ASESORLEX

La nueva compatibilidad entre pensión
de jubilación y trabajo
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RD-Ley 5/2013, de 15 de marzo, de medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el
envejecimiento activo.
SOLO PARA ASESORES DE PYMES
INDICE
I.
Introducción: el objetivo de prolongación de la vida activa
II. Las situaciones de compatibilidad introducidas por la Ley 27/2011
III. El nuevo supuesto de compatibilidad previsto por el reciente RD-Ley
5/2013: requisitos y características
IV. Cuestiones pendientes de desarrollo acerca de la posibilidad
compatibilizar pensión de jubilación y trabajo introducida por el
reciente RD-Ley 5/2013
© Asesorlex.com. Reservados todos los derechos. Fecha de edición: 24/04/2013
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La nueva compatibilidad entre pensión
de jubilación y trabajo
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RD-Ley 5/2013, de 15 de marzo, de medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el
envejecimiento activo.
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I.- Introducción:
el objetivo de
prolongación de la
vida activa
Hasta ahora, uno de los principios que definía la pensión de jubilación era la imposibilidad de
compatibilizarla con el desarrollo simultáneo de una actividad productiva, salvo lo que quedaba
estrictamente referido a la gestión del propio patrimonio del pensionista.
Pero las nuevas circunstancias demográficas y económicas obligan a modificar la configuración
tradicional de esta prestación. Para lograr el objetivo de reducir el gasto de la Seguridad Social se
pretende alargar la vida activa de los cotizantes mediante tres tipos de medidas: por una parte,
se endurecen los requisitos de acceso a la pensión de jubilación en su modalidad contributiva
(elevando entre otras cosas, la edad legal de jubilación, art. 161.1 LGSS); por otra, se intensifican
los incentivos económicos a la prolongación voluntaria de la vida activa una vez alcanzada la edad
legal de jubilación, reconociendo porcentajes adicionales en el cálculo de la pensión de jubilación
(art. 163.2 LGSS), y por último, se comienzan a introducir fórmulas que permitan el envejecimiento activo de los sujetos, esto es, la posibilidad de que, aquellos sujetos que pese a haber
alcanzado la edad legal de jubilación, voluntariamente deseen seguir trabajando, puedan hacerlo
sin que esto les impida acceder a la pensión de jubilación.
Centrándonos en este último tipo de medidas, debe resaltarse que hasta el día 1 de enero de
2013, nuestro ordenamiento jurídico contemplaba una única posibilidad en la que un sujeto
podía compatibilizar de forma lícita el percibo de la pensión de jubilación con la continuación
de su actividad profesional: la jubilación parcial. De esta forma, los trabajadores por cuenta ajena
pueden compatibilizar el percibo de la pensión de jubilación con el trabajo a tiempo parcial (art.
12.6 ET), siempre que concierten con su empresa una reducción de jornada, teniendo en cuenta
que durante dicha situación, se minorará el percibo de la pensión en proporción inversa a la
reducción aplicable a la jornada de trabajo del pensionista (165.2 LGSS).
Para el resto de situaciones, sobre los trabajadores por cuenta ajena o por cuenta propia, regía
estrictamente la tajante incompatibilidad que proclama el art. 165.1 LGSS(1).
II.- Las situaciones de
compatibilidad
introducidas por la
Ley 27/2011
Ahora bien, persiguiendo el objetivo señalado de prolongar en la medida de lo posible la vida
activa de los trabajadores en los últimos años se han planteado ciertas medidas destinadas a conseguir el efecto de fomentar la prolongación de la vida activa, ampliando el número de excepciones a la tradicional regla de la incompatibilidad entre la pensión de jubilación y el trabajo.
Con esta finalidad, la Ley 27/2011 sobre actualización, adecuación y modernización del sistema
de Seguridad Social, introdujo un nuevo apartado 4 en el citado art. 165 LGSS en el que se establecía una nueva situación de compatibilidad de pensión de jubilación y trabajo, muy específica,
totalmente novedosa y algo ambigua en su configuración.
En concreto, desde su entrada en vigor (que tuvo lugar el pasado 1 de enero de 2013) expresamente se admite que “el percibo de la pensión de jubilación será compatible con la realización de
trabajos por cuenta propia cuyos ingresos anuales totales no superen el Salario Mínimo Interprofesional, en cómputo anual. Quienes realicen estas actividades económicas no estarán obligados a
cotizar por las prestaciones de la Seguridad Social”. Ahora bien, “las actividades especificadas en
el párrafo anterior, por las que no se cotice, no generarán nuevos derechos sobre las prestaciones
de la Seguridad Social”.
