvidar, que la mediación es un procedimiento no adversarial,
pacífico y cooperativo de resolución de conflictos. Su propósito es lograr un acuerdo
rápido y sin los costos en tiempo, dinero y esfuerzo que llevaría un proceso judicial.
36
Es una instancia voluntaria a la que se puede acudir solo o con sus abogados. El
objetivo es impulsar un acercamiento entre las personas envueltas en un conflicto,
ayudarlas a clarificar e identificar los intereses, y a que desemboquen en un acuerdo
satisfactorio sin necesidad de recurrir a los Tribunales de Justicia. En Venezuela la
mediación es intrajudicial, es la primera fase de la Primera Instancia y tiene una
duración de cuatro meses.
2.6. El mediador y el juez
Es claro que juez, y mediador tienen en común la imparcialidad; sin embargo, el
juez se distingue del mediador en que su actividad se despliega más bien en el nivel
normativo y no en el plano de los intereses de las partes. Su función esencial no reside
en reconciliar las partes, sino en alcanzar una decisión sobre cuál de ellas está en lo
justo. Esto conduce a varias diferencias importantes donde el mediador debe mirar
esencialmente hacia el futuro y las consecuencias de las eventuales soluciones, y debe
trabajar para que las partes consigan una solución, independientemente de lo que haya
pasado antes.
El juez, en cambio, mira mucho hacia el pasado, considerando los hechos que se
han producido y, por supuesto, las normas relacionadas con esos hechos; su
pronunciamiento atenderá, entonces, al comportamiento previo de las partes. El juez,
por lo tanto, no tiene necesidad de ser un, negociador flexible, con capacidad para
convencer y buscar soluciones constructivas, como lo hace el mediador.
En tal sentido, la diferencia entre la intervención de estos dos tipos de terceros
en la resolución de un conflicto hace difícil combinar satisfactoriamente el papel de juez
con el papel de mediador. La percepción de las partes y la misma simbología de uno u
otro personaje son totalmente distintos. Por ejemplo, un tercero trata primeramente de
servir de mediador entre las partes y fracasa, pasa entonces a actuar como juez. O a la
inversa, un tercero dicta sentencia en un juicio y luego intenta mediar si observa que su
37
sentencia no es respetada.
En ambos casos, la tentativa de utilizar un método pone obstáculos para el
funcionamiento del otro; es decir, cuando se utiliza primero la mediación, se debilita la
base normativa de un juicio posterior y también podría arriesgarse la confianza en la
imparcialidad judicial; y, si se actúa primeramente como juez, se reduce fácilmente la
buena disposición de una de las partes para transigir en caso de estar respaldada por
una sentencia favorable y la mediación será vista con suspicacia por la otra, que
supondrá parcialidad.
38
23
CAPITULO II
EL MEDIADOR
2. El mediador
El papel del mediador es ayudar a las partes a llegar a un acuerdo mutuamente
satisfactorio que ponga fin a un conflicto sin necesidad de acudir a un juez de juicio o
árbitro. Por lo tanto, los mediadores deben tener una serie de destrezas que les
permitan alcanzar esta meta con personas que están enfadadas, frustradas y a menudo
confusas. Los mediadores tienen que hacer uso, además de su propia personalidad, de
conocimientos en resolución de conflictos y de una gran capacidad de comunicación.
Según Fernández y Mijares (2000) las habilidades que los mediadores deben tener
y demostrar son las siguientes: definir y analizar las diferencias de criterio de las partes,
identificar intereses respecto de posiciones, generar un clima, muchas veces a través
de sus ideas opciones que conduzca la solución del conflicto.
Estas destrezas interpersonales requeridas por los mediadores, generan confianza
para lograr que las partes se relajen, reducir su comportamiento agresivo al escuchar
de forma enfática que permite construir la voluntad de llegar a un acuerdo de allí que, la
habilidad de los mediadores y su estilo es diferente, al igual que la complejidad y
circunstancias de cada caso.
Por todo ello, ninguno de los puntos reflejados en este apartado debe ser tenido
como verdad absoluta y sí como guía y ayuda de las características que impulsan el
trabajo en la resolución de conflictos, y sobre todo y más importante, en la generación
de confianza de las partes con respecto al mediador.
24
Otro aspecto fundamental precisan Highton y Álvarez (1995) es la aceptación y
cumplimiento del Código Deontológico.
Responsabilidades generales:

Los mediadores tienen una obligación hacia las partes, y hacia la
profesión de la resolución de litigios. Deben ser honestos e imparciales,
actuar de buena fe, ser diligente, y no buscar sus propios intereses a
expensas de los de las partes.

Los mediadores deben actuar de manera justa en el trato de las partes,
carecer de interés personal en los términos del acuerdo, no demostrar
parcialidad hacia individuos o instituciones implicadas en el litigio, estar
razonablemente disponibles cuando lo solicitan las partes, y asegurarse
de que las partes estén informadas sobre el proceso en el que están
implicadas.
Responsabilidades hacia las partes:

Imparcialidad: el mediador será imparcial y sin sesgo y no tendrá un
interés personal en los resultados de la mediación ni del litigio
fundamental. El mediador debe mantener la imparcialidad hacia todas las
partes. La imparcialidad significa ser libre de favoritismo o sesgo mediante
palabra o acción, y tener el compromiso de servir a todas las partes en
lugar de una sola.
El mediador no actuará con o ante ninguna parte de manera fraudulenta,
engañosa ni ilegal y no usará su posición para ganar una ventaja injusta para si misma
u otra persona. El mediador rechazará cualquier regalo, favor u hospitalidad que de
cualquier manera podría interpretarse como una tentativa de ejercer una influencia
indebida sobre él.
25
2.1. Características de un mediador eficiente
Landsberger (1986) comprobó que las partes en disputa en las negociaciones
por problemas obreros, cuando evaluaban los atributos del mediador eficaz, incluían la
originalidad de las ideas, un adecuado sentido del humor, la discreción, la capacidad de
crear la sensación de que mantienen cierta unidad con los litigantes y de que están
interesado en el bienestar de estos, la disposición a comportarse como un promotor
enérgico cuando es necesario, el control de sus propios sentimientos, el esfuerzo tenaz
y paciente, la capacidad de comprender prontamente la dinámica y los aspectos
complejos de una disputa, y ciertos conocimientos específicos del área en que está
actuando.
Las actividades que le permitan exhibir estas cualidades, generalmente
reforzarán la creencia de las partes litigantes en el sentido de que el mediador posee
atributos útiles para la resolución del caso. En consecuencia, el mediador eficiente
debería poseer relevantes cualidades a fin de poder adoptar conductas adecuadas.
Las principales cualidades que se predican del mediador son:

Neutralidad: la cualidad más importante de un mediador eficaz es su
capacidad de mantener un papel imparcial y neutral en medio de una
controversia. La imparcialidad y la neutralidad son esenciales en el
proceso de la mediación (Young 1972).
Agrega (Moore 1995), la imparcialidad se refiere a la actitud del interventor, y
significa una opinión no tendenciosa o la falta de preferencia a favor de algunos de los
negociadores. En cambio, la neutralidad alude al comportamiento o la relación entre el
interventor y los litigantes.
La necesidad de imparcialidad y neutralidad no significa que un mediador no
pueda tener opiniones personales acerca del resultado de una disputa. Nadie puede ser
26
completamente imparcial. Lo que la imparcialidad y la neutralidad en efecto significan
es que el mediador puede separar sus opiniones de los deseos de los litigantes y
concentrarse en los modos de ayudar a las partes a formular sus propias decisiones sin
favorecer impropiamente a una de ellas (Moore 1995).
En opinión de Fernández y Mijares (2000) el mediador es neutral pero no esta
neutralizado. El papel del mediador es el de una persona neutral. El mediador utiliza las
destrezas y la estructura de la mediación para ayudar a las partes a comprender el caso
y desarrollar un acuerdo.
En muchas instancias, el mediador está desempeñando el papel de abogado del
diablo y haciendo las preguntas difíciles. En un papel tal, que las apariencias son
críticas y el mediador debe ser consciente constantemente de tratar igualmente a todas
las partes.

