Viaje al centro de la orientación sexual: la estación homosexual El simple hecho de hablar de homosexualidad ha suscitado y sigue suscitando desde opiniones encontradas (cuando menos) hasta persecuciones enconadas (cuando más). Pero como siempre, debajo de los temores, de los prejuicios, de las filias y las fobias se esconde el más profundo desconocimiento. ¡Si fueseis capaces de olvidar vuestra opinión (favorable o contraria) durante sólo 10 minutos...! Si no estáis dispuestos a hacer ese esfuerzo, no nos engañemos mutuamente, pasad a la siguiente página y disfrutad del Boletín. Si habéis llegado a este párrafo os lo agradecemos. No estaría de más matizar qué entendemos por homosexualidad. La Real Academia da dos acepciones: 1. Inclinación hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo. 2. Práctica de dicha relación. Seguro que pensáis que somos unos "tiquis-miquis", pero tomar una u otra acepción tiene su "tela". Entender la homosexualidad desde el primer punto de vista "sentirse atraído sexualmente hacia personas del mismo sexo", Significaría que muchas personas podrían ser definidas como "homosexuales" sin haber tenido nunca una actividad homosexual. Las claves estaría en la propia vivencia, en la percepción íntima, en la identidad... y no en hacer tal o cual cosa. El planteamiento aquí sería de la homosexualidad como sustantivo. El ser. Entender la homosexualidad desde el segundo punto de vista: "conductas manifiestas homosexuales", nos haría referirnos al concepto homosexualidad como adjetivo "comportamientos homosexuales". El hacer. Nosotros, si nos lo permitís, vamos a hablar del "sí mismo", de la identidad, de la propia percepción, de la evolución .. Es decir, del Ser. LA EVOLUCIÓN Y ESTABLECIMIENTO DE LA ORIENTACIÓN SEXUAL. Parece claro que la pubertad es el periodo del ciclo vital en el que se produce un desarrollo sexual más rápido. La especificación del deseo sexual y su orientación, la vamos a encontrar alrededor de los años de la pubertad, en un proceso paulatino: Así al principio la masturbación puede ser una forma de expresar sentimientos y deseos sexuales; las fantasías... También las conductas eróticas que implican a otras personas van a verse incrementadas. Las conductas heterosexuales en los adolescentes, siguen una pauta bastante común: en un principio son frecuentes los abrazos y besos, para pasar posteriormente a caricias en los pechos y genitales, hasta dar el salto a conductas más íntimas que puedan incluir el coito. Todo esto a lo largo de un proceso de años. Gracias a este proceso de experimentación y aprendizaje, el adolescente va a poder integrar sus sentimientos, sus fantasías, sus deseos y sus conductas sexuales en una concepción de si mismo coherente, que incluye la asunción de la propia orientación sexual. ¿PERO QUÉ PASA CUANDO EL TREN DE LA ORIENTACIÓN DEL DESEO TIENE COMO DESTINO LA HOMOSEXUALIDAD Y NO LA HETEROSEXUALIDAD? Un número nada despreciable de adolescentes experimentan sentimientos de inseguridad y ambivalencia en relación a la orientación sexual. Existen matices diferenciales por los que pasa un adolescente con destino a una orientación homosexual de su deseo: El grupo de iguales. "La sintonía": Los adolescentes afianzan su identidad sexual (hombre o mujer) y su propia estima personal en función del grupo. Nos guste o no, hay una presión para estar en sintonía con el grupo. Ser rechazado por él supone una puesta en cuestión de la propia valía personal. La rigidez del estereotipo masculino y femenino: La primera fase de la adolescencia se caracteriza por una rigidez en lo que socialmente se entiende por ser hombre y mujer. Quien no actúe de acuerdo con el estereotipo será rechazado. En el estereotipo sexual de hombre y mujer no cabe la homosexualidad; no sólo eso sino que está rechazada abiertamente. Esta inadecuación con el estereotipo sexual por un lado (la homosexualidad no cabe), y la necesidad de sintonía grupal (afectando a la propia valoración personal); van a sumir al adolescente en una situación ambigua. Algunos hombres y mujeres llegan en esta etapa a cuestionar, pasajeramente, su identidad sexual; es decir, si realmente son hombres o mujeres, si tal vez debieran pertenecer al otro sexo; ya que socialmente se cuestionan sus preferencias dentro del modelo social "hombre"-"mujer". Esto no es generalizable, pero muchos hombres y mujeres homosexuales afirman haber pasado por esta fase. Lo peor no es esto; lo más duro es la inexistencia. Y lo duro no es ser minoría, sino no existir: tener la sensación de que lo que le sucede a uno ni siquiera se refleja, no hay una casilla en la que colocarse. La toma de conciencia sobre los propios deseos sexuales es algo que pasa casi inadvertido para el adolescente heterosexual, puesto que en este caso, cumple con las expectativas sociales y con lo que la propia persona espera. Sin embargo el adolescente homosexual vive en un contexto homofóbico, con dificultades para comunicarse sin ser rechazado y más aún, para poder explorar con otros su propia identidad sexual. No nos engañemos; incluso la propia ciencia se pone sus zancadillas ideológicas. Estoy cansado de leer "Aún no se conocen las causas de la homosexualidad", "parece que el "XQ28" puede ser el gen determinante de la homosexualidad"..; pero preguntaría "¿Acaso alguien conoce científicamente las causas de la heterosexualidad?", "¿Acaso alguien busca un gen determinante de la Frago Valls. heterosexualidad?"... Algo no cuadra. Silberio Saez Sesma Asesoría Sexológica CIPAJ-Uiversidad y Santiago