(1)
Recuérdese que “efectuar trabajos por cuenta propia o ajena durante la percepción de prestaciones, cuando exista incompatibilidad legal o reglamentariamente
establecida” queda tipificado como “infracción grave” en materia de Seguridad Social en el art. 25.1 LISOS.
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A falta por el momento del oportuno desarrollo reglamentario, parece deducirse que podrán acceder a esta forma de compatibilidad los pensionistas de jubilación cualquiera que sea su situación
(tanto si lo son en el RGSS como en cualquiera de los regímenes especiales de Seguridad Social,
e independientemente de si accedieron a la pensión de jubilación anticipada o una vez alcanzada
la edad ordinaria de jubilación). Adviértase que se trata de una situación de compatibilidad muy
concreta, dado que sólo admite el desarrollo de actividades profesionales por cuenta propia que
reporten además ingresos anuales no demasiado elevados, y que aunque exima a los interesados
de la obligación de realizar las correspondientes aportaciones, no los exime de intentar al menos
el alta en el oportuno régimen.
Una primera lectura del precepto citado conduce a la conclusión de que el objetivo que perseguía
el legislador no era obviamente el de fomentar la prolongación de las cotizaciones del sujeto a la
Seguridad Social aún después de haber accedido a la jubilación legal ni el de reducir el gasto en
prestaciones a través de esta vía, sino simplemente la de permitir a los jubilados obtener de forma
lícita, una fuente de ingresos complementaria, que les permita, sin merma alguna de la cuantía de
su pensión, mejorar su poder adquisitivo, habida cuenta de los requisitos cada vez más estrictos
que se precisan para alcanzar pensión equivalente al 100 por 100 de la base reguladora de la
prestación.
La propia Ley 27/2011, en su disposición adicional trigésimo séptima, indirectamente estaba
reconociendo que esta nueva forma de compatibilidad era sólo un primer paso, comprometiéndose a que el Gobierno presente un proyecto de Ley que regule la compatibilidad entre pensión
y trabajo, garantizando el relevo generacional y la prolongación de la vida laboral, así como el
tratamiento en condiciones de igualdad de las diferentes actividades. Y es precisamente este
compromiso el que se cumple ahora, no bajo la fórmula del proyecto de ley, sino por medio del
RD-Ley 5/2013 (justificado en la concurrencia de una situación de urgente necesidad el recurso a
esta figura normativa, que como es sabido, se reserva sólo para situaciones excepcionales).
Y es que este reciente RD-Ley 5/2013, reconoce insuficientes las previsiones hasta ahora vigentes
al respecto e incluye una nueva situación de compatibilidad entre pensión de jubilación y trabajo
esta vez de mucho mayor amplitud que las excepciones a la regla de la incompatibilidad que por
el momento conocíamos.
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III.- El nuevo supuesto
de compatibilidad
previsto por el
reciente RD-Ley 5/2013:
requisitos y
características
En concreto, bajo la rúbrica “compatibilidad entre la pensión de jubilación y el trabajo”, se contempla una nueva excepción a la citada regla general de gran alcance, dado que resultará aplicable
“a todos los regímenes del sistema de la Seguridad Social”, excepto al Régimen de clases pasivas
del Estado (que, aunque con similar alcance, se regirá por su normativa específica). Se pretende
con ello favorecer el alargamiento de la vida activa, reforzar la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social y aprovechar en mayor medida los conocimientos y experiencia de estos trabajadores.
Así, desde la entrada en vigor del RD-Ley 5/2013 el disfrute de la pensión de jubilación, en su
modalidad contributiva, será compatible con la realización de “cualquier trabajo por cuenta ajena
o por cuenta propia del pensionista”, tanto si se trata de mantener la relación laboral que éste
tenía con su empresa, como de iniciar una nueva actividad por cuenta ajena o propia, siempre
que concurran dos requisitos:
1. El acceso a la pensión deberá haber tenido lugar una vez cumplida la edad ordinaria de
jubilación que resulte de aplicación según lo establecido en el artículo 161.1.a) y en la
disposición transitoria vigésima del texto refundido de la Ley General de la Seguridad
Social, sin que, a tales efectos, sean admisibles jubilaciones acogidas a bonificaciones o
anticipaciones de la edad de jubilación que pudieran ser de aplicación al interesado.
