PercepcionesOsmín Maza Castellanos

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 Percepciones
Osmín Maza Castellanos
[ Universidad del Istmo - Facultad de Arquitectura y Diseño - Maestría en Arquitectura ]
PR O GR A MA DE P O SGRA DO S
[ Programa de Posgrados ]
Cuaderno
Percepciones
de
ensayos
Osmín Maza Castellanos
Osmín Maza Castellanos
[ Universidad del Istmo - Facultad de Arquitectura y Diseño - Maestría en Arquitectura ]
Publicación de la Facultad de Arquitectura y Diseño
Universidad del Istmo, UNIS
Programa de Posgrados
Guatemala, año 2011
Índice
Presentación
Ensayos
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La arquitectura sensacionalista
¿Crisis en la arquitectura?
De “la caja” a “la casa”
Sostenibilidad
Arquitectura frente a su contexto
Nuevas tecnologías
Los sentidos
Movilidad: La experiencia del espacio
Sensación y emoción
Visualidad y virtualidad
Cultura visual
Imagen poderosa Arquitectura visual
El cine y la arquitectura
Arquitectura y comunicación
Casa “torcida”, vida “torcida”
Diseñar, construir y habitar: Arquitectura
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Anteproyecto
• Arquitectura y estructura: Idea de mercado y espacio de encuentro 64
Caso de estudio
• Estrategia de revitalización del Cantón Exposición
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Conclusiones
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Percepciones
Presentación
La primera parte del presente documento, está conformado por una selección de
ensayos en los que cobran importancia las percepcones que se tienen sobre los
diversos temas que se abordan, relacionados estrechamente con la arquitectura y
el diseño y que, a nuestro criterio, merecen toda nuestra atención como arquitectos,
diseñadores y constructores. Dichos ensayos fueron realizados durante los cursos de
la Maestría en Arquitectura, con especialidad en Diseño Arquitectónico, a requerimiento
de distinguidos profesores como los doctores en arquitecura Miguel Ángel Alonso del
Val, María Antonia Frías, Inmaculada Jiménez y Mauricio Marínez, entre otros.
Seguidamente, en la segunda parte, se presenta una de tantas “repentinas” o
ideas plasmadas y expuestas rápidamente en el salón de clases durante los cursos
presenciales. El proyecto aquí presentado se realizó como ejercicio en la cátedra
del curso “arquitectura y estructura”, impartido por el Dr. Manuel Blasco Blanco, y
que se refiere a concebir la estructura desde la idea, y no pensar a posteriori cómo
sustentar la forma ideada caprichosamente, como suele suceder en muchas de las
obras arquitectónicas de los últimos años.
Por último, se presenta un caso de estudio, sobre las posibles estrategias de
revitalización del área del Cantón Exposición y sus zonas patrimoniales aledañas en la
Ciudad de Guatemala, en el que, gracias a la acertada asesoría de la Arq. Ana Ingrid
Padilla, tutora de la Maestría, se desarrolla la idea de que todos los lugares poseen una
“personalidad” a tomar en cuenta en el desarrollo de cualquier proyecto arquitectónico.
Así como los términos “restauración” y “conservación” pueden interpretarse como la
medicina curativa y preventiva en la arquitectura y urbanismo, se pueden trasladar
muchos otros conceptos médicos al campo propio de nuestra profesión, así como
rehabilitación, cura, sutura o el término “acupuntura urbana” acuñado por Solá
Morales hace algunos años y que busca crear el mayor impacto positivo con la menor
intervención física posible. Es por esto que, para lograr una estrategia de desarrollo
y revitalización urbana de la zona, se plantea que se debe estudiar la “personalidad”
del lugar, encontrando su “escencia” y hacer un análisis casi médico psiquiátrico para
encontrar los problemas, “traumas” y “heridas”, y poder llegar así a sus posibles curas
o tratamientos.
Osmín Maza Castellanos
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Notas y ensayos
La Arquitectura Sensacionalista
En este ensayo, intentaré hilvanar algunas ideas y razonamientos enmarcados en
algunos ejemplos, a fin de esbozar un panorama que nos ayude a reflexionar sobre
la arquitectura “espectacular” o “sensacionalista” producida en los últimos años por
algunos de los arquitectos de mayor renombre, obra que ha proliferado y que se ha
convertido en forzados “íconos” erigidos en las grandes ciudades del primer mundo, en
las que se destaca su gran efecto mediático provocado por sus atrevidas y llamativas
envolturas, pieles o vestimentas, convirtiéndose a los edificios en meros maniquíes o
cerchas y a las urbes en escaparates o pasarelas donde se exhiben los últimos y más
caros disfraces de los afamados diseñadores. Tema del que se desprenden, entre
otras, las siguientes interrogantes
¿Se han convertido los aquitectos sensacionalistas en “marcas” y las grandes ciudades
en coleccionistas de nuevos “íconos” espectaculares? ¿La arquitectura ha dejado de
ser un bien y se ha convertido en una mercancía? ¿Las nuevas expresiones de la
arquitectura han sido generadas para la publicidad y el consumo? ¿La arquitectura
se concibe para ser llamativa, para ser vista y fotografiada y no para ser habitada?
¿El contenido en la arquitectura ha perdido importancia? ¿Es la arquitectura más
reciente una cuestión de modas? ¿Qué hay más allá de la piel? ¿Estamos frente a una
arquitectura centrada en una nueva especialización, como lo sería el Exteriorismo?
¿Es el uso cada vez más frecuente de términos como “verde” y “sostenible” una
respuesta a los supuestos excesos de la arquitectura en cuestión?
Fuentes y referencias:
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“Los ojos de la piel. La arquitectura y los sentidos” Juhani Pallasma (Gustavo Gili, 2006)
“El diseño invisible” Norberto Chávez (editorial Paidós, 2005)
“Vida de consumo” Zygmunt Bauman (Fondo de cultura economica, 2007)
“The iconic building” Charles Jencks
“Barcelona: marca registrada y banderín del ciudadanismo” H. Pedraforca (2004)
“Reflexiones sobre el turismo cultural” Claudia Toselli (Revista Pasos, 2006)
Otros
Percepciones
En 1997 abrió sus puertas el Museo Guggenheim de Bilbao, en medio de un mar de
críticas que fueron menguando, dado el inesperado éxito que el edificio y el propio
museo iba teniendo a nivel mundial, llevando grandes beneficios económicos al País
Vasco y dimensionando positivamente la imagen de Bilbao a nivel internacional. Phillip
Johnson llamó a este museo “el edificio más grande de nuestros tiempos”, recibió
varios reconocimientos, entre los cuales está el de Museo Europeo del Año, lo que lo
convertiría en una referencia y gran ejemplo a seguir para otras ciudades.
Y así fué. Las más importantes urbes del mundo quisieron replicar el llamado “efecto
Bilbao” para revitalizar sus ciudades y ponerse de nuevo en el mapa. Y es que a
pesar de que ya habían existido construcciones icónicas tan representativas, como
la Ópera de Sydney de Jorn Utzon, la Torre Eiffel o el mismísimo Crystal Palace de
Joseph Paxton, fue el Museo Guggenheim de Frank Ghery con el que se retomó o
“redescubrió” ese poder político, comercial y exhibicionista de la arquitectura.
Poco a poco fué ganando más y más terreno esta arquitectura “icónica” y sensacionalista,
de la mano de los más extrovetidos y afamados arquitectos como Santiago Calatrava,
Zaha Hadid, Frank Gehry y Jean Nouvel, entre otros, fomentando la competencia
entre ciudades por demostrar quién está a la vanguardia o quién colecciona más de
estas obras de arquitectura, sin importar su costo. Esta arquitectura sensacionalista,
espectacular y exteriorista se ha convertido además, en una herramienta política y
publicitaria muy utilizada por las administraciones públicas, empresas y corporativos
más importantes del mundo.
Museo Guggenheim Bilbao de F. Ghery
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
País Vasco, España 2011
Osmín Maza Castellanos
Al parecer, la finalidad de la arquitectura en nuestra época no es necesariamente el
de ser el hábitat del hombre, como tradicionalmente lo era. Y es que la arquitectura
contemporánea se ha concebido, en muchas ocasiones, como arquitectura para
ser vista y no para ser habitada, producto talvez del apogeo del consumismo o la
globalización, se trata de ver quién llama más la atención y quién vende más, en
ocasiones sacrificando muchos principios básicos de la ética y la arquitectura.
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El que habita el edificio ha dejado de ser prioridad, pasando a segundo plano respecto
al que pasa caminando frente a la calle y admira la edificación creada al gusto personal
o a capricho de los dueños o diseñadores.
Pero sabemos también, que en esta sociedad de mercado “no diferenciarse es
morir” (Norberto Chávez) y que es la conquista de este mercado la misión real de
esta “innovadora” arquitectura espectacular; obviamente a los arquitectos “estrella”
se les contrata para hacer edificios singulares y de gran notoriedad y se les enviste
de autoridad cultural llamándolos los “máximos exponentes de la arquitectura” para
legitimar las intervenciones. Está claro que “la arquitectura sensacionalista no es
más que un instrumento del marketing político y empresarial” (Norberto Chávez), y
como para muestra un botón, podríamos hablar de Barcelona “la tienda más grande
del mundo” (Pedraforca), con un “city branding” de grandes dimensiones, el cual
incluye, desde luego, el realce de sus edificios emblemáticos y la creación de otros
muchos íconos arquitectónicos, protagonistas, con gran presencia mediática apelando
primordialmente a la imagen de su exterior, más allá de su utilidad. Es por este impulso
de nuevos proyectos lo que convierte a Barcelona en líder del panorama arquitectónico
mundial y por lo que ha sido premiada por el Real Instituto de Arquitectura Británica
-RIBA- y por la Bienal de Venecia en el 2002.
Es a raíz de este aparente éxito de Barcelona y de las crecientes Madrid y Valencia,
por lo que el MoMA de Nueva York considera que España es la nueva sede del
diseño internacional, lo que desencadenó una feroz competencia entre las ciudades
españolas, europeas y del mundo entero por ser el “non plus ultra” de la arquitectura
internacional.
Al lado de proyectos detonadores que Barcelona ha utilizado de pretexto para repetir
los éxitos anteriores, como se dijo arriba, surge también la insistencia en crear nuevos
íconos con arquitectura de “autor” y así vestir la ciudad de “marca”, como la Torre Agbar
de Jean Nouvel, la remodelación del Mercat de Santa Caterina de EMBT Architects o la
nueva imagen del Camp Nou de Norman Foster, tres obras sensacionalistas,
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Percepciones
exterioristas y espectaculares como muchas otras que, dicho sea de paso, tienen
muchas cosas en común, por ejemplo las tres han sido concebidas para ser llamativas
y “refrescar” el ambiente cultural y/o el skyline de la ciudad; son detonadoras o
“catalizadoras”, revitalizando ciertas áreas urbanas; se han convertido en grandes
referentes o hitos, ya que son construcciones notables que caracterizan el “estilo de
vida” de la ciudad; además podríamos agregar que según sus autores están inspiradas
en la arquitectura de Antoni Gaudí, la Torre Agbar por ejemplo, pretende parecerse en
su forma a los campanarios de la Sagrada Familia y su piel multicolor que consiste en
una especie de “brise soleil” está inspirada en la técnica de recubrimiento con pedazos
de azulejo cerámico utilizada por Gaudí, como en la Fuente del Dragón del Parc Güell,
que fué la idea generatriz para las “escamas” de colores del renovado Camp Nou,
misma técnica que inspiró a los diseñadores del Mercat de Santa Caterina, proyecto que
consistió en “vestir” el mercado con una nueva cubierta, quinta fachada que ahora se
convierte en la principal del edificio, para ser vista desde los bloques de apartamentos
a su alrededor y que presume también de retomar las bóvedas cónicas y evocar las
catenarias tan utilizadas en la arquitectura de Antoni Gaudí; inspiración que, si bien
busca una -falaz- “integración”, o mejor dicho, no ignorar este legado centenario en la
“Ciutat Vella”, busca también aprovecharse de éste para justificarse ante la población,
apegándose al potente sentimiento de identidad con los símbolos del nacionalismo
catalán y asi acceder al imaginario colectivo y adherirse como nuevos valores a la ya
larga y conocida consolidación del mercado turístico-cultural barcelonés.
Dragón del Parc Güell de Antoni Gaudí
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
Barcelona, España 2011
Osmín Maza Castellanos
Al inicio hablábamos de si la arquitectura de los famosos arquitectos eran concebidos
como “iconos forzados”, ¿serán verdaderos íconos los edificios mencionados arriba?
Pues bien, como dijimos, muchos de ellos si que son hitos, ya que son grandes
referencias. Charles Jencks dice: “Por un lado, para que un edificio se convierta en
ícono arquitectónico, requiere una imagen de nuevo cuño rebosante de elementos y
estar provista de un porte ostensiblemente elevado, destacando del entorno urbano.
Por otro lado, para que evoque una imágen de consistencia, debe, de alguna manera,
por improbable que parezca, contener reminiscencias de metáforas significativas y ser
un símbolo que encaje con el culto ortodoxo, lo que constituye una dura tarea en una
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sociedad secular”, y/o como bien dice Guillermo Vásquez Consuegra, “los íconos no se
construyen, los hace la historia y están muy lejos de los arquitectos y de los políticos.
Podemos construir edificios singulares que podrán devenir en iconos o no” en un periodo
largo o corto de tiempo, y es por esto mismo que, aunque a algunas construcciones de
nuestros tiempos ya se les rinde algún culto especial y a otras se les quisiera demoler,
no podemos juzgar aún a la mayoría de estas edificaciones, recordemos que la Torre
Eiffel era prácticamente “odiada” por los parisinos de principios del siglo pasado, sin
embargo, en la actualidad es de las construcciones más admiradas y amadas, la
principal imágen de Paris y el primordial símbolo de la nacionalidad francesa. Por lo
anterior, podemos decir que no será hasta dentro de algún tiempo, cuando podamos
asegurar cuáles de los edificios “sensacionalistas” fueron un “negocio pasajero”, como
dice Francisco Mangado respecto a la arquitectura espectáculo: “No es la arquitectura
importante la que más exhibe, la que más grita... a veces es la menos fuerte y la que
menos aguanta el tiempo” o como escribió Jean Baudrillard en su libro “Contraseñas”:
“...el valor mercantil es aprehensible, el valor signo puede ser fugitivo y movedizo, en
un momento determinado se consume y se dispersa en el valedor”.
