ZUÑIGA DONOSO CAMPOS& ABOGADOS ASOCIADOS INFORME EN DERECHO Las garantías constitucionales del derecho a la educación y la libertad de enseñanza Francisco Zúñiga Urbina Profesor Titular de Derecho Constitucional Universidad de Chile Santiago, 23 de marzo de 2015 OOO532 Introducción El Ministerio de Educación me ha solicitado, ad honorem, un informe jurídico sobre el contenido que tienen, en el texto vigente de la Constitución chilena, las garantías del derecho a la educación y de la libertad de enseñanza. He acepto, honrado, la colaboración que a sus funciones me ha pedido. Desde que el año 2006 la clase política se viese sorprendida por el movimiento secundario que dio en llamarse "Revolución Pingüina", que provocó la salida del ministro Zilic de la cartera de Educación y del compromiso, promovido por la presidenta Bachelet en su primer mandato, de todas las fuerzas representadas en el Congreso a la época, de realizar una gran reforma al sistema educativo nacional, es que la agenda pública se ha visto ocupada en parte importantísima por la necesidad de perfeccionar la forma en que el Estado regula la educación y garantiza el acceso a ella, en todos sus niveles, a toda la población del país de forma inclusiva y democrática. En ese contexto, tanto por las exigencias planteadas a la opinión pública por diversos actores políticos —dentro de los cuales han destacado, claramente, los dirigentes de las federaciones y centros estudiantiles- como por las propuestas realizadas tanto por el anterior gobierno como por el actual, se ha utilizado con frecuencia en la discusión el recurso al lenguaje de los derechos, en particular, dada la regulación constitucional chilena, la invocación del "derecho a la educación" y de la "libertad de enseñanza". Entiendo que a fin de poder enmarcar la discusión de manera correcta y tomar adecuadamente las decisiones públicas concernientes, es necesario revisar y comprender cabalmente el contenido de estas garantías. Entiendo, asimismo, que los desacuerdos que se han manifestado entre diversos sectores sociales, económicos y políticos, puede importar que en más de una ocasión —y no sólo en lo que respecta al primero de los proyectos de ley promocionados por el Gobierno, como ha sucedido ya- alguno de estos sectores, representado por alguna minoría parlamentaria, requiriese la declaración de inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional. Para la correcta decisión de tales asuntos —tanto el actual como los futuros eventuales- se hace más necesaria aún esa comprensión íntegra. 1. Génesis La significación constitucional del derecho a la educación está ligada por una parte a la libertad de enseñanza en los planos histórico—políticos y pedagógicos, y por otra parte a la concepción de Estado dominante en cada tiempo histórico, a saber: el Estado liberal y el Estado social. De este modo, en el Estado liberal del siglo XIX el acceso a la educación está abordado como una obra de beneficencia o bien obras pías, en las que el Estado interviene ocasionalmente; en cambio, con el lento tránsito al Estado social del siglo XX el derecho a la educación emerge ligado a verdaderos servicios atribuidos al Estado, al igual que la asistencia social y la preservación del orden público, con la peculiaridad de un principio de compatibilidad con el rol de los privados 1 en el ámbito de la enseñanza; con lo cual la libertad de enseñanza se establece como un escudo de defensa de la educación prestada por establecimientos confesionales o privados. En este contexto el examen diacrónico sumario de las constituciones nacionales del siglo XIX y XX da cuenta de este tránsito en cuanto al rol del Estado en relación al derecho a la educación y a la libertad de enseñanza en el ámbito del Estado liberal y el Estado social. Asimismo, debe destacarse que en los orígenes del Estado liberal la configuración de la educación como un servicio atribuido al Estado es temprana en Francia. La revolución de 1789 reacciona contra el antiguo régimen y la enseñanza monopolizada por la Iglesia Católica Romana a cargo de los denominados "fréres ignorantins", sean jesuitas o bien oratorianos. De este modo, la Constitución de 1791 en Francia en su Título I declaró que la instrucción pública creada y organizada por el Estado es gratuita, por lo que se crea un Comité de Instrucción Pública, siendo un paradigma de la época el proyecto de Condorcet, prosperando en definitiva los proyectos de Le Peletier de Saint—Fargeau, Bouquier y Lakanale que aquilatan en ley de 29 brumario del año III, inspirados en una verdadera fe en la educación gratuita y laica como herramienta de libertad, emancipación y virtuosismo republicano'. La enseñanza se apoya en un principio de libertad, del cual se deduce que todo ciudadano puede fundar establecimientos de educación. Incluso en España junto a la expulsión de los jesuitas, las ideas de la Ilustración tendrán una fuerte influencia, como da cuenta una carta de M.G. Jovellanos a Cabarrús, de 1792, en que traza un plan completo de enseñanza, que a nivel primario debe ser común y accesible 2. En el ámbito del Estado social del siglo XX las constituciones de la primera post guerra recogen una nueva concepción del derecho a la educación y de la libertad de enseñanza, en el contexto de un Estado activo en la procura de las necesidades colectivas que supone una fuerte publificación (servicio público) de los servicios educativos. A modo ejemplar, la Constitución de México de 1917, inspirada en un "liberalismo social" propio de la revolución de 1910, dedica el capítulo I sobre garantías individuales al derecho a la educación y la libertad de enseñanza (artículo 3 2), definiendo la educación pública como un medio para el desarrollo de las facultades del ser humano y el fomento del amor a la patria, la conciencia de solidaridad, entre otros valores; declarando la educación ajena a toda influencia religiosa, democrática, nacional y centrada en la familia y la sociedad. La educación privada queda fuertemente regulada lo mismo que la educación religiosa, fijándose como obligatoria la educación primaria y como gratuita toda la educación pública. También, a modo ejemplar la Constitución de Weimar, de 1919, dedica un título IV completo a la educación y a la enseñanza, compatibilizando el rol del Estado y de los privados, a 1 DUVERGER, Maurice: "Constitutions et documents politiques", 8 Edic., París, 1978. ídem P. Chevalier, B. Gasperrin y J. Maillet: "L'enseignement francois de la Revolution a noves jouis", Ed. Mouton, París, 1968. 2 MUÑOZ MACHADO, Santiago: "Servicio Público y Mercado", Tomo I, Los Fundamentos, Edit. Civitas S.A., Madrid, 1998, pág. 62 y ss. 2 f" partir de un fuerte Estado regulador en materia educativa, y -n materia de servicios educativos fijando una red de establecimientos públicos en que colaboran Estado, países y municipios (art. 142-150). La educación procurará la formación moral, cívica, plural, y laica 3. En la noción de servicio público educativo está en primer lugar la obligatoriedad de la educación básica afirmada por primera vez en la revolución francesa, y se plasmó en la legislación del Estado. En el siglo XIX se producen la reforma napoleónica de la instrucción secundaria (liceos); se dictan leyes sobre la obligatoriedad de la educación elemental, la reorganización de las escuelas municipales y el control de la educación por parte del Estado. El capitalismo y la revolución industrial hizo necesario ampliar las bases de la instrucción, con un doble objetivo; por una parte, se necesitaba formar mano de obra calificada, y por otra, atender la demanda del cuidado de los hijos de las mujeres trabajadoras de las industrias. Surgió así la escuela de enseñanza mutua, que dio solución al creciente aumento de la población escolar; además, fomentó la organización de la posterior educación básica y fomentó también el florecimiento de iniciativas para la creación de jardines de infancia que van a caracterizar al siglo XX. "Lo que más ha promovido —se ha sostenido— el cambio hacia un desarrollo de la educación es la presión de las sociedades industrializadas para incorporar la cultura científica a la organización de los estudios. Desde la segunda mitad del siglo XIX los sistemas educativos han crecido en número de estudiantes, en cantidad de materias enseñadas y en la importancia concedida a la investigación. También se han hecho cada vez más dependientes de los gobiernos para su financiamiento, y son cada vez más controlados por el Estado". Desde la segunda mitad del siglo XIX, la estructura de los sistemas de educación superior (es modélica la denominada "universidad napoleónica") aunque procede de la tradición de las universidades europeas medievales, se expandió, por la fuerza de la civilización tecnológica, a África, Asia y América. Chile no escapa a esa influencia. Por otra parte, desde los inicios de la formación del Estado nacional, pero más marcadamente desde 1930 en adelante, se consolidó el sistema nacional de educación y el fortalecimiento del rol del Estado para su gestión. La educación experimentó un proceso de expansión de la enseñanza que alcanzó paulatinamente a todos los sectores sociales; y se desarrolló bajo el sistema educacional, en el marco de un Estado social o de "compromiso" que tenía por objeto la movilidad social, una mayor equidad y la unidad nacional. Sin embargo, los avances de la privatización y municipalización del sistema educacional a partir de la década de los 80 están en tensión dialéctica con esta tendencia histórica de la educación chilena, y configuran una nueva realidad en materia de regulación y servicios educativos. 