Esto es, el sujeto necesariamente debe haber cumplido 67 años de edad, o 65 años cuando se
acrediten 38 años y 6 meses de cotización (siguiendo el incremento progresivo que hasta el año
2027 prevé la Disposición transitoria 20ª la LGSS).
Perece excluirse entonces cualquier acceso a esta forma de compatibilidad por parte de otros
sujetos respecto a los cuales se prevea una edad ordinaria de jubilación inferior a la prevista en el
art. 161.1.a LGSS: esto es, trabajadores afectados por un grado de minusvalía igual o superior al
65% o sujetos que desempeñen una actividad respecto a la que, por naturaleza excepcionalmente
penosa, tóxica, peligrosa o insalubre, el legislador haya previsto una edad ordinaria de jubilación
inferior a la media (como ocurre con sujetos que realicen actividades de minería, con el personal
de vuelo de trabajos aéreos o con cierto tipo de trabajadores ferroviarios, artistas en espectáculos
públicos o profesionales taurinos, respecto a los que se contempla la posibilidad de rebajar la edad
ordinaria de jubilación sin reducción de su pensión de jubilación).
2. El porcentaje aplicable a la respectiva base reguladora a efectos de determinar la cuantía
de la pensión causada ha de alcanzar el 100 por 100.
Sobre este requisito cabe hacer la siguiente reflexión: como es sabido, dependiendo de la edad del
sujeto y de la fecha en la que se pretenda acceder a la situación de jubilación, para alcanzar una
pensión de cuantía equivalente al 100% de la base reguladora de tal prestación, se exige que éste
reúna un periodo de cotización de entre 35 años y 38 años y 6 meses sin tener en cuenta la parte
proporcional correspondiente a las pagas extraordinarias (cuya actualización progresiva hasta el
año 2027 marca también la citada Disposición transitoria 20ª de la LGSS). De tal forma, sólo los
sujetos que, aplicando las reglas de cálculo de la pensión de jubilación, tengan derecho a acceder
a pensión de cuantía equivalente al 100 por 100 de la base reguladora, podrán acogerse a esta
forma de compatibilidad.
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Así pues, sólo si concurren las citadas circunstancias el sujeto podrá compatibilizar lícitamente el
ejercicio de una actividad profesional con el percibo de la pensión de jubilación, dando lugar a
una situación en la que concurren las siguientes características:
•
El trabajo compatible podrá realizarse a tiempo completo o a tiempo parcial.
Se permite así no sólo que los sujetos accedan a esta forma de jubilación independientemente del
tipo de jornada que realizaran antes de su jubilación, sino también que dicha compatibilidad sea
el factor desencadenante de un posible acuerdo de cambio de jornada en los términos previstos
en el art. 12.4 ET en virtud del cual un trabajador a tiempo completo pueda pasar a trabajador a
tiempo parcial o viceversa.
•
En cualquier caso, e independientemente de la jornada de trabajo que realmente realice
el trabajador (y esta es una de las principales diferencias respecto a la jubilación parcial)
la cuantía de la pensión de jubilación compatible con el trabajo será siempre equivalente al 50 por 100 del importe resultante en el reconocimiento inicial, una vez aplicado,
si procede, el límite máximo de pensión pública, o del que se esté percibiendo, en el
momento de inicio de la compatibilidad con el trabajo, excluido, en todo caso, el complemento por mínimos, cualquiera que sea la jornada laboral o la actividad que realice
el pensionista.
•
El pensionista no tendrá derecho a los complementos para pensiones inferiores a la
mínima durante el tiempo en el que compatibilice la pensión con el trabajo.
Y es que si tal figura persigue asegurar que el pensionista alcance en todo momento en nivel mínimo de ingresos considerado esencial para su supervivencia en el ámbito de la Seguridad Social,
realmente no tiene sentido que opera en los supuestos en los que la pensión del sujeto no es su
única fuente de ingresos, dado que el sujeto simultanea su percepción con el desarrollo de una
prestación productiva que le reportará sus correspondientes ingresos.
