• entre magnitudes • L arrendamiento con derecho de adquisición de la vivienda o local de negocio se ha convertido en una moda impuesta por la crisis económica y la caída de las ventas inmobiliarias, pero su falta de normativa específica hace necesario conocer la amplia jurisprudencia que da y quita razones en situaciones impensables a la hora de firmar el contrato. E XAVIER GIL PECHARROMÁN STA modalidad de contrato ha ganado muchos adeptos en los últimos tiempos. Es una forma de recuperar buena parte de la renta pagada durante el alquiler por parte del inquilino si, finalmente, se realiza la adquisición de la vivienda. Se trata de un fenómeno nacido con el doble objetivo de ofrecer a los compradores el acceso a viviendas, locales de negocio y naves industriales a precios asequibles y garantizar una salida alternativa al gran stock de locales que tienen muchos promotores. En estas operaciones propietario e inquilino pactan un plazo máximo de tiempo para el traspaso del local, donde se aplicará un porcentaje de descuento también estipulado. Cuanto antes se realice la compra, mayor será el reembolso del alquiler abonado. El vendedor, además, se beneficia al no tener su propiedad ociosa y al contar con una firme posibilidad de venta. La propuesta resulta ideal para parejas o personas jóvenes, que con este sistema pueden obtener una alternativa para adquirir una propiedad sin hacerlo en forma inmediata ni abonando todo el dinero de una sola vez. Será suficiente la manifestación del optante para que el contrato sea firme y en estado de ejecución. Desde ese momento ambas partes quedan obligadas por los términos del acuerdo a vender y entregar el local, pero cumpliendo todas las formalidades legales que rigen los actos de disposición. Una E Escritura 48 PÚBLICA vez manifestada la decisión, vendedor y comprador no necesitan realizar ninguna actividad posterior para que el contrato quede firme (STS, 23 de diciembre de 1991). De esta forma, el propietario sólo está obligado a mantener la opción durante el tiempo pactado, así como a lo estrictamente acordado antes de suscribir el contrato de opción. El propietario durante ese plazo se encuentra obligado a mantener la oferta a favor del optante, por lo que no podrá vendérsela a un tercero, y a vender cuando el inquilino ejecute el contrato de opción. Éste último puede verse obligado cuando el contrato de opción se haya pactado a entregar una señal y si se ha convenido que el ejercicio de la opción ha de ir acompañada del pago del precio acordado para la compraventa, el optante no cumple hasta que no realice dicho pago y la opción perderá su eficacia (STS, 2 de noviembre de 1995). ALQUILER CON DERECHO A COMPRA: UNA SOLUCIÓN A LA CRISIS INMOBILIARIA Cómo funciona el contrato. Contratos problemáticos L contrato con opción a compra es un acuerdo complejo, que carece de regulación y que siempre ha resultado problemático por su propia naturaleza. Incluso la jurisprudencia lo excluyó de la legislación especial arrendaticia (sentencias del Tribunal Supremo de 7 de enero de 1948 y de 27 de febrero de 1950). También llegó a considerarse que el pacto de arrendamiento tenía vida propia con respecto a la opción de compra, apareciendo como dos figuras jurídicas independientes (sentencias del Supremo de 5 de junio de 1951 y de 18 de mayo de 1955), salvo en supuestos en que estén tan íntimamente unidos que sea imposible su separación. Por ello, cada contrato debe ser interpretado con el fin de saber qué es lo que las partes contratantes han querido pactar sin que existan fórmulas generalizadas aplicables por los jueces. E Comunicar el deseo de compra NA de las principales causas de litigios se centra en la comunicación de la voluntad del optante de ejercitar su derecho de compra. Señala la jurisprudencia que no basta para que se entienda ejercitada la opción en tiempo oportuno que se manifieste esa voluntad dentro del plazo pactado, sino que es necesario que esa declaración de voluntad llegue al propietario dentro del plazo acordado (sentencias del Tribunal Supremo de 22 de diciembre de 1992 y de 25 de abril de 1994). Así, la carga de la prueba de que se ha realizado la comunicación es responsabilidad del optante y en ningún caso puede imputársele al vendedor el fallo de esos medios o el empleo de uno inadecuado. U La opción de compra se ejercita siempre de modo unilateral por el optante. La opción de compra supone que el arrendador y propietario concede al arrendatario la facultad en exclusiva de decidir sobre si se celebra o no otro contrato distinto. Esta cesión se establece por un plazo de tiempo delimitado, con unas condiciones determinadas y con el pago de una cantidad por el optante (sentencias del Tribunal Supremo –STS– de 4 de abril y de 9 de octubre de 1987), que puede manifestar su voluntad de cumplir lo acordado dentro del plazo establecido (STS de 5 de julio de 1985 y de 9 de octubre de 1989). Escritura pública. La opción de compra se ejercita siempre de modo unilateral por el optante, de forma que si el contrato de concesión de la misma señala el otorgamiento dentro de un plazo de la escritura pública como integrante del ejercicio eficaz de