DICTAMEN NÚM. 36/11 Asunto: Revisión de oficio de la resolución de Aguas de Galicia de 6 de noviembre de 2001, por la que se autoriza la modificación concesional del aprovechamiento hidroeléctrico de Santa Uxía, en el río Xallas, en el ayuntamiento de Dumbría. Procedencia: Consejería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras (Xunta de Galicia). Aprobación: 31 de marzo de 2011. Ponente: D’Amorín Viéitez. Letrado: López Corral. ANTECEDENTES 1.- Por resolución del Gobierno Civil de A Coruña de 17 de octubre de 1910 se otorgó una concesión a F. C. L. con destino a aprovechamiento hidroeléctrico y otros usos industriales, en el río Xallas, en el Ayuntamiento de Dumbría, A Coruña, siendo el caudal máximo derivable 6.000 l/s, y el salto bruto 19,13 metros. Por resolución de fecha 18 de septiembre de 1984, el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo aprobó una modificación consistente en la ampliación del caudal concesional hasta un máximo de 52.000 l/s, con un el desnivel permitido de 198 metros, consistiendo las obras en la implantación de una nueva presa junto al azud existente, con el fin de implantar un embalse de regulación y desplazando la central aguas abajo, hasta la desembocadura del río Xallas, es decir, al pie de la cascada del Ézaro. 2.- Después de haberse aprobado varias transferencias de titularidad, con fecha 21 de marzo de 1994, la Dirección General de Obras Públicas de la Consejería de Política Territorial, Obras Públicas y Vivienda dictó resolución por la que se autoriza la transferencia de la titularidad del aprovechamiento de referencia a F., S.L. y B. L., S.A.F., en régimen de cotitularidad. 1 3.- F., S.L. solicitó con fecha 1 de junio de 1999 la aprobación de una modificación concesional, consistente esencialmente en una ampliación del caudal en 5.000 l/s a añadir a los 52.000 l/s ya otorgados, la turbinar en el cuarto de máquinas del aprovechamiento del Pindo (salto en desuso en ese momento), efectuándose la obra de toma desde una de las conducciones existentes de la central de Santa Uxía. Esto con la pretensión de aprovechar lo que la concesionaria denomina en su proyecto «vertidos improductivos» (excedentes de caudal que no pueden ser turbinados por el Salto de Santa Uxía). Ese caudal, una vez turbinado, se restituiría directamente al mar a través de los cauces existentes en esa central. 4.- El proyecto de ampliación concesional, denominado “Salto de Nuevo Pindo”, fue calificado por la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental como sometido a evaluación de efectos ambientales, de acuerdo con el Decreto 327/1991, de 4 de octubre, de evaluación de efectos ambientales para Galicia. Por la misma Dirección General se formuló con carácter posterior, en concreto el 22 de junio de 2000, la Declaración de Efectos Ambientales (DEA). En el condicionado de la DEA se establecía, con relación a la cascada del Ézaro, la condición de mantener un caudal mínimo aguas abajo del embalse de Santa Uxía de 2,23 m3/s. Esto de conformidad con lo establecido en el informe de la Dirección General de Montes y Medio Ambiente Natural de 26 de mayo de 2000. 5.- Una vez que le fue notificada por Aguas de Galicia la referida DEA, y mediante escrito de fecha 4 de agosto de 2000, F., S.L. solicitó directamente de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, autora de dicha declaración, una revisión de la misma a fin de que fuera eliminada la condición de establecer un caudal mínimo de vertido en la presa de Santa Uxía. Aportaba a tal efecto, un documento titulado «Informe justificativo de la no necesidad de la fijación de un caudal mínimo en la presa de Santa Uxía». 6.- A la vista de la solicitud formulada, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental dictó resolución el 22 de marzo de 2001 por la que acordó modificar la DEA originaria, entre otros, en el aspecto relativo al caudal ecológico de la cascada del Ézaro, sustituyendo el punto 4 de la misma que literalmente establecía “se mantendrá un caudal mínimo aguas abajo del embalse de Santa Uxía de 2,23 m3/s” por una nueva redacción, expresada en los términos siguientes: 2 “En el período comprendido entre el 21 de junio y el 21 de septiembre de cada año, se procederá a la liberación de caudal para la obtención de la denominada ‘cascada estándar’, de acuerdo con la documentación presentada por el promotor. La duración mínima de dicha cascada será de una hora (de 12:30 a 13:30) y se efectuará al menos la totalidad de los sábados y domingos comprendidos dentro de este período”. 7.