En fin, podríamos decir que la arquitectura espectáculo es hermosa y despierta
todo tipo de pasiones y contradicciones (como todo en el arte y la arquitectura, es
muy relativo) y puede que sea una verdadera “necesidad” de los hombres, como
podemos ver en cualquier época y en cualquier cultura, o ¿esque las pirámides de
Egipto o las catedrales góticas no eran excesivas y espectaculares?; el problema en
sí es que la arquitectura caiga en algo puramente “comercial”, una arquitectura que
vende y gusta más por alguna provocación que por su valor auténtico, ese “valor” y
ese equilibrio basado en esos tres principios que bien definió Vitruvio: Arquitectura
= Utilidad + Firmeza + Belleza. Sin embargo, alguien podría decir que parte de
la utilidad de esta “arquitectura sensacionalista” o estos exteriores llamativos en
cuestión, sería precisamente satisfacer nuestra necesidad de expresarnos, de erigir
íconos, por necesidades comerciales, económicas, etc., etc., pero existe el riezgo de
que se confunda frívolamente a la Arquitectura con un simple “Exteriorismo” y que
nuestra profesión pierda su estátus y sea menos valorada, dado el nuevo rol que han
tomado los arquitectos al servir principalmente para cambiar el “look” de los edificios
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Percepciones
o las ciudades, al poner su firma o su “marca” en las envolturas principalmente, o
preocuparse más por la imágen que tendrán sus edificios al ser fotografiados y salir
en las portadas de las revistas.
Es el caso de uno de los últimos proyectos de Gehry que se construirá en España, cuyo
anteproyecto fue presentado por el Alcalde de Barcelona y el mismo Arquitecto estrella
en Nueva York. Un complejo de miles de metros cuadrados y cientos de millones
de euros que se apuestan para ver si pueden continuar con los éxitos comerciales
anteriores y seguir en esta carrera coleccionista y tener un “gehry” -cual pintura al
óleo- en esta ciudad del Mediterráneo. Pero lo curioso de esto no es lo antedicho,
sino que, aunque en conferencia de prensa se presentó ya la maqueta del proyecto,
se ha dicho que la edificación final puede cambiar totalmente ya que no se tiene clara
la utilidad que tendría el proyecto por lo que no se tienen espacios interiores ni usos
definidos en los edificios; entonces nos viene a la mente aquélla frase que hemos
oído siempre: “la arquitectura debe responder a una necesidad humana” o que “la
arquitectura se hace para ser el hábitat del hombre”, se evidencia aquí lo que se decía
acerca de que la arquitectura puede caer en el puro “exteriorismo”, que tiene más que
ver con la vanidad y el interés político o financiero que ser respuesta a una verdadera
necesidad o a un honesto interés social.
“The Bilbao Decade produced some wonderful buildings, but it was a time when the
social purposes of architecture were sometimes lost. Architecture is supposed to be
about making places for human habitation - rooms, streets, parks, cities - not merely
skyline icons or beachfront palaces” (Robert Campbell).
Mercat de Santa Caterina, EMBT Arqs.
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
Barcelona, España 2011
Osmín Maza Castellanos
Es así como esta arquitectura sensacionalista -aunque habrá sus excepciones- ha
despertado duras críticas en su contra, Toyo Ito asegura que esta competencia por
ver quién viste mejor, esta arquitectura espectáculo, “estos edificios emplemáticos
nos están llevando a la ruina, son una auténtica barbaridad... es justo hacia allí donde
no hay que ir...” o como Carlos Hernández Pezzi, Presidente del Consejo Superior
de Colegios de Arquitectos de España, quien advierte que “estos tiempos no admiten
esta arquitectura” debido al despilfarro que supone y hace un llamado a la reflexión y a
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la sensatez recordando la “arquitectura anónima que no es la de las grandes estrellas
y está muy bien” y ha remarcado que “los arquitectos no pueden hacer obras que no
respondan a sus funciones y a la responsabilidad social”, este llamado parece tener
cada vez más eco, por ejemplo en la Bienal de Venecia, el pabellón español llega con
una amplia muestra de arquitectura nueva, de proyectos construidos recientemente,
y aunque todos los autores poseen una gran trayectoria profesional y todas las obras
responden a la vanguardia y a una gran poética, no se han elegido a los arquitectos del
“star system” como un esfuerzo por demostrar que hay mucha arquitectura que es muy
buena aunque sea más sobria y sensata que la de los más reconocidos diseñadores.
Es por esto que hay quien se atreve a hablar ya de que “la arquitectura espectáculo
está acabada” (Francisco Mangado) o que ha llegado el “fin del efecto Bilbao” (Robert
Campbell); también se cree que si no se acaba con esta arquitectura desde un cambio
ideológico y cultural, será las crisis inmobiliaria, económica y ambiental las que se
encarguen de hacerlo.
Philip Johnson dijo “hagamos hoy lo que tengamos ganas de hacer”, frase que, si bien
se justifica siempre y cuando la obra sea agradable y también razonable, se convirtió
en la premisa sobre la que se desarrolló gran parte de la arquitectura de formas y
presupuestos jamás pensados. Pero parece ser que está cambiando el panorama
de la arquitectura mundial, los arquitectos que antes se preocupaban por sobresalir
con sus vistosas obras han pasado a pensar en que su arquitectura no moleste en
los distintos contextos, parecen tener más conciencia de las limitantes y necesidades
reales de la humanidad, podríamos decir que ahora se está pensando en hacer lo
que se debe hacer y no lo que querramos, cada vez se escucha hablar más y más
acerca de la arquitectura verde y ecológica, de la “sostenibilidad” en la arquitectura,
etc. o ¿será que esto de la arquitectura “sostenible” es simplemente una moda o
una “etiqueta”, una estrategia más de mercadeo para seguir erigiendo los excesivos
megaproyectos?, sobre todo si pensamos que algunos de los mejores edificios de la
historia, son sostenibles sin necesidad de etiquetarse como tales.
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Percepciones
¿Crisis en la Arquitectura?
La crisis económica e inmobiliaria de los últimos meses sin duda ha perjudicado
grandemente a la arquitectura y a la construcción. Pero pareciera que, lejos de
perjudicar, la crisis se podría convertir en un llamado a la sensatez y ayudarnos a
entrar en razón respecto a los derroches que actualmente se hacen en la edificación
y la arquitectura en general. Además, es cierto que ante la escasez de recursos
nos vemos obligados a buscar soluciones a los problemas, pero de manera más
creativa y eficiente, optimizando los recursos y pensando a futuro, y esto irá en pro de
arquitecturas más sostenibles, reciclables, diversas, integradoras, etc.
“Las Crisis son en ultima instancia productivas. Fuerzan la invención. Los fracasos
incuban el progreso. La destrucción radical permite nuevas formas de producción.
Desde el siglo XIX, los teóricos han descrito las crisis como un agente primario del
progreso en todos los aspectos de la vida individual y colectiva” (Mark Wigley).
Y es que no hay más que adaptarse a los cambios, y aprovechar esto para que se
convierta en una oportunidad para replantear hacia dónde debe ir la arquitectura ante
las crisis económica, social, energética y ecológica.
La Alhambra de Granada
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
Granada, España 2011
Osmín Maza Castellanos
La “arquitectura sostenible” pareciera ser la respuesta o la salida, que con arquitectos
como Norman Foster a la cabeza promete ser una arquitectura más sensata, aunque
muchos temen que esto se convierta en una simple “etiqueta” para los edificios o en una
“moda” pasajera en la arquitectura; sin embargo, otros afirman que la “sostenibilidad”
en la arquitectura siempre ha existido, y se demuestra con algunos de los mejores
edificios de la historia, como en la Alhambra, “sin necesidad de etiquetarse como
sostenibles”.
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Además, muchos coinciden en que la mencionada crisis es el principio del fin para la
arquitectura monumental, icónica y excesiva a la que se ha llegado en los últimos años
de mano de los arquitectos “estrella”, políticos y empresarios sedientos por replicar los
beneficios económicos del “efecto Bilbao”, pero ¿será que verdaderamente podemos
vivir sin satisfacer esta “necesidad” de construir estos hitos e íconos arquitectónicos
que, dicho de sea de paso, hemos venido erigiendo desde hace miles de años? Lo
que si es cierto es que muchos de los arquitectos y diseñadores han pasado del
deseo de “dejar huella” a preocuparse por que su huella no moleste, pensando en la
sostenibilidad y ahorro energético pero ¿Cambiará la forma de los edificios y ciudades
esta preocupación por el ahorro energético? ¿triunfará la sostenibilidad y la austeridad
sobre el poder de la imágen y la forma? ¿Nos esperan años menos monumentales?
Fuentes y referencias: “La arquitectura busca salidas” (Diario El País, 29 de octubre de 2009)
Contenedores de mercancía
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
Miraflores Locks, Panama Canal 2011
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Percepciones
De la “caja” a la “casa”
La crisis económica e inmobiliaria que ha tenido lugar alrededor del mundo durante
los últimos años ha afectado en gran manera, sin duda alguna, a la arquitectura y
la construcción. No obstante, lejos de afectar negativamente, dicha situación se ha
convertido en un llamado a la sensatez, a entrar en razón respecto de los derroches
que se hacen actualmente en la construcción.
“Las crisis son, en última instancia, productivas. Fuerzan la invención. Los fracasos
incuban el progreso. La destrucción radical permite nuevas formas de producción.
Desde el siglo XIX, los teóricos han descrito las crisis como un agente primario del
progreso en todos los aspectos de la vida individual y colectiva”. (Mark Wigley).
En efecto, así es. Ante la escasez nos vemos obligados a buscar soluciones más
creativas y eficientes, optimizando los recursos y pensando en el futuro, lo que afianza
cada vez más la sustentabilidad e innovación en la arquitectura. No queda más
opción que adaptarse a los cambios y apreciar las circunstancias adversas como una
oportunidad para replantearse hacia dónde debe ir la arquitectura frente a la crisis
económica, social, energética, ecológica. Es por ello que, desde hace ya algunos
años, muchos arquitectos han tomado en consideración el reciclaje y reutilización de
diversos productos en desuso y materiales de “desecho”, sobre lo cual podríamos
escribir voluminosos libros; sin embargo, en esta ocasión intentaré enfocarme en las
“casas contenedor”, que se relaciona con el tema principal de la presente revista,
“Complejos residenciales”.
Con la proliferación de las ideas de sustentabilidad (reciclar,reutilizar, reconstruir,
renovar), las cuales esperamos no se conviertan simplemente en una moda transitoria,
es común ver nuevas formas de diseñar y construir. Las “container houses” se han
insuflado de nuevos aires y se están tomando más en serio, pues además de lograrse
composiciones hermosas, son portátiles, de gran resistencia y durabilidad y, lo más
importante: los beneficios medioambientales que supone su reutilización, ya que,
según la “Shipping Containers Housing Guide”, la mayoría de contenedores, luego
de tener una corta vida útil de dos o tres años en el transporte de materias primas y
productos, se pueden usar en la construcción de edificios y conjuntos habitacionales.
Osmín Maza Castellanos
19
Como es sabido, desde la Segunda Guerra Mundial casi la totalidad de las mercancías
se transportan en contenedores que son trasladados por todo el mundo en barcos,
trenes y remolques, fabricados para soportar golpes y climas extremos. La mayoría
de ellos, tras haber concluido su vida útil, se desechan y terminan convertidos en
chatarra. Se calcula que en los puertos de Occidente hay unos 25 millones corroídos,
en desuso, según lo ha informado la empresa Lot-Ek, que ha realizado muchos
proyectos sostenibles de este tipo, a la Boston Society of Architects. Desde luego,
América Central no es la excepción, por lo que también aquí deberían conseguirse y
aprovecharlos para la construcción o ampliación de viviendas.
Ya en los años 50 y 60 se planteaban proyectos arquitectónicos que incluían la
reutilización de contenedores y buses abandonados, como la “Cité Autobus” de Guy
Rottier en París, y a pesar de que a la fecha ya se han ejecutado numerosos, grandes
y bellos proyectos habitacionales de este tipo, la gente sigue temiendo que su casa
parezca “fría” por el metal y las características industriales de dichas estructuras. Sin
embargo, se pueden elaborar exquisitas combinaciones con los sistemas constructivos
tradicionales (madera, mixto de block y otros), como lo vemos en la pequeña casa de
fin de semana fabricada con un solo contenedor de 40 pies en Pontevedra, España,
por los arquitectos Severo Fernández y Basilio Rodríguez. También se puede apreciar en la moderna vivienda diseñada por el arquitecto Peter
de María en Redondo Beach, Los Ángeles, donde usó ocho contenedores, y quien
describe estas casas como “the new residential product line”. Al hacer diseños “por
encargo” a precios de producción, compara su “creación” con las hamburguesas
de McDonald’s. “Simplemente reinterpretamos y representamos lo mejor de estos
procesos en un medio diferente, un nuevo proceso por el cual futuros proyectos de
construcción serán entregados”, puntualiza. De María y muchos otros arquitectos se
han dado cuenta de las ventajas de construir con grandes módulos prefabricados,
producidos en masa, dispersos por todo el mundo y fácilmente transportables, todo
lo cual, en la mayoría de casos, redunda en una incontrastable relación de costobeneficio.
