1 La existencia de una Ley del Estado que regule toda la normativa

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PRIMER CONGRESO PROFESIONAL DE
LOS INGENIEROS DE MONTES
Sesión 3ª : La Política Forestal
Comunicación: Ley del Estado. La propiedad forestal y
su problemática.
Autor: José Ferrando Plá
La existencia de una Ley del Estado que regule toda la normativa para la
conservación, mejora y aprovechamiento de los montes, es más que indispen
sable para la buena gestión de los montes españoles. Diversas dificultades han
debido
surgir, desde la aprobación de la Constitución Española el 27 de
Diciembre de l978, para que no pudiera adaptarse la Ley de Montes de 1957 y
su Reglamento a las circunstancias administrativas y constitucionales actuales.
Sin embargo es tan necesaria su promulgación, que sin una norma legal
que se promulgue a este fin, peligran en buena parte, la existencia de los
Montes españoles.Entre tanto, no hay más legalidad que la que está promulgada
en 1957 que cada Comunidad Autónoma, la ha soslayado en lo que ha estimado
conveniente para su gestión, con la promulgación de una Ley para la que están
plenamente legalizados en el ámbito de sus competencias.
Parece una exageración lo escrito más arriba, pero si ello no se remedia,
la continuidad en el abandono que ello significa, incrementará la desidia en su
redacción y posteriores discusiones, trámites, etc. Ello está produciendo una
especie de caos, en parte debido también a que las leyes emitidas por las
Comunidades, que de alguna manera, resuelven “su problema”, “sin que se
puedan perjudicar otros interese “vecinos” Como índice
representativo, de
imprescindible necesidad de una Ley estatal, es considerar que ocupamos el
primer
lugar
de
la
clasificación
de
países
europeos
en
peligro
de
desertificación. Debía de preocuparnos a todos los españoles, con el gobierno a
la cabeza, el intentar situarnos a la cola en este campeonato.
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Aporto pues mi opinión, en el sentido de estimular y proponer que por
los me dios estén al alcance de los colegiados que tengan la oportunidad de
concienciar a los gobernantes- por muy ocupados que estén en conducir a
España hacia los mejores logros- la importancia que tiene el acometer el
problema
y
su
signifi
cación.
Unas
bien
orquestadas
campañas
de
concienciación de los ciudadanos, medios de comunicación, etc. a fin de que se
enteren de lo que ello representa para un futuro, cada vez menos lejano.
Posiblemente haría que se inclinaran las “preferencias” para que los
gobernantes, pusieran manos a la obra para atajar el peligro y mejorar nuestra
habitabilidad en un país con un clima envidiable. La campaña promovida por un
ente al que no se le pueda achacar una u otra inclinación política, quizá moviera
a los gobernantes sean los que sean. No es cuestión de apuntarse éxitos, sino de
emprender el camino hacia la “cola” de
clasificación antes citada. ES
NECESARIO E IMPRESCINDIBLE
Lo difícil es, recuperar el tiempo (tarea totalmente imposible) del retraso
en la promulgación de la Ley básica, adecuada para este y otras imprescindibles
actividades sobre el territorio. El problema es cada vez más agobiante y difícil.
Todos los profesionales del tema, estamos preocupados. Ello ha dado lugar a
que algunas Comunidades Autónomas, se hayan tomado la delantera, y han
promulgado leyes autonómicas con legislación que cuasi vulnera la todavía
vigente Ley de Montes . Hay muchos problemas urgentes en España, pero uno
más que importante, éste. Como es natural, somos muchos los perjudicados
(aunque apenas hay conciencia de ello). Quizá a alguno se beneficie, pero no
creo que sean muchos. Nuestra vida es muy corta en relación con el bosque y
sus aledaños. El alcance visual de algunos “ricos en mezquidad”, está muy
limitada en el tiempo y de “alguna forma” en su espacio.
Por ello me parece muy interesante y conveniente la determinación del
Colegio en redactar el ANTEPROYECTO
LEY BÁSICA DE MONTES Y
APROVE CHAMIENTOS FORESTALES. Ello podría ser base para que se
promoviera la su estudio y promulgación “con todas las bendiciones” evitando
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que se hiciera ¿política? de este tema. La Ley que propone el Colegio,
encuentro que puede ser aprobada por todos los postulados políticos.
Requisitos a tener en cuenta.Estimo que la Ley, por ser de Ámbito Nacional, debe de actuar sobre
“unidades biológicas” , puesto que ellas no conocen los límites artificiales que
el HOMBRE establece, y obedecen sólo las que corresponden a sus
características naturales. Es indispensable, como bien sabemos, que los
tratamientos y trabajos se deben realizar en función de la naturaleza y situación
de las especies. Todo ello en su momento oportuno, con el tratamiento
adecuado, etc evitando que si se actúa por separado y con disparidad de
criterios, según la parcela que le corresponda a una Comunidad o a otra, nos
puede venir lo que no esperamos, al margen de posibilitar la aparición de
resquemores o disparidades no deseadas.