- Después de la preceptiva tramitación, Aguas de Galicia dictó el 6 de noviembre de 2001 resolución por la que autorizó a F., S.L. y a B. L., S.A.F., S.A. la modificación concesional del aprovechamiento hidroeléctrico de Santa Uxía. En la condición particular núm. 21 de la Resolución de modificación concesional, redactada de conformidad con lo dispuesto en la DEA modificada (22 de marzo de 2001), se establece literalmente: “El concesionario estará obligado a respetar el mantenimiento de la cascada del Ézaro durante un período mínimo de una (1) hora diaria (de 12.30 a 13:30 horas), por lo menos la totalidad de los sábados y domingos comprendidos entre el 21 de junio al 21 de septiembre de cada año, tal y como se establece en la Declaración de Efectos Ambientales. Además de lo recogido en el párrafo anterior, dado el alto interés turísticoregional que supone la cascada del Ézaro, se deberá liberar el caudal necesario para el mantenimiento de dicha ‘cascada estándar’ (en los mismos términos en que se establecen en la DEA) durante los siguientes días: (…) Aguas de Galicia se reserva la facultad de modificar esta relación de días pero sin aumentar su número total”. 8.- El proyecto constructivo relativo a la modificación concesional de Santa Uxía fue aprobado por Resolución de Aguas de Galicia de 14 de marzo de 2003. Una vez efectuada la visita de reconocimiento final de las obras ejecutadas, la correspondiente acta fue aprobada el 13 de diciembre de 2004 por Aguas de Galicia, autorizándose en la misma resolución la puesta en explotación de la modificación llevada a cabo. 3 9.- En la actualidad la titularidad del aprovechamiento de referencia es ostentada por F., S.L. y C.A.G., mediante la constitución de una operación de arrendamiento financiero o leasing, tal y como consta en la resolución de aprobación de la transferencia efectuada a favor de dichas entidades dictada por Aguas de Galicia con fecha 13 de enero de 2004, en cuya parte dispositiva se autorizó además su inscripción en el Registro de Aguas. 10.- Con fecha 5 de marzo de 2007 F., S.L. presentó escrito ante el organismo autónomo Aguas de Galicia, reiterado el 15 de mayo del mismo año, mediante el cual solicita la modificación de la citada condición particular en el 21, siendo la pretensión del promotor ampliar el horario de mantenimiento de la «cascada estándar» en los términos que en el escrito se concretan. Con ocasión de tramitarse dicha solicitud, tanto la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental como la Dirección General de Conservación de la Naturaleza, en informes de 28 de septiembre y de 19 de noviembre de 2007, respectivamente, se muestran de acuerdo en la necesidad de iniciar un expediente de revisión de oficio de la resolución de modificación de la DEA. 11.- Con fecha 5 de noviembre de 2010 se dictó por Aguas de Galicia acuerdo de incoación del expediente de revisión de oficio de la resolución dictada por este mismo organismo autónomo el 6 de noviembre de 2001, acuerdo que fue notificado al concesionario el 15 de noviembre de 2010. 12.- Con fechas 2 y 3 de diciembre de 2010, F., S.L. presentó escritos de alegaciones al acuerdo referido, manifestando lo que consideró conveniente en defensa de sus intereses. 13.- Con fecha 28 de enero de 2011, el secretario general de la consejería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, actuando por delegación del consejero, formuló propuesta de resolución en el sentido de “Declarar de oficio la nulidad de pleno derecho, de manera parcial, de la resolución de 6 de noviembre de 2001 de modificación concesional del aprovechamiento hidroeléctrico de Santa Uxía, en el río Xallas, en el ayuntamiento de Dumbría (A Coruña), en la parte en que integra la resolución de 22 de marzo de 2001 de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental (…) ordenando retrotraer las actuaciones al punto inmediatamente anterior 4 al dictado de la citada resolución de 22 de marzo de 2001 que modifica la Declaración de Efectos Ambientales del aprovechamiento de referencia”. 14.- El expediente de razón fue remitido, para preceptivo dictamen de este Consejo Consultivo de Galicia, por el señor presidente de la Xunta de Galicia, y tuvo entrada en este organismo con fecha treinta y uno de enero de 2011. Consta en el expediente, debidamente notificado, escrito dirigido a F., S.L. en el que se comunica la solicitud del aludido dictamen preceptivo, y la suspensión del plazo para dictar resolución acordada en los términos del artículo 42.5 de la LRJPAC. 15.- La Sección Segunda, en sesiones realizadas los días 28.02.2011 y 10.03.2011 acordó ampliar el período de emisión del dictamen por un plazo que en conjunto no es superior al inicialmente establecido. 16.- Los demás antecedentes se deducen del contenido del dictamen. CONSIDERACIONES Primera.