Ahora bien, dado que la actividad profesional que se haya desempeñado al amparo del supuesto
contemplado en el art. 1 del RD-Ley 5/2013 no genera incremento de la pensión de jubilación
(pues no permite añadir porcentajes adicionales en el cálculo de la cuantía de la pensión por cada
año trabajado una vez alcanzada la condición de pensionista) se sobreentiende que, será en el
momento en el que el sujeto acceda a la jubilación plena aquel en el que o sólo pasará a percibir
la pensión de jubilación completa que le corresponda, sino que también será entonces cuando
se calcule si reúne o no los requisitos para acceder a los complementos por pensiones inferiores a
la mínima que marque para el correspondiente económico la Ley de Presupuestos Generales del
Estado(2). En concreto, será el momento en el que el sujeto deje de realizar la prestación profesional que viniera compatibilizando con el trabajo aquél en el que se calcularán si concurren o no
los presupuestos para acceder a este tipo de complemento de pensiones y la cuantía concreta que
le corresponde por ello.
(2)
Es el art. 50.1 LGSS el que especifica que “los beneficiarios de pensiones del sistema de la Seguridad Social, en su modalidad contributiva, que
no perciban rendimientos del trabajo, del capital o de actividades económicas y ganancias patrimoniales, de acuerdo con el concepto establecido
para dichas rentas en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, o que, percibiéndolos, no excedan de la cuantía que anualmente establezca la correspondiente Ley de Presupuestos Generales del Estado, tendrán derecho a percibir los complementos necesarios Los complementos por
mínimos serán incompatibles con la percepción por el pensionista de los rendimientos indicados en el párrafo anterior, cuando la suma de todas
las percepciones mencionadas, excluida la pensión que se vaya a complementar, exceda el límite fijado en la correspondiente Ley de Presupuestos
Generales del Estado para cada ejercicio (…)”.
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•
El beneficiario tendrá la consideración de pensionista a todos los efectos. Se trata ésta
de una apreciación muy importante a efectos de claridad normativa. Y es que en la
práctica la condición de pensionista de un sujeto le reporta determinado tipo de ventajas (entre otros ejemplos, es importante esta condición para la obtención de medicamentes a precios reducidos o respecto a la aplicación de ciertas bonificaciones sobre
tasas o precios públicos) que no pierde pese a desarrollar simultáneamente un trabajo
productivo.
•
Finalizada la relación laboral por cuenta ajena o producido el cese en la actividad por
cuenta propia, se restablecerá el percibo íntegro de la pensión de jubilación.
Debe destacarse que esta nueva fórmula de compatibilidad entre pensión y trabajo no sólo reporta beneficios al sujeto que pretende jubilarse, sino también a las empresas que emplean a este tipo
de trabajadores.
Y es que el citado RD-Ley 5/2013, en su art. 4 expresamente contempla que, mientras se desarrolla esta forma de compatibilidad, “los empresarios y los trabajadores cotizarán a la Seguridad
Social únicamente por incapacidad temporal y por contingencias profesionales, según la normativa reguladora del régimen del sistema de la Seguridad Social correspondiente, si bien quedarán
sujetos a una cotización especial de solidaridad del 8 por 100, no computable para las prestaciones, que en los regímenes de trabajadores por cuenta ajena se distribuirá entre empresario y
trabajador, corriendo a cargo del empresario el 6 por 100 y del trabajador el 2 por 100”.
Como se puede advertir se introduce un concepto totalmente desconocido hasta ahora en nuestro ordenamiento jurídico, la “cotización especial de solidaridad” que permite revelar el objetivo
concreto que persigue el legislador al introducir esta importante reforma: no sólo reducir los
gastos en materia de pensiones, sino también fomentar en la medida de lo posible la contribución
al sistema de Seguridad Social y con ello, asegurar su sostenibilidad económica y su viabilidad
futura.
En definitiva, con esta nueva fórmula de compatibilidad se permite que aquellos trabajadores que
han accedido a la jubilación al alcanzar la edad legal, y que cuentan con largas carreras de cotización, puedan compatibilizar el empleo a tiempo completo o parcial con el cobro del 50 % de la
pensión, con unas obligaciones de cotización social limitadas.
Pero para acceder a esta reciente forma de compatibilidad, además de los requisitos exigidos a los
beneficiarios de la prestación, resulta imprescindible también que la empresa que recurra a esta
forma de contratación se ajuste también a ciertos presupuestos.