Capacidad para abstenerse de proyectar su propio juicio: el rol del
mediador es ayudar a que las partes lleguen a un acuerdo cuyos términos
sean aceptables para ellas, aun cuando el mediador este en desacuerdo
con la razón o con la justicia de la solución.

Flexibilidad: debe estimularse la fluidez en las comunicaciones.

Inteligencia: las partes buscan un mediador que les facilite el camino de la
resolución, con una mentalidad ágil y eficaz. Debe ser capaz de ver las
cuestiones en múltiples niveles, de tratar hechos complejos y de analizar
los problemas.

Paciencia: es importante que el mediador pueda esperar los tiempos
necesarios según lo requieran las partes.

Empatía: el mediador debe ser capaz de valorar percepciones, medios e
historia que cada parte revele en la discusión. La confianza se instala a
partir de esta corriente personal.

Sensibilidad y respeto: el mediador debe ser respetuoso con las partes y
sensible a sus fuertes sentimientos valorativos, incluyendo sexo, raza y
diferencias culturales. Asimismo, debe lograr que las partes se respeten.
27

Oyente activo: las partes deben sentir que el mediador ha oído las
respectivas
presentaciones
y
dichos.
Las
parte
en
conflicto
inexorablemente transmitirán cosas al mediador; avisos destinados a que
comprendan su situación, pistas o claves respecto de cuales podrán ser
las soluciones.
Por lo tanto, dicen Wilde y Galbrois (1994) “escuchar lo que las partes quieren
decir no es una tarea sencilla; el mediador tendrá que decodificar el mensaje y captar
del cúmulo de información que le brindan, aquellos datos que le permitan ayudar al
acuerdo”

Imaginativo y hábil en recursos: es importante que el mediador tenga
capacidad de generar y aportar ideas nuevas. La imaginación para
encontrar soluciones a los problemas y lograr ampliar la torta del conflicto
es una de las virtudes que forman la caja de herramientas del mediador
(Mazt 1996).

Enérgico y persuasivo: a través de la conducción del proceso, el mediador
debe intervenir eficazmente para lograr la flexibilidad entre las partes
aunque debe dirigir la dinámica y controlar la audiencia sin ser autoritario.

Objetivo: el mediador será más efectivo si permanece desligado del
aspecto emocional de la disputa.

Digno
de
confianza
para
guardar
confidencias:
debe
guardar
confidencialidad y las partes tienen que estar convencidas de que ello será
así.

Tener sentido del humor: es necesario para aflojar tensiones y crear un
clima favorable.

Perseverante: cuando las partes llegan lentamente al acuerdo, el
mediador debe soportar las espera y la ansiedad que esto provoca.
28
2.2. De los estilos del mediador
En opinión de Goldberg y Col (1992),
“La intervención de un tercero imparcial que asiste a las partes en
la negociación cambia la dinámica de ésta. Para ello, el mediador
deberá tratar que las partes lo adopten como herramienta útil en
la gestión del conflicto. Para eso, deberá presentarse, mostrarse
ante ellas de manera auténtica. Tal como es, aunque por cierto
deba cuidar algunos detalles que consideramos técnicos”.
El carácter reciente de los desarrollos teóricos sobre la mediación determina que
muchas veces se confunden estos aspectos, y se desaprovechen los aportes
estilísticos o de la propia personalidad del mediador en aras de buscar lo que se
entiende por ortodoxia.
En este sentido, Silbey y Ferry (1990), apuntan los siguientes estilos básicos: el
estilo negociador y estilo terapéutico.

Estilo negociador: en este estilo el objetivo principal de la negociación es
alcanzar un acuerdo. Se utiliza un proceso más estructurado y el mediador
tiende a obtener mayor control. Utiliza en mayor medida las sesiones
privadas, en lugar de fomentar la comunicación directa entre las partes a
través
de
las
sesiones
conjuntas.
En
síntesis,
se
considera
pragmáticamente que a las partes les conviene acordar en términos
económicos, porque tienen que convenir.

El estilo terapéutico: por contraste, en el estilo terapéutico se alienta a las
partes a que expresen sus sentimientos y actitudes en la medida posible.
El mediador hace valer sus experiencias en el manejo de las relaciones
interpersonales y concibe a la mediación como un proceso tendiente a
lograr la mutua comprensión por la vía del acuerdo. Hay menos discusión
acerca de normas legales que las que se presentan cuando se aplica el
estilo negociador.
29
Las alternativas se evalúan a la luz de lo beneficioso que pueda ser el proceso
de mediación en si mismo y no tanto en consideración a un posible resultado, el que
será el fruto normal de un proceso que tiende a la mutua comprensión
2.3. Reglas básicas que el mediador debe considerar en la resolución de conflictos
De acuerdo a Fernández y Mijares (2000) existen unas reglas básicas de la
mediación que es importante considerar en la resolución de conflictos:
“1. Se tiene que comprender y aceptar que la mediación es
voluntaria, no vinculante.
2. El mediador debe estar bien formado en el arte de la
mediación.
3. Debe cumplir un estricto código ético y deontológico.
4. Debe infundir confianza y respeto en ambas partes de que es
imparcial”.
Asimismo, el proceso de la mediación es sencillo, y es esta falta de formalismos
lo que le da tantas ventajas a la mediación en comparación con el arbitraje. Igualmente,
las partes implicadas en el conflicto deben estar presentes en la mediación y deben
estar representadas por una persona con poder para llegar a acuerdos.
2.4. Pasos que debe seguir el mediador en la mediación
De acuerdo a Gobbi y Padilla (2000) los pasos son:
“1. La sesión conjunta.
2. La Primera reunión privada con el demandante.
3. La Primera reunión privada con el demandado.
4. La Segunda reunión privada con el demandante.
5. La Segunda reunión privada con el demandado.
6. Siguientes reuniones privadas con las partes (Si es
necesario).
7. La reunión final”.
30
Agregan los autores citados que la mediación empieza con una sesión conjunta
en la que el mediador explica el proceso como parte de su presentación. Después de
que haya contestado a cualquier pregunta hecha por las partes, cada parte tiene la
oportunidad de describir los hechos del caso y explicar su posición. Estas
presentaciones le dan a todo el mundo la oportunidad de escuchar totalmente el caso y
de esta forma analizar eficazmente sus riesgos.
A continuación, el mediador se reúne en privado con cada parte y trata de
ayudarla a llegar a un acuerdo. Estas reuniones son totalmente confidenciales y no se
facilitará información a la otra parte a no ser que se acuerde expresamente. Sin
embargo, el mediador actuará como abogado del diablo para hacer las preguntas más
difíciles sobre los puntos fuertes y débiles del caso.