3 Gregorio Peces-Barba y otros: "Derecho Positivo de los Derechos Humanos", Edit. Debate, Madrid, 1987. También es de utilidad Nicolás Pérez Serrano: "Tratado de Derecho Político". Edit. Civitas S.A., Madrid, 1976. VV.AA.: "Contenidos Fundamentales de Derecho Humanos para la Educación", Edic. Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, 1995, pág. 228-229. 3 () () ( I 5 3 5 sewtj:24) . f /epjaki En la historia nacional los esfuerzos por construir el sistema educacional chileno comienzan durante el gobierno de Manuel Bulnes, el año 1842, con la fundación de la Universidad de Chile, que le da una primera organización al sistema educacional. El mismo año, se abre la primera escuela normal de Chile y la segunda del continente. En 1849, por iniciativa de la Sociedad Nacional de Agricultura, se fundó la primera Escuela de Artes y Oficios. Alrededor del 1880 la educación nacional experimenta una primera modernización. Maestros chilenos viajan a Alemania a perfeccionarse y de aquel país vienen misiones de docentes prusianos que se hacen cargo de las escuelas normales. Esto determinará el carácter academicista de la educación nacional. En 1920 se dictó la primera ley de instrucción primaria obligatoria, que tuvo como precursores más remotos proyectos de ley de Lastarria y Mac Iver. En la constituyente de 1870 (1874) se incorporó al catálogo de derechos fundamentales, la libertad de enseñanza en gran medida como reivindicación de sectores conservadores para dar cobertura constitucional a la educación privada religiosa, traduciéndose en su contenido tutelar en un derecho de fundación de establecimientos educacionales y en la facultad de difundir conocimientos, doctrinas e ideas, encontrando desarrollo legislativo en las leyes de instrucción secundaria y superior de 1879; legislación inspirada en una amplia libertad de enseñanza (fundación) y libertad de cátedra en la educación superior, y con reserva al Estado de atribuciones de vigilancia y policía sobre todos los establecimientos por materias de moralidad, higiene y seguridad (Consejo de Instrucción Pública) 5. En paralelo, la publificación de la educación como servicio público denominado localmente como "Estado docente" tendrá inserción plena en el Estado social y en la Constitución de 1925. En este contexto, tras múltiples batallas políticas en que el clivage dominante es laicismo y confesionalismo, se aprueba la Ley Nº 3.654 en 1920 que establece la instrucción primaria obligatoria, presidida por una obra del educador Darío Salas D., "El Problema Nacional" (1917), que causa verdadera conmoción en la opinión pública de la época, denunciando una verdadera lacra social como es el analfabetismo 6 . La "ley Salas" encuentra recepción en la Constitución de 1925, lo mismo que el Estado regulador y gestor de servicios, que se traduce en el D.F.L. Nº 104, de 1953, que crea la Superintendencia de Educación Pública, que tendrá a su cargo la dirección superior e inspección de la educación nacional, y la supervigilancia de la educación particular. La reforma constitucional de 1971 profundiza en materia de derecho a la educación y libertad de enseñanza los contenidos garantísticos sociales e individuales, como v.gr. la libertad de cátedra y la autonomía universitaria. 5 ROLDÁN, A.: "Elementos de Derecho Constitucional de Chile", 2? Edic. corregida y aumentada, Soc. Imprenta Barcelona, Santiago—Valparaíso, 1917, pág. 180-183. 6 ANDRADE G., Carlos: "Elementos de Derecho Constitucional Chileno", Edit. Jurídica de Chile, Santiago, 1963. Pág. 263-270. 4 O (114)111# el' l') í t(tel;gt 72e-e)/ 2 Huelga reconocer que la Constitución de 1980 en su origen recepciona una concepció de Estado liberal, en su versión de Estado mínimo, inspirado en un principio de subsidiariedad, cargando las tintas en su acepción pasiva o negativa, lo que se proyecta en el derecho a la educación y la libertad de enseñanza (art. 19 N2 10 y 11 C.P.R.); ya que si bien el derecho a la educación es un derecho social y la libertad de enseñanza un derecho civil, el contenido garantístico social del derecho a la educación es débil, limitado en el ámbito de los servicios educativos a la educación básica obligatoria (la reformas constitucional de 2003 incorpora a la garantía de aseguramiento estatal a la educación media y la reforma de 2007 y de 2013 la promoción de la educación pre-básica o parvulariar y en el ámbito del Estado regulador a la tuición y supervigilancia de la educación, mínimos de la enseñanza y la regla de colación de títulos y grados que conecta con la libertad de trabajo (art. 19 N2 16 C.P.R.). Sin embargo, la reforma Constitucional de 1989, que adicionó un párrafo al inciso segundo del artículo 52 de la Carta incorporó al plexo garantista de los derechos fundamentales, los tratados internacionales ratificados y vigentes sobre derechos humanos, que tienen el mérito de reforzar las garantías y abrir el techo ideológico de la Constitución en este campo, coexistiendo, las dos concepciones dominantes sobre el Estado: Estado liberal y Estado social, con una clara incidencia en el derecho a la educación y libertad de enseñanza. 2. Reconocimiento por el constituyente Recogemos a continuación sumariamente las constituciones históricas de nuestro país que consagran el derecho a la educación y la libertad de enseñanza. a) Constitución provisoria de 1818 Título IV, Capítulo VI "De los Cabildos": "Artículo 22: Los Cabildos deberán fomentar el adelantamiento de la población, industria, educación de la juventud, hospicios, hospitales y cuanto sea interesante al beneficio público". b) Constitución Política de 1822 Título VII, Capítulo Único "De la Educación Pública": "Artículo 230: La educación pública será uniforme en todas las escuelas, y se le dará toda la extensión posible en los ramos del saber, según lo permitan las circunstancias. 7 La obligatoriedad de la enseñanza media fue incorporada a la Constitución por la Ley N9. 19.876 de 22 de mayo de 2003 y la promoción de la educación parvularia se incorpora por la Ley N° 20.162 de 16 de febrero de 2007 y la Ley N° 20.710 de 11 de diciembre de 2013, todas leyes promulgatorias de reforma constitucional. 5 O9O5 Artículo 231: Se procurará poner escuelas públicas de primeras letras en todas las poblaciones: en las que, a más de enseñarse a la juventud los principios de la religión, leer, escribir y contar, se les instruya en los deberes del hombre en sociedad. Artículo 232: A este fin, el Director Supremo cuidará de que en todos los conventos de religiosas dentro y fuera de la capital, se fijen escuelas bajo el plan general de educación que dará el Congreso. Artículo 233: La misma disposición del artículo anterior se observará en los monasterios de monjas para con las jóvenes que quieran concurrir a educarse en las escuelas públicas, que deben establecer. Artículo 234: Se procurará conservar y adelantar el Instituto Nacional, cuidando el Supremo Director de sus progresos y del mejor orden, por cuantos medios estime convenientes". c) Constitución "Moralista" de 1823 Título XIX, "De las Municipalidades". Artículo 218: Corresponde a las Municipalidades en sus respectivos distritos: cuidar de la policía, instrucción, costumbres, cupo de contribuciones, formar sus ordenanzas municipales sujetas a la aprobación del Senado, y atender a todos los objetos encargados en general al Consejo Departamental: entendiéndose con estos consejos y la Dirección de Economía. d) Constitución Política de 1828 Capítulo X "Del Gobierno y Administración Interior de los Provincias, De las Asambleas Provinciales". Artículo 114: Son atribuciones de las Asambleas Provinciales: N2 8.- Tener bajo su inmediata inspección los establecimientos piadosos de corrección, educación, seguridad, policía, salubridad y ornato, y crear cualesquiera otros de conocida utilidad pública. "De las Municipalidades". Artículo 122: Son atribuciones de las Municipalidades: N2 5.- Establecer, cuidar y proteger las escuelas de primeras letras, y la educación pública en todos sus ramos. e) Constitución "Pelucona" de 1833 Capítulo VII, "Del Presidente de la República". 6 Artículo 82: Son atribuciones especiales del Presidente: N9 21.- Todos los objetos de policía y todos los establecimientos públicos, están bajo la suprema inspección del Presidente de la República conforme a las particulares ordenanzas que los rijan. Capítulo IX, epígrafe "De las Municipalidades". Artículo 128: Corresponde a las Municipalidades en su territorio: 2 9. Promover la educación, la agricultura, la industria y el comercio. 39. Cuidar de las escuelas primarias y demás establecimientos de educación que se paguen de fondos municipales. Capítulo XI "Disposiciones Generales". Artículo 153: La educación pública es una atención preferente del Gobierno. El Congreso formará un plan general de educación nacional; y el Ministro del Despacho respectivo le dará cuenta anualmente del estado de ella en toda la República. Artículo 154: Habrá una superintendencia de educación pública, a cuyo cargo estará la inspección de la enseñanza nacional, y su dirección bajo la autoridad del Gobierno. f) Reforma constitucional de 1874 Incorporó en el artículo 12 Nº 6: "La libertad de enseñanza", como garantía constitucional. g) Constitución Política de 1925 Capítulo III, "Garantías Constitucionales". Artículo 10: La Constitución asegura a todos los habitantes de la República: N9 7. La libertad de enseñanza. La educación pública es una atención preferente del Estado. La educación primaria es obligatoria. Habrá una Superintendencia de educación pública, a cuyo cargo estará la inspección de la enseñanza nacional y su dirección, bajo la autoridad del Gobierno. Capítulo IX: "Régimen Administrativo Interior", "Administración Comunal". 