En particular, conviene resaltar que la Disposición adicional primera del RD-Ley 5/2013 introduce una serie de cautelas tendentes a evitar que esta nueva modalidad de compatibilidad entre la
pensión de jubilación y trabajo pueda ser indebidamente utilizada por las empresas como una vía
de reducción de costes a través del empleo de esta figura en fraude de ley, mediante la sustitución
de parte de los puestos de trabajo actuales por nuevas contrataciones, que implican una menor
cotización al sistema de la Seguridad Social. En concreto, la citada Disposición se ocupa de introducir unas exigencias respecto al “mantenimiento del empleo durante la percepción de la pensión
de jubilación compatible con el trabajo”.
Por su parte, la Ley 17/2012 de Presupuestos Generales del Estado para 2013, en su art. 47 concreta el alcance de este derecho, detallando que
“en los términos que reglamentariamente se determinen, tendrán derecho a percibir los complementos necesarios para alcanzar la cuantía mínima
de pensiones los pensionistas del sistema de la Seguridad Social, en su modalidad contributiva, que no perciban durante 2013 rendimientos del trabajo, del capital o de actividades económicas y ganancias patrimoniales, de acuerdo con el concepto establecido para dichas rentas en el Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas o que, percibiéndolos, no excedan de 7.063,07 euros al año”, especificando además que “para acreditar las
rentas e ingresos, la Entidad Gestora podrá exigir al pensionista una declaración de los mismos y, en su caso, la aportación de las declaraciones
tributarias presentadas”.
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Así pues, se precisa que las empresas en las que se compatibilice la prestación de servicios con el
disfrute de la pensión de jubilación se ajusten a su vez a dos presupuestos imprescindibles:
1. No deberán haber adoptado decisiones extintivas improcedentes en los seis meses
anteriores a dicha compatibilidad. La limitación afectará únicamente a las extinciones
producidas con posterioridad a la entrada en vigor de esta Ley, y para la cobertura
de aquellos puestos de trabajo del mismo grupo profesional que los afectados por la
extinción.
2. Además una vez iniciada la compatibilidad entre pensión y trabajo, la empresa deberá
mantener, durante la vigencia del contrato de trabajo del pensionista de jubilación, el
nivel de empleo existente en la misma antes su inicio. A este respecto se tomará como
referencia el promedio diario de trabajadores de alta en la empresa en el periodo de
los 90 días anteriores a la compatibilidad, calculado como el cociente que resulte de
dividir entre 90 la suma de los trabajadores que estuvieran en alta en la empresa en los
90 días inmediatamente anteriores a su inicio.
Con el fin de evitar las dudas interpretativas que puedan surgir al respecto, la propia Disposición
adicional primera del RD-ley 5/2013, especifica que “no se considerarán incumplidas la obligaciones de mantenimiento del empleo anteriores cuando el contrato de trabajo se extinga por
causas objetivas o por despido disciplinario cuando uno u otro sea declarado o reconocido como
procedente, ni las extinciones causadas por dimisión, muerte, jubilación o incapacidad permanente total, absoluta o gran invalidez de los trabajadores o por la expiración del tiempo convenido o realización de la obra o servicio objeto del contrato”.
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IV.- Cuestiones
pendientes de
desarrollo acerca de
la posibilidad
compatibilizar pensión
de jubilación y
trabajo introducida
por el reciente RD-Ley
5/2013
Como se puede comprobar, las referencias al nuevo supuesto de compatibilidad entre jubilación
y trabajo recientemente introducido por el RD-Ley 5/2013 de 15 de marzo, de medidas para
favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el
envejecimiento activo, queda redactado en términos muy escuetos. Dado que por el momento
no ha dado tiempo a dictar el oportuno desarrollo reglamentario, deja determinadas cuestiones
pendientes de concreción a las que conviene dedicar una especial atención:
1. ¿A qué jubilados se aplica esta nueva fórmula de compatibilidad?
Aunque el RD-Ley 5/2013 entró en vigor al día siguiente al de su publicación en el BOE (esto
es, el 17 de marzo de 2013), al no disponer su articulado ninguna excepción o prohibición
expresa al respecto, parece que cualquier sujeto que reúna las estrictas condiciones exigidas, independientemente de la fecha en que accediese a la pensión de jubilación, podrá beneficiarse, si así
lo desea, de esta forma de compatibilidad, independientemente de la fecha en la que adquirió su
condición de pensionista.
2. ¿Qué ocurre con la Ley de Clases Pasivas del Estado?