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Percepciones
Residencia estudiantil Ketwonen
diseño: Tempo Housing, Amsterdam
Imagen: www.tempohousing.com
Como si se tratase del mayor sueño hecho realidad del danés Ole Kirk Christiansen,
creador de los juguetes para armar Lego, en la actualidad se “ensamblan” grandes
edificaciones o vecindarios completos, como el espacioso complejo residencial
Keetwonen, para mil estudiantes, diseñado por Tempo Housing en Amsterdam; la
colorida y muy bien distribuida Container City, de Nicholas Lacey and Partners en
Londres, o las estupendas composiciones modulares de la empresa Aycos Europe en
Barcelona, que si bien no son propiamente contenedores reutilizados, se asemejan
en su producción en serie, características y montaje a los proyectos anteriormente
mencionados y que, como resultado de su repetición a gran escala, se justifican por su
reducción en tiempo y costos, haciendo eco a lo propuesto por De María en Estados
Unidos.
Dada la flexibilidad de crecimiento, reducción, agrupación y adaptación de estos
módulos/contenedores, se han llevado a cabo proyectos de todo tipo, desde
ampliaciones de casas tradicionales o viviendas de emergencia –como el adoptado
tras el reciente terremoto en Haití, cuyo diseño fue donado por Pb Elemental Design
de Seattle y promovido por la Shipping Container Housing-, hasta comunidades
completas como la propuesta ganadora del concurso “Density: Mith and Reality”,
llamada Gloucester Green en Boston, presentado por la empresa neoyorquina Fox &
Fowle Architects, que utilizará más de 3,000 contenedores apilados hasta ocho niveles
de altura, como respuesta a la expansión de la ciudad y densificación de vivienda en
un área industrial abandonada.
También se han construido centros de salud, escuelas, oficinas, centros comerciales
como la Freitag Shop de Zurich o la tienda y edificio de eventos Puma City, itinerante
durante la competencia del “Volvo Ocean Race”, concebida por Lot-Ek, los mismos
que mencionábamos al inicio, pero que, según Metropolis Magazine, han fabricado
esta tienda haciendo uso de contenedores totalmente nuevos. Surge la duda,
entonces, de por qué no utilizar algunos de esos 25 millones de contenedores que
los mismos diseñadores de este proyecto mencionaban. ¿Habrá una contradicción?
Es aquí donde vemos el riesgo de que iniciativas como la referida se conviertan en
un elemento puramente estético o, peor aún, en una simple “moda” en la cual lo más
relevante sea la apariencia de llevar una “etiqueta”.
Osmín Maza Castellanos
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Sostenibilidad
El desarrollo sostenible es el “que considera las necesiades del presente sin
comprometer la disponibilidad de recursos para el futuro”. La ONU en su informe
“Nuestro futuro común” lo describió en un marco de valoración de las relaciones del
hombre con la naturaleza y del hombre con el hombre.
En un inicio la arquitectura sostenible se entendió como una arquitectura ecológica
o “verde” que buscaba un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección
ambiental, basándose principalmente en el “Libro Verde” en el que se definen las
características que debieran tener las ciudades. El Libro Verde dicta que las ciudades
deben respetar las diferencias y particularidades, cuyo objetivo debe ser garantizar
la calidad fisica y social, proteger la identidad y herencia cultural, social e histórica,
además de los siguientes principios: Favorecer el uso mixto, proteger y valorar la
identidad, encauzar el crecimiento y desarrollo, reducir la repercusión del transporte,
garantizar calidad de espacios públicos y garantizar además la participación de los
habitantes en la toma de decisiones; principios que tienen mucho que ver con las
aspraciones del “Neo Urbanismo” y del “Urbaismo Participativo”.
Pero luego se han dado cuenta de que no basta con que la arquitectura sea “verde”,
que se requiere un “diseño integrado sostenible” y que para lograr buenos resultados
en los edificios se deben llenar los siguientes requisitos: Eficiencia energética, ahorro
de energía o utilización de energías renovables, uso de materiales recuperados,
reciclados o que se puedan reutilizar en el futuro, larga vida útil de la edificación y
con características que permitan el cambio de uso en determinado momento, con
adecuadas condiciones de confort, habitabilidad y seguridad, y que a lo largo de todo
el ciclo de vida de los edificios se logre minimizar los residuos y contaminantes.
22
Percepciones
A todo lo anterior debe agregarse que cada caso es muy diferente, con características
y determinantes muy particulares, es decir, con agentes implicados y en contextos
distintos, por lo que no existe ninguna “receta” para lograr que un edificio sea
“sostenible” y que cada arquitecto deberá decidir en qué medida llenará los requisitos
escritos arriba para asi lograr el equilibrio entre el desarrollo económico y la protección
ambiental que mencionábamos al inicio.
Fuentes y referencias: “Arquitectura y medio ambiente” / Carles Saura i Carulla
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
Huehuetenango, Guatemala 2010
Osmín Maza Castellanos
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Arquitectura frente a su Contexto
¿Mímesis o contraste? ¿Tradición o innovación? ¿Racionalidad o “impermeabilidad”
analítica? ¿Tipología tradicional o improvización e intuición de formas? Como vemos,
hay dos posibles vías en el que hacer de la arquitectura: crear situaciones de contraste
en el paisaje (natural o artificial) o de mímesis, para adaptarse al entorno; la última
pretende minimizar el riesgo y la posibilidad de error, recurriéndo a lo ya conocido y
experimentado, a la ciencia comprobada y a la estricta racionalidad.
Sin embargo, lo que está claro es que no necesariamente el resultado de una u otra
vía sea mejor o peor, y esque ¿qué sería del avance de la arquitectura (ciencia, arte
y tecnología) si nos apegamos estrictamente a lo ya comprobado y a lo “tradicional”?
¿a caso las catedrales góticas se integraban y pasaban desapercibidas en las
ciudades antigüas, construidas siguiendo estilos y cánones de épocas anteriores?
¿no debiéramos dejar que las nuevas construcciones sean testimonio del paso del
tiempo y del avance de la humanidad, al igual que en épocas anteriores? ¿a caso en
siglos pasados no se construía utilizando los más avanzados recursos que tenían a
su alcance? ¿seguir construyendo las formas “tradicionales” sería negar la evolución
de la arquitectura?, etc., etc., etc.
De lo anterior, se puede deducir que “existe una relación inversamente proporcional
entre el grado de sujeción a un razonamiento del territorio tradicional de la disciplina y
la posibilidad de avance efectivo de la misma” (Diego Fullaondo), por lo que podemos
decir que lo que debe quedar a la “peculiar sensibilidad” de los arquitectos debe ser
encontrar las proporciones adecuadas de un ingrediente y otro para la realización de
cada proyecto en un contexto específico, es decir, sin ignorar su entorno.
Podemos decir entonces, que el arquitecto debe estar atento a su alrededor, a la
sociedad en la que trabaja, para asi “detectar los accidentes, los contextos pertinentes
y relevantes sobre los que deberá construir la hipótesis formal que intente resolver
el problema”, con miras a “ensamblar” lo nuevo para que no sea una pieza aislada,
armonizando y buscando la integración con el paisaje, sin dejar a un lado la creatividad
24
Percepciones
y la innovación, tan importantes en la arquitectura. En fin, podría decirse que la
arquitectura integrada a su contexto no es la que imita o falsifica, sino simplemente la
que nos transmite un sentimiento de pertenencia a su propio entorno, que se define
con y en el lugar donde se encuentra, y que ésto se da de forma natural y evidente.
Tanque de la Unión
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
La Antigua Guatemala, 2010
Osmín Maza Castellanos
Pero el problema se acentúa, y no es tan fácil resolver la cuestión arquitectónica
cuando hay que intervenir en una “ciudad histórica”, refiriéndome a ésta como un
lugar de gran tradición y/o con gran fuerza cultural, puesto que debemos entender
que todas las ciudades y todas sus partes son históricas, algunos dicen también que
la ciudad tiene “vida”, que cambia constantemente y que ésta “vida” de las ciudades
no es “lineal y acumulativa”, es decir que conservar una “ciudad histórica” de manera
que parezca que se “congela” en un determinado período o momento histórico sería
como negar la evolución cultural y tecnológica. Y no es que yo esté en contra de las
prácticas “románticas” de la conservación del patrimonio arquitectónico, por ejémplo
¿qué sería de la Antigua Guatemala?, esta nuestra Muy Noble y Muy Leal Ciudad de
Santiago de los Caballeros de Guatemala orgullo de los guatemaltecos, la Ciudad
de las Perpetuas Rosas de la que todos quedan enamorados precisamente porque
pareciera estar “estancada” en el tiempo, ir es “volver” -ignorando, entre otras cosas,
los vehículos estacionados en todas las calles-, pero es ahí donde podríamos caer
muy fácil en lo que mencionábamos arriba sobre la imitación y la falsificación, y esque
además ésta es la gran polémica. Estamos totalmente de acuerdo en que se debe
conservar la tipología y recuperar los monumentos, obras arquitectónicas y manzanas
centrales originales e ir menguando o difuminando el estilo conforme las edificaciones
se vayan alejando del centro, para no caer en el “ilusionismo”, en una pura escenografía
creada para el turismo, y que sus extensiones no conviertan las calles en un “parque
temático”, provocando falsas sensaciones y percepciones en los espectadores de lo
que realmente era la Ciudad Colonial. Es decir que lo que hay que procurar, es que
la “conservación” no provoque prolongaciones falsas y que no se vea “reducida a
un simple problema de escenografía urbana... ya que renuncia a una comprensión
histórico-crítica de la ciudad” (P.L. Cervellati y R. Scannavini, conservadores de la
Ciudad de Bolonia).
25
Curiosamente, entre las cosas que más se critica de las contemporáneas intervenciones
de los arquitectos “estrella” como Santiago Calatrava, Zaha Hadid, Frank Gehry y Jean
Nouvel -entre otros- además de ser muy costosas, es precisamente que se hacen
principalmente para ser vistas, con un gran efecto mediático, atrayendo al turismo
“cultural”, siendo un instrumento más del marketing político y empresarial. ¿No sucede
lo mismo con las nuevas construcciones de “estilo colonial” que se levantan en la
Antigua Guatemala?, la diferencia sería que en este caso no son creaciones originales
ni satisfacen el ego de los autores, pero –en nuestro medio- si que resulta costoso
imitar y dar mantenimiento a estas construcciones “antigüeñas”. Sin embargo, hay
que reconocer que eso es lo que gusta a propios y extraños, además de justificarse
por los beneficios económicos que representa para el país (porque nos guste o no,
el turismo es la principal actividad económica de la Antigua lo que, no tengo claro si
da vida o degrada al patrimonio –tangible e intangible- ya que todo se diseña para
usuarios distintos y distantes de la población local).
Además, es comprensible la influencia y fuerza cultural de la Antigua y la época
Colonial, como podemos ver en otros años (como en la arquitectura “ingenieril” de
los 80’s con sus arcos en la Nueva Guatemala de la Asunción) o en otros lugares,
como en las casas de este estilo “antigüeño” que se construyen hoy en día en otras
zonas de la Ciudad Capital. Pero recalco que existe un riezgo -a mi parecer- en que,
por cuestiones turístico-mercantilistas, se “reconstruyen”, recrean o falsifican obras
coloniales (o peor aún, se hacen partes y mezclas de éstas, enviando un mensaje
incompleto, distorcionado o muy distinto al de las obras auténticas). Como parte de
lo anterior, podemos hablar también de la “descontextualización” -física y temporal- de
la arquitectura barroca colonial en la propia Antigua Guatemala, con la proliferación
de conjuntos “kitsch” (1) y un sinnúmero de elementos apócrifos o -me atrevo a decir“pastiches”, dentro de los que podriamos mencionar, a guisa de ejémplo, las fuentes
idénticas a las del Convento de Santa Clara regadas por toda la Ciudad, o en los
nuevos conjuntos residenciales o condominios en donde se imitan arcos como el de
Santa Catarina o se construyen tanques en las áreas de esparcimiento simulando
al de La Unión; o grandes hoteles en plena Ciudad que se construyen con un estilo
“pseudo colonial” que más valiera construir de manera honesta con un lenguaje
26
Percepciones
contemporáneo ya que solamente confunde y engaña a la mayoría, a los menos
ilustrados en el tema; etc., etc., provocando todo lo anterior la desvalorización de los
monumentos (2) originales y auténticos, patrimonio que se debe proteger, ya que es
parte de nuestra herencia, testimonio de nuestra cultura y de su supervivencia.
Entonces ¿la arquitectura debe estar más vinculada al tiempo en que se proyecta y
construye o al lugar donde se encuentra? Nuevamente, creo que el porcentaje que se
le asigne a uno y otro debe depender también de la sensibilidad y criterio del arquitecto,
respecto al contexto en que se encuentre; y esque no se trata sólo de defender a
capa y espada el diseño y construcción clásica o tradicional, diciendo que es lo mejor,
imaginemos una casa “colonial” con tejados a dos aguas enmedio de la modernista
Brasilia ¿no sería ésto como “una ampolla en la cara de un querido y elegante amigo”
(Príncipe Carlos en su discurso del 2009 en el Real Instituto de Arquitectos refiriéndose
al moderno proyecto de extensión del museo de arte National Gallery), como vemos
el problema se puede dar también al contrario debido a la descontextualización. Pero
como es que hay obras como la contrastante Pirámide de Leon Ming Pei en el Museo
de Louvre en París que dice estar “adaptada al entorno” o almenos podemos decir
que convence a la mayoría de personas, ¿será que en el Primer Mundo valoran más
la originalidad y el trabajo de los arquitectos? ¿será que realmente se trata de una
“madurez cultural”? Lo que podemos decir al respecto es que pareciera ser que se
puede dar vida y valorar lo antiguo también a través de lo nuevo y no por medio de la
imitación, y que eso es parte de tenerle amor, deferencia y respeto a las magistrales
obras del pasado al no ofenderlas tratando de igualarlas.