la misma, será extraño a su naturaleza. La modalidad de arrendamiento con derecho a compra ha ganado muchos adeptos en los últimos tiempos El otorgamiento es un negocio bilateral que solemniza el contrato de compraventa perfeccionado por la única voluntad necesaria, la del optante (STS 15 de julio de 2010). En modo alguno la opción pierde su naturaleza unilateral, necesitando para su ejercicio eficaz la cooperación del vendedor por su concurrencia al otorgamiento de la escritura pública. En suma, el otorgamiento de la escritura pertenece a la fase de cumplimiento del contrato de compraventa, ya perfecto por el ejercicio de la opción. Dentro de esta fase, las normas aplicables son las de tal contrato. Escritura PÚBLICA 49 • entre magnitudes • Tributación por IVA ESDE un punto de vista tributario, las cuotas de IVA soportado en la construcción de viviendas destinadas para la venta a través de contratos de arrendamientos con opción de compra, en los cuales se pueda inferir con certeza la intención del promotor de vender, adjudicar o ceder, en última instancia la vivienda, son deducibles para el promotor. El tipo impositivo aplicable a las cuotas arrendaticias, desde el día 28 de octubre de 2009, es el reducido del 7 por ciento o del 4 por ciento para las VPO, pero las cuotas arrendaticias exigidas antes de esa fecha están repercutidas al 16 por ciento. D Propietario e inquilino pactan un plazo máximo de tiempo para el traspaso del local. El inquilino puede recuperar buena parte de la renta pagada durante el alquiler si, finalmente, se realiza la adquisición de la vivienda En consecuencia, la opción, para que se pueda considerar ejercitada, ha de tener como objeto el futuro contrato de compraventa que se perfeccionó al concederla el propietario, y no otro distinto. Aunque no existe una regulación adecuada sobre la opción de compra, hay una excepción, establecida por el artículo 14 del Reglamento Hipotecario, que presenta una estructura atípica, que a la hora de la inscripción en el Registro considera imprescindible que exista un convenio expreso entre las partes y que éste contenga un precio estipulado. En multitud de sentencias, el Tribunal Supremo ha declarado que este artículo del Reglamento Hipotecario se refiere única y exclusivamente a los requisitos que debe reunir el contrato para que se pueda proceder a inscripción registral. Por ello no puede extenderse a otras situaciones su regulación con efectos jurídicos diferentes. Por otra parte, como la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1994 abandonó la tradicional diferenciación entre arrendamientos de vivienda y arrendamientos de locales por arrendamientos de vivienda permanente y para usos diferentes al de vivienda (locales, segundas viviendas, oficinas, almacenes, etc.), éstos últimos se rigen Escritura 50 PÚBLICA por la voluntad de las partes y, en su defecto, por las normas del Título III de esta ley y, de manera complementaria, por el Código Civil. Por tanto, la LAU deja a lo acordado por las partes la configuración del contrato de arrendamiento cuando no se trata de un inmueble al que no se da uso como vivienda. Por ello, el precio establecido podrá ser el mismo que se exigiría a un tercero ajeno a la opción de compra, aunque lo habitual es que se descuente del precio las cantidades pagadas como arrendamiento por el optante. Renovación del arrendamiento. Quienes firman un contrato inicial por un año y lo renuevan con otro a partir de esa fecha deben tener en cuenta que la nueva firma renueva el contrato de arrendamiento, pero no lo hace con la cláusula de opción de compra, que puede ser modificada al alza por el arrendador, salvo que se pacte expresamente el reconocimiento expreso del mantenimiento de la cláusula inicial. El artículo 1.566 del Código Civil estima que si al terminar el contrato permanece el arrendatario disfrutando 15 días de la cosa arrendada con aquiescencia del arrendador, se entiende que hay tácita reconducción por el tiempo que establecen los artículos 1.577 y 1.581, a menos que precediese requerimiento. La sentencia de la Sala de lo Civil de 14 de septiembre de 2010 ratifica que la reconducción tácita mantiene el contrato de arrendamiento entre las partes, pero con limitación del plazo pero no renueva la opción de compra pactada, ya que no se pactó por el plazo que dura la relación arrendaticia sino por el plazo de un año contemplado en el contrato para el arrendamiento inicial. El ponente, el magistrado José Antonio Seijas Quintana, considera que la reconducción tácita tan sólo tiene los efectos legalmente previstos, pero no permite mantener los pactos especiales que alcanzaron las partes en el mencionado contrato de arrendamiento. Así, de forma que la opción no estaba vigente, al no haber existido manifestación de las partes a la hora de exponer su voluntad de mantenerla durante la prórroga del contrato, olvidando, según el recurrente, que no estamos ante una prórroga, sino ante una reconducción, lo que supone un nuevo contrato por consentimiento tácito que reproduce las características del anterior, salvo en lo referente al plazo de duración y aquello que pudiera afectar a terceros. ■