Archivo Histórico Universitario :: Año 10, núm.1, julio 2007 :: www.tiempouniversitario.buap.mx Ejemplar gratuito La Constitución de 1857 Por Carlos M. Meza Viveros E ste año se cumplirá el sesquicentenario de la Constitución liberal que los conservadores se negaron a cumplir, promoviendo un golpe de estado que llevó a encarcelar a diversos ciudadanos, entre ellos, Benito Juárez, presidente de la Suprema Corte de Justicia a quien correspondía la presidencia de la República. Para sumarnos a la celebración de tan significativo aniversario, Tiempo Universitario invitó al maestro Carlos Meza Viveros, quien fue profesor en la Facultad de Derecho en nuestra institución, a escribir sobre este proceso histórico. La Constitución de 1857 se juró el 5 de febrero en la ciudad de México, frente a 100 diputados entre los que figuraban Ponciano Arriaga, Melchor Ocampo, Santos Degollado, José María Mata, Ignacio Mariscal, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez e Ignacio L. Vallarta; el presidente de la sesión Valentín Gómez Farías - un gran precursor y un símbolo del liberalismo mexicano- juró fidelidad arrodillado ante una biblia y fue el primero en firmar el convenio; los cien diputados juraron y el libro se depositó en manos de Ignacio Comomfort. Foto tomada de Gran Historia de México Ilustrada de la Reforma a la Revolución, 1857-1920, tomo iv, Javier Garcíadiego coordinador, Planeta Agostini, conaculta- inah. 2001 df. Analizar el tema de la Constitución Política de 1857 y su entorno, es hablar de un período histórico trascendental en la vida nacional, es examinar un documento, al que en su momento se le atribuyeron todos los males del país: su atraso, su pobreza y su ignorancia; el relajamiento de los vínculos familiares, la desmoralización pública y la inversión de todos los valores morales; un documento el cual fue venerado formalmente y al cual también se le desobedeció en los hechos, sin que nadie se resistiera o protestara; sin em- bargo, hablamos también de un documento valiente, que se gestó, como ya señalamos, en un momento de fuertes pugnas políticas y dentro de un crisol de ideas surgidas de grandes hombres, como bien lo señaló el notable jurista Emilio Rabasa: "El Constituyente de 1856- 1857 Iza sido el más ilustrado de nuestra historia política. Sobrepasó al de 1824 que había contado con el acervo cultural de, entre otros, Ramos Arizpe y Servando Gaceta Histórica de la BUAP [1] Casa de la Memoria Universitaria Teresa de Mier ... Rondaron en el recinto de la asamblea legislativa del 57 gran variedad de clásicos griegos (Platón y Sócrates) y romanos (Cicerón y César), literatos (Víctor Hugo y Bretón de los Herreros), religiosos (Fray Luis de León) y por supuesto los grandes pensadores políticos.", entre los que podemos citar a Hobbes, Locke, Rousseau, Montesquieu, Bentham, Lamartine, Jefferson, de Tocqueville, así como a distinguidos pensadores mexicanos como: Miguel Ramos Arizpe, Manuel Crescencio Rejón, José Ma. Luis de la Mora; lo anterior, sin contar a los grandes hombres que intervinieron con sus ideas en la elaboración de dicho documento. Para realizar el presente análisis de la Constitución de 1857, se hace necesario de forma inicial, entender el entorno histórico del momento, quienes integraron la asamblea legislativa que redactó y aprobó el documento, para contar con los elementos necesarios y entrar al estudio de los aciertos y errores contenidos en su texto. Escenario Histórico Se vivían, previo al año de 1857, tiempos aciagos para la política nacional, golpes militares, luchas internas y tropiezos económicos, pugnas constantes entre liberales y conservadores. Durante el período qué comprende de 1833 a 1855, había tenido participación en la vida nacional un singular personaje, Antonio López de Santa Anna, el cual en el año de 1833 gana las elecciones para presidente, por parte del Partido Liberal, sin embargo, otorga un abierto apoyo a los grupos conservadores del país; en 1836 Santa Anna toma el fuerte de El Álamo, pero tiempo después, es derrotado y capturado por el ejército texano al mando de Samuel Houston en la batalla de San Jacinto; por lo tanto Santa Anna se ve obligado a firmar los tratados que concedían la independencia de Ponciano Arriaga. [2] Tiempo Universitario Texas, territorio hasta entonces perteneciente a México. En 1839 Santa .Anna, es nombrado presidente otra