El que se actúe de forma coordinada y bajo el cumplimiento de una Ley
que obligue “a todos” y “comprometa a todos”, será base indispensable para que
se administren bien los trabajos ,su naturaleza, clase, costes , etc.
LEYES AUTONÓMICAS
Las ya puestas en vigor en cada Comunidad Autónoma, se deben de
adecuar en todo aquello que sea mejor y de acuerdo con la Ley del Estado. Ello
será difícil que lo acepten las Comunidades Autónomas, pero probablemente
haya que intervenir de forma que no se alteren los sentimientos políticos de los
diversos entes gobernantes.La labor no es fácil, pero es indispensable. El crear
la conciencia ciudadana de lo necesario, si se acierta en la concienciación, será
un buen instrumento. De todas formas, el problema, desde este punto de vista,
será tanto más difícil cuanto más tarde se emprenda.
Un tema a destacar, desde hace pocos lustros, es la novedosa
CERTIFICACION FORESTAL. Inquieta el que haya tantos interés en adoptar
un tipo u otro.
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Pienso que si lo que se está tratando es evitar la explotación
incontrolada de bosques, al menos en nuestras latitudes, poco habría que temer
si los montes ordenados y no ordenados, se gestionan tal como dice la Ley de
Montes del 57.
Así mismo, aunque algo más difícil, pueden ser las fincas de propiedad
privada, máxime si son de pequeña superficie. Mucho peor lo teníamos en mis
primeros años a partir de 1954, cuando además de malas carreteras, peores
medios de comunicación, “maquis” en algunas zonas, etc. señalábamos en las
fincas particulares, hacíamos reconocimiento finales del
aprovechamiento
realizado ,
no
describiendo
pequeños
episodios
que
determinaron
“muchos
cambios”. (supongo que también algunos “epítetos”) y no obstante se
controlaba perfecta mente. Claro que significaba algunos sacrificios, pero..... se
cumplía con la Ley.
GESTIÓN FORESTAL SOSTENIBLE
La conservación de montes y el desarrollo sostenido, es un tema
netamente técnico que reviste una especial dificultad de tipo profesional, social
y económico. Es importante e imprescindibles el afrontar la obtención de la
REGENERACION NATURAL, sin pérdidas de tiempo después de las cortas.
Cualquiera que sea el método de cortas y regeneración adoptado en los
Proyectos de Ordenación de Montes - sean definitivas o provisionales- deberán
garantizar la obtención de la regeneración natural en el año siguiente a la cortas
realizadas.
Previo a la redacción del Proyecto se deben realizar
las experiencias
para determinar la forma de obtener la regeneración natural. Mientras se
determina la forma de obtener esta última, pueden realizarse los trabajos de
inventariación, clasificación de calidades, toma de datos y observaciones etc. El
monte, antes de que lo “gestionara el hombre, se reproducía naturalmente. Así
pues, no sólo hay que ir a verlo, sino a “mirarlo”, “observarlo”, documentarse
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de los “hechos antiguos” que siempre nos abren los ojos, a veces “como platos”,
etc. Una Ordenación de monte no sólo es un conteo y medición de árboles.
El Proyecto de Ordenación que no garantice la regeneración “natural”
sin perder tiempo, con preparación del suelo si preciso fuere -por diseminación
en lo posible- no debe ser autorizada bajo ningún concepto. Sólo en casos
debidamente justificados, se deberá recurrir a la siembra o plantación y en este
caso, con informe previo aprobatorio del “responsable” autonómico. La
Ordenación de un monte, es uno de los estudios y realizaciones más importantes
de la profesión forestal.
El retraso en la regeneración, máxime si es reiterado, produce daños
irreparables. De ello existen ejemplos elocuentes en montes de gran importancia
técnica. El ejemplo de los primeros 100 años de Ordenación, de un monte de
P.s. en la vertiente Norte de la Sierra de Guadarrama, ha dado lugar a que sus
existencias en volumen actuales sean el doble que hace 100 años, que el número
de árboles métricos aumentó un 70% (y por tanto su tamaño individual); que en
el transcurso de esos 100 años, el volumen de madera extraída asciende a 3
veces el que había inicialmente. Estos resultados, supercontrolados, nos dicen
claramente lo que es DESARROLLO SOSTENIBLE., aún a pesar de que los
efectos de la guerra 1936-39 y los 20 años siguientes, se hicieron notar
enormemente en la regeneración natural que prácticamente no existió a causa
del pastoreo. Los efectos de tal retraso en la regeneración, serán muy notables
pasados un par de decenios.