7 ( ) 0 I. ,1 ) 44..“)244.- Artículo 105, inciso segundo: Les corresponde especialmente: N9 22. Promover la educación, la agricultura, la industria y el comercio; N2 39. Cuidar de las escuelas primarias y demás servicios de educación que se paguen con fondos municipales. h) Reforma constitucional de 1971, "Estatuto de garantías"8 Artículo 10 N2 7 nuevo: "6) Sustitúyase el N2 7º del artículo 10 por el siguiente: "72. La libertad de enseñanza. La educación es una función primordial del Estado, que se cumple a través de un sistema nacional del cual forman parte las instituciones oficiales de enseñanza y las privadas que colaboren en su realización, ajustándose a los planes y programas establecidos por las autoridades educacionales. La organización administrativa y la designación del personal de las instituciones privadas de enseñanza, serán determinadas por los particulares que las establezcan, con sujeción a las normas legales. 8 Para Evans de la Cuadra, el Estatuto de Garantías vino a consagrar constitucionalmente un Sistema Educacional independiente, mixto y pluralista, adquiriendo la enseñanza particular rango constitucional, asegurándole tres garantías: a) Autonomía de su organización interna; b) Libertad para contratar a su personal; c) Derecho a obtener la ayuda económica del Estado cuando se trate de enseñanza que se imparta gratuitamente. Asimismo, consagró un Estatuto Constitucional de las Universidades, que contenía los siguientes elementos: a) Las universidades son personas jurídicas de Derecho Público, de origen constitucional, lo que tiene importancia por la jerarquía jurídica que se les reconoce y porque sólo una reforma de la Carta Fundamental podría cancelar su personalidad jurídica; b) Están dotadas de autonomía administrativa, que implica libertad de estructura interna; de autonomía académica, que ampara la libertad de planes, títulos y grados, y de autonomía financiera, que supone la libertad para administrar e invertir tanto los recursos propios como los que les proporcione el Estado; c) Derecho de las universidades, incluyendo las particulares, para obtener aportes económicos del Estado. Aun cuando la obligatoriedad de esta ayuda para las universidades particulares no estaba en la letra de la Constitución, ella quedó consagrada en la historia fidedigna de la reforma, especialmente en los debates del Senado del día 22 de octubre de 1970, a raíz de una intervención del senador a la fecha, don Patricio Aylwin; d) La libertad de cátedra deja de ser una interpretación o aspiración doctrinaria al establecer que el personal académico era libre para desarrollar materias conforme a sus ideas, dentro del deber de ofrecer a sus alumnos la información necesaria sobre las doctrinas y principios diversos y discrepantes. Se consagró así una obligación de pluralismo ideológico en la actividad docente; y e) El acceso a la universidad dependería exclusivamente de la idoneidad de los postulantes, los que deberán ser egresados de la enseñanza media o tener estudios equivalentes que les permitan cumplir las exigencias objetivas de tipo académico. EVANS DE LA CUADRA, Enrique, "Chile, hacía una Constitución contemporánea. Tres reformas Constitucionales", págs. 112 a 115, Editorial Jurídica de Chile, 1973. 8 Sólo la educación privada gratuita y que no persiga fines de lucro recibirá del Estado una contribución económica que garantice su financiamiento, de acuerdo a las normas que establezca la ley. La educación que se imparta a través del sistema nacional será democrática y pluralista y no tendrá orientación partidaria oficial. Su modificación se realizará también en forma democrática, previa libre discusión en los organismos competentes de composición pluralista. Habrá una Superintendencia de Educación Pública, bajo la autoridad del Gobierno, cuyo Consejo estará integrado por representantes de todos los sectores vinculados al sistema nacional de educación. La representación de estos sectores deberá ser generada democráticamente. La Superintendencia de Educación tendrá a su cargo la inspección de la enseñanza nacional. Los organismos técnicos competentes harán la selección de los textos de estudio sobre la base de concursos públicos a los cuales tendrán acceso todos los educadores idóneos, cualquiera que sea su ideología. Habrá facilidades equitativas para editar y difundir esos textos escolares, y los establecimientos educacionales tendrán libertad para elegir los que prefieran. Las Universidades estatales y las particulares reconocidas por el Estado son personas jurídicas dotadas de autonomía académica, administrativa y económica. Corresponde al Estado proveer a su adecuado financiamientos para que puedan cumplir sus funciones plenamente, de acuerdo a los requerimientos educaciones, científicos y culturales del país. El acceso a las Universidades dependerá exclusivamente de la idoneidad de los postulantes, quienes deberán ser egresados de la enseñanza medio o tener estudios equivalentes, que les permitan cumplir las exigencias objetivas de tipo académico. El ingreso y promoción de profesores e investigadores a la carrera académica se hará tomando en cuenta su capacidad y aptitudes. El personal académico es libre para desarrollar las materias conforme a sus ideas, dentro del deber de ofrecer a sus alumnos la información necesaria sobre las doctrinas y principios diversos y discrepantes. Los estudiantes universitarios tienen derecho a expresar sus propias ideas y a escoger, en cuanto sea posible, la enseñanza y tuición de los profesores que prefieran". 9 3. La Constitución Política de 1980 El derecho a la educación es un derecho económico, social y cultural, y la libertad de enseñanza un derecho civil; esta es la definición basa! que se proyecta a todo el análisis y que impone una visión de sistema de derechos adoptándose al efecto un conjunto de criterios hermenéuticos, a saber: pro homine, armonizador, progresivo, optimizador y prohibitivo de la regresividad. Los derechos económicos, sociales y culturales tienen usualmente una estructura lógica de "derecho prestacional", es decir, corresponde al Estado otorgar directa o indirectamente todos los bienes y servicios necesarios para dar cobertura a la necesidad pública (educación, protección del trabajo, ocio, salud, seguridad social, vivienda, etc.). En una concepción clásica como la de Marshall en "Ciudadanía y clase social", monografía de postguerra acerca del Estado benefactor, los derechos sociales hacen posible conciliar la igualdad formal con la igualdad material y permiten un concepto político-social de ciudadanía. En nuestro medio, para Nogueira Alcalá el derecho a la educación es simultáneamente un derecho fundamental individual, social y político, constituyéndose en un símbolo de la indivisibilidad de los derechos, su fundamentación en la dignidad humana y su impacto como derecho subjetivo y parte del ordenamiento jurídico objetivo que vincula a todos e irradia todo el ordenamiento jurídico. La Carta de 1980 recepciona el derecho a la educación y la libertad de enseñanza, a partir de una concepción del Estado liberal o neoliberal (Estado mínimo o subsidiario), que en sus funciones de Estado regulador y Estado gestor de servicios educacionales es débil, lo que está en contradicción con la definición misma del derecho a la educación como un derecho prestacional (derechos económicos, sociales y culturales) y por cierto con el plexo garantístico que aporta a los derechos económicos, sociales y culturales el Derecho de los Tratados, y que en materia de derechos humanos es más progresivo y abre el techo ideológico de la Constitución a un Estado social. Primó durante dos décadas (1980-2000) en la doctrina una concepción pasiva o negativa del principio de subsidiariedad, anclada en la supuesta "historia fidedigna" del artículo 1 9 de la Carta; aunque en doctrina también existe acerca de la subsidiariedad una concepción activa que le confiere al Estado una mayor "vitalidad" o injerencia en la economía y sociedad en congruencia con el plexo garantista incorporado con la reforma de 1989 al artículo 5 9 inciso segundo de la Constitución, reforma que permitió la apertura del techo ideológico de la Carta. Esta nueva concepción activa o positiva concilia la subsidiariedad con el principio de solidaridad. De este modo, el Estado regulador y el Estado gestor de servicios en el ámbito de la educación tienen en la actualidad un encuadramiento abierto en su desarrollo legislativo en cuanto a la concepción del Estado (Estado liberal y Estado social) y también abierto en cuanto a los derechos fundamentales concernidos (derecho a la educación y libertad de enseñanza). Un buen ejemplo es el tránsito en su desarrollo legislativo de la LOCE a la LGE. En este contexto es donde se aquilatan los componentes garantísticos individuales y sociales del derecho a la