vez, pero gobernó solo por cuatro meses, durante este tiempo de Santa Anna se recuerda los patentes actos de censura en contra de la prensa escrita. En 1841 siendo presidente Bustamante, Santa Anna participa en un golpe de estado, y es proclamado presidente por tercera vez, durante este tiempo trató de establecer una dictadura, escribió una nueva Constitución a la que llamó Bases Orgánicas, donde entre otros, se estableció un precio de mil 200 pesos por derecho a ejercer el voto, durante este tiempo protegió de manera irrestricta los fueros militares y los del clero. En el lapso de 1848-1853. México carecía de estabilidad política, en este tiempo se tuvieron cinco presidentes, y se empezó a creer que Santa Anna era el único que podría estabilizar al país, por lo que fue nuevamente electo presidente. Al ver esto Santa Anna se proclamó dictador haciéndose llamar "Alteza Serenísima", durante este período organizó un gobierno eminentemente conservador, siendo esta la época en que envió a prisión a Benito Juárez, exiliándolo más tarde a Nueva Orleáns. En I854 el pueblo mexicano se empezó a revelar contra el mal gobierno de Santa Anna. El 1 de marzo de 1854, el coronel Florencio Villarreal hizo un llamado para terminar con la dictadura, mediante la promulgación del Plan de Ayutla, en cuya, formulación participaron figuras como Juan Álvarez, Ignacio Comonfort, Trinidad Gómez, Diego Álvarez, Tomás Moreno y Rafael Benavides. El documentó consignaba el desconocimiento del gobierno de Santa Anna y la destitución del dictador, así como la designación de un presidente interino que convocara a un Congreso Extraordinario, el cual tendría el carácter de Constituyente, para organizar al país Archivo Histórico Universitario como República representativa y popular; creando una ley fundamental adecuada a las necesidades y características de la Nación; derivado de lo anterior Santa Anna tuvo que salir del país, desapareciendo del escenario político. Con el triunfo de la revolución de Ayutla, llegó al poder una nueva generación de liberales, casi todos civiles. Entre ellos, Benito Juárez; Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez, Miguel Lerdo de Tejada y GuillerIgnacio Comomfort. mo Prieto. Una junta nombró presidente interino al general Juan Álvarez, ocupando este puesto del 4 de octubre al 11 de diciembre de 1855. Su gestión, aunque muy breve, fue importantísima para el desarrollo ulterior de los acontecimientos, ya que inició, de hecho, la reforma liberal. Durante su gestión se presentó la convocatoria para un nuevo Congreso Constituyente, el cual debería iniciar sus actividades en febrero de 1856. También se dio a conocer la famosa Ley Juárez o Ley de Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación del Distrito Federal y Territorios, la cual suprimió todos los tribunales especiales, menos los eclesiásticos y militares, que cesarían en adelante de conocer de los delitos civiles. La postura radical del gobierno de Álvarez no agradó a todos aquellos que vieron en las reformas una amenaza a sus intereses. La presión del gobierno y su delicado estado de salud, desataron las circunstancias que obligaron al presidente Álvarez a renunciar, siendo substituido por Ignacio Comonfort quien de inmediato trató, en vano, de abanderar la ideología liberal. El Constituyente En cumplimiento al artículo 5° del Plan de Ayutla, Juan Álvarez, convoca el 16 de octubre de 1855 a un Congreso Extraordinario, convocatoria que entonces circularía el Ministro de Relaciones Interiores y Exteriores, Melchor Ocampo, los diputados integrantes de ese Congreso, iniciaron sus actividades preparatorias el día 14 de febrero de 1856 con 38 diputados de un total de 164 que integrarían el Congreso, siendo tres días después electo como presidente del Congreso, Ponciano Arriaga Leija . El día 18 de febrero de 1856 a las tres de la tarde, se llevó a cabo la solemne apertura de las sesiones del Congreso Constituyente, con la presencia del presidente Comonfort, quien reiteró su compromiso con el Plan de Ayutla, mismo que en sus palabras "sostendría al Congreso Constituyente como la legítima emanación de la voluntad nacional". Un año después, al haberse cumplido 141 reuniones, se verificó el 17 de febrero de 1857 -también con la presencia de Comonfort- la clausura de las sesiones del Congreso Constituyente, final que llegó en un momento, que al