La primera reunión privada con cada parte
Después de que cada parte haya hecho su presentación en la sesión conjunta, el
mediador se encontrará separadamente con cada una. La mayoría de los cambios de
posición que tienen lugar durante una sesión de mediación, y que producen los
acuerdos, ocurrirán en las reuniones privadas.
Es importante recordar lo siguiente:
El mediador: explica las reuniones privadas: Al principio de la primera reunión
privada con cada parte el mediador debe explicar de nuevo que se trata de un proceso
voluntario él no está allí para dictar decisiones. Explicar que va a hacer preguntas
difíciles. Tiene que aclarar que hará lo mismo con ambas partes. Debe reiterar la
naturaleza confidencial de las reuniones privadas.
En las reuniones privadas, al igual que la sesión conjunta, un objetivo principal es
educar a las partes sobre el caso –no se quiere llegar a una cifra- para resolverlo hasta
que estén plenamente conscientes de los puntos fuertes, los débiles, los riesgos y los
31
gastos futuros implicados en su caso. Igualmente, una reunión privada proporciona la
oportunidad de explorar en detalle lo que es importante para cada parte y cómo querría
cada una resolver el caso.
Asimismo, el mediador hace las preguntas difíciles, puede hacer frente a las
pretensiones poco realistas de una parte. Cuando están implicados consejeros legales,
una pregunta excelente es: ¿cuál es el peor resultado que podría ocurrir?, esto les da la
oportunidad de explicar los riesgos al cliente.
En relación con los comentarios ofrecidos anteriormente hay que tener en cuenta
que las partes están acostumbradas al sistema adversarial y su enfoque a menudo será
tratar de convencer al mediador de la justicia de su posición. Hay que recordarles que
no logran nada convenciendo al mediador.
Todas las partes deben hacer una evaluación objetiva del caso para que el
proceso de la mediación pueda ayudarles a encontrar una posición común con la que
puedan llegar a un acuerdo. Necesitan buscar una posición acordada con la que
puedan vivir y que sea aceptada por el otro lado. Si se aferran a su mejor resultado en
cualquier tema que se esté discutiendo, o en el propio resultado del litigio, es poco
probable que se llegue a una solución. Es fundamental que analicen sus riesgos -¿qué
probabilidades tengo de conseguir todo lo que pido?
Quizás el aspecto más importante de la reunión privada es la capacidad de cada
parte de sacar a relucir aspectos poco conocidos y confidenciales que ayudarán a
resolver el conflicto con la ayuda del mediador. Esto se hace con la condición de que no
será revelado a no ser que, después de una reunión privada con el otro lado se valore
la posibilidad de acuerdo.
Esto permite a las partes hacer su mejor oferta para llegar a un acuerdo; también
le da al mediador la oportunidad de ver la diferencia que separa realmente ambas
partes.
32
Al final de cada reunión privada, el mediador debe asegurarse de repasar lo que
puede y lo que no puede revelar a la otra parte. Esto incluye no sólo las cifras exactas
ofrecidas, sino también si una parte ha movido o cambiado su posición sobre cualquier
tema. Esto es fácil decir en la teoría, pero más difícil de lograr en la práctica. Lo que
requiere es que el mediador planifique qué necesita para la próxima reunión privada
con la otra parte, y consiga permiso para revelarla.

Segunda y posteriores reuniones privadas
No es raro dicen Gobbi y Padilla (2000) tener una serie de reuniones privadas
con cada parte. Por eso hay que considerar lo siguiente:

Hemos comprobado que la gente no empieza realmente a cambiar su
posición hasta la segunda reunión privada.

El punto anterior subraya la estrategia de no tratar de llegar demasiado
pronto a la cifra clave de una parte.

Hay que dibujar un esquema del acuerdo para las partes.

Es importante demostrar los beneficios del acuerdo.

Hay que enseñarles todas las desventajas de no llegar a un acuerdo

Educando a las partes

Definir los temas de discusión

No todos los temas necesitan resolverse

Prueba de la realidad (expectativas demasiado altas)

Proporcionar una justificación para cada cambio de posición

Explorar soluciones creativas
En estas reuniones es importante que el mediador desarrolle una buena relación
con las partes:

Con una conversación amena
33

Haciendo hincapié en la confidencialidad

Preguntando a las partes como evalúan su caso, haciendo que explique
sus cifras.

Preguntando a las partes los puntos fuertes y débiles de su caso.

Utilizando elogios para ganar su confianza

Haciendo hincapié en cualquier área de acuerdo

No forzando demasiado en la primera reunión privada -estableciendo la
relación de confianza

Vendiendo la idea de acuerdo y conciliación
Si después de analizar plenamente el caso con ambas partes en reuniones
privadas, están muy cerca de llegar a un acuerdo, pero no han llegado. Existe una serie
de estrategias que puede usar el mediador.

Partir la diferencia

Última/Mejor oferta

El acuerdo
Una vez que se haya llegado a un acuerdo, debe reunir a todas las partes para
anunciar el acuerdo, y luego dejarles formular su propio acuerdo por escrito. Puede
suceder que no se llegue al acuerdo por un empecinamiento en las posturas de las
partes, hay algunas ayudas que permiten reconducir esta situación:

Hacer sugerencia adicionales y sacar ideas nuevas

Crear dudas en la mente de las partes acerca de sus propias
posiciones

Hacer preguntas hipotéticas.

Hacer que cada parte justifique su posición y responda a los
argumentos de la otra.