educación y 10 libertad de enseñanza, y es en la prestación de servicios educativos, dado que existe un régimen de provisión mixta, donde la provisión privada permite aquilatar la cooperación privada con el Estado a través de la figura iuris del contrato, en efecto como un contrato de prestación de servicios con un soporte de dirigismo contractual dado por los mínimos en los niveles de enseñanza y que en particular respeta la libertad de enseñanza al reconocer la existencia de un "proyecto educativo institucional". La jurisprudencia en sede de protección y la jurisprudencia administrativa recogen los principales contenidos tutelares del derecho a la educación en particular los rasgos peculiares del contrato de servicios educativos. El derecho a la educación y la libertad de enseñanza, se vinculan entre sí, en cuanto al pleno desarrollo de las persona en las distintas etapas de su vida, de acuerdo con el inciso primero del numeral 10 del artículo 19 de la Constitución, se manifiesta, imparte o lleva en práctica a través de la enseñanza, sea formal o informal. En otro orden de ideas la libertad de enseñanza es un derecho compuesto por: a) El derecho de fundación enderezado a reconocer el derecho subjetivo público a crear instituciones educativas, organizarlas y definir su funcionamiento con sujeción a la ley en la figura iuris empleada; obteniendo así reconocimiento del Estado; dotando al establecimiento de un proyecto educativo, y, b) El derecho de quienes lleven a cabo personalmente la función de enseñar, a desarrollarla con libertad. De esta libertad de enseñanza, que da cobertura a la provisión mixta, en que la educación privada puede o no ser cooperadora del Estado en la actividad servicial, nace el derecho de los padres de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos (derecho civil). Para el Tribunal Constitucional, el núcleo esencial de tal libertad de enseñanza lo configura el Poder Constituyente, en primer término, al sostener, en cuanto a los titulares del derecho, que estos son "todos los establecimientos de enseñanza, públicos o privados; se hallen reconocidos por el Estado o no lo hayan sido...." Luego, este mismo núcleo esencial incluye el derecho de fundación: de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. El derecho de abrir, crear o formar establecimientos educacionales de cualquier nivel, de acuerdo con el ideario del proyecto educativo de los fundadores respectivos. El derecho de organizarlos o determinar, los fundadores o quienes les sigan, las características del establecimiento en nexo con sus finalidades u objetivos y métodos para lograrlos; rasgos típicos de la docencia y de los profesionales que la lleven a cabo; régimen 9 TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, Rol 410-04, Considerando 10'2 . 11 de o O O 5 4 3. i/u2-1 dirección, administración y responsabilidad; reglas pertinentes al orden y disciplina en la convivencia interna; sistema financiero o vínculos con otras instituciones. Finalmente, la libertad de enseñanza incluye la libertad de mantener, esto es, conservar o sostener el establecimiento en el tiempo modificando su organización o, en última instancia, cerrarlo o transferirlo a terceros. En este aspecto, la libertad de enseñanza supone el respeto y protección de la autonomía relativa, garantizada por la Constitución, en favor del fundador o sostenedor del establecimiento respectivo, para la consecución de su proyecto educativo, en los ámbitos docente, administrativo y económico, porque sin gozar de certeza jurídica en el cumplimiento de tales supuestos esenciales tampoco es realmente posible afirmar que existe aquella libertad. Para Silva Bascuñán, no basta con que se garantice la posibilidad de iniciar la actividad pertinente para que ésta logre su objetivo, es decir, abrir, crear o formar un establecimiento educacional, para que éste logre su objetivo, al garantizar también la Constitución el derecho a organizarlos, que conforme a la RAE consiste en "establecer algo para lograr un fin, coordinando las personas y los medios adecuados", como asimismo el de mantenerlos, es decir, conforme al mismo diccionario "costear las necesidades económicas de alguien", "conservar algo en su ser, darle vigor y permanencia", "sostener algo para que no se caiga o se tuerza", "proseguir en lo que se está ejecutando", "amparar a alguien en la posesión o goce de algo". La organización supondría así la asociación de varios para lograr un fin, en este caso, el educativo, para lo cual debe contar con los medios adecuados para lograr si mantenimientow. Agrega Silva Bascuñán que, los establecimientos educacionales son grupos intermedios de la sociedad, reconocidos y amparados por la Constitución, la cual les asegura la adecuada autonomía para lograr su fin especifico (artículo 12 inciso 39), nacidos del derecho de asociación (artículo 19 N215 inciso 19) y a los cuales se les reconoce el beneficio de la personalidad jurídica, que es el derecho a tener un patrimonio propio y a administrarlo, siempre que se hayan constituido en conformidad a la ley (artículo 19 N2 15 inciso 29).11 Al respecto, el Tribunal Constitucional resolvió: "Que tal principio, de autonomía de la asociación correlativo a la subsidiaridad estatal, es de aplicación amplia, cubriendo, entre muchos otros, a los establecimientos privados o particulares de enseñanza, sean o no subvencionados, con dicha capacidad de regirse por sí mismos en lo docente o pedagógico, administrativo y económico, los establecimientos aludidos quedan habilitados por la Constitución para ejercer plenamente la libertad de 10 SILVA BASCUÑAN, Alejandro, Tratado de Derecho Constitucional, tomo XII, De los derechos y deberes constitucionales, Editorial Jurídica de Chile, segunda edición, año 2008, pág. 240. 11 SILVA BASCUÑAN, Alejandro, Op. Cit., pág. 240. 12 O O 54 4 enseñanza, sin intervención o injerencia indebida del Estado ni de terceros, los cuales son, en tal sentido, ajenos a ellos..." 12. Asimismo, el Tribunal Constitucional en la misma sentencia, declaró inconstitucional por vulnerar el derecho a organizar y mantener los establecimientos educacionales la norma del proyecto de la JEC que establecía que el no pago de los compromisos económicos contraídos por los padres o apoderados con el establecimiento no era motivo suficiente para no renovar su matrícula al año siguiente 13 . Luego, el inciso segundo del numeral 11 del artículo 19 prescribe que la libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad naciona 1 14. Dichas limitaciones guardarían cierta armonía con las bases de la institucionalidad consignadas en el artículo 1 2 de la Constitución de 1980 y con las limitaciones establecidas por el Constituyente para otras garantías constitucionales, a saber: • Art. 19 N 2 16: Ejercicio libre de todos los cultos no puede oponerse a la moral, buenas costumbres y al orden público; • Art. 19 N 2 15 inciso 42 : Se prohíben las asociaciones contrarias a la moral, al orden público y a la seguridad Estado; • Art. 19 N 2 Nº 16 inciso 3 2 : La libertad de trabajo se asegura en cuanto no se oponga a la moral, a la seguridad o la salubridad públicas; • Art. 19 N 9 21: La actividad económica puede desarrollarse siempre que no sea contraria a la moral, al orden público o a la seguridad nacional. Para el Tribunal Constitucional, éstas son las únicas cuatro restricciones susceptibles de ser aplicadas, en una y otra hipótesis, sólo por la ley ceñida a la Constitución y con el propósito de precaver o sancionar el ejercicio desviado o ilegítimo del derecho'''. El Tribunal Constitucional recalcó la "claridad y el vigor" del texto constitucional, pues la locución "no tiene otras limitaciones que" las cuatro enunciadas, utilizada en él, demuestra que se trata de un listado cerrado o taxativo, inexcedible mediante interpretaciones extensivas o análogas, dado que los derechos fundamentales deben ser siempre respetados y promovidos, criterio de hermenéutica aún más inobjetable a la luz de los preceptos, ya insertados, y que obligan al Estado a financiar un sistema gratuito de enseñanza básica y media como asimismo, a fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles 16. 12 TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, sentencia rol 410/2004, considerando 26 2 . 13 TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, sentencia rol 410/2004, considerando 85 2 14 Como se verá más adelante, uno de los proyectos de reforma constitucional pretende eliminar a la seguridad nacional como limite a la libertad de enseñanza. 15 TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, sentencia rol 410/2004, considerando 12 2 . 16 TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, sentencia rol 410/2004, considerando 13 2 . 