decir de Rabasa, “la nación, que era llamada a unirse bajo el amparo de una nueva constitución estaba, absoluta y desafortunadamente, dividida". Los Actores Sin duda alguna de entre los 164 diputados y sus respectivos suplentes, que integraron el Congreso Constituyente del 57, hubo personajes que destacaron en tan importante labor, en primer lugar, tenemos al ideólogo y reformador liberal potosino, Ponciano Arriaga Leija, cuyo pensamiento humanista impregnó el texto constitucional de 1857, es importante recordar que fue él quien propuso la creación de la Procuraduría de Pobres, en su estado natal, sentando el germen de lo que posteriormente se convertiría en la defensoría pública; a él se suman importantes nombres como el de Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez (representante del extremo jacobino), José María Mata, Francisco Zarco (el cronista del Congreso Constituyente), Benito Juárez, León Guzmán, Santos Degollado, Valentín Gómez Farias, Guillermo Prieto, Ignacio L. Vallarta, Ignacio Mariscal, José María Lafragua, Manuel Romero Rubio, Jesús Gonzáles Ortega, entre otros. El Congreso Constituyente de 1856 Sin duda, tiene gran certeza lo señalado por el historiador Daniel Cosío Villegas, cuando comenta: "EI Congreso Constituyente de 1856, visto más de cerca, da la impresión de una asamblea normal: una gran masa de gente que contribuye a la obra con el nombre, con la presencia o una intervención insustancial, y una veintena de desesperados que Gaceta Histórica de la BUAP [3] Casa de la Memoria Universitaria hace la obra ... y si se tiene gran admiración por esos fanáticos, es porque, grandes, medianos o pequeños, como quiera calificárseles, hicieron una gran obra, en circunstancias singularmente difíciles". El Documento El día 5 de febrero de 1854, fue aprobada, jurada y publicada finalmente por el Congreso la Constitución, la cual atendiendo a su único artículo transitorio comenzó a regir hasta el día 16 de septiembre de ese mismo año; el documento constó de ocho títulos y 128 artículos, e iniciaba su texto de la siguiente manera: "Ignacio Comonfort, presidente sustituto de la República Mexicana, a los habitantes de ella, sabed: Que el Congreso extraordinario constituyente ha decretado lo que sigue: En el nombre de Dios y con la autoridad del pueblo mexicano, Los representantes de los diferentes Estados, del Distrito y Territorio que componen la República de México, llamados por el plan proclamado en Ayutla el primero de mayo de 1854 ... y por convocatoria expedida el siete de noviembre de mil ochocientos cincuenta y cinco, para constituir a la nación bajo la forma de República democrática, representativa, popular, poniendo en ejercicio los poderes con que están investidos, cumplen con su alto encargo decretando lo siguiente: CONSTITUCIÓN Política de la República Mexicana. Sobre la indestructible base de su legítima Independencia, proclamada el día diez y seis de septiembre de mil ochocientos diez, y consumada el veintisiete de septiembre de mil ochocientos veintiuno". La Constitución de 1857 a partir de su vigencia y hasta la promulgación de la Constitución de 1917, es decir, durante sus 60 años en vigor, sufrió 83 reformas y adiciones, de las cuales 44 se llevaron a cabo durante la dictadura de Porfirio El Congreso Constituyente de 1857 consagró la libertad de tránsito. Estación central de pasajeros en el ferrocarril de México a Manzanillo, en el Pacífico y a Laredo, litografía publicada en 1880. [4] Tiempo Universitario Díaz, modificaciones que como acertadamente señalara Luis de la Hidalga, fueron en su gran mayoría verdaderamente obtusas, sin cumplir mandato alguno, y pasando por encima de la Constitución misma. Corresponde ahora hacer un análisis de las principales aportaciones del texto constitucional de 57. Por cuanto hace a los derechos del hombre (art. 1° al 34), establecen entre otros un principio insustancial para la organización política, esto es, que los derechos del hombre, son la base y el objeto de las instituciones sociales. Dentro de los derechos individuales destaca el establecido en el artículo 15, el cual en su momento fue en extremo controvertido, consignando en su texto la libertad religiosa; se inscribieron de igual manera las garantías en el procedimiento criminal, y quedó consignado que el ser humano era libre e igual ante la ley, por lo que se excluían los tribunales