Pedir a las partes que reconsideren el problema
34


Sugerir que las partes traten de elaborar una solución
La sección final
Haya habido acuerdo o no, el mediador siempre debe reunir a las partes
alrededor de la mesa y agradecerles su tentativa de llegar a un acuerdo. Esto
deja la mediación en una nota positiva aunque no haya habido acuerdo. Si
lograron un acuerdo, felicita a todos por lo que han alcanzado.
2.5. La función del abogado en el proceso de mediación
De acuerdo a Highton, E y Álvarez, G (1995), “la tarea fundamental del abogado
es representar intereses, defender de palabra o por escrito los derechos de sus clientes
y obtener resultados”. El sistema adversarial presupone que la manera más eficiente y
justa para determinar la verdad es presentando el caso de la forma más consistente
posible ante un juez imparcial. De allí que, como es sabido, los abogados están
acostumbrado a seleccionar y presentar de manera lógica los hechos relevantes que
configuran el caso y argumentar jurídicamente a favor de la posición del cliente.
Dado que en la mediación, por lo general, el cliente tiene una participación más
directa, es preciso que el abogado lo prepare, análogamente a lo que se hace antes de
las audiencias judiciales, pero de manera mucho más intensa. El cliente tendrá así un
conocimiento completo y continuo de la marcha de la negociación y podrá controlar el
proceso como el resultado.
La función que cumplen los abogados en el proceso de la mediación es de vital
importancia para la seguridad y funcionamiento del instituto de la mediación, debido a
que los mismos informan y asesoran a sus clientes acerca de las ventajas y
desventajas de participar en un proceso de mediación.
Como primer paso, el abogado deberá informar de manera detallada a su cliente,
en que consiste el proceso de mediación, ya que en el país es un método alternativo de
35
conflictos relativamente nuevo y son muchas las personas que hasta el día de hoy
conocen poco o nada acerca de este novedoso sistema de resolución de disputas.
Luego de que las partes hayan tomado conocimiento acerca de qué es y cómo
funciona el proceso de mediación, sus abogados tendrán que analizar el caso en
particular para saber realmente si es aconsejable o no que sus clientes participen de la
mediación o si bien resulta más apropiado recurrir a otros métodos para resolver
definitivamente el conflicto existente. Lo importante es que el cliente este siempre
informado y por sobre todo sea él, quien decida qué camino desea elegir para resolver
la controversia existente.
Asimismo, cuando los abogados comprendan adecuadamente el instituto de la
mediación podrán facilitar el proceso y en consecuencia aumentar la probabilidad de
lograr un acuerdo beneficioso para todas las partes intervinientes. En la mayoría de los
casos, la presencia activa de los abogados en las mediaciones es de gran ayuda para
las partes, debido a que muchas veces estas no cuentan con técnicas de negociación,
reduciendo las consecuencias de riesgos futuros, pudiendo lograr resultados
beneficiosos para ambas partes.
Por otro lado, también debe tenerse en cuenta que el exceso de participación
activa de los abogados en las sesiones de mediación puede disminuir la participación
esencial de las partes.
Por ello en dichos casos el abogado deberá cumplir con un rol limitado, es decir,
asesorando solamente a las partes, dejando que ellas mismas tomen las decisiones
que a su juicio resulten ser más apropiadas. También son las partes las que deben
decidir el grado de participación de sus abogados en las audiencias de la mediación,
pues en algunos casos las partes desean que el rol protagónico lo mantenga su
abogado y no ellas mismas.
Igualmente, resulta importante que el abogado mantenga una comunicación real,
directa y efectiva con su cliente, contando con el tiempo suficiente para poder discutir y
debatir la totalidad de los temas tratados o a tratar durante las audiencias.
36
Es decir, que la parte debe sentirse totalmente a gusto con su abogado,
debiendo siempre confiar en él, contando con la libertad plena de poder evacuar sus
dudas y temores, haciendo las consultas que sean necesarias para poder estar
totalmente seguras que la decisión a tomarse resultará ser la más apropiada según el
asesoramiento legal recibido y por sobre todo según sus propias convicciones
personales.
No hay que olvidar, que la mediación es un procedimiento no adversarial,
pacífico y cooperativo de resolución de conflictos. Su propósito es lograr un acuerdo
rápido y sin los costos en tiempo, dinero y esfuerzo que llevaría un proceso judicial.
Es una instancia voluntaria a la que se puede acudir sólo o con sus abogados. El
objetivo es impulsar un acercamiento entre las personas envueltas en un conflicto,
ayudarlas a clarificar e identificar los intereses, y a que desemboquen en un acuerdo
satisfactorio sin necesidad de recurrir a los tribunales de justicia. En Venezuela la
mediación es intrajudicial, es la primera fase de la primera instancia y tiene una
duración de cuatro meses.
2.6. El mediador y el juez
Es claro que juez, y mediador tienen en común la imparcialidad; sin embargo, el
juez se distingue del mediador en que su actividad se despliega más bien en el nivel
normativo y no en el plano de los intereses de las partes. Su función esencial no reside
en reconciliar las partes, sino en alcanzar una decisión sobre cuál de ellas está en lo
justo. Esto conduce a varias diferencias importantes donde el mediador debe mirar
esencialmente hacia el futuro y las consecuencias de las eventuales soluciones, y debe
trabajar para que las partes consigan una solución, independientemente de lo que haya
pasado antes.
El juez, en cambio, mira mucho hacia el pasado, considerando los hechos que se
han producido y, por supuesto, las normas relacionadas con esos hechos; su
pronunciamiento atenderá, entonces, al comportamiento previo de las partes. El juez,
37
por lo tanto, no tiene necesidad de ser un negociador flexible, con capacidad para
convencer y buscar soluciones constructivas, como lo hace el mediador.
En tal sentido, la diferencia entre la intervención de estos dos tipos de terceros
en la resolución de un conflicto hace difícil combinar satisfactoriamente el papel de juez
con el papel de mediador. La percepción de las partes y la misma simbología de uno u
otro personaje son totalmente distintos. Por ejemplo, un tercero trata primeramente de
servir de mediador entre las partes y fracasa, pasa entonces a actuar como juez. O a la
inversa, un tercero dicta sentencia en un juicio y luego intenta mediar si observa que su
sentencia no es respetada.
En ambos casos, la tentativa de utilizar un método pone obstáculos para el
funcionamiento del otro; es decir, cuando se utiliza primero la mediación, se debilita la
base normativa de un juicio posterior y también podría arriesgarse la confianza en la
imparcialidad judicial; y, si se actúa primeramente como juez, se reduce fácilmente la
buena disposición de una de las partes para transigir en caso de estar respaldada por
una sentencia favorable y la mediación será vista con suspicacia por la otra, que
supondrá parcialidad.
2.7. Los equipos multidisciplinarios
Si hay un elemento que caracteriza a los Tribunales de Protección del Niño y del
Adolescente es la existencia de los equipos multidisciplinarios. Es imposible pensar que
estos órganos jurisdiccionales puedan dictar decisiones de calidad y brindar un servicio
adecuado, sin el apoyo interdisciplinario de estos profesionales.
De manera que, los equipos multidisciplinarios forman parte intrínseca de los tribunales especializados a que hace referencia el artículo 78 de la Constitución y, por
ello, constituyen un requisito imprescindible para garantizar en la práctica el derecho a
la tutela judicial efectiva de los niños, niñas y adolescentes. Inclusive, podríamos llegar
a afirmar que integran un requisito esencial del derecho al debido proceso en esta
38
materia especializada.
Esta es la verdadera importancia que tienen y, por ello, es necesario definir con
claridad el concepto de los equipos multidisciplinarios, esto es, qué son, cuál es su
papel dentro de la función jurisdiccional y cómo están integrados, asuntos que no
fueron regulados con precisión en la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente.
Sin embargo, ha quedado claramente expresado en el artículo 2 de la Resolución
Nº 76 sobre la organización y funcionamiento de los equipos multidisciplinarios de los
Tribunales de Protección del Niño y del Adolescente, el cual expresa:
El Equipo Multidisciplinario es un órgano que contribuye en el ejercicio