13 OOO545 7 6.i/ito En este aspecto, la Constitución de 1980 se aparta de las de 1925 y 1971, que no contenían limitaciones expresas al ejercicio de la libertad de enseñanza. A su vez la norma constitucional contiene como única prohibición al ejercicio de la libertad de enseñanza, en el inciso 32 del Art. 19 N2 11, que los establecimientos reconocidos oficialmente (sólo estos) no pueden orientarse a propagar tendencia partidista alguna. En nuestro medio el constitucionalista Fernández González señala que las limitaciones y prohibiciones al ejercicio de la libertad de enseñanza, en lo que dice relación con los derechos de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales, han sido dispuestas con carácter taxativo, en la misma Constitución, sin que pueda el legislador y menos la Administración o simples acuerdos o convenciones entre particulares imponer otras distintas de aquellas. Para Fernández González resulta además indudable que la libertad de enseñanza incluye además derechos diversos a los de abrir, organizar y mantener establecimientos de enseñanza y el derecho de los padres de escoger aquel que prefieran para sus hijos, que no agotan el contenido completo de dicha libertad, especialmente frente a los tratados internacionales vigentes en Chile 17. Lo anterior consta además en la supuesta "historia fidedigna" de la norma constitucional contenida en las actas de la CENC: "El señor Ovalle desea agregar, que quede constancia en la Constitución, de que las limitaciones a la libertad de enseñanza fluyan directamente de la Constitución, de modo que en caso de duda puedan los Tribunales apreciar, con la libertad que siempre los ha caracterizado en este país, si en el ejercicio de esa libertad se ha violado o no la moral, las buenas costumbres, el orden público o la seguridad del Estado, y que no pueda, en cambio el legislador, so pretexto de proteger estos valores, establecer limitaciones que, en el fondo, coarten dicha libertad" 15 El iusprivatista Peña González sostiene, a nuestro juicio con razón, que en Chile el derecho a la educación no se encuentra equilibrado con la libertad de enseñanza y la interpretación que de esta última ha dado el Tribunal Constitucional podría entorpecer una mejora del marco regulatorio, motivo por el cual resultaría fundamental emprender una reforma que consagre el deber del Estado de asegurar una educación obligatoria de una calidad mínima definida por la ley 17 FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Miguel Ángel, La libertad de enseñanza ante el Tribunal Constitucional, Estudios de Derecho Actual 2, Ediciones Facultad de Derecho Universidad de los Andes, año 2005, pág. 22 y 49. 18 Actas de la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución, Sesión 223 2, pág. 17. 14 O O O '5 4 6 4(-0 y, en consecuencia, hacerse más exigentes los requisitos para proveer educación en Chile y recibir financiamiento público. 19 Tratándose del derecho a la educación reconocido en el artículo 19 N 2 10 de la Constitución, su texto difiere de los textos de los anteproyectos de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución y del Consejo de Estado que contenían enunciados de política de Estado en educación, resultando en texto más sobrio con garantías individuales, a saber: a) Reconocimiento del derecho a la educación, la que tiene por objeto "el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida". b) Derecho preferente de los padres a educar a sus hijos, con un deber correlativo, debiendo el Estado otorgar "especial protección al ejercicio de este derecho". c) Estado gestor de servicios educacionales, sea directa o indirectamente, a saber: instituyendo la educación básica y media obligatoria, y el deber del Estado de financiar un sistema gratuito al efecto y asegurar el acceso de toda la población; fomento estatal del desarrollo educativo en todos sus niveles, de la investigación científica y tecnológica, creación artística y protección e incremento del patrimonio cultural de la nación, y promoción estatal de la educación parvularia, último cometido público incorporado por reforma constitucional de 1999 y perfeccionado por la reforma de 2007 y de 2013. d) En este campo la fortaleza del principio de subsidiaríedad, que confiere cobertura al régimen de provisión mixta, está dado por el reconocimiento de la libertad de enseñanza en el artículo 19 N 2 11 C.P.R., derecho civil de estructura de negación, y que supone un derecho de fundación ("abrir, organizar y mantener") de establecimientos educacionales. e) Para concluir, el Estado regulador en servicios educacionales público—municipales y privados tiene su cobertura constitucional en el derecho a la educación y en la libertad de enseñanza (art. 19 Nº 10 y N 2 11 C.P.R.), reservando al legislador orgánico la determinación de los mínimos en cada nivel de enseñanza básica y media, fijando normas objetivas, de general aplicación, que permitan al Estado velar por su cumplimiento, y además, dicho legislador establece los requisitos para el reconocimiento oficial de los establecimientos educacionales de todo nivel? Para una mejor ilustración acerca del reconocimiento constitucional del derecho a la educación y libertad de enseñanza, es útil reproducir los textos de la Constitución vigente y textos de anteproyectos, que dan cuenta de la supresión por el constituyente autoritario del contenido programático del derecho a la educación: 19 PEÑA GONZALEZ, Carlos, "La Provisión Educativa en Chile: Requisitos y financiamiento" en La Reforma al Sistema Escolar: Aportes para el debate. José Joaquín Brünner y Carlos Peña, Coordinadores, Universidad Diego Portales-Universidad Adolfo Ibáñez, año 2007. 20 EVANS DE LA CUADRA, Enrique: "Los Derechos constitucionales", 2 2 vol., Edit. Jurídica de chile, Santiago, 1986, Tomo II, págs. 175-177, Tomo I, págs. 233-294. 15 a) Constitución Política de la República de 1980, Capítulo III "De los Derechos y Deberes Constitucionales" Artículo 19.- La Constitución asegura a todas las personas: 101- El derecho a la educación. La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida. Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho. Para el Estado es obligatorio promover la educación parvulario, para lo que financiará un sistema gratuito a partir del nivel medio menor, destinado a asegurar el acceso a éste y sus niveles superiores. El segundo nivel de transición es obligatorio, siendo requisito para el ingreso a la educación básica. La educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la población. En el caso de la educación media este sistema, en conformidad a la ley, se extenderá hasta cumplir los 21 años de edad. Corresponderá al Estado, asimismo, fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles; estimular la investigación científica y tecnológica, la creación artística y la protección e incremento del patrimonio cultural de la Nación. Es deber de la comunidad contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educación; 111- La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacionaL La enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar tendencia político partidista alguna. Los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos. Una ley orgánica constitucional establecerá los requisitos mínimos que deberán exigirse en cada uno de los niveles de la enseñanza básica y media y 16 0005 S señalará las normas objetivas, de general aplicación, que permitan al Estado velar por su cumplimiento. Dicha ley, del mismo modo, establecerá los requisitos para el reconocimiento oficial de los establecimientos educacionales de todo nivel. En cuanto a los lejanos antecedentes, que en rigor no permiten hablar de historia fidedigna del artículo 19 N 9 10 C.P.R., cabe citar los anteproyectos de la C.E.N.C. y Consejo de Estado 21 . b) Anteproyecto de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución Artículo 19 (N2 9). El derecho a la educación. La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida y para ello promoverá en los educandos el sentido de responsabilidad moral, cívica y social; el amor a la Patria y a sus valores fundamentales; el respeto a los derechos humanos, y el espíritu de fraternidad entre los hombres y de paz entre los pueblos. Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos, y a la facultad de escoger el establecimiento de enseñanza. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de estos derechos. Es deber de la comunidad nacional contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educación. El Estado atenderá necesidades de la educación como una de sus funciones prioritarias. La educación básica es obligatoria. El Estado deberá mantener las escuelas gratuitas que, para este efecto, sean necesarias, y asegurar el acceso a la educación media de quienes hayan egresado del nivel básico, atendiendo sólo a la capacidad de los postulantes. Corresponderá, asimismo, al Estado fomentar el desarrollo de la educación superior en conformidad a los requerimientos y posibilidades del país, contribuir a su financiamiento, y garantizar que el ingreso a ella se determine atendiendo únicamente a la capacidad e idoneidad de los postulantes. La ley contemplará los mecanismos adecuados para crear, mantener y ampliar los establecimientos educacionales tanto públicos como privados, y establecerá las modalidades y requisitos para la distribución de los recursos disponibles. 21 Neville Blanc y otros: "La Constitución Chilena", 2º vol., CEAL—UCV, Valparaíso, 1990, Tomo I. pág. 127130. 