Exterior del Museo de Louvre
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
París, Francia 2011
(1) Kitsch: “Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se
utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de
moda o de muy mal gusto”. (Wikipedia). Según Umberto Eco, el kitsch es “una forma desmedida o falsa, de
falso organicismo contextual, y por ello, como mentira, como fraude perpetrado no a nivel de los contenidos,
sino al de la propia forma de la comunicación” (Umberto Eco, “Apocalípticos e integrados ante la cultura de
masas”, Editorial Lumen, Barcelona 1973).
(2) Monumento es “la obra de arte que atraviesa los siglos conservando y transmitiendo su propio valor
ideológico” (G.C. Argan, “El concepto del espacio arquitectónico, desde el Barroco a nuestros días”, Editorial
Nueva Visión, Barcelona 1973).
Osmín Maza Castellanos
27
De cualquier forma, hay que ser muy cuidadoso con esa supuesta inutilidad práctica
o esa aparente inadecuación de las tipologías coloniales antgüeñas a nuestros días y
no caer en la vanalidad de buscar sólo porque sí la novedad y modernidad, de no ser
una víctima más del consumismo y pensar siempre en la actualización de las cosas
-incluida la arquitectura- solamente para estar “a la moda”, a la vanguardia o al día; y
lo más grave, caer en la despreocupación por nuestra identidad, nuestra arquitectura
y demás razgos que nos hacen muy particulares, incluso llegando a juzgar esta
“nuestra” arquitectura antigua y regional como “inferior” a la que se erige actualmente
en otras partes del mundo y venir a implantar en estas latitudes esas edificaciones
“internacionales” que pudieran estar en cualquier otro lugar. Asímismo, debemos tomar
en cuenta que la Antigua Guatemala, Patrimonio de la Humanidad, no nos pertenece
únicamente a los guatemaltecos, ni a los dueños de las casas y demás propiedades
en la Ciudad, ni a los mismos antigüeños, ni mucho menos a los arquitectos que
trabajamos ahí, pertenece además a los visitantes, al mundo entero, y gusta tal y como
está; por lo que, a la hora de pretender intervenir, recuperar, conservar, etc. debemos
hacernos las preguntas “¿recuperar para qué y para quién? ¿qué derecho y deber les
asiste a los que allí viven, los que allá van y los que no van pero están?”(3) y pensar
en lo antiguo a futuro, es decir, pensando siempre en la transmisión del patrimonio a
próximas generaciones, pensando en la sustentabilidad, pero procurando también, en
la medida de lo posible y evitando pérdidas irreparables y posteriores lamentaciones,
“producir renovación, y no conservación como mantenimiento de las condiciones de
origen que niega la suma del tiempo al pasado”(3), permitiendo la incorporación de
materiales y técnicas constructivas modernas.
En fin, he confrontado todas estas ideas, y sé bien que es muy distinto escribir
aqui detrás de la barrera, a estar faenando en la arena de la ciudad colonial. Sin
embargo, creo que para colaborar en la búsqueda de soluciones siempre es bueno el
planteamiento y replanteamiento de estas delicadas e importantes cuestionantes, que
como todo en el arte y la arquitectura, tienen respuestas muy relativas.
(3) I Encuentro sobre Arquitectura, Vivienda y Ciudad en Andalucía y Amércia Latina, Resúmen coordinado
por Fernando Carrión, Cádiz septiembre de 2006
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Nuevo Museo de Bellas Artes de Cuba
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
La Habana Vieja, Cuba 2011
Percepciones
Fuentes y referencias
• Diego Fullaondo, “El diálogo de la arquitectura: entre el contexto y lo formal”
• Umberto Eco, “Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas”, Editorial Lumen, Barcelona 1973
• G.C. Argan, “El concepto del espacio arquitectónico, desde el Barroco a nuestros días”, EditorialNueva
Visión, Barcelona 1973
• I Encuentro sobre Arquitectura, Vivienda y Ciudad en Andalucía y Amércia Latina, Resúmen coordinado
por Fernando Carrión, Cádiz septiembre de 2006
• Comunicaciones y Ponencias del 1er. Congreso del Comité Español de Historia del Arte, en Trujillo,
junio de 1977
• Bruno Zevi, “Architettura in nuce”, Roma 1964
• Discurso del Príncipe Carlos del 12 de mayo de 2009 en el Real Instituto de Arquitectos del Reino
Unido, con motivo del 175 aniversario del RIBA
• Sygmunt Bauman, “Vida de Consumo”, Fondo de Cultura Económica 2007
• Claudia Toselli, “Reflexiones sobre el turismo cultural”, Revista Pasos 2006
• Otros.
Osmín Maza Castellanos
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Nuevas Tecnologías
El desarrollo del proyecto arquitectónico esta condicionado y determinado por
el proceso de diseño, en el cual las modalidades operativas tienen gran influencia.
Es por lo anterior que es imposible negar que el uso de medios digitales por medio
de computadoras en el proceso de diseño arquitectónico ha abierto las puertas a
una “nueva arquitectura”, una arquitectura que representa la imaginación de los
diseñadores, una arquitectura que antes estaba limitada a la geometría clásica, a
la gravedad, etc., casi imposible de concebir y construirse hace algunos años. Los
cambios que han tenido lugar en los modelos tradicionales de arquitectura, en todas
sus fases, desde los primeros momentos para idear y concebir un proyecto, pasando
por la representación hasta llegar a la real concreción de la obra arquitectónica.
Y esque ahora, gracias a las nuevas tecnologías y a las otras disciplinas que han
venido a colaborar en el campo de la arquitectura, podemos llevar a cabo obras antes
impensables. Por ejemplo, hace algunas décadas, para hacer construible la Ópera
de Sidney primero se tuvo que hacer un exhaustivo trabajo para geometrizar o llevar
a “formas geométricas conocidas” los trazos de Utzon, cosa que no sucedió con el
escultural Guggenheim de Bilbao, edificio que marcó definitivamente este punto de
inflexión en la historia de la arquitectura y la construcción. Ya casi no existen límites
para nuestra imaginación, podemos construir casi cualquier cosa que nos imaginemos,
desde islas artificiales con forma de palmera en Dubai, hasta “edificios nube” en Berna.
Ya el deconstructivismo y el minimalismo han dejado de sonar contemporáneos, y lo
que se cree que es de “alta tecnología” probablemente al mes, a la semana o al día
siguiente quede desplazado por algo nuevo.
A la par de las nuevas herramientas para el diseño y la representación, de las
nuevas técnicas constructivas para llevar a cabo nuestras más soñadas ideas, del
descubrimiento y uso de nuevos materiales como el concreto traslúcido, surgen también
nuevas aportaciones en el campo de la sostenibilidad, forma de hacer arquitectura en
30
“Isla Palmera” en Dubai, EAU
Imagen: www.cincodías.com
Percepciones
la que las nuevas tecnologías apoyan en gran porcentaje para realizar obras menos
contaminantes y más ecológicas, más confortables y habitables en climas y situaciones
extremas, o para ahorrar energía o llegar a las edificaciones autosuficientes a traves
de sistemas de paneles fotovoltaicos, energía eólica, etc.
¿A dónde nos llevará este acelerado crecimiento tecnológico? ¿Qué es la utopía en
la arquitectura? Ya no se puede pensar en arquitecturas irrealizables, porque las que
tengan limitaciones (materiales, mercado, presupuesto, tecnología o pensamientos de
la época, etc.) talvez mañana las podamos llevar a cabo.
“Todo es posible hasta que se pruebe que es imposible. Y aún entonces lo imposible
puede serlo solo por ahora” (Pearl S. Buck).
Referencias: “Las nuevas tecnologías en la arquitectura: ¿Una nueva era?” / Jesús Marino Pascual
Osmín Maza Castellanos
“Arquitectura hoy! = imaginación” / Monrás Charles y Graf Seballos
31
Percepción: Los sentidos.
Sabemos que todas las “imágenes” las captamos a traves de los sentidos (sensación)
y que la percepción (interpretación) se da al reconocerlas y/o compararlas con otras
imágenes guardadas en nuestra memoria o en nuestra imaginación (representación).
¿Será entonces que la percepción es subjetiva? Definitivamente la percepción si es
subjetiva, podríamos decir que nuestra percepción, así como nosotros mismos, somos
producto de la herencia y del ambiente en que nos desarrollamos, como dice Juhani
Pallasma “soy la suma de mis recuerdos” y como dijo Franck Lloyd Wright “la forma
de percibir, es la forma de ser”. Es por lo anterior que se puede decir también que, las
percepciones van estrechamente ligadas a la cultura, que depende de los “símbolos”
comúnes y fácilmente interpretables por todos, pero en nuestro campo ¿sería un error
creer que la “mejor arquitectura” se caracteriza por su fácil percepción? ¿será que los
arquitectos podemos influir en la vida y cultura de las personas con nuestras obras?
En el libro “Los ojos de la piel” Pallasma hace una crítica al papel hegemónico de la
vista en la experiencia perceptiva de la arquitectura -y todo el entorno- en nuestros
días, pero más que esa “crítica” lo que se pone de relieve es la importancia que tiene
el sentido del tacto en la experiencia, comprensión y percepción de la arquitectura, el
espacio y el mundo en general; es más, define al tacto como “la madre de los sentidos”
y califica a los otros sentidos simplemente como “prolongaciones” del tacto, puesto
que todo llega a la piel y todo lo sentimos por medio de ésta, ya sea con una “piel” o
membrana muy evolucionada y/o especializada como la de los ojos o por medio del
roce de los pequeños bellos en el oído, etc. Asímismo plantea que, en el proceso
perceptivo, todos los sentidos se relacionan entre sí, y cuando se “despierta” a uno,
se despierta también a los demás.
En la arquitectura, la experiencia sensorial y perceptiva es muy importante. Desde
siempre, se han identificado –consciente o inconscientemente- como los mejores
32
Percepciones
edificios, a los que nos hacen “sentir” más o emocionan, provocan u ofrecen
experiencias de manera excepcional, al vivir esta arquitectura de “los sentidos”, que
no se debe confundir con hacer arquitectura “espectáculo” que si bien despierta los
sentidos, pasa fácilmente de moda, es ruidosa y “frenética”, debe buscarse mejor
una buena arquitectura basada en la “poética” y en la “ética” y enfocarse más en los
“detalles” que en los “destellos”. Los arquitectos deben ser cuidadosos con sus obras
y estar conscientes de que ésta provoca sensaciones muy distintas y no basarse
únicamente en lo visual y exterior, la arquitectura se huele, se escucha, se siente, se
vive.
Fuentes y referencias: “Los ojos de la piel” (Juhani Pallasmaa)
Sobria fachada de la magnífica
Casa Estudio de Luis Barragán
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
Ciudad de México, 2011
Osmín Maza Castellanos
33
Movilidad: La experiencia del espacio.
¿Qué es el tiempo? Browne explica el tiempo diciendo que es una percepción
(perceptum) y no un concepto (conceptum), o como el mismo San Agustín (400 d.C.)
decía, acerca de la pregunta con la que iniciamos, “si nadie me lo pregunta, lo se.
Si quisiera explicárselo al que me lo pregunta, no lo se”. Al tiempo, dice Browne, lo
conforman y le dan sentido dos realidades: la primera es que el tiempo se “padece”,
es una experiencia para el cuerpo y los sentidos; la segunda, es que el tiempo se
guarda y se retiene en un “espacio” llamado memoria. Pero ¿que relación tiene esto
con la arquitectura? Ambas realidades, cuerpo y memoria, “son conformadoras de la
obra de arquitectura, desde su concepción hasta su habitación” (T. Browne).
Se puede decir que el espacio arquitectónico puede ser habitado de modos distintos,
desde el punto de vista “temporal”. Se dice que hasta masomenos el siglo XVII,
generalmente la arquitectura era hecha para “habitar” y “permanecer” en ella, ya que
estaba constituida por salones y estancias contiguas que se comunicaban entre sí por
medio de puertas, se concebían los interiores como una “subdivisión o modo como el
total del área edificada se parte en áreas menores; de suerte que el cuerpo entero del
edificio resulta compuesto de edificos menores, como miembros reunidos formando
un único complejo” (Alberti, 1485).
Posteriormente, con la “aparición” del corredor, definido como “una larga entrada a través
de todo” (Sir Roger Pratt, 1597), y por consiguiente, de los remates como vestíbulos y
escaleras, se dió una nueva forma de vivir y habitar la arquitectura, que coincide con
la moderna idea de Le Corbusier de que el espacio y la unidad arquitectónica se debe
ver como un espectáculo, un recorrido, un paseo arquitectónico con un itinerario. Es
aquí donde entra una nueva percepción del tiempo en el espacio, ya que aparte
del propio tiempo que toma atravesar un recorrido, se puede decir que el tiempo se
compone de un antes y un después, ya que con los recorridos siempre habrá algo que
se deja atrás y que “ya no es” (la memoria como “depósito del tiempo”, como la llama
34
Percepciones
Patio circular Palacio de Carlos V
Fotografía: Osmín Maza Castellanos
Granada, España 2011
San Agustín) y habrá siempre un “aún no” (la espectativa por el tiempo y espacios que
faltan por descubrir, de nuevo entramos al campo de la representación). Pero ¿qué
pasa con los ambientes “intermedios”, como los pabellones? Se puede decir que son
una “pausa” entre el ensimismamiento del salón y la contemplación del recorrido.
A propósito de la representación, la virtualidad y la actualidad de los “recorridos” en
la arquitectura, podemos hablar de la forma en que se proyecta la arquitectura en
nuestros días, por medio de recorridos virtuales en tres dimensiones, modalidad que
“anticipa, restando al presente, lo que la obra será.... Lo virtual tiende a concebir el
espacio como espectativa fuera del tiempo” (Browne), el habitante ya no es habitante
de la arquitectura, sino un espectador, ¿Esto no es volver a concebir el espacio desde
un cuerpo estático como antes de la aparicion del corredor?