- Se somete a consulta de este Consejo Consultivo, como ha quedado reflejado en los antecedentes del presente dictamen, un expediente administrativo, calificado como de revisión de oficio de acto nulo de pleno derecho. Para su conocimiento resulta competente este organismo por encuadrarse en las competencias definidas por el artículo 11, g) de la Ley 9/1995, de 10 de noviembre, reguladora de este Consejo Consultivo de Galicia, y 10 y 17.1, b) de su reglamento, aprobado por el Decreto 282/2003, de 22 de mayo. De conformidad con los aludidos mandatos, el Consejo Consultivo debe ser consultado preceptivamente en los supuestos de revisión de oficio de los actos administrativos, en la forma establecida en la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de régimen jurídico de las administraciones públicas y del procedimiento administrativo común, en cuanto garantía de preservación de la seguridad jurídica y de sujeción a derecho de la actuación administrativa. 5 Además, el dictamen tiene el carácter de preceptivo y vinculante, ya que el artículo 102 de la LRJPAC requiere “previo dictamen favorable” al referirse a la declaración de oficio de la nulidad de los actos administrativos. Segunda.- Es cita comúnmente admitida la de que la revisión de oficio de los actos administrativos constituye una fórmula privilegiada y excepcional, en cuanto actividad que tiene como fin privar de toda eficacia, mediante su anulación, por unilateral pronunciamiento del órgano administrativo competente, a alguna de sus decisiones anteriores viciadas de nulidad, decisiones que, en cuanto actos administrativos, disfrutan de una inicial presunción de certeza y ajuste a la legalidad, y consiguientemente quedan revestidas de la apariencia de legitimidad, mientras esta no sea destruida mediante prueba en contrario. En definitiva, el mecanismo de revisión de oficio puede operar la anulación, por causa de nulidad de pleno derecho, de determinados actos administrativos, concretamente de aquellos que sean definitivos y declarativos de derechos. Pero resulta evidente, pues no estamos ante una facultad de ejercicio libre y discrecional, que su ejercicio requiere una adecuada e inexcusable formalización, especialmente habida cuenta la función de garantía de los derechos de los interesados que corresponde al procedimiento administrativo. Tercera.- En lo que alcanza a la competencia para dictar la declaración de nulidad, hay que tener en cuenta lo establecido en el artículo 3.1, b) de la Ley 6/2001, de 29 de junio, de adecuación de la normativa de la Comunidad Autónoma de Galicia a la Ley 4/1999, de 13 de enero, de modificación de la LRJPAC. En su aplicación, y habida cuenta la ausencia de previsiones al efecto, tanto en la normativa reguladora del organismo autónomo Aguas de Galicia, Ley 8/1993, de 23 de junio, de Administración hidráulica de Galicia, vigente en el momento de iniciarse la tramitación del procedimiento de revisión de oficio, como en la Ley 9/2010, de 4 de noviembre, de aguas de Galicia, por la que se crea la entidad Aguas de Galicia, corresponde al Consejero de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras la resolución de este procedimiento de revisión de oficio. 6 Por lo demás, no existe ninguna observación que formular en lo relativo a los aspectos formales del expediente, en el que se observaron las normas de procedimiento exigibles, con audiencia de la entidad concesionaria, y suspensión del plazo para resolver y notificar acordada en los términos del artículo 42.5 de la LRJPAC, de manera que nada impide avanzar en el análisis del asunto. Cuarta.- Pasando, pues, al examen de las causas de nulidad invocadas, procede hacer un pronunciamiento diferenciado sobre las concretas circunstancias que, según se manifiesta en la propuesta, motivarían la nulidad de pleno derecho de la resolución que se pretende revisar, siendo así que se hace invocación expresa de las causas contempladas en las letras b) e) y f) del artículo 62.1 de la LRJPAC. De conformidad con la primera de las causas citadas, son nulos de pleno derecho los actos administrativos dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de la materia o del territorio. Al respecto de esta causa de nulidad es preciso decir que el Consejo de Estado viene considerando, de manera reiterada, que un acto se dicta por un órgano manifiestamente incompetente cuando ese órgano invade de manera estimable y grave, las atribuciones que corresponden a otro. Por tanto, la nulidad de pleno derecho por incompetencia manifiesta exige, para ser apreciada, que sea “notoria y clara, y que vaya acompañada de un nivel de gravedad jurídica proporcional a la gravedad de los efectos que comporte su declaración” (dictamen 49.565). En el mismo sentido se pronuncia la jurisprudencia al exigir que el carácter manifiesto de la incompetencia resulte apreciable sin especial esfuerzo dialéctico pues, como