17 bitA-Q•oe c) Anteproyecto del Consejo de Estado Artículo 19 AP2 10. El derecho a la educación. La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida. La educación pública es una atención primordial del Estado. La educación básica es obligatoria, fomentar el desarrollo de la educación en todos sus otros niveles; estimular la investigación científica y tecnológica, la creación artística y la protección e incremento del patrimonio cultural de la nación. Los padres tienen el derecho y el deber de educar a sus hijos. d) Anteproyecto de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución Artículo 19 (Al 2 10), La libertad de enseñanza. Esta libertad incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales, a los que corresponderá seleccionar el contenido de los conocimientos que se impartan; determinar los métodos del proceso de enseñanza y aprendizaje y establecer los sistemas de su evaluación. La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las que imponen la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional; y no podrá contravenir los objetivos de la educación señalados en esta Constitución. La enseñanza reconocida oficialmente por el Estado debe cumplir dichos objetivos y no podrá orientarse a propagar tendencia política partidista alguna. Corresponderá al Estado señalar los requisitos mínimos que deberán exigirse para cada uno de los niveles de la enseñanza reconocida oficialmente, excluida la educación superior, y asegurar su cumplimiento a través de medidas objetivas y de general aplicación. Las certificaciones y grados que otorguen los establecimientos de enseñanza que cumplan con estos requisitos tendrán plena validez. Una ley orgánica constitucional establecerá los requisitos objetivos y generales para que el Estado confiera su reconocimiento oficial a las universidades y demás establecimientos que impartan educación superior. Obtenido dicho reconocimiento, los títulos, grados y certificaciones que éstos otorguen tendrán validez. 18 Los establecimientos de educación superior, estatales o particulares reconocidos por el Estado, gozarán de personalidad jurídica y de autonomía académica, administrativa y económica. No podrán ser dueños o directores de establecimientos de educación, ni ejercer en ellos funciones relacionadas con la enseñanza, las personas que hubieren sido sancionadas por el Tribunal Constitucional en conformidad al artículo 8 9 de esta Constitución. Tampoco podrán serlo las que hubieren sido condenadas a pena aflictiva, por los delitos que la ley califique como conductas terroristas o por lo demás que la ley señale. La prohibición a que se refiere el inciso anterior regirá por el plazo de 10 años, sin perjuicio de las inhabilidades que por mayor tiempo establezca la ley penal. e) Anteproyecto del Consejo de Estado Artículo 19 N9 11.- La libertad de enseñanza. La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional. Los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos. Una ley orgánica constitucional establecerá los requisitos objetivos y generales de los establecimientos de educación en todos sus niveles. El Estado velará por su cumplimiento. 4. Marco legal de las garantías en estudio En virtud de lo dispuesto en el Art. 19 N 2 10 inciso 4 2, se dictó la Ley N 2 18.962 Orgánica Constitucional de Enseñanza, en adelante LOCE, publicada el 10 de marzo del año 1990 y cuyo texto refundido y sistematizado se encuentra en el DFL N 2 1 del Ministerio de Educación de 21 de febrero de 2006. Según la norma constitucional, correspondía a esa ley: a) Establecer los requisitos mínimos que debe exigirse a cada nivel de enseñanza básica y b) Señalar normas objetivas, de general aplicación, que permitan al Estado velar por el media. cumplimiento de los citados requisitos mínimos. 19 0551 c) Establecer los requisitos para el reconocimiento oficial de los establecimientc‘ educacionales de todo nivel. d) Dictar normas objetivas y de general aplicación referidas al reconocimiento oficial de los establecimientos educacionales. A su vez, el Tribunal Constitucional, complementando los requisitos anteriores, señaló que dicha ley debía incluir también aquellas normas o materias que constituyen elementos complementarios indispensables de los anteriores22. Cabe destacar además que la norma constitucional dispone como un deber del Estado velar por el cumplimiento de la ley orgánica constitucional de educación, con lo cual inviste a ésta de una facultad de rango constitucional, que tiene por objeto fiscalizar que los establecimientos educacionales, en el ejercicio de la libertad de enseñanza, cumplan con lo dispuesto en la Constitución y las leyes, facultad que refleja una vez más la concepción del papel subsidiario del Estado en materia educativa, alejado de un modelo de Estado Docente23. Muestra de lo anterior es que la Constitución de 1980, a diferencia de las constituciones de 1833 y 1925 y el "Estatuto de Garantías", no contempla o prevé la existencia de una Superintendencia de Educación Pública, que en dichas constituciones tendría a su cargo la inspección de la enseñanza nacional y su dirección, bajo la autoridad del Gobierno. Con todo, el anteproyecto de Constitución de la CENC contemplaba la existencia de dicha Superintendencia, pero el Consejo de Estado la eliminó del anteproyecto constitucional. Ahora bien, a raíz del movimiento estudiantil de 2006 y el amplio consenso que se manifestó entre los partidos políticos, la prensa y la opinión pública ese año sobre la necesidad de reformar la normativa sobre el sistema educacional existente a la época, tras una amplia discusión parlamentaria se promulgó en 2009 la Ley Nº 20.370, Ley General de Educación (en adelante, LGE), la cual derogó la anterior Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, salvo en lo que hacía referencia a la enseñanza superior (entregada por universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica). Posteriormente, la Presidenta de la República dictó el D.F.L. N9 2 de 2009, del Ministerio de Educación, por el que se fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley N2 20.370 (la LGE) con las normas no derogadas del D.F.L. N2 1 de 2005 (el último texto de la LOCE). Conforme al artículo 3º de esta ley, el sistema educativo chileno se construye sobre la base de los derechos garantizados en la Constitución, así como en los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes y, en especial, del derecho a la educación y la libertad de enseñanza, inspirándose, entre otros, en los siguientes principios que dicen relación con los proyectos materia del presente informe: 22 TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, sentencia rol 102 de 27 de febrero de 1990, considerando 3e. 23 SILVA BASCUÑAN, Alejandro, Op. Cit. Pág. 260. 20 a) Universalidad y educación permanente. La educación debe estar al alcance de todas las personas a lo largo de toda la vida. b) Calidad de la Educación. La educación debe propender a asegurar que todos los alumnos y alumnas, independientemente de sus condiciones y circunstancias, alcancen los objeticos generales y los estándares de aprendizaje que se definan en la forma que establezca la ley; c) Equidad del sistema educativo. El sistema propenderá a asegurar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de recibir una educación de calidad, con especial atención en aquellas personas o grupos que requieran apoyo especial. d) Autonomía. El sistema se basa en el respeto y fomento de la autonomía de los establecimientos educativos. Consiste en la definición y desarrollo de sus proyectos educativos, en el marco de las leyes que los rijan. e) Diversidad. El sistema debe promover y respetar la diversidad de procesos y proyectos educativos institucionales, así como la diversidad cultural, religiosa y social de las poblaciones que son atendidas por él. f) Responsabilidad, Todos los actores del proceso educativo deben cumplir sus deberes y rendir cuenta pública cuando corresponda. g) Flexibilidad, El sistema debe permitir la adecuación del proceso a la diversidad de realidades y proyectos educativos institucionales. h) Transparencia, La información desagregada del conjunto del sistema educativo, incluyendo los ingresos y gastos y los resultados académicos, debe estar a disposición de los ciudadanos...". Luego, en su artículo 6º, dispone que es deber del Estado propender a asegurar una educación de calidad y procurar que ésta sea impartida a todos, tanto en el ámbito público como privado, correspondiendo al Ministerio de Educación, al Consejo Nacional de Educación y a la Superintendencia de Educación, en el ámbito de las competencias, la administración del Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación, de conformidad a las normas establecidas en la ley. Su artículo 8 2, en consonancia con el artículo 19 Nº 11 de la Constitución, dispone que el Estado tiene el deber de resguardar la libertad de enseñanza; los padres tienen el derecho a escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos, y que la libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. Además, en lo referido a la educación parvularia, la LGE implica la ejecución por el legislador de la disposición constitucional que hasta entonces no se había materializado en una 21 2/^e' ley: la garantía, por parte del Estado, de acceso gratuito y financiamiento fiscal para el primer y segundo nivel de transición (Pre Kinder y Kinder). Esta disposición fue introducida, mediante la reforma del cuarto inciso del N 2 10 del artículo 19 de la Carta por la Ley Nº 20.162, publicada en 2007; y reforzada, haciendo obligatorio el segundo nivel de transición, mediante la Ley Nº 20.710, publicada a fines del año 2013. Cabe al respecto recordar que la anterior LOCE sólo reconocía la educación básica, media y superior. A partir de la entrada en vigencia de la LGE, la ley reconoce expresamente la educación parvularia y, aun más, desde la entrada en