Fuentes y referencias: “Time: body and memory, rooms and passageways” (Tomás Browne)
Osmín Maza Castellanos
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Sensación y emoción
“Uno se puede enamorar en Praga, apetece hacerlo, casi al margen de
la persona, es una ciudad para ser compartida”, en cambio ahora, en las nuevas
ciudades que “emplean los edificios como imágenes que reflejan el egocentrismo de
un cliente o de un arquitecto”, ¿qué nos anuncia la cercanía del mar, su olor salado
o su horizonte infinito? ¿qué recordamos de una calleja estrecha, la rugosidad del
pavimento bajo nuestros pies, el sonido de las pisadas, el olor de una panadería o su
perspectiva torcida? (Hämeenlinna, 1936), argumento de Pallasmaa en donde nos
quiere dar a entender que la arquitectura de hoy no es para los sentidos, no es para la
gente.
“The city is... a state of mind, a body of customs and traditions, and of the organized
attitudes and sentiments that inhere in these customs and are transmited with this
tradition. The city is not, in other words, merely a physical mechanism and an artificial
construction. It is involved in the vital processes of the people who compose it” (Robert
Park).
Cada vez hay menos experiencia sensorial en la arquitectura, debido en gran parte al
uso de los nuevos materiales, como el vidrio y el aluminio, en los que difícilmente se
aprecia el paso del tiempo, a diferencia de los materiales tradicionales y naturales, que
cambian poco a poco de color, textura, etc.
Asímismo, desde el paso de la tradición oral a la escrita, con la incorporación cada
vez más de los “signos”, inicia una creciente predilección por lo visual, lo que hace
que se descuide la importancia de los demás sentidos en la experiencia del espacio
arquitectónico, no se trata de
sólo ver superficilamente la arquitectura, se trata de que ésta nos “emocione y nos haga
“sentir”, como Luis Barragán decía “Mi hogar es mi refugio, una pieza de arquitectura
emocional, no un lugar frío de convivencia”, “no me pregunten de este edificio o de
aquel, no miren lo que yo hago, miren lo que yo vi”, el arquitecto que lo consiga, habrá
hecho una buena arquitectura.
36
Percepciones
Con el sonido por ejemplo, se ha perdido esa “intimidad acústica”, esa experiencia del
habitante con su alrededor; el sonido lleva consigo una carga emocional y dimensiona
los espacios, hace que sean de una escala comprensible, hacen que exista intimidad
o monumentalidad, hospitalidad, hostilidad, invitación, etc. “El sonido de las iglesias
y campanas en la ciudad, el eco de los pasos en las calles, etc. se han perdido en la
ciudad contemporánea” dice Pallasmaaa. Pero ¿a que se debe que la arquitectura se
vuelve cada vez más visual y descuida más a los demás sentidos? ¿Será consecuencia
de los procesos económicos y tecnológicos? La imagen visual es una herramienta de
impacto inmediato y tan potente que deja de lado las otras posibilidades, y en este
mundo de mercado y tan acelerado, es lógico que se use la arquitectura para hacerse
notar, hablando alto, los arquitectos de hoy buscan ser como los “rockeros” en el
mundo de la música, pero como dice Pallasmaa: “la arquitectura es el arte de la lentitud
y el silencio”. Respecto a lo anterior, nos vienen a la mente construcciones antiguas
como las catedrales góticas y cualquiera podría preguntarse si ¿estas catedrales no
se hacían notar y eran “ruidosas”? Si, contrastaban y hablaban alto, pero involucraban
a los demás sentidos, “invitaban a un encuentro íntimo”.
“The places of ‘supermodernity’ erase senses of real comunication an memory” (A.
Burns).
Pavimento frente a la Catedral de Sevilla
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
Sevilla, España 2011
Osmín Maza Castellanos
Por otro lado, se habla también que, a la par de que se va dando más importancia
al sentido de la vista, se va perdiendo la hapticidad, el “elemento erótico” de la
arquitectura, ya que, antiguamente lo hacían y construían todo con las manos de los
arquitectos y artesanos, hoy son las máquinas y la imaginación de los arquitectos,
incluso en el proceso de diseño, ya no se hacen detalles y modelos escala 1:1, y
con los programas computacionales y las representaciones virtuales en 3D, ya no
se hacen maquetas ni dibujos a mano, esto es parte del privilegio de la vista y de la
desvalorización de los otros sentidos. ¿Es una actitud nostálgica y regresiva? ¿no
es un innecesario desprecio por los avances tecnológicos? “Lo que debe cambiar
no es la tecnología, sino el enfoque de los arquitectos... El elemento erótico de la
arquitectura está representado por el tacto: el sentido que invita a juntarse y a ser uno
con lo tocado, con el entorno” (Pallasmaa).
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Referencias: “An architecture of the seven senses” (Juhani Pallasmaa)
“Emotion and urban experience: Implications for design” (Ausra Burns)
Entrevista a Pallasmaa por Anatxu Zabalbescoa, El País.
Teléfono celular iPhone 4
Imagen: www.celularis.com
38
Percepciones
Visualidad y Virtualidad
Es evidente que el sentido de la vista es la más importante vía de acceso
a la cultura, es decir, el más utilizado como entrada de conocimiento. La imágen y,
por lo tanto, lo visual ha adquirido una mayor relevancia en nuestra época, gracias
a la tecnología, visualidad y virtualidad se mezclan cada vez más, la imágen “puede
mediar nuestro contacto con los otros humanos, puede mediar nuestro contacto con
las máquinas e incluso con otras imágenes” (Barroso, 2008), o bien, puede significar
algo, “trasladarnos” a otras épocas y lugares, etc, constituyendo ésto una prueba de
que la virtualidad esta implícita en la visualidad.
Pero ¿todo lo visual posee visualidad? ¿cuándo se considera que un objeto tiene
visualidad? ¿qué es la visualidad? Según el diccionario de la RAE, visual es “lo
perteneciente a la vista como instrumento o medio para ver”, mientras que visualidad
es “el efecto agradable de los objetos vistosos que también pertenece a la vista”
(Valero, 2002), es por eso que no se debe confundir lo visual (el medio) con la
visualidad (el efecto que se produce), en otras palabras la visualidad se desarrolla
con la experiencia e involucra la percepción (interpretación cognitiva y emocional)
además de simplemente sentir o, mejor dicho captar o visualizar una imágen. Sobre
esto, Larry Silver (2000) opina que “la visualidad es a la visión, lo que la sexualidad
al sexo”, esto significa que la visualidad presenta “un discurso” y “particulariza los
hábitos culturales del arte de ver”.
La virtualidad que, dicho sea de paso, nació con Aristóteles y su modernidad es sólo
una apariencia, es definida por Valero como “un estado en el que la forma de ser tiene
la capacidad de expresarse en la objetividad de una manera persistente e intensiva
a través de otra forma de ser como medio”, por ejémplo, si nos referimos a un objeto
o cualquier cosa como sujeto de “virtualización” estamos hablando de un “cambio
de estado”, se presenta como una “conversión” o también llamada por Diego Levis
como una “desrealización” -del frances “déréalisation” (Levy, 1998)- pero no se debe
Osmín Maza Castellanos
39
malinterpretar ésto último creyendo que la virtualización es simplemente dejar de
existir, “dejar de ser” real, “desmaterializarse” o desaparecer, al contrario la virtualidad
es una “forma de ser”, ¿lo virtual es real?, la “virtualidad no es opuesta a la realidad”
(Levy) y la realidad no es una simple materialidad.
Presentación de anteproyecto
Centro de Arte Multimedia de Zolhof 3
Zaha Hadid, Dusseldorf 1993
Imagen: www.arquitecturamashistoria.com
Desde siempre, los mencionados componentes de la imágen (la visualidad y la
virtualidad) han estado presentes y han permitido la existencia de ésta y, como dijimos
antes, uno lleva implícito al otro. A través del tiempo, desde las pinturas rupestres,
pasando por el “descubrimiento” de la perspectiva, por las pinturas impresionistas y
expresionistas, la fotografía (donde se intensifica la relación entre el arte y la ciencia),
el cine, etc, vemos un “éxodo” de objetos hacia la imágen hasta nuestros días donde
la imágen puede ser vista pero también “tocada”, “oída”, etc, todos los mecanismos
que nos ayudaban a realizar nuestras tareas van cediendo paso a sus modernas
versiones virtuales, por ejemplo, hace un par de años se presentó y recibió con gran
entusiasmo el celular iPhone y, aunque hay mejores opciones en lo que respecta a
su gran tamaño, su conectividad estandar o la resolción de su pequeña cámara de
dos megapixeles, la “gran innovación” consistió en que se puede acceder a todas sus
funciones y servicios por medio de imágnes en su pantalla de cristal líquido.
Entonces ¿Qué relación hay entre visualidad, virtualidad y arquitectura? La arquitectura
no escapa a estos componentes de lo visual, posee visualidad y virtualidad, desde su
concepción, proceso de diseño y representación, hasta llegar a su real concreción,
utilización y habitación.
Tradicionalmente en arquitectura y edificación se hablaba de lo virtual desde un punto
de vista psicológico, como por ejémplo, al utilizar un cambio de iluminación, texturas
o colores para “diferenciar por transparencia” se decía que existía un “límite virtual”
en los ambientes de las edificaciones. Pero ahora, dados los avances tecnológicos,
la virtualidad y la visualidad van más allá, hoy en día hablar de un “límite virtual”
podría también ser algo asi como el Muro Virtual que construye Estados Unidos en la
frontera con México, consistente en una sofisticada barrera digital, una red inmensa
de sensores, radares y cámaras en circuito cerrado. Asimismo, como en el ejémplo
40
Percepciones
del teléfono, oímos hablar cada vez más sobre “casas inteligentes” o automatizadas,
un simple monitor puede desplegar “botones” o ventanas de diálogo necesarios para
contactarnos con otras personas, sintonizar la radio o la televisión, realcionarnos con
los aparatos, con la casa o incluso modificar el clima.
Como dijimos, podemos hablar también de la visualidad y virtualidad en el proceso
de diseño y representación arquitectónica, con el modelaje en tres dimensiones, los
renders y los recorridos virtuales. Algunos arquitectos como Zaha Hadid, han llevado
ésto a un nivel más alto. Hadid lleva al límte la simulación visual empleando un estilo
gráfico y una visualidad muy personal y singular, desde sus dibujos a mano hasta los
renders más elaborados, “ha creado su propio código visual en el que la configuración
de la forma y la representación son inseparables” (Puebla Pons, 2005), su visualidad,
sus dibujos y renders, pasan de su “papel instrumental” a un “papel generador de la
arquitectura”.
Toda esta “realidad virtual” (renders, modelos en 3D, recorridos por computadora, etc.)
producida por los grandes avances en la informática, han permitido el desarrollo y
realización de arquitecturas antes inconstruibles, y que con el avance de la tecnología
y la colaboración interdisciplinaria entre la arquitectura, la bioingeniería, la informática,
la medicina, la psicología, etc, seguirán ampliando la visión de la arquitectura en
el campo de la virtualidad, la visualización y realización de las edificaciones, con
metodologías y modelos más novedosos.
Referencias:
“An introduction to the visual culture” (Nicholas Mirzoeff, 1999)
“Visualidad del producto gráfico” (Jose Luis Valero, 2002)
“La experiencia artificial” (Hugo Barroso, 2008)
“Qué es lo virtual?” (Piérre Lévy, 1998)
“Visualidad y representación” (Juan Puebla Pons, 2005)
“Visuality before and beyond the Renaissance” (Larry Silver, 2000)
Osmín Maza Castellanos
41
Cultura Visual
Vivimos en una época predominantemente visual. La modernidad y la cultura
contemporánea conlleva una “hegemonía de la visión” (Levin, 1993) y de los medios
visuales. Desde el paso de la tradición oral a la escrita, pasando por la pintura al
óleo, la fotografía y la televisión, los signos y las imágenes han venido tomando
protagonismo en nuestras vidas. Es comprensible si lo que se busca es un impacto
inmediato, debido a los intereses económicos y gracias a los avances tecnológicos, la
imagen es una herramienta muy fuerte que inmediatamente deja de lado a los otros
sentidos y otros posibles caminos. Todo es visual. Mirzoeff pone como ejemplo,
que en un principio, se definía al televisor como “una radio con imágenes” poniendo
la parte visual en segundo plano, sin embargo, hoy en día, los controles remotos de
todos los televisores traen la tecla de la función “mute” para quitar el sonido, pero no
traen otra para quitar la imágen. ¿La cultura visual actual es producto del mundo
moderno y occidentalizado?
¿Se ha convertido la arquitectura en un arte visual?, “la arquitectura actual tiende a ser
retiniana, se dirije al ojo” (Pallasmaa, 2010) y en muchas ocasiones se conciben los
edificios como íconos e imágenes, para ser fotografiados y salir en las portadas de las
revistas y no para ser habitados. Por definición, dice Pallasmaa, la visión te excluye
de lo que estás viendo, se ve desde fuera, mientras que el tacto nos une a lo tocado
y el oído te envuelve en el mundo acústico; por eso una arquitectura que enfatiza la
vista nos deja fuera de juego.
Sin embargo, la cultura visual no se trata sólo del tema de mirar o captar imágenes y de
la relevancia que ha tomado lo visual, la cultura visual trata fundamentalmente acerca
de la construcción social del campo de lo visual. Lo que vemos, y primordiamente
la manera en que llegamos a verlo, es decir, no simplemente el resultado de una
habilidad natural.
42
Percepciones
Asímismo, la cultura visual no se encuentra limitada al estudio de las imágenes o de los
“media”, sino que se extiende a las prácticas diarias del ver y mostrar, especialmente a
aquellas que se suelen considerar como inmediatas o no mediadas. La cultura visual
acarrea una aproximación antropológica. “La funcion primaria de la cultura visual es
tratar de dar sentido a la gama infinita de la realidad exterior mediante la seleccion,
interpretacion y representacion de esa realidad” (Mirzoeff, 1999).