recuerda la STS de 16 de diciembre de 2004, “de esta incompetencia manifiesta la jurisprudencia señala que ha de ser ostensible, clara, patente, notoria, palpable”. Pues bien, respecto de la concurrencia de esta causa de nulidad en el caso analizado, en la propuesta de resolución no se cuestiona que la Dirección General de Calidad y Evaluación ambiental sea el órgano competente para dictar la DEA; pero se afirma que dicho órgano, dada la trascendencia que revestía la modificación pretendida por la concesionaria, que suponía la exención de liberar el caudal ecológico impuesto por la DEA en su originaria redacción, debería haber solicitado un nuevo informe a la Dirección General de Montes y Medio Ambiente Natural, por cuanto esta, según se afirma, “detentaba entonces las competencias en materia de determinación 7 de caudales ecológicos”. De este modo, el órgano ambiental, al omitir tal requisito, habría incurrido en un supuesto de incompetencia ratione materiae, que determinaría la nulidad parcial del acto aprobatorio de la DEA modificada. Este razonamiento no puede compartirse. Ciertamente, la Dirección General de Montes y Medio Ambiente Natural debe emitir informe en los procedimientos para la determinación de los caudales ecológicos, puesto que así lo exige el artículo 74 del Reglamento de ordenación de la pesca fluvial y de los ecosistemas acuáticos continentales, aprobado por Decreto 130/1997, de 14 de mayo. Pero el carácter preceptivo de ese informe no permite entender invadido el ámbito competencial del órgano llamado a emitirlo por el hecho de que, como aquí ha sucedido, la resolución finalmente adoptada se aparte de su contenido; una posibilidad plenamente admisible en derecho, dado que dicho informe carece de carácter vinculante (artículo 83.1 LRJPAC). En definitiva, la emisión del informe preceptivo a la que acabamos de aludir, no limita la plena competencia de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental para dictar la DEA y establecer su condicionado, incluso apartándose del sentido de aquel, sin que, por tanto, sea observable extralimitación competencial alguna. Lo que, de por sí, lleva a descartar la concurrencia de la causa de nulidad analizada. Quinta.- Los mismos razonamientos deben llevar a idéntica conclusión negativa en lo relativo a la eventual concurrencia de la causa de nulidad del artículo 62.1, letra e) de la LRJPAC; esto es, que en el dictado del acto se hubiera prescindido total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido para su emanación. Según la propuesta, se ha incurrido en esta infracción por cuanto, una vez instada por el concesionario la modificación de la DEA, resultaba exigible la emisión de un nuevo informe de la Dirección General de Montes y Medio Ambiente Natural. Se razona, en efecto, que “no se puede entender cumplido el requisito de petición de informe por remisión al que fue emitido anteriormente para el planteamiento de la DEA que se solicitó modificar, ya que estamos en presencia de una modificación de la DEA de tal naturaleza que requiere seguir los pasos de un nuevo procedimiento…”. Pero debe repararse en que la solicitud de modificación de la DEA que la concesionaria remitió a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental no 8 tuvo lugar en un nuevo procedimiento, sino que fue formulada en el mismo procedimiento inicial, y en concreto por el cauce previsto en el apartado 9.2 de la propia DEA. En él se contempla la posibilidad de que, dentro del mes siguiente a haberle sido notificada por el órgano sustantivo dicha declaración, el promotor inste la revisión de las medidas señaladas, con el objeto de modificarlas o cambiarlas por otras, dirigiendo la correspondiente solicitud al órgano ambiental. No se trata, por tanto, frente a lo razonado en la propuesta, de un nuevo procedimiento de declaración ambiental, sino de un trámite previsto como posible en el curso de la tramitación de la propia DEA; procedimiento en el que ya había sido solicitado, y emitido, el informe preceptivo de la Dirección General de Montes y Medio Ambiente Natural. Cuestión distinta es la valoración que pueda merecer el hecho de que, dado el contenido de la solicitud presentada por el promotor, no se hubiera solicitado nuevamente el informe de la citada dirección general, toda vez que la modificación instada resultaba ser absolutamente incompatible con aquellos aspectos del condicionado inicial de la DEA que traían causa del informado por la referida dirección general. Pero esto en ningún caso puede equipararse a un supuesto de grave omisión o ausencia de procedimiento, pues como queda dicho el informe fue emitido y, por consiguiente, la concurrencia del motivo de nulidad de pleno derecho de que se trata debe también descartarse. Sexta.