La intención de potenciar la prolongación de la vida activa de los ciudadanos en general y comprende tanto a los sujetos que prestan servicios en el sector privado como en el sector público,
incluyendo a aquellos respecto a los que resulta aplicable la ley de Clases Pasivas del Estado. Por
ese motivo, para configurar respecto a ellos un régimen de compatibilidad similar al que se reconoce con carácter general para los sujetos que causen pensión en cualquiera de los regímenes de
Seguridad Social, el RD-Ley 5/2013 modifica el art. 33 de la citada norma.
De esta manera, el nuevo régimen de compatibilidades de la pensión de jubilación se aplicará
no sólo a las pensiones de Seguridad Social, sino también a las causadas en el Régimen de Clases
Pasivas, en términos análogos, legitimado el ejercicio durante el periodo de percepción de la
pensión de jubilación, del ejercicio de una actividad, por cuenta propia o ajena que dé lugar a la
inclusión de su titular en cualquier régimen público de Seguridad Social.
Hay que tener en cuenta que tal modificación no afecta a aquellas pensiones de jubilación o
retiro cuyo hecho causante sea anterior a 1 de enero de 2009 (disposición adicional segunda del
RD-Ley 5/2013). La razón es que la normativa aplicable a tales pensiones generadas para Clases
Pasivas, actualmente permite la compatibilidad de las mismas con el desempeño de un puesto de
trabajo en el sector privado sin ningún tipo de limitación, con lo cual la nueva regulación supondría un empeoramiento de los derechos de que gozan en la actualidad.
Debe destacarse que en cualquier caso, las pensiones de jubilación o retiro causadas tanto en el
Régimen de Clases Pasivas (art. 33 de la Ley de Clases Pasivas), como en cualquiera de los regímenes de Seguridad Social (art. 165.1 LGSS) serán incompatibles con el desempeño de un puesto de trabajo o alto cargo en el sector público por parte de sus titulares, sin que a estos efectos se
haya introducido modificación alguna (art. 1 RD-Ley 5/2013).
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3. Esta nueva forma de compatibilidad entre pensión y trabajo ¿permite incrementarse
en el futuro la cuantía de la pensión de jubilación que tuviera derecho a percibir el
sujeto atendiendo a las nuevas cotizaciones realizadas mientras mantiene esta forma de
compatibilidad?
Es el art. 3.1 RD-Ley 5/2013 el que permite contestar a esta cuestión. Y es que el citado precepto
dispone únicamente que “la pensión se revalorizará en su integridad en los términos establecidos para las pensiones del sistema de la Seguridad Social. No obstante, en tanto se mantenga el
trabajo compatible, el importe de la pensión más las revalorizaciones acumuladas se reducirá en
un 50 por 100”.
Sobre esta cuestión resulta imprescindible realizar la siguiente advertencia: el concepto de revalorización ni es en modo alguno comparable al de incremento o recálculo de la pensión.
En concreto es el art. 48.1 LGSS el que define y concreta qué ha de entenderse por revalorización
de las pensiones, indicando que, como regla general (y al margen de las recientes excepciones
aplicadas al respecto con el fin de reducir el gasto público) “las pensiones de la Seguridad Social
en su modalidad contributiva, incluido el importe de la pensión mínima, serán revalorizadas al
comienzo de cada año, en función del correspondiente índice de precios al consumo previsto para
dicho año”.
Por lo tanto, la citada redacción permite concluir con claridad la gran diferencia que existe en su
caso entre los conceptos: “revalorización” de la pensión atendiendo a IPC y “recálculo” operado
en función de los nuevos años cotizados del sujeto -aunque uno y otro impliquen el aumento por
distintas causas de la pensión inicialmente reconocida-. Así pues, debe destacarse que los sujetos
que se acojan a esta nueva forma de compatibilidad recientemente introducida por el RD-Ley
5/2013, e independientemente del número de años en los que simultaneen el ejercicio de una
actividad productiva con su condición de pensionistas, sólo tendrán derecho a que el importe de
su pensión se actualice cada año en función de la subida del IPC (si es que la crisis económica no
vuelve a exigir imponer excepciones a esta regla) sin que las cotizaciones efectuadas durante ese
tiempo generen repercusión alguna sobre el importe de la pensión de años sucesivos.