vigencia de la mencionada Ley N 2 20.710, promulgatoria de la reforma constitucional ya aludida, la realización por el o la estudiante del segundo nivel de transición es un requisito para poder cursar el primer año de educación general básica. Cabe recordar que, a partir de 2017, entrará en vigencia el artículo 25 de la LGE, por el cual la educación básica pasará a tener una duración de seis años en lugar de ocho, y la educación media seis en lugar de cuatro, de los cuales los primeros cuatro serán de formación general y los últimos dos de formación diferenciada. En lo que respecta a los contenidos formativos, la Ley establece los objetivos generales y los estándares de aprendizaje, para cada uno de los niveles, los que buscan favorecer la educación integral de los estudiantes, tanto en lo referido a la educación formativa de valores y principios como a la cognitiva. Con todo, conforme al artículo 31, se contempla una flexibilidad curricular ampliada, de modo que las bases curriculares elaboradas por el Ministerio de Educación para los niveles parvulario, básico y medio deben asegurar que los establecimientos en régimen de Jornada Escolar Completa cuenten con un 30% de tiempo de libre disposición. Además, en virtud del artículo 33, el Ministerio debe crear y mantener un banco de planes y programas complementarios para poner a disposición de todos los establecimientos, con al menos cinco alternativas para cada nivel educativo. Además, la Ley crea un Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación, que deberá encargarse de mantener los estándares de calidad a través de cuatro instituciones: a) El Ministerio de Educación, que propone las bases curriculares, programas de estudio y estándares de calidad, y da apoyo a los establecimientos para su cumplimiento; b) El Consejo Nacional de Educación, que aprueba las bases, planes y estándares de calidad concebidos por el Ministerio y está compuesto por académicos destacados, docentes, representantes de las universidades y profesionales de la educación designados por el Presidente de la República; c) La Agencia de Calidad de la Educación, que evalúa e informa sobre la calidad de los establecimientos educacionales; y d) La Superintendencia de Educación, a la que corresponde fiscalizar que los establecimientos educacionales cumplan con las normas educacionales y con su obligación de proporcionar la información sobre el uso de sus fondos, de conformidad a la misma Ley. El artículo 46, al exigir la existencia de un sostenedor para conceder el reconocimiento oficial a un establecimiento y, luego, definir lo que se entiende por sostenedor, exige que éstos 22 sean personas jurídicas —no pudiendo más ser personas naturales- públicas o privadas; en el caso de estas últimas, además la Ley les exige tener un giro único, pudiendo dedicarse exclusivamente a la educación. Los sostenedores, además, en ejecución de los principios definidos en el artículo 3 2 de la Ley, deben rendir cuenta pública de la gestión que realicen con financiamiento público otorgado a través de las subvenciones regulares y, además, deben contar con un proyecto educativo explícito, reglamentos internos y órganos de participación para la comunidad, como los consejos escolares, no pudiendo, además, impedir o entorpecer de ninguna forma la organización de padres, apoderados, estudiantes o trabajadores. 5. Marco constitucional normativo de la libertad de enseñanza universitaria Atendida la circunstancia ya referida, de que la promulgación de la Ley General de Educación significó la derogación de la anterior Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, mas no en lo relativo a la educación superior, el marco normativo de las garantías en análisis en este informe en lo referido a esta última y, en particular, a las universidades, merece un capítulo aparte. La Constitución de 1833 no contiene precisiones sobre la materia, y la definición del Estado confesional, imponía unidad Estado-Iglesia. La ley de 19 de noviembre de 1842 incorporó al país el modelo de monopolio docente de la universidad napoleónica, al crear la Universidad de Chile, que conforme a su artículo 1 2 le correspondería la dirección de los establecimientos literarios y científicos nacionales y la inspección sobre todos los demás establecimientos de educación. La reforma a la Carta de 1833 en el año 1874, incluyó, entre otras garantías, la libertad de enseñanza, reactiva al creciente influjo del Estado en la educación. La ley de 13 de enero de 1879 sobre Instrucción Secundaria y Superior, dispuso que con fondos nacionales se sostendrían los establecimientos educacionales destinados a la instrucción superior que requiriere el ejercicio de las profesiones científicas y literarias, correspondiendo al denominado Consejo de Instrucción dictar el plan de estudios de las universidades y sus reglamentos con aprobación del Presidente de la República, como asimismo ejercer por sí o por sus delegados sobre todos los establecimientos de instrucción secundaria y superior, públicos o privados, las atribuciones de vigilancia y policía que se refieran a la moralidad, higiene y seguridad de alumnos y empleados, como también vigilar el cumplimiento de todas las disposiciones sobre instrucción secundaria y superior, dirigiendo las comunicaciones y entablando las gestiones que creyere oportunas. (Artículo 9 2 números 1 2, 8 2 y 142). A su turno, durante la vigencia de la Carta de 1925, el DFL N 2 280 de 20 de mayo de 1931 reconoció la autonomía de la Universidad de Chile y respecto de las universidades privadas 23 distinguió entre las ya existentes a la fecha y las que se establecieran con posterioridad. A las primeras, les concedió personalidad jurídica, conservando el derecho a sus iniciativas y especializaciones profesionales y educacionales, continuaron en posesión de los derechos y atribuciones de que gozaban, sin otras limitaciones que las impuestas por la legislación vigente, pasando a estar bajo la fiscalización de la Superintendencia de Educación Pública. En relación a las nuevas instituciones, su creación y funcionamiento dependería de autorización por parte del Gobierno, previo informe del Consejo Universitario. Estas instituciones preparaban a sus alumnos para rendir exámenes que condujeran a la obtención de grados y títulos otorgados por la Universidad de Chile. Enseguida, el DFL N2 104 de 1953, declaró que las facultades que se conferían a la Superintendencia no alterarían el régimen legal de las universidades del Estado ni de las universidades privadas reconocidas por éste, y que la dependencia a que se refería el DFL N° 280 se entenderá sólo respecto de la coordinación que debe existir entre las diversas ramas de la enseña nza24. La Ley N2 17.398 de 9 de enero de 1971 promulgatoria de la reforma constitucional conocida como "Estatuto de Garantías" incorporó al numeral 6 del artículo 10 de la Carta de 1925 seis nuevos incisos, entre los cuales destaca el 102, que disponía que: "Las universidades estatales y las particulares reconocidas por el Estado son personas jurídicas dotadas de autonomía académica, administrativa y económica. Corresponde al Estado proveer a su adecuado financiamiento para que puedan cumplir sus funciones plenamente, de acuerdo a los requerimientos educacionales, científicos y culturales del país." Durante el régimen autoritario la Junta de Gobierno dictó el día 2 de octubre de 1973 el decreto ley N2 50, que designó "rectores delegados" de ella en todas las universidades del país, bajo el pretexto de que éstas habían desvirtuado su misión propia como consecuencia de la reforma universitaria de los años sesenta, que habría logrado la infiltración en ellas de ideas marxistas que el gobierno de la época se proponía eliminar. Con anterioridad a la entrada en vigencia de la Carta de 1980, se dictó el decreto ley N° 3.541 de 13 de diciembre de 1980, que facultó al Jefe de Estado de la época para reestructurar las universidades del país, en particular, la Universidad de Chile, pudiendo dictar todas las disposiciones que fueren necesarias al efecto, fijando su régimen jurídico, dictando al efecto normas estatutarias y procedimentales para regular su estructura orgánica. En ejercicio de tan amplia delegación de facultades legislativas, se dictó el DFL Nº 1 de 1981, conocida como Ley General de Universidades, que dispuso en su artículo 3º que: "... la universidad es una institución autónoma que goza de libertad académica y que se relaciona con el Estado a través del Ministerio de Educación". Luego, su artículo 112 dispuso que: "Corresponderá 24 SILVA BASCUÑAN, Alejandro, Op. Cit. Pág. 270. 