de la función jurisdiccional como servicios auxiliares independientes e
imparciales del Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente,
para prevenir y/o restituir la violación de los derechos humanos y
garantías de los niños, niñas y adolescentes, mediante la intervención
profesional especializada integral, considerando los principios de la
Doctrina de la Protección Integral, la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y la Convención sobre los Derechos del
Niño.
El Equipo Multidisciplinario está integrado por profesionales de la
medicina psiquiátrica, de la psicología, del trabajo social, del derecho
y, en las zonas en que sea necesario, de expertos interculturales
bilingües en idiomas indígenas, para brindar experticia bio-psicosocial-legal al Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente de
forma colegiada e interdisciplinaria.
Esta norma es clara y precisa; sin embargo, se debe destacar que los equipos
multidisciplinarios son concebidos como un órgano del Tribunal de Protección, que
interviene en el ejercicio de la función jurisdiccional junto al juez o jueza, para la
protección integral de los niños, niñas y adolescentes. Su participación en esta misión
se hace como un servicio auxiliar de la Justicia, con plena autonomía e imparcialidad,
es decir, con absoluta independencia y sujeción únicamente a la Constitución y al resto
del ordenamiento jurídico.
39
Por lo tanto, las relaciones entre los jueces y juezas y los integrantes de los
equipos multidisciplinarios son de estricta cooperación y colaboración, mas no de
subordinación y dependencia. Si esto no se tiene lo suficientemente claro, el peritaje
legal y las demás funciones de los equipos multidisciplinarios serán empañadas por
injerencias indebidas o desviaciones injustificables.
Por otra parte, para fortalecer los equipos multidisciplinarios de los Tribunales de
Protección se les ha empezado a dotar del espacio físico y de los recursos materiales
que requieren para ejercer sus atribuciones con calidad y eficiencia. Desde esta
perspectiva, lo primero que se ha logrado es incorporar institucionalmente a los equipos
multidisciplinarios dentro del diseño de los nuevos circuitos de los Tribunales de
Protección, tal como lo establece la Resolución 69 sobre los circuitos judiciales en
materia de protección del niño y del adolescente.
Esto ha permitido que, por un mandato normativo, dentro del diseño de las
nuevas sedes y remodelaciones de los tribunales se estén incorporando los espacios
necesarios para el trabajo de estos equipos; oficinas privadas individuales, salas de
reuniones para sus integrantes y lugares dirigidos a las relaciones que deben sostener
con los usuarios y usuarias del servicio.
40
CAPÍTULO III
LA MEDIACIÓN EN LA NUEVA LEY ORGÁNICA PARA LA PROTECCIÓN DE
NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
El tema de los medios alternos de resolución de conflictos dentro de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, es un área del Derecho de
Familia relativamente novedosa, producto del cuestionamiento al modelo adversativo de
adjudicación y la necesidad de revisarlo y complementarlo con otros procesos más
rápidos, económicos y ajustados a la naturaleza de las controversias en el mundo
actual.
A este respecto, en la exposición de motivos de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela se señala que:
“...se incorporan al sistema de justicia, los medios alternos para
la resolución de controversias, tales como el arbitraje, la
mediación y la conciliación, todo ello con el objeto de que el
Estado los fomente y promueva sin perjuicio de las actividades
que en tal sentido puedan desarrollar las academias,
universidades, cámaras de comercio y la sociedad civil en
general. La ley promoverá el arbitraje, la conciliación, la
mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la
solución de conflictos”
En este sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de
1999 estableció la disposición contenida en el artículo 258 “…la ley promoverá el
arbitraje, la conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la
solución de conflictos”. Incorporando así al derecho venezolano los medios alternativos
para la solución de conflictos.
41
Posteriormente, el 07 de diciembre de 2007 fue promulgada la Ley Orgánica para
la Protección de Niñas, Niñas y Adolescentes, publicada en Gaceta Oficial
extraordinaria de la República Nº 5.859 el 10 de diciembre del 2007, mediante la cual se
regula lo concerniente a garantizar a todos los niños, niñas y adolescentes, que se
encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y el disfrute pleno y efectivo de sus
derechos y garantías, a través de la protección integral que el Estado, la sociedad y las
familias deben brindarles desde el momento de su concepción.
En general, el legislador venezolano incluyó, en el procedimiento ordinario
judicial (ordinarios, no contencioso y las homologaciones judiciales) una fase de
mediación a los fines de dar a las partes la oportunidad de resolver su conflicto
participando activamente en la búsqueda de acuerdos.
De tal manera que, en el capítulo IV., denominado Procedimiento Ordinario,
Sección Primera Disposiciones Generales, artículo 450, al consagrar los principios
rectores de la normativa procesal, incluye en el literal e) a los medios alternativos de
solución estableciendo:
“La normativa procesal en materia de protección de niños, niñas
y adolescentes tiene como principios rectores, entre otros, los
siguientes:
“…e) Medios Alternativos de Solución de Conflictos. El juez o
jueza debe promover, a lo largo del proceso, la posibilidad de
utilizar los medios alternativos de solución de conflictos, tales
como la mediación, salvo en aquellas materias cuya naturaleza
no la permita o se encuentre expresamente prohibida por la
ley…”.
Este planteamiento, en la parte adjetiva de la ley viene dado por la preeminencia
que se le ha dado a los procesos alternativos de resolución de conflictos especialmente
la mediación, como herramienta básica para la resolución de los conflictos en el ámbito
familiar.
42
Otros principios conexos con la mediación son los contenidos en los literales a y
g:
”…a) Oralidad. El juicio es oral y sólo se admiten las formas
escritas previstas en esta ley…” “…g) Simplificación. Los actos
procesales son breves y sencillos, sin ritualismos ni
formalismos innecesarios…”.
En efecto, la mediación es un proceso oral en el cual las partes con ayuda del
mediador van a encontrase para discutir sobre los puntos específicos de la
controversia, desarrollar las opciones posibles y considerar las alternativas para poder
llegar a un acuerdo; todo este desarrollo es verbal siendo solamente el acuerdo el que
se hará por escrito.
Por otra parte, la mediación por su carácter flexible y por la sencillez del lenguaje
que utilizan las partes en el manejo de su conflicto, se corresponde plenamente con el
principio de la simplificación.
3. De la Demanda y la Notificación artículo 456
La demanda puede ser presentada en forma oral o escrita, con o sin la
asistencia de abogado o abogada. En caso de presentarse en forma oral, la demanda
será reducida a un acta sucinta que comprende los elementos esenciales. La parte
actora debe presentar conjuntamente con la demanda los instrumentos fundamentales,
esto es, aquellos de los cuales se derive inmediatamente el derecho deducido.
3.1. Artículo 457 de la Admisión de la Demanda
Presentada la demanda, el juez o jueza debe admitir la misma si no fuera
contraria al orden público, a la moral pública o a alguna disposición expresa del
ordenamiento jurídico. Luego de admitirla, ejercerá el despacho saneador, si fuere el
43
caso, ordenando la corrección mediante auto motivado e indicando el plazo para ello
que, en ningún caso, excederá de cinco días.
En el auto de admisión debe ordenar la notificación de la parte demanda a fin de
que comparezca ante el tribunal. Dentro de los dos días siguientes a que conste en
autos su notificación, el Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes fijará
mediante auto expreso, día y hora para que tenga lugar la audiencia preliminar, dentro
de un plazo no menor de cinco días ni mayor de diez días.
Adicionalmente, el juez o jueza podrá disponer todas aquellas diligencias
preliminares, medidas preventivas o decretos de sustanciación que considere
convenientes, a petición de parte o de oficio, teniendo siempre en cuenta la
especialidad de la materia, los principios rectores de la misma y fundamentalmente el
interés superior.
3.2. Artículo 458 Notificación por Boleta
Admitida la demanda, se ordena la notificación de la parte demanda mediante