Precisamente a estos efectos resulta muy interesante resaltar la diferencia que existe al respecto
con la situación de compatibilización de jubilación y trabajo que permite la figura de la jubilación parcial. Y es que sobre esta concreta cuestión, el art. 8.2.2º del RD 1132/2002, de medidas
para el establecimiento de un sistema de jubilación gradual y flexible especifica que “las cotizaciones efectuadas, tras la minoración del importe de la pensión de jubilación, darán lugar a
la modificación del porcentaje aplicable a la base reguladora, en función del nuevo período de
cotización acreditado (…)(3)”, previsión que no se contempla en modo alguno en relación con el
nuevo supuesto de compatibilidad.
A esta conclusión permite llegar también el hecho de que el nuevo supuesto de compatibilidad
que introduce el RD-Ley 5/2013 contempla únicamente un deber de cotización muy reducido,
en modo alguno equiparable al deber de cotización que se prevé para la jubilación parcial (que,
como es sabido, con las últimas reformas cada vez es más intenso, comprende todos los conceptos
y deberá ser calculado en función de la base de cotización que tuviese el sujeto antes de acceder a
esta forma de compatibilidad).
(3)
Asimismo, las cotizaciones indicadas surtirán efectos para disminuir o, en su caso, suprimir, el coeficiente reductor que se hubiese aplicado, en
el momento de causar derecho a la pensión, en el caso de acceso anticipado a la jubilación, por aplicación de lo establecido en el apartado 3 del
artículo 161 o en la disposición transitoria tercera, ambos de la Ley General de la Seguridad Social.
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4. ¿Qué papel desempeña desde la entrada en vigor de esta reforma el art. 165.4 LGSS
añadido por Ley 27/2011 y en vigor desde 1 de enero de 2013?
El nuevo art. 1.2 del RD-Ley 5/2013 expresamente reconoce que la modalidad de compatibilidad prevista en su texto “se entenderá aplicable sin perjuicio del régimen jurídico previsto para
cualesquiera otras modalidades de compatibilidad entre pensión y trabajo, establecidas legal o
reglamentariamente”.
Entonces, debe hacerse hincapié en que el art. 165.4 LGSS no ha quedado en modo alguno
derogado con la aprobación de la nueva norma, aunque es cierto que gran parte de las situaciones
de hecho que quedaban comprendidas en el hasta ahora novedoso y ambiciosísimo (aunque eso
sí, algo ambiguo) art. 165.4 LGSS van a pasar a ser absorbidas por la nueva posibilidad de compatibilización de pensión de jubilación y trabajo prevista en el reciente RD-Ley 5/2013 (aunque
desplegando efectos diferentes).
Ahora bien no se puede dejar pasar por alto que la posibilidad de simultanear trabajo y pensión
de jubilación que regulaba el art. 165.4 LGSS realmente puede concurrir en situaciones en las
que no sería aplicable el nuevo supuesto de compatibilidad (bien por no haber alcanzado la edad
legal de jubilación, bien por no reunir el periodo de cotización suficiente como para reportar una
pensión de jubilación de cuantía equivalente al 100 por 100 de la base de cotización).
Incluso, al no haberse previsto regla alguna que determine la prelación entre ellas, puede decirse que en ciertos casos, se estará reconociendo una opción de elección al sujeto, dado que, no
existe ninguna referencia legal que directa o indirectamente limite las situaciones en las que, aún
reuniendo los requisitos para acceder a la forma de compatibilidad prevista en el RD-Ley 5/2013,
el jubilado prefiera acogerse al supuesto previsto en el art. 165.4 LGSS. Y es que entre uno y
otro existen importantes diferencias que pueden decantar en uno u otro sentido la elección del
interesado.
Si esto ocurre, quedará entonces acogido a las peculiaridades que exige el citado art. 165.4 LGSS
(es decir, el límite de ingresos anuales, la exoneración del deber de cotización y por ello, la imposibilidad de generar en el futuro nuevos derechos sobre las prestaciones de la Seguridad Social
en función de la nueva actividad realizada) y a sus concretas características (recordemos que este
supuesto de compatibilidad permitía mantener la percepción íntegra de la pensión de jubilación).
Debe resaltarse además que mientras el supuesto excepcional que había introducido la Ley
27/2011 en el apartado 4 del art. 165 LGSS no exige alta en la Seguridad Social ni cotización
alguna, en nuevo supuesto introducido con la reciente reforma, precisamente se pretende un
objetivo totalmente contrario: incrementar las cotizaciones al sistema, por medio del trabajo de
los jubilados, para lo cual el mantenimiento del alta resulta imprescindible.