El pastoreo con cualquier tipo de reses, en los tramos de corta y
reproducción, deberá estar totalmente prohibida, si preciso fuere impidiendo el
acceso del ganado con los adecuados cerramientos. En las zonas con pastoreo
autorizado, se permitirían sólo cortas de policía y las selvícolas programadas.
Si
por alguna causa biótica o abiótica persisten o “aumenta” de modo
significativo la necesidad las cortas de policía, serán prohibidos al pastoreo las
zonas afectadas y las de posible “contaminación”, al menos el tiempo que
previsiblemente puedan dejar de actuar las causas del siniestro, sean o no
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conocidas. Entonces se someterá a estudio, con la mayor urgencia, por los
especialistas del tema. Si es necesario, se atenderá a su regeneración por
siembra o plantación.
Es indispensable su estricto control y prohibidos al pastoreo las zonas
afectadas y las de posible contaminación, durante el tiempo que previsiblemente
puedan
actuar las causas del impacto, sean o no conocidas. Podrán ser
utilizados en este caso, cerramientos apropiados para evitar la entrada del
ganado, colocando carteles preventivos al pastoreo y a la existencia del
cerramiento.
Estos son, a mi parecer las cuestiones más sencillas de atender en estos
tiempos en que la ganadería está en buena parte estabulada, quizá para mejor
rentabilidad. Puede ser,sin embargo, que quizá no falte mucho tiempo para que
tengamos que pedir auxilio a los rebaños para que pasten determinadas zonas
incultas, en trabajos previos a su restauración arbolada.
LA PROPIEDAD FORESTAL Y SU PROBLEMÁTICA
En general, la propiedad forestal no es en absoluto rentable para el
propietario. SI LO ES para el ciudadano de este país que disfruta de algunos de
los beneficios que produce y que el propietario no puede “cosechar”. La tan
sabida producción de oxígeno, la menos conocida de almacenamiento y
regulación del agua de lluvia, otros culturales como el paisaje, terapéuticos, etc.
son producciones del monte de los que el propietario no se beneficia más que
cualquier ciudadano; a veces menos. Cuando recoge una renta
anual del
bosque, realmente su gastos hasta llegar a esa cosecha, se han realizado años
antes, algunos con bastante anterioridad. Probablemente, siempre hay personas
con medios suficientes para afrontar esa disfunción, a la que a veces ni presta
mayor atención, pero si procediese a la venta del monte, le calcula el interés
del valor de la cosecha, aunque sea bajo el interés que paga la entidad bancaria,
se asombraría viendo el mayor rendimiento del monte en dinero. Pero a pesar
de ello, hay aprovechamientos lúdicos que pueden paliar, en cierto volumen, el
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valor de renta maderable, como es el caso de la caza, golf y otros, que aportan a
salud a un país.
En el caso de ser el propietario el Estado o una entidad pública, en
algunos montes de U.P. que no tiene coste alguno de guardería, técnicos,
subvenciones, etc. , es posible su gran coste de mantenimiento ya que la
propiedad percibe el importe total de los productos, con un porcentaje de
descuento que se destina a emplear en el monte. Los gastos aquí enumerados no
van a cargo del monte, si- no del erario público, quizá como contrapartida de lo
que aportan al país. Generalmente no hay problema más que
en acciones
especiales.
El caso de las pequeñas propiedades forestales, como parte integrante de
una mayor superficie, de pequeños propietarios, pocos o muchos, quizá se
debiera realizar una “concentración de propiedades”; en cierto modo semejante
a la que en sus tiempos se hizo con la “concentración parcelaria” A mi juicio
debiera ser obligatoria, en casos destacables. De esa unidad de concentración,
que podría dar una renta, que hoy realmente no percibe cada propietario, sería
acreedor en función del valor de lo aportado. Ello sería beneficioso par el
propietario, recibir en dinero una renta real de su parte, en lugar de tener que
enajenar una pequeña cantidad de árboles que ningún profesional de la madera
quiere adquirir, ya que los gastos de corta, transporte, etc. son superiores al
valor de la madera. Sin concretar demasiado, también contempla la Ley del
1957 la posibilidad de la concentración, de otro modo realizable, que quizás
hoy pudiera ser momento para su puesta en marcha, sirviendo de acicate para
constituir mayores masas forestales si se las dotara de algunos beneficios bien
elegidos, en función de la idiosincrasia y naturaleza de los propietarios.
Con lo expresado se sugieren actuaciones y se deducen (incluida alguna
anécdota que he juzgado aclaratoria) cuales son mis opiniones respecto a alguno
de los posibles temas de la SESIÓN 3.
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