- Por último, la propuesta analizada mantiene que el acto incurre en el supuesto a que se refiere el apartado 1.f) del artículo 62 LRJPAC, que consagra la nulidad de los actos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición. En relación con esta causa, el Consejo de Estado ha establecido, entre otros, en su dictamen 1381/2001, una doctrina seguida por este Consejo Consultivo, en la que se defiende que “una interpretación amplia de los "requisitos esenciales" para su adquisición comportaría fácilmente una desnaturalización de las causas legales de invalidez, por cuanto la carencia de uno de ellos determinaría de modo automático la nulidad de pleno derecho, vaciando de contenido no pocos supuestos de simple anulabilidad. Esto representaría un grave peligro para la seguridad jurídica, dada la 9 falta de plazo para proceder a la revisión de los actos nulos. Además, haría quebrar uno de los principios básicos del Derecho administrativo español, que reserva las nulidades de pleno derecho para las violaciones más graves del ordenamiento jurídico, incluyendo las restantes en la anulabilidad”. En el dictamen se recuerda la distinción entre "requisitos necesarios" y "requisitos esenciales", entendiendo que “no todos los requisitos necesarios para la adquisición de una facultad o derecho merecen el calificativo de esenciales”. Si bien el Consejo de Estado se inclina en ocasiones en favor de una interpretación restrictiva del concepto de requisitos esenciales, entendiendo que “para que concurra este vicio no resulta suficiente que se produzca una vulneración objetiva del ordenamiento, con independencia de la gravedad que revista, sino que es preciso que esta vulneración consista precisamente en la carencia, en la persona que adquiere una facultad o derecho, de un requisito esencial de carácter subjetivo” (dictamen 528/2005), en otras sigue una interpretación en la que el aludido concepto se extiende a aquellos requisitos que definen la propia estructura del acto administrativo sin venir referidos en otro motivo de nulidad (dictámenes 384/03, o 1320/09, entre otros). Esta postura es la seguida, igualmente, por este Consejo Consultivo en numerosos dictámenes, por todos el CCG 910/05 o, entre los más recientes los CCG 34/10 y CCG 328/10. En la misma línea debe citarse nuestro dictamen CCG 648/08, de particular interés al referirse a un contrato de naturaleza concesional. También en la jurisprudencia se admite que, sin perjuicio del criterio estricto con que debe ser aplicada, esta causa de nulidad pueda apreciarse, tanto en los supuestos en los que la falta del requisito esencial se predica del sujeto beneficiario del acto, como en aquellos en que la aludida carencia afecta a los aspectos objetivos de este. Como señala la sentencia del Tribunal Supremo de 6 de mayo de 2009 (fundamento jurídico noveno): “La expresión ‘requisitos esenciales’ no puede interpretarse en un sentido tan amplio que incluya dentro de ellos cualquier condición o exigencia necesaria para la validez del acto declarativo del derecho, pues si así se hiciera, se reconduciría a la categoría de nulidad radical todo supuesto de ilegalidad de esos actos, prescindiendo para ellos de la categoría de nulidad relativa o anulabilidad. La expresión, de modo 10 congruente con el carácter restrictivo y estricto de la categoría de la nulidad radical, ha de reservarse para aquellos vicios de legalidad que consisten en la ausencia de los presupuestos de hecho que, en cada caso, deban concurrir necesariamente”. La sentencia, que declara no haber lugar al recurso de casación interpuesto contra la dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia en asunto referido al reconocimiento de derecho a premio o recompensa por hallazgo casual de tesoro oculto, remata así el razonamiento que fundamenta el fallo: “A juicio de este Tribunal, aquellos requisitos esenciales sólo son en un caso como el enjuiciado los tres siguientes: El subjetivo, de la condición de ‘descubridor’ que ha de tener el adquirente del derecho. Y los objetivos de: a) la naturaleza de los objetos descubiertos, que han de poseer los valores que son propios del patrimonio cultural; y b) del tipo de actividad en la que acaece el hallazgo, que no ha de ser una de excavación o prospección arqueológica. Requisitos, todos ellos, que sí concurren en el caso que nos ocupa respecto del hallazgo realizado por el Sr. J.”