ARTE MEXICANO El arte en México fue una forma de expresión que se desarrolló desde el principio de la civilización Maya y Azteca. No solamente la pintura obtuvo gran éxito, sino también la escultura, la arquitectura y la técnica de los murales. Pintura: Frida Kahlo- Autorretrato de las dos Fridas (1939) La pintura es una de las artes más antiguas de México. La rupestre, por ejemplo, tiene unos 7500 años de antigüedad, y se manifestó en las cuevas de la península de Baja California. Por otro lado, también la pintura mural (siglo XVI) y las construcciones religiosas tuvieron un importante florecimiento. Estas últimas se pueden admirar en el caso de los conventos de Acolman, Actopan, Huejotzingo, Tecamachalco y Zinacantepec. La religiosidad de los novohispanos hizo que la pintura fuera importante para la evangelización de la sociedad, los frailes se dieron cuenta de las habilidades gráficas de los indígenas, quienes enriquecieron el estilo barroco y manierista. Fue relevante la llegada de múltiples pintores europeos y de algunos alumnos novohispanos que hicieron de los muros la principal fuente de expresión ideológica y política de los artistas. La pintura del siglo XIX tuvo una influencia romántica muy marcada, los paisajes y los retratos fueron la mayor expresión de esta época. Además, la pintura del siglo XX ha alcanzado renombre mundial con figuras como David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Joaquín Clausell, Frida Khalo y Diego Rivera, generación de idealistas que marcaron la imagen del México moderno ante fuertes críticas sociales y económicas. Uno de las pintoras más destacadas en el siglo XXI es Patricia Calvo Guzmán, que estudió pintura en Beijing. Su obra, de marcada influencia oriental, rememora las figuras de papel recortado de China. Eliseo Garza Aguilar, pintor y performista considerado entre los principales exponentes del arte provocador y reflexivo del Tercer Milenio, combina su obra pictórica en las “performances” con el histrionismo teatral. Escultura: Escultura del museo antropológico Ejemplos de escultura en el México prehispánico están presentes en pirámides, santuarios, explanadas y objetos comunales (como las esculturas olmecas, mayas, teotihuacanas, tarascas, mixtecas y aztecas). Escultura de los siglos XVI y XVII La escultura posterior a la conquista se divide en dos áreas: decorativa y estatuaria, ambas se realizaron en piedra o en madera. El trabajo de Claudio Arciniega y Juan Miguel Agüero en la catedral de México, se convertirá en el paradigma de la arquitectura colonial. Prácticamente en todas las ciudades coloniales puede apreciarse los finos acabados en la ornamentacion y en las fachadas de las iglesias. Escultura del siglo XVIII Las academias creadas en Europa se fundaron en lo racional abandonando la visión netamente religiosa que había dominado los siglos anteriores. En Nueva España, esta filosofía desató una reacción contra lo barroco. Así, los retablos que eran esencialmente escultóricos se consideraron recargados y se sustituyeron por manifestaciones arquitectónicas. Escultura del siglo XIX El romanticismo tendió a romper las normas y modelos estrictos del clasicismo, pues perseguía unas ideas influenciadas de realismo y nacionalismo. La escultura secular prosiguió en retratos y arte monumental de carácter cívico. Entre 1820 y 1880 los temas predominantes fueron: imágenes religiosas, escenas bíblicas, alegorías a los símbolos del movimiento de insurgencia y escenas y personajes de la historia precortesiana, retratos de la antigua aristocracia, de la burguesía naciente. Escultura del siglo XX Diferenciadas por sus objetivos y por el énfasis de su temática, surgieron tres corrientes: una indigenista, arcaizante y folclórica; otra, neoclásica, cívica e histórica; y una tercera socialista, de propaganda ideológica. Arquitectura: Pirámides de Teotihuacán La presencia del hombre en el territorio mexicano ha dejado importantes hallazgos arqueológicos de suma importancia para la explicación del hábitat del hombre primitivo y del hombre contemporáneo. Las civilizaciones mesoamericanas lograron tener gran desarrollo estilístico y de proporción en la escala humana y urbana, la forma fue evolucionando de la simplicidad a la complejidad estética. El urbanismo tuvo un gran desarrollo en las culturas prehispánicas, donde podemos observar la magnitud de ciudades como Teotihuacán, dentro del urbanismo ambientalista destacan las ciudades mayas porque eran incorporadas en la monumentalidad de sus edificios con la espesura de la selva y complejas redes de caminos. Con la llegada de los españoles se empezaron a construir conventos monásticos; se proyectaron modelos únicos en su tipo que fueron la base de la evangelización de los pueblos indígenas marcando su ideología dentro del estilo arquitectónico. Años más tarde el barroco y el manierismo se imponen en grandes catedrales y edificios civiles, mientras que en zonas rurales se construyen haciendas o fincas señoriales con tendencias mozárabes. En el siglo XIX el movimiento neoclásico surge como respuesta a los objetivos de la nación republicana. Mientras que los románticos abogan por un pasado visto a través de la arqueología y muestran imágenes de la Europa medieval, islámica y el México prehispánico en la forma de elementos arquitectónicos. El art nouveau y el art decó fueron estilos introducidos dentro del diseño del Palacio de Bellas Artes para marcar el carácter identitario de la nación mexicana con simbología greco-romana y prehispánica. La arquitectura moderna en México tiene un desarrollo importante en la plasticidad de la forma y el espacio. Este tipo de arquitectura nace como expresión de las políticas de un estado nacionalista que buscaba la modernidad y la diferenciación de otras naciones. Juan O'Gorman fue uno de los primeros arquitectos ambientalistas en México. Margot e Ileana, marzo de 2013