“La cultura visual es la construcción visual de lo social, no únicamente la construcción
social de la visión” (Mitchell, 2003).
Aunque sea justificable esta cultura visual, ya sea por sus fines comerciales o cuales
fueren, recordemos que, no se debe la exagerada importancia a lo visual y despreciar
lo que los otros sentidos pueden provocarnos o hacernos sentir, “las mejores cosas
de la vida se hacen con los ojos cerrados” (Pallasmaa, 2010), por ejemplo, cuando
uno escucha su música favorita, cierra los ojos, cuando uno “sueña”, cierra los ojos,
cuando uno da un beso sincero, cierra los ojos...
Referencias: “An introduction to the visual culture” (Nicholas Mirzoeff, 1999)
“Modernity and the hegemony of vision” (David Michael Levin, 1993)
“Mostrando el ver” (W.J.T. Mitchell, 2003)
Osmín Maza Castellanos
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Imagen poderosa
Al contemplar la silueta del toro de lidia se piensa en España. Todos hemos visto esta
figura en los suvenir para el turismo o sobre las banderas españolas que blanden
los aficionados en los estadios de fútbol; pero, ¿sabe usted cuál es -o al menos ha
escuchado mencionar- el brandy Veterano de Osborne?
En 1956, la casa licorera Osborne, fundada en Cádiz hace más de doscientos años,
decidió realizar una faena publicitaria inédita. Para ello, encargó a la agencia Azor la
creación de la imagen del brandy Veterano. Fue el artista Manuel Prieto, colaborador
de la mencionada agencia, quien ideó la silueta recortada del astado bravo que
identificaría las etiquetas de las botellas del brandy y se convertiría en el emblema de
las empresas Osborne, para más tarde ser incorporada como patrimonio artístico y
cultural, símbolo de la nacionalidad española.
En 1957 el toro “salió al ruedo”. Las primeras vallas publicitarias tenían una altura de
4 metros y en grandes letras blancas sobre el mismo toro se leía: “Veterano Osborne”.
Algunos años después se construyeron otras vallas de 7 metros de altura utilizando
láminas metálicas, debido al deterioro causado por el clima en las anteriores, fabricadas
en madera.
“El toro de casta, se crece al castigo”. A inicios de la década de 1960 se duplicó el
tamaño de las vallas, debido a una normativa que establecía que todo anuncio debía
distar 125 metros de los caminos. En 1988 entró en vigor la “Ley de carreteras”, que
prohibía instalar publicidad fuera de las áreas urbanas, en cualquier lugar que fuera
visible al transitar por las rutas estatales, por lo que Osborne eliminó las letras que
hacían alusión al producto y nombre de la marca, dejando sólo la negra figura, tal
como la conocemos actualmente.
Ya en la década de 1990, como queriendo dar la estocada mortal, se ordenó retirar la
totalidad de los “toros” desplegados por la geografía española, por considerar que la
referida silueta, aún sustentaba el carácter de marca. Sin embargo, la sociedad entera
44
Percepciones
reaccionó ante el singular mandato judicial. Artistas, políticos, periodistas y colectivos
de ciudadanos pidieron que quedara sin efecto dicha resolución.
En 1997 se concedió el “indulto” al Toro de Osborne, como resultado de la presión
social y el alegato de varias comunidades autónomas de que se trataba de un símbolo
nacional y no de una marca, pues ya había pasado a ser parte del paisaje cultural,
por lo que la silueta terminó siendo reconocida como herencia cultural y patrimonio
artístico español, lo que justificaba y garantizaba su conservación.
En la actualidad sigue siendo la imagen corporativa del grupo Osborne y,
simultáneamente, parte de la identidad de España. Quedan más de 90 “toros” que,
insertos en el paisaje, pareciera que pastan libremente por la dehesa, ubicados en
lugares privilegiados y estratégicos de las autovías, por toda la península ibérica.
Incluso, algunos otros han sido instalados en México, y este año (2011) concluyeron
los trámites para su implantación en África. Después de mucho tiempo y diversas
gestiones impulsadas por la propia población, se colocará la emblemática imagen en
lo más alto de Melilla, pudiéndose observar desde los puertos marroquíes.
La silueta fue escogida en Barcelona (2003) como el mejor icono español del siglo XX
y cuenta en su haber con numerosos reconocimientos y premios de diseño gráfico y
plástica, entre otros. Asimismo, ha sido inspiración de muchos artistas y diseñadores,
como Victorio y Lucchino, Almodóvar o Dalí, pero es Manolo Prieto, el diestro diseñador,
quien sale en hombros y por la puerta grande de la plaza, pues con un simple trazo en
negro supo encontrar e imprimir el código cultural que daría éxito a la marca y que, a
pesar del clima, el paso del tiempo y la eventual legislación adversa, habría de llegar
a ser amado y superar el fin publicitario para el que fue concebido.
Toro de Osborne
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
Córdoba, España 2011
Osmín Maza Castellanos
Como decíamos al inicio, el toro se relaciona con lo español y la historia de la silueta
de Osborne nos alecciona, entre otras cosas, que para que un diseño o campaña
publicitaria logre trascender, es necesario tomar en cuenta el código cultural que le
atribuirán los destinatarios.
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“El código cultural es el significado o apreciación inconsciente que se da a una cosa,
un vehículo, un tipo de alimento, una relación, incluso un país, a través de la cultura
en que se ha crecido”. Clotaire Rapaille.
Vehículo Jeep
Imagen: www.km77.com
Como sabemos, el hombre es producto de su herencia y el ambiente en que se
desenvuelve. Somos el resultado de “códigos genéticos y códigos culturales”; por lo
tanto, un diseñador o publicista debe trabajar también desde el punto de vista de la
psicología, la psiquiatría y la antropología, con el afán de descubrir y conocer las
emociones y significados asociados a los elementos de la cultura, “decodificándolos”.
Franck Lloyd Wright expresó: “La forma de percibir es la forma de ser”, y Juhani
Pallasmaa nos deja otra bella frase: “Soy la suma de mis recuerdos”. Rapaille, quien
es psiquiatra y mercadólogo, lo sabe muy bien y lo demuestra, por ejemplo, con el
estudio de mercado que realizó para la marca Jeep, descifrando el código cultural
basado en las percepciones y recuerdos que la población tenía de estos vehículos.
En Estados Unidos la gente asociaba al Jeep con el campo, los vaqueros y los
caballos galopando a campo traviesa, mientras que en Francia se le asociaba con los
“libertadores”, puesto que fueron llevados por las tropas aliadas durante la Segunda
Guerra Mundial.
De lo anterior se desprende cómo debían ser las campañas publicitarias y los ajustes
de imagen y diseño que tendrían que hacer en los vehículos, lo cual implicó retomar
algunas características del diseño original, como la capota y tapicería de cuero
con gruesas costuras, y los faros de los vehículos “libertadores”, que evocaban los
redondos ojos de los caballos.
A veces, cuando no existe una referencia o recuerdo respecto de alguna cosa,
es necesario allanar el camino con una “primera huella” para ir posicionándose,
paulatinamente, en la cultura y el subconsciente de las personas. Dicha estrategia fue
llevada a cabo por Nestlé al incursionar en el incipiente mercado del café en Japón,
donde fue preciso introducir una primera impresión en los niños, mediante helados y
dulces de café, para que fueran adquiriendo el gusto por el aromático, y que propiciaría
su aceptación en las décadas posteriores.
46
Percepciones
Por su parte, Henri Laborit estableció una conexión entre aprendizaje y emoción, en
el entendido de que cuando más prolongada o fuerte es la emoción, mejor se aprende
una experiencia, impresión que se conoce como “huella psíquica”, que influye en
el inconsciente. “Una huella y su código es como una cerradura y su combinación”,
puntualizó. Una vez se logran conocer los códigos culturales, nada volverá a tener el
mismo aspecto y se podrá crear mejores diseños y, por ende, campañas publicitarias
más efectivas.
Fuentes y referencias:
Página del Grupo Osborne www.osborne.es
“The culture code: why people around the world are different, and the hidden clues to
understanding us all”, by Clotaire Rapaille, 2006.
Osmín Maza Castellanos
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Arquitectura visual
Cuando uno escucha su música favorita, cierra los ojos; cuando uno “sueña”, cierra los
ojos; cuando uno da un beso sincero, cierra los ojos. Las mejores cosas de la vida se
hacen con los ojos cerrados” (Pallasmaa, 2010). Sin embargo, vivimos en un mundo
predominantemente visual. La cultura contemporánea conlleva una “hegemonía de
la visión” (Levin, 1993) y de los medios visuales. Desde el decurso de la tradición
oral hasta la escrita, pasando por la pintura al óleo, la fotografía y la televisión, las
imágenes han venido cobrando protagonismo en nuestras vidas. Es comprensible, si
lo que se busca es un impacto inmediato. Debido a los intereses económicos y como
resultado de los avances tecnológicos, la imagen es una poderosa herramienta que
desplaza a los otros sentidos o posibles caminos. Nicholas Mirzoeff, en su libro “An
introduction to the visual culture” (1999), menciona que al televisor, en sus inicios,
se le conocía como “una radio con imágenes”, lo cual situaba su carácter visual en
segundo plano. No obstante, en la actualidad vemos que el control remoto de los
televisores incluye un comando para quitar el sonido (“mute”), pero no existe uno para
quitar la imagen.
En los últimos años se ha observado un “escape” de objetos hacia la imagen, lo cual ha
derivado en que ésta, además de ser vista, también pueda ser “tocada” y “escuchada”.
A guisa de ejemplo, tenemos los teléfonos celulares en los que se puede acceder
a todas las funciones por medio de las imágenes desplegadas en sus pantallas,
recibidos con gran interés y aceptación hace un par de años, aunque hay mejores
opciones en aparatos de menor tamaño o mejor resolución en su cámara incorporada.
La arquitectura no escapa a este gran avance de la imagen: desde su concepción,
proceso de diseño y representación, hasta llegar a su real concreción y uso, es cada
vez más visual.
“La arquitectura actual tiende a ser retiniana, se dirige al ojo”, enfatiza Pallasmaa,
como una crítica a la pérdida de hapticidad, a la ausencia del “elemento erótico” en
el diseño y la arquitectura, que privilegia el sentido de la vista y resta importancia a lo
que pueden percibir los otros sentidos.
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Imagen gráfica corporativa basada en la
arquitectura de la Basílica de la Sagrada
Familia de Antoni Gaudí, Barcelona 2011
Fotografía: Osmín Maza Castellanos
Percepciones
Sin embargo, es absolutamente válido que se utilice el potente impacto de la imagen
arquitectónica en este acelerado mundo de mercado, con el inherente aprovechamiento
de su dimensión social y capacidad mediática. Así se ha venido haciendo desde
tiempos inmemoriales. Lo desacertado sería caer en el error de concebir los edificios
como imágenes, sólo para ser fotografiados, anteponiendo la persona que los mira a
quien los habita, e ignorar que la arquitectura es un arte cuya experiencia perceptiva
involucra todos los sentidos.
No se puede negar que la vista es una vía primordial de acceso al conocimiento y
la cultura, por lo que, para las instituciones o empresas, es muy importante la parte
visual de su arquitectura y lo que proyecta en la sociedad, como componente básico
de su identidad.
Lo ideal es que, al elaborar el diseño de la imagen general, se proyecte de manera
integral, con todos los aspectos y elementos que le atañen, incluida la arquitectura,
para que exista congruencia en todas las manifestaciones de comunicación e identidad
organizacional. Lo más habitual es que se traslade a la imagen arquitectónica los
signos visuales identificadores o algunos de los elementos gráficos esenciales de la
imagen corporativa establecidos con anterioridad. Un magnífico ejemplo de lo anterior
son las estaciones de servicio de la petrolera española Repsol. Las gasolineras,
diseñadas por Foster and Partners en 1996-1997, poseen tal impacto visual que, a
pesar de que todas tienen una composición distinta, haciendo uso de la paleta de
colores definida en el tradicional logotipo de Repsol (rojo, blanco y naranja) comunica
de manera contundente la renovada imagen de la empresa. Sin perder su identidad,
las cubiertas modulares tipo “paraguas” son agrupadas en diferente forma y número
en cada expendio de gasolina, adaptándose a las particularidades de los distintos
sitios localizados por toda España.
La sobria tienda de conveniencia de forma pura no interfiere con el papel protagónico
que adquieren los “paraguas” que se levantan a distintas alturas, con lo cual la propia
arquitectura se convierte en el mejor de los anuncios, pues se puede divisar a lo lejos
y deja clara la presencia de Repsol, sin necesidad de colocar un letrero por lo alto.
Osmín Maza Castellanos
49
En el anterior ejemplo se observa cómo la imagen arquitectónica se adapta a los colores
y otros elementos ya establecidos en la identidad corporativa previa, aunque también
puede ocurrir a la inversa. Existen iconos arquitectónicos de gran trascendencia o
belleza que se convierten en el principal signo identificador, elemento que se traslada
y define todo lo relacionado con la imagen institucional o corporativa.
Se podría mencionar, en este marco, la imagen corporativa de la Fundación Mies van
der Rohe, cuyo elemento principal en el diseño de papelería, señalización, productos
promocionales y otros están basados en la imagen simplificada de la fachada principal
del Pabellón Alemán en Barcelona. Sucede lo mismo con la Basílica de la Sagrada
Familia, de Gaudí, y así podría continuarse citando una larga lista en la que la fuerza
de la arquitectura determina todo el diseño visual para la imagen corporativa de alguna
institución o incluso la imagen de una ciudad o país entero.