. Cabe también citar la sentencia del Tribunal Supremo, de 7 de octubre de 2010, que ratifica el criterio establecido por otra del mismo tribunal de 26 de noviembre de 2008, y en la que se razona (fundamento jurídico tercero): “…para apreciar el vicio al que se refiere la letra f) del artículo 62.1 de la Ley 30/1992, no basta con que se denuncie una vulneración objetiva de las normas reglamentarias aplicables (...); se requiere, precisamente, atribuir al titular del derecho o de la facultad la carencia de un requisito esencial. Y, dada la cautela con la que debe afrontarse la revisión de oficio (que, por dirigirse contra actos ya firmes, perturba en cierto modo la seguridad jurídica y la posición de quien resultó beneficiado por el acto contra el que nadie interpuso un recurso temporáneo), no es posible interpretar en el sentido que lo hace la recurrente el concepto de ‘requisito esencial’ para la adquisición del derecho o de la facultad. No todos los requisitos necesarios para ser titular de un derecho pueden reputarse ‘esenciales’: tan sólo los más significativos y directa e indisociablemente ligados a la naturaleza misma de aquél. En otro caso, se propiciaría la desvirtuación de este motivo extraordinario de invalidez absoluta, que vendría a parificarse en la práctica con los motivos de anulabilidad”. 11 Es pues la esencialidad del requisito así definida, con independencia de que este se circunscriba o no a la esfera subjetiva del beneficiario, el elemento de contraste que permitirá apreciar, en cada caso, si el acto incurre o no en nulidad absoluta. Tal es, por otra parte, la postura mantenida mayoritariamente por la doctrina científica en nuestro país, y también la que este Consejo Consultivo ha venido sosteniendo en sus dictámenes anteriores, en el sentido de considerar que es no sólo factible en una interpretación literal del artículo 62.1.f) de la LRJPAC, dada la redacción impersonal del precepto (“…se carezca de los requisitos esenciales”), sino además correcta en los planos lógico y teleológico, pues conduciría a resultados difícilmente aceptables que la aplicación de esta causa de nulidad quedara restringida a los actos en los que la carencia de requisitos esenciales resultara predicable exclusivamente del sujeto que adquiere facultades o derechos, dejando fuera de su ámbito aquellos otros actos también incursos en las más groseras contravenciones del ordenamiento jurídico, por el hecho de que la ausencia de los requisitos esenciales, por evidente que sea, se refiera a aspectos objetivos del acto controvertido. Pues bien, la propuesta de resolución mantiene que el acto analizado incurre en esta causa de nulidad de pleno derecho ya que con el dictado de la resolución de modificación de la DEA, en la que se exime al promotor de liberar el caudal ecológico previamente fijado, se estaría contraviniendo gravemente el ordenamiento jurídico, y en concreto la normativa ambiental que integra dicho ordenamiento. En efecto, la Ley 7/1992, de 24 de julio, de pesca fluvial, prescribe: “Artículo 22. Aprovechamientos hidráulicos Las concesiones de aprovechamiento hidráulico deberán en todo momento respetar el caudal ecológico necesario para facilitar el normal desarrollo de las poblaciones piscícolas…”. Además, y a los efectos de la concreción de dicho caudal, la disposición transitoria cuarta de la misma ley establece: “En tanto el órgano competente no determine el caudal ecológico, se entenderá por tal el diez por ciento del caudal medio anual” 12 Por su parte, el Reglamento de ordenación de la pesca fluvial y de los ecosistemas acuáticos continentales, aprobado por el Decreto 130/1997, de 14 de mayo, dispone: “Artículo 74º.- Caudales ecológicos. 1. Se entenderá por caudal ecológico la reserva de caudal que necesaria y obligatoriamente deberá dejarse circular por el lecho de un río para compatibilizar, en cada época del año, los efectos de las detracciones de agua sobre el ecosistema acuático con el mantenimiento de las comunidades animales preexistentes y, en general, con el adecuado funcionamiento del citado ecosistema. Este caudal ecológico no podrá ser objeto de aprovechamiento hidráulico (…)”. La clara dicción de los preceptos que acaban de transcribirse no permite albergar duda alguna respecto del carácter indispensable para el órgano ambiental, como también para el concesionario, del caudal ecológico en ellos definido. Por tanto, al implicar las modificaciones introducidas a instancia del promotor, en la redacción final de dicha Declaración, una directa contravención de tales mandatos -a los que sí atendía la DEA inicialmente formulada siguiendo los criterios expresados en el informe preceptivo de la Dirección General de Montes y Medio Ambiente Natural-, resulta incuestionable que el caudal así afectado carecía de un requisito esencial para ser destinado al aprovechamiento hidráulico, circunstancia que el acto aprobatorio de la DEA, como resultado de las modificaciones en ella introducidas por solicitud del promotor, desconoció. De este modo, debe concluirse cómo la declaración de efectos ambientales finalmente aprobada, y cuyo