boleta, a la cual se adjuntará copia certificada de la demanda, con indicación de la
oportunidad para que comparezca ante el Tribunal a los fines de conocer la
oportunidad fijada para el inicio de la fase de mediación de la audiencia preliminar.
3.3. Artículo 459. Notificación Electrónica
El Tribunal también puede practicar la notificación de la parte demandada por los
medios electrónicos de los cuales disponga, siempre y cuando éstos estén adscritos al
Tribunal o al Poder Judicial. A efectos de la certificación de la notificación, se debe
proceder de conformidad con lo dispuesto en la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas y su Reglamento en todo en cuanto le sea aplicable, atendiendo siempre a
los principios procesales de esta Ley.
44
3.4. Notificación por Fijación de Cartel y por Correo (artículo 460). Notificación
por Publicación de Cartel o Edicto (artículo 461).
Si la notificación por boleta o por medio electrónico no fuere posible y la parte
demanda fuere una persona jurídica, la parte demanda puede solicitar, a su elección, la
notificación por fijación de cartel o correo.
Ahora bien, si la notificación por boleta o por medio electrónico no fuere posible,
de requerirse cartel o edicto, bastará, en caso de encontrase en el país o fuera de él,
una sola publicación en un diario de circulación nacional o local. Además, la parte
demanda o su representante puede darse por notificada personalmente, mediante
diligencia suscrita ante el secretario o secretaria. Sin embargo, siempre que resulte de
autos que la parte o su apoderado o apoderada, antes de la notificación, ha realizado
alguna diligencia en el proceso o ha estado presente en algún acto del mismo, se
entiende notificada desde entonces, sin más formalidad (artículo 462).
Posteriormente de la admisión de la demanda debe notificarse al Ministerio
Público sólo en los casos previstos expresamente en la Ley (artículo 463). De la misma
manera, en la primera oportunidad en que se hagan presentes en autos, las partes
deben
señalar
el
lugar
donde
se
le
remitirá
aquellas
notificaciones
que
excepcionalmente prevé la ley y, si no lo hicieren, se tendrán por notificadas después
de veinticuatro horas de dictadas las decisiones (artículo 464).
4. La mediación en la audiencia preliminar
Acertadamente en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes la fase de mediación se ubica al inicio del procedimiento, es decir, el
primer contacto de las partes con el tribunal es para los encuentros dirigidos a procurar
acuerdos que pongan fin a sus disputas. Conforme al artículo 467 de la ley
45
“…Una vez notificado el demandado o la demandada, o el
último de ellos, si fueran varios, el secretario o secretaria dejará
constancia en el expediente y a partir del día siguiente
comenzará a correr el lapso de dos días dentro del cual el
Tribunal de Protección de Niños, Niñas y adolescentes fijará día
y hora para que tengan lugar la audiencia preliminar, dentro de
un plazo no menor de cinco días ni mayor de diez días…”.
Como se observa, la mediación está incluida al inicio de la solicitud puesto que
aún no ha ocurrido la contestación a la demanda y por lo tanto, todavía no se han
expuestos los alegatos controversiales propios de todo juicio que, sin duda alguna,
perturbarían cualquier intento de acercamiento y comunicación entre las partes.
En términos generales, “…A la hora y día señalados por el Tribunal de Protección
debe tener lugar la audiencia preliminar, previo anuncio de la misma. La audiencia
preliminar consta de la fase de mediación y la fase de sustanciación…”.
Según
establece el artículo 468.
4.1. Características de la mediación judicial.
El artículo 469 indica las formalidades de la mediación intra-judicial, éstas son:
“La fase de mediación de la audiencia preliminar es privada,
con la asistencia obligatoria de las partes o de sus apoderados
y apoderadas. En los procedimientos relativos a
responsabilidad de crianza, obligación de manutención y
régimen de convivencia familiar será obligatoria la presencia
personal de las partes.
En esta fase las partes podrán acudir sin la asistencia o
representación de abogado o abogada. Si una de ellas cuenta
con asistencia o representación de abogado o abogada y a la
otra no, se le informará a esta última de su derecho a contar
con asistencia o representación jurídica gratuita y, en caso de
ser solicitada, se suspenderá la audiencia preliminar y el juez o
46
jueza debe designar un profesional que asuma la defensa
técnica a los fines de continuar el proceso.
En todos los casos, el juez o jueza de mediación y
sustanciación debe oír la opinión del niño, niña o adolescente,
pudiendo hacerlo en privado de resultar más conveniente a su
situación personal y desarrollo.
La fase de mediación de la audiencia preliminar no puede
exceder de un mes, salvo acuerdo expreso entre las partes. Las
partes no quedan afectadas de modo alguno por su conducta o
señalamientos realizados durante la mediación…”.
Como una excepción al procedimiento ordinario, el cual es público, la fase de
mediación es privada y se le garantiza a las partes, la confidencialidad de lo tratado. Si
efectivamente la finalidad de la mediación es que las partes recuperen la comunicación,
atiendan sus necesidades e intereses y busquen ellos mismos alternativas de solución
a sus dispuestas, esto no puede lograrse sino en un marco de privacidad. Por otra
parte, los temas y proposiciones que se discutan en los encuentros de mediación no
podrán ser utilizados como pruebas más tarde, durante la audiencia de juicio, si fuere el
caso.
Por otra parte, la obligatoriedad de asistir a la fase de mediación, tal como si
fuese un emplazamiento para contestar la demanda, se manifiesta en las
consecuencias que acarrea la inasistencia de las partes.
4.2. Desarrollo de la mediación judicial
En un proceso de mediación se pueden distinguir tres etapas, las cuales han
sido claramente señaladas en el artículo 470 de la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes, Tramitación de la Fase de Mediación
La fase inicial
Dice el artículo 470.
47
“…Al inicio de la audiencia preliminar, el juez o jueza de
mediación y sustanciación debe explicar a las partes en qué
consiste la mediación su finalidad y conveniencia. La fase de
mediación puede desarrollarse en sesiones previamente fijadas
de común acuerdo entre las partes o cuando ello fuere
imposible por el juez o jueza…”.
La fase inicial consiste en proporcionar a los participantes una estructura de
confianza y de cooperación y esto no se logra sino a través de una información sencilla
y clara del proceso de mediación que va a adelantarse. Se debe insistir, que la
mediación como fórmula pacífica de resolución de conflictos ni se conoce ni tiene
penetración en nuestra ciudadanía donde más bien, la cultura que prevalece es
netamente adversarial, o expresado de otra forma, acudir a una instancia pública para
dirimir un conflicto familiar solamente admite la confrontación.
El mediador, además de informar sobre lo que es la mediación y su finalidad,
debe señalar las ventajas de lograr acuerdos por esta vía, el papel que él desempeñará
como mediador, las reglas de juego a seguirse, tales como, el trato respetuoso, la
posibilidad de retirarse de la mediación si así lo desean, el número, fechas y hora de las
sesiones, la duración de cada sesión. Este abordaje del mediador, además de brindar
confianza a los participantes, debe facilitar la cooperación y participación activa de ellos
en el proceso.
Fase intermedia:
Continúa el artículo 470.
“...El juez o jueza tiene la mayor autonomía en la dirección y
desarrollo de la mediación, debiendo actuar con imparcialidad y
confidencialidad. En tal sentido, podrá entrevistarse de forma
conjunta o separada con las partes o sus apoderados o
apoderadas, con o sin la presencia de sus abogados o
abogadas. Asimismo, podrá solicitar los servicios auxiliares del
48
equipo multidisciplinario del Tribunal para el mejor desarrollo de
la mediación…”.
La fase intermedia es la medular del proceso, es donde el mediador hará gala de
sus habilidades como facilitador de la comunicación y de sus conocimientos en la
técnica de la mediación. Su actuación estará dirigida por la imparcialidad, pero sin
olvidar el principio del interés superior del niño y por la confidencialidad. La actuación
del mediador frente a los participantes es de suma importancia en el éxito de esta
etapa; su experiencia de vida, su capacidad para establecer buena relación con las
personas, tener una buena formación en las destrezas de la mediación y cuanto mayor