especiales, los títulos de nobleza y los honores hereditarios; el concepto de libertad, fue extendido a la enseñanza, el trabajo, la expresión de las ideas, la imprenta, así como la asociación, portación de armas y el libre tránsito. Dentro del concepto de soberanía nacional, contrario a lo establecido en el texto constitucional de 1824, en donde se establece que: la soberanía descansaba en la nación, en la Constitución de 1857, se hace residir esencial y originalmente en el pueblo (art. 39). Archivo Histórico Universitario Así mismo se establece el sistema unicameral (art. del 51 al 53), al quedar el Poder Legislativo depositado en una sola asamblea. Es importante señalar que el Senado se suprime, a decir del Constituyente, por su descrédito, prepotencia y lentitud en el proceso generador de leyes. Relativo al Juicio de Amparo, (art, 101 y 102), se formulaba ahora para resolver las controversias que se suscitasen, "por leyes o actos de cualquier autoridad que violaren las garantías individuales o de la Federación que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados o de éstos cuando invadan la esfera de la autoridad federal”. Por cuanto hace al Juicio Político, (art. 105 al 108), contemplado en el texto constitucional bajo el concepto de delitos oficiales; se establece que éste será atendido sucesivamente por dos jurados el de acusación (un individuo por cada estado, nombrado por su legislatura respectiva) y el sentencia (el Congreso de la Unión). La sentencia se limitaría a absolver o destituir al acusado, pudiendo también inhabilitarlo de obtener un futuro empleo. Asimismo consagró apostadamente en el artículo 117 del texto constitucional que "las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entiende reservadas a los Estados", con lo que mantuvo el doble principio de división de poderes y de doble jurisdicción intentando lograr el equilibrio del poder. Otro punto importante, lo es que la Constitución de 1857, establece, por primera vez en México, un régimen económico en la época independiente. Este régimen económico se encuentra expresado en el artículo 28 de la mencionada Constitución: "No habrá monopolios, ni estancos de ninguna clase, ni prohibiciones a titulo de protección a la industria. Exceptúense únicamente, los relativos a la acuñación de la moneda, a los correos y a los privilegios que, por tiempo limitado conceda la ley a los inventores o perfeccionadores de alguna mejora", desde esta óptica podemos señalar que se establece por vez primera un régimen liberal de economía. Uno de los temas más controvertidos y apasionantes del Constituyente del 57, fue sin duda el tema religioso. El proyecto elaborado por la Comisión Constitucional, en su título primero, relativo a los derechos del hombre en su artículo 15 establecía: "No se expedirá en la República ninguna ley, ni orden de autoridad que prohíba ó impida el ejercicio de ningún culto religioso; pero habiendo sido Los constituyentes defenderían la libertad originaria de todos los hombres. Baños de agua fría, de vapor y ducha, litografía publicada en 1880. la religión exclusiva del pueblo mexicano la católica, apostólica, romana, el congreso de la Unión cuidará, por medio de leyes justas y prudentes, de protegerla en cuanto no se perjudiquen los intereses del pueblo, ni los derechos de la soberanía nacional". Para entender lo controvertido de la propuesta es importante observar los antecedentes del tema, al efecto, Carlos Monsiváis señala: “Antes de 1857, los conservadores pugnan por la intolerancia porque, alegan, así se salvan la unidad familiar y, de igual importancia, la salud mental de los mexicanos, que enloquecerían de disponer de alternativas. En la Constitución de Apatzingán del 22 de octubre de 1814 se establece: "Artículo 1. La religión católica apostólica, romana, es la única que se debe profesar en el Estado”. En el Plan de Iguala del 24 de febrero de 1821 se afirma: "1. La religión católica apostólica, romana, sin tolerancia de otra alguna. “ En el Acta Constitutiva de la Federación (Decreto del 31 de enero de 1824) se establece: "Artículo 4: La religión de la Nación Mexicana es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana. La nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquier otra". Como se puede deducir del texto del proyecto del artículo 15, éste resulta por demás ambiguo, ya que por un lado