contenido de carácter vinculante en los términos del artículo 12 de la Ley 1/1995, de 2 de enero, se incorporó a la resolución dictada por el órgano sustantivo en el expediente de modificación concesional, incurre en la causa de nulidad de pleno derecho del artículo 62.1.f) de la LRJPAC, por la ausencia de los requisitos esenciales de carácter objetivo que afectan al referido acto, según lo razonado en la presente consideración; por lo que procede la revisión de oficio de la referida modificación concesional, con declaración de su nulidad, y la retroacción del procedimiento al punto inmediatamente anterior al acto aprobatorio de la DEA. 13 A este respecto, no obstante, y frente al sentido en el que se pronuncia la propuesta de resolución, la declaración de nulidad de pleno derecho deberá referirse a la Resolución de 6 de noviembre de 2001, de modificación concesional del aprovechamiento hidroeléctrico de Santa Uxía en el río Xallas, no sólo en la parte en que integra la resolución de 22 de marzo del 2001, de la Dirección General de Calidad y Evaluación ambiental, puesto que el vicio determinante de la nulidad afecta al conjunto de aquel acto de modificación de la concesión. Esto sin perjuicio de que el órgano sustantivo, de acuerdo a lo previsto en el artículo 66 de la LRJPAC, disponga la conservación de aquellos actos y trámites cuyo contenido se hubiera mantenido igual de no haberse cometido la infracción. Séptima.- La concesionaria solicitó, para el supuesto de que el acto fuera declarado nulo, una indemnización de daños y perjuicios, sin que conste en el expediente que tal solicitud hubiera sido objeto de específica tramitación de acuerdo a lo previsto en el artículo 102.4 de la LRJPAC. Siendo esto así, es preciso señalar que, una vez se adopte la resolución declarando la nulidad, procederá tramitar el procedimiento de responsabilidad patrimonial, en los términos regulados en los artículo 139 y siguientes de la LPAC, a los efectos de dilucidar la posible responsabilidad de la Administración frente al concesionario; procedimiento en el que es preceptivo el dictamen de este órgano en los términos señalados en el artículo 11, j) de la Ley 9/1995, de 10 de noviembre, de creación del Consejo Consultivo de Galicia. CONCLUSIÓN Por todo lo anteriormente expuesto, la Sección Segunda del Consejo Consultivo de Galicia, por mayoría de todos sus miembros, dictamina: “Que informa favorablemente, de manera parcial, la propuesta de resolución a la que el presente expediente se refiere, procediendo la declaración de nulidad de pleno derecho de la resolución del organismo autónomo Aguas de Galicia, de fecha 6 de noviembre de 2001, por la que se autoriza la modificación concesional del aprovechamiento hidroeléctrico de Santa Uxía, en el río Xallas, por concurrir la causa 14 prevista en el artículo 62.1 f) de la LRJPAC, según lo razonado en la consideración sexta de este dictamen”. VOTO PARTICULAR QUE EMITE El CONSEJERO DON JOSÉ LUIS COSTA PILLADO EN El DICTAMEN EMITIDO POR LA SECCIÓN SEGUNDA DEL CONSEJO CONSULTIVO DE GALICIA RESPECTO DE LA “REVISIÓN DE OFICIO DE LA RESOLUCIÓN DE AGUAS DE GALICIA DE 6 DE NOVIEMBRE DE 2001, POR LA QUE SE AUTORIZA La MODIFICACIÓN CONCESIONAL DEL APROVECHAMIENTO HIDROELÉCTRICO DE SANTA UXÍA, EN El RÍO XALLAS, EN El AYUNTAMIENTO DE DUMBRÍA”. Ejercitando la facultad establecida en el artículo 17 de la Ley 9/1995, de 10 de noviembre, del Consejo Consultivo de Galicia, expongo mediante este voto mi respetuosa discrepancia con el dictamen, cuyos razonamientos comparto plenamente en lo que se refiere a la falta de concurrencia de las causas de nulidad de pleno derecho del artículo 62.1.b) y e) de la Ley 30/1992 en la resolución de 22 de marzo del 2001, del director general de Calidad y Evaluación Ambiental, por la que se modificó la Declaración de Efectos Ambientales (DEA) que habría formulado el 22 de junio de 2000, pero que no comparto en lo que se refiere a la apreciación, en aquella resolución, de la causa de nulidad de pleno derecho del artículo 62.1.f) de dicha ley. Mi discrepancia la baso en los siguientes motivos. Por principio debe afirmarse que en los casos en los que, como en el presente, debe dictaminarse con carácter vinculante sobre una propuesta de revisión de oficio por causa de nulidad, el alcance material del dictamen del Consejo Consultivo queda delimitado, de forma absoluta, por el contenido de tal propuesta, en el sentido de que las reflexiones jurídicas del Consejo Consultivo y sus declaraciones de juicio se deben ajustar a los términos en que viene formulada la propuesta que se expone. Y es que extender el análisis a aspectos distintos de los estrictamente considerados en la propuesta de revisión como determinantes de la hipotética existencia de una