experiencia tenga en su práctica lo convertirán en un mediador exitoso.
En el desarrollo de la fase intermedia el mediador, de acuerdo a la densidad del
conflicto, tendrá la posibilidad de reunir a las dos partes cara a cara para la discusión,
pero también podrá servirse de una aproximación puente, que va y viene,
encontrándose separadamente con ellas para caso de aquellos participantes que no
toleran la presencia del otro; estos encuentros por separados resultan interesantes
porque cada uno puede explicar su punto de vista sin interrupciones ni confrontación
directa con la otra parte.
También el juez (a) mediador puede solicitar la colaboración del órgano auxiliar
del Tribunal de Protección como son los equipos multidisciplinarios y desarrollar así una
co-mediación interdisciplinaria.
Fase final
Continúa el artículo 470 señalando.
“... La mediación puede concluir con un acuerdo total o parcial
que homologará el juez o jueza de mediación y sustanciación.,
49
el cual se debe reducir en un acta y tendrá efecto de sentencia
firme ejecutoriada…”.
La fase final que consiste básicamente en la redacción del acuerdo total o parcial
a que hayan llegado las partes, debe ser rigurosamente redactado atendiendo a
indicaciones que faciliten su cumplimiento y, de ser el caso, su ejecución forzosa. Tal
como lo indica la norma, es posible que queden asuntos sobre los cuales las partes no
logren avenirse, en este caso el acta de mediación, contendrá solamente, los acuerdos
logrados, pudiendo continuarse el procedimiento con los aspectos pendientes, es decir,
sustanciación y audiencia de juicio, para lo cual el juez(a) también levantará un acta
señalando los puntos sobre los cuales no hubo acuerdo.
El acta que contenga el o los acuerdos logrados debe contener: lugar y fecha, la
identificación completa de todos los participantes en el proceso de mediación, la
naturaleza del asunto sobre el cual versa el acuerdo, una relación suscinta de lo
acontecido en el proceso, todos y cada uno de los acuerdos logrados señalados con
precisión, también puede contener aspectos no señalados en la demanda pero que
fueron objeto de discusión en la fase de mediación y que ameritaron un acuerdo y
finalmente, la firma de los participantes y del mediador. El acuerdo o los acuerdos
vaciado(s) en el acta levantada, lo homologará el juez(a) de mediación y tendrá efectos
de sentencia firme y ejecutoriada.
4.3. Obligatoriedad de la mediación judicial y efectos de la no comparencia de las
partes
Contrariamente a la característica de la mediación, cual es, la voluntariedad de
los participantes a someterse a ella, voluntariedad que se refiere tanto al proceso en sí
mismo como a la persona del mediador, la ley le da carácter obligatorio a la mediación
judicial. La razón fundamental de ello viene dada por la práctica que se ha tenido desde
50
el año 2000 en las Defensorías del Niño y del Adolescente donde su carácter voluntario
ha permitido que la parte evasiva del conflicto no acepte la discusión mediadora lo que,
en cierta forma, llevaría al fracaso de tratar de enfocar siempre los conflictos familiares
a través de la discusión y el diálogo.
Es probable que la cultura de la confrontación que impera en la ciudadanía como
la única forma de resolver sus conflictos, dificulte que las partes espontáneamente se
permitan ensayar una fórmula pacífica como es la mediación, y sea necesario, mientras
se combate dicha cultura, obligarlas a someterse a la mediación. La obligatoriedad de
asistir a la fase de mediación, tal como si fuese un emplazamiento para contestar una
demanda, se manifiesta en las consecuencias que acarrea la inasistencia de las partes.
En efecto, dispone el artículo 472 las sanciones que se darían a cada una de
ellas por no acudir a la fase de mediación:
Artículo 472 No Comparencia a la Mediación de la Audiencia Preliminar
“Si la parte demandante no comparece personalmente o
mediante apoderado o apoderada sin causa justificada a la fase
de mediación de la audiencia preliminar se considerara
desistido el procedimiento, terminado el proceso mediante
sentencia oral que se reducirá en un acta y debe publicarse en
el mismo día. Este desistimiento extingue la instancia, pero la
parte demandante no podrá volver a presentar su demanda
antes que transcurra un mes.
Si la parte demandada no comparece sin causa justificada a la
fase de mediación de la audiencia preliminar, se presumen
como ciertos hasta prueba en contrario, los hechos alegados
por la parte demandante, excepto en aquellas materia en la
cuales no procede la confesión ficta por su naturaleza o por
previsión de la ley, dándose por concluida la fase de la
mediación de la audiencia preliminar dejándose constancia de
ello en un acta…”.
51
En efecto, dispone el artículo 472 las sanciones que se darían a cada una de
ellas por no acudir a la fase de mediación. Cabe destacarse que se establece que la
inasistencia sea sin causa justificada, por lo que el demandante tendría la posibilidad de
demostrar la razón de su inasistencia en la espera de que no se le aplique la sanción de
extinción.
Ahora bien, si no asiste el demandado a la fase de mediación la sanción es
presumir como ciertos los hechos alegados por el demandante hasta prueba en
contrario, salvo en materia en las cuales por su naturaleza, no procede la confesión
ficta, concluyendo así la fase de mediación y se pasaría entonces a la sustanciación.
De manera que, dando respuesta al primer objetivo planteado en esta
investigación, se tiene que la situación concreta de la falta de comparencia del
demandado a la fase mediadora de la audiencia preliminar, no paraliza la causa.
Ahora bien, es importante señalar que, en la fase de sustanciación de la
audiencia preliminar es la única oportunidad procesal para que las partes presenten sus
observaciones sobre las cuestiones formales, referidas o no a los presupuestos del
proceso, que tengan vinculación con la existencia y validez de la relación jurídica
procesal.
Las observaciones de las partes deberán comprender todos los vicios o
situaciones que pudieran existir, so pena de no poder hacerlos valer posteriormente, y
el juez o jueza deberá decidir en la misma audiencia todo lo conducente.
Asimismo, en esta fase de la audiencia preliminar el juez o jueza revisará con las
partes los medios de prueba y decidirá cuáles medios de prueba requieren ser
materializados para demostrar sus respectivas alegaciones, pudiendo verificar la
idoneidad cualitativa y/o cuantitativa de los mismos, a fin de evitar su sobreabundancia
52
y asegurar la eficacia respecto del objeto de la controversia o la necesidad de que sean
promovidos otros.
En tal sentido, ordenará la preparación de los medios de prueba que requieren
materialización previa a la audiencia de juicio, convocando a las partes para los actos
que se señalen. Si la parte demandante o la parte demandada no comparecen sin
causa justificada a la fase de sustanciación de la audiencia preliminar se continuará con
ésta hasta cumplir con su finalidad.
En caso de que ambas partes no comparezcan se terminará el proceso mediante
sentencia oral. Sin embargo, se continuará con la audiencia preliminar en los
procedimientos en que el juez o jueza debe impulsarlo de oficio para proteger los
derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes o, en aquellos casos en los
cuales a su criterio existan elementos de convicción suficientes para proseguirlo.
En respuesta al segundo objetivo, se evidencia en este estudio que, la fase inicial
de mediación de la audiencia preliminar la preside y dirige el juez o jueza de mediación
y sustanciación. De manera que, por lo menos en los primeros tiempos del nuevo
proceso de mediación el juez o jueza mediador deben ser particularmente
pedagogos al interactuar con las partes, en la forma de presentar este mecanismo
novedoso para resolver los conflictos familiares.
La inmediación del juez quien tiene un contacto directo y permanente con el
conflicto, permite disponer de la autonomía de las partes en la resolución del conflicto,
un concepto nacido de la propia esencia el Derecho de Familia, que la ley adjetiva está
encargada de regular.
En relación con el tercer objetivo, se puede observar, que adicionalmente, se
establece que los equipos multidisciplinarios son órganos del tribunal que le
prestan servicios auxiliares de carácter independiente e imparcial, para brindar al
53
ejercicio de la función jurisdiccional experticia bio-psico-social-legal de forma
colegiada e interdisciplinaria.
También, se prevé que estos equipos estarán integrados por profesionales de la
medicina psiquiátrica, de la psicología, del trabajo social, del derecho y, en las zonas en