Fuentes y referencias:
Página de Norman Foster and Partners www.fosterandpartners.com
“An introduction to the visual culture”, Nicholas Mirzoeff, 1999
“Modernity and the hegemony of vision”, David Michael Levin, 1993
“An architecture of the seven senses”, Juhani Pallasmaa, 2010
“Los ojos de la piel”, Juhani Pallasmaa, 2010
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Percepciones
El Cine y la Arquitectura
Arquitectura de Seaside, Florida EE.UU.
donde fué filmada “the Truman Show”
Fotografía: Osmín Maza Castellanos
La arquitectura podría definirse como “el escenario de la vida cotidiana”
(Jen Valentino) y en el cine, el escenario es cotidianamente la arquitectura. En las
películas “the Truman Show” y “Blade Runner”, como en todas, o la mayoría almenos,
la arquitectura hace posible la puesta en escena y las caracteriza en una determinada
época y entorno social, las contextualiza, define a los personajes y sus historias. La
arquitectura para el cine, no es solamente lo que la escenografía para el teatro, aunque
pareciera ser así de simple.
La arquitectura al igual que el cine estudia los espacios y el tiempo, tiene significado,
expresa y comunica, simboliza y provoca sensaciones y percepciones valiéndose de
distintos elementos. En “Blade Runner” de 1982 por ejemplo, Redley Scott utilizó
para representar un “futuro apocalíptico” en su película, una arquitectura “ficticia”
futurista, pero que se vale de elementos y tipologías conocidas y consolidadas a
través de la historia (como lo son las pirámides escalonadas) y de acabados étnicos
integrados al acero y la alta tecnologia, asímismo, elige como una de sus locaciones
la casa Ennis de Franck Lloyd Wright, construida en 1924 con un sistema de bloques
prefabricados de concreto e inspirada en los templos mayas y aztecas, curiosamente,
dicho sea de paso, gracias a la particular manera de Wright de hacer arquitectura
moderna apoyándose en el pasado, esta casa aparece también en otras películas
como “Hembra” de Michael Curtis en 1933, reflejando un presente alegre y próspero
en los años de 1930, o en “Karate Kid III” en 1988, “The Rocketeer” en 1990, “Buffy
the Vampire Slayer” en 1998, etc.
Por su parte, en “The Truman Show”, como en “PleasentVille” con su “ciudad jardín” de
los años 60, uno de los protagonistas principales vuelve a ser “el escenario”, pero esta
vez, aunque pareciera ser una arquitectura “falsa” y ficticia, se trata de una comunidad
real, Seaside en Florida, una pequeña población de veraneo de los años 80, símbolo
del Neourbanismo estadounidense, con sus calles de adoquín rojo y casitas blancas
de madera con tejados azules y jardines frontales, llega a ser tan “perfecta” e “irreal”
que más pareciera ser un muy buen trabajo de escenografía y decorados, tal como lo
Osmín Maza Castellanos
51
es en la historia de Truman en la película, siendo ésto una muestra de la “proliferación
del simulacro en el mundo contemporáneo, pero también del carácter engañoso de la
percepcion de la realidad y a la naturaleza falsa o fingida de nuestras propias vidas”
(Fernández Galiano).
En las películas mencionadas arriba, se evidencia que la arquitectura puede influenciar
a los habitantes y que posee un significado, pero esa significación puede cambiar
respecto a la intención inicial del diseño original, según del tiempo y los usuarios,
dándose en todas las escalas, pero siempre estará presente la vinculación de la
arquitectura con las relaciones humanas. Como vemos, la arquitectura en el cine
puede ser de dos maneras, la escenografía creada ex profeso para determinados
filmes en los estudios de grabación y/o las locaciones en construcciones reales. Para
el primer caso, el cine puede ser “un espacio de libertad para la arquitectura” (Juan
Antonio Ramírez), ya que no tiene que ser exacta y permite algunas deformaciones
o alteraciones con la finalidad de favorecer una imagen final adecuada a los efectos
que se desean en la filmación, puede ser desmontable y sobrevive únicamente en
la película, no existen limitaciones de tiempo ni de espacio, constituyendo esto una
arquitectura puramente “fílmica” o “cinematográfica”; pero un espacio real, un edificio
puede revalorar un filme como dice Rem Koolhas, y si además el edificio es parte de
la memoria colectiva de las personas, la película adquiere un valor y un significado
extra.
Queda claro el uso que hace el cine de la arquitectura, pero ¿qué otras relaciones o
vínculos hay entre los dos artes? ¿qué tienen en común un arquitecto y un director de
cine? ¿qué puede aportar el cine a la arquitectura? Es evidente el vínculo entre los dos
lenguages y las maneras de realizarse de los dos, desde el proceso de creación; los
dos artes, como dijimos al inicio, son composiciones que mezclan tiempo y espacios,
el director diseña, planifica y “construye” un filme al igual que el arquitecto hace con
sus obras, siendo el guión y la película al cine lo que el proyecto y la construcción a
la arquitectura.
Referencias: “The Truman Show” (Peter Weir – director), “Blade Runner” (Ridley Scott – director)
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Percepciones
Arquitectura y Comunicación
La semiótica es la ciencia que “estudia todos los fenómenos culturales como
si fueran sistemas de signos”(U. Eco), partiendo de que la cultura puede ser entendida
como el conjunto de signos que tienen en común un grupo de personas, es decir, que la
cultura es principalmente “comunicación”. ¿La arquitectura comunica o simplemente
se usa o funciona?
Desde la prehistoria, el hombre experimentó la entrada y el cobijo en diferentes
cavernas, hasta el punto de reconocer una caverna como un modelo o concepto que
implica una “posibilidad de refugio”, es decir, el hombre aprendió que las cavernas
pueden ser de distintas apariencias, se trata de un modelo, que no tardará en
comunicar a sus semejantes, generando un código arquitectónico y a la vez un código
icónico, “el dibujo o la imágen aproximada de una caverna, ya son la comunicación
de una posible función, y continúa siéndolo aunque la función no se ejerza”(U. Eco),
asímismo, podemos decir que “desde el momento en que existe sociedad, cualquier
uso se convierte en signo de este uso”(R. Barthes), es decir que, por ejemplo, al
igual que la caverna comunica y significa la existencia de un refugio, una cuchara
comunica y promueve una manera determinada de comer, aún sin ser usada. Pero
no debemos confundir comunicación con estimulación, un estímulo es “un complejo
de actos sensoriales que provocan una determinada reacción”(U. Eco) inmediata o no.
¿La arquitectura provoca estímulos?
Arco del Triunfo
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
París, Francia 2011
Osmín Maza Castellanos
“La arquitectura se compone de vehículos ségnicos que promueven
comportamientos”(Koening), promueven comportamientos y provocan estímulos, así
como una escalera estimula subir por ella, o una puerta invita a entrar y es símbolo de
una “posibilidad de acceso”, tiene implícita la denotación de una “posibilidad de pasar”,
pero si la puerta es un “arco triunfal” tendría la connotación de “triunfo y celebración”.
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En un sentido más general, se puede decir que el objeto arquitectónico denota “una
forma de habitar”, el significado de un edificio es su uso mismo, las operaciones que
se hacen para habitarlo, por lo que los arquitectos han de apoyarse en procesos
y códigos ya existentes. Asímismo, el significado arquitectónico no siempre denota
una misma función, variando con el pasar del tiempo, perdiéndose, deformándose,
transponiéndose o reemplazándose el sentido de las funciones primarias y/o
secundarias a través de la historia; tal el caso de la Torre Eiffel, que pasó de ser una
muestra del avance tecnológico del siglo antepasado a ser el principal ícono de Paris,
el símbolo primordial de la nacionalidad francesa, cambiando su simbolismo y también
su uso, se concibió para ser vista en la ciudad, ahora también es para ver la ciudad,
comer, etc.
Referencias: “La aventura semiológica” (Roland Barthes, 1993)
“La estructura ausente” (Umberto Eco, 1968)
Torre Eiffel, París, Francia 2011
Fotografía: Osmín Maza Castellanos
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Percepciones
Casa “torcida”, vida “torcida”
“Había una vez un jorobado, que andaba por un camino torcido,
Encontró una moneda doblada sobre un escalón torcido;
Con ella compró un gato jorobado, que cazó un ratón jorobado,
Y todos juntos vivieron en una pequeña casa torcida.” J.O.Halliwell, 1842
Recientemente, al iniciar el curso Arquitectura y Población, el Dr. Quiroz, de la
Universidad Autónoma de México, planteaba la pregunta acerca de si la arquitectura
podría cambiar la sociedad o la forma de proceder de las personas. Coincidentemente
con la cátedra del Dr. Quiroz, una pareja de amigos míos me visitó para encargarme
el diseño de su casa de habitación en La Antigua Guatemala. Luego de apuntar
varios aspectos relacionados al programa de necesidades de la familia, los esposos
propusieron e insistieron en que la única fachada de la casa hacia la calle debía lucir
poco atractiva, incluso era intención de ellos dejar una ventana existente tal y como
estaba en ese momento, sucia y con los cristales rotos. Obviamente, no era ésta una
decisión tomada para guardar el aspecto “antiguado” de la construcción y de conservar
el aspecto de la histórica ciudad, sino simplemente una medida que ellos pensaban
tomar para pasar “desapercibidos” ante la ola de delincuencia que habían escuchado
a traves de los medios de comunicación días antes, cuando vivían en el extranjero.
Inconforme, traté en vano de hacerlos cambiar de parecer, haciéndoles ver que en La
Antigua Guatemala, no era necesario hacer tal cosa, pues todas las casas lucen iguales
y deben guardar las proporciones y características propias de la arquitectura barroca
colonial, que en las viviendas se traduce en altos muros blanqueados, balcones de
hierro forjado, ventanas, zaguan y puertas con los mismos materiales y proporciones,
etc., en fin con un carácter limpio y sobrio; pudiéndose encontrar talleres de carpintería
y herrería contigüas a la casa de un millonario, a la casa del panadero, la tienda de
abarrotes, etc., es decir, que por dentro pueden ser algunas muy económicas y otras
muy suntuosas, pero por fuera son igual de dignas, La Antigua es verdaderamente
una ciudad sin choque de clases, mezcla perfectamente el uso de suelos y las clases
sociales, el ideal del “NeoUrbanismo”.
Osmín Maza Castellanos
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A primera vista, ellos parecían tener la razón, con el aspecto descuidado de su
vivienda querían enviar el mensaje a la gente, y principalmente a los ladrones, de que
en el interior no había nada de valor. Sin embargo, sobre lo anterior puedo apuntar lo
siguiente: Según William Spear, en algunas culturas con una religión muy ortodoxa
se hace un esfuerzo intencionado por ocultar la belleza y el ambiente del interior de
una casa haciendo que el exterior parezca descuidado, pobre y poco atractivo. Este
modo de crear contrastes está pensado para que los vecinos no sientan envidia y por
supuesto para disuadir a los ladrones, tal como piensan mis clientes. Sin embargo, en
la mayoría de las comunidades, el exterior refleja fielmente el interior, así por ejemplo,
un césped perfectamente cortado y un jardín cuidado probablemente estará a tono
con el orden de la cocina, etc. La gente sana y las familias felices suelen cuidar el
aspecto de su comunidad y hacen un esfuerzo por mantener su casa en buen estado.
A esto puedo agregar, que tan sólo una ventana rota puede hacer cambiar la actitud
de las personas y de la sociedad, tal como lo explican el politólogo James Q. Wilson y
el criminalista George I. Kelling en su conocido artículo “Broken Windows” publicado a
principios de los años 80 en la revista Atlantic Monthly, y al que me voy a referir de aquí
en adelante. Wilson y Kelling establecían que el crimen es el resultado inevitable de
la combinación de dos elementos: las disposiciones criminales de tipo individual y las
condiciones de desorden, señalando que ésta última ya había sido puesta de relieve
en un experimento que condujo en 1969 Philip G. Zimbardo, professor de psicología
en la Stanford University. Quien para dicho experimento, abandonó dos vehículos
iguales, uno en las calles del Bronx (un barrio con grandes condiciones de anonimato)
en Nueva York y el otro en Palo Alto (donde existía un fuerte sentido de comunidad) en
California, ambos sin placas y el capó ligeramente levantado. Inicialmente, Zimbardo
y su equipo esperaban que los actos vandálicos serían más umerosos en el caso del
carro abandonado en el conflictivo barrio del Bronx, que en la tranquila comunidad de
Palo Alto. En el Bronx, los primeros movimientos de los delincuentes no se hicieron
esperar, el equipo de investigación ni siquiera tuvo tiempo de preparar las cámaras, en
menos de dos días no quedaba nada de valor y comenzaban a destrozar el vehículo.
En Palo Alto las cámaras de grabación no registraron ningún incidente durante cinco
días, entonces se dió un paso más y Zimbardo rompió una de las ventanas. Este
56
Percepciones
hecho tuvo un rápido efecto, en pocas horas el carro estaba destrozado como el
otro. “También los honrados habitantes de Palo Alto necesitaban simplemente de una
pequeña alteración del ambiente”.
Wilson y Kelling sostenían que “el comportamiento de las ‘ventanas rotas’ es
independiente del nivel socioeconómico o la edad, y depende en cambio del contexto.
El delincuente no es un autómata, incapaz de dejar de cometer delitos, sino que es
un individuo sumamente sensible a su entorno.” La teoría de las ‘ventanas rotas’
establece que “los barrios con signos de decadencia y desorden, abren sus puertas a
las conductas incívicas”, si el desorden y la decadencia no se detienen y continúan sin
control, se convierten en poderosas señales que indican que nada le importa a nadie
y que nadie vigila, lo cual estimula el crimen. ¿Qué quiere decir esto? Si una ventana
rota no es reparada, pronto las demás seran dañadas también. Si el mensaje que
envía una sola ventana puede ser tan poderoso, ¿qué tan fuerte e importante será el
mensaje que envía la arquitectura en su conjunto?, podrá entonces la arquitectura y el
urbanismo cambiar los procederes de las personas?