decretaba la libertad de culto, y por otro daba prioridad a la religión católica la cual, el Congreso debía cuidar por "leyes justas y prudentes", estableciendo por último que esas leyes no podían perjudicar los intereses del pueblo ni los derechos de la soberanía nacional, la lectura y análisis del texto, sin duda oscuro, dejan entrever de forma clara, la decisión tan vacilante del Constituyente en este tema y no era para menos, el contenido del texto fue duramente criticado por los conservadores como Arizcorreta, Castañeda, Cortés Esparza y Lafragua, los cuales argumentaban que el texto dividía y no era conveniente u oportuno, para concluir Gaceta Histórica de la BUAP [5] Casa de la Memoria Universitaria que el Congreso no tenía facultad para legislar en materia de culto. A estas opiniones se sumaba el hecho de que el 3 de julio de 1856, Lázaro Ilustrísimo Señor Arzobispo de México, le pide al Congreso Constituyente desechar el Artículo 15 del proyecto de Constitución, que le niega a la autoridad prohibir el ejercicio de cultos religiosos distintos al católico. Mucho se ha cuestionado si en realidad las fracciones liberal y moderada, no incluyeron lo relativo a la religión católica, Ignacio Ramírez. en el texto del artículo 15, con la única finalidad de que existiera unanimidad al momento de aprobar y jurar la Constitución. Por su parte entre aquellos que defendían el texto, tenemos a Mata, Castillo Velasco, Arriaga y Zarco, sus razones: ninguna autoridad tenía el derecho a prohibir la libertad de conciencia; la unidad nacional no se derivaba de la unidad religiosa, ya que aquélla existía de suyo; completa e independientemente entre Estado e Iglesia; la cuestión religiosa ya requería de una definición clara y precisa a nivel constitucional; la religión exclusiva se oponía a los conceptos de república y democracia, entre otros argumentos citados. La realidad del contenido del artículo 15, la describe Rabasa de manera contundente: "como suele ocurrir cuando no hay definiciones claras, el proyectado artículo 15, por el deseo de complacer a todos, a nadie satisfizo". Después de un apasionado debate, el día 5 de agosto de 1856, el artículo es puesto a votación, declarándose por una mayoría de 65 votos, contra 44, que el artículo se quedara sin lugar a votar, resolución ambigua que fue interpretada en el sentido de que se regresara el precepto a la Comisión para que lo presentara en otros términos, pero ésta pidió permiso al Congreso para que se retirara el artículo de forma definitiva. No obstante lo anterior y para evitar una omisión total del tema religioso, Ponciano Arriaga, en la sesión del 26 de enero de 1957, de forma repentina presenta una adición, sin precisar a cuál precepto se iba a intercalar, adición que votada, se aprobó por 82 votos contra 4 y que más tarde se convertida en el artículo 123 que estableció: "Corresponde exclusivamente a los poderes federales ejercer, en materia de culto [6] Tiempo Universitario religioso y disciplina externa, la intervención que designen las leyes". Derivado de lo anterior, podemos afirmar que la causa liberal se anotó un éxito con la supresión, para siempre, de una religión exclusiva y oficialista enclavada dentro de nuestros textos constitucionales. Sin lugar a duda, el principal enemigo de la nueva Constitución lo fue el partido conservador y el clero, quien vio amenazado de forma inminente su coto de poder, sus principales argumentos para repudiar el texto constitucional fueron los siguientes: se decretaba ya de forma parcial la diferencia o separación entre la iglesia y el estado; se establecía un Registro Civil, con lo cual, el registro parroquial dejaba de ser el oficial; no se llega aún a la nacionalización de los bienes del clero, pero se establece la prohibición a la iglesia para administrar o poseer bienes raíces; se ratifica la Ley Juárez, es decir, se prohibía a los tribunales eclesiásticos y militares conocer en materia que no fuera de su exclusiva competencia; se reimpone la exclaustración; se proclama la libertad de pensamiento y expresión del hombre, así como las libertades de enseñanza y de prensa, esta última, muchas veces, crítica del clero. El Análisis Iniciaremos cuestionando: ¿fue eficaz la Constitución del 57 o fue impotente para impedir la reelección de Lerdo e incapaz de imponer a Porfirio Díaz la fórmula legalista para su acceso al