© Asesorlex.com. Reservados todos los derechos. Fecha de edición: 24/04/2013
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La nueva compatibilidad entre pensión
de jubilación y trabajo
ASESORLEX
RD-Ley 5/2013, de 15 de marzo, de medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el
envejecimiento activo.
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5. ¿Cómo se articula el engranaje entre la nueva posibilidad de compatibilización de
pensión y trabajo introducida en el reciente RD-Ley 5/2013 con la clásica posibilidad
de recurrir a la jubilación parcial? Es decir, habida cuenta de la nueva regulación, a
partir de ahora ¿realmente se va a recurrir en la práctica a la jubilación parcial una vez
alcanzada la edad legal de jubilación?
Adviértase que si el deseo del legislador viene siendo el de prolongar en la medida de lo posible la
vida activa de los trabajadores, y por ello, endurece progresivamente los requisitos para acceder a
la jubilación parcial(4) . En concreto, el art. 166.2 LGSS es el que regula las condiciones de acceso
a la jubilación parcial antes de haber alcanzado la edad legal de jubilación(5) , artículo que en su
apartado g) de la LGSS (presente desde su modificación por RD-Ley 3/2012) introduce una
seria exigencia que en la práctica va a servir para desmotivar seriamente el recurso a la jubilación
parcial. Y es que se requiere que sin perjuicio de la reducción de jornada que corresponda, “durante el período de disfrute de la jubilación parcial, empresa y trabajador cotizarán por la base de
cotización que, en su caso, hubiese correspondido de seguir trabajando éste a jornada completa”.
Así las cosas, a simple vista parece que las mismas utilidades y ventajas que hasta ahora se lograban por medio de la jubilación parcial (sobre todo de la que se llevaba a cabo una vez alcanzada la
edad legal de jubilación por parte del trabajador), pueden alcanzarse ahora por medio del nuevo
supuesto de compatibilidad introducido en por RD-Ley 5/2013 si el jubilado opta por desarrollar una actividad por cuenta ajena: en ambos casos existe reducción del importe de la pensión de
jubilación y se puede realizar tal colaboración productiva a jornada parcial (reducción de jornada
que es obligatoria en la jubilación parcial y sólo opcional en el nuevo supuesto de compatibilidad
entre jubilación y trabajo), pero no existe coincidencia total en sus efectos prácticos concretos.
Pese a su aparente identidad de fines y objetivos, debe destacarse que existe una gran diferencia
entre ambas situaciones, de importancia fundamental:
La jubilación parcial prevista en el art. 166.2 LGSS por definición implica que empresa y trabajador mantienen íntegramente el deber de cotización, calculado además no sobre el salario realmente percibido por el trabajador (que se reducirá obviamente en la misma proporción en que
aquel reduzca su jornada de trabajo) sino según la base de cotización que le hubiera correspondido al sujeto antes de acceder a la jubilación parcial(6). Por lo tanto, el importe de tales cotizaciones
sigue siendo relevante a la hora de recalcular la cuantía final de la pensión de jubilación llegado
el momento en que el sujeto se jubile totalmente, aplicando por tanto el porcentaje adicional de
incremento de la pensión de jubilación por cada año trabajado una vez alcanzada la edad legal
de jubilación, según dispone la tabla incluida el art. 163.2 LGSS, efecto que obviamente no se
produce, tal y como se ha expuesto, cuando el sujeto hace uso de la posibilidad de compatibilizar
pensión de jubilación y trabajo prevista en el nuevo RD-Ley 5/2013, entre otras cosas debido a
que durante esos años se mantendrá un deber de cotización muy reducido.
Como ha ocurrido no sólo con la Ley 27/2011 sino también posteriormente con el RD-Ley 3/2012 y de nuevo con el reciente RD-Ley 5/2013
(5)
Téngase presente que existe una posibilidad de acceder a la jubilación parcial antes de haber alcanzado la edad legal de jubilación, una vez cumplidos de momento 61 (aunque está previsto que en 2012, de forma progresiva, pasará a ser 63 años) que no entrará en concurrencia, por regular
una situación diferente, con la nueva posibilidad de compatibilización prevista en el RD-Ley 5/2013, dado que ésta se reserva exclusivamente para
sujetos que ya han alcanzado la edad legal de jubilación y desean seguir trabajado.
(6)
Aunque de aplicación progresiva según dispone la Disposición transitoria vigésimo segunda de la Ley 27/2011, recientemente reformada también
por RD-Ley 5/2013.
(4)
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