que sea necesario, de expertos interculturales bilingües en idiomas indígenas.
Lo más importante es que se precisa las atribuciones de los equipos
multidisciplinarios de forma expresa, delimitando el contenido y alcance de sus
competencias y distingue los equipos multidisciplinarios del tribunal de protección de los
pertenecientes a las Secciones de Adolescentes de los tribunales penales.
Otro aspecto significativo, es el papel del mediador en ayudar a la partes a llegar
a un acuerdo mutuamente satisfactorio que ponga fin a un conflicto sin necesidad de
acudir a un juez de juicio. Por lo tanto los mediadores deben tener una serie de
destrezas que les permitan alcanzar esta meta con personas que están enfadadas,
frustradas y a menudo confusas. Los mediadores tienen que hacer uso, además de su
propia personalidad, de conocimientos en resolución de conflictos y de una gran
capacidad de comunicación.
En último término, la habilidad de los mediadores y su estilo es diferente, al igual
que la complejidad y circunstancias de cada caso. Por todo ello, ninguno de los puntos
reflejados en este investigación debe ser tenido como verdad absoluta y sí como guía y
ayuda de las características que impulsan el trabajo en la resolución de conflictos, y
sobre todo y más importante, en la generación de confianza de las partes con respecto
al mediador.
Por ello, es importante señalar que el proceso de resolución pertenece a las
partes. El mediador no tiene ningún interés personal en los términos del acuerdo, pero
debe velar para que los acuerdos en los que ha participado no cuestionen la integridad
54
del proceso. El mediador tiene la responsabilidad de ver que las partes consideren
cuidadosamente los términos de su acuerdo. Si el mediador está preocupado por las
consecuencias posibles de un acuerdo propuesto debe comunicar su preocupación a
las partes.
55
CONCLUSIONES
Resulta interesante advertir, como la mediación, en muchas partes del mundo,
tiene una larga historia en la esfera diplomática. En el aspecto jurídico, el interés por la
mediación ha aumentado considerablemente en los últimos años. Este mayor interés se
atribuye en parte a la insatisfacción con las costas, los retrasos y la duración excesiva
de los litigios en ciertas jurisdicciones.
Sin embargo, el aumento de interés resulta también de las ventajas de la
mediación, particularmente de su atractivo como procedimiento que ofrece a las partes
el pleno control del procedimiento a que se somete su controversia y del resultado de
ese procedimiento.
También, se evidencia en los resultados de esta investigación, que resalta la
importancia el hecho que una de las dudas que más frecuentemente se asoma cuando
se analiza el perfil ideal del mediador, es si estas cualidades son innatas o si es posible
adquirirlas mediante una adecuada capacitación. Algunos tienen dones innatos de
liderazgo y vocación de ayuda al prójimo, y a ellos recurren los demás
espontáneamente en busca de apoyo o auxilio.
No obstante, las preguntas que debe hacerse es si con eso es suficiente, si basta
con tener esas dotes para ser un mediador eficaz, y si es posible mejorar estas
inclinaciones a través de la capacitación.
Por otro lado, en Venezuela la mediación esta dando paso a un nuevo rol
profesional,
que
exige
una
formación
adecuada,
un
sustento
teórico,
pero
principalmente una práctica a través de curso y talleres especialmente diseñados para
dotar a los futuros mediadores de las herramientas indispensables para cumplir su tarea
de pacificación social.
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En el caso de los abogados, este entrenamiento reviste particular importancia.
Por cuanto, en la formación académica como en el ejercicio de la práctica profesional;
los abogados son especialistas preparados para litigar y sólo prestan atención a la
información que consideran relevante jurídicamente, desestimando lo que se relaciona
con emociones, intereses, valores y necesidades.
Por eso la necesidad de optimizar la empatía, lo que significa, mantener a las
partes informadas, utilizando un lenguaje que ellos puedan entender, lo que representa
escuchar cuales son las necesidades y requerimientos específicos que estos tienen. Es
el deseo de comprender a las partes y encontrar las respuestas más adecuadas.
Por otra parte, el éxito de la nueva Ley Orgánica para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes descansará mayormente, en la audiencia preliminar. Una de las
características de la audiencia preliminar es la comparencia obligatoria de las partes, el
legislador estableció la comparecencia de las partes como una carga procesal. Por ello,
la incomparecencia del demandante produce el desistimiento del procedimiento y, en
consecuencia, terminado el proceso mediante sentencia oral que será reducida a
escrito y deberá publicarse en el mismo día.
Además, los seguidores de la resolución alternativa consideran que el acuerdo
equivale a la sentencia, lo que dicen sólo es concebible reduciendo la función social de
la decisión jurisdiccional a la manera resolución de conflictos privados; dentro de esta
tesitura, la transacción logra el mismo objetivo que la sentencia, es decir la paz entre los
contendientes, con menor costo para la sociedad.
Cabe aclarar que la resolución alternativa no constituye una panacea, válida para
todos los casos, sino un complemento de la decisión judicial, que como servicio y como
Poder del Estado no puede desaparecer. El juez o jueza no debe claudicar en su alta
misión, mas para que su tarea sea eficiente, otros modos de resolver los conflictos
deben coadyuvar con el clásico.
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Todas las partes involucradas en el proceso de mediación, deben hacer una
evaluación objetiva del caso para que el proceso de la mediación pueda ayudarles a
encontrar una posición común con la que puedan llegar a un acuerdo. Necesitan buscar
una posición acordada con la que puedan vivir y que sea aceptada por el otro lado. Si
se aferran a su mejor resultado en cualquier tema que se esté discutiendo, o en el
propio resultado del litigio, es poco probable que se llegue a una solución. Es
fundamental que analicen sus riesgos -¿Qué probabilidades tengo de conseguir todo lo
que pido?
En conclusión, la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes nos coloca a la vanguardia del mundo en el proceso de transformación,
cambios y modernización del poder judicial y de los conflictos familiares desde una
óptica distinta, lo cual influirá necesariamente en toda la transformación del Poder
Judicial de Venezuela.
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12
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13
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14
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14
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14
Wilde, Z y Gaibrois, L. ....................................................................................
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Fernández y Mijares.......................................................................................
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24
Landsberger, H...............................................................................................
25
Young, O. .......................................................................................................
25
Moore, Christopher.........................................................................................
25
Moore, Christopher.........................................................................................
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Fernández y Mijares.......................................................................................
26
Wilde, Z y Gaibrois, L. ....................................................................................
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Mazt, J............................................................................................................
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Fernández y Mijares.......................................................................................
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Gobbi, M y Padilla, R......................................................................................
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Gobbi, M y Padilla, R......................................................................................
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