poder, puesto La antigua Cámara de Diputados en el Palacio Nacional. Litografía. Fondo Teixidor. agn. Archivo Histórico Universitario que lo confió sin escrúpulo a las armas? ¿Fue ilusoria la fe puesta hasta entonces en la Constitución? ¿Los grandes problemas del país no estuvieron abajo, encima, atrás o adelante de la Constitución misma? La Constitución de 1857, quizá como ninguna otra, pasó por altos y bajos marcadísimos en su prestigio popular y en la fe que en ella pusieron los gobernantes a quienes tocó usarla como timón de la nave nacional, como señalara Cosío Villegas: "Nació sin que nadie creyera en ella: el liberal moderado, porque el jacobinismo la había manchado; el liberal puro, por su fondo medroso; detestada y combatida pugnazmente por la iglesia católica y el partido conservador ... sin embargo su fuerza era tan grande, que todo se hacía en su nombre y en su defensa: lo mismo lo bueno que lo malo, lo torcido que lo derecho". Rabasa afirma con demasiada precisión, que los moderados, sin duda, dominaron en el Constituyente de 56 y que, por consecuencia lógica resultó moderada la Constitución que hicieron, y al efecto recuerda las palabras de Ignacio Comonfort, a quien llama "el liberal moderado por antonomasia": "el país quiere reparar todos los infortunios pasados , conciliar todos los intereses. presentes y proteger todas las esperanzas futuras". La fuerte pugna entre liberales y conservadores, tal vez requería de acciones más contundentes, el estudio de la lucha entre el poder civil y el eclesiástico de la época, deja varias conclusiones: una de ellas es que la iglesia católica se encontraba fuertemente imbuida en la política nacional, otra que la iglesia juzgaba sencillamente inconcebible que su posición en la vida política nacional pudiera dejar de ser alguna vez la central y más encumbrada de todas, y la tercera es que aunque la iglesia puso todo su empeño, rudeza e impiedad extremas, aunadas a una inteligencia artera, le falto la forma suprema del talento político, la que sabe leer el mensaje de los tiempos con suficiente anticipación parea transigir, para ceder en lo accesorio y proteger lo fundamental. Lo cierto es que moderada o no, bien o mal aplicada, la Constitución, de 1857, tiene un doble mérito, el primero derivado de las condiciones tan adversas de su gestación y el segundo una serie de principios consignados que fueron la génesis de futuras e importantes reformas en su símil de 1911, Constitución ésta, que sin el sustento de la de 57, no le habría sido posible tener los cimientos que le permitieran consolidar un documento sólido y de gran valía para la vida nacional, bien denominado cómo la primera Constitución federal y social. El Congreso Constituyente de 1856. Muchas, fueron las críticas a la Constitución de 1857, Justo Sierra y Emilio Rabasa, coincidieron, cada uno a su tiempo, que era un documento irreal y que debía ser ajustado a la realidad, sin embargo antepongo los comentarios, que al respecto emite Cosio Villegas: "Sierra Y Rabasa perdieron, de vista un elemento esencial que, me parece, debe tener toda la ley constitucional, y que en todo caso han tenido las nuestras: no han dicho ellas simplemente cómo son las cosas, sino como deben ser, convirtiéndose así en meta ideal hasta la cual ha de levantarse el país si es capaz y digno de mejorar". La Historia "Hoy" ¿El ultra centralismo y las alianzas clericales siguen vigentes? A fines del siglo xx y en el presente, hemos sido testigos del regreso de aquellos amargos fundamentos que dieron cauce a la cancelación de los privilegios emanados de la tesis constitucional, pará abrir la puerta a un liberalismo moderado, vemos hoy, que no cumplió cabalmente , con las promesas y propósitos sociales, en un afán por generar equilibrios frente a las desigualdades. Así tenemos, el resultado real de lo que en el año dos mil se pregonó como un gran ejercicio democrático, vemos la salida de un presidente, pragmático empresario, reconvertido a político que en su momento supo encabezar el descontento popular Gaceta Histórica de la BUAP [7] Casa de la Memoria Universitaria y movilizar a las fuerzas sociales que urgían de un cambio, y que sin embargo a su salida, deja un país con demasiadas interrogantes in resolver, ni aun siquiera medianamente encauzadas; la seguridad pública, el factor económico, el apoyo social, el combate a la pobreza, son