24 O )11556 en forma exclusiva las universidades otorgar los títulos profesionales respecto de los cuales la ley ✓ requiere haber obtenido previamente el grado de licenciado en una disciplina determinada". Enseguida, en su artículo 15º, dispuso que "Podrán crearse universidades, las que deberán constituirse como personas jurídicas de derecho privado sin fines de lucro" que se regirían por dicho DFL y por sus respectivos estatutos. Estas universidades, dentro de los treinta días siguientes a la fecha de obtención de su personalidad jurídica, debían presentar a una universidad examinadora los programas de estudios conducentes a obtener títulos profesionales que pretendía otorgar y los grados académicos que se resolvería asignarle. Podían ser universidades examinadoras, aquellas que ya hubiesen cumplido cinco años otorgando en forma independiente los grados académicos y títulos. Asimismo, las cinco primeras promociones de alumnos de una nueva universidad debían rendir exámenes finales de los respectivos ramos y su examen de grado ante comisiones mixtas paritarias integradas por profesores de su casa de estudios y de la examinadora, debiendo aprobar a lo menos un cincuenta por ciento de los alumnos. También se estableció que por decreto supremo del Ministerio de Educación se podía cancelar la personalidad jurídica en caso de que la universidad no cumpliese con sus fines o si realizare actividades contrarias a la ley, orden público, buenas costumbres, moral o seguridad nacional. La Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) procedió a sustituir el sistema de examinación por el de acreditación, regulado por los artículos 39 a 55 de dicha norma, que respecto de las nuevas universidades exigía la presentación al denominado Consejo Superior de Educación de un Proyecto de Desarrollo Institucional, que de ser aprobado, debía ser verificado su ejercicio durante un lapso de seis años, mediante informes mensuales, examinaciones selectivas de asignaturas, luego de lo cual, se le consideraría autónoma, previa certificación por parte del citado Consejo. Asimismo, la LOCE, en su artículo 75 inciso 1º, definió la autonomía universitaria como: "...el derecho de cada establecimiento a regirse por sí mismo, de conformidad con lo establecido en sus estatutos en todo lo concerniente al cumplimiento de sus finalidades y comprende la autonomía académica, económica y administrativa". Luego, su artículo 80 señaló que: "Las universidades existentes al 31 de diciembre de 1980 y las universidades e institutos profesionales que se derivaron de ellas y las sucesoras de algunas de ellas, mantendrán su carácter de tales y conservarán su plena autonomía". Igualmente, la LOCE dispuso que las universidades e institutos profesionales creados y organizados en virtud de las normas contenidas en los DFL Nº 1, Mineduc, de 1980 y Nº 5 de 1981, se considerarían reconocidos oficialmente de pleno derecho. Los establecimientos que se 25 O O tl 5 5 7 encontrasen en etapa de examinación, podían mantenerse en aquel u optar por el sistema de) acreditación. El sistema de acreditación fue reemplazado por uno de licenciamiento, por la Ley N° 20.129 de 17 de noviembre de 2006 que fue dictada con el objeto de establecer un Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, en adelante SNACES introduciendo sendas modificaciones a la LOCE en aplicación de tal sistema, entre las cuales están: 1) Funciones de información, licenciamiento de instituciones nuevas de educación superior, acreditación institucional y acreditación de carreras o programas. (Artículo 1). 2) Creación de un Comité encargado de velar por una adecuada coordinación de las actividades de los distintos organismos que integran el SNACES, entre los que destaca la Comisión Nacional de Acreditación, organismo autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que tiene por misión verificar y promover la calidad de las instituciones de educación superior y de las carreras y programas que ellas ofrecen (artículos 3 2, 4 2 y 62), mediante procesos de acreditación voluntarios, de hasta siete años, para evaluar el cumplimiento de su proyecto institucional y verificar la existencia de mecanismos eficaces de autorregulación y de aseguramiento de la calidad al interior de las IES, propendiendo al fortalecimiento de su capacidad de autorregulación y al mejoramiento continuo de su calidad, debiendo la Comisión tener especial consideración sobre la autonomía de cada institución. 3) Asimismo, las IES deben reconocer y respetar siempre los principios de pluralismo, tolerancia, libertad de pensamiento y de expresión, libertad de asociación y participación de sus miembros en la vida institucional, dentro de los limites dados por la Constitución y las leyes (artículo 15 incisos 1 2 y 2 2 ). El 12 de septiembre de 2009, fue publicada la Ley General de Educación, en adelante LGE, la que derogó en gran parte la LOCE, y creó el Consejo Nacional de Educación, sucesor legal del Consejo Superior de Educación. Este nuevo Consejo continúa con las funciones de licenciamiento y apelaciones de decisiones de acreditación desarrolladas por su antecesor. La LGE derogó la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) en lo referente a la educación general básica y media, pero mantuvo la normativa respecto a la educación superior. Conforme a la LGE, particularmente a su artículo 3 2 ya referido, el sistema educativo chileno se construye sobre la base de los derechos garantizados en la Constitución, en los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes y, en especial, del derecho a la educación y la libertad de enseñanza, inspirándose en los principios enumerados por el propio artículo 3 2 . Destaca asimismo, en relación al lucro en la educación superior, la norma del artículo 53, que dispone: "Las universidades, los institutos profesionales y los centros de formación técnica estatales sólo podrán crearse por ley. Las universidades que 26 ollt 558 no tengan tal carácter; deberán crearse conforme a los procedimientos establecidos en esta ley, y serán siempre corporaciones de derecho privado, sin fines de lucro para el efecto de tener reconocimiento oficial." (Negrita y subrayado añadido). Finalmente, sus artículos 104 y 105 reconocen el principio legal de autonomía universitaria y de libertad académica: Artículo 104. Se entiende por autonomía el derecho de cada establecimiento de educación superior a regirse por sí mismo, de conformidad con lo establecido en sus estatutos en todo lo concerniente al cumplimiento de sus finalidades y comprende la autonomía académica, económica y administrativa. La autonomía académica incluye la potestad de las entidades de educación superior para decidir por sí mismas la forma como se cumplan sus funciones de docencia, investigación y extensión y la fijación de sus planes y programas de estudio. La autonomía económica permite a dichos establecimientos disponer de sus recursos para satisfacer los fines que le son propios de acuerdo con sus estatutos y las leyes. La autonomía administrativa faculta a cada establecimiento de educación superior para organizar su funcionamiento de la manera que estime más adecuada de conformidad con sus estatutos y leyes. (Negrita y subrayado añadido). Artículo 105. La libertad académica incluye la facultad de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales, cumpliendo los requisitos establecidos por la ley, y la de buscar y enseñar la verdad conforme con los cánones de la razón los métodos de la ciencia". (Negrita y subrayado añadido). Conclusiones Como se ha visto, el contenido que la Constitucional vigente dispone para las garantías del derecho a la educación y la libertad de enseñanza es fruto de una larga evolución histórica: de las primeras cartas que suponían un tímido sistema de educación pública muy vinculado a las "obras pías" y a la Iglesia Católica, se ha pasado a un gran sistema de educación provisto tanto directamente por establecimientos dependientes del Estado como por establecimientos particulares con reconocimiento oficial. 27 En ese contexto, el derecho a la educación es, usando la clasificación clásica dellos derechos fundamentales, un "derecho social" y la libertad de enseñanza un "derecho civil"; el primero, típicamente prestacional, desde el momento en que la manera preferente que tiene el Estado de garantizarlo es proveyendo la prestación educacional por sí mismo, y el segundo principalmente negativo, en cuanto importa para el Estado la limitación de no impedir a los particulares la apertura, organización y mantención de establecimientos de educación. Dentro de la evolución constitucional chilena, tanto en el texto positivo de nuestras Cartas como en el desarrollo de la jurisprudencia constitucional, destaca la relación del Estado con los proveedores particulares de educación mediante la entrega de subvenciones estatales regulares, tanto respecto a las universidades como a las instituciones de educación escolar. Sin embargo, debe quedar claro que el contenido esencial de la libertad de enseñanza es, como se extrae de la lectura del texto constitucional vigente, la posibilidad de los particulares de abrir, organizar y mantener los establecimientos y la de los padres la de escoger libremente el establecimiento de enseñanza para sus hijos. Por ello, de la lectura armónica de las dos disposiciones analizadas se extrae que el Estado puede establecer condiciones para la entrega de subvenciones regulares a los establecimientos de todo nivel con el objetivo de cumplir sus propios fines, siempre que ello no implique imponer "otras limitaciones impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional" para la apertura, organización y mantención de los establecimientos; más aun, esto es particularmente relevante y factible cuando se trata de asegurar de manera más eficaz, mediante los requisitos exigidos para la entrega del beneficio de la subvención, los derechos de los estudiantes contenidos en el número 10 del artículo 19, o el de los padres de escoger de la forma más libremente posible la institución en la que sus hijos recibirán su ense'ñanza. Salvo mejor parecer, es todo lo que puedo informar. Francisco Zútiiga Urbina 28