causa de nulidad de pleno derecho, o buscar la concurrencia de esa causa en aspectos o razones que van más allá de las advertidas o indicadas por la Administración como fundamento de su conclusión de origen de la revisión de oficio, conduciría a una alteración de la función de control que en esos casos tiene encomendada por ley el Consejo Consultivo y a la asunción por este órgano de un protagonismo impulsor de la 15 revisión de oficio que no le corresponde por contrario a la figura de la revisión de oficio, que aparece diseñada legalmente como un privilegio de la Administración, o, si se quiere, como una facultad-deber de la misma, no del órgano consultivo. La propuesta remitida a este Consejo Consultivo se formula en el sentido de declarar de oficio la nulidad de pleno derecho, de forma parcial, de la resolución de 6 de noviembre del 2001, de modificación concesional del aprovechamiento hidroeléctrico de Santa Uxía, en el río Xallas, en el Ayuntamiento de Dumbría (A Coruña), “en la parte en que integra la resolución de 22 de marzo de 2001 de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, incardinada en el expediente de clave 7/184/4, por las razones señaladas en la fundamentación jurídica de la presente propuesta…”. O, lo que es igual, en el sentido de revisar el acto de 6 de noviembre del 2001 no porque este incurra en causa de nulidad de pleno derecho sino en cuanto integra un acto (la DEA) que es propiamente lo que incurre en supuesta causa de nulidad de pleno derecho. Consecuentemente, el dictamen de la mayoría se detiene en analizar si en el planteamiento de la DEA intervino un vicio de falta de competencia o de procedimiento, vicio cuya existencia rechaza, y, también de forma congruente con ello, atiende a la fundamentación jurídica de la propuesta para concluir que la declaración de efectos ambientales “incurre en la causa de nulidad de pleno derecho del artículo 62.1.f) de la LRJPAC, por la ausencia de los requisitos esenciales de carácter objetivo que afectan al referido acto”. Ausencia de requisitos esenciales que el dictamen no predica como afectante a la estructura del acto sino al caudal ecológico y que no identifica cuando afirma, sin más concreciones, que el caudal afectado carece “de un requisito esencial para ser destinado al aprovechamiento hidráulico”. Verdaderamente se echa de menos que una vez se afirma que el caudal afectado carece de un requisito esencial para ser destinado al aprovechamiento hidráulico no se extienda el dictamen a precisar cuál es ese requisito esencial del que ese caudal carece. En cualquier caso, y puesto que el dictamen aplica el artículo 62.1.f) de la Ley 30/1992 para considerar que concurre la nulidad de pleno derecho en la DEA, es preciso reproducir lo que ese precepto dispone: son nulos de pleno derecho “los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición”. 16 De este texto es fácil deducir que únicamente aquellos actos administrativos afectados de infracciones de la legalidad, y que al mismo tiempo comporten la adquisición de derechos o facultades por los ciudadanos, serán en principio susceptibles de ser incluidos dentro de la categoría de actos nulos de pleno derecho por aplicación de aquel precepto. Pues bien, la DEA no comporta per se la adquisición de derechos o facultades. De ser así no se precisaría de ningún acto posterior de aprobación u otorgamiento concesional. Por lo tanto, si aquella causa de nulidad no está reservada para combatir cualquier acto contrario al ordenamiento jurídico, sino únicamente para combatir aquellos actos por medio de los cuales, además, se hayan adquirido facultades o derechos, obvio es que no es admisible la aplicación de tal supuesto de nulidad a la DEA. Por esa sola razón, que dispensaba y dispensa del origen de hacer mayores referencias a si la carencia de requisitos esenciales debe atribuirse al titular del derecho adquirido (como precisan, expresa y literalmente, entre otras, las sentencias del TS de 26 de noviembre del 2008, 6 de mayo de 2009 o 7 de octubre de 2010) o bien si se extiende también al objeto de la concesión (como se señala en el dictamen de la mayoría), y sin necesidad tampoco de razonar sobre la confusión conceptual en la que incurre el dictamen de la mayoría al no distinguir entre el objeto de la concesión (que no es un caudal sino el uso o aprovechamiento del mismo) y las condiciones de aprovechamiento según lo predeterminado en la Ley 7/1992, de 24 de julio, de pesca fluvial y en el Reglamento aprobado por el Decreto 130/1997, de 14 de mayo (entre las que se encuentra la condición de respetar el denominado caudal ecológico), considero, digo, por aquella razón indicada en el apartado anterior, que debió haberse dictaminado desfavorablemente la propuesta. 17