pendientes que pesan demasiado a su gestión; aunado a lo anterior somos testigos de un proceso electoral espurio, Manuel Payno. cuando ha sido plenamente reconocido que el ejercicio real del sufragio, es sin duda, el medio más elemental y básico para alcanzar la democracia. ¿Acaso somos testigos del retomo de los enemigos de las causas populares?, ¿caeremos en la política del laissez faire, laissez passer?, permitiremos nuevamente una cultura centralista, neoliberal, que someta los básicos intereses nacionales a los grandes intereses económicos de las empresas, transnacionales. "La culpa, querido Bruto -dice César- no está en las estrellas, sino en nosotros mismos si nos resignamos a la inferioridad". La democracia es siempre democracia política, la democracia es siempre democracia social, la democracia es siempre democracia representativa, la democracia es siempre democracia plural y a menos que exista un gobierno que haga cumplir de manera irrestricta el Estado de Derecho y con ello fortalezca las instituciones nacionales, vemos un futuro de anarquía en donde los grandes temas nacionales se verán apartados para dar prioridad al interés económico. Es por ello que debemos volver nuestra vista a las instituciones fundamentales, y no olvidar los grandes temas: libertad, igualdad, garantías sociales, derechos humanos, federación, entre otros, y sobre todo, debemos dimensionar en su verdadero valor, la lección que entraña el entorno histórico de la Constitución de 1857. BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA Rector: Enrique Agüera Ibáñez Ramón Eguibar Cuenca Secretario general: José Tiempo Universitario Director: Alfonso Yáñez Delgado, Diseño gráfico: Armando López Vázquez. Corrección: Carlos Garrido Vargas y Elizabeth Palacios López. Tiempo Universitario es una publicación del Archivo Histórico Universitario. [8] Tiempo Universitario Proudhon nos dice que: "quien dice libertad, dice federación", y al efecto Manuel Bartlett Díaz señala: "que el federalismo, constituye la más amplia, la más profunda y trascendente de las reformas del Estado ... La Historia del México independiente -agregaes la historia del federalismo". De lo anterior se deduce, la importancia que tiene para los mexicanos, en los actuales tiempos políticos, el conocer y analizar de manera profunda nuestra historia, esto nos permitirá estar atentos a las señales que pudieran presagiar políticas centrarías a las instituciones conquistadas por el pueblo mexicano. En caso contrario, si la desmemoria y la apatía llegaran a invadir nuestra voluntad, nos veremos condenados a repetir los aciagos sucesos, vividos en nuestra historia nacional, hace ya más de 150 años. Cierro el presente análisis con las optimistas y bellas palabras que en 1857 pronunciara Ponciano Arriaga ... "Algún día, llegarán al poder hombres de honor, de moralidad y de virtud. Algún día serán cumplidas las promesas y respetados los juramentos. Algún día los ideales serán hechos y la Constitución será una verdad”. Fuentes consultadas: La Constitución de 1857 y sus críticos. Cosío Villegas, Daniel. Editorial Clío. México 1997. Historia del Derecho Constitucional Mexicano. De la Hidalga, Luis. Editorial Porrúa. México 202. México ante Dios. Martín Moreno, Francisco. Editorial Alfaguara. México 2006. La Constitución y la Dictadura. Rabasa, Emilio O. Editorial Porrúa. México 2006. Historia de las Constituciones Mexicanas. Rabasa, Emilio O. Editorial Instituto de Investigaciones Jurídicas, unam. México 2000. En la Palabra y en los Hechos, Reflexiones de Manuel Bartlett Díaz. Ríos Lara, Juan Carlos, Compilador. México 2002. Cuestiones Constitucionales. Sierra, Justo. Edita la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. México 1999. Historia de México. Varios Autores. Tomo 9, Editorial Salvat Mexicana. México 1978. Año X, número 2, marzo 2007. Aparece quincenalmente. Impreso en: Litografía Magno Graf. El costo por ejemplar de 8 páginas es de noventa y cuatro centavos más iva. Tiraje: Veinte mil ejemplares. Responsable de distribución: Marcos Medrano Flores. Los autores son responsables por los textos publicados. Esta publicación se puede adquirir en La Casa de la Memoria Universitaria, Avenida Reforma 531. Puebla, Pue. teléfono: 2 32 74 79. Se aceptan colaboraciones de investigación sobre la vida universitaria. E-mail: [email protected] Distribución gratuita.