“Había una vez un jorobado, que andaba por un camino torcido,
Encontró una moneda doblada sobre un escalón torcido;
Con ella compró un gato jorobado, que cazó un ratón jorobado,
Y todos juntos vivieron en una pequeña casa torcida.” J.O.Halliwell, 1842
Vivir en una casa “torcida” llenará su vida de cosas torcidas.
Fotografía: Osmín Maza Castellanos,
zona 4, Ciudad de Guatemala 2010
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Diseñar, construir y habitar : arquitectura
“El proyectar, aunque sólo sean estructuras, si bien tiene mucho de ciencia y de
técnica, tiene mucho más de arte, de sentido común, de delectación en el oficio de
imaginar la traza oportuna, a la que el cálculo solo añadirá los últimos toques, con el
espaldarazo de su garantía estática resistente” (Eduardo Torroja).
Así como la forma y la función en el diseño arquitectónico no pueden pensarse por
separado, la técnica está igualmente ligada a éstas, es decir que se puede proyectar
y construir solamente pensando en el aspecto técnico constructivo.
Podríamos decir, entre otras cosas que la arquitectura es un espacio construido para
satisfacer las necesidades humanas, pero es realmente la palabra “construido” lo
que caracteriza un espacio para que se considere arquitectura. La arquitectura es
ciencia, es técnica y es arte; una obra arquitectónica es una construcción que reúne
las cualidades de utilidad, resistencia y belleza, y es en la resistencia el problema al
que nos enfrentamos y que llamamos “estructura”. Por eso decimos que la estructura
es, desde siempre, uno de los componentes escenciales de la arquitectura. Es por
todo lo anterior que es indudable la relación entre la técnica y el diseño, la importancia
del conocimiento de las técnicas constructivas a la hora de proyectar y construir es
indispensable.
Todo diseño, todo buen diseño arquitectónico debiera tomar en cuenta los aspectos
técnicos, constructivos y estructurales desde su concepción, lastimosamente en
las escuelas de arquitectura se enseña cada vez menos el aspecto estructural y
constructivo, aduciendo que para eso están todos los tipos de ingenieros, olvidándose
que los ingenieros están solamente para calcular lo que diseñan y construyen los
arquitectos.
“La ingeniería estructural es el arte de utilizar materiales que no conocemos del todo,
de manera que resistan fuerzas que no podemos evaluar del todo, y que los mismos
den un servicio a la sociedad a través de nuestras estructuras, durante un tiempo que
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no podemos predecir del todo. Todo esto de manera tal que la sociedad tenga plena
confianza en nuestro trabajo y ninguna razón para sospechar la extensión de nuestro
recelo e ignorancia” (José María Canciani).
Sólo con el íntimo conocimiento de las matemáticas, de la física y la geometría el
arquitecto podrá llegar a diseñar una estructura acorde con la tecnología moderna y
optimizando los materiales y demás recursos.
Los arquitectos tenemos una gran responsabilidad a la hora de diseñar y construir
cualquier obra, recordemos que la construcción provoca más del 50% de la
contaminación total del planeta, es por esto que debemos siempre buscar la forma y
técnica constructiva más eficiente para así, además de resolver el aspecto funcional y
cubrir las necesidades, se pueda también optimizar los recursos de los que disponemos,
pensando siempre en la sustentabilidad del proyecto arquitecttónico.
Por lo anteriormente expuesto es por lo que creo que el conocimiento de la geometría,
la mecánica, la lógica estructural, las técnicas constructivas, es muy importante para
los estudios de maestría en arquitectura.
¿Qué es habitar? y ¿En qué medida el construir pertenece al habitar?
Pues bien, respecto a esto podemos decir que el ‘habitar’ es el fin del ‘construir’, es
decir, construimos solo porque habitamos, sin embargo hay que advertir que no todas
las construcciones son viviendas o moradas, hay otras construcciones como puentes,
fabricas, teatros, estadios, etc, que si bien no son casas de habitacion, si ayudan o
estan “en la region de nuestro habitar” y se ‘viven’ esas construcciones como una casa
aunque no sea ese el alojamiento principal. Se concluye entonces que el habitar no
es igual a alojamiento.
Por otro lado, se puede afirmar que construir es en sí mismo ya el habitar, y luego
de un estudio de los orígenes y etimología de la palabra construir se deduce que:
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construir es habitar, el habitar es la manera de como los mortales son en la tierra y,
el construir como habitar se despliega en el construir que cuida el crecimiento y en
el construir que levanta edificios. Asímismo, habitar significa permanecer o residir,
pero también significa estar satisfecho o estar en paz, preservado de todo daño o
protegido. Referente a lo anterior, Martin Heidegger dice “los mortales habitan la tierra
en medida que salvan la tierra”.
Respecto a la segunda pregunta, ¿en qué medida pertenece el habitar al construir?,
se habla del ‘construir’ en el sentido de ‘edificar’. Una edificación, como un puente, es
una ‘cosa’ pero también es un ‘lugar’ y otorga un ‘espacio’. La esencia del construir es
el de ser habitado o el de dejar habitar, el habitar es la característica fundamental de
los hombres, de los mortales; y este habitar puede llegar a la plenitud de su esencia
solamente al ‘construir’ desde el ‘habitar’ y ‘pensar’ para ‘habitar’.
Referencia: “Construir, habitar y pensar” (Martín Heidegger)
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Anteproyectos
Tejido típico de Santa Catarina Palopó
Sololá, Guatemala 2010
Fotografía: Osmín Maza Castellanos
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El presente anteproyecto fue realizado como “repentina” de un día durante el curso
presencial “Estructura y Arquitectura” impartido por el Dr. Arq. Manuel Blasco Blanco.
“ ...me parece que esta es una ingeniosa manera de entender una estructura sobre un
espacio de encuentro en la que se funden el pasado y el presente como compromiso
ante el futuro, que no es otro que lograr un ámbito para que la gente se encuentre en
el espacio público, a contarse sus penas y alegrías aunque sea como disculpa de una
actividad ya tradicional como es el mercado.
Siempre estaré intentando desequilibrar la balanza hacia entender la arquitectura
como una síntesis de un proceso en el que las razones tomadas de su entendimiento
sean las consecuencias de construir con anterioridad la idea, y no como suele suceder
frecuentemente, que el proceso es inverso, y en el que la construcción, está al servicio
de la ejecución de una forma arquitectónica.
En Guatemala, un país “emergente” y en el que los valores históricos tienen una
personalidad tan marcada, es todavía más señalado.
Debemos encontrar una teoría moderna pero anclada en las raíces de Guatemala,
aunque se construya con materiales contemporáneas y técnicas modernas.
La fuerza está en vuestro pasado, pero el compromiso está en vuestro futuro, y un
ejemplo sería este ejercicio tuyo del curso en la Unis, enhorabuena de nuevo Osmín.
Manolo”
Mujer con telar en Sololá, Guatemala
Imagen: www.americacentro.com
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Caso de estudio
Estrategia de revitalización del Cantón Exposición
El Cantón Exposición fundado a finales del siglo XVIII con el propósito de albergar la Primera Exposición Centroamericana inspirada en la Exposición Universal de París de 1889, es hoy un área subutilizada, deprimida y en creciente deterioro, a pesar de su particular trazado en diagonal que supuso un gran cambio y un
importante ensanche de la Ciudad de Guatemala en aquélla época y que actualmente queda ubicado en un
área privilegiada con todos los servicios y equipamiento que cualquier zona de la Capital del país desearía
tener, agregándose a ésto, que está rodeada de grandes áreas verdes e importantes áreas históricas y patrimoniales como el Centro Cívico, el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias con la joya arquitectónica del Teatro Nacional, la Ciudad de los Deportes con el Estadio Mateo Flores, la antigua Estación del Ferrocarril, etc.
Es de gran importancia la redensificación y revitalización del Cantón Exposición de manera integral, tomando en cuenta todas las áreas patrimoniales adyacentes, pues como es sabido “patrimonio que no
se usa, muere” (Raúl Monterroso, 2009) y parece ser que esta es una de las vías para rescatar, conservar y reutilizar el patrimonio urbano arquitectónico mencionado arriba. Esta tarea de revitalización del sector ya se ha intentado en ocasiones anteriores, con la creación de “Cuatro Grados Norte” por ejemplo, iniciativas y proyectos que han sido sólo soluciones temporales y que han degenerado en convertir la zona
en un área de vicios y peligro que no han colaborado en nada a la conservación y uso del patrimonio.
Así como los términos “restauración” y “conservación” pueden interpretarse como la medicina curativa y preventiva en la arquitectura y urbanismo, se pueden trasladar muchos otros conceptos médicos al campo propio de nuestra profesión, así como rehabilitación, cura, sutura o el término “acupuntura urbana” acuñado por
Solá Morales hace algunos años y que busca crear el mayor impacto positivo con la menor intervención física
posible. Es por esto que, para lograr una estrategia de gestión y revitalización urbana de la zona, se plantea
que se debe estudiar la “personalidad” del lugar, encontrando su “escencia” y hacer un análisis casi médico
psiquiátrico para encontrar los problemas, “traumas” y “heridas”, así como sus posibles curas o tratamientos.
Como se dijo, el presente trabajo busca dar una posible estrategia de desarrollo para redensificar, revitalizar y conservar la zona del Cantón Exposición y sus áreas patrimoniales adyacentes de manera integral y no como acciones aisladas o temporales, lo cual se hará por medio de 6 pasos, como si de un expediente médico se tratase: a. El historial (antecedentes), b. El exámen (descripción del estado actual),
c. El diagnóstico (problemática, fortalezas y debilidades), d. El tratamiento (que dará como resultado las líneas estratégicas a tomar en cuenta), e. El pronóstico (aplicando los proyectos y programas definidos).
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El principal objetivo del anterior análisis y diagnóstico, fue identificar los potenciales, ventajas y desventajas del área del
Cantón Exposición para definir cómo se podrá devolver la vida al lugar de una manera integral y no buscando soluciones
pasajeras como ya ha sucedido anteriormente.
La propuesta está dirigida devolver la identidad y reconectar con sus raices al Cantón Exposición, transformándolo en un
barrio universitario, artístico y cultural, siguiendo los buenos ejemplos del Instituto Tecnológico de la Universidad del Valle
–UVG-, el Instituto de capacitación –INTECAP-, el Instituto Guatemalteco Americano –IGA- y el Centro Cultural de España
–CCE- que son los únicos proyectos que han dado vida al lugar y se han mantenido a través del tiempo, evidenciando que
ésta es la alternativa para generar tráfico y redensificar la zona, dejando al descubierto la verdadera vocación del lugar; asímismo, hacer uso de toda la infraestructura deportiva y cultural y patrimonial subutilizada de la zona, equipamiento que todo
centro universitario desearía tener y aprovechando los servicios cercanos (centros comerciales, bancos, restaurantes, medios
de transporte, parqueos, etc.) y ayudar en la conservación y uso de todo este patrimonio que cada día se deteriora más y más
debido al abandono y uso inadecuado. Para lograr lo anterior de una manera integral se proponen, dentro de algunas de las
medidas a tomar, como proyectos y/o subprogramas, los siguientes:
Rehabilitar y reciclar las bodegas y edificios en abandono en el Cantón Exposición para la ubicación de centros universitarios,
escuelas de artes, galerias, etc.
Recientemente, en la pasada crisis de la Universidad de San Carlos, varias de sus Escuelas y Facultades (Humanidades y
Diseño Gráfico principalmente) hicieron uso de distintos espacios como galerías, bodegas y locales comerciales para impartir
clases en el Canton Exposición, por lo que se deja ver una vez más el potencial del lugar para este tipo de actividades, por
lo que se deben impulsar y favorecer las negociaciones para que la USAC, UNIS u otras universidades se instalen en esta
área.
Asímismo, se sabe que la USAC trabaja en su descentralización y existen carreras y facultades, como la nueva Escuela de
Artes que carecen de instalaciones.
Gestionar el uso de las áreas industriales ociosas para ser utilizadas por entidades y universidades públicas o privadas.
Solamente llevando al área centros culturales y educativos (universitarios) se podrá aprovechar el equipamiento y patrimonio
existente en los alrededores, redensificando y llevando población jóven al lugar, y sólo así tendrán sentido los proyectos de
infraestructura llevados a cabo y planificados por Urbanística y otras intituciones.
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Con la llegada de estos centros de estudios comenzarán a brotar espontáneamente lugares como tiendas, cafeterías, comedores, cuartos y casas de alquiler para los estudiantes, lavanderías, librerías, etc., lo que convertirá al Cantón Exposición en
un barrio universitario, redensificando de habitantes el lugar.
Se deben aprovechar los medios de transporte público sobre la 6a. y 7a. avenidas para lo que se deberá peatonizar una de
las calles secundarias de menor tráfico y así llegar hasta el área del proyecto.
Luego de que se dé la redensificación se deberá conectar el área del cantón Exposición con la infraestructura deportiva y
cultural de las zonas 1 y 5, por medio de un puente peatonal, tal como ya lo habia previsto la Municipalidad pero en planta de
Y, que conecte no sólo con la CDAG sino tambien con el INTECAP y FEGUA.
Creación de Parque Lineal a lo largo de toda la línea férrea y reciclaje de FEGUA (incluso reciclaje de los muchos vagones
y contenedores “chatarra” del lugar), integrándolo con la Plaza Barrios y el Paseo de las Letras.
Instalación de ciclovía desde Cantón Exposición hasta el Centro Cívico y el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, pasando
por la CDAG, INTECAP y Estadio Mateo Flores, aprovechando para esto el parque lineal de FEGUA propuesto en el punto
anterior.
Revitalización y conservación de hitos y áreas emblemáticas como el Centro Cívico.
Revitalización de plazas públicas.
Arborización de Plaza Italia, a propuesta de Urbanística.
Apertura de áreas verdes actualmente cerradas a la población y/o lograr mayor permeabilidad entre éstas y la calle.
Legislar acerca de alturas, retiros, intervenciones urbanísticas, etc, para lograr conservar la zona y hacerlo congruente al uso
propuesto.
Otros.
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